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A menudo me envían preguntas con respecto a ciertos asuntos de la ciencia física que definen el
tema indicado en términos de lo que se identifica con justicia en los términos de referencia
convencionales como la "certeza sensible" matemática. Mientras el diálogo sugerido se
mantenga dentro de los límites del énfasis en la referencia matemática formal, la discusión puede
proceder a menudo dentro de los límites familiares de una discusión, como en los términos de
referencia específicamente matemáticos implícitos que plantea el legendario "interrogador típico".
En el caso de discusiones más serias en cualidad, esa convención ya no es provechosa; se requiere
un cambio hacia un marco de referencia riemanniano. Entonces, ya no se aplica lo que
usualmente se considera como una situación matemática habitual. Por lo tanto, para estos casos,
se tiene que aplicar un punto de vista estrictamente riemanniano, de la manera en que se
ejemplifica en la propia tesis de habilitación de Bernhard Riemann de 1854 y las partes
relacionadas de los razonamientos de Carl F. Gauss y Lejeune Dirichlet.
NASA/Tim Pyle
NASA
Una reducción en la intensidad del magnetismo de la Tierra, señala LaRouche, es probablemente una amenaza más
cercana de lo que se pudieran imaginar: Aquí se muestra una descripción artística de la magnetosfera.
Con todo lo dicho hasta ahora, sentamos las bases para plantear la cuestión que tenemos entre
manos: El desafío que se presenta ante todos los líderes potencialmente competentes de nuestra
sociedad para salir del pozo de desesperanza cada vez más profundo, que la Glass-Steagall se
tiene que volver a promulgar de inmediato, o de lo contrario, Estados Unidos y muchas otras
naciones estarán condenadas a la catástrofe, en el transcurso del presente año.
Solo la virtual anulación de decenas de billones en valor nominal de "dólares de juguete" de lo que
ha sido, intrínsecamente, activos monetaristas fraudulentos, detendría el proceso cada vez más
acelerado de esa desintegración de Estados Unidos como nación real que ha continuado, con lo
que se ha hecho a un ritmo generalmente acelerante desde agosto de 2007. Esta ha sido la gran
amenaza para la humanidad bajo las presidencias de George W. Bush, Jr., y de Barack Obama
después. Solo un cambio repentino del sistema monetarista, para retornar a las especificaciones
de un sistema crediticio de nuestra Constitución federal, como se hizo con el presidente Franklin
D. Roosevelt, podría permitirle a Estados Unidos seguir teniendo una existencia asegurada como
nación durante lo que queda del actual año calendario.
Solo mediante la transferencia de las deudas nominales que tienen el carácter de deudas de un
sistema bancario mercantil, sacados de las cuentas de un sistema bancario mercantil con base en
un sistema de crédito, se podría detener el derrumbe general de la economía estadounidense
dirigida por los secuaces de Alan Greenspan, Bush y Obama. Sin ese regreso a un sistema de
crédito constitucional estadounidense, fuera del sistema monetarista imperialista británico, no
seria posible la existencia continuada, en el futuro inmediato ante nosotros, de nuestro Estados
Unidos actualmente en peligro,
La razón por la cual tiene que ocurrir una separación de un sistema crediticio de un sistema
monetarista es que las dos categorías no son intercambiables. El crédito, como se define por las
implicaciones del Preámbulo de la Constitución Federal de Estados Unidos, que reemplazó a los
sistemas monetarios fracasados de los estados separados, por un sistema federal de crédito
constitucional, no tiene coincidencia de principios con las funciones de un sistema monetarista.
Quienquiera en cualquier nivel, que no reconozca esa diferencia funcional, no es realmente
competente para juzgar estos asuntos; y la falla de las autoridades de rango pertinente en no
reconocer esa diferencia, puede ser peor que simplemente desastroso para la existencia de nuestra
república.
Por supuesto, el regreso a ese sistema de crédito, integrado en los cimientos de nuestra
Constitución Federal, desataría la bancarrota general del actual sistema monetarista mundial
monstruosamente enfermo. ¡Y eso qué importa! ¡Que disfruten el descanso eterno! Esto ocurriría
mediante el reemplazo de la enfermedad llamada sistemas monetarios, por un sistema crediticio
que opere entre estados nacionales respectivamente soberanos, preferiblemente con un sistema
de tipos de cambio fijas. Sin embargo, se tiene que reconocer que eso que se perderá de entre
las apretadas filas contaminas de la banca mercantil, constituye el órgano enfermo que pone en
peligro la vida del paciente, y el imperativo de esa acción quirúrgica la ha de apreciar toda la
humanidad, alabada como la bendición por la seguridad de las naciones y sus pueblos en general.
Dicho esto a manera de introducción del tema que nos ocupa, procederemos ahora al contenido
de la cuestión a tratar aquí.
La esencia del desafío intelectual, y también espiritual, que se tiene que hacer consciente, se ha
logrado muy pocas veces en el presente, comparado con la época de hace unas tres o cuatro
generaciones. La cualidad esencial que se debe recuperar, es ésa que participa de la naturaleza
categórica de la distinción de la expresión desarrollada de las facultades de la mente humana,
frente a los efectos impartidos específicos de quienes emplean la voz hablada apropiada para
presentar nociones específicas del dominio de la simple percepción sensorial. De allí la
importancia de las cualidades específicas de la voz cantante clásica establecida en una expresión
muy cercana al DO=256.
EIRNS/Sergei Strid
La voz cantante clásica, colocada a una afinación de Do = 256, constituye un modelo del modo en que se
transmiten y se reciben ideas profundas “respecto al hombre y la naturaleza”. Aquí se muestra al Movimiento de
Juventudes Larouchistas de Alemania interpretando la Fantasía Coral de Beethoven, en enero de 2011.
Considera el caso de Juan Sebastián Bach, por ejemplo. ¿Oye uno la serie de sus preludios y
fugas como notas en un teclado, o como un coro de voces cantadas en contrapunto? Lleve la
misma idea a la pariente más cercana del contrapunto musical clásico, que establece la
consonancia con una escala bien temperada con los registros de la voz y sus cambios de registro
en Do=256. Ahora, llévela hasta la distinción manifiesta de la identidad de las voces
representadas en una fuga de Bach, cada una de la otra, de tal forma que se las podría oír
hablar una con las otras, en lugar de una serie de consonancias mutuas alegremente absurdas,
o incluso sin sentido.
Luego de tomar en consideración esta cuestión, aplícalo ahora a la manera en que se escucha
hablar a las personas hoy en día, ya sea en un diálogo o como si fuese un diálogo. ¿Estamos
produciendo música, o simplemente una sopa minestrone, sazonada al gusto, pero de todos
modos vacía?
Esta diferencia no se limita a las expresiones artísticas clásicas como tales; el estado mental que
se ha de expresar por lo que representa el estándar del bien temperado de Bach, es un modelo
de la manera de transmitir y recibir expresiones significativas de las ideas "respecto al hombre y
la naturaleza".
El efecto de la pérdida de las modalidades artísticas clásicas en el pensamiento y en la
comunicación, es haber producido algo parecido a "cadáveres parlantes". Por lo tanto, aprende a
colocar tu mente en el dominio artístico clásico del contrapunto que acabo de resumir, en lugar
de tratar de comunicarte en explosiones de codificación digital o de la música de los balbuceos
brutos de los reduccionistas.
Las distinciones que destacaré, repetidamente pero en formas diversas, en lo que queda de este
informe, son implícitamente las que te acabo de sugerir al inicio del capitulo actual, hasta ahora.
Teniendo en mente ahora los párrafos anteriores, ve directamente desde los primeros dos
párrafos de la tesis de habilitación de Bernhard Riemann de 1854, a la parte final, tercer
capítulo. Contrasta la visión actual, la creencia todavía prevaleciente, desafortunadamente, en
los cinco sentidos meramente, con la amplia serie de imágenes requeridas por el capítulo III de
esa tesis.[3] Durante y desde el trabajo de Riemann, el número de sentidos de funcionalidad
identificable se han aumentado enormemente, como él lo pronosticó allí, por el desarrollo de
instrumentos que tienen el efecto de funcionar como sentidos independientes, y así,
complementar el repertorio de los solamente cinco nominales. Este acontecimiento ha ocurrido
en la forma de agregar nuevos tipos específicos de medición de los efectos físicos que se pueden
demostrar que existen afuera de la detección directa de los supuestos "cinco originales".
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Se debe reconocer la tesis de habilitación de Riemann de 1854 como el hito trascendental que
ha sido en la historia de la ciencia. Desde que se publicó esa obra originalmente, ninguna ciencia
competente pudo presuponer ya jamás de manera honorable, que fuese realmente una ciencia
física si se practicaba de acuerdo a las nociones de lo que son simplemente percepciones
sensoriales como tales, ni se pueden siquiera considerar como expresiones de una mente cuerda
verdaderamente.
La ciencia moderna es, en gran parte, un reflejo renacido sobre los logros que se han asociado
con los pitagóricos y sus seguidores, como Platón y sus seguidores hasta Eratóstenes. La
vitalidad de esos cimientos antiguos de la ciencia moderna la revivieron en el desarrollo de la
ciencia moderna los círculos asociados con figuras del renacimiento como Filippo Brunelleschi,
Nicolás de Cusa, y los seguidores declarados de Cusa como Leonardo da Vinci y Johannes
Kepler, y de allí, también Godofredo Leibniz, todos los cuales emplearon los poderes creativos de
sus mentes para las composiciones mentales expresadas en esa forma de expresión del
contrapunto artístico clásico.
Con esas palabras de cautela dichas, se tiene que hacer hincapié en que el "Renacimiento
Dorado" del siglo 15, surgió durante un intervalo de la historia entre el desplome de la Europa
medieval del Tercer Imperio Romano, durante la "Nueva Era de Tinieblas" del siglo catorce, y los
esfuerzos posteriores de los adversarios oligarcas de la ciencia para generar un Cuarto Imperio
Romano, un intento que se extendió desde la época de la caída de Constantinopla hasta la estela
de las guerras religiosas de 1492 a 1648. Así que el ascenso del Nuevo Partido Veneciano de
Guillermo de Orange expresó una fealdad satánica del proceso de volver a nacer, como el ave
Fénix, del moderno Cuarto Imperio Romano, el nacimiento de ese Imperio Británico que, hoy en
día, todavía domina al planeta en su totalidad, pero tiene que ser obligado a dejar de hacerlo.
Los reinos de los verdaderos imperios que son sistemas monetaristas en su carácter, como la
serie de cuatro cualidades sucesivas de imperios romanos símiles de ave Fenix, casi nunca
tienen una congruencia sincrónica con los acontecimientos científicos que se superponen con el
dominio de los imperios. Los imperios ascienden, declinan y se derrumban, al mismo tiempo en
que sus predecesores se apuran a derrumbarse a su vez, como si cuando les tocara el turno,
decayeran en un impulso compulsivo de preparase para la llegada de las potencias que podrían
venir a suplantarlos.
A lo largo del flujo y reflujo recurrente de tales procesos históricos, lo que ha permanecido
constante es una cierta potencialidad específica para la bondad que distingue a la especie
humana de todas las demás criaturas conocidas. Esa es la distinción cuyo efecto encarnado
constituye la cualidad única de los poderes mentales potencialmente noéticos de la mente
humana. El imperio procura hundir a la humanidad en un estado de semejanza animal perpetuo,
tal como expresan hoy en día los mentados "ambientalistas" la maldad inherente de esa
bestialización recientemente denominada "destrucción creativa". Mientras tanto, ve el contraste
con el hombre prometéico que obra para romper las ataduras de las tiranías oligárquicas, al
desencadenar el intelecto otrora cautivo de los oprimidos por medio del florecimiento de un
nuevo renacimiento de la creatividad humana, como lo ilustra la conquista de la libertad de
nuestra república constitucional estadounidense frente a las maldades del imperio británico.
Esta pauta deseada de acontecimientos ascendentes y declives, ha ocurrido en una forma en
que la propia práctica de Riemann pone de relieve en los dos párrafos iniciales, y en el capítulo
final de su tesis.
El empieza de la manera en que la presunción acostumbrada de las cinco nociones de sentidos
convencionales ha procurado que estén confinados, como por fricción, dentro de límites, como
ha intentado hacerlo el invento fraudulento de "la Segunda Ley de la Termodinámica" mediante
la sucesión continua de procesos en los que la ciencia se ha superado a si misma repetidamente.
Al final de la tesis de Riemann se presenta el renacimiento que sirve para liberar al oprimido, lo
cual se efectúa mediante formas de instrumentación que forman una lista inicial de los
instrumentos recién creados que nos proporcionan el acceso a los límites más externos y más
internos de las anteriores prácticas científicas de percepción sensorial. Descubrimientos como el
anterior, constituyen los instrumentos que nos proporcionan los avances por los cuales la
humanidad consigue que las acciones del hombre irrumpan en regiones que, antes de entonces
—lo muy pequeño y lo muy grande— eran regiones que en épocas anteriores estaban fuera del
alcance de la práctica científica.
De igual manera, por la misma regla presentada por Riemann allí, la ciencia de la humanidad le
ha agregado repetidamente a las variedades específicas conocidas de cualidades del espacio
físico ampliado, como los descubrimientos de categorías comprobadas experimentalmente
representadas como cualidades físicamente distintas. Estos tipos anteriores incluyen los
existentes entre los miembros de la lista creciente de cualidades de tipos conocidos de espacio-
tiempo físico ampliado. La ampliación que hace el académico V. I. Vernadsky de las categorías
de espacio-tiempo físico de lo no vivo, plantas y animales, y lo cognitivo humano, se combina en
efecto como un ejemplo único crucial. Las interrelaciones definidas en la manera desarrollada
por Vernadsky, et al., para este propósito, son emblemáticas de la cuestión de principios
involucrado.
Hay una definición bien ordenada de estas cualidades superiores de los complementos
ostensibles de la percepción sensorial, que se nos ha proporcionado gracias al surgimiento del
reconocimiento que el espacio, el tiempo y la materia, en cuanto ellos mismos, carecen de la
cualidad de intención deseada de lo que se esperaba que fuesen "las verdades sólidamente
independientes", una intención errónea que otrora se asociaba con el hábito desinformado de
tratar al espacio, el tiempo y la materia como cualidades de vivencias respectivamente
independientes. Para la ciencia efectiva hoy día, solo hay "materia-espacio-tiempo", en vez de
una serie de divisiones discretas entre las tres categorías usualmente mencionadas. Esos
avances se representan en el ejemplo que ofrece la evidencia de las características paramétricas
sorprendentes de la función de la Nebulosa del Cangrejo, como lo atestigua la sorprendente
evidencia nueva de los años más recientes.
Zorzi decidió disfrazar su identidad de funcionario de Venecia, recurriendo al disfraz del empleo
en Londres, por un cierto tiempo, como el principal controlador veneciano de Enrique VIII de
Inglaterra. Zorzi actuó en concierto con otros miembros de los mismos círculos venecianos que
operaban bajo la dirección de los infames Diez Venecianos, miembros de un círculo que incluía
agentes venecianos como el cardenal Pole y Tomás Cromwell.
Como ya lo he destacado anteriormente, la operación de apoderarse de Enrique VIII, una
operación que giró en torno a su impulso vagabundo de buscar el divorcio de su esposa
Habsburgo, fue lo que transformó las etapas iniciales de la guerra religiosa desde 1492 en el
peor de los horrores que duró todo el intervalo de 1492 a 1648 de la guerra resultante entre
católicos y protestantes que precedió a la Paz de Westfalia.
La consecuencia crucial de esta aventura de Enrique VIII y sus matrimonios, fue el cambio de la
lealtad de Enrique VIII al Papado y la adopción inglesa de la causa protestante. Esta alineación
de la casa gobernante inglesa con la facción protestante en el intervalo 1492-1648, constituyó el
proceso que estableció la monarquía británica como el centro del Cuarto Imperio Británico, y del
sistema imperial monetarista controlado por Venecia que ha dominado la Europa moderna desde
el período en que Zorzi jugó el papel decisivo para la intervención veneciana en ese proceso, que
establecería, como hecho histórico, el papel futuro de la monarquía británica como el eje del
sistema imperial mundial hasta el momento presente del último informe recibido sobre el tema.
La realización de este destino encarnado en los lomos de Enrique VIII, resultó ser el
acontecimiento estratégico decisivo saliendo de la fase de guerra religiosa continua de 1618 a
1648, que fue la llegada en 1688 de Guillermo de Orange del Nuevo Partido Veneciano, para
quitarle las islas británicas a los decadentes Estuardo. Estas islas británicas fueron seleccionadas
así para convertirse en el puesto de mando para el nuevo imperio marítimo que, mediante la
maldición de la llamada "Guerra de los Siete Años", devendría en el Cuarto Imperio Romano, tal
como existe todavía hasta el presente.
La errada descripción popular, más bien ingenua, del actual Imperio Británico bajo los herederos
de Guillermo de Orange, pretende confundir la realidad del tema al limitar la visión de los
engañados a que el imperio es una simple potencia colonialista, en vez de una expresión
imperialista británica moderna del mismo principio de los tres modelos anteriores de Imperio
Romano. El Imperio Británico, al igual que las tres fases del imperio monetarista romano que lo
precedieron, afianzó su cualidad esencial —como entendió posteriormente Rosa Luxemburgo
claramente el principio del imperialismo encarnado en la existencia continuada de la Gran
Bretaña moderna— como el destino condenado de un sistema monetarista de control imperial
heredado del esquema de César Augusto en la Isla de Capri, un control ejercido a través de los
mecanismos que han sido la forma de existencia primaria del Imperio Británico, un sistema de
préstamos internacionales intrínsecamente usurarios.
La forma de ese imperio, en tanto que ha seguido evolucionando en esa misma dirección
moralmente putrefacta bajo la reina Isabel II, ha sido la fuerza política imperial que se ha
distinguido recientemente, a partir de 1971, por su control sobre un sistema supranacional de
monetarismo coordinado a través de la Mancomunidad Británica, la organización bancaria del
llamado Grupo Inter-Alfa. Desde 1971 se ha desplegado flagrantemente con el objetivo principal
de la destrucción de Estados Unidos, como un proceso sistemático de auto destrucción inducida
de Estados Unidos con la ayuda de las sandeces de las presidencias estadounidenses que han
sido sumisas a las políticas globales definidas por Londres, como se ilustra simplemente con
casos tan emblemáticos como el repugnante apoyo de Estados Unidos a los colonialistas
británicos en la Guerra de las Malvinas y los esquemas imperialistas similares de su agente J.P.
Morgan para destruir la ley estadounidense Glass-Steagall en 1999 con el acto de sodomía que
se expresa en la ley Grammm-Leach-Bliley.
Entra Paolo Sarpi y el nacimiento del Imperio Británico.
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El error de Luis XIV de Francia de no seguir el sabio consejo de su ministro Jean-Baptiste Colbert, condujo en 1685
a la Revocación del Tratado de Nantes, el cual había permitido la tolerancia religiosa en Francia. Esto aseguró el
ascenso del partido veneciano de Paolo Sarpi. Este cuadro de Henri Testelin se titula “Colbert le presenta los
miembros de la Real Academia de Ciencias a Luis XIV en 1667”.
En realidad, fueron las facciones protestantes, como en Francia, Inglaterra, Holanda y Alemania,
las que quedaron bajo la influencia de las formas introducidas por Paolo Sarpi que surgirían
como los ganadores al final del Siglo Dieciséis.
Entonces, con el ascenso del gran tonto de Francia Luis XIV, a pesar de la oposición a esa
tontería de parte del gran ministro y sucesor del cardenal Mazarino, Juan Bautista Colbert, el
estúpido Luis XIV se dejó atrapar por la necedad de la revocación del Edicto de Nantes en 1685.
Con la revocación del Edicto de Nantes, se afianzó el ascenso del partido de Sarpi en Europa
como parte del ascenso al poder de la facción de Guillermo de Orange mediante el papel clave
de las farsas de la facción de Descartes, donde el abad Antonio Conti representaba el papel de
Descartes, cuando se asignó a Conti el rol de servir de creador del farsante mago negro Isaac
Newton, y, de este modo, hacerlo el principal adversario de Godofredo Leibniz y de la influencia
de Leibniz durante el curso de la primera mitad del siglo 18.
Este giro a la depravación de Francia vino con la muerte ominosa del cardenal Mazarino y la
traición al Edicto de Nantes por la ambición estúpida de Luis XIV. La estupidez de Luis XIV
preparó el camino, mediante la guerra perpetua, para la posterior guerra de los siete años y el
Tratado de París de 1763 que estableció al Imperio Británico como el Cuarto Imperio Romano,
desde esa época hasta el presente. Como lo había previsto Bismarck, el más grande canciller de
Alemania, el motivo del Imperio Británico en lo que se iba a convertir en dos "guerras
mundiales" y más, esa "Guerra de los Siete Años" que afianzó realmente la posición de la
monarquía británica como un imperio emergente mundial, ha sido la política que le ha dado
forma a la mayor parte de las eventos estratégicos trágicos que han arruinado al mundo desde
que, prácticamente "por culpa de un clavo se perdió el reino" que empezó con la selección del
Imperio Británico por medio del uso que hizo Venecia de la personalidad patológica encarnada
en Enrique VIII.
Considera el caso de un personaje clave en el esfuerzo por conformar los resultados del mundo
del siglo 16, el caso del fundador de las formas competentes de la estrategia moderna europea:
Nicolás Maquiavelo. Aquí, en este caso, la ciencia, tal como fue definida por el ejemplar cardenal
Nicolás de Cusa, había tocado profundamente el alma del hombre.
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Maquiavelo, de quien tiene que entenderse que nació cinco años después de la muerte de
Nicolás de Cusa, y doce años antes de su encuentro decisivamente importante con Leonardo da
Vinci, había sido figura importante, y el más capaz intelectualmente en el gobierno de la
República de Florencia, hasta que dicha república fue demolida por la victoria militar de la casa
de la decadente familia Medici sobre la República. Notablemente, la obra escrita del período de
vida de Maquiavelo (1469-1527) se tiene que comparar hoy con el reinado de ese gran enemigo
durante los acontecimientos que se conformaron en gran medida por le influencia de la
circulación de los escritos de Maquiavelo de ese tiempo, durante y después de la época de la
monarquía intrínsecamente malvada de Enrique VIII de Inglaterra (muerto en 1547). Por motivo
de ese éxito, Maquiavelo, genio más destacado e influyente en la estrategia militar y relacionada
de ese siglo, fue odiado, odiado porque la obra de su mente superior era tan temida en
Inglaterra, como en otros ciertos centros de poder, durante y después del espacio y tiempo de
los principales acontecimientos de mediados del siglo 16 en Europa.
Desde esa época, el estudio de la obra de Maquiavelo fue empleado para presentar los cimientos
de la estrategia moderna en los programas más importantes de entrenamiento de los militares
profesionales y de los profesionales de inteligencia relacionados, en la definición misma del
nombre "estrategia moderna". Fue por ese mismo motivo, que Maquiavelo había llegado a ser
tan odiado y temido en Gran Bretaña, y así lo sigue siendo hasta el momento actual. Por lo
menos éste ha sido el caso hasta el momento del desplome del sistema soviético en 1989 bajo el
más desafortunado, y por ende ampliamente despreciado como figura ostensiblemente traidora,
de Mikhail Gorbachov: El por así decirlo "Tricky dick" [el apodo de Richard Nixon, algo así como
"el tramposo"] de la historia de la Unión Soviética hasta el presente.
Sin embargo, en medio de toda la habladuría pertinente, por lo general oscurecida, sobre el
tema de Maquiavelo, en las observaciones publicadas en general, y como fundador de la
estrategia moderna, tengo que decir, que desde el punto de vista de mi propia experiencia en el
campo de la inteligencia respecto a la economía y estrategias relacionadas, muy pocos
supuestos especialistas, incluso hoy en día, han entendido realmente el verdadero principio que
sustenta la raíz de la eficacia en lo que ha resultado ser la fuerza de sus escritos.
Con respecto a lo que he escrito aquí sobre el tema de la estrategia en este capítulo hasta el
momento, no es un mero accidente el responsable de la insensatez común de la mayoría de las
personas y gobiernos en la cuestión de los resultados de las apuestas en las finanzas, política
pública y la guerra, de atribuir un supuesto genio a lo que el celo de una opinión pública por lo
general engañada, considera como un supuesto "éxito" admirable. "Éxito", para muchos, en
especial la elección de una opción de presidente peor que estúpida, o algún tipo de evento
similar en Europa, es la imagen de los premios que dan en un carrusel infantil, algo que se
ganan pero que rara vez se merecen. Pocos casos ponen al descubierto esa clase de ilusión
popular de forma tan completa como la célebre figura de Maquiavelo. En realidad, parece que la
lección muy raras veces se ha aprendido verdaderamente, de que el éxito y el fracaso existe no
en el trofeo que momentáneamente se obtiene, ni en el comer, sino, en los casos frecuentes
recordados de Francia y de otras elecciones, en la clase de dolor de estomago que se gana para
sí el partido presuntamente victorioso.
Como podría haber estado de acuerdo el presidente Charles de Gaulle, en un sentido irónico, u
otro.
La estrategia competente, cuando está diseñada para el provecho real de la humanidad, en vez
de para ganar algún juego deportivo tonto, o cosas peores, se basa en la inmortalidad merecida
de las empresas atendidas por quienes estuvieron al servicio de los beneficios necesarios de la
humanidad. Haga un contraste de la victoria de Adolfo Hitler, quien había sido escogido para
este cargo en la historia del poder, por el Banco de Inglaterra y empresas de Wall Street tales
como la empresa de Brown Brothers Harriman representada por el mismo Prescott Bush que
sería el padre de dos generaciones de presidentes peores que inútiles: George H.W. y George W
Bush. El verdadero logro se ha de localizar en los beneficios expresados como avances en el
bienestar general de la humanidad considerada en su conjunto.
El contenido real del objetivo superior de la estrategia, del modo en que el genio de Maquiavelo
se centra en esta característica de sus escritos publicados, es el avance de la humanidad. Eso
puede significar la misma intención que expresa Esquilo en la admiración del personaje de
Prometeo al servicio de la causa de la humanidad. "¿Dónde está su victoria?" ¿En dónde está el
aguijón de la muerte?
Esta es la esencia del genio expresada por la obra, y la influencia de la obra de Nicolás
Maquiavelo que ha sido su contribución a la comprensión humana de la elección apropiada del
propósito que tiene que ser el fundamento de todas las nociones de estrategia.
“¿Le parece a menudo a las víctimas selectas blanco de la operación, que la fuerza que hace el flanqueo exitoso, es
como una fuerza oscura, como si se tratara de las míticas {Erinias}, que golpean de repente en la oscuridad, cuya
sola presencia, aunque en número relativamente limitado, algunas veces arrojan a sus blancos de ataque a un
estado de indefensa confusión, como en el famoso caso del rol del mando de Federico el Grande en Leuthen?” Este
cuadro de Adolf von Menzel (1858) se titula “Federico el Grande se dirige a sus generales antes de la Batalla de
Leuthen”.
Prestemos atención ahora a las implicaciones del rol de Nicolás Maquiavelo. ¿Por qué tanto la
monarquía británica como la facción habsburga no solo odian, sino que también le tienen pavor
a Maquiavelo tan fieramente que, al menos los que son relativamente sensibles, le siguen
temiendo hasta el momento actual?
Hay, principalmente, dos puntos de vista de referencia para identificar el rol de Maquiavelo en la
historia europea moderna. Para ambos puntos de vista del asunto, la respuesta necesaria para
las interrogantes que provoca la tozudez de sus logros, reside en una consideración del conjunto
apropiado, aunque no obstante irónico, de los significados del concepto del "flanco" en el arte de
la guerra. ¿Le parece a menudo a las víctimas selectas blanco de la operación, que la fuerza que
hace el flanqueo exitoso, es como una fuerza oscura, como si se tratara de las míticas Erinias,
que golpean de repente en la oscuridad, cuya sola presencia, aunque en número relativamente
limitado, algunas veces arrojan a sus blancos de ataque a un estado de indefensa confusión,
como en el famoso caso del rol del mando de Federico el Grande en Leuthen?
Considere el caso ejemplar de Luis XI de Francia quien, al final, prácticamente dejó en la quiebra
a la fuerza mucho más grande de sus adversarios, como si los atrajera con sobornos hacia la
trampa que se convierte en su estado de desespero. Al final, eso tuvo que haberles parecido a
los oponentes de Luis: "¿Cómo es posible que unos hombres como nosotros pareciéramos perder
nuestra ropa interior sin que ninguno de nosotros voluntariamente se quitara la camisa, los
pantalones y las botas?"
La respuesta, en este caso, es, por supuesto, la "creatividad humana", o ¿no debiéramos
torturar al malvado diciendo "el espíritu del fuego prometéico?"
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En el caso de Luis el precio de la paz estaba más que pagado por ese aumento en la
productividad de la población francesa, al evitar no meramente cierto gran costo de la guerra,
sino por el uso de una paz aparentemente costosa para una cosecha mucho más rica que esa
paz misma hizo posible. Los brutos normandos y adversarios similares de Luis robaron, pero
hicieron esto, repetidamente, aumentando la cantidad relativa del ingreso nacional francés
respecto a los sobornos franceses de sus enemigos, quedando menos para ser robado por estos,
menos y menos, como pasó con la política de Enrique VII, quien escogió a Luis como su modelo,
en su despliegue en contra del malvado Ricardo III. Luis XIV no era peor que el tonto,
terriblemente tonto e ignorante, que es lo que ha resultado ser el presidente de Estados Unidos
Barack Obama. Entonces, en el curso de la guerra bajo el liderato Habsburgo, de 1492 hasta la
Paz de Westfalia de 1648, el hombre que sabe solamente como violar y robar por medios
brutales, como el caso del la marioneta británica Barack Obama actualmente, carece, de esta
manera, de la habilidad para generar las ganancias producidas por la ciencia en intensidad de la
densidad del flujo energético relativo mediante el cual permitiría el poder de la paz los medios
para que florezca la creatividad.
Así, la martirizada Juana de Arco, a quien el violentamente perjuro partido inglés asó viva hasta
que murió, inspiró el proceso que condujo al triunfo del martirio en el posterior gran Concilio
Ecuménico de Florencia. Es allí que uno puede descubrir un reconocimiento de la fuente de
miedo que ha pasmado y horrorizado a las fuerzas poderosas agrupadas en los enemigos de
Maquiavelo hasta el día de hoy; allí es donde uno encuentra la raíz del temor al poder de la Paz
de Westfalia entre mis enemigos personales, y de los tuyos también hoy en día.
¿No es esa precisamente la lección que ni el Presidente George W. Bush Jr. ni Barack Obama
pudieron demostrar nunca? Ambos, y sus cómplices, han actuado precisamente como lo hizo el
hombre que se comió la gansa que ponía los huevos de oro, como lo hubiera gritado ese
hombre: "¡Esa fue la liberación de mi libertad de elegir!"
Al decir esto no exagero ni una coma. Cito el caso ejemplar de ése granuja justamente infame
conocido como Adam Smith quien, como el personaje de Charles Dickens "Artful Dodger", hizo
los mandados del viejo Fagin conocido apropiadamente como el moderno títere del Nuevo
Partido Veneciano, lord Shelburne. ¿Qué se debe escribir de la miseria de tales ogros a veces
poderosos como el modelo de la monarquía imperial británica que, al final, va a caer como el
emperador Nerón, o como los personajes que Dante Alighieri retrata en el infierno? ¿No ha
habido momentos en los se nos permite tener la oportunidad de vislumbrar el poder
curiosamente asombroso que vino a representar incluso el odiado nombre de Maquiavelo a la
fuerzas del mal, hasta con un estremecimiento o dos, cuando sale a relucir el tema en el curso
de ciertas conversaciones entre los cada vez menos alfabetizados de hoy?
Hay un poder, como el que Percy Bysshe Shelley aludió tan apasionadamente en el párrafo final
del borrador de su obra Defensa de la poesía. Esa exhibición de poder que presenta Shelley en
esta obra, me había conmovido en los primeros años de mi vida adulta, y desde ese momento
nunca he perdido la sensación de asombro de la comprensión de Shelley del poder de la
presciencia que él muestra en la ocasión de escribir esas líneas, esa sensación suya que me ha
cautivado en el transcurso de las décadas posteriores.
Es el mismo poder que está implícito en el argumento adecuadamente escrito de la disertación
de habilitación de Bernhard Riemann de 1854. Hoy en día, he llegado a conocerlo, no
perfectamente, pero si íntimamente, y bastante bien. Hoy en día, tengo evidencia suficiente a la
mano para saber que no hay nada que no se pueda volver científicamente cognoscible respecto
a los principios profundos del universo cuya presencia agita la aparición sombría desencadenada
por el párrafo final de Shelley entre el ingenio.
La mano de la metáfora, tal como se expresa en todas las composiciones clásicas, incluyendo las
de los modos clásicos en el arte de gobernar y de la ciencia incluso desde antes de Esquilo y
Platón, no es un cuento de hadas. La oposición a Platón ha consistido, principalmente, en la fe
ciega en la experiencia de una certeza sensorial que constituye esa gran mentira extenuante que
ha destruido muchas naciones, y, en especial, grandes imperios, hasta ahora.
Tengo que subrayar el hecho, para su atención aquí, de la siguiente manera.
La tesis a tratar
Como lo he enseñado, en especial con respecto a mi rol como economista notablemente exitoso
dentro del rango del tipo de asuntos a los que me he dedicado. He enseñado que la insensatez
común más grande entre los economistas putativos y de los regimenes nacionales a los que ellos
sirven o pretenden servir, es su patética apariencia de poner la fe en las doctrinas estadísticas
de la certeza sensorial, principalmente con respecto a las funciones de hacer pronósticos. Muy
rara vez he conocido a un presunto pronosticador económico de alguna importancia, que no esté
patéticamente equivocado en sus pretensiones. En este respecto, tales personas se condenan ya
sea por el afecto a la "certeza sensorial", o, peor, por algún tipo de fe apasionada que se
expresa en su pretensión de montarse en un triunfo pomposo sobre un caballo muerto que en
realidad nunca ha vivido, un caballo muerto llamado estadística.[7]
Piense en la cuestión realmente profunda de un hecho científico que de costumbre confunde
tanto al grupo habitualmente común de los que se han de clasificar como contribuyentes
autoengañados y lectores autoengañados de lo que pasa como páginas editoriales de algo
como The New York Times. La de ellos, ha sido y sigue siendo una ilusión centrada en la
experiencia de alguna mezcla de porciones de certeza sensorial ya sea real o simplemente
fingida. El punto temático que incluye este argumento mío implícitamente, desde el inicio de
este informe, es mi insistencia bien informada del hecho de la esencia específica de insensatez
popular, por igual entre los educados y la gente del común: Una insensatez que consiste en su
apego obsesivo a las ideas de la certeza sensorial. Incluso en sus mentiras, que a menudo
tienen su premisa en la fe en esa farsa de los llamados "creyentes verdaderos", que es una
simple presunta fe en la presunción de los poderes mágicos de la certeza sensorial.
La verdad del asunto se ha de ver en el pie invisible que ha dejado su patrón de huellas en un
campo fangoso. Si usted está entre los verdaderamente inteligentes, ¿no tiene que llorar de
lástima por los que creen que fueron las huellas las que crearon al pie? Ellos expresan su enojo:
"Yo no creo en un pie que no se haya visto", y, por lo tanto, las huellas demuestran solamente lo
que las estadísticas muestran, que lo único que existe son las huellas; ellos alegan que "por lo
tanto, un pie que no se ha visto, ¡no puede existir realmente!"
Ellos no creen en la duplicación real del cubo hecha por Arquitas, el amigo de Platón. Ellos creen
en la ilusión de la cuadratura del círculo que había imperado en los lugares más relevantes hasta
que Brunelleschi hizo la demostración experimental física de la realidad física ontológica del
principio físico de la catenaria. Ellos creen, firmemente, en la existencia de porciones
místicamente vacías del espacio físico. Ellos no creen en el principio físico demostrado del
descubrimiento único original de la gravitación de Kepler. Su morbosa superstición llega a negar
la existencia de los principios físicos universales demostrados mediante experimentos cruciales,
en favor de la simple estadística; ellos creen en los poderes mágicos de las "estadísticas" sobre
el universo en su conjunto. Uno podría sospechar que algunos más conocedores de los lectores
de hojas de té de los gitanos, podrían haber pasado una o dos noches rentables riéndose de la
ironía implantada incluso en el mero nombre de "corredor de bolsa".