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EL MUSEO HERMÉTICO

Alq_UIMIA
& MISTICA
ALEXA N DER ROOB
EL MUSEO HERMÉTICO

ALQUIMIA
;
&

MISTICA
A LEXANDER ROOB

TASCHEN
K(lLN L0Nb0N l-OS A.NC~ I fi'$ MAQA I O P" IHS TOKYO
Reproducciones: pág. 2, de: William
Blake: Jerusalén,1804-182o; pág. 6, de:
Michael Maier: Viatorium, Oppenheim,
1618; pág . 34, 110. 4g2, de: J. Typotius:
Symbola divina et humana. Praga,
1601-1603; pág. 428, de: Basilius Valen- CONT ENID O
tius: Chymische Schriftcn, Leipzig, 1769

8 INTRODUCCIÓN

34 EL MACROCOS MOS
El mundo · El sol · La luna · Astronomía inferior·
Los astros· La música de las esf eras · Génesis· El ojo·
El huevo cósmico

110 EL OPUS MACNUM


Génesis en la retorta · La purificación · La caída de
Adán · El caos· La noche sat urnal · El martirio de los
metales· Resurrección· Aurora· Luz y t inieblas·
La escala · El árbol f ilosófico · Los sephiroth · Ab uno ·
El fue rte· Enigmas de la zoología· Oedipus chymicus ·
El rocío· Labor de mujeres y juegos de niños·
Química vegetal · La serpiente · El retomo· La cópul a ·
El andrógino · Separatio · Los yantras herméticos ·
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Las proporciones divinas del cuerpo· Cerebro y
memoria · Los signos· Escritura y sellos· Apariciones
© 2006 TASCHEN GmbH
Hohenzollernring 53, D-50672 Koln
www.taschen.com 492 ROTACIÓN

Edición original: © 1997 8enedikt Taschen Verlag GmbH Torbellinos y magnetos· Geometría divina· La rueda ·
© 2006 VG Bild-Kunst, Bonn, para las reproducciones La rosa · El peregrino
de Joseph Beuys, M arcel Duchamp, e Yves Klein
Diseño de la portada: Scnse/Net, Andy Disl y
Birgit Reber, Colonia 568 ÍNDICE
Traducción : Carlos Caramés, Colon ia

Printed in China
ISBN 3-8228-5036-5
Introducción
El museo hermético Introducción

Existe todo un mundo de imágenes profundamente ancladas en la La Tabla de esme·


ralda, monumento
memoria del hombre moderno. Pero no se encuentran en publicacio- central de la ima·
nes accesibles al gran público, sino sepultadas en manuscritos y ginación hermé-
tica.
grabados antiguos.
Allí están las eternas «salas de Los», el profeta de la imaginación, Heinrich Khunrath,
Amphirheatrum
salas repletas de imágenes arquetípicas y figuras platónicas que sapientiae aeter-
rigen nuestra representación del mundo y de nosotros mismos, imá- nae, Hannover.
1606
genes de las que el poeta inglés William Blake (1757-1827) dice que
reflejan «todo lo que pasa en la tierra», y que «Cada época puede uti-
lizarlas para acopiar renovadas fuerzas». (Jerusalén, 1804-1820)

Ideogramas y lenguaje cifrado


El extraño carácter jeroglífico de estas imágenes nos remite a la
legendaria antigüedad de su arte y a la fuente de sus sabidurías:
Herm es Trismegisto, el patriarca de la mística de la naturaleza y
de la alquimia.
Fueron los colonizadores griegos en Egipto, en la Antigüedad los milagros del Uno./ Y lo mismo que todos las cosas vienen del Uno,
tardía, quienes identificaron a uno de sus dioses, Hermes (lat. M ercu- por la meditación sobre el Uno, así todas las cosas han nacido de esa
rius), mensajero alado y conocedor del arte de curar, con Thot, el cosa única, por modificación./ Su padre es el sol, su madre la luna, el
«tres veces grande», del antiguo Egipto. Thot era el dios de la escri- viento lo ha llevado en su vientre; la tierra es su nodriza./ Es el padre
tura y de la magia, siendo venerado, al igual que Hermes, como «psi- de todas las maravillas del mundo entero. Su fuerza es orbicular,
copompos», como guía de las almas en los infiernos. La figura de cuando se ha transformado en tierra./ Separarás la tierra del fuego,
Hermes Trismegisto se asoció también a un faraón legendario que lo sutil de lo grosero, suavemente y con gran entendimiento./ Asciende
supuestamente había dotado al pueblo egipcio de 30.000 volúmenes de la tierra al cielo y vuelve a descender a la tierra, recogiendo la
que contenían todos los conocimientos naturales y sobrenaturales, fuerza de las cosas superiores e inferiores./ Tendrás toda la gloria del
entre ellos la escritura jeroglífica. Fue una especie de Moisés de los mundo, y las tinieblas se alejarán de tí./ Esta es la fuerza de fuerzas,
alquimistas, pues había transmitido los mandamientos divinos de su pues vencerá todo lo sutil y atravesará lo sólido./ Así se creó el
arte en la «Tabla de esmeralda». Esa <<Tabula smaragdina», hoy día mundo./ He aquí la fuente de las admirables transmutaciones y apli-
datada entre los siglos VI y VIII de nuestra era, andaba por el occi- caciones indicadas aquí./ Por eso me llaman Hermes Trismegisto,
dente cristiano, a partir del siglo XIV. en traducciones del árabe. porque poseo las tres partes de la sabiduría universal.>>
Desde entonces apenas volvió a haber un alquimista, ni opera- De Hermes, mensajero de los dioses, deriva la hermenéutica, la
tivo ni especulativo, que no se esforzase en hacer concordar sus ciencia de la interpretación de textos, que según el autor del <<Libro
conocimientos con el texto lapidario de estas doce tesis: de la Santísima Trinidad» (1415), primer texto de alquimia en lengua
<<Es verdadero, verdadero, sin duda y cierto:/ Lo de abajo se alemana, tiene una cuádruple vertiente: natural, sobrenatural, divina
iguala a lo de arriba, y lo de arriba a lo de abajo, para consumación de y humana. En los códices de sus más eminentes representantes, la

8 INTRODUCCIÓN INTRODUCCIÓN 9
Introducción literatura alquimista despliega un lenguaje extraordinariamente Introducción
sugestivo, rico en alegorías, analogías y alusiones, un lenguaje que,
gracias sobre todo a la mediación de los escritos teosóficos que
•El aire lo ha
Jacob Boehme, ha ejercido una profunda influencia en el romanti-
llevado en su
vientre.n cismo (Biake, Nova lis), en el idealismo alemán (Hegel, Schelling) y
en la literatura moderna (Yeats, Joyce, Rimbaud, Brecht, Breton,
El nacimiento de
la piedra filosofal Artaud).
tiene lugar en el Numerosos eran quienes, incluso en el seno de la propia corpo-
aire.
ración, criticaban la «lengua oscura>> de los alquimistas. Y lo que ellos
Michael Maier, mismos nos revelan sobre sus medios de expresión, no parece facili-
Atalanta fugiens,
Oppenheim, 1618 tar más las cosas: <<Cuando hablábamos abiertamente, no decíamos
(en realidad) nada. Pero cuando escribíamos en lenguaje cifrado y en
imágenes, ocultábamos la verdad.» (Rosarium philosophorum, ed.
Weinheim, 1990)
Quien, sin tener en cuenta esta advertencia, penetra en este
campo lingüístico, se encuentra bruscamente en un caótico sistema
de referencias, en una red de pseudónimos cambiantes y símbolos de
substancias arcanas que pueden en principio significar algo muy dis-
tinto y que no pueden desentrañar ni siquiera los léxicos especializa-
«La Tierra es su dos ni los modernos diccionarios de sinónimos. Semejante maraña de
nodriza.n
conceptos difusos lleva una y otra vez a adoptar medidas simplifica-
Se nutre del agua doras. En ese sentido conviene citar aquí los desvelos hermenéuticos
mercurial.
y fecundos del psicoanalista suizo C.G. Jung, que redujo la figura
Michael Maier, híbrida de la alquimia únicamente a su aspecto interno, y que sólo
Atalanta fugiens, aceptaba la obra química exterior como una proyección de procesos
Oppenheim, 1618
psíquicos manifiestos.
No obstante, los filósofos herméticos se expresan «más clara
y libremente, con más rigor, mediante un discurso sin palabras o
incluso sin discurso, o con imágenes de los misterios, que con las
palabras, incluso en aquellos enigmas representados porfiguras»
(C. Horlacher, l(ern und Stern ... , Francfort, 1707). Con sus ideogra-
mas pretenden, en opinión del adepto rosacruciano Michael Maier,
«llegar al intelecto por los sentidos>>. En este contexto puede desig-
narse la imaginería criptográfica de la alquimia 'por su motivo prefe-
rido, el Hermafrodita, cruce del estímulo sensual (Afrodita) con la
vindicación del espíritu (Hermes). Esta imaginería se endereza a la
intuición, y no a las facultades discursivas, consideradas destructi-
vas. «Lo que vive según la razón, vive contra el espíritu», escribe

10 INTRODUCCIÓN 11
INTRODUCCIÓN
Introducción Paracelso. Muchos otros esperaban con Paracelso el advenimiento Introducción
del tertius status, del tercer reino del Espíritu Santo, profetizado por
Joaquín de Fiore (1130-1202), en el que la letra de los textos sería sus-
Hermes· Mercurio,
tituida por una comprensión visionaria. Se llegaría de nuevo a la len-
el dios del comer·
gua original del paraíso, que nombra todas las cosas por su verda - cio y de la comuni ·
dero nombre, y todos los misterios de la naturaleza se manifestarían cación, exhorta
aquí al silencio. La
como en un libro abierto. La tendencia a la lengua secreta en «sintag- elocuencia mercu·
mas oscuros», cifrados, en imágenes enigmáticas, se explica por el rial sólo concierne
a la periferia feno·
profundo escepticismo frente al poder expresivo de la lengua de ménica, al mundo
Babilonia, con su alfabeto impio y sus reglas gramaticales que enca- desplegado de
las apariencias. Lo
denan al Espíritu Santo. Lo que realmente importaba era preservar que aprehende el
de los abusos del profano el saber primordial, esa prisca sapientia: centro espiritual
(la unidad o mó·
que había sido directamente revelada por Dios a Adán y a Moisés y nada) y lo que
que una élite había transmitido a los largo de los siglos. Por ese tiene de radical, se
sustrae a las posi·
motivo, Hermes Trismegisto, con Zoroastro, Pitágoras y Platón un bilidades expresi·
eximio representante de esa élite, había inventado los jeroglíficos. vas de la lengua.

La idea que tenía el Renacimiento de los antiguos jeroglíficos En las visiones


egipcios era la de un código secreto y simbólico, y esa idea estaba cósmicas de
Giordano Bruno
basada en el tratado de un egipcio del siglo V de nuestra era llamado
(1548-1600), se
Horapolo, en el que se encuentra la clave simbólica para descifrar establece una
correspondencia
cerca de 200 signos. Esta obra, titulada «Hieroglyphica>>, publicada
entre las mónadas
en numerosas traducciones e ilustrada entre otros por Durero, esti- como núcleos
divi nos de los
muló la imaginación de los artistas de la época como Bellini, Gior-
seres y los centros
gione, Tiziano y El Bosco. de gravitación
E!' el «Hieroglyphica>> de Horapolo tiene también su origen la de los cuerpos
celestes.
emblemática, las figuras simbólicas acompañadas siempre de un
corto lema y un comentario aclaratorio. Los emblemas conocerían un Achille Bocchius,
Symbolicarum
gran éxito en los siglos XVII y XVIII, revelándose como vehículo ideal quaesUonum ... ,
Bo/onia, 1555

Copias de
ilustraciones
para la propagación de las tesis paradójicas de los alquimistas y de
de Horapolo, sus aforismos. Los pseudo-jeroglíficos se combinaron de esa forma
porDurero
con viejas enseñanzas pseudo-egipcias, de la misma forma que la
1) Las horas
mayor parte de los escritos herméticos aparecidos en los entarima·
2) Imposible
dos de los techos o en cavidades de antiguos muros resultaron ser
3) El corazón pseudo-epígrafes debidos a miembros eminentes de la dinastía her-
mética.

12 INTRODUCCIÓN INTRODUCCIÓN 13
Introducción Basándose en su amplia infraestructura teórica, los alquimistas Los dos manifiestos que prometían al lector más oro <<que el que Introducción
se calificaban frecuentemente de <<filósofos>>, denominando simple- tiene el rey de España en las Indias» -humorada de un grupo de estu-
mente <<arte» (ars) o <<arte filosófica» su campo de actividad. Aunque diantes de teología protestante en nombre de una fabulosa <<Her-
la noción de arte en la alquimia proviene del techne aristotélico y mandad de la Rosa-Cruz»- dieron, a comienzos del siglo XVII, un
designa de forma sumaria toda destreza en cosas tanto teóricas decisivo impulso a la producción de libros de alquimia. Incluso en el
como prácticas, es indudable que pueden encajar en ella las más siglo XVIII, los puestos de libros en las ferias alemanas tenían tal
amplias definiciones del arte moderno. Y no es, como podría pen- abundancia de volúmenes semejantes, cuyo objeto era la búsqueda
sarse, en el género de la ilustración fantástica propia de las artes del !apis o piedra filosofal, «que se podría pavimentar lindamente
plásticas tradicionales donde es preciso ver una afinidad con el opus con ellos el camino de Francfort a Leipzig». (J. G. Volckamer el Joven,
magnum hermético, la «magna obra» de los alquimistas, sino en los Adeptus Fatalis, Friburgo, 1721; citado según J. Telle, Bemerkungen
dominios de la aprehensión de la realidad, como el Concept-Art y el zum <<Rosarium philosophorum», en Rosarium philosophorum, Wein-
Fluxus. heim, 1992)
El esplendor de la emblemática hermética y del arte de la ilustra- Entre los muchos simpatizantes de la invisible hermandad lute-
ción hermética llega a su fin con el declive de la alquimia <<clásica», rana se encuentra Lucas Jennis, editor del primer <<Musaeum Herme-
que aún estaba en condiciones de fundir la destreza tecnológica y ticum», publicado en Francfort en 1625. Aunque esta compilación
la experiencia práctica con elementos espirituales. Pero ya a comien- de tratados no hace honor a su t ítulo en lo referente al número de
zos del siglo XVII existían posturas opuestas e irreconciliables entre ilustraciones, contiene al menos algunos magníficos aguafuertes
los alquimistas teosóficos como los Rosa-Cruz y los alquimistas ope- de Mathaeus Merian (1593-1650). No obstante, un año antes y bajo
rativos como Andreas Libavius, que buscaban mejorar las bases el título de <<Viridiarium Chymicum» o <<Chymisches Lustgartlein»
empíricas de la alquimia. situ ándola en la órbita de la química analí- (Hortulus Hermeticus). Jennis había publ icado una colección de
tica. Los Rosa-Cruz concedían generosamente que no había mal ilustraciones alquímicas provenientes de sus archivos. Cada uno de
alguno en fabricar <<ese oro impío y execrable>>, ridículo remedo en esos motivos iba acompañado de versos salidos de la pluma de
comparación con el fin verdadero del acrisolamiento interior y preci- Daniel Stolcius von Stolcenberg, discípulo del médico paracelsiano
saban que su oro era sobre todo el oro espiritual de los teólogos. Michael Maier (1568;--1622). Maier había sido médico de cabecera de
No obstante, ambas posturas antagónicas reivindicaban para sí Rodolfo 11, llamado «el Hermes alemán>>, en cuya corte de Praga se
la figura de Theofrastus Bombastus von Hohenheim, más conocido congregaban los más ilustres representantes de las ciencias ocultas
por el sobrenombre de Paracelso (1493-1541). En este autor, el estu- de la época. En 1618, Maier publicó su célebre corpus de emblemas
dio empírico de la naturaleza va a la par del misticismo misionario. titulado <<Atalanta fugiens» en la editorial de Theodor de Bry,
Su vasta obra, en la que se encuentran gran cantidad de fórmulas Oppenheim. A la unión en matrimonio de Merian con la hija de Maier
para la preparación farmacéutica de productos de origen vegetal o debemos no sólo las ilustraciones de «Atalanta», sino numerosos
mineral, abunda también en teorías sobre la mística de la naturaleza, grabados para la gigantesca obra de arte bibliográfica del inglés
en el campo de influencia de la magia astral, la cábala y la mística Robert Fludd, amigo y colega de Maier (1574-1637), «La historia de
cristiana. Su estilo eminentemente enfático (en alemán se dice los dos cosmos».
<<bombástico>>, término derivado del nombre de Paracelso) no mermó Fludd fue objeto de burlas, algunas de las cuales atinaban bas-
en modo alguno la difusión de sus escritos, cuya influencia se tante en su trasfondo espiritual, como el sobrenombre de «doctor
extiende desde los exégetas especulativos de la alquimia, Valentin trismegístico-platónico-rosacruz» que le endosaron. Puede que su
Weigel, los Rosa-Cruz y Jacob Boehme, hasta el romanticismo y los aportación a las ciencias sea exigua; pero a la vista de la extraordina-
movimientos antroposófico-teosóficos de los tiempos modernos. ria plasticidad de formas con que ha sabido revestir la cultura isabe-

14 INTRODUCCIÓN INTRODUCCIÓN 15
Introducción lina, sobre todo los dramas de Shakespeare, contribuyendo enorme- Introducción
mente a su mejor comprensión, merece el rango en la historia del
arte que hasta ahora se le ha negado. (Debo a Dietrich Donat la noti-
El museo Ki rcher
cia, debidamente documentada, de que Fludd entregó a la imprenta
enCollegium
Romanum de Bry dibujos muy exactos y detallados.)
En las generaciones siguientes, el mayor competidor de Fludd,
A. Kircfler, Turris
Babel, Amsrerdam, proveniente esta vez de la Contrarreforma, sería el jesuita Athanasius
1679 Kircher(1602-168o). Sus conocimientos enciclopédicos sobrepasa-
ban con mucho los de Fludd en todos los campos. Sabio universal,
Kircher pasa por fundador de la egiptología, y hasta el advenimiento
de Champollion, su interpretación simbólica de los jeroglíficos era
indiscutida.
Su obra extremadamente vasta, en la que junto a infolios rica-
mente ilustrados se encuentra su célebre colección de ciencias natu-
rales -que hasta 1876 podía admirarse en Roma, en el «Museum Kir-
cherianum>>-, está impregnada de sus vastos conocimientos científi-
cos y de su interés por los saberes ocultos y hechos pretendida mente
milagrosos. Este hecho, unido a su interés precoz por los sistemas
religiosos de Oriente Medio y Lejano Oriente, preparó el terreno al
audaz sincretismo de la Sociedad Teosófica, fundada al término del
siglo XIX.

Gnosis &. Neoplatonismo


El historiador de arte Aby Warburg, cuyos trabajos interdisciplinarios
a comienzos del presente siglo lo convirtieron en un innovador en
este campo, veía en la Alejandría del fin de la Antigüedad la encar-
nación del obscurantismo y de la superstición. Allí, en aquel lugar
que fue, en pleno feudo egipcio, el antiguo centro de la cultura
griega universal, crisol de pueblos, zoco de colonizadores griegos y
romanos, egipcios y judíos, convergen los hilos de las disciplinas que
forman el grueso de la filosofía hermética: alquimia, magia astral,
cábala . Bajo los términos de gnosis y neoplatonismo se esconden sis-
temas sincréticos, híbridos, remendados de filosofía helénica, de
religiones orientales y de cultos a misterios que se complementan e
influencian mutuamente. El animismo caracteriza tanto la gnosis
como el neoplatonismo; en ambas doctrinas se encuentran numero-
sas entidades demoníacas y angélicas, cuyo poder e influencia deter-
minan el destino del hombre.

16 INTRODUCCIÓN INTRODUCCIÓN 17
Introducción Gnosis quiere decir conocimiento, y el gnóstico pasa por varios meico. A la esfera de Saturno, la más ext erior, corresponde <<la sucia Introducción
estadios de la conciencia. El primer conocimiento fundamental es la vestidura del alma», el plomo, metal grosero. Para franquear esa
buena nueva de que el fondo del propio ser humano tiene naturaleza esfera, es necesario pasar por la muerte del cuerpo y la putrefacción
divina: el alma aparece como rayo de luz divina. La segunda noticia, de la materia, condición previa de la transmutación. El alma tendrá
la mala nueva, se refi ere al «horror de la situación»: ese rayo de luz es que atravesar las esferas de Júpiter (cinc), Marte (hierro), Venus
prisionero d e los poderes t enebrosos, está confinado en el exilio de (cobre}, Mercurio (mercurio}, Luna (plata) y Sol (oro).
la materia, encerrado en la mazmorra del cuerpo, los sentidos corpo- La gnosis partía de la tesis de que los diferentes metales corres-
rales lo engañan, los astros demoníacos lo mancillan y embrujan, para pondían a diversos estados o estadios de madurez o de enf ermedad
impedir su retorno a la patria divina. de una sola materia primera en su camino hacia la perfección: el oro.
Bajo la influencia del dualismo mazdeísta (Zoroastro) y plató- Para f acilit arl e el paso por las siete puertas de los espíritus planeta-
nico, la visión del mundo gnóstico presenta una dolorosa sima entre rios, había que estar en posesión de la gnosis, del conocimiento de
mundo interior y mundo exterior,entre sujeto y obj eto, entre espíritu las prácticas de la magia astral.
y materia. Fue Ari stóteles quien, en el siglo IV a.C., había formulado Los neoplatónicos encajaban las diferentes tesis, a veces diver-
esta dicotomía y le había dado un carácter cósmico, dividiendo radi- gentes entre ellas, que su maestro había expuesto dialécticamente
calmente el universo en cielo etéreo, eterno, y una región sublunar y en sus diálogos, en el estrecho corsé de un orden del mundo pirami-
transitoria. Este modelo, que fue asumido casi sin modificaciones dal y escalonado. En una especie de escala d e sonidos descendente,
por Claudia Ptolomeo (hacia 100-178 d. C.), el agnóstico de Alejan- el universo surge de la plenitud del Uno, d el bien, y actúa los interva-
dría, campeó sobre los espíritus durante dos milenios, aniquilando los de las leyes de la armonía que se remontan a Pitágoras (s. VI a.C.)
cualquier visión monista del mundo. y a su teoría de la armonía de las esferas. El conflicto interno de los
Al pleroma, a la plenitud espiritual del mundo de luz divino, se gnósticos era ajeno a los neoplatónicos, que interponían una serie de
opone en la gnosis, de repente, el kenoma, la vida material del instancias mediadoras entre los dos polos de la f ilosofía de Platón: el
mundo de las apariencias. La ingrata tarea de la creación le cae en mundo de ideas inmutables y arquetipos celestes y el mundo muda-
suerte a un Dios creador que asume los rasgos despóticos del Jehová ble y perecedero de las imágenes terrestres. Al igual que el ser
del Antiguo Testamento, y que en su acción se vuelve contra el Dios humano, el mundo pequeño de éste (microcosmos) estaba formado
de la luz y de la bondad, contra el «Padre desconocido''· Es el de tres partes, el cuerpo, el alma y el espíritu; la región astral tenia
demiurgo; en otras palabras, el artista o el maestro de obras. Mien- un alma, el alma del mundo. Las ideas habitan las regiones superiores
tras que en el mito platónico de la creación, el «Timeo», el demiurgo y trascendentes del intelecto divi no, reflejándose e imprimiéndose
(Platón aún lo llama «poeta») form a a partir del mundo de las ideas un sus <<signaturas>> eternas en las cosas de abajo, materiales y mortales,
cosmos de proporciones armoniosas bajo la forma de un,..organismo por influjo de los planetas.
animado que contiene <<todos los seres mortales e inmortales», el El hombre tiene ahora el poder de manipular las cosas que ocu-
demiurgo de la gnosis origina un horrible caos, crea un mundo desna- rren aquí abajo, actuando sobre las regiones intermedias del alma
turalizado e incompleto. Un mundo que la alquimia pretende mejorar del mundo mediante prácticas mágicas como los talismanes, exorcis-
por medio del <<arte», creando un nuevo orden o modif icando el ya mos, y otras similares. El contacto se verifica por medio del cuerpo
existente. sutil, invisible, <<sideral» o <<astral» que rod ea al hombre. Los mitos
En muchos mitos gnósticos, se atribuye al hombre una responsa- gnóstico-cabalísticos hablan del cielo como de un solo hombre hecho
bilidad creadora: para curar el organismo enfermo del mundo, es de materia sutil, el proto-Adán anterior al pecado original, andrógino
preciso devolver el rayo de luz divino, el oro espiritual, a su patria gigantesco que pervive aún en cada uno de nosotros bajo la forma
celestial, pasando por las siete esferas planetarias del cosmos ptole· reducida de ese cuerpo invisible, y que aguarda su retorno a la patria

18 INTRODUCCIÓN INTRODUCCIÓN 19
Introducción celeste. A través de ese medio sideral, el hombre puede comunicarse En la Edad Media, el neoplatonísmo estuvo representado princi- Introducción
con el macrocosmos, accediendo asi a sueños premonitorios y proféti- palmente por la mística de la Iglesia ortodoxa. Aunque no era incom-
cos. patible con las estrictas estructuras jerárquicas del Estado y de la
El poder creativo de la imaginación corresponde en el hombre a Iglesia, fue relegado en Occidente al margen de los grandes sistemas
la actividad demiúrgica y creadora de Jos astros exteriores. Paracelso doctrinales escolásticos. La Iglesia, por su parte, pensaba que con el
llamaba por ese motivo «astro interior» a esa imaginación. Pero no exterminio de los cátaros y de los valdenses, a comienzos del siglo
hay que confundir imaginación con fantasía. La primera se concibe XIII, y la consiguiente creación del «Santo Oficio de la Inquisición»,
como una fuerza solar, creadora, que se concentra en el eidá, las había erradicado definitivamente la «herejía» gnóstica.
ideas, Jos arquetipos paradigmáticos del <<mundo real»; la segunda, Pero en el Renacimiento la tradición alejandrina brotó con reno-
por el contrario, no es más que una ilusión lunática y engañosa, rela- vadas fuerzas: Marsilio Ficino (1433-1499), el principal representante
cionada con el eidola, pálido reflejo de las ideas en el «mundo de las de la Academia Platónica florentina, traducía en 1463, por orden de
apariencias>>. Cosme de Médicis, un compendio de catorce tratados gnóstico-neo-
•<Si alguien poseyera realmente esas ideas de las que habla Pla- platónicos de los primeros siglos del cristianismo. Este compendio,
tón, podría convertirlas en substancia vital y crear perpetuamente que se atribuía a Hermes, «el tres veces grande», era conocido bajo el
una obra de arte tras la otra.» (Alberto Durero} título de «Corpus Hermeticum». La impresión profunda que causó
Paracelso compara la imaginación («Ein-bildung»} con un imán
También Leonardo
que, por su fuerza magnética, atrae las cosas del mundo exterior y las da Vinci (1452-
hace entrar en el hombre para someterlas en él a una transformación. 1519) estaba fami·
líarizado con las
Ése es el motivo por el que el campo de actividad de la imaginación ideas del neopla·
se representa por el símbolo del alquimista, del escultor o del orfe- tonismo floren-
tino, sobre todo a
bre. Es necesario dominar la imaginación, pues el hombre es «el que través del <Corpus
piensa y lo que piensa. Piensa en el fuego, entonces es fuego». (Para- hermeticum>, en la
traducción dE>
celso)
Ma rsilio Ficino.
Para Demócrito, el filósofo griego de la naturaleza que primero
Es!'udio de ias
utilizó el término microcosmos, las apariencias, representaciones e proporciones según
ideas son, sin excepción, entidades concretas y materiales, suscepti- Vitruvio

bles de transmitir sus cualidades a quien las observa o concibe;


incluso el alma está hecha para él de sutiles átomos ígneos. La mayo-
ría de las corrientes místicas relacionadas con la naturaleza oscilan
entre un dualismo fundamental: el espíritu y la materia por un lado y
un monismo a la manera de Demócrito por la otra. Así pues, para los
neoplatónicos el mundo tangible y sensible no es más que el poso
residual de una larga progresión de grados cada vez más sutiles de la
materia. Este materialismo radical se encuentra también en todas las
corrientes ocultistas y espiritistas de los tiempos modernos. Su prin-
cipal instigador, el vidente sueco Emanuel Swedenborg (1688-1772},
trató de desvelar, en una primera fase en que se dedicó a las ciencias
naturales, la materialidad del alma y de los espíritus vitales.

20 INTRODUCCIÓN INTRODUCCIÓN 21
Introducción este «Corpus>> en el mundo del humanismo se explica por el hecho de Pocos alquimistas tenían conocimiento del «Corpus Hermeti- Introducción
que parecía transmitir, aun estando impregnado de ideas mágicas, la cum». Pero todos ellos asociaban a Hermes con la imagen aportada
pretendida sabiduría de los misterios antiguos en el estilo del Nuevo por la Tabla de esmeralda, y con el principio húmedo, «mercurial»,
Testamento, es decir, con un espíritu cristiano. Y el hecho de que los del «Comienzo y del fin de la obra>>. En la veneración de esta «agua
textos evocaran una ciencia antigua y secreta de los hebreos, la divina» se encuentran las aguas superiores y pneumáticas de la gno-
cábala, tal cual la había expuesto Pico della Mirandola (1463-1494}, sis que en los textos griegos de los albores de la alquimia desembo-
amigo de Ficíno, no hizo más que reforzar la creencia de q ue existía can en las tiniebl as de la materia, evocando así el descenso del Cristo
una prisca sapientia de espíritu totalmente cristiano. (La cábala de gnóstico, para despertar de su letargo a los cuerpos muertos de los
fundamento alejandri no, como la conocemos ahora, surgió en los metales.
siglos XII y XIII en el sur de Francia y en España.} En dichos textos se abordan los ritos del desmenuzamiento
Los efectos de la conciencia gnóstica sobre la vida espiritua l en y resurrección de los meta les, que recuerd an el mito egipcio de
Europa son tan complejos y omnipresentes, que es difíci l evaluarlos Osiris, así como los cul tos órficos y dionisiacos perpetuados en nues-
en toda su extensión: el hombre del <<Corpus Hermeticum>>, que par- tros días en el rito masónico. Mircea Eliade, especialista en temas de
ticipa del genio creador de Dios, cuadra de maravilla con el ideal del religión, habla de la noción de «complejidad y del drama en la vida
hombre renacentista, que comienza a liberarse de las ataduras del de la materia» propia de la antigua práctica metalúrgica de los egip-
cosmos gradual del medioevo para penetrar en el centro del devenir cios y del área cultural de Mesopotamia; sólo después de «Conocer
universal. los misterios greco-orientales>> podemos tener una idea cabal de las
El rayo de luz gnóstico que, prisionero d e las tinieblas de este imágenes y visiones que los conforman. (Herreros y alquimistas,
mundo, aspira al conocimiento de Dios, se refleja en la lucha solitaria París 1g56}
del alma protestante por alcanzar la salvación. La ortodoxia luterana La distinción exacta entre materia orgánica e inorgánica era des-
ha conseguido, a lo largo de los siglos, borrar de su memoria todos conocida entonces. Por ese motivo, el proceso de transmut ación se
los intentos de reforma, provenientes de sus propias filas, basados representaba como una especie de fermentación, durante la cual
en la alquimia y la cábala, ya que dichos intentos se oponían al <<cris- ciertos metales podían transmitir sus propiedades, como una encima
tianismo amurallado y a la letra de la fe>>. Pero la huella dejada por o levadura.
estas fuerzas visionarias del siglo XVII (como las de Weigel, los Rosa - Pero la alquimia, tal cual llegó al Occidente cristiano después
Cruz o los partidarios de Boehme}, en la mística anglicana, en las de pasar por España en los siglos XII y XI II, es infi nitamente más rica
corrientes pietistas del siglo XVIII y en el idealismo alemán, de orien· y misteriosa de lo que sugieren los textos de alquimistas de comien-
tación protestante, ha sido profunda. zos del periodo alejandrino. Si se quiere hacer honor a toda la com-
William Blake ve con toda razón el demiurgo de la gnosis en el plejidad del «real arte», hay que recurr ir al esquema ternario tan
Dios deísta de la Ilustración creyente en el progreso, un Dios que socorrido por los f ilósof os herméticos: el alma de la alquimia se
emprende la huida después de haber puesto en marcha la rueda de situaría en Alejandría; su corpus, sus i nnumerables prácticas empíri-
la creación y haberla abandonado a su curso disparatado. Se impon ía cas, su saber técnico, los criptogramas, las máximas y las imágenes
l a noción de un mundo perfecto, necesitado de mejora, para que alegóricas, encuentran su continuación en los árabes. Su espíritu,
pudiera desarrollarse el moderno espíritu científico. Es interesante por último, está estrechamente ligado a la fi losofía de la naturaleza
constatar que son los pensadores gnósticos como Paracelso y griega, cuyos fundamentos teóricos fueron sentados en el siglo
Boehme quienes pueden trazar la imagen de una naturaleza divina V a.C.
surgida de la materia sombría, inspirando así el culto del romanti -
cismo a la naturaleza.

22 INTRODUCCIÓN INTRODUCCIÓN 23
Introducción Conceptos de la filosofía de la naturaleza Introducción
Se dice que el filósofo y taumaturgo Empédocles creía en la existen-
cia de dos soles. Las teorías herméticas hablan asimismo de un sol
La di vi na agua doble, distinguiendo entre un claro y luminoso sol espiritual,
mercurial
el oro filosófico, y un sol oscuro, natural, que corresponde al oro mate-
Baro Urbigerus, rial. El primero está hecho de fuego esencial, y se relaciona con el
Besondere Chy-
mische 5chriften, éter y el <<aire ardiente». La creencia de Heráclito (siglo VI a.C) en la
J-l~mhorrrn 'J7nc
existencia de un fuego vivificador que éll lama «artista» y que pene-
tra en la materia es una reminiscencia de la magia persa. La participa-
ción del fuego invisible en la obra de los alquimistas es lo que distin-
gue a la alquimia de la química profana. El sol natural, por el contra-
rio, no es otra cosa que fuego común que todo lo consume, pero cuya
aplicación, convenientemente dosificada, es necesaria para la consu-
mación del o pus.
Empédocles enseñó también que toda vida es producto del
movimiento nacido de la tensión entre las dos fuerzas polares del
amor y la disputa. En el opus magnum, esas fuerzas corresponden a
las dos operaciones sucesivas de disolución y coagulación, dispersión
y fijación, destilación y condensación, sístole y diástole, «Si y no en
todas las cosas» (J. Boehme). A su vez se corresponden con los dos·
agentes bipolares de la alquimia árabe: el mercurio filosófico y
el azufre, el sol y la luna, la esposa blanca y el esposo rojo. Pero el
punto culminante de la obra es la conjunción, es decir, la unión de los
principios masculino y femenino en los desposorios del cielo y la tie-
rra, del espíritu ígneo y la materia acuosa (el término latino materia
deriva de mater, madre). El producto de este coito cósmico es ellapis,
el «hijo rojo del sol>>.
William Blake identificaba el principio masculino con el tiempo,
y el femenino con el espacio. La penetración de los dos suscita el eco
múltiple de acontecimientos particulares que, en relación a su totali-
dad- el cuerpo microcósmico y macrocósmico de Cristo en la metá-
fora de la «imaginación humana y divina>>, tienen lugar en una simul-
taneidad relativa. Cada momento particular se abre en su curso a la
presencia continua de ese organismo fluctuante, recibiendo <<el cuá-
druple marchamo>> que Blake llama <<Jerusalén». De esta figura meta-
fórica resultan las estructuras caleidoscópicas de sus poemas tardíos,
que se ofrecen al lector como un tejido de múltiples relaciones pers-
pectivistas • todo ello orientado contra la usual concepción de una

24 INTRODUCCIÓN INTRODUCCIÓN 25
Introducción sencilla localización de acontecimientos en un tiempo lineal y abso- Introducción
luto y en un tiempo también absoluto, tesis de la que parte Newton
para formu lar sus leyes físicas.
Hermes Trismegísto
Tras las imágenes frecuentemente crudas del pintor y poeta
y el fuego creador
inglés se esconde, con gran precisión de detalles, una critica extre- que une las polarí·
dades.
madamente inteligente y perspicaz de esta visión del mundo mate-
rialista y mecanicista de los sig los XVII y XVIII, cuyos desastrosos D. Stolcius von
efectos se aprecian actualmente, a escala mundial, en toda su Srolcenberg, Viri·
darivm chymicum,
extensión. Francforr, 1624
El principio femenino y mercurial simboliza en la alquimia el
aspecto proteomorfo de los procesos naturales, su movilidad fluc -
tuante. «Los laborantes operativos quieren dominarlo (a Mercurio) y
maniobrar en el curso de la operación contra todas las reglas de la
gratitud», se lee en Johannis de Monte Raphim; pero se libera una y
otra vez, y si se reflexiona sobre su ser, se convierte en reflexión;
si se emite un juicio sobre él, se convierte en juicio. («Vorbothe der
Morgenrothe», en Deutsches Theatrum Chemicum, Núremberg,
1728}
Francis Bacon, Los físicos del siglo XX se han encontrado con este principio La disolución y
Estudio sobre la
oscilante en el trasfondo de la física cuántica, escondido tras la coagulación o
máscara hecha on
Mercurio y el
vida de William rí gida cortina de las leyes elementales de Newton, y les ha sido azufre, en figura
8/ako, 1955
i mposible d eterminar en el mismo tiempo y con exactitud la posición de águila y sapo
(detalle)
y el impulso de las partículas más ínfimas..También se ha podido D. Stolcius von
constatar que la apariencia de los objetos subatómicos está condicio Sto/cenberg, Viri-
darivm chymicum,
nada por el modo o método de observación. En relación con el tra- Francfort, 1624
bajo de los alquimistas, se podría discutir el problema de la proyec-
ción, de la plasmación de contenidos físicos por la imaginación en un
ámbito exclusivamente psicológico, si no fuera porque a nivel de la
microfísica existe una estrecha e insoslayable imbricación ontológica
entre el sujeto y el objeto de la observación. Ha sido necesario admi-
tir que la subjetividad es un agente activo en el desarro llo de los pro-
cesos naturales, procesos que algunos alquimistas definen como la
i nversión permanente de lo interior y lo exterior.
El matemático Alfred North Whit ehead, que en su obra sobre la
«filosofía organísmica», de inspiración platónica, propone so l ucione~
para reducir la «dicotomía en la naturaleza» entre la subjetividad
de la percepción y la objetividad de los hechos, formul ó con una
frase rotunda en 1941, d urante su última conferencia, la conclusión

26 INTRODUCCIÓN INTRODUCCIÓN
27
Introducción filosófica extraída de los descubrimientos mercuriales de la física Introducción
moderna: «Exactness is a fake» (la exactitud es una falacia).
En la alquimia, la fuerza antagónica, que fija y da f orma, operada
sobre Mercurio, está representada en la alquimia por el principio Los cuatro
elementos (de
masculino del azufre. Paracelso añadió a esta doctrina medieval de izquierda a dere-
dos principios un tercer elemento, contribuyendo decisivamente a cha: tierra, agua,
aire, fuego), que
una concepción dinámica de los procesos naturales. corresponden a las
El tercer principio es la sal, cuyo poder solidificante se corres - cuatro fases del
o pus y a los cuatro
ponde con el cuerpo. Al azufre, combustible graso y aceitoso, se le grados del fuego.
atribuye la posición de mediador del alma. Mercurio, fluido sujeto a
la sublimación, es el espíritu sutil.
El «Tria prima» de Paracelso no representa substancia química
alguna, sino fuerzas espirituales de las que se sirven, modificando
constantemente las relaciones entre ellas, los artífices o maestros de
obra invisibles para crear en la naturaleza las condiciones materiales
D. Srolcius von
y pasajeras de las cosas. En la alquimia especulativa tardía, tal como Sto/cenberg, Viri·
la practicaban ciertas tendencias masónicas del siglo XVIII, la sal darium chymicum,
Francfort, 1624
secreta pasa a ocupar el centro de la mística gnosticoherm ética. Por
su poder terapéutico, fue en ocasiones objeto de una interpretación La materia inicial
cristológica que veía en ella «la luz coagulada del mundO>>, <<el fuego para la elaboración
dellapis puede en ·
central secreto» o «la sal de la sabiduría>>. contrarse por do·
A Empédocles se debe también la t esis de los cuatro elementos, qui er: en la tierra,
en las montañas,
que él llama «las cuatro raíces de las cosas»: tierra, agua, aire y en el aire y en el
fuego. Hipócrates la aplicó a su teoría de los cuatro humores corpo· agua nutriente.
rales, y Aristóteles la modificó considerablemente en el siglo IV a.C.
Aristóteles resume todos los elementos en una protomateria, la proté
hy!e o prima materia. Los alquimista la llamaron «nuestro caos» o
«terrón tenebroso», que se remonta a la caída de Lucifer y de Adán.
Sublimar ese terrón y exaltarlo hasta ellapis no era entonces otra
cosa que retornar la creación a su estado paradisíaco. El mayor afán
de todo alquimista, su secreto mejor guardado bajo seudónimos, era
encontrar la materia inicial conveniente a la obra. En los enigmas se
decía que no hay nada más fácil que descubrirla, pues se encuentra
en todos los elementos, incluso en el polvo de los caminos, y al igual
que Cristo, aunque es en realidad lo más precioso que hay en el
mundo, a los ojos del ignorante es <<la más miserable de todas las
Micllel Maier,
cosas terrenales».
Atalanta fugiens,
Para Aristóteles, la prima materia se asocia a las cuatro cualida· Oppenheim, 1618

28 INTRODUCCIÓN INTRODUCCIÓN
Introducción des de sequedad, frío, humedad y calor. Manipulando esas cualída· Introducción
des, se puede modificar la composición elementa l de los materiales,
y por tanto transmutarlos.
Ellapis inmarcesi·
En consecuencia, el trabajo del alquimista «Se reduce a la ínver·
ble proviene de la
sión (rotatio) de los elementos, ya que la materia de la piedra pasa de unión de los si m·
una naturaleza a otra, los elementos se extraen uno después del otro bolos superior e
inferior. del fuego
y la dominan alternativamente(... ) hasta que todos vuelven hacía 6 y del agua 'V,
abajo, donde reposan ». (D'Espagnet, <<Das Geheíme Werk», en producida por la
rotación de los
Deutsches Theatrum chemicum, Núremberg, 1728) elementos. Es e l
Según una ley atribuida a Pítágoras, el espectro total de posibili- reflejo celeste del
oro terrestre, per·
dades de este mundo está conteni do en la cifra cuatro. El quinto ele- sonificado aquí
mento aristotélico, la sutil quintaesencia, no puede encontrarse más por Apolo en los
infiernos, rodeado
que en el empíreo divino. El objetivo de los alquimistas era hacer de seis musas o
descender ese elemento a la tierra mediante repetidas rotaciones, ya metales.
destilaran el espíritu del vino o imaginaran la luz divina en la sal. Para
llegar a su realización, había que cruzar el anillo exterior del mundo
inferior, el anillo ofídico de Saturno, que lo separa del paraíso.
Saturno y el dios griego del tiempo, Cronos, son todo uno; su supera-
ción implica una cesura en el transcurso del tiempo, su retorno a la
edad de oro, la eterna juventud en la simultaneidad divina. Este
sueño debía hacerse re alidad mediante el elixir de j uventud, el «oro
bebestible», cuyo conocimiento, probablemente venido de la China y
la India, llegó a Arabia a comienzos de la Edad Media. Musaeum Hermeti·
cum, ed. Francfort,
El más antiguo texto griego de alquimia que conocemos, con el 1749
título elocuente de «Physica kai Mystika» (De las cosas naturales y de
las cosas ocultas), distingue ya cuatro fases en el opus magnum,
según los cuatro colores que toma: la fase del negro (nigredo), la fase
del blanco (albedo), la fase del amarillo (citrinitas) y la fase del rojo
(rubedo). Esta división ha sobrevivido, con ligeras modificaciones, a
toda la historia de la alq uimia. Más tarde aparecieron otras subdivi-
siones en la «astronomía inferior», como se llamaba a la alquimia, que
diferían considerablemente unas de otras, y que d erivaban del
número de metales planetarios o de los doce signos del zodíaco.
J. Pernety, en su «Dictionaire Mytho-Hermétique» (París, 1787), enu-
mera las fases siguientes: 1) calcinatio: calcinación, oxidación, Aries;
2) conge/atio: cristalización, Tauro; 3) fíxatío: solidificación, Géminis;
4) so/utio: disolución, licuefacción, Cáncer; s) dígestio: la disgrega·
ción, Leo; 6) dístillatío : segregación de los sólido de lo liquido, Virgo;

30 INTRODUCCIÓN INTRODUCCIÓN 31
Introducción 7) sublimatio: refinación por evaporación, Libra; 8) separatio: separa- Introducción
ción, Escorpio; g) ceratio: solidificación en estado ceruminoso, Sagi-
tario; 10) fermentatio: fermentación, Capricornio; 11) multiplicatio:
multiplicación, Acua rio; 12) projectio: dispersión del lapis pulverizado
sobre los metales comunes, Piscis.
El texto g riego citado arriba, datado en los siglos 1y 11 a.C., fue
sacado a la luz por un discípulo de Demócrito y publicado bajo su
nomb re. Para Demócrito, todo fenómeno sensible e incluso los colo-
res proceden del movimiento y de las constelaciones variables de
partículas infinitamente pequeñas y exentas de cualidad que llamaba
átomos «indivisibles>>. Esta realidad atómica detrás de la fachada del
mundo ilusorio de las apariencias era para Demócrito inconcebible-
mente profunda y estaba oculta. Una histo ria de Ja alquimia práctica
debería comenzar con este f ísico atomista y no alquimista, y concluir
con los atomistas no alquimísticos del siglo XX, que 200 años des-
pués de la refutación de todo lo que constituía el fundamente físico y
natural del arte hermético, han logrado la transmutación de los ele-
mentos mediante la fusión del núcleo del átomo- eso si, con un gasto
energético nada rentable.

Vista del interior del acelerador lineal de la Entonces se supera la f uerza d e repulsión
Sociedad de Investigación de Iones Pesa- de otros núcleos atómicos, como los de1
dos de Darmstadt. Núcleos atómicos, car- cobre, con número atómico 29, y se hace
gados eléctricamente, p. ej .los del cinc, d e posible una fusión. El resultad o sería un
número at ómico so, pueden acelerarse a núcleo de 79 protones, es decir, el oro.
una décima parte de la velocidad de la luz.

32 INTRODUCCIÓN INTRODUCCIÓN 33
El lugar El lugar
terrenal terrenal

• Puedo asegurar
que q uien Int ente
descifrar literal-
mente lo que los
filósofos herméti-
cos h~n e:;crito;
se perderá en los
meandros de un
laberinto del que
l'lO saldrá jamás.),
(Uvre d'Artéphius,
Oibl. des Philo·
sophes Chimiques,
Parls, 1741)

En el a trío se ve el
azufre y el mercu-
rlo,los dos compo-
nentes básicos de
la materia. los tres
muros simbol izan
las tres partes de
la o bra q~e co·
mlenza en prima-
vera bajo el signo
de Aries y el
cuerpo muerto
en putrefacción.
En verano, bajo
el signo e¡ e leo,
tiene lugarla
unión del alma y
el cuerpo, y en di · El fuego exterior ó , en forma d e angelote, nitrato <D. que se aisla a partir del rocio
ciembre, bajo el conduce a la pareja alquimica del azufre divino. El ast eroide de seis punt as en la
signo de Sagitario, y el mercurio al laberinto de las metamor- cúpula in dica que ha nacido el niño filosó-
se p roduce el naci- fosis materiales . Su unión, que sólo es po- fico.
n1iento del cuerpo sible con ayuda de la sal ígnea secreta que
espiritual inmarce- provoca la red ucción de los metales, tiene G. van Vreeswyk, De Gouda Leeuw {El/eón
sible. el elixir u lugar en el templo central. la sal ígnea se de oro}, Amsterdam, 1676
ooro liquido de la compone de amoniaco*· sal t artárica 6 y
eterna juventud>>.

Janus Lacinius,
Preliosa Margarira
novel/a, 1577- 1583

ELMACROCOSMOS: El lugar t errenal EL MACROCOSMOS: El lugar terrenal 37


El lugar El lugar
terrenal terrenal

Reconstrucción
En la imaginería de la secta gnóstica de los ofitas, la serpiente (levia del universo gnós-
tán, Ouroboros) representaba el anillo de las aguas celestes origina- tico tal cual lo
conceblan los
rías que rodea el mundo creado, y que es impenetrable para los sentí ofitas(del
dos; se segrega del universo divino hecho de amor y de luz. griego «ophis»,
serpiente).
También la cábala, que contiene una herencia gnóstica conside-
rable, habla de un velo entre Dios y la creación. Jacob Boehme llama Hans Leisesang,
DieGnosis,
«aguas superiores» a esta envoltura celeste; en el mito de Blake, el Stuttgart, 1985
hombre es prisionero de la mar del tiempo y el espacio.
la existencia terrenal es para la gnosis un lugar de tenebrosa
confinación. Para Paracelso, el lugar a donde fue arrojado el diablo,
en otras palabras, el mismo infierno.
Al nacer, el alma de la luz desciende la escala de las siete esferas.
siendo retenida en su bajada por los planetas, considerados como
creadores interiores y demonios (arcontes); allí se hace grosera y se
envuelve en el fango de la materia.
Cada uno de los planetas imprime en el alma, durante su trave-
sía, una propiedad negativa que la mancilla: Venus le da la lujuria,
Mercurio la avaricia, Marte la ira, Júpiter la vanidad, y así sucesiva-
mente.
Después de la muerte, la envoltura terrestre queda en el Tártaro
como larva, y el alma se eleva por encima de las regiones aéreas
(Beemoth) hasta los arcontes, que intentan impedirle el paso. Por ese
es necesario el conocimiento exacto (gnosis) del santo y seña, para
encontrar el camino de la séptuple purificación.
la travesía de la última esfera es la más peligrosa. Allí reina
Saturno, quien, según las enseñanzas ofitas, es el Dios «proscrito»,
creador del espacio y el tiempo. Es la serpiente que guarda el pa-
raíso.

EL MACROCOSMOS: El lugar terrenal 39


EL MACROCOSMOS: El lugar terrenal
El lugar El lugar
terrenal terrenal

Las «Jerarq u ias En la <Divina Co-


celestes», obra del media> de Dante
neoplatónico (1307-1321), el
Pseudo-Dionisia alma parte de los
Areopagita (hacia el infiernos, que apa'
soo d.C.) tuvo en el recen como un
Renacimiento una cono incrustado
influencia conside- en la tierra para,
rable en la configu - después de su tra ·
ración del cosmos vesía por el monte
cristiano. Distin- de la purificación
guía nueve coros de y los nueve pelda·
ángeles, en el que a ños de los plane-
cada una de las tria- tas, las estrellas
das correspondfa fijas y las esferas
u na de las personas cristalinas movidas
d e la Trinidad: el por los ángeles,
grupo de ángeles, elevarse hasta el
arcángeles y virtu· paraíso, donde en-
d es estaba subordi· cuentra su morada
nado al Espíritu en la blanca rosa
Santo; el de los po- celeste, inundada
deres, fuerzas y so- de luz divina.
beranías, al Hijo; el
de los tronos, que· Micflelangelo Cae·
rubines y serafines, tani, (La Materia
al Padre. del/a Divina Com-
media di Dante
Arriba: Jacobus Aligllieri), 1855
Publicus, Oratoriae
artis epítome, 1482

Abajo: Johannes
Romberch, Conges-
torium artificiose
memorie, 1533

40 EL MACROCOSMOS: El lugar terrenal EL MACROCOSMOS: El lugar terrenal 41


El lugar El lugar
terrenal terrenal

Sentado en el Las almas abando-


t rono, el Cristo nan el mundo de
Pantocrator ben- los elementos para
dice el universo. elevarse sobre las
Las esferas de esfNas de los pla-
Júpiter y Saturno net as, Jos cuatro
están habitadas estadios del alma y
por jerarquías de los nueve coros de
ángeles. El centro ángeles hasta el
está formado por cielo de las ideas
el mapamundi platónicas, domi-
con la división en nado por Cristo
forma de T. habi- Pantocrator.
tual desde la Anti-
güedad, q ue se- Manuscrito
para los tres conti- anónimo, s. XII
nentes, Europa,
África y Asia; ob-
sérvese que Asia
sola es tan grande
como Europa y
África j untas. La
linea vertical de la
T representa el
Mediterráneo, la
linea horizontal , el
Danubio, el Mar
Negro y el N ilo.

Manuscrito de
Lamberc de Saint-
Omer, P~rís, 1260

11rtll1
fft~1
ttgt>ttcongla
""nnuaLttC11
•ltn\)11:1J5'li&-IU\r :¡J51d.ttttt1M1 nd'
pn!SF'IS~'":-4llb1 niotc'fbfuton~7tooritl
~ oÜlQIU~~Bj¡l.\"0 . ~Ull- '
tUt:l •\ltb.li3\;0it-lli(tlut'q
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Wrt:i~ lti!Jtrrtll~figtl u
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42 EL MACROCOSMOS: El lugar terrenal EL MACROCOSMOS: El lugar terrenal 43


El lugar El lugar
terrenal terrenal

El diagrama indica Fludd combina los


las relaciones que esquemas de la
pueden existir Edad Media, tal
entre los cuatro cual fueron trans·
elementos,. y sus mitidos por los
transformaciones trabajos enciclo-
posibles, así como pédicos de San
su disposición en Isidoro de Sevilla
el orden de las (560- 633 d. c.¡
cuatro estaciones con el simbolismo
y los temperamen - complejo de las le·
tos: tierra- otoño tras de la cábala.
-melancólico/
fuego- verano- Arriba: los
colérico/ aire - componentes del
primavera- san- macrocosmos
guineo/agua -
invierno- flemá- Abajo: los
tico. componentes del
microcosmos

Robert Fludd,
Utriusque Cosmi,
Francfort, 1621

El año como un sis-


tema de relaciones
de las estaciones
del año con los
elementos y los
pu ntos cardinales.

San Isidoro de
Sevilla, De natura
rerum, compii<Jción
de manuscritos,
haciv el año Boo

44 EL MACROCOSMOS: El lugar terrenal EL MACROCOSMOS: El lugar terrenal 45


El lugar El lugar
terrenal terrenal

Partiendo de la
obra del f lorentino
Pico della Miran-
dola (1463-14g4),
la llamada <Cábala
cristiana,, com- U;NÍV.ERSI...
bina elementos to-
mados de la tradi-
ción cristiana y
NO. J..
neoplatónica con
los conocimientos,
a veces de dudosa
fuente, de la mís-
t ica judía. Robert
Fludd traza aquí
un paralelismo
entre los .:>stratos
del cosmos ptole-
meico y las veinti-
dós letras del
alfabeto hebreo
que sirvieron a
Dios para crear el
mundo.

Robert Fludd,
Utriusque Cosmi,
tomo/,
Oppenheim, 1617

El universo geocéntrico sigue vigente ígneo del agua•. que al precipitarse el


1asta la francmasonería del siglo XVIII. rocío sob re la superficie d e la tierra (E)
El «plano mágico del mundo de Ptolomeo» f orma la simiente de todas las cosas. F es
:le Georg von Welling en su <Opus Mago- la tierra virgen, Gel aire subterráneo. El
Cabbalisticum> e.stá dividido en cinco punto rojo del medio es el f uego central.
regiones: A y B muestran los elementos
primarios del fuego (en hebreo Aesch) y Cregorius Anglus 5allwigt {pseudónimo de
del agua (Maim), Ces la región estelar, D la Georg von Welling), Opus mago-cabalisti-
del aire, donde los dos elementos se unen cum, Francfort, 1719
para d ar lugar al «Chamaim», el «espíritu

EL MACROCOSMOS: El lugar terrenal EL MACROCOSMOS: El lugar terrenal 47


El lugar Estudio comparado de los sistemas cosmológicos
terrenal
Fig. 1: El sistema de Ptolomeo (hacia 100-160 d. C.) con la tierra en el
centro, rodeada de las siete esferas etéreas que son la Luna. Mercu-
rio, Venus, el Sol, Marte, Júpiter y Saturno, giran en órbita alrededor
de la tierra. Por encima se sitúa la región de las estrellas fijas y el cir-
culo del zodíaco. Este sistema, que encierra todos los conoci mientos
astronómicos de la época, prevaleció durante un milenio, hasta ser
relevado pqr el copernicano.
Fig. 11: El cosmos era para Platón (427-347 a. C.), la imagen del
alma del mundo girando en torno a sí misma. El sollo sitúa inmedia-
tamente por encima de la luna.
Fig. 111: En el sistema pseudo-egipcio de Vitrubio, Mercurio y
Venus giran alrededor del sol, que a su vez hace lo propio alrededor
de la tierra, como el resto de los planetas.
Fig. IV + V: El sistema propuesto en 1580 por Tycho Brahe parte
de dos centros. Además de girar alrededor de la tierra, considerada
centro inmóvi l, el sol es también centro en torno al cual giran los
cinco planetas restantes, que siguen su movimiento.
Fig. VI: En 1543, 1800 años después del astrónomo alejandrino
Aristarco, Copérnico devolvió el sol al centro del mundo. Su sistema
cosmológico se corresponde con la concepción hermética que hace
pasar la materia, en movimiento ascendente, del estado bruto del
plomo-saturno al del oro-sol,la fase más elevada de sublimación.
Nicolás de Cusa, neoplatónico y pensador universal más conocido
como el Cusano, va mucho más lejos ya en 1445, llegando a la conclu -
sión de que la tierra, girando sobre su eje, da la vuelta alrededor
del sol, y que el cosmos, que según Copérnico está limitado por un
cinturón de estrellas, tiene que ser infinito.
Su discípulo espiritual, Giordano Bruno, que baraja las tesis del
Cusano con elementos mágicos de carácter especulativo, evoca en
1S91 la infinidad de los mundos: «No somos más punto central que
cualquier otro punto del universo>>. Y añade: «Todo lo que existe está
en el universo, y el universo en todas las cosas».
Arhanasius Kircher, lrer exraticum, Roma, 1671

EL MACROCOSMOS: El lugar terrenal GLMACROCOSMOS: El lugar terrenal 49


El lugar El lugar
terrenal terrenal

Represemación planisférica del sistema la figura de arriba representa la yuxtapo·


ptolcmcico sición de los cuatro elementos en la Representación del espacio del sistema (... )que les imprimia el movimiento girato-
región sublunar. El globo terrestre está ptolemeico rio• (A. Cellarius).
•El ojo humano organiza la composición compuesto dt> tierra y de agua, elementos
del universo según el orden que puede pesados e impuros; después se suma el • la mayor parte de los filósofos de la Anti· la esfera más lejana y opaca de las estre-
percibir en la tierra en la que está, ponién- aire, y finalmente, próximo a la esfera qUedad pensaban que el universo supra lu- llas fijas recibió el nombre de primum mo·
dose como centro de todo el espacio. lunar, el fuego, el elemento más sutil y nar o éter estaba compuesto de círculos o bife, el -movimiento primero•, pues, mo·
Allí donde dirije la mirada, le sobrecoge la más puro de todos. esferas concéntricas conteniendo unas a vi do por el amor divino, imprimia su movi-
admirable esfericidad del cielo( ... ) y cree las otras, sólidas y duras como el dia- miento a todas las demás esferas.
que el g lobo terrestre está en el centro de Andreas Cellarius, Harmonia Macrocosmica, mante; pensaban asimismo que las estrc·
todo.» (Andreas Cellarius) Amsterdam, 1660 llas eran comparables a puntas clavadas en Andreas Cellarius, Harmonia Macrocosmica,
IDpared de un barco u otro objeto móvil Amsterdam, 1660

so EL MACROCOSMOS: El lugar terrenal EL MACROCOSMOS: EJiugarterrenal 51


El lugar El lugar
terrenal terrenal

Kircher aparece
aqu í recibiendo las
instrucciones del
ángel Cosmiel, que
lo co nd uce en $ U e·
ños por los siste-
mas astronómicos
concurrentes.
Es a la visión del
mund o d e Brahe a
la que da pretere n·
cia, pues quiere,
por un a parte, sa-
tisface r una nece·
sid ad e>spontánea
d e geocentrismo,
y por otra, conferir
al sol, que según la
trad ición hermé-
t ica es el represen-
t ante de Dios en el
cosmos, el rango
que se me rece.

Athanasíus Kírche>r,
/ter extaticum,
ed. Caspar Schott,
Würzburg, 1671
Tycho Brahe logró la síntesis d e los siste - Mercurio, Ve>nus, Marte, Júpit e>ry Saturno,
mas contradictorios de Ptolomeo y Copér- que> giran concéntricamente alrededor d el
nlco, esforzándose por hacer «más creíble sol pero con una órbita e xcéntrica en rela-
la disposición geocéntrica de los mundos ción a la tierra. Venus y Mercurio son los
( ...}la jerarquía de las órbitas la o rdena únicos satélit es fijos d el sol e n su trayecto-
como sigue: la luna gira alrededor d e la ria alrededor de la tierra (... )•. (A. Cella-
tierra, situada en el cent ro del universo, en rius)
unn ó rbit a concéntrica en torno a ésta,
como lo hace el sol. La tierra es a su vez el Andreas Ce/larius, Harmonía Macrocosmíca,
centro de los cinco planetas restantes, Amsterdam, 1660

52 EL MACROCOSMOS: El lugar t errenal EL MACROCOSMOS: El lugar terrenal 53


El lugar El lugar
terre nal terrenal

Es evidente q ue la tierra no puede tener


fo rma plana, p ues el día y la noche no co-
mienzan al mis mo tiempo. Tampoco puede
ser cóncava, ya q ue en ese caso el sol sa l-
dría antes por el oest e que por el este. Y
dado que la forma cuadrada también está
excluida, no queda más que la esférica.

Elemenra Astronomica. Basilea, 1655

Detrás de l nombre latini zado d11 Sacro- • Recuerdo haber visto a At las contem- gado las bujlas que brillaba n en Jos vasos.•
bosco se escondo el monje inglés John of plando un mundo en el que Copérnico (De Hooghe, Hieroglyphica, Amsterdam
Ho lywood, autor de un manual de astrono- habla roto los círculos y Jos anillos, Tycho 1744)
mía datado en 1220 q ue fue una de las Brahe estaba bajo el globo t errestre en
obras más difundidas en su época. Sacro- ademán de llevarlo sobre Jos hombros y «Sucederá que la tierra se p recipitará en
bosco comenta en ella el sistema ptole- Ptolomeo, chillando y gesticulando, inten- el abismo & sucederá que se mantendrá
meico y aporta pruebas de la forma esfé- taba sostener el terrón en forma de esfera en el centro & sucederá que se extiende
rica de la tierra y de las órbitas planetarias, para que no se hundiese en la nada. Entre- plana en Jos vastos espacios.• (Willíam
explicando asimismo los eclipses de sol y tanto Copérnico había qu ebrado gran nú- Blake, Jerusalén, 1804)
de luna. mero de bolas de cristal que se habían
depositado en torno al gl obo , y había apa- FranciscusAquilonius, Optica, 1611
Johannes de 5acrobosco, Sphaera Mundi,
Amberes, 1573

54 EL MACROCOSMOS: El lugar terrenal ELMACROCOSMOS: El lugar t errenal 55


El sol El sol

Para Fludd, el sol Fludd defiende


es el corazón del aqui el sistema
macrocosmos. Se geocéntrico frente
encuentra exacta· a la nueva teoria
mente en la inter· copernicana, que
sección de las dos parece contravenir
pirámides, la de la la lógica, ya que
luz y la de las tini e- para un primer mo-
blas, en la «esfera tor o Dios creador
del equilibrio» de es mucho más sen·
forma y materia. cilio hacer girar la
Allí habita el alma rueda de las esfe-
del mundo, fuente ras desde el cír·
de vida . culo exterior que
para el sol, situado
Robert Fludd, en el centro.
Utrivsque Cosmi,
tomo /, Oppenheim El centro mecánico
1617 del universo sigue
siendo para Fludd
la tierra, mientras
que el sol forma el
centro espirituaL

Robert Fludd,
Utriusque Cosmi,
tomo 1, Oppenheim
1617

56 EL MACROCOSMOS: El sol EL MACROCOSMOS: El sol 57


El sol El sol

La relación que mantienen en el sistema la conclusión de que el calendario se con· •En el centro de todas las cosas reside e l nadie escapa a su mirada. Sentado en lo
copernicano las siete esferas planetarias fecciona mejor si se parte de una concep· loi.¿Podria imaginarse un lugar mejor en alto de su trono, el sol guia a los hijos que
con el sol, su centro, es para el mist ico y ción heliocéntrica del mundo. Podía citar osto templo, el más bello de todos, que lo circundan.• (N. Copérnico, De revolutio-
astrónomo Kepler, comparable a la que e n su favor los trabajos de astrónomos y oquél desde el que puede alumbrar al nibus orbíum caelestium, 1543)
existe entre • e l pensamiento discursivo filósofos de la Antigüedad como Aristarco mismo tiempo todas las cosas? Se le llama
y la extrema simplicidad de la cognición de Samos (hacia 300 a.C.), Heráclides de con razón luminaria, espíritu. señor del Andreas Cellarius, Harmonia Macrocosmit:a,
mistica•. (Harmonices Mundi, linz, 161g; Ponto, Niceta s de Siracusa o Ecpantus el universo. Para Herrnes Trismegisto es el Amsterdam, 1660
ed. Leipzig, 1925) pitagórico. dios Invisible; para la Electra de Sófocles,

En 1507, abrumado por la inexactitud del Andreas Cellarius, Harmonia Macrocosmica,


calendario de la época y después d e haber Amsrerdam, 1660
examinado las razones, Copérnico llega a

ss EL MACROCOS MOS: El sol EL M ACROCOSMOS: El sol 59


El sol El sol

Gracias a lastra- •la sublimidad y la


ducciones que perfección del sol
Marsilio Ficino macrocósmico se
(1433-99) hizo del hacen manifiestas
•Corpus Hcrm eti - cuando el noble
cum>, el culto al sol Febo se sienta en
basado en los mis- su carro triunfal y
terios del antiguo su rubia cabellera
Egipto conoció un ondea en el centro
nuevo esplendor. del cielo. Como
Para Ficino, el sol único soberano
encarna, en orden visible, tiene en su
descendente, Dios, mano el cetro real
la luz divina, la y reina sobre todo
iluminación espiri- el universo( ...)•.
tual y el calor del (Fiudd, Mosaical
cuerpo. En la figura Philosophy,
de la derecha, Londres, 165g)
Fludd muestra
cómo Dios, en la Robert F/udd,
mañana de la crea- Utriusque Cosmi,
ción. emplaza su ta· tomo /, Oppenileim,
bernáculo en el so l. 1617)
que anima e ilumina
asi todo el cosmos.

Roberr Fludd,
Philosophia sacra,
Francfort, r626

60 EL MACROCOSMOS: El sol EL MACROCOSMOS: El sol 61


El sol El sol

En el simbolismo Cristo-Apolo en
d~ la francmasone- el centro del
r ía, el sol encarna zodíaco. En los
el espíritu eterno, medallo n~s exte-
el oro inmateria l. riores, las cuatro
En muchas logias estaciones.
masónicas se lo
representa orien- Cristo en el zodíaco,
tado al ~ste, desde norte de Italia, s. XI
donde gobierna
el venerable
maest ro.

Un francmasón
formado con los
elementos de su
logia, grabado en
cobre. 17<;d.

62 EL MACROCOSMOS: E l sol EL MACROCOSMOS : El sol


La luna La luna

Eut «Como la luna


la superficie de la
luna presenta un Brea.kina- of Stcena-th tarda veintiocho
22 días en recorrer el
aspecto cambiante
zodiaco, los anti·
según su posición
respecto al sol y a guos astrólogos
hablaban de vein·
la tierra. La figura
t iocho estaciones
muestra su trayec·
(... ) En esas vein ·
toria: de la invis i·
ble luna nueva al tiocho estaciones
se ocultan muchos
cuarto creciente
(medi a luna); de la secretos de los an·
tiguos, mediante
luna llena (abajo)
los cuales influían
al cuarto men·
guante, para llegar North 1 15 South prodigiosamente
de nuevo a la luna Complete Complete en todas las
Objectivity Subjectivity cosas sublunares.•
nueva (arriba).
(Agrippade
Andreas Cellarius, Nettesheim,
Harmonía De occulta philo·
sophia, 1510)
Macrocosmica,
Amsterdam, 1660
Tomado de: W.B.
Yeats, A Vision
(Una visión), ed.
Londres, 1925
West
Di.scovery o( Stren¡-th

o Esta rueda representa cualquier moví·


las fases de la luna miento cabal en el campo del pensamiento
vistas desde e l sol o de la vida, veintiocho e ncamaciones dis·
y desde la tierra. tintas, una encarnación única, una opinión
o un pensamiento.• (W.B. Yeats, A Vision,
Athanasius Kircher, 1925)
Mundus Subterrea·
neus, Amsterdam, El diagrama d e Yeats, basado e n la teoría
,,.,, de los ciclos de Bla ke y en su tesis de las
cuatro ent idades (Zoas), funciona también
como t ipología del género d el C!nC!ag rama
de Gurdjieff.

La gran rueda, Speculum Angelorum et


Hominium, en: W.B. Yeats, A Vision, ed.
Londres, 1962

EL MACROCOSMOS: la luna EL MACROCOSMOS: la l una 65


La luna La luna

Iconografía de la cabeza y la cola del dragón lunar: Una paráfrasis de


«La Melancolía>>
«Los antiguos tenían su rep resentación de la cabeza y la cola del (Melencolia) de
dragón lunar, a la que daban forma de serpiente con cabeza de azor Durero. Es posible
que la cabeza de
metida en un círculo aéreo y un círculo ígneo, al estilo de la letra ave esté inspirada
griega Zeta, en mayúscula. Lo dibujaban cuando la cabeza de Júpit er en la representa·
ción del dragón
ocupaba el centro del cielo, y le atribuían virtudes propiciatorias lunar en <De oc-
cuando se le imploraba algo; era también su forma de designar al culta philosophia>
d e Agrippa.
demón doméstico y benevo-
lente, que representaban en Blake se sentía
atraído por la luna,
apariencia de serpiente. Egip·
ya que su horós·
cios y fenicios anteponían este copo tenia aseen·
dente d e cáncer,
animal a t odos los demás, consi-
signo reg ido por la
derándolo de naturaleza divina, luna. Por ese mo·
pues tenía más perspicacia y tivo, el número 28,
correspondiente
un fuego más intenso que los al ciclo lunar, tiene
demás. Esto lo inferían pel un'a importanci a
primordial en su
hecho de que se desplazaba más mito de <<Jerusa-
rápidamente sin tener pies, ni lén>>: est a cifra
simboliza efectiva·
manos, ni otros instrumentos, mente la supera·
y de que tenía el poder de reju- ción de las ideas
recibidas a través
venecerse mudando la piel. del acto de crea-
Representaban la col a del ción libre, cuando
las musas de la ins·
dragón lunar de forma parecida cuando la luna desaparecía en ella o
piración se bañan
cuando tenía una posición desfavorable en relación a Saturno o en los rayos de la
imaginación.
Marte.>> (Agrippa de Nettesheim, De occulta Philosophia, 1510)
W 8/ake, Jerusa-
lén, 1804-1820

66 EL MACROCOSMOS: la luna EL MACROCOSMOS: la luna


La luna La luna

Tabla para calcular


las horas de la
salida y puesta
diarias de la luna.
El círculo exterior
muestra las
veintiocho fases
lunares.

Arhanasius Kircher,
Ars magna lucís,
Amsterdam, 1671

El •Astronomicum Caesareum> de Apiano Kepler se mofaba de estos •juegos de hi·


~e considera la última obra de astronomía los•: •Esa lamentable d ilig encia de Apiano
correspondiente a una visión geocéntrica es para echarse a llorar. Su confianza en
del mundo. Contiene una serie de d iscos Ptolomeo le hace pasar horas y horas con·
de cartón que se pueden mover con unos feccionando. con gran copia de curvas y
hilos como los mecanismos de relojería. espirales, todo un laberinto de enrevesadas
Sirve para calcular la posición de las cons· circunvoluciones.
tclaciones.
Pedro Apiano, Astronomicum Caesaroum,
lngolsradr, 1540

68 El MACROCOSMOS: la luna EL MACROCOSMOS: la luna Gg


La luna La luna

Con este disco del


<Astronomicum
Caesareum> de
Apiano, se puede
hacer coincidir el
nudo ascendente
de la luna en un
dia concreto.

Los dos puntos de


intersección de la
órbita lunar con la
eclíptica se llaman
nudos lunares o
puntos del dragón.
El nudo ascen-
diente corres·
pon de a la cabeza
del dragón, el
descendiente a la
col a. Estos dos
Tabla de cálculo de los eclipses solares y A Kircher, Ars magna /ucis, Amsrerdam, 1671
puntos desempe-
lunares. Los antiguos mitos atribuían estos
ñan un papel esen-
f enómenos a un dragón que se traga los
cia l en la confec·
cuerpos celestes para escupirlos más
ción d el calenda·
t arde.
rio, y la astonomia
de la Antigüedad
se servía de ellos
sobre todo para
calcular los eclip·
ses de luna y de
sol.

Pedro Apiano,
Astronomicum
.., , , 1 '1;'1 1
Caesareum,
lngolstadt, 1540 ~"'"'~:J&<ll q~.a~;~"llf>iGil"'"- 3-''!l >t'il'\3~!:>.~;¡

Los siete estratos del universo y su et erno


retorno como flujo de espacio y t iempo.

Rajasthan, manuscrito del s. XIX

70 EL MACROCOSMOS! la luna EL MACROCOSMOS: la luna


El tiempo El tiempo
cósmico cósmico

Según los cálculos


medievales, el
año cósmico tenía
1 s .ooo años sola-
res, y •llega a su
término cuando
todos los astros
has regresado a
un punto deter-
minado. En su
·Política•. Platón
menciona el «año
perfecto de los
antiguos•: cuando
los planetas, equi·
libradas sus diver-
sas velocidades,
invierten su d irec·
ción y regresan
al punto inicial de
pa rtida.

Seg ún cálculos
actual, el año
perfecto importa
25.868 años,
t iempo que nece-
sita el punto
primaveral para
recorrer todo el
zodiaco.

Lamberr de Saint·
Omer, Uber • Espejo de las causas de todo• del cosmos; finalmente, en el circulo
Floridus, hacia 1120 interior, la Tria Prima, los tres principios
la totalidad de la creadón, salida de la alquímicos básicos de la materia.
noche, emana radialmente de la causa
primera y oculta. Fluye del circulo exterior La totalidad del plan de la creación se
y paternal, el tetragrama, en las tres letras desarrolla en la d irección de las agujas del
hebraicas llamadas «matrices•: Aleph, reloj, como el dia, que comienza con el alba
aire (Avyr), Mem, agua (Mayim), Shin, y concluye con el crepúsculo del mundo.
fuego (Aesh). En los t res círculos siguien-
tes, están los diez nombres y atributos de l?obert Fludd, lnregrum Morborum
Dios; sigue la jerarquía plat ónico-cristiana Mysrerium, Francfort, 1631

72 EL MACROCOSMOS: El t ie mpo cósmico EL M ACROCOSMOS: El tiempo cósmico 73


El tiempo El tiempo
cósmico cósmico

La personificación Los tres ciclos


del tiempo del cósmicos de
mundo, enmar- Joaquín de Fiore
cado por los seis (hacia 1130- 1202):
ciclos cósmicos.
tal como se cono- La primera e<lad,
dan en la Edad la del Padre
Me<lia. Los cinco (abajo), la del An-
ciclos preceden- tiguo Testamento,
tes. que abarcan se caracteriza por
desde Adán hasta la observancia de
Jesucristo, esta- la ley y el temor de
ban bajo el signo Dios. La seg unda
de Lucifer; el edad, la del Hijo,
sexto, el actual, es la de la Iglesia
est á bajo el reino y sus dogmas. La
de Cristo. tercera edad. la
del Espíritu Santo,
cuya ven ida é l veia
próxima, es la de
la alegría y lib er-
tad. Ésta lleva apa-
rejada una nueva
comprensión, in·
tuitiva y simbólica,
de las Escrit uras,
Paralelos a los el fin de la •iglesia
ciclos del mundo, amurallada• y la
los seis periodos fundación de
de la vida humana, nuevas órdenes
que van de la in- contemplativas.
fancia a la vejez.
Esta edad espiri-
tual es la aurora de
un nuevo di a, que
Jacob Boehme y
los alquimista.s
veían aparecer en
el horizonte; es la
reforma general
de los Rosa-Cruz.

Lamberrus de
Saint· Omer, Liber
Floridus, hacia 1120

Joaqum de Fiore,
Italia, s. XII

74 EL MACROCOSMOS: El tiempo CÓSmico EL MACROCOSMOS: El tiempo cósmico 75


Astronomía Los astros
inferior

Doce astró logos


paganos (entre
ellos el poeta
Virgilio y los
filósofos Sé neca
y Aristóteles)
sumidos e n
inte rpretaciones
astrales.

Almanaque rimado
alemán, Alemania
Cenera/, s. XIV

Los met ales representan. según los alqui- El a utor de la <Auro ra consurgens>com-
mist as. una contracción de fuerzas plane- pa ra el crecimiento dellapis con la gesta-
t a rias. por eso se lla ma -astronomía infe· ción d el e mbrión durante nueve meses e n
rior• a este arte. En correspondencia con el vientre mat e rno. Según Ceorge Ripley
las d oce secciones d el zodiaco. la materia (1415- 1490). el liquido amniótico simboliza
t iene que atravesar d oce puertas o est a· la tintura bla nca o lunar q ue ant ecede a la
d ios antes de obtener su co nsistencia rubificación solar (a rriba a la derecha).
definit iva e n la fase d e rubificación y
«d e librarse de la influe ncia del zodíaco». Aurora consurgcns, finales del s. XIV
(Nicolas Flamel)

EL MACROCO'SMOS : Astronomia inferior ELM ACROCOSMOS: Los astros 77


Los astros Los astros

Horóscopo sacado
de un manuscrito
iluminado de
Heidelberg lla·
mado «libro del
destino» (finales
del s. XV), que es
propiamente la
traducción al
alemán del •Astro ·
labium planum• de
Petrus de Abano
(s.XIII).

Cada uno de los


doce signos del
zodíaco está
dividido en tres
decanos con una
longitud de huso
que corresponde
a treinta g rados.
El libro contiene
igualmente unas
tablas para deter-
minar el aseen ·
dente, que es el
El horóscopo (etimológicamente • mirar la San Pablo en Col. 2, 14: • ••• borrando (Dios) signo que se eleva
hora• ). que determina la posición de las el acta que nos era contraria, quitándola en el oriente en
constelaciones a la hora del nacimiento, de en medio y clavándola en la cruz ... •• el momento del
expresa la creencia en la fatalidad del des- (C.G. Jung, Mysterium coniunctionis, nacimiento, y cuyo
tino y en la predestinación del hombre. Zúrich, 1g68) conocimiento es
indispensable
•El horóscopo es el •acta• que menciona Daniel Kramer, Emblemara Sacra, 1617 para hacer la carta
astral.

78 EL MACROCOSMOS: Los astros :l MACROCOSMOS: Los astr OS 79


Los astros Los astros

Terzysko, astró- Planisferio con las


nomo de la corte, constelaciones y
en el centro de in- signos del zodíaco.
vestigación de los Manuscrico del
«aspectos astroló- s.XVI
gicos•. El término
•horóscopo• no se
impuso hasta la
Edad Media. En
la Antigüedad
se denominaba
«tema>t o •géna ..
sis~ (lat . • conste-
llatio», «geni-
t ura•). La determi-
nación de las
relaciones angula-
res o aspectos se
remonta a la teoria
pitagórica de la
armonia.

Manuscríto de
astronomía
de Wenceslao 111,
Praga, 1400

So EL MACROCOSMOS: Los astros EL MACROCOSMOS: Los astros 81


'Los astros Los astros

El •hemisferio meridional de los antiguos> los frutos, las reliquias y la historia de Esta representación del «firmamento cris· La • Osa Meno"' se ha convertido en el
con las constelaciones conocidas en la nuestros adulterios, de nuestros incestos, tiano• está ba.s ada en un original de Julius arcángel San Miguel; la •Osa Mayor•, en la
mitología griega. de nuestra lujuria, de nuestras pasiones Schiller (Augsburgo, 1627), para quien iba barca de San Pedro, y la constelación de
criminales, de nuestras depredaciones y contra la fe «dar a las estrellas nombres Andrómeda ha pasado a ser la tumba de
En •El destronamiento de la bestia», sátira perversidades. Y para acabar de coronar de espíritus malignos, de animales y de Cristo.
de Giordano Bruno aparecida en 1584, nuestros errores, hemos elevado el triunfo hombres impíos•. puesto que en la Biblia
Zeus ordena un nuevo reparto de las imá· del vicio hasta el cielo, convirtiéndolo en se dice: «los sabios brillarán con el esplen· Andreas ~1/arius, Harmonica Macrocosmica,
genes celestes, sustituyéndolas por virtu· sede de nuestros crímenes.• dordel firmamento, y los que enseñaron Amsrerdam, 1660
des: •Notorios y desnudos ante los hom- la justicia brillarán por siempre, eterna·
bres son nuestros vicios; el mismo cielo Andreas ~llarius, Harmonía Macrocosmica, mente, como las estrellas». (Oaniel12,3)
es testigo de nuestros desatinos. He aquí Amsterdam, 1660

82 EL MACROCOSMOS: Los astros EL MACROCOSMOS: Los astros 83


La música de La música de
las esferas las esferas

La teoría de la armonía de las esferas se remonta al filósofo griego Abajo a la iz-


quierda, Pitágoras
Pitágoras (570-496 a.C.) señ~la la forj a que

Mientras escuchaba en una forja los golpes de martillos diver- le inspiró su t eo-
ría. Los herreros
sos, le vino en mientes una leyenda de Yámblico, según la cual se martillean el metal
pueden expresar los valores de los sonidos en relaciones cuantitati- en el interior de
una oreja, sobre
vas, en números y en términos geométricos. Con ayuda de instrumen- cuya «extraña
tos de cuerda, descubrió la relación entre la frecuencia y la altura forma anatómica,>
-con martillo y
del sonido. Según Pitágoras, el mundo entero se
yunque-, diserta
compone de armonías y números. Tanto el alma largamente Atha-
nasius Ki rcher.
microscópica como el universo macroscópico se
articulan, según él, en proporciones ideales, que Para el neop lató-
se pueden expresar con una secuencia de sonidos. nico Boecio, teó-
ric.o de la música
La altura de las diferentes notas planetarias (s . V d.C), la •mu ·
sobre la escala musical celeste se determinaba por sica instrumenta-
lis>terrenal es sólo
el tiempo que los planetas tardaban en recorrer un reflejo de la
su órbita, y la distancias se relacionaban con los (musica mundana) .
la música de las
intervalos entre los tonos . Kepler complicó más el esferas celestes,
sistema, atribuyendo a cada planeta una sucesión representada aquí
por la esfera cen-
de tonos próximos. La serie de notas que creía tral. Ésta es, a su
haber descubierto para la tierra (mi, fa, mi) pro- vez, un eco lcjano
de la música divina
baba para él, poco después de haber estallado la de los nueve coros
Guerra de los Treinta Años, que en «este valle de de ángeles .

lágrimas reinan el hambre y el dolor.>> AtiJanasitls Kircher,


F. Gaffurio,
Juba! (arriba, a la izquierda), un descendiente de Caín, pasa por Mvsurgia universa-
Theorica musica,
lis, Roma, 1650
Mi/<in, 1492 ser, según el Génesis (4, 21), el patriarca de todos los tañedores de
cítara y de flaLJta. Según Kepler, Jubal no es otro que Apolo, y bajo el
nombre de Pitágoras se escondía nadie menos que Hermes Trisme-
gisto.

EL MAc~tocosMos: La música de las esferas EL MACROCOSMOS: La música de las esferas as


La música de La música de
las esferas las esferas

La correspondencia «El monocordio>>,


de las nueve esft!· dice Fludd, •es el
ras con las nueve principio interno
musas se debe a que. desde el cen-
una visión del neo· tro del todo, pro·
pitagórico Martia- duoe la armonía
nus Capella (s. V de toda la vida en
a.C.). La escala de el cosmos.•
tonos abarca una
octava. Tensando o des·
tensando la cuerda,
Como agente del Dios puede regular
primer movimiento, el «gran acorde»,
Apolo dirige el la consist encia de
acorde de sonidos. la materia, entre el
La serpiente de la empíreo y la tierra.
mito logía egipcia,
símbo lo de la ener- El instrumento
9Ía vi tal, atraviesa está dividido en
con su ritmo ondu - una octava supe ·
lante las esfe ra s. rior, ideal, activa.
Sus tres cabezas y una octava in fe·
simbolizan la Sant i· rior, material,
sima Trinidad en las pasiva. Ambas
tres dimensiones octavas se dividen
del espacio y en los a su vez en cuartas
t res estados del y quintas. El prin·
t iempo. cipio inmaterial
superior se mueve
La tragedia repre- a lo largo de los
senta el sol y la intervalos hasta la
comedia, la tierra. materia sombría, y
el sol. en el punto
Arhanasius Kircher, de intersección,
Ars magna lucís, recibe una fuerza
Roma, 1665 transformadora.

Robcrt Fludd,
Utriusque Cosmi,
romo 1, Oppen-
heim, 1617

86 EL MACROCOSMOS: La música de las esferas EL MAcRocosMos: La música de las esferas 87


La música de La música de
las esferas las esferas

«Los filósofos d e la Antigüedad considera· «En t oda línea evolutiva hay dos puntos
ban q ue el mundo est aba constituido por en los que el movimiento no puede propa·
una armonía perfecta, es decir, que desde garse sin ayuda exterior. En determinados
la tierra a los cielos había una octava per· p untos es necesario un impacto adicional
fecta .» (A . Kircher. M usu rgia universalis). provenient e de una fuerza aparte. En dí·
Los siete puntos o p rogresiones de la ches puntos hace falta ese impulso, sin el
octava eng lobaban el mundo, ya que el cual no pueden perpetuar el movimiento .
nú mero siet e reúne la Santísima Trinidad y Est e p rincipio del número siete lo enco n·
los cuatro element os. El filósofo y maestro t ramos por doquier - en la q uímica, en la
de d anza caucasiano G. Gurdj iefffundó física, etc. : en todo rige el mismo p rinci·
en Fontain ebleau, en 1922, su célebre pi o. El mejor ej emp lo es 1a composición de
<<I nstitu to para la f o rmación armoniosa del la escala . Tomaremos una octava para de·
hombre, basándose en el principio de la mostrarJo.» (Gurdjieff, Conversaciones,
octavan. Basilea, 1982)

Trismeg isto en Esculapio : «M úsica no es


otra cosa q ue saber el orden d e las cosas .»

Para l<epler estaba claro •que, o Pitágoras


se expresa herm éticamente, o Hermes
pit a9óricamente». (Hannonices Mu nd i)

Ath;masius Kircher, Musurgia universalis,


Roma, ·1650
En •El simbolismo armó nico en la Anti· Filo lao el Pitagórico (hacía el 4oo a.C.)
güedad>, de Albert Freih errvon Thím us post ulaba un duplicado de la tierra que
(1806-1878) se intent a de modo exhaustivo giraba alrededor del f uego central sobre
reconstruir los f undamentos pit agóricos la misma órbita de la t ierra, pero en cons·
de la música a partir de fuen tes neoplatóni· tante o posición a ella, por lo que no podía
cas, y también fijar la armonía como ciencia verse; a ese duplicado le dio el nombre d e
en sí misma. Pero se partía de la hipótesis anti-t ierra.
inad misible de q ue la visión pitagórica del
mundo se rem itía al lib ro cabalístico de la Albert Frciherr von Thimus, Die harmonikale
creació n. El Sefer Yezírah trat a de los d iez Symbolik des Alt-ertums (El simbolismo
números primitivos, los Sefirot h, relacio na· armónico en la Antigüedad), Colonia, 1868
dos en la parte superior del esquema con
las ó rbitas de los p lanetas.

Reconstrucción del cosmos pjtagóríco


según el esquema de la octava.

Stanley, History of Pililosophy (Historia de la f ilosof ía)

88 EL M ACROCOSMOS: l a música de las esferas EL MAcRocosMo s: la música de las esfe ras 8g


Génesis Según Pitágoras, la quinta y la cuarta, Génesis
intervalos consonantes de la octava,
forman la estru ct ura del universo. Sus
p roporciones (2/1. 3/2, y 4/3 respectiva·
mente) son la «progresión sag rada >>
Según la concep·
d e los p itagóricos, llamada Tet raktys :
ción tántrica, un
1+2+3+4=10 . «Si progresas de la unidad
p unto energ ético
a lo múltiple, obtendrás el diez, origen de
invisible (bindu)
todas las cosas.>>
genera la materia
o riginaria (pakriti),
Esta fórmula contiene el acto cabal d e la
compuesta de
creación, desde la división del elemento
tres cualidades
primero en la d ualidad de los sexos. duali·
(gunas): Sattva
dad cuya procreación se verif ica en la
(esencia, calma).
tríada generadora de espacio, hasta la
Rajas (energía
consumación en los cuatro elementos.
pasión) y Tamas
(subst ancia,
Robert Fludd, Pililosophia Sacra, Francfort,
inercia).
1626
Al comienzo de la
creación, las tres
cualidades se en·
En la cába la, la o bra de la creación se cuent ra n en equili·
desdobla en cuatro et apas, siguiend o un brio; sólo su diso ·
esquema parecido y part iendo de las le· nancia orig ina la
tras de Tetrag ramma, del no mb re inefable multiplicidad .
de Dios. Este proceso de cuatro etapas
desempeii a también un papel p rimordial En «Finnegans
en la alquimia, en calidad de <axioma de Wake>>, Joyce esta·
María Prophetissa>. blece un para le·
lismo entre las
El Tetragramma como Tetrakys Gunas y las cuatro
entid ades de
Blake (Zoas, pág .
524- 525).

Pintura, Rajastilan,
El Tetraktys es también el soporte de la hacia el s. XVIII
imagen d el alma universal , cuya composi·
ción en form a de X (la letra griega «jÍ»)
describe Platón en el «Ti meo>>. Según
el principio de la d ivisión proporcional de
la cuerda sonante, la matriz de todas las
formas t errestres se desdobla aquí como
una red ele coo rdinadas con f racciones y
m(il tip los.

La <Ji> pitagórica

go EL MACROCOSMOS: Génesis EL MACROCOSMOS : Génesis 91


Génesis Génesis

Con la repetida
pronunciación del
nombre de Dios
surgen los cuatro
mundos: Aziluth,
Beriah, Yezirah y
Assiya.

Robert Fludd,
Utdusque Cosmi,
tomo 11, Francfort,
162 1

Los diez sobrenom ·


bres de Dios surgen
del nombre-fuer za,
del gran nombre.
Los sobrenombres
hacen referencia a
d iversos aspectos
de la divinidad, que
a su vez correspon-
d en a las diez cifras
El Tetragrammaton, la< cuatro letras del palabra en lengua hebrea, Gershom origin\lles, los
nombre sagrado de Dios (JHVH, Jehová), Scholem cita la exhortación de un rabino Sephiroh: 1) la co-
concentra en sí toda la energía primera y a un escriba de la Thora: «Hijo mío, sé rona, 2) la sabidu-
la potencia de la que emana la creación. escrupuloso con tu trabajo, ya que es un ría, 3) la prudencia,
«El mundo sensible con sus legiones y t rabajo divino; si omites o añades una 4) la misericordia,
criaturas no es otra cosa que la emanación sola letra, destrui rás el mundo entero ( ..• ) 5) potencia o j uicio,
del Verbo», d ice Boehme. Todas las cosas G. Sholem, Zur Kabbala und ihre r Symbolik 6) compasión o
nacen de las combinaciones y transposi· (De la cábala y su simbólica), Francfort, bell eza, ?)triunfo,
ciones de estas cuatro letras. l gBg 8) honor, g) la
redención, 10) la
Para ilustrar el significado mágico de la Bibli;;> sefardí, 1385 majestad.

Robert Fludd,
Philosophia Sacra,
Francfort, 1626

92 EL MACROCOSMOS: Génesis EL MACROCOSMOS: Génesis 93


Génesis Génesis

Y así infinitament e La luz, fuente ina-


gotable de todas
las cosas, surge
en la o<euridad,
y con la luz, las
aguas, q ue co·
mienzan a divi-
dirse en cercanas
(claridad) y lej anas
(penumbra).

Robert Fludd,
Utriusque Cosmi,
tomo/, Oppen-
heim, 1617

Para Robert Fludd, d iscípulo de Paracelso. No d ebe maravillarnos, dice Fludd, que En el centro, las
el acto divino d e la creación se representa nuestro planeta sea un valle de lágrimas, aguas tenebrosas.
pl ásticamente como u n proceso alquímico sabiendo que está hecho del sedimento de lejanas de la luz,
en el que Dios, como espagírico o d epura- la creación, por el que ronda el d iablo. que f orman la
dor de metales, obtiene del caos tene- fuente de la mate·
broso, de la Prima Materia, los t res elemen- «Cua ndo el ocult o de ocult os quiso reve- ria; en el círculo
tos primarios, divinos, que son la luz, la larse a lo no manifestado, comenzó engen· exte rior, las aguas
oscu ridad y las aguas espirituales. Estas drando un punto luminoso. Antes de que superiores, de
aguas son a su vez el principio d e los cua· este punto fuera luminoso y se hiciera las que emana el
tro elementos aristotélicos, de los cuales visible, el infinito (En Soph) estaba oculto fuego divino (em-
la tierra es el más tosco y pesad o, compa- y no dab a luz alguna.• (Zohar) píreo). La nube
rable al sedimento, a la ccaput corvi•, que clara en el medio
se deposita en el fondo del matraz durante Robert Fludd, Utriusque Cosmi, tomo 1, es un estadio «que
la destilación. Oppenheim, 16 17 se llama espíritu
de la t ierra, espi·
ritu mercurial, éter
o q uintaesencia• .

Robert Fludd,
Utriusque cosmi,
tomo/, Oppen-
heim, 1617

94 EL MACROCOSMOS: Génesis EL MACROCOSMOS: Génesis 95


Génesis
Génesis

El primer dia de la
El caos de los ele-
creación:
mentos surgido de
las aguas inferio-
«Dijo Dios: ¡Há·
res ttes una mate-
gase la luz! Y la luz
ria tosca y amorfa,
salió( ...). Partió
en cuyas entrañas
del abismo pro·
los elementos se fundo en el este,
encuentran de tal
donde mora, y
forma embrollados
penetró por las ti·
y presos, que
nie>blas, envuelto
( ... )luchan salvaje-
en una nube lumi-
mente-entre
nosa, ya que el
ellos».
sol no existía aún
(... ).• (John Milton,
Paradise Lost,
1667/74)

La paloma es el
espi ritu de Dios.

«La luz del espíritu


El estado final e
todavía no creada
ideal de la materia
se refleja en la
se alcanza cua ndo
esferas del fuego
los elem entos se
celeste como en
o rdQnan según su
un espejo. Esa
grado de consis-
reflexión es la pri-
tencia: (de afuera
mera manifesta·
a dentro) tierra,
ción de que la luz
agua, aire y fuego.
se ha creado.•
En el centro apa-
rece el sol, que es
el elemento oro.

Robert Fludd,
Robert Flvdd,
Utriusque Cosmi..
Utriusquc Cosmi,
tomo/, Oppen-
tomo/, Oppenlleim
heim, 1617
1617

g6 EL MACROCOSMOS: Génesis 97
EL MACROCOSMOS: Génesis
Ciénesis Ciénesis

La tierra forma El segundo día


<>1 estrato inferior
de los elementos, «Dijo luego Dios: Haya un firma-
el sedimento de la mento en medio de las aguas( ...)
creación. Llamó Dios al firmamento cielos .»
(Génesis, 1, 6-8)

La zona del éter con las estrellas


fijas y planetas divide las aguas
superiores (empíreo) de las inferio-
res. En esta esfera, la calidad supra-
celeste (forma) está en equilibrio
con la infraceleste (materia).

Al combinarse el El tercer día


elemento más
tosco con el más El fuego, elemento más sutil, surge
sutil, sale aire en primer lugar.
o agua, depen-
diendo de las Pero, como señala Fludd , no se trata
proporciones del •fuego invisible>de los alquimis·
que entren en la tas, sino de un f uego material que
combinación. Paracelso califica de «tenebroso•,
y que produce la descomposición de
todo lo viviente. Para el alquimista
teutón, la vida es un proceso de
combustió n.

Robert Fludd,
Utriusqae Cosmi,
tomo /, Opp.en- Robert Fludd, Utriasqae Cosmi,
heim, 1617 tomo/, Oppenlleim, 1617

98 EL MACROCOSMOS: Génesis EL MACROCOSMOS: Génesis 99


Génesis
Génesis

La escala ascen-
«En la con fusión
dente de los ele·
mentos según su que siguió a la
creación, un poco
grado de pureza,
de luz celeste
t ierra, agua, luz
y fuego, se repro· quedó atrapada en
la masa fria de la
duce en todo el
t ierra. Siguiendo
cosmos, com·
la ley de la gravita·
puesto d e cielo
ción , la substancia
sublunar elemen·
tal, éter y empi·
celeste comenzó
reo. a ascender en el
cielo hasta el lugar
que le correspon·
día. Así surgió
nuestro sol.>>

las estrellas que


rodean la esfera El sol en el firma·
mento es el repre·
et érica no se h icie·
sentante visible
ron visibles hasta
del fuego divino y
después de la crea·
del amor. En la
ción del sol, ya que
anatomía humana
acumulan la luz del
le corresponde el
astro rey y la e mi·
t en despues de ¡¡l. corazónJ «pues
envía sus rayo5
gún tiempo, como
vivificantes (las
lo hacen las sus·
tancias fosfores· venas) en un moví·
miento rad ial,
centes.
animando así los
miembros del
cuerpo». (Robert
Fludd «l a clave
filosófica»
(Phi losophicall
l<ey), hacia 1619

Robert Fludd,
Robert Fludd,
Utriusqve Cosmi,
Utriusque Cosmi,
tomo/, Oppen ·
tomo !, Oppen·
heim, 1617
!Jeim, 1617

100 EL MACROCOSMOS: Génesis


EL MACROCOSMOS : Génesis 101
Génesis El ojo

Cuando los rayos


tórridos del sol
caen sobre los
vapores acuosos
en pleno ascenso,
se solidifican y
engendran los
p lanetas .

El espíritu de Dios
sobrevuela como
una paloma la
creación consu·
mada, pero ya
amenazada por el
pecado. En su
<Tractatus apolo·
getius>, Fludd
subraya que la Representación cosmológica del opus El páj aro representa las fases del o pus.
finalidad principal alquimista en form a de g lobo ocular. El Consta del cuervo (putrefactio) el cisne
del estudio del lapis esférico, símbolo del pequeño (albedo), el pavo (fase de irisación) y el
macrocosmos mundo renovado, sale de la pupila, que a fénix (rubedo).
debe ser investí· su vez simboliza el caos macroscópico de
gar elpapelq ue los cuatro elementos. los brazos que le- El nervio óptico está representado con el
desempeña el es· vantan ellapis del fuego bautismal son Tetraktys pitagórico.
p iritu divino en la «las dos partes principales del opus. la
creació n. Pues sin disolución del cuerpo (salve) y la solidifi- Heinric/1 K/Junrath, Amphitheatrum
la luz de éste es cación del espíritu (coagula)». Las aguas sapientiae aeterna, 1602
imposible la vida. rojas y blancas que manan del rebis,
del doble aspecto de la materia, forman el
cuerpo vidriado y viscoso del ojo del
mundo. el océano de tiempo y espado.
Robert Fludd,
Utriusque Cosmi,
tomo /, Oppen·
/Jeim, 1617

102 EL MACROCOSMOS: Génesis E L MACROCOSMOS: El ojo 103


El ojo El ojo

En la Edad Media La composición del ojo según Fludd :


se creía que el ojo
1) La parte vidriosa en forma de lente es
se componía de
transparente y de mediana consistencia.
t res formas dife·
rent es de conden- 2) La parte acuosa y blanquecina engloba
sación del fluido la primera como la clara engloba la yema.
corporal. Según
3) La parte cristalina y brillante surt e a
el sabio árabe
las primeras con substancias nutritivas
Avicena (980-
sacadas de la sangre.
1037), el fluido
helado se encuen -
Robert Fludd, Ut riusquc Cosmi, tomo 11,
tra en el centro
Oppenheim, 1619
del ojo_Por d e-
lante está la par te
acuosa, y por de-
t rás la cristalina. El
ojo está recubierto
de siete telas o «( ...)el ojo humano (está hecho) a imag en
membranas (tu ni- del mundo, y todos los colores que con-
cae) que corres· tiene están dispuestos en circulo. El
pondían a las siete b lanco del ojo corresponde al océano,
esferas planetarias que rodea el mundo por todas partes; un
del macrocosmos. segundo color representa las tierras que
Lo s cabalistas ve· b aña el océano o que se encuentran en
ían una analogía medio de las aguas; en la región central
ent re las diez se sité1a otro color: es Jerusalén, centro
partes de que se d el mundo. Pero el cuarto color, la vista
componía el ojo de t odo el ojo( ... ), es Sión, punt o central
(las tres fluidas y de todo, en el que se ve todo el mundo.»
las siete membra· (Zohar)
nas) y las diez
numeraciones o Robert Fludd, Utriusque Cosmi, tomo JI,
Sephiroth. El Oppenl1eim, 1619
p unto ciego de la
retina represen-
taba el Sephirot h
más alto, Kether,
la corona o la nada
divina en todas las
cosas.

Gregor Reisch,
Pretiosa M¡¡rgarit¡¡,
Friburgo, 1503,
Basilea, 1508

104 EL MACROCOSMOS: El ojo EL MACROCOSMOS: El ojo 105


El ojo RI::TINA 1\S EOEN El huevo
cósmico

l os nombres de
las Zoas, las bes·
tias del Apocali pis,
están inscritos en
las cuatro e sfe ras
que se interseccio-

-
l li)AN-.1\t)AN
r:N rlfi N<:>N
OJ;NHH ON
l U U lO
nan; represent an
las cuat ro f uerzas
primarias del uni-
verso. Urtl1ona/Los
es la imag inación,
Luvah la pasión,
liNl!S OF l'l!llCJ.:J•TION Urizen, la razón y
ASVOilTI.:i...X
Tharmas el cuerpo.

«El mund o en
f orma d e huevo de
l os» se hincha a
part ir del torbe·
Los poemas de W illiam Blake cont ienen Segú n la hipótesis d e Easson y Easson, !lino que está, en
largos pasaj es surcados de disquisicio nes que pasan por alt o muchos aspect os del el cent ro del caos,
sobre la visión materialista del mundo poema, Blak e es partidario, en su poema creando la ilusió n
d e Isaac Newton, en particular sobre su <Mi lton>, de un modelo ó ptico inscrito en d e espacio trid i·
<Óptica>. El oj o f ísico , según Blak e, es tur· la forma del huevo cósmico . mensiona l delimi·
bío y vid rioso «COmo el negro guijarro de tado por la opaci·
un farallón batido por las ag uas». El nervio K. P. Easson y R. R. Easson, Modelo hipotético d ad (Satán) y
ó ptico, que Newton admira, construye, de la geografía visionaria en <Mi/ton>, en: por la densidad
segú n el poeta, «vallas de piedra co ntra W. 8/ake, Mi/ton, Londres, 1979 (Ad<in), imp i·
el mar o ndeante». (Biake, Mi lton, 1804). diendo así al hom·
Blake, que pref irió seguir a Jaco b Boehme, bre, seg ém Blake,
int ent ó desarrollar una ópt ica d e lo ver las cosas como
visio nario . son, eternas e
inf initas.

El astrónomo y matemático John Dee


W. 8/akc, M ilton,
(1527-1608) utilizó el huevo como glifo
1804- 180 8
para el cielo etéreo, pues la ó rbit a de los
p lanet as inscritos en él d escribe una
elipse. (Co pérnico hablab a aún de ó rbit as
circulares .)

Paracelso p iensa q ue «el cielo es parecid o


a una cáscara que separa la t ierra del cielo
d ond e mora Dios, lo mismo que la cáscara
del huevo>>. «La yema co rresponde a la
esfera inferior, la clara a la sup<>rio r; la
yema es la t ierra y el agua; la clara, el aire
y el fuego>>. (Paragranum, 1530)

John Dee, M onas Hieroglyphica, Amberes,


1564

10 6 E L M ACROCOSMOS: El ojo EL MACROCOSMOS : El huevo cósmico 107


El huevo
El huevo
cósmico
cósmico

Una visión del


cosmos de Hilde-
gard von Bingcn
(10g8- 1179)

'(<Entonces vi una
formación gigan-
tesca, redonda e
imp recisa. Hacia
arriba se hacía
más fina. como un
huevo ( ...). Su capa
exterior parecía
tener un fuego lu-
minoso (empyreum).
La membrana
que tenía debajo
era sombría. En
el fuego claro
flot aba una bola
de fuego rojiza y
chispeant e (el
sol)» . Bajo la som -
b ría membrana,
ella ve la zona del
éter con la luna y
las estrellas, y de-
baj o de ellas, una
zona evanescente
que ella llama
<<membrana
b lanca, o • las
aguas superiores>>.

Hildegard von
Bingen, Scivias
(Códice de Ruperrs-
berger), s. XII
El nacimiento del mundo elemental ent re (d os tomos, Amsterdam, 1665, 1678) de
las regiones luminosas del cielo y el caos Kírcher. Dichas ilustraciones muestran un
de los infiernos. Joh ann J. Becher fuego central subterráneo comunicado
(1635- 1682) describe así las comb inacio- directamente con los volcanes y las aguas
nes de los element os: la t ierra condensa subterráneas q ue engrosan los mares su ·
y atrae, el agua ab re y p urifica, el aire perfíciales.
licúa y seca, el fuego separa y co nsuma».
J.J. Becher, Opuscula chymica, Núremberg,
El g rabado en co bre está inspirado en las 1719
ilustraciones de <Mundus subterreaneus>

E L M ACROCOSMOS: El huev o cósmico 109


108 E L M ACROCOSMO S : El huevo cósmico
Génesis Génesis
en la retorta en la retort a

<<Se eleva desde la tierra a los cielos/ dice Hermes Trismegisto en su <La creación del
mundO>
Tabla de esmeralda: con tales palabras explica de la forma más bella/
así como que/ el recipiente alquímico tiene que ser ordenado y dis- El Bosco, paneles
exteriores del
puesto_ Pues nosotros vemos/ o constatamos/ que el cielo entero/ .Jardín de las
y los elementos tienen la forma adorable de un ser esférico/ en cuyo deliciaS»,
hacia1510
centro o en su esencia el calor del fuego subterráneo es eminente-
mente fuerte y poderoso/ y que eleva a los aires la más sutil materia
de los elementos/ elevándose a si misma de la misma manera.»
(Conrad Horlacher, Kern und Stern [Núcleo y astro], Francfort, 1707)
<<Esto se produce en el hornillo de at anor de los filósofos/ y se
encierra en una prisión permanente y perpetua/ de forma totalmente
transparente/ clara y límpida como el cristal y redonda como la
esfera celeste.( ... ) Pero este tu cielo ti ene que ser preservado por
tres baluartes y muros (hornillo de atanor triple)/ de forma que no
tenga más que una entrada/ muy bien vigilada: pues la ciudad celeste
será siti ada por los enemigos terrestres.» (Anónimo, Nodus Sophicus
Enodatus, 1639)
«Es menester que la vasija tenga forma redonda, para que el
artista pueda transformar el firmamento y el cráneO.>> (Theatrum
chemicum, 1622)
<<La preparación de la piedra (filosofal) se hace según el modelo
de la creación del mundo, pues son precisos su caos y su materia
primera, en la que los elementos se mezclan y oscilan de un lado al
otro hasta que el espíritu ígneo los separe. Una vez ocurrido eso, lo
que es sutil será llevado a lo alto, y lo que es grosero se precipitará
al fondO. >> (J. d'Espagnet, La obra hermética [Das Geheime Werk],
Núremberg, 1730)

11 2 EL OPUS MACNUM: Génesis en la retorta EL OPUS MACNUM: Genesis en la retorta 113


Génesis Génesis
en la retorta en la retorta

La serie de figuras a continuación está·tomada de los <Eiementa 1) El emblema del


lapis sobre la luna
chemicae; de J.C Barchusen, profesor de química en Leiden. Las hizo en creciente.
grabar a partir de un viejo manuscrito «para solaz particular de los Hay que someter
dos veces el oro
adeptos de la alquimia». Barchusen pensaba que estos grabados ordinario (el león)
ilustraban la fabricación de la piedra filosofal mejor que todo lo que al proceso de puri·
ficación por el anti·
habia visto hasta entonces, no solamente por hacerlo de forma más
monio(ellobo),
ordenada, sino también porque describía mejor sus atributos. para librarlo de
sus impure~as.
Para alcanzar ellapis, el alquimista tenía que elegir uno de dos
El dragón es el
caminos: uno corto y «seco», en el que tenía lugar la disolución de mercurio filosofal
(Mercurio).
la materia bajo el efecto del calor exterior y con la contribución de un
«fuego interior», y otro camino, mucho más largo, que sólo llegaba a 2) El alquim ista
su fin mediante numerosas destilaciones. Es este último camino el procurándose la
ayuda divina antes
que se ilustra aquí. de poner manos a
El papel principal lo desempeña Mercurio, el mercurio filosofal; la obra.

pero no se trata del metal de ese nombre, sino de una substancia 3} El caos
misteriosa de origen desconocido.
4) El escudo del
De esta substancia se extrae el espíritu mat erial, el legendario lapis
azogue, que en calidad de agente del opus, emprende el vuelo en
S) Los cuatro
forma de paloma. Al igual que las palomas soltadas por Noé para elementos
saber si se habían retirado las aguas, su vuelo no cesa hasta la
J.C. Barchusen,
obtención definitiva dellapis. Elementa chemicae,
En esta serie de ilustraciones y en otras semejantes, la paloma Leiden, 1718
emprende el vuelo y se posa veintisiete veces, correspondiendo
al vuelo de las veintisiete alondras en el mito de William Blake, por-
tadoras de las ideas convencionales. No es sino el vigesimoséptimo
vuelo el que trae la iluminación y la irrupción del pensamiento a
partir de los estrechos limites del recipiente. Se aniquila cuando se
ha consumado ellapis.
Los comentarios que acompañan a las ilustraciones se refieren
a las explicaciones que da el propio Barchusen.
Él mismo confiesa no haber sido jamás testigo de una transmuta-
ción, y no cesa de insistir en que todo lo que dice no es más que pura
especulación.

114 EL OPUS MACNUM: Génesis en la retorta EL OPUS MACNUM: Génesis en la retorta 115
Génesis Génesis
en la retorta en la retorta

6) las dos gamuzas 1 o) El contacto


representan el de la luna y el sol
espíritu y el alma, confiere a Mercu-
que se unen el rio la propiedad de
mercurio filosofal. ·fecundar la tierra.

7) l os seis planetas 11) Es menester qut-


encarnan los meta- el azufre y el mer-
les emparentados curio se despren-
con Mercurio, dan mediante el
aquí en forma de fuego de la materia
paja ro . El cofre. que los contiene.
cerrado significa
que el camino al 12) La purificación
mercurio super- del mercu rio
ficial está oculto. filosofal por la
sublimación.
8) Los círculos
interiores repre- 13) El mercurio
sentan los cuatro filosofal combi-
elementos de los nado una vez más
que se compone la con el azufre, para
substancia básica dar lugar a un
de los siete meta- fluido homogéneo.
les (las estrellas
fijas). J.C. Barchusen,
Elcmenta chemicac,
g) El azufre (sol) y Leiden, 1718
el mercurio (luna)
corresponden a los
principios mascu-
lino y femenino.

J. C. Barchusen,
Elementa chemicae,
Leiden, 1718

116 EL OPUS MACNUM: Génesis en la retorta EL OPUS M.ACNUM: Génesis en la retorta 117
Génesis Génesis
en la retorta en la retorta

14) El oro (león) es 18) El mercurio


purificado por su filosofal se com·
incorporación al pone d e elementos
antimonio ( lobo) . volátiles salidos
del mercurio
15) Y la transmuta· (Azog ue} y de
ción se opera por element os sólidos
la disolu ció11 e n el derivados del
azufre filosofa l. azufre (latona). El
pájaro representa
16) Hornillo de el espi ritu mercu-
atanor rial que alienta la
obra .
17) la retorta en la
que el azuf re se 19}-21) la corrup·
combina con el ción (putrefactio),
mercurio. estado en el que
los cuatro elemen·
J. C. Barchuscn, tos se disocian y el
Elemenra chemicae. alma abandona el
Leiden, 1718 cuerpo . El pájaro
volando hacia el
suelo indica que el
residuo corporal
debe ser repetida·
mente rociado con
el producto de la
destilación.

J. C. Barchusen,
Elementa chemicae,
Leiden. 1718

118 EL OPUS MACNUM: Génesis en la retorta EL OPUS MACNUM: Génesis en la retorta 119
Génesis Génesis
en la retorta en la retorta

26)- 27) l a materia


22)-23) Lo negro
de la putrefacción negra (sapo) se
(nigredo) se puri- hace blanca
cuando se rocía
f ica con el azogue,
espíritu viviente con azogue (pa·
ext ra ido del loma); un f uerte
calor le obliga a
mercurio.
segregar todos
los elementos
2 4)-25) La putre-
facción (nigredo) húmedos .
abre el cami no a la
u nió n (conjunctio) 28)- 29) los
y a la fecundación . elementos se
reesuucturan
Es la clave de la
transmutación. La bajo el efecto
estrella indica que del calor.
la materia se re-
J. C. Barchusen,
pliega en si misma,
portando en su Elemenra chemicae,
seno el germen de Leiden, 1718
los siete metales.

J. C. Barchusen,
Elcmenta chemicae,
Leiden, 1718

120 EL OPUS MAGNUM: Génesis en la retorta E L OPUS MAGNUM: Génesis en la r etorta 121
Génesis Génesis
en la retorta en la retorta

30}-33) La extrac- 34)- 36) Ellapis


ción repetida de la adquiere su natura -
esencia mercurial leza ígnea en la
mediante la desti- sépt ima d~tila­
lación y su precipi- ción.
tación en forma
de rocio provocan 37) La aparición
la reestructuración de Apolo y Luna
de los elementos anuncia que es
en el matraz. inminente la trans-
mutación de la
J_ e Barchusen, piedra.
Elementa chemicac.
Leiden, 1718 J. e Barchusen,
Elemenra chemicae,
Leiden, 1718

122 EL OPUS MACNUM : Génesis en la retorta :LOPUS MACNUM: Génesis en la retorta 123
Génesis Génesis
en la retorta
en la retorta

42)-45) En la
38)-41) El e le-
décima destilaci ón
mento húmedo se
y su consiguiente
eleva. seg uido del
humectación se
aire. en la nove na
produce un des·
destilación del
doblamicmto de los
mercurio fi losofal.
elementos.
J. C. Barchusen,
La naturaleza ígnC!a
Elemenra chemicae,
dellapis se depo-
Leiden, 1718
sita en el fondo del
matraz. Así el agua
se evapora, dando
lugar a la forma·
ción de nubes.

J. C. Barchusen,
Elementa chemicac,
Leiden, 1718

EL OPUS MACNUM: Génesis en la retorta 125


124 EL OPUS MACNUM: Génesis en la retorta
Génesis Génesis
en la retorta en la retorta

46) La ultima su bli· 50)-53) Cuanto


mación dellapis, más transparente
representado aquí y sutil es ellapis,
como un pelícano, cuanta más consis-
pájaro que con su tencia tiene. mayor
propia sangre es su f uerza de
(tintura) vuelve a penetración, más
la vida a sus níjos vivos son s us colo·
muertos (los meta· res. Para íntensífí·
les vulgares). car esas cualída·
des, se producen
47) la fijación defi· otras sublimado·
nitiva (fixatio) del nes: ella pis será
lapis, en forma de fecundado por el
fénix que emerge mercurio filosofal
de las een izas.. (la serpiente) tan·
tas veces como sea
48)- 49) Los ele· necesario, «hasta
mentos han sido que la serpiente se
reunidos, y el opus devore la cola» y se
consumado. produzca la disolu·
ción de la pied ra.
J. C. Barchusen,
Elementa chemicae, J. C. Barchusen,
Leiden, 1718 Elementa chemicae,
Leiden, 1718

126 EL OPUS MACNUM: Génesis en la retorta EL OPUS MACNUM: Génesis en la retorta 127
Génesis Génesis
en la retorta e n la retorta

la disolución del Se vierte nueva·


la pis (54 ) y las re- mente el Az09ue
petidas dest ilacio- y se aumenta la
nes o subli mado· temp eratura
nes (55) con las (58-60), pues el
hu midificacio nes alma tiene que
consiguientes transpirar hasta la
(56) produ ce n su e vaporación (61).
solidificación (57).
J. C. Barchusen,
J.C. Barchuscn, Elementa chemicae,
Elemenra chemicae, Leiden, 1718
Leiden, 1718

128 EL OPus MACNUM: Genesis en la retorta EL OPUS MACNUM: Génesis en la retorta 129
Génesis Génesis
en la retorta en la retorta

62)- 65) Ella pis 66)-69) Se humidi-


necesita una fica nuevamente
cocción viva e la masa, ya que
inta nsa. cuanto más se
destile, mayor
J. C. Barchusen, será la fuerza de
Elementa chemicae, penetración y
Leiden, 1718 de tinción de la
piedra.

J. C. Barchusen,
Elementa chemicae,
Leiden, 1718

130 EL OPUS MAGNUM: Génesis en la retorta E L OPUS MAGNUM: Génesis en la retorta 131
Génesis Génesis
en la retorta en la retorta

70)-74) El suplicio 75)- 78) «Después


de un largo marti-
del fuego. que
rio y no menos su-
dura varios dias,
produce la madura- frimientos. heme
aquí resucitado~
ción de In picdr~.
puro y sin tacha».
que se encamina
asi hacia su perfec-
Alma y espíritu
ción y su rcsurrec·
ción . han penetrado el
cuerpo de parte a
parte, el Padre y
el Hijo son Uno,
la caducidad y
J. C. Barchusen.
la muerte ya no
El~menta chemicae,
tienen poder.
Leiden, 1718
J. C. Barchusen.
Elementa chcmicae,
Leiden, 1718

132 EL OPUS MACNUM: Génesis en la retorta EL OPUS MACNUM: Génesis en la retorta 133
Génesis Génesis
en la retorta en la retorta

La hoz que Saturno


Estas magníficas ilustraciones de siete matraces de cristal cerrados (arriba) tiene en la
«herméticamente» provienen del tratado «Splendor so lis» (El esplen- mano representa el
aspecto restrictivo
dor del sol) de Salomón Trismosin, alquimista alemán del siglo XV
de la vida. Es la
cuya existencia no ha podido ser demostrada. puerta de la
muerte (a la iz-
En el «Aureum vellus» {Rorschach, 1598), narra sus viajes a países
quierda), por la
lejanos, en los que descubre <<Obras de cábala y de magia» y el que de>be pasar la
<<tesoro de los egipcios», que no es otro que las <<tres extraordinarias materia bruta (tie·
rra, a la derecha) .
tinturas de los grandes reyes paganos>>. Pero el hecho de
El camino que describe en el «Splendor solis>> para llegar a la que él, que simbo-
liza el principio
obtención de la piedra filosofal es tan poco original como el relato de sólido. tenga en la
su vida. Se trata de una de las numerosas compilaciones que se ofre- mano el caduceo
de su adversario,
cían entonces a la venta, y que bebían en un repertorio limitado de el volátil Mercurio,
leyendas, máximas y doctrinas alquimistas. Goethe hablaba en este indica que las opo·
siciones cooperan
contexto de un monótono sonar de campanas, que incita más a la mutuamente de
locura que a la reflexión. forma misteriosa.

Pero lo que ha dado celebridad a este tratado son las ilustracio- Mercurio atiza el
nes. de las que existen varias versiones. La más antigua, datada fuego en el matraz
en el que se en·
en 1535, proviene del taller de iluminación de libros de Nikolaus cuentra el dragón
Glockendon, en Núremberg. de la materia
prima. dándole
Los matraces que se ven en las páginas siguientes se refieren
alas que evocan la
vagamente a los pasajes de la obra de Trismosin referentes al reino vaporización. La
sangre de la que
del fuego en el opus, que se orientan por el curso del sol a lo largo
se nutre el dragón
del zodíaco. <<Si el sol atraviesa Aries, marca el primer grado» {calor es el espíritu uní·
versal, el alma de
débil); si pasa por el signo de Leo, la temperatura asciende al cénit,
todas las cosas.
y en Sagitario se hace moderada.
Las ilustraciones combinan las siete fases del opus con los S. Trismosin,
Sp/endor solis,
motivos astrológicos, y éstos a su vez con las representaciones de Londres, s. XVI
los soberanos de los planetas y los hijos de aquéllos.
Se creía entonces que la vida terrestre era el reflejo o la sombra
del orden celeste. No había destino, rango ni oficio que no estuviera
sometido a la influencia de un determinado regente planetario.
En la escuela de Dure ro se trabajaba en la elaboración de reglas a las
que estaba sometido el canon medieval de los hijos de los planetas.

Nuestro dragón está muNto; con sangre se le hace revivir.

134 EL OPUS MACNUM: Génesis en la retorta EL OPUS MACNUM: Génesis en la retorta 135
Génesis Génesis
en la retorta en la retorta

Después de la La materia ha sido


privación satur· sublimada tres
nina, viene la a bun- veces y se halla e n
dancia y el opti· estado gaseoso,
mismo de Júpiter. como lo mucstr~ el
Sus hijos ocupan número de cabe zas
un alto ra ngo en la del pájaro. Ma rte.
jerarqu ía social. el d ios d e la gue-
Bajo sus aus picios rra, interviene. Sus
se produce la fase atributos, la es -
del crecimiento pada y las lanzas d e
(multiplicatio) e n los guerreros, sim-
el opus. La lucha bolizan el fuego,
de los pájaros, ahora atizado para
que porta n los tres reg enerar el elixir,
co lores del o pus, condensand o la
indica que la masa materia y sepa·
en ebullició n rando lo puro de
con t e n id a e n e l lo impuro.
matraz pasa por un
estado t ransitorio. S. Trismosin,
Splendor so lis,
S. Trismosin~ Londres, s. XVI
Splendor solis,
Londres, s. XVI

Los cuerpos disueltos se reintegran al es píritu verdade ro.

136 EL OPUS MA«NUM: Gé nesis e n la re t orta EL OPUS MACNUM: Génesis en la retorta 137
Génesis Génesis
en la retorta en la retorta

El sol reina en el La aparición de


signo de Leo, al Venus en el firma-
que, según la ins- mento anuncia los
cripción que acom- placeres de los
paña a este gra- sentidos; un prodi-
bado, le será dada gioso juego de co-
a comer la materia. lores, que Basilius
Las alas verdes Valentius llama
del monstruo en cola de pavo.
la versión original Semejante al arco
de Glockcndon iris, la cola de pavo
corroboran la tesis anuncia, según
de Hartlaub (C.F. este autor~ • la in-
Hartlaub, Signa minente transición
Hermetis, en de lo húm edo a
«Zeitschrift des lo seco». (Philoso-
D<>utsche n Vereins phischer Haupt-
f ür KunstwissQn ~ sch lüssel) [Clave
schaft>> [Revista de f ilosófica mayor] ,
la Asociación ale- Leipzig, 1718
mana de historia
del arte) , Berlín 4, S. Trismosin,
1937), según la Splendor solis,
cual se trataría d e Londres, s. XVI
una evocación del
sulfato de hierro,
producto extrema-
damente cáustico
conocido como
caparrosa, vitriolo
o uleón.. verde. El
sol se encuentra
en la fase del opus
llamada •diges-
t ión».

S. Trismosin,
Sp/endor so/is,
Londres, s. XVI

Dad a nuestro dragón viviente el león feroz, para que lo devore. La consumación está próxima.

138 EL OPUS MAGNUM: Génesis en la retorta EL OPUS MAGNUM: Génesis en la retorta 139
Génesis Génesis
en la retorta e n la ret orta

El carro de M ercu· Luna, que reina


rio va tirado por sobre lo húmedo,
dos gallos. El canto d a a luz al rey in·
del ga llo an uncia la maculado, con su
aurora . Tambi6n la túnica de púrpura,
virgen sin tacha, la tintura roja que
que encarna la fase cura todos los m a·
d e albor(albedo), l ~s. · Aquí cesa la
p roclama la buena pena d el ob rero>>.
nueva. Aunque se Se ha alcanzado un
encuentra bajo e l estado que anula
dominio de la no- los avat ares del
che y de la luna, tiempo. Los demo·
lleva en su seno al nes de las esferas
hijo del sol. Lama· planetarias ya no
teria, dice Pernety tienen poder.
en su •Dictionnaire
mytho -herméti · S. Trismosin,
que> (1758), ha Splendor solis,
alcanzado ta l grado Londres, s. XVI
de solid ificación,
qu~ el fuego nada
puede sobre ella.

5. Trismos;n~
Splendor solis,
Londres, s. XVI

El hij o ha nacido, es más grande que yo. La muerte est á abolid a y nuestro hij o reina con la obra de roj o.

140 EL OPUS MACNUM: Génesis en la r etorta E L O PUS MACNUM: Gén esis e n l a r etorta 1 41
La purificación La purificación

A es la chimenea Esquema del cos-


para que salga el mos en forma de
humo y e la cá- horno, según el
mara de combus- célebre poema
tión del horno. La alquímico de
parte B está divi - Thomas Norton
dida en una zona •Ordinal of Al ·
superior, donde se chemy> (1477) en:
hace la destila- <Theatrum Chemi-
ción, y en otra in- cum Britannicum),
ferior que sirve de una antología de
• balnea•, de baño Elias Ashmole
Maria para los ma- (Londres, 1652)
traces. Hay ade-
más una marmit<:a El fuego repre -
de hierro para ca l- senta los infier-
cinar los metales. nos; el abismo, el
Des el zócalo o caos. El mal es el
base inferior. desecho, la ceniza.

O.J. Faber, Die he//- Thomas Norton,


scheinende Sonne, Tractatus cl¡ymicus,
(El sol resplande- Francfort, 1616
ciente), Núrem -
berg, 1705

142 EL OPUS MAGNUM: la purificación ELOPUSMAGNUM: la purificación 143


La purificación La purificación

• Has de saber, hijo mío, que ha cambiado El rey Duenech


el curso de la natural<!za, de modo que( ... ) (nombre críptico
podrás ver, sin inquietarte demasiado. del vitriolo verde
evadirse los espíritus( ... ) en el aire; se con- de los alquimistas,
dcns&~rán en forma de bestias mon~truos0l5 la materia en
o de hombres que vuelan de un lado para bruto) en un «bal·
el otro, como las nubes• (R. Llull, Com- neum», recipiente
pendium en Bibliotheca chemica curiosa, calentado como
tomo 1, Ginebra, 1702) un homo en el que
toma un «baño
• Los filósofos han llamado evapores• a de vapor- para
este •espíritu• y esta calma • ( ...)y al igual librarse de la
que lo húmedo y lo seco están en el hom- «bilis negra•. de la
bre. nuestra obra no es otra cosa que •basura saturnal•.
vapor y agua.• (Turba Philosophorum. El proceso dura
trad. Jul ius Ruska, Berlín, 1931) «h asta que se cuar·
tea la piel y toma
un color rojizo».

Michael Maier,
Atalanta fugiens,
Oppenheim, 1618

Arribil: Aurora
cottSurgens,
comienzos del
s.XVI

«Tomar un baño de vapor con Satumo»,


equivalía a decir que el paso por este
mundo, vall e de lágrimas, era un proceso
de purificación que conducía a la supera-
ción, po r parto de la naturaleza humana,
Stolcius von dol ·hombre viejo•.
Stolccnbcrg,
Viridarium Wil/íam Blake, Deilth Door, en: Cates of
chymicum, Paradise (Lil puerta de la muerte en: Las
Fr.Jncfort, 1624 puertas del paraíso), 1793

144 EL OPUS MACNUM : l a purificación llL OPUS MACNUM: la purificación 145


La purif icación La purificación

«Como en un
horno el fue<Jo
calienta la materia
y extrae lo mejor
de ella, el espíritu,
la vida( ..•) lo eleva
a las alturas, hasta
la parte más alta
d el yelmo; allí
se adhiere y fin al·
mente vuelve a
d escender( ..•), así
hará también Dios
el día del Juicio
Fi nal, separará los
justos de los peca-
dores por medio
del fuego. Los
cristianos y los
justos volarán al
cielo y permanece-
rán allí eterna·
mente; los imp íos
y malvados, serán
el cald o de cu ltivo
y el fermento del
infierno.•
(Martín Lutero.
Tischreden)

Theatrum Chemi-
cum Britannicum,
Londres, 1652

W. 8/ake,
L3stludgement
(El Juicio Final),
1808

•Cuando la imaginación, las artes y las «Si el observador con la ayuda de la imagi-
ciencias y todos los dones del Espíritu nación pudiera penetrar en todos estos
Santo se consideran vanos y a los hombres detalles, acercándose a ellos con el carro
sólo les queda compet ir entre ellos, enton- de fuego del extremo recogimiento( ... ),
ces comenzará el Juicio Fi nal.• Así intro· se levantaría de su tumba y encontraría al
d uce Blake su exhaustivo comentario a la Salvador en los aires, y conocería la fel ici·
lluGtración del mismo nomb re, en la que d ad.,. (Willi am Blake, A V1sion of the Last
<1cGcribe los caracteres que la pueblan. Judgcmcnt, 1810)

EL OPUS MACNUM: la p uñficación


CL OPUS MAGNUM : La p uñficación 147
La caída La caída
de Adán de Adán

El Padre, airado
La revu elta celeste del soberbio Lucifer, su posterior expulsión a los
porta caída; mien -
tras los ángeles abismos sombríos y la ca ida de Adán que entraña, forman el punto
d<!l mal son arroja- de partida de la filosofía hermética. El caos «primaterial» de los ele-
dos del paraíso, el
Salvador conduce mentos nace de esta doble catástrofe cósmica, material inicial de la
suavemente a obra. Al artista se le presenta la tarea sobrehumana de devolver este
nuestros primeros
padres fuera del ••siniestro terrón», mediante la sublimación perfecta, a su estado
Edén, pasando por original y paradisíaco: <<Es evidente que la t ierra que Dios creó en sus
la comitiva de án-
geles g uardianes comienzos era perfecta y sin tacha, equiparable a la naturaleza y a la
sollozantes. Satán virtud de la piedra f ilosofal ( ... }. Cuando el hombre cayó, Dios montó
despi.,rta ahora al
pecado, la muerte
en cólera y maldij o la tierra roja (Adán viene del hebreo adamah,
y el infierno, para que quiere decir <tierra roja>. Se veía ahí una alusión al color rojo
festejar con e llos
el nacimiento de la
del lapis}, destruyó sus proporciones naturales, transformó la homo-
guerra y la miseria. geneidad en heterogeneidad y, por trastoca miento de los elemen-
Mientras tanto,
el león avizora el
tos, confi rió a la materia esa grosera confusión que le es propia y
buey, el tig re el cu ya consecuencia son la corrupción y la muerte.>> (Julius Sperber, en:
caball o, buitre y
Deutsches Theatrum Chemicum 11, Núremberg, 1730}.
ág uila se disputan
el cordero.» Según Jacob Boehme, la soberbi a de Lucifer suscit ó en Dios el
(Inscripción al
fueg o de la ira en la naturaleza exterior, y «el inf inito amor que se
reverso del
grabado, 1807) manifestaba en la chispa de la vida, pasó a ser( ... } el aguijón de la
muerte; del barro hizo el duro trabajo de la piedra, una morada de
W. 8/ake,
The F~/1 of Man miseria». (Boehme, Aurora)
(La caída del La caíd a de Adán t rajo consigo que el hombre fuera arrancado
hombre}, 1807
de la unidad original interior y arrojado al mundo exterior de los con-
trarios. Según las enseñanzas cabalísticas, esgrimidas por Paracelso y
Boehme, el Adán prim itivo era andrógino, «hombre y mujer al mismo
tiempo( ... } de raza pura. Podía parir virginalmente a voluntad, su
cuerpo podía atravesar árboles y piedras. Hubiera podido encontrar
el sublime lapis philosophorum más fácilmente que una simple
piedra». (Boehme, Vom dreyfachen Leben [De la t riple vida]}
El aspecto femenino, inherente a la esencia de Adán antes de
que se le retirara de él en el sueño, era su ce leste esposa Sophia
(Sabiduría}. Blake la llama «emanación» (irradiación energética y
es pi ritual}.
Una vez que Adán, en su caída, «Se imagina>> estar en el mundo
exterior y tru eca su cuerpo astral de luz por la •<larva>> carna l, su

EL OPUS MACNUM: La caída de Adán EL O PUS MACNUM : la caída de Adán


La caída La caída
de Adán de Adán

Impulsado por su
compañera y matriz le abandona. Desde entonces lleva una existen- sobe rbia, Lucifer
cia sombría e irreal, es un espectro (en su aspecto masculino). se eleva en los
aires, pero Miguel
El alto grado de abstracción del edificio ideológico de Jacob y Uriello arrojan
Boehme y su lenguaje visionario inspiraron a Dionysos A. Freher, al fuego (4) del
abismo.
teósofo de Núremberg domiciliado en Londres, una serie de ilustra-
ciones que Blake se atreve a comparar con las composiciones de Los siete númt>ros
representados
Miguel Angel. Los emblemas representados aquí, que ilustran la aquí son los siete
caída de Lucifer y la de Ad án, forman parte de los «Hieroglyphica espíritus-fuentes
de Dios. Según
sacra (or Divine Emblems)» que se encuentran en el apéndice a los
Jacob Boehme,
cuatro tomos de la edici ón inglesa de Boehme, editados en 1764 encaman las siete
por William Law. cualidades de cada
cosa y los siet e
age ntes activos
en todo proceso
natural. Freher
muestra su divi·
sión, al estilo de
una célula, en una
zona sombría de
ira y en otra zona
La situa ción de amor luminoso.
ini cial muestra la El cuarto espíritu,
residencia de la el fuego, es el
Santísima Tri nidad punto álgido y
rodeada del fuego axial de esta d ivi-
de las legiones sión.
celestes. Dichas
leg iones están
subdivididas e n
jerarquías; e l ar·
cá ngel San Miguel
(M) y el arcángel
Uriel (U), tie ne n
allí su luga r. La
t e rcera, arriba.
está vacia: su
poseedor, el rcp re·
se nta nte de Jesu·
cristo, es culpable
de alta traición.

EL OIÍus MACNUM: La caída de Adán 151


150 EL OPUS MACNUM : La ca ida de Adán
La caída La caída
de Adán de Adán

cEI que pisa la ser-


El signo de la
reintegración O,
piente• se entro·
niza en ia tercera
conocido en la In-
j erarquía, vacante
d ia bajo el nombre
después de la
d e shri yant ra,
caída de Adán . Él,
simboliza la C01l1·
que encarna el
pleta compenetra-
poder curativo de
ció n d e los sexos.
1(1 serpiente de
Para los discipulos
Moisés, la autén·
de Boehme, era
tica tintura, ha
«el símbolo de
desposeído d e su
Cri sto», que. como
pod er a la astut a
segundo Adán, le
serpient e: las
restituye a éste
puertas del Paraí-
su androginidad
coriginal•.
so están nueva·
m ente abiertas,
y, según el grado
«Por eso Cristo se
de perfección al ·
hizo hombre en e l
canzado en esta
elemento femc·
vida, las almas que
ni no y reconduce
llegan allí encuen·
el c remento m as-
tran obstáculos
culino a la matriz
más o menos 9 ran-
sacra». (Boehmc,
des ~n su travesía.
Mysterium mag -
num)
En el centro se
eleva, como un
Esta cualidad le
rayo d e ilumina-
permitía descen-
ción, el resplan·
der a los infiernos,
dor, el •schrack»
romper las puer·
salnitrico, la se·
tas, vencer la
creta sa l ígnea de
muerte, ascender
los alquimist as
a las alturas y
cumplir la profe·
da : «El que ab re
brecha. subirá
d elante de ellos.»
(Miqucas 2, 13)

152 EL OPUS MACNUM: La caída d e Adán EL OPUS MACNUM: La caída de Adán 153
La caída La caída
de Adán de Adán

Con su rebelión, Ad án, creado en


lucifer había lle- estado de pureza
vado su nueva resi - y perfección, se
dencia a un caos encuentra en la
tal, que Díos hizo intersección del
de ella el mundo mundo divino de
vísíble en seís d ías. los ángeles con el
Pero este mundo, mundo sombrío
por su estado p ro- del fuego. Tres en-
visorio y limitado t idades lo preten-
en el tiempo, tiene den: 1) Sophia (S),
pocos atractivos que se encuentra
para l ucifer, que sobre él, su com-
lo abandona. Fue pañera de juven-
entonces creado tud; 2) Satán (S),
Adán como nuevo que está debajo de
ministro_. como él, Y3) el Espíritu
«compendio de de este mundo, re-
todo el universo». presentado aquí
Los siete espíritus por las influencias
se manifiestan siderales. Para
como siete poten- obligarlo a toma r
cias planetarias# una decisión, es
que forman •la objeto detenta-
rueda del miedo ción ante el árbol
de la naturaleza del bíen y del mal.
exteriorn.
las dos S, Sophia
y Satán, son las
dos serpientes
opuestas del cadu-
ceo de M ercurio,
extremos que hay
que int<!grar.

154 EL OPUS MACNUM: La caída de Adán EL OPUS MACNUM: La caída de Adán 155
La caída La caída
de Adán de Adán

«El pobre Adán ha Jesús, que es el


caído finalmente, nombre dado a
ha perdido todo la gracia. lo ha re-
lo que era bueno confortado de tal
y deseable. Yace manera, que se
como muerto en puedetener<ln
la tierra, en los pie, la base de un
limites extremos triáng ulo de fuego
del Espíritu de t:, (su alma). Sobre
esto mundo.» So· él, el símbolo del
phia lo ha abando· Salvador, sobre
nado, ya que él la base de un 'V
le ha sido infiel . triángulo acuoso.
•Está totalmente Cuando estos dos
desolado y más triángulos se su·
parece estar bajo perponen dando
tierra que domi· lugar a la*· que
narla. Todas las es •el símbolo ma·
estrellas ejercen yor de todo el uni-
su influencia sobre verso», a-ntonces
él ». Así ora su es· se consuma la obra
t<ldo después de la de la reencarna·
in fracción, antes ción y la reintegra-
de percibir la pa l;~­ ción con Sophia.
bra de la gracia di·
vina: •la simiente
de la mujer pisará
la cabeza de la
serpieme».

156 EL OPUS MAGNUM: la caída de Adán EL OPUS MAGNUM: la caída de Adán 157
El caos El caos

Ilustración tomada El caos compuesto


del «Libro de de calor, hume-
Urizen•. represen- dad, frío helado,
tando el sombrío oscuridad y
escenario de sequedad.
la creación del
mundo: los ele· • Externamente es
mentos femeninos el En-Soph judio,
se separan a partir amalgamado con
de la cabeza del la noche de Orfeo:
demiurgo como ¡Oh noche, negra
si se tratara de una nodriza de C'Stre·e
placenta. • Bajo llas de oro! De
dolores punzan- estas tinieblas han
tes, la vida se pre- salido t odas las
cipita hacia el cosas del mundo,
abismo como una su f uente y su
catarata( ...). El matriz.• (Thomas
hondo vacío ag lu· Vaughan, alias
tina la linfa en los lreneo Philalethes,
nervios( ... ), que- Magia ad amica,
d ando al final un Londres, 1650)
t rombo red ondo
d e sang re que «Como no tiene
pende en el nombre, se le
abismo( ...) y que llama hylé, mate·
se ramifica en ria, caos, posib ili-
raíces, fibras de d ad o suscept ibili·
sangre, de leche y dad de ser, o lo
de lág rimas( ...).• que sirve de fun·
damemo de algo,
W. 8/alce, The Book u otra.s muchas
of Urizen (El libro· cosas( ...)•.
de Urizen), Lam- (Nicoliis de Cusa,
beth, 1794 Compendium, ed.
Hamburgo, 1970)

Coenders van
Helpen, Escalier
des sages, 1689

158 EL OPUS M ACN UM: El caos (L OPUS MACNUM: El caos 159


El caos El caos

Tras la caída del


hombre, la muerte
y el pecado, centi-
nelas del infierno
escoltan al tenta-
dor hasta la t ierra.
• abriendo para él
un ancho camino
( ...)a través de los
tenebrosos abis-
mos ( ...)• (John
Milt on, Paradíse
Lost. 1667/74)

John Martín,
Al borde del caos,
1825

El cosmos dei • Paraiso perdido•:

El • mund o nuevo» creado por Dios pende


Después de la caída. Satán se <:>ncu(>ntra que Satán debe examinar a fond o la como una esfera cerrada en si misma sobre
con una le9ión de án9eles caídos. en un especie de que ha sido creado un nuevo el mundo de tini(>bl<ls, en el que reinan
la9o í9neo en l~s profundidades d el caos. mundo con una nueva generación da • el caos y la anti9ua noche». En la zona
Poco después, se levanta allí un palacio criaturas. más baja, custodiada por una gran puerta,
formidable y suntuoso se9ún el modelo se encuentra el infierno. Un espacioso
del Panteón 9rie90, el Pandemonio. En John Martín, Los ángeles caídos entrando en camino a través del caos conduce desde el
un extraordinario contubernio, se decide el Pandemonio», s. XIX infierno al mundo nuevo, como una escala
de Jacob negativa.

Homer B. Sprague, La cosrnogrqfia de


Mi/con, Boscon, 1889

160 E L OPUS M ACNUM: El caos EL OPUS MACNUM: El caos 1 61


El caos El caos

Durante un viaje de c~tudios a Sicilia, en cendió, colgado de una soga, por el inte- •Me imagino la tierra con su aura vaporosa éste por un sistema arterial de canales de
1638, el P. Kircher presenció una catastró- rior del cráter hasta una gran roca, desde como la eterna aspiración y espiración de lava subterráneos, un sistema en el que el
fica erupción volcánica. En el viaje de donde podia ver toda la fragua subterrá- un magno ser viviente» (Goethe, cConver· agua del ma r llega a las montañas a través
vuelta, pasando por Nápoles. hizo que lo nea( ... ). Este imponente espectáculo le sociones con Eckennann• [Gesprache mit de grandes depósitos subterráneos, para
llevaran al cráter del Vesubio para compro- confirmó la opinión de que el interior de Eckermann), 1827). Goethe se sitúa así en fluir finalmente por el cauce de los rlos.
bar si existía una comunicación subterrá- la tierra estaba lleno de magma. En conse- In tradición hermético-platónica, según la
nea con el Etna. «Lo que alli vi era horro- cuencia, a partir de entonces consideró cual los planetas son e ntes con caracteris· Arila11asius Kircher, Mundus subtcrrcMevs,
roso. El tremendo cráter estaba iluminado los volcanes como válvulas de escape tlcas similares al cuerpo, animados como Amsterd~m. 1682
por el fuego, y de él se elevaba un insopor- del fuego subterráneo.» (K. Brischar,
table olor a azufre y alquitrán. Parecía que P. At hanasius Kircher, 1877)
Kircher había llegado a las riberas del in·
fierno, a la morada de los demonios malig- Athanasius Kirc!Jer, Mundus subcerreaneus,
nos( ...). En la madrugada siguiente, des- Amsterdam, 1682

162 EL OPUS MACNUM : El caos EL OPUS MACNUM: El caos


El caos
El caos

l( ircher muestra
El sol y la luna
aqui la cocción de
como f uentes de
los metales en la
toda vida sobre y
matriz terrestre.
bajo la tierra. En
Aunque no creia
las entran as de la
en la transmuta-
madre tierra se
ción por métodos
gesta la perfecta
quimicos, hizo
maduración de
suya la teoría de
los metales. ulas
Paracelso de que
minas o vetas de
todas las cosas
metal son compa-
en la N aturaleza
rabies a una matriz:
provienen de un
los filósofos to-
germen universa l,
manen su luga r un
el•chaos
matraz( ...) que
sulphureosale
llaman su huevo.•
mercurialis».
(J.J . Secher, Chy-
mischer Ratsel-
Athanasius Kircher,
d euter [El adivino
Mundus subterrea-
quimico])
ncus, Amstcrdam,
1682
J.l. Becher, Physica
subterr:mea, 1703

los mineros ex-


traen de la tierra
la prima materia, el
lapis (pelicano ) en
estado bruto. Es-
tos modelos de
menguada huma-
nidad sirviero n de
modelo al cuento
de Blanca Nieves y
los Siete Enanitos
(el número siete
hace alusió n a los
metales que sim-
bolizaban «las
siete energías
cósmic~s coagula·
das»).

Aurora consurgens,
principios del s. XVI

EL OPUS MACNUM : E l caos


EL OPUS MACNUM : El caos 165
El caos El caos

La •bnijula de los
sabios• entre los
polos mag néticos
del opus, simboli·
zados aquí por los
dos pilares masó-
nicos del templo
de Salomón.
Joahin, el príncipe
masculino, fuego
superior (Aesch} y
el aire inferior;
Boaz, principio
femenino, agua
superior (Mayim)
y la tierra inferior.
Todos juntos en -
gendran ella pis,
que integra 1a ene-
9 ía superior (los
plant>tas) y la infe-
rior. Los materia-
les q ue componen
el opusson:
tártaro, azufre,
amoniaco. vitrio1o,
nitrato, alumbre,
y en el centro, el
antimonio, ele-
mento básico del
que se d ice que
es el mayor ve-
neno y el remedio
más eficaz. Su
emblema es el
globo imperial.

Der CompaB der


Weisen (La brújula
de los sabios),
Ketima Vere, Ber-
lín, 1782
«El ciclo es fuente de toda vida/( ... ) pues las tres simientes/ y mezcla la suya con
dispersa por los ai res su simiente sutil/ por ellas, haciendo un ungüento singu lar/
efecto de sus rayos ígneos/ que se mezcla y lo alberga todo en su seno. Así surge el
con la simiente del aire/ y cae en el agua; bálsamo un iversa l, el mercurio del mundo
el agua/ fecundada por igual por los gér- ( ... ). • (J. de Monte Raphaim, 1727)
menes del cielo y del agua/ desciende a la
tierrM juntamen-te con la simiente propia; Manuscrito alem<in, s. XVIII
la tierra, al igual que una madre/ concibe

166 EL OPUS MACNUM : E l caos 167


EL OPUS MAc:;NUM: El caos
El caos El caos

la materia tosca Alegoría del caos


y caótica. esta he- de los elementos
rencia de Satanás y de la necesidad
y de la caída de de armoni2arios.
Adán, se repre- En el texto se lee
senta aquí como que e.s preciso
una bestia con prestar atención a
cuernos y corona, la «temperantia•~
de la que se dice a la mesura. para
en el Apocalipsis; que ninguno de
•(Estaba) como los elementos del
herida de muerte, opus t enga pre-
pero su llaga mor· ponderancia, lo
ta l fue curada. cual conduci ría al
Toda la tierra se - desorden repre·
guía ad mirada de sentado en esta
la bestia( ... ). (Ap. ilustración .
13, 3). Su exa lta ·
ción (elevación) Para L<!nnep, los
pasa por las fases tres píes del ser
conocidas del q ue se ve aquí alu-
opus, represen- den al trípode o
tado en forma de trébede sobre en
pájaro en el matraz el que se pone al
del centro. la fuego el matraz.
estrella de seis (J. van lennep,
puntas, símbolo Alchimie, Bruselas,
d e la consuma- lgBsJ
ción, está orien-
tada a Mercurio. Aurora consurgens,
que es el principio finales del s. XIV
y el fin.

S. M ichelspacher,
Cabala. Augsburgo,
1616

168 ELOPUS MACNUM : El caos ELOPUS MACNUM: El caos 169


El caos La noche
saturnal

Una acumulación t~Te digo que yo soy la cosa misma. si bien tú no puedes tocarme. En
de escenas y per- D. Stolcius von
sonajes figurando 111í está el germen de los animales, de las hierbas y de los minerales.>> Stolcenberg,
el caos, como se (Diálogo entre Saturno y un químico, Francfort, 1706) Víridarium
lo imaginaba pro- cilymiwm,
bablemente el Al principio, Cronos-Saturno reinaba glorioso sobre la Edad de Francfort, 1624
paganismo. En al Oro de la eterna juventud. Pero después de ser destronado por su
extremo inferior
se ve a1siniestro hijo Júpiter y, como se dice en la !liada, <<confinado
demiurgo (Cronos) bajo la tierra>>, se encuentra en un estado deplorable:
que mora en el
centro de la tierra
encarna la muerte con su hoz en la mano, así como el
circundado por aspecto destructor del tiempo. En el o pus figura como
O u roboras, ser-
piente de la eter-
símbolo inicial de la «puerta de las tinieblas>>, por la
nidad. Más arriba, que debe pasar la materia «para renacer, regenerada,
a la derecha,
Eneph, el Egipcio
en la luz del Paraíso>> (lreneo Philalethes, Ripley Revi-
(8). El huevo que ved, Londres, 1677). Se le atribuye el estrato inferior,
tiene en la boca
vil y grosero, el poso del edificio del mundo: piedras,
simboliza el verbo
creador. A su lado tierra y plomo (antimonio). Boehme lo llama <<el
se encuentra
regente frío, rígido, duro y severo» (Aurora) que creó
Saturno con la hoz
(C). Pan (0) es el el esqueleto material del mundo. La influencia de su planeta era res- La in$Cripción
Todo, o t ambién el sobre este motivo
ponsable de toda suerte de desgracias y calamidades. Para los neo- destinado a la me-
fuego espagírico,
que d isgrega la platónicos, sin embargo, tenía la <<forma noble de un panteón filosó- ditación exhorta al
«masa caótica)). autoconocimiento
fico>> (I<Iibansky, Panofsky, Saxl, Saturn und Melancholie [«Saturno y saturnal. «Explora
Los cuatro niños
en la caverna (H) la melancolía>>], Francfort, 1992). Según Plotino (205-270) simboliza el interior de la
representan los tierra. Mediante
el espíritu puro. Agrippa de Nettesheim (1486-1535) lo menciona
cuatro element os, la rectificación
y L el espíritu de como «un gran señor, sabio y cauto, autor de la contemplación inte- {purificación me·
Dios por encima diante destilacio-
rior>> y también como «defensor y desvelador de misterios>> (De
de las t inieblas. nes repetidas),
M es la palabra occulta philosophia, 1510). Fue promovido a patrón de los alquimis- descubrirás la
hebrea berechith, tas, a figura central con la que se identificaban. piedra oculta.»
que quiere decir El número de su-
c<a( PrincipiO)>. blimaciones, siete,
- Biake habla de
De Hooghe, Hiero- los siete hornos
glypilica oder del alma- corres ·
Denkbilder der ponde a Saturno
alten Vi:ilker (•úero- como séptimo
glíficos o Símbolos planeta del sis-
de los Antiguos»), tema cosmoló9ico.
Amsterd~m, 1744

170 EL OPUS MACNUM: El caos EL OPUS MACNUM: la noche saturnal


171
La noche
la noche sat urnal
saturnal
• Toma el lobo gris,
Ved, el oro está el hijo de Saturno
ocu lto en Saturno ( ... ).y dale en
pasto el cuerpo
( ... ) Asl también el
del rey. Cuando lo
hombre. después
haya devorado,
de la caída, se
haz un gran fuego
oculta en un a
efigie de si mismo, y arroja el lobo
encima, de forma
tosca, amorfa,
que se queme por
bestial. como
completo. De esa
muerta( ... ). Es
forma, el rey oeró
como la piedra
redimido.•
bruta en Saturno
(Basilius Valen·
(... ). su cu erpo es
tinu~. Las doce
un cadáverfétido,
pues vive envene· llaves)
nado.• (Jacob
Michacl Maier.
Bochme. De
Atalam a fugions,
signatura rcrum)
Oppenheim, 1618
uAqui está el más
virulento de los
venenos (... ). los
bienes del mundo
y un dios terrenal
que tiene en la
mano el derecho
espiritual y te m·
poral, y el mundo Para la purifica ·
entero.• cióndel oro
(el rey), oe hacia
Isaac Hollancfus, un a aleación de
Mano de /os las impurezas del
Filósofos, 1667, antimonio, que
ed. Viena, 1746 se añadían a la
fundición. Como
el antimonio atrae
y consume lo im·
puro, se le llamaba
uimándelos
sabio~·. • lobo de
los metales• y
también •baño
del roy•.

D. Stolcius von
Sto/ccnberg,
Viridarium
chymic:um,
Francfort, 1624

0 L OPUS MAGNUM: La noche saturnal 173


172 EL OPU S MAGNUM: La noche sat urnal
La noche
Lo noche
saturnal
sat urnal

Espíritu y alma
ola piedra que
abandonan el
Saturno devora
cuerpo envejecido
en lugar de su hijo
que, representado
Jup iter. para de-
por el cuervo,
volverla después,
penetra en el esta·
ha sido colocada
dio do negritud
en el monte Hcli -
(nigrcdo), y en el
con para memoria
de putrefacci ón.
de l hombre.»
.cuando llegan d e
nu evo, esplendo·
rosos, co nsum~n
con él la unión per·
f ecta: de esa tria-
da nacerá Apolo,
nu estro elegido.»

D. Stolcius von
Stolcenberg,
Viridarium
chymicum,
Francfort, 1624

uMi espíritu quiera


(me comprende
bien) elevarse con
ol alma a las altu·
Seg ún el mito griego, Cronos-Sa turn o está ocu lta como piensan los principial1- ras. Para que nin·
emasculó a su padre Urano con una hoz y tes, gún otro pueda
reinó después sobre la Edad de Oro. Pero en el oro saturnal, sino en la fase negra volar, se cierra la
como le habían profetizado que uno de sus de la putrefacción, que se encuentra al co- tumba como es
hijos lo destronaría, los devoró uno a uno mienzo del opus y está regida por Saturno. debido( ...). Al
cuando nacían . Su mujer, Rhea, le ocultó cabo de catorce
el tercer hijo, Jupiter, y le dio a comer una Maier establece asimismo un contexto días, me parezco
piedra, que devolvió en seguida junto con genealógico, ya que Saturno es el abuelo al cuervo.»
los otros hijos devorados, después de que de Apolo, que encarna el sol, es decir, el
Júpiter mezclara sal y mostaza en su vino. oro. D. Stolcius von
Srolcenberg,
Es evidente, dice Michael Maier, que la Michael Maier, Atalanta fugiens, Viridarium
piedra es de naturaleza química. Pero no Oppenheim, 1618 chymicum,
Francfort, 1624

EL OPUS MACNUM: la noche saturnal 175


174 EL OPUS MACNUM: la noche saturnal
La noche
Lo noche saturnal
coturnal
Trismosin informa
~~Ovidio narr¿J el de un ángel {nom-
caso de un sabio bre dado a la frac-
anciano que quería dónde mercurio
rejuvenecer. Para sublimado de la
ello era necesario materia) que ayuda
hacerlo pedazos y a ounhombre
cocerlos comple- neqrocomoun
tamente, pero no moro• a salir de
demasiado. Enton- una -sucia viscosi·
ces los miembros dad• (el sedi-
volverían a jun- mento podrido en
tarse y a recuperar la retorta), lo viste
el vigor juveniL• de p(orpura y lo
(S. Trismos in) eleva consigo a los
ciclos. Se t rata
La palo ma es el una metáfora para
espíritu {el desti · il ustrar la salida
lado) que vuelve a momenrinea del
junta rse con lo que espiritu y del alma
queda d el cuerpo del cuerpo •me-
d es pués de la diante una cocción
putrefacción. moderada•. para
«Cuando Satu rno re integra rse nue-
es bautizado con vamcnte a él con
sus propias aguas, nueva consistencia
el cuervo negro por la «fuerza del
se echa a volar.• Espíritu•.
(B. Gutwasser,
1]28) S. Trismositl,
Splendorsolis,
S. Trismosin, Londres. s. XVI
Splendor solis,
Londres, s. XVI

IIL OPUS MAGNUM: l a noche saturnal 177


EL OPUS MAGNUM: l a noch e saturnal
La noche El martirio
saturnal de los metales

• la gran ob ra filo- El notario parisino


sófica no es más Nicolas Flamel
que un proceso descubrió, en 1357,
de disolución y un libro misterioso
solidificación: de hojas de cuero
disolución del grabadas con
cuerpo y solidifica- figuras jeroglifi·
ción del espíritu.» cas . cuyo descifra-
(J. d' Espag net. miento por un
Das geheime Werl<. docto judío permi·
Núrembe rg, 1730 ) t ió a Flamellas
más logradas
Saturno. cuyo transmutaciones.
nombre es para
Fulcanelli el ana- Seqún la interpre-
grama do <natu · tación de Eleazar.
res•. es el príncipe se prepara el dra·
corporal. la raíz del gón a partir del vi-
opus. Lleva el f ruto trio lo filosófico;
de oro. poro «el representa la via
artífice de este seca, lo mismo que
niño os M ercurio». Saturno -Antimo-
(Jacob Boehme. nio representa
De signatura la vi a húmeda.
rorum) Combinándose
con Mercurio,
J. C. von Vaander- ambos conducen a
beeg, Manuductio la fijación d e éste.
Hermerico-Philo·
sophia. Hof. 1739 Abraham Eleazar.
Opus chymicum
anriquum. Leipzig.
1760

178 EL OPUS MACNUM: l a noche saturnal EL OPUS MACNUM : El martirio de los metales
17g
El martirio
El mart irio
de los metales
de los me tale s

• Sépase que hay


tres calcinacion<>S:
dos de ellas co·
rrcsponden al
cuerpo, y la ter·
cera al espíritu. La
primera consiste
en desposeer la
materia de su hu-
medad fria (el
cuerpo lunar). En la
segunda, se le des-
poja (por el cuerpo
sol3r) de su mate·
rialidad (/o
calcáreo)•. La t er-
cera es • la extrae·
ción de la quintae ·
sencia a part ir de
los elementos• (las
cuacro flores en la
recort.'l).

• Hay que calcinar fuertement e los met ales (Rosariu m philosop horum, 1550, Wein-
hasta reducir4os a una ceniza clara y pura heim, 1992)
( .•.)Y tú, pecador, piensa que t e será nece-
sario sufrir alguna muerte si quieres ser •No se puede transmut ar una cosa en otra
como la roja piedra dorada y ascender a d e diferente naturaleza si antes no ha sido
los cielos de la luz.• (Buch der Heiligen reducida a ceniza, cal o t ierra.• (Anónimo,
Dreifaltigkeit (Ubro de la Santísima Trini- Nodo 5ophico Enodato, 1639)
dad], comienzos del s. XV)
En el fondo d e la tumba, en la ceniza
ula calcinación e~ el pa~o a una especie de residual, se encuentra la diadema del rey .•
ceniza blanca o tierra o cal blanca con la (livre d'Arthépius, Bibl. des Philosophcs
ayuda del espíritu de nuestro magisterio; chimiques, París, 1741)
Aurora consuryens,
se opera por nuestro fuego, es decir, con el
comienzos del s. XV
agua de nuestro Mercurio.• A urora consurgens, s. XVI

rt <Or aladO y fabuloso representa el CO· y exterior. La materia muerta es vivificada


miQnzo de la pulverización, la •renovación en la retorta por •aqua permanons•
!11 0 -.ofal». La espada y la flecha ilustran la (M ercurio) y destilada doce veces.
ltotorvención destructiva del fueg o interior

RL O PUS M ACNUM : El martirio d e los metales


180 EL OPUS MACNUM: El martir io d e lo s metales
El martirio
El martirio
de los metales
de los met ales
En su represent a·
El «Li bro de la ción del pecado
Santísima Tri ni· original de Adán
dad • (141S-151 g) (el oro) y Eva (la
atribuido al monj e p lat a), e l autor re·
franciscano Ul· cuerda que fue la
mannus, es u no de lujuria la que dio a
los testimonios los met~les el es-
más antiguos y tado de imp ureza.
relevantes d e un La lanza simb oliza
pensamiento que la purificación por
combina la repre· el fuego. La horca
sent ación del pro· evoca el martirio
c~o químico con del hierro (Marte);
la mística e icono- el cobre (Venus)
graf ía cristianas. es decapit ado;
Esta obra. aún hoy Sat urno sufre el
di a e n gran parte suplicio d e la
enigmát ica, no es r ueda (• la rueda
homogénea, si no d e la angust ia• de
hecha de estrat os Boehme). El ánfora
múlt iples: • Hay en de cinc jupiteri na
ella un arte consu· contien e la «biel
mado, que com • satu rnal• , y los da·
bina lo natu ral con dos mcrcuriales
lo sobrenatural, lo alud en al j uego d e
humano con lo di· los soldados bajo
vino.• El laberinto la cruz.
de correlaciones
y de analogías, El Libro de la
que Ulmannus Santísima Trinidad,
traza con un su· comienzos del s. XV
gestivo lenguaje 111 ··!_ "· l
cifrado, muestra 1 •¡ . ,_ G -t- ,., 'Í! ,,. ,
una sorprendente 1! .,
t:h.~¡l-'(i,i><J<rft\ :-•!fi>,<il"l~, ··;,·
semejanza con e l
sistema de Jacob
-~~\)1~1(7, ~(S.1 Jt1~t1 ·l~~f,~.~{U(~ ,
Bo ehme. ,.,r. ~~\e:dtJ·ilt{-.r'~-:'1~ "U J;:,ti!1~·,.. 'f"·f!.\t ·
-: 1

Elübrodela
Sanrísima Trinidad,
comienzos del s. XV

EL OPUS M ACNUM: El m artirio d e los metale s llL OPus MACNUM: El marti rio de los metales
El martirio
El martirio
de los metales
de los metales
El alquimista
•!i:lcale el alma griego Zósimo
y vuélvesela de (s. IV) menciona
lluevo, pues la una tran~fonna­
ruina y la destruc- ción de los cuer·
ción de una cosa pos en es pi ritos
e~ el engendra- pu ros mediant e el
miento de la otra. descuartizamiento
Es decír: se le ritual. Se habla
quita el fluido de- aqul de miembros
sintegrador y se cortados <ttan
mezcla con su b lancos como la
fluido natural, sal•. (Los filósofos
que será su perfec- herméticos dicen
ción y su vida.• que la sal en la
(Aurora consur- ceniza calcinada es
g ens, según trad . la clave del éxito.)
del s. XVI) Pero la cabeza es
de oro. El cruel
Aurora consurgcns. ejecutor de rostro
comienzos del 11cgro tiene en la
s.XVI mano derecha la
espacia de do ble
filo, fig urando los
dos fuegos, "Y en
la izquierda una
hoja donde esta
escrito: te he
matado para que
reboses de vida
( ...). Esconderé tu
cabeza para que
no te vea el mun·
do(... )».

S. Trismosin,
Splendor solis,
Londres, s. XVI

185
EL OPUS MACNUM : El martirio de los metales llL OPUS M ACNUM: El martiri o de los metales
El martirio
El martirio de los metales
d e los metales
Michael Maier
Una parábo la observa que si se
ilustrada repre· saca al rey de la
sentando la • pre· mar roja (el agua
paración de los mercurial), hay
fluidos destructi· que procurar que
vos• (putrefacción, no pierda su co·
Satumo)y la rona, ya que las
• renovación por e l piedras preciosas
fluido esencial• que lleva engasta·
(el agua mercu· das tienen pode·
rial): •los antiguos res curativos. Hay
vieron (... ) un que meterlo en
vapor acuoso que seguida en un
subía de la tierra b~ño de vapor
para regar todo e l para que pierda el
suelo» (1 Gén. 2,6) agua tragada, y
y los monstruos después hay que
del mar( ... ) y la casarlo para que
t ierra q ue se vo lvió engendre un
fét ida en las t ini e· v~stago real.
bias, y vieron bajar
al rey de la tierra y Micf>oef Maier,
oyeron que decia: Atal.t nra fugicns,
quien me salve( ... ) Oppcnheim, 1618
reinará en mi
pureza sobre mi
trono real ( ... ).
Al día siguiente ¡SOCORRO!
vieron algo se me· •El rey q ue nada en la mar. grita a pleno ¡SOCORRO!
jantc al lucero del pulmón: el que me salve será magnifica·
alba elevándose mente recompensado.,.
por encima del rey
y vieron la luz del
d ía( ... ) Sobre su
cabeza había tres
coronas preciosas
de hierro, plat o y
o ro( ... )• .

5. Trismosin.
Splendor sofis,
Londres, s. XVI

W. 8/ake, The Gares


of Paradise, 1793

186 El OPUS MAGNUM: El mart irio de los metales El OPUS MAGNUI\I: El martirio de los met ales
La • Prepara al principio la maravillosa agua de vida, purifica la La
rc:ourrccción y pon la a buen recaudo. Pero no creas que esta agua pura resurrección
y limpia no es el claro fluido de Baco (ospiriru del vino).•

f 1hijo y los criados La preparación de


plclon ~l ,·cy qu~? la fosa .
lou ció pocl~?r sobre
0 11ol no (oro:
ruego, en latin; or :
tm~grl.lma de or..
oro en francés y
lut en hebreo).

El hijo (Azogue) •• Padre e hijo caen


mata a su padre en la fosa por un
proceso de arte»
(QUADR. = los cua-
tro elementos).

El hijo intenta huir,


pero lo impide un
y recoge su tercer personaje
sangre. salido de los dos
prim~?ros (;;v'es el
alambique).

Janus ucinius,
Proriosa Margarit<J, Janus Lacinius,
Venecia, 1546; Pretiosa Marg;¡rita,
Leipzig, 1714 Leipzig, 1714

188 EL OPU S MACNUM: l a resurrección EL O PUS MAC NUM: la resurrección


189
La La
resurrección resurrección

En la fosa «Ocurre Después de la


la p utrefacción disolución, la
en la ceniza o en materia se cuece
un baño muy hasta ponerse ne-
calienten 9 ra, se humedece
(QUA: aqu a). con el «agua de
vida» (aqua vitae)
y se cuece nueva-
mente hasta b lan·
quearla. Un ángel
llega y arroja los
huesos (la sal) en
la t ierra blanca,
que hay q ue cocer.

Después de ...os sie rvO$ piden


enfría rse, se ve e l a Dios que les
resultado de la devuelva el rey.
putrefacción.
(LAS: anag rama
de sal.)

Los huesos son Los ángeles traen,


retirados de la uno a uno, los
fosa. huesos hasta la
fijación total de la
t ierra, que t oma
entonces un color
roj o rubí. (Ro vieM
del lat. <ROS>:
rocío; la t. <Rosa>:
la rosa, nombre
eufemístico de
tártaro.)

Janw; Lacinius, Janus Lacinius,


Preciosa Margarita, Pretiosa Margarita,
Leipzig, 1714 Leipzig, 1714

190 EL ÜPUS MAc;NUM: La resurrección llL OPUS MAc;NuM: La resurrección 191


la Los etapas de la Gran Obra: regicidio, putrefacción y resurrección, se la
resurrección ncuentran de nuevo en los grados superiores de la Francmasonería. resurrección
En sus ceremonias se celebra el ritual de la muerte del legendario
El rey es ahora constructor del templo de Salomón, Hiram Abif.
de naturaleza
espiritual. Hiram fue asesinado con los tres utensilios de la masonería, la
rog la, la escuadra y el martillo, por tres compañeros que querían
sacarle la palabra maestra; Hiram fue enterrado en un túmulo en el
que los asesinos plantaron una rama de acacia para reconocerlo.
Como la antigua palabra maestra estaba definitivamente perdida
(ol parecer era <<Jehová: el fuego central») la gente se conformó con
«mackbenach» o <<mach-benak». grito que dio uno de los que descu-
brieron el cadáver en putrefacción.
Esta nueva palabra maestra se interpreta de diferentes maneras :
cela carne se separa de los huesos», «Vive en el hijo», «hijo de la putre-
Y tiene el poder focc;ó n», «Un masón ha sido asesinado» o <<mach: putrefacción,
de convertí r en
reyes¡~ sus siervos .
benach: aparente>>.
El hijo falta. Se ha El sentido del ritual es la unión de cada nuevo maestro con Hiram
hecho uno con e 1
Padre.
y la perpetuación hasta el infinito del ciclo tradicional de muerte y
nacimiento.
En esta fas€' de
La muerte y resurrección de otro tipo de masón es tema de la
la proyección, el
la pis pulverizado obra críptica de Joyce. El masón se llama Ti m Finnegan, a veces
tiene la función ccFinnagain ( ...) ofthe Stuttering Hand», un «freemen's mason», que
de enzima que se
añade a la fusión encuentra la muerte al caer de un andamio y es llevado a la tumba.
de los mr;>talcs Los invitados al alegre funeral asisten a su resurrección en el mo-
vulgares.
mento mismo en que el sonoro descorchar de una botella de whisky
lo devuelve a la vida. El whisky es el elixir,>>la wise keyn, la clave de
la obra: la palabra perdida de Hiram Abif y el miembro perdido de
Osiris. Descubrir este miembro significa reunir nuevamente el
Janus Lacinius,
principio y el f in de este libro que «niega el fin» {fi n negans), consu-
Prefiosa Margarita, mar el Ouroboros. El miembro es una sílaba que se encuentra bajo
Leipzig, 1714
los huesos traídos por los ángeles (d. págs. 512- 513).
Los alquimistas «poseían todavía un se- ficado y modificado progresivamente,
gundo tártaro( ...): e l <tártaro secreto de añadiéndole ácidos y sales minerales para
los adeptos>, quo a causa de ciertas pro- mantener su menstrua mincralis. gracias a
piedades comunes con el alcohol, y para la cual son capaces, no sólo de dí solver los
enmascararlas. se le llamaba también tár- met ales, sino de licuar! os ( ... )•. (Aiexander
taro. Su forma química es conocida, pero von Bernus, Alchemic und Heilkunst (Al·
los latroquimistas, mediante numerosas quimia y medicina], NO:~rembcrg, 1969)
cohibiciones y extracciones lo han intr;>nsi ·

192 EL OPUS MACNUM : La resurrección EL OPUS MACNUM: La resurrección 193


Lo La
resurrección resurrecci ón

La logia en la Los paneles como


recepción del este evocan, en el
maestro: lenguaje de los
Rosa-Cruz, «en un
A: colocación del sentido mistico
venerable Gran general, la putre-
Maestro, en el 1acción que hacia
Oriente que las particulas
m~s intimas del
8: altar con biblia cuerpo se disolvie-
T ran. liberando el
y martillo
fuego oculto en
G: la antigua el• . (Signatstern.
palabra maestra St uttgart, 1866)
sobre el féretro
V El .. pavimen to de
K: lágrimas verti· mosaico)> con las
das en la muerte ba ldosas blancas
deHiram y negras se remite
a la bipolaridad
LM: túmulo con la de la existencia te·
rama de acacia rrc11~: la quimera
de luz y tinieb las,
0: puest os de los N N agente y pacient e,
principales o ficia· form~ y mate>ria.
les de la logia Conduce a lo
más santo con el
X: los novicios, Nerno fuego
al Occidente espiritual de
Jehová, un fuego
Represe ntación que ningún mortal
ceremonial, lla· p uede ver.
mada «tapiz•,
tiene su origen en Panel del tercer
los dibujos simbó- grado (Maestro),
licos trazados con lnglarerra, hacia
tiza y carboncillo 1780
en el suelo de los
albergues en los
que se reunian las
primeras logias
masónicas.

L'ordre des Francs·


Ma~ons trahi ... ,
Amstcrdam, 1745

p X lUo Q

194 EL OPUS MACNUM: la resurrección EL OPUS MACNUM: la resurrección 195


La La
resurrección resurrección

«Nuestra ciencia La (tf erm entacióm,


química se parece. de los metales:
en el conjunto de
sus operaciones, a u lo que tú siem·
un campesino que bra~~ insensato, no
prepara el terreno revive si no muere
y siembra el ( ... ).Se siembra en
grano•. vileza y se levanta
en g loria( ... ). Se
Tanto el alquimista siembra cuerpo
como el agricultor animal y se levanta
deben observar cuerpo espiritual.•
exactament~ las (1 . Cor. 15, 36-44)
estaciones, si
quiere n obtener D. Stolcius von
buenas cosechas. Stolcenbcrg,
Viriclarium
Michael Maier, chymicum.
Atalant·a Cugiens, Francfort, 1624
Oppenheim, 1618

La alquimia es la Lo cruz y el cua·


((agricultura ce- drado del sepu lcro
l~stc u. Se añaden forman el símbolo
a la materia, como de la sal tartárico '>'.
fermento, el oro del ácido tártrica,
(Sol) y la plata cuyo espíritu
(luna), para su • sublima todos los
propagación. Si metales (.-)•
siembras estas dos (Basilius Valentius).
cosas tan conoci· Las cruces en se·
das en nuestra gundo término~
tierra, verás esta indican la fermenta·
llama viva dar sus ción del mercurio
frutOS». con su propio azu-
fre. Asi se llega al
D. Stolcius von fin 0 . •nuestro
Stolcenberg, oron.
Viridarium
chymicum, D. Stolcius von
Francfort, 1624 St olcenberg,
Viridarium
chymicum,
Francfort, 1624

196 EL OPUS MACNUM: La resurrección EL 0PU5 MACNUM: La resurrección 197


Lo La
resurrección resurrección

Sol y Lu na forma n El «sombrío f uego


t odavía c(una dua· tangible» del sol
lidacl», situados negro segre>ga el
uno aliado de la alma y e>l espíritu
o tra en el féretro del cuerpo en
vítreo ele la retorta putrefacción.
(¡ Blancanievesl). «Debes saber que
Resucitarán des- el cuervo es la
pués de la putre - cabeza del Arte.
facción y «de dos Si se decapita,
cosas harán una>) pierde la negrura
(rebis). y adquiere el mas
inmacu lado de los
D. Stolcius von coloreS .>>
Stolcenberg,
Viridiarium D. Stolcius von
chymiwm, Stolcenberg,
Francfort, 1624 Viridarium
chymicum,
Francfort, 1624

<<La putrefacción
es una maravillosa
No p uede ha ber fo rjadora>>, p ues
resurrección s;n transmuta unos
la muerte por el elementos en
fuego (vela), pues otros. «No dejara
en la ceniza se en- de operar t ales
cuentra la «sal de t ransmutaciones
la g lorificación» hasta que el cielo
(cruz y cubo: la sal y la tierra se fun-
tartárica), que t rae dan en una masa
nueva vida (el vidriosa».
t ro nco de árbol en (A. l<irchweger,
flor). El pavo en la Aurea cate na,
torre de la iglesia 1791)
anuncia la fase del
policro mía. D. Stolcius von
Stolcenberg,
D. Stolcius von Viridariam
Stolcenberg, chymiwm,
Viridarium Francfort, 1624
cilymicum,
Francfort, 1624

EL OPUS MAGNUM: la resurrección EL OPUS MAGNUM: la resurrección 199


la la
resurrección resurrección

•• ¡Hombre desven- Urizcn se ha escin·


tur~do ! ¡Estás d i do de la eterni ·
condenado a d ad y se in cuba
cobrar alient o en il sí mismo «en

este execrable un sueño petri fi -


esqueleto!• cado». Es el
cuerpo del mundo.
Pía Desideria. ..Eone5 y más eo·
Herrnan Hugo, nes pasan sobre é l
Amberes, 1624 ( ... ).En una horro-
rosa pesadill a, su
poderoso espinazo
~e tuerce a merced
del viento, y de el
brotan dolo rosa-
mente las costillas.
como la bóveda
de una caverna;
los huesos helaron
sus nervios de la
olegrla ( ...).>>
(W. Bial<e)

ccAsí como el crá-


neo del ho mb re
abarca y limita el
cerebro( ...). la
encl")ia saturnal
encierra, cont iene
y consume todo lo
material y t angi-
b le.>> (J . Boehme,
AL~rora)

W. 8/ake, Ellibro
df! Urizen, Lam-
bct/>,1794

200 201
EL OPUS MACNUM: la resurrección EL OPUS MACNUM: la resurrección
Aurora Aurora

En la figura de Los. Urizen, señor


el profeta de la del sol material,
imaginación, Blake gozaba antes de
ha incluido la con· ete rna juventud
cepción que tenia y encarnaba la
Paracelso del •confianza y la
<cvolcán intcrion> certidumbre•,
(Archeus). al que pero, después d e
lla ma «artífice y rcti rarse de la
a rtcsano de todas eternidad, encarna
las cosas •. Es ol la duda destruc·
fuego secreto que tora y la razón
en el interior de la calcu ladora.
Naturaleza trans·
forma el espíritu Por opuestos que
divino en materia. sean Urizen y los
•en el mundo ute·
Sendivogius, disci· rino,.. en la ~temi·
pulo de Paracelso. dad eran gemelos
lo lla m~ ''so l con.. univitelinos . Bajo
tral, corazón del tremendos do lo·
mundo>> («LOS» es res, Urizen llegó a
anagrama de So l). desprende rse de
El acto satánico Los.
de Urizen, consis·
tente en separarse W. Blake,
de la eternidad en El libro de Urizen.
la que estaba. lo Lambeth, 1794
arroja al vacío, al
que debe darle
forma y contorno.

W. BIJke, El libro
de Urizen, Lam·
beth, 1794

202 EL OPUS MACNUM: Aurora EL OPUS MACNUM: Aurora 203


Aurora Aurora

Saturno reina sobre los signos zodiacales t ie mpo que pasa, sino también de la prima El Rey Sol gobierna e l signo de Leo. En los Para Julius Sperber, la circunferencia
de Acuario y úpricornio. Sus hijos son mat eria, d e todos los metales: conforme torneos y la lucha se man ifi est a la priori· (Saturno como p laneta más lejano) no es
pobres y necesitados, campesinos unidos a la natu raleza, en su reí no alquímico se d ad dada a l cuerpo p or mis hijos. Mientras otra cosa que la proyección hacia afuera
a la tierra, eremitas solita rios, prisionNos da la verd adera edad de o ro .• (Hcínrich Satu rno represe nta el estado inicial, inma· del centro (Sol}, y viceversa .
y criminales. pero tamb ié n los rep resen· Kunrath, Vom hylealischen Chaos (De l caos d uro y tóxico de la mat e ria, e l So l muest ra
tantcs de las ciencias geo mé tricas y astro· hilico»], Francfort, 1708} su madurez d e finit iva tras pasar po r las De Sphaera, manuscrito italiano, s. XV
nó micas. • Los a nt ig uos conside raban a siete esferas.
Saturno no solame nte e ncarnació n del De Sphaera, manuscrito italiano, s. XV

2 04 EL OPUS M Ac;NUM: Aurora EL OPUS MAc;NUM: Aurora 205


Aurora Aurora

El ~ol negro es e l El sol interior


más exterior, cuyo como símbolo del
•fuego oscuro y lapis, del rojo león
devorador• lleva alado, que •arre·
todo lo materi~l a bata al hombre de
la putrefacción. este valle de lágri-
En el «Ubro de la mas, es decir, de
Santísima Trini- las tribulaciones
dad•, se dice que de la pobreza y de
Adán, culpable d el la enfermedad.
pecado original, para elevarlo entre
est~ hecho •del alabanzas y los
fuego del sol ne- honores lejos de
gro•. En la alqui· las fétidas aguas
mia árabe, • el sol egipcias, que son
negro o la sombra el pan cotidiano
del sol» simboliza del hombre mortal
las impurezas d el ( •.. )» (Nicolas
oro vulgar. que hay Flamel, Chymische
que p urificar. Wercke, ed.
l·lamburgo, ·tGB1)
S. Trismosin,
Splendor solis, S. Trismosin,
Londres, s. XVI Splc11dor solis;
Londres, s. XVI

206 EL OPUS MACNUM : Aurora E L OPUS MACNUM: Aurora 207


Aurora La primera parte de «Aurora consurgens» (La aurora despuntando) es Aurora
un himno a la sabiduría (sophia} surcado de alusiones al Cantar de los
Cantares, tomadas en un sentido químico.
La ilustración superior en la página de la derecha representa a «( ...) A~í es la au·
rora en el apogeo
Sophia como Aurora, como aurea hora, hora de oro, que significa el
de la fase de enro·
fin de la noche de la ignorancia y de la putrefacción destructiva de la jecimíento: el fin
del reino de las ti·
materia. Aquí está amamantando a los filósofos con su «leche virgi-
nieblas y la expul ·
nal>•, el agua mercurial. Tocada con la corona «hecha de rayos de las sión de la noche,
de esa noche de
doce estrellas luminosas••. lleva en el rostro el rojo definitivo y en-
invierno donde
carna así la «Sophia solar y celeste>>, mientras que el negro personaje quien anda incau ·
femen ino de abajo representa la Sophia lunar, prisionera de la mate- tamente por ella,
corre el r iesgo de
ria. En el texto se la compara con la reina de Saba que, en el Cantar tropezar.»
de los Cantares, dice ser negra como las hijas de Kedar: «No hagáis
caso de mi negrura, el sol me ha bronceado asi>>. Para gritar desde lo
profundo de la materia: ••Los abismos han cubierto mi rostro y la tie -
rra está corrompida e impura en mis obras, pues la tinieblas estaban
por encima de ella, pues estoy hundida en el fango de las profundi-
dades y mi substancia no ha sido t odavía manifest ada>>. (Trad. M .L.
von Franz, en: C.G. Jung, M ysterium Conjunctionis, Zúrich, 1957)
t• Dirigio:. a mi
Las vírgenes negras representan, según Fulcanelli, <<en el simbo- desde el fondo de
lismo hermético, la tierra virgen que el artista debe tomar como su- vuestro corazón y
110 me rehuséis por
jeto de su obra. Es la prima materia en su estado mineral, y proviene
sor negra y oscu ra;
de yacimientos de metal profundamente enterrados bajo las masas el sol me ha bro n·
ceado y los abis·
de piedra». (Fulcanelli, Le Mystere des Cathédrales, París, 1g64}
mos han tapado mi
En la gnosis y en la cabala, Sophia (cf. págs. 404 ss.} reúne los rostro.•
caracteres de la desposada virginal y de madre engendradora, la
Sophia está sobre
Mater Materiae. La semilla que recibe, se dice en ••Aurora consur- la luna llena, cuyo
gens••. produce un triple fruto. Y ese fruto que lleva en su seno es el pigmento p latea·
do se ha oxidado
caduceo tripartito, el Cristo-Mercurio, la serpiente curativa, el agua a lo largo del
benefactora que fluye por el Hades para vivificar los cuerpos muer- tiempo.

tos de los metales y redimir a su madre y esposa. Así comienza el Aurora consurgens,
«blanqueo»: sus vestidos son ahora <<más blancos que la nieve••. y finales del s. XIV

dará a su esposo alas como las de la paloma para elevarse con él a los
cielos.

208 EL O PUS M ACNUM: Aurora 209


EL OPUS MACNUM: Aurora
Aurora Aurora

El fondo tcnc- Runge había con-


broso representa cebido esta ima-
In naturale~a pro· gen como parte de
funda y oculta de un ciclo destinado
Dios. Boehme tra· a las cuatro fases
duce libremente el del día como •Cua ·
En-Sof cabalístico tro d imensiones
(el infinito) por del espíritu crea-
•el insondable•. do• . la mañana se-
la voluntad divina ri(l «la iluminación
se reconoce en el ilimitada del uni-
espejo virginal de verso•; la tarde (el
Sophia, y •se ima· sol n~ro que se ve
gina a si misma abajo), «la aniqui-
desde lo insonda- lación ilimitada de
b le ( ...)y se p reiia la existencia en los
con la imaginación origenes del uní-
de la sabidur ía( ...) verso>).
como una madre La luz está simboli·
que no criau zada por el lirio,
(cf. pág. 388). y los tres grupos
d e niños «están
«la aurora separa relacionados con
el d ía de la noche/ la Trinidad».
y t\lnto uno como
la otra son visibles El lirio y la aurora
en naturaleza e anuncian el adve-
intensidad: pues ni miento del Espi·
sin los contrarios, ritu Santo. • El liri o
nada se puede ma - f lo rece en montes
nifestar/ nada se y valles, en todos
reflej a en el espejo los extremos de
claro/ si su otra la tierra .• (Jacob
cara no está oscura Boehme, De signa·
( ... ).• (G. Gichtel) tura rerum)

Jacob Boehme. Ph.O. Run9e,


Theosophische Der kfeine Mo'9en,
Wercke (Escritos Hambuf90, 1808
teosóficos),
Amsterdam, 1682

2 10 E L OPUS M ACNUM: Aurora EL OPUS MACNUM : Aurora 2 11


Aurora Aurora

«El olmo es un ojo .. Sabemos que es


d e fuego, o un es- el ojo de Dios el
pejo de fuego en que confiere v ida
el que Dios se ha al alma; su estado
revelado(... ). El primitivo est á ~n
alma es un fuego el fuego y el fuego
voraz, y si no se l a es s u vida; pero si
nutre, se convierte por lavo Juntad y
en vol le t rist e y la imaginación no
hambriento.)> o bandona el fuego
Las tiniebl as por la luz pasando
est;in ocultas en el por lo sombría
centro de la luz y muerte que la lleva
quien, en su sober- a otro principio,
bia, q uiere po- el del fuego -amor,
nerse por encima permanecerá en su
de Dios, como hizo fuego original y
Lucif er, no cono- no conocerá más
cerá más que l as que l a áspera ira,
tiniebl as . Por eso, e 1ele seo ardiente y
lo mejor para el la consunción y el
alma es permane- hambre; y andará
cer en un «rela· erra nte por la eter-
jado» estado int c r· nid ad, que es la
medio, entre la eterna il ngusti a.»
más alt a espiritua-
li dad y la más p ro· Jacob Boehme,
f unda humild ad . Theosophische
Wercke, Amster-
Jacob Boehme, clam, 1682
Theosophische
Wercke, Amster-
dam, 1682

2 12 EL OPUS MACNUM : Aurora EL OPUS MACNUM: Aurora 213


Aurora Aurora

·· E~tc mundo ~stá, El mundo sensib le


en la confusa vida de los element os.
del tiempo, entre el tercer principio,
la luz y las tinie- es fruto del mundo
blas, como un de las tinieb las
espejo que refleja como manifesta·
a ambos.» Repre· ción de la ira de
senta el tercer Dios Padre. y el
p rincipio, y su mundo de luz es el
forma aes eterna principio d el Hijo,
en la naturaleza d e • que encarna el
Dios, pero invisi- corazón y el amor
ble e inmateria l». del Padre•.
El espíritu de Dios,
lo creó en la matriz Hay que represen ·
de la sabiduría tarse los dos
(Sophia), d onde se mundos como un
recono ce ahora en engra naje de dos
la luz divinal como ruedas compuesto
una criatura. Y así ele tres cualidades,
como est e mundo la sa l, el azufre y
tern¡¡rio se repro - el mercurio, que se
duce en fa divina manifiestan en el
Trinidad, «también somb rio princip io
e f espíritu del básico como el
hombre cont iene fuego agrio,
los tres principio s: amargo y de la an-
el reino d e Dios, el gustia. Porfrota·
reino de los infier- ción se obtiene
nos y el reino d e u na chispa de
este mundo• . ellos, • el schrack»
o reacc:ión inicial.
Jacob Boehmc, Cuando penetra
Dreyfaches Leben en su madre, • la
(L.:l triple vida), acrit ud» se con·
Amsterdam, 1682 vierte en fuente
del segundo prin-
cipio luminoso.
del • amor inson-
dable•.

Jacob Boehme,
Drey Principia
(Tres Principios),
Amsterdam, 1682

2 14 E L OPUS M ACNUM: Aurora EL OPUS MACNUM: Aurora 2 15


Lu:t y tinieb las
Luz y t inie blas

u 1Ud11': la 5 CO$ tiS


lmn s~ lldo ele la En la intersección
o'lil l tlol fuego, de los mundo de la
como un doblo luz y las t inieblas,
portou, en la luz el ojo del ho mbre
(ol bion) y la oscu- y el ojo de Dios
rld~d (el mal)_ cruzan su mirada y
se funden en una
..e¡ amor y la ira • transparencia»
están mutuamente que se eleva en el
Imbricados en centro «como un
toda criatura, y el rayo•)
hombre t iene am-
bos centros en si.» La trompeta y el
lil'io a ambos ex-
• Todo hombre es tremos de la aguja
lib re y es como del reloj marcan
dios de si mismo, el fin próximo del
tiene el poder de mundo y el co-
transformarse en mienzo del reino
ira o en luz en esta de l Espíritu Santo .
vída.•• Los siete círculos
son cualidades d e
Jacob 8oeilme, la naturaleza, los
Thoosophische dlas de la creación
Wercke (Escritos y los espiri tus de
ceosóficos). Dios. El alfabeto
Amsterdam, 1682 en el interior de la
esfera indica • la
lengua revelada de
1 ~ naturale1:a ». que
nombra las cosas
((se nsualmente)),
es decir, por sus
cualidades intrín-
secas. Se perdió
cuando Adán cayó
de la cifra 1, la
unidad d ivina.

Jacob Boehmc.
Tfleosopflische
Werke (Escritos
teosóficos). Am·
st'erdam, 1692

216 EL OPUS MACONUM: Luz y tinieblas


EL OPUS MACONUM: Luz y tinieblas 217
Luz y tinieblas En el año 1600, a la edad de veinticinco años, el zapatero Jacob Luz y tinieblas
Boehme es arrebatado, según el testimonio de su discípulo y bió-
grafo Abraham von Frankenberg, «por la iluminación divina(... ) y, en
un instante, a la vista de una vasija de estaño, de apariencia amena y
jovial, es transportado al interior profundo o centro de la naturaleza
secreta».
El propio Boehme aseguró que durante un cuarto de hora había
sobrepasado las puertas del infierno. <<Reconocí y vi los tres mundos
en mí( ... ), reconocí todo el ser en el bien y en el mal, cómo una cosa
deriva de la otra( ... ). Mi vista logró penetrar en el caos, en el que
todo está, pero no me fue posible ver su desarrollo.» Boehme com-
probó que «todas las cosas se reducen al sí y al no>•, y que «no existen
dos cosas adyacentes, sino una sola( ... ). No hay más que estas dos
cosas, en confrontación permanente; el resto es nada, está quieto y
sin movimiento».
Sólo en la lucha constante de las siete cualidades naturales, en
el giro de la <<rueda del miedo>>, se manifiesta la Naturaleza.
<<Boehme fue el primero en concebir la vida del cosmos como una
lucha pasional, como un movimiento, un proceso, una génesis perpe-
tua. Fue necesario ese conocimiento inmediato de la vida cósmica
para que Goethe pudiera escribir su <Fausto>, para que fueran
posibles los Darwin, los Marx, los Nietzsche.» (Nicolas Berdiaeff,
Unground and Freedom, 1958)
Al igual que su precursor, el pastor luterano Valentin Weigel
(1533-1588), Boehme sigue la tradición de la <<Óptica visionaria» que
abarca desde San Agustín y Boecio hasta Hugo de Saint-Victor
(1096-1141). Este último distingue tres planos ascendentes de la
visión:el ojo de la carne, el de la razón y el del arrobamiento místico.
Los dos ángeles de esta escena del liomo ~lcmán. Pero se ha olvidado su pro· <<Con los ojos de la carne», asegura Boehme, no puede llegarse al
Apocalipsis simbolizan las fu,;,rzas h,;,rmé- fundo enraizamiento en la ideología de la
conocimiento, <<sino con los ojos con los que la vida se proyecta en
ticas fundamentales de la solución - cábala judía. que, «no sin razón, h~bian
(solve: Mercurio) y de la coagulación observado sus adveroarios de los siglos mí». Este ojo permite <<penetrar hasta el fondo de las cosas, por
(coagula: azufre). J. Boehme las llama pasados, cosa que las obras recientes encima y por debajo de la Naturaleza».
•el si y ,;,1no de todas las cosas'•· sobre Boehme han contribuido a hacer
olvidar>>. {Gershom Scholem, Zur Kabbala La inmensa influencia ejercida por Boehme en los más diversos
Jacob Boehme, el •Philosophus teutoni- und íhrerSymbolik [De la Cábala y su sim- campos se manifiesta claramente en los encarnizados adversarios del
cus», o •el Hans Sachs de la filosofía bólica], ed. Francfort, 1989)
alemana», ha sido objeto de admiración sistema materialista de Newton, como Goethe o Blake, a quienes
exagerada por su influencia decisiva sobre Grabado en cobre, 1675, en: Jacob Boehme proporcionó los argumentos que inspiraron, en el caso de Newton,
,;,1Romanticismo y las filosofías delldea- und Corlitz, Ein Bildwerk, Corlitz, 1924
los teoremas relativos a las leyes de gravitación y a la teoría de la
naturaleza de la luz. También se encuentra en la obra de Boehme,

218 EL OPUS MACNUM ; Luz y tinieblas EL OPUS MACNUM: Luz y tinieblas 219
Luz y t inieblas que se anticipa así a la de Kepl er, la int uición visionaria de la órbita Luz y t inieblas
elíptica de los planetas, surgida de la polaridad de dos fuegos o cen -
tros.
Según Boehme,
los sabios de la An-
Exposición de conjunto del sistema de Boehme tigüedad nombra-
El círculo exterior es «el gran misterio del abismo (Abyss), pues el ron a los planetas
por sus siete cuali·
ser divi no se engendra a sí mismo en las profundidades, reflejándose dades naturales,
en el espejo de la sabiduría (Sophia).» Esta autoprocreación de Dios • pero ellos veían
n\ucho más lejos.
debida a su propia reflexión en la nada primitiva es el punto de par- no solamente los
tid a d e la t ríada dialéctica, el propio proceso de la creación. siete planetas,
sino también las
El nombre de Dios, Adonaí (esfera superior), «indica la apertura siete cualidades
o movimient o espontáneo de la unidad insondable y eterna». Se en la eclosión de
todos los seres.
encuentran allí en potencia seis especi es de energía seminal. En la S
No exist e un ob·
cent ral se esconde el misterio de la esencia andrógi na de Dios: la jeto en la esencia
do todos los seres
letra S val e t anto para Sophia como para el Hijo (Sohn) virginal.
q ue no posea siet e
La aspi ración y espiración divina de las t res sílabas del Tetra- cualidad es; pues
ellos f o mlan la
gamma, Je-ho-va, como eterna sucesión de sístoles y diástoles, de
ruad~ del centro,
solve et coagula, surge como cont rapunt o inicial, el principio aspi- el o rigen del aw-
rante del Padre vengador: el d el mundo de las t inieblas, que revela frc. on el q u<:!
M ercurio p repara
tres aspecto s: lo pócima d el tor-
1) La fuerza centrípeta de atracción (Saturno), f uente de rigor, mento d~l mied o)).
Lo~ si~te cualida-
dureza y frío des i(nacen con-
2) La fuerza de repulsión, de la «punzante amargura», llamada juntamente. imb ri-
cadas unas en
también «aguijón de la sensibilidad». De ella surgen la movilidad las otras, ninguna
mercuri al y la vid a de los sentidos. es la primera.
ninguna la última».
3) El antagonismo de atracción y repulsión (1 + 2) produce el
movimiento rotatorio <<tormento del miedo>>(Marte). D.A . Freher, en:
Worksof
4) El cuarto aspecto se obtiene porfrotamiento y rotaci ón: el J. BC!hmM,
doble f uego de luz y de t inieblas, un resplandor, la reacción inicial Law-Edirion, 176.4

que Boehme llama «schrack>>. De éste nace el tercer principio, la


naturaleza bipolar y de cuatro elementos y la vida de todas las
criat uras. El segundo principio espiratorio del Hijo, que asciende en
un cl aro f uego espiritual, tiene los siguiente atribut os:
S) Luz o amor, espíritu verdadero (Venus)
6) Intensidad, frecuencia, timbre del sonido, la regocijada
exaltación de los cinco sentidos (Júpiter).
7) La cualidad de esencia l, el «magnum myst erium>> o la substan-
cia del mundo sensible (Luna-Sophia).

220 EL OPUS MACNUM: Luz y t inieblas EL OPUS MACNUM: Luz y tinieblas 221
Luz y tinieblas ·---------------~~--~~---- 1

La luz divina
ilumina todo por
i gu~l. si bien no
es asimilada del
mismo modo: el
tosco corazón de
a baj o la absorbe
como un agujero
negro; el de
arriba, más sutil.
1a asume y la pro-
yecta .

Roberr Fludd,
Philosophia Sacra,
Francfort, 16:z6

«Dual es el aspecto de Dios. Una de sus cabezas es de luz, otra de


tinieblas; una es blanca, negra la otra; una está arriba, otra abajO>>,
proclama el Sefer ha-Zohar, el <<Libro del Esplendor». Escrito en
España en el siglo XIII, ejerció a partir del año 1500 una influencia
más allá de las comunidades judías.
Fludd llama a los dos aspectos de Dios, el aspecto luminoso y el
oscuro, su querer (vol untas) y su noquerer (noluntas). «Dios es
bueno, lo quiera o no, porque en Dios no hay maldad>>. Ni siquiera el
rigor y la ira de Dios constituyen un aspecto negativo. Fue Lucifer
quien, al prender la chispa de la discordia, lo convirtió en «un horri-
ble aguijón de la muerte y un amargo veneno>>.

El sombrío caos primaterial (a la izquierda) su alter ego, Dioniso que lo descuartiza


es el p rincipio centri peto en Dios, <<en el siete veces en la noche y lo recompone
que sus rayos se orientan a su propio cen- otras siete veces en el di a.
t ro». Pero en sus entrañas se oculta • la
piedra angular de luz». El principio de luz Roberr F/udd, Philosophi~ Moysaica,
creador y centrifugo (a la derecha) esta en- Gouda, 1638
carnado por Apolo . Este es el mismo que

222 EL OPUS MAGNUM: luz y tinieblas EL OPUS MACNUM: Luz y tinieblas 223
Luz y t inieblas Luz y t inieblas

ull~vamos ~n no-
sotros el centro de
la Naturaleza: si
hacemos de noso·
tros un ángel, se·
remos un ángel; si
hacemos de noso·
tros un demonio,
también lo sere·
mos: nos hacemos
constantemente
en la creación,
cultivamos nues-
t ro campos.»
(Jacob Boehme)

D.A. Frchtu, P~ra·


doxa Emblemata,
manuscrito, s. XVIII

Partidario del ideal revolucionario de li· mundo se ven como invertidos en un


bertad y adversario de todo tut elaje moral espejo. Blake compara esta inversión de
y político, Blake redactó en 17go, con sus valores con la inversión caracteristica
Desposorios del Cielo y del Infierno de las cajas tipográficas.
(Marriage of Heaven and Hell), una agria
polémica contra los valores tradicionales La ilustración de arriba evoca una visión de
del Bien y del Mal asimilados en alma y Jacob Boehme en la que el cielo y la tierra
cuerpo. • Lo cierto es que el cuerpo del están mutuamente imbricados como el
hombre no se diferencia del alma. Pues lo alma y el cuerpo, •Y sin embargo, la natu-
que se llama cuerpo, es parte del alma, raleza de uno no se manifiesta al otro•.
percibido por los cinco sent idos( ... ). La Los fecundos ángeles celestes cflotan
única vida es la energía, y ésta proviene en las dulces aguas de la matriz•. y los
del cuerpo; la razón( ... ) es el limite ex- ángeles infernales y estcriles •están ence-
terno de la energía». Segú n el modelo ca- rrados en el implacable fuego de la ira».
balístico, los mundos inferiores son reflejo (Boehme)
de los mundos superio res de luz, y por
consiguiente todos los valores terrenales y W. Blake, Los buenos y los malos ángeles,
l ~s representaciones mora les en este hacia 1793- 1794

224 EL OPUS MACNUM: Luz y t inieblas EL OPUS M ACNUM: Luz y t inieblas 225
Luz y tinieblas Luz y tinieblas

«Es menester que busquemos la luz; pero es una luz tan delgada y El Rosa-cruz inglés,
Thomas Vaughan
espiritual, que no podemos asirla, por eso tenemos que buscar su (1622-1666), narra
morada, la substancia celeste, etérea y oleaginosa.» Así formuló en aqu i su encuentro
con Thalia, la musa
1651 su teoría de la luz el Rosa-Cruz inglés Thomas Vaughan (cono- de la naturaleza
cido bajo el seudónimo de Philaletes), algunos años antes de que su florida . Ésta, des-
pues de quejarse
compatriota Newton iniciase sus experimentos sobre la luz, en los vehementemente
que «sometía a tormento» (Goethe) a la luz, que en de haber :;ido
violada por los al-
su opinión se componía de corpúsculos sólidos. quimistas dellabo·
Sin embargo, no fue la teoría mecanícista ratorio, lo conduce
a los montes de
de los corpúsculos, sino la idea alquimista de la
sal filosóficos de
«Virtud cohesiva de lo oleaginoso, como principio la luna, de donde
nace el Nilo esper-
sulfúrico de condensación, lo que permitió elabo- mático de la prima
rar la ley de la gravitación y de la fuerza eléctrica materia. Las ti n ie-
blas de la región
de atracción. (Gad Freudenthal, Die elel<trische
representan las
Anziehung im 17. Jh, [La atracción eléctrica en el falsas doctrinas
aristotélicas, en
siglo XVII]( ... ), en: Die Alchemie in der europa-
las que se yerra
ischen Kultur- und Wissenschaftsgeschichte [La hasta el descubri-
alquimia en la historia europea de la civilización y miento de la sal ál-
cali, la divina e in-
de la ciencia], Wiesbaden, 1986). visible <<luz de la
En su tratado hermético «Siris», editado en Naturaleza. El dra -
gón verde es el
La «piedra filoso- 1744, el obispo Georg e Berl<ley reitera su convicción de que puede «mercurio de los
fal acuosa», de J.A.
fabricarse oro condensando la luz e «introduciéndola en los poros sabios)), cuyo te·
Siebmacher{161B),
soro sólo descubri-
es una de las obras del mercurio». También Newton opinaba que la luz podía convertirse rán los que son
alqu imico-cristoló-
en materia, y viceversa. Hasta ahora nadie ha podido refutar esa puros como niños.
gicas en las que el
efecto salutífero opinión, al contrario: los más recientes descubrimientos científicos /renco Philalerhe
del la pis mercurial
se equipara a la
del siglo XX permiten deducir que la materia es luz condensada. (T. VaugiJan),
Lvmen de Lumine,
ccpiedra ;Jngular El concepto paracélsicq de «luz de la Naturaleza» que penetra en Hamburgo 1693
celeste)).
todos los planos visibles e invisibles del universo, corresponde a la
concepción gnóstica de la luz interior o rayo divino, que, encerrada
en la materia, la ilumina a partir del centro.

226 EL OPUS MAGNUM: luz y tinieblas EL OPUS MAGNUM: luz y tinieblas 227
Luz y tinieblas Luz y tinieblas

A comienzo s del
En su «Historia de
~igloXVII, la ceo-
la teoría de los eo·
río cnrtcsiana do lores•. Goethe es·
los corpusculos
cribe, refiriéndose
produce el paso de
al «Ars magna lucís
una concepción or·
ct umbrae)) de
gánica del mundo
l<ircher: «Por pri·
a otra mecan icista mera vez se de·
y motemática. Los muestra clara ·
alquimistas ex pe·
mente que la luz,
rimen tales y los
la sombra y los co·
partidarios de la
lores deben consi·
alquimia tradicio·
derarse elementos
nal. tachad os
de la visión, y que
ahora d e •paracél ·
los colores son un
sicos exaltados•.
producto de las
mantienen postu·
dos primeras.•
ras ir reconciliables
Luz y sombra est~n
y mutuamente in·
rcpr~scntadas:
transigcmt~s,
aquí como el
como se aprecia en
águila bicéfala de
este grabado en
los Austrias. colo·
cobre que ilustra
cada sobre la égira
la portada «Ars vi·
del sol (Apolo), de
traria experimen·
la misma f orma
talís•. de Johann
que los colores, en
Kunckel: a la iz·
forma de pavos,
quierda está la ex·
están sobre la luna
perienri3, cuya • luz ( Diana). Los rayos
de la Natura-leza
luminosos corres·
se enciende por el
ponden a los gra·
sol de la verdad en
dos d<!l conocí·
el espejo de la ra·
miento; obsérvese
zón; a la derecha.
que el mundo sen·
la "sinrazón» y la sible, en sentido
fanta sía lunática
p latónico, tiene
errando por las
solamente el
tinieblas de la
rango que le con·
locura.
f icr<! la débil refle·
xión de la luz di·
Johann Kunckel. vi na. oscurecida
Ars vitraria
por la oscura ca-
experimentalis,
verna del cuerpo.
Núremberg, 1744
A. Kircher, Ars
magna lucís, Roma,
1665

228 EL OPUS MACNUM: Luz y tinieblas EL OPUS MACNUM: luzytinieblas 229


Lu:t y 'ti niobios Luz y tinieblas

.. construir el
fn ~ u w.Ar-; magna
mundo visible con
lucl~ ·. Kirchcr pre-
luz y tinieblas. O
>Cnta las primeras
disolverlo en luz
linternas mágicas,
y tinieblas. Esa es
que hizo tan popu-
nuestra misión,
lores. Este instru-
pues este mundo
mento, que servía
visible, que noso-
p ara proyecta r
tros consideramos
imágenes pintadas
unitario, está he-
sobre vidrio,
cho, en realidad,
puede ser conside-
con dos elementos
rado precursor
primeros mezcla-
del p royector de
dos según el mejor
diapositivas o de
arte.» (Goethe,
películas. los
Physikalische Vor-
experimentos
trage [Lecciones
ópticos de Giam-
de física], 1806)
battista delta
Porta (1540-1615)
Franciscus
desempeñan un
Aguilonius, Optica,
papel importante
1611
en 1a puesta a
pu nto de este
instrumento por
Luz y sombras
l<ircher.

A. Kircher, Ars
magna lucís, Am-
sterdam, 1671

Ilusiones ópticas

EL OPUS MACNUM: Luz y tinieblas 231


230 EL OPUS MACNUM: Luz y tinieblas
Lux y tinieblas lux y tinieblas

No 1: Forma y El gran acopla-


materia, principio miento del cielo y
espiritual y princi- la tierra:
pio material; !:im-
bolizados por dos ·El result ado d e
peines, uno claro esta unión se ve en
y otro oscuro. la figura no 2 : el
fuego espiritual se
N• 2: • El hemis- solidifica gradual·
ferio superior mente a medida
corresponde al que se aproxima a
principio mascu- la tierra.~
lino procreador,
y el otro al feme- El influjo espermá-
nino, dispuesto a tico divino es el
recibir la simiente famoso rocio de
de la luz. Este los alquimistas,
hemisferio ma te· que solamente
rial se pa rece ala se puede recoger
cera, modelada en las noches de
con el sello del primavera, con
Espíritu .>> cielo total mente
serenoyiempN3·
Roberc Fludd, tura suave.
Utriusqve Cosmi,
Oppenheim, 1619 Robert Flvdd,
Utriusque Cosmi,
Oppenheim, 1619

232 EL OPUS MACNUM : Luz y tinieblas EL OPUS MACNUM: Luz y tinieblas 233
Lurc y tlnloblos Luz y tinieblas

1o~ do~ vect o res • Proclamo ante


tJ.tratc t o~. tongen- Dios que podría
,._,, ol circulo decir tantas cosas
tentral que rcpre- sobre las posibili·
r.onttt lo tierra. dodc.s de. aplica-
pasan por los ción de estas d os
~ose n ta y tres pirámides, que
estratos del podría llenar con
mundo superior e ellas un grueso
inf erior del cos- tomo.• (Fiudd,
mos hinduista. El Philosophical Key
fondo rojo indica [Uave f ilosófica] ,
la masa hecha hacia 1619)
de átomos del
espacio infinito. El sector superior
es la región del d i·
Aguada sobre vino fuego celeste
papel, R~jasthan, (el Empí reo); el
hacia1800 sector inferior, el
cielo elemental.
El del med io, com-
puesto a partes
iguales por luz
superior y materia
inferior. se sitúa
en e l éter, «aire
ígneo•. La órbit a
del sol pasa exac-
tamente por los
puntos de inter·
sección. •por eso
los p latónicos le
dieron el nombre
de esfera del alma
(sol-sou/)».

Robert Fludd,
Utriusque Cosmi,
Oppenheim, 1619

234 EL OPUS MAGNUM: luz y tinieblas EL OPUS MAGNUM: Luz y tinieblas 235
~u:r. vtlnlobloc La escala

Ningún otro pensador medieval ha in· Pico della Mirandola, llegando incluso a En el segundo
fluenciado tanto los sistemas hermético- Giordano Bruno. Fludd le debe sus teore· diagrama del
teosóficos de los siglos XVI y XVII como mas más importantes, y, por mediación de Cusano, que él
Nicolás de Cusa (1401-1464), neoplatónico Valentin Wcigcl. se piensa que su teoría llama ·Figura uni·
y sabio universal. La idea que él se hacia de del conocimiento se reproduce, en parte, versi» (U), están
la negación absoluta de los contrarios en en la obra de Jacob Boehme. inscritos en la deli·
Dios y las especulaciones sobre la infinitud mitación deluni·
del cosmos y de los derivados de ella im· En su tratado ·De coniecture• (hacia verso, tres mundos
pregnaron también a Marcilio Ficino y a 1440), Nicolás de Cusa expone su teoría encasuados: el
de los cuatro planos del conocimiento, de mundo de Dios, el
los que participa el hombre, con ayuda dc la inteligencia y
de dos diag ramas. el del alma, do·
hasis pyramis tcnebrae tada de razón,
La <<figura paradigmática• (P) muestra el cuya periferia esta
universo en la intersección de dos pirámi · formada por los
des, cuyas bases llama unidad (unitas) y sentidos . En esta
alteridad (alteritas) . Ambas pirámides con . región inferior
tienen, según él, todas las oposiciones: son inevitables las
Dios y la nada, luz y tinieblas , posibilidad contradicciones.
y realidad, lo general y lo particu lar, lo En la del medio se
masculino y lo femenino. eliminan, y en el
mundo superior, el
Ascenso y descenso, evolución e involu· de Dios, sola·
ción son una y la misma cosa. La progre· mente existe la
sión del uno es la regresión del otro. «Dios afirmación.
está en cl mundo• es igual que «CI mundo
está en Dios». Nicolas de Cvsa,
De coniecruris, ed.
Nicolás de Cvsa, Df! coniecturis, Hambvrgo, 1988
ed. Hamburgo, 1988
En la modificación
de la figura U de
Kircher se encuen·
tra~ asimismo,
la cadena de mun·
dos, cada uno de
los cuales, según
el Pseudo-Areopa·
gita, está subdivi·
di do en nueve co·
ros, coincidiendo
la esfera inferior
de cada coro con la
esfera superior co·
rrespond ientc .

A. Kircher, Musur-
gia Univers~lis,
Roma, 1650

236 EL OPUS M ACNUM: luz y t inieblas EL O PUS MACNUM: La escala 237


Ln occnln La escala

El autor de •Aurea catona Homeri• (1723), rocío o de lluvia y se trasforma, por con- .. un cuádruple
que se supone es un médico austriaco lla- densación, en nitrato, de natu raleza mas- globo de fuego
mado Kirchweger, describe de forma expli- culina O, y sal álcali 8 de naturaleza feme- rige la obra.••
cita, en los tres tomos de la obra citada, el nina e.
circuito de la Nawraleza como perpetuo
flujo y reflujo del espíriw del mundo 0 . Un Juntos engendran la sal ácida alcalina.
espíritu que llega a la tierra en forma de Estos tres componentes forman todos los
elementos y se transforman, después de
la muerte y de la corrupción, nuevamente
en rocío y en lluvia.

En los años 1768/69, cuando Goethe se


entregó al estudio de la alquimia, conce-
"oofufum. dió gran importancia a esta obra, ya que,
decía, •aun siendo un poco fantástica, lo
expone todo do forma muy consecuente•.
Spirirus Mundi vo~ bti!D incorporeas, No sólo le inspiró los versos •¡Cómo todo
se teje en un conjunto,/ cómo una cosa
act(oa y vive en la otra!/ ¡Có mo fluyen y
Spiritus Mundi addu~ corporeus, refluyen las fuerzas celest!l>s/ y se tienden
las vasijas de oro!» (Fausto), sino que
también le incitó a hacer sus propios expe-
S¡•iritus ll.fandi 6xu¡ rimentos. En ·Dichtung und Wahrheit»
alcalio.1s corporeuJ.
{Poesía y Verdad), que para dichos experi·
mentos eran necesarios los álcali s, que
M¡rcria primaomniom concreton¡rq (ublun.to <<evaporándose en los aires, deberían
num ~di:Uil feu 'A:r.atb. unirse a los espíritus sobrenaturales y dar
una misteriosa sal media».

mlllia. A.J. Kirchweger, Annulus Platonis (Auroa


Carena Homeri), 1781 reimpresiótl Berlfn,
1921
•la de mas abajo es la de Vulcano, la otra varan las serpientes de su propio genero,
de Mercurio, la tercera de la luna, el sol se que las activan y las transmutan.
eleva en la de más arriba, que es el fuego
Mine~ de la Naturaleza. Déjate llevar por esta ca- El fuego de arriba, fuego solar, representa
dena, y que te lleve d e la mano en el arte.• el gran arcano, que Paracelso llama •claro
Spirírus Mundi con.- El fuego elemental inferior, que es el alfa y fuego esencial• por oposición al oscuro
c:mtnnlf fixu6, úv• el omega de la obra, penetra todos los de- fuego elemental. Este fuego es el agente
Exrné\um Chao- ricum pucum. más, y une, por su acción magnética, todos creativo en la obra. Alcxander de Bernus
los elementos de la cadena. Cada fuego indica, en este sentido, el parentesco de
Puftllio ~onfurn. maca, ftve Q,~¡inra tiene en la obra su centro y su movimiento los nombres latinos de sol y sal.
EifCIDij¡ Univedi. propios, actuando recíprocamente uno so-
br¡¡ el otro . El fuego lunar y el fuego mer- M ichael Maier, Atalanta fugiens,
curia l son menstrva, potentes disolventes. Oppenheim, 1618
Míchael Maier los llama dragones que de·

238 EL OPUS MACNUM : La escala EL OPUS MACNUM: la escala 239


l.r~ o::cola La escala

L ~onln~ de una se- El arbol del alma


rie de il ustr~ciones e nraiza en el
sobre la creación mundo sombrío
del mundo a partir de 1~ ira divina,
de tres tipos de (!Xtendiéndose
energías: las que sus ramas en dos
dan vida, las que direcciones: a la
la mantienen y las derecha, la volun-
que provocan la tad del ego, in-
disgregación. los fluida por el • espí-
circulas energéti- ritu oprímente y
cos se penetran sideral de este
mutua mente y mundO», así como
e manan de una por las influencias
sola fuent(!. astrales del cielo
igneo inferior. A la
Pinwra de la In- izquie>rda, la abne-
dia occidental,
1 gación, que recibe
hacia el s. XVIII la luz del Espirítu
•1
Santo. Sólo este
tronco se eleva a
lo alto, a través de
los cuatro mundos
cabalistícos o es-
tratos del alma .

O.A. Freher, en:


Works ofJ. Behmen,
Law-edition, 1764

240 EL OPUS MACNUM: la escala EL OPUS MACNUM: la escala 241


Lo occttla La escala

l tl trJyector ia d e ~(Así como el Crea4

1~ Izquierda es la dor. que es tres


del al ma que d es- personas en uno,
ciende los n ueve desciende hasta
grados d el Emp í- nosotros pasando
reo y del cielo por la jerarquía
etéreo, d onde se de ángeles, cuyos
encuentra el tres coros presen-
mundo elemental; tan t res divisiones
la trayectori a d e la cad a uno, de la
d erecha muestra misma manera de-
el camino inverso, bemos elevarnos a
que va de la tierra él por la misma vía,
al Empíreo. As- como por la escala
censo y d escenso de Jacob.» (Atha-
son la misma cosa, nasius Ki rcher,
dice el Cuoano. Musurgia univer-
«El arte de la con- salis, ed . 1662)
j et ura» consiste
en reunir ambos La división d e las
mediante un regiones superio·
esp íritu avisado . res del cosmos en
nueve coros de án·
Para esta d ivisió n geles está tomada
en g rad os, Fludd de la obra •De las
se inspiró en la j erarqu ías celes·
representación d el tes•. del Pseudo-
lamd a pit agór ico, Dionisia de Alejan-
divulg ado en su d r ía (hacia el año
«De Harmonia 500). Esta obra fue
Mundi» (1525) por traducida al latín
Francesco Gio rgio, en el siglo IX por
monj e f ra nciscano, el f ilósofo irlandés
d evot o de la Juan Escoto
esp eculació n con Erígena. cuya obra
los nú meros. principal, <<De la
división de la
Robert Fludd, Naturaleza•. des·
Philosophia sacra, cribe el mundo
Frandort, 1626 como una emana 4

ción d e Dios a la
que habrá que
retornar necesa-
riamente.

Manuscrito del
s. XII

242 EL OPUS MACNUM: La escala EL OPUS MAGNUM: La escala 243


1.. occola La escala

Frngononto de «La escala decimal»


In Ar . ' il !, il'il1i1' \
che•)'· · Norncn quad nhrerum col \Nomen ou,dtiliccrí•<>ren
~i1 'Nl~:-1 1l' . ·-·
•Las fuerzas natu rales nos son otorgadas E:__ . 1
.. /l-urn dc-rf"m lict:urum. fu m tite(' m literarurn. ·
por medios naturales; las fuerzas celestes
· i1'i1x n1n" ·o·i1'7~( '7~ -;;¡.,~i
provienen de medios abstractos, matemá·
ricos, celestes•. afirma Agrippa de Nettes-
Ibc!C • lo<i (O({a
; grammma T crug.
l nm• El !01.:l'..i
'1"1111:
, .Eiohooa
; Eioha
heim (1486-1535) en su obra fundamental
ron !'lohim. \Gibor
sobre la magia •De occulta Philosophia,.,
una compilación de ideas neoplatónicas ,n, . no:m m;J : 1on· n1l:lJ m~~
con textos de origen árabe sobre la magia Kcth Hoc!Jm a Binah H~ fcd l Gcb u· 1"•ph r .
astral y la tradición cabalística. que el .,¡, rroh
autor tomó, en su mayor parte, de los In m un ·~ t.Tcru• 1'ii"Wiii ~~"••-.u4
escritos Pico della Mirandola . do illte!" p h im )>ím ' narióes re s tes
hgibili. ' H•i oth orh anlm Aralim . Hafma · Seta· Mah-
, haKa . ¡

i
llim lph im chim
La escala está dividida horizontalmente dos f 1 !
~~~at ~~!¡,: Zad~icll Cn mael c~apha·
en seis peldaños que van desde los infier-
nos al mundo de arquetipos con los diez rphicl
nombres de Dios y los sephiroth, pasando 1
por el mundo ele mental. Al meditar el --._. K . 1 . M . -1..__,_1 -:-- - ---,.._
mago sobre esta escala y memoriza rla, )R , lllUt~· e!' Jt( . as oc l Sabba-t ~ M3dim sctu: ..
••no quiere aprovecharse únicamente de clo cu:-' ho¡;al- l Fhai ' mes
lelli . ·. !al! m • . ,
las energías y¡¡ prese ntes e n las cosas Pnrn(o ,Sph:rra Sph;¡,ra
más nobles , sino atraer hncio si las de las
regiones superiores».

Agtippa de Nrmcshcim, De occulta P/Jiloso-


phia, 1510
I
::---- mobdcfodiaci

ln nuul Col u . - - - ~
do el e· ba. m'· Pardus ll>raco ~ Aq
---
· ' . uila
~>~umi¡· :!~;~ra ~~f.~~· 5s!J\'s~ra
-
, · -Ec¡uus . · 1..co ·
·~ . .· .
- -paaus
In .nu .. 5 .
- - -~
C<rebrum Splen 'H-cpu - --
( Ot
non • ~ 1 Fcl
~)~ · «
In mun ¡· t'cudo~~ ~ --
.;,oinccr <l•c· (Spmlus .. •va~a m
.•¡ rVhorrs 1-ra:
¡ Jl
- -1.
"n
.. ali. ' ' t men dacr¡ ·quauu •cclcr(, •& Acre..:
atores po••ft•
tes

Los peldaños de la jerarquía que compo· corresponde a la aprehensión directa de la


ncn la configuración del macrocosmos palabra divina en la meditación. La escala
corresponden a las diferentes facultades no sube m;is, pues Dios es inconcebible.
de conocimiento en el hombre' de la per·
ccpción sensorial, pasando por la imagina· Robert Fludd, Urriusque Cosmi 11, Oppen-
ción y el entendimiento, hasta llegar a la heim, 1619
comprensión profunda. El último peldaño

244 EL OPUS MACNUM : La escala EL OPUS MACNUM: La escala 245


Lo oseala La escala

El Intelecto se en- El principio fundamental absoluto del método de Ramón Llull (Rai-
cuentra aqui al pie
de la escala d e la
mundus Lullus) lo forma una serie de nueve cualidades o nombres de
Creación, que p a- Dios, como el Bien, la Gloria, el Poder, que se encuentran también en
sando por el reino
mineral, vegetal,
la mística judía y en la islámica. Estos atribut os divinos los combina
animal, humano y con las letras que van de la B a la K. La primera letra está ausente, ya
angél ico, conduce
que está rese rvada al aspecto oculto de Dios, el En-Soph. La clave al-
a Dios, d ond c RamónUu/1,
Sophia, la sab idu - gebraica mayor se compone de nueve predicados relativos, cuestio- Ars Brevis, Opera,
ría, ha construido Estrasburgo, 1617
nes cardinales, sujetos, virtudes y vicios. Girando los discos, en los
su morada. El
personaje que re - que está puesta la serie de letras en círculos concéntricos, se obtie-
presenta el inte- nen mecánicamente todas las combinaciones posibles de estos con-
lecto tiene un ins-
trumento en la ceptos, pudiéndose no sólo contestar a todas las preguntas posibles,
mano que debe sino también averiguar nuevas cuestiones.
permitirle subir y
bajarlos peldaños : La gran influencia del «Ars Raymondi» se debe a que Llull di na-
se trata del disco miza el pensamiento y lo despeja de las estructuras jerárquicas del
del ars generalis
del filósofo cata · edificio conceptual de la Edad Media. Los conceptos se relativizan
lán y místico cris- aquí en una relación reversible de unos respecto a los otros.
tiano Ramón Llull
(1235-1316). Llull
El Cusano llamaba a este disco «una t eología circular». Su teoría
diseñó esta ce cien~ de la negación de los contrarios en Dios y de la infinitud de todas las
cía universal» para
probar la superio-
cosas sólo fue posible gracias a la incisiva doctrina !luliana.
ridad de los dog • Leibniz, el inventor de la máquina calculadora alemana, elogia
mas cristianos a Cíordano Bruno,
a Llull como padre de una lógica matemática rigurosa. «Del sueño .opera>,
los adeptos de las
dos grandcs reli· matemático de Llull», dice Ernst Bloch, <<ha nacido toda una industria ed. Nápoles, 1886
giones que had an
del pensamiento con la velocidad como embrujo». (Das Prinzip Hoff-
la romp etencia al
cristianismo, el ju- nung [El principio esperanza], Francfort del Meno, 1974)
daísmo y e l Islam.
Los cabalistas cristianos lo incluyeron en sus filas después de
RamónL/u/1, muerto, y su arte combinatorio fue retomado por Agrippa de Nettes·
De nova Logíca, heim y por Giordano Bruno, que lo cargaron de elementos de la
1512
magia astral. Como la rueda en rotación sirvió siempre de modelo a
los procesos evolutivos, Llull se aseguró también la simpatía de los
alquimistas, que le endosaron un sinnúmero de escritos herméticos.

EL OPUS MAI<NUM: la escala EL OPUS MAI<NUM: la escala 247


Lo occola La escala

Tabla de combinaciones con los sujetos


Athanasius J<ircher utilizó el arte combinatorio de Llull para elaborar
t:::::1 \.1 .o-e generales en el centro (hil era superior:
un método general con el que pudiera reunir todos sus innumerables Dios. los angeles, el cielo); arri ba, a la
investigaciones aisladas en una gigantesca red de conocimientos. tX ·O w izquierda: los principios absolutos, atribu-
tos de Dios (hil era superior: el Bien, la
l<ircher compartía la opinión de los cabalistas de que la Creación era .M, J.lt .•Ati" Gloria, la Perseverancia); arriba, a la
un acto combinatorio, un proceso de reproducción por la infinita dNecha: los pr incipios relativos (hil era
superior: la diferencia, la analog ía, la
permutación de los nueve atributos revelados de Dios, los sephiroth. oposición); abajo, a la izquierda: nueve
En consecuencia, el universo entero no es otra cosa que un entra- proposiciones; abajo, a la derecha: nueve
cuest iones.
mado de analogías y correspondencias estructurales sujetas a las
leyes de la lógica y de la armonía. Athanasius Kircfler, Ars m~gn~ ~ciencli,
Amsrerdam, 1669
En su «Ars magna sciendi>>(1669), l(ircher construye, basándose
en la teoria de Llull, un extraño e imponente sistema de signos, en el
que reemplaza los conceptos por «jeroglíficos». Estos tienen para él
una significación simbólica que va más allá de lo perceptible por los
sentidos.

l a f igura A del Ars


de Llull. El entra·
ma do tiene por fin
señalar las re lacio- <<Esquema universal para combinar
nes trinita rías de cuestiones con t odos los sujetos
los nueve atribu- posibles.»
tos d e Dios. El
siste ma está e m- At hanasíus Kircher, Ars magna sciendi,
parentado con la Amsterdam, 1669
t eoría del enea-
grama de Curd·
jieff. Los dos siste·
mas provienen del
sufismo, mística
islámica t eñida de.
neoplatonismo y
d e pitagorismo.

At/Janasius Kirc/Jer,
Ars magna sciend¿
Am~terda m, 1669

EL OPUS MAc;NUM: la escala EL OPUS MAc;NUM: la escala 249


Ln c aco la La escala

ulO$ nueve f ilóso· Los treinta pelda·


ros en la margen ños de la escala
i~qulcrda encar- representan las
nan la!t nueve treinta virtudes
dudas que p ueden mencionadas por
surgir frente a las San Juan CJimaco,
nueve realidades prior del convento
objetivas del uní· del Sinai hacia
verso, relaciona- finales d el siglo VI,
das en la pri mera en un tratado des·
escala. t inado a edificar a
sus monjes. Frente
Ramón L/u/1, Brevi· a frente, el mismo
culum, s. XIV nú mero de vicios
encarnados por los
diabl os. En lo alto
ele la escala, el
prior en persona ,
e l más virtuoso de
todos .

((La escala celeste,


de San Juan
Clímaco, s. XII

Valiénd ose de la segunda escala, Llull de· alcanzarse mediante la ~cuerda de la gra·
muestra los nueve pr incipios absolutos y cía• que Dios tiend e desde lo alto. De ella
relat ivos: •( ...) estas reglas conducen de la pen den el i nt electo, seguido por la memo·
torre d e la fo y de la gracia a los principios ria, voluntad y las siete virt udes. Los siete
seguros, ya que ll evan en ellas las ca usas vicios se abrasan en el infierno (Trad. de
mismas de la razón disp uesta a recibirlas las inscripciones: W. Büchci! T. Pindl·
fuera do la duda que p lantean vuestras Büchel, en: Lull us le Myésier, Electorium
cuest iones.• Pero el arto no va más a ll~ de parvum seu Breviculu m, Wiesbaclen,
las almenas. La punta ele la torre y la Trini· 1g88}.
dad rodeada de gloria so lamente pueden

EL OPUS M ACNUM : La escala EL OPUS MACNUM: l a escala 251


Lo occnla
La escala

IIUGCI'Ocfón de un
El ascenso a lo!i so ..
devocionario je-
cretos de la ma!;O ·
~ulta: • Observa en
neria se basa en
esta hora A lo que
tres; •Luces mayo·
quieres hacer hoy,
y( ... ) B orienta tus
res. : la Biblia. el
compás y la cscua-
obras y tus pasos
d ra. El glifo!Gicle-
( ... )a la gloria de
Dios. C con un fine la tare~ d el
masón, represen·
corazón ardiente;
tándolo como un
ten la certeza de
que sin O la gracia punto en el centro
de un círculo en
de Dios nada pue-
relación con el ho-
des( ... ). Ejecuta
rizonte circular de
tus trabajos segün
E el peso, nümero la eternidad. Las
dos perpendicula·
y medida, y todo
res son los dos
como si fueras a
morir F en seguida
Juanes. el Bautista
y el Evangelista,
C, y los ángeles y
que los secundan.
el H diablo obser-
varan todos tus la escala de Jacob
simboliza el pro-
actos. Haz 1b ue-
ceso que dará
nas obras. como si
K tu tumba ya lugar a la transfor-
mación de la pie-
estuviera abierta
dra tosca (apren-
(... ).Lleva a buen
dizprimamateria)
término tus traba-
jos L, a imitación en piedra cübica
(el lapis).
de Jesüs y de los
santos; M los án-
geles presentarán Las figuras fe me-
ninas son la fe,
(tus obras) ame
la esperanza y el
Dios. Pero, sobre
amor. Las colum-
todo.( ... ) piensa
nas son la fuerza
siempre N que
(S). la sabiduría
Dios y la corte ce-
(W) y la belleza
lestial te observan
(B). El mosaico del
sin cesar.»
pavimento mues-
traque el grado
A. Sucquet, Via
del aprendiz está
Vitae Aetemae,
preso aün del pen-
Amberes, 1625
samient o antinó-
mico.

J. Bowring, Panel
de trabajo para el
1• grado. 1819

252 EL OPUS MACNUM: la escala EL OPUS MACNUM: la escala 2 53


La escala

M IC!n tri\~ e l O!:·


Las dos columnas,
c<1 n ~o lln lll panel
Jachin y Boas,
dlll aprendiz se indican que nos
hoto por la escala encontramos
recta hacia arriba ahora en el inteñor
-slmbolo de lavo· del Templo de
luntad inicial, que Salomón . Los siete
sigue a una pro·
escalones simboli·
yección-, en el zan las siete fases
nivel avanzado del proceso de
del oficial hay un iniciación. los
camino curvo en
siete niveles de
forma de una esca- consciencia y las
lera de siete pel· siete anes libera·
daños, de la que
les.
no se sabe dónde
está el comienzo Todo transcurre
y dónde está el aún en las siet e sa·
final. Se expresa las laterales del
aquí el transcurso templo : el Santo
lento y orgánico de Sa ntos en el
del proceso de
centro sólo es a e·
maduración aspiri· cesible «cuando
tual. Imagen de de dos se haga
ello es también la uno» y se franquee
espiga que crece a la puerta de la
la orilla del río muerte y de la
eterno de la vida. putrefacción
(cf. pág. 1g$)
J. Bowring, Panel
de trabajo para el F. Curtís, Panel
2• grado, 1819
de trabajo del2•
grado, 1801

254 EL OPUS MAGNUM : la e scala la escala


Cl OPUS MAGNUM: 255
Lo C!:Cola La escala

• El progreso ende- Moisés tuvo un


reza el camino; sueño; • ( ... )soñó
pero los senderos con una escalera
tortuosos son apoyada en ti erra,
los propios del y anya cima tocaba
genio.» los cielos, y he
(W.Biake, aqui q ue los ánge-
M arriage of Hea- lar de Dios sub ían
ven and H ell, 1793) y baj aban p or
ella•. (Gén . 28,12)

En Blake, la ima-
gen de la escala de
Jacob está intima-
mente ligada a la
anatomía d el oido,
cuyos canales au-
d itivos llama
• escalera en espi-
ral sin fin q ue lleva
hasta el último
cielo». La <<aper-
tura del oid o in-
t erno Qra para
Swedenborg, cu-
Ph.O. Runge, yos escritos
Perspectiva de una conocia b ien
escalera de caracol Blake, la cond ición
previa d e la t oma
de contacto
¡Quiero!, ¡Quiero!
con los mundos
superiores.

W. 81ake, La escala
de Jacob, hacia
1800

W. 81ake, The Ciares


of Paradisc, 1793

256 EL OPUS MACNUM: La escala EL OPUS MACNUM: l a escala '257


Ln oseolo La escala

1) L~ columna de El alquimista anda


Jnchin a locas hasta que
2) La columna de la liebre volátil y
Boas mercurial le mues-
3) Las si oto gra- tra la verdadera
das del Templo materia inicia l,
4 ) El pavimento tras cuya tosca fa-
de mosaico chada se esconde
S) La ventana al un palacio al que
Occidente se accede por los
G) El tablero de siet e grados de la
dibujo del iniciación. Aquí se
Venerable
unen los principios
Maestro Sol y Luna para dar
7) La estrella lugar allapis. •al
luminosa mercurio filosó-
B) la ventana al
fico•. que corona
Sur la cúpula bajo
9) la plomada la forma de ave
10) la ventana al
Fénix.
Oriente
1 1) El nivel
El zodiaco ind ica
12) La piedra bruta el comienzo de
13) La e~cuad ra la o bra : en mayo,
14) la piedra bajo el signo de
cúbica Tauro. A cada uno
puntiaguda
de los signos del
15) la borla zodiaco le corres·
dentellada ponde una subs-
A El puesto del t ancia química
Venerable Gran
Maest ro S. Michelspacher,
B El puesto del Cabala, Augsburgo,
primer Ce lador 1616
C El puesto del
seg undo
Colador
DEl altar
E El escabel
FG H lastres
l uces

L'ordre des Frilncs-


ma,ons trahi •..•
Amsterdam, 1745

258 EL OPUS MACNUM : la escala I!L O rus MACNUM: La escala 259


El árbol El árbol
fi losófico filosófico

Esta representa- • Planta este árbol


ción del corpus enellapis( ... ),
magnum esta ins- para que los pája·
pirada en la cons- ros del cielo lo ha-
trucción del5rbol biten y se repro·
de los sephiroth. duzctan sobre sus
ramas; pues de allí
Las fuerza!i di!iol- se eleva la sabid u·
ventes y las fuer- ría.» (Theatrum
zas aglutinantes che micum)
estan sentadas
frente a frente so- Eneas, majcstuo-
bre las ramas del samente vestido
árbol: a la iz- de rojo, recibe de
quierda, el volátil su hijo Silvio una
Mercurio con alas rama del árbol de
talares, y a la dere- la vida, que le pro-
cha el Azufre arro- tegerá durante su
jando fuego por la travesía por la pu·
boca. En la rama trefacción y el
inmediatamente fuego purificado r
superio r, y coloca· de los infiernos.
das en d iagonal, Todo hace prever
las fig uras corres- un fel iz término,
pondientes, subli· pues se sabe por
madas y corona - Trismosin que la
das. En el tercer cabeza del cuervo
plano, sc unen se ha vuelto
para dar la tintura blanca.
lunar. De ella nace
el azufre solidifi- S. Trismosin,
cado, hijo del Sol. Splendor solis,
Lleva las coronas s.XVI
de los tros reinos#
vegetal, animal y
mineral.

J. D. Mylius, Anato·
mia auri, Francfort,
1628

260 EL OPUS MACOJ•IUM: El á rbol filosófico EL OPUS MACNUM: El árbol filosófico


LoG cophiroth Los sephiroth

El árbol de los Sephiroth es el núcleo de la cábala, su símbolo más in- Después de la ex-
pulsión de los ju-
f luyente y complejo. Los Sephiroth son las diez numeraciones que, díos de España en
combinadas con las veintidós letras del alfabeto hebreo, constituyen 14g2, el influyente
Isaac luria fundó
el plan de la creación de todas las cosas, tanto superiores como infe-
riores. Son los diez nombres, atributos o potencias de Dios, y f orman
_.... en 1569 en Safed,
en la actual Gali-
~- lea. un nuevo cen·
un organismo palpitante también llamado «rostro místico de Dios» o .. 1

tro de exégesis ca-


el «cuerpo del cosmos>>. Se sustenta en los tres pilares de la gracia balinica de gran
prestigio. Sumís-
(derecha), de la fuerza (izquierda) y del equilibrio central. El pilar del tica está marcada
medio for ma la arteria principal, a t ravés de la cual fluye el rocío di- por la cuestión del
vino en la matriz inferior. En la creación se manifiestan solamente los
siete sephiroth inferiores. La tríada superior se sitúa más allá del ---. -
.,....
rl'
.....
origen del mal . El
Zohar enseña en·
tre otras cosas que
el mal viene de una
tiempo, no siendo concebible en modo alguno. Corresponde en el
sistema cuaternario de los mundos al mundo de la luz divina (Azi-
luth), separado por un velo de las dos tríadas inferiores, la del trono
(Beri ah) y la d e los ángeles (Jetzira). La sephira inferior, Malcut, se
- •
"t
~· ·
ruptura de la sefira
del «rigor» {5),
provocada por la
obstrucción del
canal intermedio,
lo que anuló el
identifica con Assia, arquetipo mental del mundo material. ·:,... efecto mitigador

.. ........ del amor divino

· CD
1 Kether la más alta corona, la voluntad
inicial -
.., {4). Para Luria, la
posible causa de
esa obstrucción
podría ser una rup-
/ ~ 2 Hochma La sabiduría, simiente de todas tura cósmica~ ~e­

@ - @ 3 Binah
las cosas

la inteligencia, matriz superior --


........
........
guida de una caída
de los sephiroth
inferiores, que no
1 1 pudieron soportar
la violencia del
®- /@) 4 Hesed la gracia, el amor. la misericor-
di a flujo de luz supe-
rior. la luz espiri-
5 Gehbu ra tual estaña en ese
1 @ El rigor, el poder condenatorio
caso difusa en la

1/ ~
6 Tiferet l a compasión, el esplendor, la materia, y sólo los
belleza buenos actos de
cada uno podrían

®"" / 0 ®
7 Netzah

8 Hod

9 Yesod
l a perseverancia, la victoria

la grandeza, la majestad

El fundamento de todas las


devolverla al deso·
lado organismo
divino.

El árbol de los
fuerzas activas sephiroth según
1 Isaac Luria,

@) 10 Malcut El reino, la morada de Dios en


la creación
Amsterdam, 1708

262 EL OPUS MACNUM: los sephiroth EL OPUS MACNUM: los sephiroth


Lo ~; ccphiroth
Los sephiroth

l.o~ ~ophíroth se
representan tam- Los sephirorh son
blóo1 como die% un sist ema holls·
conchas o capara- t ico en el que el
zones alreded or todo prosigue y se
do un núcleo inte- refleja infinita·
rior del En Sop h, ment e hasta en las
centro informe e m.ls pequeñas par ·
insonda ble de ticulas.
tod o ser.
En la obra , Kab·
Aludiendo a una bala denud ata >del
estrofa del Cantar teólogo y poeta
de los Cantares cristiano Christian
(Ct 6, 11), los caba· Knorr von Rosen-
listas llaman a la roth (1636- 1689),
meditación sobre editada en Sulz·
este No-ser • des- bach en 1677, se
cender al fondo de ofrece por primera
la nuez• . Tamb ién vez a un amplio
Shakespeare re· p úblico no judío
meda la estrofa una recopilación
cuando hace d ecir de textos cab al ¡5 •
a Hamlet: • O God! t icos origin ales.
1could be boun- Entre ellos, una
d ed in a nut-shell parte del Zohar
and count myse lt'a traducid a al latin y
king of infinite t ambién un texto
space•. y James de Luria . Rosen-
Joyce en su <Finne- roth matuvo estre-
g ans Wake>: chos contactos
• Ma rk Time's Fin · con los discípulos
ist Joke. Putting ingleses d e Boeh-
Allspace in a Not· me, asi como con
shall•. el circulo de Gich·
t el en Amsterdam .
Rollo sephirótico
Polonia, s. XIX ' C. Knorr von Rosen-
roeh, Kabbala denv·
dato, Sulzbach
1684 •

EL OPUS MACNUM: Los se phiroth E L OPUS MACNUM: Los sephiroth


Lo::llophlroth Los sephiroth

L~tn e!~ ti uctura de Los diez sephiroth


loe ~ophiroth, or- no sólo constitu-
denada como un yen el cuerpo cos·
panal, representa mico del primN
las nuevas forma- hombre, Adam
ciones y las reor- Kadmon, con las
ganizaciones del tres cavidades ce-
Árbol después de rebrales y los soete
la ruptura de los miembros. sino
sephiroth inferio- que son tambo:n,
res. Luria llama ~­ segun las ensenan-
esta configuracoon zas de Isaac Luna,
«Parzufim•. ros- reflejos de su ros-
tros de la divini- tro místico, cada
dad. uno de los cuales
subraya un as-
Arriba (52), •el in- pecto particular.
dulgente» (Ke- La sephi ra supe-
ther), entronizado rior, Kether, tie~c
sobre el Pad re por nombre •el on -
(Hochma, SS-65) Y dulgente», <<el
la Madre (Bina h •. santo anciano)) o
66-77)- Los sepht· <<el astro del cos·
roth inferiores ~e mos», del que nace
compendian ba¡o toda vida. El Zo_har
la forma de •el om- precisa que d<l el
paciente•_- s_u des- nace toda vida Y.
posada mostoca, que de la co~cavo­
Raquel (138-14~). dad de su era neo.
encarna la sephora se derrama el rocoo
regenerada, Mal- sin cesar sobre los
cut . cielos inferiores:
es el néctar de los
C. Knorr von Rosen- Rosa-Cruz y el
roth, Kabbala denu- mercurio de los
dara, Sulzbach, filósofos.
1684
C. Knorr von Rosen-
roth, Kabbala den u·
data, Sulzbach,
1684
1.40.

266 EL OPUS MACNUM: Los sephiroth llL OPUS MACNUM.• Los sephiroth 267
Lo~ ophlro th Abuno

!iooo'on lroloy d~l


ce lo:; cuatro ele·
l oo'ool<tya plt~gó· mcntos engendra n
rico, ID~ cuatro ~i-
( ... ) un esperona o
111lCIIte~ del nom-
simiente (Azogue:
b oo do fuerza di-
la quintaesencia),
vino ~a distribuyen
que es arrojada al
en diez p lanos. «El
centro de la t ierra
mundo fue creado
y allí se trans-
on diez pa labras•
forma.( ... )»
(Zohar). Combi-
nDdo con las vein-
El cabellera rosa-
tidós letras. cana -
cruz Daniel Mo-
les por los que cir-
gling (ali as Thoo·
cula la cnerg ia di-
philius Schweig-
vina, el esquema
hart) de Constanza
d e los sephiroth
da a su diagrama el
comprende todas
nombre de •árbol
las posibilidades y
de la pansophia»,
combinaciones del
en el que debe
mundo de los ele-
contemplarse la
mentos.
armoniosa unión
de macrocosmos y
Manuscrito,
microcosmos: om-
Tesalónica
nia ab uno (todo
viene d el Uno),
omnia ad un u m
(todo tiende al
Uno): • Contempla
seriamente la na-
turaleza y después
los elementos( ...),
y cómo formas
parte de ello s.
desde los cuales
ascenderás nueva-
mente a Dios to-
dopoderoso• .

Theophilit1s
Schweighart,
Speculum sophi-
cum Rhodostauro-
ticum, 1604

268 EL O PUS M ACNUM! los sephiroth E L OPUS MACNUM: Ab uno 269


J\b uno

C•J "1:1 circulo y el


pu11 to : el circulo es
iJI olgno de la eter-
nlclnd . El p un to,
Glmbolo de la con ·
cc ntracíón del
tie mpo en el ins·
tante. El sol
( s oro). combina-
ción del circulo
(= eternidad) con
el punto ( concen-
t ració n), es el
t iempo en la eter-
nidad, el símbolo
de la unidad de
macrocosmos y
microcosmos». (De
la ·T~bula Chaere-
monis>, s. XVIII)

Phi/otheus, Sym-
bola Christiana,
Frani:fort, 1677

<<El círculo está


contenido en el
punto, el fruto en
la semilla, Dios en
el mundo. Pru -
dente el que lo
busca.» (Daniel
von Czepko, alias
Angelus Silcsius,
1605-1660)
1;1•circulo completo( ... ), escenario de la salir de este estado irreal mediant e la ora-
ooblcluria eterna», ele Heinrich l<hunrath, ción constante en el oratorio (izquierda) y
(Ein schon nützlich
O~ tó colmado de la sal espiritual de la ver- el trabajo perseverante en el laboratorio
Biichlein und Url·
dod, el «Tartarus Mundi» o «Punto central (derecha), que se sostiene sobre los dos
derweisung der
do ool del gran edificio del universo», en el pilares de la experiencia y de la razón. El
Kunst des Mes-
QliO confluyen todas las líneas de la cons- horno en primer plano exhorta a la pacien·
sens}, Opúsculo
trucción perspectivista de Hans Vredeman cia, («a más prisa, más vagar»), y las ofren-
muy provechoso
de Vrles. das sobre la mesa recuerdan que la función
para aprender el
de la música y de la armonia es acompañar
arte de medir, Nú-
~VIgi la d urmiendo», se lee en el f rontón y determinar el Opus.
remberg, s. XVI
el o 13 ¡>uerta de entrada, pues «somos la
IHMorla de que están hechos los sueños» Heinricl1 Klwnrath, Ampl1itl1eatrum sapien·
(!lhokc opearc, • La tempestad»). Conviene tiae aetcrnac~ 1602

270 EL OPUS MAGNUM: AB UNO 0~ Oi>US MAGNUM: AB UNO


Abuno El fuerte

Como las abejas son atraídas por el per· queño grano• de Jacob Boehme, siempre Vointiún caminos conducen a la fortifica- reina «nuestro Mercurio», el dragón, ((que
fume de la rosa, asi también los amantes dispuesto a germinar en este mundo de ti· ción alquímica, pero sólo uno accede al in- se desposa consigo mismo y se fecunda a
de Theo-Sophia, provenientes de todas las nieblas. Siete oriflamas con co05ejos sobre tol'lo r, el camino del temor de Dios y de la si mismo y pare en un dia y con su veneno
direcciones$ se apresuran a subir los siete el trato con los poderes celestes decoran oroción. Sólo ese camino aporta el conoci- mata a todos los seres vivos••. (Rosarium
peldaños de la «Cscala mística• para pasar el túnel, que está formado por las crestas miento verdadero de la materia primera. philosophorum, ed. J. Telle, Weinheim,
la «puerta de la sabiduría eterna>>. Esta de la luz y tinieblas. (cf. pág. 233) Loe otros representan los falsos conceptos 1992)
puerta, angosta (angusta) pero majestuosa do los impíos «malquimistas•. Las siete
(augusta), es la sephira Hochm~. el punto puntas del fortín son las siete fases que Heinrich Khunrath, Amphithearrum sapierl-
de partida cabalístico. Es la «energía de la Heinrich Khunrath, Amphitheatrum sapien- co nducen a la roca central dellapis. Aquí tiae aeternae, 1602
luz>> y el «eterno centro de la vida•, «el pe· tiac aoternae, 1602

272 EL OPUS MACNUM: AB UNO [j~ OPUS MACNUM: El fuerte 273


1fu r to El fuerte

hi~Ctfi>Ción sobre el emb lema: «Dios es e l En el centro del


lvc•tc de todos los que creen en Él•. mund o, sobre el
monte Meru. el
Inscripción bajo el emblema: • Dios es palacio del Man-
nucnra C!óp~ra nz~ en el olc~jc•. da la. situado e n el
peldaño inferior
M .J. Ebermeier. Sinnbilder von der Hoff- de los cinco ele-
nung (Símbolos de la esperanza), Tubinga, mentos. Al igual
1653 que el hombre,
medida divina d e
todas las cosas.
este suntuoso pa-
lacio const a de
tres plantas,
cuerpo, lengua y
espírit u, a los que
en esta mandala
llamada • rueda d <:> l
t iempo» se atrib u-
yen justam ent e
722 divinidades
Sobre el arte mili tar y la p lanifi cación de t ibetanas.
fortif icaciones.
Kalachakra-man-
Robert Fludd, Utriusquc Cosmi, tomo 11, da/a, aguada, Tibet,
Opp enheim, 1619 s. XVIII

274 EL OPUS M ACNUM : El fuerte L O PUS MACNUM: El fuerte 275


Ll fu erte El fuerte

Esta ilustración, t omada de la <Arithmolo- zodiaco. Para el fumoso alquimista inglés Al Igual que en las poesías de Blako, en los ese caso. la nueva Jerusalén no caeria del
gia • de Athanasius Kircher (Roma, 1665), es d el s. XV George Ripley, Jerusalén con sus tscrit~ proféticos de su contemporáneo cielo, sino que seria nueva mente cons·
una copia del plano de Jerusalén de C¡¡ro- doce puenas es imagen del Opus Magnum Richard Brothers se combinan conviccio- truida en la Palestina de su tiempo. Bro·
lus Bovillus (Opera, Pañs, 1510). En el Apo- y del paso por las doce fases del Opus. nos radicalmente democráticas con tradi- thers d ibujó el plano detallado de la futura
calipsis, San Juan repite insistentemente ciones bíblicas y sus propias experiencias ciudad basándose en las indicaciones del
la cifra doce al describir la ciudad celestial, Arhanasius Kircher, Arichmologia, Roma, vltlonarias. Identifica la Jerusalén conquis- profet a Ezequiel.
lo q ue ha dado pie a un paralelismo con el 1665 tndo con el Londres d e su época, profet i-
~~n tlo la ca ida de la urbe británica en el Grabado de Wilson Lowry, en: R. Brothers,
C!lSD de que la alianza monárquica ganara A Descripcion of Jerusalem (Descripción de
In uuorra contra la Francia republicana. En Jerusalén), 1801

EL Opus MAc;NUM: El fuerte [~OPUS MAc;NuM: El fuerte 277


1·fu orto El fuerte

En su trat ado «Circulus q uadratus» (1616}, cuatro pun tos cardinales. Ellapis, que las
Michael Maier compara la Jerusalén celes- une todas, simboliza el <omphalos>, el om-
tial con el lapis, representándolo como b ligo del universo.
fortaleza de oro, como un círculo d ividido
en las oposiciones aristotélicas de elemen-
tos y cua lidades, quE> a su vez fuero n asimi- Michael Maier, De circulo physico Qc1adrato,
lados, de las formas más diversas, a los Oppenheim, 1616

Ilt RUR;\L:

\
u r''''1
L ..J. ,,, ~'

L ...... ,o

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N-x
o• a
X.•M
B:A:.BE.L

Esquema de Abra-
ham von Francken-
berg (1593-1652), !iogúc1 la interpretación que hace Welling con los ojos de la carne, sino con los del
discípulo de Jacob clol Apocalipsis de San Juan , Crist o devol- alma». Los nombres de las doce tribus de
Boehme: vcró después del Juicio Final «a nuestro Israel están escritos en las aristas de la su-
En el fuego del Jui - aiGtoma solar la forma primitiva que tenia perficie cúbica, que está hecha de <<suavi-
cio Final (1), la no - ontos de la caída de Lucifer». Creará un si mo cristal de oro» y penetrada de pura
che de Babel se se- 11\!Cvo mundo con la nueva Jerusalén luz divinal.
grega de la luz de •como réplica de la ciudad arq uetípica de
Jerusalén. Olos.» Será creada sobre e 1globo terres-
tre. a la medida d el hom bre en su seme- Georg von Welling, Opus mago· cab,Jlisti·
«la Jerusalén celestial es un cuerpo yerto, «La nueva Jerusalén será eternamente un A braham de Jnn~a con Dios. «No con temp les la fig. 10 cum, Francfort y Leipzig, 1760
et erno, purificado, sutil, penetrante, que cristal de antimonio rojizo y transparente. Franckenberg,
tiene el p oder de penetrar y perfeccionar como una piedra (precio sa): es el nuevo Rapl1ae/ oder Arzt-
los otros cuerpos.» (Nodus sophicus eno- cielo y la nueva tierra, donde moraremos Engel (Rafael o el
datu s, Francfort, 1639} todos nosotros•. (Valentin Weigel , Azoth ángel médico),
& lgnis, ed. Amsterdam, 1787} 1639

278 EL OPUS MACNUM: El fuerte Ut OPUS MACNUM: El fuerte 279


61 fuerte El f uerte

Buscando <<la tierra de la tranquilidad», un Andreae (1586-1654) es considerado uno


náufrago arriba a la isla de Caphar Sa lama, de los autores de un panfleto publicado al·
en la que descolla la ciudad utópica de gunos años antes por la hermandad de los
Christianópolis, construida, según el mo· Rosa Cruz, de q uienes se separó segura·
delo de la <Civitas solis> de Campanella mente por miedo a ser tildado de hereje.
(1612), en forma d e est rell a que alberga un Como reorganizador de la instrucción pú·
templo central. la vida y la educación es· b lica en Wurttemberg y de la iglesia lute·
tán o rganizadas según los ideales de los rana del «land», p rocuró llevar a la prác·
Rosa Cruz, combinando armoniosamente tica, después de la Guerra de los 30 años,
la t radición cristiana con el saber univer· los ideales de la Hermandad, basados en el
sal. En las escuelas se enseña la cábala amor al prójimo y la reforma de la iglesia,
como forma suprema de la geometria y la el Estado y la sociedad.
teosofia como cumbre de las humanida·
des, asi como la armonia pitagórica y la as· J. Valentin Andreae, Reí publicae Christiano·
trologia. El teólogo suabo Johann Valentin politanae descriptio, Estrasburgo, 1619

Ln descripción de la isla vo lante Laputa, de las ciencias naturales fue fundada en


conducida por un grupo de inventores 1660 según la concepción de los Rosa Cruz
lun~ticos con la ayuda de una rueda del de un «Colegio invisible•• que persigue los
! lempo magnética, acaba en parod iad" la más altos ideales culturales.
•• l~oyal Society» que hace Jonath an Swift
on su •Gull iver», editado en 1726. la vete· Jonathan Swift, Gul/ivers Reisen (Los viajes
rono academia británica para la p romoción de Gulliver), ed. Leipzig, hacia 1910

280 EL OPUS MACNUM: El fuerte GL O PUS MACNUM: E l fuerte 281


1fuorto El fuerte

1 " mono~ ter cons-


Lilllr ol templo,
(~t:o{Jlll1 lo~ pt~la­
boro9 de la Bibli a,
con piedras ya la-
brada~. de modo
que du rante la edi -
ficación no se oiga
alll ningún ruido
molesto ni de nin-
gún otro instru-
mento d e hierro.
La s piedras (las
personalidades
evolucionadas) de-
ben asentarse de
forma que se man -
tengan firmes sin
masa que las una
(...)El Templo de
Sa lomón es la ima-
gen de la que na-
cen todos los ~im ­
bolos y la que
vuelve a reunirlos
en una unidad su-
perior. Por eso los
francmasones lla-
man construcción
a su actividad. La Antes de que los tres aprendices le propi- oculto junto a los planos del t11mplo en los
meta de su trabajo nen el gol pe mortal, el constructor del escombros d e la bóveda subterránea, er i-
es el templo de la lomp lo, Hira m Abif logra arrojar a un foso gida sobre nueve arcos tan elevado s que
humanidad para profundo el t riángulo de oro con la palabra no les afectan las aguas del diluvio. El no·
gloria del grana r- clovo, que lleva siempre en e l pecho. veno arco tiene empotrada una piedra cú·
quitecto de los bica como simbolo de la más alta fuerza
mundos( ...)• Lo~ candidatos al «Royal Arch•, el principal moral. Sólo ella puede abrir el paso al san·
(Lcnnhoff y Pos- alstcma de altas graduaciones en los pal- tuario subterráneo.
ner, lnternationa- IOS anglosajones, son adiestrados progre-
les Freimaurcrlexi- tlvomcnte para buscar ese triángulo con el Representación de los altos grados: Les
kon (Léxico i nter- nombre inefable de Dios. El tri3ngu lo es tá Royal/e Arches (Los arcos reales), hacia 1775
nacional d e la
francmasoner ía],
Graz, 1g65)

Tapiz del s. XVIII,


grabado

282 EL OPUS M AGNUM : El f uerte r L OPUS MACNUM: El f uerte


1fuorto El fuerte

.Por lo~ frutos CO· • El que quiera ir al


noccrás la ralz•. jardin de rosas fi.
losófico sin tener
"En el ramaje de la llave hace como
los jardines de el hombre que
este tipo crece, quiere andar sin
para quienes la pies.•
merecen, una CO·
rona de oro( ... )
Como la puerta
está cerrada, na·
die puede pene-
trar en la casa, a no
ser que se haga
con la llave mien-
tras Dios guia las
estrellas•.

Hermetischer Phi-
losophus oder
Hauptschlüssel (El
filósofo hermético
o la //~ve maestra),
Viena, 1709

El alquimista árabe Umail at-Tamimi (hacia


goo-g6o), conocido como Senior Zadith,
penetra en la «cámara de la sabiduria•, el
lapis. Las cuatro puertas de los cuatro ele-
mentos deben abrirse simultáneamente Lo puerta tiene una cerradura triple, como las rosas blancas y rojas hace falta ante
«con las cuatro llaves, hasta que toda la las tres fases del Opus. los t res pináculos todo la debida materia inicial. Esta rosa
casa se inunde de luz•. puntiagudos que coronan el arco indican lleva un vestido verde, dice Maier. El sabio
quo dentro hay tres fuegos distintos, per- la corta sin pincharse, mientras que el la-
Aurora consurgens, finales del s. XIV aonlficados por las musas inferiores de la drón ono siente más que dolores•.
derecha, sentadas en el Parnaso: ·En vano
Intentas subir a esta montaña, tú que ape-
no~ puedes tenerte sobre una piema en un Michael Maier, Ara/anca fugiens, Oppen·
camino llano•. Para poseer los elixires de heim, 1618

EL OPUS MACNUM : El fuerte t:L OPUS MACNUM: El fuerte 285


1fluorto El fue rte

U•1CCo~o al
• monto do los filó-
tofos• C!;t;\ obs·
Huido por un muro
do errores sofisti-
cos. El viejo que se
ve a la entrada es
ol antimonio satu r-
nal, llamado aqu í
..padre de los me-
ta les•. Los alqui -
mistas identi fica-
ban a este • viejo
guard ián• con
Boas, campesino
de Belén, bisa-
buelo de David .
Arriba, el alqui-
mista árabe Senior
Zadi th p lanta e l
árbol del sol y de
la luna, que da e l
lapis. Un pasaje de
<Aurora co nsur-
gens) en el que se
compara el lap is
con una casa edifi-
cada sobre la dura
roca alude tam-
bién a Senior Za-
d ith. En dicho pa-
saje se dice que
quien consiga abrir
la casa, encontrará
en oll a la fuente de
la eterna juventud.

Gchcimo Figuren
Ln .Fnma Frat ernitatis> es el primer mani- cío ... debe p ermanecer inaccesible al
flo~to de esta hermandad invisible de los mundo impío•, se dice en la •Fama•.
der Rosenkreuzcr
Roso Cruz. publicado en 1614 por el circulo A los postulantes de la hermandad,
(Las figuras secre-
tas de los Rosa-
do onudiantes de Tubinga en torno a Va - Schweighartaconseja andar al acecho
lor111n Andreae. Pero esta •actitud y trave- como las p alomas de Noé, mantener la
Cruz}, A/tona, 1785
tum juvenil•. como Andreae calificó más esperanza en Dios y orar sin desaliento,
IOtdo el asunto, tuvo consecuencias insos- hasta que un d ía aparezca uno de los her-
pochndas. Por todas partes salieron far- manos, pues ellos saben leer el pensa-
trlntcc que afirmaban pertenecer a esa miento.
11Mrn3ndad milagrosa. Sabios como Rene
Do"artes y Robert Fludd intentaron tomar T. Schweigharr, Speculum sophicum Rhodos-
r ontncto con ella. En vano: • Nuestro cdifi- rauricum, 1604

286 E L OPUS MACNUM: El fuerte r1 O PUS MACNUM: El fuerte 287


Qnlgm ll!'l de la Ya los antiguos egipcios habían «esclarecido los secretos (al)quími- tcria pasará por un color grisáceo y tenderá a blanquear; si ahora se Enigmas de la
:toologla cos por medio de las figuras de animales: de esta manera el león otiza el fuego, la materia se teñirá de un color amarillo limón, para zoología
rojo significaba el sol, el oro; el sapo y el cuervo, la putrefacción; la ocabarde color rojo, y pasará de ser volátil a fija>>. (J. J. Becher, Oedi-
paloma, el águila y la serpiente eran el león verde, la luna de los fi- pus chimicus, 1664)
lósofos, su M ercurio; el antimonio se representa por el lobo, el dra-
gón por el nitrito, el arsénico por la serpiente, y así sucesivamente.
Para desentrañar los símbolos de la zoología alquímica hay que co -
nocer y reflexionar acerca de las características de los animales en
cuestión. Las cosas tóxicas y volátiles se muestran en la materia; las
fijas y terrestres, en la forma. Resuélvase pues este enigma: el león
rojo lucha con el lobo grisáceo; si lo vence, se convertirá en el mag-
Michael Maier,
nificente príncipe victorioso. Enciérralo enseguida en una prisión Viatorum,
transparente con diez o doce águilas vírgenes y entrega a Vulcano la Oppenheim, 1618

llave de la prisión. Las águilas se batirán con el león para vencerlo y


desgarrar y descuartizar su cuerpo, que cuando éste se corrompa
d esprenderá un olor nauseubundo y las águilas intentarán huir del
hedor, y le pedirán a Vulcano que abra la prisión y examine todas las
grietas de la misma; pero como Vulcano no accederá a ello, sino que
cerrará a conciencia la prisión, entonces las águilas se contagiarán y
corromperán también por la pestilencia de la carroña del león. Será
una espantosa corrupción. Pero como la ruina de uno es la genera-
ción del otro, surgirán varias cosas de esa doble carroña: primero un
cuervo, que al pudrirse desaparecerá, dando lugar a un pavo( ... );
cuando éste se disipe, tomará su lugar una paloma que encuentrará
el lugar seco que el cuervo no ha podido encontrar; pero en nuevo
lugar, ya que entretanto la tierra existente hasta entonces se ha
perdido por el diluvio; la nueva está hecha de la tiza virgen de los fi-
lósofos. Esta paloma, aún no disipada por la putrefacción, se con-
vertirá paulatinamente en un fénix que Vulcano incinerará en la pro-
pia prisión. De la ceniza saledrá un fruto nuevo, incorruptible e in-
mortal que restaurará todas las cosas sublunares.
Este relevante enigma de la zoología lo desvelarás de la fo rm a si-
guiente: limpia el oro con el antimonio. Pon éste en un recipiente con
diez ó doce partes de mercurio de los filósofos o del agua mercurial
de los metales representados por los animales. Cierra el recipiente,
caliéntalo según arte y así será superada la forma-del oro por la mate-
ria mercurial y se corrom perá. Aparecerá una negrura y toda suerte
d e colores. Cuando acabe finalmente la fase de putrefacción, lama-

288 EL OPUS MACNUM: Enigmas de la zoología liL OPUS MACNUM: Enigmas de la zoología 289
nlgmos do la Enigmas do la
:toologia zoología

•<l.o~ riló~ofos di- <<Se d escubre un


con generalmente bello bosque en la
que debe haber 1ndia en e>l que> h~y
clo:: peces ~n nues- dos pájaros liga-
tro mar••. El mar dos uno al ot ro.
representa el Uno es bl anco
cuerpo, los dos pe- como la nieve
ces el es pi ritu y el (mercurio}, el ot ro
alma. «Cuece jun- rojo (azufre), y"''
tos los tre s, será el matan a picota-
más grande mar zos.» Después de
que existe». devorarse mutua-
mente, se trans-
Lambsprinck, De forman primero en
Lapide philoso- una paloma (blan·
phico, Francfort, queo) y después
·t 625 en fénix (enrojeci-
miento).

D. Stolcius von
Stolcenberg, Viri-
diarivm chymicum,
Francforl, 1624

<<En el bosque se Las dos natura le·


esconden un zas opu!!!stas del
ciervo y un unicor- o pus se funden
nio.» El bosque es mediante una lar-
el cuerpo, el uni- 9an cocción. (<Ten
cornio el espíritu paciencia, tu tra-
(azufre, principio bajo/ no será en
masculino), el vano: el árbol ex-
ciervo el alma quisito/ te d ará
(mercurio, princi- oportun amente
pio femenino). los frutos que me-
Bienaventurado el reces.n
hombre que los
pueda capturar D. Stolcivs von
con el arte y do· Smlcenbe>rg, Viri-
mar. diarium chymicvm,
Fmncf ort, 1624
Lambsprinck, De
Lapid!!! philoso-
phico, Francfort,
1625

290 EL OPUS MACNUM: Enigmas de la zoología li~ OPus MACNUM: Enigmas de la zoología 291
nlgmoc do la Enigmas do lo
~ool ogia zoología

AA l a ascensión

BB El descenso

C El mercu rio

DO El cuerpo só ·
lido se disuelve

E la sal se licúa

FS La sal se licúa/ y
asciende a las al tu·
ras

Hieronymus Reuss-
ner, Pandora, die
e deiste Gabe Got-
tes (Pandoro, el más
sublime don de
Dios), Basilea, 1582

•En la cima del mon te en el que se encuen- donde se lee: •Sabed quc la cabeza del
tra la prima mat"ria e<tá el •buitre de los arte es el cuervo, que vuela sin alas tanto
filósofos» (su mercurio) y grita sin cesar: en la negrura de la noche como en la clari-
«Soy el negro de lo blanco y el rojo de lo dad del día». (Rosarium philosophorum,
b lanco y el amarillo d e lo rojo; anuncio la ed. J. Telle, W " inheím, 1992). Se alude
verdad y no miento.» aquí al nigredo, en el que se corrompen las
partes sólidas de la materia.
Michael Maier ha tomado este aporegma
del •Rosarium philosophorum•. compila· Michael Maier, Ara/anta fugiens, Oppen·
ción de doctrinas alquímicas del siglo XIV, heim, 1618

2g2 EL OPUS MACNUM: Enigmas d e la zoología OL O rus MACNUM: Enigmas de la zoología 2g3
llnlgrnoGd e la Enigma!: d e In
too logio zoologia

nl nuó n uno casa


~ ubtom'\ nc~ (... )Y
vi ~0b 1 e ol tejado
ln51m~gcnes de
nueve ~guílas»,
dice el alquimista
árabe Senior
Zadith (hacia
goo- g6o). fre-
cuentemente ci-
tado en 'cAurora
consurgens)>. Las
águilas evocan los
nueve procesos de
sublimación. El
arco y las flechas
representan las fa·
ses siguientes de
la solid iFicación.

Esta representa -
ción está est recha-
mente relacionada
con las leyendas
árabes relativas al
hallazgo de la Ta-
bla de Esmeraldas
de Hermcs Trisme-
gisto que t iene el
anciano en su re·
gazo. En la Tabla
están representa-
dos con jeroglifi· •El fuego da forma y hace perfecto todo, cosas livianas tampoco pueden o primirse
cos los axiomas como está escrito: le insufló la vida, el sin que intervenga la cosa pesada. En la
herméticos. fuego hace sutiles todas las cosas terres· •Turba• se Ice: espiritualizad el cuerpo y
tres, que sirven a la materia•. haced volátil lo que es fijo•.
Aurora consurgens,
comienzos del
• Una cosa que es pesada no puede hacerse
s.XVI liviana sin la ayuda de la cosa liviana. Las Aurora consurgens, comienzos del s. XVI

294 EL OPUS MACONUM: Enigmas de la zoología EL OPUS MACONUM: Enigmas d e la zoología 295
nlgmM do lo Enigmas do la
t oologlo zoología

.-Su monc1on:lll El alma y el c~pl·


dog ¡¡liJo•o~ en el ritu pueden a•i a-
bo~quc. pero en la dirse y quitarse al
mente o~ $Óio cuerpo (solve ct
uno•, dice Lambs- coagula). «Sin
princk. Los dos d uda t iene que
vástagos del pá- darse un gran mila-
j aro Hcrmes sim- gro para que de
bolizan los compo- dos leones salga
nentes volátiles y uno solo.»
sólidos del mercu-
rio, que se unen Lambsprinck, De
mediante repetí· Lapide phi/oso·
das sublimaciones. phico, Francfort,
1625
Lambsprinck, De
Lapide phi/oso·
phico, Francforc,
16<5

Un águila tiene · Aiiade al león una


dos hijos d esigua - leona alada. para
les. Uno puede vo- que ambos pueden
lar, pero se lo im- vivir en los aires.
pide su hermano, Pero él se man-
que no tiene p lu- tiene inmóvil y
mas. «Intercambia permanece en la
sus cabezas y lo tierra. Esta imagen
conseguirás», te muestra el ca-
aconseja Maier. En mino que sigue la
otras palabras, fija naturaleza•. Mi-
lo volátil y volati- chael Maier acon-
liza lo fijo. seja sublimar las
dos naturalezas
Michael Maier, (azufre y mercurio)
Atalanta fugitMS, hasta que no pue-
Oppenheim, 1618 dan separarse.

M ichael M aier,
Atalanta fugiens,
Oppe11heim, 1618

EL OPUS MACNUM : Enigmas de la zoología EL O PUS MACNUM: Enigmas d e l a zoologí a 297


nlgmM do lo Enigmas d e la
:toologlo zo ología

1 l lnó11 verde, dc5· «Soy el verdadco·o


etilo ,oe¡ul como león verde y d o-
UXIrhCLO gcloti· rado sin cuita/ en
no~o del antimo· mi se esconden tO ·
nlo en bru to, es dos los misterios
unn de la <(tres co· de los filósofos.»
sa:; ~uficií:!ntes
para la maestría en «El león verde que
ol arte». Las otras d evora al sol» es.
dos son el vapor seglln el <Rosa ·
b lanquísimo que rium>, «nuestro
se precipita como mercurio». Solo él
«agua de fueg o» o actúa p rofunda·
«fuego contra na· mente en todos
tura» y las <<aguas los cuerpos y los
sulfurosas y fét i· eleva. Si se mezcla
d as». con otro cuerpo, lo
anima y lo ilumina
Michael Maier, y transmuta sus
Atalanra fugíens, propiedades .»
Oppenheim, 1618 (Rosarium philo-
sophorum, ed.
Telle, Wein heim,
l gg2)

La «sangre del Heinrich Khu nrath


león verde», tam· lo llama •<lo natu·
bién conocida ral, en una pala-
como «vitriolo de bra, el todo u ni·
los sabios», es el ve rsal concebible
disolvent e univer· y lo que supera por
sal que devora los arte todo lo natu·
siete metales y el ral y lo art ificial en
oro. Basiliu5 Va · la naturaleza».
lentius afirma que (Vom hyleali schen
la sang re sólida Chaos (Sob re el
del león roj o (la- caos hileá lico]. ed.
p is, sol) sale de la Francfort, 1708)
sangre volátil del
león verde. Rosarivm phi/oso·
phorvm, s. XVI
D. Srolcius von
Stolcenberg, Viri·
daríum chymicum,
Francforr, 1624

298 EL OPUS MACNUM: Eni gmas de la zoología IJL OPUS MACNUM: Eni gmas de la zoología 299
Enig mas de la
nlgmor. do lo zoología
zoologlo
El basilisco es un
"1 ~I Q O~ oii CCi· hibrido venenoso
plonto do lo~ filó· de gallo y sapo. Su
aoro~. del que tan mirada fija y mata
,c¡crl!lamonte tra· todo al instante,
tnn en sus libros y como un disol·
pnróbolas. sin que vente caústico o el
nndie lo entienda polvo de provee·
( ... )A quienes ci6n que t rans·
quieran freir, pasa r muta los mct:.lc!:.
por agua o cocer el Si se le pone un es·
huevo de los sa· pcjo delante. se
bios. les aconsejo mata a si mi~mo.
que procuren no -.Oc sus cenizas se
ro mper la cáscara, hacen cosas mara·
pues entonces( ... ) vi llosas.•
saldría el veneno y
podria matar a to· Auror., consurgens,
dos los presentes; comienzos del
ese veneno es e l s. XV/
más fuerte que hay
en el mundo.•
• En la roca se une
Isaac Hollandus,
el águila (sal do
Hand der Phi/oso·
amoniaco) con el
phen (1667), ed.
humo del d ragón
Viena,1746
(nitrito)». En la
•Tercera llave• de
Basilius Valentius
se habla de .. reti·
rar al rey (al oro).
su alma, su azu·
fre•. Este azufre es
el zorro. que ha fi·
jado la gallina mer·
curial y ahora es
volatilizado por el
gallo, q ue lo de·
vora.

Srolcenberg, Viri·
dJrium cllymicum,
Francforr. 1624
f oas --S_!;/ o
t... c~t:fff :!:Jeraús.

301
0L OPus MACNUM: Enigmas de la zoologia
300 EL OPUS MACNUM: Enigmas de la zoologia
1 roclo El rocío

• lur. arle<JOS men- •Su tierra será


4 h>Mn unn rica llu- bendecida por el
vo.l do oro/ como Señor con el mejor
ol ~ol en delirio don del cielo, el
¡_1ntoroso con Ve- rocio.•
tH.I$.1 Asi como Pa- (Dcut. 33. 13)
IM ~a le de la ca-
be'lól de Júpiter/ ·Este roclo es el
tombiim el oro maná del que se
debe caer como alimentan las óll·
lluvia en tu escudi· mas de los justos.
lla.• los llamados tie-
nen sed y lo reco-
gen a manos llenas
en los campos del
cielo.• {Zohar)

«Nuestro rocio.
nuesta materia es
celestialment e es·
pcrmática y fe·
cunda, eléctrica y
virg en en gene·
ral•. (To mado de
las o bras d el
Conde M arsciano,
1744)

De alchimia,
Palas Atenea, diosa de la sabiduría, sale q ue de vidrio afilado en la punta y metí por Leiden. 1526
del cerebro de Júpiter, a quien Vulcano el estrecho cuello a la bella Dánae. la hija
queria curar a hachazos sus dolores d" ca- del rey Acrisios ( ... )después, asistido por
beza. Est" nacimiento, escribe Maier, se Júpiter, produje una lluvia de oro que dejó
celebra anualmente en Rodos como fiesta caer, entre las tejas de la techumbre, es
de la «lluvia de oro•. en la que se lanzan al decir, el estrecho cuello del alambique, so·
aire moneditas de oro de imitación. bre el regazo de Dánae ( ...)• (J.R. Glauber,
Von den Dreyen anfangen der M etalle. De
Johann Glauber (1604-1 670) cuenta cómo los tres o rigenes de los metales, 1666)
llevó a cabo ante algunos amigos suyos el
experimento de otra lluvia de o ro clásica: Michael Maier, Ara/anta fugiens, Oppen-
•Coloqué sobre una mesa( ... ) un alambi· h eim, 1618

302 EL OPUS MACNUM: El rocío IJL O PUS MACNUM: El r ocío 303


1roclo El rocío

Difícil encontrar una obra en la historia de la alquimia que haya hecho Lámina 1

correr tantos rios de tinta como el (M utus Liber) «Libro mudo», que Inspirado po r la
transmite su mensaje en forma de jeroglíficos en una serie de 15 ilus- piedra tosca
(prima matNia),
traciones. La edición príncipe apareció en La Rochelle en 1677; la ver- Jacob sueña con
sión coloreada que se emplea aquí procede de un manuscrito francés una escala c:eleste.
que equivale a l in-
de las postrimerías del siglo XVIII. El autor parece ser un tal Jaco bus tercambio de espí-
Sulat, que en la primera ilustración oculta su nombre tras el pseudó- rit u y materia. Las
d iet c:;t rc llas sim ·
nimo Altus (latín: alto), anagrama de Sulat, y en la última ilustración
bolizan las diez fa ·
hace lo propia con la expresión latina <<oculatus abis» (te irás como vi- ses ele l a sublima·
ción en l a obra. Las
dente). Para los comentarios que hacemos de las imágenes seguimos
tres lineas de nú·
en muchos puntos las interpretaciones detalladas de Eugene Canse- meros ind ican. le i-
das a la inve rsa. las
liet, discípulo del legendario alquimista Fulcanelli y editor de su obra
difN entes citas bí-
(Aitus, Die Alchemie und ihr Stummes Buch, La alquimia y su libro bli cas e n las q ue se
mudo, ed. Amsterdam, 1991). Canseliet escribe que gracias sólo a hace re fe re ncia a
las be nd iciones
este libro de imágenes jeroglíficas logró aislar la sal extremadamente del rocio celeste .
volátil del rocío, y que ello le llevó a hacer su edición comentada del También las rosas
alude n a él (rocío:
«Mutus liber». «rosn en l atín).
En la serie de ilustraciones tiene especial relevancia la descrip-
ción de la obtención de la sal por vía húmeda, mientras que la fase
central subsiguiente, la preparación dellapis por vía seca con la
ayuda de la sal ígnea oculta, está parcamente documentada. El rocío,
dice, contiene un nitrito finísimo capaz de refinar las otras sales. Su
glifo CD forma la estructura de la composición de la primera lámina, y
el del amoníaco la de la última. Pero no se trata del amoníaco co-
rriente, sino de una sal cristalina con la fuerza de la armonía, que
Canseliet llama «Armoníaco». Ambas substancias, nitrito y armo-
níaco, son el agente y el paciente de la obra, como figuran en «Aurea
Catena>• de Kircher (cf. pág. 238). En el <Mutus Liben aparecen, bajo
figuras cambiantes, como el doble principio fundamental de la obra:
como pareja alquímica o como Tauro y Aries, o también como Apolo y
Diana.
Para dificultar la comprensión de la obra, el autor intercambió el
orden de las planchas. Aquí se reproducen en el orden original, pero
ofrecemos también (entre paréntesis) el orden propuesto por Canse-
liet.

304 EL OPUS MAGNUM: El rocío IJL O PUS MAGNUM: El rOCÍO 305


El rocio El rocío

Lllmlna 2 (precede lámina3


~In lómina B)
Júpiter, primer
Neptuno une en la halo de luz q ue
redoma a sus disci· atraviesa la noche
pul os Apolo y saturnal, está sen·
Diana, en la f ase tado en el trono
central de la o b ra. sobre tres anillos
La noche del caos que simbolizan las
se ha retirado y la rotaciones en las
luz del sol espiri· 1res fases de la
tual ilumina ahora obra, con sus co·
la obra . rrespondientes in·
versiones de den·
t ro il fuera. Bajo 61
se- ve a Juno, su es-
posa, q ue repre·
senta la fase multi ·
colo r (pavo real), y
a su lado, los páj a-
ros de las sublimil·
ciones. Las esce ..
nas de pesca si m·
bol izan las relacio·
ne s reciprocas de
coagulación y su·
bl i mación de los
dos componentes
fundamentales,
que aparecen aqui
bajo la forma d e
Tauro y Arie$.

306 EL OPUS M ACNUM : El rocio 11 O PUS MACNUM: El rocío


El roclo El rocio

l.~min~ 4 Lámina 5

La parej a alquí- Después de la des-


mica como corres- t ilación, la muj N
pondencia inferior del alqui mista re·
del sol y la luna tira del mat raz
durante la recolec- cu;,tro parte coa-
ción del recio . Di- guladas que en-
cha recolección trega al «Vulcano
debe efectuarse lunar». Éste sim ..
en los meses d e baliza el •fuego
abri l (Ari es) y mayo secreto)) que se
(Tauro), que es forma a partir de
cuando el verd e las d os sales del
espírit u del rooio. Este fuego
mundo, citado f re · vu lcánico har4i re·
cuent ement e por vivir al niño que
l<hunrath, está en ll eva en b razos.
la plenitud de su Ab aj o se ve el apa ·
fuerza . Al recio rato al que se con -
hermét ico se le fía el recio para su
ll ama t ambién •vi- digestión.
t riolo de <los sa ·
bias» o «león
verde». Su gli fo o
puede verse en la
punta del campa-
nario de la iglesia.

)08 EL OPUS MACNUM: El rocío lll OPUS MACNUM: El rocío 309


131 roclo El rocío

l tl nolnn 6 Lámina 7

El p t·o ducto d~ una El producto de las


digest ión de cua- destilaciones se
renta dias y de una ati ade al extracto
soguncla destil a- que ha $ido con·
ción aparece en ccntr;¡do me-
for ma de flores cliante el fuego lu-
sul furosas fijas nar secreto. Des·
que recibe el nom- pués se calienta
brl'! de «OrO de los todo al baño maría
sabios». El alqui· y se sacil la sal de
mista entrega el la (l rmonía univer-
extracto a Apolo, sa l. cuyo g lifo es*·
fuego celeste, ves- Abajo. Saturno ·
t ido aquí con antimo nio devora
arreos marciales. al niñito o uazufre
Abajo a la derecha, de los sabios».
el contenido del Después de su pu-
frasco. q ue ante- rificación por el
rio rmente se había fuego y el agua. es
confiado al fuego llevado junto a
vofcilnico secreto, Diana. la b lancura.
se viert e en una
olla para su coc·
ción.

31 0 EL ÜPUS MACNUM: El rocío IJL OPUS MACNUM: El rocío 311


El rocío El rocío

LóoniM8 Lámina 9 (s igue a


la lámina 4)
En la redoma que
llevan los dos án- Depositado en seis
geles se ve al M er- escudillas que for-
curio filosófico man un triángulo
como producto d e de fuego, el rocio
la unió n d el se somete a la ac-
Soi/Apoloy ción del fluido cós-
Luna/Diana, unión mico para redoblar
ll evada a cabo por su energía (en
Neptuno e n la lá- griego: «rosis>>).
mina 2 . Los diez Según Canseliet,
pájaros de la sub li- el efecto de esta
mación se corres- energía es p recisa -
ponden con las mente lo q ue d is-
serpientes d el ca- ti ngue la alquimia
d uceo. Dos de los de la q uí mica ordi-
pájaros llevan ra - naria.
mas co n los simbo-
los d e las dos
substancias sali nas
que ha p roducido
el «fuego se -
creto)): tá rtaro y
amoníaco.

312 EL OPUS MACNUM : El rocío L 0 1'US M ACNUM: El rocío 313


El roclo El rocío

L~tnln~ 10 Lámina 11

P1•upnrondo y se - Si se compara est a


llnndo el «hu~vo lamina con la no a.
filosofal)) o ccred- se aprecia que el
p iante de la natu- co ntenido de la re-
ra leza mercurialn. doma se ha hecho
En contra de lo t ransparente y
que p arece. el re- convertido en «lo
cip iente no es de mas profundo de
vidrio, y su con te- una clarid3d sin
nid o no es un fondo». El mercu-
fluido. sino son las rio filosófico apa-
d os sales en cuyo rece ahori1 elevado
interio r reposan a la d ignidad de
las flores sulfuro- púrpura y el si m -
sas u <tOro espiri.. bolo ele la sal de
t ual>>. Los d os t árt aro sulfuroso
p rincipios consu- esta provisto del
man su unión en él g lifo de la sublima·
hor nillo ele atano r, ción . Obscrvese
p ro d uciéndose la que en la parte in-
rub i ficación d efi- ferior han d esapa-
nitiva que se ve en recido las cortinas
el centro de la qu<> t apaban las
d iana. ven tanas.

) 14 EL OPUS MAGNUM: El rocío EL OPUS MAGNUM : El rocío 315


El rocio El rocío

l~min a 12
l:\mina 13
El azufré/Tauro se
las flore sulfuro·
éncabrita, movido
S\\S de la lámina 10
por su dinámica in·
se han convertido
terna, y el rocío en
entretanto en un
las escudillas co ·
peq ueño sol q ue
mionza a vibrar, sa-
tiene la facu ltad
turado de es pi ritu
de llevar el mNCu·
nítrico y celeste,
rio al mas alto
del salitre puro. El
grado de fijación.
mercurio filosofal
(la diana con la
lo toma ansiosa·
marca roja en el
mente. pues lo ne ·
centro ha crecido
ces ita para la ger-
entretanto ). Las ci·
minación y cristali -
fr\1~ qu~ muestran
zación de la semi·
los dos principios
lla sulfurosa, el
reunidos indican la
«oro espiritual•
fase de multiplica·
que lleva en su in·
ción, que progresa
terior.
en potencias de
d iez hasta <'> 1 infi ·
nito.

EL OPUS MACNUM: El rocío EL OPUS MACNUM: El rocío 317


Gl rocl o El rocío

LámiM15

Loe t res hornos co- La noche de la pri-


o·rc~ po n den a los mera lámina ha
t o·es fuegos de la ciado paso en esta
ob ra: el fuego es- ul tima al lucero del
piritual int e rior, el atb••- El Hércules
fuego secreto de pagano ha reali -
la sal y el oscu ro zado los trabajos
fuego material, de la obra y sus
q ue avi va los ot ros rc!ttOS mo r t~ l es se
d os. Esta últ ima deposi tan en el
fase, en la que se suelo. mientras
trata de mant ener que su e~p irit u in-
una cocción cons- corrup tible se
t ante, se llama <<la- elev a en los aires
bor de muj er y como verdadera
juego d e niños • . piedra ang ular que
La cocción dura une los principios
t res d i as ó hasta masculino y fame·
alcanzar la p lat a nino . Lasramas
f ilosófica (iz - que enmarcan la
q uierda). y o tros escena formt~ n una
tres d ias mós para X (se aprecia mejor
el oro, hij o del sol en la ed ición prín-
(derecha). «Reza, cipe), la Gi griega,
lee, lee, lee y re- si9no de Cri!tt O o
lee, trabaj a y lo de la luz revelada.
encontra rás», ex-
horta la parej a a
aquél que sigue los
pasos a M ercurio .

) 18 EL OPUS MACNUM: El rocío L OPUS M ACNUM: El rocío 319


El rocío Labor de
mujeres

En c~ta borrosa fo- El •blanqueo• d e


tografia sc ve al al- la materia negra
quimista francés después d e la f ase
Arrnand Barbault de nigredo, es
(1906-1974) escu- consid~rado aquí
rriendo un paño de • labor doméstica a
lino empapado de cargo de las muje-
rocío. Barbault r~s•.

mezcla este li-


quido, cuya cali- Joyce, que conocia
dad depende en bien las ilustrado·
gran medida de la nes del .Splendor
especie vegetal en solis•. introdujo
la quc se recoge, varios motivos en
con un extracto sus obras: •Wring
vegetal, la • sangre out the clothes!
d el león verde», su Wring in the dew!
p rimd mate ria . (a imitación di!.'
Para ello toma una Tennyson: cRing
porción de «tierr a out the old, ring in
virgen•, exenta d e thl!.' new•)(..-J
fertilizant es qui- Spread! lt's chur-
micos, y tras aña- ni ng (churn: man -
dirle los demás requer;J, centrifu-
component es la gadora) chill (chi/1:
dej a tres años h elada, depresión,
hasta obtener u na migredo•)- Der
mezcla totalmente went ist rising. 1'11
negra. lay a few stones on
the hostel sheets.
Armand Barbaulr, A manand his
L 'ordu mi/liéme brid e embraced
marin, París 1979 between them.»
(el rebis hecho de
So/y Luna).
(J. Joyce, Finne-
gans Wake, p.213)

5. Trismosin,
Splendor solis,
Londres, s. XVI

320 EL OPUS M ACNUM: El ro cío L OPus MACNUM: Labor de mujeres y juego d e niños 321
Lob or d e Juego
mujeres de niños

.. contempla a una mujer lavando el lino y Las expresiones


np rcnde a hacer colada como ella/ con • labor de mujeres•
agua caliente y ceniza/ Haz como ella y y • juego de niños• .
todo te saldrá mejor/ pues el cuerpo, casi siempre cita -
cuando esta negro, se blanquea con agua. » d as juntas. descri-
Dicha agua es el •fuego f ilosófico» que pe- ben una fase avan-
netra en el interior de la materia vil y la pu· zada del Opus en
rifica de toda impureza. la que, aparte de
mantener el fuego
Michacl Maiar, AMianta fugiens. Oppen- de cocción a una
heim,1678 temperatura cons-
tante, no hay mas
que hacer que pa-
sar el tiempo. Se·
gún Salomon Tris·
mosin~ es-ta ilus-
tración de los ni-
ños jugando es
también una pará-
bola de la fijación
del mercurio por el
azufre, p ues, como
«Así como la mujer
ocurre en el «Juego
remoja el p escado
de niños», lo que
en su propia agua.
estaba encima
lo escalda y cuece
(Mercurio) pasa a
(...).el artista tam-
estar debajo.
bién trata su su-
jeto con su propia
El grupo de niños
agua, más fuerte
en primer plano
que el vinagre mas
recuerda a los • ni·
concentrado. Lo
ños de Hülsen -
destruye, lo
beck» (die Hülsen -
ablanda, lo di-
beck schen l<inder)
suelve y lo coa -
de Ph. O. Rungt>
gula, todo ello
(1Sos).
dentro del reci -
piente de Hermes
S. Trismosin, Splen·
bien cerrado.»
dor solis, Londres,
s. XVI
Michacl Maier.
Ara/anta fugiens,
Oppenheim, 1618

) 22 EL O PUs MACNUM : Labor d e mujeres y juego de niños llL OPUS MACNUM : Labor de mujeres y j u ego de niños 3 23
Qulmica
Química
vegetal
vegetal

·•Sombr~d el o ro
Yn antes de Paracelso (1493-1541), q ue mico est á orientado al crecim iento o rg á-
on In blanca tierra
pOGó a la historia como el fund ador d e la nico, Newton llamó a la alquimia «q uímica
fo ll ~da, que es la
(ntroquimia (griego <<iatros», médico) far- vegetal», en oposición a la química mecá-
tercera t ierra que
lllDCéutica, la medicina era el fin declarado nica de laborato rio.
~lrve al o ro; ell a
tiiie el elixir y el
da la alquimia. Dado que el proceso alqui-
elixir hace lo p ro-
p io con ella.»

El término «teñir»
se emplea aquí en
el sentido de una
t ransmisión de
energía pene-
trante, q ue en est e
caso se refiere a
las dos ultimas fa-
ses de la • multipli-
catio» y «proj ec-
tiO••.

Aurora con~urgens,
comienzos del
s. XVI

•La naturaleza no da nada perfecto, es el


hombre quien tiene q ue consumarlo. Esta
consu mación se llama alquimia . El alqui-
mista es el panadero que cuece el pan, el
bod egu<>ro que hace el vino, el tejedor que
teje el paño.» (Paracelso, Paragranum,
1530)

La levadura es la mejor imagen del fer-


mento que inicia el proceso de elevar la • El más docto de todos los filósofos» en- de su cuerpo se encuentra aún en un es-
matcriil . trega a la <<madre alq uimia>> un manojo de tado impuro, venenoso. Los muslos están
hierbas para curar su cuerpo enfermo. inflamados por la hidropesía, las piernas y
Mientras que su cabeza d orada y su pecho los pies están deformados por la gota.
l) lateado (cubierto aqui por un censor) han
alcanzado la perfecció n, la mitad inferior Aurora consurgens, comienzos del s. XVI
Aurora consurgens, fin,Jies del s. XIV

324 EL OPUS MACNUM: Química vegetal


EL OPUS MACNUM: Química vegetal 325
Química Química
vegetal vegetal

El Pseudo-Eieazar,
un alquimista del
siglo XVIII que
firma con el nom-
bre del legendario
maestro de Nico-
lás Flamel, consi-
dera especial·
mente digna de
mención esta
quinta hoja del có-
d igo . «Si llegáseis
a perder todos los
escritos, es sufi-
ciente que copiéis
estas figuras, o
que las pintéis
para vuestros hijos
( ... )para que las
comprendan fáci l-
mente.» El viejo
roble es ((nuestro
terrón neg ro y pe-
sado, nuestro Al-
baó m), sobrenom-
bre del antimonio.
De él nacen las ro-
<<Toda simiente necesita un buen terreno, cosecha.» (M . Barcius, <Gloria Mundh, en : sas rojas que son
puro, graso, suave, humedad pa ra la putre- Hermetisches ABC [El ABC hermético], «la sangre del an -
facción y sol para el crecimiento y recolec- Berlin, 1624) ciano o de nuestro
ción . En el arte ocurre lo mismo. Siembra oro secreto)). y
primero el grano en la materia, que debe· t ambién «el agua
rás limpiar( ...), d e esa forma el espíritu D. Stolcius von Stolcenberg, Viridarium b lanca lunar», lla-
puro del fuego y del agua bendecirán tu chymicttm, Francfort, 1624 mada <<nuestra pi -
tó n (sobrenombre
d el mercurio vivo).

Abraham Ele<tzar,
Uraltes chemisches
Werk (Tratado de
química muy anti·
gvo), Leipzig, 1760

326 EL OPUS MACNUM: Química vegetal EL OPUS MACNUM: Química vegetal 327
La serpiente La serpiente

•En la segunda lá-


• Veis aquí fluir del
mina del Código
desierto, bifurcán-
dose su curso, la de Flamel • había
una cruz con una
b lanca agua lunar,
serpiente clavada
que ost:i hecha de
a ella.»
la antigua materia
que es el padre d e
La serpiente de
tod3~ I ~G cosas.»
bronce que Moisés
Se trata en este
clavó en la cruz
caso d e la peli-
4<para que fuera
gro sa vía seca
vista por todo el
•que pa rte de lo
pueblo y se librase
g rasiento de la t ie-
de la p laga que pa-
rra, del caos p ri -
mordial. La otra decía• es símbolo
vi a (la húmeda) de la fuerza cura·
tiva del elixir mer-
parte de nuestro
curial, o lo que es
t errón negro, pe-
sado y blanco; las lo mismo, d e
Cristo crucificado
serpientes que se
(Jn. 3 ,14). El
arrastran por la
tierra indican que Pseudo-Eieazar
la pitón (M ercurio) llama a esta ser·
pi ente «poderoso
está en la vi a seca,
rey naturah) qu e
que es muy ven e·
cu ra el mundo en·
nosa, pe ro d es-
tero, como un bál-
pués de haber su-
samo salino. Pero
b ido varias veces
al monte (alambi· para que haga
efecto el cuerpo
q ue), se convertirá
primaterial y vene-
en flor casi medici-
noso tiene que ser
nal.•
despedazad o y el
espíritu volát il fi-
Abraham Eleazar,
j ado con un clavo
Uraltes chcmischrJs
Werk (Tratado de de oro.
qufmica mvy anti-
Abraham Eleazar,
guo), Loipzig, 1760
Uraltes chemischcs
Werk (Tratado de
química muy anti-
guo), Leipzig, 1760

328 EL OPUS MACNUM : La serpiente EL OPUS MACNUM: la serpiente 329


La serpiente la serpiente

En la primera lá· ula serpiente de


mina del Código más arriba (n• 3),
de Flanel •ha bía es el espíritu uni·
una varO) y dos ser- versal que lo
pientes que se de- anima todo, que lo
vor¡~ban mutua - mata todo y que
mente». Encarnan asume todas las
la rotación cfclica formas de la natu-
de la destilación y raleza. En suma: es
condensación. • La todo y es nada».
serpiente alada•. Por el arte de la se-
explica Pseudo· paración, de uno
Eleazar, significa se hacen d os, •que
el espíritu uníver· ti~nen en si el ter·
sal( ... ) q ue se ex- cero y el cuarto•.
trae del rocío, y Es lo más volátil y
que sirve para la lo más fijo, un
preparación de fuego que todo lo
nuestra sa l. La se r- quema, que todo
piente de abajo re - lo ~brc:> y lo cierra
presenta nuestra (... )Cuece este
materia( ... ), la ve r- fuego con fuc:>go
d adera t ierr¡¡ vir- hasta que pare y
gen( ... ). que se en- obtendrás lo fijo
cuentra bajo las más fijo quc atra-
raíces vegetales. viesa todas las co·
Es la •turba de los ~as. y cuando un
filósofos• que Ar- gusano haya devo·
mand Barbault ex- rado al otro, saldrá
traía en las noches el ser que muestra
d e luna nueva . esta figura (no 4)•.
Barbault sigue en
muchos puntos las Su nombre es
indicaciones del Ouroboros. Ouro
Pseudo-Eieaza r. quiere decir en
(cf. pág. 320) le ngua copta rey;
ob, es la serpien te
Abraflam Eleazar, en hebreo.
Uraltcs chemisches
Werk (Trat:~do de Abraham Eleazar,
quimica muy anti· Donum Dei, Erfur1,
guo), Leipzig, 1760 7735

330 EL OPUS MACNUM: La serpiente l=o OPII< Mar:NuM: La seroiente 331


La serpiente
Lo ~crpicnte

Las dos serpien -


.. c~tns ~onlas dos tes, q ue en esta
QOI pi entes fijad as
ilustración tántrica
ol coducco de
simbolizan la ener-
M ercurio, de l~s
gía cósmica, enro-
(lliC recibe supo-
llan sus cuerpos en
der y lo capacidad
tomo a un Jingam
de tomar la forma
(falo) invisible. La
que quiera(...).
manifestación mi-
Cuando se ponen
crocósmica de esta
las dos serpientes
energia universal
en la vasija de la
In llaman los hin-
tumba mortuor ia,
dues kundalini. El
se devoran cruel·
flujo vital de la
mente una a la
kund.1/ini asciende
otra( .•• ). M ediante
a lo largo de la co-
la putrefacción
lumna vertebral
pierden su aspecto
por el delicado ca-
natural para ad-
nal central llamado
quirir otro más no-
susumna, hasta el
ble. La razón que
centro del cere-
me mueve a pin-
bro . A In izquierd a
tarte estas d os si-
de óste ultimo se
mientes (mascu-
hall a el canal lunar,
lina y femenina) en
id,i, y a la derecha,
forma de dragón
el canal solar, pin-
es que su pest ilen-
ga/j. Los tres cana-
cia es grande, lo
les confluyen en la
mismo que su ve-
zona de las cejas.
neno(...)•.
Bosoh/i, hacia 1700
Livredes figures
hiéroglyphiques
(Libro de figuras
jcroglificas), París
s.XV/1

EL OPUS MACNUM: la serpiente 333


332 EL OPUS MACNUM: la serpiente
Lo corpic nte
La serpiente

· En la India se le
ll~ma b~cu lo ele •Se representan
llrnhma a la co - aqui ••dos arroyos
l u mM vertebral. parabólicos(... )
La figura 4 la que engendran
muestra bajo la conjuntamente la
forma o rigina l del misteriosa piedra
caduceo de M er- triangular( ... )" y
curio. en el que las """ fuego secreto
dos serp ientes que y natural cuyo es·
lo forman simboli· píritu penetra en
zan la k unda lini o la piedra y le su·
fuego ofidico ( ... ); blima los vapores.
las alas represen- que se cond ensan
tan el vuelo cons- en el recipiente•.
ciente por los N ótese además
mundos superiores • que el arte con·
ocasionado por la fiero a este licor
propagación de divino, invirtiendo
este fuego•. los elementos y
(C.W. Leadbeatc r, purificando los co-
Die Chakras, ed . mienzos. la doble
Friburgo , 1990) corona de la per·
facción(... ). de la
que saldrá el cadu-
ceo de Mercurio•.
y •que este t,l al·
ca nza como un fé -
nix ( ... ) la perfec·
ción última del
azufre fijo de los
sabios•).
Así habla la •Ser-
piente de Arabia• A. T. de Limojon de
de Ripley: • Azo- S.1inr-Didier. Le
g ue es ve rdadera- uiomphe herméri·
mente mi her- que (El triunfo hcr·
mano. y Kibrick mético). 1689, ed.
(en árabe: k ibrit, alem;¡na Francforr.
azufre) verdadera- 1765
mente mi hcr·
mana.>>Y Rip ley
remata: «Parte la
en tres. h;,z una
con las partes y
obtendrás ella·
pis.»

The<1trum chemi-
cum Britvnnicum,
Londres. 1652

334 EL OPUS MACNUM : la serpiente


EL OPUS MACNUM: la serpiente
335
Lo serpiente La serpiente

Alegoría de la
unión de los dos
principios en el
Opus: a la iz-
quierda, el as-
pecto mercurial
femenino, con el
pelicano como
símbolo, que ali-
menta a sus hijos
con su sangre; a la
derecha, el azufre

...... o aspecto mascu-


lino. simbolizado
por el fénix de

1. fuego .

Figuarum Aegyptio-

IN: LE rum Secrecarum,


s. XVIII

Emblema del laboratorio espagírico eSo- gredientes indicados(...), ya d iluidos y por


luna• fundado en 1g21 por el poeta y mago tanto asimilab les, especialmente los meta-
de sombras chinescas Alexander von Ber- les, metaloides y minerales. •
nus en N euburgo, cerca de Heidelberg, y
Que lo trasladará más tarde a Stuttgart. La Según Bernus, estos r emedios actúan so-
espagírica iatroqu imica. que se remonta a bn> el • cuerpo fluidico• o •cuerpo etéreo•
Paracelso. desig na. según Bemus, «una te- del hombre, y por ta nto están en condicio·
rapia quQ comprende tanto la homeopatía nes •de activar la autorregeneración del
compleja como la bioqu ímica, yendo toda- organismo, sin cargarlo de substancias tó-
vía más lejos, ya que por una parte abarca xicas ni exponerlo a efectos secundarios•.
toda la farmacopea de ambas y por otra (Aiexander von Bemus, Alquimia y medi-
parte aporta al organismo enfermo los in- cina, Alchymie und Heilkunst, 1g36)

336 EL OPUS MACNUM : la serpiente EL OPUS MACNUM: la serpiente 337


La serpiente La serpiente

Esta ilustración El (e mar rojo-». ins·


est á inspirada en cripción que co-
un fragment o del rona este frag -
Rollo de Ripley, mento del Rollo de
que en los siglos Ripley, era uno de
XV y XVI corría en los nombres habi-
diversas copias. tuales para desig-
nar la divina agua
Adán (Adamah en mercurial y su
hebreo, que fuer2a de ti nción.
quiere d ecir tierra Aqui se representa
roj a) es el azufre; como la sangre
Eva el mercurio. que f luye del cora-
Las serpientes d el ~ón de la «ser·
caduceo represen- picntc de Ara bia•.
tan, en opinión d e El que la encuen -
Fulcanelli, «la na- tre será bienaven-
t uraleza cáustica y turado. Fluye re-
disolvente d el donda como una
mercurio, muy bola en todos los
propenso a absor- lugares del mun-
ber el azufre met á- do, escribe Ripley.
lico (la va ra d e
oro)>>. (Le M ystere El par¡¡lelismo d e
des Cathódrales, los glóbulos rojos
París, 1964) de la sangre con el
lapis aparece
Figuarum Aegyprio- como leitmotiv en
rum SecretJrum~ la teoría de la rela-
s. XVIII t ividad de espacio
y t iempo que Wil-
liam Blake desa-
rrolló en su poema
ecMilton• como
respuesta a los
conceptos de
Newton (cf. pág.
426).

Rollo de Ripley,
manuscrito, s. XVI

3 38 EL O PUS MACNUM : La serpien t e IJ~ O PUS MACNUM : la serp ient e 33g


la serpiente la serpiente

uEl dragón ha ma- Oc la pitón (mercu-


tado a la mujer y la rio vivo) se saca
mujer al dragón; <<Un agua pesada y
ambos están cu- grasa». <<Disolved
biertos de san· al rey(oro) en esa
gre». agua, de cuerpo
entero.. y entre-
gádselo a Vulcan 0 ,
que los cocerá
hasta obtener el
mejor remedio.
Con esta grasien¡ 8
·- __ .. - pitón se harán fe_
... . -·- .. ______.:____ ·--~-~-=;i:b.
·-- --:.- ·
cunclos el rey y la
reina, y tendrán
una prole innum~­
l'~b l e.•'

Abraham Eleazar,
Donum Dei, Etittrt,
1735

El dragón, que mora en estrechas grietas, Esta ilustración, la últim a de>l uAtalanta fu -
encarna, según Michael Maier, los elemen- giens» de Michael Maier, fue comentada
tos tierra y fuego; la mujer, el agua y el por William Blal<e, diestro en emblemática
aire. Tierra quiere decir, de una parte, resi- hermética_ la mujer la interpretaba como
duo de la destilación corporal; de otra, la <<Jerusalén>> o e>manación espiritual de la
«tierra virgen>> de los filósofos, en cuyo lnglaterra-Aibión caida y estrangulada por
centro se oculta la brasa del dragón, el el materialismo.
fuego secreto. Ambos están representa-
dos aquí, uno blanco (me>rcurio) y otro rojo Michael Maier, Atalanta fugiens, Oppe>n-
(azufre) yaciendo juntos en una fosa pro- heim, 1618
f unda, la putrefacción.

340 EL OPUS MACNUM: la serpiente> IJL OPUS MACNUM: la serpiente 341


Lo serpiente La serpiente

El .tragacolas • Los antiguos filó·


mercurial• es sofos comparaban,
"nuestro sujeto•. no sin razón, el
Oc cst~ únic~ raíz mercuño con la
brotan las rosas serpien te( ... ). ya
como bien más que ambos arms·
elevado. La ros~ t~Qn consigo una
blanca es la •tin· cola ele un lado a
tum filosófica• lu· otro. para equili-
n ~r. la rosa roja la brilr el peso.•
«tintura metálica•
solar. La miste·
riosa • rosa azul•
en el centro recibe
aqui el nombre de
•flor de la sabidu·
ria•.

El color azul no
tiene una signifi·
cación particular
en la teoría alqui·
mica de los colo·
res. La mayoría de
las veces hace re·
ferencia al estado
húmedo de la ma·
teria, considerán-
dose una modifi·
cación de la ne- En el anillo de Ouroboros, escribe Maier, lirio se tenia quieto y clavaba su mirada en
grura saturnal, los antiguos veian tanto ael transcurso de el cuerpo inanimado( ... ). Su muda descs·
signo de alta espi· los años y el retorno al origen• como el co· pe ración no clamaba ayuda, que no cono·
ritualidad y arca· mlcnzo del Opus, en el que se ingiere la cía. La serpiente, por el contrario, se enco·
nos saberes. cola húmeda y venenosa del d ragón. !erizaba cada vez más( ... ) Con su cuerpo
Cuando éste muda totalmente la piel. ondulante describió un circulo en torno al
Hicronymus Reuss· como la serpiente, se obt iene la panacea cadáver, se mordió la cola y se quedó in·
ner, Pandora, do su veneno. móvil.•
Basilea, 1582
lll ouroboros desempeña un papel impor· Michael Maier, Atalanta fugiens, Openl1eim,
tan te en el •Cuento• (Marchen) hermético 1618
do Coethe, fechado en 17gs: •(... ) el dulce

342 EL OPUS MACNUM: La serpiente i!L OPUS MACNUM: La serpiente 343


La serpiente La serpiente

Las inscripciones El círculo exterior de esta rueda del


mágicas de las ge- tiempo egipcia intenta hacer coincidir los
mas de Abraxas es- 360 grados de l zodiaco con los 365 días
t aban con frecuen- del calendario. Los egipcios consagraban
cia engastadas los cinco dios sobrantes al nacimiento de
d entro de un Ou- los dioses y al nuevo año. En e l circulo d el
roboros. Ourobo- medio estim los doce meses del año, y en
ros es el eón, lato · el cent ro , 1~ ser piente ele la et ernidad es-
talidad del tiempo t ablece una relación entre los d ioses So·
y el espacio y tam- this {= Siris). lsis. Osíris y Horus. Cada uno
bién el océano, de ellos reina sobre un ((gra n añon, que se
cinturón de agua compone ele 365 a1'\os terrest res. Sumados
en la cosmogonía los años de t ocios los dioses, don 1461, pe -
gnóstica, que se· riodo d e tiempo do la conjunción ele Sirio
para el rei no supe· con la salida d el sol.
riordel pneuma de
las sombrías aguas Descubrimiento:; recie ntes han permitido
jnferiores . constatar quo la fosa de la cámara del rey
en la pirám id e d e l<eops est ~ orientoda
Heinrich Khun rath exactamente a es t a estrell a fija, la más bri-
da a «nuest ro Mcr· llante de todas, que en su tiempo estaba
curio>> el nombre consagrada a lsis.
de Proteo, el viejo
marino de la mi to·
logia griega que
cambia constante-
ment e de forma; el 11 Horapolo, un sabio egipcio del siglo
que t iene «las lla- V el . C., se debe el p rimer desciframiento
vesdel mar( ... )y ele los j eroglíficos en lengua griega.
poder sobre todo; • Cuando representan el universo, dibujan
el hijo del océano una serpiente con escamas multicolores
( ... ), que se trans- q ue se devora la cola: las escamas simboli-
forma y exhibe en ~M las estrellas( ... ) Además la serpiente se
múltiples aparien· desprende cada año d e su pasado, como
cías.>> {Vom hylea- do su piel( •.. ) La ingestión del propio cuer-
t ischen Chaos, po Indica que todas las cosas, aun siendo
Francfort, 1708). creadas en el mundo por la p rovi dencia di-
Quien sea capaz
de hacerse con él y
1 vina, están sujetas a la putrefacción.>> (The
Hleroglyphics of Horapollo Nilous, ed.
guardarlo, reali· Londres, 1987) .
za rá g randes pro-
digios . Flg. arriba y abajo: Athanasius Kirc/1er,
Obeliscus aegyptiacus, Roma, 1666
Johannes Macarius,
Abraxas en Apisco-
pistus, Amberes,
7657

344 EL OPUS MACNUM: la serpiente GL OPUS MACNUM: la serpiente 345


l a serpiente
l a serpiente

El d iablo presenta al alma infeliz, que Después do que e l alma ha probado el


Desde que Vul-
quiere apartarse de Dios, su propia imagen fruto, • Vulcano encicmdo la rueda de
como ciclo de la naturaleza, concreta- cano ha encendido
fuego de la esencia y en el alma despiertan
la rueda mercurial
mente «en forma de serpiente, la rueda de todos los atributos de la natura leza, y con
d e la angustia en
fuego de la esencia>>. Y dice asi: «TLI eres ellos, la codicia y la concupiscencia .»
la q ue se p royectn
también como un Mercurio ígneo, y eso t e (L Boehme, Gesprach einer erleuchteten
el al ma, «nO codi-
hace codiciar este arto. Pero tienes q ue co- und unerleucht eten Seele)
cia más q ue la mul-
mer de un fruto en el que los cuatro ele-
tiplicidad de las
mentos, cada uno para si, quieren dominar Jacob Boehme, Theosophischc Werke,
al otro y están en permanente disputa .»
cosas natur¡¡losn.
Amsrerdam, 1682
Ahora está some-
tida por completo
al vaivén de las pa-
siones.

El alma iluminad a
aco nseja al al ma
inFeliz destrozar la
monstruosa larva
de serpiente que
lleva en ella me-
diante el espírit u
de tunar a Cristo,
que con su enca r..
nación ha hecho
saltar las puertas
del infierno y
abierto así el ca-
mino al paraíso .

l:tcob Boehme,
Th~osophische
Werke. Amsccrdam,
!682

346 El OPUS MAGNUM: l a serpiente


EL OPUS M AG NUM : la serpiente 347
El retorn o El emblema de la Sociedad Teosófica, formado por el Ouroboro occi-
El retorno
dental, la esvástica oriental, la estrella judía de seis puntas y la cruz
de asa del antiguo Egipto, expresa certeramente el sincretismo de su
programa.
La sociedad fue fundada en 1875 en Nueva York por Helena P.
Blavatsky (1831-1891), una inmigrante rusa que W.B. Yeats calificó de
«rústica campesina». En su «Finnegans Wake», Joyce le da el papel de
gallina q ue rebuscando en un montón de estiércol descubre un es-
crito misterioso. Ese escrito es su <<doctrina secreta» (Secret Doc-
trine) aparecida en tres tomos en 1888, un centón de elucubraciones
míticas al estilo de las ilustraciones de Beckmann, influido del espiri-
tismo de salón de fin de siglo.
En 1879, la sociedad trasladó su sede a Adyar,
en la India. La amalgama de espiritualidad oriental
y ocultismo occidental contribuyó decisivamente
al desarrollo de la pintura abstracta, entre cuyos
seguidores est aban Kandinski y Mondrian .
Con su sentido i nnato para el efecto dramá-
tico, M adame Blavat sky intenta llevar a la práctica
un programa que aboga por la unidad de «la cien-
cia, la religión y la filosofía >>, convirtiéndose en
precursora del movimiento <New-Age> de las pos-
trimerías del presente siglo.
Según la doctrina de la Sociedad, la totalidad
del cosmos es un proceso de evolución e involu-
ción en siete fases. El objetivo de la humanidad
es la evolución ascendente que va del cuerpo material y sexuado al
cuerpo etéreo de la luz. Ese camino con d uce desde la raza madre do-
Después de l a muerte de Hele>na Blava-tsky en l a India intentara imponer a sus micm·
minante actualmente, la raza aria, hasta una raza humana sublimada, on 1895, se p rodujo el cisma entre l a So· b ros europeos como nuevo Mesías a un jo·
el edad Teosófica de l a India y su sede ma - ven hindú llamado Krishnamurti, la sección
cuya aparición sitúa Madame Blavatsky en los Estados Unidos de su
trlt en los Estados Unid os. d irigida por alemana, dirigida por Rudol f Steiner, se in·
época. Es obvio que la semilla de tales doctrinas, totalmente compa- Kgtherine Tingley. En l as pinturas que ésta dependizó en 1913 y volvió a formase como
tibles con las teoría s racistas de unGido von Listo de un Lanz-Lie- hizo sobre el ciclo eterno del nacimiento y Sociedad Antroposófica.
ol ocaso de los mundos dominan los moti·
benfels, encontró terreno abonado en la elaboración de la ideología vos cristianos de ambientación nórdica. The Theosophical Path {El sendero teosófico},
nacionalsocialista. ed. Katherine Tingley, Poinl Loma, Califor-
Después de que la dirección de la sociedad nia, USA, 1926

llL OPUS M ACN UM: El r etorno 349


348 EL OPUS M ACNUM: El retomo
El retorno El retorno

»Co mo la materia y
la substancia de
las cosas son in-
destructible!>, así
también todas sus
partes están ex-
puestas a todas las
formas posibles,
de f orma que todo
y cada cosa se
transforman a su
vez en cada cosa y
en todo; y si eso
no se realiza al
mismo tiempo y en
un instante, se rea·
!izará en t iempos
d i ferentes y mo-
mentos dif e re n-
tes, sucesiva y al·
ternativamente.»
(Giordano Br uno,
La cena del miér-
coles de ceniza,
1594 )

Ciclo de reencarna-
ciones, Bhaktive -
danta Book Trust,
1993

Arr iba a la izquierda se ve la ca usa d el in - con un cubo de agua de la fuent e d e la vida


menso desorden cósmico: después q ue en las manos. el alma se eleva a la gruta
Urizen, la razón. se ha dormido con las veget al del cuerpo, gruta q ue las mujeres
riendas del carro d eJ sol en la mano, es Lu- tejen en los «telares uterinos de la genera ·
vah, la pasión, q uien tom a la guia. El resul- ción».
tado de esta alteración es el somb río • mar
del tiempo y del espacio ... con el ciclo de La f igura con túnica roja a la izquierd a es
lns encarnaciones. posiblemente Ulises, «si mbolo del hombre
como viajero por el mar tenebroso y tem-
Platón habla en la •República•, del «alma pestuoso de la generación>>. (Thomas Tay-
mll años errante>>, regida por el «huso de lor, Plotin. Concerning the Beautiful, Lon-
lo necesidad» y por las tres Parcas que de· dres, 1787)
ciden sobre el nacimiento, la vida y la
muerte (abajo a la izquierda). A la derecha: W. 8/ake, The Arlington Court Picture, 1821

350 EL OPUS MAGNUM: El retorno EL OPUS MAGNUM: El retorno 351


El retorno El retorno

Plt. O. Runge, Zwei «The Sun's light


/(inder in Rosen· when h~ unfolds it
blüten, durch den
Schlangenring der Depends on the
Ewigke it getrennt Organ thot be·
(Dos nhios en rosas holdsit .»
floridas separados
por la serpiente William 8/ake, For
anular de la eterni· the scxcs: Thc
dad), 1803 Cates of Paradise,
1793 y 1818

Whatis Man?

352 EL OPUS MAGNUM: El retorno EL OPUS MAGNUM: El retorno 353


La cópula La cópula

>>N uestro dragó n


mercurial)) sólo se
p uede dominar
por la acción con -
j unta del sol y la
luna; es decir, para
matarl o hay q ue
sacarle al mismo
t iempo el azufre y
la humedad lu nar.

Aurora consurgens,
comienzos del
s. XVI

«Hermes escribe : el dragón no muere sino «El d ragón es imagen d el mercurio, ya sea
cuando lo matan conjuntamente su her- fijo o volátil», escribe Maier. En él se es-
mano y su hermana. Uno de los dos no es conde Saturno, que se muerde su propia
suficiente, tienen que hacerlo ambos, asa- cola y que por su veneno y sus dientes afi-
ber, c.l sol y la luna ( •.• ). En otras palabras, lados es un atent o y fiel servidor de los fi·
hay que fijarlo y unirlo a la luna o el sol. El lósofos, difícil de v encer.
d ragón es el mercurio vivo del q ue se ex-
traen los seres p rovist os de cuerpo, alma y Michael M.1ier, AtoliJntiJ fugiens, Oppen-
espíritu. Por <>so se dice que el d ragón no heim, 1618
muere sin su hermano y su hermana(...)».
(Rosarium philosophorum, ed. J. Telle,
Weinheim, 1gg2)
wE!>tá escrito q ue la hembra disuelve al va- Desp ués d e hab ernos unido en la copula -
rón y el varó n f ija a la hembra. Es deoir, el ció n ( ... ). t e quitaré el alma con caricias.»
Q&piritu d isuelve el cuerpo y lo abland a. y (Aurora consurgens)
ol cuerpo fija el espj r itu. •
Aurora consurgens, comienzos del s. XVI
• Senior se expresa así : soy un sol tórrido y
toco, y t ú, la Luna, eres fria y húmeda.

354 EL OPUS MAGNUM: La cópula I!L OPUS MACNUM: la cópula 355


La cópula La cópula

la pareja real de
hermanos Gabricio
y Beya quieren
abrazarse •para
concebir un hijo
sin igual en el
mundo•.

las patas de los


grifos o dragones
en la roca indican
que ambos provie-
nen de la misma
familia, primate-
rial y venenosa. En
el •Rosarium philo-
sophorum•, se
dice: •La copu la-
ción de Gabricio
con Beya conduce
a la muerte de él.
Pues Boya se sube
sobre Gabricio y lo
encierra en su
seno, de forma
que desaparece
por completo. Con
grandísimo amor
ella lo ha acogido
en su naturaleza y
fraccionado en
partes indivisi-
bles.»

J. D. Mylius, An.,to-
mia auri, Francfort,
1628

[n el monte verde de la materia prima, los El manuscrito, proveniente de los círculos


lhnbolos de los elementos que la campo- de los Rosa-Cruz. tiene concomitancias
non están ordenados formando el mágico con el •Aurca Caten a Homerh (1781) de
cuadrado numérico de Saturno. Arriba, el Ki rchweger.
101 y la luna levantan a su •hijo imperial•
(la tintura mercurial) del bautismo de la re- Materia Prima Lapidis Philosophorum,
lorto. manuscrito, comienzos del s. XVIII

EL OPUS MAGNUM : la cópula [L OPUS MAGNUM: la cópu la 357


La cópula La cópula

El <Don u m Dei•, «El lap is se p re-


q ue al principio
.._ para con cuat ro
andaba disperso element os com·
en manuscritos del F. I IL, puestos. Aquí se
disg regan total-
siglo XV. fue una
de las más difund i- ment e los cuerpos
das colecciones de en nuestro mercu ·
cit as de carácter rio vivo, es decir,
alq uí mico. Es una en el agua de
ser ie de d oce i lus- nuestro mercurio,
traciones sobr e las de la q ue sald rá un
d iferentes etapas agua constante e
del Opus. inalterable .»

la pareja alquí- «Invierte la n atura~


mica quiere copu- Jeza de los cuatro
lar para engend rar elementos y en-
un hijo, un rey «de cont rarás Jo que
cabeza roj a, oj os buscas; pero inver·
negros y pies b lan· tir la nat uraleza
cos: la maest ría». significa convertir
po r nuestra maes·
•Quere>mos ir a t. tría los cadáveres
b uscar la nat ura· en espíritus .•,
leza d e Jos cuatro
elementos que los
""""
l Donum Dei, s. XVII
alq ui mistas sacan j
d e las ent rañas de 1
la tierra./ Aq uí co-
mienza la d isolu·
l
1
ció n d e Jos sabios
(solut io), y de ell a
obtendremos
nuestro mercurio.»

Donum Dei, s. XVII

3 58 EL O PUS M AGNUM: La cópula 0L O PUS M AGNUM: La cópula 359


la cópula la cópula

«La putrefacción {<Ceniza de ce ni·


de los sabiO$ (es) zas . Las nieblas ro-
su cabeza de jas han descen-
cuervo( ... ] cuando dido a su cuerpo,
lleg ues a ver la ne- del que han salido,
g rura, regocij are, y se ha p roducido
pues eso es el co- una unión de la
mienzo de tu tierra y el agua,
obra.» que da luga r a una
ceniza.» No debe
Esta fase es de menospreciarse
larga duración, por esta ceniza, pues
eso hay que tener en ella se encuen·
paciencia, «pues tra, segun el le-
las prisas en nues- gendario alqui ·
tro arte son cosa mista Morienus, la
del diablo>>. d iadema del rey.

Las ilustraciones En otras ilustrado·


q ue siguen descri- nes del mismo ca ·
ben la formación ráctcr, el árbol que
de un pestilente crece en la ceniza
humus negro, su produce un fruto
disolución en el parecido a la uva,
«aceite mercurial o también las tres
de los sabios», el estrellas del Opus.
incipiente blan-
queo y la aparición Donum Dei, s. XVII
de los múltiples
colo res.

Oonum Dei_ s. XVII

360 EL OPUS MAGNUM: l a cópula EL OPUS MAGNUM : la cópula 361


La cópula La cópula

cela ros;;J blanca. «La rosa roja. Soy


Soy el elixir de la el elixir del rojo,
bancura; yo t rans- que transf ormo los
formo todos los
metales llenos de
Ros_A ALBA XL F.. RosA RvBEA XII.. cuerpos viles en el
oro más puro y au-
impurezas en la tóntico.,
más fina p lata.•
El rey rojo brilla
Se cita aquí al mé- como el sol, " claro
d ico catalán Ar- como el carbunclo,
naldode Vilanova : ligero y fluido
(ca. 1240-1311): como la cera, re-
•El que me ha he- sistente al fuego,
cho blanco, me penetra y fija el
hace también rojo . mercurio vivo» .
El b la nco y el roj o Comb ina la fija-
nacen de la misma ción absoluta con
raíz.» El blanco ~e la extrema flexibi -
invierte en rojo lidad del mercurio.
solamente con una
cochura seca (ca l- El color púrpura de
cinación}, del la sa ngre evoca,
mismo modo que según el dogma
la orina blanca se cristiano d e la
color ea por la di - transubstancia-
gestión perma- ción, la más alta
nente en el f orma de espiri-
cuerpo. tualidad.

Don um Dei, s. XVII Don um Dei, s. XVII

EL OPUS MAGNUM: la cópula L OPUS MAGNUM: la cópula


La cópula La cópula

ocmy g oldrush El poema <<Sol y Luna>>, que reproducimos ligeramente resumido en


gainst her silver·
netss» (J. Joyce, las páginas siguientes, es conocido desde el año 1400. En 1550 se
Finnegans Wake) Incorporó, en versión ilustrada, a la primera edición del <Rosarium
S. Trismosin, Splen · philosophorum>. Desde en-
dor solis, Londres, t onces es una de las más po-
s. XVI
pulares obras de alquimia. El
especialista de temas alqui·
micos Joachim Telle, que in-
vestigó profusamente la
obra (J. Telle, Sol und Luna,
Hürtgenwald, 1980), la-
menta que se haya impuesto
la interpretación del psicoa·
na lista C.G. Jung. Según
óste, la secuencia de imáge-
nes es la plasmación de <<pro-
ye cciones>> del inconsciente,
o también un <<drama simbó-
lico>>. Semejantes actualiza-
ci ones, escribe Telle, han
anulado por completo las pe-
culiaridades históricas del
poema ilustrado. <<Las inter-
pret aciones psicológico-es-
piritualista>>, añade el inves-
t igador, <<pasan por alto que
ol poema ilustrado está li-
tJado a textos propios de las ciencias naturales( ... ). A lo largo de los
olglos, llegó a considerarse un texto didáctico sobre los procesos del
mundo de la materia.» Esta alegoría ilustrada entronca, según Telle,
con la alquimia árabe, cuyos complejos contenidos didácticos son
nún poco conocidos.

EL OPUS MACNUM: la cópula 0~ OPUS MACNUM: la cópula


la cópula la cópula

UNIÓN O CÓPULA LAVADO O


PURIFICACIÓN
«Oh Luna, con mi
abrazo/y dulce «Cae el rocío del
caricia/ ciclo/

te harás bella/ Y lava los cuerpos


fuerte/ y pode- negros en lf:l
rosa/ como yo. tumba.,•

Oh Sol/ reconoci-
b le entre todos/

Me has menester
como los poli ue los
a la clueca.•

ELEVACIÓN DEL JÚBILO DEL ALMA


ALMA O PREÑEZ 0 NACIMIENTO 0
SUBLIMACIÓN
«Aquí yacen
muertos el rey y «El alma baja flo-
la reina/ tando por los
aires/
El alma se separa
con gran cuita. Y reanima el
cuerpo purifi -
Aqu í se segregan cado.))
los cuatro elemen-
tos/ Ilustraciones del
Rosarium philoso-
El alma se separa phorum, 1550
p resta del
cuerpO.»

366 EL OPUS MACNUM: la cópula L OPUS MACNUM: la cópula


La cópula La cópula

LA SOLIDIFI· LAMULnPLI-
CACIÓN CACIÓN

• La vida de la luna «El agua comienza


toca a su fin a caer

El espíritu se eleva Y da de beber su


en los aires apre- agua de nuevo a la
ti~rra.»
suradamente.•

LA RESU-
RRECCIÓN

<<Del cielo llega el


alma, bella y pura.

Y hace resucitar en
verdad a la hija d e
los filósofos.•

llu5traciones del
l?osarium philoso-
phorum, 1550

368 EL OPUS MAGNUM: la cópula L 0 1•US MAGNUM: la cópula


El andrógino El andrógino

l a ex tensa serie
ele ilustraciones de
•Philosophia retor-
mata>, de J.D. My·
lius (1622), está
el a ramente inspi-
rada en el poema
i lustrado <Sol y
Luna>. Tras la puri-
ficación por el
fuego y la disolu·
ción de su cuerpo El oro y la plata fi·
en el baño mercu · losóficos aparecen
rial, la pareja de en los rostros del
reyes he rmanos rebis. La presencia
procede a la unión de los dos seres
carn al. Los cuervos a lados indica los
anuncian la fase de últimos p rocesos
putrefacción. de sublimación.

El pelicano , q ue
alimenta a sus hi-
jos con su propia
sangre, simboliza
la fase final de la
multiplicación. Del
pozo mercurial sa ·
len ella pis rojo y
ella pi s blanco,
dotados ahora de
La pareja real se extraordinaria
levanta en forma fuerza y solidez.
de rebis del sepul-
cro de la putre· Ilustraciones de
fracción . El rocio 5tolcenberg, Viri-
del cielo le lava darium chymicum,
su negrura. Francf ort, 1624

370 EL OPUS MAGNUM: El andrógino IJL OPUS MAGNUM: El andrógino 371


El andrógino El andrógi no

·El hermafrodita,
que yace inerte en
las tinieblas, nece·
sita el fuego.•

Los filósofos lla·


man h.:.mbra (luna)
a la materia fria y
húmeda, y varón
(sol) a la cali.:.nte y
seca. El andrógino
posee las cuatro
cualidades. Con
el fuego se elimina
la humedad super-
flua y se forma
• la idea en el Opus
filosófico, que es
la tintura•.

Michael Maier,
Atalanta fugiens.
Oppenheim, 1618

Después de que Adán cae en el sueño mortal de la materialidad,


abandonando así la androginidad celestial, Cristo desciende tras sus
pasos a esa «irrealidad» para darle, con la creación de Eva, la posibili·
dad de salvación. Boehme lo dice así: «Cristo apartó a Adán, durante
el sueño, de su vanidad( ... ) y le devolvió la imagen angélica creando
a Eva de su propia esencia, de su parte femenina. Ella es la matriz de
Adán, de naturaleza celestial (Sophia).>> Blake llama a ese aspecto fe·
menino emanación, y al masculino, espectro. El fin primordial de la
existencia terrenal es redimirse de la emanación y combinar ambos
aspectos. El camino que conduce a ello pasa, según Blake, por las
alegrías de la sensualidad y por la satisfacción corporal. Este camino
Fig. de la derecha:
se ve obstaculizado por las fa lsas doct rinas morales y la rel igiosidad
W 81ake, Jerusa-
lén. 1804- 1820 dogmática, que son el principal inst rumento de la represión sexual.

372 EL OPUS MACNUM: El andrógi no 1 ~OPUS MACNUM: El andrógino 373


El andrógino El andrógino

Ulmannus (comien- Este andrógino es


zos del s. XV), pre- la naturaleza es-
supone, al igual pectral y perver·
que Jacob Boeh· ti da de • Lucifer
me, el libre arbi· Anticristo y su
trio del hombre madre: un cuerpo
para decantarse y un alma: fijo y
hacia el mundo de volátil: él alberga
la ira o el del amor. las artes naturales
cHe aquí los tres de este mundo.•
reinos entre los Sus raíces son los
que puedes esco· 7 pecados ca pita·
ger para ser y des- les. Las 4 coronas
pues para obrar.» son los elementos,
El hombre ha sido representados por
creado de •un sol el g rupo cuaterna·
doble•. El sol inte· río inferior en el
rior y espiritual en- sistema de Ulman -
carna al hermafro · nus : M arte
dita divino. Es la (fuego), Venus
personif icació n de (agua). Saturno
la alquimia dcsin · (tierra), Jú piter
t eresada, que se (ai re): «los ele·
compone de •Je- mentas llevan en si
süs. piedra milscu- el bien y el mal dis-
li na de la pureza» tintamente. eter·
(mercurio/espíritu) na mente». Una
y de •Maria, pie- unión negativa la
dra femenina de 13 f orman en «el ne·
d ulzura» {luna/ 9ro sol exterior».
cuerpo). Los dos como • lapis solar
son uno en Dios metálico carnaln.
Padre (sol/alma).
• piedra oleagi- Libro de la Sancí-
nosa• que torta· sima Trinidad, s. XV
lece contra las ten·
taciones del dia-
b lo.

Libro de la Santí-
sima Trinid<ld, s. XV

374 EL OPUS MACNUM : El andr ógino EL O PUS MACNUM : El andrógi no 375


El andrógino

El frontispicio de
la <Aurora consur·
gens• reproduce
una alegoría de la
sabiduría, también
llamada «Viento
del sur• , símbolo
tanto del Espíritu
Santo como de la
totalidad de las
sublimaciones.

El viento del sur se


representa aquí
bajo la forma de
un águila desco-
munal que une
progresivamente
los contrarios. las
tres piernas so bre
las que se tiene el
andrógino hace
alusión al trébede
pa ra poner la re-
doma sobre el
fuego. Realizada la
unión, Sol dice a
l una: • Si ascende-
mos a la Orden de
los antiguos (es
decir, las 24 subli- Este grabado en cobre lo realizó Matthaus M erian para el cOpus-
maciones o águi- M edico-Chymicum• (1618) de J.D. Mylius. Más tarde apareció tam-
las), seremos ro-
ciados, tú y yo, bién en el apéndice del cMusaeum Hermeticum>(1625).
con una luz ar· M erian hace en él una gran síntesis de todos los componentes del
d iente.• (Senio r
Zadith, en: Aurora gran Opus: un eje horizontal separa la esfera de lo divino de la rueda
consurgcms) de la naturaleza, dividida a su vez en las diferentes fases del Opus,
desde el cuervo-nigredo hasta el fénix-rubedo.
Rodeado de un bosque de metal, el mago separador, mediante un
octo poderoso, separa verticalmente la materia caótica en día y no-
che, sol y luna, azufre y mercurio, fuego y agua. La unión suprema
tiene lugar en el centro de la rueda, intersección de los ejes, bajo el
signo dellapis mercurial, la «piedra acuosa filosofal».
La f igura con cabeza de ciervo a la derecha es el cazador Acteon, que
contempla la naturaleza (Diana/Luna) desnuda, sin velo s. Para Gior-
clan o Bruno es el símbolo del que busca denodadamente la verdad.

376 EL OPUS MACNUM! El andrógino ELOPUS MACNUM: Separatio 377


Los yantras Losyantras
herméticos herméticos

En el culto hinduista Representación geométrica del tetraktys


se denominan «Van- pitagórico según p receptos de alquimistas
t ras» a las sencillas árab es anónimos, tal y como se conocía en
representaciones Europa desde el siglo XIII a t ravés de com·
geomé tri cas de pilaciones doctrinales como «Turba p hilo-
fuerzas vectoriales . sophorum)) o el ~< Rosarium ,>. El circulo inte-
Para Heinrich Zim· rior representa el uno microcósmico, que
merson ceun a espe- con la cuadratura se conviert e en el diez
cie de plano( ...) macrocósmico. Un diez que, como quinta-
para el desarrollo esencia de los alquimistas, comprende to·
gradual de una vi- das las demás posibilidades.
sión>>. (Mythen und
Symbole in indis- D. Stolcius von Stolcenbcrg, Viriclarium
cher Kunst und Kul · chymicum, Francf ort, 1624
tur, Zúrich, 1951)

El cielo trinitario original abare~ el cuater -


nario formado por el cielo empíreo, cielo
etéreo y cielo elemental, con la tierra en el
centro. Esta figura es una imagen invertida
en el espejo del tetragrammaton inscrito
en un triángulo.

Robert Fludd, Utriusque Cosmi, tomo/,


Oppenheim, 1617

«Haz del hombre y la mujer un circulo, in- extraer el espíritu, el cuerpo y el alma, que
serta éste en un cuadrado, ponlo en un aparecerán brevemente en tres colores
triángulo y circunscribe una circunferencia ante de la rubificaciónn. Al cuerpo le co-
por los vértices del triángulo. Obtendrás la rresponde el negro saturnal, al espíritu el
pie>dra filosofal. » blanco lunar acuoso y al alma el vaporoso
color cetrino. «Cuando el triángulo alcanza
Según Michael Maier, los alquimistas están su más alta perfección, hay que transfor-
familiarizados con la cuadratu ra del cir- marlo en circulo, a saber, en un rojo inmu-
culo. El cuadrado alrededor del circulo sig- table. En esta operación la hembra se in-
n ificaba para ellos «que de un mero cuerpo vierte en varón y ambos devienen uno.n
cualquiera hay que sepa rar los cuatro ele-
mentos (... ).la transformación d el cua- Michael Maier, Atalanta fugiens, Oppen-
drado en un triángulo enseña que se debe heim, 1618

378 EL OPUS MACNUM: los Vantras Herméticos EL OPUS MACNUM: los Yantras Herméticos 379
Los yant ras Losyantras
he rméticos herméticos

El hexagrama se conoce tamb ién como Según la doctrina


•sello mágico de Salomón•, con el que, se- tántrica, la verdad
gún la leyenda, ahuyentaba a los malos es- última consiste en
píritus. En la alquimia y la t eosofía aparece la total penetra-
con frecuencia por •estrella guía>, •una es- ción de Shiva y
t rell a o fuerza celestial que confiere en - Shakti, de la ener-
t endimiento a los sab ios y les ind ica el ca - gía masculin a y
mino como a los M agos de Oriente.» fem enina, d e Pu-
(G.Cichtel, 1682) El seis, número de los rusha (forma) y de
días de la creación, simboliza el Opus y el Prakriti (mate ria).
movimiento de rotación que le es propio. Shiva, el t riángulo
con uno de los vér-
Abraham von Franckenberg, «Rafael o el tices hacia arriba,
(arc)ángel-médico• (Raphael oder der encarna el aspecto
Arzr-Engel, 1639, reimpresión 1925) estático de la mas
(Franckcnberg hace un juego de palabras, alta realidad;
intraducible al castellano, con el tftulo del Shakti, el trián -
libro, aprovechando la proximidad foné- gulo con uno de
tica de los términos alemanes • Erz» (•mi- los vertices hacia
neral» y ta mbién el p refi jo «are» de •arcán- abajo, la energía
gel») y «Arzt• (méd ico) cinética del uni -
verso sensible .

M anda/a de V~jra­
varahi, Tíbet, ~- XIX

Emblema de cobre del ·Aureum Seculum


redivivum>(La Edad de oro resucitada). de
Heinrich Madathanus.

El lema del autor: • El centro del mundo es


el grano en el campo».

Inscripción en el circu lo exterior: «Tres son


las maravillas, Oios y hombre, Madre y Vir-
gen, Uno y Trino.»

•En el circulo interior : «E'I centro en el cen-


t ro del triángulo.»

Michael Maier, Viarorum, Oppenheim, 1618

380 EL OPUS MACNUM: los Yantras H ermético s EL OPUS MAGNUM: Los Yantras Herméticos
la Trinidad
la Trinidad

»Nuestro lapis
compart e su nom-
bre con el d el
Creador, p ues es
u no y trino.•
(Zósimo, s. IV)

Comelius Petracus,
5ylva philosopho-
rum, s. XV/1

Se ve aquí re pre-
sentada • La Trini-
dad manifiesta»
de la d iestra part e
luminosa de Dio s
e n el sistema de
Boehme, • el re ino
d el amor• . Es e lla
la que da existen-
cia y luminos id ad
vita l a l sombrío y • En e l Pa dre est<i la eternidad , en el hijo la • Cada madero , cad a p ie dra o cada hierba
dinámico subs· Ident idad y en el Esp íritu Santo la partici· contiene t res cosas ( ... ) Primero .la fuerza
t rat o natural de la 130Ci6n en la e te rnidad y la identid ad( ... ) y de la que nace e l cue rpo( ... ) después un
pa rt e izqu ierda, a los tres son uno, a sab er, cuerpo, esplrit u y humor que es e l corazón de cad a cosa; por
la • rueda d e la an - allna; pues en e l núme ro tres está toda último, una fuerza que mana de su interior,
gustia• hecha de perfección .» (Auro ra co ns urgens, s. XV) un olor o sabor que es e l espíritu de una
sal, azufre y mer- cosa, d e l que crece o a umenta .• (Jacob
curio. La triada est;i representada por los pájaros Boehme, Aurora, 1612)
on los tres colores d el Opus. En la «Au rora
D.A. Freher, en: consurgens• . el Espíritu Sa nto se co mpara Aurora consurgens, comienzos de s. XVI
Works ofJ. Behmen, con e l agua me rcu ria l, q ue hace lo te rres ·
Law·Edition, 1764 tro siet e veces ce lestial y ti ene un efe cto
purificad or, vivificante y fecundo .

EL OPUS MACNUM: la Trinidad 0 L OPUS MACNUM: la Trinidad


l o Trinidad la Trinidad

En la primera parte Tro$ fases u opus


d el Opus se su- parciales hay en el
bhm~ tres veces la Opus Magnum.
prima materia hu· los filósofos ha·
medecíéndola con blande tres llaves
la • orina del y tres grados de
efebo", conocido solidificación, in·
~ob ro no n1b re d el dicados aquí po r
aguo mercurial. l a~ t res f lechas. El
Después, se dice primer o pus par·
en • Turba philo· cial es la disolu·
sophorum•. hay ción, que acaba
que cocer la mate· con la fase de ni.
ría hasta eliminarle gredo; el segundo
la negrura. finaliza con la de
rubedo; en el ter·
cero, la multiplic:~.
ción, ella pis ob·
tiene su fuerza tin·
gible. El huevo fi.
losófico ya esta
incubado.

Al término de la El poder secular se


tercera y última arrodilla ant e la
fase del Opus, el gloria del •hijo
e lixir posee la cua· rojo del sol». las
lidad de pe netrar eres coronas sim·
en todos los meta· bolizon ~u domi nio
les impuros (com- absoluto sobre los
prendido el oro tres reinos, ve<;e·
vulgar) y convertir- tal, animal y mine-
los en su propia ral.
naturaleza celeste.
llusrracioni!S de
Spcculum veritatis,
s.XV/1

E L OPUS M ACNUM: La Tñ nidad llL OPUS MAGNUM: l a Tñ nidad


la Trinidad La Trinidad

Un padre (el Con el sudor, el pa-


cuerpo) se separa dre segrega uel
con dolor de su aceite y la verda-
único hijo (el espi· dera tintura de los
ritu) y lo confía ala filósofos», y pide a
tutela de un men- Dios que le de-
tor(el alma)que lo vuelva a su único
lleva a una alta hijo, que ha devo·
montai'ia (el alam- rado. Finalmente
bique) paramos- le es-enviada una
trarle la grandeza lluvia astral (ro-
del mundo. Pero cio), que disuelve
allí arriba el hijo su cuerpo durante
percibe el grito el sueño .
implorante del pa-
dre y retorna junto Lambsprinck, De
a él. Lapie/e phi/oso·
phico, Francfort,
Lambsprinck, De 1625
Lapide philoso-
phico, Francfort,
1625

uOh, hijo mio, du· El padre, ahora to·


rante tu ausencia talmente transmu·
estaba muerto { ...), tado, primero en
pero revivo en tu <tagua clara,, y des-
presencia.» El pa· pués de «buena
dre (seco) abraza ti erran, ha conse-
complacido al hijo guido un nuevo
{húmedo) y lo de· hijo.
vora.
Lambsprinck, De
Lambsprinck, De Lapie/e phi/oso·
Lapide philoso- phico, Francfort,
phico, Francfort, 1625
1625

386 EL OPUS MACNUM: La Trinidad EL OPUS MACNUM: La Trinidad


La Trinidad La Trinidad

Bajo la forma convencional de una «Coronación de Maria>> se nos pre-


senta aquí uno de los sistemas más complicados y fascinantes de la
historia de la alquimia. El <<Libro de la Santísima Trinidad >> (1415- 1419)
pretende acabar con el error de que sólo el Padre y el Hijo poseen
übro de la Sanrí-
una única esencia, pues también María nació en el Espíritu Santo y sima Trinidild, CO·
concibió por el Espíritu Santo: <Jesús María madre de Dios es ella mienzos del s. XV
misma su propia madre en su encarnación.>> Ulmannus hace innume-
rables variaciones sobre las relaciones trinitarias de Padre, Madre e
Hijo. El Hijo representa el espíritu (Mercurio), el Padre el alma (sol) y
la madre virgen el cuerpo (luna). Ella es la matriz divina, del gran mis-
terio del que emana toda esencia: Wenn sie soluiert heisset sie
mannliche natur zu geben ( ...) sie congeliert, so heisset si e fraulichen
corpus zu nehmen.» («Si se disuelve, produce una naturaleza mascu-
lina; si se coagula, da lugar a un cuerpo de mujer.>>)
Para Ulmannus, María es «el espejo de la Santísima Trinidad».
Más tarde Boehme utilizará la misma imagen para referirse a la So·
phi a, que es para él «la fuerza exhalada>> o «el descubrimiento de la
nada eterna que el Padre, el Hijo y el Espíritu ven en ellos». (Von der
Gnadenwahl, 1623)
A la tríada superior de cuerpo, espíritu y alma se juntan los cua-
tro evangelistas , que son los cuatro elementos sublimados. Lucas,
Tauro, es el fuego (Marte); Mateo, el ángel, es el agua (Venus); Juan,
el águila, es la tierra (Saturno), y Marcos, el león, es el aire (Júpiter).
Con ellos se corresponden, según Ulmannus, los siete metales, las
siete heridas de Cristo, las siete virtudes, los colores, los días de la
semana y las horas.
Especial atención merece el gran escudo con el águila negra bi-
céfala, dedicada al káiser Federico. Ulmanus llama a ese escudo la
«forma del espejo de la Santísima Trinidad». Se trata de una alegoría
de la fase del Opus llamada sublimación y dellapis. El águila negra
simbol iza la putrefacción saturnal y sus dos cabezas aluden al doble
aspecto de la existencia mortal: material-trascendente, sublime-in-
manente. El águila es la cruz terrenal por la que Cristo-Lapis redime a
la Humanidad. San Juan, con el negro animal como atributo, se consi -
deraba el patrón de los alquimistas, igual que Saturno.

388 EL OPUS MACNUM: La Tñnidad EL OPUS MACNUM: La Trinidad 389


El fuego El fueg o

«Tres son las subs- Representación


tancias que dan su alegórica de la sal:
cuerpo ~toda
cosau, dice Para · Júpiter, en el cen-
celso. y pone el tro de este grupo
ejemplo de la ma- de tres personajes,
dera: «lo q ue arde señala el •fuego
es el azufre ( ...). lo centr.JI», en el que
que humea es el tiene su centro • la
mercurio ( ... ),lo sal secreta de la
que se reduce a ce- naturaleza». (Eiias
niza, es la sa l.» La Artista)
sal es el sedimento
corporal, el cuerpo Neptuno muestra
después de el tártaro, subs·
muerto. El azufre tancia importante
(nube) es aqui, para la prepara-
contra toda con- ción de •nuestra
vención, feme- sal». «Las sales son
nino, y el mercurio las llaves que
(pez), mascu lino. abren el cofre
donde se encierra
Oswald Crol~ Chy- el tesoro.» (Basi-
misch Kleinod, lius Valentius). La
Fr~ncforr, 1647 presencia de Plu-
tón, el dios de los
infiernos, con la
llave en la mano
la sal ígnea se- indica que las sales
creta en figura dt' provienen de las
obispo une la hú- een izas de la
meda reina Mercu - muerte y que tie-
rio con el seco rC!y nen la función de
Azufre, bajo un ar- catillizadores en la
coiris que indica fase negra de la
que la materia esta p utrefacción .
secándose. Mercu-
rio prepara aliado B. Coendcrs van
el baño nupcial Helpen, Escalier
mercurial. des sages, 1689

D. Stolcius von
Srolcenberg, Virí-
darium chymicum,
Francfort, 1624

390 OPUS MAGNUM : El fuego OPUS MAGNUM: El fuego


3g1
El fuego El fuego

«Te b asta con dar La séptima llave de Basilius Valentius es


fuego al fuego, una alegoría del reino del fuego (espada y
mercurio al mercu- balanza). Hay que procurar sobre t odo que
rio.• el alambique este herméticamente ce-
rrado para que no salga el agua espiritual,
representada aqui como triángulo de
fu~o inscrito en el cuadrado de la sal.

La •sal de los sabios• se obtiene extra-


yendo de la sal corporal el azufre coagu-
lante, de forma que su interior se vuelva
hacia el exterior.

D. Stolcius von Stolcenberg, Viridarium


chymicum, Francfort, 1624

En el descubrimiento del fuego está gran


parte del arte, dice Arnaldo de Vilanova en
el •Rosarium •. La regulación del f uego se
atiene a los colores en la obra y a las est a-
Los semejantes se atraen. El mundo en- • rocio de mayo•. que se obtiene por desti- ciones del año. En primavera, bajo el signo
tero, dice Michael M aier, depende de este lación del mercurio externo. de Aries, es preciso un fuego fuerte para
sistema de nexos. Pero hay •muchos y va- calcinar los metales; en verano. bajo el
riados géneros de fuego y de mercurio•: Todo el Opus se funda en la acción con- signo de Cáncer, el fuego debe ser suave,
junta de los dos principios contrarios: mer- para la disolución; en el otoño, regido por
Asi como hay un fuego interior que se curio-agua da la materia, azufre-fuego, la Libra, fuego moderado para la sublima·
prende por el fuego exterior, multipli- forma. ción, y en la fase saturnal d e Capricornio,
cando asl su efecto, también existe un que corresponde la putrefacción y fermen-
mercurio oculto, de la máxima sutileza, el Michael Maier, Ara/anta fugiMs, Oppcn- tación, basta con el calor constante del es·
heim, 1618 tiércol de caballo.

D. Sto/cius von Stolcenberg, Viridarium


chymicum, Francfort, 1624

392 EL ÜPUS MACNUM: El fuego EL ÜPUS MACNUM: El fuego 393


El fuego El fuego

Segun Paracelso, Las visiones de


la salamandra vive Blake son múlt i.
en el fuego, pero pies, prestándose
no en el somb río a toda suerte de
fuego material, asociaciones.
sino en el fuego
esencial, «espiri- La figura ardiendo
tual de la natura- es Rintrah, p erso·
leza». nificación de la ira
justa, pero tam-
bién Satán, el
egoismo, o incluso
Ore, el demonio
rojo de la revolu-
ción. Pero p uede
t ratarse asimismo
de un mortal con-
sumiéndose en el
fuego a la vista d e
d os seres eternos:
«La vida es, según
Paracelso, un p ro -
ceso d e com bus-
tión.» «Si d igo que
no pu edo arder es
como si digo que
no puedo vivir
( •.. ).» (W. Pagel.
Paracelsus and the
Neop latonic and
Gnostic Tradit ion ,
<<Salamandra viene de sal y de mandra, q ue ( ...)La verdadera alquimia es la <Halchi- Cambridge. 1g6g)
quiere decir establo, pero t ambién gruta, mia•. la cocción de la sal (del griego <hah,
ermita ( •.•) Tend ido en la paja de un pese· sal, y <chyo>, yo cocino).» (M. Retschlag, W. Blake, Mi/ton,
bre, en el portal de Belén ¿no es el mismo Von der Urmaterie [La primera materia] , 1804- 1820
Jesús el nuevo sol que trae la luz al mundo 1926, citado por Bernus en: Das Geheimnis
( ...).ese fuego espiritual que se hace carne d er Adepten, Sersheim, 19S6)
y que ha tomado f orma en la sal?• (Fulca-
nelli, Les demeures philosophales. París, Jacob Boehme da al • fuego secreto» el
1930) nombre d e <<Schrack n, que vale por rayo,
chispa inicial que <<tiene su origen en el sa·
u Toda materia se p uede reducir a una litre celeste•. Este salitre secret o es por
forma de sal. Es el Verbo d ivino hecho ma - dentro «la semilla de toda divinidad>>y por
teria; en una sa l especial se comb ina un fuera la raíz d e toda energía material.
agente celestial, un hijo d el divino f uego
solar. con un elemento terranal y pasivo, Micbael Maier, Atalant;J fugiens. Oppen-
para dar lugar a unaencarnación e!e la sal. beim, 1618

3g4 EL OPUS MACNUM: El fuego EL OPUS MACNUM: El fuego 395


El huevo
El huevo
fi losófico
fi losófico

Después de la
• Toma un huevo y muerte de Cástor,
cáscalo con una es· hijo de Leda, su
pada candente.• hermano gemelo
Pólux, que era in·
mortal. se decide
por la vida t empo·
ral para seguir
unido a su her·
mano. Aparti rde
entonces, ambos
pasan alternativa·
mente un d ía en el
ciclo d e los dioses
y el otro en los in·
fiemos.

G. Stengelius, Ova
Paschal;a Sacro
Emblc;mara, lngDI·
stadr, 1672

La cáscara signi·
fica el limitado ho·
rizonte del hom·
Michael Maier narra la historia de un pá· bre. una •moM·
el fue<Jo lo hace todo poroso y permeable,
jaro que volaba más alto que todos los de· truosa sombra pe·
de forma que el agua penetra, disuelve y
más. A ese pája ro habia que encontrarle el ablanda lo du ro». trificada de todas
huevo y quemarlo cuidadosamente con las cosas en nues·
una espada al rojo. Si Marte ayuda a Vul· El huevo es la prima materia caótica, que tra tierra vege·
cano, saldrá un pájaro que dominará el tanto, ancha de di·
se desintegra en la putrefacción para que
fuego y el hierro. mansiones y de·
de ella surja nueva vida . • Tamb ién noso-
tros ent ramos después de la muerte en formada en el es·
La espada simboliza el fuego espiritual. el pacio indefinido».
una vida infinitamente más p lena.•
«archaeus naturae», atizado y avivado por (W. Blake, Milton,
el fuego marcial y material del horno. La Michael M oier, Atalanta fugicns, Oppen· 1804). Después de
espada se emplea como símbolo •porque su muerte, el hom ·
heim, 1618
bre rasga el •velo
de la naturaleza»,
que congela toda
vida.

W. Blake, Las
puertas del paraíso,
1793

EL OPUS M AGNUM : El h uevo filosófi co


3g7
EL O PUS MACNUM: El huevo fi losófico
El huevo El huevo
filosófico filosófico

»El sol ha me nes-


ter de la luna como
el gallo la gallina.•

Según Michael
Maier, el gallo en-
carna la fuerza del
azufre_ El huevo
del que sale la pa-
reja del presente
grabado recibe el
nombre de l atona,
en referencia a la
madre de Apolo y
Diana. •Para los fi-
lósofos, Sol, Luna
y Lato na son todo
uno, lo mismo q ue
el golfo y la ga-
ll ina, p ues han na-
cido de un solo
huevo y t ambién
los ponen.>'

Mic!Jael Maier, Ara-


/anta fugiens, Op-
pen!Jeím, 1618

Ellapis es <el huevo de los sabios>, uun


cuerpo clarificado dotado de inmon:ali-
dad, que 1---l se eleva sobre los cuatro ele-
mentos en el más puro centro como el
•Aurora consurgens• se cita un fragmento aire 1---l- La yema es el fuego•. (Turba phi- quinto ser de toda la naturaleza, y ahora su
de la •Turba philosophorum», compilación losophorum, ed. J. Ruska, Berlín, 1931}El excelencia será mayor que la de sus
árabe de tratados y doctrinas alq uímicas quinto elemento, la quintaesencia, es el magníficos predecesores, el sol o la luna•-
griegas que se difundieron por occidente a pollito. El embrión o corazón de la yema, (LC.S., Tres breves tratados herméticos,
partir del siglo XIII, y que sirvieron de fun- en el que se inicia la gestación, lo compa- Orei geheime Traktatlein, Mayence, 1749)
damento a la alquimia europea. ra n los alquimistas con la aurora y con el
El arte, se lec alli, es comparable a l huevo, lapis. «Punto rojo del sol en el centro• es e l Stolcíus von Stolcenberg, Víridarium chymí-
•en el que se combinan cuatro cosas. La no mbre que le dan. cum, Francforr, 1624
cáscara as la tierra, la clara e l agua; la teli-
ll a o membrana bajo la cásco ra (--- ) es el Aurora consurgens, comienzos del s. XVI

3g8 EL OPUS MACNUM : El huevo filosófico EL OPUS MACNUM: El huevo filosófico 3g9
El huevo
El huevo filosófico
filosóf ico
El re bi s q ue se ve
La prim~ materia: aqui en Jos t res eo·
• El huevo de la na· lores principales
nn-alez.a, como me del Opu s es el
ll~m~n. conocido «cuerpo d ual del
por la mayoría de arte, es decir, el
los sabios( ...) Ge- sol y la lu na(...),
neralmente me varón y hembra
dan el nombre de q ue engend ran
mercu rio sutil ( ...) cuatro hij os•. Son
Como dragón Jos cu atro elemC!n ·
viejo, como an· tos que el andró·
ciano, estoy lejos y gino sostiene en
cerca( ... ) Em- su mano derecha.
prendo facilmente En el centro se en ·
el vuelo, a no ser cuentra un espejo
que/ se me ate con que representa el
mesurM. Tengo Opus o la prima
múltiples formas, materia, ele la que
co lo res y figuras/ se dice que en ella
llevo en mi el vigor puede verse todo
del varón y de la el mundo.
hembra.» (Theoria
Philosophiae Her· El huevo que tiene
meticae, Hanno· en la otra mano in·
ver, 1617) clica que d e los
cuatros elemen·
Heinrich Jamstha· tos, la cáscara, la
ter, Viarorum cl ara, la membrana
spagyricum, 1625 y la yema , nace la
quintaesencia: el
pollito, que repre·
senta el lapis.

5. Trísmosin, 5plen-
dor so lis, Londres,
s.XVI

401
EL OPUS MACNUM: El h uevo filosófico
400 EL O PUS MACN UM : El h uevo filosó fico
El huevo El huevo
filosófico filosófico

Aguarda a la estre-
ll a (de David), in-
voca a Maria.

G.Srengelius, Ova
Paschalia Sacro Em-
blemata, lngol-
stadt, 1672

<<El huevo p reserva


la v id a y la esen-
«Mercurio es f río y húmedo , bl anco en su Este fuego interior es el «azufre ocul t o», cia•, d ice Para-
manifestación externa y frío en su hu me- cuyo gli fo tiene en su mano i zquierda M er- celso. ( ...)«Debes
dad, pero en sus ent rañas( ... ) es rojo, que curio. El huevo de la serpiente simboliza la sab er que el aire
vale por caliente y seco. Por eso los anti- eterna circulación en el Opus. no es otra cosa
guos lo ll amaban huevo.» (I. Holland us, Die que un caos, y el
Hand der Philosophen, Viena, 1746) Speculum veritatis, s. XVII caos es la clara d e
un huevo, y el
huevo es el cielo y
la tierra.>> (Para-
granum 11, 1530)

Detalle de <<Jardín
de las delicias» de
El Bosco, hacia 1510

402 EL OPUS MACNUM: El huevo filosófico EL OPUS MACNUM: El huevo filosófico 403
l a matriz la matriz

La •cadena de oro de Homero•. que para dora entre espíritu divino y manifestación
Robert Fludd es • el fuego invisible• . discu- sensible. • En su pecho está el sol verda-
rre desde la ma no de Dios hasta el simio dero. en su vientre la luna.• Su corazón
Fludd sigue en esta ilustración la interpre- primero lo identificaban los cabalistas con del arte, pasando por la Virgen Natura- dota de luz a las estrell as, y su matriz, el
tación del Génesis del primer libro del Zo- la sabiduría de Dios. la • Sophia•. ~ 1~ que leza. El simio represe nta las facultades in- espíritu de la luna, es el filtro por d onde
h~r. en el q ue se describe elocuen temente corresponde la segunda sefira o Hochma. telectuales y técnicas con las que el hom· llegan a la t ierra los influjos astrales. •Su
cómo en la inaccesible esencia divina, el En ella está contenida la simiente de todas bre imita a la naturaleza e int enta perfec- pie derecho se posa en la tierra y el iz-
En-Soph, se forma primero una bruma d e las cosas. «Dios la d otó de todas las for- cionarla. quierdo sobre el agua. mostrando asila
la que brota una fu en te- En est~ fuente mas, le imp rimió todos los atributos.• rel ~ción del azufre con el mercurio, sin la
b rilla el punto primero, llamado •Res- La naturaleza. nodriza de todas las cosas, nada podría ser creado.»
chith», que es el comienzo, • la p rimera pa- Robert Fludd, Philosophia Sacril, Francfort, une el divino cielo íg neo con el fuego eti>-
labra de la creación de todo•. Este punto 7626 reo sid eral y el mundo sublunar de los ele- Robert Fludd, Ucriusque Cosmi, tomo l.
mentos. Es el «alma del mundO>>, media- Oppcnheim, 1617

404 EL O PUS M ACNUM: la matriz EL OPUS MACNUM: la mat riz 405


Ln mntriz La matriz

Lo sabiduría es la El árbol q ue nace


emanación feme- Tho Heavenly end Eu thly Evt, Mothe~r o( atJ Crutur•lf ln H unn Al\d, 0~ l:arth. de la virginal ma-
nina de Dios. por d re mercurial y
The S tar o( tho K:ingt !rom tho Orlent.
la que su simient"
espiritual se hace
realidad primera-
("'o(lolf Í•ll"~ctn:d •u•wrr;ll"l, lnr.11hr.
t.l:lj\C'r,llllllflll, !of'l f..-l•lui,,1.,¡, )l(';lnulr
•••t ...¡.,¡,~ ...,;, .. t...lt•lh~

-.1., . . . ._
i• 11# Nlltlif 1>l IUIIWf' •aJ'IIillll' a
'·isJJ!r, ..,..,,,
g•••
1\'•l url' i••t'ff'fllfd,Miunl,lim.tly,
do'fí•llf', to¡hrihlld. r.-i~H~~~tr 1nd ~~~~~~)'
._.;,¡,, •• ¡,.~,, tilcrwu af!ld .Wow,
(._. ....... 1fll'r t"r • tterMtM "nNI
q ue llev~ los «f ru-
tos inefables de
efectos vario~»
ment e en la pala- ~,..... ~ .... )f1.-Li.1..
proced~ de la si-
bra articulada d e OCUI.US OIVINUS mi~nte del hombre
P"t~Df1t:t,.;.li~J.tl',.;u·ia
OCUI.US NATURA!:
la Sophia celestial
y dcspuós en la
materia, pasando
t:'"rt~··•"'''"'u·"'· rhll
M•...lillitt"'"ihbor.ll t"lifl;:,
1
tllltl
_." C"--lt, ""'' · - :'l."alw¡, tWIM
lo ff;'\ lrn't"• Hlnllll,
U•tiJ, mortal, t ffl'rtl""· ptri~h·
• Mt ,.,.., ••,.... rrbcw-11 111:111111,
(pájaros de la iz-
quierda) y d e la
muj er (pájaros de
f,l; ,\11:;": Ct\A'rl.o,J': . 1:1\{;Q~
por la matriz d e la I,II)JIU'l NAT\IIIAt:. r,\niWr.ClN
~o~mt dnu 1'11.\TR J.~.
la derecha). La ve-
natural!!za . ... esta H'• &V ~t nly t:v.,
'J"ho Nttw Di rth. Ear-lhJy E v •• neración d e la
es la Sophia caída, Tha Old 81..-th.
Alotll O, \1""·'(f' ""'w (;oct. Sophia como es-
inferior, y se asi-
(1,
u... w~lll..tlll-··~~~·""
O, )f'"· O, M""· lltCh:it~l. 11- ......
x.•.,... ¡,.. rr•t • ..,t.&, .....1 '"'"' posa míst ica d~ los
lot('OM, ...,
mila al morcurio,
raíz de todos los
metales.
................ """"''
••IIIW'nl.tm"fT•"'-.0...~;.
...... ....'*'"...._.
............... p.-..
~
J)r.rl..r 11
filósofos o • Sobe-
rana d~l mundo in-
terior», como la
'riN'CTURA PJil'SIC,\. llama Georg von
TINC':Tlll\.\ COHLF.S'l'IS.

,,,,,.. .,
De sus pechos \. ~ ~rnn~nl•.
\'ltlr.·, mill u.d . . ,.., .r su. h Welling , se con-
...u.~, •b ~ildttlll 111• • rur;,
fl uye el «Sud or so- funde frecuente ·
lar» rojo y sulfu- PHlLOSOPiiO RU M mente con la invo -
roso y la «leche • vt:NITI:. cación de la d ivina
Annu:rn:. AnnttaT..:. .. ~~.....
virginal• b lanca y Wlk•jt'f'r l 1111tl1 f'UU h• ........... ai111JI agua mercu rial.
mercurial. que for- t... r ..Urd • J,...I•<o IIJ~t~IIJ· ·
«Nuestra virgen
man, ambos jun- 1¡.(/ h• .......~~....... carísima• es el
tos. el fruto de sus
1'
nombre dado a
entrañas, es d ecir, Mercurio, pues al
la tin tura. Quien igual que Maria,
quiera contem- acoge en su seno
plarla desnuda y • la solución d el
sin afeites, deberá cielo» y lo con-
«buscar la amistad vierte en lapis pu-
de Archeo. su rificado .
guardián de con-
fianza•. Hieronymus Reuss-
ner, Pandora, Basi-
Las figuras secretas le:J,1582
de los Ros;, Cruz,
Alrona, 1785 T1rte wOfldlt·WuJ
~Qt'lllt •lthih
11ltc. ru._
IIMI
fint t.full olalt,
lk.c tf'COitd ..111111
hro yol\f, lo lbe
llinl • , .••
coc-\ Pf(b.
o.... a.. ...da.t.a.td!•,.
............ ltipC_~
,._.,ue tfecti.

406 EL OPUS M ACNUM: La matñz EL OPUS MACNUM: La matriz 407


La matriz La matriz

La naturaleza ex· •Que la naturaleza


horta al «alqui· sea tu guia•
mista errabundo,.
a abandonar el re·
ducido círculo de
la química mecá·
nica de laborato·
río: •No podrás re-
cabar conocí·
miento d e nada si
no pasas por mi
forja.• Esta forja
es el árbol de la s
tres raíces: mine·
ral. vegetativa y
sensitiva . Una
larga cocción SC·
grega los cuatro
elementos a partir
del germen t crrc ·
nal de todos los
metales, animales
y plant¡¡s y los su·
blima hasta obte·
ner la esencia su -
prema del e li xir u
• oro vegeta l».
M. Maier.
El alquimista deja Ara/ant:J fugiens.
que obre la natura· Oppenheim. 1618
leza, si bien in·
tenta acelerar el La actitud de los alquimistas frente a la na· Paracelso afirma que la alquimia debe per·
proceso de madu · tu raleza es ambivalente. Todos la quieren feccionar la naturaleza imperfecta, pues
ración. seguir. unos como el simio q ue intenta imi· ésta es «tan sut il y rigurosa en sus cosas,
tar su obra en todas sus partes, e pues lo que no quiere ser manipulada si no es con
MiniaturadeJehan que se hace fuera de las barreras de la na- las artes más excelsas•. (Paragranum, 1530)
Perréal, piMor en /a turaleza es o un error o algo muy parecido•
corte de Margarita (D'Espagnet, La obra hermética). cCon la Quien pretenda adent rarse en el Opus.
de Austria, 1516 naturaleza no hay freno ni acicate( .•. ) dice Michael Ma1er. tiene que sabercom·
¡grave error el intentarlo! Ella nos domina binar cuatro cos;~s: naturaleza, raciocinio.
a nosotros. y no al conuaño.• experiencia y el estudio de innumerables
(Heinñch Khunrath) disciplinas. que llamól las cuatro ruedas del
carro filosófico. 1.;1~ pisadas de la natura·
Hay quienes codician sus frutos. •mientras leza señalan el camino. la razón es el ca·
las desprecian y profanan• ( ... )Yo estaba yado del caminante. la experiencia son los
en sus m¡¡ nos, en cierto modo sometida a quevedos y el estudio de las obras espe·
su poder. se lamenta la nat uraleza, •pero cializadas el candil•quo estimula el cnten·
no me reconocieron». (T. Vaughan) dimiento e llumina al ávido lector•.

408 EL OPUS MAC:NUM: l a matriz EL OPUS MAC:NUM: La matriz 409


la matriz Según fa interpretación de Fulcanelli, los
Inscripción supe- La matriz
doce bajorrelieves de fina las del siglo XIII rio r:
que Se:! encuentran en el pórtico principal •Sophio me llam~n
los griegos, Sa-
de Notre-Dame da París representan te-
pientia los roma·
mas alquímicos. El conjunto d e la cat edral,
afirmaba Víctor Hugo, es el más cum plid o nos. Los egipcios y
compendio de la ciencia alquímica, su •li-
ca Ideos me inven-
taron, los griegos
bro mud o» t allado en piedra.
me escribieron, los
romanos me t rans-
La figura femenina cuya cabeza t oca el
mitieron, los ger-
cielo es la alquimia. l os dos libros que sos-
manos me amplia·
tic.ne con la mano d erecha se refieren, se-
ron.,.
gún esta interpretación, por una parte al
aspecto exotérico, abierto, de la alquimia,
Inscripción infe -
y por la otra, a su aspecto esotérico,
oculto. la escala es un j erogllfico que re- rior:
«lo que tienen el
Para el poeta alemán Conrad Celtis (1459- presenta la paciencia necesaria p ara llevar
cielo y la t ierra, el
1508), filosoffa signifi caba la universalidad a cabo el Opus. los nueve escaños hacen
alusión sin duda a la doctrinas d el Pseudo- aire y el agua, lo
d e todos los ca mpos de la naturaleza y el
que hay en lasco-
esplrit u . Dionisia Areopagita.
sas humanas y lo
que el Dios ígneo
hace ~ n todo el
orbe, yo, la filoso-
En el obelisco delante del regazo de esta representación de So- fía, lo llevo todo
en mi pecho.~
phi a rea lizada por Alberto Durero para su amigo Celtis hay grabados
nueve escaños, que culminan en su seno. Siete de ellos son las siete Grabado en madera
tomado de •Amo-
artes liberales. En la posición inferior se encuentra la gramática, en la
res" de Conrad Cel-
más superior la música, ciencia universal de la armenia. la letra tis. Alberto Durero,
griega «phi» sirve de fundamento a las artes. Según la interpretación Núremberg, 1502

de Dieter Wuttke, que investigó concienzudamente este grabado en


madera (Dieter Wuttl<e, Humanismus als integrative Kraft [Huma -
nismo como fuerza integradora], en: Dazwischen, Baden-Baden,
1995), la letra phi representa la vita philargica, «la vida sensible como tón, que fo rmuló la sabiduría jeroglífica de los egipcios y la pasó a los
principio natural en el individuo>>, mientras que la letra f inal, «Zeta>>, romanos. Cicerón y Virgilio dieron forma poética a la f ilosofía, y los
indica la vita the orica, la cima de la contemplación pura. alemanes, representados por Alberto M agno, le dieron cont inuación_
Los tres libros en la mano de Sophia representan las tres partes El nombre de Alberto se refiere en pri ncipio a Alberto M agno
en que Platón dividió la fi losofía: racional, moral y naturaL Las cinco (1193-1280), sabio e investigador escolást ico al que se le atribuye una
tachuelas en la portada de uno de los libros son los cinco sentidos, seri e de tratados alquímicos _Pero Wuttke af irma que el nombre hace
base de toda experiencia. La corona que rodea el trono simboliza las también referencia al propio Durero, al que Celtis elogia como a un
cuatro estaciones, a las que corresponden las cuatro cabezas de las nuevo Alberto en sus escritos, atribuyéndole el mérito de haber inte-
esquinas: los cuatro vientos, los cuatro elementos, los cuatro tempe - grado la pintura y la teoría del arte en las discipli nas filosóficas_
ramentos y las cuatro edades de la vida. Los cuatro medallones sobre
la corona simbolizan las etapas de la historia de la filo sofía. En el me-
dallón superior, Ptolomeo presenta la astrología sagrada como cien-
cia de origen egipcio-caldeo. En la medalla de la derecha se ve a PI a-

411
410 El. OPUS MACNUM: la matriz EL OPUS MAc;NUM: la matriz
la matriz
l a matriz

La páginJ dc:-1
titulo del •Ars
mag na sciendi>
(t66g), d e:- Kircher,
se inspira sin du d ¡~
e n 1~ •Phil osop hia.
de Durero. Y la ins-
cripción en el pe-
dest~ l d el trono d e.
Sophia parece re-
mitirse al con-
cepto de ciencia
que tenia Conrad
Celtis: «Nada hay
más no ble que el
conocimie nto del
todo.~

Sophia sostie ne
con la mano el al-
fabeto del arte de
Ra món lu ll, cuyas
veintisiet e claves
jeroglíficas pre-
t enden aba rcar la
t otalidad d el co-
nocimiento hu·
mano. Quince co l·
gantes o rlan e l te-
lón del titulo: son
los qu ince diferen-
tes campos de l sa-
ber, que Kircher in-
tenta armonizar
recurriendo a la
lógica mecanicista
delull.

A. Kircher, Ars Una d!! las interpretaciones que Sa lvatore Sin embargo, Giorgione, dada la sorpren-
magna scicndi, Setti hizo del enigmático y célebre cuadro d ente simili tud e ntre la m¡¡dre lactant e y
Amsterdam, 166g de Giorgione es IJ alegoría de Adán y Eva las repmsentaciones de Sophia en la litera·
despu6s de la caída, expuestos ahora a la tura hermética, sugiere la poslbílidad d e
tormenta d e la ira d ivina. («la tormenta• evad irse d e ese est ado de nigredo q ue es
de Giorgione, ed. Be rlín, tg82) la existencia humana.

Las dos columnas truncadas d el tomplo do Giof9ione, La Tempestad, hacia 1506, Vene-
Salomón, que simbolizan la solidez y la cia, Academiil
fuerza (Jachin y Boas) evocan la maldición
de la condición mortal.

412 EL OPUS MACNUM : la matriz


EL OPUS MACNUM: la matriz 413
La mat riz La matriz

El cazador Acteón sorprendió un dia a víctima o al menos en objeto de su propia


•Blanquead a lato y romped vuestros d iante el fuego, el azogue o el bicarbo- Diana bañándose desnuda ....esta, herida inclinación. eSe vio transfomado en aque-
libros, para que no rompan vuestro nato, pare sucesivamente a sus hijos melli· en su orgullo, lo convirtió en ciervo, que llo que buscaba y se dio cuenta de que era
cornón.• zos. fue devorado por sus propios perros. presa de sus perros, es decir, de sus pro-
pios pensamientos. Al asimilar la divini-
lato designa casi siempre el lat ón y otras En esta fase de blanqueo es necesario En su última obra, Von den heroischen lei· dad, ya no era necesario buscarla fuera de
aleaciones del cobre, si bien es el nombre romper los libros, de los que la mayor denschaften (De las pasiones heroicas, sí mismo.•
habitual que se da a la materia tras la fase parte, como dice Maier, «están escritos en 1585), Giordano Bruno interpreta esta
de putrefacción, cuando ha sido preñada tal algarabía, que ni siquiera sus autores leyenda como parábola del drama del Acteón es el hombre nuevo de Giordano
por Júpiter. que aparece como la primera los pueden entender». Por otra parte, los conocimiento. Bruno, que devorado por sus muchos pe-
estela plateada en el ciclo nocturno del ni- libros ya no son necesarios, pues lo q ue rros, hace un viraje radical. •Aquí concluye
g redo, y procede a secarse lentamente. ahora viene es •juego de niños y labor de •Acteon representa aquí el intelecto a la su vida en un mundo disparat ad o. sensual,
Entonces se convierte en latona, mad re mujeres». caza de la sabiduría en el momento de cap- ciego y fantástico. A partir de ahora vive
de los mellizos Diana-Luna (piedra blanca) tar la belleza divina.• Pero en el momento una vida espírrtual, la vida de los dioses.•
y Apolo-Sol (piedra roja). Después de su Michael Maier, Atalanta fugiens, Oppen· en que cree haber captado la Sophia en el
completa purificación o blanqueo me- heim, 1618 espejo de la naturaleza sensible y ret ira el Tiziano, Diane y Actcón, 1559
velo de su misterio lunar, se convierte en

414 El OPUS MACNUM: la matriz El OPUS MACNUM: la matriz 415


l a fuente La fuente

El rabino Abraham Inscripción en la


Eleazar, el miste· banda: aWan(n)
rio~o maestro de ausse{n) ist uns(er)
Nicolas Aamel, Ster(n): also ges·
chaffen feureg(er)

..•
está aquí subido a
un hornillo de ata· 'l ':lb i1 'lr
T
~ i1
i
nattur.» (La na tu·
raleza ígnea se
nor en forma de
iglesia con el glifo crea cuando nues-
del antimonio pri· tra estrella está
material en la fuera).
punta de la torre.
El arroyo de abajo (El desciframiento
simboliza el largo se d ebe a R. Rei·
pero también se· sing er).
guro •camino hü·
medo» que pasa
por numerosas
desti lacione~. El
o tro camino corto
que sigue la ágil
comadreja es la
senda pelig rosa y
seca del la sal
ígnea secreta, en
la que el nit rit o
desempeña un pa·
pel importante.

Abra ha m Elcazar,
Uraltes chemisches
Werk, Leipzig 1760

El dragón bicéfalo dC> la fuente simboliza • Todo viene del sol y todo retomará al
la esencia bipolar dellapis mercurial, a la sol.» •Este sol de fuego exterior es nuestra
que Ulmannus denomina •agua d" la casti· carne y nuestra sangre.• Pero el sol intc·
dad» o «piedra pura, blanca y roja». El rojo rior es el alma o •aurora», que atrae el
es el sol, la sangre, lo masculino; el blanco fuego del sol exterior y lo conduce a la~
es la luna, la ca me, lo femeni no. en trañas.

Todas las cosas deben.sus cualidades pri· Libro de la Santísima Trínidad, comienzos del
meras y más perfectas al fuego d el sol, que s.XV
representa a Dios.

416 EL OPUS MA<;NUM : la fuente EL OPUS MA<;NUM: la fuente 417


L;;¡ fuente La fuente

Lo muerte y la pu· El arco que Dios


trefacción abren puso en las nubes
las puertas a una después del dilu ·
vida superior, fun- vio como signo de
damento y fuente la alianza tomará
de todo el Opus. por la sangre de
Después de la di- Cristo la forma cir-
secación del cular y cerrada del
cuerpo muerto, lapis. •Y tomó el
• esa cosa necesita cáliz (--l diciendo:
el fuego (Sagita· Tomad todos de
río) hasta que el él. pues esta es la
cespíritu) de ese sangre de la
•cuerpo• se haya alianza( ...).» (Mat.
traMmutado y 26, 28) Su sacrifi·
pase solo noches cío le confiere el
enteras, como el poder de atraer
hombre en el se- todos los metales
pulcro, y se con- vulgares y de lle-
vierta en po lvo. varlos desde el d i-
Después de ocu· luvio de la putre-
rrido eso, Dios le facción (•Y ya no
devolverá su alma había más mar»,
y su espírit u, (... )y Ap. 21,1) al paraíso
saldrá fortalecido nuevamente
de la destrucción, abierto. Aquí se
al igual que el encuentra «la co-
hombre después rriente de agua
de la resurrección viva». la triple
es más fuerte y fuente tint orial de
m;is joven de lo la vida eterna.
que había sido en
este mundo.• 5. M ichelspacher,
(Turba philoso- Cabala, Augsburgo,
phorum, ed. J. 1616
Ruska, Berlín,
1931).

Aries, leo y Sagi-


tario delimitan el
périodo de tiempo
en el que tienen
lugar las t res ope-
raciones del Opus.

DeA/chimia,
Leiden, 1526

418 EL OPUS MACNUM : La fuente EL OPUS MACNUM: La fuente 419


El Lapis Cristo El La pis Cristo

~~oc~puós de mu-
chos padecimien -
tos y penas va-
das/He resuci-
tado. limpio y sin
racha.•

«Tu piedra, qui-


mist a, no es nada;
la piedra angular
qu e yo digo/es mi
t intura de o ro y
piedra filosofal.•
(Angelus Silesius,
O.erubinischer
Wandersmann,
1657)

El silesio Abraha m de Francke nbcrg (15g8- imaginaciones falsas, obsesivas, que em-
Rosarium phi lo·
1652), alumno de Jacob Boehme, escribió ponzoñan el cuerpo astral (la «momia•) y
sophorum. 1550
en 1638 que quería aprender la lengua he· de esa forma contamina n la sangre. De esa
brea para • utilizarla fructíferamente en forma se destruye el equilibrio de los ele·
mis muchas demostraciones geométricas y mentos en el cuerpo.
aritméticas• . (Citado por W. E. Peuckert,
Das Rosenkreutz, ed. Berlín, 1g73) Franckenbcrg habla de tres tipos de reme-
Su obra u Rafael» o «el (arc);ingel médico», d ios: los cabalísticos, salidos del Espíritu y
que acabó el mismo año. delata su afición del Verbo de Cristo, los mágicos contení·
a la combinación de caracteres cabalís ticos d os en la meditación de la serpiente cura-
(Gematria y Temurah). Como Giordano tiva y los qulmicos. con vino y aceite.
Bruno. cuyos escritos conocía, Francken-
berg fabricó sellos mágicos de los que es- Abraham de Franckenberg, Raphacl oder
peraba efectos terapéuticos. En su opi- Arzt-Engel, [Rafael o el (arc)ángel médico],
nión todos las enfermedades se basan en 1639 (reimpresión, 1925}

420 EL OPUS MACNUM: El lapis Cristo EL OPUS MACNUM: El lapis Cristo 421
El Lapis Cristo
El Lapis Crist o

M ~rl~ y Jesús son


u11a sola s ubstan- El hermano Vin -
cia. €!ncarnada en centius Koffsky,
estado fijo de con- monje de dudosa
densació n por la existancia de una
Madre:> y en estado orden ele p redica-
espiritual de diso - dores de Danzig
lución por el Hijo. del siglo XV. re-
El sol s i mboliza~ coge aquí la san-
Dios Pad re y las gre tintorial de l
doce estrellas los Cristo mercurial.
elementos en sus crucificado en el
tres ma ni festacio- árbol de los siete
nes: <<espiritual metales. ·Estudia.
(Hijo), anímica (Pa- mc:>dita, sud a, tra-
dre) y corporal baja, cocina y no
(Madre)». En el li- te desalientes en
rio de cinco péta- esto último; asi se
los ~lirio azuJ sa- te ofrecerá un
turno luna( •.. ). flujo salutífero
está el mart irio de que mana del cora-
nuestro Scñorn. zón del Señor del
macrocosmos, y
Las extremidades. que evit a la cadu-
el torso y 1~ herida cidad d e todas las
en el costado son cosas materiales
los siete planetas, (...)Esta fuente
los metales y las medicinal univer-
vi rt udes. sal de agua viva y
del óleo de la ale -
Libr o de/a gria enseña a reco-
Santísima Trinidad, ger y a beber se-
comienzos del s. XV gún las reglas del
arte tomadas de la
naturaleza.• ( H.
Khunrath, Vom hy-
lealischen Chaos,
ed. Francforr.
1708)

Tomado de: Fracris


Vincenrii Koffskhii,
Hermetischc
Schriften (Escritos
herméticos),
Núremberg, 1786

422 EL OPUS MACNUM: El lapi s Cristo


EL OPUS M ACNUM: El lapis Cristo 423
La sangre
La sangre

El alma ígnea en su
estado natural
-representada
aquí po r el corazón
invertido de la
parte inferior- se
encuentra en el
'fuego de la ira,
• cualidad del pa-
dre•. Pero por el
sacramento del
bautismo en no m~
bre de Jehová, el
nombre de Jesús
se hace accesible y
el alma recibe el
fuego de amor del
Hijo : · El padre
bautiza con el
fuego, el hijo con
la luz.» Su sangre
celest ial trans-
forma la ira en
amor.

El hombre tiene
que entregarse to-
talmente con su
imaginación al sa-
crificio de Cristo,
.así reverdece un
verdadero cris-
tiano, que es el
sarmiento en la
viña del Señono.
«Existen siete minera les( .•.) pero los alqui- también que todos los meta les son sólo
mistas pretenden demostrar que sólo hay Jacob Boehmc,
uno, porque todos tienen su procedencia y
uno, el oro. Pues, dicen ellos, el oro es per- Tlleosophische
origen en el mercu rio, la humedad y la tie-
fecto y los seis restantes están sólo en vi as Wcrke, Amsrerdam,
rra su lfu rosa (...).• (Peder M~nsson, Berg-
de perfección para convertirse en oro. 1682
buch [Libro de minería}, s.XVI, en: Otto
También dicen que los seis están enfer- Johannsen, Obras de Peder Mánsson,
mos, y que las enfermedades (permiten) Be rlín, 1941)
purificarlos en diversos sentidos, haciendo
oro de ellos y dándoles el color, el peso y La sabiduría de los antiguos, s. XVIII
la resistencia al fuego del oro. Añaden

424 EL O PUS MACNUM: la sangre


EL OPUS MACNUM: la sangre 425
La sangre En la parte superior de la ilustración, Albión, la Humanidad caída, se
desploma agotado en la zona delimitada por la palma de la espiritua-
lidad y el roble del materialismo. «El sol divino con el nombre deJe-
sús penetró en la noche de Adán, cuando éste dormía( ...) El primer
Adán cayó( ... ) y murió en la muerte de muertes: el otro Adán (Cristo)
asumió la muert e de muertes cuando fue prisionero de la Humanidad
de Adán.» (Jacob Boehme, De signatura rerum).
En la parte inferior del grabado se ve la emanación femenina de
Albión, Jerusalén, que yace cadavérica y amortajada sobre la <<roca
de la era» en medio del «mar del tiempo y el espacio. El «querubín
alado de la ocultación» intenta retardar su desposorio con Cristo,
cordero divino. Pero esta sombra satánica es sólo una pálida imita-
ción del divino sol espiritual superior. Es el espacio-tiempo creador,
que Blake representa con un glóbulo rojo con alas.
La sangre es para Boehme la «tintura de la eternidad» en la que
«el cuerpo se eleva en el resplandor del sol (J. Boehme, De signatura
rerum). Y Blake: <<Todo instante más breve que el pulso de una arteria
tiene la duración y el valor de 6ooo años, pues en ese espacio de
tiempo se hace la obra del poeta. Y toda grandeza ocurrida en el
tiempo se engendra y viene al mundo en uno de esos períodos en el
interior de un instante, la pulsación de una arteria.>> La Tierra es una
llanura infinita y abierta; su forma esférica, pura ilusión. «El micros-
copio lo ignora y también el telescopio: estos aparatos se limitan a
variar la relación de los órganos del observador con los objetos: pero
éstos quedan como están . Pues todo espacio más grande que el gló-
bulo rojo de sangre humana es quimérico, y es engendrado por el
martillo de Los; y todo espacio más pequeño ( ...)se abre a la et erni-
dad, de la que este mundo es sólo una sombra.» (W. Blake, Milton)
«Espacio: a ver si lo entendéis de una puñetera vez. Por espacios
más pequeños que los glóbulos rojos de la sangre bullen y hormi-
guean por el ano de Blake en la eternidad, de la que este mundo ve-
getal no es más que una sombra. Atenéos al ahora, al aquí, por el que
todo futuro se convierte en pasado.» (James Joyce, Ulises)

Pág. de 1.1 derecha:


8/ake, Jerusalén,
1804- 1820

426 El OPI.IS MACNUM: la sangre El O PUS MACNUM: la sangre 427


Lo divina La concepción mágica del mundo de tativa; de los animales por la vida sensible; La divina
Agrippa de Nettesheim (14B6-1535), que d~J>I
cielo por el espíritu etéreo( ...), de los forma humana
forma humana
influyó en la obra de Durero, está empa- ángeles por su sabiduría; de Dios por la
pada de las doctrinas gnósticas de Hermes síntesis de todo( ...), y como Dios todo lo
Trismegisto, que circulaban entonces en sabe, el hombre es capaz de conocer lo <<Como la más bella y perfecta obra de
las traducciones de Marsilio Ficino. Dichas que es susceptible de conocimiento( ... ):» Dios, el hombre tiene un cuerpo más armo-
doctrinas proclamaban que el hombre no (<De occulta philosophia •. en: Agrippa, Die nioso que el resto de las criaturas, un
sólo había sido creado a imagen de Dios, magischen Werke, ed. Wiesbaden, 1988). cuerpo que con tiene todas las cifras, me-
sino que también estaba dotado de su om- Incluso puede dominar los influjos astrales didas, P"sos, movimientos, elementos( ...),
nipotencia. Agrippa de Nettesheim sacó al por la fu_erza de voluntad. y todo en él, como sublime obra maestra,
hombre de la jerarquía cósmica y lo colocó alcanzó la perfección( ... ) No hay miembro
en el centro de la creación. «El hombre Agrippa tomó de Vitn:.obio sus representa- del cuerpo humano «q ue no tenga corres-
tiene el privilegio de formar parte de todo ciones geométricas del «hombre como me- pondencia con un signo celeste, una estre-
( ...).Participa de la materia en su propio dida del universo>> que figuraban en la lla, una inteligencia, un nombre divino en
sujeto; de Jos elementos en su cuádruple <Exempada> de Francesco Giorg io, cuyo el arquetipo divino. La forma ~J>ntera del
cuerpo; de las plantas por su fuerza vege· manuscrito probablemente conocía. cuNpo humano es redonda( •.• )».

Agrippa de Nettesheim, De occu/t'a philoso-


phia

«Pero un cuerpo humano perfecto y aca-


bado se inscribe también en un cuadrado,
pues cuando está con los brazos extendi-
dos y los pies juntos, forma un cuadrado
regular cuyo centro pasa exactamente por
la parte más baja del pubis.>>

Agrippa de Nettesheim, De occu/ta philoso-


phia

430 EL MICROCOSMOS: La divina forma humana EL MICROCOSMOS: la divina forma humana 431
l a dívína La divina
forma humana forma humana

•Si se traza, partiendo del centro, una cir· «Si se separan los pies, con los talones ha-
cunferencia que pase por la coronilla y se cia adentro, y se abren los brazos de forma
bajan los brazos hasta que los dedos tO· que queden en la vertical de los pies, los
quen la cincunferencia, poniendo los pies dedos de manos y pies formarán un cua·
en posición tagencial a ésta y scparándo· drado regular, cuyo centro se sitúa en el
los de forma que haya entre ellos la misma ombligo.•
distancia que desde la coronilla a la punta
de los dedos, entonces la circunferencia Agrippa de Nerresheim, De occulra philoso-
quedará dividida en cinco arcos iguales. phia
formando un pentágono regular. La linea
que pasa por las plantas de los pies forma
la base de un triángulo equilátero con el
ombligo como vértice superior.»

Agripp~ de Netteshcim, De occulta phi/oso·


phia

«Es tirando los brazos lo más posible hacia


•Subiendo los brazos y separando las pier· arriba, los codos.quedan a la altura de la
nas de forma que el cuerpo sea una cator· coronilla. Si los pies están juntos y se sitúa
ceava parte más bajo que en posición el cuerpo en un cuadrado regular cuyos la·
erecta, la linea que une los dos pies forma dos superior e inferior toquen los dedos y
un triángulo equilátero con el pubis; y tra· los pies, el centro del cuadrado quedará a
zando una circunferencia con el centro en la altura del ombligo y será equidistante
el o mbligo, pasará por los dedos de las de la coronilla y las rodillas.•
manos y de los pies.•
Agrippa de Nettesheim, De occulta philoso·
Agrippa de Neccesheim, De occulta phi/oso· phia
phia

432 EL MICROCOSMOS: l a divina forma humana EL MICROCOSMOS: la divina forma humana 433
La divina La divina
forma humana forma humana

Lo trama cu adricu - Plano de una basílica según las proporcio·


lad a del paramasa- nes del cuerpo humano.
yika es un es·
quema religioso Francesco Giorgio (1460- 1540) asocia en
fundamental qu e sus escritos la doctrina pitagórica de la ar·
fija las medidas monia a especulaciones hermético-cab a-
del pa nteón hi· lísticas.
duista según las
proporciones del «Los antiguos distrib uían sus temp los y
<<purusha ,). arque- edificios púb licos ( ...) según el modelo del
t ipo cósmico del cuerpo hu mano (...) y proced ían de la
hombre. Del cen· misma forma en todas las ar tes( ...) lo
tro umb ilical nace mismo que ... 1(Dios) confiere t ambién a la
el loto y d e éste el maquinaria del mundo la simetría del
«brahma>>, p rinci- cuerpo humano. » (Agrippa de Nettesheim,
p io vital del uní· De occu lta philosop hia)
verso. Las grandes
divinidades se
agrupan en el cen ·
t ro, las divinidades
menores en los
márgenes.

•Cuando el hombre pone los brazos y pier·


nas en cruz, de forma que las extremida-
El esquema sirvió des toquen el círculo circunscrit o a ellas, el
u'?'.
centro está en el ombligo; pero si junta los
~r~
de plano para la
con>trucción de talones( ...), el centro queda en medio del
templos y también
de ciudades, esta· "'
"'""'
- -~ J' ••
miemb ro del hombre . Parece que estas
proporciones del cuerpo humano son las
b leciendo una co-
r respondencia en-
. y!
~~ -:; +-
que usaro n Noé para construir el arca y Sa-
lomón su templo.» (Athanasius Kircher,
t re las categorías ' -~ Musurgia universalis, ed . Schwab isch Hall,
sociales y castas y ,. ~· 1662)
•'
~,.
sus homólogos ce·

~-
A. Kircher, Arca tyoe, Amsterdam, 1675
lestes, las j erar- ~H-+-1-HI·±
quías divinas. El i
arquit ecto tenia la
misión d e repro-
ducir en sus cons·
t rucd ones el ar-
,, ' .
~

quetipo humano
del universo.
:J ~.,

N.
\ ~

434 EL MICROCOSMOS: la divina forma humana EL M ICROCOSMOS: la divina forma humana 435
La divina La divina
forma humana forma humana

La «Historia de los l a hoja titular del


dos co!imOs», obra primer tomo de la
ononumental de «Historia de los
Fludd en cinco to- dos cosmos•
mos, fue publicada muestra en el cír-
entre 1617 y 1621 culo exterior el
porThéodorde macrocosmos pto-
Bry. editor del Pa- lemcico, del que el
latinado, probla- hombre es, en
blemene a instan- toda su constitu-
cias de Micha el ción, un reflejo vir-
Maier, que en 1615 tual.
había visitado a
Fludd en lnglate· En los circulO$ in ~
rra. La~ ilustrado· teríores se en-
nes, detallada- cuentran, en co-
mente dibujadas rrespondencia con
por Fludd, fueron los elementos, los
grabadas por el cuatro humores o
yerno de Bry, temperamentos
Matthaus M eri an. del hombre. Al cir-
culo negro central
de la onelancolía
saturnal corres-
ponden los límites
extremos d el ma-
las dos ilustracio- crocosmos, encar·
nes muestran las nado aquí por el
relaciones e in- Cronos-Saturnos
f luencias d e los con piernas de ma-
doce signos del cho cabrio que de·
zodíaco (diagrama senrolla el hilo del
superior) y de los gran año universal.
síet.:> planetas
(abajo) sobre las La especie de es-
correspondientes vástica sobre el re-
regiones del loj de arena de Sa-
cuerpo humano. turno representa
las fuerzas polares
a las que está so-
metido todo el
universo: sístole
(azu fre) y diástole
(mercurio). sol y
luna d e los dos
cosmos.

Robert Fludd,
Utriusque Cosmi,
tomo /, Oppen-
heim, 1617

436 EL MICROCOSMOS: la divina forma humana EL MICROCOSMOS: la divina forma humana 437
La divina
La divina forma humana
forma humana
Las últimas visio·
nes de Santa Hil·
degarda, escritas
entre 1163 y 1173,
t ienen por objeto
la integración del
hombre en el or·
den de la creación
divina. El amor di·
vino d el Hijo apa·
rece en el cielo
bajo una figura
cósmica de color
rojo, superada so·
lamente por la
bondad del Padre.
En su pecho veía la
santa la •rueda del
mundo•, con el
fuego claro del
amor y el fuego
roj o del Juicio Fi·
nal como limite ex·
terior del u ni·
vNso. Las doce ca·
bezas de animales
representan los
vientos y las virtu·
des, que for man el
sistema de relacio·
nes en el que el
hombre puede vi·
vir como rey de la
creación .

El que el hombre haya sido creado, segú n gún Welling, en la escisión o seg regación
del protoelem~>nto celestial, el «Chama· Hildegarda de Sin·
la fuente biblica, e l último di a ele la se·
yim•. en fuego y agua, luz y t inieblas. Sólo gen, Liber Divino·
mana, permite aseverar a Wclling •que el
el hombre posee este elemento en su rum Operum, s. XIII
mas sabio de los creadores no realizó sola·
mente una obra maestra al crear al hom· forma pura, «de forma que él rnismo es una
bre, su última criatura, $ino que concentró partíwla de la clivinidacl viva•.
en éste el principio y el fin de todas las
criaturas, es decir, que todo el universo
puede condensarse en este circulo único•. Gregorius Anglus Sal/wigt (alias von Welling),
La creación de los elementos consiste, se· Opus mago-cabalisricum, Francfort, 1719

EL MICROCOSMOS: La divina forma humana 439


438 EL MICROCOSMOS: La divina forma humana
l a divina la divina
form a humana forma humana

«Paro vosot ros En la tradición


sois el cuerpo de indo -p rearia del
Crist o y cad a uno Jainismo, <>1 ho m-
de vosotros uno b re cósmico no es
d e sus miembros.• una figura d ivina e
(1 Cor. 12, 27) inmilterialr sino el
p ropio organismo
<<Sí, t odo lo so me· del mundo. Este
t ió (Dios Padre) cosmos antropo-
bajo sus p ies, y a él mor fo uno t UVO CO·
(Dios Hijo) lo hizo, mienzo ni tendrá
por encima de f in. El espíritu no
todo, cabeza de la se d iferencia de la
Iglesia, que es su materia, sino q ue
cu erpo, y e l com- la <materia espiri-
p lemento del qua tual> y el <esp íritu
llena totalmente el material> son el
unive rso .• ( Efes. 1, primer hombre».
22-23) (Heinrich Zímmer,
Philosophie und
De esta pleni tud Relig ion lnd iens ,
divi na (pleroma) Zll rich, 1961)
f luye el Espíritu
Santo, alíe11to vital El ca min o de puri-
de la Iglesia. ficación del indivi-
d uo asciende de
La Iglesia como las regiones infe-
cuerpo mfstico de riores del cuerpo
Cristo, Opinicus de hasta lo más alto
Canistris, 1340 de la cabeza.

Forma y dimensio-
nes del primer hom-
bre cósmico, Guja-
rar, s. XVII

440 EL MICROCOSMOs: l a divina forma humana EL MICROCOSMOS: la divina forma humana 441
l a d ivina Para crear su gigante Albión, Blake recu- del Gran Hombre y nada hay en el hombre la divina
f o rma huma na rrió a varios modelos. que no tenga su correspondencia en el
Gran Hombre.• (Weisheit der Engel, Zú- forma huma na
En su • Aurora», Boehme compara el cielo rich, 1g40) Los miembros de Albión, el gi-
con el interio r del hombre, según el mo- gante d e Blake, coincid en, por el contra-
»Todos son hom·
delo de hombre celeste de la cábala, Ad am rio, con la topografía de las Islas Británi-
Kadmon. También Swedcnborg al narrar bres en la eterni -
cas: su mano derecha cu bre el País de Ga-
sus visiones describe el cielo y el infierno dad, los ríos, las
les, su codo se posa en Irlanda y Londres
montañas, las ciu-
como organismos antropomorfos: cOado se sitúa en sus rodillas. Tambicn los prota-
que Dios es hombre, el conjunto del cielo dades y pueblos, y
gonistas de •Finnegans Wake• de Joyce,
~¡ tú entras en su
de los ángeles es asimilable a un solo hom- H.C.E. y A.L P., adquieren a veces p ropor-
interior, te vuelve
bre, y está d ividido e n regiones según los ciones gigantescas y ocu pan barrios ente-
cielo y tierra, al
miembros, entrañas y órganos d el hombre. ros d e Dub lin.
Todo hombre no es más que una partícula ig ual que tú alber-
gas en tu interior
el cielo y la tierra y
todo lo que perci-
Según la tradición
bes; y au nque pa·
cabalística, los
rece que está en el
diez sophirot h que
cxcrior, está en
estructu ran <>1
realidad en el in te·
mundo son miem-
rior. en tu imagina·
bros del primer
ción, de la que
hombre, Adam
este mundo mortal
Kadmon. Las pro-
no es más que una
p orciones d e éste
sombra.»
son tan co losales
(W. Blake, Jerusa-
que cada uno d e
lén)
sus cabellos puede
imaginarse como
• No hubo forma ni
un rayo de luz que
mundo que tuviera
enlaza millones de
consistencia antes
mun dos.
de que existiera la
forma d el hombre.
Adam Kadmon se
Pues esa f orma lo
identifica también
contiene todo y
con la figura que
todo lo que hay
vio Ezequiel en el
existe por ella.•
carro del trono, así
(Zohar)
como co n la apari-
ción d el «viejo d e
W. 8/ake, El sol en
los días» en Da-
el pórtico de
niel. (Daniel, 7, 13)
Oriente, hacia 1815
Jewisch Encyclope-
dic1

442 EL MICROCOSMOS: La divina forma humana


EL M ICROCOSMOS: la divina forma humana 443
La divina
La d ivina
forma humana
forma huma na

El hombre es, «Se·


El •Mysterium magnum» es la dualidad ahora Cristo como encarnación del amor
gún su cat adura
esencial en un imico Dios, fundamento y divino hacía toda la Humanidad. externa. un ent e
ab ismo insondable («Grund und Ungrund») El ángel de la trompet a, anunciador del (ens) de los cuatro
«del que fluyen el t iempo y el mundo sen· fin de los tiempos, descubre el rostro trans-
<>lementos, y se-
sible•. En el grabado sobre cobre del fron· figurado de Moisés. El reloj del zo diaco gún la vida exte·
tispicio de su obra, Georg Giclltel ilustra da la hora final y Cristo se manifiesta en rior, un ente del
esta dicotomia oponiendo los ténninos mi· él como soberano de la era espiritual del
'spiritus mundh
crocosmos-macrocosmos y Moisés-Me· lirio. (...)(el zodiaco)lc
sias. Lo que Moisés como representante da una figura en la
del aspecto autoritario d e Dios fue para el Jacob Boehme, Theosophische Werke,
quQ ~e e ncuentra
red ucído ámbito del pueblo israelita, lo es Amsterdam, 1682 el gran reloj del
zod iaco en ese
momento; t al
signo le confiere
los atributos c.x-
ternos, pues el
•spiritus mundi> de
los elementos no
pued<> darle sino
un signo .» (Jacob
Boehme, Von dor
Gnadenwahl)

D.A. Freher, en:


Works of J.Bchmen,
Law-Edition, 1764

EL MICROCOSMOS: la divina forma humana 445


444 EL M ICROCOS MOS: la divina f orma humana
La divina La divina
forma humana forma humana

«Aqui está ( •••) e l hombre en el centro, en· tienen cerradas las puertas de los sentidos
tre el reino de Dios y el de los infiernos, y d e la razón. A la derecha, por el cont ra·
entra el amor y la ira, libre d e decidir de río, se ve al ser humano liberado, residente
cuál quiere ser.• (Jacob Boehme, Vom en el mundo del amor de la divinidad
dreyfachen Leben) oculta.
El pavo real simboliza en la alquimia el fin
A la izquierda, en la parte interior de la d e la noche d e la p utrefacción. Es también
tapa, se ve al hombre exterior, de pie en el el símb olo de Juno, esposa de Júpiter, una
abismo del mundo de las tinieblas, en el de las tres divinidad es, junto con Venus y
fuego de la ira divina. Lleva grabadas en el Mercurio, d e las fuentes del mundo de la
tronco las marcas del espíritu del mundo luz.
sideral. En opinión de Boehme, el hombre «El hombre está hecho de todas las poten- La ascensión de este • schrack del fuego
exterior vive prisionero de las influencias D.A. Freher, en: Works ofJ. Behmen, Law· cias divinas. d e los siete espíritus de Dios. sal nítrico• a través de los siete espíritus de
de los elementos y de los astros, queman· Edirion, 1764 (...) Pero como se ha corromp ido, no se m a· las fuentes se ha comparado con frccuen·
ni fiesta siempre el origen divino en el (...) cía al despertar de la serpiente de fuego,
Pues el Espíritu Santo no quiere entrar ni la kundalini, del yoga hinduísta, que as -
menos permanecer en la carne pecad ora, ciende de los siete centros sutiles del
sino que se esfuma como un rayo( ...) Pero cuerpo, los chacras, hasta sobrepasar la
cuando ese rayo queda ret enido en la coronilla, donde se eleva a cono ci miento
fuente del corazón, asciende en los siete puro.
espíri tus de las f uentes hasta el cerebro
como la aurora: ahí está el objetivo y el co- D.A. Freher, en: Works ofl. Behmen, Law-
nocimiento.» (Jacob Boehme, Aurora) Edit ion, 1764

446 El MICROCOSMOS: La d ivina forma humana El M ICRocosMos: La divina forma humana 447
Ln divina Fludd represent a aquí los cuatro estratos co mo t odo lo demás, d e sal, azufre y mer- La divina
espirituales del hombre en la imagen del curio. Sal es el cuerpo y mercurio el espí-
f orma humana f orma humana
tetragrama. Yod, la simiente informe de ritu. «Pero el mediador entre esp íritu y
todas las cosas, se equipara aqui al espíritu cuerpo( ... ) es el alma y t ambién el azuf re.»
o al conocimiento puro; He, «el palacio su- (Paracelso, De natura rerum, 1525). A ella Nad ie ha cont ri-
perior)), es el intelecto; Vau. «el nexo», es le corresponde el «cuerpo de estrellas» o b uido más a la di-
el alma o la fuerza vitaL El segundo Hé o cuerpo astral, que es asimismo nexo entre f usió n del pensa -
«morada infe rior>>, es el reino sensible de espíritu y cuerpo . Es el•carro del alma• miento d e Boehmc
los element os. plató nico . Se trata propiamente de una que Georg Gichtel
«envoltura neumát ica• que el alma en su (1638-1710), de Ra -
La cábala conoce tres zonas del alma, que ca ida concibió de las estrell as y · de sus tisbona, que se ad-
sin embarg o contienen unas a las o tras. malvad os admin istradores»( ...), los arcon- hirió a una mística
Nefesch, es el «alma vegetativa», tributaria t es o <<Archeu!t o Vu lciJno», el «herrero». El radica l de la «So -
de la vida sensoriaL Desaparece con la alma se d esprende del cuerpo astral como phi~h> y en su exilio
muerte. A ella corresponde el zelem, el lla- de una túnica cuand o asciende por el reino de Amsterdam
mado cuerpo etéreo o ast raL La chispa di- de los arcontes astrales.• (Walter Pagel, reunió en t or no
vina más profunda d el alma es la ne- Paracelsus als Naturmystiker, en: Epochen suyo un circulo d e
schama. d er Naturrnyst ik, Berlin, 1979) célibes <<hermanos
angélicos». En su
Paracelso sostuvo ideas semejantes. Se - Robere Fludd, Utriusquc Cosmi, tomo 1/, «Theoso phia prac-
gún sus tesis, el hombre se compone, Francforr, 16 2 1 tica• , edit ada en
1696, describe la
forma en que la
rueda de los pla -
net as imprime al
alma siete sellos
dia bólicos .

Georg Gichrel,
Theosophia pr~c­
cica, ed. 1898

EL M ICROCOSMOS: La d ivi na forma humana EL MICROCOSMOS : La divi na forma human a 449


la divina la divina
forma humana forma humana

En su o bra de la Fludd llama al


creación, Dios des- cuerpo humano (F)
ciende t res oct a- ((recipie nte de to ·
vas cósmicas para das las cosas»,
insuflar su espíritu pues según el es-
en el hombre. Por q uema armónico.
ese motivo, el es- posee la facultad
píritu del hombre de relacionarse
abarca la totalidad con cada región de
de los tres interva- los tres mundos
los de la escala d e mediante agent es
la creación: el ele- espirituales más o
mental, el celeste menos sutiles.
y el sup raceleste.
Por la llamada
Robert Fludd, <<alma del centro n
Utriusque Ccsmi, (E), q ue flota en el
romo//, Francforr, ét er, el homb re
162 1 ma nti ene contacto
con la región de
los elementos. A
esta región corres·
ponde en la cábala
el alma vegetativa
<)
onefesch .
<:>
<<Chimenea hacia
Dios» es el nombre
que da Fludd al es-
piritu puro» (A) de
arriba.

Roberr Fludd,
Utriusque Cosmi,
tomo 11, Fnmcfort,
1621

A.Mm1 J;,pf=:J¡inrufu,.I>ri.
.B. Intdl~éiw fjt:nJ ./,.¡,."m ¡ti-.,,
ti.J ltJ"-""Jn. Vdffeufum:
e.~1 o' ;,.wt.ilw Ür 1:-;,.,&., "''
di1IUI/i.t'lliitm;.Jru irrullüiM JM4'mu.
D. S¡iritul rAÚ•,.,J¡, c,.,.fi~nt< u .
lntr/J<~ in....Arúrnn. n~di. .
E . A"i"'4 md;,.;,. l...W nkn. """''"'·
lu.x 'llt't~t/,S Cu~ M cr¡.tz
F. eors
Jcu
Y~u¡t4tU[k., DtrmiM'Itt •

450 EL MICROCOSMOS: la divina forma humana EL MICROCOSMOS: la divina forma humana 451
La divina La divina
forma humana forma humana

El alqu imista con la escuadra y el compás Los tres niveles del gran mundo, con su di·
en las manos. símbolos de la francmasone- ferente material idad, se corresponden en
ría, anuncia el comienzo saturnal del Opus, el hombre con tres planos espirituales y
paralelo al sombrío descenso al • interior corporales: a la región elemental sublunar.
de la tierra». Sólo allí, se dice en el famoso corresponde la zona de los s<>ntidos (el
acrónimo vitríolo, se encuentra la piedra bajo vientre), a la región etérea astral, el
filosofaL alma (tórax) y al cielo ígneo divino, el inte·
lecto (cabeza). El sol, en la confluencia dt>
El lapis se representa aquí como punto la forma y la materia, es el lugar donde re·
rojo en la yema del huevo del Opus de los side el alma del universo en el macrocos·
cuatro elementos. del que nace la quinta· mos. A ella corresponde en el cuerpo hu·
esencia o •pollito•. mano el corazón, como morada del alma y
del espíritu vital (Archeus).
Theatrum chemicum, ed. Lazarus ZetZner,
7667 Roberr Fludd, Utriusquc Cosmi, romo 11,
Oppcnheim, 1619

La forma más usual de comprender al hom · El cuerpo humano en la imagen del anta ·
b rees imaginarlo compuesto de la unidad gonismo de ambos estados en que se di·
de la luz de la naturaleza humana y de la vide la materia primera (schamayin): las
diversidad de las tinieblas del cuerpo; y aguas inferiores e impuras que suben del
para conocerlo con detalle, debe exami· bajo vientre y el fuego espiritual y suti l de
narse la primera figura (figura paradig má· la parte superior. Ambos se mezclan en la
tica). En ella se reconocen claramente t res zona del pecho y participan equilibrada·
zonas: la inferior, la del medio y la supe· me nte de la zona del corazón.
rior. (Nicolás de Cusa, De coniecturís. ed.
Hamburgo, 1g88) Roberr Fludd, Ucriusque Cosmi, romo 11,
Oppenheim, 1619
Roberr Fludd, Utriusquc Cosmi, romo 11.
OpptJnhtJim, 1619

452 EL MICROCOSMOS: La divina forma humana EL MICROCOSMOS: La divina forma humana 453
l a divina la divina
forma humana forma humana

<•Ve mos en esta En esta ilustración


ima9en la maravi· S· SYMPA11UCVS MlC:M COSMI C\1}.{ 1-{!1(;ACQ;ro~ sobre la correla-
llosa armonía en la _!f,• .!íJr. . --.1'1• :1.6r.a.f'l"'- _¡;,.pA, ! -:co'l'.n' wnnJ.iJ ~- · ción de microcos·
que ambos extre- mos y macrocos-
mos, el mas noble mos, Kircher sigue
y el más execrable, la doctrina de las
se encadenan for- correspondencias
mando una armo· de la tradición pla-
nía.» Se trata del tónico hermética,
alma y el cuerpo. en la que se des-
El espírit u del cribe el mundo
mundo, que une a como organismo
ambo s, est á repre- vivo do tad o d e
sent ado como la procesos met abó-
cuerda de un mo· l icos. En su <Mu-
nocordo mic rocós- surgia universalis),
mico. El alma d es- Kircher relaciona
ciende. e n !;U n ~ci · el sol con el cora-
miento, de las al - zón, la luna con el
tas esferas hasta el cerebro, Júpiter
hombre a través con el hígado, Sa-
de los intervalos turno con el bazo,
marcados, para ha- Venus con los riño·
cer el cami no in- nes, Mercurio con
verso cuando e l los pul manes y
hombre muere. Tierra con el est ó·
mago. • Las arte-
Robcrt Fludd, rias son los ríos, la
Utriusque Cosmi, vej iga el mar. Los
romo //, Oppen- siet e miembros
heim, 1619 p rincipales son los
siete cuerpos me·
tálicos, las piernas
las canteras, la
carne las t ierras,
los cabellos la
hierba.»

A Kircher, Mundus
subterreaneus,
Amsrerdam, 1682

454 EL MICROCOSMOS: La divina forma humana EL MICROCOSMOS: la divina forma humana 455
l a divina La d ivina
forma humana forma humana

Los d oce signos En esta ilustración


de l zod iaco y las de su tratado de
partes corpo rales medicina, Tobías
q ue señorean: Cohn compara la
Aries : cabezi!, anatomia humana
g lá nd ulas sup ra - con una casa de
rrenales, t ensión cuatro pisos. Los
arterial cuatro pisos co-
Tauro: garganta, rresponden a los
la ringe, hombros, cuatro mundos en
orejas que se divide la to-
Géminis: pulmo- t ali dad del cosmos
nes, nervios, bra- en el árbol d e los
zos. cabeza, dedos sephiroth.
Cáncer: caja t ora-
cica y ciertos hu- Tobías Colm, Maa -
mores corporales seh Tobiyyah, 1707
Leo: corazón, es-
palda, co lumna
vertebral, bazo
Virgo: vientre, en-
trañas, vesícula,
páncreas, hígado
Libra : coxis, cade-
ras, riñones, g lán-
dulas
Escorpio: órganos
sexuales, hueso
ilíaco, recto
Sagitario: muslos,
piernas
Capricornio: rodi-
llas, huesos, pi e l
Acuario: tobillos,
vasos sanguineos
Piscis: pies, a lgu -
nos humores cor-
porales

M~nuscriro hebreo,
s. XIV

4.5 6 EL MICROCOSMOS: La divina forma humana EL MICROCOSMOS: La divina forma humana 457
Cerebro y L<t tr<tdición escolástica distingue tres ca- terior, o de la memo ria (ce/lula mcmoralis), Cerebro y
vidadC!s combra les que se corresponden es denominada por Heinrich Schlpperges memoria
memoria
con las cualidades elementales aristotéli- «Cámara fría do las imágenes». (H.Schip-
cas. La cavidad anterior de la imaginación perges, Die Welt des Auges, Friburgo,
(ccllul~ phantastica), es caliente y seca. 1978) Es el archivo o depósito del que la A la izquierda, de-
Blake la llama •forja de Los•, ~n la qu~ las cámara central extrae sus materiales para lante de la frente,
informaciones sensoriales (las alondras nuevas combinaciones de concC!ptos. Aquí se encuentra el
mensajeras de Los) se modelan en imág e- se hallan las csalas de Los», en las que se mod<!lo del mundo
nes plásticas incandcsccnt~ que se impri- encuentran «las esculturas luminosas» de sensible en el sis-
men en el cerebro. La cámara central o de todo lo que pasa sobre la tierra. u Cada tema de Fludd.
la razón (cellu/;¡rarionalis), es caliente y hú- época acopia de estas obras fuerzas reno- Aparece aquí bajo
meda . Las imágenes grabadas en ella se vadas.• la forma de cinco
organizan aqul en contextos para facilitar (W_ Blake, Jerusalén, 1804-1820) círculos concéntri-
el conocimiento. A esta cavidad corres- cos en relación con
ponden las artes lingüísticas de la gramá- Gregor Reisch, Preciosa Margarita, Friburgo, los cinco sentidos
tica, dialéctica y retórica_ La cámara pos- 1503 del hombre: la tie-
rra con el tacto, el
agua con el gusto,
DE POTINJ'"lm el ai re con el ol-
fato, el éter con "1
oído, y el fuego
con la vista. En la
primera cavidad
del cerebro, este
mundo sensitivo
es «imaginado»
por el a lma, que lo
transforma en
sombra de si
mismo para des-
pués transcen-
derlo en las cavi-
dades del juicio y
de la pot encia cog-
noscitiva: por obra
del rigor del espí-
ritu, el alma topa
allí con el cmundo
d ivino del inte-
lecto• . La última
cámara es el cen-
tro de la memoria
y del movimiento.

Roberr Fludd,
Urriusque Cosmi,
tomo 11, Oppen-
heim, 1619

458 EL MICROCOSMOS: Cerebro y memoria EL MICROCOSMOSOS: Cerebro y memoria 459


Cerebro y Cerebro y
memoria memoria

0~SC3rt~S compara las imágenes del r~·


Fludd distingue entre un arte de la memo·
ria redondo y otro cuadrado. El redondo
cuerdo en e l cer~bro con las huellas que
utiliza diagramas fantásticos y mágicos,
deja la aguja en la tela. Ya Platón describía
~1 funcionamiento de la memoria con ~1 si·
con los que intenta atraerse los influjos di·
vinos. El arte de la memoria cuadrado ~s la
mil del grabado ~n cera.
mnemotécnia clásica, que se vale de luga-
Tom~do de: René Descartes, Traité de res exist~ntes en la realidad y de imágenes
/'homme naturales.

Robert Fludd, Utriusque Ccsmi, romo 11,


Oppcnheim, 161g

Est a figura mnemotécnica servía para rete·


ner el evangelio de San Lucas. Los jeroglí·
ficos son mojones de la memoria para re-
saltar citas especialmente significativas de
dicho Evangelio.

Sebastián Brant, Hexastichon, 1509

En la Antigüedad clásica, la memoria era una escritura interior. El que conoce las le·
• la madre de las musas•. Hasta bien en· tra.s d e ese alfabeto puede escribir lo que
trado el Renacimiento. se habia t ransmi· se le dicta y volver a leerlo de memoria.
tido toda una serie de refinadas técnicas Además puede asociar lo oido a determi-
para educar la memoria. Todas esas técni· nados lugares y después repetirlo de
eas se basan en la cr~~ncia de que una se· memoria. • (FrancesA. Yates, The Art of
rie determinada de lugares o d~ imágenes Memory, Londres, 1966)
forman un repertorio b ásico que se graba
en la memoria en un ci~rto orden, y de que Robert Fludd, Utriusque Cosmi, Tractatus
~n ól es posible ordenar por asociación to- primi, Oppenheim, 1620
dos los contenidos posibles e intercambia·
bies. «El ar te mnemotécnico se asemeja a

EL MICROCOSMOS: Cerebro y memoria EL MICROCOSMOS: Cerebro Y memoria


Los signos Los signos

Según Delia Porta,


la totalidad del
mundo natural
consiste en una
red de correspon·
dencias secretas
que se pueden
descifrar mediante
claves analógicas:
si, por ejemplo, la
hoja de un árbol
t iene la forma de
cornamenta de
ciervo. estará em·
parentada con el
carácter de este
animal. los hom-
bres que parecen
asnos son bobos;
los que se aseme·
jan a un buey son
obcecados, pe re·
En su •Universai-Lexikon>(Halle, 1732- zosos y fácilmente
libró siquiera Goethe....este bombardeó a
1754), Zedlerdescribe la fisionomla como irritables; los que
su amigo Lava ter con numerosas si luetas
«el arte de reconocer la naturaleza e incli· tienen rasgos de
de las gentes que lo rodeaban . L;water de·
naciones del hombre en las cualidades ex · león, esplénd idos
sarrolló también los principios de una fi·
ternas de sus miembros y en los rasgos de y valientes.
sionomia criminal y racíal.
su cuerpo». l a fisionomía perteneció largo
tiempo al amplio espectro de las artes Enemigo resuelto do los fisionomistas fue
ocultas. Audd la inc:luyó, j unto con la as· el físico y pensador G.C. Lichtenberg: ·Si
rrología y la quiromancia, entre las artes la fisionomía es lo que Lava ter espera de Giambattista del/a
microcósmicas. El erudito universal Giam· Porra, De Humanil
ella, se llegará a ahorcar a los niños antes
battistadella Porta, fundador en 1560 de de que cometan delitos merecedores de la Physiognomi<J,
la • Academia para la Investigación de los horca(... )» (Sudelbücher, 1n7). Y más 1650
Secretos de la Naturaleza•. en Nápoles, la tarde: «J uzgamos constantemente por el
incluye en el ámbito de la • magia natura· rostro y constantemente errarnos .» (Über
lis•. Por otra parte, los escritos de Johann Physiog nomik)
C. lava ter (1741-1801), basados en la • Phy·
siognomia>> de Delia Porta, suscita ron ha· Ciambattista del/a Porta, De Humana
cía fines del siglo XVIII un •interés desen· Physiognomia, 1650
frenado por la fisionomía•, del que no se

EL MICROCOSMOS: Los signos EL MICROCOSMOS: Los signos


Los signos Los signos

Con esta metamor.. Bl ake tomó parte


fosis de una ca- en tre 181g y 1820
beza de rana en junto al astrólogo
Apo lo , Lavat er y pintor de paisa·
quiere demostrar jes John Varley en
su teoría de la evo - sesiones de espiri·
lución: cuanto más tismo en las que
perfilado el rostro, realizó «retratos
más irracional su visionarios». Var-
portador. «La pri· ley relata en 1828
mera figura es un cómo se le apare·
batracio total y ció a Blake «el es·
encarna toda la re· piritu de una
pugnante bestiali- mosca)). «Mientras
dad.>>Con la dé- llevaba al papel
cima figura, (<co- esta aparición, la
mienza el primer mosca le contó
grado de la no bes- que todas sus con·
tialidad( ... ), con la géneres estaban
duodécima, el ni · poseídas por las
vel inferior de la almas de personas
humanidad(... ); la particularmente
decimosexta ca- sanguinarias, y
beza se eleva al que, por eso, la
umbral de la ra- Providencia las re-
zón , y ((a partir d e dujo a la talla y fi·
ésta, se llega a un gura de insectos;
Newtonoa un pues, si ella tu·
Kant>), viese el tamaño de
un caballo, diez·
J. C. Lava ter, Phy- maria el pais en-
siognomik, Viena, tero.
1829
W. 8/ake, El espíritu
de una mosca, 1819

EL MICROCOSMOS: los signos EL MICROCOSMOS: los signos


Lo!lsignos Los signos

«No hay cosa creada o nacida en la naturaleza que no manifieste al a) Frente de un


próspero hombre
exterior su forma interior, pues lo interior intenta siempre manifes- pacifico.
tarse( ...), como lo observamos y constatamos en las estrellas y los
b) Frente que de·
elementos, las criaturas, en los árboles y en las hierbas ( ...). Por eso,
nota espirituali ·
los signos son muy razonables, pues el hombre no d ad y tendencia al
sacerdocio.
sólo aprende a conocerse en ellos, sino t ambién a
reconocer la esencia de todos los seres.» e) Frente de un
(J. Boehme, De signatura rerum, 1622) candidato a la
muarte violenta .
La naturaleza era concebida en todas sus faceta s
como una especie de escritura secreta, como un gi- d) Frente de un
guerrero triunfa·
gantesco criptograma divino que el sabio puede a) b) dor.
descifrar con ayuda de ciertas técnicas. Paracelso
e) Frente de un
enumera entre ellas la geomancia (el arte adivina- hombre amena-
toria del punteado o de la tierra). la fisionomía, la zado de una herida
en la cabeza.
hidromancia (adivinación por medio del agua), la
piromancia (por el fuego), la necromancia (evoca- f) Frente de un em-
ponzoñador.
ción de los muertos), la astronomía y la berilística
(leer el porvenir en un cristal). «Todas las estrellas . una frente de-
nota debilidad
tienen su naturaleza particular y sus cualidades, y mental cuando
nos transmiten sus signos y característica s por los presenta una con-
cavidad alargada
rayos que envían a nuestro mundo de los elemen- en el medio y más
tos, de los minerales, plantas y animales. Toda abajo, aunque ésta
La <metoposco- sea apenas visible,
cosa recibe una impronta o característica especial de la estrella que e) d)
pia•. el arte de leer y es, en conse·
las lineas de la la irradia.» (Agrippa de Nettesheim, De occulta philosophia, 1510) cuencia, ella
frente, distingue Pero no son sólo las estre llas las que marcan, sino también el misma de forma
siete zonas plane- alargada. A condi -
tarias en la frente «Archeus», el herrero interior, al que Paracelso llama <<signator». El ción, digo, de que
humana. es quien transforma los inconcebibles influj os celestes en signos cor- sea apenas visible,
pues, si se nota,
porales palpables, trazando, por decirlo así, los ca racteres del código cambia todo.»
Ciro 5ponroni,
genético. (J.H. Lavater, Von
La Metoposcopia,
der Physiognomik,
Venecia, 1651
1772)

Tomado de: J. Car-


danus, Metopa·
scopia, París 1658

e) f)

EL M ICROCOSMOS: l os signos EL MICROCOSMOS: los signos


Los signos Los signos

l as proporciones de l as falanges de los de-


dos en relación con los intervalos musica-
ec
les. · De la misma manera, los elementos,
dd
las cualidades, los temperamentos y los
ce humores corporales mantienen relaciones
bb bien definidas.» (Agrippa de Nettesheim,
De occulta philosophia, 1510)

A. Kircher, Musurgio universalis, Roma, 1650


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lf ' ' - 1/V -
,. r vt

J.J

La pa lma de la mano se interpreta como un


1 p;,isaje con montes, valles y ríos. Las siete
:o;
o
montañas, es decir, las protuberancias de
la mano, corresponden a los siete plane-
;o tas . Su anatomía individual revel a la evolu·
ción de aspectos de la vida en relación con
Construcción de la mano izquierda con es- cerebro superior de l os ~icte pl anetas ( ... ). un planeta dado; el montt> de Venus en el
calas y proporciones. Pero la quiromancia es un arte que no sólo pulg~r. por ejemplo, revela aspectos de las
consiste en l eer l a mano del hombre y re- rel aciones amorosas; el monte del sol , que
«la longitudud de las uñas es oKactamente conocer sus líneas, ramificaciones y rugo- está d ebaj o del dedo anular, informa de la
la mitad de la última fal ange .• (Ag rippa d e sidades, sino que comprende tambi én to- creativid ~d y sentido estético de la per-
Ncttcshcim, De occulta phílosophía, 1510) das las hierbas, todas l as maderas, el sona en cuestíón.
cuarzo y la grava, el reino mineral y todas
La mano representa •el mundo pequeño• las aguas y todo lo que tiene lineas, venas Agripp.l de Nrmcshcim, De occulta plliloso-
del hombre y sus dimensiones son propor· y arrugas .• (Paracelso, De Signatura rerum phi~. 1510
cionales al cuerpo humano, según natu ralium, 1537)
Agrippa . La mano es el espejo de la armo-
nía macrocósmica. •Sabed quelos signos Alberto Durero, Cuaderno de bocetos de
de la quiromancia t ienen su origen en el Dresde, 193

468 EL MICROCOSMOS: Los sig nos EL MICROCOSMOS: Los signos


Los signos Los signos

El c~rtujo Johannes von Hagen, conocido A Línea de mesa·incompleta


con el nombre latinizado de • ab lndagine•
(h~cia 1424-1475) influyó con sus numero- B Hermana de la línea de la vida
sos tratados las obras de magia de Johan·
nes Trithemius y de Agrippa de Nenes· e Linea del hígado y d el estómago
heim.
D Hermana de la linea de la naturaleza
Existen, según él, tres lineas principales
para leer el destino en la palma de la E Línea de la vida
mano: la linea media, la linea de la vida o
del corazón y la linea del hígado (linea he· Johannes ab lndagine, Introducciones
patis), que diagnostica t rastornos del apa· Apostelesmacicae. 1556
rato digestivo.

Johannes ab lndJginc, lnrroducciones Apos-


celesmacicae. 1556

A Linea de mesa o d el destino

B Linea de la vida o del corazón

E Línea mediana de la naturaleza

F Linea del hígado o del estómago

Johannes ab lndagine, Introducciones


Aposcelesmaticae, 1556

Sigmar Po/ke, Corrección de las lfneas de la


mano.

470 EL MICROCOSMOS: Los signos EL M ICROCOSMOS: Los signos 471


Los sig nos Los signos

• Los sabios de la • Varios son lo~ carminos del hombre~


Antigticdad ( ... )di- Quien los sigue y compara verá surgir figu-
bujaban las cons- ras maravillosas; figuras que parecen per-
telaciones, figu- tenecer a aquella gran escritura cifrada
ra~. !:igilo~ y cürac· que se ve por doquier, en las alas, en la
teres que la natu- cáscara de los huevos, en las nubes. en los
raleza reproducía cristales y en las formaciones rocosas, en
mediante los rayos el agua helada, en el inte rior y el e xterior
de las estrellas en de las montañas (... ) y e n las extrañas co-
las piedras, en las yunturas del azar. En todo ello se adivina la
plantas y en sus clave de esta prodigiosa escritura, su gra-
partes, así como mática.• (Nova lis, Die Lehrlinge von Sais,
en los distintos 1800)
mie mbros de los
animalc~ .•
(Agrippa de Net-
tesheim. De oc-
culta philosophia,
1510)

ce Esta escritura es
elocuent e, puede
igualarse a la cl ara ccMe reafirmé aún más en mi opinión de
luz del d ía. Y sin atribuirle un al ma a la tierra( ... ) e n la ce r-
embargo no~ re· teza de que en las entrañas de la tierr.>
su Ita oculta e in- tiene que haber una fuerza formadora que
cierta.» (Giordano como la mujer embarazada, graba e n la
Bruno, De las mó - roca estratificada los acontecimient os de
nadas, 15g1, ed. la historia de la Humanidad tal como han
Hamburgo, 1991) tenido lugar e n la superfici e ( ... )». (Johan-
nes Kepler. Harrnonices Mundi, 1619, ed.
Leipzig, 1925)

Jt A. Kircher. Mundus subterraneus, Amster-

~
dam,l682

J ?.bnü~;.__
~__,.~.
Astrólogos y gco-

~
mantes, para
Los Viajes de Sir
John of Mandcvillc,
Bohemia, 1410-20

472 EL MICROCOSMOS: Los signos EL MICROCOSMOS: los signos 473


l os signos los signos

•• Este aspecto Arriba: la natura·


tiene el pequeño leza como artista:
cangrejo, cáncer signos y fósiles;
maenas que vive abajo : un alfabeto
en oresund. No es de piedra.
la excepción, sino
la regla; cuando Centro: paisaje an·
compré veinte tropomorfo.
ejemplares en la
costa de Scania. Abajo: cámara OS·
los veinte tenían la cura.
misma expre5ión,
la de un rostro A. Kircher, Ars
aburrido( ... ). ¿Qué magna lucís, Ams·
significa esto? No terdam, 1671
losé. u

Augusc Scrindberg,
Ein 8/aubuch,
Múnich, 1918

El corazón reposa sobre la concavidad del


d iafragma , pero e l eje tiene 23 g rados de
inclinación como la tierra en relación a la
órbita del sol. El corazón es comparable
para los chinos a la flor de loto, mientras
que los egipcios adoraban la flor del sol
(lsis). El ojo muestra la misma posición e
inclinación en relación al eje del mundo o a
la órbita solar, pues el nervio óptico esta
incl inado 23 grados bajo <!1 cristalino, que,
a su vez, se asemeja al sol y recibe la luz
por la membrana del iris. El oído interno es
como una concha (mythilus) y el interno
como un caracol (planorbis). lo curioso es
que los huesecillos del o ído (a la derecha)
presentan cierta semejanza con el animali·
llo de la limnea (a la izquierda).

August Scrindberg, Ein 8/aubuc:h, Múnich,


1918

1174 EL MICROCOSMOS: Los signos EL MICROCOSMOS: los signos 475


Eccritura Escritura
y sellos y sellos

Scg t"111 Kircher, la la escritura original (segunda columna de fiada a la custodia hermética de un sistema
ciencia adánica. la la izquierda) fue directamente revelada a d e signos sagrado. En sus tentativas d e
pt'iscol sapientia • se los hombres por los ángeles. los hebreos desciframiento, y contrariamente a las in-
tra ns mitió ininte ~ la llaman divina «porque se encuentra re- vestigaciones posteriores que consideran
rrumpidamente producida entre las constelaciones». cada jeroglífico particu lar como una letra,
hasta Noé. Esta (Agrippa de Nettesheim, De occulta philo- Kircher les concede una significación sim-
ciencia se basaba sophia, 1510) De ella provienen el alfabeto bólica .
en la facultad del hebreo y otros emparentados con él. los
hombre de comu- jeroglíficos egipcios derivan también, se· A. Kircl1er, Turris Babel, 1679
nicarse directa- gún Kircher, de la revelación divina, con-
mente con los
mundos espiritua- "Tabla combinato-
les por medio del
A N ~~ ~ F F Xlt"f "f K \ z X ria en la qu e (...) l~s
lenguaje original o
natural, que a
causa del caos lin-
güístico de> Babilo·
nia, se dividió en
B ::I
e A
:J
X ol
::r j
7
~
a
1
'1 :si ~.,.
, ,:?
.)

'11
d D
~
e 1
::1
}._
formas de los ca-
racteres de la es-
critura original, asi
como de todos los

numerosas len-
D '1 ') l que derivan de

guas regionales.
Des pues de que
H n n t 3 3 3r3" n en 7l
ella, se represen-
tan según su grado

Dios permitió a V [ ~ 'U 3 ~ 'X~~x <Bj o ~ de evolución en el


transcurso del
N oé y a su familia z T t "< '-* !> 1 J r tiempo . De ellos se
sobre>vivir al dilu·
vio en su arca, los Ch. n ,,_n l .., -A* ~ es n (...- il puede concluir con
certeza que los al-
hijos de Noé co-
menzaron a poblar r V ... , 9 ..P <? ~- t) fabetos de todas
las lenguas contie-
la tierra. Cam, mal- I 6 ... '"l )').. M ~~ \....¿_
' nen vestigios de
dito por su padre,
colonizó Egipto y e J) ~~ '1 5,3 :J
f ' '-
1) y. 1~
sus antiguos carac-
teres.»
se> convirtió en pa-
L S' , 3
.... , L. ¿ <L ¿¿ \\\
dre de la ciencia
hermética como se
encue>n tra en los
antiguos textos.
Pese al respeto
M \¡\
N ~
...... .Q.
"'~
S u '("t :J
7
..
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3~' 3
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J
~
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'21 o Q.~ ~ 'DO
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Ull
'
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b
que> el egiptólogo
Kirchertenia por la -fy. y
~' .¡ o 'V (Q)© V~ ~~ y
aportación cultu-
ral de Egipto, creía
p e:'
1 .... ~ ';3 ~ " 3 ® ~:J
que> allí también
habían surgido to-
Ts m
~ :::; "')~ ~ "'NN' Y '::Jf J X
das las d esviacio -
nes religiosas,
como el politeís-
QK "l' o A
R. '7J -l ,y
Seh \Y"~ ~
p
99
p
q: .,r lQ

7
._..
p
-,
mo, la doctrina de
la reencarnación, extendieron por por los descen- A. Kircher, Arca de
'V{' w w w w -¡¿)
._Th
~" Xrv f 4hlX X =h .. ~ID_
el culto a los ido- aquellas partes del dientes de Ca m, Noe, Amsterdam. -E., fiJ
los y las prácticas mundo que. en como la India, 1675
de magia negra. opinión d,;, Kircher, China, el Japón y
Estas herejías se fueron colonizadas las AmE!ricas.

476 E~ M ICROCOSMOS: Escritura y sellos E~ MICROCOSMOS: Escritura y sellos 477


Eccrltura Escritura
y ccllos y sellos
11 IV 111 XVI XV
Los caracteres de
la fig. XV repre·
scntan peces. • La
fig. XVI con las le·
tras KLMNO no ha
podido ser de>sci·
frada, por eso no
se conoce su signi·
ficado.•

A. Kircfler, China
Monumentis, Ams·
terdam, 1667

•Es muy probable que los dc.scendencien· birlos, y también en que los egipcios nunc~
tes de Ca m, que colonizaron hasta los más (... )se servían de los jeroglíficos en sus
remotos par~jes de la China, introdujeran conversaciones diarias. ya que solamente
alli los caracteres y signos de su alfabeto estaba permitido aprenderlos al sobcr;~no.
( ... )Si bien los ca racteres del chino mues· Hay que añadir que los jeroglíficos no eran
tran semejanzas con los de los egipcios, di· simp lemente palabras, sino que expresa·
fieren notablemente en la forma de escri· ban ideas o conceptos enteros.•

VIl VI V
«Se cree que las figuras en el caparazón d e
las tortugas sirvieron a los antiguos chinos
de modelo para sus primeros caracteres.
Entre los más curiosos <caprichos de la na·
tura leza, están la~ marcas e n el c~racollla·
mado <conus marmoratus>que vive en el
oceano indico . Esas marcas recuerdas la
escritura cuneiforme( ... ) Los eruditos de·
berian estudiar el texto que llevan esos ca·
racoles. Al principio, quise enviarlos al
profesor Delitzsch, pero finalmente pre·
feri esperar( ... )• (August Strindberg, Ein
neues Blaubuch, ed. Múnich, 1917)

A. Kircher, China Monumcntis, Amstcrd.7m,


1667

Los ideogramas chinos proceden, al igual A. Kircher, La Chine il/usrrée Monuments,


que los jeroglíficos egipcios, de pictogra· Amsrerdam, 1670
mas formados con objC!tos naturales. Los
caracteres de la fig .ll se basan en objetos
agrícolas, los de la fig. 111 en pájaros, y los
de fig . IV en gusano•.

478 EL MICROCOSMOS: Escritura y sellos EL MICROCOSMOS: Escritura y sellos 479


Escritura T..!:ol.tSduilu!•~co. Innoti<Hcbr Ji<il. Escritura
y sellos
6 )t H· 5r
, :::h l .,; .,, N
y sellos

La •mónada j~roglífica• o •Monas Hie-


r<J91yphe» d el astrólogo y matemático in-
sucesivamente. la cruz remite a los cuatro
elementos, pero también indica el naci- 7 ll .., t8 g ,o T N' D n :~ n ~
Tabla solar de nú-
meros mágicos
glés John Dee, publicada por primera en miento, fa crucifixión y la resurrección. «El que sumados ver-
un t rat ado con el mismo titulo en 1564,
tuvo gran di fusión entre los primeros
j eroglífico d~ De~ representa la totalidad
del ser, tanto macrocósmico como micro- l jl 14 16 1r .., 14- tl'
,, l' ;-., J:J '1::1
tical u horizontal-
mente dan 111, y
Rosa-Cruz y alquimista s, que veían en ell a
el glifo de •su mercurio» como glorioso
compendio de todos los signos d el zo-
cósmico. Y eso vale para todos los j erogli·
ficos. El símbolo representa siempre todo
el ser, aunque sólo conste de un t riángulo. 1~ l. O u. ti 17 1} n• :;¡ :l::> k:> ,. --

cuya suma total es
636 . «De todos los
nombres de Dios,
diaco. la figura geométrica más sencilla y soco- las cifras de esta
rrida». (Diet cr Donat, uSakrale Formcln im
l.ll JO 1.6 u. t1:l e;:~ • tl 1::> ::l• t abla muest ras

,
El semicirculo superior es la luna, el círculo Schriftum des 17. Jh.•. en: Slavische Ba- Z.f ?
aquéllos que dan
con el punto que está debajo, el sol y a.si rockliteratur 1, Múnich, 1970
)G 5 n 4 L )1
;-¡ ~ , ) N'-r
el número cu m-
plido, y además

oSol
A. Kircher, Oedipus
Aegypriacus, Roma
1653 Solú.
sign.u~ltfi" cclur•8 rtcJ
l ntrUigrnlit< Sub4, O.Cmon~ Sclit.
una inteligencia
del bien y un de-
monio del mal•.
los nombres d e
los espiritus pl ane-

~
tarios result aban
Saurrnus ~ • >< Venus ()
Crul:c & de los valores nu-
Solis du ~
Lu na. &ere & Cruce. méricos de los co-
rrespondient es ca·
racteres hebreos.

Agrippa de Nettes·
Iuppitcr "')) ex Mercurios heím, De occulta
Cruce ~ & omnibus. Philosophia, 1510
Lu 03.
..
c5 c&,P- 1-
,.
,. .. - 1-- . ---~---
1--+-! ,~ ~- .e
Mars
So li•
raélccc
duobtu cornibus
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2

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1\o"\.•1
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'ICA.•I
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1- t--4---11-l:-r-= -f--1--i ::
-=-r+-·
•i• 1-+-J..~I---¡1--1 ~ ~
Atictis. R A G ~- N•

--·
1~'
..
tJ
E xalmio Lun;e in Tauro.
1\
"---
--
~
~: \ ¡o 1" .,. 1 - 1-- ---~

1~ ,\ ~
En su ObelisciAegypriaci, Kircher deriva el 17
origen de la mónada jeroglífica del Ankh o
j
•cruz de asa•, cél~br~ símbolo C9ipcio de ~.. 1/ LLI/
~.~..--..~
. --~~~---.-L~\~~
,~~~--~~~~~.-~
.. Y J~~~
------~------~_.,_...._.._·~
·
la vida.

A. Kírcher, Oedípus Aegyptiacus, Roma 1653


.. .. '
L. Sigmar Polke,
Tcle pathische
Sitzung /1, 1968

480 EL MICROCOSMOS: Escritura y sellos EL MICROCOSMOS: Escritura Ysellos


Escritura Escritura
ysellos y sellos

Lo~ alquimistas derivaba n sus signos y su


lengua enigmática directamente del pa-
Argentum folia· (}TI _ 6itber1 ~tattlcin. El poeta suavo
Justinus t<erner,
tu m.
triarca de su arte, l·lermes Trismegisto, al también médico y
que identificaban con el dios egipcio Thot,
Argentum mufi- V ~ ___6aiten,@Jí1btt. ocultista, alojó en
inventor de la escritura jeroglífica. Dícese cum. sr' y .:;¡e, - -- su casa a la vidente
que con esa escritura pretendía evitar que Friederil<e Hauff,
«los plebeyos leyeran la parte sublime de Argcntum piEto· que est aba grave-
la ciencia que trata de Dios, los ángeles y rium. mente enferma, y
el mundo(---) e igua lmente esa ciencia (/'al- trató de curarla
quimia}, que es la más santa y noble de to- .1\rgcntum vivum con el magnetismo
das». (Adamah Booz, Splendor lucís, Mcrcurius viuus, según el método
Francfort, 1785) liydrargyrum. de Mesmer. En su
obr¡~ ccl(l videntQ
Además ·de las técnica de oscurecimiento, de Prevorst», apa-
destinadas a sustraer su ciencia a los igno- recida en 1829,
rantes, en la utilización de estos signos y describe el don
emblemas puede verse una tendencia de que e$t(J t~n ía de
los filósofos herméticos a elevar las posibi- expresarse oral-
lidades de expresión de la lengua al plano mente y por es-
sacro. Marsilio Ficino creía que los jeroglí- crito en un «len-
ficos transmitían directamente las ideas guaje interior y es-
divinas de las cosas. «La Edad de Oro ven- critura propia».
drá cuando las palabras y los tropos y Jos «Decía ella( ... ) que
mitos y todas las figuras y las figuras de
pensamiento sean jeroglíficos>>. (Novalis, l después de la
muerte era posible
Freiberger naturwissenschaftliche Stu-
dien,1783)
í contemplar toda la
vida en u no de
esos caracteres».
1
Medicin¡sch- Chymisch und Alchemistisches t<erner establece
r comparaciones
Oraculum, U/m 1793
1
con la lengua ori-
ginal adánica, que
penetra en el cora-
zón de las cosas y
designa a cada ser
por su nombre ver-
dadero.

J. Kerner, Die Sehe-


rin von Pre vorst
Stungart, 1829

EL MICilOCOSMOS: Escritura y sellos EL MICROCOSMOS: Escritura y sellos


Escritura Apariciones
y sellos

ICEn los espacios El alfabeto celeste Sigmar Po/ke,


infinitos( ...) se e n- del hemisferio sur. Sternhimmel Tuch
cuentran figuras y (Velo del firma-
signos con los que mento), 1968
se pueden desve-
lar los más profun-
dos secretos. Es-
tán formados por
las constelaciones
y las estrellas( ... )
Estas figuras lumi·
nosas son los ca-
racteres con los
que el Altísimo ha
creado el cielo y la
tierra( •.. )>> (Zohar)

<<Los caracteres de
su alfabeto están
formados, como
dicen los rabinos
hebreos, a imagen
de las estrellas y
por eso están re-
p letos de celestes El alfabeto celeste
misterios, tanto del hemisferio
por su apariencia, norte.
forma y signifka -
ción como por el
valor numérico
que contienen
( ••• ).>> (Agrippa de
Nettesheim)

Karl von Eckharts-


hausen, Auf-
schlüsse zur Magie
(Claves de magia),
Múnich, 1788

EL MICROCOSMOS: Escritura y sellos


EL MICROCOSMOS: Apariciones
Ap ariciones Apariciones

Justinus Kerner publicó en 1857 sus «kleck- Yves /(Jein, El va m·


sografias», motivos realizados con man- piro, 1960
chas de tinta hechas ~1 azar. Dicha tecnica
la había exper iment ado y~ durant o dece-
nios, creyendo haber encontrado así un
medio de entabl~r contacto con el mundo
de los espíritus. H ay que consig nar aquí
que, a partir de 1g21, el descubri mient~ do
Kerner encuentra aplicación diagnóstica,
bajo condiciones ligeramente diferentes,
en la psicoterapia, baj o el nombre de «test
de Rorschach».

Kerner fue un eminente repres" ntant e del


espiritismo, práctica desarrollada en la
época romántica y fuertemente inf luen -
ciada por las visiones de Swedenborg . Se
dice que un gn iJlO de prosélitos de Swe -
denborg residont e en Estocolmo logró en
17BB comunicarse con los espírit us por la
intervención de médiums que se encontra-
ban en trance mesmérico. Pero f ue a me-
diados del siglo XIX cuando el interes por
e l espir it ismo y los llamados psicofQnóme-
nos se difundió como una ep idemia, gra-
cias a algunos casos espectaculares de es-
p íritus que respondían con golpecitos. La
difusión pública de esto s fenómenos con-
tribuyó decisivamente al éxito de la Socie-
dad Teosófica.

486 EL MICROCOSMOS: Apariciones EL MICROCOSMOS: Apariciones


Aparicio nes Apariciones

Rebuscando en los fondos ocultistas d el «Sobre mi mesa había un espejo que refle·
fin de siglo, el poeta August Strindberg j ab a la luna. Y yo pensé cómo podía el es-
cloboró en 1894 un método basado total- pejo captar y reflej ar la imag en de la luna
mcm e en el p rincipio d"l azar que aplicó si la lente y la cámara d e mí glob o ocular
tamb ién a la fotografía y a la experimenta- no estaban allí y enfocaban la imagen. Se·
ción fotoquímica. Para realizar retratos fo- gú n las leyes de la óptica. cada punto d e la
tográficos ut ilizaba una cáma ra d e f abrica- superficie b ruñid a del espej o debía refle·
ción propia con una lente sin p ulir, con el j ar la luz de la luna( ...) . Así p ues, camb ié el
fin de captar el al ma en la placa fotográ- espejo por una placa de bromuro d e plata
fica de forma más auténtica. O bien metía para obtener un mejor efecto, y la metí en
las p lacas en el liquido de revelado y las liquido revelador y la expuse al mismo
exponía al cielo estrellado, como hizo con tiempo.» (August Strindberg, Sylva sylva-
las figuras d e la derecha, p ensando que la rum, 1897)
luz pasaría directamente a la p laca por on-
das electromagnéticas, recién descubier - Strindberg, Ilustración de a/nf erno•, Esto·
tas por Ront gen . colmo, 1901

August Strindberg, Celestografias, 1894

Cinco años antes de que el teósofo Yassili


Kandinsky formulara las bases de la p in·
tur a abstracta, los sucesores de Blavatsl<y
en la dirección de la <<Sociedad Teosófica»
publicaron un libro con cincuenta y siet e
p inturas abst ractas, que llamaron <<formas
«To do parece indicar que los espíritus se de los pensamientos». (1905)
han vuelto realistas, como nosotros los
mortales ( ...). A v eces la almohada adopta lámina 8: El amor entregado e impreciso:
formas monstruosas, dragones góticos, <<una nube rotante de amor puro».
end riagos( ...) ¡ Un nuevo arte salido de la
naturaleza! ¡Clarividencia naturalista ' C. W Leadbeater, Annie Besant, Formas de
¿Por que crit icar el naturalismo si con sus los pensamientos, ed. 1926
posibilid ades d e crecer y d esarrollarse
inaugura un nuevo arte? Los dioses regre -
san. •(Augu st Stri ndberg, Interno, Berlín,
18g8)

Strindberg, Ilustración de alnferno», Esto-


colmo, 1901

El MICROCOSMOS: Apariciones El MICROCOSMOS: Apariciones


Apariciones Apariciones

Al final de los .No parece que


t iempos aparece- todo el mundo
rán los profetas sepa que los soni-
Elías y En och, de dos produce n for-
los que se dice que mas y colores y
fueron arre bata- que cada pieza
dos vivos al para í- musical deja una
so, y anunciará11 impresión dura·
con esta señal que dera, perfecta-
la ruina de la co- mente comprensi-
rrupta Babilonia ble y visible a
cristiana esta pró· quienes tienen
xima. la triple cruz ojos para ve r.•
es la Trinidad, que
ahora se maní· Se ve aquí repre-
fiesta en toda cosa sentada la música
con su verdadero de Mendelssohn,
signo. La espada y que se eleva desde
el manojo anun- el órgano como un
cian que el poder g lobo a t ravés del
de Babilo ni a se tejado de una igl e-
tornará co ntra sia. «La alt ura de
ellos. Pero el esta figura, mi-
• fuego de la ira di · diendo desde la
vina» se t ragará a cúspide del cam-
ambos y comen- panario, es proba-
zará la edad de oro ble mente de más
de la lengua natu· de cien pies.•
ral •en la que rea-
parecerá el espí- Lcadbeater y Be-
ritu perdido de la sane, «formas de
letra•. los pensamientos•,
cd. 1926
La útrima trompeta
de aviso a todos los
pueblos o las profe·
cías de Jacob Boel1·
mc, Berlín y
Leip zig, 1779

490 EL MICROCOSMOS: Apariciones EL M ICROCOSMOS: Apariciones 491


Torbellinos y «· Three quarks for Muster Mark!• la idea de que existen siete estados de Torbellinos y
magnetos (J. Joyce, Finnegans Wake) agregación de la materia: el estado magnetos
·.. {L
.·'®,)'·
etéreo, el supraetéreo, el subatómico y
Annie Besant y Charles W. Lc<ldbeater in i· el atóm ico, todos ellos visibles para los J® ;
' ,. .,_•
ciaron en 1895 una serie de experimentos, videntes. «El iitomo (de hi-
que se prolongaron durante una década, / \ drógellO) gira y se
para in tentar penetraren el mundo mi· Durante mucho t iempo se sostuvo la hipó· ,·. ¡
1 \ estremece y hay
croscópico de l<l materia a travcs de técni· que dejar que se
cas de meditación. Para ello partieron de
t esis de Newton seg(m la cua l los átomos
son partículas fijas e impenetrables . Pero ..
/ • \
\ cnlme antes de so-
hacia 1895 se sos- meterlo a observa·
pechaba ya que se ción. Las seis pe·
componían de par· queñas partículas
t ic ulas aún m:is pe· se agrupan en dos
q ucñas. los elec- formaciones de
trone.s, cargadas tres unidades para
eléctricamente. formar dos trián·
gu los desemejan·
En los átomos de tes)). En cada una
hidrógeno rota ti · de las seis partícu -
vos que estudia- las aparecen tres
ron. los dos teóso· puntos de luz, que
fos descubrieron son los torbellinos
partículas más pe· subatómicos.
queñas en las que
aparecían puntos Lc~dbeater y

de luz, los llama· Besant_ Occulr


dos elementos su- Chemisrry, 1908
batóm icos o hi-
permeta -proto·
elementos. A su
vez estas pequeñí· El•hiper-meta-
simas partículas protoelemento•
constaban cada subatómico, tam-
una de diez espira· bicn llamado pro-
les o re mol in os en· toátomo, se com ·
!relazados que for· pone de diez tor-
maban un con- bell inos energéti-
junto en forma de cos: tres princi-
corazón. Dichas pales. gruesos y
partículas se agru- luminosos, y siete
pan en unidades secundarios. Be-
más complejas en sant y Leadbeatcr
las que Leadbeater relacionan esta es-
y Besant distin- tructura con el ár-
guen siete formas bol de los seph¡.
geométricas fun - roth .
damentales.
Leadbearer y
Lcadbearer y Be- Besanr, Occult
sant, Occult Che- Chemisrry, 1908
mistry,1go8

4g4 RoTACIÓN: Torbellinos y magnetos RoTACióN : Torbellinos y magnetos 495


Torbellinos y Torbellinos y
magnetos magnetos

•La naturaleza de
la infinitud implica
que cada cosa
tenga su propio
torbellino; cuando
un viajero de la
eternidad atra-
viesa un torbellino
semejante, ve
cómo éste detrás
de él toma la
forma de sol o de
luna o de universo
de sublimidad as·
tral (... ).Así como
el ojo humano ve
el norte y el sur al
abarcarsu propio
torbellino,( ...) del
mismo modo la
tierra es: una su·
perficie infini ta,
ilimitada, tal cual
se aparece al fati-
Descartes (15g6-165o) refutó el postulado molino(...) Es facil imaginarse quG> aso ocu-
gado viajero (se re-
~scolástico segün el cual los planetas se rre también con los planetas». (Principia
fiere a Mi/ton), ro-
mueven en el vado. Scgün su teoría, el es- Philosophiae)
deado ahora por la
pacio está lleno de un fluido que él llama La teoría de los remolinos inspiró a Blake
sombra de> la
•plenum•, consistente en diminutas partí· un pasaje de su poema cMilton• (1804),
luna•. (W. Blalce.
cula.s que s<! ponen mutuamente en moví· quien en su regreso a la tierra para salvar
Mifton, 1Bo4)
miento centrífugo para formar así los cuN· al aspecto femenino de su alma atraviesa a
pos celestes. «Tenemos que admitir que la la velocidad de un cometa los remolinos
René Descartes,
subtancia del cielo( •.. ) describe un moví· del sistema solar. (La linea sinuosa de la fi-
Principia Philoso-
miento rotatorio con el sol en el centro( ... ) gura de la derecha describe la trayectoria
phiae, Amsterdam
Cuando las briznas de hierba incurren en el de un cometa por los remolinos cartcsia·
1656
remolino de un rio, algunas son llevadas nos).
directamente por las ~gutls, mientras otr~s:
giran sobre sí mismas. a más velocidad René Descartes, Principi,, Philosophiae.
cuanto más cerca están del centro del re- Amsrerdam 1656

496 ROTACIÓN: Torbellinos y magnetos ROTACIÓN: Torbellinos y magnetos 497


Torbellinos y Emanuel Swedenborg (1688-1772) fue, an- torno al t orbellino solar, que Swedenborg un flujo de materia desde el exterior hacia Emanuel Swedenborg, Opera philosophia et Torbellinos y
t es de consagrase por entero a sus visiones identifica con el caos de los antiguos». el torbellino solar, y se aproxima a las teo- miner,,li~. Dre~de
y Leipzig, 1734
magnetos de l más allá, uno de los más eminentes (lnge Jonsson, <E. Swedenborgs Naturphi-
magnetos
rias de las emanaciones formuladas por
cient íficos de su t iempo. Sus teorías sobre losophie>, en: Epochen der Naturmystik, Buffon, Kant y Laplace. »
el origen del sistema solar t ienen una ed. Faivre y Zimmermann, Berlín, 1979).
f uerte inspiración cartesiana. las partícu- Esa costra se expande hasta que estalla
las más diminutas son para él puntos que, (fíg . 2) y forma la franja ecuatorial cósmica
en su propensión al movimiento, se i mpri- (f ig. 3). la materia liberada se concentra
men unas a otras giros ~n C!>pir~l . for.. entonces a la altura del zodiaco en formas
man do así la pri mera substa ncia. A estas esféricas {fig . 4), que son los p lanetas y sa-
pa rtículas las llama «lo finito p rimero o télites autónomos que giran alreded or del
simple». «Al añadirse el elemento mag né- sol (lámina XXVII).
t ico, el prim itivo océano solar tomó la es-
tructura de un remolino cartesiano, en el «Esta concepción representa un perfeccio-
que se formaron finitos del cuarto orden . namiento de la hipótesis cartesiana según
Estos formaron u na especie de costra en la cual el !iÍ!itcma solar tiene su origen en

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498 RoTACIÓN : Torbellinos y magnetos RoTACIÓN : Torbellinos y magnetos 499


Torbellinos y Torbellinos y
magnet os magnetos

La investigación
de los fenómenos
magnéticos fue
una de las priori-
dades de Swedcn·
borg en sus est u-
dios de la natura-
leza. A lo largo de
los siglos XVII y
XVII I, el magne-
tismo era un con-
cepto genérico
para todos los fe-
nómenos en el um-
bral del espírit u y
la materia. Goethe
llama al magne-
t ismo «Símbolo de
t odo aq uello para
lo que no necesita-
mos buscar pala-
bras>>. (Refranes
en prosa sobre la
teoría de los colo-
res)

((También ves tú,


carisimo amigo, al
hombre magné·
tico, mientras él
está todavía sujeto
al cuerpo y con
ello al mundo de
los sentidos con
prolongadas ante·
nas táctiles al
mundo de los espí- E. Sibley, A Key to
ritus del que t e da · Magic & the Occult
rán testimonio .)) Sciences, hacia 1800
(Justinu s Kerner,
La vident e de Pre ·
vorst, 182g)
Las famosas y espectaculares «curas mag- del cuerpo humano y del influjo de un
nét icas• del médico austríaco Franz Mes- fluido vital que todo lo penetra. Las enfer-
Emanuel Sweden-
mer (1734-1815), así como su teoría del medades las atribuía al desequilibrio de
borg, Opera philo-
• magnetismo animal» ejercieron una gran ese fluido vitaL Mesmer intentó al príncí·
sophia et mineralia,
influencia sobre la filosofía de la nat ura- pío co mpensar ese desequilibrio con una
Dresde y Leipzig,
leza de la é poca romántica. Francmasó n y terapia de grupo que consistía en t ocar
1734 objetos magnet izados y más t arde de
mecenas de Mozart, Mesmer conocía las
teorías de Paracelso y los métodos tera- forma d irecta mediant e la sugestión del
péuticos de Robert Fludd. Al igual que médico sobre el pacient e; de esa forma se
éste, partía de la bipolaridad magnética convirtió en precursor de la terapia hipnó·
ti ca.

soo Ro TACióN: Torbellinos y magnetos RoTACIÓN : Torbellinos v ma¡:¡netos 501


Geometria Geometría
divina divina

Ernst Chladni ilustró su obra •Entdeckun- la materia. es sonido en una concentración • la geom~>tría
gen über die Theorie des K13nges• (Descu - especiaL• (Aj it Mookerjee, Tantra-Kunst, existió antes de
brimientos sobre la teoría del sonido) Basilea, 1967-1968) ser creadas lasco·
(1787), consider3do el primer tratado ex- sas. es tan etC!rna
h3ustivo de acústica, con numerosas figu- Novalis anota a propósito de los experi - como el Espíritu
ras sonoras producidas por la vibración de mentos de Chladni: •¿ No serían 13s letras Divino; es el
una p laca cubierta de polvo fino y rasgada en un principio figuras acústicas? ¿letras a mismo Dios y ha
con un arco de violín. p riori?• (Nova lis, Das allgemeine Broui- aportado losar-
llon, 1798-1799) quetipos para la
A tales figuras sonoras se atribuye t>l ori- creación del
gen de las yantras hindús. • Todo lo que Tomado de Ernst Chladni, Entdeckungen mundo.• (Johan-
contemplamos y sentimos en el universo, über die Theorie des Klanges, 1787 nes Kepler. Harmo·
desde los pensamientos o las idt>as hast a nices Mundi, 1619)

· El orden de una
figura particular y
la armonía de un
De: 14 claves princip ia/es de
número particular
los signos de cantería, en: El cantero,
evocan todas las
Hallein, 1980 cosas.• (Giordano
Bruno, De la mó-
nada, 1591)

Figura del amor, Giordano Bruno, Articu/i Figura del espiriru, Giordano Bruno, Articuli
centrum ..., Praga, 1588 centrum ... , Praga, 1588

502 ROTACIÓN: Ge ometría divina ROTACIÓN : Geometría divina 503


Geometría Geometría
divina divina

Una de las enseñanzas platónicas, tomada, cuerpos en las distancias entre las órbitas Así como de los
según se creía, de doctrinas secretas del de los planetas: la esfera de Saturno-Júpi- cinco cuerpos ele·
antiguo Egipto, habla de un mundo for- ter en el wbo, que simboliza la t ierra; la mentales de Pla·
mado en sus mas diminutas partículas por esfera de Júpiter-Marte en el tetraedro pi- tón sale la infini-
triángulos rectángulos agrupados en cinco ramidal cuadrangular (fuego); entre Marre tud de las cosas
cuerpos regulares que son los cinco ele- y la Tierra, el dodecaedro (éter); entre la naturales, de sus
mentos (el quinto elemento, la quintae- Tierra y Venus, el icosaedro (agua) y entre formas geométñ -
sencia, era el cter o fuego celeste). Venus y Marte, el octaedro (ai re). cas también se
pueden derivar in·
Según los cálculos efectuados por Johan - Con este descubñmiento, que poco más finitas variaciones
nes Kepler en 15g6, el •Dios geómetra• tarde tuvo que corregir, Kepler estaba se· de perspectiva.
inscribió con toda exactitud esos cinco guro de haber llegado a la misma fuente Wenzel Jamnitzer
de la antigua sabi- (1508-1585), orfe-
duría hermética. bre de Nú re m-
•Le he robado a berg , construyó
los egipcios los 140 estructuras
vasos de oro•. geométricas de
confiesa , •para ese tipo, que hizo
erigir a mí Dios un g rabaren cobre a
santuario lejos de JobstAmman de
las fronteras de Zúrich. <<La teoría
Egipto.» (Harmo- definitiva de la
nices Mundl, 1619) materia está carac-
terizada, como en
l.Kcpler, Myste· Platón, por una se·
rium Cosmogra· rie de importantes
phiwm, 1660 relaciones simétri-
cas( ... ) Esas si me-
P. 505: W. Jam- trias no pueden
nirzer, Perspectiva explicarse simple-
Corporum Regula· mente con figuras
rium, Núrcmberg, e imágenes. como
1568 en el caso de los
cuerpos platóni-
cos, sino por ecua·
ciones.» (Wemer
Heisenberg,
Schrine über
Grenzen. Múnich,
1971)

504 RoTACIÓN : Geometría d ivina RoTACi ó N: Geometría divina sos


Geometría Geometría
divina divina

Ilustración de •Observa que hay dos conocimientos de


Pacer•. Dios. uno natural, salido de la luz de la na-
Blake sobre un pa-
saje d~l melancó- turaleza, pero que no trae el nuevo naci-
lico poema d~ Mil- miento o bienaventuranza (filosofía como
ton •11 Penseroso•. parte sombría) y otro sobrenatural que
Al ·P~nseroso• se emana de la luz de la feo de la gracia, y en
le aparecen por la el que se encuentra la perfecta bienaven-
noche Hermes turanza (teología como parte luminosa).•
Trismegisto y el
espíritu d~ Platón Valenrin Weigel, lnuoducrio hominis, en:
para revelarle los Philosophia Mystica, Neustadr, 1618
mundos metafísi-
cos.

Fiel a su lema <la


oposición es la
verdadera amis- ~In.
t ad•. Blake ataca
d~spiadadamente
a quienes más le
han inspirado. Así «La unidad de Dios se manifiesta en el
pues. Trismegisto- mundo visible de los elementos por la po-
Mercurio, con sus laridad de reposo y movimiento, como las
tesis abstractas y dos patillas del compás. Las dos están u ni·
materialistas, das por •el eje del amor o de la just icia.»
atrofia la imagina·
ción; mo ral y vir- R. Fludd, Urriusque Cosmi 11, Francfort, 1621
tud militares es lo
que respira la filo-
sofía de Platón
(Marte en la esfera
del centro). El dios
de Platón es un
geómetra despia -
dado con el com-
pás de la razón
mortal en la mano
(esfera de la dere-
cha).

W. Blakf!, Mi/ton
y el espíritu de
Platón, hacia 1816,
acuarela

506 ROTACIÓN : Geometría divina ROTACIÓN: Geometría divina 507


Geometría Geometría
d ivina divina

• El Uno no conoce «Se juntan en el


límites./ Los ciclos centro. Aquí hay
de cielos no te trabajo, allí
abarcan .» calma.n

D.A. Frefler, Para- D.A. Freher, Para -


doxa Emblemata, doxa Emblemata,
m~nuscrito del s. manuscrito del s.
XVIII XVIII

(71?; fle ave/7.-ó o/.HeaVCTl~, C(JJ77../re-


hend ·c;r.f{~~ n.vf:

El grado extremo d e abstracción de estos unidad y multiplicidad. El Zohar y Bochme


Los •Paradoxa Emblemata• de D. A. Freher entre ellos la Sociedad Philadelphia con 153 jerog líficos o figuras emblemáticas idcntific<>n el punto original y omnipre-
(164g-1728) no lleg aron a imprimirse, pero John Pordage y la mística angli cana Jane está d ictado por el sujeto al que se refie- sente. el ojo de la aguja que une los dos
las copias manuscritas corrian de mano en Leade a la cabeza. ren : las relaciones entre abismo insonda - extremos, con Sophia, matriz divina.
mano en los círculos ingleses d e Boehme. ble y fondo, entre la nada y el algo. entre

sos ROTACIÓN: Geometría divina ROTACIÓN: Geometría divina 50g


Geometría Geomet ría
divina d ivina

Segun Blake, la ra· Newton se encuentra aquí en las turbias


zón representa la aguas del Ulro construyendo un ojo físico.
f rontera últ ima de El mundo entero es el ó rgano de la percep-
la energía. Cuando ción de Dios, escribió en la p rimera ed ición
se aparta de su de su «Óptica» (Opticks, 1706). Para Blake,
centro, la i mag in a- sin emba rgo, el d iseño newtoniano de un
ción. se convierte universo material y f uncional es solamente
en un envolventa el espejo de unil uingc nuil visió n». «El que
poder satánico. ve el infinito en todas las cosas, ve a Dios.
Urizen. el de - Pero quien no ve más que la razón, sólo se
miur9o saturna l, ve a si mismo .» (There is no Natura l Reli·
traza aquí el gioo, 1788)
<(tumbe runde>~
(Uiro), la «j au la W. 8/ake, Newton, 1795
trazada a compás
o bóveda blan -
queada de la ima-
ginación en el
cie lo hel ado>> en el
que el hombre «da
vueltas errabund o Franciscus Aguilonis,
en e l circulo de su Oplica, 1611
cuerpo ter renal
( ... ).»(Abraha m
von Franck en berg,
Oculus sidereus,
1643)

Ur izen es el dios
oculto de los d eís-
t as, sepa rada de
su universo mecá-
nico y de sus cria-
turas.

W. 8/ake, Europa,
1794

El circulo que Newton t raza en ~la ilust ra · la visión un t orb ellino abierto y creador, y
cíón de Blak e es para Joyce un <cyclone>. por o tra, a la teoría materia lista de <<Un
(Finnegans Wake, p. 294). El t érmino alude solo ojo» (cíclope) de Newton, que p ro·
por una parte a la «Óptica» de Blake, que clama que se puede «Con el oj o y no gra-
inspirada en Boehme y Descartes, hace de cias al ojo». (Biake)

5 10 RoTACIÓN : Geometría divina ROTACióN: Geometría divina 51 1


Geometría Geometría
divina divina

En una carta escrita a una de sus mecenas, Joyce no sería Joyce sí no ofreciera una so- dental del U/ro, el mundo de la t inieblas de Joyce conocía t amb ién la intNpret ación de
Joyce dice a propósito de su <Finnegans lución ingeniosa al enigma que provocan Blake, la «Vegetable cell» (p. 29 5) en el que la letra T (la uta u• g riega) de Elena Bla-
Wake>, novela que estaba escribiendo en- sus palabras. En el libro habla frecuente - veget a el hombre que sólo es cuerpo f ísico. vatsky, que según ella es el símbolo andró-
tonces y q ue le absorbería diecisiete años: mente de las claves que hay que encontrar. gino de «los dos principios opuestos reuni -
«Estoy trabajando en una máquina con una la última frase d ice: uThe keys to. Given !» Ro/P es el <<cloukey toa worldroom be- d os en uno solo, lo mismo q ue el símbolo
sola rueda. Una rueda sin radios. natural- yond t he roomworld» (p. 1oo),la «clave de místico del Sal vador se considera mascu -
mente. Es un cuadrado perfecto.» Finnegans Wake, p. 293 un espacio más allá d el espacio» yana- lino y f emenino al mismo tiempo». (H.P.
grama de <<rho»: «Ohr for o ral, key for Bl avat sky, Doctrina secreta, 1888). Ello po-
crib» (p. 302) no sólo nos da la cl ave para dría significar que, al final del libro, t ras el
desvelar el criptograma, sino también para the-os invisible no sólo se esconde un he-
desvelar el enigma mismo del libro, un rho (héroe), sino también un she-rho (chi-
libro para ser leido en alto, música en pala- rho = Cristo).
bras . Joyce emplea aquí una serie de técni-
cas criptográficas parecidas a las de John •Exclusivism: the Ors, Sors and Fors,
Dee en su <Mónada j eroglífica• . w hich ?.. (pág.2gg) Del rho/P emana toda
una serie de asociaciones herméticas como
la palabra <theohrh (teoría) se forma en el la secuencia de imágenes de Janus Laci-
punt o de unión del final y el comienzo del nius: (ropc,, cm ing lés, el <rocío) de los
libro, pero no hay que olvidar que el co- Rosa-Cruz; <roÍ> y <Or>, rey y oro en francés
mienzo es recurrente, como el ciclo del y luz en hebreo. Y naturalmente la ser-
mundo platónico, lo que da la lectura si- piente que se muerde la cola, <Ouroboros•,
guiente: <the ohr/ear•. (•Or that both m ay arquetipo de la eterna rotación.
be contemplated simul t aneously?»,
p.109)-

Alexander Roob,
FW 293 CS 11, ed. Bcrnd
Schulz, Klagenfurt,
1995 (a partir de
El uWake» contiene numerosos pasajes Joyce da las pistas concluyentes en las pá- Ernst M~ch, Ana-
con motivos herméticos e incluso su len- ginas 292-294, donde los dos hijos geme- lyse der Empfin-
guaje esta sometido a un proceso de trans- los de la protagonista Anna Livia Plurabe- dungen, 1886)
f ormación fundamental. Pero además su lle andan enfrascados en la solución de un
estructu ra externa se inspira en procesos problema de geometría. El diagrama lo
alquímicos. Al igual que Bl ake y Swif t, tomó Joyce de un comentario a la o bra de
Joyce emplea t écnicas linguistic(ls que se· Euclides escrit o por el neoplat ónico Pro-
gún Fulcanelli son características de la len - clo. los puntos de intersección ALP son las
gua de los alquimistas: <<ambivalencias. i niciales de la madre. Del texto que lo
aproximaciones. juegos de palabras y ho- acompaña, repleto de alusiones a la mito-
mónimos». (Fulcanelli, Le Mystere des Ca- log ia de Blal<e y su ilustración de Newton,
thédrales, París, 1925) se deduce que detrás del punto P. que re -
presenta a Plurabelle, se esconde la versal
El ((rot ary processusn. consistente en inte- 9 riega «rO», que se escribe como la ((p)) la-
grar la disannonia de los cuatro elementos tina . (Más sobre este tema: V. Alexander
d e la p rima materia y los cuatro capit ulas Roob, CS IV, der Punkt rho, ed. Kunsthalle
del libro en la perfecta redondez o umo - N ürnberg , Núremberg, 1992)
t um perpetuum » dellapis, culmina formal-
mente e n el efecto bien conocido de •en- La letra A está codificada como V o U en el
hebrar» las últimas palabras del libro, «( ...) eje del espej o L (L es Liffey, el rio que atra-
a long the», con las primeras: <<riverun past viesa Dublín). Asi se obtiene la réplica in-
Eve and Adams [ ... )». ferior plutónica al cxX.-;r platónico y transcen-

512 RoTACIÓN: Geometría divina ROTACIÓN : Geometría divina 513


La rueda La rueda

En una visión del p rofeta Zacarias ( Zaca- • Cuatro p ríncipes angelicos que cabalgan
rias 6, 1- 9), aparecen los cuatro vientos en sob re los cuatro vientos( ... ): Miguel sobre
forma de cuatro carros tirados por caballos el viento este, Rafael sobre el viento
de distintos colores. De esos colores resul- oeste. Gabñ el sobre el vient o nor1e, y
tan sus correspond encias con los elemen· Uriel sobre el viento sur( ...) Paralelamente
tos, los temperamentos y las fases del hay tamb ién cuatro espíritus d el mal (...)
Op us hermético. Los r abinos de los hebreos los llaman(...) Según las ínt<>rpretaciones de Flud d y En el dibuj o se ve cómo la jaculatoria es es-
Samael, Azazel, Azael y M ahazael. Entre Boehme, inf luidas por la cábala, Dios cuchad a y el hombre es prot egid o por los
•Los caballos negros van en dirección ellos hay otros muchos príncipes y abande· consta de las dos fuerzas centrífugas y cuMro arcángeles en el •fuerte de la ~ a ­
nor1e (tierra, melancolía, nigredo),los rados. Enorme es el número de d emonios. centrípetas de la voluntad y la no-volun- lud• , que lo defienden con éxito de los
b lancos hacia el oeste (agua, flema, al- cada uno de los cuales tien~ su función tad, o también de la luz y las tinieblas. De gérmenes de la enfermedad traídos por los
b edo), los rojos lo hacen hacia el este propia.» (Agríppa de Nettesheim, De oc· su par1e sombría vienen las fuerzas demo- cuatro vientos, gér menes que Fludd llama
(fuego, ira. rubedo) y los píos hacia el sur culta philosophia, 1510) niacas y malcficas. El hombre, ucomo cria- •simiente invisible».
(aire. sangre. cola de pavo real).» tura de la luz, sólo puede salvarse y mante-
R. F/udd, Philosophia Sacra, Francfor!~ 1626 nerse sano por la oración a Dios». 1?. F/vdd, M ediciM C.1tholica, Fmncfort, 1629

514 RoTACIÓN : La rueda ROTACIÓN: la rueda 515


La rueda La rueda

El microcosmos en
la cruz de los cua ·
tro puntos cardi·
nales con los cua·
tro vientos p rinci·
pales y los ocho
secundarios. El
viento del norte a
la izq uierda co·
rresponde al ele·
mento aire (san-
g uis), el viento d el
este al elemento
fuego (cholera), el
viento del sur a la
derecha al ele·
mento agua
(phlcgma) y el
viento del oeste al
elemento t ierra
(melancholia).

Manuscrrro de as·
tronomía, Buviera,
s.XII

El «fuerte de la salud» es atacado aquí con En una serie d e experimentos alquímicos


éxito por las fu erzas demoniacas, pues el con t rigo, descritos por Fludd en su «Clave
paciente ha transgredido repetidamente filosófica», (Robert Fludd and His Phi lo·
los ma ndamie ntos de Dios. El d octor Fludd sop hicall Key, ed. A. G. Debus, Nueva
está to mándole! el pulso y a nalizándole la York, 1g7g), el autor inte ntó aislar esa
orina para conocer el índice d e • sa les vol á· substancia espiritual. Alli expone la elabo·
tiles• en el cuerpo. Estas sales son sufi· ración de un >>espíritu cristalino y blanco>>,
dentes pa ra mantener la vida, pues son ra · nitrito puro. Para Boehme es el «salitre
yos de luz divina coagu lados, transporta· celeste•.
dos hasta el hombre por los vientos y as pi·
rados por la acción química del ventriculo Roberr F/(ldd, lntegr(lm Morbor(lm Myste·
izquierdo. Las substancias impuras salen rium, Francfort, 1631
con la respiración y son eliminadas por la
orina e n forma de sales amoniacas.

516 ROTACIÓN : la rueda ROTACIÓN: la rueda 517


La rueda La rueda

Según Johan Kü ·
nigspcrger los tó·
rridos y secos
vientos del este
(arriba) son los
más sa ludab les,
mientras que los
vientos del sur, cá·
lidos y húmedos
(derecha), vienen
•de paises cálidos!
con muchos ani-
males ponzoño-
sos! que envene-
nan el aire• . Di·
chos vientos • en-
turbian la sangre
d<>l hombre• y por
eso convícnc evi-
tarlos. Los htlme-
dos y frios vientos
del oc::;tc ((trae n
niebla y claridad!
y los tres son sal u·
dables•. Los vien·
tos del norte, frios
y secos, son tam-
bién •sanos todos
ellos! fortalecen y
tonifican•. (Tem·
por al de Johan KU·
nigspergcr, Franc-
fort, 1502)

Can~ de los vien- San Isidoro de Sevilla recopiló en el siglo nes del año en la rued a de los doce moses.
tos, manuscrito del VI las tradiciones d e los ant iguos filósofos Con ell as se corresponden los cuatro tem-
convenro benedic· de la naturaleza y las int egró en las doctri· peramentos en el modelo microcósmico.
tino de Hradisc/1 nas de los Padres d e la lglc;,sia. La base de Al ot oño corresponde la bilis negra (me·
su s istema de macro cosmos/microcosmos lancholi a, t ierra), al verano la bilis amarilla
es la doctrina de los cuatro elementos de (cholera, f uego), a la primavera el tempe·
Empédocles (s. V a.C.),Ia t eoria aristoté· ramento sanguíneo (aire) y al invierno el
lica de las cualidades y pennutación de los temperamento flemático (agua).
elementos, base de la alquimia, y el tra·
tado de los cuatro temperamcntos o hu· San Isidoro de Sevilla, Dc natura rerum,
mores corporales de Hipócrates (s. V a.C.). manuscrito, s. IX
Las cuatro figuras representan las estacio-

51 8 ROTACIÓN: la rueda ROTACIÓN: la r ueda 5 19


La rueda La rueda

La cruz es para Boehme el signo constitutivo de todas las cosas, pues las cualidades de
los siete planetas
se compone de los dos ejes de la rueda que pasa por los tres mundos. o «espíritus de las
El glifo de esta rueda+ aparece en la alquimia de los Rosa-Cruz como fuentes)):

arcano de la «sal de la alianza» sellada por Dios con el pueblo deIs- Saturno es la con-
rael y renovada para toda la Humanidad por el cuerpo de Cristo. La tracción (ácido),
Júpiter la ameni-
cruz es también, según Boehme, el corazón de Dios que «Se asemeja a dad en Sul, Marte
lo redondo:, al completo arco iris que nos parece dividido, pues la el poder en Phur.
Venus el dulce de-
c~uz es su división>>.
seo, sol el centro
El arco iris que salió después del diluvio es el signo de la alianza más del corazón. luna·
Sophia ofrece en
conocido en el Viejo Testamento. Newton, en su <•Óptica», le da un su doble aspecto
nuevo significado como fenómeno físico resultante de la descompo- tanto el cuerpo te-
rrestre como la
sición de la luz. Goethe y Blake llaman a este fenómeno espectro en-
((esencia d ivina}~
gañoso. En el mito de Blake, la aparición del arco iris integral que (tintura). Es la es-
posa del Cristo·
surge de la armonía perfecta de las cuatro entidades elementales
Cordero, sol inte-
(zoas) y se eleva sobre el mar sombrío de tiempo y espacio anuncia el riorque ilumina la
triunfo del visionario sobre los límites del mundo físico aparencia!. Jerusalén celestial
o forma espi ritual
Para mantener los cuatro ángulos del signo de la cruz, Boehme tuvo del zodiaco.
que modificar la estructura ternaria fundamental de Paracelso en una
Jacob Boehme,
estructura cuaternaria, dividiendo en dos el azufre inicial por el Thcosophische
«Schrack» salnítrico que fluye de él: Werke, Amscerdam.
1682
1) Sul: alma, luz y 2) Phur: fuego violento. A éstos se añaden 3) Mer-
curio: deseo y movilidad, 4) Sal: la angustia. A estas cuatro cualida-
des fundamentales corresponden en el círculo zodiacal exterior del
grabado en cobre de Gichtellas cuatro entidades animales o cuatro
evangelistas: Tauro (5 (Lucas), Leo Q (Marcos), Águila: Escorpio rn,
(Juan), hombre; Acuario ::z:: (Mateo).
Los seis planetas están inscritos en el anillo interior de la gran rueda.
Sólo falta Mercurio, pues en su movilidad encarna la rueda en sí. Esta
rueda es «el origen de la vida y del movimiento, también el origen de
los sentidos( ... ), y la aposición en que se encuentre la rueda planeta-
ria en el anillo interior se reflejará en el nacimiento de la cosa>>. Esta
posición se puede conocer en los signos y lineamientos de un ser,
pues todo planeta o «espíritu de las fuentes» se expresa en cada cria-
tura de una forma específica.

520 ROTACIÓN: la rueda ROTACIÓN: la rueda 521


La rueda La rueda

Por la circulación Un ej emplo d e


de los elementos y ilustración orna·
temperamentos se FU:,GMAT SANGVIN ment al insular en
unen los contra- la t rad ición d e la
rios y la materia cultura celta, cuya
pasa de un estado influencia au-
het erogéneo y mentó también en
provisional a otro el resto de Europa
homogéneo y du· con las fundacio·
radero. nos monásticas en
Irlanda en los si·
• Dado que el pri· glos VIl y Vl.fl.
mer Adán y su des·
cendenda tenfan El • Tetramorfo»
su origen en los está compuesto de
frágiles elemen- fragmentos de los
tos, su composi· animales apocalip·
ción ten ían nece- tices. Joyce lo
sariamente que al· llama • Mamalujo• :
terarse y corrom· • They were the
perse. El segundo big four, the four
Adan, por el con· maaster waves of
trario (...),esta Erin (... ), Mat and
formado de e le· Ma and Lu and Jo».
mentos puros y (Finnegans Wake)
vive eternamente. Se acoplan dos a
Lo que se com- dos y poco a poco
pone de substan- el cuadrado que
cias simples y pu- forman pasa a ser
ras vivirá incorrup - un circulo rotante.
tible por los siglos Ahora son los
de los siglos.• (Au· «signs on th e salto
rora consurgens, (p . 3 21), cruces ir-
comienzos del s. landesas en for ma
XVI) de rueda GJ

L. Thurneysser, Miniatura tomada


Quinta csscnti:J# de un misal de
1574 Tréveris o de Eeh·
ternach, hacia 775

522 ROTACIÓN: la rueda ROTACIÓN: la r ueda 523


La rueda corresponde el f uego, el sentid o del o l- la imaginación del centro d ivino a la peri - La rueda
fato, la mú•ica. el mund o int ermedio d e la feria egocéntrica y ocultó su celeste co m-
fant asía y el continente asiático. Los-Urt- p añía, Jerusalén, a los oj os de su legítimo
hona, en el no rte, encarna el do ble aspecto esp oso q ue es el Co rdero d e Dios, Albión
d e la sal de la imaginación. Urthona es el cayó en el sueño de muerte d e Ulro. Este
•salitre celeste» y l o s su representant e en caso, en e l q ue l uvah se apod eró d el
la tierra (so l, sal o archeu5)- Su elemento mund o merid io nal de los urizios, desenca-
es la tierra paradi•íaca, su órgano d e los denó la guerra perp etua de los Zoas.
sent idos el o ído, que percibe la música de Desde ento nces, los sentimientos d ominan
las esferas, su arte la p oesía, su mundo la sob re la razón, q ue a su vez atrofia la ima-
et ernidad y su co nt inente Europa. ginació n, lo d ivino que hay en el hombre .
Cuando la humanidad ad ánica baj o la
fo rma del gigante Albión se proyectó por Misal de Rossano, s. VI

W 81ake, Jerusa -
lén, 18 04- 182 0

Blake denon_ 1ina <Zoas>(el plural g riego corresponden el elemento agua, el sentido
•Zoa• lo hace singular en inglés) a lo s cua- del gusto, la p int ura, el mundo de la gene-
t ro «seres vivientes ,, que ap¿~ re cen en la vi- ración (generatio) y el cont inente amer i-
sió n d e Ezequiel y en el Apocali psis d" San cano . Al sur rei na Urizen, la razón aliada
Juan. Para Blake son los • cuatro poderes co n el element o aire, con el sentí do d e la
en cada homb re » y enca rn an sus • senti dos vista y con la arquitectura. Su mundo es el
eternos>>. l os oj os de los cuatro seres es- Ulro sombrío y su continent e África. Lu-
crutan el horizonte de los cuatro mundos. V<Ih, al este, representa la pasió n. A él le
Al oeste vive Tharmas, el cuerpo f ísico, y le

524 ROTACIÓN: La rueda ROTACIÓN : La rueda


La rueda La filosofía del caucásico G.l. Gurdjieff sus escritos sobre la cuarta dimensión in· La rueda
(1873-1g4g), influenciada por el sufismo. fluenció el suprematismo. el d irector tea-
esuba orientada a la destrucción de la tral Peter Brook. el arquitecto Frank Lloyd
imagen ilusoria del hombre y sustituirla Wright y el compositor Hartmann, tam-
por la de un ser maquinal controlado por bién colaborador de Kandinsky.
reflejos condicionados. Gurdjieff distin-
gula cuatro centros en el hombre: los cen- Alexander de Salzmann, Diseño de programa
tros del movimiento, del pensamiento y de para el•lnttituto para el desarrollo armónico
la sensibilidad y la facultad generadora de del hombre», Tífi/is, 1919
formas. Estos cuatro términos deben orga-
nizarse como tiro
de caballos con ca-
tegorías d iferen·
ciadas en tre sus
componentes: via-
jero. cuadriga,
conductor y caba-
llo. Los cuatro es-
tán representados
en el boceto del
programa de su
instituto, fundado
en 1g22 en Fontai-
nebleau, bajo la
forma de cuatro
seres vivientes en
el eneagrama.

Entre los más co·


nocidos alumnos y
prosélitos de
Gurdjieff se en-
cuentran el mís-
tico ruso P.D. Ous·
pensky. que con

El tiro de caballos como parábola de las el nombre de comensal o degustador.»


energías fundamentales del hombre en el (Kat ha Upanishad, s. VIII- VI. citado por H.
hinduismo: Zimmer, Philosophie und Religion lndiens,
Zúrich. 1961}
•El si mismo (atman. núcleo divino del ser)
es el propietario del la cuadriga, el cuerpo Las percepciones de los sentidos, que van
es el carro, el conductor representa el dis- de las más sutiles a las más groseras, están
cernimient o y conocimiento intuitivo; el representadas aquí en este orden (oido,
pensamiento son las riendas, las potencias vista, olfato, gusto, tacto) por los caballos,
sensitivas los corceles, los objetos o cam- que se muestran salvajes e indomables.
pos de percepción son la pista. El hombre.
en el que se conjuntan el si mismo y las fa· Bhaktivcd~nt;:¡ Book Trust, 1987
cult ades sensitivas y cognoscitivas. recibe

526 ROTAOÓN: la rueda ROTACIÓN : la rueda 527


La rueda La rueda

Segun Gurdjieff, •el eneagrama es movi· Gurdjieff nuevamente: • Todo individuo «Todo puede condensarse en un enea-
miento perpetuo( ... ) La comprensión de acabado. todo cosmos, todo organismo, grama y encontrarse en é l. Un hombre en
este símbolo y la facu ltad de emplearlo toda planta es un eneagrama ( ... )Pero no medio del desierto puede pintar el enea·
confieren al hombre un poder extraordina· todos los eneag ramas t ienen triángulo in- grama en la arena y leer en él las leyes
río. Es <!l perpetuum mobile y la piedra filo· terior. El triángulo interior indica la pre- eternas del universo ( ..•).• (P.O. Ous-
sOfal de la alquimia.• Para comprenderlo sencia de elementos superiores en un or· pensky, Auf der Suche nach de m Wunder·
uhay que imaginárselo en movimiento. ganismo dado según la tabla de los " hidró· baren, ed. Berna, 1988)
(P.o. Ouspensky, Auf der Suche nach dem genos•.
Wunderbaren, ed. Bema, 1g88)
Joseph Beuys,
Origen del <Primum Mobile>, en: Robcrt Lady's cloak
Fludd, Philosophia Sacra. Francforc, 1626 (detalle), 1948

El eneagrama se forma de l engranaje de


las dos sagr adas leyes cósmicas universa·
les, triamasikJmno (tríada) y hepcaparspars·
9
chinoch (héptada). La triada se compone
de los elementos energéticos siguientes:
Svrp-Ortheor(afirmación : el Padre). Surp·
Skiros (negación: e l Hijo) y Svrp·Athana·
thos (reconciliación: el Espíritu Santo).

El eneagrama muestra los dos puntos de la


O<tava (3 y 6) en los que tienen que incidir
impulsos externos para que el movimiento 2
no cambie de dirección. Para liberar lavo·
luntad del hombre de las asociaciones me·
cánicas cotidianas, Gurdjieff • montó• el
diagrama con sus alumnos como si de una
coreografía se tratase, con movimientos
prescritos para cada uno de los puntos.
-
'

528 ROTACIÓN: la rueda ROTACIÓN: la rueda 529


La rueda La rueda

Según las averiguaciones de su discipulo número nueve como c~tructura do los Sobre el «perpe·
J.G. Bennett, Gurdjieff descubrió el enea· mundos y las cosas manifestadas. Sus es· tu u m mobile» se-
grama en 1goo bajo figura de danza en una critos enciclo pédicos. •que se nos han cular del zodiaco y
comunidad de derviches Naqshbandi, cn conservado desde los comienzos de la de los planetas se
Uzbequistán. Sus métodos de enseñanza y época áraben, se •encuentran entre los eleva en la esfera
sus normas muestran un parecido sorpren- más importantes de la historia de la qui· supraceleste el
dente con las técnicas de Gurdjieff. Se mica». (E. O. von Lippmann, Entstehung cneagrama de la
dice que los Naqshbandi se in.spiraban en u nd Ausbreitung der Alchemie [Origen y segunda figura
uM sociedad secreta fundada hacia el año difusión de la alquimia], Berlín. 191g-1g54) combinatoria d e
950 bajo el nombre de •Los hermanos pu· y se difundieron hasta Espaiia hacia el año Llull que repre-
rificados de Basra• Estos hermanos desa- 1000. Es posib le que Ramón llull los leyera senta aqui la triple
rrollaron un influyente sistema universal en el sig lo XIII y se sirviera de ellos para re· conjunción de ie·
que reunía elementos dc:llas tradiciones dactar su <Ars generalis•. basada en el nú · r~rquias angtHicas.
griega, persa, hebraica, china e hindú, su- mero nueve. (cf. pág. 246 y ss.). El Pseudo-Dionisio
bordinado a una mística de números pseu- Areopagita enseña
dopitagórica. Proclamaban el principio del Ramón L/u/1, Ars brevis, París, 1578 que la jerarquía in-
ferior d<:los ang<>·
les sig nifica el <<Or-
den purificador>>,
la del medio el
«orden ilumina-
dor» y lajerarquia
superior el «orden
de la perfección».

Asi como Dios


«bajó hasta noso·
tros por la triple
conjunción de las
jerarquías angéli·
cas, también noso·
tras debemos ele·
varnos a él por me·
dio de ellas, como
por la escala deJa·
cob~. (Athanasius
Kircher, Musurgia
Universalis)

A. Kircher, Arith·
mologia, Roma,
1665

530 ROTACIÓN: La ru ed a ROTACIÓN : la rueda 531


La rueda La rueda

Los ángeles ponen Además de la ima-


en movimiento la
gen del huevo. la
esfera d e las cstre·
rueda es para
llas fijas. que a su
Santa Hildegarda
vez mueve todas
el símbolo más
las demás esferas.
ad ecuado para ex·
plicar el funciona-
Miniawra. Francia.
miento del plan
s.X/V
macrocósmico.
Al igual que el
mundo, la divini -
dad es completa y
redonda como una
rueda. movida en
circulo por el
amor. El estrato íg·
neo exterior de la
ira divina solidifica
el fi rmamento
para que no se
desparr ame. el
éter suscita su mo-
vimiento. la región
del aire acuoso lo
humedece. los
vient os en forma
anima l lo mantie-
nen en rotación y
las diferentes ca-
pas del aire hacen
reverdecer la tie-
rra, representada
aqui como eje de
la rueda con los ra-
dios de las cuatro
estaciones del año
y las cuatro partes
del cosmos.

Hildegarda de Bin·
gen. Liber Divino-
rum Operum, s. XIII

532 ROTACIÓ N: La rueda RoTACIÓN: La rueda 533


La rueda Blake distingue dos tipos de ruedas, que representan sendas formas La rueda
opuestas del tiempo. Las que se engranan de tal forma que «giran su-
perpuestas, en libertad y armonía>> simbolizan el tiempo del Edén, en
El ciclo ofidico in-
el que se dan permanentemente todos los acontecimientos del año ferior representa
mundial (parte superior de la ilustración). Los, el alquimista interior, los veintisiete
errores imperece-
forja esas ruedas, y «para que no se pierda ni un instante», las hace
deros en los cuales
mover en un continuo vaivén en el plan de la creación. se imagina in·
merso el ind iv iduo
Las estructuras tortuosas de las poesías de Blake se basan en una
mortal en el trans ·
concepción de la simultaneidad de todos los acontecimientos en el curso de su v id a.
tiempo y el espacio diametralmente opuesta al mundo de la localiza- Este ciclo está
subdividido en
ción única y absoluta de Newton: «nebeneinander. Sounds solid: tres grandes t ron-
made by the mallet of Los demiurgos». (James Joyce, Ulysses). Los cos genealógicos:
los dos primeros,
distintos estratos o dimensiones en los que tienen lugar paralela- de Ad án hasta la-
mente los acontecimientos son transparentes y se abren unos a los mechydeNoe
ha.s ta Terah, co·
otros, dando lugar a veces a sorprendentes cambios de perspectiva. rresponden a los
El segundo engranaje (parte inferior de la ilustración), en el que periodos bárbaros
de la religión, con
<das ruedas dentadas se t rasmiten su movimiento por la f uerza, tirá- sacri ficios hum a-
nicamente», representa la concepción mecánica del tiempo de la re- nos y suplicios. El
úl t imo, qu,;, se in-
volución industrial: <<Five, síx: the Nacheinandem. (James Joyce, Ulys- teg ra nuevamente
ses). Este tiempo consta de un círculo vicioso de veintisiete creencias en el comienzo, va
de Abraham a Lu-
erróneas, que se ha interpuesto en el presente creador como un filtro tero, pasando por
turbio. Boehme dice que hay que salir de la <<demencia de la historia Moisés y Constan·
tino. Representa el
para llegar a la esencia». Para Paracelso el tiempo es también un con-
estado cismático y
cepto meramente cualitativo, que no puede dividirse en unidades militante de las
iglesias.
mensurables. Y Blake afirma que el objetivo principal de su obra es,
en la presente edad de hierro de la mnemosía, del recuerdo, <<resta- W 8/ake, Jerusa·
blecer lo que los antiguos llamaban edad de oro». (A Vision of the Jén, 1804- 1820

Last Judgement) En la filosofía hermética, la et ernidad se comporta


respecto al tiempo como el centro respecto a la periferia o el sol-oro
respecto a Saturno-plomo. La meta del <<Opus Magnum» es la total
inversión de la relación interior/exterior, la devolución rejuvenece-
dora del viejo Cronos-Saturno a su estado paradisíaco. Saturno en-
carna también el rigor espiritual y su inversión significa asimismo la
conversión del pensamiento, pues <<el pensamiento es producto de lo
que ya ha sido, reposa totalmente en el pasado( ... ) No hay problema
humano que pueda solucionarse con el pensamiento, pues éste es ya
un problema. El fin del saber es el principio de la sabiduría». (J. l<rish-
namurti, Ideal und Wirklichkeít, Berna, 1992)

5 34 ROTACIÓN: la rueda ROTACIÓN: l a rueda 535


La rueda La rueda

A los metales de
los siete planetas
en el orden Marte,
Venus, Sa turno,
Júpiter, Mercurio,
la luna, el sol, co-
rresponde según
Ulmannus, esta
clave triple:

#:1~~
7qi*ffl-;r;-
la clave remit e a
• los t res grad os de
todos los meta-
les)>, a su triple ori ~

gen: corporal, a ni-


mico y espiritual.
Júpiter, en cuarta
posició n (con la
combinación d, 1,
s), desempeña un
Valí~n dose d~ la • M u~ la de las siete virtu- su sucesión día a día y ai'io por año, deter- papel importa nte,
des•, Ulmannus establece en su •Libro de minando as ila act ividad del alq ui mista•. co mo el sol en el
la Santlsima Trinidad• los siguien tes para- (W. Ganzenmüller, Beitrage wr Geschichte sistema de Boeh-
lelismos: der Techno logie und der Alchemie, Wein- me, pues en él
heim, 1956) El ord en es el siguiente: ti ene lugar la «d i-
«Sobrieras es el plomo de Saturno, castitas Ma rte, sol, Venus, Mercurio, luna, Sa - visión binaria de la
el ~staño de Júpiter, humilitas el hierro d~ turno, Júpit er. Cada dia de la semana co- triada» en muerte
Marte, pieras el cobre de Venus, sanctitas mienza con la hora del planeta del que y vida, en luz inte -
el mercurio de Mercurio caritas la plata de toma el nombre. Por ejemplo, la tercera rior y tinieblas ex-
la luna, y puriras el oro del sol.• hora del miércoles (Mercurio) es la hora de teriores. Las virtud
Saturno y •reposa en la coagulación•. que se le atribuye,
Las virtudes de los planetas est;in coloca- la castidad, es con-
dos sobre la muela exactament e en el Libro de la Santísima Trinidad, comienzos del dición para la con-
mismo orden horario de los pla netas, • en s.XV cepción del Cristo-
lapis mercurial.

Libro de 1~ s~nti­
sima Trinidad, co-
mienzos del s. XV

ROTACIÓN : la rueda ROTACIÓN: la rueda 537


La rueda La rueda

«El uno, el todo, el «Si quieres que t e


p unto, el centro, la describa Ja divini-
periferia y todo lo dad ( ... ) en sus pro-
que hay están con- fundidades más
tenidos aquí•. elevadas, at iend e:
es como s i vieras
la rueda de los una rueda con
siete espíritus de siete ruedas, meti-
las fuentes, que das una dentro de
representa la es- la otra(._) Son los
tructura dinámica siete espíritus de
f undamental de Dios. Se engen-
todo proceso na- dran una a la otra y
tural, es un eterno .····· ········· ········· · es como si se hace
repliegue y des- --- -- .... girar una rueda
pliegue del inson-
..

que fueran siete
dable abismo di- ...... . una dentro de


vino, del ojo má- otra, y cada una gi -
gico y trinitario d e .... ;. l .,
rara al contrario
la eternidad. Del que la otra en su
cuarto espíritu de ,' . '• ..· ..... interior, y las sict<l'
las fuentes. el so· ruedas formaran
lar. en el que se se- una con la otra una
paran las cualida- esfera. Y los siete
des tcncbrosCls de ejes en el centro
las luminosas, as- serían uno solo,
ciende tanto la ilu- que pudiera girar
minación súbita en todas direccio ..
como el mundo nes, y las ruedas
sensible de los engendrarían sin
cuatro elementos . cesar el mismo eje
y el eje engendra-
D.A. Freher, Para- na siem pre los
doxa Emblemata,
manuscrito, s. XVII/
·. mismos radios en
las siete ruedas.»
..··
······· .. Jacob Boehme,
Theosophischr>
Werclce, Amsrer-
dam,1682

538 ROTACIÓN: la rueda ROTACIÓN: la rueda 539


La rueda La rueda

<Pilgrim's Progress• (Los viajes de Pilgrim), de la mortificación, tiene que luchar contra
un libro moralizante y puritano de John el monstruo pagano Apollyon. En el mer-
Bunyan, predicador laico de una comuni- cado de las vanidades es objeto de burlas,
dad baptista inglesa, fue escrito entre y con su acompañante Alentador tiene que
• El origen de la vida se enrosca sobre si fuego, entiéndase el propio fuego d ivino o 1667 y 1678 cuando su autor estaba entre vérselas con el gigante Desesperanza. Des-
mismo como una rueda; y cuando llega al de Dios. Si este fuego se inflamara, se fun- rejas por no haber observado la prohibi- pués de disfrutar de la hospit alidad del
punto central, alcanza la li bertad, pero no diría el mundo. Pero no hablamos del ción de predicar. Se trata de uno de los li- Pais de los desposorios (Beulah), con sus
a Dios. sino la tintura que abrasa la vida: fuego de la fantasía, que no es t al fuego bros más traducidos del mundo. viñas y jardines, ambos viajeros tienen que
pues lo que quiere alcanzar a Dios tiene sino sólo profunda rabia.• (J. Boehme) despojarse de sus • atuendos mortales•
que pasar por el fuego; pues ningún ser al- El itinerario en espiral contiene todos los para vadear el rio de la muerte, pues sólo
canza a Dios a menos que consista en J. Boehme, Dreyfaches Leben, cd. 1682 luga res por los que debe pasar el pere- a si pueden llegar a su destino. la Ciudad de
grino Cristino en su viaje desde la ciudad oro de Jerusalén.
perdición hasta la Jerusalén celestial. Al co-
mienzo esta a punto de hundirse en la cié- Tomado de Williams: Pilgrim 's Progress,
naga del de~aliento. Más tarde, en el valle s.XIX

540 ROTACIÓN: La rueda ROTACIÓN: La rueda 541


La rueda La rueda

Dee compara el nacimiento de los planetas A. Kirc/1er, Oedipus


con la metamorfosis de un huevo de cuatro Aegyptiacus, Roma,
e lementos al que un escarabajo imprime 1652-1654
un movimiento en espiral. Al térm ino de
las rotaciones, la clara de la luna tendría
que desaparecer bajo la yema del soL En-
tre los atributos de la •obra menor>> de la
luna se cuentan Saturno en la primera
vuelta de espiral y Júpiter en la segunda .
los de la •obra mayor» del sol son Marte y
Venus . Mercurio está hecho de ambas cua- -..
lidades.

John Dee, Monas Hieroglyphica, Amberes,


1564

El escarabajo pelotero, el <droguero>sa-


grado de los egipcios, encarna el principio
hermafrodita en forma de T. que se> engen-
dra a si mismo, formado de Osiris-Sol e
lsis-luna. Al igual que ellapis, nace de una
materia en descomposición bajo la forma
de una pelota de estiércoL Para los egip-
cios, esa pelota era símbolo del sol na-
ciente, la <aurora>. Ambos, el Ouroboros y
el escarabajo pelotero, son expresión del
<hen to pan>, de la eterna metamorfosis de
lo inmutable.

Johannes M<Jc<Jrius, Abraxas y Apistopistus,


Amberes, 1657 Kircher parte aquí de la idea de John Dee, espíritu del mundo traza sus espi rafes cada
según la cual los metales planetarios tie- vez más amplias en la periferia corpórea,
nen su origen en las espirales descritas por para retornar nuevamente desde el punto
el escarabajo hermafrodita, que repre- mas exterior de la tierra: «Pues el centro
senta aquí el espíritu del mundo. A la iz- no es otra cosa que una( ...) circunferencia
quierda están los planetas solares mascu li- enrollada como un ovillo. Y la circunferen-
nos, a la derecha los lunares femeninos. La cia( ... ) es asimismo un centro desenrollado
doble hélice indica el movimiento rotato- y estirado en todas sus part~5. Por eso
rio que va del centro a los extremos y que dice Hermes: ( ...)Lo que está abajo es
tiene que darse en el transcurso de las ro- como lo que está arriba( ...).» (Julius Sper-
taciones en el Opus. Desde su centro invi- ber, loagoge, Deutsches Theatrum chemi-
oible en la espiral superior. el escarabajo o cum, Núremberg, 1730)

542 ROTACIÓN: la rueda ROTACIÓN: La rueda 543


La rueda La rueda

La novena clave de Basilius Valentius des· ~Devue lve al Uno


cribe la fase cromatica en el Opus. ll amada lo que t ienes de Él,
• cola de pavo real•. Tiene lugar bajo la in· si quieres pose -
fluencía de Venus en el signo libra y mues· erlo. Sólo así llega-
tra que la materia pasa lentamente al es· rá-s a ser un perpe·
tado seco. El triple Ouroboros es la tria tuum mobile.»
prima y las tres grandes fases del Opus. La
o
totalidad de la figura imita elglifo de la •Mirad el juego
prima materia antimónica. cotidiano de la na-
turaleza, sus nu-
D. Stolcius von Stolcenberg, Viridarium chy· bes y brumas. ese
micum, Franc:fon, 1624 espectáculo del
aire surgido en un
instante. volvamos
al seno de la tierra.
Si la deseca el sol,
ella puede beber
el agua contenida
en las nubes y las
lluvias que éstas
producen, lo
mismo que hace el
dragón filosófico,
que se muerde la
cola.» (Thomas
Vaugham alias Ph i-
El aliento y el espíritu vivificante, pneuma, lalet hes, Magia
del alquimista ponen en marcha el gran Adamíca, Londres,
Opus, que se compone de la metamorfosis 1650, ed. Leipzig,
del cuerpo, alma y espíritu . •Todas lasco· 1]4g)
sas se asocian y todas la s cosas se disocian
( ... ).pues la naturaleza, replegada en sí D. A. Freher, Para-
misma, se t ransforma.• (Zósimo de Panó- doxa Emblemara,
pol is,s. lll) manuscrito del
s. XVIII
Manuscrito alquímico, s. XVII

544 ROTACIÓN: La rueda ROTACIÓN : La rueda


La rueda La rueda

Esta rueda alqu ímica con manivela es posí-


b lem.,nte la signatura del monje Koffskhí
de Danzig .

To mando como base elglífo de MNcurío


invertido, esta signatura combina diversos
signos de la tria p rima y de los siete meta-
les al estilo d" la mónada j eroglífica de
John Dee. <<Pues el mercurio es la madre de
t odos los metales, y de l sol( ...), es t am-
b ién el azufre.»

Frater Vincelltius /(offskhi, Hermetisc/Je


Schriften (éseritos herméticos). (1748),
ed. Núremberg, 1786

Las rotaciones
deben rep.,tirse
frecuente mente
<<hasta q ue la tie-
rra se vuelva ce -
leste y cielo te-
Cadmus, el matador de serpientes que en- tenso de la aurora. «La circulación de los
rrestre y se com -
carna las virtudes fijadoras del azufre, da a elementos se lleva a cabo por medio de
bine con la tierra.
la rueda de los colores su primera rot ación . dos ruedas. una grande y extensa y otra
Entonces el Opus
Desde su triple horno, Vulcano supervisa pequeña y comprimida: la rueda grande
se habrá consu-
atentamente la operación, pues <<los colo- fija t odos los elementos (por el azufre)( . .. ).
mado». (D.Mylius,
res te enseñarán cómo debes de dominar Cada g iro de la rueda pequeña llega a su
Philosophia retor-
el fuego». (Heinrich Keil , Philosophisches fin con la extracción y prepa ración de cada
mata, Fra ncfort,
Büchlein,leipzig, 1736): la materia mercu- uno d e los elementos en particular. Esta
162::!)
rial inicial se muestra en figura de cama- rueda contiene tres círculos q ue.imprimen
león de colo res cambiant es. la p rimera a la materia, para trabajarla, movimientos
Maree/ Duchamp,
fase de Saturno es negra, la de Júpiter, gris incesantes y variados( ... ) por los menos
Relieves-rotores,
ceniza. la de la luna, blanca, la de Venus siete veces .» (Chymisches l ustga rt lein,
1935
oscila entre verde azulado y rojo p<ilido. la Ludwigsbu rg, 1744)
de M arte alterna entre el amarillo rojizo y
el cromatismo de la cola d el pavo real y el Speculum veritatis, s. XVII
sol pasa del amarillo claro al púrpura in-

546 ROTACIÓN : La rueda ROTACIÓN: la rueda 547


La rueda La rueda

D. Molinier.
Alchemie de Fla-
mel, 1772/73

La idea del disco cromático se desarrolla a partir de la figura del Ou-


roboros, que en el emblema de Nicolas Flamel está construido con las
dos serpientes, la de la luz y la de las tinieblas, que se devoran mu-
tuamente. La primera simboliza el principio seco, sulfúrico; a la se-
gunda le llama Flamel «negra hembra fugaz», el húmedo mercurial.
«( ...)la aurora es el t érmino medio entre el El rojo purpura es el azufre ind estructible,
La secuencia de colores en el Opus surge, según Flamel, de los
día y la noche; sale con dos colores, roj o y el fuego del lapis. En la teoría d e los colo-
diferentes grados de humedad de la materia. Al negro profundo del cetrino (amarillo). Est e arte engendra así - res de Goethe, el púrpura tiene el más alto
estado húmedo y frío siguen el azul oscuro, azul claro y amarillo, en mismo el color cetrino y el roj o, y los dos espectro cromático; «quien sepa cómo
colores del medio est án entre el negro y el surge el púrpura en el prisma, no se asom-
el que los dos extremos se mantienen en equilibrio. Sigue la fase de blanco.• la aurora marca e l fin de la noche bra rá si afirmamos que este color( ...) con-
irisación, que finaliza en el amarillo blanquecino seco y caliente. Éste y el comienzo del día, y es madre del sol. t iene todos los demás».
la aurora es por tanto, en su fase de rojo
pasa, a continuación, por efecto de la calcinación por un rojo amari- intenso, e l fin de toda la oscuridad, desa- Aurora consurgens, comienzos del s. XVI
llento y finalmente por el púrpura del león rojo, que se eleva sobre el lojo de la noche ( ... )(Aurora consurgcns) .

zodíaco, es decir, sobre el disco cromático.


«(Los alquimistas) sin embargo no sacaron nada nuevo de esas
observaciones, y por eso la teoría de los colores químicos no se desa-
rrolló de su mano, como tendría que haber ocurrido>>, constata Goe-
the en su <Historia de la teoría de los colores >.

ROTACIÓN: la rueda
ROTACIÓN: la rueda 549
La rueda La rueda

La base de los conceptos alquimicos de los Paracelso veia en el azufre, ese media· la generación de los colores salidos de los
colores. sobre la que Kircher, Goet he, y dor entre el cuerpo y el espíritu, el ori· dos p rincipios polares azufre y mercurio,
Rudolph Steiner elaboraron sus t eorías, es gen de los colores, •probablemente por· sol y luna, fuego y agua, luz y t inieblas.
la creencia gnóstica de que el •tej ido ero· que le había llamado la at ención el
mático del mundo• surge de la refracción efecto de los ácidos sobre el color y la lníríum sapíenriae est rimar domíni, manus-
de la luz divina en las tinieblas de las aguas coloración(...) y porque los ácidos maní· crito del s. XVII
inferiores. Según Basilides, gnóstico ale· fiestan su mayor efecto en el azufre co·
j andrino del siglo 11 de nuestra era, las ti· mún•. (Goethe, Historia de la teorí a de
nieblas pretendieron en un p rincipio los colores). Naturalmente, la sal descm·
aliarse con la luz, pero la luz se limitó a mi· peña t ambién un papel importante, pues
rar •como en un espejo•. Un reflejo en un se consideraba •luz coagulada• y • fun-
espejo, es decir, que tan sólo un aliento d amento d e t od a corporeidad•. De la sal
(color) de luz penet ró en las tini eblas•. ígnea nacen, según Parace lso, los colo·
(Werner Foerster. Die Gnosis: Zeugnisse res del arco iris. •( ... ) y así como ve is cre·
d er Ki rchenvater, ed. Zúrich, 1995). Bas íli- pitar el fuego (en los diferentes colores)
des compara la si miente del mundo a un cuando se le echa una sal ( ...) asi d escom·
hu evo de p avo real que eclosiona en la es· pone el arco iris sus colores (... ) recibidos
fera sub lunar en los siet e colores. de la fuerza del espíritu de> la sal , q ue>
está en el elemen to fuego•. (Parace lso,
De natura re rum. «En el <Ars magna lucís et um brae>de Kir·
1526) cher», anota Gocthc, •se describe por pri·
mera vez con claridad y riqueza de detalles
El elíseo cromático que la luz, sombra y color deben conside·
según Roberr rarse elementos de la visión, y los colores
Fludd, M edicino se rep resentan como producto de la luz y
Carholíca, Franc· las sombras .» (Historia de la teoría de los
f or t, 1629 colores. 1810)

Fueron los experiment os de Newton los


que impulsaron a Goethe a elaborar una
teoría de los colores propia. Newton había
llegado a la conclusión de que todos los
colores se hallan ya potencialmente en la
b lanco y· roio a
partes ,gua\es luz, mientras que Kircher y Goet he veían
blanco amarillo roio azul negro su origen en la unión de luz y tinieblas. los
fenómenos de óptica y la teoría d e los co·
Analogía entre las cosas y los colores lores eran para ambos expresión de una bi·
polaridad universal «Como la conocemos
blaoco amañllo rojo a.zul negro
por el magnetismo. la electricidad y la quí-
IU%pt¡ra luz tintada luz de color sombr01s tinicblos
mica• . (Historia de la teoría d e los colores,
dukc moderameme duke ag ridulce ácido amar<JO
1810)
fue9o air/é1er atm&fera "9•• tierra
intglocto opinión error ob~tin~ión ignbrnncla
Dios ángel hombre animal planta Según Athanasíus Kircher, Ars magna lucís et
umbrae, 1646

550 ROTACIÓN: la rueda ROTACIÓN: la rueda 551


La ru eda La rued a

Al principio el Dios de Newton creó • la origen en el antagonismo atracción/repul- «La esencia de la


materin con partículas macizas. sólidas. sión, es la «angustia» o • rueda generadora Santisima Trinidad
duras, impenetrab les y móviles ( •.• ) para de la naturaleza», tercer espíritu de las 1a reconocemos en
que la naturaleza tuviese una larga dura· fuen tes en Boehme. Y asi como según la la luz de la eterni -
ción». (Isaac Newton, Mathematische teoría de los colores de Newton la luz dad para la divini-
Prinzipien der Naturlehre (Principios mate· blanca, considerada hasta entonces ele- dad (arriba) y en el
maticos de la teoría de la naturaleza). ed. mental, es el p roducto de los siete colores fuego para la
Darmstadt, 1963). Incluso la luz, la más alta del espectro reunidos. la luz es ya para eterna naturaleza
manifestación divina en la naturaleza, Boehme el producto de los siete espíritus (abajo).• En el
constaba según Newton de un flujo de de las fuentes. mundo de la natu·
particul as duras (globuli) sometidas, al raleza inf erior. la
igual que los cuerpos celestes. a la ley de Pero también Goethe, que imput aba a majest ad celest ial
la gravitación universal que él mismo hab la Newton «misticiSI110» por su insisten cia en el el Hijo d e Dios
formulado hacia 1680. Su fuente de inspi - el número siete, sacó partido d el amp lio está cabeza abajo
ración fueron la s tres primeras cualidades espect ro de conceptos visionarios y misti· en la imagen de l
naturales en el sist.:-ma de Boehme: la cos de Boehme, tanto en lo que concierne Jesús azotado y
fuerza cenrrlpeta d e Newton corresponde al «efecto sensual de los colores» como en escarnecido como
al primer espíritu de atracción de Boehme; su origen en la bipolaridad. El blanco es rey de los judíos.
la «aspereza aglutinante•. la fuerza centri· para Boehme el único color que no yace en El misterio de los
fug~ o repulsión corresponde a la •amar- el •misterio de la naturaleza» sino en Dios . colores, que pasa
gura expansiva • . y la rotación, que tiene su Es el <<Hij o d e Dios• que aparece en el <<mar p or diversos gra·
de la naturaleza» (Ja - dos de mezcla de
cob Boehme, Auro ra). ag ua y d e f uego,
IDEALES El negro es el En -soph se eleva del <cen·
caba lístico, el no-ser trum naturae,,
divino, basado en la fundamento salni-
multiplicidad de todas trico de la cruz.
las apariencias. 1. Azul: esencia,
2. Rojo: el Padre
• Muchas cosas puede en su gloria ignea,
C!;quomatiza rse por 3 · Verde: vida,
medio del triángulo, y 4. Amarillo: Hijo,
lo mismo ocurre con s. Blanco: el res-
los colores. Se procede plandor de lama·
de forma que por des· j estad divina como
doblamientos y li mita- quintaesencia.
ciones se llega al mis-
terioso hexágono.» Jacob Boehme,
(Goethe, Teoría de los Theosophischo
colores, 1B10) Wercke, Amster·
dam,1682
En: P/1. O. Runge, !Escri-
tos póswmos, 1810

sa~V :Ill

552 ROTACIÓ N: La r ueda RoTACIÓN : La rueda 553


La rue da La rueda

Influido por la Goethe intent ó re·


obra de Jacob lacionar las cuali -
Oochme, cuya d ades percepti·
lectura le hab ía bies de los colores
aconsejado en con cat egorías éti-
1801 Ludwig Tieck, cas. Aq uí atribuye
Ph. 0 . Runge co- los seis colores d e
mcnzó a trabajar su d isco a las cu a-
en !iu propia teoría tro cualidades d el
mística de los co- espíritu: en la
lores, que aplicó a parte positiva y
su obra p ictórica . diurna d e los colo-
Los tres colores res cálid os si tú a la
fundamentales los razón y e l inte ·
atribuyó a las tr es l<:>cto, en la parte
personas de la negativa o noc-
Snntlsima Tri ni- turna d e qos colo -
dad: el azul corres · re:. fr ia s coloca la
pondo al Pad re , el sensualidad y la
¡·ojo al H ij o y el im aginación.
omal'ill o al Espíritu
Sonto.

El punt o de par-
tlda d e la disposi ·
clón rridimensio-
nol de los colores En esta «rosa de
50bre la esf era e ra los temperamen-
lo adición de los tos»4 confeccio·
colores básicos nada conjunt a-
mediante los dos mente por Goethe
polos de la luz y de y Schiller en 1799,
las t inieblas a los los cuatro tempe-
cinco los elemen· ramentos del hom-
tos puros. bre se o rdenan se-
gún el d isco ero-
mático de Goethe.

554 ROTACIÓN: La r ue d a llOTACióN: La rueda 55 5


La rosa
La ro sa

Yo hago la miel

Maldita fue la muerte en la cruz/


Ante el rostro do Dios.
Pero se ha vuelto du lce/
por la muerte de Cristo.

Daniel Ctamer. Emblema la sacra, 1617

El nombre y el emblema de la hermandad


de los Rosa-Cruz llevan el escudo heráldico
d e Martín Lutero (al rev~s). La •reforma
genera l• que la hermandad había procla-
«La cruz e~tá entrelazada con la rosa/. es la adquisición en común del saber teo· mado a comienzos del siglo XVII fue un in·
¿Quién ha puest o rosas en la cruz?/( ... ) Del sófico. «Toda la p anibo la del Cantar de los tento de revivir e l prote stantismo. anqui-
centro mana una vida sagrada/ Un triple Cantares de Salomó n se refiere al objeto losado por la ortod oxia, mediante el espí·
rayo sale en un solo punto( .•. ).» (Goethe, de nuestra Rosa-Cru z( ... ): Soy la rosa de ritu de una mística de la naturaleza to ·
Die Geheimnísse•. 1784- 1786) Sarón y el lirio del campo.• En lo concer· mada de Paracelso. Fin d~>clarado de la
ni ente a ~la forma adecuada de acced er a reforma fue la lucha contra la •tiranía del
La rosa blanca y la rosa roja son los nom· la sangre rosada de la cruz que se halla de· papa•. que unos años antes había hecho
bres que se dan en la alquimia a las tintu· rramada y oculta en el centro d e la cruz quemar en la hoguera a Giordano Bnuno.
ras lunar y solar. de las que mana •la pro. (quintaesencia). Fludd emplea la imagen del
ciosa sangre rosada» de Cristo-lapis. La arq uitecto co mo colaborador de Dios en la Van der Heyden, de ralle de: Sigillum Lutl1eri,
imagen d e la rosa engloba también la construcción del temp lo d e la sabiduría». Estrasburgo, 1617
Schekina, el brillo de la sabiduría celestial
sobre la tierra, y la «recolección de la miel• R. Fludd, Summum bonum, Francfort, 1629

RoTACIÓN: la rosa 557


556 ROTACIÓN : la rosa
El peregrino El peregrino

Christian Rosen-
creutz (Christiano
Rosa-Cruz), funda ·
dar legendario de
la orden que lleva
su nombre. recibió
la vispera de Pas-
cua una invitación
<J los desposorios
misticos de la no-
via y el novio. Al
día siguiente se
puso en camino,
ataviado con una
banda roja sobre
su túnica blanca y
cuatro rosas rojas
en e l sombrero.

En la alegoria ba-
rroca y poco inspi-
rada de Andreae,
el simboli smo al-
quimista pasa a se-
gundo plano, es
mera decoración.
•Los desposorios»
han sido re inter-
pretados después
de medio siglo por
Rudolf Steiner y
los cí rulos de Jos
Rosa-Cruz de
forma exhaustiva y
enfática.

Johann Valentin <<¿No somos todos nosotros peregrinos al idea de que sería no sólo interesante,
Andrcae, Die país en el que nos ha precedido nuestro agradable y honorable para mi, sino tam ·
Alchimysche Hoc/1· Salvador Jesucristo? Incluso el gran Febo, bien extraordinariamente productivo se-
zeit von Christian dios del sol, peregrina todos los días por el guir el ejemplo de todo el mundo e iniciar
Rosenkreuz (1616}, blanco espacio celeste. El corazón del una peregrinación con el objeto de descu ·
ed. J. van Rijken· hombre late en su pecho desde el primero brir ese maravilloso pájaro Fénix (lapis).»
borgh, 1967 hasta el postrer instante de su vida( ... ) El (Michael Maier, Secreta Chymiae, Die Ge-
mercader va por tierra y agua a los más le- heimnisse der Alchemie, en: Musaeum
janos paises para vender sus productos; Hermeticum, Francfort, 1678)
pero el conocimiento y la ciencia son cosas
mucho más nobles. Son las cosas del espí- Saloman Trismosin, Aureum vellus,
ritu( ...) Por todos esos motivos concebí la Hamburgo, 1708

558 ROTACIÓN: El peregrino ROTACIÓN: El peregrino 559


El peregrino El peregñno

Sueño de pere- Blüke d esarrolló


grino: «M ira. h ~
un p rocedimient o
vist o en un luga r a especial de hueco·
un hombre cu- g rabado y de im-
b ierto de harapos
presión al agua-
que retiraba la fuerte. Sus dibujos
vista de su casa. el y text os los prote·
hombre llevaba un
gia sobre la plan-
libro en la mano y cha de cobre con
un gran peso sobre un barniz resis·
sus espa ldas,). Un tente a los ácidos y
hombre ll amado corroia los e s p¡¡~
Evangelista t opa cios int ermedios
con é l y le acon-
con ácid o nítrico.
seja huir de la «ira El procedimiento
venidera•. ~¿No le permit ía combi ·
ves aquel estrecho nar, como en este
portillo?• • No•. le grabado, contor-
contesta el hom - nos negros con
bre. «¿Tampoco sombreados blan-
ves {...) aquella
cos {esta t écn ica
luz? { ...) No p ier- se d escribe con
das de vista esa luz mas det alle en:
y vete derecho a D.W. Dorrbecker,
ella. Pronto encon - Konvention und
traras un portillo lnnovation, Berlín,
en el que, cuando 1992). En sus poe-
llames a él, te di- sías hace constan·
rán lo que tienes t emtmt e alusión a
q ue hacer•. {John esta inversión de
Buny¡¡n, The Pil-
las técnicas de
gri m's Progress, grabado: los espa-
1670) cios intermedios
son «estados indi·
W 8/ake, Ilustra- vidualcs y perece-
ción para •The deros» que desa-
Pilgrim's Progress•. parecen en el
1824-1827 fuego purificador
del Juicio Final. Lo
que queda son los
«li neamientos
et ernOS••: los •tsig·
nos de t od as las
cosas».

W 8/ake, La puem
de/~ muerte, hacia
1806-1807

560 ROTACIÓN: El p eregrino ROTACIÓN: El per egrin o 561


El peregrino El peregrino

El alma del pere-


En el «laberinto
grino cristiano se
del mundo» de
dejar guiar por la
Amos Comenius,
palabra de Dios:
publicado en 1631,
se le aparece al pe-
«Tú me has ende-
regrino, al término
rezado el camino/
de su viaje sin
para ir hacia t i
rumbo. el Salvador
(Salmo 118, 5) Por
en persona: «Vi
el laberinto de ca-
que andabas
minos entrecruza-
errante y no he
dos/ que han tra·
querido esperar
zado los espíritus
más, hijo mío. Por
tortuosos/ voy ha·
eso te he condu·
cia ti sin temor y
cid o a t i mismo y al
confío/ en tu pala-
fondo de tu cora·
bra./ Oe lejos veo
zón•. Y para que el
perderse al uno o
per~>grino pueda
al otro/ entre ellos
ver el mundo en su
al audaz y al
correcta perspec-
cauto:/ Yo prosigo
tiva, recibo vnt~s
a ciegas mi Cil·
antiparras nuevas.
mino/ t odo mi arte
«la mont ura era la
consiste/ en con-
palabra de Dios.
fiaren tí, mi sos·
los cristales el Es·
tén/ ( ...)Esta vida
píritu Santo. »
es un laberinto/
para que la trave·
D. A. Freher, P:lr~·
si a sea segura,/
doxa Emblemata,
confía ciegamente
manuscrito, s. XVIII
en Dios/ con ver·
dadero amor y sin
hipocresía.•

Hermann Hugo,
Cottselige
Begierde, Augs-
burgo, 1622

Al Uno no se ll ega mediante un sa lto. Y ta mpoco sin perderse.

562 ROTACIÓN: El peregrino ROTACIÓN: El peregrino


El peregrino El peregrino

Santiago era el pa -
trón d e médicos y
alquimistas. Segun
la «Legenda au-
rea». venció en Es-
paña a <<Hermóge-
nes,, o ccHcrmes
Trismegisto», lo
que le o bligó a ad-
ministrar el saber
oculto de éste.

La rut a jacobea
que lleva a la
tumba del apóstol
se consideraba la
proyección terr es-
tre de la Vía Lác-
tea o Camino de
Santiago celeste,
símbolo del Opus
mercuriaL «El ca-
mi no es estrecho y
accidentado,,, se
lee en el cántico «La co ncha de Compostela» o co ncha de prendió cami no a Santiago. «Éste es el
luterano de San· Santiago representa en la simbólica her- punto en el que deben comenzar los alqui-
tiago en lengua mét ica el principio d el Mercurio, que sigue mistas. Con el bastón de pereg rino en la
alemana, que data ll evando los sobrenombres de «viajero» o mano y la concha co mo signo, el alquimista
de 15S3. «jalonado «peregrino». La llevan en un sent ido mís- tiene q ue iniciar el peligroso viaje, parte
de agua y de t ico todos aquéllos que ( ... ) q uieren poseer portierra, parte por agua. Primero como
fuego». Pero los la estrella (lar. compos: posesión, stella: es- peregrino, después como pilotO.» (Fulca-
peregrinos hermé· Trella). nelli/Canseliet, El mist erio de las catedra-
tices no buscaban les, París 1g25, ed. 1964)
sólo la ed ificación Para poder describrar su misterioso código
religiosa con su de roble hueco, Nicolas Flamel pidió ayuda Joseph Beuys, Palazzo Regale, 1985
viaje, sino t ambién a comienzos del s. XV a Santiago y em-
el contacto con los
saberes ocultos ju-
díos y árabes q ue
habían penetrado
en el occidente
cristiano en el si·
g lo XII a t ravés de
Espaii a.

Atuendo de pere-
grino de Stephan
Praun, Nuremberg,
1$71

ROTACIÓN: El peregrino ROTACIÓN: El peregrino


El peregrino

<<Let us leave theo-


ries thcre and
return to here's
here_ Now hear_,.
(James Joyce,
Finne<Jans Wake)

Maree/ Duchamp,
Puerta en lugar de
dos puertas, París,
1927

566 ROTACIÓN: El peregrino

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