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Resumen Abstract
El objetivo de este artículo es analizar algunos The aim of ftis artícle is to provide insight into
de los principales procesos y mecanismos me- some of the main processes and mechanisms
diante los cuales se ha construido soclairnente la involved in the social construction of oíd age as a
vejez como una etapa del ciclo de la vida huma- stage of human lite cycle. Argumenís are based on
na. Para ello nos hemos basado en un amplio es- e wide range of recent sociological litera ture,
pectro de literatura sociológica disponible sobre available mostly in Fnglish language. We have
el tema, especialmente en lengua inglesa. Hemos structured our work in four parts. Starting from
estructurado el trabajo en cuatro partes. Comen- Eurostat’s figures, WC make estirnate on thepresent
zamos constatando, a pedir de los datos propor- dimensions and the projections for the next fifty
years about population ageing in the European
cionados por Furostal, las dimensiones actuales
y las proyecciones para los próximos cincuenta Union. Then we carry out a deconstruction on the
años del envejecimiento de la población en la ageing concept by showing the relativity of the
Unión Europea. Luego realizamos una decons- criteria used by Pie contemporary society to
trucción del concepto de vejez, mostrando la re- demarcate the boundaries between mature age
latividad de los criterios empleados en la socie- anó oid age anó ehe societal differentiation within
dad contemporánea para establecerla frontera this category of age. Third, we make a succinct
que separa la vejez de la edadadulta y la diferen- analysis ofthe origin andsociohistoric evolution of
ciación social de las personas que se incluyen en the ageing images. Finally, we introduce some de
esa categoría de edad. En la tercera parte anali- the main sociological theories anó researches
zamos el origen y evolución sociohistórica de las which illustrate a variety ofimportantaspecís about
imágenes de la vejez. Finalmente, presentamos al- oíd age social construction.
gunas delas principales teorías e investigaciones
sociológicas sobre la vejez que ilustran diferentes
aspectos importantes de su construcción social,
E
l acelerado envejecimiento de la
población es uno de los hechos factores siguientes: una proporción cre-
sociales más importantes y con ciente de población de más de 65 años,
implicaciones de más largo alcance de un aumento en números absolutos de
las sociedades postindustriales en es- las personas ancianas y el aumento de
te comienzo del siglo XXI. Aunque de la esperanza de vida al nacer El interés
un modo incipiente, también en la ma- creciente por este tema quedó paten-
yoría de los países en vías de industria- te en 1993, el Año Europeo de la Ter-
lización se percibe ¡atendencia al enve- cera Edad, evento que suscitó en los
125
Susana Kehl y J. Manuel Fernández La construcción social de la vejez
CUADRO 1
Población de 65 a 79 años como % de la población total de la UE
1988 leáS 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998
Unión Europea-lb 11 11 11 11 11 11 11 12 12 12 12
Bélgica 11 11 11 12 12 12 12 12 12 13 13
Dinamarca 12 12 12 12 12 12 12 11 11 11 11
Alemania 11 11 11 11 11 11 11 1112 12 12
Grecia II 11 11 11 11 11 12 12 12 13 13
España 10 10 11 11 11 11 12 12 12 12 13
Francia 10 10 10 10 11 11 11 11 11 12 12
Irlanda 9 9 9 9 9 9 9 9 9 9 9
Italia Ii 11 12 12 12 12 12 12 13 13 13
Luxemburgo 11 11 10 10 10 10 11 11 11 11 11
Holanda 10 10 10 10 10 10 10 10 lO 10 10
Austria 11 11 11 11 11 11 11 11 11 12 12
Portugál 10 11 11 11 11 11 12 12 12 12 12
Finlandia 10 11 11 11 11 11 11 11 11 11 II
Suecia 14 14 14 14 13 13 13 13 13 13 13
Población de 80 años y mí
Uni6ri Europea-lS
Bél9ica
Dinamarca
Alemá~nia
Grecia
España
Francia
Irlánda
Italia
Luxemburgo 2,8 2,9 3,1 3,1 3,2 3,3 3,3 3,4 3,4 3,3 3±
Holanda 2,8 2,8 2,9 2,9 2,9 3,0 3,0 3,1 3,1 3,1 3,2
Austria . 3,4 3,5 3,5 3,6 3,7 3,7 3,8 3,9 3,8 3,7 3,5
Portugal 2,2 2,3 2,5 2,6 2,7 2,7 2,8 28 2,8 2,8 2,8
2,6 2,7 28 2,9 3,0 3,1 3,2
Finlandia
Suecia MO 4,1 4,2 $3 4,4 4,5 4,5< 4,6
Reino Ubido 3;4 3,5 3,6 ~3,7 3,8 ~3,9 3,9 4,0
CUADRÓS
Proyección de la e#olución de la~población ma~rár (60 años y más)
en la Unión Europea de 1995-2050
1995 Escenarios de 2000 Éscen&io de 2020 Escenários de 2050
Observ. Joven Reí. Viejo Jov¿n Reí. Viej6 Joven Reí. Viejo
Fuente: Eurostat, Ponrait Social de (Europe, Luxemburgo, 1998, p., 42, cuadro 4.
Nora: Los escenarios de la población a largo plazo se fundan sobre hipótesis en cuéstión de fe-
cundidad, de esperanza de Vida y de emigración. Escenario base: proyección mediana para cada
factorEscenario de población joven: froyeéóiónaíta para lá fecundidad y la migrasión, y baja pa-
re la esperanza de vida. Escenario de población vieja: proyección alta para la esperanza de vida, y
baje para la fecundidad y la migración.
CUADRO 4
Tasas de dependencia en el horizonte del año 2050
Irlanda —~
96,9 87,0 87,0 86,8 87 88 91 128 114 105
Italia 77,7 77,6 77,9 ¡ 78,3 90 92 94 136 119 107
Finlandia 79,8~ 79,9 80,3 80,8 100 101 104 117 109 102
Suecia 87,7 87,1 87,4 87,5 ¡ 96 98 99 114 105 99
Reino Unido 84,8 64,5 84,8 85,0 89 90 93 119 110 lOS
Fuente: Eurostat, op. cit, 1998, p. 42, cuadro 5.
edad per se <Jouvenal, 1988; Evera y menos niños ~ al mismo tiempo hay
Oak, 1991; Johnson y Ealkingham, más gente que vive más años, lo que
1992). parecería confirmar la idea de “crisis
El concepto de población “enveje- demográfica”. Pero aunque sea cierto
cida” es relacional, hace referencia a que en los próximos años disminuya
la estructura de edad de la sociedad el porcentaje de adultos económica-
como un todo y no a un segmento ais- mente activos, quienes se limitan a es-
ladamente Proporcionalmente nacen te dato para hablar de “bomba de re-
lojería” no tienen en cuenta que tam- cial para describir sus complejidades
bién habrá menos gente ¡oven depen- (Tinker, 1981; Hugman, 1994>.
diente y que la definición de vejez es
una construcción social que puede va-
riar Por ejemplo, el descenso de lafer- La vejez, un término para
tilidad puede llevar a una revisión de situaciones muy diversas
la edad de jubilación, que no deja de
ser una construcción sociopolitica, a Delimitación de la frontera entre la
fin de compensar la disminución de la edad madura y la vejez
población joven económicamente ac-
tiva. Además, el concepto actual de La frontera entre la edad madura y
“crisis” no tiene en cuenta otros cam- la tercera edad es una cuestión de de-
bios potenciales en las estructuras finición social. El criterio demográfico
económicas y en los patrones de tra- prevaleciente en la actualidad por el
bajo como aquellos que surgen de que se incluye en la tercera edad ato-
desarrollos tecnológicos o de cambios da persona de 65 años o más, “cual-
en la estructura de género del merca- quiera que sea su situación actual en
do de trabajo (Jouvenal, 1988:40; Co- términos de actividad profesional o es-
leman y Bond, 1990:5). tado de salud” (Jouvenal, 1988:16), no
El envejecimiento de la población deja de ser una medida relativamente
no es sólo una cuestión demográfica; arbitraria, relacionado con el hecho de
es también el resultado de un modo que en las sociedades industrializadas
concreto de interactuar económica, al alcanzar esa edad las personas que
política y culturalmente todos los gru- desempeñan alguna actividad profe-
pos de edad. El concepto de “crisis” sional tienen derecho a algún tipo de
lo que pone de manifiesto es tanto la pensión (Johnson y Kalkinghan, 1992).
necesidad como la debilidad de la En lugar de la edad habitual de ju-
aproximación demográfic? al enveje- bilación como criterio general para es-
cimiento. Sería absurdo restarle im- tablecer el inicio de la tercera edad,
portancia a la posibilidad de delimitar podría fijarse otra medida estándar
cuidadosamente la dimensión del en- comparativa, como la conocida corre-
vejecimiento o su relación con otros ación entre el aumento de la edad y la
aspectos de la sociedad. Pero tampo- incidencia de la incapacidad y la en-
cose puede olvidar que el significado fermedad. En este caso, la edad de 75
de las cifras es cuestión de interpre- años<e incluso la deBO años) años pa-
tación y para comprender su sentido receria más apropiada, ya que es a
se requiere una teoría social que haga partir de esa fecha cuando la incapa-
explícitos sus supuestos. En este sen- cidad y la enfermedad se correlacio-
tido, la aproximación demográfica es nan de modo más claro con la edad
una base necesaria pero no suficiente cronológica. Este hecho ha llevado ac-
para el desarrollo de una gerontología tualmente a la difusión del término “los
social, no puede explicar el cambio viejos más viejos”, en contraposición
que se está produciendo pero es esen- a “los viejos jóvenes”, o de la expre-
sión ‘cuarta edad”, en los ámbitos del edad mayores de 85 años y mayores
análisis y la política sociales. de 75 están generalizadas en el mun-
Ambas aproximaciones demues- do industrializado y son empleadas en
tran la naturaleza social de la defini- los estudios gerontológicos compara-
ción de la vejez. Hay leyes y regula- tivos (Hugman, 1994: 5).
ciones en algunos paises o en algunas De acuerdo con el famoso dicturn
profesiones que exigen que una per- de Thomas: “los hechos que se defi-
sona se retire una vez cumplida la nen como reales, aunque inicialmente
edad sin tener en cuenta sus deseos no sean, son reales en sus conse-
o habilidades. En este sentido, la edad cuencias”, el hecho de que la vejez sea
promedio de la jubilación es una defi- una construcción social no significa
nición de la vejez socialmente norma- que deje de tener consecuencias rea-
tiva más que neutralmente descripti- les. Debido a ello, cierto porcentaje de
va. Describe lo que existe, pero lo que la población mayor en las sociedades
existe es una realidad que es el resul- industriales se enfrenta a experiencias
tado de la formación de una opinión de pobreza, mala vivienda, aislamien-
generalizada respecto de la edad to, olvido, etc. Como han sugerido nu-
apropiada para retirarse del mercado merosos estudios, la mayoría de las
de trabajo. De modo similar, también personas mayores experimentan esas
debería tomarse con precaución el cri- necesidades precisamente por haber
terio de los niveles de incapacidad o cruzado la frontera que la sociedades
mala salud para establecer límites industriales han establecido para de-
dentro de la vejez. Aunque la inciden- limitar la tercera edad (Beauvoir, 1977;
cia de necesidades que surgen de Fogarty, 1986; Walker, 1981, 1986b,
esas causas se eleva drásticamente a 1993).
partir de los 75 años (Anderson, 1992),
es solo una minoría de gente en este
Principales factores de diferenciación
grupo de edad la que en cualquier mo-
social dentro de la vejez
mento tiene tal grado de incapacidad
o enfermedad que requiera ayuda. En la construcción social de la ve-
Además io~arh~.~.e más
jezce-nf¡uyen diversos factores socia-
nes como las personas mayores de 80 les y percepciones comunes. Pero la
ó ciegO años, edad en la que pueden tercera edad dista mucho de ser una
identificarse otros factores relaciona- realidad homogénea. En las comple-
dos con la edad, como la incapacidad, jas sociedades postindustriales esa
la circunstancia de vivir solo o las ra- categoría demográfica incluye más
tíos de género derivadas de las tasas bien a gente muy diversa cuya única
diferenciales de mortalidad de hom- característica en común puede redu-
bres y mujeres. Así pues, cualquier in- cirse al número de años cumplidos, lo
tento de delimitar la tercera o la cuar- mismo que acontece con las demás
ta edad en términos estrictamente categorías formadas en base a al cri-
cronológicos está plagado de dificul- terio de edad. Diferencias de género,
tades. Por otro lado, las categorías de clase social y etnicidad son algunos
Pero como todos los buenos mitos, muestran niveles más bajos de des-
el mito de la riqueza en la vejez no de- igualdad y pobreza <tanto entre los di-
ja de tener alguna base en la realidad. ferentes grupos de gente mayor como
Mientras la mayoría de los pensionis- entre éstos y el resto de la sociedad)
tas sólo han experimentado un ligero que los Estados Unidos con su Estado
mejoramiento relativo en sus ingresos, del Bienestar residual y claro predomi-
para algunos el aumento ha sido subs- nio del sector privado, ocupando una
tancial. Entre los ancianos se hallan, posición intermedia las economías li-
lo mismo que entre la población acti- berales mixtas como Alemania y Ca-
va, diferencias de ingresos basadas en nadá. Inglaterra aparece en la peor si-
la clase, la edad, el género, la raza y el tuación entre los países estudiados,
estatus marital. Por un lado tendría- pues, aunque este país dispone desde
mos a las parejas y a los varones vie- hace mucho tiempo de una infraes-
jos más jóvenes de clase media y, por tructura de provisión del Estado del
otro, a las mujeres más viejas y a las Bienestar para los ancianos, sin em-
familias de clase trabajadora. bargo no ha conseguido protegerlos de
Las desigualdades en la vejez son la pobreza con la misma eficacia que
en primer lugar una función del acce- otros Estados del Bienestar Como
so a los recursos en etapas anteriores concluyen los autores de este estudio
del ciclo de la vida. Pero la pobreza y comparativo, “con la excepción de In-
desigualdad no dependen solo de los glaterra, el estándar de vida de las fa-
ingresos disponibles para los indivi- milias ancianas no está muy por detrás
duos y las familias. La posición de di- de la media nacional” (Hedtróm y Rin-
ferentes grupos de gente mayor en la gen, 1987:238). Esta conclusión es co-
estructura de clases depende también herente con los datos proporcionados
de su disposición sobre otros recur- por un informe más reciente del Ob-
sos como ahorros, intereses del capi- servatorio de la Unión Europea sobre
tal, vivienda, beneficios de empleo y Envejecimiento y Gente Mayor, en el
servicios sociales. Hay, normalmente, que el Reino Unido aparece junto con
una estrecha asociación entre ingre- Irlanda en la última posición en cuan-
~ y ar-*n,ne y l.~,, .4.4
y 00 ,-iu,C,enuías ue ri- te a las rallos de susitituci6n de las pen-
queza entre la gente mayor de distin- siones (las pensiones como proporción
tas clases sociales tienen el efecto de de las ganancias previas) y justo por
ampliar las desigualdades basadas en encima de los estados países del sur
los ingresos. de la Unión cuando lo que se compa-
La situación de desigualdad y po- ran son las tasas de pobreza, en con-
breza de la tercera edad en los países traste con paises como Dinamarca,
industriales avanzados muestra im- Luxemburgo y Alemania cuyos por-
portantes diferencias, de acuerdo con centajes de pobreza entre sus ciuda-
los resultados de un estudio compara- danos mayores es inferior al 10% <Wal-
tivo realizado por Hedstróm y Ringen. ker, Guillemard y Alber, 1993).
Globalmente, los países nórdicos con La constatación empírica de que los
un Estado del Bienestar colectivista ancianos constituyen uno de los gru-
pos más numerosos entre los pobres con frecuencia en la pobreza por su de-
ha llevado algunas veces a la conclu- pendencia de unas pensiones del Es-
sión de que la vejez es una causa de tado que muchas veces resultan insu-
la pobreza. Pero esta inducción resul- ficientes. Los sistemas de seguridad
ta errónea ya que la dependencia eco- social inspirados en el modelo de Be-
nómica en la que viven muchos no veridge constituyen también uno de los
se explica adecuadamente en términos principales mecanismos a través de los
individuales como “desenganche”, cuales la dependencia de las mujeres
“fragilidad’ o “aptitudes defectuosas” respecto a los hombres se refuerza
(Bond et al., 1993; Johnson, 1993). Co- después de la jubilación (véase Wal-
mo ha observado Walker, más que la l=er,1993: 298-300).
vejez en si misma, son las diferentes La tercera edad no sólo está diví-
políticas sociales las que se han com- da por género y clase social, los in-
binado para crear, acentuar o mante- tensos flujos migratorios hacia los pa-
ner la dependencia económica y la po- ises industrializados desde mediados
breza en la vejez. La pobreza en la del siglo XX han contribuido a distin-
vejez es principalmente una función del clones raciales y étnicas que también
bajo estatus económico y social ante- es necesario tener en cuenta. Los an-
rior a la jubilación y, en segundo lugar, cianos de las minorías étnicas tienen
del nivel relativamente bajo de los be- más probabilidades de haber experi-
neficios estatales (Walker, 1993: 296). mentado otras formas de discrimina-
En un espacio de tiempo relativa- ción además de las de género y clase
mente corto, la vejez ha llegado a ser social. Para ellos la vejez puede re-
definida socialmente a partir de la edad presentar un aspecto más de una mar-
de jubilación, la edad a la que, por nor- ginación social múltiple en el país que,
ma institucional o por costumbre, los una vez rotas todas las esperanzas del
trabajadores tienen que abandonar la retorno, ha terminado siendo su patria
fuerza de trabajo (Parker, 1980). Este (Norman, 1985).
proceso social de exclusión ha estado También pueden identificarse otros
estrechamente relacionado con la or- factores de diversidad en la estructu-
ganización de la producción y la de- rs social de la tercera edad. La inca-
manda de mano de obra. Los mayores pacidad, por ejemplo, es un asunto
han sido, efectivamente, usados como importante para algunos ancianos, pe-
un ejército de reserva de mano de obra ro no para todos. Hasta muy reciente-
barata, para ser explotada cuando hay mente la sexualidad, en particular la
escasez o despedida cuando resulta sexualidad activa, tanto heterosexual
innecesaria (Phillipson, 1982; Graeb- como homosexual pero especialmen-
ner, 1980; Walker, 1985). Una conse- te la última, habia sido un tema olvi-
cuencia de este proceso social de ex- dado en relación con el envejecimien-
clusión de la fuerza de trabajo es que to <Jerrome, 1990). Además también
los ancianos son económicamente hay diversidades religiosas, diferen-
muy dependientes del Estado. Los an- cias psicológicas y variaciones bioló-
cianos se hallan, en efecto, atrapados gicas en la tercera edad que son un re-
nuestra relación con ellos, represen- ceso de envejecimiento como una ca-
tan una forma de estigmatización sim- reta o disfraz que oculta la auténtica
bólica que está presente en la vida co- personalidad humana que está debajo
tidiana, dando así un significado (Puner, 1978; Cannon, 1999).
negativo a la experiencia de envejecer La trágica creencia de que la ju-
(Coupland eta!., 1991; Coupland y ventud se desvanece y la belleza es fu-
Nussbaum, 1993). El poder estigmati- gaz (expresada de modo inenarrable
zante de los estereotipos negativos del en numerosas obras de arte como la
envejecimientO está claramente enrai- Madonna de los palafreneros de Ca-
zado en la naturaleza esencialmente ravaggio, algunos de los caprichos de
simbólica de la vida social. Aunque los Goya o la colección de fotografías de
patrones generales de cambio físico desnudos de mujeres y hombres an-
compartidos por todos los miembros cianos de James Cotíer, aunque en es-
de la especie humana son con fre- te último caso el artista, a diferencia
cuencia plenamente visibles, los mo- de los citados pintores, parece querer
dos específicos de envejecer los indi- reivindicar la particular belleza y atrac-
viduos y los miembros de grupos tivo del cuerpo envejecido, el cual só-
sociales concretos están determina- lo ocasionalmente, como en el caso de
dos por su situación social y otros mu- Rembrand, evoca dignidad y nobleza)
chos factores. Esta es una de las ra- no es un simple reflejo de la inevitable
zones por las que el estudio del realidad del proceso de envejecimien-
envejecimiento ha de ser una tarea in- to, sino que está enraizada en una
terdisciplinar (Gilmore et al., 1981; ecuación simbólica entre juventud, be-
Cannon, 1999). lleza y bondad tan característica de la
Los estereotipos sobre la vejez sim- cultura occidental.
plifican algo que es complejo y con fre- A lo largo del tiempo los signos ex-
cuencia confuso, tanto para los estu- ternos y visibles del envejecimiento
diosos del envejecimiento como para sobre el rostro y el cuerpo han adqui-
los actores sociales en la interacción rido un significado esencialmente
cotidiana. El principal problema es que ambivalente. Por un lado, el envejeci-
no hacen plena justicia a cualquier in- miento en la cultura occidental, pro-
dividuo concreto que sea etiquetado fundamente enraizada en los ideales
como anciano o viejo por su aparien- judeo-cristianos, nunca ha sido total-
cia y/o su conducta observable. mente devaluado. Por otro lado, hay
La tensión permanente entre las ca- muchos indicios de que los procesos
tegorías sociales basadas en genera- de envejecimiento, tal vez con la ex-
lizaciones sobre el envelecimiento y la cepción de algunos ancianos selecti-
experiencia real de envejecer en su di- vamente venerados, se han conside-
versidad es una preocupación cons- rado generalmente en la práctica
tante, y cada vez más, de quienes tra- cotidiana como una experiencia des-
bajan con ancianos. En reconocimiento agradable y mal recibida. Aunque den-
de esa tensión algunos escritores con- ‘1ro de esta tónica general parecen
sideran conveniente describir el pro- existir diferencias de género. Las imá-
eran venerados por sus habilidades y ter, 1983). Detrás de la falta de estima
sabiduría parece que no tiene mucho por la gente vieja, frágil y dependiente,
fundamento histórico. El que nunca que son los rasgos más destacado de
existió tal época dorada del envejeci- las imágenes de la vejez que han do-
miento parece una opinión general- cumentado los historiadores, puede
mente compartida en la actualidad por detectarse una ambivalencia hacia el
los historiadores. Con la disminución envejecimiento y la muerte. La muerte
de los recursos de la fuerza física, del en la sociedad preindustrial estaba mu-
dinero y de la influencia social el pro- cho más presente en la vida cotidiana
ceso de envejecimiento dejaba a mu- y resultaba mucho más familiar que en
chos de los pocos que llegaban a vie- la sociedad moderna, donde no sólo
jos totalmente dependientes de la ha aumentado espectacularmente la
buena voluntad y caridad de la familia esperanza de vida al nacer, sino que
o de los vecinos. A pesar de las imá- hay una tendencia hacia su hospitali-
genes de ancianos autoritarios y res- zación y ocultación de la mirada públi-
petados, la estigmatización de la ve- ca (Ariés, 1981; Elias, 1985). Al mismo
jez era en la práctica un rasgo familiar tiempo, la gente con los conocimien-
de la vida cotidiana en algunas socie- tos y los recursos necesarios siempre
dades preindustriales (Thomas, 1976: ha luchado para evitar un fin prematu-
245-246). Las imágenes de un enveje- ro. Esta tendencia se hizo particular-
cimiento dorado que nos ofrece Cice- mente evidente en el siglo dieciocho
rón en su obra De Senectute se inspi- cuando comenzó a crecer la confianza
ran, de acuerdo con el análisis de en la ciencia médica como fuente de
Haynes (1963), en las vidas de gente “defensa contra la muerte” (McMan-
excepcionalmente privilegiada. Los ners, 1985). Pero la creciente preocu-
cambios faciales y corporales que dan pación por la salud y la prolongación
una apariencia envejecida nunca han de la vida a partir del siglo XVIII pare-
sido venerados en sí mismos La prin- cen reflejar un cambio hacia una visión
cipal fuente de reverencia de la gente más juvenil de la vida y no hacia una vi-
mayor en algunas sociedades prein- sión más optimista de la vejez (Gru-
dustriales parece haber sido la rique- man, 1978).
za y el dinero (MacFarlane, 1986). Dentro del estereotipo ampliamen-
Antes de la “modernización del ci- te negativo del envejecimiento pode-
cío de la vida” (Gruman, 1978) se con- mos encontrar diferentes evaluaciones
sideraba viejos a quienes llegan a ser morales del proceso de envejecimien-
dependientes y carentes de poder, fo. En su análisis de los cuentos, can-
prescindiendo de su edad cronológica. ciones y juegos infantiles de la Ingla-
El trabajador lleno de achaques o la terra del siglo XIX, Tamke (1978)
mujer desgastada por sucesivos em- describe tres modelos predominantes
barazos podían presentar los rasgos de de la vejez: el “buen viejo”, el “mal vie-
lo que hoy se considera como enveje- jo” y aquellos que están simplemente
cimiento prematuro y ser considerados “pasados”. Estas imágenes tienen
como viejos a los cuarenta años (Shor- profundas raíces históricas y demues-
vejez sirve para llamar la atención so- los cambios en la estructura de la fa-
bre las nefastas consecuencias de tra- milis, el desarrollo de “comunidades
tar a los ancianos no como personas de jubilados” <Phíllpson, 1993) y la rá-
singulares sino mediante etiquetas que pida extensión de los cuidados de
ocultan el self real que hay tras ellas, día. En sentido contrario, algunos fac-
deteriorando irreversiblemente su yo tores como la solidez de las redes fa-
social con el riesgo de que ellos mis- miliares, especialmente en períodos
¡vos interioricen la etíqueta ( Martín, de mala salud e incapacidad, la pro-
1990; Johnson, 1993: 265). longación de la edad de jubilación y
la resistencia consciente a hacerse
Teoría de la sulacultura de la vejez viejo, además las divisiones estruc-
turales que hacen de la tercera edad
El paradigma del interaccionísmo un grupo social heterogéneo, pueden
simbólico fue adoptado también por inhibir el desarrollo de una subcultu-
Rose para formular su teoría de la sub- ra de la vejez. Sin embargo, los cam-
cultura de la vejez (Rose, 1965b). Las bios en las estructuras de la familia,
subculturas tienden a formarse cuan- la falta de oportunidades de empleo
do los miembros de cualquier grupo para la gente mayor y la conciencia
social que se enfrenta a problemas si- militante de unos intereses comunes
milares, como los jóvenes o las perso- de los ancianos, como en el caso de
nas mayores, interactúan entre sí sig- los Panteras Grises en los Estados
nificativamente más de lo que lo hacen Unidos, sugieren que la subcultura de
con otras personas y tratan de hallar la vejez dispone de un amplío espa-
respuestas comunes a esos proble- cío para desarrollarse.
mas. El desarrollo de una subcultura
de la vejez estaría fomentado por una La aproximación etnometodológica
situación en la que la gente mayor
mantiene una afinidad positiva entre sí La perspectiva etnometodológica,
al tiempo que es excluida en gran me- emparentada con la sociología de
dida de las interacciones con otros orientación fenomenológica de Alfred
grupos sociales (Véase Rodríguez Ibá- Schutz, ha inspirado en años recientes
ñez, 1979). diversos estudios sobre la vejez, aun-
En los países industriales avanza- que no ha producido teorías específi-
dos hallamos varios factores que, si- cas. Esta aproximación al mundo so-
guiendo el razonamiento de Rose, cial se interesa por los métodos
pueden contribuir a fomentar cierta comunes que todos empleamos para
afinidad grupal y por consiguiente a hacer compresibles las rutinas y acti-
desarrollar una subcultura de la ve- vidades de la vida cotidiana, permí-
jez. Entre esos factores podemos tiéndonos adaptar nuestras acciones
destacar los siguientes: las jubilacio- al contexto concreto en el que tienen
nes anticipadas masivas de las dos lugar De acuerdo con los etnometo-
últimas décadas, la disminución de dólogos, la sociedad es recreada cons-
contactos familiares relacionada con tanteniente por los actores sociales
refleja en las estadísticas demográfi- Baars, .1. (1991), “The challenge of critical ge-
cas necesita presupuestos sobre la rontology: ide problem of social constitution”,
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