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Discurso de Economía

LA POBREZA Y EL ÉXITO

Principalmente, quiero darle gracias a Dios que me dio la vida; me dio una gran
familia y me llenó de bendiciones diariamente; me guio en el camino cuando
estaba perdido; llenó mi vida de luz cuando sentía que caminaba en la
oscuridad y me dio fortaleza cuando quise o pensé desfallecer.

Segundo, quiero agradecer a mis padres por haberme dado la oportunidad de


vivir en un hogar lleno de amor, paz y con todas las comodidades que una
persona pudiera tener. Siempre estaré agradecida con los valores que me
inculcaron, como el respeto por los demás (sin importar si son seres humanos
o animales), la empatía hacia las demás personas sin importar las situaciones
en las que viva; la colaboración con todas las personas; el respeto por las
normas y disposiciones que dictan los adultos; la honestidad, honradez,
responsabilidad y seriedad en todas las circunstancias de la vida. Debo
agradecerles también por la gran educación que me brindaron y el esfuerzo
que hicieron para que recibiera toda la formación educativa que fuera
necesario para lograr mi proyecto de vida.

Quiero agradecerles a mis hermanos por ese amor tan grande y el apoyo
incondicional que me dieron a diario en todos los aspectos de mi vida.

A mis profesores y maestros también debo agradecerles mucho por todo el


conocimiento que me impartieron, porque sin esa educación y ese
conocimiento otorgado, creo que mi vida no sería lo que es actualmente.
Finalmente, quiero darle gracias a la vida por darme la suerte y la maravillosa
fortuna de nacer pobre, porque sin esa pobreza económica que viví, no hubiera
tenido el espíritu, el coraje, la convicción y la determinación que tuve para ser
la empresaria que soy hoy.

Cuando estamos jóvenes, muchas veces cuestionamos nuestra difícil


situación económica que nos impide (creemos) realizar nuestro proyecto de
vida. Cosas como salir de viaje, pasear a nuevos lugares, una cena en un
restaurante especial, crear una empresa, montar un negocio o simplemente
ayudar a los demás; son acciones que se nos ponen cuesta arriba por esas
complejidades monetarias que enfrentan nuestros padres; sin embargo, en
esa etapa de la vida (juventud), no nos damos cuenta de lo afortunados que
somos.

La pobreza es un estado económico que nos impide alcanzar nuestros sueños,


objetivos, eso es muy cierto; pero también es un trampolín o una fuerza que
nos obliga o conduce a crear o desarrollar iniciativas eficaces para alcanzar
nuestros objetivos, desde los más simples hasta los más complejos. Cuando
era una joven ingenua, me preguntaba muchas veces ¿Por qué nací pobre y
con tantos sueños imposibles? Pues bien, ahora me doy cuenta que a diario
me enfrentaba a muchos problemas, al igual que los demás y que en lugar de
quejarme por tener que asumir esos inconvenientes que podían generar atraso
en mis planes, debía crearles una solución efectiva que me permitiera pasar
esos obstáculos que podían inspirar a otros jóvenes que estaban en
situaciones similares o peores que las mías o incluso, pasar estos
contratiempos podían generar unas iniciativas empresariales que me pudieran
generar un ingreso monetario de cara a los planes que tenía en su momento
con el futuro que actualmente es mi presente.
Ahora me doy cuenta que la pobreza no es un mal o una desventaja frente a
nuestro proyecto de vida, por el contrario es una gran ayuda cuando ésta se
sabe asumir y en lugar de prestar atención a los obstáculos presentes en el
día a día, nos enfocamos en crear soluciones altamente efectivas.

Una vez que terminé el colegio, entendí que debía generar soluciones para
todos los que nos encontráramos en situaciones de pobreza; pero que antes
de ello, debía consumir la mayor cantidad de información y conocimiento
posible, que me permitiera crear las empresas que me ayudaran a alcanzar
mis mayores deseos, aun cuando no tenía dinero. Esta es la razón por la que
hoy tengo las empresas que tengo, ya que entendí que los pobres
necesitábamos una mejor fuente de energía, más potente, más rentable, más
constante y principalmente, amigable con el medio ambiente; estas son las
causas principales por las que decidí continuar con los estudios propuestos
hace muchos años por el gran genio Nikola Tesla.

Tesla Energy es una empresa que cree basada en las complejas redes
eléctricas que teníamos en su momento y el deterior del medio ambiente; pero
sobre todo, esta empresa nació porque me convencí de que podía desarrollar
un mejor sistema eléctrico más económico que les permitiera a mis padres
ahorrar una pequeña cantidad de dinero para cumplir juntos, nuestros
pequeños objetivos familiares.

Hoy puedo decir que soy una gran persona, una mujer emprendedora, un
ejemplo a seguir y una filántropo que lucha por las causas sociales, que quiere
que las demás personas logren sus proyectos de vida aprovechando las
situaciones adversas como trampolines o puntos de apoyo cruciales, para que
se conviertan en situaciones favorables, tal como yo lo hice.
Recuerdo que hace mucho tiempo, un viejo amigo me habló de un discurso de
Nelson Mandela, aquel día me enamoré de la vida a través de la sabiduría de
ese gran líder africano; por eso, quiero compartirles a ustedes ese gran
discurso llamado: Nuestro miedo más profundo.

Nuestro miedo más profundo no es que seamos inadecuados. Nuestro miedo


más profundo es que somos poderosos sin límite. Es nuestra luz, no la
oscuridad que nos asusta. Nos preguntamos: ¿quién soy para ser brillante?
En realidad ¿quién eres tú para no serlo? Eres hijo del universo. El hecho de
jugar a ser pequeño no sirve al mundo. No hay nada iluminador en encogerte
para que otras personas cerca de ti no se sientan inseguras. Nacemos para
ser manifiesto de la gloria del universo que está dentro de nosotros. No
solamente alguno de nosotros: está dentro de todos y cada uno. Y mientras
dejamos lucir nuestra luz propia, inconscientemente damos permiso a otras
personas para hacer lo mismo. Y al liberarnos de nuestro miedo, nuestra
presencia automáticamente libera a los demás.

En este discurso entendí gran parte de mi vida, ya que muchas veces las
personas temen al éxito, son temerosas y dubitativas de lo que son en su
interior; pero realmente temen así mismo, temen a su grandeza y a sus propios
éxitos.

Personalmente, me costó mucho entender estas palabras de Mandela, pero


una vez que lo hice, sentí que el universo era un lugar pequeño para la fuerza
interior que tenía, sentí que con cada caída que sufría en mi vida, le fallaba al
universo, a la naturaleza y a Dios, ya que para mí, yo había nacido para marcar
una gran diferencia y una gran historia en la humanidad.
Espero que este mensaje pueda llegar a todos los jóvenes de mi país, para
que como yo, juntos podamos llenar con nuestra luz propia interna (como lo
dijo Mandela) a aquellos que aún no están convencidos de sí mismos. Quiero
que cada uno encuentre en su vida, el motor que necesita para seguir
adelante, ya que como dijo Epicuro: “refúgiate en ti mismo, aun cuando
necesites compañía”.

KELLY JOHANA TRUJILLO


Humberto Usma

LA PAZ LA LOGRAMOS TODOS

Primero, quiero darle las gracias a Dios, a mis padres que los amo mucho; a
mis amigos que me vieron caer y me ayudaron a levantar tantas veces, y a
todos los profesores que me acompañaron a lo largo de mi preparación
académica.

Hace mucho tiempo, yo vivía en una Colombia sometida en una guerra interna
que se extendió por muchas décadas; un conflicto interno que no solo se vivió
por el accionar de grupos armados fuera de la Ley: como las guerrillas FARC
y ELN; los carteles y bandas delincuenciales dedicadas a la venta de drogas;
la delincuencia común; las pandillas; las oficinas de sicarios; entre otras. Sin
embargo, la guerra interna también tenía otros protagonistas o actores legales
que generaban odios y discordias en todo el territorio nacional como lo fueron
las divisiones políticas que se generaron con la aparición de grandes líderes
políticos que confundían y desinformaban al pueblo, llenándolo de ignorancia
y un accionar de barbarie que ocasionaba tantas muertes e indolencia como
una guerra armada.

Estas situaciones conflictivas me llevaron a pensar un día que si el ser humano


era un ser irracional y egoísta como lo proponían ciertos escritores del
contractualismo, entonces debía crear una estrategia que me permitiera
acabar con ese conjunto de divisiones que se generaron a partir de la
búsqueda del cumplimiento de las pequeñas voluntades colectivas que
surgían en cada grupo armado y político; formando un individuo social e
intelectual.
Por esto, un día decidí reunirme con varios líderes políticos y armados, para
conocer esas voluntades que generaban tanto odio entre las distintas clases
socio-políticas y crear una mesa de unidad nacional en la que cada uno
expusiera sus puntos de vista de lo que consideraban, era el accionar del
Estado. Esta estrategia logró crear un gran conjunto de perspectivas estatales
que terminaron creando una verdadera voluntad general absoluta; es decir, se
logró consolidar una reforma estatal en la que cada grupo que representaba
las voluntades del sector social que respaldaban, tuviera una significativa
participación en la toma de decisiones para la creación de un nuevo comienzo
en la historia de nuestro país.

A partir de ese momento, se acabaron los conflictos internos por las


contradicciones de pensamientos; cada grupo o bando veía un Estado que
apoyaba sus ideales sin afectar los ideales de los demás, ya que se pudo
consolidar una representación general de lo que debía ser Colombia y el
rumbo que debía tomar el país de cara a ser una nación próspera y
maravillosa, como se había soñado desde hace más de 200 años.

Por eso, quiero dedicarle a todo mi país este premio Nobel de la Paz; porque
de no ser por la arrogancia, el egoísmo y la prepotencia de la sociedad que un
día fuimos, jamás hubiera obtenido esta importante distinción y Colombia no
sería el paraíso que todos amamos hoy. ¡Muchas gracias!

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