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EPISTEMOLGÍA
(Cuaderno de cátedra, no para su publicación sino de uso interno para el equipo decente)
UNIDAD I
Al reflexionar sobre las ciencias, nos internamos en el terreno de la epistemología. Si
bien no hay un acuerdo generalizado sobre el significado del mismo, ya que a veces se
lo entiende como una rama de la filosofía que se ocupa del conocimiento y en otras es
sinónimo de filosofía de la ciencia; nosotros sin entrar en consideraciones semánticas
vamos a entender este discurso como el estudio de las condiciones de producción y
validación del conocimiento científico.
Por ello, tal conocimiento es motivo de una reflexión epistemológica, porque no todo
conocimiento es científico, sino que la cientificidad es una categoría que depende de
ciertos requisitos, como por ejemplo, un saber explicativo y predictivo - mediante leyes
– de la realidad, fundamentado, metódico, sistemático, comunicable y con ambición de
objetividad. Su carácter crítico - la necesidad de justificar racionalmente y dar prueba
de la verdad de lo enunciado - se ha conservado tanto en el mundo antiguo como en el
actual, si bien en cada época ha forjado distintos modos de comprender lo que la
ciencia y la verdad eran. A partir de esta caracterización la palabra ciencia puede aludir
un sentido genérico – histórico - al conocimiento que una época determinada
consideraba sólido y fundamentado ( se podría hablar de paradigma premoderno /
moderno/ actual) y en un sentido más acotado este concepto expresaría una idea de
conocimiento surgida en la modernidad, cuyo objetivo central sería la búsqueda de
leyes que regulen la realidad, suponiendo que un tal conocimiento, traería un
despliegue universal de progreso social.
Se acostumbra a tomar como referencia para realizar una clasificación de las ciencias
cuatro criterios convencionales: el objeto de estudio, los métodos, el tipo de enunciado,
el tipo de verdad involucrado en estos enunciados. Teniendo en cuenta estos criterios se
pude realizar una clasificación de las ciencias en: ciencias formales (matemática y
lógica) donde el objeto de estudio son signos vacíos de contenido empírico, el método
sería la demostración lógica, cuyos enunciados son analíticos y las ciencias fácticas
(naturales y sociales) donde su objeto de estudio son entes empíricos, el método es la
observación - experimentación, y sus enunciados son sintéticos. Dentro de las ciencias
fácticas suele tratarse de una división entre dos tipos de ciencias: naturales y sociales.
Tal distinción pretende fundarse en diferencia en cuanto a su objeto de estudio
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(naturaleza o el hombre, respectivamente) y, sobre todo, acerca el tipo de conocimiento


involucrado en ellas. (1)
Para algunos autores, el objeto de estudio de las ciencias sociales es la acción social,
para otros, el hombre, los hechos sociales, los procesos de cambio, o los sistemas
sociales. Por lo tanto, esto encierra una dificultad que es más que un mero cambio
semántico, señala diferentes posiciones epistemológicas, distintos presupuestos, y en
consecuencia diversas formas de arribar al estudio de lo humano y de validar
socialmente el conocimiento. Es, por ello, que en las disciplinas que estudian los
fenómenos humanos no existe un acuerdo si se refieren al hombre como individuo o a
sistemas sociales en lo que le hombre es un emergente en función de la totalidad.
Siguiendo a Esther Díaz se puede decir que el objeto de estudio de las ciencias sociales
es el sujeto, porque el mismo se encarna en los individuos humanos, pero es a su ves
una dimensión social, en cuanto interactúa y se constituye desde las prácticas en que
actúa.
Más allá de las discrepancias internas de los epistemólogos, se puede decir que los
caracteres propios que caracteriza a las ciencias sociales son:
- la capacidad de tomar decisiones, en tanto un ser libre,
- estar sujeto a pulsiones no voluntarias en tanto posee inconsciente;
- el poder expresarse racionalmente por medio del lenguaje articulado;
- el poder interactuar e incidir en el sistema simbólico social en tanto forma parte
de la cultura.*

. En la actualidad para hacer referencia a las diferentes posiciones se suele trazar una
línea de demarcación en las concepciones explicativistas – erklären – (explicación en
función de leyes causales) y las concepciones comprensivistas -verstehen –
(comprensión del significado). Las primeras pueden ser incluidas bajo la figura de A.
Comte, el neopositivismo y pos-positivismo, no creen en la especificidad del objeto de
estudio de las ciencias sociales y sostienen que podrán avanzar y mejorar su posición en
la medida que recorran los mismos caminos que toman las ciencias naturales.

1 – Pardo, R. Verdad e Historicidad. El conocimiento científico y sus fracturas. En Esther Díaz (editora) La
posciencia Bs. As. Biblos p.p.37-52
* – Díaz, Esther “Metodología de las ciencias sociales” Biblos
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Los presupuestos teóricos y metodológicos de la llamada concepción heredada están


presente en la tradición clásica y en particular A. Comte, fundador de la sociología
empírica y del método positivo. Cuando Comte imagina la evolución intelectual de la
humanidad que tiene que pasar inevitablemente, lo mismo en el individuo que en la
especie, por tres estados teóricos diferentes, denominándolos de teológico, metafísico y
positivo construye un paradigma (modelo) reduccionista cuyas características tiene los
siguientes rasgos:
- monismo metodológico
- ideal de la ciencia física-matemática
-trazado de demarcación entre: lo relativo (ciencia) y lo absoluto (metafísica)
Para Comte los fenómenos sociales eran complejos y por esa razón la sociología había
sido la última ciencia en desarrollarse llamada por él física social en la que el hombre
es un objeto físico cuyas acciones pueden ser estudiadas con los conceptos y las
categorías de la mecánica. Se considera a la sociedad como un sistema astronómico en
el cual los seres humanos se definen como elementos unidos por la atracción o
separados por la repulsión. Por ello una interpretación mecanicista de la sociedad es un
claro ejemplo de esta versión reduccionista ya que hay una transposición acrítica de las
categorías de las ciencias físico-naturales al ámbito lo social, suponiendo que el uso de
esta metodología garantiza la posibilidad del conocimiento objetivo.

Junto a la noción de ciencia, el método utilizado por los científicos es una de las
principales problemáticas en la que han fijado su atención la mayoría de los
epistemólogos de tradición positivista que lo consideran un tema central de su
epistemología. Es decir, la problemática del método nos invita a preguntarnos por
ejemplo ¿Si es función del filósofo de la ciencia desentrañar la normativa metodológica
o es una tarea inherente al propio científico?
Para responder a esta cuestión es necesario hacer un recorrido por aquellos
epistemólogos, que han desarrollado en la actualidad posiciones normativas e históricas
de sus propuestas. Las primeras, que pueden ser incluidas bajo el nombre genérico de
positivistas y pos-positivistas (llamada teoría heredada en epistemología) representadas
por el empirismo lógico y el falsacionismo popperiano, (tema que abordaremos en la
unidad II) y la segunda postura que pone el acento el papel que juega la historia la
ciencia en la producción de los conocimientos (tema que abordaremos en la unidad III)
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Unidad II -
Si nos situamos en la década de 20 y del 30, en Viena se produce un hecho crucial para
la filosofía de la ciencia, Morits Schilick inaugura un seminario dando origen al
llamado Círculo de Viena, lo que luego se visualizaría como el inicio de la
profesionalidad de esta rama de la filosofía. Por primera ves se reúnen filósofos y
científicos de primera línea a discutir acerca de la ciencia, de tal manera que los
trabajos de unos comentan los problemas y reflexiones planteados por otros. Carnap,
Schlick, Neurath, Feigl, Gödel continúan los trabajos de Frege, Rassell y Wittgenstein
sus predecedores y contemporáneos de la tarea emprendida; encuentran eco en la
Escuela Polaca de Tarski entre ellos y en Berlín Reichenbach y colaboradores.

Esta escuela es conocida bajo el apelativo genérico de empirismo lógico o neo-


positivismo. Su preocupación principal consiste en delimitar lo científico de lo
pseudocientífico, es decir de todas aquellas actividades que pretendan ser científicas, y
en realidad, no lo son. Por ejemplo, las ciencias ocultas, la quiromancia, la astrología.
Esta concepción encuentra la línea de demarcación, no solo, en el método inductivo
sino también en método hipotético- deductivo, que se presentan como la señal
fundamental y el único camino a recorrer para lograr la tan preciada cientificidad.
Según los inductivistas, sólo se llegaría a la formulación de hipótesis teorías,
científicas partiendo exclusivamente de los hechos - inferencia inductiva - , por lo tanto
el punto de partida de la ciencia y la base segura del conocimiento ha de ser la
observación, de allí que el principio donde se sustenta filosóficamente esta metodología
está constituido por la afirmación de una prioridad de los datos observacionales
respecto de las hipótesis. Esta inferencia inductiva presenta ventajas y desventajas, ya
que por un lado nos permite a partir del contenido empírico de las premisas llegar a
una conclusión que posee más información que la que tenía previamente; pero por otro
lado a la conclusión a la que se llega nunca será necesaria, forzosa, sino probable y esta
falta de sustentación lógica, es justamente lo que nos lleva a decir que los
razonamientos inductivos son inválidos ya que carecen de este respaldo debido que la
conclusión siempre agrega información respecto de las premisas, aunque ellas fueran
verdaderas, siempre existe la posibilidad de que la misma sea falsa. Esta observación
lógica ha sido un punto de partida donde suele apoyarse la crítica al inductivismo en
relación no sólo, al de legitimidad del procedimiento mediante el cual se infieren las
conclusiones desde los datos observacionales, sino también a la prioridad de la
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observación respecto de las hipótesis. Así, los hipotético-deductivistas erigen su


interpretación del método sobre la base de estas dos grandes fallas de los inductivistas.
Para quienes defienden este método, la ciencia no parte de observaciones, sino de
problemas, ante los cuales los científicos proponen hipótesis como intento de solución.
Las mismas no se obtendrán mediante generalización de datos, sino que serán el
resultado de la capacidad creativa del científico.
En concordancia con el hipotético-deductivismo el falsacionista comparte con él que
el conocimiento científico comienza con problemas y que las hipótesis que guían al
científico a la búsqueda de una solución, son creadas y no inferidas inductivamente, a
partir de los datos. Pero a diferencias de ellos, el falsacionista introduce modificaciones
importantes al método hipotético-deductivo al afirmar una asimetría entre la
confirmación y refutación de hipótesis como criterio de demarcación para determinar el
carácter o status científico de una teoría. Para el falsacionista la confirmación se apoya
en una falacia conocida como la afirmación del consecuente, mientras que la refutación
se apoya en un razonamiento deductivo válido que le permite asegurar la falsedad de
las hipótesis a partir de ciertas consecuencias observacionales que la refuten. Es decir,
el falsacionista hará hincapié en la posibilidad de la refutación de los enunciados
científicos, es decir, que no puede ser ni verificadas, ni confirmadas, sino de lo que se
trata es de contrastar, de refutar una ley o una teoría. Para ello, el falsacionista apela a la
forma lógica de razonamiento válido que se conoce como modus tollens*, es el punto
de apoyo de toda investigación científica y es ahí donde Popper pone el acento de la
corrección falsacionista del método hipotético-deductivo.

* El modus tollens se utiliza para refutar una hipótesis a partir de un enunciado que afirma el resultado
de una observación. De la hipótesis teórica p, se infieren consecuencias obsevacionales q. Para poner a
prueba la hipótesis se realiza la contrastación experimental, y se observa, si se cumple q. Supongamos
que no se cumple las consecuencias observacionales (se representa esto con –q). Entonces de deduce,
utilizando el modus tollens que la hipótesis no es verdadera, por lo tanto queda refutada, ya que se ha
probado la falsedad de la misma. ¿Qué ocurre si las consecuencias observacionales (representadas por q)
de cumplen? En este caso podríamos suponer que las hipótesis queda verificada. Sin embargo, no es así,
ya que el razonamiento es inválido A esta forma se le llama falacia de afirmación del consecuente.
Mientras que en principio puede probarse la falsedad de una hipótesis teórica, no es posible, en cambio,
probar su verdad.
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Por ello, método científico, tanto para los inductivistas, como para los hipotético-
deductivistas, como para los falsacionistas es el modo de demarcar el ámbito científico
de lo no científico. El método es entonces el que indica la cientificidad de una teoría, de
una disciplina, de una actividad.

Unidad III
Hasta aquí hemos analizado (Unidad II) los presupuestos teóricos y metodológico
sustentados por los filósofos positivistas, llamados concepción heredada en
epistemología. Ahora se nos presenta las posturas de algunos epistemólogos
contemporáneos que niegan la idea de que el método sea el criterio de cientificidad.
Para responder a esta problemática seleccionaremos capítulos y fragmentos de las obras
de T. Kuhn (2), y de G, Bachelard.(3)

T. Kuhn en su obra “La estructura de las revoluciones científicas” provoca una ruptura
respecto del modo de encarar esta problemática. Su punto de partida es la comunidad
científica, la cual no es definida a partir del método que usan los científicos.
Para Kuhn el desarrollo de la ciencia puede sintetizarse de la siguiente forma:
presciencia- ciencia normal (paradigma) - anomalías- crisis-revoluciones científicas -
nueva ciencia normal (nuevo paradigma).
Comienza analizando la actividad científica habitual o ciencia normal, que según Kuhn
es la actividad que desarrollan los científicos desde un paradigma determinado y el
producto de esa actividad. Cuando el problema no logra solucionarse desde un
paradigma determinado estamos en presencia de una anomalía, de una dificultad, que
cuando las mismas son graves y persistentes generan estados de crisis que para su
solución provocaría el cambio del paradigma vigente por otro. Por ello, la ciencia
normal, es la actividad científica que desarrollan lo que trabajan dentro de un
paradigma y la investigación que dicho paradigma permite

2 - Kuhn, T. “La estructura de las revoluciones científicas”, México, FCE


1980 ( Introducción: un papel para la historia)
3 -Bachelard, G. “La formación del espíritu científico” Bs. As. Siglo XXI 1972
(Palabras preliminares y Capítulo I La noción de obstáculo
epistemológico y plan de la obra)
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Será esta actividad la que determinará los métodos y los procedimientos en función del
paradigma existente, por lo tanto, no puede definirse un método a priori de la actividad
científica sino solo interior a ella. Es decir, el método es a posteriori de la actividad
científica y no constituye un criterio de cientificidad.

Como indicación sumarísima acerca de la obra de G. Bachelard, es necesario subrayar


que su proyecto teórico en el campo de la indagación científica se inserta en una larga
polémica en torno a sus dos vertientes: la científica y la poética. El recurso a la
imaginación en el dominio de la investigación científica, permite valorar el gesto
bachelardiano tanto en su obra poética como científica.
Estas dos cuestiones unidas a la vocación docente lo llevaron a plantearse la
problemática del conocimiento científico en términos de obstáculo epistemológico (4)
que a su ves debería corresponderse a los obstáculos pedagógicos que enfrentan al
docente y al estudiante en la enseñanza de la ciencia. (5)
Según Bachelard la ciencia en su desarrollo se había enfrentado a más de un obstáculo,
el secreto de su avance y la clave de existió en sus investigaciones estaba relacionada
con la superación de esos obstáculos que se presentan a la experiencia, pero que
aparece siempre, velada, deformada por algún elemento aportado por la imaginación.
Es necesario aclarar que esta imaginación que deforma y engaña no hay que
confundirla con la fantasía y la libre imaginación poética, sino que es un componente
más sutil que se introduce en la observación cotidiana acritica que acompaña aún a los
investigadores en su laboratorio si no tienen la capacidad de superar el realismo
ingenuo (natural) para acceder a cierto nivel de abstracción para el cual ya no hay
isomorfismo o analogía con los procesos que detecta la sensibilidad.
Por tal motivo Bachelard, se propone en el FEC a desembarazar a la mente de falsas
imágenes y representaciones. Se ha propuesto como tarea realizar un psicoanálisis del
conocimiento objetivo, tal es el subtitulo de esta obra.

4 - Bachelard, G. La formación del espíritu científico Ob. Cit. p15


5 - Ídem p.p. 19-20
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Para esta tarea no se propone ninguna metodología en particular puesto que se trata de
una analogía en el cual el paciente es la ciencia y el analista es el espíritu crítico que se
propone examinarla.
Para guiar este examen es necesario describir el trayecto que va desde la experiencia
primaria hasta la abstracción, Bachelard. Distingue en el FEC (7) periodos que
corresponden a la vez a la historia de la humanidad y a la de cada individuo concreto
en el aprendizaje de la formación del pensamiento científico.

7 - Ídem p.p 9-10-11

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