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Clase 2

VINCENT PRICE
“LA OPINIÓN PÚBLICA”

Price hace un recorrido para ver como se llega a lo que conocemos hoy por Opinioó n
Puó blica.

HISTORIA Y PROBLEMÁTICAS DE LA OPINIÓN PÚBLICA


CONCEPCIONES PRIMITIVAS
En general OPINION teníóa 2 sentidos que hasta hoy persisten:
1) El primero es esencialmente epistemoloó gico y proviene de su uso para distinguir
una cuestioó n de juicio de un asunto, o algo incierto. Esto se refiere a la opinioó n como
un estado cognoscitivo de menor conocimiento que la certeza.
2) Estaó maó s ligado a las connotaciones modernas, en las que se la considera
equivalente a maneras, morales y costumbres. Se destaca el papel de la opinioó n como
una clase informal de presioó n y control social.
Se pueden senñ alar tambieó n dos fuertes acepciones del uso primitivo de PUBLICO:
publico viene de populus, pueblo, y hay dos usos principales de la idea de pueblo en
relacioó n a la Opinioó n.
1) Publico hacíóa referencia al acceso comuó n, al lugar puó blico del pueblo. El concepto
central es accesibilidad.
2) Pero de forma predominante se referíóa maó s bien a intereó s o bien comuó n,
relacionado principalmente a los asuntos de la administracioó n y el Estado. Hoy en díóa
se puede reflejar esto por ejemplo en los edificios gubernamentales que se le llaman
puó blicos, aunque los ciudadanos en general tengan prohibido el acceso.

NACIMIENTO DE LA OPINIOÓ N PUBLICA


El concepto de OP es un producto de la ILUSTRACIÓN. Donde se ligan esos dos
conceptos (OPINION – PUBLICA) como una expresión única.
La idea estaó ligada a las filosofíóas políóticas de finales del siglo XVII y XVIII (Locke,
Rousseau). Por eso se afirma que es una idea vinculada a la democracia. Aunque los
hechos histoó ricos involucrados comienzan en el siglo XV con la imprenta y el siglo XVI
con el incremento de comerciantes, clases dirigentes y la alfabetizacioó n. Tambieó n con
la reforma protestante.
Desde el absolutismo se implicaba la idea de aquel que gobernaba era el monarca por
un mandato divino. La OP rompe con esta idea, implica pensar en el debate y en la
razoó n, en el pensamiento críótico.
El surgimiento de una nueva clase social (la burguesíóa) quien legitima que la idea de
que el hombre es libre e igual ante la ley. IDEA DEL CIUDADANO.
El ciudadano tiene la idea de que puede elegir a sus representantes (que es aquel que
gobierna y no es divino) EN ESTE CONTEXTO COMIENZA LA IDEA DE OP, en donde la
OP se vincula con la idea de ciudadano que elige a sus representante.

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Tambieó n surge un nuevo concepto que es CIUDADANO que es una minoríóa porque
quienes podríóan opinar sobre los asuntos puó blicos eran quienes teníóan conocimiento.
A lo largo del siglo XVIII empezaron a florecer los cafeó s, salones, etc. Sitios de reunioó n
donde la argumentacioó n reemplazoó la autoridad conferida por un tíótulo (elite). Era
libre intercambio de informacioó n y críótica. Asíó, la opinioó n puó blica comenzoó a
consagrarse como autoridad políótica.
Esto, sin embargo, no significoó tanta igualdad como uno pudiera suponer, ya que los
gobernantes y elites, vieron en la opinioó n puó blica una forma de legitimar sus objetivos,
en conocerla e influirla fue en lo que se abocaron a partir de este momento.
Si bien la concepcioó n de OP parte de estos albores, tambieó n influyeron en la
concepcioó n actual escritos posteriores a la democracia representativa, como los de
teoó ricos UTILITARISTAS. De acuerdo a esta corriente la OP esta mejor definida como
la reunión de intereses de los hombres de una comunidad. En este sentido apelan
a que los individuos quieren satisfacer sus propios intereses y que siendo los intereses
de todos dispares deben armonizarse, naciendo la idea de gobierno de la mayoríóa.
Aunque sabemos que esto deja a las minoríóas no escuchadas.
Hacia el siglo XIX la OP se encontroó con los crecientes anaó lisis sistemaó ticos y el
empirismo, donde los escritores estaban intrigados por la “nueva fuerza” de la OP en la
sociedad, que parecíóa ir ganando poder y expandirse. En la uó ltima parte de siglo ya se
comenzaba a investigar sobre la conducta imitativa y el contagio emocional de las
multitudes.
Aquíó empiezan a haber maó s implicaciones socioloó gicas y psicoloó gicas con la OP, que de
corte políótico o filosoó fico. Ahora se empieza a orientar sobre aspectos sociales y
conductas.
A comienzos del siglo XX aparecieron diversos miedos y preocupaciones relativas a la
OP y el puó blico. Relacionados a la tiraníóa de la mayoríóa, la propaganda o persuasioó n de
masas y hacia una sutil dominacioó n por parte de las elites minoritarias.
1) Se haboó de falta de competencia del puó blico respecto a la capacidad para dirigir
asuntos puó blicos. Ellos no se interesan por todos los asuntos ni actuó an o se enteran de
todos ellos. Las personas en general no tienen mucho intereó s en la políótica.
2) Críóticos posteriores hablaron de falta de recursos, es decir, no es que el puó blico
fuera incompetente, sino que maó s bien habíóa una falta de meó todos eficientes para la
comunicacioó n puó blica. Pensemos en los medios de comunicacioó n de masas, como
propaganda, radio, y maó s recientemente TV, que son formas de comunicacioó n
unidireccionales.
3) Un peligro en el que se ha hecho hincapieó es en la tiraníóa de la mayoríóa. Donde las
personas que no se sienten representadas por lo que piensa la mayoríóa, terminan en
una “espiral del silencio” por la presioó n que se ejerce sobre ellos. Y sus intereses pasan
desapercibidos.
4) Tambieó n fue importante la susceptibilidad del puó blico a la persuasioó n. En otras
palabras, a los llamamientos altamente emocionales y no racionales. En este sentido
han sido de amplio anaó lisis los regíómenes fascistas.
A lo largo del siglo XX aparecieron las investigaciones funcionalistas preocupadas por
la persuasioó n y la OP, las investigaciones “administrativas” dirigidas por elites que
queríóan aprender a persuadir a las masas.

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5) En este sentido, una uó ltima problemaó tica a resaltar es el dominio de las elites.
Aunque algunos temieron en demasiado poder en manos del puó blico, a muchos otros
les preocupoó que sea demasiado poco.
A partir de los medios masivos, se puede ver como por ejemplo, la poblacioó n
americana habíóa sido convertida por los medios de comunicacioó n de masas en un
“mercado” que consume, maó s que un puó blico que produce ideas y opiniones.

EL CONCEPTO DE PÚBLICO
Los primeros e incluyentes tratamientos del puó blico fueron concepciones que
identificaba a la OP como bastante proó xima a la conducta colectiva, y la enfocaba
baó sicamente explicando la naturaleza socioloó gica del puó blico como un grupo
estructurado imprecisa y transitoriamente.
Se presta una especial atencioó n al concepto de ASUNTO, “al debate de un asunto”. En
este sentido, el puó blico se forma a traveó s del tiempo, por medio de argumentos
espontaó neos, discusioó n y oposicioó n colectiva respecto a un asunto. Hay puó blico porque
hay un problema y hay OP porque hay un debate.
Hoy en díóa se puede decir que se equipara maó s a la OP a una unioó n de opiniones
individuales, lo que intenta medir el sondeo de opinioó n. La aparicioó n de las encuestas
de OP y los sondeos en el siglo XX tuvo consecuencias, redirigieó ndose los intereses
ampliamente socioloó gicos y colocando los problemas de medicioó n a escala individual
en el centro del campo.

MULTITUD, PÚBLICO Y MASAS


* PUBLICO:
El puó blico es entendido como racional, usa el conocimiento. Hay un debate y aparecen
diferentes posiciones. Hay diferentes tipos de asuntos, diferente tipos de debates sobre
los asuntos (puede ser maó s importante para un grupo que para otro). U
Una cuestioó n de la OP es ¿Queó hace que un asunto tenga maó s alcance que otro? Y en
este debate entran los medios de comunicacioó n.
Al aproximarse 1900, hubo un cambio de enfoque y meó todo en el anaó lisis de la OP.
Redefinicioó n del concepto de OP, porque la idea de puó blico cambia debido a los medios.
El concepto sigue siendo el DEBATE DEL ASUNTO. No podemos pensar en un puó blico si
no hay un asunto que es controvertido.
Pero en los medios tambieó n hay controversias. La OP estaó mediada por una de esas
alternativas que se imponen sobre el resto. Cuando hay debate tambieó n entra en juego
una cuestioó n de PODER. Y en la actualidad se tiene poder en este sentido cuando se
puede influir sobre la agenda y la opinioó n puó blica de la gente (generalmente es una
elite quien cuenta con acceso a la creacioó n de mensajes de alcance masivo).
Si vamos a los oríógenes de OP, en donde la opinioó n surge en espacios muy pequenñ os y
donde teníóan los recursos para debatir sobre los asuntos puó blicos. Y si vamos a la
actualidad de ese debate, el debate estaó en los medios, no significa que no haya debate
puó blico, sino que ese debate estaó marcado por los medios. EN REALIDAD HAY DEBATE
PERO EÓ STE ESTAÓ MARCADO POR UN TEMA DE AGENDA. Aquíó se ve como los medios
reestructuran el ESPACIO PUÓ BLICO.

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El puó blico va mutando de acuerdo a los asuntos que estamos debatiendo, de acuerdo al
grupo en el que nos movemos o en la realidad en la que vivimos. PERO LOS MEDIOS
SON LOS QUE PLANTEAN LOS TEMAS DE DEBATE, LOS ASUNTOS.
La concepcioó n de OP hoy en díóa estaó asociada a la suma de opiniones individuales.
Cuando comparamos esta nocioó n con las que prevalecíóan a principios del siglo XX, el
contraste es impresionante. La OP era considerada como una clase especial de
producto social, no como una coleccioó n de OP diversas, sino como la opinioó n de un
puó blico.
Los miembros del puó blico no tienen status fijos, el puó blico es una especie de grupo
amorfo cuyo tamanñ o y nuó mero de miembros varíóa seguó n el asunto.
La diferencia central del PUÓ BLICO con la MULTITUD Y LA MASA es la racionalidad.

* MULTITUD:
Entonces una multitud es baó sicamente un grupo de personas que se reuó nen por una
emoción compartida y desaparece cuando esta termina.
Caracteríósticas:
1. El anonimato: esto relaja las limitaciones que sienten las personas.

2. Las emociones y las acciones se extienden raó pidamente por imitacioó n


espontaó nea y contagio.

3. La personalidad se desvanece bajo la influencia de la multitud y una sugestioó n


inconsciente.

La multitud tiene un componente fuerte e irracional. Es un grupo de personas unidas


por la empatíóa. Esto en el S.XIX era visto como peligroso, por lo que representaba esta
gente en las calles.
Multitud ha servido como concepto contrario al que se define como el puó blico por sus
aspectos emocionales e irracionales.

Similitud de puó blico y multitud:


 Ambos son mecanismos de adaptacioó n social y cambio, formas sociales
transitorias utilizadas por grupos sociales para “transformarse” en nuevas
organizaciones. La multitud y puó blico no son grupos organizados.

 La multitud estaó marcada por la unidad de experiencia emocional mientras que


el puó blico estaó marcado por la oposicioó n y el discurso racional.

 La multitud se desarrolla como respuesta a emociones compartidas; el puó blico


se organiza en respuesta a un asunto que debe debatirse.

 Entrar en la multitud requiere de la capacidad de pensar y razonar con otros.


Cuando el puó blico deja de ser críótico se disuelve o se transforma en multitud.

* MASA:

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Conjunto de individuos que son diferentes, independientes, anoó nimos y que actuó an en
respuesta a sus propias necesidades.
Se distingue por haber una interaccioó n y comunicacioó n entre sus miembros muy
pequenñ a, es un concepto asociado a los medios de comunicacioó n de masas, y al puó blico
como un ente pasivo que recibe la informacioó n maó s bien de forma unidireccional.
Ademaó s, la masa es HETEROGENEA, e incluye personas de todos los estratos de la
sociedad y de todas las profesiones.
Tambieó n es muy dispersa geograó ficamente, lo que alimenta esa falta de comunicacioó n
entre los miembros.
La masa se distingue en varias formas de la multitud y el puó blico: Estaó maó s organizada
que la multitud o el puó blico, y sus miembros son incapaces de actuar concertadamente.

Lo que une a la masa no es la emocioó n compartida (como en la multitud) ni el


desacuerdo o la discusioó n (como en el puó blico) sino un foco de interés común o
atención. Algo que en ese momento atrae su atencioó n (pero no necesariamente un
problema).
El puó blico y la masa estaraó n cada vez maó s entremezclados y seraó n maó s difíóciles de
diferenciar cuanto maó s dependamos de los medios de comunicacioó n masivos, y menos
entremos en debates sobre asuntos importantes.
Las condiciones modernas son mucho maó s favorables a la masa que a la OP por cuatro
razones baó sicas:
a) Son mas las personas que reciben opiniones que quienes la emiten.
b) Las comunicaciones que prevalecen estaó n organizadas.
c) La realizacioó n de la opinioó n en accioó n esta controlada por las autoridades.
d) La masa no tiene autorizacioó n de las instituciones.

LAS CUESTIONES Y LOS PÚBLICOS


De hecho hay teoría de la OP que ha sido crítica a entender a la OP como
sociedad de masa. Uno de los riesgos que plantea es la transformación del
público en masa. Masa es un concepto de sujeto colectivo con un foco de atención
común. En la masa lo que hay es un CONSUMO.
Lo que tienen en comuó n estos conceptos es que no son permanentes, son transitorios
(no hay espacios claros). Cuando hablamos de puó blicos no todos los que debaten en
asuntos puó blicos tienen intereó s o actuó an en relacioó n a ello.
Un puó blico no es una entidad fija. Cambia en cuanto a su tamanñ o y su composicioó n al
tiempo que primero se identifica un asunto, se varíóa con la discusioó n y finalmente se
resuelve. Se puede explicar en fases:
- Fase del problema (alguna situacioó n es considerada problemaó tica),
- Fase de propuesta (se formulan una o varias líóneas potenciales de accioó n en
respuesta al problema)
- Fase políótica (los meó ritos y debilidades de las propuestas alternativas se debaten
activamente)
- Fase programaó tica (se realiza la accioó n aprobada)

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- Fase de valoracioó n (se realizan evaluaciones de la efectividad de la políótica llevada a
cabo)
Por otro lado, el puó blico cambia de tamanñ o. Cambia tambieó n en su composicioó n.
Distinguimos los actores son aquellos que intentan influir en el curso de los asuntos
políóticos. Se dan cuenta de los problemas, proponen soluciones, e intentan persuadir a
los demaó s de su punto de vista.
Los espectadores componen la audiencia de los actores, siguiendo sus acciones con
diversos grados de intereó s y actividad.
La distincioó n entre actores y espectadores es confusa puesto que hay una mezcla de los
dos tipos de conductas: los actores de un determinado asunto son espectadores en
otro, y los hombres pasan continuamente de uno a otro lado.

LA OBSERVACIÓN DEL PÚBLICO


El puó blico es una entidad difíócil de identificar de forma precisa. Estaó imprecisamente
organizado a traveó s de la comunicacioó n que rodea un asunto, incluye un estrato activo
y uno pasivo, cambia en tamanñ o y forma seguó n se desarrolla, y tiene o deja de tener
existencia al mismo tiempo que un asunto.
El público en general. Escucha sobre asuntos puó blicos. Tiene un punto de
participacioó n maó s fuerte cuando vota. Pero, en general permanece solamente a la
escucha. Corresponde a la poblacioó n dada en su totalidad. Esta es la nocioó n subyacente
a la mayoríóa de las encuestas.
El público que vota. El puó blico es el electorado. El acto de VOTAR es una expresioó n
conductista de la opinioó n y puede considerarse como una participacioó n en un debate
puó blico. Sin embargo, el hecho de que una persona haya votado NO significa que se
haya ocupado activamente de considerar las posibilidades en juego. Muchos votantes
van a votar sin mucha informacioó n que guíóe su eleccioó n.
El público atento. El electorado incluye a muchas personas que no estaó n implicadas ni
son activamente políóticas. Es necesario observar un grupo maó s pequenñ o de ciudadanos
para obtener respuestas realistas a preguntas sobre el modo en que la OP configura la
políótica actual.
Maó s informado, interesado, lector y participativo que los anteriores, tiene maó s peso.
Este es el grupo que presta atencioó n de forma continuada a los asuntos políóticos, se
implica seriamente en asuntos puó blicos y hablan ocasionalmente con los demaó s sobre
estas cuestiones.
Público activo. Un escaloó n maó s arriba en la escala del intereó s y actividad políótica, y a la
vez un grupo todavíóa maó s reducido. El comportamiento de este grupo en asuntos
puó blicos incluye participacioó n políótica muy activa.
El teó rmino ELITE se utiliza para referirse a estos miembros maó s activos de la
poblacioó n.
Clases de elite:
 Políóticas

 Burocraó ticas

 Grupo de intereó s

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 Comunicacioó n (que incluye no solo a los medios sino tambieó n a los líóderes de
opinioó n).

La conformacioó n de la OP va a estar vinculada al puó blico activo y atento en tanto


creadores o influyentes en la agenda y asuntos que se debatiraó n.
Estos miembros del puó blico activo compiten en el mercado de opinioó n.
Casi podríóa decirse que quien moviliza a las elites moviliza el puó blico, por su gran
influencia en muchas decisiones.
Formadores de opinión (periodistas, deportistas, actores, etc), cualquiera puede ser
un formador de opinioó n seguó n el peso que tengan sus opiniones en la sociedad.
La relacioó n entre formadores de opinioó n y puó blico atento formaraó n un estado de OP.
Las posiciones se van conformando de acuerdo a los actores (formadores de opinioó n) y
la gente adhiere o no, de acuerdo a las posiciones planteadas de antemano.

CONCEPTUALIZACIÓN DE OPINIONES
OPINIONES Y ACTITUDES
Los teó rminos opinioó n y actitud se utilizan, a menudo, de forma intercambiable.
Pero, ambos ocupan posiciones conceptuales de alguna forma diferentes en tres
maneras:
1. Las opiniones se han considerado habitualmente como observables,
respuestas verbales ante un asunto o cuestioó n, mientras que una actitud es una
predisposición secreta o una tendencia psicoloó gica.

2. Aunque ambas, actitud y opinión, implican aprobación o desacuerdo, el término


actitud se dirige más hacia el efecto (es decir gustos o fobias fundamentales), y
la opinión, más intensamente hacia el conocimiento.

3. Una actitud se conceptualiza como una orientación global, perdurable, hacia


una clase general de estímulos, mientras que una opinión se considera más
situacionalmente.

Así se considera a las actitudes más bien como la materia prima, los bloques de
construcción, esquemas, orientaciones posiblemente permanentes favorables o
desfavorables en respuesta a algo. Y sobre esto se forman las opiniones.

La opinión se genera en respuesta a una cuestión concreta en una situación específica,


es una decisión que adapta las actitudes relacionadas con un asunto a la percepción que
tiene el individuo de la realidad en la cual la conducta debe tener lugar.

En consecuencia, opiones y actitudes pueden muy bien divergir.

Más allá del problema de potenciales desemparejamientos entre las opiniones


expresadas hay también otro problema fundamental, una persona no necesita el
desarrollo de ningún juicio subyacente o preferencia para expresar una opinión, por eso
se entiende que a veces, los que responden encuestas, pueden estar proporcionando
juicios repentinos o pseudo-opiniones.

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LOS VALORES, ACTITUDES E IDENTIFICACIÓN DE GRUPO, todos se refieren a
estructuras de información que reflejan diferentes aspectos del proceso de información
que puede influir en la expresión de opiniones.
- Valores: son creencias evaluadoras, respecto a lo deseable, sea como un fin o como un
estado. Son pautas que guían la acción personal.
- Identificaciones de grupo: están relacionadas al autoconcepto, que en gran medida se
da en las diversas identificaciones de grupo de la persona. Estos conceptos generan una
identidad social, compuestas de creencias sobre la propia pertenencia a varios grupos o
categorías sociales (soy católico, soy padre). Esto se relaciona a la OP ya que uno puede
implicarse o no en un determinado asunto público por sus pertenencias de grupo.

CAPITULO 5

“CONCEPTUALIZACIÓN DEL PROCESO DE OPINIÓN PÚBLICA”

Los aspectos colectivos e individuales de la OP nunca se han podido separar faó cilmente
en la investigacioó n.
Ha habido sin duda un cambio general de la postura colectiva a la individual, como un
alejamiento de nociones abstractas y difíóciles de investigar. Se busco una aproximacioó n
maó s manejable con una muestra representativa de opiniones individuales.
La mayoríóa de los investigadores actuales reconocen el valor de los datos de opinioó n de
nivel individual conseguidos a traveó s de investigaciones de sondeo como un uó til
primario para estudiar la OP. Sin embargo no se puede dejar por fuera el amplio
proceso colectivo dentro del cual las opiniones individuales se forman y expresan.

Aspectos colectivo e individual


La investigacioó n sobre la OP debe, cubrir siempre los intereses colectivos e
individuales.
La tendencia a separar la teoríóa en niveles individual y colectivo e investigarlos por
separado puede limitar el anaó lisis de la conducta políótica y fracasar en la
simultaneidad de la accioó n colectiva e individual.

La noción del debate público


El teó rmino debate puó blico intenta describir una masa de gente que se organiza en
puó blico, personas que reconocen un problema, que producen ideas sobre lo que hay
que hacer, que intenta resolver el asunto a traveó s del consenso.
- Dinámica de la toma de decisión en un grupo: Los procesos de comunicacioó n y
cambio de opinioó n son necesarios para que los grupos sobrevivan.
A traveó s de la discusioó n se intercambian ideas e informacioó n, que permite al grupo
establecer un entendimiento comuó n. La discusioó n sirve tambieó n como medio para la
expresioó n y negociacioó n de corrientes de opinioó n dentro del grupo.
- Debate público en entornos sociales mayores: La gran variedad de individuos y
grupos que pueden desempenñ ar un papel y los diferentes papeles que desempenñ an,
hacen la descripcioó n y el anaó lisis mucho maó s difíócil.

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Hay discusiones informales, dispersas y no demasiado frecuentes entre miembros
individuales del puó blico.
Los grandes puó blicos requieren medios de intercambio de ideas maó s sistemaó ticos y
existe una dependencia de los medios de comunicacioó n y sus intermediarios.

Actores de la política, periodistas y público atento


La diferencia entre líóderes y seguidores, entre actores de la políótica y espectadores es
una de las caracteríósticas principales de un debate puó blico a gran escala.
Los actores son aquellas personas que intentan variar la conducta del colectivo y crean
asuntos puó blicos.
Los espectadores pueden estar especialmente interesados sobre el asunto concreto,
siguen las noticias y les gusta hablar sobre asuntos puó blicos.
El puó blico atento es maó s que una audiencia, sus miembros aportan atencioó n y
meditacioó n respecto al asunto en cuestioó n.
Los periodistas permiten a los puó blicos atentos formarse alrededor de desacuerdos
con la elite e intentan alertar al puó blico de los problemas.
La prensa es dependiente de los actores políóticos para obtener noticias.
El periodismo permite a los actores y espectadores políóticos interactuar.

Observación de la opinión pública


Los indicadores de la OP, se obtienen de muchas fuentes generalmente por medio de
una de estas tres teó cnicas:
- Entrevistas estructuradas
- Anaó lisis de contenido
- Entrevistas en profundidad
Aunque ninguna de estas observaciones es suficiente para describir la OP en su
totalidad.

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