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1- Enumerar 3 conceptos básicos del realismo y de la Interdependencia Compleja y como se articularían con la

política exterior de nuestro país.

El realismo es la escuela que ha cobrado mayor relevancia en las interpretaciones existentes en el medio
internacional para guiar el comportamiento de los Gobiernos en el ámbito exterior. En ella, el principal y único
actor es el Estado siendo el poder y la lucha por éste el centro de la teoría. Al ser el mundo
irremediablemente conflictivo y anárquico, todos los gobiernos buscan no solo el incremento sino también la
detentación del mayor grado de poder posible para de esta forma posicionarse y ejercer su influencia logrando
sus propios objetivos nacionales sobre los demás estados más débiles. Estos principios determinan el
comportamiento de los Estados y configuran las leyes que imperan en el statu quo existente en la Sociedad
Internacional, como se mantiene o cambia ese equilibrio inestable, y el papel protagonista que juegan las
superpotencias en ese sistema competitivo

Entre los tres conceptos básicos del realismo, son seis en total, que podemos mencionar encontramos:

1. La racionalidad de los actores y universalidad de las leyes: se parte de supuesto que “la política, al igual que
toda la sociedad, obedece a leyes objetivas que arraigan en la naturaleza humana” así como en la “factibilidad
de elaborar una teoría racional que explique […] estas leyes objetivas”. El autor afirma que la política logra
separar la verdad de la opinión y su “teoría consiste en la verificación de los hechos y darles sentido a través
de la razón”, luego, es esta comprobación de los hechos reales y sus consecuencias lo que da “sentido teórico
a los hechos de la política internacional”

2. Interes en términos de poder: “el elementó principal que permite al realismo político encontrar su rumbo en
el panorama de la política internacional es el concepto de interés definido en términos de poder” (ibíd.,
1986:13). Éste articula la relación entre la razón y los hechos que define la política como una esfera autónoma
de acción y comprensión, como portadora de una lógica propia que distingue entre la política y el político
(estadista), específicamente entre “su deber oficial, que consiste en pensar y actuar en función del interés
nacional, y su deseo personal, que tiende a la corporización en todo el mundo de los propios valores morales y
principios políticos” (ibíd., 1986:15). Así, la Realpolitik comprende no sólo elementos teóricos sino también
factores normativos: “sólo una política exterior racional minimiza los riesgos y maximiza los beneficios, […]
cumple simultáneamente con el precepto moral de la prudencia y el requerimiento político del éxito” .

3. Autonomía de los estudios de la política internacional: el realismo político mantiene, por un lado “la
autonomía de su esfera política […] piensa en términos de interés, definido como poder” (ibíd., 1986:22), por
el otro lado, “no ignora la existencia y relevancia de otros parámetros de pensamiento distintos a los políticos.
Pero como realista político no pude subordinar esos parámetros a los políticos” (ibíd., 1986:23) y finalmente,
se “apoya en una concepción pluralista de la naturaleza humana” (ibíd., 1986:25) y los comprende “cada uno
de ellos dentro de sus propios términos

Respecto de la escuela de la Interdependencia Compleja podemos decir que surge de una realidad del
concierto de Estados que es muy difusa, por lo que la misma se nutre tanto de posiciones modernistas que
afirman que los avances tecnológicos y sobre todos los intercambios sociales y culturales existentes relegan el
papel del Estado en las relaciones internacionales y el ejercicio del poder, como también de posiciones
tradicionalistas que afirman que esta multilateralidad de actores estatales y no estatales no es capaz de
suplantar papel preponderante que la coacción y el uso de la fuerza ejercen en la política internacional.

Esta teoría parte de un supuesto racional que presupone que el ordenamiento del sistema internacional se
llevara a cabo lógicamente mediante más y mejores interrelaciones entre los principales actores con lo cual
hace meya sobre los cimientos realistas en torno al estadocentricos.

Tres de los principios de esta escuela que podemos resaltar son:

1. Pone en tela de juicio el papel del Estado como supremo actor de la arena internacional, si bien el Estado
sigue ocupando una posición central en la interdependencia, ahora se encuentra influido y a veces
condicionado por el accionar de distintos grupos no estatales, trasnacionales, organizaciones no
gubernamentales, movimientos sociales y grupos de presión que en buena medida logran canalizar sus
demandas internas hacia lo externo. Fenómeno conocido como Canales múltiples.

2. Las cuestiones de política internacional dejan de estar subordinadas indefectiblemente a la cuestión militar
ya que las agendas de relaciones exteriores de los Estados son tan amplias y diversas que imponen que el
centro de gravedad vaya cambiando en las diferentes cuestiones según los intereses particulares, económicos,
sociales, científicos, etc.

3. El principio de la cooperación, entre los estados para el logro de diferentes metas en aquellos puntos de
confluencia de intereses como método de interrelación y potenciación de sus capacidades, sobre todo cuando
es necesaria la complementación y la potenciación de estos en términos de poder relativo, científico,
económico, militar, etc.

Respecto de la articulación de estos en la política exterior de nuestro país creo que los principios del realismo
político dominaron en nuestro país hasta mediados del siglo pasado en que la República Argentina poseía en
términos de poder militar y económico una predominancia en el cono sur respecto de sus vecinos e incluso
una posición de privilegio en el mundo desarrollado. Luego con el devenir de la segunda mitad del siglo XX y
las diferentes crisis internas que llevaron al país a una situación de empobrecimiento sostenido que hizo fuerte
meya en el poder militar, económico y político, acompañado esto del ascenso a los sectores de poder político
a sectores de ideologías progresistas y socialistas de diversa profundidad ideológicas han hecho virar la
política exterior, (de por cierto errática de nuestro país) hacia la interdependencia compleja de manera
inevitable. Ejemplos de ello podemos mencionar las alianzas, económicas, políticas, culturales, con países de
gobiernos “socialistas” y sesgo “anti imperialistas”, como Venezuela, Ecuador y Bolivia durante los tres
periodos de gobierno anteriores. O bien el recurso a los organismos internacionales como la Organización de
Naciones Unidas para lograr apoyos a los intereses nacionales que se contraponen o confrontan con intereses
de otros estados generalmente más poderosos.

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