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Análisis de la Carta dirigida a la Corte de España contestando a la Real Orden sobre el establecimiento

de Misiones. Informe sobre las Misiones de indios 1793.

Segundo conde Revillagigedo, un hombre justo. La primera vez que Juan Vicente Gúemes

y Pacheco de Padilla vino a la Ciudad de México fue cuando tenía siete años, su padre en ese

entonces había tomado el puesto como virrey de la Nueva España. A los quince años de edad

fue nombrado capitán de la guardia del Palacio. Revillagigedo fue un virrey muy estimado,

justo por los esfuerzos y por los grandes logros que demostró desde el inicio de su periodo

como virrey. El día 17 de Octubre de 1789 asumió el puesto como gobernante de la Nueva

España, después de ocho días de este evento acepta resolver el asesinato de D. Joaquín Dongo

y de todos sus criados, así como, el de las personas que dependían de él. Sin demoras a los

quince días de haber hecho investigaciones encuentra a los delincuentes y los manda ejecutar.

El conde de Revillagigedo fue un hombre justo, creía en la justicia y el bien común.

Entre las historias que hay en el Informe sobre las Misiones de los indios de las provincias

asentadas al Norte del Reino de la Nueva España, nos encontramos con un hombre con

pensamientos modernos. Cree en la educación pública, entre sus ideales estaba el de una

educación primaria gratuita a la que pudiera asistir incluso el sector de la población que no

contaba con los recursos de una clase acomodada. En su exacerbación por expandir el reino de

España a las provincias del Norte los indios rebeldes mueren. Los ideales entre españoles e

indios no son los mismos, el acto no deroga las proezas del virrey, su vocación en la milicia lo

formo para enfrentar y educar al renuente. El virrey no hace más que llevar acabo un acto de

divina justicia, por lo tanto, nuestro notable virrey ejerce con la debida justicia la violencia que

es necesaria en contra de los indios. Su nobleza se demuestra al dominar o instruir a los indios.
El conde de Revillagigedo fue un hombre que entrañaba en él, el espíritu de la época

moderna. La modernización de calles de la ciudad, el alumbrado público, su interés en la

educación, la minería, la agricultura y la industria fueron logros de en su gobierno gracias a sus

habilidades militares y también mucho a raíz de llevar consigo el ideal de impulsar la

modernización de la sociedad. Nuestro hombre que creía ampliamente en la justicia, también,

era un hombre de papeles, buscaba la certeza en los escritos, compara y coteja diversos

informes, documentos fidedignos y casos de hecho durante la investigación que hace para

escribir el Informe sobre el establecimiento de las misiones1. Por ello no es de asombrarse el

entusiasmo por crear un Archivo General de la Nueva España que albergara toda la

documentación importante. Entre la basta capacidad que demostró Revillagigedo durante su

desempeño como virrey de la Nueva España, propuso cambios en la organización de la

Secretaría de Cámara del Virreinato, así como, en la Real Hacienda y las intendencias2.

Sobre las misiones entre los indios 1794. La Carta dirigida a la Corte de España contestando a la

Real Orden sobre los establecimientos de las Misiones fue escrita en el año de 1793. El escritor de este

informe fue el virrey conde Revillagigedo. A petición de Carlos III según lo expresado en la

real orden del 31 de enero de 1784, Revillagigedo fue quien realizó el informe que mandaba el

rey en el que se pedía hacer una relación del estado actual de las misiones que estaban a cargo

de la Compañía de Jesús, así como, de su situación anterior a su expulsión. El rey quería saber

lo más pronto posible y a la brevedad, una relación clara y metódica que tratara de todas las

misiones establecidas por los regulares y que, además, contara el nombre de la provincia en la

1
Conde Revillagigedo. Instrucción reservada al marqués de Branciforte, México, Jus, 1996, p. 113.
2
Rivera, Aidé, El virrey conde de Revillagigedo: semblanza de un gobernante singular a partir de su arribo
al virreinato de la Nueva España, 1789, Boletín 13, Julio-Septiembre, México, Archivo General de la Nación,
2006, p. 86.
que se hallaba la misión, su extensión, las naciones de indios y pueblos de que se compone; qué

gente tiene cada pueblo, con distinción de clases, estado, edad y sexos; si entienden y usan

generalmente la lengua española, o sólo su antiguo idioma, o si es uno mismo, o diferente en

todas las naciones3. El conde Revillagigedo tardó diez años en escribir la carta que pedía el Rey,

comenzó a redactar las peticiones que demandaba el Rey a partir de 1784 concluyendo el

informe el día 27 de diciembre de 1793 en la Ciudad de México.

La compañía de Jesús y los indios en la Carta de Revillagigedo. En una explicación clara y concisa el

conde de Revillagigedo cuenta en la carta sobre la situación de las misiones que estaban a cargo

y habían sido establecidas por la orden de los jesuitas, antes de la expatriación de los religiosos

la vida de los indios se narra como buena, el crecimiento de la población iba en crecimiento y

los recursos económicos rendían frutos a la Corona. La situación en todas las provincias

ciertamente no es la misma para todas, sin embargo, Revillagigedo no ve logros que superen a

las obras de los jesuitas.

“No son comparables las del estado que tenían las misiones, cuando las administraban
los regulares extinguidos; pero eso se atribuye a que podían sostenerlas y fomentarlas
con cuantiosas limosnas que agenciaban, a la máxima prudente de no mantener en las
misiones religioso alguno que no fuese muy a propósito…”
En el carácter dócil y sumiso de los indios nayaritas, en su aversión al robo, en sus
principios de religión, y en lo bien ordenado de algunos pueblos, se percibe que las
manos que hicieron las primeras impresiones, y les dirigieron algún tiempo, tenían más
tino y pulso que las de los que las han sucedido4 .
Las misiones en cada provincia se alcanzaron por medios más o menos distintos. En

California, cabe resaltar que en cada misión había un indio que ocupaba el puesto de

gobernador. La elección se hacía el primer día en que comenzaba el año. El padre ministro

nombraba el nombre del hombre que conseguía la mayoría de votos después lo debía aprobar

3
Instrucción reservada al marqués de Branciforte…, op. cit., p. 17.
4
Ibid., p. 24, 110.
el capitán del presidio de Loreto y por último lo firmaba el gobernador. Además, de poder

reconocer las instituciones que derogaban o asentaban el cumplimiento de las misiones, hay

algo más en la carta que escribe Revillagigedo. Sin olvidar que esta carta o informe del virrey se

trata de un documento oficial, podemos ver la situación de los indios en la estructura de las

misiones. Los indios podían ocupar un puesto alto, sin embargo, no se les tenía la confianza de

dejarlos solos y sin el cuidado de algún misionero. Ésta era una preocupación que a lo largo de

la carta expone el V.C. Revillagigedo como un prejuicio constante e imperante en las órdenes

religiosas y en los gobernantes de las provincias del Norte, no desestimamos su importancia ya

que estás determinaron en el proceder de las autoridades durante la dominación de los indios,

de su cuidado y de su instrucción.

El de misión limita sus facultades y obligaciones a entender en asuntos de corta


entidad, y aun en éstos procede con dictamen y dirección del religioso misionero,
porque los indios no son capaces de obrar por sí solos, con justicia, rectitud y acierto;
siendo estos todos sus estatutos municipales de gobierno y policía5.

La constante lucha por escapar del control del gobierno religioso y civil español, es un índice

para los conquistadores de que los indios antes prefieren “la vida libre y brutal que gozaban en

los montes antes de su reducción”6. Revillagigedo advierte que es conveniente traerlos del

brazo. Entre los medios para lograr reducir a los indios se traían a indios, nuevos cristianos,

que inducirían por medio de su ejemplo a los indios rebeldes a reducirse 7. Esto no significa,

que el virrey olvide llamar la atención de Rey de verificar que la autoridad que administre la

misión deba ser un hombre que con sus actos sea el mejor maestro de los indios.

5
Ibid., p. 23
6
Ibid., p.24
7
Ibid., p.62
Nunca fue menor la importancia de la administración religiosa para el V.C. Revillagigedo, por

el contrario, reconoce y cálidamente invita al Rey a no ignorar los beneficios de la expansión de

los territorios y la instauración de las misiones como administradores y guiadores de los indios

quienes son la fuerza a partir de la cual se obtienen recursos económicos que favorecen al

reinos de España8.

He hecho presente al rey el contexto de la citada carta y autos, y su inteligencia me


manda S.M. decir a V.E. le es muy agradable el celo que tiene V.E. por el aumento y
conservación de su real erario; pero que la piedad de S.M. juzga y encarga a V.E. no se detenga
en gastos tocante a misiones, e iglesiasy doctrinas, porque todo es necesario para satisfacer la conciencia
y obligación de S.M. de preferir estos gastos a cualesquiera otros, como se lo tiene S.M. encargado a
V.E. en carta particular formado por real mano, en que dice a V.E. que más servicio hará a S.M. en
adelantar la conversión de las almas, en evitar escándalos, y administrar justicia, que en enviarle todos
los tesoros de las Indias9.

Revillagigedo responde sin duda y con méritos a la petición del Rey. Su carta es rica en

información sobre el tipo de población que habitaba en los linderos de las provincias, de los

idiomas que se hablaban y de los medios que se fueron puliendo para la conversión de los

indios. Es una riqueza infinita de posibles mundos a los que podemos tener acceso por medio

de la lectura de la carta. Siempre se puede volver a ella para la comprensión del gobierno del

conde Revillagigedo, si buscamos bien, algunos “reyezuelos” indios que prefirieron revelarse al

orden impuesto por los conquistadores también pueden apreciarse en estos textos,

evidentemente aparecen desprestigiados.

8
Ibid., p.115.
9
Ibid., pp.115-116.

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