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DE LA BEATA
Paraguay-Venezuela
JEANNE EMILIE DE
VILLENEUVE
VENEZUELA
PARAGUAY
Paraguay – Venezuela
2014
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PARAGUAY-VENEZUELA
2014
Laicos Paraguay-Venezuela
INTRODUCCIÓN
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Laicos Paraguay-Venezuela
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Laicos Paraguay-Venezuela
El origen de la palabra LAICO, proviene del
griego laos ‘pueblo’, laikos significa que pertenece al pueblo en general y no a
un grupo en particular.
Un Laico Azul, está llamado/a a anunciar la Palabra de Jesús, dar
testimonio del Evangelio y de la espiritualidad de Emilie de Villeneuve.
Es por eso, que el ícono de la CAMPANA de Emilie nos identifica como
Laico/a impulsados/as por su espíritu que nos llama a vivenciar con la
Congregación y el pueblo.
En nuestros días se escucha sonar pocas veces las campanas, pero
conserva….
La campana del colegio... Señala el comienzo, símbolo de llamar,
convocar la (¡alegría!) del recreo, y también su finalización.
La campana de la parroquia... Marca las horas del día y suena con
fuerza antes de cada Misa dominical llamando a la comunidad.
La campana de Emilie….sonaba cuando llegaba alguien al refugio,
es decir anunciaba la llegada y el encuentro.
“Cuentan las Memorias que la Madre recibía personalmente a cada una de
esas pobres desamparadas. Había hecho colocar una campana en lo alto del
edificio que solo tocaba cuando ingresaba una de ellas. Al oírla la Madre lo
dejaba todo y, saliendo de la casa, corría al encuentro de la oveja perdida para
recibirla en nombre del Buen Pastor.
En los Alpes, la campana de Gran San Bernardo lleva el ánimo del viajero
perdido en la noche, una esperanza de salvación, así también esta otra
campana aseguraba a esas pobre jóvenes un asilo de paz. La Buena Madre les
abría gozosa su corazón y su casa y les daba la oportunidad de rehacer su
vida”.
La campana era una señal, con su tañido nos hablaba de otra realidad más
importante y trascendente que su sonido mismo.
Ser LAICO AZUL, tiene mucho que ver con el ícono de la campana.
Nuestro sonido (nuestra vida, nuestra palabra) debe ser capaz de evocar algo
más importante que nos trasciende: la Palabra de Dios, el encuentro con Jesús
y con Emilie de Villeneuve.
El sonido de la campana es un signo que convoca, reúne... y también es
nuestra misión como LAICO seguidor/a de la espiritualidad de Emilie. Signo
de la vida nueva a la que Dios nos convoca, signo de la compañía de Jesús
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-que camina a nuestro lado-signo de la comunidad que nace en torno a la
palabra, a la oración, a la enseñanza, a los sacramentos, a la solidaridad, al
compartir, signo del encuentro con Emilie de Villeneuve.
El LAICO AZUL, vive animado por el Espíritu de Jesús, de Emilie, pide
su guía y su aliento para ser fiel a su misión y poder anunciar el Evangelio.
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Para trabajar en grupos
Los frutos del Espíritu en la vida del Laico Azul
Leemos el texto de Gálatas 5, 22
Recortamos siete campanas de cartulina y le ponemos a
cada una el nombre de uno de los frutos del Espíritu (conviene
que las campanas sean grandes).
Nos dividimos en parejas (y si somos pocos cada uno trabaja con una
campana). A cada pareja se le da una campana y la siguiente guía:
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Se pone en común lo trabajado en los grupos (o individualmente si son
pocos).
En ronda realizamos una oración compartida. Si es posible tener una
campana de verdad, a medida que cada participante va haciendo su oración
personal en voz alta, al terminar hace sonar la campana y se la pasa al de al
lado.
Entre todos escribir una nueva campana con un compromiso común a
intentar vivir como LAICOS AZULES. Colgar esa campana en un lugar
visible dentro de la parroquia, colegio, capilla, o en mi casa.
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Se compone de caldo, fideos delgados finos, además de ajos, cebolla, tomate,
sal y queso duro rallado. Actualmente se le echa fideo cabello de ángel, carne
de res picada pimienta y orégano seco.
¿Qué significa la olla de sopa para nosotras/os hoy?
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La olla de la sopa de los presos es un ícono para nosotros laicos, que nos
recuerda una de las maneras en que Emilie eligió para hacer visible el
servicio entrañable, compasivo “a los pobres y miembros sufrientes de
Jesucristo”.
Nos remite a la realidad que vivimos hoy. Nos invita a pensar y rezar a
través de “las sopas” cotidianas que preparamos para tantos “privados de
libertad” que se acercan a nosotros y se convierten en nuestras “ollas” en
llamado del Dios de la vida: “Denles ustedes de comer”.
Tenemos un cuaderno de los años 1828-1839-1840 firmado por la Hna
Marie y el prefecto de Tarn. El artículo 2 especifica: La ración completa para
alimentar a cada individuo, cada día será compuesta de:
1º- 75 gramos de pan hecho con harina de trigo puro de las mejores
cualidades, con 10 gramos de levadura. El pan será preparado y bien cocido, y
será entregado el día siguiente. La distribución será hecha todos los días.
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2º- Una sopa con las siguientes proporciones, calculada para 5 individuos: 15
kilos de papa de buena calidad, bien descascaradas, 12 gramos de zanahoria o
de nabo bien descascarados y cortados o de otras legumbres en proporción o
verduras frescas de la estación, una porción de hojas de perejil, limpias y
cortadas o medio litro de vinagre. Tres kilos de pan duro blanco de trigo puro,
medio kilo de sal, cinco gramos de pimienta, 700 gramos de grasa de cerdo
derretida y bien preparada. (Para conocer mejor a Emilie de Villeneuve. Hna
Marie Noel. Castres Julio de 1972)
Lectura del Evangelio….Lc 15,11-31
1. A qué nos invita el espíritu? Qué produce en mí la olla de la sopa de
Emilie?
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2. A qué me llama?
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3. En qué me confirma?
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descubrir las claves que hacen, de este emprendimiento de Emilie a sus 26
años, una acción contemplativa.
En su camino interno Emilie fue madurando un proceso que desembocó
en la dinámica del acto de abandono. Su opción y su compromiso de
consagrarse a los pobres y miembros sufrientes proclamado casi 4 meses antes
del 19 de marzo de 1837 implicaba asumir las repercusiones socio políticas,
las consecuencias en sus relaciones personales y, además, enfrentarse con lo
que se esperaba de una mujer joven en esa época.
Pronunciar el acto de abandono en medio de las críticas, abandono de
amigos etc, significó para ella, entrar de lleno en la dinámica de buscar la
centralidad.
Así, el “Acto de abandono” cobró todo su alcance contemplativo a través
de la ocupación de sostener el compromiso con esas jóvenes en medio de las
dificultades. A su vez, ese compromiso, esos vínculos, que hicieron “que
ninguna alumna se escape mientras ella fue su maestra”, cobraron todo su
sentido contemplativo en este gesto de abandono ratificado por escrito en
Lautrec, un 1 de noviembre de 1837. Única Oración autobiográfica. Emilie
tenía 26 años.
Como explica el P. Hein Blommestijn:
“Solo Dios en todas partes…Emilie ha comprendido que la centralidad en
Solo Dios permite que cada acción, cada actividad sea verdaderamente
contemplativa. En nuestra vida hay todo un camino trazado para transformar
esta concentración en sí mismo en concentración en Sólo Dios, para pasar de
la oposición a la disposición, como se propone en su acto de abandono.
A partir del momento en que nuestra acción se transforma en disposición,
nuestra acción se hace contemplativa. El problema es que normalmente es
más fácil separar acción y contemplación. Pero no funciona así. Solo Dios es
la línea de la espiritualidad de la Congregación, que permite a cada persona ir
haciendo de toda la vida, una acción contemplativa. Y la acción contemplativa
no quiere decir reemplazar el trabajo normal por la oración.
La acción contemplativa es hacer de mi enseñanza, de mi ser de laico, mis
crisis, mis logros, mis fracasos, incluso mi oración, una acción contemplativa
centrada en solo Dios. Emilie ha comprendido esto muy bien y por eso puso
dos patrones secundarios del Instituto, de la Congregación y hay que ponerlos
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siempre juntos: San José, artesano dedicado, un gran contemplativo y San
Francisco Javier ocupado totalmente de la misión en las indias, un gran
contemplativo.
Un verdadero contemplativo no está preocupado por ser visto sino que
está preocupado porque solo Dios sea visto. La acción que deviene
contemplativa se hace desde la propia centralidad, como dice Emilie, desde el
abandono total. Esto no significa que hay que trabajar más, se trabaja
normalmente pero el resultado es que uno no se cansa menos, porque el
origen del cansancio es justamente la preocupación por sí mismo, por la
propia imagen. Se puede trabajar más cuando se es contemplativo. Uno es
más activo cuanto más contemplativo es.
De las Memorias de la Congregación (Corría 1837)
19. Las costureras censuran el nuevo establecimiento
Las personas de la ciudad que habían visto el celo y la abnegación de
nuestra buena madre y que la habían elogiado en los comienzos, pronto
cambiaron de lenguaje; este fue el motivo. La apertura del taller hizo creer a
las costureras que el nuevo establecimiento les haría perder sus ganancias, y
asustadas se pusieron a criticarlo tanto como pudieron. De repente la virtud,
la bondad y el desinterés de la superiora fueron sospechosos; se decía que
había hecho el establecimiento solo para adquirir fama y para ser superiora.
La mayor parte de las personas piadosas criticaron también sus más puras
intenciones y la trataron de orgullo delicado y de extravagancia; se encontró
casi sola; las personas que le habían parecido abnegadas por la obra la
abandonaron; no le quedaron sino algunos amigos que, conociéndola mejor,
dejaron pasar los rumores y esperaron en paz los momentos señalados por la
Providencia, que revelarían las intenciones santas y desinteresadas de nuestra
muy querida buena madre.
Se habla nuevamente contra el establecimiento
36. Las costureras de la ciudad que no se habían apaciguado, reanimaron su
odio en contra nuestro y se unieron a las personas de la sociedad; cada uno se
creía autorizado para interpretar las intenciones de nuestra fundadora, según
la voz popular. Se acusó entonces al instituto de toda clase de cosas; nunca
había bastante. Se hizo correr el rumor de que las pensionistas estaban mal
alimentadas, mal cuidadas, maltratadas. No digo todo lo que oí por temor a
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herir algunas personas que pueden leer esto. Ya es suficiente para dar a
entender que el infierno parecía desencadenado en contra nuestro y de nuestro
establecimiento; y quiero creer que era porque el Instituto tenía por patrona a
la Virgen María y por título distintivo su Inmaculada Concepción.
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Las directoras del taller fueron laicas, muy buenas modistas. Esto nos
hace pensar que desde los comienzos hubo un equipo de hermanas y laicos/as.
¿Cómo sientes esta experiencia de Emilie?
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Que nuevos desafíos nos presenta Emilie?
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Pide no tener la ocasión de oponerse sino de ponerse a disposición del
amor, que Dios haga aquello que ella no puede.
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Dios puede ejercer sobre ella su amor. Emilie pide a Dios de hacerse
instrumento, espacio para su amor.
La toma de conciencia que “yo soy”, se hace espacio para que Dios pueda
ejercer su “YO SOY” en mí. Esta transformación es muy concreta.
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Nº 20 “Acepto aún con sumisión…ni la menor ocasión”
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En verdad, ¡cuánta claridad está reservada a los ojos que saben mirar!
Una mirada es algo muy sencillo, pero puede cambiar a una persona, puede
transformar un deseo:
“Me parece ver un poco más claro lo que debo
hacer. Pero, sin embargo siento que todavía voy a
tientas… se comprenden mejor las cosas viéndolas
con sus propios ojos”. (CIS-II 392)
Ella solo pensaba ser parte de una Congregación ya existente, sin
embargo ante la orientación e insistencia de un laico funda una
Congregación.
Su mirada no se opaca hacia lo que eran sus sueños. Su mirada puesta en
el que tanto AMABA, la mantenía siempre atenta, observadora, detallista,
mirada que hacía surgir en ella, nueva chispa que enciende nueva vida.
Sus proyectos surgen desde una mirada transformadora, que la lleva a
cambiar sus propios proyectos para entrar en el de Dios.
Su mirada fija en Sólo Dios, que dio alas a sus sueños de abrir fronteras,
construir puentes en los corazones de los pobres y excluidos, haciéndoles
conocer y amar al Dios de Misericordia, lleno de ternura.
La aproximación a su mirada nos conduce a:
Mirar con misericordia nuestra historia personal, familiar, a
reconocer y perdonar nuestras limitaciones…a mirar con esperanza
el día a día, a permitir que se encienda la chispa de vida nueva en
nuestros corazones.
Contemplar con mirada transformadora la realidad de nuestro
pueblo, a soñar que en nuestra mirada Dios sigue realizando su
milagro de conversión.
Levantar nuestras miradas al Sólo Dios de Emilie pidiéndole nos
deje su espíritu.
Mirar como Emilie, aquellas tensiones que acompañaron mi vida, las
dudas, las tentaciones, la sequedad, su búsqueda de discípula
incansable e incesante.
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La sequedad, las dudas y las tentaciones, templaron en Emilie su sed,
su confianza, su libertad, la obligaron a ejercitarse como discípula
del Dios de la misericordia.
Dejemos que ella misma nos cuente:
NP 165: “……Sin embargo a pesar de eso, no experimenté fervor,
aunque veía, comprendía las verdades que me eran presentadas, desde un
punto de vista totalmente nuevo para mí”.
NP 170: “Veía que Dios lo pedía, deseaba hacerlo, estaba confundida por no
haberlo hecho, pero, en medio de eso experimentaba una cierta frialdad y
sequedad que no he tenido desde hace algún tiempo en mis meditaciones”.
“En cuanto a los precipicios de los que se habla no los pude percibir
es que no tenía puestos los anteojos” (CSL-I No. 17)
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“Veo de acuerdo a lo que me escribe… que está muy triste y
desanimada“. (CSL-I - 411)
“Me parece ver un poco más claro lo que debo hacer. Pero,
sin embargo siento que todavía voy a tientas… se comprenden mejor
las cosas viéndolas con sus propios ojos”. (CIS-II 392)
“Durante el día miramos el paisaje que es variado y
hermoso”. (CSL-I -13)
“Di una mirada rápida a su cartita pero necesito leerla de
nuevo”. (CSL-II - 1)
“Sólo Dios conduce todo de una manera que yo veo como
milagrosa”. (CSL-I No.276)
“Estamos muy ocupadas en mirar, examinar y tomar notas”. (
CSL-I - 75)
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Reflexionar y escribir sobre algunas frases de Emilie que más te ha
llegado.
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llamaba Jesús, dio un salto y tiró como inservible el manto de su vieja
mentalidad. Ahora, convertido en discípulo, subía a Jerusalén detrás de
alguien que había hecho emerger dimensiones desconocidas de su persona y
había marcado para siempre sus ojos con el resplandor de una luz
deslumbradora.
Esa misma tarea de iluminar cegueras era la que debía intentar Jesús con
los suyos, cuando, a solas con ellos, les explicaba sus enseñanzas y les
proponía “ver para vivir”, invitándolos a cambiar sus ideas en torno a las
intenciones de Dios desde su convicción de la bondad del que estaba con El…
En la perspectiva del milagro de Bartimeo cabe también preguntarnos: ¿Qué
imágenes de Dios nos sentimos llamados a transformar hoy?”
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Emilie decía: “Me parece ver un poco más claro lo que debo hacer. Pero
sin embargo, siento que todavía voy a tientas y me doy cuenta que tendría
necesidad de ver en la práctica esta manera de hacer y de obrar. Usted me lo
había dicho, me lo había escrito…pero sin embargo se comprenden mejor las
cosas viéndolas con los propios ojos”. (C IS II-4 de enero 1851)
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¿Qué cosas necesitamos comprender mejor, viéndolas con nuestros propios
ojos?
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¿En qué me siento personalmente invitada/o a actuar, ver, hacer, sentir de
“otro modo”?
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ORACION
Ayúdanos a cambiar nuestra mirada, Señor. Nuestra mirada mundana,
egoísta, poco comprometida, temerosa, acomodada.
Ayúdanos a cambiar para mirar las cosas, el mundo, la vida, con tu
mirada y desde tus ojos.
Quítanos las vendas que vamos tejiendo a lo largo de los años que nos
aíslan del dolor y del sufrimiento de los que caminan al lado.
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Corre ya el velo de nuestros ojos para que viendo podamos conmovernos
por los otros y movernos desde lo profundo de cada uno para acudir a dar una
mano a los que están caídos, a los que esta sociedad ciega ha descartado.
Convierte nuestra mirada para hacer posible y cotidiano el milagro del
Buen Samaritano, ver al otro y no pasar de largo sino compartir
generosamente con el necesitado.
Devuélvenos la mirada confiada de los niños, la transparencia que habla
de lo que abunda en el alma.
No permitas que cerremos los ojos y creamos hallarte dentro nuestro sin
buscarte y encontrarte por donde andas a diario.
Descúbrenos, Señor, tu presencia viva entre los pobres. Que te
reconozcamos como Emilie en el desnudo, el hambriento, el que está solo, el
preso, el enfermo y tantos otros Señor en quienes nos sales al encuentro cada
día.
Adaptación Marcelo A. Murúa
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acción contemplativa: Solo Dios en todas las cosas y todas las cosas en solo
Dios.
Es la posibilidad de entrar en la dimensión itinerante de nuestro carisma,
discípulas/os, de trato y corazón compasivo.
Es la posibilidad de dejarse acompañar por Emilie, y compartir con ella la
urgencia, la necesidad, la pasión y la sed de salir al encuentro.
22 de Noviembre 1847-Partida de las primeras misioneras hacia Brest
Los invito a descubrir hacia donde partir, nuestro Brest personal, como
grupo.
Una nueva meta, un viejo-nuevo sueño, una renuncia.
Como laico estás invitado a tener en el horizonte un rumbo concreto: Un
lugar significativo hacia donde llegar y desde el cual partir.
El 22 de noviembre de 1847 Emilie junto a Helene Delmas, Cecile
Bernard, Josephine Barthés, Louise Raynaud y Paule Lapique, inician la
peregrinación de Castres a Brest. Parten en pos de un sueño, las misiones en
África.
Partida de las primeras misioneras al África desde el puerto de Brest.
Texto: Diario de Paule Lapique (El Manantial)
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Solo Dios
Castres, el 23 de agosto de 1847, (C Mis I)
Soy yo quien vengo a escribirle, mi querida hija, aunque no para anunciarle
todavía el momento de la partida. He recibido una cartita del P. Liberman,
pero no dice nada más. Mons. Bessieux debe escribirme con respecto a
nuestros proyectos…………..
…..y después por otra parte, quién sabe si el barco no izará las velas en el
curso del año, y ciertamente, no se parte sin estar definitivamente unidas a
Jesús.
Tenemos pues el proyecto de reunirla con nosotras, Mere Aurelie, Sor
cecile y Sor Aloysia, al final del retiro para que estemos todas unidas y
hermanas para siempre.
He querido avisarle por adelantado a fin de que si el buen Dios quiere
concederle esta gracia, usted pueda desde ya disponerse a ella. Siento que no
pueda estar aquí un largo tiempo antes del retiro.
¿Cuáles son los vientos que nos ssobrevienen y esperan por nosotros/as para
llevarnos hacia nuevos rumbos?
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Detengámonos a contemplar lo que los ojos, los oídos y el corazón de
Paule Lapique vieron al llegar a la otra orilla:
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El diario de Paule Lapique, nos revele los secretos de su opción:
Dejarse conmover, tener sentimientos de compasión, compartir las
pasiones, los sufrimientos y los gozos, aprender otra lengua, aprender los
modos de comunicarse y de pensar, estar atenta a la situación de las
mujeres…Hacerse cercana, interesarse por cada una/o, entablar vínculos
amigables, “si quieren venir al África que las hermanas piensen en elegir
nombres fáciles de pronunciar por ellos/as”.
Las tres veces que en capítulo 21 del Evangelio de Juan, Jesús le pregunta
a Pedro si lo ama, corresponden a tres etapas diferentes de su vida, en las que
él fue invitado a dar una respuesta más plena, más consciente, más libre.
Sintámonos invitados/as por Emilie, a dar una respuesta desde mi ser de
Laico discípulo, y escribo mi compromiso desde todo lo que fui sintiendo o
me inspiraron estos escritos.
L
a
mesa es uno de los pocos lugares, donde se tuvo y aún se tiene reunida a la
familia, muchas veces alrededor de la mesa se han tomado las grandes
decisiones, no sólo de familia, sino hasta al más alto nivel socio-político.
Para nosotros laicos que ya tenemos un caminar desde esta espiritualidad,
la Mesa de Piedra nos significa:
Llamado al diálogo.
Toma de decisiones.
Invitación al compromiso.
Lugar de encuentro.
Apoyo, fortaleza, unidad.
Sueños, proyectos, deseos, ideales.
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La mesa donde Jesús se reunió con sus discípulos, antes de despedirse, las
mesas de trabajo en las oficinas, las mesas de los hogares, las mesas donde se
firmaron los grandes protocolos, pactos y acuerdos internacionales.
“La mesa donde compartimos nuestros sueños, esos sueños que son las
raíces del futuro, elevan nuestra perspectiva y nos mueven a alcanzar cimas
altas, yendo más allá de donde uno cree que es posible. Cualquier nuevo
umbral que uno cruza en la vida (en cada etapa, en cada crisis de
crecimiento), tiene una cosa en común con todos los demás, comenzó con un
sueño.
Convertir nuestros sueños en realidad nos da un propósito en la vida, para
lo cual necesitamos paciencia y trabajo constante. Y ciertamente todo camino
de realización comienza con un sueño. Es la chispa que enciende el motor del
entusiasmo y de la acción. Los sueños son el combustible necesario para
emprender cualquier proyecto, y la verdadera naturaleza humana es la de los
grandes ideales y sueños que alcanzar.
Los sueños comienzan cuando uno cree que son posibles. Y se logran
gracias al esfuerzo tenaz que se requiere para que se hagan realidad”.
- “Padre, es por Dios que te dejo, quiero ir a servir a los pobres con
las Hermanas de la Caridad”.
- ¿Las hermanas de la Caridad?, pero no piensas hija mía!
¡Expatriarte, dejar tu vida cómoda, costumbres delicadas, para
entrar en un Instituto tan duro y penoso!
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Obstáculos para llevar a cabo su proyecto. Reacción del padre que nos
habla de las características de esta congregación.
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- Entrega.
- Compromiso.
- Seguridad.
- Abandono.
- Fe.
- Esperanza.
- Espíritu de servicio.
- Desafío.
- Desprendimiento.
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e. Qué dificultades tengo como Laico en este caminar?
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f. Qué me impide seguir viviendo esta espiritualidad?
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g. Qué obstáculos encuentro. Poner nombres
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“Nada hay más importante en la vida que soñar. Los sueños son la
expresión de los anhelos de bien que Dios inscribió en nuestro corazón.
Los sueños sacan afuera lo mejor de cada uno de nosotros para ponerlo al
servicio de lo mejor de toda la humanidad. Sin embargo, es necesario
saber que los sueños nunca se cumplen, porque la función de los sueños
no es realizarse. La función de los sueños es inspirar. La inspiración es el
estado en que se encuentra el alma sometida a la influencia de una fuerza
sobrenatural, de modo que los sueños son la reserva que nutre la
existencia.
Grupo Ciudad del Este: Alicia., Dalma, Rosana, Juliana, Edelina, Eustaquio,
Sandra, Teresa.
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BIBLIOGRAFÍA
- Notas Personales
- Memorias
- Ribet
- Ana María Díaz, el reclamo de los sueños
- Emilie de Villeneuve, cartas
- Hein Blojmenstein, en espíritu de fe
- Dolores Alexandre, Iconos para el camino
- Manantiales
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