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La relación de la iglesia con las ONGs

Las ONGs son puentes entre comunidades: la comunidad de la fe (iglesia) y la


comunidad local. La pregunta es la siguiente ¿No es acaso la iglesia una
mediadora en la problemática social con la capacidad de ser ella misma parte de
la comunidad donde actúa? En ese sentido podríamos decir que la iglesia es una
especie de ONG. Sin embargo, a pesar de su profesionalismo y efectividad, las
ONGs no son programas que integran a la iglesia local, sino que terminan
separándose de la comunidad de la fe y directamente se relacionan con la
comunidad local, siendo para estas últimas demasiado valiosas por sus recursos.

“De la misma manera que resultaría extraña y ofensiva a la labor de la iglesia la


presencia de una agencia misionera que ofreciera recursos y la visita de expertos
para evangelizar…sin la participación activa de ella, también debería resultar
ofensiva a la comunidad eclesial la práctica de la responsabilidad social como una
acción independiente de una ONG” a. En ese sentido la iglesia tiene, no sólo un rol
de servicio a la comunidad sino una relación con el gobierno local y con las ONGs.
Veamos estas dos últimas relaciones:

Relaciones con el gobierno local:

La iglesia, por su condición de “local”, no puede estar al margen del gobierno local
y sus políticas, ya que su acción de servicio es mucho más política que la política
imperante en nuestro país. Esta aseveración, lamentablemente, es bastante
peligrosa porque podríamos ir en contra de algunas autoridades gubernamentales
que tienen intereses poco altruistas, entonces podría ofenderlos o incomodarlos
hasta el punto de que reflexionen al respecto y tengan una motivación correcta de
servicio.

Omar Cortés dice que la iglesia debe establecer vínculos y relaciones, no sólo con
las ONGs, sin necesariamente con el poder local, sólo así “la iglesia puede ayudar
a la transformación de los espacios municipales en lugares de encuentro del
protagonismo de la comunidad; puede ayudar a la democratización de la sociedad,
a partir del impulso que aporta la entrega de poder a los ciudadanos que
conforman el municipio” b, pero para hacerlo, la iglesia debe erradicar el
paradigma tan enraizado en la conciencia religiosa de nuestro país: el Estado es
un factor subsidiario del culto y del afán evangelizador de la iglesia.

A: Mision Integral y Pobreza, editado por René Padilla y Tetsunao Yamamori. Pág. 130

B: Mision Integral y Pobreza, editado por René Padilla y Tetsunao Yamamori. Pág. 136
Relaciones con otras organizaciones y esfuerzos de servicio:

Jesús dijo a sus discípulos: “El que no está contra nosotros está a favor de
nosotros” (Mc. 9:40). Esta cita nos da pie para pensar en la colaboración con otras
entidades de servicio a la comunidad, no somos los únicos que cumplen una labor
de ayuda al prójimo. La pregunta es ¿Qué realidad se vive en el sector donde se
encuentra nuestra iglesia local? Y la respuesta nos llevará, no sólo a ver la
necesidad imperante a nuestro alrededor, sino que también identificar a aquellos
que están haciendo algo parecido a nosotros y cuyo trabajo necesita compañía.

Esta relación entre iglesia y organizaciones de ayuda social fortalece un


movimiento que puede hacer posible una transformación mucho más grande y
efectiva de la que podríamos alcanzar independientemente. Por ejemplo, la iglesia
debería incluir dentro de su responsabilidad social, no sólo los programas de
ayuda social sino que también una convocatoria, para trabajar juntos, a las
diferentes instituciones que se encargan de los diferentes aspectos de la
responsabilidad social, como son: movimientos contra la delincuencia, las drogas,
el abuso de menores, la discriminación, la pobreza, el analfabetismo, el abandono
de los ancianos por parte de sus familiares, entre otros.

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