EL Buen Vivir es un principio constitucional basado en el ´Sumak Kawsay´, que
recoge una visión del mundo centrada en el ser humano, como parte de un entorno natural y social.
En concreto el Buen Vivir es:
“La satisfacción de las necesidades, la consecución de una calidad de vida y
muerte digna, el amar y ser amado, el florecimiento saludable de todos y todas, en paz y armonía con la naturaleza y la prolongación indefinida de las culturas humanas. El Buen Vivir supone tener tiempo libre para la contemplación y la emancipación, y que las libertades, oportunidades, capacidades y potencialidades reales de los individuos se amplíen y florezcan de modo que permitan lograr simultáneamente aquello que la sociedad, los territorios, las diversas identidades colectivas y cada uno -visto como un ser humano universal y particular a la vez- valora como objetivo de vida deseable (tanto material como subjetivamente y sin producir ningún tipo de dominación a un otro)”. Plan Nacional para el Buen Vivir 2009 – 2013.
El Buen Vivir es un principio plasmado en la Constitución basado en el
concepto ancestral del “Sumak Kawsay”. El Buen Vivir se menciona de forma directa 18 veces en la Constitución incluyendo el Preámbulo. Precisamente en el preámbulo, se declara que el pueblo del Ecuador “celebrando a la naturaleza, la Pacha Mama, de la que somos parte y que es vital para nuestra existencia (…) decidimos construir una nueva forma de convivencia ciudadana, en diversidad y armonía con la naturaleza, para alcanzar el buen vivir, el sumak kawsay; Una sociedad que respeta, en todas sus dimensiones, la dignidad de las personas y las colectividades”.
El Ecuador promovió y tuvo un liderazgo en el proceso de adopción de la Carta
Andina para la Promoción y Protección de los Derechos Humanos, que fue adoptada durante la Reunión del Consejo Presidencial Andino, en Guayaquil, el 26 de julio de 2002, con ocasión de la II Reunión de Presidentes de Sudamérica.
La Carta tiene como propósito fundamental establecer los principios y ejes
temáticos sobre una política comunitaria andina en materia de derechos humanos. En ella se incorporan todos los principios universales reconocidos por el derecho internacional de los derechos humanos y se establecen mecanismos de control y seguimiento que permitan un cabal cumplimiento de los derechos humanos en la Subregión.
La Carta, está acorde con la doctrina vigente en la materia que determina la
integralidad, indivisibilidad y universalidad de todos los derechos. humanos. Por ello, cubre todos los sectores de protección internacional y a todos los grupos vulnerables
Los derechos humanos y la constitución ecuatoriana
La Constitución Ecuatoriana vigente, adoptada en 1998, reconoce el principio
de que los derechos humanos deben ser concebidos desde el punto de vista social, político y económico. Por ello, el mayor avance de la Constitución está en el hecho de haber establecido igual jerarquía para los derechos civiles y políticos, económicos, sociales y culturales y derechos colectivos.
De igual manera, la Constitución señala la imprescriptibilidad de los crímenes
de lesa humanidad, como el genocidio, la tortura, la desaparición forzada de personas. También reconoce derechos humanos a grupos en situación de vulnerabilidad: mujeres, niños, personas con discapacidad, personas de la tercera edad, detenidos, refugiados, extranjeros y migrantes.