Exordio:
Los hombres quieren una vida nueva, experimentar nuevas cosas,
se piensa que al tenerlas la vida le será transformada, sin embargo
no hay nada en este mundo que cambie la vida del hombre.
Introducción al texto:
La escena de la narración es la fiesta de la pascua. Al ver las
señales que Jesús hacía, muchos creyeron en él. Sin embargo,
conociendo Jesús el corazón del hombre, no se confiaba de ellos.
Uno de esos hombres vino a Jesús de noche y sostuvo un diálogo
con él. Este hombre no quedó en el anonimato, se nos da su
nombre, la secta religiosa a la que pertenece y su posición social.
Proposición:
El propósito de este sermón es que tú no quedes en el anonimato,
sino que te acerques a Jesús, y al nacer de nuevo, lo veas a él,
entres en su reino y comprendas su mensaje.
Confirmación:
I. Para ver a Jesús debemos nacer de nuevo
Nos parece natural que un niño, que está en el vientre de su
madre, tiene que nacer para poder ver el mundo. Sin este
nacimiento se le negará la oportunidad de ver dicha realidad.
Muchos vieron las señales que Jesús hacía, pero por el testimonio
de Nicodemo nos damos cuenta que no lo hacía de manera
apropiada, sino a través de sus concepciones religiosas: “nadie
puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él”
(3:2). Jesús le dice que su apreciación no es apropiada, y que para
ver el reino de Dios es necesario que nazca de nuevo (2:3).
El hombre no puede ver la realidad de Dios desde su condición
de muerte espiritual, es necesario que tenga esa experiencia del
nuevo nacimiento para ver verdaderamente a Jesús.
II. Para entrar al reino de Dios debemos nacer de nuevo
El niño para ver el mundo tiene que entrar al mundo, a éste no se
le puede ver sino desde adentro, formado parte de él,
experimentándolo en todo.
Nicodemo relaciona el nacer de nuevo con entrar una vez más al
vientre de su madre (3:4), Jesús lo relaciona con entrar en el reino
de Dios (3:5); pero mientras que Nicodemo establece la relación
entrar-nacer, Jesús pone la relación nacer-entrar (3:5), porque el
nacer de nuevo no es un renacimiento, sino un nuevo nacimiento,
pero ahora espiritual (3:6).
Dios te llama a entrar a su reino, porque él anhela que
experimentes esa nueva realidad, pero para que puedas entrar
tienes que nacer de nuevo.
III. Para comprender debemos nacer de nuevo
El niño para ver al mundo tiene que entrar en él, y una vez estando
en el mundo y viéndolo puede llegar a comprenderlo. Para
comprender se debe estar inmerso en el mundo y verlo.
Nicodemo llegó presumiendo que “sabía” que Jesús había venido
de Dios (3:2), sin embargo, ahora pregunta: “¿Cómo puede
hacerse esto?” (3:9), ante lo cual Jesús le hace saber su
incapacidad para comprender (3:10). Jesús le dice: “lo que
sabemos hablamos, y lo que hemos visto, testificamos” (3:11).
Solamente el que ha visto y el que está adentro, sabe.
Jesús, quien ha visto al Padre y cuyo reino le pertenece, es el que
nos habla de esas cosas. Si tú verdaderamente quieres conocer a
Dios, debemos escuchar el testimonio de Jesús.
Epílogo:
Para ver a Jesús, entrar a su reino y conocerle a él, debes nacer de
nuevo. Este nuevo nacimiento es espiritual, y te abre los ojos, las
puertas del reino de Dios y la comprensión.
Resolución:
Quiero invitarte a que recibas la invitación de Jesús a nacer de
nuevo, la manera es reconociendo que estás muerto en tus
pecados y que necesitas la vida que él ofrece.
 IGLESIA BAUTISTA CASA BLANCA
Pastor Abraham Banda Robles
Sermón Dominical
18 de marzo de 2018

¿QUÉ ESTÁS VIENDO?

23
Estando en Jerusalén en la fiesta de la pascua, muchos creyeron en su
nombre, viendo las señales que hacía.
24
Pero Jesús mismo no se fiaba de ellos, porque conocía a todos,
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y no tenía necesidad de que nadie le diese testimonio del hombre, pues él
sabía lo que había en el hombre.
1
Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal
entre los judíos.
2
Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de
Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces,
si no está Dios con él.
3
Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no
naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.
4
Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede
acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?
5
Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de
agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.
6
Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del
Espíritu,[a] espíritu es.
7
No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo.
8
El viento[b] sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde
viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu.
9
Respondió Nicodemo y le dijo: ¿Cómo puede hacerse esto?
10
Respondió Jesús y le dijo: ¿Eres tú maestro de Israel, y no sabes esto?
11
De cierto, de cierto te digo, que lo que sabemos hablamos, y lo que hemos
visto, testificamos; y no recibís nuestro testimonio.
12
Si os he dicho cosas terrenales, y no creéis, ¿cómo creeréis si os dijere
las celestiales?
13
Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre,
que está en el cielo.
14
Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que
el Hijo del Hombre sea levantado,
15
para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

Juan 2:23-3:15