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ECONOMJCAS
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Nota editorial a la presente edición 7

PRIMERA PARTE

EL PROBLEMA DE LA PRODUCCION

Capítulo I. Objeto de esta investigaCión 13


Capítulo II. Anális·;s del proceso de reproducción, se-
gún Quesnay y Adam Smith 27
Capítulo III. Crítica del análisis de Smith 39
LA ACUMULAClON DEL CAPITAL
Capítulo IV. El esquema marxista · de la producción
de Rosa Luxemburgo simple 49
Capítulo V. La circulación del dinero 63
Titulo de la edición original en alemán: Capítulo VI. La reproducción ampliada 74
DIE AKKUMULATION DER KAPITALEN Capítulo VII. Análisis del esquema marxista de la re-
producción· ampliada 85
Versión al español de Raimundo Fernández O., de la edición
de Dresdene r Volkszeitung, 1912 Capítulo VIII. Intentos de solución de la dificultad por
Marx 100
D. R. <['. 1967. sobre la traducción española por EDITORIAL GRIJALBO, S . A. Capítulo IX. La dificultad desde el punto de vista del
Avenida de las Granjas, 82. México, 16, D . F . proceso de circulación 113
Primera edición
SEGUNDA PARTE
Reservados ios rlercchos de traducción . Este libro no puede ser reproducido,
en todo o en parte, en forma alguna, sin permiso EXPOSICION HISTORICA DEL PROBLEMA

Primer asalto. Controversias entre Sismondi-Malthus y


S ay-Ricardo-MacCulloch
Impreso en México. Printed in Me:rico
Capítulo X. La teoría sismondiana de la reproducción 127
Capítulo XI. MacCulloch contra Sismondi 141
6 IN DICE

Capítulo XII. Ricardo contra Sismondi 151


Capítulo XIII. Say contra Sismondi 157
Capítulo XIV. Malthus 16-1:
Segundo asa lto. Controversia entre Rodbertus y v. Kirch-

Capítulo XV.
mann ~tu.'f-0 df.{DnzD {P.~¡!(.,.
La teoría de la reproducción de v. Kirch-
mann 169
Capítulo XVI. Crítica de la escuela clásica por Rodbertus 178
Capítulo XVII. Análisis de la reproducción por Rodbertus 189
Capítulo XVIII. Nuevo planteamiento del problema 203
N ota editorial a la presente edición
Capítulo XIX. E l señor Woron zo f y su "sobrante" 208
Capítulo XX. Nikolai-on 214
Capítulo XXI. Las " terceras personas" y los tres impe-
rios de Struve 221
Capítulo XXII. Presentamos con LA ACUMULACIÓN DEL CAPITAL, de Rosa Luxem-
Bulgakof y su complemento del análisis burgo, una de las más interesantes obras de la economía política
marxista 226 marxista.
Capítulo XXIII. La "desproporcionalidad" del señor Tu- Como se sabe, Rosa Luxemburgo formó parte del grupo de di-
gan-Baranowski 236 rigentes de izquierda de la socialdemocracia alemana que ideoló-
Capítulo XXIV. El ocaso del marxismo "legal" ruso 246 gicamente estaban identificados con el marxismo. Y si bien es cierto
q ue por defectos de método y en virtud de apreciaciones subjetivas
acerca de problemas concretos relativos al movimiento obrero de
TERCERA PARTE su tiempo y al curso de la revolución proletaria, Rosa Luxemburgo
cometió errores teóricos según el punto de vista marxista, su nom-
LAS CONDICIONES H ISTORICAS DE LA ACUMULACION bre y su prestigio siempre quedaron limpios a los ojos de los más
fieles adherentes y seguidores de la doctrina de Marx. Rosa Luxem-
Capítulo XXV. Con tradicciones del esquema de la re- burgo no fue j am ás una dirigente reformista del movimiento obrero.
producción ampliada 251 P or lo qu e se refiere a LA ACUMULACIÓN DEL CAPITAL, aunque SU
Capítulo XXVI. La reproducción del capital y su medio tesis básica se enfrenta con conceptos que acerca de la acumulación
ambiente del capital ya había abordado Marx en El Capital, esta obra debe
266 considerarse inscrita, y en lugar relevante, en la escuela marxista
Capítulo XXVII. La lucha contra la economía natural
283 de economía. La honradez con que Rosa Luxemburgo intenta recti-
Capítulo XXVIII. L a introducción de la economía de mer- ficar a Marx y sus esfuerzos por fundamentar sus tesis desde posi-
cancías 298 ciones rigurosamente científicas, conceden a esta investigación el
Capítulo XXIX. La lucha contra la economía campesina carácter de una obra polémica dentro de la concepción y el análisis
305
Capítulo XXX. Los empréstitos internacionales marxistas del capitalismo como modo de producción.
324 No es de nuestra incumbencia - además de su inoportunidad-
Capítulo XXXI. Aranceles protectores y acumulación
346 ent rar aquí en el debate que, a su tiempo, provocó esta obra fun-
Capítulo XXXII. El militarismo como campo de la acumu-
dam ental. Pero es evidente que el trabajo de Rosa Luxemburgo
lación de l capita l 352 contribuyó, directa e indir ectamente, a penetrar en el análisis de
la reproducción ampliada bajo el capitalismo, desde bases marxis-
APENDICE tas, y ayudó al estudio y a la investigación posteriores de un pro-
blem a cardinal de la economía capitalista que Marx no tuvo tiempo
de agotar con su capacidad analítica y su rigor científico asombro-
La acumulación del capital o en qué han convertido los
sos. Con LA ACUMULACIÓN DEL CAPITAL nos queda Un excelente ejem-
epígonos la teoría de Marx. Una anticrítica 365 plo del método de discusión de los problemas científic.os, condición


LA REPRODUCCION DEL CAPITAL Y SU MEDIO AMBIENT.t: 267

mulación del capital individual, como se h ace en el p r imer t omo de


El Capital. "La reproducción del capital individual es el elemento
de la reproducción social total. P ero es un elemento cuyo movimiento
es independiente y se halla en contradicción con los movio:lientos de
los demás. El movimiento total del capital social no es una suma
mecánica de Jos movimien tos individuales de los capitales, sino que
C A l' I T U L 0 XXVI
produce un resultado singularmente modificado. Aunque la suma de
valor de los capitales indiv iduales, así como de sus partes respectivas:
capital constante, capita l v ariable y plusvalía, coincida exactamente
con la magnitud de valor del capital social total, de sus dos elementos
La reproducción del capital y de la plusvalía total, la expresión material de estas dimensiones de
valor, en las respectivas pa rtes del producto social, es complet amente
diversa a la que se obtiene en las relaciones de valor de los capitales
y su medio ambiente individuales. Así, pues, las proporciones de reproducción de los capi-
tales individuales en cuanto a su forma material, no coinciden ni unos
con otros, ni con las del capital total. Cada capital individual lleva a
cabo su circulación y , por tanto, su acumulación, por su propia cuenta
y -si el proceso de circulación transcurre normalmente-- sólo de-
pende de otros en cuanto q ue necesita realizar su producto y tiene
Por consig uiPnte, el esquema marxista de la reproducción am- que hallar los medios de p roducción necesarios para su actuación in-
p liada no puede explicarnos el proceso de la acumula.:ión tal como dividual. El que aquella realización y estos medios de producción pro-
S<' verifica en la realidad, ni como se impone históricament e. ¿De cedan o no de c1rculos en los que impere la producción capitalista, es
d ónde proviene esto? No de ott·a r.osa que de los supuestos del es- totalmente indiferente para el capital individual. Por el contrario, el
quema m ismo. Este esquema pretende exponer el proceso de acumu- supuesto teó1·ico más favorable para el análisis de la acumulación del
lación, bajo el supuesto de que capitalistas y obreros son los ú nicos capital individual, consiste en que la pr oducción capitalista constituye
consumidores. Hemos visto que Marx sitúa consecuente y consciente, el único medio en que se realiza este proceso, es decir, en que ha
en los tres tomos de E l Capital, com o supuesto teórico de su análisis, l!egado a im pem1· de un modo general y exclus~vo." 1
el dominio general y exclusivo de la producción capitalista . En estas Surge ahora la cuestión de si podemos considerar como legítimos,
condiciones no hay, en efecto, Jo mismo que e n el esquema, más clases referidos al capital total, los supuestos que dominan cuando se trata
sociales que capital istas y trabajadores; todas las "terceras per sonas" del cap it al individual.
de la sociedad capitalista: empleados, profesiones liberales, sacerdo- Que Marx identifica ba , de hecho, las condiciones de acumulación
tes, etc., debe n incluirse, como consumidores, en aquellas dos clases, del capital total con las del capital individual, lo confirma él mismo,
y, preferentemente, en la capitalista. Pero es te supuesto es un recurso expresamente, en el sigui ente pasaje:
teórico; en realidad no ha habido ni hay una sociedad capitalista que "La cuestión ha de form ularse ahora de este modo: supuesta la
se baste a sí misma, en la que domine exclusivamente la producción acumulación general, esto es, supuesto que en t odas las ramas de
capitalista. S ólo que es p erfectamente legítimo, como recurso teórico, la producción se acum ula capital en mayor o menor grado, lo que
cuando no altera las condiciones del problema mismo, sino que ayuda en realidad es condición de la producción capitalista, siendo par a el
a exponerlo en su pureza. Tal ocurre en el aná lisis de la producción capitalista un instinto a n álogo al que lleva al avaro a amontonar
simple dC'l capital social total. Aquí, el problema mismo descansa d inero [pero siendo también necesario para que prosiga la produc-
sobre la ficción siguiente: en una sociedad que produce en forma ca- ción capitalista], ¿cuáles son las condiciones de esta acumulación ge-
pitalista, esto es, que engendra plusvalía, la plusvalía entera es con- neral , en las cuales se resuelve ?"
sumida por la clase capitalista, q ue de ella se apropia. Se trata de Y responde: "Por consiguiente, las condiciones para la acumula-
exponer, luego, cóm o h an d e con formarse, en estas condiciones, la ció;¡ del capital son, exactamente, las mismas que para su producción
producción y reprodu cción sociales. Aquí, el propio planteamiento del
problema pres upone q u e la producción no conoce más consum idor es 1 "Cuanto mayor sea e l ca pital, cuanto más desarrollada e.d é la productividad

del trabajo, y en genera l, cuanto m ás a mplia sea la esclavitud en que s~ ver.fi ca


que capitalistas y obreros; se halla, pues, plenamente de acuerdo con la producción capitalista, tanto mayor será también la masa de mercancfas q ue se
el supuesto marxista: dominio general de la producción capitalist a. encuentran en circulación en e l m e rcado , al sobrevenir el tránsito de la prod ucción
al consumo (individual e industria l ). Ma yor seria también la segurida d q u e tendrá
Ambas ficciones coinciden teóricamente. T ambién es legítimo suponer cada capital particular de en contra r. en el mercado, sus condiciones propicias de
absoluto el dominio del capitalismo al tratar del análisis de la acu - reprodu cción." (Marx. Teorias so bre la plusvalía, tomo 11, parte 2.•, página 251.)
268 L.\ i\CUMULACION DEL CAPITAL LA IH:PROOUCCION DEL CAPITAL Y SU MEDIO AMBIENTE 269
originnria 11 su reproducción. Pero estas condiciones co nsistían en que an:.ilisis de la acumulación del ca pita 1 total que se interrumpe en
con una parte del ctinet·o se comprase trabajo, con la otra mercancías Marx, apenas comenzado, y que, además, se halla dominado, como
(matet·ias pnmas y maquinaria, etc.). Por tanto, la acumulación de queda dicho, por la polémica desfavorable para el problema contra
nuevo capital sólo puede verificarse en las mismas condiciones de la el análisis de Smith, no ha dado directamente ninguna solución; antes
reproducción del capital existente .", bien, la ha dificultado al suponer como exclusivo el imperio de la
En realidad, las condiciones reales que imperan ('n la acumulación producción capitalista. Pero el análisis que Marx hace de la repro-
del capital total son completamente distintas de las que actúan tra- ducción simple, así como la c::tracterización del proceso total capita-
tándose de un c¡¡pital individual y de la reproducción simple. El pro- lista, con sus con tradicciones internas y su desarrollo (en el tomo
blema estriba en lo siguiente: ¿cómo se conforma la reproducción tercero de El Capital), contienen, implícitamente, una solución del
social, teniendo por condición que una parte creciente de la plusvalía problema de la acumulación, de acuerdo con las demás partes de la
no se consuma por los capitalis.as, sino que se destine a la ampliación doctrina marxista y, asimismo, con la experiencia histórica y la prác-
de la producción'? Se excluye, de antemano, que la producción socia l, tica diaria del capitalismo. Ofrecen también, de este modo, la posibi-
sulvo el reemplazo del capital constante, vaya a parar al consumo de lidad de completar las deficiencias del esquema. El esquema de la
los trabajadores y capitalistas. y esta circunstancia es el elemento reproducción ampliada, considerado de cerca, hace referencia, en sus
esencial del problema. Pero con esto se excluye también que los relaciones, a circunstancias que se encuentran fuera de la producción
trabajadores y capitalistas mismos puedan realizar el producto total. y acumulación capitalistas.
No pueden realizar más que el capital variable, la parte gastada del Hasta ahora, sólo hemos considerado la reproducción ampliada en
capital constante y la ·parte consumida de la plusvalía. Pero, de este un aspecto: partiendo de la cuestión de cómo se realiza la plusvalía.
modo, sólo se pueden asegurar las condiciones necesarias para que Esta era la dificultad que ocupaba exclusivamente a los escépticos.
la producción sea renovada conforme a la antigua escala. Por el con- La realización de la plusvalía es, en efecto, la cuestión vital de la
trario, ];¡ parte de la plusvalía destinada a capitalizarse no puede set· acumulación capitalista. Si, para simplificar, prescindimos totalmente
n:alizada pm· los obreros y capitalistas mismos. Por consiguiente, la del fondo de consumo de los capitalistas, la realización de la plus-
re'llizac1ón de la plusvalía para fines de acumulación es un problema valía requiere, como primera condición, un círculo de adquirentes que
insoluble en una sociedad que sólo conste de obreros y capitalistas. estén fuera de la sociedad c:>pitalista. Decimos de adquirentes, y no
Es curioso que todos los teóricos que han analizado el problema de la de consumidores, pues la realización de la plusvalía nada dice pre-
acumulación, desde Ricardo y Sismondi hasta Marx, hayan partido, viamente de la forma material de ésta. Lo decisivo es que la plus-
justamente, de este supuesto, que hacía imposible la solución del pro- valía no puede ser realizada por obreros ni capitalistas, sino por ca-
blema. La intuición exacta de que eran necesarias "terceras perso- pas. sociales o sociedades que no producen en forma capitalista. Cabe
nas", esto es, consumidores distintos de los agentes inmediatos de la pensar dos casos distintos. La producción capitalista suministra me-
producción capitalista: de los obreros y capitalistas, para la realiza- dios de consumo que exceden a las necesidades propias (de los tra-
ción de la plusvalía, condujo a buscat· todo género de expedientes: al bajadores y capitalistas) y cuyos compradores son capas sociales y
"consumo improductivo" encarnado por Malthus en la persona del países no capitalistas: la industria inglesa de tejidos de algodón, por
propietario feudal; por Woronzof, en el militarismo; por Struve, en ejemplo, suministró, durante los primeros 2/3 del siglo XIX y su-
las "profesiones liberales"; en el séquito de la clase capitalista; a re- ministra, en parte, ahora, tela de algodón a los campesinos y a la
currir al comercio exterior, que, en todos los escépticos de la acumu- pequeña burguesía ciudadana del continente europeo y, asimismo, a
lación desde Sismondi a Nikolai-on, desempeñaba un papel prepon- los campesinos de la India, América, Africa, etc. En este caso, fue
derante como válvula de seguridad. Por otra pat·te, lo insoluble del el consumo de capas sociales y países no capitalistas el que constituyó
problema condujo a renunciar a la acumulación, como en v. Kirch- la base del enorme desarrollo de la industria de tejidos de algodón
mann y Rodbertus, o, al menos, a la supuesta necesidad de atenuar, en Inglaterra.' Pero, a su vez, esta industria desarrolló, en Inglaterra
en lo posible, la acumulación, como en Sismondi y sus epígonos rusos, 3
L.., tmportancia de la industria de tejidos de aJgodón inglesa está expresada en
los "populistas". las siguientes cifras:
Pero sólo el análisis profundo y la exacta exposición esquemática 1893: exportación totaJ de Productos fabricados, 5.540 millones de marcos, de los
cuales, correspondían a los tejidos de algodón 1.280 millones de marcos = 23 por
del proceso de la reproducción total de Marx, y, particularmente, su 100; Jos hierros y demás artfculos metalllrgtcos no llegaban al 17 por 100.
genial exposición del problema de la reproducción simple, podían po- 1899: exportación total de productos fabricados, 4.668 millones de marcos, de los
ner de manifiesto el punto principal del problema de la acumulación, cuales correspondían a Jos tejidos de algodón 1.300 millones de marcos = 28 por 100;
hierro y artículos metalúrgicos, 22 por 100.
y descubrit· en qué pecaban los anteriores intentos de solución. El Comparadas con estas, las cifras correspondjentes a Alemania son: 1898: expor-
tadón total. 4.010 millones de marcos, de los que corresponden a los tejidos de
algodón 231.9 millones de marcos = 5 3/4 por 100.
:: Teorías sobTe ln. plusvalict, torno I, parte 2.~. pf¡gina 280, "Ac umulación de ca- La cantidad del algodón exportado en 18D8 ascendió a 5 l/4 millones de yardas, de
pital y crisis." Sul>rayado por Marx. los cuales, 2 l/4 fueron a la India. (E. J'aife, La industria inglesa de tejidos de al·
LA ACUM!JLA.CION DEL CAPIT .\L LA n¡,;PRODUCCION DEL CAPITAL Y SU MEDIO AMBIENTE 271
270
m isma, una extensa industria de máquinas que suministraba husos Y que puede también acumular, sin colocar, no obstante, su producto,
telares . Fvvot·cció también a las industrias me tal úrgic:1s y carbonífe- fuera de lo~ dos capítulos de la producción capitalista. Pero ambas
ras relacionadas con ella, cte. En este caso, el capítulo II (medios de objecio nes son sólo aparentes, y se refutan teniendo en cuenta la
consumo) realizaba, en cantidad creciente, sus productos en capas expresión proporcional del valor de la masa de productos en sus
sociales no capitalistas, creando, por la propia acumulación, una de- partes córrespondientes. Dentro de la producción capitalista, contiene
manda creciente de productos nacionales del capítulo I (medios de plusvalía no sólo el producto total, sino también .cada mercancía suel-
producción), ayudándole, así, a realizar su plusvalía y a lograr una ta. Pero esto no impide que, de la misma manera que el capitalista
individual, al vender sucesivamente sus mercancías calcula primero
acumulación creciente.
Veamos, ahora, el caso inverso. L:J. producción capitalista sumi- el reintegro de su capital constante, luego el del capital variable (o,
nistra medios de producción que exceden a las propias necesidades más inexactamente, pero de acuerdo con la práctica: primero su ca-
y encuentra compradores en países no capitalistas. Por ejemplo: la pital fijo, luego su capital circulante), para contabilizar al resto
industria inglesa suministró en la primera m itad del siglo XIX ma- como beneficio, el producto total social pueda ser también dividido
terial de construcción de ferrocarriles a los países americanos y aus- en tres partes, que, en su valor, corresponden al capital constante
tralianos. (La construcción de un ferrocarril no significa, por sí sola, -consumido por la sociedad-, al capital variable y a la plusvalía
el dominio de la forma de producción capitalista en un país. De obtenida. En la reproducción simple, la forma material del producto
hecho, en estos casos, los ferrocarriles sólo fueron una de las condi- total corresponde también a estas proporciones de valor: el capital
ciones previas para la implantación capitalista.) O bien, la industria constante reaparece en forma de medios de producción; el capital va-
química alemana, que suministra medios de producción, como subs- riable en forma de medios de subsistencia para obreros; la plusvalía,
tancias colorantes, que hallan un enorme mercado en países con pro- en forma de medios de subsistencia para capitalistas. Pero la repro-
ducción no capitalista de Asia, Africa, etc. Aquí, el capítulo 1 de la ducción simple, en este sentido categórico --el consumo de toda la
producción capitalista realiza sus productos en círculos no capitalis- plusvalía por los capitalistas- es, como sabemos, pura ficción teóri-
tas. La ampliación progresiva del capítulo I, que de aquí dimana, es ca. En cuanto a la reproducción ampliada o acumulación,. tiene tam-
causa de una ampliación correspondiente del capítulo Il en el país bién, según el esquema marxista, una rigurosa proporcionalidad
de producción capitalista que suministra medios de consumo para el entre la composición de valor del producto social y su forma mate-
ejército creciente de los trabajadores del mismo capítulo, es decir, rial. La plusvalía, en su parte destinada a la capitalización, viene al
del capítulo de medios de producción. mundo, de antemano, en la distribución proporcional de medios de
Ambos casos se diferencian del esquema de Marx. En uno de ellos, producción materiales y medios de vida para los trabajadores, co-
el producto del capítulo II, medido por el capital variable y la parte rrespondiendo a la ampliación de la producción, desde una base téc-
consumid:J. de la plusvalía en ambos, excede a las necesidades de los nica dada. Esta concepción supone que la producción capitalista vive
dos capítulos; y en el segundo caso, el producto del capítulo I, excede aislada y bastándose a sí misma y fracasa, como hemos visto ya, al
a la magnitud del capital constante de ambos capítulos, aun te- tratar de realizar la plusvalía. Supongamos que la plusvalía se rea-
niendo en cuenta su aumento para fines de ampliación de la pro- liza fuera de la producción capitalista; ello signüica que su forma
ducción. En ambos casos, la plusvalía no viene al mundo en la forma material nada tiene que ver con las necesidades de la producción ca-
natural que haría posible y condicionaría su capitalización den- pitalista misma. Su forma material corresponde a las necesidades de
tro de uno de los dos capítulos. En realidad, los dos casos típicos aquellos círculos no capitalistas que la ayudan a realizarse. Por eso,
se cruzan a cada paso, se complementan y evidentemente influyen la plusvalía capitalista puede aparecer, según los casos, en forma de
medios de consumo: telas de algodón, por ejemplo, en forma de me-
uno sobre otro. dios de producción: material de ferrocarril. El que la plusvalía rea-
En todo ello hay un punto que no parece claro. Cuando, por
ejemplo, se coloca un sobrante de medios de consumo, supongamos lizada en forma de productos del otro capítulo ayude también a rea-
de tejidos de algodón, en países no capitalistas, es evidente que dichos lizar la plusvalía en la ampliación siguiente de la producción, no
tejidos, como mercancía capitalista, no representan sólo plusvalía, sino altera el hecho de que la plusvalía social se ha realizado en parte
capital constante y variable. Parece completamente arbitrario supo- directa, y en parte indirectamente, fuera de los dos capítulos. Este
ner que, justamente estas mercancías, colocadas fuera del mercado hecho prueba que el capitalista puede realizar su plusvalía indivi-
interior, no representan más que plusvalía. Por otra parte, resulta dualmente, aun cuando todas sus mercancías sólo reemplacen, pri-
meramente, el capital variable o el constante de otro capitalista.
que en este caso, el otro capítulo (I) no sólo realiza su plusvalía, sino
Pero la realización de la plusvalía no es el único momento de la
godón y la organizaclOn. dct comercio de exportación, Schmollers Jahrbucher,
reproducción que interesa. Supongamos que el capítulo I ha colo-r
XXIV. pág. 1033.) cado la plusvalía fuera de los dos capítulos y puede poner en movi-
En 1908, sólo la exportación británica de hilo de algodón ascendió a 272 rr.lllones miento la acumulación. Supongamos también, que tiene probabili-
de marcos (Statls. Jahrb. fur das Deutsche Relch, 1910).
272 LA ACUMULACION DEL CAPITAL LA REPRODUCCION DEL CAPITAL Y SU MEDIO AMBIENTE 273
dades de ampliar el mercado en aqu<>llos círculos. Pues, con esto, bre y naturaleza. Gracias a la elasticidad de la fuerza de trabajo, el
sólo tenemos la mitad de las condiciones necesarias para la acumu- campo de la acumulación se ha ampliado sin aumento previo del
lación. Entre el labio y e l borde de la copa pueden pasar muchas capital constante. En la agricultura no se puede agrandar el terreno
cosas. Como segundo supuesto de la acumulación aparece la nece- cultivado sin adelantar semillas y abonos adicionales. Pero una vez
sidad de hallar elementos materiales correspondientes a la amplia- realizado este adelanto, el puro laboreo mecánico del suelo ejerce
ción de la producción. ¿De dónde Jos sacamos, ya que acabamos de co- un efecto maravilloso sobre la masa del producto. Una mayor can-
locar la plusvalía, justamente en forma de productos del capítulo tidad de trabajo realizada por el mismo número de trabajadores,
1, es decir, de medios de producción transformándolos en dinero, y aumenta, así, la fertilidad, sin requerir nuevos adelantos de medios
ello fuera de la producción capitalista? La transacción que nos ha de trabajo. Es, una vez más, la acción directa del hombre sobre la
ayudado a realizar la plusvalía, nos ha escamoteado, por decirlo así, naturaleza la que se convierte en fuente inmediata de acumulación
por la otra puerta, los elementos para la transformación de esta incrementada, sin intervención de un nuevo capital. Finalmente,
plusvalía realizada en la forma de capital productivo. Y de este en la industria propiamente dicha, todo gasto adicional de trabajo
modo parece que hemos salido de una dificultad para entrar en otra. presupone un gasto adicional correspondiente de materias primas,
Examinemos la cosa más de cerca. pero no, necesariamente, de medios de trabajo. Y como la indus-
Operamos aquí con e en los dos capítulos, tanto en el I como en tria extractiva y la agricultura suministran a la industria fabril sus
el II. lo mismo que si fuese la parte íntegra y constante del capital de materias primas y las de sus medios de trabajo, ésta aprovecha,
la producción. Pero, como sabemos, esto es falso. Mirando sólo a la también, el exceso de productos que aquéllos han creado sin un
simplificación del esquema, se ha prescindido de que el e que figu- adelan to adicional de capital. El resultado general es que, al incor-
ra en el primero y segundo capítulos del esquema, nc es más que porarse el capital, los dos a rtífices originarios de la riqueza, trabajo
una partl'! del capital constante total: la parte anualmente circulan- y tierra, adquieren un poder de expansión que les permite extender
te, cünsumida en el p eríodo de producción y trasladada a los pro- los elementos de su acumulación más allá de los límites aparente-
ductc:s. P·~ro sería perfectamente absurdo suponer que la produc- mente trazados por su propia magnitud, es decir, por el valor y la
cion capitalista (o cualquier otra) iba a gastar en aq uel período de masa de los medios de producción ya producidos y en los q_ue se
producción la totalidad de su capital constante y crearlo de nuevo manifiesta su existencia." '
en aquel pedodo. Por el contrario, en el fondo de la producción, tal Por otra parte, no hay ninguna razón por virtud de la cual to-
como se expresa en el esquema, 'Se presupone toda la gran masa de dos los medios de producción y consumo necesarios hayan de ser
medios de producción, cuya renovación total p eriódica se indica en elaborados exclusivamente en producción capitalista. Precisamente,
el esquema, por la renovación anual de la parte consumida. Con el este supuesto es básico para el esquema marxista de la acumu-
incremento de la productividad del trabajo y el incremento de la lación, pero no corresponde a la práctica diaria, ni a la historia del
producción, esta masa crece, no sólo en absoluto, sino también re- capital, ni al carácter específico <ie esta forma de producción. En la
lativamente con respecto a la parte contenida en cada caso en la primera mitad del siglo XIX, la plusvalía salía del proceso ,de pro-
producción. Pero, con esto, crece también la eficacia potencial del ducción, en su mayor parte, en forma de telas de algodón. Pero los
capital constante. Para el incremento de la producción, lo primero elementos materiales de su capitalización: algodón procedente de
que importa, es la mayor intensidad de movimiento de esta parte los Estados esclavistas de la Unión Americana, o cereales (medios
del capital constante, sin necesidad de que aumente el valor de este de subsistencia para los obreros ingleses) procedentes de los cam-
capital. pos de la Rusia con servidumbre de la gleba, representaban, sin
"En la industria extractiva, en la minería, por ejemplo, las ma- duda, plusproducto, mas, de ningún modo, plusvalía capitalista. Has-
terias primas no constituyen un elemento de los adelantos hechos ta qué punto la acumulación capitalista depende de estos me-
por el capital. El objeto de trabajo, no es, aquí, producto de trabajo dios de producción, no producidos por el capitalismo, lo prueba la
anterior, sino que está dado gratuitamente por la naturaleza. Así crisis algodonera inglesa, causada por el abandono de las planta-
ocurre con los minerales, carbón mineral. piedras, cte. Aquí, el ciones de algodón sobrevenido durante la guerra de Secesión ame-
capital constante se compone, casi exclusivamente, de medios de ricana; o la crisis de la lencería europea causada por la interrup-
trabajo que pueden soportar muy bien un aumento de la cantidad ción de la importación de lino ruso durante la guerra de Oriente.
de trabajo (por ejemplo, un equipo diurno y otro nocturno de obre- Por lo demás, basta recordar el papel que en Europa desempeña la
ros). Pero, suponiendo que todas las demás circunstancias sean importación de cereales no producidos en forma capitalista para el
iguales, la masa y valor del producto aumentarán en relación di- sustento de la masa de obreros industriales (es decir, como elemen-
,recta con el trabajo empleado. Como en el primer día de la produc- to del capital variable) para comprender hasta qué punto la acumu-
ción, cooperan aquí los artífices originarios de la producción, y,
por tanto, los artífices de los elementos materiales del capital: hom- • El Capital, tomo I.

18.-LA ACUMULACIÓN DLL CAPITAL


h
274 LA ACUMULACION DEL C APITAL LA RF:PROIJUC CION DEL CAPITAL Y SU MEDIO AM BIENTE 275
!ación del capital, en sus elemen tos materiales, se halla ligada, de en1 PI despotismo oriental, unido a l antiqu ísim o crédito personal
hecho, a esferas no capitalistas. de Jos (:ampesinos, lo que había cr eado el campo de actuación al
Por lo demás, el mi smo carácter de la producción capitalista capital europeo. Sólo el capita l, con sus m edios técnicos, puede
excluye la limitación a los m edios de producción elaborados en for- crear. por arte mágico. en t an breve plazo, semejantes maravillo-
ma capitalista. Un medio esencial, empl eado por el capital indivi- sas r·evoluciones. Pero sólo en países precapitalistas, que vivan den-
dual para aumentar sus beneficios, es la aspiración al abaratamiento tro d e condiciones sociales primitivas. Sólo en ellos puede des-
de los elementos del capital constante. Por otra parte, el incremen- plegar, sobre las fuerzas produ ctivas materiales y humanas, el poder
to de la productividad del trabajo, que es el método más importante n ecesario para realizar aquellos milagros. Otro ejemplo de este gé-
p ara acrecentar e l ben eficio, encier ra la utilización ilimitada de to- nero es el enorme incremento del consumo mundial de caucho, que ¡1
d as l as materias y condicione!> q u e la tierra pone a n u estra d ispo- actual mente eq u ivale a nu almente a un suministro regular de goma
sición, y está ligado a ella. El capital no consiente, por su esencia en bruto por valor de 1.000 millones de marcos. 1
y su manera de existir, ninguna limitación en este sentido. La pro- Lns bases económicas d e esta producción de materias primas '
ducción capitalista, como tal, a l cabo de varios siglos de desarrollo, son los sistemas primitivos de ex plotación practicados por el capi-
sólo abarca una parte de la producción total de la Tierra; su asiento tal europeo, lo mismo en las colon ias africanas que en América,
es, hasta ahora, preferentemente, la pequeña Europa, en la que no países qu e r e presentan diversas combinacion es d e esclavitud y ser-
ha podido dominar aún esferas completas, como la agricultura cam- vidurn b r e de ia gleba.'
pesina. el artesanado independiente. Grandes regiones de Norte- Ha de hacerse notar que, cua ndo anteriormente suponíamos que
américa y d el resto del mundo están también aún intocadas. el p r imero o el segundo capítulo, só1o r ealizaban en medios no
En gPneral, la forma de producción capitalista se halla limi- capitalistas su plusproducto, tom ábamos el caso m ás favorable para
tad:J, hasta ahora, principal mente a los paises de la zona templada, el examen del esquema de M ar x , que muestra, en su pureza, las
y no ha hecho, por ejemplo. en Oriente y en e l Sur, sino progresos relaciones de la reproducción . En rea lidad, nada nos impide suponer
relativamente escasos. Por consigu iente, s i hubiera tenido q u e ate- que también es realizada fuera de los círculos capitalistas una parte
nerse, exdusivamente, a los elementos de producción suministrados del capital constante y variable e n el producto de la sección co-
dentro de estos estrechos l ímites, le hubiera sid o imposible llegar rrespondiente. Según esto, puede realizarse, tanto la ampliación de
a su nivel actual, e incluso n o hubiera sido factible su desarro- la producción como la renovación de parte de los elementos de pro-
llo. La produ ción capital ista ha estado calculada, en cu anto a sus ducción consumidos, con productos de zonas no capitalistas. Lo que
formas de movimien to y leyes, desde el prin cip io, sobre la base de la nos proponíamos poner en claro con los ejemplos anteriores es el
Tierr a entera como almacén de f u erzas produ ctivas. En su impulso hecho de que, por lo menos, la plusvalía destinada a capitalizarse, y
hacia l a apropiación de fuerza s p rodu ctivas para fines de explo- la parte de la masa de productos capitalistas que a ella corresponde,
tación , el capital recorre el mundo entero; saca medios de produc- no pueden realizarse d entro d e los círculos capitalistas, y, necesa-

l
ción de todos los rincones de la Tierra, cogiéndolos o adquiriéndo- riamente, han de bu scar su clientela fuera de estos círculos, en capas
los de todos los grados de cultura y formas sociales. La cuestión y formas sociales que n o produzcan en forma capitalista.
acerca de los elementos materiales de la acumulación del capital, Así , pues, entre cada un o de los períodos de producción en que
lejos de hallarse resuelta por la forma material de la p lusvalía, pro- se produ ce plusvalía , y la acumulación siguiente en que ésta se
ducida en forma capitalista, se transforma en otra cuestión: para capitaliza. hay dos t ran sacciones distintas: la de la formación de
utilizar productivamente la plusvalía r ealizada, es menester que el la p lusvalía en su p u ra forma de valor -la realización-, y la trans- '
capital progresivo disponga cada vez en mayor grado de la Tierra formación de esta forma pur a de v alor en forma de capital pro-
entera para poder hacer una selección cuan titativa y cualitativa- ductivo. Amb as t ransacciones se verifican entre la producción capi-
mente ilimitada de sus medios de producción. talista y el m u ndo n o cap italista que la circunda. Así, pues, desde
La apropiación súbita de nuev os territorios de materias pri- ambos p u ntos de vista, el d e la realización de la plusvalía y el de
mas en cantidad ilimitada, para hacer fr ente, así, a todas las alter- la adquisición de los elem entos del capital constante, el comercio
nativas e interrupciones eventu ales de su importación de antiguas mundial es una cond ición histórica de vida del capitalismo; co-
fuentes, como a todos los aumentos súbitos de la demanda social, '· Las ú ltimas reve laciones d el Libro Azul inglés sobre las prácticas de la Peru-
es u na de las condiciones p r ev ias, imprescindib les, del proceso v ia n Amazon Co. Ltd. en Putu ma y o, h an mostrado que el capital lntemacional sabe
de acu mulación en su elasticidad . Cuando la guerra de Secesión colocar a los indlgenas. s in necesidad de la forma polftica del régimen colonial, en
el territorio de la rep ública libre del Perú, en una situación lindante con la escla-
interrumpió la im portación del algodón americano, produ ciendo en vitud, para arrebatar asf, e n una explotación en gran escala, medios de producción
Inglaterra, en el distrito de Lancashire, la famosa "hambre del al- de paises primitivos. Desde 1900, la mencionada sociedad, perteneciente a capitalis-
tas ingleses y extranjeros, babia a rrojado unas 4.000 toneladas de caucho sobre el
godón", surgieron en tiempo brevísimo, como por arte de encan- mercado de Londres. E n el m ismo p eriodo de tiempo murieron 30.000 indlgenas y
tamiento, nuevas plantaciones enormes d e algodón en Egipto. Aquí, la mayor ia de los 10.000 r esta ntes quedaron convertidos en inválidos.
276 LA ACUMULACION DEL CAPITAL LA REPRODUCCION DEL CAPITAL Y S U MEDIO AMBIENT E 277 1'

mercio mundial que, en las circunstancias concretas, es, f"sencial- obrera dominada también ya por el capital en el a specto de l a p r o-
mente , un trueque entre las formas de producción capitalistas y las creación. Esto corresponde, también, exactamente, al esquem a de
no capitalistas. la reproducción ampl ia da, que, conforme al supuesto marxista, no
Hasta ahora, sólo hemos considerado la acum ula ción desde el reconoce m ás que a los capitalistas y a los obreros como clases so-
punto de vista de la plusvalía y del cap ital constnntc. El tercer ciales únicas, y a la producción capital ista como única y absoluta
factor fundamental de la acumulación es el cnpilal variable. La forma d e producción. Con estas suposiciones, la procreación n atural
acumulación progresiva va acompañada de un capital variable cre- de la clase obrera es la única fuente del aumento d e las fu erza s de
ciente. En e l esqu ema de Marx aparece en el producto social c'lmo trabajo exis tente a disposición del cap it al. Pero esta concepción
form a material correspon diente a u na masa creciente d e medios d e contradice las leyes porque se rige el movimiento de la acumu-
subsistencia para los tra b ajadores. Pero el verdadero capital varia- l aci ón. La procreación natural de los trabajadores no se halla, tem-
ble, no son los medios de subsistencia de los trabajadores, sino la poral ni cuantitativamente, en proporción a las necesidades del ca-
fu erza de trabajo viva para cuya reproducción son necesa:-ios aque- pital acumulado. Particularmente, no p u ede m archa r a compás, como
llos medios. Por consiguiente, entre las condiciones fundamentales el propio Marx ha co mprobado brillantem en te, con las súbitas nece-
de la acumulación, figura un incremento de trabajo vivo adecuado sidades de expansión d el capital. La procreación natural de la clase
a su s necesidades, y que es puesto en movimiento por e l capital. obrera, como base única de los movim ien tos del capital, excluiría
El incremento de esta cantidad se consigue en parte en cuanto las de la marcha de la acumulación alternativas periódicas, de hiper-
circunstancias lo permiten -prolonga ndo la jornada de trabajo e tensión y d esfall ecimiento. Excluiría también la expansión súbita
·intensifica ndo el trabajo-. Pero este aum Pnto del trabajo vivo no del cam po de l a producción y haría. con ello, imposible la acumu-
se manifiesta e n ninguno de los dos casos, o sólo lo hace en escasa lación misma. Esta acumulación exige en este aspecto la misma li-
medida (como salario por horas extraordinarias) en <:1 crecimiento bertad ilimitada de movimientos que con respecto a los elementos
del c<1pital variable. Aparte de esto, ambos métodos encuentran li- de capital constante y al crecimiento del cap ital variable. Exige, por
mites determinados bastante estrechos; obstáculos, en parte natura- tanto, posibilidad ilimitada para disponer d e la afluencia de fuer za
les, en parte sociales, que no pueden vencer. Por consiguiente, el de trabajo. Conforme al análisis marxista , est e requisito halla una
crecimiento progresivo del capital variable, que acompaña a la expresión exacta en la fo¡·mación del "ej ército industrial de reserva
acumulación, ha de expresarse en un aumento del número de obre- de los trabajadores". El esquema marxista de la reproducción am-
ros ocupados. ¿Pero de dónde vienen estos obreros adicionales? pliada, no conoce, sin duda, tal reserva , ni deja espacio para ella.
En el análisis de la acumulación del capital individual, Marx El ejército industrial de reserva no p uede formarse por la procrea-
responde de este modo a la pregunta: "Ahora, para hacer que estos ción natural del proletariado asalariado capitalista. Tiene que con-
elementos actúen, de hecho, como capital, la clase capitalista nece - tar con otras zonas sociales de los que saque obreros, obreros que
sita un supleme nto de trabajo. Si no se quiere q u e la explotación hasta entonces no estaban a las órden es del capital y que, sólo
·de los obreros ya ocupados aumente en extensión o en intensidad, cuando es necesario, se adicionan al proletariado asalariado. Estos
es menester emplear obreros adicionales. De esto se ha cuidado, obreros adicionales sólo pueden venir, p ermanentemente, de capas
igualmente, el mecanismo de la producción capitalista, al situar a y países no capitalistas. Cierto que, en su análisis del ejército in-
la clase obrera como una clase dependiente del salario; salario que dustrial de reserva (El Capital, tomo I, cap. 23, 3) , Marx sólo tiene
al ser normal y corr!ente basta, no sólo para asegurar su conserva- en cuenta: 1.0 ) la eliminación de trabajadores antiguos por la ma-
ción, sino, también, su m u ltiplicación. Basta con que el capital in- quinaria; 2. 0 ) la afluencia de trabajadores rurales a la ciudad, a
corpore a los medios de p roducción adicionales ya contenidos en la consecuencia de la implantación de la p r oducción capitalista en la
producción anual, estas fuerzas de trabajo, su ministradas anual- agricultura; 3.0) los obreros industriales con una ocupación irregula r,
m ente por la clase trabajadora, en todas las edades de sus compo- y, finalmente, 4.0 ) el pauperismo, última manifestación de la super-
nentes, para que quede realizada la tra nsformación de la plusvalía pobla ción relativa. Todas estas categorías constituyen, en d iversa
en capital." • Aquí, el incremento del capital variable es reducido, forma, productos eliminados de la producción capita lista ; proletarios
exclusiva y directamen te, a la multiplicación natu ra l de la clase asalariados, gastados de un modo o de otro y que sobran ya. Tam-
bién los obreros rurales, que constantem ente acuden a las ciuda des,
ft El Copita!. tomo I. Análogamente. en este ot ~·o pasaje: "Por tanto. una parte
de la plusva.lia y otra del plusproducto corre!!!pcndientes han de transformarse pri-
meramente en medios de subsistencia, en capital variable, esto es, hay que compr:tr miento a bsoluto de la pobl ació n. Para que la acumulación constituya u n proceso
con ellas nuevo trabajo. Esto sól o es posible aumentando el número de Jos trabaja- constante. continuado, este crecimiento absoluto de la población , e s c ond ición ne·
dores, o prolon gando la jornada de trabajo ... Pero esto no puede considerarse como cesaria. aunque disminuya relativarnente frente al capital emple ado . El aumento de
m edios constnntes de acumulación. La población tn•bajadora puede aumentar trans- población, aparece como la base de acumulación, en u n proceso continuad o . P ero
form a ndo, pr ev tamen te , trabajadores improductivos en productivos, o trayendo al esto presupone un salario medio, que permita un crecimiento c onstante de la po ..
proceso de producc1ón. elementos de población que antes no trabajaban: mujeres Y blación trabajadora, y no la mera reproducción de la m ism a." (Teorías ace rca de la
niños, mendigos 1 Prescind imos aquí del últi mo punto.) Finalme nte, por el creci- plusvalía, tomo U , parte 2. 11 , "Transformación de la ren ta e n c ap ital", página 243.)
\

LA REPRODUCCION DEL CAPITAL Y SU MEDIO AMBIENTE 279


278 LA ACUMULACION DEL CAPITAL
pot·tancia del reclutamiento de los obreros necesarios en sociedades
son, pat·a Marx, proletarios asalariados que yn estnban, antes, a las no capitalistas, la percibe, muy sensiblemente, el capital en la forma
órdenes del capital agrícola, y que ahorn vienen a someterse al ca- de la llamada "cuestión obrera en las colonias". Para resolver esta
pital industrial. Evidentemente, Marx pensaba en la sttuación de cuestión sirven todos los métodos de la "violencia suave". Es el
Inglatcrrn, cuya evolución capitalista se encuentra en grados supe- caso de arrancar a los obreros de sus condiciones de producción y
riores. En cambio, no trata, en este punto, del origt!n consta nte de de su medio, para ponerlos a las órdenes del capital. De estos es-
este proletariado urbano y r u ral; no se tiene en cuenta la fuente fuerzos resultan, en los países coloniales, las más extrañas formas
más importante de esta afluencia, dentro del continente europeo, mixtas entre el sistema moderno del salario y los regímenes pri-
es decir, la proletarización constante de las capas medias rurales y mitivos.• Estos hechos ilustran claramente la afirmación de que la
urbanas, la decadencia de la economía campe\ina y de la pequeña producción capita lista no puede desenvolverse sin obreros proceden-
industria artesana, esto es, just ament e, el tránsito continuo de ob¡·e- tes de otras formaciones sociales.
ros que pasan, de medios no capitalistas, al capitalista, como pro- Ciertamente, Marx trata así, detalladamente, el proceso de am-
ductos de eliminación de formas de producción precapitalistas en el pliación de los medios de producción no capitalistas, como del
proceso constante de su desmoronamiento y disolución. Pero, en este proceso de transformación de los campesinos en proletariado capi-
punto, hay que contar, no sólo con la descomposición de la economía talista. Todo el capítulo XXIV del primer tomo de El Capital está
campesina y el artesanado europeos, sino también con la descompo- consagr ado a la descripción del nacimiento del proletariado inglés,
sición dP. las más diversas formas primitivas de proclucciún y orga-
nización social en países no europeos. '~ Un ejemplo modelo de semejantes formas mixtas en las minas sudafticanas de
diamantes, ha sido descrito por el ex ministro inglés Bryce : "Lo más notable que
De la misma manera que la producción capitalista no put.:de hay que ver en Kimberley -algo único en el mundo- son los dos llamados Com-
limitarse a Jos tesoros naturales y fuerzas productivas de la zona pou.nd.o;, donde se alberga y encierra a los i ndigenas que trabajan en las minas.
templada , !;ino que requiere, para su desarrollo, la posibilidad de Son enormes recintos amurallados, sin tejados, pero cubiertos por una red metálica
parn. impedir que tiren cosas por enc1ma de los muros. Una galerfa subterránea
disponer de todas las comarcas y climas, tampoco puede funcionar cond~.lct! a la mma cercana. Se trabaja en tres turnos de ocho horas, de modo que
sobmente con los obreros que le ofrece la raza blanca. El capital el obre~o no está nunca más de ocho horas seguidas bajo tierra . En el interior de
Jos muro!'i hay cabañas donde los indígenas viven y duermen. Existe, también en el
necesita, para aprovechar comarcas en las que la raza blanca no intP.rior del recinto. un hospital, asf como una escuela donde los obreros pueden
puede trabajar, otras razas; necesita poder disponer, ilimitadam en- aprender a leer y escribir en sus horas libres. No se venden bebidas alcohólicas.
Todas las entr:..das se ha11an rigurosamente vigiladas, y no se permite la entrada
te, de todos Jos obreros de la Tierra, para movilizar, con ellos, todas a ningún visitante indígena, ni blanco. Las subsistencias son suministradas por una
las fuerzas p rodu ctivas del planeta, dentro de Jos límites de la pro- ti<>nda situada dentro del recinto, que pertenece a la sociedad. El Compound de la
ducción de plusvalía, en cuanto esto sea posible. Pero estos obreros mina De Beers albergaba en la época de mi visita, 2.600 indigenas de todas !as tribus
existentes, de modo que podían verse. a!li, los más distintos tipos de negros, desde
suelen encontrarse casi siempre encadenados a formas de p roduc- el de Natal y Pondoland, al Sur, hasta el del lago Tanganlka, en el lejano Este.
ción precapitalista. Deben ser, pues, previamente "libertados", para Vienen de todas partes, atraidos por Jos elevados salarios -ordinariamente 18-30 M.
por semana-, y se están all( tres nteses y más. En ocasiones. incluso. por largo
enrolarse en el ejército activo del capital. Este proceso es una de tiempo.. . En este amplio Compound cuadrado, se ven zulúes del Natal. flngos,
las bases históricas inevitables del capitalismo. La industria inglesa pondo~. tembus. basutos, botchuanas, súbditos de Cungunhana de las posesiones
portugut'S1S, algunos matabeles y makalakas y muchos de los llamados zambesiboys,
de los tejidos de algodón, q u e ha sido la primera rama genuínamente de las tribus que viven a ambas orillas de este rio. Hay, incluso, buschmanos, o , al
capitalista de la producción, hubiera sido imposible, no· sólo sin el menos, indígenas que proceden de ellos. Viven juntos paciflcamente, y se entre-
algodón de los Estados del sur de la Unión Norteamericana, sino tienen. a su modo. en sus bor~s libres. Aparte de juegos de azar, vimos un juego
pnrecido al .. zorro y gansos" inglés. que se juega con piedras sobre un tablero;
también sin los millones de negros africanos trasplantados a Amé- también se hacia música ccn dos instrumentos primitivos: el llamado plano de
rica para trabajar en las plantaciones; millones de negros que des- los catres, que se compone de unas tiras de hierro desiguales sujetas, una junto
a otr.'l. a un marco, y con otro instrumento. más rudimentario todavfa, hecho de
pués de la guerra de Secesión han ido afluyendo al capitalismo 7
en trodtos de madera desiguales y duros, de los que golpeándolos, se logra rudi-
las filas de los obreros asalariados, como proletariado Jibre. La im- mentos de una rnelod ia. Algunos Jeian o escriblan cartas. Los demAs se · entre-
tenfan cocinando o conversando. Algunas tribus charlaban ininterrumpidamente
-: Una estadística publicada poco antes de la guerra de Secesión en los Estados y porlian oirse t-n esta extraña reto1 ta de negros, hasta una docena de idiomas. al
Unidos, eontenia los siguientes datos sobre el valor d~ la producción anua l de los recorrer los grupos. Los negros, tras varios meses de traQajo, acostumbran a
Estados esclavistas y el número de los esclavos ocupados en ellos. la mayoría de Jos deJar la mina, P ~'ra volver con el salario ahorrado a su tribu. comprarse una
mujer. y vivi:- et'lmo han vivido antes." (J'ames Bryce, Impressions of South
c·uales trab3jaba en plantaciones de algodón : Afnca, 1897.) Vf~se en el mi,;mo llhro la viva descripción de Jos métodos que
Algodón Esclavos
para resolver Ja "cuestión obrera'' se emplean en Sudáfrica. Nos enteramos de
5,2 mlll. dólares 893.041 que en Kimberley, en W itwateersrand, en N~tal. en Mata beleland, se obliga a los
1SOO 1.191.364
1810 15,1 negros :\ trabajar en las minas y plantaciones quitAndoles la tierra y el ganado, es
26,3 1.543.688 decir, sus medios de subsJstencia. proletarizándolos. desmoralizándolos con aguar-
1820 2.009.053
1830 34,1 diente. Más tarde, cuando están recogidos en el albergue de la capital, se les pro-
74,6 2.487.455 hiben severan1ente las Debidas alcohOiicas, a las que se les ha acostumbrado pri-
1840 3.179.509
1850 101,8 mero; el objeto ae explotación h3 de mantenerse en estado utlllzable. Asl se les
137,3 3.200.000 hace entrar sencillamente en el "sistema asalariado" del capltal por medio de la
1851
(S imons, Luchas sociales en la histoTia de AméTica. Cuaderno complementario fuerza, la prisión, Jos azotes.
de Die Ncue Zeit, número 7. página 39.)

-
LA REPRODUCClON DEL CAPITAL Y SU MEDIO AMBIENTE 281
280 LA ACUMULACION DEL CAPITAL
acumu !ación. En tal sentido, tales adquirentes son el elemento de-
de la clase de colonos agrícolas capitalistas, así como del capital cisivo en el problema de la acumulación del capital.
industrial. En el último proceso, la descripción marxista, el saqueo Pero de un modo o de otro, de hecho, la acumulación del capi-
de los países coloniales por el capital europeo, es sumamente va- tal como proceso histórico, depende, en muchos aspectos, de capas
lioso. Pero todo ello, nótese, sólo desde el punto de vista de la y formas soc1ales no capitalistas.
llamada "acumulación primitiva". Los procesos indicados sólo sir- Así, pues, la solución del pr oblema en torno al cual gira la con-
ven, en Marx, para ilu;;trar la génesis, el m omento en que nace trovcrsJa en la economía política desde hace casi más de un siglo,
el capital; describen los dolores del parto en el momento en· que la se hall'l entre los dos extremos: entre el escepticismo pequeñobur-
produ~ción capitalista brota del seno de la sociedad feudal. Cuando gués de Sismondi, v. Kirchmann, Woronzof, Nicolai-on, que con-
ofrece el análisis teórico del proceso del ca pit al -producción y sideraban imposible la acumulación, y el crudo optimismo de Ri-
circulación- v uelve constan temen te a su supuesto: dominio gene ral cardo-Say-Tugan-Baranows ki, p a ra los cuales el capitalismo puede
y exclusivo de la producción cap italista. fecundarse a sí mismo ilimitadam ente, y --en consecuencia lógica-
Vemos, no obstante, que el ca pitalismo está atenido, aun en su tiene una duración eterna. En el sentido de la doctrina marxista, la
plena madurez, a la existencia coetánea de cap as y sociedades no solución se halla en esta contradicción dialéctica: la acumulación
capit'Ilistas. Esta relación no se agota por la mera cuestión del capitalista necesita, para su desarrollo, un medio ambiente de for-
mercado para el "producto sobrante'', que era como planteaban el maciones sociales no capitalistas; va a vanzando en constante cambio
problema Sismondi y los posteriores críticos escépticos de la acumu- de materias con ellas, y sólo puede subsistir mientras dispone de
lación capitalista. El proceso de acumulación del capital está ligado este medio ambiente.
por sus relaciones de valor y materiales: capital constante, capital Partiendo de aquí, pueden ser revisados los conceptos del mer-
variable y plusvalía, a formas de producción no capitalistas. Las cado interior y exterior, q u e han representado un papel tan sobre-
últimas forman el medio histórico dado de aquel proceso. Pero la saliente en la polémica teórica en torno al problema de la acumu-
acumulación del capital no puede ser expuesta bajo el supuesto del lación. El mercado interior y el -exter ior desempeñan, ciertamente,
dominio exclusivo y absoluto de la forma de p roducción capitalista, un gran papel en la marcha de la evolución capitalista, pero no
ya que, sin los medios no capitalistas, es inconcebible en cualquier como conceptos de la geografía política, sino de la economía so-
sentido. Cierto que Sismondi y sus sucesores dieron prueba de po- cial. Mercado interior, desde el punto de vista de la producción
seer un certero instinto con respecto a las condiciones de existencia capitalista, es mercado cap italista; es esta producción misma como
de la acumulación, al red ucir, ú nica y exclusivamente, sus dificul- compradora de sus propios productos y fuente de adquisición de
tades a la realización de la p lusvalía. Entre las condiciones de esta sus propios elementús de p r oducción . Mercado exterior para el ca-
última, y las condiciones de crecimient o del capital con stante y va- pital, es la zona social n o capitalista que absorbe sus productos
riable en su forma material, existe una diferencia importante. El y le suministra elementos de producción · y obreros. Desde este pun-
capital no puede desarrollarse sin los medios de p roducción y fuerzas to de vista, económicam ente, Alemania e Inglaterra, en su mutuo
de trabajo del planeta entero. Para desplegar, sin obstáculos, el mo- cambio de mercancías, son , principalmente, mercado interior, capi-
vimiento de acumulación, necesita los tesoros naturales y las fuer - talista, mientras que el cambio entre la industria alemana y los
zas de trabajo de toda la Tierra. Pero como éstas se encuentran , de consumidores campesinos alemanes, como productores para el ca-
hecho, en su gran mayoría, encadenadas a formas de producción pital alemán, representa relaciones de mercado exterior. Como se
precapitalistas --este es el medio histórico de la acumulación de ve por el esquema de la reproducción , estos son conceptos rigu-
capital- surge de aquí el im p ulso irresistible del cap ital a apode- rosamente exactos. En el tráfico capitalista interior, en el mejor
rarse de aquellos territorios y sociedades. En sí misma, la producción caso, sólo pueden realizarse determinadas partes de p r oducto so-
capitalista existiría , por ej emplo, en las plan taciones de caucho de cial total: el capital constante gastado, el capital variable y la parte
la India. Pero el hech o de que dominen organizaciones sociales no consumida de la plusvalía; en cambio, la p a rte de la plusvalía que
capitalistas en los países de aquellas ramas de p roducción, hace que se destina a la capitalización ha de ser realizada "fuera". Si la ca-
el capital se vea impulsado a someter aquellos países y sociedades, en pitalización de la plusvalía es un fi n p r opio y un motivo impulsor
los cuales, por otra parte, lo primitivo de las condiciones permite de la producción, por otra p arte, la renovación del capital constan-
que la acumulación se desarrolle con una v iolencia y rapidez extra- te y variable (así como la p arte consumida de la plusvalía) es la
ordinarias, que no serían concebibles en sociedades de tipo ca- amplia base y la condición previa de aquélla. Y al paso que con el
pitalista. desarrollo internacional del capit alismo, la capitalización de la
Otra cosa ocurre con la realización de la p lusvalía. Esta est á plusvalía se hace cada vez más aprem iante y precaria, la amplia
ligada, de antemano, a productores y consumidores no capitalistas base del capital constante y variable, como masa, es cada vez más
como tales. Por tanto, la existencia de adquirentes no capitalistas de potente en absoluto y en relación con la plusvalia. De aquí un he-
la plusvalía es una condición de v ida directa para el capital y su
-na

282 LA ACUMULACION DEL CAPITAL

cho contradictorio: los antiguos países capitalistas constituyen mer-


cados cada vez mayores entre sí, y son cada vez más indispensables
unos para otros, mientras al mismo tiempo combaten cada vez más
celosamente, como competidores, en sus relaciones con países no
capitalistas.• Las condiciones de la capitalización de la plusvalía
y las condiciones de la renovación total del capital, se hallan cada
CAP I T U L O XXVII

vez más en contradicción entre ellas, lo cual no es, después de


todo, más que un reflejo de la ley contradictoria de la cuota decre-
ciente de beneficio.
8 Es típica en este sentido Ja relación entre Alen1ania e Ingl:tterra.
-
La lucha contra la economía natural

(!.rJ-:. <: • r
El capitalismo viene al mundo y se desarrolla históricamente d:J é··-ll
en un medio social no capitalista. En · los países europeos occiden- , , 1'
tales le rodea, primeramente, el g¡.ed.t_o_..leuda). de cuyo seno surge '~ " ·-~
-la servidumbre de la gleba en el campo, el artesanado gremial 11}(1- c .... ¡
en la ciudad-; luego, desaparecido el feudalismo, un medio en el ~ ~
que predomina la agricultura campesina y el ártesanado, es decir,
producción simple de mercancías, lo mismo en la agricultura que
en- la industria. Aparte 'd e esto, rodea al capitalismo europeo una
enorme zona de culturas no europeas;-7¡ue ofrece toda la escala de
grados de evolüCión, desde las- ñoi:a1i"s primitivas comun'istas de ca-
zadores nómadas, hasta la producción campesina y artesana de mer-
cancías. En m.e9.io de este ambient~ s~!lE!:!:._P.a..so, hacia :1delante, el
pros~ d~la acumulación_ ~ap!tae:
- En· él hay que dfsliñgllir tres partes: la lucha del capital con la
economía natural; la lucha con la economía de mercancías y la con-
currencia del capital en el escenario mundial en lucha para conquis-
tar el resto de elementos- para-Tá':Jcumuláción.
__ El capitalismo necesita, para sU'"eilSten"Cta~ . .
~odeado_de_fo.r..mai"d.!! "P!:~~cción no capitalist~~;fPero no le b~
cuaÍqÚiera de estas formas. Necestta l!oñío mercados capas socia-
les no capitalistas para colocar su plusvalía-..EI1aS'COnstituyen a su
vez fuentes de adquisición de sus ( mt)4}gs_ d roducCión, y sori
r~. ~~J;X~rero§}para su sistema~~ . El- capitafño puede
lograr ninguno de sus fines con formas de roducción de e~-
mía natural. En todas las fo}"maciones de economía naturiil -uni-
dades campesinas primitivas con propiedad comunal de la tierra,
relaciones de servidumbre feudal u otras cualeSC[ürei=a- lo decisivo
~s la producción ~..!Ll>!_op_i~_2!_1~, y de aquÍ que la deman-
da de mercañClaS extrañas no exista o sea escasa, y, p<·r regla ge-
neral, no haya sobrante de productos propios, o al menos, ningu-
na necesidad apremiante de dar salida a productos sobrantes. Pero
lo más importante todavía es que todas las formas de producción
LA LUCHA CONTRA LA ECONONITA NATURAL 285
284 LA ACUMULACION DEL CAPITAL las formas de propiedad y toda la estructura social las excluyen de
antemano. En este grupo hay que contar, ante todo, el suelo, con
de economía natura l descansan, de un modo o de otro, en una su- s u riqueza rilineral en el interior, y sus praderas, bosques y fuerzas
jeción, tanto de los medios de producción, como de los trabajado- hidr:'tulicas en la superficie, así como los rebaños de los pueblos
res. Las comunidades campesinas, como los señoríos feudales, etc., primitivos dedicados al pastoreo. Confiarse aquí al proceso ·secular
basan su organización económica en el encadenamiento del medio lento de la descomposición interior de estas formaciones de ·economía
de producción más importan te -la tierr a- así como de- los traba- natural y en sus resultados, equivaldría para el capital a renunciar
jadores, por el derecho y la tradiéioñ:"" De este modo, la economía a las fuerzas productivas de aquellos territorios. De aquí que el ca-
n-atilral ofrece rígidas barreras, en todos sentidos, a las !1ecesida- pitalismo considere, como una cuestión vital, la apropiación violenta
des del capital. De aquí que e l capital haya de emprender, ante de los medios de producción más importantes de los países colonia-
todo y dondequ iera, una lucha a muerte co ntra la economía natu- les. Pero como las organizaciones sociales primitivas de los indígenas
ral en la forma histórica "en que se presente, contra la esclavitud, son el muro más fuerte de la sociedad y la base de su existencia
contra el feudalismo, contra el comunismo primitivo, contra la material, el método inicial del capital es la desti:ucción y aniquila-
economía agrar ia patriarcal. En esta lucha, los métodos principal- miento sistemáticos de las organizaciones sociales no capitalistas con
mente empleados son: la violencia política (revolución, guerra), la que tropieza en su expansión. Aquí, no se trata ya de la acumulación
presión tributaria del Estado y la baratura de las mercancías. Es- primitiva, sino de una continuación_<.Iel JlrQceso_hasta...hox...('i'oda nue::¡
tos métodos mat·cha n unas veces paralelos, otras se suceden y apo- va expan sión colonial va acompañada, naturalmente-;"" de .-esta guerra 1
y a n mutuamente. Si en la lucha contra el feudalismo en Europa tenaz del capital contra las formas sociales y económicas de los na- f
la violencia tomó un carácter revolucionario (las revoluciones de turales, así como de la apropiació~ viql~nta .!:!~ ._S.!:I.S p¡~~ios d~. P.Hb
los sigl0-'. XVII, XVIII y XIX pertenecían, en último término, a ducción ::l sus . trabajadores. La esperanza de reducir al capitalismo
este capitulo), en los países no europeos la !ucha contra formas exclusivamente a la "competencia pacífica", es decir, al comercio
SOcJales primitivas ~e manifiesta en la política colonial. El sistema regular de mercancías, que se da como la única base de su acumu-
tributario practicado a1lí, lo mismo que el comercio con colecti- lación, descansa en creer ilusoriamente que la acumulación del ca-
vid ades primitivas, constituyen una forma mixta, en la que el po- pital puede realizarse sin las fuerzas productivas, y la demanda
der político y los factores económicos se hallan estrechamente com - de las más primitivas formaciones puede confiar en el lento proceso
binados. interno de descomposición de la economía natural. Del mismo modo
Los fines económicos del capitalismo en su lucha con las so- que la acumulación del capital, con su capacidad de expansión sú-
cíedadesae economía natural son: bita, no puede aguardar al crecimiento .natural> de la población
l. Apoderarse directamente de fuentes importantes de fuerzas
obrera ni conformarse ' con él, tampoco'-po~guardar la· feñta
descomposición natural de las formas no capitalistas y su tránsito
productivas, como la tierra, lá caza .•de ias selvas vírgenes, los
a la economía y al mercado. El capital no tie~l~ ~:"'"~
~ ~
minerales, las piedras preciosas, los productos de las plantas más solu ción que la violencia, que constituye método
exóticas como el caucho, etc. de acumulación · de... capJta'1 en el proceso histórico, :;
II. "Libertar" obreros y obligarlos a trabajar po.ra el capital. génesis, sino en todo tiempo, hasta el día de hoy. Pero como en
III. Introducir la economía de mercancías. todos ·estos casos se trata de ser o no ser, para las sociedades primi-
IV. Separar la agricultura de la industria. tivas no hay otra actitud que la de la resistencia y lucha a sangre y
fuego, h asta el total agotamiento o la extinción .. De aquí la cons-
En la acumulación primitiva, esto es, en los primeros comien- tante ocupación militar de las colonias, los alzamientos de los natu-
zos históricos del capitalismo de Europa a fines de la Edad Media rales y las expediciones coloniales enviadas para someterlos, como
y hasta entrado el siglo XIX, la liberación de los campesinos cons- manifestaciones permanentes del régimen colonial. El método vio-
tituye, en Inglaterra y en el continente, el medio más importante lento es, aquí, el resultado directo del choq~ del capitalismo con
para tt·ansformar en c~~l la masa de medios de producción y las formaciones de economía natural qtie:poñen trabas a su acumu-
obreros. Pero en la política colonial moderna el capital realiza,
lación.1El capitalismo no puede •pasarse. stn su .. s .. riie"d'r5'Sdir"produc::·r
actualmente, la misma tarea en una escala mucho mayor. Es una ción y sus t rabajadores, ni sin la demanda de ·su ·plusp.~;oducto ...x.J
ilusión esperar que el capitalismo llegue a conformar_se aigüña vez - para privarles ·de sus· medios de prodüCciOn y sus.-trtiliafa'"'dorés;...para
con los medios de producción que puede obtener por el camino de! transformarlos en compradores de sus mercancías, se propone, cons-
; comercio- á e rilei'cancías:- La dificÜltad en este punto - consiste en · cientemente, aniquilarlos como formaciones sociales independientes.
que, en grandes zon as de la superficie explotable de la Tierra, las Este método es, desde el punto de vista del capital, elmás adecua-
fuerzas productivas están en poder de formaciones sociales que, do, por ser, al mismo tiempo, el más rápido y provechoso. Su otro
o no se hallan inclinadas al comercio de mercancías, o no ofrecen
los medios de producción más importantes para el capital, porque
286
LA ACUMULACION DEL CAPITAL
LA LUCHA CONTRA LA ECONOMIA NATURAL 287
as:;ecto es el militarismo creciente, sobre cuya importancia para la der a la pregunta: ¿quién era, pues, propietario?"' Conforme a
acumulaciónsenalilaiT, con otro motivo, mús adelante. Los ejem- esto, ya en 1893, los ingleses cqnvirtieron en Bengala a todos los
plos idá""Sicos de la aplicación de estos ¡nétodos del capital en las zemindars, es decir, 112s a~ mahometanos de tributos, y
colon'lasesrañ dados por la política de los - i";;g"¡e5es en la India y la
de los franceses en Argel. _ ._ ¡ ~. t~mbién, los jefes hereditarios del mercado en cada uno de los dis-
tritos, en propietarios -de e-stos ctisfntos, para contar, así, con fuertes
La antiquísima organización .económica de los indios -la comu-
nidad rural com un ista- se habí~~ mantenido, en sus diversas for-
partidarios en su campaña contra la masa campesina. Exactamen-
te del mismo modo p rocedieron también, más tarde, en sus nue-
m<Js, d u rante decenios, y h abía recorrido una larga historia interior, vas conq uistas en la provincia de Agra, en Oudh, en las provincias
a pesar de todas la s t orm entas ocu rridas "en las regiones-._i~líticas
de las altu ras". E n el siglo VI a nte.,s de la era cristiana, peneiraron 1 centrales. La consecuencia fue una serie de tumultuosos alzamien-
en el ter ritorio de l In d us~rsas--'y sometieron u na parte del país.
tos de campesinos, en los que lóS-:iécau.!fidOres- dl!t<>ntribucíoñ.:fs
., Dos siglos más tarde vinieron l os griegos y dejaron tras sí, como f fuero n con f recuencia expulsaáos. LoS '"Capimariñgleses supie-
ron aprovechar la confusi~ral de anarquía, derivada de estas
testimonio de una cultura completamente C"xtraña, las colonias ale- revueltas, para apoderarse de una parte considerable de los t 0
"' jandrinas. \..LQ_s escitas salvajes invadieron el país. Durante siglos
!, dominaron Jos árabes ~ la I ndia. Más tarde, bajaron de las alturas
rrenos. """\ ...._
~del Irán los afganistanes, hasta que, también éstos,_fueron ahu¡;en- Por otra parte, se elevaron de tal modo los impuesto~j que ab- '"""' . t:
sorbían casi la totalidad del fruto del trabaJO a P<i't>Íición. Las __ /J:''-'-- ..,
' tados por la acometida impetuosa de las hordas tártaras de Tran-
cosas llegaron a tal punto, que (según el testimonio oficial de las
soxania. Ruina y espanto señalaban el camino por el que pasaban
IPs mogdes. Pueblos enteros fueron pasados a cuchillo, y los cam- autoridades impositivas inglesas en el año 1854) en los distritos de
pos pacificas con los tiernos tallos de <Jl"l'Oz se tiñeron en color de Delhi y Allahabad, los campesinos halbban preferible arrendar e
púrpura por la sangre vertida a raudales. Pero la comunidad rura l
indi -• ha sobrevivido a todo esto. Pues los conquistadores mahome- ' Despu és de haber reunido. sin selección ni cr[tlca , en su historia de la India
britán ica. testimonios de las fuen te s más dlverns : Mungo. Park, Herodoto, Volney.
tanos qup se fueron"sucediendo , dejaron, en últim o término, intacta Acosta . Garcilaso de la Vega. aba te Grosler Barrow, Dlodoro, Estrabón, etc., para
la vida social interna de la m asa campesina y su estructura t ra - form ula r e l aserto d e que. en paises prlml~vos . el suelo habla sido siempre y en
todas partes p ropiedad del soberano, ·M ilh saca también, por analogia, para 13
dicional. Se limi tar on a enviar a las provincias sus v irreyes, que India la siguiente conclusión : " De estos hechos. sólo puede sacarse una conclu-
vigilaban la organización m ili tar y reca udaba n tributes de la pobla- sión: la de que la p r opiedad del suelo reside en el soberano ; pues, si no residiese
e n él, ser ia imposible m ost ra r a quién pertenecla." (James Mlll, The Hlstory o!
ción. Todos los conquist adores se d edicaban al domi n io y explo- B r itisll India, 4.• edición . 1840, volumen I , página 311.) A esta clásica consecuencia
tación de l país. N mguno tenía in ter és en privar a l pueblo de sus de l econ om ista b u rgu és . hace Interesante comentarlo su editor J.!· H. WI!!!!!Jn que,
como profesor de sánscrito en la Universidad.. de Oxford, conocfa~ente , el
fuerzas prod uctivas y aniquilar su orga nización social. El campesino derech o de la I n d ia antlgua. · D espués que ya en el prólogo caracteriza a su autor
tenía que sat isfacer, a n ualmen te, en el Imperio del Gran Mogol, como u n partidista que acomoda toda la historia de la India británica para justi-
ficar las tlleoretical views de Mr. Bentha m. haciendo, con medios de dudoS3 legi-
su tributo en especie, al señor extranjero, pero podía vivir a su an- timidad, u n a caricatura del pueblo hindú (un retrato de los hindúes que no tiene
tojo, en su ,Puebl~. y cu ltivar el arroz como sus antepasados en su ninguna sernejanz~ con el or igin a l, y que es c asi una injuria para la humanidad),
inserta la siguiente nota: "La mayor parte del texto y las notas que le acompaf'i:~;n
holgura. Luego- vin1er on los ingleses, y el soplo pestífero de la civi- e n este punto, ca recen enteramente de valor. Los ejemplos sacados de la práctica
71 l~zacióñ capitalis_ta realizó. en poco tiempo, lo que no habían logra - mahometana. suponiendo que f uesen exactós, nada tienen que ver con las leyes
~ do milenios, lo qu e no les había s.i do dado a los mogoles: destro- y derechos de los hindúes. Pero, además , no son exactos y las vfas de Mr. Mili
le han inducido a error." A ccntinuación , Wilson niega, en absoluto, particular-
zar toda la organización social del pueblo. La finalidad del capital mente en lo referente a la India, Ja teoria del derecho de propiedad del soberano
sobre el suele.. (L. c .. pág. 305, nota .) T a mbién ~~ · cree que los Ingleses
• inglés era, en ú ltimo ex tremo, adquirir la base de subsistencia mis-
, ma de la comunidad i nd ia: ' la Qrgp_ied.é!d_~l!~
han tomado, jc sus antecesores mus ulmanes, su pretensión Jn icial a la prooiedad
territ ori a l completa de la India. que p a ra é l es completamente falsa. "La afirma-
ción hecha. primeramente. por los ingleses, fue heredada de sus predecesores ma-
Para este obj eto sirvió, ante todo, aquella ficción, utilizada de hometa nos. Era la de q u e todo el suelo pertenecla. en propiedad absoluta. al
antiguo p or los colonizadores eur·opeos, conforme a la cua l todo sober a n o y t oda la propiedad privada exlstla en el pals. por condescendencia
s uya. La teoria mahometana y s u correspondiente práctica van contra la concep-
e l ter reno de la coloni a era propiedad del soberano p olítico. Los ción a ntigua de los de r echos del soberano, que, si bien le asignaban una parte
ingleses Cf·diero n toda l a I ndia, com o propiedad p rivad a, a l Gra n m ayo r de l prod u cto del pals. que la que haya pretendido ningún gobernante oc-
cidenta l, n<r" nega b a . en modo a lguno, la existencia de propiedad privada en el
Mogol y sus virreyes, p ara heredarla, luego, com o sus sucesores pais." CVil!age communi t l.e,f.in~ e East and West, 5.• edición, 1890, página 104.) Por
"legítimos''. Los sabios más p restigiosos de la economía política, su pa_rte. ~áxfmo Kowalew sky, \ lla drm¡¡~\Udc¡ , que \¡1 !t\!Pil~..:.:teorfU práctica
m us = " n o- e ra· más que Ul)a fábula_ inglesa. (Vé ase su excelen1e i!lll'rr~
como James Mili, apoyaro n celosos con razones "cien tíficas", p ar- lengua rusa, La propiedad común de la tieTTa~ cO:usas, desarrollo y consecuencias
ticularmente con la famosa conclusión: "Había que aceptar q ue la de su descomposición. Moscú, 1879, parte l .) Los escritores Ingleses. por lo de-
más, igualmente que sus colegas franceses, sostienen ahora una fábula semejante
propiedad de la t ierr a pertenecía en la India al sooerano, pues si con r especto a China . afirmando, que, alll, todo el pals era propiedad del empe-
no supusiésemos q ue era él el propietario, no podríamos respon- rador. (Véase la- -Teo!utación de esta leyenda por el doctor O . Franke, El d l ,.eeho
de propiedad •te r ritorial en Cllina.)
. . . ·t( !' .<'i 1 ¡,_..,. :. ,_

288 LA ACUMULACION DEL CAPITAL LA LUCHA CONTRA LA ECONOMIA NATURAL 289

hipotecar sus predios simplemente por la suma que les correspon- indiferencia brutal ft·ente a las obras públicas_:-éivilfz~Q.r.a..tJde ca-
día pag<1r como impuesto. En el t0rrcno de este sistem<l tributario rácter económico. Ara bes, <1fganistanes y mogoles construyeron y me-
entró el usurefo en e l pueblo indio y se asentó sobt·e i•l. como un joraron en la India magníficos canales; cruzaron el país con calzadas;
cáncer - que roía, desde dentro, la organización social.' Pat·a apre- echaron puentes sobt·e los ríos; excavaron pozos. El antepasado de la
surar el proceso, los ingleses promulgaron una ley que contr·adecía dinastia mogól ica en la India, Timur o Tamerlan, se preocupaba del
todas las tradiciones y conceptos jurídicos de la comunidad rural: la cultivo del suelo, el regadío, la seguridad de los caminos y el sustento
venta forzosa de los terrenos de los pueblos por débitos tributarios. de los vwjeros.' "Los primitivos rajás de la India, los conquistadores
La antigua sociedad gentilieia trató, en vano, de ampararse en el afganistanes o mogoles, crueles en ocasiones para los individuos, rea-
derecho de preferencia de la marca y de las marcas emparentadas. lizaron, al menos, durante su gobierno, aquellas maravillosas cons-
La disolución estaba en marcha . ( Subastas forzosas, abandono de trucciones que hoy se encuentran a cada paso y parecen la obra de
las comunidades, campesinos desposeídos eran fenómenos en el or- una raza de gigantes ... La Compaiiía (La Compañía Inglesa de las
den del día. Indias Orieritales, que rigió la India hasta 1858) no ha abierto una
~
Mientras los ingleses hacían esto, siguiendo su táctica de siem - fuente, ni excavado un pozo, ni construido un canal, ni un puente
pre en las colonias, trataban de hacer ver que su política de vio- para provecho de los hindúes." "
lencia que había causado la total inseguridad de las relaciones de Otro testigo, el inglés James Wilson, dice: "En la provincia de
' <'
propiedad de la tierra y el desmoronamiento de la economía cam- Madrás todo el mundo se siente impresio nado, involuntariamente, por
pesina, había sido necesaria en interés del campesino y para pro- las grandiosas obras hidráulicas, cuyos restos se han conservado hasta
tegerlo coñíra ·el tirano y explotador indígena.' Primero, Ingla- nuestros días. Los ríos represados formaban verdaderos lagos, de los
terra creó artificialmente en la India una aristocracia territorial cuales partían canales que expandían el agua a 60 y 70 millas en
a costa de derechos de propiedad antiquísimos de las comunida- torno. En los grandes !"Íos, había 30 ó 40 de estas esclusas ... El agua
des campesinas, para proteger luego a los campesinos contra estos de lluvia, que bajaba de las montañas. era recogida en pantanos cons-
opr·esores y hacer que la "tierra usurpada contra derecho" pasase truídos con este objeto: muchos de- ellos tienen de 15 a 25 millas de
a manos de capitalistas ingleses. amplitud. Estas construcciones gigantescas fueron terminadas, casi
Así nació en la India, en breve tiempo, la gran propiedad terri- todas, antes del año 1750. En la época de las guerras de la Compañía
torial, mientras los campesinos se transformaban en una masa em- con los soberanos mogoles y. tenemos que añadirlo, durante todo el
pobrecida y proletarizada de p equeños arrendatarios con arrenda- período de nuestro dominio en la India, han caído en completa deca-
l.._!:!liento a plazo breve.) dencia." • ·
Se expt·esó también, finalmente, en una circunstancia relevan-
¡ te, el método capitalista específico de la colonización. Los ingleses
• fuero~imeros conquistadores de la Índia-(iüemostraron una
1 "La partición de herencias y la ejecución por deudos destrozando las comu -
Es natural; al capital inglés no le interesaba . sostener las comu-
nidades indias en condiciones viables, ni fortalecerlas económicamen-
te, sino, al contrario...\f~struirlas, arrancar-les . las fuerzas ¡¡>roductivas.
La coaiCia impetuosa de la acumulación que vive esenc1alíñente de
_:_:coyunturas': y no es capaz de pensar en e!_9~~ de mañana€o"Püeae ~.:. (r.f'J.·"'
f ¡, ..
nidades, tal es la fórmula que se oye ahora por todas partes en la India" (Henry
Maine. Jugar citado. págin~ 113).
apreciar el ~ •:~_;!~ _las antiguas ~ras econórñícascíviTízadoras de' ': :1.¡: <
. t_,
:, Este esclarecimiento tfpico de Ja politica oficial ingles.l en las colonias se
encuentra, por eJemplo, en el representante del poder inglés en la Jndia durante
muchos años, lord Robcrts de Kandahar, el cual , para explicar e l alz.::~miento
' En las m.:lxim;1s de gobierno cie Tim.ur (trad ucido del persa al inglés en 1783)
se rlice:
i;
. ;...
e<""·¡:~
t~ •.
\.

de los cipayos, sólo s:abc aducir "malas interpretaciones'' de las intenciones pater- ··y orden& que construyesen Jugares de devoción y monasterios en todas Jas ciu-
nales de los gobernantes ingleses: "A la comisión de colonización interior se la dades : que erigiesen alberg ues por<J la receoción de los viajeros en las grandes vias '·
• t ~
culpaba. falsamente, ele injusticia cuando, como era su deber, controlaba el de-
recho a la propiedad de Ja tierra y Jos títulos en que se fW1daba. para hacer que
y q•1c construyesen puentes en los ríos.
.. Y ordené que los puente::. en m;tl estado fuesen reparados: y debían ser construi-
'"
el propietario legítimo de un terreno pagase la contribución territorial... Una dos puentes sobre los riachuelos y sobre Jos rios y que en las calzadas, a distancia
vez establecidos la paz y el orden, era menester examinar Ja propiedad territo- de una jornada uno de otro. se dispongan caravansarai y que se pongan en el camino
rial. conseguida. en gran parte. por robo y violencia. como es uso de los go- guardias y vigilantes. etc .. y que en cada caruvansarai residan gentes, etc .
bernantes y monarquías indfgcnas. Por esto se abr ieron investigaciones acerca ..Y ordené que cuando alguien emprendiesE' el cultivo de tierras incultas, o cons-
de Jos de1·echos de propiedad, etc. El resultado de estas investigaciones fue que truyese un acueducto. o h ícicse un canal. o plantase un bosque, o volviese a cultivar
muchas lamilias de rango e influencia se habían apoderado senciJiam ente de la un Uistrito dc.!>Jerto. nacta se le cobrase el prime r año; y el segundo, aquello que el
propiedad de sus vecinos menos influyentes, o les hacían pagar una contribución sujeto \'oluntarl:lmcnte ofreciese. y que en el tercero se percibiesen los impuestos
que correspondia a s us fincas. Esto se moclilicó de modo justo. Aunque esta me- conforme a las reglas." (Jamea ?w-U!I, The lliston¡ o{ British India, 4.• ed., voJ. II, pá-
dida se tomó con Jas mayores consideraciones y el mejor deseo, resultó extra- ginas 4n-498.)
ordinariamente desagradable a las clases elevadas y, en cambio, no se logró con " Conde \Varren, De L'état moral de la population indigene, citado por KowaleWs-
ella reconciliar a las mas.::as. Las familias reinantes tomaron a mal los intentos de kf, Jugnr citado, pág. 164.
11 Historical and descriptive ac<"ou.nt o/ Bri.tish India from the most remote peTiod
implantar una distribución justa de los derechos y una implantación uniforme
de tributos a la propiedad territoriaL . . Aunque, por otra. parte. la pobln.ción to the conclusion o/ thc Afghan War by Hugh Murray, James ':Vilson, Greville,
rural habfa sido mejorada por nuestro Gobierno no quiso comprender que con Prof. Jamcson. William Wallace ond Capta!n !Jalrymple, Edimburg, 4.• edición, 1843,
estas medidn.s querfamcs mejorar su posición." (Forty onc ye~rs in India .) tomo IT, página 427. Cltado por Kowaleskt. l. e.

19.-L. . ACUMULACIÓN Df:t. CAPITAl~


290 LA ACUMU L ACION DE L CAPITAL [.,\ LUCHA CO::-ITRA LA ECONOMIA NATURAL 291

... t ,• ':tmplio horizonte. En Egipto, hace poco, los ingC'n ieros del capitalismo
inglés se quebraron la cabeza cuando q uerían constru ir grandes re-
La economta dmn(··st.tca de este gra n círculo f amiliar era dirigida
pruindivis" P•ll tl rr.·(·mbro feme ni n o más anti g uo. A veces t amb ién
, . presas en el Nilo, y b uscaban l as h u ellas de aq ue llos sbtcmas anti-
guos de canalización que l os ing leses m ismos hacía t iem po habían
subre la Vtsf' d'· la dirección de las familias, o b ien por todas las
mujL·i t·~ en turno. La gran fami lia cabila, cuya organización ofrecía,
ctejado desaparecer con una negl igencia estúp ida de botokudos. Los al bord<: de hls desiertos africanos, una singular semejanza con la
- -- ingleses han podido aprec ia r , h asta cier-to pun to. la nobilísima obra
de sus propias ma n os, cu a ndo el ha m bre ter- r ib le, q ue só lo e n el d is-
,, mwsa zacirv;lf1 swiesbva, era p r opietaria no sólo del suelo, sino
t '•ntbién dt. lot.l,•s los instrumentos, armas y dinero necesarios para
tri~oc~Olissa hizo perecer e n u n a ño a un mi ll ón d e person as , obligó d LJC'rcicio de la profesión d e todos sus miembros, y adquiridos por
l'll Oé'. En fom1a priv:~da só lo pertenecían a cada hombre un traje, y
en l8~al Parl <.~mento i nglés a d ispo n er u na in vestigación acerca de
las sas de la mi seria. A ctu almente, el Gobie rn o inglés trata de sa l- a ··•ua mujer casada los vestidos y alhajas que formaban su ajuar
va r· al campesino con procedim ientos administ rati vos d e usu r er o. La de novia. En cambio. todos lo~ vestidos costosos y las alhajas se
Alienation Act of Punja b (19 00 ) pro h ibe J;:¡ ena j enación o hi poteca cor.sirlcrab;,!l cerno propiedad in divisa de la familia, y sólo podían
de Jos terrenos de los campesinos en beneficio de indiv iuuos de otras ser usados pur l,,s indivtduos d espués de un acuerdo generaL Cuando
castas distintas de la labradora , y hace que las excepciones concedidas la familia HO f'!'a dc:nasiado nu merosa , hacía sus comidas en una
en casos p<trticulares dependa n de la aprobación del reca udador de mesa comút1; las rnujt·res c0cinaban por turn o; las más viejas se en-
contribuciones.' Después de hab er r asgado los lazos protectores de las ·cargaban ctr· l::t distribur:tón. Si el círculo de per sonas era demasiado
antiquísimas corpm·aciones socia les de la India , y h aber hecho nacer g mnde, <•1 jcf,. rlis~ribuía tlldos los m eses las subsistencias alimenti-
una usura, en la que un interés del 15 por 100 es un fenómeno co- C'ias, preontpúr.c~nsc ck que h u biera p erfecta igualdad en el reparto.
rriC'nte, los ingleses colocan a l campesino ind io arruinado y empo- Las mtsmas fami l ia~ se C'ncar.!;aba n de su preparación. Lazos estre-
brecido bajo la tt.:tela del Fisco y sus funcionarios ; esto es, bajo la chísimos de snlitlaril'ad, auxilto muto e igualdad eran las normas de
"protección" de sus vampiros iñmEdiatos:· estas cpmuniui.idt>s. y los patriarcas, al morir, solían recomendar a los
.iu nto al martirio ele la India br itá n ica, la h istoria de la política hijos, como postrC'l' encargo, q u e se mantuvieran fieles a la asociación
!· fn:tncesa en Argelia merece un puesto de honor en la eco nomía ca - fnmiljar.'
Y::t la domiü.~c:ión turca, q ue se h a bía establecido en el siglo XVI
pitatista coloniul. Cuando los franceses conq u istaron Argelia, domi -
naban en la m:1sa de la p oblación ára be y cabila instituciones anti - c·n Argelia, h.1b;a modificado seriamente estas condiciones sociales.
q u ísimas sociales y económicas, qu e, a pesar de la larga y movida No fue, ciert<,mentt·, más q u e una fábula inventada después por los
historia del país, se había n con serv ado h asta e l siglo X IX, y en pa r te l'ranceses, dccn· que los t urcos habían conquistado para el Fisco todo
hasta hoy. el tcrntorio. Esta absurda fantasía, que sólo a los europeos podía
Si e n las ciudades había p rop iedad p rivada en tre moros y judíos; ocurrírscles, halbbase en cont radicción con todo el fundamento eco-
entre comerciantes, artesanos y u sureros, y en el campo los tu rcos nómico del Islam y sus fieles. Por el contrario, las relaciones de pro-
habían usurpado ya en calidad de domin ios del Estado grandes terri- piedad de la tierra de las comunidades rurales y de las grandes fami-
torios, casi la mitad del terren o culti vado perten ecía, n o obstante, aún lias, no fueron en general tocad as por los turcos. Unicamente robaron
en propiedad indivisa a las tribus arábigas y cabilas, y en ellas re ina - a las tribus una gran parte de tierras no cultivadas para conver tirlas
ban todavía cost u mbr es patriarcales prim itivas. La mism a v ida n ó- en dominio del Estado y tra n sformarla s, bajo administraciones locales
mada , sólo inestable e irregu lar para l a mirada superficial , pero en turcas, en beiluLtiJs que en p a rte eran cultivados directamente en be-
realidad severamen te regula d a y m onóton a, llevaba an t ig u am en te t o- né'ficio del Fist·o con obreros ind ígen a s, y en parte se daban en arren-
dos los veranos -aún en el s iglo X IX- a muchas t r ib u s á r abes con clam iento contra interes o prestaciones en especie. Al propio tiempo,
hombres, mujeres y n iños, co n rebaños y tiendas de camp aña, a la los turros apm\'rchaban todo motín y toda confusión de las tribus
parle de costa refrescada por los vientos marinos del Tell y los volvía sometidas para aumentar, con a mplia s confiscaciones, las posesiones
a llevar por el invierno al calor protector de los des ier tos. Cada tri - fiscales, y fundar en ellas colon ias militares, o para subastar públi-
bu y cada familia tenían su s zonas determinadas de emigración y camente los bienes confiscados, q u e cayeron en su mayor parte en
estacio n es determi n a d as de verano e invierno, donde alzab an sus tien-
d as de campaña. L os árabes labradores poseía n en gran p arte, al .. .. Casi siempre, al munr, el padre de fami lia recomienda a sus descendientes que
vivo1 n en la un11n1 perfed;:~ siguiendo e l e j e mplo de sus abuelos. Es ésta su última
propio tiempo, la t ierra en común. Y en u n am biente asim ism o p a - exhortación y su voto mús c~u--o." ' (A . 1\Inn o taux. A . Letourneux, etc . ..La Kabulie et
t riarcal, conforme a reglas t ra dicion ales, vivía la gran f ami lia cabila les coutun'es Kabyles, 1873, tomo 11 , Droi t civil, páginas 468-473.) Por lo demás, los
autores se atreven a comenzar la descripció n reproducida de este comunismo de la
b ajo la dirección de su j ef e elegido. gran familia, con la consi~uicnt c sente ncia : "En Ja colmena laboriosa de la familia
asol:iaJa, todos se hallan reunidos con un fin común; todos trabajan en un interés
' Víctor v. Leyden, Constitllción. aarana y contribución territoriaL en l a I ndia gcncr~tl , mas nmguno ::tbdi<.:a su libertad , ni renuncia a sus derechos hereditarios. En
britdnica oriental, .TahrlJueh für Ccsctzgebung, Vcrwa ltun g u nd Volkswirtscha!t , nin~una otra nnt·Iún se encuentra combinación alguna que esté m ás cerC"a de la
XXXVI, cuod. 4. página 1855. iguuldaU y l'tHÍs lejos del coutuni.'lmo.
292 LA ACUMULACION DEL CAPITAL LA LUCHA CONTRA LA ECONOMIA NATURAL 293

manos de usureros turcos o de otra nacionalidad. Lo mismo que suce- tos, leyes dirigidas hacia un mismo objetivo: el establecimiento de
dió en Alemania durante la Edad Media. Para huir de las confisca- la propiedad privada entre los árabes." La destrucción sistemática,
ciones y los impuestos, muchos campesinos se pusieron bajo la pro- consciente, de la propiedad común y su reparto había sido el polo
tección de la Iglesia, que de este modo se convirtió en propietaria inmutable sobre el que había girado la política colonial francesa
suprema de zonas considerables. Finalmente, la distribución de la durante medio siglo. Su absoluta indiferencia a todas las conflagra-
propiedad en Argelia, tras todas estas alternativas, ofrecía en la época ciones en la vida interior del Estado, halla su explicación en unos
de la conquista francesa el siguiente cuadro: los dominios abarcaban fines claramente reconocidos: el aniquilamiento de la propiedad co-
1.500.000 hectáreas de terreno; 3.000.000 de hectáreas de terreno bal- mún, que debía, ante todo, destruir el poder de las familias ára-
dío pertenecían igualmente al Estado como "propiedad común de bes, como comunidades sociales, y quebrantar así su resistencia tenaz
todos los fieles" ( Bled-el-Islam); la propiedad privada abarcaba contra el yugo francés, que, no obstante su superioridad militar, se ·
3.000.000 de hectáreas, que desde la época romana se encontraban encontraba incesantemente inquieto por las rebeliones de las tribus.•
aún en posesión de los bereberes, y 1.500.000 hectáreas, que, bajo la Por otra parte, la ruina de la propiedad comunal era una condi-
dominación turca, habían pasado a poder de particulares. En pro- ción previa para lograr el disfrute económico del país conquistado,
piedad común indivisa de las tribus árabes quedaban, pues, toda- es decir, para a..-rancar el . suelo de manos de los árabes, sus propie-
vía 5.000.000 de hectáreas de terreno. Por lo que toca al Sahara, unos tarios desde hacía un milenio. y ponedo en manos de los capitalistas
3.000.000 de hectáreas de terreno cultivable en la zona de los oasis franceses . Para esto se utilizó también, como sabemos, la ficción, con-
eran en parte propiedad indivisa de las grandes familias, y en parte forme a la cual la ley musulmana establecía que el suelo entero era
propiedad privada. Los restantes 23.000.000 de hectáreas eran en su propiedad del soberano. Lo mismo que los ingleses en la India britá-
mayoría terreno improductivo. nica, los gobernadores de Luis Felipe en Argelia declararon "impo-
Un;¡ vez que los franceses convirtieron a Argelia en colonia suya, sible" la existencia de una propiedad comunal de familias enteras.
comE'nzaron con gran estrépito su obra civilizadora. Téngase en cuen- Sobre la base de esta ficción, la mayor parte de los terrenos no cul-
ta que Argelia, que a comienzos del siglo XVIII había conseguido su tivados, pero principalmente las alamedas, bosques y praderas, fueron
independencia de Turquí:t, era un nido de piratas que infectaba el declarados propiedad del Estado y empleados para fines de coloni-
Mediterráneo y se dedicaba al tráfico de esclavos con cristianos. Par- zación. Sobrevino todo un sistema de colonizaciones interiores, los
ticularmente España y los Estados Unidos, que en aquella época prac- llamados cantonnements, por medio de los cuales, en medio de los te-
ticaban en alta escala el comercio de esclavos, declararon una guerra rrenos comunales, se colocaban colonos franceses, reduciendo a las
implacable contra esta perversidad de los mahometanos. También tribus a un terreno ínfimo. Por decretos de los años 1830, 1831, 1840,
durante la gran Revolución Francesa se proclamó una cruzada contra 1844, 1845, 1846 se fundamentaron "legalmente" estos robos a la pro-
la anarquía de Argelia. Por consiguiente, la sumisión de Argelia se piedad comunal árabe. Pero este sistema no condujo en realidad a la
había consumado bajo el pretexto de combatir la esclavitud e implan- colonización, sino que se limitó a producir una especulación y una
tar un orden civilizado. La práctica tenía que mostrar pronto Jo que usura desenfrenadas. En la mayoría de los casos, los árabes lograban
había detrás de todo aquello. En los cuarenta años transcurridos des- volver a comprar las tierras de que se les había desposeído. Para ello
pués de la sumisión de Argelia, ningún país europeo ha experimen- tenían que contraer, generalmente, grandes deudas. La cuestión tri-
tado tan frecuentes cambios del sistema político como Francia. A la butaria francesa actuaba en la misma dirección. Pero, sobre todo, la
restauración siguió la revolución de julio y la monarquía burguesa; ley de 16 de j!..mio de 1851 que declaró propiedad del Estado todos
a ésta, la revolución de febrero, la Segunda República, el Segundo los bosques, robaba así a los indígenas 2,4 millones de hectáreas (mi-
Imperio; finalmente, la derrota del año 1870 y la Tercera Republica. tad de pastos, mitad de monte bajo) y quitaba a la ganadería su
La nobleza, la alta finanza, la pequeña burguesía, la amplia capa base. Bajo la acción de todas estas leyes, ordenanzas y medidas, se
de la burguesía medía fueron sucediéndose en el poder. Pero en me- produjo en las condiciones de la propiedad de la tierra una indes-
dio de todos estos cambios, la política de Francia en Argelia perma- , criptible confusión. Aprovechando la febril especulación de terrenos,
necia dominada enteramente por el mismo espíritu. Allí se veía mejor y esperando volver a adquirirlos pronto, muchos indígenas vendieron
que en ninguna otra parte que todas las revoluciones francesas del sus propiedades a franceses, enajenando con frecuencia la misma finca
siglo XIX git·aban en torno al mismo interés fundamental: en torno a dos y tres compradores; finca que luego resultaba no ser propiedad
al dominio de la burguesía capitalista y su forma de propiedad. suya, sino propiedad vinculada de la tribu. Así, una sociedad especu-
"El proyecto de ley sometido a nuestro estudio -decía el diputado ladora de Rouen creía haber comprado 20.000 hectáreas, mientras que,
Humber el 30 de junio de 1873, en la sesión de la Asamblea Nacional al fin, sólo pudo llamar suyas 1.370 hectáreas de terreno. En otro
francesa, como ponente de la comisión para el arreglo de la cuestión
1' "Tenemos que apresurarnos - declar:.ba en 1851 en la Asamblea Nacional el
agraria en Argelia- no es más que la coron<:.ción del edificio cuyo
diputado Diclier. como ponente- a destruir las asociaciones familiares. pues son la
fundamento se había puesto por toda una serie de ordenanzas, decre- palanc3 de tocb oposición contra nuestra dominación ."
LA LUCHA CONTRA LA ECONO~A NATURAL 295
294 LA ACUMULAC!ON DEL CAPITAL
Fue la Tercera República, el régimen declarado de la burguesía,
caso, un terreno de 1.230 hectáreas resultó contener, d(•spués de divi- la que tuvo valor y cinismo bastantes para prescindir de todos los
dido, dos- hectáreas. Siguió una serie infinita de pleito~. en los cuales rodeos y, sin los pasos p r eparatorios del Segundo Imperio, acome-
los Tribunales franceses apoyaban toda s las pretens iones de los com- ter la empresa por otro camino. La partición directa de los terrenos
pradores. Insegm·idad de la propiedad, especulación, usura y an<Jrquía , de las 700 tribus árabes en parcelas individuales, la introducción for-
se hicieron generales. Pero el plan del Gobierno francés: crearse un zosa de la propiedad privada en el plazo más breve, tal fue el fin
fu erte apoyo con una masa de colo nos franceses en medio de la po- abiertamente declarado d e la ley elaborada por la Asamblea Nacional
blación árabe, experimentó u n fracaso lamentable. Por eso, la política en el año 1873. Ofreció el pretexto la situación desesperada de la
francesa siguió, durante el Segundo Imperio otra tendencia: el Go- colonia. Exactamente d e la misma manera que sólo la gran hambre
b ierno, q ue desp ués de t rei nta años de negar tenazmente la existcncta in dia en 1836 hizo ver claramente al pueblo inglés los bellos resul-
de la propiedad comunal, t uvo que con vencerse a l fin de lo cont rario, t a dos d e la política colonial británica, determinando el nombramiento !98
reconoció oficial mente la existencia de la propiedad indivisa. Esto de una comisión parlamentaria para investigar el mal, así Europa se ~ -e
se hizo con el objeto de proclamar , al mismo tiempo, la neccsidacl alarmó, a fines del sexto decenio, ante los gritos de dolor que venían ¡; ~ dt
cie su repartición violen ta. Este doble significado tiene la disposi- de Argelia, donde u n a h ambre terrible y una mortandad extraordi- ¡¡- 5t
ción de 22 de abril de 1863. "El Gobierno -declaró el general Allard naria entre los árabes, eran el fruto de cuarenta años de dominación i? ~~
en el Consejo de Estado- no pierde de vista que el objetivo general francesa. Para investigar las causas y hacer la dicha de los árabes ii f'
de su política es debilitar el influjo de los jefes de las grandes fa- con nuevas medidas l egales, se nombró una comisión que decidió, por !9 ¡;-
milias para disolverlas. De este modo suprimirá los últimos restos unanimidad, que sólo quedaba una tabla de salvación: ¡la propiedad - ¡j .,
del feudalismo [!J, al que defienden los adversarios de la propues- privada! Sólo merced a ella, todos los árabes estarían en condiciones g ~
'_j ta d el Gobierno ... La implantación de la propiedad privada, el esta- de vender o hipotecar su finca para protegerse así contra la mise- S @
blecimiento de colonos europeos en medio de las tribus árabes . .. . ria. De modo que el único medio para r em ediar 1¡¡ situación angus- -.a ['\)
ésto~; eran los medios más seguros para apresurar el proceso de tiosa de los árabes, situa ción que se había producido por los robos o :;!l
disolución de las asociaciones familiares." La ley del año 1863 creó, de los franceses, por los insoportables impuestos, por las deudas con- ~
para la partición de los terrenos, comisiones especiales, compuestas traídas para satisfacerlos, era entregar plenamente al árabe a las ga- ¡¡:
del siguiente modo: un general de brigada o capitán como presidente, rras del usu rero. Esta farsa se hizo con entera seriedad ante la Asam-
un subprefecto, un funcionario de las autoridades militares árabes blea Nacion al, y la digna "orporación la aceptó también seriamente.
y un funcionario d e adm inistración de los dominios. Estos, conocedo- E l descaro de los " v encedores" de la Commune parisién se festejaba
res natos de la situación e..:on ómica y social de Africa, tenían que con orgías.
:;-esolver este triple problem a: p rimero, delimitar exactamente los Dos argumen tos sir vieron particularmente en la Asamblea Na-
límites de los territ orios de las t ribus; luego, dividir el territorio de cional para j ustificar la nueva ley. Los defensores del proyecto del
cada tribu entre sus diversas ramas o grandes familias, y, finalmente, Gobierno in sistían siempre en que los árabes mismos deseaban con
dividir también estos terrenos en parcelas privadas. La campaña de ap remio la imp lantación de la propiedad privada. De hecho la desea-
los generales de brigada en e l interior de Argelia se realizó puntual- ban; la deseaban los esp eculador es de terrenos y los usureros de Ar-
mente; las comisiones se dirigieron a los hogares donde estaban sitos gelia, que tenían un interés apremiante en "libertar" a su víctima
los terrenos, actua11do de medidores, partidores y jefes al mismo de los lazos p rotectores de las tribus y de su solidaridad. Mientras el
tiempo en todas las contiendas. E l gobernador general de Argelia derecho musulmán rigiese en Argelia, 1a hipoteca de los terrenos ha-
tenía que confirmar, en última instancia, los planes de particiones. llaba u n obstácu lo infranqueable en el hecho de que la propiedad
Después que las comisiones trabajaron denodadamente diez años, el gentil y familiar no era enajenable. La ley de 1863 había abierto la
resultado fue el siguiente: de 1863 a 1873, de los 700 territorios ará- primera brecha. Se tra taba ahora de suprimir por completo el obs-
bigos de tribu, 400 se distribu yeron entre las grandes familias. Ya con táculo para que el usurero pudiera actuar airadamente. El segundo
esto se pusieron los fu ndamentos de la futura desigu aldad: el lati- era un argumento "científico" . Procedía del mismo arsenal espiritual
fundio y las parcelas demasiado reducidas, pues según las dimensiones del que el venerable J ames Mill había sacad() su incapacida d para
del territorio y el núm ero de m iembros de la trib u correspondía a comp render la s relaci ones de propiedad : de la economía política in-
cada persona, tan pronto d e 1 a 4 hectáreas, como 100 y hasta 180. glesa clásica. La p rop iedad privada es la condición previa necesaria
Pero l a partición se detuvo e n las grandes fami l ias. La distribu ción de todo cultivo in tensivo mejorado del suelo en Argelia. "El impe-
del territorio en cont ró, a p esar de todos los generales de brigada, difi- diría las crisis d e hambre, pues es evidente que nadie podrá emplear
cultades insuperab les er.. los dominios árabes. El fin perseguido pot· cap ital o trabajo intensivo en un terreno que no es su propiedad in-
la política francesa : la creación de la propiedad individual y su paso dividual, y cu yos fr u tos no serán exclusivamente suyos", d eclaman
a poder de los franceses, había fracasado, pues, una vez más en con énfasis los discípu los de Smith-Ricardo. Claro que los hechos
conjunto.
296 LA ACUMULACION DEL CAPITAL LA LUCHA CONTRA LA ECONOMIA NATURAL 297

hablaban otro lenguaje. Mostraban que los especuladores franceses no obstante, hay algunas cláusulas que declaran admisible también la
u ! ilizaban la propiedad privada, creada por ellos en Argelia, para implantación de la propiedad privada a instancia de .un propietario,
(n;·i.ls cosas que nada tenían que ver con el cultivo más intensivo y sin el consentimiento · de los demás coopropietarios de terreno; y
elevado del suelo. De las 400.000 hectáreas de terreno que en el año como, por otra parte, una instancia "voluntaria" del propietario car-
1873 pertenecían a los franceses, se encontraban 120.000 en poder de gado de deudas puede producirse a cada momento bajo la presión del
dos sociedades capitalistas; la Compañía Argelina y la Compañía usurero, una nueva ley abre también ampliamente las puertas para
Setif, que no cultivaban directamente sus tierras, sino que se las que continúe el saqueo de los capitalistas franceses e indígenas en los
daban, en arrendamiento, a los indígenas, los cuales las cultivaban terrenos de las tribus y de las grandes familias.
con sus procedimientos tradicionales. Una cuarta parte de los demás Esta vivisección de Argelia, que duró ochenta años, halló tanta
propietarios franceses no se ocupaba tampoco de agricultura. Las in- menor resistencia en el último tiempo, cuanto que los árabes se en-
versiones de capital y el cultivo intensivo del suelo no se podían ha- contraron cada vez más cercados por el capital francés y entregados
cer brotar artificialmente, como tampoco la organización capitalista a él sin salvación con motivo de la sumisión, por una parte, de Túnez
en general. Estas cnsas sólo existían en la' fantasía ávida de ganan- en 1881, y, últimamente, de Marruecos. El último resultado del régi-
cias de los especuladores franceses y en el nebuloso mundo doctrina- men francés en Argelia, es la emigración de los árabes en masa a la
rio de sus ideólogos científicos. Si se prescinde de los pretextos y ara- Turquía asiática."
bescos empleados en la fundamentación de la ley de 1873, tratábase,
simplemente, de privar a los árabes del terreno que era la base de n En su discurso de 20 de junio de 1912 en la Cámara de Diputados francesa, el
ponente de la comisión para la reforma del "indigenado" (de la justicia administra-
su existencia. Y, a pesar de lo endeble de la argumentación, a pesar tiva) en Argelia, Albin Rocet, adujo el hecho de que, del distrito de Setif, hablan
de que se hallaba evidentemente fundada en razones falsas, la ley emigrado 1.000 argelinos. De Tlemcen emigraron, el año pasado, en un mes, 1.200
que había de dar el golpe de muerte al bienestar de la población de indlgenas. El punto de la emigración es Siria. Un e"'igrante escribe desde su nueva
patria : "Me he ~stablecido en Damasco y soy perfectamente feliz. Nos encontramos
Argelia fue aprobada casi por unanimidad el 26 de julio de 1873. ahora en Siria numerosos argelinos que han emigrado como yo, y a quienes el
Pero el fracaso de est~ golpe de fuerza no se hizo esperar mucho. Gobierno ha concedido tierras, fac!Utándolcs la adquisición de Jos medios necesarios
para su cultivo. El Gobierno argelino combate la emigración por el procedimiento de
La política de la Tercera República se estrelló ante la dificultad de negar Jos paoaportes." (Véase Journal 0//iclel de 21 de julio de 1912, páginas 1594 y
introducir de golpe la propiedad privada burguesa en asociaciones siguientes.)
comunistas prim iti vas, como se había estrellado ya la política del
Segundo Imperio. La ley de 26 de julio de 1873, que fue completada
por una segunda ley de 28 de abril de 1887, ofrecía, al cabo de dieci-
siete años de vigencia, el siguiente resultado; Hasta 1890 se habían
gastado 14 millones de francos para aplicar el procedimiento de
partición en 1,6 millones de hectáreas. Se calculaba que la prose- ()

cución del procedimiento tendría que durar hasta 1950 y costaría


otros 60 millones de francos. En cambio, la finalidad de suprimir el
comunismo de las grandes familias no se había logrado. Lo único que
se había conseguido, real e indudablemente, era una loca especulación
de terrenos, una usura floreciente y la ruina económica de los indí-
genas.
El fracaso de la impla.,tación violenta de la propiedad privada
condujo a un nuevo experimento. Aunque el Gobierno general de
Argelia había nombrado, ya en 1890, una comisión que había exa-
minado y condenado las leyes de 1873 a 1887, pasaron otros siete
afios hasta que los legisladores del Sena se resolvieron a hacer una
reforma en interés del país arruinado. En el nuevo curso de las co-
sas, se prescindió de la introducción forzosa de la propiedad privada
por obra del Estado. La ley de 27 de febrero de 1897, así como la
instrucción del gobernador general argelino de 7 de marzo de 1898,
se refieren principalmente a la implantación de la propiedad privada
a instancia voluntaria del propietario o del adquirente.'" Pero como,
10 V. G. K. Anton, Nueva política agraria en Argelia y Túnez, "Jahrbuch fUr Ge-
setzgebung, Verwaltung und Politlk", 1900, páginas 1341 y siguientes.
LA INTRODUCCION DE LA ECONOMIA DE MERCANCIAS 299

la violencia, las puertas de la China al tráfico de mercancías. Perse-


cuciones de cristianos, provocadas por misioneros; tumultos ocasio-
nados por europeos; periódicas matanzas guerreras en las que la
debilidad de un pacífico pueblo agricultor había de medirse con la
más moderna técnica capitalista de guerra de las grandes potencias
CAPI T U L O XXVlii
unidas; grandes contribuciones de guerra, con todo el sistema de
deuda pública; empréstitos europeos; control de las finanzas y ocu-
pación de las fortalezas; aperturas forzosas de puertos libres y con-
cesiones ferrocarrileras arrancadas a la fuerza para capitalistas euro-
peos, tales fueron los ·métodos empleados para inaugurar el comercio
La introducción de mercancías en esa parte de Asia desde el año 40 del siglo pasado
hasta que estalló la revolución china.
de la economía de mercancías El período de la apertura de China a la civilización europea, esto
es, el cambio de mercancías con el capital europeo se inicia con la
guerra del opio, en la que China se ve obligada a adquirir el veneno
de las plantaciones indias para convertirlo en dinero destinado a los
capitalistas ingleses. En el siglo XVII, la Compañía inglesa de las In-
dias Orientales había introducido el cultivo del opio en Bengala, y a
La segunda condición previa fundamental, tanto para la adqui- través de su sucursal de Cantón había difundido el uso del veneno
sición de medios de producción, como para la realización de la plus- en China. A comienzos del siglo XIX, el opio bajó de tal modo su
valía, es la ampliación de la acción del capitalismo a las sociedades precio, que se convirtió rápidamente en medio de consumo para el
de economía natural. El capital necesita que todas las capas y socie- pueblo. Todavía el año 1821 la importación de opio en China era
dades no capitalistas se conviertan en compradores de mercancías y de 4.628 cajas, al precio medio de 1.325 dólares; luego, el precio se
que le vendan sus productos. Parece como si aquí, al menos, comen- reduj'l a la mitad y la importación inglesa pasó en 1825 a 9.621 ca-
zase la "paz" y la "igualdad", el do ut des, la reciprocidad de los jas; en-1830 a 26.670 cajas.' Los efectos desastrosos del vene.no, par-
intereses, la "competencia pacífica" y los "influjos civilizadores". Si ticularmente el de las peores calidades usadas por la población pobre,
el capital puede arrancar por la fuerza medios de producción a otras se convirtieron en una calamidad pública y determinaron que China
entidades sociales y obligar a los trabajadores a convertirse en obje- prohibiese la importación. Ya en 1828, el virrey de Cantón había
tos de la explotación, no puede obligarlos por la violencia a hacerse prohibido la importación de opio, pero esto sólo sirvió para dirigir
compradores de sus mercancías; no puede forzarles a realizar su plus- el comercio hacia otros puertos. Se encargó a uno de los censores de
valía. Lo que parece confirmar este supuesto es la circunstancia de Pekín estudiar la cuestión, y emitió el siguiente informe:
que ciertos medios de transporte -ferrocarriles, navegación, cana- "He venido a saber q\¡e los fumadores de opio sienten ~an vio-
les- constituyen la condición previa indiscutible de la difusión de la lenta apetencia de ese medicamento nocivo, que están dispuestos a
economía de mercancías en territorios de economía natural. La mar- ofrecerlo todo para conseguir su goce. Si no reciben el opio a la hora
cha triunfal de la compra y venta de mercancías suele comenzar con acostumbrada, sus miembros comienzan a temblar; gruesas gotas de
obras grandiosas del tráfico moderno: líneas de ferrocarriles que sudor les corren de la frente y de la cara, y son incapaces de reali-
atraviesan selvas vírgenes y perforan montañas; hilos telegráficos zar el menor trabajo. Pero se les da una pipa de opio, fuman unas
,- que pasan por los desiertos; vapores que entran en lejanos y aparta- .::uantas chupadas y en seguida están curados.
dos puertos. Pero la paz de estas revoluciones es pura apariencia. Las "Por consiguiente, el opio se ha convertido en una necesidad para
relaciones comerciales de la Compañía de las Indias Orientales con los que lo fuman y no hay que asombrarse de que, cuando las auto-
los países que dan materias primas, fueron el robo y el engaño gro- ridades locales les interrogan, prefieran soportar cualquier castigo a
sero bajo la bandera del comercio, como lo son hoy las relaciones de declarar los nombres de los que les suministran opio. A veces, las
los capitalistas americanos con los indios del Canadá, a quienes com- autoridades locales reciben también regalos para tolerar este mal,
pran pieles; o de los negociantes alemanes con los negros africanos. o para suspender una investigación iniciada. La mayoría de los ne-
El ejemplo clásico del "suave" y "pacífico" comercio de mercancías
' En 1854 se importaron 77 379 cajas. Más tarde. la Importación descendió leve-
con sociedades atrasadas, es la moderna historia de China, a través mente por virtud de la difusión de la producción nacional ; no obstante. China con-
de la cual pasan como un hilo rojo, desde mediados hasta fines del tinúa siendo el principal cliente de las plantaciones Indias. En 1873-74 se produjeron
en la Tndfa 6,4 millones de kilos de opio, de los cuales se vendieron a los chinos
siglo XIX, las guerras de los europeos, cuya finalidad era abrir, por 6,1 millones. Todav!a ahora. India exporta anualmente 4.8 millones de kilus por va-
lor de 150 millones de marcos. casi exclusivamente a China y al archipiélaco malayo.
1
t

300 LA ACUMULACION DEL CAPITAL LA INTRODUCCION DE LA ECONOMIA DE MERCANCIAS 301

gociantes que traen artículos de comercio a Cantón venden también al mismo tiempo, contra la flota y contra los puertos. La flota china
opio de contrabando. consistía en unos cuantos juncos de guerra. Ya la primera granada
"Mi opinión es que el opio constituye un mal mucho mayor que penetró en el polvorín de un junco y éste voló con toda la tripula-
el juego y que, por tanto, a los fumadores de opio no debía impo- ción. Al cabo de breve tiempo se habían destruido 11 juncos, entre
nérseles un castigo menor que a los jugadores." ellos el barco almirante; el resto buscaba la salvación en la huída.
El censor proponía que se condenase a todo fumador de opio a Las operaciones en tierra duraron unas horas más. Dada la absoluta
80 azotes de bambú, y a los que no quisieran denunciar al vende- inutilidad de los cañones chinos, los ingleses avanzaron por entre las
dor, a 100 azotes y destierro de tres años. Después, con una franqueza fortificaciones, escalaron un punto importante que estaba totalmente
extraordinaria, el burócrata encoletado de Pekín, terminaba su in- desguarnecido, e hicieron una gran matanza de chinos indefensos.
forme: "Parece que el opio es importado en su mayoría del extran- El balance de la batalla fue: del lado chino, 600 muertos; del in-
jero por funcionarios indignos, que de acuerdo con comerciantes co- glés. . . 1 muerto y 30 heridos, de los cuales, más de la mitad prove-
diciosos lo traen al interior del país, donde los jóvenes de buena nían de la explosión casual de un almacén de pólvora. Unas semanas
familia, los particulares y comerciantes ricos se dedican a ese goce. más tarde, los ingleses realizaron una nueva hazaña. Tratábase de
Finalmente, su uso se extiende también a la gente ordinaria. Es sa- tomar los fuertes de Anunghoy y Wantong del Norte. Para ello dis-
bido que en todas las provincias hay fumadores de opio, no sólo entre ponían nada menos que de 12 barcos completamente preparados. Ade-
los funcionarios civiles, sino también en el ejército. Mientras los fun- más, los chinos habían olvidado otra vez lo principal, esto es, forti-
cionarios de los distintos distritos recuerdan con edictos la prohibi- ficar la isla de Wantong del Sur. Así, pues, los ingleses desembocaron
ción legal de la venta de opio, sus padres, deudos, inferiores y ser- en ella tranquilamente con las baterías; con ellas bombardearon el
vidores fuman como antes, y los comerciantes utilizan la prohibición fuerte por un lado; los barcos de guerra, por el otro. Bastaron pocos
para subir el precio. Hasta la policía, que se halla igualmente conta- minutos para expulsar a los chinos del fuerte y hacer posible el des-
gia;la, compra este artículo en vez de contribuir a perseguirlo, y ésta embarque general sin resistencia. La escena inhumana que luego si-
es también la-razón de que todas las prohibiciones y medidas sean guió -dice una referencia inglesa-, será siempre un objeto de pro-
vanas."' Después de esto, fue promulgada una ley que condenaba a fundo pesar para los oficiales ingleses. Los chinos, al tratar ·de huir,
todo fumador de opio a 100 azotes y a ser expuesto durante dos cayeron en los fosos, de modo que rápidamente quedaron llenos de
meses. Se impuso a los gobernadores de las provincias la obligación soldados inermes que pedían gracia. Los cipayos dispararon incesan-
de mencionar, en sus informes anuales, los resultados de la lucha temente -al parecer contra las órdenes de los oficiales- sobre esta
contra el opio. El doble resultado de esta lucha fue, que, de una par- masa yacente de cuerpos humanos. Así se abrió Cantón al tráfico de
te, en el interior de China, especialmente en las provincias de Honan, mercancías.
Setschuan y Kweitschan, se establecieron plantaciones de adormide- Lo propio ocurrió en los demás fuertes. El 4 de julio de ·1861 apa-
ras en gran escala y que, por otra parte, Inglaterra declaró la guerra recieron tres barcos de guerra ingleses con 120 cañones ante las islas
a China para obligarla a permitir la importación. Así comenzó la situadas a la entrada de la ciudad de Ningpó. Otros barcos de guerra
gloriosa "apertura" de China a la cultura europea; esa apertura sim- llegaron al día siguiente. Por la tarde, el almirante inglés envió un
bolizada por la pipa de opio. mensaje al gobernador chino, pidiéndole que entregase las islas. El
El primer ataque vino por Cantón. La defensa de la ciudad por gobernador declaró que le faltaban fuerzas para resistir, pero que no
la entrada principal del río Peri era de lo más primitivo que se podía efectuar la entrega sin orden de Pekin, por lo cual solicitaba
puede imaginar. Consistía, priPcipalmente, en unas cadenas de hierro un aplazamiento. No se le concedió, y a las dos y media de la mañana
que diariamente y a la puesta del Sol se sujetaban a postes de madera los ingleses comenzaron el ataque a la isla indefensa. A los nueve
anclados en el río. Hay que tener además en cuenta, que los cañones minutos el fuerte y las casas de la playa eran un montón humeante
chinos carecían de dispositivos para corregir el tiro, esto es, eran de ruinas. Las tropas desembarcaron en la costa abandonada y cu-
completamente inofensivos. Con esta primitiva defensa, que servía bierta de venablos, sables, escudos, fusiles y algunos muertos, avan-
justamente para impedir la entrada a un par de barcos mercantes, zando hasta los muros de la ciudad de Tinghai, para tomarla. Refor-
afrontaron los chinos el ataque inglés. Dos barcos de guerra ingleses zados por las tripulaciones de los nuevos barcos que habían llegado
fueron suficientes para forzar la entrada el 7 de septiembre de 1839. entretanto, a la mañana siguiente acometieron el asalto de los muros
Los 16 juncos de guerra y los 13 cañones con que los chinos se resis- apenas defendidos, y a los pocos minutos se habían apoderado de la
tieron fueron destrozados en tres cuartos de hora. Tras esta primera ciudad. Esta gloriosa victoria fue anunciada por los ingleses, modesta-
victoria, los ingleses reforzaron considerablemente su flota de gue- mente, de este modo: "El destino había designado la mañana del 5
rra, y a principios de 1841 renovaron el ataque. Esta vez fue dirigido, de julio de 1841 como el día memorable en que, por primera vez, la
bandera de Su Majestad Inglesa flotase, la primera, sobre la más
2 Citado por el m3yor :r. Scheibert, La guerra en Chin<I, 1830, página 179. bella isla del Celeste Imperio." El 25 de agosto de 1841 se presentaron
302 LA ACUMULACION DEL CAPITAL
LA INTRODUCCION DE LA ECONOMIA DE MERCANCIAS 303
los ingleses ante la ciudad de Amoy, cuyos fuertes estaban armados
con varios cientos de cañones del mayor calibre chino. DaJa la inuti- tomaron primeramente sin disparar un tiro los fuertes de Taki; luego
lidad casi completa de estos cañones y la torpeza del jefe, b ton1a avanzaron hacia Tientain y continuaron su avance hacia Pekín. Por
del puerto fue también un juego de niños. Los bar::os ingleses se el camino, el 21 de septiembre de 1860, tuvo lugar la sangrienta ba-
·j talla de Paliakao, que ponía a Pekín a disposición de las potencias
1
acercaron bajo un fuego continuo a los muros de Kulangsu, luego
1
desembarcaron los soldados de infantería de marina, y, tras breve europeas. Los vencedores entraron en la ciudad, casi vacía y sin de-
/· resistencia, ahuyentaron a las tropas chinas. Los ingleses apresaron fensa alguna; saquearon primeramente el palacio imperial, en cuyo
en el puerto 26 juncos de guerra con 128 cañones abandonados por saqueo intervino personalmente, con gran entusiasmo, el general
las tripulaciones. En una de las baterías, . los tártaros resistieron heroi- Coursin, que fue después mariscal "conde de Palikiao"; por su parte,
camente el fuego combinado de cinco barcos enemigos, pero los in- lord Eljin mandó prender fuego al palacio, "como expiación".'
gleses desembarcados cayeron sobre ellos por la espalda e hicieron A consecuencia de todo esto, se permitió a las potencias europeas
otra gran matanza. tener plenipotenciarios en Pekín y Tientsin, y otras ciudades se abrie-
Así terminó la gloriosa guerra del opio. Por la p az del 27 de ron al comercio. Mientras, en Inglaterra, la Liga contra el opio tra-
agosto de 1842, los ingleses obtuvieron .la isla de Hongkong. Ade- bajaba contra la difusión del tóxico en Londres, Manchester y otros
más, los puertos de Cantón, Amoy, Fuchu, Ningpó, Shangai debí~m distritos industriales, y una comisión nombrada por el Parlamento
abrirse al comercio. Quince años más tarde tuvo lugar la segunda declaraba altamente nocivo el consumo de opio, en la Convención de
guerra contra China, durante la cual los ingleses procedieron de Chifú de 1876 se aseguraba aún la libertad a la importación de opio
acuerdo con los franceses; en 1857, la flota aliada se apoderó de Can- en China. Al mismo tiempo, todos los tratados de China aseguraron
tón, con el mismo heroísmo que en la primera guerra. En la paz de a los europeos -comerciantes y misiones- el derecho a adquirir en
Tientsin -1858- los chinos concedieron la importación de opio y la China propiedad territorial. En esta tarea colaboraba, con el fuego
entrada, al interior del país, del comercio europeo y las misiones. de los cañones, el engaño consciente. Los términos equívocos en que
Poco después, en 1859, los ingleses abrieron de nuevo las hostilidades estaban redactados los tratados ofrecían una cómoda base para ir
y resolvieron destruir las fortificaciones de los chinos en el Peiho, extendiendo gradualmente las zonas ocupadas por el capital europeo,
pe-ro fueron rechazados tras una batalla en la que tuvieron 464 muer- y los puertos comprendidos en las estipulaciones. Sobre la base de
tos y heridos! Entonces, Inglaterra y Francia volvieron a operar jun- la conocida cínica falsificación del texto chino d,e la Convención adi-
tas. Con 12.600 hombres de tropas inglesas y 7.500 franceses al cional francesa del año 1870, obra del misionero católico abate DeJa-
mando del general Coursin-Montauban, a fines de agosto de 1860, marre, que había intervenido como intérprete, se obligó, más tarde,
al Gobierno chino, a permitir que las misiones adquiriesen terrenos,
' Un edicto Imperial del d[a 3 de la luna VIII en el X año Hsien-Feng (6 de no sólo en los puertos abiertos, sino en todas las provincias. Tanto la
septiembre de 1860) dice, entre otras cosas: diplomacia francesa como las misiones protestantes condenaron uná-
"No hemos prohibido nunca a Inglaterra ni a Francia tener C"Omercio con China, nimes el refinado engaño del padre católico, pero esto no impidió a
y durante muchos años ha habido paz entre ellos y nosotros. Pero hace tres aftas,
los ingleses penetraron con malas intenciones en nuestra ciudad de Cantón e hicie- la primera exigir, enérgicamente, la aplicación de la ampliación de
ron prisioneros a nuestros funcionarios. Por aquel entonces no tomamos represalias derechos de las misiones francesas introducida fraudulentamente, y
ni medidas. porque nos vimos obligados a reconocer que la obstinación del virrey
Yah habfa dado, en cierto modo, ocasión a las hostilidades. Hace dos años. el iefe hacer que, en 1887, se extendiese también, expresamente, a las mi-
de los bárbaros, Eljln, avanzó hacia el Norte y dimos orden al virrey de Chlhli, T'an siones protestantes.•
Ting-Hsiang, que examinase los hechos antes de entrar en negociaciones. Pero el
bárbaro se aprovechó de que no estábamos prepara1os; tomó los fuer:tes de Taki y
avarzó sobre Tientsin. Preocupados de ahorrar a nuest:-o pueblo los horrores de la • Las operaciones de los héroes europeos para conseguir la apertura de China al
guerra, prescindimos. una vez más, de tomar represalias y ordenarnos a Kuei-Liang comercio de mercancías, están enlazadas con un lindo fragmento de la historia
que entrase en negociaciones de paz. A pesar de las vergonzosas exigencias de los interior de China. Reciente el saqueo del palacio de verano de los soberanos man-
bárbaros, ordenamos a Kue~-Liang dirigirse a Schangai para ocuparse del tratado chúes, el "Gordon chino" emprendió la campaña contra los rebeldes Taiping, y en
de comercio propuesto, e incluso lo ratificamos como signo de nues tra buena fe. 1863 tomó, Incluso, el mando del ejército imperiaL La sofocación del alzamiento
"Sin tener en cuenta nada de esto, últimamente. el jefe de Jos bárbaros, Bruce, fue en realidad obra del ejército inglés. Pero. a pesar de que un número conside-
con una obstinación completamente irrazonada, apareció en la XVIII luna con una rable de europeos, entre ellos un almirante francés, perdieron su vida para con-
escuadra de barcos de guerra en la bahia de Tako. Acometió violentamente a Seng servar la China a la dinastía manchú, los representantes del comercio de mercan-
Ko l,iu Ch'ln y le obligó a retirarse. De todo esto se deduce que China no ha fal- cías europeo aprovecharon la cuestión para hacer un negocio con estas luchas, su-
tado a la !e prometida, y que los bárbaros no tienen ninguna razón. Ahora, en el ministrando armas tanto a los defensores de la apertura de China al comercio, como
año corriente. los jefes bárbaros Eljln y Gros han vuelto a apnrcccr en nuestras a los rebeldes contra quienes éstos combatlan. "La ocasión de hacer dinero Indujo,
costas. p .. ro China. no deseando recurrir a medidas extremas, les permitió el des~ además, a los honorables comerciantes, a suministrar a ambas partes armas y mu-
emb.:arco v una visita a Pakin para ratificar el tratado. niciones, y como las dificultades de aprovisionamiento de estos artlculos eran ma-
"¡Quila hubiera creido que Ios bárbaros no hablan hecho más que tendernos yores para los rebeldes que para los imperiales, y tenían que pagar, por tanto, pre-
1azos dura_nte todo este tiempo y que tratan consigo un ejército de soldados y ar- cios más altos de los que estaban dispuestos a pagar, fueron adquiridos preferente-
tíllerfa, con el que tomaron por la espalda los fuertes Taku y, después de desalo- mente por los negociantes. Estos armamentos les permitieron resist!r, no sólo a las
jada la guarnición, marcharon sobre China!" (China bajo la emperatriz vitulu, Ber- tropas del propio Gobierno, sino también a las de Inglaterra y Frartcla." (M. v .
lin, 1912. página 25. Véase también en Ja mencionada obra todo el capitulo titulado Brandt, Treinta y tres allos en el Asia oriental, 1901, tomo III, "China", página 11.)
"La hufd.J a Jehol".) • Dr. V. Franke, La situación jurídica de la propiedad territorial en China, Lelp-
zlg, 1903, páginas 82 y ss.
304 LA ACUMULACION DEL CAPITAL

La apertura de China al comercio de mercancías, que había co-


menzado con la guerra del opio, fue sellada con la serie de pactos
y la expedición de China -1900-, en los que los intereses comercia-
les del capital europeo dieron lugar a un público e internacional robo
de terrenos. Finalmente, hace resaltar esta contradicción entre la
teoría inicial y la práctica final de los "representantes" de la cultura CAPITULO XXIX
europea en China, el despacho dirigido por la emperatriz viuda a la
reina Victoria después de la toma de los fuertes Taku.
"Un saludo a Vuestra Majestad: En todas las negociaciones de
Inglaterra con el Imperio Chino desde que éstas se entablaron en-
tre nosotros, ·no se ha hablado nunca, por parte de la Gran Bretaña, La lucha contra
de ampliar las posesiones territoriales, sino sólo del deseo vivo de fo-
mentar los intereses de su comercio. Considerando el hecho de que la economía campesina
nuestro país se halla ahora en un espantoso estado de guerra, recor-
damos que una gran parte del comercio de China, el 70 u 80 por
cierto, tiene lugar con Inglaterra. Además de eoto, vuestras aduanas
marítimas son las más bajas del mundo y en vuestros puertos se
ponen muy pocas limitaciones a la importación extranjera. Sobre
estas bases se han mantenido nuestras 1·elaciones amistosas con co- Un importante capítulo final de la lucha contra la economía na-
merciantes ingleses en nuestros puertos abiertos al comercio durante tural es el de separar la industria de la agricultura, la eliminación
el último medio siglo ininterrumpidamente · y con ventaja mutua. de las industrias rurales dentro de la economía campesina. El artesa-
Pero, ahora, ha sobrevenido un cambio repentino y se ha levantado nado aparece históricamente como una ocupación agrícola secundaria.
contra nosotros una sospecha general. Rogamos a Vuestra Majestad, En los pueblos civilizados sedentarios, es un anejo del cultivo de
por ello, que reflexione sobre el hecho de que si por cierta combina- la tierra. La historia del artesanado europeo en la Edad Media es la
ción de circunstancias hubiera de perderse la independencia de nues- historia de su emancipación de la agricultura, de su liberación de las
tro Imperio, y las potencias se pusieran de acuerdo para 'realizar su tierras de señorío, de su especialización y desarrollo dentro de la pro-
antiguo propósito de adueñarse de nuestro territorio [en un despacho ducción gremial urbana. A pesar de que la producción industrial
contemporáneo al emperador del Japón, la apasionada Tzu Hsi habla había seguido progresando y había ido del artesanado a la manufac-
claramente cde las potencias del Oeste, hambrientas de tierra, cuyos tura, y de ésta a la fábrica capitalista de gran industria, en el campo,
ojos de tigres devoradores miran en nuestra dirección»], el resultado el artesanado seguía obstinadamente adherido a la economía campe-
sería infortunado y fatal para vuestro comercio. Entretanto, confia- sina. El artesanado desempeñaba un papel importante para cubrir las
mos en los buenos servicios de Vuestra Majestad como intermediaria, necesidades propias de la economía campesina como producción ca-
y aguardamos vuestra pronto resolución .. ' • sera, a la que se dedicaba el tiempo que dejaba libre el cultivo de la
En cada guerra, mientras tanto, los representantes de la cultura tierra.1 El desarrollo de la producción capitalista fue arrancando a
europea toman parte en los robos y saqueos de los palacios imperiales la economía campesina una rama industrial tras otra, para hacer
chinos, de los edificios públicos, de los monumentos antiguos de civi- así la concentración de la producción en las fábricas. La historia de
lización. Tanto en el año 1870, en que los franceses saquearon el pa- la industria textil ofrece un ejemplo típico. Pero lo mismo sucedió,
lacio del emperador con sus tesoros de maravilla, como en 1900, en aunque de un modo menos ostensible, con todas las demás rama~
que "todas las naciones" robaron a porfía bienes públicos y privados. industriales de la agricultura. Para convertir a la masa campesina en
Ruinas humeantes de las mayores y más antiguas ciudades, decaden- compradora de sus mercancías, el capital se esfuerza en reducir, por
cia de la agricultura en extensas zonas, insoportables gravámenes tri- de pronto, la economía campesina a una rama de la que no puede
butarios para recaudar las contribuciones de guerra, acompañaron a apoderarse en seguida -dadas las relaciones europeas de propiedad
los progresos del comercio de mercancías en todo avance europeo.
Cada uno de los cuarenta y tantos Treaty ports chinos ha sido adqui- 1 En China, la industria doméstica se ha cons ervado en amplia escala hast.a la

rido con raudales de sangre, matanzas y ruinas. época más moderna, incluso en la burguesía . y hasta en d udades comerciales taQ
populosas y antiguas como Ningpó con sus 300.000 habit3ntes . "Hace sólo una ge-
neración. Jas mujeres hacian. ellas mismas, zapatos, sombreros. camisas y demás
• China bajo la emperatriz viuda, página 334. articulas de uso para sus maridos y para ellas. En aquel entonces causaba impre ...
sión en Nlngpó, el que una mujer joven comprase en una tienda algo que hubiera
debido fabricar con sus propias manos." (Dr. Nyok-Chlng Tsur, Las explotaciones
industriales de !a_ ciudad de Ningpo, Tubinga, 1909, página 51.)

20. -LA ACUMULACIÓN DEL CAPITAL


306 LA ACUMULACION DEL CAPITAL LA LUCHA CONTRA LA ECONOMIA CAMPESINA 307
"f no puede h acerlo sin dificultad-: a la agricultura propiamente di- xima. En invierno se llevaban a la ciudad trigo, harina, maíz en
1
cha .' Exteriormente, este proceso parece desarrollarse pacíficamente; grandes carros, con seis u ocho caballos, a 100 ó 200 millas de distan-
1 en el fondo, se halla favorecido, al propio tiempo, por factores pura- cia; allí se compraba para el año siguiente ultramarinos, determina-
mente económicos. La superioridad técnica de la producción fabril das telas, etc. Podían hallarse también, entre los granjeros, distintos
en serie --eon su especialización, sus análisis científicos, su adqui- artesanos. Los carros se hacían en la granja en uno o dos años. El
sición de las materias primas en el mercado mundial y su instrumen- material se hallaba en las cercanías; la clase de la madera en cons-
tal perfeccionado--, en comparación con la industria campesina pri- trucción a emplear, se determinaba exactamente con el vecino; había
mitiva, está fuera de duda. En este proceso, para separar la industria de ser suministrada en un tiempo fijo y después puesta a secar du-
de la agricultura campesina, han intervenido en realidad factores rante un período determinado, de manera que, al termin·a rse el carro,
múltiples, como la presión tributaria, la guerra, la dilapidación y mo- ambas partes contratantes sabían de dónde procedía cada trozo de
nopolización del ten·eno nacional. Estos factores caen igualmente en madera y cuánto tiempo había estado a secar. Durante el invierno,
el campo de la economía política, del poder político y del Código el carpintero de la comarca hacía ventanas, puertas, cornisas y vi-
penal. En ninguna parte se ha realizado este proceso tan plenamente guería para la próxima temporada. Cuando llegaban las heladas de
como en los Estados Unidos de Norteamérica. otoño, veíase al zapatero sentado en un rincón de la casa del granjero
Los ferrocarriles, esto es, el capital europeo, principalmente in- confeccionando zapatos para la familia. Todo esto se hacía en casa,
glés, fueron conduciendo a los granjeros americanos, paso a paso, a y una parte de los gastos se pagaba con los productos de la granja.
través de los inconmensurables campos del este y oeste de la Unión, La llegada del invierno era la época de aprovisionarse de carne, que
donde con armas de fuego, perros, licores y sífilis, exterminaron a los se preparaba y se conservaba después de ahumarla. El huerto de ár-
indios. Los trasplantaron violentamente del Este al Oeste, para apro- boles frutales suministraba fruta para mostos y todo género de con-
piarse de sus terrenos, como si fueran "tierra libre", para desbravada servas, todo ello en cantidad suficiente para las necesidades de la
y ponerla en cultivo. El granjero americano de la buena época ante- familia durante el año y aún más allá. El trigo era trillado poco a
rior a la guerra de Secesión, el "tras los bosques", era muy distinto poco, según se necesitaba, con arreglo a la cantidad de dinero que
del actual. Sabía aproximadamente todo, y podía arreglárselas en su hacía falta. Todo se guardaba y consumía. Una de las consecuencias
granja apartada, casi sin recurrir al mundo exterior. "El actual gran- de semejante género de explotación era que se necesitaba relativa-
jero americano --escribía a comienzos de los años 90 el senador mente poco dinero para mantener el negocio en marcha. Por término
Peffer, uno de los directores de la Farmers Alliance-- es completa- medio, bastab:m unos cien dólares, en las grandes granjas, para pagar
mente distintc. de su antepasado de hace cincuenta o cien años. Mu- a los criados, reparar aperos de labranza y otros gastos ocasionales." •
chos de los que hoy viven recuerdan la época en que los granjeros Este idilio debía hallar un fin brusco después de la guerra de
se ocupaban, en considerable escala, de trabajos industriales, es decir, Secesión. La enorme deuda pública de 6.000 millones de dólares que
en que fabricaban por sí solos una parte considerable de lo que les impuso a la Unión, trajo consigo una gran elevación de los impuestos.
hacía falta para su propio consumo. Todo granjero tenía una colee- Pero, además, después de la guerra comenzó un febril desarrollo de
. ción de herrami ..mtas, con cuya ayuda hacía utensilios de madera, los medios de transporte modernos y de la industria; particularmente
tales como horquillas para el heno y rastrillos, mangos para las palas de la industria de maquinaria, con ayuda de las aduanas cada vez
y arados, lanzas para el carro y otra serie de aperos de madera. más altas. Para impulsar la construcción de ferrocarriles y la coloni-
Además, el granjero producía lino y cáñamo, lana de ovejas y algo- zación del campo con granjeros, se hizo donación de enormes exten-
dón. Estas materias textiles se trabajaban en la granja, eran hiladas siones de terrenos nacionales a las compañías ferroviarias: en 1867
y tejidas en casa; igualmente, se confeccionaban en la casa vestidos, obtuvieron más de 74 millones de hectáreas de tierra. A consecuencia
ropa interior y, en general, cuanto necesitaba el granjero para su de esto, la red de ferrocarriles creció en proporciones inauditas. En
consumo personal. En cada granja había un pequeño taller para tra- 1860 no llegaba aún a 50.000 kilómetros; en 1870 pasaba de 85.000,
bajos de carpintería y cerrajería, y en la casa un cardador de lana y, en 1880 de 150.000 (en la misma época, de 1870 a 1880, la red total
y un telar; se tejían alfombras, mantas y otra ropa de cama; en cada de ferrocarriles de Europa pasó de 130.000 a 169.000 kilómetros). Los
granja se criaban gansos, con cuyo plumaje se llenaban almohadas ferrocarriles y la especulación de terrenos atrajeron a los Estados
y colchones; el sobrante se vendía en el mercado de la ciudad pró- Unidos grandes masas de emigrantes europeos. La emigración ascen-
dió en los veintitrés años que van de 1879 a 1892 a más de 4 millones
' Cierto que el último capitulo de la historia de la economla campesina bajo la y medio de personas. A consecuencia de esto, la Unión se fue eman-
influencia de la producción capitalista Invierte los términos de esta relación. Es
frecuente que loK pequeños labradores arruln3dos. que trabajan en la industria do-
m~stica parOJ un empresario capitalista. o que trabajan sencillamente por el salario 'W. A. Pefier. The Fanner's side. Hi.& troubles and their remedy, Nueva York,
en Ja tátJr~e..:a, :se conviertan en obreros pro.feslonaJes, mientras las labores agrfcolas 1891. Part. 1.: "How we got here", Cap. I.: "Changed conditlon of the Farmer",
descé:tn~:Jn com pJetamente sobre los hombros de las mujeres. ancianos y niños. Un páginas 56-57. V. también A. M. Simons, The American Farmer, 2.• edición, Chlcago,
ejemplo tfpfco Jo ofrece el pequeno labrador de Wurtemberg. 1906, páginas 74 y ss.
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308 LA ACUMULACION DEL CAPITAL LA LUCHA CONTRA LA ECONOMIA CAMPESINA 309
cipando más y más de la industria europea, principalmente de la mismos autores de las nuevas leyes, y el país vio con dolor que la
inglesa, y creó maquinaria, manufactura, industria textil y metalúr- honra y el decoro de los hombres políticos no se mantenían intangi-
gica propias. Lo que más raramente se revolucionó fue la agricultura. bles." Y este arancel, que significaba toda una revolución en la vida
Ya en ·los primeros años que siguieron a la guerra civil, los propieta- política del país, que había de mantenerse durante 20 años inalte-
rios de plantaciones de los Estados del Sur se vieron obligados, por la rable, y que, en lo sustancial, forma hasta hoy la base de la legisla-
emancipación de los negros, a introducir el arado de vapor. Pero, ción aduanera de los Estados Unidos, se aprobó en d Congreso, lite-
sobre todo, las nuevas granjas, brotadas en el Oeste por obra de los ralmente en tres días, y en dos días, sin crítica ... , sin debate, sin
ferrocarriles, se pusieron inmediatamente a la altura de la técnica oposición alguna en el Senado. •
más moderna. "En la misma época -se. decía en el informe de la Con esta revolución en la política de hacienda de los Estados
Comisión agrícola de los Estados Unidos en el año 1867-, mientras Unidos, comenzó la descarada corrupción parlamentaria de la Unión:
la aplicación de la maquinaria en el Oeste revolucionaba la agricul- el empleo abierto y sin escrúpulos de las elecciones, de la legislación
tura y rebajaba la proporción de trabajo humano a la menor cantidad y de la prensa como instrumentos de los intereses exclusivos del gran
a que se había llegado hasta entonces, sobresalientes capacidades ad- capital. El enriqueceos, fue la máxima de la vida pública tras la
ministrativas y organizadoras se consagraron a la agricultura. Gran- "noble guerra" para liberar a la humanidad de la "mancha de la es-
jas de algunos miles de hectáreas eran dirigidas con más discreción, clavitud"; el yanqui libertador de los negros celebró orgías como
con un aprovechamiento más adecuado y económico de los medios caballero de industria y especulador de Bolsa; se regaló a sí mismo,
disponibles, y su rendimiento era mayor que el de las granjas de 40 como legislador, terrenos nacionales; se enriqueció con aduanas e im-
hectáreas." • puestos, con monopolios, acciones fraudulentas, defraudaciones del
Al propio tiempo aumentaba enormemente la presión de los im- caudal público. Floreció la industria. Habían pasado los tiempos en
puestos directos lo mismo que de los indirectos. En plena guerra que el pequeño y medio granjero podían sostenerse sin dinero h1etá-
civil se hizo una nueva ley de Hacienda. La tarifa de guerra de 30 lico y trillar su trigo, conforme a sus necesidades, para convertirlo en
de junio de 1864, que constituye la base del sistema vigente hasta dinero. Ahora, el granjero tenía que tener constantemente dinero,
hoy, elevó extraordinariamente los impuestos de consumo y los im- mucho dinero, para pagar sus contribuciones; tenía que vender en
puestos sobre la renta. Al propio tiempo, comenzó una verdadera or- seguida sus productos, para adquirir, también en seguida, lo que le
gía de protección aduanera, que tomó como pretexto aquellas eleva- hacía falta de la mercancía industrial. "Si consideramos ahora el pre-
das contribuciones de guerra, para compensar con derechos aduaneros sente -escribe Peffer-, hallamos que casi todo se ha modificado.
la carga que pesaba sobre la producción nacional.' Mr. Morrill, Ste- En todo el Oeste los granjeros trillan y venden su trigo al mismo
vens y los demás gentlemen que aprovecharon la guerra para impo- tiempo. El granjero vende su ganado y compra carne fresca o tocino,
ner su programa proteccionista, fundaron el sistema con arreglo al vende sus cerdos y compra jamón y carne de cerdo, vende sus legum-
cual la política aduanera se convirtió abierta y cínicamente en ins- bres y su fruta y vuelve a comprarlas en forma de conservas. Si
trumento de todo interés particular. Todo productor nacional que siembra lino, en vez de hilarlo, tejerlo y hacer ropas para sus hijos,
aparecía ante el Congreso para solicitar unos derechos de aduanas como sucedía hace cincuenta años, hoy vende las semillas; en cuanto
especiales con que llenar sus bolsillos, se veía complacido del mejor a la paja, la quema. De cincuenta gcanjeros, apenas hay uno que
grado en sus deseos. Las tarifas se elevaron todo lo que se pedía. críe ovejas; cuenta con las grandes granjas ganaderas, y obtiene la
"La guerra -escribe el americano Taussig- había ejercido un efecto lana ya terminada en forma de tela o vestido. Su traje no se cose
refrescante y ennoblecedor en varios sentidos sobre nuestra vida na- ya en casa, sino que se compra en la ciudad. En vez de confeccionar
cional, pero su influencia inmediata sobre la vida de los asuntos de él mismo los aperos necesarios, horquillas, rastrillos, etc., se va a la
legislación referente a intereses de dinero, fue desmoralizadora. Los ciudad para comprar el mango del martillo; compra sogas y cordeles,
legisladores perdieron frecuentemente de vista la línea divisoria entre telas para vestidos o incluso vestidos hechos, frutas en conserva, to-
deber público e intereses particulares. Se hicieron grandes peculados, cino y carne y jamón; hoy compra casi todo lo que antes producía
se crearon empresas de las que habían de ser los usufructarios los por sí mismo, y para todo ello necesita dinero. Fuera de esto, y lo
que parece más extraño que lo demás, es lo siguiente: mientras,
4 Citado por Lafargue, "El cultivo y comercio de ccrc.:~les en los E st::~do:; Unidos".

Die Neue Zeit, 1885, página 344 (el articulo se publicó, por primera vez. en el ;¡flo
antes, la posesión del americano se mantenía libre de deudas -no
1883 en una revista ruso). había un caso entre mil en que una posición estuviera gravada con
:; Las tres leyes tributarias de 30 de junio de 1864 constituyen, prácticamente. una hipotecas para garantizar un préstamo en dinero- y dada la escasa
sola, y son, probablemente, las medidas tribut.:1rias más grandes que el mundo ha
visto. La ley referente a. los impuestos interiores se hizo. como ha dicho Mr. D:.vid
A . Wels, partiendo del principio del irlandés de la feria de Donnybrook : " Donde • "Las necesidades de la situación. el tlpko estado del pais, la necesidad urgente
veas una cabeza, tásala; donde veas un articulo, impónle una contribución." Todo de Ingresos pueden haber justificado esta premura, de la que puede decirse. sin
fue objeto de imposición, y de imposición elevada. (F. W . Tausslg. Tlle Tariff His- tem or. que es única en la historia de los paises civilizados." (Taussig, lugar citado,
t ,JTU of the United States, Nueva Y ork, 1888, página 164.) página 178.)
310 LA ACUMULACION DEL CAPITAL LA LUCHA CONTRA LA ECONOMIA CAMPESINA 311

necesidad de dinero que requería la explotación, había siempre dinero por medio de un ejército de agentes, empleando los medios de reclamo
bastante entre los granjeros; ahora, que se necesita diez veces más más descarados, con todo género de engaños, se encaminó hacia los
dinero, lo hay muy poco, o no lo hay. Aproximadamente, la mitad de Estados Unidos una fuerte corriente de emigración europea. Esta co-
las granjas tienen deudas hipotecarias que absorben todo su valor, rriente se estableció primeramente en los Estados del Este, en la
pues los intereses son exorbitantes. La causa de esta notable trans- costa atlántica. Pero cuanto más se desarrollaba en ellos la industria,
form ación está en los manufactureros con sus fábricas de lana y tanto más se desplazaba la agricultura hacia el Oeste. El "centro
lienzo, de maderas, de tejidos de algodón, de conservas de carne y triguero", que en 1850 se encontraba en Columbus, en el Ohío, si-
fnlta, etc.; los pequeños talleres de las granjas han tenido que dejar guió alejándose en los cincuenta años siguientes 99 millas hacia el
el puesto a las grandes industrias de la ciudad. El taller vecino, donde Norte y 680 millas hacia el Oeste. En 1850, los Estados atlánticos
se construían carros, ha tenido que dej ar el puesto a los enormes suministraron el 51,4 por ciento de la cosecha total de trigo; en el
talleres de la ciudad , donde se h acen ciento o doscientos carros por año 1880 sólo suministraron el 13,6 por ciento, mientras los Estados
semana; el talle r del zapatero ha sido sustituido por la gra n fábrica septentrionales del Centro suministraron, en 1880, el 71,7 y los occi-
ciudadana, donde la mayor parte del trabajo se hace por medio de dentales el 9,4.
máquinas." T Y, finalmente, el pi"Opio trabajo agrícola del granjero En 1825, el Congreso de la Unión, durante la presidencia de Mon-
se ha convertido en trabajo de máquina. "Ahora el granjero ara, roe, había resuelto trasplantar los indios del este del Missisipí hacia
siembra y siega con máquinas. La máquina siega, hace gavillas, y el Oeste. Los pieles rojas se defendieron a la desesperada, pero fue-
se trilla con ayuda del vapor. El gra njero puede leer el periódico ron barridos como basura molesta -al menos el resto que quedaba
de la mañana mie ntras ara, y va cómodamente sentado en la máquina después de las matanzas de los cuarenta años de guerras indias- ,
mientras siega."' fueron empujados como r ebaños de búfalos hacia el Oeste, para ser
Esta revo lución experimentada por la agricultura norteamericana encerrados como bestias dentro de las reservations. Los indios tuvie-
después de la "gran guerra", no era, si n embargo, el fin, sino el ron que ceder el puesto a los granjeros; ahora le tocó el turno al
principio del torbellino e n que había caído el granjero. Su histo ria granjero, que tuvo que ceder el puesto al capital, siendo a su vez
lleva de la mano a la segunda fase del desarrollo de la acumulación empujado más allá del Missisipí.
capitalista, de la que es, igualmente, un excelente ejemplo ; el capi- Siguiendo a los ferrocarriles, el granjero americano emigró hacia
t alismo comb ate y aniquila en todas partes la economía natural, la el Oeste y Noroeste, a la tierra prom~tida que le pintaban los agentes
producción para el propio consumo, la combinación de la agricultura de los grandes especuladores de terreno. Pero los terrenos más fér-
con el artesanado. Necesita imponer la economía de mercado para dar tiles y mejor situados se destinaban, por las compañías, a grandes
salida a la propia plusvalía. La producc;.ón de mercancías es la forma explotaciones, regidas con métodos puramente capitalistas. Al lado
general que el capitalismo necesita para prosperar. Pero una vez que del granjero arrastrado al desierto, surgió, como su concurrente y
sobre las ruinas de la economía natural se ha extendido la simple enemiga mortal, la granja cultivada con arreglo a los métodos del
producción de mercancías, comienza en seguida la lucha del capital gran capitalismo en una escala desconocida hasta entonces en el Viejo
contra dicha producción. El capitalismo entra en competencia con la y en el Nuevo Mundo. En estas granjas se perseguía la producción de
economia de mercancías; ·después de haberle dado vida, le disputa plusvalía empleando todos los medios de la ciencia y la técnica mo-
los medios de producción, los trabajadores y el mercado. Primera- derna. "Olivier Dalrymple, cuyo nombre es conocido en ambos lados
mente, el fin era el aislamiento del productor, el apartarlo de la del océano Atlántico -escribía Lafargue en 1885- puede ser con-
protección de la comunidad; bego, separar la agricultura del arte- siderado como el mejor representante de estos financieros agrarios.
sanado; ahora, la tarea es separar al pequeño productor de mercan- Desde 1874 dirige, al mismo tiempo, una línea de vapores en el río
cías de sus medios de producción. Rojo y seis granjas, con una extensión total de 30.000 hectáreas, que
Hemos visto que la "gran guerra" había inaugurado en la Unión pertenecen a una sociedad. de financieros. Las dividió en secciones
Americana una era de saqueo grandioso de los derechos nacionales de 800 hectáreas, y cada una de ellas, a su vez, se dividió en tres cla-
por sociedades monopolistas y especuladores sueltos. En r elación con sificaciones de 275 hectáreas. Estas se hallan colocadas bajo la direc-
la construcción febril de ferrocarriles y, aún m ás, con la especulación ción de capataces y subcapataces. En cada sección se han construído
ferroviaria, surgió una insensata especulación de terrenos por virtud barracas, en las que hay albergue para 50 hombres; cuadras para
d e la cual caudales gigantescos, ducados enteros, fueron botín de otros tantos caballos y mulas; cocinas, almacenes de artículos comes-
compañías y de cabaileros de industria aislados. Al propio tiempo, tibles para hombres y ganado, almacenes para guardar las máquinas,
1 W. A. Peffer, lugar citarlo. página 58. • y, finalmente, talleres de herrería y cerrajería. El inventario de cada
• Ibídem, '"Introducción''. página 6. Sering calcula para el afio 18M, que el dinero sección es el siguiente: 20 pares de caballos, 8 arados dobles, 12
necesarjo para iniciar escasamente la tnás pequeiia granja en el Noroeste son 1.200/ máquinas sembradoras que se dirigen desde los caballos, 12 gradas
1.400 dólares. (Die landwlrtschaftliche Komkurrenz Nordamerikas, Lefpzfg, 1867, pá-
g lna 431.) con dientes de acero, 12 máquinas de segar y agavillar, 2 máquinas
512 LA ACUMULACION DEL CAPI'l'AL LA LUCHA CONTRA LA ECONOMIA CAMPESINA 313

trilladoras y 16 carros; están tomadas todas las medidas para que El granjero norteamericano no podía sostener la competencia con
máquinas y animales de labor (hombres, caballos, mulas) se man- semejantes empresas capitalistas. En la misma época en que la trans-
tengan en buen estado y sean capaces de rendir la mayor suma posi- formación general de las drcunstancias, de las finanzas, de la pro-
bl€ de trabajo. Todas las secciones se comunican entre sí Y con la ducción y del transporte en la Unión obligaban a prescindir de toda
dirección, por teléfono. producción para el propio consumo y a producirlo to<!o para el mer-
"Las seis granjas de 30.000 hectáreas se cultivan por un ejército cado, los precios de los productos agrícolas se encontraban extra-
de 600 obreros, que se hallan organizados militarmente; en la épo- ordinariamente rebajados por la extensión colosal del terreno culti-
ca de la cosecha, !a central contrata además 500 ó 600 obreros auxilia- vado. Y al propio tiempo que la masa de los granjeros veía ligados
res que se distribuye entre las secciones. Una vez terminadas las sus destinos al mercado, el mercado agrícola de la Unión pasó a ser,
labo1·es, en otoño, los trabajadores son despedidos, exceptuándose el de pronto, un mercado mundial en el que comenzaron a actuar unos
capaz y diez hombres por sección. En algunas granjas de Dakota cuantos capitales gigantescos y su especulación.
y Minnesota, los caballos y mulas no pasan el invierno en el sitio Con el año 1879, famoso en la historia de la agricultura tanto euro-
donde trabajan. Una vez que ~e ha arado la tierra, se les conduce pea como americana, comienza la exportación del trigo en masa de la
en rebaños de 1(10 a 200 parejas a 1.000 ó 1.500 kilómetros hacia el Unión a Europa.'"
Sur, de donde no vuelven hasta la primavera. Las ventajas de esta ampliación del mercado fueron, natural-
"Mecánicos a caballo siguen, durante el trabajo, a las máquinas mente, monopolizadas por el gran capital; de una parte, aumentaron
de arar, sembrar y segar: tan pronto como se produce un desper- las granjas gigantescas que con su competencia oprimían al pequeño
fecto salen a galope hacia la máquina para repararla sin perder granjero; de otra parte, éste se ctmvirtió en víctima de los especula-
tif.mpo y ponerla nuevamente en marcha. El trigo recogido es lle- dores que le compraban los cerealPs para hacer presión sobre el mer-
vado a las máquinas trilladoras, que trabajan día y noche sin inte- "cado mundial. Entregado inerme a las potencias del capital. el gran-
nupción; se calientan con manojos de paja empujados portubos de jero. se llenó .de deudas. Esta es la forma típica de la ruina de la
hoj a lata. El grano es trillado, medido y metido en sacos, todo por economía campesina. El endeudamiento de las granjas se convirtió
medio de máquinas. Después es llevado al ferrocarril que atraviesa pronto en calamidad pública. En el afio 1890, el ministro de Agri-
la granja; de allí va a Dulut)l o Búfalo. Anualmente Dalrymple au- 10 La exportación del trigo de la Unión a Europa asc:endló en ml!lones de bus-
menta el terreno sembrado en 2.000 hectáreas. En 1880 ascendía a beis:
,10. 000 hectáreas." A fines de los años 70 había ya capitalistas y com- 1868-69 17,9
pañías que poseían territorios de 14 a 18.000 hectáreas sembradas de 1874-75 71,8
1879-60 153,2
trigo. Desde que Lafargue escribió esto, los progresos técnicos en la 1811:!-86 57,7
agricultura americana gran capitalista y el empleo de máquinas, han 1890-91 55,1
1899-1900 101.9
aumentado considerablemente.• (Jurascheck, Uberslchten der We!twirtschaft, tomo vn, p. I, pAg, 32).
Al propio tiempo, el precio descendia en la granja, por bushel, del siguiente
• El Informe del U. S . Commlssloner of Labor para 1898 contiene el siguiente modo:
cuadro de las ventajas obtenidas por la maquinaria frente ~1 trabajo manual: 1870-79 105
.Jornada de tr:.bajo Jornada de trabajo 1880-89 83
con trabajo manual 1895 51
empleando múqul-
nas por unidad para la misma un!- 1896 73
dad del producto. 1897 81
gastada
1898 58
TRABAJO Horas Minutos Horas Minutos Desde 1898 en que llegó a 58, el precio vuelve a subir:
1900 72
Siembra de ce reales ..................... . 32,7 10 55
1901 62
Cosecha de triJJn de cerea les ........ . •..
Siembra de maíz ............... . ...... .. .
-
37,5
46
6
40
15 .
1902 83
1903 70
Siega de maiz ............................ .
Deshacer maíz ........................... . -
3 4,5
3,6
5
66
-40 1904 92
Siembra de algodón .. . ............. . ... . 1 3,0 8 48 (Jurascheck, Jugar citado, pAgina 18).
Cultivo de a lgodón ...................... . 12 5,1 60 Según los informes mensuales sobre el comercio exterior en 1912, el precio de
Siembra de 1.000 kilos en marcos era en junio de 1912:
h~no
7 20
Triao
Hoz contra máquina . . . . . 1 0,6
Recogida y cmpnqueta- BerUn ....................... .. 227,82
miento . . . . . . . . . . . . . . . . . 11 3,4 35 30 Mannhelm .................... . 247,93
Siembra de patatas .. .. .. .. .. .. ... .. .. . .. 1 2,5 15 Odesa ......................... . 173,94
Siembra de tomates . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 4,0 10 Nueva York ................. .. 178,08
Cultivo y recolección de tomates . . . . . . . . . 134 5,2 324 20 Londres .......•............•.. 170,96
·------ ------------------ --- -----------· · - - -- -·
..
Parls ......................... . 243.39
314 LA ACUMULACION DEL CAPITAL LA LUCHA CONTRA LA ECONOMIA CAMPESINA 315
.,!
!!1 cultura de la Unión, Rusck, escribía en una circular especial a pro- en Dakota con ningún granjero que no estuviera dispues~o a vender
IJ
pósito de la situación desesperada de los granjeros: su granja." .., El comisario de agricultura de Vermont decía en 1889
"La carga de hipotecas sobre granjas, casas y terreno toma, sin sobre el hecho muy difundido del abandono de las granjas. "En este
duda, proporciones altamente inquietantes; si bien en algunos ca- Estado -escribía- pueden encontrarse grandes zonas de terreno sin
sos los préstamos se tomaron con demasiado apresuramiento, en la cultivar, pero propias para el cultivo, que pueden adquirirse por pre-
mayoría de ellos fue la necesidad la que obligó a recurrir a ellos ... cios que se acercan a los de los Estados del Este y que se hallan
Estos préstamos concertados con un interés muy alto se han hecho situadas en las cercanías de escuelas, de iglesias, y cuentan, además,
insoportables a consecuencia de la baja de precio de los productos con la ventaja de un ferrocarril próximo. El comisario no ha visitado
agrícolas, que amenazan al granjero con la pérdida de la casa y el todos los distritos del Estado enumerados en el informe, pero sí bas-
terreno. Esta es una cuestión extremadamente difícil para los que se t :>.ntes para convencerse de que un espacio considerable de territorio,
esfuerzan en remediar el daño de que sufre el granjero. Resulta que que antes era terreno cultivado, se ha convertido ahora en desierto,
dados los precios actuales, el granjero, para obtener un dólar con aunque una parte importante del mismo podría ser campo de trabajo
que pagar su deuda, tiene que vender muchos más pro:iuctos que competente.""
cuando tomó a préstamo este dólar. Crecen los intereses, de tal modo, El comisario del Estado New Hampshire publicó en J890 un es-
que cancelar la deuda es imposible. Dada la situación de que habla- crito de 67 páginas en el que se contiene la descripción de granjas
mos, la renovación de las hipotecas es extraordinariamente difícil."" que pueden adquirirse por los precios más baratos. "Hay en él 1.442
Según el censo de 29 de mayo de 1891, 2,5 millones de explotaciones granjas abandonadas. ;Lo propio ocurre en otras comarcas. Miles de
agrícolas estaban gravadas con deudas; de ellas, dos tercios corres- hectáreas de terrenos dedicados al cultivo del trigo y del maíz yacían
pondían a los granjeros, elevándose la deuda total de és~os a cerca baldíos y se convertían en desiertos. Para volver a poblar la tierra
de 2,2 miles de millones de dólares. "De esta manera --concluye abandonada, J,.,s especuladores realizaban una propaganda refinada,
Peffer-, la situación de los granjeros es extraordinariamente crítica; merced a la c\4-al atraían nuevas bandas de inmigrantes, víctimas nue-
la granja ha dejado de ser productiva; el precio de los productos vas, que iban a compartir rápidamente el destino de sus predece-
agrícolas ha bajado en un 50 por ciento desde la gran guerra; el sores."
valor de las granjas ha descendido en el último decenio de un 25 "En las cercanías de ferrocarriles y mercados -decía una carta
1 a un 50 por ciento; los granjeros están hundidos en deudas garanti-
zadas por hipotecas sobre sus terrenos, y, en muchos casos, no pueden
particular-, no queda ninguna parte de terreno perteneciente al
Estado. Todo él está en manos de especuladores. El colono adquiere
renovar el préstamo, ya que la hipoteca misma se desvaloriza cada tierra libre y paga como granjero. Pero la explotación apenas le ase-
j vez más; muchos granjeros pierden sus explotaciones y el molino de
las deudas sigue triturando. Nos encontramos en manos de una po-
gura la existencia, y no puede competir con la gran granja. Cultiva
la parte de su granja a que la ley le obliga, pero para vivir tiene
tencia implacable; la granja camina a su ruina.",. que buscarse una ocupación suplementaria fuera de la agricultura. En
Al granjero entrampado y arruinado no le quedaban más salidas Oregón, por ejemplo, he encontrado un colono que era, desde hacía
que estas: obtener, como jornalero, ingresos adicionales, o abandonar cinco años, propietario de 160 acres, pero cuando llegaba el verano,
su explotación, sacudiendo el polvo de la "tierra prometida", del "pa- a fines de junio, trabajaba en la construcción de caminos, ganando
raíso del -trigo", que se había convertido para él en infierno. Esto, en un dólar por doce horas de trabajo. También éste figuraba natural-
el supuesto de que su granja no hubiera caído ya por incapacidad de mente entre los 5 millones de granjeros contados por el censo de
pago en las garras del usurero, lo que acontecía con miles de granjas. 180. En El Dorado he visto, por ejemplo, muchos granjeros que sól~
Hacia mediados del octavo decenio podían verse muchísimas gran- cultivaban el terreno necesario para su sustento y el del ganado, pero
jas abandonadas y arruinadas. "Si el granjero no puede pagar la deu- no para el mercado, pues sería inútil; su principal fuente de ingresos
da en el término prescrito -escribía Sering en 1887- el interés que consistía en buscar oro, hacer leña, etc. Estas gentes viven con bien-
tiene que pagar sube al 12, 15 y hasta al 20 por ciento. El Banco, el estar, pero su bienestar no procede de la agricultura. Hace dos años
vendedor de máquinas, el tendero, caen sobre él y le roban los frutos trabajábamos en el Gran Cañón, El Dorado, y durante todo el tiempo
de su duro trabajo. El granjero, o bien se queda como arrendatario estuvimos alojados en una casa de una parcela cuyo propietario no
en la granja, o bien se traslada más lejos, al Oeste, para volver a venía a habitarla más que una vez al año, durante unos días, y pasaba
probar fortuna. En ninguna parte he encontrado en Norteamérica tan- el resto del tiempo trabajando en Sacramento, en el ferrocarril. Su
tos granjeros entrampados, desilusionados y descontentos, como en parcela no se cultivaba. Hace algunos afíos se cultivó una parte pe-
los distritos trigueros de las praderías del Noroeste; no he hablado queña; para cumplir la ley, hay un trozo cercado con tela metálica y
se ha levantado una log cabin y una cabaña. Pero en los últimos años,
11 Pe!!er, lugar citado, part. 1.•, Where we are?; cnp. II: "Progress of Agricul-
ture." 11Sering, lugar citado, pág. 433.
,. Ibídem, página 42. " PeUer. lugar citado.
316 LA ACUMULACION D,:L CAPITAL LA LUCHA CONTRA LA J!:CONOMIA CAMPESINA 317
,J dólares; además de todo esto, se regaló a la co~pañía 25 millones
todo está vacío; la llave de la cabaña se encuentra en casa del ve-
cino, que la puso a nuestra disposición. En el transcurso de nuestros de acres de terreno que podia elegir entre las tierras más fértiles
viajes hemos visto muchas parcelas abandonadas, en las que se in- y mejor situadas, incluso :fuera del cinturón inmediatamente anejo
tentaba reanudar el cultivo. Hace tres años se me propuso tornar una al ferrocarril. De este modo, todos los futuros colonos de la enorme
granja con vivienda por 100 dólares. Más tarde la casa vacía se hun- superficie quedaban, de antemano, entregados al capital del :ferroca-
' 11 dió bajo el peso de la nieve. En Oregón vimos muchas cabañas con rril. Por su parte, la compañia se apresuró a vender en seguida 5
casitas y huertecitos abandonados. Una de ellas estaba muy bien cons- millones de acres a la Compañía Agrícola de Noroeste, un grupo
truida: era un blocao recio, hecho de mano maestra, con algunos de capitalistas ingleses bajo la presidencia del duque de Manchester.
aperos. Y el granjero lo había abandonado todo. Cualquiera podia El segundo grupo de capitalistas, al que se le regalaron, a manos
apoderarse de ello gratuitamente.'" llenas, terrenos públicos, es la Hudsonsbay Co., a la que por la re-
¿Adónde se dirige el granjero arruinado de la Unión? Emprende nuncia a sus privilegios en el Noroeste se le concedió derecho, nada
la marcha en busca del "centro triguero" y del ferrocarril. El paraíso menos que a la vigésima parte de todo el terreno comprendido entre
del trigo se prolonga, en parte, hacia el Canadá, por el Saskatschewan el lago Winnipeg, la frontera de los Estados Unidos, las Montañas
y el río Mackenzie, donde se produce el trigo más allá del grado 62 Rocosas y el Saskatschewan septentrional. De este modo, los dos
de latitud Norte. Una parte de los granjeros de la Unión" se va hacia grupos de capitalistas han obtenido reunidos, las 5/9 partes del te-
allá y resulta víctima del mismo destino al cabo de algún tiempo. rreno total del país susceptible de cultivo. El Estado había concedido
Canadá figura ya, en el mercado mundial, entre los países exporta- una parte considerable del resto del terreno a 26 "compañías de colo-
dores de trigo, pero allí la agricultura está dominada todavía, en nización" capitalistas. Así, el granjero del Canadá se encuentra casi
mayor escala, por el gran capital." en todas partes preso en las redes del capital y su especulación. ¡Y no
La dilapidación de los terrenos públicos, cedidos a compañías capi- obstante, la emigración continuaba en masa, procedente, no sólo de
talistas privadas, se ha hecho en el Canadá en proporciones mucho Europa, sino también de los Estados Unidos!
mayores que en los Estados Unidos. Los privilegios concedidos a la Tales son los rasgos de la dominación del capital en el mundo.
compañía de ferrocarriles del Pacífico canadiense son algo sin prece- Expulsó al campesino de Inglaterra (después de haberle ·dejado sin
dentes en el robo de posesiones públicas por el capital privado. No tierras) al este de los Estados Unidos; del Este al Oeste· para conver-
sólo se aseguró a la compañía el monopolio en la construcción del tirle, sobre las ruinas de la economía de los indios, en un pequeño
ferrocarril por veinte años, poniendo a su disposición toda la zona de productor de mercancías; del Oeste volvió a expulsarle, nuevamente
construcción de unas 713 millas inglesas, por valor de unos 35 millo- arruiriado, hacia el Norte; ante él iban los ferrocarriles, y tras él
nes de dólares, gratuitamente; no sólo el Estado daba por diez años la ruina: le antecedía siempre el capital, como guía, y le seguía el ca-
una garantía del 3 por ciento de interés sobre el capital de 100 millo- pital para rematarle. La carestía general de los productos agrícolas
nes de dólares, y concedía un préstamo de 27 y medio rniilones de ha sucedido a la gran baja de precios 'del último· decenio del 1.800,
pero el pequeño granjero americano ha obtenido tan pocos frutos de
" Citado por Nikolai-on, lugar citado, pág. 224 .
11
ella como el campesino europeo. · ·
La emigración al Canadá ascendió en 1901 a 49.149 personas. En 1911 emigraron
más de 300,000 personas, entre ellos 138.000 Ingleses y 134.000 norteamericanos. A fi- Es cierto que el número de las granjas crece incesantemente.
nes de mayo de 1912, en Montreal continuaba la afluencia de granjeros norte- En el último decenio del siglo pasado ha pasado· de 4,6 millones a
americanos. 5,7; también últimamente ha aumentado en cifras absolutas. El valor
"En mi viaje por el oeste canadiense, no he visto más que una granja que tu-
viese menos de 1.000 acres. Según un censo de 1881, en Manitoba (Canadé) habla total de las granjas durante los últimos diez años ha aumentado de
2.384.337 acres de terreno ocupados por sólo 9.067 propietarios; según esto, corres- 751,2 millones a 1.652,8 millones de dólares. La subida general de pre-
pondían 2.047 acres por persona, una media que no alcanzaba, ni remotamente,
ninguno de los Estados de la Unión." (Serlng, lugar citado.) Menos difundida estaba, cios de los productos del suelo hubiera debido favorecer al granjero.
es cierto, en el Canadá, a comienzos del octavo decenio, la explotación en gran Sin embargo, vemos que el número de los arrendatarios crece más
escala. Pero ya Sering describe la Beii-Farm, una granja perteneciente a una so-
ciedad anónima que abarcaba nada menos que 22.680 hectáreas y estaba evidente- que el número de ios granjeros en total. He aquí una relación de
mente organizada conforme al modelo de la granja Dalrymple. Serlng, que se granjeros y arrendatarios:
mostraba frlo y escéptico en cuanto a las posibilidades de la competencia cana-
diense, ha calculado que el "cinturón productivo" del Canadá occidental tenia una
superficie de 311 .000 kilómetros cuadrados, o sea, tres quintas partes de Alemania; 1880 25,5 por 100 de arrendatarios.
de este total calculaba que sólo podla considerarse verdaderos terrenos de cultivo 1890 28,4 por 100
38.4 millones de acres, y, a lo sumo, 15 millones de acres como probable zona tri-
guera ( Serlng, págs. 337, 338). Según las estimaciones de la Manltoba Free Press de 1900 35,3 por 100
mediados de junio de 1912, la superficie propia para el cultivo del trigo temprano 1910 37,2 por 100
en Canadá ascendla en el verano de 1912 a 11,2 millones de acres contra una super-
ficie de 19,2 en los Estados Unidos. (Véase Berllner Tageblatt, Hoja comercial, núm.
305 de 18 de junio de 1912.)
17
A pesar del aumento de precio de los productos del suelo, los
Erust Schultze, La vida económica en los Estados Unidos, .Tahrbuch für Gesetz. granjeros propietarios ceden cada vez más terreno a los arrendata-
Verw. und Volhsw, 1912, c. IV, pág. 1724.
318 LA ACUMULACION DEL CAPITAL LA LUCHA CONTRA LA ECONOMIA CAMPESINA 319

ríos. Pero éstos, que constituyen ya bastante más de la tercera parte campesinas sostenían una lucha de guerrillas permanente con los
de los granjeros de la Unión, son, en los Estados Unidos, la capa so- negros bantús. Y, con la disculpa de los negros, se entabló una gue-
1 cial correspondiente a nuestros trabajadores del campo europeo: los rra de varios decenios entre los boers y el Gobierno inglés. El pretexto
verdaderos esclavos asalariados del capital, el elemento siempre fluc- para el conflicto entre Inglaterra y las repúblicas fue la cuestión de
;1 tuante que, poniendo en máxima tensión sus fuerzas, crea riquezas los negros, es decir, la emancipación de los negros que, al parecer,
para el capital, sin poder obtener para sí mismos más que una exis- perseguía la burguesía inglesa. En realidad, la lucha se hacía entre
tencia miserable e insegura. · los campesinos y la política colonial gran capitalista en torno a los
El mismo proceso, en un marco histórico completamente distinto, hotentotes y cafres, esto es, por sus tierras y su capacidad de tra-
en Sudáfrica, pone de manifiesto, más claramente todavía, los "mé- bajo. El objeto de ambos competidores era exactamente el mis-
todos pacíficos del capitalismo en su lucha con el pequeño productor . mo: la expulsión o exterminio de las gentes de color, la destruc-
de mercancías". ción de su organización social, la apropiación de sus terrenos y la
Hasta el sexto decenio del siglo pasado, en la colonia de El Cabo utilización 1orzosa de su trabajo para servicios de explotación. Sólo
y en las repúblicas boers, reinaba una vida totalmente campesina. los métodos eran radicalmente distintos. Los boers representaban
Los boers llevaron durante largo tiempo la vida de ganaderos nó- la esclavitud anticuada, en pequeño, como base de una economía
madas, quitándoles los mejores pastos a los hotentotes y cafres, a los campesina patriarcal; la burguesía inglesa, la explotación capitalista
que exterminaban o expulsaban. En el siglo XVIII, la peste, trans- moderna en gran escala. La ley fundamental de la república del
portada por los barcos de la Compañía de las Indias Orientales, les Transvaal declaraba con torpe rudeza: "El pueblo no tolera igualdad
prestó excelentes servicios, extinguiendo tribus enteras de hotentotes alguna entre blancos y negros dentro del Estado y de la Iglesia." En
y dejando libre el suelo para los inmigrantes holandeses. En su avance el Orange y en el Transvaal los negros no podían poseer tierra ni
hacia el Este tropezaron con las tribus bantús e inauguraron el largo viajar sin pase o dejarse ver en la calle después de oscurecer. Bryce
período de las terribles guerras de cafres. Los devotos holandeses, cuenta el caso de un campesino (un inglés por cierto) que en El
lectores de la Biblia, tan orgullosos de su severidad puritana de cos- Cabo oriental azotó a un cafre hasta darle muerte. Cuando el cam-
tumbres y su conocimiento del Antiguo Testamento, que :;e conside- pesino fue absuelto por el tribunal, sus vecinos le acompañaron a
raban como "pueblo elegido", no se conformaron con robar las tierras casa con música. Frecuentemente, los blancos procuraban evitar la
de los indígenas, sino que se establecieron para vivir como parásitos remuneración de trabajadores indígenas libres, obligándoles a em-
a costa de los negros, a quienes obligaron a prestarles trabajo de prender la fuga, después de terminado el trabajo, a fuerza de malos
esclavos, corrompiéndoles y enervándoles sistemáticamente. El aguar- tratos.
¡¡ diante desempeñó en esta misión un papel tan esencial, que su pro- El Gobierno inglés siguió la táctica opuesta. Durante largo tiempo
hibición por el Gobierno inglés en la colonia de El Cabo fracasó por se presentó corno :;:~rotector de los indígenas; aduló particularmente
la oposición de los puritanos. En general, la economía de los boers a los cabecillas, apoyó su autoridad y trató de otorgarles el derecho
siguió siendo de preferencia patriarcal y de economía natural durante a disponer de los terrenos. Incluso, siempre que fue posible, s\guiendo
el sexto decenio. Téngase en cuenta que hasta 1859 no se construyó un método probado, hizo de los cabecillas propietarios del territorio
en Sudáfrica ningún ferrocarril. Cierto que el carácter patriarcal no de la tribu, aun cuando estos actos eran contrarios a la tradición y a la
impidió en modo alguno que los boers dieran muestras de la dureza organización social efectiva de los negros. El territorio de las tribus
y brutalidad más extremas. Como es sabido, Livingstone se quejó era propiedad común, e incluso los soberanos más crueles y despóti-
mucho más de los boers que de los cafres. Creían que los negros eran cos, como el reyezuelo Matabel Lobengula, sólo tenían el derecho y
un objeto destinado por Dios y la naturaleza para prestarles trabajo el deber de atribuir a cada familia una parcela para que la cultivase.
de esclavos y ser una base tan imprescindible de su vida patriarcal, Esta parcela sólo era posesión de la familia mientras ésta la trabajase
que 1 espondieron con la emigración a la supresión de la esclavitud efectivamente. El objetivo final de la política inglesa era claro: pre-
en laJ colonias inglesas en el año 1836, a pesar de la indemnización paraba, a largo plazo, la expropiación en gran estilo, haciendo ins-
de 3 :nillones de libras esterlinas a los propietarios perjudicados. Los trumento suyo a los propios cabecillas de los indígenas. De momento,
boers salieron de la colonia de El Cabo atravesando el Orange y el se limitó a la "pacificación" de los negros por medio de grandes ex-
Vaal; empujaron a los matabeles al Norte, más allá del Limpopo y Pediciones militares. Nueve sangrientas guerras contra los cafres se
se trcpezaron con los makalakas. De la misma manera que el gran- sucedieron hasta 1879, para quebrantar la resistencia de los bantús.
jero americano, obligado por el capital, impulsaba a los indios hacia El capital inglés"sólo dio a conocer enérgicamente sus verdaderas
el Oeste, así los boers empujaron a los negros hacia el Norte. Así, intenciones con la ocasión de dos acontecimientos importantes: el
pues, las "repúblicas libres", establecidas hoy entre el Orange y el descubrimiento de los campos de diamantes de Kimberley, en 1867-70,
Limpopo, surgieron como protesta contra el ataque de la burguesía Y el de las minas de oro del Transvaal, en 1882-85. Estos aconteci-
inglesa al derecho sagrado de la esclavitud. Las mínimas repúblicas mientos inauguraron una nueva época en la historia del Africa del
320 LA ACUMULACION DEL CAPITAL LA LUCHA CONTRA LA ECONOMIA CAMPESINA 321
Sur. Pronto entró en acción la Compañia Británica Sudafricana, es acción que las encerraba en sus límites. Pero también en el
decir, Cecil Rhodes. En la opinión pública inglesa verificóse una ln~rinr reinaba la confusión. La impetuosa corriente de la inmigra-
rápida mutación. La codicia de los tesoros sudafricanos empujó al el ímpetu de la nueva economía capitalista fabril amenazaron
Gobierno inglés a dar pasos enérgicos. A la burguesía inglesa no· le con romper el marco de los pequeños Estados campesinos.
parecía excesivo ningún gasto ni ninguna sangre para apoderarse de JA:rCOntradicción entre la economía campesina en el campo y en la
las tierras del Africa del Sur. Sobre ella cayó súbitamente una enorme las demandas y necesidades de la acumulación de.l capital,
corriente de inmigración. Hasta entonces · había sido escasa, ya que efecto, muy grandes. Las repúblicas se manifestaban cons-
los Estados Unidos atraían al emigrante europeo. Desde los descu• '~télnente impotentes frente a los nuevos problemas. La torpeza y
brimientos de los campos de diamantes y oro, el número de los blan- 'J,'iúnitivismo de la administración; el peligro constante de los cafres,
cos en las colonias sudafricanas creció rápidamente. De 1885 a 1895 no eran mirados por Inglaterra con malos ojos; la
habían sólo en Witwatersrand 100.000 ingleses emigrantes. La mo- se había deslizado entre los boers y merced a la cual
desta economía campesina pasó al segundo plano; la minería, y con :fcfi!ifandes capitalistas imponían por soborno su voluntad; la caren-
ella el capital minero, comenzaron a desempeñar el papel principal. :&'~Cüf 'de policía de seguridad para cortar los vuelos a los elementos
Por su parte, el Gobierno inglés realizó un brusco cambio de frente ~bideseables; la falta de' agua y transportes para aprovisionar a una
en su política. Por los años 50, Inglaterra había reconocido a las :COlonia de 100.000 emigrantes súbitamente establecida; la falta de
repúblicas boers por el tratado de Sand-River y por el tratado de· ,., ..•,..;leyes de trabajo para regular y asegurar la explotación de los negros
Bloemfontein. Ahora comenzó el acoso político de los Estados campe- la minería; las aduanas elevadas que encarecían a los capitalistas
sinos por la ocupación de todos los territorios en torno a las repúbli- mano de obra; las tarifas elevadas para el transporte de carbón,
cas, con el objeto de impedirles toda expansión, mientras al propio '~)';todp esto se reunió para determinar una súbita y estrepitosa ban-
tiempo los negros, largo tiempo protegidos y adulados, ib&n siendo :;...,.,......,.... de las repúblicas campesinas.
completamente absorbidos. Golpe tras golpe avanzaba el capital in- torpeza para defenderse contra el torrente de lodo y lava
glés. En 1868, Inglaterra se apoderó del país de los basutos, natural- 'del'.capitalismo que amenazaba tragarse. a sus repúblicas, los boers
mente, tras "repetidas súplicas de los indfgenas".11 En 1871, los cam- · · · a medios de un primitivismo extremo, que sólo podía
pos de diamantes de Witwatersrand fueron quitados al Estado de el arsenal del campesino más terco y torpe: excluyeron
Orange y convertidos en colonia de la corona con el nombre de "Gri- de los uitlander, muy superiores a ellos en número, y que,
qualand occidental". En 1871 fueron sometidos los zulús, para ser ellos, representaban el capital, el poder, la corriente de la
incorporados más tarde a la colonia de Natal. En 1885 fue sometido· todos los derechos políticos. Pero ésta no era más que una
el Betschuanaland y anexionado más tarde a la colonia de El Cabo. fbl.'Ortia'dé mr.l gusto, y los tiempos eran serios. Los dividendos sufrían
En 1888 sometió Inglaterra a los matabeles y al Maschonalimd. En ~~~uencias de la mala administración de las repúblicas cam-
1889, la Compañía Británica Sudafricana obtuvo la Carta sobre ambos ,~. El capital minero se levantó. La Compañia Británica Sud-
territorios. Todo esto; naturalmente, sólo en beneficio de los indí- ·~~ construyó ferrocarriles, sometió cafres, organizó revueltas
genas y accediendo a sus insistentes requerimientos." En 1884 y ~~.~uitlander y, finalmente, provocó la guerra de los boers. Había
1887, Inglaterra se anexionó la bahía de Santa Lucía y toda la costa ~ la hora de la economía campesina. En los Estados Unidos la
oriental hasta las posesiones portuguesas; en 1894 tomó posesión del .• ~cu~.habia sido el punto de partida de la revolución; en Sudáfrica
Tongaland. Los matabeles y maschona's sostuvieron una lucha deses- ti término. El resultado fue el mismo : la victoria del capital
perada, pero la compañía, con Rhoders a la cabeza, ahogó primera- la pequeña economía campesina, que a su vez se había alzado
l, mente en sangre la revuelta, para emplear, luego, el probado medio sobre las ruinas de la organización primitiva de economía natural
1
1
de civilización y pacificación de los indígenas: dos grandes ferroca- de los indígenas. La resistencia de las repúblicas boers contra Ingla-
rriles fueron construidos en el territorio sublevado. tenfa tan pocas probabilidades de triunfo, como la del granjero
! Las repúblicas boers se sentían cada vez más inquietas ante esta
. ..
Unericano contra el predominio del capital en los Estados Uni-
:n la nueva Unión Sudafricana, en la que se realiza el programa
10 Moshesh, el gran jefe basuto, a cuyo valor y condiciones de gobierno deblan ;,:,-:~'!)mperialista de Cecil Rhodes, las pequeñas repúblicas campesinas son
los basutos su existencia como pueblo. vivia aún en esta época, pero la guerra cons- ufdas por un gran Estado moderno; el capital ha tomado en
tante con los l>oers del Estado libre de Orange le hablan precipitado a él y a sus .
partidarios en la última miseria. Dos mll guerreros basutos hablan sido muertos, les .. oficialmente el mando. La antigua oposición entre ingleses y
hablan robado el ganado; sus casas hablan sido destruidas, y taladas las cosechas. ~~eses ha desaparecido ante la nueva oposición entre capital
La tribu se hallaba reducida a una sltunclón desesperada y sólo podla salvarla la
protección del Gobierno Inglés, que habla implorado repetidamente." (C. P . Lucas,
·~trabajo. Ambas naciones han sellado una fraternidad conmovedora,

l
A HlstoTical Geographl/ o/ the Brlt!sh Colon!es, Oxlord, vol . IV, pág. 60.) ·:;~~clendo que un millón de explotadores blancos hayan desposeído de
1• l..a secc ión oriental del territorio es Mashonaland, donde, con autorización del
~~fl68 derechos civiles y políticos a cinco millones de obreros de color.
f.ii..<~.Y. no s6lo han sido perjudicados los negros de las repúblicas boers,
rey Lobengula, que decla tener derecho a ella, se habla establecido primeramente
la Compañia Británica Sudafricana. (Lucas, luga r citado, página 77.)

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322 · LA ACUMULACION DEL CAPITAL LA LUCHA CONTRA LA ECONOMIA CAMPESINA 323


sino también los negros de la colonia de El Capo, a quienes se les ha dicterio de la última etapa imperialista, que es el período final de
quitado todos los derechos cedidos antaño por el Gobierno inglés. la carrera histórica del capital.
Y esta obra noble, que ha coronado la política imperialista de los Por consiguiente, el esquema marxista de la reproducción am-
conservadores por un golpe de violencia descarado, había de ser rea- pliada no corresponde a las condiciones de la acumulación mientras
lizada precisamente por el partido liberal, con el aplauso frenético ésta prosigue su curso; no puede reducirse a las relaciones mutuas
de los "cretinos liberales de Europa", que, orgullosos y conmovidos, y dependencias entre los dos grandes capítulos de la producción social
veían en la completa autonomía y libertad concedida por Inglaterra (el de los medios de producción y el de los medios de consumo),
al puñado de blancos de Africa del Sur, la prueba del poder y gran- formulados en el esquema. La acumulación no es meramente una
deza creadores que encerraba aún el liberalismo en Inglaterra. relación interna entre las ramas de la economía capitalista, sino, ante
La ruina del artesanado independiente, producida por la concu- todo, una relación entre el capital y el medio ambiente no capitalista

l rrencia del capital, es un capítulo aparte, menos ruidoso, · pero no


menos penoso. La industria doméstica capitalista es la parte más obs-
cura de este capítulo. Vale la pena de estudiar aquí con detalle este
en el que cada una de las dos grandes ·ramas de la producción puede
realizar el proceso de acumulación, en parte y por su propia cuenta,
con independencia de la otra, aun cuando el movimiento de ambas se
esté interponiendo y cruzando constantemente. Las complicadas rela-
proceso. ·
El resultado general de la lucha entre el capitalismo y la econo- ciones que de aquí resultan, la diversidad del ritmo y dirección en
mía simple de mercancías es éste: ·el capital sustituye a la eco- la marcha de la acumulación en ambos capítulos, sus relaciones ma-
nomía simple de mercancías después que ésta había sustituido a la teriales de valor con formas de producción capitalista, no pueden
economía natural. Por consiguiente, cuando se dice que el capita- expresarse en un esquema exacto. El esquema marxista de la acu-
j lismo vive de formaciones no capitalistas, para hablar más exacta- mulación, no es más que la expresión teórica de aquel momento en
mente, hay que decir que vive de la ruina de estas· formaciones, y que la dominación capitalista ha alcanzado su último limite, y, en tal
si necesita el ambiente no capitalista para la acumulación, lo nece- sentido, es una ficción científica, lo mismo que su esquema de la
sita como base para realizar la acumulación, absorbiéndolo. Con- reproducción simple que formula teóric;amente el punto de partida
,' siderada históricamente, la acumulación del capital es un proceso de de ia acumulación capitalista. Pero sólo entre· ambas ficciones se
' 1 cambio de materias que se verifica entre la forma de producción ca- puede encontrar el conocimiento de la acumulación del capital y sus
pitalista y las precapitalistas. Sin ellas no puede verificarse la acu- leyes.
mulación del capital, pero considerada en este aspecto, la acumulación
se efectúa destrozándolas y asimilándolas. Así, pues, ni la acumula- . .r ~
·l
ción del capital puede realizarse sin las formaciones no capitalistas, ni '
aquéllas pueden siquiera mantenerse. La acumulación sólo puede dar- S
se merced a un.a constante destrucción preventiva de aquéllas.
;¡ Por tanto, lo que Marx ha tomado como supuesto en su esquema
de la acumulación, sólo corresponde a la tendencia histórica objetiva
:1
del movimiento de la acumulación y a su resultado final teórico.
El proceso de acumulación tiende a reemplazar en todas partes la
economía natural por la economía simple de mercancías, y a ésta~
por las formas capitalistas; a hacer que la producción de capital
domine absolutamente, como la forma de producción única y exclu-
'
siva en todos los países y ramas.
Pero aquí comienza el callejón sin salida. Una vez logrado el re-
sultado final -lo que no es, sin embargo, más que construcción teó-
rica-, la acumulación se hace imposible; la realización y capitaliza-
ción de la plusvalía se transforman en problemas insolubles. En el
1
momento en que el esquema marxista de la reproducción ampliada
corresponde a la realidad, denuncia el término, el límite histórico
..
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del movimiento de la acumulación, esto es, el fin de la producción
¡ capitalista. La imposibilidad de la acumulación significa, en la 'pro- \

ducción capitalista, la imposibilidad del desarrollo ulterior de las


fuerzas productivas, y, con ello, la necesidad histórica objetiva del
hundimiento del capitalismo. De aquí resulta el movimiento contra-

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