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Causas, características e impactos de los sismos

Sismos, temblores y terremotos son términos usuales para referirse a los


movimientos de la corteza terrestre, sin embargo, técnicamente hablando, el
nombre de sismo es más utilizado (terremoto se refiere a sismos de grandes
dimensiones). Los sismos se originan en el interior de la tierra y se propaga por ella
en todas direcciones en forma de ondas. Son de corta duración e intensidad variable
y son producidos a consecuencia de la liberación repentina de
energía. Paradójicamente, poseen un aspecto positivo que es el de proporcionarnos
información sobre el interior de nuestro planeta. Actualmente, gracias a la técnica
conocida como tomografía sismológica o sísmica, se conoce con gran detalle el
interior de nuestro planeta.
Para información más detallada visita GeoInfoMex, selecciona en Contenido:
Tectónica y sismos. También puedes consultar SISMOLOGÍA DE MÉXICO.
Causas
Aunque la interacción entre Placas Tectónicas es la principal causa de los sismos
no es la única. Cualquier proceso que pueda lograr grandes concentraciones de
energía en las rocas puede generar sismos cuyo tamaño dependerá, entre otros
factores, de qué tan grande sea la zona de concentración del esfuerzo. Las causas
más generales se pueden enumeran según su orden de importancia en:

 TECTÓNICA: son los sismos que se originan por el desplazamiento de las


placas tectónicas que conforman la corteza, afectan grandes extensiones y
es la causa que más genera sismos.
 VOLCÁNICA: es poco frecuente; cuando la erupción es violenta genera
grandes sacudidas que afectan sobre todo a los lugares cercanos, pero a
pesar de ello su campo de acción es reducido en comparación con los de
origen tectónico.
 HUNDIMIENTO: cuando al interior de la corteza se ha producido la acción
erosiva de las aguas subterráneas, va dejando un vacío, el cual termina por
ceder ante el peso de la parte superior. Es esta caída que genera vibraciones
conocidas como sismos. Su ocurrencia es poco frecuente y de poca
extensión.

 DESLIZAMIENTOS: el propio peso de las montañas es una fuerza enorme


que tiende a aplanarlas y que puede producir sismos al ocasionar
deslizamientos a lo largo de fallas, pero generalmente no son de gran
magnitud.
 EXPLOSIONES ATÓMICAS: realizadas por el ser humano y que al parecer
tienen una relación con los movimientos sísmicos.

Cuando se aplican esfuerzos sobre una roca, ésta, dependiendo del tipo de roca y
de las condiciones ambientales de temperatura y presión, se comportará en forma
más o menos elástica o plástica “comportamiento elástico de las rocas”. La
elasticidad es una propiedad de los sólidos y significa que, luego de haber sido un
cuerpo deformado por una fuerza aplicada, este retorna a su forma original cuando
la fuerza ya no está presente. Si la tensión se aplica por un período prolongado de
tiempo la deformación será permanente, es decir, el material “fluirá" plásticamente;
por lo tanto, el concepto rígido y elástico o fluido, depende de la fuerza y el periodo
de tiempo que se aplique esa fuerza al material.
Cuando una roca se deforma acumula en su interior energía elástica de
deformación; si el esfuerzo aplicado es relativamente pequeño la roca se comporta
elásticamente, mientras que, si el esfuerzo aplicado es muy grande producirá
deformaciones demasiado grandes, y llega a romper la roca, esta ruptura súbita
origina una falla. Un plano de falla (por donde corre la falla) está relativamente libre
de esfuerzos por lo que puede desplazarse casi con libertad en ambos lados
generando que la roca vuelva a tomar su forma original aproximada de manera
nuevamente súbita, este movimiento repentino de grandes masas de roca,
produce ondas sísmicas que viajan a través y por la superficie de la Tierra, dando
lugar a un sismo. El movimiento dependerá del tipo de falla produciendo efectos
distintos para distintas direcciones.
A este modelo del ciclo de acumulación de esfuerzo, falla y liberación de esfuerzo
es nombrado repercusión elástica y fue propuesto por H.F. Reid, en base a sus
observaciones de los efectos del terremoto en San Francisco de 1906 y, mediante
posteriores estudios de campo y laboratorio se ha confirmado que, en formas más
o menos elaboradas, es el mecanismo que produce los terremotos.

En las zonas de subducción es en donde se registran los temblores más profundos.


A lo largo de las trincheras generalmente existe una gran cantidad de sismos,
delimitando una zona que se conoce como “zona de Benioff”. Las trincheras, en sí,
se asocian a una gran cantidad de sismos y volcanes.
¿Qué pasa en la zona de subducción? La placa subducida avanza sin resbalar,
la deformación aumenta hasta que los esfuerzos son más grandes que la fricción
entre ellas, el contacto se rompe y ambos lados de la ruptura se desplazan (dando
lugar a un sismo) permitiendo el avance de las placas; posteriormente, el contacto
entre las placas sana y comienzan de nuevo a acumular energía de deformación y
el ciclo se repite.
La explicación a muchos de los fenómenos sísmicos y volcánicos que han ocurrido
en los últimos años es que son consecuencia de Fallas Tectónicas y obviamente
del movimiento de las Placas Tectónicas. Desde al punto de vista geológico, las
zonas conocidas como las más activas del mundo en estos términos forman dos
grandes alineaciones de miles de kilómetros de longitud y sólo unos pocos de
ancho:

 Cinturón Circumpacífico (conocido como "Cinturón de Fuego"). Rodea casi


totalmente el Pacifico, se extiende a los largo de las costas de América del
Sur, México y California hasta Alaska; después continúa por las islas
Aleutianas, antes de dirigirse hacia el sur a través de Japón y las Indias
orientales. La mayor parte de la energía sísmica se libera en esta región,
libera entre 80 y 90% de la energía sísmica anual de la Tierra.

 Cinturón Eurasiático-Melanésico, (Alpino-Himalaya) que incluye las


cordilleras alpinas de Europa y Asia, conectando con el anterior en el
archipiélago de Melanesia. Desde España se prolonga por el Mediterráneo
hasta Turquía, el Himalaya y las Indias Orientales. Esta inmensa falla se
produce por las plataformas Africana e India que se mueven hacía el norte
rozando levemente la plataforma Euroasiática. Aunque la energía liberada
aquí es menor que en el del Pacífico, a lo largo de los años ha producido
devastadores terremotos, como el ocurrido en China en 1976, donde
murieron más de 650 mil personas.
 Una tercera región altamente sísmica la formaría la Dorsal Mesoatlántica
ubicada en el centro del Océano Atlántico.

Hay regiones donde la actividad sísmica es casi nula o desconocida lo que pone de
manifiesto que el peligro representado por los temblores es muy grande en ciertas
regiones y casi nulo o insignificante en otras. Estudiando la distribución de los
hipocentros de distintos terremotos que han tenido lugar a lo largo de la historia, se
divide la superficie terrestre en tres zonas:

 Regiones sísmicas: zonas activas de la corteza terrestre muy propensas a


sufrir grandes movimientos sísmicos; coinciden con las zonas de impacto o
roce de las placas.
 Regiones penisísmicas: zonas en las que sólo se registran terremotos
débiles (de poca intensidad) y no con mucha frecuencia.
 Regiones a sísmicas: zonas muy estables de la corteza terrestre en las que
raramente se registran terremotos. Son sobre todo regiones muy antiguas de
corteza de tipo continental (escudos).

Si comparamos la distribución mundial de epicentros (sismicidad mundial) con las


principales Placas Tectónicas, vemos inmediatamente que las franjas sísmicas
corresponden, en su gran mayoría y de forma impresionante, con las fronteras entre
las placas, esto es, cada tipo de interacción entre placas produce sismos.

Algunas de las zonas de sismicidad difusa, como las que se encuentran cerca de
las islas Filipinas, en los extremos occidental y oriental del Mediterráneo, y en el
extremo noroccidental de Sudamérica, son regiones donde es posible la presencia
de microplacas aún no bien documentadas.
Características
El punto exacto en donde se origina el sismo se llama foco o hipocentro, se sitúa
debajo de la superficie terrestre a unos pocos kilómetros hasta un máximo de unos
700 km de profundidad. El epicentro es la proyección del foco a nivel de tierra, es
decir, el punto de la superficie terrestre situada directamente sobre el foco, donde
el sismo alcanza su mayor intensidad. El fallamiento (falla) de una roca es causado
precisamente por la liberación repentina de los esfuerzos (compresión, tensión o de
cizalla) impuestos al terreno, de esta manera, la tierra es puesta en vibración; esta
vibración se debe a que las ondas sísmicas se propagan en todas las direcciones
y trasmiten la fuerza que se genera en el foco sísmico hasta el epicentro en
proporción a la intensidad y magnitud de cada sismo.

Ilustración tomada de:


http://gfrojas.blogspot.mx/
2008/08/sismos.html

Las diversas ondas sísmicas viajan a diferentes velocidades por lo que llegan al
sismógrafo a diferentes horas, los tiempos de viaje se ilustran como gráficas de
tiempo-distancia llamados sismogramas con lo que se podrá determinar el
epicentro de cualquier sismo.
Movimiento Trepidatorio y Oscilatorio. Al generarse un temblor las ondas
sísmicas que se propagan en todas direcciones, provocan el movimiento del suelo
tanto en forma horizontal como vertical. En los lugares cercanos al epicentro, la
componente vertical del movimiento es mayor que las horizontales y se dice que el
movimiento es trepidatorio; por el otro lado, al ir viajando las ondas sísmicas, las
componentes se atenúan y al llegar a un suelo blando, como el de la ciudad de
México, las componentes horizontales se amplifican y se dice que el movimiento
es oscilatorio.

A menudo, si el sismo es de grandes dimensiones y tiene lugar en tierra se


denomina terremoto, y si tiene lugar en mar se denomina maremoto formando
olas gigantescas llamadas tsunamis de enorme poder destructivo en las costas
vecinas. Al tiempo comprendido entre dos terremotos se le llama tiempo de
recurrencia y al lapso de calma (menos sismos y de baja magnitud) en un área
donde han ocurrido macrosismos se le conoce como quietud sísmica. De acuerdo
con recientes investigaciones de Max Wyss en el campo de la geología, se ha
determinado que es ahí donde se encuentran los mayores riesgos de un terremoto,
ya que indican la acumulación de energía o tensión elástica.
Impacto
Los efectos de un sismo traen como consecuencia el sacudimiento del suelo, los
incendios, las olas marinas sísmicas y los derrumbes, así como la interrupción de
los servicios vitales, el pánico y el choque psicológico. Los daños dependen de la
hora en que ocurre el sismo, la magnitud, la distancia del epicentro, la geología del
área, el tipo de construcción de las diversas estructuras, densidad de la población y
duración del sacudimiento.
Para cuantificar o medir el tamaño de un temblor se utilizan las escalas
de intensidad y magnitud. La escala de Intensidad o de Mercalli está asociada a
un lugar determinado y se asigna en función a los daños o efectos causados al
hombre y a sus construcciones. La escala de Magnitud o Richter está relacionada
con la energía que se libera durante un temblor y se obtiene en forma numérica a
partir de los registros obtenidos con los sismógrafos, esta es la manera más
conocida y más ampliamente utilizada para clasificar los sismos.

Premonitorios. Frecuentemente algunos temblores grandes son precedidos por


temblores de menor magnitud generados al inicio del fracturamiento alrededor de lo
que será la región focal del gran temblor, conocidos como temblores premonitorios.
No es fácil determinarlos ya que no es posible diferenciarlos de la sismicidad normal
de una región, por lo que en la generalidad de los casos, se sabe que un temblor es
premonitorio sólo en el contexto de la actividad posterior.
Replicas. Los sismólogos también han observado que, inmediatamente después
de que ocurre un gran temblor, éste es seguido por temblores de menor magnitud
llamados réplicas y que ocurren en las vecindades del foco del temblor principal.
Como estos sismos ocurren en la zona de ruptura del temblor principal, su
ocurrencia se debe probablemente al reajuste mecánico de la región afectada que
no recupera su estado de equilibrio inmediatamente después del temblor principal.
Inicialmente, la frecuencia de ocurrencia es grande pero decae gradualmente con
el tiempo. El estudio de las réplicas de un gran temblor se ha aprovechado para
estimar las dimensiones de la zona de ruptura y otros estudios científicos, pero
desde el punto de vista social es necesario conocer su ocurrencia para adoptar una
actitud previsora. Las réplicas son de menor magnitud y pueden ocurrir minutos,
días y hasta años después del evento principal, el número de estas puede variar
desde unos cuantos sismos hasta cientos de eventos.
Predicciones sísmicas. Los sismos son un fenómeno recurrente. La acumulación
suficiente de energía en cualquier lugar tendrá que liberarse reiteradamente
mediante la ocurrencia de un nuevo sismo. Los eventos símicos ocurren
periódicamente en las mismas regiones geográficas; a medida que pasa el tiempo
en una región donde no ha ocurrido un temblor fuerte, mayor es la probabilidad de
que ahí ocurra uno. Es de esperarse que en las regiones donde ya se han
presentado sismos fuertes, vuelvan a presentarse en el futuro. La predicción como
resultado de la comprensión de un proceso de la naturaleza es una de las metas de
toda ciencia, por lo que la sismología no es ajena a estas aspiraciones.
Hasta hoy no existe una técnica eficaz que permita predecir los sismos ni en los
países como Estados Unidos y Japón cuya tecnología es muy avanzada. Pero los
adelantos logrados y el conocimiento adquirido nos permiten aseverar que llegará
pronto el día que la posibilidad de anticipar la ocurrencia de un terremoto sea una
realidad cotidiana.
Los Sistemas de Alerta Sísmica (SAS) implantados en algunos países dan la
oportunidad de conocer el inicio de un sismo fuerte cerca de su epicentro, la
diferente velocidad de propagación de las ondas sísmicas y eléctricas, y la distancia
entre el sitio del epicentro sísmico y el lugar donde se desea prevenir sus efectos.
La eficacia de esta tecnología depende del resultado de las acciones como captar
el sismo, pronosticar su magnitud e informar oportunamente a la población en riesgo
para que responda adecuadamente, todas estas acciones tienen posibilidad de
falla. El SAS es capaz de brindar, por medio de la radio y la televisión, un aviso de
entre 50 y 70 segundos, previo a la llegada de un macro-sismo de 6 grados o más
en la escala de Richter

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