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ISSN 1900-9623

Número 16 Abril de 2017

Novelas
y novelistas
del Quindío

Jaime Buitrago Cardona


Susana Henao Montoya
Omar García Ramírez
Alister Ramírez Márquez
Pedro Miguel Rozo
Revista de los estudiantes de la Licenciatura en Español y Literatura • Universidad del Quindío (Armenia, Colombia)
Número 16 Abril de 2017

José Fernando Echeverry Murillo


Rector Contenido
Facultad de Educación
Angelmiro Galindo Martínez
Decano Carlos Alberto Castrillón
Novelas y novelistas del Quindío 1

Cristian Julián Buitrago Restrepo


Jaime Buitrago, un novelista en la historia 5
Licenciatura en Español y Literatura
Laura Marcela Esponda Molina
Con acreditación de alta calidad
Resolución 13935 de 2013 El pensamiento mágico en la narrativa
del Ministerio de Educación Nacional de Susana Henao 11

Juan Manuel Acevedo Carvajal Estefanía Rodríguez Rozo


Director Senderos subterráneos de cemento:
La obra novelística de Omar García Ramírez 25

Polilla, Revista literaria Leidy Julieth Ortiz Idárraga
ISSN 1900-9623 Cara y sello de la mujer en las novelas
Número 16 de Alister Ramírez Márquez 37
Abril de 2017
Wilmar Augusto Suárez A.
Revista de los estudiantes
de la Licenciatura en Español y Literatura La crisis de la conciencia en la novela
Universidad del Quindío de Pedro Miguel Rozo 46
(Armenia, Colombia)

Directora
Estefanía Rodríguez Rozo

Comité Editorial
Wanda Patricia Quijano
José Alejandro Patiño
Angely Viveros Moreno
Angie Daniela Ruiz

Coordinador del proyecto


Carlos Alberto Castrillón

Ilustraciones
Estefanía Rodríguez Rozo
Mimbre
Omar García Ramírez
Urbanos trogloditas
Cada autor es responsable del contenido de su texto.
El Comité Editorial de la revista Polilla no asume responsabilidad sobre in-
Contacto terpretaciones, opiniones y enfoques expresados en los trabajos publicados,
polillaliteraria@gmail.com ni estos representan el pensamiento o la interpretación de la Universidad del
http://revistapolilla.blogspot.com/ Quindío, la Licenciatura en Español y Literatura o el Comité Editorial.
Novelas y novelistas del Quindío
Carlos Alberto Castrillón1

El inventario parcial de la novela en el Quindío reporta un total de 38 autores con 75 novelas


publicadas en un periodo de casi cien años (1916-2014), sin contar las que se difunden exclusi-
vamente en formato digital. La primera de la que se tiene noticia es Montañera (1916), de Arturo
Suárez, un escritor prolífico y popular nacido en Filandia (1887); le siguen Rosalba (1918) y El
alma del pasado (1921), del mismo autor. Si bien la crítica ha sido poco benevolente con la obra
de Arturo Suárez, su importancia en la historia de la novela colombiana del siglo XX es indudable
porque fue uno de los primeros escritores que logró configurar una comunidad de lectores. Una
nota anónima publicada en El Tiempo el 27 de mayo de 1944, después del éxito comercial de
Adorada enemiga (1943), registraba así el hecho: “El caso de Arturo Suárez es muy diciente, pues
vende ediciones tras ediciones, porque cogió el golpecito al gusto del pueblo, que se devora sus
libros, aunque literariamente no valgan nada”.
Mientras Arturo Suárez triunfaba con sus novelas sentimentales, otros novelistas del Quindío
publicaron sus primeras obras. Con estructura de cuento largo, Aves enfermas, de Jaime Buitrago
Cardona, apareció en La Novela Semanal (Bogotá, 1924); le sigue una obra similar, Envejecer,
de Eduardo Arias Suárez, publicada en Repertorio Selecto (Bogotá, 1935), que posteriormente se
compiló como cuento. El mismo año y en la misma revista encontramos El niño que vivió su vida,
de Adel López Gómez, un poco más extensa pero aún en el rango de novela corta.

1. El panorama crítico

El primer balance crítico de la novela del Quindío lo presentó Nodier Botero Jiménez en una
conferencia dictada en la VIII Feria Internacional del Libro de Bogotá (1995). En el producto
de su estudio, publicado en 1996, el investigador propone las hipótesis iniciales que le permiten
una mirada de conjunto a una realidad literaria en la que encuentra pocos antecedentes críticos,
y asume la revisión “de las novelas que constituyen la espina dorsal de la narrativa quindiana” y
de otras de importancia secundaria. Botero Jiménez (1996: 76-77) encuentra en las novelas de su
corpus “el predominio descriptivo, la vocación vernácula que se expresa en la preferencia por los
cuadros de costumbres, la escasez del análisis sicológico, la hibridación historicista-novelesca, la
endeblez de la construcción argumental, un déficit evidente en la creación de caracteres y en el
ahondamiento sicológico”, pero destaca como excepcionales las obras de Arias Suárez, Buitrago
Cardona y López Gómez. Igualmente, como rasgo importante para el contraste con las novelas
más recientes, anota la persistencia en las formas tradicionales de narrar.
Unos años después, Botero Jiménez amplía el corpus de su estudio y aporta un panorama com-
pleto en su libro La narrativa del Quindío (Botero y Muñoz, 2003). Si bien las conclusiones son
similares, el nuevo balance resalta “el enfrentamiento de historiadores ortodoxos contra novelis-
tas osados” en el campo de la novela histórica (155), en el cual la narrativa del Quindío ofrece va-
rios ejemplos en los primeros novelistas, como Hombres trasplantados (1943), de Jaime Buitrago
Cardona, en la línea de la novela documental, o Llamarada (1941), de Luis Carlos Flórez, a la que
Mejía Duque (1969: 98) pondría junto a los “libros populistas” de Iván Cocherín, derivados de
una retórica de ambiciones proletarias. Los narradores más recientes proponen nuevas miradas a

1
Profesor de la Licenciatura en Español y Literatura de la Universidad del Quindío. Director de la línea
de investigación en “Relecturas del canon literario”, de donde surgió el proyecto sobre las novelas y los
novelistas del Quindío.

1
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2
la historia, entre los cuales Botero Jiménez destaca de la literatura del Gran Caldas (López Gómez,
a Gloria Chávez Vásquez con Cuajada, Conde del 1997), Breve historia de la literatura del Quindío
Jazmín (1989) y a Susana Henao Montoya con Los (Ocampo Marín, 2001) y Bibliografía de la novela
hijos del agua (1995), “la gran obra quindiana […] colombiana (Pineda Botero et al., 2003). La mayor
objeto de variados ensayos por parte de críticos ex- parte de la crítica disponible se circunscribe a los
tranjeros” (179). primeros novelistas: Eduardo Arias Suárez, Jaime
Buitrago Cardona y Adel López Gómez. Para un
Paralelo a este esfuerzo crítico surgió un impor-
listado completo de referencias, véase el citado es-
tante proyecto de investigación sobre las narrado-
tudio de Bautista Escobar (2015: 71ss).
ras del Gran Caldas, de Zahyra Camargo Martínez
y Graciela Uribe Álvarez. El informe del proyec-
2. Bibliografía crítica de la novela en el Quindío
to, publicado en 1998 con el título Narradoras del
Gran Caldas, pone en evidencia el valor cultural y
El proyecto “Bibliografía crítica de la novela en
literario de las escritoras de la región. Para el caso
el Quindío” se inició en el año 2012 con el propósi-
del Quindío, se estudian en detalle y con sólidos so-
to de recopilar la información disponible sobre los
portes conceptuales las novelas de Gloria Chávez
Vásquez, Gloria Cecilia Díaz y Susana Henao novelistas del Quindío y abordar críticamente cada
Montoya, tres autoras que han sido objeto de nume- una de sus obras. Con esto se pretende mostrar la
rosas lecturas críticas e investigaciones2. evolución de la novela regional en dos etapas: El
periodo caldense (1916-1965) y el periodo quin-
La investigación de César Valencia Solanilla diano (1966-2014). El proyecto se ocupa de los no-
(2005), titulada De la periferia al centro: La novela velistas nacidos en el territorio que comprende el
finisecular del Eje Cafetero, ofrece para el Quindío actual departamento del Quindío y de las novelas
un panorama muy consistente para un conjunto de publicadas hasta 2014; no se incluyen las novelas
once novelas publicadas entre 1989 y 2004. A partir que se difunden exclusivamente en formato digital.
de la clasificación de las novelas en grupos temáti- Los inventarios son provisionales y están sujetos a
cos, “a través de los cuales puede percibirse el inte- ajustes permanentes a medida que se amplían los
rés de los autores y autoras en revelar, mediante el ámbitos de pesquisa.
discurso novelístico, aspectos claves de la evolución
política y social del departamento, casi siempre con Desde un principio se estableció un fructífe-
una voluntad testimonial y un sentido realista” (7), el ro diálogo de doble vía con el estudio de Bautista
corpus incluye novelas de Susana Henao Montoya, Escobar, que se diseñó por la misma época, lo cual
Hernán Palacio Jaramillo, Ernesto Osorio Vásquez, permitió depurar el listado de novelistas de cada
Manuel J. Ortiz, Gloria Chávez Vásquez, Omar uno de los departamentos del Eje Cafetero.
García Ramírez y Samaria Márquez Jaramillo. El proyecto está a cargo de un coordinador e inves-
El panorama crítico se completa con la investi- tigador principal (Carlos A. Castrillón) y un conjunto
gación reciente de César Augusto Bautista Escobar de estudiantes investigadores de la Licenciatura en
(2015), titulada Aproximación al corpus empírico y Español y Literatura de la Universidad del Quindío.
al registro crítico-literario de la novela del Gran Como trabajo de grado, cada estudiante elige un no-
Caldas en el período 1897-2012, con un acopio velista del inventario y procede a:
completo de datos sobre cada autor y cada novela, y Recopilar la obra del autor.
referencias bibliográficas muy útiles para futuras in- Estudiar las novelas de su corpus.
vestigaciones. Esta exploración, rigurosa y metódi- Acopiar y comentar la crítica existente.
ca, aporta un corpus amplio y anotado de la novela
Escribir el perfil biográfico del autor, si es del caso.
del Gran Caldas en el período de estudio y se cons-
Recuperar testimonios escritos, audiovisuales y
tituye en el marco general para ajustar, completar y fotográficos sobre el autor.
proyectar el inventario y la aproximación crítica a la Elaborar fichas bibliográficas detalladas de toda la
novela del Quindío. información existente sobre el autor y su obra.
Otras fuentes útiles para el estudio de la nove- Escribir un ensayo crítico sobre las novelas del
la del Quindío son: Bibliografía de la novela en corpus con el nivel apropiado para su publicación.
Colombia (Porras Collantes, 1976), Novela y poder
en Colombia. 1844-1967 (Williams, 1992), ABC Toda esta información alimenta una base de da-
tos sobre la novela del Quindío, que se suma a los
proyectos sobre literatura regional de la línea de
2
Junto con Gladys Correa y Samaria Márquez Ja- investigación en “Relecturas del canon literario”,
ramillo, son cinco las novelistas que se registran en el de la Licenciatura en Español y Literatura de la
Quindío en el periodo 1916-2014. Universidad del Quindío.

3
Con esta dinámica, se tienen a la fecha siete tra-
bajos terminados y aprobados sobre igual número
de novelistas:
Cristian Julián Buitrago: Jaime Buitrago Cardona
Julieth Paola Montenegro: Nelson Mora Guevara
Érika Juliana Tobón: Ernesto Osorio Vásquez
Laura Marcela Esponda: Susana Henao Montoya
Estefanía Rodríguez Rozo: Omar García Ramírez
Leidy Julieth Ortiz: Alister Ramírez Márquez
Wilmar Augusto Suárez: Pedro Miguel Rozo

Y se encuentran en proceso los siguientes:

Mauricio Fernando Cadena: Eduardo Arias Suárez


Alejandra García Estrada: Adel López Gómez
Diana Sorany García: Germán Uribe
Jonathan Sneider Acevedo: Samaria Márquez Jaramillo
Lisbeth Margoth Díaz: Gloria Cecilia Díaz
Referencias
Para esta edición especial de la revista Polilla se Bautista Escobar, César A. (2015). Aproximación al
han preparado los resúmenes de cinco de los traba- corpus empírico y al registro crítico-literario de la
jos terminados en el marco del proyecto. novela del Gran Caldas en el período 1897-2012
(tesis de maestría). Pereira: Universidad Tecnológica
En el primero, Cristian Julián Buitrago presenta un de Pereira.
fragmento de su estudio sobre las tres novelas docu- Botero Jiménez, Nodier (1996). “La novela quindia-
mentales de Jaime Buitrago Cardona (Calarcá, 1904- na: Inventario, balance crítico y perspectivas”.
1963): Pescadores del Magdalena (1938), Hombres En Pensamiento quindiano en la octava Feria
trasplantados (1943) y La tierra es del indio (1955). Internacional del Libro (pp. 49-79). Armenia:
Secretaría de Cultura del Departamento.
Laura Marcela Esponda, por su parte, aborda el Botero Jiménez, Nodier y Muñoz, Yolanda (2003).
tópico del pensamiento mágico en dos novelas de La narrativa del Quindío. Armenia: Editorial
Susana Henao Montoya (Quimbaya, 1954): Los hi- Universitaria de Colombia.
jos del agua (1995) y Crónica satánica (2004), con Camargo, Zahyra y Uribe, Graciela (1998). Narradoras
el objetivo de mostrar “la importancia del ideal re- del Gran Caldas. Armenia: Universidad del
ligioso y mágico como explicación sobrenatural del Quindío.
mundo que rodea a los protagonistas de estas obras”. Castrillón, Carlos Alberto (2017). “Novelas y nove-
listas del Quindío (1966-2014)”. En Academia de
En la línea de la novela urbana, Estefanía Historia del Quindío, Ensayos de historia quindia-
Rodríguez Rozo recorre la obra de Omar García na (vol. 5, en prensa). Armenia: Universidad del
Ramírez (Armenia, 1960), de quien se puede afir- Quindío.
mar que es un ejemplo de artista completo por la López Gómez, Adel (1997). ABC de la literatura del
diversidad de su mundo expresivo: La dama de los Gran Caldas. Armenia: Universidad del Quindío.
cabellos ardientes (1996), Ópera prima (2001) y Mejía Duque, Jaime (1969). “Problemas de la literatura
Metal-riff para una sirena varada (2014). en Caldas”. En Literatura y realidad (pp. 89-114).
Medellín: La Oveja Negra.
Alister Ramírez Márquez (Armenia, 1965) es Ocampo Marín, Héctor (2001). Breve historia de la li-
el novelista quindiano que mejor se proyecta en el teratura del Quindío. Bogotá: Cargraphics.
campo literario internacional. De la figura femeni- Pineda Botero, Álvaro et al. (2003). Bibliografía de la
na en sus dos novelas, Mi vestido verde esmeralda novela colombiana. Medellín: Universidad Eafit.
Porras Collantes, Ernesto (1976). Bibliografía de la
(2003) y Los sueños de los hombres se los fuman
novela en Colombia. Bogotá: Instituto Caro y
las mujeres (2009), se ocupa Leidy Julieth Ortiz Cuervo.
Idárraga. Valencia Solanilla, César (2005). De la periferia al
Finalmente, Wilmar Augusto Suárez ofrece una centro: La novela finisecular del Eje Cafetero
aproximación a El Testamento (2004), la única e (Quindío) (informe de investigación). Pereira:
Universidad Tecnológica de Pereira.
intensa novela del reconocido dramaturgo Pedro
Williams, Raymond L. (1992). Novela y poder en
Miguel Rozo (Armenia, 1974), el escritor más jo- Colombia. 1844-1987. Bogotá: Tercer Mundo.
ven de este repertorio.

4
Jaime Buitrago, un novelista en la historia

Cristian Julián Buitrago Restrepo

Jaime Buitrago Cardona es un escritor que ofrece una manera distinta de ver la realidad del
país en el género de la novela histórica. Su trilogía novelística comprende Hombres trasplanta-
dos (1943), libro fundamental para la historia de la colonización del Quindío, Pescadores del
Magdalena (1938), con un acercamiento a la vida de los pescadores del río, y La tierra es del
indio (1955), una novela indigenista que narra la difícil situación de los indígenas de la región
amazónica, al intentar adaptarse a lo que el gobierno les pide.

1. Jaime Buitrago, escritor de la vida y la historia

Jaime Buitrago Cardona nace en Calarcá el 6 de octubre de 1904 y muere en Bogotá el 22 de


febrero de 1963. Sus estudios de bachillerato los realizó en el colegio San Bartolomé de Bogotá.
En entrevista con Natalia Benrey Zorro (2014), Gladys Buitrago, hija del escritor, cuenta que su
padre se graduó de Licenciado en Educación Superior en la Universidad Pedagógica Nacional
y sentía gran aprecio por la profesión docente. Fue así como fundó junto con su esposa, Silvia
Pinzón, también maestra, el Colegio Solís, que aún funciona. Aparte de su labor como docente, la
escritura fue parte central de su vida; publicó novelas y cuentos, con todo el profesionalismo que
un escritor debe tener. Buitrago viajó a cada uno de los lugares que le proporcionarían las ideas
para sus historias; por eso la cultura y las costumbres de los colonos antioqueños, los pescadores
y los grupos indígenas se reflejan en sus novelas.
Fue conservador y liberal al mismo tiempo, según lo cuenta Gladys en la citada entrevista.
Lo primero porque era creyente de la religión católica, lo segundo porque tuvo la intención de
escribir sobre todo lo que lo rodeaba, sin importar quiénes eran los protagonistas y sus creencias
religiosas o ideologías políticas. Además, tenía el gusto de viajar por Colombia; cuando no estaba
enseñando o escribiendo, recolectaba información sobre el país para alimentar su literatura.
El padre Félix Restrepo escribió lo siguiente en el prólogo de La tierra es del indio:

El autor que tienes entre manos es un profesor de enseñanza secundaria, demasiado modesto, incapaz
de abrirse paso entre los miles de aspirantes a la celebridad o a los altos puestos del Estado, enteramente
ignorante de las artes de la intriga. Vive su callada vida consagrado a la apostólica y patriótica labor de
educar las nuevas generaciones, y en sus noches y en sus días de descanso se traslada a un mundo de arte
y de belleza que ha sabido crear su fantasía, en el cual evoca figuras, y crea personajes, y los pone a re-
presentar sus respectivos papeles como si cada uno fuera un ser real, libre, responsable, que se moviera
por su propia cuenta: todo dentro de un paisaje tropical, copiado fielmente de nuestros montes y valles,
como si en vez de manejar palabras estuviera trabajando con pinceles (1955: IX).

Hombres trasplantados logró ser un medio para que los estudiantes pudieran conocer la his-
toria de la colonización del Quindío. La tierra es del indio “fue ganadora de un concurso patro-
cinado por la Caja Agraria, y la entidad le incumplió el premio de la impresión. El autor la editó
por su cuenta en Editorial Minerva, con prólogo del padre Félix Restrepo y nunca más volvió a
publicarse” (Páez, 2013). En Colombia sus obras no tuvieron mucha popularidad, aunque Félix
Restrepo (1955: 2) afirma que “fuera de Colombia se oyeron más altos los elogios de Jaime
Buitrago”. Dos de sus novelas fueron reeditadas recientemente: Hombres trasplantados, en la
Biblioteca de Autores Quindianos (2011), y Pescadores del Magdalena, en el proyecto Biblioteca
del Río (2016).

5
Para Héctor Ocampo Marín (2001), Pescadores
del Magdalena es una poesía tropical con fuerza de
Vorágine; Hombres trasplantados es el poema épi-
co de la colonización del Quindío, y La tierra es
del indio está adornada por la poesía telúrica. Estas
obras de Buitrago buscan que el lector tenga una
sensación de apego a la tierra colombiana; por tal
razón, los elementos comunes toman una figura más
literaria, con la combinación de la ficción y la reali-
dad. Por ejemplo, el guadual:

El guadual es inconfundible entre las demás vegeta-


ciones, aun visto de lejos. No es necesario oír el cla-
moreo de su follaje claro, ni ver la estilización de los
seres que lo forman, para conocer su particular pre-
sencia. La guadua no es pesada como la palma, pero
sí más flexible, más ondulosa, más esbelta, es decir,
más parecida a una hembra. A pesar de su elevación,
aparenta humildad en la inclinación y emburujamien-
to en su copa. Las plantas rastreras rara vez crecen
a su lado, pues sólo pueden convivir con ella todo
este plenum de árboles corpulentos que, a manera de
eunucos, defienden la doncellez de las elegantes gua-
duas. Cuando un individuo penetra al guadual, siente
un respeto que se parece al miedo. Reparando los si-
tios de arranque del primoroso vegetal, ve los retoños
aherrojados en chuspas carmesíes, repletas de pelusi-
llas pungentes. La penumbra invade por doquier y la
Jaime Buitrago Cardona
tierra fresca y húmeda huele a sápidas manzanas y a
frutas venenosas (Buitrago, 1943: 71).
la historia nacional, con las varias formas de su ora-
Jaime Buitrago recibió opiniones positivas so- lidad en la que caben las leyendas, la música y el
bre sus obras, pero también las tuvo negativas. Por canto, y la presencia de una naturaleza que expre-
ejemplo, Agustín Rodríguez Garrido (cit. en Benrey
sa y transforma a los que tienen contacto con ella”
Zorro, 2014) señala en La tierra es del indio “la ca-
(Peñaloza, 2014). Los personajes representan todos
rencia de una técnica verdadera para lograr plasmar
estos elementos culturales, aunque no se puede evi-
el mundo de sus personajes [aunque] palpita en el
denciar si realmente existieron tal cual aparecen
libro una contenida protesta vital, que constituye,
en cierta forma, la carnadura toda del relato”, y en la novela. Como ejemplo, está el protagonista,
su cercanía estilística con La Vorágine, con la que Victorio, por cuyas venas corre el oficio del pesca-
comparte además los mismos escenarios y las difi- dor. Gracias a este personaje, el lector podrá cono-
cultades de los indígenas para acoplarse a una nueva cer la cultura del río: “Su felicidad estaba en escu-
sociedad. Esto se explica porque la novela preten- char a los pescadores que sumergían su ánima en
de mostrar las culturas indígenas desde los detalles tragedias de pesquería” (Buitrago, 1938: 14), como
(cánticos, formas de cortejo, comportamientos y si Victorio fuera un hijo del Magdalena que deci-
orígenes) apelando a recursos documentales. de aceptar el llamado del río para trabajar en sus
místicas aguas. Aunque Victorio sea un personaje
ficticio, representa a los pescadores que sienten su
2. Pescadores del Magdalena (1938) trabajo como parte de su alma: “cuyo destino im-
previsible sirve de hilo conductor en la historia en
Esta novela narra la vida de los pescadores del su conjunto, se somete a su influjo, o bien porque
río Magdalena, sus costumbres, sus creencias, su de sus aguas derivan un sustento familiar, la ma-
poesía, sus mitos. Pareciera que estos hombres y yoría de las veces precario, o bien porque temen a
mujeres al ingresar al río entraran en un mundo que
sus crecientes y sequías y a ese poder destructivo y
solo conocen ellos a plenitud. A lo largo de la lec-
misterioso” (Gil, 2016: 18).
tura, se puede conocer ese mundo al que solo tiene
acceso el pescador: “De esta manera las diversas Las aguas del río Magdalena brindan el sustento,
voces del río, las de su literatura, se entrelazan con pero a veces su caudal desborda los sueños de los

6
pescadores, que ven en él algo más que un simple se cuentan de padres a hijos, de abuelos a nietos en
río: “El río es el centro de vida y prosperidad que da Antioquia, Caldas, la costa Atlántica, Cundinamarca,
la pesca, a la vez es el espacio de las diversas tensio- Huila y Tolima (Peñaloza, 2014).
nes que imprimen aquellos que a la fuerza quieren
apoderarse de lo que no les pertenece. La solidari- Cuando Victorio empieza su anhelado sueño de
dad, el amor, las luchas y las dudas acompasan las ser pescador, se le habla del Mohán para que tenga
frases de los habitantes de la ranchería El Cabezón” cuidado (1938: 62); Jaime Buitrago recoge la leyen-
(Peñaloza, 2014). da del Mohán tal como los pescadores que entrevis-
tó se la contaron.
Buitrago estuvo tan cerca de la vida de los pes-
cadores del Magdalena que escribió lo siguiente: 3. Hombres trasplantados (1943)
“El Magdalena representa no sólo la ruta principal
de Colombia, sino el eje o pivote en la vida de los Esta novela de la colonización relata las hazañas
pescadores, y aguas de las suyas quisieran llevar en de los colonos antioqueños que lucharon contra la
vez de sangre palúdica en el corazón” (1938: 21). inclemencia de la naturaleza para fundar lo que hoy
Los pescadores suelen componer canciones y narrar es el Quindío. Jaime Buitrago narra esta historia con
leyendas y mitos que adornan todo su entorno: aire de heroísmo y poesía, resaltando la naturaleza y
los hombres que la dominaron. El principal de ellos
Así, en el río están presentes las luchas culturales e fue Jesús María Ocampo, un colono de gran valor,
históricas que tensionan el destino de la nación. Los
miedos y los temores serán parte sustancial de la li-
motivado por sus deseos de buscar una mejor vida
teratura en las diversas formas en que reconstruye la para él y su familia:
vida de sus pobladores, en personajes que lo habitan
en sus tragedias interiores. La presencia del mohán, Conocido popularmente con el apodo de Tigrero,
los sustos y angustias que su intimidatoria figura pro- nació en Salamina cuyos linderos se acorazaron con
duce, será una de las constantes en los relatos que sus hechos de valor. Años después pasó a Pereira en
donde conquistó fama de guapo. Llegó a pelear con-
tra seis hombres, y en una de estas zalagardas le hi-
rieron la cabeza, dejándole como recuerdo una gran
señal. Trasladóse luego a vivir a Anaime, lugar éste
en donde consiguió alguna fortuna. Por referencias de
los viajeros, supo la repartición de tierras que estaba
haciendo Ramón Paláu en Salento y, sin pérdida de
tiempo, ensilló el caballo. Su mujer, María Arsenia
Cardona, le dijo antes de partir:
—No te vengás, mijo, sin conseguir algunos almudi-
tos de tierra.
Y a ello se dirige al pueblo de los mineros. El chalán
golpea su cabalgadura y prosigue el viaje, deseoso de
entrevistarse con el protector de los colonos.
Ocampo acostumbra viajar a los pueblos a vender sus
manadas de animales y sus pieles de tigre. Cuando
va a Ibagué o a La Mesa lo acompañan un peón y un
perro. Para los inviernos fuertes de noviembre utiliza
un macho fornido que se alarga con asombrosa peri-
cia, domeñando los abismos. A pesar de sus ribetes de
negociante, es un injerto de campesino y de cazador
(Buitrago, 1943: 40-41).

En la novela, Jesús María Ocampo es uno de los


colonos más importantes, por ser capaz junto a su es-
posa de ingresar a la parte más hostil del Quindío y
fundar un pueblo que hoy se conoce como Armenia,
capital del departamento. Alrededor de este hom-
bre, muchos más se unen a la colonización: Jorge
Robledo, Segundo Henao, Miguel López, Román
María Valencia, el padre Ismael Valencia, entre otros.
La historia habla de Tigrero, comprobando que
Pescadores del Magdalena (1938) existió y que realizó tales hazañas: “Jesús María

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Ocampo, el principal fundador de Armenia, con ti- Lo que menciona Carlos Dávila sobre la com-
gres hambrientos, el enfrentamiento del hombre con pañía Burila se narra también en Hombres tras-
toda la clase de serpientes venenosas” (Santa, 1993: plantados. Los colonos, incluido Tigrero, tuvieron
130). Cuando la compañía Burila aseguraba que que soportar los atropellos de esta compañía: “Los
todo el territorio del Quindío le pertenecía, Tigrero territorios de Burila formaban un paralelogramo de
estuvo allí luchando del lado de la ley en contra de más de doscientas mil fanegadas que comprendían
este flagelo: a Calarcá, Armenia, Zarzal y Bugalagrande. De sur
a norte medía el latifundio cuatro leguas y media
Los conflictos por el deslinde de las tierras de Burila por elevación. De oriente a occidente cinco leguas,
y por pretensiones de la compañía comenzaron casi como quien dice medio Quindío” (Buitrago, 1943:
paralelamente con el deslinde de la hacienda de La 102). Gracias a las insistentes cartas, declaratorias y
Paila en 1884. Los fallos jurídicos favorables a sus pruebas de los verdaderos dueños, el gobierno optó
intereses otorgaron vía libre a sus actividades, hecho
que se aprecia en la vinculación de nuevos accionis-
por concederles la demanda a los colonos y sus tí-
tas. La acogida que tiene la empresa Burila y las pers- tulos de tierras. De esta forma, la compañía Burila,
pectivas económicas abiertas por la colonización del Tigrero y los otros colonos se convierten en factores
Quindío llevan a Lisandro Caicedo a seguir la apro- importantes para la historia local.
piación indebida de las tierras públicas y privadas
(Dávila, 2003: 435). La raza de conquistadores audaces regará por todos
los caminos nuestra sangre, nuestros propios huesos.
¡Les pelearemos! Y cuando nos exterminen —si es
que lo consiguen— Tulima se cubrirá de blanco al
igual de los fantasmas, y el dios Lulumoy hará que en
esta cordillera cuaje una roca blanca, retadora y altísi-
ma, como recuerdo de nuestros huesos irredentos y de
la infamia de los expoliadores (Buitrago, 1945: 150).

Buitrago menciona una de las herencias más im-


portantes del quindiano: su gran valor para enfrentar
las adversidades y conseguir lo que quiere. El que
nace en estas tierras se puede considerar un gran lu-
chador de la vida. Con esto surge uno de los oficios
que empezó a coger fuerza en el tiempo de la coloni-
zación del Quindío, la guaquería: “La mayor parte de
los colonos cambiaron la inseguridad de las parcelas,
por marchar en busca de los santuarios indígenas. A
su turno, de todos los confines del país llegaron éxo-
dos de masas andariegas y plantaron sus toldas de
guaquería” (Buitrago, 1945: 119). Como la compa-
ñía Burila cobraba tributos por lo que se sembraba,
los campesinos vieron en la guaquería una forma de
vivir: “La fiebre de la guaquería influyó en la bús-
queda de tesoros y en la fundación de algunos pue-
blos, entre ellos Salento, fundado en 1842; Filandia,
en 1878; Circasia, en 1884; y Calarcá, en 1886”
(Ocampo López, 2004: 249). Estos hechos coinci-
den en la historia con la novela de Jaime Buitrago.
En cuanto al valor literario de esta novela, Nodier
Botero (2011: 11) afirma:

Esta construcción presenta su condición unitaria en


la medida en que algunos personajes aparecen en di-
ferentes escenas y de esta manera aseguran una con-
tinuidad narrativa, como en los casos de Jesús María
Ocampo, Catarino Cardona y Román María Valencia.
Por lo demás, el libro sigue unos delineamientos his-
tóricos que bien pueden ser derivados del texto que
Hombres trasplantados (1943) el mismo autor escribió sobre la colonización del

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indígena de la selva, criado con todos los saberes
ancestrales, que representa el perfil de un indígena
de la región del Amazonas: “Ayahuasco, el hijo de
Quinayás, salía en canoa a los puertos y adquiría di-
nero por las pieles” (Buitrago, 1955: 3). Esta activi-
dad le permitía obtener dinero para comprar los im-
plementos necesarios para sus cultivos, pues el dine-
ro había tocado la cultura del indígena. Ayahuasco,
al sentirse débil sin su padre cuando muere, decide
pedir ingreso al resguardo más cercano, aceptando
las nuevas reglas de este lugar. “Los indios y traba-
jadores en general, quedaron al arbitrio de los ‘due-
ños’ de la escritura, de la aritmética y de las pesas.
Estos podían manipular los libros de cuentas a su
antojo, sin que nunca el endeudado tuviese la posi-
bilidad de redimirse en su vida” (Camacho, 1987:
194). Los indígenas se convertían en los peones más
pobres de los dueños de las tierras, quienes aprove-
chan estos acuerdos para hacerlos trabajar hasta el
Jesús María Ocampo, “Tigrero”
último aliento, pagándoles muy poco o nada.

Quindío. Pero dentro de la amplitud del concepto de


novela esta obra califica como tal, a pesar de no po-
seer una trama o un argumento sólido y de que no pre-
tenda llevar a sus lectores a una situación de clímax
de la acción, como ocurre casi siempre en la novela
tradicional. Desde una perspectiva rigurosamente his-
tórica, anotamos que la obra se refiere básicamente a
la primera etapa de la gesta colonizadora, más bien al
período que podemos llamar fundacional, pues lo que
aparece en escena son los personajes y acciones que
sirvieron de punto de partida para el ordenamiento de
la vida civilizada en la región del Quindío. En la no-
vela El río corre hacia atrás, se presenta una segunda
etapa que nosotros calificamos como la colonización
en marcha.

4. La tierra es del indio (1955)

Esta novela narra la vida de los indígenas de la


región del Amazonas cuando tuvieron que adaptar-
se a los cambios que los blancos les imponían. La
influencia española seguía intacta aunque la inde-
pendencia se hubiera logrado, y el gobierno de esa
época tenía poco respeto hacia las culturas indíge-
nas, que fueron obligadas a adaptarse a lo que hoy
se conoce como “resguardo”, nueva comunidad in-
dígena impuesta por los mismos españoles.
“Con alguna frecuencia se ven en los resguar-
dos de este país estos desplazamientos de masas
indígenas que han sido amputadas de su parcela o
querencia. Arrancadas de su paisaje familiar, estas
agrupaciones quedan sometidas a una erranza injus-
tificable” (Buitrago, 1955: 3). Este desplazamiento
injustificable lo tuvo que vivir el personaje princi-
pal de esta novela, Ayahuasco Quinayás, hijo de un La tierra es del indio (1955)

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Aparte de esto, la novela muestra las costumbres
de los pueblos indígenas, que permanecen intac-
tas en algunos de los grupos existentes. Gracias a Referencias
Ayahuasco, el lector podrá conocer aquellos cantos
y bailes que se suelen hacer en los resguardos: Benrey Zorro, Natalia (2014). La trilogía novelística
de Jaime Buitrago Cardona: Una herencia del hu-
Cantemos todos a la madre tierra manismo conservador en el siglo XX colombiano
que nos ofrece el beso de amor; (trabajo de grado). Bogotá: Universidad Javeriana.
ella la dicha y la esperanza encierra, Botero, Nodier (2011). “Hombres trasplantados, la no-
y nos libra del hambre y el dolor. vela fundacional del Quindío”. En Jaime Buitrago,
Hombres trasplantados (pp. 9-13). Armenia: Uni-
Estos poemas o cánticos rinden tributo a la na-
versidad del Quindío.
turaleza, a la luna, a la tierra y a la vida en general.
Buitrago, Jaime (1938). Pescadores del Magdalena.
A pesar de todas las dificultades, para los indíge-
Bogotá: Editorial Minerva.
nas son indispensables para su existencia el baile, Buitrago, Jaime (1943). Hombres trasplantados. Mani-
el canto, la hoja de coca, los mitos, las leyendas y zales: Imprenta Departamental de Caldas.
la poesía, que por lo regular son dirigidos a sus dio- Buitrago, Jaime (1955). La tierra es del indio. Bogotá:
ses: “Los indios selvícolas se preparan para el baile Editorial Minerva.
con dos o tres meses de anticipación. Durante dicho Fernández Prieto, Celia (1998). Historia y novela:
interregno hacen provisiones de animales montara- poética de la novela histórica. Pamplona: Editorial
ces que descuartizan y ahúman con gran pericia” Eunsa.
(Buitrago, 1955: 30). Gil, Rigoberto (2016). “Jaime Buitrago y la novela del
Nodier Botero (2011: 10) apunta que Hombres río”. En Jaime Buitrago, Pescadores del Magdalena
trasplantados “fue construida como una forma hí- (2ª ed., pp. 7-22). Bogotá: La Biblioteca del Río.
brida de novela y narración histórica. El autor utili- Ocampo, Héctor (2001). Breve historia de la literatura
za sus experiencias en la tarea de revisión de archi- del Quindío. Bogotá: Cargraphics.
vos, por lo cual abunda en referencias realistas”. Lo Ocampo López, Javier (2004). Tesoros legendarios de
mismo se puede decir de las otras novelas, porque Colombia y el mundo. Bogotá: Plaza y Janés.
en ellas se puede notar la rigurosidad en los testi- Páez, Gustavo (2013). Carlos Bastidas Padilla. Con-
monios históricos que le dan soporte a la narración. sultado el 3 de agosto de 2015, en http://www.gus-
Como ejemplo están los datos exactos de los luga- tavopaezescobar.com/site/2013/06/07/%C2%A8/
res, los días y horas adecuados para pescar en el río Peñaloza, Elisa (2014). “Rema - Rema. La literatura
Magdalena, la época en que los colonos pisaron el del río Magdalena”. Revista Credencial, Bogotá,
Quindío por primera vez o el funcionamiento de los (292).
resguardos. En las novelas de Buitrago la historia Restrepo, Félix (1955). “Prólogo”. En Jaime Buitrago,
tiene el protagonismo principal y la ficción marca La tierra es del indio (pp. IX-XII). Bogotá: Edito-
los caminos para que el relato se desenvuelva con rial Minerva.
facilidad. Los personajes reales y los ficticios se Santa, Eduardo (1993). La colonización antioqueña.
reparten sus papeles y cada novela corresponde al Bogotá: Tercer Mundo.
criterio de mostrarle al lector de forma didáctica los
acontecimientos históricos del país, como lo plantea
Fernández Prieto (1998) para la novela histórica.

10
El pensamiento mágico en la narrativa
de Susana Henao
Laura Marcela Esponda Molina

El presente trabajo pretende demostrar cómo el pensamiento mágico expresado a través de la


brujería y los ritos permea la obra narrativa de Susana Henao Montoya. Para ello se ahonda en
Crónica satánica (2004) y Los hijos del agua (1995), bajo la luz de Acosta (2009) y toda la signi-
ficación social del pensamiento mágico. Michelet (1973) y Caro Baroja (1992) son necesarios para
entender la transición que hay de la sibila a la bruja y todo lo que rodea las ciencias oscuras.
Se comienza pues con un breve resumen y recopilación de los conceptos más importantes
aportados por Michelet en Historia del satanismo y la brujería; a partir de estos conceptos, se
estudia Crónica satánica, que enfatiza en la presencia de la sibila y la bruja, una dualidad mons-
truosa que pondrá en aprietos al mismísimo Satanás. La presencia de ambos personajes muestra
el paso histórico que hay entre la “alta magia” y la “baja magia” (González, 2013). Igualmente, se
interpreta Los hijos del agua, obra que se ve influenciada por el pensamiento mágico y los ideales
socio-culturales de los muiscas.
En ambas novelas convergen personajes y situaciones que permiten concluir la importancia
del ideal religioso y mágico como explicación sobrenatural del mundo que rodea a los protago-
nistas de estas obras.

1. Susana Henao, rebelde y obstinada

Susana Henao Montoya es escritora, cuentista y ensayista nacida en 1954 en Quimbaya; es


tecnóloga química, licenciada en filosofía y magíster en literatura de la Universidad Tecnológica
de Pereira; se especializó en literatura latinoamericana en la Universidad de Caldas. Es consi-
derada la sucesora indiscutible de Alba Lucía Ángel en todo el Eje Cafetero (Valencia, 2005:
62). Actualmente vive en Pereira y es profesora del programa de Humanidades e Idiomas y de la
Maestría en Estética y Creación de la Universidad Tecnológica de Pereira.
Entre sus obras, se encuentra una variedad de cuentos publicados, entre ellos, su antología na-
rrativa Crónicas de Temis, con la que ganó el concurso Colección de Escritores Pereiranos en 1993;
en ese mismo año publicó Antesala del paraíso y otros cuentos y en el año 2001 obtuvo el primer
puesto en el concurso nacional de cuento breve Ciudad de Samaná con «Bajo el matamosca».
En su producción narrativa se destacan tres novelas. Primero, Los hijos del agua, publicada
en 1995, exaltada por el enriquecimiento y apropiación histórica de la cultura muisca; con esta
reconocida obra Susana Henao ganó en 1995 el Concurso de Novela del Gran Caldas. Segundo,
Crónica satánica, publicada en 2004, con la que obtuvo el primer puesto en el concurso de novela
Aniversario Ciudad Pereira.
Por último, Memorias de un niño que no creció, que relata la historia de Esteban, un adulto
con alma de niño, que padece graves problemas de salud que no le permiten crecer ni física ni
cognitivamente. En esta historia se narran la perseverancia, el amor de familia, la inclusión y el
poder que tiene la música (como símbolo de esperanza) en la vida de Esteban, dándole la opor-
tunidad de pertenecer a un grupo. Todo el hilo narrativo procede de la voz dulce e inocente de
Esteban, quien entre su ingenuidad trata de comprender el mundo que lo rodea:

11
Susana Henao Montoya

En la obra se plantea una especie de idealización de que provocó revuelo entre las entidades eclesiásti-
los niños con deficiencias mentales, que desarrollan cas del siglo XIX.
formas restringidas de inteligibilidad del mundo ex-
terno, pero que de una manera muy especial, a veces En esta obra, Michelet (1973) hace un recono-
ambigua, parecen tener una claridad suprema sobre cimiento importante sobre el principio de la mujer
el fantasioso e infantil mundo propio. Este asunto se curiosa que en sus momentos de ocio “se ingenia,
revela en la novela por la presencia de autoconciencia imagina: engendra sueños y dioses. Cierto día es
narrativa del autor implicado en la explicación o jus- vidente: tiene las alas infinitas del deseo y del en-
tificación de la personalidad del personaje, para con- sueño” (3). La mujer es asediada por los diablos,
ferirle verosimilitud artística, a pesar de la intención por el tan nombrado príncipe de las tinieblas, logra
realista de la obra (Valencia, 2005: 47).
escucharlos entre su abatida soledad y ellos, por su
parte, “la llenan de aura infernal, crean con ella la
Esta novela fue publicada en 2003 y es su pri-
borrasca y la tempestad, juegan a su capricho, la ha-
mera obra de literatura infantil y juvenil. En el año
cen pecar, la desesperan” (17). Es así como logra
2003 fue finalista en el concurso internacional de
ver, apreciar y comprender la magnificencia de la
literatura infantil Julio C. Coba (Libresa, Quito).
naturaleza, puede escuchar al callado, al olvidado
Además de su reconocida producción literaria,
diablillo, al duende que habita la comarca. Estos es-
Susana Henao ha escrito diversos artículos, rese-
píritus ancestrales se convierten en los confesores
ñas y ensayos. En 2011 ganó el premio de Letras
de las afligidas mujeres, rezan con y por ellas, son
de Pereira para el Mundo, con el ensayo La ética
los justicieros de Dios.
narrativa en la novela latinoamericana.
Cada confesión y atención prestada se convierte
2. Sibila y bruja: esencia de mujer en fuertes pesadillas y padecimientos nocturnos, “él
toma entonces formas asquerosas: se desliza como
La Sorcière, un libro escrito en 1862 por Jules una culebra viscosa sobre su seno, convertido en
Michelet, fiel historiador consecuente con su época sapo baila sobre su vientre o, en forma de murcié-
y revolucionario distinguido, es conocido hoy como lago, con un pico agudo, roba de su boca aterrada
Historia del satanismo y la brujería, obra polémica horribles besos” (47). Y es la mujer la única que

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tendrá el placer de contemplar al diablo en todo su La Magia se divide en dos clases fundamentales: una
esplendor, será la única criatura viviente que podrá la Magia natural, que era también una especie de
compartir con él su morada; de ahí que ella, la no- ciencia o pseudociencia de la que, en parte, salió la
via de Satanás y madre de las criaturas del infierno, Física modera. La otra era, pura y sencillamente, cosa
diabólica; pero los teólogos católicos recomendaban
pase de ser una mujer ordinaria a sibila bondadosa, que no se estudiara la primera para no caer tentado en
bienaventurada, dueña y señora de la naturaleza, y la práctica de la segunda (Caro Baroja, 1992: 48).
se convierta en la pregonera de la ciencia y la ana-
tomía. No estaríamos hablando de brujería en su La bruja se convierte en cosa diabólica, de catego-
máxima expresión, sino de “un saber científico re- ría menor ante la imposición científica y naturalista
ligioso de la época (en muchas ocasiones vinculado de la sibila. Poco a poco, se distancia de su esencia:
con eso que llamábamos anteriormente como ‘alta
magia’); un saber basado en la tradición, en la na- La delicada alhaja del diablo, la brujita concebida en
turaleza, en el empirismo, en la praxis” (González, la Misa Negra, de donde la gran bruja ha desapareci-
2013: 363). Se habla de “alta magia” como esencia do, ha llegado ya, ha florecido en malignidad, en gra-
de lo racional a partir de experimentaciones y sabe- cia gatuna. Esta es muy distinta de la otra; fina y obli-
res científicos (362). cua en el aire, disimulada, hila modosamente, agacha
el lomo de buena gana. Nada de titánico, sin duda.
La mujer es bendecida con dones maravillosos: Lejos de ello: es de naturaleza baja. Desde la cuna,
resucita muertos y cura enfermedades atroces, en- lúbrica y llena de malignos antojos. Expresará toda
fermedades incurables para la sacristía, que creía su vida cierto momento nocturno, impuro y turbio, en
que la epidemia y la enfermedad eran bienaventura- que algún pensamiento, del que nos horrorizamos du-
rante el día, aprovecha las libertades del sueño. Esta
dos castigos de Dios. Para tales remedios, las osadas bruja, que ha nacido con su secreto en la sangre, con
mujeres usaban peligrosas plantas soláneas que ade- la ciencia instintiva del mal, que ha visto tan lejos y
más eran venenosas, pero en mínimas cantidades lo- tan bajo, esta bruja no respetará nada, ninguna cosa
graban curar al enfermo o al decadente. Sus prime- ni persona de este mundo, no tendrá ninguna religión
ros pasos en la homeopatía generan el desprecio del (Michelet, 1973: 105).
cristianismo y sus devotos. El uso de la naturaleza
como terminación de la enfermedad acata el primer Es el renacer esencialmente de la bruja que pro-
principio satánico: fesa el “oficio al revés, donde se desafía a Jesús,
donde se le ruega que destruya con el rayo si es que
Exactamente a la inversa de lo que se hace en el mun- puede hacerlo” (91). Se posiciona como dueña y se-
do sagrado. Éste tenía horror a los venenos; Satán los ñora de las tinieblas, ama de la anatomía y el amor.
emplea y los convierte en remedios. La Iglesia cree En el resurgir de la bruja, se da vida al aquelarre y
que por medios espirituales [sacramentos, plegarias], la misa negra.
podría actuar sobre el cuerpo mismo. Satanás, a la in-
versa, emplea medios materiales para actuar sobre el Es de rescatar que el ideal colectivo de seres noc-
alma: hace beber el olvido, el amor, el ensueño, toda turnos que profesan el mal, se ve personificado en la
pasión (Michelet, 1973: 78). mujer; es acusada como un ser de desgracias. Esta
visión será infundida por la iglesia católica y todos
Aunque se puede decir que la mujer da los pri- los dogmas que desde el principio de los tiempos
meros pasos en la medicina moderna, el médico, representan a la fémina como la pecadora:
hijo de Satanás (pues todo su conocimiento lo ad-
quirió de la novia del mal), traiciona a su padre y Si la mujer nacía con la mácula de ser siempre una
eterna Eva y una eterna María Magdalena, es decir,
niega a su madre, desconoce su esencia satánica. La
pecadora, no hay pecadora más despreciable que la
medicina sólo puede ser obra del demonio ya que que encima tenía conocimientos, saberes que se aso-
obstruye los designios de Dios y devuelve el hilo de ciaron siempre a la esfera de lo masculino, y ellas,
la vida al moribundo. si no recibieron estos saberes por su naturaleza [son
mujeres, no hombres] ni de Dios [sólo las monjas
A partir de su conocimiento y manipulación de
podían saber parte del saber científico oficial], tenían
las ciencias, la mujer se convierte en bruja; su re- que provenir esos saberes del Diablo, que se los trans-
belión se debe a su deseo de venganza, venganza mitiría por posesión o mediante pactos y relaciones
de la sociedad machista y de las calamidades de la sexuales (González, 2013: 366).
época que sólo traen muertes y desgracias. Pierde su
esencia de curandera y se convierte en ser perverso Se desconoce la capacidad de la mujer para
y acosador de la noche, profesa el aborto, los encan- comprender el mundo de buena manera, pues por
tamientos de amor y la esterilidad, máximo milagro sus propios medios (considerada estúpida y débil)
de Satanás. En este proceso de transformación: no podría adquirir tales saberes. De hecho “todo lo

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opuesto y negativo por la religión, recae en la bruja, por Satán, quien reconoce que “hay entre la gente
que desde el hecho de ser mujer: la tentadora y dé- hombres que hacen poemas y yo busco a los poetas
bil, procrea todo un cúmulo de maldad y abomina- para iniciarles en el sacerdocio de la palabra viva,
ción” (Bohórquez, 2015: 46). para darles los encantamientos y los conjuros pode-
rosos” (Henao, 2004: 24). En su búsqueda del cono-
Tras la quema de miles de mujeres, la Iglesia ha
cimiento, Luz Divina se convierte en el balsaje de
ocupado el papel principal en el juzgamiento y apre-
Camila y Monalisa, unas torpes sacerdotisas segui-
samiento de los seguidores de Luz Bel. El dogma se
doras de Luz Bel. Durante todo su relato, se eviden-
aprovecha de la ignorancia del pueblo; “la idea de
cia la esencia irrisoria de Satán, que se convierte en
diablos torturadores, que infligen a las almas de los
un ser ridículo, fracasado:
mortales torturas materiales, fue para la Iglesia una
mina de oro” (Michelet, 1973: 48). Todo lo conde- La imagen que se transmite al lector de las dos muje-
nan y lo prohíben, enseñan al fervoroso católico a te- res pasa por el filtro de un demonio decadente, como
merle a la vida, al viento, a la ciencia, a la alquimia. si fuera un “pobre diablo” a quien la historia le ha
quitado su función primigenia como el gran trans-
Michelet no sólo reivindica el buen nombre de gresor que compite con dios por la luz y el saber, lo
la bruja por su convicción y devoción a ella, sino ha reducido a prácticas sociales insulsas (Valencia,
que “aprovecha este ensayo para valorar la figura 2005: 51).
histórica de la bruja y hacer, al mismo tiempo, un
repaso crítico y profundo de todas las estructuras Prácticas fútiles y ridículas, que permiten soste-
sociales, políticas y religiosas que han provocado su ner su presencia. Su imagen fantasmagórica ya ha
emergencia” (Picazo, 2004: 114), y es en ese pilar perdido fuerza, su alma se ha vuelto vieja y se está
religioso que hace su mayor énfasis, al criticar la quedando mudo ante tanto olvido.
avaricia, las patrañas y manipulaciones usadas por
las autoridades eclesiásticas como fuente de poder y 2.1.1 Sor Francisca Josefa de la Concepción:
ajusticiamiento. testaruda, sorda y poseída
La crítica de Michelet contra la Iglesia es tan severa Sor Francisca Josefa de la Concepción es criada
que, en el Epílogo, la describe como antagonista irre- en un hogar católico y devoto de la Iglesia colom-
conciliable de toda ciencia y todo progreso, haciendo
finalmente un alegato entusiasta y apasionado a favor
biana, mojigata y prudente como las muchachas de
de los pilares irrenunciables del estado laico moderno su época. Satanás emprenderá una lucha por abatir
(115). su esencia sumisa y salvaje, ocasionando encuen-
tros fortuitos en los que intentará desposarla en un
Satanás es acusado como el pregonero del arte y sueño lujurioso:
de la ciencia, que al contrario de la Iglesia, le abre
el mundo a la mujer, para que explore, cree y des- Soñaba con espectros y en el sueño caminaba sobre
un fuego negro lleno de llanto, serpientes y cabezas
truya… “¡Si Satanás ha hecho esto, hay que rendirle
de condenados que flotaban sobre un río también de
homenaje, reconocer que él puede muy bien ser uno fuego, y al despertar tenía Josefa las uñas chamusca-
de los aspectos de Dios!” (Michelet, 1973: 278). das, como anuncio cierto de que muy pronto también
ella ardería (Henao, 2004: 30).
2.1 Crónica satánica: la historia de cómo
el viejo Satanás buscaba pregoneras A pesar de todo pronóstico, él mantendrá su per-
sistencia y sus cálidas visitas nocturnas; “él, bastardo
Crónica satánica narra el origen de Satanás y el maldito […] sale a buscar y no descansa jamás. Se
motivo de su desgracia desde diversas creencias y agita entre la tierra y el cielo. Es muy curioso, revuel-
culturas, además de los tormentos producidos por el ve, entra, sondea, mete la nariz en todo” (Michelet,
hombre, la esencia todopoderosa del mal y el pode- 1973: 10). Aunque el flagelo y el dolor le crean a Sor
río que se tiene sobre las ciencias y el conocimiento. Francisca la idea de estar poseída, su alma revuela
Toda la novela es narrada bajo la voz del mismísi- y en un destello de luz, de picardía, en un momento
mo demonio. de resplandor, desea descubrir el mundo y avivar la
Entre sus más íntimas palabras, relata sus “in- llama chispeante del conocimiento, Satanás:
fortunios” con dos mujeres antagónicas y testa-
Le abre las puertas verdaderas de su alma para que
rudas. La primera es Sor Francisca Josefa de la encontrara el idioma prestigioso que buscaba, para
Concepción, una monja reprimida que ignoró toda que escuchara su propio nombre secreto y el nombre
su vida la divina presencia de Lucifer. Y la segunda, secreto de su fuerza, y la fuente escondida de la espe-
Luz Divina, una joven estudiante de literatura que ranza en la que tendría que beber para aliviar todo el
quiere el poder de las letras, fácilmente otorgado dolor que le esperaba (Henao, 2004: 34).

14
Pero todo intento de persuasión es en vano, la Echado con todo el peso sobre su cuerpo endeble y
monja no logra escucharlo; tras el encerrón de su esquelético. Se quedó paralizada con los sentidos
alma pierde todo contacto con Satanás. Convierte atados y el alma empequeñecida. Parecía ceder a la
tentación de explorar ese contacto tan adentro de ella,
este chispazo humeante en un fulgor de olvidos y
pero le regresaba la cordura y trataba de enfrentarlo
dolores, que no implican la negación de su presen- con todas sus fuerzas (Henao, 2004: 45).
cia pues “Él es el príncipe de los aires, de las tem-
pestades y, también, de las tempestades interiores” Aunque bruja, monja o futura abadesa, sigue de-
(Michelet, 1973: 49). El diablo y el hombre son uno seando engullirse en las carnes tibias del hombre.
solo, son la esencia del bien y del mal, de lo mortal “Y ¿quién lo creería? [...] Es todavía una mujer.
y lo profano, uno es el alfa y otro será el omega, son Esta vida terrible comprime y tiende sus resortes de
dos siameses, atados, inseparables: “¿Quién soy yo? mujer, la electricidad femenina” (Michelet, 1973:
Tu alma pequeña, que habla libremente con tu alma 9); y es que “en lo más profundo de su corazón de-
grande… Somos inseparables. ¿Sabes cuánto tiem- sea un hombre fuerte, pero bello, que le tendiera un
po hace que estoy aquí, contigo?... Desde hace mil lazo de amor y la aprisionara como lo hizo el negro”
años. Porque yo estuve con tu madre, con su madre, (Henao, 2004: 46).
con tus abuelas” (43). “De noche alucinaba íncubos de lengua larga
La estadía de Francisca en el convento la ale- que se desenroscaba sobre ella” (Henao, 2004: 46),
ja de lo poco que ha obtenido en la vida, su padre deseaba libidinosamente los roces del desdentado
ha muerto al igual que su cordura, ninguna abadesa amante, porque “el cuerpo de la mujer es cada vez
o monja cree en su fe y en la pureza de su alma. más el reservo vivo de la tentación y el pecado. Ellas
“Cuando apareció la bruja no tenía padre, ni madre, podían desear carnalmente al diablo” (Matalobos y
ni hijo, ni marido, ni familia. Es un monstruo, un Tejada, 2004: 347), pero ante su convicción cris-
aerolito, venido no se sabe de dónde. ¿Quién osa- tiana (tan marcada), el placer sexual y espiritual se
convierte en pecado mortal:
ría acercársele, gran Dios?” (Michelet, 1973: 8).
¿Quién osaría hablar con la loca del convento, con Está la virgen pura, inocente, que se siente condenada
la infortunada, la desdichada, la basurita del infierno por el placer que le inflige el Espíritu. La mujer en el
encarnada en mujer? Simple: sólo Satanás logrará lecho conyugal se siente martirizada por los ataques
cuidar de su esencia, es su fiel sirviente, mesero ras- y, sin embargo, por momentos, siente ya el Espíritu
trero a la merced de la bruja. Y a falta de estrategias, en ella [. . .] ¡Cosa terrible que conocen los que pa-
decen la tenia! Sentir como una vida doble, distinguir
el diablo se juega su última carta: la debilidad de los movimientos del monstruo, a veces agitado, a ve-
la carne y la divina tentación del pecado incorpo- ces de una blanda dulzura, ondulante, lo que turba to-
rándose en un ser fantasmagórico de esencia vieja, davía más, haciéndonos creer que estamos en medio
sucia y desdentada: del mar (Michelet, 1973: 49).

El aquelarre o El gran Cabrón. Goya (1819-1823)

15
Como si fuera poco todo el castigo, la flagela-
ción y la represión de la carne que ha padecido la
mártir, su cuerpo se ve agotado y frágil, “las monjas
trataron de ayudarla a morir con el aspaviento que
sabían. El susto que le hicieron pasar entre el diablo
y sus hermanas logró que enfermara y que de ver-
dad casi muriera” (Henao, 2004: 52). La debilidad
de su cuerpo llama al diablo, abre una puerta más:
“Cuanto más miserable y débil es un cuerpo, más
agitado es por el demonio. La mujer, especialmente,
está habitada, henchida, soplada por esos tiranos”
(Michelet, 1973: 17).
Pero en poco tiempo logra recuperarse de cuerpo
y de alma, vive en una dualidad gloriosa en la que
percibe las penas dichosa, “aceptaba las ocurrencias
de su alma como si viviera en una especie de glorio-
so destino” (Henao, 2004: 59). Su herencia maldita
no la engañaba, ella viviría por y para Lucifer:

Por buena cristiana que ella sea, siempre ha guardado


para ellos un rinconcito en el corazón. Sólo a ellos se
atreve a confiar algunas cositas muy naturales, ino-
centes en una casta esposa, pero que provocarían los
reproches de la Iglesia. Los espíritus son los confi-
dentes, los confesores de esos conmovedores secretos
de mujer (Michelet, 1973: 34).

Francisca vivirá cargada de tormentos, penas,


logros eclesiásticos y desprecio, pero siempre será Crónica satánica (2004)
bendecida con la presencia de su diablito juguetón:
“No podía desprenderse de la sensación de que en
todo tiempo una presencia estaba junto a ella. ¡Ojalá
Josefa hubiese visto que era yo que no me merma- criatura” (1973: 72). El diablo no pudo predecir su
ba con sus desánimos ni me ausentaba de su lado!” deseo de devorarlo todo, de tragarse el mundo en-
(Henao, 2004: 57). Porque es imposible el abando- tero si ha de ser necesario, de arrasar con lo que fue
no de alguno de los dos, eso significaría la muerte: y lo que será.
“No existe una vena de tu cuerpo por la que yo no Entre sus deseos del todo y sus estudios universi-
circule. Tú misma ignoras hasta qué punto eres mi tarios, conoce a dos profesas sacerdotisas: Camila y
esposa” (Michelet, 1973: 57). Y aunque nunca se Monalisa, la una lesbiana y adivinasuertes y la otra
dejó conquistar enteramente por su amado, Lucifer, envidiosa y malvada. En la búsqueda del poder, el
Satanás, el eterno amante, acompañó a su mujer, su amor y el reconocimiento, las tres ignoran la verda-
madre, su concubina hasta el día de su muerte. dera esencia de Satanás, se dedican a actos menores,
rituales estrambóticos y banales; y es en estos actos
2.1.2 Luz Divina, alhaja del diablo pueriles en los que Luz Divina pierde su flama dia-
bólica y niega la esencia de su sangre: “desperdició
Luz Divina Maldonado es una joven pereirana lo suyo y lo mío en búsquedas necias que conducen
estudiante de letras, que tras su esencia de bruja mi- a los desiertos sin regreso” (Henao, 2004: 70).
noritaria desea el poder y el conocimiento absoluto
de la palabra, “quería que le comunicaran la soltura Desiertos en los que incursionó Camila, una bru-
y el desparpajo en la academia, que le facilitaran ja comercial, de industria. Michelet se refiere a este
entender las lenguas y el mensaje de los siglos y pe- tipo de bruja como una mujer “impura que ama ma-
netrar el sentido de las palabras profundas” (Henao, nipular la vida. Éste es su destino. Es artista —ya una
2004: 73). Como diría Michelet, “ella tiene un an- artista que vende—, y aquí entramos en el oficio”
tojo de mujer. ¿Antojo de qué? De Todo, del gran (Michelet, 1973: 106). Desde muy pequeña ayudaba
Todo universal. Satanás no ha previsto esto, no ha a su mamá a recibir partos, curar fiebres, sacar male-
previsto que no se la podía apaciguar con ninguna ficios convertidos en animales, rezar gente y adivinar

16
la suerte, oficios menores en las artes adivinatorias, Esta novela acata el principio satánico de la con-
todo con intenciones lucrativas y no de fe. De hecho, trariedad en dos hechos puntuales. El primer suceso
en uno de sus tantos ires y venires, Camila “alquiló, es el poco protagonismo que las mujeres le dan a
un garaje en un barrio bonito que al mismo tiempo Satanás. Se espera que ellas, como brujas primi-
le sirviera como habitación y como consultorio sen- genias, traten de acatar la atención de dicho amo,
timental de artes adivinatorias” (Henao, 2004: 89). pero, como se aplica la oposición del pensamiento,
Con sus intenciones de brujería comercial, se pierde Satanás es quien busca la atención, la supremacía
la esencia de la hechicera madre y se fortalece la de- y la bondad de la mujer. Como afirma Michelet,
cadencia humana. Satán, “él mismo, en su persona, lo perdió todo al
Por los caminos de Satanás se practican ritos e perder a la bruja” (1973: 12). El segundo hecho, es
invocaciones permeadas de sexualidad y libertinaje el trato casi jurídico que liga la esencia mortal con
femenino, materializados en la orgía: “La hoguera las entidades sobrenaturales:
encendida en el centro del prado reverberó en ese La magia ha sido de modo primordial cierta activi-
momento con un humito blancuzco y aromático dad fundada en un vínculo de simpatía o afinidad,
como señal de que podrían comenzar la fiesta or- establecido o refrendado por un pacto u operación de
giástica” (Henao, 2004: 100). carácter más o menos contractual, entre ciertos seres
humanos y ciertas potencias sobrenaturales o divini-
Crónica satánica no sólo evoca la orgía como dades, de suerte que aquellas potencias o divinidades
acto rebelde e inmoral, sino que hace uso de las satisfacen los deseos y pasiones de los hombres y és-
relaciones lésbicas y heterosexuales libertinas, sin tos hacen entrega de una parte de su ser, o la totalidad
tapujos ni pudor, propias del folklore de la bruja: de éste (Caro Baroja, 1992: 36).
“Camila la tuvo al borde del orgasmo hasta el ama-
necer cuando se rindió y aceptó el amor de un tipo El pacto en Crónica satánica es firmado por la
flaco y sudoroso que muchas otras veces vería du- pata de Lucifer, es él quien decide postrarse a los
rante su aventura en la hermandad” (Henao, 2004: pies de las mujeres, es él quien necesita de la bien-
101). Tras los actos libertinos, Luz Divina sufrió va- aventuranza de la hembra. Entregaría su vida si fue-
rios incidentes perturbadores que la obligan a aban- ra necesario con el fin de compartir su soledad y
donar la secta que dice ser satánica, regresa con sus empolvado conocimiento:
viejos amigos, retoma su vida y considera entregar,
como fruto del amor a Satanás, el feto que guardaba Habré de sembrarles mil guerras en el corazón hasta
sigilosamente en el vientre: que logren subirme de la profundidad oscura donde
apenas mascullo palabras […] Heme aquí, caído más
abajo que al principio, distraído del juego de las ener-
No supo qué hacer con el cuerpecito hasta que resol-
gías y las personalidades, burlado por una primeriza
vió dejárselo a Camila […] Sabía que desde el co-
que nunca tendrá compasión de nada que no sea ella
mienzo de los siglos los sacrificios habían agradado a
misma (Henao, 2004: 121).
los dioses hacedores del destino y quizás su hijo fuera
la llave que pudiera abrirle al cosmos las puertas de
su pequeña alma (118). A pesar de toda la terquedad y el fracaso de
Satanás en su contienda por la colonización del sa-
Era un rasgo común en las brujas (o al menos ber, aún queda la esperanza de ser escuchado porque
desde el Malleus maleficarum) practicar abortos y “siempre estaré donde exista vestigio de alma huma-
entregar niños a los sacrificios del bacanal1; esta ca- na” (14); la puerta no se cierra, el contacto con “el
racterística brujeril es mencionada por Caro Baroja mal”, el poder y el saber perpetuará por siempre.
en Brujas (1986) y Crónica satánica incorpora En lo más alto de un viejo bosque, se proclamará
este cliché, pues qué mejor que las amigas de Luz el nombre de Belcebú: el grande y poderoso… “Me
Divina, intentos fallidos de brujas, para ofrendar a ha ganado la partida, lleva ventaja en el negocio,
su señor todo lo que se les atravesara. Aun así, nun- pero sé bien que un día alguien invocará mi nom-
ca lograron su atención: “Imaginó a Monalisa con bre más arcano, mi nombre perdido y, entonces,
el traje negro y la capucha blanca en el momento de yo volveré a trepar por los rayos oscuros de la luz”
abrir el cuerpo del niño para buscarle el corazón” (Henao, 2004: 121).
(Henao, 2004: 118).
3. Pensamiento mágico: vestigio cultural

El pensamiento mágico es un derroche de multi-


1
Vian Herrero (1990) hace una referencia más extensa culturalidad, que “se manifiesta en todas las culturas
sobre los clichés que menciona el Malleus maleficarum a través de las creencias y cosmovisiones de cada
acerca de los sacrificios y poderes malignos de las brujas. pueblo, su fe en los dioses o fuerzas sobrenaturales

17
Reunión de brujas del Sabbath. La historia de la imaginación extravagante de Mr. Oufle, de Laurent Bordelon (1711)

y el poder de algunos individuos para generar o evi- entreteje un mundo de significaciones sociales que
tar situaciones” (Bohórquez, 2015: 12). Además definen un sistema cultural encarnado en una estruc-
está relacionado con el mito, la magia, la religión y tura simbólica a partir de la cual un pueblo constituye
su elaboración de “sentido” de la realidad cotidiana,
el rito, siendo este último de mayor importancia, ya
produciendo identidad a partir de la sacralización de
que todas las representaciones colectivas, creencias la vida —lo sagrado y lo profano como forma de po-
y hasta supersticiones se der—, se encarnan como los límites simbólicos de
una sociedad (Acosta, 2009: 106).
legitiman por medio de actos rituales que conforman
todo un sistema de símbolos y signos en los cuales Y al pertenecer a un hecho intrínsecamente par-
se encuentra una realidad representada y a la que le ticular, el pensamiento mágico permite un sello, una
da su verdadero significado en la interacción que es- marca que individualiza cierta cultura:
tablece el sujeto con los otros a partir de unos princi-
pios y normas dadas por sus líderes —el sacerdote, el El elemento primordial utilizado por las sociedades
pastor, etc. (Acosta, 2009: 100). humanas en la construcción de su identidad está cons-
tituido por su pensamiento mágico-religioso, desde el
Los ritos son importantes y necesarios para el cual una serie de signos-símbolos se organizan en
hombre, ya que como ser racional tiene la necesi- actos rituales que les hablan a los individuos en el
tiempo —discurso religioso institucionalizado— y
dad de concebir una razón y una jerarquización del a la vez les indican su propósito como seres huma-
mundo. Todos los “conocimientos divinos” son he- nos y como sociedad en el acto de comprenderse a sí
redados y aprendidos desde la niñez; los adultos se mismos en su cotidianidad en tanto sujetos sociales,
encargan de imponer sus percepciones. miembros de un grupo o una sociedad determinados
(Acosta, 2009: 101).
Al igual que el rito, las creencias son de gran
valor para la construcción de sociedad y cultura al Es ineludible que el pensamiento mágico al ser
salvaguardar al ser humano de lo desconocido, de un hecho cargado de simbolismos y cosmovisiones
lo temerario y ostentoso; “la creencia es un antídoto variadas debido a sus diferentes fuentes de origen,
contra el dolor y el sufrimiento, una forma de super- permita la existencia de “verdades absolutas” e irre-
vivencia altamente exitosa, lo ha sido para la espe- vocables. El pensamiento mágico, será pues un con-
cie y lo es para el individuo” (Viñuela, 2013: 146). cepto metamórfico que se condiciona a una estruc-
Todas estas prácticas culturales convierten al pen- tura social sólida, que se “traduce en imaginarios
samiento mágico en una concepción eminentemente individuales y colectivos que definen su identidad y
social, pues se crean representaciones colectivas en la del grupo al cual pertenece” (Acosta, 2009: 108).
las que se Presumir de su veracidad, sería una irreverencia.

18
3.1 Hijos del agua, hermanos del sol Representaban la diferencia y la complementariedad
de los géneros, al tiempo que simbolizaban la arti-
En el antiguo pueblo de Gantina Masca2 [Cuesta culación del matrimonio como conjunción del poder
del señor de los muiscas], entre cosechas de maíz, inseminador de la luz del día y de la noche. Pero, aun
en dicho caso, las representaciones enfatizan el poder
bailes y contiendas, se desarrolló uno de los pueblos
masculino de la cosmogénesis encarnada por el Sol,
indígenas más importantes y predominantes del el poder inseminador de la luz solar que es origen y
país: los muiscas, protagonistas principales en Los creador de las cosas en el primigenio amanecer que
hijos del agua. En esta novela, Susana Henao “refle- irrumpe la oscuridad, dominio de la Luna (Correa,
ja un mundo primigenio, profundamente religioso 2004: 34).
y cargado de mitos y tabúes, con un texto que nos
propone un modelo virtual más auténtico. La nomi- Y es precisamente con la presencia de Zhúe
nación de personajes y de lugares, la recreación de [Sol], que se inicia Los hijos del agua; se exalta
la cosmovisión y de las costumbres se basa en la su benevolencia y vigorosidad mientras observa
investigación histórica” (Jaramillo, 2011: 14). el rito de iniciación de Tibatigua [Capitán águila]
La carga histórica y social hace de la novela una como cacique de Guatavita. Debía cubrir su cuerpo
obra literaria bellísima que tiene como eje central la en oro como muestra del “poder de la luminosidad
minuciosa vida de los muiscas, pueblo indígena que solar que habría sido transmitido en los caciques”
ocupó gran parte del altiplano cundiboyacense. Esta (Correa, 2004: 42), para luego sumergirse en la la-
comunidad se dedicaba a la siembra, el comercio y la guna a la luz de su pueblo. Tras el ritual de iniciación
orfebrería. Entre sus creencias predomina Bochica o y la celebración de todo el séquito de indios, se da
el civilizador; “se le consideraba como el progenitor paso a la historia de Tatí [Canción de la labranza],
primordial de la humanidad” (Correa, 2004: 42) que un joven muisca descendiente de Chía, caprichoso
emergió de los cielos, para enseñarles a cultivar, tejer y rebelde, que sueña con ser un güecha [guerrero],
y protegerse de los abatimientos de la naturaleza. profesión de gran prestigio para los hombres y las
familias lacayas del pueblo.
Zhúe había enviado a Bochica para enseñar a los hom- Tatí pasa noches imaginándose como guerrero
bres, éste les habló en un lenguaje accesible a ellos y
les enseñó artes diferentes que mejoraron la calidad
fuerte y vencedor, pero su comportamiento aislado
de la vida; a los de más entendimiento los instruyó so- y poco natural genera conflictos en su familia, pues
bre el culto y los ritos; en cada clan escogió a los más “desde pequeño tiene la capacidad de percibir la di-
valientes para ilustrarlos en el gobierno y en las artes ferencia en un mundo cosmogónicamente cerrado.
de la guerra […] Bochica, el enviado civilizador, se […] El exceso de conciencia hace que Tatí perciba
encarna en la forma de un anciano que reúne todas las grietas de un mundo aparentemente monolítico.
las virtudes y los conocimientos deseables (Jaramillo, En su conciencia duele y fermenta la comprensión
2011: 19). de aquello que para los demás sólo admite acepta-
ción” (Castrillón, 2010: 48).
Aunque Bochica es considerado el civiliza-
dor (pero no en el sentido estricto de fundador- A partir de este comportamiento desmesurado,
procreador), Bachué es la madre progenitora del Xiety [Canción del río], madre de Tatí, decide bus-
hombre, una bella mujer que emergió del agua con car la ayuda de los sacerdotes y brujos para sacar el
su niño para poblar la tierra: “Anduvieron por toda mal que aqueja a su hijo:
la tierra y de sus prolíficos partos, de cuatro o seis
hijos, surgió la humanidad” (Correa, 2004: 48). Tras Cuando Sikicha3 le habló del padecimiento del niño,
procrear en las vastas llanuras colombianas, regresan Suegata4, sin meditar casi nada, mezcló algunas hier-
bas y polvillos sueltos de vísceras de rana y lagarto
a su casa en la laguna. De ahí la importancia del agua
con un jarabe espeso que por el olor recordaba la le-
para los muiscas, quienes la adoraban y veneraban che turbia del uvito cuando se ponía al fuego. Se lo
con grandes cantidades de oro y tunjos, devolviendo entregó a Xiety en un calabazo con la orden de dárse-
al agua la vida regalada. Y es que no está de más re- lo al enfermo durante nueve días sin falta, a la salida
conocer la importancia y la vitalidad del agua, pues del sol (Henao, 2011: 54).
“una gota de agua poderosa basta para crear un mun-
do y para disolver la noche” (Bachelard, 1978: 20). Entre las vivencias de Tatí, su inconformidad
Además de las entidades un poco más humaniza- con el destino y las experiencias con su familia, se
das en las que creían los muiscas, está la familiari- desarrollan varias ceremonias y ritos en el pueblo
zación que sentían especialmente por los astros: Guatavita: pintados de rojo y con pieles de animales

3
Varón de la quebrada, padre de Tatí.
2
Lo que conocemos hoy en día como Cundinamarca. 4
Pájaro de fuego, sacerdote de Guatavita.

19
celebran la vida y la muerte de todos los hombres del dueño de los animales. En estas nuevas tierras co-
pueblo y también de los caídos en combate por los noce a una joven india, llamada Diakara [Pato], con
Panches, tribu Caribe enemiga; el rito para la fertili- la que tiene dos hijos, uno en forma de feto como
dad, la agricultura y los sacrificios realizados como castigo de la naturaleza y otro en forma de pecado y
muestra de hermandad entre pueblos vecinos; y la deshonra, al que llama Erimiri.
ceremonia más importante, la de iniciación, donde
Durante los años de destierro, Sutakone aprende
los dioses designan la utilidad y la labor de todos los
a dominar la naturaleza y disolverse en ella. Todo
jóvenes, comunicándose a través del alucinógeno.
su poder y espiritualidad atrae la envidia de un cha-
En este proceso de preparación, los dioses designan
mán vecino, que le propicia la muerte. Su espíritu
el origen zachua [brujo] de Tatí, encaminándolo por
se alberga en el cuerpo de Tatí. Tras la muerte del
objetos típicos de la brujería y la protociencia: “Tatí
no se dio cuenta de que aún colgaba de su pecho el maestro, Tatí vuelve a Guatavita y
collar que tomó en la ceremonia” (81), y es que
Se reconoce a sí mismo y se da su lugar. Solo, acom-
pañado únicamente de su hijo y de su esposa Diakara,
El destino doble y conflictivo de Tatí lo guía hacia la con sus convicciones en alto entiende y asume la sa-
comprensión de un mundo dual, donde es posible ele- biduría del Zachua: Vivir en dos mundos buscando
gir pero no por ello es posible escapar al destino […]
conocer la muerte igual a como conoció la vida, libre
El destino nunca se equivoca, lo cual es ley de los
de venganzas, limpio de muertos (Poveda, 1996: 34).
Muiscas, y si parece dual es porque esa dualidad está
marcada en el destino mismo como momento final de
una cultura (Castrillón, 2010: 48). Durante su ausencia, los muiscas enfrentaron
fuertes batallas con pueblos vecinos por el domi-
Y es ese destino irrevocable e inequívoco que nio de la tierra y Suazagascachía, su amada fatal,
lleva a Tatí a cruzarse en los caminos de Sutakone por quien decidió exiliarse y olvidar sus raíces, es la
[Amigo de las nubes], brujo conocido y poderoso esposa principal del nuevo Cacique, que será coro-
de la región, que le muestra su esencia brujeril: nado como señor de Guatavita en la laguna, a la luz
“Tatí sentía que el zachua descubría su verdad. paciente de Zhúe.
Comprendió que esa era la fuerza que pugnaba por El uso de voces conflictivas y fatales en la nove-
salir en las largas noches en que no acudía el sueño, la, hace de los personajes seres “no míticos ni idea-
cuando adivinaba luces y formas sin sentido en la lizados, son sólo puntos del contexto de un mundo
oscuridad” (Henao, 2011: 159). en crisis desde la conciencia individual. Igualmente,
Ante tanta tragedia (pues ser brujo no era ni no se trata de una masa, de un pueblo, sino de seres
prestigioso ni digno), Tatí, en su naturaleza rebelde individualizados, que recorren una geografía que
y desafiante se enamora de Suazagascachía [Luna aún reconocemos como propia” (Castrillón, 2010:
del amanecer], su hermana de clan. Nuevamente, se 50). Harán parte de una individualidad, seres au-
exalta la personalidad irreverente de Tatí al trans- tónomos con concepciones de mundo y deseos de
gredir los valores y esquemas mentales de su cultu- vida propios, quizás permeados de una cosmogonía
ra, sus actos están “en contra de lo que le correspon- común que decidirán seguir o no.
de ser como sujeto inmerso dentro de la comunidad La novela finaliza con un epílogo decaden-
muisca prehispánica” (Pineda, 2007: 40); su inmer- te. Zhúe es testigo de la llegada de los españoles
sión como ser social, partícipe de una comunidad, y cómo estos con su cruz, inquisición y violencia
obliga a que “su visión del mundo se fusione con dan muerte a los muiscas y a todo lo que sus dioses
la complejidad de la realidad social, en medio de representaban: “Zhúe hizo un último esfuerzo por
un significativo simbolismo que integra al individuo brillar otra vez en el sol de los muiscas. Hacía tiem-
con la colectividad, ya que uno y otra son la expre- po que se le dificultaba contemplarlos, desde que
sión de un mismo universo de sentido” (Valencia, llegaron los barbudos a reclamar lo suyo, a torturar
1995: 11). y enterrar con los chuques la sabiduría de su culto”
A pesar de la oposición de su familia, Tatí va (Henao, 2011: 315).
donde el Iraca, máxima entidad del sacerdocio muis-
ca, y pide permiso para desposar a Suazagascachía. 3.2. Imaginario colectivo en Los hijos del agua
Para tomarla como esposa deberá exiliarse. Es así
como parte de Guatavita a tierras lejanas e inhós- Teniendo en cuenta que el pensamiento mágico
pitas junto a su nuevo maestro: Sutakone. En sus es un imaginario colectivo que afecta de manera
aventuras metafísicas pisa tierra Guajiva, Tukana, irracional y no moral (Vian, 1990: 86), no es lejano
Bukana, donde aprende la pesca y la caza, adora la entonces que los muiscas tuvieran una cosmovisión
naturaleza y a todos los hijos de Waí-maxse, Dios que les permitiera comprender el mundo desde sus

20
orígenes, hasta sus composiciones terrenales y este-
lares. De ahí que se atribuyan dioses para explicar
los acontecimientos inexplicables. Para encontrar la
ayuda ancestral, la ayuda divina, los elegidos (bru-
jos, magos y hechiceros), disponen del conjuro para
la aprobación de lo pedido. Disponen también del
hechizo, como artimaña para obtener los favores de-
seados: “Antes del parto hicieron llamar a la madre
de Diakara para que la asistiera, y el payé y el kumú
fumaron sobre ellas, les ataron huesos y ojos de
animales, oraron y cantaron y Tatí debió quedarse
en la maloca con prohibición estricta de salir hasta
la siguiente luna” (Henao, 2011: 256). Entre tanta
pócima y bebedizo, los muiscas se valían de aluci-
nógenos para crear contacto con deidades o fuerzas
supremas que les revelaban los secretos de las cura-
ciones, el destino, el amor y hasta los sortilegios de
la muerte.
En Los hijos del agua también se hace presente,
en parajes secundarios, el cliché de la bruja; Tatí
asegura verla justo en los momentos en que el desti-
no está enmarcando su camino:
Reconoció en una de ellas a la vieja de negro del día
de la iniciación. Al verla recordó la terrible sensación
de mareo que tuvo cuando tomó el brebaje que ella
había preparado. La mujer le sonrió, en señal de salu-
do, pero él bajó la cabeza y la ignoró. Era una mujer
siniestra que seguramente gozaría con el padecimien-
to de los demás (Henao, 2011: 143). Los hijos del agua (3ª ed., 2011)
Y a la par de la bruja, está el chamán, que en todo
caso sería el brujo en la representación indígena; se-
gún Eliade, el chamán “conoce las técnicas del éxta- parte de ese sentido está en cómo debemos relacionar-
sis; esto es, porque su alma puede abandonar impu- nos con él y con nosotros. El mito y la religión crean
nemente su cuerpo y vagar muy lejos; puede entrar las condiciones para que nos podamos relacionar con
en los Infiernos y subir al Cielo” (1960: 154). la naturaleza y con nosotros. A su vez, crean las condi-
ciones de pertenencia (Viñuela, 2013: 143).
En uno de los capítulos, Sutakone hace una in-
trospección de su vida: recuerda la pérdida de su Ante tanta diversidad cultural y religiosa, se ge-
familia; el designio de los dioses y el origen de sus neran choques de ideales al no comprender la creen-
poderes ancestrales fortalecidos por el chamán que cia del otro; cada uno cree ser dueño de la verdad
lo albergó después de escapar de su destino. A él absoluta e irrevocable y deberá defender lo que le
“nadie lo visitaba, nadie le solicitaba curación y sin
fue impuesto en su niñez: “Puedo pelear contra los
embargo se dio cuenta de que conocía el secreto
panches o los muzos porque ellos no adoran nues-
que guardaban las plantas y las tierras para la sa-
tros dioses, porque no hablan nuestras palabras y
lud” (Henao, 2011: 208). El uso de la naturaleza, los
conjuros y los ritos proporciona la explicación de porque ni siquiera utilizan el alimento de la misma
hechos naturales y sobrenaturales representados en manera que hacemos nosotros” (Henao, 2011: 110).
creencias compartidas por una sociedad particular. A la luz de este hecho, Tatí también genera una anti-
Se les permite un lugar en el mundo, regalándoles patía por las creencias amazónicas, pues en su lecho
un sentido y posible entendimiento de las cosas: muisca ha sido domesticado como hijo del sol y del
agua, no de la naturaleza y las deidades cósmicas
La magia, el mito y la religión dan respuesta a ello. dueñas de los animales y las selvas:
Una respuesta, que no sólo explica el porqué de las co-
sas, sino que nos ofrece un sentido de cómo debemos Después el kumú contó historias de la creación del
hacer las cosas. Porque el mito y la religión no sólo son mundo, que a Tatí le parecieron un disparate, un cuen-
formas de explicar el mundo, sino de darle sentido y to mentiroso, lleno de animales imposibles. Siempre

21
había pensado que Bachué fue la madre primera y que La llegada de los españoles, por fatídico error,
su estirpe salió del agua. Jamás imaginó que los pue- genera un caos en todo el orden social, político y re-
blos pudiesen tener creadores variados, formas distin- ligioso de los habitantes. Comenzará pues, un nue-
tas de nacer, de hacerse multitud y completarse con vo territorio, lleno de mezcolanzas y enraizamientos
las demás criaturas de los dioses. Con esta gente sólo bochornosos, en el que se perpetuará el gen español
podría adorar al sol y a la luna. Sus demás espíritus
eran bien diferentes en modos y apetencias (236).
con su convicción de un Dios absoluto, omnipresen-
te y omnipotente.
Tatí no fue el único que no comprendió la varie- El pensamiento mágico ha permeado y permea-
dad de cultos y creencias. Con el pensamiento má- rá la raza humana al suplantar lo desconocido, rei-
gico de los españoles se plasma la imposición del vindicar lo fallecido, exaltar lo utópico, imaginario
dogma cristiano, los ideales del origen del universo, e irreverente. La brujería, la magia, la hechicería,
el monoteísmo, los simbolismos católicos y las re- las supersticiones, los ritos y las religiones sobre-
presentaciones religiosas, es decir, los santos de cera vivirán en la memoria de todos aquellos que creen
hacen nido en tierras americanas y se imponen de en lo supraterrenal. La irracionalidad de lo adorado
manera violenta. La llegada de los españoles se narra justificará perpetuamente lo desconocido, lo que no
a modo de epílogo, poca extensión narrativa se le da se quiere saber y lo que se pretende ignorar, por los
a la conquista, quizá por compasión a Zhúe y a todos siglos de los siglos.
los que murieron en la convicción de su verdad:
4. Conclusión
Zhúe supo que sería la última vez que estaría en el
cielo. No tenía ningún poder más capaz que las cade- Los hijos del agua y Crónica satánica se ven in-
nas y el trueno de las lanzas de los invasores, menos fluenciadas fuertemente por el pensamiento mágico,
ahora, que los chuques por negarse a escupirle el ros- con cosmovisiones fantásticas que permiten afirmar
tro, perecían delante de las cruces, después del frío
la importancia del ideal religioso y mágico como
regalo de unas oraciones moribundas (Henao, 2004:
315). explicación sobrenatural del mundo que rodea a los
protagonistas. Ambas novelas congregan aspectos
Los bárbaros acaban con todos los templos y re- ancestrales de creencias antiguas y en sus hilos na-
presentaciones divinas de los indígenas: rrativos se da protagonismo a la magia como meca-
nismo de comunicación con seres supremos:
Era inútil intentar quedarse, pues en ningún lugar en-
contraría refugio. En Suamox, las cenizas de su tem- No en vano se dice que el Nuevo Mundo es crisol
plo humeaban desde hacía ya dos lunas. En Hunza de artes mágicas. En él se da la magia convergente
permanecía prisionero el poderoso Quemuenchatocha de tres mundos: de la España de las supersticiones
junto a sus momias y sus estatuas desnudas. En todos cristianas, de las ciencias ocultas medievales, de los
los pueblos, los hombres eran obligados a reconocer encantamientos moros, de las gitanerías, de las cába-
otros señores y a atender otras prioridades y los chu- las judías; de la América india con variados cultos y
ques perseguidos y las insignias de su poder desbara- religiones, con numerosas razas adoradoras del sol,
tadas (Henao, 2011: 316). de la luna, del fuego, de la serpiente emplumada, del
águila, del caballero tigre, del dios del maíz, con sus
conjuros medicinales y sus filtros de amor; del África
La colonización da por perdida la esencia in- sagrada y legendaria de los esclavos, con sus fanáticas
dígena y ancestral de los muiscas y de decenas de ceremonias y misteriosos ritos (Martín, 1986: 77).
pueblos cuyo “dios se consume. No podrá existir sin
las ceremonias y sin las ofrendas de los muiscas; el La llegada de los españoles a las tierras de Los
fin de Zhúe coincide con la llegada de los españoles hijos del agua acarrea la muerte y extinción de los
que no reconocían su culto e ignoraban su civiliza- muiscas, con lo que se da por terminada la existen-
ción” (Jaramillo, 2011: 19). La sangre derramada y cia del politeísmo, el chamanismo y las ofrendas
la pérdida de los saberes mágicos indígenas, se debe divinas. Por su parte, en Crónica satánica se narra
al poderío por el oro, las esmeraldas y cuanta cosa la presencia divina de Lucifer y se reconstruye la
brillara: esencia de la sibila en una figura amorfa y pertur-
badora de mujer, capaz de canibalismo, bacanales y
Lo veía enmudecido de dolor y rabia, callando el se-
creto de las ofrendas a pesar de la grasa hirviendo y
los más sanguinarios ritos imaginados por el hom-
los fierros candentes en los pies. El último gran zipa bre. A partir de esta figura distorsionada se moldean
de Bacatá perecía lentamente y con él se apaga su Luz Divina, Camila y Monalisa, como prototipos e
propio fulgor. Por todas las muertes de los suyos ten- intentos fallidos de brujas. Se recrean bajo el molde
dría que dejar su puesto a los dioses entronizados por de mujer fatal planteado por la Inquisición y la co-
los bárbaros (Henao, 2011: 316). rona española en el siglo XV.

22
Susana Henao y Flóbert Zapata.

Ambas novelas comparten el rol de la mujer Camila, Monalisa y Luz Divina en Crónica sa-
como ente destructor. Ellas se cruzan por los cami- tánica evidencian en el macho cabrío la presencia
nos sagrados de los hombres, causando la desgracia. diabólica, ya que tienen en su psique el prototipo
En Crónica satánica es la mujer la que condena a del mal impuesto por las creencias populares. Ese
Satanás a la soledad y genera su decadencia; parece animal no será recibido en el reino de los cielos ni
ser que la esencia natural de la fémina es la miel que en la Tierra, por tanto es expulsado y condenado al
endulza al diablo, tanto, que son dos las mujeres que abandono. Ya se vio cómo Huytaca es despreciada
logran engatusarlo, para luego tirarlo al abismo de y alejada del mundo por Bochica; al igual, Satanás
donde dicen que ha salido. Los hijos del agua no es es desterrado del cielo, es destinado a vivir en las
ajena a la presencia demoniaca de la mujer, pues llamas del inframundo, de la mano de Dios, como
dos de sus personajes varones son exiliados de su bien lo dice la Biblia:
pueblo por esa delicada esencia arrogante y libidi-
En Edén, en el huerto de Dios estuviste; toda piedra
nosa; el primero será Sutakone, hombre mágico y
preciosa fue tu vestidura; el sardio, topacio, diaman-
poderoso que por caprichos de mujeres fue lleva- te crisólito, ónique, y berilo, el zafiro, carbunclo, y
do al abandono, y el segundo será Tatí, exiliado de esmeralda, y oro; los primores de tus tamboriles y
Guatavita durante varios años por amar y desear a pífanos estuvieron apercibidos para ti en el día de tu
su prima y hermana de clan. creación. Tú, querubín grande, cubridor, yo te puse;
en el santo monte de Dios estuviste; en medio de pie-
Además de presentar convergencias importan- dras de fuego has andando. Perfecto eras en todos tus
tes entre los personajes de ambas novelas, Susana caminos desde el día que fuiste criado, hasta que se
Henao tipifica dos rasgos esenciales, culturalmente halló en ti maldad. A causa de la multitud de tu con-
hablando. Primero, la personificación del mal; toda tratación fuiste lleno de iniquidad, y pecaste: por lo
creencia o religión plasma al ente maligno en un que te eché del monte de Dios, y te arrojé de entre
ser, ya sea antropomórfico, energético o netamente las piedras del fuego, oh querubín cubridor (Ezequiel,
animal. En Los hijos del agua vemos este hecho re- 28: 13-16).
ligioso compartido:
Su falta: ser bello y ambicioso:
Los hombres de aquel entonces respondieron con de- ¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana!
voción y sólo la maligna Huytaca osó oponerse a sus Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas las gentes.
enseñanzas […] Bochica siempre regresará a auxi- Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo, en lo alto
liarnos, a salvarnos de la vuelta al orden viejo. Ya junto a las estrellas de Dios ensalzaré mi solio, y en
una vez convirtió a Huytaca en lechuza, en criatura el monte del testimonio me sentaré, a los lados del
de la noche, y volverá a hacerlo las veces que vuelva aquilón; sobre las alturas de las nubes subiré, y seré
a levantarse contra él (Henao, 2011: 87-89). semejante al Altísimo (Isaías, 14: 12-14).

23
Lo segundo es el sacrifico como muestra de te; cada cual recreará el mundo a su manera, tendrá
gratitud, aprecio o petición de los mortales a diver- creencias compartidas que generan una apropiación
sos dioses: “Zhúe sólo se calmaba con el sacrificio e identificación en el individuo que “necesita repre-
humano y por ello en Suamox, el sumo sacerdote, sentarse en el mundo circundante por medio de ex-
en nombre de toda la nación muisca, inmolaba un presiones simbólicas y actos rituales, encaminados a
moxa puro que llevara las plegarias y el llanto de dar razón de un hecho social determinado” (Acosta,
los mortales al dios” (Henao, 2011: 165). Los sacri- 2009: 105). En torno a esas certezas giran los perso-
ficios humanos son hechos reales, comprobados por najes de las novelas de Susana Henao. Se justifica
antropólogos, a diferencia de los aquelarres, que son la panorámica religiosa y sus influencias ancestrales,
resultado de una construcción colectiva sobre las se detalla el proceso de socialización y apropiación
brujas y sus necesidades de veneración al demonio. de las mismas contra el salvajismo con que la visión
El pensamiento mágico es, pues, un concepto dogmática pretende adoctrinar. De ahí la muerte y
superior, que abarca en sus entrañas los términos: quema de cultos primitivos, evidenciada con ricos
brujería, rito, conjuro, hechizo, religión, creencias y parajes históricos en Los hijos del agua, junto a la
demás entidades encargadas de representar y justifi- transformación de la sibila en bruja malvada y deca-
car los misterios de la vida. “El pensamiento mágico dente, personificada en Camila y Monalisa.
puede colarse por cualquier intersticio y ‘explicar’, Entre tantos puntos convergentes, el mayor lazo
a su modo, cualquier acto de inadecuación entre de- que ligará por siempre ambas obras será el deseo de
seos y realidades” (Vian, 1990: 73). Estas realidades libertad con el que soñaron los pueblos y las almas
serán heterogéneas y variadas, se acomodarán a cada vagabundas, que aún hoy buscan quién les hizo pa-
institución, raza, grupo social o comunidad existen- gar su pena.

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24
Senderos subterráneos de cemento:
La obra novelística de Omar García Ramírez
Estefanía Rodríguez Rozo

Me cansa tanto tráfico


y tanto sinsentido,
parado frente al mar mientras que el mundo gira.

Francisco M. Ortega Palomares

En 1996 Omar García Ramírez decide sumergirse en la narrativa y empieza con una nove-
la gráfica, La dama de los cabellos ardientes (1996); cinco años después publica Ópera prima
(Altamira 2001) (2001), y trece años más tarde su tercera y última novela, Metal-riff para una si-
rena varada (2014). Estas tres novelas, escritas aparentemente sin relación entre una y otra, están
conectadas principalmente por el fenómeno urbano, que puede concebirse como la combinación
entre polis, ciudad y urbe, tres esferas analizadas a partir de propuestas como La generación
mutante de Mejía Rivera (2002) y La dimensión crítica de la novela urbana contemporánea en
Colombia de Mario Armando Valencia Cardona (2009), en las que se muestra el panorama nacio-
nal a partir de la representación de la ciudad en las novelas.
En este orden de ideas, este ensayo se estructura de la siguiente manera: En primer lugar, una
reseña sobre la vida y obra de Omar García Ramírez; en segundo lugar, una contextualización y
conceptualización sobre la novela urbana en Colombia; y el análisis de las tres novelas de García
Ramírez desde dos tópicos fundamentales: lo urbano como un espectro de deriva y paranoia, y la
música.

1. Omar García, escritor de callejones sin salida

Omar García Ramírez es un escritor y artista plástico nacido en Armenia, Quindío, en el año
1960. Cursó sus estudios en el Instituto de Bellas Artes en Bogotá; también estudió cinematogra-
fía en el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC) de La Habana y diseño
gráfico en Madrid.
Ha participado en talleres literarios y en exposiciones de arte; obtuvo el primer puesto en
el premio nacional de novela Ciudad de Pereira en 2001, con Ópera prima (Altamira 2001).
También logró el premio nacional de poesía en el Festival Internacional de Poesía de Medellín,
con el poemario La balsa de la Medusa y otros poemas (2008). Su última novela, Metal-riff para
una sirena varada, fue finalista en el concurso de novela y cuento de la Cámara de Comercio de
Medellín (2013). Actualmente escribe en su blog Griffos de Nneonn.
Su obra narrativa se define por tres novelas que a continuación se desglosan, desde su sentido
más literal, para luego abordar algunos elementos recurrentes que nacen de diversas manifesta-
ciones artísticas: la música, el teatro y la pintura.
En primer lugar está La dama de los cabellos ardientes (1996); esta novela gráfica cuenta la
historia de un hombre que conoce, en una noche caótica de bares y ritmo alcoholizado, a una mujer
de la que se enamora. El amor estropea la realidad de estos personajes y, como si de efectos psicotró-
picos se tratara, la linealidad narrativa se desdibuja y las figuras se deforman; además, los pecados
y las pulsiones eróticas confluyen en el devenir de las calles de una ciudad, en la cual están aglome-
radas diversas urbes colombianas. La segunda parte de la novela rinde homenaje a Antonin Artaud.

25
roqueros de toda una generación. La música juega
un papel muy importante en toda la trama, ya que
cada escenario vibra al ritmo del desastre y el absur-
do sonoro, donde Salomé, con su cabellera ardiente,
no es el ángel salvador, sino la sirena que hunde todo
lo que le rodea. La música y los excesos configuran
el desarrollo de esta novela, que detalla el estilo de
vida muchas personas en los últimos 40 años.
Por otro lado están los libros de poesía publica-
dos, entre los que resaltan Fértil creciente sobre el
trópico de alquimia (1990), Sobre el Jardín de las
Delicias y otros textos terrenales (1993) y Urbana
geografía fraterna (1997). Es importante decir
que García Ramírez ha estado más enmarcado en
la creación poética que en la narrativa. Aunque del
autor se ha escrito poco, es importante mencionar
la crítica sobre sus novelas, con el fin de ampliar el
espectro conceptual que ha rodeado su obra.
Caballero Benavides pretende evidenciar la for-
ma en que Pereira se ha reflejado en la poesía de
diversos autores, con la intención de comprender
mejor la visión que tienen los poetas de la ciudad,
ya que “las metáforas de una ciudad son los rela-
tos simbólicos que configuran un imaginario parti-
cular” (2012: 8). Si bien este trabajo no referencia
las novelas de Omar García Ramírez, hace apuntes
Omar García Ramírez importantes sobre su obra poética y cómo esta desa-
rrolla la visión de las dinámicas de ciudad; además,
es de reconocer que las novelas del escritor están
Ópera prima (Altamira 2001), publicada en ampliamente permeadas por su labor poética.
2001, cuenta las desventuras de Antonio, artista
De igual forma, Rigoberto Gil Montoya (2002)
plástico que se convierte en asistente de H.F. Pinedo,
logra caracterizar a Omar García Ramírez y su obra
un director de teatro y productor cinematográfico.
en general:
La historia se desarrolla en diversas ciudades de
Colombia, pero las líneas geográficas se desdibujan García Ramírez es atrevido en su juego fictivo. Se
al punto de no dejar muy claro en qué sitio están lanza a recorrer la ciudad presente, a desenmascarar,
los personajes o se desarrolla la trama. H.F. Pinedo a su modo, las percepciones que la ciudad imbrica.
y Antonio planean y crean un proyecto teatral con Prefiere desnudar su piel nocturna, observarla a tra-
el fin de hacer una crítica surrealista al cambio de vés del estereoscopio del alucinado, del individuo
milenio, el caos social, la contaminación y la des- apátrida acostumbrado a “meter” “canutillos”, “gan-
humanización, como si el siglo XXI trajera consigo ya”, “enervantes psicodélicos”, “porros descomuna-
solo desilusión y desorden. Cargada de sarcasmo, les”, “ayahuasca”, “datadura”, “hongos luminosos”,
Ópera prima se basa en una puesta en escena que “porros de achís y absenta”, “raíces mágicas y frutos
prohibidos” (2002: 142).
pretende provocar; sin embargo, por más intentos
que los personajes hacen por llevar a cabo su plan,
En otras palabras, García Ramírez logra recrear
no logran superar ninguno de los obstáculos, como
una ciudad vertida entre los psicotrópicos, llena de
si la sociedad los devorara con sus pesados moldes
oscuridad y caos; como también lo dice Germán A.
de moralidad.
Ossa en una entrevista que hace al escritor, donde
Metal-riff para una sirena varada (2014) es la afirma que “algo que caracteriza buena parte de su
novela más reciente del autor. Cuenta la historia de obra literaria es una estética oscura, cercana a lo gó-
Gregorio Toscano, un compositor enamorado de tico, lo marginal, lo extraño; además de una actitud
Salomé, cantante del grupo Quimeras. Estos dos contestataria” (2015). La vinculación armónica en-
personajes desviven en una ciudad caótica, que es la tre las drogas y el caos abarca toda la obra de García
combinación de las grandes ciudades de Colombia, Ramírez, y este rasgo es el que suelen enfatizar
en la que suena el playlist que contiene los himnos quienes califican su creación literaria.

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La dama de los cabellos ardientes (1996)

En su investigación sobre lo que él llama la “no- relación entre Salomé y Gregorio, que se desarrolla
vela finisecular del Quindío”, Valencia Solanilla en términos de desprecio, por la cruel actitud de “la
analiza los núcleos temáticos de las novelas de la re- sirena” y por el desasosiego sufrido por Gregorio
gión, con el fin de relacionarlas y apreciarlas según ante el amor y el odio que siente por aquella mujer.
sus estructuras, sus virtudes y falencias. Valencia Además, Omar García ha sido destacado por su
Solanilla (2005: 73) destaca, dentro de sus taxo- recorrido artístico, en el cual “refleja la parte estética
nomías, que García Ramírez “aborda el mundo del de los nuevos colectivos urbanos de jóvenes que cir-
arte desde una perspectiva transgresora y un tanto culan en nuestras ciudades con diferentes intereses
idealista, pero ante todo quiere reflejar la compleji- estéticos, filosóficos, musicales, entre otros aspec-
dad de las relaciones personales y la soledad en los tos” (La Crónica, 2010). Esto le permite transver-
medios citadinos”. Por ejemplo, en Metal-riff para salizar su obra en todos los ámbitos artísticos, para
una sirena varada, el espectro musical envuelve la caracterizar los ambientes y personajes que crea.

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Puesto que estas diversas formas de plastici- amigos y eso sí se extraña” (Aristarain, 1997). Esto
dad (pintura, poesía, escultura) en la obra de Omar ineludiblemente refleja una sociedad huérfana y sin
García Ramírez permiten la lectura a través de sus identidad, que reniega de sí misma y escribe sobre
ojos de las dinámicas sociales de ciudades interme- la decepción de sufrir un exilio emocional sobre su
dias, tan comunes en Colombia, evidencian también patria, de la cual desea huir.
una hibridación entre el arte y los acontecimientos
Lo anterior se refleja en el fenómeno de no-lugar,
de guerra y violencia dentro de su novelística. La
cuando Omar García Ramírez desdibuja las líneas
obra de García Ramírez también otorga atributos a
geográficas entre la urbe bogotana y la ruralidad del
las ciudades de sus novelas, ya que a veces combina
Eje Cafetero, pues pareciera que recrea nuevas ciu-
las grandes metrópolis con los pequeños pueblos o
dades, hibridando grandes metrópolis con pueblos en
veredas; esto demuestra que ciudades intermedias
desarrollo. Esto se relaciona de manera directa con
como Pereira no son lo suficientemente urbanas
la propuesta de Valencia Cardona en La dimensión
para que sus historias se desarrollen solo en ellas.
crítica de la novela urbana contemporánea (2009),
donde se estudian las novelas urbanas del país y la
2. La ciudad enfermiza, depravaciones ineludibles
relación entre lo público y el medio virtual. Su perti-
nencia radica en el dialogismo creado en las novelas
Para empezar, según Bautista Escobar (2015) en
de autores como Fernando Vallejo, Rafael Chaparro
su catalogación sobre la novela del Gran Caldas, el
Madiedo, Mario Mendoza, entre otros, de los que re-
estilo más recurrente en los escritores de esta región
toma aspectos trascendentales para su propuesta so-
suele ser “historicista, de violencia, de la ciudad;
bre qué debe contener una novela urbana y también
pero también han tomado rumbos como el género
el compromiso de un autor a la hora de escribir una
(la perspectiva de la mujer), el erotismo y homoero-
novela crítica urbana en Colombia.
tismo, la novela psicológica, la mística” (54). De
esto no se escapan las novelas La dama de los cabe- Valencia Cardona considera solo aquellas novelas
llos ardientes y Ópera prima, de las cuales Bautista en las que “se despliega un pensamiento crítico fren-
resalta que están particularmente centradas en el fe- te a las configuraciones sociales, políticas y cultura-
nómeno de lo urbano. les de las ciudades nuestras, y frente a los cánones li-
terarios hasta entonces dominantes” (2009: 11). Este
Mejía Rivera en La generación mutante (2002)
compromiso debe ser contundente entre los nuevos
brinda algunos rasgos que sirven para analizar nove-
novelistas, a pesar de la fuerza que tenga la arbitraria
las como las de Omar García Ramírez, de las que po-
tradición colombiana; de no ser así, las nuevas lectu-
dría decirse fueron concebidas por el compendio del
ras del mundo estarán relegadas a la voz de un cierto
caos y la violencia en la ciudad. Mejía Rivera usa el
tipo de escritor o a una cierta visión de mundo, lo que
concepto de “generación mutante” para los escritores
sesgaría los discursos y opacaría el dialogismo.
que representan la ruptura con una estética tradicio-
nal, por lo cual deben estudiarse bajo parámetros que En este cambio hacia las nuevas propuestas,
asimilen y contemplen los nuevos elementos cultura- Bautista Escobar evidencia el “abandono de la na-
les. El término mutante “llevado a la literatura repre- rrativa centrada en la violencia; reescritura de la his-
senta la hibridación de géneros, la mixtura de códigos toria a través de la ficción narrativa; nueva estética
culturales que han sido aprehendidos y la superación narrativa; hibridación de géneros, juegos del len-
de los límites clásicos de lo que es la literatura y de lo guaje y artificios formales” (2015: 84). Para la obra
que no es” (Mejía Rivera, 2002: 46), dejando de lado de García Ramírez es fundamental la constante re-
los esquemas de “la alta y la baja cultura”. currencia a la mezcla de géneros literarios; a modo
de ejemplo, en Metal-riff para una sirena varada,
Por lo tanto, el concepto de patria se desdibu-
en un primer momento se habla de la posibilidad de
ja del imaginario colectivo de los autores; esto se
estar en medio de un crimen y lo “burdo, delicado
debe a que Colombia es un país complejo, lleno
y bello” (108) que esto podría ser; luego, Gregorio
de guerras y corrupción, que obliga a estar en una
cambia de tema y abre paso a la letra de una de las
constante redefinición de identidad. De allí que en
canciones de Quimeras, titulada Manual snuff para
la actualidad, la realidad y el sitio geográfico llegan
el lobo y Caperucita.
a ubicarse, como lo dice Mejía, más en lo virtual y
menos en lo empírico. Esto tiene cierta relación con Este contraste entre una situación casi de novela
una escena de la película argentina Martín (Hache), negra y el cambio repentino a la letra de una canción
en la que el padre dice a su hijo: “El que se sien- de la banda de Salomé, Quimeras, es la reiterada
te patriota, el que cree que pertenece a un país es herramienta que el autor usa para mostrar sus otros
un tarado mental, la patria es un invento […] uno campos artísticos. Lo anterior es muy frecuente en
se siente parte de muy poca gente, tu país son tus Metal-riff para una sirena varada, puesto que los

28
Ilustración 1. La dama de los cabellos ardientes (p. 64)

diversos tipos de discursos se entretejen de mane- da a entender que nada puede ser realzado dentro
ra rizomática; los poemas, las canciones, hablar de de la urbe. Los edificios, los callejones sin salida,
movimientos musicales y bandas que tienen toda la basura, los andenes, son determinantes porque se
una historia, de pinturas y artistas, son los elementos vuelven un personaje más en la novela, con lo que
que nutren e hibridan la historia. Sin embargo, cabe hay una mutación entre objeto y sujeto.
resaltar que García Ramírez hace una inversión de
valores al no incluir grupos armados para dar paso a 3. Urbana geografía mezquina
una violencia desenfocada o aislada del contexto co-
lombiano; redefine la predisposición de los imagina- Con todo lo anterior, se abre camino a los rasgos
rios de la nación y agrega otros pudores y dolores. comunes que sobresalen en la obra novelística de
Omar García Ramírez. Se considera entonces como
Habría que mencionar también que García
una geografía mezquina porque, desde la belleza del
Ramírez, al igual que otros escritores de novelas
caos, se cierran las puertas para no brindar oportuni-
urbanas en Colombia, logra expresar escenarios co-
dades; la ciudad como laberinto sin salidas alberga
munes que se conjugan con sus personajes; así los
habitantes que sobreviven día a día al siniestro es-
callejones, los bares, las calles, los andenes en la
pectro urbano. El desasosiego es el pan de cada día
noche y los animales callejeros, se salen de la nor-
y la desesperanza perpetua despliega un ambiente
malidad y toman una re-significación. Esto es, para
corroído a través de la música, las drogas, la deriva,
Gil Montoya (2002), usar lo cotidiano y común de
la paranoia y la anomia; la suma de estos elementos
las calles, de tal manera que una representación ade-
da como resultado un sinsentido tóxico.
cuada logre mostrar una gran lectura de las perife-
rias ignoradas, que tienen mucho que contar.
3.1 Lo urbano, espectro de deriva y paranoia
La ilustración 1 muestra una escena típica y
nocturna; esa “horda de piratas metropolitanos” Mario Armando Valencia Cardona (2009) centra
(García Ramírez, 1996: 64), que el personaje prin- su análisis en tres “vectores básicos” que expresan
cipal de La dama de los cabellos ardientes nombra, las dinámicas “transformacionales” de la cultura ur-
es la muestra del tedio y repudio de los personajes bana contemporánea: “la polis, la urbe y la ciudad”.
infelices que vagan por la ciudad. El desasosiego En este orden, “la polis” se concibe como el eje

29
Ilustración 2. La dama de los cabellos ardientes (p. 63)

políticamente correcto que intenta imperar desde la La ciudad no es sólo un telón de fondo, sino que actúa
ética normativa que rige en lo más alto; luego está y funciona semióticamente como elemento-personaje
“la urbe”, el cuerpo de la ciudad, que en las novelas protagonista, desde distintos ángulos: la especialidad,
de García Ramírez se manifiesta como una mutación la mentalidad, la experimentalidad técnica, las diná-
micas sociales, las estructuras, los imaginarios […]
entre Bogotá, otras metrópolis del mundo y las regio- Están dotadas de un innegable interés socio-cultural y
nes cafeteras; y por último, “la ciudad” es la asimila- de una búsqueda de eficacia socio-estética, principios
ción del sujeto social (la gente es la ciudad), que en a partir de los cuales han transformado o intentado
este caso son los personajes de las tres novelas (H.F. transformar, parcial o totalmente, los cánones estéti-
Pinedo, Antonio, Salomé, Gregorio, la Dama). cos tradicionales en nuestro medio en las últimas dé-
cadas, logrando vehicular de mejor manera las ideas
“Urbe y ciudad se fusionan y confunden, in- sobre nuestras sociedades urbanas, sobre nuestras
dividuo-calle-sociedad se hacen un solo acto que tensiones entre ciudad y campo, y sobre nuestros ima-
produce siniestros anonimatos, histeria y autodes- ginarios urbanos.
trucción” (Valencia Cardona, 2009: 110). Lo urbano
impera como una hibridación caótica y desolada; es Esta definición abarca muchos aspectos y pocas
por ello que estas tres novelas son tan destructivas novelas están dotadas de tantos matices y tantos va-
y para nada positivas. Ahora bien, cabe aclarar que lores como los que nombra Valencia Cardona. En
este tipo de novelas pueden ser de dos tipos: novelas las novelas de García Ramírez se presentan de la
urbanas o novelas críticas urbanas. La segunda ca- siguiente manera: En primer lugar, el interés socio-
tegoría es la máxima expresión de la novela urbana, cultural está evidenciado por el deseo de introducir
que en palabras de Valencia Cardona (2009: 11-12) todo aquello que normalmente se ignora desde la
se define así: polis, ya que da importancia a los entornos y a los

30
de las calles sexualizadas en las que los “frágiles
fantasmas” deambulan en la superposición de for-
mas; cada una de manera exagerada expresa la burla
a través de la erotización de una calle deplorable.
Esta relación entre Eros y Tánatos, esta pulsión en-
tre el erotismo / vida y la muerte, se mezclan con la
atmósfera de las calles salvajes; por ello la relación
entre bosque y cemento.
Es entonces cuando García Ramírez logra dibu-
jar la degradación a través del sexo, es en las ca-
lles donde se enfrenta a la sutileza de un lenguaje
poético con un fondo deplorable; este eufemismo
no es más que la reafirmación de la insignificancia
de las personas y la ciudad. Un sex-shop llamado
Nosferatu, en el que se ve al mismo personaje vam-
pírico mordiendo el cuello de una mujer, no es más
que la reafirmación de la superficialidad que acosa
en exceso a los habitantes en las calles; en un extre-
mo están todos formados en fila, como si fuese una
crítica a la masificación de los entes citadinos que
parecen muertos vivientes, al marchar uno tras otro;
luego está el jíbaro en su total naturalidad, animali-
zado y místico.
Los cánones se rompen para dar protagonismo a
lo oscuro y lo extraño. García Ramírez pone como
escenario al callejón y a la iglesía de pueblo que to-
dos ignoran, crea tensión entre lo rural y lo urbano.
“La ciudad que se muestra es Pereira, con los imagi-
Ilustración 3. La dama de los cabellos ardientes (p. 24) narios propios de la modernidad, la descomposición
social, las drogas, la bohemia, la marginalidad, con
personajes marginados; en segundo lugar, la ruptura el propósito de transmitir al lector una imagen sór-
de cánones estéticos se concibe mediante la abrup- dida que los seres padecen en su devenir” (Valencia
ta hibridación de estilos: arte, literatura; en tercer Solanilla, 2005: 73). Y aunque no especifica que esa
lugar, pone la ciudad como telón de fondo. Sin em- ciudad dibujada es Pereira, hay una transición entre
bargo, en este aspecto García Ramírez no siempre ese estereotipo de ciudad desarrollada y ciudad que
logra que la ciudad sea cómplice de las situaciones apenas sale del concepto de pueblo, que de mane-
de sus personajes. ra abrupta descompone la línea diferencial de estos
dos escenarios, lo que permite reflexionar que esta
Además, Colombia es un país “caracterizado necesidad de cambio se da según la necesidad de los
por volverle la espalda a la realidad, por ocultarla, personajes.
soslayarla y reducirla a un perverso eufemismo”
(Valencia Cardona, 2009: 87); García Ramírez de- Cuando el hombre de La dama de los cabe-
sarrolla de manera absurda el interés socio-cultural llos ardientes lleva a su amada de viaje a “Ciudad
a través del personaje de La dama de los cabellos Vieja”, se muestra la representación de los entornos
ardientes, que dice: típicos de las pequeñas ciudades colombianas; en
otras palabras, las iglesias, los parques, los restau-
Somos frágiles fantasmas en la noche capitalina; una rantes, son, viñeta a viñeta, la recreación de los pue-
lluvia de miedo salpica nuestros sueños… Para in- blos cafeteros, en los que materializan todos estos
tegrarnos en un bosque de cemento negro, debemos “planos y dimensiones en los que se ha perdido el
ir desnudos… Somos presa o cazadores y la luna concepto de ciudad como totalidad, para dar paso a
un escudo de plata que limpia nuestros corazones… múltiples ciudades dentro de la ciudad y un univer-
(García Ramírez, 1996: 63). so radicalmente individualizado. Lo que se resuel-
ve en historias unipersonales” (Valencia Cardona,
De esta manera, hay una recreación de la degra- 2009: 22). En la ilustración 3, el hombre tiene a
dación, como se evidencia en la ilustración 2; vivir su fondo unas montañas que suscitan las ciudades
en un país como Colombia contribuye al sinsabor rurales; acto seguido consume drogas y se produce

31
una deformación cuadro a cuadro; el fondo natural sión, la literatura fantástica, la novela negra, el hu-
se esfuma por el caos narcótico para que prime la mor sarcástico y la conciencia de la degradación
unicidad del personaje. posmoderna de utopías inacabadas, en donde se
quiere dialogar con el mundo desde la provincia”
Esta abstracción a partir del consumo de drogas
(2005: 77). Esta modernización de las ciudades y
refiere al burdo imaginario de ciudad en el que las
de las personas hará que exista “un poeta que ver-
sustancias psicoactivas contribuyen a develar la ver-
sifique su realidad urbana” (Caballero Benavides,
dadera esencia mortífera y grotesca que “la polis”
2012: 7). Por lo que la función del escritor es tan
suele maquillar; la droga es un punto de reflexión
relevante, ya que su sensibilidad le incita a preocu-
para el individuo y solo a través de esta puede de-
parse por lo no dicho y por lo no leído o escuchado;
velar el cúmulo de sus angustias. Así el hombre de
el escritor recrea el diario de su ciudad a través de lo
La dama de los cabellos ardientes revela esas “múl-
que perciben sus sentidos.
tiples facetas”, de las que habla Valencia Solanilla,
porque posibilitan entes externos. Igualmente el Yo me levantaba a medio día, me bañaba en una tina
caso de Antonio, en Ópera Prima, resulta ser intere- tan caliente que podría escaldar a un cocodrilo; fu-
sante y “relativamente logrado”: maba un formidable canuto de María y salía a ver la
ciudad. Nunca sentí tanto hastío y tanto miedo como
Por sus contradicciones, el humor negro de sus diálo- aquella vez contra el espejo de la habitación; aparecía
gos y el entusiasmo que transmite a sus compañeros mi fantasma alcoholizado, flotando dentro de la falsa
de aventura, aunque demasiado sobrecargado en el perspectiva de cubículo; y yo, fluía paralelo a él, de-
lenguaje, pues pierde autonomía en el contexto de la macrado y barbado (García Ramírez, 2014: 23).
obra y más bien parece una voz en “off” del narrador
implícito (Valencia Solanilla, 2005: 75). Los personajes de García Ramírez son lacónicos
y están abarrotados de la saudade que se vitaliza en
A lo anterior, Antonio parece ser el alter-ego de las calles; por ejemplo, Gregorio acepta su dolor y
García Ramírez y tal vez por ello se resalta esa voz se sumerge en el caos; las drogas y el alcohol confi-
en off que cuenta las pasiones del mismo creador de guran su realidad para que disipe su amor y agonía
Ópera Prima. Antonio, afectado por el tedio, logra por vivir a la vera de Salomé. La ciudad se traslada
sentir confort en su soledad; aunque en su abstra- a la realidad de las cuatro paredes del apartamento
ción no revitaliza su hastío ni siquiera a través del donde viven los dos amantes, hasta allí llegan todos
arte, realmente en ninguna de las tres novelas el arte esos elementos desgastadores de una ciudad de rit-
consigue mitigar el desasosiego. Este personaje ex- mo acelerado; por todo ello, estos dos personajes
presa su cansancio así: deben enfrentarse a sus miedos y temores, al desor-
den y a su más mísera existencia. El lenguaje usado
La verdad era que estaba físicamente agotado, por compone el estilo poético a través del cual García
la fuerte presión de varias semanas de trabajo. Me di- Ramírez recrea sus ciudades imaginarias; en ellas se
rigí a mi taller, una pequeña buhardilla, empotrada en imbrican la corrupción, el caos, la guerra, el amor,
la terraza de un edificio de apartamentos de cuatro pi-
sos… en donde en medio de un caos multicolor e icó-
la música, el erotismo… La ciudad se vuelve condi-
nico, trataba de recrear mi propia existencia (García cionante hasta en una habitación y esta es la fuerza
Ramírez, 2001: 9). de la urbe.

Para continuar, Valencia Cardona hace una acla- 3.2 La música: lienzo del caos en clave de rock
ración importante sobre las novelas urbanas, ya que
estas deben claramente “vehicular de mejor manera La música es un componente de la cultura que se
las ideas sobre nuestras sociedades urbanas” (2009: ha incrustado en la literatura; por ejemplo, el rock
12). Estos aportes contribuyen al constructo identita- toma gran importancia en Érase una vez el amor
rio del país, más por el hecho de ser la ciudad la que pero tuve que matarlo de Medina Reyes y Metal-
alberga a la sociedad, y como lo reafirma Valencia Riff para una serena varada de García Ramírez; en
Cardona (68), “los individuos son la sociedad y la ellas hay juego con los distintos subgéneros, como
sociedad los determina”, puesto que las novelas ur- el punk, el metal, el grunge, que no solamente tienen
banas son determinantes en el espectro de sociedad la intención de adornar los fondos de las escenas,
para ver lo que pasa en ella y alrededor de ella. sino que participan como agentes configuradores de
la trama.
Las ciudades de las tres novelas de García
Ramírez se superponen a los imaginarios contem- El elemento musical, como personaje protagónico,
poráneos, de los que Valencia Solanilla resalta por dota a la novela urbana de una especie de armonía
tener en cuenta referentes como “el cine, la televi- y melodía que le confiere ritmos específicos, desde

32
el lacónico y apacible del bolero, hasta el frenético casos no le encuentran sentido a la vida y que bus-
del punk o del heavy metal, lo que a su vez relaja o can en la música a la vez un refugio y un tormento”
endurece los asuntos tratados por las novelas, y per- (Valencia Cardona, 2009: 134). En otras palabras,
fila un tipo distinto de ciudad, al resaltar dimensio- podría verse desde aquello que, ennoblecido por los
nes diferentes de su personalidad e identidad musical géneros más contraculturales, está desprovisto de
(Valencia Cardona, 2009: 135-136).
sutileza y construido a través del desconcierto. La
música no es solo un ambientador, ya que desde el
La identidad musical roquera y transgresiva ha epígrafe de cada capítulo se puede intuir cuál es el
tenido poca presencia en la cultura colombiana a ritmo o sentido que tomará la historia; desde una
pesar de su influencia en la sociedad y en obras de canción melancólica de Fito y Fitipaldis, hasta una
escritores, pintores y músicos; sin embargo, se ha estruendosa canción de los Sex Pistols, la primera
mantenido en una alta posición dentro de la cul- para hablar del amor profesado por Gregorio y la
tura popular del país. Como bien lo dice Valencia segunda para dar paso a una anécdota de bares.
Cardona (2009: 136), la música se manifiesta como
una denuncia a esos intentos políticos que quieren En consecuencia, se abre paso a la deriva, que
reducir la identidad del país al sombrero “vueltiao” se manifiesta en la novela urbana por la “imposibi-
y al vallenato; pero la realidad es que el rock, a pe- lidad de una vida armónica con el otro, la rivalidad,
sar de ser un género de otros países, tuvo y tiene el aislamiento, el terrorismo armónico” (Valencia
en Colombia un papel importante, principalmente Cardona, 2009: 25); esta imposibilidad es recurrente
en los últimos 40 años; por ejemplo, para García en Metal-Riff para una sirena varada porque Salomé
Ramírez tuvo mucha relevancia uno de los festiva- y Gregorio no logran la plenitud en sus vidas, por-
les más grandes de rock en Latinoamérica, Rock al que los excesos frustran sus planes y el enfrenta-
Parque, que cuenta ya con 20 años de existencia y miento con la realidad se torna complejo, principal-
que contribuyó a que el escritor recreara escenas y mente para Salomé. La ciudad se vuelve enemiga
personajes más intensos en sus novelas. de ellos y el aislamiento llega al sitio de encierro
del que habla Valencia Cardona, que en este caso no
La mayoría de los personajes creados por García es un manicomio, sino el apartamento de Gregorio,
Ramírez se expresan a través de los estereotipos que donde Salomé se auto-secuestra para conseguir que
han surgido de las tribus que siguen los sub-géneros su padre pague el rescate falso y los amantes puedan
del rock. España, que fue en algunos momentos un darse una vida de lujos en otro país.
gran referente para Colombia, tuvo dentro de su ex-
presión roquera a la droga como eje principal; en La deriva, concebida como ese “olvido volunta-
cambio, en la sociedad colombiana la violencia fue rio de la memoria para ahondarla y hacerla potente
el eje que primó. Aquí el rock hizo catarsis desde la y densa” (Valencia Cardona, 2009: 34), es contras-
ironía de vivir en una sociedad salvaje, de guerras y tada con el primer capítulo de Rayuela, que explica
odio; los excesos, sexo, vicios y RnR, han otorgado el amor entre Horacio y la Maga: “Andábamos sin
gran capital al imaginario cultural que se suscribe buscarnos pero sabiendo que andábamos para en-
en las novelas urbanas contemporáneas de varios contrarnos” (Cortázar, 1962: 16); allí su olvido vo-
reconocidos autores, tales como Efraím Medina, luntario es crucial, al dejar que el destino les una,
Chaparro Madiedo y Mario Mendoza. como a Gregorio y Salomé, que sin tanto cortejo
pareciera que no pudieran desligarse; aunque él in-
De la misma manera García Ramírez pone en tente muchas veces zafarse de su amor por ella, irre-
juego, principalmente en Metal-Riff para una sire- mediablemente el destino los une y deciden juntos
na varada y La dama de los cabellos ardientes, a la olvidarse del exterior en el encierro donde Salomé
música como cómplice estabilizador de emociones, se hunde y ahoga a Gregorio.
ya que usa al rock subterráneo y lo mezcla con el
desencanto de un país en guerra que dejó huérfa- Además surge otro aspecto, la anomia, que según
nos, no solo de familia sino de patria, a muchos José Luis Romero “connota una conducta que no
observa ninguna regla o conducta moral por parte
jóvenes a quienes se les aplastó su espíritu con la
del ciudadano dentro de su nicho social, y que res-
violencia.
ponde a la reacción de un individuo frente a un or-
En cuanto a Salomé y Gregorio, en Metal-riff den social que lo niega o excluye” (cit. en Valencia
para una sirena varada, reaccionan como dos fuer- Cardona, 2009: 97). De manera abrupta cada uno de
zas opuestas, cobijadas bajo la misma desesperan- los personajes de García Ramírez es consecuencia
za; ella representa el caos y él representa un intento de la incongruencia social; a través de las drogas se
nimio de equilibrio; luego les rodea la música que anulan a sí mismos, aunque esta sea un agente de
“ambienta incidentalmente el decurso de vidas a la provocación a una sociedad acosada por los psico-
deriva de los personajes, que en la mayoría de los activos.

33
La estrategia consiste en “degradar” la conciencia del
personaje, situándolo en medio del alcohol, las dro-
gas, la locura o la rumba, y carnavalizando en extre-
mo los acontecimientos […] de modo que se diluya
de manera “natural” toda medida temporal, toda cer-
teza cronológica, y gracias a esto se puede pasar de
un episodio, momento o situación, a otro, sin solución
de continuidad y sin apelar a la coherencia (Valencia
Cardona, 2009: 166).

Esta reducción es bien lograda con el sonido de


las fiestas que se vuelven el pretexto para la dro-
ga, para canalizar y proveer de riesgo y desespero
a los personajes; la atemporalidad es mezclada con
los efectos de los psicoactivos, para la sensación
de discontinuidad en las novelas de Omar García
Ramírez. Este efecto rizomático en el que los ele-
mentos interactúan en desorden, actúa como factor
delirante y mecanismo de defensa, razón por la cual
Salomé decide auto-secuestrarse en el apartamento
de Gregorio, donde su realidad entra en tensión y la
desestabiliza emocionalmente.
La paranoia se infiltra irremediablemente en los
estados emocionales de Gregorio y Salomé, la psi-
quis ha sido alterada en cada escenario y el tiempo
queda desprovisto de esperanza. “Después de que
me encierre, me dedicaré a mis juegos de rol y no
volveré a salir para evitar sospechas. Vivirás conmi-
go… A los conocidos dirás que me fui de vacaciones
o algo así, no sé, todavía no sé” (García Ramírez,
2014: 77). Entonces ella asume el deseo de no ser
ella, sino de ser otra, los juegos de rol le permiten Ópera prima (Altamira 2001)
que lleve su cuerpo a la decadencia extrema; esa
“poética de estados alterados” (21) en la que viven
aquellos demonios que tanto adora Gregorio pero
que le hacían sufrir. publicidad de canales de televisión de otros países.
En este orden de ideas, ya están tejidas la músi- La obra, compuesta por tres partes y seis actos, se
ca, la deriva y las drogas, una especie de resistencia estructura así:
vírica que se manifiesta como el intento que hace La primera parte representará las danzas de la
un sujeto con la intención de librar una lucha efec- Fertilidad, que simboliza el nacimiento del hombre
tiva para “infiltrarse, a manera de virus, en el to- en el mundo, y La Caza que simboliza al hombre vi-
rrente sanguíneo mismo de dicha cultura” (Valencia viendo de, y en, la naturaleza; el hombre que mata
Cardona, 2009: 44). Esta analogía con los gérme- para vivir, el animal que muere para dar vida. La se-
nes permite proyectar una resistencia del organismo gunda parte realizaremos un performance con actores
concebido como urbe; la polis se vuelve un elemen- de teatro, cuyo primer acto se ha llamado La Torre, la
to invasor abstraído como dios que todo lo ve y todo torre de Babel, la confusión y el ascenso; su segundo
acto se llamará La Caída, el pandemónium arquitec-
lo sabe; de esta manera estos virus “alteran el equi- tónico, la ruptura del equilibrio, el arcano número
librio metabólico, funcional y de reproducción del XVI, el hombre que rompe el equilibrio con la madre
sistema cultural normal (44). naturaleza. Y la tercera y última escena se compo-
Esta resistencia es ejercida por H.F. Pinedo y ne de dos actos; el primero, La Danza Robótica, que
representa al hombre contemporáneo, pre-moderno,
Antonio, en Ópera Prima, con su propuesta teatral; moderno, post-moderno, phorno-dermo. Al mutante
en ella se evidencia el deseo por crear algo suma- de neón y chips. Al golem sistemático e informático.
mente potente que tendrá una gran resonancia; por […] Y el sexto y último acto: Ícarus, el regreso a la
ejemplo, tienen la convicción de que Altamira 2001 luz, la búsqueda del sol (García Ramírez, 2001: 80-
ganará concursos internacionales y servirá para 81).

34
rock con su banda, aunque todos sus viajes son un
fracaso. No por ello los viajes resignifican la salva-
ción de los personajes, porque inevitablemente son
presos del retorno.
El movimiento es imposible, la ciudad les apri-
siona y, por todo lo anteriormente dicho, la música
resulta un elemento de aparente inocencia en la na-
rrativa de García Ramírez; la música se da el lujo
de repercutir en los diversos elementos de las tres
novelas del autor; huir no da solución, la música no
ennoblece a los personajes y tampoco lo hace nin-
gún otro arte. La música se vuelve elemental porque
el ritmo lento o rápido acelera las historias y les da
un sentido más claro. El arte es configurado entre
el sentido y el sinsentido de las novelas de García
Ramírez.

4. Conclusión

En los senderos subterráneos de García Ramírez


hay toda una composición emocional de las ciuda-
des periféricas de Colombia que, al ser combinadas
con las grandes urbes, se configuran como nuevos
mundos narrados desde la provocación, el caos y
la paranoia. Estas historias tienen ritmo de rock y
deriva, acompañadas por las letras provocadoras de
este género musical; luego la droga y la anomia na-
cen en el pretexto de la fiesta y marcan el ritmo de
los personajes, de manera tal que huir es lo máximo
a lo que alguien puede aspirar para solucionar su
Metal-riff para una sirena varada (2014) vida.
Las tres novelas están “en clave de rock”, como
lo dice Gil Montoya (2014), ya que García Ramírez
afina sus historias al poner a la ciudad como un per-
sonaje desolado que influye en Salomé, Gregorio,
Su configuración caótica es paulatina. Esta ópe- Antonio, la Dama, y en el excurso de sus vidas; sin
ra prima va decreciendo porque esa es la naturale- embargo, el escritor también desafina y sus historias
za del ser humano mostrada desde las bellas artes. flaquean, cuando las descripciones son exageradas y
Este es el proceso natural en todas las novelas del la ciudad es invisible por un momento y se convier-
escritor; hay un primer momento en el que todo te en un telón de fondo.
está bien, pero a medida que transcurre la historia
todo va de mal en peor sin ningún final feliz. Tal A pesar de la ambivalencia de García Ramírez,
vez esta mala suerte se deba a que ellos, los per- su obra es interesante por lo experimental; si bien
sonajes, intentan poner en tela de juicio una rea- hay problemas en el desarrollo de los personajes,
lidad demasiado manipulada por la polis. Y para- que el autor deja en el limbo en muchos momentos,
noicamente aparece un ente ulterior que evita que también logra ejercer una fuerte crítica a una socie-
lleven a cabo su propuesta; con ello nace también dad absorta en la superficialidad; es por ello que la
un deseo por huir y la necesidad de viajar; véanse moda y las tendencias posmodernas, el sinsentido
estos viajes no solo de manera geográfica, sino de de la multimedia, el consumismo extremo, la nor-
manera mística. La dama y su hombre dejan sus malización de la violencia, son los tópicos que usa
lugares a través de un viaje ancestral que parte des- García Ramírez y de los cuales hace burla.
de la sativa; Antonio y H.F. Pinedo viajan, no solo García Ramírez disfraza de ingenuidad el absur-
con las drogas, sino también con todo su equipo do y relaciona el caos, la paranoia, la anomia, la
para refugiarse en las zonas veredales cafeteras; y deriva y lo vírico, con cualquier expresión artística
Salomé con su deseo por viajar como estrella de para transmutarla de manera provocadora, lo que

35
le ubica en el margen del margen y le posiciona las tres esferas (polis, ciudad, urbe), a partir de la
como un escritor que desea, desde lo experimental paranoia, la deriva, el caos, la música y las drogas,
y la hibridación de estilos y técnicas, narrar a una es la que genera un desprendimiento del tradicio-
región doblegada por los convencionalismos y las nalismo para dar paso a lo contracultural, desde lo
tradiciones. amorfo. No podría entonces esperarse que después
Al final toda esta hibridación de tópicos y per- de este desprendimiento, García Ramírez se ade-
sonajes provocadores lleva a pensar que no im- cue a las reglas de juego de la novela, un género
porta si se encaja o no en los moldes correctivos tan abrupto que se enmarca en la oposición y el
de la sociedad; y esto es lo que se espera de los caos; sin embargo, aún queda este intermedio de
senderos subterráneos, una lucha salvaje de poder, la región cafetera entre ciudad y campo. El mapa
un deseo de supervivencia que va más allá de lo de las ciudades de García Ramírez está aún a la
políticamente correcto. La mutación que nace en deriva.

Referencias

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Valencia Cardona, Mario Armando (2009). La dimensión crítica de la novela urbana contemporánea en Colombia.
Pereira: Universidad Tecnológica de Pereira.

36
Cara y sello de la mujer en las novelas
de Alister Ramírez Márquez

Leidy Julieth Ortiz Idárraga

Este ensayo propone el análisis de la mujer como personaje representativo en las novelas Mi vestido verde
esmeralda (2003) y Los sueños de los hombres se los fuman las mujeres (2009), de Alister Ramírez Márquez.
Se realiza una comparación sobre la mujer en el ámbito rural y urbano como base para la construcción del
imaginario de mujer virtuosa o malvada.
Se apela a los criterios de la imagen de mujer digna, fuerte, con autonomía e historia propia, que exponen
Hincapié (2007), Seda (2006) y Guardia (2001), con el fin de indagar los juicios que determinan la visión
positiva de un género del que aún se defiende su dignidad. De igual manera, se tienen en cuenta lo malvado y
oscuro, y todos los defectos de la mujer asignados en otras épocas, según Bermúdez (2001) y Cruzado (2004),
para demostrar por qué se han juzgado las actitudes de la mujer y discutir las razones que la señalan como
motivo de la destrucción del hombre. Esto permitirá caracterizar la vida de Clara, la matrona que representa la
figura bondadosa en la primera novela, y de Virginia, la mujer perversa que toma protagonismo en la segunda,
y con ello hacer hincapié en las disimilitudes encontradas en las dos historias.
A partir de allí se demostrará cómo es el paso del personaje femenino de una novela a otra, con la intimidad
de Clara y Virginia, la misma que se descubre en las obras bajo la lectura de los rasgos mínimos de sus per-
sonalidades. A lo largo de la trama se evidencia que Clara representa una cultura femenina trabajadora, noble
e íntegra, mientras Virginia es muestra de la maldad hecha mujer, pues su vida está marcada por la ambición
y la crueldad sin límites. Se concluye, entonces, que los personajes femeninos de cada novela, especialmente
Clara y Virginia, son construidos tras caminos opuestos; de hecho, la primera acoge al lector con sus memorias
conmovedoras y valientes, y la segunda confunde con su identidad llena de malicia, haciéndose visible y real
la diferencia de personalidad de estas dos mujeres.

1. Alister Ramírez Márquez nunca olvida su tierra natal

Alister Ramírez Márquez (Armenia, 1965) es un escritor quindiano que reside en Nueva York desde hace
veinticinco años. Es comunicador social de la Universidad Javeriana, con doctorado en literatura de The City
University of New York, donde es profesor de español y literatura hispanoamericana desde hace catorce años. Es
autor de novelas, ensayos y cuentos, en los que su tierra natal está presente con el paisaje y los hechos históricos.
Alister Ramírez Márquez pasó gran parte de su niñez y juventud en Armenia (Quindío), donde desarrolló
su interés por el mundo de la oralidad. Las historias que escuchaba en su familia y entre las personas de la
región le han servido de base para la creación de sus novelas; luego, con su dedicación y actitud investigativa,
consolidó los relatos que conforman su obra.
El interés por el periodismo siempre ha estado presente en Alister Ramírez Márquez. Ha colaborado en
revistas y periódicos, como Newsday de Estados Unidos y El Tiempo de Bogotá, labor que ejerce actualmente
desde Nueva York, con artículos y reportajes cuyas temáticas varían entre escritores, artistas, acontecimientos
históricos y personajes del común. En 1996 publicó un importante libro de entrevistas, Reportaje a once escri-
tores norteamericanos, tarea que le llevó varios años de lectura y documentación para poder llegar a cada uno
de los escritores, entre ellos John Updike, Norman Mailer y Harold Bloom.
Luego, en el año 2000, publicó el cuento infantil «¿Quién se robó los colores?», basado en un mito pre-
colombino reelaborado como texto didáctico para estudiantes de lengua castellana. Igualmente, es autor del
estudio Andrés Bello: crítico (2005), que le sirvió como tesis doctoral.

37
2. La mujer rural en Mi vestido verde esmeralda

Mi vestido verde esmeralda se basa en la historia


de una mujer llamada Clara, nacida en 1900; ella re-
lata en sus memorias la sociedad violenta de una épo-
ca arriesgada y difícil. La valentía, la fortaleza y la
lucha hacen que este personaje sobreviva a un mundo
cruel, pero que recrea de forma tranquila y amena.
La obra muestra la colonización desde el recorri-
do que hace Clara en Antioquia hasta las montañas
de la zona cafetera de Armenia; además, la vida de
ella como madre y el esfuerzo que por tiempos tuvo
que hacer para sostener sus negocios. También se
puede evidenciar cómo es víctima de la violencia y
de la expropiación de sus tierras, lo que la obliga a
dejar el territorio rural y marcharse hacia la ciudad.
Hincapié (2007: 290) afirma que “la imagen de la
mujer que se representa en la literatura de finales del
siglo XIX sigue los paradigmas de la mujer cristiana,
estimulándola a ser sumisa, obediente, fiel a Dios,
al padre, al esposo; en otras palabras, al modelo pa-
triarcal”. En esa época a las niñas se las educaba en
el camino religioso y bajo estrictos ideales. Así se
configuraba el prototipo de la mujer, no solo en la
literatura sino también en la vida social y cultural.
Alister Ramírez Márquez
La vida de Clara nos acerca a la realidad de ese
pasado, especialmente a la historia de las mujeres que
han vivido el abandono, la pobreza, el padecimiento
Su itinerario como escritor siguió creciendo y, y la imposición del hombre. Ella narra, entre muchos
gracias a un trabajo previo de diez años de investi- hechos, las circunstancias de su vida desde niña que la
gación histórica y documental y muchas entrevistas, llevaron a convivir con Domingo, un hombre mayor,
publicó en 2003 su primera novela, Mi vestido ver- que con engaños le hacía pensar que podía ayudarla a
de esmeralda. Esta novela fue traducida al inglés salir adelante, y cómo la maltrataba y abusaba sexual-
como My Emerald Green Dress (2010) por Alicia mente de ella: “Por las noches regresaba borracho y
Bralove, su actual esposa, y al italiano como II mio antes de poseerme me daba una paliza” (Ramírez,
vestito verde smeraldo (2010) por María Enrico. En 2003: 27). La obra deja ver claramente el machismo
el año 2005 esta obra fue reconocida con el Premio en los años en que se desarrolla la historia.
Internacional de Literatura otorgado por el Círculo Los hombres eran el centro de todo, eran ellos
de Críticos de Arte de Chile. quienes tenían la potestad para actuar como indivi-
En 2009 se publicó su segunda novela, Los sue- duos únicos en la tierra: “Era un mundo habitado por
ños de los hombres se los fuman las mujeres, que hombres, que se desplazaban como sombras de un
relata una visión diferente de la experiencia como lugar a otro” (Ramírez, 2003: 29). Los arrieros, mi-
inmigrante y se basa en una investigación en mu- neros y cazadores llevaban el control sobre las muje-
seos, bibliotecas y calles, para tomar nota de todos res y las trataban como si fueran de su propiedad.
aquellos detalles que le sirvieran para la conforma-
Una de las nociones sobre el estatus de mujer se
ción de la historia.
basa en las leyes del hogar impuestas por sus mari-
Dentro del recorrido literario de Alister Ramírez dos: “La idea de que la mujer para realizarse en ple-
Márquez se encuentra además su última publica- nitud debía someterse a la voluntad del marido y a la
ción, Los vendedores: cuentos de reportero (2015), crianza de los hijos, todavía se encuentra arraigada
una colección de relatos de un reportero que viaja en nosotros como parte del orden natural” (Seda,
por el mundo y escribe las historias de los persona- 2006: 11). La protagonista de esta historia es apenas
jes que se le cruzan en el camino. Con esta nueva una muestra de lo que se ha vivido y se mantiene
publicación se conforma el grupo de obras con las hasta hoy: la mujer pertenece al hogar y debe estar
que el autor se presenta ante los lectores. dispuesta a servir a su marido.

38
La novela también nos revela cómo la mujer se
ve reducida al placer del hombre, a la aceptación y al
silencio; como evidencia de ello, en la vida de Clara
aparece Jesús, un hombre machista que se converti-
ría en su esposo y se volvería un ser importante para
su vida, tanto así que ella lo quería y lo aceptaba aun
con sus engaños: “Entre las mujeres de mi genera-
ción la infidelidad se aceptó como parte de la vida
diaria y mientras el marido cumpliera con sus obli-
gaciones de padre no se discutían los asuntos de las
amantes” (Ramírez, 2003: 183). El hombre pasaba
por encima de los derechos, el respeto y la dignidad
de la mujer; incluso ellas mismas, así como Clara,
aceptaban esto como parte de la cotidianidad.
Debido a tantas restricciones, las mujeres em-
piezan a pensar en la independencia social y eco-
nómica, que ayudaría a su implicación personal en
distintos campos: “Su lucha será, entonces, por un
trabajo productivo, por la participación en el queha-
cer social y por salir del marco privado del hogar; Alister Ramírez Márquez y Norman Mailer (1994)
rompiendo con las limitaciones y la discriminación
impuestas por el sistema patriarcal” (Elejabeitia,
cit. en Seda, 2006). Clara es evidencia de esto, pues
aprende a defenderse y se convierte en alguien ca- del patriarcado. Consciente de lo que quería, de su
paz de sobrevivir a las duras travesías, realizar labo- cambio de vida, la protagonista de la historia logra
res que requerían fuerza, pensar como un hombre y romper con la barrera masculina, pues sus deseos de
olvidar en ocasiones su feminidad. Clara no solo se libertad harían que se enfrentara a cualquier impedi-
atrevió a reformar su vida, también vence los prejui- mento que se le cruzara en el camino.
cios y emprende la huida del sistema patriarcal, para
convertirse en dueña de sus decisiones. La iniciativa de Clara cobraría frutos y pronto
se convirtió en dueña de una propiedad que ga-
2.1 La matrona: mujer perseverante y audaz rantizaría su capital, a pesar de su marido: “El día
que le dije que me iba a comprar los derechos de
Como en los inicios el papel de las mujeres es- los Bustamante, una propiedad al otro lado de Río
taba consagrado exclusivamente a su hogar, era ne- Verde, lo tomó como una ofensa a su hombría”
cesario un cambio; por ello se generaron decisiones (Ramírez, 2003: 85). Es así como dejó de lado lo
políticas y económicas para un poco de igualdad: que pensaban los hombres de esos tiempos y planeó
“La mujer podía compartir las ocupaciones y los in- su futuro con valentía. Es en ese momento cuando
tereses del marido, pero sin descuidar la crianza de construye su restaurante, del cual sacaría provecho
los hijos y las tareas del hogar. Mediante la ejecu- y nuevas ganancias a lo largo de muchos años y al
ción de dichas labores ella estaría contribuyendo a que otras mujeres se unirían para laborar por fuera
la economía del mismo sin tener que salir a trabajar de sus hogares.
fuera” (Seda, 2006: 16). Clara, como una verdadera matrona, destruye las
Con respecto a lo anterior, Clara es una de esas barreras que imponía la sociedad y se declara un ser
mujeres que no se conformaron con dedicarse al ho- valiente, que alza su voz: “Mi fortuna era el resulta-
gar, sino que se atreve a pensar en sí misma para do de la lucha constante, de ayudar a las vacas para
trabajar e independizarse. Como vivía en una zona que parieran, de ordeñar todas la tetas del mundo
rural, desde allí se inició en la crianza de gallinas y hasta que mis manos se encallecieron” (Ramírez,
la venta de huevos, que le generaban buenas ganan- 2003: 104).
cias para comprar y criar otros animales: “Con mi
dinero comencé a comprar gansos, patos, piscos y 2.2 Clara como valor cultural y familiar
gallinetos” (Ramírez, 2003: 85). De esa forma em-
pieza a hacerse dueña de sus decisiones y su dine- Clara dedicó su vida a prosperar, a sacar frutos
ro, volviéndose el ejemplo de muchas mujeres que de sus posesiones, a trabajar día y noche sin dete-
no se dejan doblegar por las costumbres arbitrarias nerse. Ante todo fue una madre ecuánime, cariñosa,

39
leal a su marido; cuidó y aprendió a querer a sus 3. La mujer urbana
hijastros, decidida a sepultar el pasado infame que
vivió, con el fin de soñar un porvenir afortunado Los sueños de los hombres se los fuman las mu-
para su familia. jeres está marcada por la presencia de la inmigra-
De asombrosos sueños era la existencia de Clara, ción a través de dos personajes, Pedronel y Hans,
que no tuvo una vida fácil sino de deberes y lucha jóvenes antioqueños amigos de infancia que parten
constante para poder obtener lo que quería, a pesar de su tierra natal hacia Santafé en busca de la edu-
de la angustia y el sufrimiento que le causarían sus cación en leyes; allí los sucesos conducen sus vidas
bienes y sus hijos. De hecho, cuando los colonos hacia un lugar inesperado.
invadieron sus predios, la chusma disparaba sin pie- A pesar de las adversidades, logran llegar a
dad y las leyes le daban la espalda, no temió en pe- Nueva York, donde descubren calles rodeadas de
lear por lo que tanto esfuerzo le había costado y por miseria y abandono. Con el paso de los días las vi-
lo que sin duda sería el bienestar de sus hijos. das de estos personajes cambian, entre el estudio, el
Clara podría considerarse una mujer entregada a trabajo, las artes y, principalmente, la aparición de
cimentar los sueños de su familia, es decir, “el ideal Virginia Kettle, quien se inserta en la historia para
de esposa que se sacrifica por el bien de su fami- darle un cambio al destino de los jóvenes, pues am-
lia, elegante, pasiva, piadosa, pura, y cuyo poder bos se enamoran de esta mujer, suceso que los lle-
consistía en las decisiones para el buen manejo del va a una dolorosa discordia que hace que la novela
hogar” (Hincapié, 2007: 302). Cumple con el ideal tome un ambiente de vicio infortunado. Aunque los
de mujer, esposa y madre, pero para transformar su dos personajes aparentan ser dueños de su propia
vida y preservar el capital de los suyos, combatía historia y de su realidad, es la mujer la que asume
con quien fuera necesario. el papel protagónico, define la vida de los hombres,
confronta su hombría y se apropia de los destinos de
Vivió el desalojo de sus tierras y fue la mujer
quienes la rodean.
colonizadora de Armenia en aquellos tiempos cuan-
do no era fácil resistir, también fue una campesina En distintas épocas se ha visto a la mujer como
sobreviviente a los desafíos que enfrentó en su vida. un ser manipulado socialmente, aunque en esta
Les dio todo a sus hijos, los quiso educar y fue con- novela sucede lo contrario; no se ve a las mujeres
descendiente sin temor; algunos tomaron rumbos subyugadas por las decisiones patriarcales, no sola-
equivocados, pero ni así dejó de ser el núcleo de su mente porque no se doblegan ante el hombre, sino
familia, de la que se sintió orgullosa hasta el final porque, así como se definen en la historia, anhelan
de sus días: “Me sentía orgullosa de lo que había obtener un poder más allá de lo habitual: “La ma-
construido con Jesús y por mi propia cuenta. Sin dre de Pedronel III era más ambiciosa que el padre”
embargo, así como había sido el origen de una es- (Ramírez, 2009: 22). Así como la madre de Pedro-
tirpe, sabía que al morirme también se terminaba la nel, son todas las mujeres que circundan a los hom-
familia” (Ramírez, 2003: 204). bres de la historia, todas tienen una intención oculta
Reconocía su poder y sus fallas, sabía que aun- en cada paso que dan y tras él se advierten la codicia
que su familia no era lo que ella en algún momento y la búsqueda de beneficio.
quiso, porque sus hijos tomaron caminos diferen- Igual que la ambición es un atributo de estas mu-
tes, como su hija Marta María, una joven sin aspi- jeres, también lo son la vanidad y las artimañas; ellas
raciones y maltratada continuamente por su esposo, se asemejan a la portadora del mal que se encuentra
lo cierto es que por lo menos tenían todo lo que a en la cultura, la mujer como maldición de la natu-
ella le faltó; tenían la opción de educarse, tenían re- raleza, rebelde y desobediente como Eva: “La ima-
cursos y alimentación, y no debían cazar o tumbar gen de Eva contenía los símbolos que no se debían
monte como a ella le había tocado. seguir; estos símbolos los encontramos en forma de
En definitiva, la mujer que presenta la novela no defectos: desobediencia, uso de la palabra, curiosi-
es solo una definición histórica; se convierte en un dad, ambición” (Bermúdez, 2001: 45). Entre tantas
paradigma que transforma la historia de las mujeres fallas, hay varias que determinan la personalidad de
de todos los tiempos. Como lo afirma Sara Beatriz las mujeres de la novela: son mujeres urbanas, que
Guardia (2001: 116), “el hecho de saber que tiene se esconden bajo el manto de damas de clase alta;
una historia propia se convierte en un elemento trans- algunas lo son gracias a su embuste, otras aparentan
formador de la conciencia femenina y constituye un serlo, unas son prostitutas fracasadas que se ofrecen
paso decisivo para su emancipación”. La autonomía a los hombres. Muy pocas aparecen como bondado-
de Clara hace que se cuestione la conducta machista sas, y las que lo son siempre tienen algo oculto para
y se anteponga a la mujer para enaltecerla. atacar al hombre.

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Mi vestido verde esmeralda (3ª ed., 2016) y sus traducciones al inglés y al italiano

Un ejemplo de mujer pecadora que no duda en 3.1 El lado oscuro y ruin de la mujer
ocultar sus ansias de pasión es la vendedora de un
almacén de paños y sombreros, la encargada de ini- Las mujeres de esta historia son infieles, per-
ciar a Pedronel en la vida sexual; ella no solo se versas y apasionadas, tienen oculto un instinto des-
acostaba con Hans, sino que además deseaba a su piadado con el que arruinan la vida del hombre. Su
amigo y sin dudarlo ofrecía su cuerpo cada vez que deseo no es vivir para el hombre o con él, sino uti-
podía. Así como ella, también aparece a lo largo de lizarlo para consumar su sed de riqueza y arrojarlo
la narración Esther, que jugó con el deseo de Hans sin piedad cuando ya no sea útil.
y se burló de él sin compasión: “Esther, la preciosa, Podría decirse que las mujeres de la novela ratifi-
había planificado cogerle las manos, no por arrebato can su desprestigio en la cultura. Por ejemplo, Mrs.
de pasión sino porque tenía el deseo incontrolable Kettle, la madre de Virginia, hace lo necesario para
de martirizarlo” (Ramírez, 2009: 108). Disfrutaba salir de la miseria, pero no puede ocultar su pasado
seduciendo a Hans con ánimo de verlo sufrir ante su vil: “Mrs. Kettle no pudo dejar de ser quien era: una
desprecio y desamor. Son mujeres que van en contra dama ambiciosa y vulgar” (Ramírez. 2009: 117).
de los designios de la sociedad, que no son sumisas; Ella obtuvo dinero y poder a costa de engaños; su
por el contrario, hacen el papel de atormentadoras vida no es lo que parece, con su pasado nefasto, y
del hombre. se aprovechó de su desgracia para atrapar a un ma-
Cabe decir que, ante todo, el prototipo femenino rido, un medio fácil para vivir entre comodidades y
de la novela está constituido por una mujer libre. lujos.
A pesar de que se evidencien algunas convicciones La maldad de la mujer ha sido un misterio, o
tradicionales, es indudable que para ellas esto no quizá el mismo hombre ha originado la barbarie del
es un impedimento para lograr sus metas, gracias género femenino. Como en el caso de Ida Kettle,
a que son mujeres con pensamiento diferente, cada fue don Juan quien llenó su vida de resentimiento:
una con un escenario cotidiano, abierto a la vida pú- “Ella lo odiaba porque la presentaba como su propia
blica, a los espacios laborales, a la formación aca- hija. Pero los sentimientos paternales de don Juan
démica, y asimismo sin temor a su exhibición en los cambiaron de repente, porque muy poco tiempo
bares, clubes y centros de atracción. después de que su abuela la dejó abandonada, éste

41
la convirtió en su amante” (Ramírez, 2009: 127). De 3.2 Virginia Kettle, determinante y malvada
manera que es él quien la convierte en una mujer sin
escrúpulos y llena de resentimiento, hasta el punto Virginia es la joven que se involucra en la vida
de sentir envidia y rencor por su propia hija. de los protagonistas y representa un confuso des-
En los espacios donde se ha representado a la enlace en la historia; Pedronel conoció de ella una
mujer, siempre ha existido la idea de dos rostros apariencia dulce y apacible, pero no se imaginó
opuestos, la bondadosa y el ser maligno que lleva a nunca la perversidad y habilidad que escondía en
la perdición del hombre. El placer sexual que bus- su ser, para controlar la vida de él y de su amigo e
can los hombres por fuera de sus hogares se ha visto inesperadamente separar sus destinos.
como una explicación para establecer la figura ne- Pedronel era un hombre codicioso que siempre
fasta de la mujer: “Tradicionalmente el imaginario buscó tener una buena posición social; él y su ami-
patriarcal ha representado a la mujer ciñéndose a la go habían emprendido un viaje hasta llegar a Man-
rígida dicotomía virgen - prostituta; existía un tipo hattan, donde ahora había decidido triunfar, y para
de mujer pasiva, abnegada, sometida al hombre, ello creía que tenía que dejar tantos años de amistad
de rasgos angelicales, y otra más orgánica, activa, con Hans, porque este no compartía sus mismos in-
fuerte y carnal, a la vez fascinante y dañina para tereses. Por el contrario, Hans se encaminaba en la
el hombre”; igualmente, “a la mujer se le identi- pasión desmedida del arte, más por placer que por
ficaba con la astucia, la trampa, la monstruosidad, dinero. Entonces, mientras sus sueños iban por lu-
la locura, y con el empleo de artimañas y trampas gares diferentes, Pedronel conoce a Virginia y, más
para llevar al hombre a la destrucción” (Cruzado, que enamorarse de ella, la ve como la mujer que
2004: 1-2). Dichas acusaciones vienen de historias le daría la vida cómoda que siempre quiso, ya que
funestas, donde se les conoce por abandonar a sus ella era la única heredera de los bienes de su padre,
maridos para huir con sus amantes, por el asesi- el doctor Kettle, y al contraer matrimonio él sería
nato sin piedad, por el uso de la hechicería y el legalmente quien se ocuparía de toda esa fortuna.
embuste.
Virginia no era una mujer bella y su vida estaba
Estas dos figuras se han representado cultural- consagrada a trabajar al lado de su padre; pero al co-
mente bajo distintos escenarios, y una de ellas es la nocer a Pedronel decide casarse. Este no le ofrece una
prostituta. La historia que nos presenta Alister Ra- vida feliz, por el contrario, la desprecia, la humilla, la
mírez Márquez en Los sueños de los hombres se los considera fría e insignificante y se ausenta de su ho-
fuman las mujeres no es una excepción. Una prosti- gar continuamente para frecuentar los lugares donde
tuta llamada Betsy aparece en la narración como un consigue opio. Todos los errores de Pedronel hicieron
personaje que acompaña a Pedronel en el camino que Virginia se fijara en Hans y se despertara el odio
del opio, del que se vuelve adicto; ella resulta ser que sentía por su esposo: “Con el paso del tiempo y
una figura notable, pues es la compañera del mal las sucesivas ausencias de Pedronel, aumentó su des-
que emprende el joven y es la encargada de satisfa- precio por el marido y el deseo de venganza” (Ramí-
cer el placer sexual de él y de cuanto hombre resulte rez, 2009: 189). Ese odio creció y el dolor de la vida
en su vida. infame que llevaba de casada le sirvió como fuerza
para aceptar las insinuaciones de Hans.
Otro ejemplo crucial es Virginia Kettle, quien
tras su silencio esconde inteligencia y astucia para Después de iniciar los encuentros con Hans, Vir-
conservar su patrimonio. Ella tiene claro lo que ginia lo convence con artimañas y mentiras para
desea para su futuro y sabe que ningún hombre la venganza en contra de su esposo; su deseo era
estropeará sus anhelos. Virginia es amante del di- hundirlo más en el vicio del opio y así demostrar el
nero y no permitirá que nadie le quite la herencia poder femenino para utilizar al hombre y usarlo a
que al morir su padre pasaría a ser suya; gracias a su antojo.
esa obsesiva ambición se convierte en una mujer
Ella disfrutaba los acercamientos clandestinos
fría e insensible, a tal punto de ir en contra de su
con su amante, a quien martirizaba haciéndose de-
marido y de todo aquel que se entrometa en sus
sear: “Pasaron varios encuentros hasta el momento
planes.
en que ella permitió que Hans le rozara sus labios.
Las mujeres de la novela eligen el camino del Esto había despertado la pasión de Hans y ella lo tor-
mal porque no se resignan a quedar atrapadas en los turaba casi con gran placer” (Ramírez, 2009: 198).
designios del hogar y la opresión social; bajo dichos Virginia se hacía anhelar, se sentía por primera vez
argumentos, es un ser atroz que invierte la posición amada, gozaba al saber que engañaba a su esposo y
del hombre y su dominio, como se representa en la lo más importante es que sabía que muy pronto lo
novela a través de distintos personajes. vería devastado ante ella.

42
Hans cada vez se sentía más ansioso y desespe-
rado por Virginia. Ella sin duda había alimentado
esas ansias para utilizarlas a su favor. Por otra parte,
Pedronel se ausentaba del hogar cada vez con más
frecuencia por su adicción al opio, de tal modo que
ella se benefició de esto para armar su plan, y Hans
sería su secuaz: “Virginia pensaba que este era el
mejor momento para actuar. Forzaría a Hans para
que tomara una decisión, pero antes lo pondría a
prueba. Quería saber hasta qué punto Hans sacrifi-
caría todo por ella” (Ramírez, 2009: 237). En vista
de que era una mujer calculadora y embustera, sabía
que su amante haría lo que ella le pidiera y sus in-
tenciones se cumplirían a cabalidad.
Efectivamente, Hans hizo hasta lo imposible
por encontrar a Pedronel y llevar a cabo el supuesto
plan de Virginia, que consistía en convencerlo de ir
a un lugar alejado de la ciudad e iniciar su recupera-
ción. Pues bien, Hans va al antro donde permanecía
Pedronel, lo busca desesperadamente y le insiste en
regresar al lado de su esposa; hace lo que sea por ga-
nar la confianza del que era su amigo incondicional
y termina llevándoselo al suplicio que Virginia tenía
preparado para su venganza.
Mientras se suponía que su marido se recupera-
ba en una cabaña, Virginia pasaba horas leyendo y
alejada de Hans. Pedronel pensaba que ella lo había
salvado del vicio porque lo amaba, pero lo que no se
imaginaba era que lo necesitaba vivo, así fuera per-
dido en la adicción: “Virginia pasaba por el cuarto
para tener la certeza de que él estaba vivo y lo tor-
turaba con su bondadosa sonrisa” (Ramírez, 2009:
247). La ironía de Virginia ratifica la maldad y la
precisión con que actuaba; disfrutaba ver acabado a Los sueños de los hombres se los fuman las mujeres (2009)
su esposo, ahogado cada vez más en su propio su-
frimiento interior.
También era una gran angustia para Virginia sa- Al pasar los años, mientras Virginia disfruta-
ber que su esposo se recuperaba, ya que ella lo nece- ba el trabajo en la óptica que heredó de su padre,
sitaba hasta estar segura de que la fortuna del doctor mantenía el control de su vida y la del hombre que
Kettle, su padre, sería solo suya; por eso ordenó a la la hizo infeliz; comprendía que tras su apariencia
sirvienta y al médico que lo cuidaban que le dieran angelical escondía la crueldad que la había hecho
el opio que Pedronel pidiera para hundirlo y matarlo actuar de tal modo: “Durante esta nueva etapa de
lentamente. La mujer tenía todo previsto a su favor, su vida aprendió muchas cosas que escondía de su
conforme a su interés. personalidad, por ejemplo, que no le remordía la
Virginia ya se sentía triunfante y con su futuro conciencia el hecho de matar a otro ser” (Ramírez,
asegurado: “Paulatinamente y sin mucho esfuerzo 2009: 252). Es tanto el misterio que abarca Virgi-
había logrado que Pedronel siguiera adicto a la dro- nia que el lector no podría imaginar cómo el papel
ga. Su plan de venganza había funcionado. Verlo del hombre se invertiría, de tal manera que al final
a sus pies y bajo su absoluto dominio” (Ramírez, de la historia triunfaría ella, llevándose consigo los
2009: 251). La indiferencia, el egoísmo, el ultraje anhelos, los sueños e incluso el cariño del amigo
y el comportamiento distante de Pedronel hicieron de Pedronel.
que Virginia no se sintiera una mujer bella ni desea-
da, y esto produjo que el odio hacia él despertara Como Virginia termina siendo el personaje im-
con tal fuerza que no midió sus límites de barbarie portante de la novela, retoma su vida con gran su-
y ambición. tileza; se siente complacida de ser dueña de todo el

43
dinero que le pertenece, continúa entregada al delei- si era necesario acudir a enredos, artimañas y ab-
te que le ofrece la compañía de Hans y disfruta por soluta crueldad, lo hacía para tener la plena certeza
primera vez el sentirse amada. La imagen bondado- de que su dinero nadie se lo quitaría. Su inteligen-
sa con que se mostró al principio de la historia sigue cia pasa la línea de la atroz ambición, su conducta
siendo su principal arma para controlar al hombre, reafirma que lo que prima en su vida es el egoísmo
y con todo ello revela el triunfo de la mujer en esta y la necesidad de opulencia, no importa si con eso
narración. podía causar daño a otro, lo primordial era preser-
var su fortuna y pensar en sí misma como un ser
4. Mujer rural y mujer urbana en las novelas único.
Por otro lado, en Mi vestido verde esmeralda las
Lo particular de las mujeres representadas en mujeres son en su mayoría campesinas con temor a
las dos novelas de Ramírez Márquez son sus dife- sus esposos, vulneradas en su dignidad y completa-
rencias: sus mundos son distintos, sus decisiones, mente dedicadas a respetar su hogar; al contrario de
sus deseos y la posición que tiene cada una en las Los sueños de los hombres se los fuman las mujeres,
historias. El protagonismo de ellas emerge desde su donde las mujeres tienen la posibilidad de jugar con
mundo interior, pues al transcurrir la narración y en el hombre, con su placer y su deseo, de engañarlos
su desenlace se demuestra el comportamiento que hábilmente y sin piedad, de someterlos a sus capri-
las hace únicas en su papel. chos. Además, son libres, no porque la sociedad lo
Clara es aquella mujer rural que representa a las permita, sino porque ellas mismas se empiezan a in-
abuelas de nuestro pasado; su vida estuvo entrega- dependizar de los abusos del hombre cada vez con
da a soñar y trabajar para salir adelante. En cambio más fuerza y potestad.
Virginia es una mujer urbana que simboliza a las
nuevas mujeres libres, dispuestas a realizar lo nece- Como se ha dicho, dentro de los elementos que
sario para ser poderosas y felices; de hecho su per- diferencian a Clara y a Virginia está la clase so-
sonalidad abarca una intriga que provoca al lector cial a la que pertenecía cada una. Es evidente que
descubrir tras cada página de la novela: “Virginia es sus niveles de vida, bienestar y formación son dis-
una paradoja: Virgen y Violentada desde su propia tintos; una creció sin familia, sin comida, sin ropa
genealogía. Personaje angelical pero manipulador” para vestir, rodeada de maltrato y humillaciones;
(Marchant, 2009: 1). Con su peculiar estilo ella en- Virginia tuvo la oportunidad de vestirse a su anto-
carna una aparente mujer dócil y débil, aunque su jo porque el dinero no fue un impedimento, pudo
real identidad sea la de una joven cruel desde su más acceder a la educación a pesar de las restricciones
íntima naturaleza. que existían, y fue criada en familia y en un hogar
digno. Los contextos de la vida fueron completa-
Por un lado, Clara es la mujer que conoció la mente distintos y ejercieron gran dominio en sus
pobreza y el suplicio, pero gracias a ello aprendió conductas.
a luchar para salir adelante con honradez y esfuer-
zo constante: “Soy una mujer humilde y sencilla. Otro aspecto importante en las novelas, bajo el
No tuve escuela y todo lo aprendí en la universidad cual surge el protagonismo de las mujeres, es la dis-
de la vida. Tampoco tuve padres, riqueza o lujos ni tinta posición que tiene el hombre en cada una de
en mi infancia ni en mi juventud” (Ramírez, 2003: ellas:
146). Trabajó en el campo y gracias a su osadía, vi-
gor e ímpetu pudo ser una mujer adinerada que su- Alister Ramírez Márquez, a través de Clara nos
peró su pasado. Tuvo que actuar en ocasiones como muestra un mundo realista y alucinante, con hombres
un hombre para subsistir a los arduos trabajos y a perversos hasta lo satánico, quienes por un extraño
mecanismo resultan a la vista seres de carne y hue-
la sociedad conservadora que se regía bajo enga-
sos, capaces de lo indecible, y reveladores de una
ños y atropellos machistas: “Clara es una mujer que época y una realidad que pudo acontecer o que su-
piensa como un hombre. Su historia nos entrega la cedió en cualquier pueblo o ciudad de Latinoamérica
visión masculina de un mundo por conquistar, de (Marchant, 2005: 1).
una región por colonizar y de hombres cuyas ha-
zañas se miden en el éxito económico y la cantidad Es a partir de la mujer como la postura del hom-
de mujeres que se tengan” (Ronderos y Berg, 2006: bre soberbio cambia de una novela a otra. Los hom-
XVII). Su vida no fue fácil, pero fueron las propias bres que rodean la vida de Clara son machistas, in-
dificultades las que lograron que no se rindiera ante fieles, misteriosos y malvados; en cambio los de la
un mundo de contrastes que la hicieron más fuerte. segunda novela aparentan serlo, pero la mujer toma
En cambio Virginia siempre lo tuvo todo y su una actitud atrevida, se arriesga a ser ella la que en-
feminidad nunca se vio afectada; esto hizo que se gaña al hombre sin ningún reparo, la que ultraja sus
convirtiera en una mujer ambiciosa, tanto así que valores y su dignidad. De la inocencia, la dulzura

44
y el rigor de Mi vestido verde esmeralda, se pasa que Clara y Virginia simbolizan dos caras opuestas
a una nueva mujer, apasionada, vengativa y sin es- del género femenino.
crúpulos, como Virginia, que disfruta ver acabado
La dignidad de Clara y la inmoralidad de Virgi-
a su esposo, consciente de su atrocidad. En cambio
nia se presentan como dos principios opuestos, los
Clara, la abuela que cuenta sus memorias, amó a su
mismos con los que se ha dividido periódicamente
marido a pesar de los engaños y dedicó su vida al
la imagen de la mujer.
bienestar de sus hijos, con humildad y generosidad
hasta el último día de su existencia. Son pocos los espacios narrativos contemporá-
neos que difunden imágenes femeninas como la de
Otra diferencia entre la mujer rural y urbana de
Clara, una mujer íntegra, tal como se advierte en Mi
las dos novelas es el tiempo y el espacio donde
vestido verde esmeralda. Su figura es única en la
se sitúan. Virginia figura en los lugares públicos y
novela y su arrolladora personalidad es un logro de
las tradiciones no impiden que triunfe y que logre
Alister Ramírez Márquez. Las matronas como ella
conseguir lo que anhela en el amor y en el deseo;
mientras que en el contexto de Clara sí son rele- fueron cruciales en la historia de la región quindia-
vantes para la mujer los hábitos, las costumbres y na, donde se conciben bajo los imaginarios de no-
las ideologías. bleza, empuje y valentía.
En definitiva, el escritor con sus obras nos mues-
5. Conclusión tra que en Clara hay un mundo lleno de historia y
rigor que vale la pena contar y reconocer como pro-
Luego de analizar la conducta, los intereses y el pio de nuestro pasado. Por el contrario, en Virginia
entorno social y cultural desde donde se sitúan las mu- hay un mundo hecho con elementos de barbarie dis-
jeres de las dos novelas, podría decirse, finalmente, puestos para generar intriga en la novela.

Referencias

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vida republicana”. En Castas, mujeres y sociedad en la independencia (pp. 45-47). Bogotá: Panamericana.
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2015, en http://docplayer.es/14678156-El-mal-tiene-nombre-de-mujer-del-olimpo-a-la-meca-del-cine.html
Guardia, Sara Beatriz (2001). “Un acercamiento a la historia de las mujeres”. Revista de Humanidades, Instituto Tec-
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Hincapié, Luz (2007). “Virgen, ángel, flor y debilidad: paradigmas de la imagen de la mujer en la literatura colombiana
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González - Hernández (tesis de maestría). Mayagüez: Universidad de Puerto Rico.

45
La crisis de la conciencia en la novela
de Pedro Miguel Rozo
Wilmar Augusto Suárez A.

El presente ensayo se enfoca en el análisis de la crisis de la conciencia en la novela El testamento, de Pedro


Miguel Rozo (Armenia, 1974). Se tienen en cuenta los conceptos de suicidio y hombre absurdo (Camus, 1942),
para explicar la problemática en la que se encuentra envuelto el personaje de la novela. De igual manera, se
involucran las lecturas que Romero (2008) y Castrillón (2016) hicieron sobre la obra de Rozo con el fin de
enlazar esta crítica con la crisis de conciencia del personaje.
Asimismo, se pone en evidencia la estrecha relación que existe entre la novela de Pedro Miguel Rozo y La
caída, de Albert Camus. Para ello se utiliza el concepto de “vacío”, tal como lo define Hernández (2005); a
partir de allí se busca establecer las conexiones entre ambas obras. El análisis permite concluir que la novela de
Rozo está ligada con conceptos y situaciones presentes en la obra de Camus, pues se muestra cómo un suceso
es el detonante para que los personajes entren en el camino turbio y sin retorno del vacío existencial, que los
hace cuestionarse sobre el sentido de la vida.

1. Pedro Miguel Rozo, escritor, guionista y dramaturgo

Pedro Miguel Rozo Flórez nació en Armenia, Quindío, en 1974. Es escritor, dramaturgo y guionista.
Actualmente reside en Bogotá, en donde se dedica a la revisión y asesoría de dramatizados. En 1998 se graduó
como maestro en Artes Escénicas con énfasis en Dirección en la Academia Superior de Bogotá. En el año 2002
obtuvo una beca de la Fundación Carolina para asistir a un curso de directores latinoamericanos, realizado por
La Casa de América en Madrid. Después fue seleccionado para asistir al taller sobre creación de dramatur-
gia en el Royal Court Theatre de Londres. Además, ha intervenido en los talleres nacionales de dramaturgia
realizados por el Ministerio de Cultura. Es miembro de la Corporación Luna, en la cual se desempeña como
productor, además de haber participado en diferentes montajes.
Su carrera como escritor y dramaturgo empezó en 1996 con la obra de teatro Solos para piano. En ese mis-
mo año escribe su segunda obra, titulada Club suicida busca…, publicada en 2004 por la Universidad Distrital.
Otras obras suyas son Viceversa (1998), Ensayo y error (2001) y Tálamo (2001).
Ha escrito libretos para grandes producciones de la televisión colombiana, tales como la reconocida serie
Padres e hijos (2001), para la cual escribió 15 capítulos, y el programa animado Club 10 Caracol (2003), con
50 capítulos. De igual manera, fue libretista encargado de telenovelas proyectadas en los últimos años por el
canal RCN, entre las que se destacan El último matrimonio feliz (2006-2009), Los caballeros las prefieren
brutas (2009-2011), Allá te espero (2010), Comando élite (2011-2013) y Lady, la vendedora de rosas (2014).
También ha estado presente en el ámbito cinematográfico con el cortometraje Pacto, en el cual fue guionista,
director y coproductor.
Una de sus obras más destacadas es Nuestras vidas privadas (2008), ganadora del Premio Distrital de
Dramaturgia en 2008. Esta obra fue traducida inglés por Simon Scardifield y representada con éxito en el año
2011 en el prestigioso Royal Court Theatre en la ciudad de Londres. Fue la primera obra presentada por un
colombiano en este reconocido teatro.
Ejerció como docente de dramaturgia y prácticas teatrales en la Universidad Pedagógica Nacional (2006). En
el año 2012 estuvo a cargo del proyecto “Taller de escritura para la televisión”, en la Casa del Teatro Nacional,
y desde 2013 hasta la fecha dicta la asignatura “Taller de guión” en la Universidad Javeriana. Actualmente
cursa una maestría en Literatura hispanoamericana en esa misma universidad.

46
Pedro Miguel Rozo Flórez

En el año 2004 publicó su primera y única no- ámbito laboral y personal; a partir de allí empieza
vela hasta el momento, titulada El testamento, obra su deterioro físico y psicológico y cae en una crisis
con la que sería finalista en el primer concurso de existencial. A pesar de que busca a toda costa librar-
novela breve Álvaro Cepeda Samudio (2003) 1. se de ella, se encuentra en un callejón cuya única
salida es el suicidio. A medida que transcurre la his-
2. El testamento y La caída de Camus toria, el psiquiatra perderá la cordura, lo que lo lle-
vará a realizar acciones desesperadas para escapar
La novela El testamento (2004) de Pedro Miguel de la crisis de conciencia que lo atormenta.
Rozo está fuertemente relacionada con la obra de
teatro Club suicida busca…, escrita en 1996. En Estrada ha perdido la cordura y el sentido de la
ella se relatan los últimos días de vida del psiquia- vida, razones que lo llevan a obsesionarse con un
tra Luis Aníbal Estrada, quien escribe una carta de comercial de televisión. Esto provoca que vaya en
despedida a su pareja sentimental, en la cual expo- busca de un trozo de cabello de la actriz de dicho
ne las razones que lo llevaron a tomar la decisión comercial para así poner fin a su obsesión y volver
de acabar con su vida. Después de una serie de he- a ser el mismo psiquiatra que todos admiraban. Sin
chos, Estrada se da cuenta de que ha fracasado en el embargo, se da cuenta de que este hecho es solo el
inicio de una crisis que lo deteriora lentamente.
1
Para esta biografía se tomaron datos de las páginas En El testamento existen diversos indicios que
pedromiguelrozo.com y bitacorateatral.blogspot.com. llevan a pensar que Estrada sufre un vacío existen-
co/2009/02/dramaturgo-pedro-miguel-rozo.html cial; por ejemplo, en un momento de la novela se

47
hace la siguiente pregunta: “¿Qué queda de todo (Camus, 1982: 68). Es una clara sensación del vacío
esto? Frustración. Toda mi vida he buscado insacia- en el que está sumergido, que lo lleva a una soledad
blemente el conocimiento que me sustente el sentido inminente, pues siente que no es el mismo de antes
de la naturaleza humana, pero nunca lo pude encon- y los que decían ser sus amigos ahora lo desprecian.
trar” (Rozo, 2008: 24). El psiquiatra se cuestiona Se siente fuera de lugar, puesto que el círculo social
sobre lo que ha hecho a lo largo de su vida; aunque al que pertenecía ha empezado a apartarlo, lo que le
ha realizado estudios para comprender la naturaleza genera inestabilidad emocional y social.
humana, no ha logrado su objetivo y esto conlleva Además, en otro tramo de la novela se puede ob-
a que en él se genere una pérdida de sentido por la servar cómo Clamence perdió el control de su vida,
vida, al no encontrar respuesta a sus preguntas. pasó de ser alguien respetable que apreciaba a los
De igual manera, se puede observar el vacío exis- demás y ayudaba a los necesitados, a ser una per-
tencial que acosa al psiquiatra cuando no encuentra sona irreverente y mentirosa; él mismo afirma que
una razón clara a su obsesión por el comercial de “llegó un día en que ya no pude resistir más. Mi
televisión, a lo que él dice: “Solo existían dos posi- primera reacción fue desordenada. Puesto que yo
bilidades: una, soy un fracasado como analista y te- era mentiroso, iba a manifestarlo y a arrojar mi du-
rapeuta, ya que no podía encontrar la causa incons- plicidad a la cara de todos aquellos imbéciles antes
ciente de mi fijación; dos, esa fijación no tiene causa de que ellos la descubrieran” (83).
alguna, es decir que no quiere decir absolutamente Un segundo punto es que tanto Clamence como
nada” (28). Empieza a recriminarse al no encontrar Luis Aníbal Estrada tienen tendencias suicidas. En
razones lógicas, lo que implica un deterioro psico- el caso de El testamento, Estrada se hace la siguien-
lógico y un vacío consigo mismo, causas esenciales te pregunta: “¿Qué otra opción le puede quedar a
que lo llevarán a quitarse la vida. un psiquiatra que tras dos meses de haber perdido
En el ensayo “La sensación de vacío sartreana su trabajo ha perdido la razón y es consciente de
vista desde las obras de Camus y Sábato”, María ello?” (Rozo, 2008: 88). De alguna manera busca
Soledad Hernández define el vacío existencial como justificar mediante esta pregunta sus deseos irrever-
“un tipo de ausencia que provisional o definitiva a sibles de suicidarse, pues para él la vida no tiene
veces implica una espera. Es una sensación de vér- ningún sentido y ve como única opción acabar con
tigo, de desequilibrio, de desencanto, es una pérdi- su existencia para dar fin a las ideas que lo atormen-
da del sentido, un terrible mareo provocado por un tan constantemente.
sentirse constantemente fuera de lugar, sin lugar” En el caso de La caída la idea empieza a rondar
(2005: 22). Es así como se puede decir que Luis en la cabeza de Clamence: “Fue entonces cuando
Aníbal Estrada sufre de un vacío existencial, puesto la idea de la muerte irrumpió en mi vida cotidiana.
que siente que su vida no tiene sentido, que no tiene Comencé a calcular los años que me separaban de
un lugar en aquella comunidad médica en la que al- mi fin. Buscaba ejemplos de hombres de mi edad
guna vez fue alabado por su trabajo. que ya estuvieran muertos” (Camus, 1982: 81). Esto
Ahora bien, hay que resaltar la relación que exis- lo dice luego de contemplar la posibilidad del suici-
te entre El testamento de Pedro Miguel Rozo y La dio, pues su vida se ha venido abajo, ha perdido la
caída, novela del escritor francés Albert Camus. En cordura, se está deteriorando lentamente, a tal punto
la obra de Camus el protagonista es Jean Baptiste de pensar que es su única salida para acabar con esa
Clamence, un juez penitente que a lo largo de la his- “enfermedad” que lo está destruyendo.
toria se va deteriorando a partir de un acontecimiento Clamence y el psiquiatra descubren que han
que sucedió en el río Sena, en donde una joven toma vivido vidas falsas y se han dejado llevar por las
la decisión de suicidarse. Clamence, siendo testigo apariencias. A raíz de esto tomarán conciencia del
de lo que ocurre, decide ignorar este suceso, lo que verdadero lugar que ocupan en este mundo.
causa un derrumbe en todos los ámbitos de su vida.
Así mismo, existen otros hechos que son simi-
Un primer punto de contacto entre las dos novelas lares en las dos novelas; por ejemplo, se hace una
es el vacío existencial que perturba a los personajes. fuerte crítica a la religión católica y se da a enten-
En el caso de La caída, Clamence hace una reflexión der que es simplemente una invención para tener
sobre lo que está pasando negativamente en su vida el control sobre la población o, como la cataloga
y cómo afecta de manera directa sus relaciones so- Clamence, “una gran empresa de limpieza” (101).
ciales: “Le confesaré que estoy cansado. Pierdo el Igualmente, ambas novelas giran en torno al narra-
hilo de mi discurso. Ya no tengo aquella claridad de dor protagonista, pues tanto en El testamento como
espíritu que admiraban mis amigos. Digo amigos por en La caída se podría decir que solo existe un perso-
el principio. Ya no tengo amigos; solo cómplices” naje, que narra la historia de principio a fin.

48
El testamento (2ª ed., 2008)

3. La crisis de la conciencia en El testamento llevan al protagonista a realizar acciones desespera-


das. A raíz de estos hechos dejará ver lo que proba-
El testamento de Pedro Miguel Rozo muestra lo blemente llega a sentir un hombre que se encuentra
que sucede en la mente de una persona al momento en los últimos momentos de su vida.
de tomar la decisión de acabar con su vida. Así lo De igual manera Romero señala que la nove-
dice Sandro Romero Rey en el prólogo: “Nadie sabe la “es un viaje al infierno de la autodestrucción, a
lo que pasa en la cabeza de un hombre cuando toma través de la narración en primera persona. Aquí un
la decisión de acabar de una vez por todas. Y nadie psiquiatra ha tomado la decisión de acabar con su
sabe lo que se piensa un segundo antes del golpe fi- vida y, poco a poco, en la medida en que se consu-
nal. Este es el propósito de la novela” (2008: 10). A me, reflexiona sobre todo lo que su cabeza produce
medida que transcurre la novela se puede evidenciar mientras su existencia se extingue” (2008: 12). A
cómo cada pensamiento, tormento y sufrimiento lo largo de la novela suceden diferentes hechos que

49
provocan que el psiquiatra se encamine hacia la au- confrontación que se produce entre estos dos con-
todestrucción, pues una vez cae en este vertiginoso ceptos, es el sin sentido de la vida: “Como todos los
camino se puede evidenciar un deterioro en todos hombres sanos han pensado en su propio suicidio,
los ámbitos de su vida, y su afán de volver a ser la se podrá reconocer, sin más explicaciones, que hay
persona admirada y alabada en la comunidad médi- un vínculo directo entre este sentimiento y la as-
ca lo lleva a cometer actos que lo envolverán en una piración a la nada” (1985: 6). El hombre absurdo,
serie de problemas. según Camus, “se siente desligado de todo lo que
Por consiguiente, al caer en el infierno de la au- no es esa atención apasionada que cristaliza en él.
todestrucción no encontrará una salida o una mo- Disfruta de una libertad con respecto a las reglas
tivación que lo lleven a recuperar el deseo por la comunes” (31). Se sale de la convención social,
vida; está condenado a cargar con el peso de una puede romper los estándares y reglas de su cultura,
crisis que poco a poco lo va destruyendo. Por ello, pues el conflicto interno que está viviendo produce
Carlos Alberto Castrillón en su ensayo “Novelas y que sus actos generen un quiebre en lo establecido
novelistas del Quindío (1966-2014)” dice sobre el por la sociedad en la que se encuentra, y es en este
protagonista de El testamento: “No hay regreso de punto en donde el hombre absurdo busca de algún
la locura porque el discurso que pretende curarla es modo recobrar el sentido por la vida, llevándolo a
una ilusión disfrazada de racionalidad, una forma cometer acciones desesperadas en una búsqueda
de literatura. Y entonces una ventana que llama, el consigo mismo.
suicidio, por fin el silencio” (2016). Por esta razón, una actividad irrelevante para
Durante mucho tiempo el suicidio ha sido expli- muchos lo puede ser todo para el hombre absurdo,
cado como resultado de una decepción o una pérdi- porque es la única manera de sentir que puede reen-
da, o por la vergüenza de no encajar en los ideales contrarse a sí mismo; sin embargo, estas actividades
de una sociedad. Pero hay quienes deciden abordar pueden ser riesgosas, ya que se encuentra en un es-
el suicidio de una manera individual, como lo hace tado en el que no es consciente de los actos, actúa
Camus en El mito de Sísifo cuando dice: por sus instintos, buscando desesperadamente un
motivo o una razón de peso para no acabar con su
Siempre se ha tratado del suicidio como de un fe- existencia.
nómeno social. Por el contrario, aquí se trata, para Se podría decir que la crisis de la conciencia es
comenzar, de la relación entre el pensamiento indi- generada por un acontecimiento, un quiebre en la
vidual y el suicidio. Un acto como éste se prepara en
el silencio del corazón, lo mismo que una gran obra.
vida cotidiana del afectado, un daño irreversible que
El propio suicida lo ignora. Una noche dispara o se lo lleva al borde de la locura. Este concepto tiene
sumerge (1985: 5). diferentes repercusiones; la primera es el deterioro
físico al que se ve sometido, pues pierde la noción
Como asegura Camus, el suicidio es individual y del tiempo y olvida que debe comer, asearse, des-
se prepara en silencio, en muchas ocasiones inclu- cansar, etc. Una segunda es el quebranto en su salud
so toma por sorpresa al propio suicida. La decisión mental. La crisis genera una locura transitoria, en
es provocada por diversas problemáticas personales la que el hombre no mide las consecuencias de sus
que ponen al suicida contra la espada y la pared. actos y va en busca de un estímulo que lo devuelva a
Camus hace hincapié en ello, cuando afirma: la realidad. Una última repercusión es el aislamien-
to al que se ve sometido, pues el afectado se aleja de
Lo que desencadena la crisis es casi siempre incon- las relaciones sociales y prefiere no saber nada del
trolable. Los diarios hablan con frecuencia de “penas mundo exterior.
íntimas” o de “enfermedad incurable”. Son explica-
ciones válidas. Pero habría que saber si ese mismo La crisis de conciencia se genera a partir de un
día un amigo del desesperado no le habló con un tono hecho que marca la vida con un antes y un después,
indiferente. Ese sería el culpable, pues tal cosa puede ya sea por un fracaso en el ámbito laboral, la pérdi-
bastar para precipitar todos los rencores y todos los da de un ser querido, una decepción amorosa o sim-
cansancios todavía en suspenso (1985: 6). plemente remordimientos o temores que han estado
allí durante mucho tiempo y que solo salen a flote
Una situación mínima y sin importancia puede ser luego de vivir una situación detonante.
el detonante para que el “desesperado” saque a relu-
En El testamento el punto de partida para que
cir todo el cansancio acumulado entre los sentimien-
el psiquiatra Luis Aníbal Estrada sufriera la crisis
tos encontrados y la razón para seguir viviendo.
de conciencia fue lo que le ocurrió con un paciente,
Ahora bien, para Camus lo absurdo es una espe- que después de un largo y complejo tratamiento ha-
cie de divorcio entre el ser humano y la vida, una bía mostrado que aparentemente estaba curado. Al

50
notar la mejoría, el psiquiatra decide darle de alta; La situación ahora resultaba ser mucho más preocu-
sin embargo, tres días después recibe la noticia de pante que antes. Inicialmente por lo menos podía uti-
que su paciente asesinó a su propio hijo. Luego de lizar a Johanna Grimaldi como chivo expiatorio de
este suceso el psiquiatra no vuelve a ser el mismo, mi obsesión. Pero ahora no sólo me enfrentaba a la
pues empieza a cuestionar su calidad profesional y carencia de significado, sino que me enfrentaba a la
Nada desnuda, sin ni siquiera un antifaz ridículo es-
rondan en su cabeza ciertas preguntas a las que nun-
condido tras la frase fue lo mejor que me pudo pasar
ca podrá dar respuesta. (2008: 79).
Después de este hecho, Estrada buscará razones
de peso para seguir viviendo, y es en este punto en Por consiguiente, Aníbal cae lentamente en el
donde se obsesionará con un comercial de televisión deterioro físico, padece de insomnio extremo, lle-
que ve por casualidad: va 26 horas sin dormir y esto le produce síntomas
como manos sudorosas y temblorosas, taquicardia,
De repente, vi la propaganda de un champú de hier- migraña y un ardor profundo en los ojos; se encuen-
bas y vi una mujer agitando su cabello sedoso con
tra en una situación lamentable, pues no puede tan
una espléndida cara de felicidad diciendo fue lo me-
jor que me pudo pasar… Fue la única frase que pude siquiera dormir e infinidad de preguntas sin respues-
capturar. Luego apagué el televisor y me aferré a esta ta rondan en su cabeza.
imagen. La mujer del cabello sedoso volvía a agitar Todo esto lo pone en situaciones bochornosas y
su pelo ante mi memoria y repetía la frase espléndida-
peligrosas. Cuando se encuentra en la cárcel, luego
mente (Rozo, 2008: 43).
de haber sido expulsado de la reunión, decide ori-
narse en su ropa argumentando lo siguiente: “Debo
La fijación con esa frase, “fue lo mejor que me
pudo pasar”, lo lleva a involucrar a la actriz del reconocer que lo hice bien. Incluso hasta cuando
comercial, Johanna Grimaldi, pues él cree que su me oriné en los calzoncillos, tuve la serenidad del
obsesión radica en el deseo y la admiración in- entendimiento, para aceptar mis procesos fisioló-
consciente por la belleza de su cabello. Es por esto gicos como una consecuencia natural de mi condi-
que decide ir por un mechón de ese pelo y para ción biológica” (62). Otro suceso que sirve como
ello se infiltra en una reunión de grandes celebri- ejemplo ocurre cuando Estrada cree que está com-
dades locales; cuando por fin halla a la mujer, dice: pletamente curado y ha superado su crisis; adquirió
“Ahora me estaba encontrando frente a frente con la manía extraña de chequearse para revisar que su
el monstruo. Esa insignificante cabellera que ha- salud mental estuviese bien:
bía sido la causante de todos mis tormentos” (56).
Al estar cerca, corta con unas tijeras un trozo del Pasados tres días, no podía dejar de pensar en lo sa-
cabello de la actriz, lo que causa revuelo en la re- ludable que yo era y en la ausencia de mi enferme-
unión y es expulsado y golpeado por guardas de dad, y pensé que si en realidad ya estaba curado no
tenía necesidad de chequearme cada tres horas para
seguridad.
verificar mi estado de salud mental. Cada tres horas
Llegado este momento se puede evidenciar que (contabilicé el tiempo exacto) (2008: 76).
Luis Aníbal ha comenzado a perder la conciencia
de sus actos y se deja llevar por sus instintos, pues Después de verse como un fracasado laboral, se
al parecer el cabello de la actriz es la única razón encierra en su apartamento por semanas en las que
que tiene para seguir viviendo. Él cree que al ob- se dedicaba solamente a ver televisión; sin embar-
tener su preciada recompensa podrá volver a ser el go, después de lo sucedido con la actriz y sintién-
mismo psiquiatra prestigioso de antes. Aunque en dose recuperado, decide vender el televisor para
principio creyó que esto había funcionado y que no tener más contacto con el mundo exterior, pues
su vida volvería a la normalidad, se dio cuenta de creía que cualquier forma de comunicación podía
que estaba equivocado: “Al cortarle el cabello a causarle nuevamente problemas a su salud men-
Johanna no había hecho otra cosa que verificar el tal. Igualmente, se alejó de su pareja sentimental;
éxito de la locura sobre la cordura, es decir, mi fra- la novela da indicios de que hacía bastante tiempo
caso como psiquiatra, como ser pensante, como ser no cruzaba una palabra con ella, pues no quería que
humano” (69). lo viera en el estado en el que se encontraba. Su
Con el pasar de los días, Estrada se cuestiona si gran temor era que ella se apartara definitivamente
su obsesión radica verdaderamente en el cabello de o, peor aún, que no entendiera las razones por las
Johanna Grimaldi, pues al obtener el trozo de cabe- cuales se encontraba en ese estado. Es por ello que
llo no tuvo mejoría, por el contrario, se encontraba decide dejarle su testamento en la carta que estruc-
mucho peor: tura la novela.

51
Llegado a este punto, Luis Aníbal Estrada cree prendes que estás sentenciado, que las cosas indefec-
que su única salida es el suicidio. La crisis de la tiblemente serán así (2008: 97).
conciencia ha logrado su cometido y esto se pone
en evidencia cuando él dice: “Lo que me interesa Aunque decía tener miedo, Estrada sabía que no
verdaderamente es escapar de la conciencia, no pen- había marcha atrás, incluso sabía que lo haría lan-
sar más, no ser consciente de esta cadena infinita zándose desde una ventana; era consciente de que
de Nadas, de ideas carentes de significado que se estaba sentenciado a muerte. Todo sucedió según
apoderan cada vez más de mi cuerpo, de mi vida” lo previsto; a las once de la mañana Estrada decide
lanzarse. En su testamento dejó el sufrimiento, el
(88). El psiquiatra finalmente había tomado una de-
dolor y la impotencia de no haber podido ganar la
cisión, había resuelto cómo, dónde y a qué hora iba
batalla frente a su crisis de conciencia.
a terminar con su sufrimiento:
Como concluye Castrillón (2016), “con los tro-
El miedo llega cuando la decisión ha sido tomada. El piezos de un conocimiento inútil, con los conceptos
miedo empieza con un escalofrío en la espalda que que nada iluminan, el psiquiatra Luis Aníbal Estrada
ahora se ha difuminado por todo el cuerpo y me hace despliega en el papel una reflexión de dilación y
temblar. Sólo me quedan doce horas, será mañana a purgatorio, con argumentos delirantes para justificar
las once de la mañana. El miedo surge cuando com- sus planes de suicidio”.

Referencias

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