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IDENTIFICACIÓN DEL PACIENTE Y RESUMEN CLÍNICO

Nombre:

NSS:

Edad: AÑOS

Sexo: FEMENINO

RESUMEN CLÍNICO:

HEREDO FAMILIARES:

Abuela materna y paterna con Diabetes Mellitus tipo 2; abuelo paterno con cardiopatía
isquémica.

PERSONALES NO PATOLÓGICOS:

Originaria y residente de la ciudad de México, católica, habita casa propia con todos los
servicios intradomiciliarios, sin hacinamiento, hábitos higiénico dietéticos adecuados en
calidad y cantidad, toxicomanías negadas. Grupo y Rh: O positivo. Refiere alergia a sulfas.

PERSONALES PATOLÓGICOS:

Niega enfermedades de la infancia, fímicos o neoplásicos, niega trasfusionales, traumáticos u


otros.

ANTECEDENTE PERSONALES PATOLÓGICOS:

Infecciones recurrentes de la vía urinaria, en frecuencia de 3,4 por años desde hace 2 años.

PADECIMIENTO ACTUAL:

Padecimiento actual. Inició su padecimiento desde la infancia al presentar cuadro


caracterizado por de cuadros de infección de vías urinarias de repetición, multitratados con
antibioticoterapia con mejoría parcial de los mismos y posterior recaída, con antecedente de
hematuria en una ocasión, presentando posteriormente exacerbación del cuadro por lo que es
estudiada en medio particular sin respuesta adecuada al tratamiento, por lo que acude al
servicio de pediatría para inicio de protocolo de estudio realizándose urografía excretora que
revela imagen compatible doble sistema colector.
EXPLORACIÓN FÍSICA

Paciente del sexo femenino de edad aparente igual a la real, íntegra, bien conformada,
sin facies característica, consciente, orientada, cooperadora al interrogatorio y a la exploración
física. Signos vitales estables.

Abdomen. Plano, blando, depresible, no doloroso, no se palpan masas ni megalias,


peristaltismo presente, giordano negativo.

Resto del examen físico sin datos anormales

Caso 1 ureterocele

Introducción
Por definición entendemos que ureterocele es una dilatación quiś tica de la parte terminal del uréter
que se ubica dentro de la vejiga de la uretra o de ambas. La incidencia del ureterocele en materia de
autopsia es de 1:500; afecta más comúnmente al sexo femenino en una proporción de seis a uno.
En los pacientes pediátricos, el ureterocele ectópico es una de las anomaliá s más graves del tracto
urinario y una de las causas más frecuentes de obstrucción urinaria inferior en las niñas.
Aproximadamente en 10% de los casos se presenta en forma bilateral.

Hasta el 75% de ureteroceles aparecen en duplicidades ureterales completas y se localizan en el


sitio ectópico de inserción del uréter que drena el polo superior del riñón. La mayoría de los
ureteroceles ocurren en niñas y se asocian a pelvicaliectasia y ureteroectasia, mientras que en niños
están usualmente asociados con sistema colector no duplicado. Los ureteroceles de sistemas únicos
pueden tener un sitio de inserción ureteral normal o pueden insertarse ectópicamente.
Independientemente de su localización casi siempre están asociados a obstrucción de la unión
ureterovesical o riñón displásico multiquístico. El ureterocele simple no obstructivo que se presenta
en el adulto es raro en la niñez.

Se han formulado numerosas clasificaciones, basadas principalmente en criterios anatómicos y


descriptivos que funcionales; la más utilizada es la Stephens.

a) Ureterocele estenótico: aparece en casi 40% de los casos. Se caracteriza por un pequeño orificio
ubicado en la punta de la dilatación quiś tica del uréter.
b) Ureterocele esfinteriano: se observa en cerca de 40%. Termina dentro del esfin ́ ter interno; el
orificio puede ser normal o grande y abrirse en la parte posterior de la uretra.
c) Ureterocele esfinteroestenótico: es otra variante con un orificio diminuto y ectópico, lo que
provoca que sea de gran tamaño hasta casi llenar la vejiga.
d) Ureterocele ciego: es infrecuente, menos de 5%. La luz va más allá del orificio como una
prolongación lingüiforme “ciega” que se extiende por debajo de la submucosa uretral; el orificio se
comunica con la luz de la vejiga y es grande e incompetente.

la mayoriá de los ureteroceles asociados con un sistema colector simple son ortotópicos y los
ureteroceles asociados a un doble sistema colector son ectópicos. Sin embargo, no siempre sucede
esto, por lo que la Academia Americana de Urologia ́ Pediátrica reclasificó los ureteroceles en
intravesicales y ectópicos. Los primeros se localizan en la cavidad vesical, mientras que los
ectópicos se encuentran en el cuello vesical o incluso en la uretra. En 75% de los pacientes se
asocia un ureterocele a un doble sistema colector; las mujeres son seis veces más afectadas. Sin
embargo, los ureteroceles asociados a un sistema colector simple son más frecuentes en varones.

Cuadro I. Caracteriś ticas y hallazgos más frecuentes en los pacientes con ureterocele Edad
Sexo
Manifestación ́ ica
clin Lado afectado
Examen general de orina Urocultivo
Ultrasonido
́
Cistografia
́
Urografia
Gammagrama Tratamiento quirúrgico Ectópico Ortotópico ----------
Masculino
Infección de ́ s
via urinarias
Izquierdo
Positivo
Positivo
Dilatación ureteral y quiste intravesical/hidronefrosis Defecto de llenado y reflujo
vesicoureteral/megauréter Reflujo vesicoureteral
Normal o exclusión renal
Reimplante
Nefrectomia ́ ----------
Femenino
Infección de ́ s
via urinarias Izquierdo
Positivo
Positivo
Dilatación ureteral y quiste intravesical Defecto de llenado
Defecto de llenado y megauréter Doble sistema
Reimplante
Triple tratamiento quirúrgico

SISTEMA URINARIO
Pronefros
Al inicio de la cuarta semana el pronefros está representado por 7 o 10 grupos celulares sólidos en
la región cervical.
Los grupos constituyen unidades excretorias vestigiales los nefrotomas que muestran regresión
antes que aparezcan más grupos caudales. Hacia el final de la cuarta semana ya desaparecieron
los indicios del sistema pronéfrico.
Mesonefros
El mesonefros y los conductos mesonéfricos se originan en el mesodermo intermedio desde los
segmentos torácico y lumbar superiores (L3).
Al comenzar la cuarta semana del desarrollo, los primeros túbulos excretores del mesonefros
aparecen durante la regresión del sistema pronéfrico. Se alargan con rapidez, producen un asa en
forma de S y adquieren una red de capilares que desarrollarán un glomérulo en su extremidad
medial.
Alrededor del glomérulo los túbulos dan origen a la cápsula de Bowman y juntas estas estructuras
constituyen un corpúsculo renal. Lateralmente el túbulo penetra en el conducto colector longitudinal
llamado mesonéfrico o conducto de Wolff.
A mitad del segundo mes el mesonefros forma un órgano ovoide grande a ambos lados de la lin ́ ea
medial. Como la gónada se desarrolla en su lado medio, la prominencia formada por los dos
órganos se llama cresta urogenital. Mientras los túbulos caudales siguen diferenciándose, los
craneales junto con los glomérulos presentan cambios degenerativos, hacia el final del segundo
mes la mayoria ́ ya desapareció. En el varón unos cuantos túbulos caudales y el conducto
mesonéfrico persisten en la constitución del sistema genital; desaparecen en la mujer.
La yema ureteral da origen a las siguientes estructuras: uréter, pelvis renal, cálices mayores y
menores, aproximada- mente de 1 a 3 millones de túbulos colectores.
Sistema excretor
Los túbulos colectores recién formados están recubiertos en su extremo distal por un casquete de
tejido metanéfrico. Bajo la infuencia inductiva del túbulo, las células del casquete tisular producen
pequeñas vesić ulas –las vesić ulas renales– que dan origen a túbulos pequeños en forma de S. Los
capilares crecen hasta dentro del espacio delimitado en un extremo de la S, diferenciándose allí en
glomérulos. Esos túbulos junto con sus glomérulos forman nefronas o unidades excretoras. El
extremo proximal de cada nefrona da origen a la cápsula de Bowman profundamente hendida por un
glomérulo. El extremo distal forma una comunicación abierta con uno de los túbulos colectores,
creando un paso desde la cápsula de Bowman hasta la unidad colectora. El constante alargamiento
del túbulo excretor crea el túbulo contorneado proximal, el asa de Henle y el túbulo contorneado
distal. Asi,́ el riñón se desarrolla a partir de dos fuentes: 1) el mesodermo metanéfrico que aporta las
unidades excretoras y 2) la yema ureteral que crea el sistema colector.
Las nefronas se forman en el nacimiento, momento en que existe cerca de 1 millón en cada riñón.
La producción de orina comienza temprano en la gestación, poco después de diferenciarse los
capilares glomerulares que comienzan a formarse hacia la décima semana. En el momento del
nacimiento, los riñones presentan un aspecto lobulado; pero desaparece durante la infancia a
consecuencia
del crecimiento ulterior de las nefronas, aunque su número permanezca estable.
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