You are on page 1of 7

Comisión 7956- Derechos Reales –Molina Quiroga – Fallo sobre limites

del dominio

Fallo de lectura obligatoria)


Para que lo piensen y lo charlamos en clase
a. Qué fue lo que pasó antes de que las partes acudieran a la justicia.
1. Qué artículos de la Constitución Nacional, del Código Civil o del Código
Procesal (dependiendo del caso) fueron importantes para dirimir el conflicto.
Cómo se puede probar que existen “ruidos molestos”?
2. Si el local de la demandada tenía autorización administrativa, cual es la razón
por la que prosperó la demanda?
3. Es relevante la calificación de la zona en que ocurrieron los hechos? De donde
surgen estas clasificaciones en zona residencial, comercial, etc.?
4. Cómo describiría que son “las circunstancias del caso”. Qué hubiera hecho Ud.
Como juez/a?
5. Si se pide el cese de los ruidos molestos, se puede demandar también daños y
perjuicios?

CNCiv, Sala E - 05/02/2007 468.449.- "ANGELERI ALEJANDRA MABEL C/ MUSEUM


S.A. Y OTRO S/ DAÑOS Y PERJUICIOS" – (El Dial.com 09-03-2007)
HECHOS:
Buenos Aires, Capital de la República Argentina, a los cinco días del mes de febrero
de dos mil siete, reunidos en Acuerdo los Señores Jueces de la Excma. Cámara
Nacional de Apelaciones en lo Civil, Sala "E", para conocer en el recurso interpuesto
en los autos caratulados: "ANGELERI ALEJANDRA MABEL C/ MUSEUM S.A. Y
OTRO S/ DAÑOS Y PERJUICIOS", respecto de la sentencia corriente a fs. 517, el
Tribunal estableció la siguiente cuestión a resolver:
¿Es arreglada a derecho la sentencia apelada?
1
Practicado el sorteo resultó que la votación debía efectuarse en el siguiente orden:
Señores Jueces de Cámara Doctores CALATAYUD. DUPUIS. RACIMO.//-
El Señor Juez de Cámara Doctor CALATAYUD dijo:
1.- En la sentencia de fs. 517/30, el señor juez a quo, tras considerar debidamente
acreditada la existencia de ruidos molestos derivados de la actividad comercial de la
demandada, hizo lugar a la pretensión inicial y condenó a esta última a abonar a su
contraria la suma de $ 54.580, con más intereses y las costas del proceso, decisión
contra la que se alzan ambas partes.-
La actora vierte los agravios que le ocasiona, centrados específicamente en las
partidas indemnizatorias, en la presentación de fs. 547/52 -respondida a fs. 568/71-;;
mientras que la perdedora lo hace en el escrito de fs. 553/67, contestado a fs. 573/80.-
2.- Señala la demandada en su primer agravio, que el magistrado no valoró en el
pronunciamiento diversas particularidades, entre las que mencionó, en primer lugar,
las características de la zona donde está emplazado el local de su propiedad y la
vivienda de la actora -barrio de San Telmo-, en la que constituye un hecho público y
notorio que existe gran afluencia turística y de público en general que asiste en busca
de esparcimiento, es decir, no () se trata de un barrio residencial. En segundo término,
alude también a los rasgos distintivos del tipo de construcción de la propiedad de la
señora Angeleri, producto de una ampliación realizada en el tercer piso del edificio,
con menor altura, ventanas más pequeñas, paredes de menor espesor y techo de
chapa galvanizada. Finalmente, refiere que el local de "Museum S.A." cumple con los
requisitos que contempla la legislación emanada del Gobierno de la Ciudad de Buenos
Aires.-
Más allá de puntualizarle a la recurrente que ninguna de estas circunstancias fueron
alegadas en el escrito de contestación de demanda, donde se limitó a sostener que su
actividad no producía ruidos molestos, que contaba con habilitación municipal y a
historiar sus enfrentamientos con su contraria (ver fs. 258/60)), aspectos éstos que
recién fueron introducidos como defensas tardías en el alegato de fs. 505/13, lo cierto
es que está debida y fehacientemente demostrado que, contrariamente a lo que

TP 3 Páá giná 1
Comisión 7956- Derechos Reales –Molina Quiroga – Fallo sobre limites
del dominio

sostiene, la zona donde están ubicadas las propiedades en cuestión está catalogada
como "residencial", pues así lo informaron ambos peritos ingenieros -Ricardo Carlos
Aramburu y Carlos S. Gabay- que dictaminaran en autos (ver fs. 240 y 371); mientras
que respecto de las particularidades de la vivienda de la actora a que se refiriera el
ingeniero Degli Esposti en el expediente contravencional que en fotocopia obra a fs.
44/223 (ver, en especial, fs. 199 vta.), si bien son de las características a que hace
mención el apelante, no existe prueba alguna tendiente a acreditar la incidencia que
ellas tendrían en el conflicto que se debate en autos.-
De todas maneras, la circunstancia que la demandada actúe con autorización o
habilitación administrativa no influye para concluir en que la inmisión sonora excede la
normal tolerancia y, por consiguiente, disponer su cese o la indemnización
correspondiente, pues así lo dispone expresamente la norma del art. 2618 del Cód.
Civil en su actual redacción. Y ello es lógico, puesto que la autoridad la concede
siempre que estén reunidas las condiciones generales dispuestas en la legislación
pertinente, pero no podría atender por anticipado a las molestias que se puedan
ocasionar eventualmente a los vecinos (ver Borda, Tratado de Derecho Civil -
Derechos Reales, 4a. ed., t. I pág. 410 n? 491; Llambías, Código Civil Anotado
Doctrina - Jurisprudencia, com. art. 2618, t. IV-A pág. 425 n? 5). Es decir, la
habilitación o autorización para funcionar debe ser entendida con la limitación de no
producir molestias excesivas a los vecinos (ver CNCiv. Sala "B", in re "Yalonetzky
Bernardo c/ ETAPSA Línea 24 s/ daños y perjuicios" del 26-5-03, citado en Bueres -
Highton, Código y normas complementarias. Análisis doctrinal y jurisprudencial, 2a.
ed., t. 5-A pág. 648, com. art. 2618). En suma, su actividad puede ser perfectamente
lícita, el uso de su propiedad ser regular, pero puede tener derivaciones que superen
la "normal tolerancia" a que alude la disposición legal citada.-
2
Afirma la recurrente que representa igualmente un hecho público y notorio que con el
tiempo efectuó modificaciones en sus instalaciones que solucionaron los problemas
suscitados con sus vecinos. Sin perjuicio de señalar que de ninguna manera puede
catalogarse de tal forma una circunstancia que requiere, sin duda, demostración a
través de elementos objetivos de prueba -que, bueno es apuntar, no fueron aportados
a la causa-, tal como lo destacara el señor juez de la anterior instancia, obran en autos
profusas probanzas objetivas e idóneas que acreditan indubitadamente que produjo
cotidianamente, a través de su actividad comercial, ruidos excesivos que tornaron
intolerable el normal descanso de su vecina en horas de la noche.-
En efecto, los dos dictámenes periciales producidos en el expediente dan cuenta de
que aquéllos excedieron lo permitido por la reglamentación respectiva para el lugar y
el horario nocturno. Así, el ingeniero Aramburu -que fuera designado para llevar a cabo
el peritaje anticipado-, midió el nivel sonoro en el dormitorio de la actora el día 14-10-
04, desde la hora 0,42' hasta la 1,01' del mismo día, con ventanas cerradas y algunos
valores con ventanas abiertas. Observó ruido musical continuo con características
intermitentes tonales, impacto e impulsivos y, tras efectuar las diversas mediciones y
las correcciones pertinentes en razón del nivel de ruidos de fondo mensurado según la
norma IRAM 4062 (que adopta 40 dbA), arrojó un resultado que supera lo que se
entiende como "ruido no molesto" (menor de 8dbA), pues llegó a 10dbA, permitiendo
evaluarlo como "Ruido molesto" (ver fs. 240/44), conclusiones que fueron tibiamente
objetadas por la demandada a fs. 259 ap. V.-
De la misma manera, el ingeniero Gabay -designado de oficio por el Juzgado, con la
imparcialidad que el origen de su nombramiento permite presuponer-, ya en la etapa
probatoria del proceso, efectuó similar medición en el dormitorio perteneciente a la
vivienda de la señora Angeleri. Al igual que el anterior, señaló que se escucha ruido
musical continuo con características tonales e impulsos y, tras referir las correcciones
por días y horas, ámbito de percepción y característica del ruido, concluye que el límite
permisible ya corregido alcanza a los 50db(A). Seguidamente, informa que el día 8-9-
05 con ventanas cerradas, el valor máximo se encontró en 57,6 db(A) y el mínimo en

TP 3 Páá giná 2
Comisión 7956- Derechos Reales –Molina Quiroga – Fallo sobre limites
del dominio

54,2 db(A), en tanto que, con ventanas abiertas, el máximo alcanzó a 64,9 db(A) y el
mínimo a 61,2 db(A) y, el día 10 del mismo mes, a 56,5 db(A) de máximo y 54,3 db(A)
de mínimo con ventanas cerradas; mientras que abiertas, llegó a 63,3 db(A) de
máximo y 61 db(A) de mínimo. También midió el día intermedio (9-9-05) en que el local
de la demandada permaneció cerrado, donde los valores arrojaron como resultado con
ventanas abiertas un máximo de 50,2 db(A) y un mínimo de 46,5 db(A) y, con
ventanas cerradas, un máximo de 43,6 db(A) y un mínimo de 40,2 db(A). Estos
guarismos revelan claramente -afirma el experto- que cuando la discoteca "Museum"
no funciona las condiciones ambientales sonoras cumplen con las normas vigentes, no
así cuando está abierta, pues ocasiona ruidos molestos a los vecinos (ver fs. 371/76).
En diciembre del mismo año 2005, el perito encontró nuevamente que se superaba el
límite permisible de 50db(A) tanto con ventanas abiertas como cerradas (ver fs. 38 del
incidente sobre medidas precautorias).-
Corrido el pertinente traslado, ninguna de las partes objetó las conclusiones periciales,
de manera que, con arreglo a lo dispuesto por los arts. 386 y 477 del Cód. Procesal,
no cabe sino aceptarlas (ver Palacio, Derecho Procesal Civil, t. IV pág. 720). Es cierto
que en el aludido incidente, poco tiempo después -en abril de 2006-, el ingeniero
Gabay efectuó otra medición y no registró valores de intensidad sonora que superaran
aquel límite de 50db(A) (ver fs. 269 de dichos autos). Empero, a mi juicio, ello no
desmerece el dictamen pericial llevado a cabo en el principal, toda vez que a más de
que ella se llevó a cabo con conocimiento de la demandada -con lo que pudo muy bien
prever disminuir el nivel sonoro de la música en ese momento-, lo cierto es que los
registros anteriores -como destacara- no fueron observados oportunamente.-
Así las cosas y dejando al margen la conducta de las partes a lo largo del juicio -que
motivó la exhortación que efectuara el magistrado en la providencia de fs. 267 del
3
incidente mencionado-, como así también las constancias de los expedientes
administrativos sustanciados en esta causa civil está fehacientemente comprobado
que la actividad comercial de la demandada ha ocasionado inmisiones sonoras en
horas nocturnas en la vivienda de su vecina -la actora- que exceden la normal
tolerancia a que alude la norma del art. 2618 del Cód. Civil, motivo por el cual la
procedencia de la demanda indemnizatoria -que tal como lo reconoce la propia
recurrente la discusión doctrinaria y jurisprudencial sobre su viabilidad se encuentra
superada con la actual redacción del artículo (ver fs. 561 ap. II.6.3.)- resulta
incuestionable.-
3.- Después de señalar que se debe ser estricto en la admisión de la pretensión
resarcitoria por cuanto la responsabilidad deriva de un accionar lícito, reclama el
apelante se deje sin efecto la reparación de los daños y perjuicios, fundado para ello
en un precedente de nuestro Máximo Tribunal ("Fallos" 321:164). En dicho fallo, la
Corte Suprema en el considerando 6), desestimó la indemnización pedida "...dado que
de conformidad con las amplias facultades que otorga a los jueces el art. 2618 del
Código Civil se debe optar, según las circunstancias del caso, entre la reparación de
los daños ocasionados o la cesación de las molestias. En el sub lite, por la naturaleza
de la cuestión planteada, resulta suficiente la medida adoptada, ya que la causa de las
molestias es subsanable".-
Según señala Llambías, existirían dos posiciones: por un lado, Borda, quien advierte
que el juez se encuentra frente a una alternativa, pues no podría acumular la orden de
cesación y la indemnización, y que solamente en caso de culpa o dolo puede
condenar al cese de las molestias y a la indemnización de los daños por aplicación de
las normas generales sobre hechos ilícitos; en tanto para Mariani de Vidal, si bien la
letra de la ley parece apoyar esa opinión, es evidente que si se han producido daños
materiales, ellos deben ser indemnizados por aplicación de los principios comunes. Sin
embargo, según aquel tratadista dichas posiciones no serían antitéticas, pues el
primero de los autores no descarta los daños y perjuicios sumados a la cesación de la
actividad cuando aquéllos encajan en los principios generales de la responsabilidad

TP 3 Páá giná 3
Comisión 7956- Derechos Reales –Molina Quiroga – Fallo sobre limites
del dominio

civil y la imposición de una indemnización hasta que se supriman las molestias de la


que se hace cargo la segunda, no parece encontrar obstáculo en la alternatividad,
pues allí más que acumulativamente la indemnización y la efectivación de la condena
al cese de las molestias operan sucesivamente (ver Código Civil Anotado - Doctrina -
Jurisprudencia, t. IV-A, com. art. 2618, pág. 425 n? 6).-
Ello así, más allá de que en el precedente de la Corte Suprema no están especificadas
con claridad las "circunstancias del caso" que tornaría, en esa hipótesis, "suficiente la
medida adoptada", en el sub examine las particularidades puestas de relieve en la
sentencia de la anterior instancia y en este voto, en especial, que la prioridad
pertenece al vecino y que la zona es residencial, autorizan a acumular ambas
acciones, sin que la demanda por cesación de ruidos molestos obste a la de
indemnización por los perjuicios ya ocasionados (ver, en tal sentido, CJ Salta, L.L.
Rep.XXXVII-416 n? 237, in re "Vila, Francisco M.c/ Sociedad Inmobiliaria del Norte y
otro", del 10-12-74).-
4.- Ambas partes cuestionan el importe reconocido en concepto de daño psíquico y
tratamiento psicoterapéutico. En primer término, considero que la queja de la
demandada atinente a su hipotética superposición de indemnizaciones no resulta
adecuada, a poco que se repare que es criterio de la Sala que no es incompatible
resarcir por ambos conceptos al mismo tiempo, puesto que ello no implica que el
primero pase a ser un daño transitorio (conf. esta Sala, voto del Dr. Mirás en causa
345.988 del 29-5-02 y mis votos en causas 398.997 del 11-8-04 y 372.240 del 1-12-
04). Y, lo expresado pericialmente en estos autos, de ninguna manera significa que el
mal remitirá a través de la realización de la terapia aconsejada.-
Y, además, tampoco puede confundirse este perjuicio con el daño moral, puesto que,
como ha señalado reiteradamente este Tribunal, el daño psíquico debe ser
4
diferenciado del moral, constituyendo dos partidas que merecen ser, según las
circunstancias, indemnizadas por separado, puesto que el daño moral sucede
prevalecientemente en la esfera del sentimiento, en tanto que el primero afecta
preponderantemente la del razonamiento (conf. Cifuentes, "El daño psíquico y el daño
moral. Algunas reflexiones sobre sus diferencias", en J.A. 2006-II-1089; Cipriano, "El
daño psíquico [Sus diferencias con el daño moral]" en L.L. 1990-D-678). Es por ello
que se ha aceptado mayoritariamente la indemnización de las secuelas psíquicas que
pueden derivarse de un hecho con independencia de que se conceda también una
reparación en concepto de daño moral (conf. mis votos en causas nº 69.658 del 2-10-
90, 81.134 del 24-12-90 y 174.074 del 8-8-95, con cita de Zavala de González, Daños
a las personas - Integridad sicofísica, t. 2a pág. 195 nº 57 y jurisprudencia allí
mencionada).-
La Dra. Adriana Desimone, nombrada de oficio por el Juzgado, concluyó que la señora
Angeleri presenta alteraciones del sueño y tendencias depresivas, manifestadas
principalmente por la angustia, hipoabulia, escasa energía y fatiga, sensación de
desamparo, falta de respuesta a emociones, pérdida de la capacidad de experimentar
placer, lo que ha afectado la vida volitiva-afectiva y el normal desarrollo de sus
actividades, lesiones todas que se originaron a partir de la situación narrada en autos.
Ello se vio revelado a través de las entrevistas psiquiátricas y del análisis de las
baterías de test aplicados en la realización del psicodiagnóstico. Estima su grado de
discapacidad, parcial y permanente, del 10%, aconsejando un tratamiento de apoyo de
dos años de duración y una frecuencia de dos sesiones semanales a un costo de $ 60
por sesión (ver fs. 445/48). A fs. 456/57, la experta distingue el daño moral del psíquico
y señala que el diagnóstico médico es Desarrollo Psicológico Post-traumático leve
reactivo a las vivencias narradas.-
Incluso si se tomara como válida la impugnación que efectuara la demandada en su
alegato, es preciso poner de resalto que, acerca de la cuestión, esta Sala tiene
decidido que, si bien el perito es un auxiliar de la justicia y su misión consiste en
contribuir a formar la convicción del juzgador, razón por la cual el dictamen no tiene, en

TP 3 Páá giná 4
Comisión 7956- Derechos Reales –Molina Quiroga – Fallo sobre limites
del dominio

principio, efecto vinculante para él (art. 477 del Cód. Procesal; CNCiv. esta Sala, en
E.D. 89-495 y sus citas), la circunstancia de que el dictamen no obligue al juez -salvo
en los casos en que así lo exige la ley-, no importa que éste pueda apartarse
arbitrariamente de la opinión fundada del perito idóneo, en tanto la desestimación de
sus conclusiones ha de ser razonable y fundada (conf. fallo citado y votos del Dr. Mirás
en causas 34.389 del 9-2-88 y 188.579 del 26-3-96 y, en el mismo sentido, CNCiv.
Sala "D" en E.D. 6-300; Colombo, "Código Procesal Civil y Comercial Comentado y
Anotado", 4a. ed., t. I pág. 717 y nota 551).-
En forma congruente, ha adherido a la doctrina según la cual aun cuando las normas
procesales no acuerdan al dictamen pericial el carácter de prueba legal, cuando el
informe comporta -como en el caso- la apreciación específica en el campo del saber
del perito -conocimiento éste ajeno al hombre de derecho-, para desvirtuarlo es
imprescindible contar con elementos de juicio que permitan concluir fehacientemente
en el error o el inadecuado uso que el experto hubiese hecho de sus conocimientos
técnicos o científicos, de los que por su profesión o título habilitante ha de suponérselo
dotado (conf., entre muchas otras, causas 21.064 del 15-8-86, 11.800 del 14-10-85,
32.091 del 18-12-87, 131.829 del 29-7-93 y 169.102 del 6-6-95).-
Por consiguiente, para que las observaciones que pudiesen formular las partes
puedan tener favorable acogida, es menester aportar al expediente probanzas de
similar o mayor rigor técnico o científico que desmerezcan las conclusiones
alcanzadas en el peritaje (conf. citados arts. 386 y 477 del Cód. Procesal; Palacio,
"Derecho Procesal Civil", t. IV pág. 720), pruebas que no han sido incorporadas al
proceso, en el que la demandada ha manifestado al alegar de bien probado un mero
desacuerdo con el criterio de la experta.-
Ahora bien, cuando promovió la demanda, la actora justipreció esta partida en la suma
5
de $ 5.000 (ver fs. 22 vta./23, ap. 7.1), cantidad a la que añadió por separado y en
concepto de tratamiento psicoterapéutico y farmacéutico la de $ 4.448 (ver fs. 23 y
vta., ap. 7.2), es decir, un total de $ 9.448. El magistrado, fundado en que la interesada
había sujetado su reclamo a lo que en más o en menos resulte de la prueba, reconoció
por daño psíquico $ 16.000 y por gastos en medicamentos $ 3.480, o sea, un total de
$ 19.480.-
Empero, sobre el punto, ha sostenido reiteradamente la Sala que, si bien existe
jurisprudencia que admite apartarse de los límites pretendidos en hipótesis en que en
el reclamo inicial el actor solicitó -como en el caso- que se haga lugar al íntegro pago
de lo reclamado o lo que en más o en menos resulte de la prueba a producirse, lo
cierto es que en la especie ninguna se rindió que justifique conceder una
indemnización mayor que la requerida inicialmente para la partida en análisis, por
responder a hechos sobrevinientes que pudieran haber agravado las dolencias y
padecimientos consecuentes u otras circunstancias que autorizaran a justificar un plus
imprevisible a la época de la estimación (conf. voto del Dr. Dupuis en causa 188.689
del 25-3-96; voto del Dr. Mirás en causa 188.579 del 16-3-96 y mi voto en causa
192.990 del 20-8-96). Así, Angeleri, que en ningún momento alegó la dificultad o
imposibilidad de estimarlo, no puede ahora sostener que ese perjuicio fue mayor si
-como en la hipótesis de autos- ni siquiera se invoca un hecho sobreviniente que haga
presumir un daño añadido al que ya se había producido a la época del evento (ver
votos del Dr. Dupuis en causas 134.120 del 20-8-93, 132.910 del 30-8-93, 156.833 del
13-12-94, 164.061 del 13-3-95 y la recién citada 188.269).-
La circunstancia de que la fijación quede en definitiva librada al prudente arbitrio
judicial (art. 165 del Cód. Procesal), no autoriza al juez a apartarse, sin invocar razón
alguna, del quantum reclamado, porque de este modo se estaría violando el principio
de congruencia y el de defensa en juicio, que tienen jerarquía constitucional, al
privarse a la contraparte de alegar y probar en contra de lo concedido (arts. 18 de la
Constitución Nacional, 163 inc. 5º y 34 inc. 4º del Cód. Procesal).-

TP 3 Páá giná 5
Comisión 7956- Derechos Reales –Molina Quiroga – Fallo sobre limites
del dominio

En tales condiciones, no cabe sino reducir el importe fijado como daño psíquico a los $
5.000 reclamados, suma que añadida a la estimada por la perito psiquiatra para
erogaciones en medicamentos y terapia psiquiátrica, hace ascender estas partidas a $
8.480, máxime cuando no puede obligarse a la damnificada a concurrir a un
profesional dependiente de su cobertura de medicina pre-paga (ver mi voto en causa
167.960 del 11-5-95).-
5.- En lo que atañe al daño moral, aspecto sobre el cual se quejan también ambos
litigantes, de acuerdo a criterio de la Sala se entiende por tal cualquier lesión a los
sentimientos o afecciones legítimas de una persona, o cuando se le ocasionan
perjuicios que se traducen en padecimientos físicos o, en fin, cuando de una manera u
otra se han perturbado la tranquilidad y el ritmo normal de vida del damnificado (conf.
CNCiv. Sala "D" en E.D. 61-779; íd., en E.D. 69-377; Sala "F" en E.D. 42-311; íd., en
E.D. 53-350; Sala "G" en E.D. 100-300; esta Sala, causas 502 del 26-12-83, 66.984
del 30-5-90 y 77.842 del 7-11-90).-
Es por ello que la jurisprudencia ha resuelto que para fijar el monto indemnizatorio se
hace imprescindible valorar un cúmulo de factores, entre los que merecen ser
destacados, a modo de ejemplo, la gravedad de la culpa del autor del hecho, la
existencia y cuantía de los perjuicios materiales, las condiciones personales de aquél y
las de la víctima, etc., factores todos que quedan librados al prudente arbitrio judicial
(conf. CNCiv. Sala "B" en E.D. 57-455; Sala "D" en E.D. 43-740; esta Sala, causas
19.073 del 13-3-86 y 124.140 del 16-11-94).-
A la luz de tales principios, habida cuenta la forma como se sucedieran los hechos,
edad de la actora a la época en que se iniciaron las inmisiones sonoras intolerables
(47 años), el nivel socio-económico que resulta del incidente sobre beneficio de litigar
sin gastos y demás condiciones personales, así como también los sufrimientos e
6
inconvenientes que seguramente ha debido padecer, que -contrariamente a lo que
entiende la demandada- aquélla eligió residir en un barrio residencial más allá de que
en la actualidad sea visitado por gran cantidad de turistas, el importe reconocido por
este concepto resulta, a mi juicio, equitativo y adecuado a las particularidades del
caso.-
6.- El juzgador hizo lugar al daño reclamado como "perturbación en el uso de la
propiedad". Valoró, al efecto, el hecho de que su propietaria soportó durante varios
años molestias que no debiera haber tolerado en función del régimen legal aplicable,
lo que le significó un perjuicio que debe ser reparado. Aseguró que el daño estaba
representado por no haber podido disfrutar enteramente de su derecho de dominio.-
La disposición legal que citara el señor juez -la del art. 2513 del Cód. Civil- reconoce al
propietario de un inmueble ciertos derechos sobre él, entre los que menciona el de
poseerlo, el de usarlo, el de disponerlo y el de gozarlo. Este último -jus fruendi- se
traduce en la percepción de todos los frutos naturales, civiles e industriales que la cosa
produce, perteneciéndole también los productos, como parte de la misma cosa (ver
Puerta de Chacón en Belluscio, Código Civil y leyes complementarias comentado,
anotado y concordado, t. 10 pág. 720, letra c, com. art. 2513; Highton - Wierzba en
Bueres, Código Civil y normas complementarias - Análisis doctrinal y jurisprudencial,
2a. ed., t. 5-A pág. 471 n? 2, com. art. 2513), mientras que otros autores entienden
que el derecho al goce importa, además de la prerrogativa a percibir los frutos, la
facultad de obtener todos los provechos y ventajas que la cosa es capaz de brindar
(ver Llambías, Código Civil Anotado - Doctrina - Jurisprudencia, t. IV-A, pág. 307 n? 3
com. art. 2513).-
Aún aceptando -tal como lo hiciera el precedentes citado por el magistrado de primera
instancia (ver CNCiv. Sala "H", voto del Dr. Kiper, en causa 168.462 in re " ", del 16-
11-95)- que las molestias derivadas de las inmisiones sonoras soportadas por el
vecino que excedían la normal tolerancia representaban un perjuicio indemnizable y
que el daño estaba representado por no haber aquél podido disfrutar enteramente de
su derecho de dominio, lo cierto es que, en el particular supuesto de autos, es mi

TP 3 Páá giná 6
Comisión 7956- Derechos Reales –Molina Quiroga – Fallo sobre limites
del dominio

convicción que, otorgar una indemnización por este concepto importaría superponerla
con el daño moral.-
En efecto, las molestias derivadas de los ruidos molestos que ha debido soportar por
largo tiempo la actora se encuentran resarcidas a través de esta última partida, a poco
que se repare el concepto del daño moral que explicitara en el considerando 5, donde
se estableció que el perjuicio estaba representado por cualquier alteración en el ritmo
de vida del damnificado, que es, precisamente, la angustia e inconvenientes por los
que ha atravesado la señora Angeleri al no poder disfrutar en su propiedad del
descanso nocturno en razón de los ruidos intolerables producidos por la actividad
comercial desplegada por la demandada. Adviértase, por otra parte, que en ningún
momento alegó algún perjuicio adicional, como podría ser, por ejemplo, el fracaso por
el mismo motivo de un intento por arrendar el inmueble.-
Por lo demás, en el precedente antes citado de la Sala "H", surge del voto del vocal
preopinante que los actores no habían reclamado oportunamente la reparación del
daño moral, planteándolo tardíamente en el memorial de agravios, lo que motivó su
rechazo, circunstancia que resulta relevante para distinguir la situación de hecho en
ambos procesos.-
En suma, si mi criterio fuere compartido, corresponderá revocar este aspecto del
pronunciamiento y desestimar la pretensión indemnizatoria del ítem denominado
"perturbación en el uso de la propiedad" o "daño resarcible".-
7.- Resta, por último, examinar las quejas relacionadas con el inicio del cómputo de los
intereses, que la sentencia dispone se deberán devengar a partir del año 1999, fecha
en la cual se produjo cada perjuicio objeto de reparación.-
Sin embargo, coincido con la crítica formulada. Es que, como bien pone de resalto la
perdedora, si bien en un principio, en el apartado 4 del escrito inicial, la actora señaló
7
que la demanda se interponía por la suma que surgirá de la "Liquidación" "...con más
intereses desde el hecho..." (ver fs. 19 vta., primer párrafo), cuando concreta el monto
de la referida liquidación de las distintas partidas pretendidas, expresamente dice: "En
consecuencia se reclama la suma de SESENTA Y NUEVE MIL OCHOCIENTOS
CUARENTA Y OCHO PESOS ($ 69.848), o lo que en más o en menos resulte de la
prueba producida en autos, con más sus intereses desde la promoción de la presente
demanda..." (el destacado me pertenece).-
Vale decir, con claridad limita el inicio del curso de los intereses a la fecha de
promoción de la demanda, de manera que disponer que tales accesorios se devengan
desde una época anterior es, en mi concepto, violar el principio de congruencia
(citados arts. 34 inc. 4? y 163 inc. 6? del Cód. Procesal), más allá de lo que disponga
el fallo plenario citado (L.L. 93-667), pues, en definitiva, se trata de derechos
esencialmente renunciables.-
8.- Por estas consideraciones y las coincidentes del pronunciamiento de primera
instancia, voto para que se lo confirme en lo principal que decide, modificándoselo
únicamente en lo que concierne a la partidas por perturbación del uso de la propiedad,
la que se revoca, dejándosela sin efecto, así como también en lo que atañe al "daño
psíquico", que habrá de ser reducida a la suma de $ 5.000 y, por último, al inicio del
cómputo de los intereses, que deberá fijarse en la fecha de promoción de la demanda;
confirmándoselo en lo demás que decide y fue materia de agravio.-
Las costas de Alzada, propongo sean distribuidas en un 75% a cargo de la
demandada y en el 25% restante a cargo de la actora, habida cuenta el resultado
obtenido en esta instancia (art. 71 del Cód. Procesal).-
Los Señores Jueces de Cámara Doctores Dupuis y Racimo por análogas razones a
las expuestas por el Dr. Calatayud, votaron en el mismo sentido. Con lo que terminó el
acto.

TP 3 Páá giná 7

You might also like