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Whight Mills, Charles. Sobre artesanía intelectual. – 1ª. Edición. Ed.

Lumen, Buenos Aires,


República Argentina, 2009. 96 p.; 22x15cm.

Sobre el autor

Charles Wright Mills, nació en Waco, Texas, el 28 de agosto de 1916. Fue criado en el seno
de una familia católica, religión que abandonaría progresivamente durante el tránsito de la
adolescencia a la juventud; allí se iría forjando un espíritu crítico, rebelde si se prefiere,
donde la racionalidad comprendía un espacio central de la apuesta intelectual de este autor,
vinculado a un compromiso social y a una apuesta ética y política con la libertad y la
imaginación. Su educación formal estuvo ligada a la Escuela Técnica de Dallas, donde
adquiriría conocimientos en arquitectura, posteriormente ingresaría a la Universidad de
Texas, estudiando filosofía, economía y sociología entre 1934 y 1935. Posteriormente haría
una maestría en filosofía hasta 1939 en la misma universidad, para luego doctorarse en la
Universidad de Wisconsin en 19421.

La influencia intelectual de Mills estuvo marcada en un inicio por el pragmatismo


estadounidense, teniendo como maestros a John Dewey y George Herbert Mead.
Posteriormente su pensamiento se vería influido por la obra de Max Weber, al tiempo que
iniciaba un diálogo radical desde su conciencia política que tuvo como referente a Karl
Marx. De hecho, mientras estuvo haciendo su doctorado estudió a profundidad al primer
autor mencionado, no obstante, para su tesis doctoral denominada A Sociological Account
of Pragmatism, realizó una crítica del pensamiento weberiano como una legitimación
filosófica de la moral del éxito y de quienes ascienden socialmente por la vía de los
mecanismos establecidos en la sociedad liberal burocrática.

Su vida académica inició en la Universidad de Maryland, lugar donde estaría por cuatro
años. Luego de 1946, se suscribe a la Columbia University de Nueva York, donde
enseñaría sociología. Es allí donde su reconocimiento en torno al pensamiento crítico

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Whight Mills, Charles. Sobre artesanía intelectual. – 1ª. Edición. Ed. Lumen, Buenos Aires, República
Argentina, 2009. P. 12.
alrededor de la sociología toma vuelo; en definitiva, iniciaría un periodo donde se iría
configurando como una figura controversial para la sociología norteamericana. Hacia 1959
viaja a Europa, especialmente a Inglaterra y la Unión Soviética a dictar conferencias y
entrevistas a líderes políticos y científicos sociales.

Entre sus obras más relevantes se encuentran The New Men of Power: America’s Labor
Leaders (1948); White Collar: The American Middel Classes (1951); The Power Elite
(1956); The Sociological Imagination (1959).

Estructura

El texto Sobre artesanía intelectual, está compuesto por un prólogo y una introducción
elaboradas por Ezequiel Ander-Egg, donde principalmente se expone la vida y obra de
Charles Wright Mill, haciendo especial énfasis en los debates sobre los que discurrió su
trayectoria académica e intelectual. Luego, el texto en sí mismo se desenvuelve sobre seis
capítulos que encierran esa serie de recomendaciones, relatos sobre la experiencia personal
e interrogantes sobre la artesanía intelectual o el problema de los intelectuales a la hora de
enfrentarse a su oficio.

En el primer capítulo No separar el trabajo intelectual de la vida, Mills esboza la necesaria


articulación que debe existir entre el oficio del intelectual y los intereses que sobre su vida
se marcan, planteando la imposible escisión entre ambos elementos si se quiere que exista
un producto digno de las ciencias sociales.

El solo hecho de llevar un archivo constituye una especie de trabajo intelectual, es el


siguiente capítulo donde el autor va a hacer énfasis en la necesidad de una sistematización
consciente, ordenada y con objetivos claros del trabajo cotidiano que hace el intelectual,
tomando, si se quiere, la forma de un diario, pero con un carácter ampliado donde se anotan
ideas, discusiones, críticas, incertidumbres con las que el investigador social trabaja en la
vida cotidiana.
El momento de hacer el tratamiento de la información recogida y de las notas elaboradas.
En este capítulo, el autor norteamericano propone el puente necesario entre el tratamiento
de la información en un archivo que es de su propiedad y el paso hacia la elaboración o
producción de ideas, escritos breves e incluso proyectos posibles que son la traducción del
trabajo hecho durante años. Acá se hace referencia propiamente al trabajo investigativo que
tuvo efectos y a la discusión sobre las necesidades o no que pueda tener, según la
disciplina, de trabajo empírico.

El cuarto capítulo ¿Cuándo vienen las ideas? ¿Cómo espolear la imaginación? Mills
sostiene que no existe una respuesta a clara a los interrogantes del título en el capítulo pero
propone una serie de técnicas sencillas que le ayudaron a él, en sus experiencias
investigativas para sobrellevar el problema que suscita la imaginación y la condensación de
ideas.

Escribir presentando el trabajo en un lenguaje tan sencillo y claro como lo permita el


asunto. Para este capítulo, la intención del autor es proponer, con incisiva polémica, una
apuesta de producción intelectual, en el sentido de la elaboración escrita de los trabajos, un
lenguaje inteligible, con acceso a diversos lectores, que no esté cifrado por las exigencias
formales de la academia, donde la lectura no clara y pomposa termina devorando el
contenido por hacerse inaccesible.

Finalmente, el capítulo con que concluye el texto En la práctica, nunca se empieza a


trabajar en un proyecto, ya se está trabajando, Wright Mills plantea que todo el trabajo
previo, ubicado en el archivo, en los diarios, en una palabra, que ha sido traducido a la
experiencia de quien investiga, implica en sí mismo un trabajo inicial. De nuevo acá, para
concluir su labor, expone una serie de preceptos y advertencias que sirven de guía a los
noveles investigadores que se acercan a las ciencias sociales y que dentro de sus propósitos
tienen la dedicación exclusiva a producir nuevos conocimientos.

Objetivos
Establecer una relación directa entre el trabajo intelectual y la experiencia personal como
una apuesta de reconocimiento del vínculo entre la artesanía y el aprendizaje cotidiano del
investigador.

Elaborar un archivo propio del investigador que contenga todo registro posible sobre los
proyectos de investigación que se proyecte, incluyendo reflexión sobre textos de otros,
elaboraciones propias y clasificaciones que permitan una sistematización prudente de la
información recogida durante el tiempo.

Proponer una apuesta para el planteamiento de problemas de investigación en ciencias


sociales que logre tener en cuenta tanto las consideraciones particulares del investigador
como los efectos que tendrá sobre la sociedad a la que está dirigida su artesanía intelectual.

Hacer una apuesta crítica con la academia en general que lleva al investigador a fabricar
una escritura ininteligible, alejada de la sociedad y sólo efectiva para los círculos cerrados
de la academia.

Tesis textual

“El trabajo intelectual es la elección de un tipo de vida como de una carrera; sépalo o no, el
trabajador intelectual forma su propio yo a medida que trabaja por perfeccionarse en su
oficio; para realizar sus propias potencialidades y aprovechar las oportunidades que se
ofrezcan en su camino, forma un carácter que tiene como núcleo las cualidades del buen
trabajador. Lo que significa esto es que debes aprender a usar vuestra experiencia de la vida
en vuestro trabajo intelectual, examinándola e interpretándola sin cesar. En este sentido, la
artesanía es vuestro propio centro y estáis personalmente implicados en todo producto
intelectual sobre el cual podáis trabajar. Decir que tienes experiencia significa, entre otras
cosas, que el pasado influye en el presente y lo afecta, y que él define la capacidad para
futuras experiencias- Como investigadores sociales, tienes que dirigir esa complicada
acción recíproca, captar lo que se experimenta y seleccionarlo; sólo de esa manera se puede
esperar usarlo para guiar y poner a prueba vuestro pensamiento, y en ese proceso, formaros
como trabajadores intelectuales”2.

“Llevando un archivo adecuado y desarrollando de ese modo hábitos de autorreflexión,


aprendéis a mantener despierto vuestro mundo interior. Siempre que os impresionen
fuertemente sucesos o ideas, no debéis dejarlos irse de vuestra mente, antes al contrario,
debéis formularlos para vuestro archivo y, al hacerlo, desentrañar todo lo que implican, y
demostraros a vosotros mismos la insensatez de aquellos sentimientos o ideas o la
posibilidades de articularlos en forma productiva”3.

“Las situaciones problemáticas deben ser formuladas con la debida atención a sus
implicaciones teóricas y conceptuales, así como a los paradigmas apropiados de
investigación empírica y los adecuados modelos de verificación. A su vez, esos paradigmas
y modelos deben estructurarse de manera que permitan que de su empleo se deduzcan
nuevas implicaciones teóricas y conceptuales. Las implicaciones teóricas y conceptuales de
las situaciones problemáticas deben ser primero completamente exploradas. El hacerlo
exige del investigador social que especifique cada una de esas implicaciones y las examine
en relación unas con otras, pero también de tal manera que encaje en los paradigmas de
investigación empírica y en los modelos de verificación”4.

“Sed buenos artesanos. Huid de todo procedimiento rígido. Sobre todo, desarrollad y usad
la imaginación (…) Evitad el fetichismo del método y de la técnica. Impulsad la
rehabilitación del artesano intelectual sin pretensiones y esforzaos en llegar a serlo vosotros
mismos. Que cada individuo sea su propio metodológo; que cada individio sea su propio
teórico; que la teoría y el método vuelvan a ser parte del ejercicio de un oficio. Defended la
primacía del estudio individual. Oponeos al ascendiente de los equipos deinvestigación
formados por técnicos. Sed inteligencias que afrontan por sí mismas los problemas del
hombre y de la sociedad”5.

2
Whight Mills, Charles. Sobre artesanía intelectual. – 1ª. Edición. Ed. Lumen, Buenos Aires, República
Argentina, 2009. P. 37-38.
3
Ibíd. Pp. 39.
4
Ibíd. Pp. 57.
5
Ibíd. Pp. 90.
“Evitad el bizantino despropósito de la asociación y disociación de conceptos y palabrería
amanerada. Exigíos a vosotros mismos y exigid a los demás la sencillez del enunciado
claro. Usad términos complicados sólo cuando creáis firmemente que su uso amplía el
alcance de vuestros talentos, la precisión de vuestras referencias, la profundidad de vuestro
razonamiento. Evitad el empleo de la ininteligibilidad como un medio para rehuir a la
formulación de prejuicios sobre la sociedad… y como medio de escapar a los juicios de
vuestros lectores sobre vuestra propia obra”6

Problemas

Uno de los problemas cruciales que plantea el texto es la tarea de organización de un


archivo que logre articular la complejidad dispersa de reflexiones –en un amplio sentido
entendido, como resumen de textos que tienen otros autores, críticas a los mismos, acuerdos
sobre planteamientos, interrogantes que generan, etc., sumado a las consideraciones propias
del investigador, que tienen esas mismas características y además están pobladas de las
contradicciones e incertidumbres personales, de la propia vida– a partir de
sistematizaciones extensas. El archivo, en definitiva, es la unificación de lo que se está
trabajando intelectualmente y lo que se experimenta como persona de cara a la
investigación.

El hábito de escribir como un problema constante en el desarrollo de una técnica propia de


los investigadores sociales. Cuando Mills hace mención a esta situación específicamente,
está sugiriendo la necesidad de entrenar una experiencia en el hoy de cara al futuro; es
decir, elaborar un estilo claro y conciso de escritura pero ante todo, ser capaces de fabricar
el estilo propio a la hora de escribir. Por supuesto, esto también encaminado a la búsqueda
de avanzar en las investigaciones por medio de la elaboración de documentos breves que
nutran el archivo.

La relación entre el estudio bibliográfico y el trabajo de campo, es otro problema específico


que trata Mills cuando menciona la tensión, que dese su experiencia, se trazó en torno al
estudio en la biblioteca y el trabajo empírico, proponiendo una simpleza que resulta ser
profunda, al afirmar que no tiene sentido alguno que se proyecte un estudio de campo se

6
Ibíd. Pp. 91.
puede hallarse la solución en la biblioteca y de igual manera no tiene razón de ser que se ha
agotado el trabajo con los libros si no existe un trabajo empírico que respalde la afirmación.

Tener en cuenta el conocimiento popular del problema de investigación, como un elemento


problemático que propone Mills, al decir que si un tema formulado como problema, no
tiene una consideración popular o se encuentra excesivamente situado en un pedestal de
sabiduría, es tendiente a estar o mal formulado o no ser pertinente. Sin lugar a dudas este
inconveniente es relevante para todo investigador social que se traza la apuesta por
producir, a través de la artesanía intelectual, un conocimiento para la sociedad en su
conjunto.

La comparación de los materiales en un contexto de estructuras históricas como otro


problema que menciona el autor dentro del texto. Claramente menciona que sin distinguir el
problema de tratamiento ni la disciplina, la comparación siempre tendrá un lugar central
como posibilidad de mirada amplia en lo que se quiere investigar. En ese sentido le da un
valor preciado a la historia como disciplina necesaria para el tratamiento de cualquier
problema en ciencias sociales, por ser la matriz disciplinar de la comparación.

La escritura en la investigación social como nodo central en la producción que hacen los
investigadores a la hora de comunicar el conocimiento producido. Mills lo plantea en una
doble situación: como problema para quien escribe para tener la posibilidad de ser leído;
para quienes leen por la sencilla situación de tener acceso al texto y a la interpretación del
mismo, es decir, para que el producto investigativo tenga sentido político e intelectual en el
mundo.

Cuestionamientos

El cuestionamiento más importante que puede hacérsele al texto de Mills es su férrea


disposición a una lógica investigativa de orden estrictamente positivo, aun cuando trata de
mediar con otras apuestas teóricas y metodológicas como son la sociología comprensiva de
Max Weber o el marxismo, directamente comprendido desde Karl Marx. Pareciera existir
una volatilidad en la apuesta tanto teórica como metodológica del autor en los momentos
que hace mención a sus propios trabajos. No obstante, pareciera ser que una de sus apuestas
personales es no trabajar sobre la fidelidad estática a una teoría o a un método.

Lo válido

Dentro de los aspectos que parecen válidos del texto de Mills, la apuesta por la reflexión
sobre la propia experiencia parece de importante altura dentro de la investigación. Esto
tiene pertinencia en tanto no hay investigación, en ninguna disciplina, que no involucre los
gestos propios, entendidos como la experiencia vital. En otras palabras, los temas de
investigación, puede decirse, son la materialización de un pasado que rondó las
preocupaciones intelectuales de quien investiga y que se decantó en una nueva voz o una
nueva perspectiva sobre el conocimiento social.

Un consejo, que a la vez se traduce en una técnica que menciona el autor, es la de tomar
apuntes de los textos leídos, realizando una interlocución directa con otros autores que
hablan sobre temas de interés para el investigador, o no, pero que generan constantes
diálogos que no pueden estar sujetos a la asunción irreflexiva de información sino que han
de estar atentos a la crítica.

En términos generales, las recomendaciones tanto técnicas y de advertencias que sugiere


Wright Mills son, sin lugar a duda, valiosas par todo investigador social. Sin embargo, un
énfasis es merecido y es el que tiene que ver con la intención de procurar el diálogo de
extremos o de puntos diferentes, en casos opuestos o matizados, para poder ubicar la
complejidad de un problema específico que se trace cualquier disciplina. Y, en ese mismo
sentido, cuando habla de procurar pensar en los puntos de vista que establecen las mismas
disciplinas, sin por ello apostar directamente por uno fuera de la disciplina en que se
desenvuelve el investigador, significa una posibilidad de apertura a argumentaciones
fuertes y bastante heterogéneas sobre un mismo problema de investigación social.

Reacciones

Un aspecto que generó interés sobre la experiencia propia, es la mención del autor a las
<condiciones sociales> que acompañan la artesanía intelectual, cuando arguye que rodearse
de un círculo diverso de personas que hablen y escuchen es un elemento significativo del
contexto en que debe moverse el investigador. Cuando alrededor existe un ambiente social
e intelectual, tanto diverso como sofisticado, el crecimiento de quien investiga a través del
diálogo, la discusión, el debate público, es invaluable. Sobre la experiencia personal, la
intervención en discusiones de todo tipo forjó indudablemente un carácter tanto intelectual
como discursivo, tendiente al crecimiento propio a través del tiempo.

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