You are on page 1of 3

RESTRICCION Y REGLAMENTACION DE LOS DERECHOS

Relatividad de los derechos

Los derechos reconocidos por la Constitución no son absolutos, sino relativos. Estos
quieren decir que todos los derechos pueden ser limitados y restringidos a través de
su reglamentación.
El carácter relativo de los derechos surge claramente del Art 14 C.N. Este artículo dice
que los derechos deben ejercerse “conforme a las leyes que reglamenten su ejercicio”.
La reglamentación de los derechos consiste en que “en que una ley establezca las
reglas y condiciones para que este derecho pueda ser ejercido.”
Ejemplo: El Art. 20 de la Constitución establece el derecho a casarse. Pero este
derecho se encuentra limitado y reglamentado en el código civil (Art. 166). Este
prohíbe, por ejemplo, el casamiento entre hermano de sangre. Si el derecho a casarse
fuera absoluto, entonces estaría permitido el casamiento entre hermanos, entre madre
e hijo, etc.
Condiciones para la reglamentación de los derechos
Si bien el Estado puede restringir los derechos a través de su reglamentación, debe
hacerlo respetando ciertas condiciones:
1) Competencia exclusiva del Poder Legislativo: La función de dictar dichas “leyes
reglamentarias” corresponde pura y exclusivamente al Congreso y a la legislatura
Provinciales. En realidad, el Estado no cumple con esto, ya que muchas veces esta
función fue desempeñada por el poder ejecutivo a través de decretos leyes.
2) Razonabilidad: La Reglamentación de un derecho no puede alterar su esencia. Es
por eso que decimos que la restricción de los derechos debe realizarse de una manera
razonable. (Art 28 C.N., principio de RAZONABILIDAD).
3) Bienestar general: La restricción de un derecho siempre deben tener como objetivo
favorecer a la sociedad, al conducir al “Bienestar general”.
PRINCIPIO DE LEGALIDAD
Concepto:
Este principio surge de la segunda parte del Art. 19 de la Constitución Nacional, que
expresa lo siguiente: “Ningún habitante de la Nación será obligado a hacer lo que no
manda la ley, ni privado de lo que ella no prohíbe.”
Esto significa que solamente las leyes podrán establecer cuales son las conductas
debidas y cuales las prohibidas. Todas las decisiones que tomen los gobernantes
deberán surgir de lo que dispongan las leyes y ajustarse a ellas.
Por eso decimos que “la voluntad de las leyes se encuentra sobre la voluntad de los
gobernantes”.
Bidart Campos sostiene que “no se trata de que el poder no sea ejercido por hombres,
sino que estos hombres que ejercen el poder lo hagan ajustándose al ordenamiento
jurídico establecido en las normas legales.” De ahí surge que no gobiernan los
hombres sino la ley. Conocido también como “IMPERIO DE LA LEY. -”
OBJETIVOS DEL PRINCIPIO
El principio de legalidad tiene dos objetivos fundamentales:
1) Otórgales “seguridad jurídica” a las personas: Esto quiere decir que los individuos,
antes de actuar, ya que tienen en claro cuáles son las conductas que deben realizar y
cuáles no. De esta forma, se evita que las personas se vean afectadas por las
decisiones intempestivas – adoptadas por los gobernantes – que no se basan en
ninguna norma.
2) Otorgarle una “esfera de libertad” a las personas: Del principio de legalidad se
desprende otro principio “todo lo que no está prohibido está permitido”. Esto les otorga
a los individuos un estado normal de libertad, en el serán libres para realizar todas
aquellas conductas que no estén prohibidas por la ley.
PRINCIPIO DE RAZONABILIDAD
Este principio se encuentra establecido en el Art. 28 C.N. “Los principios, derechos y
garantías reconocidos en los anteriores artículos, no podrán ser alterados por las leyes
que reglamenten su ejercicio.”
Como ya sabemos, ningún derecho es absoluto ya que a traves de su reglamentación
pueden restringirlos. La reglamentación de los derechos se lleva a cabo a través de
“leyes reglamentarias”, dictadas por el Congreso.
El principio de Razonabilidad consiste, justamente en prohibir que esas leyes
reglamentarias alteren su esencia del derecho que reglamentan. Ekmekdjian sostiene
que “Cuando una ley reglamentaria del derecho, en lugar de restringirlo, lo desvirtúa o
lo desnaturaliza, deja de ser válido.”
Aplicación a otros actos: Si bien el Art 28 solo se refiere a las leyes reglamentarias, el
principio de Razonabilidad también es aplicable a otros actos. Por eso decimos que
“ningún acto del Estado puede ser arbitrario o injusto, ya que dejaría de ser
razonable”.
Consecuencia de la Irracionabilidad
Cuando un acto del Estado es arbitrario, injusto o irrazonable, está violando el principio
de razonabilidad, que surge de la Constitución. Por lo tanto, dicho acto pasara a ser
inconstitucional, y podra ser dejado sin efecto por los jueces.
Restricciones permanentes y excepcionales
Como ya dijimos todos los derechos pueden ser restringidos, en forma razonable, por
el Estado. Pero existen dos clases de restricciones:
a) Restricciones permanentes: Son aquellas restricciones que se producen
constantemente, y son consideradas “restricciones normales”.
b) Restricciones excepcionales: Son aquellas restricciones que se llevan a cabo como
consecuencia de ciertas situaciones de emergencia, que más adelante estudiaremos
en la materia.
PODER DE POLICIA
El poder de policía es la “facultad del Estado para restringir razonablemente los
derechos de los individuos, con el propósito de armonizar la convivencia social.”
Es decir que el poder de policía consiste en limitar algunos derechos individuales de
las personas, con el fin de salvaguardar ciertos intereses de la Sociedad.
En base a ese interrogante se han elaborado dos criterios de poder de Policía:
Criterio restringido y el criterio Amplio
Criterio restringido: Según este concepto, los derechos de los individuos solo pueden
limitarse con el objetivo de defender la salubridad, moralidad y seguridad pública.
Criterio Amplio: Para esta concepción, no solo por razones de salubridad, moralidad y
seguridad publicas pueden restringirse los derechos de los individuos, sino también
por razones económicas, por razones de bienestar general y los que hacen a la
prosperidad. –

LIMITACIONES A LA PROPIEDAD - PODER DE POLICIA - EMERGENCIA


Ante la escasez y la carestía de la vivienda que se daba en la época, el gobierno de
Irigoyen había impulsado la sanción de la ley 11.157 que congelaba los precios de los
alquileres. Al abordar su constitucionalidad, la Corte reconocerá que “la protección de
los intereses económicos constituye para el Estado una obligación de carácter tan
primario y tan ineludible como lo es la defensa de la comunidad amenazada por el
aprovechamiento abusivo de una situación excepcional”. Citando jurisprudencia
norteamericana, principalmente Munn v. Illinois, la Corte (en voto mayoritario suscripto
por Dámaso Palacio, Figueroa Alcorta y Ramón Méndez) se adscribiría aquí al
concepto “amplio” del poder de policía, conforme al cual la reglamentación podía
restringir los derechos de propiedad allí donde concurriera un interés público intenso.
Sobre esa pauta, la Corte entendió que el Congreso podía intervenir en la materia y
regular el precio. Rechazó también la posibilidad de que la ley fuera desigualitaria, y a
tal efecto se apoyó en el carácter temporal de la medida, “limitada al tiempo que se
presume necesario para llegar a la normalidad de esas operaciones”. Su finalidad, dijo,
es impedir que el uso legítimo de la propiedad se convierta en un abuso perjudicial en
alto grado, merced a circunstancias que transitoriamente han suprimido de hecho la
libertad de contratar para una de las partes contratantes. A contrario, reconoció, la
objeción de parcialidad tendría fundamento si se tratase de una reglamentación
permanente.
La opinión disidente fue pronunciada por el Juez Bermejo. Allí se dice que la duración
más o menos larga asignada a la vigencia de una ley no puede decidir de su
constitucionalidad, y –ratificando con la concepción “restringida” del poder de policía
que la Corte había sentado en 1903 en Nogués Hnos. contra Tucumán- se afirma que
la ley agraviaba la garantía constitucional de la propiedad (art. 17 C.N.) pues “no se
concibe (…) cómo pueda decirse que todos los habitantes de la Nación tienen el
derecho de usar y disponer de su propiedad, que no goza de franquicia o privilegio
alguno ni daña a terceros, si se admite que, por vía de reglamentación o de otra
manera, otro habitante, que no es el dueño, pueda fijar por sí y ante sí el precio de ese
uso o de esa disposición”.

You might also like