Professional Documents
Culture Documents
Alq_UIMIA
& MISTICA
ALEXA N DER ROOB
EL MUSEO HERMÉTICO
ALQUIMIA
;
&
MISTICA
A LEXANDER ROOB
TASCHEN
K(lLN L0Nb0N l-OS A.NC~ I fi'$ MAQA I O P" IHS TOKYO
Reproducciones: pág. 2, de: William
Blake: Jerusalén,1804-182o; pág. 6, de:
Michael Maier: Viatorium, Oppenheim,
1618; pág . 34, 110. 4g2, de: J. Typotius:
Symbola divina et humana. Praga,
1601-1603; pág. 428, de: Basilius Valen- CONT ENID O
tius: Chymische Schriftcn, Leipzig, 1769
8 INTRODUCCIÓN
34 EL MACROCOS MOS
El mundo · El sol · La luna · Astronomía inferior·
Los astros· La música de las esf eras · Génesis· El ojo·
El huevo cósmico
Edición original: © 1997 8enedikt Taschen Verlag GmbH Torbellinos y magnetos· Geometría divina· La rueda ·
© 2006 VG Bild-Kunst, Bonn, para las reproducciones La rosa · El peregrino
de Joseph Beuys, M arcel Duchamp, e Yves Klein
Diseño de la portada: Scnse/Net, Andy Disl y
Birgit Reber, Colonia 568 ÍNDICE
Traducción : Carlos Caramés, Colon ia
Printed in China
ISBN 3-8228-5036-5
Introducción
El museo hermético Introducción
8 INTRODUCCIÓN INTRODUCCIÓN 9
Introducción literatura alquimista despliega un lenguaje extraordinariamente Introducción
sugestivo, rico en alegorías, analogías y alusiones, un lenguaje que,
gracias sobre todo a la mediación de los escritos teosóficos que
•El aire lo ha
Jacob Boehme, ha ejercido una profunda influencia en el romanti-
llevado en su
vientre.n cismo (Biake, Nova lis), en el idealismo alemán (Hegel, Schelling) y
en la literatura moderna (Yeats, Joyce, Rimbaud, Brecht, Breton,
El nacimiento de
la piedra filosofal Artaud).
tiene lugar en el Numerosos eran quienes, incluso en el seno de la propia corpo-
aire.
ración, criticaban la «lengua oscura>> de los alquimistas. Y lo que ellos
Michael Maier, mismos nos revelan sobre sus medios de expresión, no parece facili-
Atalanta fugiens,
Oppenheim, 1618 tar más las cosas: <<Cuando hablábamos abiertamente, no decíamos
(en realidad) nada. Pero cuando escribíamos en lenguaje cifrado y en
imágenes, ocultábamos la verdad.» (Rosarium philosophorum, ed.
Weinheim, 1990)
Quien, sin tener en cuenta esta advertencia, penetra en este
campo lingüístico, se encuentra bruscamente en un caótico sistema
de referencias, en una red de pseudónimos cambiantes y símbolos de
substancias arcanas que pueden en principio significar algo muy dis-
tinto y que no pueden desentrañar ni siquiera los léxicos especializa-
«La Tierra es su dos ni los modernos diccionarios de sinónimos. Semejante maraña de
nodriza.n
conceptos difusos lleva una y otra vez a adoptar medidas simplifica-
Se nutre del agua doras. En ese sentido conviene citar aquí los desvelos hermenéuticos
mercurial.
y fecundos del psicoanalista suizo C.G. Jung, que redujo la figura
Michael Maier, híbrida de la alquimia únicamente a su aspecto interno, y que sólo
Atalanta fugiens, aceptaba la obra química exterior como una proyección de procesos
Oppenheim, 1618
psíquicos manifiestos.
No obstante, los filósofos herméticos se expresan «más clara
y libremente, con más rigor, mediante un discurso sin palabras o
incluso sin discurso, o con imágenes de los misterios, que con las
palabras, incluso en aquellos enigmas representados porfiguras»
(C. Horlacher, l(ern und Stern ... , Francfort, 1707). Con sus ideogra-
mas pretenden, en opinión del adepto rosacruciano Michael Maier,
«llegar al intelecto por los sentidos>>. En este contexto puede desig-
narse la imaginería criptográfica de la alquimia 'por su motivo prefe-
rido, el Hermafrodita, cruce del estímulo sensual (Afrodita) con la
vindicación del espíritu (Hermes). Esta imaginería se endereza a la
intuición, y no a las facultades discursivas, consideradas destructi-
vas. «Lo que vive según la razón, vive contra el espíritu», escribe
10 INTRODUCCIÓN 11
INTRODUCCIÓN
Introducción Paracelso. Muchos otros esperaban con Paracelso el advenimiento Introducción
del tertius status, del tercer reino del Espíritu Santo, profetizado por
Joaquín de Fiore (1130-1202), en el que la letra de los textos sería sus-
Hermes· Mercurio,
tituida por una comprensión visionaria. Se llegaría de nuevo a la len-
el dios del comer·
gua original del paraíso, que nombra todas las cosas por su verda - cio y de la comuni ·
dero nombre, y todos los misterios de la naturaleza se manifestarían cación, exhorta
aquí al silencio. La
como en un libro abierto. La tendencia a la lengua secreta en «sintag- elocuencia mercu·
mas oscuros», cifrados, en imágenes enigmáticas, se explica por el rial sólo concierne
a la periferia feno·
profundo escepticismo frente al poder expresivo de la lengua de ménica, al mundo
Babilonia, con su alfabeto impio y sus reglas gramaticales que enca- desplegado de
las apariencias. Lo
denan al Espíritu Santo. Lo que realmente importaba era preservar que aprehende el
de los abusos del profano el saber primordial, esa prisca sapientia: centro espiritual
(la unidad o mó·
que había sido directamente revelada por Dios a Adán y a Moisés y nada) y lo que
que una élite había transmitido a los largo de los siglos. Por ese tiene de radical, se
sustrae a las posi·
motivo, Hermes Trismegisto, con Zoroastro, Pitágoras y Platón un bilidades expresi·
eximio representante de esa élite, había inventado los jeroglíficos. vas de la lengua.
Copias de
ilustraciones
para la propagación de las tesis paradójicas de los alquimistas y de
de Horapolo, sus aforismos. Los pseudo-jeroglíficos se combinaron de esa forma
porDurero
con viejas enseñanzas pseudo-egipcias, de la misma forma que la
1) Las horas
mayor parte de los escritos herméticos aparecidos en los entarima·
2) Imposible
dos de los techos o en cavidades de antiguos muros resultaron ser
3) El corazón pseudo-epígrafes debidos a miembros eminentes de la dinastía her-
mética.
12 INTRODUCCIÓN INTRODUCCIÓN 13
Introducción Basándose en su amplia infraestructura teórica, los alquimistas Los dos manifiestos que prometían al lector más oro <<que el que Introducción
se calificaban frecuentemente de <<filósofos>>, denominando simple- tiene el rey de España en las Indias» -humorada de un grupo de estu-
mente <<arte» (ars) o <<arte filosófica» su campo de actividad. Aunque diantes de teología protestante en nombre de una fabulosa <<Her-
la noción de arte en la alquimia proviene del techne aristotélico y mandad de la Rosa-Cruz»- dieron, a comienzos del siglo XVII, un
designa de forma sumaria toda destreza en cosas tanto teóricas decisivo impulso a la producción de libros de alquimia. Incluso en el
como prácticas, es indudable que pueden encajar en ella las más siglo XVIII, los puestos de libros en las ferias alemanas tenían tal
amplias definiciones del arte moderno. Y no es, como podría pen- abundancia de volúmenes semejantes, cuyo objeto era la búsqueda
sarse, en el género de la ilustración fantástica propia de las artes del !apis o piedra filosofal, «que se podría pavimentar lindamente
plásticas tradicionales donde es preciso ver una afinidad con el opus con ellos el camino de Francfort a Leipzig». (J. G. Volckamer el Joven,
magnum hermético, la «magna obra» de los alquimistas, sino en los Adeptus Fatalis, Friburgo, 1721; citado según J. Telle, Bemerkungen
dominios de la aprehensión de la realidad, como el Concept-Art y el zum <<Rosarium philosophorum», en Rosarium philosophorum, Wein-
Fluxus. heim, 1992)
El esplendor de la emblemática hermética y del arte de la ilustra- Entre los muchos simpatizantes de la invisible hermandad lute-
ción hermética llega a su fin con el declive de la alquimia <<clásica», rana se encuentra Lucas Jennis, editor del primer <<Musaeum Herme-
que aún estaba en condiciones de fundir la destreza tecnológica y ticum», publicado en Francfort en 1625. Aunque esta compilación
la experiencia práctica con elementos espirituales. Pero ya a comien- de tratados no hace honor a su t ítulo en lo referente al número de
zos del siglo XVII existían posturas opuestas e irreconciliables entre ilustraciones, contiene al menos algunos magníficos aguafuertes
los alquimistas teosóficos como los Rosa-Cruz y los alquimistas ope- de Mathaeus Merian (1593-1650). No obstante, un año antes y bajo
rativos como Andreas Libavius, que buscaban mejorar las bases el título de <<Viridiarium Chymicum» o <<Chymisches Lustgartlein»
empíricas de la alquimia. situ ándola en la órbita de la química analí- (Hortulus Hermeticus). Jennis había publ icado una colección de
tica. Los Rosa-Cruz concedían generosamente que no había mal ilustraciones alquímicas provenientes de sus archivos. Cada uno de
alguno en fabricar <<ese oro impío y execrable>>, ridículo remedo en esos motivos iba acompañado de versos salidos de la pluma de
comparación con el fin verdadero del acrisolamiento interior y preci- Daniel Stolcius von Stolcenberg, discípulo del médico paracelsiano
saban que su oro era sobre todo el oro espiritual de los teólogos. Michael Maier (1568;--1622). Maier había sido médico de cabecera de
No obstante, ambas posturas antagónicas reivindicaban para sí Rodolfo 11, llamado «el Hermes alemán>>, en cuya corte de Praga se
la figura de Theofrastus Bombastus von Hohenheim, más conocido congregaban los más ilustres representantes de las ciencias ocultas
por el sobrenombre de Paracelso (1493-1541). En este autor, el estu- de la época. En 1618, Maier publicó su célebre corpus de emblemas
dio empírico de la naturaleza va a la par del misticismo misionario. titulado <<Atalanta fugiens» en la editorial de Theodor de Bry,
Su vasta obra, en la que se encuentran gran cantidad de fórmulas Oppenheim. A la unión en matrimonio de Merian con la hija de Maier
para la preparación farmacéutica de productos de origen vegetal o debemos no sólo las ilustraciones de «Atalanta», sino numerosos
mineral, abunda también en teorías sobre la mística de la naturaleza, grabados para la gigantesca obra de arte bibliográfica del inglés
en el campo de influencia de la magia astral, la cábala y la mística Robert Fludd, amigo y colega de Maier (1574-1637), «La historia de
cristiana. Su estilo eminentemente enfático (en alemán se dice los dos cosmos».
<<bombástico>>, término derivado del nombre de Paracelso) no mermó Fludd fue objeto de burlas, algunas de las cuales atinaban bas-
en modo alguno la difusión de sus escritos, cuya influencia se tante en su trasfondo espiritual, como el sobrenombre de «doctor
extiende desde los exégetas especulativos de la alquimia, Valentin trismegístico-platónico-rosacruz» que le endosaron. Puede que su
Weigel, los Rosa-Cruz y Jacob Boehme, hasta el romanticismo y los aportación a las ciencias sea exigua; pero a la vista de la extraordina-
movimientos antroposófico-teosóficos de los tiempos modernos. ria plasticidad de formas con que ha sabido revestir la cultura isabe-
14 INTRODUCCIÓN INTRODUCCIÓN 15
Introducción lina, sobre todo los dramas de Shakespeare, contribuyendo enorme- Introducción
mente a su mejor comprensión, merece el rango en la historia del
arte que hasta ahora se le ha negado. (Debo a Dietrich Donat la noti-
El museo Ki rcher
cia, debidamente documentada, de que Fludd entregó a la imprenta
enCollegium
Romanum de Bry dibujos muy exactos y detallados.)
En las generaciones siguientes, el mayor competidor de Fludd,
A. Kircfler, Turris
Babel, Amsrerdam, proveniente esta vez de la Contrarreforma, sería el jesuita Athanasius
1679 Kircher(1602-168o). Sus conocimientos enciclopédicos sobrepasa-
ban con mucho los de Fludd en todos los campos. Sabio universal,
Kircher pasa por fundador de la egiptología, y hasta el advenimiento
de Champollion, su interpretación simbólica de los jeroglíficos era
indiscutida.
Su obra extremadamente vasta, en la que junto a infolios rica-
mente ilustrados se encuentra su célebre colección de ciencias natu-
rales -que hasta 1876 podía admirarse en Roma, en el «Museum Kir-
cherianum>>-, está impregnada de sus vastos conocimientos científi-
cos y de su interés por los saberes ocultos y hechos pretendida mente
milagrosos. Este hecho, unido a su interés precoz por los sistemas
religiosos de Oriente Medio y Lejano Oriente, preparó el terreno al
audaz sincretismo de la Sociedad Teosófica, fundada al término del
siglo XIX.
16 INTRODUCCIÓN INTRODUCCIÓN 17
Introducción Gnosis quiere decir conocimiento, y el gnóstico pasa por varios meico. A la esfera de Saturno, la más ext erior, corresponde <<la sucia Introducción
estadios de la conciencia. El primer conocimiento fundamental es la vestidura del alma», el plomo, metal grosero. Para franquear esa
buena nueva de que el fondo del propio ser humano tiene naturaleza esfera, es necesario pasar por la muerte del cuerpo y la putrefacción
divina: el alma aparece como rayo de luz divina. La segunda noticia, de la materia, condición previa de la transmutación. El alma tendrá
la mala nueva, se refi ere al «horror de la situación»: ese rayo de luz es que atravesar las esferas de Júpiter (cinc), Marte (hierro), Venus
prisionero d e los poderes t enebrosos, está confinado en el exilio de (cobre}, Mercurio (mercurio}, Luna (plata) y Sol (oro).
la materia, encerrado en la mazmorra del cuerpo, los sentidos corpo- La gnosis partía de la tesis de que los diferentes metales corres-
rales lo engañan, los astros demoníacos lo mancillan y embrujan, para pondían a diversos estados o estadios de madurez o de enf ermedad
impedir su retorno a la patria divina. de una sola materia primera en su camino hacia la perfección: el oro.
Bajo la influencia del dualismo mazdeísta (Zoroastro) y plató- Para f acilit arl e el paso por las siete puertas de los espíritus planeta-
nico, la visión del mundo gnóstico presenta una dolorosa sima entre rios, había que estar en posesión de la gnosis, del conocimiento de
mundo interior y mundo exterior,entre sujeto y obj eto, entre espíritu las prácticas de la magia astral.
y materia. Fue Ari stóteles quien, en el siglo IV a.C., había formulado Los neoplatónicos encajaban las diferentes tesis, a veces diver-
esta dicotomía y le había dado un carácter cósmico, dividiendo radi- gentes entre ellas, que su maestro había expuesto dialécticamente
calmente el universo en cielo etéreo, eterno, y una región sublunar y en sus diálogos, en el estrecho corsé de un orden del mundo pirami-
transitoria. Este modelo, que fue asumido casi sin modificaciones dal y escalonado. En una especie de escala d e sonidos descendente,
por Claudia Ptolomeo (hacia 100-178 d. C.), el agnóstico de Alejan- el universo surge de la plenitud del Uno, d el bien, y actúa los interva-
dría, campeó sobre los espíritus durante dos milenios, aniquilando los de las leyes de la armonía que se remontan a Pitágoras (s. VI a.C.)
cualquier visión monista del mundo. y a su teoría de la armonía de las esferas. El conflicto interno de los
Al pleroma, a la plenitud espiritual del mundo de luz divino, se gnósticos era ajeno a los neoplatónicos, que interponían una serie de
opone en la gnosis, de repente, el kenoma, la vida material del instancias mediadoras entre los dos polos de la f ilosofía de Platón: el
mundo de las apariencias. La ingrata tarea de la creación le cae en mundo de ideas inmutables y arquetipos celestes y el mundo muda-
suerte a un Dios creador que asume los rasgos despóticos del Jehová ble y perecedero de las imágenes terrestres. Al igual que el ser
del Antiguo Testamento, y que en su acción se vuelve contra el Dios humano, el mundo pequeño de éste (microcosmos) estaba formado
de la luz y de la bondad, contra el «Padre desconocido''· Es el de tres partes, el cuerpo, el alma y el espíritu; la región astral tenia
demiurgo; en otras palabras, el artista o el maestro de obras. Mien- un alma, el alma del mundo. Las ideas habitan las regiones superiores
tras que en el mito platónico de la creación, el «Timeo», el demiurgo y trascendentes del intelecto divi no, reflejándose e imprimiéndose
(Platón aún lo llama «poeta») form a a partir del mundo de las ideas un sus <<signaturas>> eternas en las cosas de abajo, materiales y mortales,
cosmos de proporciones armoniosas bajo la forma de un,..organismo por influjo de los planetas.
animado que contiene <<todos los seres mortales e inmortales», el El hombre tiene ahora el poder de manipular las cosas que ocu-
demiurgo de la gnosis origina un horrible caos, crea un mundo desna- rren aquí abajo, actuando sobre las regiones intermedias del alma
turalizado e incompleto. Un mundo que la alquimia pretende mejorar del mundo mediante prácticas mágicas como los talismanes, exorcis-
por medio del <<arte», creando un nuevo orden o modif icando el ya mos, y otras similares. El contacto se verifica por medio del cuerpo
existente. sutil, invisible, <<sideral» o <<astral» que rod ea al hombre. Los mitos
En muchos mitos gnósticos, se atribuye al hombre una responsa- gnóstico-cabalísticos hablan del cielo como de un solo hombre hecho
bilidad creadora: para curar el organismo enfermo del mundo, es de materia sutil, el proto-Adán anterior al pecado original, andrógino
preciso devolver el rayo de luz divino, el oro espiritual, a su patria gigantesco que pervive aún en cada uno de nosotros bajo la forma
celestial, pasando por las siete esferas planetarias del cosmos ptole· reducida de ese cuerpo invisible, y que aguarda su retorno a la patria
18 INTRODUCCIÓN INTRODUCCIÓN 19
Introducción celeste. A través de ese medio sideral, el hombre puede comunicarse En la Edad Media, el neoplatonísmo estuvo representado princi- Introducción
con el macrocosmos, accediendo asi a sueños premonitorios y proféti- palmente por la mística de la Iglesia ortodoxa. Aunque no era incom-
cos. patible con las estrictas estructuras jerárquicas del Estado y de la
El poder creativo de la imaginación corresponde en el hombre a Iglesia, fue relegado en Occidente al margen de los grandes sistemas
la actividad demiúrgica y creadora de Jos astros exteriores. Paracelso doctrinales escolásticos. La Iglesia, por su parte, pensaba que con el
llamaba por ese motivo «astro interior» a esa imaginación. Pero no exterminio de los cátaros y de los valdenses, a comienzos del siglo
hay que confundir imaginación con fantasía. La primera se concibe XIII, y la consiguiente creación del «Santo Oficio de la Inquisición»,
como una fuerza solar, creadora, que se concentra en el eidá, las había erradicado definitivamente la «herejía» gnóstica.
ideas, Jos arquetipos paradigmáticos del <<mundo real»; la segunda, Pero en el Renacimiento la tradición alejandrina brotó con reno-
por el contrario, no es más que una ilusión lunática y engañosa, rela- vadas fuerzas: Marsilio Ficino (1433-1499), el principal representante
cionada con el eidola, pálido reflejo de las ideas en el «mundo de las de la Academia Platónica florentina, traducía en 1463, por orden de
apariencias>>. Cosme de Médicis, un compendio de catorce tratados gnóstico-neo-
•<Si alguien poseyera realmente esas ideas de las que habla Pla- platónicos de los primeros siglos del cristianismo. Este compendio,
tón, podría convertirlas en substancia vital y crear perpetuamente que se atribuía a Hermes, «el tres veces grande», era conocido bajo el
una obra de arte tras la otra.» (Alberto Durero} título de «Corpus Hermeticum». La impresión profunda que causó
Paracelso compara la imaginación («Ein-bildung»} con un imán
También Leonardo
que, por su fuerza magnética, atrae las cosas del mundo exterior y las da Vinci (1452-
hace entrar en el hombre para someterlas en él a una transformación. 1519) estaba fami·
líarizado con las
Ése es el motivo por el que el campo de actividad de la imaginación ideas del neopla·
se representa por el símbolo del alquimista, del escultor o del orfe- tonismo floren-
tino, sobre todo a
bre. Es necesario dominar la imaginación, pues el hombre es «el que través del <Corpus
piensa y lo que piensa. Piensa en el fuego, entonces es fuego». (Para- hermeticum>, en la
traducción dE>
celso)
Ma rsilio Ficino.
Para Demócrito, el filósofo griego de la naturaleza que primero
Es!'udio de ias
utilizó el término microcosmos, las apariencias, representaciones e proporciones según
ideas son, sin excepción, entidades concretas y materiales, suscepti- Vitruvio
20 INTRODUCCIÓN INTRODUCCIÓN 21
Introducción este «Corpus>> en el mundo del humanismo se explica por el hecho de Pocos alquimistas tenían conocimiento del «Corpus Hermeti- Introducción
que parecía transmitir, aun estando impregnado de ideas mágicas, la cum». Pero todos ellos asociaban a Hermes con la imagen aportada
pretendida sabiduría de los misterios antiguos en el estilo del Nuevo por la Tabla de esmeralda, y con el principio húmedo, «mercurial»,
Testamento, es decir, con un espíritu cristiano. Y el hecho de que los del «Comienzo y del fin de la obra>>. En la veneración de esta «agua
textos evocaran una ciencia antigua y secreta de los hebreos, la divina» se encuentran las aguas superiores y pneumáticas de la gno-
cábala, tal cual la había expuesto Pico della Mirandola (1463-1494}, sis que en los textos griegos de los albores de la alquimia desembo-
amigo de Ficíno, no hizo más que reforzar la creencia de q ue existía can en las tiniebl as de la materia, evocando así el descenso del Cristo
una prisca sapientia de espíritu totalmente cristiano. (La cábala de gnóstico, para despertar de su letargo a los cuerpos muertos de los
fundamento alejandri no, como la conocemos ahora, surgió en los metales.
siglos XII y XIII en el sur de Francia y en España.} En dichos textos se abordan los ritos del desmenuzamiento
Los efectos de la conciencia gnóstica sobre la vida espiritua l en y resurrección de los meta les, que recuerd an el mito egipcio de
Europa son tan complejos y omnipresentes, que es difíci l evaluarlos Osiris, así como los cul tos órficos y dionisiacos perpetuados en nues-
en toda su extensión: el hombre del <<Corpus Hermeticum>>, que par- tros días en el rito masónico. Mircea Eliade, especialista en temas de
ticipa del genio creador de Dios, cuadra de maravilla con el ideal del religión, habla de la noción de «complejidad y del drama en la vida
hombre renacentista, que comienza a liberarse de las ataduras del de la materia» propia de la antigua práctica metalúrgica de los egip-
cosmos gradual del medioevo para penetrar en el centro del devenir cios y del área cultural de Mesopotamia; sólo después de «Conocer
universal. los misterios greco-orientales>> podemos tener una idea cabal de las
El rayo de luz gnóstico que, prisionero d e las tinieblas de este imágenes y visiones que los conforman. (Herreros y alquimistas,
mundo, aspira al conocimiento de Dios, se refleja en la lucha solitaria París 1g56}
del alma protestante por alcanzar la salvación. La ortodoxia luterana La distinción exacta entre materia orgánica e inorgánica era des-
ha conseguido, a lo largo de los siglos, borrar de su memoria todos conocida entonces. Por ese motivo, el proceso de transmut ación se
los intentos de reforma, provenientes de sus propias filas, basados representaba como una especie de fermentación, durante la cual
en la alquimia y la cábala, ya que dichos intentos se oponían al <<cris- ciertos metales podían transmitir sus propiedades, como una encima
tianismo amurallado y a la letra de la fe>>. Pero la huella dejada por o levadura.
estas fuerzas visionarias del siglo XVII (como las de Weigel, los Rosa - Pero la alquimia, tal cual llegó al Occidente cristiano después
Cruz o los partidarios de Boehme}, en la mística anglicana, en las de pasar por España en los siglos XII y XI II, es infi nitamente más rica
corrientes pietistas del siglo XVIII y en el idealismo alemán, de orien· y misteriosa de lo que sugieren los textos de alquimistas de comien-
tación protestante, ha sido profunda. zos del periodo alejandrino. Si se quiere hacer honor a toda la com-
William Blake ve con toda razón el demiurgo de la gnosis en el plejidad del «real arte», hay que recurr ir al esquema ternario tan
Dios deísta de la Ilustración creyente en el progreso, un Dios que socorrido por los f ilósof os herméticos: el alma de la alquimia se
emprende la huida después de haber puesto en marcha la rueda de situaría en Alejandría; su corpus, sus i nnumerables prácticas empíri-
la creación y haberla abandonado a su curso disparatado. Se impon ía cas, su saber técnico, los criptogramas, las máximas y las imágenes
l a noción de un mundo perfecto, necesitado de mejora, para que alegóricas, encuentran su continuación en los árabes. Su espíritu,
pudiera desarrollarse el moderno espíritu científico. Es interesante por último, está estrechamente ligado a la fi losofía de la naturaleza
constatar que son los pensadores gnósticos como Paracelso y griega, cuyos fundamentos teóricos fueron sentados en el siglo
Boehme quienes pueden trazar la imagen de una naturaleza divina V a.C.
surgida de la materia sombría, inspirando así el culto del romanti -
cismo a la naturaleza.
22 INTRODUCCIÓN INTRODUCCIÓN 23
Introducción Conceptos de la filosofía de la naturaleza Introducción
Se dice que el filósofo y taumaturgo Empédocles creía en la existen-
cia de dos soles. Las teorías herméticas hablan asimismo de un sol
La di vi na agua doble, distinguiendo entre un claro y luminoso sol espiritual,
mercurial
el oro filosófico, y un sol oscuro, natural, que corresponde al oro mate-
Baro Urbigerus, rial. El primero está hecho de fuego esencial, y se relaciona con el
Besondere Chy-
mische 5chriften, éter y el <<aire ardiente». La creencia de Heráclito (siglo VI a.C) en la
J-l~mhorrrn 'J7nc
existencia de un fuego vivificador que éll lama «artista» y que pene-
tra en la materia es una reminiscencia de la magia persa. La participa-
ción del fuego invisible en la obra de los alquimistas es lo que distin-
gue a la alquimia de la química profana. El sol natural, por el contra-
rio, no es otra cosa que fuego común que todo lo consume, pero cuya
aplicación, convenientemente dosificada, es necesaria para la consu-
mación del o pus.
Empédocles enseñó también que toda vida es producto del
movimiento nacido de la tensión entre las dos fuerzas polares del
amor y la disputa. En el opus magnum, esas fuerzas corresponden a
las dos operaciones sucesivas de disolución y coagulación, dispersión
y fijación, destilación y condensación, sístole y diástole, «Si y no en
todas las cosas» (J. Boehme). A su vez se corresponden con los dos·
agentes bipolares de la alquimia árabe: el mercurio filosófico y
el azufre, el sol y la luna, la esposa blanca y el esposo rojo. Pero el
punto culminante de la obra es la conjunción, es decir, la unión de los
principios masculino y femenino en los desposorios del cielo y la tie-
rra, del espíritu ígneo y la materia acuosa (el término latino materia
deriva de mater, madre). El producto de este coito cósmico es ellapis,
el «hijo rojo del sol>>.
William Blake identificaba el principio masculino con el tiempo,
y el femenino con el espacio. La penetración de los dos suscita el eco
múltiple de acontecimientos particulares que, en relación a su totali-
dad- el cuerpo microcósmico y macrocósmico de Cristo en la metá-
fora de la «imaginación humana y divina>>, tienen lugar en una simul-
taneidad relativa. Cada momento particular se abre en su curso a la
presencia continua de ese organismo fluctuante, recibiendo <<el cuá-
druple marchamo>> que Blake llama <<Jerusalén». De esta figura meta-
fórica resultan las estructuras caleidoscópicas de sus poemas tardíos,
que se ofrecen al lector como un tejido de múltiples relaciones pers-
pectivistas • todo ello orientado contra la usual concepción de una
24 INTRODUCCIÓN INTRODUCCIÓN 25
Introducción sencilla localización de acontecimientos en un tiempo lineal y abso- Introducción
luto y en un tiempo también absoluto, tesis de la que parte Newton
para formu lar sus leyes físicas.
Hermes Trismegísto
Tras las imágenes frecuentemente crudas del pintor y poeta
y el fuego creador
inglés se esconde, con gran precisión de detalles, una critica extre- que une las polarí·
dades.
madamente inteligente y perspicaz de esta visión del mundo mate-
rialista y mecanicista de los sig los XVII y XVIII, cuyos desastrosos D. Stolcius von
efectos se aprecian actualmente, a escala mundial, en toda su Srolcenberg, Viri·
darivm chymicum,
extensión. Francforr, 1624
El principio femenino y mercurial simboliza en la alquimia el
aspecto proteomorfo de los procesos naturales, su movilidad fluc -
tuante. «Los laborantes operativos quieren dominarlo (a Mercurio) y
maniobrar en el curso de la operación contra todas las reglas de la
gratitud», se lee en Johannis de Monte Raphim; pero se libera una y
otra vez, y si se reflexiona sobre su ser, se convierte en reflexión;
si se emite un juicio sobre él, se convierte en juicio. («Vorbothe der
Morgenrothe», en Deutsches Theatrum Chemicum, Núremberg,
1728}
Francis Bacon, Los físicos del siglo XX se han encontrado con este principio La disolución y
Estudio sobre la
oscilante en el trasfondo de la física cuántica, escondido tras la coagulación o
máscara hecha on
Mercurio y el
vida de William rí gida cortina de las leyes elementales de Newton, y les ha sido azufre, en figura
8/ako, 1955
i mposible d eterminar en el mismo tiempo y con exactitud la posición de águila y sapo
(detalle)
y el impulso de las partículas más ínfimas..También se ha podido D. Stolcius von
constatar que la apariencia de los objetos subatómicos está condicio Sto/cenberg, Viri-
darivm chymicum,
nada por el modo o método de observación. En relación con el tra- Francfort, 1624
bajo de los alquimistas, se podría discutir el problema de la proyec-
ción, de la plasmación de contenidos físicos por la imaginación en un
ámbito exclusivamente psicológico, si no fuera porque a nivel de la
microfísica existe una estrecha e insoslayable imbricación ontológica
entre el sujeto y el objeto de la observación. Ha sido necesario admi-
tir que la subjetividad es un agente activo en el desarro llo de los pro-
cesos naturales, procesos que algunos alquimistas definen como la
i nversión permanente de lo interior y lo exterior.
El matemático Alfred North Whit ehead, que en su obra sobre la
«filosofía organísmica», de inspiración platónica, propone so l ucione~
para reducir la «dicotomía en la naturaleza» entre la subjetividad
de la percepción y la objetividad de los hechos, formul ó con una
frase rotunda en 1941, d urante su última conferencia, la conclusión
26 INTRODUCCIÓN INTRODUCCIÓN
27
Introducción filosófica extraída de los descubrimientos mercuriales de la física Introducción
moderna: «Exactness is a fake» (la exactitud es una falacia).
En la alquimia, la fuerza antagónica, que fija y da f orma, operada
sobre Mercurio, está representada en la alquimia por el principio Los cuatro
elementos (de
masculino del azufre. Paracelso añadió a esta doctrina medieval de izquierda a dere-
dos principios un tercer elemento, contribuyendo decisivamente a cha: tierra, agua,
aire, fuego), que
una concepción dinámica de los procesos naturales. corresponden a las
El tercer principio es la sal, cuyo poder solidificante se corres - cuatro fases del
o pus y a los cuatro
ponde con el cuerpo. Al azufre, combustible graso y aceitoso, se le grados del fuego.
atribuye la posición de mediador del alma. Mercurio, fluido sujeto a
la sublimación, es el espíritu sutil.
El «Tria prima» de Paracelso no representa substancia química
alguna, sino fuerzas espirituales de las que se sirven, modificando
constantemente las relaciones entre ellas, los artífices o maestros de
obra invisibles para crear en la naturaleza las condiciones materiales
D. Srolcius von
y pasajeras de las cosas. En la alquimia especulativa tardía, tal como Sto/cenberg, Viri·
la practicaban ciertas tendencias masónicas del siglo XVIII, la sal darium chymicum,
Francfort, 1624
secreta pasa a ocupar el centro de la mística gnosticoherm ética. Por
su poder terapéutico, fue en ocasiones objeto de una interpretación La materia inicial
cristológica que veía en ella «la luz coagulada del mundO>>, <<el fuego para la elaboración
dellapis puede en ·
central secreto» o «la sal de la sabiduría>>. contrarse por do·
A Empédocles se debe también la t esis de los cuatro elementos, qui er: en la tierra,
en las montañas,
que él llama «las cuatro raíces de las cosas»: tierra, agua, aire y en el aire y en el
fuego. Hipócrates la aplicó a su teoría de los cuatro humores corpo· agua nutriente.
rales, y Aristóteles la modificó considerablemente en el siglo IV a.C.
Aristóteles resume todos los elementos en una protomateria, la proté
hy!e o prima materia. Los alquimista la llamaron «nuestro caos» o
«terrón tenebroso», que se remonta a la caída de Lucifer y de Adán.
Sublimar ese terrón y exaltarlo hasta ellapis no era entonces otra
cosa que retornar la creación a su estado paradisíaco. El mayor afán
de todo alquimista, su secreto mejor guardado bajo seudónimos, era
encontrar la materia inicial conveniente a la obra. En los enigmas se
decía que no hay nada más fácil que descubrirla, pues se encuentra
en todos los elementos, incluso en el polvo de los caminos, y al igual
que Cristo, aunque es en realidad lo más precioso que hay en el
mundo, a los ojos del ignorante es <<la más miserable de todas las
Micllel Maier,
cosas terrenales».
Atalanta fugiens,
Para Aristóteles, la prima materia se asocia a las cuatro cualida· Oppenheim, 1618
28 INTRODUCCIÓN INTRODUCCIÓN
Introducción des de sequedad, frío, humedad y calor. Manipulando esas cualída· Introducción
des, se puede modificar la composición elementa l de los materiales,
y por tanto transmutarlos.
Ellapis inmarcesi·
En consecuencia, el trabajo del alquimista «Se reduce a la ínver·
ble proviene de la
sión (rotatio) de los elementos, ya que la materia de la piedra pasa de unión de los si m·
una naturaleza a otra, los elementos se extraen uno después del otro bolos superior e
inferior. del fuego
y la dominan alternativamente(... ) hasta que todos vuelven hacía 6 y del agua 'V,
abajo, donde reposan ». (D'Espagnet, <<Das Geheíme Werk», en producida por la
rotación de los
Deutsches Theatrum chemicum, Núremberg, 1728) elementos. Es e l
Según una ley atribuida a Pítágoras, el espectro total de posibili- reflejo celeste del
oro terrestre, per·
dades de este mundo está conteni do en la cifra cuatro. El quinto ele- sonificado aquí
mento aristotélico, la sutil quintaesencia, no puede encontrarse más por Apolo en los
infiernos, rodeado
que en el empíreo divino. El objetivo de los alquimistas era hacer de seis musas o
descender ese elemento a la tierra mediante repetidas rotaciones, ya metales.
destilaran el espíritu del vino o imaginaran la luz divina en la sal. Para
llegar a su realización, había que cruzar el anillo exterior del mundo
inferior, el anillo ofídico de Saturno, que lo separa del paraíso.
Saturno y el dios griego del tiempo, Cronos, son todo uno; su supera-
ción implica una cesura en el transcurso del tiempo, su retorno a la
edad de oro, la eterna juventud en la simultaneidad divina. Este
sueño debía hacerse re alidad mediante el elixir de j uventud, el «oro
bebestible», cuyo conocimiento, probablemente venido de la China y
la India, llegó a Arabia a comienzos de la Edad Media. Musaeum Hermeti·
cum, ed. Francfort,
El más antiguo texto griego de alquimia que conocemos, con el 1749
título elocuente de «Physica kai Mystika» (De las cosas naturales y de
las cosas ocultas), distingue ya cuatro fases en el opus magnum,
según los cuatro colores que toma: la fase del negro (nigredo), la fase
del blanco (albedo), la fase del amarillo (citrinitas) y la fase del rojo
(rubedo). Esta división ha sobrevivido, con ligeras modificaciones, a
toda la historia de la alq uimia. Más tarde aparecieron otras subdivi-
siones en la «astronomía inferior», como se llamaba a la alquimia, que
diferían considerablemente unas de otras, y que d erivaban del
número de metales planetarios o de los doce signos del zodíaco.
J. Pernety, en su «Dictionaire Mytho-Hermétique» (París, 1787), enu-
mera las fases siguientes: 1) calcinatio: calcinación, oxidación, Aries;
2) conge/atio: cristalización, Tauro; 3) fíxatío: solidificación, Géminis;
4) so/utio: disolución, licuefacción, Cáncer; s) dígestio: la disgrega·
ción, Leo; 6) dístillatío : segregación de los sólido de lo liquido, Virgo;
30 INTRODUCCIÓN INTRODUCCIÓN 31
Introducción 7) sublimatio: refinación por evaporación, Libra; 8) separatio: separa- Introducción
ción, Escorpio; g) ceratio: solidificación en estado ceruminoso, Sagi-
tario; 10) fermentatio: fermentación, Capricornio; 11) multiplicatio:
multiplicación, Acua rio; 12) projectio: dispersión del lapis pulverizado
sobre los metales comunes, Piscis.
El texto g riego citado arriba, datado en los siglos 1y 11 a.C., fue
sacado a la luz por un discípulo de Demócrito y publicado bajo su
nomb re. Para Demócrito, todo fenómeno sensible e incluso los colo-
res proceden del movimiento y de las constelaciones variables de
partículas infinitamente pequeñas y exentas de cualidad que llamaba
átomos «indivisibles>>. Esta realidad atómica detrás de la fachada del
mundo ilusorio de las apariencias era para Demócrito inconcebible-
mente profunda y estaba oculta. Una histo ria de Ja alquimia práctica
debería comenzar con este f ísico atomista y no alquimista, y concluir
con los atomistas no alquimísticos del siglo XX, que 200 años des-
pués de la refutación de todo lo que constituía el fundamente físico y
natural del arte hermético, han logrado la transmutación de los ele-
mentos mediante la fusión del núcleo del átomo- eso si, con un gasto
energético nada rentable.
Vista del interior del acelerador lineal de la Entonces se supera la f uerza d e repulsión
Sociedad de Investigación de Iones Pesa- de otros núcleos atómicos, como los de1
dos de Darmstadt. Núcleos atómicos, car- cobre, con número atómico 29, y se hace
gados eléctricamente, p. ej .los del cinc, d e posible una fusión. El resultad o sería un
número at ómico so, pueden acelerarse a núcleo de 79 protones, es decir, el oro.
una décima parte de la velocidad de la luz.
32 INTRODUCCIÓN INTRODUCCIÓN 33
El lugar El lugar
terrenal terrenal
• Puedo asegurar
que q uien Int ente
descifrar literal-
mente lo que los
filósofos herméti-
cos h~n e:;crito;
se perderá en los
meandros de un
laberinto del que
l'lO saldrá jamás.),
(Uvre d'Artéphius,
Oibl. des Philo·
sophes Chimiques,
Parls, 1741)
En el a trío se ve el
azufre y el mercu-
rlo,los dos compo-
nentes básicos de
la materia. los tres
muros simbol izan
las tres partes de
la o bra q~e co·
mlenza en prima-
vera bajo el signo
de Aries y el
cuerpo muerto
en putrefacción.
En verano, bajo
el signo e¡ e leo,
tiene lugarla
unión del alma y
el cuerpo, y en di · El fuego exterior ó , en forma d e angelote, nitrato <D. que se aisla a partir del rocio
ciembre, bajo el conduce a la pareja alquimica del azufre divino. El ast eroide de seis punt as en la
signo de Sagitario, y el mercurio al laberinto de las metamor- cúpula in dica que ha nacido el niño filosó-
se p roduce el naci- fosis materiales . Su unión, que sólo es po- fico.
n1iento del cuerpo sible con ayuda de la sal ígnea secreta que
espiritual inmarce- provoca la red ucción de los metales, tiene G. van Vreeswyk, De Gouda Leeuw {El/eón
sible. el elixir u lugar en el templo central. la sal ígnea se de oro}, Amsterdam, 1676
ooro liquido de la compone de amoniaco*· sal t artárica 6 y
eterna juventud>>.
Janus Lacinius,
Preliosa Margarira
novel/a, 1577- 1583
Reconstrucción
En la imaginería de la secta gnóstica de los ofitas, la serpiente (levia del universo gnós-
tán, Ouroboros) representaba el anillo de las aguas celestes origina- tico tal cual lo
conceblan los
rías que rodea el mundo creado, y que es impenetrable para los sentí ofitas(del
dos; se segrega del universo divino hecho de amor y de luz. griego «ophis»,
serpiente).
También la cábala, que contiene una herencia gnóstica conside-
rable, habla de un velo entre Dios y la creación. Jacob Boehme llama Hans Leisesang,
DieGnosis,
«aguas superiores» a esta envoltura celeste; en el mito de Blake, el Stuttgart, 1985
hombre es prisionero de la mar del tiempo y el espacio.
la existencia terrenal es para la gnosis un lugar de tenebrosa
confinación. Para Paracelso, el lugar a donde fue arrojado el diablo,
en otras palabras, el mismo infierno.
Al nacer, el alma de la luz desciende la escala de las siete esferas.
siendo retenida en su bajada por los planetas, considerados como
creadores interiores y demonios (arcontes); allí se hace grosera y se
envuelve en el fango de la materia.
Cada uno de los planetas imprime en el alma, durante su trave-
sía, una propiedad negativa que la mancilla: Venus le da la lujuria,
Mercurio la avaricia, Marte la ira, Júpiter la vanidad, y así sucesiva-
mente.
Después de la muerte, la envoltura terrestre queda en el Tártaro
como larva, y el alma se eleva por encima de las regiones aéreas
(Beemoth) hasta los arcontes, que intentan impedirle el paso. Por ese
es necesario el conocimiento exacto (gnosis) del santo y seña, para
encontrar el camino de la séptuple purificación.
la travesía de la última esfera es la más peligrosa. Allí reina
Saturno, quien, según las enseñanzas ofitas, es el Dios «proscrito»,
creador del espacio y el tiempo. Es la serpiente que guarda el pa-
raíso.
Abajo: Johannes
Romberch, Conges-
torium artificiose
memorie, 1533
Manuscrito de
Lamberc de Saint-
Omer, P~rís, 1260
11rtll1
fft~1
ttgt>ttcongla
""nnuaLttC11
•ltn\)11:1J5'li&-IU\r :¡J51d.ttttt1M1 nd'
pn!SF'IS~'":-4llb1 niotc'fbfuton~7tooritl
~ oÜlQIU~~Bj¡l.\"0 . ~Ull- '
tUt:l •\ltb.li3\;0it-lli(tlut'q
'tlmll\uf.nutr6 QyrrqUtl!Jtlon
Wrt:i~ lti!Jtrrtll~figtl u
fhlj!01.1~~,H<triínn10 \lOttlt&·lll.tU: l1lltO !)k!Jt.'f. J>L<njl11111~ IM'"'lltutr qu~.í~lrofu~trt't rnl\'tt"
Robert Fludd,
Utriusque Cosmi,
Francfort, 1621
San Isidoro de
Sevilla, De natura
rerum, compii<Jción
de manuscritos,
haciv el año Boo
Partiendo de la
obra del f lorentino
Pico della Miran-
dola (1463-14g4),
la llamada <Cábala
cristiana,, com- U;NÍV.ERSI...
bina elementos to-
mados de la tradi-
ción cristiana y
NO. J..
neoplatónica con
los conocimientos,
a veces de dudosa
fuente, de la mís-
t ica judía. Robert
Fludd traza aquí
un paralelismo
entre los .:>stratos
del cosmos ptole-
meico y las veinti-
dós letras del
alfabeto hebreo
que sirvieron a
Dios para crear el
mundo.
Robert Fludd,
Utriusque Cosmi,
tomo/,
Oppenheim, 1617
Kircher aparece
aqu í recibiendo las
instrucciones del
ángel Cosmiel, que
lo co nd uce en $ U e·
ños por los siste-
mas astronómicos
concurrentes.
Es a la visión del
mund o d e Brahe a
la que da pretere n·
cia, pues quiere,
por un a parte, sa-
tisface r una nece·
sid ad e>spontánea
d e geocentrismo,
y por otra, conferir
al sol, que según la
trad ición hermé-
t ica es el represen-
t ante de Dios en el
cosmos, el rango
que se me rece.
Athanasíus Kírche>r,
/ter extaticum,
ed. Caspar Schott,
Würzburg, 1671
Tycho Brahe logró la síntesis d e los siste - Mercurio, Ve>nus, Marte, Júpit e>ry Saturno,
mas contradictorios de Ptolomeo y Copér- que> giran concéntricamente alrededor d el
nlco, esforzándose por hacer «más creíble sol pero con una órbita e xcéntrica en rela-
la disposición geocéntrica de los mundos ción a la tierra. Venus y Mercurio son los
( ...}la jerarquía de las órbitas la o rdena únicos satélit es fijos d el sol e n su trayecto-
como sigue: la luna gira alrededor d e la ria alrededor de la tierra (... )•. (A. Cella-
tierra, situada en el cent ro del universo, en rius)
unn ó rbit a concéntrica en torno a ésta,
como lo hace el sol. La tierra es a su vez el Andreas Ce/larius, Harmonía Macrocosmíca,
centro de los cinco planetas restantes, Amsterdam, 1660
Detrás de l nombre latini zado d11 Sacro- • Recuerdo haber visto a At las contem- gado las bujlas que brillaba n en Jos vasos.•
bosco se escondo el monje inglés John of plando un mundo en el que Copérnico (De Hooghe, Hieroglyphica, Amsterdam
Ho lywood, autor de un manual de astrono- habla roto los círculos y Jos anillos, Tycho 1744)
mía datado en 1220 q ue fue una de las Brahe estaba bajo el globo t errestre en
obras más difundidas en su época. Sacro- ademán de llevarlo sobre Jos hombros y «Sucederá que la tierra se p recipitará en
bosco comenta en ella el sistema ptole- Ptolomeo, chillando y gesticulando, inten- el abismo & sucederá que se mantendrá
meico y aporta pruebas de la forma esfé- taba sostener el terrón en forma de esfera en el centro & sucederá que se extiende
rica de la tierra y de las órbitas planetarias, para que no se hundiese en la nada. Entre- plana en Jos vastos espacios.• (Willíam
explicando asimismo los eclipses de sol y tanto Copérnico había qu ebrado gran nú- Blake, Jerusalén, 1804)
de luna. mero de bolas de cristal que se habían
depositado en torno al gl obo , y había apa- FranciscusAquilonius, Optica, 1611
Johannes de 5acrobosco, Sphaera Mundi,
Amberes, 1573
Robert Fludd,
Utriusque Cosmi,
tomo 1, Oppenheim
1617
La relación que mantienen en el sistema la conclusión de que el calendario se con· •En el centro de todas las cosas reside e l nadie escapa a su mirada. Sentado en lo
copernicano las siete esferas planetarias fecciona mejor si se parte de una concep· loi.¿Podria imaginarse un lugar mejor en alto de su trono, el sol guia a los hijos que
con el sol, su centro, es para el mist ico y ción heliocéntrica del mundo. Podía citar osto templo, el más bello de todos, que lo circundan.• (N. Copérnico, De revolutio-
astrónomo Kepler, comparable a la que e n su favor los trabajos de astrónomos y oquél desde el que puede alumbrar al nibus orbíum caelestium, 1543)
existe entre • e l pensamiento discursivo filósofos de la Antigüedad como Aristarco mismo tiempo todas las cosas? Se le llama
y la extrema simplicidad de la cognición de Samos (hacia 300 a.C.), Heráclides de con razón luminaria, espíritu. señor del Andreas Cellarius, Harmonia Macrocosmit:a,
mistica•. (Harmonices Mundi, linz, 161g; Ponto, Niceta s de Siracusa o Ecpantus el universo. Para Herrnes Trismegisto es el Amsterdam, 1660
ed. Leipzig, 1925) pitagórico. dios Invisible; para la Electra de Sófocles,
Roberr Fludd,
Philosophia sacra,
Francfort, r626
En el simbolismo Cristo-Apolo en
d~ la francmasone- el centro del
r ía, el sol encarna zodíaco. En los
el espíritu eterno, medallo n~s exte-
el oro inmateria l. riores, las cuatro
En muchas logias estaciones.
masónicas se lo
representa orien- Cristo en el zodíaco,
tado al ~ste, desde norte de Italia, s. XI
donde gobierna
el venerable
maest ro.
Un francmasón
formado con los
elementos de su
logia, grabado en
cobre. 17<;d.
Arhanasius Kircher,
Ars magna lucís,
Amsterdam, 1671
Pedro Apiano,
Astronomicum
.., , , 1 '1;'1 1
Caesareum,
lngolstadt, 1540 ~"'"'~:J&<ll q~.a~;~"llf>iGil"'"- 3-''!l >t'il'\3~!:>.~;¡
Seg ún cálculos
actual, el año
perfecto importa
25.868 años,
t iempo que nece-
sita el punto
primaveral para
recorrer todo el
zodiaco.
Lamberr de Saint·
Omer, Uber • Espejo de las causas de todo• del cosmos; finalmente, en el circulo
Floridus, hacia 1120 interior, la Tria Prima, los tres principios
la totalidad de la creadón, salida de la alquímicos básicos de la materia.
noche, emana radialmente de la causa
primera y oculta. Fluye del circulo exterior La totalidad del plan de la creación se
y paternal, el tetragrama, en las tres letras desarrolla en la d irección de las agujas del
hebraicas llamadas «matrices•: Aleph, reloj, como el dia, que comienza con el alba
aire (Avyr), Mem, agua (Mayim), Shin, y concluye con el crepúsculo del mundo.
fuego (Aesh). En los t res círculos siguien-
tes, están los diez nombres y atributos de l?obert Fludd, lnregrum Morborum
Dios; sigue la jerarquía plat ónico-cristiana Mysrerium, Francfort, 1631
Lamberrus de
Saint· Omer, Liber
Floridus, hacia 1120
Joaqum de Fiore,
Italia, s. XII
Almanaque rimado
alemán, Alemania
Cenera/, s. XIV
Los met ales representan. según los alqui- El a utor de la <Auro ra consurgens>com-
mist as. una contracción de fuerzas plane- pa ra el crecimiento dellapis con la gesta-
t a rias. por eso se lla ma -astronomía infe· ción d el e mbrión durante nueve meses e n
rior• a este arte. En correspondencia con el vientre mat e rno. Según Ceorge Ripley
las d oce secciones d el zodiaco. la materia (1415- 1490). el liquido amniótico simboliza
t iene que atravesar d oce puertas o est a· la tintura bla nca o lunar q ue ant ecede a la
d ios antes de obtener su co nsistencia rubificación solar (a rriba a la derecha).
definit iva e n la fase d e rubificación y
«d e librarse de la influe ncia del zodíaco». Aurora consurgcns, finales del s. XIV
(Nicolas Flamel)
Horóscopo sacado
de un manuscrito
iluminado de
Heidelberg lla·
mado «libro del
destino» (finales
del s. XV), que es
propiamente la
traducción al
alemán del •Astro ·
labium planum• de
Petrus de Abano
(s.XIII).
Manuscríto de
astronomía
de Wenceslao 111,
Praga, 1400
El •hemisferio meridional de los antiguos> los frutos, las reliquias y la historia de Esta representación del «firmamento cris· La • Osa Meno"' se ha convertido en el
con las constelaciones conocidas en la nuestros adulterios, de nuestros incestos, tiano• está ba.s ada en un original de Julius arcángel San Miguel; la •Osa Mayor•, en la
mitología griega. de nuestra lujuria, de nuestras pasiones Schiller (Augsburgo, 1627), para quien iba barca de San Pedro, y la constelación de
criminales, de nuestras depredaciones y contra la fe «dar a las estrellas nombres Andrómeda ha pasado a ser la tumba de
En •El destronamiento de la bestia», sátira perversidades. Y para acabar de coronar de espíritus malignos, de animales y de Cristo.
de Giordano Bruno aparecida en 1584, nuestros errores, hemos elevado el triunfo hombres impíos•. puesto que en la Biblia
Zeus ordena un nuevo reparto de las imá· del vicio hasta el cielo, convirtiéndolo en se dice: «los sabios brillarán con el esplen· Andreas ~1/arius, Harmonica Macrocosmica,
genes celestes, sustituyéndolas por virtu· sede de nuestros crímenes.• dordel firmamento, y los que enseñaron Amsrerdam, 1660
des: •Notorios y desnudos ante los hom- la justicia brillarán por siempre, eterna·
bres son nuestros vicios; el mismo cielo Andreas ~llarius, Harmonía Macrocosmica, mente, como las estrellas». (Oaniel12,3)
es testigo de nuestros desatinos. He aquí Amsterdam, 1660
Mientras escuchaba en una forja los golpes de martillos diver- le inspiró su t eo-
ría. Los herreros
sos, le vino en mientes una leyenda de Yámblico, según la cual se martillean el metal
pueden expresar los valores de los sonidos en relaciones cuantitati- en el interior de
una oreja, sobre
vas, en números y en términos geométricos. Con ayuda de instrumen- cuya «extraña
tos de cuerda, descubrió la relación entre la frecuencia y la altura forma anatómica,>
-con martillo y
del sonido. Según Pitágoras, el mundo entero se
yunque-, diserta
compone de armonías y números. Tanto el alma largamente Atha-
nasius Ki rcher.
microscópica como el universo macroscópico se
articulan, según él, en proporciones ideales, que Para el neop lató-
se pueden expresar con una secuencia de sonidos. nico Boecio, teó-
ric.o de la música
La altura de las diferentes notas planetarias (s . V d.C), la •mu ·
sobre la escala musical celeste se determinaba por sica instrumenta-
lis>terrenal es sólo
el tiempo que los planetas tardaban en recorrer un reflejo de la
su órbita, y la distancias se relacionaban con los (musica mundana) .
la música de las
intervalos entre los tonos . Kepler complicó más el esferas celestes,
sistema, atribuyendo a cada planeta una sucesión representada aquí
por la esfera cen-
de tonos próximos. La serie de notas que creía tral. Ésta es, a su
haber descubierto para la tierra (mi, fa, mi) pro- vez, un eco lcjano
de la música divina
baba para él, poco después de haber estallado la de los nueve coros
Guerra de los Treinta Años, que en «este valle de de ángeles .
Robcrt Fludd,
Utriusque Cosmi,
romo 1, Oppen-
heim, 1617
«Los filósofos d e la Antigüedad considera· «En t oda línea evolutiva hay dos puntos
ban q ue el mundo est aba constituido por en los que el movimiento no puede propa·
una armonía perfecta, es decir, que desde garse sin ayuda exterior. En determinados
la tierra a los cielos había una octava per· p untos es necesario un impacto adicional
fecta .» (A . Kircher. M usu rgia universalis). provenient e de una fuerza aparte. En dí·
Los siete puntos o p rogresiones de la ches puntos hace falta ese impulso, sin el
octava eng lobaban el mundo, ya que el cual no pueden perpetuar el movimiento .
nú mero siet e reúne la Santísima Trinidad y Est e p rincipio del número siete lo enco n·
los cuatro element os. El filósofo y maestro t ramos por doquier - en la q uímica, en la
de d anza caucasiano G. Gurdj iefffundó física, etc. : en todo rige el mismo p rinci·
en Fontain ebleau, en 1922, su célebre pi o. El mejor ej emp lo es 1a composición de
<<I nstitu to para la f o rmación armoniosa del la escala . Tomaremos una octava para de·
hombre, basándose en el principio de la mostrarJo.» (Gurdjieff, Conversaciones,
octavan. Basilea, 1982)
Pintura, Rajastilan,
El Tetraktys es también el soporte de la hacia el s. XVIII
imagen d el alma universal , cuya composi·
ción en form a de X (la letra griega «jÍ»)
describe Platón en el «Ti meo>>. Según
el principio de la d ivisión proporcional de
la cuerda sonante, la matriz de todas las
formas t errestres se desdobla aquí como
una red ele coo rdinadas con f racciones y
m(il tip los.
La <Ji> pitagórica
Con la repetida
pronunciación del
nombre de Dios
surgen los cuatro
mundos: Aziluth,
Beriah, Yezirah y
Assiya.
Robert Fludd,
Utdusque Cosmi,
tomo 11, Francfort,
162 1
Robert Fludd,
Philosophia Sacra,
Francfort, 1626
Robert Fludd,
Utriusque Cosmi,
tomo/, Oppen-
heim, 1617
Para Robert Fludd, d iscípulo de Paracelso. No d ebe maravillarnos, dice Fludd, que En el centro, las
el acto divino d e la creación se representa nuestro planeta sea un valle de lágrimas, aguas tenebrosas.
pl ásticamente como u n proceso alquímico sabiendo que está hecho del sedimento de lejanas de la luz,
en el que Dios, como espagírico o d epura- la creación, por el que ronda el d iablo. que f orman la
dor de metales, obtiene del caos tene- fuente de la mate·
broso, de la Prima Materia, los t res elemen- «Cua ndo el ocult o de ocult os quiso reve- ria; en el círculo
tos primarios, divinos, que son la luz, la larse a lo no manifestado, comenzó engen· exte rior, las aguas
oscu ridad y las aguas espirituales. Estas drando un punto luminoso. Antes de que superiores, de
aguas son a su vez el principio d e los cua· este punto fuera luminoso y se hiciera las que emana el
tro elementos aristotélicos, de los cuales visible, el infinito (En Soph) estaba oculto fuego divino (em-
la tierra es el más tosco y pesad o, compa- y no dab a luz alguna.• (Zohar) píreo). La nube
rable al sedimento, a la ccaput corvi•, que clara en el medio
se deposita en el fondo del matraz durante Robert Fludd, Utriusque Cosmi, tomo 1, es un estadio «que
la destilación. Oppenheim, 16 17 se llama espíritu
de la t ierra, espi·
ritu mercurial, éter
o q uintaesencia• .
Robert Fludd,
Utriusque cosmi,
tomo/, Oppen-
heim, 1617
El primer dia de la
El caos de los ele-
creación:
mentos surgido de
las aguas inferio-
«Dijo Dios: ¡Há·
res ttes una mate-
gase la luz! Y la luz
ria tosca y amorfa,
salió( ...). Partió
en cuyas entrañas
del abismo pro·
los elementos se fundo en el este,
encuentran de tal
donde mora, y
forma embrollados
penetró por las ti·
y presos, que
nie>blas, envuelto
( ... )luchan salvaje-
en una nube lumi-
mente-entre
nosa, ya que el
ellos».
sol no existía aún
(... ).• (John Milton,
Paradise Lost,
1667/74)
La paloma es el
espi ritu de Dios.
Robert Fludd,
Robert Flvdd,
Utriusque Cosmi..
Utriusquc Cosmi,
tomo/, Oppen-
tomo/, Oppenlleim
heim, 1617
1617
g6 EL MACROCOSMOS: Génesis 97
EL MACROCOSMOS: Génesis
Ciénesis Ciénesis
Robert Fludd,
Utriusqae Cosmi,
tomo /, Opp.en- Robert Fludd, Utriasqae Cosmi,
heim, 1617 tomo/, Oppenlleim, 1617
La escala ascen-
«En la con fusión
dente de los ele·
mentos según su que siguió a la
creación, un poco
grado de pureza,
de luz celeste
t ierra, agua, luz
y fuego, se repro· quedó atrapada en
la masa fria de la
duce en todo el
t ierra. Siguiendo
cosmos, com·
la ley de la gravita·
puesto d e cielo
ción , la substancia
sublunar elemen·
tal, éter y empi·
celeste comenzó
reo. a ascender en el
cielo hasta el lugar
que le correspon·
día. Así surgió
nuestro sol.>>
Robert Fludd,
Robert Fludd,
Utriusqve Cosmi,
Utriusque Cosmi,
tomo/, Oppen ·
tomo !, Oppen·
heim, 1617
!Jeim, 1617
El espíritu de Dios
sobrevuela como
una paloma la
creación consu·
mada, pero ya
amenazada por el
pecado. En su
<Tractatus apolo·
getius>, Fludd
subraya que la Representación cosmológica del opus El páj aro representa las fases del o pus.
finalidad principal alquimista en form a de g lobo ocular. El Consta del cuervo (putrefactio) el cisne
del estudio del lapis esférico, símbolo del pequeño (albedo), el pavo (fase de irisación) y el
macrocosmos mundo renovado, sale de la pupila, que a fénix (rubedo).
debe ser investí· su vez simboliza el caos macroscópico de
gar elpapelq ue los cuatro elementos. los brazos que le- El nervio óptico está representado con el
desempeña el es· vantan ellapis del fuego bautismal son Tetraktys pitagórico.
p iritu divino en la «las dos partes principales del opus. la
creació n. Pues sin disolución del cuerpo (salve) y la solidifi- Heinric/1 K/Junrath, Amphitheatrum
la luz de éste es cación del espíritu (coagula)». Las aguas sapientiae aeterna, 1602
imposible la vida. rojas y blancas que manan del rebis,
del doble aspecto de la materia, forman el
cuerpo vidriado y viscoso del ojo del
mundo. el océano de tiempo y espado.
Robert Fludd,
Utriusque Cosmi,
tomo /, Oppen·
/Jeim, 1617
Gregor Reisch,
Pretiosa M¡¡rgarit¡¡,
Friburgo, 1503,
Basilea, 1508
l os nombres de
las Zoas, las bes·
tias del Apocali pis,
están inscritos en
las cuatro e sfe ras
que se interseccio-
-
l li)AN-.1\t)AN
r:N rlfi N<:>N
OJ;NHH ON
l U U lO
nan; represent an
las cuat ro f uerzas
primarias del uni-
verso. Urtl1ona/Los
es la imag inación,
Luvah la pasión,
liNl!S OF l'l!llCJ.:J•TION Urizen, la razón y
ASVOilTI.:i...X
Tharmas el cuerpo.
«El mund o en
f orma d e huevo de
l os» se hincha a
part ir del torbe·
Los poemas de W illiam Blake cont ienen Segú n la hipótesis d e Easson y Easson, !lino que está, en
largos pasaj es surcados de disquisicio nes que pasan por alt o muchos aspect os del el cent ro del caos,
sobre la visión materialista del mundo poema, Blak e es partidario, en su poema creando la ilusió n
d e Isaac Newton, en particular sobre su <Mi lton>, de un modelo ó ptico inscrito en d e espacio trid i·
<Óptica>. El oj o f ísico , según Blak e, es tur· la forma del huevo cósmico . mensiona l delimi·
bío y vid rioso «COmo el negro guijarro de tado por la opaci·
un farallón batido por las ag uas». El nervio K. P. Easson y R. R. Easson, Modelo hipotético d ad (Satán) y
ó ptico, que Newton admira, construye, de la geografía visionaria en <Mi/ton>, en: por la densidad
segú n el poeta, «vallas de piedra co ntra W. 8/ake, Mi/ton, Londres, 1979 (Ad<in), imp i·
el mar o ndeante». (Biake, Mi lton, 1804). diendo así al hom·
Blake, que pref irió seguir a Jaco b Boehme, bre, seg ém Blake,
int ent ó desarrollar una ópt ica d e lo ver las cosas como
visio nario . son, eternas e
inf initas.
'(<Entonces vi una
formación gigan-
tesca, redonda e
imp recisa. Hacia
arriba se hacía
más fina. como un
huevo ( ...). Su capa
exterior parecía
tener un fuego lu-
minoso (empyreum).
La membrana
que tenía debajo
era sombría. En
el fuego claro
flot aba una bola
de fuego rojiza y
chispeant e (el
sol)» . Bajo la som -
b ría membrana,
ella ve la zona del
éter con la luna y
las estrellas, y de-
baj o de ellas, una
zona evanescente
que ella llama
<<membrana
b lanca, o • las
aguas superiores>>.
Hildegard von
Bingen, Scivias
(Códice de Ruperrs-
berger), s. XII
El nacimiento del mundo elemental ent re (d os tomos, Amsterdam, 1665, 1678) de
las regiones luminosas del cielo y el caos Kírcher. Dichas ilustraciones muestran un
de los infiernos. Joh ann J. Becher fuego central subterráneo comunicado
(1635- 1682) describe así las comb inacio- directamente con los volcanes y las aguas
nes de los element os: la t ierra condensa subterráneas q ue engrosan los mares su ·
y atrae, el agua ab re y p urifica, el aire perfíciales.
licúa y seca, el fuego separa y co nsuma».
J.J. Becher, Opuscula chymica, Núremberg,
El g rabado en co bre está inspirado en las 1719
ilustraciones de <Mundus subterreaneus>
<<Se eleva desde la tierra a los cielos/ dice Hermes Trismegisto en su <La creación del
mundO>
Tabla de esmeralda: con tales palabras explica de la forma más bella/
así como que/ el recipiente alquímico tiene que ser ordenado y dis- El Bosco, paneles
exteriores del
puesto_ Pues nosotros vemos/ o constatamos/ que el cielo entero/ .Jardín de las
y los elementos tienen la forma adorable de un ser esférico/ en cuyo deliciaS»,
hacia1510
centro o en su esencia el calor del fuego subterráneo es eminente-
mente fuerte y poderoso/ y que eleva a los aires la más sutil materia
de los elementos/ elevándose a si misma de la misma manera.»
(Conrad Horlacher, Kern und Stern [Núcleo y astro], Francfort, 1707)
<<Esto se produce en el hornillo de at anor de los filósofos/ y se
encierra en una prisión permanente y perpetua/ de forma totalmente
transparente/ clara y límpida como el cristal y redonda como la
esfera celeste.( ... ) Pero este tu cielo ti ene que ser preservado por
tres baluartes y muros (hornillo de atanor triple)/ de forma que no
tenga más que una entrada/ muy bien vigilada: pues la ciudad celeste
será siti ada por los enemigos terrestres.» (Anónimo, Nodus Sophicus
Enodatus, 1639)
«Es menester que la vasija tenga forma redonda, para que el
artista pueda transformar el firmamento y el cráneO.>> (Theatrum
chemicum, 1622)
<<La preparación de la piedra (filosofal) se hace según el modelo
de la creación del mundo, pues son precisos su caos y su materia
primera, en la que los elementos se mezclan y oscilan de un lado al
otro hasta que el espíritu ígneo los separe. Una vez ocurrido eso, lo
que es sutil será llevado a lo alto, y lo que es grosero se precipitará
al fondO. >> (J. d'Espagnet, La obra hermética [Das Geheime Werk],
Núremberg, 1730)
pero no se trata del metal de ese nombre, sino de una substancia 3} El caos
misteriosa de origen desconocido.
4) El escudo del
De esta substancia se extrae el espíritu mat erial, el legendario lapis
azogue, que en calidad de agente del opus, emprende el vuelo en
S) Los cuatro
forma de paloma. Al igual que las palomas soltadas por Noé para elementos
saber si se habían retirado las aguas, su vuelo no cesa hasta la
J.C. Barchusen,
obtención definitiva dellapis. Elementa chemicae,
En esta serie de ilustraciones y en otras semejantes, la paloma Leiden, 1718
emprende el vuelo y se posa veintisiete veces, correspondiendo
al vuelo de las veintisiete alondras en el mito de William Blake, por-
tadoras de las ideas convencionales. No es sino el vigesimoséptimo
vuelo el que trae la iluminación y la irrupción del pensamiento a
partir de los estrechos limites del recipiente. Se aniquila cuando se
ha consumado ellapis.
Los comentarios que acompañan a las ilustraciones se refieren
a las explicaciones que da el propio Barchusen.
Él mismo confiesa no haber sido jamás testigo de una transmuta-
ción, y no cesa de insistir en que todo lo que dice no es más que pura
especulación.
114 EL OPUS MACNUM: Génesis en la retorta EL OPUS MACNUM: Génesis en la retorta 115
Génesis Génesis
en la retorta en la retorta
J. C. Barchusen,
Elementa chemicae,
Leiden, 1718
116 EL OPUS MACNUM: Génesis en la retorta EL OPUS M.ACNUM: Génesis en la retorta 117
Génesis Génesis
en la retorta en la retorta
J. C. Barchusen,
Elementa chemicae,
Leiden. 1718
118 EL OPUS MACNUM: Génesis en la retorta EL OPUS MACNUM: Génesis en la retorta 119
Génesis Génesis
en la retorta en la retorta
J. C. Barchusen,
Elcmenta chemicae,
Leiden, 1718
120 EL OPUS MAGNUM: Génesis en la retorta E L OPUS MAGNUM: Génesis en la r etorta 121
Génesis Génesis
en la retorta en la retorta
122 EL OPUS MACNUM : Génesis en la retorta :LOPUS MACNUM: Génesis en la retorta 123
Génesis Génesis
en la retorta
en la retorta
42)-45) En la
38)-41) El e le-
décima destilaci ón
mento húmedo se
y su consiguiente
eleva. seg uido del
humectación se
aire. en la nove na
produce un des·
destilación del
doblamicmto de los
mercurio fi losofal.
elementos.
J. C. Barchusen,
La naturaleza ígnC!a
Elemenra chemicae,
dellapis se depo-
Leiden, 1718
sita en el fondo del
matraz. Así el agua
se evapora, dando
lugar a la forma·
ción de nubes.
J. C. Barchusen,
Elementa chemicac,
Leiden, 1718
126 EL OPUS MACNUM: Génesis en la retorta EL OPUS MACNUM: Génesis en la retorta 127
Génesis Génesis
en la retorta e n la retorta
128 EL OPus MACNUM: Genesis en la retorta EL OPUS MACNUM: Génesis en la retorta 129
Génesis Génesis
en la retorta en la retorta
J. C. Barchusen,
Elementa chemicae,
Leiden, 1718
130 EL OPUS MAGNUM: Génesis en la retorta E L OPUS MAGNUM: Génesis en la retorta 131
Génesis Génesis
en la retorta en la retorta
132 EL OPUS MACNUM: Génesis en la retorta EL OPUS MACNUM: Génesis en la retorta 133
Génesis Génesis
en la retorta en la retorta
Pero lo que ha dado celebridad a este tratado son las ilustracio- Mercurio atiza el
nes. de las que existen varias versiones. La más antigua, datada fuego en el matraz
en el que se en·
en 1535, proviene del taller de iluminación de libros de Nikolaus cuentra el dragón
Glockendon, en Núremberg. de la materia
prima. dándole
Los matraces que se ven en las páginas siguientes se refieren
alas que evocan la
vagamente a los pasajes de la obra de Trismosin referentes al reino vaporización. La
sangre de la que
del fuego en el opus, que se orientan por el curso del sol a lo largo
se nutre el dragón
del zodíaco. <<Si el sol atraviesa Aries, marca el primer grado» {calor es el espíritu uní·
versal, el alma de
débil); si pasa por el signo de Leo, la temperatura asciende al cénit,
todas las cosas.
y en Sagitario se hace moderada.
Las ilustraciones combinan las siete fases del opus con los S. Trismosin,
Sp/endor solis,
motivos astrológicos, y éstos a su vez con las representaciones de Londres, s. XVI
los soberanos de los planetas y los hijos de aquéllos.
Se creía entonces que la vida terrestre era el reflejo o la sombra
del orden celeste. No había destino, rango ni oficio que no estuviera
sometido a la influencia de un determinado regente planetario.
En la escuela de Dure ro se trabajaba en la elaboración de reglas a las
que estaba sometido el canon medieval de los hijos de los planetas.
134 EL OPUS MACNUM: Génesis en la retorta EL OPUS MACNUM: Génesis en la retorta 135
Génesis Génesis
en la retorta en la retorta
136 EL OPUS MA«NUM: Gé nesis e n la re t orta EL OPUS MACNUM: Génesis en la retorta 137
Génesis Génesis
en la retorta en la retorta
S. Trismosin,
Sp/endor so/is,
Londres, s. XVI
Dad a nuestro dragón viviente el león feroz, para que lo devore. La consumación está próxima.
138 EL OPUS MAGNUM: Génesis en la retorta EL OPUS MAGNUM: Génesis en la retorta 139
Génesis Génesis
en la retorta e n la ret orta
5. Trismos;n~
Splendor solis,
Londres, s. XVI
El hij o ha nacido, es más grande que yo. La muerte est á abolid a y nuestro hij o reina con la obra de roj o.
140 EL OPUS MACNUM: Génesis en la r etorta E L O PUS MACNUM: Gén esis e n l a r etorta 1 41
La purificación La purificación
Michael Maier,
Atalanta fugiens,
Oppenheim, 1618
Arribil: Aurora
cottSurgens,
comienzos del
s.XVI
«Como en un
horno el fue<Jo
calienta la materia
y extrae lo mejor
de ella, el espíritu,
la vida( ..•) lo eleva
a las alturas, hasta
la parte más alta
d el yelmo; allí
se adhiere y fin al·
mente vuelve a
d escender( ..•), así
hará también Dios
el día del Juicio
Fi nal, separará los
justos de los peca-
dores por medio
del fuego. Los
cristianos y los
justos volarán al
cielo y permanece-
rán allí eterna·
mente; los imp íos
y malvados, serán
el cald o de cu ltivo
y el fermento del
infierno.•
(Martín Lutero.
Tischreden)
Theatrum Chemi-
cum Britannicum,
Londres, 1652
W. 8/ake,
L3stludgement
(El Juicio Final),
1808
•Cuando la imaginación, las artes y las «Si el observador con la ayuda de la imagi-
ciencias y todos los dones del Espíritu nación pudiera penetrar en todos estos
Santo se consideran vanos y a los hombres detalles, acercándose a ellos con el carro
sólo les queda compet ir entre ellos, enton- de fuego del extremo recogimiento( ... ),
ces comenzará el Juicio Fi nal.• Así intro· se levantaría de su tumba y encontraría al
d uce Blake su exhaustivo comentario a la Salvador en los aires, y conocería la fel ici·
lluGtración del mismo nomb re, en la que d ad.,. (Willi am Blake, A V1sion of the Last
<1cGcribe los caracteres que la pueblan. Judgcmcnt, 1810)
El Padre, airado
La revu elta celeste del soberbio Lucifer, su posterior expulsión a los
porta caída; mien -
tras los ángeles abismos sombríos y la ca ida de Adán que entraña, forman el punto
d<!l mal son arroja- de partida de la filosofía hermética. El caos «primaterial» de los ele-
dos del paraíso, el
Salvador conduce mentos nace de esta doble catástrofe cósmica, material inicial de la
suavemente a obra. Al artista se le presenta la tarea sobrehumana de devolver este
nuestros primeros
padres fuera del ••siniestro terrón», mediante la sublimación perfecta, a su estado
Edén, pasando por original y paradisíaco: <<Es evidente que la t ierra que Dios creó en sus
la comitiva de án-
geles g uardianes comienzos era perfecta y sin tacha, equiparable a la naturaleza y a la
sollozantes. Satán virtud de la piedra f ilosofal ( ... }. Cuando el hombre cayó, Dios montó
despi.,rta ahora al
pecado, la muerte
en cólera y maldij o la tierra roja (Adán viene del hebreo adamah,
y el infierno, para que quiere decir <tierra roja>. Se veía ahí una alusión al color rojo
festejar con e llos
el nacimiento de la
del lapis}, destruyó sus proporciones naturales, transformó la homo-
guerra y la miseria. geneidad en heterogeneidad y, por trastoca miento de los elemen-
Mientras tanto,
el león avizora el
tos, confi rió a la materia esa grosera confusión que le es propia y
buey, el tig re el cu ya consecuencia son la corrupción y la muerte.>> (Julius Sperber, en:
caball o, buitre y
Deutsches Theatrum Chemicum 11, Núremberg, 1730}.
ág uila se disputan
el cordero.» Según Jacob Boehme, la soberbi a de Lucifer suscit ó en Dios el
(Inscripción al
fueg o de la ira en la naturaleza exterior, y «el inf inito amor que se
reverso del
grabado, 1807) manifestaba en la chispa de la vida, pasó a ser( ... } el aguijón de la
muerte; del barro hizo el duro trabajo de la piedra, una morada de
W. 8/ake,
The F~/1 of Man miseria». (Boehme, Aurora)
(La caída del La caíd a de Adán t rajo consigo que el hombre fuera arrancado
hombre}, 1807
de la unidad original interior y arrojado al mundo exterior de los con-
trarios. Según las enseñanzas cabalísticas, esgrimidas por Paracelso y
Boehme, el Adán prim itivo era andrógino, «hombre y mujer al mismo
tiempo( ... } de raza pura. Podía parir virginalmente a voluntad, su
cuerpo podía atravesar árboles y piedras. Hubiera podido encontrar
el sublime lapis philosophorum más fácilmente que una simple
piedra». (Boehme, Vom dreyfachen Leben [De la t riple vida]}
El aspecto femenino, inherente a la esencia de Adán antes de
que se le retirara de él en el sueño, era su ce leste esposa Sophia
(Sabiduría}. Blake la llama «emanación» (irradiación energética y
es pi ritual}.
Una vez que Adán, en su caída, «Se imagina>> estar en el mundo
exterior y tru eca su cuerpo astral de luz por la •<larva>> carna l, su
Impulsado por su
compañera y matriz le abandona. Desde entonces lleva una existen- sobe rbia, Lucifer
cia sombría e irreal, es un espectro (en su aspecto masculino). se eleva en los
aires, pero Miguel
El alto grado de abstracción del edificio ideológico de Jacob y Uriello arrojan
Boehme y su lenguaje visionario inspiraron a Dionysos A. Freher, al fuego (4) del
abismo.
teósofo de Núremberg domiciliado en Londres, una serie de ilustra-
ciones que Blake se atreve a comparar con las composiciones de Los siete númt>ros
representados
Miguel Angel. Los emblemas representados aquí, que ilustran la aquí son los siete
caída de Lucifer y la de Ad án, forman parte de los «Hieroglyphica espíritus-fuentes
de Dios. Según
sacra (or Divine Emblems)» que se encuentran en el apéndice a los
Jacob Boehme,
cuatro tomos de la edici ón inglesa de Boehme, editados en 1764 encaman las siete
por William Law. cualidades de cada
cosa y los siet e
age ntes activos
en todo proceso
natural. Freher
muestra su divi·
sión, al estilo de
una célula, en una
zona sombría de
ira y en otra zona
La situa ción de amor luminoso.
ini cial muestra la El cuarto espíritu,
residencia de la el fuego, es el
Santísima Tri nidad punto álgido y
rodeada del fuego axial de esta d ivi-
de las legiones sión.
celestes. Dichas
leg iones están
subdivididas e n
jerarquías; e l ar·
cá ngel San Miguel
(M) y el arcángel
Uriel (U), tie ne n
allí su luga r. La
t e rcera, arriba.
está vacia: su
poseedor, el rcp re·
se nta nte de Jesu·
cristo, es culpable
de alta traición.
152 EL OPUS MACNUM: La caída d e Adán EL OPUS MACNUM: La caída de Adán 153
La caída La caída
de Adán de Adán
154 EL OPUS MACNUM: La caída de Adán EL OPUS MACNUM: La caída de Adán 155
La caída La caída
de Adán de Adán
156 EL OPUS MAGNUM: la caída de Adán EL OPUS MAGNUM: la caída de Adán 157
El caos El caos
Coenders van
Helpen, Escalier
des sages, 1689
John Martín,
Al borde del caos,
1825
Durante un viaje de c~tudios a Sicilia, en cendió, colgado de una soga, por el inte- •Me imagino la tierra con su aura vaporosa éste por un sistema arterial de canales de
1638, el P. Kircher presenció una catastró- rior del cráter hasta una gran roca, desde como la eterna aspiración y espiración de lava subterráneos, un sistema en el que el
fica erupción volcánica. En el viaje de donde podia ver toda la fragua subterrá- un magno ser viviente» (Goethe, cConver· agua del ma r llega a las montañas a través
vuelta, pasando por Nápoles. hizo que lo nea( ... ). Este imponente espectáculo le sociones con Eckennann• [Gesprache mit de grandes depósitos subterráneos, para
llevaran al cráter del Vesubio para compro- confirmó la opinión de que el interior de Eckermann), 1827). Goethe se sitúa así en fluir finalmente por el cauce de los rlos.
bar si existía una comunicación subterrá- la tierra estaba lleno de magma. En conse- In tradición hermético-platónica, según la
nea con el Etna. «Lo que alli vi era horro- cuencia, a partir de entonces consideró cual los planetas son e ntes con caracteris· Arila11asius Kircher, Mundus subtcrrcMevs,
roso. El tremendo cráter estaba iluminado los volcanes como válvulas de escape tlcas similares al cuerpo, animados como Amsterd~m. 1682
por el fuego, y de él se elevaba un insopor- del fuego subterráneo.» (K. Brischar,
table olor a azufre y alquitrán. Parecía que P. At hanasius Kircher, 1877)
Kircher había llegado a las riberas del in·
fierno, a la morada de los demonios malig- Athanasius Kirc!Jer, Mundus subcerreaneus,
nos( ...). En la madrugada siguiente, des- Amsterdam, 1682
l( ircher muestra
El sol y la luna
aqui la cocción de
como f uentes de
los metales en la
toda vida sobre y
matriz terrestre.
bajo la tierra. En
Aunque no creia
las entran as de la
en la transmuta-
madre tierra se
ción por métodos
gesta la perfecta
quimicos, hizo
maduración de
suya la teoría de
los metales. ulas
Paracelso de que
minas o vetas de
todas las cosas
metal son compa-
en la N aturaleza
rabies a una matriz:
provienen de un
los filósofos to-
germen universa l,
manen su luga r un
el•chaos
matraz( ...) que
sulphureosale
llaman su huevo.•
mercurialis».
(J.J . Secher, Chy-
mischer Ratsel-
Athanasius Kircher,
d euter [El adivino
Mundus subterrea-
quimico])
ncus, Amstcrdam,
1682
J.l. Becher, Physica
subterr:mea, 1703
Aurora consurgens,
principios del s. XVI
La •bnijula de los
sabios• entre los
polos mag néticos
del opus, simboli·
zados aquí por los
dos pilares masó-
nicos del templo
de Salomón.
Joahin, el príncipe
masculino, fuego
superior (Aesch} y
el aire inferior;
Boaz, principio
femenino, agua
superior (Mayim)
y la tierra inferior.
Todos juntos en -
gendran ella pis,
que integra 1a ene-
9 ía superior (los
plant>tas) y la infe-
rior. Los materia-
les q ue componen
el opusson:
tártaro, azufre,
amoniaco. vitrio1o,
nitrato, alumbre,
y en el centro, el
antimonio, ele-
mento básico del
que se d ice que
es el mayor ve-
neno y el remedio
más eficaz. Su
emblema es el
globo imperial.
S. M ichelspacher,
Cabala. Augsburgo,
1616
Una acumulación t~Te digo que yo soy la cosa misma. si bien tú no puedes tocarme. En
de escenas y per- D. Stolcius von
sonajes figurando 111í está el germen de los animales, de las hierbas y de los minerales.>> Stolcenberg,
el caos, como se (Diálogo entre Saturno y un químico, Francfort, 1706) Víridarium
lo imaginaba pro- cilymiwm,
bablemente el Al principio, Cronos-Saturno reinaba glorioso sobre la Edad de Francfort, 1624
paganismo. En al Oro de la eterna juventud. Pero después de ser destronado por su
extremo inferior
se ve a1siniestro hijo Júpiter y, como se dice en la !liada, <<confinado
demiurgo (Cronos) bajo la tierra>>, se encuentra en un estado deplorable:
que mora en el
centro de la tierra
encarna la muerte con su hoz en la mano, así como el
circundado por aspecto destructor del tiempo. En el o pus figura como
O u roboras, ser-
piente de la eter-
símbolo inicial de la «puerta de las tinieblas>>, por la
nidad. Más arriba, que debe pasar la materia «para renacer, regenerada,
a la derecha,
Eneph, el Egipcio
en la luz del Paraíso>> (lreneo Philalethes, Ripley Revi-
(8). El huevo que ved, Londres, 1677). Se le atribuye el estrato inferior,
tiene en la boca
vil y grosero, el poso del edificio del mundo: piedras,
simboliza el verbo
creador. A su lado tierra y plomo (antimonio). Boehme lo llama <<el
se encuentra
regente frío, rígido, duro y severo» (Aurora) que creó
Saturno con la hoz
(C). Pan (0) es el el esqueleto material del mundo. La influencia de su planeta era res- La in$Cripción
Todo, o t ambién el sobre este motivo
ponsable de toda suerte de desgracias y calamidades. Para los neo- destinado a la me-
fuego espagírico,
que d isgrega la platónicos, sin embargo, tenía la <<forma noble de un panteón filosó- ditación exhorta al
«masa caótica)). autoconocimiento
fico>> (I<Iibansky, Panofsky, Saxl, Saturn und Melancholie [«Saturno y saturnal. «Explora
Los cuatro niños
en la caverna (H) la melancolía>>], Francfort, 1992). Según Plotino (205-270) simboliza el interior de la
representan los tierra. Mediante
el espíritu puro. Agrippa de Nettesheim (1486-1535) lo menciona
cuatro element os, la rectificación
y L el espíritu de como «un gran señor, sabio y cauto, autor de la contemplación inte- {purificación me·
Dios por encima diante destilacio-
rior>> y también como «defensor y desvelador de misterios>> (De
de las t inieblas. nes repetidas),
M es la palabra occulta philosophia, 1510). Fue promovido a patrón de los alquimis- descubrirás la
hebrea berechith, tas, a figura central con la que se identificaban. piedra oculta.»
que quiere decir El número de su-
c<a( PrincipiO)>. blimaciones, siete,
- Biake habla de
De Hooghe, Hiero- los siete hornos
glypilica oder del alma- corres ·
Denkbilder der ponde a Saturno
alten Vi:ilker (•úero- como séptimo
glíficos o Símbolos planeta del sis-
de los Antiguos»), tema cosmoló9ico.
Amsterd~m, 1744
D. Stolcius von
Sto/ccnberg,
Viridarium
chymic:um,
Francfort, 1624
Espíritu y alma
ola piedra que
abandonan el
Saturno devora
cuerpo envejecido
en lugar de su hijo
que, representado
Jup iter. para de-
por el cuervo,
volverla después,
penetra en el esta·
ha sido colocada
dio do negritud
en el monte Hcli -
(nigrcdo), y en el
con para memoria
de putrefacci ón.
de l hombre.»
.cuando llegan d e
nu evo, esplendo·
rosos, co nsum~n
con él la unión per·
f ecta: de esa tria-
da nacerá Apolo,
nu estro elegido.»
D. Stolcius von
Stolcenberg,
Viridarium
chymicum,
Francfort, 1624
178 EL OPUS MACNUM: l a noche saturnal EL OPUS MACNUM : El martirio de los metales
17g
El martirio
El mart irio
de los metales
de los me tale s
• Hay que calcinar fuertement e los met ales (Rosariu m philosop horum, 1550, Wein-
hasta reducir4os a una ceniza clara y pura heim, 1992)
( .•.)Y tú, pecador, piensa que t e será nece-
sario sufrir alguna muerte si quieres ser •No se puede transmut ar una cosa en otra
como la roja piedra dorada y ascender a d e diferente naturaleza si antes no ha sido
los cielos de la luz.• (Buch der Heiligen reducida a ceniza, cal o t ierra.• (Anónimo,
Dreifaltigkeit (Ubro de la Santísima Trini- Nodo 5ophico Enodato, 1639)
dad], comienzos del s. XV)
En el fondo d e la tumba, en la ceniza
ula calcinación e~ el pa~o a una especie de residual, se encuentra la diadema del rey .•
ceniza blanca o tierra o cal blanca con la (livre d'Arthépius, Bibl. des Philosophcs
ayuda del espíritu de nuestro magisterio; chimiques, París, 1741)
Aurora consuryens,
se opera por nuestro fuego, es decir, con el
comienzos del s. XV
agua de nuestro Mercurio.• A urora consurgens, s. XVI
Elübrodela
Sanrísima Trinidad,
comienzos del s. XV
EL OPUS M ACNUM: El m artirio d e los metale s llL OPus MACNUM: El marti rio de los metales
El martirio
El martirio
de los metales
de los metales
El alquimista
•!i:lcale el alma griego Zósimo
y vuélvesela de (s. IV) menciona
lluevo, pues la una tran~fonna
ruina y la destruc- ción de los cuer·
ción de una cosa pos en es pi ritos
e~ el engendra- pu ros mediant e el
miento de la otra. descuartizamiento
Es decír: se le ritual. Se habla
quita el fluido de- aqul de miembros
sintegrador y se cortados <ttan
mezcla con su b lancos como la
fluido natural, sal•. (Los filósofos
que será su perfec- herméticos dicen
ción y su vida.• que la sal en la
(Aurora consur- ceniza calcinada es
g ens, según trad . la clave del éxito.)
del s. XVI) Pero la cabeza es
de oro. El cruel
Aurora consurgcns. ejecutor de rostro
comienzos del 11cgro tiene en la
s.XVI mano derecha la
espacia de do ble
filo, fig urando los
dos fuegos, "Y en
la izquierda una
hoja donde esta
escrito: te he
matado para que
reboses de vida
( ...). Esconderé tu
cabeza para que
no te vea el mun·
do(... )».
S. Trismosin,
Splendor solis,
Londres, s. XVI
185
EL OPUS MACNUM : El martirio de los metales llL OPUS M ACNUM: El martiri o de los metales
El martirio
El martirio de los metales
d e los metales
Michael Maier
Una parábo la observa que si se
ilustrada repre· saca al rey de la
sentando la • pre· mar roja (el agua
paración de los mercurial), hay
fluidos destructi· que procurar que
vos• (putrefacción, no pierda su co·
Satumo)y la rona, ya que las
• renovación por e l piedras preciosas
fluido esencial• que lleva engasta·
(el agua mercu· das tienen pode·
rial): •los antiguos res curativos. Hay
vieron (... ) un que meterlo en
vapor acuoso que seguida en un
subía de la tierra b~ño de vapor
para regar todo e l para que pierda el
suelo» (1 Gén. 2,6) agua tragada, y
y los monstruos después hay que
del mar( ... ) y la casarlo para que
t ierra q ue se vo lvió engendre un
fét ida en las t ini e· v~stago real.
bias, y vieron bajar
al rey de la tierra y Micf>oef Maier,
oyeron que decia: Atal.t nra fugicns,
quien me salve( ... ) Oppcnheim, 1618
reinará en mi
pureza sobre mi
trono real ( ... ).
Al día siguiente ¡SOCORRO!
vieron algo se me· •El rey q ue nada en la mar. grita a pleno ¡SOCORRO!
jantc al lucero del pulmón: el que me salve será magnifica·
alba elevándose mente recompensado.,.
por encima del rey
y vieron la luz del
d ía( ... ) Sobre su
cabeza había tres
coronas preciosas
de hierro, plat o y
o ro( ... )• .
5. Trismosin.
Splendor sofis,
Londres, s. XVI
186 El OPUS MAGNUM: El mart irio de los metales El OPUS MAGNUI\I: El martirio de los met ales
La • Prepara al principio la maravillosa agua de vida, purifica la La
rc:ourrccción y pon la a buen recaudo. Pero no creas que esta agua pura resurrección
y limpia no es el claro fluido de Baco (ospiriru del vino).•
Janus ucinius,
Proriosa Margarit<J, Janus Lacinius,
Venecia, 1546; Pretiosa Marg;¡rita,
Leipzig, 1714 Leipzig, 1714
p X lUo Q
<<La putrefacción
es una maravillosa
No p uede ha ber fo rjadora>>, p ues
resurrección s;n transmuta unos
la muerte por el elementos en
fuego (vela), pues otros. «No dejara
en la ceniza se en- de operar t ales
cuentra la «sal de t ransmutaciones
la g lorificación» hasta que el cielo
(cruz y cubo: la sal y la tierra se fun-
tartárica), que t rae dan en una masa
nueva vida (el vidriosa».
t ro nco de árbol en (A. l<irchweger,
flor). El pavo en la Aurea cate na,
torre de la iglesia 1791)
anuncia la fase del
policro mía. D. Stolcius von
Stolcenberg,
D. Stolcius von Viridariam
Stolcenberg, chymiwm,
Viridarium Francfort, 1624
cilymicum,
Francfort, 1624
W. 8/ake, Ellibro
df! Urizen, Lam-
bct/>,1794
200 201
EL OPUS MACNUM: la resurrección EL OPUS MACNUM: la resurrección
Aurora Aurora
W. BIJke, El libro
de Urizen, Lam·
beth, 1794
Saturno reina sobre los signos zodiacales t ie mpo que pasa, sino también de la prima El Rey Sol gobierna e l signo de Leo. En los Para Julius Sperber, la circunferencia
de Acuario y úpricornio. Sus hijos son mat eria, d e todos los metales: conforme torneos y la lucha se man ifi est a la priori· (Saturno como p laneta más lejano) no es
pobres y necesitados, campesinos unidos a la natu raleza, en su reí no alquímico se d ad dada a l cuerpo p or mis hijos. Mientras otra cosa que la proyección hacia afuera
a la tierra, eremitas solita rios, prisionNos da la verd adera edad de o ro .• (Hcínrich Satu rno represe nta el estado inicial, inma· del centro (Sol}, y viceversa .
y criminales. pero tamb ié n los rep resen· Kunrath, Vom hylealischen Chaos (De l caos d uro y tóxico de la mat e ria, e l So l muest ra
tantcs de las ciencias geo mé tricas y astro· hilico»], Francfort, 1708} su madurez d e finit iva tras pasar po r las De Sphaera, manuscrito italiano, s. XV
nó micas. • Los a nt ig uos conside raban a siete esferas.
Saturno no solame nte e ncarnació n del De Sphaera, manuscrito italiano, s. XV
tos de los metales y redimir a su madre y esposa. Así comienza el Aurora consurgens,
«blanqueo»: sus vestidos son ahora <<más blancos que la nieve••. y finales del s. XIV
dará a su esposo alas como las de la paloma para elevarse con él a los
cielos.
Jacob Boehme,
Drey Principia
(Tres Principios),
Amsterdam, 1682
Jacob Boehmc.
Tfleosopflische
Werke (Escritos
teosóficos). Am·
st'erdam, 1692
218 EL OPUS MACNUM ; Luz y tinieblas EL OPUS MACNUM: Luz y tinieblas 219
Luz y t inieblas que se anticipa así a la de Kepl er, la int uición visionaria de la órbita Luz y t inieblas
elíptica de los planetas, surgida de la polaridad de dos fuegos o cen -
tros.
Según Boehme,
los sabios de la An-
Exposición de conjunto del sistema de Boehme tigüedad nombra-
El círculo exterior es «el gran misterio del abismo (Abyss), pues el ron a los planetas
por sus siete cuali·
ser divi no se engendra a sí mismo en las profundidades, reflejándose dades naturales,
en el espejo de la sabiduría (Sophia).» Esta autoprocreación de Dios • pero ellos veían
n\ucho más lejos.
debida a su propia reflexión en la nada primitiva es el punto de par- no solamente los
tid a d e la t ríada dialéctica, el propio proceso de la creación. siete planetas,
sino también las
El nombre de Dios, Adonaí (esfera superior), «indica la apertura siete cualidades
o movimient o espontáneo de la unidad insondable y eterna». Se en la eclosión de
todos los seres.
encuentran allí en potencia seis especi es de energía seminal. En la S
No exist e un ob·
cent ral se esconde el misterio de la esencia andrógi na de Dios: la jeto en la esencia
do todos los seres
letra S val e t anto para Sophia como para el Hijo (Sohn) virginal.
q ue no posea siet e
La aspi ración y espiración divina de las t res sílabas del Tetra- cualidad es; pues
ellos f o mlan la
gamma, Je-ho-va, como eterna sucesión de sístoles y diástoles, de
ruad~ del centro,
solve et coagula, surge como cont rapunt o inicial, el principio aspi- el o rigen del aw-
rante del Padre vengador: el d el mundo de las t inieblas, que revela frc. on el q u<:!
M ercurio p repara
tres aspecto s: lo pócima d el tor-
1) La fuerza centrípeta de atracción (Saturno), f uente de rigor, mento d~l mied o)).
Lo~ si~te cualida-
dureza y frío des i(nacen con-
2) La fuerza de repulsión, de la «punzante amargura», llamada juntamente. imb ri-
cadas unas en
también «aguijón de la sensibilidad». De ella surgen la movilidad las otras, ninguna
mercuri al y la vid a de los sentidos. es la primera.
ninguna la última».
3) El antagonismo de atracción y repulsión (1 + 2) produce el
movimiento rotatorio <<tormento del miedo>>(Marte). D.A . Freher, en:
Worksof
4) El cuarto aspecto se obtiene porfrotamiento y rotaci ón: el J. BC!hmM,
doble f uego de luz y de t inieblas, un resplandor, la reacción inicial Law-Edirion, 176.4
220 EL OPUS MACNUM: Luz y t inieblas EL OPUS MACNUM: Luz y tinieblas 221
Luz y tinieblas ·---------------~~--~~---- 1
La luz divina
ilumina todo por
i gu~l. si bien no
es asimilada del
mismo modo: el
tosco corazón de
a baj o la absorbe
como un agujero
negro; el de
arriba, más sutil.
1a asume y la pro-
yecta .
Roberr Fludd,
Philosophia Sacra,
Francfort, 16:z6
222 EL OPUS MAGNUM: luz y tinieblas EL OPUS MACNUM: Luz y tinieblas 223
Luz y t inieblas Luz y t inieblas
ull~vamos ~n no-
sotros el centro de
la Naturaleza: si
hacemos de noso·
tros un ángel, se·
remos un ángel; si
hacemos de noso·
tros un demonio,
también lo sere·
mos: nos hacemos
constantemente
en la creación,
cultivamos nues-
t ro campos.»
(Jacob Boehme)
224 EL OPUS MACNUM: Luz y t inieblas EL OPUS M ACNUM: Luz y t inieblas 225
Luz y tinieblas Luz y tinieblas
«Es menester que busquemos la luz; pero es una luz tan delgada y El Rosa-cruz inglés,
Thomas Vaughan
espiritual, que no podemos asirla, por eso tenemos que buscar su (1622-1666), narra
morada, la substancia celeste, etérea y oleaginosa.» Así formuló en aqu i su encuentro
con Thalia, la musa
1651 su teoría de la luz el Rosa-Cruz inglés Thomas Vaughan (cono- de la naturaleza
cido bajo el seudónimo de Philaletes), algunos años antes de que su florida . Ésta, des-
pues de quejarse
compatriota Newton iniciase sus experimentos sobre la luz, en los vehementemente
que «sometía a tormento» (Goethe) a la luz, que en de haber :;ido
violada por los al-
su opinión se componía de corpúsculos sólidos. quimistas dellabo·
Sin embargo, no fue la teoría mecanícista ratorio, lo conduce
a los montes de
de los corpúsculos, sino la idea alquimista de la
sal filosóficos de
«Virtud cohesiva de lo oleaginoso, como principio la luna, de donde
nace el Nilo esper-
sulfúrico de condensación, lo que permitió elabo- mático de la prima
rar la ley de la gravitación y de la fuerza eléctrica materia. Las ti n ie-
blas de la región
de atracción. (Gad Freudenthal, Die elel<trische
representan las
Anziehung im 17. Jh, [La atracción eléctrica en el falsas doctrinas
aristotélicas, en
siglo XVII]( ... ), en: Die Alchemie in der europa-
las que se yerra
ischen Kultur- und Wissenschaftsgeschichte [La hasta el descubri-
alquimia en la historia europea de la civilización y miento de la sal ál-
cali, la divina e in-
de la ciencia], Wiesbaden, 1986). visible <<luz de la
En su tratado hermético «Siris», editado en Naturaleza. El dra -
gón verde es el
La «piedra filoso- 1744, el obispo Georg e Berl<ley reitera su convicción de que puede «mercurio de los
fal acuosa», de J.A.
fabricarse oro condensando la luz e «introduciéndola en los poros sabios)), cuyo te·
Siebmacher{161B),
soro sólo descubri-
es una de las obras del mercurio». También Newton opinaba que la luz podía convertirse rán los que son
alqu imico-cristoló-
en materia, y viceversa. Hasta ahora nadie ha podido refutar esa puros como niños.
gicas en las que el
efecto salutífero opinión, al contrario: los más recientes descubrimientos científicos /renco Philalerhe
del la pis mercurial
se equipara a la
del siglo XX permiten deducir que la materia es luz condensada. (T. VaugiJan),
Lvmen de Lumine,
ccpiedra ;Jngular El concepto paracélsicq de «luz de la Naturaleza» que penetra en Hamburgo 1693
celeste)).
todos los planos visibles e invisibles del universo, corresponde a la
concepción gnóstica de la luz interior o rayo divino, que, encerrada
en la materia, la ilumina a partir del centro.
226 EL OPUS MAGNUM: luz y tinieblas EL OPUS MAGNUM: luz y tinieblas 227
Luz y tinieblas Luz y tinieblas
A comienzo s del
En su «Historia de
~igloXVII, la ceo-
la teoría de los eo·
río cnrtcsiana do lores•. Goethe es·
los corpusculos
cribe, refiriéndose
produce el paso de
al «Ars magna lucís
una concepción or·
ct umbrae)) de
gánica del mundo
l<ircher: «Por pri·
a otra mecan icista mera vez se de·
y motemática. Los muestra clara ·
alquimistas ex pe·
mente que la luz,
rimen tales y los
la sombra y los co·
partidarios de la
lores deben consi·
alquimia tradicio·
derarse elementos
nal. tachad os
de la visión, y que
ahora d e •paracél ·
los colores son un
sicos exaltados•.
producto de las
mantienen postu·
dos primeras.•
ras ir reconciliables
Luz y sombra est~n
y mutuamente in·
rcpr~scntadas:
transigcmt~s,
aquí como el
como se aprecia en
águila bicéfala de
este grabado en
los Austrias. colo·
cobre que ilustra
cada sobre la égira
la portada «Ars vi·
del sol (Apolo), de
traria experimen·
la misma f orma
talís•. de Johann
que los colores, en
Kunckel: a la iz·
forma de pavos,
quierda está la ex·
están sobre la luna
perienri3, cuya • luz ( Diana). Los rayos
de la Natura-leza
luminosos corres·
se enciende por el
ponden a los gra·
sol de la verdad en
dos d<!l conocí·
el espejo de la ra·
miento; obsérvese
zón; a la derecha.
que el mundo sen·
la "sinrazón» y la sible, en sentido
fanta sía lunática
p latónico, tiene
errando por las
solamente el
tinieblas de la
rango que le con·
locura.
f icr<! la débil refle·
xión de la luz di·
Johann Kunckel. vi na. oscurecida
Ars vitraria
por la oscura ca-
experimentalis,
verna del cuerpo.
Núremberg, 1744
A. Kircher, Ars
magna lucís, Roma,
1665
.. construir el
fn ~ u w.Ar-; magna
mundo visible con
lucl~ ·. Kirchcr pre-
luz y tinieblas. O
>Cnta las primeras
disolverlo en luz
linternas mágicas,
y tinieblas. Esa es
que hizo tan popu-
nuestra misión,
lores. Este instru-
pues este mundo
mento, que servía
visible, que noso-
p ara proyecta r
tros consideramos
imágenes pintadas
unitario, está he-
sobre vidrio,
cho, en realidad,
puede ser conside-
con dos elementos
rado precursor
primeros mezcla-
del p royector de
dos según el mejor
diapositivas o de
arte.» (Goethe,
películas. los
Physikalische Vor-
experimentos
trage [Lecciones
ópticos de Giam-
de física], 1806)
battista delta
Porta (1540-1615)
Franciscus
desempeñan un
Aguilonius, Optica,
papel importante
1611
en 1a puesta a
pu nto de este
instrumento por
Luz y sombras
l<ircher.
A. Kircher, Ars
magna lucís, Am-
sterdam, 1671
Ilusiones ópticas
232 EL OPUS MACNUM : Luz y tinieblas EL OPUS MACNUM: Luz y tinieblas 233
Lurc y tlnloblos Luz y tinieblas
Robert Fludd,
Utriusque Cosmi,
Oppenheim, 1619
234 EL OPUS MAGNUM: luz y tinieblas EL OPUS MAGNUM: Luz y tinieblas 235
~u:r. vtlnlobloc La escala
Ningún otro pensador medieval ha in· Pico della Mirandola, llegando incluso a En el segundo
fluenciado tanto los sistemas hermético- Giordano Bruno. Fludd le debe sus teore· diagrama del
teosóficos de los siglos XVI y XVII como mas más importantes, y, por mediación de Cusano, que él
Nicolás de Cusa (1401-1464), neoplatónico Valentin Wcigcl. se piensa que su teoría llama ·Figura uni·
y sabio universal. La idea que él se hacia de del conocimiento se reproduce, en parte, versi» (U), están
la negación absoluta de los contrarios en en la obra de Jacob Boehme. inscritos en la deli·
Dios y las especulaciones sobre la infinitud mitación deluni·
del cosmos y de los derivados de ella im· En su tratado ·De coniecture• (hacia verso, tres mundos
pregnaron también a Marcilio Ficino y a 1440), Nicolás de Cusa expone su teoría encasuados: el
de los cuatro planos del conocimiento, de mundo de Dios, el
los que participa el hombre, con ayuda dc la inteligencia y
de dos diag ramas. el del alma, do·
hasis pyramis tcnebrae tada de razón,
La <<figura paradigmática• (P) muestra el cuya periferia esta
universo en la intersección de dos pirámi · formada por los
des, cuyas bases llama unidad (unitas) y sentidos . En esta
alteridad (alteritas) . Ambas pirámides con . región inferior
tienen, según él, todas las oposiciones: son inevitables las
Dios y la nada, luz y tinieblas , posibilidad contradicciones.
y realidad, lo general y lo particu lar, lo En la del medio se
masculino y lo femenino. eliminan, y en el
mundo superior, el
Ascenso y descenso, evolución e involu· de Dios, sola·
ción son una y la misma cosa. La progre· mente existe la
sión del uno es la regresión del otro. «Dios afirmación.
está en cl mundo• es igual que «CI mundo
está en Dios». Nicolas de Cvsa,
De coniecruris, ed.
Nicolás de Cvsa, Df! coniecturis, Hambvrgo, 1988
ed. Hamburgo, 1988
En la modificación
de la figura U de
Kircher se encuen·
tra~ asimismo,
la cadena de mun·
dos, cada uno de
los cuales, según
el Pseudo-Areopa·
gita, está subdivi·
di do en nueve co·
ros, coincidiendo
la esfera inferior
de cada coro con la
esfera superior co·
rrespond ientc .
A. Kircher, Musur-
gia Univers~lis,
Roma, 1650
El autor de •Aurea catona Homeri• (1723), rocío o de lluvia y se trasforma, por con- .. un cuádruple
que se supone es un médico austriaco lla- densación, en nitrato, de natu raleza mas- globo de fuego
mado Kirchweger, describe de forma expli- culina O, y sal álcali 8 de naturaleza feme- rige la obra.••
cita, en los tres tomos de la obra citada, el nina e.
circuito de la Nawraleza como perpetuo
flujo y reflujo del espíriw del mundo 0 . Un Juntos engendran la sal ácida alcalina.
espíritu que llega a la tierra en forma de Estos tres componentes forman todos los
elementos y se transforman, después de
la muerte y de la corrupción, nuevamente
en rocío y en lluvia.
ción d e Dios a la
que habrá que
retornar necesa-
riamente.
Manuscrito del
s. XII
i
llim lph im chim
La escala está dividida horizontalmente dos f 1 !
~~~at ~~!¡,: Zad~icll Cn mael c~apha·
en seis peldaños que van desde los infier-
nos al mundo de arquetipos con los diez rphicl
nombres de Dios y los sephiroth, pasando 1
por el mundo ele mental. Al meditar el --._. K . 1 . M . -1..__,_1 -:-- - ---,.._
mago sobre esta escala y memoriza rla, )R , lllUt~· e!' Jt( . as oc l Sabba-t ~ M3dim sctu: ..
••no quiere aprovecharse únicamente de clo cu:-' ho¡;al- l Fhai ' mes
lelli . ·. !al! m • . ,
las energías y¡¡ prese ntes e n las cosas Pnrn(o ,Sph:rra Sph;¡,ra
más nobles , sino atraer hncio si las de las
regiones superiores».
ln nuul Col u . - - - ~
do el e· ba. m'· Pardus ll>raco ~ Aq
---
· ' . uila
~>~umi¡· :!~;~ra ~~f.~~· 5s!J\'s~ra
-
, · -Ec¡uus . · 1..co ·
·~ . .· .
- -paaus
In .nu .. 5 .
- - -~
C<rebrum Splen 'H-cpu - --
( Ot
non • ~ 1 Fcl
~)~ · «
In mun ¡· t'cudo~~ ~ --
.;,oinccr <l•c· (Spmlus .. •va~a m
.•¡ rVhorrs 1-ra:
¡ Jl
- -1.
"n
.. ali. ' ' t men dacr¡ ·quauu •cclcr(, •& Acre..:
atores po••ft•
tes
El Intelecto se en- El principio fundamental absoluto del método de Ramón Llull (Rai-
cuentra aqui al pie
de la escala d e la
mundus Lullus) lo forma una serie de nueve cualidades o nombres de
Creación, que p a- Dios, como el Bien, la Gloria, el Poder, que se encuentran también en
sando por el reino
mineral, vegetal,
la mística judía y en la islámica. Estos atribut os divinos los combina
animal, humano y con las letras que van de la B a la K. La primera letra está ausente, ya
angél ico, conduce
que está rese rvada al aspecto oculto de Dios, el En-Soph. La clave al-
a Dios, d ond c RamónUu/1,
Sophia, la sab idu - gebraica mayor se compone de nueve predicados relativos, cuestio- Ars Brevis, Opera,
ría, ha construido Estrasburgo, 1617
nes cardinales, sujetos, virtudes y vicios. Girando los discos, en los
su morada. El
personaje que re - que está puesta la serie de letras en círculos concéntricos, se obtie-
presenta el inte- nen mecánicamente todas las combinaciones posibles de estos con-
lecto tiene un ins-
trumento en la ceptos, pudiéndose no sólo contestar a todas las preguntas posibles,
mano que debe sino también averiguar nuevas cuestiones.
permitirle subir y
bajarlos peldaños : La gran influencia del «Ars Raymondi» se debe a que Llull di na-
se trata del disco miza el pensamiento y lo despeja de las estructuras jerárquicas del
del ars generalis
del filósofo cata · edificio conceptual de la Edad Media. Los conceptos se relativizan
lán y místico cris- aquí en una relación reversible de unos respecto a los otros.
tiano Ramón Llull
(1235-1316). Llull
El Cusano llamaba a este disco «una t eología circular». Su teoría
diseñó esta ce cien~ de la negación de los contrarios en Dios y de la infinitud de todas las
cía universal» para
probar la superio-
cosas sólo fue posible gracias a la incisiva doctrina !luliana.
ridad de los dog • Leibniz, el inventor de la máquina calculadora alemana, elogia
mas cristianos a Cíordano Bruno,
a Llull como padre de una lógica matemática rigurosa. «Del sueño .opera>,
los adeptos de las
dos grandcs reli· matemático de Llull», dice Ernst Bloch, <<ha nacido toda una industria ed. Nápoles, 1886
giones que had an
del pensamiento con la velocidad como embrujo». (Das Prinzip Hoff-
la romp etencia al
cristianismo, el ju- nung [El principio esperanza], Francfort del Meno, 1974)
daísmo y e l Islam.
Los cabalistas cristianos lo incluyeron en sus filas después de
RamónL/u/1, muerto, y su arte combinatorio fue retomado por Agrippa de Nettes·
De nova Logíca, heim y por Giordano Bruno, que lo cargaron de elementos de la
1512
magia astral. Como la rueda en rotación sirvió siempre de modelo a
los procesos evolutivos, Llull se aseguró también la simpatía de los
alquimistas, que le endosaron un sinnúmero de escritos herméticos.
At/Janasius Kirc/Jer,
Ars magna sciend¿
Am~terda m, 1669
Valiénd ose de la segunda escala, Llull de· alcanzarse mediante la ~cuerda de la gra·
muestra los nueve pr incipios absolutos y cía• que Dios tiend e desde lo alto. De ella
relat ivos: •( ...) estas reglas conducen de la pen den el i nt electo, seguido por la memo·
torre d e la fo y de la gracia a los principios ria, voluntad y las siete virt udes. Los siete
seguros, ya que ll evan en ellas las ca usas vicios se abrasan en el infierno (Trad. de
mismas de la razón disp uesta a recibirlas las inscripciones: W. Büchci! T. Pindl·
fuera do la duda que p lantean vuestras Büchel, en: Lull us le Myésier, Electorium
cuest iones.• Pero el arto no va más a ll~ de parvum seu Breviculu m, Wiesbaclen,
las almenas. La punta ele la torre y la Trini· 1g88}.
dad rodeada de gloria so lamente pueden
IIUGCI'Ocfón de un
El ascenso a lo!i so ..
devocionario je-
cretos de la ma!;O ·
~ulta: • Observa en
neria se basa en
esta hora A lo que
tres; •Luces mayo·
quieres hacer hoy,
y( ... ) B orienta tus
res. : la Biblia. el
compás y la cscua-
obras y tus pasos
d ra. El glifo!Gicle-
( ... )a la gloria de
Dios. C con un fine la tare~ d el
masón, represen·
corazón ardiente;
tándolo como un
ten la certeza de
que sin O la gracia punto en el centro
de un círculo en
de Dios nada pue-
relación con el ho-
des( ... ). Ejecuta
rizonte circular de
tus trabajos segün
E el peso, nümero la eternidad. Las
dos perpendicula·
y medida, y todo
res son los dos
como si fueras a
morir F en seguida
Juanes. el Bautista
y el Evangelista,
C, y los ángeles y
que los secundan.
el H diablo obser-
varan todos tus la escala de Jacob
simboliza el pro-
actos. Haz 1b ue-
ceso que dará
nas obras. como si
K tu tumba ya lugar a la transfor-
mación de la pie-
estuviera abierta
dra tosca (apren-
(... ).Lleva a buen
dizprimamateria)
término tus traba-
jos L, a imitación en piedra cübica
(el lapis).
de Jesüs y de los
santos; M los án-
geles presentarán Las figuras fe me-
ninas son la fe,
(tus obras) ame
la esperanza y el
Dios. Pero, sobre
amor. Las colum-
todo.( ... ) piensa
nas son la fuerza
siempre N que
(S). la sabiduría
Dios y la corte ce-
(W) y la belleza
lestial te observan
(B). El mosaico del
sin cesar.»
pavimento mues-
traque el grado
A. Sucquet, Via
del aprendiz está
Vitae Aetemae,
preso aün del pen-
Amberes, 1625
samient o antinó-
mico.
J. Bowring, Panel
de trabajo para el
1• grado. 1819
En Blake, la ima-
gen de la escala de
Jacob está intima-
mente ligada a la
anatomía d el oido,
cuyos canales au-
d itivos llama
• escalera en espi-
ral sin fin q ue lleva
hasta el último
cielo». La <<aper-
tura del oid o in-
t erno Qra para
Swedenborg, cu-
Ph.O. Runge, yos escritos
Perspectiva de una conocia b ien
escalera de caracol Blake, la cond ición
previa d e la t oma
de contacto
¡Quiero!, ¡Quiero!
con los mundos
superiores.
W. 81ake, La escala
de Jacob, hacia
1800
J. D. Mylius, Anato·
mia auri, Francfort,
1628
El árbol de los Sephiroth es el núcleo de la cábala, su símbolo más in- Después de la ex-
pulsión de los ju-
f luyente y complejo. Los Sephiroth son las diez numeraciones que, díos de España en
combinadas con las veintidós letras del alfabeto hebreo, constituyen 14g2, el influyente
Isaac luria fundó
el plan de la creación de todas las cosas, tanto superiores como infe-
riores. Son los diez nombres, atributos o potencias de Dios, y f orman
_.... en 1569 en Safed,
en la actual Gali-
~- lea. un nuevo cen·
un organismo palpitante también llamado «rostro místico de Dios» o .. 1
· CD
1 Kether la más alta corona, la voluntad
inicial -
.., {4). Para Luria, la
posible causa de
esa obstrucción
podría ser una rup-
/ ~ 2 Hochma La sabiduría, simiente de todas tura cósmica~ ~e
@ - @ 3 Binah
las cosas
1/ ~
6 Tiferet l a compasión, el esplendor, la materia, y sólo los
belleza buenos actos de
cada uno podrían
®"" / 0 ®
7 Netzah
8 Hod
9 Yesod
l a perseverancia, la victoria
la grandeza, la majestad
El árbol de los
fuerzas activas sephiroth según
1 Isaac Luria,
l.o~ ~ophíroth se
representan tam- Los sephirorh son
blóo1 como die% un sist ema holls·
conchas o capara- t ico en el que el
zones alreded or todo prosigue y se
do un núcleo inte- refleja infinita·
rior del En Sop h, ment e hasta en las
centro informe e m.ls pequeñas par ·
insonda ble de ticulas.
tod o ser.
En la obra , Kab·
Aludiendo a una bala denud ata >del
estrofa del Cantar teólogo y poeta
de los Cantares cristiano Christian
(Ct 6, 11), los caba· Knorr von Rosen-
listas llaman a la roth (1636- 1689),
meditación sobre editada en Sulz·
este No-ser • des- bach en 1677, se
cender al fondo de ofrece por primera
la nuez• . Tamb ién vez a un amplio
Shakespeare re· p úblico no judío
meda la estrofa una recopilación
cuando hace d ecir de textos cab al ¡5 •
a Hamlet: • O God! t icos origin ales.
1could be boun- Entre ellos, una
d ed in a nut-shell parte del Zohar
and count myse lt'a traducid a al latin y
king of infinite t ambién un texto
space•. y James de Luria . Rosen-
Joyce en su <Finne- roth matuvo estre-
g ans Wake>: chos contactos
• Ma rk Time's Fin · con los discípulos
ist Joke. Putting ingleses d e Boeh-
Allspace in a Not· me, asi como con
shall•. el circulo de Gich·
t el en Amsterdam .
Rollo sephirótico
Polonia, s. XIX ' C. Knorr von Rosen-
roeh, Kabbala denv·
dato, Sulzbach
1684 •
266 EL OPUS MACNUM: Los sephiroth llL OPUS MACNUM.• Los sephiroth 267
Lo~ ophlro th Abuno
Theophilit1s
Schweighart,
Speculum sophi-
cum Rhodostauro-
ticum, 1604
Phi/otheus, Sym-
bola Christiana,
Frani:fort, 1677
Como las abejas son atraídas por el per· queño grano• de Jacob Boehme, siempre Vointiún caminos conducen a la fortifica- reina «nuestro Mercurio», el dragón, ((que
fume de la rosa, asi también los amantes dispuesto a germinar en este mundo de ti· ción alquímica, pero sólo uno accede al in- se desposa consigo mismo y se fecunda a
de Theo-Sophia, provenientes de todas las nieblas. Siete oriflamas con co05ejos sobre tol'lo r, el camino del temor de Dios y de la si mismo y pare en un dia y con su veneno
direcciones$ se apresuran a subir los siete el trato con los poderes celestes decoran oroción. Sólo ese camino aporta el conoci- mata a todos los seres vivos••. (Rosarium
peldaños de la «Cscala mística• para pasar el túnel, que está formado por las crestas miento verdadero de la materia primera. philosophorum, ed. J. Telle, Weinheim,
la «puerta de la sabiduría eterna>>. Esta de la luz y tinieblas. (cf. pág. 233) Loe otros representan los falsos conceptos 1992)
puerta, angosta (angusta) pero majestuosa do los impíos «malquimistas•. Las siete
(augusta), es la sephira Hochm~. el punto puntas del fortín son las siete fases que Heinrich Khunrath, Amphithearrum sapierl-
de partida cabalístico. Es la «energía de la Heinrich Khunrath, Amphitheatrum sapien- co nducen a la roca central dellapis. Aquí tiae aeternae, 1602
luz>> y el «eterno centro de la vida•, «el pe· tiac aoternae, 1602
Esta ilustración, t omada de la <Arithmolo- zodiaco. Para el fumoso alquimista inglés Al Igual que en las poesías de Blako, en los ese caso. la nueva Jerusalén no caeria del
gia • de Athanasius Kircher (Roma, 1665), es d el s. XV George Ripley, Jerusalén con sus tscrit~ proféticos de su contemporáneo cielo, sino que seria nueva mente cons·
una copia del plano de Jerusalén de C¡¡ro- doce puenas es imagen del Opus Magnum Richard Brothers se combinan conviccio- truida en la Palestina de su tiempo. Bro·
lus Bovillus (Opera, Pañs, 1510). En el Apo- y del paso por las doce fases del Opus. nos radicalmente democráticas con tradi- thers d ibujó el plano detallado de la futura
calipsis, San Juan repite insistentemente ciones bíblicas y sus propias experiencias ciudad basándose en las indicaciones del
la cifra doce al describir la ciudad celestial, Arhanasius Kircher, Arichmologia, Roma, vltlonarias. Identifica la Jerusalén conquis- profet a Ezequiel.
lo q ue ha dado pie a un paralelismo con el 1665 tndo con el Londres d e su época, profet i-
~~n tlo la ca ida de la urbe británica en el Grabado de Wilson Lowry, en: R. Brothers,
C!lSD de que la alianza monárquica ganara A Descripcion of Jerusalem (Descripción de
In uuorra contra la Francia republicana. En Jerusalén), 1801
En su trat ado «Circulus q uadratus» (1616}, cuatro pun tos cardinales. Ellapis, que las
Michael Maier compara la Jerusalén celes- une todas, simboliza el <omphalos>, el om-
tial con el lapis, representándolo como b ligo del universo.
fortaleza de oro, como un círculo d ividido
en las oposiciones aristotélicas de elemen-
tos y cua lidades, quE> a su vez fuero n asimi- Michael Maier, De circulo physico Qc1adrato,
lados, de las formas más diversas, a los Oppenheim, 1616
Ilt RUR;\L:
\
u r''''1
L ..J. ,,, ~'
L ...... ,o
-~ '
N-x
o• a
X.•M
B:A:.BE.L
Esquema de Abra-
ham von Francken-
berg (1593-1652), !iogúc1 la interpretación que hace Welling con los ojos de la carne, sino con los del
discípulo de Jacob clol Apocalipsis de San Juan , Crist o devol- alma». Los nombres de las doce tribus de
Boehme: vcró después del Juicio Final «a nuestro Israel están escritos en las aristas de la su-
En el fuego del Jui - aiGtoma solar la forma primitiva que tenia perficie cúbica, que está hecha de <<suavi-
cio Final (1), la no - ontos de la caída de Lucifer». Creará un si mo cristal de oro» y penetrada de pura
che de Babel se se- 11\!Cvo mundo con la nueva Jerusalén luz divinal.
grega de la luz de •como réplica de la ciudad arq uetípica de
Jerusalén. Olos.» Será creada sobre e 1globo terres-
tre. a la medida d el hom bre en su seme- Georg von Welling, Opus mago· cab,Jlisti·
«la Jerusalén celestial es un cuerpo yerto, «La nueva Jerusalén será eternamente un A braham de Jnn~a con Dios. «No con temp les la fig. 10 cum, Francfort y Leipzig, 1760
et erno, purificado, sutil, penetrante, que cristal de antimonio rojizo y transparente. Franckenberg,
tiene el p oder de penetrar y perfeccionar como una piedra (precio sa): es el nuevo Rapl1ae/ oder Arzt-
los otros cuerpos.» (Nodus sophicus eno- cielo y la nueva tierra, donde moraremos Engel (Rafael o el
datu s, Francfort, 1639} todos nosotros•. (Valentin Weigel , Azoth ángel médico),
& lgnis, ed. Amsterdam, 1787} 1639
Hermetischer Phi-
losophus oder
Hauptschlüssel (El
filósofo hermético
o la //~ve maestra),
Viena, 1709
U•1CCo~o al
• monto do los filó-
tofos• C!;t;\ obs·
Huido por un muro
do errores sofisti-
cos. El viejo que se
ve a la entrada es
ol antimonio satu r-
nal, llamado aqu í
..padre de los me-
ta les•. Los alqui -
mistas identi fica-
ban a este • viejo
guard ián• con
Boas, campesino
de Belén, bisa-
buelo de David .
Arriba, el alqui-
mista árabe Senior
Zadi th p lanta e l
árbol del sol y de
la luna, que da e l
lapis. Un pasaje de
<Aurora co nsur-
gens) en el que se
compara el lap is
con una casa edifi-
cada sobre la dura
roca alude tam-
bién a Senior Za-
d ith. En dicho pa-
saje se dice que
quien consiga abrir
la casa, encontrará
en oll a la fuente de
la eterna juventud.
Gchcimo Figuren
Ln .Fnma Frat ernitatis> es el primer mani- cío ... debe p ermanecer inaccesible al
flo~to de esta hermandad invisible de los mundo impío•, se dice en la •Fama•.
der Rosenkreuzcr
Roso Cruz. publicado en 1614 por el circulo A los postulantes de la hermandad,
(Las figuras secre-
tas de los Rosa-
do onudiantes de Tubinga en torno a Va - Schweighartaconseja andar al acecho
lor111n Andreae. Pero esta •actitud y trave- como las p alomas de Noé, mantener la
Cruz}, A/tona, 1785
tum juvenil•. como Andreae calificó más esperanza en Dios y orar sin desaliento,
IOtdo el asunto, tuvo consecuencias insos- hasta que un d ía aparezca uno de los her-
pochndas. Por todas partes salieron far- manos, pues ellos saben leer el pensa-
trlntcc que afirmaban pertenecer a esa miento.
11Mrn3ndad milagrosa. Sabios como Rene
Do"artes y Robert Fludd intentaron tomar T. Schweigharr, Speculum sophicum Rhodos-
r ontncto con ella. En vano: • Nuestro cdifi- rauricum, 1604
288 EL OPUS MACNUM: Enigmas de la zoología liL OPUS MACNUM: Enigmas de la zoología 289
nlgmos do la Enigmas do la
:toologia zoología
D. Stolcius von
Stolcenberg, Viri-
diarivm chymicum,
Francforl, 1624
290 EL OPUS MACNUM: Enigmas de la zoología li~ OPus MACNUM: Enigmas de la zoología 291
nlgmoc do la Enigmas do lo
~ool ogia zoología
AA l a ascensión
BB El descenso
C El mercu rio
DO El cuerpo só ·
lido se disuelve
E la sal se licúa
FS La sal se licúa/ y
asciende a las al tu·
ras
Hieronymus Reuss-
ner, Pandora, die
e deiste Gabe Got-
tes (Pandoro, el más
sublime don de
Dios), Basilea, 1582
•En la cima del mon te en el que se encuen- donde se lee: •Sabed quc la cabeza del
tra la prima mat"ria e<tá el •buitre de los arte es el cuervo, que vuela sin alas tanto
filósofos» (su mercurio) y grita sin cesar: en la negrura de la noche como en la clari-
«Soy el negro de lo blanco y el rojo de lo dad del día». (Rosarium philosophorum,
b lanco y el amarillo d e lo rojo; anuncio la ed. J. Telle, W " inheím, 1992). Se alude
verdad y no miento.» aquí al nigredo, en el que se corrompen las
partes sólidas de la materia.
Michael Maier ha tomado este aporegma
del •Rosarium philosophorum•. compila· Michael Maier, Ara/anta fugiens, Oppen·
ción de doctrinas alquímicas del siglo XIV, heim, 1618
2g2 EL OPUS MACNUM: Enigmas d e la zoología OL O rus MACNUM: Enigmas de la zoología 2g3
llnlgrnoGd e la Enigma!: d e In
too logio zoologia
Esta representa -
ción está est recha-
mente relacionada
con las leyendas
árabes relativas al
hallazgo de la Ta-
bla de Esmeraldas
de Hermcs Trisme-
gisto que t iene el
anciano en su re·
gazo. En la Tabla
están representa-
dos con jeroglifi· •El fuego da forma y hace perfecto todo, cosas livianas tampoco pueden o primirse
cos los axiomas como está escrito: le insufló la vida, el sin que intervenga la cosa pesada. En la
herméticos. fuego hace sutiles todas las cosas terres· •Turba• se Ice: espiritualizad el cuerpo y
tres, que sirven a la materia•. haced volátil lo que es fijo•.
Aurora consurgens,
comienzos del
• Una cosa que es pesada no puede hacerse
s.XVI liviana sin la ayuda de la cosa liviana. Las Aurora consurgens, comienzos del s. XVI
294 EL OPUS MACONUM: Enigmas de la zoología EL OPUS MACONUM: Enigmas d e la zoología 295
nlgmM do lo Enigmas do la
t oologlo zoología
M ichael M aier,
Atalanta fugiens,
Oppe11heim, 1618
298 EL OPUS MACNUM: Eni gmas de la zoología IJL OPUS MACNUM: Eni gmas de la zoología 299
Enig mas de la
nlgmor. do lo zoología
zoologlo
El basilisco es un
"1 ~I Q O~ oii CCi· hibrido venenoso
plonto do lo~ filó· de gallo y sapo. Su
aoro~. del que tan mirada fija y mata
,c¡crl!lamonte tra· todo al instante,
tnn en sus libros y como un disol·
pnróbolas. sin que vente caústico o el
nndie lo entienda polvo de provee·
( ... )A quienes ci6n que t rans·
quieran freir, pasa r muta los mct:.lc!:.
por agua o cocer el Si se le pone un es·
huevo de los sa· pcjo delante. se
bios. les aconsejo mata a si mi~mo.
que procuren no -.Oc sus cenizas se
ro mper la cáscara, hacen cosas mara·
pues entonces( ... ) vi llosas.•
saldría el veneno y
podria matar a to· Auror., consurgens,
dos los presentes; comienzos del
ese veneno es e l s. XV/
más fuerte que hay
en el mundo.•
• En la roca se une
Isaac Hollandus,
el águila (sal do
Hand der Phi/oso·
amoniaco) con el
phen (1667), ed.
humo del d ragón
Viena,1746
(nitrito)». En la
•Tercera llave• de
Basilius Valentius
se habla de .. reti·
rar al rey (al oro).
su alma, su azu·
fre•. Este azufre es
el zorro. que ha fi·
jado la gallina mer·
curial y ahora es
volatilizado por el
gallo, q ue lo de·
vora.
Srolcenberg, Viri·
dJrium cllymicum,
Francforr. 1624
f oas --S_!;/ o
t... c~t:fff :!:Jeraús.
301
0L OPus MACNUM: Enigmas de la zoologia
300 EL OPUS MACNUM: Enigmas de la zoologia
1 roclo El rocío
«Nuestro rocio.
nuesta materia es
celestialment e es·
pcrmática y fe·
cunda, eléctrica y
virg en en gene·
ral•. (To mado de
las o bras d el
Conde M arsciano,
1744)
De alchimia,
Palas Atenea, diosa de la sabiduría, sale q ue de vidrio afilado en la punta y metí por Leiden. 1526
del cerebro de Júpiter, a quien Vulcano el estrecho cuello a la bella Dánae. la hija
queria curar a hachazos sus dolores d" ca- del rey Acrisios ( ... )después, asistido por
beza. Est" nacimiento, escribe Maier, se Júpiter, produje una lluvia de oro que dejó
celebra anualmente en Rodos como fiesta caer, entre las tejas de la techumbre, es
de la «lluvia de oro•. en la que se lanzan al decir, el estrecho cuello del alambique, so·
aire moneditas de oro de imitación. bre el regazo de Dánae ( ...)• (J.R. Glauber,
Von den Dreyen anfangen der M etalle. De
Johann Glauber (1604-1 670) cuenta cómo los tres o rigenes de los metales, 1666)
llevó a cabo ante algunos amigos suyos el
experimento de otra lluvia de o ro clásica: Michael Maier, Ara/anta fugiens, Oppen-
•Coloqué sobre una mesa( ... ) un alambi· h eim, 1618
Difícil encontrar una obra en la historia de la alquimia que haya hecho Lámina 1
correr tantos rios de tinta como el (M utus Liber) «Libro mudo», que Inspirado po r la
transmite su mensaje en forma de jeroglíficos en una serie de 15 ilus- piedra tosca
(prima matNia),
traciones. La edición príncipe apareció en La Rochelle en 1677; la ver- Jacob sueña con
sión coloreada que se emplea aquí procede de un manuscrito francés una escala c:eleste.
que equivale a l in-
de las postrimerías del siglo XVIII. El autor parece ser un tal Jaco bus tercambio de espí-
Sulat, que en la primera ilustración oculta su nombre tras el pseudó- rit u y materia. Las
d iet c:;t rc llas sim ·
nimo Altus (latín: alto), anagrama de Sulat, y en la última ilustración
bolizan las diez fa ·
hace lo propia con la expresión latina <<oculatus abis» (te irás como vi- ses ele l a sublima·
ción en l a obra. Las
dente). Para los comentarios que hacemos de las imágenes seguimos
tres lineas de nú·
en muchos puntos las interpretaciones detalladas de Eugene Canse- meros ind ican. le i-
das a la inve rsa. las
liet, discípulo del legendario alquimista Fulcanelli y editor de su obra
difN entes citas bí-
(Aitus, Die Alchemie und ihr Stummes Buch, La alquimia y su libro bli cas e n las q ue se
mudo, ed. Amsterdam, 1991). Canseliet escribe que gracias sólo a hace re fe re ncia a
las be nd iciones
este libro de imágenes jeroglíficas logró aislar la sal extremadamente del rocio celeste .
volátil del rocío, y que ello le llevó a hacer su edición comentada del También las rosas
alude n a él (rocío:
«Mutus liber». «rosn en l atín).
En la serie de ilustraciones tiene especial relevancia la descrip-
ción de la obtención de la sal por vía húmeda, mientras que la fase
central subsiguiente, la preparación dellapis por vía seca con la
ayuda de la sal ígnea oculta, está parcamente documentada. El rocío,
dice, contiene un nitrito finísimo capaz de refinar las otras sales. Su
glifo CD forma la estructura de la composición de la primera lámina, y
el del amoníaco la de la última. Pero no se trata del amoníaco co-
rriente, sino de una sal cristalina con la fuerza de la armonía, que
Canseliet llama «Armoníaco». Ambas substancias, nitrito y armo-
níaco, son el agente y el paciente de la obra, como figuran en «Aurea
Catena>• de Kircher (cf. pág. 238). En el <Mutus Liben aparecen, bajo
figuras cambiantes, como el doble principio fundamental de la obra:
como pareja alquímica o como Tauro y Aries, o también como Apolo y
Diana.
Para dificultar la comprensión de la obra, el autor intercambió el
orden de las planchas. Aquí se reproducen en el orden original, pero
ofrecemos también (entre paréntesis) el orden propuesto por Canse-
liet.
l.~min~ 4 Lámina 5
l tl nolnn 6 Lámina 7
L~tnln~ 10 Lámina 11
l~min a 12
l:\mina 13
El azufré/Tauro se
las flore sulfuro·
éncabrita, movido
S\\S de la lámina 10
por su dinámica in·
se han convertido
terna, y el rocío en
entretanto en un
las escudillas co ·
peq ueño sol q ue
mionza a vibrar, sa-
tiene la facu ltad
turado de es pi ritu
de llevar el mNCu·
nítrico y celeste,
rio al mas alto
del salitre puro. El
grado de fijación.
mercurio filosofal
(la diana con la
lo toma ansiosa·
marca roja en el
mente. pues lo ne ·
centro ha crecido
ces ita para la ger-
entretanto ). Las ci·
minación y cristali -
fr\1~ qu~ muestran
zación de la semi·
los dos principios
lla sulfurosa, el
reunidos indican la
«oro espiritual•
fase de multiplica·
que lleva en su in·
ción, que progresa
terior.
en potencias de
d iez hasta <'> 1 infi ·
nito.
LámiM15
5. Trismosin,
Splendor solis,
Londres, s. XVI
320 EL OPUS M ACNUM: El ro cío L OPus MACNUM: Labor de mujeres y juego d e niños 321
Lob or d e Juego
mujeres de niños
) 22 EL O PUs MACNUM : Labor d e mujeres y juego de niños llL OPUS MACNUM : Labor de mujeres y j u ego de niños 3 23
Qulmica
Química
vegetal
vegetal
·•Sombr~d el o ro
Yn antes de Paracelso (1493-1541), q ue mico est á orientado al crecim iento o rg á-
on In blanca tierra
pOGó a la historia como el fund ador d e la nico, Newton llamó a la alquimia «q uímica
fo ll ~da, que es la
(ntroquimia (griego <<iatros», médico) far- vegetal», en oposición a la química mecá-
tercera t ierra que
lllDCéutica, la medicina era el fin declarado nica de laborato rio.
~lrve al o ro; ell a
tiiie el elixir y el
da la alquimia. Dado que el proceso alqui-
elixir hace lo p ro-
p io con ella.»
El término «teñir»
se emplea aquí en
el sentido de una
t ransmisión de
energía pene-
trante, q ue en est e
caso se refiere a
las dos ultimas fa-
ses de la • multipli-
catio» y «proj ec-
tiO••.
Aurora con~urgens,
comienzos del
s. XVI
El Pseudo-Eieazar,
un alquimista del
siglo XVIII que
firma con el nom-
bre del legendario
maestro de Nico-
lás Flamel, consi-
dera especial·
mente digna de
mención esta
quinta hoja del có-
d igo . «Si llegáseis
a perder todos los
escritos, es sufi-
ciente que copiéis
estas figuras, o
que las pintéis
para vuestros hijos
( ... )para que las
comprendan fáci l-
mente.» El viejo
roble es ((nuestro
terrón neg ro y pe-
sado, nuestro Al-
baó m), sobrenom-
bre del antimonio.
De él nacen las ro-
<<Toda simiente necesita un buen terreno, cosecha.» (M . Barcius, <Gloria Mundh, en : sas rojas que son
puro, graso, suave, humedad pa ra la putre- Hermetisches ABC [El ABC hermético], «la sangre del an -
facción y sol para el crecimiento y recolec- Berlin, 1624) ciano o de nuestro
ción . En el arte ocurre lo mismo. Siembra oro secreto)). y
primero el grano en la materia, que debe· t ambién «el agua
rás limpiar( ...), d e esa forma el espíritu D. Stolcius von Stolcenberg, Viridarium b lanca lunar», lla-
puro del fuego y del agua bendecirán tu chymicttm, Francfort, 1624 mada <<nuestra pi -
tó n (sobrenombre
d el mercurio vivo).
Abraham Ele<tzar,
Uraltes chemisches
Werk (Tratado de
química muy anti·
gvo), Leipzig, 1760
326 EL OPUS MACNUM: Química vegetal EL OPUS MACNUM: Química vegetal 327
La serpiente La serpiente
· En la India se le
ll~ma b~cu lo ele •Se representan
llrnhma a la co - aqui ••dos arroyos
l u mM vertebral. parabólicos(... )
La figura 4 la que engendran
muestra bajo la conjuntamente la
forma o rigina l del misteriosa piedra
caduceo de M er- triangular( ... )" y
curio. en el que las """ fuego secreto
dos serp ientes que y natural cuyo es·
lo forman simboli· píritu penetra en
zan la k unda lini o la piedra y le su·
fuego ofidico ( ... ); blima los vapores.
las alas represen- que se cond ensan
tan el vuelo cons- en el recipiente•.
ciente por los N ótese además
mundos superiores • que el arte con·
ocasionado por la fiero a este licor
propagación de divino, invirtiendo
este fuego•. los elementos y
(C.W. Leadbeatc r, purificando los co-
Die Chakras, ed . mienzos. la doble
Friburgo , 1990) corona de la per·
facción(... ). de la
que saldrá el cadu-
ceo de Mercurio•.
y •que este t,l al·
ca nza como un fé -
nix ( ... ) la perfec·
ción última del
azufre fijo de los
sabios•).
Así habla la •Ser-
piente de Arabia• A. T. de Limojon de
de Ripley: • Azo- S.1inr-Didier. Le
g ue es ve rdadera- uiomphe herméri·
mente mi her- que (El triunfo hcr·
mano. y Kibrick mético). 1689, ed.
(en árabe: k ibrit, alem;¡na Francforr.
azufre) verdadera- 1765
mente mi hcr·
mana.>>Y Rip ley
remata: «Parte la
en tres. h;,z una
con las partes y
obtendrás ella·
pis.»
The<1trum chemi-
cum Britvnnicum,
Londres. 1652
Alegoría de la
unión de los dos
principios en el
Opus: a la iz-
quierda, el as-
pecto mercurial
femenino, con el
pelicano como
símbolo, que ali-
menta a sus hijos
con su sangre; a la
derecha, el azufre
1. fuego .
Figuarum Aegyptio-
Rollo de Ripley,
manuscrito, s. XVI
Abraham Eleazar,
Donum Dei, Etittrt,
1735
El dragón, que mora en estrechas grietas, Esta ilustración, la últim a de>l uAtalanta fu -
encarna, según Michael Maier, los elemen- giens» de Michael Maier, fue comentada
tos tierra y fuego; la mujer, el agua y el por William Blal<e, diestro en emblemática
aire. Tierra quiere decir, de una parte, resi- hermética_ la mujer la interpretaba como
duo de la destilación corporal; de otra, la <<Jerusalén>> o e>manación espiritual de la
«tierra virgen>> de los filósofos, en cuyo lnglaterra-Aibión caida y estrangulada por
centro se oculta la brasa del dragón, el el materialismo.
fuego secreto. Ambos están representa-
dos aquí, uno blanco (me>rcurio) y otro rojo Michael Maier, Atalanta fugiens, Oppe>n-
(azufre) yaciendo juntos en una fosa pro- heim, 1618
f unda, la putrefacción.
El color azul no
tiene una signifi·
cación particular
en la teoría alqui·
mica de los colo·
res. La mayoría de
las veces hace re·
ferencia al estado
húmedo de la ma·
teria, considerán-
dose una modifi·
cación de la ne- En el anillo de Ouroboros, escribe Maier, lirio se tenia quieto y clavaba su mirada en
grura saturnal, los antiguos veian tanto ael transcurso de el cuerpo inanimado( ... ). Su muda descs·
signo de alta espi· los años y el retorno al origen• como el co· pe ración no clamaba ayuda, que no cono·
ritualidad y arca· mlcnzo del Opus, en el que se ingiere la cía. La serpiente, por el contrario, se enco·
nos saberes. cola húmeda y venenosa del d ragón. !erizaba cada vez más( ... ) Con su cuerpo
Cuando éste muda totalmente la piel. ondulante describió un circulo en torno al
Hicronymus Reuss· como la serpiente, se obt iene la panacea cadáver, se mordió la cola y se quedó in·
ner, Pandora, do su veneno. móvil.•
Basilea, 1582
lll ouroboros desempeña un papel impor· Michael Maier, Atalanta fugiens, Openl1eim,
tan te en el •Cuento• (Marchen) hermético 1618
do Coethe, fechado en 17gs: •(... ) el dulce
El alma iluminad a
aco nseja al al ma
inFeliz destrozar la
monstruosa larva
de serpiente que
lleva en ella me-
diante el espírit u
de tunar a Cristo,
que con su enca r..
nación ha hecho
saltar las puertas
del infierno y
abierto así el ca-
mino al paraíso .
l:tcob Boehme,
Th~osophische
Werke. Amsccrdam,
!682
»Co mo la materia y
la substancia de
las cosas son in-
destructible!>, así
también todas sus
partes están ex-
puestas a todas las
formas posibles,
de f orma que todo
y cada cosa se
transforman a su
vez en cada cosa y
en todo; y si eso
no se realiza al
mismo tiempo y en
un instante, se rea·
!izará en t iempos
d i ferentes y mo-
mentos dif e re n-
tes, sucesiva y al·
ternativamente.»
(Giordano Br uno,
La cena del miér-
coles de ceniza,
1594 )
Ciclo de reencarna-
ciones, Bhaktive -
danta Book Trust,
1993
Whatis Man?
Aurora consurgens,
comienzos del
s. XVI
«Hermes escribe : el dragón no muere sino «El d ragón es imagen d el mercurio, ya sea
cuando lo matan conjuntamente su her- fijo o volátil», escribe Maier. En él se es-
mano y su hermana. Uno de los dos no es conde Saturno, que se muerde su propia
suficiente, tienen que hacerlo ambos, asa- cola y que por su veneno y sus dientes afi-
ber, c.l sol y la luna ( •.• ). En otras palabras, lados es un atent o y fiel servidor de los fi·
hay que fijarlo y unirlo a la luna o el sol. El lósofos, difícil de v encer.
d ragón es el mercurio vivo del q ue se ex-
traen los seres p rovist os de cuerpo, alma y Michael M.1ier, AtoliJntiJ fugiens, Oppen-
espíritu. Por <>so se dice que el d ragón no heim, 1618
muere sin su hermano y su hermana(...)».
(Rosarium philosophorum, ed. J. Telle,
Weinheim, 1gg2)
wE!>tá escrito q ue la hembra disuelve al va- Desp ués d e hab ernos unido en la copula -
rón y el varó n f ija a la hembra. Es deoir, el ció n ( ... ). t e quitaré el alma con caricias.»
Q&piritu d isuelve el cuerpo y lo abland a. y (Aurora consurgens)
ol cuerpo fija el espj r itu. •
Aurora consurgens, comienzos del s. XVI
• Senior se expresa así : soy un sol tórrido y
toco, y t ú, la Luna, eres fria y húmeda.
la pareja real de
hermanos Gabricio
y Beya quieren
abrazarse •para
concebir un hijo
sin igual en el
mundo•.
J. D. Mylius, An.,to-
mia auri, Francfort,
1628
Oh Sol/ reconoci-
b le entre todos/
Me has menester
como los poli ue los
a la clueca.•
LA SOLIDIFI· LAMULnPLI-
CACIÓN CACIÓN
LA RESU-
RRECCIÓN
Y hace resucitar en
verdad a la hija d e
los filósofos.•
llu5traciones del
l?osarium philoso-
phorum, 1550
l a ex tensa serie
ele ilustraciones de
•Philosophia retor-
mata>, de J.D. My·
lius (1622), está
el a ramente inspi-
rada en el poema
i lustrado <Sol y
Luna>. Tras la puri-
ficación por el
fuego y la disolu·
ción de su cuerpo El oro y la plata fi·
en el baño mercu · losóficos aparecen
rial, la pareja de en los rostros del
reyes he rmanos rebis. La presencia
procede a la unión de los dos seres
carn al. Los cuervos a lados indica los
anuncian la fase de últimos p rocesos
putrefacción. de sublimación.
El pelicano , q ue
alimenta a sus hi-
jos con su propia
sangre, simboliza
la fase final de la
multiplicación. Del
pozo mercurial sa ·
len ella pis rojo y
ella pi s blanco,
dotados ahora de
La pareja real se extraordinaria
levanta en forma fuerza y solidez.
de rebis del sepul-
cro de la putre· Ilustraciones de
fracción . El rocio 5tolcenberg, Viri-
del cielo le lava darium chymicum,
su negrura. Francf ort, 1624
·El hermafrodita,
que yace inerte en
las tinieblas, nece·
sita el fuego.•
Michael Maier,
Atalanta fugiens.
Oppenheim, 1618
Libro de la Santí-
sima Trinid<ld, s. XV
El frontispicio de
la <Aurora consur·
gens• reproduce
una alegoría de la
sabiduría, también
llamada «Viento
del sur• , símbolo
tanto del Espíritu
Santo como de la
totalidad de las
sublimaciones.
«Haz del hombre y la mujer un circulo, in- extraer el espíritu, el cuerpo y el alma, que
serta éste en un cuadrado, ponlo en un aparecerán brevemente en tres colores
triángulo y circunscribe una circunferencia ante de la rubificaciónn. Al cuerpo le co-
por los vértices del triángulo. Obtendrás la rresponde el negro saturnal, al espíritu el
pie>dra filosofal. » blanco lunar acuoso y al alma el vaporoso
color cetrino. «Cuando el triángulo alcanza
Según Michael Maier, los alquimistas están su más alta perfección, hay que transfor-
familiarizados con la cuadratu ra del cir- marlo en circulo, a saber, en un rojo inmu-
culo. El cuadrado alrededor del circulo sig- table. En esta operación la hembra se in-
n ificaba para ellos «que de un mero cuerpo vierte en varón y ambos devienen uno.n
cualquiera hay que sepa rar los cuatro ele-
mentos (... ).la transformación d el cua- Michael Maier, Atalanta fugiens, Oppen-
drado en un triángulo enseña que se debe heim, 1618
378 EL OPUS MACNUM: los Vantras Herméticos EL OPUS MACNUM: los Yantras Herméticos 379
Los yant ras Losyantras
he rméticos herméticos
M anda/a de V~jra
varahi, Tíbet, ~- XIX
380 EL OPUS MACNUM: los Yantras H ermético s EL OPUS MAGNUM: Los Yantras Herméticos
la Trinidad
la Trinidad
»Nuestro lapis
compart e su nom-
bre con el d el
Creador, p ues es
u no y trino.•
(Zósimo, s. IV)
Comelius Petracus,
5ylva philosopho-
rum, s. XV/1
Se ve aquí re pre-
sentada • La Trini-
dad manifiesta»
de la d iestra part e
luminosa de Dio s
e n el sistema de
Boehme, • el re ino
d el amor• . Es e lla
la que da existen-
cia y luminos id ad
vita l a l sombrío y • En e l Pa dre est<i la eternidad , en el hijo la • Cada madero , cad a p ie dra o cada hierba
dinámico subs· Ident idad y en el Esp íritu Santo la partici· contiene t res cosas ( ... ) Primero .la fuerza
t rat o natural de la 130Ci6n en la e te rnidad y la identid ad( ... ) y de la que nace e l cue rpo( ... ) después un
pa rt e izqu ierda, a los tres son uno, a sab er, cuerpo, esplrit u y humor que es e l corazón de cad a cosa; por
la • rueda d e la an - allna; pues en e l núme ro tres está toda último, una fuerza que mana de su interior,
gustia• hecha de perfección .» (Auro ra co ns urgens, s. XV) un olor o sabor que es e l espíritu de una
sal, azufre y mer- cosa, d e l que crece o a umenta .• (Jacob
curio. La triada est;i representada por los pájaros Boehme, Aurora, 1612)
on los tres colores d el Opus. En la «Au rora
D.A. Freher, en: consurgens• . el Espíritu Sa nto se co mpara Aurora consurgens, comienzos de s. XVI
Works ofJ. Behmen, con e l agua me rcu ria l, q ue hace lo te rres ·
Law·Edition, 1764 tro siet e veces ce lestial y ti ene un efe cto
purificad or, vivificante y fecundo .
D. Stolcius von
Srolcenberg, Virí-
darium chymicum,
Francfort, 1624
Después de la
• Toma un huevo y muerte de Cástor,
cáscalo con una es· hijo de Leda, su
pada candente.• hermano gemelo
Pólux, que era in·
mortal. se decide
por la vida t empo·
ral para seguir
unido a su her·
mano. Aparti rde
entonces, ambos
pasan alternativa·
mente un d ía en el
ciclo d e los dioses
y el otro en los in·
fiemos.
G. Stengelius, Ova
Paschal;a Sacro
Emblc;mara, lngDI·
stadr, 1672
La cáscara signi·
fica el limitado ho·
rizonte del hom·
Michael Maier narra la historia de un pá· bre. una •moM·
el fue<Jo lo hace todo poroso y permeable,
jaro que volaba más alto que todos los de· truosa sombra pe·
de forma que el agua penetra, disuelve y
más. A ese pája ro habia que encontrarle el ablanda lo du ro». trificada de todas
huevo y quemarlo cuidadosamente con las cosas en nues·
una espada al rojo. Si Marte ayuda a Vul· El huevo es la prima materia caótica, que tra tierra vege·
cano, saldrá un pájaro que dominará el tanto, ancha de di·
se desintegra en la putrefacción para que
fuego y el hierro. mansiones y de·
de ella surja nueva vida . • Tamb ién noso-
tros ent ramos después de la muerte en formada en el es·
La espada simboliza el fuego espiritual. el pacio indefinido».
una vida infinitamente más p lena.•
«archaeus naturae», atizado y avivado por (W. Blake, Milton,
el fuego marcial y material del horno. La Michael M oier, Atalanta fugicns, Oppen· 1804). Después de
espada se emplea como símbolo •porque su muerte, el hom ·
heim, 1618
bre rasga el •velo
de la naturaleza»,
que congela toda
vida.
W. Blake, Las
puertas del paraíso,
1793
Según Michael
Maier, el gallo en-
carna la fuerza del
azufre_ El huevo
del que sale la pa-
reja del presente
grabado recibe el
nombre de l atona,
en referencia a la
madre de Apolo y
Diana. •Para los fi-
lósofos, Sol, Luna
y Lato na son todo
uno, lo mismo q ue
el golfo y la ga-
ll ina, p ues han na-
cido de un solo
huevo y t ambién
los ponen.>'
3g8 EL OPUS MACNUM : El huevo filosófico EL OPUS MACNUM: El huevo filosófico 3g9
El huevo
El huevo filosófico
filosóf ico
El re bi s q ue se ve
La prim~ materia: aqui en Jos t res eo·
• El huevo de la na· lores principales
nn-alez.a, como me del Opu s es el
ll~m~n. conocido «cuerpo d ual del
por la mayoría de arte, es decir, el
los sabios( ...) Ge- sol y la lu na(...),
neralmente me varón y hembra
dan el nombre de q ue engend ran
mercu rio sutil ( ...) cuatro hij os•. Son
Como dragón Jos cu atro elemC!n ·
viejo, como an· tos que el andró·
ciano, estoy lejos y gino sostiene en
cerca( ... ) Em- su mano derecha.
prendo facilmente En el centro se en ·
el vuelo, a no ser cuentra un espejo
que/ se me ate con que representa el
mesurM. Tengo Opus o la prima
múltiples formas, materia, ele la que
co lo res y figuras/ se dice que en ella
llevo en mi el vigor puede verse todo
del varón y de la el mundo.
hembra.» (Theoria
Philosophiae Her· El huevo que tiene
meticae, Hanno· en la otra mano in·
ver, 1617) clica que d e los
cuatros elemen·
Heinrich Jamstha· tos, la cáscara, la
ter, Viarorum cl ara, la membrana
spagyricum, 1625 y la yema , nace la
quintaesencia: el
pollito, que repre·
senta el lapis.
5. Trísmosin, 5plen-
dor so lis, Londres,
s.XVI
401
EL OPUS MACNUM: El h uevo filosófico
400 EL O PUS MACN UM : El h uevo filosó fico
El huevo El huevo
filosófico filosófico
Aguarda a la estre-
ll a (de David), in-
voca a Maria.
G.Srengelius, Ova
Paschalia Sacro Em-
blemata, lngol-
stadt, 1672
Detalle de <<Jardín
de las delicias» de
El Bosco, hacia 1510
402 EL OPUS MACNUM: El huevo filosófico EL OPUS MACNUM: El huevo filosófico 403
l a matriz la matriz
La •cadena de oro de Homero•. que para dora entre espíritu divino y manifestación
Robert Fludd es • el fuego invisible• . discu- sensible. • En su pecho está el sol verda-
rre desde la ma no de Dios hasta el simio dero. en su vientre la luna.• Su corazón
Fludd sigue en esta ilustración la interpre- primero lo identificaban los cabalistas con del arte, pasando por la Virgen Natura- dota de luz a las estrell as, y su matriz, el
tación del Génesis del primer libro del Zo- la sabiduría de Dios. la • Sophia•. ~ 1~ que leza. El simio represe nta las facultades in- espíritu de la luna, es el filtro por d onde
h~r. en el q ue se describe elocuen temente corresponde la segunda sefira o Hochma. telectuales y técnicas con las que el hom· llegan a la t ierra los influjos astrales. •Su
cómo en la inaccesible esencia divina, el En ella está contenida la simiente de todas bre imita a la naturaleza e int enta perfec- pie derecho se posa en la tierra y el iz-
En-Soph, se forma primero una bruma d e las cosas. «Dios la d otó de todas las for- cionarla. quierdo sobre el agua. mostrando asila
la que brota una fu en te- En est~ fuente mas, le imp rimió todos los atributos.• rel ~ción del azufre con el mercurio, sin la
b rilla el punto primero, llamado •Res- La naturaleza. nodriza de todas las cosas, nada podría ser creado.»
chith», que es el comienzo, • la p rimera pa- Robert Fludd, Philosophia Sacril, Francfort, une el divino cielo íg neo con el fuego eti>-
labra de la creación de todo•. Este punto 7626 reo sid eral y el mundo sublunar de los ele- Robert Fludd, Ucriusque Cosmi, tomo l.
mentos. Es el «alma del mundO>>, media- Oppcnheim, 1617
-.1., . . . ._
i• 11# Nlltlif 1>l IUIIWf' •aJ'IIillll' a
'·isJJ!r, ..,..,,,
g•••
1\'•l url' i••t'ff'fllfd,Miunl,lim.tly,
do'fí•llf', to¡hrihlld. r.-i~H~~~tr 1nd ~~~~~~)'
._.;,¡,, •• ¡,.~,, tilcrwu af!ld .Wow,
(._. ....... 1fll'r t"r • tterMtM "nNI
q ue llev~ los «f ru-
tos inefables de
efectos vario~»
ment e en la pala- ~,..... ~ .... )f1.-Li.1..
proced~ de la si-
bra articulada d e OCUI.US OIVINUS mi~nte del hombre
P"t~Df1t:t,.;.li~J.tl',.;u·ia
OCUI.US NATURA!:
la Sophia celestial
y dcspuós en la
materia, pasando
t:'"rt~··•"'''"'u·"'· rhll
M•...lillitt"'"ihbor.ll t"lifl;:,
1
tllltl
_." C"--lt, ""'' · - :'l."alw¡, tWIM
lo ff;'\ lrn't"• Hlnllll,
U•tiJ, mortal, t ffl'rtl""· ptri~h·
• Mt ,.,.., ••,.... rrbcw-11 111:111111,
(pájaros de la iz-
quierda) y d e la
muj er (pájaros de
f,l; ,\11:;": Ct\A'rl.o,J': . 1:1\{;Q~
por la matriz d e la I,II)JIU'l NAT\IIIAt:. r,\niWr.ClN
~o~mt dnu 1'11.\TR J.~.
la derecha). La ve-
natural!!za . ... esta H'• &V ~t nly t:v.,
'J"ho Nttw Di rth. Ear-lhJy E v •• neración d e la
es la Sophia caída, Tha Old 81..-th.
Alotll O, \1""·'(f' ""'w (;oct. Sophia como es-
inferior, y se asi-
(1,
u... w~lll..tlll-··~~~·""
O, )f'"· O, M""· lltCh:it~l. 11- ......
x.•.,... ¡,.. rr•t • ..,t.&, .....1 '"'"' posa míst ica d~ los
lot('OM, ...,
mila al morcurio,
raíz de todos los
metales.
................ """"''
••IIIW'nl.tm"fT•"'-.0...~;.
...... ....'*'"...._.
............... p.-..
~
J)r.rl..r 11
filósofos o • Sobe-
rana d~l mundo in-
terior», como la
'riN'CTURA PJil'SIC,\. llama Georg von
TINC':Tlll\.\ COHLF.S'l'IS.
,,,,,.. .,
De sus pechos \. ~ ~rnn~nl•.
\'ltlr.·, mill u.d . . ,.., .r su. h Welling , se con-
...u.~, •b ~ildttlll 111• • rur;,
fl uye el «Sud or so- funde frecuente ·
lar» rojo y sulfu- PHlLOSOPiiO RU M mente con la invo -
roso y la «leche • vt:NITI:. cación de la d ivina
Annu:rn:. AnnttaT..:. .. ~~.....
virginal• b lanca y Wlk•jt'f'r l 1111tl1 f'UU h• ........... ai111JI agua mercu rial.
mercurial. que for- t... r ..Urd • J,...I•<o IIJ~t~IIJ· ·
«Nuestra virgen
man, ambos jun- 1¡.(/ h• .......~~....... carísima• es el
tos. el fruto de sus
1'
nombre dado a
entrañas, es d ecir, Mercurio, pues al
la tin tura. Quien igual que Maria,
quiera contem- acoge en su seno
plarla desnuda y • la solución d el
sin afeites, deberá cielo» y lo con-
«buscar la amistad vierte en lapis pu-
de Archeo. su rificado .
guardián de con-
fianza•. Hieronymus Reuss-
ner, Pandora, Basi-
Las figuras secretas le:J,1582
de los Ros;, Cruz,
Alrona, 1785 T1rte wOfldlt·WuJ
~Qt'lllt •lthih
11ltc. ru._
IIMI
fint t.full olalt,
lk.c tf'COitd ..111111
hro yol\f, lo lbe
llinl • , .••
coc-\ Pf(b.
o.... a.. ...da.t.a.td!•,.
............ ltipC_~
,._.,ue tfecti.
411
410 El. OPUS MACNUM: la matriz EL OPUS MAc;NUM: la matriz
la matriz
l a matriz
La páginJ dc:-1
titulo del •Ars
mag na sciendi>
(t66g), d e:- Kircher,
se inspira sin du d ¡~
e n 1~ •Phil osop hia.
de Durero. Y la ins-
cripción en el pe-
dest~ l d el trono d e.
Sophia parece re-
mitirse al con-
cepto de ciencia
que tenia Conrad
Celtis: «Nada hay
más no ble que el
conocimie nto del
todo.~
Sophia sostie ne
con la mano el al-
fabeto del arte de
Ra món lu ll, cuyas
veintisiet e claves
jeroglíficas pre-
t enden aba rcar la
t otalidad d el co-
nocimiento hu·
mano. Quince co l·
gantes o rlan e l te-
lón del titulo: son
los qu ince diferen-
tes campos de l sa-
ber, que Kircher in-
tenta armonizar
recurriendo a la
lógica mecanicista
delull.
A. Kircher, Ars Una d!! las interpretaciones que Sa lvatore Sin embargo, Giorgione, dada la sorpren-
magna scicndi, Setti hizo del enigmático y célebre cuadro d ente simili tud e ntre la m¡¡dre lactant e y
Amsterdam, 166g de Giorgione es IJ alegoría de Adán y Eva las repmsentaciones de Sophia en la litera·
despu6s de la caída, expuestos ahora a la tura hermética, sugiere la poslbílidad d e
tormenta d e la ira d ivina. («la tormenta• evad irse d e ese est ado de nigredo q ue es
de Giorgione, ed. Be rlín, tg82) la existencia humana.
Las dos columnas truncadas d el tomplo do Giof9ione, La Tempestad, hacia 1506, Vene-
Salomón, que simbolizan la solidez y la cia, Academiil
fuerza (Jachin y Boas) evocan la maldición
de la condición mortal.
..•
está aquí subido a
un hornillo de ata· 'l ':lb i1 'lr
T
~ i1
i
nattur.» (La na tu·
raleza ígnea se
nor en forma de
iglesia con el glifo crea cuando nues-
del antimonio pri· tra estrella está
material en la fuera).
punta de la torre.
El arroyo de abajo (El desciframiento
simboliza el largo se d ebe a R. Rei·
pero también se· sing er).
guro •camino hü·
medo» que pasa
por numerosas
desti lacione~. El
o tro camino corto
que sigue la ágil
comadreja es la
senda pelig rosa y
seca del la sal
ígnea secreta, en
la que el nit rit o
desempeña un pa·
pel importante.
Abra ha m Elcazar,
Uraltes chemisches
Werk, Leipzig 1760
El dragón bicéfalo dC> la fuente simboliza • Todo viene del sol y todo retomará al
la esencia bipolar dellapis mercurial, a la sol.» •Este sol de fuego exterior es nuestra
que Ulmannus denomina •agua d" la casti· carne y nuestra sangre.• Pero el sol intc·
dad» o «piedra pura, blanca y roja». El rojo rior es el alma o •aurora», que atrae el
es el sol, la sangre, lo masculino; el blanco fuego del sol exterior y lo conduce a la~
es la luna, la ca me, lo femeni no. en trañas.
Todas las cosas deben.sus cualidades pri· Libro de la Santísima Trínidad, comienzos del
meras y más perfectas al fuego d el sol, que s.XV
representa a Dios.
DeA/chimia,
Leiden, 1526
~~oc~puós de mu-
chos padecimien -
tos y penas va-
das/He resuci-
tado. limpio y sin
racha.•
El silesio Abraha m de Francke nbcrg (15g8- imaginaciones falsas, obsesivas, que em-
Rosarium phi lo·
1652), alumno de Jacob Boehme, escribió ponzoñan el cuerpo astral (la «momia•) y
sophorum. 1550
en 1638 que quería aprender la lengua he· de esa forma contamina n la sangre. De esa
brea para • utilizarla fructíferamente en forma se destruye el equilibrio de los ele·
mis muchas demostraciones geométricas y mentos en el cuerpo.
aritméticas• . (Citado por W. E. Peuckert,
Das Rosenkreutz, ed. Berlín, 1g73) Franckenbcrg habla de tres tipos de reme-
Su obra u Rafael» o «el (arc);ingel médico», d ios: los cabalísticos, salidos del Espíritu y
que acabó el mismo año. delata su afición del Verbo de Cristo, los mágicos contení·
a la combinación de caracteres cabalís ticos d os en la meditación de la serpiente cura-
(Gematria y Temurah). Como Giordano tiva y los qulmicos. con vino y aceite.
Bruno. cuyos escritos conocía, Francken-
berg fabricó sellos mágicos de los que es- Abraham de Franckenberg, Raphacl oder
peraba efectos terapéuticos. En su opi- Arzt-Engel, [Rafael o el (arc)ángel médico],
nión todos las enfermedades se basan en 1639 (reimpresión, 1925}
420 EL OPUS MACNUM: El lapis Cristo EL OPUS MACNUM: El lapis Cristo 421
El Lapis Cristo
El Lapis Crist o
El alma ígnea en su
estado natural
-representada
aquí po r el corazón
invertido de la
parte inferior- se
encuentra en el
'fuego de la ira,
• cualidad del pa-
dre•. Pero por el
sacramento del
bautismo en no m~
bre de Jehová, el
nombre de Jesús
se hace accesible y
el alma recibe el
fuego de amor del
Hijo : · El padre
bautiza con el
fuego, el hijo con
la luz.» Su sangre
celest ial trans-
forma la ira en
amor.
El hombre tiene
que entregarse to-
talmente con su
imaginación al sa-
crificio de Cristo,
.así reverdece un
verdadero cris-
tiano, que es el
sarmiento en la
viña del Señono.
«Existen siete minera les( .•.) pero los alqui- también que todos los meta les son sólo
mistas pretenden demostrar que sólo hay Jacob Boehmc,
uno, porque todos tienen su procedencia y
uno, el oro. Pues, dicen ellos, el oro es per- Tlleosophische
origen en el mercu rio, la humedad y la tie-
fecto y los seis restantes están sólo en vi as Wcrke, Amsrerdam,
rra su lfu rosa (...).• (Peder M~nsson, Berg-
de perfección para convertirse en oro. 1682
buch [Libro de minería}, s.XVI, en: Otto
También dicen que los seis están enfer- Johannsen, Obras de Peder Mánsson,
mos, y que las enfermedades (permiten) Be rlín, 1941)
purificarlos en diversos sentidos, haciendo
oro de ellos y dándoles el color, el peso y La sabiduría de los antiguos, s. XVIII
la resistencia al fuego del oro. Añaden
430 EL MICROCOSMOS: La divina forma humana EL MICROCOSMOS: la divina forma humana 431
l a dívína La divina
forma humana forma humana
•Si se traza, partiendo del centro, una cir· «Si se separan los pies, con los talones ha-
cunferencia que pase por la coronilla y se cia adentro, y se abren los brazos de forma
bajan los brazos hasta que los dedos tO· que queden en la vertical de los pies, los
quen la cincunferencia, poniendo los pies dedos de manos y pies formarán un cua·
en posición tagencial a ésta y scparándo· drado regular, cuyo centro se sitúa en el
los de forma que haya entre ellos la misma ombligo.•
distancia que desde la coronilla a la punta
de los dedos, entonces la circunferencia Agrippa de Nerresheim, De occulra philoso-
quedará dividida en cinco arcos iguales. phia
formando un pentágono regular. La linea
que pasa por las plantas de los pies forma
la base de un triángulo equilátero con el
ombligo como vértice superior.»
432 EL MICROCOSMOS: l a divina forma humana EL MICROCOSMOS: la divina forma humana 433
La divina La divina
forma humana forma humana
~-
A. Kircher, Arca tyoe, Amsterdam, 1675
lestes, las j erar- ~H-+-1-HI·±
quías divinas. El i
arquit ecto tenia la
misión d e repro-
ducir en sus cons·
t rucd ones el ar-
,, ' .
~
quetipo humano
del universo.
:J ~.,
N.
\ ~
434 EL MICROCOSMOS: la divina forma humana EL M ICROCOSMOS: la divina forma humana 435
La divina La divina
forma humana forma humana
Robert Fludd,
Utriusque Cosmi,
tomo /, Oppen-
heim, 1617
436 EL MICROCOSMOS: la divina forma humana EL MICROCOSMOS: la divina forma humana 437
La divina
La divina forma humana
forma humana
Las últimas visio·
nes de Santa Hil·
degarda, escritas
entre 1163 y 1173,
t ienen por objeto
la integración del
hombre en el or·
den de la creación
divina. El amor di·
vino d el Hijo apa·
rece en el cielo
bajo una figura
cósmica de color
rojo, superada so·
lamente por la
bondad del Padre.
En su pecho veía la
santa la •rueda del
mundo•, con el
fuego claro del
amor y el fuego
roj o del Juicio Fi·
nal como limite ex·
terior del u ni·
vNso. Las doce ca·
bezas de animales
representan los
vientos y las virtu·
des, que for man el
sistema de relacio·
nes en el que el
hombre puede vi·
vir como rey de la
creación .
El que el hombre haya sido creado, segú n gún Welling, en la escisión o seg regación
del protoelem~>nto celestial, el «Chama· Hildegarda de Sin·
la fuente biblica, e l último di a ele la se·
yim•. en fuego y agua, luz y t inieblas. Sólo gen, Liber Divino·
mana, permite aseverar a Wclling •que el
el hombre posee este elemento en su rum Operum, s. XIII
mas sabio de los creadores no realizó sola·
mente una obra maestra al crear al hom· forma pura, «de forma que él rnismo es una
bre, su última criatura, $ino que concentró partíwla de la clivinidacl viva•.
en éste el principio y el fin de todas las
criaturas, es decir, que todo el universo
puede condensarse en este circulo único•. Gregorius Anglus Sal/wigt (alias von Welling),
La creación de los elementos consiste, se· Opus mago-cabalisricum, Francfort, 1719
Forma y dimensio-
nes del primer hom-
bre cósmico, Guja-
rar, s. XVII
440 EL MICROCOSMOs: l a divina forma humana EL MICROCOSMOS: la divina forma humana 441
l a d ivina Para crear su gigante Albión, Blake recu- del Gran Hombre y nada hay en el hombre la divina
f o rma huma na rrió a varios modelos. que no tenga su correspondencia en el
Gran Hombre.• (Weisheit der Engel, Zú- forma huma na
En su • Aurora», Boehme compara el cielo rich, 1g40) Los miembros de Albión, el gi-
con el interio r del hombre, según el mo- gante d e Blake, coincid en, por el contra-
»Todos son hom·
delo de hombre celeste de la cábala, Ad am rio, con la topografía de las Islas Británi-
Kadmon. También Swedcnborg al narrar bres en la eterni -
cas: su mano derecha cu bre el País de Ga-
sus visiones describe el cielo y el infierno dad, los ríos, las
les, su codo se posa en Irlanda y Londres
montañas, las ciu-
como organismos antropomorfos: cOado se sitúa en sus rodillas. Tambicn los prota-
que Dios es hombre, el conjunto del cielo dades y pueblos, y
gonistas de •Finnegans Wake• de Joyce,
~¡ tú entras en su
de los ángeles es asimilable a un solo hom- H.C.E. y A.L P., adquieren a veces p ropor-
interior, te vuelve
bre, y está d ividido e n regiones según los ciones gigantescas y ocu pan barrios ente-
cielo y tierra, al
miembros, entrañas y órganos d el hombre. ros d e Dub lin.
Todo hombre no es más que una partícula ig ual que tú alber-
gas en tu interior
el cielo y la tierra y
todo lo que perci-
Según la tradición
bes; y au nque pa·
cabalística, los
rece que está en el
diez sophirot h que
cxcrior, está en
estructu ran <>1
realidad en el in te·
mundo son miem-
rior. en tu imagina·
bros del primer
ción, de la que
hombre, Adam
este mundo mortal
Kadmon. Las pro-
no es más que una
p orciones d e éste
sombra.»
son tan co losales
(W. Blake, Jerusa-
que cada uno d e
lén)
sus cabellos puede
imaginarse como
• No hubo forma ni
un rayo de luz que
mundo que tuviera
enlaza millones de
consistencia antes
mun dos.
de que existiera la
forma d el hombre.
Adam Kadmon se
Pues esa f orma lo
identifica también
contiene todo y
con la figura que
todo lo que hay
vio Ezequiel en el
existe por ella.•
carro del trono, así
(Zohar)
como co n la apari-
ción d el «viejo d e
W. 8/ake, El sol en
los días» en Da-
el pórtico de
niel. (Daniel, 7, 13)
Oriente, hacia 1815
Jewisch Encyclope-
dic1
«Aqui está ( •••) e l hombre en el centro, en· tienen cerradas las puertas de los sentidos
tre el reino de Dios y el de los infiernos, y d e la razón. A la derecha, por el cont ra·
entra el amor y la ira, libre d e decidir de río, se ve al ser humano liberado, residente
cuál quiere ser.• (Jacob Boehme, Vom en el mundo del amor de la divinidad
dreyfachen Leben) oculta.
El pavo real simboliza en la alquimia el fin
A la izquierda, en la parte interior de la d e la noche d e la p utrefacción. Es también
tapa, se ve al hombre exterior, de pie en el el símb olo de Juno, esposa de Júpiter, una
abismo del mundo de las tinieblas, en el de las tres divinidad es, junto con Venus y
fuego de la ira divina. Lleva grabadas en el Mercurio, d e las fuentes del mundo de la
tronco las marcas del espíritu del mundo luz.
sideral. En opinión de Boehme, el hombre «El hombre está hecho de todas las poten- La ascensión de este • schrack del fuego
exterior vive prisionero de las influencias D.A. Freher, en: Works ofJ. Behmen, Law· cias divinas. d e los siete espíritus de Dios. sal nítrico• a través de los siete espíritus de
de los elementos y de los astros, queman· Edirion, 1764 (...) Pero como se ha corromp ido, no se m a· las fuentes se ha comparado con frccuen·
ni fiesta siempre el origen divino en el (...) cía al despertar de la serpiente de fuego,
Pues el Espíritu Santo no quiere entrar ni la kundalini, del yoga hinduísta, que as -
menos permanecer en la carne pecad ora, ciende de los siete centros sutiles del
sino que se esfuma como un rayo( ...) Pero cuerpo, los chacras, hasta sobrepasar la
cuando ese rayo queda ret enido en la coronilla, donde se eleva a cono ci miento
fuente del corazón, asciende en los siete puro.
espíri tus de las f uentes hasta el cerebro
como la aurora: ahí está el objetivo y el co- D.A. Freher, en: Works ofl. Behmen, Law-
nocimiento.» (Jacob Boehme, Aurora) Edit ion, 1764
446 El MICROCOSMOS: La d ivina forma humana El M ICRocosMos: La divina forma humana 447
Ln divina Fludd represent a aquí los cuatro estratos co mo t odo lo demás, d e sal, azufre y mer- La divina
espirituales del hombre en la imagen del curio. Sal es el cuerpo y mercurio el espí-
f orma humana f orma humana
tetragrama. Yod, la simiente informe de ritu. «Pero el mediador entre esp íritu y
todas las cosas, se equipara aqui al espíritu cuerpo( ... ) es el alma y t ambién el azuf re.»
o al conocimiento puro; He, «el palacio su- (Paracelso, De natura rerum, 1525). A ella Nad ie ha cont ri-
perior)), es el intelecto; Vau. «el nexo», es le corresponde el «cuerpo de estrellas» o b uido más a la di-
el alma o la fuerza vitaL El segundo Hé o cuerpo astral, que es asimismo nexo entre f usió n del pensa -
«morada infe rior>>, es el reino sensible de espíritu y cuerpo . Es el•carro del alma• miento d e Boehmc
los element os. plató nico . Se trata propiamente de una que Georg Gichtel
«envoltura neumát ica• que el alma en su (1638-1710), de Ra -
La cábala conoce tres zonas del alma, que ca ida concibió de las estrell as y · de sus tisbona, que se ad-
sin embarg o contienen unas a las o tras. malvad os admin istradores»( ...), los arcon- hirió a una mística
Nefesch, es el «alma vegetativa», tributaria t es o <<Archeu!t o Vu lciJno», el «herrero». El radica l de la «So -
de la vida sensoriaL Desaparece con la alma se d esprende del cuerpo astral como phi~h> y en su exilio
muerte. A ella corresponde el zelem, el lla- de una túnica cuand o asciende por el reino de Amsterdam
mado cuerpo etéreo o ast raL La chispa di- de los arcontes astrales.• (Walter Pagel, reunió en t or no
vina más profunda d el alma es la ne- Paracelsus als Naturmystiker, en: Epochen suyo un circulo d e
schama. d er Naturrnyst ik, Berlin, 1979) célibes <<hermanos
angélicos». En su
Paracelso sostuvo ideas semejantes. Se - Robere Fludd, Utriusquc Cosmi, tomo 1/, «Theoso phia prac-
gún sus tesis, el hombre se compone, Francforr, 16 2 1 tica• , edit ada en
1696, describe la
forma en que la
rueda de los pla -
net as imprime al
alma siete sellos
dia bólicos .
Georg Gichrel,
Theosophia pr~c
cica, ed. 1898
Roberr Fludd,
Utriusque Cosmi,
tomo 11, Fnmcfort,
1621
A.Mm1 J;,pf=:J¡inrufu,.I>ri.
.B. Intdl~éiw fjt:nJ ./,.¡,."m ¡ti-.,,
ti.J ltJ"-""Jn. Vdffeufum:
e.~1 o' ;,.wt.ilw Ür 1:-;,.,&., "''
di1IUI/i.t'lliitm;.Jru irrullüiM JM4'mu.
D. S¡iritul rAÚ•,.,J¡, c,.,.fi~nt< u .
lntr/J<~ in....Arúrnn. n~di. .
E . A"i"'4 md;,.;,. l...W nkn. """''"'·
lu.x 'llt't~t/,S Cu~ M cr¡.tz
F. eors
Jcu
Y~u¡t4tU[k., DtrmiM'Itt •
450 EL MICROCOSMOS: la divina forma humana EL MICROCOSMOS: la divina forma humana 451
La divina La divina
forma humana forma humana
El alqu imista con la escuadra y el compás Los tres niveles del gran mundo, con su di·
en las manos. símbolos de la francmasone- ferente material idad, se corresponden en
ría, anuncia el comienzo saturnal del Opus, el hombre con tres planos espirituales y
paralelo al sombrío descenso al • interior corporales: a la región elemental sublunar.
de la tierra». Sólo allí, se dice en el famoso corresponde la zona de los s<>ntidos (el
acrónimo vitríolo, se encuentra la piedra bajo vientre), a la región etérea astral, el
filosofaL alma (tórax) y al cielo ígneo divino, el inte·
lecto (cabeza). El sol, en la confluencia dt>
El lapis se representa aquí como punto la forma y la materia, es el lugar donde re·
rojo en la yema del huevo del Opus de los side el alma del universo en el macrocos·
cuatro elementos. del que nace la quinta· mos. A ella corresponde en el cuerpo hu·
esencia o •pollito•. mano el corazón, como morada del alma y
del espíritu vital (Archeus).
Theatrum chemicum, ed. Lazarus ZetZner,
7667 Roberr Fludd, Utriusquc Cosmi, romo 11,
Oppcnheim, 1619
La forma más usual de comprender al hom · El cuerpo humano en la imagen del anta ·
b rees imaginarlo compuesto de la unidad gonismo de ambos estados en que se di·
de la luz de la naturaleza humana y de la vide la materia primera (schamayin): las
diversidad de las tinieblas del cuerpo; y aguas inferiores e impuras que suben del
para conocerlo con detalle, debe exami· bajo vientre y el fuego espiritual y suti l de
narse la primera figura (figura paradig má· la parte superior. Ambos se mezclan en la
tica). En ella se reconocen claramente t res zona del pecho y participan equilibrada·
zonas: la inferior, la del medio y la supe· me nte de la zona del corazón.
rior. (Nicolás de Cusa, De coniecturís. ed.
Hamburgo, 1g88) Roberr Fludd, Ucriusque Cosmi, romo 11,
Oppenheim, 1619
Roberr Fludd, Utriusquc Cosmi, romo 11.
OpptJnhtJim, 1619
452 EL MICROCOSMOS: La divina forma humana EL MICROCOSMOS: La divina forma humana 453
l a divina la divina
forma humana forma humana
A Kircher, Mundus
subterreaneus,
Amsrerdam, 1682
454 EL MICROCOSMOS: La divina forma humana EL MICROCOSMOS: la divina forma humana 455
l a divina La d ivina
forma humana forma humana
M~nuscriro hebreo,
s. XIV
4.5 6 EL MICROCOSMOS: La divina forma humana EL MICROCOSMOS: La divina forma humana 457
Cerebro y L<t tr<tdición escolástica distingue tres ca- terior, o de la memo ria (ce/lula mcmoralis), Cerebro y
vidadC!s combra les que se corresponden es denominada por Heinrich Schlpperges memoria
memoria
con las cualidades elementales aristotéli- «Cámara fría do las imágenes». (H.Schip-
cas. La cavidad anterior de la imaginación perges, Die Welt des Auges, Friburgo,
(ccllul~ phantastica), es caliente y seca. 1978) Es el archivo o depósito del que la A la izquierda, de-
Blake la llama •forja de Los•, ~n la qu~ las cámara central extrae sus materiales para lante de la frente,
informaciones sensoriales (las alondras nuevas combinaciones de concC!ptos. Aquí se encuentra el
mensajeras de Los) se modelan en imág e- se hallan las csalas de Los», en las que se mod<!lo del mundo
nes plásticas incandcsccnt~ que se impri- encuentran «las esculturas luminosas» de sensible en el sis-
men en el cerebro. La cámara central o de todo lo que pasa sobre la tierra. u Cada tema de Fludd.
la razón (cellu/;¡rarionalis), es caliente y hú- época acopia de estas obras fuerzas reno- Aparece aquí bajo
meda . Las imágenes grabadas en ella se vadas.• la forma de cinco
organizan aqul en contextos para facilitar (W_ Blake, Jerusalén, 1804-1820) círculos concéntri-
el conocimiento. A esta cavidad corres- cos en relación con
ponden las artes lingüísticas de la gramá- Gregor Reisch, Preciosa Margarita, Friburgo, los cinco sentidos
tica, dialéctica y retórica_ La cámara pos- 1503 del hombre: la tie-
rra con el tacto, el
agua con el gusto,
DE POTINJ'"lm el ai re con el ol-
fato, el éter con "1
oído, y el fuego
con la vista. En la
primera cavidad
del cerebro, este
mundo sensitivo
es «imaginado»
por el a lma, que lo
transforma en
sombra de si
mismo para des-
pués transcen-
derlo en las cavi-
dades del juicio y
de la pot encia cog-
noscitiva: por obra
del rigor del espí-
ritu, el alma topa
allí con el cmundo
d ivino del inte-
lecto• . La última
cámara es el cen-
tro de la memoria
y del movimiento.
Roberr Fludd,
Urriusque Cosmi,
tomo 11, Oppen-
heim, 1619
En la Antigüedad clásica, la memoria era una escritura interior. El que conoce las le·
• la madre de las musas•. Hasta bien en· tra.s d e ese alfabeto puede escribir lo que
trado el Renacimiento. se habia t ransmi· se le dicta y volver a leerlo de memoria.
tido toda una serie de refinadas técnicas Además puede asociar lo oido a determi-
para educar la memoria. Todas esas técni· nados lugares y después repetirlo de
eas se basan en la cr~~ncia de que una se· memoria. • (FrancesA. Yates, The Art of
rie determinada de lugares o d~ imágenes Memory, Londres, 1966)
forman un repertorio b ásico que se graba
en la memoria en un ci~rto orden, y de que Robert Fludd, Utriusque Cosmi, Tractatus
~n ól es posible ordenar por asociación to- primi, Oppenheim, 1620
dos los contenidos posibles e intercambia·
bies. «El ar te mnemotécnico se asemeja a
e) f)
- G
F
1'
ll• O fol
1}"
(;UV't
B mi
~~--'---/-1--....::;.R~¡.=,r,;;.:.:....::.::-=:x~.---"-.)j~~g_.:;:
,::.:.J.C.'),...,r;:t-·~ -¡;:-;e-
lf ' ' - 1/V -
,. r vt
J.J
ce Esta escritura es
elocuent e, puede
igualarse a la cl ara ccMe reafirmé aún más en mi opinión de
luz del d ía. Y sin atribuirle un al ma a la tierra( ... ) e n la ce r-
embargo no~ re· teza de que en las entrañas de la tierr.>
su Ita oculta e in- tiene que haber una fuerza formadora que
cierta.» (Giordano como la mujer embarazada, graba e n la
Bruno, De las mó - roca estratificada los acontecimient os de
nadas, 15g1, ed. la historia de la Humanidad tal como han
Hamburgo, 1991) tenido lugar e n la superfici e ( ... )». (Johan-
nes Kepler. Harrnonices Mundi, 1619, ed.
Leipzig, 1925)
~
dam,l682
J ?.bnü~;.__
~__,.~.
Astrólogos y gco-
~
mantes, para
Los Viajes de Sir
John of Mandcvillc,
Bohemia, 1410-20
Augusc Scrindberg,
Ein 8/aubuch,
Múnich, 1918
Scg t"111 Kircher, la la escritura original (segunda columna de fiada a la custodia hermética de un sistema
ciencia adánica. la la izquierda) fue directamente revelada a d e signos sagrado. En sus tentativas d e
pt'iscol sapientia • se los hombres por los ángeles. los hebreos desciframiento, y contrariamente a las in-
tra ns mitió ininte ~ la llaman divina «porque se encuentra re- vestigaciones posteriores que consideran
rrumpidamente producida entre las constelaciones». cada jeroglífico particu lar como una letra,
hasta Noé. Esta (Agrippa de Nettesheim, De occulta philo- Kircher les concede una significación sim-
ciencia se basaba sophia, 1510) De ella provienen el alfabeto bólica .
en la facultad del hebreo y otros emparentados con él. los
hombre de comu- jeroglíficos egipcios derivan también, se· A. Kircl1er, Turris Babel, 1679
nicarse directa- gún Kircher, de la revelación divina, con-
mente con los
mundos espiritua- "Tabla combinato-
les por medio del
A N ~~ ~ F F Xlt"f "f K \ z X ria en la qu e (...) l~s
lenguaje original o
natural, que a
causa del caos lin-
güístico de> Babilo·
nia, se dividió en
B ::I
e A
:J
X ol
::r j
7
~
a
1
'1 :si ~.,.
, ,:?
.)
'11
d D
~
e 1
::1
}._
formas de los ca-
racteres de la es-
critura original, asi
como de todos los
numerosas len-
D '1 ') l que derivan de
guas regionales.
Des pues de que
H n n t 3 3 3r3" n en 7l
ella, se represen-
tan según su grado
3~' 3
~
J
~
~V
'21 o Q.~ ~ 'DO
":J.J
«)
~
Ull
'
T1
b
que> el egiptólogo
Kirchertenia por la -fy. y
~' .¡ o 'V (Q)© V~ ~~ y
aportación cultu-
ral de Egipto, creía
p e:'
1 .... ~ ';3 ~ " 3 ® ~:J
que> allí también
habían surgido to-
Ts m
~ :::; "')~ ~ "'NN' Y '::Jf J X
das las d esviacio -
nes religiosas,
como el politeís-
QK "l' o A
R. '7J -l ,y
Seh \Y"~ ~
p
99
p
q: .,r lQ
7
._..
p
-,
mo, la doctrina de
la reencarnación, extendieron por por los descen- A. Kircher, Arca de
'V{' w w w w -¡¿)
._Th
~" Xrv f 4hlX X =h .. ~ID_
el culto a los ido- aquellas partes del dientes de Ca m, Noe, Amsterdam. -E., fiJ
los y las prácticas mundo que. en como la India, 1675
de magia negra. opinión d,;, Kircher, China, el Japón y
Estas herejías se fueron colonizadas las AmE!ricas.
A. Kircfler, China
Monumentis, Ams·
terdam, 1667
•Es muy probable que los dc.scendencien· birlos, y también en que los egipcios nunc~
tes de Ca m, que colonizaron hasta los más (... )se servían de los jeroglíficos en sus
remotos par~jes de la China, introdujeran conversaciones diarias. ya que solamente
alli los caracteres y signos de su alfabeto estaba permitido aprenderlos al sobcr;~no.
( ... )Si bien los ca racteres del chino mues· Hay que añadir que los jeroglíficos no eran
tran semejanzas con los de los egipcios, di· simp lemente palabras, sino que expresa·
fieren notablemente en la forma de escri· ban ideas o conceptos enteros.•
VIl VI V
«Se cree que las figuras en el caparazón d e
las tortugas sirvieron a los antiguos chinos
de modelo para sus primeros caracteres.
Entre los más curiosos <caprichos de la na·
tura leza, están la~ marcas e n el c~racollla·
mado <conus marmoratus>que vive en el
oceano indico . Esas marcas recuerdas la
escritura cuneiforme( ... ) Los eruditos de·
berian estudiar el texto que llevan esos ca·
racoles. Al principio, quise enviarlos al
profesor Delitzsch, pero finalmente pre·
feri esperar( ... )• (August Strindberg, Ein
neues Blaubuch, ed. Múnich, 1917)
,
El semicirculo superior es la luna, el círculo Schriftum des 17. Jh.•. en: Slavische Ba- Z.f ?
aquéllos que dan
con el punto que está debajo, el sol y a.si rockliteratur 1, Múnich, 1970
)G 5 n 4 L )1
;-¡ ~ , ) N'-r
el número cu m-
plido, y además
oSol
A. Kircher, Oedipus
Aegypriacus, Roma
1653 Solú.
sign.u~ltfi" cclur•8 rtcJ
l ntrUigrnlit< Sub4, O.Cmon~ Sclit.
una inteligencia
del bien y un de-
monio del mal•.
los nombres d e
los espiritus pl ane-
~
tarios result aban
Saurrnus ~ • >< Venus ()
Crul:c & de los valores nu-
Solis du ~
Lu na. &ere & Cruce. méricos de los co-
rrespondient es ca·
racteres hebreos.
Agrippa de Nettes·
Iuppitcr "')) ex Mercurios heím, De occulta
Cruce ~ & omnibus. Philosophia, 1510
Lu 03.
..
c5 c&,P- 1-
,.
,. .. - 1-- . ---~---
1--+-! ,~ ~- .e
Mars
So li•
raélccc
duobtu cornibus
rx
eh>-
& n ¡¡
2
'
ll
\
f>
lun"-'
~-
1\o"\.•1
--
'ICA.•I
-
1--- 1-
"---
,..
1- t--4---11-l:-r-= -f--1--i ::
-=-r+-·
•i• 1-+-J..~I---¡1--1 ~ ~
Atictis. R A G ~- N•
--·
1~'
..
tJ
E xalmio Lun;e in Tauro.
1\
"---
--
~
~: \ ¡o 1" .,. 1 - 1-- ---~
1~ ,\ ~
En su ObelisciAegypriaci, Kircher deriva el 17
origen de la mónada jeroglífica del Ankh o
j
•cruz de asa•, cél~br~ símbolo C9ipcio de ~.. 1/ LLI/
~.~..--..~
. --~~~---.-L~\~~
,~~~--~~~~~.-~
.. Y J~~~
------~------~_.,_...._.._·~
·
la vida.
<<Los caracteres de
su alfabeto están
formados, como
dicen los rabinos
hebreos, a imagen
de las estrellas y
por eso están re-
p letos de celestes El alfabeto celeste
misterios, tanto del hemisferio
por su apariencia, norte.
forma y signifka -
ción como por el
valor numérico
que contienen
( ••• ).>> (Agrippa de
Nettesheim)
Rebuscando en los fondos ocultistas d el «Sobre mi mesa había un espejo que refle·
fin de siglo, el poeta August Strindberg j ab a la luna. Y yo pensé cómo podía el es-
cloboró en 1894 un método basado total- pejo captar y reflej ar la imag en de la luna
mcm e en el p rincipio d"l azar que aplicó si la lente y la cámara d e mí glob o ocular
tamb ién a la fotografía y a la experimenta- no estaban allí y enfocaban la imagen. Se·
ción fotoquímica. Para realizar retratos fo- gú n las leyes de la óptica. cada punto d e la
tográficos ut ilizaba una cáma ra d e f abrica- superficie b ruñid a del espej o debía refle·
ción propia con una lente sin p ulir, con el j ar la luz de la luna( ...) . Así p ues, camb ié el
fin de captar el al ma en la placa fotográ- espejo por una placa de bromuro d e plata
fica de forma más auténtica. O bien metía para obtener un mejor efecto, y la metí en
las p lacas en el liquido de revelado y las liquido revelador y la expuse al mismo
exponía al cielo estrellado, como hizo con tiempo.» (August Strindberg, Sylva sylva-
las figuras d e la derecha, p ensando que la rum, 1897)
luz pasaría directamente a la p laca por on-
das electromagnéticas, recién descubier - Strindberg, Ilustración de a/nf erno•, Esto·
tas por Ront gen . colmo, 1901
•La naturaleza de
la infinitud implica
que cada cosa
tenga su propio
torbellino; cuando
un viajero de la
eternidad atra-
viesa un torbellino
semejante, ve
cómo éste detrás
de él toma la
forma de sol o de
luna o de universo
de sublimidad as·
tral (... ).Así como
el ojo humano ve
el norte y el sur al
abarcarsu propio
torbellino,( ...) del
mismo modo la
tierra es: una su·
perficie infini ta,
ilimitada, tal cual
se aparece al fati-
Descartes (15g6-165o) refutó el postulado molino(...) Es facil imaginarse quG> aso ocu-
gado viajero (se re-
~scolástico segün el cual los planetas se rre también con los planetas». (Principia
fiere a Mi/ton), ro-
mueven en el vado. Scgün su teoría, el es- Philosophiae)
deado ahora por la
pacio está lleno de un fluido que él llama La teoría de los remolinos inspiró a Blake
sombra de> la
•plenum•, consistente en diminutas partí· un pasaje de su poema cMilton• (1804),
luna•. (W. Blalce.
cula.s que s<! ponen mutuamente en moví· quien en su regreso a la tierra para salvar
Mifton, 1Bo4)
miento centrífugo para formar así los cuN· al aspecto femenino de su alma atraviesa a
pos celestes. «Tenemos que admitir que la la velocidad de un cometa los remolinos
René Descartes,
subtancia del cielo( •.. ) describe un moví· del sistema solar. (La linea sinuosa de la fi-
Principia Philoso-
miento rotatorio con el sol en el centro( ... ) gura de la derecha describe la trayectoria
phiae, Amsterdam
Cuando las briznas de hierba incurren en el de un cometa por los remolinos cartcsia·
1656
remolino de un rio, algunas son llevadas nos).
directamente por las ~gutls, mientras otr~s:
giran sobre sí mismas. a más velocidad René Descartes, Principi,, Philosophiae.
cuanto más cerca están del centro del re- Amsrerdam 1656
-!
/
!
¡ ..
1
l r
\ !
\ !
\
\
\ \
\
\.
·-,_
' ·-...
La investigación
de los fenómenos
magnéticos fue
una de las priori-
dades de Swedcn·
borg en sus est u-
dios de la natura-
leza. A lo largo de
los siglos XVII y
XVII I, el magne-
tismo era un con-
cepto genérico
para todos los fe-
nómenos en el um-
bral del espírit u y
la materia. Goethe
llama al magne-
t ismo «Símbolo de
t odo aq uello para
lo que no necesita-
mos buscar pala-
bras>>. (Refranes
en prosa sobre la
teoría de los colo-
res)
Ernst Chladni ilustró su obra •Entdeckun- la materia. es sonido en una concentración • la geom~>tría
gen über die Theorie des K13nges• (Descu - especiaL• (Aj it Mookerjee, Tantra-Kunst, existió antes de
brimientos sobre la teoría del sonido) Basilea, 1967-1968) ser creadas lasco·
(1787), consider3do el primer tratado ex- sas. es tan etC!rna
h3ustivo de acústica, con numerosas figu- Novalis anota a propósito de los experi - como el Espíritu
ras sonoras producidas por la vibración de mentos de Chladni: •¿ No serían 13s letras Divino; es el
una p laca cubierta de polvo fino y rasgada en un principio figuras acústicas? ¿letras a mismo Dios y ha
con un arco de violín. p riori?• (Nova lis, Das allgemeine Broui- aportado losar-
llon, 1798-1799) quetipos para la
A tales figuras sonoras se atribuye t>l ori- creación del
gen de las yantras hindús. • Todo lo que Tomado de Ernst Chladni, Entdeckungen mundo.• (Johan-
contemplamos y sentimos en el universo, über die Theorie des Klanges, 1787 nes Kepler. Harmo·
desde los pensamientos o las idt>as hast a nices Mundi, 1619)
· El orden de una
figura particular y
la armonía de un
De: 14 claves princip ia/es de
número particular
los signos de cantería, en: El cantero,
evocan todas las
Hallein, 1980 cosas.• (Giordano
Bruno, De la mó-
nada, 1591)
Figura del amor, Giordano Bruno, Articu/i Figura del espiriru, Giordano Bruno, Articuli
centrum ..., Praga, 1588 centrum ... , Praga, 1588
Una de las enseñanzas platónicas, tomada, cuerpos en las distancias entre las órbitas Así como de los
según se creía, de doctrinas secretas del de los planetas: la esfera de Saturno-Júpi- cinco cuerpos ele·
antiguo Egipto, habla de un mundo for- ter en el wbo, que simboliza la t ierra; la mentales de Pla·
mado en sus mas diminutas partículas por esfera de Júpiter-Marte en el tetraedro pi- tón sale la infini-
triángulos rectángulos agrupados en cinco ramidal cuadrangular (fuego); entre Marre tud de las cosas
cuerpos regulares que son los cinco ele- y la Tierra, el dodecaedro (éter); entre la naturales, de sus
mentos (el quinto elemento, la quintae- Tierra y Venus, el icosaedro (agua) y entre formas geométñ -
sencia, era el cter o fuego celeste). Venus y Marte, el octaedro (ai re). cas también se
pueden derivar in·
Según los cálculos efectuados por Johan - Con este descubñmiento, que poco más finitas variaciones
nes Kepler en 15g6, el •Dios geómetra• tarde tuvo que corregir, Kepler estaba se· de perspectiva.
inscribió con toda exactitud esos cinco guro de haber llegado a la misma fuente Wenzel Jamnitzer
de la antigua sabi- (1508-1585), orfe-
duría hermética. bre de Nú re m-
•Le he robado a berg , construyó
los egipcios los 140 estructuras
vasos de oro•. geométricas de
confiesa , •para ese tipo, que hizo
erigir a mí Dios un g rabaren cobre a
santuario lejos de JobstAmman de
las fronteras de Zúrich. <<La teoría
Egipto.» (Harmo- definitiva de la
nices Mundl, 1619) materia está carac-
terizada, como en
l.Kcpler, Myste· Platón, por una se·
rium Cosmogra· rie de importantes
phiwm, 1660 relaciones simétri-
cas( ... ) Esas si me-
P. 505: W. Jam- trias no pueden
nirzer, Perspectiva explicarse simple-
Corporum Regula· mente con figuras
rium, Núrcmberg, e imágenes. como
1568 en el caso de los
cuerpos platóni-
cos, sino por ecua·
ciones.» (Wemer
Heisenberg,
Schrine über
Grenzen. Múnich,
1971)
W. Blakf!, Mi/ton
y el espíritu de
Platón, hacia 1816,
acuarela
Ur izen es el dios
oculto de los d eís-
t as, sepa rada de
su universo mecá-
nico y de sus cria-
turas.
W. 8/ake, Europa,
1794
El circulo que Newton t raza en ~la ilust ra · la visión un t orb ellino abierto y creador, y
cíón de Blak e es para Joyce un <cyclone>. por o tra, a la teoría materia lista de <<Un
(Finnegans Wake, p. 294). El t érmino alude solo ojo» (cíclope) de Newton, que p ro·
por una parte a la «Óptica» de Blake, que clama que se puede «Con el oj o y no gra-
inspirada en Boehme y Descartes, hace de cias al ojo». (Biake)
En una carta escrita a una de sus mecenas, Joyce no sería Joyce sí no ofreciera una so- dental del U/ro, el mundo de la t inieblas de Joyce conocía t amb ién la intNpret ación de
Joyce dice a propósito de su <Finnegans lución ingeniosa al enigma que provocan Blake, la «Vegetable cell» (p. 29 5) en el que la letra T (la uta u• g riega) de Elena Bla-
Wake>, novela que estaba escribiendo en- sus palabras. En el libro habla frecuente - veget a el hombre que sólo es cuerpo f ísico. vatsky, que según ella es el símbolo andró-
tonces y q ue le absorbería diecisiete años: mente de las claves que hay que encontrar. gino de «los dos principios opuestos reuni -
«Estoy trabajando en una máquina con una la última frase d ice: uThe keys to. Given !» Ro/P es el <<cloukey toa worldroom be- d os en uno solo, lo mismo q ue el símbolo
sola rueda. Una rueda sin radios. natural- yond t he roomworld» (p. 1oo),la «clave de místico del Sal vador se considera mascu -
mente. Es un cuadrado perfecto.» Finnegans Wake, p. 293 un espacio más allá d el espacio» yana- lino y f emenino al mismo tiempo». (H.P.
grama de <<rho»: «Ohr for o ral, key for Bl avat sky, Doctrina secreta, 1888). Ello po-
crib» (p. 302) no sólo nos da la cl ave para dría significar que, al final del libro, t ras el
desvelar el criptograma, sino también para the-os invisible no sólo se esconde un he-
desvelar el enigma mismo del libro, un rho (héroe), sino también un she-rho (chi-
libro para ser leido en alto, música en pala- rho = Cristo).
bras . Joyce emplea aquí una serie de técni-
cas criptográficas parecidas a las de John •Exclusivism: the Ors, Sors and Fors,
Dee en su <Mónada j eroglífica• . w hich ?.. (pág.2gg) Del rho/P emana toda
una serie de asociaciones herméticas como
la palabra <theohrh (teoría) se forma en el la secuencia de imágenes de Janus Laci-
punt o de unión del final y el comienzo del nius: (ropc,, cm ing lés, el <rocío) de los
libro, pero no hay que olvidar que el co- Rosa-Cruz; <roÍ> y <Or>, rey y oro en francés
mienzo es recurrente, como el ciclo del y luz en hebreo. Y naturalmente la ser-
mundo platónico, lo que da la lectura si- piente que se muerde la cola, <Ouroboros•,
guiente: <the ohr/ear•. (•Or that both m ay arquetipo de la eterna rotación.
be contemplated simul t aneously?»,
p.109)-
Alexander Roob,
FW 293 CS 11, ed. Bcrnd
Schulz, Klagenfurt,
1995 (a partir de
El uWake» contiene numerosos pasajes Joyce da las pistas concluyentes en las pá- Ernst M~ch, Ana-
con motivos herméticos e incluso su len- ginas 292-294, donde los dos hijos geme- lyse der Empfin-
guaje esta sometido a un proceso de trans- los de la protagonista Anna Livia Plurabe- dungen, 1886)
f ormación fundamental. Pero además su lle andan enfrascados en la solución de un
estructu ra externa se inspira en procesos problema de geometría. El diagrama lo
alquímicos. Al igual que Bl ake y Swif t, tomó Joyce de un comentario a la o bra de
Joyce emplea t écnicas linguistic(ls que se· Euclides escrit o por el neoplat ónico Pro-
gún Fulcanelli son características de la len - clo. los puntos de intersección ALP son las
gua de los alquimistas: <<ambivalencias. i niciales de la madre. Del texto que lo
aproximaciones. juegos de palabras y ho- acompaña, repleto de alusiones a la mito-
mónimos». (Fulcanelli, Le Mystere des Ca- log ia de Blal<e y su ilustración de Newton,
thédrales, París, 1925) se deduce que detrás del punto P. que re -
presenta a Plurabelle, se esconde la versal
El ((rot ary processusn. consistente en inte- 9 riega «rO», que se escribe como la ((p)) la-
grar la disannonia de los cuatro elementos tina . (Más sobre este tema: V. Alexander
d e la p rima materia y los cuatro capit ulas Roob, CS IV, der Punkt rho, ed. Kunsthalle
del libro en la perfecta redondez o umo - N ürnberg , Núremberg, 1992)
t um perpetuum » dellapis, culmina formal-
mente e n el efecto bien conocido de •en- La letra A está codificada como V o U en el
hebrar» las últimas palabras del libro, «( ...) eje del espej o L (L es Liffey, el rio que atra-
a long the», con las primeras: <<riverun past viesa Dublín). Asi se obtiene la réplica in-
Eve and Adams [ ... )». ferior plutónica al cxX.-;r platónico y transcen-
En una visión del p rofeta Zacarias ( Zaca- • Cuatro p ríncipes angelicos que cabalgan
rias 6, 1- 9), aparecen los cuatro vientos en sob re los cuatro vientos( ... ): Miguel sobre
forma de cuatro carros tirados por caballos el viento este, Rafael sobre el viento
de distintos colores. De esos colores resul- oeste. Gabñ el sobre el vient o nor1e, y
tan sus correspond encias con los elemen· Uriel sobre el viento sur( ...) Paralelamente
tos, los temperamentos y las fases del hay tamb ién cuatro espíritus d el mal (...)
Op us hermético. Los r abinos de los hebreos los llaman(...) Según las ínt<>rpretaciones de Flud d y En el dibuj o se ve cómo la jaculatoria es es-
Samael, Azazel, Azael y M ahazael. Entre Boehme, inf luidas por la cábala, Dios cuchad a y el hombre es prot egid o por los
•Los caballos negros van en dirección ellos hay otros muchos príncipes y abande· consta de las dos fuerzas centrífugas y cuMro arcángeles en el •fuerte de la ~ a
nor1e (tierra, melancolía, nigredo),los rados. Enorme es el número de d emonios. centrípetas de la voluntad y la no-volun- lud• , que lo defienden con éxito de los
b lancos hacia el oeste (agua, flema, al- cada uno de los cuales tien~ su función tad, o también de la luz y las tinieblas. De gérmenes de la enfermedad traídos por los
b edo), los rojos lo hacen hacia el este propia.» (Agríppa de Nettesheim, De oc· su par1e sombría vienen las fuerzas demo- cuatro vientos, gér menes que Fludd llama
(fuego, ira. rubedo) y los píos hacia el sur culta philosophia, 1510) niacas y malcficas. El hombre, ucomo cria- •simiente invisible».
(aire. sangre. cola de pavo real).» tura de la luz, sólo puede salvarse y mante-
R. F/udd, Philosophia Sacra, Francfor!~ 1626 nerse sano por la oración a Dios». 1?. F/vdd, M ediciM C.1tholica, Fmncfort, 1629
El microcosmos en
la cruz de los cua ·
tro puntos cardi·
nales con los cua·
tro vientos p rinci·
pales y los ocho
secundarios. El
viento del norte a
la izq uierda co·
rresponde al ele·
mento aire (san-
g uis), el viento d el
este al elemento
fuego (cholera), el
viento del sur a la
derecha al ele·
mento agua
(phlcgma) y el
viento del oeste al
elemento t ierra
(melancholia).
Manuscrrro de as·
tronomía, Buviera,
s.XII
Según Johan Kü ·
nigspcrger los tó·
rridos y secos
vientos del este
(arriba) son los
más sa ludab les,
mientras que los
vientos del sur, cá·
lidos y húmedos
(derecha), vienen
•de paises cálidos!
con muchos ani-
males ponzoño-
sos! que envene-
nan el aire• . Di·
chos vientos • en-
turbian la sangre
d<>l hombre• y por
eso convícnc evi-
tarlos. Los htlme-
dos y frios vientos
del oc::;tc ((trae n
niebla y claridad!
y los tres son sal u·
dables•. Los vien·
tos del norte, frios
y secos, son tam-
bién •sanos todos
ellos! fortalecen y
tonifican•. (Tem·
por al de Johan KU·
nigspergcr, Franc-
fort, 1502)
Can~ de los vien- San Isidoro de Sevilla recopiló en el siglo nes del año en la rued a de los doce moses.
tos, manuscrito del VI las tradiciones d e los ant iguos filósofos Con ell as se corresponden los cuatro tem-
convenro benedic· de la naturaleza y las int egró en las doctri· peramentos en el modelo microcósmico.
tino de Hradisc/1 nas de los Padres d e la lglc;,sia. La base de Al ot oño corresponde la bilis negra (me·
su s istema de macro cosmos/microcosmos lancholi a, t ierra), al verano la bilis amarilla
es la doctrina de los cuatro elementos de (cholera, f uego), a la primavera el tempe·
Empédocles (s. V a.C.),Ia t eoria aristoté· ramento sanguíneo (aire) y al invierno el
lica de las cualidades y pennutación de los temperamento flemático (agua).
elementos, base de la alquimia, y el tra·
tado de los cuatro temperamcntos o hu· San Isidoro de Sevilla, Dc natura rerum,
mores corporales de Hipócrates (s. V a.C.). manuscrito, s. IX
Las cuatro figuras representan las estacio-
La cruz es para Boehme el signo constitutivo de todas las cosas, pues las cualidades de
los siete planetas
se compone de los dos ejes de la rueda que pasa por los tres mundos. o «espíritus de las
El glifo de esta rueda+ aparece en la alquimia de los Rosa-Cruz como fuentes)):
arcano de la «sal de la alianza» sellada por Dios con el pueblo deIs- Saturno es la con-
rael y renovada para toda la Humanidad por el cuerpo de Cristo. La tracción (ácido),
Júpiter la ameni-
cruz es también, según Boehme, el corazón de Dios que «Se asemeja a dad en Sul, Marte
lo redondo:, al completo arco iris que nos parece dividido, pues la el poder en Phur.
Venus el dulce de-
c~uz es su división>>.
seo, sol el centro
El arco iris que salió después del diluvio es el signo de la alianza más del corazón. luna·
Sophia ofrece en
conocido en el Viejo Testamento. Newton, en su <•Óptica», le da un su doble aspecto
nuevo significado como fenómeno físico resultante de la descompo- tanto el cuerpo te-
rrestre como la
sición de la luz. Goethe y Blake llaman a este fenómeno espectro en-
((esencia d ivina}~
gañoso. En el mito de Blake, la aparición del arco iris integral que (tintura). Es la es-
posa del Cristo·
surge de la armonía perfecta de las cuatro entidades elementales
Cordero, sol inte-
(zoas) y se eleva sobre el mar sombrío de tiempo y espacio anuncia el riorque ilumina la
triunfo del visionario sobre los límites del mundo físico aparencia!. Jerusalén celestial
o forma espi ritual
Para mantener los cuatro ángulos del signo de la cruz, Boehme tuvo del zodiaco.
que modificar la estructura ternaria fundamental de Paracelso en una
Jacob Boehme,
estructura cuaternaria, dividiendo en dos el azufre inicial por el Thcosophische
«Schrack» salnítrico que fluye de él: Werke, Amscerdam.
1682
1) Sul: alma, luz y 2) Phur: fuego violento. A éstos se añaden 3) Mer-
curio: deseo y movilidad, 4) Sal: la angustia. A estas cuatro cualida-
des fundamentales corresponden en el círculo zodiacal exterior del
grabado en cobre de Gichtellas cuatro entidades animales o cuatro
evangelistas: Tauro (5 (Lucas), Leo Q (Marcos), Águila: Escorpio rn,
(Juan), hombre; Acuario ::z:: (Mateo).
Los seis planetas están inscritos en el anillo interior de la gran rueda.
Sólo falta Mercurio, pues en su movilidad encarna la rueda en sí. Esta
rueda es «el origen de la vida y del movimiento, también el origen de
los sentidos( ... ), y la aposición en que se encuentre la rueda planeta-
ria en el anillo interior se reflejará en el nacimiento de la cosa>>. Esta
posición se puede conocer en los signos y lineamientos de un ser,
pues todo planeta o «espíritu de las fuentes» se expresa en cada cria-
tura de una forma específica.
W 81ake, Jerusa -
lén, 18 04- 182 0
Blake denon_ 1ina <Zoas>(el plural g riego corresponden el elemento agua, el sentido
•Zoa• lo hace singular en inglés) a lo s cua- del gusto, la p int ura, el mundo de la gene-
t ro «seres vivientes ,, que ap¿~ re cen en la vi- ración (generatio) y el cont inente amer i-
sió n d e Ezequiel y en el Apocali psis d" San cano . Al sur rei na Urizen, la razón aliada
Juan. Para Blake son los • cuatro poderes co n el element o aire, con el sentí do d e la
en cada homb re » y enca rn an sus • senti dos vista y con la arquitectura. Su mundo es el
eternos>>. l os oj os de los cuatro seres es- Ulro sombrío y su continent e África. Lu-
crutan el horizonte de los cuatro mundos. V<Ih, al este, representa la pasió n. A él le
Al oeste vive Tharmas, el cuerpo f ísico, y le
Segun Gurdjieff, •el eneagrama es movi· Gurdjieff nuevamente: • Todo individuo «Todo puede condensarse en un enea-
miento perpetuo( ... ) La comprensión de acabado. todo cosmos, todo organismo, grama y encontrarse en é l. Un hombre en
este símbolo y la facu ltad de emplearlo toda planta es un eneagrama ( ... )Pero no medio del desierto puede pintar el enea·
confieren al hombre un poder extraordina· todos los eneag ramas t ienen triángulo in- grama en la arena y leer en él las leyes
río. Es <!l perpetuum mobile y la piedra filo· terior. El triángulo interior indica la pre- eternas del universo ( ..•).• (P.O. Ous-
sOfal de la alquimia.• Para comprenderlo sencia de elementos superiores en un or· pensky, Auf der Suche nach de m Wunder·
uhay que imaginárselo en movimiento. ganismo dado según la tabla de los " hidró· baren, ed. Berna, 1988)
(P.o. Ouspensky, Auf der Suche nach dem genos•.
Wunderbaren, ed. Bema, 1g88)
Joseph Beuys,
Origen del <Primum Mobile>, en: Robcrt Lady's cloak
Fludd, Philosophia Sacra. Francforc, 1626 (detalle), 1948
Según las averiguaciones de su discipulo número nueve como c~tructura do los Sobre el «perpe·
J.G. Bennett, Gurdjieff descubrió el enea· mundos y las cosas manifestadas. Sus es· tu u m mobile» se-
grama en 1goo bajo figura de danza en una critos enciclo pédicos. •que se nos han cular del zodiaco y
comunidad de derviches Naqshbandi, cn conservado desde los comienzos de la de los planetas se
Uzbequistán. Sus métodos de enseñanza y época áraben, se •encuentran entre los eleva en la esfera
sus normas muestran un parecido sorpren- más importantes de la historia de la qui· supraceleste el
dente con las técnicas de Gurdjieff. Se mica». (E. O. von Lippmann, Entstehung cneagrama de la
dice que los Naqshbandi se in.spiraban en u nd Ausbreitung der Alchemie [Origen y segunda figura
uM sociedad secreta fundada hacia el año difusión de la alquimia], Berlín. 191g-1g54) combinatoria d e
950 bajo el nombre de •Los hermanos pu· y se difundieron hasta Espaiia hacia el año Llull que repre-
rificados de Basra• Estos hermanos desa- 1000. Es posib le que Ramón llull los leyera senta aqui la triple
rrollaron un influyente sistema universal en el sig lo XIII y se sirviera de ellos para re· conjunción de ie·
que reunía elementos dc:llas tradiciones dactar su <Ars generalis•. basada en el nú · r~rquias angtHicas.
griega, persa, hebraica, china e hindú, su- mero nueve. (cf. pág. 246 y ss.). El Pseudo-Dionisio
bordinado a una mística de números pseu- Areopagita enseña
dopitagórica. Proclamaban el principio del Ramón L/u/1, Ars brevis, París, 1578 que la jerarquía in-
ferior d<:los ang<>·
les sig nifica el <<Or-
den purificador>>,
la del medio el
«orden ilumina-
dor» y lajerarquia
superior el «orden
de la perfección».
A. Kircher, Arith·
mologia, Roma,
1665
Hildegarda de Bin·
gen. Liber Divino-
rum Operum, s. XIII
A los metales de
los siete planetas
en el orden Marte,
Venus, Sa turno,
Júpiter, Mercurio,
la luna, el sol, co-
rresponde según
Ulmannus, esta
clave triple:
#:1~~
7qi*ffl-;r;-
la clave remit e a
• los t res grad os de
todos los meta-
les)>, a su triple ori ~
Libro de 1~ s~nti
sima Trinidad, co-
mienzos del s. XV
•
vino, del ojo má- otra, y cada una gi -
gico y trinitario d e .... ;. l .,
rara al contrario
la eternidad. Del que la otra en su
cuarto espíritu de ,' . '• ..· ..... interior, y las sict<l'
las fuentes. el so· ruedas formaran
lar. en el que se se- una con la otra una
paran las cualida- esfera. Y los siete
des tcncbrosCls de ejes en el centro
las luminosas, as- serían uno solo,
ciende tanto la ilu- que pudiera girar
minación súbita en todas direccio ..
como el mundo nes, y las ruedas
sensible de los engendrarían sin
cuatro elementos . cesar el mismo eje
y el eje engendra-
D.A. Freher, Para- na siem pre los
doxa Emblemata,
manuscrito, s. XVII/
·. mismos radios en
las siete ruedas.»
..··
······· .. Jacob Boehme,
Theosophischr>
Werclce, Amsrer-
dam,1682
<Pilgrim's Progress• (Los viajes de Pilgrim), de la mortificación, tiene que luchar contra
un libro moralizante y puritano de John el monstruo pagano Apollyon. En el mer-
Bunyan, predicador laico de una comuni- cado de las vanidades es objeto de burlas,
dad baptista inglesa, fue escrito entre y con su acompañante Alentador tiene que
• El origen de la vida se enrosca sobre si fuego, entiéndase el propio fuego d ivino o 1667 y 1678 cuando su autor estaba entre vérselas con el gigante Desesperanza. Des-
mismo como una rueda; y cuando llega al de Dios. Si este fuego se inflamara, se fun- rejas por no haber observado la prohibi- pués de disfrutar de la hospit alidad del
punto central, alcanza la li bertad, pero no diría el mundo. Pero no hablamos del ción de predicar. Se trata de uno de los li- Pais de los desposorios (Beulah), con sus
a Dios. sino la tintura que abrasa la vida: fuego de la fantasía, que no es t al fuego bros más traducidos del mundo. viñas y jardines, ambos viajeros tienen que
pues lo que quiere alcanzar a Dios tiene sino sólo profunda rabia.• (J. Boehme) despojarse de sus • atuendos mortales•
que pasar por el fuego; pues ningún ser al- El itinerario en espiral contiene todos los para vadear el rio de la muerte, pues sólo
canza a Dios a menos que consista en J. Boehme, Dreyfaches Leben, cd. 1682 luga res por los que debe pasar el pere- a si pueden llegar a su destino. la Ciudad de
grino Cristino en su viaje desde la ciudad oro de Jerusalén.
perdición hasta la Jerusalén celestial. Al co-
mienzo esta a punto de hundirse en la cié- Tomado de Williams: Pilgrim 's Progress,
naga del de~aliento. Más tarde, en el valle s.XIX
Las rotaciones
deben rep.,tirse
frecuente mente
<<hasta q ue la tie-
rra se vuelva ce -
leste y cielo te-
Cadmus, el matador de serpientes que en- tenso de la aurora. «La circulación de los
rrestre y se com -
carna las virtudes fijadoras del azufre, da a elementos se lleva a cabo por medio de
bine con la tierra.
la rueda de los colores su primera rot ación . dos ruedas. una grande y extensa y otra
Entonces el Opus
Desde su triple horno, Vulcano supervisa pequeña y comprimida: la rueda grande
se habrá consu-
atentamente la operación, pues <<los colo- fija t odos los elementos (por el azufre)( . .. ).
mado». (D.Mylius,
res te enseñarán cómo debes de dominar Cada g iro de la rueda pequeña llega a su
Philosophia retor-
el fuego». (Heinrich Keil , Philosophisches fin con la extracción y prepa ración de cada
mata, Fra ncfort,
Büchlein,leipzig, 1736): la materia mercu- uno d e los elementos en particular. Esta
162::!)
rial inicial se muestra en figura de cama- rueda contiene tres círculos q ue.imprimen
león de colo res cambiant es. la p rimera a la materia, para trabajarla, movimientos
Maree/ Duchamp,
fase de Saturno es negra, la de Júpiter, gris incesantes y variados( ... ) por los menos
Relieves-rotores,
ceniza. la de la luna, blanca, la de Venus siete veces .» (Chymisches l ustga rt lein,
1935
oscila entre verde azulado y rojo p<ilido. la Ludwigsbu rg, 1744)
de M arte alterna entre el amarillo rojizo y
el cromatismo de la cola d el pavo real y el Speculum veritatis, s. XVII
sol pasa del amarillo claro al púrpura in-
D. Molinier.
Alchemie de Fla-
mel, 1772/73
ROTACIÓN: la rueda
ROTACIÓN: la rueda 549
La rueda La rueda
La base de los conceptos alquimicos de los Paracelso veia en el azufre, ese media· la generación de los colores salidos de los
colores. sobre la que Kircher, Goet he, y dor entre el cuerpo y el espíritu, el ori· dos p rincipios polares azufre y mercurio,
Rudolph Steiner elaboraron sus t eorías, es gen de los colores, •probablemente por· sol y luna, fuego y agua, luz y t inieblas.
la creencia gnóstica de que el •tej ido ero· que le había llamado la at ención el
mático del mundo• surge de la refracción efecto de los ácidos sobre el color y la lníríum sapíenriae est rimar domíni, manus-
de la luz divina en las tinieblas de las aguas coloración(...) y porque los ácidos maní· crito del s. XVII
inferiores. Según Basilides, gnóstico ale· fiestan su mayor efecto en el azufre co·
j andrino del siglo 11 de nuestra era, las ti· mún•. (Goethe, Historia de la teorí a de
nieblas pretendieron en un p rincipio los colores). Naturalmente, la sal descm·
aliarse con la luz, pero la luz se limitó a mi· peña t ambién un papel importante, pues
rar •como en un espejo•. Un reflejo en un se consideraba •luz coagulada• y • fun-
espejo, es decir, que tan sólo un aliento d amento d e t od a corporeidad•. De la sal
(color) de luz penet ró en las tini eblas•. ígnea nacen, según Parace lso, los colo·
(Werner Foerster. Die Gnosis: Zeugnisse res del arco iris. •( ... ) y así como ve is cre·
d er Ki rchenvater, ed. Zúrich, 1995). Bas íli- pitar el fuego (en los diferentes colores)
des compara la si miente del mundo a un cuando se le echa una sal ( ...) asi d escom·
hu evo de p avo real que eclosiona en la es· pone el arco iris sus colores (... ) recibidos
fera sub lunar en los siet e colores. de la fuerza del espíritu de> la sal , q ue>
está en el elemen to fuego•. (Parace lso,
De natura re rum. «En el <Ars magna lucís et um brae>de Kir·
1526) cher», anota Gocthc, •se describe por pri·
mera vez con claridad y riqueza de detalles
El elíseo cromático que la luz, sombra y color deben conside·
según Roberr rarse elementos de la visión, y los colores
Fludd, M edicino se rep resentan como producto de la luz y
Carholíca, Franc· las sombras .» (Historia de la teoría de los
f or t, 1629 colores. 1810)
sa~V :Ill
El punt o de par-
tlda d e la disposi ·
clón rridimensio-
nol de los colores En esta «rosa de
50bre la esf era e ra los temperamen-
lo adición de los tos»4 confeccio·
colores básicos nada conjunt a-
mediante los dos mente por Goethe
polos de la luz y de y Schiller en 1799,
las t inieblas a los los cuatro tempe-
cinco los elemen· ramentos del hom-
tos puros. bre se o rdenan se-
gún el d isco ero-
mático de Goethe.
Yo hago la miel
Christian Rosen-
creutz (Christiano
Rosa-Cruz), funda ·
dar legendario de
la orden que lleva
su nombre. recibió
la vispera de Pas-
cua una invitación
<J los desposorios
misticos de la no-
via y el novio. Al
día siguiente se
puso en camino,
ataviado con una
banda roja sobre
su túnica blanca y
cuatro rosas rojas
en e l sombrero.
En la alegoria ba-
rroca y poco inspi-
rada de Andreae,
el simboli smo al-
quimista pasa a se-
gundo plano, es
mera decoración.
•Los desposorios»
han sido re inter-
pretados después
de medio siglo por
Rudolf Steiner y
los cí rulos de Jos
Rosa-Cruz de
forma exhaustiva y
enfática.
Johann Valentin <<¿No somos todos nosotros peregrinos al idea de que sería no sólo interesante,
Andrcae, Die país en el que nos ha precedido nuestro agradable y honorable para mi, sino tam ·
Alchimysche Hoc/1· Salvador Jesucristo? Incluso el gran Febo, bien extraordinariamente productivo se-
zeit von Christian dios del sol, peregrina todos los días por el guir el ejemplo de todo el mundo e iniciar
Rosenkreuz (1616}, blanco espacio celeste. El corazón del una peregrinación con el objeto de descu ·
ed. J. van Rijken· hombre late en su pecho desde el primero brir ese maravilloso pájaro Fénix (lapis).»
borgh, 1967 hasta el postrer instante de su vida( ... ) El (Michael Maier, Secreta Chymiae, Die Ge-
mercader va por tierra y agua a los más le- heimnisse der Alchemie, en: Musaeum
janos paises para vender sus productos; Hermeticum, Francfort, 1678)
pero el conocimiento y la ciencia son cosas
mucho más nobles. Son las cosas del espí- Saloman Trismosin, Aureum vellus,
ritu( ...) Por todos esos motivos concebí la Hamburgo, 1708
W 8/ake, La puem
de/~ muerte, hacia
1806-1807
Hermann Hugo,
Cottselige
Begierde, Augs-
burgo, 1622
Santiago era el pa -
trón d e médicos y
alquimistas. Segun
la «Legenda au-
rea». venció en Es-
paña a <<Hermóge-
nes,, o ccHcrmes
Trismegisto», lo
que le o bligó a ad-
ministrar el saber
oculto de éste.
La rut a jacobea
que lleva a la
tumba del apóstol
se consideraba la
proyección terr es-
tre de la Vía Lác-
tea o Camino de
Santiago celeste,
símbolo del Opus
mercuriaL «El ca-
mi no es estrecho y
accidentado,,, se
lee en el cántico «La co ncha de Compostela» o co ncha de prendió cami no a Santiago. «Éste es el
luterano de San· Santiago representa en la simbólica her- punto en el que deben comenzar los alqui-
tiago en lengua mét ica el principio d el Mercurio, que sigue mistas. Con el bastón de pereg rino en la
alemana, que data ll evando los sobrenombres de «viajero» o mano y la concha co mo signo, el alquimista
de 15S3. «jalonado «peregrino». La llevan en un sent ido mís- tiene q ue iniciar el peligroso viaje, parte
de agua y de t ico todos aquéllos que ( ... ) q uieren poseer portierra, parte por agua. Primero como
fuego». Pero los la estrella (lar. compos: posesión, stella: es- peregrino, después como pilotO.» (Fulca-
peregrinos hermé· Trella). nelli/Canseliet, El mist erio de las catedra-
tices no buscaban les, París 1g25, ed. 1964)
sólo la ed ificación Para poder describrar su misterioso código
religiosa con su de roble hueco, Nicolas Flamel pidió ayuda Joseph Beuys, Palazzo Regale, 1985
viaje, sino t ambién a comienzos del s. XV a Santiago y em-
el contacto con los
saberes ocultos ju-
díos y árabes q ue
habían penetrado
en el occidente
cristiano en el si·
g lo XII a t ravés de
Espaii a.
Atuendo de pere-
grino de Stephan
Praun, Nuremberg,
1$71
Maree/ Duchamp,
Puerta en lugar de
dos puertas, París,
1927