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Buenos Aires
2009
ETIAM. Revista Agustiniana de Pensamiento: Volumen IV, Número 4,
año 2009 / Coordinado por José Demetrio Jiménez. 1ª ed.-
Buenos Aires: Orden de San Agustín - Religión y Cultura, 2009.
384 p. 23x16 cm.
ISSN 1851-2682
1. Religión. I. Jiménez, José Demetrio, coord.
CDD 230
DIRECTOR
José Demetrio Jiménez, OSA
CONSEJO DE R EDACCIÓN
Alberto Bochatey, OSA; José Guillermo Medina, OSA;
Emiliano Sánchez, OSA; Santiago Alcalde, OSA;
Gerardo García Helder; Luis Nos Muro, CM
SECRETARIO
Pablo Daniel Guzmán
EDITORIAL
JOSÉ DEMETRIO JIMÉNEZ, OSA, 410-1810-2010: Reflexiones sobre “La
ciudad de Dios” en el contexto del Bicentenario ......................... 11
ESTUDIOS
LUIS NOS MURO, CM, ¿Es de actualidad la biografía teológica de san
Agustín? ......................................................................................... 37
DIANA FERNÁNDEZ, La Ciudad del Dios que se dice de muchas maneras.
Agustín y la tolerancia religiosa ................................................... 51
SILVIA MAGNAVACCA, La Filosofía ante las ciencias en el “De ordine”
de san Agustín ............................................................................... 63
GERARDO GARCÍA HELDER, La objetivación de la mujer en algunos
escritos de san Agustín de Hipona ................................................ 75
VALENTÍN CRICCO, El signo escritural en san Agustín ......................... 91
ARMANDO BARRAÑÓN, Ciencia y humanidades en Fray Alonso de la
Vera Cruz ....................................................................................... 101
JIMENA PAZ LIMA, Aproximación a la noción de materia y elemento en
la obra de san Alberto Magno ....................................................... 125
MARCELIANO ARRANZ, OSA, Releyendo a Darwin. Reflexiones, quizá
intempestivas, a propósito de dos aniversarios ............................ 137
TEMAS DE ACTUALIDAD
PABLO PERALTA, Abriéndonos a los valores ........................................ 149
JAVIER GALDONA, El desafío de la educación en valores hoy .............. 163
MARÍA JOSÉ SOLER, Educación emocional. Un desafío para el docente
de hoy ............................................................................................ 189
SALMO CAETANO DE SOUZA, A Mediação da Santa Sé na questão do
Canal de Beagle: Trinta anos ........................................................ 195
MARIO ALFONSO, ¿Es posible que los civiles bloqueemos las guerras? 203
6 ÍNDICE
TEXTOS Y GLOSAS
A RCHIVO AGUSTINIANO DE BUENOS AIRES, Memoria o Relación del
Colegio Agustiniano y la Parroquia de San Agustín, año 1929.... 211
EMILIANO SÁNCHEZ, OSA, Nicolás Videla del Pino, primer obispo de
Salta, y dignidades eclesiásticas de las Iglesias de Córdoba y Salta
en el Archivo General de Indias .................................................... 221
RINCÓN POÉTICO
MARÍA GABRIELA PELLEGRINI, Invocación al amor .............................. 333
OSCAR NELLA CASTRO, Al Cristo de los faroles de la Parroquia Santa
Teresa de Jesús de Salta ................................................................ 334
JUAN CARLOS BOSSIO, Plegaria – Urbi et Orbi ..................................... 335
NOTAS BIBLIOGRÁFICAS
Obras de y sobre san Agustín
SAN AGUSTÍN, La Ciudad de Dios (Tecnos – De la Nota Editorial) .... 341
SAN AGUSTÍN, La Ciudad de Dios (Porrúa – De la Nota Editorial) ..... 341
SAN AGUSTÍN, Catequesis (Lumen – De la Nota Editorial) ................. 342
SAN AGUSTÍN, Soliloquios y Acerca de la vida feliz (Lumen – De la
Nota Editorial) ............................................................................... 342
MARTIN, TH. F., Nuestro corazón inquieto. La tradición agustiniana
(Luis Marín, OSA) ................................................................................. 343
ÍNDICE 7
PATROLOGÍA
PSEUDO-MACARIO, Nuevas homilías (Hipólito Martínez, OSA) .......... 345
ESPIRITUALIDAD
MARTÍNEZ, H., El Magnificat comentado por Martín Lucero. La otra
cara del fraile (Hipólito Martínez, OSA) ...................................... 346
MARTÍNEZ, H., Orando con Santa Rita (Pablo D. Guzmán) ............... 346
NOS MURO, L., Santa Mónica, madre de San Agustín (Gerardo García
Helder) ........................................................................................... 347
ALCALDE, S., Santa Mónica, la de Agustín (José Demetrio Jiménez,
OSA) .............................................................................................. 347
VILLEGAS DELGADO, J., Padre Agustín Liébana, agustino. Una vida al
servicio de Dios (De la Nota Editorial) ......................................... 348
HERNANDO MORENO, P., Mons. Diego Gutiérrez Pedraza. Primer obispo
del Valle Calchaquí (José Demetrio Jiménez, OSA) ..................... 348
REVISTAS DE INTERCAMBIO
Edad de Oro. Revista Anual del Departamento de Filología Española
de la Universidad Autónoma de Madrid (Maximiliano Ramírez
Royano, OSA) ................................................................................ 371
Punto de Vista. Revista Cultural Argentina (Javier Otaka, OSA)...... 371
Anuario de Estudios Bolivianos, Archivísticos y Bibliográficos.
Edición del Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia (Rosa N.
Botta) ............................................................................................. 372
RIED. Revista Iberoamericana de Educación a Distancia. Revista
de Educación a Distancia de la Universidad Técnica Particular de
Loja (UTPL) – Ecuador (Javier Otaka, OSA) ............................... 372
ÍNDICE 9
CONOCER Y QUERER
En lo que a la reflexión del tema que nos ocupa se refiere, uno de
los más relevantes aportes de san Agustín es su esfuerzo intelectual por
responder a una pregunta: ¿Qué hacer para que el hombre sea feliz? (b.
uita 2, 10). Tema que aborda Diana Fernández en su artículo La ciudad
del Dios que se dice de muchas maneras. Agustín y la tolerancia religio-
sa (pp. 51-62). San Agustín vive en carne propia este desafío. También
escribió una obra al respecto –De beata uita– y el tema recorre gran
parte de sus escritos. El hombre quiere ser feliz, pero con frecuencia lo
quiere sin vivir del modo en que puede llegar a serlo (cf. ciu. 14, 4, 1).
1
Lo venimos considerando en los números anteriores de Etiam: Rossi, 2007;
Ruiz Pesce, 2008; Medina, 2008; Risco Fernández, 2008; Piccardo, 2008. Ver también
Dodaro, 2006; De la Torre, 2006; García-Baró, 2006; Ruiz-Pesce, 2006.
14 JOSÉ DEMETRIO JIMÉNEZ, OSA
2
Del latín ciuis, a su vez de la raíz indoeuropea *kei, que significa “echar raíces”
(keuios es “compañero de casa”), de donde viene también ciuitas, ciudad en sentido
político, de personas libres, ciudadanos. El lugar físico donde se desarrolla la vida
ciudadana es la urbe. Para este proyecto los hombres necesitan juntarse, acompañarse,
asociarse (sequor = acompañar; sequios = compañero; socius = asociado; societas =
sociedad).
EDITORIAL 15
ÉTICA Y POLÍTICA
Tiene que ver todo esto con las respuestas que nos corresponde dar
al desafío de lo humano, particularmente en lo que a la ética se refiere:
se trata de “hacer el bien y evitar el mal”, pero también de amar bien lo
bueno. “El mismo amor que nos hace amar bien lo que debe ser amado,
debe ser amado también ordenadamente, a fin de que podamos tener
la virtud por la que se vive bien. Por eso me parece una definición bre-
ve y verdadera de la virtud: el orden del amor” (ciu. 15, 22). Se ha de
procurar, por ello, que la soberbia no se filtre en las buenas obras y las
corrompa (reg. 8). Esto comporta el cultivo de la humildad, que eleva
el corazón hacia la magnanimidad, mientras que la soberbia lo torna
pusilánime. Este es, en el fondo, el criterio que marca la diferencia entre
las dos ciudades (ciu. 15, 22). “Apeteciendo ser más, se es menos, y al
querer bastarse uno a sí mismo, como si él fuera la luz, le aparta de la
luz que, al agradarle, le hace a sí mismo luz… La caída que tiene lugar
en lo escondido precede a la que tiene lugar abiertamente, aunque no se
la tenga por caída a la primera” (ciu. 14, 13, 2).
3
Ciencia, ética, religión fue el lema de la V Semana Agustiniana de Pensamiento
(Buenos Aires, 3-7 de agosto de 2009). Ofrecemos también en este número de nuestra
revista una memoria de la misma (pp. 283-330).
EDITORIAL 17
4
Agustín cita en ciu. 2, 21, 1 a Cicerón en De republica 2, 42-43, quien a su vez
remite a Escipión: “Entre la cítara o las flautas y el canto de voces debe haber una
cierta armonía de los distintos sonidos, y si falta la afinación o hay desacordes, es
insufrible para el oído entendido. Pero también esa misma armonía se logra mediante
un concierto ordenado y artístico de las voces más dispares. Pues bien, de este mismo
modo, concertando debidamente las diversas clases sociales, altas, medias y bajas,
como si fueran sonidos musicales, y en un orden razonable, logra la ciudad realizar
un concierto mediante el consenso de las más diversas tendencias. Diríamos que lo
que para los músicos es la armonía, eso es para la ciudad la concordia, vínculo el más
seguro, el mejor para la seguridad de todo Estado. Y, sin justicia, de ningún modo
puede existir la concordia”.
5
“El pueblo es un conjunto de ciudadanos para los cuales es peligrosa la disen-
sión” (ord. 2, 18, 48). “Tener glorias comunes en el pasado, una voluntad común en el
presente; haber hecho juntos grandes cosas, querer nacer otras más; he aquí las con-
diciones esenciales para ser un pueblo… En el pasado, una herencia de glorias y re-
mordimientos; en el porvenir, un mismo programa que realizar” (Ortega, 1968:240).
6
Sobre la importancia de la mediación en los conflictos, ver el artículo de Salmo
Caetano de Souza que publicamos (A Mediação da Santa Sé na questão do Canal de
Beagle: Trinta anos, pp. 195-202). Sobre la responsabilidad civil en el bloqueo de las
guerras, ver la reflexión de Mario Alfonso Sanjuán (¿Es posible que los civiles blo-
queemos las guerras, pp. 203-208). Dos testimonios de memoria histórica se ofrecen
la sección Textos y glosas de nuestra revista (pp. 209-282).
18 JOSÉ DEMETRIO JIMÉNEZ, OSA
timas, más aún, de héroes que pasan a ser víctimas de otros héroes que
los sustituyen, generándose una secuela sin fin de victimarios y dioses
caídos, méritos y deméritos por parte de quienes ascienden derribando
de su altura a otros para ocupar su lugar, prolongación en el tiempo de
la pretensión de Adán y Eva de ocupar el mismo lugar de Dios. “Yo no
veo, en realidad, qué importancia puede tener para la seguridad y la
moralidad ciudadana lo que aseguramos ser méritos de los hombres: el
que unos sean vencedores y los otros vencidos, a no ser ese orgullo ab-
solutamente vacío de la gloria humana, en la cual ya recibieron su paga
quienes, ardiendo en una inmensa pasión por alcanzarla, inflaron a otros
en la ferocidad de las guerras… Fijémonos: ¡cuántas grandezas despre-
ciadas! ¡Cuántas pruebas soportadas! ¡Cuántas ambiciones ahogadas!
Y todo por conseguir la gloria humana” (ciu. 5, 17). Este es el motivo
por el cual “Dios prohibió lo que una vez cometido no podía encontrar
pretexto alguno que lo excusase” (ciu. 14, 13, 2). Y para que nadie se
considere superior incluso los más grandes han de estar vigilantes, no
sea que caigan por complacerse en sí mismos (ciu. 14, 13, 2).
La propuesta de Jesús no se despliega a fuer de héroes que provocan
víctimas, sino sobre discípulos que buscan hermanos. A tenor de esto y
frente a la ambición de la gloria, san Agustín invita a la vida sencilla y
al fomento de la amistad. “¿Qué consuelo nos queda en una sociedad hu-
mana como ésta, plagada de errores y de penalidades, sino la lealtad no
fingida, y el mutuo afecto de los buenos y auténticos amigos?” (ciu. 19,
8). Frente a la caducidad de lo terreno aconseja atenerse a un principio
ético de raíz estética, a saber, la distinción entre uti y frui, que señala
la diferencia entre el placer y el gozo al distinguir entre bien intrínseco
(honestum) y bien instrumental (utile). El buen uso de las cosas tempo-
rales es cauce para el goce de las eternas (ciu. 11, 25; s. 35, 5, 5). Usar lo
que es un medio, gozar lo que es un fin…
La felicidad considerada desde el punto de vista social es la paz. Ser
feliz es vivir en paz. Ésta se define como la “concordia bien ordenada”
(ciu. 19, 13). La cuestión es que los hombres no nos ponemos de acuerdo
en lo que eso significa, particularmente en lo que a las vías para alcan-
zarla se refiere. La decadencia de Roma tiene que ver también con esto:
con el conflicto que surge en toda sociedad humana respecto del signi-
EDITORIAL 21
EL LUGAR DE LA GRACIA
Conseguir lo que se quiere queriendo lo que se debe (b. uita 2, 10).
De esto se trata. No basta, sin embargo, con conocer el bien y quererlo.
Uno puede perderse en lo que desea si busca mal el bien. San Agustín
ilustra esta afirmación con el ejemplo de los ángeles: “No se puede po-
ner en duda que las apetencias contrarias entre sí de los ángeles buenos
y malos no se debe a una diversidad de naturaleza, de principios, sino
de voluntades y apetitos… Mientras unos se han mantenido en el bien,
común a todos, que para ellos es Dios mismo… otros, complaciéndose
más bien en su valer personal, como si fuese su propio bien, se apartaron
del supremo bien, fuente universal de felicidad, seducidos por su propia
excelencia: cambiaron el fasto de su orgullo por una eternidad gloriosa;
la astucia de su vanidad, por la verdad más cierta; las pasiones de par-
tido, por el amor personal; así es como se hicieron soberbios, arteros,
envidiosos” (ciu. 12, 1, 2).
La experiencia muestra que “la prohibición aumenta el deseo de lo
prohibido cuando no se ama la justicia en tal grado que su deleite supere
el deseo del pecado” (ciu. 13, 5). Para que la justicia divina “llegue a ser
amada y a deleitar” precisamos de la gracia (ciu. 13, 5).
El tema de la gracia en san Agustín tiene que ver con su propia
experiencia de pecado y redención, con la conciencia de la presencia
divina y su poder en el mundo, que las criaturas están en dependencia
de su creador, no obstante haberse arriesgado Dios mismo a padecer
las consecuencias de esa libertad creada, a saber, la desobediencia del
hombre. Con ello quiere resaltar que Dios no saca ningún provecho de
la justicia humana, sino que es el hombre quien se ve beneficiado por la
gracia de Dios.
La palabra gracia denota la bondad y la belleza derramadas por
Dios en la creación. El hombre ha de saber implorarla y acogerla,
buscarla y recibirla, de manera que su propia vida sea manifestación
amorosa del Creador. Para Agustín el reconocimiento de la presencia
de Dios en la vida hace posible que no sólo queramos lo bueno, sino que
misteriosamente se realice en nosotros por su misericordia (cf. ep. Rm.
inch. 18).
EDITORIAL 25
CONCLUYENDO
San Agustín se inscribe en la más genuina tradición apologética,
que consiste en asumir como propios los argumentos de los romanos
contra el cristianismo para extraer de ellos conclusiones diferentes. Es
necesario atender la argumentación del que piensa distinto: para conocer
lo que de nosotros se dice, para ver en qué medida se nos critica con
razón, para considerar en qué modo nos ven los que piensan distinto.
San Agustín considera que no basta con denunciar que los cris-
tianos son la causa de la ruina de Roma. Corresponde investigar la
compleja realidad social, política, religiosa, etc., de la que en alguna
medida son responsables. No basta con hacer primar la sospecha de que
la decadencia romana depende de los cristianos.
San Agustín alerta a los romanos sobre la pereza institucional y
desidia intelectual en que se encuentran sumidos, que busca pronto y
encuentra enseguida un chivo expiatorio con que justificar su acedia
(tristeza, cansancio, flojera espirituales). Los factores endógenos (go-
bernantes) y exógenos (pueblos del norte) son condiciones necesarias
para dar razón de lo que sucede, pero ellas solas no son suficientes.
Autocomplacidos, quizá, en la cómoda idea de poseer la verdad, acaba-
ron cegados y no vieron lo que se les venía encima. Como a los judíos
en tiempos de Jeremías, a quienes previene el profeta: “No confíen en
palabras engañosas diciendo: “Este es el Templo del Señor, el Templo
del Señor, el Templo del Señor” (Jer 7, 4).
En el fondo los romanos no habían logrado deshacerse (o habían re-
caído) en una cierta mentalidad tribal: “los bárbaros quieren destruirnos
y lo nuevo que ha surgido entre nosotros no va a ser capaz de mantener
lo que con tanto esfuerzo consiguieron nuestras glorias pasadas”.
Alarico, en realidad, no hizo más que pasar por Roma y saquearla,
lo cual –por supuesto– no es poco. Pero ni siquiera se quedó en ella, ni
parece que fuera su intención. Tocó, sin embargo, el corazón mismo de
un Imperio que ya no existía. Saqueó la Urbe cuando la Ciuitas hacía
tiempo que venía decayendo. Pasadas nostalgias y futuros temores edi-
ficaron un presente inconsistente…
EDITORIAL 27
Y NOSOTROS, ¿QUÉ?
San Agustín reflexionó sobre el ocaso de Roma y relacionó su de-
cadencia, entre otras cosas, con el abandono de algunos de los valores
que la hicieron crecer. Esto imposibilitó el desarrollo adecuado de idea-
les personales y comunitarios, así como la renovación necesaria de las
instituciones, que no estuvieron a la altura de los desafíos de los nuevos
tiempos.
La vitalidad de las instituciones está estrechamente relacionada con
la capacidad de discernir y concretar lo que han de dejar de lado para
que continúe lo más propio de sí. Es característica también de la biolo-
gía, diríamos que es la “lógica de la vida”: cuando un órgano pierde su
habilidad de renovación celular comienza a morir. “Para ser el mismo
no puedo ser siempre lo mismo” (identidad ídem e identidad ipse, diría
P. Ricoeur). Sólo “lo otro”, particularmente “el otro” con su rostro y su
palabra, su persona y sus silencios –tal vez dijera E. Levinas–, me saca
de mí y, desde ahí, puedo desplegar lo mejor de mí. ¿Qué es lo que tiene
que morir en mí para que permanezca lo que auténticamente vale? (Mt
16, 24-26; cf. Maalouf, 2009). Sólo hay tradición si hay continuidad.
Mismidad y alteridad se requieren mutuamente.
Esto tiene que ver con lo que alguien ha denominado “el desafío de
la insignificancia”: no tengo derecho a arrastrar todo al abismo porque
no sea capaz de vivir según los criterios propios de la magnanimidad
(Boghossian, 2009). O lo que es lo mismo, no podemos renunciar a la
dimensión utópica del pensamiento que abre la vida a la esperanza. El
hecho de no ser capaces o no querer asumir el desafío de un ideal no
quiere decir que ese ideal no tenga razón de ser. No me está permitido
28 JOSÉ DEMETRIO JIMÉNEZ, OSA
Si no me agrandas la puerta,
achícame por piedad;
vuélveme a la edad bendita
en que vivir es soñar”.
BIBLIOGRAFÍA
ÁLVAREZ TURIENZO, S. (1960). “Hacia la determinación de la idea de paz agus-
tiniana”: Revista de Estudios Políticos, n. 112, 49-90.
ÁLVAREZ TURIENZO, S. (1983). El hombre y su soledad. Una introducción a la
ética. Salamanca. Sígueme.
ÁLVAREZ TURIENZO, S. (1984). “Sobre la violencia y la ética de la paz. Hacia
un orden civil sin filosofías de la historia”: Cuadernos Salmantinos de
Filosofía, n. 11, 295-342.
ÁLVAREZ TURIENZO, S. (1987). “San Agustín: utopía moral en los diálogos filo-
sóficos de Casiciaco”: Religión y Cultura, 33, 9-41.
ÁLVAREZ TURIENZO, S. (1988). “Regio media salutis”. Imagen del hombre y su
puesto en la creación: San Agustín. Salamanca. Caja de Ahorros y Monte
de Piedad.
BOGHOSSIAN, P. (2009). El miedo al conocimiento. Contra el relativismo y el
constructivismo. Madrid. Alianza.
DE LA TORRE, R. (2006). “San Agustín, Doctor de la Gracia”. JIMÉNEZ, J. D.
(COORD.), San Agustín, un hombre para hoy, tomo I. Buenos Aires. Reli-
gión y Cultura, pp. 95-143.
EDITORIAL 33
Resumen
En este artículo deseo destacar la importancia biográfico-antropológica
de la teología agustiniana. Acaso sin proponérse1o, Agustín, sobre todo en sus
Confesiones (toda su obra es una confesión a Dios y a la Humanidad), alcanza
la meta en esa cumbre de trasvases que van de Dios al hombre y del hombre a
Dios, de la doctrina a la vida y de la vida a la doctrina, así como la armonía
entre la teología pensada y sentida, sentida y pensada.
1
La cursiva es mía.
42 LUIS NOS MURO, CM
2ª Técnica redaccional
En cuanto a las palabras de sus Confesiones, el gran retórico que
fue este santo Padre, dice que las ha usado en tono de susurro ante Dios,
aunque clamantes en cuanto al afecto (conf. 10, 11, 2). Y, en verdad, en
las Confesiones, escuchamos el susurro de Dios al hombre Agustín y el
susurro del hombre Agustín a Dios. Más aún, en las “Confesiones” es-
cuchamos el ruido de la piqueta de Dios en la casa de Agustín, así como
la piqueta de Agustín en la casa de Dios.
radica en que los unos tienen más certezas en su fe que los otros, criterio
que no encaja, según mi leal entender, con una sana teología.
Certeza, lo que se llama certeza, no hay ninguna en la fe, ya que, de
ser así, dejaría de ser fe. Lo que hay en la fe son credenciales en las que
nos apoyamos para creer. El Dios de Jesucristo y el Jesucristo de Dios
merecen crédito a Agustín, lo mismo que a todo católico, y por eso nos
aventuramos a creer. El autor de los Soliloquios se animó a creer porque
en Jesucristo vio la humildad de Dios y en Dios la humildad de su en-
viado. Pero humildad no ha de identificarse ni confundirse con certezas
ni con seguridades. Sí con humildad cuando, equiparada con verdad.
Hago esta aclaración porque hay personas que admiran a quienes no
dudan de nada. Y quien no duda de nada es porque tampoco cree en
nada, hablando de la fe, no de otras materias.
6ª El principio humildad
Según nuestro pensador, es hombre auténtico el confesante (adn.
Iob 6), y sólo confiesa el hombre humilde. Ni epicúreos, ni estoicos,
ni platónicos, ni maniqueos, según él, hablan del principio humildad.
Dicho principio, asegura, es rasgo distintivo del cristianismo, no para
confusión, sino para sustentación, ya que el cristianismo enseña al ser
humano lo pequeño que es ante Dios, pero, a su vez, lo pequeño que
Dios se ha hecho en Jesucristo para vivir como hombre dentro de la
humanidad (en. Ps. 31, 2, 18).
Agustín afirma que la humildad de Jesucristo le hizo volver al Dios
de sus padres. En consecuencia, un Dios pequeño no aplasta. Cuando
Dios habla, no se estremece Agustín. Cuando habla Agustín, no se enoja
Dios. Cuando Dios y Agustín dialogan, ambos se respetan.
BIBLIOGRAFÍA
MOLTMANN, J. (1999). La justicia crea futuro. Santander. Sal Terrae.
MOINGT, J. (1998). La historia más bella de Dios. Barcelona. Anagrama.
JUNG, C.G. (1984). Recuerdos, sueños, pensamientos. Barcelona. Seix Barral.
LA CIUDAD DEL DIOS
QUE SE DICE DE MUCHAS MANERAS.
AGUSTÍN Y LA TOLERANCIA RELIGIOSA∗
Diana Fernández
UBA – Buenos Aires
dianaf02@yahoo.com.ar
Resumen
Probablemente, para quienes nos dedicamos al estudio de la tradición agus-
tiniana, una de las tareas más arduas, por su amplitud y complejidad, sea la de
detallar minuciosamente el alcance de la influencia y la contribución del propio
Agustín al pensamiento posterior. No obstante ello, a la luz de nuestro tiempo
–claramente una época de crisis, de cambio de paradigma–, tal vez uno de sus
aportes más sobresalientes lo constituya el hecho de que el hiponense, siendo
un pensador premoderno, abiertamente creyente y que no concibe verdadera
filosofía fuera de la tradición cristiana, haya construido su utopía pensando que
la mejor de las sociedades posibles exige armonía, no uniformidad de creencias.
Todavía más, lo único que Agustín reclama por igual a todos los hombres que
aspiran a la realización, ya sea individual, ya sea colectiva, es la conciencia de
los límites de la naturaleza humana, fundamentalmente de la voluntad. En virtud
de lo dicho, nos proponemos aquí demostrar que, en la ética agustiniana, la con-
sideración metodológica de las circunstancias particulares en las que se inscribe
la vida de cada hombre y la vida de los pueblos implica: en primer lugar, como
conditio sine qua non, tanto para la beata uita, como para la pax, acuerdo desde
el punto de vista de la razón, no de la fe; en segundo lugar, tolerancia religiosa e
inclusión de la diferencia en la ciuitas Dei; y en tercer lugar, una concepción de
la labor filosófica que, lejos de ser evangelizadora, es antes bien pedagógica.
Ahora bien, está claro que de las múltiples cuestiones que aborda a
lo largo de toda su vida, hacer del hombre un ser dichoso es la que con-
centra sus mayores esfuerzos y donde todas las demás confluyen, pues
al querer resolverlas no pretende otra cosa más que allanar el camino de
quien anhela conquistar la felicidad. Todavía más, porque es un pensa-
dor premoderno, entiende que el hombre es un ser social por naturaleza
y, por tanto, que la realización del individuo depende de la del conjunto
y la del conjunto de la de los individuos que lo constituyen (ciu. 19, 7).
Llegar a ser feliz, por consiguiente, no sólo es un problema para cada
hombre, sino también para la sociedad.
En virtud de lo dicho y a la luz de nuestro propio tiempo –clara-
mente una época de crisis, de cambio de paradigma–, tal vez uno de los
aportes más sobresalientes del hiponense lo constituya su ciuitas Dei.
Más específicamente aun, el hecho de que –como dijimos antes–, siendo
un pensador premoderno, abiertamente creyente y que no concibe ver-
dadera filosofía fuera de la tradición cristiana, haya construido su utopía
pensando que la mejor de las sociedades posibles exige armonía, no uni-
formidad de creencias. Tal es así, que lo único que Agustín reclama por
igual a todos los hombres que aspiran a la realización, ya sea individual,
ya sea colectiva, es la conciencia de los límites de la naturaleza humana,
fundamentalmente de la voluntad.
Así pues, en esta ocasión, nos proponemos poner de relieve que, en
su sistema, la consideración metodológica de las circunstancias parti-
culares en las que se inscribe la vida de cada hombre y la vida de los
pueblos implica: en primer lugar, como conditio sine qua non, para la
realización del hombre en sociedad, acuerdo desde el punto de vista de
la razón, no de la fe; en segundo lugar, tolerancia religiosa, inclusión de
la diferencia en la ciuitas Dei; y en tercer lugar, una concepción de la
labor filosófica que es fundamentalmente pedagógica.
Pues bien, Agustín define a la beata uita como aquella vida en la
que se posee lo que se desea, siempre que se desee lo que es debido
desear. ¿Qué es debido desear? Lo propio. ¿Qué es lo propio? Aquel
bien que no puede sernos quitado contra nuestra voluntad. Esto signifi-
ca que no puede sernos arrebatado ni por una voluntad ajena, ni por la
fortuna, ni por el mero devenir capaz de acabar con la existencia tanto
LA CIUDAD DEL DIOS QUE SE DICE DE MUCHAS MANERAS 53
1
Ésta es la obra donde Agustín aborda por primera vez la dimensión social del
problema que venimos tratando. Más específicamente aún, son los últimos cuatro
libros de La ciudad de Dios la pieza fundamental para entender por qué “ser feliz”
es lo mismo que “vivir en paz”. El propio Agustín sugiere en sus Retractaciones que
pueden ser leídos como una unidad separada del resto, ya que allí se concentra por
completo en el fin propio de la humanidad.
54 DIANA FERNÁNDEZ
armonía, donde, desde el punto de vista del orden del ser, lo inferior
se mantiene dócilmente subordinado a lo superior. Esta acepción nos
permite así distinguir distintos tipos de paz según cuales sean las partes
que se pongan en relación (ciu. 19, 13, 1). En sentido estricto, el hipo-
nense define a la pax como aquella armonía que corresponde disfrutar
exclusivamente a la sociedad de los justos y que consiste en la ordenada
subordinación de éstos con respecto al único soberano legítimo, es decir,
el Creador. Con el fin de distinguirla de los otros tipos de paz, acuña la
expresión “pax in uita aeterna” (ciu. 19, 11).
Es conveniente recordar, a esta altura, que La ciudad de Dios es
una obra que el santo doctor escribe en ocasión de la toma de Roma por
las huestes de Alarico. En momentos en que el pilar de Occidente ha
caído en manos del enemigo y todo parece perdido, se reaviva la crítica
que señala al cristianismo como causa última del desastre. Agustín,
entonces, construye su utopía dando respuesta a esta acusación, con un
argumento que no es original, ni propio: si el Imperio ha caído no es por
causa del cristianismo, sino por la corrupción de las costumbres –de la
moral– de su pueblo.
Para fundamentar su respuesta se apoya en la definición de res pu-
blica ciceroniana. De acuerdo con la interpretación agustiniana hay res
publica siempre que en un pueblo existe iustitia, entendida ésta como
ese estado de derecho fundado en el interés común que da a cada uno
lo que le corresponde. Allí donde ese interés no existe y no hay iustitia,
tampoco hay res publica. El hiponense concluye entonces que al co-
rromperse la moral romana desaparece el suelo fértil para que germine
el estado de derecho que ella exige (ciu. 19, 21). Claro está que para
nuestro filósofo hay un único objeto legítimo de interés común y por
ende capaz de generar un estado de derecho tal que reine la justicia, de
manera que para él sólo habrá res publica, en clave ciceroniana, cuando
la sociedad tenga la mira puesta en la consecución de lo propio de la
naturaleza humana2.
2
Sólo podemos hablar de res publica romana, si la definimos como unidad ar-
mónica de sus miembros en virtud de la comunidad sustentada en un mismo interés,
lo que no necesariamente conlleva justicia, porque ella depende de la legitimidad del
objeto amado (ciu. 19,24).
LA CIUDAD DEL DIOS QUE SE DICE DE MUCHAS MANERAS 55
3
Mientras el tiempo comienza con la creación, la historia lo hace con el hombre,
porque ella sólo es posible siempre que haya un sujeto capaz de advertir el devenir y
su sentido inmanente. Podemos, por tanto, afirmar con Sciacca que la historia es el
tiempo de la conciencia y agregar que en este caso se trata de la conciencia colectiva
(Sciacca, 1954:192).
4
Agustín reconoce, en la naturaleza humana, algo así como un cierto instinto
de auto-conservación, por el cual no fue preciso que se le diera al hombre un man-
56 DIANA FERNÁNDEZ
damiento para que se amara a sí mismo o a lo inferior con respecto de sí. En virtud
de ese instinto, pues, todos los hombres harán uso de la creación para la vida en este
mundo (doctr. chr. 1, 24, 27).
5
No estamos diciendo aquí que Agustín retome conscientemente la ética aris-
totélica o la metafísica filoniana, sino simplemente que elementos de una y otra son
LA CIUDAD DEL DIOS QUE SE DICE DE MUCHAS MANERAS 57
7
Los siete pasos son los siguientes: fides (momento de la fe); pietas (momento de
la scientia de la verdad revelada); scientia (momento del conocimiento cierto relativo
a la creación y el orden); labor (momento del esfuerzo que resiste a la coacción de
lo inferior); consilium Dei (momento de la fortitudo, la temperancia, la iustitia y la
prudentia); munditia cordis (momento en que se alcanza la plenitud en cuanto a la
facultad capaz de contemplar directamente la Verdad); sapientia (momento de la con-
templación directa de la Verdad). En las distintas versiones de este esquema, Agustín
hace una única modificación y es con respecto al séptimo paso: hasta el año 396, en la
misma medida en que sostiene que la beata uita es posible en la vida terrena, suscribe
la idea de que el séptimo momento es asequible en ella. A partir del año 396, cuando
en La doctrina cristiana concluye que la beata uita exige eternidad y por ende no es
cosa de este mundo, posterga el séptimo paso hasta después del juicio final (s. dom.
m. 3 y 4; uera rel. 26; doctr. chr. 2,7,9-10).
60 DIANA FERNÁNDEZ
8
Éste es el argumento que Agustín utiliza para contrarrestar el escepticismo
académico.
LA CIUDAD DEL DIOS QUE SE DICE DE MUCHAS MANERAS 61
“Ciertos hombres, adormecidos –por así decir–, «de tal manera» que ni
estaban enteramente poseídos del sueño de la ignorancia, ni podían por
completo despertar a la luz de la sabiduría, ante la innumerable variedad
de costumbres, juzgaron que no existía la justicia en sí misma, sino que,
para cada nación, su propia costumbre era justicia. Como la costumbre
es diversa para cada nación y la justicia debe permanecer inmutable,
«les pareció» evidente que jamás existió la justicia. Los que «tal cosa»
pensaron, no entendieron –por no citar otras muchas– la siguiente
máxima: lo que no quieres que hagan contigo, no lo hagas tú a otros, lo
cual no puede en modo alguno variar, por mucha que sea la diversidad
62 DIANA FERNÁNDEZ
BIBLIOGRAFÍA
SCIACCA, M.F. (1954). “Il concetto di storia in S. Agostino”: Coloquio Agusti-
niano, Zaragoza, 3-6 de octubre de 1954.
LA FILOSOFÍA ANTE LAS CIENCIAS EN EL DE ORDINE ∗
Silvia Magnavacca
UBA – CONICET
Buenos Aires
silmagna@ciudad.com.ar
Resumen
En este trabajo se aborda la vinculación entre las ciencias o, como se las
denominaba entonces, las artes, y la filosofía, en las primeras obras de la pro-
ducción agustiniana, los así llamados “diálogos filosóficos”, tomando como texto
central el De ordine. Se articula en cuatro momentos. En el primero, se circuns-
cribe la exposición a esa primera etapa, advirtiendo sobre una variación en el
pensamiento de san Agustín durante la segunda, posterior al De doctrina chris-
tiana. A la vez, se mencionan algunos supuestos fundamentales del hiponense en
el tema abordado. La segunda se dedica a examinar aquellos pasajes del diálogo
mencionado en que Agustín expresa su valoración de las artes y se subraya su
concepción sobre el carácter propedéutico de ellas. En la tercera, se señalan las
advertencias agustinianas acerca de un abordaje equivocado de las ciencias,
así como sobre el riesgo de suponer que agotan todo el posible saber humano.
Finalmente, en la cuarta parte, se examinan, en primer lugar, las razones de la
necesaria confluencia de la cultura científica en la filosofía como culminación
del saber no revelado; en segundo término, se hace referencia a la continuidad,
en lo que se ha llamado “la segunda etapa” del pensamiento agustiniano, en la
concepción de la sabiduría.
SUPUESTOS
Hay autores en los que, sea porque su producción se extiende a lo
largo de muchos años, sea por características individuales o por cual-
quier otra razón, la evolución del propio pensamiento se torna particu-
larmente atendible. En nuestra opinión, san Agustín es uno de ellos, por
lo cual, metodológicamente hablando, la consulta permanente de las
*
Ponencia leída en el marco de las Primeras Jornadas de Estudios Patrísticos,
BIBCISAO (Biblioteca y Centro de Investigación San Alonso de Orozco de la Orden
de San Agustín), Buenos Aires (Av. Nazca 3909), 4 de diciembre de 2009.
64 SILVIA MAGNAVACCA
que, a su vez, pueden descubrirse también por medio del arte, o bien de
la experiencia. Aristóteles había especificado que el arte es un estado de
capacidad para hacer o producir algo, capacidad que implica el concurso
del razonamiento y del método. Quedaba pendiente, sin embargo, el
problema de la clasificación de las artes, cuestión en la que se empeñará
particularmente la Edad Media desde sus comienzos, siendo uno de los
primeros intentos en tal sentido el que aparece en un autor muy citado
por Agustín: Varrón (cf. Disciplinarum libri IX). La primera gran divi-
sión es la que se establece entre las artes manuales o mecánicas y las que
dependen directamente del alma, de la cual, como es libre respecto del
cuerpo, provienen las artes liberales, divididas a su vez, como se recor-
dará, en quadriuium, que comprende aritmética, geometría, astronomía
y música, es decir, las claves o cifras del orden cósmico; y triuium, que
abarca gramática, retórica y dialéctica, o sea, las que regulan el discurso
humano sobre lo real.
Veamos cómo considera Agustín las ciencias del quadriuium La
aritmética, sobre la que dirá que no es invención humana sino realidad
observada y expresada por los hombres (doctr. chr. 2, 38, 56), se define
como la scientia bene numerandi. Es sobre huellas agustinianas que
Boecio dará la célebre caracterización de la aritmética: como la repre-
sentación cuantitativa y numérica de la realidad, reivindicándola como
el primer acceso a la formalidad de los ejemplares divinos que encierran
en sí mismos la originaria verdad de todo lo que existe. La geometría,
a cuya importancia Agustín dedica varios párrafos (qu. an.12, 19), es
ars bene metiendi omnem quantitatem mensurabilem; consiste en el
estudio de las figuras ideales, tanto las de la geometría plana como las
de la geometría del espacio, siendo su objeto formal las demostraciones
concernientes a ellas.
La astronomía, que trata, matemáticamente, de los cuerpos celestes
regulatis per motum, merece párrafo aparte. En el mismo De ordine 2,
15, 42, el hiponense la considera un gran espectáculo para las almas
que buscan a Dios. Pero añade al mismo tiempo que es una gran difi-
cultad para los que sólo están animados por la curiosidad. El problema
estriba en que, en tiempos de Agustín, no se distinguía nominalmente
la astronomía de lo que hoy denominamos “astrología”. El hiponense
66 SILVIA MAGNAVACCA
1
La traducción de este pasaje y las traducciones de los que siguen en el presente
trabajo son propias, así como las eventuales cursivas.
LA FILOSOFÍA ANTE LAS CIENCIAS EN EL DE ORDINE 67
depende de la actitud subjetiva con la que se las encare. Una vez más, lo
que subyace en esa diferencia jerárquica es el discernimiento entre una
verdad eterna relativa y su Principio, que es igualmente eterno, o sea
que se distingue entre el valor absoluto de lo fundante y el relativo de lo
fundado, es decir, de las leyes universales. Es, entonces, el valor diverso
de estos objetos posibles de conocimiento lo que determina un valor
diferente a los “saberes” que de ellos se puede derivar, y es necedad no
distinguirlos. La curiosidad del necio es, pues, vana en la medida en que
no discierne. Más todavía lo es cuando no discierne entre el ámbito de
lo verdadero aunque mutable y el de lo falso.
Por lo demás, se decía que el principio “res non uerba” sugiere una
cierta preferencia agustiniana por el quadriuium, esto es, por las dis-
ciplinas de lo real, respecto del triuium, o sea, por las artes del sermo.
Es difícil sustraerse a la impresión de que subyace en esto un temor
de Agustín, muy reiterado en sus obras: es el temor a la tendencia del
hombre a construir con la palabra, es decir, con su propio verbo, un
mundo propio que lo encierre sobre sí mismo especularmente y lo aleje
del Verbo divino, precisamente como Forma de todas las formas, según
declara en el De diuersis questionibus, es decir, como conteniendo el
plan de toda la realidad.
En ese contexto de advertencia sobre una pura verbosidad, se añade
la que concierne al modus, justamente en el sentido de moderación, en
estas disciplinas. La moderación está llamada a neutralizar la vanidad
–mejor aún, la vacuidad– de una mera erudición que sólo tuviera fin en
sí misma. La advertencia obedece, entonces, al hecho de que, asumido
su estudio de esa manera, vanamente erudita, en lugar de remitir a quien
las cultiva a la contemplación del ordo uniuersalis, obstaculizaría su
camino, al enclaustrarlo en lo que hoy denominaríamos “tecnicismo”.
En tal sentido, cabe aclarar que, “paradójicamente, Agustín, a quien se
debe la estructura y el sistema de ideas que dominarán las enciclopedias
por espacio de casi mil años, muestra en varios aspectos, en éste y otros
textos, una decidida aversión al enciclopedismo” (Fumagalli, 1981:58).
Con esto se vincula también la exhortación agustiniana a rehuir la
uana curiositas en lo que concierne al cultivo de las ciencias. En el De
musica, por ejemplo, se lee una verdadera invectiva contra ella (mus.
LA FILOSOFÍA ANTE LAS CIENCIAS EN EL DE ORDINE 71
FILOSOFÍA Y SABIDURÍA
Ann Malingrey, en un viejo pero todavía vigente trabajo (Malin-
grey, 1965), diseñó las dos vertientes clásicas, que se perfilan entre la
Antigüedad y la Patrística, sobre la noción de filosofía y la que le está,
aun etimológicamente, vinculada, la de sabiduría. De un lado, se tiene
una visión de la filosofía que la entiende como saber riguroso, de límites
temáticos nítidamente establecidos, y con reglas que técnicamente pre-
siden su ejercicio. Desde luego, se trata, en este caso, de la filosofía de
corte aristotélico que resurgirá triunfante en la madurez del siglo XIII.
De otro, y casi contemporáneamente, también se esbozó un concepto
de filosofía que la encara como una escuela de vida, una preparación
para la muerte y, siempre, un saber de salvación, perspectiva esta última
predominante en la Patrística.
Se podría decir que, en cierto sentido, la figura de Agustín opera,
históricamente, a modo de gozne entre ambas concepciones. En efecto,
si bien se advierte en su pensamiento, al fin de cuentas, una clara orien-
tación hacia la segunda acepción del concepto que nos ocupa ahora, no
es menos cierto que, como se puede ya sospechar por lo expuesto hasta
aquí, recoge la herencia de la disciplina rigurosa de las artes liberales,
rigor que culmina en el saber filosófico.
72 SILVIA MAGNAVACCA
BIBLIOGRAFÍA
FUMAGALLI BEONIO BROCCHIERI, M. T. (1981). Le enciclopedie dell’occidente
medievale. Torino. Loescher.
MALINGREY, A. (1965). “Philosophie”. Histoire d’une mot. Paris. Vrin.
M ARROU, H. (1958). Saint Augustin et la fin de la culture antique. Paris.
Boccard.
LA OBJETIVACIÓN DE LA MUJER
EN ALGUNOS ESCRITOS DE SAN AGUSTÍN DE HIPONA*
Resumen
San Agustín de Hipona fue uno de los autores que más ayudó a entrelazar y
fusionar armónicamente los legados de Jerusalén, Atenas y Roma dando origen
y consistencia a la “cultura occidental”. Su peculiar objetivación y valoración de
la mujer influyó en muchos pensadores posteriores, tuvo y tiene consecuencias
en prácticas sociales que determinaron por siglos el lugar de las mujeres en el
matrimonio, la iglesia y la sociedad civil, marcando territorios y forjando sub-
jetividades. Aunque en algunas de sus teorías se atiene al paradigma científico
de su mundo, en otras muestra su genialidad y un aprecio, poco común entre los
pensadores de la antigüedad y del medioevo, por aquellas que tienen el mismo
sexo de Eva y de María.
INTRODUCCIÓN
Aurelius Augustinus (Hipponensis), nació en Tagaste (norte de Áfri-
ca) el 13 de noviembre de 354 y murió en Hippo Regius o Hipona, sitia-
da por los vándalos, el 28 de agosto de 430. De modo que vivió con un
pie en la edad antigua, que se desmoronaba, y otro en la medieval, que
despuntaba y debía ser organizada. Es considerado uno de los hombres
que ejerció mayor influencia no solo en el ámbito de la teología cristiana
occidental sino también en toda la cultura de Occidente durante su larga
vida y hasta nuestros días. Buscador incansable, perteneció durante años
al grupo de los maniqueos y abrevó en el pensamiento neoplatónico y
en los clásicos latinos, sirviéndose de muchas de sus categorías para
transmitir la fe cristiana que en ese momento se hallaba todavía en ple-
*
Ponencia leída en el marco de las Primeras Jornadas de Estudios Patrísticos,
BIBCISAO (Biblioteca y Centro de Investigación San Alonso de Orozco de la Orden
de San Agustín), Buenos Aires (Av. Nazca 3909), 4 de diciembre de 2009.
76 GERARDO GARCÍA HELDER
de los textos sagrados (elementos que hay que tener muy en cuenta a
la hora de interpretar para no sacar conclusiones diferentes a las que
los autores materiales de los textos intentaron comunicar) y la férrea
convicción de que el principio generativo de los seres humanos es una
prerrogativa exclusiva de los varones. Sin embargo, en algunos aspectos
de su discurso, que aquí intentaremos señalar, este padre de la cultura
occidental muestra su talento y genialidad, tomando distancia tanto del
pensamiento maniqueo como del neoplatónico –de los cuales en algún
momento participó– en su particular conceptualización y valoración de
la mujer.
los relatos del Génesis leídos como si fueran una historia y no un mito:
“Y llamó el varón a su mujer como llama el que es superior al inferior,
diciendo: esto es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Tal vez dijo
hueso de mis huesos dando a entender la fortaleza y carne de mi carne
indicando la templanza ya que se demuestra que estas dos virtudes
pertenecen a la parte inferior del alma a la cual gobierna la prudencia
racional. De lo que se dijo: y ésta se llamará mujer porque ha sido to-
mada del varón, no se deduce claramente en la lengua latina el origen y
la interpretación del nombre, pues no se ve que exista semejanza entre
las palabras mujer y varón, mas en la lengua hebrea se dice que suena
de tal modo como si dijéramos ésta se llamará «varona», porque fue to-
mada del varón. En latín, «uirago o uirgo», varona o virgen, tiene cierta
semejanza con el nombre de varón, «uir»; mas el de mujer, «mulier»,
no la tiene, pero esto, como dije, lo achacaremos a la diversidad de los
sonidos que tienen las diversas lenguas” (Gen. man. 2, 13, 18).
1
San Agustín es el creador de la denominación “pecado original”, no de la
teoría de una falta humana en los albores de la humanidad que era llamada “pecado
natural”.
2
Interesante es notar cómo Agustín explica la locución de la serpiente: “Aquel
que tiene la suprema potestad sobre todas las cosas que creó por medio de los ángeles
santos, los cuales se mofan del diablo, no permitió a éste, cuya malevolencia se con-
vierte en bien para la Iglesia de Dios, tentar a la mujer sino por medio de la serpiente,
y al varón por la mujer. Habló por la serpiente, usando de ella como de órgano y
moviendo su naturaleza, de la manera que él puede moverla y ella ser movida, para
formar el sonido de las palabras y los movimientos corporales mediante los cuales
entendiera la mujer la voluntad del tentador. No habló el demonio en la misma mujer,
siendo como era criatura racional, que podía usar de su propia facultad para confec-
cionar las palabras. Todo su trabajo consistió en sugerirla y persuadirla, valiéndose
interiormente de la oculta influencia que él había obrado exteriormente mediante la
serpiente” (Gen. litt. 11, 27, 34).
3
Así razona Agustín: “[El demonio] engaña mediante la mujer, pues no puede
nuestra razón ser arrastrada al consentimiento del pecado si no es cuando la decla-
ración fuere impulsada hacia aquella parte del alma, la que debe obedecer a la razón
como a varón que rige” (Gen. man. 2, 14, 20).
84 GERARDO GARCÍA HELDER
muerte. ¿O es que sabiendo Dios que había de hacer para el hombre una
mujer le mandó ordenadísimamente, de suerte que el precepto del Señor
llegase por medio del varón a la mujer? Esta norma observa en la Iglesia
el Apóstol al decir: si algo quieren las mujeres aprender, pregunten en
la casa a sus maridos (1 Cor 14, 35)” (Gen. litt. 8, 17, 36).
Para Agustín, como para muchos Santos Padres anteriores a él, el
origen del mal no hay que buscarlo en la materia sino en la inversión
del orden natural. Por eso cambiará magistralmente la denominación de
“pecado natural”, en boga entre los teólogos de su época, por “pecado
original”, para mostrar que la falta no se debe a los componentes natu-
rales del ser humano, que son buenos por proceder de Dios, sino a un
mal uso de su libertad. En realidad, para él, el mal es solo carencia de
bien o mal uso de algo bueno.
Para la concepción cristiana, después del pecado original la natura-
leza del hombre quedó herida (los luteranos y otros reformados llegan a
decir “corrompida”) y necesitada de nuevos medios y andamiajes para
no sucumbir en la ruina total. Después de transgredir la ley de Dios, el
ser humano se encontró debilitado y comenzó a tener en sus miembros
una ley opuesta a su espíritu. Desde entonces no tiene la misma posi-
bilidad de controlar el ímpetu de la sexualidad que el movimiento de
sus ojos, labios, lengua, manos, pies y otras partes de su cuerpo (nupt.
et conc. 1, 6, 7), que se someten con más docilidad a su voluntad. Su
naturaleza se encuentra desquiciada, “a su capricho contra el señorío de
la razón” (pecc. mer. 2, 22, 36). La concupiscencia, que no debe identi-
ficarse con el pecado original, ha sido causada por él, es mala e inclina
a la maldad.
Como después del pecado, el ser humano necesita de una asistencia
especial de Dios para mantenerse en su servicio sometiendo su libre
albedrío a la razón, Agustín muestra al creador ofreciendo de inme-
diato una ayuda a la pareja caída, prometiendo que el orden original
sería finalmente restaurado cuando uno del linaje de la mujer aplastara
definitivamente la cabeza del tentador. Agustín interpreta entonces la
última parte de la sentencia bíblica de Génesis 3, 16, como si fuera no
tanto un castigo a la mujer por su mala acción cuanto una invitación a
volver a su posición de subalterna y a dejarse dominar de acurdo a lo
establecido en el orden natural. Castigo del pecado serían la muerte,
LA OBJETIVACIÓN DE LA MUJER EN ALGUNOS ESCRITOS DE SAN AGUSTÍN DE HIPONA 85
generación de los hijos, así como la tierra es una ayuda para la semilla,
puesto que de una y otra nacen las plantas. Efectivamente, esto se decía
en la primera creación de los seres, varón y mujer los hizo Dios y los
bendijo diciendo: creced y multiplicaos, y llenad la tierra y dominadla.
Este motivo de la creación y de la unidad del hombre y la mujer y la
bendición no desapareció después del pecado y castigo del hombre. Ella
es la que en la actualidad conserva la tierra poblada de hombres que la
dominan” (Gen. litt. 9, 3, 5).
Agustín es en esto taxativo y las citas al respecto son abundantes.
Unas como muestra: “Si se me pregunta para qué ayuda del hombre fue
hecho aquel [otro] sexo, considerando todas las cosas con la mayor dili-
gencia que puedo, no se me ocurre otro motivo, sino para que la tierra se
llenara por la estirpe de ellos” (Gen. litt. 9, 11, 19) y “¿por qué otra cosa,
según esto, se buscó una ayuda [para el hombre] en el sexo femenino,
sino para que sembrando el género humano en la naturaleza de la mujer,
ésta siendo como la fecundidad de la tierra ayudara al nacimiento de los
hombres?” (Gen. litt. 9, 10, 15).
Y de esa identificación reductora “mujer = madre” sacará conse-
cuencias tan extremas como la justificación de la poligamia de los Pa-
triarcas. Casi podría decirse que para Agustín, al menos en este caso, el
fin (la progenie) justificaría los medio (el tipo de contrato social). Expo-
niendo los principios doctrinales cristianos, no duda en afirmar que “la
causa de la necesidad de sucesión hacía inculpable la costumbre de que
un hombre pudiera tener muchas mujeres a la vez; por la misma razón
no se tenía por honesto el que una mujer pudiera tener muchos maridos.
Como la mujer no es más fecunda por tener muchos maridos, por eso
más bien es torpeza de ramera buscar ganancia o hijos públicamente.
La Sagrada Escritura no culpa lo que en este linaje de costumbres ha-
cían los santos de aquel tiempo sin liviandad, aunque eran cosas que no
pueden hacerse ahora sino por liviandad” (doctr. chr. 3, 12, 20). Y así, al
tiempo que como exégeta justifica a los justos del Antiguo Testamento,
como prudente Pastor ataja la posibilidad de que sus feligreses se sientan
tentados de imitar a los santos Patriarcas.
Y siguiendo con esta lógica del sexo subordinado a la procreación
dirá que “si conforme a aquel tiempo pudo alguno usar castamente de
LA OBJETIVACIÓN DE LA MUJER EN ALGUNOS ESCRITOS DE SAN AGUSTÍN DE HIPONA 87
CONCLUSIÓN
San Agustín de Hipona ha sido acusado muchas veces de misógino
y antifeminista y en realidad algunas de sus expresiones, si fueran dichas
por un pensador actual, podrían justificar esos calificativos. Pero Agus-
tín vivió en la bisagra de los siglos IV y V y fue hijo de su tiempo en
muchos aspectos. No obstante, y a pesar de ser un heredero respetuoso
del saber adquirido y transmitido por griegos, latinos y judíos, muchas
veces tomó distancia de los pensadores considerados “autoridades” en el
mundo antiguo y defendió la bondad esencial de la mujer por el simple
hecho de ser creatura de Dios.
Incluso al explicar el relato del pecado original, consecuencia de un
desorden y causa de todos los demás desórdenes, parece paliar el grado
de responsabilidad de la mujer que fue engañada a causa de su falta de
LA OBJETIVACIÓN DE LA MUJER EN ALGUNOS ESCRITOS DE SAN AGUSTÍN DE HIPONA 89
BIBLIOGRAFÍA
DUSSEL, E. (1974). El dualismo en la antropología de la cristiandad. Buenos
Aires. Guadalupe.
LÓPEZ AZPITARTE, E. (2001). Simbolismo de la sexualidad humana. Criterios
para una ética sexual. Santander. Sal Terrae.
NOS MURO, L. (2007). Agustín de Hipona, ni ángel ni demonio: hombre. Bue-
nos Aires. Religión y Cultura /A.MI.CO.
EL SIGNO ESCRITURAL EN SAN AGUSTÍN∗
Valentín Cricco
Universidad de Morón
Buenos Aires
Resumen
El desarrollo espiritual de la conversión de san Agustín a la fe cristiana
ha merecido múltiples interpretaciones desde variadas perspectivas, ya sea
teológicas, filosóficas o psicológicas cuyas motivaciones se reconocen ya sea
en el misterio de la gracia como dimensión sacramental, o en el retorno a
sí misma del alma en su transformación en lo “Uno”, al modo neoplatónico
que Agustín tenía presente por sus lecturas de Plotino, o bien por factores
psicológicos desde una conversión interior hacia el nuevo objeto del deseo. El
camino y las imágenes de la conversión, que Agustín describe en el Libro VIII
de Confessiones y que pueden servir de fundamento al diálogo De magistro,
refieren la experiencia personal e íntima de las tres etapas de la función psíqui-
ca del convertere con sus momentos de la dispersión, de la crisis intermedia
y del retorno a la unidad del alma o, como él las nombra, desde la aversio, a
través de la peruersio hasta resolverse en la reuersio1.
*
Ponencia leída en el marco de las Primeras Jornadas de Estudios Patrísticos,
BIBCISAO (Biblioteca y Centro de Investigación San Alonso de Orozco de la Orden
de San Agustín), Buenos Aires (Av. Nazca 3909), 4 de diciembre de 2009.
1
“Uiuit apud te semper bonum nostrum, et quia inde auersi sumus, peruersi
sumus. Reuertamur iam, Domine, ut non auertamur…” (conf. 4, 16, 31)
92 VALENTÍN CRICCO
2
“Pues el Para-sí tiene la existencia de una apariencia acoplada con el testigo
de un reflejo que remite a un reflejante, sin que haya objeto alguno de que el reflejo
sea reflejo. El Para-sí no tiene ser, porque su ser es siempre a distancia…” (Sartre,
1966:178).
94 VALENTÍN CRICCO
3
“Por otra parte, si la huella remite a un pasado absoluto es porque nos obliga a
pensar un pasado que sólo puede comprenderse en la forma de la presencia modifica-
da, como un presente-pasado” (Derrida, 1978:86).
EL SIGNO ESCRITURAL EN SAN AGUSTÍN 97
4
“L’actualisation, la différenciation, en ce sens, est toujours une véritable créa-
tion… S’actualiser, pour un potentiel ou un virtual, c’est toujours créer les lignes
divergentes qui correspondent sans ressemblance á la multiplicité virtuelle” (Deleuze,
1993:273-274).
98 VALENTÍN CRICCO
5
“La significación sólo se forma, así, en el hueco de la diferencia: de la discon-
tinuidad y de la discreción, de la desviación y de la reserva de lo que no aparece”
(Derrida, 1978:90).
6
“Dès lors, comprendre, c’est se comprendre devant le texte. Non point imposer
au texte sa propre capacité finie de comprendre, mais s’exposer au texte et recevoir
de lui un soi plus vaste, qui serait la proposition d’existence répondant de la manière
la plus appropriée a la proposition du monde” (Ricoeur, 1986:116-117).
EL SIGNO ESCRITURAL EN SAN AGUSTÍN 99
tivo de esta relación pacífica sin frontera o sin negatividad alguna con el
Otro, se producen el lenguaje. El lenguaje no pertenece a las relaciones
que se pueden traslucir en las estructuras de la lógica formal: es contacto
a través de una distancia, relación con lo que no se toca, a través de un
vacío” (Levinas, 1977:190).
La escritura es, así, en Agustín el lugar en que Dios se sigue mani-
festando. No es que él, con su escritura, se coloque en el lugar de Dios;
es algo mucho más grave: coloca a Dios, un Dios presente sin ubicación
y eterno sin tiempo (tr. 5, 1, 2), enigmático e indefinido pero poderoso,
en el lugar de la Escritura.
BIBLIOGRAFÍA
DELEUZE, G. (1993). Différence et répetition. Paris. PUF.
DERRIDA, J. (1978). De la gramatología. México. Siglo XXI.
LEVINAS, E. (1977). Totalidad e infinito. Salamanca. Sígueme.
RICOEUR, P. (1986). “La fonction hermenéutique de la distanciation”: ÍDEM, Du
texte à l’action. Essais d’herméneutique, II. Paris. Esprit/Seuil.
SARTRE, J. P. (1966). El ser y la nada. Buenos Aires. Losada.
CIENCIA Y HUMANIDADES
EN FRAY ALONSO DE LA VERACRUZ
Armando Barrañón
Universidad Autónoma Metropolitana
Azcapotzalco, Cd. de México
armandobarranon@yahoo.com. mx
Resumen
En este artículo se describe el papel central de la cartografía en la expansión
transpacífica española. Describimos posteriormente el humanismo inspirado en
la Escuela de Salamanca que caracteriza a la contribución del agustino Fray
Alonso de la Veracruz al derecho agrario de su tratado De Decimis. Además
probamos que fray Alonso culminó su proyecto educativo novohispano centrado
en el modelo universitario de Salamanca y que se tradujo en una escuela cosmo-
gráfica novohispana. Mostramos también como empleó fray Alonso la pirámide
visual para explicar racionalmente fenómenos ópticos y rechazar supersticiones
de su época sobre el poder de la visión. La distribución de los tratados veracro-
cianos en Europa puede apreciarse al constatarse su presencia en Polonia como
resultado de la alianza entre las coronas polaca y española. Concluimos con una
apreciación del impacto que tuvo la detección agustina del tornaviaje.
maban que todas esas islas habían sido cedidas por la corona española en
el tratado de Zaragoza de 1529. Finalmente Villalobos tuvo que regresar
a Europa por la India ya que el Rey de España confirmó el derecho de
los portugueses sobre los territorios que habían sido cedidos a la corona
portuguesa.
La intensa experiencia veracrociana en Tiripetío fue un antecedente
importante para la fundación de la Universidad Mexicana, que para va-
rios historiadores puede considerarse creación de fray Alonso, aunque
había sido solicitada su fundación desde 1537 por el obispo Zumárraga
y con el respaldo del virrey Mendoza. En la Universidad Mexicana fray
Alonso recibió la cátedra de Sagrada Teología con el compromiso de
impartir cinco cursos de Sagradas Escrituras y Teología Escolástica,
además de recibir el título de Maestro en Artes. A la orden agustina se le
ha asignado el mérito de fundar la Universidad Mexicana y al principio
del siglo XVII había graduado tantos doctores agustinos la Universidad
Mexicana que formaban un tercio de la asamblea (Cuevas, 1942:176-
177). Y siendo egresado de la Universidad de Salamanca, fray Alonso
procuró que la Universidad siguiera los lineamientos de la universidad
salamantina, cosa que siempre fue reconocida. Una prueba del ambiente
tolerante que reinaba en la Universidad de Salamanca en el siglo XVI
fue la aprobación del sistema copernicano por el agustino fray Diego de
Zúñiga lo que llevó a la enseñanza de Copérnico en Salamanca desde
1561. Gracias a la fundación de universidades y colegios en los virreina-
tos españoles durante el siglo XVI, como la de Santo Domingo en 1535,
las de México y Lima en 1551 y el Colegio del Rosario en Colombia
en 1580, se pudieron alcanzar éxitos como el desarrollo del proceso de
amalgamación en Zacatecas en 1555 y los estudios antropológicos de
Sahagún (Roche, 1976). La posesión, dominio y usufructo de los territo-
rios americanos por la corona española originó expediciones científicas
del más alto nivel desde el siglo XVI como la de Francisco Hernández,
encargado de informarse sobre los médicos, cirujanos, botánicos y cu-
randeros indígenas que empleasen hierbas, árboles y plantas medicina-
les. Sobre la continuidad de este proyecto educativo real a través de los
siglos en la Nueva España, baste decir que durante el período colonial
la Universidad de México, la primera fundada en América del norte en
110 ARMANDO BARRAÑÓN
conjuntiva se halla toda la sustancia del ojo, con un orificio por el que
atraviesan las imágenes hasta llegar al nervio óptico. Las especies de las
cosas vistas pasan por el humor acuoso que es contenido por una tela
blanca y gruesa. La facultad visiva es conducida al cerebro mediante los
nervios ópticos y la imagen se forma al acoplarse los nervios ópticos que
proceden de los dos ojos. Al aumentar la distancia disminuye la visión y
una disposición alterada de los órganos visuales puede alterar también
la visión. Para fray Alonso la visión es una potencia pasiva ya que se da
mediante una reflexión interna (Veracruz, 1942:36).
Considerando estos humores y túnicas como lentes esféricas,
Leonardo da Vinci dibujó posteriormente la trayectoria de los rayos
de luz y demostró que la pirámide visual no podía explicar porqué un
objeto pequeño no puede bloquear la imagen de un cuerpo grande. Sin
embargo, estas objeciones de Leonardo da Vinci a los perspectivistas
no impidió que la perspectiva hubiera sido ampliamente en la pintura
y la elaboración de planos. De hecho, Da Vinci en lo sucesivo habló de
perspectiva natural (prospettiva naturale) y perspectiva del arte (pros-
pettiva accidentale).
En consecuencia, en la Physica Speculatio fray Alonso explica la
pirámide visual como fundamento de esta prospettiva accidentale sin
dejar de explicar la morfología del órgano visual, pero sin abordar los
aspectos complejos de la refracción de los rayos de luz en el interior del
ojo. Curiosamente, todos los fenómenos ópticos que Leonardo describió
con las refracciones de los rayos de luz en el interior del ojo tampoco
fueron incluidos por Leonardo da Vinci en sus pinturas, lo que hubiera
revolucionado al arte de la pintura desde el siglo XVI (Kemp, 1977).
La concepción veracrociana de la visión es pasiva pues considera
que el ojo recibe los rayos de luz. Contrasta con la descripción que
hacían los tratados españoles de la época, que explicaban el mal de ojo
como consecuencia de las potencias activas de la visión que provocaban
la alteración de su entorno. Por ejemplo, Fray Alonso comenta que en su
época se creía que las viejas podían envenenar a los niños con sus vapo-
res venenosos que emitían los ojos de estas viejas (Veracruz, 1942:73).
Esta es una temática que abordó Francisco Pérez Cascales en su Liber de
affectionibus puerorum (1611) (Arana Amurrio, 2000). Con esta concep-
114 ARMANDO BARRAÑÓN
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APROXIMACIÓN A LA NOCIÓN DE MATERIA Y
ELEMENTO EN LA OBRA DE ALBERTO MAGNO
Resumen
Proclamado por Pío XII como el “cultorum scientiarum naturalium coelestem
apud Deum PATRONUM”1, Alberto Magno dedica gran parte de su investiga-
ción al estudio cosmológico del mundo natural. Se interesa, fundamentalmente,
por la cuestión del cambio, la materia, y la constitución última de toda entidad,
influenciado por el pensamiento aristotélico, platónico, y arábico2. En el presente
trabajo intentaremos exponer, aunque sea brevemente, el problema de la materia
y la incohatio formae en su relación con el cambio sustancial, como también la
cuestión sobre la naturaleza del elemento, y su ubicación en el universo natural.
Para esto, procuraremos analizar las obras albertinas más pertinentes, como
también sus fuentes y antecedentes.
1
James Weisheipl transcribe el texto completo: “Saint Albert the Great, Bishop,
Confessor, and Doctor of the Church, forever the PATRON before God of students of
the natural sciences with the supplemental privileges and honours which belong, of
its nature, to this heavenly patronage” (Weisheipl, 1980:47).
2
Su nacimiento se lo ubica entre los años 1193 y 1207, y su fallecimiento en el
1280. Para la biografía de Alberto Magno, consultar Tugwell, 1988; Kitchell y Res-
nick, 1999; Weisheipl, 1980:13-51; y Baldner, 2006b.
3
La bibliografía que sugiero consultar para esta temática es: Snyder, 1996:63-82;
Nardi, 1936:3-38; Baldner, 2006c y 2006e; y Dewan, 1984:295-307.
126 JIMENA PAZ LIMA
4
Para esto, ver también Snyder, 1996:74.
5
Cfr. Magni, Metaphys., Libro III, Tratado 3, cap. 1: “Licet enim causa unde
motus et materia et finis videantur mobilis in eo quod mobile est, esse principia, ta-
men… est materia non determinata per subiectum mutationis et motus, sed potius per
hoc quod ipsa est fundans ens et individuans et substans entitati et huiusmodi, quae
sunt ante motus subiectum, eo quod non subicitur mutationi et motui nisi fundatum
et individuum et substans”. Ver también Snyder, 1996:63.
6
Consultar también Snyder, 1996:63; Nardi, 1936:3-38; y Baldner, 2006c: 2.
7
Para esta cuestión, consultar: Magni, De caelo et mundo, Libro 3, Tratado 2,
cap. 8: “Nihil suscipit multas substantiales formas… per multas formas substantiales
poneretur in diversis speciebus”; Liber I Phys., Tratado 3, cap. 11-12. Ver también
Snyder, 1996:78; Baldner, 2006e:6; y Snyder, 1996:71.
APROXIMACIÓN A LA NOCIÓN DE MATERIA Y ELEMENTO EN LA OBRA DE ALBERTO MAGNO 127
8
Cfr. Magni, Metaphys., Libro I, Tratado 4, cap. 8; cap. 9: “Licet autem forma
nihil conferat materiae de esse materiae, eo quod esse materiae habet materia a
seipsa, tamen composito sola confert esse forma”. También ver Baldner, 2006c: 2.
9
Se puede consultar también: Snyder, 1996:75-76.
128 JIMENA PAZ LIMA
10
Para un estudio de los elementos en la doctrina de Alberto Magno, ver Baldner,
2006a: 1-9; y Reitan, 1996:83-101.
APROXIMACIÓN A LA NOCIÓN DE MATERIA Y ELEMENTO EN LA OBRA DE ALBERTO MAGNO 129
11
ARISTÓTELES, Metafísica, Libro V, 3: “Στοιχεϊον λέγεται εξ οϋ σύγκειται πρώτου
ενυπάρχοντος αδιαιρέτου τώ είδει είς έτερον εϊδος”. Consultar Baldner, 2006a: 3-4.
Además, Baldner sugiere ver, para un estudio más amplio de los elementos en Aris-
tóteles: Acerca de la generación y la corrupción, Libro II, 1-8; y Acerca del cielo,
Libro III, 3-8.
130 JIMENA PAZ LIMA
12
Para esta cuestión, Baldner sugiere consultar: Magni, De caelo et mundo, Libro
III, Tratado 2, cap. 1 y 8.
13
Cfr. Magni, De caelo et mundo, Libro III, Tratado 2, cap. 1: “Elementorum
formae dupliciter sunt, scilicet primae et secundae. Primae quidem sunt a quibus
APROXIMACIÓN A LA NOCIÓN DE MATERIA Y ELEMENTO EN LA OBRA DE ALBERTO MAGNO 131
est esse elementi substantiale sine contrarietate, et secundae sunt a quibus est esse
elementi et actio. Et quoad primas formas salvantur, meo iudicio, in composito…
et quoad secundas formas, sive quoad secundum esse non remanent in actu sed in
potentia”.
14
Es importante destacar que Santo Tomás de Aquino no acepta la tesis albertina
referida a las dos formas del elemento. Por el contrario, asegura que este último no
existe sustancialmente en el compuesto, sino que sólo se encuentran sus propiedades,
y que lo hacen en estado de remisión. Para esto consultar: Baldner, 2006a:6-9. Ade-
más, Baldner sugiere ver algunas obras del Aquinate: Suma teológica, Parte I, q. 16,
Art. 4, a 4; Cuestiones disputadas sobre el alma, q. 9, a 10.
132 JIMENA PAZ LIMA
15
Cfr. Magni, In II Sententiarum, Dist. 14, Art. 11, Solución: “scilicet secundum
naturam humidi interminati grossi, et sic per circulum non undique terminatur ad
terram: per hoc enim quod grossum elementum est, non complet sphaericam figuram,
sed circularem: quia non occupat tantum locum sicut aer, et ignis: et ideo etiam terra
adhuc habet minorem locum: quia in medio circa centrum locatur”.
APROXIMACIÓN A LA NOCIÓN DE MATERIA Y ELEMENTO EN LA OBRA DE ALBERTO MAGNO 133
CONCLUYENDO
La cosmología albertina, fundamentalmente en diálogo con la
doctrina aristotélica y arábica, representa un aporte capital para el es-
tudio físico-natural del cosmos. La investigación acerca de la materia
y elemento constituye un eslabón fundamental para el desarrollo de un
conocimiento pre-científico en el medioevo, y siembra camino fuerte
en el posterior despliegue de la ciencia a cargo de Copérnico y Gali-
leo. Su espíritu entusiasta y curioso le permite desarrollar un método
observacional que implica un gran avance con respecto al pensamiento
aristotélico. Alberto Magno constituye una autoridad en la historia de
la ciencia, en tanto se ha destacado en múltiples disciplinas tales como
física, geografía, astronomía, mineralogía, alquimia y biología. Se ha
convertido en uno de los pensadores más aclamados mientras aún vivía,
haciéndose merecedor del apodo Doctor Uniuersalis.
Queda pendiente, entonces, continuar analizando las obras alberti-
nas en futuros trabajos, de modo que podamos rescatar las enseñanzas
del maestro dominico, que hoy han quedado eclipsadas por la figura de
su discípulo Tomás de Aquino.
16
Se puede consultar: Reitan, 1996:92-93.
134 JIMENA PAZ LIMA
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ferencias dictadas acerca de “St. Albert the Great”. Oxford. Blackfriars
Hall, Trinity Term (Undergraduate Course), 1-10.
APROXIMACIÓN A LA NOCIÓN DE MATERIA Y ELEMENTO EN LA OBRA DE ALBERTO MAGNO 135
Resumen
La celebración de efemérides siempre ha sido aprovechada con fines apo-
logéticos para defender las propias ideas. Especialmente, cuando se honra
a personajes tan conocidos como Darwin, de quien este año celebramos el
aniversario de su nacimiento (1809) y el de la publicación de El Origen de las
Especies (1859). En realidad, no deberíamos extrañarnos demasiado de una
praxis ya bastante antigua. Y es que las mismas ideas de Darwin fueron utili-
zadas ideológicamente desde el mismo momento de su aparición. Recuérdese
a este propósito la correspondencia que Marx y Engels mantuvieron en 1859,
a raíz de la publicación de El Origen de las Especies1. No puedo sustraerme a
la impresión de que, también en nuestros días, está ocurriendo algo parecido.
Y que algunos de los que con tanto entusiasmo aplauden y celebran a Darwin,
no lo hacen por motivos científicos, sino porque ven en él un poderoso aliado
para defender sus prejuicios antirreligiosos. Lo que más complace a ciertos
pensadores no son las ideas del naturalista inglés sobre la selección natural,
sino el haber propuesto una alternativa plausible para explicar el orden de la
máquina del mundo sin necesidad de recurrir a un relojero (Dawkins, 1988;
Dennet, 1999).
*
Conferencia pronunciada en la Inauguración de curso en el Estudio Teológico
Agustiniano de Valladolid, el día 13 de octubre de 2009, publicada en Estudio Agus-
tiniano 45 (2010) 5-13.
1
Después de leer la obra de Darwin, Engels escribe a Marx: “Darwin… ganz
famos. Die Theologie war noch nicht kaputt gemacht. Das ist jetzt geschehen”. Y
éste le responde diciendo que la obra de Darwin “…die naturhistorische Grundlage
unserer Arbeit enthält”. Sobre la repercusión del darwinismo en los fundadores del
materialismo dialéctico puede verse: Núñez Ruiz, 1980.
138 MARCELIANO ARRANZ RODRIGO, OSA
ACLARANDO EQUÍVOCOS
El diálogo entre creyentes y no creyentes resulta con frecuencia in-
fructuoso porque los términos que en él se utilizan no se interpretan de
la misma manera. Unas veces, por ignorancia y sin mala voluntad. Otras,
sin embargo, con el propósito de tener razón a toda costa. En efecto,
pocas tácticas hay más eficaces que identificar conceptos en apariencia
iguales, aunque sean distintos, para caricaturizar una posición y triunfar
más fácilmente en un debate contra ella.
Esta estrategia, bastante antigua, es mencionada por san Agustín en
una de sus cartas, advirtiéndonos de que “se ama de manera perversa
quien no tiene reparos en inducir a otros a error, con tal de que su error
RELEYENDO A DARWIN 139
2
“Nimis peruerse seipsum amat qui et alios uult errare, ut error suus lateat” (ep.
172).
3
Véase a este propósito el número que Investigación y Ciencia ha dedicado a
Darwin (Branch, G. y Scott, E.C., 2009:4-81)
140 MARCELIANO ARRANZ RODRIGO, OSA
Y otro tanto sucede con la idea que cada uno se hace sobre lugar que
el hombre ocupa en la naturaleza. Se puede compartir la opinión de J.
Rostand, Premio Nobel de Biología hace unos lustros, de que “el hombre
nació sin razón y sin objeto, como nacieron todos los seres, no importa
cómo, no importa cuándo, no importa dónde” (Rostand, 1973:48).
Esta visión del hombre no es científica sino filosófica, por muy
científico que se proclame a quien la defiende. Por otra parte, siempre
me he preguntado en qué fundamentan los derechos humanos quienes
participan de concepciones antropológicas semejantes. Por lo que a mí
respecta, creo que si el hombre no es otra cosa que lo que Rostand de-
fiende, lo más lógico sería adherirse a las lúcidas propuestas de Antonio
Machado en uno de sus aforismos: “Algún día nos hemos de preguntar
si la totalidad de la especie humana… constituye un hecho crudo y neto,
o si, por el contrario, hemos de pedir razones a este mismo hecho… ¿Se
vive de hecho o de derecho? He aquí nuestra cuestión… Comprenderéis
que es éste el problema ético por excelencia, viejo como el mundo…
Porque sólo después de resolverlo podremos pensar en una moral, es
4
Die Blätter fallen. Fallen wie von weit, / als welkten in den Himmeln ferne
Gärten; / sie fallen mit verneinender Gebärde./ Und in den Nächten fällt die schwere
Erde/ aus allen Sternen in die Einsamkeit./ Wir alle fallen. Diese Hand da fällt./ Uns
sieh Dir andre an: es ist in allen./ Und doch ist Einer, welcher dieses Fallen/ unend-
lich sanft in seinen Händen hält.
142 MARCELIANO ARRANZ RODRIGO, OSA
5
“Por ello mismo, es tan decisivo distinguir entre todas ellas y la realidad de
Dios… La fe cristiana cree únicamente en Dios, no en nuestras representaciones de
Dios, ni tampoco en las formulaciones dogmáticas sobre Dios, a cuya realidad nos
reenvían en cuanto formulaciones” (Del Cura Elena, 2002:363-364).
6
“Wir bauen Bilder von Dir auf die Wände; so dass schon tausend Mauern um
Dich stehen” (R ILKE, R.M., Das Buch vom mönchischen Leben [Insel Taschenbuch]
12).
RELEYENDO A DARWIN 143
7
“Quod credimus nosse et intelligere cupimus” (lib. arb. 2, 5).
8
“Intellige ut credas, crede ut intelligas” (s. 43, 7, 9).
146 MARCELIANO ARRANZ RODRIGO, OSA
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TEMAS DE ACTUALIDAD
ABRIÉNDONOS A LOS VALORES*
Pablo Peralta
Facultad de Teología
Montevideo
¡¡¡ABRIR!!!
Abrir puertas, ventanas, caminos… Abrir la fantasía, la imaginación,
la inteligencia, la sensibilidad, el corazón… Abrir los ojos, los oídos, los
sentidos, la vida… Pocas experiencias nos hablan tan claramente como
las que refieren a abrir y cerrar. Alguien nos abre la puerta, su casa, sus
brazos, su corazón y la vida recupera su sentido. Alguien nos cierra la
puerta en la cara, nos cierra su interior y su mirada y desaparecemos.
La apertura es la actitud fundamental y constitutiva de una exis-
tencia humana vivida humanamente. Vale la redundancia. La apertura
hace hombre al hombre. La apertura es la fuente de la relacionalidad
*
Esta publicación presenta el contenido de una charla y no el de una conferencia
escrita para ser leída. Ello significa que su lenguaje, más que al desarrollo sistemático
del tema, apunta a lograr un acontecimiento de comunicación, en el que lo vivencial y
las referencias que el oyente pueda hacer a su propia experiencia, predominan sobre
el discurso intelectual. Fue pronunciada en la IV Jornada Agustiniana de Educación,
que tuvo lugar en Montevideo el 22 de mayo de 2008, coincidiendo con el Cincuen-
tenario del Colegio-Liceo Santa Rita.
150 PABLO PERALTA
DIOS, ¿EDUCA?
Si recurrimos al diccionario1 podemos encontrar múltiples acepcio-
nes de eso que llamamos educar. Alguna de esas acepciones resultan
genéricas: preparar la inteligencia y el carácter para la convivencia.
Otra serie de acepciones enfatiza el aspecto negativo de la educación,
en el sentido de que implica el camino para superar una carencia, una
incapacidad, llenar un vacío. En este sentido se habla de educar como si-
nónimo de adiestrar, domesticar, amestrar, desasnar. Afortunadamente
también encontramos acepciones que afirman positivamente la acción de
educar en el sentido de guiar, orientar, hacer persona como realización
de la múltiple relacionalidad del hombre impresa en él por Dios de quien
somos imagen según la semejanza (Gén 1, 26-27).
En el espíritu de la educación entendida en el último de los sentidos
mencionados, una educación que acontece en la apertura relacional y
apunta al despliegue de la personalidad humana, me atrevo a sugerir
una acepción que no figura en el diccionario que hemos tomado como
referencia. Educar es afinar. Afinar para lo que tiene valor. Afinamos
los instrumentos musicales en un doble sentido: para que el instrumen-
to suene adecuadamente y de acuerdo a sus mejores posibilidades y
también para que pueda concertar, es decir, hacer música en comunión
participativa con el resto de los instrumentos de la orquesta. El afinado
hace bien al instrumento, hace bien a la ejecución orquestal de la obra
musical, hace bien a la música. El afinado hace posible la sinfonía y
la orquesta sinfónica, el encuentro de los diferentes instrumentos al
servicio de la partitura común. Afinar remite espontáneamente a una
1
El Diccionario que usamos en este caso es el Diccionario de uso del español
editado por María Moliner (Gredos, Madrid 1977, 2 tomos). Voz: educar.
154 PABLO PERALTA
libertad. Es valioso ser libre, poder dar forma a la propia vida, poder
desarrollar las propias potencialidades. Y Dios sale al encuentro del
clamor de los suyos. Abriendo el mar y conduciendo a su pueblo por el
desierto, entregándole los caminos de la ley y guiándolo hacia la Tierra
de la esperanza, Dios descubre a su pueblo el valor inconmensurable
de la libertad y le ofrece el signo del valor de una liberación que ha de
vencer y transgredir aún los límites radicalmente definitivos: el límite
de la culpa, el límite de la muerte. La libertad de los suyos es un valor
por el que Dios se juega en la peregrinación de la historia.
El pueblo llega a la Tierra prometida y comienza a dar forma a su
vida, a desarrollar su propia cultura, a gestar su identidad. Sión es el lu-
gar en que descansa la presencia de Dios entre los suyos. La vida entera
del pueblo de Yavé gira en torno a Sión, a la presencia viva de su Dios.
Tener a Dios por centro de la propia vida, por centro de la vida del pue-
blo es el valor que Dios abre a los suyos. La vida humana encuentra su
centro en la medida en que se centra en Dios y se deja centrar por Él.
Todos hacemos la experiencia de descentrarnos. ¡Cuántas veces
en la vida dejamos que lo secundario asuma el lugar de lo esencial! Y
cuando damos la espalda a Dios, dejamos que el poder o el tener, el
saber o el placer vayan ocupando el centro de lo que somos, hacemos,
soñamos. Lo que nos atrae como valioso terminará haciéndose polvo en
nuestras manos y ¿entonces qué? Dios saldrá al encuentro de los suyos
como amor que perdona, como misericordia que rescata, acoge y salva.
Dios no nos da la espalda. Nos abre a la experiencia inaudita del perdón
como aquél valor capaz de hacer nuevas todas las cosas, de devolver la
oportunidad a quien eligió contradecirse a sí mismo. El valor de un amor
que perdona y devuelve al camino y al encuentro, es pedagogía de Dios,
pedagogía de la que depende el destino eterno de la humanidad.
Hay veces en que damos la espalda y cerramos la puerta detrás.
Hacemos del encuentro desencuentro. Transformamos la comunión en
incomunicación. Hacemos del abrazo soledad. Israel llegó a perder todo
lo que había recibido como don, como valiosa ofrenda de Dios. Perdió la
tierra y perdió a Sión, perdió la libertad y perdió el bienestar, se perdió
y amaneció un día en la esclavitud y en el destierro. En la lejanía de
Babilonia se hace densamente experimentable la lejanía de Dios. Pero
158 PABLO PERALTA
2
Sólo el amor permanece, tema central de la serie “Herederos del Amor”. Texto
original en alemán. Aquí presentamos una traducción hecha por mí.
ABRIÉNDONOS A LOS VALORES 161
Si es verdad que allí donde esté nuestro tesoro, allí estará nuestro
corazón (Mt 6, 21), entonces la sede del corazón es perla y tesoro, lo
valioso por excelencia, que recoge la totalidad de la vida para ponerla
en manos del Señor.
¡Corazón!3
3
GALA, A. (1997). Poemas de amor: Sonetos de la Zubía Nr. 3. Buenos Aires.
Seix Barral.
EL DESAFÍO DE LA EDUCACIÓN EN VALORES HOY
Javier Galdona
Universidad Católica de Uruguay
Montevideo
INTRODUCCIÓN
Al comenzar este artículo quiero manifestar mi total convicción
de que la Educación en Valores es una propuesta no sólo pertinente,
sino sumamente valiosa para la construcción de realidades sociales
más humanizantes para todos sus integrantes. Esta opción encuentra
estímulo al poder clarificar los desafíos que la Educación en Valores
afronta hoy. Conscientemente los llamo “desafíos” y no “problemas”,
porque son ante todo puertas positivas hacia el futuro. Lo realizado en
Educación en Valores hasta la fecha no carece de validez, al contrario,
tanto la reflexión teórica como el trabajo de campo ha tenido un enorme
valor para las personas directamente involucradas y para la sociedad.
Por ello, los desafíos no nacen de una experiencia negativa, sino de algo
muy distinto, que es el anhelo de una realidad social mucho mejor, de las
ganas de comprometerme en su construcción, y de la certeza de contar
con un instrumento muy valioso.
Desarrollo este artículo como instancia crítica: para tomar distancia,
agudizar la mirada global, dejarse interpelar por las críticas externas,
des-fanatizarse de las propias convicciones, y crecer en sabiduría. El
resultado no puede ser la des-moralización, y mucho menos aún el cinis-
mo. Al contrario, con enorme paciencia histórica y fe en la humanidad,
se trata de poner nuevamente las manos en el surco pero sin perder el
horizonte. No existen los instrumentos perfectos, pero en la medida que
van superando etapas y respondiendo adecuadamente a los desafíos
principales, su pertinencia y eficacia aumentan sensiblemente.
El futuro puede ser mucho mejor, nosotros podemos colaborar en
su construcción, y la Educación en Valores es un gran instrumento para
ello. Esas son tres certezas que animan este breve análisis.
164 JAVIER GALDONA
1
Entre los exponentes más destacados de habla hispana se encuentra la enorme
producción de Adela Cortina, Guillermo Hoyos, Joseph María Puig Rovira, Miquel
Martínez Martín, María Rosa Buxarrais, etc.
166 JAVIER GALDONA
2
Es interesante constatar que estas lecturas se hacen tanto desde la izquierda
como de la derecha políticas. Por ejemplo, en Uruguay, la propuesta de institucionali-
EL DESAFÍO DE LA EDUCACIÓN EN VALORES HOY 169
4
A modo de ejemplo, la presentación institucional del Programa en Valores
mencionado en la nota anterior establece: “…es creciente el reclamo que se realiza
a los sistemas educativos formales y no formales de acrecentar su impacto en cuan-
to a la construcción de parámetros de referencia ética que, a través de las nuevas
generaciones, permitan la gestación de un relacionamiento social más tolerante en
la pluralidad, más firme en los principios democráticos y más comprometido en la
defensa de los Derechos Humanos…” (la cursiva es mía). En el mismo sentido, Puig
Rovira, 1996.
5
En este brevísimo planteamiento no pretendo excluir la cuestión de los “valo-
res” en juego, sean sociales o personales. Simplemente rescato el hecho de que ello
no constituye ni de lejos el eje de la propuesta. Inclusive, a la hora de plantear los
valores de referencia no existe una sintonía tan inmediata entre quienes postulamos
la validez de la propuesta de Educación en Valores, como sí lo hay en los demás as-
pectos. También me resulta claro que el tipo de lenguaje cambia sustancialmente ya
que se pasa de un análisis de estructuras y procedimientos a aspectos de contenido
material ético. A modo de ejemplo, algunas posturas con perspectivas muy diversas
en sus planteamientos: Buxarrais, 1998; Cortina, 2007; Prieto Sánchez, Zambrano y
Martínez, 2008.
EL DESAFÍO DE LA EDUCACIÓN EN VALORES HOY 171
6
A modo de ejemplo la producción de Hoyos Vásquez, 1997. No se trata sin em-
bargo de una postura exenta de crítica, como lo muestra por ejemplo en el desafío de
“democratizar la democracia” en Hoyos Vásquez, 1995. A su vez, ya la problemática
estaba siendo recogida por Martínez Martín hace años, aunque el artículo termina
siendo de carácter esencialmente parenético (Martínez Martín, 1995).
174 JAVIER GALDONA
7
Entre las principales: plantearse como propuesta al interior de un sistema, y
procurar explícitamente transformarlo al mismo tiempo; mantener una propuesta
complexiva, y simultáneamente atender problemáticas educativas concretas; apoyar la
construcción de sujetos personales y sociales autónomos, y al mismo tiempo capaces
de interacción tolerante y de construcción social común; etc.
8
A modo de ejemplo, el esquemático planteo realizado por Mayor Pérez, 2007.
EL DESAFÍO DE LA EDUCACIÓN EN VALORES HOY 175
interna al centro educativo, por más que sea ese un espacio de gran
importancia.
Muchas veces la dificultad surge debido a que las demandas de
docentes y gestores de los centros educativos hacia las propuestas de
la Educación en Valores tienen como preocupación fundamental las si-
tuaciones de convivencia que se dan dentro del propio centro educativo.
Dada su importancia y gravedad, no es difícil quedar atrapado en esa
problemática.
Sin embargo, el presupuesto que establece que lo vivido en el cen-
tro educativo es una “escuela para la vida” es extremadamente relativo.
Cada vez más, los que integramos sociedades tan heterogéneas como lo
son las nuestras, aprendemos a adaptarnos a cada medio adoptando sus
pautas propias, aún a riesgo de vivir vidas éticamente disociadas.
Por eso, el desafío del sistema educativo al respecto es enorme, pero
mayor aún lo es para la Educación en Valores: o salimos a la “calle”,
es decir, a la vida normal de los educandos y a la vez dejamos que ésta
entre en el centro educativo, o no estamos llegando al centro vital de las
personas, lo que constituye un presupuesto ineludible para la Educación
en Valores.
9
En este punto me refiero específicamente al desarrollo de la Educación en Va-
lores en el ámbito Iberoamericano.
EL DESAFÍO DE LA EDUCACIÓN EN VALORES HOY 177
10
En este punto es muy interesante el artículo Rehrauer, 2007. Especialmente el
punto V: “La conexión cultural”.
178 JAVIER GALDONA
La interculturalidad
En primer lugar, la cuestión de la interculturalidad. Se parte de una
convicción no menor: “La mayoría de autores y especialistas en edu-
cación intercultural coinciden en destacar que los conflictos derivados
del multiculturalismo escolar son positivos para la propia escuela, a
semejanza de lo que ocurre en el ámbito social, ya que se constituyen
como claves para la mejora en las relaciones interpersonales siempre que
los principios configuradores del diálogo sean el respeto, y el reconoci-
miento del otro como legítimo otro en su diferencia” (Leiva Olivencia,
2008:2).
Esta convicción no es espontánea, sino que por el contrario, úni-
camente se logra después de haber superado adecuadamente los pre-
conceptos que surgen de la propia estructura psíquica de las personas
y los grupos humanos, seguramente desarrollados como mecanismos
relacionados con la supervivencia (Rehrauer, 2000).
Son logros nada menores la toma de conciencia de la situación,
la mirada positiva desde la perspectiva educativa, y la búsqueda de
EL DESAFÍO DE LA EDUCACIÓN EN VALORES HOY 181
La educación en el servicio
Siendo una propuesta educativa muy antigua, es interesante y alen-
tador que nuevamente se reconsidere como instrumento pedagógico
relevante al interior de la Educación en Valores (Palos Rodríguez y Puig
Rovira, 2006).
A mi entender, la perspectiva más interesante es que no se trata de
una propuesta educativa “para el servicio”, sino de tomar el servicio en
el entorno social como instrumento pedagógico en sí mismo.
En este sentido, el aprendizaje-servicio constituye un espacio pe-
dagógico que permite superar varias de las dificultades constatadas en
las propuestas de Educación en Valores y que en el presente artículo
abordo desde los desafíos que nos implican. La educación-acción, el
hecho de salir-a-la-calle, entrar en las-realidades-ajenas, la experiencia
de la acción-colectiva-positiva, etc., constituyen instancias de distancia
crítica y de construcción personal y grupal que implican profunda-
mente las diferentes dimensiones de la estructura de personalidad de
los participantes, trascendiendo lo intelectivo y lo discursivo, pero sin
desvalorizarlos.
El desafío aquí planteado tiene que ver con la elaboración con-
sistente de instrumentos de intervención pedagógica concretos, pero
también con un modo de concebir la globalidad de la Educación en
Valores.
11
Uno de los múltiples aportes de análisis de una experiencia concreta, con un
título muy sugerente: Arroyo Pomeda, 2008.
EL DESAFÍO DE LA EDUCACIÓN EN VALORES HOY 183
12
Para una panorámica de los diferentes abordajes del tema, ver García, 1998.
13
Cabe una muy especial valoración de los esfuerzos realizados por Adela
Cortina en los últimos 25 años, realizando aportes muy cercanos a las propuestas de
Educación en Valores (Cortina, 1996).
184 JAVIER GALDONA
CONCLUYENDO
Los desafíos planteados a la Educación en Valores son múltiples, y
corresponden a niveles y ámbitos muy diferentes. Además, a los presen-
tados, seguramente se les podrían añadir otros desafíos más.
Sin embargo, el camino recorrido por la Educación en Valores es
muy fecundo, y por ello el futuro resulta apasionante. Ninguno de los
desafíos planteado resulta una dificultad insalvable. Si así parece, asumo
que será responsabilidad mía el no haberla podido presentar con mayor
claridad.
Es mucho y muy valioso lo que se está realizando en la práctica edu-
cativa cotidiana en orden a los postulados de la Educación en Valores.
Por ello, como siempre, hay que recordar que de lo que se trata no es
que una propuesta sea reconocida como el instrumento ideal, sino que
la realidad de las personas y las sociedades cambie para bien. No hay
duda, queda mucho trabajo por hacer.
BIBLIOGRAFÍA
ARROYO POMEDA, J. (2008). “El currículo de Ética, o la imposibilidad de con-
tentar a todos”: Eikasia. Revista de Filosofía, III/16, enero, 271-274.
BUXARRAIS, M.R. (1998). “Educar para la solidaridad”: http://www.oei.es/va-
lores2/boletin8. htm
BUXARRAIS, M.R. (2006). “Por una ética de la compasión en la educación”:
Teoría de la Educación, 18, 201-227;
CORTINA, A. (1996). El quehacer ético. Guía para la educación moral. Madrid.
Santillana.
186 JAVIER GALDONA
PALOS RODRÍGUEZ, J.; Y PUIG ROVIRA, J.M. (2006). “Rasgos pedagógicos del
aprendizaje-servicio”: Cuadernos de pedagogía, 357, 60-63. Todo este
número de la revista está dedicado a “Aprendizaje-servicio”.
PRIETO SÁNCHEZ, A.; ZAMBRANO, E.; Y MARTÍNEZ, M. (2008). “Ética Pública en
las Organizaciones Educativas: Gerenciar para Alcanzar el Bien Común”.
Negotium. 3/9, abril, 52-71.
PUIG ROVIRA, J.M. (1996). La construcción de la personalidad moral. Barce-
lona. Paidós.
PUIG ROVIRA, J.M. (2004). Prácticas morales. Una aproximación a la educa-
ción moral. Barcelona. Paidós.
R EHRAUER, S. (2000). “Psicología de la responsabilidad”: Moralia, 23, 9-50.
R EHRAUER, S. “Una antropología de la violencia”: Moralia, 30, 9-48.
EDUCACIÓN EMOCIONAL
UN DESAFÍO PARA EL DOCENTE DE HOY*
*
Conferencia pronunciada en la IV Jornada Agustiniana de Educación, Mon-
tevideo, 22 de mayo de 2008, coincidiendo con el Cincuentenario del Colegio-Liceo
Santa Rita.
190 MARÍA JOSÉ SOLER
3° Regulación emocional
Vivimos en una sociedad que promueve en demasía la satisfacción
inmediata de las necesidades. Estamos en la era del “ya”, de la inme-
diatez. Nos encontramos con muchos hogares que suplen las carencias
de tiempo compartido y afecto con la satisfacción de gustos y placeres
de los niños.
Esta situación nos lleva a la necesidad de planes educativos que
aborden el desarrollo de la capacidad de regular los impulsos y las
emociones desagradables, de aumentar la tolerancia a la frustración.
Buscamos lograr que, poco a poco, logren negarse a una satisfacción
presente en aras de un bien mayor, sólo presente en su interior como
meta o sueño. Sólo aquellos que lo logren alcanzarán sus objetivos de
vida a largo plazo.
4° Habilidades socio-emocionales
Como su nombre lo dice, las habilidades se desarrollan por la prácti-
ca y consisten en la capacidad de realizar conductas que llevan a obtener
reforzadores de su entorno. Un niño con habilidades socio-emocionales,
sabrá acercarse al otro en tiempo y forma adecuados, se comunicará
bien, podrá realizar reconocimientos a otros, cooperar y resolver los
conflictos cotidianos que se le presenten.
192 MARÍA JOSÉ SOLER
6° Autoestima
Es la forma de evaluarnos a nosotros mismos. La imagen que cada
uno tiene de sí mismo es el autoconcepto y es el paso previo para desa-
rrollar la autoestima.
Este autoconcepto se construye en el “espejo del otro”, en cuan-
to que el niño se mira y se conoce en lo que los otros significantes le
muestran de sí. Si lo que le devuelven es negativo, la autoestima será
baja. Si el niño conoce que tiene alguna cualidad positiva, por ejemplo,
ser bueno en plástica, en orales, en compañerismo, etc.; pero nadie se lo
destaca, no sumará para su autoestima.
Tengamos presente que cada alumno se debe reconocer como “muy
bueno” en algo; esa conciencia lo hará sentirse competente, construirá su
“yo puedo” y “yo valgo”, su trato necesario para poder abordar y mane-
jar sus carencias. No escatimemos en reconocimientos, son la gasolina
que nuestras psiquis precisan para funcionar.
EDUCACIÓN EMOCIONAL UN DESAFÍO PARA EL DOCENTE DE HOY 193
7° Asertividad
La persona asertiva, sabe manejar sus emociones negativas y poner
límites de una manera justa, correcta y adecuada. Un buen manejo de
la disciplina es una de las herramientas psico-educativas más impor-
tantes.
La asertividad del maestro lleva a que el alumno incorpore el auto-
control, a que puede expresarse respetando al otro. Los docentes ayudan
a la autorregulación del alumno; los frenos internos el niño los incorpora
a través de personas que sepan ponerlos.
CONCLUYENDO
• La educación emocional conviene que se llegue a impartir como
programa educativo.
• Al principio se puede aplicar en forma ocasional, en programas
en paralelo o en forma de talleres puntuales, ya sean optativos u
obligatorios.
• La meta final es la integración curricular interdisciplinaria y
transversal, donde los temas son retomados, ampliados y profun-
dizados.
• El profesor que participa en la educación emocional debe sentirse
cómodo hablando de las emociones.
• Es recomendable formarse al lado de otro profesor que modele in
situ.
• El papel de los padres en la educación emocional es básico y fun-
damental, todo programa debe integrar colegio-padres-alumnos.
BIBLIOGRAFÍA
BISQUERRA, R. (2008). Educación emocional y bienestar. Barcelona. Praxis.
SELIGMAN, M. (2005). El niño optimista. Valencia. De Bolsillo.
A MEDIAÇÃO DA SANTA SÉ NA QUESTÃO
DO CANAL DE BEAGLE:
TRINTA ANOS
1
Justiça enquanto “Dikaiosynê” (Aristóteles, Ética a Nicomaco 1, V, começo, p.
30 ss.) (Villey, s.d.:209).
2
Justiça “geral” ou “legal” (Aristóteles) (Villey, s.d.:209).
3
“A virtude, por essência, é assim chamada por conferir ao homem a perfeição
de agir retamente” (SÃO TOMÁS DE AQUINO, Suma theologica I, q. LXVIII).
4
São quatro as virtudes cardeais: prudência (discernimento), justiça (retidão),
temperança (moderação), fortaleza (firmeza de ânimo) (SÃO TOMÁS DE AQUINO, Suma
theologica II, q. LXI).
5
Segundo Santo Tomás de Aquino, as virtudes da justiça, fortaleza e temperança
são dirigidas pela prudência (Suma theologica I-II, D, LXI, 4), isto é: A prudência é
absoluta e a principal de todas as virtudes, sendo as demais principais cada uma em
seu gênero (Suma theologica I-II, q. XLI, 3).
198 SALMO CAETANO DE SOUZA
BIBLIOGRAFÍA
BENADAVA, S. (1999). Recuerdos de la mediación pontificia entre Chile y Ar-
gentina (1978-1985). Santiago de Chile. Ed. Universitaria.
MORA, J.E., (2000). Dicionário de Filosofia.T. 2. São Paulo. Loyola.
SALVADOR, C.C. – EMBIL, J.M.U. (1993). Dicionário de direito canónico. São
Paulo. Loyola.
VILLEY, M. Filosofia del derecho. [s.d.].
¿ES POSIBLE QUE LOS CIVILES
BLOQUEEMOS LAS GUERRAS?
Siempre se ha creído que las guerras las inician los políticos, las
continúan los militares, y se acaban porque un bando ha sido derrotado
por la fuerza de las armas del otro.
Afortunadamente ya ha habido experiencias de que esto no es ne-
cesariamente así. Ya ha habido un caso en el que los civiles terminaron
con una guerra.
Nos referimos a la de Vietnam. Guerra que la hizo terminar la pre-
sión de los civiles, en contra de la omnímoda fuerza de los militares y
no menor de los políticos. Aunque parezca imposible, unos ciudadanos
desarmados, con florecitas en el pelo y con el simple eslogan de “Haz el
amor, no la guerra”, paralizaron la mayor máquina militar del mundo.
¿Cómo fue esto posible? Difícil de definir, casi imposible, ya que
está tan reciente en el tiempo que no tenemos perspectiva histórica para
analizarlo de manera exhaustiva. Nos falta que se posen todas las nubes
de polvo y humo que rodearon este hecho. Polvaredas creadas unas natu-
ralmente y otras artificialmente para enmascarar, encubrir, distorsionar
e impedirnos ver el hecho fundamental: que un ejército de un millón de
hombres con el equipo más sofisticado que existía fue paralizado por
la “fuerza” de civiles que no tenían ninguna fuerza. Que la máquina
militar más potente del mundo fue frenada por unos jovenzuelos con
coronas de flores.
¿Por dónde empezar para dar una breve imagen de este hecho fun-
damental en la historia de la Humanidad? Solo unos datos: El poderío
de las empresas armamentísticas norteamericanas asustó hasta al presi-
dente Eisenhower que decía que Norteamérica estaba dominada por la
presión de ese grupo. Lo que era cierto y sigue siendo cierto. Su riqueza
les permitió comprar a todos los senadores que necesitaron para que
204 MARIO ALFONSO SANJUÁN
con las Panteras Negras. Otra huída a Afganistán con posterior deten-
ción y extradición a Norteamérica para ser encarcelado de nuevo.
Como querían condenarle a cadena perpetua hizo unos malaba-
rismos jurídicos y a su grupo y a sus ideas las denominó League for
Spiritual Discovery, cuyas iniciales LSD irritaron, todavía más, a los
encéfalos pensantes. Ya que al registrarla como organización espiritual-
religiosa y existiendo absoluta libertad de culto en los Estados Unidos,
nadie le podía atacar por allí. Para más broma se paseaba en un caballo
pintado de rosa en un lado y el otro de azul.
Consiguió sacar de sus casillas al Gobierno, al Pentágono, a la CIA,
FBI, funcionarios, padres de hijos universitarios etc. El resultado fue
una desbandada de jóvenes al extranjero para huir del servicio militar
y de ir a matar vietnamitas. Los jóvenes de las clases más altas y más
acomodadas salieron de Estados Unidos. Sólo quedaron los más pobres
para prestar el servicio militar y resultó que la minoría negra era la carne
de cañón en Vietnam.
¿Fue él quien terminó con la guerra de Vietnam? ¿Fueron los Beat-
les? ¿La psicodelia? Demasiado complejo este tema como para encontrar
soluciones simples. Lo cierto es que tras matar a tres millones de civiles
vietnamitas aquella atrocidad se paró.
Tenemos tan cerca todas estas realidades que nos falta perspectiva
para apreciarlas. Es como un periódico tan próximo a los ojos que ni
podemos leer las letras ni nos permite ver lo que hay en la habitación.
Pero sólo en cincuenta años se ha cambiado radicalmente el Mundo,
el MUNDO así con mayúsculas. Se frenó la más poderosa máquina
de matar que ha existido en la historia de la Humanidad, se crearon
las bases para hablar de Paz entre los grandes bloques. Parece que se
ha arrinconado el terror atómico, el holocausto de la Humanidad por
caprichos políticos.
Sólo unos pequeños y estúpidos políticos siguen jugando con las
bombas atómicas. Se realizó la liberación de la mujer con su incorpo-
ración al mundo del trabajo. Se crearon los movimientos de Derechos
Civiles y Derechos Humanos. Nació la libertad sexual con la píldora an-
ticonceptiva. Apareció el cuidado de nuestro ambiente y hábitat frenando
208 MARIO ALFONSO SANJUÁN
PARTE NUEVA
Anhelando ensanchar el edificio del “Colegio Agustiniano” y llevar
a cabo los deseos de todos PP., así como los del M.R. P Provincial y
Vble. Definitorio, cuales eran los de ir adquiriendo el terreno suficiente
para hacer un Colegio Nacional o de Segunda Enseñanza, el M.R.P.
Provl. Francisco Muñiz, compró el 7 de diciembre de 1917, para la So-
ciedad Civil “La Docente”, a nombre de la cual están todos nuestros
bienes en la Argentina, una finca con las construcciones existentes y en
la calle Gutiérrez, 2725, antes 431, entre Agüero y Gallo, los lotes 18 y 19;
el primero de metros ocho con sesenta y seis centímetros de frente, por
treinta y tres metros con cincuenta centímetros de fondo, y el segundo, de
metros ocho con sesenta y seis centímetros al Sud-Oeste, y veinticuatro
metros con ochenta y nueve centímetros en el Nord-Oeste, y veinticuatro
metros con once centímetros en Sud-Este, o sea una superficie de qui-
214 MEMORIA DEL COLEGIO AGUSTINIANO
iglesia, otra vez, en otra, llegando a los barrios apartados y teniendo sus
actos de Reparación en la forma más solemne, y siempre con procesión
del Ssmo. y Reserva.
Tiene, además, un Taller, donde se elaboran ropas para las iglesias
pobres. –Su Órgano o Revista oficial se llama: “Chispitas del Sagrario”,
bajo la dirección del P. Juan Pérez.
“Rosas y Espinas” es la Publicación Mensual de los PP. Agustinos
en la Argentina. –Apareció su primer número el 22 de 0ctubre de 1915
y fue Órgano oficial de los Talleres de Caridad de Santa Rita hasta hace
poco tiempo. –Desde su fundación tiene por Director al R.P. Alberto de
los Bueis.
Los religiosos viven gracias a Dios con relativa comodidad, de
limosnas de las misas, funerales, predicación y emolumentos de los
alumnos del Colegio; siendo de lamentar el que la Provincia no mande
más religiosos a la Argentina, pues habría trabajo para muchos más.
Los Ingresos, Gastos y Salidas habidos desde que se mandaron las
cuentas para el último Capítulo Provincial, en mayo de 1926 hasta el 30
de abril de 1929 son los que se expresan aparte.
Esta Relación o Memoria de las cuentas de las misas y enseñanza de
los criados, según la fórmula que sigue en otro lugar, se leyeron en un
acto de comunidad del 16 de junio de 1929, jurando todos los PP. haber
cumplido con lo que mandan Nuestras SS. Constituciones al respecto y
en lo que se refiere a lo que hay que mandar para el Capítulo Provincial
juntamente con el Estado de los Religiosos o Nomenclátor de esta Casa
–Colegio Agustiniano de Buenos Aires.
Al terminar la presente Relación, tenemos la satisfacción de infor-
mar que, dentro de pocos días, se firmará el contrato de compra de la
casa de la calle Gutiérrez, 2722, que la señora Luisa D. Urquiza hará a
favor de la Docente Sociedad Civil o Sociedad Civil La Docente, o sea,
de los PP. Agustinos, adquiriéndola por pesos Cuarenta y Cinco Mil ($
45.000), pero con la condición de que se use para la Escuela Gratuita
de Nuestra Señora de la Consolación, llevando antes de este título el
nombre de quién fue su esposo, D. Cayetano de Urquiza.
INTRODUCCIÓN
Todas las dignidades eclesiásticas que presentamos aquí son con-
temporáneas del primer Obispo de Salta (1806-1819), cordobés, que
siguió una línea progresiva, desde simple Pastor en Curatos, al inicio
de su vida sacerdotal, hasta su consagración como obispo de Asunción,
Paraguay, desde la que fue elevado a la de Salta, desmembrada de la
originaria de Córdoba del Tucumán. Por supuesto no están todos, entre
los que hay alguna ausencia notable, como la del Deán Funes, siempre
detrás de Videla del Pino en la consecución de los mismos cargos, por
lo que no se vio libre de notables dosis de celotipia. La razón es que, en
la documentación que presentamos, hemos recurrido exclusivamente
al Archivo General de Indias, en los legajos en los que también existe
documentación de Nicolás Videla del Pino, sobre su encumbramiento a
distintas dignidades eclesiásticas.
No incluimos aquí esta documentación de Videla, que obra en
nuestro poder, porque la tenemos ya integrada en toda la amplia sobre
Videla del Pino, recogida en varios archivos nacionales e internaciona-
les, que suma varios miles de fotocopias, y que esperamos que la diosa
fortuna nos sonría para poder editarla, edición que sería una óptima
colaboración en el Bicentenario Patrio, que hemos iniciado. Esta misma
razón, es la que nos ha llevado a no incluir con la documentación de
Nicolás Videla del Pino, la de estas Dignidades eclesiásticas, pero dada
su utilidad y ayuda a una compresión global del tema Videla del Pino,
nos ha parecido importante darla a luz y por separado. Esto quiere decir
que, no sólo en otros archivos, sino incluso en el de Indias, puede haber
222 EMILIANO SÁNCHEZ PÉREZ, OSA
DOCUMENTACIÓN
Provisión del Decanato de nueva erección de la Catedral de Salta en
D. Vicente Anastasio de Isasmendi. La primera canonjía en D. José
Miguel de Castro y la segunda en D. Pedro Aran y Morales.
En segundo lugar:
En tercer lugar:
Nota:
1
Efectivamente Pío VII erigió la diócesis de Salta con la Constitución Apos-
tólica Regalium Principum el 28 de Marzo de 1806. Cfr., ARCHIVO SECRETO
VATICANO, Sec. Brev. Ff. 51r – 58v (en adelante citaremos por ASV.); hay también
una copia en ASV., Dataria Apostólica, Archivio Scriptore Segreto, 36, ff. 7r – 13v.
Esta copia, a veces, sin modificar el sentido de su contenido, cambia alguna palabra
y usa frecuentemente abreviaturas, lo que dificulta un poco su posible lectura y
transcripción latina.
2
Esta nota viene con una grafía completamente distinta a los textos que estamos
transcribiendo.
NICOLÁS VIDELA DEL PINO, PRIMER OBISPO DE SALTA 227
3
Con una flecha indicativa hacia arriba, fuera del texto, y con grafía muy distin-
ta, lo que sugiere una interpolación posterior, viene escrito “únase a las consultas”.
4
En la parte superior izquierda leemos “6 al. Dese curso [rubricado]”.
228 EMILIANO SÁNCHEZ PÉREZ, OSA
5
Creemos que se refiere a la parte occidental de la Isla Española – Haití – que
ya en el Siglo XVII fue ocupada por Francia, cuyo dominio fue sancionado en 1697,
tras la firma del tratado de Ryswick entre Francia y la Liga de Augsburgo que, entre
otras consecuencias, trajo la partición de la isla de La Española, creándose Haití, que
en 1804 se hace independiente, siendo la primera nación independiente de América,
después de los Estados Unidos.
6
Así entendemos claramente las siglas “A.L.P. de V.A.S.”
NICOLÁS VIDELA DEL PINO, PRIMER OBISPO DE SALTA 229
7
La división de la isla, trajo como consecuencia directa la realidad misma de
su división (Tratado de Aranjuez de 1777), guerras constantes entre las potencias
colonialistas por el predominio o el control de la isla. Como todo pueblo sometido, no
232 EMILIANO SÁNCHEZ PÉREZ, OSA
escapó las vicisitudes que le impuso el momento histórico por el cual atravesó (Tra-
tado de Basilea 1795). Contrabando, ataques de piratas, invasiones, crisis económica,
dictaduras, golpes de estado, ocupaciones militares extranjeras y guerras fratricidas,
hasta llegar a lo que en la actualidad es la República Dominicana. Toussaint Louver-
ture invadió en 1801 la parte oriental de la isla, a lo que Francia respondió en 1802
enviando a Leclerc, cuñado de Napoleón, al frente de una poderosa escuadra para
reclamar el territorio. Los franceses gobernaron el este de la isla de Santo Domingo
por un período de seis años, hasta ser expulsados por un grupo de dominicanos,
quienes bajo el mando de Juan Sánchez Ramírez reincorporaron la parte oriental al
dominio de España. Con la proclamación de la independencia de la colonia francesa
de Saint-Domingue en 1804, se escogió el nombre de Haití para la nueva república,
como una manera de romper con el pasado.
NICOLÁS VIDELA DEL PINO, PRIMER OBISPO DE SALTA 233
Excelentísimo señor:
8
Estas referencias creemos que dan a entender claramente que residía en la parte
de la Isla, que tomó el nombre de Haití, al desgajarse y pasar a poder de Francia.
236 EMILIANO SÁNCHEZ PÉREZ, OSA
alimentar (pues muchos días aún no tiene con que atender a su indis-
pensable sustento), y menos quien le dé una limosna, se halla en la más
triste situación, y con el dolor de no poder atender a la manutención de
su pobre familia, por no tener de renta nada. En cuya atención, a la de
sus méritos, y a que por mandado de su Majestad, está ya propuesto
para las canonjías y prebendas que vacasen en América, se acoge bajo
los auspicios de vuestra Excelencia, como a su único asilo, para que por
medio de su protección sea colocado en la canonjía, que hay vacante en
Valladolid de Michoacán, o en la de la ciudad de Real de Chiaca (sic)9,
y, en su defecto, en una de las raciones, también vacantes, en Durango
y Caracas. Y si a esto no hubiere lugar, a lo menos se le agracie con la
media ración, vacante en la Puebla. Y mientras se verifica
A vuestra Excelencia suplica rendidamente se digne concederle
una ayuda de costa, para que pueda atender a su indispensable subsis-
tencia vital, que además de ser una caridad acepta al Altísimo, será un
crediticio indubitable de la piedad con que vuestra Excelencia socorre y
ampara [a] los desvalidos. Aranjuez, 23 de Marzo de 1807.
Excelentísimo señor. Dr. Pedro Aran Morales. [Rubricado]10.
Señor:
Señor:
obispado del Cuzco, con el más debido respeto a vuestra Majestad ex-
pone: Que se halla asistido de los méritos y servicios, que constan de la
relación que tiene presentada y son muy recomendables, con particular
los donativos voluntarios con que ha contribuido durante la guerra con
Francia, y los contraídos en el ministerio de la cura animarum, que está
desempeñando por espacio de 26 años con otros encargos y comisiones
que ha desempeñado a satisfacción. En consideración a ello, le ha con-
sultado la Cámara varias veces, para diferentes prebendas y dignidades
de las Catedrales del Cuzco y Lima. En cuya atención
A vuestra Majestad suplica se digne conferirle la dignidad de Deán
de la catedral de Salta, que acaba de consultarse, o una de las dos canon-
jías de la misma, todas de nueva ejecución. Así lo espera de la notoria
piedad y protección de vuestra Majestad. Madrid, y Marzo 6 de 1807.
Señor, en virtud de poder Antón Martín de Rojas [rubricado].
11
La Provincia peruana de Angaraes es una de las siete que conforman el Depar-
tamento de Huancavelica, perteneciente a la Región Huancavelica.
NICOLÁS VIDELA DEL PINO, PRIMER OBISPO DE SALTA 239
Fue familiar del Reverendo Obispo del Cuzco D. Juan Manuel Mos-
coso; y después de ordenado sacerdote sirvió de capellán por más doce
cuatro años a satisfacción de aquel Prelado, a quien acompañó en el viaje
que hizo a la capital de Lima, llenando las obligaciones de su cargo con
el honor correspondiente.
Después de haber servido interinamente el Curato de San Pedro y
San Pablo de Cocha, en dos distintas ocasiones, se le confirió en propie-
dad el de Samán, del cual, precedida nueva oposición, fue promovido al
Curato que en el día sirve de San Juan Bautista de Cabanilla, Partido de
Lamba, en el propio obispado del Cuzco, cuyos ministerios y el empleo
de Vicario Eclesiástico de dicha Doctrina, ha desempeñado con exac-
titud y celo, mereciendo que el actual Reverendo Obispo D. Bartolomé
de las Heras, le nombrase para asistir a su dignidad Episcopal, y a la
solemnidad de su consagración.
Por concurrir en su persona la instrucción, rectitud, limpieza de
sangre y demás cualidades necesarias, fue nombrado Comisario del
Santo Oficio de la Inquisición, de la referida provincia de Lamba, de
cuyo empleo se le expidió el título correspondiente en treinta y uno de
Agosto de mil setecientos noventa y uno.
Con fecha de treinta de Octubre de mil setecientos noventa, le dio el
mencionado Obispo del Cuzco, D. Juan Manuel Moscoso letras testimo-
niales, en las que asegura haber sido uno de sus Capellanes en aquella
Diócesis, donde sirvió con exactitud el ministerio de Cura interino de
distintas parroquias, desempeñando con escrupulosidad sus obligaciones,
y que en atención a ello, su arreglada conducta, virtud y literatura, obtuvo
y ganó en concurso público el Curato de la Parroquia de Cabanillas, en
la Provincia de Lampa, que ha servido con celo y utilidad de la Iglesia y
de aquella feligresía, por cuyas cualidades le contempla digno de obtener
cualquiera Canonjía ó Prebendas en las iglesias de aquel Reino.
En iguales términos informó a su Majestad, el actual Reverendo
Obispo D. Bartolomé de las Heras, en carta de veinte y dos de Mayo de
mil setecientos noventa y uno, expresando, que después de haber segui-
do este Eclesiástico su carrera literaria con bastante aprovechamiento,
entró a servir de familiar de su inmediato antecesor, quien por haber
240 EMILIANO SÁNCHEZ PÉREZ, OSA
Señor:
Méritos del Dr. D. Pedro Tomás de la Torre y Vera, Rector del Real
Colegio Carolino de Nobles de la ciudad de Santiago de Chile
s/f.
Carta al Rey del Dr. José Alonso Zavala solicitando una Canonjía en
la nueva Iglesia de Salta
Madrid, 7 de Marzo de 1807
Señor:
Excmo. señor:
La Cámara de Indias:
tribuyó con cien pesos para la última guerra con Inglaterra, y anticipó
3 reales para facilitar el pagamento de las tropas de aquellas fronteras.
Sirvió nueve años la Capellanía castrense del destacamento destinado a
Salta; y, finalmente, informando el Obispo de Córdova, de los méritos
y particulares servicios de este Ec[lesiásti[co], testifica había acreditado
su celo y esmero, tanto en el cumplimiento de sus obligaciones, cuanto
en el aseo y culto de sus Iglesias, reedificando y adornando a su costa
la parroquial del primer Curato, y concurriendo generosamente con 4
pesos para la Matriz, asegurando dicho Prelado que había descansado
con el desempeño de este Ec [lesiásti [co], en los varios asuntos que le
habían ocurrido, por cuyos servicios notorios, talento y juicio, lo consi-
dera digno de que Vuestra Majestad se digne colocarlo.
La Cámara en inteligencia de lo expuesto, propone a Vuestra Ma-
jestad, para dicha Canonjía Magistral.
El Marqués de Bajamar considera acreedores a ella en igual grado a
D. Pedro Bazán y a D. Vicente Anastasio de Isasmendi, para que Vuestra
Majestad se sirva conferírsela, al que sea de su real agrado.
D. Pedro Muñoz de la Torre, vota por Bazán y el conde de Pozos
– Dulces, por Isasmendi.
Nota: Por D. Severo Nicolás de Isasmendi, natural de Salta, y resi-
dente en esta Corte12, se ha presentado una certificación legalizada, que
dice acaba de recibir, en la cual con referencia a varias cartas misivas
escritas de la ciudad del Tucumán, y por haberse doblado con clamores
de sacerdote, expresa el Excelentísimo, ser cierto el fallecimiento casi
repentino de D. Pedro Bazán, acaecido el día 4 de Julio de este año, en
la citada ciudad del Tucumán, cuya certificación ha dirigido el referido
Aquí tenemos una buena razón de los grandes y permanentes apoyos, y preci-
12
samente en momentos de especial importancia, que desde este momento tuvo el Deán
Isasmendi. La presencia y fuerte influjo de su hermano Nicolás Severo, ambos ahora
beneficiándose de su fidelidad a la Corona España, lo mismo que después, cuando la
suerte venía del lado patriótico, se unieron a él, por la misma razón. Tenemos mo-
tivos para pensar que eran posibilistas y permanentes arribistas. Nicolás Severo, en
el momento del destierro de Nicolás Videla del Pino, primer obispo de Salta, era el
Gobernador de Salta.
NICOLÁS VIDELA DEL PINO, PRIMER OBISPO DE SALTA 255
Isasmendi, para que, uniéndose a esta consulta, obre los efectos conve-
nientes.
27 de Noviembre de 1805. Su Majestad nombra a Isasmendi13. Se-
ñalada en 8 de Diciembre de 1805. Nombró a D. Vicente Anastasio de
Isasmendi.
13
Esta frase es una clara extrapolación posterior, tanto por el mensaje, como por
la grafía usada, tanto en esta frase como en las siguientes.
14
Está claro el error de adscripción geográfica y, por lo mismo, política, ya que
Salta perenecía ahora al Virreinato de Buenos Aires. Antes del nacimiento de este en
1776, sí perteneció al Perú.
256 EMILIANO SÁNCHEZ PÉREZ, OSA
Francisco Malbrán era sobrino del obispo Videla, que se muestra como eximio
15
jurista en los varios recursos que redactó con motivo del severo y exceso destierro
que decretó el General Belgrano sobre Nicolás Videla del Pino.
NICOLÁS VIDELA DEL PINO, PRIMER OBISPO DE SALTA 257
16
En el margen de la izquierda vienen unos signos sin significado real y el dato
“derechos 22 reales pagados”.
258 EMILIANO SÁNCHEZ PÉREZ, OSA
Señor:
Excmo. Señor:
17
Se llamaba Maestro de las Sentencias a Pedro Lombardo, teólogo del siglo XII,
del que son tributarios S. Alberto Magno, Santo Tomás, San Buenaventura, Egidio
260 EMILIANO SÁNCHEZ PÉREZ, OSA
Romano, etc. Pedro Lombardo (¿1100-1160?) que probablemente estudió con Pedro
Abelardo, fue brillante profesor de teología y obispo de París en 1159. Su obra princi-
pal son sus cuatro Libros de Sentencias, base de la teología de la Edad Media.
NICOLÁS VIDELA DEL PINO, PRIMER OBISPO DE SALTA 261
18
Este mismo documento lo hemos encontrado en AGI, Buenos Aires 614. En el
margen de la parte superior izquierda viene la aclaración “Sobre consta de la Cámara
264 EMILIANO SÁNCHEZ PÉREZ, OSA
27 de Agosto de 1806
de 9 de Marzo de 1807, fue nombrado para la primera de las dos canonjías de la Ca-
tedral de nueva erección de Salta”.
19
No recordamos haber visto otra vez este apellido que precede a Isasmendi:
“Isasi”.
20
Aquí terminan los documentos transcritos del AGI, Buenos Aires 602.
21
En la parte superior izquierda viene las sumas de los distintos pagos de de-
rechos, que no tienen nada que ver con el contenido del documento, por lo que las
omitimos.
NICOLÁS VIDELA DEL PINO, PRIMER OBISPO DE SALTA 265
22
Era una gabela, impuesta aquí por el Rey a todos los cargos eclesiásticos. Anata
llevaba la entrega de la renta del primer año y media anta, sólo conllevaba la mitad
del sueldo de un año.
266 EMILIANO SÁNCHEZ PÉREZ, OSA
impuesto este por Napoleón. En 1810 dicho Consejo de Regencia reunió las Cortes en
Cádiz y declaró único y legítimo rey de la nación española a Fernando VII de Borbón.
Estas mismas dieron origen en 1812 a la primera constitución liberal de España, la
NICOLÁS VIDELA DEL PINO, PRIMER OBISPO DE SALTA 267
conocida como Constitución de Cádiz de 1812. Aquí vemos, que durante la cautividad
de Fernando VII, actuó realmente representándole y haciendo sus veces.
24
No entendemos aquí lo de “sede vacante”, pues entonces era Nicolás Videla
del Pino su Obispo residente, ya que la orden de destierro contra él dada por el Gral.
Belgrano tuvo lugar el 16 de abril de 1812. Pero Videla estuvo oculto desde el 17 de
abril de 1812 hasta el 4 de Agosto, emprendiendo su viaje de destierro a Buenos Aires
el 18 de agosto de 1812. Luego en la fecha de este documento la sede de Salta no era
vacante.
268 EMILIANO SÁNCHEZ PÉREZ, OSA
25
Viene claramente escrito el año 1810, que creemos es un error, que hemos
corregido por 1811, que pensamos es el correcto.
NICOLÁS VIDELA DEL PINO, PRIMER OBISPO DE SALTA 273
s/f
CONCLUSIÓN
Aquí termina nuestro trabajo. Creemos que tiene, entre otros, el
valor añadido de que nos permite ver el proceso de entrada de estas
dignidades en distintas ternas para ocupar las distintas sedes episcopales
americanas. El proceso es siempre el mismo, y muy sencillo, en el que
para nada intervienen los clanes o intereses familiares para aupar a sus
miembros a distintas sedes episcopales, con la intención de disfrutar de
las prebendas del poder eclesiástico, cuando ya gozaban de las delicias
26
La misma información, pero mucho más amplia viene en AGI, Buenos Aires
602.
NICOLÁS VIDELA DEL PINO, PRIMER OBISPO DE SALTA 281
del poder civil. Nada hay que avale interpretaciones de ese estilo, que
juzgamos carentes de toda base documental.
Queremos partir, para mayor precisión y claridad, de la cita textual
tomada de los trabajos que han merecido nuestra atención y reparo en
este tema. Esta es la primera cita textual de nuestra disconformidad:
“Distintos autores han señalado ya cómo recibir órdenes respondía tanto
a estrategias personales como a familiares: consolidar un determinado
status, controlar redes de poder económico, ideológico y político, evitar
el desmoronamiento de los bienes heredables, obtener recursos para la
manutención de una familia son, junto a la vocación, sólo algunos de los
motivos por los que se decidía o aceptaba el ingreso al clero” (Caretta,
2000:89). El mismo Roberto Di Stefano abunda en la misma interpre-
tación, que tampoco compartimos, mientras no se apoye en documen-
tación real, concreta y perfectamente identificable de la época, que lo
confirme. Lo contrario creemos que no supera el género de la mera y
gratuita suposición. Di Stefano incide concretamente también en “el
peso de estrategias familiares orientadas a controlar espacios de poder
social y eclesiástico y compensar eventuales desequilibrios dentro de la
familia” (Di Stefano, 2008:114).
En la abundante documentación que acabamos de ofrecer, no hemos
encontrado la más mínima y elemental huella de lo afirmado en las dos
citas anteriores, ni en general ni acompañando a algún aspirante con-
creto, lo que creemos que dejan sin base a esos intentos de explicar la
vocación sacerdotal y su postrer ingreso en los distintos niveles de las
dignidades eclesiásticas. Nosotros tenemos también estudiados todo el
proceso de imposición de las distintas órdenes eclesiásticas a docenas
de aspirantes al sacerdocio por Nicolás Videla del Pino, primer obispo
de Salta (1807-1819). Nada hemos encontrado de esas pretendidas redes
sociales y familiares para encumbrar a sus miembros a los niveles supe-
riores eclesiásticos. Como este tema no es de aquí, no nos detenemos en
el, pero sí resaltar uno de los datos importantes de todos los altos cargos
eclesiásticos, que ocupan la documentación anterior.
En el caso de la elección para esos altos cargos, siempre tenemos la
presencia de la autoridad real y de su máximo organismo el Consejo de
Indias, quienes en la Colonia eran los que dictaminaban en cada caso,
282 EMILIANO SÁNCHEZ PÉREZ, OSA
BIBLIOGRAFÍA
CARETTA, G. (2000). “Con el poder de las palabras y de los hechos: El clero
colonial de Salta entre 1770-1820”: MATA, S. (COMP. ), Persistencia y cam-
bios: Salta y el Noroeste argentino (1770-1840). Rosario. Prohistoria.
DI STEFANO, R. (2008). “Los estudios sobre el clero secular en la historiografía
reciente”: CARETTA, G. Y ZACCA, I. (COMP. ), Para una historia de la Igle-
sia. Itinerarios y estudios de caso. Salta. Universidad Nacional-Facultad
de Humanidades.
V SEMANA AGUSTINIANA
DE PENSAMIENTO
CIENCIA, ÉTICA, RELIGIÓN
Lucio Florio
UCA – UNSTA
Buenos Aires
Elena Yeyati
Universidad Argentina J. F. Kennedy
Buenos Aires
BIBLIOGRAFÍA
ABDALLA, M. (2006). “La crisis latente del darwinismo”: Asclepio, 58/1, 43-
94.
ALBERTS, B.; JOHNSON, A.; LEWIS, J.; Y OTROS (2004). Biología molecular de la
célula. Barcelona. Omega, 4ª ed.
AYALA, F. J. (2007). Darwin y el Diseño Inteligente. Creacionismo, cristianis-
mo y evolución. Madrid. Alianza.
DARWIN, C. R. (2004). El origen de las Especies. Buenos Aires. Longseller,
1ª ed.
A 200 AÑOS DEL NACIMIENTO DE CHARLES DARWIN 309
Margarita Bosch
Universidad del Museo Social Argentino
Buenos Aires
*
Texto de la conferencia pronunciada el miércoles 5 de agosto de 2009 en la
V Semana Agustiniana de Pensamiento - Ciencia, ética, religión – Auditorio San
Agustín de la Parroquia San Agustín de Buenos Aires.
312 MARGARITA BOSCH
Para estos fines creo que no puedo separar una ética del trabajo cien-
tífico y una moral del investigador. Enfocaremos, pues, en la moral del
investigador y vamos a preguntarnos si la sociedad debería inquirir al
investigador por una definida moral cuando él realiza un trabajo científi-
co. Creo que este planteo es el que aparece en muchas de las inquietudes,
problemas y desafíos que presentan las nuevas tecnologías que llamamos
genéricamente biotecnologías, porque se aplican a los seres vivos, inclu-
sive al hombre, y que nos están despertando como sociedad.
¿Está bien? ¿Corresponde? ¿Deberíamos seguir con esto? ¿Podemos
usar células madres de origen embrionario? ¿Está bien financiar estos
desarrollos con fondos públicos? ¿O tendrían que ser privados? ¿Es el
origen de estos fondos una base de moralidad o es el hecho de lo que
hacemos lo que indica que está bien que lo hagamos? Y estos serían los
tipos de planteos.
Entonces, básicamente definimos la ciencia de que tratamos como la
ciencia de los seres vivos, enmarcada simplemente en la ética del inves-
tigador. Con lo cual aparece algo que es simplificante. No por nada elegí
este planteo. Por un lado es verdad que como persona bioetiquista que
soy, me incluyo en la escuela personalista que afirma que la persona es
el centro del planteo moral. Luego no habrá una moralidad sin persona
con un acto libre, y es importante moralmente todo aquello que derive
en un bien para el que actúa y para el que recibe la acción como también
a otras personas de su entorno y medio ambiente, facilitando la vida.
Con todo esto ya podemos hablar de de ética del trabajo científico
y de ciencia y ética. De esta manera hemos establecido, a mi juicio, el
planteamiento ciencia y ética, al menos en los problemas candentes,
urgentes que sacuden la conciencia. Si hubiese decidido pasar figuras,
entonces estaría mostrando la foto de la mujer que dijo tener 67 años y
a esa edad haber tenido mellizos. Entonces hubiéramos perdido el tiem-
po preguntándonos si hizo bien a esa edad procrear, si estuvo mal en
afirmar que tenía 67 años cuando en realidad tenía 62. Nos hubiéramos
perdido en un mar de preguntas, que estarían fuera de lugar. Estamos
aquí para hablar de Ciencia y ética. Pero lo rescatable es si estas cosas
ocurren es porque hay detrás investigadores que estudian estas posibi-
lidades llamativas. Y es aquí adónde quería llegar.
CIENCIA Y ÉTICA 313
del aborto o sea de fetos abortados para estudios que pueden ser muy
positivos, pero que implican una validación positiva de los abortos-ca-
dáveres, eso entra en el dominio de los cuestionamientos morales.
Si yo en mi trabajo, sólo por saber, convalido aunque sea parcial-
mente un acto negativo como es un aborto, y si en mi trabajo para ver
cómo se activa un óvulo, estoy activando óvulos por vía de gametos
que no son humanos, es decir no son homólogas, entonces esto que yo
hago, aunque no vaya a sacar patente o lo vaya a cobrar, tiene un sentido
moral. Si yo estoy averiguando cuál es la sucesión de datos del genoma
humano e inmediatamente comprendo que una vez conocido puede tener
implicaciones bastante negativas para poblaciones vulnerables, o más
todavía, que el hecho de conocer el genoma humano vuelve vulnerables
a personas que antes no lo eran, entonces eso mismo que estoy haciendo,
aunque de conocimientos básicos y abstractos, adquiere un peso moral
enorme. Porque estoy abriendo una puerta al que tiene acceso a la in-
formación y tiene la posibilidad, por ejemplo, de saber si a una persona
le puede aceptar un seguro de vida o no, y definir cuánto le va a cobrar
a ese sujeto o a otro por un seguro de vida, o discriminar si le va a apli-
car una tecnología sofisticada curativa a un sujeto o no porque su carga
genética implicaría que ese esfuerzo no va a tener mucha sobrevida.
Entonces estoy volviendo vulnerable lo que antes no lo era.
Entonces ese desarrollo que en principio debía haber sido neutro se
vuelve amenazante. Lo que pasa es que no advertimos el hecho de que
no es lo mismo trabajar con moléculas que con genomas humanos, con
el tema de la fertilización, o trabajar con gametos de Hansens, que con
gametos humanos o con embriones tempranos, cualquiera sea el nom-
bre que le queramos dar. No se trata de una cuestión de perversidad o
inocencia, sino de educación.
Uno está observando ese pedacito de tejido, y se olvida que es algo
altamente relevante. Lo que hace falta es que las Instituciones científicas
involucradas, aquellos que están encargados de entregar dinero para la
investigación se hagan cargo de que ese dinero debe aplicarse dentro
de un cuadro de legalidad, de aceptación moral, de no vulnerabilidad
de derechos, y de bajo riesgo. El hecho de que hemos trabajado con la
vida, con el origen de la vida, con el lenguaje de la vida, el haber tra-
CIENCIA Y ÉTICA 315
bajado con gametos humanos, que es algo muy serio, nos hace ver que
a veces utilizamos un lenguaje muy vulgar, impreciso, banalizado, un
tanto descuidado, que no está a la altura de las trascendencias que traen
estos temas, y que nos pueden llevar sin quererlo a situaciones de las que
después tendremos que arrepentirnos.
Hay dos cosas que quiero enfatizar, y con esto estoy volviendo al
principio. Digamos primero que hemos llegado a un punto en que hay
que prestar atención y devolver dimensión al hecho humano, a lo que
atañe a la persona. Se trata de darle a la ciencia el lugar que tuvo que
tener siempre. Y por otra parte no es bueno que el científico trabaje en
una campana de cristal o de marfil aislado de la sociedad. Es bueno que
la sociedad pregunte, se interese, converse. Pero también los medios
tienen que ser más responsables en lo que difunden, porque son temas
que afectan conceptos de paternidad, de filiación, de familia, de dere-
chos humanos, de herencia, de sentimientos, de emociones, de ámbitos
religiosos. Suelo ver artículos en diarios, en revistas y en la televisión
muy lamentables. A veces me da vergüenza escuchar o leer ciertos co-
mentarios.
En segundo lugar, es necesario establecer un código de ética, con
sus propias reglas, comentadas y consensuadas por la sociedad. En esto
estoy de acuerdo. Hoy día, por ejemplo, se habla de embriones congela-
dos. ¿Qué son esos embriones? ¿Huérfanos de guerra? ¿Son chiquilines
al borde de la ciudad a la espera de que aparezca un padre? Ante todo
digamos que cualquier ser humano, cualquiera sea su origen de gesta-
ción, es siempre ontológicamente una persona. Un ser humano no puede
considerarse un producto de una técnica, aunque aparentemente pueda
parecer así.
Otro tema es el de las alternativas. ¿Qué se puede hacer con em-
briones congelados? ¿Están ahí para que los use el que los quiera usar?
Oí hablar de unos alimentos (granos) asistidos que alguien propuso en-
sayarlos en algunos pueblos del África, ya que dado que están pasando
hambre, mal no les va a venir mal.
Todo esto nos hace ver la necesidad de potenciar los valores morales
que deben acompañar siempre a la ciencia, se trate de ciencia básica o
316 MARGARITA BOSCH
Marcelo A. Dankert
Ex Instituto de Investigaciones Bioquímicas Fundación CAMPOMAR
Actualmente Fundación Instituto Leloir
Buenos Aires
lo que llamamos onda corta, onda media y onda larga, hasta a unos 10
Km de longitud, portando noticias y melodías…
Lo lejano no ha sido tampoco abandonado. La astronomía y la
cosmografía han sido también revolucionadas por los nuevos hallazgos
técnicos. Desde el modesto telescopio de Galileo hasta los modernos
telescopios de reflexión, en toda las gamas de ondas imaginables, in-
frarrojas, ultravioleta, de rayos X, de radio, y por supuesto visibles, han
contribuido a desarrollar en forma extraordinaria nuestro conocimiento
del universo, en general. Y muchas de estas maravillas técnicas han sido
incorporadas a satélites enviados por el hombre para observar el cosmos
sin disturbios meteorológicos.
Por otra parte los geólogos y los biólogos nos enseñan que nuestro
planeta, La Tierra, tomó el aspecto general que hoy tiene, se formó, hace
unos 4.500 millones de años. La vida, presumiblemente en su inicio a
cargo de bacterias, surgió hace unos 3.500 millones de años. De acuer-
do a la tectónica de placas, la placa de Sudamérica se separa de la de
África hace unos 110 millones de años. Parte de los experimentos que
permitieron estudiar la deriva de los continentes (prevista por Wegener,
sin que se le prestara mayor atención) se llevaron a cabo a bordo del
barco oceanográfico “Atlantis” (Woods Hole Oceanographic Institu-
tion, Boston, USA) hoy reparado a nuevo, puesto en valor y rebautizado
Motovelero Oceanográfico “Dr. Bernardo Houssay” (Prefectura Naval
Argentina) en memoria homenaje al primer premio Nobel en ciencias
argentino. Y hace 65 millones de años ocurrió la última gran extinción
de seres vivos, marcando el fin de la Era Terciaria. Según nos cuentan
los antropólogos en base a sus estudios evolutivos, la genealogía de los
simios y la de los humanos se separara hace unos 6 a 7 millones de años.
Por otra parte el istmo de Panamá reúne a las Américas hace poco más
de dos millones de años. Finalmente el hombre actual invade América,
y hace unos 10.000 años, con toda probabilidad, contribuye a la extin-
ción de la megafauna argentina: megaterios, gliptodontes, mastodontes,
hipidiones, esmilodontes, etc.
Con todo esto ¿qué quiero decir? ¿es inmutable la realidad? Con
toda seguridad que no. Varía con el tiempo y, para nosotros, también con
e l conocimiento. ¡Y es tanto lo que nos falta saber!! Hasta hace poco no
¿QUÉ ES LA REALIDAD? 323
sabíamos lo que era la herencia. Hoy tenemos una idea bastante clara
de su complejidad. Pero sabemos muy poco, si es que sabemos algo, de
dónde se guarda la memoria, en qué consiste. ¿Y por qué hay que dor-
mir? ¿Y qué es soñar? ¿Y qué es pensar? Las preguntas son infinitas.
Confiemos en que poco a poco se vaya aclarando y aumentando nuestro
conocimiento de la realidad.
¿Qué pensarían hoy Aristóteles, san Alberto Magno o san Agustín,
y tantos otros grandes entusiastas del conocimiento? Difícil saberlo,
pero no intuirlo: posiblemente lo mismo, aunque adaptado a las nuevas
circunstancias. Creo que, modestamente, lo más razonable para concluir
esta breve presentación es recordar lo que nos dijo Juan Pablo II, ese
santo talentoso que tuvimos el privilegio de ver y conocer en nuestro
país: “Muy lejos de oponerse a la Fe, la verdadera Ciencia se alía con
ella en una fecunda simbiosis, en la cual el conocimiento y el amor
progresan juntos”.
CIENCIA Y EUCARISTÍA*
Alberto F. Boccacci
Ingeniero
Profesor emérito de la Universidad UNLP
Buenos Aires
Son muchas más las citas relativas a la luz que omito transcribir.
En el Credo llamamos a Dios Luz de Luz. Aclaremos que si bien Dios es
Luz, la Luz no es Dios. Dios es mucho más que la Luz.
EN CONCLUSIÓN
¿Qué significa la Eucaristía? Jesús no dijo aquí está mi cuerpo, o
en esto está mi cuerpo. “Esto” era Él. Con toda su Persona, todo su Ser,
todo su Cuerpo, nacido de María y ya Resucitado en la Pascua. Divino
y humano a la vez, con toda su historia, con toda su genealogía humana,
alfa y omega, historia humana y eterna, con toda su proyección hacia
delante y atrás, con toda su “ecuación de onda” universal, con todos sus
Santos, con todo su Cuerpo Místico, su Iglesia. El Cristo Total. “Todo
ser que sabe leer el universo hace subir a Dios un Himno de silencio”,
decía san Gregorio de Nacianzo.
RINCÓN POÉTICO
INVOCACIÓN AL AMOR*
Tú,
nombre mío que estas entre las flores
y en los mares
de rojos de nubes sea tu nombre.
Ven a mí,
con tu innumerable ola caracolas azules
haz tu voluntad aquí algún día
aquí en mi ser abismo
desde aquí que siempre te espero.
De tu carne aliméntame cada día
y ampárate
de las fuerzas destructivas de mi pasión infinita
que te atropellan
y ampárame
de tu presencia transparente que fluye
como masas de agua sobre otras masas de agua
mas líbranos de la muerte:
de todas las ausencias
Amén.
*
Publicado en Albor de palabras I. Primera colección de autores contemporá-
neos 1995. Certamen Pablo Neruda. Embajada de las Letras, Buenos Aires 1995, p.
134.
AL CRISTO DE LOS FAROLES
DE LA PARROQUIA SANTA TERESA DE JESÚS DE SALTA
y ninguno
de la vigila atenta
lo que el Misterio y el Amor te dicen
y así para que anheles
y anides
y alumbres
con perfecta y marina asimetría celeste
la sustancia bautismal
de otras palabras
y de otros silencios
y así en todos
como en cada uno de todos
los días
de este maravilloso año nuevo que recién te nace
Así, ahora y siempre
y por los siglos de los siglos
la Poesía
no habrá cantado en vano
Amén.
URBI ET ORBI
De la Nota Editorial
SAN AGUSTÍN, La Ciudad de Dios, Porrúa, México 2008, 19ª ed., 778 pp.
De la Nota Editorial
342 NOTAS BIBLIOGRÁFICAS
De la Nota Editorial
SAN AGUSTÍN, Soliloquios y Acerca de la vida feliz, Lumen, Buenos Aires 2008, 176
pp.
De la Nota Editorial
NOTAS BIBLIOGRÁFICAS 343
MARTIN, TH. F., Nuestro corazón inquieto. La tradición agustiniana, Religión y Cul-
tura (Colección “Tradere” 5), Madrid 2008, 189 pp.
SETTIMANA AGOSTINIANA PAVESE 2005-2006, Lettura del Civitate Dei Libri XI-XVI.
Lectio Augustinini XXI-XXII, Studia Ephemeridis Augustinianum 115 – Institutum
Patristicum Augustinianum, Roma 2009, 200 pp.
Pablo D. Guzmán
344 NOTAS BIBLIOGRÁFICAS
CANET VAYÁ, V.D. (ED.), San Pablo en San Agustín, Centro Teológico San Agustín,
Madrid 2008, 308 pp.
El estudio del encuentro de san Agustín con las cartas paulinas a lo largo de su
vida; la conversión de Saulo de Tarso en la reflexión fundamental en su existencia; la
lectura e interpretación que el Obispo de Hipona hace del Apóstol en las controversias
arriana, maniquea, donatista y pelagiana. La enseñanza de san Pablo y san Agustín
sobre la Iglesia. La fiesta de la conversión de ambos en el calendario litúrgico. En fin,
el lector en las Actas de las XII Jornadas Agustinianas encontrará diversos temas
todos ellos muy interesantes y desarrollados por verdaderos expertos en Sagrada
Escritura, Patrología, Teología y san Agustín.
PATROLOGÍA
Padres Orientales, al menos por la enorme influencia que tuvo el incógnito autor en
la mística a lo largo de toda la Edad media. Por supuesto que, como se ha insinuado,
deslumbran por su simbolismo oriental, yendo engastadas en la línea de la literatura
evangélica de parábolas y comparaciones, extraídas de escenas bucólicas del campo
y de la experiencia humana.
El libro termina con un detallado índice bíblico y otro exhaustivo de nombres y
materias, que mucho facilitan su manejo. Felicitamos a Ciudad Nueva por su Biblio-
teca de Patrística, con su ansia de “retorno a los Padres”.
ESPIRITUALIDAD
MARTÍNEZ, H., El Magnificat comentado por Martín Lucero. La otra cara del fraile,
OALA, Iquitos 2009, 41 pp.
MARTÍNEZ, H., Orando con Santa Rita, Ágape, Buenos Aires 2009, 80 pp.
Santa Rita de Casia, religiosa agustina, ocupa un lugar destacado entre las devo-
ciones más populares. En este libro es presentado por el sacerdote agustino Hipólito
Martínez a través de los puntos esenciales de su espiritualidad. Esta santa mujer, que
aprendió, al decir de Juan Pablo II, a comprender las penas del corazón humano es,
en estos tiempos de desasosiego y ausencia de contemplación, un modelo para no dejar
de lado. Su dedicación, su solidaridad sin límite, su acción pacificadora y orante son la
cita constante de estas páginas. El autor ha realizado un esfuerzo por ceñir del modo
NOTAS BIBLIOGRÁFICAS 347
Pablo D. Guzmán
NOS MURO, L., Santa Mónica, madre de San Agustín, Religión y Cultura-AMICO,
Buenos Aires 2009, 93 pp.
ALCALDE, S., Santa Mónica, la de Agustín, Prelatura de Cafayate, Cafayate 2009, 48 pp.
Con este pequeño libro su autor, religioso agustino, quiere “dar a conocer a una
mujer incomparable: Santa Mónica. De ella dijo su hijo Agustín: «Fue mujer de un
348 NOTAS BIBLIOGRÁFICAS
solo hombre, reverenció a sus padres, dirigió su casa piadosamente y contó con el
testimonio de las buenas obras. Crió a sus hijos volviendo a darlos a luz tantas veces
cuantas les veía apartarse de Ti» (Confesiones IX, 22). Ella es patrona de las madres
de familia, porque eso es lo que fue” (p. 5). La obra se desarrolla a modo de relato
autobiográfico: es la misma Mónica quien nos habla de su vida y de los suyos. Culmi-
na con unas páginas de oraciones y la novena de la familia en honor de la santa. De
lectura sencilla y amena, dirigida a los fieles cristianos de la Prelatura de Cafayate,
estamos ante un buen aporte a la hagiografía popular cristiana en la Argentina.
VILLEGAS DELGADO, J., Padre Agustín Liébana, agustino. Una vida al servicio de Dios,
Religión y Cultura, Madrid 2007, 232 pp.
La presente obra relata la trayectoria vital del religioso agustino Agustín Liéba-
na, muerto en olor de santidad. La publicación es, por lo tanto, una biografía con la
narración de las numerosas virtudes humanas y espirituales de este hombre de Dios,
que le han hecho acreedor de una más que posible canonización, tarea en la que se
está trabajando. La finalidad del presente libro no ha consistido sólo en dar a conocer
la figura de este fraile agustino, sino también en ofrecer a la autoridad eclesiástica
los hechos más significativos de Agustín en su paso por el mundo (nació en Guardo,
provincia de Palencia en 1923 y murió en Madrid en 1998). Por las páginas del libro
desfilan en larga procesión patrias chicas, monasterios, centros de enseñanza, alum-
nos y compañeros de profesorado, parroquias, familiares, testimonios y anécdotas,
que ayudan a encuadrar su personalidad.
De la Nota editorial
HERNANDO MORENO, P., Mons. Diego Gutiérrez Pedraza. Primer obispo del Valle
Calchaquí, Guadalupe, Buenos Aires 2009, 141 pp.
Se trata de la biografía del P. Diego Gutiérrez, religioso agustino que fue primer
obispo de la Prelatura de Cafayate (Salta), nacido en Barriosuso de Valdivia (Palencia-
España) el 26 de setiembre de 1926, con quien el autor convivió y compartió tareas
pastorales durante varios años. El Prólogo ha sido escrito por el P. Cipriano García
Fernández, también religioso agustino, sucesor del P. Diego como Obispo Prelado de
Cafayate y actualmente emérito.
NOTAS BIBLIOGRÁFICAS 349
D’AMICO, CL. (ED.), Todo y Nada de Todo. Selección de textos del neoplatonismo
latino medieval, Ediciones Winograd, Buenos Aires 2008, 274 pp.
tantes de esta escuela, los autores presentan los característicos comunes a la hora de
hacer filosofía y de meditar acerca de la realidad.
1º El principio intelectual como unidad relacional. Todos comparten el cristia-
nismo, lo que significa repensar el problema de la unidad y la diversidad del principio
uno en una manera relacional. “(…) El neoplatonismo medieval, particularmente en
su versión cristiana, presenta una original perspectiva en la reflexión acerca de lo
uno, que precisamente destaca su originalidad: tal Uno es una unidad relacional en la
cual se da un proceso a temporal de reciproca inmanencia. Lo Uno es Uno y Trino”
(p. 26). En otras palabras, agrega la reflexión trinitaria a la cuestión del principio uno
ya presente desde Platón.
2º Procesión y retorno. La creación como epifanía: La creación o emanación
es la mostración del principio uno. “De esta manera, para muchos de los autores del
neoplatonismo medieval emanatismo y creacionismo no se oponen, sino que son dos
maneras de expresar la irreversible difusión del principio, su manifestación teofánica”
(p. 26). Según la interpretación de la autora, creación y emanación son lo mismo y son
una marca distintiva del neoplatonismo medieval ya que ambas nociones nos muestran
o dan una idea de cómo el principio Uno se desenvuelve hacia la multiplicidad para
luego volver a la unidad.
3º Unidad indivisible entre filosofía y teología. Dice la autora que para el neo-
platonismo medieval “la finalidad de la fe es la intelección, el presupuesto para lograr
la intelección es la fe. De esta manera no se trata de una disolución de la fe en su
conceptualización, sino de advertir después de haber logrado la intelección que el ser
de Dios es incomprensible” (p. 27).
No dejando de lado que estos autores, además de estas características comunes,
poseen las otras particularidades que unen a los neoplatónicos sean estos paganos o
cristianos: el Uno y la complementación entre Platón y Aristóteles entre otras.
Ciertamente, el libro cumple los objetivos para los cuales fue escrito, acercán-
donos una primera aproximación a los autores y a los textos. Sin embargo, como
todo buen estudio, al lector lo deja con ciertas inquietudes o interrogantes. ¿Creación
y emanación son realmente lo mismo para los autores neoplatónicos cristianos me-
dievales? ¿O existe algún matiz que nos puede ayudar a diferenciar estas nociones
y su incidencia en los autores neoplatónicos medievales no cristianos? ¿Se pueden
leer estos autores solamente en clave analítica, sin que sus escritos le hablen al lector
acerca de la realidad que ellos contemplaban y que el lector contempla? Son pregun-
tas que, abiertas, pueden guiar a grandes investigaciones, invitándonos a recorrer el
camino que hicieron estos autores. Éste es, en definitiva, el objetivo del libro: invitar
al lector a acercarse al neoplatonismo medieval y a sus exponentes, y a recorrer el
camino transitado por ellos.
“Cada vez más fuerte era el encanto de la explicación. Esa fuerza no emanaba
sólo del pensamiento, sino que, inseparablemente de éste, procedía también del
pensador que procuraba ocultarse detrás del Logos. No teníamos noción de quién
era realmente ese György Lukács: su pasado era, entonces, un misterio; su obra –en
su mayor parte–, desconocida. Y sin embargo, en la sucesión de esas explicaciones,
cobró expresión algo casi imposible de explicar, cuyos signos, nosotros –jóvenes de
entonces–, pudimos ‘captar’ y descifrar. La emanación de la personalidad significa-
tiva” (p. 64).
NOTAS BIBLIOGRÁFICAS 353
Podría decirse que, en líneas generales, el presente libro se propone develar quién
era realmente ese György Lukács. Su obra sigue siendo hoy, en muchos aspectos,
desconocida, o conocida a medias. Y este desconocimiento se debe en gran medida a
cuestiones externas a su pensamiento. Una de las dificultades que señalan los compi-
ladores Antonino Infranca y Miguel Vedda es la carencia de traducciones al español
de algunas partes de su obra. En ese sentido el libro constituye un aporte esencial
para la comprensión de la obra de Lukács, ya que presenta textos inéditos vertidos
a nuestra lengua. Algunos de estos artículos son Origen y valor de la obra poética,
Gran Hotel “Abismo” y Marx y Goethe. La presente compilación reúne además una
serie de documentos críticos del período stalinista de Lukács. El libro se completa con
una antología de artículos escritos por especialistas sobre diversos temas de la obra
de Lukács. La estética y la ontología son los dos que aparecen más desarrollados. En
estos artículos, el pensamiento de nuestro autor aparece desarrollado en su sustancia
viva. Al presentar estudios sobre la obra tardía de Lukács, el propósito claro de los
compiladores es contribuir a completar el cuadro de la filosofía lukácsiana. El pró-
logo de la obra, escrito por los compiladores, provee al lector algunas indicaciones
importantes para el abordaje de los artículos.
Entre las obras de Lukács, presentamos las ideas principales de algunas. La
primera es Origen y valor de la obra poética. El breve texto se propone mostrar
cuáles son las dificultades que hay que tener en cuenta a la hora de emprender un
análisis marxista de la literatura. Desde tal tipo de análisis, los productos literarios
son considerados como una parte integrante de la evolución social general. Esto sig-
nifica que el análisis de la literatura debe fijar su atención en las clases sociales que
producen las obras, y no tanto en las “grandes personalidades” de cada época. Ahora
bien, la primera dificultad que debe afrontar este tipo de análisis es el concerniente
al efecto que producen las obras literarias. Si bien el origen de toda obra literaria está
vinculado, según el marxismo, a ciertas formas de evolución social, el efecto de dicha
obra rebasa ese estadio de evolución, para convertirse de algún modo en “norma y
modelo inalcanzable”, según la expresión de Marx. Pero ésta no es la única dificultad
que debe afrontar el análisis marxista de la literatura. Porque si fuese capaz de ex-
plicar, no sólo el origen, sino también el efecto de la obra literaria, aun quedaría por
descifrar el por qué ciertas obras adquieren renombre y ejercen influencia, y otras
obras, contemporáneas a éstas y surgidas a partir de las mismas relaciones de clase,
que expresan un sentimiento vital similar, en cambio, no adquieren la notoriedad de
las primeras y caen en el olvido. Un análisis estético de la literatura que sea fiel al
marxismo debe ser capaz de sostener los postulados fundamentales y a la vez mirar
de frente las dificultades que han sido esbozadas.
Otro artículo interesante de Lukács publicado en la presente antología es Gran
Hotel “Abismo”. Lukács analiza en este escrito la situación de la intelectualidad
burguesa de su tiempo. Para Lukács, la intelectualidad ejerce la producción y la pro-
pagación de la ideología. Pero el sector de los intelectuales se engaña cuando supone
que los cambios sociales dependen de factores ideológicos. En realidad, la actividad
de los intelectuales se reduce a expresar en forma de ideología los movimientos de
354 NOTAS BIBLIOGRÁFICAS
las clases sociales. Esta situación de los intelectuales, afirma Lukács, se agudiza en
los períodos de decadencia de la clase a la que pertenecen. Cuanto más profunda es
esta decadencia, tanto menos puede la clase burguesa sostener su ideología auténtica.
Y sin embargo, a pesar la decadencia, la clase defiende su ideología hasta las últimas
consecuencias. Esta defensa se realiza bajo la forma demagógica de un ocultamiento
de las formas de explotación. Ante esta situación, los intelectuales más honestos de
la clase dominante intentan alejarse de su propia ideología. Pero la separación se
vuelve difícil e irregular. Los intelectuales, atascados en los problemas ideológicos,
no alcanzan a comprender que el punto central de la lucha de clases, lo que motiva el
enfrentamiento entre ellas, es la explotación. Sin embargo, a medida que el sistema
capitalista se degrada, la explotación aparece cada vez con más claridad. Es entonces
cuando el desconcierto y la oscilación de los intelectuales alcanza el punto límite, ya
que, por un lado, no admiten ser los portavoces de un sistema fascista, pero por otro
no son capaces de dar el “salto vitale” hacia la clase revolucionaria. En consecuencia,
los intelectuales quedan a mitad de camino. El tránsito hacia la clase revolucionaria
no se da de modo inmediato, sino que implica sucesivas “estaciones intermedias”.
Estas estaciones intermedias están dispuestas de tal modo que logran detener a los
intelectuales burgueses en un estado de paralización. En ese estado de paralización,
que se encuentra alejado de la burguesía pero que no llega aún al proletariado, los
intelectuales se sienten cómodos y no tienen deseos de proseguir. Es ese estado el que
Lukács quiere explicitar mediante la metáfora del “Gran Hotel Abismo”.
En el artículo Marx y Goethe se presenta la conferencia ofrecida por Lukács al
recibir el “Premio Goethe”, en agosto de 1970. En el mismo, Lukács se pregunta cómo
se comporta un marxista frente a la obra de Goethe. La respuesta, desde ya, es propia
de Lukács, así como lo había sido la formulación de la pregunta. La interpretación que
hace de la obra de Goethe recorre un camino trazado por Marx. Lukács ve en Goethe
un ideólogo que ha dotado de conciencia a una etapa determinada de la evolución ge-
nérica humana. Es justamente esta posibilidad de realización genérica la que Goethe
pone de manifiesto, según Lukács, en su obra. El dilema referente a la acción en la so-
ciedad burguesa, que oscila entre el egoísmo y el altruismo, ambas formas abstractas,
encuentra una solución en la alternativa que propone Goethe. Ésta alternativa consiste
en considerar que la acción social verdadera se da cuando el individuo se esfuerza
por realizarse en cuanto esencia genérica. Sólo así puede sentirse conmovido en su
subjetividad sin caer en el sometimiento a normas abstractas y generales.
Los artículos que completan el libro abordan, en su mayoría, cuestiones relativas
a la estética y a la ontología de Lukács. El artículo titulado El fundador de escuela es
el único que no aborda una cuestión “sistemática”, sino que se centra en la persona de
Lukács. En este artículo la autora, Agnes Heller, relata sus vivencias junto al György
Lukács de carne y hueso. Dentro de la antología de textos que componen el libro, este
artículo cumple la función de “completar” el cuadro de Lukács. Al presentarlo como
“hombre” antes que como filósofo y pensador, Heller logra poner en descubierto par-
ticularidades de su personalidad que tal vez no puedan advertirse en su obra escrita.
Lo paradójico es que, aun en la atmósfera íntima en que gravita el artículo, Lukács
aparece como filósofo y pensador nato, como el logos encarnado.
NOTAS BIBLIOGRÁFICAS 355
Los artículos de Guido Oldrini, Nicolas Tertulian y Georg Bollenbeck (El funda-
mento ontológico de la estética de Lukács, El pensamiento del último Lukács y Una
estética que merecía más atención respectivamente) abordan el tema de la estética de
Lukács. El punto central de estos artículos es mostrar que la estética no se reduce en
la obra de Lukács a una teoría del arte. La actividad estética es analizada mediante la
reconstrucción del conjunto de las actividades de la conciencia. Desde la “vida coti-
diana”, pasando por la religión, hasta llegar a la ciencia y la moral. Podemos encontrar
en estos artículos, además, una revisión de las últimas obras del pensador húngaro,
tales como la Estética y la Ontología del ser social. Los autores coinciden en que es-
tas obras de la madurez de Lukács constituyen su máxima contribución a la filosofía
contemporánea, y en consecuencia, ayudan a remarcar su importancia en el contexto
de la filosofía del siglo XX. La filosofía de Lukács es presentada, también, “como la
más ambiciosa e importante reconstrucción filosófica del pensamiento de Marx que
haya podido registrarse en estos últimos decenios” (p. 103). Y con ello también se
pone de manifiesto la importancia de Lukács, ya que se propuso esta “reconstrucción
filosófica” en el momento en que se daba, no el esplendor, sino la decadencia y el
desmoronamiento del marxismo.
Por su parte, los artículos de Werner Jung, Antonino Infranca y Frank Benseler
(Para una ontología de la vida cotidiana, Fenomenología y ontología en el marxismo
de Lukács y El Lukács tardío y el viraje subjetivo en el marxismo, respectivamente)
se centran en cuestiones relativas a la ontología de Lukács. El análisis de la evolución
de las categorías de trabajo y de vida cotidiana como categorías fundamentales del
ser social es uno de los propósitos principales de estos artículos.
Como afirmamos al principio, el propósito de los compiladores de esta obra al
presentar la antología de textos que comentamos es contribuir a completar el cuadro
de la filosofía de Lukács. Podemos decir que, en parte, el libro cumple con estas ex-
pectativas. Y decimos “en parte” porque, como es sabido, ningún sistema de ideas,
ninguna filosofía, se reduce a un libro, o a un grupo de libros. Toda filosofía es, esen-
cialmente, algo que excede su exposición y su comentario. Y por eso el presente libro
contribuye a completar el cuadro de la filosofía de Lukács, aunque sólo en parte.
A este aspecto del libro debemos sumar otro muy importante: la antología de
textos constituye, además, una invitación al estudio de la obra de Lukács. La insis-
tencia en hablar del “último Lukács”, o del “Lukács tardío”, debe interpretarse como
un llamado a re-considerar la obra de este pensador importante del siglo XX. Si el
libro presenta conclusiones, es sólo por el deseo que todo estudioso tiene de llegar a
un “terreno firme”, de asentarse de algún modo. Lo esencial de este libro, al contra-
rio, no está en las posibles conclusiones sino en el campo que queda abierto para la
investigación. Y por ello resulta interesante y estimulante. Quienes se dediquen (del
modo que sea) al estudio de Lukács encontrarán en este libro un aliado significativo
en el camino que recorren.
Germán Ramos
356 NOTAS BIBLIOGRÁFICAS
LASTRA, A., Ecología de la cultura, Katz, Buenos Aires 2008, 145 pp.
a las primeras páginas del prefacio. El libro “empieza con una consideración de la
naturaleza” (Pensando en la naturaleza. Lucrecio, Santayana, Leo Strauss”, es el
título del primer capítulo) y “termina con una consideración sobre la cultura” (Ro-
bert Gardner y la ecología de la cultura es el último). Sin embrgo, “también podría
decirse que el libro empieza con un estudio sobre el desmoronamiento del mundo en
el poema de Lucrecio y termina con una referencia poética a la naturaleza dominada
por la mano del hombre, es decir, por la cultura” (p. 7). En las últimas páginas del
Libro VI de su obra De la naturaleza de las cosas, Lucrecio describe, desde una
interpretación claramente epicúrea, lo que fue en el siglo V a. de C. la peste de Ate-
nas. Para el discípulo de Epicuro, este acontecimiento representa nada menos que la
inconsistencia del mundo y, por tanto, su inevitable derrumbe. La poesía final, a la
que se hace mención en este fragmento citado, representa la posibilidad del hombre
de reconstruir esa naturaleza despedazada. En este sentido, Antonio Lastra toma la
imagen de Atenas descripta por Lucrecio y, haciendo suyo el análisis que realiza Leo
Strauss, ferviente estudioso del filósofo epicúreo, la contrapone a Jerusalén como
ícono de vida y esperanza a partir de la revelación.
En este contexto de recuperación del mundo, el filósofo español retoma la nece-
sidad de volver a Sócrates y a Freud. Considera sus métodos y terapias respectivas
como cuidados paliativos capaces de suavizar y atenuar la violencia que las enfer-
medades terminales, como las que describe Lucrecio en su poema, generan. “Con un
término de Emerson, llamaré a este tratamiento espiritual –un análisis esencialmente
profano– la domesticación de la idea de cultura” (p. 64). Que el hombre tenga la
posibilidad de “curarse” supone que, además, pueda reconsiderar qué sea la cultura
y domesticar o moderar sus consecuencias. Lastra entiende el concepto de cultura
como la transformación –que está en manos del hombre– de la naturaleza y del hom-
bre mismo. Esta necesidad de recuperación del sentido de la naturaleza y del hombre
es justamente lo que implica la domesticación o la ecología de la cultura que, según
Lastra, encuentra en el cine la forma de expresión artística y comunicación más efec-
tiva: “domesticación de la idea de cultura que, en mi opinión, lleva a cabo el medio
cinematográfico” (p. 50). “Tal vez el cine sea el análisis profano por antonomasia en
el intento de darle un trasfondo adecuado a la existencia del hombre” (p. 63).
En el último capítulo, dedicado a la descripción e interpretación de distintos
films, como él los llama, y siguiendo con la explicitación de esta idea eje del libro,
Lastra hace un pedido sociológico, podríamos decir, de cuidado por las comunidades,
costumbres y formas de vida originarias. Consciente del proceso de globalización
que involucra a la Tierra toda, pretende desarrollar aquello que Gardner propone
con el concepto –que es el título de una de sus obras– de impulso de preservar: “la
domesticación de la cultura se sobrepone (…) a conceptos mucho menos útiles como
“occidentalización” o “globalización” (…) aún persisten las costumbres, los ritos y
las ceremonias de vida tradicional”. (p. 69). “Uno de los pasajes más conmovedores
de El impulso de preservar, y en mi opinión el más importante para la ecología de
la cultura –a la altura de los Tristes trópicos de Lévi-Strauss–, es el que describe la
vuelta de Gardner al Valle de Baliem, treinta años después, en parte para que los Dani
358 NOTAS BIBLIOGRÁFICAS
BELTING, H., Antropología de la imagen, Katz, Buenos Aires 2007, 321 pp.
imagen-cuerpo los artistas como Giotto, Masaccio y Miguel Ángel, sucesores estos
de la cosmovisión suscitada en la Comedia.
En una sociedad como la industrial, donde la fotografía ha acompañado los cam-
bios, estas imágenes pretenden simbolizar una percepción del mundo. Adquieren su
significado mágico en su búsqueda cuando persiguen la realidad de las cosas. Afuera
no hay imágenes, sólo en nosotros las elaboramos. Muy cercano a R. Barthes, Belting
propone la búsqueda de un nuevo camino para encarar una teoría de la fotografía, qué
la destaca por entre las demás manifestaciones artísticas que tienen a la imagen como
su primer elemento constitutivo y cuáles fueron las virtudes que la matizaron frente
a la aparición de la televisión. Ante aquellas imágenes suministradas y eliminadas
simultáneamente dentro de un flujo continuo, estas son las inquietudes que intenta
resolver. Encarando la fotografía como reproductor de la personal mirada que lanza-
mos al mundo y las imágenes como surgidas a partir de esa mirada que persigue una
visión nueva y personal. Es así como la voluntad participa en el instante fotográfico
fijando para siempre la sombra como un efecto tanático.
Tanto J.L. Godart como R. Frank han reflexionado acerca de la producción, el
medio y el uso de las imágenes generadas por la cámara. Belting se detiene en algu-
nas reproducciones de estos autores que han intentado trascender el medio que las
soporta: el rasgado de la película que pretende liberar a la imagen de su materialidad,
o bien aquellas imágenes dentro de la imagen, recursivas, que abren literalmente las
fronteras del medio. El sujeto ha pretendido con la imagen la búsqueda del sentido
ulterior más allá de los fenómenos y las apariencias, predicar con imagen aquello que
de suyo –por ausente– es imposible de predicar lógicamente. De algún modo toda ma-
nifestación artística es este intento. La angustia ante el vacío es suplida por la imagen
y el evento particular de hacer presente lo ausente, siendo esto la imagen poética que
ha trascendido el umbral del lenguaje lógico, consecuente, de causas explicativas. La
imagen se presenta como síntesis de este buscar y como característica inevitable del
deseo de permanencia, de lo estable, de lo inmutable, de lo esencial.
Valeria Díaz
RUIZ DE LOS LLANOS, G., El Corán Criollo, Editorial del Nuevo Amanecer, Buenos
Aires 2006, 345 pp.
RUIZ DE LOS LLANOS, G., Pensamiento argentino, Editorial del Nuevo Amanecer,
Buenos Aires 2008, 186 pp.
analiza, a través del estudio de archivos locales y eclesiásticos, los roles desempe-
ñados por los “curas” en la campaña de la región y también por la red de parroquias
locales que se extendió principalmente durante el siglo XVIII. A partir del estudio
de casos, la historiadora describe las funciones desempeñadas por los eclesiásticos.
Estos no eran solamente “curas de almas” o administradores de los sacramentos y
ritos sagrados, sino también encargados de mantener la armonía social, la paz, ser
jueces y educadores: los curas disciplinaban, cristianizaban y al hacerlo “civilizaban”.
Así como sus funciones no se acotaban a la esfera religiosa, lo mismo ocurría con
las parroquias. Barral analiza como éstas no eran solamente espacio para la religión
sino también espacio para reuniones comunitarias, que permitían ampliar las redes
sociales y en algunos casos afirmar poderes locales. Estos espacios, añade Barral,
servían para conformar identidades comunitarias, identidades dinámicas, difícilmente
esquematizables.
Es por ello por lo que la historiadora destaca la imposibilidad de establecer fron-
teras prístinas entre Iglesia, Estado y Sociedad en la época colonial, si bien remarca
los cambios avenidos luego con las reformas borbónicas, reformas que supusieron la
superposición de jurisdicciones entre la Iglesia local y el poder civil. Volviendo a la
época anterior a la conformación del estado centralizador borbónico, Barral investiga
también la inserción económica del clero en la campaña y el modo en que la sociedad
pensaba y valoraba la religión y el sacerdocio, y lo hace a partir de estudios de casos,
de sumarios y también de resultados obtenidos por medio de la estadística. Sumamen-
te interesante es el estudio de las misiones encaradas por las parroquias y también de
las prácticas religiosas que escapaban a la institución y especialmente a la jerarquía
eclesiástica: las devociones a la Virgen, a los santos, la presencia de promeseros que
practican la recolección de limosna, etc. Son estos últimos tal vez los elementos más
destacables de la presente investigación, ya que permiten vislumbrar la integración
en la campaña bonaerense de prácticas religiosas novedosas y netamente locales con
aquellas tradicional y antigua y desde allí ver la interrelación entre hombres, recursos
e imaginarios.
Esta interrelación a su vez permite ver la formación de una religión que como
dice Barral es una construcción ad hoc, ya que la religión estaba presente en la vida
de las personas de la campaña, lo hacía pero a su modo. A través del estudio del
calendario religioso, de las festividades y de la liturgia local la investigadora aborda
la formación de una religiosidad popular, conformadora a su vez de una identidad
propia, siendo así los pobladores, no ya meros testigos sino más bien depositarios de
las funciones religiosas. Esta religiosidad popular, con altas dosis de elementos locales
reflejada de igual modo en los gestos y ritos realizados ante la muerte, es estudiada
también por Barral a partir de testamentos, sucesiones e impresiones de viajeros,
enriqueciendo el escrito con testimonios que reflejan la teatralidad de las prácticas
mortuorias en la campaña bonaerense, léase como ejemplo el ritual del angelito.
Así, esta religión fuertemente local de la campaña bonaerense, con elementos
de religiosidad mística y con cierto cumplimiento de la normativa y los preceptos,
364 NOTAS BIBLIOGRÁFICAS
Mercedes Amuchástegui
Julio J. Giner
VIÑAS ROMÁN, T. (COORD.), 50° Aniversario de la Federación Nuestra Señora del Buen
Consejo y San Alonso de Orozco. Ponencias del Congreso y Breve historia de los
conventos, EDES, San Lorenzo del Escorial 2007, 302 pp.
Esta obra consta de dos áreas bien diferenciadas: 1ª el desarrollo del Congreso
en ocasión del 50° Aniversario de la fundación de la Federación de monasterios de
366 NOTAS BIBLIOGRÁFICAS
Nuestra Señora del Buen Concejo y San Alonso de Orozco y las ponencias corres-
pondientes; y 2ª la descripción gráfica y la historia de los mismos, que constituyen
dicha Federación de religiosas agustinas. En la presentación, el Prior General de
la Orden de San Agustín, P. Robert Prevost, recuerda que no “no se trata sólo de
recordar acontecimientos históricos, por muy interesantes que sean. (…) recorda-
mos, celebramos, creemos, nos indica que estamos comprometidos con una historia
presente, que puede aparecer con muchos problemas, pero que está marcado por la
presencia de Jesús resucitado y su llamada a seguirle en la fraternidad agustiniana”
(p. 6). Palabras que nos hacen meditar en torno al oficio del historiador cristiano,
a quien no le basta con brindar una interpretación economicista, política o social
de la historia, sino como actividad al servicio del Evangelio y comprometida con la
realidad histórica.
La primera parte consta de exposiciones en torno a un rico temario. Así, el P.
Teófilo Viñas Román, OSA, con su aporte Monjes y monjas de san Agustín desde su
fundación hasta mediados del siglo XIII, en el cual describe con “monástica” minu-
ciosidad tanto los monasterios fundados por el mismo Santo, como aquellos estable-
cidos por sus seguidores como san Donato, el afianzamiento de la “vida en común”,
los claustros de Hispania y los fundados entre los siglos XI y XIII.
La figura de san Alonso de Orozco es propuesta por el P. Miguel Ángel Orcasitas
Gómez, OSA, quien señala la espiritualidad monástica de este último santo agustino
canonizado en 2002. San Alonso destaca el privilegio y beneficios de la vida religiosa,
porque “a algunos ayuda [Dios] con más particulares auxilios para hacer más cierta
su salvación. Éstos, Padres míos, somos nosotros, a quien nos puso Dios en la religión
como en puerto seguro, sacándonos del mundo donde nuestra salvación nos fuera más
incierta” (p. 53). La vocación, la contemplación, la ascesis, la vida en comunidad, la
función de la oración y el valor social de la vida religiosa no son soslayados desde
luego. Nos invita el P. Orcasitas a evaluar a san Alonso, no desde nuestra cómoda
y disímil posición postmoderna, sino en la profundidad de aquello subyacente que
trasciende el paso del tiempo como verbigracia, las raíces mismas de la vida religiosa
y su vinculación directa con el “amor a Dios”: “Amarle orando, amarle sirviendo a la
comunidad o a los fieles, haciendo del amor el centro de nuestra vida” (p. 67).
El P. Pío de Luis Vizcaíno, OSA, aborda el tema de la vida monástica y la mujer.
Menciona al personaje véterotestamentario Daniel y la relación que establece el Santo
de Hipona con los “consagrados”. La vida monástica, tanto para hombres como para
mujeres, implica la siguiente triple opción: por la vida célibe-virginal, por la vida
contemplativa y por la vida en comunidad. En lo referente a las mujeres, era de vital
importancia la preservación de su virginidad.
Para Mons. Demetrio Fernández, Obispo de Tarazona, san Agustín es un santo
de vigencia asombrosa. Es por todos conocida la actual tendencia a relativizar y a ba-
nalizar esa sed de Dios que poseemos desde nuestro nacimiento. Es el hijo que busca
a su Padre, como el “moderno Prometeo” de Mary Shelley, es la creatura que busca
el rostro de su Creador. Destaca casi con vehemencia el Obispo: “[…] pero sabemos
NOTAS BIBLIOGRÁFICAS 367
Rosa N. Botta
368 NOTAS BIBLIOGRÁFICAS
VERBITSKY, H., Vigilia de armas. Del Cordobazo de 1969 al 23 de marzo de 1976. Historia
política de la Iglesia católica, tomo III, Sudamericana, Buenos Aires 2009, 416 pp.
libro, sin querer penetrar en la realidad teológica del misterio de la fe. Pero como
cristiana y teóloga me pregunto si estos dos aspectos son escindibles cuando uno de
los principales fundamentos del cristianismo es el dogma de la encarnación. Es cierto
que, en la mayor parte de la obra, el comportamiento del que se trata es el de la jerar-
quía eclesial, ya que el tema del poder es transversal a todo el libro. No obstante, los
textos que se refieren a la actuación de los laicos patentizan historias de vida −como
la de Norma Morello, quien aún sigue trabajando− que la memoria de estos tiempos
tiene como deber volver a rescatar.
Los subtítulos del ensayo son de tipo periodístico en tanto que buscan llamar la
atención del lector, en ocasiones con un talante desafiante e irónico que se despliega
en toda la escritura de Vigilia de armas. Hay también un subtítulo especialmente
llamativo, desde la perspectiva de género pero no sólo desde ella, sobre la vivencia
de la vida religiosa. Es el de Vanidad femenina (p. 340) y no responde a la creatividad
del periodista, sino que está tomado de una frase textual de un arzobispo que valora
desde ese punto de vista la renovación que algunas congregaciones femeninas estaban
realizando respondiendo al Concilio Vaticano II.
En suma, esta colección de libros de periodismo de investigación constituye una
insoslayable investigación histórica del tipo de la obra de Marie-Monique Robin, Esca-
drons de la mort, l’école française −quien también aparece citada como fuente−. Hay y
habrá temas puntuales discutibles a lo largo del libro, pero –como escribe Dosse– “la in-
completitud de la objetividad histórica permite mantener en debate la herencia histórica
para las generaciones futuras en una indefinida búsqueda de sentido. […] La objetividad
histórica pasa entonces de sus ilusiones lógicas a su necesaria dimensión ética”.
Diana Viñoles
GRILLO, M. DEL C., La Revista “La Campana de Palo”. Arte, Literatura, Música y Anar-
quismo en el campo de las Revistas Culturales del Periodo de Vanguardia Argentino
(1920-1930), Academia Argentina de Letras, Buenos Aires 2008, 527 pp. –CD-ROM.
Punto de Vista. Revista Cultural Argentina, N° 90, Buenos Aires, abril de 2008, 48
pp.
Rosa N. Botta
El Instituto, que lleva el nombre de Carlos Vega, eminente figura del Folclore
nacional argentino, tiene como objetivo el desarrollo de trabajos de investigación en
el marco de la musicología tradicional y colonial. Fundado en 1996 a partir los bie-
nes que pertenecieron a dicho musicólogo, incluyendo sus investigaciones inéditas,
epistolario y archivo personal, es un centro laureado por la UNESCO por su amplio
reservorio folklórico y su apoyo a los trabajos referidos a la música misional del sur
de América. La presente edición de su órgano científico presenta dieciséis artículos,
de los que destacamos estos cinco: Destellos de una gloria olvidada: la música en la
casa Profesa y los colegios jesuitas de la ciudad de México en el siglo XVIII, de Eu-
genia Roubina; Dos curiosos manuscritos de notación vocal en el repositorio musical
del seminario de San Antonio Abad de Cusco. Estudio notacional, transcripción y
contexto, de Diana Fernández Calvo; Carta de Esnaola: Música, discurso y redes in-
terpersonales en el Buenos Aires de 1837, de Bernardo Illari; Palestrina: ¿un músico
religioso o un compositor de música religiosa?, de Silvina Argüello; ¿Ni ruptura ni
vanguardia? el centro de música experimental de la escuela de artes. 1965-1970, de
Myriam Kitroser y Marisa Restiffo.
Pablo D. Guzmán
Pablo D. Guzmán
REVISTAS AGUSTINIANAS DE INTERCAMBIO PERMANENTE
ep. fund. – Contra epistulam Manichei quam uocam fundamenti (Réplica a la carta
de Manés, llamada “del Fundamento”).
ep. gal.– Epistulae ad Galatas expositio (Exposición de la Carta a los Gálatas).
ep. Io. – In epistulam Ioannis ad partos (Tratados sobre la Primera Carta de san
Juan).
ep. Rm. inch. – Epistulae ad romanos inchoata expositio (Exposición incoada de la
Carta a los Romanos).
exc. urb. – De Urbis excidio (La devastación de Roma).
Exp. prop. Rm. – Expositio querandam propositionum ex epistula ad Romanos (Ex-
posición de algunos textos de la Carta a los Romanos).
fid. et op. – De fide et operibus (La fe y las obras).
fid. et. symb. – De fide et symbolo apostolorum (La fe y el símbolo de los apóstoles).
fid. rer. – De fide rerum quae non videtur (La fe en lo que no vemos).
Gen. litt. – De genesi ad litteram (Comentario literal al Génesis).
Gen. litt. imp. – De genesi ad litteram opus imperfectum – Comentario literal al
Génesis (incompleto).
Gen. man.– De genesi contra manichaeos (Comentario al Génesis en réplica a los
maniqueos).
gest. Pel. – De gestis Pelagii (Actas del proceso contra Pelagio).
gr. et lib. arb. – De gratia et libero arbitrio (La gracia y el libre albedrío).
grat. Chr. – De gratia Christi et de peccato originali (La gracia de Cristo y el pecado
original).
Hept. – Quaestiones in Heptateuchum (Cuestiones sobre el Heptateuco).
imm. an.– De immortalitate animae (La inmortalidad del alma).
Io. eu. tr. – In Ioannis euangelim tractatus (Tratados sobre el Evangelio de san
Juan).
Iul. – Contra Iulianum (Réplica a Juliano).
Iul.o. imp. – Contra Iulianum opus imperfectum (Réplica a Juliano – obra inacaba-
da).
lib. arb. – De libero arbitrio (El libre albedrío).
mag. – De magistro (El maestro).
Max. – Contra Maximum haereticorum (Debate con Maximino, obispo arriano).
mend. – Contra mendatium (Contra la mentira).
mor. Eccl. – De moribus Ecclesiae catholicae (Las costumbres de la Iglesia católica
y las de los maniqueos).
mus. – De musica (La música).
ABREVIATURAS 381