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SBS modifica norma que regula

procedimiento para levantamiento del


secreto bancario
Entre los cambios se establece que cuando la solicitud es canalizada a través de la SBS, ésta
enviará el requerimiento a las empresas correspondientes, en un plazo no mayor de siete días
hábiles.

A través de un resolución institucional, la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS)


publicó hoy la modificación de la norma que regula la solicitud del levantamiento del secreto
bancario.

La modificación está referida al artículo 4 de la norma que regula el procedimiento para la


“Recepción y trámite de las solicitudes de levantamiento del secreto bancario y envío a las
empresas”

Y es que las solicitudes de levantamiento del secreto bancario, de acuerdo a lo establecido en


el artículo 143 de la Ley General, se presentan mediante una comunicación escrita
debidamente fundamentada.

Asimismo, se debe adjuntar “documentación que sustente el pedido”, y la comunicación de la


autoridad competente que solicita el levantamiento debe indicar específicamente lo siguiente:

a) El nombre completo o razón social de las personas naturales o jurídicas, nacionales o


extranjeras; y/o el número de cuenta, respecto de las cuales se solicita el levantamiento del
secreto bancario.

Se indicará el tipo y número de documento de identidad o RUC; nacionalidad y/o país de


emisión del documento de identidad de personas extranjeras, en los casos en los que se
cuente con esta información.

b) La información que se solicita, el delito investigado y la identificación del caso, investigación


o proceso por el que se solicita; así como el periodo específico de las operaciones pasivas
respecto de las cuales se requiere información y la dirección actualizada a la que se remitirá la
información solicitada.

Finalmente se establece que “cuando la solicitud es canalizada a través de la Superintendencia,


esta envía el requerimiento a las empresas correspondientes, en un plazo no mayor de siete
días hábiles”
SBS: levantamiento de
secreto bancario permitirá
ingreso a la OCDE
Jefa de la SBS recordó que la UIF tiene procedimientos de control muy
estrictos en relación a la información que manejan.
La SBS consideró que permitir a la UIF acceder al secreto bancario y
tributario permitirá avanzar al Perú en su ingreso a la OCDE al 2021, así
como en su integración a la Alianza del Pacífico.
Socorro Heysen, jefa de la SBS, señaló que “por eso lo hemos solicitado
en la facultades”.
A su salida de la Comisión de Economía del Congreso, indicó: “Estamos
de acuerdo con el dictamen modificado en la Comisión de Constitución
del Congreso. Nos parece que el punto medio que han encontrado los
congresistas es adecuado y le da a la UID suficientes facultades para
realizar su trabajo”.
Heysen destacó que le parece importante que la UIF tenga la capacidad
de levantar el secreto bancario para investigar. “El punto medio
(encontrado por los congresistas) es que el acceso (al secreto bancario y
tributario por parte de la UIF) sea a través de un juez de turno”, dijo.
Recordó que la UIF tiene procedimientos de control muy estrictos en
relación a la información que manejan.
“La UIF se ubica en un lugar aparte de la Superintendencia de Banca,
Seguros y AFP (SBS) y ni siquiera los propios trabajadores de la SBS
tienen acceso a la información con la que trabaja la UIF, además de otras
medidas de seguridad”, afirmó.
¿Qué es el encaje bancario?

La función principal de los intermediarios financieros (bancos, corporaciones de ahorro


y vivienda, corporaciones financieras, etc.) es captar recursos del público y con ellos
otorgar préstamos. Dada la naturaleza de su negocio, las entidades financieras deben
mantener parte de sus fondos en activos líquidos, activos de reserva, para cubrir
retiros de fondos por parte de sus clientes. Con el fin de disminuir el riesgo de los
depósitos del público en el sistema financiero, el Banco de la República determina que
los activos de reserva no pueden caer por debajo de un valor mínimo que depende del
monto de depósitos que reciba el intermediario.

El encaje bancario es ese porcentaje de recursos que deben mantener congelados los
intermediarios financieros que reciben captaciones del público. Ellos pueden mantener
estas reservas ya sea en efectivo en sus cajas, o en sus cuentas en el Banco de la
República. El porcentaje de encaje no es el mismo para todos los tipos de depósito
(cuentas de ahorros, cuentas corrientes, CDT, etc.). Ese porcentaje varía,
dependiendo de la mayor o menor liquidez que tenga el depósito. Por ejemplo, las
cuentas corrientes tienen un encaje más alto que los demás tipos de depósitos, pues
los usuarios de estas cuentas pueden retirar su dinero en cualquier momento y sin
restricciones, lo que no ocurre con el dinero que se encuentra invertido en CDT o en
las cuentas de ahorros.

También el Banco de la República puede utilizar el encaje indirectamente para


aumentar o disminuir la cantidad de dinero que circula en la economía. Por ejemplo,
cuando el encaje sube, las entidades financieras cuentan con menos recursos para
prestar, porque deben dejar un porcentaje mayor en sus reservas. Así, al haber menos
dinero para prestar al público, entra menos dinero a circular y se disminuye la liquidez.
Por el contrario, cuando el Banco de la República baja los porcentajes de los encajes,
permite que los bancos, corporaciones y demás intermediarios financieros tengan más
dinero disponible para prestar al público, y por lo tanto la cantidad de dinero en
circulación aumenta.

Sin embargo, es más un instrumento para garantizar a los depositantes la


disponibilidad de sus recursos, que uno para regular la cantidad de dinero.
¿Qué es el secreto
bancario? ¿Es el principal
instrumento que fomenta la
evasión fiscal?
Y siguiendo con la serie de artículos acerca de los paraísos fiscales, hoy vamos a
centrarnos en un tema que probablemente sea el epicentro y de sentido a la existencia
de ellos. Hablaremos del secreto bancario y de cómo su introducción tuvo aspectos
positivos; pero, por el contrario, también aspectos muy negativos que abrieron las
puertas a muchas actividades fraudulentas. Mientras los países que disponen de esta
figura se oponen a romper con ella y a ceder la información a terceros, la gran mayoría
del mundo busca los medios para poder acceder a esa información confidencial y así
sacar a la luz muchas de las tramas que se mueven en la economía actual.

Todo el mundo escuchó en numerosas ocasiones que ciertos profesionales como


médicos, abogados o psicólogos tienen la obligación de mantener en secreto la
información que reciben de sus clientes. Esta obligación legal es lo que se conoce
como secreto profesional y se mantiene incluso en un juicio.

Pues bien, las entidades financieras también tienen esta facultad de no revelar la
información privada de sus clientes. Esto es lo que se conoce como secreto bancario.
El verdadero secreto bancario va mucho más allá del secreto profesional. Pero, ¿qué
es realmente el secreto bancario y qué implicaciones tiene para las entidades
financieras y para la economía en general?

¿Qué es el secreto bancario?


La definición de secreto bancario ya está a grandes rasgos explicada en el párrafo
anterior, pero podemos volver a definirlo aclarando que es una figura legal
que permite y obliga a las entidades financieras a proteger y mantener
confidencial la información sobre sus clientes ante terceros, incluso aunque estos
sean Administraciones Públicas o Tributarias. Va desde datos personales hasta
económicos, incluyendo depósitos, número de cuentas o transacciones. La principal
diferencia con el secreto profesional es que el secreto bancario tiene una protección
mucho más grande.

Es importante recordar que muchos países tienen leyes acerca del secreto bancario,
aunque su aplicación solo es efectiva en algunos. En España está regulado por la ley
del 22 de noviembre de 2002, en su disposición adicional decimoséptima. Esto es lo que
dice la ley en España acerca del secreto bancario:

Las entidades y demás personas sujetas a la ordenación y disciplina de las entidades


de crédito están obligadas a guardar reserva de las informaciones relativas a los saldos,
posiciones, transacciones y demás operaciones de sus clientes sin que las mismas
puedan ser comunicadas a terceros u objeto de divulgación. Se exceptúan de este deber
las informaciones respecto de las cuales el cliente o las leyes permitan su comunicación
o divulgación a terceros o que, en su caso, les sean requeridas o hayan de remitir a las
respectivas autoridades de supervisión. En este caso, la cesión de la información deberá
ajustarse a lo dispuesto por el propio cliente o por las leyes.

El verdadero secreto bancario está no solo protegido por ley, sino a veces por la constitución,
como es el caso del legendario secreto bancario suizo y prevé severas multas o incluso
penas de cárcel para cualquier empleado del banco que revele datos sobre cuentas o
transacciones. Ni siquiera las Administraciones Publicas o Autoridades Tributarias
tienen acceso directo a dicha información, la cual permanece únicamente en poder de
los propios bancos y sus correspondientes organismos reguladores financieros o bancos
centrales y sólo puede ser revelada mediante orden judicial.

Me gustaría dejar clara la diferencia entre riguroso secreto bancario y secreto bancario.
El primero es el que se aplica en los paraísos fiscales, y es el verdadero y puro secreto,
donde no se revela ni la marca del bolígrafo con la que se firmó el contrato. Mientras que el
segundo es el que está vigente, por ejemplo en países como España, donde por supuesto
no se revela ningún tipo de información a terceros, pero sí hay que decir la marca del
bolígrafo con el que se firmó el contrato. Porque claro, esa marca igual dice mucho de la
persona que llegó a firmar el contrato. Uno es riguroso e impenetrable, el otro es solo secreto
a medias tintas. Aquí aparece la controversia entre las consecuencias de su uso. Es bueno
para proteger negocios legales y actividades legales, pero malo cuando encubre
actividades fraudulentas.

Mientras que unos pocos criminales utilizaron y continúan utilizando el secreto bancario
para protegerse, la mayoría de las personas cuentan con razones perfectamente
legales y justificables para mantener la privacidad de sus negocios financieros. La
persona que le tocó el Euro millón es perfectamente lógico que tiene que estar defendida
por la ley con este secreto para que nadie sepa su identidad ni se sepa nada acerca de sus
cuentas, así como las personas que llevan a cabo sus negocios de manera limpia y legal.
Pero claro, la existencia de esta obligación legal de guardar secreto es usada por los que
realizan negocios de manera sucia e ilegal para protegerse y así esconder todo lo que
realizan. Aquí es donde entra la pregunta del título, ¿es el secreto bancario el principal
instrumento que fomenta la evasión fiscal, o siendo más claros y directos, la corrupción?

El secreto bancario y las prácticas


ilegales
La introducción del secreto bancario en muchos aspectos fue muy positiva, ya que
garantizaba que los asuntos financieros de cada persona estuvieran convenientemente
protegidos. No obstante, también abría puertas a actividades delictivas o fraudulentas,
las cuales resultaban más difíciles de combatir debido a la opacidad de las cuentas. Esto
tuvo como consecuencia que países con fuerte secreto bancario, fueran los lugares
perfectos para ocultar capitales procedentes del crimen organizado y el narcotráfico, ya
que estos territorios no contaban con políticas serias contra el blanqueo de capitales.

Así primero, ante la creciente presión internacional, muchos paraísos fiscales comenzaron
a ofrecer una mayor colaboración para permitir el levantamiento del secreto bancario en
determinados supuestos de narcotráfico, financiación del terrorismo o casos graves de
fraude.

Lo primero que se empezó a tramitar fueron órdenes internacionales relacionadas con este
tipo de delitos, siempre y cuando previamente un tribunal local aprobara la petición. La
orden solo podía prosperar si el hecho que motivaba la solicitud de levantamiento,
era delito en las leyes locales del paraíso fiscal. Así ante casos de narcotráfico o de
malversación de caudales públicos podía esperarse la colaboración de las autoridades. No
obstante, no se tramitaban con carácter general peticiones relacionadas con la evasión de
impuestos, ya que ésta no es considerada un delito en la mayoría de los paraísos
fiscales.

Actualmente se están tomando muchas iniciativas para tratar de forzar a los paraísos
fiscales a relajar su secreto bancario, como es en el caso de Suiza, y que permitan su
levantamiento también en el caso de delitos de evasión fiscal. Aunque éste será un tema
que trataremos en próximos artículos, donde hablaremos de qué medidas se están llevando
a cabo desde los organismos para acabar con la evasión fiscal.

La acción coordinada de la OCDE y el G-20 consiguió forzar a la mayoría de paraísos


fiscales a firmar convenios sobre doble imposición con cláusulas de intercambio de
información fiscal. Muchos paraísos fiscales tuvieron que modificar su legislación para
permitir la cesión de datos bancarios.

Así para que un paraíso fiscal pueda levantar el secreto bancario por razones de fraude
fiscal y revelar datos a las autoridades de otro país, se tienen que cumplir dos requisitos:

 La legislación del país donde esté ubicada la cuenta bancaria contemple esta
posibilidad para delitos de evasión fiscal cometidos en otro país.
 Que exista firmado un convenio que incluya la posibilidad de un intercambio de
información fiscal.

Si no se cumplen ambas condiciones, no se atenderán las solicitudes de información, a no


ser que existan otros elementos que sí se consideren delito en las leyes locales, tales como
el fraude o la malversación de caudales públicos.

Aun cumpliéndose ambas condiciones, esto no se traduce en un levantamiento general


del secreto bancario que permita realizar solicitudes masivas sobre las cuentas. Al
contrario, la mayoría de los convenios firmados exigen que para poder hacer uso de una
cláusula de intercambio de información fiscal se deben cumplir las siguientes condiciones:

 Debe indicarse claramente el número de la cuenta y nombre de la persona a la


que pertenece o de la que se estima que es el beneficiario último de la misma.

 Tienen que aportarse pruebas de la comisión de un delito fiscal.

 Ha de demostrarse que la información solicitada no puede ser obtenida por otras


vías.

Las autoridades fiscales de un país deben hacer una importante investigación para poder
establecer una relación directa entre una cuenta en un paraíso fiscal y su propietario,
condición indispensable para poder hacer uso de un convenio de intercambio de información
fiscal. Si el evasor fiscal actuó con prudencia sin realizar transacciones directas entre sus
cuentas domésticas y las del paraíso fiscal, relacionar ambas puede ser una empresa
muy complicada, por no decir imposible. Es decir, un convenio de intercambio de
información sirve para obtener la prueba definitiva de un fraude fiscal del que ya se
poseen indicios, pero no para obtener pistas sobre posibles maniobras de evasión de las
que no se tenga conocimiento previo.

Acabar con el secreto bancario es una misión que persiguen la mayoría de los países, pero
es un proceso largo, difícil y se antoja que imposible. El fraude fiscal se seguirá produciendo
aunque ya no a la luz del día y con el descaro con el que se venía produciendo.

No puedo acabar mi artículo sin hacer mención a la “Lista Falciani” para introducir un poco
el caso de Suiza para próximos artículos. Falciani era un informático del banco HSBC
Private Bank y aprovechó esta situación para extraer gran cantidad de datos de clientes del
sistema informático del banco, unas 130.000 personas y entregó la lista a las autoridades
francesas, antes de ser arrestado. Esa lista sirvió para identificar a muchos evasores
fiscales, entre ellos muchos españoles, como Bárcenas y la familia Botín. ¿Dónde
acabará esa lista? ¿Qué esconde Suiza al mundo? ¿Relajará Suiza su secreto bancario?
En próximos artículos trataremos el caso de Suiza y cómo abrir cuentas bancarias en
paraísos fiscales.

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