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TIPOS DE PERSONAJES

«A don Jaime Arce, que tiene un gran aire a pesar de todo, no hacen más que
protestarle letras. En el Café, parece que no, todo se sabe. Don Jaime pidió un crédito a
un Banco, se lo dieron y firmó unas letras. Después vino lo que vino. Se metió en un
negocio donde lo engañaron, se quedó sin un real, le presentaron las letras al cobro y
dijo que no podía pagarlas. Muy trabajador no es, ésa es la verdad, pero tampoco tuvo
nada de suerte.»
Camilo José Cela: La colmena

«Cuando Mayor vio que estaban todos acomodados y esperaban con atención, aclaró su
voz y comenzó:
—Camaradas: os habéis enterado ya del extraño sueño que tuve anoche. Pero de eso
hablaré luego. Primero tengo que decir otra cosa. Yo no creo, camaradas, que esté
muchos meses más con vosotros y antes de morir estimo mi deber transmitiros la
sabiduría que he adquirido. He vivido muchos años, dispuse de bastante tiempo para
meditar mientras he estado a solas en mi pocilga y creo poder afirmar que entiendo el
sentido de la vida en este mundo, tan bien como cualquier otro animal viviente. Es
respecto a esto de lo que deseo hablaros.»
George Orwell: Rebelión en la granja

«Un día llegaron unos hombres a la fraga de Cecebre, abrieron un agujero, clavaron un
poste y lo aseguraron apisonando guijarros y tierra a su alrededor. Subieron luego por
él, prendiéronle varios hilos metálicos y se marcharon para continuar el tendido de la
línea.
Las plantas que había en torno del reciente huésped de la fraga permanecieron durante
varios días cohibidas con su presencia, porque ya se ha dicho que su timidez es muy
grande. Al fin, la que estaba más cerca de él, que era un pino alto, alto, recio y recto,
dijo:
—Han plantado un nuevo árbol en la fraga. »
Wenceslao Fernández Flórez: El bosque animado

«Y tomando de nuevo el hacha, pegó un formidable hachazo en el leño.


—¡Ay! ¡Me has hecho daño! —dijo quejándose la misma vocecita.
Esta vez se quedó maese Cereza como si fuera de piedra, con los ojos espantados, la
boca abierta y la lengua fuera, colgando hasta la barba como uno de esos mascarones
tan feos y tan graciosos por cuya boca sale el caño de una fuente.
Se quedó hasta sin voz. Cuando pudo hablar, comenzó a decir temblando de miedo y
balbuceando:
—Pero, ¿de dónde sale esa vocecita que ha dicho ¡ay!? ¡Si aquí no hay un alma! ¿Será
que este leño habrá aprendido a llorar y a quejarse como un niño?
Carlo Collodi: Pinocho

«Como se cuenta en El Hobbit, un día llegó a la puerta de Bilbo el gran Mago, Gandalf
el Gris y con él trece Enanos: nada menos que Thorin Escudo de Roble, descendiente de
reyes, y doce compañeros de exilio. Bilbo salió con ellos, del todo perplejo, en una
mañana de abril del año 1341 de la Cronología de la Comarca, a la búsqueda del gran
tesoro: el tesoro oculto de los Reyes Enanos de la Montaña, debajo de Erebor en el
Valle, lejos al Este. La búsqueda fue fructífera, y dieron muerte al Dragón que
custodiaba el tesoro.»
J.R.R. Tolkien: La comunidad del anillo

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