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Me ayudo entender los motivos por los que yo me trataba así, plantearme que era una
persona que sufría mucho y que no tenía recursos más adaptativos.
No solo son autolesiones las conductas descritas con anterioridad; lo son también las
bulimias, la vida sexual promiscua, el abuso de drogas, las conductas temerarias, la
alimentación restrictiva, que de una forma más solapada van minando la integridad del
paciente.
Los siguientes motivos son los verbalizados más frecuentemente por los pacientes que
se autolesionan mediante cortes y quemaduras.
Es importante tener en cuenta que, aunque nacemos con una capacidad para sentir, que
desde pequeños expresamos nuestras necesidades a través de reacciones emocionales
(llanto, enfado…), no nacemos con un aprendizaje que nos permita identificar, expresar
y manejar las emociones, aunque poseamos la capacidad para aprenderlo. Tampoco
conocemos la relación existente entre la reacción "más adecuada" y la expresión de lo
que sentimos o queremos transmitir. Esto es algo que aprendemos de nuestro entorno
más directo, pero si no se aprende, a medida que la persona crece y tiene que hacer
frente a diferentes problemas, surgirán las primeras dificultades.
Lo ideal es que, cuando esto ocurra, la persona se haga consciente de su dificultad para
tolerar emociones y para manejarlas, esto le permitirá pedir ayuda y aprender a manejar
las situaciones; pero la realidad es que, si esto no se aprende desde pequeño, es muy
difícil de identificar y, por lo tanto, de expresar.
Teniendo en cuenta lo anterior, podemos decir que la idea de la autolesión surge cuando
los mecanismos adaptativos del sujeto se agotan y ha de recurrir a nuevos medios que
le ayuden a manejar un estado de ánimo que se hace insopor-table y que el sujeto no
sabe o no puede verbalizar o afrontar.
egún Karen Conterio y Wendy Lader, el 75% de las personas que se autole-sionan utiliza
más de un método. Algunos ejemplos son: cortarse, golpearse, arran-carse el pelo,
rascarse hasta producir herida, quemarse, morderse, ingerir objetos, fármacos o tóxicos,
interferir en la cicatrización de heridas o romper huesos.
¿QUÉ ES LA AUTOLESIÓN?
El daño en raras ocasiones pone en peligro la vida de la persona, el lugar de las heridas
suele ser en una parte del cuerpo que se oculta fácilmente, aunque no es así siempre.
Al ser la piel lo que se daña, no las venas, arterias, tendones o ligamentos, el daño se
suele restringir a cicatrices.
Steven Levenkron
¿Qué es la violencia autoinfligida? Este término se define como el daño intencionado del
propio cuerpo sin intención suicida consciente. En términos más simples, la violencia
autoinfligida es el acto de hacerse daño físico a uno mismo a propósito.
Tracy Alderman, Ph. D
Autodaño, término utilizado para describir un ataque físico del propio cuerpo... Se
encuentra implícita en la definición la comprensión de que el cuerpo será
deliberadamente, y por lo general habitualmente, dañado más que destruido.
Fiona Gardner
Cuando me preguntan "¿por qué te cortas?", suelo contestar "no lo sé". Esto es en parte
cierto y en parte falso, porque sí lo sé pero no lo puedo explicar. Es como una necesidad
imperiosa de hacerme daño, pero el desencadenante puede ser muy variado.
Paciente, 23 años
El autolesivo por lo general se siente triste, vacío, tiene dificultades para iden-tificar
sentimientos y expresarlos, suele mezclar y confundir emociones, no sabe si es "normal"
sentir así o no. Las dudas le invaden y esto hace que empiece a buscar formas de
manejarlo, métodos que le permitan hacer frente a este caos.
Muchos saben que es dañina; otros creen que es solo asunto suyo y que no están
haciendo daño a nadie. Otros, aun sabiendo que es algo ·extraño" y queriendo dejar de
hacerlo, se sienten incapa-ces de parar, atraídos irrefrenablemente por la necesidad de
cortarse, quemarse o golpearse. Otros fantasean1 o aspiran a hacer evidente la
necesidad de ayuda que se ven incapaces de verbalizar. Por ejemplo: "Si me ven esta
quemadura seguro que me preguntan, se dan cuenta de lo mal que estoy y me ayudan
y entienden mejor".
Esto, que en principio puede parecer un comportamiento raro y excéntrico, tiene sentido
si lo vemos como una conducta aprendida, una forma de regular las propias emociones.
Independientemente de si el fin es sentir alivio, castigarse o sentirse vivo, en todos los
casos hay un componente emocional importante que necesita ser regulado, parado,
frenado. El que se castiga necesita un escarmiento; el que se lesiona para sentirse vivo
necesita algo que le permita sab.er que real-mente existe, que siente; el que lo hace para
sentir alivio necesita una vía de escape o tiene la sensación de que va a estallar en
cualquier momento.
Es importante tener presente que la acción conlleva alivio, mientras que verbalizar y
compartir requiere un esfuerzo tremendo y un repertorio de habilidades de las que carece
la persona, que recurre a la acción como forma de comunicación. El objetivo es poner fin
al dolor y al sufrimiento que siente en su interior, al caos y la confusión que retumban en
su cabeza; frenar los pensamientos dolorosos, la incertidumbre, la confusión. Cualquier
otra forma de expresión emocional se convierte en una tarea impensable para la persona,
que, al no haber desarrollado los recur-sos necesarios, tenderá a repetir este nuevo
comportamiento. De tal forma, este nuevo comportamiento se convierte en el recurso
que mejor funciona, por lo que la probabilidad de que piense o recurra a conductas
adaptativas será pequeña sin la intervención de un profesional que le ayude a
comprender sus comportamientos y a pensar en nuevas alternativas más funcionales y
positivas.
Para muchos es más fácil tolerar el dolor físico que el dolor emocional, espe-cialmente
cuando no saben por qué se sienten así de abrumados en un determinado momento o
situación. El dolor físico es tangible, palpable, visible, se puede "ver", "mostrar",
"comprender'', "transmitir" e incluso "curar", pero el emocional es verda-deramente difícil
de compartir y mostrar. Si nos fijamos, mostrar el dolor emocional requiere lágrimas,
gritos, temblores, agitación, palabras, acción ... algo "visible",
"escuchable" ... que permita a los que nos rodean visualizar lo que uno siente. Si
anulamos las respuestas físicas o comportamentales es especialmente complicado
imaginar o percibir lo que la otra persona siente. Intentemos imaginar a una persona
inexpresiva explicando lo que siente y que a su explicación no acompañe ningún tipo de
gesto o movimiento. Resultaría frío, distante, irreal... Y esto es lo que creo que lleva a
muchas personas a comportarse así: la necesidad de expresar lo que sienten y la
dificultad que tienen para hacerlo verbal o paraverbalmente (mediante el lenguaje no
verbal, con gestos y expresión de las emociones).
No sé por qué me lesiono, algunos profesionales me han dicho que es para llamar la
atención, pero yo no creo que ese sea el motivo. Lo único que tengo claro es que después
de hacerme cortes me siento mejor, más tranquilo. A veces creo que me hago a mí Jo
que me gustaría hacerles a otros, pero tampoco creo que sea la explicación porque no
haría daño a nadie. No lo sé, no puedo contestar a tu pregunta.
(Paciente, 19 años)
¿Que por qué me autolesiono? Para tener lo que merezco. Cuando me lesiono pienso
que merezco eso y mucho más. Me suelo autolesionar cuando me siento cul-pable,
cuando estoy enfadada, cuando me ilusiono con alguien y me falla ... puede ser por
cualquier cosa. Si discuten en casa me suelo cortar porque me siento muy mal, creo que
soy la causante de las discusiones. Ya no saben qué hacer conmigo, pero yo no puedo
dejar de pensar que merezco un castigo.
(Paciente, 21 años)
A veces entro en una especie de trance ... siento que me estoy volviendo loca, que no
existo, que no soy real, es como si estuviera muerta ... A veces me quemo para
comprobar que sigo viva y que aún siento algo.
(Paciente, 34 años)
Yo me lesionaba por angustia, por un bloqueo mental, por no poder reaccionar, por sentir
que me iba a volver loca ... me ponía muy nerviosa. Cuando haces estas cosas parece
que no eres tú misma, sino otra persona completamente diferente. Comento esto porque
cuando me autolesiono no parezco ser 'yo" misma, sino una fuerza del interior que te
provoca hacerlo ... después te sientes muy culpable y muy frustrada.
(Paciente, 32 años)
Hace muchos años que tengo una lucha interna. A medida que pasaba el tiempo, como
no encontraba soluciones efectivas, me empecé a autolesionar y esto sí que era efectivo.
Me encontraba mejor; cuando pensaba que ya no podía más, que no valía la pena luchar
y que la vida no tenía ningún sentido, recurría a los cortes. Parecerá extraño, pero yo no
quería morir, quería dejar de sufrir, quería aprender a tolerar los imprevistos, a vivir sin
tanto dolor ... quería pero no podía, no sabía ... Las autolesiones cada vez eran más
fuertes y acabé "enganchada", no podía parar de hacerme daño, cualquier situación o
imprevisto era suficiente para dañarme. Nadie se dio cuenta hasta que se me fue la mano
y necesité una intervención, habla san-gre por todas partes, pensé que me iba a
desangrar en mi cuarto y pedí ayuda.
(Paciente, 29 años)