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Leila Guerriero, escritora y periodista argentina empieza dejando en claro que el periodismo no puede
considerarse como un oficio menor ni como escritura de bajo voltaje y de segunda mano.
Consecuentemente expresa que el periodismo es una oportunidad para aplicar la escritura creativa que
debe ser parte del oficio como tal ya que un periodista debe hacer uso de todos los recursos que pueda
para concebir la esencia de la realidad. “No creo en crónicas que no tengan fé en lo que son: una forma
de arte” (Guerriero, 2007). Y para dejar en claro su idea enfatiza en que no vale la pena escribir, leer ni
Destaca que el arte del buen cronista debe referir a la poesía, al cine, a la música y a las novelas. El
arte del buen cronista depende de un buen principio, un principio con fuerza que enganche a su lector a
terminar una obra que en algún momento fue un acumulado de diálogos, frases y datos posteriormente
pulidos y rebanados. La autora proporciona varios ejemplos: obras de su autoría, anécdotas y datos
curiosos, tratando de en algun lugar de su texto responder a la pregunta culpable de las tres páginas en las
que divaga y explora en sus memorias como escritora y periodista, ¿cuál es precisamente el método para
contar una historia?. Pero acertadamente fracasa y lo único que puede recomendar al ambicioso lector es
lo mismo que manifiesta al principio, hay que “fundirse en el oficio hasta transformarlo en algo que se
Guerriero encontró una manera particular de abordar la pregunta que plantea al inicio y explicar cómo
se debe realizar un trabajo según sus conocimientos del tema, lo cual es algo que hace al texto particular e
interesante de leer. Se destacan los ejemplos dados para la comprensión de sus pensamientos y
sentimientos, con los cuales argumenta su conclusión, el arte de escribir un buen texto va en la
subjetividad del autor de tal escrito. Para los amantes de la escritura son palabras que mientras se leen
llenan de emoción irreconocible y se puede decir que se llega a comprender la posición de la autora.
Sin lugar a duda este es un texto que nos muestra una opinión franca sobre lo difícil que es escribir y
que aunque puede ser difícil de entender al principio se convierte en una lectura amena a medida que
avanza e indudablemente uno de esos textos que nunca es igual al leerlo dos veces, con cada lectura la
reflexión es diferente. Simplemente es un texto encantador para los amantes del arte de la escritura.