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JORGE A. NALLIM
ciento a escala nacional, era también el resultado de la crítica opositora sobre que la presencia de i
de las políticas laborales y sociales del peronismo nacionalistas y revisionistas en sus filas, junto a una
que, entre otras cosas, contribuyeron a expandir de retórica que enfatizaba el inicio de una nueva era
manera significativa el consumo popular y un sen- para la Argentina, eran una prueba más de la orien-
tido de pertenencia que, por otra parte, estaba lejos tación autoritaria del gobierno, lo cual sería adi-
de significar obediencia y sometimiento ciego. 61 cionalmente demostrado, desde esa perspectiva,
De hecho, la imagen de un movimiento totalmente por las buenas relaciones entre Franco y Perón. Sin
vertical, sometido al capricho, voluntad y poder de embargo, nuevamente un análisis más detallado
Perón, ha sido también corregida por investigacio-
62 Este aspecto fue destacado por Daniel James en Resistencia ... , op. cit., y Louise
Doyon, "La formación del sindicalismo peronista", en Juan Carlos Torre (ed .),
Nueva historia argentina, tomo 8, Los años peronistas ( 1943-1955), Buenos
61 El tema del peronismo y el consumo popular se puede consultar en los recientes, Aires, Sudamericana, 2002, pp. 357-403.
y excelentes, trabajos de Natalia Milanesio, Workers Go Shopping in Argent~na.
63 Por ejemplo, ver los trabajos incluidos en Matthew Karush y Osear Chamosa
The Rise of Popular Consumer Culture, Albuquerque, University of New Mex1co,
(eds.), The New Cultural History of Peronism: Power and ldentity in Mid-Twen-
2013, y Eduardo Elena, Dignifying Argentina. Peronismo, Citizenship, and Mass
tieth-Century Argentina, Durham, Duke University, 2010.
Consumption, Pittsburgh, University of Pittsburgh, 2011.
nes fascistas europeos, una concepción del Estado 65 Así lo ha señalado Luciano de Privitellio en "Las elecciones entre dos reformas:
1900-1955", en Hilda Sábato, Marcela Ternavasio, Luciano de Privitellio y Ana
en la que este ocupaba todos los espacios sociales y Virginia Persello, Historia de las elecciones en la Argentina, 1805-2011, Buenos
Aires, El Ateneo, 2011 , pp. 135-233.
-.
más obsecuentes y de menor capacidad, lo que llevó,
parte de la prensa oficial que lo obligó a renunciar en en 1951, a que un peronista fiel pero crítico como
enero de 1947, y Cipriano Reyes, uno de los organiza- Arturo Jauretche se alejara temporariamente del
dores y líderes del Partido Laborista, fue acusado fal- movimiento al que había dado su apoyo.
samente en 1948 de complotar contra el gobierno y Esta somera descripción no solo echa luz sobre
encarcelado hasta la caída de Perón. A partir de estos las ambigüedades y contradicciones de un fenó-
desarrollos, la CGT, principalmente en manos de meno tan complejo como fue el peronismo, sino
dirigentes que no tenían los antecedentes gremiales que permite poner en perspectiva las trayectorias
de los desplazados, se convirtió en uno de los pilares de los distintos grupos que se le opusieron y enten-
del gobierno y fundamentalmente en el transmisor der los argumentos que utilizaron en sus críticas. El
de sus iniciativas en el mundo obrero. La centraliza- peronismo transformó así radicalmente el campo
ción de la CGT y el control del Estado estaban tam- de juego para los partidos políticos opositores, que
bién garantizados por el marco legal del movimiento ahora tenían que transitar una realidad nueva desde
sindical, establecido por un decreto de 1945 e inspi- una posición de debilidad, ya que todos ellos fueron
rado en la Carta del I;,p.voro mussoliniana, que, entre afectados por la pérdida de dirigentes y miembros
otras disposiciones, le otorgaba al Estado la facul- que se pasaron al naciente movimiento. Frente a la
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tad de conceder la personería gremial. Fue en la consolidación del gobierno y sus mayorías, todos los
segunda presidencia de Perón, inaugurada en 1952, partidos políticos tuvieron que definir su posición
después de la muerte de Evita, cuando la centraliza- dentro del sistema político, lo que generaba a su vez
ción política y el intento de controlar todos los secto- tensiones y debates internos.
res dentro del proyecto de la comunidad organizada Con la Unión Democrática disuelta, el dilema se
imaginada alcanzó su intento más manifiesto. A esta presentaba con particular urgencia para el socia-
altura, Perón prescindió de figuras de mayor peso, lismo y el radicalismo. Para el socialismo, la elección
trayectoria y capacidad que lo habían acompañado de 1946 fue especialmente devastadora, ya que el
durante su primera administración, como el can- partido había sido particularmente afectado por el
ciller Juan Atilio Bramuglia y el gobernador bonae- trasvase hacia el peronismo de sus cuadros políticos
rense Domingo Mercante, y se rodeó de personajes y sindicales, y por primera vez en décadas quedó sin
representación en el Congreso Nacional. A lo largo
de 1946-1955, el partido so~tuvo la rígida interpre-
67 Ooyon, "La formación del sindicalismo peronista", op. cit., p. 370.
..
tades políticas y defendían una política de intransi- de varios diputados radicales. Así, entre 1948 y 1951,
gencia que incluía la abstención electoral, y por otro, Ernesto Sammartino, Agustín Rodríguez Araya y Atilio
aquellos intransigentes que si bien mantenían sus Cattáneo fueron expulsados -tras lo cual se exiliaron
críticas al gobierno y a Perón, se inclinaban por usar en Montevideo-, Mauricio Yadarola fue suspendido y
todos los espacios disponibles a través de las elec- Ricardo Balbín privado de sus fueros parlamentarios,
ciones y el Congreso en la lucha contra el gobierno juzgado por desacato y encarcelado.
nacional. Más allá de estas divisiones, lo cierto es La situación no era menos complicada para los
que el radicalismo era el principal partido opositor, partidos de las puntas del arco político. El Partido
con representación en el Congreso, y líderes como Demócrata Nacional, la coalición de partidos con-
Ricardo Balbín y Arturo Frondizi se destacaron en los servadores que habían dominado el escenario polí-
debates en ese ámbito. tico nacional hasta 1943, no se recuperó de la crisis
El principal problema que ·se les presentaba a que había derivado en el golpe de ese año. Margina-
los radicales en particular, y a la oposición de cen- dos de la Unión Democrática, y envueltos en duras
troizquierda en general, era cómo diferenciarse del luchas con sus tradicionales adversarios radicales en
gobierno al tiempof}e rescatar las banderas de refor- muchos distritos, las elecciones de 1946 consolida-
mas económicas y sociales que el mismo gobierno ron su declive como fuerza política nacional, ahora
estaba implementando. La crítica sobre la falta de limitada a las distintas fuerzas provinciales que lo
libertades políticas, en este sentido, se articulaba con constituían y con el diputado nacional Reynaldo Pas-
la defensa de reformas económicas y sociales que el tor como su figura más reconocida.
partido había defendido desde décadas antes, pero Por su parte, los comunistas, que se habían sumado
resultaba muy difícil competir con el peronismo en a la Unión Democrática y habían sido ardientes
el poder desde esas posiciones. defensores de la identificación del peronismo con el
Al tiempo que lidiaba con esos dilemas, el radica- totalitarismo, adoptaron una posición distinta a la de
lismo se veía especialmente complicado por las diver- los socialistas. A diferencia de estos, los comunistas
sas medidas electorales ya mencionadas, que reduje- mantuvieron una postura más zigzagueante, y luego
ron su representación en el Congreso. En particular, de las elecciones abandonaron temporariamente
tuvo que enfrentar la acción de la mayoría oficialista la identificación del peronismo con el fascismo. El
en el Congreso Nacional para asegurar su control del objetivo era intentar reconstruir sus bases políticas
debate parlamentario y que derivó en la exclusión Ysindicales en la clase obrera, con una estrategia de
Todavía más fuerte fueron las críticas a la reforma llos supuestos avances debían interpretarse como
de la Constitución Nacional de 1949. Más allá de que parte del plan político general del gobierno. Ernesto
muchos de los cambios d~ la nueva carta incorpora- Sammartino, el diputado radical que sufrió la expul-
ban derechos sociales y económicos que radicales y sión del Congreso por su alusión al peronismo como
socialistas podrían haber aceptado en virtud de sus "aluvión zoológico'; exhortaba a su partido desde las
programas y trayectorias, las críticas se centraron en páginas de Argentina Libre a no legitimar la Asam-
que el objetivo principal de la reforma era permitir blea Constituyente que cambiaría la Constitución
la reelección de Perón y que, por tal motivo, aque- Nacional por "la constitución del Tercer Reich'; mien-
dera cultura occidental, basada en valores univer- del texto único del estado Fetiche [sic]'~ Para que no
sales de libertad y democracia, que era antitética al quedaran dudas, el texto contraponía las imágenes
peronismo. Esta es la clave para entender el carácter de las piezas de arte criticadas a la de una escultura
político implícito de muchos de los textos que apare- clásica de una figura femenina desnuda y con un
cieron en revistas como Sur, Realidad y Liberalis, que arco en su mano, que "no pertenece, ciertamente, al
contaban con la participación de los intelectuales tal arte peronista" sino que es "una muestra del arte
antiperonistas. Francisco Romero, el filósofo socia- viril de un pueblo que se recupera y lanza haciendo
lista director de Realidad, transmitió con claridad esta impacto todas sus flechas ideales hacia un futuro
idea al reclamar que era necesario acostumbrarse "a cierto. Pertenece a un escultor de la Francia libre': 79
pensar en términos de Occidentalidad'; ya que los Sur, desde .siempre interesada en crear la élite inte-
americanos eran parte de la cultura occidental, que lectual del país, podía suscribir sin mayores pro-
era intrínsecamente superior a cualquier otra. 7 ª blemas tanto las ideas de Romero como la crítica
De ahí se derivaría una visión negativa hacia cual- del arte peronista. Esta revista incluyó varios textos
quier expresión artística vinculada con el peronismo sobre cine, arte y literatura en los que se criticaba a
en tanto representativa de un nacionalismo cultural lo que se identificaba como nacionalismo cultural
estrecho. Por ejemplo, en octubre de 1946 Argentina en general y que era una forma más de crítica velada
Libre se mofaba de una escultura y un relieve colo- dirigida hacia el peronismo~ªº
cados a la entrada de la Exposición Aeronáutica de Estas percepciones sobre el arte y la cultura esta-
la Avenida 9 de Julio, presentándolos como ejemplos ban anclados en los prejuicios de clase y género de
de "la miseria anacrónica y plagiaria del arte pero- los sectores antiperonistas que habían aflorado con
nista': "esperpentos" e imitaciones del "arte deshu- fuerza en las visiones sobre el 17 de octubre, como
manizado y 'planificado' del fascismo italiano [... ]. se detalló en el capítulo anterior. Lejos de suavi-
El arte peronista no es nada más que un pastiche zarse, estos prejuicios se mantuvieron, como puede
anacrónico" pero que "expresa con siniestra fran- observarse en la notable caricatura con la que Tris-
queza [... ] el culto al 'robot' mecanizado, al hombre tán representaba en Argentina Libre el 17 de octu-
con cabeza de mate vacío, movido por los dictados
dudosa. Y también estaban los aspectos que ten1an Lloyd WeberyTim Rice.ª3
que ver con su rol político específico, no solo como la El supuesto arribismo social y deseo de riqueza
esposa de Perón sino también por su actividad en la encontró su expresión en Argentina Libre, en diciem-
Fundación Eva Perón, su influencia en el gobierno y bre de 1946, a través de la reproducción de un artí-
el movimiento y su profunda conexión con las masas culo de una revista francesa que comentaba sobre
peronistas. En particular, el compromiso fanático de la "presidenta-vedette'; "linda" y "encantadora'; que
Eva con la causa peronista, su visión maniquea de "sabe llevar a las mil maravillas las pieles y alhajas':a4
leales y opositores al régimen y su lugar omnipre- Dos años más tarde, Argentina Libre también repro-
sente en la propaganda del gobierno le ganaron el dujo una publicidad de la época de actriz de radio-
odio implacable de los antiperonistas. teatro de Eva en la que aparecía vestida como futbo-
Los ataques contra Eva incluían distintos aspec- . lista, destacando que era "más grácil y amable" en
tos, que se pueden apreciar con claridad en los tex- 1941 que en 1948, cuando se dedicaba a "incitar a las
tos e imágenes publicados por Argentina Libre. En turbas a la violencia':as
gran parte de ellos se hacía hincapié en sus orígenes Un segundo aspecto de la crítica se centraba en el
de clases baja y la ostentación de pieles y joyas, que supuesto rol dominante que Eva tenía en el gobierno
caracterizaron a Eva en los primeros años luego de e incluso sobre Perón mismo, en la idea de que ella
la victoria de Perón, en 1946, y se contradecían con
el discurso populista sobre un gobierno y liderazgo
popular. Esta mirada se relacionaba con el hecho de 83 Joseph Page "l ntroduction", en Evi ta, In My Own Words, New York, The New
Press, 1996, pp. 1-46.
que para muchos opositores el ascenso político de 84 "Como nos ven en Pa rís", Argentina Libre, 5 de diciembre de 194 6, p. 2.
Eva tenía que ver con su supuesta vida ligera y arri- 85 " Lo que va de ayer a hoy", Argentina Libre, 7 de octubre de 1948.
Jorge A. Nállim 12 11
210 1 Las raíces del antiperonismo
era quien verdaderamente detentaba el poder; es representa como la "versión moderna" del flautista
decir, el estereotipo de la "mujer del látigo" que Julie de Hamelín, que al compás de la música de bom-
Taylorya había identificado al intentar elucidar quién bos y platillos conduce a Perón y a otros miembros
era en realidad Eva. En este sentido, Argentina Libre
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del gobierno al abismo (Figura 11), mientras que 90
arteramente comentaba sobre "mujeres estériles que Tristán la muestra diferentes escenas alusivas: en
no solamente mandan a sus maridos sino que hasta un caso, con los atributos de una reina, incluyendo
le zurran la badana" y no dudaba en reflexionar,
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joyas y pieles (Figura 12), 91 y en otro como la reina
desde una perspectiva homofóbica y pseudopsicoló- en el centro del "corso oficial" que incluye a perso-
gica, sobre el "aspecto femenino" de dictadores tales najes estereotipados del régimen peronista: traido-
como Hitler, lo que explicaba que "los homosexua- res, asesinos, obsecuentes e hipócritas, entre otros
les [... ] son histéricos y propensos, por lo mismo, a (Figura 13).92
la violencia y la crueldad [... ]. En la vida de todos los También se refiere este artista a la crítica de la
dictadores hay veces que iluminan el fondo turbio, oposición a la práctica de la distribución de bienes
enfermizo, sexual de su poderío. Son crisis que reve- por parte de Eva a través de su fundación, enten -
lan todo el lado femenino de su carácter':ss dida como despilfarro demagógico por los opo-
En otra ocasión, el semanario se refería a "los sitores, que se ve reflejada en la caricatura donde
ejemplares del bello sexo" que, compitiendo con el Eva aparece caracterizada como la diosa Fortuna,
hombre lo superan en vigor, energía, reciedumbre, distribuyendo regalos y rodeada por una especie de
tenacidad y arrojo. 89 Así, el cuadro delineado por esas ángeles de cabeza hueca con signos totalitarios. La
descripciones presentaba a Perón como un dictador referencia a Eva como la muerte, simbolizada por la
sexualmente disminuido, si no homosexual, y a Eva calavera, alude a la noticia publicada en esos días
con características masculinas dominantes. de fines de 1946, de que varias personas habían
Estas ideas se reflejaron nítidamente en el humor muerto o resultaron heridas durante un acto en
gráfico de Argentina Libre. El ilustrador Penike la
86 J. M. Taylor, Eva Perón. The Myths of a Woman, Chicago, University of Chicago, 1979.
87 Eusebio Gómez, "Gobernar es hablar", Argentina Libre, 27 de febrero de 1947, p. 1 90 Argentina Libre, 13 de febrero de 194 7, p. l.
88 "Bajo la presidencia de ambos sexos", Argentina Libre, 26 de junio de 1947, p. 6 . 91 Argentina Libre, 30 de enero de 194 7, p. 3 .
89 "Bajo la presidencia de ambos sexos", Argentina Libre, 17 de ju 1io de 194 7, p. 6. 92 Argentina Libre, 20 de febrero de 1947, p. 3.
11
1
105 Alejandro Magnet, Nuestros vecinos justiciafistas, Santiago de Ch ile, Del Pacífico, pp. 3-11.
1953, pp. 207-208.
258 1 Las raíces del antiperon ismo Jorge A. Nál lim 1259
en 1938-1943, uniendo el apoyo a los Aliados con la ciones y alianzas. Por ejemplo, nada predestinaba al
restauración plena del sufragio libre. frente antifascista de la década de 1930 a devenir en
En un segundo momento, se adaptó a la realidad el frente antiperonista en 1945, pero el contexto de
del gobierno militar de 1943-1946, la influencia 'de fines de 1945 le proveyó sentido al uso de las imá-
ideologías y grupos antidemocráticos y de derecha, genes y vinculaciones que se habían establecido en
y las nuevas políticas desarrolladas por Perón desde períodos anteriores.
el gobierno. Así, lentamente, la oposición a Perón en El segundo elemento, relacionado intrínseca-
1944-1945 finalmente cristalizó en el antiperonismo, mente con el primero, es que al igual que el pero-
constituido como tal a partir del 17 de octubre y en nismo, el antiperonismo fue desde sus inicios un
respuesta al surgimiento de su diametral opuesto, conglomerado heterogéneo de grupos sociales, inte-
el peronismo. De esta manera, este frente hetero- lectuales y políticos. Esta heterogeneidad le da sen-
géneo echó mano a imágenes, argumentos y pre- tido, durante la década peronista de 1946-1955, a las
juicios sobre Perón y sus seguidores que formarían ambigüedades de la oposición -y del oficialismo-
el núcleo duro de una manera de observar la reali- frente a temas como la educación religiosa en las
dad política. Los años del peronismo en el poder en escuelas y explica el desplazamiento de la jerarquía
1946-1955 verían la profundización de muchos de de la Iglesia católica argentina y de las Fuerzas Arma-
estos argumentos en un contexto de fuerte polariza- das desde el apoyo hasta la oposición a Perón.
ción política y social. Esta h.e terogeneidad es la que hace difícil, sino
Es necesario hacer énfasis nuevamente en dos imposible, una explicación sencilla y lineal del pero-
aspectos que informa la historia esbozada en las nismo y del antiperonismo, en tanto fueron, y son,
páginas de este libro. El primero y fundamental es sujetos heterogéneos, plurales antes que singulares.
que la conformación del antiperonismo no fue el Por ese motivo, una forma útil de comprenderlos
resultado de procesos históricos lineales ni pre- en toda su complejidad y dinamismo es a través del
determinados. Las líneas que retrospectivamente concepto de "invención de tradición" acuñado por
aparentan ser claras y precisas, en realidad fueron Terence Ranger y Eric Hobsbawm. 111 Ambos historia-
borrosas y en muchos casos azarosas. En lugar de
una relación de causa-consecuencia directa, es más
apropiado hablar de influencias en las que la reali- 117 Eric Hobsbawm y Terence Ranger, "Introducción: la invención de la tradición",
en Eric Hobsbawm y Terence Ranger (eds.), La invención de la tradición, Barce-
dad pragmática del momento orientaba ideas, rela- 1 lona, Crítica, 2002, pp. 7-21.