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Léxico de la
vida social
Universidad Nacional Autónoma de México
Editores e Impresores Profesionales, S.A. de C.V.
2016
Directorio
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Esta investigación, arbitrada por especialistas en la materia, se privilegia con el aval de la Facultad de Ciencias Políticas y
Sociales de la UNAM.
Coordinadores: Fernando Rafael Castañeda Sabido, Laura Baca Olamendi y Alma Imelda Iglesias González
Cuidado de la edición: Alma Imelda Iglesias González, Gabriela Monserrat Espejo Pinzón, Éber Josué Carreón Huitzil,
Luz Andrea Vázquez Castellanos, Uriel Armando Pérez Ramos, Alejandra Vela Martínez
Queda prohibida la reproducción total o parcial, directa o indirecta, del contenido de la presente obra, por cualquier medio,
sin la autorización expresa y por escrito del titular de los derechos patrimoniales, en términos de lo así previsto por la Ley
Federal del Derecho de Autor y, en su caso, de los tratados internacionales aplicables.
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Índice
Presentación 11 Cambio político 81
Laura Hernández Arteaga
Introducción 13
Capital social y cooperación 87
A
Actitud 15
Fernando Castaños Zuno
René Millán
B
Autoridad pública
Daniel Sandoval Cervantes
53
Comunicación y cultura
Delia Crovi Druetta
137
7
Cultura de masas 168 Estado interventor 264
Regina Crespo Gabriel Campuzano Paniagua
Fernando Castaños Zuno
H Hegemonía del Estado 317
E
Ecología política
Mina Lorena Navarro Trujillo
226
Massimo Modonesi
Jesús Suaste
8
Instituciones políticas 362 Reforma del Estado 454
y sociales Germán Pérez Fernández del Castillo
Cristina Puga Espinosa Pablo Armando González Ulloa Aguirre
Lourdes Álvarez Icaza
Régimen autoritario 456
Instituciones públicas 365 Víctor Manuel Muñoz Patraca
Rina Marissa Aguilera Hintelholher
Representación política 460
J Justicia distributiva
Paulette Dieterlen
372
Matilde Luna Ledesma
José Luis Velasco
Ocio 398
Antonio Azuela
O
Demetrio Valdez Alfaro Solidaridad 502
Fernando Pliego Carrasco
Organismos internacionales 403
Carlos Eduardo Ballesteros Pérez Subalternidad 510
Massimo Modonesi
Organización 408
Cristina Puga Espinosa T Teoría de la burocracia 513
Gina Zabludovsky Kuper
P
Parlamentarismo 414
Israel Arroyo Totalitarismo 518
Pilar Calveiro Garrido
Pensamiento político 419
Víctor Alarcón Olguín U Unión Europea 524
Beatriz Nadia Pérez Rodríguez
Políticas públicas 424 Teresa Pérez Rodríguez
Ricardo Uvalle Berrones
V Vida cotidiana 527
R
Racionalidad 435
Francisco Valdés Ugalde
Amelia Coria Farfán
9
Presentación
Anthony Giddens escribió, en la introducción de sus Nuevas misma a través del pensamiento que se genera en su interior,
reglas del método sociológico, que el “fracaso de las ciencias so- y que ese conocimiento sea un instrumento para dar sentido
ciales, cuando son pensadas como una ciencia natural de la a muchas de sus deficiencias y tensiones, es un desafío lleno
sociedad, es manifiesta no sólo en la ausencia de un corpus de paradojas y complicaciones, pero vale la pena emprender-
integrado de leyes abstractas […]; es evidente en las res- lo. No seríamos mujeres y hombres de nuestro tiempo, en el
puestas del público lego”. Para Giddens, las objeciones de pleno sentido de la palabra, si no sintiéramos la pulsión de
los legos a los descubrimientos de las ciencias naturales son enfrentar esos retos.
el resultado de que desafían su sentido común; la creencia en El Léxico de la vida social que les presentamos es el trabajo
que la tierra era plana hacía difícil aceptar que la tierra fuera colectivo de académicos y especialistas de las ciencias sociales
redonda; por el contrario, en las ciencias sociales el proble- que viven y sienten el reto de pensar su mundo, de interpretar
ma no es que desafíen su sentido común, sino que de alguna su entorno, de reflexionar en su tiempo.
manera éste les dice que es algo que ya saben. La diferencia Como hemos señalado, la vida social es una entidad en
radica en que el mundo natural no está construido por ellos, perpetuo movimiento y, por lo tanto, en permanente inven-
mientras que el mundo social es creado y recreado por cada ción y reinvención, y los conceptos que sirven para entenderla
uno de los hombres y mujeres que lo conforman, para lo cual están, a su vez, en constante proceso de reelaboración e in-
el sentido común es un elemento fundamental. terpretación.
Habría que decir que la obra misma de Giddens no es Un léxico como éste pretende dar a conocer a estudiantes,
fácil de entender para los legos y, en ocasiones, ni siquiera profesores y gente interesada en las ciencias sociales algunos
para los expertos. Sin embargo, tiene razón cuando señala conceptos centrales que sirven para interpretar la vida social
que el mundo social es una construcción de las habilidades tal como la vivimos hoy.
prácticas de cada uno y de todos los seres humanos que for- Los términos son explicados por académicos que trabajan
mamos el mundo de la vida social. en la investigación y, por lo tanto, llevan en su esclarecimiento
El secreto y el gran reto para las ciencias sociales es pre- la experiencia y la interpretación que han hecho de ellos en
cisamente la complejidad que surge de un mundo, cuerpo su propia práctica académica.
extremadamente complejo de instituciones, sistemas y es- La relevancia de este libro radica precisamente en la rein-
pacios, que enfrentamos como si fuera una realidad externa terpretación que hacen ellos de estas nociones a la luz de su
que, como decía Durkheim, se nos impone (particularmente experiencia actual, desde el horizonte donde observan la vida
en una sociedad tan vasta e intrincada como la sociedad mo- social al tratar de dar cuenta de ella.
derna), aunque al mismo tiempo, su existencia sea el resultado El Léxico contiene 96 vocablos y cuenta con la parti-
de la interpretación y recreación que hacen todos y cada uno cipación de 94 académicos provenientes de prestigiosas
de sus miembros. instituciones mexicanas especializadas en la investigación y
Parece una gran paradoja —y lo es— que la vida social difusión del conocimiento.
como un todo no pueda existir sin la actividad consciente y Quiero agradecer el trabajo de todos los académicos que
deliberada de sus miembros y que, al mismo tiempo, sus cri- participaron. El esfuerzo de involucrar a tantos investigadores
sis políticas y económicas, la desigualdad, el desempleo, las se lo debemos a Laura Baca. El esfuerzo de ponerlo a punto
diversas formas de exclusión social, la corrupción y la vio- fue el resultado del trabajo monumental de Alma Iglesias y
lencia en todas sus manifestaciones se nos presenten como de su equipo: Gabriela Espejo Pinzón, Luz Andrea Vázquez
calamidades que nos exceden. Castellanos y Éber Carreón Huitzil.
Las promesas que la Modernidad ha hecho para la reden- Al ver la obra concluida, volteamos atrás y observamos
ción de los retos y desafíos de nuestra sociedad actual parecen todas las etapas de su evolución con cierto sentimiento de
constantemente superadas, rebasadas y, quizás, es así. La vida sorpresa y admiración y, como en el mito de Sísifo, listos para
social es un ente en movimiento, en constante proceso de in- volver a escalar la montaña.
vención y reinvención. El conocimiento que se produce en su Ahora sólo queda el juicio crítico de los lectores.
interior es parte constitutiva de esa recreación permanente.
Estamos convencidos de que las ciencias sociales son,
sin duda, la invención y el reto más importante que la Mo-
dernidad se ha propuesto. Que ésta trate de explicarse a sí
11
Introducción
Éste es un libro hecho para los que desean estudiar y comprender una muestra de los temas que se investigan, ahora, principal-
la vida social. Entenderla y, más aún, incidir en ella, requiere no mente en la academia mexicana. Es una selección de textos con
sólo reunir toda la información asequible al respecto, sino relacio- los que se sientan las bases para diálogos futuros más complejos.
narla, compararla, hacer inferencias: convertirla en conocimiento. En cada uno de ellos, se hace el ejercicio de delimitar una no-
Implica, también, admitir la dificultad que representa responder ción, de observar cómo se ha modificado y de reseñar los debates
con coherencia cuando alguien nos pregunta: “dime, con toda sin- actuales en torno a ésta. Estas tres tareas complementarias —de-
ceridad, ¿a qué te refieres?”. “La verdad es simplemente —decía finir, preguntarse y no reificar—, tan importantes para conocer,
Chesterton— que la lengua no es un instrumento fiable como tienen cada una su lugar en los apartados: Definición, Historia,
un teodolito o una cámara”. El Léxico de la vida social atiende a la teoría y crítica y Líneas de investigación y debate contemporáneo.
importancia de la conceptualización y la creación de categorías en Aunque cada artículo puede leerse por separado, muchas en-
la construcción del conocimiento, y a la capacidad de éstas para tradas de este libro, cuyos textos se presentan conforme al orden
ayudarnos a imbricar la información y la razón para, como decía alfabético, se relacionan entre sí, pues se critican, se complemen-
Wright Mills, “conseguir recapitulaciones lúcidas de lo que ocu- tan, se refutan. El lector deberá estar atento a estos vínculos en
rre en el mundo” y, quizá, de lo que sucede en nosotros. Retoma, los que, por ejemplo, la “Heteronomía” apela a la “Autonomía”
así, la provocación de este autor cuando asegura que “el nuestro o en que, en cierto sentido, la “Salud pública” es una parte de la
es un tiempo de malestar e indiferencia, pero aún no formulado “Administración pública”, la cual, a su vez, es motivo de reflexión
de maneras que permitan el trabajo de la razón y el juego de la en la “Teoría de la sociedad burocrática”. O a las levísimas di-
sensibilidad […]; en vez de problemas explícitos, muchas veces vergencias que hay entre el “Estado de bienestar” y el “Estado
hay sólo el desalentado sentimiento de que nada marcha bien”. interventor”, ambos muy apegados al dilema de la filosofía que
Este libro apela a la sensibilidad con la que nos enfrentamos al se expone en “Justicia distributiva”. A veces ocurre que se puede
lenguaje en el difícil ejercicio de desarrollar lo que este teórico reconstruir una clara adscripción a una escuela de pensamiento,
llamó la imaginación sociológica, y de dar realidad a su promesa. entre, por ejemplo, las voces “Ideología”, “Hegemonía del Es-
Sabemos que esta tarea es social, puesto que nos urge a iden- tado” y “Subalternidad”. Otras tantas, dos o más textos tienen
tificar lo que hay de común en nuestras propias experiencias con preocupaciones en común, como sucede con “Discurso” y “Her-
las de todos los individuos con los que compartimos circunstan- menéutica”. En fin, aunque el corpus es heterogéneo, es posible
cias y a reconocer que, al tratar esta íntima relación, los problemas reconstruir afinidades. El carácter variado y distinto de las voces,
que podamos indagar trascienden la inquietud personal y se por su parte, nos ayuda a vislumbrar la diversidad de formas de
convierten en un asunto público. Así, nuestras definiciones vie- aproximarse a un objeto, de posturas ante el mismo y de prácti-
nen de un debate y provienen de una historia concreta. En otras cas de investigación.
palabras, sabemos que esta empresa no se resuelve en soledad ni Los vínculos de los que hemos hablado, además, no sólo
de una vez por todas, lo que el filósofo Bajtín llevó a sus últimas tienden hacia el propio contenido del libro, sino, como su título
consecuencias cuando dijo que “todo hablante es de por sí un con- —un tanto ambicioso— lo explica, a la vida humana, entendi-
testatario, en mayor o menor medida: él no es un primer hablante, da como un hecho que necesariamente se constituye a partir de
quien haya interrumpido por vez primera el eterno silencio del relaciones sociales. La conceptualización es un arma cargada de
universo”. Por eso pensamos que es necesario ofrecer a los lec- futuro; como la imaginación sociológica, “parece prometer de la
tores interesados una obra de consulta en la cual puedan revisar manera más dramática la comprensión de nuestras propias reali-
un panorama introductorio a los términos que han servido para dades íntimas en relación con las más amplias realidades sociales”.
describir uno o varios aspectos de la vida social. Puesto que los En este sentido, el esclarecimiento de los conceptos no es sólo
términos con los que diseccionamos un objeto de estudio fueron discursivo, sino también es una reflexión sobre hechos concretos,
creados en innumerables discusiones, el Léxico de la vida social es, que nos permite actuar e intervenir en el mundo con una mayor
en cierto sentido, un ponerse al día en una compleja conversación. conciencia de lo que es y lo que esperamos que sea, de lo que ha-
En él se aborda ampliamente el qué es de los nombres o conceptos cemos y decimos. Bajo la idea de que aún tiene vigencia aseverar,
cuya sola mención invoca una tradición completa de reflexiones como lo hacía Mills, que “la primera tarea política e intelectual
y preguntas, y que funcionan como pivotes de las discusiones del científico social consiste hoy en poner en claro los elementos
que constituyen disciplinas como la Ciencia Política, las Rela- del malestar y la indiferencia contemporáneos”, hoy, en México,
ciones Internacionales, la Filosofía, la Administración Pública y cuando pareciera haber una profunda divergencia entre lo que
la Sociología, todas ellas intrínsecamente ligadas a la vida social. se dice del país y lo que realmente sucede, urge agudizar nues-
Nuestro lector podrá comprobar que, como opinan muchos tra sensibilidad lingüística y teórica, y alertar los sentidos para
de los autores que escriben en este libro, los conceptos contenidos explorar los discursos con los cuales se describe nuestra realidad
en el Léxico (y en otras tantas obras) no se agotan, ya que respon- social, indagar de dónde vienen, qué prácticas sociales generan.
den y se amoldan a una realidad que cambia. No son inamovibles El ejercicio de definir es más que necesario, como también lo es
ni cerrados. En muchas ocasiones, su definición es apenas una revisar nuestras categorías y sus alcances, sus interpretaciones
hipótesis. De la misma manera, la vida social es inagotable y el implícitas, sus suposiciones.
corpus de este libro no pretende ser de carácter exhaustivo, sino Comité editorial, 2016
13
Aa
A la vez, la actitud está determinada, en buena medida, por
ACTITUD un valor. Estas ideas se representan frecuentemente por me-
dio de una pirámide invertida. En la parte inferior, que es la
Fernando Castaños Zuno más pequeña, se encuentra un valor; en la parte media, un
Álvaro Caso conjunto de actitudes y en la parte superior, que es la más
extensa, un número grande de opiniones. En este esquema
se puede apreciar cómo de un valor se desprende una serie
Definición
más grande de actitudes y cómo, análogamente, una actitud
En la comunicación cotidiana, la palabra actitud se emplea genera un número vasto de opiniones.
muchas veces para hacer referencia a una disposición de áni- En la sociología política y la demoscopia, actitud es un
mo que se manifiesta en una manera de estar, un modo de término central y tiene un significado derivado del que recibe
actuar o una forma de hablar. En consonancia con esta acep- en la psicología social, lo que se reconoce explícitamente en
ción, se utilizan como sinónimos parciales de ella voces que los informes de investigaciones básicas, cuyas metodologías
aluden a tales modalidades, como postura, talante, aire o tono. o cuyos resultados sustentan los marcos de referencia de otras
En ensayos de cierta índole, también se usan como equivalen- investigaciones. Más aún, la teoría de que las opiniones son
tes restringidos palabras que remiten más directamente a la variables dependientes de las actitudes y éstas, a su vez, de-
proclividad anímica, como orientación o inclinación.1 En otra pendientes de los valores, ha orientado, al menos en parte, la
acepción común, actitud denota una reacción constante a un interpretación de los datos en algunos de los trabajos acadé-
tipo de objetos o una respuesta generalizada ante una clase de micos más importantes de estas disciplinas.
hechos. Los sinónimos que podríamos encontrar cuando se Sin embargo, en esos campos, la necesidad de contar
adopta este sentido son construcciones con verbos que indi- con definiciones operacionales que guíen el análisis de in-
can la intención de acercarse o alejarse, como buscar o evitar. formación cuantitativa y cualitativa, obtenida tanto a través
No hay sustantivos que designen tipos específicos de ac- de encuestas, como por medio de entrevistas abiertas o de
titudes; pero éstas tienden a agruparse, por medio de frases discusiones en grupos de enfoque, ha llevado a introducir o
hechas, en función de sus grados de definición. Se habla, dar preponderancia a ciertos rasgos observables que puedan
por ejemplo, de actitudes claras o inciertas. También, con diferenciar las actitudes, por un lado, de los valores, y por el
el mismo tipo de recursos, se suelen esbozar clasificaciones otro, de las opiniones.
que toman en cuenta la consideración que tienen unos suje- El principal rasgo ha sido el de la duración: se considera
tos por otros, o las relaciones que entablan entre sí. Se dice, que un valor tiene mayor permanencia que una actitud, y que
en ese tenor, que una persona tiene una actitud cooperativa ésta es menos cambiante que las opiniones. Se piensa, por
o dominante. De lo anterior podría desprenderse que, gene- ejemplo, que un grupo social continuará teniendo una acti-
ralmente, una actitud entraña una valoración del objeto que tud favorable al tipo de políticas que promueva un partido
la suscita. No es extraño que esto se haga explícito cuando se en un periodo, aunque adopte una opinión negativa acerca
dice que el objeto despierta actitudes favorables o adversas; de la implantación de una de esas políticas. Análogamente,
también es frecuente que se califique al sujeto o a la actitud el grupo continuaría identificándose con los valores que sus-
misma, que se diga que alguien es positivo o negativo, o que criba el partido, aunque dejara de tener una actitud favorable
tiene actitudes buenas o malas. a ese tipo de políticas.
En el mundo académico se jerarquizan y complementan Ligado al rasgo de duración, está el de variabilidad con-
los rasgos de las acepciones cotidianas, de manera que se en- textual, que es también de carácter escalar, por lo que en
focan mejor fenómenos determinados, como veremos más relación con él se pueden establecer diferencias de grado
adelante. Pensamos que puede ser útil agrupar estos enfoques entre las opiniones, las actitudes y los valores. Qué tan favo-
en dos grandes conjuntos, de acuerdo con los intereses y las rables son las opiniones acerca de un político puede depender
perspectivas de las disciplinas que se han ocupado de la ma- tanto de los temas que se están tratando en el momento en
teria: en el primer conjunto, incluiríamos los tratamientos de que se expresan, como de con quién o quiénes se compare a
la psicología social, la sociología política, la demoscopia y la este político. En cambio, las actitudes acerca de un partido
psicología laboral; en el segundo, los de la lógica, la filosofía se conservan para espectros temáticos y rangos comparativos
del lenguaje, la lingüística y los estudios del discurso. más amplios. Los valores ligados a una orientación política
En el campo de la psicología social, el término actitud tienen alcances aún mayores.
tiene una carga teórica importante y se considera como un Cabría, quizá, resumir estas concepciones diciendo que
factor principal y definitorio de un conjunto de opiniones. las actitudes tienen profundidad, duración y alcance medios
en un marco de valoración estratificado o jerarquizado. Ade-
más de tratar las actitudes de esta manera, en la psicología
1 En más de una ocasión, Octavio Paz utilizó estos equivalentes laboral se considera útil distinguir entre dos actitudes de
parciales de la palabra actitud para hablar de rasgos de la perso- dedicación: una productiva, que conduce a una distribución
nalidad de otros poetas. Ver, por ejemplo, su ensayo biográfico eficaz de los esfuerzos, y otra estéril, que lleva al agotamien-
sobre Xavier Villaurrutia (1978).
Actitud 15 a
to y no produce resultados. Reflexiones más elaboradas en Si imaginamos que (7) se hubiera pronunciado, tanto
este campo conducen a definir lo que llamaríamos actitudes en 1700, como en 1785, tendremos un buen ejemplo de lo
de segundo orden, es decir, actitudes acerca de las actitudes. segundo:
Sería positiva la actitud de quien está preparado para cambiar
y aprender si su manera de acercarse al trabajo no es pro- (7) El rey de Francia tiene un carácter débil.
ductiva; en otras palabras, la de quien asume las dificultades
como retos por superar. En las dos fechas la oración hubiera expresado proposi-
En las disciplinas en que se ha desarrollado el segundo ciones distintas, una falsa y otra verdadera, porque en 1700 “el
conjunto de enfoques académicos, se parte de una distinción rey de Francia” se referiría a Luis XIV y en 1785, a Luis XVI.
entre dos tipos de información o de contenidos que son co- En la lógica y en la filosofía del lenguaje se observa tam-
municados por medio de las estructuras de las palabras: la bién que una proposición se puede expresar en diferentes
proposición y la actitud del hablante. idiomas,2 como ocurre con (8) y (9):
En primer lugar, cuando un enunciado expresa una propo-
sición, nos dice cómo es o qué ocurre con algo. En términos (8) La nieve es blanca;
técnicos, formular una proposición es asociar un predicado (9) Snow is white.
con un argumento o una serie de argumentos. Un argumento
representa una entidad, concreta o abstracta, y normalmente A partir de ello, se subraya que una proposición es una
es un nombre propio, un pronombre o una frase nominal. Un entidad abstracta y que es verdadera (o falsa) independien-
predicado representa una cualidad, una acción o una rela- temente de quién la exprese; en suma, que tiene un carácter
ción; comúnmente involucra un verbo y puede comprender objetivo. La actitud, en cambio, es subjetiva; incluso algunos
adjetivos y preposiciones. Entonces, una proposición es una filósofos importantes la consideran como un estado mental
construcción que se puede afirmar o negar, y que se puede del hablante que depende no sólo de quién pronuncia o es-
juzgar como cierta o falsa. Estrictamente, una proposición cribe el enunciado, sino de cuándo y en qué circunstancias
sería verdadera si el hecho al que corresponde es como dice lo hace: así como una persona puede estar convencida de la
que es, y falsa si es de otra manera. En un discurso hacemos verdad de una proposición y otra puede dudar de ella, alguien
referencia a las proposiciones expresadas anteriormente o en más puede aceptarla con distintos grados de confianza en di-
otros discursos, por medio del verbo decir acompañado de la ferentes momentos.3 En (10) y (11) se manifiestan distintas
conjunción que. Así, por ejemplo, (1) refiere una proposición actitudes acerca de la misma proposición:
expresada por Alberto acerca de Juan y (2) una formulada
por Josefina acerca del libro y la mesa: (10) Te digo que allí está;
(11) Me parece que allí está.
(1) Alberto dijo que Juan había venido;
(2) Josefina dijo que el libro estaba sobre la mesa. En la lingüística y los estudios del discurso, se concibe
la actitud de manera similar a como se hace en la lógica y la
En segundo lugar, un enunciado expresa una posición de filosofía del lenguaje, y en buena medida por influencia de
aquél que habla respecto de la proposición. En (3), por ejem- estas disciplinas, aunque más indirecta que directa. En esos
plo, el enunciador hace patente que considera la proposición campos, la actitud no es materia de discusión explícita, ni
de Alberto como verdadera, mientras que en (4) el hablante objeto de definición formal, pero las actitudes se examinan
muestra reservas sobre la proposición de Josefina: implícitamente al considerar el conjunto de recursos que las
manifiestan, el cual se denomina modalidad.
(3) Estoy seguro de que Juan había venido; En la mayoría de los enunciados, la modalidad depende
(4) No sé bien si el libro estaba sobre la mesa. primordialmente del modo sintáctico. En español, por ejem-
El segundo contenido del enunciado, es decir, la actitud plo, con el modo indicativo tienden a expresarse aseveraciones
del o de la hablante, atañe a la relación entre éste y la pro- que implican actitudes de compromiso con la verdad de la
posición (y lo hemos ejemplificado con la seguridad de (3)
y con la duda de (4)). 2 Se señala también que la traducción perfecta no existe. Por ejem-
En la lógica y la filosofía del lenguaje, cuyas reflexiones plo, John Lyons (1979) ha afirmado que se puede traducir todo lo
han dado gran fuerza a la distinción entre los dos tipos de que dice una oración o sólo lo que dice ella, pero no todo y sólo
lo que dice: siempre se agrega o se suprime algo. Pero esto no
contenidos, se subraya que dos oraciones distintas pueden demerita el punto principal aquí señalado, sino que lo subraya:
expresar la misma proposición y que con la misma oración en lo que expresan las dos formas distintas hay algo común.
se puede expresar proposiciones distintas. El par (5) y (6)
3 Por su importancia potencial para entender las dinámicas del
ejemplifica lo primero: pensamiento, se ha buscado indagar de diversas maneras la
variabilidad de las actitudes acerca de una proposición, e in-
(5) El Rey Sol gobernó Francia desde 1643 hasta 1715; clusive aprehenderla por medio de formalizaciones simbólicas;
(6) Luis XIV gobernó Francia entre 1643 y 1715. ver, por ejemplo, Richard, 1990.
a 16 Actitud
proposición; con el modo subjuntivo tienden a expresarse el de Gordon Allport, en el que se enfatiza que las actitudes
conjeturas o deseos y a describirse condiciones esperadas o dirigen el comportamiento (1935). Tal idea se desglosa y
hipotéticas, en otras palabras, planteamientos que implican complementa en las décadas de los años sesenta y setenta por
actitudes no acerca de lo que es, sino de lo que puede ser. medio de modelos estadísticos, de los cuales el más influyente
Entre los recursos modales se encuentran adverbios, como en su momento fue el que propusieron Martin Fishbein e
francamente o quizá, y frases adverbiales, como en verdad o tal Icek Ajzen (1975), para quienes expresar una opinión era una
vez. Muchas veces la modalidad depende también de manera forma de comportarse. De acuerdo con sus planteamientos,
importante del significado léxico de verbos que se denomi- qué tan favorable o desfavorable es una actitud ante un ob-
nan modales, entre los que se encuentran los siguientes: creer, jeto es algo que puede medirse en una escala elaborada en
pensar, saber, dudar. Por supuesto, habría que agregar decir al función de dos variables también cuantificables: la creencia
conjunto, así como otros verbos de comunicación. A partir de de que el objeto posee un rasgo determinado y la valoración
análisis gramaticales sobre las posiciones en las que pueden que se tiene de ese rasgo.
aparecer y las conjugaciones que pueden tener, se incluye en- El modelo de Fishbein y Ajzen delinea un espacio de
tre los verbos modales otros como poder, deber, querer, tener. las actitudes con dos dimensiones, una cognoscitiva y otra
Las combinaciones entre los modos sintácticos y los apreciativa, ambas importantes desde un punto de vista cien-
significados léxicos de los verbos modales pueden dar lugar tífico; distinguirlas brinda bases para realizar observaciones
a diferencias de modalidad sutiles, que implican, a su vez, más claras y reflexiones más rigurosas que las que se tenían
distinciones finas entre actitudes. Por ejemplo, tanto con el antes. Sin embargo, en las últimas décadas han tenido ma-
modo indicativo como con el subjuntivo se pueden exponer, yor difusión modelos que no reconocen esta distinción, pero
con los verbos mencionados, valores de probabilidad o grados que se consideran útiles para tratar temas de gran interés
de convicción, como en (12) y (13): para la sociología política aplicada, por lo que han recibido
gran atención.
(12) Yo sé que Rosa puede venir; Es notorio que actualmente el principal modelo en el
(13) Que yo sepa, Rosa puede venir. campo de la investigación sea el de la pirámide invertida,
descrito en la sección anterior, cuyo primer exponente, Da-
Con el modo imperativo, se pueden conformar modali- niel Yankelovich (1991), buscaba explicar el cambio como
dades desiderativas, además de las propiamente imperativas, un producto de comunicaciones recibidas y de procesos “in-
como en (14) y (15): ternos”, propios del sujeto individual. Él consideraba que los
procesos internos estaban impulsados por una necesidad de
(14) ¡Ven pronto! Eso es lo que quiero; resolver lo que Leon Festinger (1957) llamara “disonancias
(15) ¡Vengan inmediatamente! Tiene que ser. cognoscitivas”, es decir, estaban motivados por la necesidad
de modificar las ideas para que formaran sistemas armónicos
Si comúnmente las diversas actitudes que expresan los ha- o coherentes. Sin embargo, al postular que en la base de las
blantes son claras para los usuarios de la lengua, cabe advertir actitudes están los valores, Yankelovich asimiló la dimensión
que no hay entre los expertos un acuerdo sobre la taxonomía de las ideas y la cognición al campo de lo apreciativo, lo que
de las actitudes.4 Los problemas y las polémicas que hay al consideramos equivocado.
respecto se indicarán en la siguiente sección. Por ahora basta Lo que logró Yankelovich fue sintetizar planteamientos
decir que no todos los autores proponen el mismo número diversos de autores distintos, de tal manera que se pudieran
de categorías de clasificación, ni las mismas subdivisiones comunicar y recordar con relativa facilidad, por lo que su
para cada una de ellas. modelo piramidal resultó de utilidad considerable.5 Es im-
portante, sin embargo, consignar aquí que su propósito era
Historia, teoría y crítica poder enfocar una materia que parecía dispersa y que, al esti-
pular su esquema, el autor advertía que no debería atribuirse
Como se expuso en el apartado anterior, el primer enfoque un carácter rígido a las relaciones entre los tres estratos de
académico —el que plantea el esquema de opiniones, acti- la pirámide. Él tenía claro que un cambio de valores gene-
tudes y valores como predisposiciones estratificadas— se ralmente conlleva cambios de actitudes; pero sabía que, en
sustenta principalmente en la idea de que la actitud, como ocasiones, algunas actitudes cambian sin que lo hagan otras
respuesta o tipo de respuestas, es relativamente constante afines al estado anterior. Entendía también que, inclusive,
(véase p.11). Esta noción fue esbozada en la psicología social,
la sociología y la demoscopia a finales de los años veinte y
principios de los treinta del siglo xx en diversos textos; sin
embargo, los investigadores toman como punto de partida 5 Por ejemplo, cuando se prepara un cuestionario, el modelo obli-
ga a seleccionar o diseñar más de una pregunta de opinión para
medir una misma actitud, lo que generalmente proporciona a
4 De hecho, no hay tampoco una taxonomía definitiva de las los resultados una confiabilidad mayor que cuando se utiliza
modalidades. una sola pregunta como indicador de una variable.
Actitud 17 a
las modificaciones de las actitudes podrían conducir a una La discusión que propiamente da forma al enfoque recibe
transformación de los valores. su primer impulso de Bertrand Russell, en sus indagaciones
Desafortunadamente, sobre la posición prudente y, en sobre el significado (1905) y sobre el conocimiento (1984
parte, crítica de Yankelovich, se ha impuesto la fuerza icó- [1913]). El filósofo británico buscaba construir una teoría
nica de su modelo, en la que se apoya el punto de vista que que permitiera analizar cualquier afirmación a partir de las
confiere a la duración media el carácter de rasgo definitorio conjunciones o negaciones de lo que llamó “proposiciones
de las actitudes. La precaución aconsejaría dejar la tempora- atómicas”: oraciones simples que fueran constatables en la
lidad de una actitud (posiblemente variable) como un dato realidad empírica por medio de la observación. Esta teoría
empírico por explicar. permitiría establecer, por ejemplo, si la afirmación (16) es
La investigación contemporánea se apoya generalmente verdadera o no, una vez que se constate si las proposiciones
en variantes del modelo de Yankelovich, que muchas veces (17) y (18) son ciertas o falsas:
se combina con ideas de Allport o de Fishbein y Ajzen. La
herencia conjugada de estos autores se explicita muchas veces, (16) Los dos libros de química están sobre la mesa;
no sólo en introducciones de informes de encuestas sobre te- (17) El primer libro de química está sobre la mesa;
mas diversos, sino también en los títulos de las publicaciones (18) El segundo libro de química está sobre la mesa.
que se derivan de ellas.6 Ahí se revela la persistencia de las
inconsistencias teóricas aludidas arriba; por ejemplo, cuan- Pero Russell, que era crítico y autocrítico, muchas veces
do se incluyen los valores en una jerarquía cognoscitiva o las encontraba problemas que ponían en cuestión sus propios
ideas en una valorativa. planteamientos. Se dio cuenta de que podemos explicar la
No cabría concluir, sin embargo, que la influencia de di- verdad o la falsedad de una construcción como (19) cual si
chas herencias sea dominante, en un sentido estricto. Muchas fuera el producto de la verdad o la falsedad de unidades más
veces proporciona una orientación inicial, o queda como un simples, como (20) y (21):
sustrato implícito que facilita la comunicación entre exper-
(19) El gato y el perro son jóvenes;
tos; pero la manera en que se obtienen los datos de cada
(20) El gato es joven;
estudio no sólo depende de ella sino también, y con cierta
(21) El perro es joven.
frecuencia en mayor medida, de procedimientos de control
metodológico,7 como la prueba de preguntas de cuestionario
en levantamientos piloto y en sesiones de grupos de enfoque. No obstante, también advirtió que no podemos descom-
Estos procedimientos permiten mejorar, por ensayo y error, poner (22) de la misma manera:
los instrumentos de medición imperfectos debido a las limi-
(22) Creo que el gato es joven.
taciones de la teoría.8 Así como esto ocurre con la obtención
de los datos, la interpretación de los mismos está guiada por La proposición (22) puede ser cierta aunque (20) sea
la experiencia de los investigadores en la producción de los falsa; entonces, dar cuenta del significado de afirmaciones
instrumentos. con verbos como creer en función de proposiciones atómicas
En el segundo grupo de disciplinas —es decir, el de la verdaderas no resulta tan fácil como explicar el significado
lógica, la filosofía del lenguaje, la lingüística y los estudios de afirmaciones con verbos como ser. En consecuencia, el
del discurso—, algunas de las nociones que definen el análi- significado de verbos como creer es de naturaleza diferente
sis sobre la actitud tienen orígenes ancestrales y han cobrado al significado de verbos como ser. En la terminología que se
forma a lo largo de los siglos mediante análisis heterogéneos ha derivado de estas consideraciones, con los primeros ver-
—sobre todo gramaticales, retóricos y epistemológicos— bos se refieren estados mentales y con los segundos, hechos
acerca del concepto de modo. objetivos.
Lo interesante y lo importante es observar que, de algún
modo, el significado de (22) sí depende de los significados
6 Ver, por ejemplo, Vaske y Donnelly, 1999. de creer y de ser; en otras palabras, sí hay algo que vincula el
7 Al respecto, ver, por ejemplo, las investigaciones de la llamada estado mental y el hecho objetivo. Para tratar de esclarecer
Encuesta mundial de valores (World Values Survey), nombre de ese vínculo, Russell propuso la noción de “actitud proposi-
una red de investigadores sociales que, desde 1981, ha realizado cional”: una relación entre el sujeto que habla y lo que dice
cinco rondas u “olas” de encuestas a muestras representativas acerca del mundo. La afirmación, como la negación o la duda,
de sociedades que comprenden el 90% de la población mun-
dial (http://www.worldvaluessurvey.org/). Entre 2010 y 2012
constituye una actitud acerca de lo que dice; un compromiso
se condujo la sexta ola de la serie. Considérese también la in- con la proposición que se expresa. El problema para el ato-
vestigación que dio origen al libro Los mexicanos de los noventa mismo era, entonces, dar cuenta de la combinación de las
(iis, 1996). palabras que significan actitudes y las palabras que signifi-
8 Al respecto, ver, por ejemplo, cómo procede el Pew Research can proposiciones.
Center for the People and the Press (http://www.people-press. Este tipo de esclarecimiento inicial del problema de la
org/). relación entre el significado y la verdad ha sido de gran tras-
a 18 Actitud
cendencia para la filosofía. Aunque no hay consenso sobre su sólo de las propiedades gramaticales de las oraciones. Por
solución, discutirlo ha impulsado, tanto a seguidores como a ejemplo, si a un hecho se le da la condición de consumado,
críticos de Russell, a indagar asuntos clave para comprender luego aparece el conector por y después sigue una frase que
el uso del lenguaje en la actividad mental y en la interacción hace referencia a una acción, se entenderá que para el ha-
social. Un punto importante en las discusiones que han sur- blante la acción es la causa, y que no duda de ello, aunque la
gido es que se ha validado la concepción de proposición que frase no venga acompañada de ningún verbo conjugado, y no
expusimos en la primera sección (véase p.12), que consiste haya, por lo tanto, modo alguno. En este caso, hay un carác-
en la asociación de un predicado con uno o más argumen- ter afirmativo que se transmite de la descripción del efecto
tos. Ésta fue adoptada, aunque sin claridad suficiente, por a la expresión de la causa. Más aún, las actitudes pueden ser
Russell a partir de tratamientos seculares y de aportaciones tácitas, asumirse por el contexto, estar expresadas por la en-
de Gottlob Frege en el campo de la filosofía de las matemá- tonación o encontrarse sugeridas por gestos y ademanes. La
ticas (1950 [1893 y 1903]), y fue precisada posteriormente frase (23) podría ser empleada, por ejemplo, después de (24),
por John Searle a partir de señalamientos críticos de Peter para solicitar la ubicación de un producto al dependiente de
Strawson y John Austin. un supermercado y, después de (25), para responder la pre-
Strawson hizo ver que las teorías del significado y la gunta de un amigo:
verdad que Russell procuraba construir requerían que se
distinguiera más claramente entre la oración y lo que se (23) Y también los cereales;
dice con la oración (1950), porque lo que se dice puede variar (24) Quería preguntarle dónde se encuentran las salsas;
conforme al contexto en el que se usa la oración, como ya se (25) ¿Están caras las frutas aquí?
señaló en la primera sección. Austin (1962), por su parte,
mostró que no siempre que se emplea una oración se hace Si se mantiene la distinción entre actitud y modalidad,
una afirmación acerca de un hecho constatable, sino que se es relativamente sencillo explicar que los recursos empleados
puede hacer también una pregunta sobre el hecho o una ex- en (23) permiten expresar distintas actitudes o, incluso, que
clamación, las cuales lo suponen pero no lo aseveran. Incluso éstas se dan a conocer aún si divergen de lo que estos recur-
la oración puede constituir el hecho, como cuando se le da un sos significan canónicamente. Pero si se equiparan la actitud
nombre a una persona. En otras palabras, cuando hablamos y la modalidad, resulta caprichoso decidir a qué modalidad
normalmente llevamos a cabo distintos tipos de actos, y una corresponde la frase (23), si a la interrogativa (en cuyo caso se
teoría del significado como la de Russell, si fuera correcta, pregunta por la ubicación de los cereales) o a la afirmativa (en
sólo explicaría un tipo: el de las afirmaciones. Determinar cuyo caso es respuesta a la pregunta de (25)). El problema es
qué tipo de acto se realiza depende, entre otras condiciones, mayor si se confunden la modalidad y el modo, como ocurre
de la intención que tiene el hablante cuando pronuncia la en algunas clasificaciones que postulan los modos condicio-
oración o —deberíamos acotar nosotros— de la intención nal, negativo, optativo, potencial o interrogativo, además del
que es válido atribuirle al hablante. indicativo, el subjuntivo y el imperativo.9
Searle (1969) reúne las aportaciones de Strawson y Aus- En cuanto al problema de la taxonomía de las actitu-
tin y, en consecuencia, distingue entre la oración, el acto y la des mencionado en la sección anterior (véase p.13), se debe
proposición. Una oración contiene elementos que expresan considerar que si se toma la modalidad sólo como guía para
intenciones y que le dan la fuerza de acto, además de ele- elaborarla, pero éstas se categorizan en sus propios térmi-
mentos que expresan argumentos y predicados y que le dan nos, no se buscará una correspondencia biunívoca entre
carácter de formulación proposicional. Entonces, podemos modalidades y actitudes. Entonces, las actitudes se dividirán
ver las intenciones de Austin y Searle como una extensión inicialmente en un número limitado de clases y, posterior-
de las actitudes de Russell. Junto con la teoría patrimonial mente, esas clases se subdividirían en otras. De esta forma,
del modo, éste es uno de los sustratos de la concepción lin- el primer nivel de clasificación coincidiría con el primero
güística contemporánea de modalidad, que tiene su impulso (también) de una clasificación de los actos de habla, aunque
inicial en los años setenta y ochenta del siglo xx, como se esto no quiere decir que las taxonomías de las actitudes y los
puede ver en la obra del semántico John Lyons (1977; 1981). actos sean paralelas, pues, por un lado, en la categorización
Vistos así los asuntos en cuestión, habría que mantener cla- de los actos intervendrían otros elementos además de las
ras las distinciones, primero, entre actitud y modalidad y, actitudes imputables y, por el otro, en el discurso se pueden
luego, entre modalidad y modo. La actitud es un estado del expresar muchos grados de actitudes cuyas diferencias no se
hablante, mientras que la modalidad es un conjunto de re- traducen en distinciones de actos.
cursos de la lengua que, conjugados, expresan la actitud, y el
modo, solamente uno de esos recursos (el cual reside en la
conjugación de los verbos). 9 Aunque en estudios gramaticales de los últimos lustros, como
Cada vez es más aceptado que la organización del discurso el de Emilio Ridruejo (1999), se mantiene la distinción aquí
como tal contribuye también a la identificación de las actitu- sustentada, la confusión que se señala se ha extendido más de
des del autor; es decir, que la expresión de éstas no depende lo que pudiera pensarse, y se refleja, por ejemplo, en entradas
actuales de la Wikipedia (“Modo gramatical”, s.f.).
Actitud 19 a
Desde la perspectiva esbozada en el párrafo anterior, Tales problemas empíricos quizás se traduzcan en preo-
consideramos que hay tres clases básicas de actitudes.10 Las cupaciones teóricas, ya que en los ejemplos expuestos lo que
primeras son las actitudes que interesaron originalmente a se pone en cuestión es la predicción que se desprende de las
Russell: se ubican en el espacio del conocimiento y tienden a conceptualizaciones básicas. Si las predicciones son dudosas,
ser denominadas como epistémicas. Una actitud epistémica es se deberían revisar las conceptualizaciones. Cabría pensar, por
aquélla en que el hablante da a entender qué tan seguro está ejemplo, que una opinión no se deriva de una actitud, sino
de la verdad o la falsedad de la proposición que formula. Las que en una opinión se conjugan diversas actitudes sobre los
segundas son actitudes respecto a los derechos y las obligacio- distintos asuntos que están en juego en el enunciado. Luego,
nes relacionados con el hecho que representa la proposición habría que pensar en un modelo de redes que sustituyera el
y se denominan deónticas. Una actitud deóntica es aquélla en de la pirámide.
que un hablante indica que un hecho es permitido, prohibido Para indicar la posible dirección de la investigación fu-
u obligado. Las terceras se ubican en otro espacio diferente tura en las disciplinas que, como la filosofía y la lingüística,
de los anteriores y, aunque tienen diversas denominaciones, adoptan un enfoque como el segundo (tratado en las primeras
nosotros preferiríamos llamarlas simplemente valorativas. secciones de este artículo), es decir, que distinguen entre el
Las actitudes de este tipo corresponden a las ocasiones en contenido proposicional de un enunciado y la relación de su
que los hablantes manifiestan si un contenido proposicional autor con ese contenido, sería útil identificar dos problemas
es importante o no y si es positivo o negativo. El punto es que tienen cierta afinidad con los anteriores. Uno de ellos es
que uno puede considerar una proposición como verdadera el de las actitudes implícitas. Dado que no están codificadas
o como falsa independientemente de que vea el hecho como en la lengua, sino que se recuperan a partir de las estructuras
permitido o prohibido y deseable o indeseable; es decir, se discursivas que se forman con los elementos lingüísticos y
puede combinar cualquier actitud epistémica con cualquier en función de las condiciones en que se produce el discurso,
actitud deóntica y con cualquier actitud valorativa. En otras esas actitudes no sólo se dirigen hacia el contenido propo-
palabras, estamos hablando de tres dimensiones lógicamente sicional, sino también hacia el contexto discursivo y hacia la
independientes y, por lo tanto, si las tomamos como base de situación de enunciación. No tiene la misma fuerza afirmar
la taxonomía, ésta será exhaustiva y rigurosa. públicamente que alguien ha cometido una falta que hacerlo
en privado, ni postular una causalidad en un artículo cientí-
Líneas de investigación y debate fico que plantearla en una conversación informal, porque la
contemporáneo afirmación no tiene las mismas consecuencias en unos casos
que en los otros. Cuando atribuimos una actitud proposicio-
Para las disciplinas que, como la psicología social, la so- nal que no está marcada explícitamente, estamos suponiendo
ciología política y la demoscopia, ven una actitud como un que el o la hablante asume lo que esa actitud implica para él
haz de opiniones o como un rasgo común de un conjunto o ella, es decir, estamos haciendo una inferencia retrospectiva
de opiniones, el problema de la temporalidad continuará que va de los efectos a la actitud. Sería importante, entonces,
impulsando la investigación, y probablemente recibirá aún indagar cómo se relacionan las actitudes proposicionales con
mayor atención de la que ha tenido. Es de preverse que se las actitudes discursivas y las situacionales.
buscará entender por qué la duración de una respuesta no El otro problema es el de la imposibilidad de la paráfrasis
siempre corresponde a su posición en la jerarquía de valores, total. Como la distinción misma entre proposición y actitud
actitudes y opiniones; por qué, por ejemplo, en ocasiones, una de donde parte, la discusión sobre la tipología de las actitudes
actitud permanece, pero el valor que supuestamente la regía se apoya en equivalencias de frases u oraciones. Los filósofos
cambia. Un caso ilustrativo es el de ciertos países en los que y los lingüistas abstraen la noción de proposición cuando en-
se sigue apreciando el matrimonio religioso aunque la reli- cuentran que en dos enunciados distintos se hace referencia a
giosidad disminuya. la misma entidad y se dice lo mismo de ella; asimismo, ellos
Otro problema, en parte ligado al anterior, es el de la aíslan la noción de actitud cuando ven que con dos frases
dirección del cambio: se desea saber cuándo las modifica- diferentes un autor se compromete de una misma manera
ciones de las actitudes conducen a cambios de opiniones y con cierta proposición. No obstante, nunca dos estructuras
viceversa. Se supone que de la identificación con un partido sintácticas dicen estrictamente lo mismo; en el caso de la
se sigue la preferencia por un candidato, pero en ocasiones traducción, por ejemplo, siempre se minimiza o se subraya
el hecho de preferir a un candidato hace que grupos de vo- algún punto y se añade o se suprime algún matiz.11
tantes se identifiquen con su partido, de la misma manera Cuando tratamos dos frases como equivalentes, lo que
que rechazarlo produce un distanciamiento con el partido. hacemos es destacar lo que tienen en común y dejar fuera
¿De qué depende que estas divergencias se resuelvan en un de consideración lo que las distingue. Así que, advertir que
sentido o en otro? se manifiesta una actitud implica reconocer un horizonte
y una jerarquía de actitudes posibles. Ello indica que, para
10 Esta posición se basa en consideraciones expuestas en Casta-
ños, 1997. 11 Ver nota 2, p. 12.
a 20 Actitud
profundizar en el conocimiento del campo, un tema impor- Pew Research Center (2015). Disponible en: <http://www.peo-
tante sería el de la interacción entre las consideraciones que ple-press.org>.
pertenecen a las tres dimensiones identificadas en la sección Richard, Mark (1990), Propositional Attitudes: An Essay on Thou-
anterior: epistémica, deóntica y valorativa. Parece sugerir- ghts and How We Ascribe Them, Cambridge: Cambridge
University Press.
se, por ejemplo, que el rango de opciones valorativas que Ridruejo, Emilio (1999), “Modo y modalidad: el modo en las subor-
importan no necesariamente es el mismo cuando hay una ex- dinadas sustantivas”, en Ignacio Bosque y Violeta Demonte
pectativa de que ocurra un hecho que cuando se piensa que es (dirs.), Gramática descriptiva de la lengua española, Madrid:
imposible que suceda. Asimismo, dar a un acto el carácter de Espasa, pp. 3209-3251.
obligación, en lugar de verlo como derecho, podría modificar Russell, Bertrand (1905), “On Denoting”, Mind, New Series, vol.
el grado de pertinencia que tiene juzgar si el acto existe o no. 14, núm. 56, pp. 479-493.
Al ver todos estos problemas en conjunto, cabría imagi- _____ (1984 [1913]), Theory of Knowledge, Elizabeth Ramsden
nar que un diálogo entre los investigadores de cada uno de Eames y Kenneth Blackwell (eds.), London: George Allen
los enfoques sería muy productivo. Entender cómo se con- and Unwin.
Searle, John R. (1969), Speech Acts: An Essay in the Philosophy of
jugan las predisposiciones acerca de los diferentes elementos Language, Cambridge: Cambridge University Press.
que se tratan en un enunciado y comprender cómo lo hacen Strawson, Peter Frederick (1950), “On Referring”, Mind, New
las posturas epistémicas, deónticas y valorativas acerca de la Series, vol. 59, núm. 235, pp. 320-344.
proposición formulada en él son tareas que pueden iluminarse Vaske, Jerry J. y Maureen P. Donnelly (1999), “A Value-At-
mutuamente. Lo mismo puede decirse del cambio de valores titude-Behaviour Model Predicting Wildland Voting
y de la rejerarquización de opciones. Sin embargo, las rutas de Intentions”, Society and Natural Resources, núm. 12, pp. 523-
investigación asociadas a los dos enfoques han estado separa- 537.
das tanto tiempo, que no podríamos calificar el diálogo que se World Values Survey (s.f.). Disponible en: <http://www.worldva-
propone como probable, sino sólo como deseable. luessurvey.org/wvs.jsp>.
Yankelovich, Daniel (1991), Coming to Public Judgment: Making
Bibliografía Democracy Work in a Complex World, New York: Syracuse
University Work.
Allport, Gordon W. (1935), “Attitudes”, en Carl Allanmore Mur-
chison (ed.), A Handbook of Social Psychology, Massachusetts:
Clark University Press, pp. 798-844.
Austin, John Langshaw (1962), How to Do Things with Words,
Oxford: Clarendon.
Castaños, Fernando (1997), “Observar y entender la cultura po- ACUERDO
lítica: algunos problemas fundamentales y una propuesta
de solución”, Revista Mexicana de Sociología, vol. 59, núm. Fernando Castaños Zuno
2, pp. 75-91. Álvaro Caso
Festinger, Leon (1957), A Theory of Cognitive Dissonance, Illinois:
Row, Peterson and Company.
Fishbein, Martin e Icek Ajzen (1975), Belief, Attitude, Intention, Definición
and Behaviour: An Introduction to Theory and Research, Mas-
sachusetts: Addison-Wesley.
En el lenguaje ordinario, la palabra acuerdo tiene diversas
Frege, Gottlob (1950 [1893 y 1903]), The Foundations of Arithme-
tic: The Logical-Mathematical Investigation of the Concept of acepciones, que pueden agruparse en torno a dos significa-
Number, John Langshaw Austin (trad.), Oxford: Blackwell dos básicos. En primer lugar, denota una relación de afinidad
and Mott. o conformidad entre planteamientos. Es común emplearla
iis: Instituto de Investigaciones Sociales (1996), Los mexicanos de los en este sentido para sustentar una predicción; se dice, por
noventa, México: Instituto de Investigaciones Sociales-Uni- ejemplo: “De acuerdo con esta información, los precios van a
versidad Nacional Autónoma de México. bajar”. Se utiliza, también, en una especie de inferencia retros-
Lyons, John (1977), Semantics, Cambridge: Cambridge Univer- pectiva, para subrayar una evidencia contraria a un supuesto
sity Press. de forma que sea posible cuestionarlo: “De acuerdo con su
_____ (1979), “Pronouns of Address in Anna Karenina: The Stylis-
idea, la mayoría debería haber asistido; pero vinieron pocos”.
tics of Bilingualism and the Impossibility of Translation”, en
Sidney Greenbaum, Geoffrey Leech y Jan Svartvik (eds.), En el ámbito de esa denotación, muchas veces se usa
Studies in English Linguistics for Randolph Quirk, London: acuerdo para expresar la compatibilidad entre la forma en
Longman, pp. 235-249. que una persona percibe un hecho o un objeto y un plantea-
_____ (1981), Language, Meaning and Context, London: Fontana. miento acerca de este hecho u objeto, así como para referir la
“Modo gramatical” (s.f.), en Wikipedia. Disponible en: <https:// actitud epistémica de esa persona frente a dicha proposición.
es.wikipedia.org/wiki/Modo_gramatical>. Se advierte, por ejemplo: “Tu testimonio está de acuerdo con
Paz, Octavio (1978), Xavier Villaurrutia en persona y en obra, México: lo que ella ha dicho” o “ella está de acuerdo con eso”, para
Fondo de Cultura Económica. indicar que ella considera que eso es verdadero.
Acuerdo 21 a
Como sustitutos de la palabra en su primer significado o, en singular o en plural, vaya acompañada del nombre del lu-
mejor dicho, de la frase de acuerdo con, se utilizan, entre otros, gar en el que se firma el documento y que la frase resultante
los siguientes: según, en concordancia con y de conformidad con. se convierta en el título del mismo, como en el caso de “los
Como antónimos, se tienen: en desacuerdo con, en discrepancia Acuerdos de Yalta”.
con y en contra de. Por supuesto, en ciertos contextos se puede Acuerdo se usa también para nombrar la disposición de una
parafrasear tanto la relación positiva como la negativa, por autoridad colegiada o de un funcionario de alto rango en el
medio de conectores que indican consonancia y disonancia. Estado, en una asociación privada o en una organización civil.
Para el primer caso, tenemos, por ejemplo, adverbios de se- Aquí, lo importante es que la decisión es vinculante para otros:
cuencia, sobre todo los que funcionan como conjunciones estipula un curso de acción o define un conjunto de derechos
ilativas, por ejemplo luego; para el segundo, locuciones ad- y cometidos. En otras palabras, tiene el carácter de mandato
versativas, como sin embargo. o de precepto.
En segundo lugar, acuerdo tiene como significado básico Quizá por derivación de esos significados especializados,
el de ‘resolución conjunta’. Entre las acepciones que lo con- aunque ya con cierta distancia de los usos ordinarios, en el
forman se encuentra la de compromiso pactado. Se dice, por medio gubernamental se llama acuerdo a la reunión periódi-
ejemplo, “se pusieron de acuerdo”, para indicar que se llegó ca entre un funcionario y su superior. Se espera que en cada
a una decisión aceptada por las partes involucradas y que, ocasión éste apruebe o dicte objetivos y líneas de trabajo, de
en consecuencia, cada una ha adquirido obligaciones deter- modo que el primero se sujete a ellos. En este sentido, se dice
minadas. En tales casos suele suponerse que el resultado es “mañana tengo acuerdo” y “voy a mi acuerdo”.
producto de alguna negociación y pone fin a una disputa. Entre los expertos en estudios de opinión surgió, hace no
Una acepción del segundo grupo de significados que tiene más de veinte años, otra acepción que ha sido retomada en
ecos del primero es la de ‘consenso logrado’. Cuando se usa la ocasiones por conductores de radio y televisión; ésta es la de
palabra en este sentido, aparece en frases como “alcanzaron “calificación del desempeño presidencial”. Cuando se le da ese
un acuerdo”. Entonces, tiende a implicarse que, además de sentido, por “el acuerdo”, se entiende la respuesta promedio
la negociación, hubo alguna deliberación. Es decir, la palabra —en una escala cualitativa o numérica— a preguntas como
da pie para pensar que se tomaron en cuenta las razones de la siguiente: “¿Qué tan de acuerdo o en desacuerdo está usted
las partes y no sólo sus intereses. con la forma en que gobierna el Presidente?”.
Es de señalarse que el uso de la palabra acuerdo en sus
acepciones cotidianas generalmente tiene implicaciones de Historia, teoría y crítica
honestidad, aunque éstas pueden variar, dependiendo de la
acepción y del contexto de uso. Por ejemplo, si se dice que Aunque la palabra acuerdo no es en el mundo académico un
un número de personas están de acuerdo con una observa- vocablo técnico, tiene algunas de las propiedades de los tér-
ción acerca de un hecho, se entiende que la palabra adquiere minos científicos. No es objeto de definiciones formales y no
entonces su sentido epistémico y que todas las personas re- ha sido materia de controversias importantes; sin embargo,
feridas suscriben genuinamente la observación. Si alguna de tiene poca variabilidad y se le trata con cuidado considerable.
ellas es insincera, entonces lo que describe la palabra es falso. En la filosofía y en la lingüística, se tiende a emplear la
Por otro lado, si por medio de la palabra se informa que palabra en un sentido epistémico vinculado con la relación
dos partes han tomado una resolución conjunta, se implica de afinidad o conformidad entre planteamientos de la que
entonces que ambas se obligan a cumplir con lo establecido hablábamos al principio, aunque más preciso. Generalmen-
en dicha resolución. Por supuesto, se sugiere aquí que ambas te, cuando se dice que dos ideas están de acuerdo, se implica
tienen una buena opinión acerca de la medida concertada que una se puede inferir de la otra siguiendo las reglas de la
entre las dos, pero no hay un compromiso estricto al res- lógica, o bien que las dos son compatibles y que ambas serían
pecto: pueden desviarse de su mejor opinión, precisamente una consecuencia natural de supuestos válidos.1 También se
para alcanzar una resolución. Además, no porque alguna de puede entender que una de las ideas es análoga de la otra y,
las partes haya sido insincera, con respecto a la opinión, o entonces, se pueden poner en correspondencia los elementos
aún con respecto a la voluntad de asumir la obligación, la de una y otra. Por lo tanto, usar la palabra en este sentido
obligación deja de existir; lo que la palabra informa es cierto. supone que se han examinado y juzgado las ideas con cierto
La palabra acuerdo también tiene algunos significados detenimiento, como en el siguiente ejemplo: “Esencialmente
especializados, relacionados en distintos grados con los co- de acuerdo con el comité de vecinos, el ingeniero piensa que
tidianos o con las implicaciones de éstos. En ciertos ámbitos sí se puede reparar el puente”.
—prototípica pero no exclusivamente en el parlamentario y
el diplomático—, designa el contenido de una resolución o
la materia de un consenso. También puede denominarse así
al documento en que se asientan los puntos de vista comunes 1 Quizá el uso precursor de la palabra en estos sentidos sea el
a actores diversos o las responsabilidades asumidas por ellos de John Locke cuando la emplea para definir el conocimiento
en un proceso. Cuando esto ocurre, es común que la palabra, (ver el capítulo I del libro IV de su Ensayo sobre el entendimiento
humano, 2009 [1609]).
a 22 Acuerdo
En la sociología política y la historia política, acuerdo tie- modifican las posibilidades de representación de intereses y
ne una acepción muy similar a la diplomática especializada: pueden reducir las inequidades en los procesos de decisión.5
hace referencia al pronunciamiento de dos o más actores.2
Aquí se subraya que quienes lo suscriben quedan sujetos a la Líneas de investigación y debate
sanción mutua y, sobre todo, son agentes de responsabilidad contemporáneo
pública. Visto así un acuerdo, son materia de juicio, primero,
el proceso que conduce a la resolución y, luego, el contenido Es de esperarse que la investigación aplicada cobre aún ma-
de la misma; pero lo es también, posteriormente, el compor- yor impulso en los próximos lustros y que se especialice en
tamiento de las partes en relación con el objeto del acuerdo. función de los ámbitos y las materias de los acuerdos. Ya se
Por una parte, el actor político que procura y logra un observan tendencias más o menos claras en varios terrenos,
acuerdo legítimo es encomiable; el que no lo consigue es como el de la terminación de confrontaciones armadas y el
decepcionante; el que busca uno ilegítimo es despreciable. de la separación matrimonial.
Por otra parte, cuando el acuerdo es legítimo, quien lo honra Algunos de esos estudios están conduciendo a la elabo-
merece la confianza de sus pares, y quien lo incumple ve dis- ración de modelos sobre el cambio en las posiciones de los
minuidas sus posibilidades de entablar uno posterior. Ahora actores involucrados en un conflicto, los cuales tienen pre-
bien, la opinión de la ciudadanía es tanto o más importante tensiones de rigor analítico y de sustento empírico. Son de
que la inclinación de los actores políticos para emprender interés especial los que buscan captar las relaciones entre los
iniciativas conjuntas. En el paradigma ideal, el actor que marcos de compresión y las formas de entablar acuerdos.6
cumpla con lo estipulado recibirá el apoyo de los votantes; Es probable que en el campo de los estudios parlamenta-
el que no, su rechazo. rios se desarrolle uno de tales terrenos especializados. Aunque
Como podría suponerse, ese sentido de la palabra acuerdo no puede preverse si será en diálogo con los otros campos ya
es muy cercano a algunas nociones clave en el pensamiento mencionados o independientemente de ellos, sí puede antici-
sociológico, como las de pacto y contrato. Al igual que éstas, el parse que responderá a la motivación de mejorar la toma de
término que nos concierne se utiliza cuando se piensa que la decisiones en contextos de gobiernos divididos.7 Probable-
coordinación y la cohesión de los grupos dependen, en buena mente será promovido en parte también por la investigación
medida, de las normas que adoptan, aunque, a diferencia de sobre la deliberación, que a su vez recibe impulso académico
ellas, sugiere que la óptica desde la cual se ven las cosas es de los estudios sobre el discurso y sobre la democracia.
también importante. Como pacto, el acuerdo pone en el te- La deliberación propicia la identificación de premisas
lón de fondo los intereses de los actores; pero, como contrato, comunes y, por consiguiente, confiere legitimidad a los con-
da prominencia a la posible sanción por incumplimiento. En sensos, aún entre quienes representan identidades e intereses
comparación con ambos, el pacto y el contrato —que pueden confrontados. Además, en una democracia, las decisiones
ser tácitos o evidentes, haber sido creados por los signata- basadas en la deliberación conllevan, por ese solo hecho, la
rios o ser de antemano constitutivos del orden social—, el obligación de cumplirlas. En otras palabras, el acuerdo está
acuerdo casi siempre se manifiesta con claridad y se toma en implícito en ellas y, si se hace explícito, adquiere la mayor
un momento dado. Por tales razones, hay contextos en los fuerza posible.
que las tres palabras son intercambiables y otros en que sus
peculiaridades cuentan.3 Bibliografía
Aún considerando esas sutilezas, comprender qué es un
acuerdo no ha sido un problema académico, propiamente, y Biddle, Jesse, Vedat Milor, Juan Manuel Ortega Riquelme,
no hay un campo de investigación teórica dedicado al acuer- Andrew Stone (2000), Consultative Mechanisms in Mexico,
do. Las áreas de estudios empíricos y aplicados en las que éste Washington: The World Bank (psd Occasional Paper, 39).
es un tema importante tienden, por lo tanto, a ser de carácter Hernández Estrada, Mara, José del Tronco, José Merino
interdisciplinario y se concentran, bien en las condiciones que (2009), “Mejores prácticas en negociación y deliberación.
producen y mantienen acuerdos, bien en los efectos de ellos. Reflexión final y lecciones aprendidas”, en Un congreso sin
De dichas áreas, la principal es, quizá, la de la resolución de mayorías, México: Facultad Latinoamericana de Ciencias
conflictos, que en las últimas décadas se ha abocado sobre Sociales, Centro de Colaboración Cívica, pp. 357-386.
todo a caracterizar el papel de los mediadores en la obtención Kressel, Kenneth y Dean G. Pruitt (1985), “Themes in the Me-
de acuerdos y a identificar las mejores estrategias para lograr- diation of Social Conflict”, Journal of Social Issues, vol. 41,
los.4 Otra que ha recibido atención considerable es la de las núm. 2, pp. 179-198.
relaciones corporativas, donde se ha visto que los acuerdos
5 Ver, por ejemplo, Schmitter, 1992.
2 Ver, por ejemplo, cómo emplea Marwick (1964) la palabra. 6 Ver Thompson, Neale y Marwan, 2004.
3 Ambas condiciones pueden apreciarse en Biddle et al., 2000. 7 Varios libros publicados recientemente en nuestro país reflejan
4 Ver, por ejemplo, Kressel y Pruit, 1985, o Wallensteen y So- esta preocupación. Ver, por ejemplo, Hernández, del Tronco y
llenberg, 1997. Merino, 2009.
Acuerdo 23 a
Locke, John (2009 [1609]), An Essay Concerning Human Un- Diversos autores (Fix-Zamudio, 1992: XXI) sostienen
derstanding, en Works of John Locke [edición Kindle], s.l.: que el término administración de justicia es utilizado en dos
Halcyon Press. sentidos: en primer lugar, se emplea como sinónimo de
Marwick, Arthur (1964), “Middle Opinion in the Thirties: Plan- función jurisdiccional y, en segundo lugar, hace referencia
ning, Progress and Political ‘Agreement’”, The English al gobierno y a la administración de los tribunales; incluso
Historical Review, vol. 79, núm. 311, pp. 285-298. hay quienes sostienen que comprende a todos los órganos
Schmitter, Philippe C. (1992), “Corporatismo (corporativis- encargados de ejercer la función jurisdiccional con indepen-
mo)”, en Matilde Luna y Ricardo Pozas (eds.), Relaciones dencia de que se ubiquen dentro o fuera del poder judicial
corporativas en un periodo de transición, México: Instituto de (Ovalle, 2006: 67).
Investigaciones Sociales-Universidad Nacional Autónoma Entonces, el concepto administración de justicia tiene,
de México, pp. 1-21. formalmente, una doble dimensión: por un lado, funcional,
Thompson, Leigh, Margaret Neale y Marwan Sinaceur (2004), al referirse a las acciones de impartición de justicia y, por
“The Evolution of Cognition and Biases in Negotiation otro, instrumental, al hacer alusión a la organización de las
Research: An Examination of Cognition, Social Perception, instituciones.
Motivation, and Emotion”, en Michele J. Gelfand y Jeanne El término adquiere un sentido más amplio, se podría decir
M. Brett (eds.), The Handbook of Negotiation and Culture, que de carácter social, cuando la definición rebasa los límites
Stanford, California: Stanford University Press, pp. 7-44. estatales y niega el monopolio del poder judicial como único
Wallensteen, Peter y Margareta Sollenberg (1997), “Armed órgano encargado de administrar la justicia. Como ejemplo,
Conflicts, Conflict Termination and Peace Agreements, pensemos en formas tradicionales o alternativas de solución
1989-96”, Journal of Peace Research, vol. 34, núm. 3, pp. de conflictos que no se rigen por el derecho positivo y que
339-358. están enclavadas en la legitimidad de quienes ejercen la fun-
ción jurisdiccional.
En suma, se trata de un término polisémico envuelto en
controversias que se desprenden del hecho de que la admi-
nistración de justicia se relaciona siempre con la existencia
ADMINISTRACIÓN DE de realidades inequitativas; esto es, sociedades en las que,
formalmente, la ley cumple la tarea de resolver los conflictos
JUSTICIA que enfrentan los ciudadanos, pero en las que, en realidad,
no todos gozan del estatus ciudadano, por lo que tienen que
Angélica Cuéllar Vázquez recurrir a mecanismos informales o alternativos para encon-
Roberto Oseguera Quiñones trar solución a conflictos de diversa índole.
a 24 Administración de justicia
antiguas como Mesopotamia, Egipto y el pueblo hebreo, el tiempos y condiciones marcados por la ley. Si la administra-
rey era sumo sacerdote y al mismo tiempo cumplía la función ción de justicia se lleva a cabo respetando los procedimientos
de juez. Incluso, en una primera etapa de la historia romana, que protegen a las partes en conflicto, se puede decir que la
la actividad jurisdiccional estaba reservada a los sacerdotes. justicia tiene posibilidades de realizarse y que los juicios son
Poco a poco el derecho romano pasó por un proceso de se verdaderamente justos. Cuando no se cumplen, la administra-
cularización que tuvo como resultado el surgimiento de un ción de justicia pierde legitimidad frente a los ciudadanos. Si
grupo de juristas laicos que se ocupaban de dar respuesta el poder judicial es incapaz de respetar o hacer valer el princi-
(responsas) a cuestionamientos o problemas planteados por pio de eficiencia, la sociedad opta por recurrir a mecanismos
el pueblo. El prestigio de estos consultores romanos creció informales que le permitan la resolución de los conflictos.
paulatinamente, lo que posibilitó la incipiente instituciona- Por otro lado, la accesibilidad se refiere a la posibilidad
lización de un ius romano. de que cualquier ciudadano, sin importar su condición social,
En el Imperio romano se creó una estructura jurídica di- resuelva sus controversias a través de las instituciones jurisdic-
rigida por el emperador y operada por órganos y figuras de cionales. Esta cara de la administración de justicia es de suma
carácter político e inclusive militar. Con la aparición de los importancia, pues tener o no acceso a la justicia determina la
pretores y magistrados, encontramos indicios de la constitu- calidad ciudadana de los individuos y la calidad democrática
ción de figuras jurídicas encargadas de resolver los conflictos de una sociedad.
entre particulares mediante un proceso de interpretación El acceso a la justicia es uno de los derechos fundamen-
de las leyes y no sólo de su aplicación. El caso del derecho tales en las democracias modernas, y el Estado está obligado
romano es un ejemplo útil de la evolución de la administra- a otorgarlo y respetarlo. Sin embargo, en una sociedad don-
ción de justicia, pues es, sin duda, el que más ha influido en de la desigualdad social es el signo dominante, el acceso a
el desarrollo de los órdenes jurídicos modernos. la justicia deja de ser un derecho universal y se convierte en
El concepto administración de justicia está ligado a tres un privilegio del que gozan las élites con poder económico y
principios que le dan sentido: la independencia, la eficacia político. Muchos analistas (Baratta, 1986; Melossi y Pavarini,
y la accesibilidad. Idealmente, estos principios deben estar 1984) coinciden al señalar que los sectores menos favorecidos
presentes en el ejercicio y en el espíritu de la administración de las sociedades sólo conocen la faceta punitiva-represiva de
de justicia. Cada uno de ellos acota y describe lo que podría- los sistemas de justicia; en otras palabras, grandes sectores de la
mos llamar una buena administración de justicia. Sin embargo, población mundial viven el derecho como una amenaza la-
si pensamos en las sociedades contemporáneas, nos encon- tente y no como una institución protectora que vela por sus
tramos con que estos principios no se cumplen a cabalidad. intereses y los dota de una calidad ciudadana. A manera de
Las razones son múltiples y dependen de cada país y cada ejemplo, podemos mencionar los importantes trabajos de la
contexto, pero eso es materia de otra discusión. escuela italiana de criminología crítica en los que se denuncia
Estos principios que acotan la administración de justi- que la situación de pobreza, y no necesariamente la criminali-
cia en las democracias modernas tienen una función social dad, es el común denominador de la población penitenciaria.
y política muy importante: dan legitimidad a las decisiones
emanadas de la actividad jurisdiccional. En la construcción Líneas de investigación y debate
teórica ideal de la administración de justicia, la legitimidad contemporáneo
acompaña siempre a la legalidad: lo que resuelven los tri-
bunales es legal porque se apega a la ley y porque emana de En muchos países de América Latina el proceso de refor-
los procedimientos que ésta señala, y es legítimo porque la ma y fortalecimiento de los poderes judiciales se considera
sociedad cree que la aplicación de la ley es un sinónimo de un requisito indispensable en el camino de la consolidación
hacer justicia. de las democracias liberales. Sin embargo, los programas de
El principio de independencia establece la separación reformas a los poderes judiciales de la región, promovidos
de la función judicial de cualquier otra actividad guberna- por organismos internacionales como el Banco Mundial, no
mental o política. Implica la no subordinación del proceso han podido corregir los problemas estructurales de la fun-
de administración de justicia a otros procesos de los poderes ción jurisdiccional. En la mayoría de los casos, los tribunales
constituidos; esto con la intención de proteger las decisio- y juzgados no son instituciones cercanas a la sociedad y no
nes judiciales de intromisiones de otro orden que no sea el ejercen su labor de acuerdo con los principios de indepen-
jurídico, de forma que se pueda establecer la neutralidad y dencia, eficiencia y acceso universal.
objetividad de su labor. De acuerdo con la definición clásica Como ya hemos visto, el problema de la ambigüedad se
de Montesquieu (2003), el poder judicial es el encargado de hace presente al hablar del término administración de justi-
la administración de la justicia. Para que ésta sea legítima, cia. En algunos contextos, hace referencia a las instituciones
tiene que gozar de protección y de una relativa insularidad, estatales creadas con la finalidad de ejercer el dominio de la
lo que en muchas ocasiones no sucede. actividad jurisdiccional. En otros casos, se utiliza para refe-
La eficiencia de la justicia es el principio que establece la rirse a la actividad jurisdiccional misma. Finalmente, algunas
necesidad de que el juzgador cumpla con su tarea dentro de personas utilizan administración de justicia como sinónimo de
Administración de justicia 25 a
la organización de los bienes y recursos que se requieren para estos actores no pueden evadirse de la carga valorativa que
ejercer la actividad jurisdiccional. Para el formalismo jurídico los configura como individuos con preferencias políticas. En
y los abogados formados bajo esta corriente de pensamiento, suma, la administración de justicia condensa los mecanismos,
es la clave para el equilibrio social. Desde esta perspectiva, formales e informales, mediante los que una sociedad orga-
una buena administración de justicia, entendida en su triple niza el disenso, el conflicto, la injusticia y la inequidad; por
acepción, permite el mantenimiento de la paz social y el fun- ello, su función es fundamentalmente política.
cionamiento de la sociedad en su conjunto. La premisa aquí El viejo debate de la administración de justicia se centra
es que la ley produce orden per se y, por tanto, los tribunales en el papel que juegan los jueces en la aplicación del derecho.
que administran la justicia son pieza clave para la estabilidad Por un lado, tenemos una corriente que concibe a los opera-
política de una nación. dores del derecho como funcionarios que no hacen otra cosa
Sin embargo, existen otros espacios en los que se hace que subsumir en la ley los hechos específicos causantes de
uso del término. Desde el sistema político, nociones como un conflicto. Desde esta perspectiva se considera a los jueces
administración de justicia, y muchos otros relacionados con la como meros ejecutores o aplicadores del derecho, inclusive
idea de un Estado de derecho, son utilizados con la intención se habla de ellos como la bouche de la loi, haciendo referencia
de dar contenido y legitimidad a los discursos y acciones de a su supuesto carácter neutral y despolitizado. Por otro lado,
los actores políticos. Hablar de la obediencia irrestricta a las tenemos a aquéllos que defienden la figura de los jueces como
decisiones emanadas de los tribunales, o decir que una deci- agentes con poder, personajes con capacidad de movilizar re-
sión de gobierno se realizó con apego a derecho, representa cursos simbólicos y materiales. Desde esta visión, se concibe
estrategias de las que se echa mano en contextos donde las al juez como creador de derecho; el juez no sólo aplica la ley,
políticas o acciones emprendidas por un gobierno resultan sino que la interpreta y la recrea con su labor jurisdiccional.
impopulares o donde la manera de resolver un conflicto so- Naturalmente, este debate tiene una arista política; en
cial de manera justa no se apega a derecho. países donde se practica el common law, los jueces son elec-
Hablamos entonces del uso político de la administración tos y tienen un amplio margen de acción al construir sus
pública y el derecho, pero no sólo de las palabras y conceptos, decisiones a partir de la interpretación que hacen de la ley;
sino del peso y prestigio de las instituciones, utilizadas para en este caso la legitimidad del sistema se relaciona de manera
legitimar decisiones autoritarias o contrarias a los intereses de estrecha con la reputación de los agentes y con el respeto a
una nación. Se piensa que para obtener el apoyo de la ciuda- las tradiciones y costumbres del grupo social. En los países
danía basta con transmitir la idea de que nada puede ser más que, como México, se guían por el régimen románico, nor-
justo que una resolución judicial. La ley y la justicia se em- malmente se nos dice que la función de los operadores del
patan y el fetichismo del concepto aparece con toda claridad: derecho está restringida a la mera aplicación de la ley, por lo
aplicar la ley y tomar una resolución apegada a derecho son, en que se suele pensar en los jueces como personajes alejados
este discurso, sinónimo de justicia. La ley produce justicia, los de la política e incluso de la realidad que día a día viven los
jueces que resuelven de acuerdo a derecho lo hacen también ciudadanos. En este caso, la legitimidad se construye a partir
de manera justa. Los regímenes militares en América Latina de la percepción de efectividad, puesto que la mayoría de
siempre buscaron apoyar sus decisiones en la ley para legitimar los ciudadanos desconocen a los funcionarios judiciales y
decisiones autoritarias. no los consideran servidores públicos.
El problema es entonces cómo se compone el poder, qué Hoy en día, la reflexión en torno a la administración de
clase de regímenes organizan la administración de justicia justicia necesariamente pasa por la discusión sobre la forma
y cómo la utilizan políticamente. Desde esta óptica, el an- de mejorar el funcionamiento y la imagen de las institu-
helo de la división de poderes plasmado en la teoría de los ciones judiciales así como sobre su papel en el proceso de
pesos y contrapesos de Montesquieu no es más que un ideal consolidación de sistemas democráticos. Hablando de la
inalcanzable. A pesar de que la división de poderes es en- realidad latinoamericana, en las últimas décadas muchos
tendida como un elemento fundamental de las democracias de los recursos ofrecidos por las agencias de ayuda inter-
modernas, su existencia formal no garantiza una situación de nacional fueron invertidos en programas de modernización
ciudadanía plena en la que todos los individuos estén obli- de los poderes judiciales. Grandes cantidades de dinero se
gados a cumplir la ley y estén protegidos por los derechos gastaron en la realización de diagnósticos, capacitación de
que ésta les brinda. funcionarios, creación de escuelas judiciales y mejoramiento
A pesar de que a nivel simbólico se concibe la adminis- de infraestructura. Sin embargo, estos programas no tuvieron
tración de justicia como una suerte de escudo institucional el impacto esperado, las naciones con regímenes en transición
que en todo momento preserva los derechos ciudadanos, lo o con regímenes autoritarios no transitaron hacia la ansiada
cierto es que las decisiones judiciales están cruzadas por valo- y prometida democracia; los diagnósticos realizados habían
raciones extrajurídicas de todo tipo. Es cierto que, en muchas fallado: no reflejaron la forma compleja en la que los pode-
ocasiones, los operadores del derecho resuelven de acuerdo a res judiciales se articulan con la sociedad, la economía y la
la ley, pero también es cierto que en el momento en que lle- política. El fracaso de estos programas deja en claro que la
van a cabo el encargo que les fue conferido por la sociedad, cultura de la legalidad no ha permeado en nuestros países;
a 26 Administración de justicia
la impunidad y la corrupción siguen siendo una realidad la integridad política y legal como clave de la teoría y práctica,
cotidiana y desgraciadamente forman parte de la estructura Barcelona: Gedisa.
institucional en nuestras sociedades. Fix-Fierro, Héctor (2006), Tribunales, justicia y eficiencia. Estudio so-
Sin embargo, no podemos dejar de reconocer que existen ciojurídico sobre la racionalidad económica en la función judicial,
México: Instituto de Investigaciones Jurídicas-Universidad
algunos avances prometedores en la región. Algunos países, Nacional Autónoma de México.
como Argentina y México, utilizan ya, aunque de manera Fix-Zamudio, Héctor (1992), “Administración de justicia”, en
precaria, los juicios orales con la intención de avanzar hacia Diccionario Jurídico Mexicano, México: Porrúa, Instituto de
una mayor eficiencia y accesibilidad que, como ya hemos Investigaciones Jurídicas-Universidad Nacional Autónoma
mencionado, se consideran elementos indispensables para de México.
una correcta administración de justicia. La forma en que Foucault, Michel (1999), La verdad y las formas jurídicas, Barce-
se resolverán los casos al pasar de un modelo basado en la lona: Gedisa.
integración de expedientes a uno de escenificaciones casi tea- Habermas, Jürgen (2008), Facticidad y validez. Sobre el derecho y el
trales, será objeto de investigación en los próximos años. Sin Estado democrático de derecho en términos de teoría del discurso,
Madrid: Trotta.
duda, es importante que el estudio y análisis de la administra- _____ (2002), Teoría de la acción comunicativa, 2 tomos, México:
ción de justicia forme parte de una agenda de investigación Taurus.
en los países latinoamericanos. Estudiar los tribunales, hacer Lista, Carlos y Ana María Brígido (2002), La enseñanza del derecho
un diagnóstico sobre su independencia, eficacia y accesibili- y la formación de la conciencia jurídica, Córdoba: Sima Editora.
dad; analizar la actuación de los jueces, su forma de pensar Malem, Jorge (2008), El error judicial y la formación de los jueces,
y la manera en que ésta se ve reflejada en sentencias y re- Barcelona: Gedisa.
soluciones, son temas que hoy en día no pueden soslayarse. Melossi, Dario y Massimo Pavarini (1984), Cárcel y fábrica. Los
La administración de justicia es un asunto sensible que orígenes del sistema penitenciario, México: Siglo xxi.
involucra los sistemas de gobierno y la manera en que en una Montesquieu, Charles Louis de Secondat, barón de (2003), Del
espíritu de las leyes, Madrid: Alianza.
sociedad se procesan el disenso y el conflicto. Sabemos que Ovalle, José (2006), La administración de justicia en México, México:
no hay sociedad exenta de estos problemas, por ello es que no Instituto de Investigaciones Jurídicas-Universidad Nacional
hay una que no haya desarrollado, por más precaria que sea, Autónoma de México.
alguna forma de administración de justicia. Paniagua, Valentín (2004), Constitución, democracia y autocracia,
Si se trascienden los límites impuestos por el formalismo México: Instituto de Investigaciones Jurídicas-Universidad
jurídico, se debe entender que la administración de justicia Nacional Autónoma de México.
rebasa la acción jurisdiccional y la mera administración de Rentería, Adrián (2002), Discrecionalidad judicial y responsabilidad,
las instituciones judiciales; la administración de justicia es un México: Ediciones Coyoacán.
rasgo estructural que permite observar las características de
la organización específica que cada grupo social desarrolla
para dar curso a los conflictos que se gestan en su interior.
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federativas. Un estudio institucional sobre la justicia local en al derecho administrativo. Pero su conceptuación primigenia
México, México: Instituto de Investigaciones Jurídicas-Uni-
dentro de un libro se debe a Charles-Jean Bonnin, quien en
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Dworkin, Ronald (2005), El imperio de la justicia. De la teoría general en lo referente a su persona, acciones y cosas. En cuanto a su
del derecho, de las decisiones e interpretaciones de los jueces y de persona, entraña la condición de miembro de la comunidad
en forma indivisible, es decir, con el carácter de colectivi-
Administración pública 27 a
dad. La gestión pública, entonces, significa la provisión de lir a la administración pública, sino más bien reformarla de
los servicios que esa comunidad requiere y que asumen la fondo, convirtiendo a los ministerios en comisariatos. Como
forma de bienes indivisibles. Conceptos como interés públi- lo asegura José Posada de Herrera (1978), la administración
co, patrimonio público y utilidad pública retratan nítidamente pública es de todos los tiempos y de todos los lugares; es, en
ese sentido de comunidad que adoptan los servicios para la suma, una institución, un arte y una ciencia.
totalidad social. Públicos son el agua, el ambiente, las pla- Hasta aquí, las palabras precedentes contemplaron la no-
yas, los caminos y los canales, así como los edificios y otras ción como institución. Ahora la entenderemos como arte, es
construcciones hechas para satisfacer necesidades con fina- decir, como actividad continua con un sistema de aprendiza-
lidades públicas. En cuanto a la persona del ciudadano, la je por parte de aquellos actores que son los administradores
administración pública entraña las relaciones del individuo públicos, a quienes, hoy en día, se les atribuye el imperativo
con la comunidad y de ésta con cada uno de sus integrantes, de dominar su arte, cultivándolo y, obviamente, elevándolo
es decir, un ámbito donde las necesidades de la persona y lo a la condición de ciencia. Quizás haya sido Johannes Althu-
público se tocan y se conjugan. De modo que en lo referente sius (1990), quien en 1603, como un conocedor profundo
a la persona, la administración pública observa al ciudadano del derecho romano, fuera el primero en distinguir dos tipos
como participante en la comunidad, es decir, como conscrip- de administración: una universal y otra particular; llamando a
to, contribuyente o sujeto a una carga pública (fungir como la primera administración pública, y a la segunda administración
jurado, por ejemplo). Reclama, pues, su intervención en pro privada. Mientras que en la primera, el magistrado supremo
de la patria, o le exige su contribución a los gastos públicos, está relacionado con el cuerpo total del Estado, en la segunda
o en beneficio de la administración de justicia. Puede exigirle se vincula con sus miembros y con las partes del mismo. Si
asumir una tarea obligatoria y gratuita que, como miembro de bien es cierto que esta concepción del término resulta inma-
la comunidad, se juzga inexcusable. Esta última, la carga pú- dura, es un precedente digno de mención.
blica, sin deponer su significado oneroso para quien la asume Sin embargo, la Ilustración fue la atmósfera intelectual
o la padece fue, sin embargo, el origen del célebre autogo- en la cual se concibió la administración pública moderna,
bierno británico (self-government). En calidad de propietario principalmente por los ideales basados en los derechos del
privado, el ciudadano puede ser reclamado para participar en hombre y del ciudadano, por su proyecto racionalista en la
el sostenimiento del país, definiéndose sus cosas como objeto construcción de las organizaciones sociales y por el sentido
del apetito fiscal del Estado. Pero la definición de la adminis- deliberado que le atribuye a esa construcción. Como otras
tración pública es todavía más extensa, pues también abraza organizaciones de Estado —el parlamento o el poder ju-
a la persona del individuo no tanto como integrante de la dicial— la administración pública se edifica deliberada y
comunidad ni en términos de sus vínculos con el espacio racionalmente. Ya no es la cuna—la sangre y la estirpe—,
público, sino puramente en su existencia privada. En efecto, ni los estamentos ni las corporaciones, sino los ciudadanos
su persona, sus acciones y sus cosas le interesan por cuanto quienes sirven de fuente al reclutamiento de los servidores
puedan afectar a la vida: al generar un perjuicio, producir un públicos puestos al servicio de ellos mismos. De modo que
riesgo o amenazar la vida en común. Aquí la administración el administrador público no “nace” sino que se “hace”; el arte
pública se mueve en el terreno flexible donde convergen el de administrar se ha elevado a un proceso de aprendizaje que
derecho individual y el derecho de todos, porque toda acción corre en paralelo a la educación cívica. La administración
singular que afecta al interés público reclama una acción pre- pública, como la entendemos hoy en día, sólo es comprensi-
ventiva o reparadora. Por ejemplo, respeta a quien por gusto ble plenamente como tal a partir del Siglo de las Luces y la
propio fuma, pero se asegura de que el humo no afecte la evolución que brotó entonces.
salud de aquéllos que no lo consumen. La administración
pública respeta el gusto del comensal, pero procura evitar el Historia, teoría y crítica
exceso que lleva al sobrepeso y la obesidad por ser causa de
enfermedad que, siendo del fuero individual, repercute en la En cuanto a su historia, la administración pública es la bió-
salud pública y las finanzas estatales. grafa de sí misma, sea como institución, arte o disciplina.
Hay que apuntar que la administración pública suele ser Como institución, es observable que el motor de su desarrollo
un convidado perpetuo en todas las sociedades, a partir de son principalmente las crisis, hecho significativo que resalta,
aquéllas que pasaron la etapa de la comunidad gentilicia, es pues es sabido que el carácter distintivo de la administración
decir, que estaban basadas en vínculos familiares. Una vez pública es la estabilidad. En realidad, su tendencia a la conti-
surgido el liderazgo, aparece al mismo tiempo el personal nuidad obedece a etapas sucesivas de estabilización necesaria
administrativo que de un modo tan nítido retrató Max Weber —y hasta indispensable— para proveer los servicios públicos,
(1959); se trata del Estado, cuya imagen conlleva irreme- motivo por el cual genera y perfecciona tantas organizacio-
diablemente el sello indeleble de la administración pública. nes como esos servicios demandan: la seguridad exterior, la
Como lo sentenció Dwight Waldo (1961), el Estado es admi- justicia, la defensa, la hacienda y la administración interior.
nistrativo o no es Estado. Incluso la Comuna de París, que en Pero, merced al límite del desempeño de sus organizaciones,
1871 proyectó sustraerse del Estado, no intentó siquiera abo- es frecuente su deterioro y su asincronía con los tiempos
a 28 Administración pública
emergentes y, por consiguiente, el asomo de una crisis que Romana, elaborada por Juan de Lidia, quien fuera un distin-
demanda soluciones imperativas y cambios urgentes. De aquí guido estadista de la época de Justiniano. Hay que agregar
la emergencia de nuevas organizaciones y la reforma de las un manual sobre las precedencias bizantinas, el Kletorologion,
existentes. De un modo muy general, se puede hallar el origen preparado por el oficial áulico Filoteo a mediados del largo
de la administración pública en Asia Menor más o menos existir del Imperio bizantino. Del mismo género es el Diá-
como la conocemos y a pesar de sus borrosos orígenes. Más logo del Exchequer, un tratado medieval británico elaborado
precisamente, sus fuentes se remontan al Imperio sasánida por Fitz-Nel, empleado de la corte. Otros testimonios más
de Persia, imperio que fue enriquecido con la cultura griega, advierten de riesgos y peligros, como lo hace saber el defter-
por lo que la administración pública se erige como tributaria dar —ministro de finanzas otomano— Sari Mehmed Pasha,
del helenismo. La reforma administrativa emprendida por o se proyectan como consejos de estadistas experimentados a
el emperador romano Diocleciano en el siglo iii, tuvo allí su jóvenes prospectos, por ejemplo, el testamento intelectual del
inspiración, copiando al visirato —cuna del primer ministro célebre Nizam al Mulk —gran visir del Impero turco seljuk
actual— y a las oficinas sasánidas, mismas que, después del durante la Edad Media—. Todos los personajes mencionados
Imperio romano, llegaron hasta nuestros días. fueron estadistas, es decir, servidores del Estado, adminis-
Ahora bien, desplomada la parte occidental, el progreso de tradores públicos de profesión que delinearon los principios
la administración pública continúa en Oriente con Bizancio del “buen gobierno”, basándose en el razonamiento práctico.
y de allí, gracias a los emigrantes de Constantinopla, al Rena- Los principios con proyección explicativa basados en
cimiento italiano, merced a la cultura clásica así preservada. fines científicos quizá tengan su primer precedente con Al
Durante la Edad Media, Venecia también desarrolla y lega Mawardi, pensador administrativo del medioevo musulmán,
las instituciones oligárquicas que le dan vida por casi mil cuyas Ordenanzas del gobierno apuntaron al desarrollo de
años, así como las semillas de la gerencia económica estatal. categorías y generalizaciones trascendentes al simple obrar
En Italia se descubre el Código de Justiniano durante el si- práctico. Pero habrá que esperar hasta el siglo xviii, cuando
glo xiii (elaborado durante el siglo v en Constantinopla) que el alemán Johann Heinrich von Justi defina con precisión
sirve directa y decisivamente en el desarrollo del absolutismo, asombrosa el concepto policía, preámbulo de lo que luego será
y que hace revivir el ánima del Estado romano por doquier. administración pública, que destila al grado de diferenciarla
Así, su heredero, el Estado absolutista, reasume muchas de como campo del saber diverso (y próximo) al de la política,
sus instituciones y concibe otras más, hasta su derrumbe a más allá de la economía y las finanzas. Para dicha época, se
finales del siglo xviii y la erección del Estado moderno como empieza hablar de la ciencia de la policía (policeywissens-
creación de la Revolución francesa. De Francia, merced a la chaft). Fue ésta, la primera creación de la Ilustración, algo
obra de Bonnin, el modelo napoleónico se proyecta sobre necesario pero insuficiente. Es con Bonnin —como lo ano-
Alemania, España, Portugal e Hispanoamérica. tamos—, cuando la administración pública asume su estatuto
Pasado el tiempo, su influjo diferido se deja sentir en los científico. Desde entonces, se han sucedido progresiva y dia-
Estados Unidos a finales del siglo xix y en Gran Bretaña lécticamente las contribuciones universales a la ciencia de la
a principio del xx. A mediados de este siglo, la coloniza- administración pública.
ción imperial en África, Asia y otros países universalizan En Francia, luego de Bonnin, destacaron Louis Marie
a la administración pública, toda vez que las misiones de de La Haye Cormenin, Alexis de Tocqueville y Alexan-
expertos extienden y culminan esa labor. Al mismo tiempo dre Vivien, después, hacia el presente, Georges Langrod y
se desarrollaron los servicios civiles que convierten el arte Bernard Gournay. En España son memorables Alejandro
administrativo en una disciplina para la formación de los Oliván, José Posada de Herrera, Manuel Colmeiro y Peni-
funcionarios públicos. Es entonces que a partir de la déca- do, Adolfo González Posada y, hoy en día, Mariano Baena
da de 1940, proliferan escuelas fundadas para esa finalidad, del Alcázar y Alejandro Nieto. En Italia la figura mayúscula
emergen asociaciones civiles nacionales e internacionales fue Carlo Ferraris y, hacia nuestros días, Giuseppe Cataldi.
para congregar a científicos y practicantes, se instituyen re- En Alemania brillaron Robert von Mohl, Lorenz von Stein,
vistas, aparecen libros de texto en administración pública, y Kaspar Bluntschli (de origen suizo), Otto Hintze y Max We-
los profesionales y académicos se reúnen en congresos mul- ber. En los Estados Unidos surgieron grandes pensadores,
tinacionales. comenzando con Woodrow Wilson, Frank Goodnow, W. F.
Como ciencia, la administración pública tiene su propia Willoughby, Leonard White y, hacia la actualidad, Herbert
prosografía que reposa en el caudaloso manantial de huellas Simon, Fred W. Riggs y Dwight Waldo. En Gran Bretaña
de su devenir, comenzando con el Arthasastra de Kautilya, se debe mencionar a Harold Laski, Herman Finer y W. H.
tratado de gobierno que se remonta al siglo iv a.C., cuyo Moreland y, más recientemente, a E. N. Gladden y Richard
capítulo más extenso trata sobre la administración pública. Warner. En la cultura iberoamericana, son grandes pensado-
Destaca singularmente la Noticia de las dignidades (Notitia res administrativos el colombiano Florentino González y el
Dignitatum), un magno documento que retrata el edificio mexicano Luis de la Rosa, ambos del siglo xix. Más próxi-
entero del Bajo Imperio romano, así como la crónica so- mos a nuestro tiempo: Lucio Mendieta y Núñez (México),
bre sus funcionarios, De las magistraturas de la Constitución Rafael Bielsa (Argentina), Pedro Muñoz Amato (Puerto
Administración pública 29 a
Rico), Wilburg Jiménez Castro (Costa Rica) y Aníbal Bas- bien es cierto que la administración pública no hará todo y
cuñán (Chile). Todos ellos son cultivadores de la teoría de la de todo, pues dejará espacio a la iniciativa individual, una vez
administración pública y algunos, grandes críticos, innova- que va desapareciendo el entusiasmo por la privatización de
dores e incluso iconoclastas (como Simon, Waldo y Riggs). los deberes públicos, que los particulares fueron incapaces
de desempeñar, la administración pública los reasume con
Líneas de investigación y debate sentido de responsabilidad.
contemporáneo Dentro de la agenda emergente, en la década pasada, des-
taca el cultivo de temas que, siendo de interés ancestral para
El futuro de la administración pública está ligado íntima- la administración pública, obtuvieron renovado interés y en-
mente a su desarrollo como disciplina científica, tanto en su riquecimiento conceptual. Destacan la rendición de cuentas
sentido estático por el conocimiento acumulado y sistemá- y la transparencia, dos fórmulas que favorecen la publicita-
tico, como en lo referente al significado dinámico a manera ción del actuar administrativo, así como la transparencia de
de actividad de investigación continua. De modo que, por lo que aún son opacos espacios del trabajo burocrático. Un
principio, se deben fortalecer los carriles epistemológicos de tópico más consiste en la idea de administración por resul-
su progresión como disciplina independiente, es decir, afian- tados como contraparte del usual procedimiento de apego al
zar lo que Waldo denomina ciertamente su “autoconciencia”. reglamento, es decir, del ritualismo imperante en las faenas
Una vez en vías del eclipse de la nueva gerencia pública gubernamentales. Repunta igualmente el beneficio induda-
—que presentó un desafío tendente a desplazarla, más que ble de sincronizar y hacer coherente el perfil del puesto en
a reemplazarla—, la administración pública debe asimilar la la administración pública, que el salario no sólo sea justo,
experiencia pasada y sacar frutos de ese duelo epistemológico. sino también adecuado, pues en la administración pública
En efecto, una vez que el peso de la realidad mostró la ino- los cargos y los medios de administración por cuanto pú-
perancia del mercado sin regulaciones mínimas en el ámbito blicos deben separarse entre quienes los ocupan y procesan.
económico, resulta claro que, en el terreno político y en el de Asimismo, se requiere de la formulación de nuevas cate-
la administración pública, poco puede ofrecer. Lo mismo se gorías, como de la renovación de otras, por ejemplo: ordnung,
puede esperar de los conceptos competencia, mercado, empre- voz alemana que significa ‘orden regulado’, y polity, que de-
sario, gerente y cliente, propuestos por la nueva gerencia como nota regímenes factuales que emanan de usos, prácticas,
sustitutos de régimen, hechura de política, político, funcionario y costumbres. Conceptos como los referidos pueden colaborar
ciudadano. Habida cuenta del dominio de aquellas nociones, para replantear la interacción entre el mercado y la regulación,
categorías como Estado y gobierno padecieron del estigma, el esta interacción ha hecho brotar nuevos entes administrati-
abandono y la distorsión, lo mismo que la voz administración vos dedicados a dicha regulación junto con una diversidad
pública. De modo que las líneas de investigación en curso de- de organizaciones públicas autónomas. Es muy significativa
ben retomar un camino parcialmente torcido, comenzando la reorganización del orden político mundial, como una con-
por la reivindicación de la teoría del Estado, principalmente traparte de la reorganización del orden económico mundial.
redoblando los estudios sobre Estado de derecho regulador, lo Del mismo modo, la cultura administrativa planetaria, junto
que no es otra cosa que gobernar todo aquello que el interés con las culturas administrativas nacionales, podrán dar cabida
público exige. Por extensión, el gobierno debe resituarse en a nuevos estudios comparados y acercamientos teóricos que
su esencia sin menoscabo del uso actual de antiguas fórmulas faciliten el intercambio de información sobre experiencias de
derivadas del mismo, como gobernanza —que evoca las no- los países, sin restricciones debidas a férulas de alcance glo-
ciones de coordinación horizontal carentes de autoridad—. bal. Nos referimos al Banco Mundial, el Fondo Monetario
El gobierno, como organización del poder, hace comprender Internacional y la Organización para la Cooperación y De-
el significado de los regímenes y, por lo tanto, las modalidades sarrollo Económicos, cuyos lineamientos marcaron las rutas
que en su seno asume la administración pública. Al compren- de las reformas neogerenciales en la administración pública.
der un Estado que gobierna y un gobierno que administra, se
entiende mejor una administración pública que gestiona la Bibliografía
cosa pública. La ciudadanía se ubica sólidamente como una
línea de investigación que, lamentablemente, ha sido abando- Althusius, Johannes (1990), La política: metódicamente concebida e
nada en la era del neoliberalismo, en provecho de la clientela. ilustrada con ejemplos sagrados y profanos, Madrid: Centro de
La ciudadanía sirve no sólo como centro gravitacional, como Estudios Constitucionales.
formadora del Estado, sino también como expresión plena Baena del Alcázar, Mariano (1985), Curso de ciencia de la admi-
nistración, Madrid: Tecnos.
de sus derechos, tanto de los humanos como de los políti- Bielsa, Rafael (1937), Ciencia de la administración, Rosario: Uni-
cos, los cuales han dado vida a nuevas organizaciones de la versidad Nacional del Litoral.
administración pública. El Estado resurge como una “gran Bluntschli, M. (s.f.), Derecho público universal [1876], 2 tomos,
corporación ministrante de servicios público”, como lo llamó Madrid: J. Góngora Impresor [Ver particularmente tomo
Herman Finer (1994: 14-15), dotado de un ánimo reforzado II, cap. XIII, “La Administración”, pp. 247-259].
para proveer de los servicios fundamentales a la sociedad. Si
a 30 Administración pública
ANTISEMITISMO
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México: Fondo de Cultura Económica.
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drid: Tecnos. Entendido generalmente como antagonismo hacia la igual-
Gladden, Edgar Norman (1952), An Introduction to Public Admi dad social y política u hostilidad contra los judíos como
nistration, London: Staples Press. colectivo, el término antisemitismo designa a la ideología que
González, Florentino (1840), Elementos de ciencia administrativa,
estigmatiza a los descendientes de Sem (hijo de Noé de cuyo
2 tomos, Bogotá: Imprenta de J.A. Cualla [Ver edición de
1944, Bogotá: Escuela Superior de Administración Pública]. linaje nació Abraham, padre de Isaac e Ismael). La generali-
Goodnow, Frank (1900), Politics and Administration, New York: dad de los autores entiende el antisemitismo exclusivamente
Russell and Russell. como odio a los judíos (descendientes de Isaac), aun cuando
Gournay, Bernard (1966), Introduction a la science administrative, hay otros pueblos que se inscriben en el mismo linaje bíblico
Paris: Libraire Armand Colin. y hablan lenguas semíticas y hoy son ostensiblemente dis-
Gulick, Luther y Lyndall Urwick, eds. (1973), Ensayos sobre la criminados, como por ejemplo los árabes, descendientes de
ciencia de la administración, Madrid: Escuela Nacional de Ismael (y si de discriminación religiosa en Occidente se trata,
Administración. hoy sobresale el caso del Islam). Para dirimir las discusiones
Mohl, Roberto (1861), Scienza dell ’amministrazione, secondo i
suscitadas por su uso, el odio a los judíos ha sido especificado
principii dello Stato legale, Torino: Stamperia dell’ Unione
Tipografico-Editrice, fascicolo 1̊. como judeofobia (Pierre-André Taguieff, quien retoma a León
Moreland, W.H. (1980), “La ciencia de la administración pública”, Pinsker, 1882) y, asimismo, hoy podemos constatar la isla-
Revista de Administración Pública, 25 Aniversario, México. mofobia y la arabofobia (Martín Muñoz y Grosfoguel, 2011).
Oliván, Alejandro (1954), De la administración pública con relación Con Hannah Arendt, es posible definir el antisemitis-
a España, Madrid: Instituto de Estudios Políticos. mo como una idea secular que se dio a conocer con fuerza
Posada de Herrera, José (1978), Lecciones de administración tras- en los años setenta del siglo xix y que, según la autora, no
ladadas por sus discípulos Juan Antonio de Bascón, Francisco de debe confundirse con el odio religioso a los judíos. Se trata
Paula Madrazo y Juan Pérez Calbo, Madrid: Instituto Nacio- de un concepto político y social alimentado, entre otros, por
nal de Administración Pública.
prejuicios religiosos. Debido a su aplicación a fenómenos sus-
Simon, Herbert (1970), El comportamiento administrativo, Madrid:
Aguilar. tancialmente diversos a lo largo de la historia, el Diccionario de
Small, Albion (1909), The Cameralists: The Pioneers of German Social política de Norberto Bobbio propone hablar de antisemitis-
Polity, Chicago: The University of Chicago Press. mos en plural, que refieren a los diferentes tipos de hostilidad
Vivien, A. (1959), Études administratives [1845], Paris: Éditions contra la etnia judía como conjunto, aunque no incluye casos
Cujas, 2 tomos. puntuales, ni la crítica política contra la corriente dominan-
Von Justi, Johann Heinrich Gottlob (1996), Ciencia del Estado, Toluca: te en el movimiento sionista, así como tampoco contra la
Instituto de Administración Pública del Estado de México, Ins- política coyuntural del gobierno de Israel. Resulta erróneo
tituto Nacional de Administración Pública de México, Instituto considerar el antisemitismo como un fenómeno histórico
Nacional de Administración Pública de España, Comunidad
unitario; de ser así, debería entenderse como un problema
Autonómica de Madrid.
Von Stein, Lorenz (1897), La scienza della pubblica amministrazione, esencial al judaísmo. Por lo tanto, no es correcto aplicar el
Torino: Unione Tipografico. término a cualquier disidencia con las políticas seguidas por
Waldo, Dwight (1961), Teoría administrativa de la ciencia política, los representantes de las comunidades judías del mundo.
Madrid: Tecnos. Es necesario distinguir entre antisemitismo y aquello que
Weber, Max (1959), “La política como vocación”, Revista de Ciencias se denomina deslegitimación de las políticas del Estado de Israel.
Políticas y Sociales, año V, núm. 16 y 17. Filosóficamente, desde el punto de vista ético, el antisemitis-
White, Leonard (1964), Introducción al estudio de la administra- mo tiene un sentido universal y no particularista. El filósofo
ción pública [1926], 4a ed., México: Compañía General de Emmanuel Levinas (1987) considera que antisemitismo es
Ediciones.
el odio al otro ser humano por su diferencia, que llega —por
Wilson, Woodrow (1980), “El estudio de la administración”, Revista
de Administración Pública, 25 Aniversario. medio de su deshumanización— hasta el asesinato. En este
Willoughby, William (1927), Principles of Public Administration, sentido (que excede las fronteras del pensamiento eurocén-
Baltimore: The John Hopkins Press. trico), todo genocidio —pertenezca o no la víctima a una
etnia semita— es una forma de antisemitismo.
Antisemitismo 31 a
Historia, teoría y crítica como un problema la presencia de los judíos y su deseo de
integrarse a las naciones europeas. Entre los cristianos, los
No es posible datar con certeza el primer uso del término jesuitas ya habían abonado a la desconfianza en materia re-
antisemitismo (que sugeriría la preexistencia de una contra- ligiosa y, en Alemania, las secuelas de la crisis económica de
parte: el semitismo). A raíz de las discusiones que tuvieron 1873 se hicieron sentir en las elecciones de julio de 1878. És-
lugar en el siglo xix en torno al origen de los diversos gru- tas marcaron el inicio abierto del antisemitismo de la mano
pos lingüísticos, que distinguen las lenguas semíticas de las de los socialistas cristianos (Adolf Stocker), que percibían la
indoeuropeas (estas últimas en inglés reciben el nombre de emancipación de los judíos alemanes como un peligro para
arias), el par de opuestos ario-semita pasa de la gramática la cultura y la economía alemanas, y demandaban establecer
comparativa (Franz Bopp) al campo de la reflexión étni- un límite para su presencia en determinados puestos.
ca (Christian Lassen, Ernest Renan). En 1864, el teólogo La ideología antisemita se invistió de apariencia científica
Rudolf F. Grau publica Semitas e indogermanos en su rela- y se apoyó en las teorías del racismo como las de Gobineau
ción con la religión y la ciencia. Una apología del cristianismo o Von Treitschke. En Hungría, el caso del asesinato de la
desde el punto de vista de la psicología de los pueblos.1 En ese niña Esther Solimosy (1882), atribuido a judíos, tuvo gran
libro, cuyo objetivo es rescatar al cristianismo de la ame- repercusión. En Austria, Georg von Schönerer fundó un
naza pagana, el teólogo caracteriza como femenino (en el partido antisemita en 1882. Paralelamente, el odio religioso
particular sentido de ‘ajeno a la ciencia y a la vez legador del a los judíos alimentaba el antisemitismo: ese mismo año se
monoteísmo’) al elemento aportado por los descendientes difundió la lectura del panfleto de Der Talmud-Jude, escrito
de Sem; mientras que la estirpe de Jafet lleva la marca de la en 1871 por el profesor Rohling de la Academia Católica de
virilidad que el autor considera propia del espíritu científico. Münster, con objeto de sustentar la calumnia según la cual
Su propuesta consiste en las nupcias de ambas partes, lo que el Talmud indica la utilización de sangre cristiana en ciertos
daría como resultado cierto afeminamiento (semitización) rituales judíos, en una especie de reedición de los libelos de
del cristianismo. Contrariamente a la intención de Grau, sangre medievales. En 1899, el asesinato de Agnes Hruza
estas caracterizaciones sirvieron más tarde al racismo para en Polna, Bohemia, marcó otra escalada de antisemitismo.
inventar el antagonismo entre arios y semitas. Ambos na- En Francia, Édouard Drumont, quien posteriormente diri-
cen, respectivamente, como descendientes de Jafet y Sem girá el periódico nacionalista La libre parole, cuyo subtítulo
(hijos de Noé). Los orígenes de la hostilidad contra los era “Francia para los franceses”, publicó en 1886 La France
judíos pueden ubicarse en la Biblia, particularmente en el juive, que en 1894 recibió como respuesta L’antisémitisme,
libro de Esther (3:8), donde se narra que, bajo el dominio son histoire, ses causes, de Bernard Lazare. En 1895 el capitán
persa, el pueblo judío fue pasible de un intento abortado de Alfred Dreyfus fue acusado de traicionar al ejército francés a
exterminio, motivado por su característica de dispersión y favor del alemán. El caso Dreyfus azuzó aún más la polémica
por su diferenciación religiosa. Esta diferenciación, además frente a la cual se alzaron las voces de figuras como Geor-
de la prohibición de unirse en matrimonio con determi- ges Clemenceau, Émile Zola, Bernard Lazare, Jules Guérin,
nados pueblos y del goce de ciertas libertades económicas en contra de una abrumadora mayoría antidreyfusista. En
prohibidas por otras religiones, frecuentemente ocasionaba Rusia, si bien se habían registrado algunos pogromos en
la irritación de los pueblos y credos vecinos contra los ju- Odesa durante el siglo xix, la persecución de los judíos y la
díos. Estas características distintivas suscitaron sospechas destrucción de sus aldeas en el territorio ruso imperial (que
y alimentaron el odio religioso hacia los judíos, consumado incluía Polonia, Ucrania y Moldavia) se desataron entre los
institucionalmente por la iglesia católica en el Medioevo, a años 1881 y 1884, después del asesinato del zar Alejandro II,
través de las Cruzadas y de la Inquisición. El odio religioso y se recrudecieron luego entre 1903 y 1906. Esta persecución
se encarnizó durante la Alta Edad Media y se tradujo en estuvo acompañada de leyes que restringieron las actividades
prácticas de segregación y persecución que llegaron incluso y los puestos permitidos a los judíos. También en Rumania
a la expulsión y a la tortura (tanto de judíos como de mu- éstos fueron expulsados de las escuelas y despojados de sus
sulmanes). Se puede hablar de antisemitismo (político y ya actividades económicas. Debe destacarse la aparición, en la
no de odio religioso) a partir de las libertades proclamadas Rusia zarista, del panfleto “Los protocolos de los sabios de
en la Revolución francesa, que afectaron la hegemonía del Sión”, de 1903, que compendia en 24 protocolos la idea anti-
yugo religioso y trajeron aparejada la emancipación en el semita acerca de la existencia de un plan judío para dominar
seno del judaísmo. al mundo. El autor anónimo atribuye la redacción de este
En el siglo xviii con la emancipación, los judíos europeos panfleto antisemita a los participantes del Congreso Sionista
comenzaron a liberarse de las restricciones legales y econó- de 1897, en Basilea. A pesar de que fue probado largamente
micas que hasta entonces habían limitado sus derechos. Es que se trata de un fraude, el texto ha sido traducido a muchas
importante aclarar que el epicentro de esta corriente emanci- lenguas y actualmente puede consultarse en internet. Antes
padora se encuentra en Europa, donde más tarde se planteará de la Primera Guerra Mundial, el antisemitismo se debilitaba
en la Europa occidental. Sin embargo, el racismo “científico”
cobraba fuerza en Europa oriental.
1 Véase: Olender, 2005.
a 32 Antisemitismo
En Alemania, el antisemitismo resurgió debido a la ne- la posmodernidad hace que el lugar del Otro (allos) no sea
cesidad de contar con un chivo expiatorio luego de la grave hoy ocupado exclusivamente por los judíos, sino que otros
crisis de 1918. En 1921 Hitler asumió la conducción del grupos lo ocupan de manera más notoria.
partido nacionalsocialista y erigió a la postura antisemita
en uno de los pilares de su plataforma política, con el fin Líneas de investigación y debate
ganarse la simpatía de los diversos estratos sociales. Con el contemporáneo
triunfo electoral de 1933, la ideología antisemita se invistió
de ley. Durante la Segunda Guerra Mundial, y a causa de En su monumental Historia del antisemitismo, León Poliakov
los proyectos expansionistas de los nacionalismos europeos, (1980-1986) plantea una continuidad desde los orígenes del
el antisemitismo pareció convertirse en el destino inexorable odio religioso a los judíos por parte de los padres de la igle-
de Europa y de sus colonias. En los Estados Unidos, tam- sia católica hasta el exterminio provocado por los nazis en
bién se desarrollaron las ideas antisemitas, que cobraron su la Segunda Guerra Mundial. Por su parte, Hannah Arendt
máxima intensidad en 1929, como consecuencia de la crisis en Los orígenes del totalitarismo (1999) se opone a esta con-
económica. tinuidad y considera el carácter propiamente moderno del
En 1920, Henry Ford publicó El judío internacional. El antisemitismo político, que se vincula al terror como forma
primer problema del mundo. Sin embargo, las noticias sobre la de gobierno. Arendt tampoco está de acuerdo con la reduc-
persecución y el exterminio de los judíos europeos modificó ción del fenómeno antisemita a una situación de víctima
la percepción de la opinión pública estadounidense que, de propiciatoria que se explicaría por una causa económica y, en
forma mayoritaria, expresó su solidaridad para con los judíos. consecuencia, social. Según esta postura, la falta de asimila-
En la urss, por otras razones, el gobierno stalinista sospe- ción de los judíos a la sociedad gentil facilitaría su utilización
chaba que el internacionalismo de los judíos los convertía en como foco de atención para ocultar los verdaderos motivos de
parte de los “pueblos potencialmente subversivos”, por lo que las tensiones sociales. Por otra parte, la filósofa se sorprende
reforzó los prejuicios antisemitas en tierras fuera de Europa de que tantos historiadores judíos se apeguen a la idea de un
(incluso más allá de la penetración que el nazismo tuvo en “eterno antisemitismo”, pues de ese modo no reparan en el
otros continentes). En los países árabes el odio a los judíos, peligro que implica el hecho de plantear el odio antisemita
ligado al antisionismo, emergió a raíz de los conflictos políti- como elemento aglutinante y como factor de conservación
cos y territoriales ocasionados por el surgimiento del Estado del pueblo judío (idea que el filósofo Jean Paul Sartre desa-
de Israel. Si bien el antisionismo es una ideología política, rrolló en “Reflexiones sobre la cuestión judía”, texto en que
a veces apela a elementos religiosos, y es esgrimida por los su crítica del antisemitismo reclama asumir responsabilidad
movimientos extremistas islamistas de resistencia como Ha- social y política por parte de la sociedad y de los legislado-
mas (aunque no debe desdeñarse la existencia de pequeños res franceses). La misma preocupación de Arendt acerca de
movimientos antisionistas israelíes, algunos religiosos y otros la hipótesis del antisemitismo como factor de conservación
laicos, desde la guerra de 1967, ni tampoco las expresiones del pueblo judío es planteada por Abraham Burg (2007)
altisonantes de arabofobia e islamofobia en la derecha israelí). (ex director de la agencia judía y de la organización sionista
Cabe destacar que el antisemitismo se reconoce en el mundial) quien en su libro Vencer a Hitler, dedicado a Arendt,
negacionismo, corriente historiográfica que pretende negar sostiene que el Holocausto nazi no puede seguir teniendo un
la realidad histórica del Holocausto nazi (sería importante papel fundamental en toda la vida judía y del Estado de Israel.
pensar en estos términos también la negación de la Nakba Lejos de todo negacionismo e incluso del antisionismo,
palestina por parte del oficialismo israelí). En la corriente Burg manifiesta su preocupación por un país cuya política
negacionista de la destrucción de los judíos europeos se ins- tiende a olvidar los principios morales que la inspiraron, ve-
cribe Robert Faurisson, quien ha sido denunciado por Pierre lados por el tabú que constituye la amenaza de la repetición
Vidal-Naquet por pretender que hay dos escuelas históricas del horror nazi, pero esta vez fuera de Europa. Adorno y
de igual validez, la “revisionista” que él integra, y la “exter- Horkheimer, en la Dialéctica de la Ilustración (2009), conciben
minacionista”. El historiador Saul Friedländer (2004), quien el antisemitismo como parte integral de las ambigüedades
distingue entre antijudaísmo (hostilidad) y antisemitismo propias de la modernidad ilustrada y lo definen como un
(patología), considera que la persecución y el exterminio de caso de falsa proyección, ya que proyecta lo más íntimo y
los judíos perpetrados por los nazis se explica no sólo por familiar como característica del enemigo y se expresa como
factores culturales y sociales, sino también psicológicos. El odio feroz a la diferencia. Según estos autores, el antisemi-
sociólogo Zygmunt Bauman (2007) considera que el nom- tismo forma parte de un curioso fenómeno en la recepción,
bre antisemitismo, al igual que su contraparte, el filosemitismo, ya que la burguesía, desde un lugar que se pretende exterior
deben enmarcase como variantes del alosemitismo, esto es, a esa animadversión y que aspira a la ecuanimidad, plantea
un fenómeno que consiste en acotar a los judíos como pue- la necesidad de culpabilizar también a la víctima, pese a que
blo completamente distinto de los demás. Se trata de una al mismo tiempo reconozca el error de percepción por parte
ambigüedad que reta al orden. Ubica este fenómeno con del antisemita.
características que difieren según la época y considera que
Antisemitismo 33 a
En la actualidad, pueden mencionarse dos grandes co- del enemigo como inherente a Europa. Según este autor, el
rrientes: por un lado, los que identifican el antisemitismo antisemitismo se encuentra con estos dos descendientes de
con el antisionismo y con la denominada deslegitimación de Sem (también de Abraham), alternadamente, que ocupan
las políticas del Estado de Israel y, por otro, aquéllos que los el lugar del paria (a propósito del epíteto musulmán que se
consideran como fenómenos diferenciados, asumiendo una utilizaba para designar a los parias del campo de exterminio
perspectiva que replantea la relación entre política y ética y nazi). Entre el judío y el árabe, según este pensador, se halla
abriendo así un espacio a la crítica. Un exponente del primer lo mesiánico como condición para pensar en el vínculo entre
grupo es Pierre-André Taguieff (2003), quien asocia la “nueva religión y política.
judeofobia” con los discursos antisionistas, los islamistas y los El historiador israelí Ilán Pappé, descalificado como un
propalestinos, que reemplazan al objeto de odio étnico por caso más de auto-odio pese al reconocimiento académico
el estado nacional judío. El autor asocia dos neologismos: internacional del que gozan sus textos, también busca es-
israelofobia y palestinofilia, considerando la incompatibilidad cribir la historia desde el reverso. En su libro La limpieza
de estar a favor del pueblo palestino y del israelí. El “nuevo étnica de Palestina aborda la memoria de la Nakba, que en
antisemitismo”, según Taguieff, utiliza el discurso antirracista árabe significa ‘catástrofe’ y que comparte la fecha con lo
(antiimperialista y hostil a la globalización) con fines antiju- que en hebreo se llama “guerra de independencia”. Cabe
díos (antisionistas). El autor descalifica a los judíos críticos mencionar tanto a Noam Chomsky como a Judith Butler,
como “judíos antijudíos”. En las antípodas de esta definición ambos académicos estadounidenses que, en tanto judíos,
restringida a la insitucionalidad del judío, Paul Mendes-Flohr critican la reducción del antisemitismo al servicio de los
(2007), inspirado en el pensamiento de Martin Buber, amplía intereses geopolíticos del Estado de Israel.
el horizonte, recordando la intersubjetividad como espacio La filosofía ayuda a ampliar el horizonte de este difícil
hospitalario de los diferentes que constituye un elemento debate actual. En su búsqueda de lo universal, siempre parte
vital de cualquier institución. de lo particular, pero debe mantenerse sensible a la singu-
En México, Judit Bokser (2001) retoma el argumento de laridad. Jean François Lyotard en Heidegger y “los judíos”, no
judeofobia de Taguieff, inscribiéndolo en una noción más abar- se refiere a éstos como “el judaísmo” (una esencia) ni como
cadora que comporta un antisemitismo unitario y de gran una nación particular, sino como la figura de alteridad que
alcance cuya singularidad se basa en la continuidad de las fun- obsesiona a Europa y su horizonte de pensamiento basado
damentaciones religiosa, cultural y racial, y que por lo tanto en la identidad. Gustavo Perednik (2008) descalifica esta
desbordan el mero racismo. Actualmente, Bokser aborda definición como judeofobia encubierta. Asimismo desde la
esta cuestión tanto desde la judeofobia como desde la des- filosofía, inspirado en Emmanuel Levinas y en Michel Hen-
legitimación del Estado de Israel y del antisionismo, y lleva ry, Alain David (2001) escribe, con un prefacio de Jacques
adelante un rastreo y una clasificación de las publicaciones Derrida, un ensayo filosófico fenomenológico en torno al
mexicanas que pretenden ejercer alguna crítica a las situa- reverso de los conceptos de racismo y antisemitismo. Al cons-
ciones bélicas concernientes al Estado de Israel. Cualquier tatar que el activismo voluntarista no alcanza para combatir
mención considerada imprudente de resonancias del extermi- el antisemitismo, el filósofo ofrece una contribución ética
nio judío en la actualidad es descalificada por esta corriente desde la fenomenología que atañe a una exigencia de justi-
como banalización del exterminio. De esta forma, se preser- cia incondicional, heredera de las reflexiones derridianas en
va la unicidad (no sólo la indiscutible singularidad) de este torno a un compromiso con “lo imposible”, como en el caso
acontecimiento, con el nombre bíblico de Shoah. Otra voz de la hospitalidad sin condiciones. En otras palabras, la ética
afín que puede escucharse en Latinoamérica es la de Gus- heterónoma heredera de Levinas y Derrida permite pensar
tavo Perednik (2008), quien retoma el término judeofobia una política en tanto arte de lo imposible.
de Taguieff y lo adosa al antisionismo al sostener que, en la En este marco, el antisemitismo —entendido en su sen-
práctica, quien es antisionista resulta necesariamente judeo- tido amplio como el odio al otro ser humano por causa de su
fóbico, pues el antisionismo propone acciones que llevarían otredad— no se combate con buenas intenciones ni con un
a la muerte de millones de judíos. estado de alerta permanente (que por supuesto son necesa-
En las antípodas de la corriente recién descrita, se encuen- rios) sino con un respeto infinito por la alteridad.
tran varios intelectuales israelíes (considerados por aquéllos
como fenómenos de auto-odio). El primer caso, anteriormen- Bibliografía
te mencionado, es el de Abraham Burg (2007) cuyo libro es
inquietante, entre otras cosas, por su trabajo fino de análisis Adorno, Theodor y Max Horkheimer (2009), Dialéctica de la Ilus-
del discurso político israelí. En esa misma línea se inscribe tración, Madrid: Trotta.
el libro de Idith Zertal, La nación y la muerte. La Shoah en Anidjar, Gil (2003), The Jew, the Arab. A History of the Enemy, Stan-
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org/wlc/es/article.php?ModuleId=10007422>. nía cuando aprueba o rechaza lo que hace el presidente?, y
Lyotard, Jean-François (1995), Heidegger y “los judíos”, Buenos 2) ¿de qué le sirve la aprobación presidencial al Ejecutivo?
Aires: La Marca. La primera pregunta se enfoca en las determinantes de la
aprobación presidencial, es decir, en su análisis como varia-
Aprobación presidencial 35 a
ble dependiente. La segunda busca examinar los efectos de una visión retrospectiva (en inglés retrospective). Para otros
la aprobación presidencial, esto es, su estudio como variable (Kinder y Kiewiet, 1979; MacKuen et al., 1992), el ciudadano
independiente. A continuación se describen y desarrollan está concentrado en qué ocurrirá con el futuro de la econo-
ambas perspectivas. mía cuando evalúa la labor del Ejecutivo; se utiliza una visión
prospectiva (prospective).
Historia, teoría y crítica De tal forma, desde una visión economicista los análisis
de la aprobación presidencial pueden utilizar cuatro diferen-
Los primeros estudios enfocados en el análisis de las de- tes enfoques: pocket retrospective, pocket prospective, sociotropic
terminantes de la aprobación presidencial se realizaron en retrospective y sociotropic prospective. Otros especialistas en el
Estados Unidos durante los años setenta. Éstos retoman los comportamiento político, si bien reconocen la importancia
postulados de la literatura sobre el comportamiento político de la economía como determinante clave de la opinión ciu-
del votante, es decir, de las escuelas de Columbia (Berelson et dadana sobre el presidente, ponen énfasis en que las variables
al., 1954), Michigan (Campbell et al., 1960) y la de eleccio- políticas y los atributos “personales” del Ejecutivo afectan la
nes racionales (Downs, 1957). De tal forma, se asume que el aprobación presidencial. Estos trabajos han utilizado diversos
ciudadano aprueba al presidente cuando considera que éste enfoques que subrayan, entre otros aspectos, la política exte-
ha hecho un buen trabajo en materia de políticas públicas, rior (Kernell, 1978), los escándalos (Ostrom y Simon, 1989),
principalmente en el manejo de la economía, el desempleo la difusión de noticias a través de los medios de comunica-
y la inflación. En principio, se encontró un efecto directo so- ción (Miller y Krosnick, 2000), el conocimiento político del
bre la aprobación presidencial de las condiciones económicas, votante (Baum, 2005), la identificación y empatía que siente
los indicadores de la inflación y el desempleo. La lógica era el votante por el presidente (Thomas et al.,1984), los discur-
simple: al aumentar el desempleo o la inflación, el ciudadano sos presidenciales (Ragsdale, 1987), los viajes del Ejecutivo
consideraba que el Ejecutivo no hacía un buen trabajo y lo (Ostrom y Simon, 1989), la relevancia de los temas de inte-
castigaba con una baja aprobación. En caso contrario, si el rés nacional en la opinión pública (Edwards et al.,1995), los
desempleo o la inflación disminuían, la gente pensaba que problemas políticos (Nadeau et al.,1999), las instituciones
el presidente realizaba una buena labor; por lo que, se le re- políticas como el gobierno dividido (Nicholson et al., 2002),
compensaba con una alta aprobación. Estos primeros estudios por mencionar sólo algunos.
asumen que las principales determinantes de la aprobación Desde el punto de vista metodológico, estos trabajos pue-
presidencial son los indicadores objetivos de la economía y den concentrar su análisis en el nivel individual (la opinión del
que, a partir de ellos, se puede inferir que el ciudadano es ciudadano) o en el agregado (la evaluación de la nación en su
capaz de percibir cambios en el contexto económico, valo- conjunto sobre el presidente). Recientemente, algunas inves-
rarlos y tomarlos en consideración para evaluar al presidente. tigaciones (Cohen, 2002; Cohen y Powell, 2005) han optado
Las críticas a estos enfoques indicaban que era necesa- por utilizar un punto intermedio: ni el nivel individual ni el
rio “medir” de manera directa la percepción del ciudadano nacional, concentrando su atención en la evaluación que las
sobre la economía, en vez de limitar el análisis a los efectos entidades federativas —los estados— hacen del Ejecutivo.
que los indicadores económicos tenían en el votante cuando
éste juzgaba el trabajo del Ejecutivo. Si bien es cierto que el Líneas de investigación y debate
debate comenzó a centrarse en cómo la percepción sobre la contemporáneo
economía afectaba la forma en que el ciudadano evaluaba al
presidente, las líneas de investigación fueron diversas. Algu- Si bien es cierto que la gran mayoría de los análisis ya men-
nos autores (Downs, 1957; Markus, 1988) enfatizaron que la cionados sobre la aprobación presidencial se han enfocado
opinión del votante sobre el presidente dependía principal- en las llamadas democracias consolidadas, principalmente en
mente de cómo el ciudadano percibía su economía personal, Estados Unidos, desde la política comparada, los esfuerzos
en otras palabras, qué tan bien le iba a su bolsillo (en inglés por comprender qué determina la aprobación presidencial en
a este enfoque se le conoce como pocketbook). En contraste, otros contextos son cada vez más frecuentes. La evidencia
otros investigadores (Clarke y Stewart, 1994; Kenski, 1977) empírica muestra que en Perú (Arce, 2003), los ciudadanos
subrayaron que la apreciación de la ciudadanía sobre qué aprueban al Ejecutivo tomando en cuenta lo que éste ha
tanto el Estado conserva la economía de la nación (visión hecho en materia económica, pero también ponderan las
sociotropic en inglés) era la variable que tenía mayores efectos políticas públicas del presidente orientadas a terminar con
sobre la aprobación presidencial. Asimismo, otros estudiosos la guerrilla. En Brasil (Geddes y Zaller, 1989) los votantes
de este campo han centrado la discusión en la perspectiva de menor conocimiento político y que han sido expuestos a
temporal de la que parte el ciudadano cuando juzga el trabajo los medios son los más susceptibles a los mensajes del pre-
del presidente a partir de la economía. Para algunos (Fiorina, sidente. En Argentina y Venezuela, el impacto que tiene la
1981; Fiorina et al., 2003), el votante piensa principalmen- percepción sobre la economía en la aprobación presidencial
te en el estado de la economía en los últimos meses cuando es afectado por el grado de institucionalización del sistema de
aprueba o rechaza el trabajo del presidente, es decir, maneja partidos (Gélineau, 2007). Uno de los primeros trabajos sobre
a 36 Aprobación presidencial
la aprobación presidencial en México muestra que la gente juz- 1989). Los legisladores utilizan la aprobación presidencial
ga la labor del presidente usando su identificación partidista como una señal de las preferencias de los ciudadanos en ma-
y sus percepciones sobre lo que el Ejecutivo hace para reducir teria de políticas públicas. De tal forma, una alta aprobación
la corrupción (Davis y Langley, 1995). sugiere que el ciudadano apoya las políticas del Ejecutivo y
A pesar de este descubrimiento, en México, la mayo- al presidente mismo, por lo que, para “avanzar” en su carrera
ría de las investigaciones se han centrado en el impacto política, los congresistas tienden a votar a favor de la iniciativa
que las variables económicas, los indicadores objetivos y presidencial. De no existir una alta aprobación presidencial,
las percepciones de la ciudadanía sobre la economía, tie- el legislador interpreta que la gente no apoya al presidente
nen en la aprobación presidencial. Buendía (1996) sostiene ni a sus iniciativas; por lo tanto, los congresistas no votan en
que el apoyo del votante hacia el presidente depende de la favor de las iniciativas enviadas por el Ejecutivo. El segundo
variación de las condiciones objetivas de la economía, por enfoque (Bond y Fleisher, 1980; Cohen et al., 2000) cues-
ejemplo, los niveles de la inflación y el desempleo. Dicho tiona los efectos de la aprobación presidencial; señala que si
estudio utiliza variables principalmente a nivel agregado. La existen tales efectos, éstos deben ser marginales cuando el
lógica es sencilla: si el desempleo o la inflación aumentan, la Congreso evalúa las iniciativas del Ejecutivo. A continuación,
gente se disgusta con el Ejecutivo y lo castiga con una baja se presentan con mayor detalle ambos enfoques.
aprobación; si no ocurre así, y la economía resulta próspe- Uno de los primeros trabajos fue el de George Edwards
ra, el ciudadano “premia” al presidente y aprueba su trabajo. (1976), quien encuentra una fuerte correlación entre la apro-
Villarreal (1999) muestra resultados similares a los de Buen- bación presidencial y el apoyo legislativo para el presidente.
día (1996), pero utiliza variables a nivel individual, como la Este autor intenta depurar su análisis en otra investigación
percepción del ciudadano. Agrega una variable clave en su (Edwards, 1989); al desagregar los resultados que obtuvo en
análisis, que estadísticamente resulta significativa: la opi- un principio halla que en la Cámara de Diputados la apro-
nión de la gente sobre el Tratado de Libre Comercio (tlc) bación presidencial afecta el voto de los congresistas, pero
(Villarreal, 1999). Magaloni (2006) logra, en cierto modo, sus efectos son menores en el Senado. En este mismo estu-
conjuntar los resultados de Buendía (1996) y de Villarreal dio, Edwards (1989) descubre que la aprobación presidencial
(1999), ya que incluye en su investigación variables a nivel tiene mayores efectos en los legisladores que pertenecen al
agregado y a nivel individual. Confirma que la economía partido del presidente, que en los congresistas de la oposición.
tiene fuertes efectos cuando el ciudadano juzga la labor del Pritchard (1983) descubre resultados similares a los de
presidente. Otros estudios han explorado los efectos que la Edwards (1976), con un aporte principal: los efectos de la
aprobación presidencial tiene sobre la intención del voto en aprobación presidencial en el comportamiento legislativo
México, entre otros: Domínguez y McCann (1995), Kauf- son más evidentes en materia de política interior que de
man y Zuckermann (1998) y Moreno (2009). En general, política exterior. Siguiendo esta misma línea de investi-
se argumenta que una alta aprobación influye para que los gación, Canes-Wrone y De Marchi (2002) realizan un
ciudadanos voten por el partido del presidente. estudio pormenorizado sobre los efectos de la aprobación
Como se mencionó al principio, los estudios sobre la apro- presidencial en el comportamiento legislativo. Estos auto-
bación presidencial, además de discutir sus determinantes, res sostienen que los efectos de la aprobación presidencial
pueden también centrarse en la siguiente pregunta: ¿de qué le dependen de que la iniciativa promovida por el presiden-
sirve la aprobación presidencial al Ejecutivo? Desde esta pers- te sea “sobresaliente” y “compleja”. En el primer caso, un
pectiva, el análisis se centra en los efectos de la aprobación legislador podrá ser influido por una alta aprobación pre-
presidencial, es decir, en su funcionamiento como variable sidencial sólo si la iniciativa apoyada por el presidente toca
independiente. Si bien es cierto que desde los años ochenta un tema relevante para la opinión pública. De no ser así,
se sabe que la aprobación presidencial afecta la preferencia el congresista estará inmune a los efectos de la “populari-
electoral —una alta aprobación del Ejecutivo hace que el ciu- dad” del Ejecutivo. En el segundo caso, el tema debe ser
dadano tienda a votar por el partido del presidente (Clarke y lo suficientemente complejo, es decir, la ciudadanía debe
Stewart, 1994; Fiorina, 1981; MacKuen et al., 1992) —, otro mostrar una opinión cambiante en torno a la temática que
tipo de investigaciones han tratado de “rastrear” si la aproba- compete a la iniciativa; de tal manera, si hay una alta apro-
ción presidencial tiene otros efectos, además de influir en el bación presidencial, los legisladores podrán asumir que el
voto. En específico, varios autores (Edwards, 1976; Pritchard, votante apoya la iniciativa del Ejecutivo y lo respalda, por
1983; Rivers y Rose, 1985) se han preguntado si el hecho de lo que el legislador dará un voto a favor en el Congreso.
que el presidente cuente con el respaldo del votante, esto es, Del otro lado del debate, un grupo de estudiosos sostiene
con una alta aprobación, influye en las decisiones de los con- que los efectos de la aprobación presidencial son nulos o mar-
gresistas al evaluar una iniciativa que el Ejecutivo respalda. ginales. Bond y Fleisher (1980) encuentran que en sí misma
En este debate, hay dos posiciones principales: la primera la aprobación presidencial no afecta el comportamiento legis-
sostiene que la aprobación presidencial le “sirve” al Ejecutivo lativo, ya que sus efectos dependen de quien controla alguna
cuando envía o respalda una iniciativa que se discute en el de las Cámaras. Si el partido del presidente tiene una amplia
Congreso (Canes-Wrone y De Marchi, 2002; Edwards, 1976; mayoría en el Congreso, la aprobación presidencial posee
Aprobación presidencial 37 a
efectos positivos en el voto de los legisladores. Si la oposición Clarke, Harold y Marianne C. Stewart (1994), “Prospections,
es mayoría, la aprobación presidencial posee efectos negativos Retrospections and Rationality. The ‘Bankers’ Model of Pre-
sobre el comportamiento de los legisladores, quienes —al sidential Approval Reconsidered”, American Journal of Political
pertenecer a un partido distinto al del presidente— cuentan Science, vol. 38, núm. 4, pp. 1104-1123.
Cohen, Jeffrey E. (2002), “The Polls: Policy-Specific Presidential
con incentivos para frustrar los planes de un Ejecutivo que Approval, Part 2”, Presidential Studies Quarterly, vol. 32, núm.
resulta popular entre la ciudadanía. Cohen, Bond y Fleisher 4, pp. 779-788.
(2000) sostienen que, si existen, los efectos de la aprobación Cohen, Jeffrey E., Jon R. Bond, Richard Fleisher y John A.
presidencial son de tipo indirecto, es decir, pueden influir en Hamman (2000), “State-Level Presidential Approval and
el voto de los congresistas, pero sólo por medio de la identi- Senatorial Support”, Legislatives Studies Quarterly, vol. 25,
dad partidista. Los legisladores más vulnerables son entonces núm. 4, pp. 577-590.
aquéllos que pertenecen al partido del presidente. Cohen, Jeffrey E. y Richard Powell (2005), “Building Public Support
Las investigaciones y hallazgos sobre la aprobación pre- from the Grassroots Up: The Impact of Presidential Travel on
sidencial, sus determinantes y efectos, han concentrado sus State-Level Approval”, Presidential Studies Quarterly, vol. 35,
núm. 1, pp. 11-27.
esfuerzos en el análisis de la figura presidencial en las de- Davis, Charles L. y Ronald E. Langley (1995), “Presidential Popu-
mocracias consolidadas, en específico de Estados Unidos. larity in a Context of Economic Crisis and Political Change:
Lo anterior contrasta con los estudios desde la perspectiva The Case of Mexico”, Studies in Comparative International
de la política comparada, los cuales se reducen a esfuerzos Development, vol. 30, núm. 3, pp. 24-48.
mínimos, como es el caso del estudio de la aprobación del Domínguez, Jorge I. y James McCann (1995), “Shaping Mexico’s
Ejecutivo en democracias emergentes. Todavía se desconoce Electoral Arena: The Construction of Partisan Cleavages in
si la aprobación presidencial en estos países tiene las mismas the 1988 and 1991 National Elections”, The American Political
determinantes (indicadores objetivos de la economía y la per- Science Review, vol. 89, núm. 1, pp. 34-48.
cepción de la ciudadanía sobre el trabajo del presidente en Downs, Anthony (1957), An Economic Theory of Democracy, New
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materia económica) que en las viejas democracias. Edwards, George (1976), “Presidential Influence in the Senate”, Ame-
Puede suponerse que en contextos caracterizados por altos rican Politics Quarterly, vol. 5, núm. 4, pp. 481-501.
índices de criminalidad y corrupción, como los de las nuevas _____ (1989), At the Margins, New Haven, London: Yale Univer-
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Studies Quarterly, vol. 8, núm. 4, pp. 691-711. de los filósofos, teóricos e ideólogos liberales; por ejemplo,
Ostrom, Charles y Dennis M. Simon (1989), “The Impact of Tele- Rousseau (2007: 39-40) sostuvo que entre el gobierno y los
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Inglaterra, Francia y Estados Unidos prohibieron las orga-
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the President among Mexico City Residents: The Salinas a lo largo del siglo xix los trabajadores lograron el recono-
Sexenio”, Latin American Research Review, vol. 34, núm. 2, cimiento de su libertad por sindicalizarse.
pp. 132-151. De cualquier manera, después de las revoluciones esta-
dounidense y francesa, las otras asociaciones voluntarias no
encontraron mayores obstáculos, y el derecho de libre aso-
ciación se hizo de fervientes defensores. El más destacado
de ellos fue Tocqueville (1984), quien durante su viaje por
ASOCIACIONES Estados Unidos en la tercera década del siglo xix quedó
VOLUNTARIAS 1
fascinado por la gran cantidad de asociaciones que los nor-
teamericanos habían creado y por los grandes beneficios que
ese espíritu asociacionista había traído para la admirable de-
Ricardo Tirado mocracia americana.
En suma, las luchas y revoluciones victoriosas y las ela-
Definición boraciones teóricas de grandes autores clásicos influyeron
para que el derecho de las personas a constituir asociaciones
La asociación voluntaria es un grupo de personas que, libre libres, permanentes e independientes de las autoridades gu-
y duraderamente, se coordina para el logro de un objetivo bernamentales y de otros poderes forme parte de la cultura
común. mundial y esté reconocido en las constituciones políticas de
prácticamente todos los Estados.
En esa brega, se forjaron los conceptos de organización
1 Parte de este artículo retoma el trabajo realizado por el autor intermedia, asociación voluntaria y sociedad civil, y los de sus
en Tirado, 2010. relaciones con la civilización, la sociedad en general, la li-
Asociaciones voluntarias 39 a
bertad y la democracia, y el poder y el Estado. A ese acerbo la autoridad emana y se sustenta en los participantes, y ver-
se han añadido recientemente nuevos conceptos, ideas y tical cuando la autoridad es jerárquica o no depende de la
teorías que se refieren a la opinión, el espacio, la esfera y la aceptación de los participantes.
deliberación públicos; las redes y los movimientos sociales; la De ese modo, podemos distinguir dos tipos polares de
gobernanza; el tercer sector o sector voluntario, y los nuevos agrupamientos o arreglos sociales: son éstos, por un lado,
y renovados arreglos grupales, como las organizaciones no los agrupamientos tradicionales en que son involuntarios el
lucrativas y las no gubernamentales, los grupos ciudadanos y ingreso y la permanencia y tienen gobiernos verticales, como
las agrupaciones virtuales en internet. Hay además un gran las tribus, las comunidades, las familias y las iglesias. Hay
debate en las ciencias sociales, y más allá de ellas, sobre el arreglos en que se nace, y sólo lentamente se va tomando
sentido y los alcances de la sociedad y esfera civiles; sobre clara conciencia de la pertenencia a ellos. Además, rige ahí
sus componentes y relaciones con el mercado y el Estado, y la autoridad vertical impositiva de los ancianos, los padres,
sobre sus consecuencias y posibilidades para el futuro de la los pastores, los patriarcas, los jerarcas, los jefes, etcétera, y
civilización humana (Habermas, 1992; Cohen y Arato, 2000; no se sale fácilmente de ellos.
Alexander, 2006). En el extremo opuesto, se encuentran los arreglos de
Aunque muchos autores aluden a las asociaciones vo- ingreso y salida voluntaria y gobierno horizontal, como las
luntarias, la gran mayoría de ellos se refieren a las relaciones redes de acción, los movimientos sociales y las asociaciones
entre la sociedad civil y las asociaciones, pero no existe, pro- voluntarias, arreglos en que los participantes han ingresado
piamente hablando, un corpus teórico, una “sociología de la porque así lo decidieron, y pueden desertar de ellas cuando
asociación”, como proponía Weber (1972), que centre su lo deseen, sin que esto les acarree mayores consecuencias; por
atención específicamente en ella y la investigue como un otro lado, sus dirigencias se sustentan en la aceptación de los
arreglo social con una dinámica propia. participantes. Un tipo de organización muy importante se
Tal vez la primera aproximación sólida sea la distinción de halla en medio de los dos antes analizados: la organización
Tönnies entre comunidad y sociedad, que se basó en el criterio de trabajo (empresa y agencia gubernamental) porque en ella
de que en cada uno de estos arreglos o agrupamientos sociales se entra y sale libremente, pero se tiene un gobierno vertical.
intervienen diferentes tipos de voluntad de los participantes Ya en el campo mismo de las asociaciones, es necesaria otra
(Heberle, 1937), distinción afín a la de solidaridad mecánica diferencia fundamental que se refiere al grado de complejidad
y solidaridad orgánica de Durkheim (1973), postulada en una de las asociaciones. Hay asociaciones de alta complejidad que
de sus obras clásicas poco tiempo después. se caracterizan porque sus miembros son muy autónomos
Retomando el trabajo de Tönnies, Weber distinguió entre —debido a que cada socio controla muchos recursos (eco-
relaciones sociales “asociativas” y relaciones sociales “comu- nómicos, políticos, culturales, simbólicos, etcétera)— y su
nitarias”. Las comunitarias son aquéllas en que el sentido ingreso y permanencia en las asociaciones son también muy
de la acción social de los participantes está basado en un libres y voluntarios porque, como tienen muchas oportunida-
sentimiento subjetivo, afectivo o tradicional, de pertenencia des de todo tipo, pueden también asumir los costos de estar
colectiva. En cambio, en las asociativas, la acción se funda fuera. Todo esto incide en que las asociaciones que los afilian
en un acuerdo o compensación de intereses racionalmente son también muy autónomas respecto de otros actores del
motivado, ya sea que el juicio racional se base en valores ab- entorno en que están insertas. En cambio, las asociaciones de
solutos o en razones de conveniencia (1974, I: 33-35). Con baja complejidad tienen miembros poco autónomos porque
estos elementos, puede hablarse de arreglos asociativos que en cada uno de ellos controla pocos recursos. Lo anterior incide
principio son racionales, intencionales y elegidos, y de arre- en que los asociados tienen, en general, un margen de liber-
glos comunitarios que son más bien “naturales”, adscriptivos tad menor para ingresar y salir de las asociaciones, pues sus
e involuntarios, y tradicionales o emotivos. Aunque ambos oportunidades de todo tipo son pocas y no quieren/pueden
son claramente distintos, entre ellos puede situarse una serie cargar con las consecuencias de estar fuera. Todo lo anterior
de arreglos que van variando poco a poco y en algún pun- repercute en que sus asociaciones sean menos autónomas. Lo
to intermedio se confunden. Retomando estos elementos, relevante de esta distinción es que la lógica de cada tipo de
considero que un buen criterio para distinguir entre tipos asociación tendrá consecuencias en su desempeño, de modo
de arreglos es el de la voluntad de participar en los arreglos, que sus formas de cohesión, de legitimación, de gobierno y
la cual se manifiesta en la libertad de ingresar o de salir de de dirigencia serán distintas (reda, 2009).
una agrupación, sea por vías de derecho o de hecho. Esto Hechas las prevenciones anteriores, se puede hacer el
último se refiere a situaciones en que, si bien no hay una nor- análisis de las asociaciones, recurriendo a los conocimien-
ma que obliga a ingresar o permanecer en el arreglo, sí hay tos que han generado los estudios organizacionales, disciplina
consecuencias fácticas negativas de consideración que pue- que, con los ajustes necesarios, es útil para analizar a las
den compeler a estar en él a quienes en realidad no querían asociaciones. Esos estudios han desarrollado tres grandes
ingresar o quedarse (Unir Hirschman, 1977). A ese criterio perspectivas analíticas:
añado el de la verticalidad u horizontalidad del gobierno en
cada arreglo, considerando que un gobierno es horizontal si
a 40 Asociaciones voluntarias
1) la racionalista-instrumentalista-utilitarista, trata de una expectativa de reciprocidad que incluye tan-
2) la realista-naturalista, y to altruismo como interés propio a largo plazo (Taylor, en
3) la del sistema abierto o ecológica. Putnam, 2003: 175).
Debe aquí considerarse el problema del free rider, según
Cada una de ellas se centra en uno de los tres grandes el cual los individuos “racionales”, “autointeresados”, no coo-
problemas típicos de las organizaciones y las asociaciones perarán en la acción colectiva para la producción de bienes
voluntarias. Al abordar algunos de esos problemas, intro- públicos, pues se comportarán como polizones o “gorrones”
duciré elementos analíticos muy útiles, que provienen de para maximizar sus beneficios, es decir, se beneficiarán de la
otras fuentes. acción que otros realicen sin cubrir las aportaciones que les
La perspectiva racionalista centra su atención en las acti- corresponderían si todos participaran proporcionalmente en
vidades que necesariamente tiene que realizar la asociación su producción (Olson, 1971).
para alcanzar sus fines. La intuición básica de este enfoque Como se está hablando aquí de las asociaciones volunta-
es que la organización es, ante todo, un medio racional para rias en las que ya se han inscrito los miembros voluntarios
lograr los objetivos propuestos, un instrumento que debe es- dispuestos a cooperar, el problema del llamado polizón o go-
tar construido y ser usado óptimamente para alcanzar esos rrón no es directo, pero sí está presente, ya que, no obstante
fines. Destacan en esta aproximación, cuyo modelo básico es haber ingresado a la asociación, los miembros pueden lue-
la empresa privada, la alta formalización de la organización go portarse como “gorrones” y no cooperar. Es, en cambio,
en estatutos y regulaciones que establecen con claridad cuáles muy evidente este problema cuando existen personas que
son los objetivos, la estructura y jerarquía de sus autoridades, no se afilian a las asociaciones y no contribuyen desde luego
los medios para alcanzar sus metas (planes y programas de a su acción, pero pueden, de todos modos, beneficiarse de
trabajo) y los mecanismos de control que aseguren que los los bienes públicos que la asociación produzca, tal y como
participantes (quienes son vistos como subordinados sus- sucede, por ejemplo, en una asociación de vecinos que, con
tituibles) cumplan sus tareas (Scott, 2003; Pfeffer, 1992). el trabajo de los socios, mejora la seguridad pública local.
Un supuesto que no se explicita suficientemente es que el Todo apunta a que en la medida en que un bien puede ser
accionista-director de la empresa posee todo el control y la consumido por cualquier individuo, independientemente
autoridad de la organización y ésta tiene que plegarse a su de que haya participado o no en su producción, será más
visión, sus intereses y su voluntad. difícil que haya personas dispuestas a producirlos sin ser
La afiliación a la asociación es voluntaria, pero esta vo- recompensadas (Hechter, 1987).
luntad no es ciega, pues se tiene una misión convenida y Por otra parte, la decisión de ingresar a una asociación con
explícita. Este objetivo constituye la razón misma de la exis- determinados objetivos supone que los fines de la asociación
tencia de la asociación: es ella en lo que los interesados se no podrán modificarse, salvo que se reconstituya a fondo
han puesto de acuerdo, lo que los decide a afiliarse y a actuar la asociación y todos los miembros puedan reconsiderar el
concertadamente para lograrlo. En ese sentido, sin duda, la seguir en ella. Al ingresar a la asociación, aunque los socios
motivación y el impulso para alcanzar la meta declarada re- coincidan en los objetivos de ésta, no renuncian a tener y
sulta un gran motor de la asociación, y las desviaciones que procurar otros fines e intereses y, por tanto, a mantener entre
impiden o retardan la acción para alcanzarlo van en gran ellos esas diferencias. Por eso, la asociación no puede deman-
detrimento de ella, porque sin frutos, el interés y la moral dar pertenencia y dedicación exclusiva a ella, y válidamente
de los socios decaen. Por lo contrario, el avance de las metas se puede pertenecer simultáneamente a varias asociaciones,
propuestas es un gran estímulo para la asociación y sus miem- cada una con sus propósitos diferentes. Además, el vínculo
bros, porque los éxitos refuerzan la motivación, la cohesión entre el miembro y la asociación es también revocable en
y las capacidades para el desempeño futuro. cualquier momento; por ello, quienes disienten de lo que
Como la acción para el logro del fin resulta difícil o cos- hace su asociación sólo tendrán que liquidar su compromiso
tosa, la posibilidad de repartir el costo o el trabajo total entre y podrán salir de inmediato.
todos los participantes representa una opción racional para En la práctica se observa, sin embargo, que muchas aso-
facilitarla. Sin embargo, al mismo tiempo, la adhesión a la ciaciones son desviadas hacia fines distintos de los suyos, y
asociación muestra que en su simiente hay un rasgo de soli- los socios son usados para otros propósitos. Esto, como se
daridad que se expresa en la disposición a actuar junto con verá adelante, tiene que ver con las formas de participación
los otros miembros; a sumar la contribución propia a las que de los miembros en las asociaciones, que en algunos casos es
aporten los demás, aunque no se sepa bien en qué propor- muy baja y deja hacer demasiado a sus dirigentes, con lo cual
ciones y tiempos lo harán, y aunque no haya una garantía las asociaciones empiezan a deslizarse hacia arreglos distintos
de éxito, ni sea segura la obtención de una retribución por el de la asociación voluntaria.
esfuerzo que se realizará. Por tanto, la decisión de ingresar Como la asociación existe para realizar un objetivo conju-
a la asociación entraña, de un lado, la decisión solidaria de gando los esfuerzos individuales de los miembros solidarios,
contribuir al esfuerzo común y, por otro, un cálculo racional requiere de una instancia distinta del agregado de los socios
de que los otros podrían aportar algo que uno no puede. Se que coordine las acciones para alcanzar el fin. Esta instancia,
Asociaciones voluntarias 41 a
que puede ser mínima o grande, es el gobierno de la asocia- normativa o estratégica), y en una mera dirigencia legal-ra-
ción, y es necesaria porque sin ella las acciones y los recursos cional eficaz y equitativa.2
movilizados individualmente por el conjunto de los asociados En cambio, si los miembros de la asociación carecen de
correrían un riesgo muy grande de dispersarse desordenada recursos de todo tipo para lograr la cohesión, la dirigencia
e improductivamente. deberá ir más allá de lo burocrático-racional y asumirse como
Sin gobierno, la asociación podría quedar al garete, pues un liderazgo social. El liderazgo social se basa en la identi-
no habría un custodio o encargado “natural” de ella. Debe dad de la asociación, que fortalece el sentido de pertenencia
entonces construirse un gobierno y un orden social interno y las interacciones solidarias entre los miembros, todo lo cual
que quedarán plasmados en reglas formales que tracen las potencia a la asociación para desplegar acción colectiva; en
fronteras asociacionales, es decir, que determinen quién per- otras palabras, un liderazgo en cuya acción se puedan reco-
tenece a la asociación y cómo se puede ingresar a ella; que nocer los miembros y que, por una parte, pueda convocar a
creen órganos de autoridad y fijen competencias, y que in- la comunicación, la visualización del camino, el trazo de la
diquen cómo se tomarán las decisiones más relevantes, qué estrategia, la concertación de la acción y que invite al com-
responsabilidades tiene cada quien y de qué modo se eje- promiso individual y puntual de los afiliados. Asimismo, debe
cutarán los acuerdos; que establezcan las previsiones sobre abocarse a evitar las rupturas, destrabar y aliviar las tensio-
transparencia de los procedimientos, sobre la rendición de nes entre los socios y, cuando llegue el caso, colaborar para
cuentas de lo que cada quien hace y del uso que da a los re- resolver el conflicto.
cursos que se le confían. Lo exhaustivo de la reglamentación Otra característica lógico-política de la asociación volun-
necesaria depende de las dimensiones de la entidad; no debe taria, que se desprende de la libre afiliación de los socios es,
ser excesiva, pero tampoco deficiente. Las reglas necesitan como se adelantó antes, la horizontalidad de la coordinación
cierto grado de formalidad, por lo que generalmente estarán o gobierno asociacional. Por ello, al considerar este aspecto
escritas y constituirán, de ese modo, el estatuto o constitu- de la asociación, debe uno apartarse de la perspectiva racio-
ción de la asociación. La falta de reglamentación suficiente nalista de las organizaciones.
y explícita es generalmente signo de que la asociación ado- Puesto que los voluntarios libres que se agrupan en la
lece de precariedad. asociación lo hacen como individuos iguales, generan en el
De acuerdo con la perspectiva racionalista que conside- interior de la asociación una especie de “ciudadanía asocia-
ramos, toda asociación deberá dar respuestas a las clásicas cional” de la que resultan también derechos y obligaciones
preguntas: ¿dónde estamos?, ¿adónde vamos?, y ¿cómo ha- originales, que son iguales para todos. La constitución de la
cemos para ir de aquí a allá? Es decir, requerirá de un plan asociación por iguales logra que todos ellos, con el mismo
racional de acción para el logro de su misión. Pero esas de- título, sean “los dueños” de la asociación, lo cual se traduce
cisiones, a diferencia de lo que sucede en las organizaciones en que el conjunto de las decisiones competen originalmente
de trabajo, no pueden ser tomadas unilateralmente por quien a todos en los mismos términos, y que la coordinación o go-
dirige una asociación voluntaria. En efecto, la organización de bierno de la asociación sea un gobierno surgido del colectivo
trabajo tiene empleados que reciben órdenes, mientras que la paritario de los asociados.
asociación tiene socios voluntarios que deben ser convenci- El corolario de lo anterior es que en la asociación la au-
dos, de ahí que —a diferencia de la organización jerárquica, toridad emana del conjunto de todos los afiliados, de la base
en la que el director traza una estrategia y ordena su imple- o asamblea “soberana” de los miembros. Se trata de una “so-
mentación— la asociación voluntaria tiene que propiciar la beranía” relativa que posee, desde luego, los claros límites del
comunicación, mitigar las tendencias centrífugas y alentar orden jurídico del entorno y de la legalidad asociacional misma.
la cohesión para construir el consenso y asegurar la coope- Ningún socio tiene per se la obligación de responsabi-
ración de los miembros a fin de desplegar la acción colectiva. lizarse de la asociación, y nadie tiene tampoco el derecho
Por eso, las reglas deberán promover la producción de a hacerlo. Esto es, no existe en el arreglo una autoridad
acuerdos, siguiendo un proceso que, en principio, deberá ser predeterminada como el padre, el patriarca y otros jefes
más o menos así: las ideas, opiniones, opciones, intereses y de los arreglos comunitarios tradicionales, ni tampoco
preferencias de los asociados son procesadas internamente, existen los directores designados desde arriba, como en las
desplegando ante todo influencia normativa, que es la ca- empresas y las agencias gubernamentales. Por lo tanto, en
pacidad de obtener una decisión por convencimiento entre la asociación la autoridad tiene que construirse interna-
quienes son solidarios con un sistema colectivo (Warren, mente y depende de la base; es decir, la legitimidad de la
2001). Para construir las decisiones colectivas, el gobierno autoridad asociacional emana de los socios. De ese modo,
asociacional necesita estar sostenido por la base de sus aso- se puede sostener que, por sus características propias, la
ciados, es decir, debe ser legítimo. En la medida en que las asociación posee una vocación democrática, entendida
asociaciones son más complejas y los miembros más autó- aquí la democracia solamente como una correspondencia
nomos —es decir, en que controlan más recursos propios
(económicos, culturales, políticos, sociales, simbólicos)—, la
cohesión necesaria deberá basarse en la confianza (técnica, 2 Sobre estas asociaciones de gran complejidad, véase Luna y
Velasco, 2010.
a 42 Asociaciones voluntarias
básica que une a la autoridad con la membresía y privilegia Frente a los postulados individualistas, voluntaristas y ra-
el uso de las distintas formas de influencia o deliberación cionalistas del primer enfoque, esta aproximación reconoce
y convencimiento entre los socios. Esta liga democrática que el peso de la realidad social se impone a la organización
entre la ciudadanía y el gobierno asociacionales puede de manera conflictiva (Brunsson y Olsen, 1998). En otras
concretarse en distintas formas de gobierno, siempre y palabras, la organización (y esto vale para toda asociación) es
cuando la membresía constituya el sustento que asegure un arreglo social forjado por consensos y disensos, por con-
legitimidad a los dirigentes. flictos y, en ese sentido, la coordinación de la organización se
Lo anterior significa que es propio de la asociación que topará con realidades que la constriñen y ante las que tendrá
las conductas de los socios se generen por convencimien- que adaptarse, al grado tal que la estructura informal de re-
to y no por la emisión de órdenes, por intercambios o por laciones entre los participantes puede ser más influyente en
coacciones extralegales. Ante todo, debe convencerse a los su conducta real que la formal. De ahí surgirá un equilibrio
socios para que se asuman las obligaciones colectivas, como inestable entre las iniciativas de la coordinación y las de los
pagar cuotas y el cumplimiento de las responsabilidades in- otros participantes: socios, empleados, militantes, miembros,
dividuales aceptadas, por ejemplo: desempeñar comisiones etcétera (Scott, 2003; Pfeffer, 1992). De ese modo, dicha
y realizar ciertos trabajos, rendir cuentas y, en su caso, acatar perspectiva se ocupa de los problemas de la cohesión y de las
las sanciones que, por haber incumplido, señale el ordena- diferencias y los conflictos consustanciales a la organización.
miento legal asociacional. Vuelvo al punto de partida: el elemento central del
En consonancia con todo lo mencionado, es práctica concepto de asociación voluntaria es que se trata de un
común que los estatutos de las asociaciones establezcan un arreglo libre e igualitario, es decir, se constituye por per-
régimen democrático de gobierno, basado en un órgano sonas que libremente deciden fundar una asociación o
principal: la asamblea de los socios, en la que cada persona afiliarse a ella porque desean actuar juntos y en ello se
cuenta con un voto igual al de los demás. reconocen como iguales.
El planteamiento es lógico-jurídico y político, pero la rea- Ya que la pertenencia a la asociación no es adscriptiva
lidad social, como ha sido documentada en muchos estudios, ni obligada y sí elegida, sólo ingresarán y permanecerán en
muestra que la participación de los miembros en la vida de la asociación quienes quieran hacerlo y mientras quieran
las asociaciones resulta muy diferenciada. Es muy frecuente hacerlo. Lo propio de la asociación es una voluntad indivi-
que, junto a pocas personas muy participantes, exista una dual básicamente libre de adherirse o salir de ella. Por eso,
mayoría de miembros que tienen bajos niveles de partici- las verdaderas asociaciones no se “inventan”, sino que nacen
pación y deja que un pequeño número de dirigentes tomen de la concurrencia activa de los interesados. Si la voluntad de
las principales decisiones. Este fenómeno, sin embargo, no afiliación y participación es ficticia, si una parte importante
elimina la lógica de la figura ni los derechos de los afiliados, de los socios no está por voluntad propia o forma en reali-
quienes permanecen latentes en una especie de reservorio de dad una masa pasiva, debe considerarse que la asociación es
derechos al que los miembros pueden recurrir en cualquier débil o el arreglo realmente existente es de otro tipo, aunque a
momento para participar e interpelar a quienes dirigen uni- veces logre grandes realizaciones, sea porque cuenta con muy
lateralmente la asociación. abundantes recursos económicos (o de otro tipo) o porque
Ahora bien, a partir de la igualdad original, en el espacio tiene dirigentes excepcionales.
y el orden social interno, el conjunto de los socios construye Sin embargo, como destaca el enfoque realista, muchas
consensualmente el gobierno asociacional, dividiendo el tra- veces la voluntad individual de afiliación no es tan pura, pues
bajo, repartiendo responsabilidades, creando competencias, suele empañarse por las presiones de otras personas para que
cargos y autoridades legítimas que participarán en el control los individuos se inscriban, o por los ingresos que se deciden
de los recursos asociacionales y en la toma de decisiones. En colectivamente y hacen que la gente se afilie —o no aban-
este proceso de construcción social, las habilidades, talentos, done— al sentirse comprometida. Es también conocido que
destrezas y, en general, los recursos de los diferentes miem- el entusiasmo inicial mostrado al fundar las asociaciones o
bros surtirán efectos. Tendencialmente, quienes tienen más ingresar a ellas, por muy diversas causas, disminuye luego y
recursos se proyectarán hacia la dirección de la organización. sobreviene un desinterés que se refleja en baja participación,
Si esos recursos que controlan los socios son exageradamen- abandono de los compromisos, ausentismo y, finalmente,
te desiguales, muy probablemente la vida asociacional será deserción.
dominada por los más afluentes. Estas tendencias centrífugas propias de la asociación
La idea básica de la perspectiva naturalista-realista se enfo- tienen muy diversas causas, pero una, que sin duda cuenta
ca en la naturaleza eminentemente social de la organización, mucho, es la ausencia de realizaciones. Por ello, en las aso-
y sostiene que la realidad genera una estructura y un orden ciaciones de personas con menos recursos, en las que por lo
diferentes de la propuesta racional inscrita en la estructura y mismo es más difícil que se alcancen metas pronto, la baja
en los fines definidos formalmente, ya que los participantes participación tiende a ser más alta. En contraste, en las aso-
tienen motivaciones diversas. ciaciones en que los miembros controlan muchos recursos,
es más probable que las agrupaciones avancen más rápido
Asociaciones voluntarias 43 a
en el logro de sus objetivos. Puede así afirmarse que hay una rados, también persiguen otros objetivos que pueden poseer
relación tendencial muy directa entre las características per- algunas incompatibilidades con los explícitos, e incluso, en
sonales de los afiliados y sus recursos, y la capacidad de acción el extremo, pueden ser opuestos. Es indudable que los dife-
de las asociaciones, porque de algún modo las características rentes individuos que integran la asociación, además de los
intrínsecas a los socios se trasladan de ellos a las agrupacio- propósitos compatibles con ésta, tienen otros fines distintos
nes. Algunas investigaciones han concluido que el factor que a los de ella, y esto también tiene consecuencias, en diferen-
más determina el compromiso cívico y la participación en tes grados, en la misma asociación. Lo anterior manifiesta
las asociaciones es el nivel educativo; esto es, a mayor capital algo que sostiene la perspectiva de análisis naturalista: en la
cultural, se dará mayor participación en las asociaciones (Be- asociación, se manifestarán diferencias y ésta tenderá a divi-
kkers, 2005). Dicho de otro modo, la capacidad de asociarse dirse; en parte, porque se introducen otros objetivos ajenos
eficazmente replica la capacidad de los miembros aislados. o incompatibles con los declarados, o porque se entienden
Otra explicación de los distintos niveles de participación de diversas maneras el objetivo común o los medios de ac-
es la relación individual que establecen los miembros con ción para obtenerlo.
la misma asociación y su fin declarado. Puede decirse que Dichas diferencias tienden a generar tensiones y con-
el vínculo de cada asociado con la asociación es específico. flictos en los que suelen formarse grupos, alineamientos y
Cada socio se vincula a su manera, pues construye o percibe coaliciones que intentan influir en los procesos de toma de
su pertenencia y se involucra y conecta con la asociación de decisiones a favor de distintos intereses o preferencias. Una
modo diferente (Einarsson, 2008). Esto suele mostrarse en cuestión central a este respecto es que si los miembros de la
el hecho de que los miembros no se entienden entre sí, no asociación son muy distintos en los recursos que controlan y
contribuyen al objetivo en la misma forma, les interesan más sus pesos de poder son relativos, las relaciones que se esta-
otras cosas que el fin declarado, etcétera. blecerán entre ellos no serán de interdependencia ni más o
Por otra parte, como la fundación de la asociación no es menos equilibradas, sino que quienes tienen muchos más
un acto de autoridad ni un pacto entre desiguales jurídicos amplios recursos tenderán a ser más independientes, llenarán
(aunque no se haga del todo explícito), este tipo de arreglo espacios de poder más amplios y terminarán por imponerse
supone la libre decisión de contribuir, en los mismos términos a los otros.3
del fin acordado, con los otros que también quieren hacerlo En principio, las luchas por el control tienen dos compo-
con carácter de socios iguales. nentes principales que generalmente se imbrican y articulan
Es este principio de la voluntad libre e igualitaria el que entre sí: las disputas con un contenido que se explica sobre
más determina la lógica de la figura, el más definitivo de su todo por la confrontación entre distintas propuestas de po-
orden social y su marco regulatorio, y del que se desprenden lítica y las que se explican más bien por la procuración del
las más importantes consecuencias. Una de ellas es que los poder por el poder mismo.
socios son, con su motivación, participación y decisión de En el primer caso de conflicto, las partes se reúnen en
actuar, el principal resorte específico de la acción de la aso- coaliciones con distintas propuestas de gobierno y luchan
ciación. Si no existe verdadera membresía o ésta es accesoria por modificar o consolidar la distribución del poder que
o prescindible, entonces la asociación es, en tanto tal, pre- permite utilizar los recursos de la asociación para favorecer
caria o inexistente. determinados proyectos o preferencias.
El colectivo de los socios es un conjunto unido, en princi- En el segundo caso, se vuelven especialmente importantes
pio, por la voluntad de alcanzar el objetivo común declarado los otros motivos —no declarados— que tienen los miem-
que los identifica. Pero aunque en derecho todos los miem- bros para participar en la asociación y que son diferentes del
bros sean iguales, en la realidad social no ocurre lo mismo, logro de los fines asociacionales. Éstos pueden muchas veces
tanto por los recursos de que disponen como por las adscrip- ser inocuos, pero en otras pueden producir consecuencias
ciones, pertenencias y compromisos sociales que tienen y que graves para el desempeño asociacional. Así como el fin no
se expresan en sus distintas motivaciones. Vale recordar la explicitado para algunos es “disfrutar de la vida asociativa”,
clasificación weberiana de las motivaciones de la acción social, otros intentan obtener ventajas personales para ellos o para
según la cual pueden diferenciarse, de modo no exhaustivo, un grupo. En relación con este fenómeno, se constata fre-
cuatro grandes rubros: la acción “racional con arreglo a fi- cuentemente que grupos minoritarios se instalan y controlan
nes”, que procura el logro de “fines propios racionalmente el poder en las asociaciones. Tan conocido es este problema,
sopesados y perseguidos”; “la acción racional con arreglo a que Michels (1996) postuló la “ley de hierro de la oligarquía”,
valores”, que está dirigida a la consecución de una idea; la según la cual todas las organizaciones terminan por ser do-
acción “afectiva”, en la que el proceder está bajo el imperio minadas por minorías. Muchos estudios empíricos confirman
de un estado emotivo o sentimental, y la acción “tradicional”, que, en efecto, en muchas asociaciones se han impuesto gru-
que se lleva a cabo bajo el influjo de la costumbre y el hábito pos que las controlan.
(Weber, 1974, I: 20-21).
De este modo, aunque presumiblemente los afiliados
participan en la asociación para que se logren los fines decla- 3 Investigaciones en ciertas organizaciones arrojaron este tipo
de resultados. Véase, por ejemplo: Tirado, 2006.
a 44 Asociaciones voluntarias
En los patrones de prácticas de interacción entre los asocia- Él conduce y ellos lo siguen con entusiasmo. No hay
dos pueden aprehenderse los mecanismos mediante los cuales debate, ni voz, ni deliberación, pero hay apoyo activo.
se procesa la toma de las decisiones, pero a veces los asuntos 4) El consenso pasivo o “autoridad delegada”. También
verdaderamente importantes discurren por otras vías. Por eso, existe y opera de manera muy generalizada el pro-
metodológicamente es relevante analizar las coyunturas en ceso de toma de decisiones en el que los socios
que se tomarán decisiones muy importantes para el futuro de dejan que una persona o un grupo decidan unila-
las asociaciones, pues entonces se produce una intensificación teralmente; es decir, aquí hay un mero consenso o
de las luchas entre las distintas coaliciones y personalidades aceptación pasiva de los afiliados, quienes descar-
que se disputan en la asociación. En esas coyunturas críticas gan en los dirigentes la responsabilidad de decidir
suelen revelarse los mecanismos decisorios que en verdad la vida asociacional. Hirschman (1977) observa que
rigen en la asociación. cuando en las asociaciones se toman decisiones,
En la medida en que la asociación ha previsto reglas y los disidentes y los inconformes que pierden op-
métodos de toma de decisiones, los conflictos y las luchas tan generalmente por salir de ellas. Es lo que se ha
tendrán cauces de resolución y podrán resolverse sin po- llamado coloquialmente “votar con los pies”. Antes
ner en peligro la estabilidad de la asociación. Un primer que usar la voz luchando en la asociación por un
modo de decidir puede llamarse “previo” porque en realidad cambio de gobierno, quienes no están de acuerdo
toma “decisiones” desprendiéndolas de supuestos, ambien- desertan. La sangría de socios puede matar a la aso-
tes, creencias, ideologías, saberes y un sentido común tan ciación o reducirla al tamaño de un grupo inocuo,
acendrado en quienes deciden, que ni siquiera perciben a las pero la salida de los opositores puede también te-
decisiones como tales (así lo plantean Foucault y otros au- ner el efecto interno de compactar a la asociación
tores). Los asuntos ordinarios suelen resolverse por medio en torno a su dirigencia que, desembarazada de la
del método “rutinario”, que decide los asuntos mediante la traba de los inconformes, podrá actuar con mayor
aplicación “automática” de cánones, reglas y prácticas repe- agilidad y contundencia. Y no por estas dirigencias
tidas, y el modo “legal-racional” (o burocrático, en el sentido protagónicas se rompe necesariamente la corres-
weberiano), que resuelve aplicando la regla abstracta al caso pondencia básica entre la autoridad y la membre-
específico previsto, con una “lógica de lo apropiado” (March, sía de la asociación voluntaria, pues la adhesión de
1997). No obstante, para tomar las decisiones más importan- quienes permanecen, así sea pasiva, sigue siendo el
tes, los procedimientos más recurrentes son los siguientes: sustento legítimo. Incluso puede acrecentarse si los
dirigentes unilaterales son ahora más eficaces para
1) El consenso activo, que genera decisiones a través de alcanzar los fines asociacionales. Es éste, por tanto,
la deliberación en debates que recurren a argumen- un procedimiento válido y, de hecho, es un modo
tos para convencer. Este modo puede también dar muy común de operar y decidir en las asociaciones
lugar a resoluciones de los asuntos mediante nego- voluntarias: un dirigente conduce y los miembros
ciaciones que componen los intereses en juego a pasivos lo dejan hacer.
través de concesiones mutuas. 5) El control por una oligarquía. En este caso, los di-
2) La votación, en la que cada socio emite un voto rigentes se han separado de los socios, controlan
enterado y gana la opción que obtiene la mayoría o la asociación y la usan para sus propios fines ante la
la totalidad de los votos. Debe resaltarse que éste y el impotencia de los afiliados, que aunque eleven la voz
anterior son procesos que suponen la participación no pueden cambiar las cosas, tal como lo mostró
activa de los afiliados a través de deliberaciones Michels (1996). Debe agregarse que los métodos
para que se tomen decisiones legítimas en la usados por los oligarcas no necesariamente im-
asociación, por medio de consensos activos, pactos plican el uso de la fuerza para prevalecer sobre la
y votaciones. Son estos tres —usando la voz, diría gran mayoría, sino que pueden basarse en el uso de
Hirschman (1977)— los procesos de decisión más recursos como la información y el conocimiento, a
adecuados a la lógica de la asociación voluntaria, través de la división del trabajo, las estructuras je-
sobre todo en asociaciones muy complejas, rárquicas y la ocupación de los puestos claves por
porque se corresponden bien con la libre voluntad expertos pagados que se hacen indispensables. Los
igualitaria y la correspondencia democrática que miembros no quieren a sus dirigentes, pero no pue-
las legitima. Sin embargo, muchas veces funcionan den desplazarlos porque éstos los derrotan una y
otros procesos de toma de decisiones en los que la otra vez. Se trata de un caso de negación del prin-
membresía participa menos activamente. cipio asociacional de legitimidad por aceptación del
3) La dirigencia carismática. Por este medio, un líder ca- gobierno por la base, y es de esperarse la deserción
rismático es el gran protagonista que toma a su arbi- de los socios o, quizá, la permanencia, porque, a pe-
trio las decisiones de la asociación y los demás miem- sar de todo, aprecian los beneficios que reciben y no
bros lo apoyan con ardor (Weber, 1974, I: 193 ss.) cuentan con alternativas. Esto es indicio de que la
Asociaciones voluntarias 45 a
asociación no es ya voluntaria y de que se trata más asociación: la autonomía. En su lógica social, la asociación
bien de una corporación u organización de afilia- voluntaria debe erigirse como un espacio de decisión relati-
ción constreñida. vamente autónomo. Si no presenta las resistencias necesarias
6) El control autoritario. Para concluir esta parte sobre a lo externo, desaparecerá.
la toma de decisiones, debe hacerse referencia a otro Autonomía significa que hay autodeterminación o capa-
método de decisión: el autoritario, a través del cual cidad de tomar las propias decisiones y ponerlas en práctica,
un dirigente o grupo de dirigentes imponen coacti- lo cual implica distancia y separación respecto de otras en-
vamente sus decisiones a una membresía que no las tidades, aunque éstas, desde luego, no sean plenas y totales,
comparte. Desde luego que aquí también se niega pero sí suficientes para que pueda deslindarse un espacio
la correspondencia entre gobierno y base. Sin duda, apreciable de responsabilidad y agencia propios. Una exten-
un arreglo social de este tipo, sin legitimidad, pone sión o una parte dependiente de otro centro de decisiones
en cuestión que se trate realmente de una asocia- no son real y efectivamente asociaciones autónomas, aunque
ción voluntaria. De hecho, la permanencia de los jurídicamente lo sean.
socios en una “asociación autoritaria” hace suponer Por otro lado, la autonomía permite atribuir a la asocia-
que se trata de una corporación, desde luego, au- ción una conducta propia, separada de la de sus afiliados y de
toritaria. la de otras entidades. Por eso, la asociación tenderá a produ-
cir un punto de vista, una propuesta, un proyecto y hasta un
Estos cuatro últimos tipos de procesos de toma de de- autointerés propio, que será distinto de los individuales de
cisiones suelen encontrarse más en las asociaciones de baja sus miembros. Este “común denominador”, como lo llama
complejidad, donde los socios que carecen de recursos están Greenwood (2000), implicará un posicionamiento institu-
dispuestos a soportar dirigencias que se apartan un tanto —y cional que contribuirá a dar a la asociación una identidad
a veces plenamente— de la correspondencia entre la base y propia que la distinguirá de otras entidades.
la dirigencia de las asociaciones voluntarias. Es decir, se trata A la identidad propia se añade la personalidad jurídica,
de dirigencias sin legitimidad. ficción que da a ciertas entidades colectivas un trato similar
La tercera perspectiva de análisis organizacional, la pers- al de las personas y las habilita para constituirse en sujetos
pectiva del sistema abierto o ecológica se funda en la intuición de derechos y obligaciones, así como para contar con un
de que la organización está enraizada en un ambiente o en- patrimonio propio. Más aun, les permite a las asociaciones
torno en que operan factores heterogéneos que la penetran, actuar por sus afiliados, representarlos y tener ellas mismas
influyen y arrastran. Considera a la organización como un sis- representantes que expresen “su voluntad” y actúen en su
tema abierto en que operan coaliciones de participantes con nombre. De todo esto se desprende que la asociación debe
intereses cambiantes, enraizados en ambientes más amplios. luchar por su autonomía y cuidarla, midiendo bien el tipo
Esta visión es útil sobre todo para analizar cómo se arti- de compromisos que asume.
culan la agrupación, sus participantes y sus dirigentes en el La identidad social de una asociación puede llegar a tener
entorno social y en los distintos actores políticos y sociales; su una carga simbólica tan fuerte que, dadas las creencias y per-
inserción en el conjunto de las instituciones; los efectos que cepciones socialmente construidas, puede operar eficazmente
la inserción genera y la dinámica que ese entorno le imprime y a distancia, como si fuera una “fuerza mágica” (Bourdieu,
a la agrupación; la construcción relacional de su identidad, la 1997), y el vigor de esa identidad social alimenta el grado de
efectividad social de su simbología, los límites de su autono- su autonomía. Una fuerte identidad es, por otra parte —sobre
mía y el componente extragrupal de sus procesos de toma de todo en las asociaciones poco complejas de miembros que
decisiones, sus estrategias y sus acciones; y permite evaluar controlan pocos recursos— una fuente de cohesión y de ca-
cuestiones como el impacto, la relevancia y la pertinencia pacidad para generar liderazgos sociales capaces de articular
sociales de la agrupación, así como su legitimidad externa. consensos y solidaridad entre los miembros.
Desde el punto de vista de la perspectiva teórica ecológica, Tanto la autonomía como la cohesión de la asociación
las asociaciones están penetradas por “factores externos” y la voluntaria le permitirán desempeñarse con solvencia en
vida asociacional está interferida por ellos. En otras palabras, medio del entorno, proveyéndola de recursos para desplegar
esos factores “externos” no lo son del todo, pues intervienen o estrategias y acciones que la protejan de las tendencias ne-
inciden en sus procesos internos, ya sea mediante agentes que gativas que afectan a su desempeño, y también le permitirán
actúan en ellas o a través de procesos sociales que las atravie- aprovechar las ventajas que el mismo entorno le ofrece para
san y arrastran, o a través de los vínculos que establecen con avanzar en sus objetivos, cuidando siempre que la asociación
otras organizaciones. Pero el entorno actúa también directa no se destruya en esos intentos (reda, 2009).
y cotidianamente, a través, por ejemplo, de las actitudes, ex-
pectativas y motivaciones que portan los miembros al seno
de las asociaciones (Scott, 2003; Pfeffer, 1992). No obstante
todo ello, de la libre afiliación y la participación activa de
la membresía proviene otra característica importante de la
a 46 Asociaciones voluntarias
Líneas de investigación y debate de esas organizaciones, con el supuesto de que no deben de-
contemporáneo pender —para su financiamiento— de “la buena disposición”
de ciertos donantes, sino que deben construirse mecanismos
El auge de los conceptos de sociedad civil, esfera pública, es- bien estructurados a través de los cuales, mediante procedi-
fera civil y muchas otras ideas surgidas más o menos a partir mientos sujetos a la transparencia y la más estricta rendición
de la tercera ola democrática que multiplicó enormemente de cuentas, se les canalicen fondos públicos autorizados por
el número de naciones democráticas, empezando con la los ciudadanos mediante manifestaciones individuales de su
transición a la democracia que puso fin a las dictaduras y los voluntad sobre el destino de una parte de los impuestos que
regímenes autoritarios del sur de Europa y de América La- pagan. Lo anterior, desde luego, incluye un debate sobre las
tina y el derrumbe del socialismo en Rusia y Europa oriental, modalidades y posibilidades de las organizaciones civiles y
ha tenido varios correlatos en el campo de las asociaciones su financiamiento, su régimen interno, y la transparencia y
voluntarias, a las que todos reconocen un lugar fundamental rendición de cuentas.5
en el seno de la sociedad y esfera civiles.
Por un lado, existe el crecimiento acelerado de muchas Bibliografía
agrupaciones voluntarias; muchas de ellas, ligadas a los
grandes movimientos sociales de los derechos civiles, el fe- Alexander, Jeffrey C. (2006), The Civil Sphere, Oxford: Oxford
minismo, de defensa del medio ambiente, etéctera. Junto University Press.
con éstas, destacan las conocidas como organizaciones no Arditi, Benjamín (2005), ¿Democracia post-liberal? El espacio po-
gubernamentales, que en todo el mundo se han ocupado de lítico de las asociaciones, Barcelona: Anthropos, Universidad
Nacional Autónoma de México.
los más diversos problemas. En general, las asociaciones del Bekkers, René (2005), “Participation in Voluntary Associations:
más diverso tipo se han constituido como un contrapoder Relations with Resources, Personality, and Political Values”,
frente a las fuerzas del Estado y del mercado. Political Psychology, vol. 26, núm. 3, pp. 439-454.
Por otro lado, surgió y maduró el concepto de capital so- Bourdieu, Pierre (1997), Razones prácticas. Sobre la teoría de la acción,
cial impulsado por teóricos de diversas escuelas (Bourdieu, Barcelona: Anagrama.
Coleman y Putnam) y entendido, de manera muy amplia y Brunsson, Nils y Johan P. Olsen (1998), “Organization Theory:
general, como complejos de relaciones sociales en las que Thirty Years of Dismantling, and Then...?”, en Brunsson y
anidan la confianza y las expectativas de reciprocidad. Olsen (eds.), Organizing Organizations, Bergen: Fagbok-
Ligado a lo anterior, se ha desarrollado el llamado “neo- forlaget, pp. 13-43.
Cohen, Jean y Andrew Arato (2000), Sociedad civil y teoría política,
tocquevillianismo”, en el que destaca Putnam (2002) y sus México: Fondo de Cultura Económica.
preocupaciones por el declive histórico del asociacionismo en Durkheim, Emilio (1973), De la división del trabajo social [1895],
sociedades como la norteamericana y su propuesta de enten- Buenos Aires: Schapire Editor.
der a las asociaciones como productoras “naturales” de capital Einarsson, Torbjörn (2008), “Ownership and Control in Swedish
social. Se ha criticado a esta propuesta que, en el conjunto de Federative Organizations —or a Member Is a Member Is a
las asociaciones, deben diferenciarse las asociaciones verti- Member?”, istr Eighth International Conference, Barcelona,
das sobre sí mismas (por ejemplo, un club de fiestas), que no 9-12 de julio. Disponible en: <http://www.studentcorner.eu/
participan para nada en el debate cívico, político y social, de pubs/senior/papers/senior2008_002.pdf>.
las que podríamos llamar civiles o “cívicas”, que sí participan Greenwood, Justin (2000), “Are eu Business Associations Gover-
nable?”, European Integration Online Papers, vol. 4, núm. 3.
comunicando activamente en la sociedad civil.4 Habermas, Jürgen (1981), Historia y crítica de la opinión pública,
A esas asociaciones que no participan en el debate públi- Barcelona: Gustavo Gili.
co deben agregarse, en principio, las asociaciones del tercer _____ (1992), Autonomy and Solidarity. Interviews with Jürgen Ha-
sector, cuyo objetivo es la producción de bienes y servicios a bermas, Peter Dews (ed.), London: Verso.
través de organizaciones no lucrativas: empresas sociales, fun- Heberle, Rudolph (1937), “The Sociology of Ferdinand Tönnies”,
daciones, instituciones de asistencia, etcétera. En relación con American Sociological Review, vol. 2, núm. 1, pp. 9-25.
este sector, se ha planteado la llamada “responsabilidad social Hechter, Michael (1987), Principles of Group Solidarity, Berkeley:
empresarial” y la nueva filantropía empresarial que, en algu- University of California Press.
Hirschman, Albert O. (1977), Salida, voz y lealtad, México: Fondo
nos casos, ha comprometido para ello cantidades colosales.
de Cultura Económica.
Otros debates y propuestas vinculados a las asociaciones Luna, Matilde y José Luis Velasco (2010), “Mecanismos de toma
voluntarias se relacionan con lo que se ha llamado “el segundo de decisiones y desempeño en sistemas asociativos com-
circuito de la ciudadanía”, asumiendo que en la sociedades plejos”, en Cristina Puga y Matilde Luna (coords.), Nuevas
contemporáneas es indiscutible y necesaria la participación perspectivas para el estudio de las asociaciones, México: An-
de un conjunto de organizaciones que intervengan en todo thropos, Instituto de Investigaciones Sociales-Universidad
tipo de redes, incluidas las de gobernanza. A estas propues- Nacional Autónoma de México, pp. 121-153.
tas se han añadido consideraciones sobre el financiamiento
Asociaciones voluntarias 47 a
AUTONOMÍA
March, James G. (1997), “Understanding How Decisions Happen
in Organizations”, en Zur Shapira (ed.), Organizational
Decisions Making, Cambridge: Cambridge University Press,
pp. 9-34.
Yolanda Angulo Parra
Michels, Robert (1996), Los partidos políticos [1911], 2 tomos, Bue-
nos Aires: Amorrortu.
Montesquieu, Charles (1997), Del espíritu de las leyes [1748], Mé-
xico: Porrúa. Definición
Olson, Mancur (1971), The Logic of Colective Action [1965], New
York: Schoken Books. Ella pensaba que por fin iba a poner punto final a to-
Pfeffer, Jefrey (1992), Organizaciones y teoría de las organizaciones, das las traiciones, las vilezas y las apetencias sin cuento
México: Fondo de Cultura Económica. que habían labrado su perdición. Ahora ya no odiaba
Putnam, Robert D. (2002), Solo en la bolera: colapso y resurgimiento
a nadie, una vaguedad como de crepúsculo se cernía
de la comunidad norteamericana, Barcelona: Galaxia Guten-
berg, Círculo de Lectores. sobre todas sus ideas y el único ruido que escuchaba
_____ (2003), El declive del capital social. Un estudio internacional entre todos los de la tierra era el intermitente gemido
sobre la sociedad y el sentido comunitario, Barcelona: Galaxia de su pobre corazón, dulce e indistinto como el eco
Gutenberg, Círculo de Lectores. postrero de una sinfonía que se va alejando (Flaubert,
reda: Red de Estudios del Desempeño Asociativo, integrada por 1983: 376).
Jorge Cadena, Carlos Chávez, Sara Gordon, Gloria Gua-
darrama, Matilde Luna, Alejandro Natal, Cristina Puga, En Madame Bovary, personaje de la famosa novela de
Ricardo Tirado y José L. Velasco (2009), “Modelo para el Flaubert, encontramos el tema de la búsqueda de auto-
análisis y evaluación del desempeño asociativo”, ponencia
nomía y libertad en un entorno signado por una sociedad
presentada en el II Congreso Nacional de Ciencias Sociales,
Oaxaca, 20-23 octubre. rígida, que condena la transgresión de las buenas costum-
Rousseau, Jean-Jacques (2007), El contrato social [1762], Buenos bres y la moral. Si bien el personaje flaubertiano lucha por
Aires: Alfa Epsilon. romper las ataduras costumbristas, no se le puede otorgar
Schmitter, Phillipe (1992), “Corporatismo (corporativismo)”, la cualidad de actuar autónomamente, porque su compor-
en Matilde Luna y Ricardo Pozas Horcasitas (coords.), tamiento no es producto de una reflexión crítica, sino de
Relaciones corporativas en un periodo de transición, México: impulsos incontrolados presuntamente motivados por la
Instituto de Investigaciones Sociales-Universidad Nacional rigidez de una forma de vida impuesta por la moral de su
Autónoma de México, pp. 3-26. tiempo y grupo social. Sin embargo, si para Milan Kun-
Scott, W. Richard (2003), Organizations. Rational, Natural, and
dera Flaubert “descubrió la necedad” en la persistencia de
Open Systems, 5a ed., New Jersey: Upper Saddle River.
Smith, Adam (1976), Riqueza de las naciones, vol. 1, México: Cultura, Emma de ser libre en el amor y, pese a la adversidad, noso-
Ciencia y Tecnología al Alcance de Todos. tros podemos encontrar en ella —72 años después de que
Tirado, Ricardo (2006), “El poder en las cámaras industriales de Mé- Kant publicara la Fundamentación para la metafísica de las
xico”, Foro Internacional, vol. XLVI, núm. 2, abril-junio, costumbres— un atisbo de búsqueda de autonomía moral.
pp. 197-226. El concepto de autonomía aparece en la literatura y
_____ (2010), “De la asociación: características y problemas”, en se estudia en disciplinas como la filosofía, la psicología,
Cristina Puga y Matilde Luna (coords.), Nuevas perspec- la pedagogía, la estética, la ciencia jurídica y la política,
tivas para el estudio de las asociaciones, México: Anthropos, así como en la práctica científica y legal.1 Atendiendo a su
Instituto de Investigaciones Sociales-Universidad Nacional
etimología, la palabra proviene del griego autos (por uno
Autónoma de México, pp. 15-40.
Tocqueville, Alexis (1984), La democracia en América [1835 y mismo) y nomos (norma o ley) e ilustra claramente su sig-
1840], México: Fondo de Cultura Económica. nificado: alguien que se impone sus propias normas o leyes,
Warren, Mark E. (2001), Democracy and Association, Princeton: sin influencia externa. Así, en teoría jurídica, un Estado
Princeton University Press. es soberano cuando diseña e impone sus propias leyes, sin
Weber, Max (1972), “Max Weber’s Proposal for Sociological presión de fuerzas extrañas, y una universidad es autóno-
Study of Voluntary Associations” [1910], Everett C. Hu- ma cuando se rige por sus propios reglamentos internos;
ghes (trad.), Nonprofit and Voluntary Sector Quarterly, núm. la filosofía logró autonomía cuando se deslindó de la reli-
1, pp. 20-23. gión. El desarrollo de la ciencia es autónomo si responde
_____ (1974), Economía y sociedad, México: Fondo de Cultura
a investigaciones y métodos libres de coacción de agentes
Económica.
interesados, como gobiernos o empresas. La autonomía
a 48 Autonomía
pedagógica se entiende por lo menos en dos sentidos: la de poder, saberes emergentes y juegos de verdad.2 Por con-
realización de planes de estudio y procedimientos de en- siguiente, no existen significados únicos, universalmente
señanza-aprendizaje de cada institución educativa, libre válidos, sino que todo concepto adquiere su sentido y fun-
de presiones externas y, atendiendo a sus objetivos, como ción dependiendo de las condiciones sociales en donde se
señala Paulo Freire, educar para liberar y no para satisfacer expresa y usa. Analizaremos nuestro concepto en algunos
necesidades del mercado u otras instituciones. No obstan- autores y épocas relevantes del mundo occidental.
te, la autonomía es relativa, pues resultaría prácticamente En el siglo v a.C., Antígona —personaje de la trage-
imposible escapar del influjo de la sociedad, la política, el dia de Sófocles que lleva el mismo nombre— se considera
mercado o desatender demandas populares que restringen precursora de un acto autónomo. En una querella por el
el grado de autonomía. trono de Tebas, Polinices y Eteocles, ambos hermanos de
La filosofía, en su vertiente ética, reflexiona sobre las Antígona, murieron uno en manos del otro. Creonte, rey de
decisiones y actos del sujeto, en torno al bien y el mal, lo Tebas, declara a Polinices traidor a la patria y ordena que
justo y lo injusto, de manera que la autonomía queda estre- no sea enterrado, pero Antígona, desafiando a la autoridad,
chamente vinculada con otras nociones éticas como razón, le otorga los honores fúnebres y sufre las consecuencias:
voluntad, deber, libertad, responsabilidad, dignidad humana “Pero ahora Polinices, por recubrir tu cadáver, mira lo que
y conciencia. El concepto opuesto al de autonomía es he- me gano […] pese a haberte dedicado los más altos honores
teronomía, también proveniente del griego heteros (otro) y de acuerdo con tal ley, Creonte entendió que ese mi com-
nomos (norma o ley), lo cual significa que obedece a nor- portamiento constituía un delito y una osadía tremenda”
mas impuestas por otros. En algunas éticas, la separación (Sófocles, 1988: 162).3
entre autonomía y heteronomía no queda tajantemente Posteriormente, sabemos por Platón que para Sócra-
escindida, pues se reconoce la imposibilidad de hacer abs- tes, sin existir formalmente el concepto de autonomía, el
tracción de los usos, costumbres y demandas del entorno autogobierno era una cualidad de los hombres libres, la
social, aunque pasen por el tamiz de la reflexión filosófica. cual debían cultivar, especialmente quienes aspiraban a
En el lenguaje ordinario, se entiende como persona au- un puesto en la política, pues para gobernar a los otros era
tónoma la que actúa por sí misma, en forma racional, sin condición previa gobernarse a sí mismo: “al prescribirse
depender de otros, capaz de dar cuenta de sus actos y res- el conocimiento de ‘sí mismo’, lo que se nos ordena es el
ponsabilizarse de ellos frente a los demás. Esta concepción conocimiento de nuestra alma” (1981: 131c-258). El co-
no es ajena a la de la ética filosófica, aunque ésta desarrolla nocimiento de la propia alma (psyche) no es un fin, sino un
discursos racionales, vocabularios específicos, producto del medio para poder llevar a cabo el cuidado de sí o proceso
estudio riguroso y profundo del ser humano, la sociedad, transformador del ser. Por tanto, la introspección es nece-
la política y la historia, expresados en argumentos racio- saria para hacerse cargo del alma, de su verdad (aletheia) y
nalmente fundamentados. Es indispensable señalar que de su pensamiento (phronesis) (Hadot, 2006: 97).
ni la autonomía en tanto concepto, ni el sujeto —indivi- En la concepción aristotélica y las escuelas helenísticas,
duo, Estado o institución— son abstracciones que pasan la autarquía (del griego autos, sí mismo y arkéo, bastar), esto
en una continuidad y progreso histórico, experimentando es, ‘autosuficiencia’ o ‘bastarse a sí mismo’, es un bien al que
sólo cambios relativos. Desde una perspectiva genealógica, se debe aspirar y la vía para alcanzarlo es la no dependencia
basada principalmente en Nietzsche y Foucault, la hipótesis del exterior, bastarse a sí mismo y alcanzar la felicidad. El
de este artículo es que las categorías, conceptos y los mis- desapego de las cosas materiales conduce a la tranquilidad
mos sujetos están inmersos en procesos históricos, políticos del alma (ataraxia), la libertad, la felicidad (eudaimonia) y
y sociales con rupturas y discontinuidades. Tal enfoque la virtud (areté); tal es la situación del sabio. Sin embargo,
abandona la idea de un sujeto ahistórico que transita en el para Aristóteles sólo el Estado es autárquico, porque es el
tiempo sin que su “esencia humana” se modifique. En este único que puede bastarse a sí mismo. La tarea de la polí-
tenor, el concepto de autonomía se aborda desde una pers- tica consiste entonces en desarrollar la virtud en todos los
pectiva filosófico-genealógica, tomando en consideración ciudadanos para que la felicidad sea posible en una polis
vínculos con la política, la economía y la historia. donde reine el bien y la justicia.
Corrientes filosóficas posteriores al socratismo perfila-
Historia, teoría y crítica ron principios éticos de independencia moral e intelectual.
Las escuelas filosóficas de la época helenística y romana
La autonomía, como concepto de la filosofía moral, estric- (del iii a.C. al iii d.C.), como cínicos, escépticos, epicú-
tamente hablando, surgió en la Modernidad con Kant; sin reos y estoicos, se centraron en la vida interior —aún no
embargo, desde el enfoque genealógico-filosófico, dicha
noción emerge en un lugar y momento histórico específi-
2 La genealogía a la que nos referimos está basada en la obra de
cos, producto de determinadas condiciones, esto es, ciertas Michel Foucault.
prácticas sociales, una conformación especial de relaciones
3 Finalmente, Antígona se suicidó para evitar la sentencia de ser
enterrada viva.
Autonomía 49 a
considerada como autonomía— con tintes éticos y polí- pesimismo en Weber puesto que “la autonomía de la vo-
ticos, cuyo objetivo consistía en imponerse su propia ley luntad permite liberarse de la tradición y la aceptación del
para lograr independencia de la polis pero sobre todo de hecho de que, en principio, la toma de decisiones se basa
sí mismo, liberándose de pasiones, instintos y deseos me- en el compromiso con todos los valores” (Hall, 1994: 36).4
diante la práctica constante del autogobierno. Las éticas autónomas modernas sientan como princi-
Para los estoicos, la filosofía no consistía en el estudio pio la voluntad de un sujeto racional que actúa conforme a
de nociones abstractas, sino en el arte de vivir, el cultivo de las leyes o normas que le dicta su conciencia; es un sujeto
un estilo de vida y la transformación del ser para mejorar. moral reflexivo, creativo, siempre alerta, que toma deci-
Escépticos y epicúreos buscaban la ataraxia, que se logra por siones atendiendo a la “buena voluntad”, como lo expresa
la meditación y la concentración. Fueron tal vez los cínicos Kant. En pocas palabras, se da a sí mismo su ley moral. Se
quienes llevaron la idea de autosuficiencia al extremo. Se podría suponer que una ética autónoma conduciría a un
dice que Antístenes, filósofo fundador de la escuela cínica relajamiento o anarquía moral en donde cada quien actuara
(cinosarges), sostenía que el autocontrol era la base de la conforme a sus deseos, inclinaciones o instintos. Sin em-
virtud. Para ellos, la condición indispensable de libertad bargo, es lo contrario, pues el sujeto moral autónomo se ha
era reducir sus necesidades al mínimo, con el fin de evitar comprometido con su propia ley, producto de un proceso
hasta donde fuera posible cualquier tipo de dependencia. deliberativo de buena fe, que toma en consideración a los
De ahí proviene la fama de Diógenes de Sinope —y su- otros. Además —y ésta es la propuesta fuerte kantiana—
puestamente también el nombre de cínico—, apodado “el como todo el proceso se basa en la buena voluntad, en el
perro” (kinicós) porque emulaba la vida de los perros calle- momento de tomar una decisión de naturaleza moral,
jeros, que sobreviven de desperdicios, lo cual significaba el sujeto debe preguntarse si estaría dispuesto a que su
para Diógenes un alto grado de libertad. En general, con acto se convirtiera en una máxima aplicable a todos los
las variantes propias de cada filósofo, los cínicos se acerca- seres humanos; es decir, si quisiera que todos actuaran de
ban a la autosuficiencia mediante la constante práctica del la misma forma.
ejercicio físico y de la ascesis como preparación contra la Kant llamó a este precepto “imperativo categórico”, que
adversidad que produce el hambre, el frío y la pobreza, así reza: “Obra sólo según una máxima tal que puedas querer
como de males que no dependen de uno mismo. al mismo tiempo que se torne ley universal” (1983: 39); y
Aunque en la filosofía de la Antigüedad clásica se prac- ofrece una segunda versión: “Obra como si la máxima de
ticaba la introspección, la meditación y ciertos ejercicios tu acción debiera tornarse, por tu voluntad, ley universal
espirituales, no han emergido aún las condiciones para de la naturaleza” (40). El querer es ahora más contundente,
afirmar que se trata de autonomía. Pese a las similitudes pues se menciona la voluntad, es decir, una voluntad buena
conceptuales de distintas épocas, las investigaciones coin- porque obra por deber, no por gustos o inclinaciones in-
ciden en señalar que en sentido estricto la autonomía es dividuales, y es fundamento de la autodeterminación. La
producto de la Modernidad, ya que su emergencia se debe tercera versión dicta: “obra de tal modo que uses la huma-
a la confluencia de ciertas prácticas sociales y del proceso nidad, tanto en tu persona como en la persona de cualquier
histórico que lo posibilita. otro, siempre como un fin al mismo tiempo y nunca sola-
En el siglo xvii se da una ruptura con la moralidad mente como un medio” (45). Aquí aparece el tema de la
medieval fundada en Dios; Montaigne abandona la idea dignidad humana, que consiste en reconocer a cada indi-
de la moral como obediencia, concibiéndola como condi- viduo como un fin en sí mismo, con un valor intrínseco
ción de posibilidad de autogobierno y autocreación, y se absoluto y que por consiguiente nunca se le debe utilizar
experimenta un cambio en la significación de los valores. Si como medio para propósitos personales. La autonomía
en la Edad Media los valores se consideraban universales, kantiana, como “principio supremo de la moralidad”, con-
fungiendo como principios para la toma de decisiones y siste entonces en que la voluntad se determine libremente.
la acción, Max Weber señala que la Modernidad surge en Desde siglos antes de nuestra era, la famosa regla de
conjunción con la autonomía y la voluntad subjetiva, de oro “no hagas a otros lo que no quieras que te hagan” ha
manera que son los individuos, a través de sus elecciones existido en muchas culturas, en el marco de religiones tan
y actos, quienes dotan de sentido a las cosas. diversas como el hinduismo, el budismo, el judaísmo, el
En virtud de que los valores tradicionales ya no se in- confucionismo y el cristianismo.5 En la época moderna,
terpretan como independientes del sujeto, puesto que la Jeremy Bentham y John Stuart Mill sustentaron la regla de
racionalidad instrumental moderna no toma en cuenta fines
ni valores, tal emancipación conlleva el peligro de desem-
bocar en un decisionismo de la libre elección. Y aunque 4 Mi traducción del original en inglés.
la autonomía y la libertad posibilitan que el individuo sea 5 Es preciso considerar que aquí se hace una generalización de
un creador de sentido y valores, sólo unos cuantos ilustra- un tema mucho más complejo. Por ejemplo, existe controversia
dos podrán gozar de esa capacidad, lo cual se convierte en torno a si el Islam alberga la regla de oro; además, también
en un asunto elitista. Pero, afortunadamente, no todo es se deben tomar en cuenta las variables en la forma como se
sustenta y aplica. Para mayores referencias, véase: P.S.B., 2012.
a 50 Autonomía
oro, pero sería un error genealógico equiparar sus distintas individuo y su trabajo vivo están subordinados a la pro-
versiones con la filosofía moral de Kant, quien, por cierto, ducción, de manera que la única forma de liberarse es en
la rechazó. En el primer caso se trata de un imperativo una sociedad comunista, puesto que “el libre cambio será
hipotético, resultado de un cálculo de consecuencias. En entre individuos asociados sobre la base de la apropiación
cambio, el imperativo categórico de Kant es de naturaleza y control común de los medios de producción” (86). La
universal, se basa en la autonomía de la voluntad que a su emancipación de la clase obrera conduce a la libertad del
vez descansa en una ley universal, expresada por la razón trabajo vivo, es decir, del trabajador en su actividad vital,
práctica, esto es, la libertad. quien al apropiarse del proceso de producción habrá lo-
Una limitante de la regla de oro es que generalmente grado su autonomía.
se expresa en su versión negativa, que consiste en no dañar Sin embargo, no se trata de un acto solipsista, sino de
a los demás, sin prescribir ninguna obligación, así como un proyecto económico, político y social sustentado en
su carácter emotivo, subjetivista y sentimentalista, versus la abolición del capitalismo para dar pie al comunismo,
el intelectualista de Kant. Otra crítica a este mandato modo de producción superior que Marx denomina el rei-
señala que todos los seres humanos son diferentes, de tal no de la libertad. La autonomía es un logro al que se llega
forma que lo que disgusta a uno puede no coincidir con socialmente, en el proceso de trabajo, donde los sujetos es-
lo que a otro disgusta; así, se considera conveniente con- tablecen sus normas y logran la autodeterminación. En el
siderar la versión positiva, que indica: “trata a los demás sentido de clase, la emancipación es condición de posibili-
como desearías que te trataran a ti”. De cualquier forma, dad del ejercicio de poder del proletariado, y la autonomía,
la aplicación de esta norma surge más del deseo que de la capacidad de realización del obrero en su actividad vital.
la razón;6 por eso Freud critica la regla de oro en las reli- El concepto clave para el proceso de emancipación es
giones, cuyos principios se establecen apelando al amor y el trabajo vivo que está subsumido al capital en el proceso
no a la razón, como por ejemplo “ama a tu prójimo como de producción, y al Estado y a las clases dominantes como
a ti mismo”, ya que el amor es un sentimiento que no se sujeto. Desde la perspectiva foucaultiana, se deduce que
puede forzar; con base en la razón es posible respetar y —a diferencia de otros enfoques, como el kantiano— para
ayudar al prójimo, pero no amarlo. Marx, el objetivo es la constitución de una nueva forma de
Si bien la concepción ética kantiana y la regla de oro subjetividad, una vez que el trabajo vivo haya pasado por
han prevalecido durante largo tiempo, es preciso abordar un proceso de subjetivación a través de la lucha emanci-
otras vertientes que incluyen enfoques como el histórico, patoria en un nuevo modo de producción. La autonomía
el político y el económico, además del moral. Un ejemplo tiene una función política importante, pues no sólo implica
relevante es el marxismo; aunque el uso literal del térmi- al sujeto individual sino, como señala Rosa Luxemburgo,
no autonomía sea poco frecuente en la literatura marxista se trata de una “autonomía de clase”, en el transcurso de
—especialmente en el propio Marx—, en forma implíci- una autodeterminación progresiva (Modonesi, 2011: 3).
ta, tanto en su obra como en la de Engels, es un concepto Arriesgando una generalización a partir de las dife-
importante. El trabajo teórico de ambos filósofos tiene por rentes corrientes, pero centrada en Marx, se podría decir
objeto la superación del capitalismo, sustentado en que las que para alcanzar la autonomía se requiere la consecución
fuerzas históricas, económicas y políticas lo harán posible. de tres momentos: emancipación del trabajo vivo en el
En el contexto marxiano, la cuestión de la autonomía proceso de producción capitalista; independencia del pro-
está fuertemente ligada a la economía y la política, por lo letariado de la clase dominante (burguesía), y emergencia
que es preciso distinguirlo del concepto de emancipación. de una nueva forma de subjetividad autónoma. Conside-
En la obra juvenil de Marx, la emancipación no será posible rando lo anterior, la autonomía se inscribe en el marco
en tanto la actividad vital del obrero —el trabajo— perte- de la tríada saber, poder y sujeto: primero, el proletariado
nezca a otro como trabajo enajenado: “Cuanto más se mate tiene el saber específico del proceso de producción; segun-
el obrero a trabajar, más poderoso es el mundo ajeno, de do, la emancipación exige un ejercicio del poder sobre sí
objetos creados por él en contra suya, más se empobrece mismo (autogobierno) y sobre los demás (gestión);7 por
él mismo y su mundo interior, menos le pertenece éste a último, del resultado dependerá la emergencia de una nue-
él” (1982: 596). va forma de subjetividad autónoma. La discusión sobre la
En el sistema capitalista, la producción se desarrolla en autonomía presenta el doble aspecto de la “autonomía in-
vínculos de dependencia de personas y cosas, ya que dicho dividual” marxista y de una “nueva forma de subjetividad”
sistema “crea, por primera vez, y al mismo tiempo que la de la clase trabajadora. Es individual porque el sujeto se
universalidad de la enajenación del individuo frente a sí
mismo y a los demás, la universalidad y la multilateralidad
de sus relaciones y de sus habilidades” (1980: 89-90). El
7 Esta perspectiva foucaultiana erradica la concepción habitual
del poder como cosa y negatividad para concebirlo como re-
6 Para una disertación más amplia sobre esta diferencia, véase laciones de poder, incluyendo su aspecto “positivo”, es decir,
Alcoberro, s.f. que produce algo.
Autonomía 51 a
transforma a sí mismo, y social porque al mismo tiempo lar reflexivamente las normas heterónomas con decisiones
implica una transformación social. autónomas. La concepción kantiana de dotarse de una ley
Dando un vuelco hacia un individualismo moral, es im- moral universal deslindada del contexto histórico, político,
portante abordar la filosofía de Nietzsche, gran filósofo de jurídico y social ha quedado un tanto rezagada.
la libertad y, por tanto, de la autonomía. El famoso pasaje Una forma interesante de abordar esta controversia es
de las tres transformaciones del espíritu en Así habló Za- la del filósofo norteamericano John D. Caputo, que ofrece
ratustra es importante para entender el proceso que lleva una alternativa a la disyuntiva autonomía/heteronomía in-
a los hombres hacia la autonomía. Nietzsche ilustra la pri- troduciendo el término heterología, el cual significa lógica
mera transformación con la figura del espíritu de carga; la de la diferencia. El modo heterológico “significa reconocer
sumisión, que se arrodilla para recibirla, como si se tratara las necesidades urgentes de los que son diferentes” (Capu-
de un camello, representa los valores cristianos impuestos to, 1993: 115), admitiendo y acudiendo al llamado de otro
por la familia, la sociedad y las instituciones. La segunda en desgracia. Caputo critica la postura autónoma porque
transformación la lleva a cabo el león que tira la carga por- corresponde a un modelo cognitivo, como si un soldado en
que quiere ser libre, peleando con el dragón que representa solitario se ufanara de acatar órdenes. Sin embargo, acudir
los valores tradicionales, para efectuar el tránsito del “tú al llamado de la víctima de un desastre podría interpre-
debes” al “yo quiero”. Por último, la tercera transformación, tarse como acto autónomo porque es la propia voluntad
representada por el niño, ilustra el espíritu capaz de crear la que se obliga.10
nuevos valores, logrando el espíritu autónomo: “Inocen- En una línea diferente, Foucault critica la noción de
cia es el niño y olvido, un nuevo comienzo, un juego, una sujeto epistemológico con una esencia inamovible que tran-
rueda que se mueve por sí misma, un primer movimien- sita por la historia siempre igual y, por el contrario, sostiene
to, un santo decir sí” (Nietzsche, 2000: 55). La rueda que que el sujeto forma parte activa de la historia, transformán-
se mueve por sí misma es el espíritu libre, autónomo, la dose en el devenir. Atendiendo a esa premisa, se requiere de
voluntad capaz de deshacerse de la carga milenaria del nuevas categorías para reconfigurar la noción de autonomía,
deber de una moral impuesta, para finalmente crear una lo cual se está llevando a cabo volviendo la mirada al ca-
ética de la libertad. rácter práctico de la filosofía antigua. El proyecto consiste
No se puede pasar por alto el periodo existencialista cuya en difundir lo que Foucault llama “estética de la existen-
principal temática gira en torno a la libertad. Ilustraremos cia” y surge de la necesidad de enfrentar la problemática
esta corriente con Jean Paul Sartre, quien trató el tema de que aqueja a las sociedades contemporáneas, agobiadas por
la autonomía tanto en su obra literaria como filosófica.8 El autoritarismos, corrupción y sujeción, y cuya solución se
existencialismo ateo9 de Sartre es una forma radical de con- vislumbra en la transformación del ser individual.
cebir la autonomía. Partiendo de la premisa de que Dios no Aunque el trabajo de Foucault no tuvo intenciones de
existe, tampoco hay una esencia humana, de manera que que se llevara a la práctica, él mismo dio la pauta para ver
cada individuo debe crearla a lo largo de su vida. Sartre lo la filosofía como “caja de herramientas” destinadas a cons-
resume en la famosa sentencia: “la existencia precede a la truir algo. A partir de ahí y de sus últimas publicaciones,
esencia”. En esto consiste la radicalidad del sujeto autónomo, se vislumbra el proyecto de elaborar una ética centrada en
en la plena libertad para dotarse a sí mismo de una esencia, la idea de que cada uno es su propia obra de arte y debe
sin depender de un ser supremo que se la haya dotado. Por construirla de la mejor manera posible, una obra bella. No
tanto, “no hay determinismo, el hombre es libre, el hombre obstante, si bien la constitución del propio ser es un tra-
es libertad” (1973: 27). bajo autónomo, íntimo, está destinado al mejoramiento
político y social.
Líneas de investigación y debate El Diálogo Alcibíades de Platón resulta pertinente para
contemporáneo el proyecto; en él se plantea la relación entre el arte de go-
bernar y el cuidado de sí. Alcibíades expresa a Sócrates su
En sentido estricto, no existe una separación tajante en- intención de gobernar Atenas y éste responde que quien no
tre autonomía y heteronomía. La autonomía no se reduce es capaz de autogobierno no puede gobernar a los demás,
a la auto-imposición de la ley moral independiente de instándolo a que primero se aboque al conocimiento de sí
toda sujeción externa, sino que es la capacidad de vincu- mismo, para estar en condiciones de transformar su ser.11
8 A pesar del influjo que el existencialismo tuvo en una época, 10 La obligación proviene de la naturaleza (estoicos), de la ley
hoy parece olvidado y, no obstante, ha marcado la subjetividad divina (cristianismo), de la voluntad buena (Kant), del otro
occidental actual. (Levinas).
9 El existencialismo tuvo dos vertientes: el cristiano, entre cuyos 11 La inscripción en el templo de Apolo en Delfos rezaba “Co-
representantes están Søren Kierkegaard, Gabriel Marcel y Karl nócete a ti mismo”, “cuida de ti” (Gnothi seauton, epimeleia
Jaspers, y el ateo, signado por Jean Paul Sartre, Simmone de heautou). Relacionando ambas sentencias, Foucault describe
Beauvoir y Albert Camus. que para Platón, en las escuelas helenísticas y romanas, la
a 52 Autonomía
Así es que el sujeto debe adquirir el arte, la techné, para ller, en Fernando Álvarez-Uría (trad. y ed.), Hermenéutica del
saber gobernar a los demás. En otra línea, la filosofía prác- sujeto, Madrid: La Piqueta, pp. 99-116.
tica como consultoría filosófica ayuda individualmente a _____ (1994), Hermenéutica del sujeto, Fernando Álvarez-Uría (trad.
personas que presentan problemas no patológicos, lo que y ed.), Madrid: La Piqueta.
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sentido a la vida, resolver problemas morales, reconocer y drid: Siruela.
manejar emociones, liberarse de la dependencia de otros _____ (1995), Philosophy as a Way of Life, Oxford: Blackwell.
para ser autónomos y otros similares. Hall, David L. (1994), Richard Rorty. Prophet and Poet of the New
En otra vertiente, se trata de enseñar lo que Pierre Pragmatism, New York: State University of New York Press.
Hadot llama “la filosofía como forma de vida” y Foucault, Kant, Immanuel (1983), Fundamentación de la metafísica de las cos-
“constitución del sujeto moral”. La autonomía consiste en tumbres, México: Porrúa.
volver la mirada al interior, no para buscar la ley moral, Kundera, Milan (1990), El arte de la novela, México: Vuelta.
Marinoff, Lou (1983), Therapy for the Sane, New York, London:
sino para encontrar la verdad del yo y modelar el ser. La Bloomsbury.
sabiduría antigua ayuda a la autoformación guiada por un Marx, Karl (1980), Elementos fundamentales para la crítica de la eco-
filósofo, con técnicas diseñadas para conducir el trabajo nomía política (Grundrisse) 1857-1858, México: Siglo xxi.
de interiorización, conversión y transformación del suje- _____ (1982), “Manuscritos económico filosóficos de 1844”, en
to.2 En suma, la autonomía contemporánea consistiría en Wenceslao Roces (trad.), Carlos Marx-Federico Engels, Obras
“promover nuevas formas de subjetividad que se enfren- fundamentales. 1. Marx Escritos de juventud, México: Fondo
ten y opongan al tipo de individualidad que nos ha sido de Cultura Económica, pp. 555-668.
impuesta durante muchos siglos” (Foucault, 1994: 31) y Modonesi, Massimo (2011), El concepto de autonomía en el mar-
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Definición
primera era la base de la segunda. No se puede constituir el
ser moral si no se conoce la verdad de uno mismo. De ahí la
importancia de la introspección. La siguiente definición constituye una buena introducción
al concepto de autoridad pública:
1 “Mal-estar” es mi traducción de Dis-ease, en el original, con-
cepto que se discute en la Parte 1 del libro (Marinoff, 2003:
3-24). [...] se reputa autoridad a aquel órgano de gobierno del
Estado que es susceptible jurídicamente de producir
2 Una propuesta actual, que comienza a cobrar fuerza, consiste en
extraer de las enseñanzas de griegos y latinos de la Antigüedad
una alteración, creación o extinción en una o varias
clásica elementos filosóficos para generar un discurso propio, situaciones, concretas o abstractas, particulares o ge-
con el fin de que la filosofía cumpla un papel transformador. nerales, públicas o privadas, que puedan presentarse
Véase: Angulo Parra, 2013. dentro del Estado, alteración, creación o extinción que
Autoridad pública 53 a
se lleva a cabo imperativamente, bien por una deci- no era impersonal y abstracta como se indica en las defini-
sión aisladamente considerada, por la ejecución de esa ciones ofrecidas al principio (Sabine, 2003).
decisión, o bien por ambas conjunta o separadamente También en la época romana —tanto en el Imperio,
(Burgoa, 1992:188).3 como en la República— el concepto de autoridad pública se
percibió de manera similar a la señalada para la época de la
La anterior definición nos adentra en varios temas que antigua Grecia: no había una distinción nítida entre lo públi-
han sido clave para la concepción de autoridad pública a lo co, entendido como una actividad de un sector especializado
largo de la época moderna, porque pone énfasis en la centrali- y puesto fuera del sistema de producción, y lo privado. A
dad de la ley (el derecho estatal) para la determinación de las esto podemos añadir que, en dicha época, no existía el mo-
características que debe tener un órgano para ser considerado nopolio estatal del ejercicio de la violencia legítima y que la
como autoridad pública, y porque, por otro lado, destaca una producción normativa tenía su centro más importante en
de las características fundamentales del derecho desde los ini- la jurisprudencia, la cual era flexible y no estaba codificada
cios de la Modernidad: la equiparación entre lo público y el (Touchard, 1990; Correas, 2003).
Estado. De manera que, según esta definición ampliamente Durante la Edad Media, por otra parte, se presentó el
aceptada, no existe otra forma de delimitar la autoridad pú- problema de la pluralidad de jurisdicciones. Esto se debió,
blica, si no es a través de la figura del derecho estatal. por un lado, a la lucha entre la jurisdicción de los nobles y la
A la primera definición podemos ahora agregar otra diame- de la iglesia y, por otro, a la gran multiplicidad de jurisdiccio-
tralmente opuesta: “[…] por ‘autoridades’ se entiende a aquellos nes nobles, lo que, evidentemente, dificulta la identificación
órganos estatales de facto o de jure, con facultades de decisión de órganos que puedan ser interpretados como autoridades
o ejecución, cuyo ejercicio engendra la creación, modificación públicas en el sentido plenamente moderno y estatal del
o extinción de situaciones generales o particulares, de hecho o término, el cual implica una unidad claramente definida.
jurídicas, o bien produce una alteración o afectación de ellas, Además, durante el periodo medieval, la autoridad era de-
de manera imperativa, unilateral y coercitiva” (Burgoa, 1992: terminada por el linaje y, al final del periodo, por la capacidad
191). Esta segunda definición es interesante pues, a diferencia económica de los individuos; no por normas jurídicas con
de la primera, establece dos criterios diferentes para identificar pretensión de distribuir los puestos de autoridad con base
qué es una autoridad pública. Por un lado, elimina el requisi- en méritos y conocimientos individuales. No había conte-
to fundamental de que para serlo, el individuo debe actuar en nidos plenamente codificados y estables de la competencia
nombre de un órgano que forma parte del Estado, de tal ma- de las autoridades, un requisito necesario para interpretar a
nera establece una disociación entre lo público y lo estatal. Por la autoridad pública como el ejercicio legal de poder. A todo
otro lado, no constriñe el concepto de autoridad al campo de esto se suma que existía una distinción estamental para la
las normas jurídicas, ya que permite considerar como autoridad aplicación de los múltiples regímenes jurídicos (Bloch, 1958;
pública a aquellas personas que tengan un poder de hecho sobre Ferrajoli, 2000).
los demás, de tal manera que disocia el concepto de autoridad Solamente con el advenimiento de la época moderna se
pública de su construcción exclusivamente jurídica. han podido consolidar las definiciones de autoridad pública
similares a las ofrecidas en el principio de este artículo. En
Historia, teoría y crítica primer término, porque sólo con el paso de la Edad Media a
la Modernidad, con la consolidación de las monarquías ab-
Cualquiera de las dos definiciones del concepto de autoridad solutas nacionales y con el ascenso de la burguesía al poder
pública antes citadas pudo sólo surgir después de la apari- político-jurídico, ha podido surgir el concepto de Estado-na-
ción del Estado moderno. Esto no significa que en épocas ción y, a través de él, la unidad y la monopolización estatal de
anteriores el derecho y la autoridad no hayan sido parte la producción de normas jurídicas (Foucault, 2006; Weber,
fundamental de la vida social, sino que, simplemente, se con- 2000; Luhmann, 1993).4
cebían de una manera muy diferente. En la antigua Grecia, La monopolización es, sin duda, una de las condiciones
por ejemplo, a pesar de que la vida pública y las leyes griegas necesarias para que la noción de lo público, desde los inicios
eran de fundamental importancia para la identidad misma de de la Modernidad hasta nuestros días, sea equiparada con
los individuos, el concepto de autoridad pública no coincide la idea de derecho y de Estado, ya que da pie a una idea de
con las definiciones antecedentes, porque como los cargos lo público que tiene más que ver con una generalidad abs-
públicos eran rotativos y se ocupaban por sorteo (por ejem- tracta y definida a través del Estado, que con la comunidad
plo, en los tribunales), y como todo ciudadano podía y debía y la participación activa de los individuos en su definición
participar en la asamblea (lo que no significa que fuera una y su actuar (Bourdieu, 2007). Únicamente después de que
institución incluyente), el concepto de autoridad se refería este concepto de lo público fue socialmente reconocido, se
más bien a una autoridad común y la noción de publicidad hizo posible el surgimiento del aparato burocrático, es decir,
de un grupo social especializado y separado de la produc-
a 54 Autoridad pública
ción; encargado de crear y aplicar las normas jurídicas en es una autoridad pública, sobre todo, en la determinación de
nombre de la generalidad (Correas, 2003; Bourdieu, 2007; sus competencias y atribuciones (Correas, 2007; Wolkmer,
Weber, 2000). Sin duda, es gracias al surgimiento de este 2006; Santos, 2009b).
aparato que ha cobrado fuerza la idea del control objetivo y No hay que olvidar que esta segunda definición de lo que
neutral del poder a través del derecho. Siguiendo esta línea es una autoridad pública es válida únicamente dentro de sec-
de argumentación, se ha reforzado también la idea de que tores reducidos (bien por la materia específica en la que surge,
la autoridad pública proviene de su determinación a través bien por el hecho de que solamente en algunos países se ha
de la ley estatal, incluida, en la actualidad, en la constitución aceptado su aplicación jurídica), de manera que la primera
(Aragón, 2002; Ferrajoli, 2000). definición, más estrecha, continúa siendo la que domina y se
La teoría dominante sobre la noción de autoridad públi- aplica de forma más extendida.
ca ha sido la que se deriva de la primera definición dada: la
autoridad pública como producto de los actos de un órgano Líneas de investigación y debate
establecido jurídicamente y encargado de aplicar normas contemporáneo
legales. Para esta teoría, los individuos solamente son los
ejecutores de las competencias legales de los órganos que La línea de investigación más reciente y con perspectivas
representan y únicamente, en tanto que apliquen las disposi- de progreso más importantes (debido al poder subordinante
ciones jurídicas, serían considerados como autoridad pública cada vez más importante en manos de sujetos no estatales,
(Kelsen, 2004). como, por ejemplo, las empresas trasnacionales) opta por una
En oposición a esta teoría, encontramos la que se deri- ampliación, más allá del Estado, de los sujetos que pueden
va de la segunda definición de autoridad pública ofrecida en ser considerados como autoridad pública.
la primera sección, la cual amplía la noción para incluir a El desarrollo del concepto autoridad pública en la época
aquellos grupos o individuos que tienen el poder suficiente contemporánea sigue una lógica de continua expansión ya
para determinar la acción de otras personas, que estarían en que, desde hace algunas décadas, se ha aplicado a entida-
un estado de indefensión frente a las primeras (Vega, 2002). des, grupos e individuos que, aun no teniendo legalmente
Esta definición surge, precisamente, dentro del campo de la ninguna competencia para aplicar normas jurídicas, son
protección jurisdiccional de los derechos fundamentales, con considerados, para efecto de la protección jurisdiccional de
el objetivo de incluir en ella acciones de individuos que, con los derechos humanos, como autoridades públicas. El criterio
base en la primera definición, que es más restrictiva, no que- para tal atribución de autoridad pública a sujetos no estatales
darían incluidos dentro del concepto de autoridad pública; por se justifica argumentando que éstos se encuentran en una
ejemplo, en México, dentro de la Suprema Corte de Justicia posición de hecho tal que, en un sentido extralegal, tienen
de la Nación en 1935, y en Colombia, cuyo caso es el más el poder frente a otros individuos para obligarlos a realizar
importante y mejor definido. Por tanto, las violaciones contra alguna acción. Es posible observar que en esta relación hay
derechos fundamentales que se cometan no podrían ser direc- una posición de supraordinación entre ambos sujetos, que
tamente corregidas y anuladas por el Estado (Estrada, 2000). deja a los subordinados sin medios de defensa, jurídicos o no,
Aunque esta última forma de concebir a la autoridad pú- que resulten efectivos. Por esta razón, la extensión de la pro-
blica amplía y posibilita nuevos sectores para la protección tección jurídica en estos casos es vista como una necesidad,
de los derechos fundamentales más allá de las violaciones y extensión que implica, para ser aplicable jurídicamente, un
actos cometidos por instancias estatales, procede en su con- nuevo concepto de autoridad pública más amplio (Estrada,
tra una crítica que se basa en la apropiación del estado de la 2000; Vega, 2002).
definición de lo que es una autoridad pública. Hay que tener en cuenta que estos últimos avances no
Si bien se acepta que no solamente el Estado puede vio- son actualmente aceptados por la mayoría de los Estados y
lar los derechos fundamentales —los sujetos con poder, de de los órdenes jurídicos: todavía impera la visión tradicional
hecho, también pueden ser responsables de estas violacio- moderna de que el poder solamente puede ser ejercido de
nes—, la determinación de la violación, su alcance y la forma forma socialmente reconocida a través de las competencias
de resarcir a las víctimas continúan siendo responsabilidad legales. Por tanto, aún nos encontramos frente a una lucha
estatal. Son las cortes y los tribunales constitucionales —con entre dos maneras distintas, y con distintos efectos, de con-
base en los textos jurídicos y los desarrollos jurisprudenciales cebir a la autoridad pública. Esta nueva teoría amplía de
que interpretan y utilizan para justificar sus decisiones— los manera importante el concepto de autoridad pública y tiene
encargadas de definir los contenidos de los derechos funda- consecuencias de gran alcance en un campo tan importante
mentales (Bourdieu, 2000; 2007). como en el de la protección de los derechos fundamentales.
Siguiendo cualquiera de las dos definiciones, las concep- Adoptando un concepto ampliado de autoridad pública se
ciones distintas de la autoridad pública que provienen de pueden reconocer como violaciones a los derechos humanos
formas comunitarias no estatales (por ejemplo, las que pro- no solamente aquéllas cometidas por el Estado, sino también
vienen de las comunidades indígenas) se encuentran excluidas aquéllas cometidas por quienes ejercen un poder de hecho,
de una participación directa en la determinación de lo que contrario a lo que sucede si se sigue una teoría tradicional.
Autoridad pública 55 a
Esta ampliación de los sujetos que pueden ser considera- Bibliografía
dos como autoridades públicas para efecto de la protección
de los derechos humanos no pone énfasis en una de las Aragón, Manuel (2002), Constitución, democracia y control, México:
cuestiones que, en tiempos más recientes, ha cobrado gran Instituto de Investigaciones Jurídicas-Universidad Nacional
importancia: la disociación entre lo jurídico y el Estado en Autónoma de México.
su concepción moderna (Estrada, 2000). Incluso cuando Bloch, Marc (1958), La sociedad feudal. Las clases y el gobierno de
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se amplía el quién puede ser considerado como autoridad Tipográfica Editorial Hispano Americana.
pública, ello se hace con una finalidad restringida: la de am- Bourdieu, Pierre (2000), Poder, derecho y clases sociales, Bilbao: Des-
pliar la protección de los derechos humanos y, sobre todo, la clée de Brouwer.
aplicabilidad de las garantías procesales (como el juicio de _____ (2007), Razones prácticas. Sobre la teoría de la acción, Thomas
amparo) a ámbitos en los cuales antes no resultaban ejerci- Kauf (trad.), Barcelona: Anagrama.
tables, que incluyan sectores no estatales. Esta ampliación Burgoa, Ignacio (1992), El juicio de amparo, México: Porrúa.
sigue subordinando la definición jurídica de lo que es au- Correas, Oscar (2003), Acerca de los derechos humanos. Apuntes para
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de autoridad pública ha surgido lentamente a través de las xico, Ediciones Coyoacán.
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tucionales, como la Suprema Corte de Justicia de la Nación), Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y
siguiendo su desarrollo dentro de los cauces y las categorías Humanidades-Universidad Nacional Autónoma de México,
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Uno de los trabajos más interesantes y prometedores Estrada, Alexei Julio (2000), La eficacia de los derechos fundamen-
es la reconceptualización de lo que es la autoridad pública: tales entre particulares, Colombia: Universidad de Externado
ello implicaría un cuestionamiento extenso de la identifica- de Colombia.
ción entre lo jurídico y el Estado moderno, de manera que Ferrajoli, Luigi (2000), Derecho y razón. Teoría del garantismo penal,
se ponga a discusión la posibilidad de existencia de normas Perfecto Andrés Ibáñez (trad.), Madrid: Trotta.
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jurídicas no producidas estatalmente (Correas, 2003 y 2007; France (1975-1976), François Eswald, Alessandro Fontana,
Wolkmer, 2006). Mauro Bertani (eds.), Horacio Pons (trad.), México: Fondo
Sin duda, una reconceptualización como la que se propo- de Cultura Económica.
ne se encontraría con mayor resistencia que la teoría jurídica Fraga, Gabino (1986), Derecho administrativo, México: Porrúa.
dominante, pues implica un cuestionamiento más profundo Hart, Herbert L. A. (1998), El concepto de derecho, Genaro R. Carrió
y con efectos más generales que la simple ampliación del (trad.), Buenos Aires: Abdeledo-Perrot.
concepto de autoridad pública para el efecto de la protección Kelsen, Hans (2004), Teoría general del Estado, Luis Legaz
jurisdiccional de los derechos humanos frente a particulares. Locambra (trad.), México: Centro de Investigaciones In-
Esto conduce a una concepción de lo jurídico que va más terdisciplinarias en Ciencias y Humanidades-Universidad
Nacional Autónoma de México, Ediciones Coyoacán.
allá del derecho producido estatalmente, con lo cual cam- Luhmann, Niklas (1993), “La observación sociológica del derecho”,
biaría radicalmente la manera en que, hasta el día de hoy, se Héctor Fix-Fierro (trad.), Crítica Jurídica. Revista Latinoa-
define lo que es autoridad pública. mericana de Política, Filosofía y Derecho, núm. 12, pp. 73-108.
Los casos de pluralismo jurídico son un ejemplo de fe- Sabine, George H. (2003), Historia de la teoría política, Vicente He-
nómenos actuales que nos llevan a afirmar esta posibilidad rrero (trad.), México: Fondo de Cultura Económica.
de reconceptualización. En ellos, parte de la teoría jurídica Santos, Boaventura de Sousa (2009a), Sociología jurídica crítica.
tradicional plantea que las autoridades comunitarias de los Para un nuevo sentido común en el derecho, Madrid: Instituto
pueblos indígenas tienen, con base en los sistemas normati- Latinoamericano de Servicios Legales, Trotta.
vos propios (y no los estatalmente determinados), el carácter _____ (2009b), Una epistemología del Sur. La reinvención del conocimien-
to y la emancipación social, México: Consejo Latinoamericano
de persona de derecho público y, en este sentido, aplican una de Ciencias Sociales, Siglo xxi.
nueva —y mucho más amplia— definición de autoridad pú- Suprema Corte de Justicia de la Nación (1935, 13 de septiembre),
blica en la que está implícita (al menos en parte) la discusión “Autoridad, carácter de, para los efectos del amparo”, tesis
de las autonomías originarias de las comunidades jurídicas aislada, Segunda Sala, Quinta Época, Semanario Judicial de
(Correas, 2007). la Federación, tomo XLV, p. 5033. Disponible en: <www.scjn.
Una de las finalidades de esta discusión es que posibilita gob.mx/ius2006/unatesislnktmp.asp?nius=335181&cpalpr-
una definición de la autoridad pública basada en los lazos co- m=autoridad,para,efectos,de,amparo,&cfrprm=>.
munitarios más que en la abstracción de la legalidad estatal. Touchard, Jean (1990), Historia de las ideas políticas, J. Pradera
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a 56 Autoridad pública
Bb
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La distinción entre conceptos y concepciones es importante
en el estudio del bienestar. El concepto hace referencia a un
término que es conocido pero que también es inherentemente
vago; por ejemplo, a términos tales como democracia, progreso
BIENESTAR y bienestar. Por su parte, la concepción hace referencia a una
especificidad en la comprensión de un concepto: la democra-
cia se puede definir como alternancia en el poder, separación
Mariano Rojas
de poderes, elecciones generalizadas, referéndum y muchos
más. De igual forma, el concepto de bienestar podría tener
muchas concepciones, tales como acceso a ciertos servicios,
Definición
satisfacción de necesidades consideradas como básicas, ple-
nitud humana y otras más.
El concepto de bienestar
Un mismo concepto puede tener varias acepciones; sin
Está en la condición humana el experimentar bienestar, así
embargo, el tema central en la definición de una noción es-
como el experimentar malestar. El bienestar es una vivencia
pecífica de bienestar es su relevancia para los seres humanos.
humana, le acontece a seres humanos de carne y hueso en su
Durante las últimas décadas ha adquirido preeminencia el
vida cotidiana. El bienestar le sucede a los sujetos y no a los
entendimiento de bienestar como vivencia. Así, el bienestar
objetos; por ello, el bienestar es inherentemente subjetivo, ya
deja de ser un constructo —sofisticado— de académicos,
que no puede suceder sin la presencia del sujeto que lo vive.
funcionarios públicos y expertos nacionales e internacio-
Es por esta razón que no tiene sentido hablar de un bienes-
nales, para pasar a ser la vivencia cotidiana de bienestar que
tar objetivo, pues el bienestar no está en los objetos, sino en
tienen las personas. Desde esta perspectiva, el bienestar deja
la persona que lo experimenta (Rojas, 2007; Sumner, 1995).
de ser un tema ajeno a las personas, ya que son ellas quie-
nes lo viven y lo conocen. Se vuelve innecesario —e incluso
Bienestar como fin último y motivación
riesgoso— el acudir a expertos para saber cuál es el bienestar
El bienestar es un fin último, ya que se aspira a éste por sí
de las personas.
mismo y no como medio para obtener algo más. Por ejemplo,
no se aspira al bienestar para poder comprar una casa o para
Historia, teoría y crítica
tener un ascenso laboral, ni las personas aspiran al bienestar
para casarse. Por el contrario, las personas se casan porque con
Dos grandes tradiciones dominaron por siglos la concepción
ello esperan un mayor bienestar, y es por esta misma razón
y estudio del bienestar: la tradición de imputación y la tradi-
que desean tener su casa propia y obtener un ascenso laboral.
ción de presunción del bienestar (Leite, 2007; Rojas, 2007;
Cualquier ascenso laboral y cualquier matrimonio se volve-
2014). En los últimos años ha adquirido relevancia una nue-
rían poco atractivos para las personas si éstas creyeran que
va tradición que se acerca al bienestar como vivencia de los
con ello se daría una caída de su bienestar. De esta forma, el
seres humanos y que, por lo tanto, afirma que el bienestar le
bienestar define lo que son bienes y males para las personas.
sucede a los sujetos y no a los objetos. Esta tradición postula
El bienestar también motiva la acción humana. Las per-
que el bienestar es inherentemente subjetivo, pues no puede
sonas toman sus decisiones motivadas por la consecución de
acontecer sin la presencia del sujeto que lo vive, y por ello se
un mayor bienestar; decisiones tan importantes como qué
le conoce como la tradición del bienestar subjetivo, o bien,
carrera laboral seguir, cambiar o no de ciudad de residencia,
del bienestar como vivencia.
migrar al extranjero y con quién casarse se toman con base
en la expectativa de bienestar.
Las tradiciones de imputación y presunción del bienestar
La procura del bienestar es el objetivo manifiesto de la
La tradición de la imputación parte de que es el experto
política pública, de la acción de organismos internacionales,
—por lo general un académico o comité de especialistas,
de los programas de las organizaciones no gubernamentales
pero también una organización— quien define qué es la
e incluso de las ayudas de las instituciones de caridad. El
buena vida y cuáles son sus atributos. Es con base en esta
trabajo de muchos funcionarios, expertos y consultores tiene
definición y en los atributos —observables— que el exper-
por propósito final contribuir al bienestar de la población. La
to imputa un bienestar a las personas (Nussbaum, 2011).
contribución a un mayor bienestar es también el objetivo ma-
Tanto los filósofos como los moralistas basan su posición en
nifiesto de la gran mayoría de las industrias del sector privado,
Bienestar 57 b
una argumentación convincente acerca de qué es la buena en el paradigma de progreso como crecimiento económico
vida y de cómo se obtiene (Collard, 2003). En el proceso de y de desarrollo como alto ingreso per cápita (Rojas, 2009).
imputar el bienestar de los demás, el experto está limitado Tanto la tradición de imputación como la de presun-
por aquellos atributos (posesiones y acciones de la persona) ción se basan en medir el bienestar de las personas a partir
que le son observables. Por ello, dentro de esta tradición, el de un juicio realizado por una tercera persona, con base en
bienestar termina siendo definido como una lista de atributos variables que le son observables. Esto ha llevado a concebir
observables para un tercero. Un problema con este enfoque el bienestar como un listado de atributos —posesiones, ca-
es que se define el bienestar con base en su medición, en vez rencias y acciones— y no como una vivencia de las personas.
de en su conceptualización. El énfasis se ha puesto en la medición de objetos y no en
Resulta interesante saber que muchos filósofos griegos la medición de la experiencia de bienestar del sujeto. Se ha
creían que la felicidad de una persona no podía ser evalua- llegado incluso a confundir el bienestar con sus potenciales
da mientras la persona estuviera viva, pues el capricho de factores explicativos.
los dioses griegos era tal que cualquier situación de dicha En consecuencia, dentro de estas tradiciones de presun-
o sufrimiento podía revertirse en un instante (McMahon, ción e imputación, el bienestar se ha medido en el mundo
2006). Esta creencia dejaba fuera de cualquier posibilidad de los objetos, lo cual resulta paradójico, pues el bienestar es
el que la persona juzgara su vida. Por ello, esta tradición de un asunto de seres vivos.
imputación sustenta la práctica de que sean otros quienes También en estas tradiciones de presunción e imputación
terminen juzgando el bienestar de los demás. Esos otros ba- proliferan los listados de variables que se consideran como
sarán su juicio en su propia definición de bienestar y en lo factores constitutivos del bienestar; además, se corre el riesgo
que pueden observar de los demás: lo que las personas poseen de que este listado refleje más los intereses, valores y perspec-
(activos) o no poseen (carencias) y lo que hacen o dejan de tivas de quien los propone que aquéllos de cuyo bienestar se
hacer (Sen, 1985; 1987). está hablando. Por ello, se ha dicho que estos listados reflejan
Es dentro de esta tradición de imputación donde se más el alma de quien hace el juicio que el bienestar de aque-
ubican los estudios de bienestar en los que un comité de ex- llas personas a las que el juicio hace referencia.
pertos es nombrado para proponer los criterios que midan
el bienestar de las personas, y donde luego se clasifica a las El bienestar como vivencia. Experiencias esenciales de bienestar
personas en grupos de alto, medio y bajo bienestar a partir de La tradición del bienestar como vivencia —también cono-
la información que se observa. Este enfoque predomina en cida como tradición de bienestar subjetivo— afirma que el
los estudios de marginación, en los que no se consulta a las bienestar relevante para los sujetos es aquél que experimentan
personas sobre su propia evaluación de vida. De igual forma, todos los días y que, por ello, no les es ajeno. Es este bienes-
este enfoque ha predominado en los llamados regímenes de tar como vivencia el que a las personas les resulta familiar;
bienestar, donde el énfasis se pone en el acceso de la pobla- es por ello que entienden y pueden conversar extensamente
ción a un largo listado de servicios y coberturas. acerca de su situación de bienestar y de si la están pasando
La segunda tradición es la de presunción del bienestar. Se mal o bien, y en qué grado, pues está en la condición humana
basa en la propuesta de teorías disciplinarias que asocian el experimentar bienestar y malestar.
bienestar a alguna variable clave de la disciplina; por ejem- A grandes rasgos, puede hablarse de cuatro tipos de ex-
plo, la disciplina económica gira en torno a la explicación periencias esenciales de bienestar que los humanos pueden
de variables que miden el poder de compra o capacidad de vivir: primero, las experiencias sensoriales asociadas al dolor y
consumo de las personas. El ingreso —tanto personal como al placer. Está en la condición humana distinguirlos, e incluso
nacional— adquiere una enorme relevancia para la disciplina diferenciar intensidades. Los cinco sentidos —tacto, olfato,
económica y, con ello, se tiende a asumir que la relación entre gusto, vista, oído— juegan un papel fundamental para tener
el ingreso y el bienestar de las personas es muy cercana, al estas experiencias de bienestar. En distinto grado, los olores,
punto que se llega a creer que el ingreso es la mejor variable sonidos, texturas, sabores y visiones pueden clasificarse como
para estimar el bienestar de los seres humanos. Este sesgo placenteros o dolorosos. El placer contribuye al bienestar, y
disciplinario no es exclusivo de la economía; por ejemplo, el dolor, al malestar, por ello, a no ser que medien circuns-
la ciencia política tiende a centralizar su estudio en facto- tancias especiales —como la existencia de consecuencias de
res como el ejercicio del voto, la transparencia electoral y la mediano y largo plazo— los seres humanos tienden a evitar
separación de poderes, incluso se llega a creer que éstas son el dolor y a acercarse al placer.
variables fundamentales para el bienestar de las personas. El Segundo, las experiencias afectivas asociadas a la viven-
listado específico y la importancia de cada uno de los factores cia de emociones y estados de ánimo. Una frase popular dice
depende más de la inclinación y énfasis disciplinario del ex- que los seres humanos no son de piedra, que tienen corazón.
perto, así como de sus valores y perspectiva. Por ejemplo, en el Las personas experimentan de manera cotidiana muchas
estudio de la pobreza ha predominado una visión económica emociones y estados de ánimo, tales como preocupación,
que asume una relación muy cercana entre bienestar e ingreso tristeza, ansiedad, soledad, miedo, irritación, ira, angustia,
(Rojas, 2015). De igual forma, esta tradición es dominante vergüenza, aburrimiento, envidia, depresión, amor, cariño,
b 58 Bienestar
aprecio, orgullo, entusiasmo, alegría, etcétera. Con no mucha en esa ciudad y de haber comprado una casa en la zona; po-
creatividad, los psicólogos han clasificado los afectos en po- dría incluso llegar a pensar que es una fracasada y que no le
sitivos y negativos; puede hablarse en términos generales de está dando a sus hijos el tipo de vida que desea para ellos. En
vivencias de gozo y de sufrimiento, las primeras contribuyen general, todas estas experiencias contribuyen a que la persona
al bienestar y las segundas, al malestar. A no ser que medie no esté a gusto consigo misma, que esté insatisfecha con su
alguna circunstancia especial, las personas buscan acercarse vida y que afirme ser muy infeliz.
a las experiencias de gozo y alejarse de las de sufrimiento. Como puede observarse, este tipo de experiencias las
Tercero, las experiencias evaluativas asociadas a la capa- tienen todas las personas, todos los días. Las experiencias
cidad humana de plantearse metas y de juzgar el alcance de pueden ser muchísimas y se dan en todas las actividades: en
las mismas. Las aspiraciones humanas pueden ser muchas el trabajo, en el oficio religioso, en el hogar, en el metro, en
y pueden diferir sustancialmente tanto entre culturas como la clase de yoga. Se dan también entre semana y en los fines
dentro de un mismo país; sin embargo, indistintamente de de semana; cuando se está solo, rodeado de seres queridos, o
cuáles sean esas metas y aspiraciones, los seres humanos son cuando se es parte de una multitud en un estadio de futbol.
capaces de evaluar su desempeño en el alcance de sus pro- Al final, son experiencias de bienestar que viven todos los
pósitos y aspiraciones. Dependiendo de la importancia que seres humanos en su vida cotidiana.
la persona asigne a las metas que se ha propuesto y del nivel
de realización o alcance de éstas, se viven, con distintos gra- El bienestar como vivencia. La felicidad o satisfacción de vida
dos de intensidad, los logros y fracasos. En general, los logros Los seres humanos tienen la capacidad de realizar una sín-
contribuyen al bienestar, mientras que los fracasos lo reducen. tesis acerca de qué tan bien marcha su vida; esta síntesis se
Un cuarto tipo de experiencia, menos estudiada, es la resume en frases del tipo “estoy a gusto conmigo mismo”,
mística. La experiencia mística implica un estado de absor- “estoy satisfecho con mi vida”, “mi vida marcha bien” y “soy
ción o involucramiento total para la persona, quien alcanza feliz”. Las experiencias esenciales de bienestar constituyen el
un estado de flujo que la energiza (Csíkszentmihályi, 1996). sustrato a partir del cual la síntesis es realizada por la persona
Estas experiencias de bienestar son muy cercanas a los (Veenhoven, 2009; Rojas y Veenhoven, 2013).
seres humanos. Por ejemplo, cuando se camina con los hijos En muchos casos, la síntesis se hace a partir de eventos
en un parque de la ciudad pueden tenerse de manera simul- que generan experiencias que confluyen en su contribución
tánea muchas experiencias. Se puede experimentar placer al bienestar; sin embargo, no pocas veces los eventos generan
visual al contemplar árboles coloridos y lagos serenos, pla- experiencias en conflicto. Una persona puede estar a dieta
cer auditivo al escuchar el canto de los pájaros, el placer de y tener una meta de peso para fin de año; no obstante, un
olfatear el agradable olor de los cipreses y de sentir en el pastel de chocolate, alto en calorías, constituye una tentación
rostro el calor del sol del mediodía. De igual forma, al jugar para su paladar. En este caso la experiencia sensorial entra
en el parque con los hijos puede haber sentimientos de amor en conflicto con la experiencia evaluativa. Las circunstancias
y de orgullo. Aún más, podría pensarse que las decisiones de donde se presentan conflictos en las experiencias esenciales
haber aceptado un trabajo en la ciudad y de haber comprado de bienestar no son pocas y cada persona actúa y aprecia su
una casa en un vecindario cercano al parque son correctas, vida con base en la importancia que da a cada uno de estos
lo cual da una evaluación de logro importante de vida. En tipos de experiencias.
general, todas estas experiencias afectivas, sensoriales y eva- La capacidad de realizar una síntesis de vida es funda-
luativas contribuyen de manera favorable al bienestar, y es mental para la acción humana, ya que es ésta la que permite
bastante probable que contribuyan a que la persona esté a a las personas evaluar la conveniencia de opciones de vida,
gusto consigo misma, que esté satisfecha con su vida y que, repetir ciertas acciones y tomar decisiones.
incluso, pueda afirmar que es feliz.
No obstante, el recorrido por el parque pudo haber sido El bienestar como vivencia. Su medición
totalmente distinto. En ese recorrido la persona pudo haber Por mucho tiempo se creyó que la medición del bienestar
escuchado el ruido molesto de la música estridente que quiere de las personas debía ser realizada por comités de expertos,
llamar su atención —y la de sus hijos— para venderle cosas los cuales, se asumía, tenían no sólo el conocimiento sino
que no necesitan. La basura esparcida por todo el parque no también la autoridad para juzgar el bienestar de las perso-
sólo es desagradable a la vista, sino que también huele mal y, nas. Sin embargo, tal y como se ha argumentado, el bienestar
en el peor de los casos, puede ser una fuente de insalubridad no es un constructo académico ni un concepto complicado
que al padre le hará pasar varias malas noches —debido al cuyo conocimiento es de difícil acceso para las personas. Por
desvelo, cansancio y preocupación que puede sufrir— aten- el contrario, el bienestar —y el malestar— es una experiencia
diendo a sus hijos enfermos. Aún más, puede ser que durante cotidiana de las personas, por ello, no hay que explicarles si
el recorrido se experimente miedo a consecuencia de la tienen bienestar o no, y mucho menos llamar a expertos para
desolación del lugar; exponerse a un robo a mano armada que les digan si lo están experimentando. Las personas vi-
contribuye a la angustia. La persona podría estar frustrada ven el bienestar y por ello son la autoridad para juzgarlo. En
y considerar que ha tomado la decisión incorrecta de vivir consecuencia, la mejor forma de conocer el bienestar de una
Bienestar 59 b
persona es mediante la pregunta directa. En efecto, si lo que disfrutar de muchos estados afectivos positivos (gozo), pocos
se quiere es saber cuál es el bienestar de la persona, lo correcto estados afectivos negativos (sufrimiento) y procesos evalua-
es preguntar a quien lo experimenta. tivos favorables (logro); esto aumenta la posibilidad de que
Así, durante las últimas décadas ha adquirido relevancia estén satisfechos con su vida. Se ha encontrado que también
medir el bienestar a partir de la pregunta directa. Es común es importante disfrutar de buena salud, disponer de tiempo
preguntar acerca de la satisfacción de vida: “Tomando todo en libre y utilizarlo de manera gratificante, tener una ocupación
cuenta, ¿qué tan satisfecho está usted con su vida?”; así como que no sólo genere ingreso sino que también satisfaga necesi-
realizar otras preguntas para indagar sobre los estados afec- dades psicológicas de realización, competencia y amistad con
tivos, sensoriales y evaluativos de la persona. Dentro de este colegas y amigos, y no estar en una situación económica de
enfoque, la labor del experto deja de ser el juzgar el bienestar penuria que genere angustia y evaluación de fracaso (Rojas,
de las personas y pasa a ser el entenderlo. 2006). Los factores de entorno también pueden ser impor-
tantes; por ejemplo, se ha encontrado que ser víctima de un
Líneas de investigación y debate delito y sufrir maltrato por parte de seres queridos tiende a
contemporáneo reducir el bienestar experimentado.
La disponibilidad de una mayor información permitirá
El bienestar puede ser conceptualizado de diversas mane- profundizar en el estudio del bienestar experimentado por
ras. Sin embargo, es importante distinguir entre aquellas las personas. Bases de datos de gran tamaño permitirán es-
concepciones que son relevantes para las personas y aqué- tudiar la situación y los factores relevantes para el bienestar
llas que sólo parecen relevantes para quienes las proponen. de distintos grupos etarios. Se sabe muy poco acerca del
Una queja frecuente de los representantes políticos es que bienestar de los niños y de cómo la escuela puede contribuir
sus representados no muestran el mismo entusiasmo por los a que disfruten un mayor bienestar en el presente, así como
indicadores de bienestar que aquel entusiasmo mostrado qué tipo de pedagogías y educación contribuyen a que estos
por quienes proponen y construyen estos indicadores. En las niños tengan las destrezas y valores que coadyuven a una vida
tradiciones de imputación y de presunción se corre el riesgo adulta satisfactoria. También se sabe muy poco acerca de los
de trabajar con constructos académicos que son elegantes y factores relevantes para el bienestar de la creciente población
sofisticados, que satisfacen propiedades matemáticas, pero de adultos mayores. Estudios culturales y transculturales da-
que son ajenos a la vivencia cotidiana de las personas. El rán más información acerca de la relación entre identidad,
reconocimiento de que el bienestar relevante para las perso- cultura, valores y la experiencia de bienestar. De igual forma,
nas es aquél que éstas experimentan y de que las mediciones se hace necesario realizar una mayor investigación cualitati-
de bienestar deben reflejar la experiencia de bienestar de las va para profundizar en la comprensión de los vínculos entre
personas constituye un cambio paradigmático en el estudio diversos factores y el bienestar.
del bienestar. Este cambio plantea nuevas preguntas y abre De especial relevancia es el replanteamiento de las
nuevos retos de investigación y de acción pública. políticas públicas y programas sociales a la luz de esta reconsi-
Algunas de las preguntas que emergen son: ¿cómo medir deración de lo que es el bienestar de las personas. El enfoque
el bienestar que las personas experimentan?, ¿qué tan robusta de presunción del bienestar dio una gran importancia al
resulta ser la medición del bienestar a partir de las preguntas ingreso como un indicador, al punto de que el crecimiento
realizadas?, ¿qué tipo de preguntas deben hacerse? Ya hay al- económico llegó a equipararse al concepto de progreso so-
guna investigación al respecto; por ejemplo, la oecd publicó cial. Dentro de este paradigma, la acción pública se enfocó a
sus lineamientos para medir el bienestar subjetivo (oecd, lograr mayores tasas de crecimiento económico. Temas como
2013), la oficina de estadística del Reino Unido ya mide la productividad, la inversión, la competitividad y el capital
el bienestar subjetivo y realizó una amplia investigación al humano adquirieron una gran importancia. El enfoque de
respecto. En América Latina ya se ha discutido al respecto imputación generó un interés por listados de acceso a bienes
(Rojas y Martínez, 2012). y servicios, y la política pública se enfocó a alcanzar metas de
Algunas oficinas nacionales de estadística —incluyendo cobertura, como la de agua potable, acceso a internet, etcétera,
la de México— ya realizan la medición de la vivencia de así como a atender los largos listados de carencias.
bienestar. Ahora se dispone de una mayor información que El bienestar como vivencia destaca la importancia de los
permitirá profundizar en el estudio del bienestar y de sus fac- factores de habitabilidad en el entorno y de las habilidades
tores explicativos. La investigación pionera se realizó a partir para desempeñarse en éste. La acción pública puede contri-
de bases de datos relativamente pequeñas y, en su gran mayo- buir mediante la creación de un entorno habitable para las
ría, de corte transversal. Los hallazgos obtenidos apuntan a personas, en donde destacan factores como parques y espacios
que la satisfacción de vida y los estados afectivos y evaluativos públicos que posibiliten no sólo la recreación sino también la
dependen fundamentalmente de las relaciones humanas — interacción social y el establecimiento de relaciones humanas
en especial de las relaciones familiares—. Esto es, aquellas genuinas y duraderas. También puede contribuir mediante
personas que logran tener relaciones gratificantes de pareja, una educación que no sólo dé habilidades para insertarse
con sus hijos y con sus padres tienen una alta probabilidad de en el proceso productivo sino, principalmente, habilidades
b 60 Bienestar
para llevar una vida satisfactoria; destacan las habilidades Well-being and Quality of Life, New York, London: Sprin-
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Bibliografía
Bullying 61 b
ying es un anglicismo que en español se traduce como acoso y Avilés (2006) consideran que es requisito que los actos de
escolar. En este texto, ambos se usarán de manera indistinta.2 acoso sean desconocidos por los adultos para considerarlos
maltrato. Asimismo, puede afirmarse que existe consenso
Definición sobre que en el bullying hay una intencionalidad agresiva que
se presenta de manera repetitiva, en el marco de relaciones
Antes de pasar a una definición, es importante anotar ciertos asimétricas.
puntos en que el lector deberá procurar no tropezar para en- Otros elementos fundamentales sobre el concepto de aco-
tender cabalmente el término bullying: en primer lugar, la ya so escolar, según se considere quiénes y cómo se lleva a cabo
mencionada incorporación de esta palabra al lenguaje popular esta práctica de violencia en la escuela, son los actores; hay
y el consiguiente desgaste en la precisión de su significado. tres participantes: el agredido, el agresor y los espectadores.
En segundo lugar, el hecho de que, como toda categoría de Sobre los agredidos, dice Olweus que “un alumno es
análisis, requiere un acercamiento riguroso para decidir en agredido y se convierte en víctima cuando está expuesto, de
qué casos puede utilizarse como una herramienta científica y forma repetida y durante un tiempo, a acciones negativas que
no sólo como un elemento passe-partout del sentido común, lleva a cabo otro alumno o varios de ellos” (2004: 25). Según
como sucede algunas veces. En tercer lugar, que como vere- el mismo autor, por acción negativa se entiende incomodar,
mos más adelante, este constructo responde a una situación herir o causar un daño de manera intencional. Suelen ser
específica, estudiada desde una postura puntual, por lo cual muchachos con baja autoestima, introvertidos, ansiosos e
posee alcances y limitaciones inherentes a su utilización. inseguros. Su cautela y tranquilidad son interpretadas como
Si se revisa la historia, se sabe que fue tras varios casos signos de que no responderán a agresiones. Es también fre-
de suicidios de estudiantes en Suecia cuando se empezó a cuente que estos niños tengan relaciones muy cercanas o de
explicitar el problema del acoso escolar; por esto empezó sobreprotección con sus familias.
una preocupación por el fenómeno, que si bien no era nuevo, Los agresores, siguiendo aún a Olweus, pueden distin-
sí se volvió tema de interés. Algunos académicos pudieron guirse en activos y pasivos. Los activos toman la iniciativa
responder ante tal coyuntura gracias a un trabajo previo. Al en el acoso y tienden a ser belicosos no sólo con sus com-
volverse asunto público, recibió atención de los medios, del pañeros, sino en ocasiones también con los adultos. Suelen
gobierno y de sectores más amplios de la academia. ser también imperiosos, impulsivos y con una alta opinión
El Dr. Dan Olweus, investigador noruego, acuñó el tér- de sí mismos (Olweus, 2004; Harris, 2006).3 Los pasivos
mino bullying durante su estudio del fenómeno. Tomó la participan en el acoso una vez que alguien ya lo ha iniciado
raíz bully, que alude al matón, al valentón o al abusón, y al y pueden presentar rasgos tanto propios de los agresores
acto to bully, que implica intimidar o tiranizar, y creó así una como de los agredidos; incluso, no es inusual que mucha-
nueva categoría en el estudio de la violencia escolar (Monjas chos agredidos sean en ocasiones agresores. El bullying
y Avilés, 2006: 14). Según Olweus, “el fenómeno de acoso guarda una consecuencia grave para los agresores, en tan-
escolar (bullying) se puede describir como”: to que hay una correlación entre la comisión de actos de
acoso en la infancia y de actos criminales en la juventud
• comportamiento agresivo o querer ‘hacer daño’ in- y adultez, cuando los primeros no son atendidos (Harris y
tencionadamente; Petrie, 2006; Viscardi, 2011). Aunque ello no quiera decir
• llevado a término de forma repetitiva e incluso fue- que todo agresor es un potencial criminal, sí demuestra que
ra del horario escolar; la desatención de estos comportamientos a largo plazo re-
• en una relación interpersonal que se caracteriza por sulta nociva no sólo para la víctima. Una característica que
un desequilibrio real o superficial de poder o fuerza notó Olweus en sus investigaciones en escuelas noruegas
(Olweus, s.f.: 2). es que en los primeros niveles de la educación formal, los
agresores ganan popularidad entre sus compañeros, diná-
Hay autores que agregan otros elementos. El propio mica que se va invirtiendo con el paso de los años (2004).
Olweus, en publicaciones más recientes (2004), considera Finalmente, los espectadores son testigos que pueden
un cuarto elemento en el que sugiere que los casos en que variar en su reacción frente al acoso, reacción que puede
la víctima provoca al agresor también son bullying. Monjas ensalzar y alentar al acosador, ya sea por una aceptación ex-
plícita de su actitud o, al contrario, por una falta de reacción
2 El acoso escolar a veces se confunde con la violencia escolar o visible. Según Harris y Petrie (2006), estos últimos tienden
violencia en la escuela. El bullying es sólo una forma de vio-
lencia en la escuela. Cabe advertir al lector que los términos 3 Olweus (2006) señala, ante la difundida noción de que los
violencia en las escuelas y violencia escolar no son sinónimos. El agresores esconden una autoestima baja, que sus propios es-
segundo describe la violencia estructural que ejerce la escuela tudios y los de Pulkkinen y Tremblay (1992) no encuentran
en tanto parte de un sistema sobre los miembros de la comuni- evidencia al respecto. Hay, por otro lado, informes como los
dad escolar. En este caso, ningún término se subordina al otro, de O’Moore y Kirkham (2001) que, con análisis elaborados a
sino que refieren fenómenos simultáneos en el espacio escolar. partir de grandes muestras de población, reportan lo contrario.
El bullying, en cambio, es un tipo de violencia en la escuela. No parece haber un consenso aún a este respecto.
b 62 Bullying
a sentir empatía por la víctima, lo que los hace experimentar • cordialidad, interés positivo e implicación por parte
sentimientos de tristeza o impotencia al no poder ayudar a de los adultos;
la víctima. A mediano plazo, los lleva a desensibilizarse ante • límites firmes ante un comportamiento inaceptable;
el acoso, ya que abre paso a su normalización. • una aplicación consistente de sanciones no puniti-
Si bien las características presentadas por los individuos vas y no físicas por comportamientos inaceptables o
que mencionamos suelen ser previas a las conductas de aco- violaciones de las reglas;
so, pueden también aparecer después y como consecuencia • adultos que actúen con autoridad y como modelos
de éste; es decir, un muchacho con rasgos de personalidad positivos” (s.f.: 10).
distintos de los del agredido no está necesariamente a salvo
de ser agredido, aunque seguramente las desarrollaría des- Desde esta perspectiva psicológica, todo recae en un ade-
pués de serlo. Los rasgos individuales de personalidad no cuado manejo de situaciones interpersonales. Sin embargo,
garantizan que un estudiante se convierta en agresor, agre- a la par de una lectura encapsulada en espacios delimitados,
dido o espectador. Esto depende de la respuesta, buena o existen organizaciones e instituciones gubernamentales que
mala, que encuentren en el ambiente escolar de convivencia exponen el acoso escolar como un problema de índole social.
y disciplina. Lo cierto es que, ya establecida una relación de En caso de plantear el problema desde ahí, debería también
acoso, ésta acentúa los rasgos descritos y éstos, a su vez, for- interpretarse a partir de sus componentes socioestructura-
talecen la relación. les, lo que no siempre sucede, ya que el concepto mismo no
Es necesario destacar que, como los elementos hasta aquí lo permite. Aquí se encuentran algunos límites para inter-
presentados sugieren y como el mismo Olweus explica (2004: pretar una realidad desde el concepto de bullying. Éste no
25-26), la definición de bullying está construida para excluir proporciona un sustento teórico para entender el problema
otros tipos de violencia que sean ocasionales y, según sus del acoso escolar desde un espectro más amplio. Por ejem-
propios términos, “no graves”. Sin embargo, puede expresarse plo, a partir de dicho concepto no podemos entender las
con diferentes esquemas, en que tanto las formas de agresión condiciones materiales, sociales y de justicia que llevan al
como la frecuencia varían de acuerdo con las características desarrollo de fenómenos de acoso escolar. Por lo mismo, no
de agresores y agredidos. puede entonces pensarse en una intervención de índole so-
cial, sino más bien en repeticiones de un mismo programa
Alcances y limitaciones de intervención educativa en espacios limitados.
Es importante notar que, tanto por la razón que condujo
a visibilizar el acoso escolar como por los criterios de defi- Historia, teoría y crítica
nición, el protagonismo recae en personas específicas y no
en estructuras sociales. Todo el peso se enfoca en el indivi- La historia de la violencia escolar es reciente, al menos
duo; él es quien lo sufre; él es quien lo provoca; él es quien tan reciente como la escuela que conocemos hoy, si bien
lo presencia. Así nació el concepto y así es definido. En los es cierto que se tiene conocimiento de actos violentos en
escritos que trabajan con el individuo, ya sea para reconocer la escuela desde la antigua Mesopotamia y de los castigos
alguna situación de bullying, ya sea para investigar el mismo que allí se utilizaban (Galino, 1960). Es también cierto que
fenómeno o para realizar programas de intervención, resalta los conflictos estudiantiles se remontan, por lo menos, a las
el uso de listas de características de los tres actores princi- confrontaciones de estudiantes con los pobladores o con el
pales —el agresor, el agredido y el espectador—, elaboradas ejército desde el siglo xiii (Bowen, 1985). Sin embargo, las
con el fin de definirlos. Esto recuerda el uso de los listados formas de violencia que dieron lugar al concepto de bullying,
de síntomas que permiten identificar patologías; se reconoce, así como al de otros enfoques sobre el tema, tienen raíces
entonces, una perspectiva clínica enfocada en el individuo. que pueden trazarse con seguridad en la Modernidad, antes
El término bullying es muy específico como categoría de de volverse demasiado difusas. El cambio fundamental que
análisis. Es importante reconocer esto porque de aquí derivan traen los siglos xviii, xix y xx occidentales es la creación
tanto sus alcances como sus limitaciones. En efecto, a partir de la propia escuela como hoy la conocemos, es decir, como
de éste se pueden identificar y clasificar situaciones de aco- territorio encapsulado que busca, con sus propias verdades y
so, así como pensar y diseñar intervenciones muy específicas dinámicas, crear un espacio de excepción en la sociedad y que
enfocadas en la responsabilidad y margen de acción de las sería escenario de los eventos violentos. Si bien antes hubo
personas en un ambiente escolar limitado a las cuatro paredes instituciones educativas, fue a partir de las ideas ilustradas
de una institución escolar, por ejemplo. Olweus no sólo teo- que la escuela contemporánea conformó su formato escolar.4
rizó y categorizó el fenómeno, sino que también realizó una
propuesta de programa de intervención en el que destacan
los principios siguientes para “la creación de un ambiente es- 4 La noción de formato escolar tiene sus antecedentes en otras
colar —e idealmente también del hogar— caracterizado por: dos: cultura escolar ( Julia, 1995) y gramática escolar (Tyack y
Cuban, 2001). Referirse a cada una supone aludir a discusiones
y matices que se relacionan con la perspectiva y los propósitos
de cada autor. Sin embargo, se puede decir, de modo general,
Bullying 63 b
A continuación, se delinean brevemente sólo tres elemen- zara a existir a partir de su conceptualización. En México ya
tos propios de la escolaridad moderna, rescatados de Pineau se presenciaban escenas de acoso escolar en las escuelas antes
(1999), con ellos se pretende sentar las bases para explicar de que pudieran ser nombradas. Sin embargo, su visibiliza-
cómo se conformó la violencia escolar como objeto de estu- ción ha permitido reflexionar y construir ciertos modelos de
dio. Primero, la escuela se volvió una institución pública, es intervención. Hay que contextualizar el pensamiento y la
decir, a cargo del gobierno, que buscaba atender a los futuros racionalidad de los siguientes argumentos; que un tema tal
ciudadanos. El respaldo otorgado por el Estado garantizó la como el acoso escolar provenga de un país como Noruega
legitimidad de las acciones emprendidas para reunir gene- se debe a que existe un contexto socioeconómico y cultural
raciones enteras bajo un mismo esquema de conocimientos que permitió su estudio. Enfocarse sobre una temática tan
transmitidos intramuros, así se creó un espacio donde se pu- específica, que no se basa en problemas más apremiantes, ya
diera desarrollar un tipo específico de violencia, con actores sea de injusticia o desigualdad, es posible sólo cuando cues-
y relaciones únicas, que, por surgir en un espacio de carácter tiones más urgentes han sido ya solucionadas. Ciertamente,
nacional, sería de interés público y social. en Noruega ya no había problemas con la masificación del
En segundo lugar, la legitimidad de las acciones se ex- acceso y permanencia en la escuela; podía agregarse a la agen-
tendió necesariamente a la intención de intervenir sobre el da un nuevo tema, que antes no era prioritario, para mejorar
comportamiento de los estudiantes, de guiarlos no sólo hacia las escuelas en el ámbito de la convivencia.
ciertos conocimientos, sino también hacia ciertas nociones Desde este contexto, el trabajo sobre el acoso escolar
morales. Con esta intención, se instituyó una escuela que se hizo público y tuvo un amplio alcance, ya que permitió
pretendía apartarse de la sociedad y que, mediante el confi- que en otros países, como el nuestro, que aún no se habían
namiento en las aulas, evitaba la permanencia de los niños en adentrado en el estudio del tema, pudieran comprender
entornos no controlados, que podrían permearlos de concep- parte de los acontecimientos violentos que sucedían en sus
ciones nocivas sobre el modo en que es correcto comportarse recintos escolares. México, sin embargo, era aquejado por
con el prójimo. Aquí reencontramos ambos elementos: la otros problemas no resueltos: aún había que pensar en que
posibilidad de violencia escolar dada por el confinamiento se matriculara el 100% de los niños y niñas, la permanencia
de grupos de niños y la importancia de estudiarla porque escolar era (y es) otro tema pendiente, al igual que la justicia y
irrumpe en un espacio que —se supone— carece de influen- la igualdad, puntos neurálgicos en la construcción del ámbito
cias indeseables. Ya que la escuela cumple con una función educativo formal. El acoso escolar aparece, entonces, como
social, exige una reflexión de los académicos sobre su rumbo un tema “más sencillo” para ser abordado, en el sentido de
y sobre lo que sucede en ella. que —desde su definición— no implica una visión estructu-
En tercer lugar, se encuentra la necesidad de conocimiento ral del fenómeno educativo y, por lo tanto, las intervenciones
específico para orientar la operación de los establecimientos para evitarlo, tampoco; no obstante, no puede olvidarse que
escolares, que hizo surgir materias de estudio especializadas en el acoso escolar es un problema entre muchos otros.
lo educativo, desde ramas específicas de la psicología, la socio- Además de las tres condiciones necesarias que se pre-
logía y la filosofía, hasta nuevas áreas de conocimiento, como la sentaron al principio para identificar el acoso escolar, hay
pedagogía o la didáctica. La existencia de este tipo de campos numerosos conceptos entretejidos en torno a este constructo,
de conocimiento, junto con el respaldo estatal, permitieron y sus relaciones pueden llegar a ser confusas. Abordaremos
que existieran las condiciones cognitivas e institucionales para algunos de los más relevantes, con la intención de establecer
reconocer, comenzar a estudiar y, posteriormente, intervenir sus límites y evitar confusiones.
en las primeras etapas de la contemporánea violencia escolar. Atendiendo al marco más general del acoso escolar, es
Lo anterior sucedió en la década de 1970, con los estudios del importante referirnos a la violencia en la escuela. Se trata
Dr. Olweus en Noruega. de un fenómeno más amplio que el bullying, que sólo es
Pero, ¿cuál era el contexto en que este concepto llegó a una de las posibles formas de violencia escolar. En térmi-
México? Como ya se dijo, no es que el acoso escolar empe- nos generales, la violencia en la escuela denota cualquier
acto de violencia que estalle dentro del recinto escolar o
en sus inmediaciones, y necesariamente tiene como prota-
que las tres nociones se refieren a formas de organización del gonistas a los miembros de la comunidad escolar. Bullying
tiempo y espacio escolar, las cuales incluyen prácticas, normas
y modos de relación de los sujetos, sedimentadas a lo largo de
indica sólo los modos de violencia con las características
la historia de la escuela y los procesos de escolarización, y han descritas en el apartado anterior: intencionalidad, cons-
definido a la escuela como la conocemos. De ese formato da tancia y desequilibrio de poder entre pares.
cuenta por ejemplo, la caracterización que hace Trilla (1985), En el marco de la violencia en la escuela, aparece también
en la que la escuela: es una realidad colectiva; está ubicada en el conflicto. El conflicto no es bullying, aunque bullying sí es
un espacio específico; supone actuación en unos límites tem- conflicto. En el lenguaje coloquial, ambos términos podrían
porales determinados; define los roles de docente y discente; parecer intercambiables. Incluso suele llamarse conflicto al
predetermina y sistematiza contenidos; lleva a cabo una forma acto violento, a la pelea en que se involucran los escolares,
de aprendizaje descontextualizado. Afirma Trilla que así es la como en: “Señora directora, hubo un conflicto entre dos
escuela en sí misma.
b 64 Bullying
alumnos de tercero; se golpearon en el patio”. En el léxi- en el discurso educativo de la definición que se establece a
co especializado, existe una diferencia. Los conflictos son partir del sentido común.
los desacuerdos producidos cuando se encuentran distintos
puntos de vista o criterios, y no implican necesariamente el Líneas de investigación y debate
uso de la fuerza. Los conflictos son naturales en la conviven- contemporáneo
cia humana y suceden también fuera de la escuela. Discutir
con un amigo sobre la ruta para llegar a una reunión es En torno al estudio de la violencia en la escuela se han arti-
un conflicto. Si el conflicto es solucionado por consenso y culado tres grandes campos de investigación que toman como
con la ayuda de un mapa y del informe vial, puede afirmarse objeto de estudio distintos elementos de esta violencia y que
que fue resuelto de manera pacífica y productiva. Sólo cuando difieren en sus métodos y construcciones teóricas y concep-
se recurre a la imposición forzosa de un punto de vista para tuales. Hay, además, numerosas líneas de investigación que
resolverlo, puede decirse que se ha llegado a la violencia; en específicamente pretenden identificar los vínculos entre la
tanto que esta imposición supone obligar al otro a actuar violencia en la escuela y otros factores de los entornos social,
en contra de sus convicciones o de su voluntad, necesita ser familiar o comunitario. Los campos generales de estudio son:
respaldada mediante la coacción, sea de la fuerza física o
por vías emocionales, verbales y psicológicas, lo que siempre a) Bullying. Concepto nacido en Noruega y con am-
causa un daño. plia difusión en México y en el resto del mundo;
Como se dijo anteriormente, el bullying se define como se concentra en aspectos psicológicos de quienes se
una conducta que tiene la intención expresa de causar daño, involucran en situaciones de acoso escolar entre pa-
así que no depende necesariamente del surgimiento de un res (Carrillo y Prieto, 2013).
conflicto. El acoso suele surgir sin ninguna provocación por b) Convivencia. Su investigación es particularmente
parte del agredido. A veces, incluso, puede premeditarse un fuerte en España y Argentina desde la década de
conflicto artificial para que el agresor lo use como excusa y 1990; en México se comenzó a estudiar a partir de
justifique su acoso sobre el agredido. la década del 2000. Según Furlán, analiza las re-
La categorización del acoso escolar, según sus formas, laciones entre pares o con adultos en el marco de
atiende a los medios por los que el agresor ejecuta el aco- la escuela como espacio de encuentro. Este autor
so sobre el agredido. Grosso modo, pueden considerarse las considera a la convivencia como “la situación y al
siguientes formas: las físicas, que son directas cuando se mismo tiempo la vía para que se produzca el apren-
agrede a la persona —como golpear— y son indirectas dizaje de valores en términos de acción” (2003:
cuando se dirigen a sus pertenencias —como robar, dañar o 249). Este tema suele vincularse a las teorías demo-
esconder—; las verbales, que son directas cuando implican cráticas de la educación.
insultar a la persona en su presencia o por medio de notas, c) Disciplina e indisciplina. Campo escasamente vi-
mensajes de texto o correos electrónicos dirigidos a ella, y sitado en México y en el ámbito internacional.
son indirectas cuando se recurre a la dispersión de rumores Tiende a enfocarse en la disciplina como la dispo-
sobre la persona; la social, que es la exclusión de la persona sición para construir aprendizajes, y en la indisci-
de uno o más grupos. plina como “episodios que dificultan el trabajo de
Un estudiante puede ser víctima de una o más formas de enseñanza” (249). Sus definiciones se traslapan con
acoso al mismo tiempo. Todas las formas, físicas o no, causan las de convivencia y violencia en dos sentidos: por
daños emocionales y psicológicos que pueden trasladarse a un lado, hay casos en que las conductas disruptivas
otros ámbitos, como los grupos de interacción del niño o el de la enseñanza pueden ser también conductas de
espacio cognitivo. violencia entre pares; por otro, para quienes con-
Las diferencias en cuanto a las características de las for- sideran que la escuela no enseña sólo contenidos,
mas de acoso escolar son particularmente evidentes según el sino también moral en tanto formas de convivencia,
género: la tendencia entre los chicos es estar más expuestos toda conducta violenta es una interrupción que va
al acoso físico directo, ejercido de manera abierta y explícita en contra de los principios mismos de la enseñanza.
ante el grupo, mientras que las chicas se hallan más expues-
tas al acoso verbal indirecto y al social. Los hombres son La mera existencia de estos campos constituye ya un
también los principales agresores, tanto de otros hombres, punto del debate contemporáneo, debido a que los últimos
como de mujeres. dos mencionados están en construcción y sus límites pueden
Ya que han quedado expuestas, de modo general, las ser difusos. Aunque poseen núcleos de proposiciones fun-
características del bullying, es importante insistir sobre un damentales, la cercanía entre sus objetos de estudio como
punto mencionado al principio. Las limitaciones del término elementos comunes de la realidad de la violencia en la es-
y la perspectiva que lo origina no lo hacen problemático en cuela coloca a los campos en un constante intercambio de
sí mismo, no obstante, es importante insistir en que se debe realidades y temas.
diferenciar bien el uso que pueda hacerse de este término
Bullying 65 b
Las líneas específicas de estudio pueden compartir algu- poca accesibilidad en lugares remotos, por ejempli-
nos aspectos con los campos anteriores, pues suelen abordar ficar brevemente. La consecuencia puede ser impo-
la relación entre la violencia en las escuelas y otros fenómenos sibilitar la permanencia en el sistema educativo a
que, si bien no conciernen directamente al fenómeno de acoso sectores enteros de la sociedad.
escolar, forman parte de la realidad social en que se desenvuel- d) Poder. Es una línea muy cercana al campo de Dis-
ve este tipo de violencia en la escuela. Por esto, se presenta a ciplina e indisciplina y al estudio de la didáctica.
continuación una recopilación —no exhaustiva pero sí in- Aborda las relaciones de poder desde perspectivas
formativa— de los problemas que permitan aprehender más predominantemente foucaultianas. Se estudia la es-
aspectos de la realidad escolar:5 tructuración de jerarquías y el uso de tecnologías
del control dentro de la estructura escolar. Una ver-
a) Consumo de drogas. Se revisa la relación entre el con- tiente de esta línea se enfoca en cuestiones estruc-
sumo de drogas legales o ilegales y la comisión de turales de violencia institucional.
actos violentos cuando éstas se convierten en nece- e) Construcción de identidades. Entiende la identidad
sidades para los individuos. Se estudia a las drogas no como un atributo aislado del sujeto, sino con
como factor de violencia entre los miembros de una dimensión colectiva, y busca los elementos que
la comunidad, pero también se considera el hecho permean tal dimensión en el entorno social. Esto es,
de que el consumo de drogas es un aprendizaje que cómo la cultura en que se desarrollan los estudian-
puede suceder dentro del espacio escolar y que en sí tes le empuja a mantener relaciones de algún nivel
mismo representa una conducta de violencia auto- de violencia con sus pares. En esta línea se cuentan
dirigida. Esta línea aborda uno de los problemas de estudios en las categorías de medios, diversidad y
más veloz crecimiento en tanto que los jóvenes son género.
el principal grupo de consumo. f ) Propuestas de intervención. Recupera y sistematiza
b) Narcotráfico. Tema emergente en México, no en información sobre el diseño, aplicación y resultados
cuanto a su existencia, sino en cuanto a la recien- de proyectos de intervención.
te atención que le han dedicado los investigadores. g) Políticas públicas. Analiza los proyectos de dependen-
Esta línea indaga los modos en que la violencia y la cias gubernamentales. En este rubro, confluyen pro-
cultura originadas en los grupos de narcotraficantes yectos de tres tipos: los educativos impulsados desde
se desplazan a los espacios escolares. Según Benítez, el sector educación; los de seguridad escolar, desde el
González e Izunza (2013), la violencia relacionada sector de seguridad pública, y los promovidos desde
con el narcotráfico posee tres vertientes que se rela- el sector salud.
cionan con la escuela: las balaceras en entornos es-
colares; las extorsiones, secuestros y robos dirigidos Han quedado fuera de este listado algunas líneas de in-
a docentes, y la exaltación por parte de los estudian- vestigación, como las que conciernen a la convivencia por
tes de los símbolos del narcotráfico. El peligro de medio de las nuevas tecnologías o las que tratan acerca de
la narcoviolencia radica fundamentalmente en este los menores infractores, pero las expuestas son suficientes
último punto, en la medida en que promueve entre para demostrar la complejidad del entramado de objetos de
los estudiantes la violencia como una forma de vida. estudio secundarios y, con ellos, la multifactorialidad propia
c) Exclusión. Esta línea muestra dos dimensiones su- de la violencia en la escuela. Aunque el concepto y estudio
perpuestas en la relación entre la violencia y la ex- del bullying se limita a los factores más inmediatos al sujeto,
clusión: por un lado, la exclusión como forma de el fenómeno mantiene relaciones necesarias con su entorno
violencia entre los individuos; por otro, la exclusión más amplio.
como forma de violencia del sistema. En ambos ca-
sos, la diversidad se identifica como el motivo de Consideraciones finales
exclusión. Para la violencia intersubjetiva, la dife- De los muchos problemas que se vinculan a las situaciones
rencia representa el motivo que dispara la exclusión de acoso escolar, desde los de control del grupo hasta los de
de individuos específicos de los grupos conforma- daños psicológicos, el más grave probablemente sea que “en
dos dentro de la escuela. La violencia sistémica realidad, afecta a nuestros principios democráticos fundamenta-
viene del no reconocimiento de la diferencia en la les […] ¿Qué opinión sobre los valores sociales se formará un
planeación y estructuración del sistema educativo, estudiante que es objeto de las agresiones repetidas de otros
el monolingüismo en los programas de estudio, alumnos sin que los adultos intervengan? Lo mismo puede
las construcciones no aptas para distintos tipos de preguntarse sobre los alumnos a quienes, durante periodos
cuerpo, la carencia de perspectiva de género o la prolongados de tiempo, se les permite que hostiguen a otros
[…]” (Olweus, 2004: 69). Desde esta perspectiva social, es
importante señalar un riesgo en la tipificación de la violencia
5 Las líneas aquí presentadas fueron recuperadas de Furlán, 2003; como propia de los individuos. La criminalización de los jó-
2013.
b 66 Bullying
Cc
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llamadas antropogénicas— muy probablemente desempe-
Cambio climático 67 c
ñan un papel importante en el calentamiento global que se industrializadas se comprometieron a reducir las emisiones
observó a lo largo del siglo pasado. de gei y a transferir recursos financieros y tecnológicos para
Las principales consecuencias del cambio climático son el que los países en vías de desarrollo también puedan disminuir
aumento del nivel de los mares, los cambios radicales en el pa- la contaminación ambiental.
trón de la precipitación pluvial, importantes transformaciones Entre otros asuntos ambientales de primera importancia,
en la agricultura, el traslado de cultivos hacia los polos, mo- en Río de Janeiro nació la Convención Marco de las Naciones
dificaciones en la localización de las zonas donde se ubican Unidas sobre Cambio Climático (cmnucc) con el fin de es-
las enfermedades y la aparición de refugiados ambientales. tablecer un régimen multilateral de mitigación de emisiones
Dichos cambios del clima generan enormes consecuencias de los gei. Su objetivo principal es reducir las emisiones de
económicas, sociales y políticas. Sin embargo, este texto sólo los gei, principalmente el bióxido de carbono, y, para ello, se
se enfocará en el problema del cambio climático como un negoció un tratado conocido como Protocolo de Kioto (pk).
objeto de estudio para las ciencias sociales y, en particular, El mecanismo de reducción propuesto por el Protocolo
en su vínculo con las relaciones internacionales y con las se basa en el principio de responsabilidades comunes, pero
políticas públicas. diferenciadas, entre los países. Lo anterior implica aceptar
La importancia del cambio climático como asunto políti- que las naciones desarrolladas son las principales responsables
co en el ámbito global se deriva del hecho de que éste afecta por el cambio climático, dado que son las que, en el pasa-
directamente la posibilidad de crecimiento de todas las áreas do, contaminaron el mundo al haber quemado demasiadas
de la economía. Además, plantea un problema muy compli- energías de origen fósil, como el carbón, el petróleo y el gas.
cado en el ámbito internacional: el de la justicia. ¿Cuáles son La filosofía del Protocolo de Kioto es que los países
los países que pueden crecer, en el futuro, y en qué grado? industrializados se hallan en condiciones de financiar las
La complejidad de la cooperación radica en que se tra- nuevas tecnologías de energías limpias y renovables para
ta de establecer un mecanismo en el ámbito mundial, que que los países en vías de desarrollo no repitan el proceso de
podría definir el tipo de desarrollo y ponerles límites a los industrialización contaminante. Lo anterior implica que las
niveles del crecimiento económico en el mundo. Las dificul- naciones desarrolladas asuman el compromiso de pagar los
tades políticas aumentan aún más porque la solución para costos de la descarbonización no solamente de sí mismas,
el cambio climático debe ser necesariamente de naturaleza sino también, en parte, de los países en vías de desarrollo.
global y de alcance a largo plazo. Estas características —ser Dado que los Estado Unidos —el principal contaminador
un problema global y a largo plazo— convierten a las políticas y, en aquel momento, responsable por emitir una cuarta parte
de cooperación sobre el cambio climático en un asunto muy de las emisiones de gei en el mundo— se muestra reticen-
complejo. Otro elemento importante en torno a la coope- te a aceptar dicha filosofía, es el gran ausente en el tratado
ración internacional sobre el cambio climático es lo relativo mundial sobre el cambio climático. El Protocolo de Kioto se
a la capacidad diferenciada de los países para enfrentarse al firmó en 1997 y, en este mismo año, el senado de los Estados
desafío ambiental. Unidos aprobó una resolución que sostiene que Estados Uni-
dos no puede firmar ningún tratado que dañe su economía y
Historia, teoría y crítica que, además, no comprometa de la misma forma a los países
en vías de desarrollo. Como consecuencia, en 2001 Estados
El problema del cambio climático como fenómeno natural Unidos se retiró del tratado, y cuando el protocolo finalmente
empezó a estudiarse de forma sistemática y dirigida duran- entró en vigor en 2005, la Unión Europa resultó ser el actor
te los años setenta, pero fue a finales de los ochenta cuando principal que se hizo cargo de los compromisos internacio-
se identificó el efecto invernadero causado por ciertos gases nales sobre el cambio climático, asumiendo una posición de
—principalmente bióxido de carbono (co2), clorofluorocar- liderazgo en el mundo en materia ambiental (Antal, 2004).
bonos (cfc), metano (ch2) y óxido nitroso (n2o)—. El Protocolo de Kioto —que establece las normas y obli-
En 1987, el Informe Brundtland —llamado urgente al gaciones respecto de la reducción de las emisiones entre 2008
mundo que, por primera vez, utiliza el concepto del desarro- y 2012, fiel a la filosofía ya mencionada— establece que sólo
llo sustentable en el sentido de satisfacer las necesidades del los 35 países más industrializados del mundo deben asumir
presente sin comprometer las necesidades de las futuras ge- el compromiso de reducir en 5.2% las emisiones de gases de
neraciones— dio un impulso definitivo al proceso de traducir efecto invernadero. Desde el punto de vista de la cooperación
el problema ambiental del cambio climático en el lenguaje ambiental en el ámbito internacional, una de las mayores no-
propio de la política. Un año más tarde se creó, por iniciati- vedades del pk es que introduce los llamados mecanismos
va de las Naciones Unidas, el Panel Intergubernamental del flexibles como instrumentos comerciales de reducción de las
Cambio Climático. emisiones de gases de efecto invernadero. Dichos mecanis-
En 1992, en Río de Janeiro, fue tratado en la Cumbre de mos permiten reducir las emisiones no solamente de manera
la Tierra, por primera vez en la historia, el asunto del me- directa, sino también indirecta; esto es, realizar proyectos de
dio ambiente con la participación de los mandatarios de los reducción de las emisiones en otros países, con o sin compro-
principales países. En esta ocasión, los líderes de las naciones miso, y acreditarlas como propias a través de un sistema de
c 68 Cambio climático
certificación, así como crear un mercado de bonos de carbón, Bajo presión de los líderes del mundo, a finales de 2007,
una especie de permiso de contaminación mercantilizado. los Estados Unidos se comprometieron a participar en un
Los mecanismos flexibles son de tres tipos: comercio de nuevo tratado para reducir emisiones de carbón que sustituye,
emisiones, aplicaciones conjuntas y mecanismos del desa- a partir de 2012, el Protocolo de Kioto. Este compromiso —a
rrollo limpio. pesar de no incluir límites duros en la reducción de las emi-
El comercio de emisiones permite la compraventa de cer- siones y de basarse principalmente en la siembra de árboles
tificados de emisiones; las aplicaciones conjuntas permiten, que absorben el carbón— incluye medidas para preservar los
bajo ciertas reglas, cumplir las obligaciones de reducción en bosques tropicales y ayudar a los países pobres a adaptarse a
otro país, y los mecanismos del desarrollo limpio permiten una economía más verde, y debe considerarse como un pro-
certificar reducciones de emisión mediante la realización de greso en la postura de los Estados Unidos.
proyectos de mitigación que transfieren tecnologías limpias Por su parte, el gobierno de Obama ha colocado en el
a los países en vías de desarrollo. La inclusión de estos tres centro de su propuesta presidencial el asunto del cambio
mecanismos en el pk ha generado discusión al confrontar dos climático en estrecha relación con temas de primera im-
argumentos: por un lado, sus proponentes sostienen que, sin portancia, como el problema de la seguridad energética y
estos mecanismos, el pago de los costos de la reducción no el relativo atraso de los Estados Unidos en tecnologías de
sería realista y, por otro, sus críticos cuestionan la efectividad energía renovable. Con ello, el asunto del cambio climático
ambiental de estos instrumentos. ha empezado a adquirir una nueva dimensión que considera
De manera general, los puntos más contenciosos durante el desarrollo tecnológico de energías renovables como una
la negociación del pk han sido el carácter comercial de los las principales fuentes de grandes oportunidades de merca-
permisos de contaminación, la equidad en relación con el do en el futuro. Sin embargo, lo anterior de ninguna manera
Norte-Sur y las instituciones a cargo de administrar y finan- implica que los cuerpos legislativos de los Estados Unidos —
ciar los mecanismos flexibles. sobre todo el Senado— estén de acuerdo en aprobar una ley
A fin de cumplir sus obligaciones, la Unión Europea ha que ponga límites duros y precio a las emisiones del carbón.
decidido crear un mercado europeo de carbón que funciona Los intereses de la industria petrolera, carbonera y ma-
sobre la base de bonos repartidos entre los países miembros nufacturera, así como la agricultura, siguen siendo muy
de acuerdo con sus capacidades diferenciadas en cuanto al poderosos, y la generación de una ley sobre cambio climático
nivel del desarrollo. no será fácil. Hasta que no se logre una ley de esta natura-
Desde 2005 —con la entrada en vigor del pk—, el asunto leza, los Estados Unidos no estarán en condiciones de dar
del cambio climático ha recibido una fuerte retroalimen- un paso decisivo, ni en el plano nacional ni en el global, para
tación: una serie de estudios científicos han confirmado la abatir los efectos del cambio climático. En Norteamérica,
dimensión del riesgo ambiental y económico de las conse- en el nivel local, es decir, en los estados y en las grandes ciu-
cuencias del calentamiento global del planeta. dades, ocurre la mayor actividad para reducir las emisiones
El Informe Stern, trabajo esencialmente económico de los gei principalmente mediante la creación de redes de
publicado en 2006, ha desempeñado un papel vital para mercados voluntarios de carbono. En este caso, en términos
demostrar que existe la necesidad de enfrentar el cambio cli- ambientales, lo decisivo es asegurar que las ganancias obte-
mático con urgencia. Este informe sostiene que si el mundo nidas de la compraventa de los bonos de carbono se utilicen
se dispone a hacer un esfuerzo ahora, el costo de la reducción para mejorar el medioambiente.
de emisiones podría representar el 1% del pib mundial, mien- En el plano mundial, desde finales de 2009 comenzaron
tras que, en caso contrario, los sacrificios podrían implicar un las negociaciones sobre la segunda fase del Protocolo de
retroceso del 20% de la economía mundial. Kioto —el llamado Kioto II— con el fin de trazar las nue-
El informe, junto con otros factores que abogan en favor vas líneas de acción. Se espera que esta negociación defina
de la acción impostergable frente al cambio climático, ha qué países tienen obligaciones de reducir emisiones de gei,
conducido a que el principal opositor del pk, Estados Unidos, los mecanismos y las nuevas metas de la reducción. Se cree
empiece a cambiar de visión sobre sus responsabilidades en que como mínimo los principales emisores de los países en
el asunto del cambio climático. desarrollo —que pueden ser China, India, Brasil, Sudáfrica
Desde principios de 2007, el presidente de los Estados y México— también tendrán que asumir compromisos, y
Unidos comenzó a aceptar la existencia del problema del que las metas de reducción serán diferenciadas entre 80%
cambio climático, a pesar de la amplia difusión de argu- y 50% para 2050.
mentos científicos, generados en este país, que niegan el El punto de partida de las negociaciones actuales es que,
factor antropocéntrico como causa del calentamiento global. dado que la temperatura en 2012 —según un estudio de la
El cambio se ha reflejado en el hecho de que el presidente nasa— fue 0.6 °C mayor que la temperatura promedio de
George W. Bush presentó una estrategia alternativa al pk que mediados del siglo xx, si sigue la misma tendencia de incre-
consiste en crear —y, desde luego, liderar— una alianza para mento, para 2050 la temperatura sería del 3.7 °C. El objetivo
combatir el cambio climático con los países de Asia Pacífico. actual es evitar el aumento de la temperatura global de más
Cambio climático 69 c
de 2 °C y para ello se estima que es necesario reducir al me- Otros autores —Haggard, Simmons y Keohane, por
nos 50% las emisiones de gei para 2050. ejemplo— centran su atención en el estudio de las con-
La cop 21, que se realizará en París en diciembre de 2015, diciones bajo las cuales nacen, se mantienen y cambian
buscará un acuerdo vinculante que permita limitar el calenta- los regímenes internacionales (Haggard y Simmons, 1987;
miento global justamente a un nivel por debajo de 2 °C y que Keohane, 1982). Richard Little tiene una recopilación muy
se aplique para todos los países. Lo importante de esta reu- útil para el estudio del concepto de régimen internacional
nión está en que con ella se da fin a la ronda de negociaciones (Little, 1997).
post Kioto y, por tanto, habrá de obtener el instrumento que Por su parte Peter Haas propone el concepto de las comu-
lo sustituya. Las expectativas no son muchas en el sentido de nidades epistémicas para estudiar el papel que desempeñan el
alcanzar un acuerdo jurídicamente vinculante sobre objetivos conocimiento y las comunidades científicas en los regímenes.
de reducción específicos. Es más realista esperar negociacio- Este autor se refiere al estudio de las redes de científicos o
nes basadas en acciones nacionales poco armonizadas en el expertos de reconocida competencia en un tema particular
marco de un sistema de promesas de compromisos previstos que tenga relevancia para la política, con lo que toca el tema
de un sistema de revisión y control poco claras. Se espera que muy importante de la traducción de un problema científico
la vigencia de este nuevo acuerdo sea en 2030. en el lenguaje de la política (Haas, 1992).
De allí se deriva que los principales retos ya no serán fija- Como ya se ha mencionado, uno de los temas más es-
dos en el ámbito global, sino mediante un acuerdo acerca de tudiados al que se ha aplicado la teoría de los regímenes
las así llamadas contribuciones nacionales determinadas. La sin duda ha sido el medio ambiente, tanto para el caso del
diferencia entre los países, sobre todo los principales emisores, ozono como para el del cambio climático, pero también de
ha sido persistente a lo largo de las negociaciones anteriores y biodiversidad. La investigación de estos temas ha contribuido
ésta no será la excepción. No parece haber consenso en torno al enriquecimiento de la construcción teórica-conceptual.
a la extensión y al alcance de las contribuciones nacionales Dos estudios que sobresalen en la aplicación de la teoría
entre la Unión Europea y los Estados Unidos, Rusia, Japón, del régimen internacional para el caso del cambio climáti-
Canadá y Nueva Zelanda. Otro punto de discordia gira en co son el de Matthew Paterson —muy puntual en los datos
torno a que los países en desarrollo agrupados en el g77+ empíricos, el análisis, el proceso de toma de decisiones y las
China continúan sosteniendo que no aceptarán compro- líneas de negociación— y el de Oran Young, quien coloca el
misos de reducción de emisiones a menos que cuenten con régimen del cambio climático en el contexto de la gobernanza
financiación internacional para llevarlos a cabo. global (Paterson, 1996; Young, 1996; 1997).
Enfoques teóricos El concepto de gobernanza global ambiental también
Las corrientes de pensamiento más interesadas en el estu- ha sido muy desarrollado por otros enfoques desde la pers-
dio de cambio climático han sido las de tendencia liberal, y, pectiva de la sociedad civil, por ejemplo, en los trabajos de
particularmente, las relacionadas con el concepto de inter- Ronnie Lipschutz con Judith Mayer, y el de Margaret Keck
dependencia compleja (Keohane y Nye, 1977). y Kathryn Sikking.
Una de las teorías que más se ha utilizado para estudiar Desde un principio, la teoría de regímenes internaciona-
el cambio climático es la teoría de regímenes internacio- les tuvo sus críticos. Por el lado realista, Susan Strange, por
nales, que surge durante los años ochenta y constituye uno ejemplo, cuestiona la voluntad de cooperar de los Estados y,
de los desarrollos conceptuales más significativos que, en el con ello, pone serios límites al alcance de esta teoría (Strange,
marco del debate entre neorrealismo y neoliberalismo, tiene 1982). Desde la perspectiva del estudio del medio ambien-
lugar entre los académicos estadounidenses. La creación de te, es muy relevante la discusión en torno a la voluntad y
los regímenes internacionales ambientales, empezando con capacidad de cooperación en el caso de los bienes globales
el Protocolo de Montreal sobre ozono, siguiendo con el del comunes. El texto de Garrett Hardin sobre la tragedia de los
cambio climático, constituye una expresión concreta de la comunes, que sostiene que los recursos compartidos serán
interdependencia compleja. sobreexplotados, así como el libro de John Vogler sobre los
El politólogo Stephen D. Krasner define el régimen in- bienes globales en relación con el análisis de los regímenes
ternacional como un conjunto de principios, normas, reglas internacionales, son lecturas obligatorias para estudiar la
y procedimientos en la toma de decisiones sobre un asunto contaminación atmosférica en el caso del cambio climático
específico en que las expectativas de los actores convergen (Hardin, 1968; Vogler, 1996).
(Krasner, 1983). Este concepto es novedoso para las relacio- En español, Edit Antal ha estudiado a fondo el régimen
nes internacionales, ya que, en cierto sentido, sustituye otros del cambio climático desde sus orígenes y, muy específi-
instrumentos formales, como los organismos internacionales camente, la comparación de las posturas entre la Unión
y el derecho internacional. Al mismo tiempo, el concepto de Europea y los Estados Unidos desde un enfoque construc-
régimen internacional abre la puerta a la participación de ac- tivista (Antal, 2004). En cuanto al enfoque de gobernanza,
tores no tradicionales en las relaciones internacionales, como vale la pena mencionar el número especial de la revista Nor-
los no estatales, las empresas y las ong. teamérica que publica una serie de estudios realizados en este
marco conceptual (Antal, 2012).
c 70 Cambio climático
Líneas de investigación y debate recursos energéticos podría reemplazar las energías de origen
contemporáneo fósil en un futuro en términos de costos y hasta qué punto.
Lo que sí está claro es que, para estimular la generación
Tal vez la línea de investigación más importante sobre al de las nuevas tecnologías, se requiere un programa público
cambio climático como régimen internacional es la relativa que contenga estímulos económicos, beneficios sociales y que
a la capacidad de cooperación en un ámbito multilateral y, otorgue recursos. La línea de investigación sobre políticas
específicamente, en el caso de los Estados Unidos. El prin- públicas en materia de ciencia y tecnología, así como de
cipal argumento de los Estados Unidos para no cooperar regulación energética que cada país propone en función
con el Protocolo de Kioto es que los compromisos no son de sus capacidades, recursos naturales y tecnológicos, res-
válidos para todos: en primer lugar, para los principales con- ponde precisamente a esta necesidad.
taminadores como China e India, pero también para otros Ante el fracaso de avanzar el régimen internacional o la
importantes contaminadores, como Brasil y México. gobernanza en el ámbito global, los enfoques no liberales y
En este orden de ideas, la pregunta más importante sobre a menudo relativos a la política comunitaria y local han ido
el cambio climático es ¿quiénes tienen que cooperar y bajo proliferando. Éstos suelen ser críticos al crecimiento eco-
qué condiciones?, ¿qué reglas se deben fijar para después de nómico y muchas veces se identifican con la corriente de la
2012, cuando termine el protocolo de Kioto? justica ambiental, o más precisamente, climática.
Los críticos, al hacer sus cuentas en montos de emisio- En estos casos, en el centro del análisis, se encuentra el
nes, afirman que, como China a lo largo de los años ya ha hecho de que el cambio climático resulta un problema de
rebasado en emisiones a los Estados Unidos, no es posible carácter global pero de naturaleza asimétrica en el sentido
que carezca de obligaciones de reducción. Lo que no toman de que no son los mismos quienes más gases de efecto inver-
en cuenta es que la causa del cambio climático que hay que nadero (gei) emiten y quienes más sufren las consecuencias
combatir es el hombre a través de su actividad económica, de dichas emisiones acumuladas tanto histórica como geo-
y, por tanto, que las emisiones han de ser medidas no por la gráficamente. De allí que aquí, además de la mitigación,
cantidad total sino por las emisiones per capita. De esta for- cobra gran relevancia el asunto de la adaptación e incluso
ma, China, por ejemplo, queda en el lugar 122, e India en el de la resiliencia y, con ello, la dimensión del Norte-Sur del
lugar 164 en la lista de los principales emisores del mundo, problema del cambio climático. Estos enfoques tienen en
mientras que los Estados Unidos encabezan la lista tanto en común criticar la postura dominante de que, como el origen
emisiones per capita como en suma histórica. del cambio climático está en una falla del mercado, la solu-
Existen algunas señales positivas del cambio de postura ción debe buscarse en la internalización del costo de carbón
en los Estados Unidos, aunque no está claro hasta dónde en el precio de los productos y los servicios (Klein, 2015;
pueden llegar. Desde el surgimiento del liderazgo demócrata Hamilton, 2011; McKibben, 2007).
en el Senado y en el Congreso (2006), un elevado número Las visiones críticas sobre el cambio climático tienen
de iniciativas han sido presentadas sobre el cambio climáti- como premisa un concepto no utilitario de la naturaleza, una
co sin lograr hasta la fecha avances sustanciales en el ámbito relación armónica entre hombre y medioambiente y recha-
federal; sin embargo, en el local sí puede observarse adelan- zo a fenómenos inherentes del sistema capitalista, como el
tos: el estado de California, en septiembre de 2006, aprobó consumismo y el crecimiento económico constante. Por lo
la primera ley en las Américas, que impone un límite legal anterior, estos enfoques necesariamente plantean algún tipo
a las emisiones de carbón y que tiene como objetivo reducir de límite al crecimiento económico y modelos de desarro-
en un 25% para 2020 los gases de efecto invernadero, y en un llo distintos, en ocasiones inspirados en sistemas indígenas
80% para 2050. Se han impulsado iniciativas similares tam- y comunitarios.
bién en otros estados e incluso en una serie de municipios.
Otra línea de investigación es sobre el funcionamiento Bibliografía
de los mecanismos hasta ahora implementados por el pk. En
México, ha tenido una particular importancia la implemen- Antal, Edit (2004), Cambio climático: desacuerdo entre Estados Unidos
tación exitosa de proyectos de Mecanismos del Desarrollo y Europa, México: Plaza y Valdés, Centro de Investigaciones
Limpio. Existen dudas sobre la capacidad de los gobiernos sobre América del Norte-Universidad Nacional Autónoma
y las sociedades para realizar proyectos concebidos en térmi- de México.
_____ (2012), “El futuro del régimen del cambio climático y el papel
nos del Banco Mundial que sean efectivos, tanto económica de América del Norte, una perspectiva histórica y analítica”,
como ambientalmente. Revista Norteamérica, número especial sobre Cambio Climá-
Asimismo, se investiga otra tendencia relacionada con la tico en América del Norte, vol. 7, pp. 5-33.
tecnología que deberá utilizarse en el futuro a fin de sustituir Antholis, William y Strobe Talbott (2007), “Tackling Trade and
el petróleo, el gas y el carbón. Hay avances científicos casi en Climate Change. Leadership on the Home Front of Foreign
todos los ámbitos de la energía renovable —carbón limpio; Policy”, en Michael E. O’Hanlon (ed.), Opportunity 08, Was-
energía nuclear, solar y eólica; hidrógeno y biocombustibles, hington: The Brookings Institution, pp. 63-79.
entre otros—. Sin embargo, aún no está claro cuál de estos
Cambio climático 71 c
CAMBIO GLOBAL 1
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Hovi, Jon, Tora Skodvin y Steinar Andresen (2003), “The Persis- un estado determinado de la configuración de las relaciones
tence of the Kyoto Protocol: Why Other annex i Countries
sociales, a otro nuevo y diferente. Estos procesos pueden cla-
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Keck, Margaret E. y Kathryn Sikkink (1998), Activists beyond liza los procesos de cambio: se trata de lo que suele llamarse
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International Organization, vol. 36, núm. 2, pp. 325-355. como un proceso adaptativo y gradual que transcurre en la
Klein, Naomi (2015), Esto lo cambia todo. El capitalismo contra el continuidad, sin afectar significativamente la estructura de
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Hannover: University Press of New England. siglo xix, como Herbert Spencer, Lewis Henry Morgan y
Young, Oran (1997), Global Governance. Drawing Insights from the Edward Burnett Taylor, entre otros. La evolución social se
Environmental Experience, Cambridge: Modern Institute of entiende como un proceso de cambio que comporta una se-
Technology Press. cuencia direccional.
c 72 Cambio global
Las teorías evolucionistas fueron acremente criticadas y obra barata, acceso a recursos importantes y materia prima
entraron en receso durante las primeras décadas del siglo xx, para la exportación; 3) una semiperiferia o zona intermedia-
pero resurgieron con fuerza desde los años 1940 con autores ria más integrada al centro, constituida por países a la vez
como Leslie White (1949), Julian Steward (1977), Gerhard explotados y explotadores de la periferia.
Lenski (1966; 2005) y, sobre todo, Talcott Parsons (1966; Esta teoría es también evolucionista en el sentido de que
1971), quien acuñó el concepto de universales evolutivos especifica la tendencia direccional de largo plazo en la historia
(como la tecnología, por ejemplo) para explicar los suce- del sistema-mundo. Esta tendencia apunta, según el autor, a la
sivos estadios de adaptación evolutiva de las sociedades y profundización y expansión siempre creciente del desarrollo
mejorar sus niveles de eficiencia funcional. En la actualidad, capitalista, como expresión de la lógica mercantilista —ba-
el evolucionismo cuenta con figuras muy relevantes, como sada en el valor de cambio— en toda la economía, y aun en
Stephen K. Sanderson y su “materialismo evolucionista” las demás esferas de la vida social. Pero como todo ciclo de
(1991; 1999), y Jonathan Turner (1985; 1995), cuya teoría larga duración, también el sistema-mundo capitalista llega-
apunta a los procesos de diferenciación social provocados en rá un día a su fin para dar paso a un nuevo sistema-mundo
última instancia por el crecimiento demográfico. dominado por el sistema socialista.3
De modo general, los evolucionistas utilizan como marco Dos seguidores de esta corriente, Chase-Dunn y Hall
un esquema de grandes etapas en la evolución global, par- (1991), han tratado de fundamentar históricamente el sesgo
tiendo de los orígenes de la agricultura y terminando con el evolucionista de la teoría de Wallerstein, afirmando que por
ascenso de los Estados y la transición al capitalismo moderno milenios se han sucedido varios tipos de sistemas-mundo en
en sus diferentes fases. la historia de la humanidad, entre los cuales se pueden des-
En los años setenta, surge y se consolida lo que hoy tacar tres tipos principales: sistemas-mundo de base étnica
llamamos sociología histórica, ocupada precisamente del (fundados en el parentesco), sistemas-mundo tributarios y
cambio global entendido en una amplia perspectiva histórica, el sistema-mundo moderno. Los autores explican la transi-
y recuperando de este modo las preocupaciones iniciales de ción de un tipo a otro en términos culturales y materialistas.
la sociología clásica. Se trata de una verdadera “revolución Su modelo puede esquematizarse aproximadamente del
histórico-comparativa”, cuyos representantes más conspi- siguiente modo: emigración à circunscripción territorial
cuos fueron, entre otros, Perry Anderson (1974a; 1974b), à conflicto, formación de una jerarquía e intensificación
Michael Mann (1986; 1993) y Randall Collins (1999).2 del proceso.
Pero el autor más destacado en este campo fue, sin duda,
Immanuel Wallerstein (1983; 2003), quien elaboró un nuevo Líneas de investigación y debate
y revolucionario paradigma en sociología histórica: la teoría contemporáneo
de los sistemas-mundo (world-systems analysis), o también,
economías-mundo. Esta teoría constituye ciertamente el an- A partir de las dos últimas décadas, el cambio global ha
tecedente más cercano de la teoría de la globalización. sido interpretado y procesado en forma generalizada a través
El presupuesto básico de la teoría en cuestión es el de que de un nuevo concepto: la globalización. Este nuevo término ha
las sociedades del pasado y del presente no deben conside- ido cobrando popularidad creciente no sólo en el ámbito aca-
rarse como entidades aisladas e independientes, sino como démico, sino también en el político, en los medios masivos de
insertas en amplias redes intersocietales que constituyen comunicación y en el mundo de los negocios y la publicidad.
precisamente lo que el autor denomina sistemas-mundo, je- En la literatura académica, la globalización suele asociar-
rárquicamente organizados. El autor postula que alrededor se a la idea de interconexión e interdependencia crecientes,
de 1450 comenzó a formarse en Europa y en otros lugares cada vez más amplias y densas, entre países, regiones e ins-
un sistema-mundo específicamente capitalista. Por lo tanto, tituciones estatales y no estatales a escala mundial. “Vivimos
la Revolución Industrial del siglo xviii no marcó el inicio en una sociedad de redes”, ha dicho Manuel Castells (1999,
del sistema-mundo capitalista, como opinan muchos autores, vol. I, passim).
ya que sólo representó una fase más de la lógica inherente Ya que se trata de un concepto controvertido —como
al desarrollo capitalista que comenzó a desplazar las formas veremos más adelante—, ofrecemos aquí una definición
precapitalistas de vida social por lo menos dos siglos y me- operacional, de carácter más bien descriptivo, inspirada en
dio antes. autores como Held (1999; 2000) y Scholte (2005). En esta
El sistema-mundo capitalista o economía-mundo se fue perspectiva, la globalización podría definirse como ‘un con-
organizando jerárquicamente según el siguiente diseño: 1) junto de procesos que conducen a la extensión, intensificación
un centro constituido por países económica y políticamente e interpenetración crecientes de las relaciones económicas,
desarrollados; 2) una amplia periferia conformada por países políticas y culturales —en forma de redes de interacción,
subordinados y explotados que proveen al centro mano de interconexión e integración— por encima de las fronteras
2 Los precursores fueron, entre otros, S.N. Eisenstadt (1963) y 3 Se encontrará una excelente y amplia introducción a la macro-
Barrington Moore (1966). sociología de Wallerstein, en Aguirre, 2003.
Cambio global 73 c
nacionales, regionales y continentales’. Este carácter trans- 2004). Según Saskia Sassen, estos servicios —que no debe
fronterizo, transnacional y transregional de la globalización confundirse con los servicios al consumo— constituyen el
suele caracterizarse también como desterritorialización o sector líder de la economía mundial. Se trata de servicios
supraterritorialidad. Así, en una definición completamente altamente especializados, administrados por compañías pre-
homologable a la precedente, Scholte entiende por globali- sentes a través de sus filiales en todas las ciudades llamadas
zación “el proceso de desterritorialización de sectores muy “mundiales”, y que son subcontratadas por las corporacio-
importantes de las relaciones sociales” a escala mundial o, lo nes transnacionales, por ejemplo: servicios de contaduría,
que es lo mismo, “la multiplicación e intensificación de rela- de publicidad, de asistencia legal, de seguro, de consultoría
ciones supraterritoriales” (2005: 46), es decir, de flujos, redes administrativa, etcétera, pero sobre todo servicios bancarios
y transacciones que desbordan los constreñimientos territo- y financieros. Cabe destacar particularmente este último
riales y la localización en espacios delimitados por fronteras. sector de servicios, ya que en su ámbito se ha formado una
La globalización implica, por lo tanto, la reconfiguración especie de “economía electrónica” por la que los bancos, las
del espacio y el fin del “territorialismo” entendido como un corporaciones, los administradores de fondos y los inver-
“espacio macrosocial totalmente organizado en términos de sionistas individuales pueden desplazar enormes sumas de
unidades tales como distritos, poblados, provincias, naciones dinero de un continente a otro con un click de ratón de una
y regiones” (47). computadora. A este respecto, Saskia Sassen (2007: 92) ha
La condición de posibilidad de la globalización así en- hablado de una “financialización” de la economía, es decir,
tendida ha sido la formación de una infraestructura global del peso creciente de los criterios financieros en las transac-
constituida principalmente por las nuevas tecnologías de ciones económicas.
comunicación e información de alta velocidad —teleco- La globalización política se relaciona con el relativo
municaciones electrónicas, internet, sistema satelital, cable, desbordamiento del Estado-nación por organizaciones su-
etcétera— que permiten la operación de las redes globaliza- pranacionales como las Naciones Unidas, las organizaciones
das en la simultaneidad del tiempo real, mediante la supresión intergubernamentales y no gubernamentales (ong), el Fondo
o la reducción radical de las distancias. Es lo que suele lla- Monetario Internacional (fmi), la Organización Mundial
marse “compresión del tiempo y del espacio” (Harvey, 1990), de la Salud (oms), etcétera, a los que deben añadirse las nu-
que se usa para designar dos conceptos: 1) la aceleración de los merosas reuniones anuales de funcionarios de alto nivel en
ritmos de vida ocasionada por las nuevas tecnologías como forma de “cumbres” y de congresos. La interacción compleja
las telecomunicaciones y los transportes aéreos continentales entre estas instituciones supraestatales ha dado lugar a lo
e intercontinentales, los cuales han modificado la topología que se llama gobernanza global, que se refiere a procesos de
de la comunicación humana; 2) la alteración que todo esto coordinación política entre gobiernos, agencias interguber-
ha acarreado a nuestra percepción del tiempo y del espacio namentales y agencias transnacionales (públicas o privadas)
(Thrift, 2000: 21). para tomar decisiones de alcance mundial.
El resultado de este fenómeno ha sido la polarización Lo que tenemos de nuevo en este nivel de la globalización
entre un mundo acelerado, el mundo de los sistemas flexibles es una notable institucionalización de redes interguberna-
de producción y de refinadas pautas de consumo, y el mundo mentales y transnacionales de interacción política que se
lento de las comarcas rurales aisladas, de las regiones manu- expresa, entre otras cosas, a través de la multiplicación de
factureras en declinación, y de los barrios suburbanos social organizaciones formales, como la onu y Greenpeace, por
y económicamente desfavorecidos. ejemplo, y otras más informales, como los contactos regula-
Así entendida, la globalización es pluridimensional, y no res entre funcionarios de los bancos centrales de los países
sólo económica, aunque muchos admiten que la dimensión más poderosos del planeta o los carteles transnacionales de
económico-financiera es el motor real del proceso en su con- tráfico de drogas. Hemos pasado entonces, según McGrew
junto (Mattelart, 2000: 76). Hemos de distinguir, entonces, (2000: 132), de un sistema “westfaliano” de Estados a una
por lo menos tres dimensiones principales: la económica, la notable internacionalización de los Estados y a la transna-
política y la cultural (Waters, 1995). cionalización de la política. Lo anterior no significa, según
La globalización económica se vincula con la expansión el mismo autor, el fin de la autonomía y de la soberanía del
de los espacios financieros mundiales y de las zonas de libre Estado-nación, sino sólo su reconfiguración y redefinición,
comercio, con el intercambio global de bienes y servicios, en la medida en que en el futuro se hallarán imbricadas cada
así como también con el rápido crecimiento y expansión vez más en un sistema multi-estratificado de gobernancia
de las corporaciones multinacionales o transnacionales. global (142).
La integración económica global —cuestionada por algu- La globalización cultural suele entenderse, en primera ins-
nos historiadores de la economía como Hirst y Thompson, tancia, como la difusión a escala mundial de un conjunto de
(1999)— se vuelve particularmente visible en la red mundial productos culturales que circulan a través de las redes electró-
de los llamados servicios avanzados a la producción (producer nicas de comunicación y que son producidos, manufacturados
services), que ha sido estudiada, mapeada e incluso medida y distribuidos por un puñado de corporaciones mediáticas
recientemente por algunos equipos de investigadores (Taylor, radicadas habitualmente en los Estados Unidos, Europa y
c 74 Cambio global
Japón. Es lo que en los años 1960 se llamaba “cultura de cultural (multiculturalismo), pero también resurgencia de
masa” y actualmente “culturas populares”, no en su acepción neolocalismos y de nacionalismos inveterados.
clasista, sino en razón de la amplitud de su audiencia. Cabe En resumen, homogeneización tendencial, polarización,
aquí toda la gama de los productos llamados recorded cultu- recepción diferenciada de productos culturales masivos, hi-
re por algunos sociólogos norteamericanos (Crane, 1992), bridación intercultural: tal es el léxico básico que nos ayuda
es decir, la “cultura grabada” y por eso mismo reproducible, a descifrar el panorama complejo de la cultura en tiempos
exportable y archivada en periódicos, libros, magazines, dis- de globalización.
cos, películas, videos y otros medios electrónicos. Desde el Un aspecto fundamental de la globalización es lo que
punto de vista que nos ocupa, estos productos culturales han Saskia Sassen llama “subversión de las jerarquías escalares”
entrado de lleno en la dinámica de la globalización, desde (2007: 14). Esto significa que ya resulta insostenible la je-
el momento en que responden cabalmente al criterio de la rarquía: local/nacional/global, implícitamente centrada en el
supraterritorialidad. En efecto, escapan a la lógica de la dis- primado del Estado-nación, porque la globalización es un fe-
tancia y de las fronteras territoriales, y exhiben, en su mayor nómeno multiescalar en la medida en que se halla incrustada
parte, las características de la instantaneidad en tiempo real. a la vez en lo local (“glocalización”) y en lo nacional-esta-
Esta manera de concebir la “cultura globalizada” ha deri- tal. En efecto, por un lado, lo global se encarna en lo local,
vado, por un lado, en el tema de la “aldea global” (McLuhan) puesto que las localidades pueden insertarse directamente
que hace posible la comunicación instantánea y sin barreras en redes transnacionales o supraterritoriales, sin pasar por la
entre todos los habitantes del planeta, y por otro, en el del mediación o la jurisdicción nacional, como es el caso de las
“imperialismo cultural”, que subraya la tendencia a la homo- “ciudades mundiales”, y por otro, porque en lo global habita
geneización de la cultura a escala mundial en detrimento de también parcialmente lo nacional, en la medida en que cier-
las culturas particulares y en beneficio de los Estados Unidos tos territorios e instituciones tradicionalmente considerados
y de las naciones occidentales. Los temas de la “americaniza- como “nacionales” participan también bajo algún aspecto en
ción” y de la “macdonaldización” del mundo son derivaciones la agenda de la globalización. Según Saskia Sassen, este fe-
de la tesis anterior. nómeno implica la “desnacionalización parcial” de algunos
Pero este enfoque excesivamente mediático de la cultura, componentes de lo nacional (los bancos centrales, por ejem-
que parece responder a la óptica de los comunicólogos, ignora plo), como resultado de la interacción entre lo nacional y lo
la persistencia de las culturas particulares —que, según algu- global (2007: 51).
nos sociólogos, representan todavía la cultura de las nueve En la escala global subnacional, se destacan particular-
décimas partes de la humanidad—, minimiza su capacidad mente las llamadas “ciudades mundiales”, nudos estratégicos
de resistencia y deja en la sombra sus múltiples formas de de las redes financieras globales y de las que tienen que ver
interacción con las industrias culturales —coexistencia pa- con los “servicios avanzados” a la producción (producer ser-
cífica, conflicto, resistencia, compromiso, interpenetración, vices).
etcétera— (Giménez, 2007: 245 ss.). Más aún, en virtud Las ciudades mundiales o globales4 no se definen como tales
de una especie de etnocentrismo urbano-mediático, tiende por sus atributos particulares, como su historia, su tamaño
a confundir toda la cultura con una sola de sus especies: la o su población, sino por su interconexión con otras ciuda-
que circula a través de los medios masivos de comunicación. des, y forman en conjunto una tupida red metropolitana de
El panorama de la cultura en tiempos de globalización cobertura global. Esta red opera —sobre todo en el ámbito
es mucho más complejo. Lo que se puede afirmar con toda económico-financiero— por encima de las fronteras y de las
certeza es que la globalización —montada como está en las jurisdicciones nacionales (Friedman, 1986; Sassen, 2001; Jo-
nuevas tecnologías de información y comunicación— ha hnston et al., 2000; Abrahamson, 2004; Taylor, 2004).
provocado en primera instancia la copresencia de todas las Estas ciudades son centros donde se aglomeran las
culturas (incluidas, por supuesto, las particulares), pero no mayores compañías de servicios avanzados a la producción
de manera estática y pasiva, sino en interacción permanente (bancos, bufetes de abogados, compañías de seguro, empre-
las unas con las otras (tesis del interculturalismo). Esta inte- sas de publicidad, etcétera), juntamente con la corporaciones
racción, a su vez, ha provocado fenómenos contradictorios transnacionales más importantes a las que prestan apoyo,
y complejos como, por ejemplo, homogeneización tenden- así como las organizaciones internacionales de envergadu-
cial, pero también resistencia y polarización entre mundos ra mundial, las organizaciones mediáticas más poderosas e
culturales diferentes (Barber, 1995; Huntington, 1996); hi- influyentes, los servicios internacionales de información y las
bridización cultural (global mélange) (Pieterse, 2004), pero industrias culturales. Peter Taylor (2004) y su grupo (gawc)
también demarcación fundamentalista en defensa de supues-
tas purezas prístinas o de supuestas identidades amenazadas;
adicción generalizada a la cultura consumista mass-mediada, 4 Saskia Sassen explica que prefiere hablar de global cities y no
pero también recepción diferenciada y resignificada de ésta de world cities, porque estas últimas pueden referirse también
en contextos culturales locales (Thompson, 1995: 173 ss.); a ciudades históricamente importantes, como las capitales de
actitudes cosmopolitas o “ecuménicas” frente a la pluralidad los antiguos imperios, que en nuestros días pueden no formar
parte de la red de ciudades globales (2007: 24).
Cambio global 75 c
clasifican y jerarquizan las ciudades mundiales según su nía acceso a internet. Y mientras los europeos cuentan con
grado de conectividad, tomando como patrón de medida la el 32% del total de usuarios en el mundo, América Latina
conectividad de Londres, la ciudad más conectada del mun- sólo cuenta con el 6%, y el Medio Oriente juntamente con
do. Según las primeras clasificaciones del gawc, en América África, sólo con el 2%.5 Más aún, según un reporte de Zi-
Latina ninguna de las ciudades consideradas mundiales al- llah Einsenstein, “aproximadamente el 80% de la población
canza la categoría α, que es la más alta; y sólo la Ciudad de mundial carece todavía de acceso a la telecomunicación bá-
México y São Paulo alcanzan la categoría β. sica […]. Hay más líneas telefónicas en Manhattan que en
Por lo demás, del examen de éstas y otras formas de clasi- toda África subsahariana…” (2000: 212). Pero además “sólo
ficación de las ciudades mundiales, se desprende claramente alrededor del 40% de la población mundial tiene acceso a la
el predominio de la región Nord-atlántica como centro de electricidad” (212).
gravedad de la economía mundial. En cuanto a la “brecha económica”, un autor la sintetiza
Para concluir, cabe señalar todavía dos características lapidariamente así:
fundamentales de la globalización, que podemos sintetizar
en estas dos proposiciones: 1) la globalización tiene historia; 1.3 billones de personas, es decir, el 22% de la pobla-
2) la globalización es un proceso desigual y polarizado que ción mundial, viven por debajo de la línea de pobreza
genera ganadores y perdedores. […]. Y como consecuencia de tan severa pobreza, 841
La globalización no constituye un fenómeno dramática- millones de personas (14%) se encuentran hoy subali-
mente nuevo, como creen los globalistas radicales, sino en mentadas; 880 millones (15%) no tienen acceso a los
todo caso la aceleración de tendencias preexistentes en fases servicios de salud; un billón (17%) carece de vivienda
anteriores del desarrollo histórico mundial. Como señala adecuada; 1.3. billones (22%) carecen de agua pota-
Jhonston et al., “[…] la globalización es más bien una con- ble; dos billones (33%) carecen de electricidad; y 2.6
tinuación antes que una novedad, más bien algo que tiene billones (43%) carecen de instalaciones sanitarias en
que ver con una ampliación de escala, antes que una nueva y sus hogares (Pogge, en Held, 2000: 164).
específica forma de globalidad” (2000: 8).
Esto significa que la globalización tiene una historia y Entre nosotros, Manuel Garretón ha señalado con es-
se ha realizado por ciclos, como ya lo habían anticipado los pecial hincapié no solamente el carácter desigual de la
analistas de los sistemas-mundo, como Wallerstein. Histo- globalización, sino también su dinámica excluyente:
riadores de la economía como Hirst y Thompson (1999) han
señalado incluso que en la belle époque, es decir, en el ciclo que La exclusión fue un principio constitutivo de iden-
va de 1870 a 1914, la economía mundial estaba más integrada tidades y de actores sociales en la sociedad clásica
todavía, bajo ciertos aspectos, que en la actualidad. Según una latinoamericana, en la medida en que fue asociada a
expresión pintoresca de estos autores, los cables submarinos formas de explotación y dominación. El actual mo-
eran en esa época “la Internet de la Reina Victoria”. delo socioeconómico de desarrollo, a base de fuerzas
Esta tesis, que relativiza drásticamente la novedad de la transnacionales que operan en mercados globalizados,
globalización, ha acabado por ser aceptada incluso por los aunque fragmentarios, redefine las formas de exclu-
analistas del Banco Mundial, quienes hablan ahora de las sión, sin eliminar las antiguas: hoy día la exclusión es
“oleadas sucesivas de globalización” (Collier y Dollar, 2002: estar al margen, sobrar, como ocurre a nivel interna-
23 ss.). cional con vastos países que, más que ser explotados,
Una característica central de la globalización es su carácter parecen estar de más para el resto de la comunidad
polarizado y desigual; la consideración de esta característica es mundial (Garretón, 1999: 10).
fundamental para cualquier acercamiento crítico al fenómeno
que nos ocupa. En efecto, no todos estamos conectados por El concepto de globalización ha sido objeto de un in-
internet, ni somos pasajeros frecuentes de las grandes líneas tenso debate en el campo de las ciencias sociales en las dos
aéreas intercontinentales. El mundo de la inmensa mayoría últimas décadas. Los protagonistas de este debate suelen
sigue siendo el mundo lento de los todavía territorializados; distribuirse en tres categorías: globalistas, tradicionalistas y
no el mundo hiperactivo y acelerado de los ejecutivos de ne- transformacionalistas (Held, 2005: 22 ss.; Scholte, 2005: 17
gocios, de los funcionarios internacionales o de la “nueva clase ss.; Giddens, 2001: 58 ss.).6
internacional de productores de servicios” de la que habla Los globalistas interpretan el cambio global de nuestro
Leslie Sklair (1991). tiempo en términos de una mutación radical y dramática. La
Lo que vemos es que sólo un pequeño porcentaje de la globalización sería un fenómeno real y tangible cuyos im-
población mundial forma parte de la network society de Cas- pactos se dejan sentir en todos los rincones del mundo. Las
tells (1999). Para comprobarlo, basta mencionar un indicador
estratégico: la “brecha digital” entre países, grupos étnicos y 5 Véase, nua Internet Surveys, “How Many Online?”.
géneros. En efecto, según una encuesta de la nua Internet
Surveys, en 2002 sólo el 10% de la población mundial te- 6 En lo que sigue glosamos libremente la exposición de Held en
el lugar citado.
c 76 Cambio global
interconexiones globales habrían vuelto irrelevantes las fron- corporaciones, ni la necesidad imperiosa de competir en los
teras nacionales, y las culturas, las economías y las políticas mercados globales. Dichos poderes resultan más bien de un
nacionales habrían sido subsumidas en las redes de los flujos conjunto complejo de interconexiones a través de las cuales
globales de bienes, capitales y servicios. En consecuencia, las el poder se ejerce, en su mayor parte, de modo indirecto.
diferencias nacionales y la soberanía de los Estados se habrían Para corregir las formas indeseables del ejercicio de tales
eclipsado irremediablemente para dar lugar a una economía poderes, los transformacionalistas postulan una mayor demo-
globalmente integrada y a una cultura globalmente homo- cratización de las instituciones globales y un sistema también
génea. De este modo, habría surgido un nuevo orden global más democrático de gobernancia global.
cuyas reglas determinan lo que los países, las organizaciones Si bien ha sido aceptada por la mayor parte de los analistas
y la gente pueden hacer. Según esta perspectiva, la globali- la definición de la globalización en términos de intercone-
zación constituye un proceso inevitable, frente al cual todo xiones e interdependencias crecientes a escala global, se le ha
intento de resistencia está condenado al fracaso. reprochado muchas veces su carácter extremadamente gene-
Held introduce todavía una distinción entre globalistas ral y abstracto, hasta el punto de que, en opinión de algunos
positivos, que enfatizan los beneficios de la globalización así autores, no nos dice nada radicalmente nuevo en relación con
entendida —mejora del nivel y de la calidad de vida, mayor lo que ya sabíamos —desde el Manifiesto de Karl Marx— so-
libertad de elección en el consumo, mayor facilidad de comu- bre la dinámica inconteniblemente expansiva y transnacional
nicación y, por lo tanto, mayor posibilidad de entendimiento del desarrollo capitalista (Alasuutari, 2000: 259-260).
entre los pueblos, etcétera—, y globalistas pesimistas que, en Se le ha reprochado también el haber dejado en la som-
contraste, enfatizan la dominación de los países del Norte bra los fenómenos de localización de los procesos globales,
que son capaces de imponer su agenda al resto del mundo, al enfatizar sólo la creciente interdependencia y la formación
así como el lamentable debilitamiento de la soberanía y de de instituciones globales (Sassen, 2007: 3). Se requiere, por
las identidades nacionales. lo tanto, mayor investigación empírica sobre las modalidades
En el polo opuesto, los tradicionalistas afirman que la concretas de inserción de los procesos globales en los espacios
globalización es “el gran mito de nuestro tiempo”, ya que no locales y en los flancos de las instituciones nacionales (tesis
existe evidencia alguna de que se haya producido un cambio sasseniana de la “desnacionalización” parcial).7
sistémico en las relaciones sociales a nivel global. Lo que esta- Por lo demás, importa tener siempre presente que la de-
mos presenciando sería una simple continuación y progresión finición citada sólo describe y compendia —bajo la etiqueta
de tendencias y vínculos internacionales ya observados desde del término-ómnibus globalización— dinámicas y tendencias
el siglo pasado en el campo económico, político y cultural. reales, pero a la vez diversas y heterogéneas, no necesaria-
Más aún, la economía mundial habría estado más integrada mente conectadas entre sí, las cuales difícilmente pueden
todavía hacia fines del siglo xix que en la actualidad. Además, reducirse a un denominador común. Esto quiere decir que
hoy en día las relaciones económicas y políticas se desarrollan hay que descartar por completo la idea de que la globaliza-
más bien a escala regional y no global, como lo comprueba el ción implica una dinámica única, homogénea y lineal, capaz
caso de la Unión Europea (tesis de la “triadización” EE.UU., de explicar todos los cambios que se producen o se han pro-
Europa, Japón). En consecuencia, el Estado-nación estaría ducido en diversas partes del mundo.
lejos de haber perdido su autonomía y su soberanía para Por lo que toca al debate entre globalistas, tradicionalistas
maniobrar a favor de sus intereses y prioridades económicas. y transformacionalistas, ha sido y sigue siendo extrema-
Los transformacionalistas, por su parte, asumen una po- damente útil al conformarse como un amplio foro para
sición intermedia en este debate, e interpretan el cambio intercambiar puntos de vista sobre los grandes cambios de
global de nuestro tiempo en términos de transformación, en nuestro tiempo por encima de las fronteras geográficas y
el sentido definido más arriba, y no de mutación sistémica. disciplinarias. Ha servido, además, para renovar las ciencias
De acuerdo con esta posición, la globalización representa un sociales, elevando la escala de su objeto más allá de los espa-
cambio real y significativo, pero sin la exageración hiperbó- cios nacionales. En efecto, la discusión sobre globalización
lica de los globalistas ni el escepticismo injustificado de los cuestiona implícita o explícitamente dos presupuestos de
tradicionalistas. la sociología clásica: 1) el Estado-nación como contenedor
No se puede subestimar las consecuencias de las in- exclusivo de los procesos sociales; 2) todo lo que está den-
teracciones globales contemporáneas, que son complejas, tro del territorio nacional es nacional. Por el contrario, para
diversificadas e imprevisibles, pero tampoco se puede admitir la mayor parte de los analistas, los procesos atribuidos a la
que el curso de la globalización, tal como la conocemos hoy,
sea inevitable, irreversible e irresistible. El Estado-nación si-
gue siendo fuerte —si no es que más fuerte que nunca—, y 7 Vale la pena notar que los teóricos latinoamericanos de la glo-
conserva todavía en gran parte su autonomía y considerables balización, como Octavio Ianni (1996) y Renato Ortiz (1997),
márgenes de acción, pero es verdad que esa autonomía ha tuvieron muy presente la concreción local de los fenómenos
sido acotada por formas de poderes transnacionales que no globales. Para Ortiz, por ejemplo, la dimensión de la mundia-
son únicamente los que reflejan los intereses de las grandes lización es un “proceso que atraviesa los planos nacionales y
locales, cruzando historias diferenciadas” (57-58).
Cambio global 77 c
globalización trascienden el marco nacional y en parte se Geografía de la Universidad de Loughborough, Reino Unido,
incrustan en los territorios y en las instituciones nacionales. en la medida en que fueron los primeros en dar un amplio
El debate en cuestión no debería conducirnos a tomar sustento empírico a las hipótesis iniciales de John Friedman
partido por una de las posiciones con exclusión total de las (1986), posteriormente desarrolladas por Manuel Castells
otras, como si se tratara de facciones políticas irreconcilia- (1999) y Saskia Sassen (2001). En efecto, Taylor y su grupo
bles. La actitud más sensata es ponderar y tomar en serio los se adjudicaron tres logros estratégicos: 1) la primera recopi-
argumentos esgrimidos por cada una de ellas, evaluando su lación masiva de datos empíricos relacionales9 para documentar
capacidad heurística, su coherencia lógica y su adecuación la conexión reticular entre ciudades; 2) la elaboración de
empírica. Y esto por dos razones: 1) porque cada una de las un ingenioso dispositivo estadístico-factorial para medir el
posiciones nos ofrece algo que aprender y puede ayudarnos a grado de conexión entre éstas; 3) el diseño de los primeros
iluminar diferentes aspectos del problema de cómo entender cartogramas de la interconexión global que ilustran la “nueva
las transformaciones globales en curso, y 2) porque las tres geografía” de la globalización.
posiciones referidas no son necesariamente contradictorias En México, esta línea de investigación, que ha revolu-
entre sí, ya que a pesar de sus notorias diferencias, podrían cionado los estudios urbanos, ha tenido poco eco. Pero cabe
ser parcialmente complementarias. En efecto, todas compar- señalar dos excepciones importantes: 1) los estudios semina-
ten en el fondo un presupuesto común que Held explicita les del austríaco Cristof Parnreiter (1998; 2002) —exalumno
del siguiente modo: del urbanista Sergio Tamayo en la uam-Iztapalapa y de Sas-
kia Sassen en la Universidad de Chicago— sobre la Ciudad
[...] la existencia de un cambio significativo en las re- de México como ciudad mundial; 2) el reciente trabajo de
laciones entre las comunidades políticas. A saber, que Margarita Pérez Negrete (2008) sobre el mismo tema, pero
se ha ampliado considerablemente la interconexión desde una perspectiva más latinoamericana y, sorprendente-
entre Estados y regiones, aunque con desiguales con- mente, no en el marco de la teoría de la globalización, sino
secuencias para diferentes países y localidades; que en el del sistema-mundo de Wallerstein.
han surgido problemas transnacionales y transfron- Hay que señalar que esta línea de investigación puede
terizos, como los relacionados con la regulación del desdoblarse, a su vez, en múltiples sublíneas que permiten
comercio y de los flujos financieros, que se han vuelto estudiar bajo otra luz, por ejemplo, fenómenos como la po-
cada vez más apremiantes en el mundo entero; que larización urbana, la informalidad y el multiculturalismo
ha crecido exponencialmente el número y el papel de urbano.
las organizaciones intergubernamentales y no guber- Se pueden señalar todavía otras muchas líneas de inves-
namentales, así como de los movimientos sociales en tigación en curso, siguiendo las diferentes dimensiones de la
los asuntos regionales y globales; que los mecanismos globalización. Por ejemplo, en la dimensión cultural, una de
políticos e institucionales existentes, anclados en los las agendas de investigación más interesantes es el estudio
Estados naciones, se han vuelto insuficientes para de las diferentes modalidades de interacción entre los flujos
afrontar aisladamente los apremiantes desafíos de los culturales mediáticos y las culturas particulares (Lull, 2006:
problemas globales y regionales como son los que se 44-58). En la dimensión política, una agenda de investigación
centran, por ejemplo, en la pobreza y en la justicia muy interesante es la referida al estudio de la “gobernanza
social (2000: 176-177). global”, o de la “transnacionalización de la política”, en ex-
presión de Antony McGrew (2000), y su impacto sobre la
Según el mismo autor, las diferencias provendrían de las autonomía y la soberanía de los Estados —tesis de la “era de
diversas interpretaciones de estos hechos, así como de las apre- gobernanza post-soberana” (Scholte, 1997: 72)—.
ciaciones divergentes de sus implicaciones sociales y políticas En la dimensión económica, muchos autores coinciden en
de fondo. la necesidad de una mayor investigación empírica sobre los
Debido a la complejidad y a la pluridimensionalidad de cambios en la naturaleza y forma de los mercados financie-
su contenido, el concepto de globalización ha abierto innu- ros globales —tesis de la “financialización” de la economía—,
merables avenidas para la investigación, dentro de un marco como contrapeso al pesimismo de los historiadores de la eco-
obligadamente interdisciplinario o, mejor, transdisciplinario. nomía, como Hirst y Thompson (1999), sobre la realidad y
La línea de investigación más prometedora y más de-
sarrollada en los últimos años ha sido, sin duda alguna, el
estudio de la red de ciudades mundiales. A este respecto, ha
sido determinante la contribución de Peter J. Taylor (2004) coordina la interacción entre investigadores comprometidos
y su grupo de investigación (gawc)8 en el Departamento de en esta línea de investigación en el mundo entero. En tanto
centro virtual, el gawc ofrece una página electrónica de fácil
acceso: gawc Research Bulletins.
8 Globalization and World Cities Research Group and Network. 9 Como observa Taylor, existe abundante información sobre
Se trata de un grupo de investigación local, pero también de las relaciones entre el Reino Unido y Francia, pero muy poca
un centro virtual (www.lboro.ac.uk/gawc) que concentra y información sobre las relaciones entre Londres y París.
c 78 Cambio global
la novedad de una “economía global más integrada” desde el gubernamentales (redes de expertos, de autorida-
punto de vista de la producción y del comercio. des judiciales, de funcionarios de inmigración, de
En esta misma dimensión, existe ya una abundante lite- oficiales de policía, etcétera) y a la clase emergen-
ratura sobre los cambios inducidos por la globalización en te de trabajadores y activistas de escasos recursos,
el mundo del trabajo. Los temas del “pos-fordismo” y de la desfavorecidos por el sistema, en la que se incluyen
“japonización”, juntamente con los de la “flexibilización” y también sectores claves de la sociedad civil global,
“precarización” del trabajo, han sido abordados frecuente- redes diaspóricas y comunidades transnacionales de
mente por los economistas que analizan los mercados del inmigrantes (164 ss.).
trabajo (Cohen y Kennedy, 2000: 60-77). 5) El estudio de los actores locales (no estatales), indi-
En fin, en el plano de lo que hemos llamado infraes- viduales y colectivos, que participan activamente en
tructura global, se han multiplicado en nuestros días las los foros de política global valiéndose de las nuevas
investigaciones sobre las nuevas tecnologías de información tecnologías de información y comunicación, como
y comunicación (Freedman, 2006: 275), y muy particular- internet (activismo electrónico). Aquí se incluye los
mente de internet, que ha generado espacios digitales de movimientos ecologistas, los altermundistas, el mo-
acceso público y de acceso privado, vinculados estos últimos vimiento zapatista y las numerosas organizaciones
con usos financieros y transnacionales. Se puede hablar ya de no gubernamentales (ong).
una incipiente “sociología de los espacios digitales globales” 6) El estudio de las redes digitales, particularmente de
(Sassen, 2007: 232). las que dan soporte a lo que Saskia Sassen llama
Por último, queremos destacar por su particular relevan- “subeconomía interconectada” (networked subeco-
cia la agenda de investigación propuesta por Saskia Sassen a nomy), en buena parte digitalizada y ampliamente
la sociología en su reciente libro A Sociology of Globalization orientada a los mercados globales, que opera desde
(2007). Partiendo de la tesis de que lo global —trátese de diferentes partes del mundo (226 ss.).
una institución, de un proceso, de una práctica discursiva o
de un imaginario— simultáneamente trasciende el marco Como puede apreciarse, la simple enumeración de los
exclusivo de los Estados naciones y en parte se incrusta en puntos incluidos en esta amplia agenda de investigación
los territorios e instituciones nacionales, Sassen propone estu- propuesta por Saskia Sassen manifiesta la profunda renova-
diar los fenómenos globales localizados dentro de los Estados ción que la problemática de la globalización ha provocado
nacionales con los métodos tradicionales de la sociología. De no sólo en el campo de la sociología, sino también en el de
aquí derivan las siguientes líneas posibles de investigación: las ciencias sociales consideradas en su conjunto.
Cambio global 79 c
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Thompson, John. B. (1995), The Media and Modernity, Stanford, Este concepto se aborda desde la distinción cambio/es-
California: Stanford University Press. tabilidad. El énfasis que los estudiosos le han puesto a uno
Thrift, Nigel (2000), “A Hyperactive World”, en R. J. Johnston, de los dos lados de tal distinción da paso a la construcción de
Peter J. Taylor y Michael J. Watts (eds.), Geographies of Glo- una propuesta teórica sobre la estabilidad, por un lado, y sobre
bal Change, Oxford: Blackwell, pp. 29-42. el cambio, por otro.
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Wallerstein, Immanuel (1983), Dinámica de la crisis global, Mé- o focalizada a cambios institucionales, estructurales o con-
xico: Siglo xxi. ductuales específicos. En la construcción de los argumentos
_____ (2003), El moderno sistema mundial, tomos I, II, III, Méxi- sobre estas consideraciones, están presentes las distintas
co: Siglo xxi. interpretaciones y enfoques sobre el cambio político. Ello,
Waters, Malcolm (1995), Globalization, London: Routledge. posiblemente, da cuenta de la dificultad para encontrar en
White, Leslie (1949), The Science of Culture: A Study of Man and la ciencia política o en sociología política una teoría general
Civilization, New York: Grove Press. [Traducción al espa- del cambio político. De entrada, existen dos grandes pers-
ñol: (1964), La ciencia de la cultura, Buenos Aires: Paidós].
pectivas sobre el cambio: una gradualista y otra radical o
revolucionaria.
Este trabajo versará sobre una noción de cambio políti-
co de tipo gradualista. Gradualismo no es inmovilismo. Los
recientes desarrollos del concepto en cuestión han manifes-
CAMBIO POLÍTICO tado que se trata de un gran dinamismo y de convergencias
temáticas.
Laura Hernández Arteaga Leonardo Morlino ha realizado un esfuerzo de teoriza-
ción relevante en esta materia; define cambio político como
“cualquier transformación que acontezca en el sistema políti-
Definición co y/o en sus componentes” (comunidad política —ideologías
y creencias, partidos, sindicatos, corporaciones y élites po-
El concepto de cambio político es central en la reflexión de la líticas—, régimen político —instituciones y autoridades
actual teoría política y social; sin embargo, no sólo ha sido políticas, normas, ideologías y valores— y autoridad). El
objeto de estudio de nuestros contemporáneos. Aristóteles, cambio, agrega, se deduce de la comparación entre un es-
al referirse a la vida de la polis y a la organización política, tado precedente y otro sucesivo del sistema o de sus partes
reflexionaba sobre el “cambio” de los regímenes, ya fuera por (1985: 47).
una degeneración de sus principios o por causas diversas. En su propia tipología, los cambios pueden ser continuos
Distinguió entre los cambios que conciernen al régimen al o discontinuos. Para ello hay un umbral de transformación
desplazar una forma por otra —el cambio de una democra- mediante el cual un cambio continuo se convierte en dis-
cia por una oligarquía, por ejemplo—, el que sucede cuando continuo, y uno pacífico, en violento.
la forma política es la misma y sólo se le agregan funciones,
y cuando sólo cambia alguna parte del régimen, como una Historia, teoría y crítica
magistratura. Estas consideraciones están magistralmente
expuestas en su famosa teoría de las revoluciones, en el libro Posterior a la Segunda Guerra Mundial, la ciencia política
V de la Política.1 norteamericana destinó sus esfuerzos intelectuales al estu-
dio sobre el desarrollo y cambio político en el contexto de
la emergencia de Estados soberanos que exigían respuestas
ante problemas sociales tan diversos, además de enfrentar a
1 De frente a la pregunta de cuáles son los modos de destrucción la forma de organización política que les cohesionaría como
y cuáles los medios de conservación de los regímenes, y sobre
las causas naturales que originan estos cambios, Aristóteles
responde que la “causa de que existan varios regímenes es que participan en el gobierno todos y en otras, menos (Aristóte-
toda ciudad tiene un número grande de partes” y que a veces les, 2000: 180).
Cambio político 81 c
Estados propiamente dichos. La mayoría de los países en desarrollo socioeconómico. En su opinión, una mayor riqueza
procesos de descolonización adoptaron como sistema de y educación sirven a la democracia, pues reducen el influjo de
gobierno la democracia liberal en un entorno de conflictivi- ideologías extremistas en los estratos más bajos (1992: 83).
dad social y económica. En este marco, se exigía encontrar La teoría de la cultura política, por su parte, sostiene que
herramientas que coadyuvaran a minar los factores de des- un cierto número de creencias y de normas compartidas por
estabilización. En palabras de Gabriel Almond, la academia una sociedad es fundamental para el surgimiento y desarrollo
de esos años enfrentaba “el reto de predecir en qué forma de la democracia. En su The Civic Culture (1963), Almond
aquellas nuevas naciones en vías de desarrollo accederían a y Verba plantean que la modernización económica y social
la modernidad” (Almond, 1999: 299). requiere la difusión y arraigo de valores; correlacionan una
En este sentido, emerge una serie de teorías cuya fo- determinada cultura política con una estructura política
calización es la promoción de políticas de modernización específica. Por ejemplo, una cultura política parroquial corres-
en sociedades tradicionales —del “Tercer Mundo”— y de ponde a una estructura tradicional descentralizada, donde no
la democracia como su forma de organización política. En existen las funciones e instituciones específicamente políticas.
1954, se crea el Social Science Research Council’s Committee on La cultura política de sujeción o subordinación corresponde
Comparative Politics bajo el liderazgo de Gabriel Almond, a una estructura autoritaria y centralizada, y se refiere sobre
cuyo objetivo era promover investigaciones comparadas so- todo a los aspectos administrativos y a una actitud pasiva del
bre países occidentales y países en vías de desarrollo. En este ciudadano. Por el contrario, una cultura política de partici-
marco, se publicó una serie de trabajos ya clásicos, como el pación corresponde a una cultura política democrática. La
estudio de Gabriel Almond y Sidney Verba, The Civic Cul- congruencia entre estas dos categorías garantiza, a decir de
ture, The Political Man, de Seymour M. Lipset o Political los autores, la estabilidad del sistema político.2
Order in Changing Societies, de Samuel Huntington (Martí Cabe subrayar la ambición holística de estos desarrollos
I Puig, 2001: 102). teóricos; sus pretensiones explicativas están hermanadas con
En opinión del propio iniciador de esta serie de traba- la propuesta weberiana y parsoniana.
jos, la iniciativa “nació de la convicción de que el desarrollo A decir de Josep Colomer, una de las deficiencias centrales
en el Tercer Mundo exigía no solamente una miscelánea de del enfoque estructuralista de las teorías de la modernización
políticas económicas, sino también instituciones políticas —entre las que está la del desarrollo político y la cultura cívi-
capaces de movilizar y actualizar recursos materiales y hu- ca— es el empleo de una noción premoderna de causalidad,
manos” (Almond, 1999: 301). en la que la génesis se identifica con la función, de modo que
La teoría de la modernización sostiene que, apenas una las llamadas precondiciones de la democracia son consideradas
sociedad alcanza un cierto nivel de desarrollo, están ga- causa de su estabilidad (1994: 245).
rantizadas las condiciones para promover la democracia Con el propósito de dar un giro a las interpretaciones
y garantizar su estabilidad y permanencia; los niveles más causalistas de la modernización, Dankwart A. Rustow, en
altos de educación, alfabetización y urbanización se hallan “Transition to Democracy: Toward a Dinamic Model”,
relacionados con el desarrollo económico, lo cual beneficia publicado en 1970 en Comparative Politics, se formuló dos
las prácticas democráticas. preguntas en relación con la democracia: ¿cuáles son las
Almond toma para su análisis el concepto de sistema condiciones que hacen posible la democracia? y ¿cuáles son
político formulado por David Easton y considera que los las que la hacen florecer? En su opinión, se han dado tres
conceptos de sistema y función interactúan, por lo que le per- respuestas al respecto. La primera fue vertida por Seymour
miten plantear una teoría del desarrollo político como teoría Martin Lipset, quien relaciona “a la democracia estable con
empírica; toma variables como los patrones de socialización, ciertas precondiciones económicas y sociales”; otra explica-
cambio en la contratación en los cargos políticos, en el fun- ción es la ofrecida por el enfoque cultural que se focaliza en
cionamiento de los grupos de interés, los partidos políticos la idea de que los ciudadanos “deben poseer ciertas actitu-
y los medios de comunicación. Desde su perspectiva, una des psicológicas o creencias comunes”, en ciertos “principios
teoría del desarrollo político o de la modernización política fundamentales o sobre los procedimientos de las reglas del
debe también dar cuenta de los procesos mediante los cuales
los líderes toman decisiones y resuelven problemas. Para su
2 Almond y Verba desarrollan una investigación comparativa so-
estudio, considera las condiciones ambientales que limitan bre el comportamiento político de cinco países: Gran Bretaña,
las opciones disponibles (1969: 455). Por su parte, David E. Estados Unidos, Alemania, Italia y México. Las principales
Apter ha afirmado que la mejor prueba para un sistema po- críticas a esta perspectiva le reclaman su relativo determinis-
lítico es su capacidad de fomentar el desarrollo económico mo metodológico, pues desde su perspectiva la socialización
(Pasquino, 1970: 297). política genera actitudes políticas que, a su vez, originan com-
Seymour Martín Lipset es otro exponente de esta pers- portamientos políticos y fundamentan la estructura política
pectiva de análisis. En “Algunos requisitos sociales de la (Almond, 1999: 202), con lo cual se están eludiendo las inte-
democracia: desarrollo económico y legitimidad política”, pu- racciones sociales, la perspectiva sobre las instituciones y cómo
blicado originalmente en 1959, vincula a la democracia con el se originan las situaciones en que se despliegan los comporta-
mientos (ver: Badie y Hermet, 1993: 37).
c 82 Cambio político
juego”, y la tercera “se centra en los rasgos de la estructura 10) Se puede derivar un modelo tipo ideal de la transi-
política y social” (Rustow, 1992: 151-152). ción a través de un examen detallado de dos o tres
De frente a estos planteamientos, considera que toda casos empíricos que pueden contrastarse a través de
construcción de una teoría sobre la transición a la demo- su aplicación al resto (160-161).
cracia debe considerar, metodológicamente hablando, la Entretanto, en América Latina surgió una perspectiva
distinción entre la función y la génesis. Para ello, Rustow crítica a la visión de la modernización de las sociedades no
se propone “derivar un modelo tipo ideal de la transición a desarrolladas. La teoría del desarrollo expuesta por la Comi-
través de un examen detallado de dos o tres casos empíricos sión Económica para América Latina (cepal) problematizó
que puedan contrastarse a través de su aplicación al resto” acerca del impacto negativo de los procesos de crecimiento
(161). Dicho modelo consta de cuatro fases: las condiciones económico en los regímenes políticos de los países subde-
iniciales del país, la fase preparatoria, la de las decisiones y sarrollados. El enfoque estructuralista cepalino demuestra
la de habituación. Considera como una condición inicial y que mayor integración económica de un país en el mercado
determinante la unidad nacional, pues “la democracia es un internacional no necesariamente conlleva modernización
sistema de gobierno en manos de mayorías temporales. Para ni democratización y, menos aún, desarrollo. En contraste,
que los gobernantes y las políticas puedan cambiar con libertad, preconizó la industrialización mediante sustitución de im-
las fronteras deben perdurar, la composición de la ciudada- portaciones y una modernización de la economía a través de
nía debe ser continua” (165). Este criterio de distinción, a una intervención activa del Estado y del despliegue de una
su vez, le permite desmarcarse de las teorías que vinculan política proteccionista.
economía y democracia. “Señalar la unidad nacional como la En una versión más radical de esta visión, con influen-
única condición previa implica que no es necesario un nivel cias del marxismo, el análisis se desplaza a las condiciones
mínimo de desarrollo económico o de diferenciación social históricas y estructurales que caracterizan la inserción de
como prerrequisito para la democracia” (166). las economías regionales en la economía mundial. La así
Lo que él denomina un modelo dinámico de la transición llamada teoría de la dependencia, expuesta por Fernando
hacia la democracia, considera las siguientes proposiciones: Henrique Cardoso y Enzo Faletto, en Dependencia y desa-
rrollo en América Latina: Ensayo de interpretación sociológica,
1) Los factores que mantienen a una democracia es- publicado originalmente en 1969, explica las desigualdades
table pueden no ser los que la llevaron a existir: las estructurales. Entre estas economías se da un “intercambio
explicaciones sobre la democracia deben hacer una desigual” que explica la riqueza en los países ricos y la pobreza
distinción entre función y génesis. en los pobres. Los autores conciben a la dependencia como
2) La correlación no es lo mismo que la causación: una relacionada “directamente con las condiciones de existencia
teoría genética debe concentrarse en este último as- y funcionamiento del sistema económico y del sistema polí-
pecto. tico, mostrando las vinculaciones entre ambos niveles en lo
3) No todos los eslabones causales van de los factores que se refiere al plano interno de los países como al externo”
sociales y económicos a los políticos. (1983: 24). Entre otros autores de esta corriente, figuran An-
4) No todos los eslabones causales van de las creencias dré Gunder Frank, Osvaldo Sunkel y Theotonio dos Santos,
y actitudes a las acciones. Peter Evans y Ruy Mauro Marini. Este último señaló, como
5) La génesis de la democracia puede no ser geográ- objetivo de sus trabajos, la elaboración de una teoría marxista
ficamente uniforme: puede haber muchos caminos de la dependencia.
hacia la democracia. Una variedad en esta constelación es el estudio de Gui-
6) La génesis de la democracia no tiene que ser tem- llermo O’Donnell acerca del autoritarismo democrático. Este
poralmente uniforme: diversos factores pueden re- autor sostuvo que son “los propios procesos de industriali-
sultar cruciales durante fases sucesivas. zación los que tendían a producir regímenes autoritarios,
7) La génesis de la democracia no necesita ser social- como instrumentos para hacer frente a los levantamientos
mente uniforme: incluso en el mismo lugar y tiem- populares que aquellas mismas transformaciones económicas
po, las actitudes que la promueven pueden no ser las suscitaban” (Colomer, 1994: 245).
mismas para los políticos que para los ciudadanos Los procesos de democratización experimentan una ola
comunes. expansiva desde mediados de los años setenta. América La-
8) Los datos empíricos que apoyen a una teoría gené- tina también se vio inmersa en este proceso que se inició en
tica deben cubrir, para cualquier país dado, un pe- España, Portugal y Grecia. Como producto de este hecho,
riodo que vaya desde justo antes hasta justo después surgió una serie de reflexiones sobre el avance de la democra-
del advenimiento de una democracia. cia liberal. Para algunos autores, la extensión de la democracia
9) Con el objeto de examinar la lógica de la transfor- se ha visto precedida, a su vez, por breves periodos de regre-
mación al interior de los sistemas políticos, pode- sión autoritarios. John Makroff apunta que “lo que define a
mos dejar a un lado (hacer abstracción de) los países una oleada democrática o antidemocrática es que durante
en donde el ímpetu mayor proviene del exterior. un cierto trecho histórico-temporal las transformaciones de
Cambio político 83 c
los gobiernos son, de forma preponderante, de una forma u de ciudadanía, es decir, el derecho a la igualdad de oportu-
otra” (1996: 18). nidades (1986).
Precisamente, en el marco de lo que se conoce como la El signo de que una transición del autoritarismo ha co-
tercera ola democratizadora, Huntington realiza un estudio menzado es cuando los propios líderes autoritarios empiezan
sobre el desarrollo político del mundo desde finales del siglo a modificar sus propias reglas del juego en tanto proveen más
xx. Observa la transición de regímenes no democráticos a garantías en los derechos políticos, individuales y grupales.
democráticos de los años setenta a los noventa y los visuali- Durante el proceso de transición, las reglas del juego no sólo
za como parte de una ola de democratizaciones. Según este no están definidas, sino que están en cambio continuo; se da
autor, una ola de democratización es un conjunto de tran- una lucha entre los actores políticos por redefinirlas en bús-
siciones de un régimen no democrático a otro de carácter queda de beneficios inmediatos y futuros.
democrático, cuya manifestación se da en un cierto periodo En el cuarto volumen de la serie mencionada, subtitula-
de tiempo; en este marco pueden darse casos de procesos li- do “Conclusiones tentativas sobre las democracias inciertas”,
beralizadores o de parcial democratización (1994: 26). Guillermo O’Donnell y Philippe Schmitter señalan la re-
Como se puede apreciar, la discusión sobre el cambio levancia del estudio de los procesos de transición en varios
político se desliza a la dimensión del régimen político. Para países porque este enfoque comparativo les permitió colegir
decirlo con Leonardo Morlino, puede cambiar el régimen que en los procesos transicionales de un régimen a otro re-
sin que cambien la comunidad política y las autoridades. El sulta difícil si no es que “casi imposible especificar ex ante
cambio de régimen precede o sigue a cambios en la comuni- qué clases, sectores, instituciones y otros grupos adoptarán
dad política. Pueden cambiar los valores, las creencias y las determinados roles, optarán por tales o cuales cuestiones o
ideologías vigentes en la comunidad política; los líderes o los apoyarán una determinada alternativa” (1986: 17).
grupos activos e incluso la influencia de los grupos políticos La teoría de las transiciones visualiza el cambio político.
activos; las distintas estructuras intermedias, como los parti- En su investigación, se acentúa el papel de los actores po-
dos, sindicatos y otras organizaciones (1985: 84). líticos que propician y encabezan el cambio, así como en el
En esta lógica conceptual puede insertarse el análisis de proceso a partir del cual ellos mismos confeccionan las nue-
la teoría de las transiciones a la democracia. vas reglas de juego.3 Esta perspectiva estratégica ha resultado
A finales de los años setenta, bajo los auspicios de la La- productiva por los aportes metodológicos de las teorías de la
tin American Program del Woodrow Wilson International agencia y del nuevo institucionalismo.
Center for Scholars, se organizó en Washington un semi- Las primeras “aportan herramientas que complemen-
nario sobre “salidas del autoritarismo”. A mediados de los tan el programa de investigación de la elección racional
años ochenta se publicó el libro Transitions from Authorita- en tanto que otorga una notable autonomía a los actores
rian Rule: Tentative Conclusions about Uncertain Democracies, políticos presentes en la arena política. Precisamente por
editado por Guillermo O’Donnell y Phillipe C. Schmitter ello se otorga gran importancia al fenómeno del liderazgo”
(1986). Para estos autores, los tres procesos que identifican a (Martí I Puig, 2001: 117).
la transición son la liberalización del régimen autoritario, la La teoría neoinsitucionalista, por su parte, también se
democratización política y la democratización social. Cierta- ha convertido en un recurso teórico interpretativo para la
mente, durante el proceso de transición que abarca las etapas explicación del cambio político, en especial del cambio ins-
ya referidas, puede observarse la emergencia de diversos ac- titucional. Desde esta óptica, las instituciones son reglas del
tores e intereses, cuyos cursos de acción tienen impacto en la juego político que determinan quiénes son portadores de
forma que adquiere la democratización propiamente dicha, derechos políticos, los actores que compiten por el poder
tanto en la configuración de las instituciones de la democracia político y los incentivos o inhibiciones que las instituciones
como en el desarrollo mismo de la consolidación democrática. fomentan y que impactan en la decisión de los actores.
O’Donnell, Schmitter y Whitehead definen la transi- Desde esta perspectiva teórica, las instituciones cambian
ción como el intervalo entre un régimen político y otro. Sus porque para algunos las variables “contingentes” ocasionan
límites son el momento del inicio de la disolución de un “accidentes” o factores no previstos; para otros autores, el
régimen autoritario y el de instauración de alguna forma de cambio evolutivo es la razón principal de las reformas, y otros
democracia, de un nuevo retroceso autoritario o de un cam- más consideran las innovaciones en el marco legal e insti-
bio revolucionario. Los autores distinguen entre la primera tucional como resultado de un diseño intencional por parte
fase de la transición, denominada “liberalizadora” del viejo de los actores estratégicos en busca de óptimos beneficios.
régimen autoritario, y la segunda, “democratizadora”, sea bajo Las distintas corrientes4 que convergen en esta escuela
la dirección de la élite o mediante elecciones fundacionales. coinciden en que las reformas en las instituciones son un
De tal modo, la liberalización es el proceso de redefinición
y ampliación de ciertos derechos que protegen a individuos
3 Una lectura que resume a la vez que critica esta teoría puede
y grupos sociales ante los actos arbitrarios o ilegales come- consultarse en Prud’Homme y Puchet, 1989.
tidos por el Estado. En cambio, la democratización consiste
en generar y extender al conjunto de la sociedad la condición 4 Entre ellas, figuran: el neoinstitucionalismo normativo, cuyos
autores representativos son James G. March y Johan P. Ol-
c 84 Cambio político
proceso gradual, el así llamado cambio incremental. En suma, el papel de la izquierda en los procesos democráticos y en la
el cambio institucional conlleva el entrelazamiento de las construcción de una nueva agenda pública.
interacciones, producto de la relación entre instituciones y Estos temas muestran que el estudio del cambio político
organizaciones que han sido creadas por la evolución política, se abre a una perspectiva multidimensional y cada vez más
en un horizonte de estructuras de incentivos proporcionada compleja, por lo cual requiere la suma de esfuerzos intelec-
por las instituciones (Parra, 2005: 54-55).5 tuales para su abordaje y reflexión.
De hecho, la bibliografía muestra cómo la teoría del desa-
Líneas de investigación y debate rrollo político ha aprendido de sus limitaciones y se ha alejado
contemporáneo de esa visión que la etiquetó como una perspectiva que enten-
día el desarrollo como un proceso teleológico aplicado en un
Las perspectivas de investigación sobre cambio político se contexto de descolonización (Hagopian, 2000: 880). La razón
han imbuido de una u otra manera del espíritu de la época, central para rechazar cualquier visión teleológica es que no hay
es decir, de sociedades cada vez más complejas que requieren leyes de hierro del desarrollo político, pues la sociedad política
—para su autoconocimiento— la convergencia de saberes y es contradictoria y desigual. Asimismo, los sistemas políticos
de ámbitos de especialización. En ese sentido, en la literatu- se desarrollan en ritmos y direcciones diferenciadas.
ra especializada se encuentran estudios que abren derroteros En las nuevas circunstancias, la teoría del desarrollo po-
de investigación en los que confluyen la ciencia política, la lítico debe considerar en sus análisis la creciente pluralidad y
sociología, la antropología y la economía. complejidad de las sociedades contemporáneas e incorporar
La bibliografía sobre el tema da cuenta de la relevancia la representación de intereses, la diversidad cultural y los de-
que ha tenido el estudio sobre las transiciones en los análisis rechos humanos, es decir, debe atender a la interacción entre
sobre el cambio político. Puede observarse un desplazamiento instituciones y ciudadanos, entre Estado y sociedad, y entre lo
al estudio sobre los problemas relacionados con la consoli- regional, lo nacional y lo supranacional (905-906).
dación de las democracias y la calidad de éstas. En dicho En esta línea de relación entre democracia y economía,
contexto, se han puesto en la mesa de discusión temas que Jordan Gans-Morse y Simeon Nichter (2008) muestran el
parecían superados. Tal es el caso de la relación entre econo- impacto que tuvo la reforma económica liberalizadora —im-
mía y democracia, expuesta líneas arriba en el contexto de la pulsada en los años ochenta y noventa en América Latina—6
teoría del desarrollo político; el papel de las instituciones, su en la democratización de estos países. Afirman que aquellos
naturaleza, características y contribución al proceso de demo- países que aplicaron reformas económicas de ese carácter
cratización; el de las organizaciones no gubernamentales en experimentaron, en el corto plazo, un deterioro temporal
el cambio de actitudes y construcción democrática, así como en la democracia debido a los efectos de desestabilización
social por la aplicación de políticas restrictivas; no obstante,
en el largo plazo estas políticas reforzaron las instituciones
democráticas.
sen; el de la rational choice, con autores como Elinor Ostrom, De igual manera, otros estudios sobre la democratización
Kenneth Shepsle y William Niskanen; el neoinstitucionalis-
mo histórico, donde se ubican autores como Theda Skocpol;
han destacado el papel de las élites políticas y los pactos en
también puede ubicarse este enfoque interpretativo en la teoría la transición a la democracia. En opinión de Zhang Baohui
de la organización, con autores como John W. Meyer, Brian (1994), se ha puesto escasa atención en las condiciones insti-
Rowan y Lynn G. Zucker. Véase: Peters, 2003. tucionales para determinar el éxito del pacto y las decisiones
5 “En coherencia con el supuesto metodológico de individua- entre las élites. Con base en el estudio de los casos de Bra-
lismo y con fundamentos tomados de la microeconomía, sil, España, la Unión Soviética y China, el autor demuestra
las interacciones decisivas pueden ser más apropiadamente que sólo ciertos tipos de regímenes autoritarios tienen la
modeladas mediante el uso de las herramientas analíticas pro- posibilidad histórica de seguir una transición pactada; en
porcionadas por la teoría de juegos, incluyendo aspectos como especial, los regímenes corporativos resultan con mayores
amenazas y promesas, pactos fundamentados en la carencia de ventajas, debido al control de ciertas instituciones políticas
información y la asunción de riesgos y garantías para el futuro. y estructuras sociales.
En numerosas aportaciones, este instrumental teórico, que se También existe literatura sobre el capital social, el gra-
ocupa sobre todo de elecciones y estrategias, se ha mostrado
ya muy adecuado para analizar procesos que se caracterizan
do de confianza de la sociedad entre sus instituciones y
por una gran incertidumbre de los actores acerca del futuro, un ciudadanía, el desarrollo de asociacionismo y cooperación
predominio de comportamientos estratégicos y significativos
problemas de estabilidad del resultado. Éste es particular-
mente el caso de la fase entre la liberalización, que permite la
definición de posiciones y la identificación de los actores, y las 6 La sistematización de datos y su análisis se orientó a los si-
primeras elecciones libres, que suelen establecer una relación guientes países: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia,
de fuerzas más precisa y tienden a trasladar la interacción de Costa Rica, República Dominicana, Ecuador, El Salvador,
los grupos al interior de las instituciones estatales” (Colomer, Guatemala, Honduras, México, Paraguay, Perú, Uruguay y
1994: 251). Venezuela.
Cambio político 85 c
interpersonal, la desafección ciudadana y el debilitamiento Como puede apreciarse, varias son las perspectivas que
del alineamiento partidario. han enriquecido el estudio sobre el cambio político. Antes
Por ejemplo, Peter Ho (2007) estudia el surgimiento de de concluir, cabe agregar que la teoría de sistemas sociales
movimientos sociales en la China semiautoritaria. Desde una cuenta con todos los recursos teóricos para abrir una línea
perspectiva de la acción colectiva, analiza el impacto del mo- de investigación sobre el cambio político en las sociedades
vimiento ambientalista en el proceso de empoderamiento del complejas. Si bien se trata de una teoría ambiciosa y con
movimiento social en una situación claramente paradójica, un alto nivel de abstracción, o precisamente por ello, ofrece
ya que persiste un régimen semiautoritario. todo un andamiaje conceptual para analizar a la sociedad y
De igual forma, la izquierda en los países de reciente la política latinoamericanas y sus transformaciones en con-
democratización ha tenido que adaptarse a ese entorno de textos históricos de mayor alcance. De hecho, en la literatura
cambio político. En América Latina y países del Este asiá- sobre el tema hay ya trabajos que analizan la especificidad
tico,7 la izquierda ha aprovechado la liberalización política y de América Latina mediante la teoría de la diferenciación
económica para que el Estado provea los bienes públicos, y por funciones (Mascareño, 2000; 2003; 2009; Millán, 2002;
se ha sumado como un actor más en el juego democrático, 2008; Neves, 1996; 2001; Hernández, 2009).
abandonando su concepción marxista radical. De tal forma,
se ha erigido en la defensora de la asignación democrática Bibliografía
de bienes públicos. Resulta interesante observar cómo en el
proceso de deliberación democrática, la oposición de izquier- Almond, Gabriel (1969), “Political Development: Analytical and
da ha sustituido la lucha ideológica radical y ha incorporado Normative Perspectives”, Comparative Political Studies, vol.
en su agenda de política pública temas como el medio am- 1, núm. 4, pp. 447-469.
_____ (1999), Una disciplina segmentada. Escuelas y corrientes en las
biente, la corrupción, la igualdad de género y demás causas
ciencias políticas, México: Fondo de Cultura Económica.
progresistas que en la década de los sesenta hubieran sido Aristóteles (2000), Política, Madrid: Gredos.
impensables (Wong, 2004: 1225). Badie, Bertrand y Guy Hermet (1993), Política comparada, México:
Larry Diamond y Leonardo Morlino (2004), por su parte, Fondo de Cultura Económica.
ponen sobre el tintero un tema de relevancia y actualidad: Baohui, Zhang (1994), “Corporatism, Totalitarianism and Transi-
cómo garantizar la calidad de las democracias, sobre todo en tions to Democracy”, Comparative Political Studies, vol. 27,
contextos sociales y económicos diferenciados. Una demo- núm. 1, abril, pp. 108-136.
cracia de calidad se caracteriza por el ejercicio pleno de las Cardoso, Fernando Henrique y Enzo Faletto (1983), Dependencia
libertades de expresión y tránsito, la vigencia del Estado de y desarrollo en América Latina, 18a ed., México: Siglo xxi.
derecho, una rendición de cuentas vertical y horizontal, la Colomer, Josep (1994), “Teorías de la transición”, Revista de Es-
tudios Políticos (nueva época), núm. 86, octubre-diciembre,
igualdad, pero también la participación y competencia po- pp. 243-253.
líticas, la transparencia y la efectividad de la representación. Diamond, Larry y Leonardo Morlino (2004), “Quality of Demo-
Con base en las encuestas sobre la calidad de la demo- cracy: An Overview”, Journal of Democracy, vol. 15, núm. 4,
cracia, los autores afirman que el actual desencanto hacia la octubre, pp. 20-31.
democracia se refiere a los procedimientos y al desempeño Doh Chull, Shin y Jhee Byong-Kuen (2005), “How Does De-
de las instituciones, pero también a una mayor información mocratic Regime Change Affect Mass Political Ideology?
sobre los errores del gobierno, sobre todo por las altas expec- A Case Study of South Korea in Comparative Perspecti-
tativas que el ciudadano tiene respecto de la democracia, en ve”, International Political Science Review, vol. 26, núm. 4,
materia de rendición de cuentas, transparencia y vigencia del pp. 381–396.
Gans-Morse, Jordan y Simeon Nichter (2008), “Economic
Estado de derecho. Los autores sugieren que si los ciudadanos Reforms and Democracy: Evidence of a J-Curve in Latin
se movilizan con eficacia para lograr concretar estas aspira- America”, Comparative Political Studies, vol. 41, núm. 10,
ciones, se podrá alcanzar una democracia de mayor calidad pp. 1398-1426.
(Diamond y Morlino, 2004: 30-31). Hagopian, Frances (2000), “Political Development Revisited”,
Shin Doh y Jhee Byong-Kuen (2005) analizan los resul- Comparative Politics Studies, vol. 33, núm. 6/7, agosto-sep-
tados de encuestas nacionales sobre los primeros diez años tiembre, pp. 880-911.
de democracia en Corea del Sur y observan que, si bien ha Hernández Arteaga, Laura (2009), “Un programa de inves-
habido un desplazamiento hacia una ideología de izquierda tigación para estudiar América Latina desde la teoría de
motivada por el ejercicio de las libertades democrático-libe- los sistemas sociales”, en Judit Bokser, Felipe Pozo y Gilda
Waldman (coords.), Pensar la globalización, la democracia y
rales, sus valores políticos conservan el legado de prácticas la diversidad, México: Universidad Nacional Autónoma de
autoritarias. Por ello, la democratización del pensamiento y México, pp. 89-116.
de las actitudes políticas es de mayor aliento en el tiempo que Ho, Peter (2007), “Embedded Activism and Political Change in
las instituciones políticas propiamente dichas. Semiauthoritarian Context”, China Information, Centre
for Development Studies, University of Groningen, vol. 21,
núm. 2, pp. 187-209.
7 En el estudio, se centra en los siguientes países: Taiwán, Corea Huntington, Samuel (1994), La tercera ola, Madrid: Paidós.
del Sur, Brasil y Chile.
c 86 Cambio político
CAPITAL SOCIAL Y
Lipset, Seymour Martin (1992), “Algunos requisitos sociales de la
democracia: desarrollo económico y legitimidad política”,
COOPERACIÓN
en Albert Batlle (ed.), Diez textos básicos de Ciencia Política,
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Markoff, John (1996), Olas de democracia. Movimientos sociales y
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René Millán
Martí I Puig, Salvador (2001), “¿Y después de las transiciones
qué? Un balance y análisis de las teorías de cambio políti-
co”, Revista Estudios Políticos, Madrid, núm. 13, pp. 101-124.
Mascareño, Aldo (2000), “Diferenciación funcional en América Definición
Latina: los contornos de una sociedad concéntrica y los di-
lemas de su transformación”, Persona y Sociedad, vol. XIV, El capital social ha sido uno de los conceptos más importan-
núm. 1, pp. 187-207. tes de las últimas décadas. La utilidad analítica del concepto
_____ (2003), “Teoría de sistemas en América Latina. Concep- radica en el papel que juega en la conformación de condicio-
tos fundamentales para la descripción de una diferenciación nes que facilitan la cooperación voluntaria para la atención
funcional concéntrica”, Revista Persona y Sociedad, vol. XVII,
de asuntos o problemas comunes (administrar un condomi-
núm. 2, agosto.
_____ (2009), “Acción y estructura en América Latina. De la matriz nio, democratizar una institución o una sociedad, mantener
sociopolítica a la diferenciación funcional”, Persona y Sociedad, una cooperativa, una asociación o realizar una empresa).
vol. XXIII, núm. 2, pp. 65-89. Para entender su relación con las formas de cooperación
Millán, René (2002), “México en cambio, diferenciación, coordi- social conviene tener presente el supuesto, muy arraigado
nación social, contingencia”, Estudios Sociológicos, vol. XX, en la teoría de la elección racional (rational choice), de que
núm. 58, pp. 47-65. es inconveniente colaborar con otros porque es posible in-
_____ (2008), Complejidad social y nuevo orden en la sociedad mexi- crementar la utilidad propia dada la disposición de ciertos
cana, México: Universidad Nacional Autónoma de México, bienes (por ejemplo, al no pagar impuestos y usar de todos
Miguel Ángel Porrúa.
modos el “bien” calle) o al protegerse ante la posibilidad de
Morlino, Leonardo (1985), Cómo cambian los regímenes políticos,
Madrid: Centro de Estudios Constitucionales. que nadie coopere en asuntos de beneficio común. Frente a
Neves, Marcelo (1996), “De la autopoiesis a la alopoiesis del dere- ese supuesto, la perspectiva del capital social pregunta: si es
cho”, Revista Doxa, núm. 19, pp. 403–420. irracional cooperar, ¿por qué los individuos emprenden ac-
_____ (2001), “Justicia y diferencia en una sociedad compleja”, Re- ciones colectivas para atender problemas comunes según se
vista Doxa, núm. 24, pp. 349-377. constata todos los días?
O’Donnel, Guillermo y Philippe Schmittter (1986), Transitions El problema de la inconveniencia de la cooperación, sos-
from Authoritarian Rule: Tentative Conclusions about Uncer- tenida por la teoría de la elección racional, se ejemplifica con
tain Democracies, Baltimore: Johns Hopkins Press. claridad en dos modelos analíticos: el dilema del prisionero
Parra, José F. (2005), “Liberalismo: nuevo institucionalismo y cam-
y la tragedia de los bienes comunes. A partir de ellos también
bio político”, Política y Cultura, núm. 24, otoño, pp. 31-61.
Pasquino, Gianfranco (1970), “The Politics of Modernization: An es factible mostrar el vínculo íntimo entre capital social y
Appraisal of David Apter’s Contributions”, Comparative cooperación.
Political Studies, núm. 3, pp. 297-232. En el conocido dilema del prisionero, dos cómplices de un
Peters, Guy B. (2003), El nuevo institucionalismo. La teoría institu- delito se mantienen separados y se le ofrece a cada uno que
cional en Ciencia Política, Barcelona: Gedisa. si delata a su compañero, tendrá una reducción sustantiva de
Prud’Homme, Jean-François y Martín Puchet Anyul (1989), la pena. Se configura así una matriz de pagos o costos: si los
“Enfoques de la transición a la democracia en América La- dos cooperan entre sí, tendrán una bonificación de un año
tina. Revisión polémica y analítica de alguna bibliografía”, porque no podrán ser fácilmente incriminados; si ambos se
Revista Mexicana de Sociología, vol. 51, núm. 4, octubre-di-
delatan, alcanzarán un año de pena más; si uno delata y el otro
ciembre, pp. 263-278.
Rustow, Dankwart Alexander (1992), “Transiciones a la democracia. no, el primero logrará una bonificación de dos años pero el
Hacia un modelo dinámico”, en Mauricio Merino (coord.), segundo, al cargar con toda la responsabilidad, acumulará dos
Cambio político y gobernabilidad, México: Colegio Nacional años adicionales de castigo. Como no pueden coordinar sus
de Ciencias Políticas y Administración Pública, Consejo acciones y carecen de información sobre el comportamiento
Nacional de Ciencia y Tecnología, pp. 151- 178. mutuo, lo más razonable es no cooperar, independientemente
Wong, Joseph (2004), “Democratization and the Left. Comparing de lo que el otro haga, porque así se obtendrá el mayor be-
East Asia and Latin America”, Comparative Political Studies, neficio (Hardin, 1991).
vol. 37, núm. 10, diciembre, pp. 1213-1237. La racionalidad de esa estrategia no cooperativa puede ser
modificada al menos bajo dos condiciones. En primer lugar,
si el vínculo entre ambos prisioneros estuviese mediado por
una institución (la mafia, la familia, el ejército), seguramen-
te el costo de la deserción se incrementaría y los incentivos
para la colaboración, también. En segundo lugar, el dilema
Ciudadanía 93 c
la vigencia de la igualdad de los individuos ante la ley. Pero reglamentadas de participación que posibiliten la interven-
el asunto de fondo de la ciudadanía es el de la inclusión, ción de los ciudadanos en los asuntos públicos: políticas
y la relación inclusión/exclusión es uno de sus referentes públicas, gestión social, agenda social, contraloría ciudadana,
fundamentales. Quiénes forman parte y quiénes no, es un vigencia de derechos, etcétera. Y, por otra, poner de relieve
tema central que acota y dimensiona la noción. El “noso- la aspiración inherente al concepto de ciudadanía, de gene-
tros” establece los alcances y los límites de la comunidad; el rar la igualdad de condiciones entre los distintos miembros
“los otros”, la distinción con respecto a otras comunidades y de la comunidad para el ejercicio de sus derechos, de modo
otras ciudadanías. La pertenencia y la plena competencia de que éstos no sean desconocidos o desvirtuados por situa-
los individuos se registra y verifica en la capacidad inclusiva ciones de desventaja o vulnerabilidad, y de evitar entonces
que ofrecen la comunidad, el Estado, el régimen político; en la exclusión política, económica, social y cultural. En este
la capacidad de integrar a los diferentes, así como de distri- último sentido, más recientemente, la ciudadanía ha sido
buir beneficios, de compartir atribuciones, de construir en definida también de manera extensa como la lucha de los
común; y se verifica también en la capacidad de los indivi- individuos y los actores por la reducción de las exclusiones
duos para asumir las exigencias de la vida pública. Refiere a (San Juan, 2003), y como “conjunto de prácticas (jurídicas,
prácticas y condiciones que, en la doble dirección de dar y políticas, económicas y culturales) que definen a toda per-
recibir, promueven y afirman idealmente una inclusión in- sona como miembro competente de su sociedad, y que son
tegral, que trasciende los contornos de la exclusiva igualdad consecuencia del flujo de recursos de personas y grupos so-
individual ante la ley. ciales de dicha sociedad” (Turner, 1993a: 2). Esta definición:
En esta perspectiva, el concepto de ciudadanía pone el
acento también en una doble condición, una de orden jurídi- […] enfatiza la idea de práctica en orden a evitar una
co-formal y otra de carácter activo-participativo. En el primer definición netamente jurídica de ciudadanía como
caso, se exalta la condición legal de los individuos ante la ley una mera colección de derechos y obligaciones [...]
y, en el segundo, se remite a un ideal político igualitario; esto sitúa el concepto adecuadamente en torno a la des-
se traduce, por una parte, en el reconocimiento de un estatus, igualdad, diferencias de poder y clase social, porque
a través de la ya mencionada relación de pertenencia de los la ciudadanía está inevitablemente ligada con el pro-
individuos a una determinada comunidad política, relación blema de la inequitativa distribución de recursos en
asegurada en términos jurídicos; y, por otra, en la identifi- la sociedad (2-3).
cación de una práctica política y social, en el ejercicio de
una participación activa de los individuos en la vida pública. De este modo, la ciudadanía ha sido referida a diversas
La primera condición refiere al vínculo jurídico que liga condiciones y ha sido objeto de diversas acepciones. Se le
al individuo con el Estado del que es miembro, y se trata, por ha concebido, señala Charles Tilly (1996), como categoría,
tanto, de una condición que le otorga el derecho de tomar que refiere a un conjunto de actores agrupados por un cri-
parte en las decisiones mediante el voto, así como la posibi- terio común; como vínculo, en tanto relación en la que los
lidad de ser votado para su participación en cargos públicos, participantes de una comunidad comparten experiencias de
es decir, le concede al individuo la capacidad de ejercer los memoria, derechos, obligaciones, responsabilidades y con-
hoy reconocidos derechos políticos. Ésta es una dimensión cepciones de vida; como identidad, que se construye como
en la que el concepto de ciudadanía se equipara con el de resultado de experiencias políticas o vivenciales en común,
nacionalidad, y se llega a emplear incluso como sinónimo, o como un rol, que refiere a distintos vínculos asignados o
distinguiendo claramente a los que son ciudadanos de los referidos a un actor particular.
que no lo son dado que el ejercicio de estos derechos sólo
compete a los ciudadanos, situación que no siempre ocurre Historia, teoría y crítica
con otro tipo de derechos, como los cívicos, los sociales y los
culturales, que son reconocidos también por algunos Estados El concepto de ciudadanía tiene una larga historia en la tra-
para los extranjeros. dición occidental, que se reconoce en una doble raíz: la griega
La segunda condición alude a la parte activa de la ciuda- y la latina. Es de corte más bien político, en el primer caso, y
danía que involucra la participación de los individuos y los de carácter más jurídico, en el segundo. De ella han emana-
grupos sociales en los procesos de carácter político y social, do diversas escuelas y tendencias teórico-políticas que hasta
más allá del ejercicio del voto y de la intervención en cargos nuestros días se expresan en las dos principales tradiciones
públicos; esto es, en las prácticas de la llamada democracia vigentes: la liberal y la republicana.
participativa. Tales prácticas involucran distintos aspectos La ciudadanía, entendida como una relación política, es
referidos a la creación de las condiciones para hacer efec- decir, como vínculo entre el individuo y la comunidad política
tivos los derechos ciudadanos y para hacer valer también de pertenencia, es una idea presente tanto en los griegos como
el carácter protagónico de los individuos como miembros en los latinos; sin embargo, existen diferencias sustantivas
plenamente competentes ante su comunidad política. Esto entre ambas concepciones pues el carácter del vínculo y sus
supone, por una parte, la existencia de espacios y prácticas implicaciones en la vida política fueron y son hasta hoy, en
c 94 Ciudadanía
las tradiciones derivadas, muy distintos. Los griegos ponen parte en los asuntos públicos en una doble dimensión: en la
el énfasis en la participación directa de los ciudadanos en la deliberación de los asuntos de la polis, como autoridad, y en el
vida política, mientras que los romanos formulan la partici- reconocimiento de la necesidad de obedecer y observar las re-
pación mediante la representación. soluciones establecidas previamente por otros. En esto radica
En la concepción griega, los individuos, en tanto par- lo sustantivo de la noción aristotélica; en que los ciudadanos
te dinámica de la comunidad política, debían participar de participan y toman decisiones, pero también están obliga-
manera activa y propositiva en su seno; no se podía ser ciu- dos a respetar y obedecer las limitaciones que les impone el
dadano sin ocuparse de las cuestiones públicas y sin invertir gobierno, dado que han sido ellos mismos quienes han par-
tiempo y dedicación en los asuntos del bien común, el cual ticipado en el establecimiento de ese gobierno y de esas leyes.
era parte de la construcción ciudadana y a él se dedicaban Los alcances de esta noción han sido relevantes y han
importantes esfuerzos. La vida privada ocupaba un plano se- trascendido hasta nuestros días; sin embargo, vale la pena
cundario y la vida pública era la parte constitutiva de la polis. señalar también al menos dos de las principales críticas que
Entre los atenienses, la mejor vía para atender los asuntos se le han hecho. Éstas se refirieren al carácter restringido de
públicos era mediante la deliberación, el debate abierto y la misma, al considerar dentro de esta condición únicamente
el intercambio de ideas y posiciones en el ágora, que era el a los varones, adultos e hijos de padre y madre atenienses; es
centro de la vida pública. decir, estaba reservada a las personas que gozaban de cierto
En la cultura griega la ciudadanía estuvo muy ligada tam- estatus y representaba una situación virtual de privilegio, de
bién a la virtud; el ciudadano no era sólo un individuo activo la que estaban excluidas las mujeres, los niños, los extranjeros
y participativo, sino también un ser virtuoso, consciente, preo- y los esclavos. Esto hacía de la ciudadanía una noción que en
cupado por la comunidad, por el bienestar de los otros y por la última instancia poseía un carácter fuertemente excluyente.
construcción del bien común; de ahí que únicamente se podía La otra consideración crítica que dificulta su vigencia en
ser virtuoso si se tomaba parte en la política y se participaba la actualidad, se refiere a la circunstancia de que la demo-
en el ámbito público. Lo político significaba, igualmente, que cracia directa que emana de ella es una modalidad posible
todos los problemas y los asuntos públicos se trataban por únicamente en comunidades reducidas, donde las prácticas
medio de la palabra y de la persuasión; la fuerza y la violen- pueden llevarse a cabo cara a cara en ejercicios de asamblea,
cia, así como las modalidades despóticas, eran consideradas lo cual escapa a las condiciones de masividad de las socieda-
formas prepolíticas que sólo se empleaban al margen de la des contemporáneas.
polis, en el hogar o en el seno de la familia (Arendt, 2001). La tradición romana avanza en un sentido distinto de
Para Aristóteles, “sólo el hombre entre los animales tiene la ateniense, y radica principalmente en que ser ciudadano
lógos” (palabra) (1986: 24) y por eso puede, mediante ésta, en Roma significaba actuar bajo la ley y, por lo tanto, ser
manifestar lo justo y lo injusto, lo conveniente y lo perjudicial. protegido por la misma a lo largo y ancho del territorio del
Para él, el ciudadano poseía una doble categoría: distinguía Imperio; significaba también ser miembro de una comuni-
al “ciudadano en sentido absoluto” de los “ciudadanos degra- dad que compartía la ley y que podía identificarse, o no, con
dados o desterrados”; el primero era el que tenía el derecho una comunidad territorial (Cortina, 2003). La ciudadanía
de participar en el poder deliberativo o judicial de la ciudad, se convierte, en el Imperio romano, en un estatuto jurídico
y el que por ello estaba exento de “los trabajos necesarios de en el que se reconocen y demandan ciertos derechos y no
la vida” (116); en tanto que los otros eran ciudadanos con existe una exigencia manifiesta de cumplir con obligaciones
restricciones, que tenían a su cargo la realización de todos los respecto a la ciudad. De este modo hay un tránsito del zóon
trabajos relacionados con la provisión de los bienes materia- politikón de Aristóteles al homo legalis romano; del ciudadano
les necesarios para la vida, ya fuesen tareas de producción o participativo de los griegos al ciudadano protegido y repre-
de distribución. De ahí que el término ciudadano en estricto sentado de los latinos.
sentido quedaba reservado a “quien tiene parte en los hono- La extensión adquirida por el Imperio romano hasta
res públicos” (117), y la ciudad era concebida por él como diversos y lejanos pueblos conquistados, sin duda, contri-
“el cuerpo de ciudadanos capaz de llevar una existencia au- buyó a que la noción y circunstancia de ciudadano en esta
tosuficiente” (109). cultura se circunscribiera a un reconocimiento jurídico y a
Otro aspecto relevante sobre la ciudadanía en la tradi- una protección legal. Este reconocimiento se daba mediante
ción griega lo constituye la creación de la ciudad-Estado, tratados y decretos, y no era necesario haber nacido en sus
que significó la institucionalización de la vida pública frente dominios para obtenerlo y tampoco gozar de propiedades o
a las formas naturales de organización, como el hogar (oikia) de cierta fortuna. El concepto de ciudadano se fundaba en el
y la familia; y con ésta, la concreción del reconocimiento de derecho de actuar dentro del sistema jurídico y de la ley, en
la capacidad del hombre, exaltada por los griegos, de orga- donde participaban todos los habitantes de Roma, incluidas
nizarse políticamente. En este reconocimiento subyacía la las mujeres. Los habitantes de los pueblos conquistados se
consideración, apuntada por Aristóteles, en relación con convertían en ciudadanos del Imperio, por lo cual se dio una
que el ser ciudadano significaba también el ser gobernante y integración masiva que se reconocía en términos jurídicos
súbdito a la vez; esto quiere decir que el ciudadano tomaba pero que operaba también en términos socioeconómicos. La
Ciudadanía 95 c
capacidad de inclusión de la ciudadanía romana funcionó de El concepto liberal moderno de ciudadanía tuvo su ori-
forma semejante a como opera el concepto de nacionalidad, gen en las ideas de la Ilustración francesa, que tuvieron como
es decir, mediante la incorporación de todos los habitantes punto de partida la defensa de la emancipación y libertad del
en un marco legal común. individuo, y la crítica a la concentración del poder, los abusos
Bajo el Imperio romano, la calidad de ciudadano era y la corrupción del régimen monárquico. Defendían la idea
otorgada por la clase gobernante, así como los privilegios de un Estado regido por leyes y no por decisiones arbitrarias,
emanados de ésta, que eran a su vez un medio a través del cual y cuestionaban profundamente la condición del súbdito, en
los gobernantes mantenían el control sobre sus gobernados tanto sujeto oprimido por las condiciones de la monarquía
y obtenían de éstos el apoyo hacia el Imperio. Mediante este y sometido a la voluntad del monarca. En contraposición al
mecanismo se estableció en Roma una jerarquía timocrática súbdito, exaltaban la concepción del ciudadano como indi-
(basada en función de la propiedad), en donde los ciudada- viduo sujeto de derechos y capaz de tomar decisiones en el
nos eran clasificados de acuerdo con jerarquías de órdenes y marco de las leyes del Estado.
clases. Esta jerarquía se estructuró teniendo en la cima a los La construcción de la legalidad constituía para ellos una
ciudadanos de primera clase, los patricios, que eran, como se meta universal, que debía establecer las condiciones de la con-
sabe, la clase gobernante; y en la base social a los plebeyos, vivencia del Estado y los derechos ciudadanos, y debía también
que gozaban de derechos restringidos, económicos y legales. ser igual para todos los miembros de éste. Los principios de
Los plebeyos podían mejorar su condición y aumentar sus libertad e igualdad adquirían sentido y vigencia únicamente
privilegios con su participación en las guerras en defensa del en el marco de las leyes. Voltaire consideraba que la libertad se
Imperio. Después de ellos estaban los esclavos, excluidos de alcanzaba cuando se dependía únicamente de las leyes, y para
todo reconocimiento ciudadano y de todo privilegio. Montesquieu tal libertad se conseguía mediante el conoci-
La ciudadanía no estaba basada en un contenido político miento que los individuos tuvieran de la legislación; por otra
participativo, sino en un vínculo jurídico que implicaba el so- parte, las leyes protegían los derechos ciudadanos, los cuales
metimiento al derecho romano y a sus leyes; de ahí que esta eran la condición para hacer posible la libertad de los indivi-
noción se despojó en buena medida de su contenido político duos. En cuanto a la igualdad, ésta era identificada en distintos
y activo y adquirió un carácter más bien pasivo y legal. El planos por los ilustrados; para Montesquieu, la igualdad se
ciudadano romano, a diferencia del griego, no tenía noción situaba básicamente en el ámbito de la legalidad, donde las
de sus derechos individuales y no gozaba de plena libertad; leyes eran iguales para todos; en tanto que para Rousseau, la
estaba más bien regulado, dirigido y protegido por la ley. No igualdad se expresaba en el derecho de todos los ciudadanos
obstante, en la legislación romana se dieron las bases para el a la propiedad. Para este último, el derecho de cada individuo
reconocimiento de los derechos políticos (recuperados más sobre su tierra se relaciona directamente con el propio tra-
adelante por la Ilustración), derivados de la instauración del bajo; hacer producir la tierra es el medio para poseerla, pero
sistema de elecciones con el que operó posteriormente la Re- este derecho está supeditado al derecho de toda la comunidad
pública: el derecho a votar (ius sufragii) y a ser votado para los sobre el territorio. En El contrato social, Rousseau planteó la
cargos públicos (ius honorum). Aquí se erigen los principios posibilidad de una distribución y una organización comunal
del liberalismo y del sistema de representación. de la tierra en la que el interés de la comunidad estuviera por
Estos principios fueron recuperados en los siglos xvii y encima del interés individual.
xviii en los albores de la sociedad capitalista y al calor de las Los principios de libertad e igualdad de la Ilustración
revoluciones inglesa, norteamericana y francesa. Fue la épo- fueron la base para la redacción de la Declaración de los
ca de la expansión de la tradición iusnaturalista, en la que Derechos del Hombre y del Ciudadano, emanada de la Re-
se clamaba por la construcción de una modalidad de Estado volución francesa de 1789, en donde se asienta, en al artículo
capaz de defender y proteger la vida, la integridad y la pro- 4º, que: “La libertad consiste en poder hacer todo lo que no
piedad de sus miembros; de ella emergió el Estado nacional daña al otro” (ddhc). La libertad manifiesta coincide aquí
moderno, en el seno del cual toma forma la concepción libe- con la igualdad implícita reconocida en el hecho de que el
ral de ciudadanía que conocemos hasta nuestros días. En el “no dañar al otro” significa que todos, sin distinciones, poseen
Estado moderno, los ciudadanos son los miembros de pleno los mismos derechos. Se establecen también los derechos
derecho, es decir, los que forman parte de este Estado porque de ciudadanía, entendidos como la igualdad ante la ley y la
adquieren la nacionalidad, entendida como el estatuto legal ratificación de los “derechos naturales” de libertad, de pro-
por medio del cual una persona afirma su pertenencia a un piedad y de seguridad por parte del Estado. Sin embargo,
Estado determinado. La adscripción a éste se daba por dos pese a su sentido de inclusión, la idea del ciudadano que
vías: la residencia (ius soli) y el nacimiento (ius sanguinis), y emergió de la Revolución francesa reconoció al menos tres
esta adscripción significaba la obtención de la ciudadanía exclusiones: la de los extranjeros, la de los no propietarios y
legal, sustentada en la nacionalidad, que otorgaba derechos la de las mujeres; esto dio lugar a una diferenciación y a una
y beneficios al ciudadano a cambio de la aceptación del so- desigualdad en la condición del ciudadano en Francia, al re-
metimiento de éste a la coacción del Estado. conocerse ciudadanos activos (los propietarios) con derecho
al voto, y ciudadanos pasivos, sin acceso a este derecho. Así la
c 96 Ciudadanía
propiedad se convirtió en una condición indispensable de la do con la concepción de Marshall, cada individuo debe ser
ciudadanía liberal plena. La ausencia de esta condición im- tratado como un miembro de pleno derecho de una sociedad
plicó el reconocimiento únicamente de los derechos civiles de iguales, y la mejor forma de asegurar la pertenencia de los
para todos y excluyó a los desposeídos y a las mujeres de los individuos a su comunidad consiste en otorgar un número
derechos políticos, con lo que el principio de igualdad quedó creciente de derechos de ciudadanía (Kymlicka y Norman,
restringido a una parte de la población adulta. 1994). De este modo, es a través de los derechos expandidos
En sintonía con esta tradición liberal, tenemos ya en el siglo que la ciudadanía adquiere pleno sentido.
xx los aportes del inglés Thomas Humphrey Marshall, quien Dentro de la tradición liberal, la concepción de Marshall
se ha convertido en uno de los referentes obligados de la con- abre el espectro a una ciudadanía más plena, que supera con
cepción de ciudadanía. En su conocida obra Citizenship and mucho a la ciudadanía civil y política; sin embargo, desde las
Social Class, concibe la ciudadanía básicamente como la pose- tradiciones marxistas y conservadoras ha sido cuestionada
sión de derechos, aunque desde una perspectiva amplia que lo por el hecho de no incluir en esta perspectiva a los derechos
coloca, junto a Rawls y Dworkin, dentro del liberalismo igua- económicos y culturales, así como al derecho de participación
litario, promotor de la justicia distributiva y de las políticas de activa en los asuntos públicos, indispensables para el ejercicio
bienestar social. Marshall fue un defensor de la vida civilizada de una condición realmente plena de ciudadanía. Igualmen-
y entendía por esto, fundamentalmente, “el ser admitido como te, el concepto de Marshall ha sido objeto de otras críticas
parte de la herencia social, lo cual implica la completa acepta- relevantes, como es la ausencia de una explicación política y
ción como miembro pleno de derechos de una sociedad, esto social acerca de cómo se da el proceso de expansión de de-
es, como ciudadano” (1965: 76). Su concepción lleva implícito rechos en la sociedad de clases y en el marco de la tensión
el reconocimiento de una verdadera igualdad en la condición permanente entre capitalismo y democracia. Este autor ubica
ciudadana que subyace tras la desigualdad económica y social, esta expansión a través de la asignación progresiva de dere-
real característica de la sociedad de clases. Su definición tiene chos mediante la política del Estado de bienestar, pero no
que ver básicamente con el tipo de vínculo que define la mem- considera el papel de las clases y de los movimientos sociales
bresía de un individuo con su comunidad; la ciudadanía es así, en este proceso. De la misma manera, en su visión no resulta
“un estatus conferido a los miembros de pleno derecho de una claro el papel de la ciudadanía ante el modo de vida capitalis-
comunidad. Todos los que poseen este estatus son iguales con ta; falta precisión con respecto a si la ciudadanía contradice
respecto a los derechos y deberes, a través de los cuales, éste es al capitalismo al suponer la redistribución de la riqueza so-
conferido” (92). bre la base de la necesidad; si la ciudadanía únicamente es
Para Marshall, la ciudadanía es una condición que se una tensión permanente ante el capitalismo atemperando el
desarrolló en perspectiva histórica y que adquirió en el siglo impacto del mercado, o bien, si la ciudadanía contribuye a
veinte una triple dimensión, al ser constituida por tres com- apoyar al capitalismo al inhibir las contradicciones mediante
ponentes sustantivos acuñados a lo largo de tres siglos: el civil la integración de la clase trabajadora al sistema, a través del
(derechos civiles, siglo xviii), el político (derechos políticos, Estado de bienestar (Turner, 2001).
siglo xix) y el social (derechos sociales, siglo xx). Cada una En una perspectiva semejante se encuentra la visión de
de estas dimensiones estaba acompañada de la creación de Rawls (1996), quien parte de la idea de que la justicia tiene
las instituciones encargadas de hacerlos valer. La dimensión primacía sobre el bien y, por tanto, los derechos individua-
civil está constituida por los derechos indispensables para el les no pueden sacrificarse por el bien común; asimismo, los
pleno reconocimiento y el ejercicio de la libertad individual: principios de justicia que establecen esos derechos no pueden
la libertad de expresión, de pensamiento, de profesar el culto ser impuestos por ninguna concepción particular de la vida
religioso de elección, así como el derecho de propiedad, el de buena. Para este autor, el Estado es neutral ante las distintas
establecer contratos y el derecho a la justicia. Las instituciones concepciones de vida de los ciudadanos, y éstos deben guiarse
directamente vinculadas al ejercicio de estos derechos son los en su vida cotidiana por los principios de justicia y establecer
tribunales de justicia. La dimensión política comprende el de- una clara diferencia entre los asuntos privados y los públicos.
recho de los individuos a tomar parte en el ejercicio del poder De aquí que el ser ciudadano signifique “adoptar una cierta
político, a votar y a ser votado, sea esto “como miembro de perspectiva de justicia frente al mundo y gobernar el propio
un cuerpo investido de autoridad política, o como elector comportamiento de acuerdo a los principios derivados de
de sus miembros” (79). Las instituciones correspondientes ella” (Miller, 1997: 75). Consiste además “en verse a sí mis-
son “el parlamento y las juntas del gobierno local” (79). Y la mo como uno entre muchos individuos libres e iguales y en
dimensión social, la más extensa, se refiere a un abanico muy reconocer que la sociedad política a la que pertenece tiene
amplio que comprende desde “el derecho a la seguridad y a que ser gobernada por principios aceptados por todos” (75).
un mínimo de bienestar económico” (79), hasta el derecho de Así, el ciudadano es el que suscribe un conjunto de principios
“compartir plenamente la herencia social y vivir la vida de un mediante los cuales rige su vida cotidiana, y es quien reconoce
ser civilizado conforme a los estándares predominantes en la a los otros como agentes morales, libres e iguales, racionales
sociedad. Las instituciones relacionadas son, en este caso, el y razonables (Rawls, 1996). En abierta diferenciación con
sistema educacional y el de servicios sociales” (79). De acuer- los republicanos, Rawls no considera importante que existan
Ciudadanía 97 c
ciudadanos participativos; esta cualidad sólo es relevante en te de la democracia y una concepción activa de ciudadano,
la medida en que contribuya a proteger los derechos y las que reconoce a la ciudadanía más como una práctica y un
libertades básicas de las personas. ejercicio que como un mero estatus pasivo; el ciudadano no
En contraposición con el liberalismo distributivo y con el es únicamente un receptor de derechos sino un ejecutor,
Estado de bienestar, surgió también en la segunda mitad del promotor y defensor de los mismos. Estos planteamientos
siglo xx otra tendencia dentro de esta tradición, reconocida suponen la existencia de un nuevo modelo de democracia,
como liberalismo libertario (o la nueva derecha), de la que una democracia participativa, sustentada en la deliberación,
forman parte autores como Hayek, Nozick, Fullinwinder y la intervención y el vínculo estrecho entre la ciudadanía, la
Mead. Entre éstos existe la visión de que la ciudadanía, más esfera pública y las decisiones políticas.
que estar sustentada en los derechos, debe estar orientada a
fortalecer sus obligaciones, principalmente en la esfera pri- Líneas de investigación y debate
vada. Los individuos son los principales responsables de su contemporáneo
bienestar y del de su familia, y deben por ello tomar un papel
activo para llevar a la práctica sus deberes sociales. Para esta Más recientemente las dos tradiciones clásicas sobre ciuda-
tendencia, la ciudadanía consiste básicamente en el derecho danía han sido recuperadas por diversos autores, en versiones
a tener o asumir responsabilidades y obligaciones; y es ne- complejas, que responden a las características de las socieda-
cesario fomentar en los ciudadanos, además de los derechos, des contemporáneas. Por una parte, tenemos a O’ Donnell,
la responsabilidad de ganarse la vida, la autosuficiencia y una emparentado con Marshall pero con un énfasis republicanis-
ética del trabajo. Ésta es una visión emparentada directamen- ta, que defiende la idea de ciudadanía integral y considera que
te con el régimen neoliberal. para que los ciudadanos puedan tener acceso a los derechos
En una perspectiva muy distinta a las anteriores se ubican elementales, cívicos y políticos, es indispensable que cuenten
los autores republicanos, que constituyen toda una tradición con un mínimo de condiciones económicas y sociales —los
proveniente de la cultura griega y, en particular, de la escue- derechos sociales— para que puedan ejercer su capacidad de
la aristotélica. Actualmente existen al menos dos tendencias agencia, esto es, su cualidad de participación en las decisio-
claramente diferenciadas: la del republicanismo liberal y nes de la vida pública (2004). De este modo, es defensor de
la del republicanismo cívico o comunitarista. La primera la ciudadanía integral, en relación a la cual advierte que “los
sostiene que la participación y el compromiso ciudadano individuos tienen derecho a al menos un conjunto básico
poseen un carácter instrumental en la medida en que colo- de derechos y capacidades (sociales, civiles y políticos) para
can a los ciudadanos en la posición de defender sus derechos funcionamientos que son consistentes con, y consecuente-
y de contener la corrupción de los gobiernos; estas ideas se mente facilitadores de, su agencia” (2004: 45). Por otra parte,
sustentan en pensadores clásicos como Maquiavelo, Tocque- este autor se sitúa en el centro del debate sobre ciudadanía
ville, Jefferson y Harrington, y que han sido recuperadas más pasiva y activa al considerar que ésta, en realidad, posee una
recientemente por autores como Skinner, Pettit y Sunstein. naturaleza combinada; por una parte es activa, en relación a
La segunda tendencia es la que se deriva más claramente del los derechos políticos y al régimen democrático, y por otra
pensamiento aristotélico, destacando que la participación es pasiva, en relación a que es adscriptiva y otorgada desde
política y las virtudes cívicas son un valor en sí mismas y re- el Estado, como nacionalidad. En una perspectiva distinta se
presentan auténticas cualidades ciudadanas que es importante encuentra Turner (citado al inicio de este texto), más cercano
exaltar, al igual que las identidades comunitarias. En esta al republicanismo, quien pone de relieve el aspecto partici-
tendencia destacan autores como Arendt, Sandel y Taylor. pativo de la ciudadanía al destacar la participación política
La característica sustantiva de esta tradición consiste y las obligaciones del ciudadano con la comunidad; pero la
en poner de relieve al ciudadano como alguien más que un participación a la que él alude es toda aquella que tiene que
simple elector, como un participante activo y responsable ver con la vida de la comunidad, no únicamente la inscrita
que, mediante su participación, ejerce sus derechos al mismo en el ámbito político, de ahí que se trate de una participación
tiempo que sus obligaciones y compromisos con la sociedad integral, relacionada con el conjunto de relaciones entre la
de la que forma parte. La participación política es entendida ciudadanía y la sociedad, entendidas éstas como un todo. En
por esta corriente como la intervención de los individuos en este sentido, la ciudadanía, para Turner,
la res publica, esto es, en las distintas tareas de orden públi-
co que atañen a los cargos, las políticas y la organización de [...] tiene que ver con derechos y obligaciones, por un
la sociedad. Los republicanos consideran que las elecciones lado frente al Estado, y, por otro, su responsabilidad
son necesarias, pero no suficientes, y que los ciudadanos de- frente y para con la comunidad. Esta noción incluye
ben participar en el control de los procesos electorales y en un conjunto de prácticas que constituyen a los indivi-
la vigilancia de los representantes, para lo cual deben acudir duos como miembros competentes de su comunidad,
a otras modalidades de hacer política como lo son las asam- expresando un paquete de prácticas sociales, legales,
bleas, los referendos, las consultas públicas, la deliberación políticas y culturales. Por otra parte, estas prácticas lo
y la movilización. De este modo, se defiende una idea fuer- constituyen más que definen al ciudadano, que con
c 98 Ciudadanía
el tiempo llegan a institucionalizarse como arreglos Finalmente, otro autor contemporáneo significativo es,
sociales normativos que determinan la membresía a sin duda, Will Kymlicka, quien, partiendo del reconoci-
la comunidad (1993a: 3). miento del fenómeno de la diversidad cultural existente en
las sociedades contemporáneas, ha distinguido dos tipos de
El enfoque de este autor resulta importante y sugerente Estados multiculturales: los “Estados multinacionales”, en
porque, al poner el acento en las prácticas sociales, reconoce lo que la diversidad cultural surge de la incorporación de
que la ciudadanía puede ser generadora de solidaridad, pero culturas que anteriormente poseían gobierno propio y es-
también de conflictos al crear expectativas sobre la distri- taban concentradas territorialmente en un Estado mayor,
bución que no se cumplen y al propiciar prácticas sociales y los “Estados poliétnicos”, en los que la diversidad cultural
—movimientos— que luchan por acceder a los recursos. De proviene de la inmigración individual y familiar (Kymlicka,
aquí surge el cuestionamiento acerca de si existe una sola 1996). El autor advierte que tales circunstancias han sido
forma de ciudadanía o formas diversas ubicadas en contex- generadoras de formas de violencia y discriminaciones inte-
tos históricos y sociales distintos. Turner admite, incluso, que rétnicas e interculturales, y que es necesario por tanto admitir
las diversas formas de ciudadanía pueden generarse desde la existencia de una ciudadanía diferenciada “cuando en una
arriba o desde abajo y ser activas o pasivas, o desarrollarse sociedad se reconocen los derechos diferenciados en función
en el espacio público o en el privado (1993a: 8-9), con lo del grupo, en donde los miembros de determinados grupos
cual la diversidad se amplía. Él reconoce también que en las se incorporan a la comunidad política no sólo en calidad de
sociedades contemporáneas han surgido distintas formas de individuos, sino también a través del grupo, y sus derechos
ciudadanía que han evolucionado bajo diferentes circunstan- dependen, en parte, de su propia pertenencia al grupo” (240).
cias de modernización política y social. Con estas precisiones Esta reflexión da lugar a la identificación de tres conjuntos
abre un espectro amplio de indagación sobre la multidimen- de derechos que constituyen la ciudadanía diferenciada:
sionalidad de la ciudadanía. derechos de autogobierno, derechos poliétnicos y derechos
Otra vertiente interesante es la que propone Chantal especiales de representación. Con esto, el aporte de Kymlicka
Mouffe, reconocida promotora de la democracia radical y aborda una de las principales problemáticas de las sociedades
defensora de la tradición republicana. Esta autora sitúa la contemporáneas: la multiculturalidad, y pone el énfasis en la
problemática de la ciudadanía en el terreno de lo político y reflexión sobre uno de los principales retos para el reconoci-
en el marco de la comunidad política, entendida ésta como miento de las ciudadanías actuales.
un modo de asociación política que, aunque no postule
la existencia de un bien común sustancial, sí reconoce la Bibliografía
existencia de un “vínculo ético que crea un lazo entre los
participantes de la asociación” (Mouffe, 1999: 96). De esto Aristóteles (1986), Política, Madrid: Alianza.
deriva una idea de ciudadanía entendida sustancialmente Arendt, Hanna (2001), La condición humana, Barcelona: Paidós.
como “la identidad política que se crea a través de la iden- Cortina, Adela (2003), Ciudadanos del mundo. Hacia una teoría de
la ciudadanía, Madrid: Alianza.
tificación con la respublica” (101), es decir, ya no se trata
Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudada-
de un estatus legal sino de un tipo de identidad. “Es una no (s.f.), en Wikipedia. Disponible en: <http://es.wikipedia.
identidad política común de personas que podrían com- org/wiki/Declaraci%C3%B3n_Universal_de_los_Dere-
prometerse con muchas empresas diferentes de finalidad y chos_Humanos>.
que mantengan distintas concepciones del bien, pero que rae: Real Academia española (2014), “Ciudadanía”, Diccionario
en la busca de sus satisfacciones y en la promoción de sus de la lengua española, 23a ed. Disponible en: <http://lema.
acciones aceptan el sometimiento a las reglas que prescribe rae.es/drae/?val=ciudadan%C3%ADa>.
la respublica” (101). Y enfatiza la naturaleza del vínculo: “Lo _____ (2014), “Ciudadano”, Diccionario de la lengua española, 23a
que los mantiene unidos es su reconocimiento común de ed. Disponible en: <http://lema.rae.es/drae/?val=ciuda-
un conjunto de valores ético-políticos” (101). Esto consiste dan%C3%ADa>.
Jelin, Elizabeth (1993), “¿Cómo construir ciudadanía? Una visión
en un principio de articulación que afecta a las diferentes desde abajo”, European Review of Latin America and Carib-
posiciones subjetivas del agente social, pero reconociendo bean Studies, núm. 55, pp. 21-37.
la existencia de una pluralidad de lealtades específicas y el Kymlicka, Will (2004), Ciudadanía multicultural [1996], Barce-
respeto también a la libertad individual. Lo relevante de lona: Paidós.
esta visión está en el reconocimiento de las diferencias que Kymlicka, Will y Wayne Norman (1994), “Return of the Citi-
integran la comunidad, individuos y comunidades diversas zenship: A Survey of Recent Work on Citizenship Theory”,
y en su adscripción, desde la diversidad, de intereses e iden- Ethics, núm. 104, pp. 257-289.
tidades particulares a la comunidad política. Para Mouffe lo Marshall, Thomas Humphrey (1965), Class, Citizenship and Social
importante radica en que “se tomen en cuenta las diferentes Development, New York: Doubleday and Company.
Marshall, Thomas Humphrey y Tom Bottomore (1998), Ciu-
relaciones sociales y las distintas posiciones subjetivas que dadanía y clase social, Madrid: Alianza.
son pertinentes: género, clase, raza, etnicidad, orientación Mead, Lawrence (1986), Beyond Entitlement: The Social Obligations
sexual, etcétera” (103). of Citizenship, New York: The Free Press.
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CIUDADANÍA LIBERAL
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Fondo de Cultura Económica.
O’ Donnell, Guillermo (2003), Democracia, desarrollo humano y Definición
ciudadanía. Reflexiones sobre la calidad de la democracia en
América Latina, Rosario, Argentina: Homosapiens Politeia. El concepto ciudadanía liberal está compuesto por dos no-
_____ (2004), “Notas sobre la democracia en América Latina”, en ciones conceptuales: una idea sustantiva —ciudadanía—,
La democracia en América Latina. Hacia una democracia de y otra que la adjetiva, otorgándole un carácter específico y
ciudadanos y ciudadanas. El debate conceptual sobre la democra- determinante —liberal—. La primera surge y se constituye
cia, Buenos Aires: Programa de las Naciones Unidas para el a través de la adscripción del individuo a una comunidad,
Desarrollo, pp. 11-82. ya sea por haber nacido en ella (ius solis) o por mantener la-
Pettit, Philip (1999), Republicanismo. Una teoría sobre la libertad y zos de ascendencia y de consanguinidad con sus miembros
el gobierno, Barcelona: Paidós. (ius sanguinis), con lo que adquiere el estatus de ciudadano
Przeworski, Adam (1988), “El Estado y el ciudadano”, Política y y el reconocimiento de su membresía; tal condición de ciu-
gobierno, vol. 5, núm. 2, pp. 341-379. dadanía conlleva una dimensión jurídica que reconoce sus
Rawls, John (1996), Liberalismo político, México: Fondo de Cul- deberes y derechos. De esta forma, la ciudadanía se encuentra
tura Económica. regulada por los distintos códigos jurídicos de los diferentes
San Juan, Carlos (2003), La ciudadanía como instrumento para el Estados-nación. Ahora bien, con relación al adjetivo liberal,
análisis [mimeo], México. su referente teórico está delimitado por el liberalismo, que
Sandel, Michael, ed. (1984), Liberalism and its Critics, New York: es un término que lejos de significar una sola teoría política
New York University Press. y filosófica, amén de una económica, supone una serie de va-
Skinner, Quentin (1990), “La idea de libertad negativa: perspectivas lores que no pueden ser enlistados de manera total sin que se
filosóficas e históricas”, en Richard Rorty, J. B. Schneewind y contribuya a su mayor ambigüedad y confusión.
Quentin Skinner (comps.), Filosofía de la historia: ensayos de Por ello, sin pretender agotar los sentidos del concepto
historiografía de la filosofía, Barcelona: Paidós, pp. 227-259. mismo, podemos entender a la ciudadanía liberal como una
Taylor, Charles (1990), “Modes of Civil Society”, Public Culture, condición civil y política del individuo que el Estado protege,
núm. 1, pp. 95-118. el cual se comprende con ciertas funciones que no traspasan
_____ (2003), Multiculturalismo y la “política del reconocimiento”, Se- los derechos de sus ciudadanos, por ejemplo, sus libertades
villa: Fondo de Cultura Económica. de opinión, consciencia, culto, expresión, tránsito, acceso a
Tilly, Charles (1996), “Citizenship, Identity and Social History”, tribunales de justicia, proyecto de felicidad, seguridad y pro-
en Charles Tilly (ed.), Citizenship, Identity and Social History, piedad, así como a sus derechos políticos.
New York, Cambridge: Cambridge University Press (Inter- Se puede decir, por lo tanto, que la ciudadanía liberal
national Review of Social History Supplements), pp. 1-17. remite a la relación del individuo, poseedor de derechos in-
Turner, Bryan (1993a), “Contemporary Problems in the Theory of alienables, con el poder establecido llamado Estado-nación.
Citizenship”, en Citizenship and Social Theory, London: Sage De ahí que la ciudadanía liberal se distinga también de otros
Publications, pp. 1-18. conceptos de ciudadanía occidentales y modernos, por ejem-
_____, ed. (1993b), Citizenship and Social Theory, London: Sage plo, del correspondiente a la ciudadanía social que se inscribe
Publications. en un modelo de Estado intervencionista y planificador que,
_____ (2001), “The Erosion of Citizenship”, The British Journal of a diferencia del liberal, participa activamente en la puesta en
Sociology, vol. 52, núm. 2, pp. 189-210. marcha de los derechos que no podrían ser objeto de polí-
Von Hayek, Friedrich A. (1961), Los fundamentos de la libertad, Va- ticas públicas sin su injerencia como los derechos al trabajo,
lencia: Fomento de Cultura. la salud, la educación y la vivienda, los cuales requieren más
presencia del Estado y no podrían llevarse a cabo median-
te la intromisión mínima que presupone el modelo liberal.
La ciudadanía liberal tiene que ver tanto con la con-
cepción de una forma de vida enmarcada por las libertades
individuales, como también con las libertades y derechos
que protegen la vida política, es decir, con los derechos del
ciudadano a ser elegido para ocupar funciones de gobierno y
representar a sus conciudadanos, o bien, el derecho de elegir
libremente a sus representantes.
c 104 Civilización
se revela el conjunto de rasgos propios que determinan la límites fronterizos y la integración de los diferentes pueblos
identidad histórica de un pueblo. Esta connotación permite bajo la denominación racional de “ser civilizados”. Esta ge-
considerar la civilización como el pináculo del curso de desa- neralización de las diversas sociedades es el producto latente
rrollo racional alcanzado progresivamente por una sociedad de la expansión capitalista, y en ello se evidencia el carácter
y que, en virtud de esto, se opone de manera determinante a transformador de la civilización: la regulación coactiva de
condiciones históricas anteriores (propias o ajenas). La va- comportamientos específicos, que condiciona y sublima las
loración positiva hacia la racionalización de la estructura del pulsiones generadas en la vida social; es la manifestación
Estado moderno manifiesta la conciencia de una colectividad de la fuerza episódica de un proceso de transformación que
que se sabe a sí misma civilizada, en razón de que ha llegado construye el devenir mismo de un pueblo, afirmado en el pau-
a un alto grado de su propia realización. latino cambio en los modos y costumbres de cada sociedad.
Precisamente, este sentido nos remite a los contenidos que Siguiendo la línea de este ejercicio de reflexión, podemos
subyacen en la génesis de la voz inglesa civilization (derivado acotar además que el proceso de transformación histórica
de las voces antiguas civilize y civilized), en cuya tendencia de una sociedad no ocurre de manera aislada, sino más bien
inicial se aludía al carácter de ‘procedimiento’, pero que más en el contexto del necesario vínculo transnacional entre las
tarde, y como consecuencia ante el influjo del término fran- sociedades. La unidad moral de las diferentes civilizaciones
cés civilisation, adquiere una orientación particular hacia las en una única “sociedad cosmopolita” (utopía), o bien la cre-
formas más altas de la vida de un pueblo. En el esbozo del ciente desintegración moral de sociedades aisladas por efecto
concepto construido por Émile Benveniste (2004), se reto- del totalitarismo (distopía), son ideas que nos muestran que
man las conversaciones de Boswell con el doctor Johnson, el vínculo transnacional es una condición necesaria para el
registradas en el New English Dictionary, donde se reconoce desarrollo de una civilización. Por ello, puede afirmarse que,
la diferencia entre el término civility, relacionado con ‘civili- en su realidad histórica, toda civilización se constituye por el
dad’, ‘cortesía’, y la noción civilization, vinculado a ‘contrario reconocimiento de lo que, en sí misma, no es: una dialéctica
de barbarie’. De ahí que la religión, la ciencia, la técnica, el que supone al otro (por diferencia y distancia, no civilizado)
arte, como estructuras de organización social, se consideren como fundamento del juicio de conciencia depositado en
señales claras del más elevado desarrollo en la formación ci- saberse civilizado.
vilizada de lo humano. Finalmente, esta última consideración nos permite llegar
Siguiendo con esta perspectiva, el vocablo francés civi- a un concepto antropológico de civilización: a saber, como
lisation (proveniente de civiliser y civilicé) nos arroja hacia resultado de un proceso acumulativo de intercambios simbó-
aspectos diferentes del concepto: por un lado, estrechamente licos, tecnológicos y económicos, gracias a lo cual es posible
vinculado con las nociones sociedad, usos, obligaciones, decencia, afirmar que “ninguna cultura se encuentra sola; siempre viene
conducta…, se aborda su significado como práctica judicial dada en coalición con otras culturas, lo que permite construir
depositada en el hecho de volver civil un proceso criminal. series acumulativas” (Lévi-Strauss, 2012: 92). En conse-
Por otro, y relacionado con el pensamiento reformista de la cuencia, una civilización está conformada por la necesaria
nobleza campesina, se asocia como parte del planteamiento coexistencia histórica de las diferentes sociedades, en don-
teológico que el conde de Mirabeau utiliza para considerar de los límites de lo propio-original y lo ajeno se desdibujan
la institución religiosa como freno de las pasiones y primer progresivamente, ya que asisten a permanentes “coaliciones”
resorte de la civilización. Empero, Mirabeau establece una y choques que reestructuran los núcleos culturales que les
clara posición crítica, en tanto que considera que la civili- otorgan consistencia.
zación se encuentra estrechamente vinculada con la virtud: Ahora bien, en las líneas subsiguientes se trabajará en
no sólo es la dulcificación de las costumbres, la cortesía y los esta revisión temática en dos sentidos: por un lado, se mos-
conocimientos de las buenas maneras, no sólo es la forma de trará, desde un punto de vista filosófico, el vínculo estrecho
la urbanidad, sino que debe tener el contenido de la virtud entre civilización, cultura y progreso, para exponer de manera
(Elias, 1987: 85). problemática las implicaciones ontológicas del término ci-
En todo caso, este rasgo formativo del término circunscri- vilización; por otro, se mostrará que dicho concepto, a nivel
be su función social hacia la idea de “proceso”, cuyo resultado epistemológico, refiere en lo social una realidad semiótica
se manifiesta en la conciencia de “ser civilizado”. De acuer- compleja en que la identidad de una sociedad está determi-
do con Norbert Elias, la civilización como proceso tiene la nada por sistemas sígnicos.
función específica de expresar la “autoconciencia” que Occi-
dente tiene de sí mismo, de ahí que se edifique una creencia Historia, teoría y crítica
determinante en la sociedad occidental, que se justifica en
el aparente estado de avanzada evolución respecto de los El vocablo francés civilisation es, al parecer, la referencia
periodos sociales anteriores, o bien frente al estadio de las más antigua que se tiene del término civilización, acuñado
sociedades contemporáneas “más primitivas” (57). por el conde de Mirabeau en 1756 en su manuscrito L’ami
La autoconciencia, como resultado del proceso civili- des hommes ou Traité de la population, y utilizado de nueva
zatorio, es la condición que posibilita la expansión de los cuenta en su texto inconcluso L’ami des hommes ou Traité de
Civilización 105 c
la civilisation (Benveniste, 2004: 211). Si bien el estudio del Precisamente, en la teoría de la civilización los tér-
léxico presentado por Benveniste no resulta exhaustivo ni minos autoconciencia y proceso implican necesariamente
determinante, en cambio nos ofrece caminos posibles para su concreción en el devenir histórico como entidades fe-
interpretar el nacimiento de la palabra y su relación con la nomenológicas que se materializan empíricamente en el
noción alemana cultura. desarrollo de los pueblos. La identificación de la historia
En cuanto al término inglés civilization, las direcciones como el ámbito de realización de lo humano ha sido mo-
expuestas en Problemas de lingüística general I no alcanzan tivo de reflexión filosófica, en tanto proceso dirigido hacia
para vislumbrar una correspondencia precisa de la voz inglesa la autoconciencia de la humanidad y su consecuente unifi-
con la francesa. Los contenidos conceptuales de la lengua in- cación. En términos de Mattelart (2000), esta unificación
glesa anteriores a Boswell (1772), para quien civilización es lo de lo humano sería una suerte de “utopía planetaria” que
contrario de barbarie, declaran el sentido de la palabra como busca en la integración de las sociedades una paz universal.
un estado de progreso y avance, de gradual refinamiento de En este sentido, la filosofía de la historia, en su indagación
las artes y sujeción a las disposiciones de gobierno (Benve- fenomenológica acerca del devenir del hombre, desarrolla
niste, 2004: 214). Esta dirección del pensamiento anglosajón los medios interpretativos que permiten la comprensión y
encontraría terreno fértil en los principios liberales del eco- unidad de lo humano, en la diversidad de acontecimientos
nomista escocés Adam Smith en cuya obra, An Inquiry into que conforman el horizonte de su historia.
the Nature and Causes of Wealth of Nations (1776), considera Durante la Ilustración, en el contexto de aparición de los
favorable el desarrollo de la técnica y la ciencia armamentista, conceptos civilización y cultura, los estudios de filosofía vin-
necesarias para la preservación y consecuente extensión de la cularían el desenvolvimiento histórico del hombre dentro del
civilización (Benveniste, 2004: 215). Así pues, la civilización sentido universal de progreso. En razón de esto, en el siglo
en la historia de la humanidad, como señalamiento contrario xviii la postura teleológica del idealismo alemán aportaría
al estado de barbarie, sería uno de los temas en la filosofía un pensamiento integrador —metafísico— de los diferen-
de la historia, con especial acento en la crítica realizada por tes periodos de la humanidad: a diferencia de las corrientes
el pensamiento alemán ilustrado. anteriores de pensamiento, la postura fenomenológica no
Si partimos ahora del estudio de Norbert Elias (1987), negaba el valor epistemológico del periodo medieval, y buscó
el término civilización, considerado prima facie como mani- definirlo como una etapa que contribuyó significativamente
festación de una conciencia de lo nacional, resulta entonces al desarrollo racional humano. En esta dirección, el idealismo
familiar en los ámbitos francés e inglés, pero el concepto con alemán se esforzó por construir una teoría universal del hecho
el cual el alemán se interpreta a sí mismo es cultura. Dentro histórico, caracterizando sus realidades sociales particulares
de esta distinción, civilización designa hechos políticos, re- a través de leyes, principios y relaciones propias.
ligiosos, económicos… que determinan la “conducta” de los Desde esta perspectiva, la distinción entre civilización y
individuos y atenúa las diferencias entre los pueblos como cultura en el pensamiento de Kant resulta próxima a la con-
parte de un proceso racional. En cambio, para el alemán sideración crítica de Mirabeau acerca de la civilisation como
cultura determina una posición estática que alude a reali- las buenas formas y costumbres que enmascaran la virtud;
zaciones concretas, artísticas y espirituales, a la manera de para el filósofo alemán, la idea de moralidad pertenece a la
productos culturales que tienen significado en el contexto cultura. Sin embargo, la civilización sólo muestra un pareci-
de su propia realidad social. De ahí se desprende una distin- do externo con lo moral, pues el uso que se hace de esta idea
ción importante: en el pensamiento alemán, las sociedades (moralidad) en la civilización se reduce sólo al cultivo de lo
se distinguen por su manifestación espiritual, es decir, por aparente, a la forma del pundonor y a las buenas costumbres
los productos culturales y estéticos que expresan la moral del externas, es decir, a los protocolos, buenos modales y maneras.
espíritu de un pueblo. Para Kant, el fin primordial en el decurso de la historia del
Sin embargo, considerando la sociogénesis del concepto, hombre es constituir “seres moralizados universales”, en plena
la distinción entre ambas nociones se cimienta sobre una libertad, pero capaces de trascender las particularidades de
base común. Ambos conceptos (civilización y cultura) son el las costumbres. El planteamiento kantiano es determinante:
resultado del proceso de “autoconciencia” que acontece en los el fin del proceso civilizatorio consiste en la realización de
sujetos-ciudadanos dentro del espacio de lo nacional, pero aquello que constituye la especificidad de lo humano, a saber,
que tiende hacia la universalización de sus modos de actuar la cualidad de ser racional. En este sentido, Kant considera
y sus costumbres. Desde esta perspectiva, para Elias no re- que la Naturaleza funciona de manera orgánica, es decir, que
sulta de importancia la diversidad de formas implicadas en dispone de mecanismos, fines y medios para desarrollar en
esta autoconciencia —ya sea el alemán que hable con orgu- cada especie el fin que le es propio. En el caso del hombre,
llo de su cultura, al igual que el inglés y francés que piensan para llegar al más alto grado de racionalidad, el “plan de la
también con orgullo su civilización—; en todo caso, ambas Naturaleza” consiste (como suprema causa) en establecer una
posturas consideran como algo completamente normal el sociedad que administre y piense en el derecho general, no
hecho de que éste es el modo en que el mundo social ha de en lo particular. En esta dirección, una sociedad justa y libre
considerarse como una totalidad.
c 106 Civilización
es condición necesaria para el desenvolvimiento del estado asimismo el espíritu particular de un pueblo, como auto-
racional del hombre. conciencia de su verdad y su esencia; y cuya forma, bajo la
El proceso de civilización queda circunscrito entonces al cual produce todo cuanto existe, es su cultura misma” (Hor-
progreso orgánico de la naturaleza, es decir, al desarrollo de ta, 2008: 92), de ahí que la filosofía hegeliana nos permite
los fines dispuestos para cada especie. En el caso del hom- reafirmar que la idea de progreso, asociada a la noción de
bre, para alcanzar el más alto grado de racionalidad —y por civilización, nos refiere un proceso histórico donde el reco-
ende llegar al más alto grado de moralidad y civilidad— la nocimiento y negación del otro es una condición necesaria
naturaleza ha dispuesto de la “insociable sociabilidad” como para la conciencia de saberse civilizado.
el medio para lograr el pleno desarrollo de las disposiciones En relación con este particular modo de concebir el pro-
humanas, y así conducir por grados al hombre hacia el nivel greso de una civilización, para Hegel, en Lecciones sobre la
más alto de humanidad (Kant, 2004: 57). filosofía de la historia universal, “la idea especulativa muestra
Este último desarrollo encamina al ser humano hacia cómo lo particular está contenido en lo universal” (Hegel,
la sociabilidad, por efecto necesario de la insoportable li- 1980: 255). De hecho, desde el momento en que los pueblos
bertad indeterminada, hasta llegar posteriormente hacia la son una forma particular, su existencia es una determinación
sociabilidad universal de la especie dentro de una “sociedad particular de su esencia espiritual. Por ello, “lo que es en sí
cosmopolita”. La realización histórica del hombre, en la que mismo existe de modo natural: así el niño es hombre en sí,
no se puede suponer ningún “propósito racional” en su cur- y siendo niño, es hombre natural, que sólo posee las dispo-
so contradictorio, se piensa entonces en sentido teleológico, siciones para ser, en sí y por sí mismo, hombre libre” (255).
dada una causa natural que dirige los actos la formación de Este planteamiento permite hacer una descripción feno-
un Estado, cuyo grado de civilización permite el desenvol- menológica acerca del devenir interno en la conformación
vimiento pleno de las disposiciones naturales en la especie de una civilización. El proceso de autoconciencia del espíri-
humana (Horta, 2008: 90). tu racional de una sociedad tiene lugar en el escenario de la
En otra dirección, la interpretación de la filosofía hegeliana historia, es decir, deviene históricamente en la realización y
ha sido terreno fértil para la formulación de diversas críticas superación concreta de sí mismo (en su ser particular-históri-
cuyo sustento parece negar, en principio, el sentido dialéctico co como sociedad, pueblo, civilización), donde se vislumbran
hacia la conciencia que una civilización tiene de sí misma. En las formas particulares del espíritu racional (su concepto de
el ámbito de la filosofía de la historia, el esquema explicativo de sí mismo) y su consecuente desarrollo. Es decir, la síntesis
Hegel plantea un punto coyuntural: el desarrollo teleológico del dialéctica es devenir, pues es la unidad del ser y el no ser en un
espíritu de un pueblo implica el carácter determinante de pro- proceso de autodesarrollo que deviene activamente en la his-
greso, en el que el espíritu absoluto como “resultado” conlleva un toria (Horta, 2008: 92). Se realiza entonces el progreso como
proceso determinado por un fin absoluto, a saber, la formación la continuidad del espíritu de una cultura, una civilización, un
de un pueblo civilizado. pueblo… en la comprensión de sus propias particularidades,
Al hablar de la historia de un pueblo, Hegel pone énfasis como “el alma que dirige los acontecimientos”, los individuos;
en que el movimiento dialéctico de la conciencia de sí (del “el guía de los pueblos” (Hegel, 1980: 252).
autosaber) no plantea un fin (final) como el término de un Si seguimos esta línea de reflexión, podremos comprender
comienzo; en todo caso, es un desarrollo histórico cíclico las nociones civilización y cultura como parte del proceso de
en continuo movimiento, una espiral ascendente en la cual construcción de la idea del hombre dentro de la sociedad:
el proceso de realización y reconocimiento de la conciencia no como representaciones individuales, sino en un sentido
de una civilización está en constante superación. En conse- de colectividad e intersubjetividad (Horta, 2011: 40). Si
cuencia, espíritu de un pueblo, como absoluto, no significa bien la historia es el ámbito en que se manifiesta y realiza
enajenación, sino la pura realización, donde el individuo una sociedad, la idea del “devenir absoluto”, como desarrollo
particular se desarrolla en el proceso dialéctico del espíritu racional necesario —pero involuntario y alienante—, permi-
general de su pueblo. En este ámbito, la “formación” y “rea- te justificar la noción de civilización como el pináculo de la
lización” del individuo son momentos necesarios del devenir, racionalización y moralización del ser humano.
pues el espíritu, en cuanto totalidad real, es la unidad de la En esta dirección, el término civilización adquiere un
intersubjetividad en que la autoconciencia del yo (sujeto) se carácter determinista: describe el progreso histórico de una
logra a través del momento en que se supera y reconoce a sí sociedad, independiente de la voluntad y deseos de los in-
mismo en el ser otro o lo otro (dentro de una sociedad y frente dividuos que constituyen a esa misma sociedad. A partir de
a otra sociedad), como reconocimiento mutuo entre los indi- este punto, los filósofos posteriores buscarían cuestionar la
viduos. Y es precisamente este momento la condición misma marcha absolutista de la historia hacia la constitución de una
para la realización de la libertad dentro de una civilización. civilización. En este sentido, Nietzsche comienza su crítica
En el proceso histórico de reconocimiento de sí mismo hacia la Modernidad con una postura “pesimista” que se ex-
como pueblo se revela de manera particular en las institu- tiende hacia todos los ámbitos que conforman la cultura y
ciones que conforman una civilización. Por ello, “en cada una su consecuente idea de civilización. Esta filosofía es, en rea-
de las etapas en que se manifiesta el espíritu, se constituye lidad, un cuestionamiento acerca de la condición “ilusoria”
Civilización 107 c
de los elementos culturales que articulan y dan forma a la de la vida social. Esta posición crítica puede abordarse desde
civilización moderna, a saber, la ciencia, la ética, la estética y dos posiciones que han conformado el fundamento de la vi-
la religión (1959: 145). sión crítica del siglo xx hacia los procesos de racionalización
Desde de esta perspectiva, la civilización es una idea me- que acontecieron en siglos anteriores.
diadora, que distancia al hombre moderno de la fuerza vital Por un lado, para Nietzsche el devenir de la historia, y
que constituye el verdadero valor de la vida, a saber, la vo- su consecuente negación del individuo, dirige el proceso ci-
luntad de los individuos. En cambio, la civilización moderna vilización hacia la regresión en un “estado de barbarie”, con
ha ocultado tras su velo la realidad de la cosa, la verdad del lo cual puede afirmarse, en esta dirección, que la civilización
mundo que constituye el impulso volitivo. Así pues, Nietzs- moderna no es propiamente algo vivo, en tanto que no pro-
che encuentra ciertos “servicios” que los estudios históricos picia la generación de una vida en sociedad que permita el
le pueden brindar a la vida, pues de acuerdo con sus propios desarrollo y la madurez de la voluntad de los individuos que
fines, fuerzas y necesidades, cada civilización tiene necesidad la constituyen. En este sentido, la cultura queda reducida a “lo
de un cierto conocimiento del pasado (1959: 110). Bajo este culto”, es decir, a un conocimiento de la cultura, que en todo
supuesto, lo útil tiene sentido sólo si se fundamenta sobre caso es una idea intelectualizada de cultura, sin llegar ni a su
el terreno de lo vial; en otras palabras, de aquello que es útil comprensión ni a su vivencia. Para explicar este sentido nega-
para la vida cotidiana de las personas, pueblos y civilizaciones. tivo y contradictorio de la civilización y la cultura, Nietzsche
Frente al idealismo y su carácter instrumental de la histo- parte de suponer que el origen del estado de barbarie está en
ria, Nietzsche resulta contundente en su crítica, pues advierte la antinomia entre “ser íntimo” frente al “ser externo”. En el
invariablemente de los peligros de la alienación y negación ámbito histórico, este carácter antinómico del devenir tiene
de lo humano que la historia universal trae consigo. Por ello, como resultado una escisión ontológica, en la que el hombre
“consideraciones como éstas han habituado a los alemanes no asiste a una cultura que le sea propia, al tiempo que es
a hablar de un proceso universal y justificar su propia época negado como individuo por esa misma cultura.
viendo en ella el resultado necesario de este proceso univer- Esta contradicción ontológica imposibilita a los indivi-
sal. Consideraciones como éstas han destronado a los otros duos a tomar las riendas de su vida, pues una vez construida
poderes intelectuales, el arte y la religión, para poner en su esta contradicción en el terreno de lo social, la forma aparece
puesto a la Historia” (Nietzsche, 1959: 145). como una convención, un disfraz y una simulación, mientras
La crítica nietzscheana parte de un hecho histórico, que que el contenido, incapaz de hacerse manifiesto en lo externo,
tiene implicaciones ontológicas en lo fáctico: de hecho, el podría llegar a volatilizarse. En todo caso, esta contradicción,
devenir absoluto implica necesariamente la destrucción de nacida de la ilusión y de lo ausente, es la manifestación paten-
la “fuerza vital” (voluntad) de los individuos, generando en te del abismo cultural en las sociedades modernas: escisión
ellos una posición de escepticismo frente a su propia voluntad. edificante que distancia la civilización (objeto externo que
Pero quizá la consecuencia más grave que advierte Nietzsche construye el mundo) del ser íntimo (sujeto que vive y hace
en la civilización moderna es el estado de cinismo que gene- su civilización). Por supuesto, para Nietzsche el individuo
ra, pues en esta circunstancia los individuos pierden interés debe emerger como sujeto libre, capaz de salir del abismo
hacia sí mismos y hacia los demás, lesionando con ello al ser de la civilización moderna y comenzar a edificar su propio
íntimo que conforma la propia individualidad, propiciando destino. De este modo, resulta necesario que el
un detrimento de la personalidad y la fuerza de decisión.
En un esfuerzo por superar esta inclinación de la historia, la [...] impulso oscuro sea remplazado por la voluntad
crítica nietzscheana busca edificar el advenimiento de una constante, emanada de las relaciones puras y desin-
nueva concepción de cultura y civilización. Desde una posi- teresadas de aquellos individuos culturales liberados,
ción diferente, plantea una misión vital para la civilización: críticos y liberadores; pues sólo la indispensable feli-
trabajar en aras de la realización propia del hombre, para cidad en la tierra hace necesaria la existencia de una
ayudar a esta naturaleza a liberarse de sí misma a través de cultura, de una civilización: pero sólo si ésta es enten-
la manifestación concreta del filósofo, el artista y el santo. dida como la unidad del estilo artístico en todas las
La consecuencia es clara: el individuo debe utilizar la fuerza manifestaciones vitales de un pueblo (1959: 113–114).
vital vertida en sus deseos y aspiraciones, y a través de ellos
elevarse a un estadio superior. La crítica filosófica hacia la Modernidad está encami-
Como puede intuirse, la postura filosófica de Nietzsche nada a mostrar la insuficiencia de la razón para lograr la
lleva hacia una consideración negativa de civilización. Esta unidad social y la constitución plena de la moralidad. En
postura negativa parte de una dirección contraria a los plan- esta dirección, para Nietzsche resulta necesario despertar la
teamientos de la filosofía moderna; a saber, no considera la “fuerza plástica” de una civilización, es decir, un proceso es-
construcción de la civilización como un proceso histórico de tético en que la cultura misma obligue el nacimiento de una
progreso hacia un estado de racionalidad; más bien, como un fuerza vital presente, capaz de liberar a los individuos de la
devenir que ha tenido como resultado la negación de lo hu- pesantez del proceso civilizatorio moderno y su consecuen-
mano y la constitución de la irracionalidad como fundamento te contradicción. Este punto específico de la crítica hacia la
c 108 Civilización
condición de una civilización moderna no ha sido exclusivo Pero en el ejercicio de la imposición para dar unidad a
de la filosofía vitalista. lo civilizado, se evidencia una paradoja de las sociedades
La otra vertiente que condicionó una visión crítica hacia modernas: la fe, como instrumento de dominio, ha llevado
el proceso de civilización moderna tiene como fundamento la a los hombres a la más alta irracionalidad, conduciendo a la
filosofía de la cultura de la Escuela de Frankfurt. Desde esta humanidad por entero hacia un estado de “barbarie”, cada
perspectiva, la crítica filosófica parte del concepto dialéctica vez más desarrollado en su artificialidad. Aún en el conoci-
negativa, con el que se describe el proceso de la civilización miento más elevado se contiene la conciencia de la distancia
como una dialéctica escindida, en la que el progreso tiene como que existe frente a la verdad, una distancia construida por la
consecuencias la instrumentalización de la razón, el reposicio- naturaleza analítica del lenguaje moderno, la antinomia en
namiento del arte y la fe en los límites epistemológicos. Para la cultura y la civilización.
la Escuela de Frankfurt, la consecuencia de la civilización mo-
derna es clara: la instrumentalización de la razón tiene como Líneas de investigación y debate
efecto fortalecer el proceso de producción y consecuentemente contemporáneo
la alienación ideológica de los sujetos. En este sentido, la civili-
zación busca formar sujetos que se circunscriban a su función Si bien la reflexión filosófica de la historia nos ha permitido
como trabajadores, instrumentalizando sus modos de vivir y describir los atributos que constituyen (de manera proble-
pensar e impidiendo su crecimiento como “hombres de cultura”. mática) la noción de civilización, el estudio de los objetos y
La crítica esbozada por T. Adorno y M. Horkheimer ámbitos que por “extensión”1 están circunscritos dentro del
busca resaltar las contradicciones que subyacen en los plan- concepto nos lleva a proponer puntos de vista teórico-me-
teamientos filosóficos que afirman el carácter apodíctico de todológicos que permitan el estudio de las civilizaciones. En
la razón moderna y el espíritu científico. Las filosofías de la este apartado, se expondrán dos líneas de investigación, a sa-
historia, a la manera de Kant y Hegel, buscan ensalzar la dia- ber, sociológicas y semióticas, cuyos estudios han permitido
léctica histórica como un proceso necesario de realización, nuevas maneras de comprender los procesos sociales impli-
en el que una civilización se desarrolla progresivamente cados en la constitución de una civilización.
hasta llegar al más alto grado de racionalidad y, por ende, En la línea del sociólogo Norbert Elias, un concepto,
de moralidad. Sin embargo, para los filósofos críticos de en tanto símbolo, es una “síntesis progresiva” de sentidos y
Frankfurt, los hechos históricos muestran evidentes con- significados que se acumulan en los signos a través de un
trafácticos que permiten pensar que, en realidad, el progreso proceso histórico. La síntesis progresiva, en su manifesta-
histórico que planteaba la filosofía moderna no ha devenido ción lingual, se materializa en la realidad significativa de un
en la libertad de la razón. término que resulta cristalino en su uso dentro de su propio
En esta dirección, una dialéctica negativa implica un mo- contexto social y que expresa la conciencia que una sociedad
mento de desarrollo que, con esta misma idea de proceso tiene de sí misma.
histórico, llega a un callejón sin salida: surge como inevita- El estudio sociológico del proceso civilizatorio implica
blemente un proceso histórico incompleto en que el espíritu un sentido problemático: el carácter integrador de la noción
de una civilización alcanza un progreso parcial y, por lo tanto, civilización supone la reducción y designación de diversos
irracional. De este progreso histórico escindido surge una hechos sociales bajo un concepto. Si bien el símbolo es una
clara paradoja: la razón moderna produce, inevitablemente, síntesis histórica progresiva, en todo caso está circunscrita
la irracionalidad del pensamiento. Como consecuencia, la al uso dentro de un contexto social específico, de suerte que
ciencia implica en su propio progreso la instrumentaliza- palabras como la francesa e inglesa civilización o la alemana
ción de la razón. cultura tienden a delimitar un espacio específico que resulta
Por tanto, colocar el arte y la fe en los límites del conoci- integrador y excluyente, pues si bien son designaciones trans-
miento ha sido, para los críticos de la Escuela de Frankfurt, la parentes en el uso interno de la sociedad a la que pertenecen,
apuesta por un retorno hacia lo perdido, por la construcción
del sentido primigenio y la salvación de la oscuridad acae-
cida por la contradicción analítica en el lenguaje moderno. 1 Vale la pena hacer una acotación de índole semiótica al mar-
Retomando a Schelling: “el arte comienza ahí donde el saber gen de este texto: la relación de un concepto con sus atributos
predicables corresponde a lo que se denomina intensión o
abandona al hombre”, pues el arte es “el modelo de la ciencia, significado del término (civilización = progreso, proceso, de-
y donde está el arte, allí debe llegar aún la ciencia” (Adorno, sarrollo histórico...); en cambio, la relación de dicho término
2006: 73). Sin embargo, ahí donde las formas y usos de un con el conjunto de objetos que designa, se denomina relación
lenguaje existen a la par de la edificación de la civilización, de extensión (las sociedades, culturas, comunidades, sujetos…
no siempre se da una coexistencia armoniosa y enriquecedora que se designan como civilizadas). Por ello, este trabajo se ela-
entre sus hablantes; por ello, aparecen procesos político-so- boró en dos sentidos: primero ofrece un significado del término
ciales de imposición y dominio que unifican e integran el civilización, y define sus atributos dentro de la filosofía de la
orden del mundo civilizado. historia; luego, en el presente apartado, se busca mostrar las
herramientas teórico-metodológicas que permiten el estudio
de los objetos implicados en la noción civilización.
Civilización 109 c
todo lo que comprenden, su forma de representar una parte neutralizar el conflicto y viabilizar la transformación que la
del mundo, la naturalidad con que delimitan ciertos ámbitos misma modernidad obliga.
y excluyen otros, asimismo resultan difícilmente comprensi- En la Modernidad, el comportamiento cotidiano implica
bles para quien no forma parte de las sociedades en cuestión. asumirse en el hecho capitalista, en el cual el modo de ser
Pero en un sentido positivo, para el estudio del “proceso” de la vida práctica entra en una contradicción: el conflicto
histórico, los conceptos civilización y cultura son categorías de entre la vida social, en tanto proceso de trabajo y disfrute
análisis necesarias con las que se caracterizan la interrelación referido a valores de uso, y la reproducción de la riqueza, en
entre los cambios en la constitución de una sociedad y los tanto proceso de acumulación del capital. En este esquema,
cambios en el comportamiento de los individuos y grupos hay diferentes maneras de naturalizar el hecho capitalista
de esa sociedad. Por ello, en tanto categorías, permiten esta- en el seno de la sociedad moderna, lo cual nos lleva a con-
blecer explicaciones hipotéticas iniciales para el estudio del siderar diferentes ethos históricos (social-natural, espíritu de
fenómeno social en su carácter histórico, pues en todo caso, empresa, clásico…).
la indagación sociológica no reflexiona sobre el concepto Se pude llegar a concebir la cultura como “una historia
mismo, sino sobre el objeto que éste refiere, a la manera de un de acontecimientos concretos de actividad cultural, singula-
“bosquejo” inicial que debe nutrirse progresivamente de los rizados libremente, sobre un plano de diferenciación abierto,
estudios concretos (histórico-sociales). ajeno a todo” intento de determinismo (Echeverría, 2000:
Desde la reflexión marxista contemporánea, Bolívar 166). En este espacio, el ethos centra su atención en el moti-
Echeverría considera una perspectiva problemática diferen- vo de un acontecimiento de larga duración, en las diferentes
te: civilización es un “sujeto sustancializado” (junto con otros maneras en que tal motivo es asumido en el comportamiento
términos como nación, Occidente, Oriente…), que dirige y cotidiano de una sociedad, y con ello el concepto de ethos his-
conforma una identidad capitalista en ciertas sociedades, pero tórico permite reflexionar en una realidad histórica concreta
cuyo carácter generalizante corrompe la condición dialéctica acerca de la actividad cultural específica. Y en esta dirección,
de la cultura, a saber, el acontecer de una forma singular de no recurre a las determinaciones de un “sujeto sustancializa-
lo humano en una circunstancia histórica específica (2000). do”, pues la noción de ethos busca conformar lo singular de
Para superar las determinantes de estos sujetos, se alude a lo humano que está dentro de una cultura.
la noción de ethos histórico como categoría para interpretar Ahora bien, desde un punto de vista semiótico, este mis-
una cultura específica en el espacio de su propia historicidad, mo autor considera que una civilización se conforma por
y desde ahí, se puede llegar a sobrepasar el conflicto de la medio de un proceso de “mestizaje cultural”, en el que las
diversidad asumida dentro de sujetos históricos sustanciali- diferentes civilizaciones se constituyen por la interacción e
zados. No obstante, para establecer los criterios pertinentes influencia recíproca de las unas con las otras (20). En este
a través de los cuales caracterizar este ethos, resulta necesario sentido, el mestizaje tiene como fundamento la expansión
antes construir el marco conceptual sobre el cual se pueda de un proyecto de civilización: el proyecto eurocentrista que
pensar esta noción. desde el descubrimiento de América ha generado nuevos
En principio, hay que definir el concepto mismo de cul- espacios de interacción entre culturas que en principio re-
tura, el cual, de acuerdo con Bolívar Echeverría, se define sultaban ajenas.
como el cultivo de lo singular, la edificación de una forma Pero leído en clave semiótica, este proceso histórico de ci-
de humanidad inmersa en una circunstancia histórica deter- vilización puede entenderse como necesaria interacción entre
minada (2000: 161). En otras palabras, es la vida misma en culturas, cuyo resultado consiste en la imposición de códigos,
tanto uso o habla particular del código universal la que define o bien, de sistemas de lenguaje. En estos códigos se cifran los
lo humano. Este uso mismo alude al núcleo donde acontece símbolos que determinan el modo de comprender el mundo
la formación de aquello que en el interior se delimita como que, en lo peculiar de cada cultura, resulta de la imposición e
lo humano, la construcción formal de la “mismidad” que im- interacción con los códigos externos que conforman a otras
plica el conflicto entre los diferentes comportamientos que civilizaciones. Desde esta perspectiva, “las subcodificaciones
integran un momento histórico en la cultura. o configuraciones singulares y concretas del código de lo
Atendiendo a estas consideraciones, el ethos histórico es humano no parecen tener otra manera de coexistir entre sí
un comportamiento social estructural en que se repite a lo que no sea la de devorarse las unas a las otras; la de golpear
largo del tiempo la misma intención que guía la constitu- destructivamente en el centro de la simbolización constitutiva
ción de las distintas formas de lo humano. En este sentido, de la que tienen enfrente y apropiarse en sí, sometiéndose a
el ethos histórico puede ser entendido como principio de or- sí mismas a una alteración esencial” (52).
ganización en la vida social y de la construcción del mundo. La dinámica de estas configuraciones particulares que
Así pues, la Modernidad establece una determinada forma cada sociedad edifica constituye los límites de lo propio de
de ethos histórico, en cuanto que introduce una problemática una civilización, pero siempre incluyendo lo ajeno: aquello
particular en el trabajo dialéctico que la propia cultura lleva que caracteriza a otras sociedades. En este sentido, el “cerco
a cabo sobre la identidad social. Allí, el ethos moderno busca cognitivo” que planteaba Castoriadis para delimitar los lími-
tes de lo que puede ser conocido y conocible dentro de un
c 110 Civilización
imaginario social resulta indistinguible. Desde la postura de el espacio semiótico fuera del cual es imposible la existencia
Echeverría, cada civilización o cultura enfrenta un proceso de la semiosis” (Lotman, 1996: 33).
histórico de mestizaje cultural, lingüístico, religioso… en el Los productos culturales en permanente y dinámica
que las fronteras que delimitan lo propio-ajeno tienden a codificación son lo que llama Lotman “textos”, a saber, un
asimilarse mutuamente. conjunto de elementos significativos (signos, símbolos…),
Por ello, el intérprete-traductor de una civilización crea relacionados entre sí, que se encuentra codificado en al menos
necesariamente una situación comunicativa en la que se es- dos sistemas de lenguaje o códigos. En otras palabras, es un
tablece un nuevo código intermedio; en otras palabras, el conjunto sígnico codificado en al menos dos lenguajes, que
código edificado para esta específica situación comunicati- forman parte de la estructura misma de la semiósfera. Los
va contiene las estructuras de las civilizaciones que están en textos se producen dentro de la semiósfera, pero no necesa-
contacto y, por tanto, los textos-traducciones que se generan riamente contienen sólo la información inherente a esa esfera.
dentro de esta situación serán nuevos. Así, dentro de una si- El choque entre civilizaciones produce un intercambio de in-
tuación comunicativa que dispone un intercambio simbólico formación que, desde la frontera semiósica, pasa a constituirse
entre al menos dos civilizaciones, “ser intérprete no consiste como parte de un texto en el interior de una civilización. En
solamente en ser un traductor bifásico, de ida y vuelta entre este proceso de codificación de la información externa, Lot-
dos lenguas, desentendido de la reacción meta lingüística que man refiere una “fuerza centrípeta” que en el interior de la
su trabajo despierta en los interlocutores. Consiste en ser el semiósfera genera procesos dinámicos de codificación de
mediador de un entendimiento entre dos hablas singulares, textos que van desde la frontera semiósica hacia el centro.
el constructor de un texto común para ambas” (21). Pero, en sentido inverso, hay “fuerzas centrífugas” que buscan
Finalmente, desde la perspectiva de la semiótica de la distanciar, decodificar los textos del centro hacia la frontera.
cultura, Yuri Lotman propone un aparato teórico-metodo- Lotman denomina a este proceso de codificación interna
lógico que permita describir con mayor claridad el proceso “ley centro-periferia”, y constituye una descripción teórica de
de asimilación o mestizaje entre culturas (1996). Para ello, la dinámica semiótica que acontece en el espacio de una civi-
utiliza el término “semiósfera”, como constructo teórico2 que lización o cultura. La identidad de una civilización o cultura
permite describir los procesos sociales de configuración de depende del modo en que se construyen los sentidos y que
una cultura. En esta dirección, la postura lotmaniana resulta determinan sus propios límites de conocimiento. Por ello,
importante, pues permite entender las transformaciones in- para establecer la dinámica de estos límites, el autor plan-
ternas y externas que constituyen el núcleo de una cultura: por tea la noción de “frontera” como espacio teórico hipotético
ello, una semiósfera debe entenderse, en primera instancia, desde el cual se pueden describir las fases de asimilación de
como el espacio delimitado por fronteras de conocimiento, la información externa proveniente de otras civilizaciones.
dentro de las cuales se codifica el sentido de la realidad social, Un componente esencial de la frontera semiósica es la
pero que, al mismo tiempo, permite en el interior generar noción de “agente traductor” y su función como “filtro-tra-
nuevos sentidos, asimilando la información que viene de más ductor”. Este agente es aquél que establece un espacio de
allá de esos límites fronterizos. interacción con al menos dos semiósferas: es un vínculo capaz
En la descripción teórica de Lotman, la semiósfera tiene de filtrar y hacer comprensible la traducción de una semiós-
una función determinante: es la condición necesaria para la fera externa hacia la que le es propia. En esta descripción,
generación de vínculos comunicativos. Estos vínculos tienen el agente traductor es condición necesaria para la creación
como fundamento las relaciones de sentido que surgen y se de nuevos sentidos y, en consecuencia, resulta indispensable
solidifican dentro de la semiósfera. Sin embargo, desde esta para el progreso de una civilización. En términos teóricos,
perspectiva, el “sentido” no es un resultado específico; es en la frontera no es un espacio empírico, sino una abstracción
todo caso un proceso dinámico (“semiosis”) que consiste en la que refiere los límites cognoscitivos de una cultura; por ello,
codificación permanente de productos culturales. En razón “puesto que el espacio de la semiósfera tiene carácter abs-
de lo anterior, la semiósfera es el ámbito donde se realizan tracto, no debemos imaginar la frontera de ésta mediante los
las relaciones comunicativas y, por tanto, el lugar donde se recursos de la imaginación concreta […] la frontera semiótica
construye el conocimiento; es, en palabras del autor, “una es la suma de los traductores filtros bilingües, pasando a través
determinada esfera que posee los rasgo distintivos que se atri- de los cuales un texto se traduce a otro lenguaje (o lenguajes)
buyen a un espacio. Sólo dentro de éste (espacio) es posible la que se halla fuera de la semiósfera dada” (Lotman, 1996: 24).
comunicación y la producción de nueva información. […] es En todo caso, mirar el proceso de constitución de una
civilización tiene un valor epistemológico importante: nos
muestra que la posición de un investigador como observa-
2 Y se habla de constructo, pues en realidad el autor trata de ser dor de la cultura implica realizar una labor de interpretación
cuidadoso al no proponer “categorías”. La posición del autor, y traducción de sentidos ajenos, en un proceso dentro del
proveniente de la Escuela de Tartú, no es plantear categorías cual se busca establecer analogías en razón de los códigos o
que cosifiquen y determinen la realidad social por estudiar, sino sistemas de significación que constituyen su propia realidad
más bien constructos teóricos que permitan describir situacio- social. Esta afirmación no sólo relativiza las pretensiones de
nes y relaciones entre elementos sociales.
Civilización 111 c
conocimiento verdadero del científico social, sino que además
nos muestra los límites epistemológicos y ontológicos de lo
que podemos conocer. En palabras de Lévi-Strauss, “las otras
CLASES SOCIALES
culturas nos resultan estacionarias, no necesariamente porque Massimo Modonesi
lo sean, sino porque su línea de desarrollo no significa nada María Vignau
para nosotros, o no tiene sentido, [pues] no es ajustable a los
términos del sistema de referencia —códigos— que nosotros
utilizamos” (2012: 67). Definición
c 116 Clientelismo
la clientela, mayor poder y prestigio alcanzaban los clanes Desde que la Corona castellana estableciera en el Nuevo
nobles y los pater familias que los encabezaban; de ahí que Mundo su soberanía, los conquistadores, colonos y oficiales
éstos se enorgullecieran de tener bajo su tutela a grandes reales que en oleadas sucesivas arribaron a sus costas tenían
cantidades de clientes. No fue raro el caso en que un pueblo, perfectamente internalizados estos esquemas con los que mo-
incluso una ciudad completa, dependió de un patronus. La delaron su visión del mundo y su vida en comunidad. Entre
expansión imperial de Roma difundió en otras comunidades ellos, señaladamente, existía la convicción de que para hacer
mediterráneas la cultura y las instituciones latinas, entre ellas fortuna y carrera, aparte de los méritos personales, resultaba
la institución clientelar. En el caso particular de España, este decisivo el patrocinio de un poderoso señor, es decir, la rela-
hecho es perceptible en la legislación medieval de las Siete ción clientelar. Que la presunción era cierta lo demuestran las
partidas, de Alfonso X, el Sabio, texto de derecho común y prácticas de los virreyes y otros funcionarios en la distribución
fundamento de la legislación castellana. En la cuarta partida de oficios públicos y beneficios materiales (encomiendas y
se incluyen las regulaciones para la familia, dirigida por la au- mercedes) que habitualmente recaían en sus allegados y ser-
toridad absoluta del padre. También se incluyen las relativas vidores. Por otro lado, reiterativamente y a partir del último
al vínculo existente entre los que “crían” —esto es, los padres cuarto del siglo xvi, la legislación indiana prohibió a los ma-
o señores— y sus “criados” o dependientes; luego aparecen las gistrados de ultramar, así como a sus hijos, que contrajeran
que hay entre señores y vasallos y, finalmente, las que existen matrimonio en las jurisdicciones de su asignación.
entre los amigos de hombres ricos y poderosos. De su lectura, En un medio en que los vínculos de parentesco (bioló-
se concluye que lo que hizo la ley alfonsina a este particular gicos o rituales) tenían una fuerza determinante y servían
no fue inventar novedades, sino únicamente reglamentar para de base para la confección de poderosas redes políticas y
sus territorios la naturaleza de unas relaciones preexistentes, económicas, las leyes trataban de impedir que los oficia-
que venían de muy atrás. les establecieran lazos familiares que sesgaban o torcían el
Sin embargo, mientras que la relación de vasallaje suponía recto cumplimiento de sus funciones. Empero, tal política
un rito y un juramento que la Corona validaba formalmen- aislacionista no fue ni medianamente exitosa, pues los em-
te y cuyo rompimiento por parte del vasallo equivalía a la parentamientos entre la alta burocracia peninsular y las élites
comisión de un delito (felonía), la del poderoso señor y su criollas fueron muy comunes, y con ellos la constitución de
clientela (o conjunto de “criados”, es decir, personas que se nuevos grupos clientelares.
habían formado en su casa y bajo su amparo, o el de sus El periodo de dominación española modeló en Hispa-
amigos) era una liga estrictamente privada, personal, por lo noamérica una sociedad basada en una relación de poder
que, aun reconocida como lícita, quedaba fuera del control y entre los distintos cuerpos y estratos sociales y en la con-
de la sanción gubernamentales. El señor o patrón y sus cria- sideración prioritaria del orden jerárquico, la autoridad, el
dos, amigos o clientes mantenían una relación asimétrica, prestigio y el honor. Por otra parte, si no puede hablarse con
en función de la jerarquía de uno y otros, y compartían una propiedad de una “debilidad” de las instituciones centrales de
serie de obligaciones que quedaban hasta cierto punto bajo control, sí habrá que conceder que el ejercicio de la soberanía
el control discrecional del señor. Ya en la era moderna, más metropolitana dependía y gravitaba en torno a un sistema
de un tratadista político español formuló los principios de de pactos, pesos y contrapesos que, si bien resultó altamente
la relación clientelar en términos que aludían a un vínculo funcional para el mantenimiento de los vínculos de lealtad
“natural”, sancionado por Dios, quien fungía como primer entre las comunidades coloniales, también propició la atomi-
y gran patrón de la humanidad, a la que había creado. A se- zación de las relaciones de poder en los espacios regionales y
mejanza suya, los monarcas sólo podían labrarse reputación locales. Con ello, igualmente favoreció la propagación de las
de grandeza y poder a partir de la confección de “criaturas” relaciones clientelares a diferentes esferas y ámbitos sociales.
propias que le sirviesen, siguiesen y respetasen, es decir, de la En los distritos, las oligarquías terratenientes y mercanti-
creación de una casta nobiliaria. Sucesivamente, los nobles y les no sólo disponían de un amplísimo potencial económico,
grandes señores debían hacer otro tanto, favoreciendo a per- sino que además se habían adueñado —generacional y casi
sonas que se constituyesen en criados y servidores y que, a patrimonialmente— de los oficios e instituciones munici-
cambio, podrían recibir de sus patrones gracias y beneficios. pales, lo que les confería poder político, de modo tal que su
A este respecto, conviene tener presentes ciertas premi- posición preeminente les permitía disponer de una numerosa
sas acerca de la constitución social y política de esa época. clientela e igualmente negociar sus posiciones e intereses con
Primera, que si la sociedad se concebía como un conjunto la autoridad central. En el seno de estos grupos de cultura
dispar en que era indispensable una organización jerárquica, política jerárquico-patriarcal se fue gestando la figura del
la armonía social no requería de igualdad entre sus miem- cacique u “hombre fuerte”, característica del mundo ibe-
bros. Segunda, que la administración debía ser mediatizada roamericano.
y no central, pues entre la cabeza, que era el monarca, y los En el siglo xviii, las llamadas reformas borbónicas in-
súbditos que formaban la sociedad debía haber forzosamente tentaron, en el plano político, reordenar, profesionalizar y
instancias de poder intermedias, correas de transmisión que moralizar la administración colonial, así como debilitar o
hicieran efectivo el ejercicio del poder. socavar el poder de individuos o corporaciones que pudiesen
Clientelismo 117 c
oponerse a la “racionalización” de los nuevos lineamientos. En años. Aunque los sociólogos funcionalistas empezaron por
el orden gubernamental, se optó por un funcionariado y un destacar la relación de mutuo beneficio entre partes para el
cuerpo de burócratas de carrera cuya selección y promoción sostenimiento del equilibrio social, fueron los antropólogos
se determinó —al menos en teoría— por criterios merito- quienes abrieron camino con los estudios realizados durante
cráticos y no por la condición de nacimiento; lo anterior iba los años cincuenta y sesenta del siglo xx entre las socieda-
en detrimento, sobre todo, de los viejos patriciados locales. des rurales del Mediterráneo (Andalucía, Grecia e Italia) y
Cabe señalar que, en este sentido, ciertamente se afectaron América Latina (sobre todo México). Su enfoque definió la
intereses de grupos y clientelas tradicionales, sin que en el relación patrón-cliente como un contrato “diádico”, es decir,
fondo se erradicasen las antiguas prácticas, toda vez que los como un vínculo que, voluntariamente, ligaba a un indivi-
nuevos administradores y sectores favorecidos construyeron duo dotado de poder, dinero y prestigio con otro que carecía
sus propias redes clientelares. Más bien puede afirmarse que de ellos. El patrón utilizaba su posición privilegiada para
hubo relevo de personas e instituciones, pero no cambios proteger o beneficiar a su cliente que, a cambio, prestaba
sustanciales en las modalidades de relación sociopolítica o en servicios a su patrón.
los mecanismos de acceso al poder y los recursos. Cuanto más se profundizaba en el análisis, más necesa-
Las guerras de independencia, la desintegración del an- rio fue tomar en cuenta que las sociedades rurales, objeto
tiguo Imperio español y el posterior surgimiento de Estados de tales estudios, no constituían entidades cerradas y que,
nacionales en el siglo xix tampoco fueron acontecimientos en consecuencia, era indispensable ampliar las perspectivas
que modificaran de raíz las cosas, aunque sin duda les confi- hacia sus relaciones con ámbitos más amplios y con otros
rieron un cariz distinto. La novedad estribó en la aparición de protagonistas. Ahí se apreció la importancia de la figura o el
nuevas estructuras políticas y en los mecanismos de selección concepto del intermediario (broker), sujeto que interconectaba
de los cuadros dirigentes de las flamantes repúblicas: con pre- a patrones y clientes, que los representaba indistintamente y
sidentes y congresos o parlamentos elegidos por votación, se que, a cambio, recibía beneficios personales. El crecimiento
presenció el desarrollo de relaciones clientelares en el seno de del influjo del Estado en las comunidades rurales determi-
los partidos políticos y de la burocracia estatal. El referente e naba su surgimiento en escena y el relieve de su papel. Así,
indicador de la lealtad y el compromiso, la moneda de cam- en la medida en que en las sociedades contemporáneas la
bio en la relación patrón-cliente fue, en adelante, el sufragio. injerencia estatal no amengua sino que, por el contrario, se
Con todo, la debilidad institucional de los nuevos Es- fortalece prácticamente en todos los espacios, el peso de la
tados aún permitió la coexistencia de estas vertientes con actuación de los intermediarios o mediadores de la relación
las formas más antiguas del clientelismo autoritario. En el clientelar sigue siendo considerable y aún tiende a aumentar.
ámbito rural, particularmente en la unidad productiva co- Las principales objeciones a la formulación de este mo-
nocida como “hacienda” o “estancia”, los hombres fuertes, delo provinieron, entre los años sesenta y setenta, de la
los grandes propietarios, hacían valer su poder económico y antropología marxista, que señaló que las relaciones clien-
político, tanto al determinar selectivamente qué integrantes telares así definidas no eran sino una tergiversación de un
de sus propias clientelas tendrían acceso a la tierra y a otros modo de explotación del medio rural. Según este punto de
medios de subsistencia y beneficios, como al decidir en qué vista, los intercambios clientelares no resultaban significativos
sentido orientarían su voto para la elección de candidatos a frente a la coerción que ejercía el patrón sobre su clientela,
puestos de elección locales, distritales o nacionales. mediante el mercado de trabajo. El patronazgo no era un
En el decurso posterior de la historia de América Latina, tipo de relación, sino una forma de opresión y una ideolo-
la del siglo xx y la del incipiente siglo xxi, tanto los regíme- gía al servicio de la clase dominante, y era posible por una
nes autoritarios como los democráticos han echado mano “debilidad” en la conciencia de clase y porque constituía la
indiscriminadamente de las relaciones clientelares como única forma en que las “clases desposeídas” podían acceder a
mecanismos eficaces para fincar, extender o conservar su los bienes y servicios del Estado.
base social de apoyo por la vía comicial. Adicionalmente, la Desde el último tercio del siglo xx a la fecha, la sociología
opción por formas de economía mixta, es decir, la participa- y la ciencia política han dado un giro y una mayor apertura a
ción directa de los Estados en los procesos productivos, en la las interpretaciones que le precedieron. En principio, ya no
creación y apropiación de empresas, ha favorecido igualmente apuntan a la existencia de la relación patrón-cliente como
la expansión del clientelismo a través de la concesión de car- un fenómeno derivado del subdesarrollo o de la estructura
gos públicos y del sostenimiento de una burocracia creciente, de clases, ni —como se dijo antes— asumen que sea un ras-
pero no profesionalizada y de bajos ingresos. go privativo de las sociedades rurales tradicionales, sino que
las consideran variantes de conducta presentes en la mayo-
Líneas de investigación y debate ría de las comunidades del mundo. En función de que este
contemporáneo tipo de relaciones tiene que ver con aspectos fundamentales
de la estructuración y regulación del orden social, se presen-
Como objeto de estudio académico para las ciencias so- ta como una materia de estudio mucho más compleja, que
ciales, el tema del clientelismo tiene poco más de sesenta rebasa los estrechos marcos de los enfoques disciplinarios y
c 118 Clientelismo
que debe ser abordada desde un punto de vista integral. Esta sea de modo contingente— la seguridad y los beneficios que
perspectiva —junto con los aspectos quizá más tangibles se persiguen. Una relación clientelar se establece siempre y
de los centros neurálgicos de control y las periferias, de la cuando los agentes superiores (patrón o mediadores) puedan
influencia política, de la organización de los mercados y de asegurar la movilidad de recursos, y siempre y cuando haya un
las perspectivas vitales de los individuos— debe considerar contacto social continuo y fluido con la potencial clientela.
igualmente una interacción o imbricación con los códigos No obstante, como tampoco puede garantizarse la estabi-
axiológicos, las formas culturales y las creencias de las socie- lidad o permanencia en las jerarquías ni, consecuentemente,
dades. De ahí que hoy se haya hecho bastante hincapié en su poder para canalizar de modo indefinido los beneficios a
los estudios comparativos y multidisciplinarios. los sectores dependientes, la incertidumbre permea por igual
Finalmente, y puesto en términos llanos, la cuestión es de a todos los estratos sociales y los estimula a constituir ince-
muy amplio espectro, pues se trata de dilucidar quién, cómo y santemente relaciones clientelares que les permitan mejorar
dónde dispone del poder y de los recursos, así como de escla- o mantener sus posiciones en el entramado social y político,
recer mediante qué mecanismos los distribuye selectivamente de ahí también que los cambios sociales no necesariamente
entre quienes carecen o aspiran a ellos. Aun cuando también socaven la existencia del clientelismo.
se concede la pervivencia de las relaciones clientelares autori-
tarias, no son éstas las que reciben mayor atención por parte Bibliografía
de los especialistas. Actualmente, y sobre todo a partir de la
difusión en escala planetaria de los regímenes democráticos, Auyero, Javier, comp. (1997), ¿Favores por votos? Estudios sobre el
lo que se prioriza es el estudio del clientelismo electoral o de clientelismo político contemporáneo, Buenos Aires: Losada.
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Power: Political Clientelism in the Modern State, New York:
tre los expertos es que no se trata de un asunto que se limite
St. Martin’s Press.
meramente a la cuestión del voto en periodos electorales y González Alcantud, José Antonio (1997), El clientelismo político:
tampoco es una cuestión que pueda expresarse —con cierta perspectiva socioantropológica, Barcelona: Anthropos.
ingenuidad— en términos de “manipulación política” de unas Graziano, Luigi (1976), “A Conceptual Framework for the Study
masas inertes y receptivas. of Clientelistic Behavior”, European Journal of Political Re-
El planteamiento se dirige preferentemente al estudio de search, Ernest Gellner y John Waterbury (eds.), vol. 4, núm.
la conformación y mantenimiento más o menos permanen- 2, pp. 149-165.
te de bases de apoyo para los partidos o sus candidatos y de Kitschelt, Herbert y Steven I. Wilkinson, eds. (2007), Patrons,
la participación conscientemente asumida de sus clientelas Clients and Policies: Patterns of Democratic Accountability
en los procesos. En este sentido, la figura de los mediadores and Political Competition, Cambridge: Cambridge Univer-
sity Press.
o brokers ha captado mayor atención, dado que ellos son el Machado Araóz, Horacio (2007), Economía política del clientelismo:
medio de materialización del vínculo entre los patrones y las democracia y capitalismo en los márgenes, Córdoba, Argenti-
clientelas; son el contacto personal, directo, cotidiano y visible na: Encuentro.
entre los dos protagonistas de la relación. Para los círculos Piattoni, Simona (2001), Clientelism, Interests and Democratic
superiores, la funcionalidad y utilidad del mediador está en Representation: The European Experience in Historical and
relación directa con su capacidad para penetrar y persuadir a Comparative Perspective, Cambridge: Cambridge Univer-
los grupos subalternos de integrarse a una clientela, en tanto sity Press.
que para estos últimos, la legitimidad y el poder del interme- Roniger, Luis (1990), Hierarchy and Trust in Modern Mexico and
Brazil, New York: Praeger.
diario se hallan determinados por su aptitud para mantener
Roniger, Luis y Aynes Günes-Ayata, eds. (1994), Democracy,
el flujo continuo y selectivo de beneficios (bienes, servicios, Clientelism and Civil Society, Boulder, Colorado: Lynne
participación en programas o políticas sociales, etcétera). Rienner Publishers.
Por otro lado, entre las interpretaciones académicas con- Roniger, Luis y Samuel N. Eisenstadt, eds. (1984), Patrons, Clients
temporáneas sobre el clientelismo que gozan de mayor and Friends. Interpersonal Relations and the Structure of Trust
aceptación, se encuentran las que parten del supuesto de que in Society (Themes in the Social Sciences), Cambridge: Cam-
la incertidumbre política y social, y la estrechez económica bridge University Press.
en el subcontinente latinoamericano, así como la naturaleza Schmidt, Steffen W., J. C. Scott, C. Lande y L. Guasti, eds. (1977),
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promisos identitarios “de clase”, es decir, entre aquéllos que se Strickon, Arnold y Sidney M. Greenfield, eds. (1972), Structure
ubican en estatus socioeconómicos similares (vínculos hori- and Process in Latin America: Patronage, Clientage and Power
zontales), sino que se apela, en forma fragmentada y puntual, Systems, Albuquerque: University of New Mexico Press.
al establecimiento de lazos verticales y desiguales con los Torres, Pablo José (2008), De políticos, punteros y clientes: reflexiones
estratos superiores, que son los que pueden garantizar —así sobre el clientelismo político, Buenos Aires: Espacio.
Clientelismo 119 c
Trotta, Miguel E. V. (2003), La metamorfosis del clientelismo polí- rubros intervienen instituciones estatales y, desde luego, la
tico: contribución para el análisis institucional, Buenos Aires: interacción de la sociedad misma.
Espacio. La cohesión social, como parece obvio, no da cuenta sola-
mente de la relación del Estado con la sociedad. El estado que
guarda la cohesión social describe las relaciones horizontales
en su dinámica cultural y económica en dimensiones como
confianza-desconfianza, participación-aislamiento, certi-
COHESIÓN SOCIAL dumbre-incertidumbre, entre otras. Sin embargo, ese estar
de la sociedad es afectado de manera inevitable por políti-
Germán Pérez Fernández del Castillo cas públicas como las de índole laboral o social, por lo que
el estatus de lo social se ve afectado de modo determinante
por las acciones u omisiones del Estado, por la eficiencia o
Definición ineficiencia de sus instituciones. De esta manera, “[…] la co-
hesión social incorpora tanto la dimensión estructural como
Uno de los temas que mayor interés ha despertado en Amé- la subjetiva, y puede entenderse como la dialéctica entre meca-
rica Latina y Europa (tanto entre académicos como entre nismos instituidos de inclusión/exclusión sociales y las respuestas,
los tomadores de decisiones) es el de la cohesión social. Aun percepciones y disposiciones de la ciudadanía frente al modo en
cuando el concepto ha sido tratado desde las apariciones que ellos operan” (Hopenhayn, 2006: 39).
tempranas de la sociología (con Emile Durkheim a la cabe- La cohesión social puede manifestarse en forma de algún
za), éste ha cobrado un nuevo auge a partir de la unificación comportamiento particular o en valoraciones concretas que
europea y del debate sobre la desigualdad en América Lati- pueden ser positivas o negativas. En el primer caso, se ob-
na. Para la Unión Europea, lo relevante del tema radica en la serva un mejoramiento en la confianza en las instituciones;
necesidad de acercar a los ciudadanos europeos entre ellos y tiene un sentido de pertenencia que se expresa a través de
en crear una suerte de identidad supranacional, sin suprimir la participación; alimenta el sentido de un espacio público
los nacionalismos ni los regionalismos propios de cada país. fortalecido desde la perspectiva democrática y robustece la
En el caso de América Latina (considerada la región más creencia de que sus esfuerzos son recompensados y recono-
desigual del mundo), la cohesión social es importante, ya cidos socialmente. La “gente” obtiene seguridad subjetiva
que resulta necesario crear mecanismos para acotar la brecha al verse rodeada de relaciones de confianza y solidaridad
entre ricos y pobres puesto que las políticas económicas no que, según los estudios de Norbert Lechner (1990), forman
siempre bastan para lograr una redistribución más justa de parte esencial de la estrategias de salida de eventuales crisis,
la riqueza. Ante esta realidad, algunos gobiernos de Amé- sean éstas de índole emocional, económica o jurídica (un
rica Latina han puesto en marcha políticas de fomento a la argumento similar ha sido propuesto por Robert Putnam,
cohesión social, en aras de resarcir los daños provocados por aunque para este sociólogo norteamericano es el capital so-
la mala distribución de la riqueza. cial el principal repertorio de medios no materiales que le
Pero vayamos por partes. En un plano más sustancial permite a la gente afrontar sus crisis). Asimismo, la seguridad
y general, el concepto de cohesión social es importante por- objetiva se relaciona estrechamente con el reconocimiento de
que nos ayuda a comprender si el contrato que sustenta a espacios —públicos y privados— como vivibles, disfrutables
una sociedad es satisfactorio y eficiente para la población y utilizables, sin temor a la delincuencia, pero en todo caso,
(referenciada en sus símbolos, identidades, instituciones y con la confianza de que si alguien viola la ley en mi perjuicio,
recompensas económicas). En función de la cohesión social, existe un aparato institucional que me protege y que hará
el Estado utiliza e instrumenta mecanismos a través de sus justicia. La procuración e impartición de justicia es de vital
instituciones, con el fin de amortiguar la atomización social importancia para la cohesión social porque toca los funda-
derivada de la modificación de las formas simbólicas y reales mentos mismos de todo Estado liberal, así sea entendido el
en el intercambio social, institucional y económico, producidas Estado en su mínima expresión, como la organización que
por la globalización —que se expresa, entre otros fenómenos, detenta la obligación de velar por la vida y la propiedad de
en la pérdida de relaciones densas (familia, amigos), en ex- sus ciudadanos.
clusión y en desigualdad—, pero también da cuenta de la A través de la cohesión social, se puede replantear los
eficiencia institucional en ámbitos clave de todo contrato términos del contrato social con vistas, por un lado, al me-
social, como la elección de nuestras autoridades (legitimidad joramiento de la responsabilidad cívica, que genera respeto
de origen) y la procuración e impartición de justicia. Esto por las normas y confianza entre los individuos y en las ins-
es, la mayor o menor igualdad e inclusión social, legitimi- tituciones; por otro, a la inclusión y eficacia institucional para
dad de autoridades, procuración e impartición de justicia e fomentar la equidad, el bienestar y la protección. Para lograr
intensidad de redes sociales densas tendrá como resultado tal propósito, la sola idea de cohesión social debe derivar en
una mayor o menor cohesión social. En cada uno de estos políticas persuasivas que detonen una voluntad movilizada
por parte de la sociedad. La cohesión es, pues, a la vez fin y
ELECTORAL
Porrúa, pp. 277-308.
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de incertidumbre, más en presencia de una carga cognitiva
Confianza 149 c
y/o emocional dotada de características que permiten superar tégicos. Aun sin adoptar el léxico habermasiano del mundo
el umbral de la mera esperanza” (Mutti, 1994: 80). de la vida (Lebenswelt), puede sostenerse con facilidad que la
Aunque en el léxico cotidiano es frecuente la superposi- confianza es un recurso fundamental en el actuar comunica-
ción entre confianza y esperanza (como cuando se utiliza la tivo (de cualquier acción dirigida al entendimiento).
expresión “tengo confianza en que...”), es oportuno distinguir Por otra parte, la confianza en las instituciones se sitúa en
a la confianza, entendida como una disposición orientada ha- un escalón sucesivo de la escala evolutiva respecto de la con-
cia la conducta de otros actores sociales, de la esperanza, que fianza en el círculo cercano, y también deriva de un conjunto
es una espera positiva de un evento cualquiera. de expectativas formuladas en condiciones de incertidumbre
La confianza es, ante todo, un recurso socio-moral y un y dotadas de una connotación positiva para el actor social.
bien común, que no puede producirse artificialmente, sino La confianza sistémica es una expectativa general sobre la
que se genera mediante un proceso evolutivo; es, por tanto, persistencia y la estabilidad del mundo social y la validez de
un resultado acumulativo —involuntario, al menos en parte— las reglas que gobiernan sus interacciones.
de acciones orientadas hacia algo distinto (Donolo, 2009: El criterio que permite distinguir entre la confianza
5). Sin embargo, al igual que es un recurso escaso, también interpersonal y la institucional es la presencia o la ausencia
es un bien precario, y en esta última calidad se encuentra en de elección entre diferentes alternativas: si, por una parte,
riesgo permanente. en la relación interpersonal estoy en la posibilidad de ele-
Por otra parte, la confianza es un potenciador de la so- gir en cuáles individuos concretos confiar —a qué personas
cialización, ya que activa una espiral virtuosa en la cual las otorgar mi confianza—, la relación con las instituciones
relaciones sociales se intensifican. La espera de la cooperación presenta, en cambio, una naturaleza asimétrica y un carác-
de los demás y de su respuesta a las expectativas del sujeto es ter de obligatoriedad. No puedo evitar enviar a mis hijos a
reforzada por una disposición psíquica específica: la apertura la escuela, ni dejar de hacer uso del sistema de salud o de
hacia el mundo humano, que es lo opuesto de la misantropía. justicia (Sciolla, 2009).
De las situaciones de inseguridad extrema derivan los La confianza y la responsabilidad son conceptos íntima-
momentos de creatividad social más intensa y las revolucio- mente relacionados, pues todas las formas de confianza tienen
nes tecnológicas, políticas y culturales. Así, el lento y gradual en común su relación con las modalidades de comportamien-
progreso evolutivo de las instituciones depende de la acumu- to que calificamos como responsables. Tenemos confianza
lación del capital de confianza. en nosotros mismos en la medida en que nos consideramos
La confianza adopta múltiples aspectos: la confianza en sí sujetos con actuación responsable y con la capacidad de
mismo, que es condición para la autoestima, la confianza en cumplir con los compromisos y las promesas. Análogamente,
los demás (interpersonal), y la confianza en las instituciones tenemos confianza en los demás, no tanto por su calidad de
(sistémica). El apego del niño a su madre es, en la ontogénesis personas dotadas de poder, sino por sus cualidades morales
de la personalidad, el espacio en el cual se forma su confianza que las hacen confiables. La confianza en las instituciones
hacia el mundo; esto es, la creencia en la disponibilidad del también está vinculada a la expectativa de que éstas actúen
otro para satisfacer las expectativas propias. Sin embargo, en con base en el principio de responsabilidad —entendido
el transcurrir de la socialización, el individuo experimenta el como fundamento de una ética que no sólo obliga hacia el
hecho de que esa confianza sólo puede justificarse en el marco “prójimo”, sino también hacia las generaciones venideras, de
de un sistema de prestaciones mutuas. Para la formación de acuerdo con la definición de Hans Jonas—.
una personalidad abierta y cooperativa, es esencial que —aun De igual importancia es el nexo que se establece entre
externamente respecto de las relaciones parentales— el in- confianza y solidaridad. Esta última, entendida como dispo-
dividuo tenga experiencia de conductas altruistas. En efecto, nibilidad de los individuos para prestarse ayuda recíproca, es
como ya constataron los filósofos morales del siglo xvi, en una precondición de la confianza, del mismo modo en que
la economía de las relaciones humanas el altruismo es un ésta se constituye a su vez como un recurso fundamental para
importante generador de confianza. la realización de actos solidarios. Retomando una distinción
Los estudiosos de psicología social se han preguntado, en formulada con especial precisión por Kurt Bayertz y M. Bau-
diversas ocasiones, si —y en qué medida— la confianza en sí mann (2002), la confianza se encuentra en los cimientos tanto
misma favorece la existencia de otras formas de confianza, y de la “solidaridad comunitaria” —que nace a partir de una
si la confianza en los círculos próximos (la familia y las amis- pertenencia común— como de la “solidaridad en la lucha”,
tades) es un vehículo o un obstáculo para el desarrollo de la que se pone en marcha en el intercambio de ayuda material
confianza en las instituciones. y simbólica entre aquéllos que luchan por la realización de
Eric Erikson, en Identity: Youth and Crisis (New York, sus derechos. En efecto, para emprender una acción común
1968), definió como confianza básica la relación que se es- de lucha, es necesario que se establezca un alto grado de
tablece entre la confianza en sí mismo y la confianza en los confianza entre los “combatientes”.
otros. La confianza personal es la expectación de la sinceridad La confianza no sólo depende de la performance de las
y de la confiabilidad del Otro: aquél que confía en el Otro instituciones y de la manera en que es percibida por sus
espera que éste no trastorne la comunicación con fines estra- usuarios, sino también de factores culturales, en gran medida,
c 150 Confianza
independientes de su funcionamiento efectivo (Cavalli, 2009: de las instituciones basada en la confianza. En John Locke,
31). Por una parte, la confianza puede basarse en las relacio- de especial modo, el concepto de trust se convierte en un ele-
nes de vecindad, parentesco o comunidad de raíces culturales; mento central de la teoría política: en él se apoyan las ideas
por la otra, las culturas económicas y políticas presentes en de representación y el concepto de gobierno representativo.
la sociedad ejercen una influencia notable en el incremento En la temporada clásica de la democracia representativa
o debilitamiento de las relaciones de confianza en su interior. parlamentaria, los representantes eran elegidos sobre la base
La instauración de relaciones de confianza tiene como de la confianza personal, ligada a sus redes de relaciones so-
supuesto una tasa moderada de transformación, como suce- ciales y a su notoriedad. El representante parlamentario es
de en las sociedades tradicionalistas. Cuando se verifica una un fiduciario supervisado. Además, desde ese entonces en el
aceleración en el cambio, esas relaciones, aunque no pierden pensamiento de Locke se encuentra la distinción entre con-
relevancia, son sometidas a estrés. fidence y trust, a saber: entre una sencilla disposición anímica
En las sociedades modernas, y especialmente en el caso y una estrategia consciente.
de los sistemas tecnológicos complejos, se comienza a ha- El contractualismo sólo es una de las muchas líneas de
blar de confiabilidad. En esta última, el componente objetivo pensamiento que han contribuido al análisis teórico de la
tiene la primacía sobre el subjetivo, que suponía contar con confianza, ya que no tiene inferior relevancia la escuela que
las cualidades de la persona, las cuales debían conocerse y investigó la formación de las convenciones desde una pers-
haberse puesto a prueba (la relación de vecindad y la cos- pectiva evolucionista, y cuyo mayor exponente fue David
tumbre de los encuentros en los mercados o en ocasión de Hume.
rituales religiosos, por ejemplo, que en las sociedades tra- La sociología, por otra parte, desde su estación clásica,
dicionales son condiciones previas para la instauración de se ha planteado interrogantes acerca de la confianza como
la relación de confianza). recurso socio-moral. Esta disciplina basa su planteamiento
científico en la crítica del paradigma contractualista, pues
Historia, teoría y crítica afirma que no se trata sólo de explicar la génesis de la confian-
za desde las reglas contractuales, sino de explicar la génesis
A partir de la teoría aristotélica de la philia (amistad), una de las reglas contractuales a partir de relaciones preexistentes de
entera tradición de pensamiento se ha dedicado a la reflexión confianza. Esta última se relaciona con lo que Durkheim llamó
sobre las relaciones de confianza que constituyen el tejido los supuestos precontractuales del contrato.
social. Los vínculos personales basados en la confianza son Los aspectos alrededor de los cuales los estudios so-
un elemento fundamental en todas las sociedades donde ciológicos se han concentrado de especial manera son la
prevalecen las relaciones de tipo clientelar: el feudalismo interiorización de los valores, la solidaridad colectiva en
occidental ofrece un ejemplo sobresaliente de sistema so- calidad de sentimiento del “nosotros” (conciencia nacional,
ciopolítico fundado en relaciones de confianza. Por otra conciencia de clase) y los intercambios en reciprocidad.
parte, en el mundo entero —como lo evidenciaron algunos En la Edad Moderna, el primer sociólogo que se ocupó
clásicos de la sociología como Max Weber, Vilfredo Pareto explícitamente de la confianza fue Georg Simmel, en su Fi-
y Gaetano Mosca— se afianzaron aglomeraciones políticas losofía del dinero (1900), en que la relación entre la confianza
comparables con los reinos feudales de la Europa medieval. como recurso social y la génesis de las instituciones capita-
El mercado de las sociedades modernas también genera listas es indagada acuciosamente. Simmel muestra que la
confianza (de los clientes ante sus proveedores, de los acree- confianza se constituyó en el factor decisivo para posibilitar
dores hacia sus deudores, etcétera), como —desde Adam el tránsito de la moneda dotada de valor intrínseco al papel
Smith— lo reconocieron los clásicos de la economía po- moneda, que tiene un valor puramente simbólico, lo cual, a
lítica. Lo anterior se da bajo la condición de que todo esté su vez, hizo posible el nacimiento del crédito y las activida-
debidamente regulado y, por lo tanto, de que se encuentre des bancarias.
en condiciones de incentivar un comportamiento virtuoso En el capítulo dedicado al secreto, de su obra Sociología
(o correcto: el respeto de los acuerdos contractuales) de los (1908), Simmel volvió sobre el mismo tema desde una pers-
proveedores de bienes y servicios. Desde el nacimiento de la pectiva más general, en la cual reflexionó sobre los procesos
economía política, los científicos sociales mostraron, además, decisionales bajo condiciones de ignorancia relativa. Planteó
que el mercado funciona como acumulador de información que las relaciones de confianza se instauran cuando los ac-
dispersa (en la obra de Friedrich August von Hayek se en- tores sociales se encuentran en una situación caracterizada
cuentra una síntesis de esta argumentación, al igual que en por fuertes limitaciones cognitivas. Para él, la confianza es un
otros autores de la escuela austriaca de economía); sin em- puente que permite superar el abismo entre el conocimiento
bargo, mostraron también que el mercado necesita a su vez y la ignorancia: “Quien conoce completamente no tiene ne-
la confianza recíproca entre sus actores. cesidad de confiar, y quien nada sabe no puede, sensatamente,
El elemento estabilizador de las asociaciones humanas confiar” (1998: 299).
consiste en la observancia de los mutuos acuerdos. El contrac- Sigue siendo Simmel el autor de la distinción entre
tualismo moderno puede concebirse como una teoría general la confianza basada en el reconocimiento de las cualida-
Confianza 151 c
des personales y la confiabilidad, que postula la existencia intercambiados, evidentemente las relaciones de confianza
de instituciones que garantizan una objetivación de los desempeñan un papel esencial. Esto mismo sigue siendo
comportamientos con características que redimensionan decisivo en las formaciones sociales híbridas, a saber: las so-
significativamente el papel de la conciencia personal (sin ciedades tradicionales arrolladas por un tumultuoso proceso
que ésta desaparezca nunca por completo). La certeza moral de modernización. El conjunto de la teoría de la economía
subroga el déficit de conocimientos. Sin embargo, el nivel de informal atribuye a la confianza una función de “cemento
conocimiento personal requerido por las relaciones de con- social”, de factor integrativo.
fianza varía junto con la naturaleza de estas últimas: Por su parte, las ideologías de autogobierno de la sociedad
apuestan a la intensificación de las relaciones de confianza,
El comerciante que le vende cereales —o petróleo— pues identifican en la abstracción jurídica un mal, o por lo
a otro, sólo necesita saber si éste es solvente por el menos un instrumento de hegemonía, incompatible con una
importe correspondiente; pero, desde el momento en democratización auténtica.
que acepta a otro como socio, no sólo debe conocer su La confianza no sólo es un recurso para la economía in-
situación patrimonial y algunas de sus cualidades de formal, sino también, en general, para toda forma de acción
tipo general, sino también examinar su personalidad económica. En efecto, la actuación económica del mercado se
profundamente; debe conocer su honorabilidad, su funda en la mutua confianza, en la honestidad de los sujetos
tolerabilidad, su temperamento audaz o tímido, y en que intercambian entre ellos bienes y servicios.
este conocimiento recíproco no sólo se basa el inicio En la base de la conducta empresarial, también se en-
de la relación, sino toda su continuación, las acciones cuentra una fuerte inversión de confianza: en la capacidad
cotidianas y comunes y la división de las funciones de de innovación del empresario, en la calidad productiva de los
los asociados (300). trabajadores, en los mecanismos de distribución del merca-
do, en la tendencia del consumidor a premiar la calidad de
Simmel también ilustra el carácter especial de la confianza los productos.
interpersonal que es propia de las sociedades secretas: éstas La confianza, asimismo, desempeña un papel esencial en
son “una educación muy eficaz del vínculo personal entre la regulación de las relaciones entre la economía productiva
hombres” , en virtud de su “capacidad de saber callar”. y el crédito. En este aspecto, la historia del capitalismo es la
El concepto de confianza ha visto acrecentada ulte- historia de redes cada vez más extensas y sofisticadas de re-
riormente su propia centralidad en las ciencias sociales del laciones de confianza.
siglo xx: en su análisis contribuyeron diversas líneas de Por último, el recurso socio-moral de la confianza es im-
pensamiento, desde las que privilegiaron las interacciones portante también al imponer disciplina en la competencia:
simbólicas, hasta las que se concentraron en los estudios en ella, un buen nivel tiene el efecto de promover conductas
comunitarios, y hasta las teorías sistémicas mismas. En el correctas y respetuosas de las exigencias del consumidor, y
planteamiento de Niklas Luhmann, autor de una impor- por lo tanto, se constituye en un generador de confianza en
tante obra sobre este tema, el acto de confianza, una vez el interior del sistema de mercado.
iniciado, pone en marcha un mecanismo de reducción de Los operadores, al igual que los analistas, concuerdan
la incertidumbre y de la complejidad social. unánimemente en considerar que en la economía capitalis-
Tampoco han faltado en la producción escrita los análisis ta el verdadero fundamento del poder privado se encuentra
dirigidos a echar luz sobre el papel de las creencias religiosas en la red de relaciones de confianza en el ámbito financiero.
en la generación de la confianza interpersonal e institucio- Así es como la actividad de colocación de los capitales se
nal: aun recientemente se ha identificado a la confianza en sitúa en el interior de una red de relaciones de confianza
la ley como sustituto de la confianza en la Verdad revelada basadas, en primera instancia, en el parentesco y en procesos
(Supiot, 2005). Por otra parte, históricamente las iglesias de socialización compartidos y, en segunda instancia, en las
operaron poderosamente como colectores y redistribuidores pertenencias culturales en común (étnicas, religiosas, polí-
de la confianza en las instituciones. ticas). Sólo es a partir de la base de estos sentimientos de
confiabilidad recíproca que se hace posible recibir crédito y
Líneas de investigación y debate tomar decisiones arriesgadas (Pizzorno, 2007: 322).
contemporáneo A partir de estas consideraciones, el problema que se plantea
actualmente para las ciencias sociales es la valoración de la medi-
La economía guarda relaciones complejas con la confianza, da en la cual la globalización y la financiarización de la economía,
y su déficit —hoy presente en numerosos sectores de la vida que tuvieron lugar durante las últimas décadas, contribuyeron
social— involucra a la economía de manera no unívoca. En a la transformación de dichas redes de relaciones de confianza.
las sociedades tradicionales, el comercio llamado “equita- Es incontrovertible que la privatización de muchos servicios
tivo y solidario” seguramente es un generador importante que proveen bienes públicos y la explosión de los tráficos espe-
de confianza: en el intercambio no coercitivo y social, en culativos como consecuencia de la nueva dirección económica
el cual es difícil la medición y comparación de los objetos iniciada en los países del hemisferio norte durante los últimos
c 152 Confianza
veinticinco años del siglo xx, hayan generado un sentimiento de los acuerdos —se trata de instancias morales, de deonto-
de desconfianza entre las ciudadanías. Sin embargo, en este mo- logía profesional y de reputación (2009: 122).
mento no es claro aún el modo en que todo esto incide en la Por otra parte, las sociedades contemporáneas no sólo
dimensión transnacional, es decir, en lo que podríamos llamar sufren una crisis generalizada de confianza, sino que son
capital social planetario. atravesadas por una necesidad creciente de este mismo bien
El concepto de confianza constituye el fundamento sobre público, lo cual puede imputarse a las transformaciones ex-
el cual está construida la teoría del capital social, que se ha perimentadas por los ordenamientos económicos del mundo
convertido en una de las más socorridas por los sociólogos en globalizado y a la demanda de una nueva índole de confian-
su análisis de las sociedades postindustriales y postmaterialis- za: aquélla que confía cada vez menos en los valores de la
tas. La existencia de las relaciones de confianza ofrece pruebas tradición y en las atribuciones adscriptivas y cada vez más,
de la existencia, en una situación o realidad determinada, de en el reconocimiento y la consideración hacia el otro (Mutti,
un capital social de solidaridad, es decir, de vínculos sólidos 1998a: 533-534).
entre los miembros de un grupo, lo cual hace previsible su En el escenario de las democracias contemporáneas, cre-
actuación solidaria. La comunidad supone una gran cantidad cientemente empobrecidas de recursos solidarios a causa de
de capital social de confianza, una densidad de las relaciones los miedos ocasionados por la globalización, las patologías
y de las redes basadas en la confianza (Leonardis, 2009: 128). parecen prevalecer. Efectivamente, en sociedades complejas,
Alessandro Pizzorno, en su análisis del capital social, sobreinstitucionalizadas, caracterizadas por altos niveles de
distingue entre la confianza interna, en el caso de dos indi- movilidad y despersonalización, es inevitable que la relación
viduos que pertenecen al mismo grupo y actúan de acuerdo de confianza interpersonal, en términos generales, retroceda.
con obligaciones de solidaridad interiorizadas, y confianza A la vez, se mantiene sin alteraciones e incluso se refuerza
externa, en el caso en que los individuos pertenezcan a grupos en los circuitos clientelares (con gran ventaja de los políticos,
distintos pero cohesionados, por lo cual cada uno sabe que la que privilegian el voto de intercambio, o llegan a practicar y
integración del otro en el interior de su grupo de pertenen- a favorecer la corrupción).
cia garantiza su confiabilidad, pues lo expone a un sistema De esta situación se deriva el colapso de la confianza ha-
de sanciones positivas o negativas y de premios o castigos cia las instituciones, lo cual, a su vez, origina una reacción de
(2007: 207-8). repersonalización autoritaria del vínculo entre el electorado y
Otro asunto que ha sido repetidamente objeto de análisis aquéllos que logran presentarse —haciendo uso en ocasiones
científico es la relación entre confianza y sistemas jurídicos. de una retórica antipolítica— como jefes carismáticos inno-
De especial manera, en tiempos recientes, la literatura aborda vadores. En ese momento, nace una modalidad específica de
el planteamiento del trade off entre la confianza y el derecho, confianza política, que es característica de las dictaduras y
de acuerdo con el cual la creciente juridificación de la socie- también de los regímenes populistas: se trata de la fe acrítica
dad supliría el agotamiento del recurso de la confianza, al e incondicional en un líder.
sustituir las relaciones personales por una confiabilidad uni- Una gran parte de la reflexión acerca de la crisis de
versal de los ordenamientos normativos impersonales, basada autoridad en las sociedades contemporáneas examina el
en garantías reivindicables legalmente. En otras palabras, en debilitamiento de la confianza en las relaciones entre ac-
el pasado operaban relaciones de confianza interpersonales tores sociales. La crisis de autoridad, la crisis educativa y la
que ahora son sustituidas por obligaciones normativas. crisis de confianza guardan un nexo especialmente estrecho.
Sin embargo, las cosas no son tan sencillas como parecen: La escuela es, en efecto, el lugar donde cada individuo for-
efectivamente, se observa con razón que no sólo sucede que ma y pone a prueba las propias capacidades y, por lo tanto,
el derecho suple a la falta de confianza, pues el derecho, a su construye —o deja de hacerlo— la confianza en sí mismo.
vez, requiere de confianza (Leonardis, 2009: 125). En efecto, Además, el conjunto de las experiencias obtenidas y el bagaje
los ordenamientos normativos y las obligaciones jurídicas se de conocimientos acumulados en la escuela encontrarán una
basan —si aspiran a convertirse en derecho vivo y a tener una proyección en las otras instituciones sociales y en el mismo
puesta en acto real— en relaciones de confianza, tanto en las sistema institucional, por lo cual es evidente que la crisis de
instituciones como en las personas que las representan. Esto los sistemas educativos y de las instituciones escolares tiene
nos conduce al último segmento de la presente reflexión. repercusiones negativas en la gestación del capital social y de
Las patologías de la política contemporánea volvieron un clima de mutua confianza entre los actores en el interior
a colocar el problema de la confianza en el centro de la re- de una sociedad plural (Cavalli, 2009: 22).
flexión sociológica: el recurrir crecientemente a la litigation En lo concerniente a la crisis de confianza en su sentido
para combatir las malpractices de las administraciones es un estricto, es necesario distinguir entre sus diferentes manifes-
indicio del menoscabo de la confianza hacia las instituciones. taciones. La crisis de confianza en las asambleas legislativas
Nos remitimos con cada vez mayor frecuencia al derecho, de- es, principalmente, una crisis de representatividad, lo cual
bido a que ha sido mermada la confianza en otras instancias implica la convicción de que la representación del interés
de supervisión sobre lo correcto de las conductas y el respeto general se debilita frente al reforzamiento de la de inte-
reses individuales, lo cual reintroduce subrepticiamente el
Confianza 153 c
mandato imperativo. En cambio, la crisis de confianza ha- Pizzorno, Alessandro (2007), Il velo della diversità. Studi su razio-
cia el ejecutivo es esencialmente una crisis del principio de nalità e riconoscimento, Milano: Feltrinelli.
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Europeas, Bruselas. municación —cine, radio, video, televisión, etcétera—. Estas
tic tradicionales lo son en tanto, efectivamente, permitan la
generación de flujos de información que van de los emisores
DELIBERACIÓN 6)
sobre la medida.
Supone que es legítimo argumentar a favor o en
contra de cualquier posición acerca de la medida.
Fernando Castaños Zuno 7) Implica que, cuando un actor se refiere a su posi-
ción, reconoce la existencia de otras posiciones.
8) Requiere que, cuando un actor aluda a la posición
Definición de otro, para adherirse a ella, para oponerse a la
misma o para exponer sus dudas al respecto, se re-
En su significado más básico, es decir, el que se registra en fiera también a las razones del otro.
los diccionarios generales, el sustantivo deliberación denota 9) Supone que, en el espacio o los espacios de decisión,
el acto de deliberar, verbo que se refiere a ponderar los pros y el acceso a todas las posiciones pertinentes esté ase-
los contras de una decisión posible (deum, 1996: “Deliberar”; gurado y regulado para garantizar la equidad.
rae, 1992: “Deliberar”). En ese tipo de obras de consulta,
cuando se ofrece un ejemplo de deliberación, tiende a men- Por sus primeras propiedades, la acepción definida se
cionarse la consideración que hace un jurado de los méritos distingue de otras afines que pueden encontrarse en otras
de distintas posiciones acerca de un caso antes de resolver. exposiciones académicas. Así, en ocasiones, el término de-
Si una de tales obras dispone de espacio suficiente, proba- liberación excluye claramente objetos de carácter dialógico,
blemente incluirá entre las características de la deliberación, como el de las propiedades 1 y 5; por ejemplo, cuando ciertos
la consideración pausada y cuidadosa de motivos o razones. autores lo utilizan para aludir a un proceso individual de ra-
El concepto se emplea en varios sentidos en el ámbito zonamiento libre que conduce a un sujeto a concluir y a hacer
académico. En su acepción más común, que es la que nos suya una afirmación.1 Otras veces el término implica objetivos
concierne aquí, denota una clase de discursos que atañen a
una colectividad y que tienen lugar, por ejemplo, en la vida
1 Ésta es la manera como lo emplea Seel, 2009.
Deliberación 171 d
más restringidos que los registrados en la propiedad 2; por otro y, no por ello, pierden o ganan validez. En otras palabras,
ejemplo, en determinadas interacciones verbales, se emplea cuando se busca una decisión de acuerdo con los ideales deli-
para designar una discusión científica que pretende dejar fue- berativos, no se intenta de entrada beneficiar ni perjudicar a
ra los asuntos normativos y los valorativos de una cuestión. nadie en particular, sino simplemente encontrar la conclusión
Por las propiedades 1 y 2, la deliberación se distingue de más razonable y justa. Por ende, en la conceptualización mí-
la toma de decisión misma. Puede haber un proceso de de- nima citada con mayor frecuencia, propuesta por Jon Elster
cisión que incluya una deliberación colectiva y que culmine (2001 [1998]: 21), la deliberación se caracteriza por incluir
en la determinación de una autoridad unipersonal, y otro que argumentos por y para terceros desinteresados.
comprenda una deliberación similar, pero que se defina por De los señalamientos anteriores, se desprende que, en
medio del voto en un órgano de representación. A la inversa, una deliberación, las contribuciones de un participante que
tanto la decisión singular como la colegiada pueden ser parte insiste en sostener sus puntos de vista primordialmente
de procesos en que la deliberación carezca de importancia. con base en su autoridad, sus antecedentes personales o sus
Por la conjunción de las propiedades 4 y 8, la delibera- objetivos ulteriores, más que en el valor propio de lo que
ción se distingue de otras clases de discursos que también plantea, pueden ser objetadas como contrarias a la actividad
forman parte de los procesos de decisión, pero que tienen discursiva que les brinda sus condiciones de posibilidad. De
pretensiones de validez diferentes a la pertinencia y calidad manera similar, son potencialmente materia de impugnación
de los argumentos. La deliberación contrasta, por una parte, las contribuciones que descalifican a los opositores, en lugar
con la negociación, cuya validez es principalmente una fun- de refutar sus argumentos.
ción de la sinceridad de las intenciones de los actores, y por Cuando se reconocen como válidas tales impugnaciones
otra, con la arenga y la admonición, que han de juzgarse en en un órgano de decisión, porque se aprecia la deliberación,
relación con las identidades de los actores que participan tienden a desarrollarse normas parlamentarias que aseguran
en el proceso y con las metas ulteriores de la medida que el acceso de todos los miembros a la discusión y que garan-
es materia de la decisión. tizan el respeto entre ellos, y a designarse moderadores que
Una intervención discursiva de un actor dado es apre- velan por el cumplimiento de éstas. De hecho, en ocasiones
ciable como deliberación si busca convencer a un público de se califican los procesos como deliberativos (o no delibera-
la verdad de sus premisas o de la consistencia lógica de sus tivos) en función de la calidad o la vigencia de tales normas.
inferencias, o bien, si está dirigida a explicar por qué acepta Por todo ello, cuando se requieren definiciones ope-
o rechaza las premisas o las inferencias de otros actores; es racionales, es decir, con base en rasgos observables, debe
decir, la intervención forma parte de una deliberación si trata considerarse como deliberativo un discurso en el que, al
propiamente de la medida en cuestión o de enunciados que sustentar su posición, los participantes se refieren a las pre-
hablan acerca de ésta, y no forma parte si trata de los enun- misas de los otros.2
ciadores o de otros temas estrictamente ajenos. Por ejemplo,
una intervención no se evalúa como deliberación, o sólo se Historia, teoría y crítica
evalúa negativamente, si el actor aduce que su posición debe
aceptarse porque es él quien la sostiene o si descalifica los El valor de la deliberación en los procesos de decisión ha sido
planteamientos de los otros porque provienen de ellos. señalado desde la Antigüedad clásica por actores importantes
Las propiedades 6, 7 y 9 suponen y subrayan que la delibe- de la vida social y política. Ya Pericles, discípulo de Zenón
ración ocurre entre sujetos libres e iguales. Los participantes y máxima autoridad de Atenas en uno de sus periodos de
poseen los mismos derechos de opinar en un sentido o en mayor esplendor (443-429 a.C.), defendió la discusión seria
otro y de aceptar o no las opiniones de los demás. En conse- en la asamblea de la ciudad-Estado, como un rasgo esencial de su
cuencia, en la deliberación es legítimo cambiar de actitudes democracia, frente a quienes la consideraban un lastre que resta-
y de formas de pensar sobre el asunto en cuestión. ba eficacia al gobierno. Para él, la deliberación entre ciudadanos
Ahora, las propiedades 7 y 8 implican una valoración libres implicaba la afirmación de su condición y conducía a
positiva alta del examen de segundo orden, es decir, de la buenas decisiones.
reflexión sobre la reflexión: quienes deliberan consideran En épocas más recientes, examinar en las cámaras legis-
importante que sea posible cuestionar cómo deliberan. Por lo lativas los méritos de una propuesta en relación con el bien
tanto, el resultado de la deliberación es siempre provisional; común, es decir, independientemente de los intereses parti-
las conclusiones alcanzadas se toman como las más razo- culares de quienes la promueven, ha sido considerado como
nables en su momento, pero al mismo tiempo se suscribe, un proceder necesario, si a esos órganos ha de atribuirse la
explícita o tácitamente, que puedan ser revisadas en el futuro representación general de la sociedad, y no sólo la de sectores
cercano o lejano, en caso de que surjan nuevas evidencias o diversos. Son notorias las intervenciones, en ese sentido, de
puntos de vista más agudos.
En conjunto, todas las propiedades señaladas orientan
la deliberación hacia la imparcialidad: las conclusiones que 2 Para una propuesta de indicadores de calidad deliberativa ba-
ofrece un participante pudieron haber sido propuestas por sados en tal concepción y en ideas afines a las expuestas en esta
sección, ver Castaños, Labastida y Puga, 2007.
d 172 Deliberación
políticos de diferentes orientaciones en momentos clave de humanos discuten para convencer, y no para engañar o impo-
la evolución de las democracias de Gran Bretaña, Francia y ner, es decir, cuando deliberan, asumen normas de discusión
Estados Unidos.3 que suponen su reconocimiento mutuo como seres racionales,
No obstante, el ámbito de los estudios sobre la delibera- libres e iguales. Ha formulado esta tesis de distintas maneras,
ción no es propiamente un campo disciplinario estructurado. explícitas e implícitas, desde diferentes aproximaciones,7 y
Si bien, por las investigaciones de las últimas décadas, podría defendido que es uno de los puntos cardinales de un sistema
estimarse probable que se constituya como tal en los próxi- que busca comprender la naturaleza de la responsabilidad y
mos lustros, no cuenta aún con prototipos de problemas que los fundamentos de la vida social.
hayan sido clave para profundizar en su comprensión, ni con En un conjunto extenso de textos sobre temas seculares de
ejemplos paradigmáticos de observaciones para contrastar las la filosofía y sobre grandes preocupaciones contemporáneas,8
predicciones generales con los hechos particulares. Se carece Habermas ha planteado también que, si un régimen político
también de modelos canónicos para exponer los resultados se sustentara preeminentemente en dicho reconocimiento, las
de las indagaciones al respecto. normas de la discusión constituirían el núcleo de un sistema
De hecho, debe advertirse, una conceptualización como de reglas de procedimiento que expresaría en forma plena la
la expuesta en el apartado anterior concuerda, en mayor o soberanía popular. Más aún, en la medida en que, en su esfera
menor medida, con las que orientan el trabajo de los inves- pública, una sociedad se acerque a tal ideal de racionalidad e
tigadores que se ocupan principalmente de la deliberación igualdad discursivas, las normas específicas de la discusión
y con las de quienes se han interesado en ella desde las propiciarán el desarrollo del sistema general.
perspectivas que brindan otros temas, sobre todo, el de la La filosofía de Habermas no es de lectura fácil. No
democracia, pero no expresa propiamente un consenso entre obstante, ha atraído a muchos lectores, ha recibido el reco-
los investigadores; éste aún no existe. Entre las divergencias nocimiento de sectores amplios y ha ejercido una influencia
que pueden observarse, para algunos la toma de decisiones es considerable en espacios diversos. Ello se debe, en buena
parte de la deliberación4 y, para otros, entre los que me inclu- medida, a que su trabajo, además de ser de alta calidad aca-
yo, es importante considerar aquélla como separada de ésta.5 démica, ha abierto, a la vez, vías de reflexión y perspectivas
Huelga decir que los esfuerzos por explicar las formas de de acción sobre asuntos de importancia para intelectuales y
la deliberación no han conducido a una teoría, en el senti- políticos. Por ejemplo, ha mostrado que la vitalidad de una
do fuerte, aunque ha habido teorizaciones muy serias. Este democracia está asociada con el grado de posibilidad que
ámbito del estudio del concepto es, más bien, un área temá- tiene de transformar las ideas que circulen en su seno, y ese
tica de contornos difusos, en la que confluyen de diferentes grado depende del vigor de la deliberación pública.
maneras líneas de investigación de distintas disciplinas, las Por su parte, Rawls9 sostiene que la estabilidad demo-
cuales se desarrollan con diversos enfoques y métodos, como crática se funda en la justicia, entendida como equidad e
se indica a continuación. imparcialidad. Ya que un régimen democrático garantiza los
El campo en que, en nuestra época, se llamó inicialmente derechos y las oportunidades para todos, independientemente
la atención sobre la deliberación, y en el que se han generado de su origen social y sus creencias, una mayoría suficiente lo
las principales aportaciones para su entendimiento, es el de preferirá, en la práctica, a otros. Además, se puede argumentar
la filosofía política, y los autores que más han contribuido que es preferible a cualquier otro, por cuestión de principios.
a impulsar el interés por estudiarla son Jürgen Habermas y Por lo tanto, en una democracia deberían preservarse las
John Rawls. reglas constitucionales que encarnan la garantía de impar-
Representante y contestatario de la escuela crítica de cialidad, y debería ser posible sustituirlas sólo por otras que
Frankfurt,6 Habermas ha hecho ver que, cuando unos seres también la exprese.
Para Rawls, un arreglo constitucional democrático que
cimiente la justicia identificará las normas morales comu-
3 Son particularmente célebres las intervenciones de Edmund nes entre personas con visiones del mundo y éticas diversas.
Burke, Emmanuel-Joseph Sieyès y Roger Sherman. Al respec- Además de incluir estas normas, el arreglo establecerá la exi-
to, ver, por ejemplo, la introducción de la obra citada de Elster, gencia autorreferencial de la consistencia jurídica: estipulará
2001 [1998].
4 Ver, por ejemplo, Stokes, 1998, quien define la deliberación
en función de (lo que es para ella) su resultado: el cambio de responsable, debería ser propositiva (y no puramente negati-
preferencias. va, como tendían a hacerla algunos de ellos), es decir, debería
buscar alternativas, porque la vida seguía.
5 Ver, por ejemplo, Gambetta, 1998, para quien la deliberación
es un proceso que tiene lugar antes de tomar una decisión. 7 Las reflexiones de este autor sobre la deliberación se han desa-
rrollado a lo largo de varias décadas, y muchas de ellas culminan
6 Los forjadores de esta escuela plantearon no sólo un rechazo en el libro Facticidad y validez (1998a), que trata también otros
a los sujetos que dieron forma al nazismo, sino también una asuntos clave para la filosofía política.
crítica radical a lo que consideraron las condiciones culturales
y lingüísticas que lo hicieron posible. Habermas, esencialmente 8 Ver, por ejemplo, The Inclusion of the Other (1998b).
de acuerdo con esa orientación, afirmó que la crítica, para ser 9 Ver, sobre todo, Political liberalism, 1993.
Deliberación 173 d
que se deben evitar las contradicciones en la constitución y deliberación, el efecto de ésta —con su nombre o con otros—
entre las demás leyes y la constitución. Cuando las institu- aparece en preguntas contemporáneas sobre la transición de
ciones legislativas y judiciales de un régimen están diseñadas fases o estados en una comunidad, formuladas inclusive desde
para responder a esa comunidad de normas y procurar el perspectivas que hasta hace poco no tomaban en cuenta las
cumplimiento de tal exigencia, las leyes tenderán a ser justas modalidades de interacción comunicativa, como la teoría de
porque la discusión final sobre las leyes tenderá a ser recta. la elección racional10 o el institucionalismo.11
Podríamos resumir los planteamientos de este filósofo de Viendo las cosas en mayor amplitud y profundidad, se
este modo: si la democracia cuida la deliberación, la deli- requerirá entender la relación entre la deliberación y la legi-
beración cuidará la democracia. timad de las decisiones. No sólo recibe atención considerable
Entre Habermas y Rawls hay convergencias importantes. la deliberación debido a que los rasgos más estudiados de la
Para ambos, el desarrollo de la democracia supone que la es- democracia —como la regla de mayoría— son insuficientes
fera pública de lo político está diferenciada de otras esferas para explicar por qué en ella se aceptan como válidas decisio-
de la vida social, es decir, que posee sus códigos propios y no nes con las que no se está de acuerdo, sino porque el problema
se subordina a los objetivos que se persiguen en las demás puede verse como una extensión de otros ancestrales que se
esferas. Recíprocamente, el ejercicio de la democracia forta- han esclarecido al tomar en cuenta la deliberación, como,
lece la independencia de esa esfera (la pública). por ejemplo, el del origen de la obligación de cumplir la ley
Sin embargo, entre ambos autores hay también divergen- (Castaños, Caso y Morales, 2008).
cias. Una, de consecuencias mayores, es que para Habermas Las respuestas a ambas interrogantes, la de la posibilidad
las comunicaciones que tienen lugar en las universidades, y la de la legitimidad de las decisiones, dependerán en bue-
los espacios de la sociedad civil y los medios son parte de na medida de comparaciones entre la deliberación y otras
la esfera pública, mientras que para Rawls ésta se restringe interacciones discursivas, que, a su vez, estarán ordenadas
a los foros oficiales de los poderes del Estado, como lo se- en función de taxonomías de las interacciones y de subta-
ñala McCarthy (1994). Otra de ellas es que, si para Rawls xonomías de la deliberación, a las que ya se está dedicando
la deliberación democrática se funda en un consenso de las atención considerable por razones afines a las expuestas aquí
culturas de una sociedad, en una intersección de sus diferen- (por ejemplo, Bächtiger et al., 2010). Los desarrollos de di-
tes conjuntos de ideales normativos, Habermas busca derivar chas comparaciones y tales taxonomías serán impulsados por
una ética universal del discurso a partir de sus condiciones los trabajos empíricos aludidos.
empíricas de posibilidad, que sea independiente de las cul- Muestra un camino posible para los interesados en los te-
turas de los hablantes. mas de la primera subárea, una investigación laboriosa de Jürg
Steiner y tres colegas suyos (2005), en la que se comparan las
Líneas de investigación y debate deliberaciones en los órganos parlamentarios de Alemania,
contemporáneo Estados Unidos, Gran Bretaña y Suiza. Ellos han obteni-
do medidas de atributos de la calidad deliberativa, como la
Las afinidades y las diferencias entre Habermas y Rawls han participación, el grado de justificación y el respeto de los con-
sido debatidas en diversas formas, y de los debates han surgi- trargumentos. Encuentran que las calificaciones del discurso
do temas que han atraído a estudiosos de la ciencia política y parlamentario en esos rubros dependen de las posibilidades
de la sociología política, campos en que se desarrolla actual- de veto que tiene la oposición, del grado de publicidad de las
mente la mayor parte de la investigación sobre la deliberación. discusiones y, en menor medida, del carácter parlamentario
De ellos —cabe prever— resultará una especialización y, por o presidencial del régimen. Observan también diferencias
ende, una división del área, en tres subáreas: una dedicada a importantes entre las cámaras altas y las bajas.
los asuntos teóricos, y otras dos, a las cuestiones empíricas, Considerando el contexto de la deliberación en un sentido
que tratarán, respectivamente, las condiciones externas de la más amplio, hay un interés por entender cuándo los ciuda-
deliberación y su régimen interno. Con seguridad, se con- danos participan en la discusión pública de formas que se
formará también como un terreno especializado, un cuarto acercan al ideal deliberativo. Por ejemplo, Diana Mutz (2006)
dominio de investigación, éste de carácter aplicado, en torno señala, a partir de una reseña de investigaciones propias y de
a temas que recientemente han atraído atención considerable: otros académicos, que en los ámbitos sociales en que hay una
el diseño de espacios de deliberación. pluralidad de puntos de vista políticos, la interacción discur-
En el plano teórico, la agenda contemporánea de inves- siva es potencialmente más rica y productiva, en principio,
tigación del campo se definirá probablemente a partir del que en aquéllos en que los puntos de vista son homogéneos,
siguiente problema: explicar cuándo y cómo la deliberación aunque en los primeros, es decir, en los diversos, si la parti-
hace posibles decisiones que, en su ausencia, son inalcan- cipación es muy intensa, el riesgo de radicalización es muy
zables, y cuándo y por qué pospone decisiones que podrían alto y, cuando ésta ocurre, deja de haber intercambios reales
tomarse sin deliberar. Además de que la temporalidad del
proceso de decisiones ha sido, desde la Antigüedad clásica, 10 Véase, por ejemplo, Austen-Smith y Feddersen, 2006.
un tema clave en las discusiones a favor o en contra de la
11 Véase, por ejemplo, Gerring et al., 2005.
d 174 Deliberación
y exámenes genuinos de las opiniones. Dado que si no hay se han instituido en gobiernos locales modalidades de parti-
participación tampoco hay deliberación, ella concluye que cipación ciudadana que tienen características deliberativas.17
la conjunción de pluralismo y participación moderada es el Ambas clases de procesos son como laboratorios que ponen
mejor entorno para la deliberación.12 en juego los elementos de las dinámicas discursivas estudia-
La segunda subárea empírica se encuentra menos prefi- das por las ciencias sociales y que propician el intercambio
gurada que la primera, pero desde que empezaron a cobrar de ideas entre éstas y el mundo de la vida política.18
auge los estudios sobre la democracia deliberativa, los escritos En suma, la deliberación es una interacción entre personas
que han tenido impacto notorio tienden a suponer o explicar libres e iguales que se respetan y que, al confrontar sus ideas
los efectos del orden en que ocurren, la manera en que son y sus evidencias, hacen referencia a las premisas de los otros.
moderadas y las formas en que se registran las deliberaciones Está orientada a la toma de decisiones, pretende la impar-
que forman parte de un proceso de decisión. Además de ellos, cialidad y, por lo tanto, sus juicios epistémicos, normativos y
han recibido atención considerable los que toman las garan- valorativos son autónomos entre sí e independientes de las
tías y las restricciones de acceso a la discusión como variables identidades de los participantes. Las investigaciones que se
de estudio.13 Cabe ahora esperar que se sistematicen y se so- desarrollan en torno a ella, que conforman un área multidis-
metan a prueba las predicciones sobre tales condicionantes ciplinaria, tienden a enmarcar la observación de condiciones
y, en general, sobre las reglas del juego de la deliberación. y regímenes del discurso y a vincularse con el diseño de es-
Enfocando los elementos y los efectos de la deliberación pacios de discusión política.
más de cerca, será importante comprender cómo interactúan
distintos tipos de argumentos y en qué sentidos modifican Bibliografía
las posiciones de los participantes.14
Seguramente, además de retroalimentarse entre sí, los Austen-Smith, David y Timothy Feddersen (2006), “Delibera-
estudios de las tres subáreas se relacionarán con los de otros tion, Preference Uncertainty and Voting Rules”, American
campos de investigación del discurso, de manera especial, Political Science Review, vol. 100, núm. 2, pp. 209-218.
con los que buscan elucidar la arquitectura lingüística de la Bächtiger, André et al. (2010), “Disentangling Diversity in Deli-
berative Democracy: Competing Theories, Their Blind Spots
argumentación.15 Asimismo, se verán impulsados por el desa- and Complementarities”, The Journal of Political Philosophy,
rrollo de iniciativas deliberativas prácticas. En las últimas dos vol. 18, núm. 1, pp. 32-63.
décadas, han sido promovidos por investigadores y activistas, Caso, Álvaro y Fernando Castaños (2009), “Democracia, delibera-
varios foros de información e intercambio de puntos de vista ción, representación”, ponencia presentada en el vi Coloquio
entre ciudadanos, funcionarios y candidatos, cuyo diseño ha anual del seminario académico Perspectiva Democrática, “Los
incluido el registro de los acuerdos y los desacuerdos de los déficits de la democracia”, México: Instituto de Investigacio-
participantes, antes y después de la actividad comunicativa, nes Sociales-Universidad Nacional Autónoma de México,
con el doble propósito de sustentar seguimientos académi- Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora, 6
y 7 de octubre.
cos de las razones ciudadanas y de hacer éstas presentes a los
Castaños, Fernando, Álvaro Caso y Jesús Morales (2008), “La
responsables de las decisiones gubernamentales.16 Asimismo, deliberación: origen de la obligación moral de cumplir la
ley”, en Julio Labastida, Fernando Castaños y Miguel Ar-
12 Mutz indica que esta conclusión es válida para el clima social mando López Leyva (coords.), La democracia en perspectiva:
de esta época y dadas las habilidades comunicativas que tienen consideraciones teóricas y análisis de casos, México: Instituto de
hoy la mayoría de los ciudadanos. Cabe imaginar otros casos Investigaciones Sociales-Universidad Nacional Autónoma
posibles, en los que la participación alta pueda conjugarse con de México, pp. 17-33.
la deliberación de calidad. Castaños, Fernando, Julio Labastida y Cristina Puga (2007),
“Measuring Mexico’s Democracy: Focus on Deliberation”,
13 Por ejemplo, en un conjunto de recomendaciones normativas
ponencia presentada en el XXX Congreso Internacional de
sobre la elaboración de una constitución, Jon Elster plantea
la Asociación de Estudios Latinoamericanos (Latin American
combinar el debate en comisiones y en el pleno de la asam-
Studies Association), Montreal, 5-8 de septiembre. Texto
blea constituyente de modo que se eviten (o se reduzcan) las
publicado en el cd-Rom Lasa2007, de la misma asociación.
concesiones injustificadas y las actuaciones espectaculares, y se
Checkel, Jeffrey T. (2001), “Taking Deliberation Seriously”, Wor-
privilegien la discusión seria y la transparencia.
king Paper Series, vol. 14, Oslo: University of Oslo-Arena.
14 Algunas de estas preocupaciones ya se manifiestan en trabajos deum: Diccionario del Español Usual en México (1996), “Deliberación”,
de la última década, como en Checkel, 2001. México: El Colegio de México.
15 En más de un trabajo sobre la deliberación o sobre la demo-
cracia deliberativa, se pueden encontrar referencias a un texto
comprehensivo y, a la vez, con planteamientos de vanguardia en
el campo de la argumentación: Van Eemeren y Grootendrost, 17 La más conocida y potencialmente trascendente es la de los
2004. llamados “presupuestos participativos”. Para un balance del
16 Quizás, el esfuerzo que se ha replicado y documentado mejor primero de ellos, el de Porto Alegre, Brasil, ver Gugliano, 2010.
es el de las llamadas encuestas deliberativas. Véase: “What is 18 Por ejemplo, ver en Fung, 2003, una sistematización de tales
Deliberative Polling?”, s.f. opciones y un análisis de las consecuencias que tienen.
Deliberación 175 d
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“What is Deliberative Polling?” (s.f.), Center for Deliberative Demo- ros estaban excluidos de cualquier participación. Era aquélla
cracy, Stanford University. Disponible en: <cdd.stanford.edu/ una sociedad estratificada, en la cual los hombres libres po-
polls/docs/summary/>. dían dedicarse a deliberar y gobernar mientras los esclavos
se dedicaban a las tareas de producción y de servicios varios,
ayudados por grupos de inmigrantes extranjeros.
Esta experiencia democrática inicial no se reprodujo his-
tóricamente y no gozó, en general, del favor de la mayoría
de los pensadores y teóricos en las consideraciones posterio-
res sobre democracia; sin embargo, en sus dos vertientes, ya
como fascinación o como aversión, la democracia griega ha
prevalecido en la historia y en el imaginario político como
1 Ver especialmente la segunda parte: “La práctica”, capítulo 2 En el mismo sentido, ver Manin, 1998: 20 y Dahl, 1993: 258-
VIII. 261.
POLÍTICA
tivamente sencillo y corto. Según una formulación muy
influyente, sólo es necesaria una precondición: la unidad
nacional. Sobre esa base, “el proceso de democratización pro-
José Luis Velasco Cruz piamente dicho es activado por una lucha política prolongada
e indefinida” (Rustow, 1970: 352). Los protagonistas de esta
lucha “representan fuerzas bien arraigadas (por lo general
Definición clases sociales) y las cuestiones por las que se enfrentan tie-
nen profundo significado para ellos” (352). Pero el momento
Tal vez lo más conveniente sea comenzar con una definición crucial —la fase decisiva— ocurre cuando los miembros de la
trivial: la democratización política es el proceso mediante el élite política deciden adoptar las reglas del juego democrático.
cual se establece una democracia política. Esta definición, Luego viene un proceso de habituación, en el que la decisión
aunque elemental, sirve ya para distinguir a la democratiza- tomada en el momento crucial se vuelve autosustentable.3
ción política de fenómenos similares en otros ámbitos de la
sociedad: la familia, la escuela, el trabajo, etcétera. 1 “Era raro, incluso entre los philosophes de Francia antes de la Re-
Las principales divergencias surgen cuando se intenta volución, encontrar a alguien que usara la palabra ‘democracia’ en
caracterizar ese proceso, pero también, y principalmente, sentido favorable en cualquier contexto práctico” (Palmer, 1959:
cuando se define el punto de llegada (la democracia políti- 14).
ca). La multiplicidad de definiciones no se debe únicamente 2 Véase: Pareto, 1935: 1568 ss.; Mosca, 1939: 153-162.
a desacuerdos analíticos entre los autores; se explica, sobre
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nos de Estrasburgo y es la siguiente:
d 214 Desigualdad
una de las dimensiones puede implicar la aceptación de la Historia, teoría y crítica
desigualdad en otras.
Ciertamente, no existe ni una definición única, ni un El concepto de desigualdad es multidimensional y dinámico.
acuerdo generalizado acerca de qué entendemos por des- No sólo supone un acceso diferencial al bienestar, sino que
igualdad. Dado que existen diversos tipos de desigualdad sus consecuencias son de largo alcance e imprimen su sello
(de ingresos, de riqueza, de oportunidades, de derechos, et- a las posibilidades de acceder al bienestar de futuras gene-
cétera), un primer paso para su definición es precisar a qué raciones; es decir, la desigualdad actual tiende a reforzar los
desigualdad nos referimos o, en términos de Amartya Sen, privilegios entre los ricos y las desventajas entre los pobres
responder a la pregunta: “¿Igualdad de qué?”. La idea de en la siguiente generación (Neckerman y Torche, 2007).
igualdad se enfrenta, por un lado, a la heterogeneidad básica El concepto de ventajas y desventajas acumulativas, acu-
de los seres humanos, en términos de sus características ex- ñado por Merton en su trabajo sobre la estratificación de
ternas y personales, ambiente social y natural, y por el otro, las carreras científicas, publicado en 1968, contribuye a la
a la multiplicidad de variables según las cuales puede ser comprensión de la desigualdad como un proceso en que se
juzgada (Sen, 1992). articulan múltiples dimensiones. La idea central es que la
En su Discurso sobre el origen y fundamentos de la des- ventaja (o desventaja) de un individuo o grupo se acrecienta
igualdad entre los hombres, Rousseau distingue dos tipos de (es decir, se acumula) a través del tiempo (Di Prete y Eirich,
desigualdades: una natural o física y otra moral o política, 2006). En otros términos, en un proceso acumulativo, las ven-
la cual es establecida o autorizada por el consentimiento de tajas o desventajas iniciales se amplían en las sucesivas etapas;
los hombres, constituida por los privilegios (riqueza, respe- así, la desigualdad de estatus persiste en el tiempo y a través
to, poder, obediencia) que unos gozan en perjuicio de otros de las múltiples etapas del curso de vida. De esta manera, no
(1991 [1754]: 205-206). Tilly sostiene que “las grandes y sólo son importantes las posiciones presentes, sino sus pers-
significativas desigualdades en las ventajas de que gozan los pectivas de evolución. Cuando las desigualdades iniciales se
seres humanos corresponden principalmente a diferencias acentúan a lo largo de las trayectorias, los recorridos tienden
categoriales (negro/blanco, varón/mujer, ciudadano/extran- a convertirse en destinos. Estos procesos tienen un efecto de
jero o musulmán/judío), más que a diferencias individuales fragmentación social: si cada uno considera que depende más
en atributos, inclinaciones o desempeños” (2000: 21). Aun de su pasado que de su relación con los otros, la tentación
cuando se empleen marcadores ostensiblemente biológicos, del individualismo es más fuerte y la desarticulación social
dichas categorías siempre dependen de la organización, la probablemente será más profunda (Fitoussi y Rosanvallon,
creencia y la imposición sociales, y a partir de ellas se “esta- 1997; Paugam, 1995; Dubet, 2005).
blecen sistemas de cierre, exclusión y control sociales” (21). La distinción entre desigualdad de oportunidades y des-
Scott destaca que la riqueza y la pobreza son el resultado de igualdad de condiciones es de particular relevancia para
la desigual distribución de recursos en una sociedad, y deben comprender tanto las formas que asume la desigualdad como
ser conceptualizadas de manera paralela y complementaria: las políticas que se generan en torno a ésta. “La desigualdad
mientras que la privación caracteriza las condiciones de de oportunidades tiene su origen en el ideal liberal de que las
vida de los pobres, el privilegio caracteriza las condiciones oportunidades de superación o ‘éxito’ de una persona —es-
de vida de los ricos (1994: 16-18). Lo anterior supone que tudiar, obtener un buen trabajo, etcétera— no deberían estar
las causas de la pobreza están estrechamente vinculadas a las relacionadas con características adscriptivas como raza, sexo
causas de la riqueza. u origen de clase”, sino responder al principio meritocrático
Llámese desigualdad moral o política en términos rous- (Breen y Jonsson, 2005: 223). La desigualdad de condición,
seaunianos, o sencillamente desigualdad social, lo cierto es en cambio, se refiere a la distribución de recompensas y con-
que tiene al menos dos elementos básicos: es un producto diciones de vida diferenciadas, ya sea en relación con bienes
social —es decir, proviene de las relaciones entre individuos, escasos o con diferentes insumos (como tiempo o esfuerzo) o
grupos y clases— y tiene dos caras: la riqueza y la pobreza, derechos (como ciudadanía o empleo). Mientras que los estu-
los privilegios y las privaciones, las ventajas y las desventajas, dios sobre desigualdad de oportunidades suelen centrarse en
cuyas articulaciones no pueden ser ignoradas si se pretende los logros educativos y las posiciones sociales (ocupación, clase
entender el problema en toda su complejidad. La desigualdad social, etcétera) y sus relaciones con características adscripti-
es, en última instancia, “una cuestión de poder”, vinculada vas, los estudios centrados en la desigualdad de condición, en
con “las asimetrías en la distribución de recursos y capacida- contraste, se preocupan por las diferencias de ingreso o por las
des y con las relaciones de poder” que se establecen con base diferentes retribuciones en el mercado de trabajo o en el siste-
en esas asimetrías, relaciones que se sustentan en factores ma distributivo más amplio, incluidas las provisiones públicas
económicos, políticos y simbólicos (Reygadas, 2008: 36-37). de bienestar (223-224).
Dubet (2011) destaca que la igualdad de oportunidades
y la de posiciones suponen concepciones contrastantes de
justicia social: mientras que la primera promete que los hi-
jos de los obreros tendrán las mismas oportunidades para ser
Desigualdad 215 d
ejecutivos que los propios hijos de los ejecutivos, la segunda ambos umbrales generan una profunda diferenciación tan-
pretende reducir la brecha de las condiciones de vida, trabajo to en términos de oportunidades y estilos de vida, como en
e ingresos entre obreros y ejecutivos. La igualdad de posicio- relación con las instituciones fundamentales (2002: 17-18).
nes y la sociedad de las oportunidades no son incompatibles, Wilkinson y Pickett destacan que “la calidad de las re-
pero requieren “políticas sociales inteligentes que aseguren los laciones sociales se construye sobre cimientos materiales: la
trayectos más que las adquisiciones sociales” (102); la igual- escala de las diferencias de renta tiene un efecto poderoso
dad de posiciones determina el espacio de las oportunidades sobre nuestra manera de relacionarnos” (2009: 23). Si bien
realmente abiertas a los individuos. Para Sen, una igualdad los problemas sociales y de salud son más comunes entre los
“real” de oportunidades supone una igualdad de capacidades, sectores más desfavorecidos, el peso de estos problemas es mu-
que se refiere a las oportunidades reales de una persona para cho mayor en las sociedades más desiguales (aunque éstas sean
satisfacer un conjunto de condiciones básicas, que involucra muy ricas). La desigualdad afecta la calidad de la pertenencia
también sus posibilidades de decisión y elección en relación social: lo que importa es qué posición ocupamos, en relación
con la manera de acceder al bienestar (1992: 7-8). con los demás, dentro de nuestra propia sociedad. Las des-
A fin de dar cuenta de las desigualdades que emergen igualdades incrementan la hostilidad entre los grupos y los
en un escenario de creciente incertidumbre como el actual, individuos: “se permanece entre iguales y sólo se ayuda a los
Fitoussi y Rosanvallon observan que, junto a la profundiza- más próximos; libres de elegir u obligados a vivir juntos, los
ción de las desigualdades “tradicionales” (o estructurales), han individuos se protegen poniendo la mayor distancia posible
emergido “nuevas” desigualdades (o desigualdades dinámi- entre ellos y los otros” que son “percibidos como extraños
cas). En tanto que las primeras se refieren a las diferencias peligrosos” (Dubet, 2011: 97).
entre categorías sociales —por ejemplo, las diferencias de En este contexto, cobra relevancia la relación entre des-
ingreso entre categorías ocupacionales—, las “nuevas” des- igualdad y ciudadanía, lo que nos conduce a reconocer formas
igualdades proceden de la “recalificación de diferencias dentro de “integración diferenciadas”, particularmente evidentes en
de categorías” a las que antes se consideraban “homogéneas” América Latina, la región con la distribución del ingreso más
(1997: 73-74); son desigualdades intracategoriales que dan inequitativa del planeta. Más que por “quedarse afuera”, nume-
cuenta de la “heterogeneidad de situaciones de los agentes rosas privaciones emergen de términos de inclusión desfavorable
económicos” (75). “¿Cómo justificar —se preguntan los au- y de una participación social profundamente desigual (Sen,
tores— la distinta suerte de dos personas con igual capacidad 2000: 28), lo que genera diferentes “calidades” de ciudadanía.
y similares trayectorias, pero de las cuales una está sin tra- Las desventajas no derivan de “estar afuera”, sino precisamente
bajo y se ve obligada a cambiar de ámbito para, en el mejor de la segmentación producida por las instituciones del Es-
de los casos, encontrar uno de menor calificación y menores tado, de una inclusión diferenciada en el sistema social que
ingresos?” (74). En estos casos, no sólo está en juego la dimen- profundiza las distancias sociales, no sólo respecto del acce-
sión económica, sino también está en cuestión la identidad. so a oportunidades —de empleo, educación, salud, vivienda,
Cuando estas “nuevas” desigualdades se tornan permanentes, etcétera—, sino también de la calidad de las oportunidades a
producen exclusión —una ruptura de pertenencia— y se exa- las que se accede, lo que genera un proceso de polarización y
cerban las frustraciones resultantes de la percepción de que el segmentación creciente entre ciudadanos de primera y se-
lugar ocupado en la estructura ocupacional y los ingresos son gunda clase (Roberts, 2004).
resultado de la suerte o de una lotería. Estas nuevas desigual- El debate latinoamericano sobre la desigualdad, sobre
dades sólo pueden ser observadas mediante “un seguimiento todo en los años sesenta y setenta del siglo xx, se centró en los
de las trayectorias efectivas de los individuos”, ya que cons- problemas del desarrollo, el subdesarrollo y la dependencia, y
tituyen, en gran medida, “desigualdades de trayectoria” (86). reveló una preocupación por analizar las relaciones entre fac-
Las instituciones desempeñan un papel fundamental tores económicos, sociales, políticos y culturales en un contexto
en los niveles de desigualdad. En efecto, la relación entre en que se buscaba impulsar el mercado interno y reducir las
desigualdad y exclusión social está mediada por el funciona- asimetrías sociales. Se esperaba que los procesos de urbaniza-
miento de las instituciones sociales, económicas y políticas ción e industrialización, el desarrollo del sistema de educación
que contribuyen o coartan las oportunidades de una experien- pública y la expansión de las ocupaciones no manuales condu-
cia social compartida, clave en toda práctica de ciudadanía. jeran a la conformación de sociedades más equitativas. Según
Según Barry, las sociedades que combinan economías de Faria (1995), las principales contribuciones de la literatura
mercado e instituciones liberales democráticas se caracteri- latinoamericana durante este periodo consistieron en conec-
zan por dos umbrales de exclusión. El umbral inferior divide tar los fenómenos de la pobreza, la desigualdad y la privación
a aquellos que participan en las instituciones fundamentales con el modo de funcionamiento de los sistemas sociales, e
(mainstream institutions) y los que están fuera de ellas, es insistir en que estos problemas no son el resultado de una
decir, que no pueden participar. El umbral superior divide a falta de integración, sino de modos específicos de integración.
quienes están en el medio, de quienes pueden separarse de Durante la década de los ochenta y noventa, en un periodo
dichas instituciones porque no las necesitan. En sociedades con en que se incrementó nuevamente la desigualdad en la re-
altos niveles de desigualdad en la distribución del ingreso, gión, el análisis se escindió entre mediciones económicas de
d 216 Desigualdad
las estratificación y la distribución del ingreso, por un lado, siciones duraderas que gobiernan las prácticas y los gustos
y el estudio de las desigualdades étnicas y de género, por el culturales de los diferentes grupos sociales—, señala que di-
otro (Reygadas, 2008: 16). En el periodo más reciente, se han chos gustos se definen en términos opuestos, en los que el
desarrollado investigaciones basadas en nuevas perspectivas gusto de una clase es, ante todo, el desagrado por los gustos
analíticas sobre la cuestión social (entre otras, aquéllas rela- de los miembros de otras clases sociales.
cionadas con la vulnerabilidad y la exclusión social), que han En contraste con los enfoques individualistas, centrados
comenzado a arrojar luz sobre las particularidades que asume en la distribución de atributos, bienes o posesiones entre
la desigualdad en el escenario latinoamericano contempo- los actores, Tilly (2000) propone una perspectiva relacional
ráneo y sus consecuencias en términos de integración social para el análisis de la desigualdad, según la cual los meca-
(Kaztman y Wormald, 2002; Saraví, 2007; Bayón, 2008a; nismos causales que subyacen en la desigualdad categorial
2009; Reygadas, 2008). —explotación, acaparamiento de oportunidades, emulación
y adaptación— no consisten en sucesos mentales individua-
Líneas de investigación y debate les, estados de conciencia o acciones autónomas de sistemas
contemporáneo sociales, sino que actúan en los dominios de la experiencia y
la interacción social. Se interesa por el trabajo categorial que
En los últimos treinta años, las ciencias sociales han experi- establece límites entre los grupos, crea estigmas y atribuye
mentado un conjunto de transformaciones que han tenido cualidades a los actores que se encuentran a uno y a otro
un profundo impacto en el análisis de la desigualdad. Entre lado de los límites. La desigualdad categorial tiene efectos
dichos cambios, Butler y Watt mencionan los siguientes: acumulativos que afectan las capacidades individuales: se
la introducción de nuevos enfoques y perspectivas teóricas, crean estructuras duraderas de distribución asimétrica de los
como el feminismo, el posestructuralismo y el posmodernis- recursos. Para eliminar la desigualdad no basta con eliminar
mo, así como el trabajo de Pierre Bourdieu; el “giro cultural” las creencias y las actitudes discriminatorias; es necesario
que ha permitido incorporar las dimensiones simbólicas de la transformar las estructuras institucionales que organizan los
desigualdad; la pérdida de centralidad de la categoría de clase, flujos de recursos, cargas y recompensas.
la cual se constituye en una de las fuentes de la desigualdad De manera creciente, las investigaciones sobre la
junto a otros elementos antes marginados del análisis, como desigualdad se han orientado a explorar sus dimensiones
el género, la pertenencia étnica y otras formas de clasifica- culturales, relacionadas con los diversos significados que las
ción social; el creciente interés en el espacio y el lugar, que personas y grupos construyen o adoptan para interpretar
permite dar cuenta de las expresiones espaciales que asumen sus experiencias de vida o para crear fronteras simbólicas o
los procesos de polarización social (Butler y Watt, 2007: 4). morales entre categorías de personas o cosas, mediante las
Junto al análisis de los procesos que generan y reprodu- cuales la gente atribuye identidades a “otros” y a ellos mismos
cen la desigualdad en sus diversas dimensiones, una de las (Charles, 2008: 42).
preocupaciones claves en la investigación actual se refiere a Junto a la dimensión simbólica, la dimensión espacial de
sus consecuencias políticas y sociales, que se relacionan con la desigualdad ha cobrado una particular relevancia. La distri-
“las percepciones e interpretaciones individuales sobre la bución de la población en el espacio, el nivel de concentración
desigualdad, mediadas por relaciones sociales, instituciones de determinados grupos en ciertas áreas de las ciudades o el
y el contexto cultural” (Neckerman y Torche, 2007: 350-351). grado de homogeneidad social de éstas nos remiten no sólo a
Una de las perspectivas teóricas que más ha contribuido a procesos de diferenciación, sino que contribuyen a una mejor
enriquecer el estudio de la desigualdad es la de Pierre Bour- comprensión de las expresiones que asume la desigualdad. En
dieu (1988) quien, junto a la innovación teórica, ha enfatizado este sentido, Massey (1996) destaca que asistimos a una época
el papel clave de la investigación empírica. El concepto de de extremos que supone un profundo cambio en la estructura
clase social desarrollado por este autor, además de un com- geográfica de la desigualdad, caracterizado por la creciente
ponente material, contiene un fuerte componente simbólico concentración espacial de la riqueza y la pobreza, lo que pro-
y cultural. En La distinción, propone un concepto relacional fundiza privilegios y desventajas, agudiza la fragmentación
y dinámico de clase, el cual se refiere a las maneras en que social y dificulta la convivencia social. La problemática de la
individuos y grupos utilizan un conjunto de recursos en sus desigualdad no se limita a la distribución de oportunidades
relaciones con otros, quienes, a su vez, se comportan de la y al debate acerca de las fuentes generadoras de desigual-
misma manera. Estos recursos toman la forma de diversos dad, sino que involucra la calidad de dichas oportunidades,
tipos de capital (económico, cultural, social y simbólico), y las formas y sentidos que adquieren las relaciones entre los
la posición de clase dependerá del volumen y composición individuos y la relación de éstos con las instituciones (Ba-
del capital disponible. Dado que la posesión de capital no yón, 2008b: 217). No es sólo una cuestión de oportunidades
puede ser analizada de manera estática, puesto que cambia su y resultados, sino de los procesos que conducen a éstos y sus
composición a lo largo del tiempo, incorpora un componente implicaciones para el bienestar y la convivencia social.
dinámico al análisis a través de la noción de trayectoria. Al
indagar acerca de los habitus de clase —sistemas de dispo-
Desigualdad 217 d
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33, pp. 335-357. ticos que buscaban un cargo, o bien líderes que promovían
una causa.
d 218 Discurso
Hoy, para periodistas y conductores importantes, la pala- de las asociaciones científicas, los consejos de redacción de los
bra discurso denota toda suerte de unidades, no sólo de habla, medios de comunicación y los secretariados de los órganos de
sino de escritura, y parece que este significado más amplio representación política.
se está extendiendo entre la población. Con esta voz puede En las tramas discursivas, se ponen en juego las visiones
hacerse referencia a artículos científicos o a conversaciones que acerca del mundo tienen los usuarios, es decir, los hablan-
casuales, a convenios comerciales o a alegatos jurídicos, a tes y los oyentes, los autores y los lectores. Ahí se escenifican
narraciones fabulosas o a testimonios graves. Se le encon- también las relaciones que ellos guardan entre sí. Las reglas
trará utilizada también para aludir al vocabulario, al estilo de interpretación y los criterios de juicio del discurso supo-
o al sistema de ideas propio de una de esas unidades. En nen formas de clasificar las cosas y asignarles papeles en los
parte, el cambio se debe a la difusión de algunos usos an- acontecimientos. Por lo tanto, importa cuál de las opciones
cestrales de la palabra, que se habían conservado en ámbitos definidas por las reglas y los criterios se elijan; sabemos1 que
restringidos, por ejemplo, para nombrar algunos tratados filo- no es lo mismo (1) que (2):
sóficos, y en buena medida, es resultado de una transferencia
de conocimientos de los espacios de las ciencias sociales y (1) El bebé lloró. La mamá cargó al bebé.
las humanidades a los del sentido común. Lo que ha im- (2) La mamá cargó al bebé. El bebé lloró.
pulsado la nueva denotación del término es advertir que en
todos los usos de la lengua se recrea nuestro universo. Tanto Las tramas implican también maneras de definir las iden-
una plática informal o una arenga improvisada como una tidades, las adscripciones, las posiciones y los alineamientos
exposición preparada de antemano dependen de reglas de de las personas. Cuando Armando Manzanero dice “soy
interpretación que se han ido dando en las sociedades y que un trovador” para contestar si acepta que le llamen “poeta”,
se presentan cada vez que se emplean palabras. Los hablantes asume unas maneras de relacionarse con la lengua y con su
y sus destinatarios saben, por ejemplo, que en un desplegado, público; cuando Bob Dylan dice “soy un trapecista”, en res-
el pronombre nosotros ha de entenderse literalmente como puesta a la misma pregunta, plantea otras formas de hacerlo.
una pluralidad de primeras personas, pero en una consulta, Además de expresar pudor y mesura ante la palabra poeta,
el médico puede utilizarlo para interpelar al paciente y así la afirmación literal del baladista romántico refleja la aspi-
evitar las implicaciones de elegir entre tú y usted. Aquí, en el ración de que en sus líneas se reconozcan los auditorios que
hecho simple de elegir el significado literal o uno diferente, va encontrando al andar. En cambio, al tiempo que llama a
entran en juego las nociones de persona, pluralidad e inter- cuentas al mismo vocablo, la metáfora del rockero lo presenta
pelación, y, con ellas, ciertas formas de observar lo que ocurre a él ante la concurrencia como alguien dispuesto a dar giros
y ciertas maneras de relacionarnos. Esto ocurre porque hay, inesperados y lo invita a ser cómplice de los riesgos que corre.2
precisamente, reglas del juego que nos indican quién puede Generalmente, cuando se observan las reglas y se adoptan
referirse a qué, cuándo y cómo. los criterios del discurso, se suscriben las clasificaciones de los
Las distintas formas de habla y escritura que hoy com- seres y los modelos de acontecimientos que contiene la len-
prende la palabra discurso también se califican en función de gua. Asimismo, se validan los vínculos entre los usuarios que
criterios comunes, conforme a un nivel de abstracción perti- entraña el habla. A la inversa, actuar al margen de las reglas
nente; por ejemplo, se espera, o al menos es deseable, que una y de los criterios muchas veces expresa desacuerdos con las
nota periodística, al igual que una clase de matemáticas, sea formas de aprehender las entidades y sus dinámicas. Por los
informativa y coherente. Un chiste, al infringir el código, lo mismos medios se cuestiona también el orden que rige a los
reconoce; cuando es eficaz, nos hace reír porque su inesperado usufructuarios. Es lo anterior lo que explica que las alianzas
desenlace pone en evidencia las expectativas que se van ge- y las contiendas políticas sean, casi siempre, negociaciones y
nerando con cualquier narración en función de las exigencias confrontaciones discursivas. Un ejemplo ilustrativo es la lucha
de información y coherencia. Tales normas de apreciación, entre el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (ezln) y el
como las reglas de interpretación, son logros culturales que gobierno mexicano a mediados de los años de 1990. Ésta se
se heredan y enriquecen con el paso de las generaciones. En- libró, primero, mediante comunicados de cada parte; luego, en
tonces, aun cuando no se cumplan las reglas y los criterios, hay discusiones sobre reglas para la deliberación y, después, inclu-
en la simple utilización de la lengua una referencia a ellos, la so, en conversaciones para generar una propuesta común de
mayoría de las veces tácita; de hecho, desobedecer las reglas e reforma constitucional. En todos esos discursos, cada uno, el
incumplir los criterios no siempre son meras faltas y, en muchas
ocasiones, son significativos en sí. Más aún, el cumplimiento y
la infracción son los principales medios por los que se ratifican 1 Esta es una observación de Widdowson y Urquhart (1976)
y se modifican unas y otros, aunque tanto en la conservación que ha tenido una influencia indirecta considerable, aunque
como en el cambio, también intervienen los pronunciamien- no ha recibido el reconocimiento que merece.
tos expresamente normativos de personas y organismos a los 2 Estas observaciones se basan en análisis que he presentado en
que se confiere autoridad, como las academias de las lenguas, mis cursos de doctorado en el Posgrado en Ciencias Políticas
los comités de premiación literaria, las comisiones editoriales y Sociales de la unam y que estoy recogiendo de manera abre-
viada en mi sitio electrónico (www.discoursescience.info).
Discurso 219 d
gobierno y el ezln, disputaba la identidad que el otro asumía palabra, el significante (o portador) es una serie de sonidos,
y difundía (Castaños et al., 2000). De esa manera, confron- como por ejemplo: m – e – s – a. Aquí, el significado (lo que
taban sus pretensiones de legitimidad y de representación. se porta) es una noción, como la que aprehende una defini-
Entonces, en el ámbito académico, tiende a pensarse que ción de diccionario: “mueble compuesto por una plataforma
en el discurso se establecen las concepciones y se generan sostenida por una o varias patas, encima de la cual general-
las relaciones que definen a las sociedades. En forma breve, mente se pone o se hace algo” (dem, 2010). En el caso del
y quizá provocativa, muchas veces se dice que la realidad es guiño, el significante es el cierre de un ojo, y el significado,
construida por el discurso. Sin embargo, es frecuente tam- una expresión de empatía o un llamado a la complicidad.
bién que se plantee que todo discurso está determinado por El significante de un discurso es un texto y el significado
sus condiciones de producción, que lo que se dice y escribe un mensaje; pero el primero es ya un signo o, mejor dicho,
obedece a concepciones y relaciones previas y, por lo tanto, las una serie de signos. Está formado de palabras que tienen de
reproduce. Hay una dificultad básica para precisar cómo y en antemano sus significados como tales, sus significados lite-
qué medida un discurso puede ser agente y, al mismo tiempo, rales. En el momento de ser usadas, pueden adquirir un valor
proyección de su ámbito social. Aunque, como ya se señaló, discursivo coincidente con ese significado literal, como ocurre
lo que puede observarse en relación con el conjunto denota- con nosotros en el caso del desplegado y con trovador en el
do por la palabra discurso es algo muy cercano al consenso, caso de Manzanero; pero también pueden adquirir un valor
este término está lejos de representar un concepto común. diferente, como sucede con nosotros en el caso del doctor y
El discurso se caracteriza de distintas maneras en di- con trapecista en el caso de Dylan.
ferentes escuelas. Entre otras, se le ve como una unidad Además, el mensaje posee tres dimensiones, como se
lingüística,3 una interacción circunstancialmente determina- explicará en la próxima sección. Por medio de un texto, se rea-
da4 o una construcción ideológica.5 Yo he propuesto definir lizan actos que hacen presente o modifican el conocimiento,
un discurso como un signo complejo, noción que aprehen- como la definición, la observación y la generalización; pero
de los elementos válidos de las concepciones mencionadas también actos que reiteran o cambian las obligaciones y los
anteriormente, evita los problemas que entrañan y permite derechos, como la promesa, la orden y la invitación, y asi-
comprender mejor la relación entre el discurso y su ámbito mismo actos que ratifican o alteran las valoraciones, como el
(Castaños, 2011). Al igual que una palabra o un guiño, un elogio, la advertencia y la incitación. De hecho, un enunciado
discurso consta de un significante y un significado, que es- prototípico tiene el potencial de realizar simultáneamente tres
tán asociados por la fuerza de la convención: en el caso de la actos (uno de cada tipo), aunque hay ocasiones en que sólo
se realiza un acto y otras en que se realizan dos.
En ese orden de ideas, el significado textual de una unidad
3 Para números considerables de investigadores, el discurso está de habla o escritura constituye un conjunto potencial de actos
constituido esencialmente como la frase o la oración, aunque
es de orden mayor que estas unidades. Entre quienes suscriben
y su significado discursivo es un conjunto de actos que se rea-
esta concepción, destacarían dos grupos diferentes entre sí: uno lizan por referencia al potencial y que pueden o no coincidir
que considera a Zellig Harris (1952) como el gran precursor con él. Por ejemplo, afirmar que hace calor puede ser una ma-
y otro que toma a Michael Halliday y Ruqaiya Hasan (1976) nera indirecta de pedir que se abra la ventana o una manera
como los grandes iniciadores. irónica de decir que hace frío. Que el significado discursivo
4 Han ido ganando adeptos las ideas de que en un discurso se de un enunciado sea igual o diferente de su significado tex-
responde de diversas maneras, sobre todo por medio de la pro- tual dependerá de factores como la entonación, el ritmo y el
sodia, a su situación y que ésta se define, no sólo por el tiempo volumen, en el caso de la lengua hablada, o la puntuación, la
y el lugar de emisión, sino también por una multiplicidad de tipografía y el diseño de la página, en el de la lengua escrita,
factores sociales y psicológicos, como la relación entre los factores que reciben la denominación técnica de paralingüís-
participantes y la intención de los hablantes. Destacan en esta ticos. Dependerá también de sus entornos: de los enunciados
línea dos corrientes de investigación: la etnometodología y el que lo antecedan, es decir, de su contexto discursivo; del lugar
análisis conversacional. Los fundamentos de estas corrientes se
pueden apreciar en Garfinkel (1967), Sacks y Garfinkel (1970),
y el momento en que se emita, es decir, de su ubicación físi-
Sacks, Schegloff y Jefferson (1974) y Sacks (1995). ca; de quién lo diga o escriba a quién, es decir, de su situación
de enunciación, y de las relaciones que guarden entre sí esos
5 Con base en análisis sustentados en la gramática sistémico
funcional de Michael Halliday (1970), Gunther Kress y Ro-
individuos fuera de la situación y con otros a los que se haga
bert Hodge (1979) observaron que las distintas maneras de referencia, es decir, de su ámbito social.
hablar de un mismo acontecimiento lo representan o mode- La coincidencia o divergencia entre los significados tex-
lan de diferentes maneras, por ejemplo, culpando o soslayando tual y discursivo estará también en función de la óptica o
al agente. A partir de aquí, en buena medida inspirados por punto de vista que se adopte, lo que, a su vez, estará implicado
la noción marxista clásica de la ideología, es decir, como una en los propósitos del discurso. En un artículo de una revista
conciencia social determinada por el ser social, hicieron ver científica que busque explicar las propiedades de ciertas al-
que en el discurso se libran disputas de poder, lo que dio pie a gas de la Huasteca, es poco probable que la palabra célula se
una corriente denominada Análisis Crítico del Discurso, a la use metafóricamente; en cambio, en un artículo periodístico
cual se hará alusión en la última sección de este artículo.
d 220 Discurso
que intente informar sobre un nuevo sistema de generación pero lo que se logra decir al usar esa formulación varía con
de imágenes, es muy improbable que la misma palabra se la situación y con el contexto de uso.
use literalmente. Los significados de la lengua, que son la materia del
En suma, un discurso es una serie de enunciados con texto, existen antes del discurso. El significado discursivo
que se realizan actos epistémicos, normativos y valorativos. se crea ahí, con el discurso. Podríamos permitirnos decir
Esos actos pueden corresponder al potencial textual de los que se produce en el discurso o por el discurso; la licencia
enunciados o apartarse de él, dependiendo de reglas conven- no sería muy abusiva y ayudaría a recalcar que el discurso,
cionales y en función de los propósitos, las perspectivas y los más que un instrumento, es un medio activo.
entornos de enunciación. El significado discursivo puede entenderse como el re-
sultado de una derivación; está formado por conjunciones,
Historia, teoría y crítica implicaciones y negaciones de elementos textuales seleccio-
nados. Grosso modo, en el uso de trapecista por Dylan, ejemplo
Las ideas que sustentan las definiciones expuestas en el apar- mencionado anteriormente, se toma la consecuencia de un
tado anterior provienen de indagaciones en distintos campos salto ágil, llegar pronto de un punto a otro, y se destaca el
de las humanidades y de las ciencias sociales. Muy probable- deseo de trascender las limitaciones que lo impulsan; pero
mente serían aceptadas por la mayoría de los estudiosos del también se deja fuera la naturaleza específica del salto, su ca-
discurso, aunque las ponderarían de maneras diferentes, según rácter físico. Lo que se selecciona y lo que se implica, como
sus orientaciones. La concepción de un discurso como un signo lo que se niega, obedecen a una búsqueda de unidad entre lo
complejo fue prefigurada por Charles Peirce (1894), Jacques que se está diciendo, lo que ya se ha dicho, lo que ya se sabía
Derrida (1967) y Roland Barthes (1957). De acuerdo con los y lo que se espera. Porque sabemos que el músico estadouni-
dos primeros, un signo remite a otro signo; de acuerdo con el dense no es un cirquero, procuramos encontrar un parecido
tercero, hay signos que son significantes. Adoptar esa concep- que venga al caso entre los poetas y los trapecistas. Lo que
ción implica asignar importancia a lo que tienen en común un sucede, entonces, es que lo implícito no se transmite ni se
discurso y muchos otros signos que forman parte de la vida recibe en un sentido estricto, sino que está suscitado por el
social. Nos lleva a subrayar, de entrada, el carácter convencio- autor y fabricado por el destinatario. Lo que rige la comu-
nal de la asociación entre el texto y el mensaje, a ver que es nicación así entendida es lo que Paul Grice (1975 [1968])
arbitraria, en el sentido de Ferdinand de Saussure (1916), o ha denominado “principio de cooperación”: quien participa
intencional, según John Searle (1995), que es atribuida por los en una conversación ha de intentar que su contribución sea
usuarios del discurso. No hay entre el texto y el mensaje ni una verdadera, pertinente, clara y proporcionada; sabe que ésa es
relación causal ni una semejanza que pudieran llevar de uno la consigna y que su interlocutor sabe que los dos lo saben.
al otro a alguien ajeno a las convenciones de atribución. Un Ambos saben también que si el hablante comete una falta
discurso es, por ello, como una seña, que tiene el significado probablemente es por una buena razón, que así será percibido
de saludo porque se lo hemos dado, y no como el humo, que y que, por lo tanto, esa razón deberá indagarse (y procurarse).
significa fuego porque es causado por el fuego. Es como una Si, por ejemplo, cuando se pide una opinión acerca de una
moneda, en la que reconocemos un valor porque el valor le ha tercera persona, la respuesta es demasiado breve, el oyente
sido asignado, y no como un reflejo, en el que vemos un objeto inferirá que la contestación completa es incómoda para el
porque sus puntos corresponden a los de él. hablante y que, por lo tanto, su opinión de la tercera persona
Por supuesto, decir que un discurso es convencional, ar- no es muy buena. En un esfuerzo cooperativo, el oyente con-
bitrario o intencional no quiere decir que sea caprichoso. Sí fecciona la solución que el hablante apenas indica.
implica advertir que un mismo texto podría expresar distintos El principio de cooperación preside, incluso, el engaño y
mensajes en diferentes circunstancias, y que un mismo men- es la base para entender las diferentes formas del ardid. Lo
saje podría ser plasmado en distintos textos; pero también que hace un prevaricador es inducir la creencia de que se han
conlleva afirmar que toda interpretación de un texto puede cumplido las cuatro exigencias de Grice cuando en realidad
ser juzgada como válida o inválida, o dicho de manera más se ha faltado a alguna de ellas, o se ha incumplido alguna
sutil, que entre dos interpretaciones posibles generalmente por una buena razón, aun si ya hay una contribución que las
puede decirse cuál es preferible. De hecho, poner la compleji- satisfaga todas. De una manera u otra, es la propia víctima
dad del signo discursivo en un primer plano conlleva destacar la que genera el error que lleva al timo.
la necesaria existencia de criterios de juicio. El punto clave La comunicación y el discurso son contrapartes; si la
de la distinción entre las nociones de significado textual y una es cooperativa y, en una medida importante, implícita,
significado discursivo es que el primero es universal en el el otro es plural. Con un solo enunciado explícito pueden
sentido y en la medida en que lo es la lengua; mientras que darse a entender varias ideas implícitas. El significado dis-
el segundo es particular, propio de una ocasión. Lo que se cursivo puede tener más de una dimensión, condición que,
formula con una combinación de palabras, en virtud de sus desde otra perspectiva, Michael Halliday (1970) ha califi-
sentidos literales y de sus relaciones gramaticales, es lo mis- cado como cardinal del lenguaje humano, y que no ha sido
mo siempre, sin importar quiénes y cuándo las combinen; debidamente atendida en el ámbito del que proviene nuestro
Discurso 221 d
conocimiento acerca del carácter del significado discursivo: de los esfuerzos de Austin y Searle fue no establecer ade-
la filosofía analítica. Aquí, Bertrand Russell (1905) propuso, cuadamente la primera clasificación, es decir, no determinar
a principios del siglo xx, que decir cuándo es verdadera y cuántos grandes tipos de actos de habla existen, lo que va de
cuándo falsa una oración equivale a decir cuál es su signifi- la mano, pienso, de contestar cuántos actos se pueden realizar
cado. Con ello, intentaba capturar una intuición importante: simultáneamente. No se puede afirmar categóricamente que
quien puede juzgar si lo que se dice es cierto o no es alguien un acusado sea culpable y al mismo tiempo formularlo hipo-
que entiende lo que se dice. Russell sustentaba su tesis, sobre téticamente. Tampoco se puede permitir y a la vez prohibir
todo, en análisis perspicaces sobre algunas funciones de los que esa persona declare en un juzgado, ni menospreciar una
artículos definidos e indefinidos, de ciertas conjunciones y de fotografía testimonial en el momento en que se le confiere
algunos cuantificadores, con lo cual impulsó investigaciones importancia. Sin embargo, sí se puede valorar la fotografía,
en los terrenos de intersección de la filosofía del lenguaje y autorizar la declaración y plantear la hipótesis.
de las filosofías de la lógica y las matemáticas, cuyo precursor Desde otro ángulo y en términos más generales, un enun-
había sido Gottlob Frege.6 De hecho, desde entonces hasta ciado puede emplearse para afirmar o negar un hecho con
hoy, los grandes filósofos interesados en alguno de estos tres diferentes grados de convicción y, al tiempo, calificarlo como
campos han hecho referencia a la tesis de Russell, implícita conveniente o inconveniente. Las cuatro combinaciones son
o explícitamente; unos para apoyarla o apoyarse en ella, otros posibles: afirmación y conveniencia, afirmación e inconve-
para refutarla o cuestionar su pertinencia. niencia, negación y conveniencia, negación e inconveniencia.
De las discusiones sobre la relación entre el significado Las dimensiones del conocimiento, o epistémica, y de la
y la verdad han surgido numerosas aportaciones a la com- calificación, o valorativa, son independientes entre sí. Lo
prensión del discurso. Las principales que aquí se señalarán es también de ambas la dimensión del precepto, la norma-
son dos precisiones sobre los temas de los que habla Russel tiva o deóntica. Se puede hacer patente que una acción está
y sobre su manera de formular los problemas. prohibida y afirmar que ocurre, o tratar una conducta como
En primer lugar, las oraciones no son ni verdaderas ni indeseable y suscribir que es obligada. Si partimos de aquí, de
falsas, lo que planteara con agudeza Peter Strawson (1950); que hay tres grandes clases de actos de habla, los epistémicos,
lo verdadero o falso es aquello que se dice con las oraciones, los deónticos y los valorativos, los problemas de clasificación
puesto que con una misma oración pueden decirse diferentes de Austin y Searle se resuelven.
cosas. Por ejemplo, con la oración “el señor es sabio” puedo La independencia lógica y la posible combinación de actos
decir que Juan es sabio y que Pedro es sabio, y no tienen que que pertenecen a distintas dimensiones refuerzan un punto que
ser ciertas las dos cosas (ni tampoco falsas). tiene la mayor importancia y que muchas veces se olvida: no
En segundo lugar, si juzgamos algo como verdadero o hay una manera única, predeterminada, en que un discurso se
falso, es porque se trata de una afirmación; pero con las ora- relacione con sus entornos y sus ópticas. Desde que se empe-
ciones no sólo se hacen afirmaciones, lo que mostrara con zó a reconocer lo que hoy se conceptualiza como discurso y a
lucidez John Austin (1962), sino que se realizan muchísimos advertir qué hay que tomar en cuenta para analizarlo, se vio
otros tipos de actos (como preguntar, invitar, protestar, bauti- que la manera en que se acopla una cadena de palabras con la
zar, ordenar, adular, proponer, advertir o prometer), a los que situación en que se produce es parte de su interpretación y,
este autor denominó “actos de habla”. Entonces, la verdad muchas veces, tiene consecuencias para su cabal comprensión.
sólo podría dar cuenta de una parte del potencial general de En la antropología, tempranamente, Bronislaw Malinowsky
significado de una oración, no de todo el significado poten- (1923) y, posteriormente, Dell Hymes (1962), encontraron
cial de ella, ni del significado específico que adquiere en un que si una idea se puede expresar de dos formas es porque
momento de uso. cada forma, además de expresarla, indica una relación dife-
El propio Austin y, más tarde, John Searle (1976), discípu- rente; en un caso pudiera ser la que tienen el hablante y el
lo suyo y de Strawson, intentaron desarrollar una taxonomía oyente, en el otro la del hablante y aquello de lo que habla o
rigurosa de los actos de habla. Decía Searle que ése era el la que guarda con su comunidad o, inclusive, con su divini-
problema más importante para quien buscaba comprender dad. En la escuela de pensamiento gramatical denominada
cómo funciona el lenguaje y quizá tenía razón, en cierto “sistémica funcional” —inicialmente motivada por trabajos
modo: para hacer, desde la teoría, afirmaciones que sean de Malinowsky y de su discípulo John Firth—,7 se han de-
contrastables con nuestras observaciones, necesitamos iden- sarrollado tales ideas de manera muy fina, sobre todo por
tificar los actos que se realizan en cualquier momento. Los Roman Jakobson (1960) y Michael Halliday (1970). Ellos
intentos de ambos fueron infructuosos, como lo lamenta han mostrado, por ejemplo, que con una variación mínima
el propio Searle, aunque de ellos se derivaron aportaciones en la selección o el orden de las palabras no sólo se desta-
muy valiosas, cuya relación queda fuera del alcance de este ca o minimiza una de las relaciones, sino que alguno de los
artículo. Considero que la causa principal de la frustración elementos de la relación se subraya o se deja fuera. En ello
residen las diferencias entre (3), (4) y (5):
6 Ver, por ejemplo, Frege, 1962: una compilación breve que pre-
senta varias de sus ideas principales. 7 Ver Firth y Palmer, 1968.
d 222 Discurso
regalos entenderá como una muestra especial de afecto que
(3) Quiero invitarla a una reunión en mi casa. alguien le dé un obsequio debido, precisamente, a que no la
(4) La invito a una reunión en mi casa. esperaba. Por otro lado, alguien cuyo entorno tiene como una
(5) Se extiende a usted una invitación a una reunión práctica común el dar regalos podría interpretar uno como
en mi casa. un mero gesto de cortesía porque anticipaba el obsequio.
Los esquemas del segundo tipo generalizan y anticipan las
Con (3) se enfatiza al emisor; con (4), al destinatario; con estructuras y las secuencias que usamos para referir, relatar y
(5), la relación entre ellos queda en un segundo plano, y lo modelar los hechos. Hay modos usuales y excepcionales de
que más importa entonces es el acto de invitación. hablar acerca de los regalos.
Desde otra perspectiva, también antropológica, Gregory Por todo lo anterior, existen correlaciones, entre los en-
Bateson (1972) observó que toda unidad de comunicación tornos y las formas de los discursos, y a veces son muy altas.
conlleva un mensaje acerca de sí misma (una especie de me- Resumir los intentos por explicarlas requeriría un texto
ta-comunicación que trata sobre su propio carácter), y que, medianamente extenso y, por lo tanto, queda fuera de los ho-
por lo tanto, comprender una comunicación implica en- rizontes de este artículo. Cabe advertir, al menos, que una de
marcarla apropiadamente. Por ejemplo, quien entiende una las ideas más difundidas al respecto es que el entorno deter-
amenaza debe determinar si es real o es parte de un juego. Si mina el discurso, pero plantear esto es contradecir el espíritu
se equivoca, su respuesta será inapropiada (y tal vez riesgosa). de las observaciones y las reflexiones que originalmente con-
En la sociología, Erving Goffman desarrolló y combinó ideas dujeron a notar las correlaciones. Un discurso es emplazado
afines a las de Bateson y Hymes, quien probablemente fue en relación con sus entornos por el autor o la autora, quien
influenciado, en parte directa y en parte indirectamente por tiene la opción de hacerlo de diversas maneras, algunas de
ellos, y quien seguramente los influyó a ambos. Lo mismo las cuales ratificarían nuestros supuestos acerca de los entor-
ocurrió con John Gumperz, quien fue coautor con Hymes nos y otros las cuestionarían. De manera más elaborada, los
de algunos trabajos importantes. constituyentes de un discurso prototípico se configuran en
Goffman explicó la comunicación con base en una me- un orden doble:10 por una parte, se articulan entre sí; por otra,
táfora teatral (1974; 1959): cuando hablamos, creamos se relacionan con sus entornos, de manera que quien produce
escenarios, nos ubicamos en ellos y representamos papeles; una unidad de discurso ha de tomar en cuenta tanto normas
también nos ponemos vestuarios y asumimos expresiones de articulación como normas de relación.
faciales que correspondan con la representación, para hacerla
más creíble. Para comprender lo que se dice, hay que verlo Líneas de investigación y debate
como la adaptación de un libreto. contemporáneo
Gumperz propuso que la interacción comunicativa de-
pende de inferencias que hacen los participantes con base en En las últimas cuatro décadas, se han analizado los discur-
supuestos que dependen de su cultura y del orden en que se sos propios de diversos ámbitos, como la ciencia, la política,
encuentran y que, por lo tanto, la unidad de investigación no la literatura, los medios de comunicación y el aula de clases.
es el individuo, sino la comunidad de hablantes.8 Asimismo, Especial atención ha recibido el empleo de recursos discur-
estableció que, para realizar esas inferencias, se requieren sivos de formas que entrañan la promoción o la aceptación
claves de contextualización, las cuales pueden ser explotadas de condiciones de desigualdad, sobre todo en materia de
conscientemente por los usuarios. Entre ellas se encuentran género, raza y clase social, principalmente de investigadores
las diferencias dialectales y sociolectales, que comunican in- que suscriben el denominado “análisis crítico del discurso”,11
formación muy difícil de expresar de otra manera. como, por ejemplo, Teun van Dijk (1993).
A partir de las investigaciones de Bateson, Hymes, Es de esperarse que en los próximos años se procure reu-
Gumperz y Goffman, se han constituido áreas de estudio es- nir los resultados de dichos análisis y las aportaciones de las
pecializadas en la conversación y en la interacción.9 Sobre las investigaciones lingüísticas, filosóficas, antropológicas y so-
mismas bases, académicos de disciplinas como la psicología, la ciológicas, a las que se ha aludido en la sección anterior, en un
neurología y la inteligencia artificial, junto con estudiosos de- cuerpo coherente de conocimientos, es decir, en una ciencia
dicados específicamente a la investigación en torno al discurso, propiamente. Tal esfuerzo debería estar acompañado de una
han establecido que toda producción y toda comprensión de revisión de los fundamentos del campo, empezando por los
algún enunciado invocan conocimientos esquemáticos propios conceptos definitorios del término discurso mencionados en
de la comunidad del hablante. Estos conocimientos se clasi- la primera sección (unidad lingüística, interacción circunstan-
fican en dos tipos. Los primeros resumen acontecimientos,
generan expectativas y encuadran percepciones. Por ejem-
plo, una persona en cuyo entorno cercano no se suelen dar
10 Ver Foucault, 1970.
11 El iniciador de esta importante corriente fue Norman Fair-
8 Ver, por ejemplo, Gumperz, 1982. clough (1989) y, como ya se indicó en la nota 5, los principales
9 Ver, por ejemplo, Saks, 1995 o Garfinkel, 1967. precursores de ella fueron Kress y Hodge (1979).
Discurso 223 d
cialmente determinada, construcción ideológica, etcétera), para La escuela de la teoría de la recepción, cuyos principales
buscar un consenso similar al que ya tiene su denotación.12 proponentes han sido Hans Robert Jauss, Wolfgang Iser y
Aunque los esfuerzos por articular diversas corrientes de Harald Heinrich,14 trata las relaciones entre el texto, el lector
pensamiento han sido menores de lo que sería conveniente y la interpretación. Plantea que esta última depende de un
para el campo en su conjunto, es poco probable que la si- horizonte de expectativas que se encuentra en el texto como
tuación se sostenga, porque ya se han iniciado debates que tal, y un horizonte de experiencias que está en el lector. A
ponen en evidencia tanto las carencias, como las posibilidades partir de ahí, por medio de juegos de palabras propios de
de superarlas. Por ejemplo, hay autores que suscribirían los escritores de mente analítica, con la palabra alemana Spiel y
objetivos del citado análisis crítico, pero no concuerdan con la palabra inglesa play, proponen que la lectura es como la
muchas de sus concepciones, porque han mostrado que aquél escenificación de un libreto. Aquí, el lector es, a la vez, es-
frecuentemente tiene poco rigor;13 por ejemplo, señalan que pectador y actor; pero también personaje que va sufriendo
en ocasiones los practicantes de esta corriente atribuyen al los cambios de la historia y, más aún, es la materia en la que
léxico propiedades que son de la sintaxis, y viceversa; asimis- la obra va adquiriendo su textura. El lector ejecuta la trama
mo, asumen como generales interpretaciones que la mayoría como si ésta fuera una partitura; tiene un papel activo en el
de los usuarios no necesariamente haría. Tales críticas servi- proceso. Al mismo tiempo, es el instrumento y la materia
rán para elevar las exigencias metodológicas y propiciar que sonora en los que la trama está ejecutada; entonces el texto
los partidarios del análisis crítico del discurso adopten los no deja de ser un agente. Así, como si ensayara, quien lee se
criterios técnicos que hayan probado quienes tienen reparos pone a prueba en papeles que sería muy riesgoso asumir en
respecto de su enfoque. la vida real; pero también, en ocasiones, tiene experiencias
Cabe pensar que, en la integración que resulte de la tanto o más intensas que las de la vida. Por eso la literatura
confrontación y la cooperación que hemos reseñado, pro- nos cambia, nos forma.
bablemente tendrán especial relevancia los planteamientos La teoría de la argumentación surge como un diálogo
que se han hecho en cuatro escuelas que han buscado no sólo contemporáneo entre las disciplinas que integraban el trivium
analizar el uso o el abuso de los recursos discursivos, sino medieval. Esta escuela es, quizá, la más heterogénea de las
también explicar los fenómenos discursivos. La vocación de cuatro, pero todos sus integrantes se preguntan por qué los
estas escuelas se refleja en que, para designarlas, se utilizan usuarios del discurso se apegan o se apartan de los precep-
frases que contienen el sustantivo teoría, la preposición de, el tos de la lógica y buscan explicarlo con base en derivaciones
artículo la y alguna otra palabra que especifica: enunciación, de la gramática y de la retórica. Los principales son Stephen
recepción, argumentación, pertinencia. Toulmin (1958), Chaïm Perelman y Lucie Olbrechts-Tyte-
La primera de esas escuelas, la de la teoría de la enun- ca (1958), Jean-Blaise Grize (1990), Osvald Ducrot (1980)
ciación, cuyo primer y más lúcido exponente ha sido Emile y Frans H. van Eemerem y Rob Grootendorst (2004). En
Benveniste (1966), se ha concentrado en la ubicación, en el algunas ocasiones, ellos o sus seguidores promueven formas
tiempo y el espacio, de aquello de lo que trata el discurso. Él de disputa argumentativa regidas por una ética de responsa-
y sus seguidores plantean que es posible referirse a hechos bilidades y en otras ven el problema en términos puramente
presentes, pasados o futuros, e indicar que ocurren cerca o estratégicos, pero siempre consideran que el polemista exi-
lejos de los usuarios, porque el propio discurso los relacio- toso es quien consigue que otros hagan suyas las ideas que
na con el momento y el lugar de su enunciación, ya que el defiende. Entonces, una buena estrategia en la argumentación
enunciador apunta hacia ellos mediante marcas discursivas. es la que tiene por objetivo que los destinatarios acompañen
En consecuencia, diríamos que elaborar o subvertir estas he- al autor en la derivación de conclusiones, y una mejor aún,
rramientas con las cuales hacemos referencia a los objetos de la que, sin haberlas enunciado explícitamente, deja que ellos
los que hablamos es apuntalar o socavar la situación de habla las obtengan. Pueden adoptarse tales estrategias porque las
y de nosotros como hablantes. Referir implica reconocer o estructuras del discurso son claves de lectura y porque en cada
cuestionar la ubicación de quien refiere y, por extensión, tanto palabra hay, de entrada, orientaciones valorativas. Cuando
su papel como sus relaciones con los otros, lo que, a su vez, encontramos la conjunción porque, sabemos que sigue una
entraña aceptar o redefinir los papeles y las relaciones de los causa o una razón; cuando vemos el adverbio tan, buscamos
demás. En otras palabras, un discurso actúa no sólo sobre su un punto de comparación y, si no está en la página, lo pro-
objeto, sino también sobre su propio emplazamiento. Es esto porcionamos; cuando aparece el adjetivo negro, sabemos que
lo que hace la literatura cuando crea realidades virtuales y la se habla de algo incierto y peligroso o de algo elegante y co-
conversación cotidiana cuando recrea sus entornos. diciado, y escogemos una de las dos calificaciones según el
contexto. Por la manera en que se combinan las conjunciones,
los adverbios, los adjetivos y las demás palabras, todo enuncia-
12 Entre otros que también han señalado lo valioso que sería
contar con ese consenso, destacaría a Widdowson (2004) y a 14 Una selección atinada de textos de estos y otros autores que se
Charaudeau y Maingenau (2002). reconocen en la misma teoría se encuentra en Rall, 1987. Ade-
13 Ver, por ejemplo, Widdowson, 2004. más de esta antología, recomendaríamos también Iser, 1989.
d 224 Discurso
do apunta hacia una conclusión, o sea, tiene una orientación, nes heterogéneas sobre los efectos mutuos entre el discurso
como dirían quienes se adscriben a la escuela. Además, quien y sus marcos de referencia y entre el discurso y sus entornos;
argumenta se imagina los posibles contraargumentos y trata por último, proponer principios generales que den cuenta de
de rebatirlos.15 El lector o el auditor reconocen este diálogo cuándo y cómo divergen los significados discursivos de los
anticipado y lo recrean. Pero, al tomar partido, juzgan tam- textuales en función de tales efectos.
bién si el emisor es o no válido y, aún, si es apropiado o no
que haya una argumentación. En coincidencia parcial con Bibliografía
algunas de las ideas de las otras escuelas y con algunos de los
planteamientos básicos tratados en las secciones anteriores, el Austin, John L. (1962), How To Do Things with Words, Oxford:
estudio empírico de la refutación y la contrarrefutación nos Oxford University Press. [Traducción al español: (1991),
enseña que presentar un argumento, además de acercarnos o Cómo hacer cosas con palabras, Genaro R. Carrió y Eduardo
alejarnos de su contenido, nos convence de aceptar o rechazar A. Rabossi (trads.), Barcelona: Paidós].
Barthes, Roland (1957), Mythologies, Paris: Éditions du Seuil. [Tra-
las condiciones en que se produce la argumentación. ducción al español: (1980), Mitologías, Héctor Schmucler
La teoría de la pertinencia, o relevancia, surge de una (trad.), México: Siglo xxi].
actitud de reconocimiento a la visión de Grice y tiene el Bateson, Gregory (1972), Steps to an Ecology of Mind, San Fran-
propósito de superar su principio de cooperación, aunque al- cisco: Chandler.
gunos de sus críticos dirían que es contraria al espíritu de las Benveniste, Émile (1966), Problemes de linguistique gènèrale, Paris:
ideas de ese filósofo. Sus proponentes iniciales, Dan Sperber Gallimard. [Traducción al español: (1982), Problemas de lin-
y Deidre Wilson (1995 [1986]), buscan una explicación de güística general, 10a. ed., México: Siglo xxi].
los implícitos más austera, más precisa y más exhaustiva que Castaños, Fernando (2011), “Repensar los fundamentos”, confe-
la de Grice. Ellos plantean que, estrictamente, sólo se requie- rencia plenaria en el IX Congreso Latinoamericano de Estudios
del Discurso, Asociación Latinoamericana de Estudios del
re uno de los criterios que él planteara, el de la pertinencia, Discurso y Universidad Federal de Minas Gerais, Belo Ho-
porque la satisfacción de los otros es derivable del cumpli- rionte, Brasil, 1 a 4 de noviembre de 2011.
miento de éste. Definen la pertinencia como una relación Castaños, Fernando, María Eugenia Gómez y Lourdes Berrue-
óptima entre consecuencias lógicas y esfuerzo cognoscitivo: cos (2000), “Batallas de identidades: la lógica discursiva de
cuantas más consecuencias tenga una interpretación y menos la guerra zapatista en Chiapas, México”, en Lengua, discur-
esfuerzo requiera producirla, más pertinente será. Sperber, so, texto [I Simposio Internacional de Análisis del Discurso,
Wilson y sus seguidores han estudiado los significados de coordinado por José de Jesús Bustos Tovar, Patrick Charau-
distintas figuras retóricas, como la metáfora y la ironía, y deau, José Luis Girón Alconchel, Silvia Iglesia Recuero y
las ideas comunicadas sin ser dichas en diversos tipos de Covadonga López Alonso], Madrid: Universidad Complu-
tense de Madrid, Visor Libros.
discursos, como el humorístico y el publicitario. Ellos han Charaudeau, Patrick y Dominique Maingenau (2002), Dic-
ofrecido elucidaciones que se basan, todas, en la aplicación tionnaire d’analyse du discours, Paris: Seuil. [Traducción al
de la máxima de relevancia o pertinencia. De acuerdo con español: (2005), Diccionario de análisis del discurso, Buenos
éstas, tanto los significados figurativos como las ideas no di- Aires: Amorrortu].
chas son derivados y seleccionados por los destinatarios. De dem: Diccionario del Español de México (2010), “Mesa”, México: El
entre dos interpretaciones posibles, siempre escogeremos la Colegio de México. Disponible en: <http://dem.colmex.mx>.
más pertinente para un contexto dado, ya sea la que tenga Derrida, Jacques (1967), De la grammatologie, Paris: Les Éditions
mayores consecuencias, si se necesita el mismo esfuerzo para de Minuit. [Traducción al español: (1998), De la gramatolo-
producirlas, o la de más fácil acceso, si tienen las mismas gía, O. Del Barco y C. Ceretti (trads.), México: Siglo xxi].
Ducrot, Oswald (1980), Les echelles argumentatives, Paris: Les Édi-
consecuencias. Por ejemplo, se entenderá “es un niño” como tions de Minuit.
‘es irresponsable’, y no como ‘es espontáneo’, cuando se ha- Fairclough, Norman (1989), Language and Power, London: Long-
bla de confiarle una tarea a cierto adulto, porque ello tiene man.
consecuencias en su contexto, mientras que la otra lectura es Firth, J. R. y F. R. Palmer, eds. (1968), Selected Papers of J.R. Firth,
intrascendente; se entenderá como ‘es espontáneo’ cuando se Bloomington: Indiana University Press.
pregunta por la sinceridad de la persona, y no como ‘es in- Foucault, Michel (1970), L’ordre du discours, Paris: College de
constante’, porque lo primero se obtiene más directamente France. [Traducción al español: (1982), El orden del discurso.
y lo segundo resulta rebuscado. Lección inaugural, México: Ediciones populares].
Con base en lo expuesto en la secciones anteriores y en Frege, Gottlob (1962), Funktion, Begriff, Bedeutung, Göttingen:
Vandenhoeck y Ruprecht. [Traducción al español: (1971),
ésta, puede decirse que una agenda probable de investigación Estudios sobre semántica, Ulises Moulines (trad.), Barcelo-
del campo de los estudios del discurso incluiría las siguien- na: Ariel].
tes tareas: elaborar la definición de un discurso como un Garfinkel, Harold (1967), Studies in Ethnomethodology, Englewood
signo; revisar las formas de explicación de los fenómenos Cliffs, New Jersey: Prentice-Hall.
discursivos; articular en un cuerpo coherente las aportacio- Goffman, Erving (1959), The Presentation of Self in Everyday Life,
Edinburgh: University of Edinburgh Social Sciences Re-
Discurso 225 d
search Centre. [Traducción al español: (1993), La presentación Sacks, Harvey, Emanuel A. Schegloff y Gail Jefferson (1974),
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núm. 56, pp. 479-493. nera indistinta, sobre todo los dos últimos, no significan lo
Sacks, Harvey (1995), Lectures on Conversation, Oxford: Blackwell. mismo. Al respecto, el conservacionismo o proteccionismo es el
Sacks, Harvey y Harold Garfinkel (1970), “On Formal Structu- movimiento de protección de la naturaleza, los paisajes y las
res of Practical Action”, en J.C. McKinney y E.A. Tiryakian especies vivas. No necesariamente se concibe como un movi-
(eds.), Theoretical Sociology, New York: Appleton-Cen- miento político y corre el riesgo de centrarse en los efectos y
tury-Crofts, pp. 338-366. en lo puntual del lugar, sin criticar las causas y los contextos
globales. Por otro lado, el ambientalismo se relaciona con la lu-
Educación 231 e
Pero, si la educación se desvincula totalmente de los sistemas, la creación de nuevas obras, con lo cual no se busca anular
teorizaciones y esquemas mentales que interpretan, valoran ni la vigencia del producto ni la permanencia del grupo, ya
y le dan sentido a la práctica educativa, entonces esta última que la vigencia de aquél y la permanencia de éste se dan en
será ejecución inconsciente e irreflexiva. Por el contrario, si su adecuación a las exigencias de la propia dinámica social.
el conocimiento que ofrece la pedagogía no se concretiza en Aquí la educación se define desde el punto de vista del indi-
proyectos ejecutables, sólo habrá conciencia de nuestras nece- viduo y consiste en formar su capacidad no sólo para corregir
sidades y limitaciones, pero no su satisfacción ni superación. o perfeccionar lo que encuentra ante sí, sino para crear o
No obstante, con esta dicotomía se intenta establecer producir nuevos resultados. En este sentido, la educación es
la diferencia entre educación y pedagogía en razón de la el proceso que transforma en acto lo que estaba en potencia
distinción proceso/producto, aun cuando la dinámica del (hilemorfismo aristotélico).
proceso deje rezagado al producto (modelos pedagógicos), En cambio, la educación como transmisión alude a un
empero este último se convierte en marco referencial de lo proceso de tránsito, que tiene como fin la reproducción de
que se constituye como materia educativa, como medios tec- los artefactos (herramientas), de los sociofactos (modos y
nológicos y como objetivos próximos y remotos. En cuanto organización de vida) y los mentifactos (formas de ver el
a la concepción de educación como necesidad cultural, en mundo), que ya están en posesión de un grupo social y que,
las teorías evolucionistas y culturalistas de la educación, el al transmitirlos a las nuevas generaciones, aseguran tanto
término necesidad se contempla en relación con el modo de la existencia de esos productos como la permanencia del
ser característico del hombre. De acuerdo con esa postura, lo grupo. Aquí la educación se define desde el punto de vista
que es propio del hombre —aquello que lo especifica como de la sociedad, y consiste en el encuentro de algo ya hecho
tal— es su espiritualidad, que contrasta con la materialidad (idealismo platónico), en que la “formación” del individuo se
o corporeidad que, siendo también del hombre, son genéri- reduce, en palabras de Hegel (Fullat, 1983), a la conquista de
cas de los demás seres vivientes. En este sentido, se distingue lo que encuentra ante sí.
entre necesidades materiales (biológicas, corpóreas: sensa- La teleología educativa en la historia de la educación se
ción, crecimiento, automoción, reproducción) y necesidades ha movido alrededor de esos dos ejes: en el de la transfor-
espirituales (apertura, autoconciencia, autorrealización, au- mación se busca la liberación y en el de la transmisión, la
todecisión, comunicación). La necesidad espiritual resulta de socialización. Con la liberación se hace referencia tanto a
la capacidad que el hombre tiene de crear cultura y —con- la trascendencia espiritual como al libramiento del cons-
comitante a esa capacidad— de su posibilidad para recibirla. treñimiento social. En contraste, la socialización implica el
La satisfacción de esa necesidad revierte en la operatividad sometimiento a la experiencia.
de la capacidad espiritual del hombre y promueve su proce- La concepción de la educación como proceso humano
so de personalización ( Jung, en Fullat, 1983; Jaspers, 1950; comienza a configurarse en la reflexión filosófica griega. En
Zavalloni, 1958; Allport, 1970; Rogers, 1972). efecto, desde su perspectiva, Aristóteles, como menciona
Si bien la idea de educación como función social se gesta Fermoso (1982), estableció una tríada de conceptos sobre los
desde los filósofos griegos (Sócrates, Platón, Aristóteles), es cuales se han sustentado diversas proposiciones educativas,
en el marco de las teorías funcionalistas de la comunicación y que permiten la distinción entre educabilidad o el poder ser
de la axiología educativa donde se hace relevante este atributo de la educación (“la capacidad en potencia”), educación o el
funcional, al concebirla como una institución cuya actividad ser de la educación (“la perfección conseguida”), y el ideal
contribuye al mantenimiento del organismo social pues, de la educación o su debe ser (“el modelo de perfección”).
mediante ese proceso, se perpetúa la cultura (tecnológica, La educabilidad concebida como facultad de “poder ser
teórica y simbólica) a través de las generaciones y los siglos. educado” se ha constituido en basamento del principio de
Por consiguiente, la operatividad de esa función promueve en igualdad de oportunidades en materia educativa, y por su
las personas los procesos de socialización (Durkheim, 1927; parte, la educación, en un derecho humano. La educabilidad
Dewey, 1926; García, 1963) y de moralización (Herbart, concebida como un “poder realizarse” atañe a la responsabi-
1806; Revers y Fankl, en Fullat, 1983). lidad personal de un proyecto vital propio, que se dinamiza
En el sustrato de estas dos últimas concepciones (“la en la educación y se intencionaliza cuando se proyecta en
educación como necesidad cultural” y “la educación como términos del “deber ser”. Por eso, para Fermoso, como para
función social”) subyacen dos términos: el de transformación otros autores modernos y contemporáneos, la educación es
y el de transmisión, que se han constituido en ejes centrales un proceso típicamente humano, porque presupone capaci-
de las vertientes fundamentales del pensamiento en torno al dades propias del hombre, como la inteligencia, por medio
concepto educación y sus fines (la socialización y la liberación). de la cual aprende y planea su perfeccionamiento, así como la
La educación como transformación refiere un proceso de libertad para autorrealizarse, poder relacionarse, comunicarse,
cambio tanto de los sujetos como de los productos transmi- y la posibilidad de socializarse (1982: 139).
tidos de generación en generación, pero a instancias de los La presuposición de capacidades típicamente humanas
sujetos mismos. Al respecto, la educación tiene como meta el conlleva la noción de educabilidad. Este concepto determina
perfeccionamiento del individuo y de los productos, así como que la condición primordial del proceso educativo es tanto
e 232 Educación
una posibilidad como una categoría humana: por la primera, debe y puede ser completado, de ahí el uso común del vo-
el proceso educativo se torna viable; por la segunda, se alude cablo “formación” como significado o sentido de educación.
a una de las cualidades del hombre, al lado de la sociabili- Desde su enfoque hylemorfista, Aristóteles manejó tres
dad, la historicidad y la perfectibilidad. En este sentido, la voces griegas que explican el paralelismo entre educación y
educabilidad se define como posibilidad y categoría humana formación, y la disyunción de los fines educativos propues-
por ser el conjunto de disposiciones y capacidades —plásti- tos entre finalistas y antifinalistas. Los vocablos a los que se
cas y dúctiles— que permite al hombre recibir influencias y aluden son artuein, poíesis y physis. De manera más amplia,
asimilar todo lo que le estimula, y con ello elaborar nuevas artuein es una práctica que le da forma al hombre; poíesis es
“estructuras espirituales”. producción o fabricación de los educandos, y physis o produc-
En las afirmaciones anteriores, importa detenernos en ción natural o de la naturaleza, que en sí misma lleva aquello
las nociones de ductibilidad, plasticidad y estructura espiritual. que hay que hacer.
De acuerdo con Fermoso (1982: 39), uno de los autores que Para Aristóteles, educación es artuein, es dar forma a
utilizó los conceptos ductibilidad y plasticidad, fue Herbart lo que no está configurado, esto es, al espíritu, que por su
quien, aunque partió originalmente del sentido físico y bio- indeterminación está inconcluso y es perfectible (nunca es-
lógico de esos vocablos, estableció a partir de este sentido tará terminado). En este sentido, lo que el educador hace es
una analogía para hacerlos extensivos hacia lo humano. Si poíesis y no physis, ya que si bien el hombre posee estructura
bien estos conceptos (como capacidades que permiten reci- educanda (el qué educacional), lo que hay que producir no
bir influencias del exterior) son extensivos a los elementos se encuentra en el educando sino en la mente del educador
de la materia y a los animales, en el hombre están referidos (el para qué educacional).
no sólo a lo sensitivo de su animalidad, sino a la voluntad y Esta tesis se entiende a la luz de la dicotomía materiali-
a la inteligencia. dad/inmaterialidad —o corporeidad/espiritualidad—, donde
Esta última distinción sirve para diferenciar las propues- lo material y propiamente natural está ya determinado; lue-
tas de “desarrollo espontáneo” (teorías naturalistas) frente a go, no puede formarse, sólo desarrollarse (crecer, aumentar
las de “autodirección del propio perfeccionamiento” (teorías cuantitativamente). Y lo inmaterial, lo espiritual, es la facultad
perennialistas). Las primeras contemplan el plano sensi- de convertir en acto las potencias mediante la formación: la
tivo animal del hombre como sujeto de desarrollo y cuya transformación de lo imperfecto en lo perfecto —de lo ani-
condición es la habituación (Rousseau, en Fermoso, 1982); mal en el hombre, en lo esencialmente humano del hombre.
las segundas advierten esta capacidad como genérica, pero Pero esta potencia no se agota en un solo acto, pues tiene
subrayan como específica la que atañe al plano espiritual del como característica la posibilidad de que ese mismo acto se
hombre (inteligencia y voluntad) y cuya condición es la edu- torne en potencia de otros actos, dado que no cabe la deter-
cabilidad (Aristóteles, Santo Tomás y Thorndike, en Fermoso, minación de lo que ontogénicamente es indeterminado; por
1982; Dewey, 1928). ello, es posible hablar de perfectibilidad y no de perfección,
De esta manera, lo que explica la educabilidad es la espiri- de ahí que Aristóteles marque la diferencia entre la produc-
tualidad (Scheler, 1935) del ser humano, ya que la condición ción no-natural y la natural.
necesaria para poder ser educado es la libertad, la indetermi- Lo no-natural se va construyendo según el proyecto
nación y la autodecisión (Zubiri, 1980), operaciones propias educativo que, temporal y espacialmente, propone el mismo
del espíritu. En todo caso, éstas contrastan con las respectivas hombre según los fines que intenta alcanzar; en cambio, en
operaciones del cuerpo (de lo biológico) cuya actividad se ca- lo natural el fin ya está dado en la misma naturaleza. Esta
racteriza por la determinación y programación (a priori) en diferencia marca la disyunción entre las teorías educativas
razón de leyes físicas, biológicas, fisiológicas, psicosomáticas. finalistas y las antifinalistas, pues, si bien ambas incorporan
En este sentido, en la actividad del hombre hay tanto res- la noción de perfeccionamiento (donde radica la referencia a
puestas y reacciones (conductismo) como proyectos o respuestas valores), en las finalistas el ideal de lo perfecto se ubica más
propositivas (Dewey, 1928) frente al mundo circundante. allá del proceso educativo, en tanto que en las antifinalistas
Lo anterior determina al ser humano como sujeto no sólo radica en el proceso mismo.
de habituación, adiestramiento y entrenamiento (por la vía Entre las operaciones del espíritu sujetas a la acción de
estímulo-respuesta), sino también como sujeto de educación la educabilidad, y con las que se fundamenta la tesis de que
(por la posibilidad de proponer). el hombre es educable, se listan las siguientes: apertura o
Así como la condición de la educación es la educabili- capacidad de libre elección, y la memoria existencial o ca-
dad, la de esta última es la espiritualidad, cuyas cualidades pacidad reflexiva ( Jaspers, 1940; Scheler, 1915). En ellas se
(la inmaterialidad y la indeterminación) hacen del hombre subordinan las capacidades de autorrealización, comunica-
un ser perfectible, en que surge el vínculo estrecho entre la ción y aprendizaje.
idea de educación y la noción de mejora. La inmaterialidad La apertura es la capacidad de realizaciones múltiples.
(Scheler, 1935) junto con la indeterminación (Santo Tomás, Dada la indeterminación del espíritu, el hombre está abierto
en Fermoso, 1982) hacen del hombre un ser inconcluso que a un abanico de amplias posibilidades y debe elegir entre la
diversidad de opciones que se le presentan. Esa operación se
Educación 233 e
alcanza por la inteligencia y la libertad, y es en la posibilidad libertad; en este sentido, promueve cuando crea motivaciones
de elegir libremente donde se contraría el determinismo del tanto internas (estableciendo “niveles de aspiración” que se
desarrollo espontáneo, que anula las opciones al determinar introyectan como ideales y se convierten en fines y mode-
los estímulos y las repuestas. los) como externas (incentivos, expresados en los premios y
La memoria existencial es la capacidad de reflexión tanto castigos). Aquí hay que señalar que la educación es conside-
en la mismidad (sobre sí mismo) y en la otredad (sobre lo rada como tal cuando presenta programas, modelos; cuando
otro), como en la temporalidad (retrospectiva, presenciativa en lugar de determinar condiciona la preferenciabilidad. En
y prospectivamente). En este sentido, Max Scheler distingue esta orientación no estandariza, sino que dirige y estimula la
entre memoria asociativa y memoria existencial; la primera, fuerza proyectiva y libre del ser humano (la diversidad). La
propia de los seres vivos, está condicionada por las asocia- educación no cosifica, pues fomenta la iniciativa.
ciones que se establecen a partir de experiencias similares Sin embargo, es precisamente en las proposiciones nega-
ya vividas; la segunda, propia del hombre, se explica por la tivas anteriores donde residen las argumentaciones a favor y
temporalidad humana que hace posible, en su proyección en contra de las teorías finalistas y antifinalistas de la educa-
hacia el porvenir de un deber ser, estar frente a las cosas, y ción tradicional y de la moderna. Para los finalistas —como
en su retrospección de lo que ya fue, reconocer los ensayos y Aristóteles, Santo Tomas, Dewey, Scheler, Jaspers, Herbart—
errores pretéritos, pero que en su presencialidad posibilitan debe haber una escala de fines y de valores exteriores al
al hombre autodescubrirse, autoencontrarse y autorrealizarse hombre, pero elaborados por él mismo; una escala, producto
por la reflexión objetivadora/subjetivadora. y productora de preferenciabilidades y referentes valorativos
Pareciera que la línea directriz de la postura de Scheler, y teleológicos, productos y productores de la acción propo-
Jaspers, Herbart y de los que apoyan la tesis de la capacidad de sitiva y proyectiva del hombre. De esta manera, la liberación
libre elección y de reflexión en el hombre es el pensamiento se alcanza en la autodeterminación y la autocreación de sus
aristotélico. En efecto, Aristóteles distingue entre educación propios ideales y proyectos de vida.
eleutérica y aístesica. La primera es condición del theorein o Para los antifinalistas —como Rousseau, Freud, Piaget—
inspección de la verdad (de lo que las cosas son). Es por la la educación teleológica programa al educando, al constreñirlo
visión inteligente por la que alcanza su autodisponibilidad a los fines y valores que se le imponen. De allí surge el
(ser para sí mismo y no en vista de otro). La educación aís- sometimiento a las directrices de la sociedad, que promueve
tesica es condición de la empeiría o experiencia sensible; es la su sumisión y anula su libertad. En cambio, para los finalistas
visión no inteligente (sometida) de la realidad. el fomento y la dirección del desarrollo natural posibilita
Ello será el sustento de distintas corrientes de pensamien- modificaciones “útiles” de la conducta para que el hombre
to en el transcurso de la historia de la educación: unas (las se “adapte” a la vida, pero ello no le asegura la posibilidad
seguidoras de la tradición clásica) han privilegiado el cultivo de existir, de trascender. La socialización se ha contemplado
de la teoría, el ejercicio intelectual teórico; otras (las corrien- bien como adaptación a las instituciones (en Durkheim,
tes reformadoras, cientificistas, psicologistas), el cultivo de la “sometimiento a las presiones sociales”; en los funcionalistas
empiría, el ejercicio intelectual práctico, la praxis. Asimismo, —Durkheim, Dewey, García Hoz, Malrieu— “adaptarse para
se explica la disyunción que en el tiempo se ha perfilado sobre asegurar al grupo”), o como apertura a los otros (es decir,
los contenidos valorativos de dos móviles de la educación: intercambio, en las teorías de la comunicación). No obstante,
la búsqueda de la verdad frente a la búsqueda de la utilidad. en ambas se ventila la noción de interacción entre la sociedad
Ahora bien, por su capacidad de apertura y de reflexión, el y el individuo. Mediante dicha interacción, el individuo
hombre puede autorrealizarse como persona y como miem- asimila y comparte pautas, normas y costumbres comunes
bro de una sociedad. La realización individual y la social se a los miembros de la sociedad, y aprende a conducirse, a
posibilitan mediante la personalización y la socialización, adaptarse y a abrirse a los demás.
procesos constitutivos del educativo. La personalización es La socialización como parte del proceso educativo, o la
la actualización de las potencialidades (espirituales); se va educación como proceso de socialización (Durkheim, 1927;
logrando en el grado en que el hombre va adquiriendo au- Dewey, 1928; García Hoz, 1963; Hilgard, 1966; Malrieu,
tonomía e independencia mental y moral; en la medida en 1975) es un aprendizaje referido a los demás, en donde lo que
que se individualiza y diferencia (se encuentra a sí mismo) y se promueve y dirige es el respeto, la tolerancia, la compren-
puede ir proyectando su propio autoperfeccionamiento so- sión y la ayuda en la posibilidad de relacionarse con el otro.
bre la base de sus elecciones, producto de su reflexión, que él Aunque esa posibilidad de relación muchas veces se alcanza
mismo realiza frente a las opciones de “perfeccionamiento” formalmente mediante protocolos de urbanidad, para con-
(lo que implica referencia a los valores vigentes o no) que le vivir (ser y estar en el otro, sin anularse ni anular al otro) es
ofrece la sociedad en la que se encuentra inmerso. necesario aprender a valorar la relación, al otro y a lo otro, y a
La personalización como constitutivo de la educación, o partir de ahí poder establecer límites de la conducta humana.
esta misma como proceso de personalización ( Jung, en Fullat, En pocas palabras, aprender a convivir de una manera respon-
1983; Jaspers, 1950; Zavalloni, 1958; Allport, 1970; Rogers, sable y comprometida. Este último es ya terreno de lo moral.
1972) promueve y dirige el ejercicio de la autonomía y de la
e 234 Educación
El proceso de personalización y el de socialización tie- Historia, teoría y crítica
nen en común la referencia a valores: el primero, en lo que
concierne a las opciones de “perfeccionamiento”, y el se- Entre las definiciones con que se ha tratado de esclarecer
gundo, en lo que atañe a la responsabilidad y compromiso el concepto educación, los términos transmisión y transfor-
del “con-vivir”, de ahí que la moralización se constituya en mación se han constituido en ejes centrales de las vertientes
proceso vinculador con los otros y medular de la educación fundamentales de pensamiento en torno a dicho concepto.
(para los seguidores de las teorías finalistas de la educación, Precisamente, en la vertiente transformadora se inscribe
y punto crítico para los antifinalistas). La moralización como la tradición pedagógica de Occidente (en cambio, en la de
constitutivo de la educación, o ésta como proceso de mora- transmisión, más bien, la moderna y contemporánea), pues en
lización (Herbart, 1806; Quiles, 1942; Millán, 1963; Peters, ella se establece una relación casi sinonímica entre educación
1969),3 es contribuir a que el hombre sea dueño de sí mismo y cultura. En efecto, entre los griegos, la cultura era paideia,
con responsabilidad plena de sus actos. En este sentido, la y entre los romanos humanitas, y ambos consideraban que la
elección y el compromiso son actividades propias de lo moral, educación del hombre, como ser racional y político, consistía
no sólo porque implican referencia a valores, sino también en la búsqueda y realización de lo que lo hace humano. Esta
responsabilidad de las preferencias. búsqueda y realización se daba mediante la filosofía y en la
Asimismo, el hombre es educable por su capacidad de vida comunitaria: mediante la filosofía, porque en ella se in-
comunicar (Gentile, 1926; Jaspers, 1940; Spranger, 1948),4 cluían, por un lado, la investigación sensible e inteligible, y
y esta capacidad le viene de su posibilidad de crear y recibir porque posibilitaba el conocimiento de sí, de su mundo y la
cultura. Al crear cultura, el hombre concretiza en sus pro- búsqueda de la verdad, y por otro, en la vida comunitaria, por-
ductos las abstracciones que le permiten universalizar sus que sólo en ésta es posible la comunicación y la interacción,
conocimientos. Esta universalización hace posible establecer pues en estos procesos se realiza la transmisión de valores y
códigos y referentes comunes por los que es viable transmitir, códigos simbólicos que permiten significar el conocimiento y
interpretar, entender y comprender los saberes que el maestro la experiencia, y darle sentido a la vida misma en comunidad.
emite y los que el educando recibe. Pero, para que la educa- En este periodo, la realización de la naturaleza humana
ción se convierta en comunicación debe haber donación y no se concibe como un dato empírico (comportamiento ob-
participación: el maestro debe estar dispuesto no sólo a mos- servable), sino como un ideal que se contrapone tanto a la
trar o enseñar lo que sabe, sino saber lo que está mostrando actividad infrahumana como a la suprahumana: la primera,
y enseñando, mientras que el alumno debe tener la disposi- circunscrita a las actividades utilitarias, al trabajo manual,
ción de participar en el proceso, aprendiendo lo que recibe. que el animal también realiza para satisfacer sus necesida-
Al respecto, Aristóteles (Fullat, 1983) sostiene que el des, y con ello se desdibuja la distinción entre uno y otro;
maestro es un técnico (de tékne: ‘saber hacer cosas’) que obra por su parte, la actividad suprahumana, en tanto dirigida a
con conocimiento de causa, por lo que su saber es universable un destino supraterreno, trasciende el ámbito de realización
y enseñable, y contrario a simplemente hacer cosas propias del hombre en este mundo. Sobre estas consideraciones, se
de la experiencia. Con esto se opone a los sofistas griegos, distinguieron dos posturas: la aristocrática, la cual valoraba
para quienes enseñar es un arte (como destreza) y consideran positivamente la actividad intelectual, y negativamente el
que todo puede ser enseñado al margen de lo verdadero y de trabajo o actividad manual, y la naturalista, que eliminaba
lo falso. Para Aristóteles, un educador que no se cuestiona la actividad religiosa y ponderaba aquéllas con las que el
sobre su acción desprecia a los alumnos y a la cultura. En hombre se relaciona con su mundo terreno. A pesar de esta
este sentido, un pedagogo no-educador, simple investigador distinción, ambas posturas privilegiaban la vida contempla-
o reflexionador, tiende a perder de vista la comunicabilidad tiva por encima de la práctica.
de la verdad. En la Edad Media se mantiene la tendencia aristocrática
En lo que concierne a las teorías educativas modernas y y contemplativa, que veía en la educación la realización de la
contemporáneas (finalistas y antifinalistas), no hay discrepan- sabiduría, así como la búsqueda de la verdad. Estas actividades
cia aparente en la concepción de la educación como proceso especificaban la naturaleza del hombre. Durante este periodo,
de comunicación, pero sí en lo que puede ser comunicable. las artes liberales son las consideradas dignas de los hombres li-
Para los finalistas, el objeto de la comunicación en la educa- bres, y la filosofía, como conocimiento indispensable —pero no
ción debe ser la verdad, las virtudes; para los antifinalistas, la en el sentido de los griegos, sino en la orientación cristiana para
realidad natural (contra lo cultural, lo artificial). preparar a los hombres en sus deberes religiosos—, se contem-
pla como un bien instrumental, mediante el cual se accede a las
verdades reveladas por la religión. Aquí, si bien se mantiene la
postura que entiende la educación como proceso de transfor-
mación, en tanto realización del hombre, se mezcla la postura
3 Véase también Sócrates, Platón, Kant, Revers, Frankl, en Fullat,
1983.
que concibe a la educación como un proceso de transmisión en
tanto búsqueda de verdades ya establecidas.
4 Véase Platón, San Agustín, Santo Tomás y Pascal, en Fermoso,
1982.
Educación 235 e
En cambio, en el Renacimiento se sigue la postura natura- ésta, desarrollar su capacidad de convivencia con los demás.
lista, que concibe a la educación como formación del hombre Asimismo, por intermedio de esa naturaleza y esa conviven-
en su mundo. Dentro de esta concepción, se destaca el carác- cia, puede alcanzar su trascendencia. Otra de sus aportaciones
ter activo de la sabiduría humana, esto es, la posibilidad que pedagógicas es la articulación de métodos que permitan el
el hombre tiene de cambiar las circunstancias modificables desarrollo del conocimiento sensible e intelectual, la inte-
del mundo que le rodea para vivir del mejor modo posible. gración de los saberes, la vinculación entre teoría y práctica;
Por ello, la actividad práctica (el trabajo) encuentra sitio en en suma, sintetiza en el concepto utilidad la ventaja material
esta postura. Se inicia un proceso que vincula la actividad y el bien moral, esto es, relaciona el bien hacer con el buen
intelectual (teoría) y la actividad que sale del hombre para obrar y, con ello, establece los cimientos para la concepción
manipular los objetos que encuentra ante sí (práctica). No moderna de la educación como formación.
obstante, aun cuando se mantiene el carácter aristocrático de Posteriormente, en la Ilustración, la corriente enciclopé-
la educación, la religión se contempla también como parte dica, cuyas características son la difusión de la cultura entre
de la cultura, que proporciona máximas morales para la con- todos los hombres (como democratización) y la universa-
vivencia en esta vida. lización de los saberes (como diversidad), aparecen como
Más tarde, el periodo de la Ilustración se caracteriza por disciplinas nuevas las matemáticas, la física, las ciencias na-
su tendencia racionalista y democratizante: en la primera, se turales, la historia, la filología. Durante este periodo, la meta
promueve la crítica racional a todos los objetos de investi- de la educación es la formación de una vida humana equili-
gación y, en razón de la segunda, la difusión de la cultura a brada; no obstante, se presenta ahora la separación entre las
todos (universalización de la educación). Con esto último, se disciplinas naturalistas (biología, física, por citar algunas) y
abona el terreno para la construcción del positivismo. las no naturalistas (filosofía, retórica, gramática, entre otras),
Entre el Renacimiento y la Ilustración, aparece uno de los lo que preludia el positivismo y que, además, aunado a la in-
grandes pedagogos que revolucionó la educación y la pedago- dustrialización inglesa, nutrirán las condiciones conceptuales
gía: Juan Amós Comenius (1986). Para este autor, la educación para promover la educación como un proceso que posibilita el
es la adquisición de conocimientos encadenados mediante la desarrollo de competencias específicas mediante aprendizajes
asociación, relación, correspondencias, analogías, diferencias, particulares. Así, la educación se convierte en instrumento
desemejanzas y argumentación de las cosas. no sólo de socialización, sino que se circunscribe al servicio
El fin de la educación, según Comenius (1986), es con- de las necesidades utilitaristas de un sistema consumista. En
vertir al hombre en ser razonable, ya que el razonamiento síntesis, ya no parte del potencial del individuo como tal, ni
posibilita la comprensión para: 1) servirse legítimamente en términos de su potencialidad social, sino que se restringe a
de las demás criaturas; 2) gobernarse a sí mismo, y 3) servir las necesidades de un sistema social en una época y momento
a sus semejantes. Por lo tanto, uso, gobierno y servicio son específicos para fines determinados espacial y temporalmente.
cualidades del hombre que se desarrollan mediante la ac- Entonces, cuando la educación se empieza a reducir al
tualización (realización) del razonamiento humano, en las modelo y a los métodos tecnológicos, la realización del po-
dimensiones de la erudición o conocimiento, de la virtud tencial humano y su búsqueda por la verdad se constriñen a
moral y de la religión o veneración. En estas últimas, se hacen la mecanización, automatización y eficacia (velocidad y fun-
operativas las facultades del intelecto y de la voluntad, pues cionalidad). Esta concepción educativa se propicia no sólo
mediante la primera facultad, se posibilita la observación y por las condiciones reales de existencia, dentro de contextos
la distinción de las cosas, y por la segunda, la elección entre económicos de sociedades donde ocurren los diversos estadios
lo útil y lo nocivo. Éstas, a su vez, se posibilitan mediante la de las revoluciones industriales y tecnológicas, sino además por
aprehensión (conocimiento sensorial), la nominación (abs- las corrientes teóricas que surgen y promueven estas nuevas
tracción de la imagen sensorial), la memoria (acumulación formas de concebir lo científico del conocimiento. En efecto,
para lo futuro de lo asimilado por el intelecto y la voluntad), el desarrollo de las corrientes neopositivistas y experimenta-
la relación (análisis), la crítica (el juicio y su aplicación), las listas dan lugar al surgimiento de las teorías neoconductistas,
cuales a su vez estimulan la facultad de la imaginación, que cognoscitivistas, de sistemas y modelos de comunicación y
es propiamente la facultad de la creatividad y originalidad. administración empresarial, que proporcionarán las categorías
La formación integral de estas facultades conduce al teóricas de la tecnología educativa moderna, y de la misma
hombre a su dicha y libertad, lo que significa, para Come- manera, establecerán los modelos técnicos de corte eficientista
nius (1986), la evolución armoniosa de sus cualidades (que y de supuesta neutralidad ideológica.
orientan hacia lo que es bueno, verdadero y útil), al gobier- Ahora bien, para que la educación cumpla su cometido,
no de sí mismo (que fortalece la voluntad), para no ceder ni tanto como transmisora de los modos de pensar, sentir y ac-
someterse a los deseos y sentimientos de otros. Desde esta tuar, de un grupo social a otro, cuanto como transformadora
perspectiva, Comenius puntualiza la concepción de la edu- del potencial individual en comportamientos racionales que
cación como transformación del individuo, pues indica que, permiten al individuo servirse legítimamente de los demás,
cuando el hombre desarrolla su potencial intelectual, tiene gobernarse a sí mismo y servir a sus semejantes, requiere la
la posibilidad de realizar su naturaleza humana y, mediante
e 236 Educación
articulación de dos términos que se implican en el proceso o bien tecnócratas. En realidad, de todos los ejemplos posi-
educativo: el de enseñanza y el de aprendizaje. bles, aquí se busca en todo caso evidenciar el vínculo que se
Entre los modos de impartir conocimiento, pueden establece entre valores, ideas sobre lo humano y fines educa-
distinguirse dos formas de relación entre la enseñanza y el tivos. Así pues, la idea de educación y la noción de mejora se
aprendizaje: la relación dependiente y la interdependiente. dan siempre unidas, pero la práctica de los medios aptos para
Con respecto a la primera, propia de las exposiciones ma- desarrollar las posibilidades humanas varía en cada época, y
gistrales tradicionales, las posiciones entre el maestro y el también los modelos de educación que se construyen para
alumno están delimitadas tajantemente (el maestro es el que esa práctica y esos fines.
enseña y los estudiantes son los que aprenden o reciben la Ahora bien, en relación con la idea de educación y la
información que el maestro expone); ésta es una relación en noción de mejora, resulta conveniente mostrar este plantea-
que los alumnos dependen de lo que piense y diga el maestro, miento a la luz de la caracterización de diferentes modelos
y en la que este último expone —de acuerdo con su capacidad pedagógicos con los que hoy se pretende resaltar este sentido
expositiva, con su competencia en la materia, con los requeri- del proceso educativo: el tradicionalista, el social, el transmi-
mientos de las circunstancias— la información que considera sionista, el romántico y la educación a distancia.
que deben recibir los educandos. Por ello, los alumnos son El tradicionalista plantea metas humanistas y religiosas;
totalmente pasivos en este proceso, y su aprendizaje se limita propone el desarrollo de las facultades y del carácter a través
a la retención de ciertos datos. de la disciplina; se sustenta en el conocimiento de los autores
En la relación interdependiente, se busca un cambio en clásicos; establece la relación autoritaria (el maestro arriba
las pautas de conducta de las personas sujetas al aprendizaje. del alumno), y la enseñanza es un proceso transmisionista,
Este cambio se produce en la medida en que se promueven memorista y repetitivo. Sin embargo hay que distinguir entre
o propician los procesos de interacción y comunicación se- el modelo cuyo sujeto de la educación o aquello en lo que
ñalados anteriormente. Estos procesos implican dos tipos de incide es la inteligencia y voluntad del ser “humano libre”,
relación: la del sujeto con el objeto y la del sujeto con el suje- para desarrollar hábitos operativos: directivos (inteligencia);
to. En la primera relación, se busca el vínculo entre el sujeto imperativos (voluntad libre); ejecutivos (motrices), y cualida-
cognoscente y el objeto que se intenta conocer; en cuanto des perfectivas (racionalidad, autodeterminación), con el fin
a la segunda, se articulan los sujetos que se han apropiado de alcanzar la perfección del hombre, y la propuesta que se
de un saber determinado, que al encararse permiten la con- centra en las facultades perceptivas y retentivas del “hombre
frontación de sus marcos de referencia, de sus experiencias, ignorante”, para estimular comportamientos de aprehensión,
sus ideas vitales, y con ello la ratificación de sus fundamen- memorización y transmisión de información y valores, y cuya
tos teóricos, de sus interpretaciones de la realidad y de sus finalidad es la mecanización del comportamiento, esto es,
pautas de conducta. hacer hombres autómatas.
En este último sentido, la educación transforma al in- El modelo social establece como metas el desarrollo pleno,
dividuo cuando el conocimiento se convierte en un saber individual y colectivo. Este desarrollo, progresivo y secuencial,
utilizado que le permite problematizar y buscar alternativas jalona el aprendizaje en las ciencias; se sustenta en el conoci-
de solución mediante la elaboración de hipótesis, la defini- miento científico-técnico, politécnico y polifacético; propone
ción de conceptos, el análisis de los elementos, la proposición una relación horizontal alumno-maestro y maestro-alumno,
de alternativas, la identificación de medios, la evaluación de y la enseñanza como proceso de confrontación y evaluación
resultados, entre otras posibilidades que pudiera ofrecer este grupal y social. De la misma manera, se destaca la impor-
proceso educativo. tancia del trabajo productivo y la conjunción de la teoría y
la praxis. En este modelo se inscriben propuestas educativas
Líneas de investigación y debate dirigidas al desarrollo de la razón práctica (reflexión, crítica,
contemporáneo conciencia) del hombre “no emancipado” (oprimido, incon-
cluso, inauténtico) para fomentar o propiciar la capacidad
En general, puede afirmarse que, en el transcurso del pen- de problematizar (investigación crítica y comprometida) y
samiento occidental, los ideales educativos han estado el conocimiento de sí mismos, y cuya finalidad es la recu-
condicionados por valores filosóficos, culturales, sociales, peración de la humanización (conducir al hombre hacia su
políticos, prácticos, individuales, utilitarios, etcétera, que se ser más (Freire, 1971), liberar al hombre de la opresión de
han convertido en fines educativos, y éstos a su vez se han los hegemones).
determinado por el ideal de hombre que se pretende formar. El modelo transmisionista establece como meta la in-
En efecto, cuando los valores se centran en el dinero, entonces geniería social y técnico-productiva, así como el relativismo
el sentido instrumental y final de la educación es la prepa- ético; propone como desarrollo la acumulación y asociación
ración de productores y economistas; en cambio, cuando se de aprendizajes; se sustenta en el conocimiento técnico in-
enfocan en la belleza, entonces se preparan estetas; cuando ductivo; establece la relación maestro-alumno a través de un
en las virtudes, se forman seres morales; si lo que se busca es intermediario (ejecutivo de la programación), y la enseñanza
el dominio de la naturaleza por la técnica, entonces técnicos, como proceso de evaluación formativa y sumativa, median-
Educación 237 e
te la fijación a través del refuerzo. En efecto, las propuestas Château, Jean, dir. (1980), Los grandes pedagogos, Ernestina de
educativas de este corte se centran en la capacidad productiva Champourcin (trad.), México: Fondo de Cultura Económica.
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des del alumno; plantea la relación del alumno arriba del na: Herder.
maestro, y este último tiene una función auxiliar, y la ense- Freire, Paulo (1971), Pedagogía del oprimido, Montevideo: Terra
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e 238 Educación
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ción, responde a una creación lúdica de las posibili-
dades o de la misma voluntad de poder, que puede
articularse mediante un ejercicio tan arbitrario y
azaroso como el de una obra de arte.
• El otro correlato del ejercicio del poder es la liber-
EJERCICIO DEL tad. Ambos son fenómenos constantes e inherentes
PODER
a la naturaleza humana. Se podría decir que si la
libertad se traduce en la capacidad de autodeter-
minación, consciente y responsable, el ejercicio del
Fernando Ayala Blanco poder es el que la condiciona en un doble senti-
do: como relación activa (cuanto más poder, más
capacidad de determinación y dominio sobre la
Definición otredad), y como relación pasiva (cuanto menos po-
der, menos capacidad de determinación y dominio
La palabra poder se relaciona con capacidad, fuerza, dominio, por sí mismo). No cabe duda de que el poder y la
jurisdicción; por lo tanto, desde su raíz etimológica, significa libertad son correlatos del actuar del hombre. Por
tener la capacidad o los recursos para lograr o conseguir al- consiguiente, el poder político se entiende como la
gún fin, de ahí que el ejercicio de éste se refiera a la práctica capacidad de ordenación de la vida ajena cuando se
o ejecución de las funciones propias del poder. desarrolla sobre una comunidad, es decir, como una
En toda relación social de dos o más individuos, en- relación social entre seres humanos.
contraremos siempre vínculos de mando y obediencia, de
dominación y sometimiento. Habrá personas que goberna- El problema del poder y de su ejercicio, o de cómo ac-
rán y otras que serán gobernadas; habrá soberanos y también tores y grupos consiguen la sumisión y dominio sobre otros
súbditos; se erigirá un Estado y se formará una ciudadanía. actores y grupos, ha sido uno de los temas esenciales en la
Cabe señalar que todo ser humano ha ejercido el poder o ciencia política, la sociología y las ciencias sociales en general.
padecido su ejercicio —en distintos niveles— por lo menos
alguna vez en la vida. Historia, teoría y crítica
De igual forma, debemos considerar la aceptación volun-
taria del poder y su racionalización mediante la norma y la En las formas de organización política primitivas, el poder
ley. Ciertamente, el Estado de derecho legitima su actuación, estuvo estrechamente vinculado con la magia y el mito. Lo
de tal suerte que el poder se formula como la capacidad que detentaban aquellas personas con determinados conocimien-
tiene el homo sapiens de condicionar la vida en su entorno tos sobre lo inexplicable, lo que los convertía en mediadores
social, de ordenarla y de disponer la conducta de las personas entre el mundo físico y el metafísico: mediaban con lo divino,
que integran una comunidad. con el cosmos, con las fuerzas ocultas de su entorno, brin-
En consecuencia, el ejercicio del poder se puede interpre- dando así seguridad y cohesión a la comunidad.
tar de distintas maneras: Gracias al poder del mito hemos creado una cosmovisión
simbólica del universo y de la vida. El mito ha sido una de
• Capacidad, fuerza, mando, actualización de las po- las más antiguas e insignes fuerzas de la civilización, pues a
tencias, o impulso de un querer que no teme que- través de él se relata una sucesión de imágenes y símbolos
rer. Si partimos de la ambigüedad de una instancia que le dan sentido a la vida de los hombres. Ciertamente,
trascendente que pretende emitir un juicio universal el mito posee la capacidad de narrar una historia de dife-
sobre lo bueno y lo malo, veremos que todas estas rentes maneras y de relacionarlas entre sí. La aproximación
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ESPACIO ACADÉMICO
En el espacio social existen, analíticamente, varios espacios,
lo cual confiere a la idea de espacio un sentido relativo, pero
también un sentido de concreción.
Humberto Muñoz García Lo social puede ser un espacio físico o localizarse en un
espacio físico. El espacio social es aquél donde se encuentran
posiciones en que se sitúan individuos, grupos o colectivos,
Definición un espacio en que hay desplazamientos entre las posiciones
y distancias o proximidades sociales mayores o menores. Se
La noción de espacio académico no está definida en la literatu- trata de un espacio donde quienes tienen posiciones seme-
ra sociológica sobre educación. Hay muchas aproximaciones.
Aquí, el propósito es construir una idea del término, otor-
garle un sentido de pertinencia, y también de pertenencia 1 La idea de la ruptura entre el tiempo y el espacio la recojo del
para que, a partir de dicho espacio, se identifique a quienes libro de Bauman, 2004.
vivimos, actuamos y pensamos dentro de él. El ejercicio tra- 2 Hay filósofos que negaron la existencia del vacío, como Des-
ta de contribuir, asimismo, a entender mejor nuestro trabajo, cartes y Spinoza, y otros que la han defendido, como Leibniz.
nuestras prácticas, y a los académicos en general. Igualmen- Además, se ha discutido los límites del espacio para distinguir
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Familia 269 f
Ya lo decía el etnólogo Lévi-Strauss, al analizar las es- década, varios terapeutas familiares se refieren a la “familia
tructuras elementales del parentesco: “si las culturas difieren Cuéntame” (tomando el nombre de la serie que se transmite
es porque, dentro de la regla, caben muchas variables” (2005: en Televisión Española desde 2001) para designar al padre, la
15). La forma de integrar una familia es un asunto cultural, madre y los hijos de una misma pareja, con quienes, por ejem-
varía con las épocas, y las normas pueden cambiar de una plo, también vive también la abuela. Junto a estos modelos de
sociedad a otra. El tránsito de una concepción de familia a familia han brotado muchos otros productos, principalmente,
otra es lento, lo va empujando la realidad, lo va modificando por el incremento de los divorcios y de las madres solteras
un entorno incontrovertible. que se erigen como jefas de familia. Surge también, en mu-
¿Cómo definir hoy a la familia de manera que no se vea chos países, la posibilidad de que los homosexuales adopten
excluida ninguna de sus formas existentes? ¿Qué es lo que niños legalmente, con lo que se presenta en el panorama un
no varía en una familia? ¿Cuál es su elemento constitutivo tipo de familia diferente ante la ley.
esencial? No es el parentesco consanguíneo, puesto que, en el La familia es un sistema diacrónico que se mueve en
caso de una pareja integrada por un hombre y una mujer que varios sentidos; a la par, sus miembros, al desarrollarse, ge-
no son parientes entre sí, y que deciden adoptar a un niño y neran movimientos sincrónicos en su interior. No hay pues,
tener otro mediante inseminación artificial con un embrión una definición universal para este fenómeno social y, sin em-
adquirido, resulta que cada uno de ellos proviene genéti- bargo, es claro de que se trata de un sistema relacional que
camente de su sistema familiar y entre ellos cuatro no hay articula a sus miembros entre sí, que está en transformación
vínculo de parentesco natural y, sin embargo, nadie objeta- constante, y que funge como núcleo o unidad básica en las
ría que constituyen una familia. Entonces, ¿qué une a estas sociedades contemporáneas.
cuatro personas? ¿Qué las convierte en comunidad familiar? La etimología de la palabra, introducida al castellano en
En realidad, los lazos afectivos, los vínculos cotidianos y la el siglo xv, remite al conjunto de esclavos y criados que te-
pertenencia explícita a un núcleo humano con intimidad son nía una persona. El término proviene del latín famulus, que
los elementos de una familia. significa sirviente o esclavo, lo cual nos obliga a incursionar
En 2009, el Comité Científico del seminario “Familias en en la historia.
el siglo xxi: realidades diversas y políticas públicas”, realizado
en El Colegio de México e integrado por académicos de las Historia, teoría y crítica
principales instituciones educativas con investigaciones sobre
el tema, definió a la familia como el grupo primario de convi- La humanidad ha conocido, a lo largo de los siglos, una gran
vencia, seguridad, protección y afecto de los seres humanos.1 diversidad de vínculos para la convivencia cotidiana entre se-
En las familias donde hay parentesco consanguíneo se res cercanos. Para la procreación, antes de que se conocieran
observan, cada vez con mayor fundamento teórico y empírico, los úteros en alquiler y los bancos de embriones, sólo existía
vínculos genéticos y psicológicos más allá de la generación la cópula hombre/mujer. Ésta ha tenido contextos sociales
de los padres. En todas las familias, sea cual sea su forma de variados según las latitudes y las épocas. Cada sociedad se
integración, es posible apreciar una forma de funcionamien- ha procurado sus propias formas de organización para lo que
to producto de las características de sus miembros. Todas las hoy llamamos familia.
familias tienen alguna manera de funcionar. No hay familias En sociedades primitivas era frecuente que se conociera la
disfuncionales pues cada una ha encontrado, probablemen- identidad de la madre del recién nacido; sin embargo, la del
te sin proponérselo, la forma más adecuada de sobrellevar el padre era desconocida; los hijos pertenecían a la comunidad
cúmulo de elementos, muchas veces inconscientes, con los o la tribu. Esta etapa, en la cual la promiscuidad sexual era
que debe lidiar mientras viva. En ocasiones algunos de estos frecuente, es nombrada por algunos autores como Bachofen,
elementos son adversos. Al respecto, Marta Lamas afirma como heterismo. La filiación sólo podía establecerse por línea
que “la familia es el espacio del amor y la solidaridad, sí, pero femenina, con lo que la mujer era la única progenitora y el
también es el de la violencia y el incesto” (2009: 56). derecho materno era explícitamente reconocido y aceptado.
Hay instituciones estatales o internacionales que, si- Posteriormente, en otras sociedades antiguas como la
guiendo una línea tradicional, circunscriben sus trabajos a que prevaleció durante la Roma imperial, el padre era el
la familia “normal”, es decir, al núcleo padres/hijos. Las so- importante y decidía sobre todos y sobre todo; era el pater
ciedades buscan referentes que puedan ser generalizables. familias, o varón vivo más antiguo de entre los vinculados
Todos conocemos prototipos que las instituciones estatales consanguíneamente, mismos que integraban una gens para
o civiles utilizan para hablar de la familia conyugal nuclear. dar lugar, entre los patricios, a un grupo social cohesionado
En México, por ejemplo, se menciona informalmente a la bajo un mismo gentilicio o apellido.
“familia dif”, (en alusión al sistema público para el desarrollo En épocas de guerra y, por tanto, de muertes masivas de
integral de la familia) como sinónimo de núcleo compuesto varones, algunas culturas fomentaron la poligamia para prote-
por padres, hijos y otros familiares. En España, en la última ger a mujeres que quedaban solas. El término familia proviene,
como se dijo, de un conjunto de bienes y personas que se con-
sideraban propiedad del jefe de familia y que abarcaba la casa,
1 Véase: Rabell, 2009.
f 270 Familia
los criados, los hijos, los animales; situación que cesó comple- muy posiblemente, no les prodigó la atención suficiente para
tamente a partir del siglo xvi cuando el término se redujo al saciar su necesidad de calor.
núcleo padre/madre/hijos. Para ilustrar lo que ocurre a finales del siglo xx con las fa-
La infancia, como etapa de la vida con características milias, Norbert Elias (1998) afirma que nos encontramos en
específicas a las que había que poner atención para tener ci- un periodo de transición, en el cual unas relaciones de padres
mientos firmes en sociedades evolucionadas, fue reconocida e hijos estrictamente autoritarias, y otras más recientes, más
entre los siglos xiv y xvi, sin que ello significara que a partir igualitarias, se encuentran simultáneamente, y ambas formas
de entonces hubiera claridad sobre el óptimo desarrollo in- suelen mezclarse. La transición de una relación padres-hi-
dividual y social de niños y niñas. jos más autoritaria a una más igualitaria, genera para ambos
El matrimonio surge cuando se rompen las colectividades grupos una serie de problemas específicos, y en general una
para dar lugar a las familias individuales, en las que predomi- considerable inseguridad. “¿Cómo se llegó a esto?”, pregunta
na la pareja. La palabra matrimonio viene de madre y señala el sociólogo alemán. Su respuesta se encuentra en sus estudios
un estatuto dado por la maternidad. En los inicios de los idio- sobre el proceso de la civilización, en el que muestra que desde
mas indoeuropeos no había términos comunes para designar la antigua Grecia y Roma hasta bien entrado el siglo xviii,
la relación de un hombre con una mujer como producto de los métodos para deshacerse de los niños era algo cotidiano.
su boda. Iván Illich (2008) distingue tres pasos que conducen Eran arrojados a los ríos o a los estercoleros, con mayor fre-
al paradigma de la asociación que actualmente se denomina cuencia si eran niñas. Por ello el desequilibrio entre hombres
matrimonio: uno, la institución de la familia individual que y mujeres hasta la Edad Media en Occidente fue muy mar-
paga renta; dos, el creciente predominio de la pareja en el cado. Aún en el Londres del siglo xviii era frecuente hallar
seno de esta familia gravable durante el Renacimiento; y niños recién nacidos en los basureros. La opinión pública de
tres, la polarización económica de los sexos en el siglo xix. la Antigüedad no veía este hecho con malos ojos, ni había
La gran ruptura que se consolida en el siglo xx es el leyes que lo sancionaran.
tránsito del matrimonio por conveniencia, al matrimonio En las sociedades antiguas los padres “producían” hijos
supuestamente por amor. No más uniones arregladas por los ciegamente, sin deseo, sin necesidad, sin que le encontraran
padres con base en beneficios económicos o para el mante- a los nacimientos alguna función. Por ello había dureza en
nimiento de linajes. Al terminarse la imposición, se abre la las relaciones padres-hijos. No se consideraba al niño y a la
posibilidad de elegir entre permanecer o liquidar la unión. niña como personas con necesidades propias de su edad; no
Lo cual da origen al incremento de separaciones y divorcios. había habitación para los niños, éstos dormían en el mismo
Otro cambio que, según Luc Ferry (2008), ha sido seña- lecho que los adultos. Fue hasta los siglos xvi y xvii que
lado por todos los historiadores de la familia, es la aparición los ricos construyeron espacios para separar a los infantes
de la intimidad, misma que en los tiempos antiguos no existía de sus padres. Antes de ello la promiscuidad era grande y
ni entre el pueblo ni entre las élites. Tanto en las ciudades el incesto, frecuente. Es claro que los cambios en la familia,
como en el campo las familias compartían, sin privacidad su estructura, la relación entre los miembros, se modifica en
alguna, la única habitación que poseían, dando lugar a pro- correspondencia con los cambios que experimenta la socie-
miscuidades generalizadas. Es hasta el siglo xviii cuando las dad en la cual la familia se inserta.
alcobas comienzan a aislarse. En la actualidad, dice Elias, más que nunca, todos los
No siempre en la historia de la familia se consideraba miembros de la familia tienden a tener una vida individual
prioritario que el padre sintiera y manifestara amor por su sólo para sí mismos, es decir, se inclinan a asumir tareas y a
prole. El comportamiento normal de la época era el distan- establecer relaciones humanas independientemente de los
ciamiento respecto a esos seres todavía en potencia que eran demás miembros de la familia. Este sociólogo hace un lla-
los niños, carentes de interés para los padres, según describe el mado a elaborar estudios más realistas sobre las familias y a
mismo Ferry, quien ilustra la afirmación con ejemplos como dejar de lado tantas representaciones idealizadas de esta tan
el de Rousseau, autor del gran referente sobre la educación citada célula básica de la sociedad.
y que abandonó a sus cinco hijos. Escribir sobre la familia contemporánea y hacerlo con
Un caso que muestra las diferencias entre las madres de precisión implicaría tener una visión de 360 grados para
la segunda mitad del siglo xx con las de dos centurias ante- poder captar todas las aristas del contexto relacional. Han
riores, es el analizado por Elisabeth Badinter (1981) a través cambiado demasiados ámbitos que han traído consigo no-
de documentos franceses de 1780: de los 21 mil niños que vedades de peso en esa unidad social llamada familia. Las
en números redondos nacían anualmente en París, sólo mil ciudades se han vuelto intransitables por el exceso de vehí-
fueron criados por sus madres; otros mil fueron amamantados culos, producto de un paradigma de desarrollo que a su vez
por nodrizas en la casa paterna, y 19 mil aproximadamen- ha perjudicado al planeta. Los profesionistas son los más
te fueron llevados al domicilio, más o menos lejano, de una castigados por el desempleo, y en el seno de sus familias se
nodriza a sueldo mientras duró la lactancia. Al volver a casa, genera una tensión que frecuentemente se traduce en enfer-
esos niños conocerían a una extraña: la que los parió, quien, medad y en mal humor hacia aquéllos más cercanos. A los
ancianos se les regatea su pensión tanto en las instituciones
Familia 271 f
como por parte de sus hijos. La pirámide poblacional se ha marche por su cuenta sin incorporar las aportaciones que sur-
invertido, y nunca en la historia de la humanidad habrá tan- gen de autores ajenos al propio ámbito. Es notable verificar
tos viejos como a mediados del siglo xxi. que la academia avanza con sus propios teóricos, y fuera de
Como dice Elias, cada relación familiar es además un ella surgen autores, corrientes, escuelas, modas, enfoques que
proceso en sí mismo. Las relaciones siempre están cambiando. ofrecen soluciones a problemas que brotan en la comunidad
El reto se plantea cada vez de nuevo. Para los hombres y las llamada familia. Desde una perspectiva externa, este univer-
mujeres, la necesidad de trabajar conscientemente en sus rela- so es confuso para quien intenta comprender las dinámicas
ciones mutuas nunca acaba. En la medida en que se produzca familiares desde el ámbito de la psicología, y aunque con
el autoconocimiento consciente del propio núcleo familiar, menos enfoques y corrientes y, por lo tanto, con un menor
se abrirán mayores posibilidades para la cooperación social. volumen de información, ocurre lo mismo en el seno de otras
disciplinas. Se ha acumulado demasiada información que se
Líneas de investigación y debate encuentra dispersa.
contemporáneo Como respuesta a este proceso de incremento y disper-
sión de conocimiento, así como de técnicas y enfoques para
La familia es objeto de estudio de numerosas disciplinas y la solución de conflictos relacionados con la familia, han
en cada una hay diversas líneas de investigación. Todo indica surgido en diferentes países y sin conexión entre sí, pro-
que el siglo xxi se abrió con la convicción de que la solución a puestas o movimientos integrativos, es decir, intentos por
múltiples problemas que aquejan a las sociedades y al planeta, acoplar coherentemente premisas teóricas y prácticas sobre
comienza por la educación, por los principios y los valores asuntos familiares para aprovechar visiones distintas con
que puedan darse en la familia. Esto antes de que se inicie la objetivo similar.
socialización del individuo. Por ello, la familia es estudiada Entre los logros más relevantes se puede mencionar el que
desde la psicología, la historia, la pedagogía, el derecho, la llevan a cabo en la primera mitad de los años setenta Band-
economía, la medicina social, la demografía, la psiquiatría, ler, Grinder y Satir (1976). Entre los tres escriben un libro
la comunicación, la sociología, la etnología y, seguramente, titulado Changing with Families, en el que ofrecen un modelo
por otras disciplinas más. para trabajar con patrones de comunicación intrafamiliar. El
El gran problema para un interesado en el tema de la fa- texto es pionero en una cadena de intentos por integrar teo-
milia es que resulta imposible conocer la información que se ría y práctica que provienen de fuentes diversas. Los mismos
va acumulando sobre éste, no únicamente por el volumen de Bandler y Grinder continúan con este esfuerzo de integración
lo publicado sino, y sobre todo, porque entre las disciplinas e incorporan a su teoría las principales aportaciones de Mil-
hay todavía demasiadas barreras pese a los esfuerzos multi ton H. Erickson, creador de la hipnosis que lleva su nombre,
y trandisciplinarios que brotan desde tantas instituciones e así como los de Fritz Perls, padre de la Gestalt. El resultado
investigadores, lo cual impide ya no digamos asimilar, sino integrativo es la programación neurolingüística.
siquiera conocer lo que otro campo disciplinario produce. Otro esfuerzo integrativo importante especialmente
El panorama completo del conocimiento acumulado sobre centrado en los sistemas familiares es el de Bert Hellinger.
el tema no lo tiene nadie. Se trata de un alemán contemporáneo, ensamblador de co-
Las fronteras y los muros entre las disciplinas se alzaron nocimientos teóricos y empíricos de distintas procedencias.
con la exigencia de la especialización, y crecieron debido al Conoce la obra completa de Freud y, entre otras cuestiones,
celo miope de algunos estudiosos por su campo académico. toma de ahí la visión de los destinos de vida. Tiene una
A todos les interesa la familia porque a todos les preocupa formación psicoanalítica en Viena, realiza dinámicas gru-
algo sobre ella, sea la propia o la de los demás. También todos pales en Sudáfrica y estudia los métodos de los zulúes para
creen saber algo sobre ella porque todos tienen o tuvieron recomponer el equilibrio en una comunidad. Incursiona en
una familia. Por ello, las opiniones, los estudios, los análisis la Gestalt. Viaja a Estados Unidos, donde entra en contacto
sobre el tema abundan. Dar con el conocimiento consisten- con el trabajo de Milton H. Erickson, con la programación
te y probado es todo un reto. Consideremos lo que ocurre, neurolingüística y con distintos tipos de terapias familia-
por ejemplo, en la psicología. De Freud a nuestros días se res. Tras décadas de estudio, de práctica y de someterse a
ha analizado a la familia con énfasis en ángulos distintos. diversas técnicas terapéuticas, da a conocer su Aufstellung
Se ha echado mano de la mitología griega, de la experiencia Familien, que pasó al castellano con el nombre de constelacio-
clínica, se ha puesto énfasis en el padre, en la madre o di- nes familiares, método o terapia breve a la cual califica como
rectamente en el núcleo familiar. De los discípulos de Freud fenomenológica, sistémica y transgeneracional. Se ha desa-
surgieron ángulos nuevos, rupturas, enriquecimiento de rrollado fuera de la academia, tiene seguidores en numerosos
planteamientos originales y, para mediados del siglo xx, ya países y su método de diagnóstico levanta lo mismo entu-
había psicoanalistas y terapeutas especializados en la familia. siasmos que polémicas. Sin necesidad de conocer al detalle
Brotaron escuelas con premisas a veces coincidentes, a veces una historia familiar, la técnica permite descubrir lealtades
no. Surgieron las etiquetas para denominar a tales escuelas y invisibles, secretos de familia o violación a lo que el autor
a sus representantes. Lo más frecuente es que cada corriente
f 272 Familia
llama órdenes del amor o regularidades que rigen todos los
sistemas familiares. FAMILIA Y
Un esfuerzo más de tipo integrativo es el que se lleva a
cabo en América del Sur a partir de los años noventa, con DIVERSIDAD 1
Fernández-Álvarez (argentino) y Roberto Opazo (chileno).
Ambos han recibido el premio Sigmund Freud que se entrega Rosario Esteinou
en Viena a los mejores trabajos del campo. Todo esto ocurre
únicamente en el ámbito de la psicología. Dar cuenta de las
aportaciones de otras disciplinas al estudio de la familia es Definición
una tarea que rebasa con mucho el propósito de estas líneas,
cuyo objetivo fue únicamente presentar un panorama gene- Las concepciones sobre la diversidad familiar han sido muy
ral del actual concepto de familia, con miras a integrar esta variadas a lo largo de la historia en los debates internaciona-
unidad social en el léxico que se requiere para la cooperación les, y en ellos han intervenido distintos enfoques y disciplinas.
entre los seres humanos. A grandes rasgos, podemos identificar dos vertientes iniciales
que nutrieron este concepto desde finales del siglo xix hasta
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familia elemental o la familia nuclear. Dicha unidad elemen-
tal constituía el prototipo a partir del cual se desarrollarían la
variedad de formas familiares y estructuras de parentesco, y
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gías de reproducción asistida y temas contemporáneos, México: En nuestros días, dos terceras partes de los mexicanos viven
Centro de Investigación y Estudios Superiores en Antro- en familias nucleares, es decir, constituidas por una pareja y
pología Social. su descendencia. Sin embargo, junto a este modelo de orga-
Fogarty, Michael P., Rhona Rapoport y Robert N. Rapoport nización familiar existe una variedad de familias integradas
(1971), Sex, Career and Family, London: George Allen and por otras agrupaciones. Encontramos así configuraciones fa-
Unwin Ltd. miliares con jefatura femenina, o de padres solos con sus hijos
Friedan, Betty (1982), La mistica della feminilitá, Milán: Comunitá.
o integradas por parejas de un mismo sexo con o sin hijos, o
Goode, William J. (1982), Famiglia e transformazioni sociali, Bo-
lonia: Zanichelli. conformadas por hermanos y la descendencia, etcétera. En
Horkheimer, Max, Theodor Adorno et al. (1974), Studi sull’auto- cualquier caso, en todas estas formas de convivencia suelen
ritá e la famiglia, Turín: Comunitá. desarrollarse relaciones estrechas, se organiza el consumo,
Laslett, Peter, ed. (1972), Household and Family in Past Time, Cam- a veces la producción de bienes o servicios, y se realiza una
bridge: Cambridge University Press. diversidad de actividades orientadas al mantenimiento de
Lévi-Strauss, Claude (1988), Las estructuras elementales del paren- las personas que comparten una misma vivienda, a la crianza
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_____ (1995), “La familia”, en Lévi-Strauss, M. Spiro y K. Gough, Además de estos vínculos fundamentales, identificamos
Polémica sobre el origen y universalidad de la familia, Barcelo-
un intercambio de bienes materiales y simbólicos entre los
na: Anagrama, pp. 7-49.
McLaughlin, V. (1971), “Patterns of Work and Family Organiza- integrantes de las familias, es decir, entre personas corresi-
tion: Buffalo’s Italians”, Journal of Interdisciplinary History, dentes y otros parientes y no parientes que no comparten el
vol. II, núm. 2, pp. 299-314. mismo techo con ellos, y puede tratarse de parientes con-
Mitchell, Juliet (1974), La condizione della donna, Turín: Einaudi. sanguíneos, políticos —también llamados afines— o ficticios,
Morgan, Lewis H. (1964), Ancient Society [1877], Cambridge: como los compadres. También podemos incluir a otras per-
Belknap. sonas cercanas.
Murdock, George P. (1949), Social Structure, New York: The Mac- Los intercambios son manifestaciones de los vínculos
millan Company. normativos o afectivos que mantienen las familias con de-
Parsons, Talcott (1994), “La estructura social de la familia”, en Erich
terminados parientes y con otras personas allegadas, como
Fromm, Max Horkheimer, Talcott Parsons et al., La familia,
Barcelona: Península, pp. 31-66. amigos y vecinos. Si asumimos que el entorno social inmedia-
Parsons, Talcott y Robert Bales en colaboración con James Olds, to de las familias no está constituido por la localidad en que
Morris Zelditch Jr. y Philip E. Slater (1955), Family, viven, sino más bien por estos vínculos, podemos introducir
Socialization and Interaction Process, Glencoe, Illinois: The el concepto de redes familiares. A través de éstas, las familias
Free Press. intercambian bienes y servicios con las personas externas. Las
Radcliffe-Brown, Alfred R. (1950), “Introduction”, en Alfred redes no constituyen un hecho “natural”, ni están constituidas
Radcliffe-Brown y D. Forde, African Systems of Kinship and de una vez y para siempre; para mantener una red, es nece-
Marriage, Oxford: Oxford University Press, pp. 1-2. sario invertir continuamente trabajo, orientado a producir y
Shorter, Edward (1975), The Making of the Modern Family, New
reproducir lazos durables y útiles, que procuren a la familia
York: Basic Books.
Stone, Lawrence (1983), Famiglia, sesso e matrimonio in Inghilterra. beneficios materiales o simbólicos.
Tra cinque e ottocento [1977], Turín: Einaudi.
Género 285 g
a) La asignación (rotulación, atribución) de género que manifiestan las interpretaciones de los significados de
Se realiza en el momento en que nace la criatura, los símbolos y se expresan en doctrinas religiosas, educati-
a partir de la apariencia externa de sus genitales. vas, científicas, legales y políticas para afirmar categórica y
Hay ocasiones en que dicha apariencia es ambigua unívocamente el significado de varón y mujer, masculino y
o está en contradicción con la carga cromosómica, femenino; iii) las instituciones y organizaciones sociales de
y si no se detecta o no se prevé su resolución o las relaciones de género (el sistema de parentesco, la familia,
tratamiento, se generan graves trastornos. el mercado de trabajo segregado por sexos, las instituciones
b) La identidad de género educativas, la política), y iv) la identidad, tanto la individual
Se establece más o menos a la misma edad en que el como la colectiva. Su ensayo abrió nuevos cauces a la inves-
infante adquiere el lenguaje (entre los dos y los tres tigación histórica y a la teorización feminista, pues subrayó
años) y no implica un conocimiento de la diferencia la historización de la categoría mujer, que se toma como una
anatómica entre los sexos. Es decir, las niñitas de esas realidad autoevidente e introdujo una reflexión sobre la in-
edades se saben “niñas” y los niñitos, “niños” (como sea tencionalidad y la motivación inconsciente presentes en el
que se entienda en cada código cultural), y cada quien campo sociopolítico.
es capaz de elegir ropa y juguetes de acuerdo con esa Entre finales de los años ochenta e inicios de los noven-
identidad social, aunque desconozca en qué consiste la ta, el debate intelectual sobre el género cobra un impulso
diferencia relativa a los genitales. sustantivo, pues varios intelectuales de la talla de Derrida,
c) El papel o rol de género Giddens, Habermas y Rorty se involucran en discusiones
Se forma con el conjunto de normas y prescripcio- con las feministas. Por su parte, Pierre Bourdieu, quien lle-
nes que transmite la sociedad sobre el comporta- vaba tiempo trabajando en una reflexión específica sobre el
miento femenino o masculino: algunas son explí- género como lógica cultural, analiza cómo los habitus de la
citas y otras están entretejidas en la cultura. En el masculinidad determinan las prácticas de los hombres, y los
repertorio de cada cultura la dicotomía masculi- de la feminidad las prácticas de las mujeres. Así se repro-
no-femenino establece estereotipos que condicio- duce el orden social y simbólico: la dominación masculina.2
nan y norman la conducta humana, y esto limita las Paulatinamente se va instalando en el campo intelectual
potencialidades de las personas. una comprensión del género como un conjunto de expecta-
tivas y creencias sociales que troquela la organización de la
Definir conceptualmente la diferencia entre sexo y género vida colectiva y que produce desigualdad respecto de la for-
resultó muy útil en muchos sentidos y, poco después de la ma en que las personas valoran y responden a las acciones de
discusión psicomédica, la nueva acepción de gender entró al los hombres y las mujeres. Precisamente el género hace que
campo de las ciencias sociales. Desde mediados de los años mujeres y hombres sean los soportes de un sistema de regla-
setenta, se realizaron investigaciones y elaboraciones teóricas mentaciones, prohibiciones y opresiones recíprocas, marcadas
con el fin de comprender mejor el entramado de la simbo- y sancionadas por el orden simbólico. Al sostenimiento de
lización y su impacto en la vida de los seres humanos. Dos tal orden simbólico contribuyen por igual mujeres y hom-
ensayos clave enmarcan la exploración de la construcción del bres, reproduciéndose y reproduciéndolo, con papeles, tareas
concepto de género en su contexto social y cultural. El de y prácticas que cambian según el lugar o el tiempo, pero que
Gayle Rubin (1975) inició posteriores reflexiones, pues de- mantienen la oposición entre “lo propio” de los hombres y
finió al “sistema sexo/género” como el conjunto de acuerdos “lo propio” de las mujeres.
a partir de los cuales una sociedad transforma la sexuación La nueva acepción de gender, creada para distinguir lo que
en un producto de la actividad simbolizadora humana; con se deriva de la biología de lo que se construye en lo social,
este “producto cultural”, cada sociedad establece un conjun- tiene un famoso antecedente. A finales de los años cuarenta,
to de normas a partir de las cuales la materia cruda del sexo Simone de Beauvoir esbozó el significado de género con la
humano y de la procreación es moldeada por la interven- frase que inauguró la forma moderna de comprender la pro-
ción social, y se satisface de una manera que se considera blemática femenina: “No se nace mujer, se llega a serlo” (1999:
“natural”, aunque a ojos de otras culturas se vea extraña. El 207). Esta filósofa francesa supuso que lo que hace que las
de Joan W. Scott (1996) consolidó la definición de género hembras humanas lleguen a ser “mujeres” no es su biología,
como una forma primaria de relaciones significantes de po- sino el conjunto de procesos culturales y psicológicos que
der. Scott planteó los cuatro elementos que lo constituyen: las marca con determinadas atribuciones y prescripciones,
i) los símbolos y los mitos culturalmente disponibles y sus y sostuvo que los datos biológicos del sexo cobran signifi-
representaciones múltiples;1 ii) los conceptos normativos cación sólo a través de sistemas culturales de interpretación.
De Beauvoir planteó que las características humanas consi-
g 286 Género
deradas “femeninas” son adquiridas por las mujeres mediante actividades, y los papeles y lugares sociales (Héritier, 1996).
un complejo proceso individual y social, en vez de derivarse La manera como las personas aprehenden esa división que
“naturalmente” de su anatomía. las precede al nacimiento es mediante la crianza, el lenguaje
En los años noventa irrumpe la reflexión de Judith Butler3 y las actividades diarias, es decir, mediante la cultura y las
con un giro clave en donde “el género resulta ser performa- prácticas cotidianas. Ya establecidas como un conjunto ob-
tivo, es decir, que constituye la identidad que se supone que jetivo de referencias, las ideas culturales sobre lo “propio” de
es” (1990: 25). Butler toma distancia de la diferenciación ya las mujeres (lo femenino) y lo “propio” de los hombres (lo
consolidada entre sexo y género, y plantea al género como un masculino) estructuran la percepción y la organización con-
acto performativo, en el que el significado es construido por creta y simbólica de toda la vida social. Así la cultura, vía el
los mismos términos que participan en su definición. Por eso lenguaje y los habitus, inculca en las personas normas y va-
la persona interpreta las normas de género recibidas de tal lores de género profundamente tácitos, al grado de que las
forma que las reproduce y organiza de nuevo. Esta filósofa propias personas los consideran “naturales”. Este trabajo de
desarrolla un alegato sobre la construcción de la identidad y inculcación, a la vez sexualmente diferenciado y sexualmen-
la simbolización de la diferencia anatómica, donde retoma el te diferenciador, impone lo que se considera “masculino” a
pensamiento de Freud y Lacan para reivindicar la flexibilidad los machos humanos y lo que se considera “femenino” a las
de la orientación sexual que, por la fuerza del inconsciente, hembras humanas. Con la lógica cultural de género se articula
se resiste a aceptar el mandato cultural heterosexista. Butler la configuración de las relaciones entre mujeres y hombres,
problematiza las creencias esencialistas en torno a qué es y los seres humanos vuelven subjetivas las relaciones socia-
ser mujer u hombre y, siguiendo a Foucault, define al géne- les e históricas.
ro como el efecto de un conjunto de prácticas regulatorias Las oposiciones entre “lo propio” de cada sexo se sostienen
complementarias que buscan ajustar las identidades humanas mutuamente, práctica y simbólicamente, al mismo tiempo
al modelo dualista hegemónico: la matriz heterosexual. Su que los esquemas de pensamiento de los seres humanos las
propuesta coincide con la formulación de habitus de Bour- registran como diferencias “naturales”. Esto dificulta que
dieu, que es al mismo tiempo un producto (el entramado las personas tomen conciencia de la relación de dominación
cultural) y un principio generador de disposiciones y prác- que está en la base. Los habitus encarnan la relación de po-
ticas. El género es central en el proceso de adquisición de la der, y eso lleva a que se conceptualice la relación dominante/
identidad y de estructuración de la subjetividad: en la forma dominado como natural. Por eso Bourdieu advierte que el
de pensarse, en la construcción de su propia imagen, de su orden social masculino está tan profundamente arraigado
autoconcepción, los seres humanos utilizan las categorías y que no requiere justificación: se impone a sí mismo como
elementos hegemónicos de su cultura, presentes en los habitus auto-evidente, y es considerado como “natural” gracias al
y en el lenguaje. Por eso las prácticas humanas no son sólo acuerdo “casi perfecto e inmediato” que obtiene de estruc-
estrategias de reproducción determinadas por las condicio- turas sociales tales como la organización social de espacio y
nes sociales de producción, sino que también son producidas tiempo y la división sexual del trabajo. Por otro lado, dicho
por las subjetividades. orden simbólico es internalizado en las estructuras cognitivas
A partir de los años noventa, la nueva acepción de gender inscritas en los cuerpos y en las mentes. Este autor señala que
se instala en el discurso político. La onu y el Banco Mundial la socialización tiende a efectuar una “somatización progre-
exigen que los proyectos gubernamentales y las políticas pú- siva de las relaciones de dominación” de género, y de ahí que
blicas tengan perspectiva de género, es decir, que contemplen hable de una “subjetividad socializada” (Bourdieu, 1995: 87).
los condicionantes culturales que establezcan pautas diferen- De la misma forma en que las mujeres y los hombres
ciadas y reproduzcan la desigualdad social entre mujeres y son “producidos” por los habitus, por el lenguaje y las prác-
hombres. La propuesta de gender mainstreaming se traducirá ticas y representaciones simbólicas dentro de formaciones
como “transversalizar el género”, y se comprenderá como ins- sociales dadas, también existen procesos inconscientes que
talar dicha perspectiva en todas las instancias de gobierno y moldean las identidades con elementos del género. Por ello,
elaborar los presupuestos con enfoque de género. para comprender cabalmente qué es el género, hay que tomar
El género se construye mediante la operación universal, en consideración el proceso de constitución de la identidad.
aunque con contenidos distintos, que otorga sentido sim- El ser humano es más que una anatomía o más que una
bólico a la diferencia sexual. Esta simbolización, que opone construcción social: también es psiquismo (inconsciente,
lo “propio” de las mujeres a “lo propio” de los hombres (lo pulsión, deseo). Somos seres bio-psico-sociales y en esas tres
femenino y lo masculino), se refleja en el conjunto de oposi- dimensiones (la biológica, la psíquica y la social) se inscribe el
ciones que organizan todo el cosmos, la división de tareas y género. La identidad de género se construye en la subjetividad
cultural y psíquica, y hay que tomar en cuenta que parte del
proceso de estructuración psíquica de los seres humanos es
3 Su famosísimo libro Gender Trouble. Feminism and the Subver- inconsciente. Los seres humanos nos vamos constituyendo
sion of Identity (1990) será traducido diez años después como como mujeres u hombres dentro de sistemas de significado,
El género en disputa. Feminismo y la subversión de la identidad rodeados de representaciones culturales que, a su vez, están
(2000).
Género 287 g
inscritas en jerarquías de poder. La fuerza simbólica de la se- anatomía. La comprensión del género muestra la
xuación, especialmente su aspecto procreativo, propicia que complejidad que provoca la adquisición del manda-
se vean como disposiciones “naturales” construidas cultural- to cultural en cuerpos sexuados y con inconsciente.
mente. Por los mandatos de género que la cultura impone, las Otra forma de reduccionismo es considerar
personas llegan a actuar en contra de sus propios intereses. que sólo usando el concepto se puede comprender
Esto es lo que Bourdieu califica como “violencia simbólica”. cómo han sido inscritas, representadas y normadas
Hoy en día circulan interesantes interrogantes en re- la feminidad y la masculinidad en determinada
lación con la complejidad de vivir dentro de un esquema cultura, clase social o grupo étnico. Existen auto-
simbólico que piensa que hay dos tipos de seres humanos y res que, sin usar el concepto de género, exploran e
que son complementarios. El concepto de género sirve para interpretan ese proceso. Un caso ejemplar es el de
esclarecer los procesos psíquicos y culturales mediante los Bourdieu quien, a lo largo de su obra y en particu-
cuales las personas nos convertimos en hombres o mujeres lar en La dominación masculina (2000), expone los
dentro de un esquema que postula la complementareidad de efectos constitutivos del género como una práctica
los sexos y la normatividad de la heterosexualidad. Pero no significante que respalda una lógica de exclusión.
basta el género para comprender la condición humana. Hay Desde la perspectiva de Bourdieu, las mujeres y los
que tomar al género como un componente en interrelación hombres reproducen el conjunto de relaciones his-
compleja con otros sistemas de identificación y jerarquía tóricas “depositadas” en sus cuerpos individuales en
que producen opresiones, desigualdades y discriminaciones forma de habitus, y advierte que estas disposiciones,
de distinto tipo. De ahí lo imprescindible de contar con una estructuradas de manera no consciente, regulan y
perspectiva que analice cómo el género intersecta con otros armonizan sus acciones y reproducen el poder mas-
determinantes, como la clase social, la edad, la pertenencia culino. Según Bourdieu, las estructuras mentales
étnica, etcétera (Crenshaw, 1989).4 La interseccionalidad del de las personas toman forma (“se encarnan”) en la
género con otras desigualdades está actualmente en el centro actividad de la sociedad y el habitus se convierte en
de la teoría política de género (McCall, 2005). un mecanismo de retransmisión de las creencias y
Entre las críticas al nuevo concepto de género, destacan prácticas de la feminidad y la masculinidad. Este
principalmente tres: antropólogo y sociólogo, desde una posición epis-
temológica con consecuencias políticas, desenmas-
I. La crítica a su uso reduccionista cara las premisas fundantes del género sin usar el
Esta crítica plantea que con frecuencia se habla de concepto.
la construcción de género como si sólo fuera el re-
sultado de prescripciones culturales y lo psíquico no II. La crítica sobre su capacidad heurística
tuviera nada que ver. Se suele pensar que sobre el Varias autoras han cuestionado la imprecisión de
cuerpo biológico se establece una serie de atribu- una categoría que se usa para hablar de las mujeres,
ciones, y que el género es algo que se hace, como del sexo o de una lógica de la cultura. Tal vez lo más
un estilo corporal, casi voluntario, aunque arraigado común es tomar género por mujeres, pero también
profundamente en mandatos culturales, pero no se en el discurso académico género se usa demasiado
toman en consideración ni los procesos inconscien- ampliamente y alude a una gran cantidad de cues-
tes ni el imaginario. La identidad de género de los tiones. En este sentido, destaca la crítica de Mary
seres humanos no se desprende en automático ni de Hawkesworth (1997), quien señala5 que se usa gé-
la biología ni del mandato cultural, sino que se es- nero
tructura a partir de la manera en que se elabora —in-
consciente e imaginariamente— la diferencia sexual. a) para analizar la organización social de las rela-
Precisamente por la operación en el inconsciente, ciones entre hombres y mujeres; para referirse
hay distintas formas de simbolización y, por lo tanto, a las diferencias humanas; para conceptualizar
distintas identidades. La condición transexual es el la semiótica del cuerpo, el sexo y la sexualidad;
ejemplo paradigmático de cómo el psiquismo pue- para explicar la distinta distribución de cargas
de entrar en contradicción con el esquema cultural, y beneficios sociales entre mujeres y hombres;
pues implica un proceso de identificación de género para aludir a las microtécnicas del poder, y para
contrario a la que corresponde culturalmente por la explicar la identidad y las aspiraciones indivi-
duales;
g 288 Género
b) como un atributo de los individuos; como una Líneas de investigación y debate
relación interpersonal y como un modo de or- contemporáneo
ganización social;
c) en términos de estatus social, papeles (roles) se- Para las ciencias sociales, el concepto género ha supuesto
xuales, estereotipos sociales y relaciones de po- una herramienta para ahondar en cómo los seres humanos
der expresadas en dominación y subordinación; nos concebimos a nosotros mismos y, por lo tanto, cómo
d) como producto del proceso de atribución; con- formamos lazos y relaciones con los demás. Los mandatos
secuencia de la socialización; resultado de las culturales de género desempeñan un papel crucial en nuestra
prácticas disciplinarias o de las tradiciones; conciencia y nuestro inconsciente, y afectan nuestro modo
como un efecto del lenguaje; como una cues- de vivir de forma muy profunda.
tión de conformismo conductual; como una Muchas investigaciones especializadas exploran las
característica estructural del trabajo, el poder y diferencias de conducta y de carácter que se notan entre
la catexis, y como un modo de percepción. mujeres y hombres, y el género ayuda a diferenciar lo que
antes se interpretaba como derivado de la biología (Fine, 2010;
Luego de mostrar tal amplitud de sentidos, McKinnon, 2012). Puesto que todavía se dan situaciones de
Hawkesworth hace un señalamiento crítico: “el discriminación y opresión en función de si la persona tiene
género se transforma de una categoría analítica en cuerpo de mujer o cuerpo de hombre, con la perspectiva de
una fuerza causal” (1997: 42). género se intenta explorar los mecanismos que producen
—y que permiten que sigan reproduciéndose— problemas
La crítica a su fetichización
III. que resultan de las creencias culturales sobre “lo propio”
Además de las definiciones amplias o ambigüas de de los hombres y “lo propio” de las mujeres, y que generan
género, también el concepto se ha vuelto un fetiche discriminación para ambos.
en los campos académico y político. La fetichiza- La comprensión del género ha sido fundamental para
ción suele petrificar lo que está vivo y en transfor- investigar y abordar graves problemas sociales, calificados de
mación, y quienes usan género como un fetiche para “patologías del vínculo social” (Fitoussi y Rosanvallon, 1997),
interpretar la complejidad de las relaciones entre como el debilitamiento de la cohesión intergeneracional en
mujeres y hombres lo reifican como algo inamo- la familia, la descomposición de identidades colectivas tra-
vible; por ejemplo, las mujeres siempre son vícti- dicionales, la violencia intrafamiliar, la drogodependencia,
mas y los hombres, siempre victimarios o verdugos. el aumento en la delincuencia juvenil y la violencia sexual.
Además, se usa el fetiche género para establecer una Si bien estos fenómenos no se explican únicamente con el
“explicación” tautológicamente reiterativa: todo lo género, ha resultado altamente productivo incluir dicha pers-
que ocurre entre mujeres y hombres es producto del pectiva para tener una visión más atinada e integral sobre sus
género. causas y expresiones.
Leslie McCall (2005) considera que el género es Ahora bien, aun cuando el género remite a una lógica
una categoría analítica insuficiente para lo que se cultural milenaria, no es inmutable. Las relaciones de género
propone la teoría feminista —explicar la condición se han ido transformando históricamente y, además, varían
de los seres humanos— y argumenta a favor de la según las tradiciones de las diversas civilizaciones, ubicadas
“interseccionalidad” como una herramienta teórica en distintas regiones geográficas. Muchas investigaciones
más precisa. Privilegiar el género como el eje de exploran las diversas expresiones de los mandatos y prácticas
desigualdad más relevante es erróneo, ya que toda de género en otros tiempos y en otras culturas. Además, la
persona vive varias formas de opresión o discrimi- reflexión en torno al género como instancia de formación de
nación, y está marcada por múltiples condicionantes poder (político, militar, eclesiástico y económico) ha deriva-
sociales. Hay que tomar en consideración cómo se do en cientos de investigaciones no sólo de los campos de
articulan (intersectan) las diferentes desigualdades. las ciencias sociales, la psicología o la historia, sino también
El enfoque de la “interseccionalidad” critica el uso en la literatura, las artes, la educación, la comunicación, la
fetichizante de la “perspectiva de género”, ya que no medicina, la arquitectura y el derecho, donde existen mul-
visualiza la forma en que las distintas desigualdades titud de estudios y teorizaciones que investigan cómo las
son mutuamente constituyentes y reproducen los creencias y mandatos de género marcan el terreno sobre el
mecanismos de poder existentes entre los grupos que ocurren los demás.
(Ferree, 2009). En especial, lamenta que la mentada Además, la categoría género ha adquirido un valor ex-
“perspectiva de género” se haya vuelto un fetiche en tra-académico y se utiliza en el ámbito político para poner
la administración pública y en el diseño y la gestión atención en la forma como operan los condicionantes psí-
de políticas públicas, pues usualmente se la inter- quicos y los culturales en las asimetrías que existen en los
preta como “poner la mirada sobre las mujeres”. derechos y las obligaciones de las mujeres y los hombres,
y en cómo se traducen en capacidades y comportamientos
Género 289 g
distintos. Pero es imprescindible entender que la interacción sus papeles laborales y políticos, sexuales y afectivos. Ésta
del género con otros ejes (clase social, raza, edad, etcétera) es una ardua labor, ya que la sexuación del cuerpo es el dato
produce formas específicas y diferenciadas de opresión y que produce género. La sexuación no es una convención hu-
discriminación. Las políticas públicas de igualdad de género mana; sin embargo, el hecho de que la diferencia anatómica
deben reconocer que las mujeres no configuran un grupo ho- no sea una forma producida por la cultura, no implica en lo
mogéneo, sino que poseen distinta clase, pertenencia étnica, absoluto que los cuerpos escapen a la inscripción histórica y
edad, religión, orientación sexual, entre otros rasgos. cultural: los cuerpos están marcados por el género, la perte-
El debate contemporáneo sobre género guarda grandes nencia étnica y la clase social, entre otros aspectos, y el dato
afinidades con el proyecto desconstructivista del postestruc- corporal se entreteje con elementos imaginarios y simbólicos.
turalismo. Como el género propone una comprensión de la Finalmente, hablar de género es referirse a un filtro cul-
determinación situacional y relacional de los seres humanos, tural, a una identidad y a un conjunto de prácticas, creencias,
impulsa un cambio de paradigmas cognitivos racionalistas representaciones y prescripciones sociales. Por ende, no basta
y objetivistas. Al entender cómo los seres humanos apre- la comprensión de la manera en que la simbolización de la
henden como subjetivas a las relaciones que también son diferencia sexual estructura la vida material y simbólica, sino
sociales e históricas, es posible visualizar la existencia de un que es necesario comprender al género como un habitus, que
Yo relacional que produce sentimientos, percepciones y co- tiñe la forma en que internalizamos al mundo y que condi-
nocimientos filtrados por la operación simbólica que otorga ciona nuestras respuestas a él.
significados diferentes al hecho de tener cuerpo de mujer o
cuerpo de hombre. Por consecuencia, en el debate se revi- Bibliografía
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[…] la gerencia social puede ser entendida, en tér-
minos generales, como el conjunto integrado de
principios, prácticas y técnicas que permiten me-
diante su aplicación producir cambios significativos en
al menos una condición de bienestar en la población
objetivo a la que es referido, mediante el uso efectivo y
racional de recursos. Sus principios son: el impacto, la
equidad, la focalización, la articulación, la flexibilidad
y la participación social. La expresión operativa de la
Sus objetivos son: 1) favorecer una gestión social más El modelo escandinavo
eficiente, abierta, flexible y democrática; 2) definir y apli- El estudio del modelo escandinavo ha servido como referen-
car un nuevo paradigma de racionalidad gubernamental; 3) cia para la aplicación de una gerencia social con un alto grado
responder con mejor eficiencia estructural y organizativa de desarrollo. La importancia de este modelo radica en la
a las demandas básicas de la sociedad; 4) estimular las ta- atención que otorga el Estado a la política social. Los países
reas de coordinación interinstitucional dadas entre la vida escandinavos —Dinamarca, Finlandia, Noruega y Suecia— se
comunitaria y el papel del Estado; 5) redefinir de manera caracterizan por tener un alto grado de desarrollo en el aspecto
horizontal las relaciones de los ciudadanos y la vida comu- social (Esping-Andersen y Korpi, 1993: 373). A diferencia del
nitaria con la autoridad gubernamental; 6) redescubrir las modelo marginal1, el modelo institucional escandinavo2 ha logrado
cualidades de la vida comunitaria —capital social— para hacer de la solidaridad social de los habitantes de estos países
aprovecharlas con alcance de racionalidad pública, y 7) que un modelo que manifiesta en términos reales la importancia
los beneficiarios de los programas sociales intervengan de de la democracia participativa.
modo activo en su diseño e implantación.
Una característica importante del modelo escandinavo
Historia, teoría y crítica es hasta qué punto el derecho a un nivel de vida nor-
mal está divorciado del criterio del mercado. El sistema
La erradicación de la pobreza constituye una tarea importante ha emancipado a los individuos en la compulsión tra-
de los derechos humanos del siglo xxi. Educación, nutrición, dicional a trabajar y ahorrar para los tiempos difíciles,
vestido, vivienda, atención a la salud y al trabajo deben ser en un grado bastante considerable. En este sentido, los
no sólo metas del desarrollo, sino derechos inalienables de la viejos dogmas liberales de autosuficiencia y los nuevos
humanidad. En este contexto, la gerencia social se convier- dogmas liberales de ‘ayuda para autoayudarse’ han sido
te en una opción del gobierno para enfrentar dichos retos. reemplazados por un poderoso compromiso con la res-
Es un campo de conocimiento aún en proceso de cons- ponsabilidad social colectiva para el bienestar óptimo
trucción, experimentación, sistematización, demandado hoy de los ciudadanos (289).
por innumerables organizaciones públicas, sociales y privadas.
Su utilización es cada vez más importante por parte de los
gobiernos. En América Latina se comienza a estudiar desde
la década de los ochenta del siglo pasado. Su aplicación se
debe en gran medida a los diversos programas establecidos 1 El modelo marginal parte de la premisa de un compromiso
por la Comisión Económica para América Latina o por el con la soberanía del mercado. Estipula que los gobiernos sólo
Banco Interamericano de Desarrollo, a través del Instituto juegan un papel limitado en la distribución de la asistencia so-
cial. Una política social marginal parte de la hipótesis de que
Interamericano para el Desarrollo Económico y Social, sus la enorme mayoría de la población puede contratar su propia
impulsores han sido, entre otros, José Sulbrandt y Bernardo previsión social y que el Estado sólo necesita intervenir cuando
Kliksberg. los canales normales de distribución fallan (Esping-Andersen
La gerencia social es también un concepto en constante y Korpi, 1993: 373).
evolución, producto de la integración de distintas disciplinas 2 El rasgo característico del Estado asistencial escandinavo
y de las experiencias derivadas de los modelos de intervención contemporáneo puede ser expresado en términos de tres ca-
social; se ubica en un plano de conocimiento interdisciplinario, racterísticas esenciales. Primero, la política social es amplia
donde destacan las políticas públicas, la gerencia pública, la en su intento por ofrecer asistencia social. El alcance de la
teoría de la organización y el neoinstitucionalismo. intervención pública está definido en forma más amplia que
Se distingue por llevar a cabo el diseño e implantación de en la mayoría de las demás naciones y la política abarca un ex-
políticas públicas, a través de programas sociales participati- tenso rango de necesidades sociales. La segunda característica
vos, utilizando modelos organizacionales, criterios técnicos y distintiva es el grado hasta el cual se ha institucionalizado el
principio de derecho social. Los Estados asistenciales escandi-
procedimientos de la gestión pública, pero adaptándolos a los navos han investido a los ciudadanos con un derecho básico a
requerimientos particulares del ámbito social. Los programas recibir una gama sumamente amplia de servicios y beneficios
de desarrollo rural, autovivienda, salud comunitaria, educati- que, en general, tiene la intención de constituir un derecho
vos, etcétera, son un ejemplo del complejo ámbito en el que se democrático a un nivel de vida socialmente adecuado. La ter-
desarrolla. La especificidad del campo social y, sobre todo, el cera característica es la naturaleza solidaria y universalista de
logro de objetivos y metas requieren una identidad en cuanto al la legislación social. El Estado asistencial apunta a integrar e
análisis y solución de una infinidad de problemas. La respues- incluir a toda la población, más que a enfocar sus recursos ha-
ta del gobierno a las necesidades sociales exige de la gerencia cia grupos problemas en particular. Se emplea activamente la
social la aplicación de toda una gama de conocimientos cien- política social en la búsqueda de una sociedad más equitativa
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GLOBALIZACIÓN
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tema impostergable, México: Centro Latinoamericano de Ad- En segundo término, una nueva dinámica económica de-
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Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, pp. 185- 204. consecuente entrada en escena del modelo económico neoli-
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monio de Racionalidad Gubernamental (Tesis de Maestría en
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perspectivas de dos experiencias en Mesoamérica, México, Ins- A partir de finales de los años ochenta del siglo pasado
tituto de Administración Pública del Estado de México, se configuró el orden de la llamada Post Guerra Fría, cuya
Instituto de Administración Pública de Sinaloa. expresión más acabada se dio en los procesos de integra-
Mohan, Hari (1993), “Desarrollo centrado en la Gente”, en Bernardo
Kliksberg (comp.), Pobreza. Un tema impostergable, México:
1 Es conveniente advertir que en este texto se pondera la historia
Centro Latinoamericano de Administración para el Desa-
reciente de la globalización, por lo que no se abordan sus dis-
rrollo, Fondo de Cultura Económica, Programa de Naciones
tintas etapas en la era moderna. Para conocer los antecedentes
Unidas para el Desarrollo, pp. 219-239.
mediatos del proceso de globalización es menester hacer una
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1940 a mediados de la década de 1970, que está marcado por
Sánchez González, José Juan (2000), Gestión pública y governan-
las dos grandes guerras y el nacimiento del orden económico
ce, México: Instituto de Administración Pública del Estado
desarrollista. Y el tercero, que se extiende desde 1975 hasta la
de México, A.C.
fecha, identificado con la economía neoliberal (2007: 32-34).
Globalización 295 g
ción regional, en especial en la conformación de bloques Ulrich Beck presentó hace tiempo un ejemplo contun-
económicos como los representados por la Comunidad dente sobre cómo el desarrollo tecnológico ha roto con la
Económica Europea, el acuerdo trilateral de libre comercio estructura histórica de las relaciones de producción descrita
de América del Norte y el acuerdo de libre comercio de la por Karl Marx, cuando éste diseccionó el modus operandi del
Asociación de Naciones del Sudeste Asiático. capitalismo. Beck describe el nuevo modus operandi adminis-
Estos procesos de integración económica forzaron a los trativo de muchos aeropuertos internacionales cuando ilustra
Estados, especialmente a los más débiles, a revaluar su pa- que en horario nocturno, en el aeropuerto berlinés de Tegel,
pel en el escenario internacional, por lo que comenzaron a una voz comunica a los pasajeros que pueden abordar con
definir nuevas relaciones tanto con poderes multilaterales destino a Hamburgo. El tema relevante es que dicha voz per-
como con Estados fuertes, estableciendo arreglos y marcos tenece a una trabajadora que está sentada frente a su tablero
institucionales de acuerdo con la lógica del libre mercado, electrónico en California, Estados Unidos de América, y no
que enfatizaron los intereses económicos regionales y fueron en Berlín, Alemania.
diluyendo paulatinamente los nacionales. Beck aclara que esto ocurre porque después de las dieci-
El comercio exterior y la inversión extranjera directa, séis horas, la megafonía del aeropuerto berlinés es operada
elementos que han definido la globalización en su vertiente desde California, ya que ahí no hay que pagar horas extras a
netamente económica, se han dado fundamentalmente en los los trabajadores, y porque el costo de la remuneración salarial
tres bloques económicos regionales señalados. Este aspecto es para la misma actividad es considerablemente mucho más
indicativo de la inequidad del proceso, pues pareciera que la bajo que en Alemania. Esta situación resulta posible gracias
globalización económica se limita a Europa, Norteamérica y a las telecomunicaciones, lo cual da al traste con una premisa
el Sudeste Asiático, ya que, por sí solas, estas regiones concen- antaño inderogable del sistema organizativo del trabajo de las
tran el 85% de la inversión extranjera (Boyer y Drache, 1996). sociedades industrializadas: ya no existe la necesidad de que los
Por ello, John Zysman (1996) advierte que vivimos una trabajadores estén juntos en un lugar concreto para producir
globalización económica fragmentada, inacabada y desigual, determinados bienes o servicios (1998: 38-39).
pues la economía mundial está integrada por estas tres po- Es evidente entonces que la globalización, en su eje
derosas zonas geográficas en las cuales se produce cerca del económico, tiene efectos sin precedentes sobre el trabajo,
70% del producto bruto a nivel global. el comercio, la inversión y la diseminación de la tecnología.
Es necesario señalar que el desarrollo tecnológico ha Igualmente obvio es que el desarrollo tecnológico ha favo-
facilitado la integración de la economía y el crecimiento recido enormemente el proceso de globalización económica,
de corporaciones multinacionales (bancos y empresas) con lo cual lo hace significativamente diferente a la globalización
oficinas matrices centralizadas en un solo país, pero con la que, en su momento, experimentaron las primeras civiliza-
capacidad para comunicarse en tiempo real con sus sucursa- ciones, de la cual nos habla Aldo Ferrer en su Historia de la
les en el resto del mundo a efecto de realizar transacciones globalización (1996), así como de las olas globalizadoras de
monetarias e intercambio de información (Brooks y Guile, siglos más recientes.2
1987). Por su propia naturaleza económica, la historia reciente
Quizás el aspecto más relevante del avance tecnológico de la globalización ha concitado un sinnúmero de cuestio-
es que las innovaciones pueden ser desarrolladas y disemi- namientos, pues se le asocia casi irremediablemente a las
nadas más rápidamente, el capital humano puede ser usado posiciones neoliberales. Empero, un punto importante a
a conveniencia y las transacciones financieras cobran veloci- considerar es que el proceso de globalización va más allá del
dad. La tecnología posibilita así la movilidad de los factores neoliberalismo, por más que este último se presente como la
de la producción, a excepción de la tierra, para ofrecer más parte culminante de aquél. Ésa es simplemente una visión
productos y servicios al consumidor final. ideológica que Ulrich Beck ha caracterizado con el término
Michel Albert indica que el fenómeno de la globalización globalismo.
económica no se habría estructurado a gran escala sin medios Sin embargo, para analizar las repercusiones que ha traído
tecnológicos y jurídicos de por medio. En el ámbito tecnoló- para los Estados, los grupos sociales y los individuos menos
gico, la informática y las telecomunicaciones beneficiaron al favorecidos, la forma en que ha sido conducida reciente-
sistema financiero internacional. Con computadoras, nodos y mente la globalización resulta pertinente traer a colación la
satélites las transacciones financieras pudieron circular libre- evaluación que sobre el malestar social en la globalización ha
mente a través del mundo a velocidad on line. Albert advierte formulado Joseph Stiglitz, personaje importante si se toma en
que la introducción de las nuevas tecnologías de la informa- cuenta que vivió de cerca la toma de decisiones en un orga-
ción y la comunicación ha permitido disminuir en un 98% el nismo encargado de diseñar políticas apegadas a la doctrina
costo de dichas transacciones, lo cual hace más asequible que
nunca el negocio de las acciones que cotizan en las bolsas de
valores, así como la compra-venta de diversos instrumentos
financieros. De acuerdo con esta visión, la tecnología ha pro- 2 Para adentrarse al tema histórico de la globalización, además
porcionado el vector de la expansión financiera (1992: 169). del texto de Aldo Ferrer, véase Germán Pérez Fernández del
Castillo y Juan Carlos León y Ramírez, 2008.
g 296 Globalización
de libre mercado, cuando se desempeñó como vicepresidente políticas macroeconómicas favorables a las grandes empre-
del Banco Mundial. sas (por ejemplo políticas de reducción o eliminación de las
En su obra El malestar en la globalización, Stiglitz (2006) barreras arancelarias), pero con efectos sociales negativos
realiza un análisis crítico sobre el proceso de globalización para las realidades de los países en desarrollo a las que están
en su vertiente estrictamente económica, destacando las ra- enfocadas (siguiendo con el ejemplo, se desincentiva el mer-
zones por las cuales la doctrina neoliberal no ha conseguido cado interno con una medida como la eliminación gradual
los resultados esperados en los temas relativos a la reducción de los aranceles).
de la pobreza y el progreso económico, principalmente en los Esta situación ha dado origen a la conformación de gru-
países en vías de desarrollo. pos a nivel mundial contrarios a la forma en que ha sido
Stiglitz reprocha las políticas económicas derivadas del conducida la globalización, conocidos inicialmente como
llamado Consenso de Washington, acuerdo de la Comisión globalifóbicos, después como altermundistas y hoy como in-
Trilateral emanado hace casi cuatro décadas y promovido tras dignados. Lo que hay que subrayar es que la crítica se debe
el fin de la Guerra Fría por las grandes potencias económicas, centrar en las políticas de quienes conducen la globalización
las empresas transnacionales y los organismos financieros (los neoliberales), más que en la globalización en sí misma,
internacionales a efecto de poner en marcha principios eco- pues ésta representa un proceso que aunque integra al libre
nómicos apegados a las tesis del libre mercado: liberalización mercado, va mucho más allá de aquél.
de la economía, ajustes estructurales en la intervención eco- Existen muchas teorías que han intentado explicar el
nómica del Estado (desregulación), control de la inflación, proceso de globalización desde posiciones panegíricas, inter-
recortes al gasto social y primacía de la libre empresa. medias, críticas e hipercríticas. Este texto se concentrará en
Para el economista estadounidense, los actores que pro- los análisis que han realizado Ulrich Beck, Anthony Giddens
movieron el modelo neoliberal fallaron en la prevención de y Zygmunt Bauman, pues sus reflexiones, aunque contienen
desastres financieros como los experimentados en Etiopía, juicios sobre la globalización, resultan útiles para centrar el
Rusia y Argentina, por mencionar los casos más emblemá- problema de su conceptualización.
ticos de los años recientes. En contraste, destaca que si se Para abordar el tema, Ulrich Beck ha propuesto una suge-
revisan las experiencias de naciones que no siguieron esas rente distinción entre los términos globalidad, globalización y
recomendaciones al pie de la letra (China, Japón y Corea del globalismo. Para el sociólogo alemán, la diferencia entre estos
Sur), se encontrará que gozan de mayor estabilidad y pros- conceptos es trascendente para no incurrir en confusiones
peridad económica. que dificulten la comprensión de los fenómenos actuales y se
Aun así, el autor cree que no debe penalizarse a la glo- tienda a utilizar estos términos como sinónimos, cuando en
balización per se, pues también ha generado condiciones la práctica, si bien refieren procesos adyacentes, su significa-
excepcionales alrededor del mundo, como el comercio do es distinto. Según Beck, hay que definir estos conceptos
internacional que ha propiciado el incremento en las ex- en orden de prelación y sabiendo que, en ese orden, cada
portaciones, la reducción del aislamiento de muchos países uno lleva al otro.
en desarrollo al serles transferidos nuevos conocimientos y El primero de estos conceptos, la globalidad, constata
tecnologías, así como la disposición de ayuda financiera in- simplemente que desde hace bastante tiempo vivimos en
ternacional para la promoción del bienestar en esos países. una sociedad mundial. Acudiendo a la tesis de Immanuel
Por ello, para Stiglitz la globalización es la “integración Wallerstein, Beck señala que desde el siglo xvi el capitalis-
más estrecha de los países y los pueblos del mundo, producida mo ha requerido la formación de circuitos internacionales de
por la enorme reducción de los costes de transporte y comu- intercambio que le den soporte y razón de ser, dando lugar
nicación, así como por la porosidad de las barreras artificiales a lo que en teoría de sistemas se denomina sistema mundo:
a los flujos de bienes, servicios, capitales, conocimientos y (en un modo de organización económica que, a diferencia de los
menor grado) personas a través de las fronteras” (2006: 34). imperios, no implica una determinada estructura territorial
No obstante su visión optimista, Stiglitz considera que se y política, pero sí el intercambio de bienes y servicios para
deben ponderar también los desaciertos de la globalización, cerrar el ciclo económico.
materializados principalmente (pero no únicamente) en las En la interpretación de Beck, la globalidad significa que
pésimas condiciones de vida de los ciudadanos de muchos hace ya bastante tiempo que vivimos en una sociedad mun-
países del mundo. dial, de tal forma que el argumento de los espacios cerrados
De acuerdo con Stiglitz, el origen de estas fallas del mer- es ficticio, ya que no existe ningún país ni grupo que pueda
cado se encuentra al interior de las instituciones que controlan vivir al margen de los demás. Para Beck, las distintas redes
el proceso de globalización, como el Fondo Monetario In- económicas, culturales y políticas no han dejado nunca de
ternacional (fmi) o la Organización Mundial del Comercio entremezclarse y por eso el proceso de globalización no es
(omc), en virtud de que éstas responden casi exclusivamente necesariamente un fenómeno novedoso (1998: 28).
a los intereses económicos de sus socios y aliados. En contraparte, para Beck la globalización es el conjunto
Por ese motivo, los acuerdos emanados del Consenso de de procesos en virtud de los cuales “los Estados nacionales
Washington son totalmente parciales, pues han promovido soberanos se entremezclan e imbrican mediante actores
Globalización 297 g
transnacionales y sus respectivas probabilidades de poder, cia en la nueva era industrial-tecnológica, la transformación
orientaciones, identidades y entramados varios” (29). En ese (y destrucción) gradual del medio ambiente para crear un
sentido, Beck entiende la globalización como un fenómeno entorno artificial, así como la acumulación de capital en el
esencialmente político, sobre todo por la marcada hegemonía contexto de mercados transnacionales competitivos de tra-
de los intereses del capital transnacional y su expresión en el bajo y producción.
plano del diseño del nuevo orden político mundial (ésta es En su texto Consecuencias de la modernidad, apoyado en
una concepción muy parecida a lo que los franceses entien- la idea del espacio-tiempo, ensaya una definición de glo-
den por mundialización). balización, caracterizándola como “la intensificación de las
En ese tenor, la globalización tiene que ver con las es- relaciones sociales en todo el mundo por las que se enlazan
trategias de las corporaciones transnacionales, como la lugares lejanos, de tal manera que los acontecimientos lo-
internacionalización del capital en sus modalidades de pro- cales están configurados por acontecimientos que ocurren
ducción, circulación y consumo, así como con los distintos a muchos kilómetros de distancia o viceversa” (Giddens,
arreglos institucionales —internacionales y nacionales— que 1994: 67-68).
cobijan esas estrategias. Una década después, en su libro Un mundo desbocado, Gi-
La globalización articula procesos que alteran las prácticas ddens opta por una visión más radical al concebir el proceso
de los gobiernos nacionales. La manera en que éstos se mani- de globalización como un runaway world, un mundo finan-
fiestan es a través de la formación de bloques geoeconómicos ciero sin ataduras ni reglas que arrasa con todo a su paso: el
que impactan las prácticas políticas de los gobiernos locales accionar de los gobiernos locales, las palancas tradicionales de
y de un modo más evidente si éstos son débiles. la política económica (el empleo, los salarios, las pensiones)
Es por eso que Beck propone la tesis de que la globali- y el modus vivendi de los propios individuos.
zación cuestiona el presupuesto fundamental de lo que él De acuerdo con el sociólogo inglés, la globalización repre-
llama la primera modernidad, entendida como “la noción senta un momento crucial de transición histórica con carácter
de una sociedad que se constituye en el marco de un Estado ambivalente. Por un lado muestra sus ventajas —como el
nacional” (2001: 13), caracterizada por una política de Es- acceso a las telecomunicaciones, la tecnología y la ciencia—,
tado de bienestar con identidades colectivas, relativamente aunque acotadas a zonas concretas del planeta (Estados Unidos
homogéneas y definidas por la tradición del progreso a partir de América, Europa y una parte de Asia). Por otro lado, las
del pleno empleo y una ética del trabajo. medidas de libre mercado a ultranza, impulsadas por quienes
Beck afirma que este modelo, cuyo auge se dio en la pos- conducen la globalización y los diseños institucionales ad hoc,
guerra, ha sido puesto en tela de juicio por una radicalización perturban las vidas de millones de habitantes de todo el globo.
de la Modernidad. Por ello, plantea acuñar el término segunda Al ser un proceso de dos caras, Giddens cree que la opción
modernidad con el fin de comprender la globalización como es plantear la crítica en términos de los efectos sociopolíticos
un proceso histórico donde la individualización de la sociedad que la internacionalización de la economía trae consigo. De
(materializada en las nuevas legislaciones que se orientan más acuerdo con este autor en la economía electrónica global,
hacia las personas que hacia los grupos sociales) alcanza su gestores de fondos, bancos y empresas transfieren cantidades
máxima expresión, dando al traste con la visión asistencialista enormes de capital de un lado del mundo a otro en un abrir y
y desarrollista de la primera modernidad. cerrar de ojos. Al hacerlo pueden desestabilizar economías só-
Para terminar con la distinción entre los términos, Beck lidas, como sucedió en Asia en los años noventa del siglo xx.
llama globalismo a la construcción ideológica que predica el Giddens refiere que esto es posible ya que a diario más de
carácter inevitable e irrevocable de la forma en que ha sido mil millones de dólares sin patria circulan en los mercados
conducido el proceso de globalización. El globalismo repre- mundiales de capitales,3 lo que representa un aumento consi-
senta el dominio del mercado y su primacía en el derrotero derable respecto a lo que acontecía hace apenas unas décadas.
mundial. Por ello, el valor del dinero que podamos tener en nuestros
El globalismo es la concepción parcial y errónea del proce- bolsillos o nuestras cuentas bancarias cambia al instante se-
so de globalización, por lo que es preciso poner de manifiesto gún las fluctuaciones de los mercados (Giddens, 2005: 22).
la complejidad de la globalización y la simplicidad del dis- Aunque, por lo general, se ponderan los desatinos de la
curso ideológico del neoliberalismo. globalización, el autor considera que se deben ver los otros
Anthony Giddens también ha trazado en algunas de sus
obras los rasgos distintivos que configuran el proceso de glo-
balización. A principios de la década de los noventa del siglo 3 René Passet señala que a diario las transacciones puramente
pasado, Giddens concibió las grandes transformaciones eco- especulativas alcanzan la cantidad de 1. 3 billones de dólares,
nómicas y políticas derivadas del fin de la Guerra Fría como esto es, 1. 3 millones de millones de dólares. Para tener una idea
un proceso de modernización avanzado. de esa cantidad de dinero, tomemos como referencia que, en
De acuerdo con Giddens, el proceso de globalización se el mundo hispano, un billón equivale a un millón de millones.
configuró a partir de cuatro ejes: el control de la información Se expresaría numéricamente así: 1,000,000,000,000 (Passet,
y la supervisión social, el control de los medios de la violen- en Bauman, 2001: 90).
g 298 Globalización
efectos del proceso en un sentido integral, lo que, a su juicio, capital financiero en el orbe y la diseminación de los avances
es la parte rescatable de la globalización. tecnológicos y científicos. Sin embargo, para él, estos aná-
Entre esos rasgos positivos del orden global —motivados lisis son parciales, pues si bien ponen de manifiesto ciertos
principalmente por los flujos de información a gran escala y beneficios, no advierten sobre los efectos nocivos vincula-
sin restricciones— encontramos la promoción de la cultura dos principalmente a la exclusión y al desarrollo de ciertas
democrática y los derechos humanos, la igualdad jurídica del patologías sociales como la incertidumbre o el desempleo,
hombre y la mujer, la promoción de la ecología, la caída de derivadas de la merma de la actividad política en los proce-
regímenes autoritarios, así como la cooperación internacio- sos de toma de decisiones que se materializa en la pérdida
nal para el desarrollo. Por esos motivos, para el teórico de la de autoridad de los gobiernos, o lo que autores como Susan
tercera vía, aunque se ha transformado paulatinamente, se Strange llaman la retirada del Estado.
debe seguir confiando en la estructura estatal como el dique Bauman refiere que el Estado era justamente una instan-
que haga frente a los riesgos que puede generar el desbocado cia que reclamaba para sí “el derecho legítimo de formular
proceso de globalización. e imponer las reglas y normas a las que estaba sujeta la ad-
Zygmunt Bauman es otro autor central para caracterizar ministración de los asuntos en un territorio”. De ahí que
la globalización, pues es él quien la ha asemejado con un se esperaba que dichas reglas y normas transformaran “la
“mundo líquido”, un orbe donde los referentes con los que contingencia en determinación, la ambivalencia en Eindeu-
interpretamos la vida sociopolítica ya no llegan para quedar- tigkeit, el azar en regularidad, el caos en orden” (2001: 82).
se, sino que hacen de la constante mutación su mejor aliado. En esta apretada síntesis de las posiciones teórico-con-
La metáfora del mundo líquido es ilustrativa ya que, aten- ceptuales de los autores referidos, hay que destacar que en
diendo a las leyes de la física, lo sólido casi siempre perdura ellos existe una coincidencia en el sentido de reprobar la in-
en su forma, en contraparte a lo líquido, que continuamente terpretación económica unidimensional que el neoliberalismo
se adapta a otro tipo de formas. No habría mejor manera de le ha dado a la globalización, pues esta última implica temas
caracterizar la globalización que como la etapa del resque- que van más allá de los aspectos financiero y mercantil. Por
brajamiento de lo sólido y la fluidez de lo líquido. ello, como se señalaba con anterioridad, en sentido estricto,
Según Bauman, la sociedad moderna líquida es aquélla no habría por qué condenar la globalización en sí misma,
donde “las condiciones de actuación de sus miembros cam- pues, en todo caso, la crítica debe dirigirse a la ideología que
bian antes de que las formas de actuar se consoliden en unos se desprende de lo que Beck llama globalismo.
hábitos y en unas rutinas determinadas” (2006b: 9). Por ello, También conviene apuntar, para efectos de la utiliza-
el autor considera que en un contexto de vida líquida, como ción del concepto globalización, que éste hace referencia
el que trae aparejado el proceso de globalización, no se pue- a las interacciones entre los distintos actores mundiales
de mantener el derrotero social durante mucho tiempo, ni (primordialmente los Estados poderosos, las empresas trans-
se puede planear a largo plazo. nacionales y los organismos financieros globales), que son
Bauman afirma que debido a las cambiantes condiciones producto de los procesos de apertura comercial y avance
de vida que se han estado experimentando en los últimos tecnológico que alteran los ámbitos de la vida política y so-
años, habría que tomar en cuenta las consecuencias huma- ciocultural de las naciones, los grupos sociales y los individuos
nas que todo ello ha generado para millones de habitantes de todo el planeta desde hace más de un cuarto de siglo.
del planeta. En específico, le interesa advertir sobre lo que Al referirnos en específico a la conducción ideológica de
ha traído consigo la pérdida de centralidad del Estado y las la globalización por parte del neoliberalismo es pertinente
decisiones de actores económicos mundiales identificados utilizar el término globalismo acuñado por Beck, a efecto de
con el neoliberalismo. diferenciarlo de globalización.
Para Bauman, el quid del asunto es que el discurso ema- Asimismo, es menester advertir el carácter ambivalente
nado de los grandes centros financieros de poder equipara la de la globalización, ya que como señala Giddens, por un lado
globalización con el libre mercado y no da pauta a concebirla trae aparejadas circunstancias poco favorables para muchos
de otra forma, y señala que habría que desenmascarar la ideo- habitantes del planeta, al mismo tiempo que genera bene-
logía subyacente que orilla a abordar la globalización como la ficios insoslayables como la diseminación a gran escala de
expansión al por mayor de las leyes del mercado a todos los avances científicos, tecnológicos y en materia de expansión
Estados y como modo de vida de los individuos del planeta. de los derechos políticos.
Por eso, para el sociólogo de origen polaco la globalización También hay que indicar, con Bauman, que las conse-
es “la idea que expresa el carácter indeterminado, ingoberna- cuencias humanas de la globalización han sido igualmente
ble y autopropulsado de los asuntos mundiales” (2001: 80). progresivas y se han traducido principalmente en el trastor-
La globalización representaría entonces el nuevo desorden no de las condiciones de vida de millones de personas en el
mundial pero con otro nombre. mundo que se han visto orilladas a vivir en la incertidumbre,
Según Bauman, los primeros estudios en torno a la a experimentar en carne propia los efectos de la vida líquida.
globalización abordaron los procesos de eliminación de las Ya sea como segunda modernidad, mundo desbocado o
fronteras físicas entre los distintos Estados, el libre flujo de modernidad líquida, la globalización ha llegado para que-
Globalización 299 g
darse e interferir en la vida socioeconómica y sociopolítica laboral, la conformación de nuevas identidades y procesos de
de naciones, grupos sociales e individuos. No se puede negar creciente individuación.
que es un proceso de interés público con repercusiones en Las organizaciones dedicadas al crimen internacional
el ámbito privado. cuentan con mayor capacidad para disputar a los Estados el
monopolio de la violencia y desafiarlos con una economía pa-
Líneas de investigación y debate ralela que promueve el comercio de productos ilícitos (drogas
contemporáneo y armas), además de bienes y servicios sui géneris (mercancía
de contrabando, productos piratas, tráfico de personas y re-
Con el proceso de globalización, las humanidades y las des de prostitución).
ciencias sociales, y en particular la ciencia política, la adminis- Por último, la forma en que la globalización es presenta-
tración pública, las relaciones internacionales, la antropología da por el neoliberalismo hace que ésta se autoinstituya como
social y la sociología, están obligadas a rediseñar su marco un proceso determinista y como si fuera para siempre, dando
analítico, pues muchos de los referentes con los que está- como resultado que el Estado aparezca imposibilitado para
bamos acostumbrados a pensar la vida social han perdido hacer frente a los problemas de gobernabilidad que históri-
vigencia; han migrado hacia lo que Ulrich Beck denomina camente había atendido, tal como lo habían establecido las
categorías zombis, categorías que aún se siguen utilizando teorías tradicionales del Estado desde la de Nicolás Maquia-
sólo porque no contamos con otras que expliquen el devenir velo hasta la de Max Weber.
del mundo actual. Ante el nuevo panorama que las ciencias sociales tienen
En ese sentido, el proceso de globalización nos obliga a frente a los desafíos que plantea el proceso de globalización,
reflexionar en torno a los siguientes temas: es necesario repensar cómo se entienden hoy las tareas del
El quehacer estatal se ha vuelto dependiente de la globa- Estado, las acciones de gobierno, los referentes de la soberanía
lización económica, amén de que se encuentra bajo la presión y la legitimidad, las nuevas formas de interacción social, la
del capital transnacional y está incapacitado de facto para dar representación y los procesos que cimientan la gobernabili-
respuesta a demandas de bienestar social: salario, empleo, dad. En suma, resulta indispensable reflexionar sobre cómo
pensiones. Esta situación se traduce, por un lado, en pérdida la globalización y los cambios vertiginosos están desgastando
de soberanía y, por otro, en escasez de legitimidad. el léxico que utilizábamos hace apenas unos años para in-
El modelo económico neoliberal promueve que los or- terpretar la actividad política y comprender la vida pública.
ganismos financieros internacionales y los grandes capitales
operen para definir las políticas financieras en el orbe, lo cual Bibliografía
da poco margen de maniobra a los Estados y sus administra-
ciones públicas para implantar las propias, principalmente si Albert, Michel (1992), Capitalismo contra capitalismo, Buenos Ai-
hablamos de Estados débiles. De ahí que incluso el propio res: Paidós.
procedimiento democrático moderno enunciado por Norber- Axford, Barrie (1995), The Global System: Economics, Politics and
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to Bobbio —en el sentido de que elegimos a quienes toman
Altvater, Elmar y Birgit Mahnkopf (2008), La globalización de la
decisiones por nosotros— se vea mermado. inseguridad. Trabajo en negro, dinero sucio y política informal,
Como resultado de lo anterior, el binomio legitimi- Buenos Aires: Paidós.
dad-bienestar ha dejado de tener vigencia, lo cual genera Bauman, Zygmunt (2001), La globalización. Consecuencias humanas,
crisis al interior de los gobiernos. Si a ello agregamos el dile- México: Fondo de Cultura Económica.
ma legitimidad-eficacia, el panorama se complica aún más, ya _____ (2005), Vidas desperdiciadas. La modernidad y sus parias, Bar-
que se ha fracturado la concepción heredada de la posguerra celona: Paidós.
del quehacer estatal (Welfare State) en detrimento de la go- _____ (2006a), Modernidad líquida, Buenos Aires: Fondo de Cul-
bernabilidad, pues se intenta vincular a toda costa legitimidad tura Económica.
con eficacia cuando en los hechos es una relación inviable. _____ (2006b), Vida líquida, Barcelona: Paidós.
Beck, Ulrich (1998), ¿Qué es la globalización? Falacias del globalismo,
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proceso de legitimación estatal provoca que, en nuestros _____ (2004), Poder y contrapoder en la era global. La nueva economía
días, organismos financieros y poderes económicos, princi- política mundial, Barcelona: Paidós.
palmente, tomen decisiones que afectan la vida de todo el Beck, Ulrich et al. (2001), Presente y futuro del Estado de Bienestar: el
orbe. Vale decir que además de que estos actores no tienen debate europeo, Buenos Aires: Miño y Dávila.
ningún tipo de representación ni legitimidad, no tienen nin- Beck, Ulrich y Elisabeth Beck-Gernsheim (2008), Generación
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g 300 Globalización
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Goldin, Ian y Kenneth Reinert (2007), Globalización para el de-
definición partiremos de su relación con el Estado, el poder
sarrollo. Comercio, financiación, ayuda, migración y políticas, y el gobierno. En este sentido, el Estado moderno, al ser el
Bogotá: Planeta, Banco Internacional de Reconstrucción y centro del poder del sistema político, puede presentar sus
Fomento, Banco Mundial. intereses particulares como los de la sociedad (ciudadanos,
Habermas, Jürgen (2000), La constelación posnacional, Barcelona: partidos políticos, organizaciones sociales, sindicatos, entre
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Publishing, Norma. gobernados, es decir, esta visión considera un Estado que
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En este sentido, considerando además dos condiciones
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mundo de hoy, Barcelona: Paidós. caces, con el objetivo de garantizar la estabilidad política,
Zolo, Danilo (2006), Globalización: Un mapa de los problemas, Ma- social y económica de la sociedad en su conjunto” (Arbós y
drid: Mensajero.
Giner, 2002: 5).
Gobernabilidad 301 g
La gobernabilidad nos refiere directamente a la noción teles y Platón llegaron a reflexionar acerca de qué gobierno
de gobierno, que en una acepción del término significa “ti- era mejor, si el de los hombres o el de las leyes.
món de la nave” (rae, 2006: “Gobernabilidad”), el cual en En las formas de gobierno es más significativo el poder y
sentido metafórico nos indica que mientras el gobierno es las relaciones entre los entes a los que la constitución asigna
el guía del barco (sistema político), los gobernantes serán los el ejercicio del poder, en cambio, en los tipos de Estado
timoneles y los gobernados la tripulación. Sin embargo, no tiene una mayor consideración “las relaciones de clase, las
es el gobierno per se lo que permite gobernar o ser el timón relaciones entre el sistema de poder y la sociedad subyacente,
de la sociedad, como tampoco lo es que la sociedad sea go- las ideologías y los fines de carácter histórico y sociológico”
bernable por sí misma, sino la construcción de los términos (Bobbio, 2010a: 145). Hay además, dentro de la teoría general
de referencia que se conforman entre ambas partes como del Estado, tres tipologías clásicas de las formas de gobierno,
demandas societales, las cuales se pueden expresar en la ca- a saber: las que define Aristóteles (monarquía, aristocracia
pacidad y manejo de recursos con que cuentan el gobierno y y democracia); Maquiavelo (monarquía y república) y
sus gobernantes y, por el otro extremo, las demandas, recursos Montesquieu (a la tricotomía de Aristóteles agrega el criterio
y apoyos que solicitan los gobernados. No obstante, con el de principios de obediencia ressorts); en general, la diferencia
tiempo, este proceso puede verse afectado en su desarrollo, lo entre estas tipologías se ubica en las posiciones que guardan
que provoca el fenómeno de ingobernabilidad, consecuencia los gobernantes respecto a los gobernados.
del incumplimiento del pacto entre Estado y sociedad, lo que Sin embargo, es hasta la mitad de la década de los se-
podría conducir a escenarios de inestabilidad política, social tenta del siglo xx, derivado de las crisis de las economías
y económica. Cabe aclarar que la disensión civil y la ingo- desarrolladas, el debilitamiento del Estado de bienestar, la
bernabilidad en un sentido estricto no son lo mismo, aunque irrupción de movimientos sociales en el escenario mun-
muy probablemente sea, en algunos casos, una la causa de dial, el aumento de las demandas ciudadanas y una mayor
la otra. Asimismo, la ingobernabilidad puede ser ocasionada participación social en la acción pública, cuando surge de
por factores internos y externos, debido a que el Estado de manera significativa el concepto de gobernabilidad en las
derecho se vulnera por causas internas, propias del sistema ciencias políticas y sociales, en la filosofía política y el dis-
político, lo que incita a cierto grado de ingobernabilidad, curso político.
mientras que los factores externos afectan más al status quo Para el caso de América Latina en particular, el debate ini-
del Estado. La gobernabilidad y la ingobernabilidad no se cia en la década de los ochenta, centrándose principalmente
deben analizar de manera estricta como dos polos opuestos, en tres causas fundamentales: el debilitamiento y reforma del
es decir, no hay que concebir estos dos términos de manera Estado interventor, la crisis económica y la consolidación de
absoluta, sino más bien hay que plantear la situación a ma- gobiernos democráticos en la región (democracia sobre auto-
nera de grado o niveles en ambos términos. ritarismo). Esta transición de gobiernos militares a gobiernos
En suma, la definición que se propone al inicio es una civiles provocó un cambio radical en el debate político y teó-
aproximación que expresa de una manera tensa pero positiva rico, toda vez que, al contar ya con gobiernos democráticos, el
el papel del gobierno y sus gobernantes con relación a los análisis se centró en el cómo gobernar democráticamente. La
gobernados, respecto al pacto que hay entre ellos. También problemática de la crisis de gobernabilidad, al trasladarse a esta
considera tanto la calidad y desempeño de los aparatos bu- discusión, se transforma de crisis a construcción de democracia.
rocráticos como la calidad y resultados de la formulación de Desde la década de los noventa se observa que los go-
las políticas para resolver los conflictos; en otras palabras, bernantes centran sus preocupaciones en las consecuencias
refleja el grado de legitimidad y eficacia con que se realiza sociales y económicas de los mecanismos que utilizan para
la acción de gobierno y el respaldo social con que se recibe lograr mantenerse en el poder y ganar legitimidad ante los
esta acción por parte de la sociedad (grado de aceptación gobernados, esto se da en un ambiente de mayor presión a la
popular del gobierno). De esta manera, la responsabilidad democracia y, en consecuencia, a la gobernabilidad.
por mantener la estabilidad del sistema político recae tanto Ahora bien, es hasta el año 1975 cuando el sociólo-
en el gobierno como en la sociedad en su conjunto. go francés Michel Crozier, el politólogo norteamericano
Samuel P. Huntington y el sociólogo japonés Joji Watanu-
Historia, teoría y crítica ki presentan los resultados de su investigación The Crisis of
Democracy. Report on the Governability of Democracies to the
La presencia del gobierno y la inquietud para realizar un buen Trilateral Commission, obra que se convirtió en un hito para
desempeño de la acción de gobernar ha sido una constante el estudio de este tema. En este informe, los autores tienen
en la vida civilizada de la humanidad. Existen desde el año como objetivo explicar el escenario de las democracias, hasta
165 a.C., en los edictos de Kao-Tsu y Hsiao-Wen, quienes cierto punto pesimista, en sus países. Proponen un diagnós-
crearon la burocracia profesional en la China imperial, an- tico de la situación política, social y económica, el cual tuvo
tecedentes de elementos de eficacia y eficiencia para el buen como resultado significativo que la crisis de gobernabilidad
gobernar. De modo similar, en la antigua Grecia, ya Aristó- democrática se manifiesta cuando existe un desequilibrio de
las relaciones entre gobierno y gobernados. De acuerdo con
g 302 Gobernabilidad
Manuel Alcántara, este informe determina cuatro tendencias La tercera se fundamenta en un enfoque neomarxista.
que ocasionan dichos desequilibrios (1995: 33): James O’Connor, Jürgen Habermas y Claus Offe son sus
principales representantes. O’Connor refiere que la crisis
1) “Deslegitimación de la autoridad y la pérdida de fiscal del Estado es el resultado de sus propias contradic-
confianza al liderazgo” del gobierno ocasionado por ciones en una etapa de capitalismo avanzado, las cuales se
las aspiración a mayor igualdad e individualidad de- ven afectadas por un sistema democrático. Por su parte,
mocrática de la sociedad; Habermas propone una situación de doble crisis: a) “cri-
2) “Sobrecarga del gobierno”, lo que origina una sis de entrada”, relacionada con la crisis de legitimidad, la
“expansión de la participación política” y de la cual se manifiesta cuando el sistema legitimatorio no puede
actividad gubernamental, además de que la lenta mantener el nivel necesario de lealtad de las masas al eje-
capacidad de respuesta de los gobernantes ante cutar los mecanismos de control que demanda el sistema
las demandas ciudadanas representa una amenaza económico, y b) “crisis de salida”, relacionada con la crisis
efectiva para la democracia; de racionalidad, la cual se manifiesta cuando el sistema ad-
3) Crisis por la “intensificación de la competencia po- ministrativo no puede conducir los “mecanismos de control”
lítica” y división de los partidos políticos; que demanda el sistema económico (34-35).
4) Políticas cada vez más nacionalistas ante la inter- Una cuarta hipótesis es la que aporta Bourricaud, quien
vención del sector externo. considera la gobernabilidad como un “conjunto de condiciones”
que garantizan el ejercicio del poder sin el riesgo de violen-
Por su parte, Gianfranco Pasquino nos dice que en la ac- tarse, lo que implica la existencia de un mínimo de cohesión
tualidad la noción de ingobernabilidad es más utilizada para y unidad social. Una de las condiciones a que se refiere es “la
referirnos a la crisis de gobernabilidad, la cual tiene dos en- existencia de un sistema normativo respetado por las autorida-
foques pesimistas: el primero, aquél que le adjudica la crisis des centrales con el uso ocasional de sanciones efectivas” (36).
al gobierno y a los gobernantes derivado de su incapacidad, y Considera, además, la posibilidad de que las crisis de gobernabi-
el segundo, que se refiere a que la ingobernabilidad es ocasio- lidad pueden ser producto directo de la formación y evolución
nada por la “demanda excesiva de los ciudadanos” (Pasquino, de grupos minoritarios que irrumpen el equilibrio del orden
1988: “Gobernabilidad”). Argumenta tres hipótesis acerca de político, social y económico, su expresión más extrema es el
las causas de la ingobernabilidad: 1) es consecuencia de una terrorismo (35-36).
“sobrecarga” de las demandas de los ciudadanos, toda vez que En este mismo sentido, Camou nos menciona que el
la respuesta inmediata del Estado es una mayor intervención pensamiento político de la gobernabilidad versa sobre tres
que origina un mayor endeudamiento, es decir, genera una componentes fundamentales: eficacia/eficiencia (tradición
crisis fiscal del Estado; 2) es un problema de naturaleza po- de la razón de Estado), legitimidad (tradición del buen go-
lítica relacionado con la autonomía, complejidad, cohesión bierno) y estabilidad, mismos que se pueden relacionar de
y legitimidad de las instituciones; 3) es el resultado de una manera individual o combinados. Estos componentes, a su
crisis de gestión administrativa del sistema y de una crisis vez, se basan en dos concepciones opuestas, por un lado se
por la falta de apoyo de los ciudadanos a sus gobernantes. encuentra la ética que define su interés en la construcción del
Manuel Alcántara ahonda más respecto de estas tres hipó- modelo del buen gobierno y, por otro lado, ubica a la política
tesis de Pasquino y retoma a François Bourricaud para plantear presentándola como un sistema de ejercicio del poder. Estos
una cuarta hipótesis. Define la primera como un planteamiento tres componentes son los siguientes:
neoconservador y negativo (ingobernabilidad), representado
por Daniel Bell y Samuel P. Huntington, donde el informe a) Gobernabilidad y eficacia (tradición de razón Es-
The Crisis of Democracy cobra su mayor connotación (Alcán- tado). Considera como elemento significativo la
tara, 1995: 33). relación “eficacia/eficiencia en el ejercicio del poder
Sobre la segunda plantea que es elaborada por econo- político”, es decir, de la acción del gobierno. La go-
mistas neoliberales, políticamente conservadores, quienes bernabilidad es considerada una propiedad de los
consideran que la teoría keynesiana presiona la democracia, sistemas políticos, en donde sus objetivos se pueden
lo que a su vez genera una “mezcla inestable”. Los políticos llegar a cumplir con menores costos. La relación
son considerados como “dilapidadores empedernidos” por- entre gobernabilidad y eficacia/eficiencia se aproxi-
que gastan más de lo que recaudan, y el Estado es visto como ma al concepto de razón de Estado de Maquiavelo.
una fuente inagotable de recursos capaz de atender todas las Pensadores como Thomas Hobbes, Niklas Luh-
demandas de los ciudadanos, lo que pone en riesgo a la gober- mann y Max Weber —y, en general, la escuela del
nabilidad. El fenómeno económico de la inflación se deriva pensamiento conocida como realismo político—
del déficit del gobierno, lo que se trata de ajustar con medi- coinciden en que el aspecto esencial de la política
das de carácter monetario u otras de carácter presupuestario pasa por el ejercicio eficaz/eficiente del poder, en-
(mayores impuestos, establecimiento de políticas de control tendiéndose esta acción como un manejo adecuado
de precios y salarios, entre otras) (33-34). del grado de gobierno. A su vez, la gobernabilidad
Gobernabilidad 303 g
(como gobierno eficaz) se puede relacionar con la las causas de la sociedad. Por su parte, la gobernabilidad
concepción de dominación de Weber cuando se no es estrictamente un fenómeno político, es más bien un
refiere a que entre mayor sea el cumplimiento de fenómeno transversal de los sistemas políticos, ya que para
las decisiones políticas, o el contar con un mínimo su legitimidad, eficacia y estabilidad convergen también
de apoyo social, mayor será el grado gobernabilidad factores sociales, económicos, tecnológicos e internacio-
(Camou, 2001a: 18-20). nales, estrechamente relacionados, dentro de un marco de
b) Gobernabilidad y legitimidad (tradición de buen sociedades globalizadas cada vez más complejas, que, de esta
gobierno). Camou asocia la gobernabilidad a “la forma, colocan en el centro del debate la evidente dificultad
tradición de la justicia y de la legitimidad”, la del de gobernar y de transformar los sistemas políticos actuales.
“respeto a los derechos humanos” y de la responsa- En los gobiernos democráticos, la solución de los conflictos se
bilidad del gobierno para proporcionar el bienestar fundamenta en los principios básicos de consenso y diálogo,
común (buen gobierno). Filósofos desde Platón y no de violencia. Por esta razón, en algunas situaciones espe-
Aristóteles, incluyendo a Maquiavelo, se han preo- cíficas, las guerras o movimientos armados son una solución
cupado por esclarecer la mejor forma de gobierno. democrática del conflicto cuando en un sistema político se
Para Jean Bodin, la república “es un recto gobier- amenaza la gobernabilidad. Ahora bien, si consideramos que
no de varias familias, y de lo que les es común, con un Estado débil ocasiona cierto grado de ingobernabilidad
poder soberano” (1997: 82). En el caso del filósofo por la falta de legitimidad y confianza de los ciudadanos
John Locke, menciona que el fin del gobierno es hacia su estructura gubernamental, entonces es necesario
obtener paz, seguridad y el bien común de la po- plantearnos varias interrogantes: ¿hacia qué modelo de Es-
blación, y que para lograr este fin, el Estado deberá tado tenemos que transitar?, ¿hacia dónde debemos dirigir la
gobernar bajo un marco legal y no con disposicio- estructura gubernamental para recuperar mayor legitimidad,
nes discrecionales, justificando, incluso, el uso de la eficacia y estabilidad?, ¿cómo insertar a este nuevo proyecto
fuerza para cumplir con los ordenamientos legales. una mayor representación de la sociedad en su conjunto?
Esta tradición considera necesaria la relación entre Para el caso de la gobernabilidad en América Latina, res-
legitimidad y ejercicio del poder (calidad de la ac- ponder a estas preguntas no es del todo favorable ni optimista,
ción gubernamental). Incorpora las amenazas a la toda vez que se advierte una preocupante paradoja, ya que a
gobernabilidad por motivos de exclusión y del re- partir de la década de los ochenta se observa un proceso de
zago social. Propone una gobernabilidad progresiva, ascenso de gobiernos democráticos al poder; sin embargo,
que supere a una limitada gobernabilidad sistemática estos logros democráticos en poco han contribuido a generar
capaz de incorporar a la acción de gobierno las de- mayor crecimiento económico y bienestar en la sociedad. En
mandas de la sociedad (Camou, 2001a: 20-21). esta región se sigue presentando una considerable crisis so-
c) Gobernabilidad y estabilidad. Este componente cen- cial y económica derivada de los altos niveles de desigualdad,
tra su atención en la estabilidad política, entendida pobreza y exclusión social, lo que representa una amenaza
como la probable capacidad del Estado para perdu- constante para la gobernabilidad democrática de la región.
rar en el tiempo, haciendo la aclaración de que no La falsa idea de a mayor democracia mayor bienestar con base
se debe de confundir con ninguna connotación de en elecciones legítimas, competitivas y transparentes, no
anquilosamiento del sistema político, que será más consideró que para la consolidación de la gobernabilidad
estable y gobernable en la medida en que posea una democrática hay que ir más allá de una elección, lo que signi-
mayor capacidad de asimilar los cambios políticos, fica transformar y fortalecer la estructura gubernamental del
sociales y económicos, tanto del contexto nacional Estado, la construcción de una ciudadanía participativa, rede-
como del escenario internacional (21-23). finir las políticas públicas y generar las condiciones para una
mayor cultura política. En este sentido, hay que reflexionar
Líneas de investigación y debate si los mecanismos democráticos actuales son los adecuados
contemporáneo para superar los rezagos sociales y económicos, o si es nece-
sario empezar a construir nuevos paradigmas democráticos
En la actualidad, el análisis de la gobernabilidad desde el entre el Estado y la sociedad en su conjunto, capaces de lograr
ángulo de un gobierno que representa a la sociedad en su mejores grados de gobernabilidad en los que la inclusión de
conjunto ya no es suficiente. Hay que redefinir los pactos los derechos políticos, civiles, sociales, económicos y cultu-
entre el Estado y la sociedad para evitar desequilibrios en rales de los ciudadanos sea también parte fundamental de la
el sistema político y preservar la estabilidad. Transitar hacia reforma del Estado.
escenarios más democráticos podría ser el mejor camino para
una mayor gobernabilidad. Democracia y gobernabilidad son Bibliografía
dos términos que tienen el mismo derrotero, de ahí que se
deben analizar en su conjunto. Un gobierno democrático es Aguilar Villanueva, Luis Fernando (2008), Gobernanza y gestión
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_____ (2011), Nuevo curso de ciencia política, México: Fondo de Cul- ha generado un uso indiscriminado del concepto, al punto
tura Económica. de que hoy, sin una correcta delimitación, nos dice prácti-
Prieto Martin, Pedro (2003), “De la gobernabilidad a la gober- camente nada. Por ello, el excesivo “estiramiento” (Sartori
nanza local: marco conceptual y metodológico”, en Seminario 2000: 291) del que ha sido objeto parece ser una explicación
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1 Este artículo retoma, en gran parte, el trabajo publicado en
Carlos Chávez Becker, 2010.
Gobernanza 305 g
De esta manera, con pretensiones clarificadoras, la noción así el orden Estado-céntrico. En las décadas de los sesenta y
de gobernanza ha sido acompañada de calificativos como setenta, múltiples proyectos, como el capitalismo del Estado
global, buena (good governance), democrática, electrónica, local, de bienestar, la sustitución de importaciones, la “economía de
municipal, empresarial, multinivel, participativa, entre muchos mercado planificada” y la “economía planificada” del socialismo
otros, que a menudo no han sido suficientemente útiles en real dieron cuenta de la predilección global por una hegemonía
aras de darle precisión. Incluso, por momentos, la disemina- estatal en la conducción del desarrollo nacional en buena parte
ción y proliferación de distintas variantes y vertientes de la de los países del orbe.
gobernanza ha hecho más compleja la ya de por sí difícil tarea Para Norbert Lechner, en concordancia con esta ten-
de delimitar sus alcances, profundidad y poder explicativo. dencia global, el Estado en las sociedades latinoamericanas
Sin embargo, desde una perspectiva más politológica2 generó mecanismos de coordinación preponderantemente
o propia de la gerencia pública, el concepto de gobernanza políticos, o más precisamente, mecanismos de coordinación
se refiere, de manera muy general, a una nueva forma de hegemonizados por el poder político. Para el autor, esta for-
coordinación social o política. Y, más en particular, alude a ma de coordinación se caracterizaba, de manera general, por
una forma específica de gobierno, gestión y conducción en ser: a) centralizada, ya que se asumía al Estado prácticamente
organizaciones, empresas, comunidades y Estados, basada como el único rector de los asuntos públicos; b) jerárquica,
en la cooperación, la reciprocidad, la corresponsabilidad y porque prevalecía una centralización de la toma de decisio-
la inclusión e involucramiento de todos o una parte de los nes, que recaía principalmente en el Estado; c) pública, que
actores estratégicos. nos remite al ejercicio de ciudadanía en el ámbito público,
Esta definición amplia es sólo el inicio de un debate y d) deliberada, es decir, con propósitos y criterios fijos, con
muy rico e importante sobre la forma en que las socieda- metas y objetivos de desarrollo definidos por el propio Esta-
des contemporáneas, y prácticamente cualquier esfuerzo do. En la versión jerárquico-estatal de las diversas formas de
de acción colectiva, se gobiernan, gestionan o dirigen. Sin coordinación social, este actor, por ende, tenía tres grandes
embargo, desde ahora conviene aclarar que la gobernanza responsabilidades o capacidades: a) la regulación, b) la repre-
no es sinónimo de gobierno, entendido como el aparato po- sentación, y c) la conducción (Lechner, 1997: 8).
lítico-administrativo que conduce a los Estados modernos, Hay diversas interpretaciones y explicaciones sobre los
puesto que, desde esta lógica, incluye actores comúnmente motivos que originaron la crisis en que cayó el modelo Esta-
asociados con otros sectores sociales provenientes del mer- do-céntrico de coordinación social desde finales de la década
cado o de la sociedad civil (sc en adelante). de los setenta, pero sobre todo, a partir de la década de los
ochenta (Martinelli, 2003; Held, 1997; Messner, 1999; Gue-
Historia, teoría y crítica rrero, 1999). Lechner resume en cuatro grupos las explicaciones
de la crisis, según el tipo de problemas que la ocasionaron: a)
El recorrido histórico del concepto data de poco más de medio problemas de implementación; b) problemas de motivación;
siglo. Sus cambios más relevantes coinciden o fueron producto c) problemas de conocimiento, y d) problemas de complejidad
de serias y profundas transformaciones en los mecanismos po- (1997: 9). Al respecto, resulta sumamente importante el influ-
líticos de conducción social durante la segunda mitad del siglo yente documento sobre la La crisis de la democracia, elaborado
xx en casi todo el mundo. Básicamente, en este breve recorrido por Crozier, Huntington y Watanuki (1975), donde sostenían
histórico-contextual del concepto, ubicamos tres periodos: el que en las democracias occidentales se vivía un creciente pro-
del dominio del mecanismo de coordinación jerárquico-esta- blema de sobrecarga de demandas al Estado. Tal situación,
tal, el de la hegemonía de la coordinación social mediante el desde su enfoque, llevaría paulatinamente a las “democracias
mercado y, el más reciente, en el que se prefigura un auge del consolidadas” a enfrentar problemas cada vez mayores de in-
control social mediante redes. gobernabilidad, interpretación que fue identificada por algunos
En un inicio, la idea de gobernanza (governance) estaba (Offe, 1992; Schmitter, 1992) como la “teoría neoconservadora
ligada estrechamente a la teoría de la dirección política y a la de la ingobernabilidad”.
actividad pública-estatal de diseño y modelado de estructuras Según Offe, esta interpretación generó una serie de “re-
y procesos socioeconómicos para la atención de los asuntos cetas” en que se recomendaba a los países miembros de la
de índole público (Martín, 2003). Trilateral diferentes medidas para enfrentar la crisis. Tales
En este periodo, de acuerdo con Mayntz (1998) y Messner
(1999), una vez que concluyó la Segunda Guerra Mundial, tableció por una lógica de necesidad, durante varias décadas,
el Estado se estableció claramente como el pivote de todos de manera global. Por ejemplo, en el caso del Reino Unido,
los proyectos político-económicos que aspiraban a dirigir durante el periodo de entreguerras, se desarrollaron interesan-
el desarrollo de sus países hacia objetivos precisos.3 Surgió tes mecanismos para la participación de la sc en los asuntos
públicos. Sin embargo, la contingencia política, expresada en
la explosión de la Segunda Guerra Mundial, llevó a desarrollar
2 Que es la que desarrollamos en el presente texto. “un Estado mucho más centralizado y poderoso”, necesario en
3 Conviene dejar por sentado en este apartado que el proyecto los tiempos de la guerra, que aún después de que ésta concluyó,
de coordinación social hegemonizado por el Estado no se es- permaneció por varias décadas (Rhodes, 2007: 1251).
g 306 Gobernanza
recomendaciones siguieron un objetivo central: la disminu- El viraje neoliberal de los años ochenta y noventa del
ción de la sobrecarga de demandas al Estado —mediante siglo xx intentó llenar el vacío que los modelos desarrollis-
privatización, desestatización, filtración, priorización, entre tas estatistas dejaron abierto. Pero tampoco el proyecto del
otras medidas—. A partir de aquellos momentos, esta inter- Estado mínimo se ha logrado mantener a la altura de las
pretación se difundió en todo el mundo y fue adoptada por complejidades actuales: desigualdad, pobreza y polariza-
una buena cantidad de gobiernos y, digamos, fue finalmente ción, por un lado; integración, bienestar y cosmopolitismo,
“oficializada” por el llamado Consenso de Washington en por otro. La división entre turistas y vagabundos conce-
1990 como una política económica global. Entre los puntos bida por Bauman (2001), demostró que el mercado por sí
más importantes de dicho consenso, figuran: disciplina pre- solo, en vez de mitigar, tiende “a acentuar las inequidades,
supuestaria, una reforma fiscal encaminada a buscar bases la exclusión y la desintegración social” (Messner, 1999: 78).
impositivas más amplias, liberalización financiera, especial- En este mismo sentido, las fallas estructurales del modelo de
mente de los tipos de interés, búsqueda y mantenimiento coordinación social mediante el mercado, según Salamon,
de tipos de cambio competitivos, liberalización comercial, han originado un “creciente cuestionamiento del consenso
apertura a la entrada de inversiones extranjeras directas, neoliberal, denominado a veces el Consenso de Washington,
privatizaciones y desregulación de diversos sectores de la que ha dirigido la política económica mundial durante las
economía. dos últimas décadas” (1999: 21).
La idea de los impulsores del Consenso de Washington, Por ello, en la actualidad, de uno u otro lado, instituciones
medidas conocidas desde la década de los noventa como po- intergubernamentales, analistas y practicantes de la política,
líticas neoliberales, era que a partir de la disminución de las académicos y tomadores de decisiones, debaten y se han ido
demandas al Estado y su traslado al mercado, los riesgos de posicionando con respecto al “nuevo” papel que el Estado y
ingobernabilidad disminuirían al generar mejores condicio- las instancias políticas tienen en el mundo de la globaliza-
nes de bienestar social debido a la “derrama” de recursos que ción.4 En efecto, debido a la atomización y radicalización de
acarrearía el buen funcionamiento de las economías. planteamientos entre “quienes defendían el proyecto de orden
Desde la perspectiva de Lechner (1997: 10), el viraje jerárquico estatal y quienes apostaban por las capacidades au-
neoliberal de los ochenta significó en los hechos la instau- torreguladoras del mercado, han fomentado que se olviden
ración de una segunda forma de coordinación social. Esta aspectos fundamentales relativos a las complementariedades,
transformación trajo consigo una mutación en el concepto interacción, ‘bloqueos recíprocos’ e interdependencias de ‘la
de gobernanza, ya que en este periodo, de manera casi gene- tres formas de coordinación social’” descritas por Lechner
ral para académicos e instituciones intergubernamentales, la (Chávez, 2009). Esta situación ha derivado continuamen-
noción apuntó hacia el mercado, al que se le atribuyó poder te en reformas superficiales e insuficientes del Estado para
coordinador (Martín, 2003). afrontar la problemática social contemporánea.
En el nuevo escenario, determinado por la coordinación En este punto, cabe aclarar que no se trata de un cambio
social mediante el mercado, se observa a la sociedad como mecánico, inevitable o teleológico, sino de una serie de
una totalidad auto-organizada y autorregulada, en la que las procesos definidos por transformaciones e inercias que se
leyes prevalecientes serán las leyes del propio mercado. Las determinan mutuamente. En efecto, “no se trata de una
características principales de la forma de coordinación social secuencia en que la nueva forma elimina a la anterior, sino
mediante el mercado son: a) la descentralización, que supo- más bien de una combinación de los tres mecanismos”
ne que no hay un centro de conexión y coordinación, sino (Lechner, 1997: 16).
múltiples centros que coordinan, en conjunto, la actividad Por ello, para resolver la relación conflictiva entre pasado,
estatal; b) que es privada, la ciudadanía es desplazada por la presente y futuro de las formas de coordinación social, recu-
relación entre privados; c) que es horizontal, al contrario de rrimos a los conceptos de archivo y diagnóstico acuñados por
las jerárquico-estatales formas de coordinación y, finalmen- Deleuze y Guattari (1993). Para los autores, el archivo es la
te, d) que es no intencionada, es decir, no tiene propósitos dimensión histórica, el presente que se escapa hacia atrás,
predefinidos (Lechner, 1997: 10). eso que somos, pero que poco a poco estamos dejando de ser.
La propuesta de coordinación social desde el mercado Mientras tanto, el diagnóstico es el bosquejo de aquello en lo
suponía un nuevo abordaje de los asuntos públicos, lógica
que en buena medida recogió el paradigma de la nueva ge- 4 Aquí entendemos la globalización como lo hace Ulrich Beck,
rencia pública (New Public Magnament, npm por sus siglas quien distingue entre las ideas de globalización y globalismo.
en inglés). Para Bevir, Rhodes y Weller (2003: 2), el npm no Entiende la primera como diversos “procesos en virtud de los
se integró por una teoría consistente, sino por diversas doc- cuales los Estados nacionales soberanos se entremezclan e
trinas y principios, con propuestas, por momentos, incluso imbrican mediante actores transnacionales y sus respectivas
contradictorias, principalmente con respecto al “nuevo” papel probabilidades de poder, orientaciones, identidades y entrama-
del Estado en la coordinación social y política de las socie- dos varios” (1988: 27-29). El segundo concepto hace referencia
dades modernas. tan sólo a la versión económico-comercial de la globalización,
por cierto, un proceso mucho más restringido que el de la glo-
balización.
Gobernanza 307 g
que paulatinamente nos estamos convirtiendo, de lo que no o menos estables de relaciones sociales entre actores inter-
tenemos una idea clara o precisa, pero cuyos “síntomas” más dependientes, que toman forma en torno a problemas y/o
evidentes “vienen hoy a tocar a nuestra puerta” (114). Desde programas políticos” (1998: 34). Para el autor, las redes tienen
esta lógica, el diagnóstico es una nueva forma de coordina- tres elementos constitutivos: el primero es que existen por
ción social, definida, en primera instancia, por la existencia de lazos de interdependencia entre los actores; el segundo es que
redes de cooperación “crecientemente horizontales, de análisis, se conforman por una pluralidad de actores que persiguen, en
diseño, implementación y evaluación de políticas públicas y, última instancia, sus propios objetivos; y por último, que están
más en general, de decisiones públicas para la superación de la conformadas por vínculos más o menos permanentes (34).
problemática social moderna” (Chávez, 2010). Por su parte, Sin embargo, para Rhodes (2007: 1246), si bien las redes
la idea del archivo representa las “viejas” y cuestionadas for- de gobernanza hacen referencia a formas de gobierno o coor-
mas de coordinación social hegemonizadas por el Estado y dinación social a través de redes, no se debe soslayar el rol
el mercado. Por ello, en concordancia con lo anterior, Lech- definitorio y predominante de los gobiernos en estos esfuer-
ner (1997: 12) afirma que en la actualidad, ante el fracaso o zos en la actualidad, debido a que los grupos externos a ellos
creciente cuestionamiento de los modelos de coordinación necesitan “el dinero y la autoridad legislativa” que sólo éstos
social jerárquico-estatal y mediante el mercado, se abre un pueden aportar. A cambio, los grupos exteriores al gobierno
nuevo horizonte político en que las redes constituyen el ele- aportan cuotas de legitimidad a las acciones, políticas y mo-
mento central de una forma distinta de coordinación social. dificaciones legislativas acordadas en las redes. Lo interesante
En este nuevo contexto, en los últimos años, la idea de de esta postura radica en que, si bien hay un reconocimiento
gobernanza ha ido trasladándose paulatinamente al análi- explícito de la existencia de nuevas formas de coordinación
sis de formas cooperativas crecientemente horizontales de social, se acepta el lugar privilegiado que hasta ahora conser-
coordinación social. Así se motivan cada vez más proyec- van los sistemas de autoridad (derivados de los mecanismos
tos de descentralización, negociación entre actores sociales del esquema de representación territorial de las democracias
y políticos e inclusión de las organizaciones de la sc en la modernas) y legítima coerción de los gobiernos nacionales.
toma de decisiones y diagnóstico de problemáticas diversas Una primera crítica plantea que la gobernanza es una
en el seno de la sociedad. En este sentido, incluso se habla categoría que emana del pluralismo político y que, como
de redes de acción pública, redes de gobernanza o, también, consecuencia, arrastra sus mismos problemas. El más impor-
redes de políticas (Luna, 2005). En este sentido, incluso se tante de ellos es el que plantea la difusión del poder. Desde
afirma que la gobernanza es gobernar con y a través de redes esta perspectiva, se afirma que el poder, a diferencia de lo que
(Rhodes, 2007: 1246). plantea la propia idea de la gobernanza, está estructurado en
La coordinación social mediante redes, de manera ge- unas cuantas y reducidas élites que limitan la inclusión de
neral, se entiende como una coordinación horizontal “entre los actores relevantes y estratégicos en las redes de políticas.
diferentes actores interesados en un mismo asunto con el fin Desde esta visión, se señala que aún en el contexto actual de
de negociar y acordar una solución” (Lechner, 1997: 14). Se creciente diferenciación y complejización social, las estruc-
trata de mecanismos en que los actores estratégicos, prove- turas de poder siguen estando cerradas a la participación de
nientes de diferentes ámbitos (el sector público, el mercado, la mayoría de los actores sociales y políticos.
el sector de lo social organizado, las universidades, entre En segundo lugar, se sostiene que el análisis de las redes
otros), se reúnen para analizar, discutir y tratar de resolver de políticas no explican el cambio social, ya que las redes, sin
problemas o asuntos de interés público o, en otras palabras, control democrático, pueden estar al servicio del mejor postor
de mecanismos para la incorporación de diversos actores en y representar y promover intereses particulares, tal y como
la conducción de la sociedades. nos advierte David Held (1991) en su análisis del modelo de
Rhodes argumenta que la idea de gobernanza, o la coor- la democracia directa. Esto rompe la idea de que una partici-
dinación social mediante redes, alude a novedosos procesos pación directa implica un juego más limpio que en el modelo
de gobierno con los cuales la sociedad es regida, y señala que representativo. Más aún, el propio Colin Crouch señala que
posee cuatro características fundamentales: a) interdepen- es necesario distinguir “entre el activismo que defiende una
dencia de las organizaciones e instituciones; b) interacciones agenda básicamente política, y que, en consecuencia, busca
continuas entre los miembros de las redes, provocados por la realización de una acción”, como podría ser la creación de
la necesidad de intercambiar recursos y negociar propósitos una nueva ley o la realización de una política concreta, res-
comunes; c) reglas y normas comunes negociadas y acordadas pecto del activismo que realiza tareas concretas pero ignora
por los participantes de la red, y d) una significativa autono- a la política (2004: 29). Desde el punto de vista de Crouch,
mía del Estado (2007: 1246). este tipo de participación a través de redes puede ser funcio-
La idea de redes, así, define tanto a las de “políticas” nal sistémicamente, pero no significar cambio social alguno.
como a las de “gobernanza”, revelando la enorme proximi- Queda cuestionado el probable (y deseable) impacto de la
dad conceptual de unas y otras en tanto que ambas aluden labor de las redes en la búsqueda del bien común, especial-
a procesos de coordinación social. De acuerdo con la inter- mente con la idea de una gobernanza de corte democrático.
pretación de Klijn: “Las redes de políticas son patrones más
g 308 Gobernanza
Una tercera crítica rechaza que el Estado está en declive 2005: 757) y se pone énfasis en la coordinación de
y refuta la idea de un juego de suma cero en términos de que diversos sectores y actores de las economías (Ho-
los espacios y ámbitos en que pierde influencia son ocupados llinsworth y Boyer, 1997).
por actores de la sc, proceso a través del cual estos últimos d) Desde la discusión de la gestión empresarial (corpo-
aumentan su poder. Incluso, se afirma que, por medio de la rate governance) (Denis, 2001; Williamson, 1984).
gobernanza, el Estado podría aumentar el control sobre nu- e) En las relaciones internacionales, en que se analiza
merosas organizaciones de la sc a las que “ganaría” acceso con especial interés el tema de la gobernanza global
mediante el trabajo coordinado. (Finkelstein, 1995; Martineli, 2003; Martín, 2003).
En este sentido, se afirma que las redes de políticas (o de f ) Desde instituciones intergubernamentales, como
gobernanza) se desempeñan y desarrollan con la permanente la onu o el Banco Mundial y el Fondo Monetario
tutoría del Estado, eliminando, en última instancia, la posi- Internacional, que plantean mecanismos para pro-
bilidad de una autonomía plena con respecto a éste, debido mover la llamada “buena gobernanza”, poniendo
a que, por ejemplo, es el poder público el que determina el acento en los procesos de reforma de los países en
contexto de la negociación y el espacio para la deliberación. desarrollo.
Debido a esto, se plantea que las decisiones con respecto a g) En “el terreno de la política urbana”, en que la go-
los asuntos públicos permanentemente estarán influenciadas bernanza local y el análisis de las redes de participa-
por el Estado, por lo que, incluso en ocasiones extremas, son ción ciudadana se siguen con mucho interés (Pierre,
simplemente un ardid legitimador y no espacios de genuina 1997; Stoker, 1999).
coordinación. h) En el campo de reforma de la Unión Europea, ám-
En cuarto lugar, están los cuestionamientos en términos bito en que se debate la forma de una gobernanza
de la legitimidad de las redes de políticas públicas. Al res- multinivel que permita el desarrollo de las políticas
pecto, se afirma que estos espacios, en los hechos, influyen comunes, incluso pensada (la gobernanza) como su
en la toma de decisiones sobre los asuntos públicos suplan- base de legitimidad (Schmitter, 2007).
tando, en muchas ocasiones, las estructuras de la democracia
representativa. Desde nuestra perspectiva, sin embargo, resulta particu-
Finalmente, en quinto lugar, se encuentra la crítica sobre larmente relevante y promisorio el desarrollo de la noción de
la continua falta de mecanismos que obliguen a los actores a gobernanza en relación con la democracia. La relación entre
respetar los acuerdos tomados en el interior de las redes de ambos conceptos, que ha emergido de la literatura especia-
gobernanza. Lo anterior resulta problemático en la medida en lizada con la idea de la gobernanza democrática, abre un
que alcanza acuerdos y, más en general, implica la inversión interesante campo de análisis y debate que pone énfasis en
de recursos que, al no generar acuerdos vinculantes, se pueden los mecanismos de funcionamiento de las redes, espacios o
perder ante el incumplimiento unilateral de los acuerdos por ámbitos de la gobernanza. Se pretende, desde este enfoque,
parte de uno o algunos de los actores involucrados. que dichos mecanismos sean democráticos. En este aspecto,
es preciso aclarar que nuestra idea de la democracia se am-
Líneas de investigación y debate plía más allá de versiones instrumentales (particularmente,
contemporáneo la versión liberal de la democracia), puesto que en las redes
o espacios de gobernanza, la deliberación y la negociación
Natera (2005: 757-758) y Rhodes (2007: 1246) coinciden son prácticas fundamentales. Ahora bien, nos parece que
en que existen numerosas líneas contemporáneas de inves- el entrecruzamiento entre la gobernanza y la democracia
tigación con respecto a la gobernanza. El primero de ellos no se dio de manera fortuita, ya que radicalizando nuestro
identificó, al menos, ocho diferentes. Se trata de campos argumento, nos atrevemos a afirmar que si un espacio de
académicos independientes en los que el concepto de go- gobernanza no es democrático, realmente no se trata, como
bernanza resulta un elemento clave: sostenemos más atrás, de un forma “novedosa” para la gestión
de asuntos entre actores colectivos. En efecto, nos parece que
a) Como ya mencionamos, es el ámbito de la gestión sin el calificativo democrático, difícilmente un espacio o una
pública “en su relación con el paradigma de la nueva red de gobernanza podrían alejarse de “viejos” mecanismos
gestión pública”, pero más particularmente con res- de cooptación social, como algunos tipos de corporativismo
pecto a sus formas colaborativas (Klijn, 1998). o ciertas versiones del autoritarismo.
b) El campo de análisis de las políticas públicas, en Por ello, suscribimos el planteamiento de Messner (1999)
que prevalece un análisis de las “redes de políticas” con respecto a que las formas genuinamente novedosas (o
(policy networks), enfoque del que también ya he- incluso modernas) de gestión de los asuntos entre actores
mos hablado (Rhodes, 2007; Luna, 2005). colectivos, suponen poner en práctica los valores del “credo”
c) Desde la perspectiva de la economía política, en democrático, léase: tolerancia, reciprocidad (corresponsa-
que “el intercambio público-privado ha pasado a bilidad, agregaríamos nosotros), participación ciudadana
concebirse en términos de gobernanza” (Natera, autónoma e inclusión. De esta forma, la gobernanza de-
Gobernanza 309 g
mocrática prioriza el análisis del “contenido sustancial de de problemas (en lugar del “individualismo egoísta”), y d) el
las reglas” internas de los espacios de gobernanza y se busca respeto a los intereses legítimos de otros actores (en vez del
que sean capaces de modular y modelar “la lógica del com- ejercicio unilateral del poder).
promiso y la negociación en el interior de las redes”, basadas Finalmente, nos parece que la versión democrática de la
siempre “en una orientación hacia la resolución colectiva de gobernanza resulta una línea contemporánea de investigación
problemas” (109). Desde una mirada republicana de corte sumamente importante en la medida en que se reconoce la
aristotélico, la gobernanza democrática implicaría el mayor necesidad de incluir a más actores en la toma de decisiones,
grado5 de la participación ciudadana al suponer que el reco- particularmente sobre los asuntos públicos. Hoy, la gober-
rrido participativo de la ciudadanía en los asuntos públicos nanza no sólo se trata de que más actores participen en la
(la cosa pública) se reflejaría en una relación de correspon- solución y atención de los problemas y rezagos de las socieda-
sabilidad entre gobernantes y gobernados. des contemporáneas. Se trata de mejorar la calidad de dicha
El análisis de Dingwerth (2004: 22) con respecto a los participación, buscando asegurar que los “nuevos” espacios
elementos que componen la gobernanza democrática nos pa- de coordinación de actores colectivos no sean sólo una for-
rece acertado y puntual. Según el autor, esta categoría se nutre ma de legitimación de intereses particulares, sino efectivos
de tres enfoques teóricos que resaltan diferentes aspectos de mecanismos al servicio del bien común o público. Se trata,
la teoría democrática: el constitucionalismo, el pluralismo y desde esta perspectiva, de mejorar la calidad de la democracia.
la deliberación. Concretamente, este análisis plantea la exis-
tencia de elementos mínimos que aseguran o acrecientan la Bibliografía
legitimidad democrática de dichos espacios:
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de los otros participantes de la red, pero principal- Crozier, Michael, Samuel Huntington y Joji Watanuki (1975),
mente los de aquéllos que serán afectados por la de- The Crisis of Democracy. Report on the Governability of De-
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Hermenéutica 321 h
“correspondencia ontológica entre el alma y el ser, así como Las dos posiciones hermenéuticas inician con el reco-
el hombre y el mundo” (28). nocimiento de un Ser. Sin embargo, no podemos conocerlo
Un problema de la hermenéutica consiste en proponer sólo nombrándolo. La prueba de su existencia se da a través
diversas formas de proceder o métodos para realizar una in- de las diferentes formas en las que se expresa este Ser, de las
terpretación lo más correcta posible, en tanto se acerca a lo huellas que va dejando porque está viviendo, existiendo y se
que ocurrió. Sin embargo, las ideas generales que Gadamer manifiesta en textos. De tal suerte que el Ser es en el tiempo
presenta en el prólogo a su libro Verdad y método, publicado y está siendo en un espacio. La labor del hermeneuta consiste
en 1960, indican que el problema hermenéutico consiste en en reconocer, leer e interpretar los textos como huellas, ya
comprender los textos y no tanto en interpretarlos, ya sea de sea buscando el significado exacto o la intencionalidad con
manera jurídica, literaria o teológica. Por ello, pone especial la que fueron creados, para conocer y comprender a quien
atención al estudio del lenguaje, ya que considera que el au- los creó (Romo, 2007: 20-21, 93, 102-103).
tor de un texto vivió en cierto momento y condiciones, en Como la vida, la hermenéutica sólo se descubre ejer-
tanto el intérprete se encuentra en otras circunstancias. Al ciéndola. Todo se relaciona con este arte-ciencia de la
intercambio que se da entre ambos le llama fusión de hori- interpretación considerado como episteme o paradigma cog-
zontes;1 “comprender textos es entenderse en una especie de noscitivo, que es un reflejo de la necesidad que tenemos de
conversación” (Gadamer, 2004a: 130). comprendernos. Con ella, no sólo se pretende develar sig-
Más adelante, basándose en el postulado heideggeriano2 nificados, sino que se intenta “conjeturar significaciones” y
de que el ser se funda en el habla y que los seres humanos estimarlas, así como “compararlas con otras interpretaciones”
tenemos la capacidad de interpretarnos mutuamente y por (Alcalá, 1999: 65).
eso somos diálogo en el tiempo (Ayala, 2014: 15), Gadamer El hombre interpreta traduciendo las acciones de otros
agrega que es posible plantearnos las preguntas que guiaron hombres y las relaciones que establecen con el mundo que
las reflexiones de los fundadores de la filosofía y mantener tienen un lenguaje no necesariamente oral o escrito y, al
un diálogo crítico con ellos, ya que, desde nuestro contexto mismo tiempo, comparando; se identifica a sí mismo y se da
y nuestra “mediación” con el mundo, sus respuestas pueden voz, existencia. No sólo toma conciencia de su ser, sino de
resignificarse (Gadamer, 1999: 160-162). De la fusión de que está en el mundo, de que es y está para hacer algo, se da
horizontes se obtendrá un conocimiento nuevo, enriquecido cuenta de su razón histórica. Por ello, requiere de una her-
y, por tanto, revitalizado. Más aún, la prueba hermenéutica menéutica ontológica que ayude a comprender el sentido del
sólo resulta tal en caso de que el lector pueda probar en sí ser que se encuentra en un tiempo dado (contexto) con una
mismo lo que se encuentra expresado en el texto, “en impli- determinada forma de existencia.
cación dialogal con el autor” (Cruz, 2005: 60). Existe una La concepción dinámica de la realidad social requiere del
relación de implicación ontológica con el mundo que no uso de la hermenéutica para que sea interpretada como un
es una mera re-presentación, sino un presente con-textuado lenguaje que se encuentra en continua conjugación, como una
en la presencia del intérprete o hermeneuta. narración incompleta en la que el hombre es co-relator que
Podemos afirmar que hay dos corrientes básicas de inter- articula, relaciona, reúne y penetra en el devenir del ser. Es
pretación hermenéutica: la expresión misma de la vida, la que se tiene que interpretar
como palabra y como acción recíproca. El hermeneuta la deja
1) la que busca la traducción literal de un texto, que hablar y a la vez la escucha para aprender a captar la vida de
trabaja en investigar el significado exacto (semán- los demás a partir de observar y atender a lo que oye. La in-
tico), y terpretación se presenta como la relación entre lo racional y
2) la filosófica, que intenta develar la intencionalidad lo irracional: incluso lo que no puede afirmarse lógicamente
del autor o, más claramente, el sentido con el que puede ser relatado lingüísticamente. “El verdadero lector
fueron creados los textos en relación con su con- debe ser una ampliación del autor”, dice una frase de Novalis.
texto. Cada procedimiento de lectura es por tanto una traducción
al idioma de partida, desde la lengua que se lee a un diálogo
1 Fusión de horizontes es un término acuñado por Gadamer que que sigue su marcha, y esto a pesar de que este diálogo sea
se refiere al encuentro de diferentes perspectivas culturales en solamente en principio la conversación interior del lector
el momento de acercarse a conocer un mismo objeto, que im- consigo mismo (Gadamer, 2004b: 13).
pactará la forma como se aprehende. Mientras que la semántica estudia el significado, “la her-
2 Martín Heidegger (1889-1976), discípulo de Edmund Husserl menéutica trata del significado humano o humanado” en la
(1859-1938), creador de la filosofía trascendental. Entre 1960 significación simbólica (Ortiz-Osés, 2003: 29). La herme-
y 1970, Heidegger influyó en filósofos franceses como Jacques néutica interpreta con objeto de comprender las vivencias
Derrida (1930-2004), Emmanuel Levinas (1906-1995) y, es- que otros seres humanos tuvieron y dejaron registradas en
pecialmente, Paul Ricoeur (1913-2005). Pero fue fuertemente sus textos. Si bien, es imposible recrear una situación en su
criticado desde la filosofía analítica por Rudolf Carnap (1891- totalidad (porque nos encontramos en otro momento his-
1970), miembro del Círculo de Viena, junto con Kurt Gödel tórico), vivir la vida de otros también lo es. El hermeneuta
(1906-1978).
h 322 Hermenéutica
se propone lograr una interpretación lo más precisa posible La hermenéutica que atiende al estudio de los símbolos
del sentido con el que se realizaron las acciones. Para ello, tiene un campo de estudio amplio porque debe considerar
recurre a una investigación minuciosa de datos históricos y los sentidos: mitológico, filosófico, axiológico, antropológico,
filosóficos que le ayuden a reconstruir (hasta donde sea po- etcétera (Ortiz-Osés, 2012: 31-33). Los iconos que se en-
sible) el hecho que está tratando de comprender. cuentran en los textos son estructuras construidas; una forma
En el proceso, el hermeneuta se ve afectado y en la me- de inteligibilidad, separada e independiente del contenido,
dida en que va conociendo hay un intercambio de sentido abstracta, invisible e inconsciente, y la labor del intérprete
entre los textos y significados que se encuentran en ellos y la es reconstruirla a partir de los elementos relacionales que
propia vida del intérprete. “No es que únicamente nosotros la definen y, a través de ellos, penetrar en la comprensión
conduzcamos la conversación, sino que también somos con- profunda del ser humano porque éste se encuentra disuelto
ducidos por ella” (Gadamer, 2004b: 11). Este acercamiento en sus símbolos.
permite familiarizarse con un hecho a través de sus vestigios. En este momento no podemos olvidar que en un frag-
Andrés Ortiz Osés presenta “el amor como una donación mento póstumo Nietzsche (1844-1900) sostuvo que: “Contra
de sentido” y “la interpretación como una mediación dialógi- el positivismo que se detiene ante el fenómeno sólo hay hechos;
ca de los interlocutores y sus interlocuciones” (2003: 24-25). yo diría: no, justamente no hay hechos, sólo interpretaciones”.
A esta forma de conocimiento comprensivo, propuesta por Para él, todo acontecer tenía carácter interpretativo, lo que
Dilthey (1833-1911), le llama hermenéutica filosófica. sucede es un grupo de fenómenos seleccionados y reunidos
No es sólo el conocimiento por sí mismo, sino que trans- por un intérprete (Gutiérrez, 2008: 9).
forma a quien interpreta, porque las obras se estudian desde Por eso es necesario que “se amplifique y se abra a esa
otra perspectiva, con otros valores, y así se revitalizan, es decir, otredad asumiendo y recuperando fragmentos de la historia
vuelven a tener un sentido que quizá no sea el original con espiritual del hombre que han quedado plasmados y con-
el que fueron creadas, pero que afectan y formarán parte de densados”, que comparecen como textos de una significación
nuevas vivencias. filosófica, que son capaces de revelar ciertas dimensiones de la
Al respecto, Blanca Solares (n. 1959) nos regala una vida humana olvidadas o desfiguradas (Garagalza, 1990: 18).
cita del experto en el islam y filósofo francés Henry Corbin En síntesis, la interpretación implica simultáneamente
(1903-1978): un modo de ser y un modo de conocer: es un lenguaje que
articula, mediante la palabra, al objeto con el sujeto. Con su
[…] anuncia un plano de conciencia diferente a la discurso el hombre expresa su relación con el mundo y con
evidencia racional, es la esfera de un misterio, el único los otros. Es así que la hermenéutica resulta un excelente au-
medio de decir aquello que no puede ser aprehendi- xiliar en el proceso de construcción de conocimiento, porque
do de otra manera, no está jamás explicado de una trata de abrir lo hermético traspasando el sentido literal para
vez por todas, siempre ha de ser de nuevo descifrado. llegar al sentido pleno, como una práctica de la transmisión y
Lo mismo que una partitura musical no está jamás la mediación. Interpretar conlleva un acto de apropiación del
descifrada definitivamente, el símbolo reclama una significado de algo, pero la hermenéutica no es pensar para
ejecución siempre nueva (Solares, 2001: 12). uno mismo, tiene sentido en el diálogo, en la comunicación.
Lo anterior ha propiciado pasar del pensamiento clási-
El proceso de comprensión, desde Dilthey y después con co fundado en el ser al pensamiento posclásico basado en el
Martín Heidegger, será una parte fundamental de la her- sentido, así como el traspaso de la Modernidad basada en
menéutica, ya que no sólo se trata de explicar o interpretar, la razón-verdad, a la Posmodernidad, basada en el sentido
sino de apropiarse del significado de los textos en un acto (Ortiz-Osés y Lanceros, 2006: VII). En la hermenéutica
(amoroso) de aprehensión y comprensión para vivenciar su contemporánea, el sentido es la categoría más significativa
significado. La característica que define a la hermenéutica en su doble aspecto: teórico y práctico.
filosófica es que al obtener un conocimiento comprometido
con la realidad social permite su comprensión y genera una Historia, teoría y crítica3
posibilidad de transformación.
El diferente abordaje de los textos (ya sea literalista o de Hermes, dios de la hermenéutica, es hijo de Zeus y de la ninfa
sentido e intencionalidad) consiste en que mientras que la Maia (una de las estrellas del grupo de las Pléyades). Se le
semántica estudia el significado, “la hermenéutica trata del representa con sandalias aladas, porque tiene la habilidad de
significado humano o humanado” en la significación simbó- desplazarse con gran velocidad entre varios sentidos, lo que
lica (Ortiz-Osés, 2003: 6-29). La hermenéutica simbólica
cumple con su función sin renunciar a la razón; pero amplía
su horizonte, pues el ser humano además de poseer una razón 3 Para ampliar la información acerca de la figura de Hermes
también es afectividad, amor y sentido, y éste es el complejo pueden consultarse principalmente a Ortiz-Osés y Lanceros
tejido subjetivo-objetivo que hay que explicar (Ortiz-Osés, (2006); Karl Kerényi (2010); Walter F. Otto (2003); Blanca
2012: 101-122). Solares (2001); Fernando Ayala Blanco (2014); Gilbert Du-
rand, (1990) y Luis Garagalza (1990).
Hermenéutica 323 h
implica riesgo. Es reconocido como un ingenioso inventor entre lo que se ve y lo que está oculto, por eso es visto como
ya que con un caparazón de tortuga fabrica la primera lira, y el dios de la hermenéutica y de las encrucijadas.
también se le atribuye la creación de una flauta, instrumen- Finalmente, se le considera inventor de las letras del alfa-
tos con los que impresiona a Apolo, por lo que se le conoce beto, del lenguaje y transcriptor (Durand, 1990: 20-49). Se le
como el patrón de los músicos. relaciona simbólicamente con el origen de la palabra griega
Este dios aparece en varias mitologías aunque con di- hermeneia, que significa interpretación y, por extensión, con
ferentes nombres: los romanos lo conocen como Mercurio la palabra hermeneuein como arte o técnica del hermeneutés
porque, al igual que este metal, es escurridizo; en la mitología o intérprete “que se encarga de traducir a un lenguaje inte-
céltica se le identifica como Lug y, en la egipcia, como Toth ligible lo dicho de un modo extraño” (Ayala, 2014: 15), por
(Ayala, 2014: 15). Los hebreos lo llamaron Ukhnûkh, los lo que también puede ser referido a la “acción de explicar o
persas lo conocieron como Hûshang, los musulmanes como significar algo hablando” (Romero, 2008: 5). Tanto hermeneia
Idrîs. Su nombre se relaciona con los montones de piedras como hermeneusis significan sentido e interpretación.
que dejaban los griegos en sus caminos para orientarse, des- Se ha equiparado a la hermeneia con elocutio y con exégesis
cansar y hacer oración. Con el tiempo, con la acumulación de y, por ende, con la función de los exeghetai y con la explica-
estos pedruscos, se constituyeron altares y lugares de poder ción de las cosas sagradas. La tarea de Hermes se relaciona
(Ortiz-Osés y Lanceros, 2006: 204-209). “con la filología que pretende preservar y garantizar el acceso
Es un dios que tiene muchas funciones en el panteón a los textos transmitidos por la tradición” actualizándolos, y
griego; es el guía o psicopompo de las almas en su tránsito de con “la tarea de la exégesis de la escritura sagrada, más dis-
la vida a la muerte y el vigía de las encrucijadas que orienta a puesta a descifrar un sentido” que se encuentra “oculto tras
los viajeros. Por su carácter de aventurero y explorador, abre el sentido literal”. Las “fuentes principales que a lo largo de
veredas por caminos poco frecuentados y comunica lo que nuestra historia se han enfrentado” constantemente son dos:
parecía inconexo, dando seguridad frente a lo desconocido. “la hermenéutica entendida como arte-ciencia de la interpre-
Según Homero, Hermes es el elegido por Zeus para que tación de textos irá paralelamente a la correspondencia entre
le sirva de mensajero entre los dioses de los infiernos, Hades pensamiento, lenguaje y ser” (Durand, 1990: 180).
y Perséfone, porque es el único que conoce el lenguaje divino Podemos considerar a Hermes icono de la personalidad
y traduce al griego (lengua accesible para los hombres) lo que creadora que inaugura la posibilidad de mediación recreado-
es dicho de manera incomprensible. Se presenta como un dios ra y reconciliadora de los opuestos en la función simbólica
revelador del sentido que escapa, especialmente en el lenguaje que además representa acto, poesía y creatividad humana. Es
simbólico. Ejerce una actividad práctica llevando y trayendo armonía que establece y permite emerger el sentido de las
anuncios, amonestaciones y profecías tanto racionales como cosas (Garagalza, 1990: 118).
irracionales y, cuando su intelecto se pervierte, es patrón de En síntesis, las principales características de Hermes son:
comerciantes y ladrones porque confunde.
Por su carácter de mensajero conoce los secretos de los • La potencia de lo pequeño: Hermes es un dios
dioses y, aunque tiene astucia e inteligencia innata, por su pequeño pero mensajero del gran dios; simboliza
libre albedrío nunca transmitió a los humanos una cita a la luna que ilumina en la noche, mensajero e in-
textual, no dijo lo que tenía que decir, les dio su propia inter- térprete de la voluntad divina, por tanto del sentido
pretación. Gilbert Durand (1921-2012) se refiere a él como profundo.
hermético-hermenéuticamente como “doble” hermafrodíti- • El mediador: hijo de Zeus y Maia, tiene natura-
co, sugiriendo que es un mensajero mentiroso (Ortiz-Osés leza intermedia, tiene acceso al Olimpo pero sus
y Lanceros, 2006: XII). Es claro que Hermes nunca dice lo orígenes son demoníacos, por lo que es capaz de
que piensa, provoca contradicción y polémica, es ambiguo, comunicar a los opuestos, contrarios, irreductibles,
sugiere palabras y seduce con ellas, establece el puente entre representando a la armonía.
la palabra y el poder, es el dios de la interpretación. • Conductor de las almas: con su caduceo (que repre-
Con su inteligencia, Hermes logra la armonía del tres y senta a la alquimia, la magia y los encantamientos)
cuatro, y enciende fuego con maderas diferentes, es diurno transforma los muertos en vivos, de donde deriva su
y nocturno, reúne a los contrarios para producir algo nuevo. nombre Hermes Psicopompo.
Desorganiza lo estable, cambia los signos para modificar las
relaciones entre saber y poder, fuerza y astucia, también orga- Hermes es el paradigma de la personalidad creadora e
niza lo caótico, así, cuando controla el desorden que provoca, ingeniosa que inaugura la posibilidad de mediación recrea-
adquiere un gran poder. dora y reconciliadora de los opuestos en la función simbólica.
Lo mismo transgrede que obedece; es polémico, imprevi- Además, representa acto, poesía y creatividad humana. Con
sible, fugaz y múltiple. Reúne a los contrarios para producir la armonía que establece, permite que las cosas suelten su
algo nuevo, por eso es mediador entre el hombre y la mujer, sentido (Garagalza, 1990: 118).
entre lo que se dice y lo que se hace. Es una especie de bisagra En Occidente, se desarrolla una idea del mundo como
pensamiento hermético que se caracteriza por su visión coim-
h 324 Hermenéutica
plicadora de los contrarios, en virtud de la cual desaparece Algunos de los traductores pensaron en la Biblia como
la ruptura o separación dualista de la Antigüedad que no es el texto inspirado por Dios. Sin embargo, en su escritura
excluyente entre hombre y cosmos, cuerpo y alma, sagrado y participaron muchos hombres provenientes de diversos lu-
profano. En esta concepción, los pares de opuestos aparecen gares con lenguajes y estilos diferentes para expresarse. Los
como interpenetrados, vinculados por la similitud interna problemas de interpretación fueron cada vez más críticos
que los cohesiona. Hermes media entre lo exterior y lo in- y provocaron divisiones. Entonces, se constituyó una cofra-
terior, lo inmanente y lo trascendente, la figura y el sentido. día hermética con quienes afirmaban ser los escogidos, los
Lo que significa que hay diversos métodos de objetivación insuflados por el espíritu intercesor, el paráclito o Espíritu
desde los cuales se aborda la realidad, a lo que responde la Santo. Estos iniciados, con sus prácticas y conocimiento, eran
hermenéutica analógica. En este proceso el símbolo resulta los capacitados para transmitir enseñanzas a la comunidad,
indispensable, y queda simbolizado como el ángel mediador para separar entre los hechos y los dichos, porque sólo a ellos
entre dioses y hombres (Garagalza, 1990: 37-52). eran revelados los deseos y órdenes de Dios a través de la
Para contextualizar, haremos un breve recorrido históri- traducción que hacían de las Sagradas Escrituras. Tal como
co de las principales corrientes de la hermenéutica. Según lo dice san Marcos en su evangelio: “Y con otras muchas
testimonios antiguos en el apogeo de la época helenística, la parábolas semejantes les estuvo exponiendo su mensaje, de
biblioteca de Alejandría llegó a tener entre 200,000 y 490,000 acuerdo con lo que ellos podían entender. Y no les hablaba
volúmenes, por lo que había gran necesidad de traducir y co- sino en parábolas; pero a sus discípulos les explicaba todo en
rregir manuscritos y verificar con la mayor certeza posible la privado” (Marcos 4: 26-34).
versión original evitando corrupciones, lo que llevó al floreci- La mayoría del pueblo era analfabeta y los libros eran he-
miento del método histórico gramatical y del hermetismo. El chos a mano, por lo que no había muchos ejemplares, además
más célebre exponente fue Aristarco de Samotracia (217-143 de que los que había, en ocasiones, eran resguardados en los
a.C.), quien elaboró la mejor guía en el uso y corrección de conventos, lo que dificultaba su lectura. Era necesario prote-
textos (Ferraris, 2007: 16). Las traducciones fueron estudiadas ger la univocidad de las interpretaciones religiosas que podían
por eruditos de casi todas las ramas de la ciencia.4 peligrar si el aristotelismo o cualquier otra forma de concep-
En la antigua hermenéutica, se da el problema de la his- ción del universo se contrapusiera o criticara a la teológica.
toricidad. Por una parte, el método histórico gramatical, por Traducir el sentido de los textos y, por tanto, los preceptos
analogía, trata de rescatar el sentido literal y determina el era labor de quienes habían sido elegidos por el espíritu para
problema de las transformaciones de los usos lingüísticos. recibir la revelación y se constituyeron en comunidades llama-
Entonces, el hermeneuta es un mediador que, basado en su das gnósticas. Presumían de tener conocimientos completos y
conocimiento lingüístico, hace comprensible lo no compren- absolutos sobre casi cualquier materia, incluyendo las normas
dido. Lo anterior se obtiene sustituyendo una palabra que ha o mandamientos por seguir para lograr la salvación del alma
dejado de ser clara por otra que corresponde al nivel lingüís- y su ingreso al paraíso. Sólo a algunas órdenes, como la de
tico de los lectores, lo que hace accesible lo incomprensible los dominicos, les era permitido hacer traducciones de textos
recuperando su validez. antiguos, lo que les daba un gran poder frente a otras órdenes
Con el cristianismo se da el surgimiento de nuevos pro- “menores”, las mendicantes, entre ellas, la de los franciscanos.
blemas y retos para la interpretación hermenéutica con Ahora bien, la interpretación de las normas éticas que
respecto a lo no revelado, lo hermético, que es ruptura en se encuentran en la Biblia debía ser unívoca, esto es, hacerse
la tradición que significa el Nuevo Testamento con relación sin contradicción alguna, de lo contrario, se deterioraría el
al Antiguo. poder que los gnósticos habían logrado frente a los gentiles,
En los primeros siglos después de Cristo, Alejandría se además de que podía poner en peligro las bases sobre las que
constituyó como una de las ciudades principales de desarro- se había construido la estructura eclesiástica y toda su jerar-
llo del cristianismo, lo que explica la necesidad de prepararse quía. Es por eso que se recurre a la traducción literal —no
para trabajar los textos bajo una interpretación alegórica, o obstante en la Biblia existen múltiples alegorías, parábolas
sea, la integración entre el sentido literal y el sentido espiri- e incluso metáforas, como formas de presentar o simbolizar
tual. Sin embargo, se desató una polémica dado que algunos cosas distintas— y también se requiere de una traducción del
practicantes consideraban que había que hacer una traduc- significado de las imágenes para que sea clara la intención
ción literal para encontrar el sentido original con el que el que se busca para el creyente. San Agustín (354-430), uno
texto había sido escrito, en tanto otros proponían la exégesis de los llamados padres de la Iglesia por su desarrollo de la
del sentido espiritual. Los representantes del método his- patrística, lo expresa así:
tórico-gramatical se reunieron en la Escuela de Antioquia.
[…] comprender de modo correcto las palabras de
las cuales se conoce el significado quiere decir, por
principio, conocer el pensamiento de quien las ha
4 La mayoría de los datos históricos se encuentran en Maurizio pronunciado; sólo que, una vez concedido esto, el pro-
Ferraris, 2007:13-133. También en Luis Garagalza, 1990: 36; blema suscitado permanece tal cual. Dado que hemos
pero a su vez, Garagalza consultó a Gilbert Durand, 1990.
Hermenéutica 325 h
constatado, en algunos casos, una disociación mani- sin que mediara la traducción e interpretación de la iglesia
fiesta del lenguaje y del pensamiento, puede suceder católica contrarreformista (Romo, 2007: 14).
que, en los demás casos, su unión no sea tan estrecha Schleiermacher tuvo una destacada labor en la Universi-
como se imagina (Ferraris, 2007: 23). dad de Berlín (1809) y llegó a ser miembro de la Academia
Prusiana de Ciencias, su obra más destacada fue Hermenéuti-
Mucho tiempo después, en la segunda mitad del siglo xiii, ca, en la que afirma que la hermenéutica es una interpretación
bajo el reinado de Alfonso X de Castilla, apodado “el sabio”, o exégesis de la Sagrada Escritura porque en ésta se encuen-
se fundó por órdenes suyas una escuela de traductores en la tran las normas para vivir. Afirmó que Dios escribió dos
ciudad de Toledo. Su institucionalización se hizo necesaria textos: el mundo y la Biblia, y se propuso descifrar el senti-
debido a la convivencia de latinos (católicos), hebreos (judíos) do oculto tras el literal en el texto sagrado: el problema del
e islámicos (árabes). Las traducciones que se hicieron en ella uso lingüístico teológico de la comprensión e interpretación
fueron patrocinadas y supervisadas por el rey y estudiadas por correcta. Para él, la hermenéutica es el arte de comprender
eruditos de casi todas las ramas de la ciencia, y se cuenta que mediante una doctrina metódica ordenada de acuerdo con un
los libros que se editaron surtieron a las primeras universi- saber práctico, a fin de llegar a una interpretación correcta de
dades europeas, lo que facilitó que figuras como el filósofo y la Sagrada Escritura. Establece una disciplina que reflexione
médico Averroes, musulmán nacido en Córdoba, estudiara sobre la interpretación, basándose en la comprensión de la
tanto a Platón como Aristóteles. El también filósofo y médico obra como una exteriorización de la interioridad (Romero,
iraní Avicena tuvo acceso a las traducciones de Aristóteles y, 2008: 19) y concibe a la religión como un sentimiento.
gracias a ello, fue conocido como uno de los más notables sa- Por otra parte, el método alegórico también trabaja con
bios orientales, su influencia corrió hasta el siglo xvii. un vínculo con el pasado; trata de recuperar la intención ori-
En Europa, el filósofo Llull (1232-1315), crítico de ginal del autor, pero por la distancia temporal, es superado
Averroes, fue conocido por el desarrollo del arte luliano: por el surgimiento de su propia intención que ya no es la que
partiendo de figuras geométricas organizaba postulados y originalmente se propuso el autor, pues la obra es recontex-
de acuerdo con su presentación lógica podía afirmar si eran tualizada mediante la alegoría.
correctos o incorrectos. Como él, muchos otros pensadores le Al final del siglo xix, Wilhelm Dilthey funda la Nueva
dieron gran importancia al lenguaje y a su correcta utilización, Escuela Histórica, con su obra Introducción a las Ciencias del
influidos por el hermetismo que se practicaba en el islam. Espíritu (1883), como una crítica a las enseñanzas de Im-
En el Renacimiento, una de las figuras más interesadas manuel Kant (1724-1804) y también con el objetivo de dar
en la tradición hermética fue el religioso dominico Giordano un fundamento gnoseológico y metodológico a las ciencias
Bruno (1548-1600), quien, después de estudiar filosofía, cri- del espíritu o sociohistóricas. Para determinar las posibili-
ticó la idea del universo cerrado formulada por Aristóteles al dades y límites de estas ciencias, se propone dotarlas de un
afirmar que el universo es infinito, por lo que no puede tener método de estudio y define a la teoría hermenéutica como
un centro, con lo que rechazó la teoría heliocéntrica. Debi- el arte de la comprensión. Afirma que si bien todo conoci-
do a que su postura se inclinó hacia el extremo panteísta, la miento parte de la experiencia, ésta es de dos tipos: sensible
Inquisición lo procesó en un juicio que duró siete años y lo (experiencia captada por los sentidos) e interiorizada (expe-
condenó a ser quemado vivo. riencia acumulada mediante el proceso de reflexión). Agrega
Ya en el siglo xvii y hasta el xviii, en la Inglaterra que hay diversos tipos de textos, incluyendo a la poesía, en
protestante, se reavivó el interés por el hermetismo. Las los que se expresa la experiencia del espíritu humano, como
investigaciones de los físicos Newton (1642-1727) y Boyle pueden ser las manifestaciones artísticas, y no sólo los escritos
(1627-1691) fueron posibles gracias a la observación e iden- o literarios (Dilthey, 2000: 22). Concluye que las ciencias del
tificación de signos en la naturaleza. El primero desarrolló la espíritu coinciden con la interacción social y se fundamentan
teoría de la luz y las fuerzas de acción y reacción; el segundo, en la interpretación y comprensión de la práctica humana,
las leyes de los gases y de los elementos primarios. En Alema- se construyen y dependen de ella. Afirma que el carácter del
nia, Jacob Böhme (1575-1624), filósofo y místico que adoptó comprender está en la inserción del sujeto en el mundo de
el lenguaje hermético e influyó en Goethe (1749-1832), reali- la vida, en la posibilidad de volver a sentir, de comprender al
zó también investigaciones científicas sobre la metamorfosis, otro posteriormente a través de una distancia temporal, lo que
la luz y los colores, pero algunos de sus hallazgos los reportó va a dificultar los procesos de interpretación hermenéutica.
en forma de metáforas para mantenerlas ocultas. La hermenéutica se entiende como exégesis o actividad
La hermenéutica moderna surge con el lingüista Frie- interpretativa que tiene como finalidad recuperar la inten-
drich Schlegel (1772-1829) y con el teólogo protestante ción del autor al realizar un texto con la aplicación de un
Schleiermacher (1768-1834); básicamente toma en cuenta conjunto de lineamientos o reglas (Beuchot, 1989). Se trata
lo sagrado, lo religioso que se expresa mediante conceptos. de comprender cada pensamiento o cada expresión a partir de
Es común encontrar la afirmación de que la hermenéutica la totalidad de un contexto de vida. Es la comprensión com-
es resultado de la teología del luteranismo que debía funda- parativa sustentada en la multiplicidad de conocimientos
mentar su fe en la lectura directa de las Sagradas Escrituras objetivos, gramaticales e históricos. Para ello, es necesario
h 326 Hermenéutica
introducirse en el autor y en su mundo de pensamiento y En la Escuela de Baden, aunque también está con-
de representación. formada por filósofos neokantianos, critican el excesivo
racionalismo de la Escuela de Marburgo, porque se orientan
Líneas de investigación y debate más al estudio de la filosofía de la cultura y de los valores. Es
contemporáneo representada por su fundador Wilhelm Windelband (1848-
1915) y Heinrich Rickert (1863-1936), quien lo sucedió en la
La Hermenéutica trata de interpretar humanamente cátedra en la Universidad de Heidelberg y que ya apuntaba a
el mundo como un ‘lenguaje’, cuyo sentido y sinsenti- la distinción entre las ciencias de la naturaleza y las ciencias
do se intenta comprender simbólicamente. Con ello la del espíritu, mismas que debían atender a los valores. Ambos
Hermenéutica ha propiciado el paso del pensamiento fueron maestros de Wilhelm Dilthey (Garagalza, 1990: 19).
clásico fundado en el ser al pensamiento posclásico Consideran que la filosofía debe estudiar las condiciones
basado en el sentido, así como el traspaso de la moder- formales de posibilidad del conjunto y de la acción, desta-
nidad fundada en la razón-verdad a la posmodernidad cando el papel constructivo de la razón humana, tal como
basada en el sentido encarnado. De esta guisa el sen- Kant lo planteó. Valoran aspectos formales del pensamiento
tido emerge como la categoría más significativa de la kantiano, el análisis de su teoría del conocimiento y su apli-
Hermenéutica contemporánea, en su doble aspecto cación al mundo de las ciencias empíricas.
teórico y práctico. Cabe hablar de una Ética herme- Debemos recordar el contexto histórico al inicio de la
néutica del sentido tanto frente al fundamentalismo década de los años treinta: el mundo estaba convulsionado,
tradicional de la razón-verdad absoluta, como también se enfrentaban, contradecían y contraponían diversos radi-
frente al nihilismo relativista de cierta posmodernidad calismos ideológicos como el nacionalsocialismo, fascismo
evanescente (Ortiz-Osés, 2006: VII). y comunismo. Entre 1933 y 1946 un grupo de pensadores
de diversas disciplinas se reunieron en el Círculo de Eranos
Desde la fundación de la Nueva Escuela Histórica, Dil- (que en griego significa “comida en común”). Cada año, hasta
they había planteado que tanto la interpretación como la 1988, viajaban en agosto a Suiza para intercambiar, me-
comprensión toman forma desde la vivencia personal o diante una serie de conferencias, sus explicaciones y nuevas
interiorizada. En el siglo xix, la hermenéutica simbólica o an- propuestas sobre lo mítico, lo sagrado, el significado de los
tropología hermenéutica propone una respuesta a cuestiones signos y sus sistemas, los símbolos, etcétera. Se especializa-
básicas de problemas epistemológicos clásicos en relación con ron en mitología comparada con el objetivo de confrontar el
las preguntas: ¿Cuál es la diferencia entre ciencias naturales pensamiento oriental con el occidental.
y ciencias sociales? ¿Qué hechos analizan como su objeto A partir de la segunda mitad del siglo xx, surge el pro-
de estudio? ¿Qué objetividad puede pretender cada una de blema de los juegos del lenguaje con Ludwig Wittgenstein
ellas? ¿Con qué lenguaje se expresan o qué significa observar (1889-1951) y el llamado giro lingüístico es uno de los prin-
e interpretar en los ámbitos socioculturales? La hermenéutica cipales temas de reflexión. Wittgenstein, en su obra póstuma
simbólica constituye una actitud consistente en una dispo- Tratado de lógica filosófica (1953), vio en el lenguaje una forma
sición o modo de abrirnos a la vida (Solares, 2001: 14-16). de pintura del mundo o modelo que se fue haciendo cada
En la primera década del siglo xx, surgen las escuelas vez más complejo. Antes de la interpretación, debemos re-
neokantianas de Marburgo y Baden. Hermann Cohen (1842- conocer la manera como se vive en el tiempo, una forma de
1918), profesor de la Universidad de Marburgo, pretendió vida adecuada que queda plasmada en un texto, ya no sola-
renovar el estudio de la filosofía de Kant junto con Cassirer mente narrativo, sino normativo. La hermenéutica filosófica
(1874-1945), ambos son antecedentes del Círculo de Eranos. nos invita a vivir como hermeneutas, a contar o expresar la
El conocimiento de sus propuestas es imprescindible para historia de nuestro ser-en-el-mundo, nuestro vivir de cada día,
incorporarse al pensamiento actual de la filosofía política. contar la historia de nuestra vida en historias de texto, para
En Marburgo podemos encontrar a personajes como Paul ubicarnos en un contexto.
Nartop (1854-1924) con su pedagogía social, al sociólogo Gracias a los estudios de teología que realiza Martín
Friedrich Albert Lange (1828-1875), a los filósofos Nicolai Heidegger (1889-1976) y a las enseñanzas de su maes-
Hartmann (1882-1950) y Otto Liebmann (1840-1912), y a tro Heinrich Rickert, Heidegger se familiarizó con la
Karl Vorländer (1860-1928). hermenéutica; posteriormente fue ayudante de Edmund
A México llegó la influencia de los filósofos españoles Husserl (autor de la moderna fenomenología). Entre
Manuel García Morente (1886-1942) y José Ortega y Gas- 1923 y 1928 trabajó como docente en la universidad de
set (1833-1955), quienes estudiaron en Alemania bajo la Marburgo. Investiga el problema de la relación entre la
influencia de los filósofos de Marburgo, corriente considerada palabra de la Sagrada Escritura y el pensamiento teoló-
la más conceptualista, que toma las ciencias de la naturaleza gico-especulativo. Considera la hermenéutica como un
—y especialmente la física matemática— como modelo o intento por determinar la esencia de la interpretación
paradigma de conocimiento. a partir del estudio de la existencia, de el-ser-ahí en el
tiempo, dasein, lo que lleva a una autocomprensión y a la
Hermenéutica 327 h
vez comprensión humana del ser y de sus posibilidades. A esta escuela pertenece Gilbert Durand (1921-2012),
Sus planteamientos se encuentran en su obra más im- quien toma como punto de partida el simbolismo de Carl
portante, aunque inacabada, El ser y el tiempo, publicada Gustav Jung. En su libro La imaginación simbólica, Durand
en 1927. En ella presenta una postura nihilista, reflejo critica a la semiótica y al estructuralismo. Se refiere a la
de haber estudiado a Nietzsche. Sus ideas han influido importancia de diferenciar entre signo, alegoría y símbolo.
tanto en el existencialismo como en la deconstrucción. El símbolo aparece, por su carácter dual, como mediador;
En 1960 Gadamer, discípulo de Heidegger, publica en complementa y totaliza la conciencia y lo inconsciente,
dos tomos Verdad y método. Muchos pensadores afirman que subjetividad y objetividad, pasado y futuro (Durand, en Ga-
con esa obra se funda la hermenéutica contemporánea. En ragalza, 1990: 22).
ella se entiende a la hermenéutica como un diálogo que se Entre los miembros destacados de la Escuela de Eranos
establece entre el ser y el hombre. La razón hermenéutica están: en su primera etapa, la fundadora Olga Fröbe (1881-
posibilita la aplicación que toda interpretación lleva consi- 1962), en cuya casa se reunieron a partir de 1933 estudiosos de
go a nuestra realidad presente en un proceso de incesante varias disciplinas para hacer un análisis cultural e identificar
actualización o resignificación. Una de las funciones de la las diferencias y posibles coincidencias entre Oriente y
hermenéutica es expresar un significado, como explicar o ser Occidente; Rudolf Otto (1869-1937), teólogo protestante
intérprete. Se trata de conducir a la comprensión mediante estudioso de las religiones; Carl Gustav Jung, psicólogo
diferentes formas de plantearse el problema del comprender que propuso varias teorías para analizar la personalidad;
(Ferraris, 2007: 11). Es el modelo del lenguaje y su forma de Gilbert Durand (1921-2012), quien fue discípulo de Gastón
realización en el diálogo el que soporta el entendimiento en- Bachelard (1884-1962) —ambos pensaban que el punto
tre los hombres, así como el entendimiento acerca de las cosas inicial del conocimiento era el símbolo—; Erich Neumann
de que consta el mundo (Ortiz-Osés y Lanceros, 2006: XIII). (1905-1960), psicólogo israelí que trabajó la psicología
El origen del Círculo de Eranos se ubica entre 1933 y analítica; Henry Corbin (1903-1978), filósofo especialista
1946; el año en que se reunieron por última vez en Suiza en estudios del islam que se hizo famoso al dar a conocer
estudiosos de diversas disciplinas fue 1988. Este grupo se trabajos de Martin Heidegger en Francia; Mircea Eliade
reconoce como auspiciador de la perspectiva teórica de la (1907-1986), quien tuvo un gran interés por la filosofía
hermenéutica contemporánea como forma específica de hindú; Joseph Campbell (1904-1987), que estudió con
comprender la existencia (Solares, 2001: 7). Fue funda- especial dedicación a los héroes que aparecen en la literatura;
do en Ascona, Suiza, por el psicólogo Carl Gustav Jung Karl Kerényi (1987-1973), especialista en mitología griega;
(1875-1961) para promover y proseguir el estudio del saber Gershom Scholem (1897-1982), conocedor del simbolismo
marginal. Reunió a un grupo interdisciplinario que, a lo lar- judío y la cábala, entre otros.
go de poco más de medio siglo, elabora una hermenéutica Luis Garagalza (profesor titular de filosofía de la Uni-
simbólica de la cultura. Los miembros del Círculo de Eranos versidad del País Vasco), afirma que Gastón Bachelard da un
afirman que, en el proceso de pensamiento, la pregunta va enfoque filosófico al lenguaje como indagación del trasfondo
por delante; por eso es más difícil elaborar una pregunta de de las investigaciones poéticas, es decir, de lo inexacto, con
manera correcta que responderla (Ortiz-Osés y Lanceros, lo que posibilita la organización de las experiencias como
2006: 286). En sus reuniones anuales su labor consistía en datos. Quiere ampliar el marco de la estructura de la razón,
ampliar los horizontes culturales más allá de la razón, pues constreñida en la visión occidental, y extenderlo por campos
se centraban en estudiar y explicar la experiencia humana, que tradicionalmente se consideran irracionales. Desconfía
lo que lleva necesariamente a interpretar el posible sentido del absolutismo de las ciencias naturales y desemboca en la
de la vida. investigación de la creación poética. Su noción de ruptura
Por otra parte, también en el Círculo de Eranos se pre- epistemológica se encuentra en todos los ámbitos de la cul-
tende un acercamiento entre los principales planteamientos tura: en la historia de un pensador, un artista, la literatura o
filosóficos de Oriente y Occidente. Al mismo tiempo trata de la forma de transgresiones de patrones establecidos o juegos
encontrar el sentido en los arquetipos de los dioses ocultos, lingüísticos. En lo que se refiere al espíritu científico y al es-
en la dualidad del bien y el mal, así como en la vida y muerte, píritu poético, Bachelard descubre que cada uno se mueve en
o dios y demonio, atributos de Hermes. su marco de referencia y se rige según su propio modelo, sin
En poco tiempo, va más allá de las interpretaciones de que por ello sean estrictamente comparables. El conocimien-
Jung, porque su análisis es más cultural que filosófico (Kerén- to científico y el saber poético, separados entre sí, se presentan
yi, Neumann et al., 1994: 10-11). Persigue un conocimiento como los dos polos de la vida psíquica como métodos para
basado en la captación de sentido de la experiencia vivida y transformar la realidad (Garagalza, 1990: 22).
sentida (consentida). Entones el símbolo aparece como el Por su parte, Gilbert Durand, mitologista, tiene el proyec-
único medio a través del cual el sentido puede “manifestarse to de comprender la totalidad del discurso humano en una
y realizarse como auténtica mediación de la verdad, conce- interpretación cultural de los lenguajes simbólicos (poesía,
bida como sentido” (Garagalza, 1990: 24). mitos, leyendas, ritos, textos literarios, neurosis, etcétera) es
h 328 Hermenéutica
decir, de elaborar una teoría antropológica unitaria (Gara- En 1935, Rudolf Carnap (1891-1970) llegó de Aus-
galza, 1990: 24-26). tria a Chicago huyendo de los nazis. Trabajó en la lógica
En una segunda etapa, durante la posguerra —entre matemática —o simbólica— y en la semántica. Entre sus
1947 y 1971—, los adeptos del Círculo de Eranos se con- obras se encuentran: Investigación sobre el significado y la
centran en la elaboración de una nueva imagen del hombre verdad y Significado y sinonimia en los lenguajes naturales. En
y trabajan en la construcción de una antropología cultural. la Universidad de Chicago coincidieron con él el filósofo y
La tercera etapa va de 1972 a 1988. En ella se desarro- semiótico Charles Morris (1901-1979) y Bertrand Russell
lla la hermenéutica simbólica que se encuentra más allá de (1872-1970), filósofo y matemático, quien, influido por Mo-
la filosofía y de la racionalidad. Se concentra en mythos más rris, adoptó la pragmática para elaborar la Enciclopedia de la
que en logos, aunque considera a ambos. Toma elementos de Ciencia Unificada.
la religión y de varias disciplinas, entre las que se cuentan el El filósofo Paul Griece (1913-1988) agrega que otro
psicoanálisis, la antropología social, la filosofía, la literatura, objetivo de la hermenéutica es captar no sólo el significa-
la mitología, el simbolismo y, especialmente, la hermenéutica. do del texto, sino también la intención del hablante o the
La hermenéutica simbólica va más allá de los límites que le speaker’s meaning, de ahí que las disciplinas hermenéutica y
marcan la metodología y la epistemología, fundamentándo- pragmática busquen la intencionalidad en lo que interpretan
se en lo ontológico. En su razón de ser, queda de manifiesto (Beuchot, 2004: 86).
el énfasis que pone en lo simbólico, es decir, en el mito, la En todas las variantes que hemos mencionado, la herme-
leyenda, la magia, el misterio, la pasión por la vida, etcétera, néutica aparece sistemáticamente desarrollada y se entiende
de ahí que el filósofo neokantiano Ernst Cassirer defina al como corriente filosófica y cultural en la que el mundo y el
ser humano como hommo simbolicus. hombre se constituyen como tales en y por el lenguaje, de
Más allá del hommo faber, hommo sapiens, zoon politikon, modo que llegar a ser es llegar a la palabra y, por tanto, a la
hommo parlante, se asume el hommo simbolicus o religioso como interpretación. Todo se da y se articula en el lenguaje, sede
espiritualidad y comunión con los dioses. El hommo simbolicus del sentido, del ser-sentido-lenguaje (Barrera, 2006: 40; Ga-
incluye al hommo ludens, hommo eroticus y al hommo esteticus o ragalza, 1990: 11-12).
artístico. En él se conjugan las fuerzas con alcances ontológicos Entre los más representativos antecedentes de los pos-
desde donde se comprende antropológicamente al hombre, ya modernos se cuentan: el filósofo y crítico literario Walter
que, para que éste se ubique en el universo, necesita otorgarle Benjamin (1892-1940), quien escribió El origen de la tragedia
un sentido a su existencia y definir su destino. alemana y que en su huida de la Alemania nazi fue detenido
Esta tercera generación de la Escuela de Eranos afirma y muerto, y también el novelista francés que siempre estuvo
que debemos comprender al hombre con su vida, no sólo ocupado en dilucidar la obscura mente humana contempo-
como un ser estrictamente racional, sino sustentado por una ránea y sus contradicciones, Georges Bataille (1897-1962),
imaginación creadora. Para conocer el mundo y al hombre que es pieza importantísima para explicar el conocimiento
en él, es necesario interpretar y captar el sentido de su vida, y la situación del ser humano, especialmente el occidental,
planteamiento que años antes habían hecho tanto el escri- en la posmodernidad.
tor Friedrich Hölderlin (1770-1843) como el poeta Rainer Entre los filósofos que han influido en el pensamiento
Maria Rilke (1875-1926), para quienes el mundo es sím- de la posmodernidad también hay que mencionar a Michel
bolo y diálogo. Foucault, aunque no se considera propiamente posmoderno.
Ahora bien, podemos hablar de dos formas de llegar a la Mauricio Beuchot escribe en la introducción de su obra
comprensión de la dimensión simbólica de la cultura: Historia de la filosofía en la posmodernidad que el sociólogo y
filósofo alemán Jurgüen Habermas (n. 1929), pertenecien-
1) el estructuralismo formalista en torno a Claude Lé- te a la segunda generación de la Escuela de Frankfurt, hace
vi-Strauss (1908-2009), racionalista y agnóstico, y una historiografía del pensamiento posmoderno en la que
2) la hermenéutica simbólica de corte gnóstico repre- clasifica diversos autores de acuerdo con su perspectiva, por
sentada por la Escuela de Eranos, de la que ya he- tanto con su forma de interpretar la realidad, y los ubica en
mos hablado, que “indica la forma posible de mediar las siguientes divisiones de posmodernidad: antimoderna,
entre lo que la Modernidad ha separado: espíritu paleoconservadora, neoconservadora y ético-crítica (Beu-
y materia, vida y muerte, mitos y logos. La com- chot, 2009: 7-10).
pleja cuestión de la coincidencia de los contrarios
a través del análisis de su relación abierta hacia lo • Los antimodernos están representados por per-
otro que pretendemos comprender como matriz del sonajes como el filósofo y sociólogo de izquierda
pensamiento” (Solares, 2001: 8-9). Aunque resulta Jean-François Lyotard (1924-1988), perteneciente
claro que sólo podemos juzgar a partir de nuestras al grupo Socialismo o Barbarie, quien en sus me-
propias categorías culturales y, en consecuencia, que tarrelatos trató de encontrar el sentido de la his-
nuestras certezas son relativas. toria; Jean Baudrillard (1929-2007), sociólogo, fi-
lósofo y teórico de la cultura; Gilles Lipovetski (n.
Hermenéutica 329 h
1944), que reflexiona sobre lo efímero y el vacío en Julio César Barrera Vélez, quien pertenece al círculo de
la contemporaneidad; Gilles Deleuze (1925-1995), hermenéutica analógica en la unam, propone una clasifica-
considerado como uno de los filósofos más influ- ción5 de las siguientes variantes de la hermenéutica:
yentes del siglo xx que con una extensa obra abarcó
temas de filosofía, política, literatura, cine y pintura, a) Metódica (heredera de Dilthey): interroga acerca
y que trabajó varios de sus textos con Félix Guattari de las posibilidades de las ciencias humanas para
(1930-1992); Jacques Derrida (1930-2004), cuya que su interpretación alcance universalidad y obje-
propuesta filosófica se conoce como el pensamien- tividad.
to de la deconstrucción; Gianni Vattimo (n. 1936), b) Ontológica (Heidegger y Gadamer): la experien-
quien escribe sobre el ocaso de la historia y el pen- cia se configura en el lenguaje, considerado un me-
samiento débil, se acoge a la hermenéutica filosófica dio de dominio y poder: el lenguaje puede ser el
y ha participado en política, y finalmente, Richard punto de encuentro de la verdad y la correcta co-
Rorty (1931-2007), quien estuvo en contra del ab- municación, pero también de la mentira, lo mismo
solutismo del pensamiento analítico. Todos ellos, de que de la no verdad y comunicación distorsionada
diferentes formas, critican en la Modernidad, tanto (Barrera, 2006: 41). Se suponen los actos del habla
a la ética como a la técnica. como comunicativos y no lingüísticos. Heidegger
• Los paleoconservadores hacen una crítica tanto a y Gadamer relacionan la experiencia hermenéuti-
la ética como a la técnica y proponen volver a éti- ca con el universo del lenguaje y el logos como un
cas anteriores como la de Aristóteles. Entre sus re- verbum (Ferraris, 2007: 11).
presentantes podemos mencionar a Hanna Arendt c) Semiológica (Ricoeur, 1913-2005): en ella se da un
(1906-1975), Agnes Heller (n. 1929) y a Alasdair interés ontológico. Está orientada a la comprensión
MacIntyre (n. 1929), neoaristotélico que ha hecho del yo que “sigue el camino del análisis de las zonas
aportaciones a la filosofía moral. Otros, como el fi- simbólicas producidas por el hombre, los sueños,
lósofo canadiense Charles Taylor (n. 1931), recono- mitos, ritos, metáforas, etcétera” (Barrera, 2006:
cido por sus investigaciones sobre la Modernidad y 41-42). Considera al lenguaje simbólico multívoco,
la hermenéutica, proponen la ética de Hegel. opuesto al de las ciencias.
• Los neoconservadores, si bien critican a la ética d) Crítica (Habermas, n. 1929 y Apel, n. 1922): consi-
moderna, también proponen conservar la técnica, dera la “posibilidad de conocimiento y se funda en
como el sociólogo y filósofo Daniel Bell (1919- los intereses de la vida cotidiana”. Presenta una:
2011), profesor en la Universidad de Harvard, en
su libro El fin de la ideología; el neoconservador […] crítica de las ideologías que sostienen a los
William Kristol (1920-2009) y Michael Novak (n. dominadores: es necesario develar el sentido de
1933), economista y humanista neoconservador. éstas para posibilitar la comunicación y conver-
• Los ético-críticos refutan la técnica de la Moder- gencia entre las diversas perspectivas de cada uno
nidad pero desean conservar o replantear la ética de los mundos cotidianos […]. Este consenso es
moderna. Sus exponentes son Habermas, Karl Otto posible si el oyente entiende al hablante […], lo
Apel (n. 1922), especialista en lenguaje y comuni- que lo lleva a ‘aceptar la verdad del contenido’ de
cación que, al igual que Habermas, mantiene una lo que se propone, y si la considera correcta, tam-
postura crítica frente a la hermenéutica, y Maurice bién lo hará con la norma (42).
Blanchot (1907-2003), amigo de Levinas, Bataille
y Derrida. e) Nihilista (Gianni Vattimo, n. 1936): la hermenéu-
tica es una cosmovisión. Desde las múltiples inter-
Después de la segunda mitad del siglo xx, los filósofos pretaciones se debe enfrentar, en su fluir, al mundo
y, en general, los estudiosos de las ciencias sociales, pusieron real cambiante.
especial atención a los diferentes lenguajes por medio de los
cuales se expresan los seres humanos, así como los proble- Después vienen filósofos críticos de la Modernidad o an-
mas de traducción (niveles de significación) y, desde luego, la timodernos de izquierda, entre ellos: el filósofo y sociólogo,
posibilidad o no de la comunicación con los demás. En otras Jean Francois Lyotard (1924-1998); Gilles Deleuze (1925-
palabras, el problema de la interpretación de lo que ocurre 1995); Jacques Derrida (1930-2004); Anthony Giddens (n.
(hermenéutica), los significados de los hechos culturales y el 1938); Bolívar Echeverría (1941-2010), profesor emérito
posible establecimiento del diálogo (comunicación con los de la unam; Adolfo Sánchez Vázquez (1915-2011), y Em-
demás) para llegar a acuerdos que permitan la convivencia, manuel Levinas (1906-1995), quien realiza una crítica a la
porque todo se articula por medio del lenguaje (Barrera,
2006: 40).
5 Basada en una taxonomía que retomó de Daniel Herrera Res-
trepo, 1998.
h 330 Hermenéutica
filosofía occidental; Gianni Vattimo (n. 1936), y Richard Dilthey, Wilhelm (2000), Dos escritos sobre hermenéutica: el surgi-
Rorty (1931-2007), que dejó las filas de la filosofía analítica miento de la hermenéutica y los esbozos para una crítica de la
para unirse a los posmodernos (Beuchot, 2009: 7-10). razón histórica, Madrid: Istmo (Fundamentos, núm. 164).
Vattimo ubica entre los posmodernos a Paul Ricoeur, pero Durand, Gilbert (1990), “La creación literaria. Los fundamentos
de la creación”, en El retorno de Hermes, Barcelona: Anthro-
no a Gadamer. En todo caso, lo que es un hecho es que la pos, pp. 20-49.
hermenéutica ha pasado a ser la episteme o koiné de la pos- Ferraris, Maurizio (2007), Historia de la Hermenéutica, México:
modernidad (Beuchot, 2009: 10). Siglo xxi.
Desde 1993, Mauricio Beuchot ha venido desarrollando Gadamer, Hans-Georg (1999), ¿Quién soy yo y quién eres tú?, Bar-
algunos planteamientos teóricos y ha propuesto la herme- celona: Herder.
néutica analógica que ya tiene aplicaciones en psicología, _____ (2004a), Verdad y método, tomo II, Salamanca: Sígueme.
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símbolo, indica que no podemos dejar de incluir a quienes néutica y lenguaje en la filosofía actual, Barcelona: Anthropos
en el ámbito latinoamericano han desarrollado trabajos de (Hermeneusis, núm. 7).
corte hermenéutico como: Laurette Sejourné (1911-2003); _____ (2002), Introducción a la hermenéutica contemporánea. Cultura,
Alfredo López Austin (n. 1936); Mercedes de la Garza (n. simbolismo y sociedad, Barcelona: Anthropos (Hermeneusis,
1939); Rubén Bonifaz Nuño (1923-2013); Miguel León núm. 18).
Portilla (n. 1926); Gutierre Tibón (1905-1999); Octavio Paz _____ (2014), El sentido de la Hermenéutica. La articulación simbólica
(1914-1998); Enrique Florescano (n. 1937); Roger Bartra del mundo, México: Anthropos, Universidad Autónoma de
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Hermenéutica 331 h
Regional de Investigaciones Multidisciplinarias-Universidad La otra cara de la discusión en torno a la heteronomía re-
Nacional Autónoma de México (Hermeneusis, núm. 17). vela el concepto de libertad que la subyace. Mientras que para
Kant la moral autónoma es la voluntad del sujeto que decide
libremente, conforme a la razón, sin mediar coacción externa
alguna (provenga de Dios, del entorno o de otra persona), para
Levinas la libertad se define con relación a la responsabilidad
HETERONOMÍA por el otro, irreductible y exterior al yo. Esta responsabilidad
heterónoma levinasiana, anterior a la voluntad, proviene de la
interpelación del rostro del otro que, según el filósofo, al vol-
Silvana Rabinovich
verse hacia el sujeto, se le opone sin hostilidad. Podría objetarse
que esa irrupción del otro en la calma del yo es violenta. Sin
embargo, contrariamente al sentido común, la violencia, según
Definición
el filósofo lituano, consiste en ignorar esta oposición del rostro
del otro, en reducirlo a cálculo para su sometimiento, borrando
Comúnmente considerada como la ausencia de autonomía,
su inquietante alteridad.
la heteronomía designa un origen de la ley que rige el com-
El encuentro con el rostro del otro, que se presenta como
portamiento en tanto exterior a la voluntad del sujeto (por
anterior a la libertad del sujeto, le ofrece a este último la po-
su etimología, en griego heteron refiere al “otro” y nomos a la
sibilidad de poner en marcha esa libertad. En este sentido,
ley). Para su definición, que resuelven por la vía negativa,
para la ética heterónoma, la palabra es mandamiento. Aparen-
los diccionarios de filosofía remiten al vocablo “autonomía”,
temente hay una paradoja, la libertad heterónoma es difícil
que a partir de Kant se define como la voluntad que se da a
libertad: por ejemplo, el “no matarás” se vuelve infinitamen-
sí misma la ley moral acorde a la razón. Para el filósofo de
te exigente —y a la vez prometedor— al traducirse como la
Königsberg, todo otro origen de la ley moral cuestiona la
obligación de que el otro viva. En términos de Levinas esta
libertad de la voluntad y por lo tanto los actos que produce
responsabilidad por la vida del otro recibe el nombre de “ma-
no son auténticamente morales (Kant, 1968: 144). Este con-
ternidad ética”. El Otro levinasiano remite tanto al presente
cepto de autonomía, relativo al orden político y social, había
(el prójimo) como al pasado (memoria de los vencidos por
sido concebido antes por Rousseau en el Contrato Social y se
redimir) y al porvenir (responsabilidad con las generaciones
relaciona con la voluntad individual y general. Actualmente
que vendrán). Es característica de la ética heterónoma la in-
remite a sociedades o comunidades que se rigen por su propia
versión de la perspectiva: al provenir de la exterioridad, se
normatividad (que se basa en una concepción comunitaria y
relaciona con el mundo desde el lugar del otro (que nunca
no individual de la subjetividad), aun cuando ésta contradice
puede confundirse con el yo, o con el Mismo), de ahí su enor-
ciertas leyes del Estado nacional.
me potencial (auto)crítico. La exterioridad del otro exhorta al
Con Emmanuel Levinas la heteronomía pierde su defi-
sujeto a tomar posición a su favor: al mostrarle su condición
nición por la vía negativa —que la reduce a la antítesis de
de usurpador y ocupante, el otro conmina al sujeto a ceder el
la autonomía o simplemente a su carencia—, y se define
espacio que ocupa. Implacable en su crítica, la heteronomía
como el sustento del concepto de sujeto. Literalmente, para
genera un pensamiento inquieto, neutraliza la comodidad
el filósofo lituano, sujeto es aquel que se encuentra sujetado
autocomplaciente típica de una moral altruista.
a una relación con el otro. Así, el nomos por el que se rige el
El esquema ético levinasiano, basado en la anterioridad
yo tiene origen en el heteron.
y prelación del prójimo, que se constata en la relación del
sujeto con el tiempo y el lenguaje (éstos no son posesio-
Historia, teoría y crítica
nes ni atributos, sino la garantía misma de hospitalidad)
da cuenta de un desfasaje o retraso del sujeto respecto de sí
En Occidente, hacia finales del siglo xviii surge la con-
mismo. Podríamos parafrasear “en el principio fue el otro”,
cepción de la moral como autogobierno en tanto facultad
aquel anfitrión que recibió al yo en la lengua y en el tiempo.
humana igual en todos los hombres. Anteriormente, la moral
Cuando el sujeto puede hablar —evocando a Bajtín— sabe
se entendía como obediencia a la autoridad. En el proceso de
que no es justo decir con Descartes “yo soy” sino “yo también
liberalización del pensamiento, la autonomía se considera un
soy” (porque lo dice en la lengua del otro, que lo precede).
punto de inflexión en la relación entre individuo y sociedad.
Características de la heteronomía, desde el inicio, son la
Esta descripción presupone un progreso en la libertad hu-
asimetría y la no reciprocidad de la relación entre el yo y el
mana y en este sentido la heteronomía —entendida como el
otro. Es asimétrico por solicitar atención y también por la
sometimiento a la voluntad de un tirano— se explicaría como
autoridad de ordenarla. En este sentido, la palabra del otro
un estadio superado en la moral. Sin embargo, la heteronomía
es mandamiento. La sujeción del yo que se descubre capaz
no se reduce a la coacción ni tampoco a una obediencia irra-
de atender su reclamo, se vuelve garantía de liberación. La
cional (y, adelantamos, tampoco el pensamiento se amolda al
responsabilidad por el otro es incondicional, y por eso la re-
esquema del progreso). Desde esta perspectiva, la heterono-
ciprocidad no puede caracterizarla. Sin embargo, a pesar de
mía no es la falta de autonomía sino su exterioridad.
h 332 Heteronomía
presentarse como anterior a la voluntad que sería el resulta- mo y el libre mercado, puede transformarse en una pesadilla
do de una decisión racional, la heteronomía no es irracional. excluyente. Las poblaciones marginales (pueblos originarios)
Levinas considera que, anterior a la razón lógica —que pro- o “superfluas” (emigrantes, refugiados, parias) lo atestiguan.
porciona al sujeto los elementos para tomar decisiones de Desde esta perspectiva, que no ubica a la heteronomía en
manera autónoma— la heteronomía apela a la razón ética las antípodas de la autonomía sino en su genealogía, queda
pre-originaria. cuestionada la creencia liberal —fundada en la idea de pro-
Debe aclararse que la relación heterónoma hasta aquí greso— que considera a la autonomía como superación de
presentada no describe los vínculos cotidianos entre las per- la heteronomía. El filósofo Emmanuel Levinas se queda
sonas sino que plantea una hipótesis ética que el autor llama junto a la ética frente a la política —sin entrar en ella, para
pre-originaria o an-árquica, esto es, que subyace al orden so- poder vigilarla— porque la entiende a la manera del libe-
cial y es anterior a todo origen (arjé) y a toda cronología. Al ralismo político, al que ve como la forma más elaborada de
modo de la maldad o bondad natural del hombre esbozadas organización. Según el filósofo, esta organización política
por Hobbes o Rousseau respectivamente, la responsabili- presupone un avance —insuficiente— en el desarrollo social
dad heterónoma levinasiana —que a diferencia de éstas no y político, al que ve con desconfianza. Pero cabe preguntarse:
es esencialista— constata trazos humanos, chispas de una ¿acaso la historia —la vida— sólo se entiende en función del
ética que, bajo un sedimento de relaciones cotidianas nu- progreso? El progreso es un valor occidental —orientalista,
bladas por la propiedad privada, oculta genuinas esperanzas es decir, excluyente—,1 producto de un pensamiento teleo-
de justicia. Esta justicia se teje en una ética que, al antepo- lógico que pretende universalidad pero que no la alcanza.
ner el otro al sujeto, le intima a reconocer su vulnerabilidad. Desde la crítica de Said al orientalismo, la teleología en la
La sujeción del yo le obliga a desconfiar del poder y de las historia, como una cadena de causas y consecuencias en una
posesiones. Desnudo ante la desnudez del otro, el sujeto se dirección única, se revela como una forma más, entre muchas
descubre responsable de la fragilidad del prójimo. La ética otras, del pensamiento, asociada a un yo que se concibe a sí
heterónoma da la clave para desactivar la lógica de “guerra mismo como voluntad de dominio. Un pensador heteróno-
preventiva” —tan común en las sociedades occidentales— en mo como Walter Benjamin (2008) hace una crítica radical
la que, ante el temor a ser agredido por el otro, cuya calidad a la ideologización del progreso en el concepto de historia.
de indigente se percibe como amenaza (en tanto le recuerda Este cuestionamiento benjaminiano a la inexorabilidad del
al sujeto su propia vulnerabilidad), éste opta por “prevenir” la progreso conduce a revisar otras formas de heteronomía
supuesta agresión perpetrándola. Al definir al sujeto a partir política experimentadas en el seno de diversas culturas (al-
de su responsabilidad por la fragilidad del otro, la heterono- gunas de ellas consideradas como “atrasadas” por la visión
mía cuestiona radicalmente el esquema de autoafirmación orientalista). De esto tratará el apartado siguiente.
que ha imperado en la ética y en el pensamiento occidental.
Ahora bien, lo descrito hasta aquí corresponde a la ética Líneas de investigación y debate
heterónoma, filosofía primera para Levinas, que plantea la contemporáneo
hipótesis pre-originaria del cara-a-cara. Pero en el mundo,
además del sujeto y aquel otro por quien se descubre res- La ética heterónoma, que antepone el Otro al Mismo, apa-
ponsable, se encuentra el tercero: la sociedad. En el plano rece abordada por primera vez en la historia de la filosofía
social y político, la ética desempeña un papel de horizonte, de manera afirmativa —en tanto filosofía primera—. Sin
de promesa. La idea de justicia es matizada por la pluralidad, embargo, en la filosofía del siglo xx, el debate se abre a otros
la exigencia infinita de la difícil libertad se atenúa. La ética, pensamientos pertenecientes a culturas que la filosofía au-
entonces, funge desde un afuera que vigila al poder desde la todenominada “occidental” no supo tomar en cuenta, por
vulnerabilidad. Al modo de los profetas bíblicos, que amones- considerarlos “atrasados” o alejados de la razón ilustrada. En
taban al rey sin concesiones en nombre de la justicia, la ética esta sección se presentarán cuatro líneas de pensamiento que
heterónoma —insobornable e incapaz de calcular— descon- actualmente, pero que también desde hace siglos y desde lu-
fía del poder político. En esta escena queda claro por qué para gares diferentes, plantean distintas perspectivas heterónomas
Levinas la heteronomía no es ausencia de autonomía, sino que se manifiestan en el plano ético, social y político.
su condición previa. La autonomía, en cuanto afirmación del
Mismo, corre el peligro de olvidar su progenie, su condición Pensamiento andino
filial respecto al Otro. El orden político en su afirmación de El ideal de una “autonomía” personal para el runa/jaqi andi-
libertad debe tender a la autonomía; sin embargo, la política no es un absurdo; como miembro de una red de relaciones,
no puede negar su génesis social y ética. Dicho en otros tér- el individuo nunca puede establecer su propia ley (autos y
minos, la autonomía política no debe pretenderse ex nihilo, nomos), sino que tiene que insertarse en la gran ley cósmica
porque si niega su estirpe heterónoma —su condición de
heredera responsable con el pasado, el presente plural y el
porvenir—, corre el riesgo de volverse tiranía. Aquel sueño de 1 En el sentido que le da Edward Said al término, que refleja la
libertad fácil, pura voracidad reducida a las leyes del capitalis- percepción de superioridad que Occidente tiene de sí mismo
en comparación con un Oriente caricaturesco y despreciado.
Heteronomía 333 h
de la correspondencia, complementariedad y reciprocidad. cula con la hospitalidad. “El escuchar es revelador respecto a
Fuera de ésta, el individuo está condenado a ser una “nada” la realidad y al escuchador mismo. Se oye lo que no se sabe,
(Estermann, 2009: 235). ni de sí mismo” (Lenkersdorf, 2008: 143). En esta descrip-
Pensamiento heterónomo por definición, la red comuni- ción de la escucha hay elementos característicos de la ética
taria da forma al sujeto, que no puede ser comprendido como heterónoma: la revelación como fuente de saber exterior es
tal sin el marco de la comunidad. La heteronomía se mani- imposible de anticipar o de poseer, no sólo enseña sobre el
fiesta a través de los conceptos de Sumak kawsay, “buen vivir” otro sino que por el otro se llega al “sí mismo”.
—en quichua ecuatoriano—, y Suma Qamaña, “buen convi- En esta cosmovisión, la tierra es madre (al igual que para
vir” —en aymara boliviano—. El buen vivir nada tiene que los pueblos andinos) y por lo tanto no se concibe su traba-
ver con el afán de posesión y acumulación característicos del jo por dinero, ya que el dinero la prostituiría. Allí radica la
capitalismo, que se basa en el consumo. En este contexto de diferencia entre el “trabajo por la vida” y el “trabajo por di-
convivencia que desconoce la hegemonía del par sujeto-ob- nero” (Lenkersdorf, 2006: 24). Mientras el último se basa
jeto (que conlleva el poder del primero sobre el último), el en la acumulación, el primero se explica por y para la vida.
estatus epistemológico se muestra radicalmente diferente al Este sentido de la escucha se traduce políticamente en
“occidental” —caracterizado por el afán de dominio—. En el la posibilidad de una democracia en la que se respetan las
marco intersubjetivo del buen convivir, la sabiduría consiste voces, pensamientos y palabras de todos y cada uno. Hacia
en el encariñamiento —diferente del conocimiento— con el la política exterior, la comunidad se dirige traduciendo su
medio (Álvarez, 2013), es decir, que presupone una relación heteronomía radical como “autonomía”. El Estado nacional,
de atención mutua, solidaria. La relación de amor se ma- que busca unificar a todos los pueblos que componen la na-
nifiesta no sólo en el acercamiento a la sabiduría sino en el ción, debe entender que ese otro (por ejemplo, los zapatistas
trabajo, que en este contexto trata de asistir a la naturaleza en Chiapas) se rige por reglas diferentes que está obligado a
y no de explotarla. Así, la reciprocidad, que no se reduce al reconocer por ley. Autonomía (respecto al gobierno nacio-
cálculo sino que tiene que ver con la solidaridad, es uno de nal) heterónoma (en el interior de la comunidad) es la de los
los principios económicos, epistemológicos y de organización zapatistas de México.
social. Este principio se profundiza con la solidaridad que
no espera retribución y se relaciona con una característica Pensamiento judío
de la heteronomía, que es su incondicionalidad. La posición Llamamos pensamiento judío a una filosofía en cuya genea-
del ser humano en el mundo no es de superioridad sino que logía se encuentra la tradición comunitaria de lectura de la
se relaciona de manera horizontal con el medio, como parte Torah en el marco de la religión judía entendida a partir del
integrante del mismo. Cuando el buen vivir y el buen con- cumplimiento de sus preceptos. Filósofos modernos y con-
vivir interpelan a la política “occidental”, desde una alteridad temporáneos, permeados directa o indirectamente por estas
que se ubica en el interior del Estado, le impelen a revisar prácticas tradicionales de lectura, dan lugar a un pensamiento
su constitución nacional, corrigiéndola como plurinacional. filosófico que, si bien no se inscribe en la religión, por su ca-
Este es el caso de países andinos como Ecuador y Bolivia que rácter heterónomo se ubica en ese horizonte cultural.
tradujeron estas nociones de orden institucional, modificando Las leyes morales y sociales de la Torah (Levítico 19 ss.)
de manera profunda sus textos constitucionales. dan lugar a una organización social que, al postular la res-
ponsabilidad por el otro (el pobre, el extranjero, la viuda y el
Pensamiento tojolabal huérfano), puede prescindir de la autoridad monárquica (I
Si toda lengua refleja un horizonte de pensamiento, en el Samuel 8), bajo la supervisión divina que garantiza la igual-
tojolabal —lengua mayense— se trasluce una cosmovisión dad de los seres humanos ante Dios. En el marco ritual, la
muy diferente a la del español. Una de sus características lectura del Libro se lleva a cabo regularmente en comunidad,
más sobresalientes concierne a la predominancia de la es- en voz alta, poniendo en acto la heteronomía (de la voz en
cucha y a la concepción comunitaria de la subjetividad. la lectura que garantiza la escucha, del testimonio del otro
Son cuatro los conceptos clave del tojolabal (Lenkersdorf, que impide el sojuzgamiento de los sentidos del texto). Esta
2008): el “nosotros”, “todo vive”, la “complementariedad”, o cosmovisión, que concibe al tiempo —diacrónico— en cla-
intersubjetividad, y el “escuchar”. No se trata de negar al yo ve generacional, define al sujeto como responsable por las
sino de entenderlo en el marco de un nosotros comunitario generaciones pasadas y por las que le sucederán. Más tarde,
—incluyente— que lo constituye. El sentido de comunidad dentro del marco religioso, el Talmud (escrito bajo el yugo
lo da la certeza de que todo vive, es decir que la vida no es de Roma) considerará a la prelación del otro postulada en
cualidad exclusiva de los tres reinos de la naturaleza, sino que la Torah como garantía para impedir la soberbia del poder.
todo aquello que nos rodea (sea artificial o natural, terrestre Pensamiento diaspórico, el Talmud y luego la Cábala luriánica
o celeste, en vida o difunto) vive. En ese sentido, se da una postularán al exilio (simbólico) como garantía de humildad
inversión típica de la heteronomía: ver y escuchar supone que y libertad; pensamiento del desarraigo, el Levítico (25: 23),
somos vistos y escuchados por todos esos otros que conviven al dictaminar la condición radical de extranjería, impedirá la
con nosotros. La escucha, relacionada con la atención, se vin- posesión de la tierra.
h 334 Heteronomía
Esta cosmovisión heterónoma originada en el marco por la palabra del otro la vuelve inmune al “egoísmo colecti-
religioso, trasciende las fronteras hacia el mundo secular a vo” que Buber distingue como propio de los nacionalismos.
través de pensadores judíos contemporáneos (algunos cre- Nuevamente constatamos que la heteronomía funge como
yentes y otros no) a quienes les fuera transmitida directa o garantía de la autonomía con justicia.
indirectamente. Así, Emmanuel Levinas, filósofo religioso y A mediados del siglo xx, Martin Buber consideraba que
conocedor directo de las fuentes, propone una ética heteróno- el único socialismo factible era el utópico (Buber, 2009). A
ma que traduce (e interpela) a la filosofía occidental; Walter través de sus investigaciones, el cientificismo se revela más
Benjamin, pensador laico permeado por algunos aspectos de fantasioso por sus pretensiones de realismo que los caminos
la Cábala, plantea una concepción heterónoma del marxis- de la utopía.
mo, de la historia y la memoria que acerca lo mesiánico a la En nuestros días el socialismo utópico, a través de la re-
revolución; Jacques Derrida presenta un pensamiento polí- lectura de las Tesis sobre la historia de Walter Benjamin, ha
tico heterónomo de raigambre generacional que tiñe toda su sido actualizado por ejemplo en el “ecosocialismo” planteado
filosofía; Sigmund Freud concibe al sujeto desde la hetero- por Michaël Löwy (2001). Motivada por la responsabilidad
nomía del insconsciente; Martin Buber y Gustav Landauer heterónoma con el porvenir, la ecología política radical —
—en su implacable reclamo por la justicia donde resuenan que hoy une a militantes de muy diversas etnias y realidades
los preceptos del Levítico 19 y 20— construyen un socialismo sociales en el planeta— constituye una fuerza de oposición
profético… La lista es amplia. Del sentido heterónomo de la que se expresa desde lenguas y culturas diversas contra la
utopía en Buber, Landauer y Benjamin nos ocuparemos en globalización neoliberal capitalista. Si la preocupación ética
el apartado siguiente. ante la depredación extractivista del medio ambiente puede
tejer esta red política que trasciende fronteras de toda clase
Socialismo utópico (culturales, lingüísticas, económicas) es porque se acercan
Entendida por los autores del Manifiesto Comunista como desde la vulnerabilidad y no desde la autoafirmación. Esta
opuesta a la comprensión científica de la estructura económica posición heterónoma de la subjetividad permite aproximarse
de la sociedad burguesa, la utopía fue denostada como mera a toda lengua —incluso la propia— como traducción. En-
fantasía reformista. El problema de esta oposición radica en tonces, el intercambio de experiencias vulnerables se vuelve
el concepto de ciencia en que descansa y también en el de la “débil-fuerza” (Benjamin, 2008, tesis 2) capaz de propiciar
utopía. Martin Buber se abocó a la tarea de recuperar cierta autonomías en cuyo horizonte brilla la responsabilidad hete-
génesis de esta “idea en desarrollo” (Buber, 1998: 7) y lo hizo rónoma que ilumina presente, pasado y porvenir. En las tesis
a través de otra concepción del conocimiento, que se acerca al benjaminianas convergen el elemento mesiánico judío —que
“encariñamiento” propio del concepto andino de “buen vivir”, es apertura a un porvenir incognoscible y no anticipable—
abierto a la ficción, aunque no a la fantasía engañosa. Pensada con el socialismo utópico, que esboza cuadros inconclusos
como “cuadro de lo que debe ser”, la utopía se inspira en un de lo aparentemente imposible.
deseo crítico de justicia, donde la crítica se considera corolario Para concluir: las experiencias andinas, maya tojolabal
de la experiencia heterónoma. y utopista comparten la concepción del ser humano como
Lo que inquieta en el discurso utópico es la imaginación un integrante más del mundo que habita, hermanado con la
política incondicionada que permite a Gustav Landauer de- naturaleza y con el medio ambiente, que se resiste a concebir
finir a la política como “el arte de lo imposible”, a Charles el trabajo como explotación. En el caso de la heteronomía
Fourier plantear el trabajo como asistencia de la naturaleza de raigambre judía, no es el hecho de hermanarse con la
en su labor de alumbramiento de “las criaturas que como naturaleza (que de algún modo está presente en la condi-
posibles dormitan en su seno” (Benjamin, 2008, tesis 11) y ción de creatura) ni mucho menos de apropiársela, sino el
no como explotación de la misma, o a Piotr Kropotkin, en de ser heredero de la responsabilidad de cuidarla para poder
tanto ácrata, oponerse al Estado centralista —dominador— transmitirla al porvenir. En un horizonte de profundo desa-
desde una idea de organización política que nunca queda rraigo, la experiencia del exilio recuerda al judío que la tierra
definitivamente constituida. sólo pertenece a Dios, esto obliga al pueblo a mantenerse al
El escenario de las diversas versiones del socialismo margen de luchas por la posesión del territorio. Provisto de
utópico es la comunidad que se diferencia del colectivo por dos oídos y una sola boca (fisiología heterónoma), el deber
definirse como tejido de relaciones intersubjetivas. En los de escuchar, o incluso de atender, se descubre como lo pro-
cuadros utópicos, la ética tiene un lugar privilegiado respec- piamente humano y revela que la palabra “propia” proviene
to a la política. Esto hace postular a Landauer la absoluta de otro (“animal profético” levinasiano, inspirado por el len-
coherencia entre medios y fines y la imposibilidad de que los guaje, “que da la palabra” en varios sentidos: presta su boca
primeros tomen caminos divergentes al de los últimos en aras para que el Otro hable a través de él, empeña la palabra dada
de una supuesta eficacia. La confederación de comunidades responsabilizándose por ella y cede la palabra al otro, ante-
autónomas propuesta por este utopista exige un dinamismo poniendo la escucha). En Benjamin y en Buber, de maneras
que impide el anquilosamiento de cualquier forma de orga- muy distintas, convergen la heteronomía judía (mesiánica)
nización política. Se trata de una autonomía cuyo respeto y la socialista (utópica).
Heteronomía 335 h
Todos los ejemplos aquí mencionados dan testimonio de Disponible en: <http://www.formacion.psuv.org.ve/wp-con-
una alteración profunda en los sentidos de autonomía y hete- tent/uploads/2013/06/Un-Manifiesto-Ecosocialista.pdf>].
ronomía que pone en evidencia el reduccionismo —sesgado Rousseau, Jean-Jacques (1993), El contrato social, Bogotá: La Ove-
por un prejuicio orientalista— de presentarlas como opues- ja Negra.
Said, Edward (2004), Orientalismo, Barcelona: Debolsillo.
tas. En las sociedades tejidas en torno a la ética heterónoma Schneewind, Jerome B. (2009), La invención de la autonomía. Una
hay una forma de organización política comunitaria que se historia de la moral moderna, México: Fondo de Cultura
caracteriza por la autonomía con respecto al poder político Económica.
nacional a fin de conducirse de manera heterónoma en su
interior.
Bibliografía
[…] mediante los libros que lee, las obras de arte que […] toda cultura, la nuestra y la de todos los demás
admira, los espectáculos que llaman su atención, los […] son formas de bricolage; pero es necesario pregun-
ritos que respeta [...]. Resulta fácil darse cuenta de tar cuál es la lógica social de la apropiación, es decir, por
que la cultura nunca es recibida de manera uniforme qué un determinado grupo, en determinados lugares y
por el conjunto de una sociedad, que ésta última se momentos, elige una determinada combinación de va-
descompone en distintos medios culturales, a veces lores, actitudes y símbolos; y es necesario hacerlo, porque
antagonistas y que la transmisión de la herencia cultu- los grupos sociales no forman parte de la naturaleza,
ral está gobernada por la disposición de las relaciones sino que son construcciones históricas que no pode-
sociales (Duby, 1999: 453). mos eliminar, por lo que no podemos escribir historia
sin términos como nobleza o campesinado (Olábarri y
Historia del libro Caspistegui, 1996: 201).
No resulta extraño, entonces, observar cómo las inves-
tigaciones en torno a la cultura escrita —manuscritos y Conviene recordar aquí las aportaciones metodológicas
libros— hayan cobrado un gran auge desde los ochenta. Pero —desde la sociología de la literatura— que hiciera Lucien
ya desde dos décadas antes se había comenzado a estudiar la Goldmann al investigar la producción de textos filosóficos,
historia del libro —y más ampliamente el hecho escrito—, lo literarios o científicos. Mediante la utilización de conceptos
que ha desempeñado un papel fundamental en la construc- como los de explicación y comprensión, proponía estudiar la
ción de la historia cultural. En Francia, la historia del libro desestructuración de una forma tradicional cultural y la apa-
debe mucho a la obra pionera de Lucien Febvre y de Hen-
ri-Jean Martin, quienes con La aparición del libro, en 1958,
analizaban la producción libresca desde aspectos técnicos, 6 A decir de Fernando Bouza, un segmento demográfico “que
económicos y geográficos, con lo cual se demostraba cómo llamaremos minoría letrada, contaba en su haber con una
lo impreso estaba en el centro de la historia de la cultura triple opción de comunicación, mientras que la inmensa ma-
moderna occidental. Posteriormente Elizabeth Eisenstein yoría de la población se hallaba reducida a sólo dos, la oral y la
icónico-visual, debiendo recurrir a la ‘minoría letrada’ si quería
expresar o dejar constancia de algo por escrito” (1992: 26).
h 344 Humanidad
Ahora bien, de la diversidad de corrientes y épocas, in- quizá resulte más próximo a este último el término filia (ji−
teresa resaltar aquellos periodos de la filosofía occidental en lia), que se refiere a la comunidad establecida por lazos de
los que se manifiestan cambios cruciales en el desarrollo del afecto e inclinaciones mutuas entre sus miembros. De hecho,
pensamiento humanista y, consecuentemente, modificacio- la interpretación latina del vocablo filia como ‘cooperación
nes en los sentidos y significados de la noción de humanidad. orgánica’ y ‘amistad’ se asocia con la máxima socrática: “el que
Dentro del recorrido histórico del concepto, el sentido desea que otros le hagan bien tiene que empezar a hacerlo
de humanidad como forma acabada del hombre, contenida por él mismo a otros” ( Jaeger, 1945: 434-438) (máxima con
en la voz latina humanĭ tas y en la griega paideia (o cultura)2, la que Sócrates explica, en la posibilidad de anticipación, el
aludía a la educación que tenía como fin formar al hombre comportamiento racional y el conocimiento de este com-
en su genuina y perfecta forma en el mundo. En el contexto portamiento).
filosófico del mundo griego, la idea platónica de educar al Posteriormente, el cristianismo surge en la escena de la
hombre en su forma perfecta en el mundo, implicó el concepto historia como una religión cuyo credo modificará no sólo
de naturaleza humana, no como realidad empírica, sino como la noción de hombre, sino también el orden de las virtudes,
forma ideal que distinguía entre lo natural (lo propio del ani- los temas morales, así como los supuestos y problemas me-
mal, del homo) y lo cultural (lo que especifica al homo como tafísicos desarrollados por la filosofía griega.
humānus). Para alcanzar este ideal, se planteó la necesidad de Los dogmas de fe cristiana registrados en la Biblia impo-
especificar los ámbitos que hicieran posible la formación del nen ahora la noción de un Dios uno y único, con un poder
hombre, con lo cual no sólo se diferenciaron aquellos cono- infinito y absolutamente trascendente; éste es causa primera
cimientos y actividades que tenían el potencial formativo de de la creación, capaz de producir “de la nada” todo lo creado.
aquellos que no lo tenían; sino que también se valoraron las Luego, en dicho contexto, la doctrina de la creación explicará
actividades formadoras (poesía, elocuencia, filosofía) como ontológicamente el problema del ser, mismo que se habían
buenas artes y las actividades necesarias (trabajo en general, planteado los griegos en términos del devenir y no propia-
trabajo manual, etcétera) como infrahumanas. En conse- mente en la existencia de las cosas. Esta diferencia marcará
cuencia, se consideró como hombres libres y verdaderos a los límites sobre los que se construye una y otra metafísica del
quienes se educaban en las buenas artes, y como esclavos, no ser: para el griego, ser es estar ahí; en cambio, para el europeo
dignos de llamarse hombres, a quienes realizaban actividades occidental, ser es la negación de ser una nada. Asimismo, esta
infrahumanas, así se constituyó una de las fuentes del ideal postura ontológica señalará el horizonte interpretativo des-
aristocrático de la cultura. de el que se desarrollan los temas humanos —entre los que
En este desarrollo cultural, la libertad y la autenticidad se interesa destacar el antropocentrismo, el pecado original y
consideraron metas del proceso de formación, y con ello se los valores cristianos— en virtud de su oposición frente a los
afirmó la capacidad del hombre no sólo para desearlas y contenidos culturales griegos que se establece, precisamente,
conseguirlas, sino también para contribuir a la adquisición en sus semejanzas y diferencias.
e incremento del saber —propio del hombre como tal—. En el antropocentrismo bíblico, al igual que en el cos-
Además, como parte de esta formación, comenzaron a de- mocentrismo griego, se encuentra el tema de la posición
sarrollarse actividades orientadas a la vida asociada en la polis del hombre en el universo. Sin embargo, en el creacionismo
(ideal naturalista) y a la exclusión de aquéllas que buscaban cristiano, el hombre se contempla como un ser que participa
un destino ultramundano. Entre las actividades orientadas a de su creador, de manera que se considera como creado a se-
la vida asociada, se puso énfasis en la contemplación, puesto mejanza de Dios, por ello se asume la concepción del hombre
que el fin último de la cultura —la búsqueda de la sapiencia como centro de la creación. Desde esta postura privilegiada se
y beatitud— era modificar la vida de los individuos y no la fundamenta su señorío, legitimando con ello su dominación
estructura del mundo. En este último punto también radica hacia todo lo demás. Dentro de este contexto referencial, se
el carácter aristócrata, pues se pensaba que la contemplación evidencian rasgos comunes en los contenidos culturales del
era una forma de vida privilegiada y que sólo una minoría pensamiento griego y del cristiano, pues cuando el signifi-
selecta podía alcanzar sapiencia y beatitud. cante hombre se emplea para expresar valores derivados de
Dentro de la cultura de la polis, la noción de autarquía una posición señorial, en ambos contenidos se presentan de-
como dominio de sí mismo para controlar lo instintivo se signaciones que refieren tanto la posición privilegiada, como
proyecta al campo de la vida política donde, en conexión con el atributo de señorío, además de la función de dominación.
ideas orgánicas derivadas de la medicina, adquiere el sentido Sin embargo, en el sentido de ‘dominación’ es notoria una di-
de ‘cooperación’ dentro de la familia y del Estado, del mismo ferencia cultural importante: para el griego, el saber más alto
modo como lo hacen los órganos del cuerpo humano. Sin implica un estado de contemplación, admiración y desinterés;
embargo, cabe señalar que las palabras cooperar (del latín coo- para el cristiano, el conocimiento conlleva la recuperación del
perāri) y amistad (del latín amicitĭ a) ciertamente no aparecen estado adámico de dominación sobre la creación.
como formas léxicas y significantes en el horizonte griego; Así pues, el fin del conocimiento resulta opuesto, ya que
para el griego es la contemplación desinteresada del orden,
mientras que para el cristiano es la herramienta a través de
2 Véase: Jaeger, 1945: 19-20.
Humanidad 345 h
la cual se busca la redención y regreso al estado de dominio. directa de Dios. Puesto que la humildad se convierte enton-
Entonces, no se puede hablar de una misma idea de “do- ces en la principal virtud de los valores cristianos, se invierte
minación”, pues ciertamente ésta no se presenta dentro del la tabla de valores del ideal supremo del griego: el afán de
horizonte de pensamiento griego, sino que es una idea que distinguirse, así como la aspiración al honor, ahora son vistos
surge en la cristiandad y continúa vigente en la Modernidad. como vanidad pecaminosa de la persona. De la misma mane-
No obstante, cuando en el presente texto se hace referencia ra, la autarquía y la autosuficiencia son imposibles, pues, en
a rasgos comunes del significante hombre y se alude con ello el modo de pensamiento cristiano, la salvación sólo se puede
a la “función de dominación”, se hace este planteamiento alcanzar con la ayuda y gracia de Dios.
atendiendo al hecho de la esclavitud presente en la cultura De acuerdo con estos contrastes, la diferencia fundamen-
griega, donde sólo el “ciudadano” (miembro de la polis) era tal del concepto humanidad fue, en la concepción griega, su
considerado como “hombre libre”, mientras que las mujeres y contraposición a la animalidad; y en la cristiana, a la divini-
esclavos eran seres carentes de razón y, por eso mismo, se les dad. Luego, humanĭ tas en los griegos es un valor; mientras que
consideraba como “cuasi hombres”. Al igual que los anima- en el cristianismo se trata de una limitación. Con el significa-
les, esta clase —similar a los hombres— estaba subordinada do de ‘valor’, humanidad se refiere a la cualidad que distingue
a la nobleza griega (ciudadanos), y su presencia resultaba al hombre de los animales y del bárbaro o del hombre vulgar
necesaria dentro de la polis en razón de las labores domés- carente del respeto por los valores morales de saber y urba-
ticas que desempeñaban, indispensables para el ejercicio de nidad. En cambio, en su sentido de ‘limitación’ (cristiano),
la comunidad política. humanidad significa ‘cualidades de lo frágil y lo transitorio’.
Empero, el discurso humanista griego no evidencia una De lo anterior resulta que, para restablecer la naturaleza di-
consciencia acerca de este estado de esclavitud, pues, como vina del hombre y alcanzar la recompensa ultraterrena, el
ya se mencionó, desde su enfoque filosófico, los esclavos y cristiano coopera (pero en un sentido de obediencia) con la
mujeres no eran hombres dotados de razón, sino cuasi hom- obra divina: mantiene el orden jerárquico del mundo huma-
bres. Sin embargo, visto con la distancia de la historia, esta no mediante la esperanza del premio y el temor al castigo.
idea de “hombre” manifiesta una función de dominación y Durante el periodo comprendido entre la última déca-
señorío, donde se plantean relaciones de distinción y subor- da del siglo xvii y finales del xviii, se origina y desarrolla
dinación frente a otros seres, aunque las diferencias son los en Europa la corriente filosófica que recibió el nombre de
dominios de donde se derivan sus creencias: en los griegos, la Iluminismo o Ilustración. Este movimiento filosófico se
naturaleza; en los cristianos, la divinidad. De igual manera, las caracterizó por el espíritu racionalista que prevaleció en los
divergencias se hacen evidentes en razón del estrato o grupo pensadores y escritores típicos de la época, quienes, a dife-
humano al que se dirigen: en los griegos, a la aristocracia; en rencia de los escolásticos medievales, buscaban interpretar y
los cristianos, a los cristianos mismos. resolver los problemas de la vida humana mediante el uso
Dentro del horizonte cristiano se mantiene el carácter exclusivo de la razón, sin referencia a una revelación divina
aristocrático y contemplativo de la noción cultura. De la incuestionable, ni sometida a la autoridad de las costumbres
misma manera que los griegos, el Medioevo conservó la va- e instituciones establecidas. Entonces, con el reconocimiento
loración de las artes liberales (gramática, retórica, dialéctica, de la capacidad racional del hombre como instrumento de
aritmética, geometría, astronomía y música) como las únicas comprobación y de examen de la verdad, y con su aplicación
dignas de los hombres libres. No obstante, el fin de la edu- en los campos de indagación accesibles al hombre, proliferan
cación ya no sería la formación del hombre en su mundo, nuevas disciplinas científicas y, tras ello, nuevos elementos
sino su preparación para la vida ultramundana, por lo que la del ideal de la cultura.
filosofía —que para los griegos era investigación— se cons- En este sentido, la filosofía de la historia sería otra de
tituyó en un instrumento teleológico que buscaba acercar al las corrientes que florecerían durante el periodo de la Ilus-
hombre a las verdades reveladas por la religión. Luego, los tración. Pero, a diferencia de las posturas anteriores acerca
planteamientos cristianos establecen contrastes importantes, de la historia, el enfoque ilustrado aportó un pensamiento
los cuales muestran que en el mundo cristiano existe una in- integrador de los diferentes periodos de la humanidad, en
versión de los valores, virtudes y cualidades contemplados y su esfuerzo por construir una teoría universal del hecho his-
tipificados en el mundo griego. tórico y de la naturaleza, caracterizándolos como realidades
De hecho, los griegos, desde los antiguos poetas has- con sus propias leyes, principios y relaciones, dentro de un
ta Platón y Aristóteles, habían tratado el tema de la hybris proceso de desarrollo encaminado hacia un fin supuesto.
(trasgresión a las leyes, exceso de las pasiones) y el castigo, Ciertamente, este enfoque teleológico de la historia —con
mediante el recurso del mito y los misterios órficos; no obs- especial acento en la vertiente metafísica— mostraría la idea
tante, estaban convencidos de que la redención del hombre de lo útil como el principal instrumento en el devenir de lo
era obra del hombre mismo. En contraparte, el mensaje bí- humano. Así pues, desde esta perspectiva —y asintiendo con
blico convertirá la culpa original en el pecado de la soberbia o el filósofo mexicano Ricardo Guerra— es como se llega a
rebelión contra Dios, cuyo castigo es la naturaleza caída de la lo que para Hegel constituye el concepto fundamental de la
humanidad, de ahí que la redención requiera la intervención Ilustración: la utilidad, pues “[…] la historia del hombre […]
h 346 Humanidad
se comprende como un proceso donde todo aparece como metodológica de los procedimientos que usan las diversas
medio para otra cosa, para un fin, y dado que la utilidad rige ciencias particulares. Pero, dentro de esta postura, resulta más
la vida real y concreta, la búsqueda de lo útil se convierte en importante la búsqueda de una síntesis doctrinal que puede
una determinante vital” (1996: 139). alcanzarse mediante un método subjetivo, lo que significa
Durante esta etapa histórica, “ser culto” ya no significa contemplar a las ciencias desde la óptica de sus relaciones con
poseer las artes liberales, sino tener conocimiento general y la humanidad; esto es, con las necesidades del hombre como
sumario de todos los dominios del saber hasta entonces co- ser social. Puesto que la física social o sociología, como ciencia
nocidos (matemáticas, física, ciencias naturales, disciplinas del hombre, permite unificar las ciencias desde la perspecti-
históricas y filológicas). En este marco, la alta estimación del va del sujeto convertido en la humanidad, en general, Comte
amor propio, el afán de distinguirse y la aspiración del honor propone esta disciplina como principio sintetizador del co-
griegos, como premio y sublimación de la virtud aristocrá- nocimiento científico. Pero además, desde este enfoque, la
tica, se transforman en la conciencia burguesa ilustrada, en sociología posibilita la meta práctica de la filosofía positivista:
el refinado culto a la personalidad y en el enriquecimiento la reorganización social; lo cual es posible sobre la base del
espiritual de la propia personalidad. conocimiento y formulación de las leyes de la sociedad; luego,
En este contexto, el concepto cultura, por un lado, comien- esta disciplina tiene por objeto precisamente la solidaridad, el
za a significar ‘enciclopedismo’, y por el otro, se considera orden y el progreso sociales, medios y metas de la sociedad
producción de un ser racional libre y, como tal, producto y positivista. Así, la filosofía comtiana sustenta la exigencia de
fin último del género humano. Con esto, la idea de cultura hacer de la ciencia el fundamento de un nuevo orden social
se escinde de su significado como formación. y religioso con carácter unitario, y concibe a la humanidad
Si bien el cambio de significación —de formación a —que bautiza con el nombre de Gran Ser— como la prime-
producto— se produce en el siglo xviii por la filosofía ra persona de la trinidad positivista (las otras serían el Gran
iluminista, en todo caso será Kant (1968) quien precise Ídolo o tierra, y el Gran Medio o el espacio).
esta nueva referencia. Para este filósofo alemán, la cultu- Para el positivismo la educación era sinónimo de ad-
ra es entendida como el resultado de la producción de un quisición de competencias específicas que confinaban al
ser racional que tiene la capacidad de escoger los propios individuo en ámbitos restringidos de actividades y estudios.
fines, y alude a la noción de humanidad como el principio Lo que la sociedad demandaba de sus miembros era eficien-
que mueve a los seres racionales a reconocer la existencia cia en la tarea o función por desempeñar, y esa eficiencia no
de otros seres racionales, y la exigencia de comportarse en requería de una cultura, entendida como formación equili-
sus confrontaciones sobre la base de ese reconocimiento. brada y armoniosa del hombre como tal, sino especialización
En esos términos, el planteamiento kantiano de humanidad técnico-científica.
remite a las ideas de respeto (reconocimiento de la propia Paralelamente, se origina el pensamiento marxista que
y ajena dignidad, así como un comportamiento consecuen- planteó la necesidad de desarrollar una teoría que partie-
te a dicho reconocimiento), de simpatía (disposición a la ra de la actividad práctica, es decir, de la acción. Se elaboró
comprensión de los demás), y de sociabilidad (condición de una corriente filosófica destinada a constituir un medio de
realización de la naturaleza racional, vinculada con incli- transformación, y no simplemente un modo de interpretar
naciones y tendencias hacia la asociación-disociación). En el mundo. En esta propuesta, el carácter humanista de la teo-
síntesis, con esta concepción, la noción de cultura se escinde ría marxista se contempla tanto en el plano teórico como en
de su significado original como ‘formación’, para adquirir el práctico: el primer sentido se expresa indirectamente en el
ahora una nueva referencia, la de ‘producto’. ateísmo, caracterizado por el rechazo a la metafísica idealista
Las ideas fundamentales del empirismo británico y los de corte religioso, pues para el pensamiento religioso lo hu-
ideales cosmopolitas de la Francia revolucionaria del siglo mano (espiritual) le es ajeno al hombre, ya que inculca a las
xviii, constituyen el clima intelectual de donde emerge el masas el amor y la obediencia servil a los explotadores. Por
positivismo, cuya característica principal es la pretensión de su parte, el humanismo práctico se instaura con el comunis-
absorber en la ciencia todas las manifestaciones del hombre; mo, porque a través de éste se propicia la eliminación de la
igualmente, acompañó y estimuló el nacimiento y la conso- propiedad privada, en tanto condición necesaria para la rea-
lidación de la organización técnico-industrial de la sociedad lización plena de la vida humana e inherente a la condición
moderna. En este contexto, Auguste Comte, filósofo y físico (humana) del hombre.
francés, no sólo empleó el vocablo positivismo para titular su En efecto, siguiendo la línea hegeliana y particularmente
filosofía, sino que gracias a su obra se designa así la corriente la propuesta en torno a la necesidad de objetivación previa
que, a partir de la segunda mitad del siglo xix, tendría una para la realización del hombre, Marx sostiene que la forma
gran influencia en las diversas manifestaciones del mundo primaria de auto-objetivación se da en el trabajo, esto es, en
occidental. la producción, pues el bien que resulta de él viene a cons-
De las propuestas filosóficas de Comte, citado por Dil- tituirse como el hombre en-su-ser-otro. En este sentido, el
they (1979: 168), interesa resaltar la relativa a la tarea de la proceso de trabajo (intelectual-manual) que conduce a la
filosofía (positiva) que, según él, consiste en la unificación objetivación del hombre es un proceso de auto-enajenación,
Humanidad 347 h
pues el objeto producido posee una especie de existencia in- desde la Ilustración, entra en un periodo crítico: el desplaza-
dependiente del productor. No obstante, siempre que esos miento del centro de poder económico hacia Estados Unidos
objetos se usen y consuman para conservar la vida humana, replanteó el orden geopolítico tanto de la potencia cultural
el producto como fin-en-sí-mismo se cancela, y el hombre como del capital técnico.
se apropia en-su-uso nuevamente de lo producido. Por eso, En este sentido, el contexto de la posguerra resultó un
mientras el trabajo y el uso formen una unidad, no sólo se espacio fértil para la función de los medios de difusión masiva
anula la auto-enajenación, sino que se renueva la auto-pro- en la construcción nacional de la sociedad emergente. Como
ducción. En esta circularidad, el hombre dispone libremente consecuencia, en el ámbito de la producción cultural, se gene-
de lo que ha creado porque el producto de su actividad le ró la confrontación entre el ideal europeo de alta cultura y el
pertenece, luego su libertad se revela precisamente en el do- modelo estadounidense de cultura masiva y masificada; ésta
minio efectivo del resultado de su trabajo. última propiciada por medios de alta tecnología que, en su
En razón de esto, Marx establece una crítica contra el sis- dinámica de difusión masiva, representan y promueven prác-
tema capitalista y hacia la perversión que éste mismo genera: ticas modernas de imposición y dominación hegemónicas,
las cuales, a su vez, se nutren de la racionalidad industrial y
[…] pues el capital, como objeto creado por el sujeto, se materializan en la circulación mercantil de toda produc-
al convertirse él mismo en “sujeto” con una realidad ción simbólica.
independiente a la materialidad del sujeto creador, Es importante advertir las estrategias que usan los discur-
condiciona el proceso creativo del trabajo; en donde sos “tecnoutópicos” sobre la organización futura del mundo
el sujeto creador está subordinado a producir objetos occidentalizado. En efecto, en sus propuestas y predicciones
de consumo en los cuales no se crea (auto-realiza) a se emplean frecuentemente enunciados reiterativos sobre el
sí mismo. Por lo tanto, en el capitalismo está depo- poder de la técnica —en oposición al de la política— para
sitado el germen de la negación del sujeto mismo, solucionar problemas sociales, y sobre el papel de los ciuda-
condenado a trabajar sin realizarse como conciencia danos, considerados como “consumidores-públicos” (noción
(1973: 36). opuesta a “miembro” de la comunidad que participa en esa
organización política, mediante el disfrute de derechos y el
La superación de estas contradicciones se logrará cuando cumplimiento de obligaciones), que sólo tienen “la obligación
se elimine la propiedad privada y se establezca el comunis- neodarwiniana de adaptarse al nuevo entorno competencial
mo en la sociedad. Así, cuando se disuelva la auto-alienación del librecambismo mundial” (Matterlart, 2000: 432). De
en los ámbitos de la economía y de la estructura social, se la misma manera, se esgrime la alianza entre los gerentes
eliminará la propia auto-alienación en la esfera religiosa; en (managers) y los intelectuales como factor necesario y su-
suma, sólo de esta manera puede existir el hombre íntegro, el ficiente para la construcción de la sociedad planetaria de la
hombre no escindido, y la ética humana desplazará a la ética información-saber; por ello, tal y como afirma Peter Druc-
de clase, con lo que reinará por fin un humanismo genuino. ker, uno de los teóricos de la gestión empresarial, en esta
Por eso, Marx considera al comunismo como el ideal relación de aliados,
moral de la humanidad porque, como señala A. Bebel (en
Shishkin, 1966: 116), la nueva sociedad actuará para asegu- […] cada uno necesita del otro […]. El intelectual,
rar a todos iguales condiciones de vida y hacer posible que si no se completa con el manager, crea un mundo en
cada cual tenga una existencia digna del hombre. En este el que cada uno hace lo que quiere pero donde nadie
universo discursivo, los valores y cualidades que se aprecian está sin hacer nada. El mundo del manager, si no se
como fundamentales y que se reconocen como sociales y completa con el intelectual, se convierte en una bu-
humanos son: la dignidad humana, la sabiduría y la honra- rocracia, en una rutina embrutecedora donde reina
dez política, la solidaridad proletaria, la fidelidad a la causa el hombre de la organización. Pero si encuentran su
común, la hermandad internacional, la libertad como con- equilibrio, entonces pueden nacer la creatividad y el
ciencia de la necesidad. Todo ello tan primordial como la orden, el sentido de la misión y del cumplimiento (en
elección consciente de la posición en la lucha histórica (que Mattelart, 2000: 432).
se contrapone a la noción de libre albedrío individualista); la
voluntad de servicio para el bien social común; el heroísmo Por cierto, en los discursos referidos se eliminan o no se ha-
revolucionario, que se caracteriza por la valentía, la conciencia cen explícitas las nociones de “igualdad” y de “justicia” como
de la propia dignidad, el sentimiento de orgullo y de inde- metas o medios para realizar los proyectos de moderniza-
pendencia (contrarias a las cualidades cristianas: miseria de ción y de desarrollo; asimismo, se suprime o sustituye la voz
espíritu, sufrimiento, mansedumbre, humildad, misericordia), colaboración —que alude más bien al sentido de relación
y la utilidad como respeto al trabajo socialmente útil, entre humana—, por la de integración —dirigida al sentido de
otras cualidades. relación orgánico-mecánica—. De la misma manera, se ad-
En las primeras décadas del siglo xx, la universalidad vierte un énfasis en la concepción y la definición utilitarista
de la civilización y cultura europeas, mantenida y difundida
h 348 Humanidad
del intelectual, que lo centran como “objeto-útil” y lo deter- Desde este enfoque, la determinación del hombre como
minan a un cierto uso, entre otras peculiaridades discursivas. ser racional lo convierte en un todo que se puede organizar,
clasificar, producir, destruir; es decir, en una cosa que se so-
Líneas de investigación y debate mete a un cálculo y un plan; luego, el hombre no tiene un
contemporáneo papel central o exclusivo en su propia determinación. Por
eso, cuando el pensamiento humano reduce todo al hombre
Desde luego, las referencias sobre la modernización y la como explicación primera y última, sobreviene el ocaso de
globalización son importantes, pues, además de revelar la metafísica y, con ello, del humanismo. Entonces, la técni-
los sustentos de la mentalidad mercantil contemporánea, ca, la tradición metafísica y el humanismo, son momentos
son evidencias en las que podemos explorar los efectos de diferentes dentro de un proceso único.
la deshumanización generada por el binomio “crisis del Aun cuando a partir del Renacimiento el hombre ocupa
humanismo-triunfo de la civilización técnica”, que se carac- un lugar central en el orden del mundo, no es sino hasta el
teriza precisamente por promover una formación del hombre siglo xix cuando se da una conciencia epistemológica del
centrada en la técnica dentro de un proceso de acentuada hombre como tal. Lo que hizo posible un ámbito académi-
racionalización. co de debate entre las ciencias de la naturaleza y las ciencias
De hecho, la formación del hombre centrada en la cien- del espíritu. Este debate planteó, en un principio, cuestiones
cia-técnica y el proceso de racionalización son consecuentes sobre problemas metodológicos, pero más tarde se concentró
con el pensamiento de los siglos precedentes inmediatos, en aspectos teóricos.
pues cuando se establecen los cuadros del saber que fun- De manera más extensa, en el debate de carácter meto-
damentan las ciencias empíricas e igualmente prescriben el dológico sobre las ciencias de lo humano, se buscaba el rigor
orden mediante el cual se hace factible el conocimiento y la y la exactitud que se exigía en el modelo del saber metódico
comprensión del mundo, se reinaugura, por un lado, el modo seguido y autorizado por las ciencias de la naturaleza, pero
de pensar teórico que hace posible presentar las cosas bajo con la condición de preservar el núcleo humanista (la liber-
la forma de generalidad y totalidad y, por otro, un modo de tad, la elección, lo imprevisible) que la tradición reconocía
hacer que, por medio de la transformación de la forma in- en la actividad humana.
mediata de la presencia, se construya y produzca lo que no El debate de carácter teórico que plantea Husserl (1992:
hay para prever y asegurar la realidad. 75-128), pone de manifiesto el vínculo entre la crisis del
En este sentido, el filósofo alemán Arnold Gehlen (Vatti- humanismo y el proceso mediante el cual la subjetividad hu-
mo, 1986: 33-41) señala que el “progreso” de la “modernidad” mana se pierde en la objetividad científica y tecnológica. Por
es rutina, ya que el aumento de la capacidad humana de dis- su parte, el planteamiento del núcleo humanista, en términos
poner y planificar técnicamente la naturaleza hace que los de contenido teórico, deriva en una concepción restaurativa
“nuevos” resultados, surgidos de la disposición y planificación, y en otra provocativa. La primera concibe que la salida de la
sean menos nuevos, puesto que la renovación se exige para crisis está en la recuperación de la función central del sujeto,
asegurar la supervivencia del sistema, donde lo nuevo —la lo cual es posible pues considera que lo que se ha afectado
novedad— es lo que permite que las cosas marchen de la no son los contenidos de la naturaleza humana, sino sólo sus
misma manera. elecciones de supervivencia.
Esta renovación moderna, en el plano práctico, hace que La segunda, la corriente provocativa, considera que la
la técnica inmovilice y que el progreso se convierta en rutina. imposición de la técnica provoca la expresión de lo espiri-
Por otro lado, en el plano teórico, provoca que la seculariza- tual, pues las condiciones de vida que impone la estructura
ción de la noción de progreso se vacíe de contenido al perder de la nueva ciudad moderna llevan al desarraigo del hombre
su finalidad (que en la visión cristiana era la salvación) o, en su tanto de la aldea como de la familia y, al mismo tiempo,
defecto, al constituirse él mismo como propio fin. De la misma a la destrucción estilística (evidente en el expresionismo).
manera, se introduce el concepto trabajo dentro del ámbito Así, ese desarraigo y esa destrucción de formas propician
económico, cuya consideración como fuente de todo valor lo expresiones espirituales —en la comunidad orgánica y en el
convierte en mercancía y fundamento de cambio, reduciendo expresionismo— que constituyen un crepúsculo de la huma-
con ello al trabajador a un valor más, dependiente de otro nidad y del humanismo.
sujeto que lo reconoce y valora. De esta manera, las humanidades, como disciplinas que
Esta reducción del sujeto a valor de cambio, es una ma- se ocupan del hombre en lo que tiene de empírico, se em-
nifestación de lo que Heidegger denomina “imposición y piezan a configurar precisamente cuando el humanismo
provocación del mundo técnico”, que a su vez es manifesta- metafísico entra en crisis y, con ello, inicia la revitalización
ción del ereignis o evento del ser, en el que toda apropiación de los contenidos humanísticos que la tradición reconocía
se efectúa como transapropiación o disolución del ser en en la actividad humana.
valor de cambio en que hombre y ser pierden todo carácter Como señala el filósofo e historiador francés Michel
metafísico (Vattimo, 1986: 33-41). Foucault, la instauración de un análisis de lo vivido surge
cuando el objeto hombre aparece en el pensamiento mo-
Humanidad 349 h
derno, como un “duplicado empírico” trascendental. Este psíquica de otro, hay que reconstruir mediante la interpre-
duplicado se constituye en el espacio donde se busca des- tación de las objetivaciones de la vida (lenguaje, costumbres,
cubrir las condiciones del conocimiento a partir de sus formas y estilos de vida; la familia, la sociedad civil, el Estado,
contenidos empíricos (1997: 313-319). De esto resultaron el derecho, el arte, la religión, la filosofía). Esto implica que
fundamentalmente dos tipos de análisis: los que, indagando para analizar al hombre como lugar de conocimientos empí-
en la anatomía y fisiología humanas, destacan los atributos ricos remitidos hacia aquello que los hace posibles, no sólo se
naturales del conocimiento humano —de ahí derivan las requiere de un análisis de tipo positivista cuyo fundamento
condiciones que determinan las formas y su manifestación en y modelo es la certeza intuitiva, sino también de un estudio
los contenidos empíricos de dicho conocimiento—, y, desde hermenéutico que permita elevar la comprensión de lo sin-
el enfoque trascendental, los análisis que centrándose en las gular a un conocimiento objetivo, y desde donde se puedan
condiciones históricas, sociales, económicas que se forman plantear posibilidades de validez universal.
en el interior de las relaciones humanas, sostienen la idea de Sin embargo, la reflexión sobre el fenómeno del conoci-
un conocimiento dado (preestablecido) que ordena las for- miento y los problemas contenidos en que se interprete como
mas del saber empírico. una relación de trascendencia (entre el sujeto y el objeto) en
No obstante, estos análisis se han mantenido inde- la esfera de las ciencias humanas, enfrentan las cuestiones
pendientes, por lo que, en la búsqueda de una historia del que se relacionan con la determinación del criterio de ver-
conocimiento, se ha desarrollado una vía crítica que entre dad, pues cuando se plantea al hombre (en su finitud) como
otros asuntos ha juzgado la verdad del objeto y del discurso. el lugar de análisis que permite el conocimiento en general,
En cuanto a la reflexión sobre un discurso verdadero, se surge el problema de cómo conciliar o articular las condicio-
han planteado dos alternativas: o el fundamento del discur- nes del conocimiento racional-discursivo con los contenidos
so verdadero es la verdad empírica y entonces se tiene un empíricos del conocimiento intuitivo-racional que determi-
análisis de tipo positivista, o bien, el discurso verdadero es el na las formas de aquél y que, a su vez, se manifiesta en los
fundamento de la verdad empírica, entonces el discurso es contenidos de éste.
de tipo escatológico. Ahora bien, los cuestionamientos contemporáneos gi-
Por esta razón, el pensamiento moderno busca un dis- ran alrededor de concepciones que, como las de Heidegger
curso que si bien tiene que mantener separado lo empírico y (1968: 40-58), interpretan el mundo exterior de la vida o de
lo trascendental, permita a su vez analizar al hombre como los hechos sociales no como objetos del mundo de la vida
lugar de conocimientos empíricos, pero remitidos a lo que misma, ni como formas condicionadas por nuestra manera
los hace posibles; un discurso tal que funcione como una de dirigirnos hacia esos objetos, sino como un entramado de
analítica de lo vivido, esto es, del espacio donde se dan los relaciones dentro del cual el individuo es sujeto y objeto a
contenidos empíricos a la experiencia y la forma originaria un mismo tiempo, capaz de descubrir y constituir lo otro (al
que, en general, los hace posibles. otro), en tanto que, simultáneamente, se descubre y consti-
Por su parte, entre las características con las que se busca tuye a sí mismo.
distinguir el conjunto de ámbitos disciplinarios dirigidos al En relación con este tema, pero en términos simbólicos,
conocimiento de lo humano, dos vocablos destacan por sus Thompson (1998) considera que los sujetos-objetos consti-
significados dentro de las propuestas modernas y contempo- tuyen e interpretan formas simbólicas —que previamente
ráneas, a saber: los términos vivencial y experiencial. han sido constituidas e interpretadas—, éstas organizan en
En relación con la referencia vivencial, resultan impor- el interior de los sujetos-objetos la experiencia manipuladora
tantes los planteamientos que W. Dilthey (1833-1911) y simbólica de lo que se presenta como susceptible de mani-
desarrolla sobre las ciencias que él mismo bautizó como “del pulación y estructuración simbólica.
espíritu”, y a las que les asigna lo humano como objeto propio A pesar de que la ruta crítica de los paradigmas funda-
de su estudio. Para este filósofo, lo propiamente humano ra- cionales ha transitado desde la epistemología centrada en
dica, precisamente, en la actividad racional, que se manifiesta los conceptos hasta la epistemología enfocada en los signos,
y desenvuelve en la vivencia, la expresión y la comprensión; el cuestionamiento del fundamento último ha orientado la
estas últimas consideradas tanto basamento estructural de reflexión hacia el tema del conocimiento probable y a uno de
esas ciencias como categorías metodológicas para investigar los problemas que eso implica: la interpretación que se plan-
lo humano (1979). tea en la hermenéutica y en el pragmatismo contemporáneos.
De acuerdo con el autor citado, la comprensión, que parte En relación con la hermenéutica reciente, se han delinea-
de la inducción de los fenómenos sensibles, se sustenta en la do, cuando menos, dos vías de interpretación, perfiladas por
conexión de la estructura psíquica, la cual se manifiesta en la preocupación que subyace en ellas: por un lado, la epis-
términos de un discurso, pues en la evidencia discursiva se ve- temológica, que reconoce en la comprensión un modo de
rifican los conceptos que surgen de la realidad empírica, según conocer; por el otro, la ontológica, que concibe el compren-
sus relaciones fundamentales. Así, dicho discurso muestra lo der como una manera de ser y de comportarse con respecto
que se ha explicitado en la comprensión, y su veracidad se de- de los entes y del ser.
fine a partir de la realidad empírica que, en el caso de la vida
h 350 Humanidad
Dentro de la primera vertiente hermenéutica, el plan- Dilthey, Wilhelm (1979), Historia de la filosofía, México: Fondo
teamiento de Dilthey dio como resultado una relación de de Cultura Económica.
subordinación de esta disciplina a la psicología (en el sen- Foucault, Michel (1977), La arqueología del saber, México: Siglo xxi.
tido de interpretación de signos externos), pues el objeto _____ (1976), Vigilar y castigar: nacimiento de la prisión, México:
Siglo xxi.
de comprensión de las ciencias del espíritu era el individuo _____ (1997), Las palabras y las cosas. Una arqueología de las ciencias
considerado en sus relaciones sociales, aunque fundamental- humanas, México: Siglo xxi.
mente singular. Sin embargo, para captar la vida psíquica Guerra, Ricardo (1996), Filosofía y fin de siglo, México: Facultad
de un “otro” hay que reconstruirla mediante la interpreta- de Filosofía y Letras-Universidad Nacional Autónoma de
ción de los signos en que se objetiva; esto es, a través de las México.
formas o configuraciones estables (relaciones recíprocas, Heidegger, Martin (1968), Ser, verdad y fundamento, Caracas:
símbolos culturales, filosofía, arte, religión, etcétera) donde Monteávila.
se exterioriza la vida. Horta, Julio, Georgina Paulín y Gabriel Siade (2009), “La viven-
Aunque en la propuesta del alemán se evidencia, como cia y su análisis: consideraciones breves sobre las nociones
objeto-sujeto en el universo discursivo del mundo cultu-
señalara Paul Ricoeur, un conflicto latente entre una filosofía ral”, Revista mexicana de ciencias políticas y sociales, vol. 51,
de la vida —con su irracionalismo— y una filosofía del senti- núm. 205, enero-abril, pp. 15-35. Disponible en <http://
do —con similares pretensiones que la filosofía hegeliana del www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pi-
espíritu—, aquella propuesta de Dilthey planteaba la inter- d=S0185-19182009000100002&lng=es&nrm=iso>.
pretación de significaciones y no la construcción especulativa Husserl, Edmund (1992), “La filosofía en la crisis de la humani-
del concepto como posibilidad de superar tal conflicto. Otra dad europea”, en Invitación a la fenomenología, Barcelona:
de sus aportaciones fue, sin duda, la necesidad de ampliar el Paidós, pp. 75-128.
ámbito de la hermenéutica a la comprensión histórica (Ben- Jaeger, Wilhelm (1945), La Paideia. Ideal de la cultura griega, vol. I
goa, 1992: 44-52). y II, México: Fondo de Cultura Económica.
Kant, Emmanuel (1968), Crítica del juicio, 2a. ed., Buenos Aires:
En cuanto al cuestionamiento del fundamento último, la Losada.
propuesta de Foucault evidenciaría una búsqueda por dis- _____ (1984), Crítica de la razón pura, 3a. ed., Madrid: Alfaguara.
tanciarse de la fundamentación racional que enfatiza el valor Marías, Julián (1974), Historia de la filosofía, 26a. ed., Madrid: Re-
de la verdad, mostrando a través de las diferencias entre las vista de Occidente.
distintas épocas que el devenir del pensamiento no respon- Marx, Karl (1973), La ideología alemana, Buenos Aires: Pueblos
de a una lógica lineal, es decir, a una historia unificada del Unidos.
pensamiento. Mattelart, Armand (2000), Historia de la utopía planetaria. De la
A la luz de estas consideraciones, Foucault planteó la ciudad profética a la sociedad global, 2a. ed., Barcelona, Buenos
noción de un a priori histórico, pero a diferencia del a priori Aires, México: Paidós.
O’Connor, D. J., comp. (1964), Historia crítica de la filosofía occiden-
kantiano como estructura cognitiva inherente al espíritu, la tal: racionalismo, iluminismo y materialismo de los siglos xvii y
del francés resultaba una estructura histórica porque no era xviii, vol. III, Buenos Aires: Paidós.
universal sino que cada momento histórico, cada sociedad, Panofsky, Erwin (1979), El significado de las artes visuales, Ma-
debía generar un tipo de estructura conceptual a partir de la drid: Alianza.
cual los sujetos pensaran y representaran el mundo; por ello, Shishkin, A. F. (1966), Ética marxista, México: Grijalbo.
sostenía, las formas del pensamiento se relativizan (1977: 166 Sineux, Raphael (1976), Compendio de la suma teológica de Santo
ss.). Esta fractura del conocimiento se construía, de acuerdo Tomás de Aquino, México: Tradición.
al Foucault estructuralista, a partir de campos del saber que, Thompson, John B. (1998), Ideología y cultura moderna. Crítica social
como subsuelo categorial, producían otras formaciones ha- en la era de la comunicación de masas, 2a. ed, Gilda Fantinati
Caviedes (trad.), México: Universidad Autónoma Metro-
cia la superficie, aunque hay que señalar que el Foucault de politana-Xochimilco.
La arqueología del saber (1977) y de Vigilar y castigar (1976) Vattimo, Gianni (1986), El fin de la modernidad. Nihilismo y herme-
ya no enfatizaría la categoría en sí, sino su uso como instru- néutica en la cultura posmoderna, México: Gedisa.
mento de poder que es más bien el ámbito de la pragmática.
Bibliografía
Humanidad 351 h
Platón enfatiza la enorme frecuencia con que la gente que
IDEOLOGÍA vive en esos estados de aletargamiento y narcotización socia-
les mantiene una negativa para admitir la mínima posibilidad
Julio Muñoz Rubio de estar equivocado y de que, fuera de su mundo de ideas
falsas, pueda existir uno de ideas adecuadas y verdaderas. Con
esto, Platón sienta las bases sobre las cuales se desarrollará,
Definición ya en el mundo moderno, la concepción y la discusión sobre
las ideas falsas o ideología.
El concepto de ideología tiene una aplicación en numerosas Es en el siglo xvii cuando se retoma el problema de la
ramas de la actividad y el conocimiento humanos, lo que lucha contra las ideas falsas en el contexto del ascenso del
hace imposible definir a cuál de esas ramas pertenece. De capitalismo y de una forma de comprensión del mundo que
hecho, el concepto ha sido ampliamente estudiado en filo- sustituyera el fijismo y el misticismo de la visión medieval
sofía, historia, sociología, psicología, ciencia social y natural, por una visión materialista y dinámica del mundo. Francis
y epistemología, cuando menos, y en todas ellas encuentra Bacon (1561-1626), en su Novum Organum (1620), propone
aplicaciones trascendentales. una nueva forma de pensamiento basada en la recolección
Entendemos ideología como un resultado erróneo de las inductiva de datos acerca de los procesos en la naturaleza,
relaciones entre el mundo de las ideas —propio del ser hu- de manera que el ser humano adquiera poder sobre ésta me-
mano— y el de la realidad externa al ser humano mismo. En diante el conocimiento y la obediencia a las leyes naturales.
concreto, la ideología se define como una sobrerrepresenta- Bacon dirige una parte importante de su obra a las for-
ción de las ideas del mundo real por encima de la realidad mas erróneas de captación de la realidad, de acuerdo con lo
misma, lo que conduce a imaginar equivocadamente que las que él llama “Ídolos” en la segunda parte de esta obra. Bacon
reglas o leyes que explican algún acontecimiento del mundo distingue 4 tipos de ellos: los ídolos de la tribu (LII), cuyo
en un periodo de la historia son las leyes naturales y eternas de origen está en el prejuicio, en la imprecisión de los sentidos,
la misma. Esto implica una ahistorización del conocimiento. o en lo que él llama la “uniformidad sustancial del espíritu
A lo largo de la historia del pensamiento occidental, en- humano”; los ídolos de la caverna (LIII, en evidente alusión
contramos una constante preocupación por entender cómo a Platón), que se originan en la mala educación, hábitos o
pueden los humanos superar los errores de percepción y cons- circunstancias; los ídolos del foro (LIX) que surgen por un
trucción del mundo en el que viven, de manera que puedan exceso de peso e importancia de las palabras sobre la razón;
llegar a determinar verdades o aproximarse a ellas mediante y los del teatro (LVI-LVII), en referencia a los efectos per-
métodos de conocimiento correctos. niciosos que tienen las fábulas, la teología y la religión sobre
La ideología hace alusión a lo erróneo, a lo equivocado, el entendimiento.
a lo falso de nuestras ideas que se proyectan hacia el mun- Para Bacon, estas fuentes de ideas erróneas solamente se
do y de cómo este error de comprensión se retroalimenta y pueden eliminar mediante la observación desprejuiciada del
vuelve sobre sus pasos, reforzando una y otra vez las visiones mundo natural, de manera que se pueda llevar a cabo una
equivocadas de las que somos víctimas. La ideología es, pues, sistematización y ordenamiento del conjunto de leyes natu-
una falsa conciencia. rales del universo.
Por estas razones, Bacon es considerado como el fundador
Historia, teoría y crítica del método científico moderno y, aunque sus tesis centrales
han sufrido muchas transformaciones, siguen estando vigen-
Una de las primeras reflexiones en Occidente acerca de la tes, sobre todo, entre muchos estudiosos del método de las
visión errónea del mundo se encuentra en Platón (427-347 ciencias. La idea del sujeto que aborda su objeto de estudio
a.C.): la metáfora de la caverna (“República”, VII, 514a-532d), sin prejuicios y la idea de aquella mente abierta al descubri-
sitio imaginario en el interior de un espacio obscuro en el que miento de las leyes del universo tal cual es, serán proyecciones
solamente se perciben las siluetas de las otras personas y de hacia los siglos posteriores.
los pocos objetos que allí se encuentran, donde es imposible Las ideas de Bacon se expresan en las tesis de Auguste
tener una percepción correcta del mundo, en especial de la Comte (1798-1857) y en el desarrollo de todo el positivismo
existencia de un mundo externo a la propia caverna, mucho posterior a él. Para Comte, la humanidad se ha ido despren-
más vasto y diverso de como es el interior. diendo paulatinamente de una serie de ideas y concepciones
Platón usa esta metáfora para referirse a la gente sin edu- erróneas propias de los estados “teológico” y “metafísico”, que
cación que no tiene experiencia de la verdad (VII, 519a-e). necesaria e inevitablemente desembocan en el tercer estado:
De este modo liga el problema de la concepción falsa del el “científico”, también llamado “positivo”; éste instaura el
mundo con el de la enajenación, es decir, el proceso de des- predomino de la racionalidad y la objetividad en el ser hu-
pojo de lo que debería ser propio. Esto marcará un vínculo mano. Las falsas ideas y conciencias del mundo, típicas de
entre estas dos categorías, que permanece hasta nuestros los estados anteriores (dominados por la presencia de seres
tiempos en el análisis de la ideología. sobrenaturales y divinos en el estado teológico, y por esen-
i 352 Ideología
Ii
cialismos y abstracciones en el estado metafísico), deberán de las relaciones de producción. Por eso la esfera de las ideas
desaparecer en este estado de la civilización gracias a la he- no es meramente la expresión de la capacidad de pensa-
gemonía de la racionalidad. miento humano, sino un reflejo de las condiciones sociales
El positivismo post-comtiano se identifica con estas ideas en las que ésta se da. Desde luego, en toda formación social
racionalistas y las desarrolla desde la tercera y cuarta décadas hay ideas correctas, pero muchas de ellas son falsas y unas y
del siglo xx, especialmente entre el grupo de filósofos que otras se confunden. Lo que no puede soslayarse es que son
integran el llamado Círculo de Viena. La preocupación de un producto de la historia y son tomadas por válidas en un
este grupo, integrado, entre otros autores, por Moritz Schlick periodo de la misma.
(1882-1936), Carl Hempel (1905-1997), Rudolf Carnap En el capitalismo se invierte la relación entre el mundo
(1891-1970), Otto Neurath (1882-1945), y A. J. Ayer (1910- de las ideas y el mundo de los objetos y procesos, de modo
1989), es la de encontrar un lenguaje común para el conjunto tal que las ideas acerca del mundo resultan distorsionadas y
de las ciencias, eliminando de sus filas todo contenido me- falseadas desde el momento en que tanto a la sociedad como
tafísico e ideológico, como lo expresó Carnap en 1932. Un a la naturaleza se le imponen leyes que corresponden a aque-
lenguaje de este tipo, dice Neurath (1983a), expresaría de una llo que la clase capitalista desearía que fuera el mundo. Se
mejor manera la realidad del mundo exterior que, a su vez, confunden esos deseos e intereses con la realidad, y por esto
debería estar construido en términos de las leyes de la física, los principios temporales y transitorios que corresponden a
ser medible y traducible a magnitudes precisas; esto desde las formas de organización social del capitalismo se vuelven
la física clásica a la psicología (Carnap,1965b). Sólo de esta leyes eternas e históricas de la naturaleza. Las ideas sobre el
manera se podría eliminar la incertidumbre, la vaguedad y el mundo se sobreponen a la realidad, que es forzada a compor-
prejuicio del lenguaje de la ciencia, único lenguaje que puede tarse de acuerdo con las ideas que el capitalismo tiene sobre
expresar la verdad del mundo. ella: de ahí el nombre de ideología.
Esta concepción central se mantiene en filósofos que La ideología para Marx y Engels es así una falsa conciencia.
enfrentan la hegemonía positivista hacia finales de los años Más falsa aún debido a la inversión que en el capitalismo se da
treinta del siglo xx, como Karl Popper (1902-1994), quien en la relación del ser humano con los productos de su trabajo,
critica de numerosas formas al positivismo, pero coincide los cuales han adquirido el carácter de mercancía y, por tanto,
con él en que el progreso de la ciencia mediante la falsación poseen un carácter de fetiche que los hace pasar por objetos
o la corrección del error es búsqueda y encuentro de ver- con una naturaleza propia, proclives a comprarse y venderse.
dades, hecho con el que se mantiene uno de los preceptos De esta manera se enmascara la relación social que está de-
fundamentales del racionalismo existentes desde el siglo xvii. trás de su producción. Las relaciones humanas se convierten
Ahora bien, los autores hasta ahora citados se plantean en relaciones entre cosas.
el problema de la ideología y, por lo tanto, de la conciencia Siguiendo la tradición marxista, contamos con György
verdadera o falsa del mundo en términos de las formas del Lukács (1885-1971), uno de los más destacados estudiosos
pensamiento y éste se expone como proceso independiente de la ideología o falsa conciencia. En su obra Historia y con-
del mundo externo. Pero si al proceso del pensamiento se le ciencia de clase (1969), explica que la burguesía produce un
quita esa independencia y se le hace entrar en relación cons- tipo de pensamiento condenado a proponer una visión falsa
tante y dinámica con la sociedad entera y las condiciones del mundo, debido al enfoque parcial y fragmentado que tiene
materiales de la existencia de los seres humanos, resultará que de la realidad, desviado por sus propios intereses o su visión
los criterios y parámetros de la falsa y verdadera conciencia, del mundo, la cual se reduce a las leyes del mercado. A esta
adquirirán otras dimensiones. perspectiva fragmentada y parcial, Lukács le contrapone el
Para ello debemos retroceder hasta el segundo tercio enfoque de la dialéctica marxista, entendida como una vi-
del siglo xix, cuando se construye una de las concepciones sión de la totalidad o, para decirlo con mayor precisión, de
de ideología que mayor influencia han tenido en el mundo las totalidades concretas.
entero. Toca el turno a Karl Marx (1818-1883) y Friedrich Siguiendo a Marx, Lukács señala que la ciencia histórica
Engels (1820-1895), quienes en varias de sus obras —pero burguesa comete un error metodológico al partir de realida-
especialmente en La ideología alemana (1845-1846) y en el des concretas y, de allí, sin darse cuenta, abstraer sus categorías
libro I de El Capital (1864)— acometen la ambiciosa tarea de análisis. Como consecuencia, se considera concreto algo
de develar las fuentes de error que permean el pensamiento que es completamente abstracto; eterno y permanente, aque-
burgués y por lo tanto, la concepción burguesa del mundo, llo que es histórico y transitorio. Es decir: para Lukács, el
particularmente a partir del cuestionamiento de la filosofía complejo problema de la verdad y la comprensión verdade-
clásica alemana y de la economía política. ra o aproximada de la realidad es un problema de método.
Según Marx y Engels, en la sociedad, las clases domi- Con esta pérdida de la visión de la totalidad quedan os-
nantes imponen no sólo las condiciones y relaciones de curecidas las relaciones de la parte con el todo, del todo con
producción de riqueza material, sino también el conjunto la parte y de las partes entre sí. En cambio, se favorece una
de las ideas dominantes en su periodo, con el fin de reforzar visión de esencias y fijismos.
su visión particular del mundo y reproducir las condiciones
Ideología 353 i
Líneas de investigación y debate de toda la humanidad. La ideología de la conciencia tecno-
contemporáneo crática despolitiza la organización de la vida en sociedad y
refleja una represión de la ética misma.
Dentro de la tradición marxista contemporánea han surgido Ahora bien, un problema interesante en el análisis de la
aportaciones interesantes al concepto de ideología. Una de ideología es el de la presencia de ésta en la ciencia. De acuer-
ellas es la de Louis Althusser (1918-1990), quien habla de la do con el positivismo, la ciencia, para merecer ese estatus
existencia de “aparatos ideológicos del Estado” (1970), que son epistemológico, debe estar libre de influencias ideológicas.
los encargados de reproducir las relaciones de producción. Esos Al confrontar esta posición con la del marxismo, es posible
aparatos ideológicos son: la escuela, la familia, la iglesia, los constatar que existen numerosas intromisiones ideológicas
partidos políticos, los sindicatos, los medios de comunicación en la ciencia y que a veces éstas forman parte importante
y la literatura y las artes en general. Todos ellos situados junto de algunas de las grandes teorías. La economía política, por
a lo que Althusser denomina los “aparatos represivos” (policía, ejemplo, ha sido tradicionalmente calificada por el marxismo
ejército), que intervienen de manera sutil y persuasiva en la como una ideología: éste es un caso evidente de interpreta-
esfera de la vida privada. ción de leyes y comportamientos de la sociedad en una época
Althusser afirma que la ideología representa las relacio- de la historia, como si fueran leyes ahistóricas y permanentes.
nes imaginarias de los individuos con las condiciones de su Por otra parte, la concepción internalista de la ciencia
existencia más que con las condiciones reales de la misma. —y asimismo de la ideología—, prevaleciente en la escue-
Según él, la ideología no tiene historia y, en la medida en la positivista y el falsacionismo popperiano, se empieza
que el ser humano no se puede desprender de esas relacio- a resquebrajar con la publicación de La estructura de las
nes imaginarias, ni siquiera una sociedad comunista estaría revoluciones científicas (1962), en la que Thomas S. Kuhn
libre de ideología. (1922-1996) cuestiona el carácter estrictamente racional de
Otra importante aportación es la de Herbert Marcu- la ciencia. Habla del carácter inconmensurable de las teorías
se (1898-1979), quien, en su análisis crítico de la sociedad existentes antes y después de una revolución científica y de
industrial avanzada de alta tecnología y elevado consumo las frecuentes deficiencias de entendimiento entre comuni-
(1968; 2000), afirma que en esta sociedad opera un proceso dades científicas que trabajan con paradigmas rivales. Kuhn
que podríamos calificar de “domesticación” de las oposicio- también opina que, en los hechos, la ciencia no necesaria-
nes políticas a las instituciones; un proceso de igualación y mente tiene que ser búsqueda de verdad. Las falsas ideas del
homogeneización de intereses y grupos antagónicos y un mundo pueden subsistir dentro de la ciencia gracias a los
eficaz proceso de colaboración entre sindicatos y patrones. distintos intereses de las comunidades científicas, aunque
La sociedad industrial altamente desarrollada no promue- en ocasiones no tengan nada que ver con la racionalidad
ve ninguna aspiración a la libertad, sino que hace del lucro del método científico, que tampoco tiene que ser único.
una verdadera pasión que se explota al máximo, como nunca Paul Feyerabend (1924-1994) lleva al extremo esta po-
antes en la historia del capitalismo. Se produce así un enor- sición afirmando, lisa y llanamente, desde 1975, que no
me potencial de destrucción, tanto del mundo físico como existen ni el método científico ni la verdad; que la ciencia
de las fuerzas interiores del ser humano. Todo esto, explica y la racionalidad no tienen ningún estatus superior en rela-
Marcuse, mina la conciencia de las personas y las hunde cada ción con cualquier otra tradición de conocimiento; que los
vez más en el ámbito de la falsa conciencia. científicos, empezando por el propio Galileo Galilei, violan
La forma de producción dominante —dice Marcuse— cau- continuamente sus propias reglas metodológicas con tal de
sará “metódicamente” la falsa conciencia del mundo. La alta probar la certeza de sus hipótesis. Todo esto lleva a admi-
industrialización, la comodidad de vivir en ese ambiente tir que la discusión sobre la verdad y la falsedad del mundo
altamente tecnologizado, automatizado y de consumismo es ficticia y que en realidad no existen una o varias visiones
galopante, en realidad es una forma de enajenación produ- erróneas del mundo y una acertada, pues cada quien tiene la
cida por el sistema, que impide acceder a cualquier forma de propia. La ideología es, entonces, algo en el fondo inexistente.
la conciencia verdadera y que, en cambio, produce continua- La influencia de la economía política, en otras teorías, ha
mente un sinnúmero de necesidades ficticias que tienen un llevado a ideologizarlas. Es el caso de la teoría darwinista de
aplastante poder falsificador de la conciencia. la evolución, en la que coexisten numerosos elementos re-
Otra visión de la ideología en las sociedades altamente volucionarios con un elevado valor de verdad y elementos
tecnologizadas proviene de Jürgen Habermas (n. 1929), quien ideológicos, principalmente de las teorías de Thomas Mal-
afirma que las conciencias tecnocráticas son menos ideologi- thus y de Adam Smith combinados con el esencialismo y el
zadas que todas las ideologías previamente existentes. Éstas se reduccionismo cartesianos.
ven sobrepasadas por la situación de la conciencia tecnocrá- Elementos como “selección natural”, “competencia” y
tica, la cual desarrolla un ocultamiento de la realidad que no “adaptación”, que forman parte del núcleo duro de esta teoría,
va dirigido ya a justificar intereses de dominación de alguna han sido calificados en varias ocasiones como ideológicos por
clase sobre los intereses de emancipación de otra, sino que, autores contemporáneos como Richard Lewontin (n. 1929),
según Habermas (1994), afecta los intereses emancipatorios Richard Levins (n. 1930), Steve Rose (n. 1938) o Stephen Jay
i 354 Ideología
Gould (1941-2002), quienes consideran que estas categorías Levins, Richard y Richard Lewontin (1985), The Dialectical Bio-
son insuficientes cuando se aplican acrítica y universalmente logist, Cambridge: Harvard University Press.
en la interpretación de todos los procesos evolutivos. Autores Lewontin, Richard (1992), The Doctrine of dna: Biology as Ideology,
como éstos, además, han desvelado las vulgarizaciones del London: Penguin.
Lukács, György (1969), Historia y conciencia de clase, México: Gri-
evolucionismo en las pseudociencias del darwinismo social. jalbo.
En general, cuestionan las consecuencias racistas, clasistas y Marcuse, Herbert (1968), El hombre unidimensional, México: Joa-
sexistas que se desprenden de estas excesivas pero muy fre- quín Mortiz.
cuentes ideologizaciones del darwinismo cuando sus tesis _____ (2000), “Acerca del problema de la ideología en la sociedad
son aplicadas al caso de los seres humanos. industrial altamente desarrollada” [1962], en Kurt Lenk
Se menciona este ejemplo como un caso paradigmático (ed.), El concepto de ideología, Buenos Aires: Amorrortu, pp.
de ideologización de la ciencia, pero no es el único. Otro caso 343-363.
es el de las ciencias de la mente (muchas veces en estrecha Marx, Karl (1984), El capital. Libro I, México: Siglo xxi.
relación con el darwinismo vulgar y, desde luego, con las Marx, Karl y Friedrich Engels (1953), L’ideologie allemande, en Karl
Marx, Oeuvres philosophiques, tomo VI, Paris: Alfred Costes.
ciencias sociales), en las que la presencia de factores ideoló- Neurath, Otto (1983a), Physicalism: The Philosophy of the Viennese
gicos es moneda corriente. Todo esto lleva a la reflexión de Circle, en R. S. Cohen y M. Neurath (eds.), Otto Neurath:
si algún día será posible separar por completo a la ideología Philosophical Papers 1913-1946, Dordrecht, Boston, Lan-
de la ciencia o si, por el contrario, es un peso que hay que caster: D. Reidel, pp. 48-51.
cargar sin poder librarse de él. _____ (1983b), “Physicalism”, en R.S. Cohen y M. Neurath (eds.),
Lo que es claro es que la antítesis ciencia/ideología no Otto Neurath: Philosophical Papers 1913-1946, Dordrecht,
es válida siempre, ni es disyuntiva obligada. Ésta es una idea Boston, Lancaster: D. Reidel, pp. 52-57.
sostenida por Terry Eagleton (n. 1943) (2003), uno de los Platón (1997), Complete Works, Indianapolis: Hackett.
estudiosos contemporáneos más importantes de la ideología, Popper, Karl Raimund (1962), La lógica de la investigación científica,
Madrid: Tecnos.
quien sugiere que cuando una visión del mundo se proyecta Rose, Steve (1997), Lifelines: Biology, Freedom, Determinism, Lon-
a la ciencia, incluirá en su proyección los elementos de falsa don: Penguin.
conciencia en ella. En todo caso, la intensidad, frecuencia e
importancia con la que esto se haga dependerá del tipo de
visión del mundo que domine la escena. El hecho de que el
capitalismo no pueda superar esta situación hasta este mo-
IGLESIA
mento, no implica que no pueda ser superada nunca.
Bibliografía
Hugo José Suárez
Althusser, Louis (1965), For Marx, London: New Left Books.
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dio del análisis lógico del lenguaje”, en A. J. Ayer (ed.), El El término iglesia en sus orígenes proviene del griego ekkle-
positivismo lógico, México: Fondo de Cultura Económica, sía que evocaba una “llamada” vinculada a la “movilización
pp. 66-87. del ejército”. En la Antigüedad, se usaba para designar a la
_____ (1965b), “Psicología en lenguaje fisicalista”, en A. J. Ayer “asamblea plenaria de los ciudadanos en plenitud de derechos
(ed.), El positivismo lógico, México: Fondo de Cultura Eco- de la polis” (Coenen, 2003: 710). Sus funciones eran pre-
nómica, pp. 171-204. ponderantemente políticas, además de jurídicas y militares.
Comte, Auguste (2002), Discurso sobre el espíritu positivo, Madrid: Si bien se realizaban oraciones y sacrificios, su especificidad
Alianza. no era religiosa. Para referirse a eventos de culto se usaban
Eagleton, Terry (2003), “La ideología y sus vicisitudes en el mar-
otros términos. En contrapartida, la palabra synagogé tenía
xismo occidental”, en Slavoj Žižek (comp.), Ideología: un
mapa de la cuestión. México: Fondo de Cultura Económica, una serie de aplicaciones, entre las cuales se podía considerar
pp. 199-251. las asociaciones de culto (710).
Feyerabend, Paul K. (1992), Tratado contra el método, Madrid: Para el español y las lenguas latinas en general, se hereda
Tecnos. el término del latín ecclesia en su significado más global, que
Gould, Stephen Jay (1984), La falsa medida del hombre, Barcelona: se refiere a la asamblea, comunidad, congregación. En el caso
Antoni Bosh. del inglés church y el alemán Kirche, la raíz griega es kyriakón,
Habermas, Jürgen (1994), “Ideology”, en Terry Eagleton (ed.), cuya referencia religiosa es más explícita, pues evoca la per-
Ideology, London: Longman, pp. 190-201. tenencia al Señor (Royston, 2005: 228).
Kuhn, Thomas Samuel (1962), La estructura de las revoluciones cien-
En su uso más corriente, existen tres maneras de utili-
tíficas, México: Fondo de Cultura Económica.
zar el término iglesia. Por un lado, se trata de un colectivo
Iglesia 355 i
de creyentes cristianos que, unidos por una serie de rituales Historia, teoría y crítica
particulares —por ejemplo, el bautismo—, pertenecen a una
misma comunidad religiosa. Una segunda acepción evoca di- El problema de la religión ha sido fundamental desde el
rectamente la construcción material utilizada para el culto o nacimiento de la sociología. Los autores más prolíficos en
la difusión del cristianismo. Por último, iglesia se refiere a la la disciplina se han ocupado de ella en sus distintas formas.
institución compuesta por una serie de autoridades respon- Por eso conviene referirse a algunos de los principales acer-
sables de la administración, difusión, celebración y cuidado camientos, poniendo especial atención al concepto de iglesia
de prescripciones propias de su fe (Pratt, 1987: 147). que, en todos los casos, forma parte de un dispositivo teórico
El cristianismo ha sido una de las religiones que ha uti- mayor al que ineludiblemente hay que mencionar.
lizado la palabra iglesia con mayor contundencia. La iglesia Es conocido que para Emile Durkheim su interés analí-
“cristiana”, como producto histórico, es un tipo “particular de tico fue la transformación de la sociedad en que le tocó vivir.
combinación entre comunidad religiosa y comunidad políti- Por ello reflexiona detalladamente sobre el tipo de sociedad
ca” que surge del “encuentro entre las comunidades religiosas tradicional, donde prima la llamada “solidaridad mecánica”.
cristianas y la estructura estatal de la Roma imperial” (Casa- Hay formas sociales relativamente similares y con pocas dife-
nova, 1999: 128). Dicho término se encuentra en el Nuevo rencias, un sistema de creencias homogéneo y una conciencia
Testamento de distintas maneras, lo que ha generado una mínima clara; a la vez, describe la sociedad moderna como
serie de reflexiones teológicas de mayor envergadura en dis- aquélla caracterizada por la “solidaridad orgánica”, la desin-
tintas direcciones. Hay que recordar la diferencia de acentos tegración, las múltiples posibilidades de elección por parte
entre los discípulos Pablo y Pedro respecto de la comunidad de los individuos y la anomia. Específicamente, se pregunta
de fieles: mientras que el primero se inclina más por la pro- cómo sobrevivirá el vínculo social, y por tanto, la sociedad
moción del acontecimiento que implica la experiencia de misma, en un contexto de cambio en que los elementos que
Cristo y la fe (Coenen, 2003: 715), al segundo se le atribuye cohesionaban a la colectividad empiezan una reconfiguración
la sentencia de que Cristo le dio una misión: “Tú eres Pedro, acelerada. Sus extensas reflexiones sobre las formas del sui-
y sobre esta piedra edificaré mi iglesia” (Mateo 16: 18). Esta cidio y la anomia tienen la intención de develar la relación
última frase es interpretada por el pensamiento teológico entre la cohesión social y estos fenómenos que, por más que
de matiz ortodoxo de la iglesia católica como la base para parezcan individuales, son colectivos.
la creación de una institución dirigida por los herederos del Ante la angustiosa pregunta de Durkheim sobre el fu-
mandato que encarna el obispo de Roma, que es a la vez el turo de la sociedad moderna impregnada por la anomia, su
papa y, por tanto, líder del catolicismo mundial. respuesta es encontrar en la religión la fuerza anónima y di-
Sin embargo, también existen interpretaciones opuestas. fusa que “impregna en los individuos y les impone respeto y
El clásico libro de Leonardo Boff, Iglesia, carisma y poder obediencia” (Voyé, 1998: 112). La divinidad logra concentrar
(1992), sostiene que la misión de Cristo nunca fue la crea- reglas y normas, lo que permite mantener la integración y
ción de una iglesia institucional; Juan Antonio Estrada va conduce a la continuidad de la vida colectiva.
más lejos; afirma además que Cristo ni siquiera inauguró De hecho, para Durkheim, a diferencia de otros enfoques,
una religión: la naturaleza religiosa del hombre es “un aspecto esencial y
permanente de la humanidad” (1968: 2), por tanto no se trata
El propósito de Jesús no era fundar una iglesia se- de un fenómeno transitorio destinado a desaparecer. En sus
parada; por eso, su predicación se centró en Israel y estudios, busca encontrar en las religiones —que son todas
tenía resistencia a trabajar con no hebreos […]. Es comparables— los elementos esenciales comunes y las re-
decir, históricamente Jesús fue un reformador judío presentaciones fundamentales que “tienen siempre la misma
y no fundó ninguna nueva religión. Se ubica dentro significación objetiva y asumen las mismas funciones” (6).
de las corrientes proféticas y estaba cercano a algunos Para este autor, todas las religiones constituyen un tipo de
círculos reformadores y críticos con las autoridades reflejo —transfigurado— de la realidad de donde son creadas,
sacerdotales y políticas (2005: 126-7). por lo que son, en principio, verdaderas:
Las iglesias inspiradas en el cristianismo son varias y de- Los ritos más bárbaros o los más extravagantes, los
penden de su propia historia, su fundador, lugar de acción y mitos más extraños traducen alguna necesidad hu-
momento histórico. Existen las iglesias ortodoxas de Oriente mana, algún aspecto de la vida colectiva o social […].
—griegos, rusos, sirios, etcétera—; la iglesia católica romana; No existen pues, en el fondo, religiones falsas. Todas
iglesias protestantes —luteranos, presbiterianos, anglicanos, son verdaderas a su modo: todas responden, aunque
metodistas, etcétera—; iglesias pentecostales, entre otras. de maneras diferentes, a condiciones dadas de la exis-
tencia humana (3).
i 356 Iglesia
a vivir” (595). El hombre no podría vivir sin historias y mitos Todas las creencias religiosas conocidas, ya sean
que le cuenten su historia de otra manera, que transfiguren su simples o complejas, presentan un mismo carácter
realidad en cuentos fantásticos y efectivos para la vida coti- común: suponen una clasificación de las cosas, rea-
diana. La religión tiene, entonces, una función psicoafectiva, les o ideales, que se representan los hombres, en dos
da sentido a la existencia en el mundo, moviliza a los hom- clases, en dos géneros opuestos, designados gene-
bres en búsqueda de sus objetivos y del sentido de la vida: ralmente por dos términos distintivos que traducen
bastante bien las palabras profano y sagrado. La di-
El objetivo principal de la religión no es dar al hombre visión del mundo en dos dominios que comprenden,
una representación del universo físico; si ésta fuese su uno todo lo sagrado, el otro todo lo profano, es el
tarea esencial, no entenderíamos cómo se puede man- rasgo distintivo del pensamiento religioso (50-51).
tener esta relación sobre la base de un tejido de errores.
La religión es, antes que nada, un sistema de nociones Así, llegamos a la definición clásica del autor:
a partir del cual los individuos se representan la socie-
dad a la que pertenecen y las relaciones, oscuras pero Una religión es un sistema solidario de creencias y de
íntimas, que mantienen con ella (322). prácticas relativas a las cosas sagradas, es decir, sepa-
radas, prohibidas, que unen en una misma comunidad
Para definir la religión, este autor empieza caracterizando moral, llamada Iglesia, a todos aquéllos que adhieren
los elementos que no necesariamente llevan a la compren- a ellas. El segundo elemento que entra de este modo
sión del concepto: en nuestra definición no es menos esencial que el
primero; pues, mostrando que la idea de religión es
1) La divinidad. La referencia a dios, espíritus u otro inseparable de la idea de Iglesia, hace presentir que la
tipo de referencias no es precisa, pues “la religión religión debe ser cosa eminentemente colectiva (65).
desborda, entonces, la idea de dioses o espíritus
y, en consecuencia, no puede definirse exclusiva- Si bien la institución eclesial en Durkheim no es en sí
mente en función de esta última” (49). misma definitoria de la religión, pues existen religiones que
2) Lo sobrenatural. La referencia a lo sobrenatural prescinden de ella, es indispensable una “comunidad moral”
como uno de los calificativos de la religión tampoco con la cual se comparte una cosmología particular, atravesada
es un aspecto definitorio: “las concepciones religio- por la dicotomía sagrado/profano. Resalta la segunda tesis del
sas tienen como objeto, ante todo, expresar y expli- párrafo, donde la iglesia es lo que permite que la experiencia
car no lo que hay de excepcional y de anormal en las sea colectiva. Para este autor, la iglesia es una comunidad en
cosas, sino, al contrario, lo que tienen de constante que los miembros tienen una misma manera de represen-
y regular” (39). tarse el mundo en lo sagrado y profano, lo que se expresa en
3) La institucionalización. Tampoco es una caracterís- prácticas comunes. En este sentido, religión e iglesia serían
tica básica el que una creencia sea legalizada en una inseparables: “si existe vida religiosa, existe también iglesia”
institución eclesiástica que se denomine a sí misma (Cipriani, 2004: 105).
portadora de lo religioso: “existen fenómenos reli- Otro pilar de la reflexión sociológica respecto de la reli-
giosos que no pertenecen a ninguna religión deter- gión es Max Weber. Su forma de trabajo es diferente de la
minada […]: fiestas del árbol de mayo, del solsticio de Durkheim, aunque comparte con él el interés analítico
de verano, del carnaval, creencias diversas relativas a por “las características y los efectos de las dos grandes revo-
los genios, de demonios locales, etcétera […]” (57). luciones que marcan el fin del siglo xviii” (Voyé, 1998: 135).
Entre sus múltiples preocupaciones, está la comprensión del
Para este autor, los elementos centrales de la religión son sentido de la acción humana, lo que lo lleva a la construcción
la referencia a una cosmología, la división sagrado/profano de una tipología particular. La sociedad que observa está mar-
y la experiencia colectiva. No hay religión que no constituya cada por el nacimiento del capitalismo y su peculiar relación
un sistema de ideas que quiera comprender la totalidad de las con lo religioso; el nacimiento de la burocracia, las formas
cosas, es decir, una visión de mundo, una representación del de Estado y la cuestión jurídica; los distintos mecanismos de
universo: “No hay religión que no sea una cosmología […]” dominación; el ingreso de la razón como eje de la explicación
(12); “todas las religiones conocidas fueron, en distintos gra- de la vida social que lleva al “desencantamiento del mundo”.
dos, sistemas de ideas que buscan abarcar la universalidad de Weber sostiene que la sociología es “una ciencia que pre-
las cosas y darnos una representación total del mundo […] tende entender, interpretándola (deutend verstehen), la acción
una concepción del universo” (200). social para de esa manera explicarla causalmente (ursächlich
Por otro lado, hay religión si existe una distinción entre erklären) en su desarrollo y efectos” (1978: 5). Metodológica-
lo sagrado y lo profano. La referencia a una visión bipolar del mente propone el estudio comparativo de los fenómenos. Su
mundo es central para comprender el fenómeno. análisis intenta ver la singularidad de cada experiencia para
comprender mejor cómo se articulan y suceden los hechos.
Iglesia 357 i
Se trata de llevarlos al límite de manera que pueda ir cons- singular o diferente que hace que su posición económica sea
truyendo poco a poco el tipo ideal que responde al momento distinta de la de los demás?, ¿qué tiene esta creencia religiosa
o problema que trata: que condiciona la aparición de un ethos económico?, ¿cómo
influye el pertenecer a una religión en la vida económica? La
En el tipo ideal, se trata de caracterizar una acción respuesta a estas interrogantes es el hilo conductor. Su pro-
por su proyecto mostrando los trazos pertinentes puesta es que “el principio de estas actitudes diferentes no
que permiten comprender la lógica de acción […]. se lo debe buscar únicamente en las circunstancias exteriores
Ciertos trazos llevados al límite permiten compren- temporales, histórico-políticas, sino también en el carácter in-
der la singularidad de una relación significativa […]. trínseco y permanente de las creencias religiosas” (1994: 35).
El ideal tipo es una herramienta de base en el nivel Para Weber, el concepto de iglesia está relacionado, por
de la comprensión, donde se trata de extraer la lógica un lado, con el problema de la dominación, y por otro, en
intencional que sustenta la acción (Remy, 1994: 141). su relación con las sectas. Hay que recordar que para él toda
sociedad tiene un tipo de dominación, que se sintetiza en
El tipo ideal es una construcción abstracta a partir de la relación que se establece entre dos grupos, mientras uno
la observación histórica concreta de comportamientos ex- emite órdenes, el otro obedece; de ahí se desprenden los tres
tremos que le permita la lectura de la realidad en cualquier tipos de dominación: la tradicional, que reposa en las tradi-
otro contexto (Suárez, 2003: 60). En sus análisis, parte de ciones para ejercer la autoridad legítima; la legal (racional o
un hecho histórico (un “dato concreto”) para dejar de lado burocrática), cuyo funcionamiento más bien opera gracias a
lo poco importante, aislando y abstrayendo su modelo hasta la legalidad de los reglamentos, y la carismática, que reposa
llegar a lo esencial y particular que forma su tipo ideal. Su en el carisma de un personaje con fuerzas extraordinarias.
propósito es conceptualizar a partir de situaciones específicas En el desarrollo de la idea de dominación, Weber define
y construir una teoría que a un cierto nivel de abstracción a la iglesia:
logre una comprensión universal del fenómeno, pudiendo
aplicar sus conceptos a distintas realidades. Por asociación hierocrática debe entenderse una aso-
Su obra La ética protestante y el espíritu del capitalismo ciación de dominación, cuando y en la medida en que
(1905) es una referencia porque, por un lado, la escribe a aplica para la garantía de su orden la coacción psíquica,
partir del método del tipo ideal y, por otro, busca compren- concediendo y rehusando bienes de salvación (coac-
der el origen del capitalismo analizando un tipo de hombre ción hierocrática). Debe entenderse por iglesia un
que articula a la vez disposiciones económicas con un sistema instituto hierocrático de actividad continuada, cuan-
religioso de valores. Weber resume cuál fue su procedimiento: do y en la medida en que su cuadro administrativo
mantiene la pretensión al monopolio legítimo de la
Recordé con la ayuda de ejemplos que hasta ahora no coacción hierocrática (1987: 44).
han sido rechazados por nadie, la marcada congruen-
cia entre el protestantismo y el capitalismo moderno. En el marco de una relación de poder, el concepto de
Luego presenté, a título de ilustración, algunos ejem- iglesia adquiere mayor contenido cuando se lo contrapone
plos de máximas morales (Franklin) que consideramos con el de secta:
como testimonios indudables del “espíritu capitalista”,
y me pregunté en qué estas máximas éticas de vida En el sentido sociológico, una secta no es una comu-
se diferencian de otras máximas, particularmente nidad religiosa “pequeña” y tampoco una comunidad
aquéllas de la Edad Media. Después intenté ilustrar, que se ha desprendido de cualquier otra y que, por
nuevamente con ayuda de ejemplos, la relación cau- consiguiente, “no es reconocida” por esta última o es
sal de ese tipo de actitudes psíquicas con el sistema perseguida y considerada como herética […]. Se trata
económico del capitalismo moderno. Haciendo esto, de una comunidad que, por su sentido y naturaleza,
encontré la idea de “profesión-vocación” (Beruf ) y la rechaza necesariamente la universalidad y debe ne-
nombré afinidad electiva muy específica que tiene el cesariamente basarse en un acuerdo completamente
calvinismo con el capitalismo, afinidad que se puede libre de sus miembros. Debe ser así, porque se trata de
constatar desde hace mucho tiempo, y al mismo tiem- una organización aristocrática, de una asociación de
po busqué mostrar que nuestra concepción actual de personas calificadas desde el punto de vista religioso.
la profesión posee, de una manera o de otra, un fun- No es, como una “iglesia”, un instituto dispensador de
damento religioso (1996: 139-140). gracias, que proyecta su luz sobre los justos y los injus-
tos y que cabalmente quiere llevar a los pecadores al
En esa obra, el punto de partida es la constatación de que redil de quienes cumplen los mandamientos divinos.
una gran cantidad de personas adineradas en Alemania per- La secta tiene el ideal de la ecclesia pura (de ahí viene
tenece a la religión protestante. Se pregunta: ¿por qué sucede el nombre de “puritanos”), de la comunidad visible
este fenómeno?, ¿qué tienen los protestantes de particular, de los santos, de cuyo seno son excluidos los corderos
i 358 Iglesia
sarnosos con el fin de que no ofendan la mirada de En contrapartida, la secta es una comunidad de la libertad
Dios. Cuando menos en su tipo más puro, rechaza voluntaria que reposa sobre una adhesión–conversión cons-
las indulgencias eclesiásticas y el carisma oficial (932) ciente cuyas características son:
En la interpretación de Bourdieu (1971) sobre la lectu- El cristianismo laico, la prestación personal ético-re-
ra de la religión en Weber, se enfatiza la distancia entre el ligiosa, la comunidad radical del amor, la igualdad
profeta —vinculado a la secta— y el sacerdote —vinculado y fraternidad religiosas, la indiferencia frente a los
a la iglesia—. El primero se caracteriza por una propuesta poderes estatales y los estratos sociales dominantes,
crítica de ruptura; el segundo será el reproductor del discurso la aversión al derecho técnico y a la prestación de ju-
institucionalizado. Uno es productor de principios de visión ramento, la separación de la vida religiosa respecto a
de mundo, el otro instancias de reproducción encargado de las preocupaciones de la lucha económica en un ideal
inculcar esta visión y mantenerla viva. El profeta está asociado de pobreza y sobriedad o en una actividad caritativa
a lo discontinuo, a lo extraordinario y extracotidiano, mientras con tránsitos ocasionales al comunismo, la inmedia-
que el sacerdote se vincula con lo ordinario, lo continuo y co- tez de las relaciones religiosas personales, la crítica a
tidiano (12). La iglesia es el aparato burocrático cuya función los directores oficiales de almas y a los teólogos ofi-
es controlar la producción, reproducción, distribución y admi- ciales, la apelación al nuevo testamento y a la iglesia
nistración de los bienes de salvación, delegando para ello a los primitiva (251).
sacerdotes como los funcionarios autorizados para utilizar el
capital religioso. Mientras que la iglesia tiene una propensión universal,
Para Weber, existe una constante tensión entre la auto- con alcance de masas y de orientación cultural global, lo que
ridad oficial de la iglesia, como “una comunidad organizada la vincula al mundo y sus poderes, la secta más bien persigue
por funcionarios y que adopta la forma de una institución un “fin vital supramundano”, con carácter “individualista y
administradora de dones de gracia” y la “religión virtuosa” que de ligación religiosa inmediata con Dios” (248). La primera
busca un desarrollo independiente (1978: 35). La pugna en- educa a los pueblos, convoca a las masas; la segunda congrega
tre “funcionarios y virtuosos” estará en el origen de múltiples a la “élite de los llamados”.
enfrentamientos en diferentes contextos históricos concretos. La iglesia es
La reflexión de Weber se inscribe en la problemática de
definición de estas dos formas religiosas en diálogo y discu- […] una organización predominantemente con-
sión con otros pensadores de la época. Particularmente, hay servadora, relativamente afirmadora del mundo,
que evocar a Ernst Troeltsch (1865-1923), teólogo y filósofo dominadora de masas y, por ello, tendiente en virtud
luterano que desarrolla con especial atención una tipología de de su mismo principio hacia la universalidad, es decir
la dupla iglesia-secta. Para él, ambas encuentran su inspira- a abarcarlo todo. Frente a ella, las sectas son grupos
ción en el cristianismo primitivo, y de hecho en los primeros proporcionalmente pequeños, apuntan a una forma-
siglos del cristianismo se puede observar una y otra de acuer- ción personal e interior y a una vinculación directa
do con situaciones particulares, antes de que asumieran un persona a persona entre los miembros de su círculo,
rostro más contundentemente diferenciado. estando así destinadas por su origen a la formación
La iglesia propiamente se construye sobre la base de la de grupos más reducidos y a la renuncia a ganar el
doctrina de la santidad del sacerdocio, la sucesión apostólica y mundo; frente al mundo, el Estado y la sociedad, se
los sacramentos. Estos elementos imprimen una forma jerár- comportan de una manera indiferente, tolerante u
quico-sacramental que será uno de sus rasgos fundamentales: hostil, ya que no pueden hacerse con ello ni articu-
larse a ellos, sino que pretenden evitarlos y dejarlos
La esencia de la iglesia es su carácter objetivo de ins- que exijan junto a sí, o, en todo caso, sustituirlos por
titución. En ella se nace y, mediante el bautismo de su propia sociedad (247-248).
los niños, queda uno introducido en el ámbito de su
círculo miraculoso. El sacerdocio y la jerarquía, como Troeltsch sugiere que ambas formas religiosas tienen una
portadora de la tradición, de la gracia sacramental y de base teológica en los evangelios y que, al estar enlazadas, es
la jurisdicción, ofrece, incluso en los casos accidenta- conveniente el análisis de las dos para la comprensión so-
les de una indignidad personal del sacerdote, el tesoro ciológica.
objetivo de la gracia, al que sólo se necesita ponerlo El desarrollo del concepto de iglesia y en general de la
en el candelero y llevarlo a efecto en los sacramentos, sociología de la religión en el siglo xx ha sido fructífero y
para que se pongan así por obra sus efectos, en virtud ha asumido distintos nombres e inquietudes, que no es per-
de la fuerza miraculosa que le es inherente a la iglesia tinente destacar en estas líneas. Lo que sí parece de mayor
(Troeltsch, 1976: 253). importancia es exponer el cambio en el enfoque de lo reli-
gioso que se dio a partir de los años sesenta y setenta, lo que
se hará en el apartado siguiente.
Iglesia 359 i
Líneas de investigación y debate de la existencia individual” (105); el sentido subjetivo se lo
contemporáneo descubre y construye desde la experiencia individual: “en la
sociedad moderna —concluye el sociólogo— la religiosidad
En 1967, Thomas Luckmann publica el libro La religión eclesial se convierte pues en un fenómeno periférico” (97).
invisible, que marcará un nuevo enfoque en la comprensión Esto es lo que se llamaría la “religión invisible”.
de la religión. El autor analiza un proceso de segmenta- Este temprano argumento que pondría en duda la relación
ción de ámbitos institucionales como una característica de iglesia-religión, la formalidad institucional y la experiencia sub-
la sociedad moderna, lo que sucede en distintos campos jetiva, fue alimentado con una serie de reflexiones durante las
que van desde el económico hasta el político. En términos décadas siguientes, que alimentaban —y debatían— la misma
generales, observa la decreciente capacidad de las institu- idea. Michel de Certeau afirmaba que el “lenguaje religioso”
ciones en la formación de las conciencias. oculta otro lenguaje que no enuncia explícitamente, “funcio-
En un momento en que la teoría de la secularización había na de otra manera que no dice; oculta otra realidad de la que
tenido cierta importancia, Luckmann se pregunta sobre la anuncia; hay un doble sentido, sea político, sea constituido
“forma interna de la cosmovisión típica de la sociedad mo- por otra experiencia religiosa, y esta significación implícita
derna, en qué consiste la estructura temática de las creencias no corresponde a lo que afirma explícitamente” (1973: 136).
religiosas que llena el estrato simbólico de la moderna visión Las observaciones de estudios sociológicos posteriores
del mundo” (1976: 89). vinieron a corroborar la misma idea, con acentos y matices
En su estudio, describe los distintos comportamientos reli- propios de cada equipo de investigación. Remy, Hiernaux
giosos y varios contextos. En Europa, el campo es más religioso y Servais (1975), de la Universidad Católica de Lovaina,
que la ciudad, las mujeres son más religiosas que los hombres, analizaban en la Conferencia Internacional de Sociología
así como los jóvenes y los viejos tienen una práctica más sos- Religiosa, cómo las formas religiosas estaban en transforma-
tenida que otros grupos. Los sectores con mayor educación ción, poniendo en duda que las instituciones eclesiales fueran
se comportan de manera diferente que los que tienen menor las responsables de la creación del sentido en los individuos:
educación, y lo propio sucede con las diferencias de clase. En
suma, lo que el autor busca es comprender “el lugar social que Nuestra opción teórica indica que no podemos li-
la religión institucionalmente especializada ocupa dentro de mitarnos a considerar como “religioso” lo que es
la sociedad moderna” (90), y subraya que las variables sociales promovido como tal por las organizaciones social-
e históricas están en el seno de la explicación de la práctica mente reconocidas como depositarias de un cuasi
religiosa. Estas consideraciones lo conducen a afirmar, por monopolio de la definición del universo religioso y de
un lado, la existencia de una “religión de iglesia” diferenciada la difusión de los bienes religiosos. Por el contrario,
entre Europa y Estados Unidos y, por otro, a que en términos nuestro análisis implica considerar que es posible que,
más generales, en los países industrializados ésta constituye en ciertas condiciones, los simbólicos que se invertían
un fenómeno marginal (1980: 133). anteriormente en formas oficialmente “religiosas” se
Luckmann critica la identidad preestablecida entre re- invierten en otro momento en otras formas (90).
ligión e iglesia; este presupuesto —que prevaleció durante
largos periodos de la historia de Occidente— conllevaba Así, se subrayaba que había que concentrar la atención en
una concordancia entre ambas que no siempre fue cierta. el proceso de articulación entre el orden afectivo y el orden
El individuo estaría viviendo un proceso de segmentación social, teniendo claro que existe una “implicación de la rela-
de las instituciones, lo que lleva, en el ámbito de la fe, a que ción con el sentido y de la relación social en diversas tareas y
dinámicas de la vida cotidiana” (Hiernaux y Remy, 1978: 101).
[…] las creencias religiosas institucionalizadas en la El estudio de Roland Campiche y su equipo sobre la
iglesia ya no constituyen el núcleo evidente del estrato creencia en Suiza develó un proceso de desinstitucionali-
simbólico de la realidad. En la cosmovisión moderna, zación de la religión que incrementa las posibilidades de
el estrato simbólico de la realidad recibe como com- escoger libremente las ofertas religiosas; la producción del
pañía de las creencias tradicionalmente religiosas, sentido se realiza con referencia, de manera preponderante,
toda una creciente cantidad de creencias “religiosas” a uno mismo (Campiche et al., 1992: 256). La conclusión del
y “antirreligiosas” (1976: 92). estudio argumentaba que “la individuación de la religión está
en el origen de la recomposición del campo simbólico” (267),
Por ello, la religiosidad de los individuos ya no puede y las iglesias —es decir, las empresas encargadas de la admi-
ser considerada como un “conjunto unitario en una ideo- nistración de la fe— pierden su influencia.
logía institucional” (98). Las búsquedas no se vinculan a las Fue el trabajo de Daniéle Hervieu-Léger el que bus-
orientaciones institucionales, sino más bien a la demanda có situar la reflexión de la desregulación de las instancias
de autorrealización y autoconfirmación de individuos autó- eclesiales en la discusión sobre las formas de creencia en la
nomos: “la racionalización de las normas les es propia a las Modernidad:
instituciones, no está acompañada de una racionalización
i 360 Iglesia
La modernidad ha destruido los sistemas tradicionales ciología norteamericana, Buenos Aires: Universidad Nacional
de la creencia, pero no ha podido evacuar a la creencia. de Quilmes, pp. 115-162.
Se expresa de forma individualizada, subjetiva, dis- Certeau, Michel de (1973), L’absent de l’histoire, Paris: Repé-
persa y a través de la multiplicidad de significaciones res-mame.
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práctica se caracterizaba por la obligatoriedad, la territoria- _____ (1980), “La decadencia de la religión en la iglesia”, en R. Ro-
lidad estable, la repetición, lo fijo, lo comunitario y la norma bertson (coord.), Sociología de la religión, México: Fondo de
institucional, y afirma que más bien la socialidad religiosa Cultura Económica, pp. 127-136.
actual asume el rostro de la figura del peregrino, cuya práctica Michel, Patrick (1993), “Pour une sociologie des itinéraires de sens:
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Iglesia 361 i
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133-163. las jerarquías y los privilegios que derivan de las propias reglas.
Este entramado también comprende numerosísimas reglas
no escritas, algunas asociadas a la solidaridad, la reciproci-
dad y la confianza, pero también otras más que modulan o
INSTITUCIONES
modifican a las propias instituciones formales, en ocasiones
porque éstas las necesitan para funcionar con eficacia, y otras
POLÍTICAS Y porque la propia sociedad se ha acostumbrado a ellas y en-
cuentra difícil aceptar nuevas reglas.
SOCIALES Las instituciones se refieren también a la estructura or-
ganizativa que rige el funcionamiento de la vida política y
Cristina Puga Espinosa
que define los procedimientos administrativos y legales que
Lourdes Álvarez Icaza
otorgan certidumbre y confianza a los miembros de la colec-
tividad. Incluyen los ordenamientos constitucionales, leyes
y reglamentos que establecen la relación de gobernantes y
Definición gobernados, así como el ejercicio, alcances y límites de la
autoridad pública, los derechos y garantías de los ciudada-
En el lenguaje sociológico, las instituciones se refieren a las nos, las atribuciones y límites de las autoridades públicas, la
reglas, rutinas y tradiciones que norman la vida y las pautas de estructura organizativa creada para la dirección y adminis-
comportamiento de una colectividad. Las instituciones com- tración estatales, los procedimientos para el nombramiento
prenden lo mismo leyes escritas que costumbres o prácticas y permanencia en los cargos públicos y para los procesos de
consuetudinarias que han logrado interiorizarse y extenderse toma de decisiones, así como los principios que presiden el
entre los miembros de la sociedad a través de procesos educa- ejercicio de la función pública.
tivos y de socialización con los que se construye su identidad En particular, la ciencia política refiere las instituciones a
cultural, social y política. los órganos del Estado, cuyas funciones tienen que ver con la
Talcott Parsons las entendió como “aquellas pautas que normatividad y las facultades que rigen la actuación de quie-
definen los elementos esenciales del comportamiento espe- nes ocupan los espacios de poder, de modo que dan cuenta
rado de personas que desempeñan papeles estructuralmente del ordenamiento que guarda el régimen de gobierno. Así,
importantes en el sistema social” (1985: 56), mientras que por ejemplo, del carácter de las instituciones y de la jerarquía
en una acepción más amplia, March y Olsen las explican u ordenamiento que ellas mantienen, deriva una manera de
como “reglas constitutivas que prescriben comportamien- definir los regímenes políticos como monarquías, dictadu-
tos apropiados en situaciones específicas” (1997: 109), a lo ras, democracias presidencialistas o parlamentarias, etcétera.
cual añaden que las instituciones son también “estructuras
de significado relacionadas con identidad y pertenencia de Historia, teoría y crítica
los actores” (63), así como “estructuras de recursos que faci-
litan la acción” (90), todo lo cual remite a un campo amplio Entendidas como pautas de conducta o sistemas de nor-
de prácticas sociales que pueden estar legalmente aprobadas mas, las instituciones surgen y son resultado de su contexto
o simplemente formar parte rutinaria de la vida de una co- histórico. Forman parte de un legado en el que se fusio-
munidad. En términos generales, las instituciones brindan nan tradiciones, acontecimientos memorables y demandas
certidumbre a las relaciones entre los individuos y se sostie- de grupos de individuos con las formas organizativas que
nen cuando demuestran su utilidad o su eficacia. mantienen una colectividad. Las instituciones se construyen
Las instituciones, por lo tanto, comprenden los textos para la satisfacción de necesidades, bienes o servicios y en
constitucionales, leyes secundarias, reglamentos y códigos respuesta a las exigencias de participación social, de manera
que regulan la vida de la sociedad, así como los hábitos, que sus raíces se encuentran en el transcurrir de la acción
creencias, ritos, festividades civiles y religiosas, y numerosas colectiva, en la voluntad y en el esfuerzo de grupos sociales
costumbres y actividades que no están establecidas en leyes organizados que requieren solución a problemas y conflictos,
o códigos escritos, pero que se hallan firmemente arraigados así como atención a los intereses y fines que les son propios.
en prácticas sociales rutinarias, como las celebraciones del Cada época y cada región tienen instituciones distin-
Día de Muertos, en México, o el Día de Acción de Gracias, tas que se han transformado con el paso del tiempo. Las
en los Estados Unidos. instituciones requieren procesos graduales y paulatinos de
En efecto, la vida colectiva se lleva a cabo en medio de un adecuación a las cambiantes realidades en que se desen-
complejo entramado institucional que incluye las normas escri- vuelven; de lo contrario, inician un ciclo de decadencia o
tas, las organizaciones que les dan sustento, los procedimientos descomposición que altera su funcionamiento, legitimidad,
y mecanismos legales o administrativos que permiten que las certidumbre o credibilidad, y que puede generar un escena-
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Innerarity, Daniel (2006), El nuevo espacio público, Madrid: Espasa. servicios que necesariamente son relativamente escasos. La
m 376 Memoria
Mm
a la memoria se entretejen con los conflictos sociales, po- situaciones dolorosas o traumáticas tanto a nivel individual
líticos, ideológicos y culturales presentes en cada época y como social (Pollak, 2006). También pueden existir olvidos
son, además, insoslayables de las interrogantes planteadas institucionales, decretados como estrategias políticas a fin
por el presente. de realizar determinadas lecturas interpretativas del pasado.
El vocablo es polisémico, al hablar de memoria se puede Desde un punto de vista individual, la memoria entreteje
aludir tanto a una dimensión estrictamente privada, indivi- recuerdos y olvidos desde la subjetividad personal, soste-
dual y subjetiva de vinculación con el pasado, como a una niendo y configurando la identidad. Cualitativa y singular,
dimensión social, en el sentido de que también los grupos la memoria individual encarna en un sujeto que recuerda; se
y sociedades seleccionan, fijan y rememoran diversas di- sustenta “en experiencias, marcas y signos tanto simbólicos
mensiones y aspectos de su pasado colectivo. En un sentido como materiales” ( Jelin, 2002a: 2) y se modifica en el trans-
individual —más allá de las consideraciones neurobiológicas curso del tiempo. En este sentido, dado que el pasado no se
que asumen a la memoria como un proceso neurocogniti- puede reconstruir fielmente, la memoria “relatada” no es la
vo que le permite al ser humano conservar información y lo realmente vivida, y puesto que ningún relato puede recons-
capacita para adquirir, conservar y utilizar una diversidad de truir de manera total los episodios vivenciales exactamente
conocimiento y habilidades—, el término apunta, en prime- como fueron experimentados, la memoria siempre constituirá
ra instancia, a la capacidad para retener y recordar hechos y una interpretación parcial y fragmentada, construida en la
experiencias del pasado y revivir experiencias anteriores, sin narración misma. En este sentido, hay una distancia entre lo
tomar en cuenta el entorno histórico o social en que ésta se vivido, lo que se recuerda, y lo que se puede verbalizar. No
desenvuelve. obstante, tal como lo recalcan las aportaciones de la sociolo-
El psicoanálisis, a su vez, centra su “atención en el papel gía, la etnografía y la antropología, la memoria individual se
del inconsciente [para] la explicación de olvidos, vacíos y encuentra inserta en una red de relaciones sociales.
repeticiones que el yo consciente no puede controlar” ( Jelin, La memoria se construye y desenvuelve en procesos
2002a). Pero la memoria puede aludir también a procesos de colectivos y culturales en los que el individuo se encuentra
construcción simbólica y de sentido sobre el pasado (Franco inmerso, sujetos a cambios en tiempo y espacio. Si bien las
y Levín, 2007: 40), reinterpretándolo de manera permanente representaciones, prácticas culturales, relatos y discursos
con nuevas significaciones, hipótesis y conjeturas (Richard, construidos colectivamente inciden en las memorias indivi-
1998). Así, la memoria no sería, en sentido estricto, un re- duales, los significados asociados con ella serán construidos
flejo exacto o total de los acontecimientos vividos sino, en personalmente a partir de situaciones biográficas específicas.
primera instancia, una representación interpretativa de los Las memorias individuales y subjetivas se pueden organizar,
mismos —selectiva, discontinua, arbitraria y fragmentaria— a su vez, en grandes matrices mediadas por la identidad de
cuyos códigos se expresarían de manera narrativa (Waldman, los grupos a que se pertenece. Por ejemplo, se puede hablar
2012: 159). Es decir, ella constituiría un acto narrativo que un de la memoria genealógica, que reconstituye linajes en una
individuo o un grupo construye acerca de su pasado, puesto dimensión temporal de largo aliento (Cuesta, 1998); la me-
que las acciones humanas tienen una estructura narrativa. Si moria familiar, que abarca lo vivido por una familia, (Cuesta,
la memoria es un relato discursivo, entonces el énfasis en su 1998); la memoria política (Concheiro, 2007); la étnico-cultural
aproximación no reside en la selección fáctica de los hechos (Yerushalmi, 1982); la militante (Anguita y Caparrós, 1997);
vividos, sino en la interpretación de los mismos y, en conse- la generacional, (Passerini, 1996), amén de una cultura popular,
cuencia, en el carácter ficcional de dicha narrativa sobre el expresada, por ejemplo, a través de la prensa y otros medios
pasado, así como en sus grietas e intersticios. de comunicación (Cuesta, 1998).
La memoria no puede reproducir el pasado tal cual Asimismo, las memorias individuales se pueden organizar
fue, aunque, en tanto representación, realizada de manera en memorias emblemáticas (Stern, 2000: 13); es decir, marcos
narrativa puede entretejer recuerdos —conservándolos, trans- que permitan organizar las memorias personales en torno de
mitiéndolos, embelleciéndolos o sublimándolos— y olvidos. los sentidos compartidos generacionalmente, otorgando sig-
“Memoria y olvido se desarrollan en un frágil equilibrio de nificados interpretativos a la memoria personal. Pero también,
fuerzas ligado a los cambiantes sentidos e interpretaciones referida a la forma en la que las sociedades fijan y rememoran
del pasado que siempre, en última instancia, arrancan del pre- su pasado colectivo, puede hablarse de una memoria colecti-
sente” (Waldman, 2012: 158). La representación del pasado va. Término impreciso teóricamente que en el ámbito de las
supone, de este modo, rememorar u olvidar, pues memoria ciencias sociales se ha traducido en el uso, a veces indistinto,
y olvido constituyen dos caras de la misma moneda. En esta de conceptos tales como memoria colectiva, social, cultural,
línea, no es menor el tema del olvido al abordar el tema de la histórica, entre otros (Lavabre, 2006).
memoria y de hecho, éste ya ha comenzado a ser incorporado En todo caso, al aludir a memoria colectiva se hace refe-
en algunos análisis sobre la memoria como un objeto de his- rencia a representaciones grupales del pasado, tal y como son
toria (Yerushalmi, 1989). Ciertamente, no hay que confundir forjadas en el presente (Traverso, 2007). Ellas constituyen
olvido y silencio, pues éste último puede denotar lo indecible, el relato que un grupo o comunidad social construye sobre
lo oculto o la incapacidad de comunicar, como es el caso de acontecimientos socialmente relevantes y significativos de
Memoria 377 m
su pasado, y sirven para configurar una identidad colectiva y Pierre Nora (1984) al afirmar que la memoria es vehiculi-
una visión de mundo propia, transmitida a través de un pro- zada por grupos de gente viva y que está arraigada a gestos,
ceso de institucionalización: ritos, tradiciones, monumentos, imágenes y objetos, en tanto la historia pertenece a todos y
marcas materiales, inscripciones simbólicas, lugares de me- tiene vocación de universalidad. A esta posición se adhiere
moria, eventos de recordación, etcétera. Su mayor ámbito es también Yosef Yerushalmi (1982) quien, en su estudio sobre
el referente nacional y, aunque en su construcción intervie- la memoria judía, establece una clara diferenciación entre
nen instituciones presentes a nivel social como la iglesia, los historiografía y memoria colectiva.
medios de comunicación, los partidos políticos y otros, es Desde una óptica cercana a la anterior, se argumenta que
el Estado quien juega un papel relevante para crearla, con- la historia constituye una interpretación y reescritura del
figurarla, transmitirla (a través del sistema educativo, por pasado según las modalidades y reglas de un saber especí-
ejemplo), modificarla, etcétera, e incluso para configurar sus fico regido por los preceptos de verdad, objetividad y rigor,
silencios y olvidos institucionalizados (Lewis, 1979). que tendría como objetivo la exactitud de la representación,
En contraposición al análisis de Maurice Halbwachs mientras que la memoria —atravesada por el desorden, la
(2004), que le otorga a la memoria colectiva un efecto co- pasión, las emociones y los afectos— es falible, selectiva, ol-
hesivo subsumiendo en ella las memorias individuales, los vidadiza, caprichosa e interpretativa (Candau, 2002 [1996]).
análisis más recientes destacan que rara vez la memoria en Desde una segunda perspectiva, la memoria sería la esencia
una sociedad o en un grupo es única, monolítica u homo- de la historia. Esta postura es defendida por Enzo Traverso
génea ( Jelin, 2002a). En ese sentido, no existiría una sola al señalar que la memoria es una narración del pasado que
memoria, sino interpretaciones diversas, simultáneas y, en trata de responder a las preguntas suscitadas desde el pre-
ocasiones, contradictorias, en las que se juegan disputas y sente, analizando el testimonio de los actores del pasado e
conflictos en torno de cómo procesar y reinterpretar el pasado, integrando la historia oral entre otras fuentes, en el mismo
interpretaciones que no son ajenas a situaciones y conflictos nivel que los archivos y otros documentos y materiales o es-
específicos en momentos históricos concretos. critos (Traverso, 2007). Desde una tercera óptica, existiría una
Estas “batallas por la memoria” se han manifestado, entre proximidad entre historia y memoria, sin negar el estatuto
otros casos, en las polémicas sobre el régimen de Vichy en separado de ambas. Así, por ejemplo, Eric Hobsbawm (1998)
Francia (Rousso, 1991); el caso de la resistencia y las acti- afirma que cuando los historiadores estudian la historia del
tudes de la población ante la ocupación alemana en el caso presente, coinciden dos conceptos diferentes de la historia:
italiano (Portelli, 2003); en el impacto del pasado nazi en la el de los archivos y el de la memoria personal.
identidad nacional alemana actual (Herf, 1997), y, en el caso En todo caso, la imbricación entre ambas parece ser difí-
del cono sur latinoamericano, éstas han enfrentado a diversos cil de negar. La memoria puede reconstruir dimensiones del
sectores de la sociedad civil no sólo con los partidarios de la pasado a través de la incorporación de experiencias subjeti-
dictadura durante los regímenes militares, sino también con vas a las que una concepción estrictamente positivista de la
los gobiernos democráticos posteriores ( Jelin, 2002b; 2003; historia se rehusaría a acceder ( Jelin, 2002a). De igual modo,
2004; Jelin y Kaufman, 2006; Illanes, 2002). y en el marco del clima intelectual posmoderno, la historia
En este sentido, la reapertura de los debates sobre el pa- ha favorecido la preocupación por la memoria al poner en
sado en un gran número de países, así como la irrupción de el centro de su preocupación la experiencia vivida. En este
memorias diversas y hasta cierto momento marginadas del sentido, la memoria ha irrumpido en la historia constitu-
ámbito público, ha evidenciado que no existen “verdades his- yendo paulatinamente una fuente crucial de información
tóricas” monolíticas ni tampoco una memoria colectiva que para la historia; incluso sus falencias y subjetividades abren
aglutine los recuerdos de toda la sociedad, sino que más bien interrogantes que la investigación histórica debe considerar
coexisten memorias parciales o escindidas, e incluso antagó- (Portelli, 2003). A su vez, la historia utiliza cada vez más a
nicas, aunque en cierto momento alguna de ellas aspire a ser la memoria, desplazándose hacia la historia oral y la micro-
hegemónica ( Jelin, 2002a). En esta línea, pueden coexistir en historia, recuperando fuentes testimoniales y operaciones
una misma sociedad memorias fuertes mantenidas por institu- de la memoria vehiculadas a través de una narración e, in-
ciones oficiales, pero también memorias débiles —prohibidas cluso, realizando interesantes trabajos de historización de la
y reprimidas— (Traverso, 2007) y memorias subterráneas memoria en procesos específicos (Herf, 1997; Winn, 2007).
(Pollak, 2002) que transmiten recuerdos disidentes a los de
la memoria oficial. Historia, teoría y crítica
Pero la memoria no es la única construcción de discurso
sobre el pasado; también lo es la historia. Ambas son repre- La historia del concepto ha recorrido una larga travesía,
sentaciones narrativas del pasado estrechamente imbricadas, desde que, ya en la Grecia clásica, Mnemosyné, divinidad
aunque la relación entre ellas pueda ser comprendida de de la memoria, se encargaba de registrar, conservar y trans-
manera diferencial. Así, por ejemplo, desde una primera pers- mitir genealogía, filiación, lazos de parentesco y matrimonio,
pectiva, historia y memoria serían ámbitos diferentes, por lo creencias y tradiciones. Sin embargo, junto a la remembranza
que existe una ruptura entre ellas. A esta posición se adhiere colectiva estaba también la evocación individual de quienes
m 378 Memoria
ejercían una disciplina de rememoración que los llevaba a y, ciertamente, por la aparición de los temas de derechos
recordar sus vidas anteriores. humanos, crímenes contra la humanidad y responsabilidad
El arte de la memoria perduró durante toda la Antigüe- colectiva como eje central en la agenda pública de numerosos
dad grecorromana, fortalecida por la aparición de la escritura países, en especial de Europa y América Latina.
y, más tarde, durante el Renacimiento, al tiempo que las En este sentido, la problemática sobre la memoria aparece
condiciones de ejercicio de la memoria experimentaron un en diversos ámbitos de la reflexión contemporánea sobre
cambio sustancial con la invención de la imprenta. Pero las lo social. Está presente, por ejemplo, en los estudios so-
tradiciones relacionadas con la memoria se debilitaron du- bre identidades colectivas y nuevos actores sociales, así como
rante la Modernidad, que privilegiaba el desprendimiento en la emergencia teórica del tema de la subjetividad social.
del pasado como signo de renovación indispensable para el La memoria no puede permanecer ajena a la reflexión sobre
progreso (Le Goff, 1991) hasta que hoy, como nunca antes, políticas y espacio público o a las preocupaciones en torno
la memoria ocupa un lugar central en el horizonte cultural de la enseñanza de la historia y la historización de pasados
contemporáneo. problemáticos; está presente en el estudio de las narrativas
Lo que incluso se podría denominar “una obsesión memo- sobre experiencias corporales y represión política, así como
rialista” (Huyssen, 2002) se manifiesta, por ejemplo, a través de en el debate acerca de las continuidades y rupturas entre di-
los esfuerzos por recuperar antiguas (y olvidadas) tradiciones, el ferentes regímenes políticos y cuando se examina la impronta
regreso a modas, música o series televisivas pasadas, la prolife- del pasado sobre el presente, en particular en el caso de los
ración de exposiciones históricas y fotográficas sobre tiempos crímenes de guerra y procesos traumáticos en recientes ex-
idos, la expansión de la escritura de memorias, biografías y periencias históricas. Por supuesto, el tema de la memoria es
autobiografías, el resurgimiento de la novela histórica, la referencia obligada en toda reflexión en torno de las interac-
multiplicación de fechas conmemorativas y placas recorda- ciones entre memoria y justicia.
torias, el entusiasmo por las genealogías, la preocupación por De igual modo —y más allá del interés de larga data que
restaurar el patrimonio urbano, etcétera. la memoria ha despertado en la filosofía, el psicoanálisis y la
¿Por qué nuestro presente tiende a responder tan favora- antropología—, la memoria ha sido una inquietud impor-
blemente a los temas y problemas generados por la memoria? tante para la historia, particularmente a partir de las primeras
Podrían esbozarse varias razones explicativas. Por una parte, décadas del siglo xx, aunque no fue sino en la década de
un entorno de profundos y acelerados cambios experimenta- los ochenta cuando se produjo una notable expansión del
dos en un periodo muy corto de tiempo remite a la necesidad tema entre numerosos historiadores, en especial en Europa
de mirar hacia el pasado y de buscar anclajes para reflexionar y Estados Unidos, en el marco de un nuevo quehacer his-
sobre el significado histórico de estos cambios. Por otra parte, toriográfico que intentaba trazar los nexos entre historia y
fenómenos como la globalización o la flexibilización de los memoria, incorporando a esta última como elemento útil y
hilos homogeneizadores de la sociedad llevan a reflexionar necesario para el análisis. Si el tema de la memoria comenzó a
sobre orígenes, tradiciones y trayectorias socio-culturales del desarrollarse en el ámbito de las ciencias sociales desde 1925
pasado, a fin de comprender las mutaciones que ocurren en con la publicación pionera del libro de Maurice Halbwachs,
los sustratos de los diversos ámbitos de la identidad (grupal, Les cadres sociaux de la memoire, no fue sino en la década de
étnica, cultural, nacional, etcétera). los ochenta cuando el tema alcanzó carta de ciudadanía entre
De igual modo, el tema de la memoria se vuelve im- numerosos historiadores, en el marco de un nuevo quehacer
portante cuando se fractura la idea del Estado-nación y se historiográfico que reactivaba el debate en torno de las reglas
debilita la comunidad histórica nacional. El resurgimiento de construcción del discurso histórico (estatuto de verdad,
de la problemática de la memoria se vincula asimismo con objetividad, neutralidad academicista, etcétera) y que regis-
los procesos de democratización y lucha por los derechos traba, al mismo tiempo, la inclusión de diversos relatos de
humanos —en especial allí donde la sociedad está marcada memoria (historias de vida, testimonio, entre otros) como
por profundas huellas de violencia estatal— expandiendo y fuente del análisis histórico.
fortaleciendo las esferas públicas de la sociedad civil. La me- En el ámbito de la disciplina misma, las corrientes his-
moria se convierte así en un factor esencial en todo proceso toriográficas que ponían el acento en la historia económica
de construcción de un proyecto de nación. social comenzaron a ser cuestionadas y surgieron nuevas co-
Los discursos de la memoria se han intensificado por la rrientes o propuestas, como la historia de las mentalidades,
expansión del debate sobre el Holocausto y las resonancias de historia política, historia cultural, etcétera. De igual modo,
éste en las políticas genocidas de Ruanda y Bosnia, así como con el impacto de las corrientes posmodernas interesadas en
por el proceso de unificación europea, que obligaba a países el lenguaje y el discurso, el tema de la memoria adquirió un
como Alemania y Francia a repensar su propia participación nuevo giro. El “giro lingüístico” —en el que se agrupan una
en el Holocausto; también por el colapso de la Unión So- serie de corrientes intelectuales en la que confluyen el estruc-
viética, que posibilitaba la aparición de múltiples recuerdos turalismo francés y el pragmatismo anglosajón— permitió
de la Rusia presoviética; por el surgimiento de los proyectos romper con la interpretación según la cual la historia era un
identitarios de las minorías en Europa Central y Oriental reflejo de los acontecimientos pasados. El “giro lingüístico”
Memoria 379 m
puso énfasis en la dimensión textual del saber histórico (Mu- ha volcado en la recuperación del registro personalizado del
drovcic, 2005a) reconociendo que la escritura de la historia ser humano en toda su subjetividad, repensando la impor-
es la práctica de un discurso narrativo. En esta línea, y en el tancia de los sujetos como actores sociales, y privilegiando
marco de las nuevas corrientes historiográficas —que evitan sus prácticas y experiencias (Arfuch, 2002). En este senti-
paradigmas totalizadores, plantean el carácter ficcional de la do, recuperar la palabra viva de los protagonistas, así como
narrativa sobre el pasado, reflexionan de nueva cuenta sobre las voces marginadas, excluidas y silenciadas que relatan su
la importancia de los sujetos como actores sociales privile- propia vida, privilegiando metodologías cualitativas como el
giando sus experiencias y otorgan legitimidad al espacio de método biográfico, los relatos de vida, las autobiografías, la
lo subjetivo—, la memoria —concebida también como un historia oral y los testimonios, entre otros.
acto narrativo— ha pasado a ocupar un lugar privilegiado.
El “giro subjetivo” (Sarlo, 2005) ha propiciado la re- Líneas de investigación y debate
construcción del espesor y la textura de la vida a partir de la contemporáneo
rememoración de la persona a través del relato en primera
persona. El “giro subjetivo” coloca así, en primer plano, la Desde diferentes registros disciplinarios y con un bagaje
noción de experiencia vivida, permitiéndole a la memoria teórico en expansión, los debates en torno de la proble-
incorporar las experiencias al estudio historiográfico. La mática de la memoria cubren una vasta gama de aspectos.
historia oral ya no sólo busca conocer exactamente lo que Algunos de ellos son:
pasó a partir de las fuentes, sino comprender el significado
subjetivo que los actores se otorgan a sí mismos y a su tiem- Memoria y procesos de democratización en América Latina
po histórico a través de la memoria como acto narrativo y El interés en torno de la problemática de la memoria se ha
de mediación simbólica. Asimismo, los temas de la memo- incorporado a la ciencia política en los debates en torno de
ria también han pasado a ocupar un espacio importante en su papel e importancia en los procesos de transición demo-
lo que se ha denominado la “historia del tiempo presente”, crática posdictatorial en América Latina. Si bien desde el
es decir, aquella historiografía que se ocupa de fenómenos o final de la década de los ochenta, prevaleció el optimismo en
procesos sociales en los que al menos una de las tres genera- torno de la consolidación democrática. El tema de la falibili-
ciones que comparten un mismo presente histórico recuerda dad de los acuerdos institucionales para garantizar los procesos
(Mudrovcic, 2005a), y en la que el historiador ya no es un ob- de redemocratización fue incorporado a la agenda acadé-
servador ajeno y escéptico de los acontecimientos estudiados, mica después del arresto de Augusto Pinochet en Londres.
sino que se avoca a estudiar el pasado reciente —abierto e Laurence Whitehead (2000) señala que, en el caso chileno,
inconcluso— que se puede nutrir de experiencias y recuerdos los actores claves de la democratización habían acordado un
personales, ligados generalmente a momentos históricos de conjunto de reglas para la transición en un país en el que
traumas, rupturas, guerras, etcétera, tanto individuales como se suponía que la política estaba sólidamente instituciona-
colectivas (Franco y Levín, 2007). Así, la historia “del tiem- lizada. Sin embargo, la “irrupción de la memoria” (Wilde,
po presente” analiza el testimonio de los actores del pasado 1999) posterior a la detención de Pinochet evidenció que el
e integra la historia oral, entre otras fuentes, al mismo nivel proceso democrático no se correspondía con los supuestos
que los archivos y otros documentos y materiales o escritos. de la “democracia de los acuerdos”, y trajo a la palestra de la
Por otra parte, el interés por la memoria también ha sido discusión consideraciones acerca de la necesaria ampliación
particularmente notable en la sociología, disciplina en la de los supuestos teóricos referidos a los procesos de la de-
que se ha desarrollado una “sociología de la memoria” que mocratización (Whitehead, 2000).
ha incursionado, entre otros temas, en el estudio de cómo se Lo anterior se ligaba a nuevas problemáticas: ¿cómo
manifiesta la memoria en diferentes grupos sociales —geo- construir una cultura democrática?, ¿debe ser a través de si-
gráficos, políticos, familiares, populares, obreros, urbanos, lencio-olvido o palabra-memoria? (Richard, 1998), ¿cómo
etcétera— (Cuesta, 1998); en últimas fechas, en el marco de garantizar que los procesos de redemocratización sean efec-
recuperación de la textura de la subjetividad (Sarlo, 2005) y, tivamente un sistema de derecho, justicia y legalidad sin los
de manera muy importante, en temas relativos a la construc- cuales su legitimidad se desvanece? (Sosnowski, 1997; Mo-
ción de identidad, sujetos colectivos, etcétera. raña, 1997), ¿cómo imponer el imperio de la memoria como
En el marco del quiebre de las construcciones teóricas herramienta de construcción de sociedades democráticas?,
centradas en la idea de “estructuras” (sociales, culturales, ¿cómo incorporar a la memoria como espacio ético para la
económicas, impuestas a los individuos en términos de so- construcción de ciudadanía? (Sosnowski, 1997).
cialización, coerción o consenso) y de los grandes sujetos Por otra parte, y asumiendo que toda cartografía del futu-
colectivos (Estado, partidos, pueblo, clase), así como en ro requiere una mirada al pasado, nuevos temas se incorporan
contraposición a una sociología concebida a imagen y se- a las agendas de investigación en los países latinoamericanos.
mejanza de las ciencias naturales, una vertiente importante ¿Qué proyecto de país se desea construir?, ¿cómo construir
de la sociología contemporánea (en particular en el ámbito un país para las generaciones futuras si no es desempolvan-
de la sociología de la cultura y de los estudios culturales) se
m 380 Memoria
do acertadamente el pasado, abriendo a examen crítico sus de propósitos morales, intelectuales y políticos, no puede
sombras, discontinuidades o ausencias? (Garretón, 2003). ser cuestionado. Al respecto, cabe destacar el aporte del
historiador Enzo Traverso, para quien la imbricación de la
La transmisión y construcción de la memoria entre las nuevas historia, de la memoria y de la justicia está en el centro de
generaciones después de situaciones traumáticas la vida colectiva (Traverso, 2008).
¿Qué sentido le otorgan al pasado las nuevas generaciones
cuando existe una ruptura del bagaje generacional?, ¿cómo Bibliografía
viven el pasado traumático las generaciones que no tuvieron
la experiencia directa?, ¿cómo trazar los puentes genealógicos Anguita, Eduardo y Martín Caparrós (1997), La voluntad. Una
cuando la filiación ha sido rota abruptamente? historia de la militancia revolucionaria en la Argentina. 1966-
Un concepto que podría permitir una aproximación para 1978, 3 volúmenes, Buenos Aires: Norma.
responder estas interrogantes sería el de posmemoria. Desa- Arfuch, Leonor (2002), El espacio biográfico. Dilemas de la sub-
jetividad contemporánea, Buenos Aires: Fondo de Cultura
rrollado por Marianne Hirsch (1998), en relación a los hijos Económica.
de sobrevivientes del Holocausto, también puede ser útil Candau, Joel (2002), Antropología de la memoria [1996], Buenos
para describir la memoria de segundas generaciones de otras Aires: Nueva Visión.
experiencias traumáticas. La posmemoria es un concepto que Concheiro, Elvira (2007), “El comunismo del siglo xx: una memo-
permite entender las complejidades que pueden asumir las ria en disputa”, en Maya Aguiluz y Gilda Wadman, Memorias
memorias de quienes no fueron testigos directos ni tienen (in)cógnitas. Contiendas en la historia, México: Universidad
recuerdos personales y encuentran su origen en una memoria Nacional Autónoma de México.
ausente, reemplazada por silencios o relatos fragmentarios Cuesta, Josefina (1998), “Memoria e historia. Un estado de la cues-
narrados por representantes de la generación previa. tión”, en Josefina Cuesta (ed.), Memoria e historia, Madrid:
Marcial Pons.
Evans, Richard J. (2002), “History, Memory and the Law: The
Las complejas relaciones de historia y memoria con verdad y Historian as Expert Witness”, History and Theory, vol. 41,
justicia núm. 3, pp. 326-345.
Esta problemática saltó a la luz en el marco de la recupe- Franco, Marina y Florencia Levín (2007), “El pasado cercano en
ración de la memoria de la Segunda Guerra Mundial y del clave historiográfica”, en Marina Franco y Florencia Levín
nazismo en Europa y, más recientemente, en el caso de las (comps.), Historia reciente. Perspectivas y desafíos para un cam-
dictaduras latinoamericanas, cuando numerosos historiado- po en construcción, Buenos Aires: Paidós.
res fueron convocados a testificar como testigos-expertos Garretón, Manuel Antonio (2003), “Memoria y proyecto de país”,
en los juicios contra criminales de guerra y dictadores. Esto Revista de Ciencia Política, vol. XXIII, núm. 2, Santiago: Uni-
versidad de Chile, pp. 215-230.
planteó varios problemas centrales: ¿cuál es la relación entre Halbwachs, Maurice (2004), Los marcos sociales de la memoria, Bar-
la memoria y la justicia?, ¿puede el historiador testimoniar celona: Anthropos.
en un tribunal aunque sea para aclarar, gracias a sus com- Herf, Jeffrey (1997), Divided Memory. The Nazi Past in the Two Ger-
petencias, el contexto histórico de los crímenes juzgados? manys, Cambridge: Harvard University Press.
Desde una primera perspectiva, el historiador Henry Hirsch, Marianne (1998), “Past Lives: Postmemories in Exile”, en
Rousso argumenta que la “judicialización de la historia” per- Susan Suleiman (ed.), Exile and Creativity, Durham: Duke
turba el trabajo del historiador, quien no debe verse forzado University Press.
a participar en juicios legales y morales ajenos a su quehacer. Hobsbawm, Eric (1998), La era del Imperio (1875-1914), Barce-
Según Rousso, la tarea del historiador es descubrir la verdad, lona: Crítica.
Huyssen, Andreas (2002), En busca del futuro perdido. Cultura y
independientemente de implicaciones sociales y políticas, memoria en tiempos de globalización, México: Fondo de Cul-
agrega que si la historia cae víctima de la “judicialización de tura Económica.
la historia”, termina por establecer categorías morales y no Illanes, María Angélica (2002), La batalla de la memoria. Ensayos
explicativas (Evans, 2002). En cambio, el historiador Richard históricos de nuestro siglo: Chile 1900-2000, Santiago: Pla-
Evans argumenta que en tanto los historiadores se limiten neta, Ariel.
a aclarar el contexto histórico proporcionando información Jelin, Elizabeth (2002a), Los trabajos de la memoria, Madrid: Si-
sobre la naturaleza y los alcances de los crímenes, sin invo- glo xxi.
lucrarse, ni hacer juicios, ni extraer conclusiones específicas, _____, comp. (2002b), Las conmemoraciones: las disputas en las fechas
es legítimo ofrecer una opinión experta. “in-felices”, Madrid: Siglo xxi.
Jelin, Elizabeth y Victoria Langland, comps. (2003), Monumentos,
Para Evans —en contraposición a los argumentos de memoriales y marcas territoriales, Madrid: Siglo xxi.
Rousso sobre la cientificidad, independencia y autonomía Jelin, Elizabeth y Federico Lorenz, comps. (2004), Educación y me-
de la disciplina histórica—, las nuevas tendencias historio- moria. La escuela elabora el pasado, Madrid: Siglo xxi.
gráficas ya no se sustentan en el conocimiento factual de los Jelin, Elizabeth y Susana Kaufman, eds. (2006), Subjetividad y fi-
hechos. El reconocimiento de la subjetividad y el compromiso guras de la memoria, Madrid: Siglo xxi.
del historiador en los temas que estudia, así como el reco- Jelin, Elizabeth y Diego Sempol (2006), El pasado en el futuro,
nocimiento de que la investigación histórica está permeada Madrid: Siglo xxi.
Memoria 381 m
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Rousso, Henry (1991), The Vichy Syndrome: History and Memory unidad política y la autoridad central a la que se le reconoce
in France since 1944, Cambridge: Harvard University Press. soberanía. En ese primer sentido nación equivale a cultura;3
Sarlo, Beatriz (2005), Tiempo pasado. Cultura de la memoria y giro en el segundo, a país, reino, Estado o Estado-nación. En la
subjetivo: una discusión, Buenos Aires: Siglo xxi. primera acepción, la nación ha existido desde las primeras
Sosnowski, Saúl (1997), “Políticas de la memoria y el olvido”, Adria- comunidades humanas; la segunda, en cambio, implica el
na Bergero y Fernando Reati (comps.), Memoria colectiva y desarrollo de instituciones o incluso del Estado. Así, el na-
políticas del olvido. Argentina y Uruguay, 1970-1990, Buenos cionalismo constituye una acción vinculada a la nación como
Aires: Beatriz Viterbo. cultura o bien al Estado-nación.
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mática: hacia el recordar y el olvidar como proceso histórico
En cualquier caso, en sus términos esenciales, el nacio-
(Chile, 1973-1998)”, en Mario Garcés et al. (comps.), Me- nalismo puede definirse como la exaltación de la nación o
moria para un nuevo siglo. Chile, miradas a la segunda mitad
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Traverso, Enzo (2007), “Historia y memoria. Notas sobre un de- 1 Las ideas centrales de este artículo aparecieron por primera
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trucción, Buenos Aires: Paidós. y el multiculturalismo (Vizcaíno, 2004). La diferencia esencial
_____ (2008), “La escritura de la historia entre literatura, memoria y (no sin efectos sobre el concepto y la historia reciente del fe-
justicia”, en Intervenciones, núm. 6, Santiago: lom Ediciones. nómeno) radica en que hoy puede asumirse la persistencia del
Waldman Mitnick, Gilda (2006), “La ‘cultura de la memoria’: pro- nacionalismo en la vida social y política, algo que a finales del
blemas y reflexiones”, Política y cultura, núm. 26, pp. 11-34. siglo pasado parecía discutible.
_____ (2012), “Recuerdos del presente. La casa de los conejos. Una 2 Agradezco a Melissa Covarrubias su apoyo en la redacción de
mirada lateral a la experiencia de la militancia y la violen- este artículo.
cia política en Argentina”, Umbrales, núm. 24, pp. 155-171.
Whitehead, Laurence (2000), “Some Significant Recent De- 3 Entre otros autores, Will Kymlicka ha basado su análisis sobre
velopments in the Field of Democratisation”, 18th World la ciudadanía diferenciada y el nacionalismo considerando la
Congress of the International Political Science Association, Qué- nación como cultura: “I am using ‘a culture’ as synonymous with
bec, agosto. ‘a nation’ or ‘a people’ —that is, an intergenerational commu-
nity, more or less institutionally complete, occupying a given
territory or homeland, sharing a distinct language and history”
(1995: 18).
n 382 Nacionalismo
Nn
de algunos elementos de ésta en un texto, una imagen o una expresa como una imagen, una acción o un discurso, con
serie de acciones públicas. Tales elementos no poseen igual- algunos referentes fundamentales: el territorio, la nación o
dad de importancia ni de contenido para cada nacionalismo. el pueblo; un problema central y una solución cuya justifica-
Mientras la fe o la raza son centrales para un pueblo no ción última no es sino la nación misma; un enemigo común,
necesariamente lo son para otro, para el que quizás es más casi siempre en el extranjero; un enemigo en la misma nación
importante la libertad o las instituciones civiles. El nacio- o un antipatriota; una idea del tiempo, en donde la historia y
nalismo, por tanto, es un discurso o una imagen que usa los un futuro promisorio se combinan implícita o explícitamente,
contenidos —como la materia prima de la acción nacionalis- y una defensa de la soberanía o independencia que debe ser
ta— que son significativos para una determinada nación. No aceptada por los miembros de la nación y especialmente por
se puede decir, sin embargo, que cada nacionalismo refleje con las otras naciones o Estados nacionales.5 Un texto o un mural
exactitud los elementos de la nación, sino que utiliza algunos nacionalista se caracteriza por esos referentes esenciales o por
de ellos de acuerdo a un interés que puede ser tan disímbolo la mayor parte de ellos; lo que cambia son los contenidos o
como celebrar un triunfo deportivo, justificar una decisión referentes específicos.
política o declarar la guerra.
Así, el nacionalismo implica, primero, una selección de Historia, teoría y crítica
esa diversidad de elementos sociales o históricos, materiales
o simbólicos, comunes a un grupo de personas o con los que Existe una amplia discusión sobre el origen y desarrollo del
éstas se identifican; segundo, avivar o aumentar el mérito o nacionalismo. Aunque una corriente académica numerosa ha
dignidad de esos elementos y de la nación misma. Hay que insistido en que se trata de un fenómeno asociado a las trans-
decir que una y otra acción casi siempre se presentan como formaciones revolucionarias del siglo xviii, especialmente en
procesos naturales o neutrales, “por el bien de la nación”. Francia, otra vertiente asume que la condición del naciona-
Sin embargo, no es imposible volver visible los intereses lismo no es el Estado sino la nación, por lo que el fenómeno
que se esconden en ello. Precisamente el estudio del na- nacionalista es mucho más antiguo. Al parecer, empero, existe
cionalismo implica revelar esos intereses y la función del un cierto consenso de que “las raíces” del fenómeno son de
nacionalismo en la sociedad, para lo cual se requiere de tiempos remotos. Los libros Génesis y Éxodo, por ejemplo,
una metodología capaz de desagregar el fenómeno y ex- ya utilizaban explícita y reiteradamente el término nación y
plicarlo en su contexto. muchas de las acciones atribuidas a la narración de los pro-
El nacionalismo puede ser llevado a cabo por cualquier fetas claramente son propias del nacionalismo. Hans Kohn,
miembro de la nación, aún con recursos limitados como la para quien el nacionalismo había surgido no más de medio
pintura, el discurso en la plaza pública o la lectura en voz alta siglo antes de la Revolución francesa de 1789, asumía, sin
frente a un grupo de personas tal como era costumbre antes embargo, que entre los griegos y el antiguo pueblo de Israel
de la aparición de la imprenta;4 sin embargo, el fenómeno habían existido características nacionales y nacionalistas.
adquiere relevancia exponencial y verdaderamente política Particularmente destacó entre los judíos la idea del pueblo
cuando la acción nacionalista alcanza a una amplia población escogido, el mesianismo nacional y la conciencia histórica
gracias a los medios masivos de comunicación. Los líderes nacional (1944: 36).
nacionales —y quienes pueden acceder a los medios— tienen Si observamos el concepto y su incorporación en el léxi-
un papel fundamental para el desarrollo del nacionalismo, de co institucional, es evidente que el término nacionalismo ha
sus contenidos y de su influencia en la vida social. estado condicionado al de nación, que es mucho más anti-
En realidad, el nacionalismo no hace referencia a la na- guo. El término nación se recoge en el Diccionario de Nebrija
ción ni a los elementos que unen a los miembros de la nación, (1495), mientras que el de nacionalismo no aparece por pri-
sino a una idea de nación que una parte de la población mera vez sino hasta mediados del xix en el Diccionario de la
busca imponer sobre el conjunto. El mestizo y el mestizaje lengua española (drae), lo cual parece expresar precisamente
o la idea del hombre nuevo de la primera mitad del siglo un contexto histórico en el que el nacionalismo adquirió
xx en México, por ejemplo, no era sino la imposición de un mayor importancia para el desarrollo del Estado y alcanzó a
conjunto de características sobre los pueblos indígenas que una amplia población gracias a la expansión de la imprenta
todavía conservaban sus idiomas e instituciones propias. Por y de los periódicos. Anderson (1993) ha destacado la impor-
tanto, el nacionalismo es fundamental para la dominación y tancia de los diarios y los “pioneros criollos” en el desarrollo
la gobernabilidad y, a su vez, para la resistencia de los pue- del espíritu nacional en América, gracias a editores como
blos indígenas y, en general, para las minorías nacionales o Fernández de Lizardi.
culturales integradas a Estados que no necesariamente re- En concordancia con las principales acepciones de na-
presentan su cultura. En cualquier caso el nacionalismo se ción, el nacionalismo y la teoría sobre el mismo tienen dos
fuentes principales: por una parte, el amor de las personas al
4 Juan Pablo Carrillo (2010) ha estudiado la lectura en voz alta
entre los siglos xv y xvi, precisamente cuando la imprenta to- 5 Estos elementos han sido desarrollados en algunos estudios
davía no constituía un fenómeno de expansión capitalista. recientes. Véase: Vizcaíno, 2004.
Nacionalismo 383 n
lugar de nacimiento y la desconfianza hacia aquéllos que no La diversidad de teorías y metodologías pueden ordenarse
pertenecen a la comunidad; por otra, una acción planeada de asimismo de acuerdo con dos enfoques predominantes. El
las élites en el poder o que aspiran a éste: un discurso sobre la primero ha abordado el nacionalismo como un fenómeno
nación y sus componentes. La primera es un sentimiento o ceñido a un territorio y un Estado con el que teóricamente
una actitud más o menos natural de los miembros de la na- coincide una población y una nación. Aquí el Estado es la
ción; la segunda, en cambio, una actitud política de acuerdo noción dominante, ya sea porque es el objetivo de la acción
a intereses y fines. Estas dos modalidades —nacionalismo de nacionalista, o bien, por ser el ordenamiento jurídico, político
los miembros de la nación y nacionalismo como ideología y social que lo explica y lo contiene. Supone, además, una se-
de Estado— en realidad no están claramente delimitadas. rie de hechos históricos: el nacionalismo data del siglo xviii;
El Estado casi siempre utiliza, como referentes del discurso surgió en Europa, especialmente en torno a la Revolución
nacionalista, elementos de la nación: tradiciones o aspectos francesa, y se extendió por el mundo a lo largo de los siglos
étnicos, lingüísticos, raciales, históricos o culturales propios xix y xx. En cierta forma, siguió la ruta de las migraciones
de la población; además, el nacionalismo oficial casi siempre europeas, la colonización, la industrialización y la democracia,
es un discurso construido por las élites políticas pertenecien- de donde se desprende que los países menos desarrollados
tes a la mayoría social. Ernest Gellner afirmaba por ello que económica y políticamente conocieron el nacionalismo mu-
el nacionalismo requiere que los gobernantes pertenezcan a cho tiempo después, hasta finales del xix y principios del
la misma nacionalidad del conjunto de la población (1983: xx, luego de la formación de los Estados alemán e italiano.
59-60). La población, a su vez, recrea o internaliza el nacio- Se llegó al extremo de imaginar el nacionalismo como una
nalismo oficial que el Estado expande a través del sistema sustancia activa que conforme se expande, se diluye. Mien-
escolar, los medios masivos de comunicación, las celebracio- tras el nacionalismo inglés o francés de los siglos xvii y xviii
nes de fechas simbólicas o incluso aspectos tan cotidianos condensa el elemento que vivifica el fenómeno, los naciona-
como la iconografía en las estampas postales y los billetes de lismos “tardíos” de América, y más aún de África y Asia, ya
banco. De manera que la “espontaneidad” con la que la socie- se presentan como menos naturales y más artificiales. Sígase,
dad expresa su apego o amor por la nación no es tan natural por ejemplo, este recorrido de Hayes:
como se cree y aun en las comunidades pequeñas y aisladas
son las élites quienes, para ejercer su poder, difunden una idea El nacionalismo es moderno. Tuvo su origen y su
de nación o una historia mientras “olvidan” otra, como soste- desarrollo en Europa y fue implantado en América y
nía la idea central de la obra clásica de Renan (1882: 20, 37). en las demás regiones de civilización occidental por
Conviene abundar en algunos aspectos. Primero, casi influencia europea y siguiendo el ejemplo de aquel
cualquier elemento de la realidad puede, si se presentan las continente [...]. Desde el siglo xvi, miembros de di-
condiciones históricas e intelectuales, ser objeto de la trans- versas nacionalidades europeas han emigrado allende
formación nacionalista: el petróleo, la industria eléctrica, los los mares llevando consigo sus lenguas y sus culturas
ferrocarriles, un santo o una virgen, la raza, el territorio, una tradicionales. Así fue como América se repartió entre
guerra o los personajes de la historia (reales o inventados). las nacionalidades francesa, española, portuguesa e in-
Lo significativo es que cualquiera de esos elementos pueden glesa [...]. De aquí que las nacionalidades en América
ser utilizados por la acción ideológica del nacionalismo. Se- puedan ser descritas como nacionalidades secundarias
gundo, la acción nacionalista de Estado, o de quienes aspiran a o subnacionalidades (1960: 1).
controlarlo, es la que realiza no cualquier miembro de la nación
sino aquél que tiene al menos dos capacidades: dar un mensaje Hans Kohn normó buena parte de la investigación, desde
a un grupo de personas, grande o pequeño, y seleccionar los la aparición de su libro The Idea of Nationalism, en 1944, si-
elementos de la nación útiles a esa acción y a sus propósitos. guiendo dos principios: el nacionalismo supone la presencia
Los líderes y los intelectuales tienen una función crucial.6 del Estado moderno y adquiere importancia política hasta
Tercero, la acción nacionalista adquiere una función social y medio siglo después de la Revolución francesa, y “presupone
política importante cuando se relaciona con un proceso de la existencia, de hecho o como ideal, de una forma centra-
unificación de una sociedad y con el dominio de una élite lizada de gobierno en un territorio grande y definido. Los
sobre las mayorías. Cuarto, el nacionalismo está relacionado monarcas absolutos, que abrieron el paso al nacionalismo,
con el conflicto social: sirve para moderar el conflicto o dis- crearon esa forma; y la Revolución francesa llenó la organi-
minuir la insuficiencia de gobernabilidad, pero también es zación central con un espíritu nuevo, dándole una fuerza de
útil a quienes recurren a la violencia; por ello su definición se cohesión desconocida antes” (17).
halla ligada a movimientos tan disímbolos como la defensa Gellner asimismo siguió la tesis según la cual el Estado
de la industria nacional, las expropiaciones, el nazismo, el es la condición fundamental del nacionalismo, desde su li-
separatismo, el terrorismo, etcétera. bro Thought and Change (1964) y especialmente en Nations
and Nationalism (1983) y Nationalism (1997). Sin embar-
go, a diferencia de Kohn, quien aceptó la importancia del
6 Sobre el nacionalismo entre los intelectuales indígenas en Mé- Estado como un ideal del nacionalismo, Gellner se refirió
xico, por ejemplo, véase Gutiérrez, 2000.
n 384 Nacionalismo
al Estado como un hecho material y al nacionalismo como judía, una historiografía y la reflexión sobre los derechos de
la expresión de la homogeneización del Estado contempo- las minorías. Pero fue durante la Primera Guerra Mundial y
ráneo. Definió el nacionalismo como un principio político a través del Tratado de Versalles cuando realmente se expan-
que hace coincidir una cultura, un Estado y un determinado dió la literatura sobre el problema de las minorías. Después
territorio, y estableció como una de sus condiciones que los de la Segunda Guerra Mundial todavía se ampliaron más
gobernantes pertenecieran a la misma cultura que el conjunto los derechos y reconocimiento de éstas, especialmente por
de la población. Dado que no todas las sociedades naciona- consideración de extranjeros nacionales integrados a países
les están dotadas de un Estado, sostenía que el problema europeos y a sus colonias en Europa, África y Asia.
del nacionalismo no surge en sociedades sin Estado puesto La literatura de las naciones y el nacionalismo de las
que si no existe un Estado, uno no puede preguntarse si sus minorías llegó a un momento de auge a finales del siglo xx.
fronteras coinciden con los límites de la nación; y si no hay Uno de sus principales exponentes ha sido la revista Nations
gobernantes, no habiendo Estado, nadie puede plantearse si and Nationalism, y particularmente su director, Anthony
ellos son parte de la nación. Gellner argumentó, además, que Smith. Nations and Nationalism in a Global Era (1995) es,
el nacionalismo no surge en todos los Estados, sino sólo en entre otras obras de Smith, la que aborda el tema de manera
los que corresponden a la era industrial dado que ésta requie- más amplia, aunque la tesis la había expuesto mucho antes
re de una homogeneidad social. “No es que el nacionalismo en Theories of Nationalism (1983).
imponga la homogeneidad; el nacionalismo es la expresión
de la necesidad objetiva de la homogeneidad” (1983: 59-60). El estudio del nacionalismo necesita ser reorientado
La tesis de Gellner, sin embargo, además de no explicar para tomar en cuenta no sólo las nuevas fuerzas aso-
la existencia de diversos nacionalismos de las minorías, tam- ciadas con la Revolución francesa y las revoluciones
poco da una respuesta a otros problemas que no coinciden industriales, sino también la permanencia de viejos
con las fronteras del Estado, por ejemplo: el del nacionalismo parentescos y sentimientos. El nuevo foco del estu-
transfronterizo o el de las regiones que aspiran a constituirse dio, sin negar factores como capitalismo, urbanización,
en Estados. burocratismo y ciencia, debe considerar la etnicidad y
A diferencia de la concepción difundida alrededor de el resurgimiento étnico (X).
Kohn, Hayes y Gellner, el otro enfoque metodológico ha
dado menos importancia al Estado y, en cambio, ha asumido Smith se opuso a la concepción del Estado como con-
que la nación constituye la fuente principal del nacionalismo. dición fundamental del nacionalismo y a la visión de la
La nación, como cultura o grupo de personas unidas por una Revolución francesa como referente histórico imperioso. A
cultura o un origen, siempre ha existido. Esta concepción partir de entonces, se ha dado cada vez mayor aforo a los
primordialista ha existido desde al menos la segunda mitad estudios de los nacionalismos periféricos, contestatarios,
del xix pero adquirió especial importancia en las últimas dos étnicos y de las nacionalidades sin Estado y, en general, se
décadas del siglo xx con motivo del resurgimiento de los insiste en que el nacionalismo deriva su fuerza de “la presen-
etnonacionalismos, los nacionalismos de las minorías cultu- cia de esta o aquella nación específica, la cual, transforma en
rales y religiosas, el multiculturalismo y la globalización, los absoluta” (Smith, 1995: VII). Esto significa, por tanto, que el
nacionalismos transfronterizos y, en general, por la emer- nacionalismo depende principalmente de la herencia cultural
gencia del nacionalismo que no se explica bajo el marco del particular y de las formaciones étnicas.
Estado-nación sino multinacional. En México, por ejemplo,
la Constitución se reformó en 1992 para reconocer la pluri- Líneas de investigación y debate
culturalidad del Estado y unos años antes los misquitos de contemporáneo
Nicaragua habían ganado el reconocimiento como cultura
diferente con un importante grado de autodeterminación. Durante los años noventa se llegó a creer que el nacionalismo,
Hay que decir, empero, que el problema de las minorías cul- especialmente el nacionalismo de Estado, estaba próximo a
turales o nacionales dentro de los Estados integrados por desaparecer como consecuencia del fin de la Guerra Fría, el
más de una nación es en realidad muy antiguo. En la historia avance de la democracia y el debilitamiento del Estado auto-
contemporánea aparece con claridad en el Tratado de Berlín ritario; la idea, difundida por figuras como Fukuyama (1992),
de 1878, donde ya se discutían los derechos de las minorías real o simbólicamente se representaba en la caída del muro de
y de los grupos de religión diferente a la de la mayoría. Al Berlín y la desintegración de la Unión Soviética, con lo cual
mismo tiempo apareció una literatura, si no abundante sí el nacionalismo perdía importancia, siguiendo el supuesto de
significativa, que discutía temas como autodeterminación que el fenómeno era propio de los gobiernos autoritarios e
y derechos religiosos de las naciones integradas a Estados incompatible con los regímenes democráticos. Los valores y
de mayoría social diferente. Los judíos, asimismo, en buena la interpretación central se organizaban como una oposición
medida como respuesta necesaria a la persecución, desde fi- —en realidad falsa— entre la opción autoritario nacionalista
nales del xix y principios del xx, emprendieron, como parte y la democrático liberal.
del movimiento sionista y la defensa de la religión y cultura
Nacionalismo 385 n
Durante esa misma década, como consecuencia de la pér- nación o las naciones. El nacionalismo es un recurso que sirve
dida de centralidad política tanto en Europa del Este como a los movimientos sociales que luchan por la construcción de
en Yugoslavia, el nacionalismo de las regiones o de las mino- instituciones autónomas y, a su vez, al Estado para la tarea de
rías nacionales creció y, con ello, la agenda de investigación ejercer la soberanía y reproducir la idea colectiva de nación.
sobre el tema se orientó cada vez más al estudio del nacio- Esos dos tipos principales del nacionalismo —de las minorías
nalismo de las minorías. De manera que si bien declinaba el y del Estado— en realidad deben estudiarse como procesos
nacionalismo de Estado, a la par crecía el nacionalismo de las interconectados: el nacionalismo, en una etapa, es un movi-
minorías. La década con la que concluyó el siglo xx también miento instituyente; en otra, instituido. Una vez constituido el
fue el momento de la intensificación del comercio y el dere- nacionalismo de Estado, éste adquiere su propia lógica y ésta no
cho internacional, la expansión de internet y las tecnologías. se entiende si no consideramos que dentro del nuevo Estado
La globalización crecía mientras el Estado perdía capacidades existen minorías culturales que habrán de desplegar su pro-
y las minorías a su vez adquirían importancia y se vinculaban pio nacionalismo. La explicación del nacionalismo de Estado
cada vez más con el mundo sin la mediación del Estado. En no puede excluir la etnicidad o las identidades minoritarias.
ese contexto, el nacionalismo de Estado quedaba todavía más A su vez, el nacionalismo de las minorías no tiene sentido si
acotado. Un factor aparentemente desvinculado de ello, el no se reconoce que el fin último del mismo es alcanzar algún
ataque a las torres gemelas de Nueva York en septiembre de grado de autonomía o, incluso, la forma de Estado soberano.
2001, modificó esas tendencias y cambió el contexto. Des- La agenda de investigación no es ajena a esa discusión
de entonces, en muchos otros países, hemos visto que los pero puede afirmarse sin ninguna duda que existe predo-
gobiernos están interviniendo cada vez más entre las comu- minancia de los estudios sobre las minorías nacionales o
nidades y, especialmente, en la vida privada. El nacionalismo regionales ya sea desde una perspectiva histórica o contem-
de Estado otra vez ha servido no sólo para justificar la unidad poránea, por ejemplo: Irish Nationalism in Canada (Wilson,
nacional, la seguridad y la lealtad al Estado, sino también para 2009) o Turkey, Islam, Nationalism, and Modernity (Findley,
limitar el avance de las minorías y el discurso nacionalista 2010). El tema de la globalización asociado a las minorías o
de éstas. El contexto mundial que hasta 2001 favoreció los el nacionalismo transfronterizo no es menos importante, lo
movimientos separatistas en Rusia, España, Yugoslavia o la cual se advierte en estudios que se están publicando en Es-
India ya no existe. En cambio, cada vez es más evidente una tados Unidos y Europa, como Muslims in Motion: Islam and
suerte de “regreso del Estado” y con ello del nacionalismo de National Identity in the Bangladeshi Diaspora (Kibria, 2011).
Estado. No es extraño, en este contexto, la vigilancia masiva En este esfuerzo por analizar los problemas de las minorías,
de las agencias federales en los Estados Unidos a través de las en cierta forma desde el primordialismo y desde una agenda
telecomunicaciones ni la justificación ideológica de ello que política en defensa de los derechos de los grupos no mayo-
apela a la defensa de la seguridad del Estado. Por otra parte, ritarios que reclaman el reconocimiento de su identidad, es
a mediados de la segunda década del siglo xxi, los hechos en fundamental la obra de Anthony Smith, quien recientemente
Crimea muestran no sólo la recuperación de Rusia en Europa publicó Ethno-Symbolism and Nationalism (2009). Algunos
del Este sino la importancia del nacionalismo que habíamos estudiosos del tema, sin embargo, no han seguido el enfoque
conocido desde al menos el siglo xix, un nacionalismo en predominante ocupado en el nacionalismo de las minorías,
el que la etnicidad y la lengua, la historia, la condena del como se advierte en Everyday Nationalism: Women of the
enemigo, la defensa de la patria, del territorio y la soberanía, Hindu Right in India (Menon, 2011) o Political Culture and
constituyen referentes centrales. En Europa, en las eleccio- Nationalism in Malawi (Power, 2010). En esa misma línea
nes de mayo de 2014, al parlamento europeo han avanzado de investigación, Isidro Sepúlveda sigue escribiendo sobre
partidos nacionalistas —de izquierda o derecha— y el nuevo el nacionalismo de Estado; su último libro sobre el tema
tono que ha dado a la India la elección de Modi como Primer apareció en 2005: El sueño de la madre patria. Hispanoameri-
Ministro también subraya la importancia que está cobrando canismo y nacionalismo.
el nacionalismo en todo el mundo. En cualquier caso, mientras el nacionalismo continúe
La discusión actual sigue esas dos perspectivas principa- desempeñando un papel necesario para ejercer el poder o
les: quienes sostienen que el nacionalismo es expresión de una para quienes aspiran al poder, o como apego de las gentes
idea primordialista de nación y quienes lo explican conforme hacia la propia nación, los estudios sobre el fenómeno segui-
a la formación de los Estados-nación de finales del xviii y a rán de manera abundante, ya sea como forma de justificar
lo largo del xix. Empero, hoy el debate se halla imbricado “científicamente” movimientos sociales y decisiones políticas,
con diversos problemas contemporáneos en correspon- ya como aspiración por conocer y desarrollar explicaciones
dencia con la complejidad del fenómeno, puesto que siempre verdaderas.
aparece de una u otra manera una relación entre el Estado
y la nación y, por tanto, el nacionalismo como tensión entre Bibliografía
aquél y ésta. Se trata de un proceso complejo: nunca sabemos
exactamente dónde comienza la acción del Estado (o cualquier Anderson, Benedict (1993), Comunidades imaginadas, México:
otro nivel institucional menos desarrollado) y dónde la de la Fondo de Cultura Económica.
n 386 Nacionalismo
NEGOCIACIÓN
Carrillo Hernández, Juan Pablo (2010), Lectura y realidad: el
cariz comunitario de la lectura en soledad (tesis para obtener
POLÍTICA
el título de Licenciado en Sociología), México: Universidad
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Luisa Béjar Algazi
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Adriana Báez Carlos
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dades étnicas: los intelectuales indígenas y el Estado mexicano, sión de un convenio o pacto. Vinculada al mercado, remite
México: Instituto de Investigaciones Sociales.
a la acción de ajustar el traspaso, la cesión o el endoso de un
Hayes, Carlton (1960), Nationalism: A Religion, New York: Mac-
millan. vale o de una letra al descuento de valores, o al intercambio,
Hobsbawm, Eric (1991), Nation and Nationalism since 1780, Cam- a través de la compra-venta de géneros, mercancías o valo-
bridge: Cambridge University Press. res a fin de obtener un beneficio. Trasladado a la política, el
Kibria, Nazly (2011), Muslims in Motion: Islam and National Iden- término pasa del ámbito de lo privado a lo público para alu-
tity in the Bangladeshi Diaspora, New Brunswick: Rutgers dir al proceso de interlocución entre diferentes sujetos para
University Press. resolver los conflictos y construir acuerdos que satisfagan sus
Kohn, Hans (1944), The Idea of Nationalism, New York: Macmillan. intereses respecto del curso que debe seguirse por los asuntos
Kolig, Erick, Vivienne Sm. Ángeles y Sam Wong (2009), Iden- de orden colectivo.
tity in Crossroad Civilizations: Ethnicity, Nationalism and
Desde esta perspectiva, la negociación apunta a uno de los
Globalism in Asia, Amsterdam: Amsterdam University Press.
Kymlicka, Will (1995), Multicultural Citizenship, New York: Oxford métodos quizá más utilizados en las democracias modernas a
University Press. fin de determinar el contenido de las políticas públicas, sobre
Menon, Kalyani Devaki (2011), Everyday Nationalism: Women todo en aquéllas en que el poder de decisión se encuentra
of the Hindu Right in India, Philadelphia: University of repartido entre dos o más actores con intereses u objetivos
Pennsylvania Press. diversos y, eventualmente, hasta contrarios y excluyentes.
Power, Joey (2010), Political Culture and Nationalism in Malawi, Situaciones de este tipo son comunes tanto en los regíme-
New York: University of Rochester Press. nes parlamentarios de coalición, como en los presidenciales
Renan, Ernest (1882), Qu’est-ce qu’une nation?, Paris: Calmann Lévy. carentes de un gobierno con mayoría legislativa al activarse
Samaniego López, Marco Antonio (2008), Nacionalismo y revolu-
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Instituto de Investigaciones Históricas-Universidad Autó- pensamiento liberal para evitar los abusos de poder de la
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Sepúlveda Muñoz, Isidro (2005), El sueño de la madre patria.
Hispanoamericanismo y nacionalismo, Madrid: Marcial Historia, teoría y crítica
Pons Historia, Centro de Estudios Hispánicos e Ibe-
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nible en: <http://www.bdigital.unal.edu.co/16294/#sthash. de la diversidad de puntos de vista y la tolerancia se convier-
BrQikt6k.dpuf>. ten en el elemento distintivo de esta forma de gobierno, en
_____ (2004), El nacionalismo mexicano en los tiempos de la glo- oposición al absolutismo o al totalitarismo, con pretensio-
balización y el multiculturalismo, México: Instituto de nes monocromáticas y, por lo mismo, renuentes a buscar el
Investigaciones Sociales-Universidad Nacional Autónoma
acuerdo de los sujetos y de los afectados por sus resoluciones.
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Wilson, David A., ed. (2009), Irish Nationalism in Canada, Mon- Inicialmente, el pluralismo se abre paso en la vía consti-
treal: McGill-Queen’s University Press. tucional mediante la incorporación de la división del poder y
la doctrina del equilibrio entre las ramas del Estado. Una vez
concluida la Segunda Guerra Mundial, el reconocimiento de
(NTIC)
revela lo nuevo de las tecnologías es el cambio del mun-
do analógico al universo digital. Hoy en día, la tecnología
analógica ha sido enriquecida con la tecnología digital, es
Alejandro Méndez Rodríguez11 decir, con la incorporación de microprocesadores digitales.
En general, se afirma que el mundo real es fundamen-
talmente analógico (Tocci y Widmer, 2003: 3). De manera
Las nuevas tecnologías de la información y de la comuni- esquemática, se reduce la idea de lo analógico al sistema que
cación (ntic) son un icono de la actual sociedad y, a su vez, toma los valores reales (sin codificación) como variables de
son el resultado de la evolución de las ciencias, en general, cálculo mediante funciones continuas y reales. Por ejemplo,
de la computación, la informática, la microelectrónica y las el termómetro utilizado en la medición de la temperatura del
telecomunicaciones. Considerando la magnitud de cambios cuerpo humano. El termómetro más común es el inventado
tecnológicos, se les ha denominado una revolución. Las ntic por Daniel Gabriel Fahrenheit en 1714, su diseño analógico
constituyen en su conjunto el eje transformador de la sociedad, descansa en el principio de que la dilatación del mercurio
algo así como lo fue el motor de combustión interna para la responde al calor recibido. El tamaño de la dilatación es cuan-
sociedad industrial. tificado bajo una escala numérica grabada en el termómetro.
La innovación que acompaña a las ntic se ha manifestado, El mercurio recibe valores reales y continuos del calor, por lo
desde los años sesenta, en una serie de aparatos, dispositivos tanto, su respuesta mediante la dilatación es inmediata.
y objetos que la sociedad de masas ha consumido sin límites. En cambio, los sistemas digitales responden a valores co-
Así, las innovaciones de las ntic representan la punta del dificados estableciendo funciones discretas, comúnmente bajo
iceberg y en el fondo se hallan diversos aspectos sociales, eco- valores binarios de alto y bajo voltaje, o bien, de unos y ceros.
El código digital binario, como el empleado en las computa-
doras, constituye una tabla de nuevas medidas: el bit, el byte
1 Investigador Titular en la Instituto de Investigaciones Eco- (8 bits), con 256 posibilidades de significado. Regresando al
nómicas, unam. Correo electrónico: menrod@unam.mx. El ejemplo del termómetro, ahora conocido ampliamente por su
autor agradece el apoyo del proyecto papiit, “Comunicación, pantalla de cristal líquido (lcd), comúnmente llamado display.
transmigración y sistemas emergentes”.
Población
6,3 mil millones 6,8 mil millones 7,2 mil millones 7,6 mil millones
mundial
Dispositivos
500 millones 12,5 mil millones 25 mil millones 50 mil millones
conectados
Más
Dispositivos dispositivos
conectados 0,8 que 1,84 3,47 6,58
personas
por persona conectadas
El lcd fue presentado por la empresa Hoffmann-La Roche en lo cual permite mayor calidad de definición de la imagen,
1970. En general, el termómetro digital está compuesto por multicanal y la interactividad. Actualmente, en algunos paí-
cinco elementos físicos: el sensor de temperatura que capta ses, la televisión se trasmite en formatos digitales; en otros,
el calor, el convertidor analógico-digital, el microprocesador hd; en pocos países, en 4k, y recientemente se encuentra en
digital que recibe la información y, mediante un programa, desarrollo el formato 8k, que se estima como el límite de la
transforma la información a códigos digitales, el display que capacidad de resolución de los televisores. Se espera que los
muestra el resultado y la batería que alimenta el circuito elec- Juegos Olímpicos de Tokio, Japón 2020, se trasmitan bajo
trónico. Como se desprende, el termómetro digital responde a el formato 8k. Los nuevos formatos digitales aplicados a los
variables codificadas, no reales, por lo cual, cuenta con mayor diversos aparatos electrónicos, como la televisión, superan el
procesamiento de la información analógica a digital y es capaz formato analógico, por lo cual, el tañer de las campanas anun-
de almacenar los resultados con mayor precisión y exactitud; cia la muerte de lo analógico.
también se pueden tener diversas rutinas de programación:
en este caso, el termómetro puede desplegar el resultado en Las dimensiones de las nuevas tecnologías de la información y
grados Celsius o Fahrenheit. comunicación
El tránsito de lo analógico a lo digital abre la puerta al Las ntic fincadas, como se ha dicho, en la computación,
desarrollo de las nuevas tecnologías fincadas en el desarrollo la informática, la electrónica y las telecomunicaciones han
digital. Así, lo que define a las ntic es la forma del proce- impactado a la sociedad en su conjunto a través de un sin-
samiento y tratamiento de la información, el cual crea un número de innovaciones tecnológicas, que se agrupan en las
fenómeno de innovación digital acelerada que produce una siguientes categorías: computación personal, internet y tele-
transformación en la vida social en conjunto. comunicaciones.
Las ntic están presentes en diversos aparatos, dispositivos
y objetos. Los recursos tecnológicos digitales son introducidos, La revolución de las computadoras personales
adaptados y modificados en diversos bienes, transformando Las ntic son una serie de recursos tangibles e intangibles
a éstos en nuevos, tecnológicamente hablando. Por ejemplo: destinados a procesar y almacenar información. Comúnmente,
la televisión que fue popularizada en Estados Unidos a partir son identificadas con el equipo de cómputo, compuesto por
de la revolución de la electrónica (transformación de la luz en una Unidad Central de Procesamiento (cpu), y por una gama
electrones) en los años cuarenta del siglo xx ha mantenido de dispositivos periféricos como monitores, teclados, tabletas
un desarrollo vertiginoso a partir de los años ochenta, cuan- gráficas, ratón, escáner, impresoras, etcétera.
do inicia la aplicación y desarrollo de la tecnología digital,
o 398 Ocio
Oo
Las clases altas están consuetudinariamente exentas o bre comunitario con miras a una mejor construcción de vida
excluidas de las tareas industriales y se reservan para propia y pública (1983; 1993).
determinadas tareas a las que se adscribe un cierto Hillel Ruskin (2002) planteó la vinculación del ocio y la
grado de honor. La más importante de las tareas hono- educación, tanto en los sistemas escolarizados como en el
rables en una comunidad feudal es la guerra (1974: 9). quehacer cotidiano y, en especial, para mejorar el desarro-
llo de los jóvenes en situaciones de riesgo. De igual manera,
Veblen abordó el tema con un análisis muy extenso en el Richard Kraus (1997) afirmó que la oportunidad de la con-
que identifica una clase ociosa y la delimita histórica y geográ- vivencia familiar en el tiempo libre fue un importante factor
ficamente. También distinguió diversas formas de ocio, como de prevención de escenarios de violencia y desintegración
el ocio ostensible y el ocio vicario y algunos de sus valores y en este rubro.
manifestaciones, como las proezas, el vestido, la honorabilidad, Stanley Parker, por su lado, apuntó la importancia de
la reputación, el derroche y el saber. incluir la noción de consumo en la comprensión del tiempo
Johan Huizinga, por su parte, realizó planteamientos libre y observó el hecho de que el ser humano expresa una
antropológicos importantes para el tema, en su obra Homo actitud de ocio incluso en el tiempo de trabajo; de hecho,
ludens, en la que estudia un aspecto muy relacionado con el para el autor, el ocio no se comprende sin la noción de tra-
ocio: el juego. Huizinga define el juego como lenguaje, ya bajo (1976). A finales del siglo xx, Manuel Cuenca favoreció,
que éste funciona como un código que comparten dos o más con sus aportaciones conceptuales sobre el ocio autotélico,
individuos. En la misma década, Bertrand Russell escribió su la creación de la Asociación Mundial de Ocio y Recreación.
ensayo Elogio del ocio que, desde la perspectiva de Tomasini En el contexto mexicano, si bien no habla propiamente
Bassols (2010: 1), ha sido mal traducido como Elogio de la del asunto, Néstor García Canclini (1995) aporta elementos
ociosidad, pues la diferencia entre el primero y el segundo es- para identificar la condición de ciudadano o de consumidor
triba en que con aquél se aprovecha el tiempo libre, mientras y su planteamiento es pertinente para el análisis del uso del
que con éste no. El Elogio de Russell es, al mismo tiempo, una tiempo libre.
crítica a la ética del trabajo, ya que, desde su punto de vista,
su moral “es la moral de los esclavos, y el mundo moderno Líneas de investigación y debate
no tiene necesidad de esclavitud” (s.f.: 2). contemporáneo
En el siglo xx, Joffre Dumazedier incita a que se efectúe
un estudio académico del ocio mediante aportaciones con- El tiempo libre ha adquirido dimensiones extraordinarias de
ceptuales y evidencias estadísticas. Su obra es fundamental, estudio en el campo teórico-formal. La vinculación del ocio
aunque la expectativa que planteó en los primeros ensayos con el mundo cotidiano se encuentra en la vida personal del
de ¿Hacia una civilización del ocio?, no se cumplió: él pensaba adulto, en la etapa infantil, en la aventura juvenil, en la expe-
que el ocio, como “producción continua del progreso técnico” riencia y la emulación del anciano; de hecho podemos hablar
(1962: 46), conduciría a la creación de una nueva cultura y un de su carácter histórico, ritual, social, político y económico
nuevo hombre. Fue él, también, quien notó que el término desde el principio de la vida del hombre en grupo. La última
ocio fue reemplazado paulatinamente por la noción de tiempo parte del siglo veinte —digamos, los últimos veinte años—,
libre: “[…] la expresión ‘tiempo de ocio’ de los años setenta el ocio ha tomado formas tan diversas y confusas que resul-
fue remplazada en los años ochenta por ‘tiempo libre’”.1 Su ta difícil explicar solamente con palabras en qué consiste, ya
importancia radica, entre otros factores, en su planteamiento que la experiencia es fundamental para comprender el sen-
de las tres categorías o funciones del ocio, conocidas como tido mismo del término, incluso cuando se trata de exponer
las tres D: descanso, desarrollo y diversión (27-29), con lo su importancia en un estudio formal. Hace falta la atención
que sus estudios constituyeron una influencia definitiva en de otras áreas del conocimiento para plantear la vincula-
el surgimiento de la tempoliberología. Este sociólogo creó ción del ocio con los aspectos biológico, social, económico,
un equipo de investigación de nombre Comité de Investi- ecológico, político, y con actividades como la asistencia. Por
gaciones sobre el Ocio; en el grupo sobresalen críticos como ejemplo, los planteamientos de la antropología contemplan
Nicole Samuel, quien destacó el papel del ser humano en la alternativas de formas de expresión en el tiempo libre, entre
transformación de su circunstancia de ocio e hizo énfasis en las que se distinguen las de carácter lúdico, como la que se
la relación entre ésta y el género, aspecto para el que exigió encuentra en la descripción de Johan Huizinga cuando dice:
atención en las futuras investigaciones. Otro crítico de esta “Después de recordar una vez más el carácter primario del
escuela fue Gilles Pronovost, quien advirtió que en la juven- juego podemos pasar a considerar el elemento lúdico de la
tud de cualquier parte del mundo existe un potencial enorme cultura como fenómeno histórico” (1972: 66).
para la transformación de la actitud de ocio en el tiempo li- En el ámbito de la economía, existen diversos factores
que han hecho del ocio un asunto importante en el desarro-
llo económico; en el caso de México, por ejemplo, una de las
1 “[…] l’expression ‘temps de loisir’ des annes 70 a été reemplacée
dans les annes 1980 par ‘temps libre’”.
Ocio 399 o
industrias más importantes es el turismo.2 A esto se suma La asociación ha contado con la participación de los más
que la perspectiva laboral en este país —como en casi todo notables estudiosos del ocio en el mundo, entre los que desta-
el mundo— no es muy alentadora, que el poder adquisiti- can Hillel Ruskin, de Israel, Stanley Parker, del Reino Unido,
vo del trabajador mexicano va en disminución y que, en las Ishwar Modi, de India, Teus Kamphorst, de Holanda, Nada
megaciudades,3 el tiempo tiene un alto valor y es un factor Kacavenda, de la antigua Yugoslavia, Willy Faché, de Bél-
determinante en la vida de los habitantes. gica, Barbara Hendricks, de Dinamarca, Pilar Figueras, de
El potencial del ocio es tal, que actualmente es indispen- Barcelona, Nicole Samuel y Joffre Dumazedier, de Francia,
sable considerar la formación de recursos humanos en este Manuel Cuenca, del país Vasco, Blanka Filipcová, de la ex
campo. En México se han establecido carreras profesionales Checoslovaquia, Arnold Grossman y Larry L. Neal, de los
y estudios de posgrado que subrayan la necesidad de definir Estados Unidos, Sergio Jaretti, de Italia, John Jackson y Cor
puestos institucionales, metas educativas y una oferta de ser- Westland, de Canadá, Bohdan Hegon, de Polonia, Adriana
vicios de ocio que respondan a las necesidades de un estilo Estrada, Lupe Aguilar y Elena Paz, de México, e Inés Mo-
de vida que cambia vertiginosamente. reno, de Argentina, entre muchos otros.5 Estas personas han
El ocio se ubica en el contexto de las alternativas del uso estudiado el fenómeno desde diversas perspectivas.
del tiempo libre, aunque particularmente en México no es El Dr. Manuel Cuenca Cabeza, actual vicerrector de la
empleado el término con la misma regularidad que en Es- Universidad de Deusto en Bilbao, plantea las dimensiones
paña,4 pues se vincula el concepto con lo que comúnmente del ocio autotélico, que se refiere a las acciones que tienen
llamamos la ociosidad, palabra a la que se adjudica un carác- un fin en sí mismo y que son personalmente satisfactorias,
ter negativo. las cuales surgen por interés personal (1995: 56-81). Cuen-
Actualmente existe una corriente de estudio formal del ca propone “una ordenación de las experiencias de ocio”, en
ocio que tiene su sede en Montreal pero que incluye puntos la que el ocio nocivo en una punta y el ocio solidario en la
de vista de muchos profesionales del área en el mundo. Me otra (2009: 20-21). También advierte que el ocio puede ser
refiero a la Asociación Mundial de Ocio y Recreación, que, una “experiencia grupal compartida” y refiere que “el ocio
por las iniciales de su nombre en inglés (wlra), es conocida comunitario se define a partir de la propia comunidad que
con el nombre de World Leisure and Recreation Association lo experimenta; de ahí que sus raíces estén en la tradición y
y, más actualmente, como wlo, World Leisure Organization. la cultura que se desarrolla en el entorno. En su sentido más
puro, es expresión de las personas que constituyen un grupo
humano concreto” (2000: 97). Las cinco dimensiones del
2 No podemos decir lo mismo de la industria del juguete pues ocio autotélico y comunitario que propone Cuenca Cabeza
la población de empresas de este ramo acusan una situación son (2000: 97-99):
que puede calificarse de dramática, por el paso acelerado del
juguete local al juego de dimensiones globalizadas que se ha
dado en los últimos treinta años. Esta situación cambia la per-
1) Dimensión ambiental-ecológica: “expresa la sen-
cepción del juego y del juguete. A principios de los ochenta, sibilidad ciudadana ante los impactos de las acti-
cuando abrieron las empresas jugueteras Mattel y Hasbro en vidades de ocio y ayuda a planificar un desarrollo
México, el mercado del juguete mexicano y chino —que por sostenible que respete la armonía medioambiental”.
cierto afectó severamente el ramo juguetero mexicano— se vio 2) Dimensión festiva: “en cuanto experiencia eminen-
perjudicado por una fuerte campaña televisiva para introducir temente grupal, permite hablar de ocio compartido
juguete producido por esas dos gigantes globalizadoras del ju- y social frente a la vivencia individual en sí misma”.
guete. De 1985 a 2005 cerraron un gran número de empresas 3) Dimensión solidaria: “es un signo de calidad huma-
jugueteras mexicanas y se perdió una cantidad significativa de na y de sensibilidad. Su desarrollo se corresponde
empleos, a pesar de que la llegada de las empresas Mattel y
Hasbro implicó la creación de fuentes de trabajo. Por otro lado,
con comunidades abiertas, en las que madura la
la inundación del mercado con productos de Oriente afectó responsabilidad y el compromiso, cuyo fundamento
sensiblemente el comercio de juguete nacional. descansa en la voluntariedad y en la libre elección”.
3 En 2005, el Distrito Federal alberga a poco más de ocho mi-
4) Dimensión lúdica: “es algo necesario para el equili-
llones de habitantes, pero en la cuenca del Valle de México y brio físico y psíquico. Propicia la alternancia y ejer-
zona conurbada conviven —si así se puede llamar— más de 22 citación de diferentes facultades. Cualquier activi-
millones. Para alguien que vive en el sur de la ciudad de Mé- dad del hombre puede ser juego y, al mismo tiempo,
xico (Tláhuac) y trabaja en el norte (Cuautitlán), el recorrido a cualquier realidad puede accederse por vía lúdica”.
diario de transporte de uno a otro rebasaba las tres horas de 5) Dimensión creativa: “alude a experiencias cultura-
ida y de regreso. Hay quien normalmente se traslada durante les de ocio, unidas tradicionalmente al desarrollo
media hora a su trabajo, aunque esto representa distancias que de prácticas musicales, dramáticas, literarias, arte-
no rebasan los doce kilómetros. Por eso me refiero así al tiempo sanales, pictóricas y folklóricas, entre otras. Es una
en la Ciudad de México.
dimensión que guarda una relación directa con el
4 De hecho, a los colegas españoles es recomendable leerlos con
detenimiento pues la terminología en el campo profesional no
tiene el mismo sentido que en México. 5 Véase: Moreno, 2006; 2010; 2012.
o 400 Ocio
capital cultural de las personas y los grupos, por lo En esa misma época, José Ignacio Ruíz Olabuénaga exige
que expresa modos de vida y mentalidades, puntos una posición de los ciudadanos ante el término ocio pues él
de vista, estética y, en muchos casos, planteamientos afirma que “ha dejado de ser una ‘aspiración utópica’, a la que
éticos”. sólo unos pocos privilegiados consiguen tener acceso, para
transformarse en una experiencia cotidiana que reclaman
Con lo antes descrito, se puede asumir que la experien- como propia las masas populares” (1992: 11).
cia de ocio es una vivencia humana personal, pero cuando Ruiz examina el ocio, en un estudio de caso de los bilbaí-
se comparte comunitariamente se transforma en un fenó- nos, según las diferencias de género de la siguiente manera:
meno social.
Por su parte, Frederic Munné (1980) identifica un ocio Un reparto por sexos de los diferentes hábitos en
autocondicionado, que podría ser equivalente al autotélico de el mundo de las aficiones indica claramente que
Cuenca, y uno heterocondicionado, que se realiza por razo- este mundo es más propio de mujeres que de hom-
nes aceptadas pero ajenas a nuestra decisión absoluta y en el bres, y que aquéllas son las más dadas al mundo de los
que intervienen muchos factores externos a nosotros, lo que hobbies que los hombres. Las diferencias se destacan
para Cuenca podría denominarse, desde nuestra perspectiva sobretodo en el campo de los hobbies domésticos
y siguiendo sus mismos términos, ocio exotélico. (lavar, coser, bordar, planchar), reduciéndose sensi-
Planteamientos intelectualistas como el de Josef Pieper, blemente en lo relativo al bricolaje y en la afición a la
estudian el ocio en una perspectiva que surge de la filosofía cocina […] cocina es la afición princeps de los bilbaí-
cristiana. Pieper revisa cuidadosamente los textos antiguos y nos, no lo es menos la afición a la salida de casa ‘para
refiere que la celebración, que es “el punto esencial del ocio”, dar la vuelta’, esto es, el salir de paseo […] Un hábito
hace pensar en el sacramento de la homilía y en el culto que fomentan casi la mitad de los bilbainos, esto es
(1979: 66). La condición teológica de su trabajo constriñe el 44% (1992: 11).
la actividad del ocio al culto, por lo que resulta privativa de
un grupo social creyente. Otro aspecto por considerar es la tecnología. En Europa,
Fuera del ámbito religioso, y en consideración de las rela- como en América, el ocio ha sido revolucionado a través de
ciones entre género y ocio o entre género y edad, se ha hecho ella. La tecnología ha modificado el modo de trabajar en gran
abundante trabajo de investigación en España. Pere Negre Ri- medida, y tal vez más para y en el tiempo libre; esto tiene
gol, en 1993, dice: “A pesar del ritmo obsesivo de la producción gran influencia en las acciones que el ser humano emprende.
y la competencia, vivimos seducidos por el ocio y sus oportuni- Ésta podría ser la revolución del tiempo libre más cercana
dades, con una oferta pública y privada de espectáculos, fiestas, pues se han modificado considerablemente los hábitos de
deportes y juegos, sin precedentes” (7). En la cita se reconoce ocio desde que surgió la tecnología pública, como es el caso
que el ocio también es la antesala del consumo. La existencia del internet gratuito, con la que ya cualquiera tiene acceso a
de una industria de servicios y productos para el ocio es cre- un mundo totalmente diferente, tanto en calidad como en
ciente. En su obra El ocio y las edades, Negre Rigol estudia el cantidad, de información.
concepto de acuerdo con la historia de vida. Aunque no distin- Además de estas consideraciones, cabe mencionar que el
gue la situación social en su planteamiento, sin embargo acusa ocio se ha vinculado con otros temas como la salud, el juego
cierta radicalidad en Dumazedier y otros autores de la misma y el deporte. En cuanto a la salud, Erik Cohen, en su trabajo
corriente sociológica al denunciar el carácter ideológico de la “Leisure: The Last Resort. A Comment” (1991), sistematiza
sociología del ocio. La referencia del autor al uso del tiempo buen número de resultados de investigación en torno al tema.
libre cuando habla de jóvenes españoles por encima de los 17 Para el estudio del deporte existe específicamente la rama
años se basa en la encuesta complementaria en Cataluña del de la sociología del deporte. En ella destacan los plantea-
Centro de Investigación Sobre la Realidad Social (cires) de mientos que distinguen entre un deporte praxis y un deporte
1991, y dice lo siguiente: espectáculo (Rodríguez, 1995: 4-9). Otro aspecto de estudio
del tema concierne a los espacios destinados para el depor-
[…] un día normal, diferenciado por sexos, supone te. En cuanto al ocio y el juego, una importante perspectiva
que los hombres duermen algo más que las mujeres, de estudio consiste en ubicar al juego como instrumento
dedican mucho más tiempo al trabajo remunerado, al para el logro de diferentes objetivos y en diversas áreas del
estudio y al ir al bar o de copas, mientras que las mu- conocimiento.
jeres, además de dedicar más tiempo a la limpieza, las Aunque el juego hace una entrada tardía al campo de
compras diarias y la cocina, sobresalen en el tiempo estudio de las ciencias humanas (Vial, 1981: 19), diversos
dedicado a la higiene corporal, el cuidado de la salud, autores lo han estudiado. Particularmente importante para
los desplazamientos por la ciudad, pasear y hacer y este concepto es Johan Huizinga quien lo definió como: “una
recibir visitas. Actividades como cuidar enfermos, son acción u ocupación libre, que se desarrolla dentro de unos
casi exclusivamente femeninas (Negre, 1993: 167). límites temporales y espaciales determinados, según reglas
absolutamente obligatorias, aunque libremente aceptadas,
Ocio 401 o
acción que tiene su fin en sí mismo y va acompañada de decisión de otros, a intereses de los grandes capitales y que
sentimiento de tensión y alegría y de la conciencia de ‘ser de fundamentan con ello un estilo de vida en contra de la natu-
otro modo’ que en la vida corriente” (1972: 44). También es raleza humana, atendiendo muchas veces a la superficialidad
importante el trabajo de Caillois, autor que dividió las accio- de las experiencias de ocio, por lo que conviene una reflexión
nes lúdicas en agón, alea, ilinx y mimicry (1986: 39-43). Para acerca de la importancia de vivir un ocio inteligente.
una revisión de los hechos significativos para el juego en la
historia, se puede revisar la obra Las ludotecas: instituciones Bibliografía
de juegos, en donde María de Borja estudia los cambios en el
concepto de juego (Alonso, Borja et al., 2000: 17). Alonso, Gonzálo, María de Borja et al. (2000), Las ludotecas: ins-
De igual manera, ha sido importante el estudio de la re- tituciones de juegos, Barcelona: Octaedro.
creación como una de las actitudes de ocio que el ser humano Butler, George Daniel (1966), Principios y métodos de recreación para
puede realizar en su tiempo libre. George Butler (1966) es la comunidad moderna, Buenos Aires: Omeba.
Caillois, Roger (1983), Los hombres y lo sagrado, México: Fondo de
uno de los primeros autores cuyos textos nos permiten co- Cultura Económica.
nocer un punto de vista crítico y prospectivo respecto de las _____ (1986), Los juegos y los hombres, México: Fondo de Cultura
actividades recreativas. Pocos son los autores que estudian Económica.
multidisciplinariamente a la recreación y Richard Kraus es Cohen, Erik (1991), “Leisure: The Last Resort. A Comment”, en
uno de ellos; la aborda en sus aspectos filosóficos, psicoló- B. L. Driver, P. J. Brown y George L. Peterson (eds.), Bene-
gicos, administrativos, legales, sociales, educativos e incluso fits of Leisure, Pensylvania: Venture Publishing, pp. 438-444.
fiscales. Es uno de los autores norteamericanos más des- Cuenca, Manuel (1995), Temas de pedagogía del ocio, Bilbao: Uni-
tacados en el campo de la recreación, y uno de los puntos versidad de Deusto.
importantes de su planteamiento es el referente al liderazgo _____ (2000), Ocio humanista, Bilbao: Universidad de Deusto
(Documentos de ocio, 16). Disponible en: <http://www.
en recreación (1997). deusto-publicaciones.es/deusto/pdfs/ocio/ocio16.pdf>.
La historia en América Latina nos refiere, en los últimos _____ (2009), “Perspectivas actuales de la pedagogía del ocio y el
siglos, la conquista ideológica y por las armas; en nuestro tiempo libre”, en José Carlos Otero López (ed.), La pedagogía
léxico popular hemos tenido diversas maneras, en el idioma del ocio: Nuevos desafíos, Lugo: Axac.
español, de referirnos a lo que hoy conocemos como tiempo Driver, B.L., Perry J. Brown y George L. Peterson, eds. (1991),
libre, y el ocio figuró un uso de éste entre la sociedad durante Benefits of Leisure, Pennsylvania: Venture Publishing.
y después de la colonia. La llegada del término tiempo libre a Dumazedier, Joffre (1962), Vers un civilization du loisir?, Paris:
esta región tiene más fuerza después de la Segunda Guerra Édition du Seuil.
Mundial, sobre todo por influencia de las culturas inglesa, _____ (1988), Revolution culturelle du temps libre 1968-1988, Paris:
Meridiens Klincksieck.
francesa y alemana; en este sentido heredado, el término García Canclini, Néstor (1995), Consumidores y ciudadanos. Con-
abriga la idea de nuestro quehacer efectuado por decisión flictos multiculturales de la globalización, México: Grijalbo.
personal, también familiar o comunitaria, y decidido con la Huizinga, Johan (1972), Homo ludens, Madrid: Alianza.
conciencia de un interés por cultivar o sosegar nuestra vida Janus (1966), Dossier: La revolución del tiempo libre, núm. 7.
o nuestro espíritu. Kraus, Richard (1997), Recreation Programming: A Benefits-Driven
Las tareas y los compromisos están presupuestados, cal- Approach, Boston: Allyn and Bacon.
culados, estimados con costos y gastos. La decisión de hacer Moreno, Inés (2006), El juego y los juegos, Buenos Aires: Lumen,
o no lo que nos plazca en el tiempo libre es precisamente el Humanitas.
ocio que nos permite darle el valor deseado al tiempo libre, _____ (2010), Recreación: conducción de personas y grupos, tomo 2,
Buenos Aires: Lumen, Humanitas.
siempre y cuando seamos capaces de tomar la decisión de _____ (2012), Espacios de juego: intervenciones lúdicas en educación,
usarlo. Cuando no es así, por diversas circunstancias de de- salud, empresas y áreas públicas, Buenos Aires: Bonum.
pendencia, como ocurre en la infancia o la vejez, existe, en Munné, Frederic (1980), Psicología del tiempo libre: un enfoque crí-
quien facilita los elementos para el disfrute del tiempo libre, tico, México: Trillas.
un compromiso de animar o de proporcionar un goce y un Negre Rigol, Pere (1993), El ocio y las edades, Barcelona: Hacer.
aprendizaje, lo que implica gran responsabilidad. Ante la Parker, Stanley (1976), The Sociology of Leisure, London: George
ausencia de las experiencias elegidas nos encontramos con Allen and Unwin.
la oportunidad de generar un movimiento educativo que Piaget, Jean (1977), La formación del símbolo en el niño, México:
tienda a ayudar a normar el criterio de uso de tiempo libre, Fondo de Cultura Económica.
Pieper, Josef (1963), Leisure: The Basis of Culture, San Francisco:
con base en una pedagogía del ocio que oriente al usuario del Random House.
tiempo libre a convertirse en un tomador de decisiones no _____ (1979), “Ocio y culto”, en El ocio y la vida intelectual, Madrid:
contaminadas por la simple experiencia de ser consumidor Rialp, pp. 11-76.
de tiempo y productos para vivir experiencias de ocio ajenas Pronovost, Gilles (1983), Temps, culture et societé: Essai sur le proces-
a su realidad social que son, incluso, alienantes. Ésta es una sus de formation du loisir et des sciences du loisir dans les societes
manera de quitar la venda de los ojos del hombre y mujeres occidentales, Québec: Presses de l’Université du Québec.
que actualmente atienden a la idea de un ocio basado en la
o 402 Ocio
_____ (1993), Loisir et société. Traité de sociologie empirique, Québec: como la Organización Mundial de la Salud (oms), mientras
Presses de l’Université du Québec. que otras cubren temáticas múltiples, como la Unión Euro-
Rodríguez López, Juan (1995), Deporte y ciencia. Teoría de la acti- pea (ue); su duración depende del mandato de los Estados;
vidad física, Barcelona: inde. mientras que organismos con vocación universalista, como
Ruíz Olabuénaga, José Ignacio (1992), “La ciudadanía del ocio”, en
Equipo de investigación interdisciplinar en ocio, El ocio en el
la onu, tienen una duración indefinida, otros se proyectan
área metropolitana de Bilbao, Bilbao: Universidad de Deus- únicamente para realizar una tarea específica.
to, pp. 11-88. La intervención de las oig en los asuntos mundiales se
Ruskin, Hillel (2002), “Desarrollo humano y educación del ocio”, despliega a partir de tres mandatos: primero, constituirse en
en Cristina de la Cruz (ed.), Educación del ocio: propuestas foro para las negociaciones entre los países sobre problemas
internacionales, Bilbao: Universidad de Deusto. diversos; segundo, establecer normas en diversas áreas de
Russel, Bertrand (s.f.), Elogio de la ociosidad. Disponible en: <http:// acuerdo con un enfoque multilateral, sustentado en el dere-
www.alcoberro.info/pdf/russell3.pdf>. cho internacional; tercero, proporcionar asistencia en asuntos
Tomasini Bassols, Alejandro (2010), “Ocio y utopía”, Segundo cruciales del ámbito global como la seguridad y el desarrollo.
congreso nacional de recreación, México, Ciudad Universita-
ria-Universidad Nacional Autónoma de México, octubre.
Las oig pueden tener competencias plenas, al contar con ca-
Disponible en: <http://www.filosoficas.unam.mx/~tomasini/ pacidad de acción sobre materias delegadas por los Estados,
CONFERENCIAS/Ocio.pdf>. y pueden adoptar resoluciones que deben ser cumplidas por
Veblen, Thorstein (1974), Teoría de la clase ociosa, México: Fondo los firmantes del tratado base. También pueden funcionar a
de Cultura Económica. partir de resoluciones vinculantes para cada acto de los miem-
Vial, Jean (1981), Jeu et education. Les ludothèques, Paris: Presses Uni- bros del organismo. Otras oig sólo cumplen una función
versitaires de France. de consulta, por lo que sus resoluciones no son vinculantes.
Es pertinente diferenciar entre oig semisupranacionales,
como la ue, y no supranacionales, como la onu y la otan.
Mientras las primeras limitan parcialmente la soberanía de las
naciones participantes, las segundas no infringen la soberanía
ORGANISMOS de los Estados miembros, por lo que sólo tienen una influen-
cia restringida en sus políticas. Un aspecto indisociable de
INTERNACIONALES las oig es que, pese a la premisa de igualdad jurídica, operan
en un contexto determinado por la jerarquía de poder. Los
Carlos Eduardo Ballesteros Pérez ejemplos clásicos son el Consejo de Seguridad de la onu y
el Fondo Monetario Internacional (fmi).
Los organismos internacionales son entidades creadas para Las organizaciones internacionales tienen una historia que
desarrollar operaciones y regular la dimensión pública del va de la Antigüedad a la época contemporánea. El primer
ámbito internacional. Para designarlos se utiliza también el referente que puede tomarse como idea precursora se en-
término organizaciones internacionales, aunque de manera es- cuentra en la Liga Delia, una asociación de ciudades-Estado
pecífica los organismos internacionales son aquéllos que están dominada por Atenas y que en el siglo v a.C. sirvió de alian-
integrados por Estados soberanos, o que incorporan estruc- za contra el Imperio persa. El segundo gran antecedente es
turas intergubernamentales. El enunciado que se utiliza con la Liga Hanseática, la asociación de comercio que unía a las
mayor frecuencia para referirse a estos organismos es el de or- ciudades del norte de Alemania que duró del siglo xi al si-
ganizaciones intergubernamentales (oig), a fin de distinguirlos glo xvii d.C. Sin embargo, si se tiene una perspectiva más
de las organizaciones no gubernamentales (ong) y de simples amplia, puede también considerarse como un precedente
agrupaciones de Estados, como el g-8. Las organizaciones in- fundamental al Imperio romano después de la conversión de
tergubernamentales tienen un carácter formal que deriva de su Constantino al cristianismo. La unidad del mundo cristiano
personalidad jurídica como sujetos del derecho internacional. se fragmenta con las guerras de religión del siglo xvii y, en
Su fundamento legal se encuentra en los tratados multilaterales 1648, la Paz de Westfalia lleva a su fin a la organización in-
establecidos por los Estados. ternacional de la iglesia. Permanece, sin embargo, el legado de
Las funciones que han ido asumiendo las oig son parte de la ley romana, como sistema de reglas de conducta, gobierno
un proceso de institucionalización a escala internacional. Su y relaciones de intercambio.
actuación como organismos con atribuciones delegadas por La idea de una legalidad internacional se mantiene en el
los Estados les ha permitido la ampliación progresiva de su pensamiento de Hugo Grocio (1995), para quien el derecho
influencia política en una gran diversidad de temas. Pueden de gentes correspondía al dictado de la justa razón, y cuya al-
tener una conformación global o regional; algunas se encuen- ternativa a la anarquía del estado de naturaleza y a la dictadura
tran orientadas a un solo aspecto de interés internacional,
o 408 Organización
como las organizaciones llamadas totales (Goffman, 1961), Consideradas ya sea como escenario de la interrelación
que son aquéllas cuyas fronteras más densas las separan del entre actores individuales o como actores en sí mismas, con-
resto de la sociedad y les permiten el ordenamiento integral juntos que actúan unificadamente y que, como tales, tienen
de la vida de sus miembros, como cárceles, conventos, cuar- capacidad de interlocución con otros actores individuales o
teles y hospitales psiquiátricos, en las cuales hasta el reposo con otras organizaciones, los objetivos y procedimientos de
o el sueño obedecen a reglas internas. Además de los men- las organizaciones constituyen el centro de interés de una
cionados, la organización política —y más concretamente el teoría que, como se ha visto, da inicio con una intención
partido político— ha generado algunos trabajos importan- normativa y que, conforme avanza en el trabajo empírico,
tes,2 mientras que el auge reciente de las asociaciones civiles encuentra crecientes dificultades para generalizar principios
ha empezado a impulsar una nueva línea de investigación e incluso recomendaciones, lo que ha dado lugar a contro-
sobre la organización de las formas de asociación voluntaria. versias teóricas y, con ellas, a nuevos enfoques y propuestas
Hasta hoy, sin embargo, el interés fundamental de la teoría de análisis:
ha sido la empresa productiva.
Antecedentes importantes de esta última preocupación Reglas o autorregulación. Una interesante discusión
1)
fueron las propuestas de Taylor sobre la organización cientí- se dio hacia 1960 en torno a los modelos racional
fica del trabajo, las de Fayol sobre el proceso administrativo y natural de organización (Scott, 2003). En un tex-
y las de Chester Barnard sobre la organización (la empresa) to que se ha vuelto clásico, Alvin Gouldner afirmó
como espacio de cooperación y de construcción de un orden que la organización había sido considerada funda-
moral, las cuales, entre 1908 y 1930, sentaron las bases de mentalmente desde dos perspectivas: aquélla que,
un pensamiento que se propuso incorporar una mayor ra- a partir de Comte, de Durkheim y principalmente
cionalidad al proceso de producción a partir, por un lado, de de Talcott Parsons, entendía la organización como
la planificación y especialización de las tareas y, por el otro, producto de un orden natural, sostenido por las
de la introducción de normas sencillas para coordinar al per- expectativas recíprocas de sus integrantes, y aque-
sonal, evitar el conflicto y garantizar la disciplina (Harmon lla otra que, a partir de Weber, la entendía como
y Mayer, 2001; Bernoux, 1985; Clegg y Dunkerley, 1980). resultado de un orden racional, regido por reglas
Sin embargo, las deplorables condiciones del trabajo, las de- elaboradas expresamente para asegurar su mayor
nuncias en las fábricas y las represiones en contra de obreros eficiencia (Gouldner, 1959).
señalaron a estas teorías organizacionales como contrarias a En el primer caso, orientado por el funcionalis-
la clase trabajadora y encubridoras del conflicto básico entre mo, las organizaciones han sido estudiadas como
capital y trabajo, que había sido expuesto por Marx y conver- sistemas naturales en los cuales la división del tra-
tido en bandera de los movimientos proletarios y comunistas bajo y el desempeño de funciones específicas (los
de la época. La crítica de la propia ciencia social, elaborada roles) por parte de cada uno de los integrantes de la
en particular desde la antropología, llevó a revisar las pro- asociación colaboran para mantener un equilibrio
puestas de la organización científica y centrarlas, entre otros estable, mientras que normas y pautas de conducta
aspectos, en la búsqueda de un mejor ambiente de trabajo tienden a reforzar la integración y a evitar el con-
que fomentara la integración y la solidaridad. flicto. La adaptación y la supervivencia se estable-
La vuelta a los clásicos y un mayor desarrollo de la socio- cen como orientaciones centrales del sistema en su
logía funcionalista colaboraron para brindar bases teóricas al conjunto. A medida que aumenta el número de los
desarrollo de la sociología de la organización en las décadas integrantes de la organización, las tareas se diver-
siguientes. Numerosas investigaciones empíricas nutrieron sifican y las formas internas de funcionamiento se
el conocimiento de la vida interna de las organizaciones transforman, lo cual conduce a la aparición de nue-
mediante encuestas a los empleados y empleadores, observa- vos mecanismos formales e informales necesarios
ción participante y experimentos con grupos de enfoque. Un para regular la actividad cotidiana.
pensamiento de corte más bien gerencial incorporó nuevos La segunda perspectiva, con base en Weber, pro-
elementos tales como el equilibrio interno, la satisfacción pone que las organizaciones tienen un fundamento
del empleado o del obrero y la eficiencia, esta última aplica- racional al ser establecidas como una forma de ob-
da fundamentalmente a la administración pública. Algunos tener los fines deseados. Este enfoque, por lo tanto,
trabajos pioneros nutrieron esta construcción teórica, entre enfatiza la existencia de reglas formales que orien-
los cuales habría que señalar el trabajo de Merton sobre los tan la actividad de los integrantes de la organización
riesgos de la burocratización y los estudios de Mayo sobre y que asignan tareas a sus diferentes niveles de res-
los cambios en la actitud de los empleados hacia el trabajo ponsabilidad, independientemente de quién ocupe
provocados por pequeños cambios de ambiente. los puestos. La organización consiste básicamente
en “la distribución de los poderes de mando” (We-
ber, 1969: 704 ss.) entre los individuos que confor-
man la organización. Esta segunda corriente hará
2 Véase: Panebianco, 1990.
Organización 409 o
objeto de sus preocupaciones a las organizaciones tica de Gouldner, las cuales surgían de una visión de
vinculadas con el aparato estatal que constituía la la organización como sistema cerrado (Scott, 2003)
primera preocupación de Weber y, por extensión, en el que el cumplimiento de las reglas, así como las
a las empresas productivas. Si en la organización medidas tendientes a preservar el equilibrio interno,
estatal las acciones pueden estar orientadas hacia eran consideradas como factores estructurales inhe-
metas precisas, en donde es posible medir el grado rentes a la propia organización.
de cumplimiento, en la empresa productiva, enca- La introducción de la noción de contingencia,
minada hacia la producción de bienes concretos, utilizada para señalar condiciones externas cam-
esta correspondencia se vuelve aún más evidente. biantes que podían afectar el cumplimiento de las
En estos casos, la organización “es vista como pro- metas o la permanencia de una organización (por
ducto de una administración racional y consciente ejemplo, la inflación o una crisis económica, en el
al tiempo que los cambios en los patrones organiza- caso de la empresa), así como diversos desarrollos
cionales se consideran como estrategias planeadas teóricos posteriores —desde el institucionalismo
para aumentar el nivel de eficacia” (Gouldner, 1959: hasta la teoría del caos—, llamaron la atención so-
404). La eficacia y la eficiencia son simultáneamen- bre la influencia que tienen diversos tipos de ele-
te consideradas como resultado de la buena organi- mentos del entorno (reglas oficiales, agencias de
zación y como valores fundamentales que orientan financiamiento, tendencias políticas, circunstancias
su estudio formal. inesperadas, etcétera) sobre la organización (Scott,
Gouldner sostuvo, en contra de unos y otros, que 2003). Las nuevas teorías de la organización tien-
el funcionamiento real de una organización com- den a considerar a ésta como un sistema abierto, su-
bina ambas orientaciones: la natural y la racional. jeto a diversas influencias del medio ambiente —y
Una teoría de la organización que aspirase a dar con ellas a grados cambiantes de incertidumbre—,
cuenta de la complejidad del fenómeno tendría que pero también capaz de controlar o aprovechar los
echar mano de los dos puntos de vista para reco- elementos externos para servir a sus fines.
nocer tanto los elementos racionales que surgen de El entorno puede estar constituido por organiza-
la búsqueda de caminos más eficientes para llegar ciones mayores o incluir otras con las cuales se esta-
a las metas, como los patrones de comportamiento blecen relaciones de distinta índole; puede ser estable
(regidos por normas, valores y sentimientos) que y predecible o fluido, cambiante y difícil de entender,
explican el funcionamiento de la organización más todo lo cual requiere de un permanente esfuerzo de
allá de las reglas y las rutinas formales. La búsqueda adaptación o innovación (Hall, 1980). De esta ma-
de espacios de encuentro de los empleados en una nera, a los elementos de funcionamiento interno y
oficina para platicar o tomar café, los elementos de externo, la teoría de la organización ha incorporado
identidad que impulsan a los miembros de una or- nuevas líneas de investigación que incluyen, entre
ganización a defenderla en momentos de crisis o, en otras, procesos de aprendizaje, innovación tecnoló-
el caso de las empresas productivas, la aplicación, por gica, formación de redes y transformación institucio-
parte de personal especializado, de procedimientos nal.
técnicos que retardan resultados y aparentemente ac- La siguiente cita de Perrow, en su contribución a
túan en contra de las metas de productividad e in- la Enciclopedia Internacional de las Ciencias Sociales,
cluso de calidad del producto, pero que garantizan pone de manifiesto el relativo desconcierto de los
mayor seguridad a los trabajadores, son ejemplos estudiosos del tema hacia los años setenta del siglo
que se argumentan para demostrar que la organi- xx frente a las cambiantes características de las or-
zación no puede explicarse exclusivamente por sus ganizaciones y el esfuerzo para replantear la teoría
objetivos y que, para su sobrevivencia, los mecanis- de acuerdo con esas variaciones:
mos espontáneos de comportamiento de los inte-
grantes de la organización y las normas o pautas Las organizaciones no nacen con una estructu-
de conducta elaboradas a partir de los mismos son ra fija o con un sistema de orientación interno
tan importantes para asegurar el cumplimiento de y estable que las dirija hacia un fin preciso, sino
las metas como las reglas, controles y conocimiento que están sujetas a innumerables fuerzas inter-
experto que se establecen por quienes tienen auto- nas y externas y tanto sus competencias como
ridad en la organización. sus responsabilidades cambian en consonancia
2) Organizaciones cerradas o abiertas. Un segundo ajus- con un entorno cambiante: estos cambios no se
te a la teoría de la organización ocurre cuando se in- producen a un ritmo uniforme; los objetivos de
troduce el entorno como tercer factor por tomarse la sociedad y la producción cambian a veces a
en cuenta para el análisis. Este elemento enriquece paso de tortuga, pero los otros fluctúan a me-
las perspectivas mencionadas arriba, incluida la crí- nudo con las estaciones (1975: 478).
o 410 Organización
Conflicto y poder. Lejos de ser conjuntos coheren-
3) nes dentro de una organización. Dos autores más
tes y perfectamente integrados, las organizaciones destacan la intervención del poder como elemento
frecuentemente son escenario de debate o conflicto central y preocupante de las organizaciones. En
en la medida en que han sido producidas o integra- la primera década del siglo xx, la teoría de hierro
das por individuos que tienen motivaciones distin- de la oligarquía de Robert Michels (2003 [1911])
tas, que ocupan puestos diferentes en la jerarquía llamó la atención sobre las tendencias oligárquicas
organizativa y que, incluso, tienen puntos de vista en las organizaciones políticas donde recurrente-
divergentes sobre los mejores caminos para obtener mente las élites dirigentes concentraban el poder
las metas que la organización persigue. El conflicto y se perpetuaban en él. Por su parte, Michel Fou-
puede tener raíces profundas. En su análisis sobre cault (1976), en su extensa reflexión sobre el poder,
el tema, Dahrendorf (1959) consideró a la confron- advirtió que su ejercicio vertical y excluyente era
tación como un motor del cambio en las organiza- el principio funcional de las organizaciones de re-
ciones y señaló que la movilidad social y la creciente clusión, en las cuales se establece un orden rígido
preocupación por el bienestar social habían mitiga- que se extiende incluso a la distribución arquitec-
do la contradicción entre capital y trabajo, apuntada tónica del espacio, sintetizada, dice Foucault, en el
por la teoría de Marx, contradicción que ya no se panóptico de Jeremy Bentham que permite vigilar
resolvía necesariamente por la violencia revolu- permanentemente a los reclusos.
cionaria. Sin embargo, encontraba que el conflicto 4) Isomorfismo. Las organizaciones pueden diferir en
persistía inevitablemente en el interior de las orga- objetivos, en capacidad para lograrlos, en recursos
nizaciones y que la división a partir de la propiedad o en el grado de cohesión entre sus integrantes,
de los medios de producción podía replantearse con pero en términos generales se parecen unas a otras.
base en la autoridad. Dahrendorf sostiene que los Ello ocurre, de acuerdo con los autores que las han
conflictos generalmente se dan en forma dicotómi- estudiado, por una tendencia a la reproducción
ca: es decir, entre quienes detentan la autoridad (y de prácticas observadas o estandarizadas en una
con ella, prestigio, alto ingreso y poder) y quienes suerte de mimetismo organizacional al que Powe-
tienen una situación subordinada. En la misma di- ll y DiMaggio (1991) se refieren con el término
rección y más recientemente, Stewart Clegg, desde de isomorfismo. Formas de actuar útiles para otras
una perspectiva crítica hacia el enfoque funciona- organizaciones son adoptadas dentro de un “cam-
lista, ha replanteado el conflicto como un problema po organizacional” que contiene simultáneamente
de distribución del poder dentro de la organización reglas aplicables a las organizaciones que perte-
que se resuelve mediante el control sobre quienes necen al mismo, así como experiencia compartida
están más abajo en la jerarquía organizacional y de que conduce a una mayor profesionalización de los
quienes se espera disciplina. Sostiene que el poder actores en las propias organizaciones. Al parecerse
debe ser estudiado cuando se ejerce no solamente unas a otras, las organizaciones adquieren legiti-
mediante reglas, sino a través de recompensas y ele- midad dentro del propio campo.
mentos simbólicos o discursivos en el interior de la Mientras algunos autores advierten que el iso-
organización, al igual que deben ser analizadas las morfismo actúa simultáneamente como una ga-
formas de resistencia pasiva o activa en el ejercicio rantía de eficacia y como un freno invisible a la
del mismo (Clegg y Hardy, 2006; Clegg, Courpas- innovación y la experimentación de nuevas formas
son y Phillips, 2003). (Meyer y Rowan, 1991), Brunsson (1999) ha pro-
El poder y la diversidad interna son también fundizado en el estudio de esa tendencia al refe-
elementos de la explicación de Crozier y Friedberg rirse, por un lado, a la organización como un “tipo
(1990), quienes subrayan que los actores dentro ideal” al que se acercan o tratan de acercarse todas
de una organización utilizan las “áreas de incerti- las formas de acción estructurada, y, por el otro, a
dumbre” —es decir las expectativas recíprocas de la estandarización como “reglas suaves” que facili-
acción— como recurso de poder interno. En ese tan el intercambio y la comunicación entre orga-
sentido, el conocimiento especializado de un obre- nizaciones y con el entorno que las rodea, el cual
ro o de un jefe de taller puede ser estratégicamente incluye a una serie de actores que tienen que ver
tan importante como el poder de decisión del ge- con ellas como clientes, proveedores, beneficiarios
rente de una empresa. El cálculo adecuado o torpe o público en general.
de las posibles conductas dentro de las zonas de
incertidumbre por parte de un actor o de un grupo
de actores dentro de la organización puede alte-
rar el funcionamiento de la misma. Proponen, por
lo mismo, el análisis “estratégico” de las relacio-
Organización 411 o
Líneas de investigación y debate Todo lo anterior ha modificado los temas centrales de la
contemporáneo sociología de la organización; cuestiones en algún momen-
to centrales, como la coherencia entre metas y objetivos, o
A pesar de las tendencias isomórficas, la estructura de las la armonía entre personal directivo y personal subordinado,
diferentes organizaciones —empresas industriales, escue- han sido sustituidas por otras como la democracia interna,
las, hospitales, supermercados, asociaciones filantrópicas o los procesos de innovación, la construcción de identidades o
partidos políticos— puede variar considerablemente y sus las modalidades en la toma de decisiones. En relación con la
procesos pueden estar influidos por numerosos elementos empresa, algunos autores3 señalan la necesidad de poner un
internos y externos. La teoría ha renunciado a unificarlas bajo mayor énfasis en el excesivo productivismo, en los efectos de las
premisas de aplicación general, en la medida, dicen Brunsson tendencias humanistas de las nuevas filosofías empresariales y
y Olsen, en que en lugar de “unidades armónicas, coherentes en los mecanismos informales de comunicación interna, mien-
y jerárquicas” como lo demandaba la racionalidad burocrática, tras que la llamada ecología de la organización ha reclamado
las organizaciones tienden a ser “conflictivas, policéntricas y atención sobre los procesos de nacimiento, auge y muerte de
sin vínculos fuertes entre sus miembros” (1998: 117). Ello las organizaciones en su relación con el entorno.
obliga a un esfuerzo de análisis que requiere a la vez de ima- La cohesión interna, la equidad en la distribución de ta-
ginación sociológica y de evidencia empírica para reconocer reas y de beneficios materiales o morales, los mecanismos de
los diversos aspectos que facilitan, condicionan u obstaculizan elección de dirigencias y de toma de decisiones, la construc-
el funcionamiento de una organización en un contexto social ción de confianza o la relación con el medio social adquieren
limitado por reglas, por prácticas sociales y discursivas, y por un significado distinto cuando se aplican hoy al estudio de
coyunturas políticas, cuando no por fenómenos naturales o las asociaciones, largo tiempo vistas como grupos secunda-
por acontecimientos de carácter global. rios o como actores del sistema político (sindicatos, grupos
Ello no quiere decir que los avances de la teoría no sean de presión) pero poco estudiadas como organizaciones con
importantes: más allá de procurarnos un lenguaje para en- reglas y comportamientos propios de su condición voluntaria
tender lo que ocurre dentro de las organizaciones, la teoría ha y desligada de la economía como interés principal (Luna y
permitido identificar procesos significativos, tipos de lideraz- Puga, 2008; Luna, 2010). La importancia de la acción colec-
go, formas de ejercicio del poder y de elaboración de reglas, tiva organizada como sustento de las democracias modernas
mecanismos de comunicación y de cohesión, ciclos de vida obliga a prestar una mayor atención a los elementos que
organizada y formas de aprendizaje e innovación. Asimis- proporcionan a las asociaciones fuerza y eficacia, así como
mo, reconoce un proceso de creciente complejización de las al surgimiento de nuevas formas asociativas en donde parti-
propias organizaciones, en la medida en que se multiplican cipan actores sociales diversos, por ejemplo, comités, grupos
y especializan funciones y en que se amplían las formas de de trabajo, organismos de gobernanza. Con la misma lógica,
interrelación con otros actores sociales. una nueva corriente de eclecticismo teórico intenta aplicar
Muchos de estos aspectos adquieren nueva importancia conceptos y conclusiones derivadas del análisis organizacional
con los grandes cambios experimentados por las formas or- al estudio de los movimientos sociales, a pesar de que éstos
ganizativas a raíz de la internacionalización de los mercados tienen una dinámica distinta, caracterizada por la fluidez de
y el desarrollo de las tecnologías de robótica y comunicación su membresía y la determinación coyuntural de su existencia
que transforman desde la necesidad de la presencia cotidiana (Davis et al., 2005).
de los miembros de una organización en un determinado lu- En ese sentido, una prometedora línea de investigación
gar hasta el número de quienes pueden pertenecer a ella por organizacional es actualmente la de las redes sociales, que
el solo expediente de comunicarse vía internet. pueden referirse lo mismo a los integrantes de una organiza-
Al mismo tiempo, otros procesos, tales como el fortale- ción interconectados por una serie de relaciones de carácter
cimiento de las democracias y de la lucha por la extensión laboral, familiar o basado en afinidades, que a las organiza-
de los derechos humanos, así como el fortalecimiento de ciones mismas, crecientemente dependientes en una nueva
la ciudadanía y, con ello, de la atención sobre el funciona- división nacional e internacional del trabajo y articuladas a
miento eficiente y honrado de agencias públicas e, incluso, partir de un complejo entramado de comunicaciones de todo
de empresas privadas, han llevado a cambios importantes tipo, en el que el internet, en todo caso, no es sino uno de los
en las organizaciones. Éstas, de cualquier tipo, privilegian muchos mecanismos que permiten la comunicación y la inte-
crecientemente aspectos como la comunicación eficaz, el racción entre actores y organizaciones (Castells, 2000; Luna,
aprendizaje y la participación creativa de los miembros, la 2005). El funcionamiento de las redes, que hoy constituye
equidad de género en la distribución de tareas o el otorga- tanto una teoría como una metodología, permite un nuevo
miento de estímulos, la cohesión interna, la transparencia y productivo acercamiento a la diversidad de mecanismos
de los procesos administrativos y de uso de los recursos. El institucionales mediante los cuales los diversos tipos de or-
desarrollo sustentable empieza a volverse parte del lenguaje ganización articulan su acción en la sociedad.
de la propia organización.
3 Véase: Casey, 2002.
o 412 Organización
Organización, como se ha visto, es un concepto que Dahrendorf, Ralf (1959), Class and Class Conflict in Industrial So-
abarca muchas realidades y que se refiere a un espacio que ciety, London: Routledge and Kegan.
es simultáneamente cooperación y conflicto; que requiere Davis, Gerald, Doug McAdam, W. Richard Scott y Mayer N.
el orden tanto como la flexibilidad y la capacidad de adap- Zald (2005), Social Movements and Organization Theory,
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tación; que depende de las reglas y los controles lo mismo Durkheim, Emile (1982), La división del trabajo social, Madrid: Akal.
que de la confianza, la identidad y la satisfacción derivada Etzioni, Amitai (1980), A Sociological Reader on Complex Organi-
del cumplimiento de metas. La teoría de la organización ha zations, Canada: Holt, Rinehart and Winston.
dejado atrás su preocupación fundamentalmente producti- Fayol, Henri (1916), Administration industrielle et générale; pré-
vista para abarcar un sinnúmero de organizaciones diversas voyance, organisation, commandement, coordination, controle,
que presentan lo mismo rasgos en común que importantes Paris: Dunod.
singularidades. Su estudio requiere de un análisis cuidadoso Foucault, Michel (1976), Vigilar y castigar. Nacimiento de la prisión,
para identificar los elementos que las unifican y aquéllos México: Siglo xxi.
que las distinguen unas de otras, los que las hacen eficaces Friedberg, Erhard (1997), Le pouvoir et la règle, Paris: Editions
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y significativas para la sociedad y los que obstaculizan su Goffman, Erving (1961), “On the Characteristics of Total Institu-
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que las organizaciones, además de realizar la mayor parte Gouldner, Alvin (1959), “Organizational Analysis”, en Robert K.
de las actividades que integran la vida social, controlan Merton, Leonard Broom and Leonard S. Cottrell (eds.),
enormes cantidades de recursos, establecen reglas y com- Sociology Today; Problems and Prospects, New York: Harper
portamientos, y colaboran con la solución de conflictos, al Torchbooks.
mismo tiempo que expresan las desigualdades e inequidades Hall, Richard (1980), “Closed Systems, Open Systems and Contin-
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tomo 7, pp.475-481. cia representativa de dudosos intereses. La exaltación de una
Powell, Walter W. y Paul DiMaggio (1991), The New Institutio- “época mítica” esconde, por lo menos, cuatro consideraciones
nalism in Organizational Analysis, Chicago: The University que la literatura actual ha rebatido.
of Chicago Press. En primer lugar, que la antigua “democracia” de Pericles
Puga, Cristina y Jorge Cadena Roa (2005), “Criterios para la eva- era acotada, pues los individuos con derecho a participar en
luación del desempeño de las asociaciones”, Revista Mexicana el ágora pública solían ser pocos: los extranjeros, los coloniza-
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dos, las mujeres y los esclavos nunca alcanzaron el estatus de
Scott, W. Richard (2003), Organizations. Rational, Natural and ciudadanos. En segundo lugar, las asambleas públicas en las
Open Systems, New Jersey: Prentice Hall. que participaba directamente la ciudadanía fueron un recurso
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nagement, New York: Harper and Row. Disponible en: nidad política, pero no el mecanismo regular de las directrices
<https://www.marxists.org/reference/subject/economics/ públicas. El proceso regular estuvo a cargo de agrupaciones
taylor/principles/>. acotadas y especializadas de “procuradores”.
Weber, Max (1969), Economía y Sociedad [1922], México: Fondo En tercer lugar, los procuradores fungían de manera
de Cultura Económica. temporal —eran puestos periódicos— y su nombramiento
se efectuaba por dos vías: por elección o por “suerte política”.
Y, en cuarto lugar, la introducción del término democracia
sesga el estudio de las representaciones políticas, dado que
la discusión tiende a definir los diversos tipos de democracia.
PARLAMENTARISMO La pérdida de autonomía del concepto de representa-
ción, lleva a demeritar su recorrido histórico, pues no toda
Israel Arroyo representación política ha sido liberal democrática. A la no-
ción de debate público, sintetizada admirablemente por Carl
Schmitt, hay que añadir un elemento más de su definición
Definición (lo que tampoco exime a los parlamentarismos modernos):
la representación política es intrínsecamente aristocrática
El parlamentarismo es una forma específica de represen- (hoy diríamos, “meritocrática”), ya que supone una distin-
tación política. En su forma moderna, se sustentó en dos ción —edad, profesión, educación, información— entre los
principios: legislar mediante la discusión y la publicidad de representantes y los representados. Aquí opera la necesidad
los argumentos individuales e independientes de una deter- de seleccionar a los “mejores” para que decidan lo que la co-
minada asamblea. Sin embargo, la representación política munidad completa no puede discutir y resolver. De ahí que
no se originó ni terminó en el parlamentarismo, por lo que el verdadero antagonista de las formas representativas en la
admite diferentes acepciones teóricas e históricas. historia fuera el método de la suerte política. Tomando como
Norberto Bobbio (1986) sugiere que todo comenzó con la base la centralidad del concepto de representación, es más
distinción entre democracia directa y democracia representativa. fácil entender cómo y por qué tuvieron larga vida los distin-
La democracia directa sería el arquetipo ideal de las peque- tos formatos de representación política que, por comodidad
ñas ciudades, como la antigua Grecia de Pericles, puesto que analítica, se han denominado de antiguo régimen. Pensamos,
allí los problemas de la comunidad política se resolvían en por ejemplo, en experiencias históricas como las cortes de
el ágora pública y con la participación de los individuos que España, las dietas en Alemania, los Estados Generales de
tenían el estatus de ciudadanos. Francia y los parlamentos en Inglaterra.
La democracia representativa, en cambio, surgió con el Las representaciones de antiguo régimen descansaron
advenimiento de las sociedades complejas. En este último bajo el amparo de cinco pilares. Primero: en la representación
caso, las deliberaciones colectivas no se ejercían directamen- regía un orden estamental fragmentado en su estructura e
te, sino por medio de representantes designados o elegidos intereses colectivos; es decir, que los convocados a una reu-
para tomar las decisiones que afectaban al conjunto de la nión de cortes o asambleas provinciales sólo tenían derecho
comunidad política. A partir de este momento, se genera- a dar su “opinión” sobre su segmento o territorio al que re-
rían tres problemas o dilemas que Bobbio sintetizó en las presentaban (clero, nobleza, ciudades, regiones). Pocas veces
se daban convocatorias generales de todos los estamentos,
p 414 Parlamentarismo
Pp
pero cuando esto sucedía era frecuente que no sesionaran en Cabe subrayar que el gobierno británico mantuvo un
el mismo recinto, sino que lo hacían por separado. sistema bicameral en lo que respecta a su poder legislativo,
Segundo: los representantes o delegados eran general- pero su cámara alta conservó una estructura estamental, con
mente “designados” o seleccionados por procedimientos puestos vitalicios por herencia y por “designación”. Una apor-
indirectos o la suerte política. Lo menos frecuente fueron tación más de las representaciones modernas fue trastocar
los procedimientos de elección “popular”. Tercero: la repre- los cimientos del antiguo mandato imperativo optando por
sentación se ejercía mediante un mandato imperativo; los representantes individuales e independientes y nuevamente,
delegados tenían que defender los intereses de sus representa- esta tensión se dio con precocidad en el parlamentarismo
dos previamente acordados y no los que su parecer les dictara. inglés.
Cuarto: las convocatorias eran irregulares y ocurrían de Es célebre la respuesta de Edmund Burke (1963) a las au-
acuerdo con la voluntad de los monarcas. En un mismo año toridades locales de Bristol, en 1774, en donde pretendieron
podían darse muchas reuniones o pasar décadas sin una sola imponerle, mediante “instrucciones imperativas”, una forma
convocatoria. Y quinto: las reuniones eran sólo de carácter con- de actuar en el parlamento. Él respondió que le debía respeto
sultivo. Es decir, que en un sentido estricto no obligaban al y atención a sus electores, pero que las cuestiones de gobierno
rey a nada; pero legitimaban los intercambios, por ejemplo, y orden legislativo eran problemas de “razón y de juicio, no
los privilegios otorgados a los estamentos o regiones enteras de inclinación”. ¿Qué clase de razón sería aquélla que anulara
a cambio de un incremento de impuestos para la Corona. No la previa discusión? ¿Qué clase de parlamentario sería aquel
debe olvidarse que las representaciones de antiguo régimen que emitiera sus argumentos, si otros ya habían decidido por
funcionaban con la máxima de “consentir”, no con la de “de- él con antelación? El parlamentario tenía que regirse por su
batir”. A pesar de ello, la temprana coexistencia de elementos conciencia y sus convicciones para deliberar sobre los asuntos
de antiguo régimen y de corte liberal del caso inglés —siglo de la nación y no de su localidad.
xvii— lo hacen aparecer como un arquetipo del tránsito a A mediados del siglo xix, John Stuart Mill (1994) volve-
las representaciones modernas del mundo contemporáneo ría a plantear el tema en los mismos términos: la distinción
(los cambios más contundentes habrían de ocurrir entre la entre delegación —equivalente a la representación por ins-
segunda mitad del siglo xviii y la primera mitad del xix). trucciones de Burke— y la representación libre. Esta misma
La disputa de competencias entre la Corona inglesa y insistencia en el asunto muestra que la preferencia de Burke
el parlamento fue uno de los primeros momentos de este por la representación individual e independiente fue más una
tránsito. La lucha implicó una cierta división de poderes postura personal que una solución definitiva al dilema que
públicos, pero el legado liberal más importante fue antepo- enfrentaron los miembros de la cámara de los comunes de su
ner el sentido último de los gobiernos representativos. Esto tiempo y que debe afrontar todo representante moderno: ¿a
es que toda representación se debía a valores más altos que quién o quiénes representan los legisladores?, ¿a sus electores,
el poder en sí mismo; en la versión liberal del siglo xviii: distritos, regiones o partidos políticos?, ¿o al interés general,
seguridad (vida), propiedad (del individuo y los frutos de su intereses particulares, a la nación o a sí mismos?
trabajo) y la libertad. Los actores han cambiado en el tiempo, pero el dilema no
John Locke (2002) —claro defensor del parlamentarismo, se diluye ni admite respuestas simplistas, pues es una tensión
pero nunca detractor de la monarquía— señaló lo que a su inherente a toda forma de representación política. Otro paso
parecer debían ser los rasgos y funciones principales del go- a la configuración de las representaciones modernas fue la
bierno representativo: la diferenciación entre los creadores de permanencia, autonomía y regularidad de su funcionamiento;
las leyes y sus ejecutores (medio siglo después, Montesquieu pues el hecho de que los monarcas europeos tuvieran en su
haría recomendaciones similares para el gobierno republica- haber el poder de convocatoria limitó, de facto, la importancia
no); que el parlamento estableciera leyes fijas y generales, y de las asambleas de antiguo régimen. El cambio cualitativo
que el monarca no pudiera variar los impuestos sin el con- se dio cuando las representaciones políticas se convirtieron
sentimiento del parlamento. en instituciones electivas, periódicas y permanentes.
Con el tiempo, la tensión entre la Corona y el parlamento El ejemplo inglés comenzó este proceso en el siglo xvii,
obligó a que éste fortaleciera su legitimidad mediante la elec- pero hubo retrocesos según los monarcas en turno. El par-
ción de sus miembros. El paso al sufragio universal, que todos lamento británico consolidó su permanencia hasta el siglo
conocemos y enarbolamos en el presente, fue una construc- xviii. Los casos de Estados Unidos (1787), Francia (1789)
ción gradual que tardó siglos, aun en la propia Gran Bretaña y España (1812) fueron producto de cambios más abruptos,
(primero el voto censitario, luego el voto por impuestos y por sin eludir ciertas regresiones. La autonomía y regularidad de
último el voto universal). No obstante, lo que importó en un sus representaciones —definición de las reglas de operación,
inicio fue la selección de los representantes de la cámara de facultades y duración de los tiempos legislativos, nombra-
los comunes mediante procedimientos electivos. Este rasgo, miento de comités parlamentarios especializados— fue la
junto con la periodicidad del cargo, aumentó la potencia del consecuencia de la instauración de su permanencia.
parlamento inglés, siempre en desmedro de la Corona. En paralelo a dicho desarrollo, las representaciones mo-
dernas lograron que sus resoluciones fueran obligatorias —no
Parlamentarismo 415 p
consultivas como en el antiguo régimen— y de carácter ge- En segundo lugar, la cámara alta británica contempló un
neral. La cuestión no sólo consistía en que el parlamento se esquema de cargos vitalicios y hereditarios (en la actuali-
reuniera, como dijo Locke en su momento, sino en el tener dad, dos terceras partes de sus miembros activos tienen este
“libertad de discusión” para aprobar leyes generales que de- carácter y los demás han sido designados por los primeros
biera ejecutar el gobierno de la Corona y que acatara toda la ministros); los convencionalistas de 1787 proyectaron un
comunidad política. senado periódico y electivo (por las legislaturas estatales en
Más tarde se extendieron las funciones de las represen- el siglo xix y por elección directa en el xx).
taciones modernas. Se institucionalizaron, por ejemplo, las Y en tercer lugar, la cámara de los lores inglesa tuvo
facultades de control político. Otra vez, debemos a Mill y su como misión original atemperar los ánimos exaltados de la
“gesto de desconfianza” la necesidad de ampliar las compe- cámara de los comunes, aunque actualmente tiene más bien
tencias de los parlamentos, pues desde 1861, Mill pensaba en una función de “debate” sobre asuntos externos y de revisión
agregar las tareas de vigilancia y transparencia a las funciones muy acotados; mientras la cámara de senadores americana
regulares de legislación: imposición de impuestos, voto de los se constituyó para generar un sistema de contrapesos entre la
presupuestos, deliberación (caja de resonancia de los conflic- representación de la república (la cámara de representantes)
tos sociales y políticos), etcétera. Hasta aquí se ha aludido a y la representación federal (las representaciones territoriales
las características y rupturas de los gobiernos representativos en manos del senado).
de Europa; sin embargo, también el continente americano Todos estos rasgos del caso estadounidense demuestran
aportó elementos novedosos al debate sobre las representa- que se trató de una verdadera reinvención política de los
ciones políticas modernas. gobiernos representativos de corte moderno. Los conven-
La convención de 1787 de Estados Unidos es un referen- cionalistas de 1787 lograron que coexistieran los principios
te obligado, pues dio vida al primer republicanismo federal liberales de representación —como la división de poderes
del mundo sin abandonar el esquema “clásico” de división públicos en función de la libertad individual— con el nove-
de poderes liberal. La experiencia estadounidense ideó un doso diseño de representación federalista.
esquema dual de los poderes ejecutivo y legislativo en su cá- La elección directa y por separado del poder ejecutivo y
mara de representantes (la parte republicana) y la reinvención la cámara de representantes generó una peculiar forma de
de una segunda cámara senatorial (la parte federal). Es decir gobierno representativo que se conoce en la teoría política
que los convencionalistas propusieron que el poder ejecutivo contemporánea como “sistema presidencialista”. Todavía
—encabezado por un presidente, del que emanarían todos están por escribirse las particularidades y convergencias
los cargos del gobierno— fuera nombrado “directamente” de los republicanismos de América Latina respecto de los
por la ciudadanía. El procedimiento indirecto de elección Estados Unidos; sin embargo, queda claro que el continen-
que subsiste en Estados Unidos no elimina el sentido directo te americano no transitó por la ruta de los denominados
de la relación entre autoridad y población, debido a que los sistemas parlamentarios. Su alejamiento de los arquetipos
electores no dejan de ser ciudadanos. parlamentarios europeos en el siglo xix tuvo que ver con el
De forma similar, se proyectó que la cámara de represen- distanciamiento temprano, salvo de Brasil, de toda forma de
tantes fuera electa popularmente, aunque en su origen con monarquismo constitucional.
variantes censitarias, fiscales o de voto universal masculino, En el siglo xx, los latinoamericanos no edificaron nin-
según el Estado y el tiempo de aplicación. Con ello, el pre- guna representación parlamentaria. El debate actual sobre el
sidente de la república conseguía la misma legitimidad de estatus y el papel de las representaciones modernas tiene que
origen que la cámara de representantes, de la que se derivó ver con cuestiones que han impactado directamente su confi-
una gran independencia respecto del poder legislativo. En un guración. Una de ellas se refiere al desarrollo y consolidación
sentido simbólico y constitucional, ambos instancias serían de los partidos políticos pues su presencia lo cambió todo:
—y lo siguen siendo ahora— los representantes de toda la todavía en la Gran Bretaña de mediados del siglo xix no
república o de la “nación”. En cambio, la creación de la cámara predominaban los partidos políticos en un sentido moderno,
de senadores tuvo la intención de otorgar igual representa- sino una política de clubes y grupos políticos de época y su
ción a los estados y compensar la “desproporción” de pesos constitución más acabada sería hasta finales del mismo siglo.
políticos de la cámara de representantes. La primera legislación sobre los partidos políticos en
A pesar de la obvia conexión entre el gobierno inglés y Alemania se dio en la república de Weimar (1919). Una
el estadounidense, el senado de Estados Unidos tuvo poco cosa similar sucedería en otros países europeos, de ahí pue-
que ver con el bicamerismo británico. En primer lugar, la cá- de decirse, en términos generales, que la hegemonía de los
mara alta inglesa nació y aún conserva el rezago del antiguo partidos políticos en las representaciones políticas fue un
régimen para representar a los estamentos tradicionales de fenómeno del siglo xx.
la Gran Bretaña; mientras que el senado americano surgió
para representar e igualar a las antiguas colonias de Estados
Unidos.
p 416 Parlamentarismo
Líneas de investigación y debate el gobierno en funciones sería ineficaz para dictar el rumbo
contemporáneo de las políticas públicas.
Por su parte, el presidencialismo se caracteriza por la
Hoy en día, puede erigirse la máxima de que en aquellos elección popular de un presidente de la república, que sólo
lugares donde se ha institucionalizado un sistema de parti- es responsable ante el congreso por faltas graves a la cons-
dos, menos autonomía tiene su representación política. La titución o la “nación” (impeachment) y que goza de una gran
disciplina de las organizaciones partidistas ha contribuido independencia frente al poder legislativo (congreso), ya que
a la pérdida de las decisiones individuales de los grupos ambos son electos de la misma manera. Asimismo, persiste
parlamentarios. Da la impresión de que asistimos a una un poder unitario en la parte ejecutiva; es decir que el presi-
resurrección del mandato imperativo de antiguo régimen, dente tiene la capacidad de nombrar y remover libremente
pero ahora trasladado a las directrices que toman los líderes a sus colaboradores de gobierno. Por último, en el presiden-
de los partidos políticos y los agentes del gobierno en turno. cialismo no existe la figura del voto de censura. El debate
La historia de los partidos políticos es la historia del debi- contemporáneo ha recaído en descifrar cuál sistema tiende a
litamiento de la autonomía en las representaciones políticas, ser más perdurable, estable y eficaz en las tareas de gobierno.
al grado de que en los gobiernos representativos de cepa Juan Linz (1990), en 1978 y en 1984, introdujo la idea de
parlamentaria se habla de un “parlamento de partidos”. Para- que los sistemas presidencialistas (a excepción del de Estados
dójicamente, en los sistemas presidencialistas —que suponen Unidos) tendían a ser más inestables que los sistemas par-
una independencia de los poderes ejecutivo y legislativo— la lamentarios. La precariedad, sobre todo en América Latina,
autonomía de los congresos subsiste con mayor fuerza, de- no sólo se debía a factores externos sino a las característi-
pendiendo del sistema de partidos que impere en cada caso. cas propias de su diseño institucional. Scott Mainwaring y
La segunda cuestión tiene que ver, precisamente, con las Matthew Søberg Shugart (2002) criticaron, en 1997, esta vi-
ideas políticas fraguadas en la convención estadounidense sión y resaltaron algunas de las virtudes del presidencialismo
de 1787; como se describió anteriormente, esta experiencia que Linz había subestimado; por ejemplo, que el presidencia-
constitucional —más la parte republicana que la federal— lismo soporta situaciones de pluripartidismo con estabilidad,
tuvo una influencia trasatlántica, pero fue en América Latina escenario de difícil consolidación en el parlamentarismo.
donde consiguió mayores adeptos. A partir de este fenómeno, También que la excesiva fragmentación de los partidos no
la teoría política contemporánea instituyó la presencia de dos genera únicamente problemas en el modelo presidencial; lo
tipos de “democracias representativas”: la presidencialista, en mismo puede suceder con las opciones parlamentarias. En
la que siempre se pone como ejemplo a los Estados Unidos, cuanto a la rigidez, en lugar de ser un defecto puede generar
y la parlamentaria. Casos como el de Alemania (en especí- una mayor estabilidad, ya que neutraliza la amenaza de los
fico, la república de Weimar de 1919-1933), Austria (1929), grupos opositores, porque saben que el gobierno no caerá
Irlanda (1937), Islandia (1945), Francia (1958-1962) o Por- hasta que termine el periodo de gobierno previamente fijado.
tugal (1976) obligaron a los analistas políticos a ampliar la José Antonio Cheibud (2007) dio una vuelta de tuerca
tipología. Entonces comenzó a hablarse de sistemas mixtos más a los planteamientos endebles de Linz: el problema no
de representación, debido a que coexistían o se mezclaban radica en el diseño institucional en sí mismo, sino en las con-
características tanto de los sistemas presidencialistas como diciones en que se aplica el gobierno representativo (el pasado
de los parlamentarios. militar de los países, la historia de sus partidos, la cultura, los
Las variantes pueden ser muchas, pero existe el consenso sistemas electorales, las condiciones sociales, etcétera). De la
de que los rasgos definitorios de los sistemas parlamentarios misma forma en que se hacen distinciones para los sistemas
están dados por cuatro elementos. Uno: el gobierno emana parlamentarios, hay que hacer un ejercicio parecido para los
del parlamento ya sea por una opción de mayoría (con el de corte presidencial (ejecutivos débiles o fuertes, derecho de
predomino de un solo partido, como en Gran Bretaña) o iniciativa, gobierno por decreto, bicamerismo o unicamerismo).
por coalición (con el compromiso de varios partidos para Cheibud coincide con Mainwaring y Shugart en que los
lograr una mayoría parlamentaria, como en Alemania, Di- sistemas presidencialistas resisten mejor las condiciones de
namarca o Italia). Dos: la existencia del voto de confianza multipartidismo, pues permiten gobiernos de mayoría, de mi-
o de censura, que permite la disolución del gobierno por el noría o de coalición. En este sentido, desmitifica la premisa
parlamento o la disolución del parlamento, ya sea por la vía de que sólo en los bipartidismos se garantiza la estabilidad de
del jefe de Estado o del jefe de gobierno. Tres: la distinción los sistemas presidenciales y que el multipartidismo en este
entre jefe de Estado, que suele ser un monarca (aunque exis- tipo de instituciones desfavorece las coaliciones de gobierno.
ten casos como el de Francia y Finlandia, donde un presidente De una muestra empírica de 135 países democráticos en el
electo popularmente tiene esta facultad) y jefe de gobierno mundo (1946-2002), Cheibud encontró que 35 países habían
(nombrado y responsable ante el parlamento). Y cuatro: una sido sistemas presidencialistas con gobiernos de coalición. La
cuidada disciplina de los miembros parlamentarios del parti- tercera cuestión apunta a la crítica del parlamentarismo desde
do mayoritario o de la coalición de partidos. De otra manera, una perspectiva institucional, pues se piensa que es un fenó-
Parlamentarismo 417 p
meno nuevo aunque en realidad ha acompañado al desarrollo que existen formas de sociabilidad con intereses diversos que
histórico de los gobiernos representativos desde el inicio. pueden llegar a ser contrapuestos. Así, parte de la querella
El gesto de desconfianza de Mill fue un momento clave de se ha enfocado en revelar qué persiguen los grupos sociales
la crítica liberal: los electores no siempre eligen a los mejores organizados, qué oportunidades de participación tienen sus
hombres, es frecuente que nombren seres incapaces o desho- miembros y cómo pueden influir en la legislación y las polí-
nestos; o bien, individuos egoístas y con intereses particulares ticas públicas de los gobiernos representativos.
que se alejan del bienestar general de la comunidad. De ahí que Del mismo modo, las alternativas han sido proyectadas
haya propuesto como antídoto una representación de mayorías en distintas formas: creación de viejos y nuevos movimien-
y minorías (la imagen del parlamento como un espejo en mi- tos sociales; ampliación de los instrumentos de participación
niatura de la pluralidad de intereses de la sociedad). directa, ya existentes en muchos constitucionalismos vigentes
En la segunda década del siglo xx fue turno de Schmitt, como el referéndum, plebiscito, iniciativa popular, revoca-
quien encabezó una de las críticas más penetrantes contra ción del mandato, acciones colectivas, etcétera; la promoción
los fundamentos de las representaciones políticas. Esto, en de candidaturas independientes subsidiadas públicamente
medio de un contexto donde se discutía la permanencia y el para hacer competitivos a los “ciudadanos” frente a los par-
futuro de la república de Weimar, que tuvo como principales tidos políticos; rendición de cuentas mediante la creación
defensores a Weber y Kelsen a pesar de que la presencia de de organismos autónomos —constituidos por ciudadanos
los partidos políticos había minado la raíz moral e intelec- y profesionales, según la materia— con el objeto de vigilar,
tual de sus principios: el debate público. Las decisiones se anticipar y controlar las ineficiencias y espacios de corrupción
tomaban fuera del parlamento (líderes partidarios y gobierno de los gobiernos representativos.
de mayoría) y, de hecho, se gestó un desvanecimiento de la Todo esto no ha bastado para los críticos más radicales de
división de poderes. la sociedad civil, puesto que algunos de ellos piden la supre-
La literatura contemporánea ha dado dos tipos de res- sión de los partidos políticos y, por consiguiente, de los modos
puestas a Schmitt. La primera es el reconocimiento de que tradicionales con los que operan los parlamentos del siglo
el dominio de los partidos políticos debilitó la centralidad de xxi. Sin embargo, y a pesar de las críticas moderadas o maxi-
los parlamentos, ya que una vez que se conforma el gobierno malistas de la sociedad civil, está claro que el mundo no ha
de mayoría o de coalición, el papel del parlamento es perifé- encontrado un buen sustituto de los partidos políticos. Hoy
rico o secundario. De ahí que expertos como Philip Norton en día, existen más parlamentos que en ningún otro momento
(2003) se hayan dado a la tarea de “medir” cuál es el grado de la historia (Norton registró 150 en 1997). La expansión se
de influencia de los parlamentos en las políticas públicas. El debe a la sumatoria de los nuevos parlamentarismos de los
resultado es una tipología de parlamentos o congresos que países del Este y de los recientes procesos democratizadores,
va desde los activos, como Estados Unidos; reactivos, como en su vertiente presidencialista, de América Latina
Alemania y mínimos, como el de Gran Bretaña.
El segundo tipo de respuesta es una corriente que niega la Bibliografía
existencia de una época clásica del parlamentarismo liberal,
pues lo considera una ficción literaria. En esta respuesta, se Bobbio, Norberto (1986), El futuro de la democracia, México: Fondo
propone pasar de la discusión de los fundamentos —el debate de Cultura Económica.
público, la representación de individuos libres e independien- Burke, Edmund (1963), Selected Writings and Speeches, Chicago:
Regnery Gateway.
tes— al refinamiento de sus funciones residuales —acrecentar
Cheibud, José Antonio (2007), Presidentialism, Parliamentarism and
y mejorar el papel de la oposición como instrumento de con- Democracy, New York: Cambridge University Press.
trol, vigilancia y de comunicación con la opinión pública en Linz, Juan J. (1990), La quiebra de las democracias, México: Alianza,
contra de los gobiernos de mayoría o de coalición—. Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.
Finalmente, la última embestida ha emergido desde el Locke, John (2002), Ensayo sobre el gobierno civil, Madrid: Aguilar.
ámbito de la sociedad civil, donde la crítica es por partida Mainwaring, Scott y Matthew Søberg Shugart, comps. (2002),
doble. Se alega una crisis de los partidos políticos y una cri- Presidencialismo y democracia en América Latina, Buenos
sis de las representaciones políticas. El argumento es muy Aires: Paidós.
simple: los partidos han dejado de representar los intereses Manin, Bernard (1997), The Principles of Representative Government,
y demandas de la sociedad; son seguidores de sí mismos y Cambridge: Cambridge University Press.
Mill, John Stuart (1994), Del gobierno representativo, Madrid:
sus cúpulas partidarias, además de que su dominio en los Tecnos.
parlamentos reproduce un mal de origen que sus acciones Norton, Philip (2003), Parlamentos y gobiernos en Europa occidental,
intrapartidistas no pueden evadir. México: Porrúa, El Colegio de Veracruz.
Ambas instituciones —los partidos y el parlamento— no Pau i Vall, Francesc, coord. (2004), El parlamento del siglo xxi. VIII
salvaguardan el interés general ni suelen actuar en función jornadas de la Asociación Española de Letrados de Parlamen-
de intereses particulares, sobre todo de orden económico. La tos, Madrid: Tecnos, Asociación Española de Letrados de
principal dificultad de esta última postura, legítima en sus Parlamentos.
aspiraciones, es que la sociedad no existe como un todo, sino
p 418 Parlamentarismo
Pitkin, Hanna Fenichel (1967), The Concept of Representation, Ber- De esta forma, al pensar, los seres humanos no sólo
keley: University of California Press. definen lo que acontece, sino que consideran las diversas posi-
Schmitt, Carl (1996), Sobre el parlamentarismo, Madrid: Tecnos. bilidades en que puede darse o pudo realizarse un fenómeno,
reconociendo así los nexos existentes entre los agentes, los
medios y las consecuencias que se presentan en su desarro-
llo, si bien esto le hace contender con las diversas fuentes de
razonamiento con que disponemos los seres humanos, donde
PENSAMIENTO las emociones se presentan como un elemento de contraste
POLÍTICO
respecto a una mente libre de prejuicios y desapasionada, tal
y como la presupone la concepción científica (Elster, 2002).
En consecuencia, con el acto de pensar también se da el
Víctor Alarcón Olguín proceso de situar dicho pensamiento en un contexto tem-
poral, un espacio abstracto que permite definir, comparar y
decidir lógicamente qué puede proceder a efecto de concretar
Definición de mejor manera nuestra intencionalidad presente, pasada
o futura, la cual intenta interpretar y resolver una situación
Los seres humanos tenemos la cualidad de pensar. Esto es, confusa o caótica al volverla un hecho conocido y controlable
podemos articular conceptos, representaciones, imágenes, en su acontecer único o recurrente. De alguna manera, los
ideas o sueños que tienen como objeto ser un entendimiento seres humanos procuran enfrentar los dilemas de la incerti-
de la realidad circundante de manera consciente y racional. dumbre a partir de tener respuestas concretas para remediar
Esta cualidad implica tratar de explicarse situaciones, cosas las anomalías que impiden el desarrollo normal del aconte-
o personas, lo que son, lo que hacen, así como por qué y para cer cotidiano (Wallerstein, 2005). Pero lo más interesante
qué lo hacen, lo hicieron o lo harán (Douglas, 1998). Pensar es que no sólo pensamos en un ámbito temporal, sino que
posee una intencionalidad y por tanto pueden identificarse nuestros pensamientos pueden ser expresados y asociados con
modos o maneras de realizarlo que pueden terminar configu- diversos ámbitos situacionales, con el propósito de explicar
rando un estilo o una propuesta específica para aproximarnos y comprehender las formas de funcionamiento y los resulta-
a dicha comprensión de las cosas. dos que se generan con las diversas actividades humanas. La
Por diversas rutas, la creación del conocimiento gracias perspectiva orteguiana de que la vida humana es producto
a un acto ideatorio nos ha permitido llegar a la esencia de contingente de las circunstancias permite equilibrar, por así
tener alternativas configurativas, modelos o estructuras que decirlo, la pretensión y la ambición del excesivo racionalis-
posibilitan dar direccionalidad y sentido a nuestra lógica de mo cartesiano/kantiano con que se ha querido inmunizar la
comportamiento (Ferrater, 1985). Pensar también es un acto propia existencia humana respecto a sus fallas y errores de
que se dirige hacia la construcción de una deliberación y una juicio, colocando a la técnica como punto central de susten-
decisión en torno a un conocimiento; esto es, influir de ma- tación de la sociedad (Ortega y Gasset, 1962).
nera categórica sobre el curso de lo que sabemos, asumiendo
con ello la necesidad de asignar valores clasificatorios a dichos Historia, teoría y crítica
discernimientos: bueno/malo, verdadero/falso, etcétera. Para
ello es importante definir una función descriptiva y expresiva Desde una perspectiva dialéctica clásica, podría decirse que el
con que dicho pensamiento debe canalizarse mediante un pensamiento es la interacción más persistente entre el sujeto
lenguaje propio que connote adecuadamente los contenidos y el objeto de la acción humana para definir los alcances y
conceptuales que se pretenden describir (Spirkin, 1966). límites de su propia capacidad de (re)creación y destrucción.
Sin embargo, los seres humanos reflexionamos no sólo De esta manera, el pensamiento humano tiene como vir-
individualmente sobre lo que nos pasa, sino que también tud (re)crear, asociar, seleccionar e intercambiar diversos tipos
poseemos el interés y la expectativa de entender a nuestros de interacciones y conocimientos, lo que le vuelve una estruc-
congéneres, lo cual hace que el pensamiento adquiera enton- tura compleja. No obstante ello, los seres humanos somos
ces un propósito social, expresado bajo el impulso de generar capaces de sustentar nuestro discernimiento respecto a lo
un bien o mejora en las condiciones en que se vive tanto ma- que debe permanecer, precisamente gracias al aprendizaje
terial como emocionalmente. Ello implica aprender a vencer continuo que implica obtener dichos conocimientos de
nuestros miedos para convertirlos así en recursos poderosos fuentes confiables, ya que éstas le confieren un principio
al servicio de la propia transformación humana (Boghossian, de credibilidad y consenso a nuestros pensamientos frente
2009). Cada actividad realizada por un conjunto de perso- a los demás (Ferrara, 2008).
nas necesita entonces ser fundamentada de manera racional Las estructuras del pensamiento social humano han
y consistente, para así entender por qué se lleva a cabo y por pasado por tres grandes rutas de estructuración: primero,
qué se realiza de una manera específica. el pensamiento místico-religioso, cuya fuente se aduce a
una causalidad externa y divina; el pensamiento positivis-
Racionalidad 435 r
primera vez de forma satisfactoria a la pregunta: ¿cómo es de información) y formación de preferencias. Debido a esto,
posible que una sociedad de ciudadanos egoístas produzcan se popularizó una idea del intercambio en la que se desva-
un bienestar colectivo sin un gobierno autoritario? necieron las realidades concretas de estas condiciones a las
Smith fue contemporáneo de las revoluciones políticas que están sujetos los agentes.
e intelectuales más importantes de la era moderna. Como
todos los pensadores del siglo xix, presenció la caída del Líneas de investigación y debate
absolutismo y la emergencia de los nuevos sistemas parla- contemporáneo
mentarios o monárquico parlamentarios. Con la ventaja de
la notable anticipación de Inglaterra a este respecto, Adam A mediados del siglo xx se presentó la contribución inno-
Smith percibió con agudeza que, una vez caídos los lazos del vadora de Kenneth J. Arrow (1951), que significó una nueva
feudalismo y del absolutismo, la cohesión de la sociedad ha- frontera en el conocimiento que alentó y reanimó el campo
bría de provenir de mecanismos que previamente no habían de la teoría de la elección racional, originalmente establecido
mostrado la capacidad para mantener unidos a los nuevos en el siglo xviii por el barón de Condorcet. Como veremos,
Estados-nación. En su Teoría de los sentimientos morales, esta contribución y la vasta literatura a la que dio impulso
Smith encontró en las emociones humanas el fundamento de ofrecen condiciones nuevas para pensar la cooperación social.
su economía política: en la virtud, en el ejercicio de los valores Arrow parte de identificar tres grandes posibilidades para
de la civilización y el intercambio, en el desarrollo colectivo. la toma de decisiones en una sociedad: la teocracia, la dictadu-
Es imposible entender su economía política sin tomar en ra y la democracia de mercado. En la primera, las sociedades
cuenta que la consideraba una derivación de la filosofía mo- toman decisiones con base en textos sagrados interpretados
ral y, por consiguiente, de carácter explicativo y normativo. por sacerdotes, que guían a los miembros de la sociedad sobre
La evolución de la ciencia económica tuvo, a finales las preferencias que les son permitidas o prohibidas. En la
del siglo xix, una influencia importante en la concep- dictadura, un individuo toma las decisiones por todos, esta-
ción del mercado. La llamada revolución marginalista y la bleciendo lo que es preferible y lo que no. En las sociedades
introducción de técnicas matemáticas sofisticadas permi- con libertad económica y política hay dos métodos principa-
tieron alcanzar un modelo sencillo para pensar el mercado, les: votar, en la política, y producir/consumir, en la economía.
pero también lo simplificaron. Originalmente Smith no Pensando en el tercer grupo de sociedades, Arrow se
concebía que el mercado fuera aplicable a la vida política, pregunta si las decisiones tomadas en sistemas democrá-
sino únicamente a la económica. Sin embargo, la revolución ticos con economías de mercado pueden ser racionales, en
marginalista de fines del siglo xix y el desarrollo técnico de tanto que están involucradas las voluntades de muchos in-
la economía hicieron que este sentido filosófico más amplio dividuos que, dado el ingrediente de libertad de decisión,
se perdiera. pueden ser muy variadas e incluso contradictorias. Arrow
A la revolución marginalista se remonta la idea más co- advierte, asimismo, que su investigación concierne sola-
mún que se tiene del mercado, que consiste en un intercambio mente a los aspectos formales de esta pregunta, es decir, a
entre dos actores: productores y consumidores. Ambos tie- si es formalmente posible construir un procedimiento para
nen como propósito maximizar su ingreso o su inversión, pasar de un conjunto de preferencias o gustos individuales
es decir, obtener uno de otro el mayor beneficio posible. La a un patrón de toma de decisiones sociales.
forma de medir esta maximización consiste en contabilizar Arrow destaca que si identificamos la racionalidad con al-
la satisfacción obtenida con los últimos bienes adquiridos gún tipo de maximización, entonces el problema de alcanzar
del lado tanto del productor como del consumidor, de ahí el un máximo social derivado de los deseos individuales sigue
concepto de marginal. siendo el problema central en el campo de la economía del
Esta teoría supone que los actores son racionales, en el bienestar. El problema de fondo es que no se puede encontrar
sentido de que están dotados de la capacidad para maxi- una función social de preferencia que satisfaga los requeri-
mizar una función de utilidad. Cada función de utilidad se mientos mínimos de la decisión democrática. Entendemos
puede calcular identificándola como un punto en un plano que una función de bienestar social es aquélla que, decidida
cartesiano (x, y), en el que se ubican los productores y los con- colectivamente, cumple con la condición de incorporar en
sumidores, y en el que cada uno obtiene una máxima utilidad. ella todas las preferencias u ordenamientos de preferencias
La economía puede ser vista como un equilibrio de funciones individuales.
de utilidad que se sostiene en el tiempo bajo el supuesto de Arrow (1951) recurre a la paradoja de Condorcet o para-
racionalidad. En la medida en que se difundió, este enfoque doja de la votación para referirse al problema. Supongamos
se hizo más sofisticado y dio pie a que se generalizaran sus que, por el procedimiento de mayoría, tres votantes (v1, v2 y
axiomas en la forma de abstracciones: los agentes económicos v3) eligen entre tres alternativas o estados1, por ejemplo, can-
son racionales y maximizan su utilidad. Las restricciones de
estos supuestos se diluyeron en la elegancia matemática de los
modelos de equilibrio, especialmente dos de ellas, que son de
gran importancia: restricciones del entorno (principalmente 1 “Estados sociales” (en inglés, social states) quiere decir, en el
lenguaje de la teoría de la elección social, situaciones o alter-
r 436 Racionalidad
didatos o partidos (a, b, c), con los siguientes ordenamientos lógicamente sus premisas, la tensión entre libertad y justicia
de sus preferencias: no se puede resolver en la agregación, al menos formalmente.
El problema de imposibilidad planteado por Arrow
v1: a > b > c establece el desafío de obtener agregaciones sociales de pre-
v2: b > c > a ferencias a pesar de que es imposible hacerlo cumpliendo con
v3: c > a > b todas las condiciones y sin contradicciones lógicas. Puesto de
otra forma, el teorema de Arrow inaugura una fase en la lite-
Si observamos este esquema, el resultado es que no ratura de la elección social; de hecho, se dice que la re-funda;
existe posibilidad de encontrar un ordenamiento social ésta investiga bajo qué otros criterios y principios es posi-
compatible con cada uno de los particulares. Si el principio ble una agregación social de preferencias que resulte lo más
de mayoría cumpliera con la condición o el principio de adecuada posible o, más bien, la menos inadecuada, desde el
transitividad que, en matemáticas elementales, indica que si punto de vista del respeto a las condiciones que, en princi-
a>b y b>c, entonces, a>c, esperaríamos que a fuera preferible pio lógico, debe contener una función social de decisión, a
a c, pero en el ejemplo de los votantes no se sostiene esta saber: que no sea dictatorial, que no restrinja ilegítimamente
transitividad, pues cada uno tiene una preferencia opuesta el dominio sobre el que se decide, que sea eficiente y que no
a la de todos los demás. En pocas palabras, de este ordena- se distraiga en la irrelevancia. En términos de la tradición
miento de preferencias no puede derivarse una transitividad, literaria inaugurada por el teorema general de posibilidad,
o sea, una decisión colectiva incluyente de los tres, sino so- la pregunta pertinente es cómo se pueden modificar (o “re-
lamente una mayoría cíclica, en la que ninguna alternativa lajar”) los principios lógicos de las cuatro condiciones para
puede ser descartada: la decisión social puede saltar de una conseguir agregaciones sociales, si no óptimas, siquiera me-
alternativa a otra sin encontrar nunca un resultado estable nos insatisfactorias.
por regla de decisión de mayoría. El planteamiento de Arrow es de suma importancia para
Tomando en consideración los valores fundamentales de comprender la profundidad del problema de la cooperación
una sociedad económica y políticamente libre, Arrow estable- en sociedades abiertas, como las definió Karl Popper (1984).
ce cuatro condiciones que deberían cumplirse para conseguir Si en ellas se realizan las preferencias sociales que se derivan
una elección social racional: de los valores de los individuos, pero aún formalmente no
se consigue agregarlas a todas sin incurrir en imposibilidad,
a) Dominio universal o irrestricto (u): requiere que ¿cómo encontrar fórmulas que permitan el grado de coope-
todas las preferencias individuales, independien- ración suficiente para llegar a los arreglos más satisfactorios
temente de cuáles sean, queden integradas por la posibles? En el ejemplo de tres individuos frente a tres op-
función de bienestar. ciones hay un indicio de respuesta:
b) Principio de Pareto (p): establece que si cada indivi-
duo prefiere x antes que y, entonces x es socialmen- v1: a > b > c
te preferida a y. v2: b > c > a
c) Independencia de alternativas irrelevantes (i): de- v3: c > a > b
manda que el rango social de cualquiera de los es-
tados, x y y, dependa exclusivamente de los rangos v1 y v2 tienen en común preferir b>c; v2 y v3, por su par-
individuales de esos dos estados. te, comparten la preferencia c>a, y v1 y v3 comparten a>b.
d) No dictadura (d): prohíbe la presencia de un dicta- Desde luego, para unos se trata de la primera preferencia y
dor, es decir, un individuo que, cuando prefiere x para otros, de la segunda; no obstante, resalta la posibilidad
ante y, haga que x sea socialmente preferida a y. de que, bajo la regla de mayoría, dos de ellos acuerden im-
poner su preferencia excluyendo al tercero. Puede entenderse
El teorema de Arrow concluye que si hay tres estados la relevancia de estos dilemas si aumentamos la complejidad
sociales que pueden ser elegidos y el conjunto de individuos del caso: una sociedad de más de tres individuos y con más
es finito, no hay función de elección social que cumpla las de tres opciones tiene, por definición, que determinar qué
cuatro propiedades. En otros términos, ya que no se cumplen mecanismos de decisión son más adecuados para satisfacer
las cuatro condiciones en ninguna de las funciones sociales los intereses de sus miembros, es decir, debe decidir acerca
de decisión posibles, las efectivamente resultantes deberán de cómo decidir.
mantener restricciones para alguno de los principios men- Para entender mejor este problema desde el punto de vista
cionados. El “teorema general de posibilidad” de Arrow se de la cooperación, conviene referirse al dilema del prisione-
conoce como “teorema de la imposibilidad” porque, siguiendo ro, piedra clave en la literatura sobre las condiciones bajo las
cuales los individuos racionales cooperan o desertan. Asu-
miendo que los individuos son racionales, ¿cuándo les resulta
conveniente cooperar y cuándo desertar?
nativas diferentes y excluyentes entre sí por todas o algunas
de sus características.
Racionalidad 437 r
El planteamiento del dilema del prisionero supone que en Cuadro 2: matriz del dilema del prisionero en valores ordi-
toda sociedad el interés de cada individuo predomina sobre nales (1>2>3>4)
las motivaciones de los demás y, por extensión, de la colecti-
vidad. Los sentimientos de solidaridad existen pero no son
Pii
un elemento abundante, sino más bien, escaso y ocasional.
Los límites reconocibles del interés individual derivan de él Pi (E1) (E2)
mismo cuando se pone en interacción para dar por resultado No confesar Confesar
un interés compartido o común.2
La narrativa del dilema tiene varias versiones que se E1 2, 2 4, 1
resumen en la siguiente (Ordeshook, 1995: 206-210): dos E2 1, 4 3, 3
individuos (Pi y Pii) han cometido un crimen y son captura-
dos y encerrados en celdas distintas. Ambos saben que deben
elegir entre dos estrategias: negar el crimen (E1) o confesar Lo peculiar del juego es que, para los dos prisioneros,
(E2). El fiscal los mantiene separados e incomunicados en- E2 es la estrategia preferible o dominante. Ambos tendrían
tre sí con el objeto de extraerles una confesión ofreciéndoles mejores resultados confesando, pero si lo hacen —que es lo
algunas ventajas. Sabe que es improbable que se demuestre que quiere el fiscal—, el resultado será inferior al de no ha-
fácilmente su culpabilidad para enviarlos a la cárcel, por lo cerlo y abrumadoramente perjudicial para el que confiesa si
cual los amenaza con hacerles la vida difícil usando sus an- el otro deserta.
tecedentes criminales y consigue una sentencia de 10 años Este juego tiene tres rasgos para las decisiones de ambos
para ambos. No obstante, si obtiene la confesión de uno de jugadores. El primero es que, dados los incentivos, cada uno
ellos, éste podría recibir la gracia de libertad condicional tiene una estrategia dominante (E2), el segundo es que si cada
en 8 años, y el otro, una condena de 20 años sin derecho a prisionero se apega a esa estrategia, el resultado es desventa-
libertad condicional. Si los dos aceptan haber cometido el joso en comparación con una hipotética estrategia conjunta,
crimen, el fiscal se vería menos comprometido a cumplir con previamente acordada, y la tercera es que si no pueden acor-
los incentivos ofrecidos y los dos podrían ser condenados a dar y obligarse mutuamente para tener una estrategia de este
15 años de cárcel. tipo, cada uno tendrá más interés en abandonarla o desertar.
La matriz de pagos muestra que para cada jugador hay un
Cuadro 1: recompensas de los prisioneros Pi y Pii: incentivo mayor para desertar, porque si uno decide hacerlo
y el otro no, el que confiesa se lleva la máxima ganancia (-8
o preferencia 1), mientras que el que no confiesa se lleva la
Pii máxima pérdida (-20 o preferencia 4), por lo que el primero
tendría ventaja sobre el segundo. Si los dos eligen su mejor
Pi (E1) (E2)
estrategia, la deserción (que es equivalente a confesar), ob-
No confesar Confesar
tienen un resultado inferior a si optan por cooperar, es decir,
E1 -10, -10 -20, -8 a no confesar. En esto consiste el dilema.3
Pero este resultado se sostiene si el juego acontece
E2 -8, -20 -15, -15 una sola vez, es decir, si nos enfrentamos a una situación
de una sola jugada (one shot game) que no se repetirá. En
Nota: En cada casillero el primer valor se asigna al jugador este caso, la mejor estrategia es buscar la máxima ganancia
de fila (en este caso Pi) y el segundo al de columna (en este posible y hacer que el otro reporte la máxima pérdida, por-
caso Pii). que estamos frente a un juego de suma cero, donde el que
gana, gana todo, y el que pierde, pierde todo, a sabiendas de
Esta matriz puede expresarse también en valores ordina- que el juego no volverá a ocurrir. Sin embargo, el esquema
les que indican la jerarquía de las preferencias, donde 1 es la se transforma cuando éste se repite constantemente,4 lo que
primera preferencia y 4, la última.
3 Las opciones cooperar-desertar y desertar-cooperar del dilema
del prisionero se conocen también como equilibrios de Nash
(1951), quien expuso que la solución más equilibrada en una
relación entre dos agentes es la que resulta óptima para cada
jugador. Desde el punto de vista del equilibrio de Nash, el que
un jugador consiga la máxima ganancia posible y el otro la
máxima pérdida, es el mejor equilibrio del juego.
4 El dilema del prisionero, tanto en la versión de una jugada
2 Para una exposición de la tradición explicativa que toma estos como en la versión iterativa, fue ampliamente analizado por
principios como punto de partida puede consultarse Vanberg, Luce y Raiffa (1957). Posteriormente, Rapoport (1974) realizó
1999: 13-50. investigación experimental sobre este dilema. Los estudios más
r 438 Racionalidad
es común en sociedades en las que cada individuo es, de al- dos. Éste es el caso particular de los bienes públicos: nadie
guna forma, “prisionero” de todos los demás, pues sin ellos puede ser excluido del consumo de una calle, un parque o la
no puede realizar su propio interés. La opción por desertar protección de la policía, pero cada individuo puede tratar de
puede volverse menos ventajosa si el resultado buscado por evadir el pago del costo que conlleva producirlos. De ahí que
un grupo de individuos es la satisfacción del interés mutuo. ante la tendencia natural al free riding, sea necesario implantar
Por ejemplo, si se trata de una asociación con fines comunes, normas de carácter vinculante que garanticen la cooperación
el interés de cada miembro sería conseguir la máxima satis- que racionalmente sería escamoteada. Ésta es una forma de
facción posible por medio del cumplimiento de los objetivos imponer una lógica o racionalidad colectiva de cooperación
del grupo, para lo cual es indispensable la cooperación. ahí donde la racionalidad individual apuntaría a lo contrario.
En los grupos pequeños, la cooperación es más factible Esta visión pesimista de la racionalidad para la coo-
debido a dos condiciones: los miembros del grupo dependen peración es vista por otros autores desde perspectivas más
más de cada uno para conseguir un fin común y, gracias al ta- alentadoras. Por ejemplo, algunos autores sostienen, con
maño, es más fácil que haya un monitoreo directo entre ellos. base experimental, que en los juegos de dos jugadores y
En cambio, en los grupos grandes el interés colectivo puede en algunas circunstancias en los de más de dos, tenderá a
ser igualmente claro, pero la interdependencia de sus miem- prevalecer la reciprocidad; a medida que cada jugador hace
bros para usufructuar los bienes colectivos y las posibilidades explícito el sentido de sus movimientos, su contraparte
de supervisión entre los miembros del grupo son menores. tenderá a responder en forma equivalente (Axelrod, 1984;
El primer caso es claro, pero el segundo requiere una 1997; Axelrod y Cohen, 1999). Desde luego, ambas formas
mayor explicación. Un grupo grande —por ejemplo, un Es- de análisis de la relación entre interés individual y coope-
tado— está conformado por un sinnúmero de individuos ración colectiva no escapan a la idea de que estos procesos
que no tienen conocimiento unos de otros y que mantienen se producen en situaciones complejas y de que comprender
pocos lazos entre sí. En estos casos, las probabilidades de que las relaciones que los involucran en ellas permite recurrir a
se produzca cooperación individual para la producción del otras opciones teóricas complementarias.
bien colectivo se reducen, pues, partiendo del axioma de que Por ejemplo, el institucionalismo histórico, económico y
prevalece el interés propio, muchos individuos evitarán cubrir político constituye enfoques que hacen posible incorporar
el costo del interés colectivo, al mismo tiempo que procura- datos nuevos a la refutación de los postulados de la teoría ra-
rán seguir consumiéndolo. Así, los beneficios que ofrece un cionalidad individual como base de la lógica de la cooperación.
Estado a sus súbditos o ciudadanos tienen un costo que éstos Sin embargo, la adición de estos enfoques tiende a confirmar
deben cubrir, pero no lo harán voluntariamente a menos que muchos de los supuestos asumidos por ella.
haya una regla de cumplimiento obligatorio, acompañada de
una sanción legítima asociada a amenazas de ejecutarla y a su Bibliografía
aplicación efectiva cuando la norma se transgrede.
La estrategia descrita (E1, E2) resulta en un juego no coo- Arrow, Kenneth J. (1951), Social Choice and Individual Values, New
perativo de carácter permanente en el que la incertidumbre York: John Wiley and Sons.
aparece de modo perverso, es decir, de una forma en la que Axelrod, Robert (1984), The Evolution of Cooperation, New York:
cada jugador verá disminuidos progresivamente su capacidad Basic Books.
e incentivos para anticipar las respuestas del otro y, por con- _____ (1997), The Complexity of Cooperation, New Jersey: Princeton
siguiente, tenderá a aumentar la varianza de sus opciones de University Press.
réplica, a fin de mejorar las probabilidades de ganar o no per- Axelrod, Robert y Michael D. Cohen (1999), Harnessing Comple-
der. A largo plazo, ese nivel de incertidumbre es incosteable xity: Organizational Implications of a Scientific Frontier, New
y, peor aún, endémicamente perjudicial para el desempeño York: The Free Press.
social. De este modo, la racionalidad individual socava los Gächter, Peter y Christian Thöni (2007), “Rationality and
intereses del conjunto debido a un efecto no cooperativo. Commitment in Voluntary Cooperation: Insights from
En grupos grandes esta condición se da por definición, Experimental Economics”, en Fabienne Peter y Hans Ber-
lo que plantea el reto de encontrar la manera de evitarla, es nhard Schmid (eds.), Rationality and Commitment, Oxford:
decir, de controlar el free riding o el “efecto del gorrón”. Man- Oxford University Press, pp. 175- 208.
cur Olson (1965) definió este concepto como el dilema que Luce, R. Duncan y Howard Raiffa (1957), Games and Decisions,
enfrenta la acción colectiva para conseguir la cooperación de New York: Wiley.
los individuos que la componen y para que cada uno aporte su Nash Jr., John Forbes (1951), “Noncooperative Games”, Annals of
cuota correspondiente del costo de producción de los bienes Mathematics, vol. 54, núm. 2, pp. 286-295.
colectivos que consumen y de los que no pueden ser exclui- Olson, Mancur (1965), The Logic of Collective Action, London, Mas-
sachusetts: Harvard University Press.
Ordeshook, Peter C. (1995), Game Theory and Political Theory: An
recientes abordan el problema en la perspectiva de la mayor Introduction, Cambridge: Cambridge University Press.
complejidad que implican juegos iterativos de múltiples juga-
dores (Axelrod, 1984; 1997; Axelrod y Cohen, 1999).
Racionalidad 439 r
Popper, Karl R. (1984), La sociedad abierta y sus enemigos, Barce- Con todo, la razón de Estado en su acepción moderna
lona: Orbis. resulta mucho más remisible a Nicolás Maquiavelo (1469-
Rapoport, Anatol (1974), Games and Theory as a Theory of Conflict 1527), quien abre la dimensión secular, voluntarista, realista
Resolution, Dordrecht: D. Reidel. y nacionalista como el factor último que subyacerá, aun en el
Renwick Monroe, Kristen, ed. (1991), The Economic Approach to mismo Botero, en la anterior y posterior literatura maquia-
Politics: A Critical Reassessment of the Theory of Rational Action, vélica y antimaquiavélica sobre la técnica o el arte del poder
New York: Harper Collins Publishers. y el vigor de su expansión. Si la razón busca, en principio,
Smith, Adam (2010), Teoría de los sentimientos morales, México: coincidir con la teología política del catolicismo acosada por
Fondo de Cultura Económica. una reforma protestante que Botero atribuye a la lectura de
Vanberg, Viktor (1999), Racionalidad y reglas. Ensayos sobre teoría Tácito y Maquiavelo, con Maquiavelo la razón secularizada
económica de la Constitución, Barcelona: Gedisa. no descarta la opción de valerse de la religión ajustándola a
la racionalidad superior del poder. “A mi entender”, asienta
Maquiavelo en los Discursos, “quien considera bien a la histo-
ria romana se percata de cuánto servía la religión para mandar
a los ejércitos, para exaltar a la plebe, para mantener buenos a
RAZÓN DE ESTADO los hombres, y para avergonzar a los reyes”. Maquiavelo de-
talla empero los errores de Luis de Baviera cuando acude a
la iglesia y al rey de España para asediar Nápoles. Su derrota,
José Luis Orozco Alcántar
dirá, se debe a “no haber atendido las medidas observadas por
otros que han capturado provincias y cuentan con la voluntad
para retenerlas”. “No hay ningún milagro en ello”, insiste Ma-
Definición
quiavelo, “sino algo muy ordinario y razonable” (Machiavelli,
1969b: 236-237). Maquiavelo, en fin, no será el maestro que
“El Estado es un dominio estable sobre un pueblo y la razón
predica el engaño y el fraude, y a quien Botero no se digna
de Estado es el conocimiento de los medios a través de los
siquiera citar en su texto. “No se puede llamar virtù al asesinar
cuales ese dominio se puede fundar, preservar y extender”
a los ciudadanos”, lo desmentiría Maquiavelo, “traicionar a
(1956: 3), define Giovanni Botero (1544-1617), quien acuña
los amigos, no tener fe, ni piedad, ni religión, modos a través
en 1589 la expresión en contra de la boga de Tácito y, más
de los cuales puede conquistarse el poder pero no la gloria”.
próxima a él, la de Maquiavelo como consejero de príncipes.
Agatocles, tirano de Siracusa, contrastará en El Príncipe su
Personaje de la Contrarreforma, jesuita, consultor de Federico
valor y su grandeza de ánimo con “su desenfrenada crueldad
Borromeo, Botero declara detestables los “bárbaros modos”
e inhumanidad, con las infinitas maldades que no permiten
del tacitismo y del maquiavelismo, a pesar de lo cual, aquéllos
contarlo entre los hombres excelentísimos”. “No se puede,
se cuelan como la raíz profunda de su mismo trabajo y de
por lo tanto”, resume Maquiavelo, “atribuir a la fortuna o a
casi toda la literatura clásica de la razón de Estado. Motivado
la virtù aquello que, sin una o la otra, obtuvo” (1969a: 243).
“más por la indignación que por la diversión”, Botero declara
Componentes esenciales en el razonamiento maquiavélico,
en la dedicatoria de su De la Ragion di Stato (1589) al arzo-
la virtù y la fortuna prolongan en su obra la antítesis prag-
bispo y príncipe de Salzburgo la intención de reinstaurar la
mática entre la eficiencia principesca y la incertidumbre
Ley Divina frente a “la falta de conciencia” de Maquiavelo y
políticas enunciadas desde Polibio con la intervención de
la crueldad y tiranía de Tiberio, legitimadas por “una inhuma-
la inquietante y brumosa diosa Tiqué. Al tenor de Polibio y
na lex maiestatis”, ultrajante aún para “la más humilde mujer
menos de Maquiavelo, el cauto positivismo de Botero admite
menos por los romanos”. Ante la irracionalidad y la blasfe-
que “claramente, constituye una grandísima tarea preservar
mia que despoja a la conciencia de su jurisdicción universal,
un Estado, ya que los asuntos humanos, tal y como la luna,
Botero invoca una racionalidad que distingue el bien del mal
ascienden y declinan de acuerdo con una ley de la naturaleza
y enaltece al alma y a Dios. Así, declara atreverse a escribir
a la cual se hallan sujetos” (1956: 36-38).
“sobre la corrupción fomentada por aquellos dos personajes
“Un campo de estudio mucho más grande”, asienta Bo-
en la política y la consejería de príncipes, la cual ha impulsa-
tero en el Segundo Libro, “es proporcionado por quienes ya
do la discordia al interior de la Iglesia de Dios y el conflicto
han muerto, porque cubren toda la historia del mundo, en
entre los Cristianos”. “No conozco ningún Soberano”, alaba
todas sus partes” (191). “La historia es el teatro más encan-
Botero a su arquetipo político, “que tenga un conocimiento
tador imaginable”, asegura Botero, “ya que en ella un hombre
superior en los asuntos de Estado o que tome mayor interés
aprende para su provecho a expensas de otros; allí puede
en ellos o que aplique su conocimiento con mayor habili-
presenciar los naufragios sin temor, la guerra sin peligro, sin
dad y juicio”. Rara combinación de “la custodia del pastor
desperdicio las costumbres y las instituciones de muchas na-
y la majestad del príncipe”, su doble dignidad eclesiástica y
ciones” (191). Son, pues, las promesas de la historia donde se
secular se armoniza “de tal manera que vuestros súbditos os
cifra tanto una razón de mercado o comercial, como una ra-
aman no menos de lo que os temen” (XIII-XV).
zón de seguridad política o militar. Aureoladas por la Divina
REDES SOCIALES
que la noción resultante de la seguridad nacional traduce es
la tensión pragmática y el cálculo geopolítico de la razón de
mercado y la razón de Estado, ambas siempre entreveradas
en mayor o menor grado, actualizadas, hablando en términos Matilde Luna Ledesma
cibernéticos, como la mano suave (soft) y la mano dura (hard)
cuyo indudable abolengo maquiavélico se pierde en medio
de la ampulosa ciencia de la toma de decisiones. Definición
REFORMA DEL signos de agotamiento cada vez más notorios, hasta hacerse
insostenible. La inversión y el gasto gubernamental, ambos
ESTADO productores de empleo, trajeron consigo déficit fiscal, que
fue subsanado con mayores cargas impositivas para, poste-
riormente, recurrir a tácticas inflacionarias que iban desde
Germán Pérez Fernández del Castillo
aumentar el circulante hasta incrementar el endeudamiento
Pablo Armando González Ulloa Aguirre
del país en cuestión. Así, la socialización de los riesgos in-
dividuales por parte del Estado ya no era rentable. En este
sentido, la labor omniabarcante del Estado trajo consigo
Definición
críticas desde diversas posturas. Por un lado, la perspectiva
económica, representada por Hayek y Kalecki, y por el otro,
La definición de la reforma del Estado puede resumirse, de
la política, representada desde la izquierda y la derecha por
manera general, como la necesidad de todo gobierno por
diversos intelectuales que van desde Niklas Luhmann, Jürgen
actualizar sus instituciones y formas de interrelación con la
Habermas y Offe, entre otros.
sociedad en función de las transformaciones de su entorno. El
antecedente puede ser la inadecuación no sólo institucional,
Líneas de investigación y debate
sino también jurídica, económica o de comunicación política
contemporáneo
respecto del grado de desarrollo de la sociedad en su conjunto.
El Estado y la sociedad cambian, evolucionan, tienen re-
De acuerdo con el discurso liberal de Hayek a Samuel
trocesos; por ello, los cambios son fundamentales para que
Huntington, el Estado era demasiado rígido, poco fluido
éste se adapte a los nuevos tiempos según las modificaciones
y centralizado: omniabarcante. La burocracia y las empre-
que se vayan suscitando y las necesidades surgidas. Las refor-
sas paraestatales eran grandes e ineficientes. La planeación
mas, por lo tanto, muchas veces son reactivas a los tiempos;
económica se percibe como coercitiva y, además, limita la
otras veces son adaptativas, y en pocos casos, incluso, pro-
libertad democrática de los individuos para crear un nuevo
veen los tiempos de cambio. Puede decirse que existe una
consenso social.
constante persecución entre la reforma y la historia, o entre
Huntington, de hecho, comparte casi la misma visión al
la historia y la reforma.
argumentar que la libertad y la democracia se veían ame-
Con todo, la reactividad de la reforma no significa, de
nazadas ante el creciente poder del Estado por medio de
ninguna manera, progresividad. De hecho, una reforma
la seguridad social. Una crisis del gobierno democrático, en
puede ser reaccionaria, es decir, que promueva el “cambiar
este panorama, era presentada como el subproducto de un
todo para que nada cambie”. Es el clásico gatopardismo, en
exceso de democracia. Se trata de un escenario ―plantea―
el que los supuestos cambios no son tales, sino que tienen
de potencial ingobernabilidad que, sin embargo, requiere ser
un sentido de fortalecimiento de ciertos grupos, aunque la
gobernado (Crozier, Huntington y Watanuki, 1975).
reforma también puede ser efectivamente modernizadora y
En este sentido, el problema ligado al Estado benefactor u
reactualizar las estructuras políticas y económicas, en rela-
obeso (como se le hacía nombrar) es que trataba de dar cauce
ción con las sociales.
POLÍTICA
representantes de organizaciones formalmente privadas que,
sin embargo, actúan en la esfera pública y se preocupan por
temas de interés general.
Matilde Luna Ledesma Así, entendida apropiadamente, la representación polí-
José Luis Velasco tica debería incluir también las relaciones de representación
presentes en este campo mixto en el que coexisten, en mutua
colaboración y competencia, políticos profesionales, miem-
Definición bros de la burocracia gubernamental, organismos privados,
movimientos sociales, organizaciones civiles y una gran va-
La representación política es (y con razón, dada su indudable riedad adicional de actores públicos y privados. No sólo la
importancia) la forma de representación que más atención ha identidad de los representantes y representados, sino también
recibido en las ciencias sociales. Sin embargo, no es la única las funciones de cada uno de ellos, los criterios de designación
forma existente. Las relaciones de representación tienen una y elección de representantes, el tipo de decisiones que los re-
importancia obvia en, por ejemplo, los intercambios econó- presentantes pueden tomar y varios otros aspectos relevantes
micos y los procesos jurídicos. De hecho, se puede encontrar para el análisis de la representación política son muy diferen-
la representación en cualquier ámbito de la vida social (en las tes en esta esfera pública que coexiste con las instituciones
relaciones familiares, en los deportes, en la ciencia, etcétera). políticas tradicionales.
Conviene, por lo tanto, partir de una definición amplia,
como la que da Max Weber. Según este autor, la representa- Historia, teoría y crítica
ción ocurre siempre que, “dentro de una relación social […]
la acción de ciertos miembros (los ‘representantes’) puede ser El término representación proviene del latín repraesentare,
atribuida a otros (los ‘representados’)” (1978: 46-47). En otras conformado por re- y praesentare. Etimológicamente significa
palabras, hay una relación social de representación cuando los “poner de nuevo algo frente a algo o alguien”. Obviamente, las
actos o palabras de ciertas personas son imputados a otras. relaciones de representación existen y han existido en cual-
Entendiéndola así, como propiedad de ciertas relaciones so- quier sociedad. Basta con que una persona (un embajador,
ciales, podemos definir la representación política como una un padre de familia, un comerciante, un jefe guerrero) actúe
relación social en la cual las acciones políticas de una persona en nombre de otros para que se pueda hablar de represen-
Bibliografía
NO VIOLENTA 1 2000: 24, 26, 28, 59, 113). En una reciente declaración del
Congreso Nacional Indígena (cni) en Xayakalan (9 agosto
2009) se apunta muy bien esto: “La resistencia es […] nuestra
Pietro Ameglio Patella alternativa histórica, […] es conservarnos”.
Foucault puntualizaba bien al respecto: “Desde el mo-
mento mismo en que se da una relación de poder, existe una
Definición posibilidad de resistencia. Nunca nos vemos pillados por el
poder: siempre es posible modificar su dominio en condi-
Resistencia civil: ¿el qué? ciones determinadas y según una estrategia precisa” (1980:
La resistencia civil y la noviolencia son dos conceptos centrales 258-259).
para la construcción de nuestra especie, aún más joven de lo Según Michael Randle, la resistencia civil desarrolla un
que quisiéramos aceptar. Para Konrad Lorenz, los actuales método de lucha colectivo que no recurre en principio al uso
humanos podríamos aun considerarnos como el eslabón de la violencia en un sentido de impunidad, unilateralidad ni
perdido, o sea, la humanidad de nuestra especie es todavía destrucción de los cuerpos adversarios aunque “su uso, algu-
un proyecto en construcción, un deseo más que una realidad nas veces, ha estado combinado con una limitada violencia”.
(1994). Si uno pone atención al número de genocidios —el La base está “en la idea básica de que los gobiernos depen-
máximo grado de la acción inhumana— acaecidos en las den en último término de la colaboración, o por lo menos
últimas décadas, y a que un quinto de la población mundial de la obediencia de la mayoría de la población, y de la lealtad
no sabe si comerá al otro día, entonces tal vez no suene tan de los militares, la policía y los servicios de seguridad civil”
descabellada esta afirmación. (1994: 25). Muchas veces es además asociada o fundida con
Todo ser que se precie de humano debe tener como un las formas de lucha noviolenta activa, aunque no necesaria-
valor fundamental la capacidad de resistir a lo inhumano, lo que mente implique que acepte una ética pacifista o noviolenta
históricamente ha permitido a la especie pasos sustantivos (que tampoco son lo mismo entre sí). En realidad, el término
de avance hacia lo humano; el que está vivo resiste, resistir noviolencia no es del todo afortunado y reiteradamente se ha
es defender la vida. En principio, además, este tipo de lucha prestado a malos entendidos, al significarse por la aparente
social al llevar el apellido de “civil”, nos remite también al negación de algo —la violencia— lo que no da necesaria-
terreno de la lucha por la ciudadanía o la ciudadanización de mente la idea de lo que en realidad es: “La noviolencia no
grandes masas de individuos, excluidos de muchos derechos es la antítesis literal y simétrica de la guerra. La noviolencia
del orden social dominante. es, ella misma, guerra o, por decirlo mejor, lucha…” (López,
Es útil, de inicio, reconocer que podemos hablar de 2006: 180).2 De ahí que en diferentes lugares los pueblos
“resistencia” desde diferentes enfoques: “la resistencia ar- y movimientos sociales han intentado definir este tipo de
ticulada al poder de la que habla Foucault; la resistencia lucha con categorías más adaptadas a sus propias culturas:
que opone la multitud al imperio, de la que tratan Hardt y Gandhi la llamó la “Fuerza de la Verdad”; Martin Luther
Negri […]; Juan Gelman [hablaba] de la resistencia como King, la “Fuerza del amor”; en Filipinas, el “Poder del pue-
la única forma de no aceptar la derrota […]; la resistencia blo”; en Brasil se le ha llamado la “Firmeza permanente”; en
como rendición, de Žižek […] la resistencia freudiana como Checoslovaquia, el “Poder de los sin poder”; en México, re-
‘recurso del sujeto para resistir el saber inconsciente’” (Aguilar, cientemente, ha sido la “Resistencia civil pacífica”.
2013: 126). Asimismo, esta resistencia puede ser más o menos Continuando con la caracterización de la resistencia, es
abierta y civil o encubierta y cotidiana-cultural: “cuanto más bueno precisar que “en la resistencia pasiva se va establecien-
grande sea la desigualdad de poder entre los dominantes y los do un equilibrio inverso con la identidad del otro que busca
dominados y cuanto más arbitrariamente se ejerza el poder, la continuidad, se trata de una relación de fuerzas opuestas
el discurso público de los dominados adquirirá una forma enfrentadas, pero que no buscan llegar a la ruptura; en la
más estereotipada y ritualista […] un respeto y una sumisión resistencia activa este equilibrio se rompe” (Ameglio, 2002:
que son probablemente una mera táctica de (sobrevivencia)” 117-118). Gandhi mismo transformó la tradicional resisten-
(Havel, 1992: 143-193), pues en el “discurso oculto” puede
haber acciones de mucha resistencia “fuera de escena”. Evitar
formas de “confrontación abierta con las estructuras de au-
toridad” ha sido siempre una característica de la resistencia
en sus etapas iniciales, y sólo cuando estas acciones fracasan
2 Gandhi decía que “la no-violencia no tiene nada de pasivo […]
es la fuerza más activa del mundo” (Gandhi, 1985: 130, 134).
1 Para este texto utilizaremos, entre otras reflexiones, algunas Afirmaba también el padre Donald Hessler que “La noviolen-
partes textuales de ciertos artículos elaborados en los últimos cia es la más violenta de las violencias, pero no busca eliminar
años: Ameglio, 2005; 2007. al adversario sino su conversión a la justicia” (1995: 28-29).
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México: Trillas. 1 Se agradece la colaboración de Andrés Alba B. en la búsqueda
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DERECHO
la racionalidad legal, que en principio caracteriza a los Es-
tados modernos, dentro del mapa conceptual de las formas
de dominación que prevalecen en las sociedades humanas
Antonio Azuela (es decir, de los tipos ideales de la dominación tradicional,
carismática y racional), lo cual constituye una de las contri-
buciones fundamentales del pensamiento weberiano. Como
Definición se sabe, ello forma parte de un proyecto encaminado a com-
prender las transformaciones que condujeron al ascenso del
La frase sociología del derecho puede usarse en diversos senti- capitalismo y a la formación de los Estados modernos en
dos. En un sentido estricto, se refiere a la investigación de los Occidente. Un aspecto fundamental de ese proyecto es el de
fenómenos jurídicos a través de las categorías y de los méto- haber establecido una relación verosímil entre el derecho y
dos propios de la sociología como disciplina. En un sentido la racionalidad propia de la Modernidad.
amplio, suele utilizarse (incorrectamente) para referirse a Pero hay algo más en la obra de Weber: en su sociolo-
cualquier investigación de dichos fenómenos desde el punto gía del derecho (capítulo séptimo de Economía y sociedad,
de vista del significado o los efectos que puedan tener más 1967) se despliega un ambicioso análisis que problematiza
allá del mundo de los juristas y los operadores del derecho. el papel del orden jurídico en la formación de las socieda-
Lo que ambos tienen en común es que abordan cuestiones des modernas. Como parte de la búsqueda por definir las
socialmente relevantes del mundo del derecho que no suelen múltiples vinculaciones entre derecho y economía, Weber
ser reconocidas como problemas propios de la ciencia jurídica, insiste en que los fenómenos jurídicos no se pueden deducir
tal como ésta se definió desde el siglo xix, con el ascenso del de la lógica de las relaciones económicas, a pesar de que ellos
positivismo jurídico. sean indispensables para el desarrollo de estas últimas. En
En las páginas que siguen se tratará de establecer una particular, muestra cómo a lo largo de la historia, las formas
diferencia de tipo contextual entre la sociología del derecho, de razonamiento propias de los juristas añadieron al dere-
como una variante más, y los estudios socio-jurídicos, como cho características específicas que no son deducibles de los
la investigación que explora la dimensión social del derecho requerimientos de la economía.
dentro de las escuelas y facultades correspondientes. Como Se trata probablemente de la primera formulación, en cla-
veremos, estos últimos han estado marcados por un rasgo ve sociológica, de la autonomía del orden jurídico a partir de
general: sustentan una revuelta en contra del formalismo que las cualidades que él mismo asume en las sociedades moder-
durante más de un siglo ha predominado en el pensamiento nas, o sea la positivización, la legalidad y la formalidad. De ahí
jurídico. Las convergencias y divergencias entre estos estudios se deriva una cuestión central: si el derecho tiene “su propia
y la sociología del derecho propiamente dicha constituyen lógica”, ¿no ha de tener también sus propias consecuencias?
una clave fundamental para entender el desarrollo de este Más allá de que esto significaba un deslinde sobre las
campo de estudio que, a pesar de su heterogeneidad interna, posiciones que proclaman que el derecho no es más que un
produce ideas y debates de una enorme riqueza, que son in- “reflejo” de las relaciones económicas, era la primera vez que
dispensables para conocer el significado del orden jurídico se planteaba una de las preguntas que hasta hoy movilizan
en las sociedades contemporáneas. (y a la vez justifican) a toda una vertiente de la sociología
s 502 Solidaridad
el bienestar de las víctimas, hasta el compromiso personal asalariado, la manipulación mediática, el crimen organizado,
que —por ejemplo— un profesional de la salud brinda a la guerra y muchas otras problemáticas semejantes.
enfermos terminales de sida o a comunidades afectadas por Identidad. En la literatura disponible el surgimiento de la
epidemias como la malaria. solidaridad suele explicarse por la presencia de vínculos de
En el intermedio, también se refiere a una gran cantidad identidad entre los individuos: emerge cuando tienen refe-
de prácticas desarrolladas por fundaciones y organizaciones rencias culturales o funcionales compartidas en su historia
no gubernamentales, grupos de base, sindicatos de trabaja- (étnicas, nacionales, religiosas, filosóficas, laborales, etcéte-
dores, asociaciones profesionales y técnicas, comunidades ra) que les motivan y facilitan el desarrollo de relaciones de
étnicas y religiosas, entre muchos otros actores, orientados a tipo cooperativo. No obstante, la solidaridad también con-
la ayuda mutua y a la gestión de necesidades y demandas de tribuye al desarrollo de la identidad: favorece los vínculos de
los propios participantes, o bien, a brindar apoyo a individuos pertenencia. En consecuencia, es efecto y causa de la iden-
y comunidades en condiciones de pobreza o de violación de tidad social; surge a partir de ella, pero también la recrea y
sus derechos humanos más elementales. ¿Habrá otra pala- la promueve.
bra mejor para referirnos a dichos procesos sociales que la de El vínculo estrecho de la solidaridad con la identidad
solidaridad? La respuesta debe ser negativa o, al menos, un social es uno de los rasgos que permiten separarla analí-
matizado “probablemente, no”. Si tal es su importancia y re- ticamente de muchas otras formas de cooperación social,
levancia, ¿cuáles son, entonces, sus características distintivas? pues aunque todas operan bajo principios de justicia, mu-
Un lugar común en las ciencias sociales es señalar que de- chas no crean y recrean procesos identitarios. En especial,
terminada palabra no goza del mismo significado conceptual las formas de cooperación que llegan a desarrollarse en el
para distintos autores; en el caso de solidaridad, tal situación mercado (cuando hay intercambio equitativo de bienes y
se presenta cuando comparamos las definiciones elaboradas servicios) están, por definición, marcadas generalmente por
al respecto. Sin embargo, tenemos distintos caminos para dinámicas de interés, coyunturales y pragmáticas. Asimismo,
sobreponernos al señalamiento, uno de ellos es recurrir a un algunas de las dinámicas sociales estudiadas por la teoría
método de aproximación fenomenológico: si analizamos la del comportamiento colectivo, como es el caso de las mul-
literatura clásica y la más importante de los últimos años titudes, no requieren vínculos de solidaridad aunque sean
sobre el tema (la cual citaremos en las siguientes secciones igualmente expresiones de procesos cooperativos.
del presente ensayo), podremos identificar varias caracterís- Cohesión social. Debido a sus características identitatarias,
ticas frecuentemente mencionadas: cooperación, identidad, la solidaridad es un importante factor de cohesión social,
cohesión y atención de los derechos humanos; asimismo, es decir, densifica y estabiliza las relaciones sociales entre
encontraremos otras que, aunque también señaladas, no los individuos y los grupos participantes, lo que favorece la
deberían integrarse en una definición general: deber moral, creación de marcos normativos donde los individuos pueden
fraternidad y caridad. El método puede considerarse prag- compartir expectativas y procedimientos intersubjetivamente
mático y ecléctico, pero al menos nos ayudará a establecer válidos. Por ello, donde hay solidaridad, los individuos pue-
puentes de diálogo en el océano de opiniones tan diferentes den anticipar las respuestas de sus interlocutores y orientar el
y a fundamentar la definición de solidaridad que se presen- curso de sus actividades de manera cooperativa. Sin embargo,
tará más adelante. a la inversa funciona distinto: la cohesión social no siempre
Cooperación. En primer lugar, la solidaridad debe presupone o crea solidaridad porque hay diversas formas de
entenderse como una relación social que comparte una carac- cohesión social que no cumplen con el primer requisito se-
terística importante con muchas otras igualmente presentes ñalado: la cooperación. En efecto, sistemas de estratificación
en la sociedad: procede de principios de justicia distributiva, social, como el de castas, manifiestan altos niveles de cohe-
es decir, acordes con la máxima “a cada quien lo que le co- sión, pero no operan bajo principios de justicia. Lo mismo
rresponda”. A este grupo de relaciones sociales lo podemos puede decirse de muchas otras formas de organización social
llamar cooperación e incluye actividades tan distintas como cohesionada donde se reproducen distintos mecanismos de
el ejercicio democrático y republicano del poder, el trabajo dominación (por ejemplo, el “orden” impuesto en un sistema
académico dentro de un equipo científico, el intercambio de político autoritario, en el trabajo esclavo o en las relaciones
mercancías sin precios monopólicos o explotación, el ejer- inequitativas entre géneros).
cicio ético y responsable de una profesión, la autogestión de Atención de los derechos humanos. En los estudios empíricos
demandas, la equidad entre los géneros y, desde luego, la so- disponibles es común considerar que el objetivo central de la
lidaridad, por citar sólo algunos ejemplos. Todas ellas tienen solidaridad es atender necesidades consideradas como básicas
la peculiaridad de intercambiar bienes o servicios mediante o importantes por los actores individuales o colectivos partici-
procedimientos considerados por los participantes como pantes, ya sea como destinatarios, ya sea como promoventes, ya
justos. Contrario a la cooperación son las relaciones socia- sea en ambas posiciones. La atención de los derechos humanos
les donde priva el abuso o el dominio de unos hacia otros: es una propiedad de la solidaridad prefigurada en las caracte-
el ejercicio autoritario del poder, la explotación del trabajo rísticas cooperativas señaladas con anterioridad. Sin embargo,
cuando le dábamos tal calificación, nos referíamos únicamente
Solidaridad 503 s
al procedimiento más general que comparte con muchas otras de cierto sentimiento de obligación moral de parte de los
relaciones sociales, o sea, guiarse bajo principios de justicia; no participantes. Sin embargo, esta lectura no es adecuada,
aludíamos a la materia específica de los beneficios ocasionados. pues, de acuerdo con dicho texto, la obligación moral sólo se
En esta última perspectiva, la solidaridad tiene que ver con un presenta en una forma de solidaridad: la que llamaba mecá-
tipo particular de beneficios: la atención de los derechos huma- nica, no así en la resultante de la división social del trabajo.
nos, por lo que posee una dimensión marcadamente normativa, En el contexto de una actualización de la perspectiva
como señalamos con anterioridad. durkheimiana, diremos que la solidaridad está enlazada con
En efecto, las conductas cooperativas acarrean, por defi- un sentimiento de obligación moral sólo cuando la identi-
nición, beneficios a los participantes, pero lo distintivo de la dad que la soporta se construye culturalmente y no cuando
solidaridad es atender necesidades consideradas como básicas la identidad se desarrolla instrumentalmente. Son los casos,
o fundamentales en el marco de un horizonte cultural. La por ejemplo, de aquéllos relacionados con la pertenencia a
solidaridad no es, por lo tanto —y ejemplificando—, la con- comunidades étnicas o religiosas, a una determinada nación
ducta cooperativa resultante de la creación de una sociedad y a perspectivas filosóficas o ideológicas de significado vital.
de accionistas, ni la contribución monetaria de un grupo de En todas estas situaciones, la definición identitataria es tan
trabajadores para adquirir un inmueble que sirva como sede relevante para los individuos adscritos, que ocasiona debe-
sindical, ni la donación de fondos para organizar la fiesta de res y obligaciones morales respecto de la conducta social por
graduación al terminar la universidad. En todos estos casos, desarrollar. Sin duda alguna, tal conducta tiene un altísimo
como muchos otros semejantes, nos movemos en el campo nivel de automotivación.
de otro tipo de necesidades que no se relacionan con las con- Pero no todas las conductas solidarias necesitan dicho
sideradas como básicas o fundamentales. componente motivacional de orden moral, por lo cual no lo
Más bien, el objetivo de una conducta solidaria es la integraremos en nuestra definición de solidaridad. Al respecto,
atención de los derechos humanos, es decir, el conjunto de destacan todas aquellas conductas donde el motivo es el logro
necesidades que se precisan resolver para lograr el desarrollo de objetivos personales, pero que sólo pueden realizarse mediante
integral de las personas en el marco de un horizonte cultural. la organización y mantenimiento de determinados grupos, por
Algunas son básicas, como las de alimentación, educación, sa- lo que el trabajo solidario se persigue por fines preponde-
lud, protección del medio ambiente y respecto a la integridad; rantemente instrumentales, y la identidad que lo soporta es
otras son más complejas y de distinto nivel, como son las de igualmente instrumental.
asociación, libertad de expresión y conciencia, participación Estudiadas en detalle por autores como Michael Hech
cívica y respeto a la propia tradición cultural. ter (1987), las conductas solidarias abarcan casos como la
En el contexto de las sociedades contemporáneas, la aten- formación de asociaciones de pobladores para resolver de-
ción de los derechos humanos puede realizarse mediante mandas de servicios públicos, en los que la motivación está
distintos procedimientos. Uno muy importante es el mercado: basada generalmente en intereses individuales o familiares,
a través del intercambio monetario, los individuos obtienen pero que requiere el trabajo con otros vecinos por razones
bienes y servicios que les permiten garantizar diversas necesi- pragmáticas; también, las organizaciones sindicales estruc-
dades básicas. Otro procedimiento es la solidaridad, donde el turadas corporativamente, en las cuales la participación de
despliegue de conductas de asistencia, promoción o defensa de los afiliados no proviene frecuentemente de una motivación
los derechos humanos permiten resolver necesidades básicas voluntaria, sino que deriva de obligaciones institucionales
o fundamentales tanto de individuos como de colectividades. más o menos coercitivas.
Éstas consisten en: 1) asistencia, cuando la atención de las ¿Fraternidad? Se suele señalar a la solidaridad como una
necesidades se realiza por medio de mecanismos de donación forma de conducta equivalente e incluso mejor que la idea de
y ayuda directa. Es el caso, por ejemplo, de los programas de fraternidad (escrita en el ideario de la Revolución francesa y
salud públicos o de organizaciones privadas, en los que el be- de honda herencia cristiana). Esta equivalencia entre solida-
neficio es subrogado por fondos aportados por donantes en ridad y fraternidad supone que la primera tendría siempre el
la totalidad, o bien con la colaboración de los beneficiarios; alcance universalista de la segunda: todos los seres humanos
2) promoción, cuando la atención de los derechos se realiza comparten una misma dignidad de derechos y deberes mu-
con la participación organizada de los beneficiados, por me- tuos. La característica que señalamos con anterioridad —el
canismos como la autoayuda y la autogestión, y 3) defensa, vínculo entre solidaridad y derechos humanos— reforzaría tal
cuando la atención se logra mediante actividades de presión, apreciación. Sin embargo, aunque toda forma de solidaridad
sea por procedimientos legalmente establecidos, o bien por guarda relación con la atención de determinados derechos
procedimientos no formalizados como es el caso de las mo- humanos, la procuración de éstos no tiene necesariamente un
vilizaciones sociales. alcance universalista, como sí lo tiene la idea de fraternidad.
¿Deber moral? Tal vez debido a la influencia de cierta En efecto, la atención de los derechos humanos puede tener
lectura sobre los escritos tempranos de Émile Durkheim, una lógica exclusivamente particularista, y la acción solidaria
en especial de la División del trabajo social (1982), algunos correspondiente puede estar restringida únicamente a quie-
autores sostienen que la solidaridad sería la consecuencia nes pertenecen a un determinado grupo local, sin interés en
s 504 Solidaridad
cualquier otro. Como veremos en el siguiente apartado, la ma- tidad, es resultado de la presencia de referencias culturales
triz identitataria que facilita el surgimiento de una conducta o funcionales compartidas. Como cohesión social, densifica
solidaria puede ser de alcance comunitarista o funcional en y estabiliza las relaciones sociales de los participantes. Fi-
un extremo, o bien, universalista en el otro. Sólo a esta últi- nalmente, la solidaridad tiene una dimensión fuertemente
ma situación correspondería la calificación de fraternidad. normativa porque es un procedimiento para atender los
¿Caridad? Para construir una definición de solidaridad, derechos humanos mediante actividades de asistencia, pro-
varios autores suelen comenzar sus estudios con un cues- moción o defensa.
tionamiento muy crítico de la palabra caridad; el recurso es
contraponer ambas palabras de manera total. De acuerdo con Historia, teoría y crítica
esto, la caridad es una práctica de ayuda propia del cristia-
nismo, de validez premoderna y claramente contrapuesta a La palabra solidaridad proviene del latín solidus, es decir, ‘só-
la solidaridad, sobre todo porque es de tipo “asistencialista” lido’, y denota la realidad de un cuerpo que, debido a la gran
—no se debe confundir con la asistencia social— y no está cohesión de sus partes, mantiene forma y volumen constantes.
interesada en la justicia social, ni mucho menos en el cam- En su aplicación social, es muy probable que se utilizara por
bio estructural de las condiciones que producen pobreza y primera vez en el ámbito del derecho romano clásico; por lo
desigualdad social. mismo, la encontramos varias veces en el Digesto, la codifica-
Esta opinión es más bien un juicio anacrónico, en el cual ción que sobre el derecho latino mandó realizar el emperador
se confunden de manera injustificada las condiciones que bizantino Justiniano I (1889) en la primera parte del siglo vi.
en las sociedades actuales facilitan el desarrollo de políticas En el libro IV, título IX de dicho texto, leemos lo siguiente:
públicas orientadas al combate de la pobreza y la promoción
de la justicia social —en especial, como consecuencia de la Estas acciones, aunque son honorarias, son, sin embar-
riqueza generada por la industrialización y de las oportuni- go, perpetuas; pero no se darán contra el heredero. Por
dades de cambio que abren los regímenes democráticos—, esto, si un esclavo administró la nave y murió, tampoco
y las posibilidades tan restringidas que al respecto ofrecían se dará la acción de peculio contra el señor, ni den-
las sociedades premodernas —caracterizadas por la escasez tro del año. Pero cuando con la voluntad del padre ó
y la presencia de estructuras de poder autoritarias—. Por lo del señor administra el esclavo ó el hijo la nave, ó la
mismo, no concuerda con la historia del quehacer social de venta, ó el mesón, opino que también deben soportar
la religión cristiana en el mundo occidental, que siempre ha solidariamente esta acción, como si solidariamente
estado limitada por las oportunidades económicas y políticas hubieren aceptado la responsabilidad de todo lo que
ofrecidas en cada época. Tampoco concuerda con la autoper- allí acontece (§ 6).
cepción moderna tanto católica como protestante, en la que
la caritas (caridad) no se confunde con el asistencialismo sino En este texto ya encontramos las características básicas
que es un tipo de solidaridad motivada por una fe religiosa del concepto jurídico de solidaridad: significa los compro-
y que conlleva: 1) un sentido de compromiso moral con el misos mutuos que adquiere una determinada persona con la
logro del bienestar de quienes sufren pobreza o injusticia, y parte deudora de una obligación; todo con el fin de garantizar
2) un marco de interpretación universalista —la hermandad su cumplimiento (deudores solidarios). Significado repetido
de todos los seres humanos en cuanto “hijos de Dios”—.2 en el primer código civil del mundo moderno: el Code civil
La caridad mantiene así un vínculo estrecho con la solidari- de Napoleón (1804)3 y, a partir de ahí, en muchos otros có-
dad, el deber moral y la fraternidad; de ahí que toda acción digos civiles elaborados durante los últimos doscientos años.
de caridad sea solidaria, pero no toda forma de solidaridad Con el advenimiento del siglo xix, la palabra solidaridad
sea caritas, porque no siempre está motivada por un deber trascendió el ámbito del derecho y comenzó a ser utilizada
moral ni, mucho menos, de índole religioso, como tampoco por autores provenientes de otras disciplinas. Tal es el caso
presupone en todos los casos una perspectiva de fraternidad, de Charles Fourier (1772-1837), pionero del pensamiento
de identidad universalista de las personas. socialista. En su escrito Teoría de los cuatro movimientos y de
Hechas las aclaraciones anteriores, ahora sí estamos en los destinos generales de 1808, utiliza las palabras solidario y
condiciones de presentar una definición sustantiva de so- solidaridad (1841: 332-333) para definir el tipo de vínculos
lidaridad: son las relaciones sociales de cooperación que, que deberían prevalecer entre los distintos sectores de la so-
fundamentadas en vínculos de identidad, generan cohesión ciedad en la etapa que llamó “civilización”. En específico se
en los participantes y se orientan a la atención de los dere- refería al “cuerpo comercial”, el cual debería ser “solidario y
chos humanos. Como cooperación, la solidaridad pertenece subordinado a los intereses de productores, fabricantes, agri-
al grupo de relaciones sociales orientado por principios de cultores y propietarios” (222), en lugar de proceder mediante
justicia. Como conducta fundamentada en vínculos de iden- el dominio por la fuerza —como en la etapa de barbarie—
2 Cf. Benedicto XVI, 2005; 2009; World Council of Churches, 3 Véase Libro III, Título III, Capítulo III, Sección IV, “Des
2008. obligations solidaires”.
Solidaridad 505 s
o mediante la libre concurrencia, su participación debería más clara la influencia del cristianismo en la concepción de
orientarse al bien de toda la sociedad (concurrencia social). la solidaridad y de las reformas concomitantes, pues muchas
En el libro de Fourier no se encuentra un uso sistemático veces la entiende como la comunidad de todos los seres hu-
y teóricamente desarrollado de la palabra solidaridad; se em- manos redimidos por Jesucristo.
plea de manera más bien práctica. Sin embargo, observamos En la segunda parte del siglo xix, la importancia de la
una connotación claramente normativa, pues denota un ideal solidaridad en la historia de las ideas adquirió un nuevo
de relaciones sociales. Presupone, entonces, la herencia del empuje con el uso dado por los revolucionarios de la época,
derecho: la presencia de deberes de unos para otros, aunque pues se convirtió en el instrumento de emancipación de los
hay un enriquecimiento de la palabra al utilizarse en el marco obreros. Al respecto, en los Estatutos de la Asociación In-
de una propuesta de reforma social. ternacional de Trabajadores, redactados originalmente por
El uso sistemático y teóricamente desarrollado de la pala- Karl Marx en 1864, leemos lo siguiente:
bra lo encontraremos por primeva vez en Pierre Leroux, quien
también fue el primero en acuñar la palabra socialismo. En su […] que la emancipación de la clase obrera debe ser
libro De l’humanité de 1840, plantea que la solidaridad es la obra de los obreros mismos; […] que todos los es-
alternativa a la caridad porque ésta sólo actúa a favor de las fuerzos dirigidos a este gran fin han fracasado hasta
personas por motivos de “obligación” y no por una auténtica ahora por falta de solidaridad entre los obreros de las
preocupación y, además, porque la igualdad no tiene ningún diferentes ramas del trabajo en cada país y de una
lugar en ella.4 La solidaridad, en cambio, es el vínculo univer- unión fraternal entre las clases obreras de los diver-
sal que existe entre todos los seres humanos, por lo que éstos sos países (2000).
son iguales y tienen un destino común.5 Un destino que Le-
roux explica mediante un lenguaje cuasi religioso, en el que La palabra solidaridad adquiere, entonces, tres significados
relaciona la solidaridad con la devoción hacia la humanidad y normativos cuando ya no se restringe al campo del derecho;
con una lectura muy personal del significado de Dios y de las significados frecuentemente relacionados: 1) de índole hu-
enseñanzas de Jesús.6 manista, relativo a la concepción de los vínculos constitutivos
El doble lenguaje utilizado por Leroux, uno estrictamente y de los deberes mutuos que hay entre todos los seres huma-
secular y otro relacionado con categorías de origen religioso, nos. En este aspecto, hay versiones seculares y religiosas; 2) de
nos puede ayudar a explicar por qué la palabra solidaridad reforma social, relacionado con propuestas de mejoramiento
ha sido bienvenida por grupos que se identifican, en mayor progresivo de la sociedad, y 3) de tipo revolucionario, vincu-
o menor medida, con cualquiera de los dos lenguajes. En mi lado a movimientos socialistas y comunistas.
opinión, la razón se encuentra en el significado frecuente- Junto al significado normativo de la palabra, en la primer
mente universalista que se le ha dado a la palabra solidaridad. parte del siglo xix también comenzó a desarrollarse un uso
Su significado fue construido por primera vez por Leroux preferentemente descriptivo, en especial a partir de la obra
y ha sido convergente con todas las formas de humanismo, de Augusto Comte, para quien solidaridad significaba ge-
sean seculares o de inspiración religiosa. neralmente ‘relación de cohesión’, pero no necesariamente
La doble vertiente secular y religiosa de la palabra soli- ‘relación social de cohesión’. Al respecto, en el Discurso sobre
daridad se desarrolló de igual manera en el primer libro que el espíritu positivo de 1844, la palabra y sus variantes aparecen
la llevó como título, cuyo autor fue un discípulo de Fourier mencionadas doce veces7 y se utiliza para denotar la relación
interesado en difundir su obra: Hippoliyte Renaud. La obra estrecha entre aspectos tan variados como: la ciencia y el arte
se titula Solidarité. Veu synthétique sur la doctrine de Charles (§ 22), el orden y el progreso (§ 43), la teología y la moral
Fourier (1842), y en ella se utiliza, desde una perspectiva (§ 49 y 50), y la inteligencia y la “sana filosofía” (§ 63), por
normativa y universalista, pues el autor está claramente in- mencionar algunos ejemplos. En cambio, sólo en una oca-
teresado por los trabajos de reforma de la sociedad que se sión la palabra es utilizada para denotar la relación entre los
llevarían a cabo en la comuna. El paralelismo con la obra de individuos y la sociedad, a la que llama solidaridad social:
Leroux es tal que Renaud casi repite el título de varios ca-
pítulos, por ejemplo, al segundo y al tercero los llama “Unité El conjunto de la nueva filosofía tenderá siempre a
de l’homme avec lui-même”, y al cuarto, “Unité de l’homme hacer resaltar, tanto en la vida activa como en la vida
avec Dieu et avec l’univers”. Sin embargo, en este trabajo es especulativa, el vínculo de cada uno con todos, en una
multitud de aspectos diversos, de manera que se haga
involuntariamente familiar el sentimiento íntimo de
4 En Leroux se observa, por primera vez, lo señalado anterior-
mente: para fundamentar su idea de solidaridad, realiza una
la solidaridad social, extendida convenientemente a
crítica de la idea de caridad. todos los tiempos y a todos los lugares (§ 56).
5 Cf. el capítulo IV, “Solidarité mutuelle des hommes” (1845:
157-175).
6 Cf. el capítulo V, “La solidarité des hommes est éternelle” (176-
230). 7 Véase: § 18, 22, 24, 36, 39, 43, 45, 49, 50, 56, 63 y 68.
s 506 Solidaridad
Otros autores continuaron con el desarrollo conceptual construir un modelo analítico que, basado en la definición de
de la palabra solidaridad en los últimos decenios del siglo solidaridad desarrollada en el primer apartado de este trabajo,
xix, pero la doble dimensión mencionada —normativa y nos permita relacionar la mayor cantidad posible de estudios
descriptiva— se estableció de manera temprana y caracte- empíricos sobre solidaridad. A este modelo lo llamaré enfoque
rizará toda su historia, hasta el presente. Por lo mismo, la cultural y estructural de la solidaridad, y su rasgo distintivo es
obra más importante que se escribió sobre el tema en el el énfasis dado a los procesos de identidad sobre los cuales se
siglo xix, La división social del trabajo, publicada en 1893, construyen las prácticas solidarias. Supone partir de la pers-
de Émile Durkheim (1982), transitará el mismo camino pectiva durkheimiana, pero reconstruyéndola en gran medida.
pero de manera notable. Por una parte, porque mediante Desde dicha perspectiva, y de acuerdo con nuestra defini-
la distinción descriptiva entre solidaridad mecánica (por se- ción de solidaridad, la presencia de procesos de identidad es
mejanza) y solidaridad orgánica (por división del trabajo), la una de las características centrales que permiten distinguirla
palabra alcanzó un alto nivel analítico que influyó de ma- de otras relaciones sociales igualmente cooperativas. Por lo
nera muy importante en las ciencias sociales del siglo xx, mismo, clasificaré a las prácticas solidarias en tres grupos:
sobre todo en la sociología e, inclusive, en el mismo derecho. comunitarias, funcionales y humanistas, de acuerdo con las
Por otra parte, sin abandonar la precisión requerida para referencias identitatarias que las fundamenten (véase cuadro
el desarrollo académico del término, Durkheim utilizó di- 1). En los dos primeros casos (solidaridades comunitarias y
cha distinción con el fin de proponer una serie de cambios funcionales) se trata de referencias identitatarias particula-
que consideraba necesarios para resolver las situaciones de ristas, que recuerdan los estudios de Talcott Parsons (1951)
anomia y conflicto de la sociedad en su época. Se conjuntó, sobre las pautas de valor, pues derivan de la pertenencia a
entonces, un sólido análisis descriptivo de la palabra y, con determinados grupos sociales, lo que supone la distinción
ese fundamento, Durkheim elaboró una propuesta norma- de unos participantes respecto de otros.
tiva de reforma social, que descansaba en un nuevo diseño
legal de las relaciones laborales. Cuadro 1: Tipos de solidaridad
Con el advenimiento del siglo xx, la palabra solidari-
dad ha continuado su desarrollo. Ha estado presente de
Tipo de Identidad que Ejemplos
manera significativa en el trabajo de muchos académicos,
solidaridad los fundamenta
pero también en los movimientos sociales reformadores y
revolucionarios; en los idearios de los partidos políticos Comunitaria Particularista- Grupos de base étnica,
socialdemócratas y democratacristianos que configuraron transversal nacional, familiar, de
el proyecto de una Europa unificada (Stjernø, 2005); en el amistad, edad, género,
trabajo de una gran cantidad de organizaciones no guberna- etcétera
mentales; en el pensamiento humanista religioso, en especial Funcional Particularista Organizaciones de clase y
en la Doctrina Social de la Iglesia Católica y en el Consejo técnico-profesionales
Mundial de Iglesias8 (protestantes), y en los programas de
ayuda y desarrollo de las Naciones Unidas, por mencionar Humanista Universalista Políticas públicas
algunos ejemplos relevantes. La doble dimensión que la ha de seguridad social;
caracterizado desde el siglo xix —ser herramienta de aná- organizaciones no
lisis e ideario en pos de una sociedad mejor— explica su gubernamentales
importancia en tantos y tan distintos escenarios. humanistas, etcétera
Teoría
Cuando la solidaridad descansa en la pertenencia de los
Las publicaciones académicas que utilizan la palabra solidari-
individuos a un grupo social específico que define su iden-
dad como categoría descriptiva de determinados fenómenos
tidad de manera transversal, es decir, global en términos
sociales son muy numerosas y se caracterizan por presentar
personales, hablamos de solidaridades comunitarias. Son
una gran cantidad de definiciones y perspectivas analíti-
los casos de los estudios sobre solidaridad en grupos étnicos
cas. Algunos autores, como Michael Hechter (2001), han
(Boswell et al., 2006; Retzlaff, 2007), familias (Silverstein y
propuesto taxonomías clasificatorias de las mismas. Sin
Bengtson, 1997; Whitbeck, Hoyt y Huck, 1994), configura-
embargo, aunque tal proceder es importante, considero que
ción de naciones (Calhoun, 2007; Osa, 2003), comunidades
no es suficiente para fines de investigación porque nos lleva
barriales y grupos de amistad (Spencer y Pahl, 2006), gru-
a la contraposición entre enfoques analíticos, pues formula
pos de edad (jóvenes, adultos mayores…) y de mujeres (Tax,
un enlistado de perspectivas aisladas, sin diálogo de unas
2001), y en tradiciones religiosas (Leff, 2006; Lelyveld, 2003).
con otras. Por lo anterior, propongo un enfoque alternativo:
En todas estas situaciones, la condición identitataria no es
una definición de pertenencia secundaria que sólo abarca-
8 Conocido por sus siglas en inglés como World Council of ría una parte de la vida social de los individuos; más bien, la
Churches (wcc).
Solidaridad 507 s
identidad es transversal: marca todas las actividades sociales dicto XVI, 2005; 2009; World Council of Churches, 2008;
que realizan los individuos y es basamento de la identidad Korgen, 2007). En cualquier caso, ambas visiones comparten
personal. una idea de solidaridad que no se restringe a la presencia de
Por lo anterior, las prácticas solidarias fundamentadas en características particularistas (comunitarias o funcionales),
vínculos de identidad transversal operan siempre bajo prin- sino a una perspectiva valorativa que se considera extensiva
cipios particularistas y, en consecuencia, bajo premisas de para todo ser humano.
distinción entre el “nosotros” y el “ustedes”. Es una distinción La solidaridad basada en el reconocimiento de una iden-
que a veces en la historia ha facilitado el surgimiento de con- tidad humana universal, de una comunidad universal de
flictos, especialmente cuando se transforma en una disputa derechos y obligaciones, es la fuente de la cultura democrática
por el control de determinados bienes y servicios escasos. En moderna orientada a la asistencia, promoción y defensa de
estas situaciones, las prácticas solidarias se vuelven excluyen- los derechos de todas las personas indistintamente de su con-
tes y pueden, incluso, ser motivo de situaciones extremas de dición de raza, edad, credo religioso, género y profesión, por
discriminación y guerra. mencionar sólo unos casos. Es pieza angular de los sistemas
No obstante los riesgos anteriores, en la mayoría de las estatales modernos de seguridad y protección de las garan-
ocasiones, no se llega a tales extremos. Lo que siempre está tías y derechos humanos (Meulen, Arts y Muffels, 2001);
presente es la importancia sustantiva de las identidades y de las actividades de todo tipo de organizaciones sociales y
solidaridades comunitarias, pues son dos de los factores más privadas interesadas en trabajar a favor del bien común y la
fuertes de cohesión social en las sociedades tradicionales y, promoción de los derechos humanos sin distinción de gru-
contrariamente a lo sostenido por muchos clásicos del pen- pos, y de movimientos internacionalistas a favor de la paz y
samiento social, también lo son en las sociedades modernas de la justicia (Goodman y James, 2007).
democráticamente avanzadas. En la práctica, la clasificación de las tres formas de soli-
En el caso de las solidaridades funcionales, las identi- daridad: comunitaria, funcional y humanista, se entrecruzan
dades también son de tipo particularista, pues dependen de en numerosos casos. Por ejemplo, las formas de solidaridad
las actividades que realizan los individuos en el contexto comunitaria y funcional pueden converger frecuentemente en
de la división social del trabajo (Durkheim, 1982). En esta situaciones concretas, lo que les da una fuerza de gestión par-
situación, podemos distinguir dos tipos de estudios em- ticularmente relevante. Esto se observa en los estudios sobre
píricos (Church y Outram, 1998; Joseph, 2000; Turner y los enclaves mineros e industriales (Richards, 1997), donde
Cornfield, 2007): 1) solidaridad de clase, según la ubicación convergen, en un mismo territorio, las solidaridades comu-
de los individuos en las relaciones sociales de producción y nitarias, derivadas de la pertenencia a un ámbito concreto de
en la propiedad de los medios de producción. Son los es- residencia, con las solidaridades funcionales, derivadas del
tudios sobre las prácticas de solidaridad en la clase obrera, ejercicio de una habilidad técnica semejante. Otro ejemplo
en los sectores empresariales y en los campesinos, por citar relevante son las solidaridades en el movimiento juvenil y en
algunos ejemplos; y 2) solidaridad técnico-profesional, de distintos movimientos de mujeres. En ambos encontramos
acuerdo con el perfil de competencias de los individuos en la convergencia de una solidaridad comunitaria basada en la
el mundo del trabajo. Algunos ejemplos relevantes son las pertenencia a un grupo de edad o a un determinado género
formas de ayuda y de gestión colectiva que realizan las aso- y la presencia de identidades funcionales (estudiantes, amas
ciaciones profesionales de científicos, médicos, ingenieros de casa, profesionistas, etcétera).
y abogados, entre muchos otros casos.
Diferente a las solidaridades comunitarias y funciona- Líneas de investigación y debate
les basadas en identidades particularistas, es la solidaridad contemporáneo
humanista que descansa en identidades universales. Inclu-
ye las prácticas de ayuda y colaboración, tanto individual Los estudios más recientes abarcan una gran cantidad de tópi-
como colectiva, motivadas por perspectivas como las ideas cos; por ello, sólo se mencionarán algunas investigaciones que
de fraternidad, igualdad y responsabilidad mutua de todos pueden considerarse de obligada referencia para quienes estén
los seres humanos. Pueden estar fundamentadas en ideas interesados en profundizar en el tema:
estrictamente seculares y en determinadas visiones filosófi-
cas sobre el valor y el destino común de todas las personas 1) La compilación editada por Kurt Bayertz: Solida-
(Brunkhorst, 2005). Al respecto, podemos recordar la máxima rity (1999a). Es un texto importante debido a su
formulada por Kant en la Crítica de la razón práctica: que tu carácter multidisciplinario, pues reúne diecisiete
acción se guíe por un principio que pueda elevarse a princi- estudios agrupados en cinco áreas temáticas: consi-
pio universal de acción (2013: 115); o bien, la Declaración deraciones conceptuales; perspectivas sociológicas,
Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Uni- psicológicas y biológicas; historia de la solidaridad;
das. Pero también suelen estar fundamentadas en tradiciones solidaridad, ley y Estado; y perspectivas de la so-
religiosas humanistas, como puede ser la idea cristiana de la lidaridad en sociedades posmodernas. En mi opi-
“dignidad común de los hijos de Dios” (Arinze, 2002; Bene-
s 508 Solidaridad
nión, es el mejor texto para acercarse a una visión social y político de la palabra en siete países euro-
amplia y fundamentada del tema. peos: Alemania, España, Francia, Italia, Noruega,
2) Aproximaciones filosóficas, en que podemos en- Reino Unido y Suecia. En especial se destacan las
contrar autores destacados que plantean posiciones experiencias al respecto en los partidos laboristas y
muy distintas sobre el significado de la solidaridad socialdemócratas, como en los democratacristianos.
en las sociedades contemporáneas. Son los casos de
Jürgen Habermas: Autonomy and Solidarity: Inter- Bibliografía
views (Dews, 1992), y Richard Rorty: Contingen-
cia, ironía y solidaridad (1996). Mientras Habermas Arinze, Cardinal Francis (2002), Religions for Peace. A Call for So-
recurre a sus teorías de la comunicación, de la ética lidarity to the Religions of the World, New York: Doubleday,
del discurso y de la responsabilidad pública en las Random House.
sociedades democráticas, Rorty explica el compor- Bayertz, Kurt, ed. (1999a), Solidarity, Dordrecht: Kluwer Acade-
mic Publishers.
tamiento solidario en contraposición explícita con _____ (1999b), “Four Uses of Solidarity”, en Kurt Bayertz, Solidarity,
la obra habermasiana y desde una posición liberal Dordrecht: Kluwer Academic Publishers, pp. 3-27.
radical fundamentada en el discurso literario. La Benedicto XVI (2005), Deus caritas est [Encíclica]. Disponi-
lectura de ambos autores permite conocer cómo ble en: <http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/
autores con posiciones filosóficas tan distintas pue- encyclicals/documents/hf_ben-xvi_enc_20051225_deus-ca-
den converger en la apreciación positiva de un tema ritas-est_sp.html>.
específico. _____ (2009), Caritas in veritate [Encíclica]. Disponible en: <http://
3) Modelos matemáticos y teoría de juegos. La com- www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/encyclicals/
pilación de Patrick Doreian y Thomas Fararo, The documents/hf_ben-xvi_enc_20090629_caritas-in-verita-
te_sp.html>.
Problem of Solidarity. Theories and Models (1998), es Boswell, Terry, Cliff Brown, Jhon Brueggemann y T. Ralph Pe-
un buen trabajo para quienes disponen de una for- ters Jr. (2006), Racial Competition and Class Solidarity, New
mación media de matemáticas y tienen el interés de York: State University of New York Press.
estudiar modelos de simulación del comportamien- Brunkhorst, Hauke (2005), Solidarity. From Civic Friendship to a
to solidario. Los trabajos presentados son buenos Global Legal Community, Cambridge: Massachusetts Insti-
ejemplos de la utilidad que tiene dicha metodología tute of Technology Press.
para analizar casos específicos. Calhoun, Craig (2007), Nations Matter. Culture, History, and the
4) El diálogo interdisciplinario entre sociología y psico- Cosmopolitan Dream, London: Routledge.
logía es un camino fructífero para conocer la impor- Code Civil [Código civil de Napoleón] (1827), Paris: B. Warée Fils
Ainé Libraire.
tancia de las motivaciones subjetivas en la configu- Comte, Auguste (1844), Discours sur l’esprit positif, Paris: Cari-
ración de los comportamientos solidarios, así como lian-Goeury et Vor Dalmont.
la importancia del contexto social en la definición Church, Roy y Quentin Outram (1998), Strikes and Solidarity.
de dichas motivaciones. El libro editado por Detlef Coalfield Conflict in Britain 1889-1966, Cambridge: Syndi-
Fetchenhauer, Andreas Flache, Abraham P. Buunk y cate of the University of Cambridge Press.
Siegwart Lindenberg, Solidarity and Prosocial Behav- Dews, Peter, ed. (1992), Autonomy and Solidarity: Interviews with
ior (2006), compila catorce estudios que nos permi- Jürgen Habermas, London: Verso.
ten adentrarnos en el conocimiento de los aspectos Dorein, Patrick y Thomas Fararo (1998), The Problems of Solida-
académicos positivos que ocasiona un diálogo de ta- rity. Theories and Models, Amsterdam: Gordon and Breach.
Durkheim, Emile (1982), La división del trabajo social, Madrid: Akal.
les características. En la misma línea, trabajos como Fetchenhauer, Detlef, Andreas Flache, Abraham P. Buunk y
los de Aafke E. Komter, Social Solidarity and the Gift Siegwart Lindenberg, eds. (2006), Solidarity and Prosocial
(2005), permiten enriquecer la perspectiva tradicio- Behavior, New York: Springer.
nal de la sociología a partir de la noción antropológi- Fourier, Charles (1841), Théorie des quatre mouvements et des desti-
ca de regalo u obsequio. nées générales, en Œuvres Complètes, tomo I, Paris: Libraire
5) Estudios históricos de cobertura multinacional. En de L’École Sociétaire.
la tercera sección del presente trabajo, en el subapar- Goodman, James and Paul James, eds. (2007), Nationalism and
tado Teoría, se citaron varias publicaciones que, en Global Solidarities: Alternative Projections to Neoliberal Glo-
años recientes, estudiaban distintas experiencias balisation, London: Routledge.
Hechter, Michael (1987), Principles of Group Solidarity, Berkeley:
vinculadas con comportamientos solidarios, gene- University of California Press.
ralmente restringidas al ámbito local o nacional. _____ (2001), “Sociology of Solidarity”, en N. J. Smelser y P. B.
Por ello, es necesario resaltar un texto que tiene Baltes (eds.), International Encyclopedia of the Social and
una cobertura multinacional y que destaca por su Behavioral Sciences, Amsterdam, New York: Elsevier, pp.
fundamentación tanto histórica como analítica. Es 14588-14591.
el libro de Steinar Stjernø, Solidarity in Europe. The Hobbes, Thomas (2003), On the Citizen [Elementa philosophica de
Story of an Idea (2005), donde aborda el desarrollo cive, 1646], Cambridge: Cambridge University Press.
Solidaridad 509 s
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Lelyveld, David (2003), Aligarh’s First Generation: Muslim Solida-
rity in British India, New Delhi: Oxford University Press. Al margen de las variaciones y los matices que surgen y mar-
Leroux, Pierre (1845), De l’humanité, de son principe, et de son avenir, can las líneas de debate, es posible reconocer una definición
Paris: Perrotin, libraire-éditeur. mínima y un primer nivel de caracterización del concepto de
Marx, Karl (2000), Estatutos generales de la asociación internacional subalternidad. La definición mínima podría ser la siguiente:
de trabajadores. Disponible en: <https://www.marxists.org/
espanol/m-e/1860s/1864-est.htm>.
la subalternidad es la experiencia y la condición subjetiva
Meulen, Ruud Ter, Wil Arts y Ruud Muffels, eds. (2001), Soli- propia de los subordinados —como clase o como grupo—
darity in Health and Social Care in Europe, Dordrecht: Kluwer como resultado de una relación social de dominación. En un
Academic Publishers. plano más definido y siguiendo las intuiciones de Antonio
Osa, Maryjane (2003), Solidarity and Contention. Networks of Polish Gramsci, podemos fijar los contornos y el perímetro de la
Opposition, Minneapolis, London: University of Minneso- subalternidad en el marco de la tensión entre la aceptación/
ta Press. pasividad y la acción de resistencia o de rechazo a una de-
Parsons, Talcott (1951), The Social System, London: Collier-Mc- terminada relación de dominación. Dicho de otra manera,
Millan. las clases y los grupos subalternos son aquellas subjetividades
Plauto: Marci Acci Plauti (1759), Comoediae, tomo I, Paris: Typis
J. Barbou.
sociales conformadas en una situación de subordinación —
Renaud, Hippolyte (1842), Solidarité. Vue synthétique sur la doctri- derivada de una relación de dominación— y caracterizadas
ne de Charles Fourier, Paris: Librairie de L’École Sociétaire. por una combinación de actitudes pasivas de aceptación y
Retzlaff, Steffi (2007), Tradition, Solidarity and Empowerment: acciones de resistencia.
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Representations, Stuttgart: Ibidem. Historia, teoría y crítica
Richards, Andrew J., (1997), Miners on Strike: Class Solidarity and
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Rorty, Richard (1996), Contingencia, ironía y solidaridad, Barce- el debate académico y político. Su surgimiento se remonta
lona: Paidós.
Silverstein, Merrill and Vern L. Bengtson (1997), “Intergene-
a los años treinta, cuando fue forjado —en tanto concepto
rational Solidarity and the Structure of Adult Child-Parent teórico— en los Cuadernos de la cárcel escritos por el mar-
Relationships in American Families”, The American Journal xista italiano Antonio Gramsci —que serán publicados
of Sociology, núm. 2, pp. 429-460. hasta los años cincuenta y traducidos todavía más tarde—,
Spencer, Liz y Ray Pahl (2006), Rethinking Friendship: Hidden mientras que su posterior desarrollo encuentra un momento
Solidarities Today, Princeton: Princeton University Press. importante en las investigaciones de la Escuela de Estudios
Stjernø, Steinar (2005), Solidarity in Europe: The History of an Idea, Subalternos —Subaltern Studies— de la India, y su amplia
Cambridge: Cambridge University Press. difusión actual, además de la siempre mayor circulación y po-
Tax, Meredith (2001), The Rising of the Women. Feminist Solida- pularidad en el mundo académico de los escritos de Gramsci,
rity and Class Conflict 1880-1917, Illinois: University of
Illinois Press.
se debe a su recuperación y uso en el marco de los llamados
Turner, Lowell and Daniel B. Cornfield (2007), Labor in the New estudios culturales —Cultural Studies— y de los estudios
Urban Battlegrounds: Local Solidarity in a Global Economy, poscoloniales —Poscolonial Studies—.
New York: Cornell University Press. Aun cuando los clásicos del marxismo, incluyendo al
Whitbeck, Les, Danny R. Hoyt y Shirley M. Huck (1994), “Fa- propio Marx, nunca utilizaron la palabra subalterno y, por lo
mily Relationships, Intergenerational Solidarity, and Support tanto, no la concibieron como concepto fundamental, existe
Provided to Parents by Their Adult Children”, Journal of Ge- en la historia de esta corriente de pensamiento una cons-
rontoly, núm. 2, pp. 585-494. tante preocupación por la temática de la dominación y, en
s 510 Subalternidad
particular, por la problemática de la subordinación, es decir, En síntesis, el concepto gramsciano de subalternidad per-
por las clases subalternas. Sin embargo, en sentido estricto, mite reconocer las dimensiones subjetivas de la experiencia y
la noción de subalternidad surge de las inquietudes intelec- la condición de subordinación en un contexto de hegemonía:
tuales y políticas de Antonio Gramsci en su creativo intento por una parte, la incorporación y aceptación relativa de la
de desarrollar el pensamiento marxista en el terreno de la relación de mando-obediencia y, al mismo tiempo, su contra-
comprensión y el análisis de los procesos socio-políticos. parte de resistencia, forcejeo y negociación permanente. Esta
La noción de subalternidad aflora en las notas de los conclusión es tan fundamental en la reflexión gramsciana que
Cuadernos como correlato subjetivo de la idea de hegemonía podemos considerarla como el correlato subjetivo de la teoría
—posiblemente la mayor contribución de Gramsci a la teoría de la hegemonía que Gramsci desarrolla en los Cuadernos de
política contemporánea— por medio de la cual caracteriza a la Cárcel. A nivel de estrategia política, esta aproximación
la dominación como una relación de fuerzas en permanente teórica se traduce en la idea de que la hegemonía no puede
conflicto y como un fenómeno y un proceso fundamental- ser destruida por un simple y repentino acto o gesto revolu-
mente basado en la construcción de consenso más que en el cionario, sino que debe ser desmantelada progresivamente,
uso de la coerción o la violencia. de la misma manera en que se fue construyendo. Surge así
En uno de los primeros pasajes de los Cuadernos en don- una teoría de la conformación política del sujeto que apun-
de aparece la noción, Gramsci define a los grupos o clases ta hacia el proceso de autonomización a través del cual los
subalternas a partir de los siguientes elementos distintivos: subalternos dejan de serlo, mediante procesos de politización
pluralidad, disgregación, carácter episódico de su actuar y y de ejercicios de acción colectiva. Para Gramsci todo ello
débil tendencia hacia la unificación “a nivel provisional”. Una debía traducirse en movimiento obrero, partido comunista
frase lapidaria muestra claramente este aspecto: “las clases y revolución socialista.
subalternas sufren siempre la iniciativa de la clase domi- La lectura de la obra de Gramsci, a partir de los años
nante, aun cuando se rebelan” (2000, II: 27). La experiencia cincuenta, llevó a cierta difusión de la palabra subalterno
subalterna se caracteriza, por lo tanto, por la imposición no en la jerga académica y política marxista. Sin embargo,
violenta y la asimilación relativa de la subordinación, es de- más allá de investigaciones particulares sobre aspectos de
cir, la internalización de los valores propuestos por los que la cultura popular en Italia, para encontrar una utilización
dominan o, usando una fórmula gramsciana, conducen moral relativamente sistemática y un esfuerzo simultáneo por de-
e intelectualmente el proceso histórico. sarrollar el concepto a nivel teórico y metodológico habrá
Al mismo tiempo, y justamente a partir del reconocimiento que esperar el nacimiento de la llamada Escuela de Estudios
de la sumisión como piso y plataforma, la preocupación teó- Subalternos (ees o Subaltern Studies), fundada por historia-
rica y política de Gramsci se mueve hacia la superación de la dores hindúes en los años ochenta, pero reconocida a nivel
condición de subalternidad como horizonte. Al escribir en mundial a partir de los noventa.
plural clases subalternas o grupos subalternos, Gramsci mostraba Desde su texto fundador, redactado por Ranajit Guha, la
reconocer la diversidad social y cultural, al mismo tiempo que Escuela de Estudios Subalternos asumió una postura sub-
la pensaba políticamente como fragmentación y proyectaba la jetivista y se propuso relevar y revelar la perspectiva de los
idea de una necesaria convergencia y unificación subjetiva en subalternos, no sólo su existencia material sino fundamen-
términos de clase. El concepto de subalternidad nace, por con- talmente sus acciones y sus voces negadas por los diversos
siguiente, tratando de reconocer los límites de subjetividades estatismos que dominaron tanto la cultura colonial bajo la
históricamente determinadas por las relaciones de dominación dominación británica como los que promovieron el nacio-
para proyectar su potencial transformación por medio de la nalismo hindú y el marxismo, tanto en sus posicionamientos
conciencia y la acción política hacia un plano más elevado y políticos como en las perspectivas historiográficas que les co-
avanzado de protagonismo político. rrespondían. Desde esta óptica, la ees trató sistemáticamente
En efecto, aun cuando Gramsci muestra el asujetamien- de rescatar del olvido la historia de las rebeliones campesinas
to como condición de origen de la subalternidad, reconoce en la India. En esta dirección, en sintonía con el marxismo
también su contraparte dialéctica: la subjetivación como pro- gramsciano, asumió nociones ampliadas de política y de
ceso constitutivo de la subjetividad, lo cual se hace sensible y conciencia que permitían reconocer e incluir en el análisis
visible en los pasos y tendencia hacia la autonomía en contra fenómenos y procesos tradicionalmente olvidados o negados.
y en las fronteras de la hegemonía. En este sentido, Gramsci Las investigaciones sobre la condición y la praxis de los
considera fundamental y estratégico encontrar los “rasgos de subalternos realizadas por los miembros de la ees tienen la
iniciativa autónoma” que, en las prácticas de las clases sub- virtud de poner de relieve el equilibrio inestable y los consi-
alternas, pueden rastrearse en los “márgenes de la historia” y guientes problemas de una conciencia campesina compuesta
ser reconocidos como puntos de partida de la construcción y tensada por tendencias opuestas de carácter conservador y
de una subjetividad ya no subalterna, sino tendencialmente transformador, estirada entre pasividad y acción. Sin embargo,
autónoma y capaz de asumir un papel histórico contrahege- esta apertura consustancial a la experiencia de la subalternidad
mónico y revolucionario. se pierde de vista cuando la corriente opta, en una primera eta-
pa, por exaltar y sobredimensionar la “esfera autónoma” de los
Subalternidad 511 s
subalternos. En efecto, la fertilidad historiográfica de la pers- valorar la apertura y el desarrollo de nuevas y sugerentes
pectiva de la ees parece entramparse en un impasse teórico en fronteras en la investigación social e histórica que iluminan
la medida en que se traduce en una oscilación desarticulada aspectos olvidados del mundo de los subordinados y dan
entre dos vertientes interpretativas. Por una parte, en la primera cuenta de las dimensiones culturales de la dominación y de
etapa promueve una aproximación a la subalternidad entendi- la resistencia. De alguna manera, estas corrientes cobijaron
da como política autónoma que ensalza a las rebeliones; por y cobijan una forma del pensamiento crítico que trató de
la otra, y en un segundo momento en la historia de la ees, se sobrevivir a la normalización hegemónica del pensamiento
centra en la subalternidad como expresión de la eficacia de la liberal-conservador de los años ochenta y noventa. Al mismo
dominación que propicia una historia de la imposibilidad del tiempo y por otra parte, su línea de teorización lleva hacia
éxito y del fracaso permanente de los proyectos y los deseos territorios en los cuales la noción de subalternidad se diluye
encarnados en los movimientos campesinos. Ambas vertientes y pierde su talante interpretativo para convertirse en un
interpretativas, separadas entre sí, tienden a polarizarse y a ha- mero “campo de estudios”, en lugar de ser una perspectiva
cer más rígidos y extremos sus argumentos y sus conclusiones. cargada de apuestas y de opciones estratégicas vinculadas a
En síntesis, la ees hizo un uso fecundo en el terreno disputas político-culturales. Esto confirma que, de alguna
historiográfico del concepto de subalternidad y favoreció la manera, los estudios de la subalternidad en el mejor de los
difusión de éste pero no logró contribuir al fortalecimiento casos se convirtieron en una trinchera teórica e inclusive
y al desarrollo teórico del enfoque de la subalternidad por- epistemológica que, como toda trinchera, no deja de dar
que no asumió plenamente el desafío de captar la dialéctica cuenta de un momento y una postura defensiva. En términos
entre aceptación y rechazo y entre resistencia y rebelión, y gramscianos esto sería plenamente válido si no se exaltara
buscó una resolución en un primer momento centrada en la ni se absolutizara.
exaltación de los fenómenos de autonomía y la rebelión, lo La contraparte teórica de esta colocación corresponde a
que posteriormente refluyó hacia el análisis de situaciones un esencialismo por medio del cual se congela a la subalterni-
más típicamente pasivas de la subordinación. dad como una condición en la que la movilidad y la dinámica
es sólo interna, es decir, nunca se deja de ser subalterno, no
Líneas de investigación y debate hay alternativa. Pero la subalternidad debería, a mi parecer,
contemporáneo ser concebida como un componente o dimensión fundamen-
tal pero no única o esencial de los procesos de subjetivación.
Para dar cuenta brevemente del debate actual y las líneas de Gramsci entendía la subalternidad como condición y como
investigación en curso, hay que distinguir la discusión teórica proceso de desarrollo subjetivo —de subjetivación política
sobre el concepto de subalternidad de los usos del concep- centrada en la experiencia de la subordinación— que inclu-
to en el terreno de las investigaciones y análisis históricas o ye combinaciones de aceptación relativa y de resistencia, de
sociológicas. espontaneidad y conciencia. Recuperando esta perspectiva
En efecto, en el primer plano encontramos poco desa- y esta definición general, deberíamos asumir el desafío de
rrollo y poco debate, lo cual nos indica que el concepto está distinguir tanto niveles y dimensiones como situaciones y
siendo escasamente trabajado a nivel teórico, mientras que momentos, reconocer distintas formas y pasajes, como di-
está siendo siempre más utilizado en las investigaciones em- versas manifestaciones de la subalternidad que sería posible
píricas y que estas últimas no están (todavía) redundando en adjetivar para desarrollar el alcance interpretativo del con-
el terreno de las teorizaciones y las formulaciones metodo- cepto. Al mismo tiempo, otra posibilidad teórica es ampliar
lógicas generales. la mirada hacia procesos y dinámicas de subjetivación política
Los usos más frecuentes de la noción de subalternidad que rebasan la resistencia —como postura defensiva— e im-
se vinculan con estudios históricos, sociológicos y antro- plican incorporar otras dimensiones y otros conceptos, como
pológicos derivados, en particular, de la proliferación de los podrían ser el antagonismo y la autonomía.
estudios culturales, así como en América Latina, de los es-
tudios poscoloniales. Bibliografía
Ambas corrientes están influenciadas en su origen por el
pensamiento gramsciano, tanto en la apropiación de Ray- Baldussi, Annamaria y Patrizia Manduchi, coords. (2010), Gramsci
mond Williams y Stuart Hall para la primera corriente, como in Asia e in Africa, Cagliari: Aipsa.
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s 512 Subalternidad
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Debates post-Coloniales: una introducción a los estudios de la labilidad, continuidad, disciplina, rigor y confianza. En las
subalternidad, La Paz: Historias, Aruwiyiri, South-South organizaciones burocráticas, los funcionarios encuentran una
Exchange Programme for Research on the History of De- seguridad en su empleo a partir de un salario previamente
velopment. establecido y la expectativa de una especie de “perpetuidad
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en el cargo” que incluye una pensión para la vejez. Los pues-
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trahistorias. La otra mirada de Clío, núm. 12, marzo-agosto, la organización de tiempo completo, cuyas perspectivas de
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De una forma que se ha considerado como profética,
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Roma: Viella. Weber observa las tendencias del amanecer del siglo xx y
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Walsh, Catherine (2009), Interculturalidad, Estado, Sociedad. Luchas son dueños de los medios de producción, de administración
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Williams, Raymond (2000), Marxismo y literatura, Barcelona: estar empleados en una organización como única forma de
Península. acceder a los recursos necesarios para trabajar y sobrevivir.
Los valores de esta moderna forma de dominación trascien-
den el funcionamiento de las organizaciones y penetran en el
t 518 Totalitarismo
—presente desde antes en la política imperialista alemana—, sobre todo a los regímenes comunistas. Con fines principal-
la economía monopólica y las transformaciones sociales y mente políticos, se propicia un mecanismo de simplificación:
legales del régimen nazi, como parte de una estructura capi- si el totalitarismo había sido enemigo de la democracia libe-
talista. Concluía entonces que el Estado totalitario alemán ral, cualquier régimen que rehusara esta forma de gobierno
—Behemoth— era capitalista, antidemocrático, antiliberal dándole preeminencia al Estado, caería bajo sospecha de
y, también, antirracional, por completo diferente al Leviatán totalitario. Se asimilaba así al socialismo real con el nazis-
que, siendo un Estado autoritario, era, sin embargo, un Es- mo, como forma de cuestionar su legitimidad, a la vez que
tado de derecho. En el caso alemán, Neumann consideraba se imponía una suerte de modelo político único. En este pe-
que, al no haber un derecho claramente establecido, se podía riodo, el debate pasó a estar dominado por una perspectiva
considerar que tampoco había Estado, en sentido estricto. de corte liberal capitalista. Sin embargo, en este mismo lapso
Algunos miembros de la Escuela de Frankfurt, como Max se produjeron dos obras fundamentales que, siendo de raíz
Horkheimer y Theodor Adorno (1998), coincidieron en ver liberal, no se inscriben necesariamente en esta perspectiva.
al totalitarismo como producto de la crisis de la civilización Los trabajos de Arendt (1981), por una parte, y Friedrich y
moderna y del liberalismo burgués, pero entendiéndolo más Brzezinski (1975), por otra –—de los que se hablará en el
como su continuidad que como su antítesis, iniciando un siguiente apartado—, aunque datan del mismo periodo y
largo debate al respecto. En cuanto a la posible considera- tienen sus respectivos signos políticos, exceden en mucho a
ción del estalinismo como totalitario, desde los años treinta esos usos político-ideológicos.
existían textos que señalaban ciertas coincidencias entre A partir de los años sesenta del siglo xx, la crítica al so-
estalinismo y fascismo. Tal es el caso de los trabajos de Wal- cialismo real, hecha desde la propia izquierda, recuperó el
demar Gurian (1953) y, sobre todo, de Gaetano Salvemini concepto para analizar el estalinismo y sus secuelas. Es el caso
(1997), quien, pese a reconocer el papel políticamente dife- de los trabajos de Cornelius Castoriadis, Claude Lefort y Her-
rente entre nazismo y fascismo, por un lado, y estalinismo, bert Marcuse, vinculados con las reflexiones de la Escuela de
por otro, encontraba, sin embargo, elementos comunes entre Frankfurt, de la que Marcuse formó parte. Todos ellos vuelven
ellos, que caracterizaba como totalitarios. También desde la al fenómeno totalitario para pensarlo, más que como una abe-
disidencia de izquierda se comenzó a utilizar el concepto rración, como un producto de la Modernidad, y realizan a la
para caracterizar el régimen de Stalin. Victor Serge, en una vez un análisis crítico de Occidente y sus democracias. Tanto
carta personal, describía al Estado soviético de 1933 como Castoriadis (1982) como Lefort (1970; 1990) caracterizaron
“un Estado totalitario para el cual el hombre no cuenta” (17), como totalitario al sistema estatal burocrático de la Unión
adelantando parte de la tesis que posteriormente desarrolla- Soviética —incluso después de Stalin—. De hecho, Claude
ría Hannah Arendt. En la misma vertiente, León Trotsky Lefort lo consideró un capitalismo de Estado en el que el
(1972) hablaba del “régimen totalitario estalinista”, como Partido Uno, identificado con el Estado, concentraba todos
un sistema burocrático comparable al nazi, aunque de base los poderes sin separación de los niveles político, económico
social diferente. No obstante estas primeras reflexiones, bue- e ideológico. A su vez, ambos criticaban la insuficiencia de las
na parte de la crítica de izquierda contra el estalinismo, así democracias occidentales, en “retirada al conformismo”. Por
como su posible comparación con el nazismo, se vio frena- su parte Herbert Marcuse planteaba en El hombre unidimen-
da —por lo menos hasta el fin de la Segunda Guerra— por sional, publicado en 1964, que en las sociedades industriales
la lucha antifascista, de la que el poder soviético era aliado. avanzadas existen nuevas formas de control, basadas princi-
Desde la visión liberal, en cambio, se produjeron, hacia los palmente en la tecnología, la ausencia de libertad, la supresión
últimos años de la guerra, algunos textos que comenzaron a de la individualidad y mecanismos de control internalizados
identificar totalitarismo y comunismo. El más sobresalien- que representan “tendencias totalitarias de la sociedad unidi-
te de ellos, Camino de servidumbre, de Friedrich von Hayek mensional” (1968: 270). Finalmente, Michel Foucault retoma
(1978), publicado en 1944, asociaba directamente al tota- el concepto del Estado totalitario, en su curso del Collège de
litarismo con tres rasgos: el control estatal de la economía, France de 1979, para rebatir las posturas de Hayek y otros
los partidos de masas y el antindividualismo, propios de los pensadores liberales que veían en cualquier ampliación de las
regímenes comunistas. funciones del Estado una amenaza de corte totalitario. Sos-
Durante la segunda posguerra, la división bipolar del tiene, en cambio, que el Estado totalitario —categoría en la
mundo produjo un giro político —y teórico— significati- que incluye al fascismo, al nazismo y al estalinismo— “no es
vo. El concepto de totalitarismo pasó a reformularse desde en absoluto la exaltación del Estado sino […] una limitación
una perspectiva principalmente liberal, ya no como consu- de su autonomía” (2007, 224) con respecto al partido, reto-
mación del proyecto ilustrado —como proponía la Escuela mando las posturas de Neumann, Arendt y otros. Foucault
de Frankfurt— sino como su negación. A partir de algunos considera al totalitarismo como una “gubernamentalidad
trabajos previos, que habían identificado ciertas semejanzas de partido”, no estatal; y afirma, al mismo tiempo, que lo
entre el nazismo y el estalinismo —partido único, moviliza- que está en cuestión en el neoliberalismo es, precisamente,
ción y apoyo de masas, grandes aparatos de propaganda— el una disminución de la gubernamentalidad de Estado, esta-
concepto comenzó a utilizarse políticamente para designar
Totalitarismo 519 t
bleciendo una conexión interesante entre neoliberalismo y que amortigua el radicalismo de la propuesta totalitaria hacia
totalitarismo (224 ss.). afuera y las divergencias del mundo externo hacia adentro,
manteniendo la ficción totalitaria.
Líneas de investigación y debate Esta idea de la construcción de un mundo ficticio basa-
contemporáneo do en la mentira está muy desarrollada en Arendt, y ha sido
retomada en trabajos de análisis o de corte testimonial como
A partir de las investigaciones principales sobre el totali- los de Arthur Koestler (1998) y Ante Ciliga (1977). El se-
tarismo, se podrían identificar dos grandes discusiones. La creto y la restricción de la información son principios clave
primera se refiere a los alcances del concepto de totalitarismo del funcionamiento totalitario. Una vez en el gobierno, el
y su pertinencia para el análisis de regímenes con proyectos rasgo más sobresaliente del totalitarismo —que lo distingue
políticos muy diferentes, como el nazismo y el estalinismo. de cualquier dictadura— es su pretensión de alcanzar un do-
Existe una segunda cuestión, que consiste en dirimir la ex- minio planetario o global. El gobierno totalitario se comporta
tensión temporal del fenómeno totalitario; esto es, por una como si tuviera jurisdicción sobre el mundo entero, lo que
parte, si surge en la Modernidad, dentro del contexto de las lo vincula fuertemente con el imperialismo. En este sentido,
guerras del sangriento siglo xx, o si sus características prin- pese a su discurso, manifiesta cierto desdén por los intereses
cipales se pueden rastrear desde la Antigüedad y, por otra, si propiamente nacionales, subordinados siempre a su proyecto
se lo debe confinar a las experiencias traumáticas que acom- supranacional. Asimismo, Arendt coincide con Neumann al
pañaron a la Segunda Guerra o sigue aún vigente, por lo considerar que no existe una ampliación del poder del Es-
menos en algunas de sus manifestaciones. tado sino todo lo contrario, dado que el partido funciona
como estructura paralela donde se asienta el poder real. Se
Los alcances del concepto. crea una serie de instituciones políticas nuevas, cambian-
La obra de Hannah Arendt Los orígenes del totalitarismo tes, y se multiplican y superponen focos de poder paralelos,
(1981), publicada en 1951, marcó un punto decisivo en los en donde la única autoridad clara es la del líder. El centro
estudios sobre el totalitarismo y en este debate en particular. del poder coercitivo del Estado se desplaza del ejército a la
Su trabajo realizaba un análisis comparativo entre el nazismo policía y, en especial, a la policía secreta, que tiene un papel
y el estalinismo, señalando sus coincidencias y precisando, a central en la vigilancia de la sociedad, y cuyas prácticas de
partir de ellas, los rasgos principales del fenómeno totalita- control, sospecha y delación van permeando a toda la socie-
rio. Aunque lo entendía como algo completamente nuevo, dad. El terror es el instrumento principal de la dominación
señalaba la persistencia de elementos presentes desde el siglo totalitaria, la “esencia del totalitarismo”. Una de las figuras
xix en Europa (como el antisemitismo, el racismo, el colonia- decisivas para establecerlo es la del “enemigo objetivo”, es
lismo y el imperialismo). Así Arendt, al analizar el proceso decir aquél que, aunque no haya hecho nada en contra del
de surgimiento y desarrollo del totalitarismo, apuntaba a las régimen, representa un peligro por su sola existencia —el
raíces europeas y occidentales de una antigua violencia que judío en el nazismo o el disidente en el estalinismo— como
se reorientaba ahora contra su propia población. Esta nueva si fuera el “portador de una especie de enfermedad” (Aren-
forma de dominación sólo sería posible en sociedades con dt, 1981: 634). Como es una figura poco clara, cualquiera
“grandes masas”, consideradas “superfluas”, y que han perdido puede caer potencialmente en ella, por lo que el terror se
previamente las identidades política y de clase. Es decir, que desparrama en toda la sociedad. La institución prevista para
se desarrolla sobre un fondo de despolitización importante, la completa desaparición del enemigo real u objetivo es el
en un contexto de crisis del sistema político partidario y en campo de concentración, “lugar sin límites” que Arendt define
sociedades atomizadas y masificadas, con una fuerte rup- como “institución central del poder organizador totalitario”
tura de los vínculos sociales, que el totalitarismo agudiza. (654). Aislado por completo del mundo externo, el campo de
En ese contexto, analiza el surgimiento de los movimientos concentración es un experimento de dominación total de la
totalitarios como organizaciones de masas compuestas por persona para transformarla en una simple cosa prescindible.
individuos aislados, de quienes se reclama una lealtad total. Este experimento revela el objetivo último del totalitarismo:
Pragmáticos y violentos, le asignan a la propaganda un papel la fabricación de una humanidad carente de personalidad
principal, sosteniendo la inexorabilidad de las transforma- jurídica o política, reducida a la pura dimensión biológica e
ciones que intentan imponer, a partir de leyes históricas, instrumental, una suerte de humanidad superflua.
naturales o de otro orden. Organizan a las masas en estruc- Hannah Arendt insiste en la distinción entre dictadura,
turas jerárquicas o “capas”. Arendt propone, en este sentido, autoritarismo y totalitarismo. En este sentido sólo consi-
la imagen de una cebolla, en el centro de la cual estaría el deró al nazismo, desde 1938, y al estalinismo a partir de
líder, de autoridad inapelable y opinión infalible; lo sigue 1930 —no al fascismo ni al régimen soviético después de
el estrecho círculo de sus próximos; luego los miembros Stalin— como regímenes propiamente totalitarios. Consi-
del partido, al que no accede cualquiera, y, por último, una deraba que en las formas autoritarias o pretotalitarias puede
mayoría de simpatizantes agrupados en organizaciones del practicarse el terror, pero éste no es tan indiscriminado sino
movimiento. Cada capa es un muro protector, de aislamiento, que se dirige principalmente contra los oponentes políticos.
t 520 Totalitarismo
Asimismo, en dichas formas se conserva el espacio de la vida do inicialmente como instrumento central de la dominación
privada como tal y se mantienen activos ciertos ámbitos de totalitaria, a formas más imprecisas como el “terror psíquico”,
la creación y el pensamiento, que desaparecen en los totalita- o incluso el “terror voluntario”, que permitieron considerar
rismos. Aunque enfatizó la especificidad de las experiencias dentro de esta categoría a regímenes cualitativa y cuantitati-
totalitarias, advirtió que algunas de sus prácticas habían lle- vamente muy distantes del nazismo, caracterizado éste por sus
gado para quedarse y no consideraba que se tratara de un millones de víctimas, el nivel de arbitrariedad del Estado para
fenómeno cerrado. seleccionarlas y la existencia de dispositivos tecnológicos de
Si Arendt analizó el totalitarismo como un proceso ins- exterminio masivo. Además, la idea de la capacidad de auto-
crito en la historia europea, con el objeto de crear una nueva rreproducción del sistema avalaba la política de intervención
humanidad, obediente y prescindible, pocos años después, en externa propiciada por Estados Unidos durante la Guerra Fría.
1956, se publicó otra obra, Dictadura totalitaria y autocracia, A partir del síndrome totalitario propuesto por Frie-
de Carl Friedrich y Zbigniew Brzezinski (1975), desde una drich y desde una perspectiva semejante, Leonard Schapiro
perspectiva por completo diferente. Se trataba de un análisis (1981) desarrolló una profundización de este modelo, en la
sistémico que, al entender el totalitarismo como sistema de que proponía distinguir entre los contornos y los rasgos del
acción, partía de la identificación de sus variables esenciales totalitarismo, que el síndrome confundía. Como parte de los
y de la capacidad de autorreproducción de las mismas para contornos o aspectos característicos sin los cuales el totalita-
garantizar la persistencia del sistema. De ello se infería que rismo dejaría de serlo, consideraba lo siguiente: la existencia
la caída del mismo sólo podía producirse por una interven- del líder único y carismático, el sometimiento del orden legal,
ción externa. el control de la moral privada, la movilización continua de
Las variables esenciales identificadas por Friedrich y Br- la sociedad y la legitimidad basada en el apoyo masivo, que
zezinski (1975) eran: 1) una ideología oficial revolucionaria, también llamó “democracia masiva”. Estos contornos indi-
es decir, opuesta al orden previo que, a su vez, se proponía carían el carácter general del régimen totalitario, sustentados
como válida para todos los aspectos de la existencia y prome- por tres pilares: una ideología única, el partido surgido de
tía un estado final perfecto de la humanidad; 2) un partido un movimiento más informal y la maquinaria administrativa
único de masas, de estructura jerárquica y liderazgo uniper- del Estado. En este análisis, elementos sustantivos como el
sonal, que se superponía a la estructura del Estado o incluso uso del terror —sólo posible con una violencia masiva— o
lo rebasaba; 3) un sistema de terror —columna vertebral del la superposición de la estructura del partido sobre el Estado
régimen— ejercido por la policía secreta, orientado contra los desaparecían o resultaban secundarios. El concepto de tota-
posibles enemigos, pero también contra grupos de la sociedad litarismo parecía ajustarse más a los populismos autoritarios
elegidos arbitrariamente; 4) el control casi completo sobre que a una experiencia tan radical como el nazismo.
los medios masivos de comunicación por parte del partido, Como respuesta a estas perspectivas, y en franco des-
valiéndose principalmente del desarrollo tecnológico; 5) la acuerdo con Hannah Arendt, Slavoj Žižek considera que el
tendencia al control monopólico del partido sobre las armas totalitarismo no alcanza a constituir una categoría, sino que es
y sobre todo el potencial de violencia, basado éste igualmente una noción meramente ideológica, una suerte de “espantajo”
en el avance tecnológico; 6) el control y la dirección central que se agita políticamente para neutralizar la crítica radical
de la economía. de la izquierda a las democracias liberales. Así, la amenaza
Estas variables constituirían un “síndrome totalitario”, totalitaria se presume detrás de cualquier opción a tales de-
fenómeno completamente nuevo en relación con otras ex- mocracias para que “renunciemos a cualquier compromiso
periencias autoritarias previas, en particular por el uso de radical efectivo” (Žižek, 2002: 14). Partiendo del concepto
las tecnologías de comunicación y represión para penetrar y de hegemonía de Ernesto Laclau, quien sostiene que para
movilizar sociedades masificadas. Si bien estos elementos cons- entender un sistema hegemónico es preciso distinguir entre
titutivos del sistema retoman muchos de los planteamientos de los componentes de una construcción ideológica y la articu-
Hannah Arendt, la reducción del análisis a un haz de variables lación de los mismos —que es la que les confiere su sentido
propició cierta simplificación y una ampliación del concepto específico—, Žižek afirma que no basta la coincidencia de
de totalitarismo, que perdía así la excepcionalidad propuesta ciertos rasgos entre el fascismo y el estalinismo para pensar-
por la autora. Desde esta perspectiva, tanto el fascismo italiano, los como un mismo fenómeno, sino que es preciso revisar su
como el estalinismo, el nazismo, el comunismo chino, sovié- articulación a proyectos ideológicos por completo diferen-
tico y de los países de Europa Oriental se debían considerar tes. Por ello, reconoce una serie de rasgos comunes entre el
igualmente totalitarios. Con posterioridad se hicieron algunas estalinismo y el nazismo, en particular, la superposición de
precisiones que tendieron a difuminar aún más el concepto. la estructura estatal con otra extraestatal —el Partido— que
Una de ellas fue la idea de que el totalitarismo tendía al mo- controla al Estado y domina sobre la sociedad a través del
nopolio de todas las organizaciones, incluidas las económicas, terror, paralizándola. Identifica también, en ambos casos, un
en manos no necesariamente del partido sino de cualquier sistema represivo, disciplinar y concentracionario, que opera
elite que gobernara la sociedad. Otra modificación, de gran por fuera de la ley y las normas, sustentándose en hipoté-
relevancia, fue el desplazamiento del papel del terror, defini- ticas leyes de la historia, así como la existencia de un líder
Totalitarismo 521 t
indiscutido. Asimismo, ambos sistemas implican un modo de tarias en el seno de sociedades aparentemente democráticas.
dominación que provoca una despolitización radical, a la vez Una última postura plantea la irrelevancia del concepto y su
que desconoce toda subjetividad e individualidad. inutilidad para comprender los fenómenos de las sociedades
No obstante estas semejanzas, Žižek enfatiza en las di- contemporáneas.
ferencias de origen y de proyecto entre ambos regímenes.
También Raymond Aron había hecho estas distinciones, al Longevidad y actualidad del totalitarismo
señalar que el régimen soviético había surgido de una vo- Un segundo debate se centra en los alcances temporales del
luntad revolucionaria “inspirada por un ideal humanitario”, a fenómeno totalitario. Con respecto a la novedad del totali-
diferencia del caso nazi, cuya meta era “pura y sencillamente tarismo, algunos autores afirman la existencia del fenómeno
el exterminio” (1968: 250). Para Žižek, el estalinismo, en con- desde la Antigüedad. Franz Neumann, por ejemplo, califica
traste con el fascismo, provenía de una “revolución auténtica”, al régimen espartano de dictadura totalitaria por el dominio
de un proceso emancipatorio real, por su condición anticapita- absoluto sobre los ilotas, la utilización del terror en su con-
lista. En este sentido, opone fascismo y estalinismo, para seguir tra y el control completo de la vida privada, acompañado de
la antigua distinción entre capitalismo y socialismo, dándole un sistema de educación estatal muy rígido. Karl Wittfogel
prioridad a esa diferencia. Desplaza así la importancia del fe- (1966), por su parte, describe el despotismo oriental como un
nómeno totalitario para subordinarlo a la necesaria salida del sistema de poder total, sin limitaciones legales ni sociales y
sistema capitalista, como condición de posibilidad de cualquier concentrado por lo general en una persona. Destaca el papel
proceso emancipatorio. Ciertamente, como lo señala Žižek, ca- del Estado como organizador general del trabajo y patrón
pitalismo y socialismo fueron proyectos políticos e ideológicos colectivo de la sociedad que, además del poder económico,
divergentes y, como tales, propusieron sistemas hegemónicos concentra un poder militar y policial capaz de aterrorizar a
diferentes, articulaciones distintas. Pero es preciso recordar la población obligándola a la sumisión, la obediencia abso-
que no hay identidad entre socialismo y estalinismo, sobre luta y el aislamiento más radical. Por fin, Barrington Moore
todo no la hay políticamente hablando. Como se ha señalado encuentra los antecedentes del totalitarismo moderno en
con anterioridad, el estalinismo se ha pensado desde la propia India y China, así como en la dictadura teocrática de Cal-
izquierda antes como capitalismo de Estado que como pro- vino en Ginebra. Con respecto a esta última señala sobre
tosocialismo. El análisis de Arendt, al señalar las semejanzas todo el control político, moral y religioso, con la consecuen-
entre nazismo y estalinismo nada menos que en las formas te intromisión en la vida privada de toda la población. Más
de organización del Estado y su violencia, marca la distancia que crear un debate falso en torno a la posible antigüedad
efectiva entre el estalinismo y el proyecto socialista original. del totalitarismo o a la corrección del uso de esta categoría
A su vez, un punto central en la reflexión de Žižek, que no para dar cuenta de tales sistemas políticos, los trabajos antes
resuelven los análisis de Arendt ni de Friedrich, es la posible mencionados tienden a señalar la preexistencia de algunos
insuficiencia del marco democrático liberal para dar respuesta de sus rasgos, en tanto antecedentes históricos de relevan-
al problema planteado por el totalitarismo. cia. En este sentido apoyan a la comprensión del fenómeno
En síntesis, existe una postura que considera totalitarios totalitario. Sin embargo, el totalitarismo moderno ocurre en
a todos los regímenes que presentan por lo menos algunos sociedades masificadas, fuertemente penetradas y movilizadas
de estos rasgos: partido único, planificación y centralización de por el Estado gracias al uso de recursos tecnológicos —en las
la economía, control estatal de los medios de comunicación, comunicaciones, la información y la represión—, y ostenta
fuerte penetración de una ideología única, presencia de un lí- pretensiones de dominación planetaria; todos, rasgos propios
der carismático que moviliza a la sociedad y control de la vida de las sociedades contemporáneas.
privada y la moral. Desde esta perspectiva, se puede hablar Otros autores han extendido el uso del término para de-
de totalitarismo en una gran variedad de casos. Para otros, signar procesos posteriores a los analizados en los estudios
como Waldemar Gurian (1953) o Gaetano Salvemini (1997), clásicos. Ya se mencionó su utilización durante la Guerra
el totalitarismo fue una experiencia puntual que acompañó Fría en relación con los países del llamado socialismo real.
a la violencia de la Segunda Guerra y abarcó al nazismo y al Más recientemente se ha abordado la relación entre el to-
fascismo, en su expresión capitalista, así como al estalinismo talitarismo y los procesos de globalización. Étienne Tassin
en el contexto del socialismo real. Desde esta perspectiva se (1999) rechaza la extensión del concepto de totalitarismo a
distinguen proyectos políticos divergentes, de base social dis- cualquier forma de dominación fuertemente coercitiva, así
tinta, aunque con técnicas de control semejantes que, a través como su aplicación a aquellas cuya violencia es sólo subrep-
del terror, se imponen sobre la totalidad social invadiendo ticia. Se pregunta, sin embargo, sobre la emergencia de una
incluso sus esferas más privadas. Una tercera posición res- sociedad que llama globalitaria, por la reunión de ciertos ras-
tringe el fenómeno totalitario al nazismo y al estalinismo, a gos totalitarios con los procesos de globalización. En primer
pesar de la diferencia de los objetivos políticos enunciados. lugar, señala que sólo en un contexto global la dominación
Se centra en las semejanzas de las prácticas estatales de am- puede ser efectivamente total, para alcanzar su vieja aspira-
bos sistemas y desde allí desafía su supuesta contraposición. ción de dominio planetario. El “globalitarismo” ocurriría por
Sugiere asimismo la posible persistencia de prácticas totali- la extensión de las actividades que generan ganancia a nivel
t 522 Totalitarismo
mundial, con la consecuente hegemonía de la economía sobre Gallegos Olvera, Jesús (2007), “Totalitarismo, ¿hoy?”, en José Luis
las diferentes esferas de la existencia humana. Ésta quedaría Orozco (coord.), ¿Hacia una globalización totalitaria?, Méxi-
reducida entonces al registro del consumo o, en otras pala- co: Universidad Nacional Autónoma de México, Fontamara,
bras, de la vida y la supervivencia. Aunque reconoce que la pp. 97-122.
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financiero que ninguna instancia internacional está en posi- _____ (1990), La invención democrática, Buenos Aires: Nueva Visión.
ción de regular. Es, por lo tanto, más abarcador que el poder Linz, Juan (1975), “Totalitarian and Authoritarian Regimes”, en
totalitario previo. Su dominación es global porque incluye a Fred I. Greenstein y Neslson Polsby (eds.), Handbook of
la totalidad de los seres. También es total porque se presenta Political Science, Reading, Massachusetts: Addison-Wesley,
como inevitable, sacando su fuerza de las capacidades vitales pp. 175-411.
de aquéllos a los que somete para destruirlos. Esta domina- Marcuse, Herbert (1962), Eros y civilización, México: Joaquín
ción global se sirve de los Estados y los aparatos policiales y, Mortiz.
a diferencia del totalitarismo, que pretende llevar a cabo las _____ (1968), El hombre unidimensional, México: Joaquín Mortiz.
leyes de la naturaleza o de la historia, el globalitarismo lleva a Moore, Barrington (1969), Poder político y teoría social, Barcelona:
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semejantes. Jesús Gallegos Olvera (2007) afirma que en la _____ (s.f.), Discorso del 21 giugno, 1925. Disponible en: <http://www.
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los gustos y placeres, “apoyándose cada vez más en viejos usos Salvemini, Gaetano (1997), Polemica sul fascismo, Roma: Ideazione.
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Totalitarismo 523 t
cercana —al menos en la actualidad— a una organización in-
UNIÓN EUROPEA tergubernamental con instituciones que tienen competencias
exclusivas conferidas por los Estados de manera soberana,
Beatriz Nadia Pérez Rodríguez características inexistentes en otras organizaciones interna-
Teresa Pérez Rodríguez cionales o en otras regiones del mundo, a las que se suman
otras peculiaridades como las competencias exclusivas de las
instituciones supranacionales, las competencias compartidas
Definición con los Estados y la participación cada vez mayor de los ac-
tores nacionales y locales.
La Unión Europea (ue) se ha definido como un proceso La integración europea inició con la participación de seis
de integración novedoso, exitoso y sui generis. Sin embargo, Estados miembros y ha tenido siete ampliaciones, cada una
basarnos en dichos términos no nos explica la extensión del de ellas en los años de 1973, 1981, 1986, 1995, 2004, 2007 y
concepto. La ue es catalogada como un “proceso” debido a la ampliación de 1990 que se da de facto al incorporar mayor
que desde el momento de su creación y hasta la actualidad, el territorio y población, pero sin corresponder a la adhesión de
común denominador ha sido el cambio y la transformación otro Estado, sino que es resultado de la reunificación alema-
con la finalidad de adecuarse al contexto internacional, a los na (Truyol y Serra, 1999; Aldecoa, 2002). En la actualidad,
intereses y negociaciones regionales, e incluso a las trans- forman parte de la Unión Europea veintiocho Estados ubi-
formaciones de sus Estados miembros. Por esto, para sus cados geográficamente en el continente europeo (Francia,
dirigentes, estudiosos y ciudadanos, resulta difícil establecer Alemania, Italia, Bélgica, Luxemburgo, Países Bajos, Reino
los alcances que podrá tener en un futuro cercano. La ue es, Unido, Irlanda, Dinamarca, Grecia, España, Portugal, Aus-
entonces, un proceso integral en el que se aborda una gran tria, Suecia, Finlandia, Polonia, República Checa, Hungría,
diversidad de temas, y que si bien comenzó como una inte- Eslovenia, Estonia, Chipre, Eslovaquia, Letonia, Lituania,
gración de carácter económico con la Comunidad Europea Malta, Rumania, Bulgaria y Croacia), y nueve Estados, hasta
del Carbón y del Acero (ceca) en 1951 y la creación de un el momento, en espera de adhesión (como países candidatos,
mercado común con la firma de los Tratados de Roma en Albania, Islandia, Montenegro, Antigua República Yugoslava
1957, actualmente abarca tanto aspectos políticos y econó- de Macedonia, Serbia y Turquía, y como candidatos poten-
micos como sociales, culturales, del medio ambiente, etcétera. ciales, Bosnia-Herzegovina y Kosovo).
Para definir a la Unión Europea es fundamental consi- La Unión Europea representa un territorio total de
derar el aspecto de la cooperación, principalmente política, 4,324,782 km2 con 501,259,840 habitantes (Peña Gue-
como un pilar para lograr la integración de sus partes, con- rrero, 2012). La ue se basa en el establecimiento y respeto
siderando que integrar es la incorporación, inclusión o a un Estado de derecho; por ello, los tratados constitutivos
unificación en un todo. Pensar que los países europeos que son el referente fundamental para determinar los alcances y
forman parte de este proceso de integración únicamente limitaciones del proceso en cada una de las temáticas que se
cooperan entre sí, es limitar las dinámicas de armonización incorporan en las negociaciones, ya sean los temas políticos,
de estrategias económicas, sociales o políticas que han lo- económicos, militares, sociales, tecnológicos, etcétera. Los
grado a lo largo de sus más de cincuenta años de existencia. tratados que han firmado y ratificado los Estados miembros
En resumen, sin la cooperación, la integración es inviable. son siete, desde el Tratado de París en 1951, que da origen a
La conformación de la Unión Europea se da en un mun- la ceca como el primer referente, y los Tratados de Roma, en
do definido por la dicotomía de la cooperación y el conflicto, los que se establecen las Comunidades Europeas, hasta el más
y es la voluntad política de seis gobiernos —que buscan reciente que es el Tratado de Lisboa y que entró en vigor el 1
eliminar cualquier posibilidad de un conflicto bélico entre de diciembre de 2009 (Truyol y Serra, 1999; Aldecoa, 2002).
ellos después de haber sufrido dos guerras mundiales en Los tratados constitutivos de la Unión Europea se di-
sus territorios— lo que constituye el principal motor de su viden en tratados base, como el Tratado de París, que fue
creación. Por esta razón, a lo largo de los años, la ue irá incor- firmado el 18 de abril de 1951 y entró en vigor el 23 de ju-
porando a sus negociaciones temas cada vez más ambiciosos lio de 1952; los Tratados de Roma, que se firmaron el 25 de
que busquen el bienestar comunitario. Para determinar las marzo de 1957 y entraron en vigor el 1 de enero de 1958; el
características de la Unión Europea se han tomado como Acta Única Europea, firmada el 17 de febrero de 1986, que
base los referentes políticos existentes y se han tratado de entró en vigor el 1 de julio de 1987; el Tratado de Maas-
ubicar las diferencias que el proceso de integración europeo tricht, que fue firmado el 7 de febrero de 1992 y entró en
ha creado y que ha sido considerado por algunos como un vigor el 1 de noviembre de 1993, y tratados de reforma, que
híbrido político. son: el Tratado de Ámsterdam, firmado el 2 de octubre de
A partir de la terminología política, la ue ha sido compa- 1997 y que entró en vigor el 1 de mayo de 1999; el Tratado
rada con un súper-Estado, una confederación, una federación de Niza, firmado en febrero de 2001 y que entró en vigor el
y una organización intergubernamental, aunque los juris- 1 de febrero de 2003; el Tratado de Lisboa, firmado el 13 de
tas han determinado que sus especificidades la hacen más
Según Henry Bergson, “la vida en su conjunto, considerada Historia, teoría y crítica
como una evolución creadora, es algo análogo: ella trasciende
la finalidad, si por finalidad se entiende la realización de una Alfred Schütz. El mundo de la vida cotidiana
idea concebida o concebible por adelantado” (2007: 232). Los La teoría de Alfred Schütz está dirigida a interpretar el
actores, en su duración de vida, dan por hecho la existencia mundo de la vida cotidiana. Su propuesta está basada en la
de otros actores, con quienes interactúan cotidianamente, afirmación que hizo explícita en su primera obra, La feno-
con quienes celebran la totalidad del mundo de la vida, con menología del mundo social (1932), en la cual manifiesta la
quienes comparten una vida común y, al coexistir con ellos, creencia asumida en todo el transcurso de su vida: la nece-
evolucionan creativamente, a la vez que mantienen con esos sidad de que “toda teoría social cuente con un fundamento
mismos y otros actores, lazos indisolubles. filosófico” (2012: 10).
Bergson, en este sentido, manifiesta que “la semejanza El planteamiento hecho por Schütz acerca de los procesos
entre individuos de una misma especie tendría un sentido y que hacen que los hombres sean capaces de comprender los
un origen [...]. Pero en un caso como en otro hay semejanzas pensamientos y las acciones de los otros se remite, en primer
y en consecuencia posible generalización” (234). lugar, a los conceptos metodológicos de Max Weber, de los
En las sociedades humanas —en sus concepciones religio- La teoría social que abre el camino a la Modernidad
sas, en sus estructuras normativas, en sus manifestaciones sentará las bases de una nueva comprensión de la sociedad
artísticas— está presente la idea de que los humanos son y del hombre. Como consecuencia de los procesos de secu-
seres gregarios que son, por naturaleza, sociales. Tanto en larización, que desarticulan la primacía de la religión y de la
las sociedades primitivas como en las modernas, la expulsión, iglesia en el ordenamiento del mundo social y político, apa-
segregación o aislamiento del sujeto de su comunidad es con-
siderado como una de las mayores puniciones que se le puede
hacer a un individuo. También el aislamiento voluntario de 1 Véase también: Luque, 1996: 20 ss. Este autor se remite
una persona de la comunidad es considerado como virtud y a Hobbes para dar cuenta de que ante la disolución de la
signo de fortaleza, en la medida en que se considera que es República: “‘cada hombre está en libertad para protegerse
un desafío difícil o imposible de cumplir. Los ceremoniales por los medios que su propia discreción le sugiera’. Dicho de
religiosos en todas las culturas convocan a la comunidad y otro modo, hay que apuntalar bien el edificio […] porque el
celebran la “comunión” de los miembros de la misma. proceso es temiblemente reversible en cualquier momento y en
En la idea de la Grecia clásica de que el “hombre es un cualquier lugar” (21), dado que la solución hobbesiana del poder
animal político”, esta última palabra no expresa lo que hoy absoluto, “tiene menos trascendencia para la universalización
entendemos por política; puesto que no existe una separación del discurso político que el haber apuntado a la siempre posible
reversibilidad del proceso” (21-22).
v 538 Voluntad
analógica (Beuchot, 2007) que nos permita mayor flexibilidad tienen voluntad, sino sólo deseo, pues la voluntad está ligada
a la hora de confrontar lo definido por los distintos autores a lo bueno o útil. Aristóteles seguirá por esta línea para decir
en aras de plantear una definición probable (no unívoca ni que la voluntad es la apetencia que obra conforme a lo racio-
equívoca, sino análoga) que delinee las posibilidades actuales nal (2003: 433a). La elección está integrada con la voluntad,
del concepto, pues depende en gran parte de lo que se en- en tanto que depende de una apetencia racional de nosotros.
tienda por voluntad el camino que tomará la crítica actual de De aquí que la voluntad esté también relacionada con las
ésta, y más cuando se trata de relacionarla con la vida social. asambleas, los senados y las deliberaciones. Parece ser que ella
Por lo pronto, retomaré la línea de investigación de Ni- se delimita como ese impulso surgido de la razón que puede
cola Abbagnano (2004), así como su recorrido histórico de actuar en situaciones concretas de la vida. La voluntad es, por
autores, pero añadiendo énfasis en las partes que considero tanto, política, pero entiéndase aquí político en su sentido más
más importantes, así como un aparato crítico que desarrolle amplio, como aquél que abarca lo social y se permea del ethos.
varias implicaciones del término. El eje de análisis separa la Manuela García Valdés (Aristóteles, 1988: 50) ha tenido a
concepción de la voluntad en dos grandes escuelas: 1) por bien traducir la famosa expresión aristotélica (politikón zóion)
un lado, la que entiende la voluntad como el principio ra- como animal social, pues el adjetivo pólis es a la vez la sociedad
cional de la acción, y 2) por otro, quienes la piensan como el y la comunidad política. Por tanto, si el hombre es un animal
principio de la acción en general. Ambas formas de enten- político (social), la voluntad es una facultad determinante en
der la voluntad provienen de la filosofía y la psicología del el ámbito social. Épocas posteriores acordarán el mismo juicio,
siglo xix, lo que las vincula a nociones como alma o faculta- desde los estoicos, pasando por Cicerón, hasta la Edad Media
des originarias. Lo anterior nos proporciona otra pista sobre (Alberto Magno, Tomás de Aquino, Duns Escoto, etcétera).
el camino que nos ha de llevar a la definición de voluntad, a Será Spinoza (1958) quien replantee la originalidad del
saber: que ella ha sido planteada y estudiada principalmente término. Para él, la voluntad es la capacidad de afirmar o
por la filosofía y la psicología, y que su debate más álgido se negar lo verdadero o falso, mientras que el deseo apetece
ubica en el siglo xix. o aborrece algo. Completando el análisis arriba propuesto,
Antes de empezar con la historia del concepto y las podemos afirmar que las dimensiones socio-políticas de la
diversas formulaciones que se le han dado, es importan- comunidad (pólis) no sólo son deliberativas en un sentido
te comprometerse con una línea de investigación; de lo práctico, sino que deben encontrarse con una theoría. Se
contrario, todo lo aquí expuesto resultaría una divagación, cumple así la traza griega que dividía al hombre en dos ca-
interesante pero confusa, de lo que pueda ser la voluntad, lo tegorías: el hombre teórico y el hombre práctico. El primero
que —más que presentarse en un léxico, en que se requieren era el observador o especulador (en latín, speculatio), quien
habilidades de síntesis bien arraigadas— habría de ser obje- tenía la capacidad de interponer una distancia entre él y las
to de una disertación de mayor extensión. Por ello, con este cosas, apartándose de sus intereses personales, por lo que
mandato, tomaré como eje de una primera definición la que, a podía acercarse más a la verdad, a la esencia (el en sí) de la
mi parecer, es la más original y revolucionaria de la categoría cosa; el segundo es el que está confundido con las cosas, por
voluntad: la propuesta por Arthur Schopenhauer, quien en lo que sólo puede procurárselas para sus fines prácticos, lo
su obra máxima, El mundo como voluntad y representación, la que le hace alejarse de la esencia de éstas. El hombre político,
plantea como el principio mismo de la realidad. La volun- por tanto, será una especie de “justo medio” entre estas dos
tad se manifiesta en todas las cosas (fenómenos), en mayor posturas, o más precisamente, retomará lo mejor de ambas,
o menor medida (grados de objetivación), pero siempre co- es decir, será un hombre de ciencia (epistemé) y a la vez de
rresponde a una esencia en común. La voluntad es, por ende, praxis (ethos). La voluntad será la línea que integre ambas di-
la cosa en sí (noúmeno) (Schopenhauer, 2004: Libro I y II), mensiones y dará lugar al surgimiento del verdadero animal
tan buscada por la filosofía desde Kant (2008). Si esto es así político, hombre de razón y de comunidad.
(que la voluntad sea el principio originario de la realidad), Kant nos hará ver que la voluntad como razón práctica
podremos discurrir sobre la voluntad justificando su inclu- tiene que obrar según reglas. Pero para un mejor análisis,
sión como categoría no sólo metafísica, sino social, política, dividirá la voluntad en dos: voluntad pura y voluntad bue-
cultural e incluso ética. Pero antes de eso, debemos interrogar na (o buena voluntad) (2004: 77-100). Estrictamente, estas
a la voluntad y a la definición dada, a la luz de la historia. dos categorías serían lo mismo, sólo que, repito, retomo aquí
su análisis para una mejor comprensión. La voluntad pura
Historia, teoría y crítica es aquélla que sólo está determinada por principios a priori
(leyes racionales) y no por motivos particulares o persona-
Platón distinguió la voluntad como apetencia racional de la les (empíricos). La buena voluntad, por su parte, obra sólo
apetencia sensible, a la que llamó deseo. De esto se despren- conforme al deber. Mientras una se dirige al conocimiento,
derá una consecuencia que puede plantearse en el orden de la otra, al orden moral. Estas dos nociones darán lugar al
lo político. A partir de esta diferenciación, Platón nos dice en imperativo categórico, que es un principio (regla) formal y
Gorgias (1981: 466e), por ejemplo, que los tiranos no hacen universal bajo la que el hombre debe actuar. La voluntad con-
lo que quieren, sino lo que les place. Esto significa que no cuerda, desde esta perspectiva, con el deber (Kant, 2008: 199
Voluntad 539 v
ss.). Ésta se evidencia en el comportamiento personal, que luntad (ligada a la razón), enmarcada principalmente por la
es por deber, pero también habría de hacerlo en el colectivo. dicotomía entre voluntad y creencia. La creencia se termi-
La persona y la sociedad que actúan conforme a voluntad na racionalizando sobre la base de su practicidad; es decir,
serán aquéllas que lo hagan conforme a deber. Sin embargo, mientras ayude a los intereses del portador, esto es, mientras
esta doble visión de la voluntad (individual y social), en tanto sea práctica, su derecho se justifica. Incluso es posible afirmar
deber, encuentra una sutil tensión. En el proyecto kantiano que la voluntad de creer puede versar sobre lo irracional, pero
para una paz perpetua, el plan se transforma en algo más nunca sobre lo absurdo, retomando una racionalización de las
jurídico que ético. Kant no pretende hacer buenos hombres, ideas. Pero William James no lleva a las últimas consecuen-
o mejor, no pretende hacer buenos Estados (comunidades cias su teoría: sigue suponiendo que la voluntad es directiva
de hombres), sino sólo trata de establecer las condiciones de racional y no supuesto irracional del mundo. Por ello, parte
posibilidad de un orden jurídico que ponga a la guerra como de su intención con este nuevo término es racionalizar la fe,
algo ilegal (1998). La tensión tal vez se encuentra en suponer lo que implicaría justificar la creencia de Dios (su existencia)
que la voluntad individual puede ser fácilmente aprendida sobre la base pragmática que él diseñó.
(que la virtud se puede aprender), pero la voluntad social es Una variante más de distinción es de Croce, quien en
algo que se encuentra más ordenado por las leyes y por el su Filosofía de la práctica apunta a dos tipos de voliciones
consenso que por la libre determinación. Es muy similar esto emparentadas con la distinción entre voluntad y deseo, sólo
a la corrección que hace Platón entre su República y las Leyes. que a partir de su división de la forma económica utilitaria y
En la primera, parece que confía en el ethos libre y racional la forma ética o moral (Abbagnano, 2004: 1095). La forma
(voluntad) del rey filósofo, en sus mandatos, y en la comu- económica es volición de lo particular, mientras que la ética
nidad en la aceptación de tales mandatos. Ya en su vejez, un es volición universal y, por tanto, apetencia racional. De esto
desencanto producto de sus malas experiencias (por ejemplo, se sigue que el hombre económico y, más aún, la sociedad
la de Siracusa), pudo operar en el filósofo un cambio de pen- capitalista está basada en la concepción de deseo apartada del
samiento sobre la estructura social. Serán aquí las leyes las imperativo kantiano, lo que la presupone como irracional y
que deban regir, pues no se puede dejar a la buena voluntad autodestructiva, mientras que el hombre político está basa-
de la gente las decisiones sobre lo social (polis). do más en la concepción de sociedad roussoniana (voluntad
Será este aspecto social el que se complemente con lo general), en la que no existe una contradicción de clases o, al
dicho pocos años antes de Kant por los iluministas y, sobre menos, los individuos renuncian a su concepción atómica y
todo, por Rousseau, cuando hablan de una voluntad general, egoica (intereses de clase o personales) en pos de la sociedad
concebida por ellos como la razón misma. Para Diderot, por y la comunidad.
ejemplo, la voluntad general es un acto de entendimiento que En todas estas concepciones hay algo en común: la vo-
razona acerca de lo que uno le puede pedir a sus semejantes y luntad es entendida como un elemento racional de la teoría
de lo que ellos tienen derecho a exigirnos (Abbagnano, 2004: y praxis individual y social. Debido a esto, se hace el esfuer-
1095). Rousseau distingue claramente entre la “voluntad de zo por separarla de concepciones como deseo y apetencia,
todos”, que puede equivocarse, y la “voluntad general”, que etcétera, a los que se les otorga la dimensión irracional del
nunca se equivoca (2002: 28-29). Por eso mismo, la voluntad hombre. En este sentido, Hegel afirma que la voluntad es
general es indispensable a la hora de construir el contrato universal, puesto que universal es la racionalidad, y si “lo que
social. Podemos deducir, por tal, que para Rousseau una ver- es racional es real, y lo que es real es racional” (1986: 33), la
dadera sociedad es aquélla que es expresión de la voluntad voluntad se capta como un puente entre lo indeterminado y lo
general. Pero he aquí una pequeña apertura: Rousseau iden- determinado capaz de racionalizar al mundo y comprenderlo.
tifica una “teoría de la espontaneidad”, según la cual el acto Pero existe otra tradición en que la voluntad, más que ser
más elemental de pensamiento se lleva a cabo por la fuerza entendida como principio racional de la acción, es identificada
de un yo volente, puesto que los pensamientos no se pueden como el principio general de la acción. El primero en expo-
pensar a sí mismos. Esto nos podría hacer considerar a este ner la voluntad de esta forma fue Agustín de Hipona, quien
autor como perteneciente a la segunda línea que expusimos: en La ciudad de Dios afirma que “todos los actos del hombres
los que piensan en la voluntad como principio de la acción no son más que voluntad” (2006: XIV). La idea permeará en
en general. Aun así, dejaremos la premisa abierta a posibles san Anselmo que, a su vez, influirá en Descartes, para quien
matices. la voluntad no es sino la acción misma del alma, distinta, por
Otra categoría de voluntad es la propuesta por William tanto, de las pasiones. Para Descartes hay dos modos posibles
James, como voluntad de creer, que en términos generales, de pensar: la percepción del entendimiento y la operación de
es el derecho a creer en algo (1922: 9-37). Puesto que el la voluntad (1995: XXXII). En la primera tenemos el sentir,
individuo siempre está en una situación determinada y la el imaginar y el puro entendimiento; en la segunda, el deseo,
pretensión de verdad es una quimera, el individuo tiene dere- el rehusar y el afirmar. El error para este filósofo se halla en
cho a apoyarse en alguna idea que le permita seguir actuando los juicios en que la voluntad se extiende más allá del enten-
(y siendo). Esta idea será la que se denomina “creencia”. Lo dimiento, pues aunque ambos son necesarios, la primera es, en
que aquí vemos es una elipsis de la idea tradicional de vo- cierto modo, infinita, mientras que el segundo, al ser creado, es
v 540 Voluntad
finito. Pero no será hasta Hobbes cuando el concepto de vo- superior: la de la ascética (2004: §68). Para Schopenhauer,
luntad se yerga crítico de la línea tradicional. Para Hobbes, la esta resignación implica el arte de participar refrenándose al
noción dada por las escuelas tradicionales (apetito racional) es mismo tiempo. Todo esto conlleva saber equilibrar el trato
mala, pues hay actos voluntarios que van contra la razón (1980: social con la soledad, pues se puede estar solo entre muchos
48). De la misma manera, Hume negará alguna influencia de o estar acompañado en soledad (2009: §396). La dicotomía
la razón en la voluntad, encontrando con ello una serie de siempre está presente.
emociones relacionadas con el instinto humano (Abbagnano, Un último pensador en retomar en toda su intencionali-
2004: 1096), por ejemplo: la benevolencia y el resentimiento, dad esta segunda corriente de pensamiento sobre la voluntad
algo que después la psicología llamará emociones primarias es Nietzsche (2011), quien, como buen discípulo de Schopen-
(cólera, alegría, miedo y tristeza). hauer, nos presenta una radicalización del pensamiento de
Así llegamos a Schopenhauer, quien representa la síntesis su maestro: la voluntad de poder. Esta voluntad nada tiene
más original de esta segunda línea de pensadores. Su acep- de racional, pues es el impulso o aspiración de dominar más
ción de voluntad se plasma en la llamada voluntad de vivir. y más; lo que hoy llamamos el poder por el poder. Mientras
La voluntad de vivir es un concepto intercambiable por el que para Schopenhauer la voluntad de vivir es un nivel semi-
de voluntad, pues está implicando su esencia misma: es una nal del deseo de seguir viviendo por parte del hombre, para
afirmación del cuerpo en tanto modelo inmanente de la vo- Nietzsche esto no sólo queda ahí, sino que hay una energía
luntad eterna (2004: 237, 331). La voluntad de vivir se centra creativa cuya necesidad y afán por expandir su poder siempre
en los genitales y ya no en el cerebro. La irracionalidad pura está desenvolviéndose. Lo que, además, implica el someti-
del mundo se manifiesta en todo (desde una roca hasta el ser miento de las otras voluntades (2008a: 679-680; 2008b: 112).
humano) y busca, desesperadamente, su reproducción infi- Es obvio, con todo esto, por qué estos últimos dos autores
nita, sólo para volverse a devorar constantemente. Es, pues, no eran partidarios de movimientos revolucionarios ni demo-
la rueda de Ixión, un constante deseo inapagable, un ciclo cráticos. Ambos, más bien, pugnaban por una aristocracia o
eterno de querer, un impulso ciego. La voluntad está antes que una monarquía y, más allá, por el afán del superhombre o del
la razón. La razón es sólo un elemento secundario que, más asceta. Muchos quieren resolver esto aludiendo al carácter
bien, llena (justifica) lo dado por la voluntad. El ser humano burgués de estos autores, sin entrar de fondo en la concepción
necesita reglas, explicaciones, justificación, y para eso “crea” del mundo que suponían. En una realidad llena de sufri-
la razón. Mientras tanto, la voluntad es la esencia misma del miento y de dolor, en la que la historia parece ser un simple
mundo (noúmeno). Schopenhauer da un revés formidable a la juguete de utopías y guerras, en la que lo último que vemos
filosofía tradicional de Occidente, primero suponiendo que en los hombres es un afán de razón, ¿qué cabe esperar sino la
la voluntad es irracional y a ésta como la esencia del mundo, más profunda tragedia? De esta segunda concepción surgiría
y segundo, demarcando alrededor de ello un antiplatonismo algo así como la “sociedad trágica”, en la que una “felicidad
que va del Ser concebido como to agathon (lo bueno) al Ser resignada” es la más alta meta, pues los hombres saben de
presentado como la más grande condena, es decir, el mal (No- antemano que por mucho que luchen, todo seguirá igual, así
riega, 2003). Se rompen así los llamados existenciarios del Ser. que lo único que queda es el héroe que aún así afirme la vida,
El logos ya no es lo mismo, lo que, llevando a Schopenhauer aun cuando sabe que todo está perdido (Nietzsche: 2008b:
a sus últimas consecuencias, nos indica un nuevo camino, en 158), o el asceta que se aparta y encuentra en la soledad lo
el que la sinonimia trinitaria de logos como Verbo, Razón y inefable (Schopenhauer: 2004: 440-475).
Ser se desgarra en sus mismas entrañas, dando lugar a una
nueva concepción del Todo. Líneas de investigación y debate
Una concepción así del mundo sólo puede llevar a un contemporáneo
tipo de sociedad desangrada en sí misma. A esto viene bien
la parábola de los puercoespines, que de manera sucinta ex- En la actualidad, el debate sigue. Parece que hubiera dos gru-
plica esta atracción-repulsión del hombre por su semejante. pos más o menos articulados en torno a los cuales se concibe
El hombre necesita del otro, de eso no queda duda, pero el mundo mismo y, por tanto, la voluntad y la sociedad. Son
cuando se acerca demasiado sale algo pinchado de la expe- las dos líneas antes presentadas. De la primera han surgido
riencia, por lo que tiene que guardar una distancia apropiada, intentos de racionalización de la sociedad, ya sea en un pla-
pues no quiere pasar frío (soledad), pero tampoco quiere no formal o en uno material. Tenemos, por ejemplo a John
renunciar totalmente a sus comodidades. Esta tensión, con Rawls (1995: 9-41 y 137-154) o a Jürgen Habermas (2002),
otras palabras y categorías, nos la presentan el marxismo y el quienes plantean tipos de sociedades en que los argumentos
capitalismo. Para Schopenhauer, la solución es simple: para (razón) son la base para la realización plena de los individuos
poder vivir en comunidad se requiere una restricción mutua y la comunidad. Aquí el logos se convierte en un discurso
(2004: 402-403). Esto, muy similar a lo dicho por Hobbes en (ética del discurso) bajo el que hay imperativos formales de
su Leviatán sobre la fundación del contrato social, se presen- comunicación, incluso cuando se entienden como mínimos.
tará ante Schopenhauer, sí, como un prejuicio comprensivo En cuanto a una materialidad, tenemos el planteamiento de
liberal, pero también como el fundamento de una conciencia Enrique Dussel (2006), quien critica el uso de nociones na-
Voluntad 541 v
turales para justificar estructuras históricas de dominación. disputa gira en torno a cuál de ambas necesidades es
Esto, por supuesto, ataca la segunda visión de la voluntad, en dominante, Hegel y luego Marx, creen en la victoria
la que ésta se ve más como un fenómeno natural y no como de la necesidad social sobre la necesidad natural. Para
una explicación de una razón histórica. ambos se trata de un camino hacia la libertad (Sa-
Por otro lado, están los que postulan a la voluntad como franski, 2008: 406).
realidad originaria antepuesta a la razón. No se trata aquí de
un simple argumento determinista, sino que se afirma que la Del otro lado, tendremos a aquéllos que, ya dicho está,
libertad misma es una ilusión. El que aduce un determinis- entienden la necesidad natural como “determinante”. Es,
mo es porque ya de por sí se ubica en una visión del mundo, otra vez, la parábola de los puercoespines. Para este segundo
del individuo y de la sociedad en que se pretende que exista grupo, la historia no representa ese punto de inflexión sobre
una cosa llamada libertad. Es Hegel contra Schopenhauer. el que se pueda generar una conciencia absoluta, esto es, una
Desde este momento, la historia del pensamiento occiden- conciencia libre. Para ellos, la historia es circular (Schopen-
tal se rompe en dos líneas generales. Hegel es la libertad hauer, 2004: §53) y, por lo tanto, redundante en sus mismos
como comprensión de la necesidad, es la victoria de la ne- principios. No hay nada nuevo bajo el sol. Ayer, hoy y siem-
cesidad social sobre la natural. Schopenhauer está más del pre seguiremos siendo los mismos imbéciles. Sólo el genio y
lado del poder de la necesidad natural (voluntad). De este el asceta, cuyo número es limitadísimo, pueden salir de esta
segundo grupo, salen autores como el ya citado Nietzsche, vorágine. Por eso no importan ni la tecnología (movimiento
pero también Freud, Hartmann o Mainländer. Para ellos, la Zeitgeist), ni los ideales utópicos, ni los sistemas socioeco-
autoconciencia está limitada a los procesos de la propia vo- nómicos o políticos, pues la voluntad los subsume en su
luntad en lo inmediato (afectos y pasiones). De ello surgirá irracionalidad; por eso vemos hombres haciendo guerras,
un concepto como el del inconsciente. La cuestión está en tirando basura, golpeando al otro, matando...; hombres que,
saber si por el hecho de ser libre para hacer determinadas al verlos, diríamos que lo último que tienen es una cualidad
cosas existe también la libertad para quererlas. A lo mucho, racional. La sociedad es inerte, necesaria para la mayoría, pero
lo que se puede hacer es representarse los motivos de nues- inmóvil y sufriente (salvada únicamente por esos genios o
tras acciones, tratar de hacer consciente lo que está detrás, santos). El problema que se presenta es aquél que se planteó
pero esta especie de libertad relativa sólo nos presenta lo que Camus en El mito de Sísifo: “No hay más que un problema
no implica una acción directa de una razón libre, sino una filosófico verdaderamente serio: el suicidio” (Camus, 2006:
causalidad y necesidad estricta de correspondencia, lo que, 13). Ser o no ser, esa es la cuestión. Las respuestas han sido va-
sin embargo, no implica la ausencia de la responsabilidad, riadas. Ahí está el triste Mainländer, quien con su filosofía
pues existe un sentimiento de responsabilidad anclado en la de la voluntad de morir, optó por “no ser”. En su Filosofía de
autoconciencia. Hay, pues, un contenido de verdad que hace la redención, este hombre se propone desarrollar un programa
que la ilusión de la libertad se justifique como el sentimiento que lleve a la felicidad general del pueblo, pero no para lograr
de poder soberano sobre uno mismo, lo que nos hace asumir el fin de la historia y el ideal, sino para que todos reconoz-
nuestros actos (Schopenhauer, 2007: 39-142). can que los bienes de la vida no resuelven nada (Mainländer,
Hemos encontrado así el concepto que determina lo so- 2011: 79-94). Su objetivo primario es, por tanto, decepcionar
cial: la libertad. Lo social surge, desde Hegel, de la unificación a los que carecen de todo, que es lo que, al parecer, los haría
del individuo con el todo. Antes estaban las contraposicio- infelices, entonces hay que darles todo para que así entiendan
nes cotidianas de Dios y hombre, hombre y naturaleza u que el verdadero problema no es lo material (Mainländer se
hombre y ser. El término humanidad era empleado como ubica en plena efervescencia del socialismo), sino la falta de
suma de atributos y no como categoría especial. Con Hegel, valor de la vida misma.
la dualidad “individuo-todo” queda superada por una cate- Otra respuesta desde este tenor es la de Max Horkheimer,
goría intermedia que creará un nuevo mundo: lo social. Un quien a partir de Schopenhauer desarrolla “una utopía del
mundo nutrido de los dos primeros (individuo y totalidad). como si”, en la que, al final, el pesimismo de la voluntad irra-
Ya el individuo no se puede entender sin su contexto social. cional termina generando una praxis más optimista debido a
El individuo es así historia (sociedad en acción). Todos estos su conciencia del horror universal, al que trata de “mejorar”
conceptos tienen como pretensión la realidad y la racionali- (Safranski, 2008: 424, 440). La ética schopenhaueriana de la
dad, ya sea como estados de cosas existentes, ya como deber compasión que es un “a pesar de”, fue severamente criticada
de realización. Este “nuevo mundo”, lo social, sólo dejará lugar por ser de tipo sentimentalista, pero es el mismo Horkhei-
a “algo más”: la naturaleza, que en relación con el hombre se mer quien argumenta contra la razón superestratégica de
convertirá en antropología. la “emancipación”. De manera general, lo que Horkheimer
plantea es que quienes aducen que sólo se puede cambiar la
En adelante no es posible ya sustraerse a este mundo totalidad de las cosas o, de lo contrario, es mejor no hacer
intermedio entre lo social-histórico, por un parte, y nada, están afirmando una mentira vital para no ayudar en
la ‘naturaleza’, por otra. Hay que someterse a la ne- la realidad, excusándose de las obligaciones que hay en cada
cesidad natural y a la necesidad social histórica. La caso concreto y escondiéndose detrás de las grandes teorías,
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lo que al final sólo racionaliza la inhumanidad (Safranski, Nicol, Eduardo (1965), Los principios de la ciencia, México: Fondo
2008: 424). Ésta, a final de cuentas, será una respuesta por de Cultura Económica.
la afirmación del ser, a pesar de la voluntad y de todo lo que Noriega González, Santiago (2003), “Prólogo”, en Arthur
ella implica. Schopenhauer, Sobre la voluntad en la naturaleza, Madrid:
Alianza, pp. 7-38.
De todo lo anterior, podemos afirmar que la pregunta Platón (1981), “Gorgias”, en Diálogos, vol. II, J. Calonge Ruiz et
por el hombre, que es también la pregunta por lo social, es al. (trad.), Madrid: Gredos.
la de “ser o no ser”, y ésta sólo puede ser respondida cuando Rawls, John (1995), Liberalismo político, Sergio René Madero Báez
se toma a la voluntad como categoría principal en su análisis (trad.), México: Fondo de Cultura Económica.
y se ha dado cuenta de ella. rae: Real Academia española (2014), “Voluntad”, Diccionario de
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Léxico de la vida social, editado por la Facultad de Ciencias
Políticas y Sociales de la unam y Sitesa, se terminó de
imprimir el 19 de febrero de 2016 en los talleres de
Editores e Impresores Profesionales, edimpro, Tiziano
144, colonia Alfonso XIII, Delegación Álvaro Obregón,
C.P. 01460, México, D. F. El tiro consta de XXXX
ejemplares, impresos en offset, en papel Bond ahuesado,
90 gramos. En su composición se usaron los tipos Avenir
y Caslon en diferentes puntajes. El diseño y formación
fueron realizados por Ernesto Morales Escartín y David
Palacios Plasencia, y el cuidado editorial estuvo a cargo
de Éber Josué Carreón Huitzil, Gabriela Monserrat
Espejo Pinzón y Luz Andrea Vázquez Castellanos.
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