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1) Conocer la historia es conocer los errores del pasado.

En ese sentido,
conocer las formas en las que se ha utilizado el territorio, y por ende el
ambiente, a lo largo de la historia, es conocer el carácter depredador y
economicista que ha adoptado el ser humano con respecto a este. Sólo
conociendo ese carácter es posible transformarlo; sólo identificando la
ideología y el modus operandi de ese proceder, junto con sus
consecuencias negativas, es posible plantear una crítica eficaz, y junto a
esta ideologías y formas de actuar, alternativas. Por eso es fundamental
conocer la historia, es una herramienta eficaz para dar cuenta de forma
empírica que las acciones del ser humano con respecto al medio
ambiente (y de forma paralela con respecto al patrimonio cultural) han
causado enormes afectaciones negativas en este, depredándolo,
poniendo en riesgo las formas culturales de relacionamiento de muchas
comunidades, diezmando su cultura y sus formas de vida, y poniendo en
riesgo la supervivencia de la raza humana, así como de la vida en
general. Conocer ese proceso que se amplifico inmensamente en los
siglos XIX y XX permite su crítica y el planteamiento de alternativas que
buscan un equilibro con el medio ambiente, así como la protección del
patrimonio cultural de los pueblos del mundo.

2) El territorio es definido comúnmente como un espacio ocupado,


apropiado y delimitado por los seres humanos. Territorio con una
geografía y unos recursos a la disposición de las personas; un objeto
apropiable, una mercancía, un producto contenedor de otros
productos. No obstante, el territorio no es únicamente un objeto
(aunque en sí mismo no lo es), el territorio es una red de relaciones
ambientales y humanas, es una red trófica y social. En él se
desenvuelven un sinnúmero de eventos: desde la fotosíntesis hasta un
partido de futbol. Entiendo así el territorio se muestra que el ser
humano no está separado de la naturaleza, sino que esta
interconectado con ella; no se puede modificar el ambiente sin
modificar al ser humano. Destruir el ambiente es destruir las formas de
relacionamiento social que lo acompaña. Por eso el territorio, y con él la
territorialidad, que no es más que esas redes socioambientales, es el
nodo central de las movilizaciones sociales en defensa del medio
ambiente. No sé trata sólo de mejorar la calidad de vida de los seres
humanos que habitan el territorio, sino de proteger el ambiente en el
que estos habitan, base material fundamental de sus relaciones sociales
y en últimas de su bienestar. El ecologismo (la defensa del ambiente)
está íntimamente relacionado con la lucha por el bienestar, llámese
marxista. El marxismo es por antonomasia ecologista.

1.El conocimiento de la historia no solo nos hace caer en cuenta de todos los
errores cometidos hasta ahora por el hombre, sino que también nos permite
reconocer como se han dado los procesos en el país. Esto último hace referencia
a que, con la historia, podemos entender cuáles políticas se han desarrollado,
cómo han fracasado o aportado a la sociedad y también como estas políticas han
deteriorado el medio ambiente debido a una explotación descontrolada y no
consiente. Es por ello que conociendo de la historia se puede iniciar una
verdadera estructuración sobre las políticas de organización, en las que haya
una conciencia del medio ambiente, un desarrollo de la sociedad en donde los
derechos de las personas no sean vulnerados, políticas que reconozcan
verdaderamente que características son importantes que la sociedad conserve
como patrimonio y por último estas políticas deben ser desinteresadas de una
economía que solo se enfoque en la explotación tanto de la naturaleza como de
las personas.
2.El territorio es un concepto que hace referencia al espacio donde se encuentra
cierto grupo de personas, en el cual se desarrollan e interactúan con sus
alrededores, mientras que territorialidad hace referencia a cómo se dan estos
procesos de relación entre la naturaleza y las personas, es decir, que surgen unas
reglas entre naturaleza-hombre que delimitan el desarrollo de este último
además hace referencia también al sentido de pertenencia del individuo en el
territorio lo cual lleva a la defensa y conservación de aquellos agentes externos
que quieran entrar a este. Tener en cuenta estas definiciones nos permite
entender como sociedad o como individuo que hacemos parte de un conjunto
de relaciones y procesos dentro de la naturaleza y que no somos un agente
externo que puede controlarla a su antojo, luego de esto la territorialidad nos
daría un sentido de conciencia ambiental y de pertenencia que nos llevaría a
actuar a favor su conservación y defensa de esta.

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