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Partiendo de sus análisis del Derecho romano, desarrollará la teoría objetiva de la posesión,

opuesta a la teoría subjetiva elaborada principalmente por su colega Savigny. De esta manera,
niega que la posesión requiera un animus domini, como pensaba Savigny. Pese a ello, Ihering
admite incluir dentro de la posesión el requisito de intencionalidad, pero equipara tal elemento al
ánimo que el sujeto tiene en la mera detentación.

Continuando con el razonamiento, llegará a la conclusión de que esa parte intencional, o animus
posesorio, se identifica con el corpus, siendo éste último la exteriorización del propósito
posesorio. Finalmente, el animus vendría a concretarse en la intención del sujeto de utilizar la
cosa para satisfacer sus necesidades e intereses.

Ihering, por todo ello, afirmará que los únicos requisitos de la posesión serán la relación
material y el deseo de continuar con aquella relación. De esta manera, a priori, equipara la mera
tenencia con la posesión. No obstante, establece que la protección interdictal no es aplicable
para la mera tenencia, con lo que sigue existiendo el requisito de causa possesionis que ambos
supuestos cumplen, pero se afirma que hay que prestar atención a los detalles de tal requisito.
De esta manera, cuando la causa possesionis tiene unos determinados rasgos, como pudiera ser
la posesión en interés ajeno, corrompe la figura de la posesión, y la reduce a una mera
detentación para la que no cabe protección interdictal.

Tal diferencia tiene gran importancia a la hora de establecer quién ha de soportar procesalmente
la carga de la prueba, de manera que el supuesto poseedor sólo tendrá que probar la relación
material, mientras que la parte contraria habrá de probar que la causa possesionis concreta
pertenece a la categoría que no goza de protección interdictal.

Elementos de la posesión

Corpus

Es el elemento material, la sujeción efectiva. Se reconoce cuando la persona se encuentra en


contacto directo de la cosa. Poco a poco se va espiritualizando la posesión.

Animus

Los romanos no establecieron en qué consistía el animus o intención en la posesión. En el siglo


XIX se defendieron dos teorías:

a) subjetiva de Savigny. Para este autor el animus significa el intención de comportarse como lo
haría el propietario pero sin embargo hay algunas figuras en que se reconocen la posesión sin
tener la intención de tener la cosa para sí como el caso del acreedor pignoraticio. Savigny para
salvar estos obstáculos, recure la idea de posesión derivada; la posesión transmitida por el
titular originario.
b) Objetiva sobre el animus de Ihering. Es la voluntad consciente de estar en una relación de
dominio sobre la cosa y lo que separa la detentación y la posesión de l mera necesidad.

La ley establece caso por caso cuándo se debe tener y cuándo no protección posesoria. La
romanística actual considera que el animus es la intención no de ser dueño sino simplemente de
tener la cosa para sí y ejercitar sobre esa cosa un poder de hecho con exclusividad e
independencia.
Elementos de la posesión

Corpus

Es el elemento material, la sujeción efectiva. Se reconoce cuando la persona se encuentra en


contacto directo de la cosa. Poco a poco se va espiritualizando la posesión.

Animus

Los romanos no establecieron en qué consistía el animus o intención en la posesión. En el siglo


XIX se defendieron dos teorías:

a) subjetiva de Savigny. Para este autor el animus significa el intención de comportarse como lo
haría el propietario pero sin embargo hay algunas figuras en que se reconocen la posesión sin
tener la intención de tener la cosa para sí como el caso del acreedor pignoraticio. Savigny para
salvar estos obstáculos, recure la idea de posesión derivada; la posesión transmitida por el
titular originario.
b) Objetiva sobre el animus de Ihering. Es la voluntad consciente de estar en una relación de
dominio sobre la cosa y lo que separa la detentación y la posesión de l mera necesidad.

La ley establece caso por caso cuándo se debe tener y cuándo no protección posesoria. La
romanística actual considera que el animus es la intención no de ser dueño sino simplemente de
tener la cosa para sí y ejercitar sobre esa cosa un poder de hecho con exclusividad e
independencia.

Elementos de la posesión

Corpus

Es el elemento material, la sujeción efectiva. Se reconoce cuando la persona se encuentra en


contacto directo de la cosa. Poco a poco se va espiritualizando la posesión.

Animus

Los romanos no establecieron en qué consistía el animus o intención en la posesión. En el siglo


XIX se defendieron dos teorías:

a) subjetiva de Savigny. Para este autor el animus significa el intención de comportarse como lo
haría el propietario pero sin embargo hay algunas figuras en que se reconocen la posesión sin
tener la intención de tener la cosa para sí como el caso del acreedor pignoraticio. Savigny para
salvar estos obstáculos, recure la idea de posesión derivada; la posesión transmitida por el
titular originario.
b) Objetiva sobre el animus de Ihering. Es la voluntad consciente de estar en una relación de
dominio sobre la cosa y lo que separa la detentación y la posesión de l mera necesidad.

La ley establece caso por caso cuándo se debe tener y cuándo no protección posesoria. La
romanística actual considera que el animus es la intención no de ser dueño sino simplemente de
tener la cosa para sí y ejercitar sobre esa cosa un poder de hecho con exclusividad e
independencia.
Elementos de la posesión

Corpus

Es el elemento material, la sujeción efectiva. Se reconoce cuando la persona se encuentra en


contacto directo de la cosa. Poco a poco se va espiritualizando la posesión.

Animus

Los romanos no establecieron en qué consistía el animus o intención en la posesión. En el siglo


XIX se defendieron dos teorías:

a) subjetiva de Savigny. Para este autor el animus significa el intención de comportarse como lo
haría el propietario pero sin embargo hay algunas figuras en que se reconocen la posesión sin
tener la intención de tener la cosa para sí como el caso del acreedor pignoraticio. Savigny para
salvar estos obstáculos, recure la idea de posesión derivada; la posesión transmitida por el
titular originario.
b) Objetiva sobre el animus de Ihering. Es la voluntad consciente de estar en una relación de
dominio sobre la cosa y lo que separa la detentación y la posesión de l mera necesidad.

La ley establece caso por caso cuándo se debe tener y cuándo no protección posesoria. La
romanística actual considera que el animus es la intención no de ser dueño sino simplemente de
tener la cosa para sí y ejercitar sobre esa cosa un poder de hecho con exclusividad e
independencia.

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