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Articulo Medigraphic

Consumo de refrescos y riesgo de obesidad en adolescentes de


Guadalajara, México

Según la última Encuesta Nacional de Salud y Nutrición en México (ENSANUT,


2006), los varones tienen una prevalencia de sobrepeso de 21.1% y obesidad de
10%, y las mujeres de 23.3 y 9.2%, respectivamente. Los aumentos en la
prevalencia de obesidad en diferentes grupos etarios del país son los más
rápidamente documentados en el ámbito mundial.
A pesar de ello, un factor de riesgo de obesidad que no ha recibido suficiente
atención es el consumo de azúcar en los refrescos. Se ha especulado que los
refrescos embotellados promueven la obesidad porque el consumo de energía
obtenida desplaza la energía que proviene de los alimentos sólidos de la dieta;
asimismo, que el consumo excesivo de estas bebidas (más de 12 onzas/día) se
asocia a desplazamiento de la leche, al incremento en el consumo de energía y a la
ganancia de peso en niños de 2 a 18 años de edad. En niños euro-americanos y
afro-americanos se ha observado que el consumo de los refrescos se asocia a
sobrepeso11 y cada ración adicional (360 mL) incrementa en 60% el riesgo de
obesidad. Por tanto, el propósito de este reporte es informar cómo el consumo de
refrescos podría ser un factor de riesgo de sobrepeso y obesidad en adolescentes
de 12 a 16 años que acuden a una secundaria de la Zona Metropolitana de
Guadalajara, México.
Métodos
En un estudio transversal-analítico se incluyeron estudiantes de 12 a 16 años de
edad de uno u otro género, que acudieron a la secundaria técnica número 24 de la
Secretaría de Educación Pública de la Zona Metropolitana de Guadalajara
(Zapopan, Jalisco, México). Los sujetos eran sanos y se obtuvo el consentimiento
informado por escrito, autorizado por los padres/tutores del adolescente y firmado
por el adolescente. No se incluyeron sujetos con lesiones físicas incapacitantes, con
uso de medicamentos por largo plazo o con enfermedades sistémicas, crónicas,
genéticas y congénitas, o cuando se detectó alguna enfermedad orgánica no
identificada al interrogatorio.
Fueron seleccionados por un muestreo aleatorio simple utilizando la tabla de dígitos
de Snedecor y Cochran; La prevalencia promedio de sobrepeso en adolescentes.
Se consideró sobrepeso con un índice de masa corporal (IMC) ubicado en un
percentil 85 a <95, y obesidad con un IMC ≥ del percentil 95 y el percentil 90 para
los pliegues cutáneos tricipital (PCT) y subescapular (PCS).
Resultados
Se incluyeron 210 adolescentes, 50% correspondió a cada género. La edad
promedio fue similar en hombres y mujeres (13.9 ± 1.1 y 13.5 ± 1.0 años,
respectivamente).
Hubo una diferencia significativa a favor de los varones en peso, talla y CMB; a favor
de las mujeres en PCT, PCS, suma de dos pliegues y porcentaje de grasa corporal.
No hubo diferencia en IMC entre ambos sexos. Por impedancia bioeléctrica (IBE)
se observó un porcentaje de grasa corporal significativamente mayor en mujeres y
de masa magra y agua total significativamente mayor en varones (P <0.001).
La ingestión energética (kcal/día) fue mayor en los varones (2 570 vs 1994, P
=0.001). La ingestión de macro-nutrimentos, nutrimentos inorgánicos y la mayoría
de las vitaminas, a excepción de vitamina C y ácido fólico, fueron significativamente
mayores en varones que en mujeres.
La distribución del porcentaje de consumo energético entre hidratos de carbono (55-
56%), proteínas (13.9-14.7%) y grasas (29-29.7%) fue adecuada y similar en ambos
géneros. Alrededor de la mitad de los varones (49.5%) y de las mujeres (55%)
preferían el agua de frutas, aunque no se estimó la cantidad. El consumo de
refrescos fue significativamente mayor en varones (26.7%) que en mujeres (11.4%)
(P =0.005), a pesar de que la mayoría (≈90%) consideraba que su consumo era
dañino a la salud. Los refrescos embotellados de preferencia fueron los de cola
(51.5%).
La mayoría de las mediciones mostraron las diferencias antropométricas que
caracteriza a los varones y mujeres cuya edad promedió fluctuó entre 13.5 a 13.9
años; aunque, como en otros estudios el IMC fue casi idéntico en ambos sexos. En
varones, la prevalencia de sobrepeso y obesidad fue de 10.4 y 20.9%
respectivamente. En mujeres, la prevalencia de sobrepeso fue de 14.2% y de
obesidad de 5.7%. Estos datos difieren de los observados por otros autores.
Artículo 2: La obesidad en México
La obesidad (índice de masa corporal ≥ 30 kg/m2) es una enfermedad sistémica,
crónica y multicausal, no exclusiva de países económicamente desarrollados, que
involucra a todos los grupos de edad, de distintas etnias y de todas las clases
sociales.
Cada año fallecen alrededor 3.4 millones de personas adultas a consecuencia del
sobrepeso o la obesidad. Además, el 44 % de la carga de diabetes, el 23 % de la
carga de cardiopatías isquémicas y entre el 7 % y el 41 % de la carga de algunos
cánceres son atribuibles al sobrepeso y la obesidad. El aumento excesivo de peso
corporal es un proceso gradual que suele iniciarse en la infancia y la adolescencia,
a partir de un desequilibrio entre la ingesta y el gasto energético.
En países de América Latina, la prevalencia general del síndrome metabólico es de
24.9 % (rango 18.8-43.3 %), y es ligeramente más frecuente en mujeres (25.3 %)
que en hombres (23.2 %), siendo el grupo de edad con mayor prevalencia el de los
mayores de 50 años. El incremento paralelo de la frecuencia de la obesidad y del
síndrome metabólico es un fenómeno mundial y México no es la excepción. Este
escenario epidemiológico, permite dimensionar la gravedad que representa la
obesidad en México y justifica la gestión de programas y proyectos de salud
rentables y exitosos, para resolver esta problemática.
En la actualidad, México y Estados Unidos de Norteamérica, ocupan los primeros
lugares de prevalencia mundial de obesidad en la población adulta (30 %). Respecto
a la población infantil, México ocupa el cuarto lugar de prevalencia mundial de
obesidad, aproximadamente 28.1 % en niños y 29 % en niñas, solo superado por
Grecia, Estados Unidos e Italia. En nuestro país, las tendencias de sobrepeso y
obesidad en las diferentes encuestas nacionales, muestran incremento constante
de la prevalencia a través del tiempo. De 1980 a la fecha, la prevalencia de la
obesidad y de sobrepeso en México se ha triplicado, alcanzando proporciones
alarmantes.
En el mundo, prevalece un aumento en la ingesta de alimentos hipercalóricos que
son ricos en grasa, sal y azúcares pero pobres en vitaminas, minerales y otros
micronutrientes, así como un descenso en la actividad física, como resultado de la
naturaleza cada vez más sedentaria de muchas formas de trabajo, de los nuevos
modos de desplazamiento y de una creciente urbanización. La transición nutricional
que experimenta el país tiene como características una occidentalización de la dieta,
específicamente:
1) Aumento en la disponibilidad a bajo costo de alimentos procesados
adicionados con altas cantidades de grasas, azúcar y sal.
2) Aumento en el consumo de comida rápida.
3) Disminución del tiempo disponible para la preparación de alimentos en casa.
4) Aumento de forma importante a la exposición de publicidad y oferta de
alimentos industrializados.
5) Disminución importante de la actividad física de la población.23 Existe
evidencia de que un IMC elevado es un importante factor de riesgo de
enfermedades no trans.
Artículo 3: Sobrepeso y obesidad en menores de 20 años de edad en
México
Según los resultados de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT)
realizada en 2006, y su comparación con lo obtenido por la Encuesta de Nacional
de Nutrición (ENN) en 1999, las cifras de sobrepeso y obesidad infantil y en
adolescentes son las siguientes: la prevalencia nacional de sobrepeso y obesidad
en niños de 5 a 11 años, de acuerdo con los criterios de la IOTF (Grupo Internacional
de Trabajo sobre Obesidad) fue de alrededor de 26% para ambos sexos, 26.8% en
niñas y 25.9% en niños. El incremento más importante de la prevalencia de
obesidad fue en los niños, de 5.3 a 9.4 (77%) mientras que en las niñas de 5.9 a 8.7
(47%).
La prevalencia de sobrepeso fue mayor en las mujeres (23.3 vs. 21.2%); por el
contrario, la obesidad fue ligeramente mayor en los adolescentes de sexo
masculino. La obesidad, tiene tendencia de incrementarse con la edad hasta los 10
años. En los niños fue de 4.8 a 8.6% y en las niñas de 8.6 a 10.3%. A partir de los
11 años se observó que en las niñas disminuye a 7.7%, mientras que en los niños
aumenta a 11.3%.
En cuanto al perfil de la población de 12 a 19 años, los resultados de la ENSANUT
2006 muestran que uno de cada tres hombres o mujeres adolescentes tiene
sobrepeso u obesidad.
La obesidad es factor de riesgo para la diabetes tipo 2 y otras complicaciones
derivadas de un alto índice de masa corporal, como enfermedades cardiacas y la
hipertensión, así como por los altos costos que implica su atención, urge la
implementación de evaluaciones y estrategias específicas con el fin de prevenir el
aumento del sobrepeso y la obesidad en la población infantil y en la adolescente.

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