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CICLO : IV
Lima – 2011
1
INDICE
INTRODUCCION
CAPITULO I
LA PENA DE MUERTE EN LA EPOCA PRECOLOMBINA
I. ANTECEDENTES I.1.
EL ANTIGUO PERU I.2.
EPOCA PRE-INCAICA I.3.
EPOCA INCAICA I.4.
CLASES SOCIALES
II. LAS NORMAS JURIDICAS DEL IMPERIO
III. DERECHO PENAL INCAICO
III.1. OTRAS MODALIDADES III.2.
DE LOS DELITOS
III.3. DE LAS PENAS
III.4. PRINCIPALES CARACTERISTICAS DEL SISTEMA
CAPITULO II
LA PENA DE MUERTE EN EL DERECHO INDIANO O COLONIAL
CAPITULO III
CASO MONSTRUO DE ARMENDARIZ Y CASO GUILLERMO LAVALLE VÁSQUEZ
ALIAS: “PICHUZO”
2
CAPITULO IV
LA PENA DE MUERTE EN LA EPOCA DE JUAN VELASCO ALVARADO Y
FRANCISCO MORALES BERMÚDEZ (1968- 1980)
CAPITULO V
LA PENA DE MUERTE EN LA ACTUALIDAD
CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFIA
3
INTRODUCCIÓN
(2). Los actos que sustenten la aplicación de la pena de muerte tendrían que ser
más graves como para merecer dicha sanción extrema. De lo contrario, no hay
legitimidad en la aplicación de dicha medida.
1
. FERRAJOLI, Luiggi (2000). El garantismo y la filosofía del Derecho. Bogotá: Universidad Externado de
Colombia, p. 92.
2
. Ibidem, p. 92.
4
CAPITULO I
I. ANTECEDENTES
El Perú antiguo integra un período único. Empero, los historiadores lo dividen en dos
épocas3: la Pre-incaica y la incaica. Esta división debe aceptarse, por cuanto el
Imperio Incaico introdujo hondas variantes a las normas jurídicas que prevalecieron
en la época anterior.
Hasta fines del siglo XIX se conocía muy poco de esta época. Afortunadamente, los
arqueológicos nos han obsequiado algunas noticias de esta dilatada etapa. Empero,
la información continúa siendo escasa.
3
LUMBRERAS, Luis Guillermo; RAVINES, Rogger; PEASE, Franklin; SILVA S., Jorge E; ORTÍZ
RESCANIERI, Alejandro; VALCARCEL, Luis E.; En: HISTORIA DEL PERÚ – Perú Antiguo. Editorial
Juan Megía Baca. T. II Pg. 09-327 y T.III Pg. 9-195.
Conviene indicar que el matrimonio era monogámico, por regla general. Como, la
mujer era objeto de compra, los ricos del grupo socio-económico, esto es, los
curacas, podían adquirir varias mujeres. La monogamia, por tanto, no fue una
cuestión de principios, sino un asunto meramente económico.
Los bosques y los pastos se dedicaban a servir a todo el grupo. Se hallaban en los
terrenos altos y la ganadería consistía únicamente en llamas, perteneciendo al ayllu.
En los llanos se cultivaba papas, maíz, cebada y otros vegetales, terrenos que
igualmente pertenecían a la comunidad. Frecuentemente su rendimiento era bueno,
lo que dio lugar a un intenso comercio entre diversas regiones, trocándose llamas por
productos vegetales. Las tierras eran trabajadas por todo el grupo, pero su
rendimiento era aprovechado por la familia, que poseía la parcela, puesto que se
repartían anualmente entre los miembros del ayllu. A cada familia le correspondía una
chacra. Los solteros, varones y mujeres, igualmente recibían una porción, la que se
extendía cuando se contraía el matrimonio. Cuando la pobreza del suelo así lo exigía,
además de las chacras propias, varios grupos gozaban de tierras comunes. Sólo se
reservaban determinados terrenos para el sustento de los enfermos y para el
sostenimiento del culto.
Las telas, cueros, utensilios de metal, etc., esto es, todo lo que requerían para llenar
sus necesidades era elaborado por los comuneros. Se tenía conocimientos
rudimentarios de hilandería, metalurgia, alfarería, etc.
Si aumentaba el número de comuneros por razón de nacimientos, se integraba un
nuevo ayllu.
Dentro del ayllu, el curaca ejercía las funciones judiciales y ejecutivas. Sin embargo,
sus poderes no eran omnímodos, pues se hallaban limitados mediante la intervención
de los campesinos de mayor edad y por los guerreros más experimentados.
5 ROSTWOROWSKI DE DIEZ CANSECO, María. HISTORIA DEL TAHUANTINSUYO. IEP Ediciones; Pg.
181-201.
6
Era frecuente que dos o más ayllus formaran una unión más amplia, de duración
permanente o transitoria. Estas confederaciones obedecían a diferentes finalidades:
guerreras; construcción de fortalezas, de grandes acequias, etc. y para el
mantenimiento de estas obras.
El sistema penal de los ayllus correspondía a normas simples. Como en todos los
pueblos primitivos, prevaleció el Derecho penal al civil. En verdad, no existía
diferencia entre la responsabilidad' civil y la penal. Se juzgaba la responsabilidad de
acuerdo a los actos realizados por lo que la simple tentativa no fue castigada.
Generalmente las penas eran crueles y la pena capital era empleada para sancionar
casi todos los delitos.
Para lograr la confesión del acusado se aplicaba el tormento. Eran responsables los
menores, los débiles mentales y hasta los animales y objetos.
Hemos dicho que la justicia era impartida por los curacas. Casas ha escrito: "Los
jefes de aldea prestaban especial atención a que nadie perjudicase al prójimo o que
procediese contra él injustamente, castigándose con rigor especial el robo de
mujeres, la violación y el adulterio" 6. Por su parte, señala Trimborn 7: "Podemos
considerar como seguro que la ejecución del derecho, es decir, de las normas
usuales para la protección de la vida, propiedad y orden político, así como la
pronunciación de la sentencia correspondían a los curacas locales o tribunales".
Sin embargo, cuando algún problema afectaba a dos o más ayllus (controversia
acerca de linderos, usos de bosques, pastos, campos, etc.) la competencia pasaba
al jefe tribal. Aunque muchas veces daba lugar a un estado de guerra. Fue éste el
sistema penal que existió antes de la fundación del Imperio Incaico.
Ya se ha expresado que las tribus estaban formadas por numerosos ayllus y que
tenían un carácter predominantemente militar. Como es natural, cada tribu trataba
de expandirse a expensas de las vecinas. En la época pre-incaica se formaron
imperios de pujanza disímil y de duración diversa. Así se integraron, por ejemplo, la
poderosa confederación de los Collas, en la puna boliviana; la de los Chinchas, en
el norte del Perú; el Gran Chimó, la costa; etc.
El Imperio Incaico fue uno de ellos, logrando sobreponerse a todos los demás.
Mejores guerreros, alcanzaron a conquistar extensas tierras y sojuzgar a las demás
6
CASAS, Fray Bartolomé de las. LAS ANTIGUAS GENTES DEL PERÚ. Colección De Libros y
Documentos referentes a la Historia del Perú.
7 www-gewi.uni-graz.at/jbla/Scans/JBLA_24_1987/Oberem_1.pdf (Publicaciones de Hermann Trimborn 7
antiguas sobre el imperio de los incas, Investigación y Progreso, V111/ 12, Madrid. 1934, pp. 371-372).
7
tribus, dando lugar a la formación del gran Imperio de los Incas. Pero, en verdad, los
incas del. Cusco integraban una tribu, corno todas las demás, en sus comienzos.
Mediante sucesivas conquistas el territorio del Imperio Incaico logró una enorme
extensión. Durante su etapa más grandiosa abarcó desde el Nudo de Pasco, en el
actual Ecuador, hasta el río Maule, en Chile. Además, comprendió toda la costa y la
sierra del Perú y ciertas regiones de su selva, la meseta boliviana y parte de
Argentina. Fue el Imperio más importante de América del Sur, no sólo por su
extensión territorial, sino por su valiosa cultura. Su población pasó de los diez
millones de habitantes.
Fundado en el siglo XI, perduró hasta el siglo XVI, al ser conquistado por los
españoles.
Las tribus consiguieron vivir en paz, cesando el endémico estado de guerra, puesto
que el Inca garantizó e impuso la tranquilidad. Citando se suscitaban entre los
ayllus o las tribus problemas que amenazaran la paz, intervenía el poder central. Se
designaba un juez especial o se hacía intervenir al delegado permanente, quien
resolvía el conflicto.
Con admirable tacto los incas no modificaron los usos y costumbres de las demás
tribus conquistadas, los que, por lo demás, eran similares a los suyos. Los
conquistadores, pues, no trastornaron los sistemas anteriores. Sin embargo,
introdujeron algunas hondas variantes que convenían a sus propios intereses. Por
ejemplo, expropiaron tierras de los ayllus; impusieron tributos especiales, los que
podían consistir en especies, que eran almacenadas en depósitos del Estado, o en
servicios personales. Todos los ayllus estaban obligados a poner al servicio del Inca
miembros de su grupo para que actuaran como soldados del Imperio o trabajaran
en las minas, obras públicas, etc. De otro lado, se impuso la religión oficial y el
idioma quechua, aunque no desterraron completamente las creencias regionales y
sus dialectos. Las tribus y los ayllus que se resistían a las órdenes superiores eran
sancionados cruelmente. Puede afirmarse que perdieron todo asomo de
independencia.
Como afirma el cronista Casas "los caciques sometidos que daban con la
jurisdicción limitada". En verdad, los curacas pasaron a ser funcionarios del Imperio,
quedando totalmente subordinados al poder central. Cieza8 señala que el Inca
"ordenó vivir a un delegado autorizado entre los sojuzgados, pero sin privar de su
jurisdicción al cacique autóctono" 9. Todos los asuntos que afectaban al nervio
mismo del Estado quedaron reservados a los funcionarios del Inca. Estos eran
expertos en materias judiciales y administrativas, lo que no sucedía con los curacas,
a los que no podía confiarse cuestiones de alguna importancia. Está demás decir
que el poder absoluto de los incas jamás permitió la intervención de organismo
social o individuo que no obedeciera ciegamente las órdenes superiores.
Astutamente el Inca se ganó a los caciques mediante obsequios. Se les regalaba
siervos, mujeres y hasta vírgenes del Sol, se les entregaba tierras en calidad de
feudos, se educaba en la Corte a los hijos de los curacas, etc. Además, entregó a
los últimos el control de los tributos, por los cuales eran directamente responsables.
Esto dio lugar a desunir al jefe del ayllu de su pueblo, lo que convenía al régimen.
8CIEZA DE LEON, Pedro. DEL SEÑORÍO DE LOS INCAS. Argentinas Solar. Buenos Aires 1943-1550.
9CASAS, Fray Bartolomé de las. Ob cit.
8
El centro del Imperio fue la ciudad del Cusco, vocablo que significa "ombligo", por
dicha razón. La unión de todas las regiones del incanato tomó el nombre de
"Tawantisuyo"10, que significa cuatro regiones, que eran las que conformaban el
Imperio. La Corte del Inca se hallaba en dicha ciudad.
d. Los curacas o jefes de los ayllus, los que eran funcionarios del. Inca, al
que debían fiel obediencia. Obtenían múltiples
e. Los miembros de las tribus sojuzgadas, que integraban la masa del Imperio.
Sobre éstos recaían todos los tributos y obligaciones. Estaban sometidos a -un
régimen muy estricto.
Las normas jurídicas servían para regir al Imperio, reforzar los atributos del Inca,
fortalecer el orden político, social y económico, proteger a los conquistadores y a
imponer reglas morales y costumbres. Empero, junto al derecho imperial,
continuaron rigiendo algunas normas de los propios ayllus, siempre que no se
opusieran a los objetivos fundamentales del Estado incaico.
Al respecto dice el mismo Garcilaso 13: "Ordenó [el inca Pocha-catee] muchas leyes y
fueros particulares arrimándose a las costumbres antiguas de aquellas Provincias
donde se habían de guardar, porque todo lo que no era contra su idolatría, ni contra
las leyes comunes, tuvieron por bien aquellos Reyes dejarlo usar a cada Nación,
como lo tenían en su antigüedad' .
Las normas jurídicas respondían a la voluntad del Inca, el que se hacía asistir por
experimentados ancianos y guerreros y por los "amautas" (sabios). En las últimas
etapas del Imperio intervinieron los "quipucamayoes", expertos en "quipus", que eran
cordeles de los cuales pendían varios cordones de diversos colores y longitudes,
llevando cada cordón nudos simples, dobles o triples, corno ya se ha explicado, que
representaban un primitivo lenguaje escrito. Los quipucamayoes integraron una
especie de oligarquía jurídica.
Estas normas eran comunicadas al pueblo por los pregoneros, que las daban a conocer
a viva voz. En el Cusco los pregones se hacían en una plaza denominada
"Rimacpampa". Eran llevadas hasta los pueblos más remotos por veloces "chasquis". Es
obvio que debían cumplirse irrefragablemente desde que fueran conocidas.
Prueba de que el rigor fue sorprendente en el Imperio es que los mismos cronistas
españoles hicieron resaltar el carácter despiadado de la penalidad, aunque estaban
acostumbrados a las inhumanas sanciones de España.
Pero las normas penales no sólo eran inhumanas, sino injustas y aplicadas
desigualmente. Los curacas y los demás funcionarios no estaban sometidos al fuero
común. Eran juzgados por un delegado especial o por el mismo Inca, los que eran
miembros del grupo superior. Como señala Trimborn19: "La nobleza incaica gozaba
de una situación privilegiada". El clero tenía su propia jurisdicción. El Supremo
Sacerdote (Huillac-Umu) era el juez superior en materia eclesiástica. Controlaba y
juzgaba a los sacerdotes, vírgenes del Sol, etc. Su jurisdicción se extendía a todos
los templos, lugares de adoración y personal. Las sanciones siempre fueron más
benignas cuando se trataba de un miembro de las clases sociales superiores
De otro lado, la pena podía ser disminuida o aumentada según la clase social a la
que perteneciera la víctima. No había, pues, ninguna igualdad ante la ley. Las penas
eran diferentes para los nobles y los plebeyos, los superiores; y los inferiores, los
ricos y los pobres.
Cobo20 indica que cuando el delincuente era un "orejón" la pena grave podía ser
sustituida por una simple amonestación pública..Sin embargo, esta sanción era
15 ACOSTA, Fray José de. HISTORIA NATURAL Y MORAL DE LOS INCAS. Fondo Cultural
Económica. México 1940-1950.
16 GARCILASO DE LA VEGA, Inca. Ob. Cit.
17 GARCILASO DE LA VEGA, Inca. Ob. Cit.
18 www.slideshare.net/mlinaresvizcarra/estado-inca-
5646875
sisbib.unmsm.edu.pe/bibvirtualdata/publicaciones/inv.../a12.pdf
www.librosperuanos.com/autores/jorge-basadre3.html
www.scribd.com/.../Jorge-Basadre-y-El-Derecho...
19 Web citada.
20 COBO, Fray Bernabé. HISTORIA DEL NUEVO MUNDO. Biblioteca de Autores Españoles. Madrid.
1956-1953.
11
temida, toda vez que significaba desaprobación del Inca. Casa 21s escribe que
cuando el delincuente era un "orejón", se evitaba la pena .capital. Aun en los ca-
sos en que un miembro de la nobleza fuera condenado a morir, la condena se
cumplía degollándolo, pena menos deshonrosa que las demás, como ser, horca,
hoguera, etc.
Cuando un noble cometía incesto u otros delitos graves el varón moría degollado
en la plaza pública y la mujer dentro de la prisión. El apedreamiento, el
descuartizamiento, etc., eran reservados para los miembros de la gran masa.
Pero, como .señala Basadre23: "no debe confundirse el caso de complicidad con
los castigos a las familias o a los pueblos de determinado delincuente". Estas
sanciones son meras supervivencias de la penalidad colectiva.
En los ayllus actuaban de jueces los curacas y/o el delegado del Inca. A veces
recibían asistencia de ancianos y guerreros.
23 www.slideshare.net/mlinaresvizcarra/estado-inca-
5646875
sisbib.unmsm.edu.pe/bibvirtualdata/publicaciones/inv.../a12.pdf
www.librosperuanos.com/autores/jorge-basadre3.html
www.scribd.com/.../Jorge-Basadre-y-El-Derecho.
13
La clasificación dada por Trimborn 24 se estima superior. Los delitos los dividió en
dos categorías: a) aquellos que se refieren al orden público; y, b) aquellos que se
relacionan con el orden privado.
Los delitos contra el orden público comprendían cuatro clases: a) Las infracciones
que ponían en peligro el Derecho Constitucional; b) Las que atentaban contra el
Derecho Administrativo; c) Las infracciones consideradas riesgosas para los fines
de la política tributaria; y d) Las que atentaban contra la seguridad del mismo orden
jurídico. En seguida se estudiarán:
1° Las infracciones que minaban las instituciones políticas establecidas por los
conquistadores. Requerían ser drásticamente sancionadas, puesto que eran
sumamente peligrosas para el propio Imperio. La unidad del Imperio y el
fortalecimiento del poder de los incas eran objetivos fundamentales en esta época,
como es obvios.
Comprendían: A) Traición al Imperio y alta traición, B) Delitos de lesa majestad; y
C) Delitos contra la religión.
Entre los últimos se hallaban: asesinato de una persona dedicada a servir al culto;
profanación de templos o lugares destinados al culto oficial; blasfemias; las
relaciones sexuales con alguna virgen del Sol; etc.
2° Los delitos que ponían en peligro el Derecho Administrativo podían consistir en: A)
Infracciones cometidas por los funcionarios administrativos, como ser descuido en el
cumplimiento de sus deberes; soborno; remisión de datos falsos al poder central; abuso
de autoridad, etc; B) Faltar a la prohibición de cambiar de indumentaria o de distinto de
la tribu; y C) Cambiar de residencia sin la respectiva autorización oficial.
24 Web citada.
14
Los delitos de orden social privado los divide Trimborn 25 en tres grupos: A)
Violaciones a la vida; B) Violaciones del orden familiar; y C) Violaciones de la
propiedad.
La finalidad de las penas era la intimidación, por lo que eran en extremo crueles. La
pena capital era la más frecuente. El rigor fue tan grande que asombró a los
mismos cronistas españoles.
25 Web citada.
15
11. Todo hurto de objetos de los templos, por pequeño que fuese, era castigado
con la pena capital
12. El asesino de su padre, madre, abuelos o hijos se le descuartizaba;
13. Se le castigaba despeñándolo o apedreándolo hasta que muriese al que
mataba a un niño.
14. Lo colgaban de los pies, hasta que muriese, dentro de la misma casa al que
escalaba el lugar de recogimiento de las “mamaconas” que eran mujeres que
gozaban de muchos privilegios y respeto”.
15. La “mamacona” que dejase entrar en su casa a algún hombre merecía
igual penal.
16. El sodomita era ahorcada o arrastrada. Sus vestidos y el cadáver
eran quemados.
17. El que facilite o encubriese incestos debía morir.
18. Se condenaba a muerte, con gran publicidad, junto con todos sus familiares para
que no quedase ninguno que supiese el oficio, al que asesinase usando hechizos.
19. Al que corrompía a una mujer virgen, si era hija de nobles, moría. Pero si la
víctima era plebeya; se le daba tormento. En caso de reincidencia se aplicaba
la pena capital;
20. Al mentiroso o perjuro incorregible se le daba muerte. La misma suerte corrían
los chismosos crónicos, los vagabundos incorregibles y los ladrones reincidentes.
Conoció la pena de presión el sistema penal incaico. Existía dos clases de cárceles
para cumplir la condena, unas. Otras para retener al delincuente durante el juicio.
Las cárceles situadas en las ciudades dependían directamente del Inca. Las de las
aldeas dependían de los caciques.
La prisión perpetua se aplicaba a los nobles que la merced del Inca los había
librado de la pena capital.
Todos los cronistas concuerdan en que las prisiones incaicas presentaban crueles
rasgos, que pocos podían soportar. Sin embargo, las destinadas a la nobleza eran
más humanas.
16
Refiriéndose a las cárceles incaicas escribe Murúa 26: “La manera y el orden que el
Inca tenía para castigar, y las cárceles que para ello tenía, era que en esta gran
ciudad del Cusco había un subterráneo o mazmorra debajo de la tierra que ellos
llamaban Desanca, el cual estaba cubierto y empedrado de piedras de gran
manera agudas y esquinadas que cortaban como cuchillo o navajas muy agudas y
dentro de él había gran cantidad de animales muy feroces. Otro cronista que se
ocupa de las prisiones incaicas es Guaman Poma en su libro “Nueva Crónica y
Buen Gobierno”27 las describe en forma similar. La obra se halla acompañada de
una interesante iconografía. Guaman Poma es un cronista de raza india.
En las condiciones reseñadas los prisioneros no podían vivir muchas horas. Aun en
las mejores cárceles, el prisionero no podía terminar la condena, pues eran
húmedas, oscuras, mal aireadas, etc. Eran especie de cuevas.
En el siglo XIX el gran penitenciarista peruano Mariano Felipe Paz Soldán 28 visitó
varias regiones del Perú estudiando las prisiones. Llegó a un pueblecito llamado
Aquira, en el Sur, en donde conoció una prisión que databa de la época incaica,
aunque se siguió usando durante la Colonia y al comienzo de la República. La
descripción que hace de ella Paz Soldán, merece darse a conocer.
“Es una cueva natural en un crestón de granito; algunos creen que fue cavada por
los incas para encerrar a los criminales; su aspecto es aterrador: la entrada o boca
de la cueva apenas tiene cabida para un hombre y cuando se corre la compuerta
de hierro de la entrada, queda tapada como un baúl; a los pocos pasos se llega a
un cuarto de cuatro varas en cuadro y dos y medio de alto; de aquí por medio de
otro tubo se pasa a un segundo cuarto algo menor que el primero y por último, el
tercer cuarto, al que se entra por otro tubo; es tan bajo que ningún hombre de
mediana estatura puede en él estar de pie. Como estos cuartos están ahondados
en la peña viva sin más comunicación exterior que la boca de la cueva, es preciso
usar la artificial para distinguir los objetos. Mana sin cesar el agua del techo y por lo
tanto el interior es húmedo y frío. Sus estalactitas son hermosísimas a la luz de una
antorcha. Parece imposible que allí pueda vivir un hombre más de doce horas”:
En relación con las demás penas, las pecuniarias ocupaban un segundo término. Al
26MURUA, Fray Martín de. LOS ORIGENES DE LOS INKAS Ed. F. LOAYZA. Lima Serie 1, Tomo XI.
27 es.wikipedia.org/wiki/Primer_Nueva_coronica_y_buen_gobi
erno www.kb.dk/permalink/2006/poma/titlepage/es/text/
www.kb.dk/permalink/2006/poma/info/es/foreword.htm
200.87.17.235/bvic/Captura/upload/Nucoro1-1.pdf
28es.wikipedia.org/wiki/Mariano_Felipe_Paz_Soldán
www.biografiasyvidas.com/biografia/p/paz_soldan.htm
17
respecto Trimborn29 escribe: “La causa de que dentro del derecho de la
colectividad aldeana. No haya posibilidad para el desarrollo de las penas
pecuniarias reside en la amplia economía colectiva, cuya forma principal del
capital, era la propiedad colectiva del suelo”.
Estas penas se aplicaban en casos particulares: 1. El Inca confiscaba los feudos de los
grandes señores que desobedecerían sus ordenes o le eran desleables; 2. Si las
cargas que llevase el encargado, de su transporte no llegaban completas a su destino,
se ordenaba que el pueblo en donde desapareció esa parte respondiera de lo robado,
si no se conocía la persona del ladrón; 3. Cuando ocurrían irregularidades en la
prestación de los tributos, el Inca ordenaba aumentar los impuestos que pesaban sobre
el pueblo en donde no se había cumplido el pago; etc.
29 Web citada.
18
CAPITULO II
Según refiere Constancio Bernaldo de Quirós 30, cien años antes del descubrimiento de
América, la pena de muerte se había estabilizado ya, en cuanto a los medios de
ejecución, en toda Europa, reduciéndola a tan solo dos modalidades: degollación para los
nobles, horca para los villanos, sin embargo, acota este autor, para los villanos, en
realidad, quedaba la opción entre la horca y la hoguera, pero al tener esta última una
Aplicación excepcional (para los delitos nefandos), quedó, como regla general, la
horca y el cuchillo31.
Pero todo ello solo fue hasta fines del siglo XVIII, en que el éxito aparece ya decidirse
francamente en favor del agarrotamiento con el total olvido de la horca, siendo que la
evolución queda cerrada poco después de la independencia de las antiguas colonias
americanas con la Real Cédula de 28 de abril de 1832, en que el Rey, Fernando VII,
declara abolida la horca para siempre y deja como único modo de ejecución de la
pena capital el garrote, con distintas modalidades adecuadas en lo sucesivo no a la
clase social del reo, sino a la naturaleza, más o menos vergonzosa, del delito.
En América no fue distinta la situación, pues, la gradación de los tres términos de
muerte judicial –degollación, garrote y horca- fue traída desde Europa por los
descubridores, con todas sus consecuencias y aplicaciones, de tal forma que hasta
en las mismas naves, antes que en los nuevos suelos había de surtir efecto, y, para
citar un ejemplo, se tiene una copia de un cartel que puso a bordo de su barco la
capitana San Juan, el valenciano Jaime Rasquín, para contener la revuelta de su
gente sedienta y hambrienta en mitad del océano: “Sea notorio a todos os soldados
de esta nao que aquí se manda dar de ración igualmente: a cada uno una libra de
biscocho y media de azumbre de agua, y no otra cosa; y si alguien murmura dello,
sepa que si fuera caballero, le cortaran la cabeza, y si fuera de otra calidad, le
ahorcarán, y si alguien le oye y no denunciare, le darán trato de cuerda”. 33
II.1.1. LA PICOTA:
Por lo general este poste fue el propio rollo jurisdiccional del lugar respectivo como
emblema que era este de la soberanía del señor de la localidad y consiguientemente
del ejercicio de la justicia punitiva, en todo su desarrollo, hasta la muerte, de que
estaba investido, o sea del imperio. El rollo es la totalidad, el conjunto de la
institución; la picota su ejercicio penal.
El Rollo era un elemento de orden penal cuya existencia se extendió a casi toda
Europa y a algunos lugares de América. Su utilidad era la aplicación y ejecución de la
pena impuesta al condenado entre los siglos XIII y XIX, aproximadamente. En unos
sitios desapareció su uso antes que en otros.
a) Tipo originario: se trata de un simple pilar que se aguza al final, erguido sobre
el suelo, sin base ni gradería, ejemplo de ella se tiene en el rollo de Hoyo de
Pinares, en la Provincia de Avila.
34 Carlos Ferrés. Estudio sobre la administración de justicia en la época colonial, p. 272, citado por
Bernardo de Quirós en La Picota en América, p. 116.
21
b) Tipo evolutivo: El rollo se desenvuelve en formas superiores, bien en el estilo
gótico, bien en el plateresco, que son los dos que la arquitectura produjo en el
curso de la existencia de esta clase de monumentos. Los rollos-picotas
presentan en su forma acabada las partes o elementos siguientes:
1. La gradería
2. La base de la columna
3. El fuste o caña
6. El Remate.
1. La gradería:
Con frecuencia la parte inferior de la columna del rollo está apoyada por
un juego de molduras que dan paso al fuste, y que tienen solo un valor
artístico, decorativo.
3. El fuste o caña:
22
El fuste termina con algún tipo de moldaduras, más o menos complejas,
que preceden a los cuatro salientes que lanzan a los vientos el mensaje
jurisdiccional.
Los canecillos iniciaban el levantamiento del capitel. El canecillo adquiere
mucha importancia debido a las aplicaciones penales de suspensión y
fijación que permitían que, a veces, se presente a medio fuste y sin el
menor vestigio de capitel.
Finalmente, sobre los canecillos se levanta el capitel rematado por un
cuerpo terminal, que unas veces es sólido-regular, y otras, una cierta
especie de jaula o farol, apropiada para mostrar a la vista la cabeza de los
ajusticiados o alguno de sus miembros.
Los distintos tipos de capitel que se presentan en Castilla son muy
diversos, lo más frecuente es la presencia de cuatro cabezas de
amenazantes leones, aunque las variantes son muchas:
Salientes estilizados sin figuración alguna
6. El Remate:
Es el elemento que presenta mayor diversidad, a lo que hay que añadir que
es la parte peor conservada y más transformada del monumento. Los
ejemplares castellanos más elementales terminan en forma troncónica, pero
también son frecuentes los remates:
En forma de linterna o jaula,
c) Tipo involutivo:
Hay casos en los que puede suceder que el señor de la localidad carezca, por
excepción, del mero imperio, es decir, de la facultad para imponer y hacer
cumplir penas, sobre todo la de muerte, es por ello que, ante situaciones
23
semejantes, se producía el efecto de la caducidad del fuste de la columna,
quedando el rollo reducido a su base, en la cual se inserta el blasón
Como pena, la picota aparece nombrada por primera y única vez, en el Código de las
Siete Partidas, como última, y más leve de todas las penas: “Siete maneras son de
penas porque puedan los Judgadores escarmentar a los fazedores de los yerros. E
las cuatro son de las mayores, e las tres de las menores… la setena es cuando
condenan a alguno, que sea azotado, o ferido palatinamente, por yerro que fizo; o lo
ponen en deshonra del en la picota, o lo desnudan, faziéndole estar al sol, untado de
miel, porque lo coman las moscas en alguna hora del día”. 35
Bernardo de Quirós nos habla en este punto de dos ejecuciones capitales en Nueva
Veracruz- México, escritas por el doctor Manuel B Trens, durante la segunda mitad
del siglo XVIII.
Así, narra que la primera ejecución fue en 1771, se trataba de un mulato que se llamó
Ildefonso Gabriel Herrera, vecino del Puerto de Veracruz, quien fue acusado de
practicar el “pecado nefando”, la sodomia, delito que se pagaba con la muerte, por lo
que fue sentenciado a morir en el garrote y, a que su cuerpo, fuese pasto de las
llamas. Asimismo, continúa el autor con su relato, para la ejecución se vistió al reo
con túnica y caperuza de bayeta blanca, se le sentó en el garrote y se le puso la
mascada de hierro, posteriormente, muerto ya, se le llevó a la pira, el cual era un palo
largo y grueso, empotrado en el suelo en uno de sus extremos y rodeado, en este
caso, de doscientas rajas de leña, que, al arder achicharraron al infeliz. El segundo
de los relatos versa de la muerte de Miguel María de La Concepción en el año de
1794, sujeto que fue ejecutado en la ignorancia de saber que delito cometió.
España:
Portugal:
Ultramar:
capítulo 7, número 7. La Plata: 1940. La conmutación de la pena de muerte por la de matrimonio con
mujer pública, en realidad era peor que la muerte misma.
25
El territorio Portugués iberoamericano debió ser fecundo en rollos-picotas que se
alzaban en el centro de las plazas mayores ante la Casa del Concejo.
Las referencias, aportadas en su mayoría por los documentados estudios de
Bernaldo Quirós (La Picota en América) y Chavés (Pelourinhos do Ultramar
Portugués), totalizan 82 ejemplares, repartidos en 16 países (actuales), entre los que
destacan México y Brasil; sin embargo, de los ejemplos citados por Bernaldo de
Quirós, solo subsisten la mitad.
26
27
28
II.1.3. FUNCIÓN PREVENTIVA DE LA PICOTA:
Ahora bien, la picota también cumplió una función preventiva “ne peccetur”, realizada
mediante la exhibición pública y casi constante de los despojos de los reos, para que
sirvieran de saludable advertencia a todos.
29
“Fallo atentos los méritos del proceso, y del dictamen de mi Asesor, que por la
culpa que contra ellos resulta (los dos reos Manuel grande y Manuel chico,
asesinos de su amo don Antonio Massen) los debo condenar y condeno en
muerte afrentosa de horca: la que se les dará sacándolos de prisión,
arrastrados a la ola de un caballo y conduciéndolos así por a calles públicas
de esta ciudad hasta el lugar de la horca, donde por el verdugo serán
ahorcados y colgados sin que ninguno bajo las mismas (penas) se atreva a
quitarlos de aquel lugar sin mi orden expresa, lo cual se observará también
con los cuartos de sus cuerpos, que después de muertos deberá dividirlos el
verdugo para que se repartan por los caminos que conducen al paraje donde
cometieron el delito. Y por ésta mi sentencia”.37
“Y que, asido por unas cuerdas robustas, sea descuartizado por cuatro
caballos, que gobernarán los de su provincia del Tucurnán, hasta que
Los últimos ejemplares se levantan rodando ya finales del siglo XVIII. Así, en En
España, se cuenta con: Jaramillo Quemado (1715), Logrosán (1792) y Vinuesa
(1799), entre otras; en América: son más escasas las referencias de alzamiento de
nuevos monumentos en el siglo XVIII; sirven como muestra, al menos, los casos de
Vila Bela da Santíssima Trinidad en el Estado de Matto Grosso (Brasil), motivado por
la fundación de la villa en 1752 y de Montevideo también, elevado en la fundación de
la ciudad en 1726.
Al principio del siglo XIX se manda en España derribar los rollos y picotas por
Decreto de las Cortes de Cádiz de fecha 26 de mayo de 1813:
“Las Cortes Generales y extraordinarias, accediendo a los deseos que les han
manifestado varios pueblos, han tenido a bien decretar por regla general lo siguiente: Los
Ayuntamientos de todos los pueblos procederán por sí y sin causar perjuicio alguno, a
auitar y demoler todos los signos de vasallaje que haya en sus entradas, casas
capitulares o cualesquiera otros sitios, puesto que los pueblos de la nación española no
reconocen ni reconocerán jamás otro señorío que el de la Nación misma, y que su noble
orgullo sufriría tener a la vista un recuerdo continuo de humillación”
Poco efecto debió tener ese Decreto ya que veinticinco años después se dicta un nuevo
Decreto, el 25 de enero de 1837, dictado en nombre de la Reina Isabel II, por su madre,
la reina gobernadora María Cristina. Así decía el Decreto “Se establece con toda su
fuerza y vigor el Decreto de 26 de mayo de 1813, por le que las generales y
31
extraordinarias mandaron quitar demoler todos los signos de vasallaje que hubiere en
los pueblos, según en el mismo se previene”.
Aunque no es fácil saber el efecto de estas disposiciones, se supone que se
destruirían bastantes ejemplares; otros tuvieron más suerte y fueron salvados
cambiándolos de emplazamiento y situándolos en las afueras de la población, como
en Cebreros (Ávila) y Loja (Granada) o bien añadiéndoles en su fuste una referencia
a la Constitución, como en Aguilar de Campos (Valladolid) y Zarza la Mayor
(Cáceres); también hay localidades que hicieron ambas cosas, como en Tembleque
(Toledo) donde lo llevaron a la Calle Real en 1835, entallándole una inscripción que
dice, “Reinando Isabel II en nuestra restauración política, 1835”.
Sin salir del siglo XIX, otras conmociones políticas causan en España la destrucción
de nuevos ejemplares; entre nuestros datos figura la caída del ejemplar de Brunete
(Madrid) en la revolución de 1869.
32
CAPITULO III
38
El primero en pasar por el patíbulo dentro del margen de esa ley fue Ubilberto
Vásquez Bautista, quien fue ejecutado en 1970 por la violación y asesinato de una
pastorcita de 11 años de edad 41.
Esa ejecución, aplicada por decreto de un gobierno inconstitucional, se dio, sin
embargo, dentro del marco de la Constitución de ese entonces, la de 1933, que no
sólo imponía la pena de muerte por los delitos de traición a la patria y homicidio
calificado, sino también por “todos aquellos que señale la ley”.
Sin embargo, pese a tener carta blanca para ejecutar a condenados por delitos
comunes, el gobierno de Velasco “paró la mano” en diciembre de 1973, con el
fusilamiento del homicida José Murillo Andrade, ‘Patita de Cuy’. Ese mismo año otros
nueve convictos se encontraban en la cuerda floja y el régimen militar dio marcha
atrás por temor a un exceso de paredón.
39Rojas Dávila Roberto. El Monstruo de Armendáriz: ¿Quiénes son los que van al paredón?.
40 http://www.mailxmail.com/curso-pena-muerte-peru/investigacion-sobre-pena-muerte-
41
peru .http://www.rpp.com.pe/2011.09.17
42www.caretas.com.pe/Modules/GetStorageFileAudit.ASP?Mode...
43 http://radio.capital.com.pe/carloscarlin/2009/10/21/debate-%C2%BFpena-de-muerte-para-
violadores-con-homicidio/
34
Durante un siglo, hasta 1979 en que fue restringida, la pena de muerte se aplicó en el
Perú, a los criminales que violaban y asesinaban. En aplicación de la norma, en 1957 fue
ejecutado Jorge Villanueva Torres, alias “El monstruo de Armendáriz”, por violar y
asesinar a un niño de tres años, este fue juzgado por la Constitución de 1933, aprobada
en el gobierno de Sanchez Cerro, quien hizo mas extensiva la lista de los delitos que
determinaban la pena de muerte aplicándose para los delitos de : homicidio calificado,
traición a la patria, espionaje, violación de menores de siete años, asesinato por lucro,
envenenamiento, fuego o explosión, robo con muerte de la victima.
A) HECHOS:
Los fundamentos de la defensa fueron que la confesión ante las autoridades policiales se
dio porque hubo presión de tipo moral, y que el hecho de hallar al menor a medio vestir
se ha aseverado el tipo de delito, pudiendo haber sido víctima de un indolente chofer,
quien luego de arrollarlo pudo haberlo llevado hasta el lugar donde lo hallaron,
produciéndose la asfixia por la acción inconsciente del propio menor.
El testimonio del turronero fue demoledor, este juro que Villanueva fue el hombre que
llevaba al niño a la quebrada, Villanueva se defendió como pudo, afirmo que los
policías lo habían obligado a auto culparse, nadie creyó en su palabra, pues durante
la audiencia demostró ser un tipo rebelde, díscolo, conflictivo y contestón 57.
En el banquillo del acusado, el “Monstruo de Armendáriz” lloro amargamente, sus
expresiones fueron de desesperación cada vez que los magistrados levantaban la
mano señalándolo como criminal, este manifestaba: “yo no podría matar a un
chiquito”. En los rostros de los jueces y Fiscales no se reflejo el menor gesto de
piedad por el “Monstruo de la quebrada”; periodistas, fotógrafos y curiosos que
siguieron paso a paso las incidencias de los últimos debates, centralizaban sus
miradas sobre las caras de los magistrados cada vez que lloraba el acusado. Hubo
silencios prolongados que esperaban una reacción que tardo en llegar. 58
55 http://peru21.pe/impresa/noticia/cronica21-monstruo-que-fue-al-paredon-pese-dudas/2005-09-
11/147691
56 http://www.wix.com/sandriitaty/blog1#!albumphotos8=2
57 Perú 21, Domingo 11 de setiembre de 2005, página 15.
58 Diario Extra, Año II -90.
37
fijó nuevas causales para aplicar pena de muerte, extendiéndose la sanción al que
matara a su ascendiente, descendiente o cónyuge, así como al que asesinara por
ferocidad, gran perfidia, lucro o para facilitar u ocultar otro delito. Fue bajo este
régimen que se ejecutaron los tres únicos casos de fusilamiento de individuos
violadores de niños59, y en aplicación del artículo 152º del Código Procedimientos
Penales, puesto que según el protocolo de autopsia de la víctima nunca hubo
violación.
Al leerse la sentencia, Villanueva estallo en ira, trato de agredir a los magistrados, fue
maniatado, luego con voz quebrada, el sentenciado insistió en su inocencia, este
manifestó: “Yo he cometido muchos delitos…he sido un hombre malo…pero este
crimen no me pertenece”.60
La sentencia de primera instancia fue confirmada el 09 de diciembre de 1957,
manteniéndose la pena capital para Villanueva por los delitos de rapto y homicidio en
agravio del menor Julio Hidalgo Zavala, delito contra las buenas costumbres en
agravio de Alonso Navega y delito contra la libertad individual en agravio de Donato
Marcelo Rojas y Julio Araveña.
Los medios que se habían encargado de estar al tanto de cualquier novedad en este
caso que había conmocionado a la opinión pública se interesaron por relatar los
últimos momentos de vida de Villanueva Torres.
59 http://peru21.pe/impresa/noticia/sabia-que/2005-09-09/68551)
60 Perú 21, Domingo 11 de setiembre de 2005, página 15.
61 Ibídem.
62 Diario Extra, Año II -90.
63 http://elcomercio.pe/edicionimpresa/html/2007-12-09/a-50-anos-fusilamiento-monstruo-armendariz.html
38
Jorge Villanueva se cambio de terno ayer después de bañarse. Su ánimo era
de los mejores. Durante un buen rato estuvo tocando guitarra en la celda
especial donde ha sido aislado (…)
A las 09 de la noche se acostó despidiéndose antes del vigilante del penal y
del soldado de la guardia republicana que lo custodian.
A poco, durmió placidamente sin despertarse toda la noche…
A las 6 de la mañana de hoy se levanto de la cama el “Monstruo de
Armendáriz”. A las 6.30 tomo su desayuno consistente en café con leche y dos
panes con mantequilla. El servicio se cumplió en la celda.
Al igual que ayer no demostraba ningún temor por la muerte, no obstante que
ya sabe extraoficialmente su condena. Durante la mañana el sentenciado a
muerte estuvo contemplando el jardín que da frente a su celda. No perdió el
control en ningún momento.”64
Las últimas catorce horas de vida del “monstruo de Armendáriz” son una serie de
protestas de inocencia y de acusación a la justicia, el Juez Carlos Carranza Luna fue el
encargado de notificar a Jorge Villanueva Torres de que la Corte Suprema había dado el
fallo definitivo, confirmando la pena de muerte, señalando: “vengo a anunciarle que la
condena de muerte ha sido confirmada y que será fusilado”. El juez pronuncio esas frases
que temblaban y su rostro estaba pálido completamente. La actitud de Villanueva fue
serena, había una tranquilidad rara en él. La noticia era desconcertante pero los
funcionarios fueron los que quedaron desconcertados ante esta actitud, paso un
momento de silencio donde había tensión, el escribano Froilan Manrique, inicio la lectura
de la sentencia, y Villanueva comenzó a reaccionar y repentinamente gritó: “Pueden leer
lo que quieran – y dirigiéndose al Juez- Ud. sabe que yo soy inocente, Ud. me hace matar
y puede hacerlo cuando quiera”. El sacerdote capellán del panóptico se acerco a
Villanueva y lo reconforto, y Villanueva respondió al sacerdote:
“ Ud. sabe padrecito que soy inocente, este nomás- señalando al Juez- tiene la culpa
de todo, yo no lo perdono, que Dios lo perdone”, el escribano continuo la lectura,
mientras Villanueva guardo silencio hasta la terminación, el Juez pidió a Villanueva
que firmara el acta, pero este le respondió: “con firma o sin firma pueden matarme
igual, soy inocente”, el Juez no espero mas y se retiro conjuntamente con el
escribano, quedando con Villanueva su abogado Carlos Enrique Melgar y el
sacerdote, este ultimo comenzó a prepararlo para el momento de la ejecución y
Villanueva se confeso. Terminado este acto religioso ingreso a su celda, su abogado,
a quien le entrego una carta dirigida a su hijo de siete años de edad, llamado como
el, Jorge Villanueva, el sobre estaba cerrado y Villanueva lo extrajo del bolsillo
izquierdo de su mameluco azul descolorido, durante tres horas permaneció el
condenado con su defensor y en ese tiempo le pidió a su abogado que le cumpliera
algunos encargos y que le explicara a su hijo lo que había ocurrido cuando tuviera
uso de razón: “dígale que no se avergüence de mi y que el tiempo esclarecerá todo”;
el defensor lo consoló y le aconsejo que siguiera sereno, que el hasta el ultimo
momento trataría de evitar la ejecución, y a eso de las ocho de la noche regreso el
sacerdote, retirándose el abogado, momento en que Villanueva comenzó a llorar. 65
El día del fusilamiento a las 03.15 a.m. llego el juez instructor Carlos Carranza Luna,
se le prohibió la entrada a los reporteros gráficos, en el lapso de una hora y cuarto
llegaron los médicos legistas Jorge Gaviria y Fernando Gambirazzio, y siendo las
Media hora después de que se había escuchado la descarga y los médicos habían
constatado la muerte de Villanueva, salió por el portón de la penitenciaria un vehículo
plomizo llevando el ataúd, seguido de carros patrulleros y autos de los periodistas. En
el lugar destinado para los muertos sin familia se detuvo la carroza y fue extraído el
ataúd por empleados de la administración del Camposanto, siendo enterrado en una
fosa por orden de un comandante de la guardia civil, quien se negó a esperar que se
cumplieran los tramites de ley pese a la insistencia de unos de los empleados de la
Beneficencia Pública; el cadáver de acuerdo al Acta sentada a la ejecución, debía
entregarse al Dr. Carlos Enrique Melgar, defensor del ejecutado, quien lo había
reclamado para darle cristiana sepultura; pero pocas horas después tuvo que ser
desenterrado pues el Dr. Melgar efectuó todos los trámites correspondientes para
que le hagan entrega del cuerpo sin vida de Villanueva. 69
40
Días después, en una entrevista a Ulderico Salazar, el testigo más importante del
proceso, el turronero dijo: "Espero que la sociedad me dé un trabajo estable para
mantener a mis tres hijos".
D) LA "MONSTRUITIS" DE LIMA
Para Manuel Jesús Orbegoso, periodista que siguió el caso, a Villanueva se le juzgó
más por negro, vago y ladrón que por asesinar a un niño. "Lo peor de las ejecuciones
que he presenciado es no tener la certeza de que el reo era culpable. Lo mismo
ocurrió con el monstruo de Cajamarca, Udilberto Vásquez Bautista, ejecutado en
1970 por violar y asesinar a una pastora. Se convirtió en un santo popular."
Víctor Maúrtua ensaya una teoría para la desgracia de Villanueva en su libro "La
pena de muerte y los delitos de violación": Villanueva fue víctima de la "monstruitis",
un fenómeno que se difunde a través de los medios de comunicación, creadores de
seres siniestros que aterrorizan a la sociedad y la hacen clamar por la aplicación de
una terapéutica radical: la pena de muerte.
Descubrió que sus restos tuvieron que ser incinerados por falta de pago en 1964.
Su historia dio origen a un mártir entre los presos, una canción y una película, pero a
pesar de todas las pistas de su inocencia, nunca dejaron de llamarlo Monstruo.
Ha sido considerado uno de los errores judiciales de nuestro país, se dice que debió
establecer la responsabilidad penal de los jueces, quienes a pesar de tomar nota de
las contradicciones del testigo clave y de la falta de pruebas fehacientes, mancharon
sus manos con la sangre de Villanueva, siendo también responsable civil el Estado
Peruano ya que era necesario una reparación pecuniaria los familiares de Villanueva,
marcando un precedente importante para el sistema de selección de jueces y una
manera de control en las ejecuciones de sus sentencias y sobre todo en temas tan
delicados como la vida de un ser humano.
Por otro lado, el racismo de los operadores de justicia (policía, fiscales, abogados y
jueces), el fallo de los jueces demostró una enorme carga racista, la cual se había
impregnado en todo el caso, Villanueva era un afro peruano pobre y desempleado
que había cometido delitos menores, siendo la interrogante si la sentencia hubiese
sido la misma si el inculpado hubiese sido un hombre acomodadote la sociedad
limeña descendiente de alemanes.
41
del Estado ante este caso, las movilizaciones y los titulares de los periódicos
presionaron a los funcionarios públicos quienes exigían un chivo expiatorio para ser
sacrificado, un hombre inocente fue muerto por la exigencia de u pueblo hambriento
de justicia.70
Con el pavor pintado en el rostro, el guardián llegó hasta la Comisaria del El Porvenir
e informó a la policía de su hallazgo.
B) HECHOS
Rubén Chihúan, hermano de la víctima, dio un dato valioso para su captura. “es
zambo y tiene una cicatriz al costado de la cara71”.
Guillermo Lavalle Vásquez, alias “Pichuzo”, cayó en poder de la policía cuando
dormía plácidamente en una guarida de delincuentes de similar calaña que él,
denominada “El Callejón de los Chinos”.
Afirmó que degolló al pequeño cuando lo iba a ultrajar, temeroso de que sus gritos
fueran escuchados por algún transeúnte. Luego lloró. Utilizó una filuda chaveta para
cercenar a sangre fría el cuello del menor, a quien raptó con engaños.
Todo lo incriminaba, solo el examen el médico legista determinó que Pichuzo no pudo ser
el violador por una sencilla razón: un órgano genital que excedía enormemente el
promedio y que evidentemente hubiera desgarrado al niño. Sin embargo, como eterna
letanía en nuestro país, cada vez que se presentan casos similares a este, la presión
popular sobre la policía es tanta que se "exige" la captura del violador sí o sí. 73
El Tribunal Supremo de Justicia de la Nación, por unanimidad, dictó sentencia de
muerte contra Guillermo Lavalle Vásquez (a) “Pichuzo”, como autor de triple delito:
rapto, tentativa de violación y homicidio calificado, en agravio del niño Américo
Chihuan Cuba, a quien degolló en forma cruel y salvaje la tarde del 31 de agosto de
1963, en una de las construcciones de la urbanización Apolo en La Victoria.
La Corte Suprema bajo la Presidencia del Dr. Cesar Augusto Lengua, dictó la sentencia
de muerte, modificando la pena de internamiento absolutamente indeterminada no menor
de veinticinco años que le impuso el Cuarto Tribunal Correccional; los cinco vocales Dres.
Cesar Augusto Lengua Romero, Napoleón Valdez Tudela, Francisco Carranza Oliveros,
Manuel Antonio Vásquez de Velasco y Octavio Velasco Zarate dieron sus votos para que
el tristemente célebre homicida Guillermo Lavalle Vásquez (a) “Pichuzo” sea fusilado de
conformidad con la Ley Nº 10978, que modificó el artículo 152º del Código Penal; luego
de un exhaustivo examen del voluminoso expediente, el Tribunal Supremo llego a la
unánime convicción de que “Pichuzo” es un sujeto peligroso para la convivencia social,
que perpetro los horrendos delitos con plena lucidez y conocimiento de la gravedad de lo
que estaba haciendo.74
El defensor de Pichuzo, doctor Octavio Gutiérrez, hizo el último esfuerzo forense para
que no fuera sentenciado a muerte, tal como lo habían solicitado dos fiscales, los
doctores Joe Rosell Ríos, en el Cuarto Tribunal Correccional, y Hernán Medina Piñon
en la Corte Suprema. El Dr. Nicanor Córdova Vargas, en su condición de abogado de
la parte civil, insinuó en su alegato final, secundado a la petición del Fiscal Medina
Piñon, que se condenara a la pena capital al depravado delincuente y solicito una
reparación civil de 200 mil soles a favor de los deudos de la desdichada victima 75.
C) EJECUCION DE GUILLERMO LAVALLE VÁSQUEZ ALIAS PICHUZO.
MARCHA AL PATIBULO
Dicen los diarios de la época que “Pichuzo” antes de ser embarcado con destino a
San Lorenzo, bebió a grandes sorbos una taza de café caliente.
Se despidió de todos los reclusos y obsequió 50 soles a su amigo íntimo Mauricio:
“Toma... a mí ya no sirven para nada 76”, le dijo.
Finalmente lo abrazó y dijo:
Alrededor del lugar donde había sido ejecutado “Pichuzo” y a unos 80 metros de
distancia, cerca de 50 guardias republicanos, formaban un grueso cordón de
seguridad.
Minutos después el sentenciado fue bajado del madero donde había encontrado la
muerte. El Médico Legista le quitó la careta y comprobó el deceso.
RETORNO AL PUERTO
E) TRISTE INFANCIA
Hace 26 años que nació en Lima Guillermo Lavalle, era fruto de los amores de
Samuel Montes Lazarte e Inés Lavalle, quienes vivían en Cantagallo.
El mismo Montes se presentó voluntariamente ante los siquiatras en la época del
juicio y contó la historia: “Tenían relaciones con Inés por 1939 más o menos y de allí
nació Guillermo… pero después murió la mamá… creo que era alcohólica… no sé
nada más…”
El hecho es que el pequeño fue recogido por Hogar Infantil del Rímac.
“No sé cómo llegué a parar allá… muy vagamente recuerdo que estuve en “Tercera
Comisaría” – dijo “Pichuzo” – en una audiencia.
De esa época, probablemente la mejor de su vida, sólo recuerda vagamente algunas
cosas. La comida diaria y el fútbol quedaron grabados en su mente con huella
indeleble.
Cuando fue demasiado grande para estar con niños fue trasladado al Centro de
Tutela. Su personalidad sicopática estaba ya definida: “no me gustaba estar
acompañado…”. Su carácter hosco e introvertido no le granjeó ninguna no se hizo
amigo de nadie.
El primer intento de convertirlo en un hombre útil terminó en un rotundo fracaso. Lo
enviaron a una casa particular para que trabajara como domestico o simplemente
como muchacho para mandados: “Trabajaba en una casa ya me aburría. Había que
salir a la calle a cada rato… me cansé y me escapé más o menos a las seis meses…
además me pagaban y castigaban porque a veces agarraba alguna platita…” relata
“Pichuzo” de esa época de su vida.
No tardó en volver al Centro de Tutela donde permaneció algún tiempo y nuevamente
trataron de enrumbarlo; lo enviaron a otra casa pero allí duró menos aún. Se fugó.
RETERO LIMOSNERO:
Comenzó así su vida de vagabundo. Vestido con harapos comenzó con pequeños
robos ocasionales. Para comer diariamente pedía limosna. Era simplemente uno de
esos chiquillos que los automovilistas limeños conocen y que cuidan o limpian autos.
O piden limosna en la salida de los cines, teatros o restaurantes.
En una redada fue detenido. Tenía ya 15 años y fue remitido al Centro Correccional
de Maringa. Allí pasó una larga etapa de su vida: seis años en lo que trabó relación
con otros delincuentes mayores. Su vida futura estaba decidida.
EN EL EJÉRCITO:
46
A los 21 años salió en libertad, pero sólo para vivir del robo. Era fuerte y ágil y sin
piedad. Ayudado por amigos cometió algunos delitos de poca monta cuando unos
medes después lo levaron para el servicio en el Ejercito.
Esta fue su última oportunidad. Los médicos militares lo examinaron atentamente y
pusieron en su libreta el sello que lo eximia: “inepto para el servicio…”
UN SOLO TRABAJO
Salió, volvió a cometer robos y más robos hasta que cayó en una redada por los
bajos fondos. Fueron ocho meses más de prisión.
Salió el 15 de agosto de 1963 e inmediatamente se dirigió a su barrio familiar: el
Callejón de los Chinos. Más robos y a los 15 días su horrendo crimen.
A las nueve y cuarenta de la noche del 23 de enero de 1948, los patrulleros May y
Reardon localizaron por los boulevares de Hollywood y Sunset, un vehículo que
respondía a las características del coche del “bandido de la luz roja”. Fue una infernal
persecución. Chessman la llamó "carrera de vida o muerte”. El Ford se estrelló y sus
47
ocupantes pretendieron huir. Uno lo consiguió. May disparó dos veces en rápida
sucesión, hiriendo al segundo en la cabeza. Lo detuvieron. Fue identificado como
Caryl Cheesman y luego acusado como “El bandido de la luz roja”.
Cheesman murió mientras en todos los ámbitos se clamaba por su vida. ¿Por qué? Él lo
había dicho “creo que ahora puedo ser más útil a la sociedad vivo que muerto. Tantos
años vividos en esa encrucijada llamada Pabellón de la muerte me han llevado más allá
de la amargura, más allá del odio, más allá de la violencia salvaje y animal. El Pabellón
de los condenados a muerte me ha impulsado a estudiar como no lo había hecho nunca,
a aceptar disciplinas que no hubiera aceptado de otro modo y a adquirir una operación
penetrante, de todas las fases de ese problema del crimen, visión que estoy determinado
a presentar como contribución eficaz para solucionarlo”.
La sociedad moderna, reacia a la pena de muerte hizo suyo este clamor, este
ofrecimiento y abogó por la vida de Chessman. Pero la justicia fría y demoledora,
distante de todo sentimentalismo dijo su palabra final: Chessman murió.
48
Los jóvenes son vehementes y audaces. Son idealistas, sí, y románticos. Sienten sed
de emociones. Necesita amar. Necesitan sentirse deseados, quieren ser poseídos.
Pero la realidad a veces los trata con dureza, con crueldad. El mido puede entrar en
sus vidas, un miedo horroroso e irracional. Pueden llegar a sentirse terriblemente
culpables e inadaptados, a creer que no son amados, que no son deseados, que son
rechazados, al verse solos. Pueden sentirse tiranizados confundidos. Pueden
rebelarse y su rebelión puede revestir muy diferentes aspectos. Puede llevarlos en
muchas direcciones. Puede conducirlos al mundo de la jungla, y darles un pretexto: el
crimen.
Entonces es cuando necesitan ayuda y orientación pero no se les puede ayudar ni
orientar si no se els entiende. Y no se les puede entender a menos que alguien a
quién ellos respeten dedique el tiempo y el esfuerzo necesario para poder determinar
la causa de su rebeldía. Cierto que deben ser disciplinados, pero al mismo tiempo
deben ser aleccionados sobre la necesidad de la propia disciplina. Es más, la idea de
que alguien, ejerciendo autoridad sobre ellos, ya sean los padres, maestros,
sacerdotes, juez, director de reformatorio o quien quiera que sea puede
aleccionarlos, enseñarlos, atemorizarlos o forzarlos a ser buenos…”
“No acuso en absoluto a los tribunales ni al gobernador. Está fuera de toda duda que los
tribunales no inventaron a Caryl Chessman, ese psicópata de violencia criminal. Solo lo
han juzgado. A él, un hombre a quien habían hecho muchas advertencias, que era astuto,
sinestro, peligroso, y a quien al parecer le importaba un bledo los tribunales, la sociedad y
todo lo demás, pese a sus protestas en sentido contrario. Hablar es barato y las protestas
de inocencia no son ninguna novedad. Un Chessman que se enfrenta con la inminencia
de la muerte, un Chessman que aspira a burlar al verdugo y que puede hacerlo solo con
la ayuda de algún tribunal, ese tal Chessman ¿no es capaz de hacer cualquier
reclamación que crea conveniente a sus fines?
Pueden ignorarse tales reclamaciones, hacer caso omiso a ellas, en interés de la
justicia?
Y Chessman, ese Chessman contra quien los tribunales han procedido durante
tantos años, no es sino una más en la creciente horda criminal. ¿No es posible que
su ejecución sirva como freno para los demás? ¿Qué sirva para una finalidad útil?
No, no es posible, no es ni remotamente posible. Su ejecución no frenará a nadie. La
sociedad no ganará nada con ello ni demostrará nada, solo significará que habrá
muerto y que, en su caso, la solución del problema que él representa se ha
soslayado; que nos dejará en el mismo punto en el que empezamos, con un cadáver,
con un gasto de medio millón de dólares y con por lo menos dos reclutas más en las
filas criminales, ansiosos de ocupar el lugar de Chessman desparecido”.
¿Puede llamarse a esto progreso? Enfrentémonos entonces con el problema de nuestros
Chessmans. Veamos si podemos hacer algo constructivo con respecto a ellos.
Reconozcamos que el destino personal de Chessman quizá no tiene importancia para
nadie más que para él mismo, pero reconozcamos también que los miles de jóvenes que
siguen sus huellas son de capital importancia para nosotros. Por lo tanto, hay más, algo
más que la vida de un hombre que va morir; algo más que una historia de pistolas
detonantes, neumático que chirrían, reformatorios y el rumor de gas debajo
49
de mi silla fatal”.81 (Notas del libro Celda 2455 de Caryl Chessman. Nota de prensa
de la Revista Caretas 6 – 22 de mayo de 1960).
ANEXOS
81 Notas del libro Celda 2455 de Caryl Chessman. Nota de prensa de la Revista Caretas 6 – 22 de
mayo de 1960.
50
Guillermo Lavalle Vásquez, “Pichuzo”
El Tercer Tribunal Correccional de Lima, integrado por los doctores Octavio Santa
Gadea, presidente, Octavio Torres y José Merino Reina quienes sentenciaron a
Villanueva Torres.
51
Foto del momento de la ejecución del Monstruo de Armendáriz.
52
53
El abogado Carlos Enrique Melgar tomó la defensa del Monstruo de Armendáriz, que
trato de demostrar que su cliente era inocente, habiendo logrado que, en solo un mes
y medio, se retire el cargo de violación.
54
CAPITULO IV
La pena de muerte se aplicó a los criminales durante más de un siglo, entre ellos a
los que violaban y asesinaban, hasta que fue restringida en el año 1979.
En aplicación a la norma de 1957 fue ejecutado Jorge Villanueva Torres “El monstruo
de Armendáriz”, por violar y asesinar a un niño de tres años. También fue eliminado,
en 1966, Guillermo Lavalle Vásquez “Pichuzo” por abusar y decapitar a un niño.
55
En ese periodo siete hombres fueron ejecutados entre ellos Alejandro Lastra
Villavicencio, Gerardo Pinto Sulcahuamán, José Murillo Andrade, Miguel Salazar
Valdivia, Juan Machare Zapata, Luis Uscuvilca Patiño, Alfredo Benítez Caldas y el
sub oficial FAP Vargas Garayar. Pocos meses después se aprobó la restricción de la
pena capital, en la constitución de 1979, a los casos de traición a la patria en tiempo
de guerra; y en 1993 en medio de la dictadura de Alberto Fujimori, se amplió al delito
de terrorismo.
Ejecución: 1959.
Ejecución: 1966.
Ejecución: 19/11/1973.
Ejecución: 19/11/1973.
Ejecución: 18/12/1976.
Ejecución: 19/6/1974.
56
MIGUEL SALAZAR VALDIVIA (25).
Ejecución: 23/1/1976.
Ejecución: 4/2/1976.
Ejecución: 4/2/1976.
Espionaje.
Ejecución: 20/1/1979.
57
IV.4. EL FUSILAMIENTO DE LUIS USCUVILCA PATIÑO Y ALFREDO BENITEZ
CALDAS
En la madrugada del día 14 de febrero del año 1976, los asaltantes Luis Uscuvilca y
Alfredo Benítez, asesinaron al guardia Jesús Salvador Sotero Ramírez, motivo por el
cual fueron condenamos a pena de muerte, por ello el Consejo Supremo de Justicia
Militar (en adelante “CSJM”) hubiese confirmado la sentencia dictada por el Consejo
de Guerra de la II Zona Judicial de Policía, la cual los condenó a pena de muerte por
el asesinato del guardia Jesús Salvador Sotero Ramírez.
Los asaltantes Alfredo Benítez caldas y José Máximo Uscuvilca Patiño serán
ejecutados esta madrugada en el frontón, al haber confirmado ayer el consejo,
supremo de justicia militar. (CSJM), el fallo que los condeno a la pena de muerte por
el asesinato del GC Jesús Salvador Sotero Ramírez.
En su escueto veredicto leído en audiencia pública a las 12: 40 p.m, el CSJM resolvió
confirmar en todas sus partes la nueva sentencia dictada el jueves pasado por el
consejo de guerra de la II zona judicial de policía.
Una hora antes de conocerse esta resolución final e inapelable de los jueces
supremos, los abogados defensores hicieron una ardua exposición en un ultimo
esfuerzo legal por librar del paredón a sus defendidos, legando que no se había
establecido cual de dos hizo el disparo homicida.
El guardián Sotero Ramírez, cayó abatido de un balazo por la espalda la tarde del 6
de noviembre pasado, cuando intentaba frustrar el asalto al banco popular de Huaral,
donde participaron Benítez y Uscuvilca junto con otros tres delincuentes.
58
Benítez y Uscuvilca serán ajusticiados en aplicación del decreto ley 19910 que
castigaba el delito de ataque de ataque a la fuerza armada con muerte subsecuente.
Ambos reos fueron encuadrados dentro del Art. 8º de esos dispositivos que señala
que al no poder individualizarse al autor del hecho criminoso, todos los implicados en
el delito serán considerados como autores.
Parados a dos metros de distancia y sin capuchas a petición de ellos mismos, fueron
fusilados simultáneamente ayer Alfredo Benítez Caldas y Usucuvilca Patiño quienes
en esta forma pagaron con sus vidas la muerte del valeroso guardia civil Jesús
Sotero Ramírez.
La ejecución fue cumplida a las 7 a.m. por dos pelotones de fusileros quienes
hicieron los disparos desde una distancia aproximada de diez metros. Instantes
después oficiales les dieron “el tiro de gracia” a un metro de distancia. El escenario
de fusilamiento fue presenciado por cerca de 60 personas entre autoridades
judiciales y policiales, así como los abogados de los reos y el médico legista Dr.
Víctor Maúrtua fue quien fue conducido donde está ubicada la celda de los reclusos
en la isla del Frontón.
Los condenados fueron embarcados en una lancha para trasladarlos al Frontón a las
2. 40 a.m., hasta el muelle de embarque, en el Terminal Marítimo fueron
acompañando a los reos dos religiosas.
59
Una vez cumplida la ejecución los féretros con los cadáveres de los ajusticiados
fueron desembarcados alrededor de las 8 a.m. para ser sepultados en el Cementerio
Baquíjano del Callao.82
Este es un caso diferente a los demás ya este caso de pena de muerte sigue vigente
en nuestra constitución, es decir, que la traición a la patria es considerada como uno
de los delitos mas grave que una persona puede cometer y no solo en muestro pis
,justo en el mismo año de fusilamiento .
El Diario “La Prensa” publicó un artículo sobre algunos países que consideraban que
la traición a la patria debía ser castigada con la muerte, entre ellos: Brasil,
Yugoslavia, Corea y China.
En este caso, el ex suboficial de 3ra Julio Alfonso Vargas Garayar se encargo durante
sus últimos días a espiar información del Perú para enviársela a los chilenos. El
Consejo de Guerra Permanente y de Aeronáutica. lo encontró responsable del delito
y lo sentencio a la pena de muerte, luego el procesado pidió una apelación y después
de una junta de Ministros se corroboro la decisión anterior y fue publicada
oficialmente por el Dr. Ricardo Gonzáles Ruiz de Castilla.
Esta última decisión se elevo al presidente de la república y junto con el consejo supremo
de justicia militar, Julio Vargas fue condenado en definitiva a pena de muerte. La
sentencia final no sólo incluyó un castigo penal sino también una reparación civil de 100
000.00 (cien mil nuevos soles) a favor del Ministerio de Aeronáutica.
La sentencia se cumplió a las 06.00 a.m. del 20 de enero de 1979, luego de haber
degradado al Sr. Julio Vargas Garayar y de haber suprimido su inscripción en el
escalafón, quitándole así sus honores y derechos. El mencionado Sub Oficial proclamó
hasta ser vendado en el paredón, su inocencia. En esta última Carta escribió: “He
arriesgado inútilmente mi vida a favor de mi patria y mi institución, a los cuales he dado
valiosas informaciones, y como premio me dan 5 plomazos y la deshonra de mi nombre
al ser tachado de traidor. Efectivamente, me declaré “culpable” pero no informan al
pueblo peruano que lo hice por medio de la tortura y que mi juicio fue
60
fraude y burla”. Este ha sido dentro de la historia de los últimos tiempos uno de los
pocos casos de traición a la patria, y prueba que la deslealtad en nuestro país no
tiene perdón.
CONDENADO A MUERTE83
La edición 553 de Caretas del 15 de enero de 1979 salió explosiva, con una noticia
bomba, nada menos: Un extenso informe especial sobre los casos de espionaje a
favor de Chile cometidos supuestamente por el Sub Oficial FAP Julio Vargas Garayar,
quien habría entregado información clasificada a miembros de la embajada chilena
en Lima, y el develado caso de marinos del país de la estrella solitaria intentando
fotografiar la base aérea de Talara.
Esta osadía le costaría caro a la revista de Enrique Zileri y Doris Gibson, ya que la
junta militar decidió confiscar la edición y clausuró Caretas por un año. Pero más caro
aun le costó al Sub- Oficial FAP Vargas Garayar quién pagó con su vida la nunca
demostrada traición a la Patria.
Su hija María Consuelo, ha revelado hace poco que su padre fue objeto de torturas y
humillaciones sexuales para que se autoinculpe, pero aun así dijo ser inocente hasta
que terminó sus días en el paredón.
62
Carta a la Madre84
El fiscal solicitó la pena de muerte basado en lo dispuesto por el artículo 79 del CJM,
este señala: "...se aplicará la pena de muerte en el caso de los incisos 14, 15 y 16,
cuando el infractor invista clase militar de las fuerzas armadas de la nación". El CJM
Ritual de la Ejecución87
De inmediato, colocado frente al piquete y con los ojos vendados, será fusilado.
Verificada la ejecución el cadáver podrá ser entregado a los deudos, si lo solicitasen
y no hubiese inconveniente para ello, prohibiéndose toda pompa en el entierro.
Dos casos de espionaje, uno revelado por el semanario El Tiempo y otro anunciado
voluntariamente por el Gobierno, han conmovido a la opinión pública, enturbiado las
relaciones con Chile y empañado los últimos días de José de la Puente Radbill en la
cartera de Torre Tagle. Después de polémica sesión secreta, la Asamblea
Constituyente ha acusado a la Cancillería de actuar con "injustificada tolerancia" y de
haber proporcionado información sólo 'tardía o insatisfactoria" sobre el caso. Entre
tanto, la vida del suboficial FAP, Julio Vargas Garayar, condenado a muerte por
traición, pende de una apelación. ¿Qué es lo que hizo Vargas Garayar? ¿Qué es lo
que pretendían el capitán del "Beagle" y su ayudante, pescados infraganti en Talara?
¿En qué medida está comprometida la embajada de Chile en Lima? Buena parte de
personal de CARETAS se lanzó esta quincena a buscar información muy difícil de
obtener. La fortuna nos acompañó en materia de fotografías, dándonos algunas
sensacionales primicias, como el lector lo podrá comprobar en las próximas páginas.
Entrevista
• Cómo es que, enterada ya la Cancillería del primer caso de espionaje, el que se
efectuaba en La Joya, viaja usted a Chile en lugar de mandar una nota de protesta,
expulsar a los diplomáticos involucrados y actuar más enérgicamente?
-Lo que me pregunta es por qué no cancelé mi visita a Chile como resultado de este
asunto. -En efecto.
—En primer lugar, establezcamos los niveles en que actúan los gobiernos. En la
Cancillería se ventilan los más altos intereses de la Nación, mientras que es imposible
Desde tiempos inmemoriales, los actos de espionaje son llevados a cabo por agentes
y ellos saben los riesgos que corren...
-Sí, pero en este caso...
-En este caso específico, cuando ya se había planeado el viaje a Chile, cuando
además se había obtenido la buena disposición de la cancillería de Chile para
expresar formalmente su respeto por el cumplimiento de los tratados internacionales
y para señalar por primera vez en 18 años en su calidad de garantes que el Protocolo
de Río de Janeiro es vigente y válido —declaración que se produjo en Santiago.
67
Lo Vieron Saliendo de la Embajada89
No cabe duda que la difusión del ingrato episodio fue decidida por el más alto nivel del
gobierno peruano y luego de una investigación que permitió conocer el mecanismo del
operativo montado desde la embajada de Chile y a las personas en él involucradas.
Esa investigación determinó, según todos los indicios, la responsabilidad central del
Agregado Aéreo chileno, General de Brigada Vicente Rodríguez Busto, del consejero
administrativo Julio Chiminelli, de Ricardo Aqueve-que, reconocido oficial de
inteligencia, y del Agregado Aéreo Adjunto, Mayor FACH Carbajal.
Carbajal fue el enlace clave en el reclutamiento del suboficial FAP Julio Vargas
Garayar y el hombre que, vestido de civil y con urgido tono, fue a buscarlo tres veces
a su casa.
¿Qué fue lo que Vargas Garayar entregó como información en la embajada de Chile?
Los agentes chilenos le habrían proporcionado una cámara Kodak 125, rollos a color
y en blanco y negro, y las siguientes sumas de dinero: 6,000; 10.000; 2,000; 7,000; y
20,000 soles.
El Condenado a muerte
Al cierre de estas páginas, la vida del Suboficial FAP de Tercera Julio Alfonso Vargas
Garayar (en esta foto haciendo guardia durante un servicio en el Ministerio de
Aeronáutica 90 ) dependía de la decisión del Consejo Supremo de Justicia Militar.
Condenado en primera instancia a la pena de muerte. Vargas Garayar había
intentado suicidarse la mañana del 10 de enero pasado ingiriendo una fuerte
sobredosis de analgésicos. Nadie sabe cómo éstos llegaron, sin embargo, a su
incomunicada celda del Cuartel Bolívar. ¿Qué hizo Vargas, al fin y al cabo? ¿Y quién
es y qué pasó con él? CARETAS da una respuesta en las siguientes páginas.
Con dos de sus profesores de
ElBrigadierdelaBanda91
Agradeciendo el pregonado milagro, Julio Vargas Garayar acudía todos los años a la
morada procesión de octubre y acompañaba la efigie hasta su reingreso a Las
Nazarenas.
-Venía de donde estaba. No faltó ni un año -cuenta la madre.
Hizo la primaria en el José Gálvez. Por las tardes y en las noches cuidaba y lavaba
carros en los cines Pacífico y Alcázar.
Un día, en una batida que la PIP organiza para atrapar a "El quáquer", un asaltante
más o menos vecino, Vargas Garayar es detenido.
-¿Lo confundieron o fue mala fe? -se pregunta ahora la madre. El tenía 14 años y
venía a las 10 de la noche de lavar carros. Dos de la PIP lo esperaban en la puerta.
Se lo llevaron, junto a un conocido de la quinta, ladronzuelo de piezas de carro al
parecer, lo interrogaron, lo intimidaron.
-Vio cómo torturaron al otro muchacho, cómo le metieron la cabeza a un depósito de
agua hasta que se ponía morada, cómo le pegaban puñetes y patadas hasta que
confesara.
71
-Es para probar que no lo hemos torturado, vieja mentirosa -le grita un subalterno a
la señora.
Lo trataron seis meses y la tartamudez le mejoró mucho -dice la madre. Sus notas en
el colegio son apenas regulares pero, en cambio, destaca en la banda de músicos,
de la que es brigadier general durante tres años, y en las competencias de ajedrez,
en las que resulta varias veces campeón.
-Ese matrimonio fue un fracaso. Creo que mi hijo nunca se entendió con ella -
interviene el padre, Alfonso Vargas Castillo. En Pisco tendrá un problema personal
con el Mayor FAP Julio Benavides Pizarro. Según algunas versiones, Vargas Garayar
había tenido relaciones con la doméstica del Mayor, la que esperaba a un niño. El
Mayor, oficiando de impulsivo padre, había tratado de obligarlo a que se casara.
Vargas Garayar no cedió, aunque estuvo dispuesto a reconocer al niño. A partir de
ese momento le tocaron los servicios más incómodos, las guardias más nocturnas y
los castigos más inopinados. Le hacían la vida imposible. Felizmente que después lo
trasladaron a La Joya —cuenta la madre.
72
En esa base arequipeña sirve dos años. Y ahí también sella su desgracia:
desaprobará dos veces seguidas el examen de ascenso y una tarde de fines de abril
del año pasado alguien le entregará un sobre lacrado procedente de Lima: su
resolución de pase al retiro por insuficiencia profesional.
Tendrá tiempo para liar bártulos e irse a Pisco, donde están su mujer y sus dos
pequeños hijos. Ahí, luego de una fugaz segunda luna de miel, empezarán los
problemas económicos. Regresa a Lima, a casa de sus padres, y redacta entonces,
el 21 de julio de 1978, una solicitud al Presidente de la República demandando la
reconsideración de su caso. Plantea que el examen le había exigido un nivel
profesional que no tenía y, al final, clama para que le den algún trabajo "ya que mi
institución a la cual he servido, la que me forjó, me ha abandonado por completo,
dejándome a mi suerte, sin trabajo, sin ayudarme en el momento que más necesitaba
de ella". Más tarde ese resentimiento lo empujará al abismo.
Previsiblemente, la solicitud naufraga en la mesa de partes de Palacio. Vargas
espera ingenuamente una reivindicación imposible.
-Cuando comprendió que eso no llegaría nunca, empezó a buscar trabajo. Salía con
El Comercio y, para ahorrar, caminaba —cuenta la madre. Por las tardes lo veía con
los pies metidos en un lavatorio de agua con sal.
Desmoralizado, cada vez más nervioso y errático, le dice un día a su padre: voy a
irme al extranjero, aquí ya no puedo esperar nada.
Empieza así un curioso peregrinaje por ciertas embajadas pidiendo trabajo. Vargas
Garayar se imagina avionero en Argentina, ganapán afortunado en Venezuela,
leñador en Canadá. La respuesta será siempre la misma: mire, es muy difícil,
mándenos sus papeles.
Una tarde a mediados de agosto tocará las puertas de la embajada de Chile. Pedirá
trabajo, el más humilde, y le solicitarán datos, antecedentes, le pedirán que regrese.
Días después —la fortuna parecía sonreírle de nuevo— lo llamarán. Sí, tendría
trabajo, ahí se lo darían, y sí, podría ser técnico en Lan, viajaría a Chile —la voz de
Ricardo Aqueveque sonaba convincente.
73
La madre del condenado92: "Sólo Dios sabe que es inocente". Abajo, izquierda,
el suboficial FAP con sus dos hijos en Pisco. Abajo, derecha, reconstrucción
de una de las tres visitas que hiciera el Mayor Carbajal, Agregado Aéreo
Adjunto de la embajada de Chile, a la casa de Vargas.
Alegato de un Padre93
92
REVISTA CARETAS, 8 de enero de 1979, página 25.
"Cuál sería su desesperación que se le dio por buscar trabajo de cualquier índole en
instituciones, compañías de aviación, en embajadas, todas las puertas se le cerraron...
Tanto buscar trabajo llegó a la Embajada de Chile en la cual sanaron en parte su
preocupación porque no me avergüenzo de decirlo, trabajaba barriendo pisos y también
como mecánico arreglando un carro de lo cual le pagaban míseras monedas. Les
agradezco a estos señores que supieron comprender el dolor ajeno (el hambre)..."
"...mi hijo posiblemente está destrozado por dentro porque por fuera se le nota el
castigo, que no se tome ninguna represalia más contra mi ser amado porque él me
ha confiado todo lo que ha sufrido... estas calidades de torturas son para hacer
declarar cosas que ni siquiera pasan por un cerebro sano de toda culpa como el de
Julio Alfonso Vargas Garayar..."
"No sé qué medidas tomarán los señores de la Fuerza Aérea sobre esta declaración
que hago pública porque no sería dable que lo haga cuando el traidor como ellos
titulan esté sin vida porque él mismo me ha confiado que lo van a fusilar no sé
cuándo por suposiciones. Si esto sucediera porque todo se puede esperar, ruego y
pido de corazón a estos señores que tienen la sartén por el mango me permitan y lo
pido de veras ser yo el que le dé el tiro de gracia porque el ser que yo creé después
de Dios soy el único que tiene el derecho de quitarle la vida!" "...yo ni nadie puede
creer que por suposiciones se merezca tan brutal castigo porque según mi hijo no
tienen ninguna prueba concreta. Ya tienen un antecedente que juzgar el cual pago
con su vida si habrá un Dios que juzgue y haga pagar al culpable o los culpables que
se lavan las manos como Poncio Pilatos pero tienen las entrañas más podridas
queun cementerio".
75
El espionaje es mía actividad tan vieja como la humanidad y sería absurdo sostener,
por ejemplo, que nadie ha espiado o espía para el Perú.
El espionaje puede ser un cínico juego de "pega", en el que un servicio canjea con
otros agentes valiosos, o una implacable práctica, en la que la tortura y el asesinato
son parte del trabajo. Cuando se descubre una acción que involucra a personal de
una embajada o compromete a militares de rango, sin embargo, el espionaje se
convierte en un affaire político.
Son más bien incidentes de frontera los que se conocen, sórdidos asuntos en los que
nuestros compatriotas parecen haber sido víctimas de errores y serios maltratos. Por
ejemplo:
Febrero 4, 1972. 5.00 p.m. Seis modestos ciudadanos peruanos son detenidos en el
puesto de control de Chacalluta, Chile, cuando trataban de cruzar la frontera hacia la
ciudad de Arica. Los conducen a una oficina y decomisan sus pertenencias. Al anochecer,
un tal Smith, jefe de los aduaneros, se presenta ante los detenidos. Les ordena
desnudarse y ponerse en fila frente a una mesa. Smith le pregunta a Francisco Col-que
Pilco, de 38 años, si es "jefe del destacamento". Colque responde que son simples
comerciantes. Un puñete lo hace rodar por tierra. Sujetado por tres aduaneros, lo colocan
en "posición escuadra" y le introducen una vela encendida en el recto.
Ante las protestas, Smith aplica al resto idéntico vejamen. Después los obligan a
comer uvas con alquitrán y excremento. A las dos de la madrugada, los conducen a
una zona desértica, ubicada a 8 km de la frontera boliviana. Allí los obligan a cavar
fosas. Les dicen que los matarán. Uno a mío son metidos en esos hoyos con la arena
hasta el cuello. Sólo uno es dejado suelto. A los enterrados los rapan con cuchillos.
76
Julio Alfonso Vargas Garayar, a los 15 años en el Cuarto de Media de
la GUE Ricardo Palma. Brigadier de la banda y ajedrecista de éxito;
sus notas, sin embargo, nunca fueron brillantes.
Loqueespiaban94
La Joya, base aérea fundamental.
Desde entonces, por cierto, han sucedido muchas cosas en el Cono Sur y tanto Chile
como la Argentina han realizado inmensas inversiones militares. Esta quincena, por
ejemplo, se difundió la noticia de que la deuda externa chilena se incrementó en US$
1,500 millones en el curso de los últimos 18 meses, confirmando la versión de que
los gastos militares de ese país superan ahora los mil millones anuales (vs. los US$
406 millones que "The Military Balance" le calcula para el Perú en 1977).
Más aún, durante el año pasado se difundió la noticia de que Chile había comprado
100 aviones Hunter de segunda mano a la India -cosa que fue desmentida por
Santiago-.
Ahora bien, la avanzada de tecnología del brazo aéreo militar peruano involucra
mucho más que sólo los aviones. Ya en los tiempos de Belaunde, por ejemplo, se
inició la construcción de la base aérea de La Joya, en el departamento de Arequipa.
Se trata, seguramente, de la instalación militar más elaborada del país y cuenta con
diversas facilidades subterráneas -inclusive, hangares cavados en las montañas—
capaces teóricamente de sobrevivir a un ataque sorpresivo.
Aun así, es hecho conocido que los F-5E/F está equipado con varios proyectiles y
bombas sofisticados, entre ellos el "Maverick", que utiliza rayos láser para
bombardeos de precisión. Más aún, desde por lo menos 1975 -año en que el Perú se
abstuvo en las Naciones Unidas de votar en contra de una moción árabe que
acusaba injus-tamente al sionismo de "racista"- Israel no sólo vende armas a Chile y
Ecuador, sino que mantiene importantes misiones militares en esos países.
Y cualquiera que recuerde la Guerra de los Seis Días, la táctica israelita consistió en
sorprender a la aviación enemiga en el suelo, a punto de despegar, con los pilotos a
bordo, destruyendo aparatos y hombres con certeros ataques. De allí que penetrar
los cercos de seguridad de La Joya para obtener mapas y detalles de las
instalaciones ha sido de primera prioridad para el servicio de espionaje chileno.
Por otro lado, el potencial del Sukhoi SU-22 es un misterio, no sólo porque se trata de
una máquina soviética, sino porque es la primera vez que los rusos utilizan la
nomenclatura "22". Descendiente del SU-17, conocido como el "Fitter C" en la NATO,
el modelo que usan los propios soviéticos, y del SIJ-20 que traspasan a los países
del Pacto de Varsovia, el SU-22 parece ser una nueva versión latinoamericana.
De lo que no deben dudar los chilenos es del poderío de los 35 Mirage VP, la mayoría de
los cuales están —según versiones fidedignas- concentrados hacia el sur.
Aun así, Chile cuenta ahora con una gran cantidad de cohetes y misiles de toda
índole. En Alemania Federal, por ejemplo, ha adquirido 3,000 misiles Manba tierra-
tierra, instalado una fábrica de cohetes en el campo militar de Penoblen y desplazado
baterías de SAMs tierra-aire en varias de sus fronteras. El conocer los equipos con
que cuentan nuestros Mirage para evadir los disparos de misiles de tierra o los
79
SUKHOI SU 22
'Sidewinder', aire-aire de sus F-5E/F le es también elemental.
MIRAGE VP peruano.
El Diario “La Nueva Crónica”, del jueves 29 de noviembre de 1973, tiene como titular
fusilaron hoy a 2 asesinos del policía y bancario, fueron fusilados Alejandro Lastra
Villavicencio y Gerardo Pinto Sulcahuamán, y establece que el consejo supremo de
justicia militar, ratifico la sentencia a pena de muerte tanto a Pinto como de Lastre.
80
PENA DE MUERTE FUE EL VEREDICTO FINAL
El Consejo Supremo de Justicia Militar confirmó ayer la pena de muerte para los reos
Alejandro Lastra Villavicencio y Gerardo Pinto Sulcahuamán. Los dos deberán pagar
sus delitos frente a un paredón de fusilamiento.
Los dos fueron cruelmente asesinados para quitarles 250 mil soles que portaban para
el pago de las planillas de los profesores del distrito del Monzón, Provincia de
Huamalíes (Huánuco).
81
El consejo Supremo de Justicia Militar que confirmó la pena máxima para los
referidos homicidas estaba integrado por los siguientes magistrados: Teniente
General FAP Miguel Cocckis Rodríguez (Presidente), General EP César Cebrero
Rueda, General EP Roberto Zapata Vélez. General GC Aldo Gonzáles Bernales y
Contraalmirante AP Guillermo De Las Casas Fraysinete.
El Tribunal estuvo de acuerdo con los dictámenes emitidos por el Fiscal General EP
Cuerpo Jurídico Juan Francisco Miranda y el Auditor General EP Cuerpo Jurídico
Alfredo Vargas Ruiz de Somopurcio quienes opinaron por la procedencia de la pena
capital.
En su Informe Oral el Fiscal expresó que los condenados actuaron con todas las
agravantes señaladas en el Código de Justicia Militar, es decir, perfidia,
ensañamiento, alevosía, crueldad y venganza. Relató el hecho criminal expresando
que en Monocumpo, un lugar solitario del distrito de Monzón fueron emboscados el
Guardia Civil Pedro Bazán Panduro y el Guardia Civil Leonidas Huaytán Ortega.
El primero iba custodiando al civil que era Jefe de la Agencia del Banco de La
Nación de Monzón y portaba la suma de 250 mil soles para el pago de planilla de los
maestros. El hecho ocurrió a la una de la tarde del día 6 de mayo del presente año.
Los victimaron disparándoles con escopetas de retrocarga y luego los remataron
dándoles de balazos en la cabeza.
82
SIMULTÁNEAMENTE SERÁN FUSILADOS LOS
SENTENCIADOS96
Dos Piquetes Harán Descarga
El Juez que hará cumplir la sentencia será el Juez Instructor Permanente de la II Zona
Judicial de Policía Comandante GC Manases Moreno. El fue habilitado ayer para este fin
por el Consejo Supremo de Justicia Militar en vista de que el Juez que instruyó la causa,
el de Huánuco, se encuentra lejos del lugar donde están recluidos los reos. 97
El art. 683 del C. de J.M. señala: "La notificación de la pena se hará en ir prisión
quien facilitará al condenado los auxiliados religiosos, los que necesita, par otorgar
testamento y los demás compatibles con su situación".
El Reverendo Padre Secular, Juan Carrasco Carrasco, prestó los auxilios religiosos a
los condenados Alejandro Lastra Villavicencio y Gerardo Pinto Sulcahuamán en El
Sexto. No se notó la presencia de un Notario Público cuando el Juez Instructor
notificó con la sentencia a los condenados, para que otorgaran el testamento.
El art. 684 precisa: "La ejecución en tiempo de paz, se verificará de día y cuando más
tarde, a las 24 horas de la publicación de la condena en la orden general respectiva".
"En los días feriados no se ejecutará la pena a muerte, a no ser en tiempo de guerra,
en que podrá verificarse en cualquier día y lugar".
Los soldados -guardia republicanos, ya han sido designados. El art 686: A la hora
designada el reo, de uniforme, sí fuera militar, será conducido por un piquete al sitio
de la ejecución. Frente al piquete ejecutor se le vendará los ojos inmediatamente
será fusilado".
Art. 687: "Cuando por el mismo delito se ejecute a más de un reo, las ejecuciones
serán simultaneas y habrá, al efecto, un piquete para cada reo. Sólo un oficial
mandará el fuego para todas las ejecuciones".
El tiro de gracia lo hará el oficial que mandó al piquete. Art. 688: "Verificada la
ejecución, el cadáver podrá ser entregado a los deudos, si lo solicitaran y no hubiese
inconveniente para ello; prohibiéndose toda pompa en el entierro".
El médico legista comprobará el deceso de los ejecutados. Art. 689: "El Juez
Instructor extenderá en el proceso la diligencia de haberse llevado a cabo la
ejecución; agregándose el certificado médico que acredite el fallecimiento y mandará
inscribir la partida de defunción, cuyo certificado agregará también a los autos"
En el Concejo Provincial de Lima se inscribirá la partida de defunción de los
ejecutados.
Por primera vez en la Historia Judicial del país el Consejo Supremo de Justicia Militar
confirma una sentencia de pena de muerte. De la misma manera es también la
primera vez que se condena a la pena de muerte a dos personas en aplicación del
Decreto ley 19910 promulgado por el Gobierno Revolucionario.
El Tribunal Supremo castrense estuvo presidido por el Teniente General FAP Miguel
Coquis Herrera y lo integraron los Vocales Contralmirante AP Guillermo de las Casas,
General EP Roberto Zapata Vélez, General EP César Cabrejos Rueda, General BGC
Aldo Gonzáles Bardales, Auditor General, General CJM Alberto Vargas Ruiz de
Somocurcio y de Fiscal intervino el General EP Juan Francisco Miranda Berríos.
El empleado bancario Leónidas Huaitán Ortega que iba adelante, al ser atacado en
el paraje solitario de "Monopunco", regresó para ayudar y auxiliar al guardia civil
Bazán, siendo también agredido a balazos por Lastra Villavicencio y Gerardo Pinto
Sulcahuamán. Con la culata del fusil que poseían los bandidos, destrozaron prácti-
camente el cráneo del infortunado Huaitán Ortega.
87
TODAS LAS AGRAVANTES DE LEY SE DIERON EN EL DOBLE CRIMEN 102
El horrendo asesinato del guardia civil Pedro Tíazán Panduro y Leónidas Huaitán
Orteaga, fue preparado por Lastra y Pinto, al saber que los agraviados conducían
cau-dales del Banco de la Nación con dirección al distrito de Monzón.
Pinto se colocó delante de Lastra, quienes estaban armados con dos escopetas de
retrocarga. Como a las 12 y 30 del 16 de Mayo último, vieron aparecer a Bazán y
Huaitán que iban a caballo. "Ahí vienen" dijo Lastra a Pinto y añadió: "vamos a
matarlos". Se aseguró que Pinto se opuso, porque así no era el trato.
Lastro indicó a Pinto: "Tu vas a matar al empleado del Banco de la Nación y yo al
guardia civil".
Pinto vio pasar a Huaitán montado en su caballo y tras de él iba el guardia civil Bazán
Panduro chupando caña. Los dejó pasar, pero Lastra disparó contra el guardia
Bazán, hiriéndolo en el cuerpo, al lado izquierdo del tórax.
Al caer desplomado el guardia, Lastra exigió a Pinto que matara a Leónidas Huaitán
Ortega, quien se había alejado unos 15 metros y regresó para ayudar a Bazán que
estaba mortalmente herido. Lastra volvió a disparar, hiriendo esta vez a Huaitán
Orteaga, quien así herido corrió hacia Monzón pidiendo auxilio. Pinto lo persiguió
alcanzándolo a 450 metros del lugar de los hechos, matándolo a golpes de culata de
la escopeta, porque se había atascado el gatillo 103.
102 Diario “LA CRÓNICA”, Tercera Edición. Lima, Jueves 29 de noviembre de 1973, Sección
Judicial, página 31.
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Judicial. Página 31.
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FUSILARON EN SAN LORENZO A LOS REOS LASTRA Y PINTO EN LA
MADRUGADA DE AYER104
104 Portada del Diario “El Comercio”, Lima, Viernes 30 de noviembre de 1973.
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Permanente de la Segunda Zona de Policía, confiaron hasta el último momento en la
clemencia solicitada, que no llegó.
Aún no había aclarado el día, cuando a las 3 a.m., en medio, de estricta vigilancia
policial y precedidos por carros patrulleros, llegaron al Callao procedentes del Penal
de e1 Sexto, dos carros celulares de la Guardia Republicana conduciendo a los
homicidas que fueron llevados directamente al Muelle y Dársena, donde los esperaba
una lancha que habría de conducirlos a San Lorenzo.
LOS PREPARATIVOS
Una hora antes ingresó al Terminal Marítimo un ómnibus con cerca de 30 guardias civiles,
provistos de cascos que más tarde resguardaron el área del Muelle y Dársena.
Luego, a las 2.30 a.m., ingresó otro carro policial con personal de la Guardia
Republicana, presumiblemente integrantes del pelotón de fusila miento.
En ambos casos, y como sucedió a la llegada de los carros celulares con los reos, no
se dejó aproximarse a los vehículos a cerca de 20 periodistas que, desde las 12 de la
noche, hicieron guardia en la Plaza Grau, frente a la puerta de ingreso al Terminal
Marítimo. Los hombres de prensa fueron rechazados drástica me n te por el personal
de Capitanías y Guarda Costas que vigilan las instalaciones portuarias.
Eladia Quiñónez de Pinto, la esposa del condenado a muerte Gerardo Pinto Sulcahua-
mán, lloró con amargura su triste desventura al ver que su cónyuge era condenado a la
pena de muerte, por su equivocada conducta. La desdichada mujer, acompañado
90
con sus 8 menores hijos trató de pedir clemencia al Tribunal Supremo Militar, pero
vanos fueron sus esfuerzos.
“Si mi esposo muere, yo también moriré con todos mis hijos ..." dijo entre sollozos
Eladia Quiñónez de Pinto. Un ambiente de tensa expectativa había a las 9 y 30 de la
mañana en el local del Consejo Supremo de Justicia Militar. El abogado Dr. Tambini
del Valle, que patrocinan a Pinto Sulcahuamán, tenían la esperanza de internamiento.
Igual esperanza tenía el Dr. Mario Quito Vidal, pero a las 12 y 30 de la tarde se dio a
conocer el fallo, sentenciado a Lastra y Pinto a morir fusilados, Que no lo maten a mi
papá …" repetía la menor Martha, de 12 años, mientras que sus 7 hermanitos, sin
comprender el tremendo drama que vivían; también lloraban por la suerte que
correría Gerardo Pinto, el autor de sus días.
Todos lloraban en escenas desgarradoras, y solo tenían una débil esperanza de que
los Jueces Militares tuvieran compasión por los horrendos delitos cometidos por
Lastra y Pinto.
La ley es terminante: aquellos que maten en un asalto a un policía, tienen que pagar
con sus vidas, irremediablemente sus delitos. Los familiares de Lastra y Pinto
siguieron paso a paso el epílogo del fallo 105.
Los médicos legistas Dis. Oscar Luna Vertiz y Nazario Basurto, certificaron que los
homicidas Alejandro Lastra Villavicencio y Gerardo Pinto Sulcahuamán habían
muerto mediante el fusilamiento. Previamente, los sentenciados fueron fotografiados
por el Técnico PIP Adolfo G lave Revilla y antes de ser conducidos a "El Frontón", los
oficiales PIP Fernando Zevallos Palao y Carlos Záia't'e Flores, tomaron las huellas
digitales de los condenados.
105 Diario “LA CRÓNICA”, Tercera Edición, Lima, jueves 29 de noviembre de 1973.
106 “LA CRÓNICA”, Tercera Edición, Lima, Viernes 30 de noviembre de 1973.
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La difícil tarea, hizo sudar la gota gorda a los 20 fusileros, así como al oficial de la
Guardia Republicana. Naturalmente que tanto el Juez Instructor, el Secretario y todos
los que presenciaron.
Lastra y Pinto no habían tenido compasión con sus víctimas y la ley tampoco podía
compadecerse de quienes no respetaban la vida humana, más si uno de los
homicidas había sido guardia civil.
107 Diario “La Crónica” Tercera Edición. Lima, Viernes 30 de noviembre de 1973,
92
visto, ahora, que el Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada, también está
dando la tranquilidad y el sosiego al pueblo, eliminando, exterminado a elementos
indeseables, que en la prisión sólo serían una carga más para el país.
La corte Suprema, sin ligar a dudas, que los hechos que se le imputaba al inculpado
se hallan suficientemente probaos por la declaración del testigo Santos Dionisio
Saavedra, quien vio a Vásquez Bautista, en el momento en que copio del brazo a la
menor de once años de edad, introduciéndola en un matorral y escucho la voz
angustiada de aquella que gritaba: “Papá, papá, papá”; además, con el peritaje de
análisis biológico que establece que las manchas halladas en el pantalón son de
sangre humana y no de cerdo, lo que demuestra que la agraviada fue deshonrada y
que el inculpado ante los gritos de desesperación que dio la menor procedió a
asfixiarla; conforme se corroboro con el dictamen pericial y protocolo de autopsia la
causa de la muerte de asfixia por ahorcamiento.
93
De conformidad con el artículo 300º del Código de Procedimientos Penales
declararon No haber nulidad en la sentencia recurrida de fecha de 13 de julio de
1970, que declara a Ubilberto Vásquez Bautista autor del delito de homicidio en
agravio de Francisca Amélica Chuque Saavedra. Y dado que entonces no estaba
prohibida la reformatio in peius, la Corte Suprema, le aumento la pena de
internamiento a pena de muerte.
En Cajamarca, en la capilla donde esta enterrado Udilberto recibe visitas todos los
109
días y las velas nunca se apagan.
108
, RAMOS NUÑEZ Carlos Augusto, Historia de la Corte Suprema de Justicia del Perú, Fondo Editorial
del Poder Judicial, Tomo I, Primera Edición, Diciembre 2008, pag. 457-460
109 Extractos del Diario El Comercio, Domingo
94
Hecho de la vida real, que fue llevado a las pantallas grandes (cine) por el director
Héctor Marreros, quien desde Cajamarca tuvo la gentileza de hacernos llegar la
información sobre su sétimo largometraje titulado Milagroso Udilberto Vásquez. Así
es, Marreros ya ha realizado varias películas de producción netamente cajamarquina.
Milagroso Udilberto Vásquez narra el último fusilamiento perpetrado por el Estado
en Cajamarca. Al Udilberto del título se le sindicó como sospechoso de violación y
posterior muerte de una menor de edad en el poblado de Chota. Luego se le
sentenció a 25 años, pero presentada la apelación por parte de la defensa, el
General Juan Velasco Alvarado ordenó la ejecución el 11 de setiembre de 1970. Tras
36 años de su muerte Udilberto Vásquez es considerado el santo popular más
famoso de los cajamarquinos.110
El año de 1969, Víctor Apaza Quispe, con 33 años deja el anonimato para ser
acusado de la muerte de Agustina Belisario de 43 años. Estaba vigente la Ley Nº
10976 que modificó el artículo 151º del Código Penal, por la que se estableció la
pena de muerte para el parricida o uxoricida.
.
95
corral, una pala y una picota; las hijas de Víctor Apaza reconocieron que eran de su
padre. El acusado negó ser el propietario, pero termino confesando que eran suyas.
Por ello se realizo una búsqueda en donde junto al túnel de regadío El Ramal, se
descubrió, anormalmente, una gran cantidad de moscas, luego de remover piedras y
excavar un metro de tierra se toparon con el cadáver de la infortunada mujer,
acomodada en posición dorsal, “con los zapatos a un costado, con tres chompas de
diferentes colores y una falda floreada”. Fue entonces que el acusado confesó su
delito.
El representante del
Ministerio Público formula
su acusación solicitando
para el inculpado la pena
capital. El tribunal en un
96
largo juicio oral, al expedir sentencia concluye que Apaza premeditó el homicidio de
su esposa, pues ideo hábilmente una coartada, regresó a media noche para sacar a
su esposa con algún pretexto y trasladarla confiadamente a otro punto, en donde la
atacó a golpes de puño y piedra hasta privarla de conocimiento, para después cavar
su tumba con una picota y una pala que ya tenía preparadas, y aplastarla en su
propia sepultura con otras piedras para asegurar su muerte.
Víctor Apaza Quispe fue sentenciado como autor del delito tipificado en el artículo
152º del Código Penal, modificado por el Decreto Ley nº 10976, conduciéndose con
ferocidad, alevosía y perfidia, sin que exista atenuante alguna a su favor, pero no se
llego a probar el matrimonio celebrado ante el alcalde Coata, en junio de 1953, ya
que extrañamente había desaparecido las hojas oficiales de la partida de matrimonio,
lo cual seria prueba suficiente para condenarlo como uxoricida.
Luego de emitida la sentencia no hubo nada que su abogado pudiera hacer. Víctor Apaza
pidió clemencia al presidente Juan Velasco Alvarado, con el apoyo del Capellán de la
prisión “Siglo XX”, pero no obtuvo ninguna respuesta. Igualmente llovieron telegramas de
indulgencias al despacho del Presidente de la República, sin embargo, nada pudo impedir
que el fusilamiento se llevara a cabo el 17 de setiembre de 1971 a las cuatro y treinta y
cinco minutos de la madrugada. Y con esto terminaron los últimos ruegos por defender su
vida: ”No he mentido. No he engañado. ¿Por qué me matan ahora (…)? Yo nunca negué
mi delito, dije la verdad”111.
Que recuerde la historia de Arequipa republicana, se trate del único y primer penado
a muerte fusilado con cuatro certeros balazos disparados por cuatro de los ocho
guardias republicanos. A las 4:30 de la madrugada del 17 de setiembre de 1971 , en
presencia de su abogado César Villalba Treviños, del padre jesuita Antonio de la
Vega y el inolvidable alcalde Humberto Olaechea Geldres. Pasados 24 años, desde
que fuera fusilado bajo el torreón que da a la esquina conformada por Corbacho y
Santa Rosa, en la ex cárcel del siglo XX, Víctor Apaza Quispe continua recibiendo
visitas en su tumba ubicada en el pabellón de San Hilarión Nº 22, de devotos que
creen absolutamente. En lo milagroso que es, si hasta le dejan prendas de mucha
valor, cuidando el anonimato. 113
En el país se hallaba en vigencia el antiguo código penal que aun contenía la pena de
muerte para casos de homicidios calificados que el tribunal aludido no reparo en aplicar.
Varias cortes superiores y en la propia capital se venían sentenciando con pena de
muerte a varios inculpados. En Tacna, en Lima (recuerden a Solón Poma, el que asalto
“El Comercio” de Lima con secuelas de muerte), en Puno, durante las triunfales giras del
general Juan Velasco Alvarado, luego de consolidar su movimiento, aparecían
potenciales sentenciados a la pena capital en patíbulos similares al de Arequipa. Entre
bambalinas, sus enemigos políticos que controlaban el Poder Judicial, le espantaban
poniendo piedras en el camino. Por eso es que el general, a los cinco días del
fusilamiento de Víctor Apaza Quispe, abolió la pena de muerte en el Perú. 114
Arequipa, alrededor de los años de 1968 y 1975, comenzó a ser el foco de grandes
concentraciones migratorias, que se incrementaron mucho más con la Reforma
Agraria de 1969, provocando grandes oleadas migratorias del campo a la ciudad,
especialmente de los departamentos de Puno, Cusco y Apurímac. Lo que dio lugar a
un crecimiento indiscriminado de la ciudad, con la lotización de terrenos para la
construcción de nuevas urbanizaciones y el nacimiento de Pueblos Jóvenes. Como
consecuencia de esto se fue gestando una cultura mucho más variada, con una
nueva visión de las cosas, con una gran cantidad de migrantes que traían sus propias
costumbres y ritos andinos, mezcla de lo español impuesto y de lo autóctono. Así se
ve afectado “el aspecto religioso dando lugar a la creación de nuevos Santos y
Dioses como parte de lo que entendemos como religiosidad popular” .
112 RAMOS NUÑEZ Carlos Augusto, Historia de la Corte Suprema de Justicia del Perú, Fondo Editorial del
Poder Judicial, Tomo I, Primera Edición, Diciembre 2008, pag. 460-467
113Ib, 28 de Octubre de 1995, Especial 7 .
114Diario La Republica – Perú, Sábado, 28 de Octubre de 1995, Especial 6.
98
Víctor Apaza como santo popular, tiene una buena parte de sus devotos en las zonas
periféricas de la ciudad, vale decir Pueblos Jóvenes y zonas colindantes, que es el
lugar donde se fueron asentando los grupos migrantes, la masa popular que sin ser
exclusiva es la que propicia y alimenta en cierta forma la mayoría de este tipo de
fenómenos. Se podría pensar, la más carente de recursos, la más necesitada y por lo
mismo la más proclive a ser atada, limitada en cierto sentido, consumidora al fin de
un producto gestado desde su propio núcleo social. Así, frente a una angustiosa
realidad, el hombre no halla mejor modo de superar los problemas que recurriendo a
quien le sirve de último consuelo, porque la fe que siembra en la imagen ante la cual
implora un pedido, le permite tener esperanza, una esperanza que posibilita que él
mismo cree la realidad que anhela.115
Verifica a través de las hojas oxidadas por el tiempo y encuentra el folio. Manda a
buscarlo y ahí aparece el documento en la dirección señalada. Ese testamento está
escrito a mano con lapicero de tinta líquida. Nueve páginas con nueve cláusulas que
inmortalizaron la voluntad del último fusilado de Arequipa. Años después la historia
está vigente porque se cree que Víctor Apaza concedió algunos milagros después de
su muerte, por eso es que su tumba en el cementerio general es la más concurrida.
Pero antes de morir Víctor Apaza no quiso dejar ninguna tarea pendiente. Se confesó
al capellán Juan Antonio de la Vega e hizo la primera comunión. Luego el 16 de
setiembre a las 7 de la noche, un día antes de la ejecución, hace su testamento en
presencia del notario Edilberto Zegarra Ballón. En ese año el abogado tenía 43 años
y hoy lleva 81 años. El abogado de Víctor, Cesar Villalba Treviños, convoca al notario
que era uno de los ocho funcionarios que solo podía tener Arequipa en esos años. El
número de notarios se escogía en función a la población y por ese tiempo se creía
que ocho eran suficientes. “Me llaman también porque tenía amistad con el Dr.
Villalba”, cuenta Ballón.
Zegarra Ballón todavía recuerda ese momento. “Estaba tranquilo y con las ideas claras,
demoramos un poco porque quería contar las cosas que dejaba. En ningún momento se
quebró”, relata sentado en una de las sillas de madera de la pequeña oficina del centro
comercial La Gran Vía, tercer despacho que usa desde el inicio de su carrera el 12 de
enero de 1956. Se inició en la calle Alfonso Ugarte, luego pasó a la calle Jerusalén y hoy
está en la Gran Vía. Ballón prosigue y cuenta que el “santo” dejó camiones de madera de
juguetes a sus dos hijas Francisca y Alejandrina Quispe Capacoyla. Apaza hereda 94
camiones grandes, 95 medianos y 115 chicos, algunos incompletos y la mayoría sin
pintar. También les pone precios: 180 soles por las unidades grandes, 70 soles medianos
y 25 por chicos. El condenado hizo los juguetes durante su estancia en la cárcel
pasatiempo que aplicó en tanto se resolvía su caso.
También deja 9 radiolas de juguete que deben venderse en 150 soles. Además
instruye para cobrar deudas y deja sus herramientas de trabajo a sus vástagas.
Nombra albacea al alcaide de la cárcel, Humberto Olaechea Geldres, a quien
encomienda especialmente a su hija Agripina porque era menor de edad.
100
En la tercera clausula aclara que no se casó son Agripina Belisaria Capacoyla pero sí
convivió con ella. El dato resulta importante porque los jueces que lo condenaron a
muerte aseguraron que Apaza estaba casado con la víctima pese a que no encontró
la partida de matrimonio, por tanto merecía morir fusilado como lo disponía la ley. Si
se comprobaba que era conviviente, como lo sostenía su abogado, la pena a aplicar
era 25 años de cárcel.
Más adelante declara “que él se encuentra en esta cárcel como condenado a pena
de muerte y que habiendo examinado su conciencia se arrepiente de haber realizado
los actos que han motivado su condena y pide perdón a Dios”. El testamento se
terminó de escribir a las 11 de la noche del 16 de setiembre. A las 5 de la mañana del
día siguiente fusilaron a Víctor Apaza Quispe. Recibió seis balazos. 116
Un momento difícil toco vivir a la Corte Suprema, cuando la Sala Penal, dispuso la
pena de muerte de cuatro individuos, en la época en que el general Velasco y sus
ministros proyectaban una gira por el sur del país.
101
Las ejecuciones realizadas en Tacna y Arequipa causaron un verdadero
estremecimiento en la población del sur. El pueblo suele estar a favor de la pena de
muerte, pero le repugnan las ejecuciones una vez que estas se llevan a cabo. Ante la
constatación de este hecho, y ante la inminencia de que en Puno se produjera otro
fusilamiento, Velasco derogo la ley que disponía la pena de muerte. Por su parte el
Presidente de la Corte Superior de Justicia de Puno no pudo ejecutar la pena de
muerte decretada, puesto que el condenado a muerte había interpuesto recurso de
nulidad contra la sentencia del Primer Tribunal Correccional y se encontraba en curso
tal impugnación. 117
En enero de 1969 la junta militar presidida entonces por Juan Velasco Alvarado
emitió un Decreto Ley que añadía al Código Penal el artículo 197, el cual sostenía
que si la víctima era menor de 10 años y moría como consecuencia del asalto sexual
se aplicaba al autor la pena de muerte. El primero en pasar por el patíbulo dentro del
margen de esa ley fue Ubilberto Vásquez Bautista, que fue ejecutado en 1970 por la
violación y asesinato de una pastorcita de 11 años de edad. Esa ejecución, aplicada
por decreto de un gobierno inconstitucional, se dio, sin embargo, dentro del marco de
la Constitución de ese entonces, la de 1933, que no sólo imponía la pena de muerte
por los delitos de traición a la patria y homicidio calificado, sino también por “todos
aquellos que señale la ley”.
Sin embargo, pese a tener carta blanca para ejecutar a condenados por delitos
comunes, el gobierno de Velasco paró la mano en diciembre de 1973, con el
fusilamiento del homicida José Murillo Andrade, ‘Patita de Cuy’, por asesinar a un
Policía de investigaciones y fue ejecutado el 18 de diciembre de 1976.
Ese mismo año otros 9 convictos se encontraban en la cuerda floja y el régimen militar
dio de paredón. Después, la Constitución de 1979 restringió las causales de ejecución a
traición a la patria durante guerra exterior. Es en este contexto que el Perú
aceptó la competencia contenciosa de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos en 1981 y firmó el Pacto de San José.118
117 RAMOS NUÑEZ Carlos Augusto, Historia de la Corte Suprema de Justicia del Perú, Fondo Editorial
del Poder Judicial, Tomo I, Primera Edición, Diciembre 2008, pag. 468-470
118 Pena de muerte www.caretas.com.pe/Modules/GetStorageFileAudit.ASP?Mode...Formato de
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102
IV.11. MIGUEL SALAZAR VALDIVIA
Miguel Salazar Valdivia, un obrero de 25 años, fue sancionado por matar a un policía
durante el asalto a una tienda y ejecutado el 23 de enero de 1976. En ese atraco, los
valientes efectivos se les enfrentaron y los hicieron huir, pese a quedar seriamente
heridos. En este país, los delincuentes no respetan a los policías y no tienen
miramientos para dispararles. Sin embargo, hace unas décadas, era muy distinto.
Durante los 12 años de las dictaduras de los generales Juan Velasco Alvarado y
Francisco Morales Bermúdez, entre 1968 y 1980, fueron ejecutadas siete personas
por matar a miembros de las fuerzas del orden.
120 Cfr. ROXIN, Claus, Derecho Penal: Parte General, T.1, Civitas, Madrid, 1997, p. 81 y ss.
121 MIR PUIG, Santiago, Derecho Penal: Parte General, 5ª Ed., Barcelona, 1998, p. 61.
104
debe considerarse como un fin en sí mismo, por cuanto el hombre es una entidad
espiritual moral dotada de autonomía.
Al respecto, Mir Puig señala, es la dignidad del individuo, como límite material
primero a respetar por un Estado democrático, lo que va fijando topes a la dureza de
las penas y agudizando la sensibilidad por el daño que causan en quienes las sufren.
Aunque el Estado y hasta la colectividad en general pudieran convenir penas crueles
para defenderse, a ello se opone el respeto de la dignidad de todo hombre – también
del delincuente - , que debe asegurarse en un Estado para todos122.
El carácter rehabilitador de la pena tiene la función de formar al interno en el uso
responsable de su libertad, no la de imponerle una determinada cosmovisión del mundo
ni un conjunto de valores que a lo mejor puede no compartir. Pero en cualquier caso
nunca le puede ser negada la esperanza de poderse insertar en la vida comunitaria. Así
debe entenderse el principio de resocialización en un Estado democrático, no como
sustitución coactiva de los valores del sujeto, ni como manipulación de su personalidad,
sino como un intento de ampliar las posibilidades de la participación en la vida social, una
oferta de alternativas al comportamiento criminal. Ello ha de suponer la libre aceptación
por parte del recluso, que no ha de ser tratado como mero objeto de la acción
resocializadora de un Estado intervencionista, sino como un sujeto no privado de su
dignidad con el cual se dialoga123.
Desde esa perspectiva el inciso 22) del artículo 139º de la Constitución constituye un
límite al legislador, que incide en su libertad para configurar el quántum de la pena:
en efecto, cualquiera sea la regulación de ese quántum o de las condiciones en las
que la pena se ha de cumplir, ella debe necesariamente configurarse en armonía con
las exigencias de “reeducación”, “rehabilitación” y “reincorporación” del penado a la
sociedad. Del mismo modo, tales fines no se condicen con la pena de muerte, que
constituye una manifestación del fin retributivo de la pena, el cual, como ya se ha
visto, colisiona con el principio-derecho de dignidad humana, eje y motor de todo
nuestro ordenamiento jurídico.
Las consecuencias jurídicas del delito han constituido y constituyen la preocupación tal
vez fundamental de la Política Criminal moderna. La obra de Becaria 124, que suele
considerarse punto de partida del Derecho penal actual, representó el comienzo de un
movimiento de revisión de las penas admisibles que llegaría a nuestros días. La idea
básica que inspira dicha evolución es la de que es preciso humanizar las consecuencias
que el Derecho asigna al delito. La Ilustración puso de manifiesto la crueldad de las
penas del Derecho penal del Ancien Régime. Éste se basaba en la utilización masiva de
la pena de muerte y de las penas corporales (tortura, azotes, mutilación, etc.). Las
legislaciones liberales del siglo pasado atendieron en parte a las voces favorables a la
humanización, suprimiendo paulatinamente las penas corporales y erigiendo en nuevo
centro del sistema punitivo la pena de privación de la libertad 125.
La dignidad del individuo es el límite material que debe respetar un Estado democrático 133,
«lo que va fijando topes a la dureza de las penas y agudizando la sensibilidad por el daño
que causan en quienes las sufren. Aunque al Estado y hasta la colectividad en general
pudieran convenir penas crueles para defenderse, a ellos se opone el respeto de la dignidad
de todo hombre - también del delincuente-, que debe asegurarse en un Estado para
todos»134. El respeto por la dignidad humana adquiere vital importancia, así el Tribunal
Constitucional señala que «comporta la obligación estatal de realizar las medidas adecuadas
y necesarias para que el infractor de determinados bienes jurídicos-penales pueda
reincorporarse a la vida comunitaria, y que ello se realice con respeto a su autonomía
individual, cualquiera sea la etapa de ejecución de la pena. Sin
129 HANS-HEINRICH, Jescheck, Tratado de Derecho Penal: Parte General, Comares, Granada, 1993, pág. 23.
130 Cfr. MIR PUIG, Santiago, Derecho Penal: Parte General, 5ª. Ed., Tecfoto, Barcelona, 1998, pág. 94.
131 Zaffaroni/Aliaga/Slokar 2000: 25.
132 Tribunal Constitucional, Sentencia recaída en el Exp. 0010-2002-AI-TC del 3 de enero del 2003, Caso
Marcelino Tineo Silva y más de 5000 ciudadanos, fundamento178.
133Cf. GARCÍA CAVERO, Percy, http://www.unifr.ch/derechopenal/tespe/penamuerte/penamuerte_percy. pdf.,
Cit., 7 de febrero 2007.
134 MIR PUIG, Santiago, Op. Cit., p. 95.
107
embargo, y aunque no se exprese, detrás de medidas punitivas de naturaleza
drástica como la cadena perpetua subyace una cosificación del penado, pues este
termina considerado como un objeto de la política criminal del Estado, sobre el cual
- porque nunca tendrá la oportunidad de ser reincorporado-, tampoco habrá la
necesidad de realizar las medidas adecuadas para su rehabilitación». 135
Es evidente que la pena de muerte no soporta un análisis desde el ángulo del
principio de racionalidad y humanidad de las penas frente al que se encuentra
claramente enfrentado. Esto se hecho evidente en el caso del reciente
ahorcamiento de Saddam Hussein, en el que incluso el secreto del ajusticiamiento
debe hacer meditar a los partidarios de la pena de muerte sobre las condiciones en
que se ejecutó la pena de muerte.136
V.4. PENA DE MUERTE Y CONVENCIÓN AMERICANA SOBRE DERECHOS
HUMANOS
108
de 1978137. A partir de la vigencia de la Constitución de 1979, conforme a su artículo
235°, nuestro ordenamiento sólo contemplaba la pena de muerte para los casos de
traición a la patria en caso de guerra exterior. Así, conforme al precitado artículo de la
Convención Americana, nuestro país no puede aumentar los supuestos en los que se
contemple la pena de muerte. La extensión de estos supuestos implicaría una
violación de la Convención Americana sobre Derechos Humanos.
Es por ello que la promulgación de una ley tendiente a ampliar los supuestos de pena
de muerte no sólo resulta inconstitucional, por instituir una pena que resulta contraria
al principio resocializador de la pena, así como a la dignidad humana, sino que
implicaría la responsabilidad internacional del Estado peruano 138.
Los proyectos de reforma restan importancia a la vulneración que produciría la
implementación de la pena de muerte en relación con los tratados internacionales
de Derechos Humanos. El proyecto del Ejecutivo llega a señalar que no es ni
siquiera necesario denunciar el Pacto de San José de Costa Rica, pues en julio de
1978, cuando se ratificó este tratado por el Perú, estaba todavía vigente el Decreto
Ley Nº 20583 promulgado en abril de 1974, el cual castigaba con pena de muerte la
violación de menores de siete años. En este orden de ideas, la pena de muerte no
se habría extendido a nuevos casos, sino que se mantendría en aquellos que
estaban vigentes al momento de la ratificación del pacto.
El argumento esbozado podría constituir, aunque con serias dudas, una interpretación
que se ajusta al tenor literal del punto 2 del artículo 4 del Pacto de San José de Costa
Rica, pero no cabe duda de que va contra el sentido de este dispositivo. En el ámbito
internacional, se conoce a este principio como el principio de progresiva supresión de la
pena de muerte, lo que significa que la pena de muerte debe ir progresivamente
eliminándose. Así, se entiende incluso el propio artículo 4 si se lee con una visión de
conjunto el punto 3, que establece que no se restablecerá la pena de muerte en los
Estados que la han abolido. En este sentido, si la pena de muerte se eliminó para ciertos
casos, como sucedió con la Constitución Política de 1979 respecto de la violación sexual
de niños, no podrá volverse nuevamente a la pena de muerte para estos casos.
Creo que desde la lógica de la protección de los derechos humanos, habría que
considerar seriamente lo que implica para los ciudadanos una salida de la jurisdicción de
la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Una decisión del momento no puede
dejar de considerar las consecuencias futuras que dicha decisión traería consigo.
109
V.5. PRONUNCIAMIENTO DE LA CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS
HUMANOS SOBRE LA TENDENCIA LIMITATIVA DE LA PENA DE
MUERTE.
En este caso, la Corte expresó que el artículo 4º inciso 2 de la Convención «si bien [...]
no llega a suprimir la pena de muerte, sí prohíbe que se extienda su uso y se imponga
respecto a delitos para los cuales no estaba prevista anteriormente, impidiéndose con
ello la expansión de la lista de delitos castigados con dicha pena». 140
De esta forma - señala la Corte - la Convención expresa una clara nota de progresividad,
consistente en que, sin llegar a decidir la abolición de la pena de muerte, adopta las
disposiciones requeridas para limitar definitivamente su aplicación y su ámbito, de modo
que este se vaya reduciendo hasta su supresión final141.
En el caso peruano, la Constitución Política de 1979 ratificó nuestra adhesión a la
Convención Americana y restringió la pena de muerte al delito de traición a la patria en
caso de guerra exterior. En virtud de ello, el Estado peruano se encuentra impedido de
ampliar la pena de muerte a otros supuestos.
139 Corte Interamericana de Derechos Humanos. Opinión Consultiva OC-3/83, del 8 de setiembre de
1983. Restricciones a la pena de muerte (artículos 4.2 y 4.4 Convención Americana sobre Derechos
Humanos).
140 Ibidem, pf. 56.
141 Ibidem, pf. 57
110
internacional de tal Estado.
142
Los límites que caracterizan al órgano reformador pueden ser formales y materiales,
siendo los límites formales aquellos referidos a todos y cada uno de los requisitos
objetivamente reconocidos por la Constitución para que la reforma prospere. A su
vez, los límites materiales se refieren a los contenidos de la Constitución; con ellos no
se indica la presencia de condicionamientos de tipo procedimental, sino algo mucho
más trascendente: la presencia de parámetros de identidad o esencia constitucional,
inmunes a toda posibilidad de reforma. Y es que aunque toda Constitución se
caracteriza por ser un cuerpo normativo integral donde cada disposición cumple un
determinado rol, ciertas cláusulas asumen una función que resulta mucho más vital u
omnicomprensiva que las del resto. Se trata de los valores materiales y principios
fundamentales que dan identidad o que constituyen la esencia del texto constitucional
(la primacía de la persona, la dignidad, la vida, la igualdad, el Estado de Derecho, la
separación de poderes, etc.). Sin ellos, la Constitución sería un texto formalmente
supremo pero, en cambio, materialmente vacío de sentido.
Los límites materiales, entonces, están constituidos por aquellos principios supremos
del ordenamiento constitucional que no pueden ser modificados por la obra del poder
reformador de la Constitución. En consecuencia, la reforma que no observe dichos
límites, o simplemente los ignore, resultará ilegítima en términos constitucionales.
142
http://www.google.com.pe/search?q=pena+de+muerte+en+la+actualidad+en+Per%C3%BA&hl=es&gbv
=2&tbm=isch&ct=mode&cd=2
111
V.7. CONSIDERACIONES FINALES
En ese sentido, creemos que el análisis del discurso político criminal que está en la base
de los proyectos legislativos que pretenden introducir la pena de muerte para algunos
delitos se trata, como señala Cancio Meliá 144 de un verdadero paroxismo de “Derecho
Penal” del enemigo, y a su vez, advierte que, si el ordenamiento jurídico del Perú da este
paso, habrá abierto una brecha mortal en el edificio del Estado de Derecho.
Los proyectos de ley presentados ante el Congreso de la República para ampliar los
supuestos de aplicación de la pena de muerte resultan innecesarios, toda vez que
existe una legislación penal que actualmente sanciona con penas privativas de la
libertad muy severas dichas conductas delictivas, las cuales no habiendo resuelto la
existencia de tales delitos pone en evidencia que la causa de dichos fenómenos
delictivos debe ser enfrentado con otro tipo de instrumentos 145.
143 CAVERO GARCÍA, Percy, Análisis crítico de las propuestas de implementación de la pena de muerte en el
Sistema Penal Peruano, en http://www.unifr.ch/ddp1/derechopenal/?menu=numeros#2007.
144 CANCIO MELIÁ, Manuel, Pena de Muerte: paroxismo del “Derecho Penal” del enemigo, publicado en:
Hurtado Pozo (dir.), Anuario de Derecho Penal peruano 2007. Pena de muerte y política criminal, ed. Université de
Fribourg-Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima, 2008, pp.67 a 82.
145 WALTER ALBÁN Peralta y otros, Pena de Muerte y Política Criminal, Informe Jurídico elaborado para el
Colegio de Abogados de Lima: Anuario de Derecho Penal 2007, en http://es.scribd.com/doc/5510189/Anuario-de-
derecho-penal-2007-pena-de-muerte-y-politica-criminal.
112
CONCLUSIONES.
1. En la época pre incaica, generalmente, las penas eran crueles y la pena capital
era empleada para sancionar casi todos los delitos. Para lograr la confesión del
acusado se aplicaba el tormento. Eran responsables los menores, los débiles
mentales y hasta los animales y objetos.
2. En la época incaica, la justicia era impartida por los curacas, así los jefes de aldea
prestaban especial atención a que nadie perjudicase al prójimo o que procediese
contra él injustamente, castigándose con rigor especial el robo de mujeres, la
violación y el adulterio. Sin embargo, cuando algún problema afectaba a dos o
más ayllus (controversia acerca de linderos, usos de bosques, pastos, campos,
etc.) la competencia pasaba al jefe tribal. Aunque muchas veces daba lugar a un
estado de guerra. Fue éste el sistema penal que existió antes de la fundación del
Imperio Incaico.
5. En los tiempos modernos, la pena de muerte es una sanción extrema que resulta
peligroso aplicarla pues en nuestro país, como en otros, las autoridades pueden
cometer errores que conllevarían quitar la vida a personas inocentes. Las
consecuencias son irreversibles. A lo largo de la historia se han presentado varias
113
propuestas legislativa acerca de la reinstauración a nivel constitucional, de la
pena de muerte en el Perú para el caso de violaciones sexuales a menores de
edad, sin embargo se ha demostrado que la implementación de esta pena no ha
cumplido con ser un instrumento disuasivo para prevenir la comisión de delitos.
114
crueldad ni sufrimientos innecesarios para el penado, tomando en cuenta los
lineamientos del Derecho de los derechos humanos.
10. La promulgación de una ley tendiente a ampliar los supuestos de pena de muerte
no sólo resulta inconstitucional, por instituir una pena que resulta contraria al
principio resocializador de la pena, así como a la dignidad humana, sino que
implicaría la responsabilidad internacional del Estado peruano.
115
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Sentencias
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