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De la España imperial a la
comunidad hispano-hablante actual
5.-Elabore un glosario con las palabras introducidas al castellano desde el siglo XVI-XIX
Siglos XVI-XVII
Nuevo significados a formas ya existentes: animoso con el valor de ‘impetuoso’, aplicar en el
sentido de ‘dirigir’, luz equivalente a ‘día’, perdonar con la significación de ‘abstenerse,
renunciar’, pedir como ‘dirigirse’, etc.
Nuevos cultismos: adulto, diámetro, genitor, náutico, rutilar, simétrico, etc., en tanto que
languideza, disparatario (‘colección de disparates’), archipobre, protomiseria, desantañarse (<
des+antaño ‘rejuvenecerse’) eran nuevas creaciones a partir de elementos ya existentes en la
lengua.
Términos que eran específicos a un arte, una técnica o un oficio se generalizaron
incorporándose a la lengua genera: animar, argumento, elemento, humor, privilegio, tasa, etc.
Voces consideradas hasta entonces vulgares: coime (‘dueño de garito’, ‘mozo de billar’),
garlar (‘hablar mucho y sin discreción’), jeta (‘hocico’ y, por extensión, ‘cara humana’),
panarra (‘hombre simple, tonto’), etc.
Extranjerismos:
- Del italiano: balcón, capricho, centinela, diseñar, emboscada, esbelto, esbozo, escolta,
escopeta, fachada, fragata, madrigal, manejar, modelo, pedante.
- Del francés: brecha, carabina, recluta, servilleta, trinchera, ujier.
- Del portugués: bandeja, catre, menino, mermelada.
- De lenguas germánicas: brindis (de la expresión alemana ‘Ich bring dir’s’ ‘te lo ofrezco’),
escaparate (del neerlandés).
- De lenguas amerindias: a) Del taíno y otras hablas arahuacas: ají, barbacoa, batata, bejuco,
bohío, cabuya, cacique, canoa, caoba, enagua, guayaba, hamaca, huracán, maíz, maní, papaya,
sabana. b) Del náhuatl: aguacate, atole, cacahuete, cacao, chocolate, coyote, tiza, tomate; c)Del
quichua: carpa ‘toldo, tienda de campaña’, coca, cóndor, pampa, papa, vicuña; c)De otras
lenguas: caimán (caribe), chicha (cuna).
Siglo XVII
Galicismos: aval, avalancha, burocracia, chaqueta, cliché, comandar, control, coqueta,
corsé, cotizar, croqueta, detalle, endosar, explotar, financiero, hotel, merengue [el dulce],
moda, pantalón, petimetre, rango, resorte, retreta, revancha, satén, sofá, útiles [‘herramientas’],
zigzag. Entran igualmente muchas expresiones, tales como hombre de mundo, gran mundo,
hacer el amor (en el sentido original de ‘enamorar’, ‘galantear’), hacerse ilusiones, tomar acta,
etc.
Italicismos; batuta, fiasco, ferroviario, libreto, lontananza, partitura, terracota.
Anglicismos: bistec, bote, club, confortable, dandi, esmoquin, esnob, filme, golf, líder,
revólver, tenis, túnel, turista, vagón, yate.
Modernismos: absolutismo, capitalista, comunismo, cosmético, cosmopolita, cristalizar,
crítica, demagogia, desmoralizar, egoísmo, electricidad, escepticismo, esquema, fanatismo,
filólogo, fisiología, fotografía, higiene, informe, liberar, litografía, locomotora, lujoso,
manufactura, maquinaria, melómano, metalurgia, microscopio, misántropo, neumático,
oligárquico, patriota, policía, presentimiento, proletariado, retina, sensato, sinfonía, socialismo,
teléfono, telégrafo, telescopio, termómetro, terrorismo, traficante, traficar, vacuna, virus.
10.- ¿A partir de la evolución del lema de la RAE qué visión se tiene de la lengua y de su papel
estandarizador?
Limpia, Fija y da esplendor.
La RAE se formo con el objetivo de fijar la lengua en su mayor propiedad, elegancia y pureza,
según el estado de plenitud del siglo XVI, desde entonces, y aunque con un alcance limitado, se le
ha reconocido su poder normativo, que sanciona los usos correctos e incorrectos, teniendo una
visión y criterio completamente purista de la lengua. Buscando un uso culto de la lengua, fijan una
serie de normas que ayudo a gran medida a la estandarización de una lengua que había
experimentado muchas variaciones a través de los siglos.
11.- ¿Qué es la Asociación de academias de la lengua española (ASALE) y cuál es su
finalidad?
La asociación de academias de la lengua española (ASALE) se conformó en México en 1951y está
integrada por veinticuatro academias de la lengua española existentes en el mundo. Su comisión
permanente esta en Madrid (España) Por iniciativa de Miguel Alemán Valdés, entonces presidente
de México, se convoca el I Congreso de Academias con el propósito de trabajar en unión por la
integridad y crecimiento del idioma español.
Celebrado el Congreso de Academias entre el 23 de abril y el 6 de Mayo de 1951, se crea la
asociación y su Comisión Permanente. En esta primera reunión no estuvo presente la Real
Academia Española, pero si participo en la Comisión Permanente. Desde el II congreso, celebrado
en 1956 en Madrid, la RAE participa regularmente.
12.- ¿Cuáles son las principales reformas ortográficas introducidas por la RAE-ASALE?
1) Es potestativa la reducción de los grupos consonánticos iníciales cultos gn-, mn-, ps-: gnomo o
nomo, mnemotecnia o nemotecnia, psicología o sicología. Ya en el Diccionario de 1956, la
Academia había simplificado ciertos grupos consonánticos aunque mantenía su preferencia por las
formas completas.
2) Se autoriza escribir <x> con valor de <j> en grafías conservadas por tradición, como México,
Ximena, etc.
3) Para efectos de acentuación gráfica, se considera la <h> intervocálica como inexistente, por lo
tanto, la tilde es obligatorio en los casos de hiato: prohíbe, búho, rehúsa.
4) La combinación <ui> se considera, para la práctica de la acentuación, como diptongo en todos
los casos: casuista, huir, huida, jesuita, sin tilde.
5) Se suprime el acento en los monosílabos verbales fui, fue, vio, dio.
6) La palabra solo, en función adverbial, podrá llevar acento ortográfico si con ello se ha de evitar
anfibología, como en el ejemplo siguiente: “le encontrarás sólo en casa”; aquí es conveniente
acentuar dicha palabra, que equivale a solamente, únicamente, para evitar la posible confusión con
“le encontrarás solo en casa (en soledad, sin compañía)”.
7) La partícula aun llevará tilde (aún) sólo cuando equivalga a todavía. En los demás casos, es
decir, con el significado de hasta, inclusive (o siquiera, con negación) se escribirá sin ella.
8) Los pronombres éste, ése, aquél, con sus femeninos y plurales, llevarán normalmente tilde, pero
será lícito prescindir de ella cuando no exista riesgo de anfibología. “Existiría este riesgo en Los
niños eligieron a su gusto, éstos pasteles, aquéllos bombones. Con tilde, éstos y aquéllos
representan niños; sin tilde, estos y aquellos son determinativos de pasteles y bombones,
respectivamente”.
13.- Explica la situación sociolingüística del español de España, de Hispanoamérica, de las
filipinas, las islas Marianas, el ecuatoguineano y el judeoespañol
España
Aunque todos los españoles hablan castellano, no todos lo tienen como primera lengua pues
muchos de los naturales de regiones distintas de Castilla tienen como lengua materna o primera la
lengua del territorio respectivo.
El plurilingüismo histórico de España ha sido consagrado por la Constitución de 1978, la
cual, aunque afirma que “el castellano es la lengua española oficial del Estado”, reconoce que “las
demás lenguas españolas serán también oficiales en las respectivas Comunidades Autónomas de
acuerdo con sus Estatutos” (artículo 3º). Las lenguas que son cooficiales con el castellano de
acuerdo con los Estatutos vigentes son las siguientes:
• catalán en la Comunidad Autónoma de Cataluña;
• balear en la de las Islas Baleares;
• valenciano en la Comunidad Valenciana; éste y el balear son,
de hecho, dialectos catalanes;
• gallego en Galicia;
• euskera en Euskadi y zonas vascoparlantes de Navarra.
Como se ve, hay una situación oficial de bilingüismo en dichas Comunidades Autónomas
españolas, aunque en el uso la situación es más bien de diglosia1.
La variedad lingüística peninsular no se limita a las lenguas españolas señaladas; existen también
los dialectos y las variedades regionales siguientes:
a) en el norte, el astur-leonés y el navarro-aragonés;
b) en el sur, el andaluz (dialecto que, como ya vimos, es el resultado de la evolución del castellano
implantado en esa región) y las denominadas hablas de tránsito o de transición (por hallarse en
ellas, por razones geográficas o históricas, elementos de diversos dialectos), a saber, el extremeño,
el murciano y el canario. De ninguno de esos dialectos nos ocuparemos aquí; sólo nos limitaremos
a presentar algunos de los grandes rasgos dialectales caracterizadores del castellano septentrional y
del meridional.
Hispanoamérica
La implantación del español en las Indias fue, un proceso largo y cuyo desarrollo estuvo
sujeto a diversos factores según las circunstancias geográficas y sociales de cada región americana.
No todo se hizo al mismo momento ni por la misma gente, y no en todas partes se presentaron las
mismas facilidades ni los mismos obstáculos. Ello no obstante, no cabe duda de que la lengua ya
había echado raíces, más o menos profundas según los casos, una vez establecida la estructura
colonial en los diversos territorios indianos.
En América el español pasó a ser la lengua normal en la enseñanza, en detrimento de las
lenguas generales basadas en lenguas indígenas. Se estima que el español era conocido hacia 1810
por un tercio de los habitantes de la América española.
En América se encuentran alrededor del 90 % del total de hablantes de español en el
mundo, unos 400 millones de personas. Además de en 19 países de Hispanoamérica, el español es
hablado por una parte significativa de la población de Estados Unidos, principalmente inmigrantes
recientes.
La mayoría de los hablantes del español se encuentran en Hispanoamérica, conformando
unos 375 millones de personas.
México es el país con el mayor número de hablantes (casi una cuarta parte del total de
hispanohablantes del mundo), aunque no es la única lengua oficial del estado, ya que desde 2003
México reconoció como idiomas nacionales también a las lenguas indígenas.
Buenos Aires, capital de Argentina, el país hispanohablante más grande del mundo por
extensión territorial.
Con una u otra denominación, es una de las lenguas oficiales de Bolivia, Colombia, Costa
Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá, Paraguay (cooficial
con el guaraní), Perú (cooficial con el quechua, aimara y demás lenguas nativas, allí donde
predominen), República Dominicana y Venezuela. No tiene reconocimiento de lengua oficial en
otros países americanos donde es lengua hablada y mayoritaria, como es el caso de Argentina,
Chile, México y Uruguay. En Puerto Rico, la Constitución de 1952 establece el español junto al
inglés como idiomas oficiales. En septiembre de 2015, se presentó el Proyecto del Senado 1177
para establecer la utilización del español en primer lugar en los poderes ejecutivo, legislativo y
judicial del Estado Libre Asociado de Puerto Rico.
Filipinas
La lengua española en las Filipinas se introdujo apenas en el segundo período del contacto
de España con el archipiélago, es decir, en el siglo XIX. Durante el primer período, la presencia
española en dichas islas se limitó prácticamente a asegurar la protección de los misioneros, para lo
cual se vio forzada a mantener allí una guarnición; prueba de ello es que el galeón de Manila hacía
su recorrido una sola vez al año, un solo viaje era suficiente para “el limitado tráfico, que consistía
principalmente en soldados, sacerdotes y funcionarios con sus familias” (Whinnon 1976: 2).
En el segundo período aumenta la afluencia de españoles a las Filipinas, sobre todo desde
que la comunicación directa se hizo más fácil gracias a la apertura del canal de Suez (1869), “pero
ya es demasiado tarde para que puedan darse los condicionamientos de germinación lingüística que
en otros tiempos se produjeron en América.” (Quilis 1992b: 79), por eso el español no llegó a ser
jamás la lengua general de las islas, y ello a pesar del decreto de 1815 que establecía la enseñanza
obligatoria del español en las escuelas primarias de todo el país.
Culturalmente, pues, no puede hablarse de una colonización hispánica de las Filipinas como
ocurrió en América. De acuerdo con los investigadores, el español fue enseñado por los misioneros
únicamente a jóvenes nativos de excepcional inteligencia destinados, por lo general, al sacerdocio.
La lengua española fue, por tanto, lengua solamente de la clase dirigente, de una minoría culta, y así
lo siguió siendo todavía a principios del siglo XX; para ese momento, hablaba español en las islas
sólo el 10% de la población. “Este español flotaba sobre las numerosas lenguas locales y éstas, a su
vez, se iban tiñendo de numerosos hispanismos” (Zamora Vicente 1979: 449).
Resulta evidente que esto se profundizó con la independencia al frustrarse los proyectos
educativos que España venía implementando desde 1840, con lo cual el español no pudo salir del
estrecho círculo en el que se encontraba. La toma del país por los Estados Unidos significó un
desplazamiento acelerado del español en beneficio del inglés; sin embargo, a pesar de esta situación
precaria del español en las Filipinas, fue declarado en la década de 1930 lengua cooficial del país
junto al inglés y al tagalo, ésta a su vez proclamada lengua nacional en 1946 con el nombre de
pilipino, lengua de la familia malayo-polinésica. Pero este carácter cooficial del español fue más
bien retórico por el bajo porcentaje de la población que lo hablaba: la cifra pasó a 7% en 1969 y a
3% desde 1988. La lengua española recibió el golpe de gracia con la promulgación de la
Constitución filipina de 1987 que la declaró lengua no oficial; dice el texto que:
Para fines de comunicación e instrucción, las lenguas oficiales de las Filipinas son el
filipino y, hasta que la ley disponga otra cosa, el inglés. Las lenguas regionales son lenguas
oficiales auxiliares en las regiones y servirán allí como medios auxiliares de instrucción. El
español y el árabe serán fomentados sobre una base voluntaria y opcional.
Es un hecho innegable, pues, que en los actuales momentos la cultura española,
comprendida la lengua, se halla en franco retroceso en las Filipinas. El escaso 3% de filipinos que
maneja el español está formado prácticamente por personas pertenecientes a la tercera edad o a la
clase social culta. A pesar de ello, sigue funcionando la Academia Filipina de la Lengua,
correspondiente de la española, fundada en Manila en 1924.
El español, sin embargo, pervive en cierto modo en las lenguas autóctonas. En efecto, un
elevado número de hispanismos ha pasado a las lenguas locales. Limitándonos al tagalo, 20,4% del
léxico activo de esta lengua es de origen hispano, de acuerdo con los datos suministrados por Quilis
(1992a: 243).
El español, por otra parte, ha sido la lengua base de diversas hablas criollas englobadas por
algunos bajo el término genérico de chabacano.
Ecuatoguineano
La Constitución aprobada en 1982 estableció el español como única lengua oficial del país,
pero la Ley Constitucional de 1998 agregó el francés como otra lengua oficial; en ella, las lenguas
aborígenes quedan reconocidas como “integrantes de la cultura nacional”. En el 2007 también el
portugués ha sido agregado como lengua oficial.
A pesar del amplio conocimiento del español en Guinea Ecuatorial, ningún ciudadano
genuinamente guineano es un hablante monolingüe de español, y muy pocos lo tienen como lengua
nativa, en el sentido de primera lengua del hogar. En toda la nación, las lenguas nativas siguen
dominando en la casa y en el mercado entre miembros del mismo grupo étnico, mientras que el
español está reservado para la comunicación interétnica y las funciones oficiales, y, por supuesto,
en el trato con noguineanos (Lipski, 1985a: 5-7).
El 13,7% habla español con dominio nativo y que suelen tener más de 40 años. La mayoría,
otro 74% lo habla como segunda lengua ya que el español se le enseña en las escuelas. Del restante
12,3% no sabe su nivel de español, pues necesitan programas de alfabetización. Esto se traduce en
que la mayoría de la población (cercal del 88%) puede hablarlo, pero solo en torno a un 10-15% de
la población tiene un nivel alto de competencia en español.
Judeoespañol
Los judíos fueron expulsados de España el 31 de julio de 1492 en virtud del Edicto de
Granada, que establecía la obligación de abandonar el territorio español para todos los judíos, salvo
aquellos que se convirtiesen al cristianismo. La mayoría de los sefardíes optaron por el exilio, y casi
todos ellos fueron recibidos en el Imperio Otomano por el sultán Bayaceto II. Otra parte se
estableció en Marruecos, en Holanda y en algunos países de la Europa central, amén de algunos
otros que se establecieron, en años posteriores, en América.
Los sefardíes establecidos en tierras otomanas pertenecían a un nivel social y económico en
cierta medida superior al de las poblaciones autóctonas, lo cual permitió que éstos conservaran la
lengua y la mayoría de sus tradiciones hispánicas durante casi 400 años, de manera similar a lo que
ocurrió en Marruecos. Sin embargo, el tiempo favoreció que se originaran dos versiones del
judeoespañol: el ladino (hablado en los Balcanes) y el haquetía, hablado en Marruecos. Por la
influencia cultural que tuvo el ladino y, desde luego, por el número de hablantes que tuvo, mucho
mayor que el haquetía, es considerado un espécimen lingüístico muy interesante para filólogos e
hispanistas.
El judeoespañol posee una gran cantidad de vocablos arcaizantes, en relación con el
castellano actual. Mucho de esto se debe a la falta de dinamismo que tuvo el idioma en los
Balcanes, lejos de España, cuya lengua se enriqueció y sufrió reformas con el paso de los años. El
judeoespañol, por su parte, adquirió vitalidad de la lengua turca y griega principalmente, las cuales
lo enriquecieron y, en cierta medida, modernizaron.
Siglo XX
En el siglo XX el judeoespañol experimenta un rápido declive: por un lado el Holocausto,
que aniquiló comunidades enteras, como la numerosa comunidad, mayoritariamente sefardí, de
Salónica. La exterminación sistemática de la población judía en los campos de concentración es el
acontecimiento histórico más duro que sufrieron las comunidades sefardíes.
Por otro lado, las migraciones causadas por la Segunda Guerra Mundial y posteriormente
por la creación del Estado de Israel propiciaron el desmembramiento y aculturación de las
comunidades. En apenas cinco años la lengua sefardíes perdió al 90 % de sus hablantes.
Esto significó para el judeoespañol dejar de tener un punto de localización reconocible y perder a
quienes mejor hubieran podido abrir nuevos caminos hacia la normalización de una lengua: los
escritores y creadores literarios.
El mantenimiento del judeoespañol como signo de identidad judía tenía poco sentido en
Israel, donde una lengua considerada más propia de los judíos, el hebreo, había sido resucitada
como lengua viva. A Israel se trasladaron la mayor parte de los sefardíes marroquíes, emigrados
masivamente en la década de 1950. Los sefardíes emigrados a países de habla hispana abandonaron
rápidamente su lengua en favor del español moderno, y las comunidades de Francia o Estados
Unidos lo mantuvieron durante un tiempo, aunque relegándolo cada vez más al ámbito doméstico o
de las relaciones sociales.
Actualidad
El número de hablantes de judeoespañol ronda hoy los 150 000. En Iberoamérica hay
comunidades donde el ladino y las tradiciones sefardíes han sido parte integral de su historia y
cultura, en países como Ecuador, Puerto Rico, Cuba, México, Colombia, Bolivia, y Brasil, entre
otros. Las comunidades sefardíes más numerosas fuera de Israel están en Turquía, donde hay unos
15 000 hablantes. Ahí mismo, el número de periódicos y boletines emitidos en judeoespañol sigue
siendo significativo.
Desde finales del siglo XX ha habido tímidos intentos de recuperación del judeoespañol,
sobre todo en Israel. Este judeoespañol académico es un estándar creado a partir de las hablas de los
sefardíes. Está, incluso, muy influido por el castellano estándar, del que se ha tomado numeroso
vocabulario para sustituir los préstamos turcos, franceses y eslavos.
Libros tanto judíos como de la fe cristiana han sido escritos o traducidos en ladino por
eruditos como Frantz S. Peretz. Asimismo escritores como Moshe Shaul y Avner Peretz han
publicado una gran colección de artículos en judeoespañol.
Como el yidish, el judeoespañol se ha escrito tradicionalmente con caracteres hebreos.
En 2018, se ha creado la Academia Nasionala del Ladino y que será integrada a la ASALE
a partir de 2019. La residencia de la Academia, se instalará en la ciudad de Jerusalén, la capital de
Israel.
14.- ¿Cuáles son las principales diferencias entre el español septentrional y el meridional?
Septentrional Meridional
1) Pérdida de /-d-/, sobre todo en el entorno /- 1) Debilitamiento de /-s/ implosiva, fonema que
ado/, sin importar la categoría gramatical de la se realiza, bien como la fricativa glotal [h], bien
palabra: pana’ero, piazo ‘pedazo’. como cero fónico (en este último caso, si /-s /
está en posición final de sílaba interna, suele
doblarse la consonante que sigue):
mi[h]mo~mi[mm]o ‘mismo’.
2) Ensordecimiento de /-d/ implosiva, 2) Neutralización de /-ɾ/ y /-l/ implosivas:
resultando de ello un sonido similar o idéntico muje[l], go[ɾ]pe.
al del fonema /θ/: Madri[θ], a[θ]vertir.
3) Transformación de /k/ –del grupo interno /- 3) Elisión de /-d-/, /-ɾ-/ y /-n-/ intervocálicas:
kt-/– en [θ]: aspe[θ]to. pesca’o, pusie’on, [bjeː] ‘viene’.
4) Pronunciación de /-g/ implosiva como [x] en 4) Conservación de la [h] procedente de /f-/
el grupo /-gm-/: di[x]no. inicial latina: [h]umo, a[h]ogar.
5) Aspiración de /-s/ implosiva en la parte sur 5) Aunque se ha dicho repetidamente que el sur
de Castilla: idioma[h]. es zona de seseo, las investigaciones realizadas
demuestran que en realidad hay que distinguir
áreas de seseo (a[s]ul), áreas de ceceo ([θ]eñor),
y áreas distinguidoras de /s/ y /θ/ (a[θ]ul,
[s]eñor).
6) Simplificación de grupos consonánticos 6) En Andalucía oriental se hace la distinción,
“cultos” por elisión de la consonante implosiva con valor funcional, entre vocales cerradas y
(dotor) o por, lo más corriente, su abiertas; “las categorías gramaticales del
singular y del plural se diferencian,
interdentalización (do[θ]tor).
respectivamente, por el cierre o abertura de la
vocal final”: pobr[e] ‘pobre’, pobr[ԑ] ‘pobres’.
Lo mismo ocurre en las formas verbales, en las
que se diferencian la 2ª y la 3ª persona singular
por el mismo rasgo de abertura: vien[ԑ] ‘vienes’,
vien[e] ‘viene’.
7) Tendencia a la desaparición de adjetivos 7) Se dan traslaciones acentuales en formas
sintéticos (más bueno en lugar de mejor, más verbales de subjuntivo: váyamos, véngamos.
malo por peor) y del futuro, reemplazado éste
por una perífrasis (comeré → voy a comer).
8) Leísmo, laísmo y loísmo generalizados, con 8) Ustedes ha sustituido a vosotros, aunque no
un claro predominio en el norte de Castilla: a tu es sistemática la sustitución de las formas
perro le vi en la calle, la compré unas flores a verbales, pues junto a ustedes hablan, se da
también ustedes habláis.
mi hermana, lo pegó una bofetada.
9) Penetración entre la gente culta de /-s/ 9) Hay casos de alteración del orden “canónico”
analógica en la 2ª persona singular del pretérito: de los elementos de un sintagma, como en más
dijistes. nada, más nunca por nada más, nunca más.
Bibliografía
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https://es.wikipedia.org/wiki/Español_Ecuatoguineano
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https://es.wikipedia.org/wiki/Idioma_judeoespañol
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OBEDIENTE, Enrique (2000): Biografía de una lengua: Nacimiento, desarrollo y
expansión del español. San José: Libro Universitario Regional
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María Vaquero y Amparo Morales, Madrid: Arco/Libros, pp. 243‑254. Rescatado de:
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Quilis, Antonio (1992b), La lengua española en cuatro mundos, Madrid: Mapfre.
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