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Los cincuenta
S
i fuera por los catorce años que secundaria y con archiveros. Nadie más que difícil, imposible. Entre
tiene Andalucía en la Historia se como ellos para entender qué es una otras razones, porque la revista
podría decir que es aún una buena divulgación y cuál debe ser el no es el medio adecuado y porque
publicación joven, con todos los compromiso social con los ciudadanos las palabras como las sociedades
problemas de carácter, rebeldía y para dar a conocer la riquísima cambian a lo largo del tiempo. Así no
ansias de experimentar que se tiene y compleja historia de nuestra hemos incluido conceptos universales
a esa edad. Si fuera por los cincuenta comunidad. en constante transformación como
números alcanzados se diría que ya AH es también, y sobre todo, una libertad, progreso, democracia o
es una revista madura que puede revista que se alimenta día a día del propiedad. Sí lo hemos hecho con
echar la vista atrás y valorar todo lo magnífico trabajo de un grupo de otros conceptos que, a pesar de
hecho hasta ahora, con sosiego y profesionales muy comprometidos tener una carga ideológica muy
con cierto conocimiento de causa y con hacer un periodismo cultural de definida, inciden directamente
consecuencia. calidad, necesario para comprender en el devenir de la comunidad
Han sido tres lustros de ilusiones
y dificultades, de refundaciones y
y compartir el objetivo de servicio
público de cualquier medio de
andaluza: colonización, reconquista,
religiosidad, republicanismo,
AH
relecturas, de reflexiones, debates comunicación que se precie de ello. caciquismo… OCT
y conclusiones abiertas. Hemos Prensa, radio, televisión, redes… han No hemos entrado en la
2015
sido testigos de la mayor eclosión
de producción científica de calidad
interactuado en los últimos años con
resultados extraordinarios a partir de
explicación de significados de
palabras-clave, tan cargadas de
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que la historiografía andaluza trabajos publicados previamente en connotaciones políticas, como nación
haya conocido nunca. Y cuando, AH. o región. Hubiera sido necesario
en muchos casos, los historiadores Del debate mantenido con unos entrar en un debate que ahondase,
e historiadoras andaluzas eran y otros ha surgido este número con todos los matices posibles, en la
ya referentes nacionales e especial, dedicado a resumir la valoración de la existencia de una
internacionales, hemos presenciado Historia de Andalucía en cincuenta identidad nacional andaluza según
en primera línea el frenazo y palabras siguiendo la clásica división un marco territorial y temporal y
desmoronamiento de numerosos de Prehistoria, Antigua, Medieval, no otro. No se ha pretendido abrir
proyectos y el éxodo de nuestros Moderna y Contemporánea. Es discusiones identitarias, culturales
jóvenes investigadores. este monográfico un ejercicio o etnicistas, ni tampoco hacer una
Con mucho esfuerzo, durante estos para "pensar históricamente", historia conceptual, aunque los
años el equipo de AH ha conseguido en el que no se esconde uno de historiadores que participan en este
que el mundo académico se vinculase, los principales problemas de toda monográfico tengan plena conciencia
cada vez más y con mayor interés, a periodización: las transiciones. de la historicidad y de la contingencia
la divulgación de nuestra historia. Hubo rupturas pero también hubo del discurso histórico.
Es de justicia subrayar que han continuidades, por ejemplo, en los Compartimos las críticas que se
sido los historiadores más jóvenes inicios o al final de la Antigüedad. puedan hacer a este planteamiento,
los más activos e influyentes con En ese mismo sentido, incluimos porque limitar a un número
novedosas aportaciones de indudable términos que no sólo pertenecen a tan concreto de nociones la
impacto. Pero no sólo investigadores la época medieval sino que definen representación retrospectiva del
de universidades andaluzas, también aspectos esenciales de pasado de Andalucía es arriesgado
también del resto de españolas y los siglos modernos: Sefarad, por reduccionista. Nuestro trabajo
de un buen número de extranjeras conversos, esclavitud, repoblaciones, ha sido coordinar y nuestro objetivo
—entre las que se hallan Oxford, nobleza y señorío o concejo. E, poner a disposición de nuestros
Sorbona, Cambridge, Harvard…—, incluso, las raíces de procesos o lectores un esfuerzo de reflexión,
han aportado estudios originales conflictos contemporáneos, como revisión y síntesis de cincuenta
y revisiones imprescindibles para la emigración, el bandolerismo o el historiadores, imprescindible para
divulgar y conocer mejor la historia problema de la tierra, se sitúan en comprender algo mejor los orígenes
de nuestra tierra. siglos anteriores. del complejo y poliédrico presente
Durante esos años, junto a No están ni podían estar todos los que nos ha tocado vivir. Léanlo y
muchos académicos que accedían conceptos o términos que hubieran disfruten.
a ser también divulgadores, hemos podido explicar de manera completa
contado con la valiosa colaboración de y satisfactoria toda la historia de MANUEL PEÑA DÍAZ
profesores de historia en la enseñanza Andalucía. Hubiera sido una empresa DIRECTOR DE ANDALUCÍA EN LA HISTORIA
S U M A R I O
AH
OCT ISIDRO TORO MOYANO
2015 MUSEO ARQUEOLÓGICO DE GRANADA
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L
a cuenca de Guadix-Baza es extraor- dujo la captura de las aguas del lago por el
dinariamente rica en yacimientos río Guadalquivir, a través de su afluente,
paleontológicos y arqueológicos; en el Guadiana Menor, y la cuenca se trans-
especial su sector nororiental, en el trián- formó en exorreica (vierte sus aguas al
gulo que forman las localidades de Baza, exterior) dando lugar a un paisaje donde
Orce y Huéscar, teniendo su epicentro en la erosión producida por la configuración
la localidad de Orce y sus alrededores, don- de la nueva red hidrográfica produjo una
de en una superficie de 16 kilómetros cua- serie de barrancos y cañadas en cuyas la-
drados se da la mayor densidad de fósiles deras afloraron numerosos yacimientos
de Europa, una densidad que algunos esti- paleontológicos y arqueológicos. Los aná-
man solo comparable a los de los legenda- lisis sedimentarios y polínicos, así como
rios yacimientos del valle del Rif en África el estudio de la microfauna existente en
del Este. De entre estos, los yacimientos de estos yacimientos, muestran un contexto
Diente de leche humano Barranco León y Fuente Nueva 3 de Orce, climático general de condiciones húmedas
hallado en Barranco León y datados alrededor de entre 1,4 y 1,2 millo- y temperaturas suaves, con precipitacio-
considerado el resto nes de años, testimonian la presencia más nes relativamente abundantes a lo largo el
antigua de los homínidos en las orillas del año. Unas condiciones relativamente más
Foto: C. Souday.
bácea, predominaría la artemisa, cardos, Las materias primas utilizadas para la bordes que presentan retoques irregulares,
AH
esparto, crucífera y efedra. realización de estas industrias líticas son así como los numerosos huesos afectados
OCT
La fauna de grandes mamíferos consta fundamentalmente sílex y otras rocas ca- por la percusión violenta, sugieren que los 2015
de tres conjuntos de especies. El primero, lizas recolectadas en un radio de 5 a 10 km. homínidos fracturaban los huesos largos
compuesto por las faunas que evoluciona- alrededor de los yacimientos. Normalmen- para extraer la médula.
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ron en Europa a finales del Terciario, entre te las técnicas de talla utilizadas son la ta- En Fuente Nueva 3, nivel arqueológico
ellas un elefante de gran tamaño, un rino- lla a mano alzada con percutor duro y la ta- superior, en el denominado Locus del Elefan-
ceronte grácil, un gran tigre de dientes de lla sobre yunque. De una forma resumida, te, la presencia de 16 piezas líticas descu-
sable y un oso. Un segundo grupo, integra- las industrias líticas de ambos yacimien- biertas en asociación a coprolitos de hiena,
do por faunas inmigrantes procedentes de tos, se caracterizan por un dominio muy alrededor de los restos de un esqueleto casi
Asia, compuesto por rumiantes, bóvidos y importante de la lascas con un máximo de completo de Elephas Meridionalis, demues-
un cánido con hábitos similares al chacal. 1 a 6 cm. de longitud, de lascas pequeñas tran la existencia de un carroñeo concu-
Por último, un tercer grupo de especies de inferiores a 1 cm. de longitud, así como rrente entre hombres y hienas.
origen africano, fundamentalmente cons- los débris (restos de talla) y pequeños dé- A modo de conclusión podemos señalar
tituido por carnívoros, como una hiena de bris, núcleos y cantos tallados unifaciales, que el estudio del rico patrimonio arqueo-
gran tamaño y el felino de dientes de sable bifaciales y poliédricos. Por su caracterís- lógico y paleobiológico de los yacimientos
mediano, junto a dos grandes ungulados: ticas técnicas y tipológicas se insertan en de Orce está produciendo importantísimos
hipopótamo y caballo. La gran hiena, jun- la tradición de las culturas olduvayenses (o avances científicos en el conocimiento del
to a los dientes de sable, son las especies Modo 1) arcaicas de África del este, de Geor- escenario ecológico y medioambiental en
que parecen haber desempeñado un papel gia y de Europa meridional, el que se produce la primera colonización
ecológico más relevante en este escenario. Las muy numerosas lascas y lasquitas, humana de Europa, así como del compor-
Otros carnívoros presentes son un perro de Barranco León y Fuente Nueva 3, de- tamiento de estos primeros homínidos
salvaje y otros dos cánidos con una forma bían ser utilizadas por los homínidos para para la explotación de los recursos bióticos
semejante a los coyotes. También ha sido recuperar los restos de carne dejada sobre y abióticos del entorno geográfico en el que
documentado un gran número de especies las osamentas de los grandes herbívoros se insertan.
de roedores, insectívoros, anfibios y repti- cazados y abandonados por los carnívoros
les. en las zonas pantanosas semiinundadas
El registro fósil humano en estos yaci- de las orillas del gran paleolago de Baza. Más información
mientos está demostrado por el hallazgo Las trazas de decarnización y las fracturas
de unas ricas industrias líticas, unas 5.000 antrópicas voluntarias documentadas en Toro, I.; Agustí, I. y Martínez-
piezas, marcas de corte y fractura en los los huesos sugieren que las industrias lí- Navarro, B (coords.)
elementos óseos y el hallazgo de un diente ticas están en relación directa con el pro- El Pleistoceno inferior de Barranco León
de leche humano en Barranco León, un pri- cesamiento de las carcasas esqueléticas y Fuente Nueva 3 de Orce (Granada).
mer molar inferior izquierdo deciduo, que de estos animales. La presencia de cantos Junta de Andalucía / Consejería de
es el resto anatómico humano más antiguo enteros o fracturados, algunos presentan- Cultura (E.P.G.P.C). Arqueología
descubierto en Europa hasta el momento. do estigmas de percusión, o de piedras con Monografías, Sevilla, 2003.
Ocupaciones humanas en el Pleisto-
ceno inferior y medio de la Cuenca de
El registro fósil humano está demostrado por la presencia de unas Guadix-Baza. Junta de Andalucía /
Consejería de Cultura. Arqueología
5.000 piezas de industrias líticas, marcas de corte y fracturas en
Monografías. Sevilla, 2010.
los elementos óseos, y por el hallazgo de un diente de leche humano
Cazadores-recolectores
Entre 500.000 y 7.000 años atrás
T
Útil de cuarcita (bifaz) del ras los inicios del poblamiento hu- des secuencias fluviales paleolíticas, la del
8 yacimiento achelense de mano temprano en Andalucía docu- Guadalquivir, con sus afluentes Corbones y
Harinera (Carmona, Sevilla). mentado en los yacimientos de Orce Genil, y la del Guadalete.
(1 millón de años aprox.), la constatación La amplia evolución geomorfológica
de una progresiva ocupación y expansión del Guadalquivir y el dilatado proceso de
de los homínidos por toda la geografía an- registros paleolíticos explican su función
daluza a partir del Pleistoceno medio (hace vertebradora como modelo secuencial de
más de 500.000 años) puede rastrearse a la región, en el que se pueden integrar las
través del estudio de los sistemas fluviales, estratigrafías regionales secundarias. Ello
cuyos depósitos aterrazados constituyen permite plantear una secuencia general
verdaderos archivos donde han quedado re- del Paleolítico antiguo, donde las prime-
gistradas las manifestaciones más eviden- ras industrias aparecen en los complejos
tes de sus actividades: los utensilios líticos. de terrazas cronológicamente situados
El agua, como elemento fundamental para entre hace 500.000 y 300.000 años, en
Foto: José Antonio Caro.
la vida, y los cantos rodados, como mate- yacimientos como Cerro Higoso (Sevilla) o
ria prima con la que elaborar sus herra- Laguna de Medina (Cádiz). En los niveles
mientas, asociados a otras características de terrazas subsiguientes, desarrollados
singulares, propiciaron que estos lugares entre 300.000 y 120.000 años atrás, el nú-
fuesen zonas preferentes de asentamiento. mero de conjuntos achelenses presenta su
No obstante, las cuevas y abrigos kársti- máximo apogeo, destacándose yacimien-
cos se convirtieron también, sobre todo a tos como Buena Esperanza (Sevilla) o el
partir del Pleistoceno superior y hasta el Palmar del Conde (Cádiz). Finalmente, los
Holoceno (130.000 a 7.000 años atrás), complejos de terrazas bajas, con cronolo-
en sitios frecuentados por los homíni- gías de Pleistoceno superior, presentan
dos, utilizándolos como hábitat más registros tecnolíticos del Paleolítico me-
o menos duradero o como espacios de dio, como Tarazona (Sevilla). Cabe insertar
carácter singular para sus manifes- aquí el yacimiento de El Aculadero (Cádiz),
taciones simbólicas. datado recientemente entre hace 110.000 y
El Paleolítico antiguo (inferior 62.000 años.
y medio) del sur de la Península En esta amplia secuencia fluvial regio-
Ibérica queda configurado por la nal deben insertarse las secuencias par-
estructuración de una secuencia ticulares de numerosos yacimientos en
general regional de la depresión cueva u otro tipo de formaciones. Así, ya-
bética que, a través de sus gran- cimientos del Paleolítico inferior antiguo
des valles fluviales, se convirtió en como Cúllar-Baza del pleno Pleistoceno
un foco de ocupación y circulación de medio o la Solana de Zamborino (Grana-
los homínidos. Los numerosos registros da), cuyas industrias han sido atribuidas
líticos que se reparten por las terrazas de al Achelense superior, al igual que la base
los ríos han servido para definir dos gran- estratigráfica de Cueva Horá (Granada). La
Cráneo de hiena (Crocuta cf.
crocuta) del yacimiento del
Paleolítico medio de La
Sima (Constantina, Sevilla).
Foto: Proyecto CAREQ.
10 UNIVERSIDAD DE CÓRDOBA
L
os grupos humanos de cazadores/ til”. Se concretaba este proceso por la exis-
recolectores pasarán a ser sedentarios tencia de un escenario previo en el que ya
Cueva de Las Ventanas para poder realizar las nuevas ocupa- se ensayaba la domesticación de plantas
(Piñar, Granada). Vasija ciones que la agricultura y la ganadería de- y animales. A partir de este foco las inno-
neolítica decorada con mandan, estableciéndose en comunidades vaciones neolíticas se fueron extendiendo
incisiones rellenas de pasta cada vez más numerosas que darán lugar a a otros lugares, ya fuera por migraciones
blanca, seis representaciones poblados donde se observa el germen que se humanas o por la simple trasmisión de
soliformes y borde perforado, plasmará en la sociedad urbana. ideas. Esta teoría difusionista es todavía
asociada a contexto funerario. Estos grupos humanos se vuelven más aceptada aunque no en los mismos térmi-
complejos, dando lugar a diferentes ofi- nos que se presentó en un principio, ya que
cios y se ponen las bases de una estructura la antigüedad de ciertas culturas neolíticas
social basada en la capacidad y la impor- europeas hacen pensar en una multiplici-
tancia de la actividad que se ejerce. Las dad de focos de aparición de los nuevos mo-
técnicas y los útiles necesarios para ocu- delos económicos y sociales. En la Penínsu-
parse de las nuevas tareas impuestas por la Ibérica, y concretamente en Andalucía,
la agricultura y la ganadería mejoran con no existen problemas teóricos ni prácticos
rapidez. Por otra parte, gracias al alimento a la hora de aceptar o no un origen inde-
asegurado tanto por el grano almacenado pendiente de la agricultura y ganadería
como por el ganado estabulado, el hom- puesto que este fenómeno ha tenido lugar
bre dispondrá de periodos de tiempo que en varios lugares del mundo independien-
le permitirán desarrollar su espirituali- temente. Sin embargo, no podemos perder
dad y otras cuestiones diferentes a la de vista que los asentamientos neolíticos
consecución de alimentos. También más antiguos de la Península Ibérica pre-
surgirán en el seno de estos grupos sentan una fauna y una especies vegetales
líderes capaces de organizar a los domésticas de las que no existen antece-
restantes miembros en el trabajo dentes silvestres aquí, de ahí que el nuevo
o en la defensa de los bienes al- modo de vida haya sido explicado tradicio-
macenados frente a riesgos prove- nalmente como una aportación foránea in-
nientes de otros grupos foráneos. troducida a través del Mediterráneo.
Por tanto, nos encontramos ante En el proceso de cambio que representa
el inicio de un proceso que condu- el Neolítico, la presencia de especies forá-
cirá a la situación actual. De este neas domésticas desde sus primeras ma-
modo, el calificativo de “revolución nifestaciones, tanto de plantas como de
neolítica” está plenamente justificado. animales, inclina a admitir un estímulo
La “revolución neolítica” se inició inicial exterior. Desde los comienzos, y
hace unos 12.000 años en Próximo Orien- concretamente en Andalucía, nos encon-
te, en la zona denominada “Creciente Fér- tramos con una economía agrícola y ga-
Cueva de la Carigüela,
(Píñar, Granada). Vaso
bicónico de cerámica a mano
con decoración a base de
líneas incisas e impresas
rellenadas de almagra.
AH
OCT
2015
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nadera bien desarrollada. La industria de modelos "explosivos" o "graduales" o bien decoradas con impresiones del borde de la
sílex no parece indicar una continuidad y en función de hipótesis sobre faunas do- concha de Cardium edule (berberecho), que
las primeras manifestaciones que pueden mésticas escapadas, cazadas, intercambia- se han tomado como fósil-guía para deter-
considerarse neolíticas muestran una tec- das a través de redes capilares, filtros, etc, minar la antigüedad de los yacimientos
nología y tipología distintas a las epipaleo- sería algo que sólo deberíamos establecer neolíticos peninsulares. En su fase avan-
líticas locales. una vez se tuviese la seguridad de que tales zada aparecen las cerámicas a la almagra
En yacimientos con ocupación perte- patrones reflejan una realidad pretérita y de influencia del bajo Guadalquivir y Sub-
neciente al Neolítico antiguo y medio la no son un mero producto de registros de- bética occidental con motivos geométricos
mayoría de los restos óseos recuperados fectuosos o alterados. incisos e impresos. Para el Neolítico medio
pertenecen a cabañas domésticas. De En las investigaciones arqueológicas re- existe un apogeo de la cerámica a la alma-
esta forma, dichas especies domésticas se lativas al Neolítico la cerámica representa, gra con técnica decorativa incisa de com-
encuentran representadas en estos yaci- sin duda, el fósil característico, el elemen- plicadas composiciones geométricas.
mientos en proporciones muy importan- to más determinante para enmarcar y de-
tes desde los primeros momentos de su limitar los distintos horizontes culturales.
ocupación. La abundancia de ovicaprinos, En el sur peninsular, la cerámica a la alma-
principalmente, indicaría una economía gra es una producción del Neolítico anti- Más información
pastoril bastante relevante. Por otra parte, guo, típica de la zona occidental y central,
la presencia de semillas de cereales junto caracterizada por un engobe o barniz rojo Pellicer, M. y Acosta, P.
a instrumentos líticos relacionados con la brillante aplicado a toda la superficie exte- El Neolítico y Calcolítico de la Cueva de
agricultura es prueba de su importancia. rior del vaso, normalmente cerrado. Con el Nerja en el Contexto Andaluz.
De este modo, el registro arqueofaunís- Neolítico medio la cerámica a la almagra Trabajos sobre la Cueva de Nerja nº
tico del Neolítico andaluz evidencia dos se expande por Andalucía central y la costa 6, 1997.
"modelos" bien diferentes. Así, la totali- meridional, mientras que en la zona de la VV. AA.
dad del registro al aire libre muestra des- Subbética occidental es sustituida por las III Congreso de Neolítico en la Península
de el comienzo una clara dominancia de cerámicas incisas y grabadas con motivos Ibérica.
especies domésticas en el conjunto de las geométricos. Universidad de Cantabria, 2005.
asociaciones de fauna, mientras que el re- Por su parte, en la zona oriental el Neo- VV. AA.
gistro en cueva evidencia, con frecuencia, lítico antiguo se caracteriza por la presen- Simposios de Prehistoria Cueva de Nerja II.
una presencia marginal de fauna domésti- cia de cerámicas cardiales, conociéndose La problemática del Neolítico en Andalucía.
ca incluso hasta bien entrado el Neolítico. este periodo como “horizonte cardial” y Fundación Cueva de Nerja, 2004.
Interpretar estas circunstancias en clave de hace alusión a determinadas cerámicas
Arte rupestre
Paleolítico, esquemático y levantino
E
l arte paleolítico corresponde a las Pero el mayor número de lugares con
grafías realizadas por las sociedades arte paleolítico en nuestra Comunidad
predadoras (aproximadamente entre coincide con el desarrollo de la denomi-
30.000 a 10.000 años atrás). Estos grupos nada “cultura” solutrense (21.000-16.500
humanos utilizan sobre todo las superficies años atrás). Durante este periodo se deco-
rocosas de las oscuras cavidades profundas ran tanto cuevas como soportes bien ilu-
para plasmar sus obras, aunque en ocasio- minados, destacando entre las primeras
nes emplean lienzos al aire libre o donde lle- en la provincia de Málaga los enclaves de
ga la luz solar (por ejemplo, Piedras Blancas La Pileta, Doña Trinidad de Ardales, Ner-
y Ambrosio en Almería así como Atlanterra ja, Navarro, Higuerón/Tesoro y Toro, la
y Moro en Cádiz), lo cual evidencia al menos granadina Malalmuerzo y la giennense
una doble funcionalidad de las imágenes Morrón. Las técnicas del arte solutrense
dada la facilidad-dificultad de contempla- son muy variadas, se pinta en colores ne-
ción en los diferentes sitios. gro, amarillo y rojo, pero también se graba
La frecuentación y uso de los espacios desde surcos muy anchos hasta finos. Los
subterráneos profundos de las cuevas está temas resultan bastante estereotipados,
atestiguado desde, como poco, hace 35.000 los animales (sobre todo caballos, uros y
Foto: José Luis Sanchidrián Torti.
Detalle de una pintura años —“cultura” auriñaciense— (Cueva de ciervas) responden a arquetipos difundi-
paleolítica de la Cueva Nerja, Málaga), pero las primeras mani- dos por la mayor parte de la fachada me-
de la Pileta (Málaga). festaciones gráficas seguras en diterránea, están nada más silueteados
Andalucía datan de hace de costado sin apenas detalles anatómicos
unos 24.000 años internos, desproporcionados, con vientres
(“cultura” grave- muy acusados y líneas cérvico-dorsales
tiense). El arte muy sinuosas, y las extremidades solo in-
gravetiense dicadas en su arranque. Pero sin lugar a
andaluz se dudas, lo que más llama la atención de este
localiza en momento es la proliferación de elementos
las cuevas malagueñas geométricos y “abstracciones”, como sig-
de Doña Trinidad de Ardales, nos cuadrados y circulares, líneas y nubes
Nerja y La Pileta. En estos yaci- de puntuaciones, diferentes formas de tra-
mientos podemos contemplar zos rectos cruzados, paralelos, aislados…,
improntas de manos negativas en combinaciones de series repetidas de
confeccionadas con pigmentos dos, tres y más rectas. Estos signos son tan
negros, figuras de ciervas muy numerosos que en ciertas cavidades acapa-
convencionales y multitud de ran el repertorio iconográfico plasmado,
manchas rojas informes. con cantidades que superan el 90% de toda
Foto: José Luis Sanchidrián Torti.
AH
Figuras humanas de pintura rupestre esquemática. OCT
2015
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la producción artística (uno o dos animales cuencia, su cronología es post-paleolítica, mos milenios de la prehistoria con bastan-
y lo demás signos). es decir, a partir de 7.000 años atrás. te profusión y variabilidad. En estas líneas
Por último, el arte de la “cultura” mag- El arte levantino emplea como soporte nada más haremos alusión al fenómeno
daleniense (15.000-11.000 años atrás) no se los lienzos de abrigos rocosos bien ilumina- conocido como pintura rupestre esquemá-
prodiga demasiado en nuestras latitudes, dos por la luz solar. La técnica documenta- tica, que tiene su origen en el Neolítico y
frente a lo que sucede en regiones más sep- da en Andalucía es la pintura, de diferentes desarrollo durante la Edad del Cobre (III
tentrionales de la Península Ibérica (Cor- tonalidades de rojo y aplicada a tinta plana milenio a. C.).
nisa cantábrica) y meridionales de Fran- (por lo común contorneado y posterior relle- Los soportes ocupados coinciden en gran
cia (Pirineos y Dordoña). Las expresiones no interior total o listado) con una pluma medida con los del arte levantino, o sea,
figurativas de esta época se explayan más de ave o “pinceles” finos, lo cual permite paredes de abrigos bien iluminados. El co-
que nada en Cueva de La Pileta, donde en- perfilar figuras estilizadas con bastantes lorante mayoritario es el rojo (en contadas
contramos pintados en color negro gran- detalles minúsculos hacia el exterior (de- ocasiones el negro), aplicado con la yema
des imágenes de caballos, uros, ciervos, dos, adornos corporales, etc.). La temática del dedo, una ramita machacada o una mu-
cabras y la novedad de animales acuáticos fundamental es la figura humana (mujeres ñequilla, instrumentos que determinan las
(dos peces que sobrepasan el metro y medio y hombres portando arcos con flechas) a la formas y el resultado de la obra en diseños
de longitud), todo confeccionado con un que se suma animales (sobre todo cabras y muy simples. Estas técnicas y el recurso del
acusado naturalismo que dota a las obras ciervos), conformando escenas con un no- esquematismo derivan en figuras concep-
de corporeidad a través de proporciones table componente narrativo. tuales, donde los personajes humanos es-
adecuadas y detalles anatómicos. El concepto de arte esquemático es tán vistos de frente y los animales de perfil.
El conocido como arte levantino es ca- muy convencional y se suele aplicar a ma- La pintura rupestre esquemática es una
racterístico de los territorios orientales de nifestaciones rupestres dispares de dife- expresión gráfica peninsular y en Andalucía
la Península Ibérica, sin embargo en An- rentes cronologías, temáticas, técnicas, casi todas las provincias poseen documentos
dalucía (provincias de Jaén y Almería) con- ubicación, distribución espacial y signi- de este tipo, si bien las grandes concentra-
tamos con importantes testimonios que ficado, aglutinadas bajo el común deno- ciones abarcan Sierra Morena oriental, las
podrían señalar las zonas periféricas de ese minador de la producción de imágenes a Béticas y el Campo de Gibraltar.
fenómeno artístico. través de esquemas; es decir, la reducción
La aparición de estas nuevas expresio- de los elementos de un objeto hasta sus
nes gráficas está relacionada con el desa- mínimas consecuencias para su identifi- Más información
rrollo del proceso de neolitización (implan- cación.
tación de la economía productora en/por Así pues, el recurso gráfico del esque- Sanchidrián J. L.
las sociedades prehistóricas) y, en conse- matismo fue empleado durante los últi- Manual de Arte Prehistórico.
Ariel, Barcelona, 2001.
VV. AA.
Pintura rupestre levantina en Andalucía.
La frecuentación y uso de los espacios subterráneos profundos de las
Consejería de Cultura de la Junta de
cuevas están atestiguados desde hace 35.000 años, pero las primeras Andalucía, Sevilla, 2005.
manifestaciones gráficas de Andalucía datan de hace 24.000 años
Megalitismo
Arquitecturas y sociedades
Las arquitecturas megalíticas forman un legado de excepcional
valor patrimonial, distribuido casi por la práctica totalidad
de la geografía andaluza. La riqueza y variedad formal de las
arquitecturas, la presencia de construcciones monumentales,
su fuerte impronta en los paisajes y los complejos significados
simbólicos, rituales, funerarios, culturales o ceremoniales
que le otorgaron las sociedades de la prehistoria reciente ha
supuesto que el megalitismo de nuestra región sea uno de los
más destacados de la Península Ibérica y de Europa occidental.
Imagen de Miguel Ángel Blanco de la Rubia. Banco de Imágenes del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico.
D
esde finales del siglo XIX y hasta falsa cúpula (tholos); c) construcciones fu-
14 la actualidad, la investigación del nerarias excavadas en el sustrato o roca. El
megalitismo en Andalucía ocupa uso y funcionalidad de cada arquitectura
uno de los lugares centrales en la historio- obedece a una intencionalidad construc-
grafía. Así, desde de los primeros descu- tiva específica y a las prácticas funerarias
brimientos y exploraciones de las grandes y rituales de culto a los antepasados de
construcciones megalíticas, los prehisto- cada grupo social, existiendo una gran
riadores han centrado parte de sus investi- variedad de formas, tamaños, métodos de
gaciones en el estudio de estas arquitectu- construcción y empleo de materiales, que
ras y sus constructores. En el estado actual se traducen en diferentes grados de monu-
de las investigaciones se conocen en torno mentalización, presencia en los paisajes y
a 1.700 construcciones megalíticas distri- permanencia temporal.
buidas de manera desigual según cada pro- a). Las arquitecturas compuestas por
vincia: Almería, en torno a 600; Granada, una sola piedra erigida verticalmente
con 550; Huelva, alrededor de 250; Sevilla (menhires o estelas-menhires) o por un
Dolmen 23 de la Peña
y Málaga, cerca de 100 cada una; Córdo- conjunto de piedras (círculos de menhi-
de los Gitanos.
ba, sobre 50; Cádiz, con 40, y Jaén, sólo res o recintos en forma de U) aparecen en
10. Existe una gran variedad de formas y el Neolítico. Este tipo de construcciones
técnicas constructivas representativas de se han documentado en las provincias de
la primera arquitectura monumental en Huelva y Córdoba. Se asocian a los asenta-
piedra que se desarrolla entre el V y III mi- mientos de las primeras comunidades de
lenios a. C., abarcando desde grupos socia- agricultores y ganaderos que ocupan los
les clánicos y segmentarios del Neolítico a valles de tierras fértiles en el V y IV mile-
sociedades inmersas en un proceso de je- nios a. C. Estas construcciones cumplen
rarquización social creciente durante funciones de demarcación territorial y de
la Edad del Cobre. prácticas de observación astronómicas,
De manera global, puede pudiendo estar relacionadas con el control
diferenciarse tres tipos de de los ciclos estacionales naturales. Los
arquitecturas: a) las pie- menhires presentan motivos grabados (ca-
dras erigidas en posición zoletas, círculos, líneas en zig-zag y ondu-
vertical, dispuestas so- ladas, etc.) y en las estelas antropomorfas
las o en grupos; b) cons- se plasman los rasgos faciales (ojos, nariz,
trucciones megalíticas boca) y atributos personales (vestimentas,
funerarias tumulares collares, báculos, hachas, puñales, etc.)
(dólmenes), de dos gru- de cada personaje representado.
pos: unas, con corredo- b). Las arquitecturas funerarias
res y cámaras de cubier- construidas con bloques de piedras son
tas adinteladas, y, otras, más destacadas y numerosas, constru-
cámaras con sistema de yéndose en el IV y III milenios a. C. En el
Foto: José Antonio Linares Catela.
Izquierda, interior del dolmen de Soto (Trigueros, Huelva). Derecha, vista interior del dolmen de Menga (Antequera, Málaga).
transcurso del Neolítico final y Edad del diseños con plantas cruciformes, en tran- La ruptura con la tradición arquitectó-
Cobre se desarrolla un proceso histórico de septo, paralelas, etc.. Otros grupos pecu- nica y ritual del megalitismo se produce en
complejización social, que lleva implícitas
la monumentalización de las arquitecturas
liares son los dólmenes con puertas perfo-
radas de la provincia de Granada, caso de
la transición del III al II milenios a. C., en
el denominado Bronce antiguo, momento
AH
y la consolidación progresiva de los rituales las necrópolis de Peñas de los Gitanos, Gor- en el que emergen sociedades con estructu-
OCT
funerarios, articulado tanto en el interior Gorafe o Los Bermejales. ras políticas complejas: los primeros esta- 2015
de las tumbas, mediante diversas formas Del segundo grupo de las arquitecturas dos y las clases de aristocracias guerreras,
de enterramientos y deposiciones colecti- funerarias, conocidos como tholoi, son re- implicando para algunos monumentos
15
vas, y en los espacios externos, existiendo marcables las necrópolis de Valencina de su condenación o destrucción. No obstan-
sectores y estructuras (vestíbulos, atrios, la Concepción, El Gandul, Los Millares y te, las arquitecturas megalíticas también
altares) en los que se depositaban ofrendas el monumento megalítico de El Romeral. fueron reutilizadas como sitios de enterra-
y materiales de alto valor simbólico, caso Las tumbas de Valencina de la Concepción mientos y de ofrendas votivas durante las
de los “ídolos”. se asocian al asentamiento prehistórico edades del Bronce y Hierro, pudiendo ser la
En el territorio andaluz se presenta la homónimo, existiendo un gran número expresión de la existencia de unas formas
mayor parte de las tumbas monumentales de estructuras y tamaños. Las de mayores concretas de sacralización de los monu-
de la Península Ibérica, caso de los grandes dimensiones presentan largos corredo- mentos ancestrales, una reapropiación de
dólmenes y sepulcros de falsa cúpula, sin- res y cámaras circulares construidas con la memoria de los antepasados e incluso
gulares por sus dimensiones, soluciones mampuestos de piedra (La Pastora, Mata- una perduración como lugares de culto.
constructivas y elementos arquitectóni- rrubilla), o por finas lajas de pizarra que
cos. Del primer grupo, sobresalen los gran- revisten su interior (Montelirio), provis-
des dólmenes de Soto, Alberite, Menga y tas de cubiertas de falsa cúpula ejecutadas Más información
Viera, que cuentan con estructuras mega- por aproximación de hiladas. El Romeral,
líticas internas formadas por grandes blo- construido mediante la técnica de piedra Bueno Ramírez, P.; Balbín Berh-
ques de piedra en la paredes (ortostatos) y seca, presenta características arquitectó- mann, R. y Barroso Bermejo, R.
techumbres (losas de cubierta), elementos nicas muy sobresalientes, estando dotado “Símbolos para los muertos, sím-
de compartimentación espacial (jambas, de corredor, cámara principal y cámara bolos para los vivos. Arte megalí-
estelas) y de refuerzo estructural (pilares, secundaria, cubierto bajo un prominente tico en Andalucía”. En J. Martínez
losas transversales), además de antiguas túmulo de 85 m de diámetro. García y M. S. Hernández Pérez
estelas y menhires que se integran en los En la necrópolis de Los Millares (Al- (coords.), Arte Rupestre Esquemático
complejos discursos gráficos de los muer- mería), compuesta por 80 tumbas, pre- en la Península Ibérica, Actas del II
tos mediante grabados y pinturas. Estas dominan las sepulturas de falsa cúpula, Congreso, Comarca de los Vélez, 5-8
estructuras alcanzan o superan los 20 m compuestas por cámaras circulares cons- de mayo 2010. Ayuntamiento de
longitudinales y se presentan bajo túmu- truidas con lajas de revestimiento en la Vélez-Blanco, 2013, pp. 25-47.
los de piedras y tierra que oscilan entre 50 y base y piedras para la formación de las García Sanjuán, L. y Ruiz Gonzá-
65 m de diámetro. Existen construcciones bóvedas, corredores que pueden presentar lez, B. (eds.)
similares de menor tamaño, aisladas en el puertas perforadas y vestíbulos en los ac- Las grandes piedras de la Prehistoria. Sitios y
territorio o formando grupos, en las pro- cesos externos. paisajes megalíticos de Andalucía.
vincias de Huelva, Cádiz, Córdoba, Málaga c). Las cuevas artificiales o hipogeos Junta de Andalucía, Sevilla, 2009.
y Almería. Por otro lado, hay que desta- presentan formas y elementos constructivos Linares Catela, J. A.
car determinadas formas arquitectónicas comunes con las construcciones megalíti- Guía del megalitismo en la provincia de
complejas y construcciones con una fuerte cas, caso de las necrópolis excavadas en la Huelva. Territorios, paisajes y arquitecturas
identidad territorial, caso de los conjuntos roca (Alcaide, Las Aguilillas, Los Algarbes, megalíticas.
del área del Andévalo oriental: El Pozuelo, Marroquíes Altos, Sierra Martilla) o las tum- Junta de Andalucía-Ediciones SM,
Los Gabrieles, Las Huecas, etc., con estruc- bas construidas en los sustratos de margas Madrid, 2011.
turas internas dotadas de varias cámaras y (Valencina de la Concepción, El Seminario).
El Argar
Hace 4.000 años...
La Cultura del Argar marca sin duda el inicio de un tiempo nuevo
en la historia de Andalucía. Gran parte del desarrollo histórico a
nivel tecnológico, socioeconómico e ideológico de nuestra tierra
se concreta y se perfila a lo largo del segundo milenio antes de
nuestra era (2200-1450), cuando gran parte de lo que conocemos
como Andalucía oriental más la Región de Murcia y parte de la
Comunidad Valenciana constituían la base territorial de una de
las primeras civilizaciones de nuestro pasado, y también una de
las más desarrolladas de Europa en la llamada Edad del Bronce.
D
esde su definición por los herma- de los cerros, aterrazándolas y creando un
16 nos Siret a fines del siglo XIX tras entramado de casas rectangulares, con
excavar una serie de yacimientos habitaciones, comunicadas entre sí por
arqueológicos en el sureste de la Península pequeñas callejuelas. Son numerosos los
Ibérica, como El Argar, Fuente Álamo o Ga- ejemplos en los que es el propio cerro el que
tas, esta Cultura se convirtió en la imagen conforma la defensa natural, habiendo
de la Edad del Bronce peninsular en todo otros casos en los que el poblado se rodea
el mundo. Sus poblados, con enterramien- de una muralla de gran consistencia, con
tos debajo de las casas, y sus ricos ajuares bastiones de refuerzos, como en el caso de
funerarios constituyeron la idea de una ci- Peñalosa o La Bastida (Totana, Murcia), o
vilización, la más avanzada, de la prehis- que coronan la parte más elevada con una
toria española y comparable a las civiliza- gran estructura defensiva, como ocurre en
ciones coetáneas del Egeo o Centroeuropa. el Cerro de la Encina (Monachil, Granada)
La sociedad argárica ejerció el control de o la Cuesta del Negro (Purullena, Grana-
Ilustración: Miguel Salvatierra y Lola Contreras.
amplios territorios, abasteciéndose y trans- da). Estos poblados además de las vivien-
formando sus materias primas. Los pobla- das contienen espacios públicos, de uso co-
dos, encastillados en el paisaje y defendidos munal, como cisternas, establos o lugares
por potentes murallas, tenían un amplio de reunión.
Reconstrucción del poblado dominio sobre campos de cultivo, pastos, En términos generales las sociedades
argárico de Peñalosa (Baños recursos minerales y cinegéticos... En esta argáricas suponen una ruptura total con
de la Encina, Jaén). Proyecto época nos encontramos con un territorio respecto a las precedentes de la Edad del
Peñalosa. GEPRAN (UGR). perfectamente jerarquizado con poblados Cobre, bien representadas por la Cultura de
de distinto tamaño ocupando las zonas más Los Millares. Ello se observa en los aspectos
elevadas, aldeas en llanura cerca de los cul- puramente urbanísticos como de la vida
tivos y pequeños fortines de control. cotidiana o de la simbología con respecto
Gracias a la excavación ar- a los muertos. Las cabañas circulares, por
queológica de poblados poner un simple ejemplo, son sustituidas
como Peñalosa (Baños por casas rectangulares, que permiten am-
de la Encina, Jaén) pliar el espacio y compartimentarlo. En
o Castellón Alto función de los recursos que ofrezca la zona
(Galera, Grana- pueden estar construidas con zócalos de
da) conocemos el piedra y paredes de barro y entramado or-
urbanismo de los gánico o con mampostería de piedra como
asentamientos en el caso de Peñalosa. En estas viviendas
argáricos, ante- se desarrollan numerosas actividades de
cedente claro de mantenimiento como las de molienda, al-
los pueblos medi- macenamiento y producción de alimentos,
terráneos, situa- textiles, fabricación de útiles, etc.
dos en las laderas La Cultura argárica marca también un
Foto: Proyecto Peñalosa. GEPRAN (UGR)
Fotografía: GEPRAN (UGR)
Ajuar de una sepultura argárica del Cerro de la Encina. Vista del poblado argárico de Peñalosa (Baños de la Encina, Jaén).
despegue importante en cuanto a las técni- cial destinados solo a unos pocos. Nos re- te a las tradiciones clánicas de la Edad del
cas de producción del utillaje vinculado a
las nuevas formas de vida. Aspectos como
ferimos en concreto a las espadas, puñales
y alabardas que normalmente acompaña-
Cobre, y donde el individuo juega un papel
importante, pasando ahora de los grandes
AH
la alfarería y la metalurgia cambian sus- ban, como ajuar, a los difuntos de la clase enterramientos colectivos megalíticos en
OCT
tancialmente. La cerámica se estandariza social más elevada, junto con elementos el exterior de los poblados a un ritual de in- 2015
en todo el territorio, con formas, tamaños en plata y oro, metales preciosos muy de- humación individual o familiar con el ca-
y volúmenes similares, pero sobre todo mandados en esta sociedad y asociados a dáver en posición fetal en sepulturas (cis-
17
con nuevos tipos adaptados a las nuevas las tumbas más ricas. tas, cuevecillas, pozos, covachas, pithos)
necesidades como las de almacenamiento Otras tecnologías muy desarrolladas en el interior de los poblados y debajo nor-
de cereales (grandes orzas) o las de ciertos son la textil, con la confección de tejidos malmente del suelo de las casas.
elementos de consumo (tulipas, copas y de lana y lino, y el trabajo del esparto; el Nos encontramos ante una sociedad
botellas), relacionados posiblemente con trabajo de la madera y el corcho, o el apro- muy homogénea, constituida por grandes
el incremento de ceremonias y banquetes vechamiento de la materia orgánica para formaciones sociales que controlan am-
rituales y de alianzas entre las élites de diferentes usos: plantas aromáticas, con plios territorios y cuyas élites, de carácter
esta Cultura. poderes curativos, la madera y el hueso casi aristocrático, se encuentran interre-
Sin duda alguna, el metal se consolida animal para la fabricación de toda clase de lacionadas compartiendo los mismos sím-
como uno de los principales pilares econó- útiles y elementos. bolos de prestigio y de poder, conformando
micos de esta sociedad y solo así podríamos La base económica es agropecuaria. Se una sociedad clasista que durante unos
explicar la colonización en estos momen- ha documentado el cultivo de distintos 800 años controló todo el territorio del su-
tos de las tierras de Sierra Morena, ricas en tipos de cereales, fundamentalmente la reste y ejerció una gran influencia en las
mineral de cobre. En Peñalosa y en los po- cebada vestida y el trigo desnudo, junto culturas de su hinterland: Bronce de Anda-
blados de su entorno se han documentado con leguminosas (guisantes, habas y len- lucía occidental, Cultura de las Motillas en
hasta el momento todas las fases del proce- tejas). La dieta alimenticia se completa La Mancha o el Bronce valenciano.
so minero y metalúrgico del cobre. Aparte con un gran muestrario de frutos silvestres
de los numerosos vestigios de los diferen- recolectados (bellotas, aceitunas, higos ,
tes procesos de la producción metálica ta- uvas...) y productos cárnicos que aportan
les como minerales, restos de fundición, las proteínas necesarias (ovicápridos, bó- Más información
vasijas metalúrgicas, etc., se han localiza- vidos, suidos, ciervos, corzos y jabalíes),
do lingotes de cobre y moldes utilizados en seguido de pescados y aves, cuya presencia Lull, V.
su fabricación, que nos estarían hablando aparece en alguno de los yacimientos exca- La Cultura de El Argar. Un modelo para el
de un producto de intercambio en rutas co- vados. Hay que resaltar el papel que debió estudio de las formaciones sociales prehis-
merciales. jugar el caballo en una sociedad guerrera, tóricas.
La importancia del metal también se como animal de prestigio, cuyo consumo Crítica, Barcelona, 1983.
hace patente en la aparición ahora, en la también se ha documentado en algunas de Contreras, F.; Rodríguez, Mª. O.;
sociedad argárica, de adornos hechos en las acrópolis de los asentamientos argári- Cámara, J. A. y Moreno, A.
plata. La proliferación en el número y ti- cos, como Peñalosa o Cerro de la Encina. Hace 4.000 años. Vida y muerte en dos
pos de armas (espadas, alabardas, hachas, Asistimos, por tanto, al desarrollo de poblados de la Alta Andalucía.
puñales, puntas de flecha...) es también una sociedad estratificada con grandes Consejería de Cultura, Junta de
un claro ejemplo de la importancia del me- diferencias sociales como nos indican los Andalucía, Sevilla, 1997.
tal en estas poblaciones. Aparte de su uso ajuares funerarios, el tamaño y posición Aranda, G.; Montón, S. y Sán-
como elementos de producción en unos de las casas dentro del poblado, los ajua- chez, M.
casos o como armamentos de control del res domésticos, etc. Una sociedad donde The Archaeology of Bronze Age Iberia.
territorio por otro, algunas de estas armas la familia nuclear y la herencia de padres Routledge, London, 2015.
se convierten en símbolos de prestigio so- a hijos se manifiesta de forma clara, fren-
Fenicios y griegos
Colonizaciones en los confines de la ecúmene
Figurilla de bronce de
inspiración egipcia aparecida A lo largo de milenios el Mediterráneo fue un espacio de
en las aguas que rodean el comunicación más que de aislamiento, pero en los primeros
islote de Sancti Petri, que
siglos del Ier milenio a. C. se dieron las condiciones oportunas
tradicionalmente se ha
interpretado como el enclave para que comunidades procedentes de Oriente surcaran el mar
del templo de de un extremo a otro para afrontar la aventura colonial. De un
Melqart de Gadir. lado, en Fenicia, el desequilibrio demográfico, la falta de recursos
y la presión de estados poderosos como Asiria, fueron factores
que estimularon el fenómeno colonial. De otro, el sur de Iberia,
un territorio extenso, poco poblado y con un nivel de desarrollo
AH sociopolítico inferior, ofrecía numerosos atractivos, especialmente
OCT materias primas, convirtiéndose en una especie de El Dorado.
2015
EDUARDO FERRER ALBELDA
18 UNIVERSIDAD DE SEVILLA
L
a colonización fenicia fue un pro- Guadalquivir, Guadalete, Guadarranque,
yecto estatal de Tiro, aunque jugara Guadalhorce, Almanzora, etc. Por ejem-
un papel importante la aristocracia plo, en la ría de Huelva los fenicios fun-
comercial. El proceso colonizador se pro- daron un emporio en un lugar estratégico
longó en el tiempo desde el siglo IX hasta para la circulación de metales de los dis-
el VII a. C., y también en el espacio, pues tritos mineros de Riotinto hasta los circui-
se extendió por gran parte de Iberia, desde tos mediterráneos. Asimismo, la antigua
el río Mondego hasta el río Segura e Ibiza. desembocadura del río Guadalquivir tenía
No obstante, la mayor concentración de como aliciente la cercanía de las minas
fundaciones coloniales tuvo lugar en el li- de Aznalcóllar y una campiña muy fértil,
toral andaluz, pues los distritos mineros construyéndose un santuario de Astarté en
más rentables —Sierra Morena, Sierra Al- El Carambolo y probablemente de un em-
magrera y Herrerías— se ubicaban relati- porio en la orilla frontera, en la actual Se-
vamente cerca de la costa. Las tradiciones villa, como su topónimo de origen semita
literarias señalan a Gadir (Cádiz) como la (*Spal o Ispal) permite pensar. Por último, el
más antigua e importante ciudad fenicia, archipiélago de tres islas en la bahía de Cá-
famosa por su santuario de Melqart (He- diz, situado en frente de la desembocadura
racles-Hércules en las tradiciones griega y del río Guadalete y próximo a la ensenada
romana), pero la documentación arqueoló- bética, se constituyó en el epicentro de la
gica evidencia la sincronía de otras funda- colonización, con el santuario de Melqart,
ciones como Onuba o Malaca. la ciudad insular y dos ciudades fortifica-
La estrategia de colonización, en la que das que defendían la bahía: Castillo de
tuvieron un papel fundamental los santua- Doña Blanca y Cerro del Castillo de Chicla-
Museo de Cádiz. Consejería de Cultura. Junta de Andalucía.
ñécar), Abdera (Adra) y Baria rritorial y militar, sino que Andalucía. Estas atribuciones se deben a
AH
(Villaricos). Algunas surgie- desarrolló una gran estrate- especulaciones eruditas de época romana,
OCT
ron al tiempo de las funda- gia tendente a la protección aunque en el trasfondo de estas leyendas 2015
ciones más antiguas, como de sus intereses estratégicos están las navegaciones samias y foceas de
Malaca, pero otras lo harían a y económicos en Sicilia, Cer- fines del siglo VII y del principios del VI a.
19
lo largo de los siglos VIII y VI a. deña, norte de África, Ibiza C. hacia Tarteso, durante las cuales fueron
C. Siempre se ha pensado que y sur de Iberia. Los acuerdos bautizados muchos puertos fenicios e ibé-
la colonización fenicia tuvo un entre estados, como el suscri- ricos con nombres griegos.
carácter meramente comercial, de to con Roma en 348 a. C., son los La ausencia de una colonización griega
drenaje de recursos mineros desde las co- que permiten definir el papel jugado por no significa que los griegos no frecuenta-
lonias a la metrópolis, pero la fundación la ciudad en el antiguo territorio fenicio ran los emporios fenicios ni que los produc-
de ciudades, la extensión geográfica del (Mastia, Tarseyo), basado en las alianzas tos griegos (cerámicas de lujo, vino, aceite)
fenómeno y la diversidad de asentamien- desiguales y en la protección de sus alia- no circulasen entre estas comunidades. Es
tos avala la idea de la búsqueda de tierras dos. Finalmente, la derrota cartaginesa más, en los siglos V y IV a. C. las cerámi-
para asentar a los excedentes de población. en la primera Guerra Púnica (241 a. C.) y cas de figuras rojas y de barniz negro pro-
Además, la economía de estos enclaves, en los prestigiosos modelos políticos de los ducidas en los talleres áticos inundaron
muchos casos enfocada al autoabasteci- reinos helenísticos hicieron modificar la los mercados locales, proveyendo a las éli-
miento, se dedicó no sólo al tráfico comer- estrategia cartaginesa tradicional, que se tes ibéricas de bienes de prestigio que les
cial sino también al aprovechamiento de transformó en la conquista militar de am- acompañarían en la muerte. Sin embargo,
todos los recursos del entorno, agropecua- plios territorios y en la explotación directa muchos de estos objetos llegaron a través
rios, piscícolas y mineros, así como a la ar- y administración de los mismos a partir de de intermediarios de otras procedencias,
tesanía alfarera y de los metales. 237 a. C. (desembarco de Amílcar en Gadir) fundamentalmente púnicos e iberos
Los lazos metropolitanos acabarían por hasta la expulsión de los cartagineses de
debilitarse, y a principios del siglo VI a. C. Iberia en 206 a. C. por Roma.
se puede decir que las antiguas colonias ya A diferencia de la fenicia, la coloniza-
se habían transformado en ciudades-esta- ción griega no afectó al litoral andaluz.
do independientes, las más importantes Sólo fueron fundadas dos colonias —Em- Más información
de las cuales eran Gadir, Malaca, Sixo, Abde- porion y Rhode, ambas en Gerona— en el
ra, Baria o Carteia. Tradicionalmente se ha contexto de la colonización focea del arco Aubet, M. E.
pensado que del dominio colonial se pasó noroccidental del Mediterráneo, cuya Tiro y las colonias fenicias de Occidente.
a la ocupación cartaginesa del territorio, fundación más importante fue Marsella Ed. Bellaterra, Barcelona, 2009.
como si de una provincia se tratase, pero (h. 600 a. C.). No obstante, hay tradicio- Ferrer Albelda, E.
no hay datos que permitan avalar esta hi- nes griegas de época helenística, como la La España cartaginesa. Claves historiográfi-
pótesis. Cartago fue la ciudad fenicia más transmitida por Estrabón, que mencionan cas para la historia de España.
importante del Mediterráneo central y oc- la fundación de una colonia focea llama- Universidad de Sevilla, Sevilla, 1996.
cidental, pero no construyó un imperio te- da Mainake en la costa mediterránea de Sánchez-Moreno, E.; Domín-
guez Monedero, A. J. y Gómez-
Pantoja, J. L.
La estrategia de colonización previó el establecimiento de ciudades y Protohistoria y Antigüedad de la Península
Ibérica I. Las fuentes y la Iberia colonial.
factorías en territorios poco habitados o bien en lugares ya ocupados, Sílex, Madrid, 2007.
presumiblemente mediante pactos con las poblaciones locales
Tarteso
Encuentros entre Oriente y Occidente
AH
OCT M. ÁLVAREZ MARTÍ-AGUILAR
2015 UNIVERSIDAD DE MÁLAGA
20
E
n la tradición literaria griega y lati- La imagen histórica de Tarteso ha esta-
na se documenta un conjunto hete- do muy condicionada por la obra de Adolph
rogéneo de menciones a Tarteso. En Schulten, un erudito académico alemán
las noticias más antiguas, vinculadas a la quien, a comienzos del s. XX, la imaginó
frecuentación de comerciantes griegos del como una antigua y espléndida civiliza-
extremo Occidente (ss. VII-V a. C.), Tarte- ción, la primera de Occidente, y como un
Collar de oro del Tesoro del
so es un lugar más allá de las Columnas de Estado de tintes imperiales, extendido por
Carambolo. Finales del siglo
Heracles, en el litoral atlántico del suroes- toda Andalucía, con capital en una ciudad
VII - 1ª mitad del s. VI a. C.
te de la Península Ibérica, vinculado a la destruida por los cartagineses hacia el 500
figura del mítico Gerión. Heródoto (s. V a. a. C., cuyas ruinas debían hallarse bajo las
C.) menciona Tarteso como un “emporio” dunas del Coto de Doñana. La base históri-
más allá de las columnas donde Colaios, ca de esta imagen de Tarteso es muy pobre
un comerciante de Samos, obtuvo y en ella hay mucho de la fantasía de un
enormes ganancias, y como el lu- autor que hay que entender en su propio
gar donde reinaba Argantonio, un contexto histórico. Desgraciadamente, es
longevo monarca que trabó amis- una imagen que goza aún de popularidad y
tad con navegantes focenses. A que no beneficia el conocimiento riguroso
partir del s. V a. C. las menciones de la cuestión.
a Tarteso se hacen menos frecuen- La geografía sobre la que se desarrolla
tes y, ya en época romana, su nombre el fenómeno cultural de Tarteso abarca las
es vinculado frecuentemente a la ciudad costas del suroeste peninsular, más allá del
fenicia de Gadir. Estrecho de Gibraltar, en el entorno de la
Al problema de Tarteso se suma antigua desembocadura del Guadalquivir,
la cuestión del Tarsis bíblico. En que constituía en el primer milenio a. C.
la Biblia, en la mayoría de las oca- un amplio estuario, el llamado Lacus Ligus-
siones, Tarsis es un lugar y, por tinus. El “núcleo” de la geografía tartésica
extensión, el nombre de un tipo abarcaría las provincias de Huelva, Sevilla
de embarcaciones a él vinculadas, y Cádiz, adentrándose por el valle del Gua-
las llamadas “Naves de Tarsis”. Es- dalquivir.
tos pasajes no concretan su localiza- Existe un debate sobre la definición cro-
ción, pero señalan que se trataba de nológica y cultural de Tarteso. Hay investi-
un lugar rico en metales, con el que gadores que entienden la cultura tartésica
comerciaban los fenicios de Tiro, cuyo como la propia del Bronce final del suroes-
rey Hiram intercambiaba bienes con te peninsular, anterior a la implantación
Salomón. En la actualidad parece conso- de asentamientos fenicios en la zona en
lidarse la tesis de que el Tarsis bíblico es la el IX a. C. Otro sector de la investigación
misma entidad histórica que el Tarteso de considera que el Tarteso que reflejan las
las fuentes griegas. fuentes literarias griegas, en el s. VII a. C.,
Bocado de caballo conocido
como “Bronce Carriazo” con
un busto femenino entre
dos aves.
AH
OCT
La imagen de Tarteso ha estado condicionada por la obra de Adolph 2015
Schulten, un erudito alemán que a comienzos del s. XX la imaginó
como una antigua y espléndida civilización, la primera de Occidente
21
es un mundo en el que los fenicios están aristocracias tartésicas que les garantizan religiosidad y en las prácticas funerarias,
asentadas en la zona desde al menos dos este aprovisionamiento de metales. Este con la desaparición de la cultura material
siglos antes y, por tanto, que ese concepto proceso implica el incremento de la com- de tradición oriental propia de las élites
debe abarcar el complejo mundo de gen- plejidad social en las comunidades locales, tartésicas. Estos cambios han sido tradi-
tes e interacciones tanto de proveniencia con el auge económico de sus sectores diri- cionalmente atribuidos a una intervención
oriental como local. gentes, pero también la intensificación de militar de Cartago, que hoy en día se con-
La cultura local del suroeste peninsu- las diferencias sociales y de riqueza, con las sidera improbable en momentos tan tem-
lar que asiste a la llegada de los fenicios se posibles tensiones asociadas. El estrecho pranos. En la desestructuración del mun-
inscribe en el llamado Bronce final atlán- contacto con los fenicios provoca cambios do tartésico parecen converger motivos
tico, caracterizado arqueológicamente por culturales en las élites locales, con la adop- económicos, como la crisis del comercio de
depósitos de metales, una rica orfebrería o ción de elementos orientales en las prácti- la plata con Oriente, y posibles conflictos
las llamadas “estelas de guerrero”. Se tra- cas religiosas y funerarias, y en las formas sociales, con la desaparición de las aristo-
taría de una sociedad de base económica de representación del poder, como se pone cracias “orientalizantes”. Este conjunto de
agrícola y ganadera organizada en torno a de manifiesto en los ricos ajuares de necró- transformaciones da paso, a partir del s. V
jefaturas locales. A partir del s. IX a. C. los polis como las de La Joya, en Huelva. a. C., en el suroeste peninsular, a un ho-
fenicios comienzan a establecerse perma- Durante los siglos VII y VI a. C. los grie- rizonte histórico denominado “turdetano”,
nentemente en el área de Tarteso, en lu- gos frecuentan las costas del sur peninsu- protagonizado por las mismas poblaciones
gares como Gadir, Huelva y el entorno de la lar recalando en comunidades tartésicas tartésicas, embarcadas en un proceso his-
antigua desembocadura del Guadalquivir, en las que la presencia fenicia era ya an- tórico diferente.
como Sevilla. En esta época temprana se tigua, como es el caso de Huelva. A este
erige el santuario de El Carambolo (Camas, periodo responden las informaciones de
Sevilla), un lugar de culto fenicio, según Heródoto sobre la presencia de griegos de Más información
sus excavadores, y se inicia la instalación Samos y de Focea en Tarteso. En estos si-
de gentes de proveniencia oriental en co- glos, en el mundo tartésico se manifiesta Celestino Pérez, S.
munidades locales. una cultura material híbrida, la versión Viaje a los confines del Mundo Antiguo.
A partir del s. VIII a. C. se intensifican local de un estilo “orientalizante” que se Trébede, Madrid, 2014.
los intercambios entre fenicios e indígenas extiende por todo el Mediterráneo en rela- Campos, J. M. y Alvar, J. (eds.)
y se asiste a un auge poblacional en toda la ción con la frecuentación de navegantes fe- Tarteso: el emporio del metal.
zona. Un componente clave de la economía nicios, y que se caracteriza por una estética Almuzara, Córdoba, 2013.
tartésica parece ser la extracción de meta- que mezcla elementos próximo-orientales Domínguez Monedero, A. J.
les, en especial la plata de las minas onu- y egiptizantes. “Tarteso”, en E. Sánchez-Moreno
benses, que sería comercializada en Orien- A fines del s. VI a. C. se evidencia el (coord.), Historia de España, 1. Protohis-
te por los fenicios. La sociedad y la cultura ocaso del modelo social y económico tar- toria y Antigüedad de la Península Ibérica.
tartésica van a estar marcadas por las in- tésico. Se abandonan asentamientos y lu- Sílex, Madrid, 2007, pp. 227-315.
tensas relaciones entre los fenicios y las gares de culto y se perciben cambios en la
Iberos
Ser de nuestra Andalucía antigua
AH
OCT J. LUIS CHICHARRO CHAMORRO
2015 INSTITUTO DE ESTUDIOS GIENNENSES
22
I
beros y cultura ibérica son denomina- fico se ha debido al Instituto Universitario
ciones de un mismo concepto histórico de Arqueología Ibérica de la Universidad de
que abarca el periodo protagonizado Jaén, dirigido por Arturo Ruiz, que actúa
por pueblos del sur y del este de la Penín- como catalizador de estas sinergias.
sula Ibérica y hasta el sureste de la actual En los últimos tiempos ha habido una
Francia, con sus diversas manifestaciones eclosión investigadora sobre esta cultura
vitales entre los siglos VI a. C. y II y I a. C. ancestral, protagonizada por investiga-
o con su estela cultural hasta el comienzo dores de diversas universidades, tanto
de nuestra era. andaluzas como levantinas, sin olvidar la
El conocimiento de los pueblos iberos Autónoma y la Complutense de Madrid, al-
fue perfilándose desde el siglo XIX y, poco gunos museos y el CSIC. Fruto de muchos
a poco, en el siglo XX, aunque hay que re- años de tarea investigadora se ha podido
conocer que en las últimas décadas se han materializar en publicaciones que han
dado pasos muy notables. Esta cultura ha permitido una interpretación más amplia
tenido fortuna historiográfica a medida y precisa de aquellas sociedades que le die-
que han avanzado los trabajos arqueológi- ron el armazón urbano a estas tierras me-
cos, arrojando datos nuevos que han posi- ridionales.
bilitado la escritura de textos reflexivos y Conocemos así mucho mejor en estos
síntesis bien documentadas, así como su pueblos el comercio, la moneda y el con-
transmisión a la sociedad a través de la or- tacto con fenicios y griegos, las rutas, los
ganización de muestras temporales y ex- objetos, el trasvase de información concre-
posiciones permanentes en los museos. tado en manifestaciones de vida o en ico-
Además, se ha avanzado mucho en la in- nografías escultóricas y pictóricas. Igual-
terpretación de su ideario y pensamiento mente la manera de ocupar el territorio,
merced al estudio de sus imágenes. sus poblados fortificados —oppida—, la re-
La puesta de largo internacional de esta lación entre ellos, su estructura urbanísti-
cultura fue la exposición Los iberos. Príncipes de ca, sus casas, sus edificios emblemáticos…
Occidente que se exhibió en París, Barcelo- Qué duda cabe que aquella sociedad ca-
na y Bonn, entre 1997 y 1998. Ha habido balleresca y campesina ha dejado sus refle-
diversas iniciativas divulgativas de pro- jos en diferentes hallazgos que nos presen-
yección al conjunto de la población. En- tan sus herramientas de trabajo agrícola,
tre ellas una reciente, que implica a va- los productos que cultivaban y, ¡cómo no!,
rias administraciones públicas, llamada sus armas, sus queridas armas, con una
Viaje al tiempo de los iberos, una ruta cultural amplia panoplia de escudos, cascos, puña-
por los principales asentamientos ibéri- les y espadas, entre ellas la falcata ibérica.
cos de la provincia de Jaén, acompañada Muchas bellamente nieladas, denotan la
por pequeños centros de interpretación existencia de una sociedad jerarquizada,
en cada uno de ellos. El impulso cientí- caballeresca, orgullosa de su modo de vida
AH
La gran cantidad de armas halladas —escudos, cascos y espadas—,
OCT
muchas de ellas bellamente nieladas, denotan la existencia de una 2015
sociedad jerarquizada, caballeresca y orgullosa de su modo de vida
23
y de su estatus. Una sociedad que generó la lettre, que se enjoyaban para las grandes
un conjunto de rituales complejos, espe- ceremonias rituales. Ahí tenemos la anda-
cialmente los funerarios, que conocemos luza Dama de Baza, que en 1971 vio la luz de
por estudios de necrópolis excavadas y es- nuevo tras 2.300 años durmiente en su ne-
tudios comparativos entre ellas. crópolis granadina. Los pendientes, los co-
La cerámica ha sido un elemento esen- llares y los tejidos, de los que han quedado
cial para su mejor conocimiento: la exis- pequeñas muestras, así como de los telares
tencia del torno alfarero, el estudio de las donde se fabricaban con pesas de telar que
pastas, las variadas formas, los elementos se conservan en nuestros museos.
decorativos pintados, la influencia mani- Los conjuntos escultóricos aparecidos
fiesta de la cerámica griega, especialmen- en nuestros asentamientos tienen un pro-
te ática, con sus animales mitológicos tagonismo especial en el mejor conoci-
como grifos, esfinges, dioses…¡Qué im- miento de la cultura ibérica. La mayor par-
portancia tiene el mundo de las creencias te de ellas descubiertas en necrópolis con lo
en aquella cultura antigua! De los santua- que se han estudiado estas ciudades de los
rios de Santa Elena y la Cueva de la Lobera muertos, pero otras como el conjunto de El
en Jaén proceden cientos de exvotos que Pajarillo (Huelma, Jaén), halladas in situ es
nutren los fondos de los museos, no sólo un monumento que marca el territorio del
andaluces. Muchos llegaron mediante príncipe que dominaba el entorno del río
compra cuando la arqueología tenía un Jandulilla.
menor desarrollo y el expolio en las llama- Los avances que se han dado en la inter-
das "tierras de muñecos" era una práctica pretación de las imágenes de las esculturas Más información
común. Aquellas ofrendas —sobretodo en han sido muy valiosos, no tanto ocurre con
bronce— aunque existan en piedra y en el conocimiento de su escritura, pues aún Aranegui, C.
otros materiales, muestran los pesares, no ha aparecido un texto bilingüe que nos Los iberos ayer y hoy: arqueologías y
los anhelos, los agradecimientos de fieles permita comprender bien aquella lengua. culturas.
ante las divinidades. Santuarios enclava- Han sido muchos los hallazgos plásticos: Marcial Pons, Madrid, 2012.
dos en plena naturaleza agreste a los que el conjunto de El Pajarillo (Huelma, Jaén), Ruiz, A. y Molinos, M.
el viajero llevaba una figurilla expectante el conjunto de guerreros de Osuna, el con- Los iberos. Análisis arqueológico de un
ante la divinidad, un brazo, una pierna, junto escultórico de Cerrillo Blanco de Por- proceso histórico.
una dentadura… cuna (1975), la Dama de Baza, el león de Crítica. Barcelona, 2003.
La orfebrería que nos ha llegado de aque- Bujalance, la leona de Baena, los vasos de VV. AA.
llos siglos y su estudio en los últimos años Carmona, las cráteras de Galera... Poco a Los iberos. Príncipes de Occidente.
nos han proporcionado también un mejor poco, la cultura ibérica es mucho más com- Fund. La Caixa, Barcelona, 1997.
conocimiento de aquellos andaluces, avant prensible para el gran público.
Romanización
Urbanismo en la Bética
24
T
radicionalmente se ha en- Desde esta nueva perspectiva, se en-
tendido a la conquista de tiende la romanización como un complejo
Hispania por Roma, es de- proceso de interacción cultural en el que,
cir a la “romanización”, como un bajo el impulso principal de Roma, se va
proceso por el que Roma va susti- dando paso a cambios y realidades dife-
tuyendo paulatinamente las cul- rentes, según los territorios conquistados
turas prerromanas por un nuevo y los grupos poblacionales que lo habitan.
modelo cultural homogéneo Tanto en el ámbito urbano como en el rural
basado en los referentes cultu- la realidad previa condicionará enorme-
rales romanos. En este paradig- mente el modelo organizativo que Roma
ma se admite, como mucho, ensayará y que dará lugar a realidades cul-
ciertas pervivencias del mundo turales y sociales bien diferentes. Por ello,
indígena en el ámbito religioso los efectos de la acción de Roma no van a
y en algunas pocas costumbres ser iguales en todos los territorios ni van
y manifestaciones artísticas. a tener la misma intensidad en todos los
En este proceso, que culminaría grupos humanos, siendo las élites locales
en el reinado de Augusto, se ha las más permeables y las que jugaron un
querido ver el origen de la civili- mayor papel en este proceso de intercam-
zación occidental. bio cultural al asimilar con mucha más
Esta idea, heredera de la vi- rapidez los signos de distinción social del
sión colonialista e imperialista estatus romano.
del tránsito del siglo XIX al XX y En suma, no es posible entender la ro-
todavía vigente en gran parte de manización, que sin duda fue un hecho
la tradición historiográfica espa- trascendental en la historia de Hispania y de
ñola, ha tomado un rumbo abso- la Bética, como un proceso de suplantación
lutamente diferente en los últimos de las culturas previas sino, bien al contra-
años en los que se ha producido rio, como un fenómeno de hibridación con
una profunda revisión del concepto la realidad previa.
de “romanización” y de la realidad Una de las principales consecuencias
hispanorromana, alejada de la tra- de la acción de Roma en Hispania es la im-
dicional visión de un proceso ho- plantación masiva de la ciudad. Aunque
mogéneo como demuestran las más ciertamente es con Roma cuando el proce-
recientes investigaciones arqueoló- so urbano cristaliza de forma definitiva,
gicas que nos muestran una Roma tenemos que remontarnos a mucho antes
mucho más diversa y permeable que para encontrar el origen de este fenómeno.
asumió un elenco de elementos cultu- El fenómeno urbano, en sentido am-
rales adaptándose con frecuencia a la plio, es un tema que aparece ampliamente
realidad existente. tratado en la literatura arqueológica euro-
pea, abordándose desde la perspectiva de tes, que puede influir en la vinculación de que el mundo atlántico no presentaba en
25
comprender nuestra historia pasada en asentamientos subordinados, la revitali- estos momentos una estructura de corte
función de la aparición del urbanismo, de zación de las redes comerciales regiona- urbano. Este proceso, que se precipita con
su génesis y evolución. Desde esta visión les que, a su vez, por medio del comercio la llegada de los fenicios, tendrá un gran
se han realizado numerosos estudios en la marítimo podían interrelacionarse tanto impulso tras la presencia bárcida, para
Península Ibérica centrados de forma pre- con el Atlántico como con el Mediterráneo, cristalizar de forma definitiva en el mundo
ferencial en las grandes áreas culturales. debido a su posición entre ambos circuitos romano cuando a los núcleos ya habitados
En Andalucía, ha sido el área del Bajo Gua- comerciales de la Edad del Bronce. con anterioridad se les añaden otros de
dalquivir y Huelva la que ha aglutinado la Un importante aspecto a resaltar en nueva fundación. Sólo el paréntesis que se
mayoría de estos estudios, al ser el área el desarrollo del fenómeno urbano es la produce a partir de los siglos IV-V d. C. re-
cultural más activa durante época orienta- influencia púnico-gaditana, primero, y presentará un receso en el peso de la ciudad
lizante y de la Bética romana. Bárcida, después, en estos enclaves hasta en el conjunto del territorio que se recupe-
En general existe una divergencia en el punto de que probablemente facilita- rará a partir de los siglos IX-X d. C., si bien
cuanto a las opiniones formuladas sobre ría posteriormente, en época romana, la hay que señalar que inicialmente la etapa
este fenómeno cuya aparición se ha ido adopción de fórmulas religiosas plena- islámica, lejos de representar una rup-
retrasando cronológicamente, según las mente urbanas, las características de las tura, aportó pocos cambios con relación
distintas opiniones, hasta situarlo, de élites municipales y coloniales, el culto al a las ciudades romanas, salvo una mayor
acuerdo con algunas corrientes de inves- emperador y a las divinidades oficiales. impronta del factor religioso y étnico en la
tigación, en un momento anterior a la La proyección estética de la política de configuración de su estructura.
colonización fenicia, cuando en la costa Augusto sobre las ciudades hispanas tuvo
atlántica andaluza existía una sociedad su principal reflejo en la potenciación
compleja y dinámica que había alcanzado de los lugares públicos, donde se hacía
por sus propios medios una estructura te- evidente la intensificación de la función Más información
rritorial conceptualmente urbana, la cual programática y política de los elementos
será aprovechada por los orientales que, constructivos y decorativos. Ello tuvo como García y Bellido, A.
simplemente, se integrarán en ella. A la principal consecuencia la génesis de gran- Urbanística de las grandes ciudades del
llegada de los fenicios no todos los asen- des cambios que modificaron la faz de los mundo antiguo. 3ª edición, renova-
tamientos occidentales eran poblados de núcleos urbanos que existían antes de la da. Estudio preliminar de Manuel
cabañas diseminados en el territorio, pues llegada de Roma, así como una modeliza- Bendala.
algunos disponían de murallas desde fines ción para los de nueva creación. Consejo Superior de Investigaciones
del siglo VIII y principios del siglo VII a. C. En síntesis, puede afirmarse que el pro- Científicas, Madrid, 2009.
En estos momentos asistimos, pues, a ceso urbano en Andalucía es el fruto de un Bendala Galán, M.
un impulso renovador que cristaliza en la largo desarrollo que comienza en los inicios “Urbanismo y romanización en el
gestación de modelos de ocupación de clara del I milenio a. C. en el Bronce final prefe- territorio andaluz: aportaciones a
inspiración urbana, que conllevan la jerar- nicio, pudiendo estar en la base del mismo un debate en curso”, Mainake, 27,
quización del territorio, diferenciación de un proceso de evolución local influido por pp. 9-32. Servicio de Publicaciones
fronteras, control exclusivo de determina- las relaciones cada vez más evidente con el de la Diputación de Málaga, 2009.
dos recursos y acumulación de exceden- Mediterráneo desde el II milenio, toda vez
Minería romana
Plata, cobre y oro para los emperadores
26
E
n Andalucía se encuentran impor- tigüedad el cobre, llamado Aes Marianum o
tantes distritos mineros. Por sus Cordubense. La minería romana fue parti-
reservas y el carácter masivo de sus cularmente importante en el Valle de los
mineralizaciones destaca entre todos ellos Pedroches y en el alto Guadalquivir, en
la faja pirítica ibérica, un numeroso con- la zona de Linares-La Carolina, en la que
junto de minas que se extienden por la pro- era célebre el Monte de la Plata (Mons Ar-
vincia de Sevilla (Aznalcóllar, Las Cruces, gentarius), que se encontraba en las proxi-
etc.) y Huelva (Riotinto, Tharsis, etc.), midades de Linares, cerca de la ciudad de
donde alcanza las mayores proporciones. Castulo (Estrabón, III, 2, 11). Algunos inves-
Sus masas están formadas por sulfuros po- tigadores sitúan en esta zona la rica mina
limetálicos que permitieron la producción de Baebelo, que reportaba más de cien libras
de plata y cobre. diarias de plata a Aníbal (Plinio, XXXIII,
De menor envergadura son las minera- 96-97).
lizaciones de Sierra Morena, en los secto- Las minas de Almería forman otro dis-
res más montañosos de las provincias de trito en el sureste andaluz. Son minerali-
Huelva, Sevilla, Córdoba y Jaén. Son mine- zaciones de sulfuros de plomo-plata y en
ralizaciones de tipo filoniano, estrechas, menor proporción de sulfuros de cobre,
pero a veces forman campos de grandes que se extienden por Sierra Almagrera,
desarrollos, con sulfuros de cobre (calcopi- Sierra de los Filabres y Sierra de Gádor. En
ritas) y sulfuros de plomo-plata (galenas). Andalucía oriental también destacaron los
En algunas de estas minas los sulfuros recursos auríferos de los depósitos aluvia-
de cobre eran ricos en oro nativo, que po- les de Sierra Nevada y Sierra de Baza, en los
día explotarse mediante bateo en los ríos, que se han detectado explotaciones roma-
Pico-martillo para la extracción como sucedió en las minas de la Rivera de nas en el entorno de las ciudades Granada
del mineral hallado en el Pozo Cala en Huelva (Sultana-San Rafael). En (Iliberri) y Baza (Basti).
Mirador (El Centenillo, Baños Sierra Morena se encuentran también al- A lo largo de los siglos II y I antes de Cris-
gunas mineralizaciones de tipo skarn, de to las minas (metalla) fueron arrendadas a
Museo Arqueológico de Linares.
de la Encina).
óxidos de hierro de altas calidades para la sociedades, y la más famosa de ellas, la
siderurgia, en los que sobresale la Sierra de Societas Castulonensis, operaba en las minas
El Pedroso, que alimentó las herrerías de del distrito jiennense y en las minas de
la ciudad de Munigua (Castillo Córdoba. En época de Augusto una parte
de Mulva, Villanueva del de las provincias de Jaén, Granada y Al-
Río y Minas, Sevilla). mería se desgajó de la provincia Betica, que
Entre los produc- pertenecía al pueblo y al Senado, y pasó a
tos de estas formar parte de la provincia Tarraconensis,
minas fue de administración imperial, lo que per-
famoso mitió al emperador gestionar las minas de
en la an- Jaén y Almería. Sin embargo, la tradición
Archivo Histórico Minero Fundación Río Tinto.
historiográfica considera que fue el em- tificiales. El principal problema a resolver rar el plomo de la plata, y la segregación,
perador Tiberio el que confiscó las minas a esas profundidades era la eliminación para separar el cobre de la plata. Los hu-
a los particulares, de lo que sería ejemplo del agua. Estrabón nos comenta de los mos sulfuros de estos tratamientos de-
la condena de Sexto Mario, a quien se con- mineros turdetanos: “…abren sinuosas y bían marcar el paisaje de las minas.
fiscaron sus minas de cobre y oro de Sierra profundas galerías, reduciendo a menudo Esta riqueza favoreció el desarrollo eco-
Morena bajo la acusación de incesto con su las corrientes que en ellas encuentran por nómico de las zonas mineras y las tierras
hija (Tácito, Ann., 6, 19, 1). Además de los medio de tornillos egipcios…”. Las labo- de campiña, de las cuales dependía su
Marios, en Córdoba hubo otras ricas fami- res que más admiración causan son estas abastecimiento, y de esa interacción nació
lias que debían su riqueza a la explotación galerías inclinadas de desagüe, por medio un entramado viario de caminos que con-
minera, especialmente la familia de los de las cuales se conduce el agua que se ducían a las ciudades y puertos de Corduba
Argentarios. acumula en el interior a una cota inferior (Córdoba), Hispalis (Sevilla), Gades (Cádiz) y
A partir de este momento la minería en la exterior. Cuando esto no era posible Onuba (Huelva), en los que se embarcaban
hizo posible que la Bética reportara gran- se empleaban ingenios para elevar el agua los lingotes con dirección al puerto de Os-
des cantidades de plata, cobre y oro a Roma a las galerías de desagüe, como las norias, tia, desde donde se enviaba a Roma.
y a los emperadores, cuyo Tesoro se hizo muy abundantes en la Faja Pirítica, caso
dueño finalmente de la propiedad de las de la procedente de Riotinto, expuesta en
minas. Se impulsó su explotación me- el Museo de Huelva, y los Tornillos de Ar- Más información
diante el arrendamiento (locatio) a conce- químedes, empleados en Sierra Morena.
sionarios particulares (conductores). Así, las Más raras son las bombas impelentes o Arboledas, L.
minas acabaron formando cotos al mando bombas de Ctesibio, una de las cuales apa- Minería y metalurgia romana en el sur de la
de funcionarios imperiales, a cuya cabeza reció completa en la mina de Sotiel Coro- península Ibérica. Sierra Morena Oriental.
se encontraban los procuratores (metallorum), nada (Huelva). British Archaeological Reports,
que contaban incluso con la ayuda destaca- Testigos de esta intensa minería son International Series, 2121, Oxford,
mentos militares. los numerosos escoriales romanos que se 2010.
La minería romana no se contentó con extienden por toda la geografía andalu- García Romero, J.
la extracción de los minerales más super- za. Después de que muchos de ellos fue- Minería y metalurgia en la Córdoba
ficiales, sino que alcanzó en ocasiones ran reprocesados en los siglos XVIII y XIX, Romana.
más de 100 metros de profundidad, como aún ocupan grandes espacios, como las Servicio de Publicaciones de la Uni-
sucedió en la mina de Sotiel Coronada 18.000.000 toneladas de escorias de pla- versidad de Córdoba, Córdoba, 2002.
(Huelva). Se utilizó para ello un sistema ta y cobre calculadas a principios del siglo Pérez Macías, J. A.
de exploración con galerías (cuniculus) y XX en Riotinto. Los procesos metalúrgicos Las minas de Huelva en la Antigüedad.
pozos verticales (puteus), labores estrechas comprendían la calcinación de los sulfu- Servicio de Publicaciones de la
que ahorraban esfuerzo para buscar las ros al aire libre, fundición de matas, y Diputación Provincial de Huelva,
zonas más ricas, mientras que la extrac- complicadas operaciones pirometalúrgi- Huelva, 1998.
ción se llevaba a cabo formando cuevas ar- cas, entre ellas la copelación, para sepa-
Agricultura y comercio
Trigo, vino, aceite y garum en la Bética
AH
OCT DESIDERIO VAQUERIZO GIL
2015 UNIVERSIDAD DE CÓRDOBA
28
R
oma cimenta sus raíces sobre un guró desde muy pronto a través de la An-
pueblo de campesinos, que hicie- nona (institución encargada del reparto del
ron de virtudes como pietas, forti- trigo) y el evergetismo, pródigo en la cele-
tudo, sobrietas, umilitas o virtus, elementos bración de banquetes públicos y el reparto
definidores de su idiosincrasia y actitud ocasional de grano, aceite o comida.
ante la vida y el mundo. Una de las razones Las explotaciones agrícolas en Roma
fundamentales de su formidable expan- respondieron a categorías muy diversas,
sión radica, de hecho, en la necesidad de que cambiaron a lo largo del tiempo: desde
nuevas tierras. Su entrega a quienes un día la simple instalación unifamiliar, aferrada
decidieron abandonar la Península Itálica a la tierra con fines de autoabastecimien-
en busca de un destino mejor (ya fueran to y eventualmente de venta o trueque en
comerciantes, soldados, o simples colo- ferias y mercados cercanos, a la gran ha-
nos) sirvió para fijarlos con carácter defi- cienda agrícola, con mano de obra esclava
nitivo a las nuevas zonas conquistadas, capaz a la vez de producir excedentes para
propició su posesión efectiva, la integra- la exportación y dotar al dueño de un mar-
ción y también la hibridación, claves en co residencial a la altura de su nivel econó-
la consolidación, la grandeza y la unidad mico y pretensiones sociales. El campo, las
del Imperio. Quizá por ello, la primera ta- villae, se convierten pronto además en un
rea que la administración de Roma abordó espacio para el recreo espiritual (amoenitas),
siempre en el momento de incorporar un un cotizado escenario en el que ostentar
núcleo urbano más a su estructura organi- riqueza, refinamiento y capacidad de dis-
zativa: federado, peregrino, estipendiario frute (privata luxuria), entendido otium como
o de nuevo cuño, fue fijar —o matizar— un signo de clase y poder adquisitivo, pri-
los límites de su territorio de influencia, vilegio de quienes podían huir de las gran-
centuriar y catastrar las tierras (agri publici) des ciudades para refugiarse en sus tierras
para facilitar su parcelación y su explota- (fundi) y disfrutar del silencio, la belleza,
ción, señalizarlas y garantizar el acceso a la caza, la familia, los amigos, la filosofía
ellas. Los pueblos prerromanos tuvieron y la lectura. Un paisaje rural completado
ya un componente agrícola muy fuerte, por casae y tuguriae (unidades aisladas), vici,
pero Roma trajo consigo la concentración pagi, castra, loca y castella (aglomeraciones
progresiva de la propiedad, racionalizó e de diferente entidad y alcance), mansio-
intensificó la producción con tintes mer- nes, diversoria, stationes y mutaciones (edificios
Museo Arqueológico de Córdoba.
cantiles, potenció los cultivos que mejor se ligados a la red viaria); todos ellos depen-
avenían a sus necesidades y costumbres, a dientes de las ciudades económica, admi-
la calidad de la tierra y a los recursos hí- nistrativa y militarmente.
dricos; en particular cereales, vid y, sobre Baetica, de suelo fertilísimo, fue pródiga
todo, olivo, base de la alimentación de la en villae, suburbanas, periurbanas, rurales
plebe y del ejército, cuyo suministro ase- y marítimas, que explotaban también el
Detalle del mosaico de las
Cuatro Estaciones, en el que
se representa al verano con
una hoz y una gavilla de trigo
sobre un fondo de dos olivos,
como alusión a la costumbre
de sembrar cereal en los olivares.
Museo Arqueológico de Córdoba. Consejería de Cultura. Junta de Andalucía.
30
N
ingún habitante de Roma —o de se fue difundiendo por el Mediterráneo,
Relieve de Mérida con escena de cualquier otro punto del Impe- sobre todo por Oriente (aunque también en
sacrificio (conocido como rio— que viviera en época del em- la propia Roma), gracias a la predicación
“relieve de Agripa”). perador Claudio (41-54) habría imaginado de los apóstoles y de individuos como Pablo
que la extraña superstición de una secta de de Tarso, así como a la organización de sus
judíos (seguidores fanáticos de un galileo fieles en comunidades eclesiásticas dirigi-
agitador crucificado en Pa- das por obispos. Igualmente, evolucionó al
lestina varios años contacto con las corrientes filosóficas gre-
antes), que por corromanas y con otros cultos orientales
entonces co- de carácter mistérico, como el mitraismo;
menzaba a co- se distanció del judaísmo y se escindió en
nocerse muy diferentes doctrinas y tendencias que aca-
difusamente barían enfrentadas entre sí; en cualquier
en la Urbs, se caso, siempre supo adaptarse a las circuns-
convertiría, tancias de cada época, de ahí su éxito final.
casi tres siglos Historiadores de la Antigüedad y de la
y medio más Iglesia primitiva han discutido amplia-
tarde, bajo Teo- mente acerca del papel que el culto impe-
dosio (379-395), rial jugó en las actuaciones anticristianas
en la única creencia decretadas en determinados momentos
religiosa legitimada por las autoridades romanas hasta época
por el poder imperial de Constantino el Grande (306-337). En este
en todo el orbe romano. sentido, debe recordarse que el culto a los
Y, sin embargo, así suce- césares divinizados y vivos, tal y como se
dió. Durante ese periodo de configuró a partir de Augusto y hasta prin-
tiempo el cristianismo no lo cipios del siglo IV, consistía en una serie de
tuvo, desde luego, nada fácil. rituales diversos perfectamente integrados
En efecto, entre mediados del si- en la religión estatal romana. Ésta buscaba
glo I y finales del siglo IV, y al hilo el bien de la colectividad a través de una se-
de los cambios experimentados por rie de prácticas que garantizasen la pax deo-
la sociedad, la economía, la política y rum. Por tanto, negarse a cumplir con los
la religión romanas, pasó por situacio- ritos públicos debidos a los dioses oficiales
nes muy difíciles, como las persecu- y al emperador no sólo constituía una clara
ciones dictadas por algunos emperado- demostración de ateísmo (actitud incom-
res, si bien el alcance y la duración de las prensible desde el punto de vista pagano),
mismas, al menos hasta mitad del siglo también ponía en peligro la buena relación
III, no fueron tan amplias como se creía. del Estado con aquéllos, lo que, se temía,
Pese a las adversidades, la fe cristiana podía causar todo tipo de catástrofes y ca-
Museo Arqueológico de Córdoba. Foto: Alberto León.
Detalle de las escenas centrales del sarcófago cristiano hallado en la Huerta de San Rafael (Córdoba).
32
L
os visigodos son una población ger- líneas de investigación que más noveda-
mana altamente romanizada que, des está proporcionando en la actualidad,
tras un largo periplo continental, cuestionando una radical separación étni-
hace su entrada en el actual solar andaluz ca hasta fines del siglo VI, cuando se opera
en la segunda década del siglo V. Su am- un total mestizaje de visigodos e hispono-
bición era dar el salto a África, una tierra rromanos; aunque ciertamente el compo-
segura y rica. Sin embargo, alcanzan un nente germánico siempre fue exiguo en
pacto con el poder romano, actuando en la tierras del sur peninsular, además de
calidad de foederati o aliados de las tropas restringido a elementos nobiliarios y mi-
imperiales. En concreto Roma les encar- litares.
ga expulsar otros pueblos bárbaros que Un segundo contacto de los visigodos
habían ocupado las provincias hispanas con el solar andaluz, más firme, tiene lugar
meridionales una década antes. Es un en el siglo VI. Derrotados en la Galia por los
primer contacto de carácter estrictamente francos y ahora con un poder plenamente
Moneda visigoda de Wamba militar y, aunque no faltaron pillajes, hi- soberano, se asientan en el noreste y cen-
realizada en la Ceca de Toledo cieron bien su trabajo, de modo que pronto tro de la península. Desde estas posiciones
y custodiada en el Museo de Jaén. aniquilaron a alanos y vándalos silingos, se interesan progresivamente por las prós-
si bien no pudieron impedir que los ván- peras tierras del Valle del Guadalquivir, de
dalos asdingos accediesen a África desde modo que el rey Teudis se establece en Se-
Tarifa. Durante esta centuria no faltaron villa y en el resto las tierras del Estrecho.
otras presencias puntuales en la Bética, Entre tanto la Bética, derrumbado ya el po-
para combatir a los suevos y con una der imperial, se gobernaba mediante una
actuación progresivamente más autonomía de facto, ejercida por la nobleza
autónoma. hispanorromana desde sus posesiones en
El premio obtenido de Roma el campo y las ciudades. Abunda en ello la
es su ansiado establecimien- línea de investigación más productiva hoy
to en tierras del Imperio, en en día: el mantenimiento y transforma-
concreto en la Galia, lo que les ción de la red de articulación del territorio
aleja de nuestras latitudes. El en torno a las ciudades, dirigidas por las
Imperio logra así mantener curias y los obispos.
sus posesiones en Hispania, a La relación entre ambos poderes, mo-
la par que neutraliza un poten- narquía visigoda y nobleza ex-provincial,
cial peligro armado visigodo en no es fácil, como demuestra la derrota in-
tierras béticas. Pero algunos per- fringida al rey Agila por la ciudad de Córdo-
manecerán en la zona, logrando ba. Esta es la situación cuando a mediados
integrarse progresivamente con la del siglo irrumpe un nuevo poder. Aprove-
elite hispanorromana. Precisamente chando discordias internas visigodas, los
esta integración temprana es una de las soldados bizantinos se establecen en las
San Isidoro de Sevilla (1655) en un
óleo pintado por Bartolomé
Esteban Murillo que puede verse
en la catedral de Sevilla.
AH
OCT ALEJANDRO GARCÍA SANJUÁN
2015 UNIVERSIDAD DE HUELVA
Capitel de los Baños del
34
E
Bañuelo (Granada). l origen de al-An- Pese a la importancia de esta estrecha
dalus comienza relación histórica de Andalucía con al-
con un hecho his- Andalus, sería erróneo confundir ambos
tórico de gran relevan- nombres o, mucho peor aún, pretender
cia en la historia de Es- convertirlos en sinónimos. Los árabes de-
paña y de Andalucía, la signaron con el nombre al-Andalus todo
conquista protagonizada el territorio peninsular, incluyendo en
en 711 por contingentes be- él las zonas que quedaron fuera del do-
réberes comandados por Tariq minio político de los musulmanes o de la
ibn Ziyad, que actuaban bajo las influencia de la cultura árabe e islámica,
órdenes de Musà ibn Nusayr, goberna- es decir, las regiones más septentrionales
dor árabe del Magreb por cuenta del califa- de la península (norte de Portugal, Gali-
to omeya de Damasco. La acción conquis- cia, Asturias, Cantabria, País Vasco, zona
tadora de Tariq, seguida de la llegada del pirenaica y norte de Cataluña). De hecho,
propio Musa un año más tarde, supuso la no resulta infrecuente que los autores ára-
desarticulación del reino visigodo de Tole- bes aludan en sus textos a “la península de
do y una transformación completa, aunque al-Andalus”, indicando, de este modo, la
no inmediata, en la situación política, so- naturaleza geográfica de ese nombre. Así,
cial y cultural en la Península Ibérica. al-Andalus sucedió al nombre griego Iberia
Desde el comienzo de su llegada, los y al latino Hispania como forma de designar
conquistadores, cuya élite dominante la al territorio peninsular.
conformaban los árabes, designaron el Aunque el nombre al-Andalus abarcaba
territorio peninsular como al-Andalus, a toda la península, la cultura árabe e is-
del cual procede la denominación de An- lámica traída por los conquistadores en 711
Banco de Imágenes del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico.
dalucía. Esta relación etimológica entre no alcanzó una proyección similar, regis-
ambos nombres revela la importancia de trándose un desarrollo desigual de sus ma-
la presencia de al-Andalus en la parte más nifestaciones. Como se ha dicho, la actual
meridional de la península. En efecto, en Andalucía fue un territorio de relevancia
el territorio de la actual Andalucía se desa- determinante en las estructuras políticas
rrolló buena parte del contenido histórico creadas por los conquistadores y que se
principal de al-Andalus, tal y como revela fueron sucediendo de manera progresiva
el propio paisaje andaluz actual. Muchos (emirato, califato, taifas, almorávides, al-
de los principales vestigios arqueológicos mohades y nazaríes).
y arquitectónicos de esa época se localizan Al-Andalus comenzó con una conquista
en Andalucía, entre otros motivos debido a y terminó con otra, la protagonizada por
que las tres grandes capitales urbanas del los reinos cristianos que, desde el norte pe-
territorio andalusí fueron, sucesivamen- ninsular, fueron arrebatando el territorio
te, Córdoba, Sevilla y Granada. de manera progresiva a los andalusíes. En
Patio de los Leones
de la Alhambra.
Banco de Imágenes del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico.
36
E
l Islam establece como situación y con su califato (en 1031), insistía que su
ideal la existencia de una comuni- opción era la mejor, razonando, en su Tra-
dad con su rector, lo cual inició el tado de política: “Puesto que el Califato viene
profeta Muhammad, cuyos sucesores con- de Dios, por vía de su Profeta, y es el sopor-
tinúan la dirección del Estado, primero por te de los preceptos religiosos, necesitan las
la monarquía electiva de los cuatro “califas gentes de quien haga entre ellos las veces
ortodoxos”, seguidos por el califato dinás- de su Profeta, porque al temerle se atempe-
tico de los Omeyas (660-750), y después ren las pasiones desatadas y al respetarle
el Califato abbasí (hasta mediado el XIII). se concilien los corazones desunidos, y por
La unidad se fragmentó, al propugnar los su poder se aquieten la manos que pugnan
sunníes que el poder debían ejercerlo ca- una contra otras, y por reverenciarle se so-
lifas de Qurays (tribu del profeta), y los metan los ánimos rebeldes…. [con un Ca-
xiíes aceptar sólo a imames descendientes lifa] que guarde la religión de alteraciones
directos del profeta, mientras que los jari- y exhorte a cumplirla sin descuidos, apar-
yíes sólo aceptaban la elección por méri- te de la Comunidad a los enemigos de la
tos. Otros conflictos quebraron la unidad, fe, labore los territorios, sacando partido
e incluso, en el siglo X, rivalizaron tres ca- de sus riquezas naturales y roturando sus
lifatos: Abbasíes de Bagdad, Fatimíes del vías y caminos, y administre los bienes
norte de África y Omeyas de al-Andalus. conseguidos por los musulmanes, según
El genial pensador Ibn Jaldún (m. 1406) las normas religiosas”.
distingue tres rangos: 1º: el Estado funda- El califato posee dimensión religiosa y
do por el profeta, donde el poder se legiti- política, reunidas en esa institución su-
ma por su sucesión: procura a los seres hu- prema porque el Islam es “religión y Esta-
manos bienestar terrenal y eterno; 2º: el do” (din wa-dawla), dotando al califa de una
fundamentado en la autoridad natural, de legitimidad trascendental, manifestada
derecho, de los califas omeyas y abasíes, en el título de “emir de los creyentes” que
que, basados en la razón, procuran paz y llevaba asociado, acompañado de sobre-
bienestar; 3º: la autoridad lograda por la nombres honoríficos superiores, con re-
fuerza, sin que sus soberanos se afanen ferencias a Allah y a la religión. Todo esto
por la felicidad común. conlleva y se manifiesta en consideracio-
Desde 929, con la proclamación del nes, ceremonial, manifestaciones (por
califa omeya por Abd al-Rahman III, al- ejemplo, numismáticas) y actuaciones
Andalus, alcanzó la máxima categoría (como las construcciones urbanas y monu-
política. Un pensador de altura, como el mentales).
polígrafo Ibn Hazm de Córdoba (m. 1064), Casi dos siglos ejercieron los Omeyas
guiado por sus fervores pro-omeyas, de Córdoba como emires de al-Andalus,
cuando ya se había iniciado su declive en desde mediado el siglo VIII, en un proce-
la guerra civil que terminó con la dinastía so que con afán procuraron consolidar su
A la izda., salón del trono de
Medina Azahara. Bajo estas
líneas, baños califales de
Ronda.
Banco de Imágenes del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico.
AH
OCT
2015
37
El califato omeya parecía eterno, pero falló la legitimidad tras morir
el segundo califa, al-Hakam II, y sucederle su hijo, menor de edad y
disminuido, acaparando todos los poderes su “chambelán” Almanzor
Estado, a través de la arabización y de la vo todo el brillo califal, al sucederle su El califato volvió a al-Andalus con los
islamización. único hijo, menor de edad y disminuido, Almohades, con la titulación también su-
Abd al-Rahman III se autoproclamó acaparando todos los poderes su “cham- prema de "Emir de los Creyentes". Como
califa en 929, tras culminar el control de belán” Almanzor, seguido por sus hijos en el Califato Omeya, todo alcanzó esa
al-Andalus. Este paso era enorme, pues los Amiríes, cuya actuación menoscabó dimensión política suprema, con sus pro-
la comunidad islámica no debía regirse el califato de tal modo que, desde 1009, pias manifestaciones de ceremonial, de
sino por un califa, como venían siéndolo estalló la guerra civil, mientras al-Anda- expresiones y distintivos, de registros y de
los Abbasíes de Bagdad. Pero a principios lus se fragmentaba en “reinos de taifas”. monumentalidad, de modo que sus res-
del siglo X, los Fatimíes quebraron aquella La guerra civil giraba en torno a los pectivas capitales (la Córdoba omeya y la
unidad, alzándose en Túnez al califato, en pretendientes al califato, pues, hasta Sevilla almohade) quedaron marcadas por
peligrosa y próxima competencia para los su abolición en 1031, hubo nada menos monumentos bien representativos, como
Omeyas andalusíes. Tras responder al reto que trece proclamaciones de seis Ome- Madinat al-Zahra y el alminar de la Giralda
fatimí y patentizar la recuperación plena yas, siendo varios depuestos y tornados (véanse la imagen de la página anterior y
del Estado, decidieron la proclamación del al trono, y de tres Hammudíes, prínci- la foto superior izquierda), que, respecti-
Califato de Córdoba, con el cual, al-Anda- pes magrebíes, de forma intermitente vamente, siguen siendo dos distinguidos
lus adquirió ritmos y dimensiones nuevos: entre 1016 y 1026; se retiraron a Málaga emblemas de los dos principales califatos
la categoría del poder y su representación, y Algeciras, separadas desde 1035 o 1039 de al-Andalus.
la culminación de su incentivo integrador por querellas familiares: en Málaga, en
sociocultural que fraguó lo andalusí como treinta años se alternaron nueve Ham-
identidad, su hegemonía proyectada tam- mudíes, empeñados en mantener su tí- Más información
bién sobre el norte peninsular, amplias tulo califal, hasta 1056, conquistados por
actividades diplomáticas, prestigio y rei- Granada. Valdeón Baruque, J.
vindicaciones respecto a otras tierras del Los poderes de facto se legitiman reco- Abderramán III y el Califato de Córdoba.
Islam, con una proyección concreta sobre nociendo a algún califa, y así hicieron las Debate, Madrid, 2001.
el Magreb, el aparato cortesano, realzado sucesivas taifas, recurriendo a Omeyas o Vallvé Bermejo, J.
con la fundación de la ciudad palatina de a Hammudíes, mientras quedaron, o al Abderramán III: califa de España y Occidente.
Madinat al-Zahra, grandioso escenario. falso Hisam II, o a un genérico “Califa Abd Ariel, Barcelona, 2003.
Al-Andalus alcanzó un orden clásico, Allah”. Los rigurosos Almorávides recono- Viguera Molins, Mª J.
y su califato omeya parecía eterno, pero cieron a califas abbasíes de Bagdad, recur- Los reinos de taifas y las invasiones magrebíes.
falló la legitimidad, tras morir el segun- so a ‘distancia’ seguido también por otros Mapfre, Madrid, 1992.
do califa al-Hakam II (976), que mantu- poderes andalusíes.
Reconquista
Un concepto en discusión
Soldados en una ilustración
de las Cantigas de Santa María La reconquista constituye en la actualidad un concepto historiográfico
(s. XIII).
ambiguo y discutido. Vinculado a arcaicas connotaciones
ideológicas religiosas y jurídicas como la guerra santa y justa, la
expansión militar castellana por el valle del Guadalquivir durante
el siglo XIII, la posesión del Estrecho de Gibraltar en el siglo
XIV y la definitiva conquista del Reino de Granada a finales
del siglo XV, gestaron progresivamente un territorio nuevo
y diferenciado en el contexto social y político del Reino de
Castilla. Un territorio de frontera que se llamó Andalucía.
AH
OCT MANUEL GARCÍA FERNÁNDEZ
2015 UNIVERSIDAD DE SEVILLA
38
E
l concepto historiográfico de re- general de la formación medieval de Espa-
conquista de Andalucía tradi- ña, se interpretó, por tanto, como la com-
cionalmente relacionado con la pleja construcción imaginativa social y re-
expansión militar y la agresión feudal ligiosa de los cristianos que transformaría
de los reinos cristianos peninsulares por progresivamente un conflicto bélico feudal
al-Andalus —básicamente de la Corona de extensión territorial contra el islam an-
de Castilla— pretende justificar, cuando dalusí en una actividad militar justifica-
no legitimar, desde una óptica ideo- da y legal, en una guerra justa; y al mismo
lógica neogoticista, la conquista tiempo, en un enfrentamiento anhelado y
sistemática de los territorios is- en muchos casos consagrado por la iglesia,
lámicos al sur de Sierra Morena en una guerra santa o cruzada. Todos los testi-
hasta el océano Atlántico y el mar monios cronísticos de la época sobre la re-
Mediterráneo; y la sustitución, conquista de Andalucía, desde la Historia de
casi siempre violenta, de una España del arzobispo de Toledo don Rodrigo
sociedad y una cultura —la Jiménez de Rada para la conquista del valle
andalusí— por otra cristiana del Guadalquivir en el siglo XIII, hasta las
y occidental mediante un in- Crónicas de Alonso de Palencia y Hernando
eludible proceso repoblador y del Pulgar para la Guerra de Granada en el si-
colonizador de las tierras y las glo XV, abundan en este sentido integral
ciudades sistemáticamente que seria jurídico, político y religioso y, a
ocupadas por los cristianos. todas luces, legitimista.
Sin embargo, al margen de En este contexto, la reconquista de
las inevitables referencias re- Andalucía fue consecuencia directa del
ligiosas, la reconquista, unida proceso de crecimiento territorial de los
lógicamente a la cristianización estados feudales europeos, del que el Rei-
y a la castellanización, de la An- no de Castilla no fue una excepción, ante
dalucía bética y, más tarde, del la decadencia del islam andalusí, sobre
antiguo Reino Nazarí de Grana- todo después de la derrota almohade de Las
da, fue para los contemporáneos no Navas de Tolosa en 1212. Un proceso mili-
sólo un vasto marco conceptual béli- tar que para algunos cronistas leoneses y
co iniciado por Fernando III en el castellanos se fundamentaba además en la
alto Guadalquivir entre 1225 con recuperación, el restablecimiento y la res-
la conquista de las localidades tauración del señorío cristiano sobre España,
de Andújar y Martos y concluido injustamente perdido en el año 711 tras la
por los Reyes Católicos en 1492 invasión islámica.
con la capitulación de la ciudad Pero dicho así se suele olvidar con fre-
de Granada. La reconquista de cuencia que según esta visión, no compar-
Andalucía, inserta en el proceso tida hoy por ciertos arabistas y medievalis-
evidente condición fronteriza del nuevo te-
rritorio, las urgencias defensivas de las tie-
rras conquistadas fronterizas con el islam
andalusí —fundamentalmente granadino,
Palacio del Senado, Madrid.
AH
Patronato de la Alhambra y Generalife.
40
N
o hay un Reino de Granada, sino Perdida la independencia en un al-An-
tres. Se trata de una historia que, dalus reunificado por esta dinastía ma-
en lo geográfico, desborda los gribí de los Almorávides (1090-1142) con
límites de una ciudad y provincia hasta capital en Marrakech, Granada adquirió,
abarcar buena parte de Andalucía; en lo sin embargo, gran protagonismo político-
temporal, supera el periodo medieval has- militar y gozó de considerable actividad
ta llegar al siglo XIX; en lo socio-político, socio-cultural porque hizo las veces de ca-
rebasa el ámbito local hasta convertirse pital del imperio en la península (Granada
en estado y reino; en lo cultural, integra fue la sede del gobernador almorávide para
aportaciones diversas con una produc- al-Andalus).
ción intelectual y artística rica y va- Pierde esta capitalidad con la conquis-
riada que se puede representar en ta de la dinastía también beréber magribí
su emblema, la Alhambra, con- sucesora, la de los Almohades (en al-An-
vertido hoy en patrimonio de la dalus: 1146-1228), aunque mantiene y de-
humanidad y el monumento sarrolla mucho más su vida intelectual,
más visitado de España y uno social y cultural, con una notable produc-
de los primeros del mundo, ción y grandes figuras de la literatura, la
además de icono interna- filosofía y la ciencia.
cional de la cultura espa- El debilitamiento y caída del imperio
ñola. almohade propició un nuevo periodo de
1º reino. La fundación división andalusí (las terceras taifas) desde
de la ciudad hacia el 1013 re- 1224, lo que facilitó a los reinos de Castilla y
sulta ya muy significativa de Aragón las conquistas de grandes e impor-
su espíritu (de colaboración) y tantes territorios andalusíes.
talante (de apertura al cambio): la reali- 2º reino. Al-Andalus iba camino de des-
zan elementos externos (los Banu Ziri, aparecer pero en Arjona (Jaén) en 1232 se
beréberes de Ifriqiya, actual Túnez, sa- fundó el Emirato Nazarí que estableció su
lidos del ejército de Córdoba), pero tercera y definitiva capital en Granada en
en colaboración con los andalusíes 1238. Este emirato consiguió detener el le-
de Madinat Ilbira, que no vacilan en tal avance de los reinos del norte y con ello
abandonar esta ciudad plenamen- garantizó la supervivencia de al-Andalus
te desarrollada para construir una como estado. Será con un territorio reduci-
nueva mejor, la Granada que ini- do pero que abarcó gran parte de la actual
ciaron junto al actual Albaicín. Se Andalucía (Granada, Almería y Málaga
convirtió así en la capital del primer más territorios de Jaén y Cádiz, con algo de
Reino de Granada, la Taifa Zirí, que se Córdoba y Sevilla) y algo de Murcia. A pesar
mantuvo hasta la conquista almorávi- de su menor fuerza militar y su situación
de en 1090. de aislamiento peninsular e, incluso, gra-
ves conflictos internos, su gran capacidad o en la epigrafía decorativa, la presencia e tianismo. La expulsión de estos conversos
41
de negociación, relaciones internacionales influencia de literatos y ulemas (sabios) en forzados (los moriscos) en 1570 y, definiti-
y habilidad política le permitieron mante- diferentes disciplinas en la sociedad son vamente, en 1614 divide el periodo en dos
ner, contra todo pronóstico, una longeva todos ellos factores y valores culturales que partes bien diferenciadas. Se produce un
dinastía durante 260 años, hasta 1492 configuran esta sociedad con ritmo acom- proceso de aculturación árabo-islámica y
Fue este periodo, frecuentemente co- pasado a su evolución histórico-política. castellanización socio-religiosa que trans-
nocido como Reino Nazarí de Granada y la Casos como el poeta Abu Ishaq, que con formó una sociedad mixta en una sociedad
época de frontera por antonomasia, uno de un poema desencadena un levantamiento uniforme.
los más intensos y dinámicos en política, social en el siglo XI; el polifacético minis- A pesar de esto, hoy día el legado de es-
sociedad, economía y cultura de la historia tro e historiador Ibn al-Jatib (s. XIV), que tos tres “reinos” es tan amplio, profundo y
del sudeste peninsular. escribió sobre múltiples materias inclui- universal que, al igual que su símbolo, la
Heredero de una larga tradición árabo- da la medicina o la mística, o la familia Alhambra, proporciona un campo de aná-
islámica en ciencias y letras, este segundo de eminentes juristas, literatos y sabios lisis para el conocimiento de sociedades
“Reino de Granada” mantuvo y asimiló la Banu 'Asim (s. XV) son tres ejemplos de diferentes, un referente para la reflexión
concepción y filosofía de vida andalusíes esta relevancia e influencia de la cultura sobre procesos de enfrentamiento y en-
de etapas anteriores. Así se plasmó en va- y el saber en la sociedad y la vida de estos cuentro entre Oriente y Occidente, una
rios aspectos fundamentales, como las reinos. fuente de inspiración para la visión y com-
construcciones y la cultura literaria. 3º reino. La rendición de la capital na- prensión del otro.
En el primer aspecto, se realizan nu- zarí en 1492 supuso el final de este emirato
merosas edificaciones (civiles: casas, pa- y el definitivo de al-Andalus. Se inicia así
lacios, madrasas, hospitales; militares: el tercer Reino de Granada, si bien ya no se Más información
castillos y alcazabas; religiosas: mezquitas trata de un reino propiamente dicho con
y rábitas) en la capital granadina y otras rey específico, sino de una jurisdicción ad- Álvarez de Morales, C. y Molina
ciudades y poblaciones del Estado, espe- ministrativa de la Corona de Castilla. López, E.
cialmente en época nazarí con su recepción Su extensión abarcaba algo menos del Reino de Granada. V centenario.Tomo I,
y desarrollo de la herencia almohade. Se territorio del Emirato Nazarí y se mantuvo El Islam.
elaboran una arquitectura y arte para vivir hasta 1833 en que la organización en reinos Ideal, Granada, 1991.
con tres funciones destacadas: expresión fue reemplazada por la división en provin- Vidal Castro, F. (coord.)
del poder, confort residencial, placer sen- cias diseñada por el granadino Javier de Dosier “Los tres reinos de Granada:
sorial y estético. Burgos. taifa zirí, emirato nazarí y reino
En el segundo aspecto resalta una fa- Aunque la conversión de estado sobe- cristiano”. Revista Andalucía en la
ceta muy humana y universal: la cultura rano (Emirato Nazarí) a región/reino cris- Historia, 40 (abril 2013) 6-39.
vivida, el estrecho nexo de literatura y sa- tiano se inició de forma consensuada y Viguera, M. J. (coord.) y otros
beres con su sociedad. El impacto y rele- pactada en 1492 y suponía el respeto a la El reino nazarí de Granada (1232-1492).
vancia social de la literatura, su función religión y costumbres de los musulmanes Tomos VIII-III y VIII-IV de la Historia
para prestigiar o reforzar la relevancia y vencidos (mudéjares), los reyes castellanos de España de Menéndez Pidal.
papel político de un personaje, la viven- pronto (en 1501) incumplieron el acuerdo Espasa-Calpe, Madrid, 2000.
cia poética en fiestas públicas y privadas y decretaron la conversión forzosa al cris-
La frontera
Espacio de lucha e intercambio
42
L
a frontera de Granada es un espacio más intensidad se vivió la historia del
de contacto y fricción entre dos ci- reino castellano durante los siglos me-
vilizaciones antagónicas y enfren- dievales.
tadas, pero obligadas a coexistir por su La frontera es un espacio físico, pero
proximidad geográfica. Evidentemente, el también un elemento generador de reali-
hecho fronterizo no suponía una experien- dades políticas, institucionales y socioe-
cia nueva en el contexto peninsular, y en conómicas, al tiempo que una potente
especial, para Castilla, dada la multisecu- vía de aculturación. En tanto que espacio
lar lucha con el Islam alentada por la ideo- geográfico, la delimitación de la frontera
logía de reconquista. Sí podemos afirmar, es una cuestión de perspectiva. Fronte-
no obstante, que la frontera andaluza, por ra es la franja territorial que separaba (y
su prolongada existencia, su estabilidad y, también unía) los reinos de Castilla y de
posiblemente, por ser la última frontera Granada. Ahora bien, esta denominación
de la España medieval, se convirtió en pa- se aplicó también, por extensión, al con-
radigma histórico y en referente cultural. junto de la Andalucía cristiana, sobre todo
Por lo que respecta a Andalucía, su reali- en los siglos XIII y XIV. Del lado cristiano,
dad histórica no puede comprenderse sin la frontera estaba organizada en sectores
la frontera. que se correspondían, grosso modo, con las
Dos caballeros visten, montan y van La ubicación geográfica de Andalucía grandes circunscripciones eclesiásticas. La
armados “a la morisca” en esta vista y Granada, en el límite sur de Europa y gestión de la frontera se repartía entre con-
de Jerez de la Frontera de 1575 del a escasa distancia del continente afri- cejos, órdenes militares, nobles y oficiales
Civitates Orbis Terrarum, testimonio cano, unida al alejamiento respecto al regios, entre los que hay que destacar la
de la pervivencia de la huella de la frontera corazón de Castilla y a la dureza de la figura del Adelantado Mayor de Andalu-
mucho tiempo después de su desaparición. vida en la frontera podría llevarnos a cía. Para la nobleza andaluza la frontera
considerar este espacio como marginal. ofreció notables beneficios políticos
Nada más lejos de la realidad, y económicos, al tiempo
pues Andalucía y
su frontera con-
formaron uno
de los escena-
rios donde con
Alcalá la Real es un ejemplo
paradigmático de población
fronteriza, fuertemente fortificada
y con un intenso tráfico
comercial con Granada.
AH
OCT J. CLEMENTE RODRÍGUEZ ESTÉVEZ
2015 UNIVERSIDAD DE SEVILLA
44
L
o que conocemos como arte mudé- vo vigorosa hasta el siglo XVI, cuando el
jar es un fenómeno que cobra vida mudéjar se vio sometido a un proceso de
en la España cristiana al calor de la fosilización creciente, primero, provoca-
conquista del Islam peninsular y, en con- do por la desaparición del Reino Nazarí y
secuencia, de la rica herencia que le es la expulsión de los judíos, quienes habían
transmitida por la cultura andalusí. Dicha aportado al mudéjar matices propios en
herencia se canalizó a través de un rico sus sinagogas; luego, por la laminación de
legado material, que sobrevivió en condi- la comunidad mudéjar, operada en Casti-
ciones muy diversas; la aportación de la lla, en 1502; y, finalmente, por la irrever-
minoría mudéjar, que favo- sible liquidación del componente morisco.
reció la transmisión de sus Mientras esto ocurría, desde Andalucía,
prácticas y conocimientos; aquella aquilatada aventura cultural via-
y el influjo del Reino Naza- jaba hasta tierras americanas, donde la
rí que, desde el otro lado de herencia islámica aparecía como un ele-
la frontera, contribuyó a la mento más en el acervo hispánico, del que
renovación de los temas y las formaría parte esencial.
formas, como puede advertir- El término mudéjar (mudayyan) se em-
se, por citar el caso más ilus- pleó en la historiografía española para
tre, en el palacio del Rey Don aludir a los musulmanes sometidos a la
Pedro, erigido en los Reales autoridad cristiana que, en su conquista
Alcázares de Sevilla. de al-Andalus, les permitió quedarse res-
El afán de apropiación y la petando sus costumbres y creencias bajo
fascinación por una cultura determinadas condiciones. Sin embar-
brillante, el aprovechamiento go, la acuñación de una nueva acepción,
de un legado material y de un planteada desde la historiografía artística,
caudal humano nada desdeña- rebajaría el sentido étnico-religioso del tér-
ble permitieron una produc- mino. Corría el año 1859, cuando José Ama-
ción fecunda, basada en la dor de Los Ríos, en su discurso de ingreso
convivencia entre la arqui- en la Academia de Bellas Artes de San Fer-
tectura y las artes decorati- nando, disertó sobre "el estilo mudéjar en
vas de ascendencia islámica arquitectura". Por primera vez se utilizaba
y las tradiciones cristianas el término para aludir a un estilo artístico,
que, además de aportar su caracterizado por el "maridaje de la arqui-
propio bagaje estético, im- tectura cristiana y de la arábiga".
ponían los usos y necesidades Después de un siglo y medio, debe reco-
de una sociedad sometida a nocerse la existencia de un caudal de estu-
una profunda transformación. dios sumamente productivos, forjado por
Dicha experiencia se mantu- nombres ilustres como Manuel Gómez Mo-
reno, Diego Angulo, Leopoldo Torres Balbás Llegados a este punto, debemos reco- originalidad excepcional, y experiencias
AH
o Gonzalo Borrás, entre otros. Durante este nocer que el concepto de mudéjar se ha yuxtapuestas, no exentas de una conflic-
OCT
tiempo, se trabajó sobre la naturaleza del visto sobreexpuesto al contexto ideológico tividad, en muchos casos, atemperada por 2015
fenómeno y su evolución; los agentes que lo de nuestro país. Definido —en origen— el paso del tiempo y la propia historiogra-
propiciaron y la base social que le dio abri- como un estilo nacional, se convirtió en fía. Se trata de un fenómeno inabordable
45
go; las condiciones técnicas y laborales que una proyección que reforzaba la identidad porque en él coexisten dos tradiciones con
lo sustentaron, y los modelos tipológicos y patria en la Europa del momento. Desde sus propias claves, con su diversidad y en
repertorios ornamentales que lo acompa- entonces, el mudéjar se ha visto parcial- continua evolución; y que, además, se
ñaron. Pero, sobre todo, se acumularon va- mente moldeado por los usos políticos de interrelacionan con distintos grados de
liosas investigaciones sobre un patrimonio cada momento. Desde esta perspectiva, se asimilación. Tales variables se amplían si
arquitectónico que hoy resulta abrumador. entienden mejor las teorías esencialistas consideramos su particular implantación
No obstante, más allá de la incuestionable de Chueca Goitia, renovando la tradición sobre el territorio y su nivel de exposición a
valía de los logros alcanzados, el mudéjar nacionalista, o el nuevo énfasis otorgado los centros de producción más influyentes.
presenta como concepto historiográfico al- a la diversidad del mudéjar, en su vertien- El mudéjar se ha convertido en una eti-
gunas sombras, por otra parte, esbozadas te territorial, el cual podría vincularse queta que manifiesta un cierto agotamien-
desde fechas muy tempranas. con la necesidad de alimentar las identi- to, en la medida que su imposición puede
Cuestionada su condición de estilo, por dades regionales de nuestro actual siste- dificultar el desarrollo de nuevos discur-
su acusada indefinición y por su natura- ma autonómico. Hoy, se hace indispen- sos. No obstante, la exploración de otras
leza compuesta, para algunos autores no sable una fundamentación del problema vías, de nuevas narrativas, no debe llevar-
sería más que la influencia islámica en te- basada en una visión rigurosa de nuestro nos a hacer tabula rasa de lo que ha sido un
rritorio cristiano. En las últimas décadas, pasado. concepto fundamental en nuestra explo-
autores como Gonzalo Borrás han restado La interpretación del mudéjar como ración de la identidad artística de nuestra
importancia a las objeciones, destacando una síntesis debe ponderarse, porque co- cultura.
la crisis a la que se ha visto sometida la rre el riesgo de alimentar una visión idea-
teoría de los estilos, y enfatizando la uni- lizada del encuentro entre civilizaciones.
dad y autonomía del fenómeno, basada en Dicha interpretación se basa en una gran
la existencia de unos sistemas de produc- verdad: en la fecunda relación entre las Más información
ción propios. Por otra parte, dicho autor, culturas islámica y cristiana se alcanzaron
y algunos otros, como Alfredo Morales o unos logros extraordinarios, en cuyo seno Amador de los Ríos, J.
Rafael López Guzmán, más que poner el resulta difícil delimitar los elementos de “El estilo mudéjar en arquitectura”,
énfasis en sus componentes, destacan la procedencia. Sin embargo, dicha relación Discursos leídos ante la Real Academia de
existencia de una síntesis, creando un —por definición— no produjo una síntesis Nobles Artes de San Fernando, en la recep-
discurso integrador, más acorde a nuestro susceptible de ser reconocida como catego- ción pública de don José Amador de los Ríos.
tiempo, por cuanto posibilita la recupera- ría, sino más bien la consecución de una Madrid, 1859.
ción de la cultura islámica en términos de rica casuística, en la que tuvieron cabida Borrás Gualis, G.
respeto y consideración. encuentros afortunados, dotados de una El arte mudéjar.
Instituto de Estudios Turolenses,
Teruel, 1990.
En la fecunda relación que se estableció entre las culturas islámica López Guzmán, R.
Arquitectura mudéjar.
y cristiana se alcanzaron unos logros extraordinarios, en cuyo Cátedra, Madrid, 2000.
seno resulta muy difícil delimitar los elementos de procedencia
Sefarad
Historia de una palabra
AH
OCT JUAN IGNACIO PULIDO SERRANO
2015 UNIVERSIDAD DE ALCALÁ DE HENARES
46
S
efarad es el topónimo con el que los ce mencionada en las Sagradas Escrituras
judíos han designado a la Península una única vez: en el versículo 20 del pro-
Ibérica desde la antigüedad. Este es feta Abdías. Hoy todavía se discute si esta
el significado dado a esta palabra, y por tal alusión bíblica a Sefarad como el destino
razón hoy identificamos Sefarad con Espa- de los judíos desterrados de Palestina hace
ña; en consecuencia, denominamos sefar- referencia en realidad a un territorio de
díes a los judíos españoles que se dispersa- la actual Turquía o a la Península Ibérica.
ron por las distintas partes del mundo tras Pero más allá de este debate (reducido al
ser expulsados en los siglos de la Edad Mo- ámbito de los especialistas más avezados
derna. Añadamos a esta explicación el te- en el mundo de la antigüedad), el término
rritorio de Portugal, la parte más occiden- Sefarad es identificado comúnmente con
tal de la Península Ibérica, y por lo tanto España y Portugal.
un espacio integrante también de Sefarad; Esta identificación geográfica e históri-
por ende, tengamos también en cuenta a ca fue fijada por la tradición judía, ya que
los judíos de Portugal que abandonaron su desde la antigüedad los judíos tradujeron
país originario en distintos momentos en- de esta manera el topónimo que aparece
tre el siglo XV y el XVIII y conseguiremos en las fuentes bíblicas. La exégesis judía
con ello comprender la verdadera dimen- confirmó esta idea y fueron sobre todo
sión de aquella realidad. los judíos españoles de la Edad Media los
El profesor de la Universidad de Córdo- que se esforzaron en su divulgación. Isaac
ba Francisco Javier Perea Siller ha explica- Abravanel, (el asesor de Alfonso V de Portu-
do la historia de la palabra Sefarad en un gal y después de los Reyes Católicos hasta
trabajo titulado “Benito Arias Montano que éstos decretaron la expulsión en 1492),
y la identificación de Sefarad” (2000). A es uno de los mejores exponentes de esta
este estudio nos vamos a referir en las lí- corriente. Abravanel fue líder de los judíos
neas que siguen. Las palabras también desterrados que buscaron refugio en Italia
tienen su historia —y no sólo su etimo- y para ellos buscó un aliento de esperanza
logía correspondiente—, lo que las mesiánica en la exégesis bíblica: en sus
convierte en asunto historiable, textos llamó Sefarad a la patria llorada que
como ha explicado de forma ma- acababan de perder.
gistral Germán Marquínez Argote En el siglo XVI, con Arias Montano
en su libro Historia de cuatro palabras: como principal referente, el humanis-
realidad, posibilidad, religión e inteligencia mo cristiano hizo suya esta definición.
(Madrid, 2015). La palabra Sefarad Durante el Renacimiento español, los
también tiene su propia historia, la filólogos y los estudiosos de la Biblia, em-
cual ahonda sus raíces en los textos pezando por el círculo de intelectuales
bíblicos. Francisco Javier Perea Siller procedentes de la Universidad de Alcalá,
nos explica que la palabra Sefarad apare- aceptaron y difundieron tal denomina-
AH
OCT
2015
47
Escultura de Maimónides (Córdoba).
ción, la cual quedó desde entonces fijada hebrea como Sefarad. En Toledo (Toledôt para terminar con la lectura de esta voz, que su
en nuestra memoria. Los esfuerzos de exé- los hebreos) y en Lucena se avecindaron los eco resuena con fuerza en tierras de Anda-
gesis polígrafa realizados por todos estos judíos expulsados de Palestina en el siglo lucía y en muchas de sus localidades, sean
humanistas buscaban un conocimiento VI antes de nuestra era; en Mérida y en éstas de las grandes o de las más pequeñas,
que establecía conexiones entre la geogra- otras localidades de Lusitania y de la Bética ya que en ellas existieron comunidades ju-
fía, la historia, las lenguas clásicas y los se asentaron los deportados en el siglo I a. días de diferente consideración. Aquí deja-
textos sagrados: son los studia humanitatis. C. De acuerdo a lo que nos ha explicado el ron sus huellas, de profunda marca, que
También bucearon en la tradición judía. profesor Francisco Javier Perea, este relato fue forjada a lo largo de los siglos de la Edad
Fue en este rico arsenal de conocimiento mítico-histórico del nacimiento y forma- Antigua y Medieval, entre el siglo I d. C. y
donde encontraron los hitos fundamenta- ción de Sefarad quedó fijado y perpetuado el XV, durante alrededor de 1.400 años. El
les del relato mítico y milenario del pue- en la historiografía judía y, desde el siglo mito dice que incluso muchos más, desde
blo judío, en el cual Sefarad tenía un lu- XVI, también en la cristiana. allá por el siglo VI antes de nuestra Era; y
gar especial: la destrucción del templo de Así, desde entonces hasta nuestros días ya sabemos que mito e historia corren de la
Jerusalén en el año 587 a. C. por Nabuco- la voz Sefarad nos remite a una rica y com- mano. También hoy.
donosor, rey de los asirios, y tiempo des- pleja confluencia histórica entre judíos y
pués, la segunda destrucción del templo cristianos que es reconocida por todos. En
en el año 70 d. C. por Tito fueron seguidas Toledo, el Museo Sefardí asumió desde su
por la deportación de los judíos a lo largo y fundación en 1964 el objetivo de conservar Más información
ancho de las tres partes del planeta descri- y difundir el legado de la cultura hispano-
tas entonces la geografía clásica (léase la judía y sefardí por ser parte fundamental Perea Siller, F. J.
que explicaba el geógrafo Pomponio Mela del Patrimonio Histórico Español, tarea “Benito Arias Montano y la identifi-
en su Chorographia, compuesta en el siglo I que viene realizando hasta la fecha con ac- cación de Sefarad: exégesis poligrá-
d. C.). De aquellos judíos desterrados, un tividades muy diversas del alto rigor y valor fica de Abdías 20”, Helmantica: Revista
contingente importante fue enviado a la científico. Por otro lado, el Consejo Supe- de filología clásica y hebrea, Tomo 51, nº
parte más occidental del mundo: a la Ga- rior de Investigaciones Científicas español 154, 2000, pp. 199-218.
lia y a la Hispania, los “lugares últimos del publica de forma periódica desde 1941 una Laredo, A. I.
orbe terrestre”. revista que lleva por nombre Sefarad, en “Sefarad en la literatura hebrai-
Aquí, en el extremo occidental del la cual se recogen y difunden trabajos del ca”, Revista Sefarad: Revista de Estudios
mundo conocido entonces se asentaron más alto nivel científico elaborados por in- Hebraicos y Sefardíes, 4 (1944), pp.
los judíos expatriados, haciendo de estas vestigadores de relieve internacional que 349-358.
tierras de acogida una nueva patria. En el abordan, entre otros temas, la historia y “El nombre de Sefarad”, Sefarad:
relato mítico escrito en lengua latina esta cultura de los judíos en España así como la Revista de Estudios Hebraicos y Sefardíes,
patria fue conocida como Hispania, en la lengua, literatura y producción cultural de Año 4, nº 2, 1944, pp. 349-363.
lengua griega como Sperida y en la lengua los sefardíes. Debe saber el lector, antes de
Repoblaciones
La configuración de una nueva sociedad
48
L
a repoblación del espacio andaluz se en barbecho— y el pastoreo extensivo. Los
inició en el siglo XIII con la conquista núcleos urbanos —centros de poder cristia-
del valle del Guadalquivir (Jaén, Cór- no— regularon los recursos compatibiliza-
doba, Sevilla, Huelva y Cádiz) por Fernan- dos con las aldeas mudéjares.
do III y Alfonso X. La resistencia ejercida La revuelta mudéjar del Reino de Sevilla
por las grandes urbes o cabezas adminis- de 1264, empero, aceleró las contradiccio-
trativas conllevó la aplicación de la ley de nes, pues la expulsión de los alzados —o re-
guerra y la expulsión de los derrotados; en lagados a arrabales (morerías) y alquerías
tanto que las zonas agrarias mayoritaria- del extrarradio— exigió nuevos procesos,
mente pactaron su entrega, tolerándose la ya que los enclaves mudéjares quedaron
presencia musulmana (mudéjares) y sus despoblados y sus campos fueron ocupados
bienes. Los pactos para la entrega o toma por la explotación ganadera.
(capitulaciones) genéricamente zonifica- La repoblación castellano-leonesa del
ron el valle del Guadalquivir en ámbitos siglo XIII creó núcleos urbanos o encla-
urbanos, con presencia cristiana y amplias ves estratégicos y enormes extensiones
áreas rurales, asdscritas a los mudéjares. despobladas, acentuadas en los límites
Fue un modelo “colonial” que se basó en la granadinos. Durante los siglos XIV-XV
explotación —en su concepto amplio— de las repoblaciones reajustaron la frontera
los dominados. diseñada en la centuria anterior. Las con-
Este proceso fue controlado por la Coro- quistas de Gibraltar (1309 por primera vez),
Detalle del Civitates Orbis Terrarum (1572-1617).
na, que otorgó fueros, nuevas figuras jurí- Olvera (1327), Alcalá la Real (1342) y Alge-
dicas —señoríos o municipios— y repartió ciras (1344), y su poblamiento obligaron a
tierras para atraer a los pobladores y cosoli- prestaciones defensivas. Se configuró una
dar la conquista. Los repartos, anotados en sociedad de frontera, ya que para el pobla-
el libro de repartimiento, podían ser de dos miento en la línea la Corona ofreció sucu-
tipos: pequeños lotes (heredamientos o ve- lentos incentivos: soldadas, exenciones
cindades), con casa y tierras para atender a fiscales, etc. Sobresalía el derecho de ho-
una familia —proporcionado al estatus so- miciano, por el cual todos los delincuentes
cial—, o grandes lotes (donadíos) de tierras que viviesen allí un año y un día obtenían
con edificios e instalaciones, cuyos recep- perdón. Surgido en la primera conquista
tores (familia real, no- de Gibraltar, Alfonso XI lo extendió a todas
bleza y clero) debían las villas y castillos fronterizos (banda mo-
repoblar los espa- risca). Durante el siglo XV las conquistas
cios. Desde la óptica fueron más esporádicas y locales, sobresa-
económica el paisaje cam- liendo la toma de Antequera (1410), Archi-
bió bajo las costumbres de los dona (1462) y Gibraltar (1462 definitiva).
conquistadores, predominan- Más destacada que las anteriores fue la
do el cereal —de secano y rotación repoblación en los despoblados —o de inte-
Detalle del Civitates Orbis Terrarum (1572-1617).
Antequera fue conquistada en 1410.
rior—, un revulsivo económico-demográ- basada en las plusvalías estatal y fiscal. Re- nominaron “mediocritas”, por ser más pro-
AH
fico liderado por los grandes propietarios levantes fueron los señoríos —implantados vechosos al reino. Los baldíos y realengos
OCT
que humanizó y ruralizó el paisaje inculto. sobretodo en la zona oriental—, premio a quedaron para “uso público”, dotando a los 2015
Los campesinos de las cercanías encontra- los que colaboraron en la guerra (incluyen- campesinos de recursos adicionales para
ron en estos espacios la seguridad negada do líderes musulmanes), convertidos en complementar su economía y sin sujeción
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en el realengo, aceptando un régimen se- figuras complementarias del control del al control conejil.
ñorial más generoso que las cartas-pueblas territorio mudéjar. Las suertes participaban de todas ca-
expedidas. Su resultado fue un minifundio La coexistencia —a veces imposible— lidades, especialmente regadíos, lo que
funcional cercano a grandes explotacio- entre la minoría de conquistadores y la mantuvo el parcelario diseminado y produ-
nes, con abundante mano de obra sumi- mayoría de conquistados se rompió en 1499 jo un fuerte minifundismo. Los concejos —
sa. En suma, había nacido una sociedad cuando el barrio granadino del Albaicín creados sumando alquerías y concentrán-
de hombres libres —incluso los sujetos a —forzado a convertirse— se sublevó. La re- dose en un núcleo— tuvieron infinidad
señorío—, propietarios y con libertad de vuelta se extendió a Las Alpujarras (1500) de despoblados que, sumados a la falta de
movimiento, solo obligándolos a ciertas y de ahí se propagó hasta 1501 a nuevos gente para poblar ciertas zonas provocó,
tributaciones. alzamientos en tierras almerienses y la como es el caso almeriense, verdaderos
La conquista del Reino de Granada malagueña Sierra Bermeja. El costo de la desiertos demográficos que no se poblaron
(1482-1492) abrió un nuevo proceso repo- guerra aconsejó firmar nuevas capitula- hasta bien entrado el siglo XVII.
blador que se asemejó al del siglo XIII. La ciones, que —según la resistencia— fueron
rendición sin condiciones conllevó la ex- más benévolas en la zona oriental que oc-
pulsión de los granadinos, a veces con cas- cidental. Los pactos consentían continuar
tigos, caso de Málaga (1487), donde hubo en el territorio y con sus señas de identidad Más información
más de 11.000 prisioneros reducidos a es- a los mudéjares a cambio de su bautismo,
clavos. A la primera fase de conquista en la convirtiéndose —en torno a 1501— en “cris- Barrios Aguilera, M. y Birriel
zona occidental, siguió otra en la oriental tianos nuevos” o moriscos. Salcedo, M. Mª.
(1488-1489) con capitulaciones benévolas y La presión morisca acabó con su alza- La repoblación del Reino de Granada des-
una tercera, exclusiva de Granada y La Al- miento en Las Alpujarras (1568), extendido pués de la expulsión de los moriscos.
pujarra (1491). Lo capitulado graduó de me- a la zona oriental almeriense y tímidamen- Univ. de Granada, Granada, 1986.
nor a mayor en el respeto a la libertad per- te a la Axarquía malaqueña. La contienda Galán Sánchez, Á. y Peinado
sonal de los musulmanes, a su estructura (1568-1571) culminó con el destierro moris- Santaella, R. G.
social y ordenamiento jurídico-religioso, co —de paces o de guerra— fuera del Reino Hacienda Regia y población en el Reino de
así como a sus señas culturales. de Granada y el ofrecimiento gratuito a los Granada. La geografía morisca a principios
Además de propiedades, los repoblado- súbditos católicos (incluyéndose territorios del siglo XVI.
res recibieron incentivos notables como la portugueses, franceses e italianos) de los Ed. Universitaria, Granada, 1997.
exención completa de impuestos. Además bienes expropiados. El proceso repoblador González Jiménez, M.
del Reino de Castilla, los pobladores prove- conocido como "la repoblación filipina" En torno a los orígenes de Andalucía. La
nían de las Coronas de Aragón y Portugal, (1571-1595) aplicó incentivos graduales se- repoblación del siglo XIII.
aunque primaron las regiones cercanas gún la dificultad territorial (zonas de paces Univ. de Sevilla, Sevilla, 1988.
(Guadalquivir, Murcia y Extremadura). o guerra) y peligro de frontera (zonas de Vázquez Campos, B.
Fue un poblamiento escaso (unas 40.000 costa) o riesgo de ataques monfíes (La Al- Los adelantados mayores de la frontera o
familias) comparado con la inalterable pujarra y otras sierras). Andalucía: siglos XIII-XIV.
extensión de la minoría (200.000 mudéja- La tendencia filipina fue sostener labra- Diputación de Sevilla, Sevilla, 2006.
res), sometida a una explotación colonial dores medianos, lo que en la época se de-
Nobleza y señorío
La aristocratización de Andalucía
AH
OCT RAFAEL SÁNCHEZ SAUS
2015 UNIVERSIDAD DE CÁDIZ
50
L
a conquista y repoblación de Andalu- entre un linaje noble y el territorio afecta-
cía a lo largo del siglo XIII se realiza do por su poder. Tal vez por ello, la noble-
en un momento de consolidación za castellana de primer nivel no se sintió
de los rasgos de una nobleza castellano- inicialmente muy inclinada a arraigarse
leonesa plenamente reconocible. Entre con nuevos señoríos en tierras andaluzas,
ellos, son fundamentales los referidos a algo que posiblemente tampoco interesaba
las estructuras de parentesco y organiza- a un Alfonso X al que la nobleza proporcio-
ción familiar en linajes, expresados en la nó muchos y graves disgustos a lo largo de
creciente importancia de indicadores tales su reinado. Lo cierto es que, en contra de lo
como el solar, las armas, el apellido, la que suele creerse, la conquista e inmediata
primogenitura y una religiosidad que en- repoblación de Andalucía no significó la
fatiza los ritos funerarios que confirman la cesión de muchos ni importantes señoríos,
continuidad familiar y sus vínculos. Pero, y el desarrollo embrionario del sistema
además, el señorío se convierte en esa mis- feudoseñorial hubo de esperar en estas tie-
ma época, y tras una larga evolución, en el rras a la eclosión de la primera generación
señorío de justicia pleno iure, origen de los de una nobleza propiamente andaluza. Ese
señoríos jurisdiccionales de la Baja Edad fenómeno estuvo muy relacionado con la
Media. Este tipo de señoríos estaba reser- consolidación de la frontera entre Castilla
vado a los linajes de la alta nobleza, únicos y Granada, así como con el largo y decisi-
con capacidad para desarrollar con eficacia vo enfrentamiento entre musulmanes y
los poderes militares, fiscales, judiciales y cristianos por las plazas que controlan el
Armas de los Guzmán en la gubernativos que implicaba. La creación paso entre África y Europa y que conoce-
parroquia de Nuestra Señora de estos señoríos no puede contemplarse mos como Batalla del Estrecho (1275-1350).
de la O de Sanlúcar como una muestra de debilidad de la Mo- La nobleza autóctona, surgida de ramas
de Barrameda. narquía, sino de su capacidad, merced a la menores de la castellano-leonesa efecti-
colaboración de la nobleza, de garantizar vamente instaladas en Andalucía, mostró
la defensa y gobierno de territorios entonces lo indispensable de su actuación
cada vez más am- para la defensa del territorio.
plios, así como de Sin duda, el ejemplo más completo y
su determinación convincente de este proceso de arraigo e
de recompensar los identificación con la nueva Andalucía fue
servicios de sus me- la figura de Alonso Pérez de Guzmán “el
jores servidores. Bueno”, el héroe de Tarifa que al morir en
Los señoríos así 1309 había creado un enorme señorío en
entendidos crea- tierras gaditanas con centro en Sanlúcar.
ban fuertes lazos Otro buen ejemplo lo proporcionan los Te-
de dependencia e mes gallegos. Fernán Núñez vio premiados
incluso identidad sus servicios a Fernando III con la donación
Nobles asomados a las ventanas
ven pasar al cortejo de los carros
triunfales que desfilaron en Sevilla
en la Máscara celebrada con motivo
de la exaltación al trono de Fernando
VI y Bárbara de Braganza, en 1747.
Óleo de Domingo González.
Museo de Bellas Artes de Sevilla.
AH
OCT
2015
Según los datos de Antonio Collantes de Terán, los señoríos de la
nobleza pasaron de representar un 3% de la superficie de los reinos 51
andaluces a fines del XIII, a un 36% en época de los Reyes Católicos
de dos castillos cordobeses, Dos Hermanas Todo ello tiene en Andalucía un reflejo Vivir bajo un señorío noble no solía sig-
y Abentojiel. Su matrimonio con Leonor, espectacular en el crecimiento de las tie- nificar sufrir una merma jurídica ni real
hija del adalid Domingo Muñoz, uno de rras señorializadas a lo largo de los siglos en las libertades que los vecinos tenían
los héroes de la conquista de Andalucía, medievales. Según los muy citados y co- reconocidas por fueros muy anteriores a
daría lugar a la gran casa de Córdoba, ori- nocidos datos elaborados por Antonio Co- la señorialización. El fenómeno, mucho
gen de los principales linajes de la alta no- llantes de Terán, los señoríos de la nobleza más que al común de los vecinos, afectaba
bleza cordobesa. El hijo de ambos, Alfonso representaban un 3% de la superficie de los a las pequeñas elites locales que pasaban a
Fernández, llamado ya significativamente reinos andaluces a fines del XIII, un 11% depender de la voluntad y el trato que les
“de Córdoba”, quien tuvo notables inter- durante el reinado de Alfonso XI, un 25% dispensaran los señores. Los concejos de
venciones en la guerra contra los musul- a fines del siglo XIV tras la gran oleada de señorío veían muy mermada su autonomía
manes durante los reinados de Sancho IV los primeros Trastámara y un 36% en época y sus competencias, así como sus bienes de
y Fernando IV, recibió el señorío de Cañete de Enrique IV, situación que se mantuvo propios, pero el gobierno señorial se distin-
de las Torres, la primera de una larga suce- durante el reinado de los Reyes Católicos guía a menudo por su carácter paternalista
sión de mercedes que pondría en manos de y mucho más allá. Hacia 1480, con excep- e incluso benéfico. Ello explica también la
las diversas ramas de su linaje una buena ción de Jerez, Antequera, Alcalá la Real y gran estabilidad y aceptación del sistema
parte de la actual provincia cordobesa. Quesada, todas las plazas fronterizas eran durante siglos.
Como hemos podido mostrar en otras de señorío, pero las posesiones de la noble-
ocasiones, la frontera y la intermitente za se adentraban profundamente hacia el
guerra contra el islam fue la causa princi- valle del Guadalquivir en Córdoba y Sevilla Más información
pal del paulatino incremento de los seño- e imprimían una huella poderosa en el li-
ríos andaluces, situados buena parte de toral y campiñas gaditanas y en las comar- Cabrera Muñoz, E.
ellos en la raya o sus inmediaciones. Pero cas onubenses. En 1533-34 en el conjunto “Nobleza y señoríos en Andalucía
a ello también coadyuvó la crisis económi- de los señoríos andaluces (nobleza, iglesia durante la Baja Edad Media”, en La
ca y social del siglo XIV, a la que el señorío y órdenes militares) vivía un 45% de la po- nobleza peninsular en la Edad Media. VI
jurisdiccional castellano supo adaptarse blación sobre un 47’5% del territorio. Congreso de Estudios Medievales, León,
muy bien, y sobre todo el incremento del Por supuesto, no toda la nobleza era se- 1999, pp. 89-119.
poder de la aristocracia, tanto en lo econó- ñorial. Muchos linajes nunca los poseye- Ladero Quesada, M. Á.
mico y social cuanto en lo político, cultu- ron, y los más notables de las oligarquías Los señores de Andalucía. Investigaciones
ral e ideológico, especialmente desde 1370. locales tuvieron que conformarse con pe- sobre nobles y señoríos en los siglos XIII a
Este proceso de aristocratización es algo queños y casi simbólicos señoríos en las XV. Universidad de Cádiz, 1998.
especialmente visible en Andalucía, pero proximidades de sus ciudades. La nobleza Guzmán. La casa ducal de Medina Sidonia
tiene profundas raíces en los distintos rei- señorial andaluza será, desde el siglo XV, en Sevilla y su reino. 1282-1521. Editorial
nos hispanos y también en todo el territo- una nobleza titulada cuyos linajes cuentan Dykinson, Madrid, 2015.
rio europeo. entre los más pujantes y ricos de Castilla.
Concejos
El poder municipal
AH
OCT J. MANUEL GONZÁLEZ BELTRÁN
2015 UNIVERSIDAD DE CÁDIZ
52
E
l establecimiento de los concejos la administración de los propios recursos
municipales en Andalucía fue un de la hacienda local (tipología impositiva,
proceso paralelo a la conquista del distribución de la carga fiscal, gastos asu-
territorio por los reyes castellanos. En base midos…) y, por otro, la de determinadas
a ello hay que destacar dos cuestiones. La rentas estatales. En efecto, circunstancias
primera, que la organización concejil an- como la complejidad del sistema fiscal es-
daluza no es novedosa, ya que responde a tatal; la distinción entre una hacienda del
un modelo que se viene ensayando desde el rey y otra del reino; el escaso desarrollo de
siglo X en otros territorios. Y la segunda, la burocracia hacendística estatal, y las ex-
que el hecho de que Andalucía oriental fue- pectativas de grupos socio-económicos in-
se conquistada más de dos siglos después teresados en participar en el manejo de las
que la occidental tuvo como consecuencia rentas reales dieron como resultado que los
que en el Reino de Granada se establecie- municipios intervinieran directamente en
ra un régimen municipal ya plenamente la gestión de una parte significativa de los
consolidado en sus formas, tomando como tributos del Estado.
patrón el fuero de otras ciudades andalu- El concejo municipal también se ocu-
zas, como por ejemplo Sevilla. paba de regular todas las actividades eco-
Dicho régimen municipal se caracteri- nómicas de la localidad, en teoría para
za, por encima de aspectos puramente or- potenciarlas y protegerlas frente a la com-
ganizativos, por el amplio campo de com- petencia. Así no escapa a la acción del
petencias que tiene atribuido, ya sea por concejo el señalar salarios y precios máxi-
el ordenamiento legal o por la costumbre, mos; ordenar los recursos agropecuarios
Los componentes del cabildo cubriendo necesidades que el Estado obvia. comunales; permitir o denegar actividades
municipal de Sevilla en la De esas múltiples competencias la prin- comerciales; o autorizar la creación de gre-
procesión del Corpus Christi cipal del concejo era la de asistir y man- mios. También el cabildo municipal cola-
(siglo XVIII). Grabado atribuido tener el abasto de la población, cuidando bora con el Estado en el aspecto militar, ya
a Pedro Tortolero. que no faltaran productos de primera sea directamente, ordenando su defensa o,
necesidad y, además, que fueran de forma indirecta, procediendo a la recluta
de la calidad adecuada y a precio de hombres para el ejército. Otra función,
equitativo. Desabastecimien- aunque siempre limitada por los escasos re-
tos y carestías están en la cursos, era la correspondiente a la limpieza
génesis de la mayoría de y ornato de la localidad, a la que habría que
los motines populares añadir lo relacionado con las obras públi-
que se dieron en la Edad cas, es especial mantener los caminos. Por
Moderna. Otra compe- último estarían toda una serie de compe-
tencia significativa era tencias que se realizaban en cooperación,
la fiscal, con una doble no exenta de fricciones, con la Iglesia: edu-
dimensión. Por un lado, cación, sanidad y beneficencia en general.
Portada del libro Política
para corregidores y señores
de vasallos, en tiempo de paz
y de guerra, de Castillo de
Bobadilla (la primera edición
es de 1597).
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OCT BÉATRICE PEREZ
2015 UNIVERSITÉ PARIS-SORBONNE, CLEA
54
P
or falta de enemigos o por sobra de cía de la limpieza (indagada a través de las
amigos y buena diligencia, en fin “encuestas de limpieza”) el estandarte de
Certificado de Hernando de Villegas, salen muchos con su pretensión una sociedad de escándalo y de fama públi-
Secretario de la Inquisición, dando fe de como si fueran limpios. Y bien se ve que es ca: “En España, hay dos géneros de noble-
la limpieza de sangre de Juana Ramírez negocio expuesto al peligro de testigos fal- zas. Una mayor, que es la hidalguía, y otra
de Arellano (1613). sos”. Así se expresaba Fray Agustín Salucio menor, que es la limpieza, que llamamos
en su Discurso sobre los estatutos de limpieza de cristianos viejos. Y aunque la primera de la
sangre alzándose contra los estatutos de hidalguía es más honrado de tenerla; muy
“limpieza” y sus efectos deletéreos en más afrentoso es faltar la segunda: porque
la sociedad. Estos estatutos se habían es España más estimamos a un hombre pe-
promulgado a lo largo del siglo XVI chero que a un hidalgo que no es limpio”.
en instituciones privadas (herman- Dicha controversia de sangre en realidad
dades, cofradías, gremios) en conce- disimulaba una pugna político-social entre
jos, universidades, órdenes religio- varios sectores urbanos. Lo que se preten-
sas, cabildos, etc., para prohibir que día con la “sangre impura” era contestar
cualquiera que tuviera sangre impura los privilegios de ciertos sectores, entre los
pudiera pretender a una dignidad. cuales, la burguesía conversa adinerada.
Reservaban así el cursus honorum a los De hecho, para entender el sentido
cristianos viejos, descalificando a profundo de los estatutos de limpieza de
aquellos que tenían “sangre mezclada sangre hace faltar remontarse a los orí-
de judíos, moros o herejes” o que eran genes del problema: la promulgación de
de “raza judía o mora”. la Sentencia-Estatuto en 1449 contra los
Esta limpieza de sangre —de la que conversos de Toledo. Estos conversos eran
podía jactarse un cristiano viejo como lo antiguos judíos convertidos a la fe católica,
es en la ficción Sancho Panza (“Yo, cris- así como sus hijos que habían sido bauti-
tiano viejo soy, y para ser conde, esto zados al nacer. La categoría de “neocristia-
me basta”)— no tenía nada que ver con nos” había surgido en Andalucía, en 1391,
la nobleza, pues era ante todo la rei- en la ciudad de Sevilla, cuando el pueblo se
vindicación plebeya del que no tenía sublevó contra los judíos. El arcediano de
más que la sangre para pretender en la ciudad de Écija, Ferrán Martínez, apo-
la sociedad y medrar. Sin embargo, a dado “el arcángel del apocalipsis”, atizó la
raíz de la adopción de un estatuto de violencia antijudía en un contexto de crisis
limpieza de sangre por la catedral de económica y de carencia del poder (muerte
Toledo bajo los auspicios del arzobis- de Juan I, minoridad de Enrique III y muer-
po Juan Martínez Silíceo, en 1547, la te del arzobispo de Sevilla). El 6 de junio de
discriminación racial se convirtió en 1391, la turba enardecida asaltó la judería
paradigma nacional. En el siglo XVI, de sevillana diezmando la aljama. Las ma-
circulaba un texto anónimo que ha- tanzas de judíos se extendieron a las ciuda-
AH
OCT
2015
55
des del valle del Guadalquivir, de Castilla impedidos de retornar, cuando lo desea- Segundo, el converso no solo era aquel que
y de Aragón. Los judíos —por temor antes ban, a las prácticas de la Ley de Moisés. Va- se había convertido a la fe cristiana, sino
que por convicciones— se convirtieron al rias familias de conversos medraron en los también sus hijos y nietos, como si aquella
cristianismo a causa “del riesgo vital que concejos andaluces, alcanzando puestos condición se transmitiese por la sangre in-
llegó a entrañar el seguir siendo judío”, se- destacados a pesar de que se supiera noto- deleble pese a la conversión. La definición
gún recogía Eloy Benito Ruano, y aquello riamente que “judaizaban”. En cuanto a lo del “cristiano nuevo”, del mismo modo,
inició una nueva lógica de erradicación del religioso, el “problema converso” era ma- implicaba una percepción temporal, “el
judaísmo peninsular, mediante el “trans- nifiesto. En lo social, el éxito económico de que ha poco tiempo que es cristiano”. Sin
vase al cristianismo”. algunos conversos exacerbó las tensiones embargo, ni el paso del tiempo ni el bau-
La conversión forzosa y violenta de los populares. En lo político, su puja en las es- tismo diluyeron la mácula. Alejo Venegas
neófitos no corrió en paralelo a una labor feras de poder exasperaba la frustración de de Busto denunció, hasta su muerte en
de catequesis, por lo que muy rápidamen- ramas hidalgas que difícilmente lograban 1562, el menosprecio de la virtud regenera-
te se puso en tela de juicio su sinceridad. mantenerse en los concejos. dora del bautismo que conllevaba aquella
Por un lado, se cuestionaba la ortodoxia de En 1449, en Toledo, con ocasión de una concepción, pues se había malbaratado
las prácticas de los recién convertidos. Por revuelta popular contra un impuesto re- “el precio y rescate del linaje humano”. En
el otro, los sectores religiosos —apoyados caudado por un converso del entorno del 1555, el papa aprobaba el estatuto de lim-
por el papa Benedicto XIII— buscaron sacar valido Álvaro de Luna, Pedro Sarmiento pieza de Toledo de 1547 y Felipe II lo ratifi-
provecho de la coyuntura para amplificar promulgó el primer estatuto de limpieza caba al año siguiente.
las oleadas de conversiones. La disputa de de sangre. Esta Sentencia-Estatuto excluía a
Tortosa (1413-1414), presidida por Jerónimo los conversos de los cargos concejiles por-
de Santa Cruz (un converso que se hizo mar- que habían de ser “tenidos como el derecho
Más información
tillo de los judíos), pretendió demostrar las los ha e tiene, por infames, inhábiles, in-
“falsificaciones” del Talmud para ocultar capaces e indignos para haber todo oficio e Eloy Benito Ruano, E.
que Jesucristo fuese el mesías. El ordena- beneficio público y privado en la dicha ciu- Los orígenes del problema converso.
miento de Ayllón u “ordenamiento sobre el dad”. No llegó a aplicarse porque el papa y El Albir, Barcelona, 1976.
encerramiento de judíos y moros”, en 1412, el rey la condenaron en el acto. Mas, por Sicroff, A. A.
ya había promulgado una serie de leyes dis- primera vez se había culpado la sangre im- Los estatutos de limpieza de sangre. Contro-
criminatorias (oficios prohibidos, obliga- pura de los conversos, abriendo paso a un versias entre los siglos XV y XVII.
ción de vivir en barrios cerrados, de llevar ostracismo racial sin consideración por las Taurus, Madrid, 1985.
una señal bermeja, etc.). La lógica, así, prácticas heréticas. Este prejuicio de san- Carrasco, R. ; Molinié, A. y
era doble: solventar el problema judío por gre es el que nutre la discriminación racial Perez, B. (dir.)
una labor evangelizadora y por una asimi- de la limpieza en el siglo XVI. La definición La "pureté de sang" en Espagne. Du lignage
lación, a marcha forzada, de los conversos. del converso, de carambola, se amplificó. à la race. Les préjugés de sang et leurs con-
Las conversiones resultaron ser, en va- De neófito, pasó a significar todo aquel que troverses à l’Époque moderne.
rios casos, un medio para esquivar las leyes contaba en su abolengo un antecedente PUPS, coll. "Iberica", París, 2011.
antijudías sin que los neófitos se sintieran converso. Así, en la Crónica del rey don Juan el
Inquisición
Víctimas y cómplices
AH
OCT MANUEL PEÑA DÍAZ
2015 UNIVERSIDAD DE CÓRDOBA
56
E
n 1482, dos años después de su insti- y 1560 la mayoría de las víctimas fueron
tución en Sevilla, se fundaba el tri- conversos acusados de judaizantes. Unos
bunal del Santo Oficio de Córdoba, años de intensa violencia fueron los pro-
donde se integraron en 1492 los territorios tagonizados por el inquisidor Rodríguez
de Málaga y Granada. Jaén se constituyó Lucero en el distrito cordobés. No ha de
como tribunal en 1483. Hacia 1526 el tri- extrañar que coetáneos suyos lo llamasen
bunal inquisitorial de Granada estaba ple- “el Tenebroso” y que el 6 de noviembre de
namente consolidado en los territorios del 1506 se produjese un motín contra la In-
obispado de Almería, Guadix, Málaga y las quisición que culminó con un asalto al Al-
abadías de Antequera y Baza. Jaén, por su cázar. Fernando el Católico, conocedor de
parte, desapareció como distrito y se unió las arbitrariedades y la crueldad de Lucero,
al de Córdoba, que en 1533 cedió la vicaría decidió privarlo del oficio de inquisidor el
de Beas al tribunal de Murcia. Desde 1533, 1 de agosto de 1508. Esta primera etapa se
el tribunal cordobés comprendía el obispa- cierra con el brutal ataque a los círculos
do de Jaén, los territorios de Écija y el obis- reformistas sevillanos, entre cuyos herejes
pado de Córdoba, a excepción del condado se hallaban Constantino Ponce de la Fuen-
de Belalcázar que quedaba bajo el amparo te, Casiodoro de Reina, Antonio del Corro,
del tribunal de Llerena en Extrema- etc., y con la gran exhibición de poder in-
dura. Después de un breve parén- quisitorial en el gran auto de fe celebrado
tesis en el que actuó un tribunal en Sevilla en 1559.
radicado en Jerez, el distrito in- Entre 1560 y 1630 la represión se centró
quisitorial de Sevilla incluyó la sobre todo en los moriscos expulsados del
mayor parte del territorio de su Reino de Granada, en cuyo distrito ya se
reino, y sirvió en muchas oca- había iniciado el control y la persecución
siones de centro de conexión varias décadas antes. Durante estos años
con las inquisiciones de Portu- sobresale también la censura de obras
gal (Évora y Lisboa), de Canarias y de espiritualidad y la condena de grupos
de las Indias (México y Lima). De esta ma- alumbrados en Baeza, en Jaén y, hacia
nera, durante trescientos cincuenta años 1623, en Sevilla, donde además el Santo
el territorio andaluz estuvo distribuido en Oficio disolverá la misteriosa Congrega-
torno a tres distritos inquisitoriales: Sevi- ción de la Granada.
lla, Córdoba y Granada. Una tercera etapa (1630-1730) estará
Durante su dilatada existencia, esta marcada por la represión de “marranos”,
institución conoció momentos de gran efi- en su mayoría judeoconversos de origen
cacia represora hasta finales del siglo XVI, portugués dedicados al comercio de azú-
Detalle del fresco El suplicio de Diego Duro y otros de decadencia y profundas crisis car, tabaco, sedas o especias, y al arren-
pintado por Lucas Valdés en la Iglesia de desde mediados del XVII hasta su aboli- damiento de rentas. No sólo portugueses
la Magdalena de Sevilla (s. XVIII). ción a comienzos del siglo XIX. Entre 1480 fueron condenados acusados de judaizar,
Auto de fe presidido por
Santo Domingo de
Guzmán (1493–1499).
Óleo de Pedro Berruguete.
58 PROTOCOLOS DE GRANADA
Y
viendo tan buena ocasión de cómo cha que sobre ellos recayó de ser súbditos
de presente se ofrecía, les aconsejó desleales, especie de quinta columna pre-
que no partiese mano de la conver- dispuesta a aliarse con los enemigos de la
sión de los moros, que ya estaba comenza- Corona, preferentemente con los turcos.
da, y que pues habían sido rebeldes y por Una visión negativa a la que contribuyeron
ello merecían pena de muerte y perdimien- fenómenos como el bandolerismo morisco,
to de bienes, el perdón que les concediese el apoyo prestado a los corsarios berberis-
fuese condicional, con que se tornasen cos o las huidas a allende.
cristianos o dejasen la tierra”. Con estas La política de la Corona con los moriscos
palabras describía Luis del Mármol Car- no fue monolítica, aunque sí persiguió el
vajal (1524-1600) en su Historia del Rebelión y mismo fin: eliminar cualquier particulari-
castigo de los moriscos del Reino de Granada la dad que los singularizara de los cristianos
decisión de los Reyes Católicos de ex- viejos. Una tarea especialmente ardua de
pulsar de los territorios castellanos llevar a cabo en el Reino de Granada, pues
a quienes rechazaran el bautismo. su reciente incorporación a Castilla y su
Bautizados sin formación doctri- numerosa población cristiano nueva lo
nal, a ojos de sus coetáneos y de quie- erigían en el territorio más islamizado de
nes durante centurias se ocuparon Andalucía. Hasta el primer cuarto de siglo,
de su historia, los moriscos nunca se apostó por la conversión de sus natura-
dejaron de ser musulmanes de cora- les mediante métodos pastorales, creyendo
zón. Hombres y mujeres que clandes- que el tiempo y la convivencia diluirían las
tinamente seguían observando sus diferencias. No obstante, de forma jalona-
antiguos ritos en momentos como los da, ya comienzan a dictarse las primeras
del nacimiento, el matrimonio o la restricciones de sus usos y costumbres. Es
muerte, que continuaban ayunando el caso de las provisiones firmadas por la
en el Ramadán, rezando a Alá y prac- reina doña Juana (1511), relativas a su ves-
ticando la ablución ritual que precedía timenta o al degüello ritual de animales.
a la oración. Un ser musulmán, que de Un viraje hacia políticas ya claramente re-
forma visible y cotidiana, se manifesta- presivas lo representó la Congregación de
ba en aspectos culturales como el traje, la la Capilla Real de Granada (1526), auspicia-
alimentación, las danzas, el uso de la len- da por el emperador Carlos I. Fruto de sus
gua árabe o de los baños públicos. Señas conclusiones, una Real Provisión decretará
de identidad que perduraron gracias a la la supresión de todos sus particularismos y
cohesión interna de la minoría y a la prác- la implantación de la Inquisición en Gra-
tica de matrimonios endogámicos. A nada.
esta disidencia religioso-cultural Pero como en ocasiones anteriores, la
vino a sumarse la continua sospe- minoría reaccionará asegurándose el apla-
Bautismo de los mudéjares
granadinos. Altorrelieve
de la catedral de Granada.
AH
OCT
medraron en la sociedad castellana, o entre 2015
los campesinos, los empleados en diversos
oficios urbanos o los esclavos moriscos,
59
A pesar de la orden definitiva de expulsión de Felipe III, muchos
hubo todo un abanico de situaciones dispa-
lograron quedarse indultados por el poder, algunos consiguieron res. Como las hubo entre generaciones, en-
esquivar el decreto y otros tantos regresaron secretamente del exilio tre hombres y mujeres, entre habitantes de
poblaciones mixtas y vecinos de comunida-
des cerradas con escasa presencia cristiano
vieja, caso de los alpujarreños. Diferencias,
zamiento de su entrada en vigor mediante trada en vigor de las medidas del Concilio final y lógicamente, entre los moriscos de
el pago de una considerable suma de di- de Trento; el aumento de la presión de los Andalucía Oriental, incorporados al domi-
nero recaudada a través de los “servicios corsarios berberiscos en las costas peninsu- nio cristiano casi en los albores del Qui-
moriscos o farda mayor”. Se consolida así lares y, muy especialmente, el avance im- nientos, y los moriscos de la Andalucía Oc-
una política de negociación con la Corona parable del Imperio Turco por el Mediterrá- cidental, súbditos castellanos desde hacía
sustentada en un pacto fiscal que asegura- neo, con conquistas tan simbólicas como la siglos, caso de los sevillanos.
rá, durante décadas, la permisibilidad de de Malta, en 1565. La orden de expulsión definitiva de Feli-
los vencedores con la idiosincrasia moris- En este contexto, las pragmáticas de pe III no fue, no es, el último capítulo de su
ca. Difícil juego de equilibrios entre fe y 1566, promulgadas para erradicar los par- historia. Hoy sabemos que muchos moris-
farda, que tras el Sínodo de Guadix (1554) ticularismos moriscos sin dar ya cabida a cos lograron quedarse. Algunos lo hicieron
y la llegada de Felipe II al trono, dejará de ninguna negociación, fueron el detonante indultados por el poder, otros esquivaron
ser efectivo. de la Rebelión de las Alpujarras (1568-1570). la orden o regresaron secretamente del exi-
El deterioro imparable de las relaciones Complejo enfrentamiento, de repercusión lio. Pero todos fueron capaces de diluirse
entre ambos grupos, muy evidente ya en nacional e internacional, que se resolvió en la sociedad cristiano vieja, conservando
la década de los años sesenta en el Reino con la expulsión de todos los moriscos del en distintos grados la memoria de su iden-
de Granada, obedeció a diversos factores. Reino de Granada y su dispersión por el tidad morisca.
Unos de carácter interno, como la cada vez interior castellano, así como por otras pro-
más asfixiante y discriminatoria presión vincias andaluzas, caso de Córdoba o Se-
fiscal que crispaba a la minoría; la injusta villa. La expulsión definitiva de todos los
Más información
comisión del doctor Santiago que conllevó moriscos de España llegaría de manos de
el embargo de numerosas propiedades mo- Felipe III, entre 1609 y 1614. Domínguez Ortiz, A. y Vincent, B.
riscas a favor del erario; el incremento de Gracias a las investigaciones de las úl- Historia de los moriscos. Vida y Tragedia de
la actividad represiva de la Inquisición; la timas décadas, esta visión de los moriscos una minoría.
crisis de la seda; las limitaciones de ciertos como un “todo”, disidente y criptoislámico, Alianza Universidad, Madrid, 1997.
privilegios a los moriscos más integrados, se ha matizado. Su historia es mucho más Soria Mesa, E.
caso de las licencias para portar armas, compleja que lo narrado hasta aquí. Los Los últimos moriscos. Pervivencias de la
tener esclavos o estar exentos de pagar la moriscos no fueron un grupo homogéneo población de origen islámico en el Reino de
farda. Otros factores estuvieron determi- ni estable en el tiempo. Entre las élites in- Granada (siglos XVII-XVIII).
nados por la coyuntura internacional. En- tegradas que gozaron de múltiples privile- Universidades de Valencia, Granada
tre ellos cabe subrayar el recrudecimiento gios, los mercaderes ricos, los colaboracio- y Zaragoza, 2014.
del activismo católico que supuso la en- nistas y los colaboradores que igualmente
Esclavitud
Mestizaje y abolicionismo
60
L
a esclavitud existió en Andalucía vas a la Andalucía oriental, especialmente
desde tiempos remotos, al igual que a Cádiz y Sevilla, convirtiendo Andalucía
en el resto de Europa. Entre las pri- en un enclave privilegiado para el tráfico
meras poblaciones sometidas a esclavitud esclavista con África y América a partir del
en tierras andaluzas se encuentran los siglo XVI. Tanto es así que Cervantes llegó a
propios íberos turdetanos, esclavizados comparar la ciudad hispalense con un “ta-
por los romanos en tiempos de la Béti- blero de ajedrez”, por su contraste racial, y
ca. Precisamente, la exposición de las Lope de Vega llamó a las negras y mulatas
tierras andaluzas occidentales al Medi- “los lunares de Sevilla”. E incluso, los más
terráneo y la posterior entrada de los afamados pintores sevillanos del siglo de
musulmanes en el 711, hicieron de Oro, Diego Velázquez y Bartolomé Este-
Andalucía un espacio peculiar, en ban Murillo, retrataron respectivamente
que musulmanes y cristianos eran a una joven mulata rodeada de utensilios
esclavizados constantemente tan- de trabajo en la cocina, y a un adolescente
to en el mar como en el interior. De de origen subsahariano pidiendo comida,
ahí el popular refrán “no hay mo- seguramente ambos afroespañoles. Sus
ros en la costa”. Es más, los cautivos miradas de derrota lo dicen todo.
cristianos trabajaron en la construc- Pero no sólo llegaron esclavos y esclavas
ción de algunas partes de la Alhambra, guineanos, también se vendieron guan-
como la Torre de los Picos. ches canarios, berberiscos magrebíes,
Por otra parte, el viajero alemán Jeró- algunos amerindios (a pesar de la prohi-
nimo Münzer, que visitó Andalucía en bición expresa de esclavizar indígenas
1494, testimonió en su diario la presencia americanos) e incluso hindúes de las In-
de esclavos y esclavas de origen árabo-be- dias de Portugal o filipinos. La extensión
reber en Almería, Marchena o Mairena. del imperio español y el trabajo esclavo,
En Osuna escribió: “Vimos allí más asociado a la producción de café, algodón,
de trescientos sarracenos sujetos con azúcar o tabaco en el continente america-
grillos”. Precisamente, la esclavitud no, constituyó el motor del capitalismo e
y la guerra justa eran imágenes ru- implicó el esplendor de España y Portugal,
tinarias, largamente enraizadas en pero también de Gran Bretaña, Francia u
las mentalidades colectivas de ambos Holanda, que potenciaron igualmente la
mundos, cristiano y musulmán, entre los esclavitud en sus colonias, especialmente
que el Mare Nostrum mediaba como frontera en Estados Unidos.
natural. Quizá uno de los casos más llamativos
Dulwich Picture Gallery.
62
B
ajo la denominación de pobre se pecciones que de cuando en cuando se rea-
encerraba una amalgama que eng- lizaban. En 1540 el Consejo Real promulga-
lobaba diferentes tipos humanos ba una ley de pobres que no suponía una
y variados modos de vida. En situación novedad destacada sobre lo anteriormente
de pobreza se encontraban los inactivos o legislado, pues en conjunto pretendía de
incapacitados para el trabajo por motivos nuevo reglamentar la demanda de la li-
de edad, sexo, enfermedad o impedi- mosna y el control de los mendigos. En la
mentos físicos, también los activos, práctica apenas tuvo incidencia, ya que
a saber, quienes contaban con un solo en unas pocas ciudades se adoptaron
trabajo que le era insuficiente algunas disposiciones transitorias. No obs-
para su mantenimiento, los tante, quedó reflejada en la literatura pica-
que sólo lo tenían transito- resca, caso de El lazarillo de Tormes, obra en la
riamente y, por supuesto, que se hacía referencia a la citada ley.
Londres,National Gallery
los que nada tenían, ni si- En 1597, en Madrid, Sevilla y otras ca-
quiera una ocupación, bien pitales se dieron tentativas similares.
por rechazo voluntario o por Las líneas a seguir no eran muy distintas
ausencia de oferta. a las de ocasiones pretéritas. Consistían
Ciñéndonos a los pri- en reprimir el vagabundeo y la ociosidad,
meros tiempos modernos, recluir a los indigentes en centros especí-
periodo multisecular en el ficos, recurrir al trabajo manual para ocu-
que la proliferación de la parlos y amparar a los que lo necesitasen.
mendicidad y la picaresca Se quiso aplicar una mayor vigilancia so-
(hijas de la miseria) alcan- bre los pordioseros y castigar a los que se
zaron gran notoriedad, consideraban que fingían. El limosnear no
la política social que se prohibía, sino únicamente se pretendía
desde finales del Me- restringir a quienes no pudieran mante-
dievo las autoridades nerse con sus propios medios por circuns-
llevaban a cabo para tancias diversas. Este plan de actuación
enfrentar la cues- tampoco resultaba novedoso, pues abar-
tión del pordiosear caba toda una serie de disposiciones que
se basaba en in- a partir de la Baja Edad Media se habían
tentar distinguir promulgado en repetidas ocasiones sin que
los pedigüeños hasta el presente se hubieran conseguido
auténticos de resultados apreciables. Tampoco se alcan-
los fingi- zarían en esta ocasión, ya que la extensión
dos por y complejidad del problema de la mendici-
medio dad desbordaban los afanes ordenancistas,
de ins- dominados por criterios superficiales, mo-
AH
OCT
2015
Frente a la penuria, la coerción que de vez en cuando se intentaba 63
ejercer desde el poder no tenía sentido, estaba fuera de lugar.
La dura realidad se imponía de continuo sobre los reglamentos
ralizantes y nada operativos que no tenían se daban explicaban la disminución de vida errante. Frente a la muchedumbre de
en cuenta las situaciones reales sobre las la oferta laboral y el abandono de los es- individuos que pululaba por todas partes
que se asentaban las desigualdades e injus- fuerzos productivos o comerciales, con la en busca de sustento, pretender diferen-
ticias sociales que llevaban al pauperismo, consiguiente pauperización creciente de ciar entre pobres falsos y verdaderos, y au-
a la indigencia y a recurrir a la picaresca la población trabajadora. Fue una miseria torizar a unos pocos a que pidiesen limos-
para sobrevivir. impuesta, no buscada, aún aceptando la nas era algo que desde siglos atrás estaba
En la década de 1630 la cuestión del por- práctica engañosa del pordiosear por par- condenado al fracaso. No obstante, cada
diosear indiscriminado rebrotó por tierras te de elementos del mundillo picaresco y cierto tiempo las autoridades del gobier-
andaluzas. En Sevilla, desde instancias delictivo, de desaprensivos y embaucado- no central y las locales volvían a caer en
clericales se solicitó al Cabildo municipal res. Pero estas distinciones no se tenían en el mismo engaño al pretender establecer
que llevase a cabo un nuevo examen de cuenta por quienes generalizaban al plan- unos exámenes que pudieran servir para
pobres, como el que se había realizado a tear el problema de la mendicidad desde solucionar la problemática estructural de
finales del siglo anterior. Se pensaba que un enfoque completamente maniqueísta, la pobreza.
era perentorio controlar a la multitud de abogando exclusivamente por la mano Frente a la penuria, la coerción que de
mendigos que deambulaba por la ciudad y dura y la intervención de las autoridades vez en cuando se intentaba ejercer desde
diferenciar a los auténticos de los fingidos, como remedio para atajar el mal produci- el poder no tenía sentido, estaba fuera de
con el objetivo de dar a aquellos las ayudas do, en su estimación, por la ociosidad y por lugar. La dura realidad se imponía de con-
precisas y a estos encauzarlos hacia el tra- la indigencia fingida. tinuo sobre las prescripciones y los regla-
bajo por medio de tareas edificantes o pro- No transcurrió mucho tiempo hasta mentos. Así había ocurrido en las ocasio-
ductivas para la comunidad. La respuesta que el problema volvió a rebrotar. Por de- nes reseñadas e igualmente sucedería en
concejil repitió de forma rutinaria viejas e creto dado en Madrid el 18 de agosto de los tiempos venideros.
ineficaces medidas. El desistimiento mu- 1671, Carlos II imponía por enésima vez la
nicipal se vio confirmado por la pronta prohibición de pedir limosna sin licencia.
interrupción del mecanismo de control y Pasado un mes desde que el decreto se pre-
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castigo, pues aunque la inspección sí llegó gonó, se emitió otro dando a conocer que
a realizarse, el proceso no siguió adelante, el registro de los mendigos de la Corte se Maravall, J. A.
abortándose en sus comienzos. había efectuado y que debía llevarse a cabo La literatura picaresca desde la historia
La vieja acusación de que los pedigüe- en otras ciudades, como sucedió en el caso social.
ños no querían trabajar sino vivir de li- de Sevilla. No hace falta insistir en que casi Taurus, Madrid, 1987.
mosnas, de que la pobreza errante era algo de nada sirvieron tales requerimientos. La Carmona, J. I.
voluntario, no producto de la coyuntura dura realidad social que marcaba la exis- El extenso mundo de la pobreza. La otra cara
adversa, había vuelto a dejarse oír a pe- tencia de la población humilde hacía in- de la Sevilla Imperial.
sar de que los factores políticos, fiscales, viable, incluso en el plazo corto, cualquier Ayto. de Sevilla, Sevilla, 1993.
sociales y económicos que por entonces intento de control de la mendicidad y de la
Epidemias y muerte
Una presencia permanente
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L
os historiadores vienen afanándo- XIX), o de cólera (siglo XIX), acompañadas
se desde los años 70 del siglo XX en por la presencia endémica de otras enfer-
valorar el impacto de la muerte en el medades (tifus, fiebres palúdicas, viruela,
desarrollo de las poblaciones del Antiguo difteria) que mantuvieron la mortalidad
Régimen y, a partir de una década des- en valores altos y la esperanza de vida en
pués, en el análisis de las actitudes ante una media de 30 años para los habitantes
la muerte de esas mismas poblaciones. de Andalucía en el siglo XVII.
Tanto en el estudio histórico de la muerte Poco importa que los historiadores,
“sufrida” como de la muerte “representa- dedicados al análisis y la comprensión de
da”, la geografía andaluza y las gentes que las estructuras de enfermar y el impacto a
habitaron en Andalucía entre los siglos largo plazo de las tasas de mortalidad ca-
XVI y XIX, han sido utilizados como tastrófica en las poblaciones de antaño,
espacio físico y social recurrente, maticen hoy el peso de estas epidemias en
por lo que hoy contamos con un el saldo de la mortalidad global del perio-
nutrido grupo de investigaciones do; que sitúen junto a los microbios otros
al respecto. Si bien también se in- agentes patógenos vinculados a formas de
siste en el deslizamiento de las in- vida (hábitos de higiene, hábitat y alimen-
vestigaciones hacia las crisis graves tación), la muerte masiva, inclemente
de mortalidad y la atención notablemente en su apariencia de amenaza inminente
inferior que han tenido tanto las enferme- tal y como se presentaba a los pueblos de
dades corrientes como las causas que se la Andalucía moderna, con motivo de es-
hallaban en ese entorno cotidiano de en- tas oleadas epidémicas, constituía todo
fermedad y muerte. un revulsivo de actitudes. El temor a la
La muerte es imaginada, representa- muerte fue, además, hábilmente mane-
da y vivida por los hombres y mujeres de jado por la pastoral de la Iglesia católica
todos los tiempos como una amenaza. En tridentina que enseñaba a sus fieles, con
aquellos siglos que damos en adjetivar de voluntad pedagógica y normalizadora, a
Antiguo Régimen, hombres y mujeres vivir permanentemente con la muerte en
vivían con la presencia permanente de la el pensamiento como una manera eficaz
muerte. Esta se manifestaba de forma or- de no pecar. De acuerdo con ello, las repre-
dinaria a través de unas tasas de mortali- sentaciones de la muerte, bajo la fórmula
dad elevadas, se cebaba especialmente con de libros para aprender y enseñar a morir,
la población infantil y mostraba su cara altares de ánimas como los que poblaron
más atroz durante las oleadas epidémicas las iglesias de la Andalucía barroca, pin-
que, de forma recurrente, sufría la pobla- turas en las que se representaba el Memento
ción. En Andalucía, fueron muy frecuen- mori, con su acompañamiento de atributos
tes las epidemias de peste (en los siglos XVI simbólicos —el reloj que señala el paso del
y XVII), de fiebre amarilla (siglos XVIII y tiempo, la universal calavera o las tiaras
y coronas esparcidas por el suelo como se- con toda su crudeza en momentos de crisis acto de afirmación de fe que servía, como
ñal de efímeras vanidades—, amén de las
advertencias lanzadas desde el púlpito por
de mortalidad: barrios y gremios en los que
la epidemia se cebaba con dureza mientras
repetían los directores de conciencia, para
“descarnarse”, es decir para deshacerse de
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los predicadores, constituían referencias otros de la misma ciudad conseguían salir afectos y bienes temporales. La memoria
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cotidianas en la vida de aquellas gentes y mejor librados o indemnes, gentes que po- de la muerte, regida por los otros tres No- 2015
aumentaban el peso de la presencia de una dían huir al campo o a otros lugares libres vísimos —Juicio, Infierno y Gloria—, que-
muerte visible. del contagio, mientras otros se veían abo- dará plasmada en los gestos habituales de
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Desde comienzos del XVI hasta comien- cados a una muerte segura. Estas desigual- preparación de la muerte depositados en
zos del XVIII se produjeron en Andalucía dades hallaban su réplica en las respuestas los testamentos: enterrarse en sagrado, lo
cinco grandes crisis de mortalidad (1521, sociales que las epidemias provocaban, más próximo posible a aquel lugar donde
1598/1602, 1647/1652, 1678/1679 y 1709). constatándose en el cruce habitual de in- se celebraba la misa, en la cercanía de fa-
Esta última, a diferencia de las anterio- tereses económicos, políticos y religiosos, miliares, hacerse acompañar a la morada
res, afectó más al mundo rural que al ur- actitudes de valor y sacrificio frente a otras postrera por intermediarios ante Dios —
bano y a Granada y su tierra con especial de extremado egoísmo. párroco y cruz de la parroquia, comunida-
gravedad. De esta serie de epidemias, la La crisis de mortalidad traía consigo des religiosas, cofradías esencialmente— e
memoria de los contemporáneos guardó una paralización de la cotidianeidad, no invertir en el más allá, a través de legados,
triste recuerdo por su virulencia de la pes- sólo de los ritmos del día a día sino también misas y fundaciones.
te de 1521, con expansión tanto por Anda- de las costumbres. Las investigaciones so-
lucía occidental como por la oriental, o la bre actitudes ante la muerte se han venido
de 1598, comparadas ambas a la peste ne- fijando en los gestos comunes y automa-
gra de 1348-1350. En la ciudad de Sevilla, la tizados ante la muerte, algo que a simple
peste de 1649 ha quedado como fecha clave vista no casa con las prácticas ante una
Más información
en la historia de la ciudad que perdió con muerte catastrófica, dotada de la excepcio-
ocasión de la misma la mitad de sus habi- nalidad de lo imprevisto; sin embargo, el Ballesteros Rodriguez, J.
tantes. Ya durante la segunda mitad del hombre sólo sabe morir como le enseña su La peste en Córdoba.
siglo XVIII, las ciudades portuarias de Má- cultura y poco importa que la muerte se le Diputación de Córdoba, 1982.
laga y Cádiz, en permanente contacto con presente como parte del destino colectivo Carmona García, J. I.
las zonas de endemismo de la malaria del que como el desenlace plausible o probable Crónica urbana del malvivir (siglos XIV-
África ecuatoriana y Centroamérica, viven de una enfermedad, un viaje o cualquier XVIII).
epidemias recurrentes de fiebre amarilla. otra situación de riesgo. Universidad de Sevilla, 2000.
Estos y otros brotes afectaron de forma La anticipación mental de la posibilidad De la Pascua Sánchez, M. J.
desigual y con diferentes ritmos a los terri- de morir desencadena toda una serie de “Los estudios sobre la muerte en
torios andaluces y su impacto también fue gestos o precauciones que quedan deposi- la Andalucía Barroca. Estado de la
desigual entre los distintos sectores y gru- tados en las advertencias que se hacen a los cuestión”, en Congreso Internacional
pos de las poblaciones afectadas. Aunque allegados más o menos improvisadamente Andalucía Barroca. Actas. Tomo II. Historia
se invocaba la igualdad ante la muerte en o en la redacción de un testamento. En esta demográfica, Económica y Social. Conse-
el discurso que difundía su representación época, testar, para gran parte de la pobla- jería de Cultura, Junta de Andalu-
cultural, la desigualdad se manifestaba ción andaluza, católica, era ante todo un cía, Sevilla, 2007, pp. 155-168.
Iglesias Rodríguez, J. J.
La epidemia gaditana de fiebre amarilla de
1800.
El temor a la muerte fue hábilmente manejado por la Iglesia
Diputación Provincial de Cádiz,
católica, que enseñaba a sus fieles a vivir permanentemente con Cádiz, 1987.
la muerte en el pensamiento como una manera eficaz de no pecar
Religiosidad
El triunfo de la sensibilidad
66
D
efinir y entender algo tan aparen- y en las celebraciones relacionadas directa-
temente sencillo como “religión” mente con las imágenes sitas en los cen-
o “religiosidad” posee contradicto- tros eclesiásticos de su barrio o “collación”.
riamente la complejidad de la conceptua- Lo que Henry Kamen denominó hace dé-
lización de las cuestiones básicas, y aña- cadas como “sociocentrismo” —la unión
de a ello la amplitud de su diversidad. En básica del fiel con su parroquia, con su
espacios amplios (y en tiempos “largos”) hermandad, con su imagen— fuerza real
¿cómo reconstruir el acercamiento o la de una Iglesia inmensa y jerárquicamente
comprensión de lo divino por hombres y, distante, se desarrollaría eficazmente a lo
sobre todo, grupos diferentes? El concepto largo de los siglos posteriores al Concilio de
de religiosidad (“la práctica y observancia Trento (finalizado en 1563). Porque el mis-
de las acciones devotas”, según la definía a mo concilio, y las constituciones sinodales
comienzos del XVIII el Diccionario de Auto- posteriores (que aplicaban a las provincias
ridades) parecía centrarse en sus manifes- eclesiásticas y a sus diócesis el mensaje
taciones externas, en la concreción y exte- de Trento), habían insistido en la visuali-
riorización de una fe que se materializaba zación de los actos de fe, a fin de comba-
en actos. Siguiendo tal óptica, la práctica tir (por orden de aparición) las confesio-
religiosa en Andalucía moderna, un es- nes luterana y calvinista. De este modo,
pacio en donde la Iglesia post-tridentina la defensa de los sacramentos como de la
encontraba buena tierra en que sembrar presencia real de Cristo en la Eucaristía
formas exteriorizadas del culto, brillaba (transubstanciación) habrían de reafirmar
en las ceremonias colectivas, en las fiestas las ya existentes adoraciones al Santísimo
o las procesiones del Corpus, tan estética-
mente alabadas por los historiadores del
arte.
En realidad, cualquier aproximación a
la religiosidad oficial y real de la Andalucía
de entonces se entiende a la perfección en
el mensaje transmitido en un acto tan es-
cénico como una procesión religiosa, nin-
guna mejor que las del Corpus. La propia
ordenación de la escena que recorrerá las
calles principales de la ciudad —sea cual
fuere— con la presencia de las represen-
taciones del clero secular y regular, her-
mandades o poderes públicos informan
de la necesidad de transmitir una imagen
conjunta de adoración, en donde primaba
68
D
el mismo modo que la modernidad rectamente, de la vanguardista reflexión
está en deuda con todas las aporta- sobre los límites del arte y de las novedo-
ciones de la cultura aurisecular es- sas propuestas creativas que emanaban de
pañola, esta Edad de Oro hispánica (1492- la entonces inagotable fuente meridional
1681) no se entiende sin el influjo decisivo hispánica. Como botón de muestra valga
que tuvieron sobre ese movimiento de re- señalar el modo en que el hispalense Ma-
novación las artes y las letras andaluzas. teo Alemán supo explotar en el siglo XVII
Nombres como los de Góngora o Velázquez las posibilidades de modernidad que ofre-
Retrato de Luis de Góngora y Argote (1622), definen por sí solos las más altas cimas al- cía el legado del anónimo Lazarillo de Tormes.
pintado por Velázquez, quien lo conservó canzadas por la poesía y la pintura de todos La novela de Alemán (1599-1604) fue un best
en sus manos durante toda su vida. los tiempos. Pero junto a ellos, hay toda seller en toda Europa y sirvió de acicate para
una pléyade que Cervantes tratara de echarle un pulso
de figuras de en el terreno de la prosa de ficción, con re-
no menos re- sultados de sobra conocidos: la creación de
levancia que lo que se considera como el inicio de la no-
se agruparon vela moderna, El Quijote.
en cenáculos Nadie, en sentido estricto, era ajeno
artísticos y li- durante el Siglo de Oro a las novedades que
terarios como procedían del ámbito andaluz. No podían
la Academia serlo, porque la vanguardia y la moderni-
de Juan de Mal dad en las artes se irradiaba desde Sevilla
Lara, la deno- y sus alrededores. Y venía siendo así des-
minada escue- de mediados del XVI, cuando en espacios
la sevillana o el como la Academia de Juan de Mal Lara se
llamado grupo comienza a manipular la tradición de las
antequerano - letras, artes y ciencias para adaptarla a la
granadino, realidad cambiante de la nueva mentali-
entre muchos dad renacentista. Allí se formaron, entre
otros. otros, el sevillano Fernando de Herrera,
No es exa- entre cuyos méritos se cuenta la supera-
gerado afirmar ción, en sus Anotaciones, del modelo poé-
Museum of Fine Arts (Boston).
AH
OCT
2015
69
Durante el Siglo de Oro nadie era ejeno a las novedades que
procedían del ámbito andaluz. No podían serlo, porque la vanguardia
y la modernidad se irradiaban desde Sevilla y el mediodía andaluz
importante sesgo político, pues la supera- des, normas y referentes previos. La obra El cuadro ofrece múltiples interpreta-
ción del paradigma toledano-garcilasiano literaria, por primera vez en la historia, se ciones y lecturas: representa el encuentro
suponía el desplazamiento de la alta cul- validaba en virtud de su propia naturaleza de dos genios insustituibles, uno en su de-
tura vernácula, en tanto que modelo de intrínseca y de sus virtudes formales, sin clive y otro en los inicios de su escalada a
imitación y perfección, desde el centro de reclamar el marchamo de autoridad que la cumbre; manifiesta el productivo y en-
la península hasta el ámbito meridional. confería el seguimiento imitativo de la tra- riquecedor sincretismo existente entre las
El comienzo de esta renovación poética dición previa. Siglos después, los simbo- distintas artes durante el Siglo de Oro, es-
culminó, décadas más tarde, con la revo- listas franceses, los vanguardistas hispa- pecialmente la poesía y la pintura (ut pictura
lución literaria protagonizada por el cor- noamericanos o los autores del 27 supieron poesis); pero, por encima de todo, recuerda
dobés Luis de Góngora, auténtico iniciador entender que la poesía moderna empezaba que quienes dieron carta de naturaleza a la
de la poesía moderna de Occidente. En una con la perfección formal de los versos gon- poesía y la pintura modernas se formaron
época en la que la escritura literaria venía gorinos, colmados de erudición, portento- en la Andalucía aurisecular. Y esto deter-
determinada y condicionada por los mode- sa sonoridad y luminosas imágenes. minó que trasladasen en sus vanguardis-
los de autoridad precedentes, de obligada Acaso fuera este derroche de sublime tas aportaciones una manera muy parti-
imitación, Góngora optó por crear un esti- genialidad lo que hizo que otro andaluz cular y distintiva, por libre, transgresora
lo nuevo y un paradigma compositivo in- obsesionado por la luz, el color y la pers- y original, de comprender e interpretar la
édito. La difusión de su propuesta, a partir pectiva, el sevillano Diego Velázquez, de- realidad para hacerla entendible por medio
de 1613, dio lugar a la que probablemente cidiera conservar durante toda su vida el de la creación artística.
sea la polémica literaria más importante retrato que hizo a don Luis de Góngora en
de la literatura occidental. Una polémica 1622, cuando el poeta apuraba sus últimos
que duró decenios y que le sobrevivió a su años de vida. Este encuentro entre poeta y
muerte, pues detractores y apologetas si- pintor prolongaba una tradición de diálogo
Más información
guieron combatiendo dentro de las lindes muy presente en la Andalucía en la que se
del nuevo campo de batalla que había defi- formó Velázquez, caracterizada por la li- López Bueno, B.
nido el poeta cordobés. Si algo tenían claro bertad creativa y la ruptura con las normas La poética cultista de Herrera a Góngora.
tanto unos como otros era que después de establecidas por la preceptiva al uso. En Alfar, Sevilla, 2000.
Góngora no se podía hacer poesía al mar- un contexto formativo de esta naturaleza VV. AA.
gen de sus aportaciones, ya fuera para se- se comprende mejor su pincelada suelta, La “Idea” de la poesía sevillana en el Siglo
guirlas o para intentar refutarlas. precursora de la modernidad pictórica, así de Oro.
La mayor grandeza del cordobés fue como su característica pintura alla prima, Grupo PASO-Universidad de Sevilla,
idear un lenguaje poético que justificaba esto es, sin atender a bocetos, diseños pre- Sevilla, 2012.
la escritura per se, al margen de autorida- vios o modelos prefabricados.
Carrera de Indias
La unión del Viejo Mundo y el Nuevo
AH
OCT MARINA ALFONSO MOLA
2015 UNED
70
U
na vez realizado el descubrimien- El sistema comercial de la Carrera de
to del Nuevo Mundo, gracias al Indias que regulaba los intercambios en-
“fecundo error” de Cristóbal Colón tre la metrópoli y sus colonias americanas
cuando intentaba alcanzar el Oriente de quedó perfectamente articulado a lo largo
las especias navegando hacia Poniente, co- del siglo XVI, sobre todo desde la promul-
menzó el asentamiento de los españoles en gación del Proyecto de Flotas y Galeones (octu-
los primeros enclaves caribeños y centroa- bre de 1564), que establecía la salida de dos
mericanos como consecuencia de los viajes grandes flotas compuestas esencialmente
de exploración (mayoritariamente anda- de galeones convoyados por una Capitana y
luces) y la constatación de la existencia de una Almiranta fuertemente artilladas, que
oro y plata en las tierras recién halladas. desde Sevilla se dirigían, respectivamente,
Los Reyes Católicos se vieron en la necesi- al puerto novohispano de Veracruz (des-
dad de organizar una línea comercial que pués de hacer escala en Santo Domingo
uniera los reinos hispanos con América: la y La Habana) y a la llamada Tierra Firme
Carrera de Indias. (Nombre de Dios, sustituido por Portobelo,
Después de algunas vacilaciones, se y un ramal a Cartagena de Indias), don-
adoptaron una serie de decisiones inspira- de descargaban sus productos, que eran
das por el naciente mercantilismo, que in- internados hasta la ciudad de México, en
cluían la reserva del monopolio del comer- el primer caso, y, en el segundo, hasta la
Archivo General de Indias.
cio con las Indias a los súbditos españoles ciudad de Panamá, ya en el Pacífico, donde
Galeón Nuestra Señora de la Mar, 1691. de los monarcas, la designación de Sevilla eran embarcados con destino al puerto del
(“puerto y puerta de las Indias”) como úni- Callao para su distribución por el inmenso
co punto de partida y arribada de las flotas territorio del virreinato del Perú. El viaje
que unían la península con las tierras ame- de regreso seguía el camino inverso, con
ricanas, y la constitución de un organis- una escala obligada en La Habana, donde
mo de control de todo lo relacionado con se unían ambas flotas antes de partir para
dicha ruta. Así se consolidó la dualidad la metrópoli.
entre la Casa de la Contratación (como Los intercambios no pudieron tener
institución administrativa para la una base más sencilla a lo largo de todo
ordenación del tráfico y prevención el periodo. Consistieron en la exporta-
del fraude entre 1503 y 1790) y el Con- ción de productos agrícolas andaluces (los
sulado o Universidad de Cargadores llamados "frutos": aceite, vino, vinagre,
(creado en el año 1543) que actuaba aceitunas, alcaparras, almendras, pasas)
como órgano representativo de los y productos manufacturados europeos
mercaderes (españoles o extranje- (las llamadas "ropas": paños, bayetas,
ros naturalizados) interesados en lienzos, sedas, terciopelos, brocados, en-
los intercambios coloniales y como cajes), más hierro de Vizcaya, mercurio de
tribunal privativo de comercio. Almadén y otras manufacturas metropo-
Registro de caudales a bordo de
los navíos Fénix y Dragón, 1749.
Archivo General de Indias, Sevilla.
AH
OCT FRANCISCO LUIS DÍAZ TORREJÓN
2015 REAL ACADEMIA DE BELLAS ARTES DE
E
l movimiento guerrillero es un fe- son múltiples para la depredación y el abu-
nómeno que resurge en Andalu- so. Muchos hombres asociados en partidas
cía, tras siglos de silencio, ante la se aprovechan de ello.
presencia militar napoleónica Estas guerrillas seudopatrióticas —hi-
y progresa exponen- jas del oportunismo— viven sobre el terre-
cialmente en relación no como todas las guerrillas en la Anda-
directa a la expansión lucía napoleónica, pero dadas sus oscuras
territorial de las tropas invasoras. intenciones y ambiguos procederes subsis-
Desde que en la mañana del 3 de febrero ten en un espacio resbaladizo muy próxi-
de 1810 fuera asesinado en la Venta de la mo a la órbita de la delincuencia. En estas
Portuguesa —casa de postas situada entre entidades armadas prevalece el interés por
Carmona y Fuentes de Andalucía— el ofi- el botín sobre cualquier otra cosa y en la
cial francés Antoine Curnillon, primera consecución de sus objetivos depredatorios
víctima documentada de la insurgencia no entienden de nacionalidades porque
andaluza, los atentados crecen en frecuen- indistintamente asaltan a franceses y a
cia e intensidad y en cuestión de pocas españoles, como lo constata el acreditado
semanas, parafraseando a García Blanco, testimonio del teniente napoleónico Albert
“los campos se erizan de partidas”. Nada Jean Rocca. Se trata, por tanto, de gente
impide hablar ya de resistencia antina- que hace la guerra a tiempo completo o a
poleónica que, en el plano teórico, es la tiempo parcial según pinta la ocasión.
expresión de un patriotismo activo y ope- Las falsas guerrillas incursionan con
rante. tanta frecuencia en el terreno de la ile-
Sin embargo, no todo el mundo en- galidad que más pronto que tarde se con-
tiende el patriotismo de la misma manera vierten en auténticas cuadrillas de mal-
y son tantos quienes devalúan los senti- hechores, aunque sin dejar de envolverse
mientos patrióticos a mínimas expresio- en la bandera del patriotismo para obrar
nes que poco o nada les importan la impunemente. Esta taimada actitud no
realidad bélica imperante, es más que una táctica para el despiste y la
sino las enrarecidas confusión, un ardid bien representado con
circunstancias deriva- la idea de aparentar el mismo rol benéfico
das de ella. En una que las verdaderas guerrillas patrióticas.
situación como esa, Pero aunque pretendan aires de semejan-
en la que la princi- za sólo consiguen una burda imitación, ya
pal preocupación de que una cualidad fundamental diferencia
los pueblos es la guerra a unos de otros: el sentido moral.
y sus dramáticas conse- Las apariencias engañan y aún más
cuencias, las oportunidades cuando los principios estratégicos de la
Un grupo de bandoleros, con una mujer
y un niño, es sorprendido por la Guardia
Civil que se encuentra en el exterior de la
cueva. Detalle del óleo La cueva del Gato,
de Manuel Barrón y Carrillo (1860).
la inadaptación
de esta gente a
la vida pacífica
y andan fuera
de la ley, asocia-
Museo de Bellas Artes de Sevilla.
dos en cuadrillas
más o menos
numerosas que
acechan en las
orillas de los ca-
minos y en las
inmediaciones
de los pueblos y
AH
de los cortijos.
OCT
guerra de guerrilla y del asalto en camino vas al uso, en su sentido más tradicional, La inseguridad no cede en la posguerra, 2015
son idénticos. Guerrilleros y salteadores pero nunca de ausencia de criminalidad. en contra de lo esperado, porque prevalece
comparten la necesidad del dominio del es- El espacio correspondiente a las innume- una delincuencia heredera de la crimina-
73
pacio geográfico porque sin el conocimien- rables gavillas de bandidos que infestaban lidad existente durante la pasada Guerra
to exacto del escenario, casi milimétrico, Andalucía desde tiempos pretéritos está de la Independencia. Muchas de las enti-
sus acciones están abocadas al fracaso más ocupado ahora, durante los años napoleó- dades representativas del bandolerismo
estrepitoso. Ambas figuras también tienen nicos, por una larguísima nómina de gue- de la posguerra poseen el mismo ADN que
en común el mismo interés por el dominio rrillas adulteradas que resume su patrio- las guerrillas de ambiguas conductas, cau-
del espacio humano, pues la colaboración tismo en el lema "Viva Fernando y vamos santes de tantos quebrantos al indefenso
de los pueblos —ya sea voluntariamente robando". paisanaje en el "río revuelto" de aquella
ofrecida o exigida a golpes de amenaza— Hay coartada para el crimen y la de- pasada contienda. El ejemplo más claro de
es un factor esencial que los blinda frente predación mientras las tropas imperiales semejante analogía se advierte en la cele-
a la represión y garantiza sus superviven- permanecen en Andalucía porque luego, bérrima banda de "los Niños de Écija", pa-
cias en los campos. Y, por último, tampoco tras la evacuación napoleónica en agosto- radigma del bandolerismo en cuadrilla por
es distinto el modus operandi de guerrilleros septiembre de 1812, las bandas de malean- antonomasia, porque hoy se sabe a ciencia
y de forajidos en sus respectivas actuacio- tes camufladas de guerrillas quedan al cierta que muchos de sus miembros ha-
nes, porque en todo caso se exige una pre- descubierto. Aunque tarde, se confirma lo bían sido antiguos guerrilleros.
cisa dosificación del tiempo para eludir las que el mariscal Soult había visto en ellas La conexión del movimiento insurgen-
respuestas represoras, es decir, que tanto desde el principio: "la guerra no era más te operante en la Andalucía napoleónica y
unos como otros deben protagonizar accio- que un pretexto para los ataques contra la el bandolerismo posterior no admite duda
nes fugaces donde medie la brevedad entre propiedad". y para probarlo puede decirse que un gran
las maniobras de ataque y de retirada. Cuando llega la paz nada justifica la porcentaje de los bandidos, contrabandis-
Sin exclusión posible, la transmu- presencia de grupos armados en los cam- tas y malhechores que componen la cons-
tación de partidas de guerrillas en cua- pos y los hombres de buenos propósitos telación criminal del primer cuarto del
drillas de malhechores es un proceso que habían hostigado a los franceses en siglo XIX habían aprendido el oficio en las
metamórfico que se produce en absoluta las guerrillas regresan a sus pueblos y a guerrillas.
ausencia de ética. sus hogares. No ocurre lo mismo con aque-
El análisis de la realidad es incontes- llos individuos —centenares y quizá mi-
table y niega el argumento de aquellos les— que habían hecho del latrocinio y del
Más información
autores que aseguran un eclipse de la de- asesinato su modus vivendi durante los años
lincuencia y del bandolerismo durante los de la guerra, ocultos bajo la apariencia de Díaz Torrejón, F. L.
años de la Guerra de la Independencia. No honrados patriotas sin más interés que Guerrilla, contraguerrilla y delincuencia en
es cierto. A lo sumo puede hablarse de un oponerse activamente al poder napoleóni- la Andalucía napoleónica (1810-1812). Tres
paréntesis en las manifestaciones delicti- co. En pocos meses, la realidad demuestra volúmenes.
Editorial Castillo-Anzur. Lucena,
2004-2005.
Bernaldo de Quirós, C. y Ardila, L.
"Viva Fernando y vamos robando” es el lema que bien puede resumir
El bandolerismo andaluz.
el supuesto patriotismo de las innumerables cuadrillas de bandidos Ediciones Turner, Madrid, 1978.
que operaron por tierras andaluzas durante los años napoleónicos
Cádiz 1812
Libertad, independencia y ciudadanía
AH
OCT GONZALO BUTRÓN PRIDA
2015 UNIVERSIDAD DE CÁDIZ
74
S
itiada desde febrero de 1810 y de la cultura española. Si a esto añadi-
por las tropas francesas, Cá- mos la novedad que suponían —puesto que
Museo de las Cortes de Cádiz.
diz se convirtió, durante más hacía siglos que las Cortes habían sido des-
de dos años, en el centro político de la Es- poseídas de la mayor parte de su significa-
paña patriota, una centralidad ratificada do político original— la importancia de las
desde septiembre de aquel mismo año por cuestiones que trataban y el elevado nivel
la reunión de Cortes, primero en la Isla de humano y político de los diputados, no ha
León y, desde febrero de 1811, en la propia de extrañar que la vida de la ciudad girara
ciudad de Cádiz. durante estos años en torno a la evolución
La resistencia gaditana tuvo pronto de sus debates y decisiones.
una amplia repercusión. En primer lugar, De todo ello no sólo darían cuenta los
desde el punto de vista militar, puesto que numerosos periódicos que surgieron al
no sólo trastornó los planes de Napoleón amparo de la recién estrenada libertad de
con respecto a la dominación de España y imprenta, sino también las tertulias de los
le obligó a emplear más recursos de lo de- principales cafés y salones gaditanos y los
seado en el frente peninsular, sino que re- corrillos y mentideros de las calles y plazas
presentó además un contrapunto al estado de la ciudad, convirtiendo a Cádiz en una
general de ánimo, muy pesimista hasta el ciudad en la que se podía discutir, rivalizar
momento en cuanto a las opciones reales y polemizar con una libertad desconocida
de frenar el avance francés. En segundo lu- hasta entonces. De este modo, quienes la
gar, desde el punto de vista político, ya que habitaron durante aquellos años, fueran
los planteamientos de las Cortes de Cádiz, protagonistas principales o secundarios
con su polémica decisión de asumir un en- del proceso, asistieron a una escuela políti-
cargo constituyente y emprender un pro- ca de primer orden, difundiendo lo apren-
ceso completo de renovación política, tras- dido una vez levantado el sitio y clausura-
ladaron la batalla también al plano de las das las sesiones de las cortes gaditanas.
ideas, tanto frente al orden conocido, la A pesar de la trascendencia de la lar-
monarquía absoluta, como frente al nuevo ga sucesión de decretos que aprobaron, el
orden napoleónico propuesto en Bayona. principal legado de las Cortes fue la Cons-
Los debates de las Cortes, reunidas en titución de 1812, que contó con la ventaja
incesantes sesiones ordinarias y extraor- de ser redactada en un contexto de extre-
dinarias durante casi tres años, desperta- ma libertad, sin la presión que la presencia
ron gran curiosidad en una ciudad de por cercana del rey absoluto hubiera implica-
sí interesada por la política, que se hallaba do, y con la legitimidad que le otorgaba el
además rebosante de refugiados de todo protagonismo alcanzado por la nación en
tipo, entre los que destacaban políticos, la lucha anti-francesa.
hombres de negocios y representantes, en El articulado final de la Constitución
general, de lo más destacado de la sociedad de Cádiz es, pues, deudor del momento en
que fue redactado y aprobado, e integró, en dido fue luego largamente aplicado en las Cádiz en 1812 superaría los límites del pri-
consecuencia, elementos de ruptura, com- propuestas constitucionales de los nuevos mer liberalismo, para convertirse en un
pletamente afines al constitucionalismo estados americanos, eso sí, tratando de referente de libertad y esperanza que ha
liberal contemporáneo, como la afirma- enmascarar su origen español, pues resul- llegado a nuestros días.
ción de la soberanía nacional, la división taba embarazoso reconocerse en el espejo Con su polémica decisión de asumir
y equilibrio de poderes, o los derechos y político del enemigo. un encargo constituyente y emprender un
garantías recogidos a lo largo de sus diez En Europa buena parte del amplio pre- proceso completo de renovación política
títulos. Sin embargo, también presenta dicamento alcanzado por el modelo gadita- las Cortes de Cádiz trasladaron la batalla
elementos de continuidad, en forma de no se debió a la memoria de la Guerra de también al plano de las ideas, tanto frente
tributo a pagar al sistema monárquico y a la Independencia española, que fue pronto al orden conocido, la monarquía absoluta,
la iglesia católica, referentes clave del pa- mitificada dentro y fuera de la península, como frente al nuevo orden napoleónico
trimonio colectivo español de la época, que y que permitió a muchos europeos aso- propuesto en Bayona.
explican, por ejemplo, tanto la renuncia a ciar, como habían hecho los españoles, la
la forma republicana de gobierno, propia lucha por la independencia con la lucha
de las constituciones del momento, como por la libertad y enarbolar de esta mane-
la firme defensa de la religión católica pre- ra la Constitución de Cádiz como bandera
sente en el artículo decimosegundo, que frente al absolutismo restaurado. Fue el Más información
imposibilitó la proclamación de la libertad caso, por ejemplo, de portugueses e ita-
de culto. lianos, a quienes la Constitución de 1812 Butrón Prida, G.
Este carácter ambivalente de la propues- no sólo ofrecía un modelo constitucional “Cádiz (1810-1812). Cuando Cádiz
ta gaditana se halla, precisamente, detrás adaptable a sus circunstancias particu- era toda España”, en G. Butrón y
tanto de la perduración de su prestigio en lares —como la apuesta por la solución P. Rújula (coords.), Los sitios en la
el tiempo, pues fue capaz de sobrevivir al monárquica o la afirmación católica de la Guerra de la Independencia: la lucha en las
rechazo de Fernando VII en 1814 y volver a nación—, sino también un programa de ciudades. Sílex, Madrid/Cádiz, 2012,
estar vigente en 1820 y en 1836; como tam- acción revolucionaria concreta, definido pp. 75-98.
bién de su repercusión más allá de la Pe- por la secuencia iniciada por la conspira- Pérez Garzón, J. S.
nínsula Ibérica, pues influyó en los movi- ción societaria, continuada por la estrate- Las Cortes de Cádiz, el nacimiento de la
mientos liberales de carácter nacionalista gia del pronunciamiento y culminada con nación liberal (1808-1814).
desarrollados en los territorios americanos el cambio político a favor de la Constitu- Síntesis, Madrid, 2007.
de la monarquía española, así como en las ción española de 1812. Ramos Santana, A. (coord.)
revoluciones liberales europeas de comien- La fuerza del revisionismo liberal im- La Constitución de 1812. Clave del Liberalis-
zos de los años veinte. perante a partir de los años treinta redujo mo en Andalucía.
En América pesó la experiencia de quie- la influencia del texto gaditano en el cons- Centro de Estudios Andaluces,
nes habían participado en las propias Cor- titucionalismo del siglo XIX. Con todo, la Sevilla, 2012.
tes de Cádiz, pues mucho de lo allí apren- trascendencia de lo vivido y aprobado en
Ciudadanas
La lucha por la igualdad
AH
OCT GLORIA ESPIGADO TOCINO
2015 UNIVERSIDAD DE CÁDIZ
76
E
l proceso histórico que abre el cam- una reclamación que será discutida y vo-
bio político en nuestro país hacia tada en Cortes, con resultado negativo. El
la contemporaneidad está marca- periodo de involución hacia el absolutismo
do por una guerra de liberación contra la subsiguiente tendrá en la granadina Ma-
ocupación napoleónica (1808-1814). Du- riana Pineda el símbolo femenino agluti-
rante ese tiempo, además de ensayar por nante de la lucha por los ideales liberales.
primera vez el sistema constitucional, se Muerto el rey y entronizada su hija Isa-
libra una dura batalla que pone las bases bel II se asienta el sistema liberal. La femi-
del nacionalismo español. Las españolas nidad se pliega al discurso de la domesti-
participarán en este doble proceso, plegan- cidad que caracteriza al “ángel del hogar”,
do su actuación a los moldes culturales de como buena hija, esposa y madre, ciñén-
la feminidad, pero también trasgrediendo dola al ámbito privado y, en todo caso,
decididamente los límites reconocibles de permitiendo salidas respetables hacia el
la misma. Serán heroínas en la defensa de espacio público como mera proyección del
las ciudades, espías al servicio de la causa cuidado que las mujeres profesan, en lu-
nacional, guerrilleras cabalgando al lado gares relacionados con la beneficencia. Sin
de los hombres, patriotas defensoras del embargo, las mujeres saben cómo sortear
trono, sin dejar atrás su actividad como las restricciones y van ganando espacios
agitadoras y animadoras del debate públi- significativos en el ámbito de las letras,
co en la prensa política del momento. Todo consagrándose como escritoras, lo que se-
ello a despecho del cierre de puertas con- ñala igualmente la paulatina conquista de
signado por el Reglamento de las nuevas la educación que las faculta para acceder
Cortes, que impide en 1810 su simple acce- a nuevas profesiones como el magisterio,
so como espectadoras de los debates de la verdadera escuela de feminismo. En estos
Cámara y las desposee de todo derecho, años se revela una de las voces más lúcidas
sujetándolas a la representación y tuto- en defensa de los derechos de las mujeres.
ría masculinas. La gallega Concepción Arenal escribe La mu-
Si la vuelta de Fernando VII pone jer del porvenir, y defiende la dignificación del
en suspenso el entramado político papel social de las españolas. La polifonía
gaditano, la vuelta al liberalismo du- de voces va en aumento: socialistas utópi-
rante el Trienio constitucional tiene cas, republicanas, masonas, librepensado-
la virtualidad de abrir nuevas oportu- ras y espiritista son defensoras de un nuevo
nidades para la participación femenina humanismo, social y laico, en el que tiene
en el proceso de construcción del nuevo cabida una nueva mujer que llega a alcan-
Estado. Habrá mujeres en las tertulias zar la independencia y autonomía necesa-
patrióticas y, en esta ocasión, denun- rias para no someterse a tutela masculina
ciarán públicamente la relegación de alguna. Aun no se lucha por el voto, pero
la asamblea de ciudadanos mediante falta poco para madurar su defensa.
AH
OCT ANDRÉS SÁNCHEZ PICÓN
2015 UNIVERSIDAD DE ALMERÍA
78
L
as mejoras en la movilidad de los ñola. Los hierros del Marquesado del Zene-
factores, concretadas en el desa- te en Granada, por último, contribuirían
rrollo de nuevos y capaces medios con una fracción importante y creciente de
de transporte, así como en el apogeo del la producción española: si en los años 1920
patrón oro, facilitaron el aumento de la oscilaba entre el 25% y el 50% del total, en
integración económica internacional a la última década del siglo XX, cuando se
una escala inédita hasta entonces. El flu- encaminaba hacia el cierre de sus últimas
jo de capitales acudió primero a la perife- instalaciones, equivalían a la totalidad de
ria europea, a aquellos países que podían la extracción nacional.
suministrar las materias primas que de- El boom también estuvo unido a la
mandaba la industrialización europea. En transformación de las redes de transporte.
España y en Andalucía, tras el predominio Grandes empresas concentradas vertical-
de la inversión extranjera en ferrocarriles mente con la industria europea del acero,
durante la expansión que siguió a la ley de con la química y con la metalurgia del plo-
1855, la minería se convertiría durante el mo, solventaron el principal escollo para la
periodo de la Restauración en uno de los activación minera, construyendo ferroca-
principales destinos de las entradas de ca- rriles mineros y embarcaderos en el litoral.
pital foráneo. La disponibilidad de un amplio ejér-
En los mercados mundiales de al- cito de reserva de mano de obra en zonas
gunos de los principales metales la agrarias próximas a las cuencas mineras
presencia andaluza cobraría es- también favorecería el crecimiento del sec-
pecial relieve: entre 1861 tor. Se trataba de una minería de una base
y 1910 la región aporta- energética tradicional, que requería canti-
ría casi la octava parte dades importantes de trabajo humano, ya
del plomo mundial o casi que la mecanización fue muy parcial hasta
la tercera parte del cobre los años 1910-1920. Los requerimientos de
mundial. En el caso del plo- mano de obra de las minas fueron cubier-
mo, del que España llegó tos en muchos casos con la fuerza de traba-
a ser el primer productor jo de origen agrario que encajaba la faena
mundial en torno a 1870, en la mina dentro de las estrategias cam-
la producción obtenida en pesinas de pluriactividad. En las primeras
las fundiciones andaluzas décadas del desarrollo minero, los obreros
fue siempre mayoritaria en de los pozos lo eran temporalmente y en
el contexto español. En lo la mayoría de los casos no dejaban de ser
que atañe al cobre, las piri- campesinos.
tas de Huelva y Sevilla eran Algunas de las grandes empresas prota-
responsables de la casi tota- gonistas en la minería del cobre y las piri-
lidad de la producción espa- tas, implantadas en la cuenca onubense,
Cargadero de mineral de la sociedad
The Alquife Mines and Railway
Company Limited, conocido en
Almería como “el cable inglés”.
Banco de Imágenes del IAPH.
como las británicas Rio Tinto Company tieron a los consumidores europeos dotarse jeras en la minería andaluza dejaría una
AH
Ltd. y Tharsis, dominaban la práctica tota- de sustitutos de la materia prima andaluza impronta en el paisaje, en el patrimonio
OCT
lidad de la producción. En la minería del abocaron a un descenso generalizado de (viviendas, edificios industriales) y en la 2015
plomo, en vísperas de la Primera Guerra las cotizaciones. Por el lado de la oferta, el cultura de muchas comarcas del interior,
Mundial, la compañía francesa Peñarroya encarecimiento de las explotaciones, como que todavía hoy resulta visible.
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controlaba más de las dos terceras partes consecuencia del agotamiento de las capas
de la producción de lingote, con minas y más superficiales de los criaderos, se veía
fundiciones en las cuencas mineras de Li- agravado por el alza de los precios de la Más información
nares y del norte de Córdoba. En la minería energía y de la mano de obra ya completa-
del hierro, que se había extendido durante mente asimilada al perfil de la nueva clase Arenas Posadas, C.
el último tercio a las cuencas del sur pe- trabajadora industrial. En este contexto se Empresa, mercados, mina y mineros. Río
ninsular, el predominio menor del capital justificará una profunda reestructuración Tinto, 1873–1936.
foráneo se concretaba en la presencia tanto técnica de la minería andaluza impulsada Servicio de Publicaciones de la Uni-
de compañías de capital vasco (Compañía desde el absoluto predominio alcanzado versidad de Huelva y Fundación Río
Minera de Sierra Alhamilla en Almería) por las grandes empresas mineras. Se irá Tinto, Huelva, 2000.
como de otras de capital extranjero (las imponiendo una minería a cielo abierto, Avery, D.
británicas Alquife Mines o Bairds Mining o cada vez más intensiva en capital, con una Nunca en el cumpleaños de la Reina Victo-
la Compañía Andaluza de Minas de capital creciente mecanización de sus labores uni- ria. Historia de las minas de Río Tinto.
francés, en las minas del Marquesado en da a la electrificación, y con un predomi- Labor, Barcelona, 1985.
Granada). nio cada vez mayor de grandes empresas de Nadal, J.
La importancia de la penetración ex- capital foráneo que son el germen de algu- "Andalucía, paraíso de los metales
tranjera fue tal que llegaría a oscurecer nas grandes compañías multinacionales no ferrosos" en Domínguez Ortiz,
la historia inmediatamente anterior de de la minería mundial en el siglo XX. Antonio (dir.): Historia de Andalucía,
la minería en España, en las décadas que La crisis de 1929, la Guerra Civil españo- tomo VII. Planeta, Barcelona, 1983,
preceden a la liberal ley minera de 1868, la y la autarquía del primer franquismo al- pp. 398-460.
cuando las empresas públicas y privadas teraron ese escenario tan favorable para los Nadal, J.; Escudero, A. y Sán-
españolas habían tenido una presencia inversores extranjeros. A su vez, el nacio- chez Picón, A.
destacada. nalismo económico de la época promovió "Orto y ocaso de una potencia
La coyuntura minera se transforma, sin una atmósfera desagradable para algunas minera". En Nadal, J. (dir.): Atlas
embargo, profundamente en los años de la grandes empresas. Resulta sintomática de de la industrialización de España( 1750-
Primera Guerra Mundial. La incorporación este nuevo ambiente la españolización de 2000). Crítica, Barcelona, 2003, pp.
de nuevos competidores (productores de las minas de Rio Tinto en 1954, o la presen- 108-131.
cobre en Estados Unidos y Chile; de plomo cia de empresas públicas, propiciadas por Sánchez Picón, A.
en Estados Unidos, Australia y Canadá) o la el Instituto Nacional de Industria, en otros "La minería en la historia económi-
renovación de los procedimientos siderúr- distritos andaluces. No obstante, el largo ca andaluza contemporánea", en
gicos o de obtención de azufre, que permi- periodo de presencia de empresas extran- González de Molina, M. y Parejo, A.
(eds.): La historia de Andalucía a debate.
III. Industrialización y desindustrialización
Los requerimientos de mano de obra fueron cubiertos a menudo con de Andalucía. Anthropos, Barcelona,
pp. 121-144.
la fuerza de trabajo de origen agrario que encajaba la faena en la
mina dentro de sus estrategias campesinas de pluriactividad
Caciquismo
La mistificación del poder
A lo largo del siglo XIX, la fragilidad de los sistemas liberales
de gobierno y la preeminencia de determinados individuos,
distinguidos por su poder social y económico, derivó en la aparición
de todo un mecanismo de intervención en la política destinado a
la salvaguarda de sus intereses particulares y articulado sobre la
base de la coacción, el fraude y la manipulación. En toda España los
caciques consiguieron intervenir en el nombramiento de los cargos
públicos, los resultados electorales y la toma de decisiones de carácter
político, prolongando su legado hasta bien entrado el siglo XX.
AH
OCT MARÍA ANTONIA PEÑA GUERRERO
2015 UNIVERSIDAD DE HUELVA
80
L
a implantación de los regímenes li- asociativos y la precariedad de las condicio-
berales durante el siglo XIX lo úni- nes de vida constituyeron un caldo de culti-
co que hizo fue dotar de sentido y vo capaz de favorecer extraordinariamente
funcionalidad política a la preeminencia su desenvolvimiento.
que determinados individuos —o, mejor, Sobre estas bases, la asunción de un
familias— disfrutaban, en no pocas oca- papel político por los caciques se tradujo
siones, desde tiempo atrás. En un país particularmente en la designación u ocu-
mayoritariamente agrario, esta preemi- pación de cargos político-administrativos
nencia se sustentaba principalmente so- o de representación política, en su influen-
bre el control de la propiedad de la tierra, cia personal e interesada en la determina-
Don Cacique. Detalle de la ilustración pero también podía nutrirse del manejo ción de las decisiones administrativas y en
publicada por el semanario de otros recursos económicos de matriz fi- la manipulación de los resultados electo-
humorístico El gran bvfón en febrero de 1913. nanciera, minera, industrial o comercial. rales. Si bien esta intervención política es
Numerosas investigaciones desarrolladas detectable a lo largo de todo el siglo XIX, lo
en regiones con un mayor desarrollo de las cierto es que la propia configuración cons-
economías extractivas o fabriles, como el titucional del sistema de la Restauración
País Vasco o Cataluña, han demostrado ya (1876-1923) y el diseño premeditado de sus
que importaba menos el origen estructu- distintas leyes electorales la intensifica-
ral del poder económico del cacique que ron, convirtiéndose esa época en un perío-
su capacidad para controlar el merca- do en el que la actividad caciquil no solo
do de trabajo del que, bajo la condi- fue constante, sino también determinante
ción de obrero o jornalero, dependía la en la adopción de las decisiones políticas
mayor parte de la población española y en la paulatina sumisión de los poderes
para su subsistencia. centrales a este tipo de poderes locales. No
Con todo, no es menos cierto que el es menos cierto tampoco que en esos años
poder del cacique se apoyaba también so- la existencia de una amplia libertad de
bre algunas cuestiones inmateriales, que prensa permitió dar a conocer muchas de
iban desde la pertenencia a sagas familia- estas prácticas oscuras de la política espa-
res ricas y prestigiadas hasta el disfrute de ñola —especialmente las relativas al frau-
Hemeroteca digital de la Biblioteca Nacional.
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esde el Sexenio Democrático (1868- El movimiento republicano constitu-
y fraternidad). 1874), los republicanos se fueron yó una nueva cultura política que deter-
haciendo con el poder en algunos minó la conformación de una identidad
ayuntamientos andaluces, a los que acce- colectiva republicana, interclasista y
dieron con un programa y unas actitu- laica, opuesta y enfrentada a la España
des políticas que representaron una monárquica, clasista, católica y conser-
novedad respecto a la fase anterior. vadora tradicional. Desde mediados del
Además, durante este periodo, los repu- siglo XIX, empezaron a reclamar la sepa-
blicanos y su base social (cam- ración entre Iglesia y Estado, enseñanza
pesinos, jornaleros, mineros, laica, libertad de culto, se casaron y en-
pequeños y medianos artesanos) terraron civilmente, e incluso se negaron
tomaron las calles, se afiliaron a bautizar a sus hijos, a quienes pusie-
al Partido Republicano Demo- ron nombres ajenos al santoral católico,
crático Federal, ingresaron en cuestiones que atacaban directamente el
clubs y sociedades obreras, poder y los privilegios de los que hasta
participaron en numerosos ese momento había disfrutado la Iglesia
actos de propaganda, asistieron a clases católica.
de adultos y lecturas públicas de prensa, o, Asimismo, se generó y afianzó un ca-
incluso, a representaciones teatrales con lendario festivo y reivindicativo ajeno a
un claro trasfondo político e ideológico. la agenda católica oficial. Las nuevas efe-
El movimiento republicano modernizó mérides a conmemorar y festejar eran las
el discurso, el lenguaje y las prácticas po- de líderes republicanos y obreristas, como
líticas durante el Sexenio Democrático y la Manuel Ruiz Zorrilla, Francisco Pi y Mar-
Restauración Monárquica (1875-1923). Por gall, Emilio Castelar, Estanislao Figueras,
primera vez, aparecía un partido político y las fechas conmemorativas del candela-
que centraba gran parte de su discurso en rio hacían alusión a la Revolución France-
los derechos del pueblo y las clases popula- sa, la Revolución de Septiembre de 1868 y el
res. La libertad, la igualdad, la solidaridad día de proclamación de la Primera Repúbli-
y fraternidad con el oprimido, la demo- ca Española (11 de febrero de 1873).
cracia y los derechos ciudadanos se con- También fundaron numerosos centros
virtieron en principios defendidos por los de reunión y formación republicana que
republicanos desde la prensa, el estrado y fueron una respuesta diferente e intercla-
la corporación municipal. Asimismo, el sista a los casinos burgueses, y que además
movimiento republicano quiso recuperar cumplían diversas funciones (política, so-
a la mujer para la vida política, con las li- cial, cultural y económica, de socorro mu-
mitaciones y contradicciones propias de la tuo) y que suponían una manera alternati-
época, en un intento de modificar la reali- va y digna de afrontar problemas laborales
dad política desde el núcleo familiar. o crisis económicas.
Caricatura publicada en La Madeja
Política, en enero 1874, que recoge
la disolución de las Cortes republicanas
tras el golpe de Estado del general Pavía
(3 de enero de 1874), y que simboliza el
final que tuvieron las dos experiencias
democráticas en nuestro país suprimidas
por la fuerza militar.
AH
La modernización política también creían en una participación limitada de es- Esta masa de población, que veía impo-
OCT
vino de la mano de propuestas y reivin- tos sectores en el proceso democratizador de sible acceder al poder por las vías legales, 2015
dicaciones que formaban el programa del la vida política que según ellos tendría que llegó a desengañarse sobre el funciona-
nuevo partido, que pretendía cambiar las estar dirigido por las élites republicanas miento del sistema parlamentario libe-
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estructuras del Estado desde el punto de (propietarios y comerciantes, profesionales ral, del que eran expulsados una y otra vez
vista económico, social, cultural y políti- liberales, maestros y profesores, escritores mediante la práctica generalizada e insti-
co. El programa estaba presidido por los y periodistas), por lo que no prestaron tanta tucionalizada del fraude, convenciéndose
principios de igualdad, fraternidad y so- atención a la formación política, académi- de que únicamente con las insurrecciones
lidaridad, y un compromiso con una serie ca y cultural de las clases populares. armadas se podrían conseguir los objetivos
de libertades y derechos individuales como Por otro lado, la vía legalista e insurrec- perseguidos. No obstante, la persecución
el sufragio universal, libertad de prensa, cional para implantar la República también que sufrieron los demócratas republicanos
derecho de reunión y asociación, enseñan- enfrentó y dividió a los republicanos, escin- no estuvo originada por las insurrecciones
za primaria universal y gratuita y aboli- diéndose por un lado los posibilistas, centra- armadas. El ejemplo más evidente de esta
ción de la pena de muerte y la esclavitud, listas y reformistas, y por otro los progresis- aseveración es que durante la Restaura-
entre otros derechos individuales. Y no tas y algunos sectores del federalismo. ción, periodo en el que no se produjo nin-
menos importante, convirtieron la políti- La construcción de la democracia y la gún levantamiento armado republicano,
ca en un ejercicio de responsabilidad para consecución de los derechos ciudadanos cerraron periódicos, encarcelaron perio-
con los administrados y con los intereses no fue fácil, ya que las autoridades mo- distas, prohibieron reuniones políticas y
generales. nárquicas no respondieron positivamente suspendieron alcaldes y concejales repu-
Y sin duda, una de las grandes aporta- a las demandas republicanas y, lejos de blicanos.
ciones republicanas a la política moderna favorecer la participación política de los
fue la incorporación de las clases populares grupos opositores y de ampliar los dere-
y trabajadoras al ámbito político, convir- chos ciudadanos, se replegaron sobre sí
tiéndose éstas en actores políticos con con- mismas y ejercieron todo tipo de violencias Más información
ciencia de sus posibilidades. No obstante, y atropellos contra los republicanos (prohi-
no todas las familias republicanas respon- biciones, persecuciones, encarcelamiento, Casas Sánchez, J. L. y Durán
dieron de la misma manera a los desafíos destierro y demás posturas obstruccionis- Alcalá, F. (coords.)
de la democracia, ya que a pesar del com- tas que les impidieran participar en políti- El Republicanismo en la Historia de Anda-
promiso, el concepto de democracia o la for- ca en igualdad de condiciones con el resto lucía.
ma en que se implantaría diferían de una a de formaciones políticas monárquicas). La Patronato Niceto Alcalá-Zámora y
otra facción. El Partido Federal y el Partido actitud del régimen monárquico hizo que Torres, Priego de Córdoba (Córdoba),
Radical fueron más proclives a la partici- no se pudiera alcanzar la democratización 2001.
pación de los sectores populares en la vida de todos los sectores del país, provocando López Estudillo, A.
política, mientras que los partidos progre- que amplias capas de la población no se Republicanismo y Anarquismo en Anda-
sista, posibilista, centralista y reformista sintieran representadas por la monarquía. lucía.
Ayuntamiento de Córdoba, Córdo-
ba, 2001.
84
A
ntes que los términos “emigra- Memoria de la Comisión especial para estudiar los
ción” o “emigrante”, la forma medios de contener en lo posible la emigración por
“emigrado” (aplicada a los perse- medio del desarrollo del trabajo (1882), encarga-
guidos por motivos políticos, en lugar del da por el Ministerio de Fomento a partir
“exiliado” o “refugiado” posteriores) fue la de la repercusión en la opinión pública
de uso más habitual desde la llegada de los española de la reciente matanza de espa-
refractarios franceses en 1790, para más ñoles en Saida (Argelia) en 1881. Con base
tarde definir a los afrancesados que aban- en un cuestionario remitido a las distintas
donaron el país en 1814 y los sucesivos exi- provincias, los informes de Almería coin-
lios liberales y republicanos que jalonaron cidían en destacar el “desarrollo prodigioso
desde 1823 el siglo XIX español. Andalucía, de la emigración, especialmente de 1875
como foco del liberalismo y dinámico cam- a 1881” a dicha colonia francesa del norte
po de batallas ideológicas, aportó destaca- de África. Entre las circunstancias que la
dos componentes a las distintas colonias favorecían se señalaba: “reducido número
de “emigrados” españoles en Londres y salen a las provincias de Jaén, Granada,
París, en tanto que Gibraltar servía como Córdoba y Sevilla para la siega de cereales
puerto franco donde encontrar un primer y recolección de esparto; la falta de vías
refugio antes de dejar la península. de comunicación y lo accidentado del te-
Acumulada una trayectoria secular de rreno, hacen difícil el transporte a otras
distinguidos “emigrados” de diverso signo poblaciones, prefiriendo la Argelia, por su
político y de singulares “indianos”, viaje más barato y cómodo”. Por último, la
fue a partir de finales del XIX memoria introducía el paradigma sobre la
cuando la realidad social del país emigración dominante hasta la Guerra Ci-
cambió a causa de una desconoci- vil: “por regla general son los emigrantes
da “fiebre de la emigración”. Este de nuestro suelo la flor de la población viril
fenómeno social tuvo tal enver- y robusta, de edad de veintiuno a cuarenta
gadura que “emigración” y “emi- años (…). Y al par con esos varones adultos
grantes”, de uso esporádico hasta suelen ir esposas jóvenes, y la generación
Foto: F. Contreras.
entonces, adquieren una potente próxima a ellos (…). Con que viene a resul-
frecuencia en ensayos, informes tar que llévale [al Estado extranjero] tanta
oficiales y la prensa, a la hora de prosperidad cuanto es el enflaquecimiento
designar el éxodo al exterior por que le origina a la patria española, y más
“circunstancias económicas”. en especial a la región nativa de los emi-
La administración empezó por grantes”.
contar como “emigrante” a todo “pasajero En torno a 1900, la corriente argelina
El nombre de esta calle de un municipio por mar con un billete de tercera clase” con fue sustituida por otros destinos emergen-
andaluz rememora la larga y numerosa destino a otro país. Empezar por cuantifi- tes al otro lado del Atlántico, Argentina y
tradición migratoria de la comunidad.
car fue una recomendación de la primera Brasil principalmente, si bien se dieron
Certificado para acogerse al convenio
de emigración Franco-Perón de 1948.
Gentileza del titular, J. J. Mínguez,
natural de Sevilla, residente en Buenos Aires.
AH
OCT JOSÉ LUIS GUTIÉRREZ MOLINA
2015 UNIVERSIDAD DE CÁDIZ
86
A
ndalucía es fundamental para el dos de vida agrarios, hasta que fue capaz
Estado español por su geografía, de encauzar las aspiraciones del, cada vez
demografía y peso económico y más numeroso, proletariado urbano. Las
social. También es una de las regiones en comarcas de mayor implantación son las
las que mayor importancia tiene el anar- de alta concentración de propiedad de la
quismo. Sin él es imposible comprender tierra y las de mayor número de pobres, las
su historia. Su amplia actividad sindical, de experiencias de lucha y desengaño en
cultural y educativa fue una de las vías pleitos anti-señoriales. Como también lo
de introducción de movimientos como el fueron en las zonas ligadas a la revolución
sindicalismo, la alfabetización, el neo- industrial con minería, metalurgia y cons-
malthusianismo y el naturismo. trucción urbana.
El anarquismo andaluz eclosionó a par- Las ideas libertarias ocuparon el espa-
tir de la Primera Guerra Mundial. Preemi- cio social como consecuencia de su intensa
nencia que mantuvo, frente a la socialde- propaganda y sus flexibles planteamien-
mocracia y al comunismo, hasta 1936. No tos, tácticos y teóricos, que encajaban con
sólo por su mayor afiliación, sino también la actitud “moral” campesina, las expecta-
porque controlaba los sectores económicos tivas urbanas y sus relaciones con el repu-
más importantes. Así ocurría en las cam- blicanismo, especialmente el federal.
piñas cordobesas, sevillanas y gaditanas. Las características que definen al anar-
Lo mismo que en las principales industrias quismo andaluz son: su extensión geo-
urbanas como la construcción, la me- gráfica, su importancia numérica y per-
talurgia, el transporte sistencia, su presencia rural y urbana,
Biblioteca Nacional.
AH
en los congresos de La Haya, Bruselas y
OCT
Saint Imier y Trinidad Soriano, delegado 2015
El anarquismo es menos un movimiento primitivo que una respuesta
en el congreso de 1872, presentó el dicta-
“moderna” a la realidad social de la Andalucía contemporánea. Sus men sobre la “enseñanza integral”. Tras
87
prácticas sindicales fueron maduras y con finalidad revolucionaria la fundación de la CNT, Francisco Jordán,
Progreso Alfarache y Manuel Rivas alcan-
tercero en 1919 por el número de sus efec- opusieron al salario remojado —dinero y co- zaron el puesto de secretarios nacionales.
tivos; el segundo, tanto en afiliados como mida— y reivindicaron la reducción de jor- En el verano de 1936 la más vesánica
sindicatos, en 1931; finalmente, la primera nada. En Andalucía tuvo una importante represión se abatió sobre estos hombres y
regional cenetista, en ambos, en 1936. Una repercusión el 1º de Mayo y la lucha por la mujeres. Miles fueron asesinados y otros
persistencia que se observa desde la Prime- reducción de la jornada a seis horas. En ju- tantos encarcelados, vejados y reducidos
ra Internacional: en el congreso que cele- nio de 1936 en la construcción de Sevilla se a la condición de esclavos. Muchos mar-
bró en Sevilla en 1882, más del 60% de los firmaron las primeras bases conocidas en charon al exilio para no volver nunca y
representados eran andaluces. las que se recogía. Desde agosto de 1934 la hubo quienes decidieron continuar la
Se le ha atribuido ser esencialmente CNT andaluza buscó la unidad con la UGT. lucha en campos y ciudades. En Andalu-
agrario por la identificación de la región En 1936, el congreso de la CNT dio un paso cía, la guerrilla actuó hasta los años cin-
con el mundo rural. El panorama es más adelante: propuso una unión nacional. Se cuenta. Como “Los Jubiles”, los hermanos
complejo. En 1936, el anarcosindicalismo realizó en la calle en julio. Un pragmatis- Quero y Bernabé López Calle. A finales de
tenía una mayoritaria presencia de afilia- mo sindical que se completó con una con- febrero de 1952 la Guardia Civil abatió en
dos agrarios, el 56,4%. Una cifra mucho tinuada acción cultural mediante la crea- Ubrique a un guerrillero ácrata: Antonio
menor de lo que podría suponerse. ción de centros culturales y escuelas. Núñez Pérez.
La fuerte represión con la que las autori- No es extraño, pues, que Andalucía
dades afrontaron al obrerismo no sólo ma- haya sido cuna de importantes figuras del
nifestó su falta de voluntad para realizar movimiento anarquista. Campesinos, tra- Más información
reformas, sino que también produjo una bajadores urbanos, artesanos y burgueses
sucesión de incidentes violentos que An- desclasados. Fueron los casos de Manuel Sevilla Guzmán, E. y Heisel, K.
dalucía tiene el triste privilegio de protago- García Liaño, José Bonat, José Guerrero, Anarquismo y movimiento jornalero en
nizar. Algunos se han convertido en hitos Francisco López Vera, Salvador Cordón, Andalucía.
históricos: la Mano Negra, el asalto cam- Alfonso Nieves Nuñez, Miguel Rubio, los La Posada, Córdoba, 1988.
pesino y Casas Viejas. Sin olvidar la brutal hermanos Arcas, Manuel Viejo, Miguel Maurice, J.
represión que sufrió la región durante la Mendiola, Carlos Zimmermann, Rafael El anarquismo andaluz. Campesinos y
fracasada sublevación de julio de 1936. Se Peña, Antonio González Tagua, Abelardo sindicalistas, 1868/1936.
suele cargar la responsabilidad de los su- Saavedra, Bartolomé Lorda, Antonio Mo- Crítica, Barcelona, 2000.
cesos en los anarquistas, en esos utópicos rales Guzmán, José Maroto, Cipriano Da- R. Mintz, J.
revolucionarios violentos. Sin embargo, miano, Juan Santana Calero y otros tantos Los anarquistas de Casas Viejas.
todos ellos ocurrieron en momentos de ex- miles. Diputación Provincial, Cádiz, 1994.
pansión obrera. El prestigio de muchos traspasó las Vallina Martínez, P.
El anarquismo andaluz es menos un fronteras andaluzas, como el de Fermín Mis memorias.
movimiento primitivo que una respuesta Salvochea, Pedro Vallina, Manuel Pérez y Centro Andaluz del Libro-Libre Pen-
“moderna”. Sus prácticas sindicales fueron José Sánchez Rosa. Nicolás Alonso Marse- samiento, Sevilla, 2000.
maduras y con finalidad revolucionaria. Se lau representó a los trabajadores ibéricos
Reforma agraria
Jornalerismo en el campo andaluz
Los efectos provocados sobre la agricultura andaluza por las
desamortizaciones del siglo XIX y la plena liberalización del
mercado capitalista de la tierra fueron determinantes para la
configuración del específico modelo de conflictividad agraria que
comenzó a prevalecer desde comienzos del siglo XX. Dicho modelo
se asentó sobre la construcción simbólica y discursiva de dos
grandes conceptos altamente mitificados: el de la reforma agraria
como solución indispensable para acabar con el latifundismo y
el caciquismo, y el de clase jornalera, como portadora esencial de
unos valores morales asociados al colectivismo y al igualitarismo.
AH
OCT FRANCISCO COBO ROMERO A su vez, el término “jornalerismo” alu-
2015 UNIVERSIDAD DE GRANADA de a la estrategia huelguística y conflictiva
que comenzó a convertirse en hegemónica
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R
eforma agraria y jornalerismo son entre las organizaciones sindicales obreris-
dos conceptos estrechamente aso- tas de signo socialista o anarquista duran-
ciados a la construcción discursiva, te el transcurso del primer tercio del siglo
efectuada por diferentes culturas políticas XX. Durante la segunda década del siglo
y tradiciones de pensamiento de dos fenó- XX, y de manera especial tras la conclusión
menos históricos íntimamente ligados al de la I Guerra Mundial, se abatió sobre la
largo proceso de edificación del capitalis- mayoría de los países industrializados un
mo agrario en el mediodía español. Unos nuevo y extenso ciclo de la protesta. En
fenómenos que adquirieron particular re- las economías agrarias con una abultada
levancia, por su específica idiosincrasia, presencia de jornaleros agrícolas se avanzó
en la región andaluza. Bajo la denomina- en el proceso de configuración de amplios
ción genérica de “reforma agraria” se agru- mercados laborales capitalistas creciente-
pa una compleja amalgama de programas mente despersonalizados. Tales mercados
de intervención pública y, más o menos laborales se caracterizaban por las profun-
radicalizada, transformación del sector das desigualdades en la distribución de la
agrícola de la economía. Dichos progra- renta y la riqueza entre los diferentes gru-
mas fueron defendidos por aquellas cultu- pos sociales rurales, por la posición de in-
Trabajadores en la siega de trigo en la ras políticas que arraigaron en el ámbito discutido dominio político ejercida por las
localidad granadina de Benalúa en 1954. de las luchas ideológicas, los movimientos oligarquías de los ricos propietarios y por el
sociales y las distintas expresiones de la elevado grado de concentración de la pro-
conflictividad agraria andaluza del largo piedad de la tierra. A todo ello se unió la rá-
periodo histórico de conformación de pida disolución de las viejas relaciones de
la propiedad capitalista patronazgo, el surgimiento de una nueva
sobre la tierra. burguesía agraria productivista o rentabi-
lista y la consolidación de nuevos modelos
de contratación laboral plenamente capi-
talistas. Todos estos factores aceleraron
la constitución, entre los jornaleros y los
braceros agrícolas, de eficaces estructuras
sindicales de carácter permanente.
Asimismo, durante los primeros años
del siglo XX las corrientes del sindicalis-
mo revolucionario irrumpieron con fuerza
inusitada entre el anarquismo agrario de
implantación preferentemente andalu-
za. Se forjó así, a través de las insistentes
campañas propagandísticas que arreciaron
a partir de los años 1902 y 1903, un nuevo
Jornaleros cogiendo aceitunas.
© ICAS-SAHP. Fototeca de Sevilla.
una compleja amalgama de programas de intervención pública y do familiar, los socialistas defendieron
90
B
las Infante fue el intelectual deci- daluza, y a los artistas andaluces se ofrece
sivo en la formulación de una idea la obra especial de conseguir este fin, im-
para convertir Andalucía en una primiendo a ese genio una dirección espiri-
entidad política. La época de su primera tual conforme a su naturaleza”. Cuando se
actividad intelectual y pública —la España refiera al camino del ideal, a los hombres
de Alfonso XIII— es la de la aparición de las que han de “defenderle y apostolizarle”,
masas como sujeto político, la moderni- como en el anarquismo, Infante piensa en
zación de España a raíz de la sacudida de un ateneo, el de Sevilla, la ciudad donde ya
la pérdida de Cuba y Filipinas en 1898, la tiene su vida y su familia el notario de Ca-
convergencia de las generaciones del 98, sares (Málaga).
del 14 y del 27, el boom económico de la neu- Para reconstruir el "genio andaluz" y
tralidad española en la I Guerra Mundial, sacar a la luz sus potencialidades ocultas y
la expansión del republicanismo y el deba- reprimidas, hacían falta “hombres since-
te recurrente sobre la estructura del Estado ros, hombres dignos, hombres libres, re-
,estimulado por el nacionalismo catalán. beldes”, “juventud honrada, trabajadora,
Ideal Andaluz es la aportación de Andalu- de la que pone sus ideales fuera del camino
cía a la cuestión de la articulación de Espa- trillado por la vulgaridad”, de sus clases
ña como Estado y las aspiraciones de auto- "industriales y trabajadoras sobre todo, de
gobierno de sus regiones. Un estado que, sus artistas, de sus intelectuales, de todos
lejos de ser opresor, como ya señaló Ortega los hombres honrados” que “ofrecen hospi-
y Gasset, y han defendido historiadores talidad a la conciencia del pueblo”. Y “si el
como Juan Pablo Fusi, era aun débil y des- Ateneo… quiere vincular la función de ce-
articulado, dominado por el provincianis- rebro de la ciudad de él debe partir el pen-
mo y el localismo, la verdadera naturaleza samiento redentor… el pensamiento, no la
de la vida española. cualidad de la acción, ni menos sostener su
La tesis central del libro fundacional continuidad”. Porque “el Ateneo es un cen-
es que existe una Andalucía eterna que ha tro de cultura, y ha de ser neutro, inaccesi-
sobrevivido a las sucesivas conquistas e in- ble a la pasión inevitable en los fervores de
vasiones de su historia, un substrato ori- la lucha”, para la que propone una sección,
ginario cuya identidad se había debilitado que se llamase “Renacimiento político y
por las circunstancias históricas, y muy económico de Andalucía”.
especialmente, por la sumisión de Andalu- La obra de Infante está muy influida por
cía, y por las circunstancias económico-so- el pensamiento regeneracionista de Joa-
ciales que le impedían progresar. A la tarea quín Costa y tiene también una base fede-
de despertar sus energías originarias, de ral, por la que concibe que el renacimiento
levantarla de su adormecimiento, citaba a de la nación española sólo puede venir por
los intelectuales: “A la intelectualidad an- el de sus diferentes regiones. No es, como
es decir, que los institutos contuviesen ma-
terias de ingeniería y agronomía para for-
mar en ellos y en granjas experimentales,
AH
OCT F. MORALES LOMAS
2015 ASOCIACIÓN ANDALUZA DE ESCRITORES Y
92 CRÍTICOS LITERARIOS
E
l periodo de 1900-1939 despierta en como el sevillano Rafael Cansinos-Assens,
España con un atentado de Mateo con El divino fracaso (1921) y El secreto de la sabi-
Morral contra Alfonso XIII en Ma- duría (1918), uno de los intelectuales españo-
drid y finaliza con la imagen de un dolo- les más solventes y admirado por el genial
rido y cadavérico Antonio Machado y el Jorge Luis Borges. José Luis Pinillos será un
presidente de la República, Manuel Aza- narrador y dramaturgo muy conocido en la
ña, cruzando a pie los Pirineos rumbo al época por su estética socializante de proce-
exilio. En mitad de ese periodo, violencia, dencia naturalista, pero también en 1925
cambios de régimen, asesinato de un pre- publicará su primera novela el granadino
sidente de gobierno, golpes militares y la Francisco Ayala, muy conocido décadas
más atroz Guerra Civil vivida en Europa. más tarde con obras como Muertes de perro o
No está mal para tan solo treinta y nueve El fondo del vaso, de gran valor ético, y mere-
años. En España siempre nos ha gustado cedor del Premio Cervantes. En menor me-
hacer las cosas a lo épico. Grandes ideas en dida habrá otros escritores que tendrán un
juego, crímenes, delaciones, sacrificios… puesto en las letras andaluzas: Luis Mon-
En este magma de crisis, la literatura toto, narrador y poeta; el versátil poeta,
andaluza alcanza su cénit y recobra, sobre dramaturgo, novelista y periodista Narciso
todo en el ámbito de la lírica (en menor Díaz Escovar, cuya obra pasa de trescientos
medida en la narrativa y el teatro) la van- títulos, y su paisano, el malagueño Salva-
guardia de la literatura española. Se deno- dor González Anaya, también poeta y na-
minó a este periodo de las letras españolas rrador de corte conservador, con obras de
como la Edad de Plata en alusión a aquella naturaleza costumbrista e influencia de
Edad de Oro de los siglos XVI y XVII. Des- Zola como Nido de gavilanes (1931); o Manuel
de luego que la conjunción de escritores de Chaves Nogales con su ciclo narrativo dedi-
tres grandes generaciones, la del 1898, 1914 cado a Rusia, por ejemplo, Lo que ha quedado
y 1927, muchos de ellos andaluces como del imperio de los zares (1931).
Antonio y Manuel Machado, Juan Ramón La mujer no estuvo muy presente, pero
Jiménez y Federico García Lorca, confor- desde luego hay una andaluza universal,
man ese crédito de las letras españolas. María Zambrano, la discípula de Ortega y
La narrativa andaluza muestra cierta Gasset, que comenzará durante la Repúbli-
pujanza con escritores que venían del siglo ca con una gran obra Filosofía y poesía (1939).
anterior, como el cordobés Juan Valera, el Destacable es la labor de la narradora Car-
autor de Pepita Jiménez, fallecido en 1905, o men de Burgos, con novelas de corte natu-
el padre Luis Coloma, uno de los grandes ralista como La hora del amor (1916) o novelas
cuentistas, creador, por ejemplo, del per- de tesis, Quiero vivir mi vida (1931).
Manuscritos de Antonio Machado (arriba) sonaje Ratoncito Pérez, y autor de la nove- No menor fue la consideración del tea-
y Federico García Lorca (abajo). la Jeromín (1902). Surgen con fortaleza otros tro andaluz con los denostados Pedro Mu-
A la izda., Vicente Aleixandre, Luis Cernuda y Federico García Lorca. A la dcha., Antonio Machado.
AH
OCT
2015
Hay una nueva forma de ver el mundo que arranca con esta poesía
andaluza que ancla definitivamente sus raíces en el pueblo con sus 93
obras, uno de cuyos máximos representantes fue Antonio Machado
ñoz Seca y su Venganza de don Mendo, un clá- Emilio Prados, Manuel Altolaguirre, Juan Pero la figura que despertará más adhe-
sico del astracán en los teatros españoles, Rejano, José María Hinojosa… Todos estos siones por su condición de escritor perso-
por no hablar de los hermanos Serafín y escritores aportan un nuevo talante, una nal, genial y único será la de García Lorca
Joaquín Álvarez Quintero, cuyas represen- nueva forma de ver el mundo desde esa sín- con una lírica que paradigmáticamente
taciones se cuentan por miles, o la drama- tesis entre la tradición que conecta direc- sintetiza a la perfección esos dos ámbitos
turgia de los hermanos Manuel y Antonio tamente con la poesía clásica española de a los que nos referíamos: la tradición, con
Machado que escribían sus obras al ali- los siglos XVI y XVII (el romancero, Lope de obras como Romancero gitano o la vanguardia
món, convirtiéndose durante los primeros Vega y Luis de Góngora, el cancionero po- surrealista con Poeta en Nueva York.
años de la II República en símbolos de un pular…) y las novedades que trae la poesía Todos ellos formados en el krausismo,
teatro muy aceptado por el público con Juan simbolista francesa y las vanguardias euro- defensor del profundo sentimiento de soli-
de Maraña, Las adelfas o La duquesa de Bename- peas: surrealismo, dadaísmo… o las inven- daridad en la pluralidad con la convicción
jí, en una línea compartida también por ciones propias: ultraísmo, creacionismo. de hacer a todo individuo algo sagrado en
el poeta, dramaturgo y empresario teatral Hay una forma de ver el mundo nueva cuanto ser humano.
almeriense Francisco Villaespesa. Sin em- que arranca con esta poesía andaluza que
bargo, será la dramaturgia lírica de Federi- ancla definitivamente sus raíces en el pue-
co García Lorca con sus ya clásicas Mariana blo con sus obras. En esa línea uno de sus
Pineda, La casa de Bernarda Alba, Yerma… la máximos representantes será Antonio Ma- Más información
gran creación del nuevo teatro español du- chado con Campos de Castilla (1912), del que
rante el periodo republicano junto a Valle- Ángel González dijo que es el poeta español Morales Lomas, F.
Inclán y su Esperpento. más importante del siglo XX. No fue bala- Poesía del siglo XX en Andalucía. Desde el
En este magma de creación la poesía an- dí la concesión del Nobel de Literatura, sin modernismo a Cántico.
daluza se convertirá en el gran paradigma embargo, a Juan Ramón Jiménez, todo un Ed. Aljaima, Málaga, 2004.
de las letras españolas, y, como dirá Juan símbolo, un creador nato y un gran padre VV. AA.
Ramón Jiménez, esto sucede porque la poe- literario para los miembros del 27 que du- Antología del grupo poético del 27.
sía "o es andaluza o no lo es". Una poesía rante esos años lo tuvieron como el gran Cátedra, Madrid, 2005.
que forma el esqueleto de la poesía españo- pope de la poesía española. Y es que Juan VV. AA.
la con escritores de tan alta estima como Ramón, que siempre defendió ese sentido Literatura en Andalucía. Narradores del
Salvador Rueda, Manuel Reina, Francisco poético andaluz, era consciente de que la siglo XX.
Villaespesa, los hermanos Machado, Juan labor creativa del poeta será, de forma in- Prólogo de José María Vaz de Soto.
Ramón Jiménez, José Moreno Villa, Fede- separable, una estética —la búsqueda de Junta de Andalucía-Consejería de
rico García Lorca, Vicente Aleixandre, Pe- la belleza— y una ética —la búsqueda del Educación y Ciencia, Málaga, 2001.
dro Salinas, Luis Cernuda, Rafael Alberti, perfeccionamiento moral—.
Guerra Civil
Andalucía partida en dos
E
l triunfo del Frente Popular en las da, Jerez o Sevilla; también allí, donde la
94 elecciones de febrero de 1936 repro- guardia civil, de asalto y los carabineros
dujo más si cabe la hostilidad que la no opusieron resistencia o se posicionaron
oligarquía andaluza y determinados man- del lado de los rebeldes como en Córdoba,
dos del Ejército habían manifestado contra donde contaron con el apoyo de elementos
la República desde abril de 1931. A la vieja civiles, falangistas y tradicionalistas, y
alianza cimentada en la profusa red de co- donde no hubo una respuesta contundente
nexiones familiares entre ambos grupos y por parte de las organizaciones populares.
en el carácter endogámico de los mismos, El golpe del 18 de julio fracasó inicial-
se les unió una fuerza decisiva: los milita- mente allí donde la dotación militar no era
res africanistas que desde los años veinte cuantiosa, actuó tarde o fue conminada a
venían trazando su propio proyecto polí- rendirse —Almería—; donde fue combati-
tico para España. Para su desgracia, este da por otros cuerpos armados —Málaga—,
lobby militar había crecido en el cuerpo de y donde, como en Jaén, el gobernador civil
una República que, en base a su “profesio- repartió armas a los civiles para defender la
nalidad”, asignó importantes cuotas de República. Lejos de las capitales, el fracaso
poder a quienes serían sus verdugos: San- del golpe se produjo en las zonas mineras
jurjo, Cabanellas, Franco, Queipo de Llano —Peñarroya, Nerva, Linares y La Caroli-
Centro Documental de la Memoria Histórica.
y Goded, entre otros muchos; un error de na— y en las comarcas agrícolas donde las
cálculo de nefastas consecuencias. huelgas del verano de 1934 y la represión
El golpe de Estado tuvo lugar, cómo no, contra el movimiento revolucionario de
en Melilla, el 17 de julio de 1936. Un día octubre de ese año habían desarrollado la
después, en las primeras horas de la tarde, conciencia antifascista de los campesinos.
el general Queipo de Llano, jefe del cuerpo Un año después del “alzamiento”, An-
de carabineros, se hace con la jefa- dalucía estaba, grosso modo, partida en dos;
tura de la II división orgánica con las provincias de Cádiz, Huelva, Málaga
sede en Sevilla, desde donde ordena y Sevilla, y parte de las de Córdoba, Jaén
a las distintas comandancias militares y Granada eran de obediencia facciosa; la
la ocupación del poder previa declara- mayor parte de las provincias de Granada
ción del estado de guerra. y Jaén, el norte de la de Córdoba y toda Al-
Como en tantas otras ocasiones mería se mantenían leales al gobierno le-
anteriores, los efectos intimida- gítimo. En el año transcurrido, el bando
torios del “bando” se presumían insurrecto operó a la manera africana, or-
inmediatos. No fue así; el golpe ganizando columnas formadas por marro-
triunfó allí donde existían impor- quíes, legionarios y voluntarios derechis-
tantes concentraciones militares: tas que se desplazan a lo largo de las vías
Algeciras, San Fernando, Cádiz — principales para unir y ocupar enclaves es-
puertos de cobertura de las tropas tratégicos: hacia Huelva, que toman el 20
mercenarias de África—, Grana- de julio; hacia el este, para establecer un
© ICAS-SAHP. Fototeca Municipal de Sevilla. Archivo Serrano.
puente entre Sevilla y la aislada Granada; Estado del coronel Casado acabaron con rradas en parajes desconocidos. En torno
hacia Extremadura, para unir el foco bajo-
andaluz del complot con el foco castella-
toda resistencia.
Una cuantiosa bibliografía nos ha per-
a 50.000 republicanos fueron ejecutados
con o sin juicio entre 1936 y 1945. A dife-
AH
no-leonés y, un poco más tarde, hacia las mitido conocer con detalle lo sucedido en rencia de la represión republicana, esta
OCT
sierras del sur de la provincia de Sevilla y cada localidad andaluza antes, durante y debe calificarse como anterior y posterior 2015
del norte de Cádiz para hacerse con Ronda después del 18 de julio de 1936. Imposible al conflicto armado, lo que le confiere un
y proceder más tarde al cerco y conquista resumirlo aquí, aunque al menos cabe significado estratégico, rasgos genocidas
95
de Málaga en febrero de 1937. En el mes de hacer mención de acontecimientos sin- que reproducen la razia practicada en el
octubre de ese mismo año se hicieron con gulares como la marcha de la sanguinaria Rif o en Yebala unos pocos años antes, un
la cuenca minera de Peñarroya. columna Yagüe desde Sevilla a Badajoz; la plan de exterminio contra toda oposición o
Las fuerzas republicanas formadas “desbandá” de las cien mil personas que sospecha de oposición a los intereses y va-
principalmente por milicianos voluntarios huyeron desde Málaga a Almería en febre- lores de las “personas de orden” de las que
hicieron intentos para liberar ciudades o ro de 1937 por una carretera cañoneada des- se admiten como prueba las denuncias pre-
para frenar el avance derechista. Así, los de el mar y desde el aire; los bombardeos sentadas. Esta represión fue dilatada en el
mineros de Nerva organizaron expedicio- contra población civil en Jaén y Almería o tiempo, al ser asumida por tribunales mi-
nes para retomar Sevilla o frenar el avance la batalla por Pozoblanco en marzo de 1937. litares que sin garantías procesales la pro-
sedicioso desde Huelva; se intentó retomar Capítulo aparte merece la cruenta re- longaron de forma sumaria hasta 1945.
Córdoba, Granada o Ronda desde Jaén, presión perpetrada en uno y otro bando.
Guadix, Almería o Málaga respectivamen- Conocemos perfectamente el número de
te; la desigualdad en material bélico y la personas de derechas ejecutadas en el
inexperiencia en combate hicieron que ta- bando controlado por la República: unos
les contraofensivas resultasen fallidas. 8.000. Condenable, esa represión cabe de- Más información
Desde finales de 1937, los frentes de finirla como selectiva, preventiva o como
guerra quedan prácticamente estabiliza- manifestación espontánea de un invete- Álvarez Rey, L.
dos en una línea que transcurre desde los rado odio de clase hacia las burguesías Andalucía y la guerra civil. Estudios y
alrededores de Motril hasta el valle de los locales y su aliada, la iglesia católica. Eso perspectivas.
Pedroches. Junto a ocasionales enfrenta- explica que el 80% de las víctimas de la de- Univ. de Sevilla, Sevilla, 2006.
mientos, la Andalucía republicana asiste recha se produjera en los primeros meses Barranquero, E.
expectante durante año y medio al desa- del conflicto cuando los comités obreros Málaga entre la guerra y la postguerra.
rrollo bélico en el resto del país: la defensa formaban parte activa del poder local. Re- Arguval, Málaga, 1994.
de Madrid, más tarde a la batalla del Ebro forzado el poder del Estado sobre los entes Gil Bracero, R.
y la caída de Cataluña. Tal vez hubiese te- locales, militarizadas las milicias desde Granada 1936: jaque a la República.
nido éxito el nonato proyecto del general 1937, los tribunales populares regularon la Universidad de Granada, Granada,
Rojo de romper simultáneamente el frente impartición de justicia. 1998.
andaluz por el Mediterráneo y por Sierra A pesar de lo avanzado en la investiga- Moreno Gómez, F.
Morena pero, desautorizado el plan, la im- ción, aún difieren las cifras de las víctimas La guerra civil en Córdoba.
potencia, el cansancio de una población producidas por el bando franquista, mu- Alpuerto, Córdoba, 1985.
desabastecida y, finalmente, el golpe de chas de las cuales se encuentran aún ente- Ortiz Villalba, J.
Del golpe militar a la guerra civil.
Imprenta Vistalegre, Córdoba, 1998.
Quirosa-Cheyrouze, R.
Desde finales del año 1937, los frentes de guerra quedaron
Política y guerra civil en Almería.
prácticamente estabilizados en una extensa línea que transcurría Cajal, Almería, 1986.
desde los alrededores de Motril hasta el valle de los Pedroches
Represión franquista
La estrategia de la violencia
96
C
on el golpe de julio de 1936 y la llega- los conflictos laborales que se prolongaron
da de fuerzas del Ejército de África, desde finales del XIX hasta el estallido de la
los sublevados se consolidaron en la guerra. De hecho, se inscribe en el marco
Baja Andalucía. Columnas formadas por del ascenso de los fascismos, manifiesta-
unidades militares con tropas de choque mente violentos. Pero todos coinciden en
del Ejército de Marruecos, falangistas, re- la importancia de comprender los mitos,
quetés o guardias civiles, con tácticas prac- los símbolos y las actitudes justificativas
Proceso Sumarísimo de Urgencia a ticadas en la guerra del Rif a fin de aterrori- de la violencia y más allá de la eliminación
José Gallardo Moreno, secretario local zar a la población a partir de una violencia física, de enfocar la vida en la retaguardia,
de la UGT de Málaga y concejal del PCE extrema, fueron conectando localidades los bombardeos, la reclusión forzada, los
en el Ayuntamiento en 1936. bajo su control en los primeros meses. El campos de concentración y el trabajo es-
Fue fusilado en 1941. terror sentido por los primeros refugiados, clavo, bien estudiado en el caso del Canal
que iban contando sus experiencias, pro- del Bajo Guadalquivir, que benefició a los
vocó el primer gran movimiento de despla- grandes propietarios, que eran los princi-
zados, fundamentalmente de población pales apoyos del régimen.
civil. Se persiguió desproporcionadamente
Efectivamente, la anterior implanta- a masones y comunistas, se organizaron
ción del republicanismo y los movimien- implacables depuraciones profesionales y
tos sociales en Andalucía junto a las resis- se desató la represión económica sobre los
tencias de la oligarquía agraria a perder vencidos. Las incautaciones de bienes y
su hegemonía ante el reformismo de la las multas dieron lugar a abusos comple-
República bastó para que los andaluces, mentarios contra afiliados y simpatizantes
republicanos o simplemente antifascistas, de los partidos del Frente Popular, que se
fueran objeto de una desproporcionada sumaron a las penas capitales o la cárcel.
persecución. Las cifras últimas, que nos Se incoaron, al menos, 53.722 expedientes
hablan de 50.093 personas ejecutadas, se por las comisiones de incautaciones y el
elevarán cuando se completen trabajos de Tribunal de Responsabilidades Políticas.
historia local. Se calcula que afectó a 10 de cada mil anda-
En algunas investigaciones la represión luces, una proporción superior a la media
se argumenta como resultado de la violen- española.
Archivo Militar Territorial 24 (Málaga).
AH
OCT
Las mujeres sufrieron castigos muy específicos, como rapado del 2015
pelo, purgantes, violaciones o presiones sexuales, sin que faltaran
experimentos psiquiátricos con presas como los de Vallejo-Nájera vilizaciones se concretaron en la minería y
97
en otros sectores como la construcción, los
puertos, el metal y el campo, el recurso al
cas orientales de Málaga, el sur de Granada mantener los particulares castigos, así estado de excepción fue habitual, con su
y los pueblos occidentales de Almería). De- como sus estrategias de resistencia ante estela de registros y detenciones. En los
bieron morir miles de personas a causa de la clandestinidad, el racionamiento y las doce años de vigencia que duró el Tribunal
los bombardeos por aire y por mar, el cruce prácticas represivas sobre sus familiares y de Orden Público (TOP) los juicios consti-
del río Guadalfeo y otras circunstancias. La sobre ellas mismas. El parentesco fue fun- tuyeron una manifestación de denuncia
magnitud de la salida se aprecia en que los damental para su coacción y, con frecuen- de la dictadura. Casi 1.000 personas de
malagueños suponen el mayor porcentaje cia, eran castigos muy específicos, como Andalucía fueron procesadas —obreros y
de los andaluces exiliados. Terminada la rapado del pelo, purgantes, violaciones estudiantes— y más de 500 andaluces por
guerra, las autoridades franquistas con- o presiones sexuales, sin que faltaran ex- actividades fuera de la región. Ya en los úl-
sideraron que quienes habían huido eran perimentos psiquiátricos con presas como timos años del Franquismo, en uno de los
desafectos al Movimiento, constituyendo los de Vallejo-Nájera. Las instituciones procesos más conocidos, el “1001”, fueron
un agravante en los juicios, una causa para pretendían apuntalar un modelo de mujer condenados tres líderes andaluces de la di-
la depuración en los puestos de trabajo y a imitar, como el Patronato de Protección rección de CC.OO.: Fernando Soto, Eduar-
siempre una mancha en el recorrido vital de la Mujer que ejerció no sólo una tutela do Saborido y Francisco Acosta, entre otros
de quienes solicitaban un trabajo, una sino también una presión insoportable so- casos. El régimen nunca bajó la guardia.
casa, una ayuda oficial. bre las consideradas “en peligro de prosti- La memoria de la represión permaneció
El otro camino fue el exilio, que fue de tución”. Violadas o acosadas sexualmente en el silencio y a partir de la Transición em-
masas, de larga duración; plural desde el eran internadas en distintas institucio- pezó a ser recuperada; primero, en el ámbi-
punto de vista socio-profesional e ideológi- nes, mientras que los hombres quedaban to académico y, más tarde, en un potente
co, que abrió más campos de acogida que al margen de cualquier castigo, en una so- movimiento cívico.
los anteriores exilios. ciedad que exhibía una moral tan estrecha
Las cifras, aún sin perfilar, reflejan como hipócrita.
que unas 45.000-50.000 personas aban- La represión no desapareció con la pos- Más información
donaron Andalucía como consecuencia de guerra. Como en otros ámbitos, al comien-
la guerra en dirección a Francia, Argelia y zo de los sesenta los objetivos y los medios Cobo Romero, F. (coord.)
otros países. A México, por ejemplo, llega- evolucionaron a fin de perpetuarse. La jus- La represión franquista en Andalucía. Ba-
ron 832 personas con trabajos cualificados: ticia militar, que había dado lugar a juris- lance historiográfico, perspectivas teóricas y
abogados, ingenieros, profesores y artistas dicciones de diversa índole, como la Ley de análisis de resultados.
con sus familias. Un trasvase, doloroso Responsabilidades Políticas o el Tribunal Centro de Estudios Andaluces,
para dirigentes y profesionales muy desta- Especial para la represión de la Masonería Sevilla, 2012.
cados, perdidos para nuestra Comunidad. y el Comunismo, fue dejando paso a la ju- Espinosa Maestre, F.
En cualquier balance sobre la repre- risdicción de Orden Público coincidiendo La justicia de Queipo: violencia selectiva y
sión franquista deben señalarse las espe- con la oleada huelguística de 1962, y no se terror fascista en la II División en 1936.
cificidades de género, que sufrieron las extinguió hasta meses después de la muer- Crítica, Barcelona, 2005.
mujeres: los discursos que sirvieron para te de Franco. En Andalucía, donde las mo-
Hambre y estraperlo
Dos caras de una misma moneda
AH
OCT MIGUEL ÁNGEL DEL ARCO BLANCO
2015 UNIVERSIDAD DE GRANADA
98
T
ras el fin de la Guerra Civil llegó una económicas exteriores con diversos países
larga posguerra. Unos años caracte- del globo, como las potencias del Eje, los
rizados por el terror y la venganza Aliados, países latinoamericanos e, inclu-
impuestos por el régimen franquista; pero so, países del bloque comunista.
también por el hambre y el estraperlo. Por Los motivos de las brutales condicio-
lo menos entre 1939 y 1951, ambos fueron nes que los andaluces tuvieron que sopor-
moneda común en las vidas de los españo- tar fueron otros. El hambre, la escasez y
les, pero también cara y envés de una mis- la miseria fueron producto de un sistema
ma moneda, pues no pueden explicarse el económico voluntariamente adoptado por
uno sin el otro. el franquismo: la autarquía. Un modelo
La dictadura franquista, como el propio por el que se perseguía la autosuficiencia
Franco, tuvieron casi cuarenta años de su económica del país con fines militares e
larga vida para construir su relato del pasa- imperialistas; algo imposible en una eco-
do. Crearon entonces explicaciones oficia- nomía tan dependiente como la española,
les de lo sucedido, a veces convertidas en pero justificada por la ideología ultrana-
mitos que todavía persisten. Uno de ellos cionalista de la dictadura, como las pro-
fue el del hambre. Desde aquellos años pias palabras de Franco, de sus ministros
se afirmó que las terribles condiciones de o técnicos atestiguan. Para conseguir tan
posguerra fueron debidas a tres causas: las altos —e imposibles— ideales, se ordenó
destrucciones de la Guerra Civil, que con- manu militari la intervención de gran nú-
dicionaron la evolución de la economía; mero de productos, especialmente artícu-
las malas cosechas como consecuencia los alimenticios de primera necesidad. En
del atraso de la agricultura española o a la adelante el Estado sería el encargado de
“pertinaz sequía”; y, finalmente, el aisla- dirigir la economía, fijando el precio de
miento internacional del régimen, prime- todos los productos y dirimiendo dónde se-
ro por la II Guerra Mundial (1939-45) y des- rían distribuidos; se impusieron también
pués de ésta, por el ostracismo al que fue “cartillas de racionamiento”, que pervivi-
sometido por su colaboración con la Ale- rían hasta 1952 y que aspiraban a garanti-
mania nazi y la Italia fascista. Nada más zar el abastecimiento de la población. En
lejos de la realidad. Hoy algunos histo- adelante la dictadura controlaría el ali-
riadores han desmontado dichos argu- mento de los ciudadanos, gozando así de
mentos: las destrucciones de la contien- un instrumento sin igual de control social.
da, especialmente en el sector agrario, Pero además, cuando la Guerra Civil llega a
no fueron tan apreciables; la agricul- su fin y comienza la dura posguerra, estas
tura española y andaluza no estuvie- medidas acentúan la carestía. Entonces,
ron tan atrasadas y los rendimientos todos los productos intervenidos desapare-
no decrecieron de forma espectacular; y cen del mercado multiplicando la escasez,
finalmente, el régimen sostuvo relaciones pasando a ser vendidos de “estraperlo” en
Cartilla de racionamiento.
Archivo Histórico Municipal de Granada, Sig. 00.017.11.
© ICAS-SAHP: Fototeca Municipal de Sevilla.
Colas de ciudadanos ante un despacho de cartillas de racionamiento en Sevilla. Venta ambulante en la plz. de Bib-Rambla.
AH
salvarse a ellos y a sus familias de un trá-
OCT
gico destino. A menudo los protagonistas 2015
El hambre alcanzó dimensiones aterradoras en Andalucía.
de este estraperlo de supervivencia estu-
La situación llegó a tal punto que fueron comunes las muertes vieron vinculados con un pasado republi-
99
por inanición. Incluso la prensa internacional se hizo eco de ello cano: por ejemplo, para Málaga y Almería
se ha demostrado el papel principal de las
el mercado negro, alcanzando precios as- En la terrible realidad de los sin pan, viudas de guerra en el pequeño estraperlo.
tronómicos. El escenario para la triste vida apareció entonces el “estraperlo” o mer- Pero además, fue este mercado negro el
de posguerra estaba servido. cado negro. Un fenómeno que, a grandes que el franquismo castigó más duramen-
El hambre alcanzó dimensiones aterra- rasgos, tuvo dos caras: las mismas que las te. De forma nada casual, las autoridades
doras en Andalucía. La situación llegó a tal de una España donde la línea entre ven- siempre sorprendían a estos pequeños
punto que fueron comunes las muertes por cedores y vencidos estuvo tan clara. Para transgresores, incautándoles la mercan-
inanición. Incluso la prensa internacional algunos, el estraperlo fue un negocio: era cía, imponiéndoles multas inasumibles y,
se hizo eco de ello. El diario británico Daily el mercado negro al por mayor, de grandes entonces, enviándolos a la cárcel o a bata-
Telegraph en 1946 encabezaba una noticia cantidades. Fue desarrollado por aquellos llones de trabajadores.
con el titular: “Muertes por hambre en el grupos sociales con acceso a los productos Hambre y estraperlo quedan hoy leja-
sur de España”. Los diplomáticos ingleses agrícolas, industriales o de consumo, con nos en el tiempo. Pero su aparición y fun-
también recogieron la situación en sus in- los medios suficientes para llevarlo a cabo cionamiento fueron consustanciales al
formes: según ellos, en el invierno de 1940 (automóviles, camiones, trenes) y con con- régimen franquista. Es necesario recordar
en Málaga “la gente se está muriendo de tactos políticos necesarios para no ser cas- y reconocer el esfuerzo que un día hicieron
hambre”. La horrenda realidad era atesti- tigados. Teniendo en cuenta que productos nuestros mayores para mantener alma y
guada también por las autoridades de la como el trigo o el aceite multiplicaron por cuerpo unidos, y sobrevivir, también en
dictadura. El gobernador civil de Jaén reco- cinco o incluso por siete su precio en aque- este campo, al régimen de Franco.
noció en 1946 que en la provincia se estaban llos años, nos podemos hacer una idea de
dando “casos de muerte por inanición”. En los beneficios económicos que muchos
Almería, el teniente alcalde informaba en partidarios del franquismo obtuvieron, Más información
1940 que había “aparecido muerto de ham- escapando al hambre y promoviendo la
bre y frío en una cueva” un vecino ancia- continuidad de la autarquía. En cambio, Del Arco Blanco, M. Á.
no de la capital. Las estampas de muerte para otros el estraperlo fue una necesidad 'Hambre de siglos'. Mundo rural y apoyos
se suceden en los documentos que han ineludible para escapar a la miseria, las sociales del franquismo en Andalucía Orien-
llegado hasta nosotros, mientras que aú- enfermedades y la muerte: nos referimos tal (1936-1951).
lla la desesperación de los más humildes. al pequeño estraperlo. Este “estraperlo de Granada, Comares, 2007.
Y como telón de fondo, las enfermedades los pobres” fue protagonizado por los más Román Ruiz, G.
que llevarían a muchos hasta la muerte o desfavorecidos, con el fin de acceder a los Delinquir o morir. El pequeño estraperlo en
la postración; todas relacionadas con la alimentos más indispensables u obtener la Granada de posguerra.
desnutrición: tifus, tuberculosis, pelagra, algún beneficio con el que comprar algo Granada, Comares, 2015.
edemas… Ello llevó a muchos andaluces a con lo que llenar el estómago. Ellos sim- Rodríguez Barreira, Ó. J.
recurrir a cualquier tipo de producto para bolizaban la Andalucía de los vendedores Migas con miedo. Prácticas de resistencia en
llenar sus estómagos, en un desesperado ambulantes o clandestinos que, mediante el primer franquismo. Almería 1939-1952.
intento por sobrevivir: bellotas, hierbas, la venta de pequeñas garrafas de aceite, Universidad de Almería, 2008.
gatos, perros o cualquier derivado. café, tabaco, huevos o azúcar, trataban de
Exilio
Sin maestros ni poetas
F
ue un andaluz, Adolfo Sánchez Váz- sentimos que este mundo cada vez tiene
quez, quien se refirió al éxodo repu- menos que ver con nosotros y parecemos
blicano como el exilio sin fin. Sería “extraterrestres”. También nos pasa que
un error interpretar esa falta de final de nos acostumbramos a aplazar la lucha por
dos formas obvias: un exilio en el que mu- lo que verdaderamente nos interesa, a vi-
chos murieron sin poder volver a pisar Es- vir aplazando lo importante, pensando que
paña —así Niceto Alcalá-Zamora o Isabel hay mucho tiempo para todo y, de pronto,
de Oyarzábal, la primera mujer embaja- nos vemos con más pasado que porvenir y
dora que tuvo España y que había nacido hemos vivido en el deseo aplazado, espe-
en Málaga, entre miles— o un exilio tan rando un futuro que no existe. Ese es el
largo que, cuando se pudo regresar, uno ya drama del exilio… el exilio sin fin. Una vida
había creado familia y vínculos en el país en paréntesis, aguardando el retorno, con
de acogida y no se podía volver por razones un regreso a una España que había cerrado
económicas y afectivas. Es verdad que así la herida de la ausencia y donde el recién
fue, pero se trata de algo más… Es el sinfín llegado no encontraba su hueco.
de una tragedia griega: se puede regresar Pero la historia del exilio es doble, por-
sin haber vuelto realmente. Sánchez Váz- que esta España, que malvivió en dictadu-
quez hablaba de sí mismo y de sentirse aje- ra y creyó que podía instaurar la democra-
Fragmento de una lista de refugiados no en la España de los ochenta, como Vic- cia sin mirar el pasado fijamente, ha caído
españoles del departamento toria Kent, como María Zambrano, como el en la ignorancia y la inconsciencia. Tal vez
francés de Jura. poeta Antonio Aparicio, Manuel Andújar, a eso se refería León Felipe al decir que los
etc. ¿Cuál es la puerta para salir del país de exiliados "se llevaban con ellos la canción".
los sueños? Con ellos se expulsó a una parte importan-
Con el exilio ocu- te de la ciencia innovadora, la renovación
rre lo mismo que nos educativa, la vanguardia cultural, el pen-
ocurre a todos al ha- samiento clarividente, la creación ruptu-
cernos mayores, pero rista… Es decir la fuerza modernizadora de
de forma mucho más los españoles que creyeron que “Otra Espa-
Archivo Nacional de Francia, sede París.
AH
Los primeros días del éxodo en Le Perthus, febrero de 1939. OCT
2015
102
D
esde el inicio de la década de los inicio de la década de los 60 y, sobre todo,
sesenta, la sociedad española vivió a partir de 1970, las huelgas y otras formas
una conflictividad social en creci- de reivindicación y protesta fuera de la le-
miento y en proceso de diversificación, al galidad se convirtieron en una realidad ha-
calor de profundas transformaciones eco- bitual en Andalucía que imposibilitaron la
nómicas y sociales, de un importantísimo continuación de la propia dictadura tras la
fenómeno de cambio cultural, y de la lle- muerte de Franco.
gada a la edad adulta de unos jóvenes naci- Como es bien conocido, las primeras
dos ya después del final de la Guerra Civil. manifestaciones de una significativa con-
Dicha conflictividad social fue impulsada testación estudiantil a la dictadura fran-
por la oposición a la dictadura que, parale- quista tuvieron lugar a mitad de los años
lamente, se fortaleció orgánicamente y lo- cincuenta, pero fue en la década de los se-
gró una mayor capacidad de actuación. Fue senta cuando la conflictividad estudiantil
Cartel de solidaridad con los condenados precisamente la conflictividad y los movi- se generalizó con la creación de Sindicatos
por el TOP en el proceso 1001. mientos sociales —obreros, estudiantiles, Democráticos de Estudiantes. La Univer-
urbanos, cívicos— el marco más favorable sidad se convirtió en un espacio de lucha
que tuvo nunca el antifranquismo para en defensa de los derechos democráticos.
incrementar sus efectivos y, por lo tanto, Muchos de sus estudiantes y profesores
para aumentar su actividad. (insertos la mayor parte en el floreciente
En Andalucía, la conflictividad social movimiento de los PNN), se adscribieron a
y la acción opositora alcanzaron niveles grupos políticos situados a la izquierda del
notables. Debemos advertir, sin embargo, Partido Comunista de España como Bande-
que el panorama de los estudios históricos ra Roja, la Liga Comunista Revolucionaria
ocupados en el análisis de las formas que o el Movimiento Comunista. Insignes ca-
adoptó la reconstrucción de la oposición tedráticos, como Alfonso de Cossío y del
política y sindical, o la emergencia de Corral o Ramón Carande, se convirtieron
la protesta ciudadana contra el régimen en referente de jóvenes inquietos que de-
dictatorial franquista en esta región, se seaban la democracia. Fue justamente un
nos ha presentado desolador hasta hace sector de universitarios el que, en com-
Archivo Histórico de CCOO de Andalucía.
muy pocos años. En realidad, todavía hoy pañía de algunos trabajadores, formó un
carecemos de monografías y de estudios grupo de militantes socialistas en Sevilla
que abarquen todo el ámbito de la región que, a la postre, reflotó el Partido Socialis-
andaluza. Las investigaciones disponibles ta Obrero Español en el interior de España.
evidencian que, si durante los años cua- Este grupo, liderado por Felipe González y
renta y cincuenta la actividad contra el Alfonso Guerra, se puso a la tarea de reno-
franquismo apenas logró ir más allá de la var el ideario socialista y lanzar al partido y
lucha guerrillera del maquis y de las acti- a la sociedad española a la conquista de la
tudes individuales de resistencia, desde el democracia.
Archivo Histórico de CCOO de Andalucía.
Asamblea en la Univ. de Sevilla en apoyo de la huelga general convocada por la Coordinadora de Organizaciones Sindicales. 12/11/1976.
AH
OCT
2015
Junto con la contestación estudiantil, las instituciones y las prácticas censoras, tor de este medio la petición del fiscal de
la conflictividad obrera creció de forma por la violencia represiva contra los movi- seis meses y un día de arresto.
103
continuada desde 1962 en Andalucía. En mientos obreros y estudiantiles, así como Como vemos, la oposición política al
este año tuvo lugar un episodio intenso de contra quienes expresaban otras deman- franquismo y la reactivación de la protesta
conflictividad, con epicentro en la minería das sociales y políticas. Y desde luego no y la movilización obrera, estudiantil y ciu-
asturiana. No se trataba ni de las prime- poca importancia tuvo para la emergencia dadana —esta última desde las asociacio-
ras huelgas ni de las primeras manifesta- de esta oposición, el cambio general que nes de vecinos convertidas en auténticas
ciones de malestar obrero tras la Guerra estaba viviendo la sociedad andaluza y la “escuelas de democracia”— fueron cons-
Civil, puesto que tanto en la década de los llegada a la madurez de una nueva gene- truyendo poco a poco en Andalucía una
años cuarenta como en los cincuenta se ración que reclamaba amnistía, libertad cultura de compromiso cívico y democráti-
habían producido huelgas y otras formas y democracia. En la recta final de la dicta- co que terminó con cualquier aspiración de
de protesta obrera, aunque siempre con dura aparecieron nombres que terminaron continuidad de la dictadura.
un carácter excepcional. Pero tras el mo- por convertirse en referentes nacionales en
vimiento huelguístico de 1962, la conflic- la batalla contra el franquismo. Fue el caso
tividad laboral, aunque con fluctuaciones, de José Aumente Baena, Carlos Castilla Más información
experimentó una tendencia clara al creci- del Pino, Antonio Gala, Joaquín Martínez
miento y a la diversificación sectorial, y se Bjorkman, Rafael Sarazá Padilla, Balbino Carrillo- Linares, A.
convirtió en un fenómeno permanente que Povedano, Rafael Vallejo, Jaime Loring, Subversivos y malditos en la Universidad de
desafiaba al régimen de la mano del nuevo Paco Martín, Alejandro Rojas Marcos, Luis Sevilla (1965-1977).
activismo obrero articulado en torno a las Uruñuela, Diego de los Santos, Miguel Án- Centro de Estudios Andaluces,
Comisiones Obreras y presente al inicio de gel Arredonda y otros muchos. Sevilla, 2008.
la transición política en todas las provin- Pero si todo lo anterior fuera poco, otro Martínez Foronda, A. (coord.)
cias andaluzas. frente a favor de la libertad y la democra- La resistencia andaluza ante el Tribunal de
Desde el inicio de los sesenta, la dicta- cia se abrió a la dictadura franquista en los Orden Público en Andalucía, 1963-1976.
dura franquista tuvo que hacer frente tam- años sesenta, debido a la creciente impli- Fundación Estudios Sindicales,
bién a un importante fenómeno de disenso cación de católicos seglares y de clérigos en Archivo Histórico CC.OO., Córdoba,
en el mundo intelectual. Anteriormente, conflictos sociales y en actividades oposito- 2014.
a lo largo de los primeros veinte años de ras. En efecto, la extensión y profundiza- Ortega López, T. M.
dictadura, existieron importantes perso- ción del disentimiento católico se convirtió Del silencio a la protesta. Explotación,
nalidades notoriamente no afectas al fran- para la dictadura franquista en un pro- pobreza y conflictividad en una provincia
quismo que, en general, permanecieron blema político de gran importancia, que andaluza. Granada 1936-1977.
en silencio, instaladas en lo que ha sido le comportó el deterioro de las relaciones Fundación Estudios Sindicales,
denominado con frecuencia el “exilio inte- con la Iglesia española y con el Vaticano. Univ. de Granada, Granada, 2003.
rior”. Pero tras los acontecimientos de 1956 La confluencia de diversos factores contri- VV. AA.
se produjeron ya las primeras manifesta- buyó a la aparición de este nuevo problema Crónica de un sueño. 1973-1983. Memoria de
ciones críticas de relevancia motivadas por para la dictadura. La publicación en El Co- la Transición Democrática en Andalucía.
la persistencia —a pesar de los cambios que rreo de Andalucía de la homilía de monseñor C&T Editores-Centro de Estudios
comportó la aprobación de la Ley de Pren- Añoveros “El cristianismo, mensaje de sal- Andaluces, Sevilla, 2005.
sa e Imprenta de 1966— de la legislación, vación para los pueblos”, le costó al direc-
Del 4D al 28F
La lucha por la autonomía política
104
E
n la Andalucía del final del fran- tituciones. En el caso concreto que nos ocu-
quismo terminó cuajando una espe- pa, este contexto, no exento de confusiones
cie de ecuación que venía a entender y marcado por los conflictos, se hace ple-
que la salida de la dictadura implicaba la namente visible en el enfrentamiento que
recuperación de los valores y derechos de tiene lugar entre la propuesta de mera des-
la democracia, y que ésta se convertiría, a centralización administrativa que plantean
su vez, en el contexto y vehículo adecuado las elites supervivientes de franquismo (ra-
para superar viejos problemas históricos dicadas en las diputaciones provinciales)
que estaban en la raíz del atraso social y mediante el proyecto de constitución del
económico de Andalucía. De una parte, denominado Ente Regional Mancomunal
porque se establecía una relación directa y la propuesta decididamente autonomis-
entre democracia y modernización y desa- ta que mantienen los primeros represen-
rrollo económico; de otra, porque aquélla tantes democráticos del pueblo andaluz,
se identificaba —por rechazo a lo que ha- elegidos en las elecciones legislativas de 15
bía significado el modelo centralista de la de junio de 1977 y constituidos en Asamblea
dictadura y sus efectos— con una necesaria de Parlamentarios Andaluces desde el 12 de
reconfiguración territorial del modelo de octubre de ese mismo año.
Estado que permitiría el alumbramiento Estos son los momentos de la recupera-
de un poder político andaluz. En definiti- ción de las libertades, de la legalización de
va, democracia = desarrollo económico + los partidos políticos y de la movilización
autonomía política. ciudadana. En Andalucía también será el
De esta manera, en el periodo que trans- momento de la recuperación y difusión de
curre entre la muerte de Franco y la apro- los símbolos del andalucismo político, de
Cartel de Manuel Gandul a favor del "sí" bación de la Constitución española de 1978 la recuperación de la memoria del andalu-
en el referéndum del 28F de 1980. tomó carta de naturaleza en Andalucía un cismo histórico, de la herencia del periodo
movimiento cívico-político de demanda de republicano y de la figura de Blas Infante.
la autonomía política que se caracterizó por Todo ello vinculado funcionalmente a la
la fuerte adhesión y participación ciudada- demanda de democracia. La multitudi-
na a una reivindicación de autogobierno, naria manifestación del 4 de diciembre
que se vinculaba estrechamente a la defen- de 1977 en pro de la Autonomía, con un
sa de los valores y derechos democráticos. millón y medio de andaluces y andaluzas
Archivo General de Andalucía.
Como se recogía en los mítines y las pan- en las calles y plazas de los pueblos y ciu-
cartas de las movilizaciones del momento: dades de Andalucía, constituirá no sólo la
“Libertad, Amnistía y Estatuto de Autono- prueba fehaciente del arraigo de todo ello
mía”. Todo ello acontecía en un contexto en la ciudadanía, sino que representará
en el que convivía la recuperación de los también lo que algunos han denominado
derechos y las libertades políticas con los como el primer acto de autoafirmación de
últimos vestigios de la dictadura y sus ins- Andalucía como comunidad política.
Venta de banderas andaluzas en los
comercios sevillanos en los días previos a
la manifestación del 4 de diciembre de 1977.
© ICAS-SAHP. Fototeca Municipal de Sevilla.
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