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Derecho deportivo en el Perú

Enrique Varsi Rospigliosi


Derecho deportivo en el Perú
Enrique Varsi Rospigliosi

FONDO EDITORIAL
Varsi Rospigliosi, Enrique
Derecho deportivo en el Perú. 1.a ed.- Lima: Universidad de Lima, Fondo
Editorial, 2008.
182 p. (Investigaciones)
Bibliografía: p. 175-182.

ISBN 978-9972-45-209-3

1. Derecho deportivo — Perú 2. Derecho del deporte — Legislación — Perú


3. Deportistas — Aspectos legales

348.545/V34

Colección Investigaciones
Derecho deportivo en el Perú
Primera edición, abril 2008

© Fondo Editorial
Universidad de Lima
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Urb. Los Granados, Lima 33
Apartado postal 852, Lima 100
Teléfono: 437-6767, anexos 30130 y 30131
Fax: 435-3396
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www.ulima.edu.pe

Diseño y edición: Fondo Editorial

Impreso en el Perú

Se prohíbe la reproducción total o parcial de este libro, por cualquier medio,


sin permiso expreso del Fondo Editorial.

ISBN 978-9972-45-209-3

Hecho el depósito legal en la Biblioteca Nacional del Perú Nº 2008-03150.


Citius, altius, fortius

Todas las grandes obras humanas tienen una dimen-


sión deportiva y del deporte conservan el limpio humor
y el riguroso cuidado.
José Ortega y Gasset.
Índice

Presentación 13

Capítulo 1: Aspectos generales del deporte 15


1. Evolución del deporte 15
2. Etimología de la palabra ‘deporte’ 19
2.1 Evolución del término ‘deporte’ en el Diccionario de la
lengua española 20
3. Economía, ciencia, derecho y deporte 20
4. Tecnología, cuerpo humano y deporte 22
5. El proceso de la deportivización 23
6. El deporte en el Perú 25
7. Historia de la institucionalización del deporte en el Perú 26
8. El Instituto Peruano del Deporte 28
9. Gobierno del deporte: Autonomía y especialización 28
10. Plan de Acción para el Desarrollo Deportivo en el
Perú 2006-2025 32
10.1 Misión, visión y objetivos 32
10.2 Temas 32
11. Organización pública del deporte 33
12. Organización privada del deporte 34
12.1 Olimpismo internacional 34
12.2 Olimpismo nacional 35

Capítulo 2: Derecho deportivo en el Perú


1. Ocio, deporte y derecho 37
2. Derecho deportivo 49
2.1 Concepto 49
2.2 Definición 50
2.3 Surgimiento 52
2.4 Denominación 53

[9]
10 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

2.5 Características 54
2.6 Ámbito 55
2.7 Actores 57
3. Fair play 59
4. Fuentes del derecho deportivo 62
4.1 La ley 63
4.2 La costumbre 64
4.3 Los principios generales del derecho 65
4.4 La jurisprudencia 66
4.5 La doctrina 67
5. Autonomía del derecho deportivo 67
5.1 Argumentos a favor 68
5.2 Argumentos en contra 69
5.3 Posición ecléctica 70
5.4 Nuestra posición 71
6. Principios 72
7. Terminología propia 73
8. Relación con otras ramas del derecho 73

Capítulo 3: Normatividad deportiva 77


1. La Constitución 77
1.1 Breve excursus del artículo 14 de la Constitución
Política del Perú 79
1.2 La Constitución de 1979 81
1.3 Las propuestas de la reforma constitucional 84
1.4 El deporte en el derecho constitucional comparado 84
2. Ley de Promoción y Desarrollo del Deporte 88
2.1 El fomento del deporte: Deber del Estado y compromiso
individual 88
2.2 Antecedentes de la ley 89
2.3 Ley de Promoción y Desarrollo del Deporte 89
2.4 Reglamento de la Ley de Promoción y Desarrollo del
Deporte 94
3. Código de los Niños y Adolescentes 94
4. Ley General de Educación 94
5. Ley Universitaria 95
5.1 Apoyo académico al deportista 95
6. Ley Orgánica de Municipalidades 96
7. Código Civil 97
7.1 Derecho comparado 97
7.2 Derecho local 98
ÍNDICE 11

8. El Código Penal 103


9. Ley General de la Persona con Discapacidad 105
9.1 Igualdad de condiciones 107
9.2 Incentivos y descuentos 107
10. Ley de Seguridad y Tranquilidad Pública en
Espectáculos Deportivos 107
11. Régimen laboral de los jugadores de fútbol
profesional 108
11.1 Estatuto del Futbolista Profesional 109
12. Ley de Acceso de los Deportistas de Alto Nivel a la
Administración Pública 111
12.1 Ámbito de aplicación 112
12.2 Deportista calificado de alto nivel 113
12.3 Niveles para la bonificación por los logros del
deportista 113
12.4 Determinación de la bonificación 114
12.5 Del registro de acreditaciones 114
13. Ley de las Personas Adultas Mayores 114
14. Las normas estatutarias 115
15. Hacia un verdadero Código del Deporte 115

Capítulo 4: Derechos del deportista 119


1. Los derechos de la persona y el deporte 119
1.1 El proyecto de vida 120
1.2 Derecho al deporte 122
1.3 Deporte y derechos humanos 125
2. Derechos del deportista 126
2.1 Generalidades 126
2.2 Los derechos de la persona y el deporte 127
3. Determinación del sexo y deporte 139
3.1 Hermafroditismo 139
3.2 Cambio de sexo 140
3.3 Prueba de determinación del sexo. Tecnicismo 141

Capítulo 5: Justicia deportiva 143


1. Definición y ámbito 143
2. La disciplina deportiva 145
2.1 Características 145
2.2 Publificación 146
12 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

2.3 Principios constitucionales en la disciplina


deportiva 147
3. Justicia deportiva 147
3.1 Justicia interna deportiva 147
3.2 Justicia administrativa deportiva 148
3.3 Justicia jurisdiccional deportiva 148
3.4 Diferencia y matices 149
4. Exclusividad de la función jurisdiccional 150
4.1 Carácter exclusivo 150
4.2 Tutela jurisdiccional estatal especializada 150
5. Consejo Superior de Justicia Deportiva y Honores
del Deporte 151
5.1 Antecedentes 151
5.2 Características 151
5.3 Miembros del CSJDHD 152
5.4 Competencia del CSJDHD 155
5.5 Laureles deportivos 156
5.6 Facultades del CSJDHD 156
5.7 Características 158
5.8 De las resoluciones y sesiones 159
5.9 Funciones de la Sala Plena 159
5.10 Funciones del presidente y del secretario 160
5.11 Funciones del relator, del asistente administrativo
y de la secretaria 160
5.12 Investigación y procedimiento 161
5.13 Proceso (según el artículo 28 del reglamento
del CSJDHD) 163
6. Las infracciones 166
6.1 Los sujetos titulares de la potestad disciplinaria 166
7. Mecanismos alternativos de solución de conflictos en
el deporte 166

Epílogo 169

Bibliografía 175
Presentación

El deporte es una actividad que crece y desborda todo. Cada día más per-
sonas lo practican y los empresarios aumentan sus inversiones en este
rubro. Los diarios y noticieros le dedican mayor espacio y crece el núme-
ro de los programas especializados, que nos informan acerca de los acon-
tecimientos deportivos nacionales e internacionales. No es una moda, es
una realidad que se enrola en la vida moderna. El deporte se practica, se
vende como un producto, somos sus actores y consumidores. La identifi-
cación con su práctica es mayor. Muestra de ello la tenemos en las olim-
piadas, los mundiales, los torneos deportivos especiales y, sin querer, ter-
minamos siendo parte del mundo deportivo, de una nueva forma de vida
que viene captando el interés directo o indirecto del hombre.
En estas páginas se presentan, en forma sencilla, los lineamientos del
deporte desde una óptica jurídica, partiendo de la premisa de que el dere-
cho deportivo es una disciplina no explorada en el Perú. Si bien existe una
normatividad que regula las prácticas deportivas, una justicia que resuelve
problemas en instancia administrativa y un sinnúmero de asociaciones, clu-
bes, ligas, federaciones, deportistas y agentes deportivos que, con su actuar,
generan relaciones jurídicas, carecemos de un desarrollo teórico y doctri-
nario de esta nueva rama del derecho.
Esto lleva a establecer que su tratamiento es solo normativo y legalista,
sin ningún tipo de reflexión, planteamientos, criterios y postulados que ins-
piren un desarrollo ordenado, coherente y moderno, alejándonos de la rea-
lidad del derecho comparado.
El primer capítulo del libro trata sobre los aspectos generales del
deporte, como los referidos al deporte como institución, su evolución, la
trascendencia de su práctica en la vida del hombre, el proceso de so-
cialización, su impacto en la tecnología y en la economía, centrándose en
el desarrollo de esta actividad en nuestro país.
En el capítulo 2 se aborda el derecho deportivo en el Perú. Co-
menzamos brevemente con la teoría del ocio, para adentrarnos en el dere-

[13]
14 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

cho deportivo a través de un estricto estudio de su marco teórico y fun-


damentos, y de una teoría que, de alguna manera, trate de justificar su
autonomía. Tocamos sus características, fuentes, terminología y relación
con otras ramas jurídicas.
El capítulo 3 se refiere a la normatividad deportiva. Desde el tratamien-
to constitucional, con su contenido y su sentir, seguido de un recuento de
las normas especiales que regulan el deporte nacional. No es un análisis
al puro estilo exegético, más bien se trata de una presentación general de
la orientación de las normas deportivas, terminando con una referencial
propuesta de Código del Deporte como norma orgánica.
El capítulo 4 trata sobre los derechos del deportista. En esta sección se
investiga todo lo referente a la relación jurídico-deportiva, en especial los
derechos vinculados al deporte, el proyecto de vida y el derecho al depor-
te. Se parte de la idea de que el deporte, como medio de realización de la
persona, es un derecho reconocido oficialmente, que es fomentado su ac-
ceso, promocionada su práctica e incentivada su integración social.
La justicia deportiva es el tema del capítulo 5. En él se estudia la justi-
cia deportiva y su aspecto administrativo, llegándose a un bosquejo de su
aspecto sancionatorio, para terminar con los mecanismos alternativos de
solución de conflictos en el deporte, clave moderna de la justicia privada.
El objetivo general de esta investigación es el de preparar un estudio orgá-
nico del derecho deportivo en el Perú, tomando en cuenta los modernos cri-
terios doctrinarios, normativos y jurisprudenciales del derecho comparado. A
su vez, el objetivo específico es el de plantear los lineamientos y principios
jurídicos que inspiran el deporte en el Perú. De esta forma, intentamos esbo-
zar la fundamentación del derecho deportivo, que se entiende como el que
regula la actividad generada por los actos, conductas y vínculos existentes
entre todas las personas relacionadas con el deporte.
La materia del derecho deportivo no está acabada, esta es solo la pri-
mera parte de una amplia investigación –que se realiza gracias al apoyo
de la Universidad de Lima–; con posterioridad desarrollaremos temas más
especializados del derecho deportivo, como la responsabilidad civil en el
deporte, el asociacionismo deportivo, el deporte y su nexo con el comer-
cio y el mercado, los aspectos laborales, la seguridad social y aspectos tri-
butarios del deporte, entre otros.
Por el momento, vayamos compenetrándonos con la fundamentación
del derecho deportivo, una nueva disciplina jurídica tan humana como la
vida y tan cambiante como el hombre.
Enrique Varsi Rospigliosi
Capítulo 1
Aspectos generales del deporte

1. Evolución del deporte

Desde su inicio el deporte estuvo estrechamente ligado a los vínculos so-


cioculturales de los pueblos. A través de él las personas se relacionaban
formando lazos especiales, integrándose a través de eventos en los que la
destreza y la habilidad permitían el triunfo y el surgimiento del ganador.
Aquellos que no lograban alcanzar la victoria esperaban ansiosos las pró-
ximas jornadas para reivindicarse y demostrar ser los mejores. Así, por un
lado está el triunfo, acompañado de la ovación y los premios; por el otro,
la derrota, que deja siempre un sinsabor que debe borrarse con un nuevo
encuentro y la derrota del oponente. Superación, bienestar, ser los mejo-
res y, sobre todo, demostrarlo, es lo que permitió que –desde los oríge-
nes de la civilización– el deporte como actividad se convierta en uno de
los medios más eficaces para el desarrollo del hombre y la integración de
los pueblos, trascendiendo hasta nuestros días como un vigoroso factor de
cohesión social e identidad cultural, en busca de la construcción de una
sociedad caracterizada por la armonía social.1
En diversas ocasiones al deporte se le instrumentalizó como “un ele-
mento válido para aunar voluntades y exaltar identidades raciales, en
definitiva, como un medio para hacer patria”,2 situación que continúa,
pero de una manera más horizontal y democrática. Fue también un signo
de distinción y dominación. En Grecia, los ganadores de los Juegos
Olímpicos eran merecedores de privilegios sociales, mientras que en Roma

1 MELO FILHO, Alvaro. Direito desportivo. Novos rumos, 2004, p. 11.


2 ESPARTERO CASADO, Julián (coord.). Introducción al derecho del deporte, 2004,
p. 151.

[15]
16 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

las competencias deportivas fueron utilizadas con fines bélicos y de con-


quista territorial.
Todo hace suponer que el origen de muchos deportes ha sido el ejer-
cicio de las destrezas físicas que permiten la sobrevivencia del hombre,
como la velocidad, la agilidad, la fortaleza, que se ponían en evidencia al
correr, lanzar, luchar, nadar, bucear, remar, entre otras actividades huma-
nas; a ello se le suma el adiestramiento bélico, pues los combatientes que
gozaban de las mejores condiciones físicas y mentales eran los que siem-
pre vencían. Aquí el deporte jugó un rol preponderante.
El juego es algo natural. Si bien todos los animales compiten, el hom-
bre es el único que practica el deporte, y lo hace para demostrar su habi-
lidad, su fuerza y su destreza. El holandés John Huizinga fortalece esta pre-
misa cuando afirma que: “El juego es más viejo que la cultura, pues por
mucho que estrechemos el concepto de éste, presupone siempre una so-
ciedad humana y los animales no han esperado a que el hombre les en-
señe a jugar”.3
Las diversas teorías sobre el origen del deporte lo consideran como un
fenómeno histórico en el desarrollo de la cultura humana, unido intrínse-
camente a esta y a la realidad social,4 llegando a presentarse como un mo-
do de vida. Y es que algunos deportes no solo mueven masas humanas
embriagadas por los triunfos de sus cuadros o enardecidas por sus derro-
tas, sino que también provocan nuevas sensaciones y consecuencias (júbi-
los, suicidios, caída de la moneda). La conducta del deportista y del afi-
cionado –estimulado o deprimido– ha merecido concienzudos estudios
sociológicos y antropológicos que nos informan que además de ser una
mera actividad física, el deporte está enraizado en la humanidad.
Funcionó, y hasta ahora es así, como una forma de disipación, de rela-
jo, de allí su atributo lúdico, ya que se construye y deriva de una esencia
anterior: el juego. La actividad laboral rutinaria, como primaria, es compen-
sada por el deporte. Una forma de desenfreno “ordenado”; como diría José
Ortega y Gasset, una ocupación felicitaria. El tiempo que el hombre em-
pleaba en su vida diaria para ganarse el pan busca refugio en una actividad
que lo disipe e integre con su comunidad. El deporte pasa a ser un com-
plemento que, digamos, lo recompensa internamente en su tiempo libre.

3 HUIZINGA, Johan. Homo Ludens. Juego y cultura, 1972, p. 11.


4 DE LA PLATA CABALLERO, Nicolás (dir.). Las leyes del deporte de la democracia.
Bases para una ley del siglo XXI, 2002, p. 21.
ASPECTOS GENERALES DEL DEPORTE 17

Un estilo de ocio entendido en su sentido cabal, activo, productivo; un


“ocio estoico” como decía Séneca, o un “ocio recreativo”, según Santo
Tomás de Aquino, referido como actividad llevada a cabo por diversión o
pasatiempo, tomado regularmente como descanso de otras tareas, ha-
ciendo menos molesta y más llevadera la labor cotidiana, si así se quiere.
El deporte termina siendo el rey del ocio. La actividad deportiva facilita el
reencuentro del hombre consigo mismo y ni qué decir de la obtención de
un saludable equilibrio psico-físico.5
En sus orígenes primó el deporte colectivo. Existen antecedentes en
Asia, en las civilizaciones inca y azteca y en las tribus indígenas de Nor-
teamérica, donde se practicaron juegos grupales. La individualidad no era
una característica del deporte en sus orígenes; al contrario, la multitud fue
una característica típica de los juegos comunales. A través de estos no solo
se logró la integración de las personas sino que se consiguió trabajar en
equipo, y sobre todo se tendía a la responsabilidad colectiva, en la que
cada cual cumple una función, una tarea precisa para lograr un objetivo:
vencer al oponente (cooperación-oposición). La unión hace la fuerza
puede haber sido el lema distintivo de los orígenes del deporte, tan impor-
tante en los quehaceres actuales, pero que se necesitaron reglas para su
correcta práctica a lo largo de todos estos últimos siglos.
Luis E. Valcárcel6 nos dice que la actividad lúdica (perteneciente o rela-
tiva al juego) está relacionada con la magia y el mito. Los juegos se clasi-
fican en juegos de destreza y juegos de azar. Los segundos son sim-
plemente juegos, mientras que a los primeros en nuestros días los deno-
minamos deportes. Comprenden tanto las actividades físicas como el de-
sarrollo de las partes corporales, relacionándose con la resistencia física, la
aptitud corporal y el vigor con el que puedan realizarse ciertos actos, sin
producir fatiga inmediata. A simple vista estas actividades no se relacionan
con la religión ni con la magia, sino que solo son ejercicios físicos, sin otro
objeto que el desarrollo del organismo. Sin embargo, no es así. Nos expli-
ca Valcárcel que entre los pueblos de las culturas antiguas la destreza y el
físico generaron el concurso o duelo entre dos o más personas, a fin de
destacar en estos certámenes; los ganadores fueron en muchos casos los
que sobrevivían en los torneos a muerte o los más aptos. Cuando la com-
petencia se produce entre comunidades surge la batalla. Es, en sí, una acti-

5 KRESALJA, Baldo. “Gestión y justicia deportiva”. La República. Lima, 15 de octubre


del 2006, p. 17.
6 VALCÁRCEL, Luis E. “La religión incaica”. Historia del Perú, 1981, pp. 195-196.
18 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

vidad esencialmente lúdica, que termina con ganadores y perdedores, con


la satisfacción de unos y el pesar de otros, el llamado homo ludens.
Pero en los pueblos antiguos la lucha tiene otro sentido. Es la interpre-
tación del tiempo o de la derrota como una señal de lo que está por venir;
es una forma de adivinación. Cuando se trata de una competencia entre
dos grupos cada uno representará una actitud, una alternativa, sea de feli-
cidad o desgracia. El deporte es una conjugación de destrezas, de posi-
ciones, de dominio del más fuerte sobre el más débil, pero, además, de
habilidades, siendo parte del folclore de los pueblos, al igual que sus can-
ciones, bailes, cuentos, mitos o leyendas.
En general, todos los pueblos del mundo tienen “sus” deportes tradicio-
nales que van ganando espacio en otros lares. El fútbol y el rugby son ori-
ginarios de Inglaterra, el béisbol de Estados Unidos, la pelota vasca de
España, el golf de Escocia, el tae kwon do de Corea, el judo y el karate de
Japón, el kung fu de China (teniendo en cuenta que la mayoría de artes
marciales son oriundas de Asia). Al parecer van originándose a partir de
los juegos de los niños, de la lucha contra el ocio buscando entreteni-
miento, perfeccionándose a través de su práctica. En su esencia, el depor-
te es un juego. Juegan quienes lo practican y también los espectadores.
Como dice De la Plata: “Una proporción elevada de nuestro tiempo de
ocio se emplea en nuestros propios juegos o en contemplar cómo juegan
otros. Y estos juegos, los propios y los ajenos, son en gran medida activi-
dad deportiva”7. Pero si bien, como dijimos al comienzo, todos los depor-
tes representan en el fondo un juego, no todos los juegos son un depor-
te. El juego es el género y el deporte la especie. Obviamente, cabe la ne-
cesaria diferenciación entre prácticas lúdicas, ceremoniales, juegos de-
portivos tradicionales, ritos físicos, juegos de sociedad y otros que deben
ser apreciados de acuerdo con el contexto en el cual se llevan a cabo.
José Gálvez sostiene que “Los deportes en su sentido moderno son
obra inglesa (...). Desde hace mucho más de medio siglo los ingleses fun-
daron entre nosotros algunos centros deportivos y sociales, que han con-
tribuido a modificar favorablemente mucho la vida limeña”.8
Más allá de los datos históricos, que tienen todo un tratamiento en esta
materia, para la sociedad contemporánea el deporte es una institución pre-
servadora y animadora de la convivencia humana.9

7 DE LA PLATA CABALLERO, Nicolás (dir.). Op. cit., pp. 105-106.


8 GÁLVEZ, José. Nuestra pequeña historia, 1966, p. 212.
9 LYRA FILHO, João. Introdução ao direito desportivo, 1952, p. 107.
ASPECTOS GENERALES DEL DEPORTE 19

2. Etimología de la palabra deporte

Espartero nos dice:

... la etimología de la voz deporte radica en el contexto marino medi-


terráneo, en donde “estar de-portu” significaba, entre otras cosas, dedi-
car el tiempo libre a los juegos del puerto. Sin embargo, Diem localiza
la voz deporte en el siglo XIII, señalando que no es de origen marino,
sino que las actividades que integra abarcan a todas las clases sociales.
En este sentido, indica como origen un poema francés de la época:
“pour deudire, pour desporter et pour son corps de reconforter porter
faisait françons”. De modo que ‘desporter’, se abreviaría una sílaba en
Inglaterra, naciendo el término ‘sport’ y nuestro actual deporte, que, en
un principio, significaba sencillamente diversión.10

Mariano Arnal11 analiza la estructura de la palabra deporte. Considera


que se trata de un término latino formado del verbo deportare, cuyo sig-
nificado es el que aparenta: deportar. El elemento que la compone es por-
tar, llevar fuera, a otro lugar, cambiar de sitio o de actividad. Similar a dis-
traer (traer o arrastrar hacia otra cosa) o di-vertir (verterse o inclinarse a
otra cosa) de ahí lo divertido, porque es diverso. Continúa Arnal re-
flexionando que la actual palabra sport deriva del inglés medieval dis-
porter, referido a las alegres (lighthearted) actividades recreativas. Tanto en
inglés como en español coinciden en la raíz latina portare, vinculado a
comportamiento, portarse y transporte, partiendo del reflexivo transportar-
se: caer en un éxtasis, arrobarse, embelesarse, enajenarse, extasiarse, que-
darse tan absorto en la contemplación de una cosa exterior o que se tiene
en la mente que los sentidos y la razón dejan de funcionar para cualquier
otra cosa; y con deportarse, que se usó con el significado de retirarse o
detenerse a descansar en algún sitio; también con divertirse, del latín di-
vértere, que significa apartarse del camino.

10 ALBOR SALCEDO, Mariano. Deporte y derecho, 1989, p. 133; DIEM, Carl. Historia
de los deportes, 1989, citados por ESPARTERO CASADO, Julián. Deporte y derecho
de asociación. (Las federaciones deportivas), 2000, p. 36.
11 Licenciado en latín y griego, el profesor español Mariano Arnal es especialista en
léxico. En 1998 creó en internet la página El Almanaque, dedicada a este tema en
la lengua española (<http://www.el almanaque.com>).
20 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

2.1 Evolución del término deporte en el Diccionario de la lengua


española

El diccionario de la Real Academia Española de 1732 definía así el deporte:


DEPORTE. f.m. Diversión, holgúra, passatiempo. Es compuesto de la
preposición De y la voz Porte: y como esta signifique el trabajo de por-
tear o passar las cosas de unos paráges á otros, puede ser se dixesse
Deporte para explicar se deponia absolutamente todo lo que era cuida-
do y fatiga para divertirse mejór. Lat. Vacatio. Otium. Animi relaxatio.
Marian. Hist. Esp. Lib. 8. cap. 9. Gobernó este Capitán las cosas de los
Moros..… por su Rey, que vivía ocioso, fin cuidar mas de sus deportes.
Fonsec. Vid. De Christ. tom. 1. lib. 2. cap. 8. No porque en el Paraíso
huviesse necesidad de buscar aire, adonde sobraban tanto deporte y
recreación.

Ya en el de 1780 se le vincula con la vacatio, otium animi ralaxati. En


el de 1884 determina su origen del provenzal deport. En 1914 de deportar,
tercera acepción. En 1925, se complementa que es una actividad por lo
común al aire libre. En 1926, es enlazado con aeportar, tercera acepción.
En 1927 se agregan los términos deportismo, deportista y deportivo. En 1971
se dice que es simile de recreación, pasatiempo, placer, diversión. En 1970
se argumenta más en su definición:
deporte. (De deportar.) m. Recreación, pasatiempo, placer, diversión, o
ejercicio físico, por lo común al aire libre. || 2. Ejercicio físico, por lo
común al aire libre, practicado individualmente o por equipos con el fin
de superar una marca establecida o vencer a un adversario en competi-
ción pública, siempre con sujeción a ciertas reglas.

En 1983 se introduce el úsase también en sentido irónico (Ú. t. en sent.


irón.): hacerlo por distracción, desinteresadamente, sin ánimo lucrativo.

3. Economía, ciencia, derecho y deporte

A pesar de lo tantas veces sostenido, el deporte ya no es “el hijo del tra-


bajo”. Actualmente es una actividad profesional que mueve ingentes can-
tidades de dinero. El impacto económico de los grandes acontecimientos
deportivos es impresionante, generándose diversas profesiones en torno a
su desarrollo: medicina deportiva, psicología del deporte, fisiología, bio-
mecánica, ingeniería en infraestructuras de esparcimiento, e incluso las ya
existentes se vienen perfeccionando: economía del deporte, sociología del
deporte, antropología del deporte. De más está decir que “el deporte es
ASPECTOS GENERALES DEL DEPORTE 21

un tema que interesa por igual a sociólogos, economistas, psicólogos, es-


critores, juristas, etcétra, en tanto fenómeno que ejerce gran influencia en
diversos ámbitos sociales”,12 y ni qué decir de la relación deporte-política
en la que los gobiernos utilizan esta actividad o los logros obtenidos.13
El deporte ha traspasado las fronteras de la mera recreación. Es una ac-
tividad profesional en la que la inversión económica marca su norte,14 (del
ocio al negocio, nec otium). Claro que el problema aún reside en la difi-
cultad de medir la trascendencia económica del deporte en la sociedad y
su beneficio directo de los integrantes de esta. En efecto, el deporte es una
empresa, un negocio o una industria importante en la que convergen un
sinnúmero de actividades, desde los más simples oficios, pasando por las
profesiones tradicionales, hasta la ciencia y la tecnología. Es esta, la tec-
nología deportiva, la que viene colaborando en forma más intensa con las
ocupaciones relacionadas con el deporte y la actividad física, como son:
docencia de la educación física; formación de técnicos deportivos; inicia-
ción, entrenamiento y preparación física de deportistas y equipos; gestión
deportiva y autoempleo; ocio y recreación; salud y ergonomía; inspección
y autorización, e investigación, de manera que el deporte es tratado como
una ciencia en la que el estado físico y la técnica de los atletas es la base
para los triunfos y el éxito en las competiciones.
El derecho no es ajeno a este complejo mundo de relaciones. Regula la
materia desde su contenido básico, es decir, desde la simple actividad fí-
sica hasta el nivel profesional, a fin de conseguir el triunfo y las mejoras en
el nivel deportivo,15 cosechando valores y promesas. El deporte, como
fenómeno, deja marcada su importancia en los diversos ámbitos sociales,
culturales y económicos. Cada vez se practica más, pues vivimos en la era
de la cultura de la belleza física, del cuidado de la salud, de la figura y la

12 OSTERLING PARODI, Felipe y Mario CASTILLO FREYRE. “Tratado de las obligacio-


nes”. Para leer el Código Civil, 2003, p. 1017.
13 SÁNCHEZ, Gisella. “Deporte y política”. Diario oficial El Peruano, 2006, p. 8.
14 En nuestro medio, y más aún en otros países, el fútbol es el deporte que ha adqui-
rido una gran importancia económica. ACUÑA NAUCAR, Nancy: “Fútbol, hoy más
que un deporte un negocio”. Derecho, Banca y Sociedad. Año 1, núm. 4, noviem-
bre del 2005, pp. 23-26.
15 Luisa Zagalaz Sánchez estudia los fundamentos legales que permitieron que la acti-
vidad física española se desarrolle en su totalidad, consiguiendo los éxitos en los
niveles deportivo y social (Fundamentos legales de la actividad física en España,
1999).
22 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

estética, del fitness. Celebramos el nacimiento del homo sportivus presente


y latente que habita en cada uno de nosotros.16 La cultura deportiva es
cada vez más aceptada. Así, es necesario considerar que “… la actividad
física y el deporte constituyen, sin lugar a dudas, uno de los hechos más
importantes de la sociedad contemporánea, tanto en su faceta de práctica
activa, como espectáculo de masas, formando parte esencial de la vida y
la cultura del hombre moderno, aunque su incidencia sobre la calidad de
vida de la población no sea del todo uniforme”.17 Queda muy claro que
el deporte es una forma de vida; pero más aún una ciencia, a la que el
derecho viene prestándole atención para su ordenamiento legal.

4. Tecnología, cuerpo humano y deporte

La ciencia y el deporte están cada vez más unidos. Los deportistas depen-
den de la tecnología para lograr sus metas y fijar nuevas marcas. Gana el
hombre a través de la ciencia aplicada al deporte. Es una simbiosis necesa-
ria entre la tecnología y la eficiencia humana. Llevar al límite el cuerpo
humano, tentar nuevas metas, convoca a una necesaria reflexión acerca de
la vulnerabilidad del derecho a la salud, a la integridad e, incluso, del dere-
cho a la vida. Pruebas de lactosa, de flexibilidad, de pulso, de fuerza, estar
pendiente de las variables y los rangos a los que podamos forzar nuestro
cuerpo son materias del deporte moderno. Los entrenamientos, el conoci-
miento teórico de la disciplina deportiva que practica, la alimentación reque-
rida son, en conjunto, aspectos que comprenden la preparación del atleta.
El deseo de competir y ganar es común en el ser humano e innato en
él. En situaciones especiales las hormonas manejan nuestro organismo.
Bajo presión las hormonas nos premian con sensaciones agradables, en
otras nos previenen y protegen adormeciendo los músculos debilitados
para enfrentar el dolor y el agotamiento. La competencia produce una serie
de sustancias químicas y de bienestar que aumentan en tanto llegamos a
la meta. Mientras más próxima está la victoria más enfebrecidos nos vol-
vemos, la adrenalina está en su máximo nivel. La anticipación a esa sen-

16 MELO FILHO, Alvaro. Desporte na nova Constitução, 1990, p. 7.


17 GÓMEZ-ANGULO RODRÍGUEZ, Juan Antonio. “El impulso del deporte español a
través de la actuación de las administraciones públicas”, en DE LA PLATA CABA-
LLERO, Nicolás (dir.). Las leyes del deporte de la democracia: Bases para una ley
del siglo XXI, 2002, p. 77.
ASPECTOS GENERALES DEL DEPORTE 23

sación, a ese clímax previo, es lo que nos hace competidores; es una es-
pecie de sentimiento que llevamos muy dentro de nuestro organismo.
La dopamina estimula el centro de placer del cerebro, produciendo una
dicha corporal. Es una sustancia que participa en la elaboración de sensa-
ciones, como el goce y la satisfacción. Las endorfinas nos hacen sentir eu-
fóricos, luchando contra el cansancio como todo buen estimulante natural
del cuerpo. Vence al dolor, lo disipa; en algunos casos ese dolor se con-
vierte en una simple molestia, evita que el sufrimiento por la actividad físi-
ca llegue a la médula y al cerebro. Estas hormonas se desarrollaron para
protegernos del peligro de situaciones extremas. Hoy ya no son tan nece-
sarias como antes (otrora eran mecanismos de defensa de nuestra vida),
pero las utilizamos en las competencias, las dosificamos teniendo en cuen-
ta que “sin dolor no hay gloria”.
La ciencia trata de sistematizar esta multiplicidad de situaciones orgáni-
cas y hormonales, así como mentales, regulando la ansiedad que puede
llevar a la derrota, mientras que el trabajo organizado conduce a la victo-
ria. El instinto competitivo es una mezcla de pasión con decisión, de tec-
nología y ergonomía (estudio de datos biológicos y tecnológicos aplicados
a problemas de mutua adaptación entre el hombre y la máquina).

5. El proceso de la deportivización

Imposible es solo una palabra que usan los hom-


bres débiles para vivir fácilmente en el mundo que
se les dio, sin atreverse a explorar el poder que tie-
nen para cambiarlo. Imposible no es un hecho, es
una opinión. Imposible no es una declaración, es
un reto. Imposible es potencial. Imposible es Tempo-
ral. Imposible is nothing.
MUHAMMAD ALI
(Tomado de una campaña publicitaria)

El deporte busca alcanzar metas, obtener logros y satisfacer anhelos. Tie-


ne como fin la superación y se presenta como un fenómeno mundial, es
decir globalizado. Y es que constituye un elemento importante en el desa-
rrollo del ser humano, tanto en los aspectos psicosomático y social, como
en el profesional, pues trae consigo satisfacciones personales que van
mucho más allá de las económicas (honorarios o premios), aunque estas
no sean nada despreciables, al ser una de las actividades que mayores
beneficios económicos otorga. J. M. Cagigal dice:
24 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

No estamos ante una sociedad deportiva sino deportivizada. Y esta de-


portivización de la sociedad surge de diferentes factores (mayor nivel
económico, educativo, mejores instalaciones, influencia de la tecnología
de la comunicación, liderazgo deportivo, etc.) pero sin duda alguna yo
destacaría como elemento más trascendente la mayor disponibilidad de
tiempo libre y por ende de prácticas de ocio.18

Además de los evidentes beneficios físicos que aporta a quienes lo


practican, el deporte inculca principios y actitudes. Es el medio idóneo que
brinda al deportista la satisfacción de aprender valores como la disciplina,
el esfuerzo, la perseverancia para alcanzar las metas y el trabajo en equi-
po, todo ello en pos del triunfo. En buena cuenta, puede decirse que el
deporte es parte del desarrollo vital del ser humano, el proyecto de vida
de muchos y la profesión de otros tantos. Como dice el poeta y sociólogo
Abelardo Sánchez León:
Nos enseña a no engañarnos a nosotros mismos. En el deporte de nada
vale la viveza criolla, la trampa, el autoengaño, porque, así como la
poesía es incapaz de mentir, y muestra a quien la escribe de cuerpo
entero, no hay un verdadero deportista que se engañe a sí mismo. Cada
deportista cosechará lo que ha sembrado. Si hace doce segundos en los
100 metros planos o un minuto en los 100 metros estilo mariposa, ese
deportista sabrá a ciencia cierta el lugar que le corresponde en su país,
en su continente y en el concierto mundial.19

El aspecto personal es predominante, tomando en cuenta que si bien


la condición de deportista es innata, debe formársele en el camino. A las
grandes estrellas del deporte se les reconoce desde su infancia, pero
requieren de una disciplina.
En el ámbito social el deporte moviliza a un gran número de personas
(deportistas, espectadores, organizaciones, clubes, empresarios, etcétera),
invirtiéndose considerables sumas de dinero para la realización de las ac-
tividades deportivas. Son muchos los intereses que confluyen: para el de-
portista alcanzar una meta física o económica; para el espectador la recrea-
ción al seguir el certamen; para los organizadores los beneficios econó-
micos del deporte espectáculo, el que es entendido como un negocio; para
los empresarios la oportunidad de promocionar sus productos o servicios.
De esta manera, un sinnúmero de relaciones se perfeccionan gracias al
deporte.

18 Citado en DE LA PLATA CABALLERO, Nicolás (dir.). Op. cit., 2002, p. 104.


19 SÁNCHEZ-LEÓN, Abelardo. “Deporte y vida cotidiana”, en AA.VV. El Perú en los
albores del siglo XXI, 2000, p. 226.
ASPECTOS GENERALES DEL DEPORTE 25

6. El deporte en el Perú

Un hecho trágico de la historia republicana del Perú, como fue la guerra


con Chile, fue –según el escritor José Gálvez20– uno de los aconteci-
mientos que detuvieron el progreso del deporte en nuestro país; circuns-
tancia que determinó que a pesar de ser este una de las actividades de
esparcimiento más populares en diversas partes del mundo, no sucede lo
mismo en nuestro país.
Por otro lado, en alguna medida los juegos de azar, la televisión, la
internet y otras formas de ocupar el tiempo libre han desplazado al depor-
te; se puede decir entonces que se prefiere la inactividad a la actividad físi-
ca. Como anota Sánchez León, nuestra sociedad “… no es una que ame
en demasía hacer deporte. Su gente, por lo general, no está acostumbrada
a hacerlo como entretenimiento sencillo o como una manera familiar de
divertirse”.21
A esta situación se suma la carencia de recursos. Sánchez-León afirma
que “las condiciones del medio no están dadas: se trata de ciudades hos-
tiles, donde hay falta de servicios higiénicos y ausencia de duchas públi-
cas o, simplemente, de un caño para el aseo elemental”.22 A ello se añade
que la falta de infraestructura deportiva sería uno de los motivos determi-
nantes que explicaría el escaso desarrollo y la ausencia de éxitos en mate-
ria deportiva. Sin embargo, como acertadamente se ha señalado, lo que fal-
tan son deportistas23. El elemento humano es lo que precisamos, más allá
de los recursos o la infraestructura, que es importante, pero no es lo esen-
cial sin el capital humano.
Según una encuesta hecha por el Grupo de Opinión Pública de la
Universidad de Lima,24 son tres los deportes más populares en el Perú: el
fútbol, el vóley y el atletismo (el ajedrez disputa el tercer lugar, pero exis-
te la discusión acerca de su naturaleza deportiva). El primero destaca entre
todos, aunque esto depende del país; por ejemplo en Australia los de-

20 GÁLVEZ, José. Op. cit., p. 214.


21 SÁNCHEZ LEÓN, Abelardo. Op. cit., p. 223.
22 Ibídem, p. 223.
23 Ibídem, p. 225.
24 Encuesta realizada por el Grupo de Opinión Pública de la Universidad de Lima el
7 y 8 de octubre del 2006 a 485 ciudadanos de Lima y Callao. De acuerdo con esta
consulta la tabla, el voleibol y el tenis son los deportes que han tenido mejor ren-
dimiento. Fuente: <http://www.ulima.edu.pe> (31 de mayo del 2007).
26 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

portes más practicados son el surf y la pesca, mientras que en Estados


Unidos lo son el fútbol americano, el béisbol y el básquetbol.
El Instituto Peruano del Deporte (IPD), como ente rector de esta discipli-
na en el país, ha elaborado el Plan de Acción para el Desarrollo Deportivo en
el Perú 2006-2025,25 que en lo que se refiere al factor demográfico señala:

— En el Perú somos una población de 28 millones de habitantes que


crece a una tasa anual de 1.7%; de los cuales cerca de 18 millones
se encuentran entre los 5 y 49 años de edad.
— Para la práctica deportiva recreativa no existen discriminaciones;
pero son indicadores necesarios de tomar en cuenta la cantidad de
población total y la que se encuentra en edades de la preferente
población objetivo.
— Del total de la población peruana, 12 millones se encuentran entre
10 y 34 años de edad; y la mayoría se encuentra principalmente en
los grandes centros urbanos como la ciudad de Lima y las capitales
de departamento, determinando condiciones sociales y físicas,
específicas para la prestación de los servicios deportivos.

Pero las cifras nos dicen que el Perú es uno de los países con inversión
deportiva más baja en la región, ocupando el último puesto:

Inversión
País
(en dólares)

Chile 52 millones
Colombia 48 millones
Venezuela 51 millones
Brasil 92 millones
Ecuador 48 millones
Cuba (*) 92 millones
Perú 10 millones

(*) 15% del Presupuesto Nacional


Fuente: IPD.

7. Historia de la institucionalización del deporte en el Perú

A continuación se presenta un esbozo cronológico del desarrollo institu-


cional del deporte peruano, el cual se inicia en la década de 1920.

25 Resolución 123-2005-P/IPD. La Comisión Interna del IPD está integrada por


Alfredo Deza Fuller, director nacional de Capacitación y Técnica Deportiva, y Percy
Moreno Ponce, director nacional de Deporte de Afiliados.
ASPECTOS GENERALES DEL DEPORTE 27

El Estado otorga categoría institucional al deporte por primera vez el 28


de abril de 1920, mediante la creación de la Federación Atlética Deportiva
del Perú (FADP), y en 1921, el gobierno de Leguía promulga la Ley de
Estructuración del Deporte Nacional.
En 1938, durante el régimen de Benavides, se expide el Decreto Ley
8741 (El Peruano, 8 de setiembre de 1938) que crea el Comité Nacional de
Deportes (CND), el cual rige por un periodo de 31 años; fue derogado
mediante el Decreto Ley 17817 (El Peruano, 19 de setiembre de 1969),
conocido como Ley Orgánica del Deporte Nacional.
El régimen de Velasco expide el Decreto Ley 20555 (El Peruano, 12 de
marzo de 1974), que crea el Instituto Nacional de Recreación, Educación
Física y Deportes (Inred), trazando la nueva estructura de la actividad
deportiva nacional.
En el segundo periodo de Belaunde Terry se crea el Instituto Peruano
del Deporte (IPD), mediante el Decreto Legislativo 135 (El Peruano, 12 de
junio de 1981) y en 1985, mediante el Decreto Legislativo 328 (El Peruano,
8 de febrero de 1985) se promulga la Ley General del Deporte. Ambas nor-
mas tuvieron por finalidad la promoción y el desarrollo del deporte,
estableciendo como responsables al Poder Ejecutivo, los concejos munici-
pales, la comunidad deportiva y la sociedad en general.
En noviembre de 1991, el gobierno de Fujimori declaró en emergencia
el deporte nacional, mediante el Decreto Legislativo 695 (El Peruano, 6 de
noviembre de 1991) que recortó el Decreto Legislativo 328 en lo referente
a las elecciones democráticas de las autoridades deportivas de todo nivel,26
con excepción de la Federación Peruana de Fútbol, para la que se dictó
una ley especial, que fue derogada por la Ley General del Deporte 27159
(El Peruano, 27 de julio de 1999).
En 1996, mediante el Decreto Legislativo 886, Ley de Organización y
Funciones del Ministerio de la Mujer (Promudeh) (El Peruano, 29 de octu-
bre de 1996) el IPD pasó a depender del Promudeh y en 1999, con la cita-
da Ley 27159, vuelve a depender del Ministerio de Educación, como orga-
nismo público descentralizado.

26 El objetivo fue manejar y nombrar a los dirigentes de las federaciones deportivas


nacionales, del Consejo Nacional del Deporte y del Tribunal del Deporte, lo que
rigió hasta el 2001. Véase ALEJO RETTIZ, Pascual. “Deporte institucional en el
Perú” [en línea]. <http://www.ipd.gob.pe> (24 de julio del 200).
28 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

En el siguiente cuadro se pueden observar las fases y denominaciones


por las que ha atravesado la entidad rectora del deporte nacional:

Período Institución

1920 - 1933 Federación Atlética Deportiva del Perú


1933 - 1974 Comité Nacional del Deporte
1974 - 1981 Instituto Nacional de Recreación, Educación Física y Deporte
1981 - 2006 Instituto Peruano del Deporte

8. El Instituto Peruano del Deporte

El Instituto Peruano del Deporte (IPD) es un organismo público descentra-


lizado, con rango ministerial, adscrito al Ministerio de Educación.27 Cuenta
con autonomía técnica, económica, funcional y administrativa para el cabal
cumplimiento de sus funciones. Le corresponde, en coordinación con los
organismos del Sistema Deportivo Nacional y Direcciones Regionales, for-
mular e impartir la política deportiva, recreativa y de educación física,
además de organizar, planificar, promover, coordinar, evaluar e investigar,
en el territorio nacional, el desarrollo del deporte, la recreación y la edu-
cación física en todas sus disciplinas, modalidades, niveles y categorías.

9. Gobierno del deporte: Autonomía y especialización

A diferencia de lo que pasa en los países desarrollados,28 en los que el de-


porte ha logrado autonomía en todo el sentido de la palabra: financiera,
administrativa y gremial, en nuestro medio se requiere que el Estado asu-

27 DS.082-2005-PCM. Modifican adscripción de diversos organismos y entidades que


se encuentran bajo el ámbito de la Presidencia del Consejo de Ministros. Artículo
1.- Adscripción de Organismos Públicos Descentralizados y Comisiones. A partir de
la vigencia del presente Decreto Supremo, modifíquese la adscripción de los
Organismos Públicos Descentralizados y de las Comisiones que se señalan en el
presente artículo: 1.1 Quedan adscritos al Ministerio de Educación: (...) El Instituto
Peruano del Deporte (IPD), normado por la Ley Nº 28036 (...). Se deja establecido
que el IPD estuvo adscrito a la Presidencia del Consejo de Ministros (diario oficial
El Peruano, 27 de octubre del 2005).
28 El caso del Reino Unido tiene toda una historia deportiva. Muchos de los depor-
tes actualmente más populares tuvieron ahí sus orígenes, por citar: las primeras
reglas del cricket son de 1727 y las del fútbol o soccer datan de 1846, mientras
ASPECTOS GENERALES DEL DEPORTE 29

ma un rol promotor, de incentivo y apoyo; es más, también de confianza


en las nuevas generaciones, preparando e incentivando a los niños, a la
juventud, al deporte federado, a los talentos deportivos y sus proyectos.29
Los deportistas no se hacen de la noche a la mañana, es cuestión de en-
trenamiento más que una simple rutina; el entrenamiento es un arte y una
ciencia que implica inversión, y el deporte se fundamenta en ella, toman-
do en cuenta que es una forma de realización de la persona.
Hay demasiado por hacer a favor del deporte. La lista de los elementos
necesarios es larga: entrenadores capacitados, infraestructura, médicos,
dirigentes con vocación de servicio, exoneración de impuestos, aplicación
de los recursos, marco legal coherente, actualización, reinstaurar la educa-
ción física obligatoria en los colegios y cubrir las 20 mil plazas de profe-
sores vacantes en este rubro;30 debemos empezar por esto, lo demás se
dará por propia inercia.
Las normas jurídicas en general, partiendo por la misma Constitución,
establecen que el deporte es una actividad importante en el desarrollo de
la persona, “pero en la práctica se le mira por encima del hombro”.31 No
podemos pedir que nuestro Estado sea el único benefactor, sino que la
inversión privada debe participar más activamente, como sucede en otros
países, incluso en los desarrollados, en los que resulta evidente que los
fondos públicos no pueden sostener el deporte, sino que es necesario
encontrar fórmulas que permitan que el sector privado contribuya a su sos-

que el golf es originario de Escocia. Esto determina un compromiso ciudadano en


la práctica deportiva que ha permitido que el Estado, en esta materia, tenga un rol
en alguna manera subsidiario. El gobierno central tiene una injerencia limitada, la
vida deportiva de la nación es financiada y promovida básicamente por las au-
toridades locales, los sectores privados y, sobre todo, por los voluntarios. Esto no
es óbice para que el Gobierno del Reino Unido no muestre una preocupación al
respecto; su función se da como principal proveedor de instalaciones deportivas y
de recreación para las comunidades. Para el año 2006 se asignó 2.000 millones de
libras esterlinas de los fondos públicos y de la Lotería Nacional. Debe fomentar el
apoyo a las autoridades locales y clubes en el desarrollo de estrategias para el buen
uso del tiempo libre, a fin de garantizar el éxito del deporte para el bienestar y
mejor desarrollo de sus ciudadanos (<http://www.britishembassy.gov.uk>, consul-
ta: enero del 2006).
29 Plan de Acción para el Desarrollo Deportivo en el Perú 2006-2025, Op. cit. Véase
en especial la introducción.
30 El Comercio. Lima, 16 de junio del 2006, p. A 20.
31 SALINAS, Roberto. “¿Los nuevos legisladores velarán por el deporte?”. Diario ofi-
cial El Peruano. Lima, 15 de abril del 2006, p. 12. Se trata del experimentado perio-
dista deportivo en su columna Desde la tribuna.
30 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

tenimiento económico,32 sea a través de la esponsorización33, el mecenaz-


go34 u otras formas filantrópicas.
Las estrategias en el área del deporte deben estar enfocadas al impulso
del desarrollo de las habilidades de los jóvenes, lo que se da fundamen-
talmente en la escuela, descubriendo valores y, en todo caso, formando
potenciales deportistas. Los semilleros han venido cumpliendo su función,
pero es en las universidades donde el deporte pierde importancia, a pesar
de su práctica y de las políticas legislativas y estamentales. La universidad
no apoya el deporte como actividad ni mucho menos como disciplina, solo
lo considera un medio de realización de los alumnos, como un debilitado
apéndice dentro de su estructura institucional en aquellas direcciones u
oficinas denominadas de “Bienestar Universitario”, allí nace y queda el
compromiso. Se ha dicho, y no queda más que confirmarlo, que la “uni-
versidad es la tumba de los deportistas”. Por lo demás, al deporte tampo-
co le interesa la universidad.
De acuerdo con nuestra legislación,35 el deporte comprende tres áreas
de acción, en mérito de lo indicado en el artículo 33:

• Deporte para todos.- De carácter promocional, participativo, preven-


tivo para la salud y recreativo. Se desarrolla en cualquier lugar del
país, en las municipalidades, centros laborales, comunidades campe-
sinas y comunidades nativas (artículo 34). Es conocido como el de-
porte recreativo (concepto utilizado por primera vez por el Consejo
de Europa en 1966, con el objetivo de lograr el alcance de los bene-
ficios del deporte al mayor número de personas). En él se integran
tanto las prácticas deportivas informales, las intrascendentes, así co-
mo el deporte de la tercera edad, del menor en abandono, del ca-
rente de recursos, de los discapacitados. Todos tienen derecho a ha-
cer deporte; es decir, el deporte como individualidad y colectividad.

32 CARRETERO LESTÓN, José Luis: “Las fórmulas legales para fomentar el patrocinio
y el mecenazgo deportivos a nivel estatal: ¿La ley deportiva o ley fiscal?”, en DE LA
PLATA CABALLERO, Nicolás (dir.). Op. cit., 2002, p. 169.
33 También llamada patrocinio publicitario. Es el contrato por el cual el patrocinador
proporciona financiación a un deportista o entidad, con el objeto de que las dis-
ciplinas deportivas auspiciadas sirvan de soporte publicitario de las actividades del
patrocinador.
34 También llamado patrocinio sin contraprestación. Es el acto por el que una perso-
na, en forma desinteresada y generosa, coadyuva a la realización de actividades
deportivas.
35 Ley 28036, Ley de Promoción y Desarrollo del Deporte. Diario oficial El Peruano,
24 de julio del 2003.
ASPECTOS GENERALES DEL DEPORTE 31

• Deporte estudiantil. De carácter formativo y competitivo, desarrolla


las aptitudes y habilidades deportivas del educando, se practica en
los centros educativos, universidades, institutos superiores, escuelas
militares y policiales (artículo 35).
• Deporte de afiliados. De carácter competitivo, que busca el alto ren-
dimiento en las diferentes disciplinas. Está constituido por or-
ganizaciones deportivas como asociaciones deportivas, clubes, ligas
y federaciones, legalmente constituidas e inscritas en el Registro
Nacional del IPD (artículo 36). Como refiere Julián Espartero, “No
parece que sea demasiado radical afirmar que no existe deporte, al
menos como fenómeno social, donde no hay asociacionismo depor-
tivo”.36 Se deriva del derecho de asociación, “… donde se asienta la
estructura jurídica de la casi totalidad de las agrupaciones deportivas
que integran el denominado movimiento deportivo; las cuales, a su
vez, resultan connaturales y, por tanto, indispensables para el desa-
rrollo del deporte, toda vez que las mismas llegan a configurarse
como condición necesaria y previa de la práctica deportiva”.37

Nicolás de la Plata,38 recogiendo las diferentes clasificaciones realizadas


por la doctrina (Real Ferrer, García Ferrando, Latorre, entre otros), conclu-
ye que hay dos grandes bloques:

Bloques del deporte

1 2
• Deporte integrador • Deporte de competición
• Deporte recreativo • Deporte de gran espectáculo

El deporte en un campo de acción integral

Además, consideramos que no puede obviarse la especialización del


deporte, sobre todo teniendo en cuenta las características de los practican-
tes: profesionales, escolares, personas de la tercera edad y dsicapacitados.

36 ESPARTERO CASADO, Julián. Deporte y derecho de asociación (Las federaciones


deportivas). Op. cit., p. 23.
37 Ibídem, p. 25.
38 DE LA PLATA CABALLERO, Nicolás (dir.). Op. cit., p. 107.
32 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

10. Plan de Acción para el Desarrollo Deportivo en el Perú


2006-2025

10.1 Misión, visión y objetivos

Como se indicó anteriormente, el Plan de Acción para el Desarrollo De-


portivo en el Perú 2006-202539 se encarga de establecer los lineamientos
para la implementación, desarrollo y futuro del deporte en el Perú, consi-
derando la siguiente estructura:

• Misión.- La actividad física y el deporte son necesidades y derechos


del ser humano, siendo preciso garantizar el crecimiento y el de-
sarrollo de los niños y jóvenes incorporándolos en el deporte.
• Visión.- Fomentar la actividad física, el deporte y la recreación en el
proceso de crecimiento del desarrollo humano.
• Objetivos.- Propiciar a través del deporte el desarrollo integral y
equilibrado de la persona, forjar mejores peruanos y establecer las
condiciones para obtener un nivel de alto rendimiento deportivo,
con proyección de mejores resultados internacionales, promoviendo
la participación masiva de la población y el desarrollo de la educa-
ción física, así como el cultivo de valores éticos y morales de los
deportistas, para ello se recuperarán, mantendrán y programarán
nuevas obras en el ámbito nacional, priorizando los escenarios,
localizando los de mayor población deportiva, y se implementarán
escenarios deportivos con equipamiento moderno, de acuerdo con
las exigencias internacionales.

10.2 Temas

Entre los temas considerados por el plan en mención se encuentran los


siguientes:

• Objetivos
• Política para el logro de los objetivos
— Ordenamiento del sistema deportivo nacional;
— propiciar la masificación deportiva nacional; y,
— desarrollar la capacitación de técnicos y profesionales de la edu-
cación física.

39 Resolución 123-2005-P/IPD.
ASPECTOS GENERALES DEL DEPORTE 33

• Estrategias de las políticas señaladas


— Sistema deportivo nacional;
— recreación y promoción del deporte;
— capacitación de técnicos y profesionales;
— ciencia y tecnología deportiva;
— antidoping;
— infraestructura deportiva;
— alto rendimiento deportivo;
— planificación integral;
— financiamiento; y,
— descentralización.
• Acciones que permitan el logro de los objetivos
— Ordenamiento del sistema deportivo nacional;
— masificación deportiva;
— capacitación de técnicos y profesionales;
— ciencia y tecnología deportiva;
— infraestructura deportiva;
— alto rendimiento deportivo;
— planificación integral;
— financiamiento;
— descentralización;
— plan estratégico del deporte afiliado y recreativo;
— financiamiento y sugerencias;
— desarrollo del deporte fundamental;
— promoción y recreación deportiva; y,
— deporte de afiliados.

11. Organización pública del deporte

La apatía del Estado por el deporte es un mal endémico generalizado. Al


respecto, Espartero dice: “El Estado mantuvo, como ha puesto de mani-
fiesto el común de la doctrina, una actitud abstencionista hacia el fenó-
meno deportivo”.40 En opinión de Bermejo Vera: “El sector deportivo ha
sido constantemente abandonado por los poderes públicos” y “los proble-
mas de ordenación jurídica del deporte han sido siempre de carácter se-

40 ESPARTERO CASADO, Julián (coord.). Introducción al derecho del deporte. Op.


cit., p. 75.
34 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

cundario”.41 Es parte de la razón del Estado generar un hábito deportivo


como política paritaria en el desarrollo de la persona, con la finalidad de
que el deporte cumpla una función social y termine siendo un medio de
vida, no un fin; un medio de cultura moral y espiritual.42
El Estado debe promover el deporte, no intervenir en él. Corresponde
buscar su democratización, que todos lo practiquen de una manera uni-
forme y comprometida. Comprometer socialmente a los ciudadanos en las
prácticas no es otra cosa que unirlos en fines y deseos comunes, de su-
peración y entrega personal.
La concepción del deporte como un aliado en el progreso personal,
social y económico se puede entender de la siguiente manera:

• Personal, porque es capaz de servir como un estímulo, apartando al


individuo de los vicios;
• social, porque funciona como una herramienta de inclusión social; y,
• económico, por las fuentes de ingresos que genera.

12. Organización privada del deporte

En cuanto a la organización privada del deporte, esta se encuentra referi-


da mayormente al olimpismo, que puede ser materia de análisis desde dos
ámbitos: internacional y nacional. Por ser de interés para el presente tra-
bajo sobre todo lo concerniente al desarrollo deportivo de nuestro país,
abordaremos con mayor extensión lo relacionado con la actividad olímpi-
ca nacional.

12.1 Olimpismo internacional

Olimpíada u olimpiada es, según la definición del Diccionario de la len-


gua española, en sus dos primeras acepciones, “Competición universal de
diversos deportes que se celebra modernamente cada cuatro años en un
lugar previamente determinado. || 2. Fiesta o juego que se celebraba ca-
da cuatro años en la antigua ciudad de Olimpia”.
El movimiento olímpico se desarrolla bajo la organización y la norma-
tividad del Comité Olímpico Internacional, cuyo esquema puede represen-
tarse de la siguiente manera:

41 Ibídem, p. 75.
42 LYRA FILHO, João. Op. cit., 1952, p. 99.
ASPECTOS GENERALES DEL DEPORTE 35

Movimiento olímpico
MOVIMIENTO OLÍMPICO

Comité Olímpico Federaciones Deportivas Comités Olímpicos


Internacional Internacionales Internacionales

Carta olímpica

12.2 Olimpismo nacional

El movimiento olímpico nacional se encuentra regulado administrativa y


legalmente por el Comité Olímpico Peruano.
De acuerdo con el artículo 27 de la Ley 28036, Ley de Promoción y De-
sarrollo del Deporte,
el Comité Olímpico Peruano es la entidad nacional constituida como
asociación civil sin fines de lucro, afiliada al Comité Olímpico Inter-
nacional, que tiene por objeto fomentar, proteger y desarrollar el movi-
miento olímpico y los deportes calificados como tales. Asimismo, difun-
dir los ideales olímpicos y la representación internacional del movimien-
to olímpico peruano.

Según la mencionada norma, su institucionalidad y objetivos están regi-


dos por su estatuto y reglamentos, por las disposiciones de la Carta Olím-
pica Internacional aplicables de conformidad con la legislación y los con-
venios nacionales e internacionales vigentes. Está constituido por los pre-
sidentes de las federaciones reconocidas oficialmente con carácter olímpi-
co, quienes eligen a su presidente y a los miembros de su directorio.
El artículo 28 de dicha ley establece las responsabilidades del Comité
Olímpico Peruano, que son las siguientes:

1. Administración de las villas olímpicas en todas las competencias del


circuito olímpico.
2. Seleccionar a los deportistas integrantes de las delegaciones nacio-
nales a los juegos del circuito olímpico, a propuesta de las respecti-
vas Federaciones Deportivas Nacionales.
3. Inscripción, acreditación y participación de los deportistas peruanos
en los Juegos Olímpicos y demás competencias realizadas bajo el
patrocinio del Comité Olímpico Internacional.
4. Estimular la práctica de las actividades representadas en los Juegos
Olímpicos y en las demás competencias patrocinadas por el Comité
Olímpico Internacional.
36 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

5. Ejercer la representación exclusiva del deporte peruano ante el


Comité Olímpico Internacional.
6. Rendir cuentas respecto de los recursos que el Instituto Peruano del
Deporte le asigne.
7. Informar al Instituto Peruano del Deporte y a su Asamblea de Bases
sobre los recursos provenientes de fuentes nacionales y/o interna-
cionales.

Asimismo, como se establece en los artículos 25 y 26 del Reglamento


de la Ley 28036, Decreto Supremo 018-2004-PCM (El Peruano, 3 de marzo
del 2004), el Comité Olímpico Peruano determina las disciplinas deportivas
que representan al Perú en los eventos del Circuito Olímpico: Juegos
Bolivarianos, Juegos Sudamericanos, Juegos Panamericanos y Juegos
Olímpicos, informando a las federaciones deportivas nacionales y al IPD
sobre los criterios técnicos que se utilicen para determinar la clasificación
y selección de los deportistas que concurran a los eventos del Circuito
Olímpico.
Capítulo 2
Derecho deportivo en el Perú

1. Ocio, deporte y derecho

Normalmente entendemos el ocio como descanso o actividad improduc-


tiva, un no hacer nada, que se conoce como el ocio pasivo (contemplati-
vo); pero también existe uno productivo, llamado ocio ocupacional (parti-
cipativo), que, tanto como el primero, permite a la persona disiparse de
sus labores, situación del todo legítima, que es ejercida como una facultad
natural, un derecho al ocio que nos concede simplemente hacer o no
hacer nada; y es que la vida del hombre demanda del ocio como parte de
su sostén.1
Textos constitucionales modernos como el francés, el portugués y el
holandés relacionan el ocio con la salud; es más, le dan la categoría de
derecho, como indicábamos: el derecho al ocio. Nuestra vida en general
requiere de momentos libres, de recreo, de esparcimiento, que los utilice-
mos para lo más beneficioso que creamos. La regla es que nadie puede
vivir sin “ociosear”, o sea que es el generus, y si ese tiempo lo invertimos
en una actividad termina siendo beneficioso. Lo que sucede con el depor-
te es que el ocio es su elemento nuclear, en concreto el deporte es la spes.
Espartero2 identifica claramente esta situación calificando al ocio como

1 La teoría del ocio divide a este en consuntivo, cuando se refiere al sentido negati-
vo o de mal uso, por ejemplo el que se emplea en los vicios; y creativo, cuando
se trata del ocio en sentido positivo o de buen uso, y en el que se pueden desa-
rrollar las actividades artísticas, terapéuticas (deporte) o de carácter ético, como la
labor de voluntariado.
2 ESPARTERO CASADO, Julián (coord.). Introducción al derecho del deporte, 2004, p. 54.

[37]
38 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

generalidad y al deporte como particularidad de aquel, el que se conden-


sa y a la vez se explaya en el deporte para todos. Claro que en el deporte
profesional esta nota no se cumple, porque se realiza como actividad suje-
ta a compromisos y obligaciones.
En su aspecto particular, el deporte nace del ocio y luego puede pro-
fesionalizarse. La convivencia entre ambos es real. El deporte comparte
con el ocio los caracteres pasivo y activo. Es pasivo cuando se es espec-
tador y activo cuando se ejerce el juego. En definitiva, se complementan
e integran.
Cada vez más y más gente invierte su tiempo en hacer deporte. Es la
expresión de un hecho social y, en concreto, de un hecho deportivo.
Como fenómeno social, el deporte ha avanzado notablemente en las
últimas décadas, concitando el interés no solo de un público que va en
aumento, sino también de las ciencias más diversas, entre las cuales el
derecho no ha sido ajeno; al contrario, su presencia se da de una manera
natural y necesaria, al regular conductas humanas; a decir de Lyra,3 como
todo fenómeno social el deporte se proyecta en el dominio jurídico. El
derecho tomó en cuenta que al ser su fin regir la conducta humana en so-
ciedad, debía concentrar parte de su atención en las prácticas deportivas,
por la importancia que estas representan cada día de la vida, acrecentán-
dose el apetito por una lectura jurídica del deporte.4
El deporte es una actividad humana en la que concurren los más va-
riados actores, cada cual con sus intereses, prioridades y anhelos, que se
vivencian en las jornadas deportivas. En ellas confluyen conductas que se
complementan o contraponen. La actividad deportiva termina siendo parte
de la vida del hombre, cada vez más arraigada a él, que exige ser regida
por un conjunto normativo homogéneo, ordenado y, sobre todo, eficaz.5
Cuando nos referimos a un conjunto normativo debemos entenderlo en su
sentido cabal; norma es lo que regula, lo que rige, y eso no lo cumple solo
la ley, sino el conjunto de fuentes de derecho que en materia deportiva
tiene una especialidad, como veremos más adelante.

3 LYRA FILHO, João. Introdução ao direito desportivo, 1952, p. 95.


4 Palabras de introducción de José Manuel Meirim al artículo de Maria Joao Brazao
De Carvalho denominado “Que ‘justiça desportiva’ nos tribunais?”, en AA.VV. O
desporto e o direito (prevenir, disciplinar, punir), 2001, p. 139.
5 Con un pensamiento similar, ACOSTA, Gerardo. “La prohibición de recurrir a la jus-
ticia ordinaria y los mecanismos alternativos de resolución de conflictos deporti-
vos”. Suplemento de derecho deportivo [en línea]: <http://www.eldial.com> (14 de
marzo del 2006).
DERECHO DEPORTIVO EN EL PERÚ 39

El deporte busca metas a través de una acción humana que se encuen-


tra regulada normativamente. Con este esquema, Roberto Brebbia6 men-
ciona que son tres los rasgos esenciales que caracterizan la actividad estric-
tamente deportiva:

• El ajuste de esa actividad a reglas preestablecidas.


• El despliegue de un esfuerzo o destreza por encima del nivel habitual.
• La persecución en forma mediata o inmediata de un fin salutífero
(físico o intelectual) de carácter personal.

Entonces, el deporte equivale a una conducta debidamente reglamen-


tada, en la que las partes intervinientes miden su fuerza, destreza o habili-
dad en busca de una victoria.
Los civilistas nacionales Castillo y Osterling7 precisan la diferencia que
debe tenerse presente en cuanto a la forma como se llevan a cabo las acti-
vidades deportivas, con el objetivo de satisfacer eficazmente las necesida-
des y requerimientos de las partes, en este sentido muestran el contraste
entre el deporte actividad y el deporte espectáculo.
El deporte como actividad es mero esparcimiento. La actividad física y
mental se rige por normas y reglamentos; en una justa deportiva siempre
hay un ganador o un perdedor, al menos esta es la regla, salvo que se pro-
duzca un empate. Las normas marcan el comportamiento de los deportis-
tas, sus derechos y obligaciones y las reglas del encuentro. El deporte
involucra tanto a quienes lo practican como a los colaboradores y los
espectadores.
El deporte como espectáculo es llevado a cabo por profesionales y se
presenta como un fenómeno social. Ya no son sólo los deportistas sino la
comunidad la que está atenta a la contienda. Se dan un conjunto de rela-
ciones de diversa índole (entre deportistas, espectadores y promotores)
siendo necesario normar estos vínculos jurídicos a efectos de lograr el
éxito en el desarrollo de la actividad deportiva. El contrato deportivo –en
su sentido integral– juega un rol esencial en la medida que rige la activi-
dad de los deportistas, la seguridad de los espectadores y los compromi-
sos del organizador o promotor. Es, asimismo, un tema de seguridad, al

6 OSTERLING PARODI, Felipe y Mario CASTILLO FREYRE. “Tratado de las obligacio-


nes”, en AA.VV. Para leer el Código Civil. Vol. XVI, cuarta parte, tomo XIII, 2003,
p. 1015.
7 Ibídem, pp. 1024-1030.
40 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

regular la fiesta deportiva y encauzar los ánimos de los hinchas. En el


deporte como espectáculo el derrotado no solo pierde en la cancha, por
así decirlo, sino ante sus hinchas, decepcionándolos cuando estos esperan
más de él. No importa perder pero hay que hacerlo luchando.
Sin embargo, la diferencia es más acabada. Puede hablarse de varios
tipos de deportes:

Tipo / definición Característica

• Deporte recreativo
Promueve el ocio activo, tiende a entretener a quienes Entretenimiento personal
lo practican disipando el tiempo en actividades que lo
reconfortan, además se caracteriza por ser esencial-
mente voluntario.

• Deporte espectáculo
Puede ser profesional o no, con nivel o sin él. Está diri- Entretenimiento colectivo
gido sobre todo al entretenimiento, permitiendo que a
su alrededor se desarrollen actividades económicas
relacionadas con el comercio y la publicidad. Es pro-
pio de la sociedad de consumo.

• Deporte profesional
La actividad deportiva es realizada a cambio de una Horario, obligaciones, labor
remuneración, y donde la preparación física, los entre-
namientos y otros condicionantes son requisitos para
el éxito de la labor.

• Deporte de alta competición


Conocido como deporte de rendimiento, puede ser Resultados
profesional o amateur; su objetivo es alcanzar la vic-
toria a través de las mejores marcas o récords.

• Deporte educativo
Se consagra a la educación física, considerándose al Educación física
deporte como un elemento fundamental del sistema
educativo.

El deporte puede practicarse en un régimen profesionalizado, cons-


tituyendo el oficio de aquellas personas que se dedican a su práctica, a la
que subordinan otras actividades humanas, o en un régimen aficionado,
como una forma de recreación y mejoramiento de la salud. Estos dos tipos
DERECHO DEPORTIVO EN EL PERÚ 41

de realización del deporte tienen reglas propias, y no se puede exigir con


igual rigor al deportista profesional que a la persona que lo practica como
mero aficionado o como forma de pasar el tiempo.8 Puede decirse, en-
tonces, que “el deportista profesional es un deportista de oficio, debida-
mente remunerado, en contraste con el aficionado, deportista por gusto y
teóricamente al menos, completamente desinteresado”.9
De acuerdo con las características de su práctica, las distintas discipli-
nas deportivas se pueden agrupar de la siguiente manera:
• Por el número de participantes:
— Deportes individuales, grupales o mixtos (el atletismo se ca-
racteriza por que puede ser de las tres modalidades).
• Por su finalidad:
— Deportes profesionales, de aficionados y los practicados por
prescripción médica.
• Por el grado de violencia:
— Deportes violentos (boxeo, artes marciales), de violencia media-
ta y eventual (fútbol, básquet), no violentos (golf, tenis, ajedrez,
bridge).
• Los autorizados y los no autorizados.
• Por el uso del cuerpo o de la mente:
— Deportes físicos (son la mayoría) y deportes intelectuales (aje-
drez, bridge).
• Por el grado de riesgo:
— Son los deportes extremos, de alto riesgo o de aventura, donde
el peligro y la inseguridad son el estímulo que conduce a su prác-
tica (escalada deportiva, descenso de cañones y barrancos, raf-
ting o descenso en balsa, hydrospead o descenso en trineo flo-
tante, parapente, ala delta, flysurf o práctica de cometa en gran-
des proporciones, paracaidismo en caída libre, puenting o caída
al vacío, snowbike, mountain bike o bajada en bicicleta en nieve
o en cerros).

8 SEOANE SPIEGELBERG, José Luis. “Deporte y responsabilidad civil”. Ponencia pre-


sentada en el IV Congreso Nacional de la Asociación Española de Abogados
Especializados en Responsabilidad Civil y Seguro. Pontevedra (España), 11, 12 y
13 de noviembre del 2004.
9 MAJADA, Arturo: Naturaleza jurídica del contrato deportivo, 1948, p. 34.
42 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

• Por el grado de resistencia:


— Destacan los deportes de extrema resistencia: ultramaratón 100
km, maratón de 50 km y de 42 km; iroman (3,8 km a nado, 180
km en bicicleta y 42,2 km corriendo), y sus variaciones: medio-
iroman, doble-ironman y powerman (10 km a nado, 152,6 km
pedaleando y 30 km corriendo) y otras modalidades.
• Por el espacio físico donde se desarrollan e implementos usados y
otras modalidades:
— Acuáticos (buceo, natación).
— Aéreos (ala delta, paracaidismo).
— Competición (equitación, carreras).
— Lucha (box, artes marciales).
— Naturaleza (pesca).
— Pelota (vóley, fútbol).
— Salón.
— Gimnásticos.

Desde la óptica jurídica, el deporte puede ser analizado en varios as-


pectos: como complemento de la vida (salud), entretenimiento (bienestar),
competencia (idoneidad) y profesional (laboral).
• Salud
La doctrina civil nacional representada, por el maestro Carlos Fer-
nández Sessarego, ha definido el derecho a la salud como:
… el núcleo central del genérico derecho al bienestar (...) tiene una sig-
nificación muy amplia, pues no sólo comprende la salud, como ausen-
cia de enfermedad, sino otros derechos como gozar de una vivienda
decorosa, de un puesto de trabajo estable, de una retribución adecuada,
de un equilibrio emocional, de tiempo libre para dedicarlo al entreteni-
miento y de vacaciones periódicas. Es decir, de todos aquellos derechos
que hacen que el hombre común y corriente, el hombre promedio, se
sienta bien (...), que tenga en suma, una sensación de bienestar.10

En cuanto a la correcta denominación, como lo hemos mencio-


nado,11 de alguna manera se viene prefiriendo la terminología de-

10 FERNÁNDEZ SESSAREGO, Carlos. El derecho de las personas (en el umbral del siglo
XXI), 2002, pp. 115-116.
11 VARSI ROSPIGLIOSI, Enrique. Derecho médico peruano, 2006, p. 167.
DERECHO DEPORTIVO EN EL PERÚ 43

recho a la protección de la salud en lugar de derecho a la salud,


tomando como fundamento que la salud no es un bien que el orde-
namiento jurídico, por sí solo, ni el Estado pueden garantizar, pues
depende de un conjunto de factores personales y sociales. La pro-
tección de la salud comprende: a) la atención sanitaria individual,
como la prevención y el tratamiento de la enfermedad, y b) las con-
diciones de salud pública, vinculadas con las condiciones generales
que la afectan.
En lo que respecta a deporte y salud podemos decir que la rela-
ción es de complemento, un binomio perfecto. Y es que “el valor
del deporte como protector de la salud está universalmente recono-
cido, de ahí que los poderes públicos de muchos países consideren
el deporte como parte de la función social de la protección y pro-
moción de la salud”.12 El deporte mantiene en óptimas condiciones
no solo nuestro cuerpo sino también la mente, logrando una inte-
racción completa en las funciones del hombre, y es que la educa-
ción física y el deporte están orientados a desarrollar y mantener
mejores condiciones de nuestro organismo, lo que no solo tiene
repercusiones físicas y biológicas, sino también intelectuales;13 es
decir, mens sana in corpore sano.14
Practicar deporte regularmente favorece el funcionamiento del
cuerpo. Cada órgano o sistema tiene una reacción determinada
cuando se hace ejercicio, lo que es beneficioso para la salud del
individuo en especial y de la sociedad en general. La Organización
Mundial de la Salud indica que por cada dólar invertido en un
deportista se ahorran diez mil dólares en salud. Es, finalmente, una
inversión el poder disponer de ingresos para el deporte, solo deben
verificarse los montos.
El abuso de sustancias energéticas, el doping y el deporte quími-
co son combatidos, con la finalidad de conseguir lo que se denomi-
na una defensa ética de la salud de los deportistas.15

12 GIL DOMÍNGUEZ, Andrés. “El derecho al deporte como derecho fundamental sub-
jetivo colectivo”. Revista Jurídica del Perú 33, abril del 2002, p. 208.
13 RUBIO CORREA, Marcial. Estudio de la Constitución Política de 1993, tomo 2,
1999, p. 135.
14 Juvenal, poeta satírico romano (55-138 d.C.). Sátira X.
15 MELO FILHO, Alvaro. Direito desportivo, Novos rumos, 2004, p. 13.
44 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

• Bienestar
El Diccionario de la lengua española define el término bienestar de
la siguiente manera: “(De bien y estar). m. Conjunto de las cosas ne-
cesarias para vivir bien. 2. Vida holgada o abastecida de cuanto con-
duce a pasarlo bien y con tranquilidad. 3. Estado de la persona en
el que se le hace sensible el buen funcionamiento de su actividad
somática y psíquica”. Su antónimo es malestar.
Nuestra Constitución Política de 1993, en su artículo 2, inciso 1,
consagra el bienestar como un derecho expreso, cuando dice que
“Toda persona tiene derecho a: 1. A la vida, a su identidad, a su inte-
gridad moral, psíquica y física y a su libre desarrollo y bienestar”.
Doctrinariamente, existe una similitud entre salud y bienestar, los
que se encuentran relacionados e integrados. Para Fernández
Sessarego:
La noción de “bienestar” es de extensión tal que supone poseer todo
aquello que permita a la persona lograr un estado o sensación que se
pueda definir como el de sentirse bien. Solo poseyendo este estado de
bienestar podría decirse que la persona se encontraría en las mejores
condiciones para cumplir con su proyecto de vida, así como contribuir,
con su trabajo y otras actividades, al bien común.16

Continúa diciendo Fernández Sessarego:


Cuando se menciona el derecho al bienestar surge de inmediato la pre-
gunta sobre quién o quiénes son los sujetos de derecho a los cuales es
oponible. En otros términos, quién o quiénes son los sujetos que asu-
men el correlativo deber frente al mencionado derecho. Si se revisa la
Constitución peruana de 1993, encontramos que los correlativos debe-
res se atribuyen tanto al Estado como a la comunidad.17

Finalmente, comenta que: “Constituyen indiscutibles deberes del


Estado, en relación con el respeto del derecho al bienestar, aquellos
que se consideran como presupuestos de tal derecho”,18 como son
el derecho a la vida, la libertad, la integridad, la identidad, la inti-
midad, el honor y muchos otros.

16 FERNÁNDEZ SESSAREGO, Carlos. “Derecho a la vida, a la identidad, a la integri-


dad, a la libertad y al bienestar”. La Constitución comentada. Análisis artículo por
artículo, tomo I, 2005, p. 36.
17 Ibídem, p. 37.
18 Ibídem.
DERECHO DEPORTIVO EN EL PERÚ 45

El deporte busca el bienestar de la persona, con el fin de que esta


logre un buen estado físico y anímico; es decir, volviendo a citar a
Juvenal: “mente sana en cuerpo sano”. Es una forma de vida que
implica compromiso, disciplina y responsabilidad. El deporte forja la
entereza, da firmeza de ánimo, condiciones que son tan importan-
tes en la convivencia humana, y que justifican la existencia de una
política del Estado que promueva la práctica deportiva, con objeti-
vos, recursos y procedimientos ad-hoc.19
Incentivar el deporte es identificarse con él, con miras a lograr el
bienestar social, “por cuanto genera actividades de ocio e higiene
física, facilitando la inserción de los individuos en la sociedad y en
el mantenimiento de la salud”.20
En este marco cabe destacar que el Acuerdo Nacional, en su De-
cimosexta Política de Estado, Equidad y Justicia Social, referida al
Fortalecimiento de la Familia, Promoción y Protección de la Niñez,
la Adolescencia y la Juventud, declara:
Nos comprometemos a fortalecer la familia como espacio fundamental
del desarrollo integral de las personas, promoviendo el matrimonio y
una comunidad familiar respetuosa de la dignidad y de los derechos de
todos sus integrantes. Es política de Estado prevenir, sancionar y erradi-
car las diversas manifestaciones de violencia que se producen en las
relaciones familiares. Nos proponemos, asimismo, garantizar el bienes-
tar, el desarrollo integral y una vida digna para los niños, niñas, adoles-
centes y jóvenes, en especial de aquellos que se encuentran en situa-
ción de riesgo, pobreza y exclusión. Promoveremos espacios institucio-
nales y entornos barriales que permitan la convivencia pacífica y la
seguridad personal, así como una cultura de respeto a los valores mora-
les, culturales y sociales. Con este objetivo el Estado: ... (l) apoyará la
inversión privada y pública en la creación de espacios de recreación,
deporte y cultura para los jóvenes, en especial de zonas alejadas y po-
bres... (Las cursivas son nuestras) (Decreto Supremo105-2002-PCM. El
Peruano, 18 de octubre del 2002).

En términos sencillos, educación es formar y el deporte permite


el desarrollo de la persona.

19 KRESALJA, Baldo. “R&D”. La República. Lima, 11 de octubre del 2006, p. 17.


20 ESPARTERO CASADO, Julián. Deporte y derecho de asociación (Las federaciones
deportivas), 2000, p. 24.
46 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

Si relacionamos salud y bienestar con las respectivas prácticas de-


portivas coincidiremos directamente con la calidad de vida, con la
forma positiva y satisfactoria que le permite a la persona su plena
realización como un ser integral en su plena dimensión.

• Idoneidad
Contar con una pericia, con una aptitud para hacer algo, el ser com-
petitivo –no solo capaz ni preparado– es una de las claves del
éxito. Muchas de las técnicas y prácticas deportivas se están apli-
cando con éxito en el campo empresarial, lo que se recoge en otras
actividades. Siempre se busca a la persona más preparada, a la más
apta, pero es importante también conocer su perfil, aquellas cuali-
dades que lo hacen especial, diferente a los demás, aquello que
marca la diferencia entre las personas.
En la actividad deportiva la idoneidad y competitividad son las
principales virtudes, a las que se unen la performance, la preparación
y el entrenamiento físico. Se discute si el deportista profesional nace
o se hace. Sin duda, las cualidades y habilidades en una actividad son
innatas, genéticas en el individuo (el garbo en el fútbol, la reacción
en el atletismo, la disciplina en las artes marciales). La maña nace con
la persona. Solo se enseñan y repasan las técnicas, con el objeto de
mejorar el rendimiento del deportista. Idoneidad y deporte de com-
petencia es una fórmula ideal. El deporte de competencia, al consti-
tuir un juego de desafíos, “tiene la propiedad de templar el espíritu de
los niños y los jóvenes. Los demás son quehaceres positivos, pero de
menor impacto para los fines que debe perseguir la Ley del
Deporte”.21 El deporte es verdad, honestidad y entrega.22

• Laboral
Desde el punto de vista laboral, el deporte representa una actividad
importante. El esparcimiento en forma de espectáculo deportivo es
buscado por un creciente número de personas, lo que permite la
realización de mayor cantidad de competencias, produciendo un
gran movimiento económico y creando más fuentes de trabajo e
incrementándose la actividad laboral.

21 MUSSO VENTO, Alberto: “La ‘ley’ y el deporte de competencia”. Ius et Veritas 18,
1999, p. 277.
22 Como dice Abelardo Sánchez León: “Practicar deportes tiene la ventaja de enseñar-
nos a aproximarnos a la realidad sin mentiras, manipulaciones o maquillajes. Esa
DERECHO DEPORTIVO EN EL PERÚ 47

El deporte se vincula así con diversas profesiones, que permiten


su consolidación y desarrollo. La normatividad en materia deportiva
debiera estar orientada a ofrecer una seguridad plena a los actores
del deporte; sin embargo, solo se orienta al establecimiento de un
régimen laboral para los deportistas profesionales, de manera que su
actividad privada23 sea reconocida. La práctica deportiva exige en
gran medida el empleo de la fuerza física, de habilidad y destreza.
Es una típica labor de esfuerzo que necesita de normas de protec-
ción y seguridad.
En torno al deporte gira un conjunto de labores que permiten las
jornadas deportivas, en las que claramente se aprecian dos puntos
contrapuestos:
— El empleo sumergido,24 que representa una elevada rotación en
los puestos de trabajo, disminuyendo la calidad del servicio, la
generación de empleo y dinero negro que no se refleja en las
cifras del negocio deportivo, en el PBI ni en los porcentajes de
población activa, con lo que la economía del deporte se ve afec-
tada no solo en calidad –por la que todos estamos preocupa-
dos– sino que pierde peso y poder de negociación.
— El voluntariado25 es común en el deporte. Muchas personas tra-
bajan de manera desinteresada y gratuita, a través del voluntaria-
do, que en nuestro medio cuenta con una legislación especial
que lo hace más atractivo.

actitud no es muy común en el país. Sería extraordinario que los políticos profe-
sionales tuvieran la actitud de un deportista” (“El deporte: una manera de razonar”.
El Comercio. Lima, 27 de enero del 2006, p. A-4).
23 “Que, el régimen laboral de la actividad privada está compuesto por un universo
de disposiciones legales destinadas a regular, valga la redundancia, el régimen
común y diversos regímenes especiales como, por ejemplo, el de construcción
civil, mineros, periodistas, médicos, deportistas, profesores, pescadores, hospeda-
je, entre otros, en razón de las peculiaridades propias de sus labores”. CAS. Nº 941-
2002-DEL SANTA (El Peruano, 1 de marzo del 2004).
24 El empleo sumergido es un espacio laboral al margen de la ley, que surge debido
a la rigidez del mercado (cargas sociales, impuestos, honorarios).
25 Según la Ley 28238, Ley General del Voluntariado, en su artículo 2, se entiende por
voluntariado a la “Labor o actividad realizada sin fines de lucro, en forma gratuita
y sin vínculos ni responsabilidad contractual. El voluntariado comprende activida-
des de interés general para la población, como: actividades asistenciales, de servi-
cios sociales, cívicas, de capacitación, culturales, científicas, deportivas, sanitarias,
de cooperación al desarrollo, de defensa del medio ambiente, de defensa de la
48 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

Estos cuatro aspectos: salud, bienestar, idoneidad y laboral, marcan la


relación entre deporte y derecho. Sin duda que de ellos se derivan otros,
pero lo importante es el reconocimiento de la estrecha relación entre estas
dos disciplinas.
En el Perú la relación entre deporte y derecho ha estado fundamental-
mente vinculada a las áreas de la responsabilidad civil,26 a la violencia en
él generada,27 las barras bravas,28 la justicia deportiva y el aspecto laboral
de los futbolistas,29 y que han sido objeto de interés por parte de los estu-
diosos del derecho; sin embargo, otros temas –no menos importantes–
relacionados con esta disciplina legal han quedado un tanto, por no decir
del todo, en desamparo. Debe dejarse en claro que el derecho deportivo

economía o de la investigación, de desarrollo de la vida asociativa, de promoción


del voluntariado y otras de naturaleza análoga, tendientes al bien común. El volun-
tariado lo podrá prestar a los beneficiarios una persona natural, independien-
temente, o una organización de voluntarios agrupados bajo la forma de una aso-
ciación sin fines de lucro, ambos debidamente registrados en el Registro de
Voluntarios” (El Peruano, 1 de junio del 2004). El Reglamento de la Ley General
del Voluntariado, Decreto Supremo 008-2004-MIMDES, indica, en su artículo 5, que
el voluntariado comprende “... a todas aquellas actividades de interés general que
impliquen un compromiso a favor de la sociedad o de la persona, de carácter cívi-
co, social, cultural, educativo, de cooperación al desarrollo científico, deportivo, de
defensa y protección del medio ambiente, de capacitación, asistenciales, sanitarias,
de defensa de la economía, de desarrollo de la vida asociativa, de promoción del
voluntariado y otras de naturaleza análoga que tienden al bien común”
(El Peruano, 20 de noviembre del 2004).
26 FERNÁNDEZ CRUZ, Gastón. “El fundamento de la responsabilidad civil deportiva”.
Themis 19, 1991, p. 67. OSTERLING PARODI, Felipe: “El deporte y la responsabi-
lidad civil” (parte 3). Revista Jurídica del Perú 42, enero del 2003, pp. 3-17. OSTER-
LING PARODI, Felipe y Mario CASTILLO FREYRE. “Tratado de las obligaciones”.
Para leer el Código Civil, vol. XVI, cuarta parte, tomo XIII, 2003, pp. 1013-1080; “El
deporte y la responsabilidad civil: Responsabilidad civil derivada de actividades
deportivas en general (primera parte)”. Revista Jurídica del Perú 40, noviembre del
2002, pp. 69-80; “El deporte y la responsabilidad civil: Responsabilidad civil deri-
vada de los daños sufridos por un jugador frente a un contendor o competidor
(segunda parte)”. Revista Jurídica del Perú 41, diciembre del 2002, pp. 131-144; “El
deporte y la responsabilidad civil: responsabilidad civil derivada de los espectácu-
los deportivos, respecto de daños sufridos por los espectadores (tercera parte)”.
Revista Jurídica del Perú 42, enero del 2003, pp. 1-18.
27 CHANGARAY SEGURA, Tony Rolando. El fútbol y el derecho penal, 1999.
28 GHERSI SILVA, Enrique. “Cómo controlar a las barras bravas”. Ius et Veritas 13,
Revista de Derecho, noviembre de 1996, pp. 61-69.
29 FERNÁNDEZ FERNÁNDEZ, César Aníbal. “Apuntes sobre el régimen laboral del
futbolista”. Revista Jurídica del Perú 47, junio del 2003, pp. 155-160. ARCE ORTIZ,
Elmer Guillermo. Futbolista profesional y sus derechos laborales, 2005.
DERECHO DEPORTIVO EN EL PERÚ 49

no puede limitarse solo a estos aspectos, pero la realidad teórica ha sido


así, al menos en nuestro medio, lo que implica decir que el derecho depor-
tivo peruano requiere de una urgente acta de nacimiento.

2. Derecho deportivo
2.1 Concepto

La relación entre deporte y derecho es bastante estrecha. Al ser el hombre,


y por ende la sociedad, los principales beneficiarios del deporte, el dere-
cho se constituye como la herramienta reguladora de las actividades
deportivas.
Deporte y derecho. Uno parte de la vida del sujeto, el otro de un sis-
tema que rige la conducta de los hombres; ambos son necesarios, cada
cual según su finalidad. El deporte es, sobre todo y ante todo, una criatu-
ra de la ley; sin derecho el deporte carece de sentido, por cuanto ningu-
na actividad humana está más reglamentada que el deporte.30
El deporte evoluciona con el hombre, con la vida en sí. Es, hoy en día,
uno de los principales rasgos diferenciadores de la sociedad contemporá-
nea;31 y ya se habla de un proceso de deportivización de la colectividad.
Lo importante que ha de tenerse en cuenta cuando buscamos delimitar
conceptualmente su terminología es que:
… el deporte considerado en su vertiente educativa, en su manifestación
a través de la competición, como cauce de expresión y comunicación
corporal, o, en fin, desde la perspectiva lúdico-recreativa, es que se pre-
senta como una acotación de una realidad humana polisémica [Gros y
Verkindt] y diversa, en definitiva como señala Amador, calidoscópica,32

lo que dificulta en extremo su definición y, aún más, su regulación legal.


Tiene una vinculación variada con la salud, la educación, la cultura, el
ocio. Y es que, como realidad cambiante, el deporte ha contagiado a las
propuestas legislativas, sufriendo esa efervescente y permanente meta-
morfosis,33 de lo menor a lo mayor, de lo intrascendente a lo trascenden-
te. Por esas vertientes el deporte se fue delineando.

30 MELO FILHO, Alvaro. Op. cit., p. 4.


31 ESPARTERO CASADO, Julián. Deporte y derecho de asociación (Las federaciones
deportivas). Op. cit., p. 35.
32 Ibídem, p. 35.
33 CABRERA DOMÍNGUEZ, José María. “El papel de la legislación autonómica en la
50 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

2.2 Definición
2.2.1 Deporte

El Diccionario de la lengua española define el término deporte de la si-


guiente manera:
1. m. Actividad física, ejercida como juego o competición, cuya práctica
supone entrenamiento y sujeción a normas. 2. m. Recreación, pasatiem-
po, placer, diversión o ejercicio físico, por lo común al aire libre. por
~. 1. loc. adv. Por gusto, desinteresadamente. U. t. en sent. Irón.34

La doctrina define el deporte como


aquellos ejercicios físicos, practicados individualmente o por equipos, con
ánimo de lucro o sin él, por lo general al aire libre, para lograr un fin de
diversión propia o ajena (profesionalismo) y un desarrollo corporal ar-
mónico, ejercicios sometidos a reglas determinadas, y en que la voluntad
de los particulares puede dar origen a negocios jurídicos válidos.35

La Carta Europea del Deporte dice que este es “todo tipo de activida-
des físicas que, mediante una participación organizada o de otro tipo, ten-
gan por finalidad la expresión o la mejora de la condición física o psíqui-
ca, el desarrollo de las relaciones sociales o el logro de los resultados en
competiciones de todos los niveles”.36
Nuestro ordenamiento jurídico, por su parte, lo define como:
... la actividad física que se promueve como un factor importante para la
recreación, mejora de la salud, renovación y desarrollo de las potenciali-
dades físicas y mentales del ser humano, mediante la participación y sana
competencia en todas sus disciplinas deportivas, recreativas y de educa-
ción física premiando a los que triunfan en una contienda leal, de acuer-
do con sus aptitudes y esfuerzos (artículo 2 de la Ley de Promoción y
Desarrollo del Deporte, Ley 28036. El Peruano, 24 de julio del 2003).

2.2.2 Derecho deportivo

Para Majada el derecho deportivo es el conjunto de normas escritas o con-


suetudinarias que regulan la organización y práctica de los deportes y, en

promoción del deporte”, en DE LA PLATA CABALLERO, Nicolás (dir.). Las leyes del
deporte de la democracia. Bases para una ley del siglo XXI, 2002, p. 130.
34 Diccionario de la lengua española. Tomo 1, 2001, p. 749.
35 MAJADA, Arturo. Naturaleza jurídica del contrato deportivo, 1948, p. 30.
36 Séptima Conferencia de Ministros Europeos Responsables del Deporte. Mayo de
1992.
DERECHO DEPORTIVO EN EL PERÚ 51

general, cuantas cuestiones jurídicas plantea la existencia del deporte co-


mo fenómeno de la vida social.37 Clariá manifiesta que el derecho deporti-
vo se entiende como el conjunto de normas, de derecho público y priva-
do, estatal y no estatal, que regula las relaciones entre las personas jurídi-
cas y físicas que –directa o indirectamente– se vinculan con la actividad
deportiva.38
Ambas definiciones son bastante genéricas, sobre todo la segunda.
Están recargadas de un contenido positivista extremo al limitar a esta rama
a un conjunto de normas (leyes, dispositivos, reglamentos), desconocien-
do que la esencia de todo derecho, y su efectividad para resolver proble-
mas sociales, son sus fuentes, que en el caso del derecho deportivo son
abundantes.
A decir de Frega, “Es la disciplina que se encarga de abordar el fenó-
meno deportivo desde los distintos ámbitos del derecho y a la vez posibi-
lita generar intercambios interdisciplinarios que permiten analizar con
mayor amplitud y riqueza científica todas las manifestaciones del objeto de
estudio: el deporte”.39 Para Gil Domínguez, “El derecho del deporte es la
disciplina que se encarga de abordar al fenómeno deportivo desde las dis-
tintas vertientes del derecho...”.40
Las definiciones rescatan el fenómeno deportivo en el sentido de que
el deporte es una forma de vida, una conducta, un quehacer cotidiano de
la persona mediante el que se desenvuelve en sociedad, consigo mismo y
con los demás. Esta forma de vida genera toda una industria a su alrede-
dor, que la hace más llamativa por sus ingresos y por la diversidad de
medios que utiliza para captar espectadores, lo cual es reconocido, abor-
dado y normado por el derecho.
Para Melo Filho41 el derecho deportivo se configura como una rama ju-
rídica catalizadora de expectativas y experiencias sociales, políticas, educa-
cionales y económicas en el plano deportivo, compatibilizándolas con un

37 MAJADA, Arturo. Op cit., p. 38.


38 CLARIÁ, José Octavio. “La actualidad del derecho deportivo” [en línea]. Suplemento
de derecho deportivo. ElDial.com. Diario jurídico argentino en internet, 13 de julio
del 2006. <http://www.eldial.com/suplementos/deportivo>.
39 FREGA NAVIA, Ricardo. Contrato de trabajo deportivo, Buenos Aires, s.e., 1999, p.
10, citado por CÁRDENAS CASTRO, Felipe. Importancia de la existencia del con-
trato de trabajo de los deportistas profesionales en el régimen laboral colombiano,
2003, p. 7.
40 GIL DOMÍNGUEZ, Andrés. Op. cit., p. 213.
41 MELO FILHO, Alvaro. Direito desportivo: Aspectos teóricos e prácticos, 2006, p. 1.
52 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

ius singulari que condensa normas de organización, normas de conducta,


normas substantivas y normas procesales, a fin de albergar hechos, falen-
cias, especificaciones y relaciones jurídico-deportivas. El autor brasileño
plasma en su definición la autonomía jurídica y su especialidad.
Diríamos que el derecho deportivo es una rama especial del derecho
que regula la actividad generada por las conductas y los vínculos entre
todos los actores del deporte. Asimismo, protege jurídicamente al ser
humano y sus relaciones con la práctica y las técnicas deportivas, estable-
ciendo reglas aplicables al desarrollo de esta importante disciplina, con el
fin de lograr los beneficios para la persona y la sociedad.

2.3 Surgimiento

Resulta obvio decir que el derecho deportivo no surge en el mismo instan-


te de la actividad deportiva sino mucho más tarde. Es como consecuencia
del desarrollo del deporte, de su avance y su práctica, que se van fraguan-
do las leyes deportivas. Como conducta humana y modo de desarrollarse de
la persona el deporte exige una regulación jurídica, la que se ha visto refle-
jada no solo en leyes sino, fundamentalmente, en teorías, principios y crite-
rios jurisprudenciales. En esta línea, Gamero Casado indica que:
... el común de la doctrina cifra el nacimiento del derecho deportivo pro-
piamente dicho con la instauración del movimiento olímpico por el barón
Pierre de Coubertin a finales del siglo XIX, tras la extensión de la moda
de practicar sport en Inglaterra. De Coubertin tuvo un papel decisivo en
el surgimiento del olimpismo moderno, cuando en el Congreso Atlético
Internacional de París, el 23 de julio de 1894, creó el Comité Olímpico
Internacional. Con anterioridad a esa fecha, según la posición doctrinal
mayoritaria, podemos hablar de antecedentes históricos del derecho de-
portivo, pero no de un derecho deportivo propiamente dicho.42

Esto es discutible, tomando en cuenta que el derecho, sea cual fuere, no


es solo normas o instituciones sino fundamentalmente conductas regula-
das. En todo caso, creemos que con De Coubertin, más que el derecho
deportivo, surge el derecho olímpico.
Liminarmente, el propósito del derecho deportivo fue evitar la violencia
en el deporte, en todo caso canalizarla y evitar los abusos en las compe-

42 GAMERO CASADO, Eduardo. “La erradicación de la violencia como idea-fuerza en


la evolución histórica del derecho deportivo” [en línea]. <http://www.cafyd.com/
HistDeporte/htm/pdf/3-0.pdf> (18 de junio del 2006).
DERECHO DEPORTIVO EN EL PERÚ 53

tencias. Exigía el cumplimiento de las reglas, el juego limpio, el fair play.


Con esta idea, nuevamente, Gamero Casado alega:
… la Historia –y la prehistoria– del Derecho deportivo está transida
por el propósito de erradicar la violencia de las confrontaciones agonís-
ticas. La práctica deportiva supone, en efecto, una domesticación de los
impulsos humanos más brutales que reconduce una agresividad de
carácter primitivo hacia manifestaciones refinadas de esfuerzo y habili-
dad, contribuyendo a liberar tensiones sin propósito de dañar al con-
tendiente. El deporte es concebido por ello (...) como una forma cultu-
ralmente ritualizada de combate, que encuentra su origen en la lucha,
pero produce un efecto benéfico en razón de sus postulados de noble-
za y caballerosidad.43

Por estos días, tanto la autonomía del derecho deportivo como sus
objetivos están orientados al impulso del deporte como empresa, como un
medio efectivo de lograr el máximo desarrollo de la persona o del team
del cual forma parte, demanda la existencia de normas legales adecuadas
dictadas por cada país, teniendo en cuenta las reglamentaciones interna-
cionales y oficiales.

2.4 Denominación

Esta área del derecho ha merecido una variedad de denominaciones: dere-


cho deportivo, derecho del deporte, legislación deportiva, derecho del
atleta. En el derecho comparado se le conoce como ‘derecho del deporte’
o ‘deportivo’ en Brasil y Portugal; ‘ley del deporte’ en el sistema anglo-
sajón, como en Estados Unidos e Inglaterra; ‘derecho del deporte’ en
Francia y en Cataluña; Sportrecht en Alemania; entre otros.
La expresión ‘derecho deportivo’ (droit sportif) fue empleada en algu-
nas obras francesas aparecidas a partir de 1934, y en 1940 comenzó a pu-
blicarse en Roma bajo el título de Il diritto sportivo.44
Para algunos sectores, el deporte forma parte del derecho al entre-
tenimiento, que está compuesto por aquellas actividades vinculadas con la
distracción, como el cine, la radio, la televisión, la música, la lectura y los
espectáculos públicos, que son tomadas como pasatiempo y recreo por las
personas.

43 GAMERO CASADO, Eduardo. Op. cit.


44 MAJADA, Arturo. Op. cit., p. 37.
54 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

No podemos decir que la denominación derecho deportivo es unánime,


pero sí es la más usada y representa de una mejor manera su contenido y
finalidad, por lo que terminamos haciéndola nuestra. Es importante tener en
cuenta que el derecho deportivo no puede ser considerado denominativa-
mente como derecho olímpico, pues este último es parte del primero.

2.5 Características

Baldo Kresalja considera con certeza que “El mundo del deporte es una
realidad compleja, a caballo entre lo público y lo privado, entre la auto-
nomía y la sumisión a normas jurídicas, entre el esfuerzo físico y el tem-
ple moral, entre las rígidas reglas del juego y el ejercicio placentero, entre
la innovación y el riesgo de las nuevas especialidades y el arraigo popular
de las tradicionales”.45
De estas notas podemos concluir que el derecho deportivo se diferen-
cia de otras ramas del derecho, por ser:
• Mixto.- Contiene normas de derecho público y privado, sustantivas y
adjetivas, administrativas, penales y éticas. La problemática del dere-
cho deportivo y las soluciones que se proponen envuelven práctica-
mente a todas las ramas del derecho. Es, palmariamente, un derecho
mixto o social, pues tiene de público y privado, un derecho ubicuo
que no cabe incluirlo con exactitud dentro de uno o de otro.46
• Dinámico.- La realidad deportiva es cambiante, por lo que requiere
que este tipo de derecho se adecue, se transforme a la par de la rea-
lidad.
• Objetivo. El sustento de esta disciplina se halla en el derecho escri-
to. La actividad deportiva, ya sea en su sustrato fisiológico o patoló-
gico, encuentra su regulación y solución en el sistema jurídico.
Como se dice, el deporte necesita de un ordenamiento legal que
ordene su funcionamiento, entendido este como el conjunto de nor-
mas y principios que regulan el mundo del deporte en sus variadas
manifestaciones.47

45 KRESALJA, Baldo. “Las próximas batallas. El universo deportivo”. La República.


Lima, 25 de octubre del 2006, p. 17.
46 LYRA FILHO, João. Op. cit., p. 110.
47 GOMEZ-ANGULO RODRÍGUEZ, Juan Antonio. “El impulso del deporte español a
través de la actuación de las administraciones públicas”, en DE LA PLATA CABA-
LLERO, Nicolás (dir.). Las leyes del deporte de la democracia: Bases para una ley
del siglo XXI, 2002, p. 78.
DERECHO DEPORTIVO EN EL PERÚ 55

• Imperativo.- En el ámbito extrapatrimonial, al proteger bienes jurídi-


cos como la vida, la dignidad, la salud, y la integridad del ser huma-
no, sus normas son imperativas, no dispositivas. En el ámbito patri-
monial subyace la protección de los bienes que pertenecen al Estado
o a terceros, por lo que no se puede pactar en contra del régimen
normativo, pues se estaría afectándolos.

2.6 Ámbito

La legislación regula la disciplina deportiva en lo referente a los derechos


y obligaciones que les asisten a los deportistas, espectadores, organizado-
res, patrocinadores, jueces, en general a todos sus actores; así como el
quebrantamiento de las reglas de juego; la imputabilidad de los daños oca-
sionados en la práctica deportiva, entre otras. Tales situaciones son tra-
tadas de manera especial por el derecho deportivo, tomando en cuenta
que el deporte no es un fin sino un medio para el desarrollo del ser hu-
mano y de la sociedad.
De esta forma, el derecho deportivo cuenta con un rico contenido y
áreas de desarrollo profesional. Su ámbito se forja en el asesoramiento de
instituciones deportivas, deportistas profesionales, técnicos y agentes de la
Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA), contratos de patroci-
nio, transferencias de jugadores, instrumentación y puesta en marcha de
sistemas de gerenciamiento de instituciones deportivas, diseño y negocia-
ción de acuerdos de colaboración entre entidades deportivas, negociación
de contratos de trabajo deportivo, explotación del derecho a la imagen,
defensa de los derechos de los deportistas menores de edad, métodos
alternativos de solución de conflictos, medidas para restringir las prácticas
ilícitas de ambush marketing, entre otras actividades.
La asesoría legal deportiva es cada vez más solicitada. El gran negocio
que genera el deporte profesional, sumado al tecnicismo de los contratos,
exige contar con una orientación individualizada, que proteja los intereses
personales, sociales y económicos de la persona. Asimismo, las inversio-
nes en el patrocinio del deporte postulan una exigencia en la toma deci-
siones estratégicas. Por ejemplo, los grandes eventos deportivos (Campeo-
nato Mundial de Fútbol, Juegos Olímpicos) son una vitrina para los patro-
cinadores, que invierten ingentes cantidades de dinero a cambio de los
derechos que incluyen la exclusividad en su sector.
El siguiente cuadro nos presenta, grosso modo, el ámbito del derecho
deportivo:
56 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

Derecho deportivo peruano


Ámbito

Conformación del sistema Organizaciones


Regulación pública
deportivo nacional deportivas

• Instituto Peruano del Deporte • Instituto Peruano del Deporte • Clubes deportivos
• Gobiernos regionales y locales • Comité Olímpico Peruano • Ligas
• Organizaciones deportivas • Comisión Nacional Antidopaje • Federaciones deportivas
• Universidades • Consejo Superior de Justicia nacionales y especiales
• Institutos superiores Deportiva y Honores del • Agentes deportivos
• Fuerzas Armadas y Policía Deporte • Deportistas profesionales
• Centros educativos • Centros de alto rendimiento y
• Centros laborales no profesionales
• Comunidades campesinas y
nativas.

Actores Solución de disputas Derechos


• Deportistas • Clasificación de disputas • Dignidad
• Espectadores - Técnicas • Libertad
• Directores - Administrativas • Salud
• Dirigentes - Disciplinarias • Integridad
• Agentes • Financieras • Actos de libre disposición
• Patrocinadores • Justicia deportiva • Intimidad
• Técnicos • Instrumentos para la resolución • Imagen
• Entrenadores de disputas • Voz
• Jueces • Arbitraje • Honor
• Árbitros • Conciliación • Identidad
• Organizadores • Igualdad
• Espónsores • Discriminación
• Clubes • Publicidad
• Federaciones • Licencia
• Ligas
• Medios de comunicación

Responsabilidad Impuestos Regulación privada

• Responsabilidad civil, penal y • Clubes profesionales • Asociacionismo deportivo:


administrativa • Impuesto directo Clubes, Ligas
• Violencia entre jugadores • Principios para el control • Federaciones deportivas
• Barras bravas económico de los clubes • Sociedades anónimas
• Fiscalidad y exoneraciones deportivas

Laboral Comercio y mercado Dopaje


• Estado del deportista • Venta de derechos de exclu- • Control de las actividades
• Contrato de trabajo deportivo sividad de los jugadores
• Deporte y libertad de asocia- • Marcas • Medidas disciplinarias
ción • Derecho de competencia
• Derecho de huelga • Patrocinio
• Derecho de sindicalización • Mercaderías
• Derecho a la negociación • Esponzorización
colectiva • Merchandising
• Transferencia de jugadores • Mecenazgo
• Convenio de colaboración

Seguridad social

• Pensiones
DERECHO DEPORTIVO EN EL PERÚ 57

2.7 Actores
La Convención contra el Dopaje en el Deporte48 (2005) refiere que el
deportista es quien participa en un deporte en el ámbito nacional o inter-
nacional o aquel que realiza un deporte aun en nivel inferior aceptado por
los Estados parte. Respecto a los programas de enseñanza y formación, un
deportista es la persona que participa en un deporte bajo la autoridad de
una organización deportiva.
Sin embargo, las personas que forman parte del deporte son muy varia-
das, no pudiendo limitar la actuación del derecho deportivo exclusiva-
mente en lo que se refiere a los deportistas, en la medida en que para
lograr un entrenamiento efectivo, el éxito de un partido o batir una marca
se requiere de todo un equipo compuesto por diversos profesionales, téc-
nicos y jueces que velen por el cumplimiento de las reglas y, también, de
los espectadores.
Cada quien con sus correspondientes atribuciones, compromisos y obli-
gaciones. Son actores aquellos que hacen posible el deporte, sea con una
participación activa, fiscalizadora, ordenadora o en calidad de espectadores.

Actores Concepto

Deportistas Son los que someten su actividad a las reglas del juego. El deportis-
ta puede ser:
• Profesional, aquel que se dedica voluntariamente a la práctica de
un deporte bajo la dirección de una organización deportiva a cam-
bio de una retribución.
• Amateur, quien practica el deporte por puro gusto y satisfacción,
sin recibir retribución alguna. Se realiza sobre todo como parte del
entretenimiento.

Institución deportiva Persona jurídica que tiene como fin organizar, administrar y ordenar
la práctica o difusión de un deporte determinado.

Espectadores Son aquellas personas que asisten a ver la realización de una activi-
dad deportiva. En las competencias hay normalmente más especta-
dores que jugadores. En este caso el deporte es un espectáculo, y
como tal una realidad que va en aumento. En los torneos mundiales
como las Olimpíadas, los campeonatos de fútbol y de tenis, entre
otros, el número de espectadores se ha incrementado notablemente,
gracias al avance tecnológico de los medios de comunicación.

48 Unesco. Art. 2. Tercera sesión de la reunión intergubernamental de expertos sobre


el anteproyecto de Convención Internacional contra el Dopaje en el Deporte. París,
Sede de la Unesco, 10-15 de enero del 2005 [en línea]. <http://unesdoc.unesco.org/
images/0013/001379/137927s.pdf>.
58 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

Actores Concepto

Directores Más conocidos como dirigentes, son aquellos que tienen a su


cargo la conducción de una institución deportiva y de establecer
las políticas de desarrollo de esta.

Agentes También llamados representantes de los deportistas, se encar-


gan de intermediar en las negociaciones y velar por el cumpli-
miento de los acuerdos entre los deportistas y las instituciones
que los contratan, deslindando la labor administrativa de la
labor deportiva.

Patrocinadores Conocidos también como espónsores, son personas o entida-


des, sobre todo empresas, que financian las actividades depor-
tivas a través de la promoción de sus marcas.

Entrenadores Técnicos especializados en la preparación física, encargados


de fijar el tipo de ejercicios para un mayor rendimiento de los
deportistas.

Jueces o árbitros Encargados de velar por el cumplimiento de las normas duran-


te la realización de un torneo deportivo.

Clubes Instituciones que reúnen a deportistas, socios, dirigentes,


padres de familia y aficionados, para la práctica de una o más
disciplinas deportivas. Son las organizaciones de base del
deporte afiliado.

Ligas Entidades que velan por la actividad recreativa, deportiva y


administrativa de sus afiliados. Pueden ser de categoría distri-
tal, provincial, departamental o regional:
• Liga distrital, constituida por tres clubes.
• Liga provincial, integrada por tres ligas distritales.
• Liga departamental o regional, compuesta por tres ligas
provinciales.

Federaciones Órganos rectores de cada disciplina deportiva correspondiente


al ámbito nacional. Están formadas como asociaciones civiles
sin fines de lucro, se rigen por sus estatutos, la legislación y las
normas internacionales aplicables. Sus organismos de base
son las ligas departamentales, regionales, distritales, provin-
ciales o los clubes. Se gobiernan a través de la Asamblea de
Bases y el directorio.

Medios de comunicación Tienen una función importante en el deporte, tomando en cuen-


ta que son más los televidentes, radioescuchas y lectores que si-
guen las actividades deportivas que los espectadores directos.
DERECHO DEPORTIVO EN EL PERÚ 59

3. Fair play

Juego transparente, ética deportiva, competencia justa, cumplimiento de


las reglas, eso es el fair play.49
Es la realización de la actividad deportiva en forma digna, sin perjudicar
los intereses ajenos, actuando con la mayor rectitud y probidad, con un
comportamiento adecuado y esperado. Bajo estos lineamientos, el depor-
te debe ser realizado honradamente, sin dañar a la otra parte, “presupone
justicia, igualdad, lealtad, honestidad, aceptación y respeto al adversario y
por las diferencias de cada uno, entre otros valores morales”.50 Se presen-
ta como una responsabilidad individual y grupal que debe ser asumida de
manera integral, tanto por el atleta como por su equipo, así como por los
entrenadores, organizadores, dirigentes, agentes deportivos, médicos, árbi-
tros, espectadores, comunicadores; vale decir por todas aquellas personas
que están vinculadas, directa o indirectamente, con la actividad deportiva;
todos y cada uno de ellos deben lograr una justa equitativa, lo que va más
allá de la decisión de los jugadores, pues depende de la convicción de
estos respetar las reglas de juego. Esta es la función del deporte educati-
vo, buscar la compenetración integral desde la etapa escolar, enseñando
valores en el juego, como la honestidad, el fair play y la autoconfianza.51
En su contenido vemos que el fair play implica nada menos que buena
fe, una conducta recta, transparente y leal, un actuar noble y sincero, que
inspire confianza en el acto deportivo. En razón de ello, podemos decir que
así como la buena fe es la piedra angular del derecho, en base a la cual se
interpreta el acto jurídico (artículo 168 del Código Civil), se negocian, cele-
bran y ejecutan los contratos (artículo 1362 del Código Civil), el fair play es
la esencia del acto deportivo que permite su ejecución y efectos como me-
dio de realización de las personas y liberación de tensiones de la sociedad.
El derecho deportivo lo consagra como un principio elemental.

49 VARSI ROSPIGLIOSI, Enrique. “Fair play. El juego limpio y la incertidumbre de


nuestro derecho” [en línea]. <http://www.iusport.es> (7 de agosto del 2006).
También en Legal Express. Año 6, núm, 67, Julio del 2006, p. 19, con el título “El
juego limpio y la incertidumbre de nuestro derecho”.
50 CARVALHO, Ana Celeste. “O contributo das organizações nacionais e internacio-
nais na promoção da ética desportiva e do fair play. A importancia da educação
para a ética — o olimpismo”, en AA. VV. O desporto e o direito (prevenir, discipli-
nar, punir), 2001, p. 17.
51 CIPRIANI THORNE, Javier. “El deporte escolar en la educación”. El Comercio. Lima,
22 de julio del 2006, p. A.5.
60 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

Las prácticas antideportivas como el doping, la violencia física o verbal,


el soborno, la comercialización exacerbada y la discriminación, entre otras,
son contrarias al fair play. Sin duda, la mayor amenaza para este es el celo
excesivo por la victoria, el tratar de conseguirla a toda costa, sin tomar en
cuenta el medio sino solo el resultado positivo, lo que desdice de la prác-
tica competitiva. Esto ha traído como consecuencia una política de difusión
y consolidación de la institución del fair play en los ámbitos nacional e
internacional. Ahora bien, más que un simple término, el fair play es una
“institución” de contenido moral, ético, disciplinario, en gran medida
deontológico; muchos de sus actos tienen una penalización expresa esta-
blecida en cada uno de los reglamentos deportivos, es decir hay un dere-
cho formal que lo regula y penaliza. Hay también conductas contrarias al
juego limpio que deben ser materia de amonestaciones pero que carecen
de tipicidad. En estos casos, y con el fin de lograr una justa deportiva, el
criterio discrecional del árbitro o juez es esencial a fin de reprimir la con-
ducta desleal. Es lógico que para evitar abusos y no caer en el autoritaris-
mo en las calificaciones de las conductas contrarias al fair play se requiere
de un análisis cuidadoso. Toda conducta contraria al reglamento debe ser
castigada, por lo que el fair play es sancionado de manera formal por árbi-
tros o jueces, e informalmente por los mecanismos sociales, tales como el
ostracismo, la mala reputación, el chisme, la crítica abierta y los insultos y
silbidos desde las tribunas.
Nuestra Ley del Deporte, Ley 28036 (El Peruano, 24 de julio del 2003),
trata el fair play tangencialmente al momento de desarrollar los principios
fundamentales que inspiran esta normatividad: garantiza a las personas las
condiciones de acceso a las disciplinas deportivas sin distinción o discri-
minación alguna (artículo 1, inc. 5); contribuir al cultivo de valores éticos
y morales del deportista (artículo 1, inc. 12); el deporte es una actividad
física que busca una sana competencia premiando a los que triunfan en
una contienda leal (artículo 2); el deportista es aquel que mantiene una
conducta ejemplar acorde con la filosofía del deporte (artículo 62). Sin
embargo, la antigua Ley del Deporte, Ley 27159 (El Peruano, 27 de julio
de 1999), fue más clara, considerando en su preámbulo que “El deporte
promueve el sano espíritu de competencia y premia a los que triunfan en
una contienda leal, de acuerdo con sus aptitudes y esfuerzos, ajenos a fac-
tores extradeportivos”; además, decía que “el deporte no se limita a su fun-
ción formativa e integradora. Cumple también un papel vital en el fortale-
cimiento de la mentalidad del hombre, al inculcarle el deseo de supera-
ción, de querer mejorar trabajando, teniendo como norte la victoria lim-
DERECHO DEPORTIVO EN EL PERÚ 61

pia”. En definitiva, la ley derogada se inspiró en una amistosa cultura del


triunfo, al menos en su nota introductoria.
En el ámbito internacional, la Carta Olímpica busca difundir el fair play
a través de los términos: respeto mutuo, comprensión recíproca, amistad,
un mundo mejor y más pacífico, tratamiento igualitario. Coubertin nunca
consideró los Juegos Olímpicos como un fin en sí. Él veía los Juegos
Olímpicos como “una fiesta de la alegría de vivir y de la competencia pací-
fica y al mismo tiempo un medio muy eficaz para lograr el entendimiento
entre los pueblos”.52
El fútbol y el fair play tienen una estrecha relación, no por algo la
FIFA53 ha dictado diez reglas que buscan su regulación:

1. Juega limpio.
2. Juega a ganar, pero acepta la derrota con dignidad.
3. Acata las reglas de juego.
4. Respeta a los adversarios, a los compañeros, a los árbitros, a los ofi-
ciales y a los espectadores.
5. Promueve los intereses del fútbol.
6. Honra a quienes defienden la buena reputación del fútbol.
7. Rechaza la corrupción, las drogas, el racismo, la violencia, las apues-
tas y otros males que representan una amenaza para nuestro deporte.
8. Ayuda a otros a no ceder ante instigaciones de corrupción.
9. Denuncia a quienes intentan desacreditar nuestro deporte.
10.Utiliza el fútbol para mejorar el mundo.

Estas reglas se han ido desarrollando desde el primer Campeonato


Mundial de Fútbol, ante los excesos de los jugadores, en los que los perua-
nos no hemos sido ajenos, como relata la historia.54
Cabe la referencia de que estas pautas puestas en práctica por la FIFA
pueden aplicarse perfectamente –por analogía– a otros deportes, en la

52 CHÖBEL, Heinz. Olimpia y sus juegos, 1968, p. 114.


53 Federación Internacional de Fútbol Asociado [en línea]. <http://www.fifa.com/
es/fairplay/fairplay> (21 de julio del 2006).
54 El primer jugador expulsado de un Mundial fue el peruano Plácido Galindo, cuan-
do la selección nacional perdía frente a la de Rumania por 3 a 1, durante el pri-
mer Campeonato Mundial de Fútbol, realizado en Uruguay en 1930 [en línea].
<http://www.contrapie.com> (21 de julio del 2006).
62 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

medida que corresponda, tomando en consideración que hasta que no


logremos normar el fair play es necesario tener presente el deseo de paz,
amistad y respeto mutuo.
En el reciente Campeonato Mundial de Fútbol, realizado en Alemania
el 2006, el fair play generó una gran polémica por el hecho de que la FIFA
eligió a Zidane como el mejor jugador del torneo mundial, a pesar de
haber agredido a su colega italiano Materazzi con un violento cabezazo.
Un ejemplo contrario a la ética deportiva fue el partido realizado en
Nüremberg, en los octavos de final del mismo certamen, entre Portugal y
Holanda, en el que el árbitro debió mostrar 20 tarjetas: 16 amarillas y cua-
tro rojas. Además, la selección de Portugal se constituyó en el equipo que
recibió el mayor número de tarjetas: 21 amarillas y dos rojas. Fue un tor-
neo deslucido, con actitudes adversas al fair play.
Cabe mencionar que en los campeonatos mundiales de Brasil 1950 y
México 1970 no fue expulsado ningún jugador, y los partidos terminaron
siempre con los 22 jugadores.
Es importante destacar el hecho de que en el Mundial del 2006 las
selecciones de Brasil y España fueron merecedoras del premio fair play
por su comportamiento inmejorable. Esfuerzo, conducta, victoria; eso es el
deporte, una actividad en la que los contendores disputan por un trofeo,
promoviendo al mismo tiempo la integración de las personas y de los pue-
blos. El derecho deportivo así lo entiende.

4. Fuentes del derecho deportivo

El derecho deportivo es una rama especial del derecho por varias razones:
i) regula el deporte, que es un fenómeno social y como empresa puede
obtener grandes ganancias e innumerables compromisos; ii) tiene como
elemento de regulación el deporte que, con su variedad y diversidad de
disciplinas, exige una regulación y solución típica a sus problemas; iii) su
núcleo se ordena sobre la base del derecho disciplinar, del derecho con-
suetudinario y del derecho estatutario;55 iv) es un derecho con una nor-
matividad peculiar, que debe ser entendida sobre la base de las fuentes del
derecho deportivo, propias y especiales. Para entendernos mejor presen-
temos las fuentes del derecho deportivo.

55 LYRA FILHO, João. Op. cit., p. 104.


DERECHO DEPORTIVO EN EL PERÚ 63

4.1 La ley

Como menciona Acosta:


... las primeras normas jurídicas han nacido espontáneamente del movi-
miento deportivo y han ido decantando su formación y estabilidad des-
de finales del siglo XIX hasta nuestros días. Pero a su vez el Estado, en
uso de la soberanía que viene establecida en la norma de máxima jerar-
quía de cada país, también ha considerado la necesidad de regular la
práctica y promoción del deporte. No son desconocidas a este respecto
las diversas leyes que, sobre deporte, se han dictado en todos los paí-
ses, con los más diversos sistemas políticos. Así, ha habido leyes del de-
porte dentro del Estado liberal, dentro de los estados totalitarios, y den-
tro de los estados socialdemocráticos la práctica deportiva actual se rige
por estos dos conjuntos normativos, el primero establecido por el pro-
pio movimiento deportivo, el segundo creado por el Poder Legislativo
de cada país.56

Ello es cierto, por lo que ateniéndonos a los aspectos meramente for-


males, el deporte es una materia que no tiene distinción de regímenes polí-
ticos, tanto en el régimen autocrático como en el democrático, la actividad
deportiva está normativizada.57
Existe todo un conjunto normativo que regula el derecho deportivo en
el Perú. Hay normas generales y normas especiales; las primeras estable-
cen los fundamentos esenciales, mientras que las segundas regulan de
manera específica las relaciones humanas de orden deportivo.
Se discute, en el derecho comparado, cuál es el conjunto de normas
que prima en materia deportiva: las emanadas de la praxis o las que dicta
el Estado. Si bien el aforismo latino reza que Lex specialis derogat lex gene-
ralis, debe tenerse en cuenta por principio constitucional que la ley es
obligatoria desde el día siguiente de su publicación en el diario oficial,
salvo que establezca la postergación de su vigencia (vacatio legis).58 Es
más, para referirnos a una norma con carácter imperativo, esta debe ema-
nar de un ente con facultades legislativas (por antonomasia el Poder
Legislativo). No podemos referirnos stricto sensu que la praxis se asimile a
la ley, en todo caso debemos reconocer que se trata de los llamados usos

56 ACOSTA, Gerardo. “La prohibición de recurrir a la justicia ordinaria y los mecanis-


mos alternativos de resolución de conflictos deportivos” [en línea]. Suplemento de
Derecho Deportivo, 14 de marzo del 2006. <http://.www.eldial.com>.
57 DE LA PLATA CABALLERO, Nicolás (dir.). Op. cit., p. 49.
58 Artículo 109 de la Constitución Política del Perú, 1993.
64 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

y costumbres, que termina siendo otra fuente del derecho, que tiene tras-
cendencia en el deporte, como se estudiará.
Hay una fuente normativa estatal y una fuente normativa privada. La
primera derivada del Estado, la segunda de las asociaciones. Ambas son
importantes, ya sea en el criterio de la política por seguirse como en la
casuística y necesidades de cada deporte que solo sus integrantes cono-
cen. La legislación del deporte es frondosa y dispersa, merece una organi-
cidad para los fines prácticos que la propia institución exige.
Las normas del derecho deportivo tienen las siguientes características:
son de orden público, de interés social, consagran la preservación del
derecho a la salud y la realización de la persona, y la casuística es tratada
de acuerdo con cada práctica deportiva.
Debe respetarse el orden jerárquico de las disposiciones normativas, in-
dependientemente de que cada disciplina deportiva tenga su estatuto o re-
glamento, el que debe estar acorde con la legislación vigente o con los
principios del derecho que luego se tratarán.

4.2 La costumbre

Los tipos de costumbre son tres: praeter legem, que rige una situación no
contemplada por la ley, su fin es colmar vacíos; contra legem, cuando la
costumbre sobrepasa la norma escrita, llegando a derogarla por desuso; y,
secumdum legem, norma consuetudinaria que deriva su vigencia de una
disposición de la ley: esta remite la solución a la costumbre.
Independientemente de que la práctica deportiva sea competitiva o no,
esta es llevada a cabo bajo reglas que son de aceptación cuasi universal,
siendo autosuficientes tanto para la práctica privada como para la compe-
tencia ordenada por las federaciones nacionales.59 Estas reglas de juego
son las que determinan quién es el ganador y quién el perdedor; han sido
adquiridas y perfeccionadas por el tiempo de modo que el carácter con-
suetudinario configura un matiz por demás importante en la normatividad
deportiva. Cierto, la costumbre en las relaciones deportivas es fuente de
derecho, en el entendido de que sus usos y prácticas deben ser tenidos en
cuenta en el momento de premiar al ganador, resolver un conflicto de inte-
reses, y más aún tratándose de un derecho nuevo, que está en proceso de
surgimiento y que debe ir alimentándose del quehacer y de las vivencias

59 KRESALJA, Baldo. “Gestión y justicia deportiva”. La República. Lima, 15 de octubre


del 2006, p. 17.
DERECHO DEPORTIVO EN EL PERÚ 65

diarias de sus actores. La costumbre en el aspecto deportivo, a decir de


Lyra,60 es un derecho creado por las masas, a diferencia de la ley, que es
un derecho creado por las élites.
La exposición de motivos del proyecto de reforma del Código Civil61
manifiesta que:
… La costumbre es una fuente del Derecho con la cual trabajamos coti-
dianamente en el Perú. Sin embargo, una corriente ideológica propia del
siglo XIX la hizo postergar al punto de que, en muchos ámbitos jurídi-
cos, se considera que ella no forma parte de nuestro Derecho. La decla-
ración del inciso 2) [del artículo I del Título Preliminar] es una revalori-
zación de la costumbre, en línea con la referencia al Derecho consue-
tudinario que ha realizado el artículo 139º inciso 8) de la Constitución.

En el derecho deportivo la costumbre ha jugado un papel importante


en razón de que está en proceso de normativización, de tecnificación. Es
en este orden de ideas que, a falta de norma legal expresa, puede acep-
tarse la aplicación de la costumbre, como ha venido sucediendo en mate-
ria deportiva. Como dice Lyra Filho, los profesionales del derecho, los
magistrados o los árbitros, “tienen que descender al submundo de las cos-
tumbres populares y de la convivencia de los pueblos, de cuya capacidad
creadora el derecho deportivo es uno de los más bellos ejemplos”.62

4.3 Los principios generales del derecho

El deporte como institución y cada una de sus disciplinas cuentan con re-
glas propias, que le permiten su recta realización. Estas normas reglamen-
tarias son aplicables en forma general. La universalidad es lo que rige la
esencia de cada disciplina deportiva en el claro entendido de que el depor-
te no es privativo de un país, sino, por el contrario, el derecho deportivo
se rige de conformidad con los principios internacionales codificados63 y
por los principios generales que ha ido creando. Estos principios, espe-
ciales y generales, infieren en una materia compleja, dinámica y cambian-
te, cuya característica es la cada vez mayor profesionalización de la activi-
dad deportiva en todas sus disciplinas.

60 LYRA FILHO, João. Op. cit., p. 97.


61 Exposición de motivos del anteproyecto de enmiendas al Código Civil de 1984, en
una de sus primeras versiones (2005).
62 LYRA FILHO, João. Op. cit., p. 98.
63 Ibídem, p. 101.
66 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

Entre los principios generales del derecho deportivo están los siguientes:

• Reconocimiento, protección y promoción del deporte como derecho


colectivo.
• Promoción estatal.
• No discriminación.
• Tutela eficaz, necesaria y proporcional.
• Función social del deporte.
• Sujeción a disposiciones internacionales y nacionales.
• Autorreglamentación.
• Fair play.
• Espíritu y moral deportiva.
• Ley de la ventaja.
• Libertad de asociación.

Alvaro Melo64 refiere la existencia de diez principios que inspiran la le-


gislación deportiva, haciéndola práctica y optimizando su aplicación: uni-
versalidad, autonomía deportiva, descentralización, reconocimiento del
olimpismo, pluralidad de la actividad deportiva, protección de la justicia
deportiva, transparencia de la gestión deportiva, estímulo de la práctica
deportiva, diferenciación deportiva e inclusión social del deporte.
En alguna medida es preciso diferenciar los principios que rigen la le-
gislación deportiva de los que inspiran la doctrina del deporte. Los prime-
ros tienden a la practicidad, los segundos a la concreción de un pensa-
miento uniforme y lógico del deporte como fenómeno social.

4.4 La jurisprudencia

Debemos partir del hecho de que en un inicio la solución de conflictos en


materia deportiva se da en los tribunales administrativos, siendo pocas las
causas que llegan a los tribunales judiciales.
No obstante ello, es importante tomar en cuenta que mediante las reso-
luciones expedidas por los operadores jurídicos se van delimitando los cri-
terios para la solución de los conflictos que se suscitan en materia depor-
tiva. La disciplina del derecho deportivo es incipiente en nuestro medio,
estamos en un proceso de aprendizaje no solo por parte de los magistra-
dos, sino de todos los operadores jurídicos.

64 MELO FILHO, Alvaro. Direito desportivo: Aspectos teóricos e prácticos. Op. cit., pp.
89-92.
DERECHO DEPORTIVO EN EL PERÚ 67

Las líneas directrices para la solución del conflicto de intereses o incer-


tidumbre jurídica serán dadas por la jurisprudencia, teniendo como base la
legislación y la teoría general.

4.5 La doctrina

En este caso, como bien hemos indicado, en el Perú adolecemos de una


inopia en teoría deportiva, la doctrina jurídica es nula, a diferencia de lo
que ocurre en otros países. Esto limita la consagración de principios y de
la trascendencia de criterios jurisprudenciales. La doctrina que se aplica a
la práctica y las consecuencias deportivas es la general, por analogía con
aquellos derechos que le son compatibles pero que, dada la especialidad
de este derecho, la solución real que aportan no es la más técnica del caso.
Las fuentes del derecho deportivo no son muy distintas de las de otros
derechos. Quizá se asemeje a las del derecho comercial en el sentir de que
los usos y costumbres tienen un rol protagónico, pero a la vez presta espe-
cial atención a sus propios principios generales. En estos está la diferencia
y, qué duda cabe, el éxito para la real solución de los conflictos y estruc-
tura de su futura legislación.
La referencia sucinta a las fuentes del derecho deportivo nos debe per-
mitir un entendimiento real de la relación del deporte con el derecho, de
la actividad física y sus derivaciones con la vida social. Su presencia en la
actividad del hombre es una realidad constante que merece “su” trata-
miento, trascendencia, concreción. Con este presupuesto el deporte, como
escribe Lyra,65 deberá sobrevivir, ser superior, supremo, soberano, fiel a su
propio destino y apenas sumiso “a sí mismo”, esto es, a los preceptos de
la moral deportiva y a las reglas del derecho deportivo.

5. Autonomía del derecho deportivo

Ante la pregunta ¿es el derecho deportivo una rama autónoma del dere-
cho?, las respuestas son variadas. Como indica José Octavio Clariá:
Existen autores que sostienen que no es posible hablar de una rama au-
tónoma del derecho y que solo estamos ante la aplicación de un con-
junto o pluralidad de normas de derecho constitucional, administrativo,
penal, civil, comercial, laboral, fiscal que se adaptan a las peculiarida-

65 LYRA FILHO, João. Op. cit., p. 117.


68 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

des del fenómeno deportivo. Otros, por el contrario, sostienen que las
particularidades de la relación del deportista profesional con el club o
la existencia de normas jurídicas específicas destinadas a la actividad
deportiva (...) determinan que estemos ante un ordenamiento jurídico
deportivo específico, que es autónomo y que incluye, además de las
normas jurídicas estatales, las disposiciones contenidas en estatutos y
reglamentos de las instituciones deportivas nacionales y extranjeras.66

Existen tres posiciones en torno a la autonomía del derecho deportivo:

5.1 Argumentos a favor

Cárdenas Castro67 dice que el derecho deportivo tiene una autonomía


determinada por relaciones sociales que necesitan de un ordenamiento
jurídico compuesto por normas claras. Esta actividad humana supone un
conjunto sistemático de normas homogéneas cuyo fin es el funcionamien-
to y mejoramiento de la actividad deportiva.
Por su parte, Clariá sustenta que “es razonable aceptar la existencia del
derecho deportivo como una rama del derecho especial y que tiene nor-
mas y principios particulares (...) la especificidad de la materia y las parti-
cularidades de la misma justifica plenamente su estudio y su tratamiento
especializado”.68 Especialización, autonomía y relaciones esencialmente
privadas es lo que prima en el derecho deportivo, a lo que se suma que
“Esta rama constituye un ejemplo más del moderno fenómeno, propio del
derecho privado, de especialización primero y autonomía después, que se
da en ciertos grupos de sus normas”.69 Así, para Majada:
... el derecho deportivo es una rama jurídica de novísima creación, de
carácter autónomo. Debido a esta misma circunstancia no cabe incluir con
exactitud sus diversas cuestiones dentro del derecho público o privado,
del derecho civil o administrativo, pues las materias de que trata deben
estudiarse con una visión armónica dentro de una concepción unitaria.70

Por su parte, Gustavo Real Ferrer considera:


… que para que pueda predicarse la autonomía de una disciplina jurí-
dica deben concurrir las siguientes circunstancias: a) un ámbito de la
realidad bien acotado (autonomía objetiva), b) un conjunto de princi-

66 CLARIÁ, José Octavio. Op. cit.


67 CÁRDENAS CASTRO, Felipe. Op. cit., p. 8.
68 CLARIÁ, José Octavio. Op. cit.
69 MAJADA, Arturo. Op. cit., p. 40.
70 Ibídem, p. 39.
DERECHO DEPORTIVO EN EL PERÚ 69

pios propios (autonomía conceptual o dogmática) y c) la existencia de


un conjunto de normas y relaciones homogéneas. Los tres elementos
están presentes en el derecho del deporte. Un ámbito de la realidad bien
acotado significa que existe un conjunto de relaciones sociales que por
su naturaleza, sus particularidades y para conseguir un determinado
grado de desarrollo necesitan y demandan un ordenamiento jurídico
propio: el deporte como fenómeno social lo generó espontáneamente.
El ordenamiento deportivo supone un conjunto de normas que implica
un conjunto sistemático de normas, y a la vez, expresa cierta homoge-
neidad de las relaciones y las normas que lo componen. La homoge-
neidad se evidencia por cuanto ambas pretenden el pleno funciona-
miento y mejora del deporte; y porque regulan relaciones que se diri-
gen a un mismo fin. 71

Cierto es que el deporte tiene un conjunto de reglas, organizaciones,


procesos, instancias y jurisdicción que le son propias, lo que llevó a Jean
Plassard72 a plantear la existencia del derecho deportivo como un derecho
vivo, entendemos directamente con su independencia y autonomía. Lyra,
autor de mediados del siglo pasado, fue un convencido de que el derecho
deportivo es un derecho de carácter voluntario y autónomo, atendiendo a
las circunstancias de que los propios aficionados y profesionales se some-
ten a las reglas del deporte que practican, reglas que ellos y sus organiza-
ciones elaboran.73
En líneas generales, tenemos que los elementos que caracterizan la tesis
expuesta son:

• Autonomía objetiva.
• Conjunto sistemático y homogéneo de normas.
• Tiene como sustento principios identificados.
• Materia específica que justifica un tratamiento especializado.
• Sujetos propios.

5.2 Argumentos en contra

El derecho deportivo se nutre de las demás ramas del derecho, que permi-
ten la regulación de sus relaciones. Como tal carece de dos de los requisi-
tos esenciales para su autonomía: 1) conceptos y categorías propias; y, 2)
principios, por lo que se puede decir que no hay un derecho deportivo stric-

71 Citado por GIL DOMÍNGUEZ, Andrés. Op. cit., p. 213.


72 LYRA FILHO, João. Op. cit., p. 96.
73 Ibídem, p. 109.
70 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

to sensu. El derecho que se le aplica al deporte se satisface de las ramas ju-


rídicas para dar solución a sus problemas, tal es el caso del derecho laboral
y el derecho mercantil en materia deportiva, por citar algunos.
Elementos característicos de la tesis expuesta:

• Carencia de conceptos, principios y categorías propias.


• Utilización de las diversas ramas del derecho.
• Su existencia es solo teórica pero no práctica.
• Al carecer de especialidad mantiene una estrecha relación con las
fuentes generales del derecho.

5.3 Posición ecléctica

Una tercera posición es la planteada por Espartero Casado, que en una de


sus investigaciones dice: “… no pretendemos, desde luego, postular la
existencia de una rama autónoma del derecho, pero sí designar el fenó-
meno, relativamente reciente y no del todo acabado, del sometimiento del
deporte al conjunto de normas que regulan la sociedad de la que él mismo
no es sino reflejo y expresión”.74
Si bien es cierto que el derecho deportivo aún está en proceso de for-
mación, sin embargo pugna por ser considerado autónomo en el ordena-
miento jurídico; en palabras de Barrachina:
… a pesar de estar integrado por normas que proceden del Derecho
Civil, Derecho Administrativo y Derecho Laboral. Con el paso del tiem-
po y de las aportaciones tanto legislativas como jurisprudenciales, no
cabe duda que este conjunto normativo especial adquirirá una persona-
lidad propia, con sus propios principios generales, diferenciado del
resto del ordenamiento jurídico.75

Elementos característicos de la tesis expuesta:

• Es una rama nueva, emergente.


• Viene forjando su desarrollo
• No asume totalmente una autonomía.
• Está integrado por normas del derecho general.
• No tiene aún autonomía per se pero viene forjando su inde-
pendización.

74 ESPARTERO CASADO, Julián (Coord.). Introducción al derecho del deporte. Op.


cit., p. 20.
75 BARRACHINA JUAN, Eduardo. Derecho del deporte, 2001, p. 11.
DERECHO DEPORTIVO EN EL PERÚ 71

5.4 Nuestra posición

Como realidad social el fenómeno deportivo está compuesto de una serie


de elementos cuya peculiaridad consolida su existencia como un derecho
de auténtica realización popular.76 Estos elementos, como la pasión, el es-
fuerzo físico, la técnica, la disciplina, el afán de triunfo, por mencionar al-
gunos, caracterizan el estudio del deporte como disciplina jurídica especial
que merece un trato y estudio singulares. A manera de ejemplo, citemos
el caso del fútbol. En este deporte las relaciones interpersonales son de lo
más variadas. Los jugadores, el equipo, los dirigentes, los hinchas. Cada
cual con sus exigencias, compromisos y anhelos que repercuten en la so-
ciedad como espacio jurídico.
Consideramos que por la complejidad de ciertas situaciones jurídicas y la
especialidad de sus instituciones, y ni qué decir de los problemas que debe
enfrentar y solucionar jurídicamente, hoy en día resulta difícil encuadrar el
deporte en las ramas del derecho ya constituidas, y que de alguna manera,
y sin desconocer el hecho, fueron trazando su rumbo inicial, como son, en-
tre otros, el derecho civil, el derecho laboral y el derecho comercial. Por cier-
to, ningún tipo de derecho puede regular de manera íntegra ni eficaz la di-
versidad de situaciones y relaciones que generan las actividades deportivas,
de allí la edificación de leyes especializadas en la materia (que cada vez son
más profusas). Y es que el derecho deportivo se presenta como una disci-
plina nueva que paulatinamente se está dando a conocer. Sus cimientos se
han ido construyendo sobre la base de diversas ciencias, lo que no le resta
una venidera autonomía; al contrario, esta se torna cada vez más clara.
Esta tesis la sustentamos esencialmente en lo que a nuestro criterio son
los componentes del derecho deportivo:

• Regula una actividad tan especial como la actividad deportiva, sus


consecuencias y trascendencias sociales.
• Está constituida por normas, jurisprudencia, doctrina y una rica
casuística.
• Tiene un lenguaje propio. Los términos, modismos y frases requie-
ren trato singular.
• Parte de sus normas son sancionadas por el Estado (leyes, decretos,
resoluciones) y en algunos casos por las propias instituciones priva-
das (normas, estatutos, reglamentos) que rigen el quehacer de las
instituciones y de los deportes.

76 LYRA FILHO, João. Op. cit., p. 97.


72 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

• Es un derecho mixto o social, tiene de público y de privado.


• Es un derecho ubicuo. No cabe incluirlo con exactitud dentro de
uno o de otro.
• Al tener el deporte una repercusión en la sociedad y en la calidad
de vida de los ciudadanos, y presentándose como un medio para lo-
grar el bienestar personal requiere de criterios jurídicos eficaces y
actuales; es más, que se proyecten al futuro.
• La economía y la inversión han convertido al deporte en un nego-
cio de gran rentabilidad, que impacta en su realización y, por tanto,
en su regulación jurídica.
• La normativa deportiva trasciende a sus actores directos, prestando
atención a todos aquellos sujetos que de una u otra manera se ven
vinculados en la actividad deportiva.

6. Principios

João Lyra77 infiere que no es posible ordenar el movimiento deportivo, li-


bre del arbitrio que genera la anarquía, sin reglas orgánicas y principios
normativos inherentes al deporte, derivados de la sustancia específica de
este. Estos principios que fundamentan su autonomía tienen como razón
de ser el ordenamiento de la práctica deportiva.
Los principios rectores del derecho deportivo son:

• Reconocimiento, protección y promoción del deporte como derecho


colectivo.
• Promoción estatal.
• No discriminación.
• Tutela eficaz, necesaria y proporcional.
• Función social del deporte.
• Sujeción a disposiciones internacionales y nacionales.
• Autorreglamentación.
• Fair play.
• Espíritu y moral deportiva.
• Ley de la ventaja.
• Libertad de asociación.

Cada uno de estos principios es desarrollado a lo largo de la presente


investigación como sustento y base de la teoría del derecho deportivo.

77 LYRA FILHO, João. Op. cit., p. 97.


DERECHO DEPORTIVO EN EL PERÚ 73

7. Terminología propia

La actividad deportiva ha generado toda una terminología propia para


identificar su actividad, sus actores, finalidades y lineamientos. Existen tér-
minos debidamente identificados y encuadrados, tales como deporte, re-
glas de juego, club deportivo, agrupaciones deportivas, asociaciones de-
portivas, alteración de resultados de las competiciones, dopaje, antidopa-
je, competencias, controles, federaciones, ligas, olimpiada, selección, so-
ciedad anónima deportiva, dirigentes, técnicos, sistema deportivo nacional,
plan nacional del deporte, centros de alto rendimiento, agentes deportivos,
justicia deportiva, métodos de resolución alternativa de conflictos en el de-
porte, infraestructura deportiva, concesión de infraestructura deportiva, ce-
sión de uso de bienes deportivos, reserva de aportes para infraestructura
deportiva, fondo pro deporte, sistema deportivo nacional, derechos de for-
mación, derechos federativos, derechos económicos, contrato deportivo,
contratos de patrocinio o esponsorización, mecenazgo, derecho de arena,
contratos de televisación y de difusión de eventos deportivos, contratos de
licencia para el uso de signos distintivos, derechos de imagen, agentes, re-
presentantes e intermediarios en la contratación y transferencia de depor-
tistas, entre otros tantos.
Este extenso y rico listado de términos encaja en la práctica deportiva
y legal. Su uso es común, por lo que la legislación deportiva deberá con-
siderar sus alcances a través de un tratamiento ad hoc. Al tener el deporte
una forma propia de expresarse, su autonomía como derecho especial se
ve fortalecida no solo por las normas explicativas a estas expresiones sino
porque el lenguaje es elemento esencial del derecho para expresar su ám-
bito, su terreno de acción.

8. Relación con otras ramas del derecho

El derecho deportivo se relaciona con otras ramas del derecho, entre las
que se pueden mencionar las siguientes:
• Derecho constitucional. Nuestra Carta Magna reconoce que el ser
humano tiene derecho a su integridad psíquica y física, a su libre de-
sarrollo y a su bienestar (inciso 1 del artículo 2). En ese sentido, no
se puede negar que la práctica del deporte redunda en beneficio de
la realización de estos derechos. Asimismo, se reconoce la promo-
ción de la educación física y el deporte (artículo 14) en el entendido
de que no solo es importante instruir las mentes (psiche) sino tam-
bién preparar los cuerpos (soma).
74 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

• Derecho civil. El derecho deportivo encuentra sus fundamentos en


el derecho Civil, tanto extrapatrimonial (derecho de las personas na-
turales) como patrimonial (derecho de las personas jurídicas, de-
recho de las obligaciones, fuentes de las obligaciones, dentro de este
último, destaca la responsabilidad civil).
• Derecho médico. En tanto que en la práctica deportiva comúnmente
se cometen lesiones, afectando así el derecho a la integridad, la sa-
lud e incluso la vida del deportista.
• Derecho penal. En la práctica del deporte se pueden generar daños
que linden con el ámbito delictivo; por ejemplo, el delito de lesio-
nes contemplado en el artículo 122 del Código Penal. Sin embargo,
las lesiones que se produzcan en el furor de una contienda deporti-
va no encajarían en tipificación penal alguna, y por ende no serían
pasibles de sanción, pues son lesiones “lícitas”, toda vez que se die-
ron durante la práctica de un deporte.
• Derecho administrativo. Es una cuestión difundida en el derecho
comparado vincular el derecho deportivo con el derecho adminis-
trativo; más aún, hay una buena cantidad de abogados que se vie-
nen dedicando a esta área, a punto tal de comprometer su autono-
mía. El derecho deportivo está constituido por normas de carácter
público que tutelan los derechos de los deportistas, estableciendo la
normativa y el control general sobre su práctica. Sobre el particular,
cabe destacar que la Ley de Promoción y Desarrollo del Deporte, en
su artículo 6, establece que “El Sistema Deportivo Nacional es el
conjunto de órganos y organismos públicos y privados, estructura-
dos e integrados funcionalmente, que articulan y desarrollan la ac-
tividad deportiva, recreativa y de educación física a nivel nacional,
regional y local”.
• Derecho laboral. Los deportistas profesionales establecen relaciones
jurídicas de tipo laboral con organizaciones o clubes deportivos
donde el objeto del contrato es el ejercicio de la actividad deporti-
va profesional, a cambio de una remuneración, determinando la vin-
culación y relevancia del derecho laboral en el ámbito de la prácti-
ca deportiva.
• Derecho de seguros. El derecho de seguros se relaciona con el dere-
cho del deporte en la medida en que en la práctica deportiva, sea
profesional o aficionada, los deportistas pueden sufrir accidentes,
por lo que el contrato de seguro de accidente deportivo cumple una
función importante para afrontar estas contingencias. El accidente
DERECHO DEPORTIVO EN EL PERÚ 75

deportivo es toda lesión corporal que deriva de una causa violenta,


externa, súbita y ajena a la intencionalidad del deportista asegurado,
sobrevenida por el hecho u ocasión de la práctica deportiva. Las
garantías que ofrece el seguro incluyen accidentes corporales por
lesiones ocurridas en competición, durante el partido, en el calenta-
miento, en entrenamientos organizados por los clubes e incluso in
itinere. Tema de interés, además, son las elevadas sumas de dinero
con las que los deportistas aseguran sus partes más diestras.
• Derecho tributario. Desde el punto de vista tributario, el Estado pro-
mueve la inversión en el deporte exonerando del Impuesto a la Renta,
las rentas destinadas al deporte, a las fundaciones y asociaciones sin
fines de lucro cuyo estatuto comprenda alguna actividad deportiva,
siempre que las rentas no sean distribuidas, directa o indirectamente,
entre los asociados y que en su estatuto esté previsto que su pa-
trimonio se destinará, en caso de disolución, al deporte.
• Propiedad industrial. La marca es un tema de máximo interés en el
negocio deportivo, el registro de nombres y signos distintivos de los
deportistas, los derechos de transmisión televisiva,78 la imagen de
los deportistas, cada vez más utilizada, a lo que se suman los aspec-
tos relacionados con el licenciamiento, la esponsorización, el mer-
chandising y otros, que requieren de normas especiales para su
protección no solo en el ámbito del derecho civil sino también del
derecho de la propiedad industrial e intelectual. Los eventos depor-
tivos son medios indiscutiblemente efectivos para la difusión de las
marcas,79 lo que se ve reflejado en los siguientes contratos:
Contrato de patrocinio deportivo.- Conocido como espon-
sorización (del inglés sponsor o sponsoring). El espónsor aporta
dinero o contribuye con productos para el patrocinado, quien
durante la actividad deportiva realizará publicidad en interés del
primero. Es un contrato con prestaciones recíprocas: publicidad
y ayuda.
Merchandising.- La licencia colateral o mercadeo son temas de
actualidad en el deporte. Su objetivo es aumentar la rentabilidad

78 En el Campeonato Mundial de Fútbol de Suiza 1954 se inician las transmisiones te-


levisivas. En Suecia 1958 se transmite en forma íntegra el torneo futbolístico
mundial.
79 En el Campeonato Mundial de Fútbol Argentina 1978 se empiezan a colocar logos
y publicidad en las camisetas de los jugadores.
76 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

de un producto o servicio, presentándolo en excelentes condi-


ciones al consumidor. Tratándose de un equipo deportivo, la fi-
nalidad de merchandising es atraer a mayor cantidad de hinchas
ofreciéndoles artículos de uso cotidiano, como vasos, llaveros,
gorros, etcétera, generando una fuente de ingresos y una diver-
sificación empresarial en el deporte y la difusión de su marca.
— Mecenazgo. Este término proviene de Cayo Cilnio Mecenas, gran
protector de artistas y consejero de César Augusto. Es una forma
de patrocinio o ayuda desinteresada que se brinda a una activi-
dad. El mecenas da un donativo u óbolo para promover o pro-
teger actividades deportivas sin ninguna finalidad comercial ni
para obtener ventajas personales, siendo la liberalidad y el
altruismo sus signos diferenciadores.
— Convenio de colaboración.- Como su propia terminología lo indi-
ca, este acuerdo busca la colaboración, mejor dicho la coopera-
ción entre las partes contratantes con la finalidad de beneficiarse
mutuamente. El equipo deportivo recibe una ayuda a cambio de
difundir los beneficios de su colaborador.
Capítulo 3
Normatividad deportiva

La evolución normativa del deporte es curiosa. Pasa de la cuasi ajuridici-


dad a la hiperjuridicidad,1 de la nada a un todo sobredimensionado, lo que
parece ser una tendencia mundial. En el Perú, a partir de 1985, con la
dación de la primera Ley del Deporte, se legisla la práctica deportiva.
Desde esa fecha hasta nuestros días se produce una proliferación de nor-
mas que saturan el campo, no necesariamente para bien. En muchos casos
son normas demagógicas, programáticas, reglamentaristas, con un conte-
nido cierto pero de improbable ejecución. En su articulado, cada norma
legislativa tiene una función y requiere de una política adecuada para su
ejecución. En el caso del Perú, se presenta un vacío en este aspecto. En
los acápites que siguen revisaremos los dispositivos que regulan la prácti-
ca deportiva.

1. La Constitución

El primer texto que incorporó constitucionalmente el deporte en el dere-


cho comparado fue la derogada Constitución de la República Democrática
Alemana (6.5.1968)2 al mencionar en su artículo 18 que la cultura física, el
deporte y el turismo son elementos de la cultura socialista que sirven para
el desarrollo físico y mental de los ciudadanos. El paso fue trascendental.
Colocó al deporte en el mismo nivel que la cultura y el turismo; es más,

1 MELO FILHO, Alvaro. Direito desportivo, Novos rumos, 2004, p. 4.


2 BLANCO PEREIRA, Eduardo. “El papel de la legislación autonómica en la promo-
ción del deporte”, en DE LA PLATA CABALLERO, Nicolás (dir.). Las leyes del depor-
te de la democracia: Bases para una ley del siglo XXI, 2002, p. 123.

[77]
78 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

se le da un matiz interesante y novedoso cuando se refiere a la cultura físi-


ca, término este que comenzaba recién a difundirse.
Tomando el criterio de Melo Filho,3 sostendremos que la magnitud del
fenómeno deportivo en nuestra sociedad y su alcance socioeconómico-
cultural justifican su tratamiento constitucional. En el Perú, la Carta Magna
de 1979 presenta como novedad la materia deportiva.4 Con ella se
constitucionaliza el deporte, dándole la importancia que merece como acti-
vidad primaria del hombre, y también reconociendo el compromiso del
Estado con la fijación de políticas acordes. Como precedente dogmático
tenemos que la “inclusión del deporte en el texto constitucional se sitúa en
el constitucionalismo de los estados democráticos-liberales”,5 como lo hicie-
ran en su oportunidad las constituciones de Grecia (1975), Portugal (1976)
y España (1978), seguidas por las de Brasil, Camerún, Hungría, Serbia, Suiza
y Turquía.
En base a la línea de Bermejo Vera menciona Julián Espartero que “los
modelos de Estado sociales, que conceden gran importancia al bienestar
individual y social, no han resistido la tendencia de introducir el deporte
como una de las fórmulas capaces de impulsar aquellos modelos”,6 de mo-
do que la constitucionalización del deporte no resulta desapercibida para
el constituyente español. El mismo Espartero, en otro de sus textos, sus-
tenta que es en el principio de Estado Social donde se incardina el deber
de fomento del deporte.7 Expliquemos: El Estado Social tiene como carac-
terística lo asistencial y procura atender las necesidades mínimas de los
ciudadanos a través de una función subsidiaria. En esta el ocio ocupa un
lugar preponderante, a tal punto que “la cultura del ocio necesita un ‘hu-
manismo actual y popular’ y en esa utopía han de cumplir un importante
papel los poderes públicos”.8
El Estado debe preocuparse por el deporte y su difusión como un servi-

3 MELO FILHO, Alvaro. Op. cit., p. 1.


4 VARSI ROSPIGLIOSI, Enrique. “La constitucionalización del deporte” [en línea]. Ius-
port, 13 de diciembre del 2006, <http://www.iusport.es>.
5 JIMÉNEZ SOTO, Ignacio. “El impulso democratizador de la Ley General de la Cul-
tura Física y el Deporte de 1980”, en DE LA PLATA CABALLERO, Nicolás (dir.). Op.
cit., p. 35.
6 BERMEJO VERA, José. Constitución y deporte, 1998, citado por ESPARTERO
CASADO, Julián. Deporte y derecho de asociación (Las federaciones deportivas),
2000, p. 71.
7 ESPARTERO CASADO, Julián (coord.). Introducción al derecho del deporte, 2004,
p. 25.
8 Ibídem, p. 29.
NORMATIVIDAD DEPORTIVA 79

cio a la ciudadanía, al cual está obligado del mismo modo que lo está con
la prestación de servicios de salud, de educación y de protección a la niñez
y los ancianos, por mencionar solo algunos.

1.1 Breve excursus del artículo 14 de la Constitución Política


d el P er ú

La Constitución Política del Perú de 1993 tiene aspectos positivos y negati-


vos. Los últimos llegan incluso al absurdo, como es la repetición de parte
del inciso 14 en el inciso 15 del artículo 139 referido al principio de la fun-
ción jurisdiccional, que señala que toda persona debe ser informada acer-
ca de las causas de su detención.
En lo que a deporte se refiere, el tratamiento constitucional no es muy
amable. Lo integra dentro de una relación de materias derivadas de la edu-
cación, dependiente de esta, sometido y sujeto a su formulación, sin inde-
pendencia ni autonomía, desconociendo la importancia de la actividad de-
portiva y su trascendencia como empresa.
En ese estilo, el artículo 14 de la norma suprema vincula en forma di-
recta el deporte con la educación:
La educación promueve el conocimiento, el aprendizaje y la práctica de
las humanidades, la ciencia, la técnica, las artes, la educación física y el
deporte.

Se trata de un binomio en el que el hombre encuentra satisfacciones


(deporte fin). Como parte de la educación la actividad deportiva forma a
la persona, la integra. Es un medio de realización que permite alcanzar el
bienestar y el desarrollo, beneficiando al individuo y a la comunidad me-
diante disciplina, valores, compromisos y metas (deporte medio). Esto es
lo que justifica que se promueva el deporte, es decir que se fomente su
práctica, lo que corresponde al Estado.
El deporte no es para unos cuantos, es para todos. La norma constitu-
cional fundamenta su posición apreciando el deporte como un elemento
de formación humana y social más que como una actividad de ocio o pro-
fesional. Claro, no las excluye expresamente con la idea vertebral de que
el deporte es parte de la vida. García Toma sostiene en sus estudios cons-
titucionales que la educación nacional tiende a alcanzar, entre sus objeti-
vos, la estimulación de “la práctica de los deportes, que capacite para el

9 GARCÍA TOMA, Víctor. Análisis sistemático de la Constitución peruana de 1993,


1998, p. 146.
80 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

desarrollo físico”.9 Es claro que el Estado tiene un compromiso con el de-


sarrollo integral de los ciudadanos, desarrollo que en el aspecto psico-físi-
co-social se logra indiscutiblemente con el deporte.
Como se aprecia, el “precepto señala los elementos mínimos indispen-
sables que deben formar parte de la educación (...). Visto de esta manera,
la sociedad ha asumido que tales habilidades son requeridas por todas las
personas para su completa formación”,10 promocionando el desarrollo de
dichas facultades con la finalidad de que las personas se perfeccionen para
el desenvolvimiento social ventajoso, según el análisis que intuimos en
Salazar Gallegos.11
Del mismo modo que la Constitución del 79, la actual Constitución con-
sidera un tema importante como la educación física un elemento clave en
la formación y desarrollo de los niños y adolescentes, asegurando una ade-
cuada calidad de vida deportiva al tratarla como prioritaria para el desarro-
llo. Al menos, esta es la forma como se plasma en la norma constitucio-
nal. Sobre el tema, Enrique Bernales sustenta que:
La educación cabal incluye diversas disciplinas importantes para la vida
de la persona: (…) — La educación física, que tiene que ver con el cono-
cimiento teórico y aplicado sobre el propio cuerpo y el entorno en el
que se desarrolla. Permite también una vida sana. — El deporte, que es
el ejercicio físico del cuerpo guiado por la inteligencia y la voluntad,
complementario de la educación física, y que permite que el ser huma-
no tenga un componente de destrezas psicofísicas adecuadamente ejer-
citadas para afrontar los esfuerzos necesarios a la vida en sus diferentes
actividades y edades.12

La aproximación al tema es bastante buena, pues considera al deporte


como parte esencial de la formación del individuo. Y es que, si el acceso
a la educación es un derecho fundamental, por las mismas razones lo es
a la práctica deportiva, como bien señala Kresalja.13
La educación y el deporte no solo van de la mano, se encuentran uni-

10 SALAZAR GALLEGOS, Max. “Derecho a la educación. Fines y contenido. Promo-


ción del desarrollo científico y tecnológico”, en La Constitución comentada. Aná-
lisis artículo por artículo, 2005, p. 453.
11 Ibídem.
12 BERNALES BALLESTEROS, Enrique. La Constitución de 1993. Análisis comparado,
1999, p. 222.
13 KRESALJA, Baldo. “Las próximas batallas. El universo deportivo”. La República.
Lima, 25 de octubre del 2006, p. 17.
NORMATIVIDAD DEPORTIVA 81

dos, representan un binomio. Es un mismo todo que compromete una in-


tegridad social y personal que debe ser impulsada y reconocida por el Es-
tado para el desenvolvimiento del hombre, considerando la función social
de la educación. De alguna manera, la jurisprudencia constitucional se ha
pronunciado respecto de la función social y la finalidad de la educación.
En este sentido:
La función social de la educación se encuentra cifrada en los artículos
13º y 14º de la Constitución, al integrar en ella la finalidad que le es con-
substancial en un Estado democrático y social de derecho; a saber, el
desarrollo integral de la persona humana, promoviendo el conocimien-
to, el aprendizaje, la práctica de las humanidades, la ciencia, la técnica,
las artes, la educación física y el deporte; todo ello encauzado en el fo-
mento de la solidaridad, la ética y el civismo, y bajo los principios y va-
lores que emanan de la propia Constitución y se proyectan hacia la so-
ciedad en su conjunto. Toda entidad educativa debe orientarse hacia la
consolidación de dichos fines, los que determinan, por un lado, las li-
bertades en las que debe desarrollarse la difusión del conocimiento y,
por otro, los límites en el obrar de los centros educativos.14

1.2 La Constitución de 1979

El deporte en el Perú se norma en la Constitución de 1979, que señala que:


“El Estado promueve la educación física y el deporte, especialmente el que
no tiene fines de lucro. Le asigna recursos para difundir su práctica”
(artículo 38).
En una primera lectura se aprecia que tanto el deporte profesional co-
mo el amateur son objeto de promoción estatal. Lo importante es que la
propia norma establecía una primacía sobre la promoción del deporte sin
fines de lucro –el amateur–, independiente del compromiso con el de-
porte en general. El Estado, de acuerdo con los principios constituciona-
les, afianzaba su apoyo al deporte de formación, es decir el que realizan
las personas como medio de desarrollo, que no solo forma el cuerpo, sino
también el alma. Aquella práctica deportiva que, sin buscar nada a cam-
bio, solo genera satisfacciones: la persona y su realización. Involucra es-
fuerzo, espíritu de lucha, llegar a una meta, esa línea final que alcanzamos
como producto de nuestra propia energía y determinación.
El deporte fue tratado en el capítulo IV de la Constitución de 1979: “De

14 Exp. 0005-2004-AI, 09.06.04, P, FJ.7. Véase Gaceta Jurídica. La Constitución en la


jurisprudencia del Tribunal Constitucional. Setiembre del 2006, p. 258.
82 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

la educación, la ciencia y la cultura”. Al respecto, y en líneas generales, Ru-


bio y Bernales han referido que los temas de la cultura nacional y el
desarrollo científico debieron tener un tratamiento especial, ser un capítu-
lo propio y no englobados en el de la educación. Consideran que: “A con-
secuencia de este error en la sistemática constitucional se producen algu-
nas confusiones, como por ejemplo la del artículo 38 sobre la educación
física y el Deporte que está mal ubicado y en un tratamiento recortado e
inadecuado”.15
Es clara la idea de los autores locales en cuanto al deficiente tratamiento
del deporte, pero no puede desconocerse que la educación es cultura; por
tanto, el deporte también, de manera especial la cultura física, y que la
ciencia no es ajena a él, menos en estos días.16
Sobre el tema, Lyra claramente considera que el deporte es manifesta-
ción de cultura del instinto, conjugada con una cultura del sentimiento y
del espíritu, al tiempo que manifiesta que por medio de la cultura del de-
porte los hombres se comunican, los pueblos se armonizan y el mundo se
pacifica.17 Cierto: actualmente el deporte es un tema de acceso a la cultu-
ra encarnado en el artículo 2, inciso 8 de la Constitución vigente cuando
se dice que toda persona tiene derecho “A la libertad de creación intelec-
tual, artística, técnica y científica, así como a la propiedad sobre dichas
creaciones y a su producto. El Estado propicia el acceso a la cultura y fo-
menta su desarrollo y difusión”. Estos planteamientos han generado una
consagración tácita del deporte como un derecho de todos los sujetos a
practicarlo y el compromiso de implementación a través de políticas ade-
cuadas, “teniendo en cuenta que el deporte es una categoría formativa
dentro de los derechos culturales que poseen rango Constitucional”.18
La Constitución de 1979 fue un claro ejemplo de la literalidad y el liris-
mo de tantas otras normas cuyos contenidos ideales no se llegaron a plas-
mar en políticas claras ni en planes de ejecución, a pesar de que algún au-
tor –confiado en el contenido pero ausente y desconocedor de la reali-
dad, el desarrollo y el estímulo del deporte por parte del gobierno– men-

15 RUBIO CORREA, Marcial y Enrique BERNALES BALLESTEROS. Constitución y so-


ciedad política, 1983, pp. 155-156.
16 Como sostiene Kresalja: “El deporte y la recreación están íntimamente vinculados
a los sectores de la educación, la cultura y la salud”. Cfr. KRESALJA, Baldo. Op.
cit., p. 17.
17 LYRA FILHO, João. Introdução ao direito desportivo, 1952, pp. 106-107.
18 TREVISAN, Rafael. “El deportista en la república argentina”, en PALOMAR, Alberto
(coord.). El deportista en el mundo, 2006, pp. 274-275.
NORMATIVIDAD DEPORTIVA 83

cionara que las funciones protectoras por parte del Estado “se dispensan
con largueza”.19 Esta cita, y el escueto análisis que realiza el constituciona-
lista –citando el artículo 38– es una clara muestra de que en el papel y
en la teoría mucho puede escribirse en materia de deporte pero poco se
ha hecho como política de Estado.
Como señalamos, con la Carta de 1979 se da el primer paso hacia la
constitucionalización del deporte, reconociéndose que esta actividad hu-
mana pasa a ser parte de las normas expresas consagradas en la Carta Mag-
na: el deporte adquiere un rango constitucional, se constitucionaliza y ele-
va jurídicamente su institucionalidad, lo que permite un reconocimiento de
la importancia que representa el deporte en la vida del hombre; su trascen-
dencia en la sociedad; y el compromiso del Estado en impulsar el depor-
te como medio de realización de las personas, entre otras tantas más.
Como cita Bermejo Vera, la Constitución, en suma, se ha limitado a
constatar la existencia del fenómeno deportivo y su conexión con la salud
de los ciudadanos, evitando que los poderes públicos depongan su obliga-
ción de contribuir al sostenimiento del deporte.20 Esto ameritaría expresa
referencia a un (ya) reconocido derecho al deporte. Al respecto dice Gil:
Si bien la presencia expresa de una norma constitucional refuerza la vi-
gencia del derecho al deporte, con o sin reconocimiento concreto de un
derecho de las personas al deporte, nadie puede dudar de la existencia
positiva del derecho a la práctica deportiva en sus distintas acepciones
y legitimidad de la acción de los poderes constituidos para la promo-
ción y regulación de las actividades deportivas.21

Sin duda, acceder a la praxis del deporte es una facultad de todo ciu-
dadano y un deber del Estado que debe canalizarlo con normas eficientes,
partiendo de lo elemental: la promoción y el fomento del deporte.
La Constitución de 1979 indicaba, además, que las municipalidades pro-
vinciales tenían a su cargo los servicios públicos locales como la cultura, la
recreación y los deportes (artículo 255, inciso 3). De esta forma, objetiva-
mente, se derivan funciones especiales a los municipios y se impulsa la for-
mación integral del ciudadano desde su comunidad, localidad o distrito.

19 CHIRINOS SOTO, Enrique. La Constitución al alcance de todos, 1980, p. 66.


20 BERMEJO VERA, José. “El marco jurídico del deporte en España”, en VV.AA. El de-
recho deportivo, 1986, p. 150. Citado por ESPARTERO CASADO, Julián. Op. cit.,
2000, p. 82.
21 GIL DOMÍNGUEZ, Andrés. “El derecho al deporte como derecho fundamental sub-
jetivo colectivo”. Revista Jurídica del Perú 33, Lima, abril del 2002, p. 210.
84 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

1.3 Las propuestas de la reforma constitucional

En las bases de la reforma constitucional del Perú,22 formulada en el 2001,


no se trata absolutamente nada sobre la práctica deportiva.
Por su parte, la Comisión de Constitución, Reglamento y Acusaciones
Constitucionales del Congreso de la República del Perú preparó el ante-
proyecto de Ley de Reforma de la Constitución (texto para el debate),23
que, en su artículo 26, referido al derecho a la educación, establecía que:
Toda persona tiene derecho a una educación de calidad. La educación
es un proceso permanente. Tiene como objetivos básicos: la formación
integral de la persona; el pleno desarrollo de su personalidad en sus di-
mensiones: ética, intelectual, artística, afectiva y física...

Y, en el artículo 47, reconoció el derecho a una vida saludable y en es-


pecial el de gozar de un estado de bienestar físico.
Como se aprecia, el olvido y la desidia pudieron más que la trascenden-
cia del deporte. Los acontecimientos políticos de los cuales salíamos no
justificaban mayor esfuerzo en temas mínimos que no dan ganancia ni ren-
tabilidad política. En todo caso, ni siquiera se le tomó en cuenta, bastan-
do la mera referencia a la dimensión física, en el anteproyecto de Ley de
Reforma de la Constitución, para cubrir el enrevesado campo de los he-
chos deportivos.
En lugar de progresar en el tratamiento del deporte, este sufrió un con-
gelamiento. Los esbozos constitucionales limitaron su trascendencia y toca-
ron el tema de la educación en su género, desconociendo al deporte como
medio esencial de formación del ciudadano. Se le desconoce, limita e ig-
nora que es “una actividad de interés nacional para la formación integral
en la vida del ser humano”.24

1.4 El deporte en el derecho constitucional comparado

El derecho constitucional comparado aborda el tema del deporte de dos


formas: a) el Estado fomenta el deporte tomando en cuenta el valor educa-

22 Comisión de Estudio de la Reforma Constitucional del Perú, Ministerio de Justicia,


Lima, 2001.
23 Anteproyecto de Ley de Reforma de la Constitución (Texto para el debate), 5 de
abril del 2002. Difundida también en la página web <www.congreso.gob.pe>.
24 INSTITUTO PERUANO DEL DEPORTE. Plan de Acción para el Desarrollo Depor-
tivo en el Perú 2006-2025. Véase en especial la Introducción.
NORMATIVIDAD DEPORTIVA 85

tivo (Ecuador, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay y Perú),


y, b) reconoce el deporte como un derecho de la persona (Brasil, Colombia,
Cuba, Nicaragua y Venezuela).
En otros países se dan situaciones diversas; por ejemplo en Uruguay la
propaganda y los avisos publicitarios de corte deportivo están liberados de
todo impuesto (artículo 297, inciso 7), y en España la norma constitucional
(acápite 3 del artículo 43) trata la materia deportiva en los siguientes térmi-
nos: “Los poderes públicos fomentarán la educación sanitaria, la educación
física y el deporte. Asimismo, facilitarán la adecuada utilización del ocio”.
Sobre el particular, Pietro Cazorla, citado por Espartero,25 considera que
la Constitución española consagra los siguientes principios básicos del
deporte:

• El deber de fomento de todos los poderes públicos.


• La integración de la educación física en el sistema educativo.
• El deporte desde la sociedad reconociendo las estructuras adminis-
trativas y organizativas del deporte.
• El rol del Estado como difusor, programador general y financiador
de la actividad deportiva.
• Existencia de un órgano de la gestión deportiva estatal.
• Reconocimiento del régimen asociativo.
• Potestad administrativa de las federaciones deportivas en colabora-
ción con el poder público.
• Existencia de un régimen disciplinario deportivo.

En líneas matrices, la Constitución española colige que el Estado fo-


menta la educación sanitaria, la educación física y el deporte, facilitando
la adecuada utilización del ocio (artículos 43, inciso 3, y 148, incisos 1-19).
Por su parte, en Portugal, la Constitución de 1976, en su artículo 79, se
refiere a la cultura física y el deporte en los siguientes términos:26

25 ESPARTERO CASADO, Julián (coord.). Op. cit., 2004, pp. 62-63.


26 GARCÍA CIRAC, Ma. Josefa. “Régimen jurídico del deportista en Portugal”, en PA-
LOMAR, Alberto (coord.). El deportista en el mundo, 2006, pp. 184-185. La anterior
redacción del artículo 79 (“De la cultura física y del deporte”) era “El Estado reco-
noce el derecho de los ciudadanos a la cultura física y al deporte como medios de
promoción humana, y le corresponde promover, estimular y orientar la práctica y
la difusión de los mismos”.
86 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

1. Todos tienen derecho a la cultura física y al deporte.


2. Incumbe al Estado, en colaboración con las escuelas y las asociacio-
nes y colectividades deportivas, promover, estimular, orientar y apo-
yar la práctica y la difusión de la cultura física y de deporte, así como
prevenir la violencia en el deporte. (Traducción libre del autor.)

Con un análisis principista podemos decir que:

• Se reconoce un derecho al deporte.


• Presenta una vinculación directa con la cultura.
• Se trata de temas como el deporte y la cultura física.
• La promoción le corresponde al Estado, con escuelas, asociaciones
y grupos deportivos.
• Se previene la violencia deportiva

Entre los países citados en el grupo de los que consideran el deporte


como un derecho de la persona, Brasil es un buen ejemplo del tratamien-
to en materia deportiva. Así, en el artículo 217 de la Constitución de 1988
considera que:

Es deber del Estado fomentar las prácticas deportivas formales y no for-


males, como derecho de cada uno, observando:
I. La autonomía de las entidades deportivas dirigentes y de las asocia-
ciones, en lo referente a su organización y funcionamiento.
II. El destino de los recursos públicos a la promoción prioritaria del
deporte escolar y, en casos específicos, para el deporte de alta com-
petición.
III. El tratamiento diferenciado para el deporte profesional y no profe-
sional.
IV. La protección y el incentivo a las manifestaciones deportivas de
creación nacional.
§1. El Poder Judicial sólo admitirá acciones relativas a la disciplina y
a las competiciones deportivas una vez agotadas las instancias de
la justicia deportiva, regulada en la ley.
§2. La justicia deportiva tendrá el plazo máximo de sesenta días, con-
tados desde la instrucción del proceso, para dictar la resolución
final.
§3. El Poder Público incentivará el ocio, como forma de promoción
social.27 (Traducción libre del autor)

27 NERY JUNIOR, Nelson y Rosa María DE ANDRADE NERY. Constituição Federal


Comentada e Legilslação Constitucional, 2006, pp. 374-375.
NORMATIVIDAD DEPORTIVA 87

El texto es amplio y prometedor. Digno de un país que no solo apues-


ta o invierte por el deporte por compromiso social o deber del Estado sino
también porque este se lleva en la sangre, como parte de su idiosincrasia,
de su cultura.
Del análisis se consideran los siguientes principios en su tratamiento:

• El Estado fomenta las prácticas deportivas en general.


• Reconocimiento indirecto de un derecho al deporte.
• Respeto a la autonomía del asociacionismo deportivo.
• Utilización de recursos públicos para la promoción del deporte esco-
lar y el de alta competición.
• Tratamiento diferenciado para el deporte profesional y no profesional.
• Protección e incentivo a las manifestaciones deportivas de creación
nacional.
• Reconocimiento de la justicia deportiva como vía previa a la judicial.
• Incentivo al ocio.

Como punto de encuentro se puede delimitar el tema del derecho cons-


titucional deportivo sumándonos a la inquietud de Espartero:
No debe olvidarse que todos los intentos de encontrar un concepto que
permita definir al deporte con sus múltiples matices o facetas (competi-
ción, salud, espectáculo, educación, etc.), han resultado infructuosos, lo
que conduce a concluir que el deporte resulta ser una realidad polisémi-
ca, por consiguiente ¿cuál es el tipo de deporte o, dicho de otra mane-
ra, la faceta del mismo que haya de ser objeto de la actividad de fomen-
to que (...) la Constitución requiere de los poderes públicos?28

Pregunta difícil de responder la que nos plantea el autor citado.


La respuesta debe surgir de lo que esperamos de nuestro deporte, y es-
to no se logra solo con una norma constitucional, por muy buena que esta
sea (que tampoco es nuestro caso). En la actualidad la práctica deportiva
es masiva y, por lo tanto, un medio eficaz de realización personal; de ahí
que merece una adecuada consideración constitucional.29

28 ESPARTERO CASADO, Julián. Op. cit., 2000, p. 24.


29 VARSI ROSPIGLIOSI, Enrique. “La constitucionalización del deporte”. Jurídica 125.
Suplemento de análisis legal del diario oficial El Peruano. Lima, 19 de diciembre
del 2006, p. 7.
88 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

2. Ley de promoción y desarrollo del deporte

2.1 El fomento del deporte: Deber del Estado y compromiso


individual

El fomento es un término de amplio espectro, multivalente, que no se cir-


cunscribe exclusivamente al aspecto pecuniario de autorizar partidas y
asignar presupuestos. El fomento del deporte va mucho más allá. Busca no
solo un ámbito deportivo ideal sino de un deporte digno y al alcance de
todos.
Una política de promoción debe estar dirigida liminarmente a los si-
guientes aspectos: a) dictar normas eficientes que reconozcan al deporte
en su verdadera dimensión; b) brindar apoyo económico que no implique
sumisión; por el contrario, que garantice autonomía y cuadros dirigencia-
les responsables; c) impulsar la infraestructura, la modernización y la tec-
nología deportiva; d) establecer la enseñanza obligatoria de la educación
física en la etapa escolar, y e) otorgar incentivos tributarios al fomento del
deporte. En términos generales, promover significa impulsar algo para pro-
curar su desarrollo.
Fomentar el deporte en el ámbito constitucional implica darle el máxi-
mo rango normativo y, como tal, es la lógica consecuencia de un compro-
miso del Estado. Sin embargo, es importante establecer que:
… este exceso en el deber de fomento del fenómeno deportivo tiene as-
pectos muy diferenciados que se pueden resumir en los siguientes: a)
La práctica deportiva del ciudadano como actividad espontánea, desin-
teresada, lúdica con fines educativos y sanitarios; b) La actividad depor-
tiva organizada a través de estructuras asociativas; c) El espectáculo de-
portivo como fenómeno de masas absolutamente mercantilizado.30

Asimismo, debe tenerse en cuenta que la presencia del Estado no es


real sino tangencial, por varias razones. La primera, y más elemental, es
que el deporte es esencialmente privado, más que público, depende de la
inversión de los particulares, en eso hay libertad y plena apertura en su ca-
nalización. Precisa Bermejo Vera: “lo público es, en el deporte, marginal
o secundario, excepto para el apoyo económico o material”31 (las cursivas
son nuestras).

30 ESPARTERO CASADO, Julián (coord.). Op. cit., 2004, p. 60.


31 Ibídem, p. 61.
NORMATIVIDAD DEPORTIVA 89

Analizando la Constitución española, Espartero dice que el precepto


constitucional es un mandato finalista, impeditivo, impositivo e informador
de las actuaciones de los poderes públicos.32 En gran medida, son manda-
tos a los poderes públicos para que financien prestaciones a los ciudada-
nos. Por ello se ha dicho que el deporte es un compromiso del Estado.

2.2 Antecedentes de la ley

Durante el gobierno del arquitecto Fernando Belaúnde Terry, mediante el


Decreto Legislativo 328 (El Peruano, 8 de noviembre de 1985) se dictó la
Ley General del Deporte, que fue derogada por la Ley 27159, Ley General
del Deporte (El Peruano, 27 de julio de 1999). Esta, a su vez, fue sustitui-
da por la Ley 28036, denominada Ley de Promoción y Desarrollo del De-
porte (El Peruano, 24 de julio del 2003), en vigencia, con Reglamento 018-
2004-PCM (El Peruano, 3 de marzo del 2004).

2.3 Ley de Promoción y Desarrollo del Deporte

El deporte en el Perú está normado por la Ley 28036, Ley de Promoción y


Desarrollo del Deporte. En líneas generales, se encarga de regular los si-
guientes temas:

2.3.1 Principios fundamentales del deporte

El artículo 1 reúne los que se consideran principios fundamentales:

• La educación física, la recreación y el deporte son actividades de in-


terés nacional.
• Propiciar el acceso a la actividad deportiva, recreativa y la educación
física.
• El deporte es un factor educativo que forma a la persona y logra su
bienestar.
• Promover la práctica del deporte como factor de la salud física y
mental.
• Democratizar e institucionalizar el sistema deportivo nacional, garan-
tizando el acceso a las disciplinas deportivas sin distinción ni discri-
minación.

32 Ídem.
90 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

• Fomentar competencias deportivas a fin de alcanzar un alto nivel.


• Vincular las tres áreas de acción del deporte: deporte para todos, de-
porte estudiantil y deporte de afiliados.
• Promover la cultura deportiva en el país.
• Crear conciencia de la importancia de la educación física, el depor-
te y la recreación.
• Masificar el deporte como un instrumento para la recreación y el
esparcimiento.
• El deporte debe ser un medio de equilibrio y estabilidad social.
• Contribuir al cultivo de valores éticos y morales del deportista (ar-
tículo 1).

2.3.2 Definición de deporte

Es una actividad física que se promueve como un factor importante para


la recreación, mejora de la salud, renovación y desarrollo de las poten-
cialidades físicas y mentales del ser humano, mediante la participación
y sana competencia en todas sus disciplinas deportivas, recreativas y de
educación física, premiando a los que triunfan en una contienda leal, de
acuerdo con sus aptitudes y esfuerzos (artículo 2).

2.3.3 Objeto

La ley “tiene por objeto normar, desarrollar y promover el deporte como


actividad física en sus diferentes disciplinas y modalidades a través de sus
componentes básicos: la educación física, la recreación y el deporte
en forma descentralizada, a nivel del ámbito local, regional y nacional”
(artículo 3).

2.3.4 Sistema Deportivo Nacional

Es el conjunto de organismos públicos y privados que articulan y desarro-


llan la actividad deportiva, recreativa y de educación física a nivel nacio-
nal, regional y local (artículo 6 y ss). Está constituida por: Instituto Peruano
del Deporte (IPD), gobiernos regionales, organizaciones deportivas, go-
biernos locales, universidades, institutos superiores, Fuerzas Armadas, Po-
licía Nacional del Perú, centros educativos, centros laborales y comunida-
des campesinas y nativas.
NORMATIVIDAD DEPORTIVA 91

2.3.5 Deporte escolar

La ley crea el Consejo del Deporte Escolar como órgano de promoción y


coordinación del deporte escolar, adscrito al IPD (artículo 19). Formula,
aprueba y ejecuta el Plan Nacional del Deporte Escolar a corto, mediano
y largo plazos, aplicando los recursos del Fondo Pro Deporte Escolar.

2.3.6 Universidades, institutos superiores, Fuerzas Armadas y


Policía Nacional del Perú

Estas instituciones educativas promueven y apoyan la actividad deportiva


y recreativa de sus integrantes en sus diferentes disciplinas y modalidades.
Esta práctica tiene valor académico y está integrada al plan curricular de
los estudiantes (artículo 20).

2.3.7 Órganos del IPD

Son órganos del IPD el Registro Nacional del Deporte, el Comité Olímpico
Peruano y la Comisión Nacional Antidopaje (artículos 26 al 32).

2.3.8 Áreas de acción del deporte

• Deporte para todos.- Es de carácter promocional, participativo,


preventivo para la salud. Se desarrolla en las municipalidades, cen-tros
laborales, comunidades campesinas y comunidades nativas
(artículo 34).
• Deporte estudiantil.- Es de carácter formativo y competitivo. Desa-
rrolla las aptitudes y habilidades deportivas del educando. Se prac-
tica en los centros educativos, universidades, institutos superiores y
escuelas militares y policiales (artículo 35).
• Deporte de afiliados.- Tiene carácter competitivo y busca el alto ren-
dimiento en las disciplinas deportivas. Está constituido por organiza-
ciones deportivas como asociaciones deportivas comunales autoges-
tionarias, clubes, ligas y federaciones (artículo 36).

2.3.9 Organizaciones deportivas

Son asociaciones civiles sin fines de lucro que buscan promover y desarro-
llar la práctica de una o más disciplinas deportivas. Se inscriben en el Re-
gistro Deportivo para efectos de su reconocimiento e integración al siste-
ma deportivo nacional (artículo 37). Entre ellas tenemos:
92 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

• Clubes deportivos.- Organizaciones que reúnen a deportistas, socios,


dirigentes, padres de familia y aficionados para la práctica de disci-
plinas deportivas. Constituyen las organizaciones de base del depor-
te afiliado y se inscriben en el Registro Deportivo correspondiente
(artículo 38).
• Ligas deportivas.- Coordinan y organizan la actividad recreativa, de-
portiva y administrativa de sus afiliados. Las ligas son de nivel distri-
tal, provincial, departamental o regional; están integradas por un mí-
nimo de tres clubes que componen una liga distrital; de la misma for-
ma, tres ligas distritales integran una liga provincial y tres ligas pro-
vinciales constituyen las ligas departamentales o regionales. Se inscri-
ben en el Registro Deportivo correspondiente. En el caso del fútbol
también se constituirán en zonas intradistritales (artículo 41).
• Federaciones deportivas nacionales.- Son los órganos rectores de ca-
da disciplina deportiva en el ámbito nacional. Se constituyen como
asociaciones civiles sin fines de lucro y se rigen por su estatuto, la
legislación nacional y las normas internacionales. Sus organismos de
base son las ligas departamentales, regionales, distritales, provincia-
les y los clubes. Se gobiernan por la Asamblea de Bases y el Di-
rectorio (artículo 44).
• Federación deportiva especial.- Es una asociación civil de derecho pri-
vado sin fines de lucro que desarrolla, promueve, organiza y dirige la
práctica deportiva, recreativa y de educación física de las personas
con discapacidad. Sus estatutos, dirigentes y organizaciones de base
se inscriben en el Registro Nacional del Deporte (artículo 47).
• Agentes deportivos.- Todas aquellas personas que por sus actividades
participan en el deporte. Entre ellos tenemos: dirigentes, técnicos,
entrenadores, auxiliares, jueces, árbitros, profesionales del deporte,
la recreación y la educación física, así como a todas aquellas perso-
nas que, en calidad de colaboradores, participan en una actividad
deportiva (artículo 49).

2.3.10 Justicia deportiva y honores del deporte

La ley crea el Consejo Superior de Justicia Deportiva y Honores del Deporte


del IPD. Es competente para conocer y sancionar las faltas y transgresiones
a la ley, su reglamento y la normatividad deportiva vigente, así como la aten-
ción de la defensa de los intereses y derechos de los deportistas; asimismo,
NORMATIVIDAD DEPORTIVA 93

para el otorgamiento de honores y distinciones a deportistas, técnicos, auxi-


liares y dirigentes de una selección nacional; a los directivos de las federa-
ciones deportivas nacionales; al Comité Olímpico Peruano y a otros organis-
mos del Sistema del Deporte Nacional (artículo 50).

2.3.11 Deporte profesional

Es el conjunto de actividades deportivas remuneradas. Se regula de acuer-


do con el reglamento aprobado por el IPD sobre la base de la legislación
nacional y la normatividad internacional (artículo 57).

2.3.12 Deportista

Es la persona que practica una o más disciplinas deportivas de acuerdo


con sus normas y reglamentos; tiene un permanente espíritu de superación
y mantiene una conducta ejemplar acorde con la filosofía del deporte
(artículo 62).

2.3.13 Deportista calificado de alto nivel

Es aquel que reúne los requisitos que establece el IPD en coordinación


con las federaciones deportivas nacionales y el Comité Olímpico Peruano
(artículo 63).

2.3.14 Plan Nacional del Deporte

El IPD, en coordinación con el Ministerio de Educación, los gobiernos lo-


cales, regionales y otras entidades competentes, elaborará y aprobará el
Plan Nacional del Deporte para corto, mediano y largo plazos, el cual ten-
drá un horizonte de veinte años (artículo 74).

2.3.15 Infraestructura deportiva

Se presta atención especial a los espacios para la práctica deportiva, de


manera que en todo proyecto de habilitación y urbanización de tierras que
se desarrolle en el país, se reserva, obligatoriamente, para infraestructura
deportiva no menos del cincuenta por ciento del área destinada para par-
ques, bajo responsabilidad de la entidad aportante (artículo 76).
94 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

2.4 Reglamento de la Ley de Promoción y Desarrollo del Deporte

El Reglamento de la Ley de Promoción y Desarrollo del Deporte, Decreto


Supremo 018-2004-PCM (El Peruano, 3 de marzo del 2004), trata acerca de
temas administrativos y de gestión del Sistema Deportivo Nacional. Se con-
centra en la organización del IPD, su Consejo Directivo, funciones y facul-
tades de sus miembros; en los Consejos Regionales del Deporte, sus inte-
grantes, sesiones y quórum; el Consejo Escolar del Deporte, sus represen-
tantes y funciones; el Registro Nacional del Deporte y la Comisión Antido-
paje, sus facultades, miembros y conformación; el Comité Olímpico; la jus-
ticia deportiva y los honores, premios y distinciones en el deporte; y final-
mente, la potestad sancionadora y su procedimiento.

3. Código de los Niños y Adolescentes

El Código de los Niños y Adolescentes, Ley 27337 (El Peruano, 7 de agos-


to del 2000), trata el tema deportivo considerando especiales responsabili-
dades del Estado, con el fin de que los ciudadanos tengan acceso a las
prácticas deportivas.
Corresponde al Estado garantizar que la educación básica comprenda
el desarrollo de la personalidad, las aptitudes y la capacidad mental y físi-
ca del niño y del adolescente hasta su máximo potencial (artículo 15, inci-
so a). Del mismo modo, deberá estimular y facilitar la aplicación de recur-
sos y espacios físicos para la ejecución de programas culturales, deporti-
vos y de recreación dirigidos a niños y adolescentes (artículo 20).
Se trata de una norma que fija una política de apoyo a la niñez y la ado-
lescencia, encaminando la práctica deportiva en estas edades.

4. Ley General de Educación

La Ley 28044, Ley General de Educación, publicada en el diario oficial El


Peruano el 29 de julio del 2003, derogó la Ley 23384 del 18 de mayo
de 1982.
Dentro de sus postulados generales considera como función del Estado
promover la universalización, calidad y equidad de la educación a través
de la orientación y la articulación de los aprendizajes generados dentro y
fuera de las instituciones educativas, incluyendo la recreación, la educa-
ción física, el deporte y la prevención de situaciones de riesgo de los estu-
diantes (artículo 21, inciso f).
NORMATIVIDAD DEPORTIVA 95

Educación implica formación, y dentro de esta última tenemos la física


y la anímica, que se logran a través de las prácticas deportivas. La educa-
ción básica tiene entre sus objetivos desarrollar aprendizajes en campos
como la ciencia, las humanidades, la técnica, la cultura, el arte, la educa-
ción física y los deportes, así como aquellos que permitan al educando un
buen uso y usufructo de las nuevas tecnologías (artículo 31, inciso c).
En cuanto al desarrollo físico y las prácticas deportivas, la Ley General
de Educación encarga funciones concretas a las instituciones educativas,
como la promoción del desarrollo educativo, cultural y deportivo de su co-
munidad (artículo 68, inciso i); y que las Unidades de Gestión Educativas
Locales promuevan centros culturales, bibliotecas, teatros, talleres de arte,
deporte y recreación, brindando apoyo sobre la materia a los gobiernos lo-
cales que lo requieran (artículo 74, inciso o). Por su parte, la Dirección Re-
gional de Educación tiene entre sus finalidades promover la educación, la
cultura, el deporte, la recreación, la ciencia y la tecnología.
El Ministerio de Educación, como órgano del gobierno nacional, tiene
como finalidad definir, dirigir y articular la política de educación, cultura,
recreación y deporte, en concordancia con la política general del Estado
(artículo 79).

5. Ley Universitaria

La Ley 23733, Ley Universitaria (El Peruano, 4 de mayo de 1994), contie-


ne un capítulo referido al bienestar universitario. Considera que las univer-
sidades ofrecen a sus miembros y servidores programas y servicios de sa-
lud, bienestar y recreación; apoyan a los que surjan de su propia iniciati-
va y esfuerzo; fomenta las actividades culturales, artísticas y deportivas,
mencionando expresamente que las olimpiadas universitarias quinquena-
les son objeto de su especial atención (artículo 75).
El fomento del deporte, que debiera verse reflejado en la olimpiadas
universitarias quinquenales, no va más allá de un reconocimiento norma-
tivo carente de una política eficaz para su ejecución y trascendencia.

5.1 Apoyo académico al deportista

La Ley de Promoción y Desarrollo del Deporte considera expresamente el


apoyo a los deportistas calificados de alto nivel en el ámbito de la educa-
ción superior; es decir de universidades, institutos superiores y escuelas de
96 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional del Perú. La ley especifica los si-
guientes casos:
• Su incorporación al plantel estudiantil previa evaluación especial a
propuesta de su respectiva Federación Nacional y con la aprobación
del IPD (artículo 21).
• Otorgamiento de becas integrales y medias becas (artículo 22).
• Facilidades en la matrícula y horarios de estudio (artículo 69).

6. Ley Orgánica de Municipalidades

La Ley 27972, Ley Orgánica de Municipalidades (El Peruano, 27 de mayo


del 2003), establece que son competencia municipal, dentro de los servi-
cios públicos locales, la educación, la cultura, el deporte y la recreación
(artículo 73). Compete a las municipalidades en materia de educación, cul-
tura, deportes y recreación: normar, coordinar y fomentar el deporte y la
recreación de la niñez y del vecindario en general mediante la construc-
ción de campos deportivos y recreacionales33 o el empleo temporal de zo-
nas urbanas apropiadas para los fines antes indicados, sin perjuicio de las
funciones propias de los gobiernos nacional y regional (artículo 82,
inciso 18).
Corresponde al Concejo Metropolitano, en cuanto a nuestro tema con-
voca, aprobar planes y programas metropolitanos en materia de recreación

33 Si bien existe un déficit de terrenos para dedicarlos a campos deportivos, debe res-
catarse, al menos en intención legislativa, el artículo 81 de la Ley 28036, que dispo-
ne: “El Estado establece reservas especiales sobre terrenos eriazos a favor del Ins-
tituto Peruano del Deporte de conformidad con la legislación vigente”. Sobre el
particular, los terrenos eriazos que se requieran para la promoción del deporte de-
ben estar en zona urbana o de expansión urbana y no fuera de aquellas (salvo ex-
cepciones justificadas). Sin embargo, dicha ley a) no ha regulado la forma como
se concreta la reserva especial de terrenos eriazos del Estado en favor del IPD; b)
no establece que la reserva de terrenos eriazos para fines de infraestructura depor-
tiva se efectúa de oficio (debe ser solicitada y debidamente sustentada por el IPD);
y, c) no se ha normado quién debe aprobar la reserva y cómo debe hacerlo; este
es un problema directamente vinculado a la validez legal de la constitución de la
reserva. Queda sin definir, además, si basta con la aprobación de la mencionada
reserva o es necesario aprobar posteriormente la transferencia del área reservada
a favor del IPD. Tampoco se contempla por qué causales se podría dejar sin efec-
to la reserva. Véase ÁLVAREZ CARPENTIER, Teresa M. “Reservas de terrenos eria-
zos para infraestructura deportiva”. Hechos & Derecho, año 5, núm. 40, enero del
2006, pp. 8 y 9.
NORMATIVIDAD DEPORTIVA 97

y deporte (artículo 157, inciso 12), entre otros. En cuanto a la Alcaldía Me-
tropolitana, su competencia es promover la práctica masiva de los depor-
tes y la recreación (artículo 159, inciso 3.4). Asimismo, son funciones de la
Municipalidad Metropolitana de Lima crear el sistema de promoción del
deporte comunal y distrital integrado por el representante de la oficina de
Fomento del Deporte y el representante de la Junta Vecinal (artículo 161,
inciso 8.3).

7. Código Civil

7.1 Derecho comparado

El tratamiento del deporte en el derecho civil comparado no es uniforme;


varían los temas y las materias. Lo importante es ordenar sus criterios con
el fin de tenerlos en cuenta en nuestro estudio.
Los principios deportivos que inspiran el derecho civil comparado son:

• Los organizadores de competiciones deportivas están obligados a


hacer públicas las condiciones de participación, el método de eva-
luación, los premios y el valor de cada premio (Vietnam).
• Los locales y obras deportivas son objetos de propiedad común, con
excepción de los que sirvan en exclusiva a cada departamento, vi-
vienda, casa o local (Quintana Roo, México).
• El juego y la apuesta no son contratos válidos ni constituyen fuente
de obligaciones civiles; sin embargo, los lícitos son fuente de obliga-
ciones naturales a menos que en ellos concurran otras razones de
nulidad o anulabilidad, que afecten principios generales del derecho
o produzcan fraude de los acreedores en su ejecución (Portugal y
Macau).
• Se permitirá la caza con fines deportivos de animales silvestres, bra-
víos o salvajes siempre que se cuente con autorización de la entidad
administradora de los recursos naturales (Colombia).
• Las apuestas sobre torneos deportivos, competiciones atléticas o jue-
gos de habilidad se pueden prohibir mediante ordenanzas locales
(Filipinas).
• Las asociaciones deportivas son personas colectivas (Bolivia).
• Las normas del depósito necesario se aplican a los establecimientos
y locales deportivos que presten sus servicios a título oneroso (pro-
yecto de Argentina).
98 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

• No se puede accionar por pagos de deudas de juego o apuestas, in-


cluidas las derivadas de competiciones deportivas, aun en los casos
de personas que apuesten sin formar parte de la competición. El per-
dedor que paga voluntariamente no puede repetir, salvo que haya
mediado dolo o que el repitente sea un incapaz. No obstante, el juez
puede rechazar o reducir equitativamente el monto de la prestación
cuando resulta excesiva para la situación económica del perdedor
(Italia).

7.2 Derecho local

El Código Civil peruano no trata el deporte como institución jurídica autó-


noma. Podemos entenderlo como una actividad humana comprendida
dentro del derecho a la vida, la integridad y la libertad, a los actos de libre
disposición del cuerpo humano.
De manera especial, el Código refiere cuatro instituciones vinculadas
con prácticas deportivas, que son las siguientes:

7.2.1 Exámenes corporales relacionados con la validez de las


cláusulas contractuales de disposición corporal

Artículo 11.- Son válidas las estipulaciones por las que una persona se
obliga a someterse a examen médico, siempre que la conservación de
su salud o aptitud síquica o física sea motivo determinante de la rela-
ción contractual.

Según el artículo 11, el sujeto puede autorizar tratamientos o exámenes


médicos cotidianos, periódicos o habituales para mantener la continuidad
y ejecución del contrato en el que su buen estado físico, salud, aptitud y
performance sea parte esencial de la relación contractual. Dentro de estos
se “encontrarían, entre otros, los deportistas sujetos a un régimen de de-
pendencia de carácter laboral”;34 también los militares, policías, pilotos y
demás profesiones en las que el aspecto físico y psíquico es básico para
el cumplimiento de su labor. Es de señalar, claramente, que los contratos
sobre el cuerpo humano serán válidos siempre que exista el asentimiento
de la persona y se respete su trascendencia como ser humano.

34 FERNÁNDEZ SESSAREGO, Carlos. Derecho de las personas, 2004, p. 60.


NORMATIVIDAD DEPORTIVA 99

Se restringe el ius abutendi, ya que el cuerpo humano, templo de la


personalidad, está premunido ontológicamente de dignidad. La persona es,
más que propietario, administrador de su estructura corporal.
Como ejemplo típico de estipulaciones sanitarias, y como citamos en su
oportunidad,35 se debe señalar la relación laboral de los futbolistas profe-
sionales con sus clubes deportivos (Ley 26566, más adelante reseñada). En
este marco contractual, son obligaciones especiales de los futbolistas guar-
dar en su vida privada un comportamiento compatible con el manteni-
miento del eficiente estado físico y mental en su condición de deportistas
profesionales; el incumplimiento de esta obligación generará la resolución
del contrato (artículo 5, inciso e).
Por su parte, la derogada Ley 27159, Ley General del Deporte, estable-
cía como obligación del deportista calificado el mantener una conducta
acorde con la moral y las buenas costumbres, evitando la indisciplina y los
hábitos reñidos con su preparación integral (artículo 5, inciso a).
El estado físico de los deportistas es el elemento esencial en su contra-
tación y ello es confirmado por la normatividad dictada en materia de ejer-
cicio del deporte, que está dirigida a regular las condiciones de acceso a
las variadas actividades agonísticas y los controles de salud que deben so-
meterse los atletas cada cierto tiempo. Mediante el llamado contrato depor-
tivo la entidad o club debe prestar asistencia médica completa y, por su
parte, el jugador tiene entre sus deberes mantener y perfeccionar sus apti-
tudes y condiciones psicosomáticas para el desempeño de la actividad, de-
biendo comunicar a la entidad cualquier circunstancia que afecte su esta-
do de salud. La disminución o pérdida de dichas condiciones por causas
imputables a él constituirá una falta (grave o leve, según sea el caso) a sus
obligaciones, que implicará la resolución del contrato o la aplicación de
una penalidad.

7.2.2 Convenios et corpore respecto a los contratos que implican


actos de extremo riesgo

Artículo 12.- No son exigibles los contratos que tengan por objeto la rea-
lización de actos excepcionalmente peligrosos para la vida o la integri-
dad física de una persona, salvo que correspondan a su actividad habi-
tual y se adopten las medidas de previsión y seguridad adecuadas a las
circunstancias.

35 VARSI ROSIGLIOSI, Enrique. “Exámenes médicos con fines contractuales”. Código


Civil comentado, 2003, pp. 145-148.
100 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

Fernández Sessarego36 indica que en los deportes riesgosos las perso-


nas intervinientes han adquirido dominio y destreza mediante la habituali-
dad, la que es admitida referencialmente por la ley.
Estos sujetos son adictos al peligro, disfrutan participando en deportes
extremos, tan usuales hoy en día que la ley no hace otra cosa que recono-
cerlos a través de una regulación (en nuestro caso bastante tangencial). De
alguna manera, estos deportistas viven el peligro, encuentran la forma de
estar cerca de la muerte; vivirla; su actividad deportiva termina siendo un
desfogue al tánatos, un escarceo con los límites de la vida.
Son ejemplos de actividades riesgosas: la acrobacia, el automovilismo,
el motocross, el paracaidismo, la inmersión submarina, el montañismo, la
escalada, el puenting, el jumping, el esquí extremo, la tauromaquia y el
boxeo profesional, entre otros, aunque los actos circenses terminan sien-
do muchas veces el único ejemplo, al menos práctico, pero hoy superado
por actividades más extremas.
Este artículo cobra vigencia con la práctica de los deportes de alto ries-
go (conocidos como “deportes de aventura”) que por su importante prác-
tica nos llevan a proponer la dación de normas jurídicas conducentes a
controlar tales actividades.37 El riesgo es extremo y deben delimitarse las
obligaciones y las responsabilidades de los sujetos intervinientes.
Este numeral, como refiere Espinoza Espinoza,38 debe ser interpretado
sistemáticamente con los artículos 1219, inciso 1 (medidas que puede tomar
el acreedor para exigir el cumplimiento de la obligación); 1150, incisos 1, 2
y 3 (medidas que puede tomar el acreedor en caso de que el deudor se re-
sista en el cumplimiento de la obligación) y 1152 (acción de daños por in-
cumplimiento de la obligación). Es obvio que solo puede exigirse aquello
que humanamente es viable, tomando en cuenta el principio jurídico: “Nadie
está obligado a lo imposible”39 (proverbio vulgar Ad impossibile nemo tene-
tur), que se encuentra consagrado en nuestro Código cuando se trata la
prestación imposible en los artículos 1431, 1432 y 1433, y, obviamente, en
los artículos 140 y 210, en el objeto física y jurídicamente posible.40

36 FERNÁNDEZ SESSAREGO, Carlos. Op. cit., 2004, p. 60.


37 BELTRÁN PACHECO, Jorge. “Contratos peligrosos para la vida o integridad física”.
Código Civil comentado, 2003, p. 152.
38 ESPINOZA ESPINOZA, Juan. Derecho de las personas, 2006, pp. 219-220.
39 Aforismo jurídico. Impossibilium nulla obligatio, jurisconsulto Juvencio Celso, siglo
I a.C.
40 VARSI ROSPIGLIOSI, Enrique. “Nadie está obligado a hacer lo que la ley no manda
NORMATIVIDAD DEPORTIVA 101

7.2.3 Juego y apuesta

Artículo 1947.- Los contratos de lotería, pronósticos sobre competencias


deportivas, apuestas hípicas, peleas de gallos y otros espectáculos y
concursos similares, se rigen por las normas legales o administrativas
pertinentes. En estos casos no es de aplicación la reducción prevista en
el segundo párrafo del artículo 1942.41

En el Perú, el juego y la apuesta están permitidos. Existen modalidades


de juego y apuesta vinculados con los espectáculos públicos deportivos,
como es el caso del fútbol. Bien detalla Arias Schreiber42 cuando dice que
la historia de la regulación normativa del pronóstico sobre los resultados
de competencias deportivas empieza con el Decreto Ley 20803 del 19 de
noviembre de 1974, que autorizó la realización de estos concursos, tratán-
dola como una actividad de orden público reservada para el Estado. Con-
sideró que su realización está sustentada en los principios de eficiencia, ce-
leridad, confiabilidad y seguridad, para lo cual se crea la Empresa Pública
Administradora de Pronósticos Deportivos (Epaprode), encargada de regla-
mentar, promover, realizar y controlar los concursos de pronósticos sobre
resultados en las competencias deportivas, siendo su ámbito de aplicación
aquellas que se lleven a cabo en el país o en el extranjero. Luego, por De-
creto Ley 21091 del 24 de febrero de 1975, con la Ley Orgánica que crea
la Epaprode, se dictan las normas exclusivas del concurso de pronósticos
deportivos de fútbol, incluyendo su administración y fiscalización.
Con el Decreto Legislativo 255 del 29 de diciembre de 1981,43 toman-
do las referencias del autor citado, se creó la Empresa Peruana de Apuestas
Deportivas S.A. (Epadesa), dependiente del Instituto Peruano del Deporte,
cuyo fin es realizar y promover los concursos de pronósticos de resultados
de competencias deportivas en el Perú y en el extranjero. Epadesa ha rees-

ni impedido de hacer lo que ella no prohíbe”. Libro en homenaje a Carlos Fernán-


dez Sessarego, en edición.
41 Artículo 1942.- Por el juego y la apuesta permitidos, el perdedor queda obligado a
satisfacer la prestación convenida, como resultado de un acontecimiento futuro o
de uno realizado, pero desconocido para las partes. El juez puede reducir equita-
tivamente el monto de la prestación cuando resulta excesiva en relación con la si-
tuación económica del perdedor.
42 ARIAS SCHREIBER PEZET, Max. Exégesis del Código Civil peruano de 1984, 2006,
p. 951 y ss.
43 Derogó los decretos leyes 20803 y 21091.
102 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

tructurado la organización y el funcionamiento de la polla futbolística, de-


nominada Deporgol, capitalizando los errores y deficiencias detectadas du-
rante la época en que intervino Epaprode, pero en el presente también ha
cesado su funcionamiento.

7.2.4 Los daños

Artículo 1969.- Aquel que por dolo o culpa causa un daño a otro está
obligado a indemnizarlo. El descargo por falta de dolo o culpa corres-
ponde a su autor.
Artículo 1970.- Aquel que mediante un bien riesgoso o peligroso, o por
el ejercicio de una actividad riesgosa o peligrosa, causa un daño a otro,
está obligado a repararlo.

En el aspecto deportivo se viene aplicando la teoría del daño, en espe-


cial el daño a la vida de relación, también conocido como daño a la perso-
nalidad integralmente considerada o a la capacidad para las sensaciones
agradables de la vida. Cuando Fernández Sessarego44 analiza conceptual-
mente las diversas denominaciones para designar daños, constata que se
trata de daños específicos comprendidos todos ellos en el genérico “daño
a la persona”. Fundamenta que estas denominaciones han nacido de las
circunstancias o tiempos en que se acuñó el término, o han sido motiva-
das por la imaginación de los autores o por precisos requerimientos de
adaptación a un determinado ordenamiento jurídico positivo en busca de
un fundamento legal, entre otras razones.
Sin embargo, este daño a la vida de relación es entendido como en de-
trimento de las aptitudes de una persona para la actividad social, cuando
sin menoscabo aparente de su capacidad de trabajo disminuyen las posibi-
lidades de la persona en terrenos como el social, deportivo, artístico, se-
xual, etcétera.45
Afecta la estructura psicofísica de la persona en su esfera vinculada a la
plenitud de la vida y su desarrollo, a la pérdida de la aptitud vital y la capa-
cidad genérica, y al empobrecimiento de perspectivas futuras. Como tal, se

44 FERNÁNDEZ SESSAREGO, Carlos. “Deslinde conceptual entre daño a la persona,


daño al proyecto de vida y daño moral”. Foro Jurídico, año 1, núm. 2, julio del
2003.
45 Véase GALDÓS, Jorge Mario. “Daño a la vida de relación”. La Ley, año LXX, núm.
124, jueves 29 de junio del 2006, p. 1.
NORMATIVIDAD DEPORTIVA 103

trata de un daño especial, así como de diversos daños a la persona: estéti-


co, psíquico, biológico, al proyecto de vida, a la identidad personal, a la
intimidad y a la vida sexual, entre otros.
Por citar un caso, la jurisprudencia nacional ha establecido que
... las lesiones graves que causen la muerte, sufridas por una persona en
una carrera automovilística en circuitos cerrados, son indemnizables tan-
to por el piloto del automóvil, como por la institución deportiva que or-
ganizó el evento, por no haber tomado las precauciones necesarias a fin
de evitar accidentes.46

8. El Código Penal

El deporte y el derecho penal no son ramas muy afines que digamos. Si


bien en la práctica deportiva podemos identificar conductas y omisiones
que exigen una sanción por su amenaza o gravedad, la autodeterminación
de los deportistas le resta trascendencia penal, a pesar de que el régimen
disciplinario deportivo tiene como esencia el derecho penal que descansa
en el principio de lesividad y de proporcionalidad.
El derecho comparado no cuenta aún con una disciplina jurídica espe-
cializada en derecho penal deportivo, a lo que se suma el hecho de que
el acceso y la recurrencia a la justicia penal por asuntos relacionados con
la actividad deportiva es casi nula. Sin embargo, el crecimiento, la tecnifi-
cación y la globalización de las prácticas deportivas genera toda una ten-
dencia para evitar conflictos de intereses, sanción por las malas prácticas
y punición de aquellos actos que atentan contra bienes jurídicamente pro-
tegidos que actualmente se encuentran identificados por el derecho penal.
El dopaje, la discriminación y la violencia de las barras bravas son los casos
más comunes en los que comprobamos cómo el derecho penal viene
dando una respuesta no solo efectiva sino real.
Cabe preguntarnos si ameritan tipificarse los delitos en actividades depor-
tivas o si deben ser sancionados sobre la base de los delitos comunes. Es

46 Véase Revista de Jurisprudencia Peruana. Lima, 1968. Respecto de la jurispruden-


cia extranjera, se pueden anotar algunos casos, como el de Argentina (Cámara
Nacional Federativa. Sala II Civ. y Com. 14/7/1978), que considera que “el para-
caidismo es un deporte riesgoso”. En Francia existen innumerables casos de acci-
dente de alpinismo. Cfr. BELTRÁN PACHECO, Jorge. “Contratos peligrosos para la
vida o integridad física”. Código Civil comentado, tomo I, 2003, p. 152.
104 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

verdad que la realización del deporte puede generar la violación o atentado


de los derechos personales como la vida, la integridad, la salud y otros. Pue-
den producirse, incluso, delitos patrimoniales y contra el orden económico,
además del fraude de la persona jurídica. Como hecho humano, el deporte
genera consecuencias jurídicas, lícitas e ilícitas; estas segundas, independien-
temente del daño que debe repararse, ameritan una pena en caso de com-
probarse el delito.
Las lesiones deportivas son el caso límite a toda esta disquisición. La
dogmática le presta especial atención, sobre todo en el caso de los depor-
tes de contacto, en los que la violencia es aceptada como parte del juego.
Los lesionados, de forma leve, grave o muy grave, o los herederos del di-
funto no podrían denunciar el acto. En concreto, podríamos decir que los
actos y omisiones deportivas realizadas en estricto cumplimiento de su re-
glamentación, que atentan contra los derechos de las personas de facto, no
han sido materia de punición y de iure no se castigan, siendo necesario
establecer criterios guías para circunscribir lo punible de lo impune.
Nuestro Código Penal carece de un tratamiento acerca de las prácticas
deportivas. Solo se limita, en el capítulo de los Delitos contra la Salud Pú-
blica, sección Tráfico Ilícito de Drogas, tipo de delito Comercialización y
Cultivo de Plantaciones de Adormidera,47 a establecer una forma agravada
cuando el cultivo, promoción, facilitación, financiación o comercialización
de adormidera es cometido en el interior o en inmediaciones de un recin-
to deportivo.48

47 “Artículo 296, D.- Comercialización y cultivo de plantaciones de adormidera. El que


ejecuta actos de cultivo, promoción, facilitación o financiación de plantaciones de
adormidera, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de ocho ni
mayor de quince años, con ciento ochenta a trescientos sesenticinco [sic] días-
multa e inhabilitación conforme al artículo 36º, incisos 1), 2) y 4).
Si la cantidad de plantas de que trata el párrafo anterior no excede de cien, el
agente será reprimido con pena privativa de libertad no menor de dos ni mayor
de ocho años, con trescientos sesenticinco [sic] a setecientos treinta días-multa e
inhabilitación conforme al artículo 36º, incisos 1), 2) y 4).
El que transfiere o comercializa semillas de adormidera será reprimido con la
misma pena que establece el primer párrafo del presente artículo”.
48 Artículo 297.- Formas agravadas. La pena será privativa de libertad no menor de
quince ni mayor de veinticinco años, de ciento ochenta a trescientos sesenta y
cinco días-multa e inhabilitación conforme al artículo 36º, incisos 1, 2, 4, 5 y 8
cuando: (…) 4) El hecho es cometido en el interior o en inmediaciones de un esta-
blecimiento de enseñanza, centro asistencial, de salud, recinto deportivo, lugar de
detención o reclusión.
NORMATIVIDAD DEPORTIVA 105

De alguna manera existe una creciente intervención penal en el ámbito


del deporte. Es que la realidad convoca a que se sancionen los actos delic-
tuales en las prácticas deportivas tomando como referencia que éstas son
signo de unión, amistad, y que la competencia no justifica los medios para
lograr una victoria. Esta podría ser una razón por la cual el derecho penal
se viene acercando cada día más al deporte, previniendo y reprimiendo.

9. Ley General de la Persona con Discapacidad

La Ley 27050, Ley General de la Persona con Discapacidad, del 6 de enero


de 1999, tiene como finalidad (artículo 1) establecer el régimen legal de
protección, atención de salud, trabajo, educación, rehabilitación, seguridad
social y prevención para que la persona con discapacidad alcance su desa-
rrollo e integración social, económica y cultural, tal como dicta la Consti-
tución Política del Estado cuando considera expresamente que: “La perso-
na incapacitada para velar por sí misma a causa de una deficiencia física
o mental tiene derecho al respeto de su dignidad y a un régimen legal de
protección, atención, readaptación y seguridad” (artículo 7).
La ley entiende que:
La persona con discapacidad es aquella que tiene una o más deficien-
cias evidenciadas con la pérdida significativa de alguna o algunas de sus
funciones físicas, mentales o sensoriales, que impliquen la disminución
o la ausencia de la capacidad de realizar una actividad dentro de formas
o márgenes considerados normales, limitándola en el desempeño de un
rol, función o ejercicio de actividades y oportunidades para participar
equitativamente dentro de la sociedad (artículo 2).

Nótese lo importante de la norma no solo en la definición optada sino


en la terminología utilizada, desterrando los términos incapaz o impedi-
do.49 Se reconoce que, como toda persona, aquella que adolece de disca-
pacidad tiene los mismos derechos que los que asisten a la población en
general, sin perjuicio de aquellos derechos especiales reconocidos consti-
tucionalmente, como ya se mencionó (artículo 3).

49 La derogada Ley 24067 (El Peruano, 12 de enero de 1985), Ley de Promoción, Pre-
vención, Rehabilitación y Prestación de Servicios al Impedido, con el fin de lograr
su integración social, se refería al impedido físico considerando como tal “a la per-
sona que presenta limitaciones intelectuales, sensoriales o físicos de carácter irre-
versible, que en relación con su edad y medio, impliquen desventaja considerable
para su integración social” (artículo 2).
106 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

La normatividad otorga un papel básico a la familia, confiándole una la-


bor esencial frente al logro de las acciones y objetivos establecidos en esta
ley; corresponde a la familia la capacitación integral (educativa, deportiva,
de salud, de incorporación laboral, etcétera), con el fin de atender la pre-
sencia de alguna discapacidad en los miembros de la familia (artículo 4).
En lo que se refiere al deporte, la ley establece una política de promo-
ción, determinando que el Consejo Nacional para la Integración de la
Persona con Discapacidad (Conadis),50 en coordinación con el IPD, debe
promover:

• El desarrollo de la actividad deportiva de la persona con discapaci-


dad facilitando expertos, equipos e infraestructura adecuada para su
práctica (artículo 27).
• La creación de federaciones deportivas especiales que demanden las
diferentes discapacidades con el objetivo que el Perú pueda inte-
grarse al Comité Para Olímpico Internacional y a otros entes o insti-
tuciones internacionales del deporte especial (artículo 28).

Por su parte, el Reglamento de la Ley, Decreto Supremo 003-2000-Pro-


mudeh (El Peruano, 4 de abril del 2000) dispone que el Consejo Nacional
coordina con el IPD el cumplimiento de los siguientes objetivos (artículos
44, 45 y 46):

• Promover, difundir, organizar y supervisar, a nivel nacional e inter-


nacional, las prácticas deportivas de las personas con discapacidad,
procurando que incorporen el deporte como un hábito de vida y
medio definido de autoestima y realización personal.
• Promover la preparación y capacitación adecuada en número y cali-
dad del personal especializado en el deporte para las personas con
discapacidad: entrenadores, técnicos, árbitros y jueces.
• Oficializar, a través de las resoluciones, la representación o participa-
ción de personas con discapacidad en competencias internacionales.
• Formular la reglamentación para establecer la premiación a quienes
se hayan distinguido de manera excepcional en la práctica, labor o
dirección del deporte de personas con discapacidad.

50 El Conadis fue creado para el logro de los fines y la aplicación de la presente Ley,
incorporándose como Organismo Público Descentralizado del Ministerio de Pro-
moción de la Mujer y del Desarrollo Humano (artículo 5 de la Ley 27050).
NORMATIVIDAD DEPORTIVA 107

9.1 Igualdad de condiciones

Tomándose en cuenta el derecho a la igualdad, a la dignidad y a la equi-


dad se reconocen los logros alcanzados por deportistas con discapacidad
que obtengan triunfos olímpicos y mundiales en sus respectivas discipli-
nas. Además, se considera que el IPD y el Comité Olímpico Peruano reco-
nocerán en la misma forma como se premia a los atletas y deportistas
triunfadores sin discapacidad (artículo 29 del reglamento).
La condecoración de los Laureles Deportivos del Perú será otorgada por
el IPD a petición de la Federación Deportiva correspondiente. Los nom-
bres de los deportistas con discapacidad que se hubieran hecho merece-
dores de la condecoración de los Laureles Deportivos del Perú en su más
alto grado, serán grabados en la parte externa superior del Estadio Nacio-
nal. El cumplimiento de esta disposición depende del Consejo Nacional
(artículo 47 del reglamento).

9.2 Incentivos y descuentos

En la misma línea, la Ley ofrece incentivos y descuentos para activida-


des recreativas estableciendo que:
Toda persona que disponga de la constancia de inscripción en el Regis-
tro Nacional de las Personas con Discapacidad tendrá derecho a un des-
cuento del cincuenta por ciento (50%) sobre el valor de la entrada a es-
pectáculos culturales, deportivos o recreativos organizados por las enti-
dades del Estado. Dicho descuento es aplicable hasta un máximo del
veinticinco por ciento (25%) del número total de entradas (artículo 30
del reglamento).

Como puede apreciarse, la promoción del deporte en las personas con


discapacidad es reconocido en el campo normativo y en la práctica cuen-
ta con talentos y profesionales de primer nivel.

10. Ley de Seguridad y Tranquilidad Pública en Espectáculos


Deportivos

La Ley 26830, Ley de Seguridad y Tranquilidad Pública en Espectáculos De-


portivos (El Peruano, 1 de julio de 1997), dicta las medidas de garantía pa-
ra lograr la seguridad en espectadores, jugadores y público en general,
consiguiendo la paz en los recintos y alrededores de los escenarios donde
se lleven a cabo los espectáculos deportivos.
108 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

La norma define las barras como “aquel grupo de personas asociadas a


un club o asociación deportiva debidamente empadronado, para alentar
durante el desarrollo de un espectáculo deportivo, al club o asociación de-
portiva al que pertenezca” (artículo 3); asimismo, indica mecanismos de
identificación a sus integrantes, estableciendo, además, prohibiciones, deli-
tos y faltas.

11. Régimen laboral de los jugadores de fútbol profesional

El régimen laboral de los jugadores de fútbol profesional se regula en la


Ley 26566 (El Peruano, 1 de julio de 1996) de manera que el futbolista, da-
da la peculiaridad de sus labores y los servicios prestados a la institución,
cuenta con normas especiales que tratan acerca de su actividad.
La especialidad normativa de las relaciones laborales en las diversas
profesiones ha sido reconocida por la jurisprudencia, de forma que:
… el régimen laboral de la actividad privada está compuesto por un uni-
verso de disposiciones legales destinadas a regular, valga la redundan-
cia, el régimen común y diversos regímenes especiales como, por ejem-
plo, el de Construcción Civil, mineros, periodistas, médicos, deportistas,
profesores, pescadores, hospedaje, entre otros, en razón de las peculia-
ridades propias de sus labores.51

La norma parte del hecho de que la relación laboral de los futbolistas


profesionales con los clubes deportivos de fútbol está sujeta a las disposi-
ciones de la actividad privada, con características propias a los servicios
prestados que son establecidos por ley –las laborales que rigen la activi-
dad privada, ciertamente–, aplicándose supletoriamente las normas del
Código Civil.
Considera, además, las características de la relación laboral, los contra-
tos, los derechos y las obligaciones de los futbolistas, de manera general.
Así lo ha reconocido la Federación Peruana de Fútbol, que mediante su
Cámara de Conciliación y Resolución de Disputas en el Laudo 029-2006-
CCRD-FPF-B del 24 de enero de 2006 señaló:

51 CAS. 941-2002-del Santa. El Peruano, 1 de marzo del 2004.


NORMATIVIDAD DEPORTIVA 109

Primero.- Que la Ley Nº 26566, que norma la relación laboral de los fut-
bolistas profesionales con los clubes deportivos de fútbol, establece en
su artículo 1º que tal relación laboral se sujeta a las normas que rigen la
actividad privada, lo que hace aplicables al caso las disposiciones perti-
nentes de la Ley de Productividad y Competitividad Laboral, TUO del
Decreto Legislativo Nº 728 aprobado por D.S. Nº 003-97-TR.

Se trata, y es bueno mencionarlo, de una norma marco, dado que no


agota todos los temas pero plantea (sí) los centrales.

11.1 Estatuto del Futbolista Profesional

El Estatuto del Futbolista Profesional, por su naturaleza,52 es una especie


de convenio colectivo de trabajo luego de que la Ley del Régimen Laboral
de los Jugadores de Fútbol Profesional calificara las relaciones laborales de
los futbolistas como pertenecientes al régimen privado.
El Estatuto se adecua a lo normado por la Constitución, cuyo artículo
28 afirma que: “El Estado reconoce los derechos de sindicación, negocia-
ción colectiva y huelga…”. Recordemos que el Perú es signatario y ha rati-
ficado los siguientes convenios de la Organización Internacional del Tra-
bajo (OIT): i) el Convenio 87 sobre libertad sindical y protección del dere-
cho de sindicación de 1949, aprobado por Resolución Legislativa 13281 del
15 de diciembre de 1959; ii) el Convenio 98 sobre el derecho de sindica-
ción y negociación colectiva de 1949, aprobado por Resolución Legislativa
14712 del 18 de noviembre de 1963; y, iii) el Convenio 151 sobre protec-
ción del derecho a la sindicación y los procedimientos para determinar las
condiciones de empleo en la administración pública, ratificada por la 17
disposición transitoria de la Constitución de 1979; además del reconoci-
miento de similares derechos en una serie de documentos relativos a la de-
fensa de los derechos humanos, económicos, sociales y políticos.53 Enton-
ces, vemos que los convenios colectivos pueden ser suscritos por los sin-
dicatos o grupos de sindicatos de trabajadores, sean estos del régimen pri-
vado o público.

52 Toda vez que los fines y funciones de las organizaciones sindicales son, entre
otras, representar al conjunto de trabajadores afiliados a estos en los conflictos,
controversias o reclamaciones colectivas y la búsqueda de mejores condiciones ge-
nerales de trabajo.
53 ARÉVALO VELA, Javier. Comentarios al TUO de la Ley de Relaciones Colectivas de
Trabajo, 2005, p. 9.
110 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

Para que se pueda formar un sindicato es necesario contar al menos


con veinte trabajadores afiliados, siendo el nivel inicial el sindicato en sí;
luego se pueden agrupar varios sindicatos y formar federaciones o confe-
deraciones de sindicatos. De lo señalado, el Estatuto del Futbolista Profe-
sional parecería un sindicato atípico, ya que se forma de grupos de futbo-
listas que prestan sus servicios a empleadores distintos.
El anteproyecto de la Ley General del Trabajo,54 en su artículo 4, defi-
ne al empleador como: “la persona natural o jurídica, patrimonio autóno-
mo, entidad asociativa, con o sin fines de lucro y de naturaleza privada o
pública que contrata servicios regulados por esta Ley”. Entonces, al poder
calificar a los clubes de fútbol dentro de esta categoría, es posible afirmar
que los futbolistas pueden ejercer su derecho de sindicalización y han co-
menzado a hacerlo mediante el Estatuto.
El Estatuto se encuentra vigente –aunque de modo provisional– des-
de el 1 de julio del 2005, tal como lo autorizara la FIFA (Fédération Inter-
nationale de Football Asociation) y lo dispusiera en su momento la Fede-
ración Peruana de Fútbol (FPF), y bajo dicho régimen se han registrado
todos los contratos a partir de la fecha indicada. Ha sido considerado por
la FPF como una norma reglamentaria de la relación laboral entre los fut-
bolistas profesionales y clubes, y se enmarca dentro de la normativa de la
FIFA y legislación nacional vigente.
Existe una excusa de los dirigentes para no aceptar el Estatuto, referida
a que el costo de las plantillas aumentará entre 30 y 40 por ciento, debi-
do a la obligación de pagar catorce sueldos, uno por cada mes de trabajo
y otros dos de gratificaciones, en lugar de los doce acostumbrados. Ade-
más de los pagos a Essalud y las retenciones por la renta de quinta catego-
ría y los aportes a las AFP, más el despido arbitrario en el caso de que es-
te se produzca.
Sin embargo, los directivos de los diferentes equipos han tenido el tiem-
po suficiente para prever esta situación y llegar a un acuerdo con los juga-
dores de su plantel para prorratear sus sueldos, con la finalidad de que es-
to no aumente más los costos. Según lo señalado por el artículo 8 del De-
creto Legislativo 728, Ley de Productividad y Competitividad Laboral, el
empleador podrá pactar con el trabajador que perciba una remuneración
mensual no menor a dos Unidades Impositivas Tributarias, una remunera-
ción integral computada por período anual, que comprenda todos los be-

54 CONGRESO DE LA REPÚBLICA, Comisión de Trabajo, 7 de julio de 2005 [en línea].


<http://www.congreso.gob.pe> (consulta: 19 de diciembre del 2006).
NORMATIVIDAD DEPORTIVA 111

neficios legales y convencionales aplicables a la empresa, con excepción


de la participación en las utilidades.
Además de la parte salarial, el Estatuto obliga a los clubes a proporcio-
nar al futbolista las condiciones de trabajo necesarias, como alimentación,
vitaminas, hospedaje y transporte para el desempeño óptimo de sus labo-
res. En algunos casos, se trata de condiciones de trabajo distintas y privi-
legiadas con relación al común de los trabajadores, lo cual, sin embargo,
se encuentra justificado con relación a las especiales condiciones en las
que los futbolistas profesionales deben prestar sus servicios.

12. Ley de Acceso de los Deportistas de Alto Nivel a la


Administración Pública

La Ley 27674, Ley de Acceso de los Deportistas de Alto Nivel a la Admi-


nistración Pública (El Peruano, 21 de febrero del 2002), declara que la ca-
tegoría de deportista calificado de alto nivel constituye un mérito evalua-
ble adicional a los demás criterios de evaluación para acceder a las plazas
vacantes en la administración pública, centros educativos y universidades
(artículo 1), confiriéndose la facultad al Instituto Peruano del Deporte de
otorgar el reconocimiento de deportista calificado de alto nivel (artículo 2)
en coordinación con las Federaciones Deportivas Nacionales y el Comité
Olímpico Peruano.
Este reconocimiento dará lugar a una acreditación que tendrá doce me-
ses de vigencia, período en el que podrá ser presentada a las entidades de
la administración pública y demás instituciones, con el fin de obtener una
bonificación en los concursos de selección de personal.
La norma no es una mera declaración, al menos así no quiere que sea
en su contenido, de allí que se establece que el Instituto Peruano del De-
porte podrá efectuar convenios con la administración pública, las empre-
sas, los centros educativos y las universidades, con el fin de facilitar a estos
deportistas, según su preparación técnico-deportiva o profesional, el acce-
so laboral (artículo 3). Se trata de un beneficio adicional otorgado a los
deportistas calificados de alto nivel.
El reglamento de la ley, Decreto Supremo 089-2003-PCM del 11 de no-
viembre del 2003, establece los criterios de evaluación para el reconoci-
miento del “deportista calificado de alto nivel”, con el fin de acceder a las
plazas vacantes indicadas (artículo 1), concediéndose un porcentaje adicio-
nal correspondiente en la evaluación curricular (artículo 2).
112 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

12.1 Ámbito de aplicación

Conforme lo indica el artículo 3 del reglamento, se encuentran sujetas a


esta normatividad las entidades que conforman la administración públi-
ca.55 Estas son:

Entidades Conformación

• Poder Ejecutivo • Ministerios y organismos públicos


descentralizados
• Poder Legislativo • Congreso de la República

• Poder Judicial • Cortes, juzgados y fiscalías

• Gobiernos regionales • Autoridades competentes

• Gobiernos locales • Autoridades competentes

• Organismos a los que la Constitución • Jurado Nacional de Elecciones, Ofici-


Política del Perú y las leyes confieren na Nacional de Procesos Electorales,
autonomía Registro Nacional de Identificación y
Estado Civil, Consejo Nacional de la
Magistratura, Tribunal Constitucional,
Ministerio Público, Fiscalía de la Na-
ción, Defensoría del Pueblo, Con-
traloría General de la República, Ban-
co Central de Reserva del Perú, Supe-
rintendencia de Banca y Seguros

• Personas jurídicas bajo el régimen priva- • Telefónica del Perú, Edelnor, Luz del
do que prestan servicios públicos o ejer- Sur, Serpost, otras
cen función administrativa, en virtud de
concesión, delegación o autorización del
Estado
• Entidades y organismos, proyectos y programas del Estado cuyas actividades se rea-
lizan en base a potestades administrativas, sujetas a las normas comunes de dere-
cho público, salvo mandato expreso de ley que las refiera a otro régimen

55 Ley 27444, Ley del Procedimiento Administrativo General (El Peruano, 11 de abril
del 2001), artículo I del título preliminar.- Ámbito de aplicación de la ley. La pre-
sente ley será de aplicación para todas las entidades de la administración pública.
NORMATIVIDAD DEPORTIVA 113

El reglamento considera también dentro de su ámbito de aplicación a


las empresas privadas, centros educativos y universidades que suscriban
convenios con el Instituto Peruano del Deporte.

12.2 Deportista calificado de alto nivel


Como lo indica el artículo 5 del reglamento, el deportista calificado de alto
nivel es aquel que cumple con los requisitos para ser elegido como repre-
sentante del país en eventos deportivos internacionales, garantizando que,
por su nivel de eficiencia, pueda obtener un rendimiento máximo y un
buen resultado. Esto le permite una acreditación para ubicarse en cual-
quiera de los niveles con el fin de recibir una bonificación en los concur-
sos de selección de personal.

12.3 Niveles para la bonificación por los logros del deportista


El reconocimiento como deportista calificado de alto nivel será considera-
do necesariamente en los concursos de selección de personal convocados
en la administración pública, y tal calificación determina la bonificación se-
gún una escala de cinco niveles (artículo 7 del reglamento):

Nivel Logros %

Deportistas que hayan participado en juegos olímpicos o


campeonatos mundiales y se ubiquen en los cinco primeros
1 20
puestos, o hayan establecido récords o marcas olímpicas,
mundiales o panamericanas.

Deportistas que hayan participado en juegos deportivos pa-


namericanos o campeonatos federados panamericanos y se
2 16
ubiquen en los tres primeros lugares o que establezcan ré-
cords o marcas sudamericanas.

Deportistas que hayan participado en juegos deportivos su-


damericanos o campeonatos federados sudamericanos y
3 12
hayan obtenido medallas de oro o de plata, o que establez-
can récords o marcas bolivarianas.

Deportistas que hayan obtenido medallas de bronce en jue-


gos deportivos sudamericanos o campeonatos federados
4 8
sudamericanos o participado en juegos deportivos bolivaria-
nos y obtenido medallas de oro o plata.

Deportistas que hayan obtenido medallas de bronce en jue-


5 gos deportivos bolivarianos o establecido récords o marcas 4
nacionales.
114 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

12.4 Determinación de la bonificación

La determinación de la bonificación se realiza aplicando los porcentajes se-


ñalados a la nota obtenida en la evaluación del currículo, siempre que este
sea pertinente al perfil ocupacional de la plaza en concurso, tomándose en
cuenta el criterio de ponderación que la institución que convoca otorgue
a este parámetro. El puntaje expresado en valores absolutos se adiciona a
la nota previamente aludida y este nuevo valor constituye la nota final de
la evaluación curricular (artículo 7 del reglamento).

12.5 Del registro de acreditaciones

El Instituto Peruano del Deporte (artículo 9 del reglamento) llevará un re-


gistro de las acreditaciones otorgadas a favor de los deportistas calificados
de alto nivel, al que podrán acceder las entidades de la administración pú-
blica y demás instituciones.

13. Ley de las Personas Adultas Mayores

La Ley 28802, Ley de las Personas Adultas Mayores (El Peruano, 21 de julio
del 2006), garantiza el pleno derecho de los sujetos mayores de sesenta
años a mejorar su calidad de vida e integrarse plenamente al desarrollo so-
cial, económico, político y cultural, contribuyendo al respeto de su digni-
dad (artículo 1); así, le confiere un derecho al acceso a la recreación. Dis-
pone, asimismo, que toda actividad cultural, recreativa y deportiva que de-
sarrollen las instituciones públicas o privadas dirigidas a la persona adulta
mayor tendrán por objeto mantener su bienestar físico, afectivo y mental;
procurarles un mejor entorno social y propiciar su participación activa. El
Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social (Mimdes) y las municipalidades
son los entes encargados de suscribir convenios con los clubes privados,
con el fin de que, cuando menos una vez al mes, presten sus instalacio-
nes para el libre esparcimiento de las personas adultas (artículo 11).
Esto se ratifica en su reglamento (Decreto Supremo 013-2006-Mimdes,
El Peruano, 29 de noviembre del 2006) cuando dispone, en similares tér-
minos, que para el cumplimiento de la ley, las municipalidades articularán
acciones con el IPD y con el Mimdes, que coordinará con los clubes pri-
vados y entidades públicas para el préstamo de sus instalaciones, con el
fin de que sean utilizadas por las personas adultas mayores (artículo 9).
NORMATIVIDAD DEPORTIVA 115

14. Las normas estatutarias

Finalmente, a decir de José Octavio Clariá,56 existen aquellas normas que


están contenidas en los estatutos y reglamentos de cada una de las asocia-
ciones y federaciones deportivas nacionales e internacionales, conocidas
como normas estatutarias o reglamentarias.
Como ejemplo, se cuentan las normas de los estatutos y reglamentos de
la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA), de la Federación
Peruana de Fútbol (FPF) y de otros deportes.
La discusión es si estas normas, elaboradas, diseñadas y dictadas por
instituciones privadas, pueden considerarse normas jurídicas y, de ser así,
si integran el derecho deportivo. Las posiciones al respecto van en dos
sentidos: a) hay autores que le niegan a estas reglas el carácter de normas,
y, b) otros que las acreditan como tales.
Lo cierto es que, si bien se trata de disposiciones normativas, carecen de
la fuerza imperativa para su cumplimiento, lo cual se da a través de la san-
ción por la autoridad pública competente. Es obvio que ello no significa que
no sean reguladoras de conductas, sobre todo en cada agrupación.
Las normas estatutarias y los reglamentos regulan el ejercicio del depor-
te, considerando las reglas, derechos y obligaciones de quienes los reali-
zan. Estas prácticas, como sabemos, generan consecuencias jurídicas que
deben ser tratadas.
Por ejemplo, cuando se trata de determinar la responsabilidad civil de
un deportista y su deber de indemnizar por los daños causados, el criterio
de la jurisprudencia establece que corresponde examinar si existió o no
violación de los reglamentos deportivos dictados por la asociación respec-
tiva. Si se violó el reglamento hay antijuridicidad y, por lo tanto, genera
responsabilidad directa para el autor del daño.

15. Hacia un verdadero Código del Deporte

El carácter difuso de nuestra legislación deportiva, la asimetría en el trata-


miento de los principios que inspiran el deporte, la diversidad de criterios
legales y lo tendencioso de su aplicación le dan no solo un matiz, sino un

56 CLARIÁ, José Octavio. “La actualidad del derecho deportivo” [en línea]. Suplemento
de derecho deportivo, 5 de julio del 2005. <http://www.eldial.com/suplementos/
deportivo> [Consulta: 13 de julio del 2006).
116 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

tratamiento secundario al deporte. Es preciso pensar en una norma orgá-


nica que regule la actividad deportiva con el profesionalismo que merece.
Esta es la urgencia y aquí la propuesta: el deporte en el Perú necesita no
solo una ley que lo regule –estas existen por demás–, sino un Código,
un cuerpo legislativo orgánico, sistemático y coherente que trate esta dis-
ciplina en su verdadera dimensión.
Este Código deberá contener, entre otros temas, los siguientes:

• Reconocimiento de los principios del deporte.- Soberanía del Estado


para la organización de certámenes deportivos; autonomía de los
ciudadanos para su práctica; acceso al deporte como una forma de
democratizar su actividad; libertad en el ejercicio deportivo de
acuerdo con los ideales e intereses de cada persona; fomento como
obligación del Estado de impulsar el deporte; diferenciación entre
el deporte profesional y amateur; identidad deportiva con el fin de
reconocer, valorar y rescatar los deportes ancestrales; educación a
través del deporte, inculcando valores que inspiren la formación de
los futuros ciudadanos; calidad de vida, buscando en el deporte me-
jores condiciones y la plena realización como seres humanos; des-
centralización, llevando el deporte a los diferentes lugares del país;
seguridad en las prácticas deportivas que garanticen la integridad y
la salud; eficiencia deportiva a través de las competencias y recono-
cimiento a quienes destacan.
• Incentivo a la iniciativa privada en el fomento al deporte.- La base
del desarrollo del deporte se concentra en la iniciativa privada. Son
los particulares, en forma individual o colectiviva, quienes llevan a
cabo los grandes certámenes deportivos, obviamente apoyados por
el Estado con presupuesto, infraestructura, medios, etcétera.
• Garantía de la autonomía deportiva.- La independencia del depor-
te es esencial para sus fines. El deporte no puede ser dependiente
de los poderes del Estado ni responder a intereses particulares. Co-
mo medio de integración el deporte debe contar con la máxima au-
tonomía en todos y cada de sus ámbitos.
• Asociacionismo deportivo.- El derecho de asociación se vincula con
el deporte, y es que el primero permite el desarrollo del segundo.
En gran medida, el deporte nace, se perfecciona y progresa a través
del asociacionismo privado, obviamente sin perjuicio de las normas
administrativas que regulan la actividad deportiva, dictadas por el
Estado como ente rector del deporte.
NORMATIVIDAD DEPORTIVA 117

• Desterrar el intervencionismo y el centralismo.- El Estado debe cum-


plir un rol activo en el deporte, que no puede ser confundido con
intervencionismo. El apoyo del Estado no solo es importante sino
crucial para consolidar la representatividad de las prácticas deporti-
vas en los certámenes internacionales. Es deber del Estado llevar el
deporte a cada uno de los rincones poblacionales como una forma
de integración.
• El profesionalismo y el amateurismo.- En la praxis del deporte debe
existir una clara diferenciación entre la que se desarrolla con fines
lucrativos y aquella cuyo objetivo es exclusivamente su realización.
La primera es el deporte profesional y la segunda es el amateur. En
cada uno de estos deben existir lineamientos para su realización.
• Derechos y obligaciones derivados del deporte.- No solo los deportis-
tas sino todas las personas vinculadas al deporte deben (re)conocer
los compromisos legales y las responsabilidades que asumen al mo-
mento de su práctica. Es así que la relación jurídica deportiva no so-
lo nace sino que se desarrolla a través del adecuado respeto de los
derechos y el cumplimiento de las obligaciones de todos aquellos li-
gados con el deporte.
• Prevenir y sancionar la violencia.- La principal finalidad del depor-
te es la integración y la sana convivencia, que está muy por encima
de la rivalidad que existe en cada deportista. La violencia debe ser
atacada de forma directa a través de un sistema rígido de sanciones
que vaya acompañado de una política de previsión que se adelante
a los hechos dañosos.
• Prevenir y sancionar el doping.- La buena fe y la sinceridad en las
competencias implica un sentir de lealtad. Ser limpio no solo es res-
petar las reglas del fair play sino también salir a las canchas, a las
pistas o a las lozas con los cinco sentidos bien puestos. Es una res-
ponsabilidad de la ley prevenir y sancionar las prácticas de doping.
• Tratamiento del contrato de trabajo del deportista.- El vínculo legal
que une a un deportista con su equipo parte de un contrato deporti-
vo. Como acto jurídico en el que prima la voluntad de las partes este
contrato también está sujeto a ciertas formalidades que la ley debe
considerar. Además del objeto de la prestación y de la retribución
económica correspondiente, es necesario considerar las diversas
contraprestaciones de las partes, tanto de las propiamente deporti-
vas como de las no deportivas, aunque derivadas de estas.
118 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

• Regulación del régimen de la justicia deportiva.- La justicia deporti-


va es aquella institución encargada de definir y solucionar los con-
flictos jurídicos que se presentan en el ámbito deportivo, sea en en-
cuentros, torneos, competencias o contiendas del interés de los suje-
tos relacionados con el deporte.
• Regulación del régimen disciplinario y sancionador en el deporte.- El
cumplimiento de los reglamentos deportivos y de las leyes es la base
del respeto de la actividad deportiva. Son infracciones las acciones
u omisiones que se realicen con intención, culpa o negligencia y con
un resultado sancionable. Las infracciones serán clasificadas en: muy
graves, graves y leves. Las sanciones deben tener carácter educativo
y pueden ser: amonestaciones, expulsiones, suspensiones, descalifi-
caciones, inhabilitaciones, descuento de puntaje, entre otros.
Capítulo 4
Derechos del deportista

1. Los derechos de la persona y el deporte

Los derechos de las personas son atributos que permiten el desarrollo so-
cial del ser humano, reconociéndolo como actor principal.
A través de ellos el hombre se realiza, se desenvuelve, se integra, vive
la vida en paz, con seguridad, sabiéndose protegido por el derecho y sus
mecanismos de defensa para el cumplimiento de metas y anhelos. Su fun-
damento está representado por la plena realización existencial del ser hu-
mano;1 en otras palabras, permiten llevar adelante el proyecto de vida. En
sentido figurado, podemos representar los derechos como un manto que
protege al individuo.
Fernández Sessarego presenta una clasificación interesante de los dere-
chos: los fundantes y los fundados. Los fundantes son derechos de base
sobre los que se forjan los demás derechos, que vienen a ser los funda-
dos. Los primeros están representados por el derecho a la vida, la libertad,
la identidad y la integridad; son primigenios, permiten la existencia. Los
segundos son los derechos económicos, sociales, civiles, culturales y polí-
ticos, como la salud, la educación, la vivienda, el trabajo, la igualdad, el
bienestar, el debido proceso, la propiedad y la opinión; son derivados, per-
miten la realización.2
El deporte como medio de realización de la persona es un derecho re-
conocido oficialmente. Es un compromiso del Estado. Se fomenta su acce-

1 ESPINOZA ESPINOZA, Juan. Derecho de las personas, 2006, p. 176.


2 FERNÁNDEZ SESSAREGO, Carlos. Libertad, Constitución y derechos humanos,
tomo I, 2003, p. 82 y ss.

[119]
120 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

so, se promociona su práctica, se incentiva su integración social. El depor-


te es un típico derecho fundado a través del cual el hombre puede encon-
trarle un sentido a su vida.
El deporte es salud, educación y cultura. Tres derechos en uno o un de-
recho que integra a los demás:

• Salud, por el hecho de que la actividad mantiene la vitalidad corpo-


ral y mental; de allí que se vincula con el derecho a la integridad
psicofísica.
• Educación, pues el deporte es formativo de valores, ideales, metas.
Disciplina a la persona.
• Cultura, en razón de que cada pueblo tiene sus propias prácticas,
que van pasando de generación en generación, trascendiendo fron-
teras, hasta que se convierten en universales.

Modernamente, el deporte se ha integrado al denominado derecho al


ocio, con la idea de canalizar el tiempo libre de la persona, buscando una
adecuada utilización del ocio. Esto en su sentido positivo o de buen uso
–creativo, terapéutico y ético– que trasciende en actividad y en movi-
miento, lo que se da perfectamente con el deporte.

1.1 El proyecto de vida

El derecho fue creado por y para el hombre como una inevitable respues-
ta, en palabras de Fernández Sessarego, “a su exigencia existencial de vivir
en sociedad y, por consiguiente, el de contar con reglas de conducta, de
obligatorio cumplimiento, que le permitan convivir en términos de justicia
y paz para realizarse como persona. O, en otros términos, para intentar
cumplir con su personal proyecto de vida”,3 con su propio destino. ¿Qué
quiero de mi vida? ¿Hacia dónde la llevaré? Son preguntas que encuentran
una respuesta en el rumbo trazado por cada persona.
El crecimiento de la persona, el conseguir metas y realizar afanes, es
consecuencia directa del cumplimiento de su proyecto de vida. Es positivo
si se cumple, negativo si se fracasa. El primero permite la total realización,
el segundo un quebranto.

3 FERNÁNDEZ SESSAREGO, Carlos. “El daño al proyecto de vida en la jurispruden-


cia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos”. Revista Peruana de Juris-
prudencia, año 5, núm. 31, setiembre del 2003, p. IV.
DERECHOS DEL DEPORTISTA 121

En determinada etapa de su génesis, el ser humano traza un plan vital,


un programa de vida, una trayectoria existencial desde el instante mismo en
que adquiere discernimiento. Para el ser humano es trascendental hacerlo.
Aquel que olvida que la esencia de la libertad es la lucha contra las re-
sistencias, no hace más que someterse a ellas, lo que lleva a una vida hun-
dida en lo rutinario, en lo vulgar, sin fe alguna, sin trazar un proyecto per-
sonal y auténtico.4 Se necesitan ansias de vivir, de vivir la vida en su extensa
connotación. Elaborar un proyecto de vida implica determinar, paso a paso,
lo que se quiere ser. Para ello se vale de un sinnúmero de situaciones que
lo van, según su opción, formando, integrando. El matrimonio o el celibato,
la educación o el trabajo, el deporte o la inactividad (por no decir ocio) son
opciones de vida que el sujeto decide realizar y con ellas crecer.
El deporte es parte del proyecto de vida. Es un afinamiento en el desa-
rrollo de las potencialidades personales del joven en el tránsito de indivi-
duo a persona5 y de la aptitud social que desarrolla para vivir en socie-
dad.6 A través del deporte se satisfacen las variadas necesidades humanas:
ayuda a conseguir el equilibrio vital y la relación con los demás, porque
el deporte es integrativo y coexistencial. Gracias a él se fortalecen los valo-
res morales, éticos y sociales, que son base de la vida. Mantiene al hom-
bre actualizado, física y espiritualmente, con el deseo de conseguir más y
mejores resultados.
El proyecto de vida permite elegir libremente entre varias alternativas,
otorgándole un sentido a la vida: “soy el que decidí ser, vivo como decidí
vivir, hago lo que decidí hacer”.7 Es la razón por la que vivimos, anhelan-
do día a día el cumplimiento de nuestros planes. El pensamiento de Fer-
nández Sessarego8 avizora que se vive con el proyecto de vida. Si ello ocu-
rre, el ser humano se siente realizado; de no ocurrir, le invadirá una frus-
tración que se reflejará en una soledad existencial.

4 FERNÁNDEZ SESSAREGO, Carlos. El derecho como libertad, 2006, p. 154.


5 VARSI ROSPIGLIOSI, Enrique. “Proyecto de vida y el deporte en Carlos Fernández
Sessarego”. Suplemento de análisis legal del diario oficial El Peruano, año 3, núm.
127, 2 de enero del 2007, p. 7.
6 PAREDES ORTIZ, Jesús y Rafael CARRILLO LÓPEZ. “El deporte base en el proyec-
to de vida: un discurso teórico”. Efdeportes.com, año 10, núm 68, enero del 2004
[en línea]. Ponencia presentada en el I Congreso Nacional “Deporte y Sociedad”,
realizado en Córdoba, en octubre del 2003 <http://www.efdeportes.com> [Con-
sulta: 18 de diciembre del 2006].
7 FERNÁNDEZ SESSAREGO, Carlos. Libertad, Constitución y derechos humanos. Op.
cit., 2003, p. 88.
8 Ibídem.
122 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

El fracaso puede generar un daño al proyecto de vida; una negativa a


sus esperanzas, que ocasiona en el sujeto un vacío por la pérdida de senti-
do en su vida; desaparece el motivo y la persona ya no podrá ser lo libre
que decidió ser.9 Esto puede llevarlo a un desgano, un dejamiento, una
depresión o al suicidio, dependiendo de cada quien. Podría ser el caso de
un deportista que, como consecuencia de un accidente automovilístico,
queda postrado en una silla de ruedas, siendo el deporte uno de los fines
de su vida. Este “dejó de ser lo que había decidido ser, por lo que enfren-
ta un vacío existencial que será difícil de llenar con otra actividad”.10
El daño al proyecto de vida es lo más grave que le puede suceder al
hombre. Directa e indirectamente debemos buscar la plena realización del
ser. El respeto a sus derechos y el reconocimiento a su pleno desarrollo es
un primer camino, no un atajo, que debe estar dirigido con una adecuada
política que encumbre el forjamiento de la vida en sociedad.

1.2 Derecho al deporte

El deporte debe ser entendido como un derecho; no solo como un hobby.


El hombre utiliza el deporte como un medio para lograr su desarrollo, me-
jorar su calidad de vida y mantener una vida ordenada que le permite te-
ner salud y sentirse bien en toda su dimensión.
El deporte es un derecho de la persona que le facilita la satisfacción de
intereses vinculados con la salud y la integridad; además, es un medio en
el que se despliega una actividad económica como labor profesional. Pre-
senta un doble aspecto, como derecho personal y como derecho social. El
primero relaciona al sujeto con su estado biológico y mental; el segundo
con sus relaciones laborales y económicas.
El deporte es un bien común de naturaleza cultural, y el acceso a su
práctica un derecho fundamental.11 En efecto, existe una consagración tá-
cita del deporte como un derecho de todos los sujetos a practicarlo “te-
niendo en cuenta que el deporte es una categoría formativa dentro de los
derechos culturales que poseen rango constitucional”.12 La antigua Ley Ge-

9 FERNÁNDEZ SESSAREGO, Carlos. “Nuevas reflexiones sobre el daño al proyecto


de vida”. Revista Jurídica del Perú, año LII, núm. 38, setiembre del 2002, p. 180.
10 Ibídem, p. 183.
11 KRESALJA, Baldo. “Las próximas batallas. El universo deportivo”. La República.
Lima, 25 de octubre del 2006, p. 17.
12 TREVISAN, Rafael. “El deportista en la República Argentina”, en PALOMAR, Alberto
(coord.). El deportista en el mundo, 2006, pp. 274-275.
DERECHOS DEL DEPORTISTA 123

neral del Deporte13 consagraba el derecho a la vida deportiva dentro de


un esquema amplio y general en el que se concebía al deporte como par-
te de la actividad natural de la persona. Su práctica es ingénita en el ser,
consiguiendo a través de ella beneficios y satisfacciones de múltiples for-
mas. Las personas consideran la educación física y la práctica deportiva co-
mo un derecho fundamental que trasciende y va más allá del puro ámbi-
to personal para adquirir una naturaleza de actividad social.14 El deporte
es un derecho de todos (derecho colectivo) y un derecho de cada uno (de-
recho individual), como precisa Melo Filho.15 La connotación normativa
del deporte, en este contexto, trasciende del mero ejercicio físico presen-
tándose como un medio de integración social.
La polémica se centra en si el deporte es un simple derecho o si es un
derecho fundamental.
Según el análisis de Espartero:
El encuadramiento del artículo 43º.3 de la Constitución [española], (...)
nos debe hacer, sin embargo, relativizar de alguna manera la correcta
afirmación de que el deporte no es un verdadero derecho, desde el aná-
lisis de su posición locacional y de las garantías exigibles para entender
el concepto de derecho fundamental. El derecho al deporte tiene, por
mandato del legislador (...) una garantía ante la jurisdicción ordinaria,
pero en la medida que se conecte, como en el anterior caso, con dere-
chos del ‘núcleo duro’ de la Constitución, (...) gozará de una garantía
constitucional mediante recurso de amparo ante el Tribunal Cons-
titucional.16

Cabe advertir que los derechos del núcleo duro son aquellos que por
ninguna circunstancia pueden ser restringidos o limitados.
De la Plata Caballero sostiene que:
La Constitución Española (...) no consagra ciertamente un “derecho al
deporte” sino que únicamente establece su “fomento público”, pero la
inclusión del fenómeno del deporte en el texto constitucional no entra-
ña únicamente un significado simbólico, pues origina unas consecuen-
cias jurídicas; el poder constituyente, al comprender la importancia del
“hecho deportivo” en la sociedad moderna y recogerlo así en la norma

13 Artículo 2, inc.1 del Decreto Legislativo 328 (El Peruano, 1 de febrero de 1985).
14 GIL DOMÍNGUEZ, Andrés. “El derecho al deporte como derecho fundamental sub-
jetivo colectivo”. Revista Jurídica del Perú 33. Lima, abril del 2002, p. 211.
15 MELO FILHO, Alvaro. Direito desportivo, Novos rumos, 2004, p. 2.
16 ESPARTERO CASADO, Julián (coord.). Introducción al derecho del deporte, 2004,
pp. 56-57.
124 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

suprema, ha manifestado su criterio de que el deporte, como las demás


instituciones del país, debe empaparse de los principios sustanciales de
la Constitución, lo cual ha tenido una importante repercusión dentro del
ordenamiento jurídico-deportivo; se trata de amparar una actividad de
indudable utilidad pública que forma parte del conjunto de elementos
que tienden no solo a proporcionar medios materiales a los ciudadanos,
sino también a mejorar la calidad de su vida cotidiana; la circunstancia
de que la disposición que establece el deber de fomento del deporte es
un apartado del precepto donde se reconoce el derecho de todo ciuda-
dano a la protección de su salud y, en buena medida el apartado que
alude al “fenómeno deportivo” está imbuido del espíritu de todo el artí-
culo 43º, la protección a la salud, lo cual sólo se puede lograr median-
te el deporte activo y cuanto más extendido mejor, es decir, mediante el
deporte popular...17

Este criterio apunta concretamente a rescatar la importancia del depor-


te en la vida de las personas, de ahí el compromiso del Estado en su pro-
moción, apoyo económico y delimitación de su política, sin lograr su con-
sagración como derecho autónomo, sino únicamente como parte del dere-
cho a la salud.
En muchos casos, el deporte se realiza como descanso, para hacer lo
que a uno le plazca o para librarse de las actividades cotidianas. Su contra-
cara sería el derecho al no-deporte, que dependerá exclusivamente de la
persona, el homo non sportivus, sin responsabilidad alguna del Estado.
Pero el tema no termina con la mera indicación del derecho al depor-
te, sino lo que de este se deriva, como son las facultades inherentes al suje-
to que lo practica y el resguardo, garantía y protección de su práctica. Una
vez establecido esto podríamos referirnos a los derechos fundamentales
deportivos de la persona.18 En nuestra opinión serían:

• El reconocimiento de la práctica del deporte como una actividad li-


bre y voluntaria.
• El reconocimiento del deporte como factor esencial de la formación
y el desarrollo integral de la persona.
• El reconocimiento y la promoción del asociacionismo deportivo.
• El reconocimiento de la educación física como curso obligatorio en
los colegios.

17 DE LA PLATA CABALLERO, Nicolás (dir.). Las leyes del deporte de la democracia:


Bases para una ley del siglo XXI, 2002, p. 124.
18 GIL DOMÍNGUEZ, Andrés. “El derecho al deporte como derecho fundamental sub-
jetivo colectivo”. Revista Jurídica del Perú 33, abril del 2002, p. 211.
DERECHOS DEL DEPORTISTA 125

• La promoción de la práctica del deporte en la juventud.


• La consagración del principio de igualdad y no discriminación en la
práctica deportiva, con el fin de contribuir a la integración de las
personas con discapacidad.

Es con parte de estos lineamientos que la Carta Europea del Deporte


reconoce la práctica del deporte como un derecho general de los ciuda-
danos y el deber de los poderes públicos de estimularla con fondos públi-
cos de manera apropiada.

1.3 Deporte y derechos humanos

La teoría de los derechos humanos reconoce la existencia del derecho a la


salud y al bienestar, dentro de los que están encuadrados el derecho al
descanso y al esparcimiento.19 El deporte no es ajeno a estos derechos, por
el contrario, es parte de ellos, un medio para lograr su plena y total concre-
ción. Independientemente de su denominación, el deporte es una activi-
dad típicamente humana. La vida moderna está impregnada de él y se pre-
senta como un medio eficaz para desarrollarse e integrarse, tanto personal
como socialmente. Toda persona –en el pasado, el presente o el futuro–
ejercita su cuerpo y su mente con la práctica deportiva; más aún hoy en
día, con el proceso de deportivización. Como parte de la vida, el deporte
exige ser reconocido y tratado normativamente, elevándose a la categoría
de derecho humano, de forma que el bienestar y la dignidad de la perso-
na, a través de él, aseguren la protección de sus necesidades básicas.
La estructura legal del deporte debe descansar en los siguientes postu-
lados:

• Derecho a participar en actividades deportivas y recreativas en todos


los niveles.
• Derecho a recibir instrucción, entrenamiento y recursos deportivos.

19 “Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como
a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vi-
vienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios...”. Declaración Uni-
versal de Derechos Humanos, artículo 25, inciso 1; “Los Estados Partes en el pre-
sente Pacto reconocen el derecho de toda persona al disfrute del más alto nivel
posible de salud física y mental”, Pacto Internacional de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales, artículo12, inciso 1.
126 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

• Derecho al acceso a las instalaciones deportivas, recreativas y de


tiempo libre.
• Derecho a la no discriminación.

Dentro de la académica clasificación de los derechos humanos en gene-


raciones, podemos decir que el deporte se incardina dentro de los dere-
chos de segunda generación (igualdad), estrechado con la salud, la educa-
ción y la cultura; pero también se relaciona con los derechos de tercera
generación (solidaridad), como es el derecho al disfrute del tiempo libre,
al descanso y al solaz.
Existen ciertos actos en materia deportiva que confinan los derechos
humanos, por citar algunos:

• El límite a los deportistas para que en las competencias internaciona-


les no realicen declaraciones políticas (derecho a la libre expresión).
• La restricción al ingreso de los hinchas a ciertos lugares o países por
medidas de seguridad (derecho a la libre circulación).
• El entrenamiento de los menores de edad (derecho a la libertad y al
libre desarrollo).
• La patria potestad de los padres frente a la autoridad de los entrena-
dores (derecho de familia).
• Las jornadas de entrenamiento y actividad deportiva (derechos en el
trabajo).
• Los derechos exclusivos de retransmisión de una emisora (derecho
a la imagen).
• La discriminación (por raza, el predominio de los negros en el atle-
tismo y de los blancos en la natación; por sexo, los casos de adecua-
ción de sexo y el cambio de categoría). La Convención Internacional
contra el Apartheid en los Deportes del 10 de diciembre de 1985 es
un caso especial.

2. Derechos del deportista


2.1 Generalidades

El deporte como actividad netamente humana genera un sinnúmero de re-


laciones jurídicas que van desde la consagración del atleta en ídolo de
multitudes, casi un héroe, hasta la afectación extrema de sus derechos co-
mo persona. El deporte, sea cual fuere su esencia o tipo, genera nexos le-
gales de diversa índole: de los deportistas entre sí y de estos con su insti-
DERECHOS DEL DEPORTISTA 127

tución, con el Estado, con sus aficionados, con los hinchas, etcétera. Unos
derechos más que otros ven comprometidos su contenido, tomando en
cuenta la voluntad del deportista en el ejercicio de su actividad, sea esta
profesional o amateur.

2.2 Los derechos de la persona y el deporte

La teoría de los derechos de la persona y su vinculación con el deporte


ameritan un replanteamiento, tomando en cuenta la especialidad, que con-
sidere:
• Que el deportista es un sujeto de derecho, su denominación no hace
sino reconocer su actividad, siendo esencial el establecimiento de
derechos especiales como sujeto.
• Que los derechos del deportista deben estar expresamente
indicados.
• Que debe existir una normativa eficaz que regule tanto la práctica
como la protección y afectación de los derechos, sobre todo en lo
referente a los deportes de aventura, de élite y competitivo, en los
cuales los riesgos son extremos y se reconoce el daño permitido y
las lesiones consentidas.
Se pueden considerar como derechos del deportista los siguientes:

2.2.1 Dignidad

La Constitución de 1993 establece que el respeto de la dignidad es el fin su-


premo de la sociedad y el Estado (artículo 1). En esa línea, es deber del Es-
tado asegurar una educación adecuada (artículo 16), la cual se logra, entre
otros aspectos, con la promoción del deporte, preparándonos para la vida y
el trabajo, y fomentando la solidaridad (artículo 14). La práctica deportiva su-
pone para el deportista el respeto a sí mismo y el respeto al oponente, así
como el compromiso de integración en el equipo, lo que se conjuga con el
fair play . El deporte dignifica a quien lo practica por el esfuerzo y la entre-
ga en cada práctica o competición, todo en aras de alcanzar una meta, aun-
que en algunos casos la derrota llega a ser sancionada.20 Hay situaciones
bastante singulares que lindan con la dignidad o, lo contrario, que la inten-

20 El Reglamento General de la Federación Francesa de Fútbol en su artículo 145 dis-


pone que “es pasible de sanción el jugador, seleccionado para un equipo de Fran-
cia, que juegue debajo de su capacidad contribuyendo a la derrota de la Selección
Nacional”.
128 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

sifican, por ejemplo, cuando prima la libertad del individuo por un interés
personal21 o una contraria cuando los deportistas participan a título simbó-
lico más que por profesionalismo.22

2.2.2 Libertad

Cuando no se cuenta con un reglamento o una norma que disponga lo


contrario, el deportista puede realizar su práctica deportiva y participar en
la competencia como se sienta más cómodo,23 pero siempre respetando
los cánones establecidos.24 Prima la autonomía privada del deportista, re-
gulando sus propios intereses individualmente o con otros. Ello se susten-
ta en el derecho de toda persona a su libre desarrollo, que es reconocido
constitucionalmente (artículo 2, inciso 1). Este derecho va de la mano con
las facilidades para su práctica y en ello interviene el Estado: hace depor-
te el que puede, no siempre aquel que lo desea.

2.2.3 Salud

Este derecho plasmado en la norma constitucional (artículo 7) tiene como


contrapartida un deber para el deportista: cuidar su salud y, en el caso de
los profesionales, constituye una obligación. No obstante, el cuidado que
se le exige al deportista en su performance en muchos casos puede ser
desoído, incumpliendo con las políticas de cuidado mínimas impuestas.25

21 En los Juegos Olímpicos de París (1900), el tenista inglés Reggie Doherty se negó
a jugar las semifinales contra su hermano menor, Laurie, con el fin de que este
pueda disputar y ganar la final.
22 Tal es el caso sucedido en Sídney (2000). Eric Moussanbani (Guinea Ecuatorial) na-
dó los 100 metros libres y no solo llegó un minuto después que sus competidores,
sino que casi se ahoga. Su marca de 1’52” se registra como la peor de la historia
de los Juegos Olímpicos. Su estilo, sin técnica alguna, lo aprendió en seis meses
en un río infestado de cocodrilos. Recién supo lo que era una piscina cuando llegó
a un hotel de lujo de Malabo, en Guinea. La primera vez que vio una piscina de
50 metros fue en Sídney, un día antes de la competencia.
23 Abebe Bikila (Etiopía) ganó la maratón (42.195 metros) en Roma en 1960 nada me-
nos que descalzo, a pesar de que varias marcas de zapatillas le ofrecieron auspi-
cio. Su justificación: “Yo quería que todos supieran que mi país siempre ha salido
adelante con mucha determinación y heroísmo”.
24 Se sabe que el jugador de fútbol brasileño Romario De Souza Faria, polémico por
su vida amorosa y su afición a la vida nocturna y las peleas, no participaba en las
prácticas de entrenamiento, lo que constituía un acto de inconducta, pero gozaba
de privilegios debido a su gran habilidad.
DERECHOS DEL DEPORTISTA 129

La protección de la salud solo puede lograrse mediante el deporte activo


y cuanto más extendido mejor, como en el caso de los deportes popula-
res; esta es la clave para la efectiva relación entre el deporte y el derecho
a la salud.26
Parte de la política estatal que estimula el deporte y protege la salud es
la lucha contra el doping, el abuso de energéticos, la restricción de publici-
dad de sustancias tóxicas en torneos deportivos (alcohol y tabaco), la ex-
clusión de ciertas prácticas deportivas que afectan el desarrollo de la niñez,
las pruebas somáticas precompetitivas, etcétera.
Al respecto, la Ley 26739, que Regula la Publicidad de Cigarrillos en Te-
levisión y Radios (El Peruano, 10 de enero de 1997) empezó a regular la
publicidad del tabaco, estableciendo que la publicidad de cigarrillos a tra-
vés de medios radiales o televisivos podía realizarse solo entre las 01.00 y
las 05.00 horas, es decir en la madrugada. Luego, la Ley 28705, Ley General
para la Prevención y Control de los Riesgos del Consumo de Tabaco (El
Peruano, 6 de abril del 2006) prohibió la publicidad directa o indirecta de
productos de tabaco en actividades deportivas de cualquier tipo (artículo
17, inciso 4), lo que en un inicio no tenía restricción. En efecto, originaria-
mente la publicidad de productos tóxicos, de drogas sociales, en especial
el cigarrillo, estuvo vinculada a las actividades deportivas en razón del pú-
blico objetivo y del gran mercado existente, lo que se presentaba como un
sinsentido: ¿cómo puede promoverse el deporte a través de una sustancia
nociva?
No sucede lo mismo con las bebidas alcohólicas, dado que la Ley
28681, Ley que Regula la Comercialización, Consumo y Publicidad de Be-
bidas Alcohólicas (El Peruano, 5 de marzo del 2006) considera que, de
manera eventual y transitoria, podrá autorizarse la venta y consumo de be-
bidas alcohólicas en espectáculos o eventos públicos (artículo 3), entre los
cuales se pueden considerar las actividades deportivas. Por su parte, si
bien prohíbe (artículo 5) la venta, distribución, suministro y consumo de
bebidas alcohólicas a menores de 18 años en instituciones educativas, esta-
blecimientos de salud, centros de espectáculos destinados a menores de
edad y a personas dentro de vehículos motorizados en la vía pública, no

25 El atleta británico Harold Abrahams, ganador de los 100 metros en París (1924), te-
nía un particular método de preparación. Antes de las competiciones y durante los
entrenamientos se fumaba un puro. A pesar de ello sus marcas eran inmejorables.
26 ESPARTERO CASADO, Julián (coord.). Op. cit., 2004, p. 56.
130 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

indica nada acerca de la restricción en lugares deportivos. Es curioso, pues


esta es la causa de la mayor cantidad de disturbios, enfrentamientos y fe-
chorías por parte de los hinchas embriagados.
Tabaco y alcohol son dos sustancias vinculadas con el vicio, el ocio y
el deporte que llevan ínsita una convivencia en la cual la ley poco puede
hacer.27

2.2.4 Igualdad

La igualdad en el ámbito deportivo supone un trato equitativo y similar pa-


ra todos los deportistas, prohibiendo toda forma de discriminación en su
práctica28 que diferencie, excluya, limite o perjudique de forma arbitraria,
por alguna razón o sin ella, de raza, etnia, género, orientación sexual,
edad, religión, ideología, opinión, nacionalidad, caracteres físicos, condi-
ción psicofísica, social, económica o cualquier otra circunstancia, y que
tenga por objeto anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio,
en condiciones de igualdad de los derechos humanos en la esfera depor-
tiva. Existe un derecho a la igualdad en la competiciones deportivas.29 En
términos genéricos, la igualdad como derecho es recogido por nuestra

27 La difusión en el consumo del tabaco y el alcohol está vinculada a actividades de-


portivas que, en vez de apoyar el deporte “convierten los estadios en circos a cam-
bio de publicidad, el deporte y el vicio”. Véase VALDIVIA CANO, Ramiro. “La pro-
paganda en el fútbol”. Derechos ciudadanos, 1998, p. 63.
28 Leandro Desábato, jugador de Quilmes de Argentina, debió pasar un par de días
en la cárcel luego de decirle “negro” al delantero Grafite de São Paulo en un parti-
do de la Copa Libertadores del 2005, realizado en Brasil. El jugador quedó libre
luego de pagar una fianza de 3.900 dólares y comprometerse a regresar a Brasil
cada vez que sea citado en el proceso penal en su contra. En Brasil la discrimna-
ción racial es severamente sancionada e implica una injuria cuando se vierten fra-
ses ofensivas. La sanción impuesta “pone en evidencia el diferente grado de pro-
tección que las legislaciones penales dotan a los bienes jurídicos de ilícitos pena-
les realizados con móviles o contenidos racistas (...) en el Derecho peruano, la
posibilidad de detener preventivamente a una persona por un delito de injuria, de
contenido racista, o cualquier delito contra el honor, está descartada” (REVILLA
LLAZA, Percy Enrique. “Derecho penal y racismo: A propósito de las injurias racis-
tas en el fútbol”. Legal Express 52, año 5, abril 2005, p. 11); en el mismo sentido,
Puccinelli, quien concluye que el insulto de un jugador a otro no debe ser catalo-
gado como discriminación (Véase PUCCINELLI, Óscar. “Claves para entender el
fenómeno discriminatorio. A propósito de la detención de un jugador argentino
que trató de ‘negro’ a un jugador brasileño”. Actualidad Jurídica 149, abril 2006,
p. 299 y ss).
29 MELO FILHO, Alvaro. Op. cit., 2004, p. 13.
DERECHOS DEL DEPORTISTA 131

Carta Magna en su artículo 2, inciso 2).

2.2.5 Integridad

De manera especial, la tutela de la integridad en la práctica deportiva im-


plica la existencia de una política de seguridad a través de medidas de asis-
tencia médica y técnicas, en este último caso nos referimos a las buenas
condiciones de las pistas atléticas, de los campos deportivos, de las medi-
das de seguridad contra los hinchas, de las salidas de escape, etcétera.
Existen casos excepcionales de deportistas obstinados que participan y
vencen en alguna contienda deportiva, arriesgando su integridad,30 y otro
grupo cuya participación los enaltece, como es el caso de los deportistas
discapacitados en las Olimpiadas.31 De forma general, el derecho a la inte-
gridad significa el acondicionamiento de los estadios y recintos deportivos
que garanticen el cuerpo, la performance y el rendimiento de los
deportistas.

2.2.6 Actos de libre disposición

De manera especial, el deportista profesional y el de alta competencia son


obligados al sometimiento de exámenes médicos. Recordemos que ello es
posible en tanto que el deportista permita la inspectio corporis, típico acto
de libre disposición del cuerpo humano en ejercicio del derecho que tiene
sobre sí mismo (ius in se ipsum). En efecto, en mérito del artículo 11 del
Código Civil, un deportista puede obligarse válidamente al sometimiento a
examen médico, en tanto que la conservación de su salud y su capacidad
física y psíquica sean un motivo determinante de la relación contractual.
Ello en muchos casos ha sido calificado como una violación a la intimidad
y al trato digno, posición que ciertamente es discutible para el caso de los
deportistas que celebran contratos donde sus óptimas condiciones de sa-
lud son esenciales para un eficiente desempeño en la disciplina que

30 El gimnasta Shun Fujimoto (Japón) fue uno de los héroes en las Olimpiadas de
Montreal (1976). Se fracturó una pierna y, tras ocultar la fractura, participó en el
potro con arcos y anillos para ayudar a Japón a conseguir la presea dorada.
31 La danesa Liz Hartel ganó la medalla de plata doma clásica en Helsinki (1952),
ocho años después de sufrir un ataque de polio y perder la movilidad de sus extre-
midades a punto de necesitar ayuda para subir y bajar del caballo. También, el
gimnasta George Eyser de Estados Unidos logró una medalla de oro, dos de plata
y una de bronce en Saint Louis (1904), a pesar de tener una pierna de madera.
132 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

practica.

2.2.7 Intimidad

En muchos casos, el deportista se convierte en una persona notoria, lo cual


hace que su privacidad se vea vulnerada (artículo 2, inciso 7 de la Consti-
tución). Con la finalidad de preservar su conducta y de no exponer al de-
portista, algunos reglamentos deportivos le restringen ciertos derechos; por
ejemplo, que no salga de su domicilio después de una hora determinada,
lo que afecta su libertad de circulación.32 En el caso específico de los futbo-
listas estos deben guardar en su vida privada un comportamiento compati-
ble con el mantenimiento del eficiente estado físico y mental en su condi-
ción de deportista profesional (Ley 26566, Régimen Laboral de los Jugado-
res de Fútbol Profesional, El Peruano, 1 de enero de 1996). En ciertas com-
petencias, la intimidad se pone en juego33 y hasta las pruebas de determi-
nación del sexo afectan este derecho,34 aunque su trascendencia sea vin-
culante con otros (en este último caso con el derecho a la identidad).

2.2.8 Identidad

Este derecho juega un doble rol: proteger la esencia del deportista en


cuanto a su identificación35 y signos personales, así como a la comunidad
de no verse defraudada en las competencias con cambios de identidad de

32 En Londres (1908), en la final de tres millas por equipos, el entrenador francés no


consideró a su mejor corredor, Jean Bouin, dado que la noche anterior violó la
concentración para acudir a lugares nocturnos del Soho londinense, donde se pe-
leó con tres marinos, pasando la noche en la comisaría de Picadilly.
33 En las piscinas de Amsterdam (1928), a la alemana Hilde Schrader, que disputaba
los 200 metros pecho, se le rompió un tirante de la ropa de baño, dejando al des-
cubierto uno de sus senos. Tal incidente llevó a que aumentara la velocidad, lo
que le permitió ganar la medalla dorada y batir el récord del mundo (3:12.06).
34 La americana Helen Stephens ganó los 100 metros planos en Berlín (1936), batien-
do a la favorita, la polaca Stella Walsh. Los polacos presentaron un reclamo bajo
las sospechas de que Stephens era hombre. Le pidieron que se desnudara, confian-
do en que no lo haría, y que fuera descalificada. La deportista americana se des-
vistió, demostrando ser una mujer ante las miradas atónitas de todo el estadio.
35 Dos hechos curiosos del más grande boxeador de todos los tiempos, Muhammad
Ali: 1) “Cassius Clay es el nombre de un esclavo. Yo no lo escogí, yo no lo quería.
Yo soy Muhammad Ali, un nombre libre, significa ‘amado por Dios’ e insisto en
que la gente lo use cuando me hablan o hablan sobre mí”. 2) “¿Cuál es mi nom-
bre, tonto? ¿Cuál es mi nombre?”, era lo que Alí le gritaba en pleno combate al de-
rrotado Ernie Terrell, quien insistía en llamarle Cassius Clay (1967).
DERECHOS DEL DEPORTISTA 133

los deportistas: con la edad, los cambios de partidas de nacimiento; con el


sexo, el hemafroditismo;36 y con el origen, los procesos de nacionalización
de los deportistas.
El ejercicio de este derecho en las prácticas deportivas es esencial, pues
antes de toda competencia, lo primero que se hace es identificar a los par-
ticipantes y confrontar sus datos, marcas y posiciones con sus fichas per-
sonales, de modo que mal podríamos desmerecer que la identidad no aca-
pare un lugar importante como derecho en la práctica deportiva. Con la
preservación de este derecho se busca evitar la adulteración de los docu-
mentos de identidad y la veracidad de los signos, datos y elementos indi-
vidualizadores del deportista.

2.2.9 Imagen

Como atributo del sujeto, la imagen es un componente utilizado por los


deportistas para generar ganancias muchas veces mayores que las obteni-
das por su habilidad deportiva.37
Se trata de un derecho personal que no puede ser aprovechado sin au-
torización expresa de su titular (artículo 15 del Código Civil), siendo el ca-
so que la persona en general y el deportista en especial tienen derecho a
la explotación comercial de su imagen y a participar en la que el club ha-
ga de esta.38 El consentimiento es un elemento esencial para la validez del
uso de la imagen, que siendo tan propia de la persona solo corresponde
a ella autorizar su disposición. Si el individuo es un personaje público, co-
mo lo es normalmente un deportista, que interviene en actividades que in-
teresan a la colectividad en su conjunto –esta debe y tiene derecho a estar
informada–, no constituye una violación publicitar sus actividades, por

36 Stella Walsh fue ganadora de los 100 metros planos en las Olimpiadas de 1932, en
Los Ángeles, y segundo lugar en las de Berlín, en 1936. Luego de su muerte se des-
cubrió que tenía el pene y los testículos atrofiados, así como cromosomas femeni-
nos y masculinos.
37 El futbolista inglés David Beckham, a sus 28 años, fue el símbolo del fútbol-empre-
sa, por sus contratos con Adidas, Pepsi, Vodafone, BP, Marks & Spencer, Rage
Software, TBC Cosmetics y Meiji Seika. Sus ingresos por publicidad en los dos últi-
mos años se calculan en 24 millones de dólares y tiene más de 60 mil enlaces web.
Con la firma de ropa Marks & Spencer acordó un contrato por más de 4,5 millo-
nes por ser el modelo de las nuevas tendencias de verano; Pepsi le paga 4,7 millo-
nes al año por ser el rostro principal de su publicidad. Así, un tercio de sus ganan-
cias provienen del fútbol, el resto de la publicidad.
38 Para el caso de los futbolistas, según Ley 26566, Régimen Laboral de los Jugadores
de Fútbol Profesional.
134 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

tratarse de un “manejo normal de la imagen”.39


En épocas de acontecimientos deportivos importantes, en especial de
los mundiales de fútbol, se comercializa la imagen individual y colectiva
del deportista y de su equipo en la promoción de productos, indumenta-
ria y artículos deportivos; asimismo, álbumes, cromos y afiches son comu-
nes en épocas de festividad futbolística, para lo cual se requiere el con-
sentimiento expreso de los interesados.40

• Publicidad testimonial

Es común que un deportista promocione un producto o servicio con la


finalidad de presentar las ventajas y beneficios que de él pueden obtener-
se; esto es lo que se conoce como publicidad testimonial.41
Para ello utiliza su propia experiencia y presenta a título de testimonio
de vida los resultados que obtuvo en el uso de tal o cual producto. Medi-
cinas, ropa deportiva, hidratantes, energizantes e incluso artículos de uso
doméstico o profesional son promocionados por deportistas calificados en
los que su testimonio es una excelente forma de posicionar productos en
el mercado, considerándose que los consumidores están pendientes de
“modelos de vida”, de “personas de éxito”, lo que es muy bien represen-
tado por los deportistas. No importa si estos son expertos en lo que publi-
citan, solo interesa su sentir, su imagen y ese compromiso con el produc-
to. Su nombre o su imagen son el “enganche” del público.
Actualmente, la imagen se ha convertido en un elemento autónomo de
contenido patrimonial. Se comercializa con ella de forma excesiva, como
consecuencia de la fuerza de la publicidad, del merchandising y del
mercado.

39 MIRO QUESADA CANTUARIAS, Francisco. “Las redundancias de la Constitución”.


Libro homenaje a José León Barandiarán, 1985, p. 362.
40 La Res. 0245-1999/TDC-Indecopi, publicada el 29 de julio del 2006, está referida al
caso suscitado por Empresa Editorial Panini, que publicó álbumes, cromos y afi-
ches del Mundial Francia 98 sin contar con la licencia. Ello genera un proceso en
el que se demanda a Panini por la ilicitud del acto de comercializar con la imagen
de terceros sin la autorización correspondiente, hecho que fue negado alegando
que nunca les había sido solicitado dicho permiso en publicaciones previas al liti-
gio. Indecopi declaró fundada la demanda en base a la violación de la empresa
editorial al artículo 15 del Código Civil, que prohíbe lucrar con la imagen de ter-
ceros sin la autorización respectiva.
41 Indecopi, mediante Resolución 1566-2006/TDC-Indecopi (8 de noviembre del
2006), establece alcances de la publicidad testimonial lícita.
DERECHOS DEL DEPORTISTA 135

Tenemos, entonces, la imagen como un derecho de la persona y la ima-


gen como un valor económico. El primero, irrenunciable; el otro, cedible
y mercantilizable.
La imagen, incluso, obtiene nuevos ribetes como consecuencia del már-
keting y de la promoción de productos innovadores.
Veamos el caso de Pelé, quien se retiró del fútbol en 1977 y sin embar-
go sigue siendo uno de los deportistas más reconocidos del mundo. Anotó
1.283 goles, y desde que se retiró, su imagen publicitaria es codiciada por
las grandes empresas de todo tipo de rubros. Así, Pfizer, fabricante de
Viagra, contrató a Pelé para una campaña publictaria con el siguiente
texto:
“Crees que eres demasiado joven para tener problemas de erección,
¿verdad?” –pregunta el futbolista brasileño–. “Falso. Los problemas de
erección son un problema médico que afecta a uno de cada tres hom-
bres. Si los sufres, no lo hagas en silencio. Habla con tu médico. Yo lo
haría.”

En algunos casos, los deportistas permiten el uso de su imagen en có-


mics, como Muhammad Ali en el celebre enfrentamiento que tuvo nada
menos que con Superman. Dos ídolos, uno de carne y hueso, otro un car-
tón: dos leyendas. O como el basquetbolista Michel Jordan, quien prota-
gonizó con Bugs Bunny la película Space Jam. La imagen del deportista
exitoso termina siendo, qué duda cabe, un paradigma; de allí que la anti-
gua Ley General del Deporte, Ley 27159, (El Peruano, 27 de julio de 1999)
consagraba que: “Un deportista de éxito se convierte en el rostro de un
país, en la imagen que proyecta a la comunidad internacional. Una ima-
gen que debe ser cultivada cuidadosamente y que hace del deporte mucho
más que una actividad recreativa y de competición”.
En el caso del registro de signos distintivos, cuyo uso afectase el dere-
cho del deportista, deberá presentarse el consentimiento respectivo por es-
crito (artículo 136 del Decreto Legislativo 823).
El derecho a la propia imagen garantiza los atributos particulares, pro-
pios y peculiares inmediatos de la persona, como son el aspecto físico y
su proyección social. La imagen no es solo individual sino también colec-
tiva, y se da esencialmente en los equipos importantes que, como tales,
tienen perfil representativo, más aún cuando son los favoritos.42 Dice Ber-
mejo que en la medida en que la libertad personal se manifiesta por ser

42 Brasil es el único país que ha estado presente en los 18 mundiales de fútbol.


136 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

una actuación corporal de variadísimas cualidades (actuación, baile, canto,


fútbol), resulta evidente que con el resguardo de la imagen se protege tan-
to la intimidad como el poder de decisión sobre los fines a que hayan de
aplicarse sus manifestaciones, a través de la imagen, la identidad, la voz,
el arte o, qué duda cabe, el mismo deporte.43

• Objeción de conciencia

Finalmente, dentro de este acápite debe considerarse el derecho a la ob-


jeción de conciencia, como una facultad natural de la persona reconocida
por el derecho; es decir que una persona puede negarse al cumplimiento
de una norma cuando esta atente contra sus principios. Los profesores
Montoya sostienen que existe la posibilidad de que el deportista pueda
negarse a prestar su imagen para la difusión publicitaria de entidades sin
prestigio o que expendan productos nocivos; por ejemplo, cigarrillos o
bebidas alcohólicas.44

2.2.10 Derecho de arena

En algunos países se reconoce el denominado derecho de arena, que está,


de alguna manera, vinculado con la imagen; es su vecino. Este derecho es
una modalidad del derecho de autor, mediante el cual se paga al deportis-
ta profesional una suma de dinero por la difusión televisiva de su imagen
en el evento deportivo en el que participa. Es una contraprestación por el
uso televisivo de la imagen de la que el Club, al cual pertenece, ha obteni-
do un provecho con la suscripción del contrato televisivo. Su importancia
es tal que en Brasil ha sido considerado constitucionalmente (artículo 100),
entendido como un justo reconocimiento para aquellos deportistas que ha-
cen público el espectáculo deportivo.45 Cada legislación determinará si a
los atletas intervinientes en la competición les corresponde un pago por la
difusión de su imagen mediante su transmisión derivada de los contratos
de televisión. Debe diferenciarse del concepto de derecho a la imagen,
puesto que el derecho de arena se encuentra referido al hecho de la difu-
sión televisiva de esta en torneos deportivos y no por su mero uso.

43 BERMEJO VERA, José. “Derechos fundamentales, información y deporte” [en línea]


<http://www.iusport>. Además, en Revista Española de Derecho Constitucional,
año 17, núm. 51, septiembre-diciembre de 1997.
44 MONTOYA MANFREDI, Ulises; MONTOYA ALBERTI, Ulises y Hernando MONTO-
YA ALBERTI. Derecho comercial, 2006, p. 245.
45 MELO FILHO, Álvaro. Desporte na nova Constitução, 1990, p. 17.
DERECHOS DEL DEPORTISTA 137

2.2.11 Honor

Este derecho es afectado cuando el deportista sufre una lesión a su integri-


dad moral, es decir una afrenta;46 cuando recibe insultos, frases o pensa-
mientos adversos de parte de los rivales;47 cuando es obligado a someter-
se a exámenes que a su criterio pueden ser deshonrosos48 e incluso cuan-
do se ve afectado por derrotas humillantes.49
El deportista afectado por afirmaciones inexactas o agraviado en cual-
quier medio de comunicación social tiene derecho a que este se rectifique
en forma gratuita, inmediata y proporcional, sin perjuicio de las responsa-
bilidades de ley (artículo 2, inciso 7, de la Constitución), pudiendo exigir
una indemnización civil (artículo 1969 del Código Civil), presentar una de-
manda por injuria en la vía penal (artículo 130 del Código Penal) o por di-
famación (artículo 132 del Código Penal). Ahora bien, pensamos que en
muchos casos en la práctica deportiva, por el mismo furor de la contien-
da, los insultos o frases hirientes son comunes y serían totalmente acepta-
bles (más que lícitos) y, en ese sentido, no deberían encajar necesariamen-
te en los tipos penales de injuria o difamación, constituyendo una suerte
de exceptio veritatis, siempre y cuando tales ofensas se hayan dado en la
contienda deportiva y no sean desmedidas o indignantes.50 Esto puede lle-
var a pensar en su incorporación en el listado del artículo 133 del Código
Penal que establece cuáles son las conductas atípicas para la configuración
de la injuria o difamación (como es el caso de las ofensas proferidas con
ánimo de defensa por los litigantes, apoderados o abogados en sus inter-

46 El boxeador Cassius Clay ganó, a los 18 años, la medalla de oro de los semipesa-
dos en los Juegos Olímpicos de Roma (1960). Al retornar a su país le negaron la
entrada a un restaurante de Louisville exclusivo para blancos. Clay renunció al
triunfo de su país y tiró la medalla al río Ohio. Hay versiones que sostienen que
se trata de un relato falso.
47 La estadounidense Margarett Abbott, de 22 años, fue la primera mujer en ganar una
competición olímpica en 1900. Fue en París, en una competencia de golf (com-
pletó los 9 hoyos en 47 golpes). Cuando la felicitaron por el logro ella lo minimizó:
“Es que mis rivales, las francesas, no entendieron la naturaleza de este deporte: lle-
garon a competir con tacos altos y faldas muy ajustadas”.
48 La atleta cusqueña Yéssica Quispe Auccapuma, de 18 años, renunció en mayo del
2005 a su actividad deportiva, ya que no aceptó someterse a exámenes de feminei-
dad alegando la defensa del honor. Lo mismo ocurrió en el caso de la corredora
arequipeña Faustina Huamaní, “La Taruca de los Andes”.
49 Hungría vence a El Salvador 10 a 0 (España 82).
50 Véase nota 28.
138 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

venciones orales o escritas ante el juez [artículo 133.1 del Código Penal]).
Además, mediante el reglamento deportivo se pueden establecer ciertos
estándares de conducta en el desarrollo de las prácticas deportivas, que al
ser incumplidos puede conllevar a una sanción disciplinaria.

2.2.12 Libertad de expresión

Todo deportista tiene la facultad de declarar de manera libre sus ideas y


opiniones sobre su actividad deportiva, salvo que el contrato, compromi-
so suscrito o normas competitivas lo restrinjan; por ejemplo, los deportis-
tas en las competencias internacionales no deben realizar declaraciones
políticas.

2.2.13 Derecho a la información deportiva

Bermejo Vera51 trata este aspecto de forma clara. Derivado de la libertad


de expresión y vinculado estrechamente con la intimidad e imagen de la
persona, el derecho a la información deportiva trasciende en las relacio-
nes sociales, encaminándose de lo individual (del deportista) a lo social
(los hinchas y espectadores), contando ambos con la facultad de enterar-
se de los hechos deportivos.
Los elementos que configuran el contenido de este derecho pueden ser
los acontecimientos deportivos que por su trascendencia son noticia.
El derecho a la información deportiva busca comunicar a la sociedad
ciertos sucesos de interés. Para ello debe recabar información, investigar,
acceder a los lugares, revisar documentos y confrontar datos donde existe
una información por difundirse, todo lo cual debe realizarse de forma cau-
telosa y con el máximo profesionalismo.
El derecho a la información deportiva consiste en:

• La libertad de los medios de comunicación para acceder a los loca-


les deportivos.
• La libertad en la emisión de noticias, incluidas las imágenes, en los
medios de información.
• La prohibición de limitar el derecho a la información en los casos de
cesión de los derechos de retransmisión o emisión.

51 BERMEJO VERA, José. Op. cit., 1997.


DERECHOS DEL DEPORTISTA 139

Estos elementos no se pueden aplicar de manera general, pero se justi-


fican en los espectáculos deportivos. Son válidos en el fútbol, por ejemplo,
por cuanto la trascendencia pública de quienes participan exige que acep-
ten el riesgo de que sus derechos resulten invadidos; no necesariamente
afectados. Implica una cesión indirecta de los derechos. Además, el dere-
cho a la información deportiva genera discusión en torno a los derechos
de explotación y transmisión exlcusiva.

2.2.14 Otros derechos

A los deportistas profesionales se les reconocen derechos laborales, como


el derecho de sindicación, de huelga y de negociación colectiva; asimis-
mo, tienen derecho al descanso semanal, a los días feriados y al descanso
vacacional. Tales derechos son reconocidos por la Constitución (artículo
28), en mérito de la relación laboral de los deportistas profesionales. En el
caso del futbolista, tiene derecho a la participación por su transferencia en
el pago que realice el club adquirente y al derecho a la ocupación efecti-
va (Ley 26566, Régimen Laboral de los Jugadores de Fútbol Profesional).

3. Determinación del sexo y deporte

La verificación del sexo permite establecer la aptitud sexual de los atletas


en la participación de una prueba, por lo que su sometimiento constituye
una obligación. Sin duda es una violación a su intimidad y corresponde,
más bien, a un trato indigno; no obstante se justifica en ciertos casos.

3.1 Hermafroditismo

Un caso destacable es el de la estadounidense Stella Walsh Olson, quien,


representando a Polonia con el nombre de Stanislawa Walasiewicz, obtu-
vo medallas de oro y plata en las carreras de 100 metros planos, en los
Juegos Olímpicos de Los Ángeles (1932) y Berlín (1936), respectivamente.
El descubrimiento de su hermafroditismo (poseía órganos genitales
masculinos y cromosomas tanto de uno como de otro sexo) ocurrió en
1980, mientras se le practicaba una autopsia luego de su muerte en un
intento de robo en Cleveland, Ohio.52

52 FAIN BINDA, Raúl. “Otra cosa es con testosterona” [en línea]. BBC.com, 28 de di-
ciembre del 2003. <http://news.bbc.co.uk/hi/>. [Consulta: diciembre del 2007.]
140 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

En el ámbito nacional, la incidencia del sexo en el deporte ha tenido


sonados casos, como el ocurrido en diciembre del 2003, cuando la emiso-
ra Radio Programas del Perú informó que la competencia femenina de la
maratón “Meseta del Bombón”, en los fríos Andes centrales de Perú, fue
conquistada por Sandra Cortés Tancara, un transexual. El deportista sor-
prendió por la forma como dejó atrás a las demás competidoras, en la rigu-
rosa carrera de 42,196 kilómetros, a casi 4.000 metros de altitud, casi al
borde de las nubes. Los organizadores no exigieron certificado médico a
las participantes ni hubo un despistaje previo a la competencia. El verda-
dero sexo de Cortés, que obviamente fue descalificado, fue descubierto
por un familiar de otra competidora.

3.2 Cambio de sexo

En la década de 1970, el doctor Richard Raskind, eminente cirujano estado-


unidense, se convirtió en mujer adoptando el nombre de Renée Richards.
Había sido un buen tenista, pero cuando compitió como mujer fue una
campeona. Era más alta, fuerte y rápida que sus colegas; la superioridad
era determinante. Las tenistas protestaron, señalando que tenía una venta-
ja física. En 1976 los organizadores del US Open, último Grand Slam de la
temporada, vetaron su participación en el equipo femenino del torneo,
esgrimiendo que había nacido hombre. Renée decidió defender sus dere-
chos en los tribunales. El Tribunal Supremo de Nueva York falló a su favor
pocos meses más tarde, pues su cambio de sexo no fue de mala fe ni para
sorprender a nadie. Así, pudo disputar el US Open de 1977.53
Otro caso es el de Tamara e Irina Press, quienes se retiraron de las com-
peticiones internacionales para evitar su descalificación, cuando se intro-
dujo el análisis de cromosomas, en los años 60, luego de que entre ambas
ganaran cinco medallas de oro.54
Acerca del cambio de sexo, el Comité Olímpico Internacional (COI) apro-
bó en mayo del 2004 la participación de aquellos atletas que han adecuado
su sexo una vez transcurridos dos años desde la operación, con la finalidad
de que su organismo alcance el equilibrio hormonal del nuevo sexo.
Se indica que si el cambio de sexo se produjo antes de la pubertad, los
deportistas serán admitidos en los Juegos con su nueva condición. Pero si
el cambio ocurrió en la edad adulta, el COI ha establecido tres condicio-

53 Ibídem.
54 Ídem.
DERECHOS DEL DEPORTISTA 141

nes para no alterar la limpieza de la competición: a) los cambios quirúrgi-


cos deben haber terminado, incluyendo la alteración de los genitales exter-
nos y la gonadectomía; b) las autoridades deben haber dado cobertura le-
gal al sexo asignado; y, c) las terapias hormonales se habrán administrado
en el tiempo suficiente para minimizar las ventajas derivadas del sexo en
la competición deportiva.

3.3 Prueba de determinación del sexo. Tecnicismo

La atleta cusqueña Yéssica Quispe Auccapuma,55 de 18 años, renunció en


mayo del 2005 a su actividad deportiva al negarse al sometimiento a exá-
menes de femineidad. Quispe tenía un expediente médico completo; a pe-
sar de ello, la federación exigió a la atleta una prueba de cariotipo. En
agosto del 2006 se sometió a las pruebas para su reingreso. Caso similar
fue el de Faustina Huamaní, “La Taruca de los Andes”, quien prefirió reti-
rarse antes de someterse al examen.
La prueba de determinación del sexo se realiza en las competiciones de
máximo nivel para identificar anomalías cromosómicas mediante la inves-
tigación del corpúsculo de Barr. En caso de duda el examen se completa
con el análisis del cariotipo, que es el único método fiable en lo que res-
pecta a la determinación del sexo genético, contando la cantidad de cro-
mosomas (46XX el sexo femenino y 46XY el masculino). El examen se
puede realizar en una muestra de sangre, de médula ósea, de líquido am-
niótico o de tejido placentario.

55 Natural de Chincheros, Urubamba, Cusco. Considerada la atleta sudamericana re-


velación del 2004. Rompió récords nacionales e internacionales: en 800 metros pla-
nos, en un tiempo de 2m 7,38s en la categoría menores; 3.000 metros planos con
un tiempo de 9m 19,92s menores y juveniles; y 1.500 metros planos con 4m 13,53s
(récord nacional y sudamericano en las categorías menores y juvenil, respectiva-
mente). Fue campeona Grand Prix juvenil sudamericana, campeona sudamericana
de menores en 800, 1.500 y 3.000 metros planos y campeona sudamericana de
Cross Country 6 kilómetros. Se le considera la mejor atleta de los últimos 20 años.
142 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI
Capítulo 5
Justicia deportiva

1. Definición y ámbito

Toda institución tiene reglas que rigen su actividad, que deben ser respe-
tadas. El deportista, profesional o amateur, sabe que a lo largo de su carre-
ra está en el compromiso de velar por la observancia de las normas que
le son impuestas en la práctica competitiva. En caso de infringir el orden
deportivo que se comprometió a respetar, le corresponderá una sanción
por su comportamiento.1 Velar por que las normas se cumplan y sean im-
puestas y ejecutadas, es competencia, en primera instancia, de los organis-
mos disciplinarios del deporte, que forman parte de lo que se denomina
la justicia deportiva.
La justicia deportiva es aquella institución encargada de definir y solucio-
nar los conflictos o la incertidumbre jurídica que se presentan en el ámbito
deportivo, sea en materia de encuentros, torneos, competencias o contien-
das del interés de los sujetos relacionados con la actividad deportiva.
En esa línea, nuestra justicia deportiva nacional engloba las decisiones
de las federaciones nacionales deportivas,2 del Consejo Superior de Justicia

1 SILVA, Rui Alexandre. “Da infracção à sanção disciplinar na regulamentação despor-


tiva”, en AA.VV. O desporto e o direito (prevenir, disciplinar, punir), 2001, p. 59.
2 Dan forma a las federaciones deportivas peruanas 47 disciplinas: ajedrez, activida-
des subacuáticas, andinismo y deportes de invierno, atletismo, automovilismo,
badminton, básquetbol, béisbol, billar, bochas, bolos, boxeo, bridge, ciclismo,
equitación, esgrima, esquí acuático, físicoculturismo, fútbol, gimnasia, golf, hoc-
key, judo, karate, kartismo, kickboxing y deportes de contacto, kung fu, levanta-
miento de pesas, levantamiento de potencia, lucha amateur, motociclismo, nata-
ción, paleta frontón, polo, remo, rugby, sóftbol, squash racket, tabla, tae kwon do,
tenis de mesa, tenis, tiro, tiro con arco, triatlón, vela, vóleibol. Véase en
<http://www.ipd.gob.pe/federaciones.htm>. [Consulta: 2 de agosto del 2006.]

[143]
144 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

Deportiva y Honores del Deporte (CSJDHD) y del Poder Judicial, decisio-


nes que resuelven cuestiones de orden deportivo. De ello queda claro que
la justicia deportiva se desenvuelve en dos planos: administrativo y juris-
diccional, buscando ambas un mismo objetivo: resolver un conflicto de in-
tereses o terminar con una incertidumbre jurídica en materia deportiva.
Tomando en cuenta la definición de justicia deportiva, debe tenerse cui-
dado de no confundir dos situaciones de por sí diversas: a) las cuestiones
relativas a la organización misma de un club o liga deportiva que no son
competencia de la justicia deportiva sino de la justicia civil, comercial, la-
boral u otra especialidad; y, b) las cuestiones relacionadas con las activida-
des deportivas que sí son competencia de la justicia deportiva. En ese or-
den de ideas, se ha dicho que:
... en los clubes deportivos (entidades de corte asociativo sin ánimo de
lucro) las cuestiones o divergencias de tipo “asociativo” se dirimen, nor-
malmente, en los tribunales de justicia ordinarios. Para el ámbito disci-
plinario deportivo quedan aquellas cuestiones o bien relacionadas con
la competición deportiva o bien relacionadas con la conducta deportiva
general. Un incumplimiento estatutario o reglamentario en un club o en
una federación deportiva era –como materia típica asociativa– direc-
tamente enviada a la jurisdicción civil.3

Efectivamente, los conflictos de orden estatutario de organización inter-


na no son materia de la justicia deportiva.
Por lo mismo, advertimos que la injerencia que tengan los clubes y las
ligas deportivas con relación a sanciones para sus asociados, por incurrir
en alguna infracción de orden deportivo, no forman parte de la institución
de justicia deportiva. Tal injerencia se encuadra dentro de las facultades
que el marco estatutario de su club o liga le reconoce. Todas las decisio-
nes sancionadoras que tomen quedan en el ámbito de lo privado. Pero,
¿por qué no consideramos estas decisiones dentro de la justicia deportiva?
Las razones son tres: a) porque sus decisiones no tienen fuerza vinculan-
te; b) porque las decisiones de cada club o liga deportiva son diversas, no
uniformes con relación a otros clubes o ligas; c) porque no cuentan con
un órgano heterónomo, es decir, un órgano que dirima las controversias
ajenas a su institución.

3 DE ROBLES MIRALBELL, Marcos. “Análisis jurídico de la actual situación que atra-


viesa el Barcelona” [en línea]. Iusporte, 27 de julio del 2006. <http://www.ius-
port.es>.
JUSTICIA DEPORTIVA 145

Teniendo en cuenta la trascendencia del deporte, muchas de sus con-


troversias tienen actualmente materia litigiosa. A pesar de ello, muchas
asociaciones internacionales que lo tutelan han intentado mantener sus líos
al canto del derecho. Son dichas asociaciones las que “resuelven sus con-
troversias al margen de lo regulado en los ordenamientos jurídicos de los
Estados donde se desarrolla la actividad deportiva y dentro de lo que pue-
de denominarse sistemas de autorregulación”,4 pero cierto es que cada vez
más el deporte se vincula con el derecho, sometiéndose a los sistemas le-
gales vigentes, exigiendo un respeto de sus principios, lo que requiere una
justicia no solo eficaz sino fundamentalmente especializada.
Debe quedar claro que lo resuelto por estas asociaciones no forma par-
te de la justicia deportiva, no obstante que sus decisiones sean acatadas
por la fuerza de sus sanciones.

2. La disciplina deportiva

La disciplina no es otra cosa que un orden. Un conjunto de normas, crite-


rios y reglas que rigen una actividad cuyos integrantes se comprometen a
respetar; en caso contrario, serán pasibles de una sanción.
De manera especial, la disciplina deportiva es el conjunto de reglas que
rigen la vida de los sujetos e instituciones vinculados a la actividad depor-
tiva. Espartero la define como:
… el sistema de normas que permite imponer sanciones, o revisarlas,
por parte de órganos investidos de potestad disciplinaria a los sujetos
subordinados al ordenamiento jurídico deportivo, con fundamento en
relaciones de sujeción especial, como consecuencia de la comisión de
infracciones previamente tipificadas, y mediante los procedimientos
legales previstos.5

2.1 Características

La disciplina deportiva se caracteriza por cumplir una función de autopro-


tección, por tener un carácter público, por ser ejercida por sujetos con po-
testad disciplinaria, por primar el principio de legalidad, por el respeto al

4 ESPARTERO CASADO, Julián (coord.). Introducción al derecho del deporte, 2004,


p. 231.
5 Ibídem, p. 237.
146 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

debido proceso, porque se compone de un régimen interno y uno exter-


no: la justicia interna y la externa.
La Constitución de Brasil (1988) es un buen ejemplo de tratamiento de
la disciplina y de la justicia deportiva, siendo la norma compatible con el
principio constitucional de derecho de acción.6
La norma dice:
217: §1. El Poder Judicial sólo admitirá acciones relativas a la disciplina
y a las competiciones deportivas una vez agotadas las instancias de la
justicia deportiva, regulada en la ley. §2. La justicia deportiva tendrá el
plazo máximo de sesenta días, contados desde la instrucción del proce-
so, para dictar la resolución final. (Traducción libre del autor.)

Como refieren Nery y De Andrade,7 el agotamiento de la vía administra-


tiva solamente es exigible cuando se trata de materia estrictamente depor-
tiva, es decir de derecho administrativo deportivo, como son los casos de
licencia de club, transferencia de jugador y sanción a jugador. Cuando se
trata de materia civil o penal, la acción se interpone directamente ante el
Poder Judicial, como los casos de extinción de asociaciones civiles con fi-
nes ilícitos (barras bravas colectivizadas) y de crimen cometido en un esta-
dio de fútbol (agresión ocasionada por las barras bravas).

2.2 Publificación

La publificación de la disciplina deportiva no es otra cosa que el tratamien-


to de las relaciones deportivas, tanto en su aspecto interno como en sus
consecuencias. Es el interés del Estado representado en la normación y tra-
tamiento del deporte por medio de leyes y procedimientos eficaces. En pa-
labras de Espartero: “el régimen disciplinario deportivo no se agota en el
ámbito jurídico interno de las asociaciones y federaciones ni se justifica
únicamente en garantizar el orden estatutario de tales organizaciones, sino
que trasciende esos ámbitos en cuanto afecta al interés público y al orden
jurídico general”.8
El Estado tiene el compromiso de la trascendencia del deporte, no solo
en su éxito a través de marcas, récords, medallas, sino también como una
institución que cuente con mecanismos eficaces en sus controversias.

6 NERY JUNIOR, Nelson y Rosa Maria DE ANDRADE NERY. Constitução Federal


comentada e legislação constitucional, 2006, pp. 374-375.
7 Ibídem, p. 375.
8 ESPARTERO CASADO, Julián (coord.). Op. cit., 2004, p. 238.
JUSTICIA DEPORTIVA 147

2.3 Principios constitucionales en la disciplina deportiva


La disciplina deportiva sintetiza la función jurisdiccional en los siguientes
principios, contemplados en el artículo 139 de la Constitución Política del
Perú: legalidad, irretroactividad de normas sancionatorias, retroactividad
de normas favorables al infractor, non bis in idem, proporcionalidad, de-
fensa, presunción de inocencia, ejecución inmediata de las sanciones ad-
ministrativas y pro competitione (no se pueden alterar los resultados).
Función jurisdiccional y régimen disciplinario deportivo son institucio-
nes que se asemejan. Ambas se rigen por postulados de orden imperativo.

3. Justicia deportiva

En nuestro particular criterio, la justicia deportiva se desenvuelve en tres


planos: interno, administrativo y jurisdiccional. Los tres buscan un mismo
objetivo: resolver un conflicto de intereses o terminar con una incertidum-
bre jurídica en materia deportiva.
A pesar de tener un objetivo común, debe distinguirse entre a) la justi-
cia interna deportiva; b) la justicia administrativa deportiva; y, c) la justicia
jurisdiccional deportiva.

3.1 Justicia interna deportiva

Los problemas que se suscitan en las organizaciones deportivas son de de-


recho privado. Sus soluciones se plantean de acuerdo con el estatuto de
cada organización, de forma interna, incluso se incorporan sanciones a
aquellos socios que acuden a los tribunales para la defensa de sus dere-
chos. Estos sistemas de justicia interna son asumidos, también, por las or-
ganizaciones deportivas internacionales, y es lo que se conoce como los
sistemas de autodefensa en la solución de conflictos.9
En las instituciones deportivas prima la potestad de autoprotección
(función doméstica) que se aplica a quienes están en directa relación con
la organización y su funcionamiento respecto del cumplimiento de sus de-
beres, compromisos y obligaciones. Se trata, especial y directamente, de
una potestad de protección de orden general –como la llama Espartero10
heterotutela o protección del orden social general– en la que se busca la
defensa como organización dentro de un orden social.

9 ESPARTERO CASADO, Julián (coord.). Op. cit., 2004, p. 233.


10 Ibídem, p. 235.
148 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

3.2 Justicia administrativa deportiva

La justicia administrativa deportiva es realizada por las federaciones nacio-


nales. Actúan como primera instancia respecto a faltas y transgresiones en
materia deportiva cometidas por sus afiliados, dirigentes de clubes depor-
tivos, ligas y deportistas. En estos casos, el CSJDHD actúa como segunda
instancia.
Cada federación tiene su propia línea decisoria y, por tanto, no es
uniforme.

Justicia administrativa deportiva

Hasta mayo del 2005, administrada


por las ligas deportivas, las federaciones
deportivas y el Tribunal del Deporte.

Justicia deportiva

Desde mayo del 2005, administrada


por las federaciones nacionales deporti-
vas y el Consejo Superior de Justicia
Deportiva y Honores del Deporte.

3.3 Justicia jurisdiccional deportiva

Esta justicia resuelve problemas que rebasan el aspecto interno y compro-


meten intereses sociales.
Se sustenta en el principio de separación de poderes (Ejecutivo, Judicial
y Legislativo), entendiéndose que:
… con la actividad jurisdiccional, el Estado persigue una finalidad indi-
recta y secundaria: la de procurar la satisfacción de los intereses indivi-
duales y colectivos, privados o públicos, tutelados por el derecho, que
no pueden ser satisfechos por la falta de certeza o la inobservancia de
la norma que los tutela; en cambio, mediante la actividad administrati-
va, el Estado persigue finalidades directas y primarias.11

11 MORÓN URBINA, Juan Carlos. Comentarios a la Ley del Procedimiento Admi-


nistrativo General, 2006, p. 284.
JUSTICIA DEPORTIVA 149

Constitucionalmente se ha establecido que: “Son principios y derechos


de la función jurisdiccional: 1. La unidad y exclusividad de la función juris-
diccional. No existe ni puede establecerse jurisdicción alguna indepen-
diente, con excepción de la militar y la arbitral. No hay proceso judicial
por comisión o delegación…” (artículo 139, inciso 1). La exclusividad de
la función jurisdiccional le corresponde al Poder Judicial, con las excepcio-
nes ya indicadas. Entonces, lo que decidan los órganos de instituciones de-
portivas se dará en el ámbito de lo administrativo, mas no jurisdiccional.
Por jurisdicción se ha entendido el poder específico que algunos órga-
nos estatales tienen para resolver los conflictos de intereses que les pro-
pongan;12 es el “Poder que tienen los jueces y tribunales para juzgar y ha-
cer ejecutar lo juzgado”.13 En esa medida, este poder jurisdiccional no le
corresponde a los órganos de las instituciones deportivas ni a los órganos
administrativos diseñados para solucionar conflictos que se presenten en
el deporte y, de ser el caso, sancionar las faltas disciplinarias de los depor-
tistas. El poder jurisdiccional le corresponde al Poder Judicial y a los órga-
nos indicados por la misma Constitución.

3.4 Diferencia y matices


La justicia interna es aquella llevada a cabo en el seno del asociacionismo
deportivo. La justicia administrativa le corresponde a los órganos públicos
y los órganos de gestión para decidir cuestiones relacionadas con el depor-
te. La jurisdiccional es la función que le corresponde al Poder Judicial y a
aquellos reconocidos por la Constitución.
En el caso peruano, la justicia interna se lleva en cada club, la adminis-
trativa engloba las decisiones de las federaciones nacionales deportivas y
las del CSJDHD. En el supuesto de que los administrados no se encuen-
tren conformes con tales decisiones, es posible recurrir al Poder Judicial
que tiene función jurisdiccional. Las decisiones que versen sobre materia
deportiva, dictadas por estos entes –más las arbitrales, como veremos más
adelante– constituyen lo que hemos denominado justicia deportiva.
A pesar de lo dicho, es práctica común utilizar la expresión jurisdicción
deportiva, la que solo hace referencia a la potestad que los órganos de las
instituciones deportivas y los órganos administrativos, que sin gozar de ju-
risdicción, tienen para resolver los conflictos que se dan en el ámbito
deportivo.

12 MONROY GÁLVEZ, Juan. Introducción al Proceso Civil, 1996, pp. 205-206.


13 Real Academia Española. Diccionario de la lengua española, 2001.
150 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

4. Exclusividad de la función jurisdiccional

La imposibilidad de que un ente administrativo, como el CSJDHD, resuel-


va y ponga fin a un conflicto de intereses, es consecuencia directa de la
exclusividad y de la tarea de impartir justicia en representación del Estado.

4.1 Carácter exclusivo

La exclusividad de la función jurisdiccional pertenece al Poder Judicial y,


excepcionalmente, en temas relativos a los derechos humanos, al Tribunal
Constitucional.
En el Perú, salvo las jurisdicciones militar, arbitral y la ejercida por las
autoridades de las comunidades campesinas, no existe una jurisdicción di-
ferenciada a la del Poder Judicial (artículo 139, inciso 1) y la del artículo
149 de la Constitución, para la solución de conflictos en general.
Si bien existen entes administrativos directamente especializados que
resuelven controversias, sus resoluciones no son consideradas cosa juzga-
da (artículo 139, inciso 2 de la Constitución), pudiendo ser revisadas en
instancias judiciales, vía el proceso contencioso administrativo (artículos
148 de la Constitución y 218, inciso 13) de la Ley 27444.

4.2 Tutela jurisdiccional estatal especializada

Esta es la diferencia entre la naturaleza administrativa y la jurisdiccional. Es


el Poder Judicial, mediante la tutela jurisdiccional, el que tiene el poder
que emana del pueblo (artículo 138 de la Constitución) para poner fin defi-
nitivo a una cuestión litigiosa. Es, como se ha dicho en más de una oportu-
nidad, una tutela jurisdiccional estatal especializada.
Otras entidades podrán resolver conflictos, sin tener jurisdicción, y de-
ben ser considerados actos contenciosos realizados por órganos estatales
no especializados.

5. Consejo Superior de Justicia Deportiva y Honores del Deporte


El CSJDHD es una instancia autónoma del Instituto Peruano del Deporte
(IPD), conforme lo indica el artículo 50 de la Ley del Deporte14 y el regla-
mento que rige su actividad (Resolución 015-2006-CSJDHD/IPD, El Perua-
no del 8 de marzo del 2006).

14 Quinta Disposición Complementaria.


JUSTICIA DEPORTIVA 151

5.1 Antecedentes

El CSJDHD tiene como antecedente al Tribunal del Deporte,15 que ejerció


funciones hasta mayo del 2005, fecha en la que se nombraron a sus inte-
grantes,16 a pesar de haber sido creado en el 2003 por la Ley 28036, Ley
de Promoción y Desarrollo del Deporte.
En su esencia, y como se mencionaba en los considerandos de la Re-
solución 445, el Tribunal del Deporte fue el órgano competente para cono-
cer los procedimientos disciplinarios y sancionar las faltas y transgresiones
en materia deportiva.

5.2 Características

El CSJDHD no es una jurisdicción independiente sino una sede administra-


tiva. Sus resoluciones no generan cosa juzgada, pudiendo ser revisadas por
el Poder Judicial. Y es que la función jurisdiccional tiene como característi-
cas la unidad y la exclusividad: “No existe ni puede establecerse jurisdic-
ción alguna independiente, con excepción de la militar y arbitral” (artículo
139, inciso 1 de la Constitución)17 y la ejercida por las autoridades de las
comunidades campesinas (artículo 149 de la Constitución), como se resal-
ta más arriba.
Sobre el particular, existe un debate acerca de la legitimidad del siste-
ma privado de solución de conflictos en general y en especial en el ámbi-
to del derecho deportivo. Si partimos del principio constitucional de tute-
la jurisdiccional efectiva, del derecho fundamental de acceso a los tribuna-

15 Reglamentado por la Resolución 445-2000-PE-IPD-Educación (El Peruano, 25 de


noviembre del 2000), dictada cuando Teófilo Cubillas Arizaga era presidente ejecu-
tivo del Instituto Peruano del Deporte.
16 Los primeros integrantes fueron: Jorge Antonio Guizado Salcedo (presidente), Ra-
fael Bernardino Heredia Neciosup (Secretario), Miguel Isaías Morales Lavaud, Jorge
Luis Canales Vargas y Víctor Javier Cornejo Rodríguez. Suplentes: Luis Humberto
Velásquez Arroyo, Gregorio Espinoza Hidalgo, Baldomero Elías Ayvar Carrasco,
Gastón Luna Guillén y Valentín Monges Palacios.
17 Se menciona “El enunciado que proclama la unidad y exclusividad de la función
jurisdiccional es, pues, contradictorio desde que se conoce la función jurisdiccio-
nal a cargo de los Juzgados y Tribunales Militares, de los Tribunales Arbitrales, del
Jurado Nacional de Elecciones y del Tribunal Constitucional” según VIDAL RAMÍ-
REZ, Fernando. “Unidad y exclusividad de la función jurisdiccional”. La Constitu-
ción comentada. Análisis artículo por artículo, 2005, pp. 486-487.
152 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

les y, es más, de la unidad y exclusividad de la función jurisdiccional, re-


sultaría cuestionable la validez constitucional de las soluciones adoptadas
en el seno de las organizaciones deportivas y de la prohibición de inter-
poner en forma directa recursos ante los tribunales para la solución judi-
cial de conflictos suscitados en el contexto de las relaciones deportivas.18

Consejo Superior de Justicia Deportiva y Honores del Deporte (CSJDHD)

Administra justicia deportiva en el Perú

Instancia autónoma del IPD


Consejo Superior de
Justicia Deportiva
No es una jurisdicción independiente

Es una sede administrativa

En doctrina se ha discutido la urgencia de una jurisdicción exclusiva pa-


ra el deporte con un tratamiento judicial diferenciado, que evite la inter-
vención de órganos jurisdiccionales diversos en los conflictos deportivos
(civil, penal, contencioso-administrativo)19 por carencia y limitaciones en
su especialidad. Esto no es del todo adecuado ni preciso, pues dependien-
do de los conflictos deportivos que se susciten, existen áreas especializa-
das con las que cuenta el Poder Judicial.

5.3 Miembros del CSJDHD

De acuerdo con la Ley del Deporte, su Reglamento (Decreto Supremo 018-


2004-PCM del 3 de marzo del 2004), y el Reglamento del CSJDHD, la con-
formación, convocatoria, vacancia, juramentación, incompatibilidad y abs-
tenciones de los integrantes del CSJDHD, es regulada del siguiente modo:

18 Mayor referencia BRAZÃO DE CARVALHO, María João. “Que `justiça desportiva´


nos tribunais”, en AA.VV. O desporto e o direito (prevenir, disciplinar, punir), 2001,
p. 141.
19 MANSILLA P., Marcos. “Urge un derecho deportivo autónomo” [en línea]. Correo
del Caroní, 18 de junio del 2006. <http://www.correodelcaroni.com>.
JUSTICIA DEPORTIVA 153

• Integrantes (artículos 51 de la Ley del Deporte, 27 del Reglamento


de la Ley del Deporte y 2 del Reglamento del CSJDHD).
Conformado por cinco miembros elegidos por un período de
dos años:
— Dos representantes de las federaciones deportivas nacionales.
— Dos representantes de los colegios de abogados del Perú.
— Un representante de las facultades de Derecho de las universida-
des, a propuesta de la Asamblea Nacional de Rectores.
— Cada miembro tendrá un suplente.
— Para ser miembro se requiere acreditar por lo menos dos años
como dirigente deportivo o un año en la administración de justi-
cia deportiva o ser abogado en ejercicio con una antigüedad
mayor de dos años.
— El presidente del CSJDHD es elegido entre sus miembros
titulares.

• Convocatoria para la elección de los integrantes (artículo 28 del Re-


glamento de la Ley del Deporte)
— Los representantes de las Federaciones Deportivas Nacionales
son elegidos por los presidentes de estas, previa convocatoria del
presidente del IPD.
— Los representantes de los colegios de abogados del Perú son ele-
gidos por los decanos de los colegios de abogados del Perú, pre-
via convocatoria.
En ambos casos, previa convocatoria del presidente del IPD,
mediante publicación en el diario oficial El Peruano, indicando
lugar, día y hora en que se llevará a cabo la elección de los dos
representantes y sus respectivos suplentes, con anticipación no
menor de siete días hábiles.
— El representante de las facultades de Derecho de las Universida-
des del Perú y su suplente son designados por la Asamblea Na-
cional de Rectores, previa convocatoria a los decanos de las fa-
cultades de Derecho de las universidades del Perú.

• Vacancia (artículo 28 del Reglamento de la Ley del Deporte)


— El cargo de miembro del CSJDHD vaca por:
1. fallecimiento;
2. incapacidad permanente;
154 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

3. renuncia aceptada;
4. impedimento legal sobreviniente a la designación;
5. inasistencia injustificada a dos sesiones consecutivas del
Consejo Superior de Justicia Deportiva y Honores del Deporte,
salvo licencia autorizada; y, remoción por falta grave.
— En caso de vacancia, el respectivo suplente asumirá la función
para completar el periodo correspondiente.

• Juramentación (artículo 3 del Reglamento del CSJDHD)


Los vocales del CSJDHD juramentarán su alto cargo ante el presi-
dente del Consejo Directivo del IPD, el cual le hará entrega de las
credenciales respectivas y de una cinta roja y blanca que contiene
una medalla que será entregada en acto público.

• Incompatibilidad (artículos 51 de la Ley del Deporte y 4 del Regla-


mento del CSJDHD).
— Existe incompatibilidad entre el cargo de miembro del CSJDHD
con cualquier otra función deportiva, salvo que el vocal partici-
pe como miembro del Comité Electoral o Comisiones de Trabajo
del club deportivo amateur o profesional. Esto no impide el ejer-
cicio de cualquier disciplina deportiva.
— Los vocales no podrán ejercer directa o indirectamente funciones
de agente, consejero o abogado en ningún asunto que sea o
pueda ser competencia del CSJDHD

• Abstenciones (artículos 5 y 6 del Reglamento del CSJDHD)


— Los vocales no participarán en la decisión de asuntos en que
hayan intervenido antes como agentes, asesores, consejeros o
abogados de cualquier persona directa o indirectamente involu-
crada, ni en asuntos relacionados con alguna persona con la que
tenga parentesco dentro del cuarto grado de consanguinidad o
segundo de afinidad o vínculo espiritual, o con la que tengan
algún otro tipo de vinculación o relación que comprometa o
pueda eventualmente comprometer su imparcialidad.
— Los vocales están siempre obligados a abstenerse de opinar o de
proporcionar información en alguna forma relacionada con cual-
quier caso que pueda ser sometido o esté siendo visto por el
Consejo.
JUSTICIA DEPORTIVA 155

5.4 Competencia del CSJDHD

Mediante el artículo 50 de la Ley del Deporte se estatuye que el CSJDHD


es competente tanto para conocer como para sancionar las faltas y trans-
gresiones a la Ley del Deporte, a su Reglamento y a la normatividad depor-
tiva vigente, así como la atención de la defensa de los intereses y derechos
de los deportistas.
Asimismo, es competente para otorgar honores y distinciones a depor-
tistas, técnicos, auxiliares y dirigentes de una selección nacional, a los di-
rectivos de las federaciones deportivas nacionales, al Comité Olímpico Pe-
ruano y a otros organismos del Sistema del Deporte Nacional. Tal compe-
tencia es desarrollada por el Reglamento del CSJDHD, estableciéndose que
tiene las competencias preventiva, sancionadora y de otorgamiento de ho-
nores y distinciones (artículo 7 del reglamento del CSJDHD) con las fun-
ciones que a continuación se detallan:

• Preventiva (artículos 50 Ley del Deporte y 7 del Reglamento del


CSJDHD)
— Emitir resoluciones y directivas para la defensa de los intereses y
derechos de los deportistas y dirigentes deportivos, así como
recibir quejas a nivel nacional.
• Sancionadora (artículos 29, 33.a, 34 y 35 del Reglamento de la Ley
del Deporte y 7 del Reglamento del CSJDHD)
— Conocer en única instancia las faltas y transgresiones a la ley, al
reglamento y a la normatividad deportiva, cometidas por diri-
gentes deportivos, oficiales y técnicos de delegaciones, deportis-
tas seleccionados como representantes del Perú y por los demás
agentes deportivos no contemplados en el inciso a) del artículo
33 del Reglamento de la Ley del Deporte.
— Conocer en última instancia y en recurso de casación las resolu-
ciones expedidas por las federaciones deportivas nacionales res-
pecto de faltas y transgresiones en materia deportiva cometidas
por sus afiliados, dirigentes de clubes deportivos, ligas y depor-
tistas.
Faltas: Constituyen faltas (artículo 34 del Reglamento de la Ley
del Deporte) las siguientes:
a) Enriquecimiento o beneficio indebido en provecho propio o
de terceros;
b) abuso de autoridad;
156 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

c) abandono de cargo o de selección;


d) incumplimiento de obligaciones de función o de deberes
deportivos;
e) incumplimiento de disposiciones de autoridades deportivas;
f) incumplimiento de las normas deportivas;
g) presentar documentación o suministrar información falsa; y,
h) cualquier otra infracción a la ley y al presente reglamento.
Sanciones
a) Son sanciones aplicables a las faltas o transgresiones según
gravedad las siguientes (artículo 35 del Reglamento de la Ley
del Deporte):

Faltas Sanción

Leves 1. Amonestación
2. Multa de hasta dos UIT

Graves 1. Multas mayores de dos UIT hasta 20 UIT.


2. Suspensión de la función deportiva o directiva por un
periodo no menor de tres meses ni mayor de un año.

Muy 1. Destitución e inhabilitación de la función deportiva o


Graves directiva por período no menor de un año ni mayor
de cinco años.
2. Inhabilitación perpetua como deportista o dirigente
deportivo y la cancelación de la condecoración depor-
tiva, en su caso.

b) Para la graduación y aplicación de las sanciones, el CSJDHD


tomará en consideración:
1. Naturaleza y consecuencia de la infracción;
2. daño causado;
3. reincidencia;
4. circunstancia en que se comete la infracción; y,
5. otros criterios a consideración del CSJDHD.
Responsabilidad
— Las sanciones son impuestas sin perjuicio de las que pudieren
corresponder por responsabilidades de carácter civil, penal o
administrativa funcional.
JUSTICIA DEPORTIVA 157

• Otorgamiento de honores y distinciones (artículos 50, Ley del De-


porte, 30, 31, 32 del Reglamento Ley y 7 del Reglamento del
CSJDHD)
— Aprobar la concesión de honores, distinciones y condecoracio-
nes. Los laureles deportivos del Perú serán evaluados y aproba-
dos de acuerdo con la propuesta del Consejo Directivo del IPD,
con arreglo al procedimiento de honores de deporte regulados
en los artículos 30, 31, y 32 de la Ley del Deporte.

5.5 Laureles deportivos

Los laureles deportivos del Perú representan una condecoración que, co-
mo recompensa honorífica, otorga el Estado a quien se ha distinguido ex-
cepcionalmente en la práctica, labor o dirección del deporte.
Comprende los grados Gran Cruz y Gran Oficial. Consta de una insig-
nia y diploma.
Es asignada por la Sala Plena del CSJDHD a propuesta del presidente
del IPD (artículo 30 del Reglamento de la Ley del Deporte). El IPD entre-
ga estas condecoraciones mediante resolución del presidente, puede otor-
garse también a título póstumo.
Las federaciones deportivas nacionales (artículo 31 del Reglamento de
la Ley del Deporte) someten a consideración del CSJDHD para evaluación
las respectivas nóminas de candidatos.

Requisitos del candidato

Gran Cruz Gran Oficial

• Haber prestado servicios excep- • Haber prestado servicios excepcio-


cionales en la dirección del depor- nales en la dirección del deporte
te peruano por un periodo no peruano por un periodo no menor
menor de 25 años. de veinte 20 años.
• Haber obtenido récord del mundo • Haber obtenido el título de Sub-
o título del Campeonato Mundial campeón Mundial en la categoría
en la categoría de la más alta de la más alta jerarquía o subcam-
jerarquía o un récord olímpico o peón de los Juegos Olímpicos.
título de campeonato en los • Haber obtenido el tercer lugar en
Juegos Olímpicos. un Campeonato Mundial en la ca-
tegoría de la más alta jerarquía o
en los Juegos Olímpicos.
158 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

Ambas condecoraciones otorgan al deportista el derecho de inscripción


de su nombre en un lugar designado por el IPD.
Los deportistas calificados de alto nivel tienen derecho a acceder a otros
premios o distinciones que establezca el IPD mediante Resolución de Pre-
sidencia, de conformidad con los artículos 70 y 72 de la Ley y el 32 del Re-
glamento de la Ley del Deporte.

5.6 Facultades del CSJDHD

El CSJDHD, bajo el reglamento del propio organismo, tiene las siguientes


facultades de acción (artículo 9):
• Podrá actuar de oficio en caso de tomar conocimiento de un hecho
irregular que se haya generado en el deporte.
• Está facultado para dictar resoluciones y directivas relacionadas a la
administración de justicia deportiva por el propio CSJDHD, así como
por las federaciones y ligas deportivas, incluyendo normas procesa-
les y precedentes de observancia obligatoria.
• Puede formular recomendaciones relacionadas con la mejor ad-
ministración de justicia deportiva por una o más de las federaciones
y ligas deportivas. Estas recomendaciones serán necesariamente
consideradas por la Junta Directiva a la que se le formulan y esta
deberá informar de manera pronta por escrito al CSJDHD los acuer-
dos que adopte en relación con estas.

5.7 Características

El CSJDHD como ente de justicia administrativa en el Perú se rige por dos


principios:

5.7.1 Aplicación de la ley en el tiempo

Como principio básico, la legislación en materia de administración de justi-


cia deportiva consagra la teoría de la aplicación inmediata de la ley en el
tiempo, en la medida en que para decidir sobre la existencia de una falta
o transgresión y su correspondiente sanción, se dispone la aplicación de
las normas vigentes en la fecha en que fueron cometidas.
Excepcionalmente, rige el principio de retroactividad benigna al permi-
tirse la aplicación de las normas vigentes a la fecha del fallo, siempre que
JUSTICIA DEPORTIVA 159

sean más favorables al procesado (artículo 10 del reglamento del


CSJDHD). Cabe advertir que constitucionalmente se ha establecido que “...
Ninguna ley tiene fuerza ni efecto retroactivo, salvo en materia penal,
cuando favorece al reo” (artículo 103 de la Constitución).

5.7.2 Inalterabilidad de los resultados de las competencias


deportivas

Queda claro que, por ninguna razón, las resoluciones del CSJDHD modi-
fican los resultados de las competencias deportivas (artículo 11 del regla-
mento del CSJDHD).

5.8 De las resoluciones y sesiones

Las resoluciones del CSJDHD constituyen la última instancia de justicia de-


portiva (artículo 52 del Reglamento de la Ley del Deporte y 9 del Regla-
mento del CSJDHD). Las resoluciones y acuerdos del Consejo de la Sala
Plena se comunican a las federaciones deportivas nacionales, ligas depor-
tivas y clubes, así como al Comité Olímpico Peruano (artículo 19 del regla-
mento del CSJDHD).
El CSJDHD sesiona en Sala Única dos veces por mes como mínimo. El
quórum se establece con tres miembros y la votación es por mayoría sim-
ple (artículo 12 del reglamento del CSJDHD).

5.9 Funciones de la Sala Plena

A la Sala Plena del CSJDHD le corresponde (artículo 15 del reglamento del


CSJDHD):
• Dictar las normas para su organización y funcionamiento, incluyen-
do las correspondientes a su Sala Plena.
• Aprobar las resoluciones y directivas que considere conveniente
para la mejor administración de la justicia deportiva en todas sus ins-
tancias, incluyendo normas de orden procesal, precedentes de
observancia obligatoria y recomendaciones.
• Elegir al presidente y al secretario del CSJDHD.
• A propuesta del Consejo Directivo del IPD, aprobar la concesión de
distinciones, condecoraciones y laureles deportivos del Perú. La Sala
Plena dará por ciertos los hechos que sustentan las propuestas del
Consejo Directivo. Cuando no se apruebe el otorgamiento de laure-
les deportivos a los dirigentes o deportistas por su labor o práctica
160 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

dirigencial o deportiva y que tengan mérito suficiente, se le solici-


tará que se otorgue una felicitación.
• Adoptar resoluciones y acuerdos relacionados con la aplicación y
cumplimiento del reglamento del CSJDHD.
• Proponer las modificatorias al Reglamento del CSJDHD.
• Designar a los asesores ad honorem propuestos por los vocales.
• Determinar los turnos de las Salas del Tribunal del Deporte.
• Proponer y aprobar según sea el caso la condecoración y distincio-
nes a los dirigentes y deportistas.

5.10 Funciones del presidente y del secretario

En el siguiente cuadro se analizan, tomando como base la regulación del


reglamento del CSJDHD (artículos 16 y 17), las funciones de los represen-
tantes indicados:

Del presidente Del secretario

• Dirigir la sesión de Sala Plena; • Preparar la agenda de las sesiones y


• representar al CSJDHD; certificar los acuerdos del CSJDHD;
• ejecutar los acuerdos del • llevar, actualizar y conservar las
CSJDHD; actas de las sesiones;
• convocar a las sesiones; • comunicar los acuerdos y otorgar
• tiene voto dirimente en caso de copias, así como registrar los votos
empate; en mayoría y minoría; y,
• solicitar al IPD la contratación o • los que encargue el CSJDHD.
cese del personal para el
CSJDHD; y,
• comunicar al IPD la designación de
asesores ad honorem.

5.11 Funciones del relator, del asistente administrativo y de la


secretaria

El CSJDHD tiene el apoyo en la realización de sus actividades de un abo-


gado colegiado, quien asumirá las funciones de relator, de un asistente ad-
ministrativo y de una secretaria (artículo 18 de reglamento del CSJDHD).
JUSTICIA DEPORTIVA 161

Del relator Del asistente administrativo De la secretaria

• Realizar el seguimiento • Gestionar los aspectos • Redactar oficios, memo-


procesal de expedientes; internos del CSJDHD; y, randos y cartas del
• hacer informes y resú- • los que le encargue el CSJDHD;
menes legales; CSJDHD. • archivar los documentos
• proyectar resoluciones del CSJDHD; y,
de los expedientes; y, • otras funciones propias
• los que le encargue la del cargo de secretaria.
Presidencia.

5.12 Investigación y procedimiento

En el siguiente esquema se presentan las etapas del procedimiento, desde


la denuncia hasta el derecho de defensa.

Del procedimiento (investigación)

Denuncia de la falta o trasgresión dentro


de los cincos años de ocurrida o desde que
Denuncia fuera conocida por el denunciante en caso
de no haber sido pública o notoria.

Del procedimiento
—investigación— Se designa vocal instructor para que
Auto de
(artículos 21, 22, 23, evalúe la procedencia de la denuncia y dicte
apertura de
24, 25, 26 y 27 del auto de apertura de instrucción, emplazan-
instrucción
Reglamento del do a los denunciados.
CSJDHD)

El denunciado tiene diez días hábiles de


notificado con el auto de apertura de ins-
trucción, para que en el plazo de diez días
de notificado con el auto de apertura de ins-
trucción ejerza su derecho de defensa y
presente pruebas.
Derecho de
defensa y prue-
bas
De no ejercer su derecho de defensa y
presentar pruebas, el proceso continuará y
se juzgará en mérito de la denuncia y de las
pruebas presentadas al CSJDHD, sin nece-
sidad de que se declare expresamente que
se ha concluido la investigación.
162 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

5.12.1 Denuncia

Deberá precisarse con el debido detalle las acciones u omisiones que cons-
tituyan faltas o transgresiones y ofrecer las pruebas sustentatorias (artículo
21 del reglamento del CSJDHD).

5.12.2 Prescripción

Las denuncias deben presentarse al CSJDHD dentro de los cinco años de


ocurrida la falta o transgresión. En caso de que estas no hubiesen sido pú-
blicas ni notorias, el plazo se cuenta desde la fecha en que fueron conoci-
das por la parte denunciante (artículo 22 del reglamento del CSJDHD).

5.12.3 Designación de vocal instructor, procedencia y auto


de apertura

Recibida la denuncia, el presidente, mediante criterio de rotación, designa-


rá al vocal instructor para que se encargue de la investigación, quien eva-
luará la procedencia de la denuncia y dictará el auto de apertura de ins-
trucción, emplazando al denunciado o denunciados para que en el plazo
de diez días hábiles contados desde la notificación, ejerciten su derecho
de defensa y ofrezcan sus pruebas. De no hacerlo, el proceso continuará
y se juzgará en mérito de la denuncia y de las pruebas presentadas al
CSJDHD, sin necesidad de que se declare expresamente que se ha con-
cluido la investigación (artículo 23 del Reglamento del CSJDHD).

5.12.4 Suspensión. Medida precautoria

La Sala podrá suspender temporalmente al denunciado o denunciados de


su cargo de dirigente o de integrante de la selección nacional hasta que se
emita el fallo. Si el fallo fuera materia de reconsideración, salvo declara-
ción expresa de la Sala, la suspensión automáticamente se extiende hasta
la fecha de resolución. El período de suspensión se computa como parte
de la sanción (artículo 24 del reglamento del CSJDHD).

5.12.5 De las pruebas

Conforme lo dispone el artículo 25 del reglamento del CSJDHD, las prue-


bas de las que se puede hacer uso en los procesos son:
JUSTICIA DEPORTIVA 163

• Instrumentos y documentos públicos y privados.


— Los partes y atestados policiales tendrán mérito probatorio.
— Las cintas de vídeo, cintas magnetofónicas y otros medios de ví-
deo y/o audición serán entregadas con una descripción y/o tras-
cripción escrita de su contenido (ello en concordancia con el ar-
tículo 234º del Código Procesal civil). Aquel que las ofrece debe
facilitar el equipo y operador competente requeridos para su
exhibición y reproducción. La Sala podrá señalar lugar, fecha y
hora para la diligencia de apreciación de estas pruebas, notifican-
do a todas las partes del proceso por lo menos con tres días hábi-
les de anticipación.
— Inspección
— Peritaje
— Sucedáneos, medios probatorios

Las pruebas deben actuarse o entregarse dentro del plazo que al efec-
to señale la Sala.

5.12.6 Ampliación de la investigación

La Sala puede ampliar la investigación de los hechos y omisiones que con-


figurasen las faltas o transgresiones. Asimismo, puede pedir el apoyo de
los órganos técnicos del IPD para un mejor conocimiento o constatación
de los hechos (artículo 26 del reglamento del CSJDHD).

5.12.7 Obligación del denunciante

La parte denunciante estará en todo momento obligada a proporcionar la


documentación e información que le solicite la Sala (artículo 27 del regla-
mento del CSJDHD).

5.13 Proceso (según el artículo 28 del reglamento del CSJDHD)


5.13.1 Informe oral y audiencia pública

Concluida la investigación, se procede a los informes orales en una au-


diencia pública ante la Sala en el lugar, fecha, hora y por el tiempo desig-
nado por esta, debiendo responderse a las preguntas de los vocales. En es-
ta audiencia solo participan las personas que decida la Sala, incluyendo a
las partes y sus abogados si lo solicitaran.
164 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

5.13.2 Del fallo

La Sala debe emitir su fallo dentro de un plazo no mayor de cincuenta días


hábiles desde la fecha señalada para la audiencia.

5.13.3 Recursos impugnatorios


• Reconsideración.- Este recurso solo podrá ser formulado en los proce-
sos en los que la Sala conozca, en única instancia, las faltas y trans-
gresiones a la Ley del Deporte, a su Reglamento y a la normatividad
deportiva cometidas por dirigentes deportivos, oficiales y técnicos de
delegaciones, así como por deportistas seleccionados como represen-
tantes del Perú; y por los demás agentes deportivos no contemplados
en el inciso a) del artículo 33 del reglamento de la Ley del Deporte
(artículo 29º del reglamento del CSJDHD), conforme al artículo 208 de
la Ley de Procedimiento Administrativo General, Ley 27444.
• Casación.- Conforme lo indica el artículo 30 del reglamento del
CSJDHD, el recurso de casación procede contra las resoluciones ex-
pedidas por las federaciones deportivas nacionales respecto a faltas
y transgresiones en materia deportiva cometidas por sus afiliados, di-
rigentes de clubes deportivos, ligas y deportistas.
— Legitimidad activa para presentar el Recurso de Casación.- Solo
puede ser interpuesto por la persona o personas sancionadas con
la resolución emitida por la Federación Deportiva.
— Formalidad del Recurso de Casación.- Debe presentarse por es-
crito ante el CSJDHD, debidamente fundamentado, dentro del
plazo de diez días de notificado el fallo o resolución que motiva
el recurso, mencionando expresamente las normas que han sido
invocadas, pudiendo las partes presentar las pruebas pertinentes.
• Resolución del recurso de casación.- En el supuesto de infracción de
alguna de las normas pertinentes, la Sala resuelve sobre el asunto de
fondo. En el caso de omisión de alguna formalidad esencial en el pro-
cedimiento, la Sala casará la resolución de la instancia inferior dispo-
niendo que se subsane y se proceda a dictar nueva resolución sobre
el asunto de fondo, teniendo en cuenta lo dispuesto por la Sala.

5.13.4 Obligaciones

• De la Federación Deportiva relativa a información y documenta-


ción.- La Federación Deportiva está obligada a entregar a la Sala el
expediente en el cual se impuso la sanción que motiva el Recurso
JUSTICIA DEPORTIVA 165

de Casación. En ese sentido, el expediente debe estar completo y fo-


liado, con todas las pruebas presentadas que por razones materiales
no se hubiesen podido insertar en el expediente, así como a propor-
cionar toda la documentación e información referente al proceso
que requiera la Sala en el plazo de cinco días de recibida la notifica-
ción, bajo apercibimiento de abrirle proceso de investigación.
• Del personal de los miembros del Consejo Directivo de la Federación.-
Están personalmente obligados a adoptar todas las medidas requeri-
das para el debido cumplimiento del reglamento del CSJDHD, de las
resoluciones y los fallos del CSJDHD. En caso de incumplimiento, de
no remitir la documentación e información solicitada por el
CSJDHD, se le abrirá proceso de investigación y se le aplicarán las
sanciones establecidas en los artículos 34 y 35 del reglamento de la
Ley del Deporte (artículo 31 del Reglamento del CSJDHD).

5.13.5 De las resoluciones


Los fallos y resoluciones de única instancia, y en casación, serán motiva-
dos y las partes serán notificadas por la propia Sala, debiendo cumplirse
inmediatamente por la instancia que ha sido derivada (artículo 32 del Re-
glamento del CSJDHD).

5.13.6 Inimpugnabilidad, corrección o ampliación


No cabe recurso en vía administrativa contra resoluciones o fallos dictados
por el CSJDHD. Sin embargo, de oficio o por pedido escrito de parte, for-
mulado dentro del tercer día hábil de notificado, la Sala podrá corregir
cualquier error (material o numérico) o ampliar el fallo en cuanto a pun-
tos omitidos, quedando agotada la vía administrativa (artículo 33 del regla-
mento del CSJDHD).

5.13.7 Conceptos de relevancia procesal


• Función normativa.- La Sala Plena del CSJDHD está facultada para
dictar normas para el mejor desarrollo de los procesos contempla-
dos en el reglamento (artículo 34 del reglamento del CSJDHD).
• Supletoriedad.- Se aplicará supletoriamente la Ley del Procedimiento
Administrativo General20 (artículo 35 del reglamento del CSJDHD).

20 Ley 27444 (El Peruano, 11 de abril del 2001), artículos 229 a 237, capítulo II (“Pro-
cedimiento sancionador”) del título IV (“De los procedimientos especiales”).
166 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

• Independencia y descentralización.- Cada Federación Deportiva Na-


cional establecerá un Sistema de Justicia y Honores del Deporte (ar-
tículos 54 de la Ley de Deporte y 13 del reglamento del CSJDHD).

6. Las infracciones

Hay dos tipos de infracciones: a) las que afectan las reglas de juego o com-
petición; es decir que vulneran, impiden o perturban su normal desarrollo;
y, b) las que afectan las normas generales deportivas son las que se produ-
cen fuera del juego, encontrándose tipificadas en normas disciplinarias
deportivas.21

6.1 Los sujetos titulares de la potestad disciplinaria

La potestad disciplinaria recae en las siguientes instancias y personas:


• Los jueces o árbitros en los encuentros o pruebas de acuerdo con
las reglas para la modalidad deportiva.
• Los clubes deportivos respecto de sus socios o asociados, deportis-
tas, técnicos, directivos o administrativos.
• Las ligas profesionales sobre los clubes y sus directivos.
• Las federaciones deportivas respecto de los sujetos que forman parte
de su estructura, así como de los clubes deportivos y los jueces.
• El CSJDHD.

7. Mecanismos alternativos de solución de conflictos en el


deporte

Mediación, conciliación y arbitraje se presentan como fórmulas alternativas


a la solución de conflictos. En tanto que los procesos judiciales se dilatan
en el tiempo, estos mecanismos ofrecen un proceso más eficiente.
La conciliación tiene carácter consensual. Los acuerdos son adoptados
por las partes conforme a su libre voluntad. La mediación es aquel méto-
do a través del cual un tercero, distinto de las partes en conflicto, colabo-
ra con ellas y propone opciones con el fin de llegar a una solución; solo
propone y recomienda, siendo las partes quienes finalmente determinan la

21 ESPARTERO CASADO, Julián (coord.). Op. cit., 2004, pp. 248 y 249.
JUSTICIA DEPORTIVA 167

solución. Caso distinto es el del arbitraje, donde las partes se someten ex-
presamente a la decisión de un tercero.
Estos mecanismos de solución de conflictos no son ajenos a la materia
deportiva. Al contrario, como indica Carlezzo, los litigios que surjan de las
relaciones deportivas requieren instrumentos que ofrezcan una respuesta
rápida y calificada.22 Más aún, como ciencia joven, el derecho deportivo
no podría quedar fuera de esta nueva forma de resolución de conflicto.23
El mayor inconveniente que se cruza en el camino es que en materia
laboral sus normas son inderogables y sus derechos indisponibles; de allí
la discusión de la (in)admisibilidad del arbitraje, denominado amigable-
mente juicio privado,24 en materia deportivo laboral.
En el ámbito internacional, el arbitraje se aplica a través de instancias,
como el Tribunal Arbitral de Deporte, que pertenece al Comité Olímpico
Internacional (COI) y el Tribunal Español de Arbitraje Deportivo, que per-
tenece al Comité Olímpico Español. Asimismo, en España y en Argentina
existen tribunales arbitrales de fútbol.
En el Perú, por ejemplo, existe la Cámara de Conciliación y de Resolu-
ción de Disputas de la Federación Peruana de Fútbol, que tiene por obje-
to conciliar y resolver disputas laborales y contractuales que se derivan en-
tre los jugadores y los clubes.
En este punto, cabe mencionar la labor desarrollada por un organismo
del ámbito internacional como es el Tribunal de Arbitraje Deportivo, crea-
do en 1983. Se trata de una institución independiente de cualquier organi-
zación deportiva, cuyo fin, entre otros, es resolver disputas deportivas; asi-
mismo, cumple funciones como tribunal arbitral de instancia única, para
remediar las controversias que se suscitan entre las partes que hayan acor-
dado someterlas a su competencia.

22 CARLEZZO, Eduardo. Direito desportivo empresarial, 2004, p. 177.


23 Ibídem, p. 178.
24 CASTILLO FREYRE, Mario y Ricardo VÁSQUEZ KUNZE. El juicio privado: La ver-
dadera reforma de la justicia, 2006.
Epílogo

I
El deporte está ligado a las relaciones socioculturales de los pueblos. A tra-
vés de él, las personas se relacionan entre sí formando lazos especiales, in-
tegrándose en eventos en los que la destreza y la habilidad permiten un
triunfo. Tan humano en su quehacer, el deporte permitió, a lo largo de la
historia de la humanidad, la sociabilización del hombre.
Junto con la sociedad, el deporte ha evolucionado, alcanzando niveles
y estándares propios de una actividad empresarial. Hoy se puede decir que
es uno de los principales rasgos que caracterizan a la sociedad moderna.
La escalada es en todo sentido; tiene impacto en la economía y en el mer-
cado. La praxis deportiva genera múltiples consecuencias sociales que im-
pactan en el ámbito jurídico, tanto que la ley ha encontrado en el depor-
te un importante nicho para construir una nueva especialidad: el derecho
deportivo.
II
Independientemente de la denominación que le demos, el derecho depor-
tivo regula la actividad generada por los actos, conductas y vínculos exis-
tentes entre todas aquellas personas relacionadas con el deporte. Es una
rama del derecho que protege jurídicamente al ser humano frente a las
prácticas y técnicas deportivas, estableciendo reglas que beneficien a la
persona y a la sociedad. Tal es su singularidad que viene adquiriendo una
autonomía propia, debido a que regula el deporte como fenómeno social
(cultural) y como empresa (ganancia), lo que exige una dogmática y una
normativa ad hoc. Es un típico derecho disciplinar, consuetudinario y esta-
tutario contenido en sus propias fuentes.
Las fuentes del derecho deportivo no son muy diversas de las de otros
derechos. Tienen semejanzas con las del derecho comercial en la medida

[169]
170 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

en que los usos y costumbres juegan un rol protagónico pero, a la vez,


presta atención a sus propios principios generales. Y son en estos donde
radica la diferencia y, qué duda cabe, el éxito para la solución de los con-
flictos y estructura de su futura legislación.
III
Como parte de su estructura, el derecho deportivo tiene un conjunto de
características: a) regula una actividad especial; b) está constituido por nor-
mas, usos, jurisprudencia, doctrina y una rica casuística; c) parte de su nor-
matividad es sancionada por el Estado (leyes, decretos) y otra por sus pro-
pias instituciones privadas (estatutos, reglamentos); d) es un derecho so-
cial, tiene de público y de privado; e) la economía y la inversión convier-
ten al deporte en un negocio rentable; y, f) la normativa deportiva tras-
ciende a sus actores directos, prestando cuidado a todos aquellos sujetos
que, de una u otra manera, son afines a la actividad deportiva.
Por la complejidad de situaciones jurídicas que envuelve el deporte, es
difícil encuadrarlo en alguna de las ramas del derecho existentes. Esto de-
termina que se presente como una disciplina nueva, en formación, que
paulatinamente se está dando a conocer entre nosotros y que sus cimien-
tos se construyen sobre la base institucional de diversas ciencias, lo que
no quiere decir que no sea una disciplina autónoma, independiente; por
el contrario, ello lo reafirma, pues ninguna de las ramas existentes del de-
recho puede regular íntegramente la diversidad de situaciones y relaciones
que generan las actividades deportivas.
Su gradual autonomía se viene fortaleciendo con la declaración de los
principios rectores del derecho deportivo. Entre estos tenemos: a) recono-
cimiento del deporte como un derecho colectivo; b) promoción estatal; c)
no discriminación; d) tutela eficaz, necesaria y proporcional; e) función so-
cial del deporte; f) sujeción a disposiciones internacionales y nacionales;
g) autorreglamentación; h) ética deportiva; i) espíritu y moral deportiva; j)
ley de la ventaja; k) libertad de asociación; y, l) el interés superior del
deportista.
IV
La evolución normativa del deporte es interesante y curiosa. Desfila de la
ajuridicidad hacia la hiperjuridicidad, lo cual es una tendencia mundial. En
el Perú, a partir de 1985, con la dación de la primera Ley del Deporte, se
legisla la práctica deportiva. Desde esa fecha se produce una proliferación
inorgánica de normas que saturan su campo de acción, no necesariamen-
te para bien. En muchos casos, son normas demagógicas, programáticas,
reglamentaristas, con un contenido cierto pero de dudosa ejecución.
EPÍLOGO 171

El deporte es un tema convocado por la Constitución Política. En el


Perú, la Carta de 1979 presenta como novedad la materia deportiva. Con
ella se constitucionaliza el deporte, dándole la importancia que merece co-
mo actividad humana y, también, reconociendo el compromiso del Estado
con la fijación de políticas acordes. Nuestra Carta de 1993 no lo descuida.
Reconoce que el ser humano tiene derecho a su integridad psíquica y físi-
ca, a su libre desarrollo y bienestar (inciso 1, artículo 2). En ese sentido,
no puede negarse que la práctica del deporte redunda en beneficio de la
realización de estos derechos. Asimismo, se reconoce que la promoción de
la educación física y el deporte (artículo 14) en el entendido de que no so-
lo es importante instruir la mente (la psique), sino también el cuerpo (so-
ma). Sin embargo, el panorama constitucional no es del todo alentador,
pues no le otorga al deporte la debida atención, como sí lo hacen otras
constituciones en el derecho comparado.
V
El deporte no es solo un hobby. Como medio de realización de la perso-
na, el deporte es un derecho reconocido oficialmente que, a estas alturas,
requiere de un sesudo estudio jurídico. Cierto es que se fomenta su acce-
so, se promociona su práctica, se incentiva su integración social pero la
inorganicidad de su legislación lo desmerece.
El deporte es un típico derecho fundado mediante el cual el hombre
puede lograr un sentido a su vida, practicándolo, realizándolo o, simple-
mente, viviéndolo. Modernamente, el deporte se ha integrado al denomi-
nado derecho al ocio en la idea de que canaliza el tiempo libre de la per-
sona buscando su adecuada utilización. El hombre lo utiliza como un me-
dio para lograr su desarrollo, mejorar su calidad de vida y mantener una
salud ordenada, que le permita sentirse bien en toda su dimensión.
Como derecho de la persona facilita la satisfacción de intereses. Es un
medio en el que se despliega una actividad económica como labor profe-
sional. Presenta un doble aspecto, como derecho personal y como dere-
cho social. El primero relaciona al sujeto con su estado biológico y men-
tal. El segundo, con sus relaciones laborales y económicas. Permite un afi-
namiento en el desarrollo de las potencialidades del niño en su tránsito de
individuo a persona y de la aptitud que requiere como ser social: edifica
al ser humano. Con el deporte, se satisfacen las variadas necesidades hu-
manas, ayuda a conseguir el equilibrio vital y el trato con los demás, por-
que el deporte es integrativo y coexistencial. Su fin es contribuir al pro-
yecto de vida, enriquecer las dimensiones humanas y fortalecer los valo-
res morales, éticos y sociales, que son la base de la vida.
172 ENRIQUE VARSI ROSPIGLIOSI

VI
La normatividad local no llega a comprender su trascendencia. El carácter
difuso de nuestra legislación deportiva, la asimetría en el tratamiento de
los principios que inspiran el deporte, la diversidad de criterios legales y
lo tendencioso de su aplicación le dan no solo un matiz grisáceo, sino un
tratamiento secundario al deporte. Esto lo vemos claramente reflejado en
la Ley de Promoción y Desarrollo del Deporte (Ley 28036), cuyo objeto es
normar, desarrollar y promover el deporte como actividad física en sus di-
ferentes disciplinas y modalidades por medio de sus componentes básicos:
la educación física, la recreación y el deporte en forma descentralizada, en
el ámbito local, regional y nacional.
El deporte, más allá de su regulación normativa, es un quehacer huma-
no que requiere encontrar el mejor tratamiento legal. Es preciso pensar en
una norma orgánica que regule la actividad deportiva con el profesiona-
lismo que merece. Esta es la urgencia que el deporte en el Perú intima.
Quizá sería aconsejable contar con un Código del Deporte; no solo con
una ley. Lo que se requiere es un cuerpo legislativo orgánico, sistemático
y coherente, que trate a esta disciplina en su verdadera dimensión.
Este Código del Deporte deberá contener, entre otros, los siguientes te-
mas: a) el reconocimiento de los principios del deporte; b) los incentivos
a la iniciativa privada en su fomento; c) la garantía de autonomía; d) el
asociacionismo deportivo; e) el destierro del intervencionismo y el centra-
lismo; f) el profesionalismo y el amateurismo; g) los derechos y las obli-
gaciones deportivas; h) la prevención y la sanción de la violencia y el
doping; i) el contrato de trabajo del deportista; j) la justicia deportiva; y, k)
el régimen disciplinario y sancionador en el deporte.
VII
En definitiva, consideramos que el tema no comienza con la simple indica-
ción de un derecho al deporte ni termina con una nova lex sportivus. Pre-
cisa de un sistema deportivo capaz y comprometido, alejado de las políti-
cas gubernamentales, que sea independiente y empresarial, capaz de exi-
gir rendimiento a los dirigentes. Una vez establecido ello, podríamos
(re)pensar en los derechos fundamentales deportivos de la persona, que
tienen como base la educación física y el deporte, entendido, también,
como cultura.
EPÍLOGO 173

La ley no hace todo, eso lo sabemos. Con este ensayo solo hemos que-
rido teorizar un poco, que nos sirva de catarsis para reflexionar seriamen-
te sobre el tema. El deporte, más que la mera motricidad realizada por el
atleta, sumado a su anhelo de ganar, es parte de la vida social y de la eco-
nomía. Lo vivimos todos, haciéndolo o viéndolo, lo que debe ser corres-
pondido con una teoría sensata y moderna que permita deliberar en torno
a un verdadero derecho deportivo, acorde con nuestras necesidades y con
el futuro que queremos.
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Este libro se terminó de imprimir en abril del 2008
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