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1- La formación del suelo es un proceso largo y complejo, en el que intervienen numerosos factores y agentes.

La
ausencia de alguno de estos factores conlleva un alargamiento del tiempo de formación del humus y de la parte
inorgánica del suelo. Se ha calculado que, para que se forme una capa de suelo de 1 cm. de espesor, deben
pasar entre 40 y 1.000 años, según las condiciones ambientales y el tipo de terreno. Por desgracia, la velocidad a
la que el suelo es eliminado es mucho mayor; de hecho, bastan sólo 4 años para destruir ese mismo centímetro
de suelo. Además, el proceso de destrucción es exponencial; esto significa que la erosión, una vez comenzada,
se vuelve cada vez más rápida.
2- El suelo, que es la capa más superficial de la corteza terrestre, está compuesto por: materia orgánica, materia
inorgánica, aire y agua.
Se denomina como suelo a la parte de la corteza del planeta más externa. Por su ubicación y características en
general, se encuentra compuesto por todo tipo de partículas o elementos que han hecho parte de la evolución
misma del planeta Tierra hasta la actualidad.
Para definirlo desde una postura agrícola, el suelo es la parte que está por encima del manto de rocas
subterráneo que recubre la Tierra, es decir, el área en el que las plantas o los árboles pueden asentar sus raíces
para a partir de allí obtener sus recursos y dar continuidad a su normal crecimiento y desarrollo.
Respecto a los elementos que componen el suelo, es tal la cantidad existente, que se los ha agrupado de la
siguiente manera:
Materia orgánica: está compuesta por microorganismos y materia de origen vegetal y animal. Entre los
materiales orgánicos, son de especial importancia las bacterias, los hongos, el humus, las lombrices y las
hormigas.
Materia inorgánica: está compuesta por los minerales formados por la degradación de la roca sobre la cual está
el suelo. De los minerales del suelo se pueden citar como ejemplos la arena, el limo y la arcilla.
Aire: es muy importante ya que sirve para la respiración de las raíces de las plantas y de los microorganismos
que viven en el suelo; más del 20% del volumen total del suelo debe estar ocupado por aire.
Agua: es el medio en el cual se disuelven los minerales del suelo, convirtiéndose en sustancias que pueden
tomar las plantas a través de las raíces.
Un buen suelo contiene, aproximadamente, 45% de materia inorgánica, 5% de materia orgánica, 25% de agua y
25% de aire.
3- Según su textura podemos distinguir tres tipos de suelos: arena, arcilla y limo. La arena es la que existe en los
diversos ríos. Los suelos arenosos, como son más sueltos son fáciles de trabajar pero tienen pocas reservas de
nutrientes aprovechables por las plantas.
Los suelos limosos tienen gránulos de tamaño intermedio son fértiles y fáciles de trabajar. Forman terrones
fáciles de desagregar cuando están secos.
La arcilla son partículas muy finas y forman barro cuando están saturadas de agua. Los suelos arcillosos son
pesados, no drenan ni se desecan fácilmente y contienen buenas reservas de nutrientes. Son fértiles, pero
difíciles de trabajar cuando están muy secos.

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