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S. J. G.
I. -LOS HECHOS:
HECHO Nº 1.
EL DÍA 31 DE DICIEMBRE DE 2016 SIENDO APROXIMADAMENTE LAS
13:00 HORAS EL IMPUTADO JOSÉ LUIS PÉREZ ESPINOZA SE ENCONTRÓ
CON LA VÍCTIMA MANUEL ALEJANDRO COLLAO DÍAZ EN LA FERIA LIBRE
DE LA LOCALIDAD DE TIERRAS BLANCAS, UBICADO EN LA COMUNA DE
COQUIMBO, EN LA ESQUINA DE RENÉ SCHNEIDER Y LINARES.
DESPUÉS DE HABERSE PROFERIDO ALGUNAS EXPRESIONES QUE LES
CAUSARON MOLESTIA, DERIVARON RÁPIDAMENTE EN UN ALTERCADO Y
PROCEDIERON A GOLPEARSE MUTUAMENTE EN REITERADAS
OPORTUNIDADES.
HECHO Nº 2
PREVIAMENTE A LA PRESTACIÓN DE ATENCIÓN MÉDICA OPORTUNA
SOLICITADA POR UN TRANSEÚNTE QUE ENCONTRÓ A LA VÍCTIMA Y
POSTERIORMENTE AL HECHO EN QUE EL IMPUTADO ENTERRÓ UN
CUCHILLO EN EL ABDOMEN DE LA VÍCTIMA, EL IMPUTADO PÉREZ
ESPINOZA ARROJÓ UNA PIEDRA DE TAMAÑO CONSIDERABLE SOBRE UNA
DE LAS PIERNAS DE LA VÍCTIMA, OCASIONÁNDOLE UNA FRACTURA
EXPUESTA A LA ALTURA DE LA TIBIA Y EL PERONÉ Y SE RETIRÓ DEL
LUGAR.
A juicio de esta Fiscalía, al imputado y acusado don JOSÉ LUIS PÉREZ ESPINOZA,
le corresponde la calidad de autor ejecutor directo de los delitos descritos anteriormente, de
acuerdo a lo dispuesto en el artículo 15 Nº 1, en relación al artículo 14 Nº 1 ambos del
Código Penal. Respecto a la fase de desarrollo de los delitos de Homicidio Simple y Lesiones
Graves Gravísimas, ambos se encuentran consumados.
Normativa aplicable:
ARTÍCULO 391. El que mate a otro y no esté comprendido en el artículo anterior, será
penado:
ARTÍCULO 397. El que hiriere, golpeare o maltratare de obra a otro, será castigado como
responsable de lesiones graves:
1.° Con la pena de presidio mayor en su grado mínimo, si de resultas de las lesiones
queda el ofendido demente, inútil para el trabajo, impotente, impedido de algún miembro
importante o notablemente deforme.
Que, podemos constatar en los hechos que el imputado realiza dos acciones
principales que fundan su conducta delictiva. Primero, le entierra el cuchillo en el abdomen a
la víctima causando una herida corto penetrante abdominal. Segundo, le arroja una piedra de
tamaño considerable, con lo cual le produce a la víctima una fractura expuesta en una de sus
piernas.
Que, en base a lo anterior se puede afirmar que en el caso existe una pluralidad de
acciones. Es evidente que el imputado PÉREZ ESPINOZA realiza estas conductas con dos
intenciones distintas. Es decir, existe el dolo de realizar dos tipos de injusto, uno causar la
muerte y otro de lesionar a la víctima. En cuanto al tipo de dolo presente, nos referiremos
más adelante.
Que, con respecto a esta conclusión es que afirmamos que no existe ni una unidad
natural ni una unidad jurídica . Respecto de la unidad natural don Enrique Cury menciona lo
siguiente: “La unidad natural de acción ha de ser tanto física como psíquica (objetiva y
subjetiva). El autor ha de obrar, por lo tanto, con la finalidad de realizar sólo una vez el tipo
de injusto correspondiente y exteriorizar su propósito en un contexto unitario”.1
Que, de la misma manera, usando los criterios de don Mario Garrido Montt, (a) no
hay una realización repetida e inmediata de la actividad descrita, (b) no hay una realización
progresiva del tipo, pues como señalamos, la acción del imputado para causar la muerte bastó
para configurar ese resultado típico, sin necesidad de la acción que causa las lesiones, (c) ni
una sola actividad con resultados múltiples, tanto desde un punto de vista naturalístico como
valorativo.2
1
CURY URZÚA, Enrique (2011): Derecho Penal. Parte General (Santiago; Ediciones
Universidad Católica de Chile, décima edición).
2
GARRIDO MONTT, Mario (2003): Derecho penal. Parte General. Tomo II (Santiago,
Editorial Jurídica de Chile, tercera edición).
mediante golpes con trozos de concreto y se “retira” del lugar, volviendo luego para
concretar una acción distinta, dirigida, según el fallo, por una voluntad distinta de la que
impulsó los primeros golpes.”3 Continúa la misma sentencia citando a Pacheco, quien señala
que los delitos son dos cuando “ha podido ocurrir el uno sin el otro. Ni son un hecho mismo,
aunque sean hechos próximos, ni hay ninguna dificultad en separarlos con la inteligencia,
pues que en realidad separados estuvieron”.4
Que, en primer lugar cabe mencionar que no hay concurso aparente en el caso. Se
configuran dos delitos diversos que no se pueden solucionar por el principio de especialidad,
ni el de subsidiariedad, ni el de consunción, ni el de alternatividad.
3
Sentencia Nabila Rifo (2017). Considerando cuadragésimo.
4
idem. Considerando cuadragésimo segundo.
descartarse la aplicación del concurso ideal pues en el caso, como ya se demostró, hay dos
hechos que configuran dos delitos.
Que, respecto del principio de subsidiariedad tampoco sería aplicable en este caso.
Este principio podemos describirlo como aquel en que un determinado tipo penal solo se
aplica en defecto de otro o, dicho de otra forma, uno de ellos resulta desplazado, porque su
aplicación se subordina precisamente a que el otro no concurra. En este caso, el delito de
homicidio si puede ser aplicado en conjunto con el delito de lesiones graves gravísimas, ya
que no está señalado de forma expresa en la ley que esto no se pueda hacer, y tampoco se
desprende tácitamente, ya que en ninguna interpretación de estos tipos penales se pone de
manifiesto que el delito de lesiones graves gravísimas sólo se pueda aplicar en defecto del
homicidio o viceversa.
Que, a su vez se descarta el principio de especialidad en cuanto que estos dos delitos
no comparten una base común por la cual se podría considerar que uno de estos delitos esté
en relación de género a especie con el otro, siendo uno de éstos más específico contemplando
simplemente un presupuesto adicional. A mayor abundancia, esto se puede descartar en
cuanto este principio exige que el tipo penal más detallado siempre implique la realización de
los restantes tipos penales cosa que como vemos en este caso no se da ya que para que se dé
el delito de homicidio no es necesario que siempre se de el de lesiones graves gravísimas y
viceversa.
Que, finalmente, también cabe descartar la aplicación del concurso medial pues
evidentemente las lesiones ocasionadas no son medio del homicidio, son posteriores y no son
medio causal en ningún caso del resultado típico del homicidio. Ni, viceversa, el delito de
homicidio es medio de las lesiones graves.
Que, es pertinente distinguir entre dolo eventual y culpa consciente, para poder
atribuir homicidio simple doloso consumado. Para ello, es necesario determinar el grado de
posibilidad con que el sujeto se representó la producción del resultado típico. Tal como se
menciona en el caso “Campos Donoso, Juan” en la jurisprudencia de la Corte Suprema
“Actúa con dolo eventual el sujeto que no se atribuye oportunidad real o efectiva de evitar el
resultado, sino lo deja al azar (Wenzel)”5, esto es, quien se representa la posibilidad de que
se ejecute el resultado de muerte y obra igualmente.
Que, respecto a la intención que tuvo el imputado JOSÉ LUIS PÉREZ ESPINOZA al
enterrar el cuchillo, esta es jurídicamente irrelevante debido a que el deseo de no dar muerte a
la víctima MANUEL ALEJANDRO COLLAO DÍAZ se mantuvo en el fuero interno del
agresor, y por lo tanto, lo verdaderamente importante y que acá debemos considerar es la
conducta externa, lo que se llegó a manifestar. Sin embargo, el acusado nunca realizó alguna
conducta que reflejase un intento de evitar que el resultado se produjere.
Que, cabe agregar que todo sujeto medio con un nivel de comprensión normal de la
realidad es consciente de que la manipulación de un arma blanca en una zona del cuerpo, tal
como lo es el abdomen, y no mediando atención médica oportuna, certeramente ocasionará la
muerte. Por lo tanto, el hecho de haber utilizado un cuchillo y, además, de haberlo enterrado
en el abdomen, aquel siendo una parte de cuerpo con órganos de especial sensibilidad,
evidencia claramente que el acusado no obra de manera culposa sino dolosa.
5
Contra Campos Donoso, Juan (1998): Corte Suprema, 25 de abril 1998 (casación en el
fondo) en Microiuris
se haya restringido sólo a la extremidad, lo que podría revelar esa exclusiva finalidad de
lesionar, sino que haya estado acompañada de otra herida al nivel del tórax de la víctima,
conduce a concluir que el propósito de matar estaba presente”.6 Por tanto no se puede
concluir que quien efectúa una estocada en el pecho con un arma blanca a otro obra solo
culposamente.
Que, de los hechos acreditados relatados en la parte inicial de este escrito, queda de
manifiesto la clara adecuación de la conducta del acusado, respecto al tipo descrito en el
artículo 397, toda vez que se produjo la voluntaria y consciente acción de arrojarle una piedra
de tamaño considerable a la víctima, ocasionándole una fractura expuesta a nivel de la tibia y
peroné. Esta lesión de relevancia considerable, importaría a la víctima un impedimento de un
miembro importante, como es extremidad, impidiendo realizar la función primaria asociada a
dicha extremidad, la movilidad. Dicho impedimento, si bien pudiese generar una lesión
irreversible o no, definitivamente causa un impedimento duradero para la víctima, dado al
extenso período de recuperación que exigen este tipo de lesiones.
6
Contra Antonio Lopez de la Paz (1997): Corte Suprema, 11 de junio 1997 (casación en el
fondo) en Microiuirs
circunstancias que la víctima no podía defenderse. Así al menos, ha sido el criterio observado
por la Iltma. Corte de Apelaciones de Santiago, quien ha señalado: [al imputado] se le debe
sancionar como autor del resultado que produjo con su actuar ilícito, si ese resultado, como
ocurre en el caso de autos, es concordante con el propósito referido y el medio empleado
para exteriorizarlo, siendo perfectamente previsible7. Se concluye entonces, que el imputado
tenía como propósito causar un daño corporal a la víctima y que exteriorizó su voluntad en
orden a lograr este resultado, valiéndose de los medios idóneos - en este caso una piedra de
tamaño considerable.
Que, a esto se agrega, como una circunstancia agravante, el haber actuado con
alevosía, entendiéndose en este caso, y de acuerdo al artículo 12 N°1, como cuando se obra
sobre seguro, concepto entendido por la Excma. Corte Suprema de la siguiente manera:
“...consiste en actuar creando o aprovechando oportunidades materiales que eviten todo
riesgo a la persona del autor, sea que este provenga de la posible reacción del sujeto pasivo
(...). El aseguramiento puede corresponder a la creación por el delincuente de una situación
de seguridad para la consumación del hecho o del simple aprovechamiento de circunstancias
materiales que dejan en indefensión a la víctima, condiciones que influyen en el autor para
llevar a cabo el delito”8. Luego es claro que, el imputado actuó tras haber creado una
oportunidad que le evitase riesgos, una vez apuñalada la víctima. Tras haberle producido una
herida corto penetrante con el cuchillo en su sector abdominal, puso a la víctima en una
situación de indefensión, y luego valiéndose de eso, procedió a provocarle una fractura en un
miembro o extremidad importante, para cualquier actividad que implique un desplazamiento
en este caso. Resulta evidente entonces, que el imputado actuó con dolo directo de lesión
frente a la víctima, ya que, conociendo el mal que podría causarle al arrojarle una piedra
como la descrita, quiso finalmente causarle ese perjuicio. Y habiéndose ocasionado los males,
ya enunciados, se retiró del lugar demostrando un ánimo frío.
7
Corte de Apelaciones de Santiago contra Diego Acevedo Commentz (1991), MJJ3019
8
Calfupán Leal, Joel y otros, Corte Suprema (2005), MJJ8642
A juicio de esta Fiscalía, en la especie, concurren las siguientes circunstancias modificatorias
de la responsabilidad criminal:
Atenuantes: No concurren.
Agravantes: Concurre la agravante de responsabilidad penal del artículo 12 Nº 1 del Código
Penal, esto es, cometer el delito contra las personas con alevosía, entendiéndose que la hay
cuando se obra a traición o sobre seguro, con respecto del delito de Lesiones Graves
Gravísimas contemplado en el artículo 397 Nº 1 del Código Penal.
5. Según lo indicado en el artículo 69 del Código Penal, dentro de los límites de cada
grado el tribunal determinará la cuantía de la pena en atención “a la mayor o menor extensión
del mal producido por el delito”.
Conforme a lo anterior, se solicita que se impongan las siguientes penas al imputado y
acusado don JOSÉ LUIS PÉREZ ESPINOZA,
Solicitamos a US. tener por deducida acusación en contra del imputado don JOSÉ
LUIS PÉREZ ESPINOZA, ya suficientemente individualizado, ordenar se notifique a todos
los intervinientes y citarlos a una audiencia de preparación de juicio oral, en conformidad a lo
que dispone el artículo 260 del Código Procesal Penal.
PRIMER OTROSÍ: De acuerdo a lo que dispone el artículo 259 letra F del Código Procesal
Penal, los medios de prueba con que el Ministerio Público piensa valerse en juicio son los
siguientes:
I. DOCUMENTOS
II. TESTIGOS
En conformidad a lo que dispone el artículo 259 inciso final del Código Procesal
Penal, ofrezco rendir prueba de testigos, presentando la siguiente lista:
A. Pedro Pablo Orellana Paredes, chileno, Cabo 1º de Carabineros de Chile,
domiciliado en Antofagasta Nº 1000, Coquimbo, quien depondrá sobre
circunstancias anteriores, coetáneas y posteriores al hecho investigado.
B. Florentino Toro Alarcón, chileno, estudiante, domicilio desconocido, quien
depondrá sobre circunstancias anteriores, coetáneas y posteriores al hecho
investigado.
III. PRUEBA PERICIAL. En conformidad a lo que disponen los artículos 314 y 315 del
Código Procesal Penal, los informes periciales que se presentarán en juicio son los
siguientes:
A. Informe Pericial de Lesiones Nº 193 de fecha 31 de diciembre de 2016 del
Servicio Médico Legal de Coquimbo, suscrito por el perito Felipe Valenzuela
Hahn.
B. Informe Pericial Análisis Forense Nº 75-2016 de fecha 31 de diciembre de
2016 del LABOCAR de Carabineros de Chile y suscrito por el perito María
Magdalena Silva Sánchez.
C. Informe Pericial de Sitio del Suceso Nº 214-2016 de fecha 31 de diciembre de
2016 del LABOCAR de Carabineros de Chile y suscrito por el perito Jaime
Naquira Riveros.
FISCALES ADJUNTOS
FISCALÍA LOCAL DE COQUIMBO