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LA IGLESIA Y SU RESPONSABILIDAD SOCIAL

La iglesia está llamada a la evangelización pero también a la responsabilidad social


(actividades socio-políticas que forman parte de nuestra responsabilidad cristiana). De
estas dos la que tiene el primer lugar es la evangelización porque esa es la misión
principal de la iglesia. La historia de la iglesia ha demostrado que la evangelización y la
responsabilidad social no están divorciadas, por el contrario, están vinculadas hasta ser
socias. La actividad social es una consecuencia de la evangelización, “porque la
evangelización acerca a la gente a la fe, la fe obra por el amor, y el amor produce el
servicio…la responsabilidad social es más que una consecuencia de la evangelización;
es también uno de sus principales objetivos, dado que somos salvos para buenas
obras” a. La actividad social se puede constituir en un puente para la evangelización, y
también puede acompañarla como su socia o colaboradora.
Esta participación y colaboración se aplica tanto al cristiano individual como a la iglesia
local. Los cristianos reciben diferentes dones y llamados especializados, los cuales los
capacitan para desempeñar funciones especializadas tanto en la iglesia como fuera de
ella. Todos los cristianos tienen necesidades que no solo se limitan a un orden
espiritual (dentro de la iglesia) sino que también tienen necesidades de orden social, es
por eso que se crean ministerios que ayuden a los cristianos según las necesidades
que se presenten.
Asimismo debe ocurrir cuando se trata de cada iglesia local frente a las necesidades de
su comunidad local, porque las necesidades de esta última son mayores y más
variadas. Sin embargo, no estamos llamados a satisfacer todas esas necesidades, ya
sea por una cuestión de tamaño, de capacidad económica, entre otros. En ese sentido,
la iglesia, según su tamaño, debe organizar “grupos de estudio y acción, según sus
dones, llamados e intereses” b, los cuales se ocuparán de las necesidades sociales,
pastorales o evangelísticas.
Es importante que la iglesia apoye activamente a estos servicios reconociéndolos,
apoyándolos económicamente, dándoles consejos, apoyo espiritual, y oración, según la
necesidad, además la iglesia local debe darles la oportunidad de informar acerca de
sus logros de tiempo en tiempo para que la iglesia se identifique con lo que se están
haciendo y se involucre desde su perspectiva con dicha labor. De esta manera, la
iglesia podrá llegar a la comunidad con su compasión y no sólo con su mensaje
salvífico.
La iglesia y la política:
Hay 2 ideas aparentemente contrarias: Primero, la iglesia debe estar presente en lo
político “porque el cristianismo debe evangelizar la totalidad de la existencia humana,
incluida la dimensión política…pues el señorío de Cristo…se extiende a toda la vida” c.
Segundo, la iglesia debe respetar la autonomía de lo político, porque el reino de Dios
no es de este mundo. En ese sentido, la función de la iglesia es de “evangelizar lo
político”, es decir, de establecer y consolidad la comunidad humana. Dicha función es
tarea de toda la iglesia, de una u otra manera, ya sea prestando servicio sobresaliente
a la sociedad civil o ayudando a los no creyentes que comparten sus convicciones
sobre los valores fundamentales.

a: El cristiano Contemporáneo, por John Stott. Nueva Creación 1995. Pág. 325-326.
b: El cristiano Contemporáneo, por John Stott. Nueva Creación 1995. Pág. 326.
c: Fe Cristiana y Compromiso Social, por el Departamento de Acción Social CELAM. Pág. 113
Existen 2 formas de estar en política. Primero, la acción de los cristianos, aislada o
asociada, que llevan a título personal como ciudadanos de acuerdo a su conciencia
cristiana. Segundo, la acción de los cristianos con el respaldo de la iglesia y la de sus
líderes religiosos. De una u otra manera, la intervención de un cristiano o de la iglesia
debe ser de orden apologético y ético-moral, de ninguna manera puede ser por
intereses personales y partidistas, ya que esto dividiría a los cristianos quienes tendrían
opiniones y preferencias políticas legítimas opuestas, además como ya se mencionó, la
iglesia tiene una misión más elevada.
La política puede ser de orden normativo o de orden partidista. La iglesia no puede
tomar partido de un grupo político que lucha por el poder, sino que debe ponerse de
lado de la lucha por precisar los valores fundamentales de toda comunidad. “la iglesia
debe hacer política, en el sentido de promover el bien común. No hace política en el
sentido de luchar por la conquista y el ejercicio del poder, como hacen los partidos
políticos" a.
Esta participación de la iglesia en la política no incluye a los líderes religiosos porque
esto causaría la influencia de alguna corriente ideológica en la exposición de su
mensaje, la cual redundaría en la pérdida de su autoridad como portavoces del
evangelio. Esta labor recae sobre los que no participan en el liderazgo de la iglesia
(laicos) siempre que sea con la cobertura y la guianza de sus líderes, de tal manera
que actúen en libertad de pensamiento y no bajo prejuicios que no corresponden a los
estándares bíblicos.
Libertad:
La iglesia, en su función como defensora de la libertad, debe manifestarse en cuanto
sea más independiente de los movimientos políticos que la solicitan, así como nuestro
Señor Jesús marcó diferencias con los grupos religiosos de Su tiempo. Jesucristo, a
pesar que le presionaron para que defina su ideología política, rehusó ser un caudillo
político o religioso, es por eso que pudo preservar la semilla del Reino de Dios de
manera intachable, de tal manera que pueda ser aplicable a toda clase de persona b.
En ese sentido, la iglesia debe utilizar sus propios medios para luchar contra las
injusticias, los abusos de poder, la corrupción, y todos esos elementos que coactan la
libertad. Los medios propios de la iglesia son ante todo el testimonio de vida de los
cristianos y la predicación del mensaje del evangelio, además de la denuncias de las
injusticias y de los abusos de poder por medio de la palabra, de gestos, de
compromisos, y de acciones no violentas. Todas estas acciones deben tener su
fundamento en el amor por los más necesitados e indefensos.
Sir Keith Joseph dijo lo siguiente respecto a la forma en que todos los cristianos
debemos protestar frente a todo lo que atente a los principios que la iglesia como
institución defiende: “Debemos librar la batalla de las ideas en cada escuela,
universidad, publicación, comisión, estudio de televisión, aunque tengamos que luchar
en cada uno de estos medios por mantener nuestro punto de apoyo. Tenemos la
verdad. Si no la hacemos resplandecer, seremos tan culpables como los explotadores,
los casuistas y los comerciantes” c.

a: Fe Cristiana y Compromiso Social, por el Departamento de Acción Social CELAM. Pág. 115

b: Mateo 22:21 “Dad al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios”

c: La Fe Cristiana frente a los Desafíos Contemporáneos, por John Stott. Nueva Creación. Pág. 82-83
La inserción de la iglesia en la comunidad local
En el pasado los cristianos eran los que iniciaban las grandes revoluciones de ayuda
social y no necesariamente a través de la violencia, pero con el correr del tiempo la
iglesia se ha metido en una burbuja que la separa de la realidad social en que vivimos.
Además de esa realidad, la iglesia en el Perú (salvo algunas excepciones) tiene muy
poco poder económico. Es por eso que debemos unirnos a asociaciones que tengan la
infraestructura adecuada que nos permita cumplir con nuestra responsabilidad social.
Las ONGs son puentes entre comunidades: la comunidad de la fe (iglesia) y la
comunidad local. La pregunta es la siguiente ¿No es acaso la iglesia una mediadora en
la problemática social con la capacidad de ser ella misma parte de la comunidad donde
actúa? En ese sentido podríamos decir que la iglesia es una especie de ONG. Sin
embargo, a pesar de su profesionalismo y efectividad, las ONGs no son programas que
integran a la iglesia local, sino que terminan separándose de la comunidad de la fe y
directamente se relacionan con la comunidad local, siendo para estas últimas
demasiado valiosas por sus recursos.
“De la misma manera que resultaría extraña y ofensiva a la labor de la iglesia la
presencia de una agencia misionera que ofreciera recursos y la visita de expertos para
evangelizar…sin la participación activa de ella, también debería resultar ofensiva a la
comunidad eclesial la práctica de la responsabilidad social como una acción
independiente de una ONG” a. En ese sentido la iglesia tiene, no sólo un rol de servicio
a la comunidad sino una relación con el gobierno local y con las ONGs. Veamos estas
dos últimas relaciones:
Relaciones con el gobierno local:
La iglesia, por su condición de “local”, no puede estar al margen del gobierno local y
sus políticas, ya que su acción de servicio es mucho más política que la política
imperante en nuestro país. Esta aseveración, lamentablemente, es bastante peligrosa
porque podríamos ir en contra de algunas autoridades gubernamentales que tienen
intereses poco altruistas, entonces podría ofenderlos o incomodarlos hasta el punto de
que reflexionen al respecto y tengan una motivación correcta de servicio.
Omar Cortés dice que la iglesia debe establecer vínculos y relaciones, no sólo con las
ONGs, sin necesariamente con el poder local, sólo así “la iglesia puede ayudar a la
transformación de los espacios municipales en lugares de encuentro del protagonismo
de la comunidad; puede ayudar a la democratización de la sociedad, a partir del
impulso que aporta la entrega de poder a los ciudadanos que conforman el municipio”
b, pero para hacerlo, la iglesia debe erradicar el paradigma tan enraizado en la

conciencia religiosa de nuestro país: el Estado es un factor subsidiario del culto y del
afán evangelizador de la iglesia.
Relaciones con otras organizaciones y esfuerzos de servicio:
Jesús dijo a sus discípulos: “El que no está contra nosotros está a favor de nosotros”
(Mc. 9:40). Esta cita nos da pie para pensar en la colaboración con otras entidades de
servicio a la comunidad, no somos los únicos que cumplen una labor de ayuda al
prójimo.

a: Misión Integral y Pobreza, editado por René Padilla y Tetsunao Yamamori. Pág. 130

b: Misión Integral y Pobreza, editado por René Padilla y Tetsunao Yamamori. Pág. 136
La pregunta es ¿Qué realidad se vive en el sector donde se encuentra nuestra iglesia
local? Y la respuesta nos llevará, no sólo a ver la necesidad imperante a nuestro
alrededor, sino que también identificar a aquellos que están haciendo algo parecido a
nosotros y cuyo trabajo necesita compañía.
Esta relación entre iglesia y organizaciones de ayuda social fortalece un movimiento
que puede hacer posible una transformación mucho más grande y efectiva de la que
podríamos alcanzar independientemente. Por ejemplo, la iglesia debería incluir dentro
de su responsabilidad social, no sólo los programas de ayuda social sino que también
una convocatoria, para trabajar juntos, a las diferentes instituciones que se encargan
de los diferentes aspectos de la responsabilidad social, como son: movimientos contra
la delincuencia, las drogas, el abuso de menores, la discriminación, la pobreza, el
analfabetismo, el abandono de los ancianos por parte de sus familiares, entre otros.
Bibliografía:
Misión Integral y Pobreza, editado por René Padilla y Tetsunao Yamamori. Editorial
Kairos, 2001.
Fe Cristiana y Compromiso Social, por el Departamento de Acción Social CELAM.
El cristiano Contemporáneo, por John Stott. Editorial Nueva Creación 1995.
La Fe Cristiana frente a los Desafíos Contemporáneos, por John Stott. Editorial Nueva
Creación.

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