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INTRODUCCIÓN

Durante el proceder histórico de la sociedad, la historia del conocimiento se ha organizado


de manera muy particular a través de la evolución del tiempo. Los cánones del conocimiento
vigente en cada época tienen un momento de total dominación y éxito ya que se consideran los
discursos más acertados sobre la realidad existente. Sin embargo, en algún momento tal discurso
empieza a desmoronarse y empiezan a encontrarse fallos importantes que hacen que se generen
discursos alternativos muy antagónicos y competitivos con respecto al dominante siendo así que se
vuelve trascendental el paradigma dominante que permitió la definición del proceder del hombre
según la época como base de las cosas y el hombre.

La base fundamental del proceder humano fue cambiando desde la edad antigua a la
contemporáneo delimitando el proceder del conocimiento a partir del discurso de la época. Es así
que la visión del hombre moderno propia del siglo XX concibe que los elementos claves del
funcionamiento humano son la razón y la observación la base del conocimiento positivista fundada
desde finales del siglo XIX. Manteniendo como premisa del conocimiento autentico el
conocimiento científico, verdadero por ser comprobable. Al movimiento modernista del siglo
veinte que ha sido expresado en el arte, el folclore, la música, la ciencia, la política, la moral y
demás manifestaciones de la cultura humana, le ha surgido una nueva antítesis, que pretende
remover los cimientos del modernismo y volver a reconstruir (deconstruir) sobre sus ruinas una
nueva forma de concebir la realidad. El posmodernismo es una forma alternativa y por lo tanto,
rompe con los esquemas más arraigados del modernismo en los diferentes campos de la cultura, lo
que lleva sin lugar a dudas a la generación en el mundo modernista del miedo, la resistencia al
cambio y la duda de que exista otra forma de ver el mundo que no responda al patrón modernista.

Tal situación también se refleja en la construcción de la psicología social que estudia los
fenómenos sociales e intenta descubrir las leyes por las que se rige la convivencia. La cual también
aplicado en la construcción del conocimiento social el positivismo como guía, desde el
conductismo, el psicoanálisis, siguiendo parámetros de observación del hombre y su naturaleza en
el comportamiento como individuo dentro de su conducta social. Postulados que se mantuvieron en
la época contemporánea y que salieron de contexto por su falta de practicidad.

Kenneth J. Gergen, psicólogo estadounidense hace una crítica severa en el artículo que
analizaremos en el presente ensay, pues considera que los patrones de comportamiento que
estudian los psicólogos sociales han sido históricamente perecederos, considerando que el estudio
con bases positivistas es una concepción empirista inherentemente defectuosa del conocimiento y
considera que toda inteligibilidad humana parte de la relación social, y es la interacción social la
que produce el conocimiento real, racional, no deben ser evaluadas en términos de la verdad, sino
en términos de resultados pragmáticos, para el autor la cuestión no es su precisión, pero si su
potencial para la humanidad.

Ante ello hace una crítica a los estudios de psicología social que se han mantenido en una
posición meramente comprobable y propone una teoría generativa con técnicas y métodos que
permita la transformación los resultados de las investigaciones dejando de lado al investigador
observador para ser en papel activo, que se ubiquen en la realidad actual y los modos de vivencia.

1. ANALISIS
HACIA UNA TEORIA GENERATIVA
El tema “Hacia una Teoría Generativa” del libro de Kenneth Gergen, nos muestra acerca
de la psicología social y como sostiene que las leyes y principios de la interacción social son
variables con el tiempo y que los conocimientos científicos generados por los psicólogos sociales
realmente influyen.
La teoría generativa es una teoría que inquieta a las creencias comunes, y abre nuevas
posibilidades o nuevas formas de acción. Todo conjunto de principios que puede provocar debate,
transformar la realidad social y, en ultimas, reordenar la conducta social, en resumen, la debilidad
generativa de la psicología social actual se debe por su compromiso con el enfoque empirista
positivista del cuál resalta cuatro obstáculos fundamentales inherentes respecto al paradigma
positivista.
De acuerdo a lo que K. Gergen menciona de la contrastación empírica que no es un
criterio apropiado de validación teórica, sino hace una comparación entre las teorías alternativas
en función de su capacidad para inferir los principios esenciales de una cultura, indicar problemas
fundamentales de la vida social contemporánea, se debe cuestionar lo establecido y así se van a
generar nuevas alternativas para la acción social.
En cuanto a la exigencia de la verificación teórica, debería existir una estrecha relación entre
teoría y datos, ya que la teoría no solo debería surgir de la evaluación inicial, sino que, debería
estar sujeta a una evaluación empírica sistemática y profunda por tal razón estas se puedan
sostener para así aquellas que fracasan puedan ser excluidas del conocimiento aceptable.
La tarea inicial del científico es observar el estado de la naturaleza y documentar con
exactitud la relación sistemática existente entre los observables, se dice que, sobre la base de esta
observación preliminar, el científico puede construir inductivamente las aseveraciones teóricas
generales que describen y explican el fenómeno en cuestión. El caso es particularmente potente
en lo que concierne a la teoría generativa. Se busca explicar cómo las personas llegan a describir,
explicar o dar cuenta del mundo donde viven. Para ello, toma en cuenta cuatro hipótesis. Lo que
se considera conocimiento del mundo no es producto de la inducción o de la construcción de
hipótesis generales, como pensaba el positivismo, sino que está determinado por la cultura, la
historia o el contexto social. Por ejemplo, expresiones como 'hombre', 'mujer' o 'enojo' están
definidos desde un uso social de los mismos. Los términos con los cuales comprendemos el
mundo son artefactos sociales, productos de intercambios entre la gente, históricamente situados.
El proceso de entender no es dirigido automáticamente por la naturaleza, sino que resulta
de una empresa activa y cooperativa de personas en relación. Ejemplo: 'niño', 'amor' etc. varían
en su sentido según la época histórica. El grado hasta el cual una forma dada de comprensión
prevalece sobre otra, no depende fundamentalmente de la validez empírica de la perspectiva en
cuestión, sino de las vicisitudes de los procesos sociales (comunicación, negociación, conflicto,
etc.). Ej.: interpretar una conducta como envidia, enojo o coqueteo puede ser sugerida, afirmada o
abandonada conforme las relaciones sociales se desarrollan en el tiempo. Esta negociación de la
realidad da paso a una epistemología social. Las formas de comprensión negociadas están
conectadas con otras muchas actividades sociales, y al formar así parte de varios modelos
sociales sirven para sostener y apoyar ciertos modelos excluyendo otros.
La teoría generativa como ya se mencionó anteriormente se basa en el potencial de la
disciplina para el amplio beneficio social, ya que todas las teorías permanecen parciales,
distorsionadas y sesgadas y se debe reconocer a las teorías generativas que son aquellas capaces
de no asentarse sobre cómodas verdades de amplia aceptación, sino que tiene una flexibilidad que
puede incrementar la capacidad adaptativa de la sociedad.
Gergen propone la utilización de las teorías en forma generativa para poder cuestionar sus
propios supuestos y después dar lugar a teorías alternativas que permitirían proponer acciones
sociales relevantes que cambien la sociedad. Lo interesante de esta propuesta es que se pueden
usar sobre las prácticas en las que como psicólogos o psicólogos sociales están implicados, sobre
la naturaleza histórica de nuestro conocimiento, sobre nuestras concepciones sobre la verdad y
objetividad implicadas en nuestros métodos y técnicas de investigación.
Para Gergen las teorías deberían ser sutilmente consideradas dependiendo de su capacidad
generativa para retar los supuestos directrices generativas de la cultura, formular preguntas
fundamentales acerca de la vida social contemporánea, promover reconsideraciones sobre aquello
que se ha tomado por dado, y que, por tanto, brinden alternativas para la acción social.
2. MARCO CONCEPTUAL COMPLEMENTARIO

Historia de la Psicología social

Aristóteles (384-322 a. C.) destaca la pertenencia del hombre al mundo de la naturaleza.


El hombre es un animal capaz de pensar e inhibir un impulso natural. La mente humana al nacer
es una tabula rasa, adquiere el conocimiento por la experiencia y debe ser estudiada con los
métodos de las ciencias de la naturaleza. Aristóteles sienta los principios básicos de la influencia
y la persuasión sociales. Se interesó por la manera en que la persona se relaciona con el mundo, a
través de los sentidos, en los que la realidad deja sus huellas.

Esta oposición que se origina con los griegos, llega hasta los orígenes de la psicología
bajo el ropaje de diferentes pares antitéticos planteados por el pensamiento filosófico (Platón,
Santo Tomás de Aquino, Descartes). Cada disciplina buscaba su propia definición, un status
propio que la diferenciara de otras disciplinas vecinas – la sociología de la psicología, la
psicología de la fisiología, la psicología de la filosofía-. Se buscaba el tipo de explicación más
adecuada para los fenómenos humanos y los de la realidad física:

- materia / espíritu, cuerpo / mente, irracional / racional, objetivo / subjetivo, colectivo


/individual, cultura / conciencia, cultura / mente, cultura/ naturaleza,

- empirismo / racionalismo, (Locke, Berkeley, Hume (Descartes), todo conocimiento deriva de la


experiencia)

- ciencias de la naturaleza / ciencias del espíritu, explicación / comprensión, exógeno / endógeno,

- explicaciones centradas en el medio/ explicaciones centradas en el individuo.


La historia del pensamiento humano va a dar cuenta de las maneras en que estas
concepciones se distancian, se oponen o se integran en explicaciones más abarcativas de los
fenómenos humanos. Los distintos pensadores darán prioridad a los fenómenos naturales, la
mente concebida como una tabula rasa, un producto del sistema nervioso central (Locke, siglo
XVII, empirismo ingles).

Existen condiciones históricas y sociales – consolidación de una clase burguesa e impulso


y apoyo a la filosofía y las ciencias desde la estructura del poder- para que una sociedad y una
cultura abandonen la especulación metafísica y aborde el estudio científico del mundo natural y
del hombre. Así el desarrollo del pensamiento humano progresa a través de saltos cualitativos,
cambios discontinuos. Son las rupturas epistemológicas que plantea G. Bachelard (1934) o los
cambios de paradigma que formula T.S. Kuhn (1962) a través de los cuales se cambia la
perspectiva, se realiza un enfoque cualitativamente distinto de los hechos.

LA PSICOLOGIA SOCIAL

Definir la psicología social es una tarea cercanamente ligada a la práctica de la misma y a


la posición teórica que se adopte en el abordaje de la psicología frente a la problemática de la
interacción entre individuo y medio ambiente, individuo y sociedad, dos ejes centrales en una
polémica medular en la psicología desde su constitución como disciplina independiente.

Amalio Blanco Abarca, catedrático de psicología social en la Universidad Autónoma de


Madrid, considera que hay tantas definiciones de Psicología Social y tantas Psicologías Sociales
como profesionales la practican. Según este autor, la psicología social es como un personaje que
se esconde detrás de diversas máscaras con cierta coherencia y unidad.

Lo que caracteriza a la Psicología Social es el concepto de relación, interdependencia,


interacción, influencia - modificación de la conducta y las creencias de una persona debido a la
presencia de otros. La Psicología Social enlaza la conducta a fenómenos micro y macrosociales.
La Psicología Social implica una perspectiva - no individual – para enfrentar la problemática
humana. La psicología social aborda la experiencia subjetiva de las personas, tal como se
construye en la interacción social. A ello alude (W.I. Thomas y su “definición de la situación”
que se refiere a los significados que, atribuidos a la experiencia humana, construyen la realidad
social)
D. Cartwright intenta una definición de la psicología que sintetice sus dos orientaciones:
“La psicología social es una rama de las ciencias sociales que intenta explicar cómo la sociedad
influyó en la cognición, la motivación, el desarrollo y el comportamiento de individuos y es
influida por ellos”

SURGIMIENTO.

D. Cartwright, también identifica a la Segunda Guerra Mundial como la influencia más


poderosa en el desarrollo de la Psicología Social y a Adolfo Hitler como la persona que mayor
impacto tuvo tanto en el surgimiento de problemas humanos como en la búsqueda de soluciones.
Su marcado anti intelectualismo y antisemitismo contribuyó tanto al importante flujo migratorio
de científicos europeos a Estados Unidos (K. Lewin, F. Heider, Köhler, Wertheimer, Katona,
Lazarsfeld, Brunswik) con el consiguiente retraso de la psicología social europea, como al
crecimiento de focos de desarrollo de psicólogos sociales en Estados Unidos que adhirieron al
paradigma conductista y a la ideología política americana, la defensa de la democracia, la
importancia del individuo, la creencia en el progreso humano a través de la racionalidad y la
educación. K. Lewin dirá: “Creer en la razón es creer en la democracia, porque garantiza a las
personas que razonan un status de igualdad” (1948).

¿Qué es la psicología social?

Todo resultaría muy sencillo si pudiésemos decir sin dudar: existe el individuo y existe la
sociedad. Evidentemente esto se nos repite innumerables veces y uno parece comprender e
incluso ver lo que indican estas palabras. Todos aceptamos como algo indiscutible que estos dos
términos estén separados, que cada uno sea autónomo y posea una realidad propia. Esto significa
que podemos conocer uno sin conocer el otro, como si se tratasen de dos mundos extraños entre
sí.

Si la psicología social tiene una razón de ser en tanto que ciencia y un motivo que le sea
propio, es ahí donde lo encontraremos. Toda ciencia mayor intenta responder, a través de
investigaciones efectuadas en campos concretos, a alguna de las lancinantes preguntas que se
plantean a los hombres. La física, a la pregunta: ¿Qué es la materia o el movimiento? La biología,
a la pregunta: ¿Qué es la herencia? O bien ¿Por qué existe la vida? La cosmología, a la pregunta
¿Cuál es el origen del universo? Y así sucesivamente. De manera similar, La psicología social -en
mi opinión al menos- se ha ocupado y sigue haciéndolo de un solo y único problema: ¿por qué se
produce el conflicto entre individuo y sociedad? Ninguna otra ciencia aborda este problema de
forma tan directa, ninguna siente una atracción tan profunda por ese conflicto. Y aquellas
ciencias que lo hacen se aproximan a la psicología social, como sucedió con el psicoanálisis
interesarse éste por los fenómenos de masa. También es el caso de la historia cuando estudia los
fenómenos de la mentalidad. Y la recíproca también es cierta. Siempre que la psicología social
olvida este problema para estudiar en paralelo y con independencia uno de otro, ya sea lo social o
lo individual, como sucede actualmente en los Estados Unidos, pierde su personalidad,
convirtiéndose en un apéndice, inútil, de otra ciencia.

Características de la Psicología Social

Crecimiento.

La psicología social ha sufrido un gran incremento que se manifiesta en distintos aspectos


del quehacer científico.

El crecimiento de la psicología social obedece tanto a factores internos de la propia


disciplina como externos de la sociedad en general. Ha crecido el número de psicólogos sociales,
el número de ramas aplicadas que se ocupan de su estudio y solución, el número de revistas, de
asociaciones, de libros, etc. Tanto desde dentro como desde afuera, se constata una mayor
expansión de la psicología social.

Diversificación Temática.

La psicología social se ha caracterizado por una necesidad de atender y dar respuesta a los
nuevos temas y problemas que se planteaban a nivel social, por tratar de explicar los procesos
psicológicos adaptativos y des adaptativos ante las situaciones sociales más o menos estables y
ante aquellas que están inmersas en el cambio social.

También por obtener conocimiento sobre las distintas formas de interacción social y sobre
los procesos colectivos que de alguna forma influyen sobre el sujeto a nivel individual y por
tratar de solucionar los distintos problemas sociales a través del contacto e intervención social.
Las distintas ramas “aplicadas” de la psicología social abren a su vez una nueva
diversidad de intereses de estudio; de forma que en estos momentos confluyen en esta disciplina
intereses muy diversos cuyo principal punto común es el estudio de la conducta social humana.

Multiplicidad de aproximaciones teóricas.

Actualmente se acepta por muchos psicólogos sociales la conveniencia de una pluralidad


teórica para el estudio del comportamiento humano.

La multiplicidad teórica dificulta la delimitación de las corrientes más relevantes. No


todos los autores coinciden en señalar las mismas corrientes teóricas como las más significativas
para la psicología social.

Los autores no coinciden en todas las corrientes, pero sin embargo, la mayoría de ellos se
muestran de acuerdo al considerar importantes en la actualidad la perspectiva cognitiva, el
conductismo y el interaccionismo simbólico. Y finalmente, con menos coincidencia, la teoría del
campo y el psicoanálisis, la teoría del rol, la etogenia, la etología, la etnometodologia y la
psicología social marista.

Incremento del Interés por la Relevancia Social.

Una de las críticas más duras a la psicología social durante la época de crisis fue su falta
de relevancia social. Esta disciplina parecía estar orientada a estudiar temas en el laboratorio que
poco tenían que ver con el mundo social.

Desde hace algún tiempo, los psicólogos sociales fueron perfilando distintas
especialidades orientadas a estudiar, desde distintos ángulos, la conducta humana, tanto a nivel
teórico como aplicado, incidiendo en su significación social.

También el interés por comprender el impacto que determinados cambios sociales pueden
acarrear a la sociedad.

Los primeros años de la década de los 70 los problemas sociales estudiados nacían de la
realidad social, “a medida que pasan los años los intereses parece que se enfocan desde dentro de
las universidades y ya no tanto desde la calle”. Existe un mayor interés por el estudio de los
problemas sociales, no se ha producido en el área de la psicología social una unión fructífera
entre la “academia” y el “mundo social”.
PSICOLOGIA SOCIAL APLICADA

Uno de los temas que ha causado mucho debate dentro de la disciplina en los últimos años
es lo referente al carácter que debe tener la psicología social, específicamente si se puede hablar
de una Psicología Social Aplicada, y en tal caso, en qué debería consistir. Ha existido
controversia acerca de si los psicólogos sociales deberían involucrarse más en investigaciones
aplicadas, o más aún, en intervenciones sociales. Frente a esto se pueden plantear distintas
posiciones.

La psicología social, junto a la psicología general, del desarrollo, de la personalidad,


anormal, etc. son áreas básicas, en tanto que la psicología educacional, laboral, clínica, del
deporte, etc. son áreas aplicadas, que utilizan y adaptan el conocimiento generado por las áreas
básicas. Por tanto, sería casi un absurdo hablar de psicología social aplicada, al igual que si se
hablara de psicología general aplicada, o psicofisiología aplicada. Distinto es que el conocimiento
sobre los fenómenos psicosociales sea aplicado en sus actividades por los psicólogos laborales,
clínicos, educacionales, comunitarios, del deporte, etc.

Una posición intermedia sería plantear que la psicología social, por la índole de los temas
que trata, debería idealmente ser aplicada, o sea, que el conocimiento que genera la investigación
básica debería llegara ser útil. Aquí se pone el acento en la relevancia del conocimiento, pero esto
sería algo más ideal que real, ya que se pensaría que las aplicaciones concretas son aún algo
prematuras.

Una tercera posición plantearía que la psicología social debería focalizarse directamente
en los problemas sociales significativos, realizar investigaciones en problemas reales y diseñar
soluciones concretas a esos problemas. Focalizarse en problemas significativos, desarrollar
teorías psicosociales sólidas, y actuar como agente de cambio e intervención (Wrightsman &
Deaux, 1981).

CONCEPCION ACTUAL DE LA PSICOLOGIA SOCIAL

Cuando se habla actualmente de psicología social aplicada se hace referencia a que el


investigador se orienta hacia problemas relevantes, que se consideran significativos desde el
punto de vista social, ya sea para ciertos grupos, organizaciones, o para la sociedad en su
conjunto.

La metodología debe ser siempre la científica. Se buscan teorías psicosociales que tengan
suficiente respaldo, se diseñan estrategias y programas sociales, y finalmente se implementa la
intervención destinada a buscar solución a un determinado problema. O sea, en gran medida la
psicología social aplicada consistiría en aplicar las mismas teorías y métodos propios de la
investigación básica (por ej. de laboratorio), pero orientados a analizar y resolver problemas en el
contexto real en que acontecen.

Esto corresponde a lo que planteaba Lewin en los años 40, la combinación de la teoría y la
práctica (lo aplicado), dándole un rol central a los modelos teóricos sólidos y los métodos
rigurosos de evaluación e intervención. Es decir, la psicología social no por ser aplicada debería
ser menos teórica o darle menor importancia a la teoría. La teoría es igualmente importante, tanto
para la ciencia básica como para la ciencia aplicada.

Esto implicaría a su vez varios cambios de perspectiva y readaptaciones (Blanco y otros,


1985):

Cambio de rol: de académico a práctico, cambio de grupo de referencia: de sus colegas al


público en general, cambio de poder: desde la seguridad del control del ambiente académico o el
laboratorio a la situación más desestructurada de la comunidad y cambio de inquietudes: desde
las ético-teóricas a lo que es "apropiado" y apropiado para quién.

EL POSITIVISMO

Consiste en no admitir como válidos científicamente otros conocimientos, sino los que
proceden de la experiencia, rechazando, por tanto, toda noción a priori y todo concepto universal
y absoluto. El hecho es la única realidad científica, y la experiencia y la inducción, los métodos
exclusivos de la ciencia. Por su lado negativo, el positivismo es negación de todo ideal, de los
principios absolutos y necesarios de la razón, es decir, de la metafísica.

El positivismo es una mutilación de la inteligencia humana, que hace posible, no sólo, la


metafísica, sino la ciencia misma. Esta, sin los principios ideales, queda reducida a una
nomenclatura de hechos, y la ciencia es una colección de experiencias, sino la idea general, la ley
que interpreta la experiencia y la traspasa. Considerado como sistema religioso, el positivismo es
el culto de la humanidad como ser total y simple o singular.

Evolución:

En general, se interesó por la reorganización de la vida social para el bien de la


humanidad a través del conocimiento científico, y por esta vía, del control de las fuerzas
naturales.

Los dos componentes principales del positivismo, la filosofía y el Gobierno (o programa


de conducta individual y social), fueron más tarde unificados por Comte en un todo bajo la
concepción de una religión, en la cual la humanidad era el objeto de culto. Numerosos discípulos
de Comte rechazaron, no obstante, aceptar este desarrollo religioso de su pensamiento, porque
parecía contradecir la filosofía positivista original. Muchas de las doctrinas de Comte fueron más
tarde adaptadas y desarrolladas por los filósofos sociales británicos John Stuart Mill y Herbert
Spencer así como por el filósofo y físico austriaco, (Ernst Mach).

La Ley de los tres Estados.

Según Comte, los conocimientos pasan por tres estados teóricos distintos, tanto en el
individuo como en la especie humana. La ley de los tres estados, fundamento de la filosofía
positiva, es a la vez, una teoría del conocimiento y una filosofía de la historia. Estos tres estados
se llaman:

Teológico, Metafísico, Positivo.

Estado Teológico:

Es ficticio, provisional y preparatorio. En él, la mente busca las causas y los principios de
las cosas, lo más profundo, lejano e inasequible. Hay en él tres fases distintas:

Fetichismo: en que se personifican las cosas y se les atribuye un poder mágico o divino.

Politeísmo: en que la animación es retirada de las cosas materiales para trasladarla


a una serie de divinidades, cada una de las cuales presenta un grupo de poderes: las aguas,
los ríos, los bosques, etc.
Monoteísmo: la fase superior, en que todos esos poderes divinos quedan reunidos y
concentrados en uno llamado Dios.

En este estado, predomina la imaginación, y corresponde a la infancia de la humanidad.


Es también, la disposición primaria de la mente, en la que se vuelve a caer en todas las épocas, y
solo una lenta evolución puede hacer que el espíritu humano de aparte de esta concepción para
pasar a otra. El papel histórico del estado teológico es irremplazable.

Estado Metafísico:

O estado abstracto, es esencialmente crítico, y de transición, Es una etapa intermedia entre


el estado teológico y el positivo. En el se siguen buscando los conocimientos absolutos. La
metafísica intenta explicar la naturaleza de los seres, su esencia, sus causas. Pero para ello no
recurren a agentes sobrenaturales, sino a entidades abstractas que le confieren su nombre de
ontología. Las ideas de principio, causa, sustancia, esencia, designan algo distinto de las cosas, si
bien inherente a ellas, más próximo a ellas; la mente que se lanzaba tras lo lejano, se va
acercando paso a paso a las cosas, y así como en el estado anterior que los poderes se resumían
en el concepto de Dios, aquí es la naturaleza, la gran entidad general que lo sustituye; pero esta
unidad es más débil, tanto mental como socialmente, y el carácter del estado metafísico, es sobre
todo crítico y negativo, de preparación del paso al estado positivo; una especie de crisis de
pubertad en el espíritu humano, antes de llegar a la adultez.

Estado Positivo:

Es real, es definitivo. En él la imaginación queda subordinada a la observación. La mente


humana se atiene a las cosas. El positivismo busca sólo hechos y sus leyes. No causas ni
principios de las esencias o sustancias. Todo esto es inaccesible. El positivismo se atiene a lo
positivo, a lo que está puesto o dado: es la filosofía del dato. La mente, en un largo retroceso, se
detiene a al fin ante las cosas. Renuncia a lo que es vano intentar conocer, y busca sólo las leyes
de los fenómenos.

El sentido del positivismo:

Esta ciencia positiva es una disciplina de modestia; y esta es su virtud. El saber positivo se
atiene humildemente a las cosas; se queda ante ellas, sin intervenir, sin saltar por encima para
lanzarse a falaces juegos de ideas; ya no pide causas, sino sólo leyes. Y gracias a esta austeridad
logra esas leyes; y las posee con precisión y con certeza.

Una y otra vez vuelve Comte, del modo más explícito, al problema de la historia, y la
reclama como dominio propio de la filosofía positiva. En esta relación se da el carácter histórico
de esta filosofía, que puede explicar el pasado entero (Donaldson, Chizmilhali y Nakamura,
2011).

Por ejemplo, un positivista diría: “Si no lo veo, no lo creo”.

3. CONCLUSION

La Psicología Social no solo es un estudio científico, sino que es uno de los estudios que
realiza procesos psicosociales que implica el desarrollo y consecuencia del comportamiento
interpersonal y a su vez la manera en que las personas se relacionan entre sí.

La importancia de la psicología social estudia el desarrollo que determina los problemas que
surgen en la práctica social y a su vez evalúa la personalidad y la manera en que se desarrolla el
comportamiento social de las personas y su manera de pensar socialmente a través de métodos de
análisis psicosocial.

La psicología positiva se centra en los recursos psicológicos que el ser humano utiliza para
vivir y alcanzar la felicidad, en su amplia difusión actual se fundamenta en la visión optimista y
totalizadora que ofrece del ser humano y la facilitación de instrumentos de evaluación de las
fuerzas humanas.

La psicología positiva no aporta nuevas soluciones a ningún problema existencial que no


hubiese sido ya abordado por los pensadores clásicos, occidentales y orientales.

Existen diferencias entre el estudio de ámbitos positivos en Psicología Social y el estudio de


situaciones adversas desde una óptica positiva. Ello habla de la riqueza y profundidad de los
planteamientos de la Psicología Positiva.

Un intento de compensar el énfasis negativo de la Psicología Social con el desarrollo de la


vertiente positiva contribuiría a una comprensión más equilibrada y constructiva del ser humano.
No se ha pretendido resaltar la defensa de una nueva Psicología Social de orientación positiva
sino más bien el incremento del estudio de los aspectos positivos del comportamiento social hasta
conseguir equilibrar la balanza de la investigación psicosocial, actualmente más decantada hacia
el estudio de los aspectos negativos y problemas sociales. En ello han insistido influyentes
autores como Snyder y Lopez que afirman, en su Handbook de 2007, que la Psicología Positiva
no busca recargar el lado amable de la vida a costa de negar o quitar importancia a la parte
desagradable, sino más bien corregir la desigualdad existente hasta dar a cada aspecto, positivo o
negativo, el peso que le corresponde.

4. Referencias bibliográficas

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tivismo.pdf

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