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Son varias las teoríías que tratan de explicar el origen de hombre sobre el planeta. Algunas lo han
hecho desde una perspectiva religiosa, míítica o cientíífica. En este sentido, las teoríías o las explicaciones
sobre el origen de la vida humana pueden clasificarse en teoríías evolucionistas (en base a los
conocimientos cientííficos) y las teoríías creacionistas (en base a los relatos de la biblia y de los mitos).
Entre las teoríías bííblicas y mííticas encontramos la teoríía de la Creacioí n desarrollada en el Geí nesis
de la biblia y en el libro Popol Vuh de la civilizacioí n maya. Estas teoríías se sustentan baí sicamente en las
creencias y en la fe de los hombres y mujeres, y no cuentan con evidencias o hallazgos materiales.
Entre las teoríías cientííficas se destaca la teoríía evolucionista formulada por Charles Darwin (1801-
1882). Este cientíífico ingleí s publicoí en 1859, en su obra “El origen de las especies”, los puntos centrales
de esta teoríía:
Estos cuatro puntos centrales de su teoríía establecen entonces que todos los seres vivientes
tienden a cambiar y que en este cambio sobreviven
aquellos que logran adaptarse a la seleccioí n natural. Se denomina Proceso de Esta
idea de supervivencia del maí s apto le permitioí a Hominización al largo camino de separación
de la línea de los primates que dio origen al
Darwin explicar la evolucioí n del hombre y que tanto los
hombre, es decir, el proceso en el cual el
hombres como los primates teníían un antepasado
primate se hace humano.
comuí n. Pero que ambos siguieron caminos o proceso
evolutivos diferentes.
Proceso de Hominización
Seguí n algunos cientííficos, este proceso comenzoí hace unos 12 millones de anñ os en AÁ frica a partir
de una serie de cambios climaí ticos que produjeron la transformacioí n de un medio ambiente boscoso
cerrado a uno maí s abierto denominado de sabanas. En funcioí n de estos grandes cambios naturales, se
desarrolla el principio de la supervivencia del maí s apto para hacer frente a estas condiciones que impone
el ambiente a los seres vivos y humanos.
De esta forma, el simple hecho de bajarse definitivamente de los aí rboles significoí el comienzo de
un proceso de importantes cambios que dio origen al hombre. El paisaje natural y abierto, poblado de
diversas especies de animales y de escasez de alimentos, obligo a los homíínidos a adaptarse a las nuevas
condiciones para poder sobrevivir.
El nuevo paisaje natural de sabanas exigioí entonces de ciertos cambios fíísicos y bioloí gicos para
poder sobrevivir y adaptarse. Entre ellos:
La postura bípeda, que le permitioí tener una visioí n maí s amplia de su entorno;
La postura erecta, que le permitioí liberar sus manos y posibilitar manipular diferentes objetos,
cargar alimentos y sobre todo a crear cultura (fabricando utensilios, herramientas, armas, etc.);
El logro de estrategias y técnicas para cazar, luego de dejar su condicioí n inicial de carronñ eros
(comer restos de animales dejados por otros animales);
La lenta pérdida de pelo de su cuerpo, y que lo obligoí a recubrirse con cueros o pieles de
animales para el frio;
La disminución de su prominente mandíbula a partir del cambio en su alimentacioí n;
El gradual aumento de su capacidad cerebral que le permitioí desarrollar el pensamiento;
La mayor necesidad de refugios (cavernas, cuevas, reparos naturales) por las caracteríísticas del
nuevo ambiente.