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INTRODUCCIÓN

La depresión ha sido uno de los trastornos que, desde la antigüedad


han sido considerados como locura, o trastorno espiritual o mental
conocido en esos tiempos como apatía; a la luz del florecimiento de
las ciencias en el siglo XX, se le identifico como una entidad
gnoseológica diferenciada y empezaron a aparecer postulados
teóricos que explicaron tal estado.

Y así surgieron distintos enfoques, que dividían a la depresión y la


clasificaban de acuerdo a sus estadios o intensidad. Muy aparte en los
estudios de personalidad se iban dando y considerando las
clasificaciones donde aparecen por primera vez los términos
“ciclotímico” y “distímico” para referirse a categorías de personalidad,
donde la apatía era algo cíclico o crónico.

Ya en el campo interdisciplinario de la psicopatología se logro


considerar la ciclotimia y la distimia como trastornos y no como
clasificaciones de personalidad; como estados alterados de la
conducta permanentes en el tiempo, pasando a ser parte de las
clasificaciones de las enfermedades mentales tanto CIE como DSM.

La ciclotimia es un trastorno donde la apatía o el ánimo depresivo se


dan por ciclos, es decir que durante un periodo de tiempo el paciente
puede estar en un estado hipomaniaco y durante otro periodo de
tiempo, por alguna circunstancia del entorno se da un cambio del
estado de ánimo pasando a una fase depresiva.

En el caso de la distimia este trastorno se caracteriza por un estado


de ánimo depresivo constante, por un periodo superior a dos años,
que pueden confundirse con rasgos habituales de la personalidad del
individuo.

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CICLOTIMIA

I. DEFINICIÓN

Los pacientes con ciclotimia suelen experimentar estados afectivos


que alternan entre la depresión, la irritabilidad, la alegría y la relativa
normalidad; duran días, semanas o meses (Jamison, 1993).

Es una forma menos severa del trastorno bipolar con inicio insidiosos
y episodios de depresión leve e hipomanía, pero con alto riego suicida
y altas tasas de depresión personal y familiar y menor respuesta al
tratamiento. (Akiskal, 1994).

Cambios drásticos de humor que van de la algarabía y el júbilo a la


depresión e irritabilidad caracterizan a esta alteración considerada
forma leve del trastorno bipolar. Las dificultades de convivencia que
genera son muy evidentes. (María Elena Moura).

Es un trastorno crónico que se caracteriza por la aparición secuencial


de periodos de síntomas maniacos muy leves y periodos de síntomas
depresivos leves. Aunque con toda probabilidad representa una forma
truncada de trastorno bipolar.

Es un trastorno del humor considerado una forma muy suave de


trastorno bipolar.

Las personas con ciclotimia podrían limpiar la casa sin parar durante
horas. El sueño los elude. No se sienten cansados. En el trascurso de
la fase alta, se presentan sentimiento de euforia, irritabilidad y enojo.
Las amistades se tensan. El divorcio es común. La toma de decisiones
es deficiente, podrían salir de compras hasta gastar todo o hacer
inversiones insensatas.

Dos formas de trastorno:

Algunos encuentran que el trastorno los ayuda a cumplir sus


funciones. En el transcurso de su fase alta, pueden trabajar mucho
más horas y las ideas surgen fácilmente.

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Existe otro subgrupo de personas con ciclotimia cuyo trabajo de vida
es afectada seriamente en el transcurso de la fase alta de ciclotimia.
Estas personas se vuelven distraídas. O bien toman malas decisiones.

II. CAUSAS

María Elena Moura hasta el momento se desconoce qué es lo que da


origen a esta alteración, aunque las observaciones médicas muestran
que importante número de quienes la padecen (30%) tienen
antecedentes familiares de la misma condición u otra muy similar,
aunque más severa y conocida: trastorno bipolar , que se caracteriza
por la alternancia de períodos de hiperactividad, falta de autocontrol,
comportamientos precipitados, sueño escaso, agitación y tendencia a
distraerse fácilmente, con lapsos de tristeza prolongada,
desesperanza, somnolencia excesiva, pensamientos sobre la muerte,
baja autoestima, aislamiento social y fatiga.

Así, las hipótesis apuntan hacia la existencia de factores hereditarios


involucrados, pero no se descartan otras posibilidades, como lesiones
en tejidos del cerebro, problemas durante el parto, desequilibrio en la
generación de neurotransmisores (sustancias que regulan el estado
de ánimo, como serotonina, noradrenalina, norepinefrina, dopamina y
acetilcolina) y vivir en un medio social violento o familia disfuncional
(en la que prevalecen incomunicación, desintegración y/o
agresividad).

III. INCIDENCIA

 Goodwin y Jamison, (1990). El episodio depresivo dura en


promedio 2 a 3 días y el hipomaníaco, 1 a 8 días.

 El 80% de los pacientes experimenta más de 12 episodios por


año.
 Se presenta en mayores de 16 a 24 años.
 Principalmente en mujeres.

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 Con frecuencia la ciclotimia llega ha ser aparente en el transcurso
de la adolescencia o a principios de la edad adulta. Afecta a los
hombres y mujeres por igual.

 Tiene incidencia de sólo 1% en la población en general; sin


embargo, cuando transferimos dicha proporción a la población
mexicana encontramos que aproximadamente un millón de
personas, sobre todo jóvenes (por lo general se detecta entre los
15 y 25 años de edad), ven afectada su vida social, a veces sin
saberlo. (María Elena Moura).

 Por Huésped Prevalencia (porcentaje de la población que, a lo largo


de su vida, padece Trastorno ciclotímico):

 1% de la población en general.
 Más frecuente en mujeres que en hombres.
 Edad media de inicio: Entre 15 a 25 años (el 50-75% casos).

IV. SÍNTOMAS

El rasgo más común de la ciclotimia es, definitivamente, la presencia de cambios en el


estado de ánimo. Son episodios alternantes de hipomanía y depresión leve que duran por
lo menos 2 años.

Un nivel leve de manía recibe el nombre de hipomanía Los síntomas son similares a los
de la Manía (Episodio Maníaco) difiriendo en el grado de severidad y duración del
episodio. Siendo en la Hipomanía más leves y no lo suficientemente graves como para
provocar un deterioro laboral o social importante o como para necesitar hospitalización,
ni hay síntomas psicóticos acompañantes. Con respecto a la duración del episodio esta
debe ser de por lo menos 4 días (y no 7 días como en la Manía).

Esta puede hacer sentir bien a la persona que la experimenta ya que no pierde el
contacto con la realidad y se puede incluso asociar a un buen funcionamiento y a un
incremento de la productividad a diferencia de la manía cuyos síntomas guardan una
Implicación excesiva en actividades placenteras que tienen un alto potencial para

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producir consecuencias graves (por ej. compras irrefrenables, indiscreciones sexuales o
inversiones económicas alocadas).

Los síntomas hipomaniacos incluyen:

 Nivel incrementado de energía, actividad, e inquietud.


 Estado de ánimo eufórico.

 Gran irritabilidad.

 Pensamientos y habla acelerados, saltando de una idea a otra.

 Se distraen fácilmente, no pueden concentrarse.

 Necesitan dormir poco.

 Creencias poco realistas acerca de sus capacidades y habilidades.

 Juicio pobre.

 Gasto excesivo de dinero.

 Comportamiento diferente al habitual durante un periodo de tiempo.

 Deseo sexual aumentado.

 Abuso de drogas, particularmente cocaína, alcohol, y medicamentos para dormir.

 Comportamiento provocativo, intrusivo o agresivo.

 Niega que algo marche mal.

Típicamente los pacientes están dentro de dos grupos. Algunos descubren que el
trastorno les ayuda en sus funciones. Durante sus altas pueden trabajar por largas horas
y las ideas vienen fácilmente. “Ellos no están inhabilitados con las altas,” explica la
Dra. Abramson. “A ellos se les facilita esto. Si la depresión no es demasiado debilitante,
ellos funcionan mejor que la persona promedio.”

Hay otro subgrupo de personas con ciclotimia cuya vida laboral están seriamente
dañada durante las fases altas de la ciclotimia. Estas personas llegan a estar distraídas. O
toman malas decisiones. Un participante en el estudio de la Dra. Abramson súbitamente

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se fue a una ciudad distante durante una alta de la enfermedad. Algunos otros han sido
arrestados por estar peleando.

Ciertos eventos pueden desencadenar un ciclo. Por ejemplo, una entrevista de trabajo
puede ser demasiado pesada para una persona con ciclotimia. Eso lo lleva a los síntomas
altos. Ellos también pueden exagerar al fracaso - lo cual los conduce a la depresión.

La mayoría de los pacientes enfrentan los cambios cada pocos días y en algunos el ciclo
es más rápido. Los periodos libres de síntomas raramente exceden los dos meses.

Por desgracia, estos cambios de carácter suelen pasar desapercibidos para la familia y
seres queridos, tanto porque se piensa que son cualidades "extravagantes" de la
personalidad, cuanto porque se les confunde con cambios anímicos que son típicos de la
adolescencia e inicio de etapa adulta (hay que recordar que en tales períodos de la vida
se dan las manifestaciones iníciales con mayor frecuencia).

En un paciente ciclotímico es común observar, alternadamente, aislamiento social y


búsqueda desinhibida de la convivencia, momentos en que se habla poco y otros en que
es imposible guardar silencio, llanto inexplicable y bromas excesivas, inapetencia y
alimentación compulsiva, malestar físico y sensación de plenitud, confusión mental y
pensamiento creativo, baja autoestima y confianza excesiva, y pesimismo que se
convierte en optimismo y despreocupación.

Los problemas influyen también por ello en la convivencia, por ejemplo problemas
frecuentes dentro del matrimonio, inestabilidad en relaciones de amistad y conflictos
con compañeros de trabajo, aunados a oscilaciones bruscas e inexplicable entre etapas
productivas y alegres con otras de ineficiencia, desorganización e inactividad, pueden
ser síntomas de un problema poco conocido, aunque más común de lo que imagina,
llamado trastorno ciclotímico.

Además durante los momentos de euforia, una persona con ciclotimia puede ser infiel a
su pareja, retar a sus superiores o mostrarse indiferente hacia la gente, lo que ocasiona
severo desgaste en sus relaciones humanas y de trabajo. Asimismo, en la etapa de
depresión se convierten en desorganizados, apáticos e ineficaces, ya sea en el trabajo o
la escuela, y por ello pierden importantes oportunidades de desarrollo personal.

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V. PRONÓSTICO

 Las personas pueden negarse al tratamiento durante los estados de ánimo alegre y
desinhibido. Es probable que sea necesario un tratamiento a largo plazo.

 Algunos autores plantean también que El trastorno ciclotímico puede llevar a


trastorno bipolar completo en algunas personas o puede continuar como una
afección crónica.

"Miré por la ventana y no vi más que movimiento. Notaba mis ojos hinchados, lo sentía.
Ayer había sido una gran noche. Todo parecía volver a su sitio. Los sentimientos
confusos parecían haber desaparecido sin que yo diese tregua para su repentina vuelta.
Estaba relajado. Hacía mucho tiempo de esto. Pero con el despertar, mi humor sentía
que ya era otro. Malestar. Sí, esa podría ser perfectamente la sensación que me invadía.
Todo estaba nublado. Otro día asqueroso. Me incorporé y encendí la radio. Su voz era la
de todos los días. Amena, cercana. De pronto, la habitación se iluminó. Acto seguido,
sentí que mis músculos faciales esbozaban una sonrisa. Estaba contento. Pero tal y
como vino esta levedad, se fue. El sol se despedía de nuevo. Y con él, mi buen humor se
disipaba entre aquellas cuatro paredes. Una lágrima me recorría la seca mejilla. Y ya
todo era tristeza".

Este podría ser un fragmento de una novela, o simplemente una confesión de un


individuo cualquiera con un psicólogo. Dicen que del amor al odio, hay un paso.
¿Reacción química? Unos se empeñan en decir que sí. Pero la realidad es que, sea o no
este factor, todo tiene un componente psicológico. Este anónimo que presta su propia
experiencia para contar como es su quehacer diario es uno más de los muchos que
sufren algún tipo de trastorno de la conducta.

En su caso, en un primer diagnóstico, el trastorno bipolar fue la primera opción que


barajó su especialista. Pronto se dio cuenta que su problema cabalgaba entre una leve
crisis transitoria y los efectos de dicha enfermedad. Su caso no era distinto al de otros
muchos. La ciclotimia, ya era parte de él.

VI. TRATAMIENTO DE LA CICLOTIMIA

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El tratamiento de ciclotimia es similar al que se ofrece en el trastorno
bipolar, por lo que recurre a dos métodos:

1. Farmacológico: Los medicamentos empleados para tratar esta


afección se denominan estabilizadores del estado anímico, pueden
ser de tipo antidepresivo (controlan los momentos de menor
actividad), antimaníaco (para estados de euforia) o ambos. Entre los
fármacos más comunes, encontramos:

 Litio: El litio se ha usado durante años en pacientes con trastorno


bipolar y también puede ayudar a pacientes con el trastorno
ciclotímico.

 Fármacos anticonvulsivos: Entre los más reconocidos, existe:

 El ácido valproico (Valproate)


 la carbamazepina (Tegretol)
 la oxcarbazepina (Trileptal)
 la lamotrigina (Lamictal)

 Otros fármacos anticonvulsivos empleados para este trastorno,


abarcan:

 La gabapentina (Neurontin)
 La zonisamida (Zonegran)
 La topiramato (Topamax)

Generalmente, los antidepresivos no son recomendados. Esto es


porque el medicamento puede causar episodios maníacos. Es por eso,
que el seguimiento del psiquiatra debe ser muy cuidadoso, a fin de
detectar posibles efectos secundarios o ajustar las dosis empleadas.

Algunos pacientes tratan de automedicarse con alcohol. Pero beber o


tomar medicamentos empeora el riesgo de suicidio.

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2. Psicoterapia: Tiene la finalidad de que el paciente incremente el
conocimiento de la enfermedad, además de que se le ayuda a
desarrollar estrategias para afrontar los cambios de humor. Debido a
que las relaciones interpersonales suelen estar afectadas, la terapia
familiar y con la pareja, así como la psicoterapia individual pueden ser
útiles.

Sin embargo, existen muchos problemas con el tratamiento debido a


que no están seguros de que quieran estar en tratamiento o no
quieren ser catalogados como pacientes de una enfermedad. Incluso
cuando el medicamento carece de atracción, la orientación puede
ayudar a amortiguar las fases altas y bajas. Para esto, los terapeutas
podrían sugerir mantener un horario regular; despertar, comer e ir a
dormir a la misma hora.

Otras técnicas incluyen evitar situaciones que provocan episodios


ciclotímicos y desarrollar estrategias para controlar respuestas a los
sucesos. Todavía otras terapias se enfocan en el mejoramiento de las
relaciones.

De manera complementaria, se ha observado que el manejo de


tensión, estrés y dudas generadas sobre este padecimiento tienen
respuesta favorable cuando el afectado y su familia se unen a un
grupo de apoyo, y donde los participantes comparten experiencias y
dialogan sobre problemas comunes.

Finalmente, debemos mencionar que es muy probable que la


ciclotimia necesite tratamiento a largo plazo, incluso de por vida, y
que existe el riesgo de que progrese hasta convertirse en trastorno
bipolar en 15 a 50% de los casos. Empero, la vigilancia médica mejora
notablemente el nivel de vida y reduce en gran medida el riesgo de
incurrir en actividades riesgosas.

VII. DIAGNÓSTICO DE LA CICLOTIMIA

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El diagnóstico se basa en las experiencias de las que informa el
propio paciente así como anormalidades en la conducta referidas por
los miembros de la familia, amigos o compañeros de trabajo, seguido
por los signos secundarios observados por un psiquiatra, enfermera,
trabajador/a social, psicólogo clínico u otro diagnosticador calificado
mediante una evaluación clínica. Existe una lista de criterios que se
deben cumplir para que alguien reciba el diagnóstico. Éstos dependen
tanto de la presencia como de la duración de determinados signos y
síntomas. Los criterios que más se utilizan habitualmente para
diagnosticar este trastorno, son los expuestos en el Manual
Diagnóstico de los Trastornos Mentales, que actualmente está en su
cuarta edición revisada (DSM-IV-TR) y también la Clasificación
Estadística Internaciónal de Enfermedades y Problemas Relativos a la
Salud de la OMS, que actualmente están en la versión ICD-10.

1. CRITERIOS DIAGNÓSTICOS PARA EL TRASTORNO


CICLOTÍMICO

A. Presencia, durante al menos 2 años, de numerosos períodos de


síntomas hipomaníacos y numerosos períodos de síntomas depresivos
que no cumplen los criterios para un episodio depresivo mayor.

N o t a: E n los niños y adolescentes la duración debe ser al menos


de 1 año.

B. Durante el período de más de 2 años (1 año en niños y


adolescentes) la persona no ha dejado de presentar los síntomas del
criterio A durante un tiempo superior a los 2 meses.

C. Durante los primeros 2 años de la alteración no se ha presentado


ningún episodio depresivo mayor, episodio maníaco o episodio mixto.

N o t a: Después de los 2 años iniciales del trastorno ciclotímico (1


año en niños y adolescentes), puede haber episodios maníacos o
mixtos superpuestos al trastorno ciclotímico (en cuyo caso se
diagnostican ambos trastornos, el ciclotímico y el trastorno bipolar I) o

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episodios depresivos mayores (en cuyo caso se diagnostican ambos
trastornos, el ciclotímico y el trastorno bipolar II).

D. Los síntomas del Criterio A no se explican mejor por la presencia


de un trastorno esquizoafectivo y no están superpuestos a una
esquizofrenia, un trastorno esquizofreniforme, un trastorno delirante o
un trastorno psicótico no especificado.

E. Los síntomas no son debidos a los efectos fisiológicos de una


sustancia (una droga, un medicamento) o a una enfermedad médica
(p. ej., hipertiroidismo).

F. Los síntomas producen malestar clínicamente significativo o


deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad
del individuo.

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DISTIMIA

I. DEFINICIÓN
La distimia, también denominada trastorno distímico, es un tipo de
trastorno afectivo (o del estado de ánimo) que proviene de unas
palabras griegas que significan "humor perturbado", es uno de los
trastornos más abundantes en nuestros tiempos.

La distimia es un estado de ánimo deprimido que dura un largo


periodo de tiempo, su duración es mayor al de una depresión mayor,
pero es menos severa, su evolución suele ser de más de dos años. Se
caracteriza por un abatimiento prolongado del estado de ánimo en
que el sujeto distímico se describe a sí mismo como “triste” o
“desanimado”, perdiendo el interés por las cosas y viéndose a
menudo como inútil y poco interesante.

Posee síntomas persistentes o intermitentes, de intensidad más leve


en comparación a la depresión mayor.

Aiskal (1983) la define como “mal humor” y se caracteriza porque “el


individuo está habitualmente triste, introvertido, melancólico,

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excesivamente consciente, incapaz de alegría y preocupado por su
insuficiencia personal”.

Aunque la distimia sea menos grave que una depresión, puede


afectar severamente la habilidad de una persona para disfrutar la
vida. Además, si no se trata, con el paso del tiempo existe un alto
riesgo de que la distimia progrese hasta convertirse en una depresión
mayor. Las personas con distimia tienen una tendencia mayor al
suicido que otros pacientes.

Se emplea el nombre de distimia para calificar una alteración del


estado de ánimo que también se denomina con otros nombres que
son:

 Depresión menor. Es un nombre engañoso, pues, aunque los


síntomas sean en menor cantidad o intensidad que en una
depresión mayor, su permanencia en el tiempo suelen causar
malestar significativo a las personas.

 Depresión neurótica. Nombre hoy en desuso. Se refiere a una


antigua clasificación en la que los "trastornos neuróticos" eran
definidos como "de origen psicológico".

 Depresión crónica. Es una definición que carga el acento en la


duración del proceso. Pero también el trastorno depresivo mayor
puede ser crónico, y es muy distinto de la distimia.

II. INCIDENCIAS
Aproximadamente el 6% de la población sufre de distimia. Como con
cualquier trastorno depresivo mayor, la distimia ocurre más en
mujeres que en hombres, es decir que las mujeres son dos o tres
veces más propensas a padecerla. Puede comenzar en la niñez,
adolescencia o adultez.

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Sin embargo es un trastorno que aparece con más frecuencia en
personas de mayor edad, y se observa un riesgo prácticamente doble
en solteros que en casados, especialmente en el grupo de adultos
(45-65 años). Por último, es casi dos veces más común que aparezca
en ámbitos urbanos que rurales.

III. FACTORES DE RIESGO


Un factor de riesgo es algo que incrementa la posibilidad de contraer
una enfermedad o padecimiento.

Los factores de riesgo son:


 Sexo: Femenino
 Historia familiar de depresiones mayores o distimia
 Vivir en la pobreza
 Permanecer soltero

IV. CAUSAS
Las causas de la distimia son desconocidas. Se cree que un químico,
llamado serotonina, es la causa principal de la depresión. La
serotonina también puede estar relacionada con la distimia.

Se considera que los trastornos relacionados con el déficit de


serotonina pueden afectar al 30 % de las personas. La distimia sería
el más frecuente de ellos.

La distimia, también llamada distimia depresiva, no es sino un estado


casi depresivo, probablemente de naturaleza orgánica (genética)
aunque activado por una situación de estrés continuado. Acontece
con frecuencia en personas sometidas a tensiones constantes, o en
personas extremadamente autoexigentes, para las cuales cualquier
situación se convierte en estresante.

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La distimia puede ocurrir sola o junto con una depresión más severa u
otro trastorno psiquiátrico o del estado de ánimo.

Las condiciones médicas y trastornos de la personalidad también


pueden ser causantes de la distimia.

V. DESARROLLO DE LA DISTIMIA

El trastorno distímico es uno de los más frecuentes entre los


trastornos depresivos, que a su vez tienen una alta prevalencia. Se
considera que puede afectar a un 5% de la población. El inicio suele
ser temprano. Aparece con doble frecuencia en mujeres que en
hombres, sola o asociada a otros trastornos psiquiátricos. Según el
Instituto Nacional de la Salud Mental (National Institute of Mental
Health), cada año alrededor del 40 por ciento de los adultos que
tienen un trastorno distímico también cumplen los criterios de
depresión grave o trastorno bipolar. Es frecuente en su evolución el
deterioro social y el abuso de sustancias como alcohol y otras drogas

Puede durar semanas, meses o años Su evolución suele ser de más


de dos años. Hay personas que han estado así prácticamente toda su
vida. Algunos autores hablan de "personalidad depresiva" en estos
casos. . Muchas personas con distimia llegan a creer que "ellas son
así", y no identifican la distimia como una condición patológica, sino
como un estado normal de su forma de ser.

Aunque algunas personas se recuperan por completo, otras


continúan teniendo algunos síntomas incluso con tratamiento.
Algunas personas necesitan seguir tomando medicamentos y
sometiéndose a terapia.

La distimia es causa frecuente de malestar personal, y de malestar


familiar. Las personas con distimia suelen estar irritadas, agresivas,

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con facilidad para entrar en discusiones, y con una baja tolerancia a
las frustraciones.

Se caracteriza por un abatimiento prolongado del estado de ánimo en


que el sujeto distímico se describe a sí mismo como “triste” o
“desanimado”, perdiendo el interés por las cosas y viéndose a
menudo como inútil y poco interesante.

Posee síntomas persistentes o intermitentes, de intensidad más leve


comparación a la depresión mayor. “el individuo está habitualmente
triste, introvertido, melancólico, excesivamente consciente, incapaz
de alegría y preocupado por su insuficiencia personal”.

La distimia suele comenzar pronto en la edad adulta y mantenerse


durante años.

VI. SÍNTOMAS

El principal síntoma de distimia es un estado de desánimo,


pesadumbre y tristeza casi todos los días por al menos durante 2
años. Los síntomas son menos severos que en pacientes con
depresión mayor

Sin embargo, cada individuo puede experimentarlos de una forma


diferente. Los síntomas pueden incluir:

 Altibajos del estado de ánimo.


 Tendencia al estado de ánimo irritable o deprimido. La persona
distímica suele ser enojadiza, y con tendencia a estar triste o
deprimida.
 Dificultad para disfrutar de las cosas positivas de la vida. La
persona distímica tiene atolladeros para llegar a considerarse
plenamente feliz.

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 Problemas de concentración. La persona distímica acostumbra a
percibir problemas de memoria y de concentración, aún para
actividades lúdicas (ver una película, por ejemplo).
 Tendencia a las somatizaciones. Cefaleas y vértigos son las más
frecuentes, junto a los estados de fatiga crónica.
 Tristeza, ansiedad o sensación de "vacío" persistentes.
 Pérdida de interés en actividades que antes se disfrutaban.
 Llanto excesivo.
 Mayor inquietud e irritabilidad.
 Menor capacidad de concentrarse y tomar decisiones.
 Disminución de la energía.
 Pensamientos de muerte o suicidas, intentos de suicidio.
 Aumento de los sentimientos de culpabilidad, desamparo y, o
desesperanza.
 Alteraciones del peso y, o del apetito debido a comer de forma
insuficiente o excesiva.
 Aislamiento social.
 Síntomas físicos que no ceden ante los tratamientos estándar por
ejemplo, dolor crónico, dolor de cabeza.
 Trastornos de la alimentación: inapetencia o ingesta compulsiva.
 Trastornos del sueño: insomnio o hipersomnio.
 Sensación de déficit de energía vital, cansancio injustificado, fatiga
continúa.
 Trastornos de la memoria
 Baja autoestima, sentimiento de incapacidad.
 Sentimiento de desesperanza, pesimismo.
 Aislamiento o fobia social, falta de locuacidad, pérdida de interés
por actividades placenteras o por la actividad sexual.

VII. DIAGNÓSTICO DE LA DISTIMIA

Para realizar el diagnóstico, además de la depresión, es necesaria la


presencia de dos o más de estos síntomas: disminución o aumento del

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apetito, hipersomnia o insomnio, fatiga, disminución de la autoestima,
trastornos de la concentración o dificultades en la toma de decisiones y
sentimientos de desesperación.

Por otra parte, si el trastorno distímico presenta una duración superior a 2


años (y de 1 año en niños y adolescentes) y se superpone un trastorno
depresivo mayor, deben realizarse ambos diagnósticos (frecuentemente se
utiliza el término «depresión doble» para describir esta situación).

En el DSM-IV se realiza una distinción entre la distimia de inicio precoz (es


decir, antes de los 21 años de edad) y la de inicio tardío (es decir, a partir
de los 21 años de edad), pero la utilidad de esta distinción es motivo de
discusión.

La distimia puede tener un inicio temprano o un inicio tardío:


Inicio temprano: si el inicio es antes de los 21 años.
Inicio tardío: si el inicio se produce a los 21 años o con posterioridad.

1. CRITERIOS DIAGNÓSTICOS PARA EL TRASTORNO DISTÍMICO

A. Estado de ánimo deprimido la mayor parte del día la mayoría de los días,
manifestado por el sujeto u observado por los demás, durante al menos 2
años. En los niños y los adolescentes el estado de ánimo puede ser irritable
y la duración debe ser de al menos 1 año.

B. Presencia, mientras está deprimido, de dos (o más) de los siguientes


síntomas:
1. Pérdida o aumento del apetito
2. Insomnio o hipersomnia
3. Falta de energía o fatiga
4. Baja autoestima
5. Dificultades para concentrarse o para tomar decisiones
6. Sentimientos de desesperanza

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C. Durante el período de 2 años (1 año en niños y adolescentes) de la
alteración, el sujeto no ha estado sin síntomas de los Criterios A y B durante
más de 2 meses seguidos.
D. No ha habido ningún episodio depresivo mayor durante los primeros 2
años de la alteración (1 año en niños y adolescentes); por ejemplo, la
alteración no se explica mejor por la presencia de un trastorno depresivo
mayor crónico o un trastorno depresivo mayor, en remisión parcial.
E. Nunca ha habido un episodio maníaco, un episodio mixto o un episodio
hipomaníaco, y nunca se han cumplido los criterios para el trastorno
ciclotímico.
F. La alteración no aparece exclusivamente en el transcurso de un trastorno
psicótico crónico, como son la esquizofrenia o el trastorno delirante.
G. Los síntomas no son debidos a los efectos fisiológicos directos de una
sustancia (como una droga o un medicamento) o a enfermedad médica, por
ejemplo hipotiroidismo.
H. Los síntomas causan un malestar clínicamente significativo o deterioro
social o de otras áreas importantes de la afectividad del individuo.

VIII. TRATAMIENTO Y PRONÓSTICO

Históricamente, los pacientes con un trastorno distímico no recibieron


tratamiento o se les consideró candidatos a psicoterapia de larga
duración. Los datos contemporáneos ofrecen un apoyo objetivo
únicamente a la terapia cognitiva, conductual, y a la farmacoterapia.
La combinación de terapia cognitiva, conductual y farmacoterapia
puede ser el tratamiento más efectivo para este trastorno. Otras
clases de terapias también pueden ser beneficiosas; no obstante, esta
eficacia no se ha comprobado en estudios bien controlados.

1. Terapia Cognitiva

La terapia cognitiva es una técnica en la cual a los pacientes se les


enseña nuevas formas de pensar y actuar para reemplazar las
actitudes negativas sobre sí mismos, el mundo y el futuro. Es un

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programa terapéutico de corta duración orientado hacia problemas
actuales y su resolución.

2. Terapia Conductual

La terapia conductual para los trastornos depresivos se basa en la


teoría de que la depresión esta causada por la pérdida de
reforzadores positivos como resultado de una separación, muerte, o
cambio súbito en el ambiente inmediato. Los diferentes tratamientos
se centran en objetivos específicos para incrementar la actividad,
proporcionar experiencias satisfactorias y enseñar a los pacientes a
relajarse. El cambiar la conducta de los pacientes deprimidos se
considera la mejor forma de variar los pensamientos y sentimientos
depresivos que van asociados. La terapia conductual suele utilizarse
para tratar la indefensión aprendida de algunos pacientes que
parecen enfrentarse a cualquier cambio en su vida con un
sentimiento de impotencia.

3. Terapia Interpersonal

En la terapia interpersonal para los trastornos depresivos, las


relaciones actuales de los pacientes y sus maneras de enfrentarse al
estrés se analizan con vistas a reducir los síntomas depresivos y
mejorar la autoestima. La terapia interpersonal consiste en unas 12-
16 sesiones semanales y puede combinarse con la medicación
antidepresiva.

4. Terapias Familiares y de Grupo

La terapia familiar puede ser de ayuda tanto para el paciente como


para la familia en la lucha contra los síntomas del trastorno, en
especial cuando parece existir un síndrome subafectivo de cada base
biológica. La terapia de grupo puede ayudar a los pacientes que viven

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aislados socialmente a aprender nuevas formas de resolver sus
problemas interpersonales en determinadas situaciones sociales.

5. Farmacoterapia

Debido a la larga duración del trastorno distímico y a la creencia


teórica de que es un trastorno fundamentalmente determinado por la
psicología del sujeto, muchos especialistas evitan utilizar
antidepresivos con estos pacientes. Muchos estudios han demostrado
el éxito terapéutico de los antidepresivos en este trastorno. En
general, no obstante, los datos indican que los inhibidores selectivos
de la monoaminooxidasa (IMAO) pueden ser más eficaces que los
tricíclicos. La introducción de inhibidores selectivos de la recaptación
de serotonina (ISRS) que se toleran mejor, ha tenido como
consecuencia que se utilicen con cierta profusión en estos pacientes;
los estudios preliminares indican que los ISRS pueden ser los
fármacos de elección para este trastorno. De forma similar, las
investigaciones iniciales indican que el bupropión puede ser un
tratamiento efectivo para los pacientes con un trastorno distímico.
Los simpatomiméticos como las anfetaminas, también pueden
utilizarse en determinados pacientes.

IX. FRACASO DEL ABORDAJE TERAPÉUTICO

Cuando se utiliza un antidepresivo en el tratamiento del trastorno


distímico deberían usarse las máximas dosis toleradas mediante un
mínimo de ocho semanas, antes de que el especialista concluya que
el tratamiento no fue efectivo. Si un tratamiento no fue efectivo, el
especialista debería reconsiderar el diagnóstico, en especial, en lo
que se refiere a la posibilidad de una patología médica subyacente,
por ejemplo, un trastorno tiroideo, o un trastorno por déficit de
atención en el adulto. Si tras una reconsideración del diagnostico
diferencial se mantiene el trastorno distímico como el más probable,

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el especialista debería seguir la misma estrategia terapéutica que
seguiría en el caso de un trastorno depresivo mayor. En concreto,
debería intentar aumentar la potencia del primer antidepresivo
añadiendo litio triyodotironina, aunque este tipo de recurso no ha
sido muy estudiado en el trastorno distímico. El médico puede decidir
cambiar a un antidepresivo de otra familia completamente diferente.
Por ejemplo, si fracasa el tratamiento con un ISRS, se puede cambiar
a bupropión o IMAO.

X. HOSPITALIZACIÓN

La hospitalización no suele estar indicada para los pacientes con un


trastorno distímico; sin embargo, la presencia de síntomas
particularmente graves, la incapacitación social y laboral notables, la
necesidad de realizar pruebas diagnósticas más precisas y la ideación
suicida, son todas ellas indicaciones para la hospitalización.

Las implicaciones prácticas del modelo de Gonzales Rivera son


particularmente interesantes desde el punto de vista terapéutico.
Actualmente, el déficit de neurotransmisión es relativamente fácil de
corregir, existiendo en la actualidad muchos procedimientos
farmacológicos eficaces. Sin embargo, es necesario complementarlos
con frecuencia con otras intervenciones, de manera simultánea o
secuencial. Por ejemplo, una mujer ama de casa de mediana edad
puede responder sintomáticamente al tratamiento farmacológico,
pero si vive en un entorno de baja gratificación, carece de habilidades
para desarrollar nuevas relaciones y actividades, tiende a interpretar
negativamente acontecimientos de significado neutro o positivo, y
además ignora su poder potencial para cambiar su personalidad y sus
circunstancias, toda mejoría será incompleta, breve e inestable,
cediendo pronto a una reactivación del círculo vicioso depresógeno,
los resultados de la farmacoterapia en casos como este han de
aprovecharse para lograr rupturas en otros elementos del círculo,

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aplicando procedimientos tales como psicoterapia de apoyo, de grupo
o relajación, para aliviar la experiencia de soledad y estrés crónico;
terapia cognitiva o conductual para corregir el desamparo , la
indefensión y la desesperanza propios de su autoconcepto negativo;
psicoterapia de orientación analítica para explorar su reacción
patológica a las experiencias de pérdida y su capacidad para generar
situaciones reparadoras y gratificantes, etc. Obviamente, y de
manera recíproca, la eficacia de estos procedimientos
psicoterapéuticos se ve reforzada por el tratamiento biológico, razón
por la cual los enfoques integrados o multidimensionales resultan
mucho más eficaces en el tratamiento de la depresión que las
monoterapias aisladas.

CONCLUSIONES

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1. La ciclotimia se caracteriza por la aparición secuencial de periodos
de síntomas maniacos muy leves y periodos de síntomas depresivos
leves. Se presenta en la adolescencia o a principios de la edad
adulta entre los 15 y los 25 años de edad. Afecta a los hombres y
mujeres por igual.

2. En el trastorno ciclotímico los estados de hipomanía y depresión no


llegan a alcanzar la gravedad y severidad de un trastorno bipolar.

3. Se utiliza una combinación de fármacos antimaníacos,


antidepresivos o psicoterapia para tratar el trastorno ciclotímico.

4. La distimia es menos grave que una depresión y si no se trata,


existe un alto riesgo de que la distimia progrese hasta convertirse en
una depresión mayor.

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