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Un giro: entre la clínica y la política

Marcelo Izaguirre

El título que le he dado a mis clases es motivo de objeción. Quiero decir, si


pensamos en el término política
Así como en el año 1953 Lacan establece “su manifiesto” psicoanalítico mientras
está tomando distancia de la Sociedad Psicoanalítica de París, en el codo de los años
sesenta comienza un giro que tiene consecuencias sobre la práctica, a partir de los
avatares políticos que implicaron su exclusión de la Asociación Psicoanalítica
Internacional.
Para ello haremos un recorrido tomando en cuenta afirmaciones que realiza en el
seminario sobre los nombres del padre, respecto a sus desarrollos de la angustia. Allí
destaca que en su lectura de las consideraciones de Freud sobre la angustia, se ha
opuesto a la tradición psicologizante, que diferencia el miedo de la angustia, al afirmar
que ésta no es sin objeto. También expresa que si bien los inicios de su enseñanza los
hizo por los senderos de la dialéctica hegeliana, como una etapa necesaria, ella no se ha
dejado de revelar como falsa. Aquí miller
Vale señalar que este seminario sobre los nombres del padre, como muchos de
ustedes recordaran, es el famoso seminario que no se pudo continuar, y que fue
sustituido por el seminario Los 4 conceptos fundamentales. Quiero decir, estamos en el
año 1964.
1932
1953
1964
1967
Previamente, el año 1953 es el año que Lacan ha señalado como el comienzo de su
enseñanza. Quizá sea exagerada la tesis que encontramos en el libro de Jorge Baños
Orellana, que Victoria Ocampo es quien saca a Lacan de psicología del yo, o de la
neuropsiquiatría, que comprende el período de los comienzos de Lacan, pero no debe
desecharse el giro. El mismo JBO expresa que alguien podría objetar que el giro en el
yo de Lacan no fue, “necesariamente, consecuencia directa e inmediata de la relación

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con V.O., sino probablemente debido a otros acontecimientos sucedidos en el ínterin,
como ser, el de su análisis personal con Rudolph Loewnstein. Pero la vertiginosa
flexibilidad de pensamiento, la auténtica metamorfosis que, como veremos, exibió
Lacan, entre 1930 y 1931, parece indicar lo contrario”. Y desarrolla en el capítulo
siguiente las razones que él entiende que están presentes en el cambio del curso del
pensamiento de Lacan.
Por otro lado, un filósofo norteamericano que ha estudiado las influencias
misteriosas entre Freud, Lacan y Borges, en una tesis del año 2012 presenta puntos
similares al libro de JBO. Se trata de Geoffrey Shullenberger, lo hace en su tesis que
llama Misteriosas influencias: Freud, Argentina y los usos literarios de la paranoia.
Cuando digo puntos similares me refiero a que no deja de destacar esa relación entre
Victoria Ocampo y Lacan. Aunque tiene otros intereses, como el de destacar…
Señalar que no hay que desechar el giro no implica aceptar plenamente tal tesis. Nos
hemos enterado que Lacan ha reconocido su deuda con Levi Strauss, pero no lo ha
hecho, que sepamos, con Victoria Ocampo (más allá de todo el valor simbólico que
pueda adjudicarse a las dedicatorias de los escritos y del seminario XX). La dificultad
de esa tesis es que no se realiza un desarrollo teórico sólo con un desengaño. Quiero
decir que hacen falta otras herramientas, lo que podemos llamar el armazón teórico. Y
en tal sentido me resulta interesante el planteo que señaló Mónica Códega, siguiendo
una afirmación de Jacques Alain Miller, en su artículo “Versiones de experiencia en los
antecedentes de enseñanza” (en el libro Casuística lacaniana). Allí dirá que “El recurso a
la fenomenología como método le permite dar justo valor a la comprensión del
fenómeno mental y es esa influencia la que motiva en la monografía el germen de la
búsqueda por la causa que llevará a Lacan de la psiquiatría al psicoanálisis: si la causa
del fenómeno mental es psíquica, entonces es freudiana”. Lacan encuentra entonces, en
la fenomenología, elementos para dar cuenta de las causas psíquicas de los fenómenos
mentales. Aunque, como él mismo como dije, destaca tiempo más tarde que esa variante
se ha revelado como falsa. Pero las palabras de él al tiempo que se revelaba como falsa
fueron: “los primeros pasos de mi enseñanza avanzaron por el sendero de la dialéctica
hegeliana, lo que constituía una etapa necesaria para abrir una brecha en el mundo de la
positividad”.
Por otro lado, en los últimos tiempos se han realizado numerosos trabajos
destacando la vinculación de Lacan con Levi Strauss pero no habría que dejar de lado
lo que un ruso, descendiente de la nobleza rusa, que había sido deslumbrado por los

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aires “juvenilmente aristocráticos” de Lacan, se encargó de destacar en otros tiempos:
la relación de Lacan con tres rusos: Koyre, Jakobson, Kojeve. Incluso si seguimos los
desarrollos que hace Descombes, que también destaca esa relación con el antropólogo
francés pero sin olvidar la relación con Hegel por la primacía de la dialéctica hegeliana
en la década del cincuenta. Al analizar la dialéctica hegeliana, en los términos de
Kojève, damos con un análisis de la negatividad que implica una primacía de la acción
que es lo que decide todo. Lo que implica que luego de una acción ya nada será igual.
Lo que sirve para entender el valor de una interpretación como un acto que ya no dejará
la situación en las mismas condiciones.

No faltan las referencias a quienes habiéndose formado con Lacan, como él mismo
se encarga de destacar, volvieron la marca de esa enseñanza en su contra. Y a quien
tratando de caracterizarla, expresó que la esencia de la misma consiste en que nunca se
la atrape. Lo cual, enfatiza, resulta un contrasentido. Error en que se cae al no
considerar que se accede a lo verdadero por la vía del engaño.
Eso lleva a considerar el tema de transferencia y la proposición del 9 de octubre de
1967, que implicó un distanciamiento de quienes ya objetaban los cambios que Lacan
había comenzado a establecer desde la fundación de la Escuela Freudiana de París, así
como la aludida diferencia con la dialéctica hegeliana, es desarrollada durante el
seminario dedicado a los cuatro conceptos fundamentales. Y lo ha hecho antes en el
seminario sobre la angustia.
Continuando con el año 1953, en una de las clases, creo que de AA, Andrea
Buscaldi señalaba que fue importante en la escisión de la sociedad Psicoanalítica de
París el tema de las duraciones de las sesiones de Lacan. En verdad, ese tema estaba
presente y tenía su importancia, pero no fue el motivo en el año 1953 de la escisión,
como si lo fue de la expulsión de Lacan del año 1964. Por cierto eso depende del texto
que se lea. Si tomamos la versión Roudinesco parece más importante el tema de la
duración de las sesiones. Si tomamos el texto escisión, disolución, excomunión hay
cierto destacado del lado del reglamento de la discordia. La escisión de 1953 tuvo como
causa un tema que estaba en el ambiente como se dice, incluso en Argentina se produce
poco tiempo después. Era la dirección de Instituto de enseñanza y los requisitos para
ingresar al mismo, lo que implicaba la formación y la pertenencia a la Sociedad. Y el
tema fue la condición, el requisito de ser médico. Y la princesa Bonaparte que en un
principio había participado de la inclusión de los no médicos, siendo ella misma de tal

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condición, realizó la gran borocoto…… y se pasó al bando de los que propugnaban la
participación de los médicos. Cambió su posición por la designación de un título
honorífico.
Ahora bien, más allá de la escisión y los avatares de la política estamos en un
tiempo importante de los desarrollos teóricos, que de aceptar los términos de
Descombes, Zafiropulos y de Juan Pablo Luchelli, son los tiempos estructuralistas de
Lacan. A los que habría que agregar los hegelianos a los que ya aludí. Me pareció
interesante algo que destaca Luchelli para referirse al año 1953: “Es también una época
decisiva para Lacan. No tiene notoriedad internacional –apenas local- pero
probablemente conoce mejor que nadie la obra de Freud. En todo caso sabe que Freud
es mal leído”. Bueno, en cuanto a la notoriedad está claro que es discutible. Es cierto si
se confronta con la notoriedad que adquiere posteriormente, pero no es una figura
menor en el campo del psicoanálisis, si se toma en cuenta que ha llegado a ser,
justamente, presidente de la Sociedad Psicoanalítica de París.

Quiero señalar que en el curso de este año se me ocurrió tomar temas que se fueron
dando en los desarrollos de las distintas clases. Aunque no pude concurrir a todas pero
algunas pude tomar algunas notas y quisiera decir algo sobre eso, en tanto se vincula
con la orientación que he tomado yo en la medida que señalaron diferentes momentos
de Lacan.
No concurrí a la primera clase que dio Graciela Musachi, pero en la segunda
recuerdo que aludió a que la defensa era lo más verdadero poniendo de manifiesto la
relación entre la defensa y la pulsión (ver inst de la letra). Y que el objeto a remite al
resto de la cosa sabida. Esto me parece que se podría confrontar con el tema que está
presente en FyCLPyL referido al saber, como dijo alguien allegado en su momento a
Lacan. Es importante no aceptar la idea que el saber pueda aportar la salvación. En esos
momentos está contra la idea que es suficiente decirle a un paciente lo que pasa para
librarlo de esa situación. Quienes tienen esa posición se han quedado en el segundo
momento del psicoanálisis caracterizado por Freud en Más allá del principio del placer.
Y pude escuchar que en las que estuve en ambas ocasiones también se planteaba el
desarrollo de la misma tomando en cuenta distintos momentos de la obra tanto en Lacan
como en Freud. Por ejemplo Alicia Alonso tomó en su primera clase tres momentos de

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Freud, 1900, los sueños; 1911 los usos de la interpretación en los sueños; y 1925 los
límites de la interpretabilidad. Así, destacó los diferentes términos que usó Freud,
deutung, indicar, Stuck, fragmento, que pueden leerse las diferencias que menciona
Musachi entre fragmentario y fragmento y que en 1925 los límites de la interpretación
están dados por la pulsión. También realizó una comparación entre algunos desarrollos
entre intervención sobre la transferencia y la Dirección de la Cura. En su segunda clase
expresó que así como había tomado tres textos de Freud, presentaría en el segundo
momento tres textos de Lacan, intervención sobre la transferencia, 1951, Función y
campo de la palabra en 1953 y La dirección de la Cura de 1958. Así damos con el pasaje
de los temas del enunciado y la enunciación al comienzo, al decir esclarecedor de la
Dirección de la Cura.
Si tomamos en cuenta el libro de Vincent Descombes los tiempos mencionados por
Alicia van desde el auge de la dialéctica hegeliana, en intervención sobre la
transferencia, a los comienzos del estructuralismo en Lacan si aceptamos lo destacado
por Jean Claude Milner que dirá que Función y campo es el manifiesto estructuralista y
en cuanto a la Dirección de la cura son los comienzos de Lacan por presentar sus
desarrollos en el campo de la topología. Además de tener en cuenta que es un texto
donde Lacan, junto con todos los miembros de la Sociedad Francesa de Psicoanálisis
todavía esperaban ser aceptados por la internacional.

Las clases de Elena Levy Yeyati también tuvieron la característica de presentar


diferentes momentos con consideraciones distintas respecto a un tema. En este caso la
neurosis de transferencia, cuando en 1953 tenía cierto desconsideración respecto a la
posibilidad que las cosas que el analista diga tengan incidencia o culminen en la
neurosis de transferencia. Mientras que en las charlas en Saint Anne, en 1971 dirá que
un psicoanálisis reproduce una producción de neurosis. El analista reproduce, a
sabiendas, la neurosis de transferencia, el padre lo hace de manera inocente. Así, la
neurosis de transferencia es un efecto indeseable de la interpretación del analista. Lo
cual explica la situación de Lacan cuando termina del lado del silencio. En esa primera
clase Elena también tomó tres momentos de Freud: recuerdo repetición y elaboración,
Más allá del principio del placer y análisis terminable e interminable.
En la segunda clase partió del seminario o peor para tomar los diferentes discursos,
de la histérica y del analista. Junto con el esquema del grafo de subversión del sujeto.

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Retomando el tema de la neurosis dirá que el analista produce la división del sujeto y da
lugar a la neurosis producida por los padres. El pasaje del plano inferior al superior de la
transferencia es posible a partir de que el analista salga del Ideal del yo, que es el I(A),
significante todopoderoso de la demanda. Cf. Con paciente de seminario 8.
Un caso en que podemos encontrar esa producción y reproducción de neurosis, dirá
Beatriz Gez, lo tenemos en el caso Juanito.

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