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Los mocovíes jugaban al Yolé dibujando un tablero circular con una línea que lo
atravesaba y seis lineas paralelas perpendiculares a la primera. En uno de los
extremos dibujaban el lapél (pozo).
Cada jugador usaba 7 palitos como fichas y los ubicaba tal como muestra la imagen.
La idea era avanzar de línea en línea y pasar al otro lado sin caer en el pozo. El que
caía en el pozo debía tirar de vuelta para salir y, si no sumaba puntos, perdía la ficha.
Cuando se caía en una línea con una ficha del contrincante, ésta era eliminada.
Ganaba quien lograba sacarle la ficha al otro. Se comenzaba a partir de la línea donde
había 2 palitos y luego se seguía con las demás. Para avanzar se tiraban 4 medios
carozos de durazno.
Puntajes:
Algunas veces, las tabas eran modificadas puliendo algunas de sus caras y añadiendo
una chapa para dejar la cara más lisa y plana. Durante el siglo XX en algunas regiones
el juego era tan popular y era tal la demanda de estos huesos que pasaron a
fabricarse en plástico, resina o metal.
Taba: hueso, generalmente de res pequeña, u objeto parecido que se usa en ciertos
juegos.
Tol
El juego del “pallín” o “chueca”, es un juego muy similar, al que llamaban tol.
(Éste es muy similar al hockey actual, con palos de madera se golpea una pelota de
chala que debe encestarse en un agujero en el centro de la cancha. Gana quien hace
más goles).
Los tobas y matacos del Gran Chaco lo practicaban, y para jugarlo se elegía un lugar
despejado y plano, los jugadores, adornados con pinturas especiales y con birretes y
borlas de lana coloreada, se repartían en dos equipos de 10 a 12 hombres cada uno.
En los extremos de la cancha se marcaban las metas, amontonando con tal propósito
ramas y gajos de arbustos; en el centro del campo se cavaba un hoyo, en el que se
introducía una pelota de cuero sobado, rellena con bosta y paja. Cada jugador se
proveía de un palo, generalmente de molle o coihue, arqueado en uno de sus
extremos. El juego comenzaba cuando dos jugadores expertos, cruzando sus palos,
lograban sacar la pelota del hoyo y la lanzaban al campo, y consistía en llevarla,
impulsándola con los bastones, hasta la meta del equipo contrario, para marcar con
ello un tanto.
Suká(tobas)
Se practicaba con 4 cañitas partidas longitudinalmente y en las que cobraban
importancia las caras: cóncavas u convexas. Los jugadores, generalmente dos, se
colocaban enfrentados y en cuclillas, arrojando por turno las cañas y contando los
tantos de acuerdo con la forma en que éstas caían según las diferentes
combinaciones posibles.
En el caso de jugarlo n el Jardín y con el fin de simplificar se puede otorgar 1 punto si
cae con la concavidad hacia arriba y 2 puntos si cae con la concavidad hacia abajo.
Gana la partida el niño que más puntos sume.
Allél-Kuzén(tehuelches-mapuches)
Intervenían dos hombres y dos mujeres "ellas contra ellos". Empleaban 4 huesitos,
una de sus caras se pintaba con rayas y otros diseños negros. Un cuero vacuno servía
a modo de mesa para arrojar los huesitos por turno. Al igual que en el juego anterior el
puntaje variaba según las combinaciones entre lisas y rayadas, y se iban sumando los
puntajes entre los integrantes del mismo equipo.