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AÑO XX. MADRID, 22 DE DICIEMBRE DE 1876. NUMERO XLVII.

BADAJOZ. — INUNDACIÓN POR DESBORDAMIENTO DEL GUADIANA, EN LOS DÍAS 5 Á 8 DEL ACTUAL. (Ci'óquis del natural, por D. Serafln de Uhagon.)
* . CASA DONDJS NACIÓ QODOY, EN LA CALLE DE SAK ACUSTIN,—2. ASPECTO DE LAS CALLES BE LAS PEÑAS Y DE LA TULNIDAO, CUÍCO DÍAS DESPUÉS DE LA IXÜKDACION (13 DEL ACTUAL).—3. VISl'A DE LA PUERTA DE LAS PAUOS
EL DÍA 7 . - 4 . EL PUENTE DE LAS PALMAS DESPUÉS DE LA AVENIDA.
&78 LA ÍLUSTÍ^ACIOINC ESPAÑOLA Y AMEI^^ICANA. N.° XLYII

SUMARIO. pana para que la fe en sus buenas intenciones se haya La América española conserva nuestra fiesta como
TEXTO.—Crónica general, por D. José Fernandez Bremon.—Nuestros graba- desvanecido ? Todos los Gobiernos tienen en su apoyo conserva nuestra religión y nuestro idioma: el guajiro
dos, por D. Ensebio Martínez de Velasco.—Carta parisiense, por Pico de la desconfianza del País en las oposiciones; todas las canta décimis al compás de su vihuela, y baila el za-
la Mirándola.—Lví Muía y el Buey ((mentó de Navidad) , por D. B. Pérez oposiciones hallan cierta fuerza en la poca fe del País pateado, mientras nosotros cantamos, al ruido de tam-
G-aldós.—Don Manuel C a n t e r o , por D. Modesto Fernandez y González.—
en los Gobiernos. El desprestigio, cada vez mayor, de bores, zambombas y panderos, coplas asonantadas, con
Planetas intra-mercuriales, por D, José J . Landerer. Gosthe : inüuencia
de los viajes en su vida y en sus obras (continuación), por D. U. González
los políticos, causa un pavor casi exagerado; hoy no un son cadencioso, resto de música, que puede compe-
Serrano.—Inundaciones en Badajoz, Córdoba y Sevilla , por V.—Suelto.— se concibe la existencia de una nación que no emplee tir en antigüedad con la danza prima conservada por
Advertencia-i. — Et fin del m u n d o , por D. Cesáreo Fernandez Duro. — L a s su mejor tiempo en hacer política, pero reflexionando los asturianos. Lástima es que se haya perdido la me-
pintoras españolas (continuación), por D. José P a r a d a y Santin. — El en calma, se comprende que la nación lo aprovecharía moria del autor de aquel aire popular, conservado tal
sauce de mi jardín . poesía, por D. J u a n Tomás Salvariy.—Libros presen-
tados á esta lledaccion por autores ó editores, por V. — Problema de aje-
más sí emplease ese tiempo en algo útil. vez por la familia de Noé dentro del arca, que fué en
drez.—Anuncios. El Real decreto que dispone proceder á la elección ese caso una caja de música flotante.
GRABADOS.—Innniaciones en Badajoz, Córdoba y Sevilla, por desbordamien- de Diputaciones provinciales y Ayuntamientos, á fin La proximidad de las Pascuas constituye para el es-
to de los rios Guadiana y (Guadalquivir. — Badajoz : C.isa donde nació Go- de que puedan reunirse dichos Cuerpos en primero de tudiante una época de punto y de jolgorio : la fabrica-
doy , en la calle de San Agustín ; Aspecto de las calles de las Peñas y de la Marzo, ha producido un clamoreo en el Congreso y en ción del Nacimiento en las casas donde hay niños, es
T r i n i d a d , cinco dias después de la inundación ; V i s t a de la P u e r t a de las
la prensa contraria al Gabinete. En honor de la verdad, la diversión de los mayores, prohibiéndose á los pri-
Palmas ; El Puente de las Palmas después de la avenida. (Croquis de don
Serafln do Uhagon.)—Aspecto de la calle del Bio después de la inundación.
las elecciones se han de verificar con gran precipita- meros, con frecuencia, aproximarse á las montañas de
(Croquis de D, r e l i p 3 de Choca.)—Cói-doba : Vista del Guadalquivir por la ción, de que hay, sin embargo, antecedentes; pero esta cartón cubiertas de musgo y arenilla, para que no des-
parte del p u e n t e , el 7 del actual. (De fotografía.)—-Sevilla: Vistas del abreviación de plazos está basada en el articulo de una truyan aquella obra maestra: censuren otros el anacro-
puente de Triana y de la Alameda de Hér,:nles, en los dias S y 9. (De foto- ley votada recientemente por las Cortes. El clamoreo, nismo de los trajes en las figurillas de barro que se
grafía, y con datos remitidos por D. R a m i r o Franco.) — La festividad de
Noche-buena en España y en América. (Composición y dibujo de don
pues, sí se dirige contra la ley, es una falta de respeto venden en Santa Cruz, y la desproporción entre los
J . Riudavets.)—Retrato del Excmo. Sr. D. Eduardo Hipólito P i r e l , di-
á ésta, y si contra el Gobierno, nos parece una injus- árboles, las casas, los animales y los h imbres: dül mis-
r e c t o r de la Compañía de los Caminos de hierro del Norte de España ; f el ticia. mo modo que en Noche-bueua nos parece preferiLle
5 del actual.—Barcelona : I n t e r i o r del nuevo Mercado del B o r n e , inaugu- Ello es que se ha hablado de retraimiento durante para el oído el lejano rumor de las cacerolas y tambo-
rado el 23 de Noviembre último. (Dibujo del n a t u r a l , por el Sr. Rigalt.) —
algunos dias ; que los ánimos se han acalorado con ex- res á la afinada orquesta de un teatro, así también en
M a d r i d : Capitulo celebrado por los caballeros de la Real Orden de Car-
los I I I , bajo la presidencia de S. M. el R e y , en la capilla de Palacio , el 7
ceso, mediando hasta en las Cortes acusaciones perso- las pequeñas esculturas de los Nacimientos nos agra-
del actual.—Retrato del Excmo. Sr. D. Manuel Cantero, g o b e r a a l o r del nales ; que se han supuesto crisis parciales y aun cam- dan más las ovejas con patitas de alambre, la cisa del
Banco de E s p a ñ a ; f en Madrid, el 6 del actual.—Bellas Artes : Cantadora bio completo de Gobierno ; que de la resistencia de los molinero á cuyo tejado llega la cabeza del Santo Pa-
andaluza, cuadro de D. R a i m u n d o de Madrazo. (De fotografía.)—En el dia partidos parlamentarios, la necesidad de intervenir la triarca, y los pastores judíos vestidos con el traje cas-"
dd santo di'l abuelo, cuadro de M. Louis Loloir. ( Dibujo del mismo y gra-
Caja del Señorío de Vizcaya, por débito de suministros tellano, á las figuras propias y correctas que empiezan
bado de M. P a n n e m a k e r . )
á las tropas, y la impaciencia de otras oposiciones más á llegar para estos casos de Francia y Alemania. El
extremas, se ha forjado un nubarrón propio de Diciem- arte tiene sus dias, sus lugares y su oportunidad: en .
bre, que parecía contener una manga de agua, y que Noche-buena se sobrepone al arte la costumbre.
CRÓNICA GENERAL. por fortuna el viento ha disipado. Millares de españoles, á la hora en que escribimos
El País no ha contribuido á semejante alarma, sino estas líneas, palpitan de esperanza y emoción recor-
El iiifienio, ose viejo de helado corazón qne baja para temblar y temer sus consecuencias: y en vista de dando el número del billete de la Lotería, á cuyo pre-
del polo Norte y llama invariablemente á nuestras puer- ello, no es difícil calcular por qué motivos la mayoría mio gordo todos aspiramos, con tal confianza, que po-
tas el 21 de Diciembre, está ya entre nosotros. Las nu- de las gentes, en vez de aficionarse á sus problemas, cos tendrían el valor de renunciar al número que la
bás celebraron su venida entoldando el horizonte: de han perdido la fe y la esperanza en la política. suerte les puso entre las manos: durante algunos dias,
sus anchas regaderas cayó el agua á raudales para que casi todos somos ricos: el premio gordo se multiplica y
no tomase polvo en el camino : las empinadas sierras, distribuye mentalmente entre todos los jugadores. ¿ Por
al distingairle desde lejos, enviaron sus aires más lige- En vano nos aproximamos á la lumbre para calentar qué se extrae la bola fatal que destruye tantas esperan-
ros para participarnos la noticia, y las ninfas de las el arrecido cuerpo: la hoja del periódico nos hiela de zas, cuando ésta se podria prolongar indefinidamente
alturas sacudieron sus faldas de nieve, que cayó co- espanto, refiriéndonos : un dia, el trágico fin de un des- dilatando la dulce emoción que casi todos sienten en
mo lluvia de aleluyas. El huracán, ese corcel desbo- dichado que se levanta la tapa de los sesos por haber vísperas del sorteo ? En el momento de escribir estos
cado que corre sobre los campos y ios mares sin man- perdido un capital ajeno en la caja sin fondo de doña renglones contamos con los treinta mil duros que de-
char ni mojar sus herraduras, voló sobre las aguas Baldomera: otro, refiriéndonos los horrores de la sima ben corresponder á nuestro décimo.
atropellando embarcaciones, como correo del invierno. de Iguzquiza, á cuya vista ha sido fusilado el bandido La Lotería quita gran importancia á todos los acce-
Las altas chimeneas lucieron sus notantes penachos; Gergon, que habia convertido aquel abismo en inson- sorios de las Navidades. ¿Qué es el cascajo, ni esos tur-
los árboles, con los brazos extendidos, parecían acoger- dable cementerio, valiéndose del trastorno de la guer- rones cuadriculados, cuya formación nos hacía cavilar
le con amor, miéatras los hombres atemorizados se re- ra para ejecutar crueldades inauditas: ya anunciando siendo muchachos; ni esas anguilas que se enroscan en
fugiaban en sus casas, y sólo se atrevían á salir á la el hallazgo en el viaducto de Madrid de una granada las cajas, mazapán atribuido á las monjas de San Cle-
calle envueltos en pieles y en abrigos, como si busca- cuyo objeto no se exphca, si no se destinaba á produ- mente de Toledo, cuando una conspiración privó hace
sen su salvación disfrazados de zorros ó de sombras. cir una gran alarma, y acaso víctimas en los vecinos y mucho tiempo á aquellas hábiles y piadosas confiteras
EL frió aliento del invierno no sólo azota los rostros, transeúntes de la calle de Segovia. de fabricar sus mazapanes exquisitos, como si fuera una
sino que se comunica á la imaginación del hombre, al Reflexionando en todos estos casos, se siente frió in- falta hacerlo bueno al mismo precio que nos venden
contacto moral de las impresiones exteriores: el calor teriormente, y si las ráfagas heladas hieren el rostro hoy lo malo ? ¿ Qué son, en fin, esos montones de na-,
que el nuevo gran visir Midhat-Bajá pretende dar á mirando de frente al Guadarrama, también ciertos he- ranjas y granadas, que parecen municiones para un si-
la cuestión de Oriente, evocando la dignidad nacional chos y ciertas ideas hielan el alma cuando se mira ha- tio ; ni esas manadas de pavos que morirán cuando re-
en un pueblo sin unidad de razas ni de ideas, se pier- cia los hombres. vienten las granadas, y se pasean orgullosos por la calle
de ante la frialdad inglesa, que ha calculado matemá- con sus gorros colorados ? Todo esto lo podrá acaparar
ticamente el pro y el contra de una guerra, encontran- á su antojo el que obtenga el premio grande.
do la manera de contemporizar con la política rusa, Salud, venturoso mortal, quien quiera que seas, y
que sopla á pocos grados del círculo polar. Las confe- Olvidemos la situación política de Francia y la der-
rota del Ministro de Hacienda : recemos un solo Padre habites donde habites; sabe, cuando leas tu número á
rencias preliminares de Oonstantinopla no dan oca- la cabeza de la lista grande, que te llevas una cantidad
sión á esperar un acuerdo aceptable sin gran humilla- nuestro por el alma del cardenal Patrizzi, cuyo falleci-
miento comunicó el telégrafo, que ha hecho morir an- de que habiamos poco menos que dispuesto : no te guar-
ción para Turquía: en vano los diplomáticos tratarán daremos rencor, y te felicitamos cordialmente. Para tí
de convencer á ésta de que se despoje voluntariamen- ticipadamente á otros hombres ilustres: dejemos que
los Estados-Unidos concluyan como puedan su último será la verdadera Noche-buena.
te de una parte de su soberanía, permitiendo la ocupa-
ción del territorio sin lucha y resistencia, ó que acep- enredo electoral: las Pascuas se aproximan, y sólo es *
te, respecto de subditos descontentos ó rebeldes, solu- ocasión de felicitar á los lectores y desear Pascuas feli-
ciones que amengüen sus derechos y quebranten su ces á todas las naciones. En los periódicos belgas hemos encontrado estos
autoridad y su prestigio, siendo un principio do des- No es posible pensar en otra cosa: LA ILUSTRACIÓN dias noticias muy satisfactorias para el arte musical
membración territorial que reclamarían igualmente las ESPAÑOLA Y AMERICANA, sufriendo la obsesión ge- español. Con motivo de diferentes fiestas religiosas, de
provincias griegas, y desautorizarían al Gobierno que neral, se representa la cercana Noche-buena, no ya las que los católicos del país celebran tan solemnemen-
lo consintiese, con el pueblo musulmán. sólo en nuestro país y á la hora en que las gentes te, se han ejecutado, y obtenido gran éxito, diversas
Si de las conferencias hubiese de resultar algún acuden alborozadas á la misa del Gallo cantando ale- composiciones de nuestro insigne compatriota Sr. don
acuerdo razonable, el hecho estaría consumado y sería gres coplas y mezclando la devoción y la alegría, sino Hilarión Eslava. Ya el dia de Todos los Santos se can-
público, por exigirlo así los grandes intereses europeos en otros países que no nos parecen lejanos por mante- taron en la catedral de Santa Gadula de Bruselas una
q^ie están comprometidos y padecen en la actual incer- ner con ellos constantes y afectuosas relaciones ; como Salve y un motete, que merecieron la respetuosa apro-
tidumbre. Pero ¿ es lógico presumir de una nación que buena cristiana, cree escuchar el canto angelical en las bación del escogido público que llenaba la iglesia, y
dispone de una escuadra fuerte y numerosa, y de un alturas, que anunció al Universo el Divino Nacimien- después los aplausos de toda la prensa de la capital.
ejército hace poco victorioso, que acepte condiciones to ; se acuerda del navegante que derrama aquella no- Ahora, con ocasión de la fiesta de Santa Cecilia, que
que sólo se aceptan después de una guerra desgraciada? che alguna lágrima en memoria de los suyos, porque los músicos celebran allí un domingo posterior á la fe-
No nos podemos convencer de un hecho que destruiría la Noche-buena es muy triste lejos de la patria y la cha del aniversario de su Patrona, ha sido la ciudad
las leyes do la lógica con que se realizan los aconteci- familia; no olvida al pobre soldado que la celebra en de Lovaina el punto de atracción de los artistas y afi-
mientos en la Historia. Por eso nos dan frió las refe- el campaniento, al lado de una hoguera, entre sus bulli- cionados más notables, hacia otras de las bellas obras
rencias pálidas de las reuniones diplomáticas: no ya por ciosos camaradas; y la pluma, el lápiz y el buril se de nuestro maestro. Un periódico de la localidad se
el hecho siempre terrible de una guerra próxima, sino funden en el sentimiento general. expresa de este modo :
p irque las ilusiones sobre la influencia de la diploma- La Noche-buena no puede describirse; es una ex- «En la iglesia colegiata de San Pedro, ochenta ar-
cia en la paz del mundo y para el amparo de los débi- pansión tradicional de los cristianos, sancionada por tistas distinguidos han ejecutado dos obras compues-
les, han de sufrir un nuevo desengaño en la madurez muchas generaciones, celebrada en 1875 aniversarios. tas para orquesta y voces, por D. Hilarión Eslava, pri-
del siglo XIX. Por lo demás, siempre hemos creído que Es la verdadera fiesta de nuestros hogares. Hasta en mer maestro de capilla de S. M. el Rey de España.
las naciones se tratan mutuamente en unos términos las capitales, donde éstos van desapareciendo para Este ilustre maestro, que desde hace más de treinta
que no se permitirían en sus relaciones individuos que agruparse en otros centros, en otras casas grandes, años se halla á la cabeza del movimiento musical de
se estimen á sí propios. como los teatros, casinos y cafés, se riiide tributo en su país, puede considerarse como uno de los primeros
esa noche á la familia, el primer lazo de unión, la na- compositores do nuestra época. Por donde quiera que
cionalidad de los hombres primitivos. Nada tiene de sus obras son conocidas en Bélgica, conquistan la ad-
Todo el acaloramiento de los debates en las Cortes extraño que en vísperas de Navidad se disputen nues- miración de profesores y críticos, como este domingo
españolas no puede evitarnos un estremecimiento gla- tros partidos el poder; si en alguna época del año el último han conquistado la del numeroso auditorio que
cial, pues tratándose de la suerte del País, no es íücil turrón puede considerarse una necesidad, es en las poblaba la vasta iglesia de San Pedro de Lovaina.»
tener indiferencia. ¿ Qué han hecho los políticos de Es- Pascuas. Tan satisfactoria manera de juzgar al eminente mú-
N.° XLVII LA TLusTíiAciofic ESPAÑOLA Y AMEI^ICATÍA. 379

BÍCO español, no puede menos de envanecernos é im- quistado el Sr. Pirel, por sus excelentes dotes de ilus- capilla del Real Palacio, los caballeros de la distingui-
pulsarnos á hacer participe de nuestro orgullo á los tración y de carácter : presidió el duelo el Excmo. se- da Orden española de Carlos I I I , no sólo para asistir
lectores de esta Revista, especialmente destinada al ñor Duque de la Torre, en su calidad de Presidente piadosamente á la fiesta de instituto en loor y vene-
progreso y estímulo de las artes nacionales. Reciba, del Consejo de Administración de la Compañía de los ración de la Purísima Concepción de Nuestra Señora
pues, el maestro Eslava nuestra calurosa, aun cuando Caminos de hierro del Norte, asistiendo el Ministro de la Virgen María, patrona de la ilustro Corporación,
humilde, enhorabuena. Fomento, el Cuerpo diplomático, los administradores y sino para presenciar y autorizar la imposición del co-
delegados de las compañías de ferro-carriles domicilia- llar de la mimia Orden á fres caballeros grandes cru-
das en Madrid, los individuos de la Junta Directiva, y ces, previa la necesaria profesión do fe.
gran número de miembros de la Sociedad francesa de Ofició de pontifical el limo. Sr. Patriarca de las In-
Las modas se reproducen y alcanzan unas á otras: Beneficencia, de la que el finado era Vicepresidente, dias, gran Canciller; dcKmpeñó el cargo de maestro
los que hemos pasado la juventud bajo un sombrero de muchas personas conocidas en los círculos financieros, de ceremonias el Sr. Palón, ex-dccano de la Facultad
copa, ¿ concluiremos á la vejez por vestir á la torera? en la Prensa y en las altas dependencias del Estado, y de Teología en la Universidad Cential, y adstieron,
¡ Quién lo sabe! finalmente, los jefes y empleados de todas categorías ademas de los ministros i-eculares, Sres. Méndez Vigo,
—Permítanme ustedes, decia un señor mayor hace de la Compañía del Norte. Hinestrosa y Polo, ¡os caballeros grandes cruces, seño-
pocas noches, á la puerta de un teatro: está lloviendo, Terminada la fúnebre ceremonia, el cadáver fué lle- res Conde de Puñonrostro, Marqués de Monistrol,
y desde joven acostumbro á doblar los pantalones cuan- vado á la estación del Principe Pío, y conducido por Marqués de Alcañices, Conde de Superucda, Marqués
do hay barro, para evitar que se me manchen. Esto el tren express á Burdeos, habiendo sido objeto duran- de Orovio, y otros.
será muy cursi, pero es limpio. te el tránsito de las mayores demostraciones de respeto Nuestro grabado do la pág. 389 representa (según
— i Cómo, cursi! exclamaron al momento varios ele- y sentimiento : á su paso por Miranda, una música si- dibujo del natural, por el Sr. Comía) Ja Eolemnidad
gantes : repare usted á todos los pollos, y verá que ha- tuada en el andén de la Estación tocó una marcha fú- referida, en el momento de verificársela imposición del
cen lo mismo. nebre ; en Vitoria los empleados depositaron sobre el collar de la orden á uno de los caballeros aludidos.
En efecto, la moda ha vuelto otra vez, y el no vol- féretro una magnífica corona, y en San Sebastian se A propósito de esta fiesta, llamada vulgarmente Fies-
verse el pantalón con cierta coquetería y abandono, cantó un solemne responso por el clero parroquial, que ta (le los Mantos, se ha iniciado la idea de modificar el
prueba falta de buen gusto. le esperaba en la Estación. hábito de la orden de Carlos III, para darle una for-
Don Eduardo Hipólito Pirel estaba condecorado con ma adecuada al gufto de nuesira tpcca, recordárdose
la gran cruz de la Real Orden Americana de Isabel la con este motivo que tambicn te han intrcducido refor-
ü n canadiense recorre las ciudades de América con Católica y de la del Mérito Militar; era Comendador mas esenciales en les uniformes de los caballeros de las
gran éxito y haciendo un capital. El individuo no ha de número de las Ordenes de Carlos I I I , de la Concep- óidenes militares y en los de las mEfsIranzas.
necesitado cavilar para lograr tan brillante resultado, ción de Villaviciosa, de Portugal, y de la Corona, de La verdad es que las naciones de antiguo y nolle
ni gastar dinero alguno : lo ha conseguido con sólo de- Italia, Caballero de la Legión de honor, y Cónsul ge- abolengo no deben olvidar tus costumbies tradiciona-
jar obrar á la naturaleza: ésta, con una profusión que neral de S. M. el Rey de Dinamarca en esta corte. les, cuando éstas representan ó recuerdan glorias de la
sólo reserva á ciertos favorecidos, ha permitido que su patria.
nariz se destaque de su rostro á la distancia de más de
tres pulgadas. El efecto es sorprendente, y el público EL NUEVO MERCADO DEL BORNE EN BARCELONA.
DON MANUEL CANTERO. (Véase la pág. 386.)
se agolpa á la puerta de su casa para contemplar aque- La inauguración oficial del magnifico establecimien-
lla exuberancia de nariz. to público que mencionamos en el epígrafe anterior se
Un médico de Washington ha manifestado la creen- verificó solemnemente el dia 28 de Noviembre último, CANTADORA ANDALUZA.
cia de que aquel órgano gigantesco no ha adquirido su á las tres de la tardo, asistiendo la Corporación Muni-
completo desarrollo ; si éste continua, aquel hombre po- Deseando dar á conocer las más felices obras artís-
cipal, comisiones de la Diputación Provincial, Audien- ticas de los pintores españoles que sostienen en el ex-
drá poner una pica en Flándes sin moverse de su pa- cia, Universidad Literaria y Sociedad Económica de
tria, oler en todas partes donde guisan, ó saltar consi- tranjero las gloriosas tradiciones de nuestra patria en
Amigos del País, y también de las armas é institutos el arte de Murillo y de Velazquez, nos complacemos
go mismo la garrocha. del ejército, asi como una numerosa concurrencia de
Como en el soneto de Quevedo, en aquel cuerpo lo en reproducir aquellas que han merecido universal
personas distinguidas; presidiendo el acto el Sr. Go- aplauso.
de menos es el hombre, y lo integrante es la nariz. bernador civil de la provincia y el Alcalde constitucio- Hoy presentamos en la pág. 393, plana primera del
JOSÉ FERNANDEZ BREMON. nal, y bendiciendo el edificio el limo. Sr. Obispo de la Suplemento que acompaña á este número, una copia
diócesis. del lindo cuadro Cantadora andaluza, ejecutado el año
El autor del proyecto de este magnífico mercado, último en París por el joven y ya renombrado artista
que honra á la Industria nacional, es el Sr. D. José D. Raimundo de Madrazo, hijo del eminente pintor
NUESTROS GRABADOS. Fontseré, director general de las obras del Parque, D. Federico.
bajo cuya inteligente dirección se han ejecutado todos
INUNDACIONES EN LAS PROVINCIAS DE BADAJOZ, los trabajos, habiendo sido auxiliado y secundado efi- EN EL D Í A D E L SANTO DEL ABUELO.
CÓRDOBA Y SEVILLA. (Yéase la ¡Dág. 391.; cazmente por los facultativos de las diferentes Empre- (Copia del cuadro de M. Louis Leloir.)
sas constructoras, á las que fueron adjudicadas en pú-
blica subasta las obras de excavación y cimentación, Un venerable anciano aparece sentado en ancho si-
LA NOCHE BUENA EN ESPAÑA Y EN AMÉRICA. de hierro y cubiertas, de sillería y albañilería, de car- tial, y sus hijas y nietos, vestidos elegantemente, so
(Yéase la Crónica general.) pintería y cerrajería, etc., y en especial por el Sr. don acercan á felicitarle con dulces besos y con afectuosas
José María Cornet, arquitecto nombrado por la Socie- demostraciones de cariño : él ostenta su mejor traje do
dad La Maquinüla Terrestre y Marítima. la época del bcarnes Enrique IV; gola de encaje en el
EL EXCJIO. SR. D. EDUARDO HIPÓLITO P I R E L , El edificio, de hierro y cristal, es de esbelta y sun- cuello, y por bajo de la blanca barba, coleto ajustado,
Director de la Compañía de los ferro-carriles del Norte de España. tuosa forma, y revela hasta en sus más pequeños de- manto de paño con tiras de fino veludillo.
talles el buen gusto del autor del proyecto. Consta La felicitación comienza por la nieteeita, hermosa
En la noche del 5 del actual falleció repentinamen- de tres naves y una gran rotonda central, sostenidas niña, vestida de satín blanco, que ofrece al abuelo su
te en Madrid el Excmo. Si-. D. Eduardo Hipólito Pi- por 15G columnas de hierro, en una superficie de 8.000 mejilla fresca y sonrosada, donde él apoya sus labios
rel, director de la Compañía de los ferro-carriles del metros cuadrados; la nave principal ó del centro tiene coii verdadero deleite, como si mordiese un fruto sa-
Norte de España, hombre que por su privilegiado ta- 28 metros de luz, y 18 cada una de las laterales, y en broso; las rudas manos del anciano, que tantas veces
lento , su ilustración y su carácter franco y benévolo se el crucero se eleva la gallarda rotonda, excelente obra han empuñado la espada de los combates y las riendas
había captado en España las simpatías más afectuo- de arte, circunscrita en un círculo de 30 metros de del corcel de batalla, acarician suavemente el bello ros-
sas de todas las personas que tuvieron ocasión de co- diámetro, y terminada por una arrogante cúpula, á la tro de la niña ; la madre, entro tanto, soniie satisfecha
nocerle, y cuyo retrato presentamos en la pág. 388. cual se asciende poi- una escalera en espiral, hallándose y sostiene en los brazos á su pequeña hija, que está
Nació en Lille (Francia) en 10 de Marzo de 1827, la galería primera de dicha cúpula á metros 12,50 del levantada sobre un escabel para que llegue su rubia ca-
y desde su primera edad dio pruebas de una inteligen- nivel del piso, y la superior á 24. becita á la altura de la boca del abuelo.
cia privilegiada y de actividad incansable; á los diez La elevación total del edificio es de metros 31,50, y Detras se ve á un joven de más edad, el nieto varón,
y ocho años (1845) entró en la Escuela Politécnica, en las cubiertas hay colocados en puntos convenientes el heredero del nombre y de los títulos do la casa, el
de donde salió en 1847 para ingresar en la de In- hasta diez pararayos, cuyos hilos conductores bajan que defenderá altivamente el honor de su familia y
genieros de Puentes y Calzadas, y habiendo obtenido por las gruesas columnas que soportan la arboladura, continuará las nobles tradiciones de su raza. En aquel
el correspondiente titulo, formó parte de la Inspec- y sirven á la vez para conducir las aguas pluviales á momento, sin embargo, se presenta con timidez, como
ción facultativa del ferro-carril del Oeste (Francia), las cloacas. si desease ocultarse, y oprime en su mano izquierda la
teniendo luego á su cargo el distrito de Saint-Sever Hay en el mercado 720 puestos de "\-enta, y la ilumi- carta do felicitación, un pergamino lindamente ilumi-
(departamento de las Laudas), y más tarde la Inspec- nación durante la noche se hace por medio de 24 apa- nado y guarnecido con lazos de hermosas cintas de seda,
ción facultativa del ferro-carril de Orleans á Burdeos. ratos de gas, cenitalmente fijados, de los que se llaman i Si él pudiera librarse de pagar su comidiment al abuelo!
Dejando el servicio del Estado, fué llamado al de la comunmente sotes de ventilación. Pero la blanca mano de su madre le detiene, y es me-
Compañía del Gran Central, con residencia en Mon- Inauguráronse las obras el 12 de Julio de 1874, y nester avanzar: ademas, ¡tiene unas sonrisas tan in-
tauban, y de allí salió para venir á España y entrar quedaron terminadas el 15 de Noviembre último ; to- dulgentes aquel anciano de luenga barba! Ese mucha-
en la Compañía de Madrid á Zaragoza y á Alicante, do el mercado ha sido construido por españoles, y en cho, hoy tan tímido, se acobardará menos, dentro de
llamando bien pronto la atención del célebre ingenie- él se ha empleado más de un millón de kilogramos de doce años, ante los mosquetes de la infantería española
ro Mr. Julien, quien le indujo á que pasara á la gran hierro, cuya mayor parto ha sido forjado en los talle- ó ante las largas picas de los jinetes impei'iales.
Compañía de los ferro-carriles rusos como Subdirec- res de la citada Sociedad La Alaquinista Terrestre y Otro personaje, un adolescente que juiede llevar es-
tor de la misma. Marítima y la restante en los de la fábrica Vtitcano. pada al cinto, contempla, por encima de los hombros
Permaneció en San Petersburgo hasta 1862, en cu- Nuestros suscritores recordarán que en el núme- de las damas el extraño contraste que forman el ve-
ya época regresó á Francia é ingresó de nuevo al ser- ro XXXIX de liA ILUSTRACIÓN de 1875 hemos publi- nerable abuelo, cerca ya del sepulcro, y la pequeña
vicio del Estado, residiendo en Dax; en 18G4 pasó por cado dos vistas del exterior del nuevo mercado del Bor- nieta, que apenas ha salido de la cuna, y detras de
segunda vez á España, donde fué nombrado Ingeniero ne, y en el presente, pág. 388, damos una vista del todos se distingue al hijo mayor, apuesto y bizarro
jefe de la Explotación de los Caminos de Hierro del interior, tomada del natural por nuestro colaborador soldado, y cuya mano leal estrechará con efusión el
Norte, y en atención á los eminentes servicios que artístico D. A. Rigalt. anciano.
prestó, la citada Compañía le nombró en 1869 Direc- El lugar de la escena, los personajes secundarios y
tor de la misma, cargo que ha desempeñado hasta el los detalles completan el excelente cuadro de M. Leloir,
día de su inesperado fallecimiento. C A P I T U L O C E L E B R A D O P O R LOS CABALLEROS
que reproduce nuestro grabado do las págs. 390 y 397,
Las honras fúnebres, celebradas con inusitada pom- DE LA ORDEN DE COTILOS I I I , E S LA CAPILLA DEL PALACIO UEAL DIÍ SIADIÍID.
digno pendant del titulado Le JJaplime, del mismo
pa en la iglesia del Buen Suceso el día 9, han dado En la mañana del jueves 7 del actual celebraron autor.
buen testimonio del universal aprecio que se habia con- capitulo, bajo la presidencia de S. M. el Rey y en la EosEBio MABTINFZ DE YELAÍCO.
380 LA ÍLusTR,Aciori ESPAÑOLA Y AMEI^ICA)S[A. N." XLVII

INUNDACIONES EN CüEDOBA Y EN BADAJOZ.

CÓEDOBA.—ASPECTO DEL GUADALQUIVIE POR LA PARTE DEL p-JENTE, EL 7 DEL ACTUAL.—(De fotografía.)

BADAJOZ.—ASPECTO DE LA CALLE DEL RIO DESPUÉS DE LA iNUKDACiON.—(Oróquis del natural, por D. F . Checa.)
N." XLVJI pA JLUSTR.ACIOISC ESPAÑOLA Y AMEÍ^ICANLA. 381

INUNDACIÓN EN SEVILLA.

PUENTE DE TRIABA EN LA TARDE DEL 8 DEL ACTUAL,

VISTA DE LA ALAMEDA DE HÉRCULES EN LA MAÑANA DEL 9.


( De fotografía, y con datos remitidos por nuestro corresponsal D, Ramiro Franco.)
LA TLUSTR,ACIOJS[ ESPAÑOLA Y AMEÍ^ICA)S[A. N.o XLYII

CARTAS PARISIENSES. culpidos, á 20 duros. Todo es barullo, exageración y parodia de las cosas y los hombres del dia ; pero el pe-
estudiado desorden en estos reclamos al aire libre, que riódico, que tanto ha perjudicado al libro, agotando
15 do Diciembre. recuerdan el 'bombo y los platillos y las exhibiciones en improvisaciones cuotidianas el ingenio de los litera-
épicas de los retablos y circos de la feria. tos, ha dado también su golpe mortal á estos juguetes
Cuando esta misira llegue ante los ojos del público, — ¡Señoras, caballeros y chiquillos, entrad, entrad dramáticos, vulgarizando cada dia todas las ocurren-
estaremos en plena Navidad, vecinos á las Pascuas y adentro! i Todo es lindo, divino, portentoso! ¡Todo cias, salidas, chascarrillos y retruécanos que puedan
ea vísperas de arrojar á la cima del olvido un año se da de balde!! sugerir las novedades de cualquier género. De aquí que,
más de este elicnero instante que constituye nuestra Ahora veamos al público: cuando llega la época de las Revistas, no queda á los
vida. autores nada nuevo que decir de los acontecimientos,
Ej ésta la época del año en que París, la gran Sire- Aquel grupo de muchachas, de negro uniformadas,
son las obreras, las señoritas de almacén, las costureras bajo el punto de vista cómico, viéndose éstos forzados
na, despliega sus gracias más felinas, para seducir al á rellenar el diálogo de sandeces y á convertir sus pie-
público y arrastrarle insensiblemente á lo largo de de los talleres próximos, la presa vulgar de ese mons- zas en un simple pretexto para exhibir racimos de mu-
ese Calvario donde cada estación tiene por lema la truo insaciable que llaman concupiscencia parisiense.
jerzuelas vestidas como la palma de la mano. Lo úni-
palabra fatídica Aguinaldo. Así como las ramilleteras Salen de su trabajo y fijan sus ojos esmerilados sobre co que aun conserva un pequeño ínteres relativo á es-
anuncian el verano paseando sus carretillas cargadas aquellas manzanas del Edén, que irritan todos sus ape-
tos despropósitos, es la parodia de las obras en boga.
de lilas sobre el asfalto parisiense, y los castañeros pre- titos. Esos que las siguen, entre quienes domina el tipo Presta ésta ocasión á algunos actores especiales para
ludian la venida del iuvierno proyectando la luz un del hombre de cincuenta años, con bigote teñido, no
mostrar su talento imitativo, remedando en los para-
mechero de gas sobre el perol donde crujen chamus- se fijan en las vidrieras, miran á las que miran, y, Me- jes más notables á los intérpretes de las principales
cándose las castañas, así las casillas de madera que, fistófeles pedestres, llevan en el bolsillo, en forma de
producciones escénicas del año.
como por ensalmo, festonan de la noche á la mañana billetes de Banco, el contrato satánico que aquellos mu- Lo dicho no obsta para que se hayan representado
las dos aceras de los bulevares centrales, advierten al dos escaparates aconsejan, con elocuencia desmedida,
á las que los contemplan, que se apresuren á firmar. ya dos Revistas en los teatros de Variedades y la Sala
habitante de esta metrójwli que llegó la Noche-bueua,
y con ella, su serie de contribuciones, regocijos y es- No pasa una mujer sin pararse un momento; no Taitboul y se anuncien media docena más en otros co-
parcimientos familiares. Estas tiendecillas, cuyo nego- hay una sola que deje de codiciar alguno de los obje- liseos.
tos expuestos, y que no dé, á lo menos mentalmente, La Revista de la Sala Taiibout ofrece la singulari-
cio no dura más allá de diez ó doce liias, dan á la prin- dad de renovar cada semana uno de sus cuadros, re-
cipal arteria de París un aire de fiesta popular, que su alma al diablo por el afán de poseerlo. Unas calcu-
tirando el más añejo y consagrando el que se estrena á
contrasta agradablemente con las refiaadas elegancias lan cuánto podrán sisar del presupuesto conyugal para la crítica del acontecimiento más notable y flamante.
de los vecinos almacenes y cou la atildada concurren- satisfacer su capricho ; otras reflexionan qué es lo que Es el periódico representado, para hacer |jereí?a?iíí al pe-
cia que desfila frente de ellas. Todas las fruslerías que pedirán de lo que ven á los que las juran un amor sin riódico hablado, aclimatado en París de poco tiempo
se expenden en estas covachuelas son de míuimo pre- karreras, y otras se devanan los sesos buscando cómo acá, por medio de las conferencias críticas que, consa-
cio y de un uso y utilidad tan efímeros como los esta- explicar á los ojos de su dueño y señor la adquisición gradas á las novedades teatrales, políticas, científicas
blecimicatos de donde proceden. Allí suelen salir á luz del suspirado objeto, que alguno la brindaría gustoso, y sociales, se efectúan cada noche en diferentes salones
los juguetes callejeros, las cuestiones romanas, los crí- pero cuyo origen importa disfrazar. Quien quiera que públicos de esta capital.
cris, las caricaturas de goma elástica de los hombres contemple la profusión de grandes almacenes de París
del día, y los desechos de los bazares económicos. y la fascinación que ofrecen sus pérfidos mostruarios «* *
Eite año no dejará de darse á luz alguna bagatela que sobre la parisiense trashumante, se explica fácilmente
lleve el título de Pablo y Virginia, que es el de la no- la creciente estadística de la galantería. En estos croquis, cuyo objeto es fijar sobre el papel
vedad más saliente del dia. Pero sigamos á la multitud y penetremos en las ga- las variadas y fugitivas imágenes del voluble kalei-
Las casillas del bulevar son el supremo recurso de lerías las
interiores, vastas y continuadas y diversas, como doscopo que me sirve de modelo, no puedo dejar de
naves de la que fué gran mezquita de Córdoba. dedicar cuatro rasgos á la gran trasformacion que está
algunos pequeños industriales indigentes, que buscan ; Qué agitación, qué zumbido, qué actividad febril! De efectuándose sobre el corazón mismo de París. Me
en el modesto lucro de este pasajero comercio una ta-
bla do salvación para las tempestades del invierno. El un lado los sacrifioadores, esto es, los horteras, correc- refiero á la apertura de la gran avenida que enlazará,
tos en su traje como agregados diplomáticos, con sonri- de aquí á dos meses, la Grande Opera con el Teatro
Municipio, que alquila estas barracas, concede su ar- sas de bailarín estereotipadas en los labios, y el brazo Francés, haciendo desaparecer uno de los barrios más
riendo como un favor á los menesterosos más recomen- armado
dables ó más recomendados. Estos allegan general- llevandode por
la fatal tijera; por el otro las parroquianas, lóbregos y sucios, pero más ricos en recuerdos históri-
pendientes dos alanos de mostrador, per- cos, que existían en esta metrópoli.
mente los fondos necesarios para emprender su peque- suasivos, insinuantes, encarnizados, que no sueltan su
ño negocio empeñando los utensilios más indispensa- presa hasta que se ha rendido Cada sajadura de esta clase produce los efectos de
bles en el Monte de Piedad, que en esta temporada telo V.», ó, « Corte veinte varas.» exclamando: «Empaqué- una esclusa que estalla. Las calles de una población
aumenta mucho sus operaciones con la clientela de los son, en efecto, los canales por que circula su vida. Los
pordioseros, ninguno de los cuales se resigna á dejar ¡ Qué crujir de la seda! ¡ Qué reflejos de raso y ter- glóbulos sanguíneos que pasan á través de estas arte-
de festejar las Navidades y de hacer los regalillos obli- ciopelo ! y ¡ qué gravedad la de aquella señora, que rias están representados por los transeúntes; por eso
gados, aun á costa de grandes sacrificios y del des- discute profundamente con un dependiente el color la apertura de una vía nueva aumenta la vida de la
cuento de su menguado porvenir. de una tela, ó el número de metros que convendría ciudad, acortando las distancias y acelerando por lo
cortar para un vestido! tanto la circulación de la sangre en las que son sus
¡ El hortera ! Metternich de trastienda, que desplie- venas. Los expropiados se esparraman por los barrios
ga más astucia y más mimo para vender veinte varas adyacentes, que invaden y hacen salir de madre, como
Ofuscando estos exiguos tenderetes, las tiendas de de gro, que Salisbury é Ignatieff para imponer á la las aguas de la esclusa á que antes aludía. De aquí re-
modas despliegan á su vez en esta época del año todo Turquía un duro protocolo. sulta que la industria y el comercio, desalojados por la
el lujo fascinador de sus innumerables novedades, y i Y qué de tipos entre las compradoras! Un^s vie- apertura de un nuevo bulevar, destierran á su vez, á
tienden mil peligrosos lazos á la virtud de los transeún- nen tan sólo por curiosidad ó por matar el tiempo; al- fuerza de disparos de doblones y billetes de Banco, á
tes. El espectáculo que ofrecen estos centros de perdi- gunas por hurtar una pieza de encaje ó un retazo de los simples particulares que habitaban pacíficos las in-
ción es mucho más curioso para el observador de puer- valor entre la confusión; éstas se hacen desplegar pie- mediaciones del barrio destruido. Así se efectúan las
tas para afuera, que hacia adentro. Parémonos un mi- zas y piezas hasta que forman una montaña que abru- trasformaciones radicales y el incesante desarrollo de
nuto en la zona relumbrante de uno de estos grandiosos ma el mostrador; las que vienen á cosa hecha para al- las grandes ciudades.
almacenes, no ya a giorno, mas como el foco mismo guna adquisición, son las que dan menos que hacer; La apertura de la Avenida de la Opera j la termi-
de un cuerpo luminoso, y echemos una ojeada sobre las hay que sólo piden muestras, y otras que se hacen nación de los bulevares Haussmann y Saint Germain
los trasparentes escaparates que decoran su fachada, y enviar á domicilio géneros á escoger, con la simple in- van á inaugurar una fase crítica en la historia econó-
cuya complicada disposición ha combinado y dirigido tención de prepiararse una coartada que explique la sa- mica y social de París.
ua artista especial, que dos veces al dia improvisa, tras lida de casa y el tiempo consagrado á acudir á la eró- Hasta aquí, á despecho de tantos cambios urbanos,
maduras meditaciones, la seductora exhibición de tan- tica cita de un galán. el bulevar de los Italianos habia seguido siendo el cen-
tas y tan variadas riquezas. En la primera vidriera ha Y, en medio de este hervidero, la voz sonora de los tro del comercio elegante, de los paseantes distingui-
desplegado las telas de diversos colores y tejidos mates, inspectores que gritan: «¡ Por aquí lencería; por acá dos y de los extranjeros ambulantes: el dia, muy pró-
resplandecientes, flexibles, resistentes, arrolladas las ropa blanca! ¡Venga V., sedería \» designando una vic- ximo, en que desde el bulevar Haussmann se pueda ir
unas, otras prensadas, extendidas aquéllas en ondula- tima á los ejecutores encargados de rematarla, en los directamente por una magnífica calzada al Louvre,
ciones que remedan las faldas ó los cortinajes, arruga- departamentos aludidos. á la Bolsa y al bulevar Montmartre, el bulevar de los
das las otras de modo que resalten sus cambiantes. De cuando en cuando se oye otra interrogación fa- Italianos perderá completamente su tradicional fisono-
En los demás mostruarios se agrupan, con un arte tídica: « ¿ Y qué más ? », exclama el dependiente, diri- mía aristocrática.
infinito, los caprichos más variados, las porcelanas y giéndose á la ¡parroquiana que cancela una compra, Los garitos llamados agencias de carreras, los cafés
los dijes, las llores y la cuchillería, frascos y cofreci- con el acento aterrador del trapense que dice: Her- lupanares y el bolsín, habían ya comenzado á hacerlo
llos, marfiles y libritos de memoria, marcos, bronces, mano, morir debemos. Y es raro que ninguna resis- insoportable; en cuanto el bulevar Haussmann sea el
y otras mil bagatelas ; más allá están expuestas las pie- te á esta interpretación del cachetero de la vara de camino más corto que enlace los centros principales de
les de todos los animales conocidos é ignotos: el gato medir. París, las gentes de buen tono trasladarán á él sus
convertido en reluciente nutria; el conejo y la liebre Pocas son las mujeres que entran en una tienda, sa- ocios callejeros, y París quedará del lado acá del rio,
trasformados en marta zibelina; los siguen las alfom- biendo de antemano lo que habrán de gastar; todas se dividido en dos grupos, cuya frontera será la avenida
bras de todos los países, los tapices de todos los estilos, dejan seducir y traspasan la meta. que se está hoy abriendo. De la Opera á la Bastilla, el
los paños y los lienzos, las mantas, los zapatos, los i Que aquel que no abusó jamas de la fragilidad feme- París industrial, los barrios bajos'; desde la Opera al
sombreros de todas las hechuras, la ropa blanca y la nina ; que aquel á quien un corte de vestido ó una alha- Bosque de Bolonia, el París elegante y fashionable, y
perfumería, todo marcado con el sello de esa elegancia ja vistosa no allanaron nunca el camino de un corazón en el centro, la nueva gran arteria, que servirá de ter-
que no tiene rival. mujeril, arroje la primera piedra al hortera provoca- reno neutral y punto de contacto para ambos ele-
¿ Y los vestidos hechos ? ¿ Y los revólvers alternando dor y á su víctima pecadora! mentos.
con las canastillas para recien nacidos ?
¡ Qué de arte en estos escaparates, ante los cuales
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capitulan tantas conciencias femeninas! Viniendo ámás concreta actualidad, sentaré que los He dicho que el barrio destruido para abrir esta her-
¿ Y la entrada ? La entrada es todo un poema. teatros no han estrenado novedad alguna desde la fe- mosa avenida estaba preñado de recuerdos históricos.
La acera está invadida por centenares de fardos y de cha de mi última carta, pues no puedo calificar de ta- En efecto. en él se halló situado el Cerro de los llolinos,
cajas, que dejan escapar sobre las losas sus mismísimas les las Revistas de fin de año que han empezado ya á á cuya falda sentó sus reales Juana de Arco cuando
entrañas. Son los artículos sacrificados, los pañuelos ponerse en escena, y que son meras rapsodias carica- vino á sitiar á París; allí pasaron mil escenas dramáti-
de batista á 20 céntimos; la tela, de grande ancho, la- turescas de los sucesos salientes en la temporada que cas en tiempo de la Liga; por allí huian despavoridos
na pura, á 35 céntimos el metro; los artículos exclusi- repasan. los pobres hugonotes, en aquella lúgubre noche de San
vos de la casa; las corbatas á real, y los mueblajes com-' Este género está muy decadente; agradaba en otro Bartolomé, que dejó muy atrás con sus horrores nues-
pletos para alcoba ó comedor, de encina ó de caoba es-' tiempo por los chistes que acompañaban la crítica ó tros autos de fe; allí vivieron cien personajes célebres;
N.° XLVII LA ÍLusTí^AdOK E S P A Ñ O L A Y AMEÍ^ICANJI. 383

allí se han descubierto los muros y las rejas de la cár- gnlarizados por el uso. El vocabulario de un niño de Después vino con unas preciosas ovejas á quien con-
cel especialmente destinada á cómicos y poetas, desde tres años, como Celinina, forma parte del tesoro de ducían gallardos pastores, y luego se hizo acompañar
el tiempo de Blanca de Castilla; allí vivió Corneüh, las familias. ¿ Cómo había de olvidar la madre aquella de unas lavanderas que lavaban, y de un choricero que
que hacia descalzo centinela á la puerta de un zapatero lengüecita de trapo, que llamaba al sombrero lumcyo y vendia chorizos, y de un Eey Mago negro, al cual su-
remendón, mientras le ponia éste una pieza á sus chan- al garbanzo haliancho? cedió otro de barba blanca y corona de oí o. Por traer,
clas. Para colmo de aflicción, vióse la buena ííeñora rodea- hasta trajo una vieja quedaba azotes en cierta parte á
Las ruinas lamentables que hoy se amontonan ep el da de los objetos con que Celinina había alborozado sus un chico, por no saber la lección.
que fué teatro de tantas vicisitudes, de escenas tan gran- últimos días, y como éstos eran los que preceden á Na- Celinina, sabedora por las instrucciones y el conti-
diosas y tan sublimes infortunios, toman ante los ojos vidad, rodaban por el suelo pavos de barro con patas de nuo charlar de tus primos, de todo lo necesario á la
delfilósofoun aspecto tan desolador, que recuerda aquel alambre, un San José sin cabeza, un pesebre con el buena composición de un nacimiento, conoció que aque-
lacrima'- renim del poeta, y comprueba etta eterna ver- niño Dios, semejante á una bohta de color de rosa, y lla obra estaba incompleta por la falla de dos figuras
dad : «La vida es el camino de la nada; la muerte es un Key Mago montado en arrogante camello sin patas. muy principales, la muía y el buey. Ella no salía lo
siempre germen de la vida; el movimiento es la supre- Lo que habían trabajado aquellas pobres figuras en los que significaban la tal muía ni el tal buey ; pero aten-
ma ley del universo.» ocho últimos dias, arrastrados de aquí para allí, pues- ta á que todas las cosas fuesen perfectas, reclamó una
P i C O DE LA MlBAKDOI.A. tas en esta ó en la otra forma, sólo Dios, la madre y el y otra vez del solícito padre los dos animalts que so
purísimo espíritu que había volado al cielo lo sabían. habían quedado en Santa Cruz.
Estaban las rotas esculturas impregnadas, digámos- El prometió traerlos, y en su corazón hizo propósito
LA M U L A Y E L B U E Y . lo así, del alma de Celinina, ó vestidas, sí se quiere, firmísimo de no volver sin ambas bestias; pero aquel
de una singular claridad muy triste, que era la claridad dia, que era el 23, los asuntos y quehaceres se le au-
CUENTO DE NAVIDAD. de ella. La pobre madre las miraba y temblaba toda, mentaron de tal modo que no tuvo un punto de repo-
sintiéndose herida en lo más dehcado y sensible de su so. Ademas de esto, quiso el Cielo que se sacase la lote-
• L íntimo ser. ¡ Extraña alianza de las cosas! ¡ Cómo llo- ría, que tuviera noticia de haber ganado un pleito,
Dejó de quejarse la pobrecita, movió la cabeza, fijan- raban aquellos pedazos de barro! j Cómo estaban llenos que dos amigos cariñosos le embarazaran teda la ma-
do los tristes ojos en las personas que rodeaban su le- de una aflicción vivísima, y tan doloridos que su vista ñana... en fin, el padre entró en la casa sin la muía, pero
cho, extinguióse poco á poco su aliento, y espiró. El sola producía tanta amargura como el espectáculo de también sin el buey.
Ángel de la Guarda, dando un suspiro, alzó el vuelo la misma criatura moribunda, cuando mirando con su- Gran desconsuelo mostró Celinina al ver que no
y se fué. plicantes ojos á sus padres parecía esperar de ellos que venían á completar su tesoro las dos únicas joyas que
La infeliz madre no creia tanta desventura; pero el le quitasen aquel horrible dolor de su frente abrasada! en él faltaban. El padre quiso al punto remediar su fal-
lindísimo rostro de Celinina se fué poniendo amarillo y Más triste que todas las cosas del mundo era para la ta ; mas la niña se había agravado considerablemente
diáfano como cera; enfriáronse sus miembros, y quedó madre aquel pavo con patas de alambre clavadas en ta- durante el dia; vino el médico, y como sus palabras no
rígida y dura como el cuerpo de una muñeca. Entonces blilla de barro, y que en los frecuentes cambios de pos- eran tranquilizadoras, nadie pensó en bueyes, mas tam-
llevaron fuera de la alcoba á la madre, al padre y á los tura había perdido el pico y el moco. j)oco en muías.
más inmediatos parientes, y dos ó tres amigas y las Por fin, una mano caritativa, recogiendo los tristes El 24 resolvió el pobre señor no moverse de la casa.
criadas se ocuparon en cumplir el último deber con la objetos, los llevó fuera. Celinina tuvo por breve rato un alivio tan patente que
pobre niña muerta. in.' todos concibieron esperanzas, y lleno de alegría el pa-
La vistieron con su mejor traje, hermosa pieza blan- dre exclamó: «Voy al punto á buscar eso.»
ca como una nube, y toda llena de encajes y rizos que Pero si era aflictiva la situación de espíritu de la Pero como un ave herida después de haber remon-
la asemejaban á espuma. Pusiéronle los zapatos, que madre, éralo mucho más la del padre. Aquélla estaba tado el vuelo á lo más alto, cae rápidamente, así cayó
eran blancos también y apenas tenían ligeramente gas- traspasada de dolor; en éste el dolor se agravaba con Celinina en las honduras siniestras de una fiebre muy
tada.la suela, señal de haber dado pocos pasos, y des- un remordimiento agudísimo. Contaremos brevemente intensa. Se agitaba trémula y sofocada en los brazos
pués tejieron con sus admirables cabellos de color cas- el peregrino caso, advirtíendo que esto quizás parece- ardientes de la enfermedad, que la constreñía sacudién-
taño oscuro, graciosas trenzas enlazadas con cintas azu- rá en extremo pueril á algunos; pero á los que tal dola para expulsar la vida. En la confusión de su deli-
les. Buscaron flores naturales, mas no hallándolas por crean les recordaremos que nada es tan ocasionado á rio , flotaba, como el único objeto salvado de un cata-
ser tan impropia de ellas la estación, tejieron una lin- puerilidades como un verdadero é íntimo dolor puro, clismo, sobre aquel revuelto oleaje de su pensamiento,
da corona con llores de tela, escogiendo las más boni- de esos en que no existe mezcla alguna de intereses de la idea fija del deseo que no había sido satisfecho, de
tas y las que más se parecían á verdaderas rosas fres- la tierra, ni el desconsuelo secundario de los deseos no aquella codiciada muía y de aquel anhelado buey, que
cas cogidas en el jardín. cumplidos ó de los caprichos por satisfacer. aun proseguían en estado de esperanza.
Un hombre antipático trajo una caja poco mayor Desde que Celinina cayó enferma, sintió el afán de El papá salió medio loco, corrió por las calles; pero
que la de un violiu, forrada de seda azul con galones las poéticas fiestas que más alegran á los niños, las en mitad de una de ellas se detuvo, y dijo: «¿ Quién
de plata, y por dentro guarnecida de raso blanco. Co- fiestas de Navidad. Ya se sabe con cuánta ansia desean piensa ahora en figurillas de nacimiento ?»
locaron dentro á Celinina, sosteniendo su cabeza en la llegada de estos risueños dias, y cómo les trastorna Y corriendo de aquí para allí, subió escaleras, y tocó
una preciosa y blanda almohada para que no estuviese el febril anhelo de los regalitos, de los nacimientos y campanillas, y abrió puertas sin reposar un instante
en violenta postura, y una vez que la acomodaron bien las placenteras esperanzas del mucho comer y del atra- hasta que hubo juntado siete ü ocho médicos, y los
en su íünebr.e lecho, cruzaron sus mauecitas, atándolas carse de pavos, mazapanes, peladillas y turrón. Algu- llevó á su casa. Era preciso salvar á Celinina.
con una cinta, y entre ellas le pusieron un ramo de ro- nos se creen capaces, con la mayor buena fe, de embu-
sas blancas, tan hábilmente hechas por el artista, que char en sus estómagos cuanto ostentan la Plaza Mayor V. '
parecían hijas del mismo Abril. y sus inmediaciones., Pero Dios no quiso que los siete ú ocho ^^pues la
Luego las buenas mujeres aderezaron una mesa, cu- Celinina en sus ratos de mejoría no dejaba de la boca cifra no se sabe á punto fijo) alumnos de Esculapio
briéndola con vistosos paños de modo que se pareciese el tema de la Pascua, y como sus primitos, que iban contraviniesen la sentenciaque él había dado, y Celi-
á un altar, y sobre ella fué puesta la caja. En breve á acompañarla, eran de más edad y sabían prodigios nina fué cayendo, cayendo más á cada hora, y llegó á
tiempo armaron nnos al modo de doseles de iglesia, con en todo lo concerniente á regalos y nacimientos, se estar abatida, abrasada, luchando con indescriptibles
ricas cortinas blancas que se recogían gallardamente á alborotaba más la fantasía de la pobre niña oyéndoles, congojas, como la mariposa que ha sido golpeada y
un lado y otro; trajeron de otras piezas cantidad de y más se encendían sus afanes de poseer todo lo que la tiembla sobre el suelo con las alas rotas. Los padres se
santos é imágenes piadosas, que ordenadamente distri- industria crea en esta quincena de locuras. Delirando, inclinaban junto á ella con afán insensato, cual si qui-
buyeron sobre el altar, como formando el cortejo fune- cuando la metía en su horno de martirios la fiebre, no sieran con la sola fuerza del mirar detener aquella
rario del ángel difunto, y sin pérdida de tiempo encen- cesaba de nombrar lo que de tal modo ocupaba su es- existencia que se iba, suspender la rápida desorganiza-
dieron algunas docenas de luces en los grandes cande- píritu, y todo era golpear tambores, tañer zambombas, ción humana, y con su aliento renovar el aliento de la
labros de la sala, los cuales en torno á Celinina derra- cantar villancicos. En la esfera tenebrosa que rodeaba pobre mártir que se desvanecia en un suspiro.
maban tristísimas claridades. Después de besar reiJetidas su mente no había sino pavos que hacían clau clau; Sonaron en la calle tambores y zambombas y alegre
veces las heladas mejillas de la pobre niña, dieron por pollos que gritaban JJIÍO pío; montes de turrón que lle- chasquido de panderos. Celinina abrió los ojos, que ya
terminada su piadosa obra. gaban al cielo formando una especie de Guadarrama parecían cerrados para siempre, miró á su padre, y con
de almendras; nacimientos llenos de luces y C|ue tenian la mirada tan solo y un breve son que no parecía venir
II. lo menos cincuenta mil millones de figuras; ramos de ya de lenguas de este mundo, pidió á su padre lo que
Allá en lo más hondo de la casa sonaban gemidos de dulce; árboles cargados de cuantos juguetes puede éste no había querido traerle. Traspasados de dolor
hombres y mujeres. Era el triste lamentar de los pa- idear la más fecunda imaginación tirolesa; el estanque padre y madre quisieroii engañarla, para que tuviese
dres, que no podían convencerse de que fuera verdad el del Retiro lleno de sopa de almendras; besugos que mi- una alegría en aquel instante de suprema aflicción,
aforismo aiigelitos al cielo que los amigos administran raban á las cocineras con sus atónitos ojos cuajados; y presentándole los pavos, le dijeron: — «Mira, hija
como calmante moral en tales trances. Los padres naranjas que llovían del cielo, cayendo en más abun- mía, aquí tienes la muía y el buey.»
creían entonces que la verdadera y más propia morada dancia que las gotas de agua en dia de temporal, y Pero Celinina, aun muriendo, tuvo suficiente clari-
de los angelitos era la tierra, y tampoco podían admi- otros mil prodigios que no tienen número ni medida. dad en su entendimiento para ver que los pavos no
tir la teoría expresada ardientemente por los amigos eran otra cosa que pavos, y los rechazó con agraciado
de que es mucho más lamentable y desastrosa la muer- IV.
gesto. Después siguió con la vista fija en sus padres, y
te de los grandes que la de los pequeños. Ellos sentían El padre, por no tener más chicos que Celinina, no ambas manos en la cabeza señalando ¡sus agudos dolp-
mezclada á su dolor la profundísima lástima que ins- cabía en sí de inquieto y desasosegado. Sus negocios res. Poco á poco fué extinguiéndose en ella aquel acom-
pira la agonía de un niño, y no veían que ninguna pe- le llamaban fuera de la casa; pero muy á menudo en- pasado son, que es el último vibrar de la vida, y al
na superase á aquella que destrozaba sus entrañas. traba en ella para ver cómo iba la enfermita. El mal fin todo calló, como calla la máquina del reloj que se
Mil recuerdos ó imágenes dolorosas les herían, to- seguia su marcha con traidoras alternativas : unas ve- para, y la linda Celinina fué un gracioso bulto, ineríe
mando forma de agudísimos puñales que les traspasa- ces dando esperanzas de remedio, otras quitándolas. y frío como mármol, blanco y trasparente como la pu-
ban el corazón. La madre oia sin cesar la encantadora El buen hombre tenía presentimientos tristes, y el rificada cera que arde en los altares.
media lengua de Celinina, diciendo las cosas al revés, lecho de Celinina, con la tierna persona agobiada en él ¿ Se comprende ahora el remordimiento del padre ?
y haciendo de las palabras de nuestro idioma gracio- y atormentada por la fiebre y los dolores, no se apar- Si Celinina tornara á la vida, él hubiera recorrido la
sas caricaturas filológicas que afluían de su linda boca taba de su imaginación. Atento á lo que, regocijando tierra entera para recoger todos los bueyes y todas, ab-
como la música más tierna y melodiosa que puede con- el espíritu de su hija, pudiera contribuir á curarla, solutamente todas, las muías que la pueblan. La idea
mover el corazón de una madre. Nada caracteriza á todas las noches, cuando regresaba á la casa, le traía de no haber satisfecho aquel inocente deseo era la es-
un niño como su estilo, aquel genuino y particularísi- algún regalito de Pascua, variando siempre de objeto pada más aguda y fría que atravesaba su corazón. En
mo modo de expresarse y decirlo todo con cuatro le- y especie; pero prescindiendo siempre de toda golosina. vano con el raciocinio quería arrancársela; pero ¿de
tras,'y aquella gramática prehistórica, como los pri- Trájole un dia una manada de pavos, tan al vivo la- qué servia la razón, si era tan niño entonces como la
meros vagidos de la palabra en los albores de la huma- brados, que no les faltaba más que graznar; otro dia quedormia en el ataúd, y su espíritu en aquella ocasión
nidad, y su sencillo arte de declinar y conjugar, que sacó de los bolsillos la mitad de la Sacra Familia, y al lastimosa daba más importancia á un juguete que á to-
parece la rectificación inocente de los idiomas desre- siguiente á San José con el pesebre y portal de Belén. das las cosas de la tierra y del cielo ?
EN AMERICA LA FESTIVIDAD NOCHE-BUENA
(COMPOSICIÓN Y Di"^ tfi
^- J. BIUDAVETS.)
EN ESPAÑA,
38G J.A ] LUáTf{.ACIONi ESPAÑOLA Y / MER,ICAI^A. N.° X L V I I

VI. las figuras, y sus árboles figurados con ramitas de evó- — Es que se ha hundido la mesa y todas las figuras
nimus, dejan atrás á la misma Naturaleza. se han revuelto.
En la casa se apagaron al fia los rumores de la deses- En el llano es donde está lo más bello y las figuras Empezaron á recoger las figuras y á ponerlo todo
peración, como si el dolor, internándose en el alma, más características : las lavanderas que lavan en el arro- en orden. Después de minucioso recuento y de recono-
que es su morada propia, cerrara las puertas de los yo ; los paveros y polleros que conducen sus manadas; cer una por una todas las piezas, se echó de menos
sentidos para estar más solo y recrearse en sí mismo. un guardia civil que lleva dos granujas presos; caba- algo. Buscaron y rebuscaron, pero sin resultado. Fal-
Era Noche-buena, y si todo callaba en la triste vi- lleros que pasean en lujosas carretelas junto al came- taban dos figuras: la Muía y el Buey.
vienda recien visitada de la muerte, fuera, en las calles llo de un Rey Mago, y Perico el ciego tocando la gui-
de la ciudad alborozada, y en todas las demás casas, re- tarra en un corrillo donde curiosean los pastores que X
sonaban placenteras bullangas de groseros instrumen- ha.n vuelto del Portal. Por medio á medio pasa un Ya cercano el dia, iban camino del cíelo, más con-
tos músicos y vocería de chiquillos y adultos cantan- tramvia lo mismito que el del barrio de Salamanca, y tentos que unas Pascuas, dando brincos por esas nu-
do la venida del Mesias. Desde la sala donde estaba la como tiene dos rails y sus ruedas, á cada instante le bes, y eran millones de millones, todos preciosos, pu-
niña difunta, las piadosas mujeres que le hacian com- hacen correr de Oriente á Occidente con gran asombro ros, divinos, con alas blancas y cortas que batían
pañía oyeron espantosa algazara, que al través del pa- del Rey Negro, que no sabe qué endiablada -jiáquina es más rápidamente que los más rápidos pájaros de la
vimento del piso superior llegaba hasta ellas, contur- aquélla. tierra. La bandada que formaban era mas grande que
bándolas en su pena y devoto recogimiento. Allá arri- Delante del portal hay una lindísima plazoleta cu- cuanto puede abarcar la mirada en el espacio visible,
ba muchos niños chicos congregados con mayor núme- yo centro lo ocupa una redoma de peces, y no lejos de y cubrían la luna y las estrellas, como cuando el fir-.
ro de niños grandes y fehces' papas y alborozados tios allí un chico vende La Correspondencia y bailan gentil- mamento se llena de nubes.
y tías celebraban la Pascua, locos de alegría ante el más mente dos majos. La vieja que vende buñuelos y la cas- —A prisa, á prisa, caballeritos, que va á ser de dia,
admirable nacimiento que era dado imaginar, y aten- tañera de la esquina son las piezas más graciosas de es- —dijo u n o , — y Padre Dios nos va á reñir si llegamos
tos al copioso fruto de juguetes y dulces que en sus ra- te maravilloso pueblo de barro, y ellas solas atraen con
mas llevaba vm frondoso árbol con mil vistosas candi- tarde. No valen nada los nacimientos de este año
preferencia las miradas de la infantil muchedumbre. ¡ Cuando uno recuerda aquellos tiempos!
lejas alumbrado. Sobre todo, aquel chicuelo andrajoso que en una mano Celinina iba con ellos, y como \sov primera vez an-
Hubo momentos en que con el grande estrépito de tiene un puñado de billetes del Pardo y con la otra le daba en aquellas altitudes, se atolondraba un poco.
arriba, parecía que retemblaba el techo de la sala, y roba bonitamente las castañas del cesto á la tía Lam- —Vén acá,—le dijo uno, — dame la mano y vola-
que la pobre muerta se estremecía en su caja azul, y brijas, hace desternillar de risa á todos. rás más derecha Pero ¿qué llevas ahí?
que las luces todas oscilaban cual si á su manera quisie- En suma, nada existe más bonito en todo Madrid —La Muía y el Buey,—repuso Cehnina oprimiendo
ran dar á entender también que estaban alegres. De las que el nacimiento de aquella casa, que es de las más contra su pecho dos groseros muñecos de barro.— Los
tres mujeres que velaban se retiraron dos; quedó una principales y ha reunido en sus salones á los niños más he deseado tanto, que dije : «pensar que me he de ir
sola, y ésta, sintiendo en su cabeza grandísimo peso, á lindos y más juiciosos de veinte calles á la redonda. al Cielo sin ellos es pensar en lo imposible.»
causa sin duda del cansancio producido por las vigilias
—Mira, hijita, te ruego que tires esos muñecos. Bien
de noches anteriores, tocó el pecho con la barba y se VIIL • se conoce que sales ahora de la tierra. Has de saber
durmió.
Las luces siguieron oscilando y moviéndose mucho, Pues ¿ y el árbol ? Está formado de ramas de enci- que, aunque en el Cielo tenemos juegos eternos y siem-
á pesar de que no entraba aire en la habitación. Cree- na y de pino. El solícito amigo de la casa que lo ha pre deliciosos. Padre Dios nos manda al mundo esta
ríase que invisibles alas se agitaban en el espacio ocu- compuesto con gran trabajo, declara que jamas salió noche para que enredemos un poco en los nacimientos.
pado por el altar. Los encajes del vestido de Celinina de sus manos obra tan acabada y perfecta. No se pue- Allá arriba se divierten también esta noche, y yo creo
se movieron también, y las hojas de sus flores de trapo den contar los regalos pendientes de sus hojas. Son, se- que nos mandan abajo jiorque les mareamos un poco á
anunciaban el paso de una brisa juguetona ó de manos gún la suposición de un niño allí presente, en mayor causa del gran ruido que metemos Pero si Padre
muy suaves. Entonces Cehnina abrió los ojos. número que las arenas del mar. Dulces envueltos en Dios nos deja bajar y andar por las casas, es á condi-
Sus ojos negros llenaron la sala con una mirada tan cascaras de papel rizado; mandarínas, que son los niños ción de que no hemos de coger nada, y tú has cogido
viva como afanosa que echó en derredor y de arriba de pecho de las naranjas; castañas arropadas en manti- eso.
llas de papel de plata; cajitas que contienen tesoros ho- Celinina no se hacia cargo de estas poderosas razo-
abajo. Inmediatamente después separó las manos sin
meopáticos de confitería; figurillas diversas á pió y á nes, y apretando más contra su pecho los dos animales,
que opusiera resistencia la cinta que las ataba, y cer-
rando ambos puños se frotó con ellos los ojos, como es caballo, cnanto Dios crió para que lo perfeccionase dijo:
costumbre en los niños cuando despiertan. Luego se luego la Mahonesa ó lo vendiese Scropp, ha sido pues- —Yo no los suelto.
incorporó con rápido movimiento y sin esfuerzo algu- to allí por una mano tan generosa como hábil. Alum- •—Mira, niña, — añadió el otro, — que sí no haces
no, y mirando al techo, se echó á reír ; pero su risa, bran aquel árbol de la vida candilejas en tal abundan- caso nos vas á dar un disgusto. Baja en un vuelo, y
sensible á la vista, no podía oírse. El único rumor que cia que, según la relación de un convidado de cuatro deja eso, que es de la tierra y á la tierra debe volver.
fácilmente se percibía era una bullanga de alas viva- años, hay allí más lucecillas que estrellas en el cielo. En un momento vas y vuelves, tonta. Yo te espero en
mente agitadas, cual sí todas las palomas del mundo El gozo de la caterva infantil no puede compararse esta nube.
estuvieran entrando y saliendo en la sala mortuoria y á ningún sentimiento humano : es el gozo inefable de Por fin Celinina cedió, y bajando, entregó á la tier-
pasaran rozando con sus plumas el techo y las paredes. los coros celestiales en presencia del Sumo Bien y déla ra su hurto.
Celinina se puso en pié, extendió los brazos hacia Belleza Suma. La superabundancia de satisfacción casi XI.
arriba, y al punto le nacieron unas alitas cortas y blan- les hace juiciosos, y están como perplejos en seráfi-
co arrobamiento, con toda el alma en los ojos, sabo- Por eso observaron que el precioso caláver de Celi-
cas. Batiendo con ellas el aire, levantó el vuelo y des-
apareció. reando de antemano lo que han de comer, y nadan- nina, aquello que fué su persona visible, tenía en las
Todo continuaba lo mismo; las luces ardían, derra- do, como los ángeles bienaventurados, en éter puro de manos, en vez del ramo de flores, una muía y un buey
mando en copiosos chorros la blanca cera sobre las cosas dulces y deliciosas, en olor de flores y de canela, de barro. Ni las mujeres que la velaron, ni el padre,
en la esencia increada del juego y de la alegría. ni la madre, supieron explicarse esto ; pero la linda ni-
arandelas; las imágenes devotas estaban en el mismo
ña, tan llorada de todos, entró en la tierra apretando
sitio, sin mover bi'azo ni pierna ni desplegar los auste-
en sus frías manecitas la muía y el buey.
ros labios; la mujer continuaba sumida plácidamente IX.
en un sueño que debía saberle á gloria; todo seguía lo B. P É R E Z CALDOS.
mismo, menos la caja azul, que se habia quedado vacía. Mas de repente sintieron un rumor que no provenia Diciembre de 1876.
de ellos. Todos miraron al techo, y como^no vieron
VIL nada, se contemplaban, los unos á los otros, riendo.
Oíase gran murmullo de alas rozando contra la pared DON MANUEL CANTERO.
¡ Hermosa fiesta hay esta noche en casa de los seño- y chocando en el techo. Si estuvieran ciegos, habrían
res de ***! creído que todas las palomas de todos los palomares (í Cantero comenzó su carrera po-
Los tambores atruenan la sala. No hay quien haga del universo se habían metido en la sala. Pero no veían lítica en los partidos más liberales,
influyendo notablemente en ellos y
comprender á esos endiablados chicos que se diverti- nada, absolutamente nada. brillando siempre como capacidad
rán mejor renunciando á la infernal bulla de aquel ins- Vieron, sí, de súbito, una cosa inexplicable y feno- política y administrativa. Su labo-
riosidad era px-overbial; su honradez
trumento de guerra. Para que ningún humano oído menal. Todas las figurillas del Nacimiento se movieron, t a n ejemplar, que h a m u e r t o pobre,
quede en estado de funcionar al día siguiente, añaden todas variaron de sitio sin ruido. El coche del tramvia A pesar de haber desempeñado altí-
simos y bien retribuidos cargos. Su
al tambor esa invención del Averno llamada zambom- subió á lo alto de los montes, y los Reyes se metieron inteligencia, su practica de los ne-
ba , cuyo ruido semeja á gruñidos de Satanás. Comple- de patas en el arroyo. Los pavos se colaron sin permi- gocios, su carácter entero y á la vez
amable, hacian do nuestro amigo
ta la sinfonía el pandero, cuyo atroz chirrido de calde- so dentro del Portal, y San José salió todo turbado, u n a de esas íiguras que cuando des-
rilla vieja alborota los nervios más tranquilos. Y sin cual sí quisiera saber el origen de tan rara conliision. aparecen hacen pensar con pena que
ya quedan m u y pocos de aquella
embargo, esta discorde algazara sin melodía y sin rit- Después muchas figuras quedaron tendidas en el sue- pléyade de hombres ilustres que
mo, mucho más rústica que la música de los salvajes, lo. Si al principio las traslaciones se hicieron sin desor- honi'aron á su patria y la enseñaron
á amar la libertad con su abnega-
es alegre en aquesta singular noche, y tiene cierto son- den, después se armó una baraúnda tal que parecían ción, con su talento y con su ejem-
plo. »
sonete ó dejo lejano de coro celestial. andar por allí cien mil manos afanosas de revolverlo
(El Imparciul correspondiente al
El nacimiento no es una obra de arte á los ojos de todo. Era un cataclismo universal en miniatura. El jueves 7 de Diciembre de 1876.J
los adultos; pero los chicos encuentran tanta belle- monte se venía abajo, faltándole sus cimientos secula-
za en las figuras, expresión tan mística en el sem- res ; el riachuelo variaba de curso, y echando fuera del I.
blante de todas ellas, y propiedad tanta en sus trajes, cauce sus espejillos, inundaba espantosamente el llano; La generación actual está llamada á deplorar la
que no creen haya salido de manos de los hombres obra las casas hundían el tejado en la arena; el Portal se es- muerte de los hacendistas más sobresalientes de nues-
tan perfecta, y la atribuyen á la industria peculiar de tremecía cual si fuera combatido de horribles vientos, tra patria, sin que la juventud contemporánea se pres-
ciertos ángeles dedicados á ganarse la vida trabajando y como se apagaron muchas luces, resultó nublado él te á sustituirles con su nombre, con su entusiasmo, con
en barro. El portal de corcho, que imita un arco romano sol y oscurecidas las luminarias del día y de la noche. su saber y con sus relevantes servicios. Ballesteros ha
en ruinas, es monísimo, y el riachuelo que pasa por de- Entre el estupor que tal fenómeno producía, muchos muerto en pleno sistema constitucional, dejando gra-
lante y debe su existencia á un espejillo con manchas pequeñuelos reían locamente y otros lloraban. Una tísimos recuerdos de su administración en la historia
verdes que imitan acuáticas hierbas y el musgo de las vieja supersticiosa les dijo : financiera de España; Mendizábal ha muerto, desmin-
márgenes, parece que corre por la mesa abajo con plá- — ¿No sabéis quién hace este trastorno ? Hácenlo tiendo con su escasa fortuna la opinión variable de las
cido murmurio. El puente por do pasan los ]iastores los niños muertos que están en el cielo, y á los cuales gentes vulgares; Brabo Muríllo ha muerto, legando á
es ral, que nunca se ha visto el cartón tan semejante permite Padre Dios que esta noche vengan á jugar su país monumentos imperecederos de legislación na-
á la piedra, al contrario de lo que pasa en muchas con los nacimientos. cional. Estos tres hacendistas, de opiniones diversas y
obras de nuestros ingenieros modernos, los cuales ha- Todo aquello tuvo fin, y después se sintió otra vez de encontrados pareceres, honran á este siglo y á este
cen puentes de piedra que parecen de cartón. El mon- el batir de alas alejándose. país, el uno por su espíritu organizador, el otro por sus
te que ocupa el centro se confundiría con un pedazo Acudieron muchos de los presentes á examinar los liberales y patrióticas concepciones, y el último por su
de los Pirineos, y sus lindas casitas, más pequeñas que estragos, y un señor dijo: manera de administrar. Pues bien; Cantero, sin ser
N.° XLVII LA ÍLUSTI^ACIOH ESPAÑOLA Y y^MEí^iCA)S[A, 887

tan brillante, ni quizá tan atrevido como Ballesteros, varlos al Banco de España, su filiación, ni sus protec- Pudiera tachársele al Gobernador del Banco de algo
Mendizábal y Brabo Murillo, reunia condiciones tales tores; es más, no quería saberlo; sólo deseaba leer su miedoso cuando de arriesgados proyectos se trataba;
que por su nombre, sus trabajos, sus servicios y sus hoja de servicios para utilizarlos en beneficio del es- no faltará quien le considere lleno de escrúpulos ante
virtudes puede parangonarse á sus tres ilustres ó ilus- tablecimiento, sin mengua de la Administración del la inminencia de sucesos que la opinión nacional pre-
trados compañeros y á todos y á cada uno de ellos. país. veía en vista del ejemplo de Austria, Francia, Italia,
Podrá decirse y se dirá que Cantero no formó un Y aparte del personal, que buscaba y recogía entre PbUsia y los Estados-Unidos, y es probable que todavía
presupuesto en medio del caos administrativo, como lo •las víctimas de nuestras desavenencias políticas, sir- se insista en creer como ima panacea y como el reme-
hizo en 1828, á las mil maravillas, López Ballesteros; viéndole de amparo en momentos de aflicción y de dio de todos nuestros males económicos la circulación
podrá decirse, y se dirá, que Cantero no encontró en amargura, el nombre de Cantero se hace más estima- obhgatoria de cierta clase de valores. Mas téngase en
la desamortización de los bienes nacionales los medios ble entre todas las clases sociales como Director del cuenta que Cantero era el Director, no el dictador del
de luchar y de vencer en la primera guerra civil, co- primer establecimiento de crédito. Su administración, Banco de España, y sus actos tenían que amoldarse,
mo lo hizo valerosamente Mendizábal en 1836 ; po- aunque difícil y laboriosa, y por lo mismo expuesta y en cuanto no se opusieran á su conciencia, á los de la
drá decirse, y se dirá, que Cantero no organizó las ren- ocasionada á peligros, es un modelo que puede servir- Junta general de accionistas y al Consejo de gobierno
tas ni estableció la contabilidad bajo bases ciertas y se- nos de guía á los que estudiamos sin prevenciones, sin del Establecimiento.
guras, como lo hizo á toda conciencia Brabo Murillo odios y sin agravios, la marcha, el desarrollo y los pro- Si en ciertos momentos pudo creerse, y se creia por
en 1850. Cierto, evidente, mas nadie negará á Cante- gresos del Banco de España. algunos, el recurso del papel moneda una solución ne-
ro aquel espíritu práctico, aquella abnegación y aquel A la entrada de Cantero había que proceder á la cesaria para el éxito de la campaña y para las necesi-
buen sentido que entre los partidos liberales le hicie- recaudación de las contribuciones directas, confiada dades crecientes del País, ese proyecto necesitaba me-
ron acreedor á toda clase de honores, distinciones y por la ley á aquel establecimiento; había que dificul- ditarse seriamente. Cantero lo meditaba y lo discutia
recompensas. tar la falsificación de los billetes, en tanta escala re- en aquellos tiempos de lucha y de guerra, por si eran
Desde 1883 á 1839; desde el 40 al 43; desde el 54 corrida con daño del comercio; habia que hacer fácil reclamados oficialmente su consejo y su experiencia en
al 56, y desde 18G8 hasta el momento presente, en to- y hacedera la circulación de los ^•alores fiduciarios materia de suyo compleja y espinosa, pero mucho más
das esas épocas, de continuo batallar y de pasión polí- entre las pequeñas fortunas, ávidas de metálico para compleja y espinosa en esta bendita tierra de España.
tica. Cantero se mantuvo firme sin temor á peligros ni las operaciones diarias de la vida.
á sobresaltos, en defensa de la libertad, como lo atesti- Cantero, auxiliado de ilustradísimos funcionarios, IV.
gua Pirala en su Hisioria Contemporánea, y como lo establece las delegaciones con tal arte y con tanta pe- El Consejo de gobierno, interpretando los deseos de
dijeron y lo repiten nuestros padres. Era tal su amor ricia, y sobre todo con un personal tan escogido, por los accionistas, acaba de costear los funerales del que
al sistema representativo ; tan decidido su deseo por la punto general, que las oficinas provinciales para la re- fué su Gobernador, y hasta hecho una donación á las
existencia de las Cortes; tan sincero su afán por el sis- caudación de contribuciones, no sólo eran plantel de sobrinas huérfanas, á quienes quería Cantero como hi-
tema constitucional, que todo lo posponía, honores, for- antiguos y modernos empleados, sino campo neutral jas suyas. Este acto revela todo el aprecio en que le
tuna y posición, al enaltecimiento de las instituciones para las vicisitudes y tristezas de la política. En ellas tenían los Consejeros y toda la estima de que era mere-
parlamentarias. se cobijaban todas las ilustraciones, todos los caracte- cedor. Pero esto no basta.
Joven todavía, vivió en extranjera tierra, víctima de res, toda clase de servicios, ya procediesen de los par- Sí el autor de estas líneas fuese accionista del Ban-
nuestras civiles discordias, con su para él inseparable tidos vencedores, ya fuesen arrojados á la vía pública co de España, que no lo es por desgracia ó por fortu-
compañero D. Salustiano de Olózaga; defendió en el con los partidos vencidos. na, y aun, caso de serlo, si tuviera derecho á deliberar
Parlamento las libertades políticas con Arguelles, He- Esa grandeza de miras en un establecimiento de cré- en Junta general, pediría humildemente la palabra, y,
ros, Cortina, La Serna y López, y sostuvo con Cala- dito le atrajo en la opinión defensas desinteresadas, previa la venia del Sr. Presidente, diría: «Señores:
trava la buena y acertada dirección que debia impri- porque nada más noble que socorrer á la desgracia en habéis oído con sentimiento la noticia oficial de la
mirse á la marcha económica del pais. Andando los ciertos momentos y llamar á sí á los desventurados de muerte de D. Manuel Cantero y San Vicente, Gober-
años prestó el concurso de su inteligencia y de su prác- la política nacional. nador que fué de este establecimiento, y que contaba
tica, ya en la Dirección de Amortización, ya en el Mi- IIL los mismos ó poco menos años que lleva recorridos el
nisterio de Hacienda, ya en el Banco de España ; lo Pero donde Cantero reveló sus facultades de admi- siglo xrx. Quien ha sido á los 30 de edad alcalde de
mismo en el Ayuntamiento de Madrid que en los Cuer- nistrador diligente y de severo gobernante, fué en la Madrid, más tarde diputado en varias legislaturas, Se-
pos Colegisladores. serio de negociaciones que el Tesoro y el Banco tuvie- nador electivo y vitalicio, Secretario del Senado, Vice-
Como Ministro desempeñó este cargo en tres épocas ron que realizar en las difíciles circunstancias de la se- presidente 1." del Congreso y del Consejo de Adminis-
difíciles; la primera en 24 de Noviembre de 1848 has- gunda y ya por fortuna terminada guerra civil. tración del Canal de Isabel Í I , tres veces Ministro de
ta 12 de Diciembre de igual año ; la segunda en 18 de Los Gobiernos y los partidos se sucedían en el poder la Corona, y, por último. Gobernador del Banco de
Julio de 1854 hasta 21 del mismo mes, y la tercera sin tiempo para administrar y sin recursos para com- España; quien como representante del País, como fun-
en 14 de Julio de 1856 hasta el 20 de Setiembre si- batir. Las campañas modernas, y es de creer que las cionario y como Ministro dio pruebas de saber y de
guiente. antiguas, consumen muchos tesoros y acaban con mu- virtud; quien mostró su entereza de carácter en los su-
Cuando las calles de Madrid presenciaban en 1854 chas vidas. cesos de 1856; quien repartía entre los necesitados
y. 1856 tristísimas luchas entre hermanos. Cantero ha- El Banco, nacional por excelencia, estaba en el de- gran parte de sus sueldos y asignaciones,, como puedo
cía el sacrificio de aceptar el Ministerio de Hacienda, ber de ayudar al país, y, en efecto, lo auxilió con su testificar en estos momentos, porque ante mis propios
para aplacar con su nombre honrado el ardor de los propia fortuna. Y como siempre que se reclaman inte- ojos se enjugaron muchas lágrimas y se remediaron
combatientes. No pudo conseguirlo, mas no por eso reses surgen dificultades, éstas se presentaron, pero el con ánimo generoso no pocas miserias; quien, cargado
fué menos meritorio ni menos noble el intentarlo. buen sentido de Cantero y la necesidad imperiosa de de servicios y de merecimientos, murió en una escasa
Fiaban entonces los partidos políticos la decisión de los Gobiernos hizo que ni un solo momento dejase de medianía, sin dejar fortuna á su familia, mejor dicho,
sus querellas al éxito de las armas. La pasión del com- reinar la armonía entre el Banco y el Tesoro. á la familia de su hermano, después de desempeñar los
bate se sobreponía á la prudencia de los hombres de No habia más aspiración que la de vencer. La Nación puestos mejor retribuidos y de servir con acierto, con
Estado. Sus consejos, sus advertencias, sus amistosas daba sus hijos para la guerra; los contribuyentes satis- diligencia y con éxito, ocho mortales años en la admi-
observaciones fueron desoídas, y dos grandes colectivi- facían resignados las cuotas más altas para los gastos nistración del Banco, ¿no es acreedor á que se le con-
dades políticas riñeron para siempre cruenta batalla. púbUcos; la generahdad de los españoles sufría que- sagre un modesto sepulcro, apartado de los demás, re-
Desde aquella fecha, de triste recordación, se declara- branto en sus fortunas y en su trabajo. En esta situación cuerdo constante y permanente de su memoria, de sus
ron mortales é irreconciliables adversarios. crítica, solemne, verdaderamente peligrosa, ¿ era opor- trabajos y de su nombre? Hijo de Madrid el señor
¿ Hubiera sido más fructuosa la política conciliadora tuno el momento de interpretar y de controvertir el Cantero, aunque educado en Vergara, en la capital de
de Cantero, no aceptada entonces por los vencedores alcance de los Estatutos del Banco de España ? ^; Era España, y en tierra sagrada, debe erigírsele un senci-
ni por los vencidos ? ¿ Hubiera sido más conveniente conveniente que se defendiesen derechos y se iniciaran llo mausoleo con nuestras ofrendas y con nuestros re-
para la paz pública que los partidos combatientes tran- resistencias que contrastasen con otros derechos y con cursos. y>
sigiesen en aquel momento histórico sus mutuos agra- otras resistencias armadas ? No. El patriotismo exigia Ésto diria en Junta general si fuera accionista, pe-
vios con prudentes transacciones ? facilitar recursos para luchar y para vencer, y en aque- ro como no lo soy, uso de un derecho individual some-
La historia lo dirá en su dia. llas para todos deplorables circunstancias el Banco de tiendo el pensamiento á la consideración do nuestros
España, con verdadera abnegación, cumplió este deber, lectores.
sin tasa ni medida. MODESTO FERNANDEZ Y GONZÁLEZ.
Cantero fué gobernador del Banco de España des- Recuerda el autor de estas líneas haber conversado
de 1868 hasta 1876, es decir, durante ocho años. En con D. Manuel Cantero en momentos aciagos para la -==»=ffixj^^©Sx®o«=—
ese período de tiempo, corto en verdad, pero pródigo paz pública, cuando todos sufríamos resignados los
en sucesos y en situaciones políticas, Cantero se ade- tristes efectos de la guerra civil. De qué manera y con PLANETAS ISTRA-MERCURIALES.
lantó á los unos y dominó las otras con una prudencia, qué convicción le dirigía la palabra el último Goberna-
con un tino y con una perseverancia que recordará se- dor del Banco de España, fuera ocioso decirlo, sabien- Apenas habrá quien deje de estar más ó menos en-
guramente la administración del Sr. Santillan, de in- do la rigidez de principios que avaloraban su clara in- terado de lo que recientemente se ha dicho acerca del
olvidable memoria para aquel establecimiento de cré- teligencia. Baste consignar, porque cede en su elogio nuevo planeta Vulcano, del astro que se cree existe
dito. y hace más respetable su ya respetada memoria, que entre Mercurio y el Sol. Esta cuestión sigue á la orden
Era Cantero conciliador por carácter, entendido por suponiendo la guerra de larga duración, desenvolvía la del dia, como no podia menos de suceder, dada la im-
la práctica de los negocios, discreto por naturaleza y siguiente tesis: « El Banco de España lleva anticipados portancia científica que entraña un descubrimiento de
bondadoso por exigencia del propio corazón. tantos millones al Tesoro, y la recaudación se dificulta esta naturaleza, llamado justamente á formar época en
Protegía sin aparatosa publicidad á los jóvenes que por la inseguridad en los caminos y los robos á mano los fastos de la Astronomía.
se consagraban al estudio, y era admirador de cuantos armada dentro y fuera de las poblaciones; pero si es Mr. Le Verrier ha asignado hace poco á Vulcano
á la Hacienda nacional mostraban sincera vocación. necesario disponer de todo el capital del Banco para una revolución sinódica de 80 días, 282, y por lo tanto,
Con todos hablaba y para todos tenía palabras de afec- que termine la lucha, yo creo que no habrá un solo ac- una distancia al Sol de 0,180. datos que son, por de-
to. Ni la posición, ni los títulos nobiliarios, ni la pro- cionista que se oponga á este pensamiento.» cirlo asi, la última expresión de la ciencia fuera de Es-
genie aristocrática, ni la humildad de origen, diferen- Y con tal fe y con tal entusiasmo sostenía la necesi- paña. Importa hacer notar, sin embargo, que el emi-
ciaban su trato; sólo el talento, que se eleva por pro- dad de grandes sacrificios, que salí de su domicilio hon- nente director del Observatorio de París efectúa este
pios y no ajenos merecimientos, constituía para él el damente impresionado. El público estaba entonces al- cálculo apoyándose en observaciones de pasos de pun-
único título y la única ejecutoria de nobleza. gún tanto mohino con el Banco, porque suponía que tos redondos negros por delante del Sol, hechas en lo
i Cuántos funcionarios, apartados de la pública ad- este establecimiento regateaba las ofertas y demandas que va de siglo, tomando tan sólo aquellas que en su
ministración á causa de la política, le deben el susten- de dinero, y el que estas líneas escribe, ante las acu- apreciación considera pueden referirse á un cuerpo pla-
to de su familia! ¡ Cuántos no recogió en el desbara- saciones de unos y las defensas de otros, repetía en su netario, y prescindiendo ó no tomando en cuenta otras
juste de los partidos y en las eternas discordias del conciencia: «Si todos oyeran á D. Manuel Cantero, observaciones que, interpretadas en un sentido dife-
Parlamento! i cuántas dudas se disiparían y con qué diverso criterio rente, afectan del propio modo un carácter de idénti-
No buscaba en los servidores del Estado, para lle- se juzgaría su patriótica conducta!» co valor.
888 ]L/A jLUSTí^Acioist ESPAÑOLA y AMEÍ^ICAÍ^A. N.° XLVII

Puesto que muchas de estas ebservacio- pleado en recorrer la órbita completa,


ceshan de servir de fundamento á las con- 37 dias, 714, para velocidad angular me-
sideraciones expuestas en Ja presente no- dia 9" 82' 82", y para su distancia al Sol,
ta, es oportuno dar á conocer las más in- 0,2202. Este número es exactamente el
teresantes, que Eon las siguientes : mismo que anticipé, un año antes de los
1802 Octiibvo i n -1S19 Octiibro B -1821) Febrero 12 últimos descubrimientos, enraíInlroduc-
1839 » 2 - 1845 Mnyo U - -1840 Marzo 12 cion al eshidio sobre el origen del fjranUo
1869 Marzo 26 -1862 Mnruo 2» - -1865 MUJO 8
y de la caliza (1), en virtud de la Ibrmula
La observación de Wcber (187 G, Abril que allí expuse
4), que habia hecho deducir el período de ± (" - 1 )
D = 0,38 X 1,7
42 dias, 02 para la revolución sinódica de
Vulcano, ha resultado ser de una mancha en la cual D representa el semieje mayor
ordinaria del Sol; por consiguiente, el pe- de la órbita del planeta, tomando por uni-
riodo de las conjunciones ha de buscarse dad la distancia media del Sol á la Tier-
de otra suerte. ra ; n, su rango ordinal á partir de Mer-
Descartada, pues, la observación de curio, y considerando el signo — del expo-
Weber, y sometidas á cálculo las demás, nente cuando el astro se halla situado en-
encuentro los resultados expresados á con- tre Mercurio y el Sol, y el signo + cuan-
tinuación : do se halla al lado opuesto.
1802 á 1839 ^ Pero hay más todavía. El respetable nú-
13.606 (lias = 321 X 42.075
1839 ll 18-19 3.492 » — 83 X 42.1172 mero de observaciones que no se refieren
1819 ll 1B2II 126 )i = 3 X 42 00(1 al período de Vulcano me han hecho sos-
1849 é, 1869 3.667 » = 87 X 42.149
pechar si podrían convenir á otro planeta
Como la hora de cada observación no situado entre Vulcano y el Sol. Al electo
está dada casi nunca, y en consecuencia he calculado de antemano la posición que
los trascursos de tiempo han de contarse debía ocupar el astro incógnito, deducien-
en número redondo de dias, es evidente do en consecuencia que su distancia al Sol
ue estas cifras tienen un valor riguroso, tendría que estar representada por el nú-
e donde se deduce que la revolución si- mero 0,128. Interrogando después las ob-
nódica, ó el tiempo que trascurre entre servaciones, hé aquí los resultados que ar-
dos conjunciones sucesivas, vale 42 dias, rojan :
072, ora se tome el promedio de los tres 1820 á 1862 15.377 días — 900 X 17 085
primeros resultados, ora se conceda, para 1862 á 1866 1.145 » -i_ 07 X 17.089
mayor exactitud, una importancia mayor 1820
1859
A 1845
á 1862
9.220
l.OilO
» =
)> r ;
840
64
X
X
17.074
17.031
á los dos primeros que encierran un gran
número de dias y concuerdan entre tí per- Las tres primeras equivalencias demues-
fectamente. Admitida esta última inter- tran que entre Vulcano y el Sol existe otro
pretación, por cierto muy racional, resul- cuerpo cuya revolución sinódica se efectúa
ta ser dudoso que las observaciones de en 17 dias, 084. La líUima equivalencia
1819,18-1!) y 185!) puedan referirse al mis- revela que la observación de 1859 convie-
mo cuerpo. Las observaciones restantes no ne de un modo aproximado lo mismo á
concuerdan evidentemente con el referido Vulcano que al nuevo planeta, lo cual es
periodo. lícito interpretar también en el sentido de
Partiendo del dato proporcionado así por que hacia 1820, Febrero 12, y li<:>'.), Mar-
la observación, y empleando el procedi- Z(j 2(j, las longitudes heliocéntricas de los
miento de cálculo que se acostumbi'a en
EXCMO. SR. D. EDUARDO HIPÓLITO PIUEL, dos planetas y la Tierra diferían poco.
Director de la Cuiiipañia de los Caminos de hien'o del Norte; f en Madrid, el 5 del actual.
tales casos, obtengo, para la revolución (1) E s t a l\Iemorin olira en poder (le la Acade-
sidérea de Vulcano, ó sea el tiempo em- m i a d e Ciencias de París desde Agosto d e 1^ 7ü.

BARCELONA.— INTERIOR DEL NUEVO MÍÜRCADO DEL BORNE, INAUGURADO EL 28 DE NOVIEMBRE ÚLTIMO.—(Dibujo del natural, por D. A. Eigalt.)
N." XLVir JJA JLUSTÍ^ACIOH J^SPAÑOLA Y y^MEI^ICAriA. 889

M A D l i l D . —CAPÍTULO CELEBRADO POR LOS CABALLEllOS DE LA REAL ÓRDElí DE DARLOS I I I , BAJO LA PRESIDENOIA DE S, M, EL REY
011 la CaiiUIa de Palftcio ol 7 del actual,
• ' • : * .
390 LA TLUSTI\,ACION^ ESPAÑOLA Y AMEÍ^ICANA. N.» XLVII

Esto sentado, faltaba todavía calcular, apoyándose belleza en el arte, y que aspira á realizar este noble fin, rigia, después de haber conseguido la capitulación de
en los datos proporcionados por la observación directa, ante todo, en medio de las corrientes generales de la Longwy, contra Verdun. Una vez incorporado al ejér-
la revolución sidérea de este planeta, su velocidad an- vida, que es para Goethe la verdad más positiva y la cito, sigue Goethe formando opinión independiente so-
gular y el semieje maj'or de su órbita. Sirviéndome del belleza más real que existe. bre todos los sucesos que presencia, sin poder confor-
procedimiento de cálculo antes apuntado, he deducido, Hora es oportuna para estimar lo hecho hasta aquí mar con el jmrti pris de los coaligados este hombre su-
como primera aproximación, para la revolución sidérea, por Gffithe desde su regreso de Italia antes de que el perior, que afirmaba temer en la Revolución, más que
l(;cuas^3207, para el movimiento medio 22" 3' 28",4, y gran poeta intervenga más directamente en los suce- á los que la hacen, á aquellos que se aprovechan de
para su distancia media al sol, 0,120. La perfecta con- sos de la Revolución francesa. Habremos necesariamen- ella, y que repetía á todas horas que para guiar al pue-
cordancia entre el número así deducido y el hallado por te de confesar que sigue siendo la vida del genio de blo lo mejor es ser honrado. Y llegaba á tal extremo la
consideraciones exclusivamente teóricas, es sobrado no- Goethe lo que él mismo ha expresado en sus conversa- independencia de su juicio, que dice le consideraban
toria para que sea necesario llamar sobre ella la atención, ciones ; ])iedra que rueda incesantemente para elevar- los demás como un rejnMicano, porque no le parecía
bastándome, por lo tanto, contraerme á señalar el pun- se á la cima de ideales que, una vez conseguidos, re- bien que el ejército entrara en Francia como una tem-
to culminante de los hechos, ó sea la existencia del no- quieren nuevos esfuerzos y nueva actividad en busca pestad.
vísimo planeta, demostrada por las observaciones y por de otros. Sí; tal es la representación de la vida de Goe- No se hicieron esperar las consecuencias inmediatas
una concordancia (!on la teoría que no puede ser for- the, imagen real del héroe de su más gigantesca crea- de la invasión; el consorcio de los emigrados franceses
tuita. ción, del Faiisfo, personificación viva de la conciencia con el ejército coaligado que invadía la patria exaspe-
Kespecto á la predicción de las próximas conjuncio- humana, eternamente impulsada por ideales cada vez ró los ánimos en París, y determinó por el pronto una
nes, importa precisar, en obsequio de las personas po- superiores y progresivos, que requieren un movimien- mayor unión entre los revolucionarios,, que dirigieron
co versadas en este género do problemas, el significado to incesante, una fuerza sin fin y una acción que no en seguida todo el fuego de sus pasiones contra los in-
de paso y de conjunción. Bn términos técnicos se dice tiene término. Desde luego puede justificadamente afir- vasores, decidiendo, con una confianza semejante á la
que un planeta se halla en conjunción con el sol cuan- marse que el hombre cuyo singular privilegio es repre- majestad de la epopeya, decretar las victorias á sus ge-
do uno y otro tienen la misma longitud, lo cual viene sentar en su vida y en suá obras tan inmensa comple- nerales desde la Convención.
á expresar en términos vulgares, y concretándolo á jidad como se halla implícita en la naturaleza humana, No pasaban desapercibidas para Goethe estas obliga-
nuestro objeto, que el planeta pasa entonces entre el ni ha podido ser un egoista insensible, ni ha gozado das consecuencias del hecho de la invasión, y mientras
Sol y la Tierra. Puede hallarse, no obstante, en aque- nunca aquella serenidad inconmovible que gustaba los coaligados creían, por el parcíalísimo testimonio de
llos momentos, algo separado de la línea recta que une Goethe aparentar en sus actos. Han estallado las más los emigrados, que Francia estaba muy dividida, y que
estos dos cuerpos, es decir, afectar una lalHud más ó viriles pasiones en el fondo del alma de Goethe, se des- el país en masa aclamaría al ejército, mientras los de
menos apreciable, y si lo es tanto que exceda al semi- cubren en los retratos que de su majestuosa fisonomía la alianza presumían que marcharían considerados co-
diámetro del Sol, no podrá proyectarse sobre su disco. se conservan sinuosidades profundas, que son sin du- mo libertadores, pensaba el gran poeta, y sin duda más
Sólo cuando esta proyección tiene lugar, se entiende da.alguna huellas imborrables de los combates titáni- prudentemente que los demás, pues los hechos justifi-
que el ^\wíi%t& pasa. Los cálculos que llevo hechos para cos, que el Werfher de la juventud y el Fausto de la caron su previsión, pensaba que la expedición había de
determinar la duración máxima de uno de estos pasos, madurez han librado constantemente en pro de ideales tener poco ó ningún éxito; que el Duque de .Brunswik
arrojan un trascurso que vale para Yulcano 1'^ 27™, y que son perdurables en la conciencia humana, ideales y el Rey de Prusia aparecían como dos jefes, sin po-
para el nuevo planeta O'^ 36™. Cuando el planeta recor- que fueron inextinguibles luminares en el alma del poe- der dar aquella cohesión y unidad que se requiere en
ra una cuerda del disco solar, el tiempo disminuirá co- ta, los ideales que buscan la verdad absoluta y que in- las rápidas operaciones de numerosas fuerzas, y que,
mo el seno de la mitad del arco subtendido. quieren la contemplación de la belleza infinita. por último, los coalígados caminaban por un país ene-
Dados los períodos sinódicos antedichos, es fácil de- Así es que contra aquella calma del artista, que migo, que de ninguna suerte había de ver en ellos más
ducir que Vulcano debe encontrarse en conjunción el quiere copiar la subUme majestad de las estatuas grie- que extranjeros invasores. Desde un principio estima
16 de Diciembre, y que el nuevo planeta debe estarlo gas, nos representamos al hombre real, al que alienta, se Goethe como desfavorable para el éxito de la expedición
en las mañanas del 12 y del 29 de Diciembre. Por lo mueve y vive en medio de todos los complejos propó- lo heterogéneo de los elementos que la componían; y
que concierne á los pasos, debe llevarse en cuenta que, sitos que alberga en su alma, y seguímos pensando de entre ellos los que más llaman su atención y mere-
no habiendo podido fijarse todavía la inclinación exac- cuántas y cuan inmensas contrariedades lleva sobre sí cen de su parte un juicio tan exacto como severo son
ta de las órbitas sobre la eclíptica, puede muy bien mismo este espíritu privilegiado. Vemos por este tiem- los emigrados, que «iban á campaña, según dice (3),
acontecer que en la época de la conjunción tenga el po en Goethe al representante de la belleza rítmica de en doradas carrozas, en las cuales conducían sus mu-
planeta una latitud superior á 16', en cuyo caso pasará la forma, que da para el teatro obras como Ifigenia y jeres, sus hijos, y hasta sus queridas, como si se propu-
sin ser visto. Las fechas que acabo de anotar no indi- el Tasso, mientras los espectadores aplauden los Bati- sieran hacer público lo contTadictorioáQs\X])oúc\oiíi> (i).
can , pues, otra cosa que las tínicas circunstancias fa- didos de Schiller y todas las creaciones que revelan Pero Goethe, cronista ímparcial de la campaña, con-
vorables para la observación, de los dos astros. completa espontaneidad en el sentimiento; notamos sejero intimo del gran Duque de "Weimar, celoso ob-
Es, pues, de toda evidencia que los que se dediquen que Goethe publica su Metaynórfosisde las plantas, don- servador de las fatigas, penalidades y privaciones del
á la investigación de los dos nuevos planetas deben te- de expone sus más profundas convicciones sobre filo- ejército, que procura aminorar lo posible, sigue sien-
ner presente, en primer término, las condiciones que sofía de la Naturaleza, y el mundo científico, sordo á do lo que ha sido hasta aquí y lo que será en lo sucesi-
intervienen en la producción del fenómeno, y ademas, su voz, dice desdeñosamente que el bueno del artista vo, hombre tan celoso de su educación, inteligencia
que aun en el caso en que el paso se verifique en las debiera contentarse con sus versos y no meterse á poe- tan ávida del tesoro de su saber, que entiende pecar
condiciones más favorables, ó sea al encontrarse el pla- tizar con las plantas; hallamos ademas que Goethe, fal- gravemente contra sí mismo si deja pasar el más in-
neta en la misma eclíptica ó muy cerca de este plano, to de datos suficientes para formular un juicio exacto significante momento de su vida sin aprovecharlo en
trátase de un trascurso bastante corto, especialmente sobre el gran drama que j)resencia con la Revolución, pro de esta obra interminable, que comenzó en sus
para el planeta más nuevo, y así se comprende que ha- anhela estimar, desde punto de vista superior, sus primeros años en Francfort, conversando sobre Lite-
yan podido ser observados tan raras veces. acontecimientos, afirmando que odia tanto ó más que ratura francesa con el Conde de Thorane, y que no ter-
á los que hacen las revoluciones, á todos aquellos que minará sino con el último aliento de su vida. Así es
JOSÉ J . LANDEREE. las provocan como inevitables, y unos y otros contes- que Goethe sigue aprovechando el tiempo en medio de
tan al gran genio unánimes en el reproche, si diver- situación tan extraña para enriquecer su inteligencia
gentes en sus.razones. Y en medio de tales contrarie- y para aumentar su cultura. «A pesar de las fatigas de
GOETHE. dades, descubrimos en Goethe, más que la tranquilidad la guerra, dice (5), continué mis trabajos de óptica
INFLUENCIA DE LOS VIAJES EN SU VIDA Y EN SUS OBEAS. del egoista ó la calma del indiferente, la profunda fe con tanto más placer y éxito cuanto que en medio de
que tiene el genio en la completa conciencia de su mi- los campos y de las montañas se me presentaban inte-
1786 — 1794. sión , que le ilumina á la j^ar que le fortifica para la resantes y nuevas ocasiones para mi estudio.» Ocupan
(Coutinnacion.; prosecución de su obra. á Gojthe estas experiencias casi toda la campaña, apro-
En el año 1790 seguía Goethe en Jena sus estudios vechando sus horas libres para dictar sus observacio-
científicos con la misma pasión que le había inspirado mt. ' nes á Vogel, que le servia de secretario : «Aun conser-
siempre la contemplación de los fenómenos naturales, Aunque Goethe, por antipatía personal al desorden, vo, como
dice Gfjethe, estos manuscritos manchados de lodo,
prueba de mis constantes esfuerzos por la ver-
revisaba sus Elegías romanas, y volvía de nuevo á Ve- odiaba la Revolución, y tenía ademas del tercer estado,
necia á esperar el regreso de Italia de la madre del de la clase popular, idea bien distinta de la que inspi- dad. » Y como para el genio singular del gran poeta
gran Duque. En Venecia compone sus Epigramas vene- raba á los revolucionarios, seguía, á pesar de todo, son objetos casi iguales para el estudio y la observa-
cianos, donde expresa claramente el disgusto que le examinando los sucesos y juzgándolos diariamente con ción los fenómenos exteriores y su propia alma y sus
producían las terribles conmociones de la Eevolucion, una gran imparcialidad, llegando á reconocer, tan pron- personales pasiones, que desea encauzar y dominar,
que le excitaban, siempre á pesar suyo, y al distraerle to como se puso en inmediato contacto con la Revolu- cuando no le ocupan las experiencias exteriores, se po-
turbaban aquella paz y sereno amor al arte y la cien- ción , todo lo grande y noble que en ella existia. Coali- ne á observarse y á conocerse á sí mismo, provocando
cía, que pretendía mostrar en su vida desde su regreso gados todos los poderes de Alemania contra la Revolu- en el fondo de su espíritu estados psicológicos, como
de Roma. Son estos epigi'amas otras tantas manifesta- ción, invaden el ejército austríaco y prusiano la Fran- pudiera hacerlo al excitar los tejidos en un animal ó
ciones de sus odios á la Eevolucion, que, al mismo cia con el pretexto de libertar á Luís XVI. Se unió en una planta para penetrar la contestura de su orga-
tiempo que le perturba en sus trabajos, contradice por Goethe á los expedicionarios por seguir al Duque de nismo. Este atento observador de su propia alma, que
completo sus ideas de que el poder político debe ser '\7eimar, su constante protector, y presenció toda la allá en su juventud se curaba la propensión á los vér-
ejercido sin cuestión ni duda alguna por las clases su- campaña de 1792, que refiere con aquella profunda ob- tigos recorriendo las azoteas más elevadas de la cate-
periores. Viajando más tarde por Silesia, encargado de servación y severa imparcialidad y amplitud de miras dral de Estraburgo, que dominaba su excitabilidad
ciertos asuntos diplomáticos, cuidaba muy especial- que fueron siempre los rasgos distintivos de su genio. nerviosa ante el más mínimo ruido, marchando al
mente, en medio de aquel mundo agitado, de entre- En cuanto Goethe se incorpora al ejército, se decide á lado de los tambores del ejército, se decide en esta
garse á sus estudios favoritos en las ciencias naturales seguirle como uno de tantos, que va á correr igual campaña, dominado según dice por el deseo de la te-
que le llevaban ya por este tiempo á expresar la con- suerte que el último de los soldados. Jamas abandona meridad, á experimentar en si mismo, aunque con
vicción profunda de que un tipo universal, que se per- este hombre singular, que confiesa no odiar á Francia grave peligro do su vida, lo llamado \a,fiebredel cañón.
fecciona por metamorfosis, recorre todos los grados del hasta el extremo de tomar las armas contra ella, los Colocado durante la batalla en sitios donde llovían
organismo (1). Emplea Goethe todo el año siguiente en sitios de peligro, pues en todas las ocasiones acompaña bombas, despedidas de las baterías enemigas, se com-
hacer experiencias de óptica, en preparar su célebre la escolta del Duque de Weimar. « He resuelto, dice (2)j place después en describir este estado, cuya horrible
discurso sobre la experiencia como el medio en que se seguir de cerca el ejército, porque todo lo que con él sensación asegura que aumenta la temperatura del or-
unen el sujeto y objeto del conocimiento, vuelve á sus puede acontecemos es honroso, mientras que la perma- ganismo, que produce silbidos y hasta ex.cítacíones iii-
antiguas tareas dramáticas, y muestra ahora, como nencia cerca de los bagajes y en la retaguardia es ver-
siem]3re, en esta como en todas las épocas de su vida, gonzosa. » (5) Mémoires, Cnmpagne de Frailee, lAg. 248.
aquella creciente é infatigable actividad que no persi- En Agosto de 1792 se une Goethe al ejército aliado, (4) De estos emif?radog, dice Gcethe con cierta gravedad cómica, que llo-
gue más fin que el de la verdad en la ciencia y el de la que se hallaba ya dentro del territorio francés, y se di- raban A lágrima viva al ver sus adorados principes expuestos á la intempe-
rie. Y es que, por lo visto, las gentes más realistas que el lley tienen anti-
guo origen.
(1) V. Annales, pág. 381. (2) Méinoires, Campagne de Fiunce. (6) Aiinules, p4g. 382.
N.o X L V I I
P* J LUSTPv,ACIONL
F^
pSPANOLA Y A MERÍCAISCA. 391

sufribles en el órgano del oído, y que pone ante la vista res en hacer constar contra los juicios malévolos de Badajoz, se nos han remitido dibujos y croquis del n a .
una especie de laja rojiza, observaciones todas que una crítica severa, que no pudo decidirse á abandonar tural, relativos á las inundaciones, tantos y tan ade-
justifican, según su parecer, el nombre de fiebre que al Duque de Weimar, cuya confianza poseía como una cuados casi todos á los fines de nuestro periódico, que
se da al fenómeno. gran dicha y cuya generosidad le ponía en condiciones
Si se observa la intención que guia á Gicthe en es- favorables para desenvolver sus aptitudes literarias y nos hemos hallado verdaderamente indecisos en la elec-
tos hechos, que parecen pequeños, pero revelan, sin artísticas, desenvolvimiento que no podría llevar á ca- ción ; pero de Sevilla, ciudad que cuenta con muchos
embargo, toda la fuerza viril de su carácter; si se nota bo en ninguna otra posición. Aparece aquí de nuevo más elementos artísticos que las tres anteriormente ci-
la estoica serenidad con que sobrelleva los peligros y el móvil determinante de toda la vida de GcEthe, juz- tadas ; que tiene gloriosísimas páginas en la historia del
las penalidades, haciendo en medio de todos ellos titá- gada por algunos como la encarnación de un egoísmo arte, y que hoy blasona de poseer una renombrada Es-
nicos esfuerzos por aumentar el caudal de sus conoci- refinado, cuando sacrifica en ])ro del fin que ha em- cuela especial de Pintura y Escultura y un rico Museo
mientos y por proporcionar á su alma una especie de prendido, sus más caras afecciones y cuanto se opone
linterna mágica donde vayan retratándose los infinitos directa ó indirectamente á que continúe su misión, en de Bellas Artes; de Sevilla, decimos, no hemos recibi-
prismas de esta realidad, tan rica para el artista en la cual, si consigue presenciar en vida la apoteosis de do siquiera un mal diseño alusivo á acontecimientos
idealidad, se comprenderá que existen en Gcethe mó- su genio, sí alcanza la inmortalidad antes de desapa- que tanta impresión han debido causar en el ánimo de
viles respetables que le impulsan á la determinación recer del mundo, y sí la admiración de sus contempo- sus habitantes; y esto no sucede únicamente ahora,
de su esistencia por razones más poderosas que las que ráneos le eleva y le endiosa, persiste, no obstante, con- sino que ha ocurrido también en otras ocasiones seña-
pueden descubrirse en un sentimiento de hastío ó en sagrando lo más preciado de sus fuerzas á buscar siem-
ladas, cuando en aquella ciudad se han desarrollado
una intolerable nostalgia de la vida. Existe, sin duda pre la verdad y á realizar la belleza.
alguna, móvil más poderoso que el de un spJmn visio- acontecimientos pDlíticos y locales de importancia.
nario, dirigiendo los actos de la vida de Goethe; es VIII. Lo sentimos vivamente, porque nuestras invitacio-
é-;te seguramente en tales actos alma superior, enamo- Permanece Gcethe, al separarse del ejército coaliga- nes, repetidas veces hechas en las columnas de este Se-
rada de un sublime estoicismo, educada en la Etica de do, unos ocho meses (hasta Mayo de 1793) sin tomar manario, á todos los artistas iban dirigidas, y así lo
Espinosa y fortificada con la creencia de que, en me- una parte directa en los sucesos de la gaerra, que em- comprendieron los que han tenido la bondad de remi-
dio de los sufrimientos del cuerpo, puede el espíritu bargaban por entonces la atención general del rtíundo,
pues significaban nada menos que el comienzo de una tirnos dibujos y croquis referentes á otros sucesos de
concentrarse en su pensamiento y hacerse superior á
todas las contrariedades, merced á la sustancialidad que nueva época en la historia general, según habia dicho menor importancia ocurridos en varias localidades de
le es inherente. en tono profético el mismo Grethe. Emplea este tiem- la Península, y aun del extranjero, y de los cuales,
Asistió GoBthe con el ejército aliado á la rendición po el poeta en frecuentar los antiguos círculos litera- merced á tan franoa y eficaz ayuda, hemos dado noti-
de Verdun, y aunque este hecho suponía desde luego rios, donde tenía muchos y muy fieles amigos, en los cia tan exacta y en tan breve plazo como nos ha sido
un triunfo notable para los expedicionarios, puso al cnales se proponía estudiar y observar el movimiento
posible.
gran poeta muy sobre sí la noticia de que el digno jefe general de las ideas artísticas, comparándole con el es-
tado de ánimo en que él se hallaba, más que para ce- Por fortuna, en la ocasión presente ha sui^lído la fal-
de la guarnición de Verdun se habia suicidado al verse
en la precisión de rendirse. Ya habia dado señales der á las exigencias de las corrientes sociales ó propor- t a , con una actividad digna de todo elogio, nuestro
Goethe de desconfianza del testimonio de los emigra- cionarse adeptos con un proselitismo avasallador, para aprecíable corresponsal en aquella ciudad, el señor don
dos que acompañaban á la coahcion, desconfianzas que poder extender sus opiniones y abrazar cada vez más Ramiro Franco, remitiéndonos fotografías y datos pre-
se manifestaron ostensiblemente cuando presenció el comprensivamente el estado intelectual y artístico de cisos para llenar cumplidamente tal vacío.
incidente acontecido el dia de la entrada de los coali- su país.
¿ Qué hemos de decir ahora acerca de la inundación
gados en la población. Un granadero francés habia dis- Poseía Gcethe, á más de sus condiciones geniales,
parado contra los vencedores, y mientras se le juzga- elocuentemente manifestadas en sus obras, cualidades que ya no sepan nuestros lectores ?
ba, se suicidó arrojándose al rio. «Este segundo suici- personales muy privilegiadas, principalmente en lo que El grabado que damos en la plana primera, según
dio, dice Gffithe (1), inspirado por la heroica exalta- se refiere al conocimiento de sí mismo, pues observaba croquis del Sr. D. Felipe de Checa, y los que figuran
ción republicana, excitó de tal suerte el odio de los nue- su propia individualidad con aquel desapasíonamiento en la parte inferior de la pág. 880, hechos con suje-
vos dominadores de Verdun, que negaron sepultura al con que recogía experiencias para sus conocimientos ción á otros croquis de D. Serafín de Uhagon, mues-
granadero y al comandante Beaurapaire. Creían que botánicos. Médico celoso de su propia alma, cuidaba
tran los estragos que ha ocasionado en Badajoz el des-
el ejército francés albergaba otros sentimientos, por- diligentemente de proveer á sus necesidades tan pron-
que, según los emigrados, sólo deseaba este ejército to como surgían y se despertaban en su interior. Ha- bordamiento del Guadiana: calles, plazas y campos
nuestra llegada para acogerse á nuestras banderas.» bia notado Gcethe por este tiempo que el estudio del inundados; casas destruidas; el histórico puente de
Algunos otros juicios tan prudentes y acertados como arte antiguo, llenando el alma de imágenes sublimes y las Palmas quebrantado y roto, con pérdida de siete
el anterior expresó Goethe durante esta campaña, cuyo de elevados sentimientos, lleva á la concentración de ojos; arrastrada por la corriente la única vía férrea que
éxito desgraciado habia previsto, pero ninguno tan la individualidad en sí misma, como también habia enlazaba á Portugal con España, y cuya reparación es
decisivo y que revele tan á las claras de qué suerte iba observado que su tendencia á estudiar y conocer la na-
de urgente nece.sidad.
Gcethe reconociendo todo lo grande y noble que ha- turaleza le hacia cada vez más retraído y le separaba
bia en la Revolución á medida que se ponía más en más del mundo; siguiendo así, Gcethe lo declara, «me El grabado señalado con el núm. 1 en la plana pri-
contacto con ella, que el juicio semi-profético que for- liabria completamente aislado.•» A fin de evitar este mera índica el estado en que quedó, á consecuencia de
muló sobre la trascendencia de los acontecimientos que grave peligro, librándose de tal situación, que hubiera la inundación, la casa donde vio la luz del mundo el cé-
presenciaba, cuando después de cañonear el ejército concluido por ahogar en el alma de Gcethe sus senti- lebre Ministro de Carlos I V , D. Manuel Godoy, prín-.
aliado sin éxito ninguno á Valmy, se resolvió co- mientos y afectos, decidió visitar á sus antiguos ami- cipe de la Paz, y la cual es hoy un montón de ruinas.
menzar la retirada. Preguntándole algunos su parecer gos ; y le causa seguramente un cierto placer interior
el contraste que percibe entre sus ideas y las de sus En Córdoba (véase el primer grabado de la misma
sobre los sucesos, dijo Goethe : « Entiendo que en este
sitio y desde este momento comienza una nueva época consocios, porque toma tal cambio como indicio cierto pág. 880) desbordado el Guadalquivir, llenaron sus
para la historia del mundo, y que podremos decir: «yo de un nuevo progreso en su existencia. Así dice que aguas toda la parte baja de la ciudad y los campos in-
5)la presencié» (2). Posteriormente le valió tal parecer durante su residencia en Dusseldorf, antes de volver á mediatos.
á Goethe algunas burlas de sus mismos admiradores, Weimar, conoció que sus amigos le encontraban tras- En Sevilla f véanse los grabados de la pág. 381), el
y todavía el gran poeta insistía en su juicio, diciendo formado del todo bajo el aspecto •intelectual. Lisonjeaban mismo caudaloso rio inundó por completo el barrio de
que desde aquel dia habían, en efecto, comenzado los tales juicios á Gcethe, porque suponía desde luego no
revolucionarios á usar su nuevo calendario, y sobre haber perdido el tiempo, quedando y persistiendo en Triana en la mañana del 8, penetraron luego las aguas
todo pensando que la retirada de los coaligados supo- una monotonía y uniformidad de ideas, que tenía por en las calles de Gravina, Castellón, San Vicente y otras
nía necesariamente el triunfo de la Revelación, que síntoma de muerte, ya que para él cada nueva evolu- muchas, llenaron el barrio de Humeros hasta llegar
habia de acabar por imponer su espíritu y sentido á ción de su espíritu representa un nuevo progreso. Se en algunos puntos á los balcones de los primeros pisos;
toda Europa. Refiere Goethe, como en confirmación de gozaba Goethe ademas en provo3ar estos juicios, por- extendiéronse más tarde por el campo de Capuchinos, y
sus juicios, la vergonzosa retirada que tuvo que em- que, temeroso del aislamiento continuado, y convenci-
formaron inmenso lago en la Alameda de Hércules, en
prender el ejército aliado, que logró volver á pisar el do de que la polaridad primitiva de los seres, según
suelo de la patria merced á un tratado humillante que dice él mismo, penetra y anima todo lo que existe, con- el barrio de la Macarena, en el de San Lorenzo, y en
el Duque de Branswick solicitó de los hombres que en sideraba indudable que el conocimiento de sí mismo se todas las calles y plazas comprendidas en aquella zona.
su primer manifiesto habia llamado monstruos fuera de facilita mediante el contraste y la comparación con los Mientras tanto, la ciudad estaba á oscuras, porque las
toda ley. Al volver á Alemania supieron los expedicio- demás que surgen ante la sociabilidad humana. aguas habían inundado también la fábrica para el
narios que el general Custine se habia apoderado de alumbrado por gas, los vecinos pedían socorro con las-
U. GONZÁLEZ SBEEANO.
Maguncia, hacia donde tenía que dirigirse de nuevo el (Se concluirá.) timeras voces, y lanchas y balsas tripuladas por hom-
ejército; pero Grethe, harto de las fatigas de la guer-
ra y deseoso de gozar de la amistad, volvió á Pempel- bres animosos bogaban por las calles, prestando auxi-
fort con el permiso de su soberano. INUNDACIONES lio á las personas más necesitadas.
KN LAS PEOVmOIAS DE BADAJOZ, CÓRDOBA Y SEVILLA,
Al entrar Gcethe en Alemania de regreso de su ex- Durante el dia 9, el cuadro que pre.3entaba Sevilla
pedición, recibió una carta de su madre en que le Ocurren algunas veces sucesos tristísimos, verdade- era'desconsolador, y todos los habitantes se hallaban
anunciaba la muerte de un tio suyo y le preguntaba sí ras catástrofes por sus deplorables consecuencias, que dominados por el esiianto : las corrientes que circula-
aceptaría, para sustituir al difunto, el cargo de sena- dejan imperecedera y dolorosa memoria en los fastos ban por las principales calles citadas asemejábanse á
dor en sa ciudad natal. Ante la lectura de la carta, ex-
de los pueblos: tales han sido las inundaciones habidas un caudaloso rio; el agua habia llegado en varios si-
presa Gcethe con una ingenuidad admirable y con aque-
lla profunda observación psicológica de su personali- recientemente en las provincias de Badajoz, Córdoba tios á más de dos metros de altura, penetrando por los
dad, que es carácter constante de toda su vida, cuánto y Sevilla, por desbordamiento de los ríos Guadiana y balcones en muchas casas, y extendiéndose hasta las ca-
le halagó por el momento la lisonjera idea de verse re- Guadalquivir, á consecuencia de abundantes lluvias. lles de O'Donnell, San Acacio, y gran parte de la de la
vestido con aquella dignidad, continuando la gloriosa No tenemos la pretensión de ofrecer á nuestros lec- Sierpe.
tradición de sus dignos antecesores los consejeros de Inmensas son las pérdidas sufridas á consecuencia de
tores una crónica detallada y completamente exacta de
Francfort. Y cuando hubo luchado consigo mismo y
con estos recuerdos siempre gratos de su infancia, y al los hechos, ni sería posible hacerla en reducido espa- esta calamidad: muchas casas se han desplomado, y
luchar venció, como en las restantes ocasiones, sus ten- cio ; tratamos sólo de presentar un bosquejo general muchas más han sido denunciadas como ruinosas; el
dencias, sacando á flote y triunfante la persistencia en de la catástrofe, y de explicar los grabados que publi- muelle está quebrantado en varias partes, y su repara-
su fin artístico y científico, declara el gran poeta con camos en la plana primera y en las págs. 380 y 381. ción será difícil y costosa; grandes almacenes del co-
una bondad ingénita en su alma, y que tenemos ínte- Ante todo, permítasenos manifestar un hecho que mercio, inundados por las aguas, acusan pérdidas de
nos ha causado viva extrafieza, ya que no profundo gran consideración.
("5) Mémoires, Campagne de Fmnce, pág. 2G5.
0) 1. c.pág. S86. asombro: de Córdoba, de Mérida, y especialmente de Dícese á última hora que se ha hundido el conven-
892 LA ÍLUSTI^ACIONC ESPAÑOLA Y AMEI^ICAKA. N," X L V I I

to de Arrepentidas, aunque afortu- ción por estos acuerdos, que son


nadamente no han ocurrido desgra- prueba evidente de que sabe realizar
cias personales. los principales fines que al fundar-
Así como no hay memoria de ha- se se propuso.
ber sucedido en Badajoz una aveni-
da tan desastrosa desde el año 1603, Á LOS SEÑORES SUSCEITORES
tampoco Sevilla registra en sus ana-
les un acontecimiento semejante
LA ILUSTRACIÓN' KSI'A.ÜOLA Y AMEÍllfANA
desde mediados de la centuria úl-
EN CÁDIZ.
tima.—V.
La única Agencia autorizada por
la Empresa de dicho periódico que-
La Junta Directiva del Ateneo -. da desde la presente fecha estable-
Barcelonex, deseosa de fomentar por cida en la plaza de la Constitución,
los medios que el Reglamento le fa- •
nüm. 10, á cargo del Sr. D. Ser-
cilita los estudios de aplicación del
Arte á la Industria, ha acordado vando Rodríguez, con quien debe-
abrir un concurso público entre los • rán entenderse para los abonos del
dibujantes españoles, y conceder año 1877.
diez premios, consistentes en una
medalla de bronce y un objeto artís-
ADVERTENCIA.
tico, y diez accésits, que tendrán
El Administrador de L A I L U S -
también como recompensa un obje-
to artístico, á los autores de los me- TRACIÓN ESPAÑOLA Y AMERICANA

jores trabajos que se presenten so- suplica nuevamente á los Sres. Sus-
bre los temas propuestos. critores cuyo abono concluye en fin
Asimismo, y para contribuir á la del presente mes y año, que dirijan
propagación de los conocimientos á la oficina central de su cargo, lo
científicos, literarios y artísticos, y
más antes posible, la correspondien-
al desenvolvimiento moral del país
"; te orden de renovación, para que
y al fomento de sus intereses mate-
riales, la mencionada J u n t a Direc- reciban sin retraso alguno los núme-
tiva ha dispuesto abrir otro concur- ros primeros del año próximo, de-
so literario piara el año de 1878, so- biendo tener presente que, aglome-
bre el tema propuesto por la Seo- .'-. • • rándose el trabajo en la época ac-
cion de Comercio, en los siguientes tual, esta Administración tiene ne-
t é r m i n o s : Causas de la postración' O .. :>.
cesidad de colocar por orden de fe-
de la Marina mercante española, y • •; , ;
inedidas qiie convendría adoptar pa- .'. • < '
•f- -:.;-' chas y servir por turno invariable
EXCMO. SE. D. MANUEL CANTERO,
r a SM íZesarroífo, debiendo r e m i t i r s e :.' ; ' , ' '.' los pedidos que recibe.
Gobernador del Banco de España; f en Madrid el 6 del actual.
con l a s formalidades a c o s t u m b r a d a s -^ I' . • Suplica también á dichos señores
las obras manuscritas, ó impresas Suscritores que tengan la bondad
con posterioridad á la publicación del Programa, y Las personas que deseen adquirir amplios detalles de acompañar á la orden de renovación una de las fajas
redactadas en lengua castellana, á la Secretaría general acerca de estos dos concursos, pueden dirigirse al Se- con que se les sirve el periódico, con lo cual facilita-
del Ateneo Barcelonés, antes del dia 30 de Abril de di- cretario general del Ateneo Barcelonés, Sr. D. .José de
rán mucho el indicado trabajo y coadyuvarán á la ma-
cho año. El autor que, según el fallo del Jurado, me- AvguUol, quien les facilitará ejemplares de los progra-
rezca el premio, recibirá la cantidad de 1.500 pesetas, mas respectivos. yor exactitud en el servicio.
EL ADMINIBTUAIJOB , ' \
y conservará la propiedad de la obra. Felicitamos á aquella ilustrada y dignísima Corpora- CELSO MERLO.

-^PARIS-^7-
COMISIÓN, EXPORTACIÓN - \ 9 - P A R Í S ^^7-
AVISO.—Para satisfacer el deseo de nuestros corresponsales y suscritores, publicamos el cuadro siguiente, que indica
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ANO XX. S U P L E M E N T O AL NÚM. X L V I I . DICIEMBRE.—187G.

4 BELLAS ARTES.

CANTADORA ANDALUZA
ESTUDIO D E L N A T U R A L , POE D. E A I M C I i D O DE MADEAZO.
394 LA ÍLUSTÍ^ACIOIÍ ESPAÑOLA Y AMEÍ^ICA)N[A. SUPLEMENTO AL NÚM. X L V I I

EL FIN DEL MUNDO. gulos rectos, ni las columnas ó pilones están á igual y Francia. De él vamos á dar concisa idea á los lecto-
distancia unas de las otras. Cualquiera que sea la clase res de LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA Y AMERICANA.
No há mucho tiempo que la imaginación del vulgo, ó destino de estos monumentos, ve también en todos, II.
sobreexcitada por el rigor fenomenal de la estación, templos, obeliscos, ó esfinges, de arriba abajo, por
daba crédito al vaticinio de un inmediato cataclismo. fuera y por dentro, figuras esculpidas y leyendas en je- M. Piazzi Smyth se propone investigar:
Esto no es nuevo; ocurrió también al aparecer el her- roglífico que ensalzan la vida de reyes déspotas ó re- 1.° Quién inventó y diseñó la pirámide;
moso cometa de Donaty y se ha repetido con harta presentan ritos religiosos degradantes ó triunfos bárba- 2." Qué objeto se propuso el autor ;
frecuencia desde el año milenario, en que el terror al- ros sobre los prisioneros de guerra. 8.° Por qué adoptó la proporción y dimensiones que
canzó un grado máximo, admitiendo la generalidad de Las Pirámides, que evidentemente son de construc- tiene.
los vivientes que era llegado el cumplimiento de las ción anterior, están orientadas de un mismo modo, y Y para resolver estas cuestiones empieza examinando
sagradas profecías. De cuando en cuando, principal- las pinturas ó signos que cubren los muros no simboli- si en la Pirámide se descubre el conocimiento de leyes
mente en estos últimos tiempos, han aparecido, por zan escenas cruentas, ni hay guerreros ni sacerdotes científicas que él mundo entero no poseía en la época
encima de la esfera vulgar, libros cuyo objeto era sacrificadores, siendo muy raras las alusiones idólatras; de la construcción del edificio, ni ha poseído en los dos
asimismo predecir, de una ú otra manera, que la abo- pero en la Gran Pirámide, verdadera excepción, ni ó tres mil años siguientes.
minación dcsoJadora se aproxima, y que á la descreída aun esto se observa; sus muros, pulimentados y lucien- La Pirámide demuestra, en efecto, repetidamente y
generación presente ha tocado la desdicha de presen- tes, no presentan el menor vestigio de pinturas ó gra- de un modo indiscutible, que el adelantamiento de las
ciarla; mas por descreída, ó por creyente harto confia- bados ni otro indicio de culto á los falsos dioses ó de ciencias que tan extraordinario desarrollo ha alcanzado
da en las palabras de los Santos Evangelios « EN ORDEN homenaje á la glorificación del hombre. La orientación, en los últimos tiempos no encierra novedad que no fue-
AL D Í A Y Á L A H O R A NADIE LO SABE, NI AUN LOS que en todas es más ó menos errónea, es en ésta de
ra familiar para el desconocido arquitecto, y lo que es
ÁNGELES DEL CIELO, SINO SÓLO MI P A D R E )) ( 1 ) , SÍ una exactitud astronómica sorprendente, resultando de
más, que ningún hombre podría dercubrir el objeto
paró un momento la atención en pronósticos tan poco multitud de otras observaciones, que no sólo es la ma- que hace cuatro mil años se propuso, hasta que los
halagüeños, no tardó en olvidarlos más que el tiempo yor y la más perfecta, sino también la más antigua y progresos de la ciencia llegaran al punto que hoy al-
preciso para inventar un epigrama que ridiculizara á el modelo de todas las otras, que son pobres imitacio- canzan.
sus autores. Es más grato admitir los que, á la luz de nes acometidas mucho después por gentes menos hábi- No seguiremos al investigador en la serie interesan-
la ciencia moderna, propalan ciertos sabios, de que será les é instruidas. te, pero larga, de sus observaciones matemáticas, geo-
indefinida, ó poco menos, la duración del mundo. Recuerda, tras esto, las noticias recogidas por Hero- gráficas y astronómicas. Para el objeto de esta noticia
Otro sabio vuelve sin embargo á las andadas, y es- doto, que vivía 2.300 años más cerca del origen de la superficial bastan las más señaladas.
cudado como aquellos en el asombroso adelantamiento Gran Pirámide que nosotros, y que dice se construyó La cima de la colina que sostiene á la Pirámide fué
de las ciencias, aplica por vez primera los teoremas de bajo un plan calculado; que empezó la obra por la de desmontada y nivelada hasta que la roca tomó la for-
las que sin discusión se reconocen por tales, de las cien- una inmensa calzada para trasportar las piedras, en la ma de una meseta. Sobre ella se trazó un cuadrado pa-
cias exactas, á la confirmación de las Sagradas Escri- cual se emplearon diez años trabajando cien mil hom- ra la base, con tanta exactitud, que las medidas toma-
turas, y de nuevo da la voz de alarma como el ángel bres que se relevaban cada tres meses; que después si- das con los mejores instrumentos no acusan un error
del xVpocahpsi. guió la edificación con rapidez, acabándose en el espa- mayor de 100 pulgadas con una longitud de unas 9.000,
Mr. Piazzi Smyth, que así se llama el eco de la fatal cio de veinte años; que el Rey constructor, llamado después del estado de ruina en que se halla el edificio,
profecía, no es un hombre adocenado. Hijo del almi- Cheops por los griegos, y Shofo ó Shufo por los egip- y esto es lo primero que asombra en la contemplación
rante Smyth, que adquirió celebridad por la obra Ce- cios, vivió mucho tiempo después, y que no fué enter- de ese coloso de seis millones' de toneladas de piedra,
lestial Oijoh, es también consumado matemático, y re- rado en la Pirámide, sino en una especie de isla subter- porque en las medidas de los huecos y ángulos de posi-
une á su profundo saber ideas religiosas y costumbres ránea rodeada por las aguas del Mío. ción de cualquiera de nuestros palacios y catedrales hay
severas que le han granjeado la estimación de cuantos Herodoto agrega que este Rey tirano cerró los tem- errores enormemente mayores que todos los que pue-
le conocen. Astrónomo Real de Escocia y miembro de plos é impidió el culto de los dioses, con lo que indica den descubrirse en la Pirámide, y que no tienen, sin
la Real Sociedad de Londres, ha tenido ocasión de que profesaba otra religión diferente, que debia ser la embargo, importancia en arquitectura.
ilustrar su nombre con muchos y muy estimados tra- verdadera, como se advierte por la supresión de em- Otra observación preliminar no menos extraña es
bajos científicos á que venía dedicando toda su activi- blemas groseros. Da á entender asimismo que durante que en tiempos en que no existia experiencia de las
dad especulativa hasta que le trazaron nuevo rumbo la construcción de la Pirámide acompañaba al rey Sho- propiedades de los materiales, se eligieron éstos, acar-
las noticias de los descubrimientos raros y coinciden- fo un príncipe pastor, que nombra Phílition, patriarca reándolos de largas distancias, de manera que cada cual
cias no menos extrañas que de las medidas tomadas de Mesopotamia ó Palestina, el cual le aconsejaba y le cumpliera con su objeto, despreciando la piedra que
por viajeros estudiosos en la pirámide llamada de imponía medidas que no eran de Egipto. abundantemente proveía el desmonte de la colina.
Jeezeh, Ghizeh, (.íizeh ó Djisch, etc., y también de Por último, insinúa el padre de la Historia que la El ángulo de inclinación de las caras de la Pirámide,
Cheops, Shofo, Shufu, Khoufu, ó sea la Gran Pirámide longitud de un lado de la base y la altura de la Pirá- ó sea el que determina su forma, establece entre el du-
de Eo-ipto, resultaban por aplicación del cálculo. mide son idsntieas, y como las medidas más exactas de plo de la altura vertical y la longitud del perímetro de
Herodoto, patriarca de la Historia, había escrito, los tiempos modernos demuestran que la longitud di- la base la misma relación que existe entre el diámetro
aunque de un modo confuso, que existían en esta pirá- cha es casi el duplo de la altura vertical del misterioso y la circunferencia de un círculo, ó sea el valor bien co-
mide caracteres ó datos de suma importancia; repetían- edificio, se había desatendido la indicación, conside- nocido en las matemáticas modernas con el símbolo
lo Plinio, Diodoro de Sicilia y otros escritores anti- rándola errónea, hasta que John Taylor descubrió que de -K, 3,14159
guos, y por las huellas que apenas marcaban habían todas las dimensiones estaban subordinadas á leyes geo- Esta solución particular de un problema muy nece-
logrado entrever maravillas, Herchell, Taylor, Ho- métricas ; que Herodoto hablaba sin duda de medidas sario ofrecida por la Gran Pirámide, pero desconocida
ward, Petrie, Jomard y otros varios. Desde el siglo xvi cuadradas ó de superficies, y que por tanto quería de- durante dos mil años, fué señalada por vez primera
hasta el presente, en que los discípulos de Gham- cir que la altura vertical de la Pirámide elevada al por M. John Taylor, como resultado de los estudios y
polion recusaron las deducciones de los matemáticos, cuadrado indica una extensión superficial igual á la eu- medidas del coronel Howard Vyse en 1837, y no es
atribuyendo á casualidad la portentosa armonía de la perficie de una de las caras inclinadas, lo cual fué des- resultado de una coincidencia casual, sino de intención
construcción del monumento, puede decirse que ape- pués comprobado por sir John Herchell, y avivó el de- preconcebida, según se advierte por las indicaciones
nas habrá alguno, entre los que han sobresalido en el cul- seo de hacer nuevas investigaciones. corroborantes que cuidó de dejar el arquitecto en dos
tivo de las ciencias exactas, que no haya fijado su aten- Con estos preliminares procedió Piazzi Smyth á la series distintas, una de las cuales consiste en los ángu-
ción en ese colosal edificio, pero entre las medidas to- medición de ángulos y lados en el exterior, y á la de los principales de los corredores del interior de la Pirá-
madas en épocas distintas y por observadores varios, las cámaras y galerías ó corredores interiores, cuya exis- mide, y la otra en cuatro trincheras abiertas en la ro-
se advertían notables diferencias, que naturalmente afec- tencia no fué descubierta hasta el año de 1820 (habien- ca enfrente de la cara oriental, cuyos ejes centrales,
taban los resultados del cálcplo y daban ocasión á con- do estado oculta la entrada durante tantos siglos por prolongados, forman ángulos de convergencia iguales á
troversias sin término; Mr. Piazzi Smyth quiso encon- una piedra perfectamente disimulada), y los resultados los de la base y de la cúspide.
trarlo : se propuso hacer un estudio detenido y minu- de tan ímprobo trabajo le dieron materia para escribir: Otras particularidades de estas trincheras, que ex-
cioso de la Gran Pirámide, comprobando por sí mismo 1." Anligüedad del hombre inteligente, 1863, un tomo plica, ofrecen una prueba tan positiva como si estuvie-
todas las medidas, y provisto de los instrumentos más en 8.°; 2.° Vida y trabajos en la Gran Pirámide, 1865, se escrita, de que el arquitecto tuvo la idea de expre-
perfectos y de una perseverancia escocesa, que es como tres tomos en 8.°; S.° La herencia de la Oran Pirámi- sar la rectificación del círculo, ó el valor de -K, estando
si dijéramos piramidal, se fué á vivir cinco meses á la de, 1867 ; 4.° Proyección homolográfica de la Gran Pi- representado el radio ó semidiámetro por la altura ver-
Pirámide misma, acompañado de su esposa. rámide, 1874 ; y posteriormente una Memoria dirigida tical de la Pirámide (línea interior que no podia tocar-
se), y el círculo por su cuadrado equivalente, siendo la
Empezaron sus trabajos por el examen comparativo á la Real Sociedad de Londres rectificando las medidas
circunferencia del uno igual en longitud al perímetro
de los principales monumentos egipcios: los templos, y las apreciaciones publicadas en sus anales.
Esta Memoria, ala cual negó el exequátur la Junta del otro. La idea fué desconocida por los hombres de
palacios, túmulos, columnatas, esfinges, etc., de Tébas,
su época, aunque se hallaba expresada en escala gigan-
de Karnak y de Luxor y las Pirámides, hasta treinta Directiva de dicha Sociedad, dando motivo primero á
tesca en el monumento llamado por excelencia la Gran
y ocho de las que siguen la orilla del Nílo. El paciente una discusión que se hizo pública, y á la dimisión del
Pirámide, y denota el deseo de iijar una memoria dig-
viajero observa en todas estas construcciones verdade- autor después, produjo otro nuevo libro. La Gran Pi-
rámide (2), que por las circunstancias de que venía na de vivir en siglos lejanos más que ninguna otra
ras maravillas arquitectónicas, completo desconocimien-
contemporánea, pudiendo servir á las generaciones ve-
to de la simetría, é indiferencia por la orientación: na- acompañado ha tenido gran circulación en Inglaterra
nideras de punto de partida para un curso de simbolis-
da cabe más irregular en todos conceptos que el pala-
(2) En la traducción francesa se titula : la grande pyramide pfiaraomque mo científico á la vez que religioso.
cio de Luxor; ni los patios son cuadrados, ni los án- lU 7wm, humanitaire de faü. Ses inérvenles, ses mysth'es et .se? emeignementSy
par M. IHazzi Smylli, asironome voyal d'Écosse, ex-membre de la Société Royale Pero algo más debió influir para que el edificio tu-
de Londres, tradidt de Vanglais par M. l'Alibé Moigno, Chanoiue de Saint
(1) San Mateo, cap. xxiv, Ters. 36, Denis. París, 1875. TJn tomo en 8.°, 243 págs. viera con la forma exacta y perfecta que en él se des-
SUPLEMENTO AL NÚM. X L V I I J.A J LUSTR,ACIOíi FSPANOLA Y
/
MEÍ^ICANA.. 395

cubre unas dimensiones fijas. La razón verdaderamen- zan cierto grado de civilización. En la Pirámide han Jesucristo al fin de los tiempos, ó sea duración del
te sorprendente, y fácil de demostrar ahora, fué descu- permanecido sin significación los signos científicos, Cristianismo y de la ley evangélica, 1882 años. Des-
bierta por TVilliam Petrie: es que la longitud represen- mientras los hombres han estado en la ignorancia, pe- pués de este periodo y de otro muy breve, pero de
tada por la altura de la Pirámide es 1 : 10» de la ro el arquitecto podía saber que algún día, por efecto guerra más universal, más atea que nunca, vendrá el
distancia media de la Tierra al Sol, y que el círculo de una cultura progresiva de las facultades humanas, segundo advenimiento de nuestro muy amado Señor y
equivalente de su base, cuadrado, representa la órbita sería fácil para cualquiera individualidad ilustrada Maestro Jesucristo, revestido de potestad, de majestad
medía anual de la Tierra alrededor del Sol, estando apreciar el símbolo y leer lo que desde un principio se y de gloria, trayendo á los elegidos de todas las nacio-
esta altura y esta superficie en la escala misma de quiso trasmitii'. Podía, sí, saberlo, sabiendo lo que nin- nes, salud, honor y bendición por los siglos de los si-
1:10»,óde- i.ouo.oWuo' "^ ^^^ "i"^ advertir que la gún otro hombre ha alcanzado en millares de años des- glos.
pués. ¿ Cómo ? Por inspiración divina. » Este es el período cruel de que habla el Señor por
coincidencia de estos datos no ha podido apreciarse
ISTo es dudoso para Piazzi Smyth que esta asevera- boca de San Marcos (cap. xiii, vers. 19 y siguientes).
más que por las observaciones y descubrimientos del
ción suya chocará con las opiniones dominantes, y ser- La fecha 1882 no indica, pues, el fin del mundo, sino
paso de Venus, hechos en los últimos quince años, de
virá en cierto modo de piedra de escándalo, mas no por el comienzo del interregno de desolación que precede-
modo que, gracias al desarrollo progresivo de la cien-
ello deja de aceptar la responsabilidad de la explicación rá inmediatamente al fin de los tiempos, cuando la
cia astronómica, se ha venido á comprender al cabo de
única que tiene la existencia en el edificio primitivo de gran mayoría de los hombres habrá roto completamen-
cuatro mil años, y no antes, la significación de la altu-
la Gran Pirámide de tantos hechos relacionados con la te con el cristianismo y lo habrán dejado los soberanos
ra de la Pirámide y los caracteres puramente matemá-
Geografía, con la Astronomía, con la Física, de algu- de la tierra. 1882, año fatal para todas las religiones
ticos ó astronómicos de las otras dimensiones.
no de los cuales no se ha tenido noción exacta hasta que han conservado el nombro de cristianas, será tam-
^El perímetro de la base da idea del ciclo de cuatro hace una media docena de años. bién funesto para el islamismo, que, según los profetas,
años que es necesario para componer un día entero,
Es la Gran Pirámide el más antiguo de los edificios cesará de ser un imperio 1260 años después de su fun-
que se añade á los años bisiestos, y esta idea resalta
del mundo, el más colosal, el mejor concebido, el más dación. En efecto, sumando á 1260 la era de la Plegira
claramente del modo que sigue:
perfecto en su construcción, el mejor conservado y el G22, resulta 1882. Esta será igualmente la época de la
La longitud de un lado de la base dividida por más rico en pruebas fehacientes de una ciencia avanza- aparibion del Antecristo ó de la bestia del Apoca-
365'24, número de días del año, da un cociente de dísima: es al mismo tiempo original, no existiendo
25D25 pulgadas inglesas, y esta longitud, que por ope- lípsi »
rastro de ningún otro que pudiera servir de modelo, y OBSÁEEO FERNANDEZ DOEO.
ración inversa ó sirviendo de divisor enseña de una por tanto el arquitecto debió inventarlo todo é instruir
manera sencilla é instantánea los dias que tiene el a ñ o - por sí mismo á los innumerables trabajadores emplea-
problema desconocido de los egipcios y de todos los an- dos en la obra. Herodoto preguntaba asombrado cómo LAS PINTORAS ESPAÑOLAS.
tiguos pueblos paganos de su época—es al mismo y por qué medios se habrían suspendido y colocado las
tiempo, según las mejores medidas geodésicas, ni más piedras enormes que forman esa masa gigantesca; mas (Continuación.)
ni menos que la diezmillonésima parte del semieje de hay otra cuestión mucho más difícil de resolver. ¿Cómo
rotación de la Tierra; esto es, la fracción que hace un , IV.
calculó ese arquitecto incomparable el plan del edificio?
siglo proponía el célebre matemático Callet para uni- ¿ Quién pudo revelarle las dimensiones que había de Las pintoras de que acabamos de hacer mención son
dad de medida lineal universal, como muy superior al dar á cada una de sus partes para que en misteriosa todas ellas (como el lector habrá podido observar)
metro. armonía la longitud, la latitud, la altura, el ángulo de pertenecientes á familias cultivadoras del arte, y nada
Semejante unidad de medida no sólo está grabada inclinación de las caras, el volumen, el peso, todo, en tiene, en verdad, de extraño que se aplicasen con afán
digámoslo asi, en la base de la Pirámide, sino que está fin, estuviera en relación íntima con los elementos prin- al estudio de la pintura, educadas y viviendo en una
repetidamente manifiesta en los corredores interiores cipales del globo terrestre, y con el lugar que éste ocu- atmósfera favorable al desarrollo de sus facultades. No
como si el arquitecto quisiera que saltara á los ojos' pa en el sistema solar ? Hé aquí el misterio de los mis- se hallan en el mismo caso las que vamos á citar á
viéndola en piedra blanca en la cámara de la Eeina y terios, sin otra solución que el reconocimiento de la continuación, que desplegaron sus talentos bajo dis-
en granito rojo en la ante-cámara del Rey. Esta uni- voluntad divina, de la cual, el arquitecto, rey-pastor tintas influencias.
dad, que, aplicada á uno de los lados de la base de la y gran sacerdote Melquisedech no era más que el ins- El carácter místico, á la vez que artístico y literario,
Pirámide, da, como queda dicho, el fundamento de la trumento. que dominó en el siglo xvii, podemos hallarlo en mu-
cronología, ó sea el número exacto de dias del año, y chas de nuestras pintoras alejadas de los centros ar-
Obra de Dios la Pirámide, su admirable sistema ha
que, aplicada por el cálculo á la forma de la Tierra y á tístico-sociales. La vida monástica ofrece indudable-
permanecido envuelto en el más profundo misterio,
sus dimensiones, tales como hoy se conocen, da la diez- mente cierta libertad para la espontánea manifesta-
aunque expuesto en un monumento único en su espe-
millonésima parte de su semieje de rotación, que pro- ción de los instintos artísticos, pudiendo dentro de su
cie y situado en el centro del mundo antiguo y del mo-
duce el dia y la noche, es el codo de líoisés. estrecha senda tener más amplitud para realizar la be-
derno, accesible á las miradas de todos sus habitantes;
Pasando del estudio exterior al interior de la Pirá- pero el descubrimiento de las verdades científicas que lleza sin el obstáculo de las sensaciones exteriores que
mide, son aún muchas más las maravillas que se en- encierra, tenía que conducir á debido tiempo al de su absorben la atención y el tiempo á los que viven entre
cuentran, porque el arquitecto, como si hubiera pre- principal objeto. las turbulencias de la vida social.
visto que la superficie había de sufrir con el trascurso Hay en la cámara del Rey, ó sea en el corazón de la Santa Teresa formó una vasta institución, que pro-
de los tiempos grandes injurias, que harían imposible Pirámide, unas líneas trazadas con regla que no pue- pagándose por toda Europa, llenó muchas páginas de
la medición de sus verdaderas dimensiones, las repitió, den ser resultado de la casualidad, como nada lo es en la historia eclesiástica con los hechos de los vírenosos
simbolizándolas en los departamentos ocultos. En ellos tan portentoso monumento: Piazzi Smyth las ha me- y sabios varones que produjo el Carmelo reformado, y
se encuentra la expresión de TT y las otras que van re- dido con la misma escrupulosidad que las otras, y ha á esta célebre orden deben las artes del pensamiento
señadas, como confirmación y preparación también visto en ellas la historia de la humanidad. La fecha de muchas inspiraciones, y con respecto á nuestro asunto
para otras enseñanzas. algunos nombres distinguidos. Entre éstos debemos ci-
la dispersión del hombre, la de la fábrica de la Pirá-
La cámara del Rey es un lugar recóndito en que to- mide, de la selección del pueblo judío, del nacimiento tar en primer lugar el de !>."• Leonor de Beaumont,
do es simbólico: las dimensiones de las paredes, que del Mesías, de su muerte un compendio en granito nacida á mediados del siglo xvi, de una de la más
son de granito rojo pulimentado; el pavimento, la te- de las Sagradas Escrituras; un testimonio elocuentísi- ilustres familias del reino navarro, señora tan céle-
chumbre, las hiladas de piedra, todo, en fin, está cal- mo de su confirmación, porque la tradición bíblica di- bre por sus virtudes y talentos como por sus perse-
culado y sujeto á medidas en que se descubren nuevas fiere de todas las otras tradiciones humanas, por el cuciones y desventuras. Fué una de las primeras que
coincidencias. En el centro de la cámara hay un cofre hecho característico de una cosmogonía que para la siguieron á Santa Teresa, luchando contra la corrien-
ó sarcófago, también de granito pulimentado, que ha formación de la tierra autoriza millares de millares de te de los que se oponian al planteamiento de los 13ro-
sido objeto de la investigación de muchos sabios que años y no asigna á la existencia de la vida intelectual pósitos de la Santa; pero vencieron armadas de la
presentían había de representar el principal de los mis- constancia y de la resignación, armas formidables ma-
en su superficie una duración miy larga. Pues bien, lo
terios de la Pirámide, y así es en efecto, puesto que nejadas por la fe. Doña Leonor, que en el claustro se
que la Biblia no hace más que indicar aproximada-
por una serie de cálculos, que no es fácil indicar de llamó Leonor de la Misericordia, casó á los diez y ocho
mente en punto á fechas poco distantes del diluvio, de
pasada, ha venido á encontrarse que el tal cofre es el años con D. Juan Francés de Beaumont, de quien se
la dispersión, del éxodo, etc., lo dice la Pirámide con
patrón de la unidad de volumen y de peso, y que así separó después por nulidad matrimonial de parentesco,
la exactitud de los datos numéricos, incomparablemente
como la unidad lineal de la Pirámide es una parte alí- estableciéndose con su tía D.-'' Beatriz de Bea'imont,
cuota de la dimensión lineal principal del globo terres- más precisos que los de.la Biblia, cuyas diferentes ver-
siones han dado origen á muchos sistemas de crono- esclarecida y erudita señora, fundadora que fué del con-
tre, ésta está en relación simple con el volumen y el vento carmelita de Soria, y allí tomó una parte muy
peso de la Tierra, y también con los de la Pirámide logía. Ahora bien, ¿ habla la Pirámide del fin de los
tiempos con más claridad que el águila de Páthmos? activa en esta fundación, y tuvo que sobrellevar un
misma. sinnúmero de vejaciones y sinsabores. Su esposo, pro-
Oigamos al autor.
«Este secreto ha sido confiado á la porción central movedor de todos ellos, había declarado una cruda
IIL
que hemos llamado corazón de la Pirámide Graba- guerra á Leonor y á toda la Orden Carmelitana, pero
Si el arquitecto de la Pirámide quiso establecer co- dos sobre una piedra indestructible, y á razón de una vino después á ser uno de los mayores encomiadores
municación á través de los siglos con las razas que ha-' pulgada piramidal por año, están los datos cronológi- de esta Orden, y fervoroso informante de la santidad
bian de venir después de él, no había de elegir, en su cos fundamentales de la historia de la humanidad. De de Santa Teresa. Fué D." Leonor compañera de la cé-
gran penetración, un medio perecedero, conao lo es el la dispersión del género humano en la torre de Babel lebre Catalina de Cristo, cuya vida escribió y consti-
lenguaje escrito. Las verdades matemáticas no tienen hasta la construcción de la Gran Pirámide 353 años ; tuye uno de los más bellos ornamentos de sufiímalite-
este inconveniente ; al contrario, una vez descubiertas, de la construcción de la Pirámide á la vocación de raria, habiendo dejado ademas otras varias obras á di-
duran tanto como el universo y son comunes á todas Moisés, G28 años; de la vocación de Moisés al naci- versos asuntos, que atestiguan su gran talento. De su
las naciones, á todos los pueblos del mundo que alcan- miento de Jesucristo, 15-12 años; del nacimiento de carrera artística hemos hallado hasta la presente muy
BELLAS ARTES.

EN EL DÍA DEL r o DEL ABUELO.


üJ DEL MISMO Y GRABADO DE M. PANNEMAKER.
COPIA D E L C U A D R O DE M. LOUlS LELOIR. — D i B
398 J.A jLUSTÍlACIOr^ ^SPAÑOLA Y /MERICAIÍA. SUPLEMENTO AL NÚM. X L V I I

escasos datos, y sólo podemos decir, por referencia, dos como él; y sus hermanas Gecilia del Nacimienlo y los ocho años de su edad; profesó á los diez y seis; se
que faé muy hábil en la pintura, y consta ademas que María de San Alberto, ambas religiosas carmelitas, no llamó Teresa del Niño Jesús, y fué tan diestra en la
en los diversos conventos que recorrió dejó varias obras desmerecieron del blasón de virtud y de sabiduría de estatuaria y tallado como en el ejercicio de la Pintura.
que acreditaron el mérito de su pincel. tan extraordinaria familia. Cecilia Sobri)io era la menor Entre sus esculturas merece citarse la que está sobre la
En la misma orden floreció también la esclarecida de todos sus hermanos, y por lo tanto la que recibió me- puerta de su convento en Valladolid, que representa
señora D." Ana Oasanaie y ESJMS, cuyo nombre con- nos tiempo las lecciones de su ilustre madre; mas á pe- una Virgen esculpida en piedra, de sobresaliente méri-
ventual faé Ana de la Madre de Dios.- igualmente que sar de esto tenía un ingenio sobresaliente y adquirió to , tanto más si se atiende á que la hizo sin los instru-
la anterior fué casada antes de entrar en el claustro y conocimientos tan varios como extensos, en materias mentos propios y adecuados para tales materias, y sin
distinguida en su época como poetisa y celebrada como eclesiásticas y en otros varios puntos de las Humanida- haber recibido lección alguna de este arte, sobre el que
modelo de virtudes y como señora de varia ilustración des, como en el idioma latino, y fué muy aprecíable co- no tenía más conocimientos (nos dice Sor María de la
en las artes, siendo extremadamente hábil en el borda- mo música y como pintora. Profesó en VaHadolid, y Concepción) que los de Nuestro Señor Jesucristo y su
do y el dibujo glíptico : asimismo pintaba con rara después pasó á Calahorra á dirigir la fundación del gran devoción al culto del Señor. EQ el interior del con-
perfección dejando en los conventos carmelitas de Ta- convento carmehta de aquella ciudad, y en 1612 vol- vento existen varias obras de escultura y tallado de me-
razona y Zaragoza bastantes obras que acreditan su in- vió á Valladolid, donde murió, con crédito de santidad, nos im2)ortancia, pero que sirven para atestiguar sil
genio y el valor de su saber artístico. Murió en la últi- el 7 de Abril de 1646. Escribió varias obras comentan- laboriosidad y su ingenio artístico. De sus obras pictó-
ma de las ciudades mencionadas, el 25 de Febrero de do los más oscuros lugares de la Biblia y sobre la In- ricas son las más importantes los lienzos de la cúpiúa
1638. Habia nacido en Tarazona el año de 1570. maculada Concepción de la Virgen, y ademas otros de la iglesia del convento, que representan á San Mi-
A la Orden Carmelitana perteneció también Gecilia varios trabajos literarios y poesías, entre cuyos escri- guel, San Rafael, San Gairiel y el Santo Ángel de la
del Nacimienlo, la última de los hijos de D.'' Cecilia tos merece preferente atención la vida de su hermana, Guarda, obras que por su composición y buen gusto en. ,•
Morillas, y antes de hablar de aquélla, debemos dar que murió en opinión de santidad en el mismo conven- las tintas, y la acertada disposición de las figuras, son
algunas ligeras noticias sobre ésta y sobre sus hijos, to en 1640, habiendo sido notable escritora y música. bastante apreciables. Pero la obra que hace más honor
dignos de eterna recordación. Nació esta señora en el El Conde de Benavente mandó hacer un retrato de á la venerable Teresa, y demuestra la vivacidad de su
año de 1538 y fué justamente considerada como un María de San Alberto para guardarlo como el de una talento ó inventiva, es aquella que representa al Divino '
monstruo de la naturaleza, de tan extraordinaria sabi- bienaventurada, y es de creer que fuese hecho por Ce- Salvador dictando la regla d Marina Escobar, la funda-
duría en las Ciencias y en las Artes, que pocos sabios cilia, que así como levantó con la pluma un monumen- dora de su orden, cuadro de notable composición, y
han existido en nuestro país adornados de tan enciclo- to á la memoria de las virtudes y al profundo saber de que demuestra el deseo de Sor Teresa de ensalzar por
pédicos y profundos conocimientos. D." Cecilia Mori- su hermana, debió con sus pinceles dejar grabado en los medios que estaban á sus alcances las mujeres céle-
llas pertenecía á una distinguida familia, la de los el lienzo sus facciones, para que al recordar su aspecto bres, y es un tributo erigido á la memoria de aquella
Enriquez, por lo que algunos escritores la mencionan se recordasen también sus méritos y perfecciones. De- ilustre fundadoía.
con este apellido, y casó en edad temprana con D. An- seando por nuestra parte conocer el número y asunto Pintó ademas Sor Teresa un gran número de cuadros
tonio sobrino, hombre erudito, oriundo de Portugal, de las obras de Cecilia del Nacimiento, nos ha ilustra- que existen en su convento, entre los cuales es el más
con quien vivió establecida en Valladolid, y de quien do sobre este punto la digna priora del monasterio car- notable un Crucifijo, y otros que se han perdido con el
tuvo siete hijos, cuyos nombres, todos ilustres, consti- melita de Valladolid, Sor Gabriela de Jesús, á quien trascurso del tiempo. Falleció al fin esta infatigable
tuyen el mayor timbre para su celebridad. Hallábase debemos consignar nuestro reconocimiento y gratitud. pintora, en su convento, en 1742, á los ochenta años
esta esclarecida señora adornada de numerosos conoci- En el dicho convento existen cinco cuadros de mano de edad, dejando á sus compañeras edificadas con sus
mientos en ciencias, letras y artes, que adquiriera desde de Cecilia Sobrino, dos de ellos pintados sobre tabla y virtudes, y á las mujeres españolas un modelo de labo-
niña con su extraordinaria y precoz inteligencia y con tres sobre lienzo: uno de éstos representa la imagen riosidad que imitar.
su amor al estudio y al saber, que no abandonó en me- del Salvador (tamaño de O™,80 de alto) y el asun- Para dar fin á nuestras artistas de los siglos xvi y
dio de las atenciones y cuidados de sus numerosos hi- to de los cuatro restantes es el Ucee-Homo, estando re- XVII, nos ocuparemos de algunas otras que no fueron
jos, á cuya educación vivió consagrada con tal asidui- presentado en tres de ellos de medio cuerpo y uno solo religiosas ni tampoco pertenecientes á familias artísti-
dad, que renunció el cargo de educar la familia Real, de figura entera sentado. El dibujo de estos cuadros es cas. Citaremos en primer lugar á la reina Doña María
que Felipe II le propuso. D.^ Cecilia poseia los idiomas en general bastante correcto, pero el colorido está falto Luisa de Borbon, que, aunque nacida en otro país, fué
griego, latino, francés é italiano, era eminente en las de energía, á causa (según dice Sor Gabriela de Jesús) esposa de un monarca español, el sinventura Carlos II.
Humanidades y en la Filosofía, Teología escolástica, y de la escases de colores en que se Jiallaba cua7idopintó Esta señora con su ejemplo contribuyó en gran mane-
perita en las ciencias cosmográficas y geográficas; te- estos cuadros, que son, á pesar de esto, muy aprecia- ra á que se desarrollase entre las de su sexo la afición
niendo sobre todo esto iguales conocimientos teóricos bles, pues todo el que haya manejado algo la paleta y al ejercicio de la pintura, y según todos los autores que
que prácticos, de modo que construía mapas y esferas las brochas sabe cuan difícil es trabajar de memoria, de ella se han ocupado, minió maravillosamente.
con gran primor y exactitud: á la vez conocía la Me- como consta lo hizo Sor Cecilia, cuadros del tamaño La Duquesa de Béjar, Z*." Teresa Sarmiento, honró
dicina, y en las artes plásticas fué verdaderamente dis- y asunto referidos, que suponen mucha práctica y mu- también su nobleza con su talento y su amor al arte.
tinguida, sí se atiende á su mérito en el tallado y la es- chos conocimientos de parte üe quien los ejecuta. Dig- Dice D. José Hidalgo que en las iglesias de Madrid
tatuaria y á sus vastos conocimientos en la Pintura, na es, por lo tanto, esta artista, último vastago de su se veneraban muchas y muy excelentes pinturas ejecu-
arte que enseñó á sus hijos y á Cecilia del Nacimienlo, brillante estirpe, del más honroso recuerdo, no sólo tadas por esta dama; y el célebre Palomino asegura
su última hija, á quien hemos citado al principio, y de por el alto lugar que le dan sus méritos personales, co- haber visto una primorosa cabeza, de la misma señora,
la cual expondremos luego algunas noticias. En la Mú- mo por reflejar en su saber el de su ilustre madre do- hecha sobre cristal, que representaba á la Virgen de las
sica D." Cecilia Morillas fué también mujer de varia ña Cecilia Morillas, que á la vez que enseñó á sus hi- Angustias de Valencia; cuya obra, que tuvo á bien
instrucción, pues tocaba con perfección el órgano, el jos las leyes de las ciencias y las reglas de las artes, su- enseñarle la Duquesa en una de las visitas que el di-
clave y otros varios instrumentos. Los afanes de una po también, inculcándoles amor al trabajo, abrirles el dáctico le hizo, hubiese podido acreditar al más dies-
vida tan laboriosamente ocupada acabaron temprana- camino de la virtud. tro profesor, tanto por lo bien dibujada y pintada,
mente con esta prodigiosa señora el 21 de Octubre de Ademas de la Orden carmelitana, otras órdenes mo- como por la expresión y el sentimentalismo de la
1581, cuando sólo-contaba 43 años de edad. Cúmple- násticas produjeron también bastantes pintoras, diguas imagen.
nos dar también algunas noticias sobre los hijos de es- de encomio. También recordaremos con elogio el nombre de la
ta señora, tanto por ser caso extremadamente.raro el ha- La recoleta agustina María de San Ignacio, nacida granadina Henares, citada por muchos autores como
llarse tan virtuosa y sabia familia, como para hacer en 1592, en los diversos conventos que recorrió duran- diestra música y como fácil pintora: y no debemos ol-
resplandecer más sus extraordinarios méritos y acrecen- te su permanencia en el claustro, dejó muchas pinturas, vidar á la sevillana Luisa Morales, notable grabadora,
tar las pruebas de su talento en el arte de la Pintura. que deben de ser de un estilo eminentemente apasiona- de quien hay dos láminas en el libro de las fiestas con
Ya hemos dicho que tuvo Dj" Cecilia siete hijos y do y romántico, atendido su carácter y sus escritos, que la ciudad de Sevilla celebró la canonización de
dos hijas, todos elevados y dignos de eterna fama por pues llevaba su entusiasmo por el arte hasta el punto San Fernando, y cuyas obras acreditan su primor en
sus virtudes y por la variedad de su sabiduría, cosa de firmar con su sangre los productos de su ingenio. este género.
que todos sus biógrafos están acordes en considerar co- Esta distinguida religiosa escribió también varias obras Para finalizar citaremos á la Sra. Dj^ Cipriana de
mo fruto de la educación de su madre. En la imposibi- muy apreciables, que se conservan manuscritas en los San Joan de la Briz, pintora del siglo xvii, de quien
lidad, atendidos los límites de este corto trabajo, de conventos donde estuvo, habiendo muerto de un cáncer sólo hay noticias en el Aganipe ya citado, donde esta
hablar de todos ellos, sólo citaremos á uno, el doctor en la lengua el año de 1660, á los treinta y dos años de señora es ensalzada bajo el triple concepto de música,
D. José Sobrino, á causa de ser el que más se distin- su edad. escritora y pintora, en los siguientes versos:
guió en el cultivo de la Pintura, siendo mencionado Otra pintora ha pasado, como la anterior y otras (( Lo que la pluma escribe, ' .. .
por los más autorizados biógrafos del arte como un ex- Su pincel prin^oroso lo describe :
muchas, totalmente olvidada para todos los biógrafos, Así admira su tiento,
celente pintor y notable retratista, discípulo de su ad- á pesar de que, atendidos los hechos de su carrera artís- Como admira la voz de su instrumento.
mirable madre. Fué ademas doctor en Teología y va- Plumas, pues, y pinceles
tica, debió de ser mujer de verdadera inspiración, pues Le sirven á su ingenio do laureles. » . •
ron insigne en las letras, virtuoso y humilde en extre- sin más enseñanza que su natural ingenio se adiestró
mo, habiendo desempeñado elevados cargos en su mi- en la práctica del arte hasta llegar á producir obras V.
nisterio, y sido asimismo matemático distinguido y de consideración. Los datos que acerca de ella hemos La pintura durante el siglo xviii ofrece un período
buen poeta latino, castellano, italiano y portugués, y adquirido son debidos á la amabilidad é ilustración de de notable decadencia, motivado por causas no difíciles
notable artífice en la construcción de instrumentos as- Sor María de la Concepción de Jesús, priora del mo- de averiguar. El cambio de dinastía acaecido al prin-
tronómicos, que acababa y pulía con gran primor, co- nasterio de Nuestra Señora de los Angeles de Vallado- cipio del siglo dio amargos dias á la Nación, que vio
sa que, como la Música, en la cual (dicen) fué muy lid, llamado vulgarmente de las Brígidas, á cuya seño- su horizonte oscurecido por la rojiza nube de una
hábil y diestro, aprendió de su madre. Los hermanos ra hacemos pública nuestra gratitud. La pintora á que guerra fratricida que ensangrentó el país por largos
de este sabio y virtuoso prelado fueron tan distingui- nos referimos entró tempranamente en la religión, á años. Al finalizar la lucha, triunfante la borbónica di-
SUPLEMENTO AL NTÍM. XLVII
J... ) LUSTÍ^ACIOIS^ ]pE
PSPANOLA Y
/
MEI^ICAKA. 399

Hastía, introdujo sus usos y costumbres en nuestra Por cada alma engañada Los PUEBLOS JÓVENES, obra publicada por la Redacción
Nación, que reflejó muy luego en su afrancesada su- Una hoja desmayada .:; del periódico La Nueva Prensa, para indemnizar á los sus-
critorcs por el tiempo que dicho diario ha estado suspendi-
perficie la influencia del cambio radical que habia su- Adorna mí ramaje funeral. -Á' do. Forma un tomo de 234 págs. en 8.°, y descríbense en
frido. El ilustre monarca D. Felipe V y su sucesor don I Qué es el amor ? Martirio, ellas ampliamente la Australia y los Estados-Unidos. Vén-
Fernando VI, de feliz memoria, estuvieron animados Sombra, ilusión, virtud, gloria, delirio. dese á cuatro pesetas cada ejemplar en la Administración,
Madrid ( P e z , 6 , principal).
de un espíritu artístico por demás loable: creó el uno Ave con alas de impalpable tul.
y dio vida el otro á la Academia de Nobles Artes de ¡ Benditos los que aman. HISTORIA FILOS(')FIOA nre LA INSTRUCCIÓN PÚBLICA EN E S -

San Fernando, centro que se propuso avivar el ador- Pues sin cesar les.llaman PAÑA, por el Liodo. D. J . M. Sánchez de la Campa, dedica-
Almas gemelas al espacio azul! da al Excmo. Sr. D. Pedro Gómez de la Serna. Esta obra,
mido arte de la Pintura; pero al querer regenerarla hí- publicada en el año 1872, mereció unánimes elogios de la
zolo sin apoyarse en lo verdaderamente clásico español, El pecho solitario prensa periódica. Consta de dos tomos en 4.°, de 4G0 pági-
Yo vi de una mujer, cuando el calvario nas cada uno, y se vende á 40 rs. en las principales libre-
y fué á buscar en el sensualismo de los griegos y en la rías de la. Península, y en la Administración de la obra,
superficialidad de los franceses la fuente con que ali- Un peldaño tras otro recorrió. Burgos, establecimiento de D. Santiago Rodríguez (Pasaje
mentar el naciente arroyo de nuestra Pintura. Si bien Yo sé por qué aquel hombre. de la Flora).
Con ceguedad sin nombre,
es cierto que el didactismo y la metodizacion de los es- Al juramento i pérfido! faltó. L A FAMILIA CRISTIANA, revista católica, apostólica y ro-
tudios artísticos no se habia llevado á cabo en los si- mana, endressada a las classes populars y publicada baix
glos de oro de nuestra pintura de una manera oficial, Cuando él la olvida á ella la protecció del Excm. é lUm. Sr. D. F r . Joaquín Llucli y
como se hizo después de la fundación de la Academia, Es porque sigue la extraviada huella Garriga, bisbe de Barcelona. — Hemos recibido los núme-
De otra mujer que á otro ha de olvidar; ros I y II de esta religiosa publicación, los cuales contienen
no es menos cierto también que los últimos destellos interesantes artículos y poesías. Suscríbese en Barcelona, á
Y unidos los traidores
del sol del arte patrio, produciendo en su ocaso el bri- En sus nuevos amores, 8 rs. por trimestre, en la Administración (Riera de Sant
llante destello de las Santas Formas, se extinguieron Joan, 10, principal).
Disfrutan engañoso bienestar.
con la muerte de Claudio Coello, y que los frutos que MANUAL DE LA SALUD, ó Arte de CAirarse á sí mismo las
produjeron los artistas educados bajo la cuidadosa di- Mas ¡ ay de la inconstante, enfermedades sin médico ni botica; obra escrita en francés
rección de la Academia fueron muy exiguos, y el arte Ay del liviano y corrompido amante, por V. F . Raspail, y traducida al castellano por un profe-
Cuando apuren la copa criminal! sor do Medicina. Quinta edición, notablemente corregida
estuvo postrado largos años, hasta que el nuevo rena- Su amor verán trocado y mejorada. Un tomo en 8.° mayor, de 370 páginas.—•
cimiento verificado en este siglo lo ha colocado de En un desierto helado L A COCINA PERFECCIONADA, Ó sea El cocinero instruido en el
nuevo en la importante altura en que hoy se encuentra. arte culinario, según los adelantos del dia y la práctica de
Y en cruda guerra y estertor mortal. los cocinpros de más fama, por D. J . L., aumentado con
Sentadas estas consideraciones, y volviendo ahora á el Manual del lavado y planchado. Sexta edición. Un tomo
Yo sé por qué tú lloras,
nuestro objeto, podemos decir que nuestras pintoras en 8.° mayor francés, de 396 páginas.— Véndense estas dos
Y cuentas los martirios por las horas, obras en las librerías de los Sres. San Martín y Jubera, en
en esta época reflejaron el carácter general que seguía Y anhelas imposible porvenir. Madrid (Puerta del Sol, G, y Carretas, 3 9 ) .
la pintura, y debemos hacer constar que la Academia Conozco á quien amaste,
de San Fernando fué propicia é influyó considerable- Y sé por qué abrasaste RAMILLETE DE FELICITACIONES, en verso y prosa, por d o n
mente para que el ejercicio y la práctica del arte, ó José Codina. Novena edición. Precio: 4 rs. en Barcelona
El alma en sus miradas de zafir. (librería de D. Manuel Sauri), y 5 rs. fuera.
cuando menos el gusto ó afición de ésta, se generaliza- i Oh, amantes desolados! TRATADO DE TASACIÓN DE TIERRAS T DEMÁS OBJETOS DEL
se entre nuestra arittocracia, siendo nuestras empol- Si fuisteis engañados, CAMPO, por D. Tomás Museros y Revira, catedrático de
vadas damas agasajadas y llenas de distinciones, te- Cesad en vuestra efímera aflicción: Agricultura del Instituto de segunda enseñanza de Lorca.
niendo muchas de ellas el honor de ser admitidas como Al cíelo no le plugo Segunda edición, corregida y notablemente aumentada en
académicas, cosa que en verdad debieron más á su po- Que dierais al verdugo su parte legislativa. Un tomo de 376 páginas en 8.° mayor,
Tanto sueño feliz, tanta pasión. que se vende á 22 rs. en Madrid, librería de Cuesta (Carre-
sición social, á su belleza y á las ^prácticas excesiva- tas, 9), y á 24 rs. para provincias. ,, ;
mente galantes y corteses de la época, que al mérito No esperéis en la vida V.
de sus producciones. Hallar á vuestro amor gloria cumplida.
Que ella es muy breve para tanto amor.
JOSÉ PARADA Y SANTIN. El puro sentimiento
(jSe concluirá.') Tendrá más firme asiento AJEDREZ.
Yfinmás alto y duración mayor.
Solución al problema núm. 8.
Uniendo vuestras almas.
EL SAUCE DE MI JARDÍN. Convertiréis en una vuestras palmas BLANCAS. NEGRAS.
Y será el premio á tanta pena igual;
En medio del verjel, triste y frondoso. Y al despojaros del humano traje, 1 P G 2 — C 3. II F 5 — G 5 , toma A.
Desata sus festones de verdura, Con mi verde follaje 2 A D 5 — E 6. U G 5 — H 5.

Y de sus ramas la inclinada altura, Cubriré vuestra losa sepulcral. — 3 A E 6 — G 4 , toma P . lí, H 5 — G 5.
4 P ir 2 — II 4 , jaque y mate.
Y la esbeltez de su contorno airoso.
Hay u n a variante de fácil solución. :
No es el árbol que crece silencioso Así el sauce á mí oído murmuraba.
Al borde de ignorada sepultura; En tanto el sol poniente le enviaba. Han remitido solución e x a c t a : D . M. González y socios del Casino de
L o r c a ; D. llamón Anglada, de Torrevieja; socios del Cusino Artístico de
Es el depositario Con desmayos de luz, supremo encanto. Albacete ; socio-i del Casino de A d r a , y D. J . M. Llopis, de Barcelona.
De perdidos amores. A su sombra vertí mi último llanto,
De penas y dolores Halló su libertad el alma esclava,
Movedizo calvario. Y al impulso de ráfaga ligera Eefiriéndose á l a solución que hemos dado al problema n ú m . 7 , nos han

Que se alza solitario. El sauce sacudió la copa entera escrito algunos Sres. Suscritores haciéndonos observar que si la tercera j u -
gada de las negras fuese T E 3 — E 4 , y no T K 3 — E 5 , las blancas no da-
Monarca del jardín, rey de las flores. Sobre mí triste pecho, rían mate á la cuai-ta jugada.
Como virgen que al borde de su lecho liC darán siempre , y esto constituye u n a ingeniosa variante del problema,
El céfiro le orea. Sacude la abundosa cabellera. prescindiendo y a de las jugadas anteriores. L a sometemos, hasta el n ú -
Corona el sol su desmayada frente. mero próximo, al examen de los aficionados. ,
El rocío de perlas le engalana, JUAN TOMÁS SALTANT.
Barcelona, 1876.
Y él con dulce vaivén se balancea,
Y murmura, y solloza, y gime y siente, PROBLEMA N Ú M . 9.
Ya le alumbre la luz de la mañana.
Ya salude á la tarde en Occidente, LIBROS PRESENTADOS NEGRAS.
Ya el moribundo cisne á la laguna Á ESTA EEDACCION POR AUTORES Ó EDITORES. A B C D E P O H
Con plañidero son le llame en vano,
Ya le aduerma, en las noches de verano, ENSAYO HISTÓRICO CRÍTICO DEL TEATEO ESPAÑOL, desde su
Con sus besos de luz la amante luna. origen hasta nuestros días, por D. Romualdo Alvarez Es-
Una tarde á su sombra reposaba, pino, catedrático en el Instituto provincial de Cádiz; pre-
cedido de un prólogo del Exorno. Sr. D Francisco Flores
Y en tanto se inclinaba Arenas. Conocido el nombre del autor de este libro, no es
Al blando soplo de las auras frías. necesario decir que el Ensayo es realmente una historia
El sauce pareció que me contaba bien ordenada, bien pensada, magistralmente escrita y
Historias de otros seres y otros días. '' abundantemente provista de noticias curiosas y de atina-
—Yo me retuerzo y siento. das observaciones. Tal vez en alguna ocasión próxima
examinaremos detenidamete la importante obra del señor
Yo recojo las lágrimas del viento Alvarez Espino; entre tanto, recomendamos su adquisición
Cuando llora ó suspira en derredor. • á las personas amantes de la buena literatura. Forma un
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Del alma angelical: soy el dolor. tor, D. José Rodríguez y Rodríguez, Cádiz (calle del Sacra-
mento, 29).
Sé por qué canta el vate,
Por qué su corazón suspira y late POESÍAS SEPIAS Y JOCOSAS de D. Jacinto Labaila, prece-
De angustia, al peso de un dolor sin fin. didas de un prólogo por D. Félix Pizcueta. Contiene esta
Si anhelas armonías. obra numeropas composiciones poéticas, entre ellas la loa
titulada La Fama y la Inmortalidad, una traducción de La
Oye á las hojas mías ; Tragedia de Livia, de V. Balaguer, y otras muchas, todas
Mi follaje es la lira del jardín. dignas del distinguido vate valenciano. Forma un tomo de
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277 págs. en 8.°, y se vende á 10 reales en Madrid y Va-
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