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El arpa y la sombra
poéticas de fin de siglo María Elisa Bernal Vega A01316439
Titular: Dr. Raúl C. Verduzco Garza 22 de marzo de 2015
La segunda parte de la novela, La mano, está narrada por el mismo Cristóbal Colón,
de manera que se da una metadiégesis. Su lenguaje es contemporáneo pero lo adorna
con términos propios de la época: “perdóneseme el vocablo pero lo usé sin ambages en
epístola dirigida a muy cimeras Altezas” y toma un carácter poético, “a compás de un
himno color de azafrán y aromas malabares” (p. 248) , utiliza con frecuencia metáforas
“llamé Cólquida lo que jamás fue Cólquida” (p. 222). Admite que los vikingos ya habían
visitado América: “Yendo siempre al oeste, más al oeste, y aún más al oeste, un hijo del
marinero pelirrojo, llamado Leif-el-de-la-buena-suerte, alcanza una inmensa tierra a la que
pone el nombre de Tierra de Selvas.” (pp. 238 y 262) Aquí hacen su aparición la parodia
y lo carnavalesco, con su presentación del Tinglado de Maravillas.
En la parte final, La sombra, vuelve el narrador único para hacer un relato polifónico
en el que intervienen todos los implicados en el juicio de beatificación, que se vuelve una
parodia presenciada por Colón en su fantasmal calidad de El Invisible. El proceso se realiza
ante el tribunal colegial, con la intervención del Postulante, el Abogado del Diablo y los
testigos. Las situaciones que se presentan y el lenguaje que se utiliza, están plagados de
elementos irónicos y paródicos. Lo carnavalesco predomina y se manifiesta tanto en las
exageraciones humorísticas como en el énfasis de las funciones corporales.
Otros ejemplos: “¿No podría Vuestra Merced, señor Almirante, adelantarme alguna
monedilla a cuenta?” “¿Para qué?” “Para irme de putas y con perdón… Hace más de
cincuenta días que no obro.” (p. 272); “¡Cortes de monarcas en pelotas!” (p. 289); “Y
empiezan los jodedores de siempre a decir que si esos no son los restos de Colón I sino
de Colón II, y que si los de Colón I siguen en Cuba (…)” (p. 338); “El Invisible sintió que
sus invisibles orejas se le acrecían y paraban, como las de un lobo (…)” (p. 341); “Mira: si
una beatificación de Juana de Arco me parece muy posible, la de Luis XVI es tan probable
como la de la puta de tu abuela.” (p. 335)
Menton, S. (1993). La nueva novela histórica en América Latina 1979-1992. México, D. F.:
Fondo de Cultura Económica