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Instituto Salesiano de Estudios Teológicos

Carrera: Bachillerato en Teología


Cátedra: Teología Espiritual
Profesor: P. Juan Carlos de Pablo sdb

Trabajo Final
Semblanza espiritual de María Antonia de Paz y Figueroa (Mama Antula)

Alumno: Osvaldo Leonel Cánepa


Fecha de Entrega: 09 de Noviembre de 2016
Semblanza espiritual de María Antonia de
Paz y Figueroa (Mama Antula)

Sumario
Vida y obra...........................................................................................................................................2
Contexto histórico-social-cultural-religioso.........................................................................................3
Religiosidad del s. XVIII......................................................................................................................4
El centro de su misión: los Ejercicios Espirituales...............................................................................5
Las cartas y las mediaciones.................................................................................................................6
Mujer laica y misionera........................................................................................................................7
Epístola de Sor María Antonia de San José al Padre Juárez.................................................................8
Mensaje............................................................................................................................................9
Contenido espiritual.......................................................................................................................10
Reflexión personal y crítica................................................................................................................12
Bibliografía.........................................................................................................................................13

1
Vida y obra
María Antonia de Paz y Figueroa nació en el año 1730. Muchos biógrafos establecen como su
lugar de nacimiento el pueblo de Silípica, donde su padre era encomendero. Sin embargo, sus
contemporáneos sostienen que es la ciudad de Santiago del Estero la que la vio nacer 1. Su padre fue
Francisco Solano de Paz y Figueroa, que posteriormente llegó a ser alcalde de la ciudad de Santiago
del Estero, y su madre Andrea de Figueroa. María Antonia tenía una ascendencia privilegiada, ya
que se consideraba que corría por sus venas sangre real y santa por ser 15 a nieta directa de San Luis,
Rey de Francia, y l6a nieta del glorioso San Fernando III, Rey de Castilla y León. Al estar también
vinculada con los fundadores de Santiago del Estero, Córdoba, Tucumán, La Rioja, San Juan y
Mendoza, esto sólo le ofrecía una destacada posición en la sociedad colonial de la época2.
A la edad de quince años se incorpora al grupo de mujeres que eran admitidas por la Compañía
de Jesús como “beatas”, quienes sin contraer votos religiosos, se comprometían a llevar una vida
intensa de oración y de prácticas de las virtudes cristianas. Estas mujeres, como signo de entrega
generosa a un nuevo estilo de vida, tenían la costumbre de cambiar sus nombres: María Antonia de
Paz y Figueroa cambió el suyo por el de Sor María Antonia de San José3.
El 05 de Julio de 1767, por decreto de Carlos III, la Compañía de Jesús es expulsada de
España y de todas sus colonias. Este echo inesperado y desconcertante, impulsó a María Antonia a
trabajar por la propagación de la práctica ignaciana de los Ejercicios Espirituales, la cual quedó
abandonada, uniendo a ello distintas tareas de enseñanza, caridad y servicio a los más necesitados4.
El primer ámbito de su misión fue la Provincia del Tucumán, donde con la aprobación del
obispo, por doce años transitó sus caminos y los de otras provincias del norte argentino para llevar a
los distintos pueblos la práctica de los Ejercicios Espirituales. En cada lugar, María Antonia buscaba
la colaboración tanto de los sacerdotes como de los laicos, y la acompañaban otras mujeres, muchas
de ellas parientas suyas. Antes de emprender el viaje a Buenos Aires, nuestra beata promueve con
insistencia los Ejercicios en Córdoba5.

1
En la oración fúnebre que pronunció el 12 de julio de 1799, cuatro meses después de su muerte, el colaborador de
su obra, fray Julián Perdriel, precisó: “La ciudad de Santiago del Estero la vio nacer como una flor peregrina”. La
biografía escrita en Italia "El Estandarte de la Mujer Fuerte", de autor desconocido a quien se supone un jesuita
contemporáneo de la beata, expresa: “María Antonia de San José era su nombre. Nació en la ciudad de Santiago
del Estero”. El pintor don José Salas, autor de un retrato suyo, un cuadro al óleo que se puso sobre su tumba, en las
primera exequias de la beata en la iglesia de Santo Domingo de Buenos Aires, el 12 de julio de 1799, colocó la
siguiente inscripción : "Doña María Antonia de Paz fundadora de esta casa. Nació en la ciudad de Santiago del
Estero en el año 1730”. El Obispo del Tucumán don Juan Manuel Moscoso y Peralta, al otorgar a doña María
Antonia licencia para hacer los ejercicios, el 11 de septiembre de 1773, dice "... Por cuanto doña María Antonia de
San José, natural del la ciudad de Santiago del Estero..." - Ella misma declara en su testamento ser “natural del
Santiago del Estero”. - MONTIVEROS DE MOLLO, Perla. Sor María Antonia de Paz y Figueroa: de su
orientación originaria, Centro de Estudios de Literatura Comparada, UCA, en
http://www.mamaantula.org/ARTICULOS.html
2
Cfr. DE CASTRO PAZ, ALDO MARCOS. María Antonia de Paz y Figueroa, en
http://www.mamaantula.org/ARTICULOS.html
3
Cfr. http://www.mamaantula.org/ESPANOL.html
4
Cfr. MONTIVEROS DE MOLLO, Perla. Sor María Antonia de Paz y Figueroa: de su orientación originaria,
Centro de Estudios de Literatura Comparada, UCA, en http://www.mamaantula.org/ARTICULOS.html
5
Cfr. MONTIVEROS DE MOLLO, Perla. Sor María Antonia de Paz y Figueroa: de su orientación originaria, Centro
de Estudios de Literatura Comparada, UCA, en http://www.mamaantula.org/ARTICULOS.html

2
En el año 1779, María Antonia llega a Buenos Aires, presentándose ante el Virrey Vértiz y el
Obispo Malvar y Pinto para solicitar autorización para dictar los Ejercicios. Durante nueve meses
las respuestas son negativas, hasta que finalmente logra el beneplácito de las autoridades civiles y
eclesiásticas6.
A partir de su denodada labor en favor de los Ejercicios Espirituales, María Antonia consigue
que el Obispo de Buenos Aires pague los alquileres de las primeras Casas para ejercitantes y ponga
sus propias rentas a disposición de esta obra. Posteriormente, recibe la autorización para fundar la
Congregación de las Beatas de los Ejercicios o Hijas del Divino Salvador (nombre actual)7.
Llevada por el celo pastoral, María Antonia se traslada al Salto Oriental, a Colonia del
Sacramento y a Montevideo, donde ofrece los Ejercicios y funda la cuarta casa8.
Agotada por todo el trabajo y los años de andar y desandar caminos, Sor María Antonia de San
José, Mama Antula, muere el 7 de marzo de 17999.

Contexto histórico-social-cultural-religioso
Los primeros años del s. XVIII son testigos de la consolidación española en el territorio
americano, y específicamente la zona del noroeste argentino se conformó en un punto fuerte donde
los conquistadores asentaron su dominio. Aún en ese momento, Argentina conformaba parte del
Virreinato del Perú, y las ciudades españolas fundadas en nuestro actual territorio eran puntos de
irradiación de la civilización europea, unido a la institución de las encomiendas como modo de
adoctrinamiento de la población originaria10. Mama Antula nace en el corazón de este cuadro socio-
histórico; nace en Santiago del Estero, una de las primeras ciudades fundadas por los españoles en
territorio argentino, y es hija de un encomendero. Ella es hija de la más noble estirpe española, pero
desde esta ascendencia asume su tierra, su criollada, y se hace pueblo11.
Como ya decíamos, una fuerte influencia social, cultural y religiosa de la época ejerció la
Compañía de Jesús, tanto por su labor misionera como en lo económico y lo educativo. Llegados al
territorio americano a pedido de Francisco de Vitoria, obispo de Tucumán, en el año 1585, su
influencia en el noroeste argentino fue muy grande. Las misiones o reducciones de los jesuitas se
encontraban subordinadas a la corona española. Como bien sabemos, la organización que
alcanzaron los jesuitas tanto en las reducciones, como en las estancias y universidades hizo que los
reyes de España vean con recelo la influencia que estos religiosos ejercían sobre el territorio
americano, lo que los llevó a expulsarlos de sus colonias12.

6
Cfr. DE CASTRO PAZ, ALDO MARCOS. María Antonia de Paz y Figueroa, en
http://www.mamaantula.org/ARTICULOS.html
7
Cfr. DE CASTRO PAZ, ALDO MARCOS. María Antonia de Paz y Figueroa, en
http://www.mamaantula.org/ARTICULOS.html
8
Cfr. DE CASTRO PAZ, ALDO MARCOS. María Antonia de Paz y Figueroa, en
http://www.mamaantula.org/ARTICULOS.html
9
Cfr. DE CASTRO PAZ, ALDO MARCOS. María Antonia de Paz y Figueroa, en
http://www.mamaantula.org/ARTICULOS.html
10
Cfr. https://es.wikipedia.org/wiki/Historia_de_la_Argentina
11
Cfr. MONTIVEROS DE MOLLO, Perla. Sor María Antonia de Paz y Figueroa: de su orientación originaria,
Centro de Estudios de Literatura Comparada, UCA, en http://www.mamaantula.org/ARTICULOS.html
12
Cfr. SIWAK, Pedro. 500 años de evangelización americana. Tomo II (1860-1900) La evangelización Argentina.
Buenos Aires. Ediciones del Encuentro, 1992, pp. 51-61

3
A finales del año 1700 la Casa de Borbón transformó sus dependencias americanas en
colonias, y en el año 1777 procedió a la creación del Virreinato del Río de la Plata, con capital en la
ciudad de Buenos Aires, la cual pasó de ser una población de escasa importancia a convertirse en un
centro de comercio. En sus inicios, Buenos Aires sufrió serios problemas de aprovisionamiento de
bienes básicos, debido especialmente a la prioridad que poseía en ese tiempo el puerto de Lima y a
la política monopolizadora de la corona española. Esto condujo a la expansión del contrabando en el
puerto rioplatense, el cual se transformó en algo común tanto para los comerciantes como para los
detentadores del poder13.
Para concluir el panorama de la época por la cual transitó María Antonia, queremos presentar
algunas cuestiones referidas a los modos sociales y culturales que regían la sociedad americana del
s. XVIII. La conquista española había logrado en buena medida imponer en el territorio americano
el cristianismo como religión y el idioma castellano como lengua, si bien los originarios
preservaban en buena medida también su propio patrimonio cultural, lingüísticos y religioso. Esto
llevó en muchos lugares, como el noroeste de nuestro territorio, a que se genere una verdadera
fusión cultural generando nuevas y ricas manifestaciones. En la estructura social, por su parte,
España impuso en sus colonias americanas un sistema de castas, donde los españoles peninsulares
ocupaban la cima del sistema, seguidos por los españoles americanos o criollos (aquí ubicamos a
María Antonia) con iguales derechos que los peninsulares, y por debajo de ellos se hallaban los
mestizos, los mulatos, los indios y los negros. Otras distinciones sociales existentes en la sociedad
colonial, además de la raza, provenían del grado de cultura y del poder económico. Podemos decir
que Mama Antula derribó con su misión apostólica todo este conjunto de barreras sociales y
culturales, generando una verdadera revolución14.

Religiosidad del s. XVIII


En la América del s. XVIII se experimenta la influencia de la religiosidad española, marcada
por la inquisición, con signo apologético y fuertemente devocional. La realidad misma de la
conquista había teñido de un modo particular la vivencia cristiana de la población americana. El s.
XVIII, para algunos historiadores católicos, es comprendido además como una época de angustia
religiosa, donde primaba una imagen negativa del mundo y de la misma existencia humana15.
La angustia religiosa se reflejaba en la vida diaria en una visión pesimista de las realidades
terrenas, la presencia familiar de la muerte, y en las prácticas de carácter mágico o supersticioso
como medio de solución de los problemas más apremiantes de la vida. A nivel espiritual, los
cristianos experimentaban una conciencia muy aguda del pecado cayendo en actitudes escrupulosas,
una fuerte inseguridad por la salvación personal, prácticas de ascetismo, un ideal de santidad basado
en virtudes negativas de penitencia, retiro y soledad, abnegación de uno mismo, renuncia a la propia
voluntad y a las inclinaciones naturales, castidad y pobreza, etc. En lo devocional, este subrayado
de lo angustioso se podía corroborar en la insistencia que había en los aspectos dolorosos de la vida
de Cristo y de la Virgen María (Dolorosa), como así también en el aspecto martirial de la vida de los

13
Cfr. https://es.wikipedia.org/wiki/Historia_de_la_Argentina
14
Cfr. https://es.wikipedia.org/wiki/Historia_de_la_Argentina
15
Cfr. FERRERO, Fabrican. Angustia religiosa y moral cristiana en el siglo XVIII. Notas para una lectura de las
fuentes históricas. Moralia 1987/1, pp. 51-64

4
santos. Las prácticas pastorales respondieron a este esquema trágico de mundo, generándose una
preferencia de las prácticas penitenciales de conversión, una insistencia en formar las conciencias, y
un subrayado de la ascética y en distintos modos de oración y meditación16.
Como veremos a continuación, las obras llevadas adelante por María Antonia se hallan
engarzadas en la religiosidad de su tiempo. Las prácticas de los Ejercicios Espirituales, centro de la
misión de Mama Antula, eran en su momento el único medio de introspección del que disponía el
hombre del s. XVIII para conocerse y auto-corregirse 17. Nuestra beata se entregó totalmente a
propagar esta práctica de oración, asumiendo junto con ello una vida de santidad centrada en la
oración y la penitencia, el retiro y la soledad. También sus devociones al Manuelito y a la Dolorosa,
y las procesiones con el Nazareno 18, son manifestación de una piedad popular que se encontraba
muy asociada al aspecto trágico de la vida, en donde la fe y las mediaciones buscaban dar respuesta
a la angustia existencial que vivía el hombre.

El centro de su misión: los Ejercicios Espirituales


Ante la expulsión de los jesuitas en 1767, María Antonia reconoce en sí el especial llamado a
proseguir la obra de los miembros de la Compañía de Jesús, en particular en lo que respecta a la
reinstauración de los Ejercicios Espirituales19.
Primeramente, comenzó yendo de puerta en puerta, invitando a los vecinos de la ciudad de
Santiago del Estero a realizar los ejercicios, bajo la dirección de distintos sacerdotes que apoyaban
su esfuerzo. Luego, como decíamos, desde su ciudad natal emprendió el camino hacia otros pueblos
y ciudades de todo el noroeste argentino, hasta llegar a Córdoba y a Buenos Aires20.
Los jesuitas poseían en el momento de su expulsión una gran influencia en la población
americana, ya por sus misiones ubicadas en lugares donde nadie más llegaba, ya por el desarrollo de
la educación tanto entre los nativos como entre los criollos, a través de colegios, bibliotecas,
universidades y centros de investigación21. Pero especialmente a través de su labor espiritual, cuyo
eje eran los Ejercicios Espirituales, los jesuitas se habían convertido en los “despertadores de
conciencias” del hombre americano22.
¿En qué consistían los Ejercicios Espirituales? Podemos expresar, sintéticamente, que ellos
consistían en un adiestrarse interiormente, por medio de la reflexión y meditación dirigidas, en la
contemplación de la propia vida individual y de relación, según los valores del Evangelio. Eran un
medio privilegiado de revisión de la propia vida que disponía el hombre del s. XVIII para conocerse
y caminar a la conversión de costumbres 23. Al producirse la expulsión de la Compañía de Jesús, el

16
Cfr. FERRERO, Fabrican. Angustia religiosa y moral cristiana en el siglo XVIII. Notas para una lectura de las
fuentes históricas. Moralia 1987/1, pp. 51-64
17
Cfr. DE CASTRO PAZ, ALDO MARCOS. María Antonia de Paz y Figueroa, en
http://www.mamaantula.org/ARTICULOS.html
18
Cfr. http://sgodelest.blogspot.com.ar/2011/07/maria-antonia-de-paz-y-figueroa.html
19
Cfr. MONTIVEROS DE MOLLO, Perla. Sor María Antonia de Paz y Figueroa: de su orientación originaria,
Centro de Estudios de Literatura Comparada, UCA, en http://www.mamaantula.org/ARTICULOS.html
20
Cfr. http://sgodelest.blogspot.com.ar/2011/07/maria-antonia-de-paz-y-figueroa.html
21
Cfr. http://sgodelest.blogspot.com.ar/2011/07/maria-antonia-de-paz-y-figueroa.html
22
Cfr. DE CASTRO PAZ, ALDO MARCOS. María Antonia de Paz y Figueroa, en
http://www.mamaantula.org/ARTICULOS.html

5
pueblo queda falto de este elemento espiritual. Frente a ello, clarividentemente, María Antonia
busca con ahínco llenar este gran vacío dejado por los hombres de la familia ignaciana.
En el comienzo de su labor misionera, los ejercicios propuestos por Mama Antula se
realizaban en casas particulares, donde los ejercitantes permanecían diez jornadas, reflexionando y
orando en comunidad, bajo la guía de un sacerdote. Aquí no faltaron tampoco las dificultades: las
ideas de nuestra beata fueron consideradas de absurdas, ridículas, quiméricas, extravagantes. No
obstante las críticas, la labor de María Antonia continuó avanzando24.
Los Ejercicios Espirituales alcanzaron a millares de personas. Concurrían a ellos hombres y
mujeres, por separado, sin distinción de clases sociales, ofreciéndose por igual y al mismo tiempo a
religiosos, sacerdotes, obispos, nobles, criados, esclavos e indios 25. Según hace saber en su
epistolario, Sor María Antonia hasta el año 1788 había logrado con sus misiones que más de 70.000
personas hayan pasado por los ejercicios26.
Otra faceta que Mama Antula asume de los jesuitas es su gran amor por el pueblo. Una
expresión de ello fue la asunción del canto de las saetas, una tradición dejada por los jesuitas. La
expresión popular de las saetas era utilizada por Sor María Antonia para despertar a los
ejercitantes27. La música era el decir del pueblo y, también, el decir de Dios.
¿Cuál era la labor de Sor María Antonia en los ejercicios? Ella no predicaba ni dirigía
espiritualmente a los ejercitantes, pero sí los exhortaba a la penitencia y a la conversión, asumía una
labor catequística instruyéndolos en los puntos de la religión desconocidos y velaba sobre los otros
catequistas28.

Las cartas y las mediaciones


Uno de los aportes centrales de María Antonia, como vimos ya, fue no sólo sostener, sino
propagar la espiritualidad jesuítica en las tierras del entonces Virreinato del Perú. Ocupando esto lo
central de su vida y de su obra, como hermosos detalles se tejieron a su alrededor otros tantos
aportes, en particular su abundante epistolario y ciertas mediaciones que acercó a la vida del pueblo.
Mama Antula mantuvo un epistolario riquísimo con muchos sacerdotes jesuitas expulsados, en
especial con el santiagueño Gaspar Juárez. Los jesuitas del viejo continente hicieron traducir sus
cartas a diversos idiomas, difundiendo así su labor y su fama. Muchos contemporáneos dan fe de
que la sola lectura de estas cartas permitió la reforma de numerosos conventos en Europa. Así hubo

23
Cfr. DE CASTRO PAZ, ALDO MARCOS. María Antonia de Paz y Figueroa, en
http://www.mamaantula.org/ARTICULOS.html
24
Cfr. DE CASTRO PAZ, ALDO MARCOS. María Antonia de Paz y Figueroa, en
http://www.mamaantula.org/ARTICULOS.html
25
Cfr. http://sgodelest.blogspot.com.ar/2011/07/maria-antonia-de-paz-y-figueroa.html y MONTIVEROS DE
MOLLO, Perla. Sor María Antonia de Paz y Figueroa: de su orientación originaria, Centro de Estudios de
Literatura Comparada, UCA, en http://www.mamaantula.org/ARTICULOS.html
26
Cfr. DE CASTRO PAZ, ALDO MARCOS. María Antonia de Paz y Figueroa, en
http://www.mamaantula.org/ARTICULOS.html
27
Cfr. MONTIVEROS DE MOLLO, Perla. Sor María Antonia de Paz y Figueroa: de su orientación originaria,
Centro de Estudios de Literatura Comparada, UCA, en http://www.mamaantula.org/ARTICULOS.html
28
Cfr. http://mamaantulafundacion.blogspot.com.ar/2016/04/mama-antula-mujer-laica-misionera-y_23.html

6
quienes, admirados de la vida de esta mujer, dieron lugar al opúsculo “El estandarte de la mujer
fuerte”, donde trata de modo especial su labor de propagación de los ejercicios espirituales29.
A partir del análisis de las cartas, podemos reconocer como María Antonia fue construyendo
su “yo”, como “heredera” de la Compañía de Jesús, hasta tomar como objetivo de su misión el lema
jesuita: “la mayor gloria de Dios y provecho de las almas”30.
En este proceso de construcción personal de la vida jesuítica, y en su celo pastoral, fue
valiéndose de diversas imágenes mediadoras que utilizaba ya en las celebraciones, ya en la vida
diaria: el Nazareno, su Manolito (un Cristo niño sobre la cruz), la Virgen de los Dolores, y San
Cayetano, el “santo de la providencia”, cuya veneración ella da inicio en Argentina31.

Mujer laica y misionera


Un aporte central en la historia de la espiritualidad ha sido la identidad laical y misionera de
Mama Antula en la Iglesia americana del s. XVIII. La mujer del s. XVIII tenía una vida signada, ya
en lo social ya en lo eclesial: o se casaba o era monja. María Antonia eligió ser “beata”, laica
consagrada que asumió la misión de evangelizar primero en su mismo pueblo, pero luego
entregándose absolutamente al servicio de “dar a conocer a Dios a donde Él no fuera conocido”32.
María Antonia nunca deseó ser religiosa ni ocupar el lugar del sacerdote. Tampoco se perdió
en las estructuras clericales. Su ministerio laical y misionero la llevaba al encuentro con el pueblo:
visitar a los presos, cobijar a las mujeres de la calle, proveer de educación a los analfabetos. Este
amor por el pueblo y sus valores era palpable en los medios de evangelización que antes
expresábamos33.
Mama Antula es considerada la primer “rebelde” santiagueña, consiguiendo con su labor
evangelizadora y social dignificar el papel de la mujer del s. XVIII. Derribó diversas barreras
sociales y eclesiales, sabiendo relacionarse con conciencia de su dignidad con el poder político y
religioso de la época. Es verdad que muchas de las obras que llevó adelante tanto ella como las
otras “beatas” eran propias del rol femenino, más este grupo tuvo que aprender otros roles, nuevos
para las mujeres de entonces, referidos a aspectos legales, contables, etc. De este modo, María
Antonia contribuyó grandemente a consolidar el papel de la mujer como sujeto social, y el papel del
laicado en la vida eclesial34.

29
Cfr. http://sgodelest.blogspot.com.ar/2011/07/maria-antonia-de-paz-y-figueroa.html y
http://www.mamaantula.org/ESPANOL.html
30
Cfr. http://sgodelest.blogspot.com.ar/2011/07/maria-antonia-de-paz-y-figueroa.html
31
Cfr. http://sgodelest.blogspot.com.ar/2011/07/maria-antonia-de-paz-y-figueroa.html
32
Cfr. http://mamaantulafundacion.blogspot.com.ar/2016/04/mama-antula-mujer-laica-misionera-y_23.html
33
Cfr. http://mamaantulafundacion.blogspot.com.ar/2016/04/mama-antula-mujer-laica-misionera-y_23.html
34
Cfr. http://sgodelest.blogspot.com.ar/2011/07/maria-antonia-de-paz-y-figueroa.html

7
Epístola de Sor María Antonia de San José al Padre
Juárez
Carta 32: De la Sierva de Dios al P. Juárez (Buenos Aires, 4 de enero de 1786).
Cf. Blanco LIX: ASR 157-162 (en castellano); G 64; B 71-75.
Buenos Aires, 4 de enero de 1786
Estimado hermano en Cristo:
Por su carta de 19 de septiembre de año pasado, me avisa que hacía más de dos meses que
había salido el Niño Dios para Cádiz, en donde el señor Beristáin quedaba encargado de recogerlo
y remitirlo a Buenos Aires; hasta el presente aún no ha llegado a ésta, y ciertamente que ya tarda.
Por lo que respecta a las indulgencias, me dice trae concedidas para mí, y que aguarda
noticias de la devoción con que los fieles lo adoran para sacarlas igualmente para todos, debo
decirle que, siendo imagen de Manuelito, basta para que los fieles lo adoren con toda devoción:
toda ponderación es nada, para decir el anhelo y veneración que tienen a Manuelito, pues así los
señores clérigos, como todas las personas de suposición, están deseando que llegue, y ya el que yo
tengo en el cuello, que es de piedra, no lo dejan, pues, para enfermedades, para partos, en todo
anda él, y ya lo ando mezquinando, porque está ya algo gastado. Con que, luego que llegue el otro,
lo pondré en el altar para que todos lo adoren; pues esta devoción no sólo ya es grande, sino que
cada día toma más aumento.
Buena prueba de esto es lo que, a imitación de los Ejercicios, se ha hecho en la próxima
Pascua de Navidad en varias iglesias de esta ciudad, aun de regulares; pues no habiendo habido
costumbre hasta ahora de exponer el Niño Dios en los brazos de un sacerdote a la pública
adoración de los fieles, lo han hecho en estas Pascuas, del mismo modo que se practica en los
Ejercicios. Por eso, pues, hubiera tenido mayor gusto, si las indulgencias concedidas, lo fuesen
para el común de los fieles que para mí; con eso, desde luego empezaban a gozar de ese tesoro. Yo
en realidad, miro más por el bien ajeno que por el mío.
(…) A primeros de febrero estoy para pasar a Montevideo, queriendo Dios. Tiempo ha que
me esperan con ansias aquellas gentes, deseosas de tomar los santos Ejercicios.
Mucho me consuela el Señor viendo cómo bendice la obra de sus manos; creo que por
muchos años que me mantuviera en esta capital nunca faltaría a quienes dar Ejercicios; sin duda,
que las oraciones de Vuestras Mercedes tienen mucha parte, y procuraré lo mismo respecto a los
ejercitantes.
(…) Me dice Vuestra Merced que le avise las cosas que pasan acerca de los Ejercicios; y en
esto debo decirle, que es un prodigio que a cada paso experimento, y todo palpablemente, pues en
libros no cabría el poner lo que pasa. Y actualmente, ya mañana entramos a los Ejercicios y,
salidas estas ejercitantes, hay otra data y no más, sin embargo que los empeños son grandes a fin
de que haya más; pero les he prometido que no, porque son tan repetidas las súplicas y cartas de
Montevideo a que vaya, pues ya no puedo menos que irme lo más breve que pueda; y salidas que
sean estas ejercitantes, se ha determinado el que entren hombres el día 20 y saldrán el día 29, y por

8
última data va a salir en procesión mi Jesús Nazareno con toda la clerecía, y los ejercitantes los
hago ir en procesión a alguna iglesia en donde está Su Majestad manifiesto, para la edificación de
las gentes.
Pero voy a avisarle que este mi Señor Nazareno que va a estrenarse, que dicen aun los
mismos de España, y lo mismo los de allá, que jamás han visto imagen tal de Nazareno, y aun aquí
hay en las monjas Capuchinas uno que sacan el martes santo que a respecto de éste no equivale
nada, pues al verlo, se tapan la cara de pavor, porque a la verdad, no han visto cosa más perfecta y
de devoción, pues empiezan a llorar luego que lo miran. Es de estatura de un hombre cabal y está
en acción de caminar, no está agachado; está con una cruz redonda con nudos, y ya le están
trabajando sus andas para que salga en cosa propia, y ya está toda la gente pronta y saldrá con
licencia del Virrey; y esto quisiera, que mande indulgencias, pues lleva las atenciones de todo el
pueblo; está trabajado en el Cuzco y es tal, que parece que él mismo se ha trabajado, según la
perfección. (…)
Y también le aviso cómo el año pasado, entraron los señores clérigos a Ejercicios, puros
ellos, y la primera data fueron todos curas, tanto de la ciudad como de fuera, que al propósito
venían a entrar. Y tal ha sido la edificación de la ciudad y una mudanza tan conocida ha habido,
que dicen personas de suposición, como gritando, que son efecto de los Ejercicios; y en la iglesia
de la Compañía han puesto escuela de Cristo; dos veces a la semana tiene sus Ejercicios y por
consiguiente en las demás iglesias como en la Merced, los da un clérigo; también hay en La
Piedad, en Monserrat, en La Concepción y creo que también en San Nicolás; todo esto ha sido
impuesto después de los Ejercicios.
(…) Vuestra Merced disimulará las faltas que vayan, pues el concurso de las gentes no me
permiten más; pues ya puede considerar que día que entran a Ejercicios no hay lugar. Yo celebraré
que al recibo de ésta se mantenga sin novedad, y dará mis finas expresiones a todos mis amados
hermanos.
Y con esto ceso, y no de rogar a Dios guarde su vida muchos años. Besa las manos de Vm.
su afectísima hermana María Antonia de San José.

Mensaje
La presente carta, escrita por María Antonia al P. Gaspar Juárez, jesuita santiagueño expulsado
de las Colonias americanas, es un rico testimonio de la espiritualidad vivida y propuesta por la
beata.
Por el inicio de la misma, podemos constatar que el motivo de la epístola consiste en el pedido
de una imagen devocional del Niño Dios, la cual ya habría sido enviada y estaba a la espera. La
beata se encontraba anoticiada de que tal imagen traía consigo indulgencias concedidas para su
persona. Aquí María Antonia se explaya, solicitando que tales indulgencias no sean sólo para ella,
sino para todo el pueblo que venere la imagen, fundamentando ello en la devoción que ya posee el
pueblo: “toda ponderación es nada, para decir el anhelo y veneración que tienen a Manuelito”.
Luego de expresar con detalles las expresiones devocionales de los fieles, vuelve a insistir nuestra
beata en el pedido de indulgencias para ellos: “hubiera tenido mayor gusto, si las indulgencias

9
concedidas, lo fuesen para el común de los fieles que para mí; con eso, desde luego empezaban a
gozar de ese tesoro. Yo en realidad, miro más por el bien ajeno que por el mío”.
Estando lo anterior como tema central de la carta, luego Mama Antula remite ciertas noticias
referidas al desarrollo de los Ejercicios, según parece ser a pedido mismo del P. Juárez. Allí cuenta
sobre su próximo viaje a Montevideo para llevar allí la propuesta de los Ejercicios, a pedido de la
misma población. Reconoce nuestra beata que esta labor proviene y es sostenida por Dios mismo,
que es “la obra de sus manos”, y que el número de ejercitantes que aprovechan espiritualmente
estas prácticas no sólo no disminuye, sino que se mantiene y aún se acrecienta. La beata expresa:
“creo que por muchos años que me mantuviera en esta capital nunca faltaría a quienes dar
Ejercicios”.
También María Antonia nos comenta quiénes son los destinatarios de los Ejercicios y de sus
frutos abundantes. Nos habla de una tanda de mujeres, otra de varones, y otra de clérigos. Sobre los
efectos, y a propósito de la tanda de Ejercicios dictada a los clérigos, nos dice la beata que “tal ha
sido la edificación de la ciudad y una mudanza tan conocida ha habido, que dicen personas de
suposición, como gritando, que son efecto de los Ejercicios”.
Finalmente, un tema que desarrolla dentro del cuerpo de la carta, y unido al tema de los
Ejercicios Espirituales, es el de la procesión con Jesús Nazareno. Aquí podemos ver otro testimonio
devocional de la tarea evangelizadora de Mama Antula, donde, fiel a las tradiciones jesuitas, las
imágenes de piedad ocupaban un puesto central. Esta imagen representaba a Jesús camino al
Calvario, con la cruz a cuestas. La beata nos habla de las procesiones realizadas con la imagen:
“por última data va a salir en procesión mi Jesús Nazareno con toda la clerecía, y los ejercitantes
los hago ir en procesión a alguna iglesia en donde está Su Majestad manifiesto, para la edificación
de las gentes”. También nos describe con detalles la imagen, resaltando en ella cómo mueve a quién
la venera al dolor: “jamás han visto imagen tal de Nazareno, y aun aquí hay en las monjas
Capuchinas uno que sacan el martes santo que a respecto de éste no equivale nada, pues al verlo,
se tapan la cara de pavor, porque a la verdad, no han visto cosa más perfecta y de devoción, pues
empiezan a llorar luego que lo miran”.

Contenido espiritual
A fin de concentrarnos en el tema central de la carta, y por haber ya anteriormente desarrollado
lo referente a los Ejercicios Espirituales, nos parecía oportuno tratar aquí sobre la devoción que
Mama Antula profesaba y testimoniaba del Señor Jesús bajo la figura del “Manuelito”.
Sor María Antonia poseía una profunda devoción a la imagen pequeña del Niño Dios (7 x 13
cm) de alabastro, traída consigo desde Santiago del Estero y la cual llevaba al cuello,
acompañándola en su misión por los caminos del noroeste argentino hasta llegar a Buenos Aires 35.
Es el Emmanuel, el “Dios-con-nosotros”, quien la mueve en su empresa de caminar las tierras del
antiguo Virreinato del Perú para llevar su Buena Noticia a todas las gentes36.

35
Cfr. MONTIVEROS DE MOLLO, Perla. Sor María Antonia de Paz y Figueroa: de su orientación originaria,
Centro de Estudios de Literatura Comparada, UCA, en http://www.mamaantula.org/ARTICULOS.html
36
Cfr. Cfr. DE CASTRO PAZ, ALDO MARCOS. María Antonia de Paz y Figueroa, en
http://www.mamaantula.org/ARTICULOS.html

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En ese caminar, Mama Antula conduce a quiénes se encuentran con ella a posar su mirada y su
amor en el Niño-Dios: “Siendo tierno el afecto que sacan las almas de los Santos Ejercicios,
-quizás por ilusión del demonio-, se me postran a los pies, y yo, confundida en mi indignidad, los
aparto de mí, dándoles a besar mi Niño-Dios”37.
Nuestra beata nos ofrece ella misma la descripción de esta imagen de Nuestro Señor: “La
acción del Niño es estar acostado sobre la cruz y algo inclinado sobre derecho. La mano izquierda
tiene cogidos los tres clavos por sus puntas y con ellos descansa sobre el cuadrel y parte del vientre
la mano derecha, estando el brazo unido al cuerpo viene a parar en la mejilla y le sirve como de
reclinatorio. La pierna izquierda recuesta sobre la derecha y está con su garganta sobre la
pantorrilla de la misma derecha: los pies descansan sobre una calavera que pisa el izquierdo y
toca el derecho con su empeine. Se previene que el Niño está enteramente desnudo y sin toalla o
cosa que le parezca. Esta postura o figura de mi Niño Dios ha sido la que me ha robado la
atención”38. Es de notar en los detalles la dimensión de dolor y sufrimiento, característicos de la
religiosidad del s. XVIII39.
¿Qué espiritualidad hallamos detrás de la imagen del Manuelito? Podemos reconocer una
espiritualidad profundamente cristocéntrica y encarnada, donde la dimensión de la cruz y el
sufrimiento tienen un puesto central, pero no exaltando al sufrimiento mismo, sino como aquél
dolor y aquélla muerte que conducen a la conversión y a la verdadera vida. El modo de nombrar a
Jesucristo como “Manuel” o “Manuelito” remarca su encarnación, pues tal denominación proviene
de la expresión “Emmanuel”, el Dios-con-nosotros, el Verbo de Dios que se ha hecho hombre y ha
muerto en la cruz por nosotros. Así reza una antigua copla popular española: “Esta noche ha de
nacer /Manolito de Jesús/ Para morir por el hombre,/ Enclavado en una cruz”40.
Sor María Antonia lleva consigo a “Manuel”, al Esposo divino que, enamorado de su creatura,
nace y muere pobre para darle lección al hombre de humildad y obediencia a la Voluntad del Padre.
Y “Manuelito” lleva consigo a María Antonia, conduciéndola a todas las gentes, a la casa de la
viuda y del enfermo, del noble y del esclavo, a los jóvenes, encarcelados, indígenas y clérigos 41. Y
es así, porque todos lo necesitan por igual. Mama Antula sabe y da fe que no se puede predicar lo
divino, cuando se ha olvidado lo humano. Por eso su mano extendida al pobre, al necesitado, es la
misma mano de Cristo que en su debilidad manifestada en la pequeñez de un niño y en su muerte en
cruz sale al encuentro del hombre débil para donarse a él y regalarle la redención42.

37
Cfr. MONTIVEROS DE MOLLO, Perla. Sor María Antonia de Paz y Figueroa: de su orientación originaria,
Centro de Estudios de Literatura Comparada, UCA, en http://www.mamaantula.org/ARTICULOS.html
38
Cfr. Cfr. DE CASTRO PAZ, ALDO MARCOS. María Antonia de Paz y Figueroa, en
http://www.mamaantula.org/ARTICULOS.html
39
Cfr. FERRERO, Fabrican. Angustia religiosa y moral cristiana en el siglo XVIII. Notas para una lectura de las
fuentes históricas. Moralia 1987/1, pp. 51-64
40
Cfr. MONTIVEROS DE MOLLO, Perla. Sor María Antonia de Paz y Figueroa: de su orientación originaria,
Centro de Estudios de Literatura Comparada, UCA, en http://www.mamaantula.org/ARTICULOS.html
41
Cfr. Cfr. DE CASTRO PAZ, ALDO MARCOS. María Antonia de Paz y Figueroa, en
http://www.mamaantula.org/ARTICULOS.html
42
Cfr. MONTIVEROS DE MOLLO, Perla. Sor María Antonia de Paz y Figueroa: de su orientación originaria,
Centro de Estudios de Literatura Comparada, UCA, en http://www.mamaantula.org/ARTICULOS.html

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Reflexión personal y crítica
La vida, la obra, las opciones que encontramos en Sor María Antonia de San José son para
nosotros, cristianos del s. XXI, un impulso en la misión evangelizadora y en nuestra vida espiritual
llamada a estar siempre encarnada en el corazón del pueblo.
Mama Antula asumió un camino espiritual, valiéndose de los medios propios de su época: la
oración, la práctica de los Ejercicios Espirituales, la veneración de Jesús, de María y los santos, la
ascesis y la caridad para con los más necesitados. Ella reconoció que estos medios eran adecuados
para la maduración de la propia fe y la de los fieles, y ello la impulsó a propagar con un gran celo
apostólico estas prácticas de piedad. Hoy también nosotros estamos llamados a reconocer cuáles son
los medios más adecuados para vivir una relación íntima con Dios, desde la propia experiencia
alimentada y sostenida por la riqueza de la Iglesia, para luego testimoniar y transmitir esa misma
experiencia a otros.
Mama Antula fue una revolucionaria siempre hija de la Iglesia. Como veíamos, supo romper
con la imagen tradicional de la mujer tanto en el ámbito social como eclesial, al vivir
profundamente su rol de mujer-laica emancipándose de los roles propios de la época. También
rompió la estratificación social, relacionándose y proponiendo su quehacer pastoral a todos los
fieles, sin distinciones. Más todo ello, siempre, en comunión y discernimiento con los pastores de la
Iglesia y con los distintos miembros del pueblo de Dios. De ello nosotros podemos enriquecernos en
nuestra experiencia de vida eclesial, no sintiéndola como un yugo pesado, sino como el lugar donde
el Espíritu actúa y hace siempre nueva todas las cosas; más aún hoy donde los desafíos del rol del
laico, de los sacerdotes y religiosos, las nuevas formas de familia, los nuevos horizontes culturales,
hacen más que necesario encontrar nuevos y creativos caminos de santidad que sean propuestos a
todos.
Mama Antula es expresión de una fe sencilla y profunda, comprometida, misionera y
encarnada, rica en símbolos y en expresiones de piedad popular. Ella nos estimula a vivir semejante
fe, donde también en nuestra vida espiritual se haga patente el “Manuelito”, el Dios-con-nosotros.

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Bibliografía
 DE CASTRO PAZ, ALDO MARCOS. María Antonia de Paz y Figueroa, en
http://www.mamaantula.org/ARTICULOS.html
 BRAVO DE ZAMORA, Alberto. Mama Antula. Aportes documentales acerca de su
nacimiento y filiación, en http://www.mamaantula.org/ARTICULOS.html
 MONTIVEROS DE MOLLO, Perla. Sor María Antonia de Paz y Figueroa: de su
orientación originaria, Centro de Estudios de Literatura Comparada, UCA, en
http://www.mamaantula.org/ARTICULOS.html
 FERRERO, Fabrican. Angustia religiosa y moral cristiana en el siglo XVIII. Notas para una
lectura de las fuentes históricas. Moralia 1987/1, pp. 51-64
 AAVV. Lectura de Textos de Espiritualidad. Recopilación de apuntes y textos. UCA,
Facultad de Teología.
 SIWAK, Pedro. 500 años de evangelización americana, Tomo II (1860-1900), La
evangelización Argentina. Buenos Aires. Ediciones del Encuentro, 1992.
 http://sgodelest.blogspot.com.ar/2011/07/maria-antonia-de-paz-y-figueroa.html
 http://mamaantulafundacion.blogspot.com.ar/2016/04/mama-antula-mujer-laica-misionera-
y_23.html
 https://es.wikipedia.org/wiki/Historia_de_la_Argentina

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