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Republica Bolivariana De Venezuela

Ministerio Del Poder Popular Para La Educación Universitaria


Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez
Núcleo – Maturín

Finanzas e Impuestos

Facilitadora: Alexandra Rodríguez

Participante:
Coraima Betancourt C.I. 26.157.960
Maturín, Abril de 2018
1. Explique las características y componentes de las políticas económicas y fiscales
establecidas por el gobierno venezolano.
La Política Económica.
Para hablar acerca de lo que es la Política Fiscal, debemos de entender primero lo que es la
Política Económica. El ultimo objetivo de la economía es desarrollar políticas que puedan
resolver nuestros problemas. Las políticas económicas sirven para mover la curva de
demanda en la dirección que se necesite para alcanzar el pleno empleo y para que esto
suceda, el Estado puede usar 2 instrumentos (medidas) principales para regular la demanda
agregada. La política fiscal y la política monetaria.
La política económica es una rama dirigida hacia el acondicionamiento de la actividad
económica para evitar que ocurran fluctuaciones en los niveles del empleo y de los precios,
así como para condiciones necesarias para el desarrollo.
Para lograrlo, la política económica recurre a las ideas elaboradas en el campo de la teoría
económica ya que a través de los principios, de las teorías, de las leyes y de los modelos
ofrecidos por esta última, los resultados de las acciones prácticas desarrolladas adquieren
mayor confiabilidad, seguridad y certeza. La formulación de la política económica
comprende 2 procedimientos interdependientes:
1. La determinación de los principales objetivos que se quieren alcanzar, necesariamente
interrelacionados y cuantificados.
2. La elección de los instrumentos de acción que se utilizarán para la consecución de los
objetivos determinados.
Principales objetivos de la política económica
Desarrollo Económico
Estabilidad Económica
Eficiencia Distributiva
1) Desarrollo Económico:
Es la búsqueda obstinada del desarrollo.
2) Estabilidad Económica:
Reúne 3 objetivos básicos que son de importancia vital.
a.- Mantenimiento del pleno empleo.
b.- Estabilidad general de los precios.
c.- Equilibrio de la balanza de pagos internacionales.
3) Eficiencia distributiva:
Lo que busca es disminuir las desigualdades en la distribución del nacional entre las
unidades familiares.
Instrumentos o Políticas de Acción en la Política Económica.
Para la consecución de los diferentes objetivos que acabamos de mencionar, la política
económica cuenta con un conjunto de instrumentos de acción. Estos instrumentos o
políticas provienen de la teoría económica cuyo objetivo es la consecución de los fines
relacionados con los principios teóricos del análisis macroeconómicos y son los siguientes:
1. La política monetaria: Es el control de la banca y del sistema monetario por parte del
gobierno con el fin de conseguir la estabilidad del valor del dinero y evitar una balanza de
pagos adversa, alcanzar el pleno empleo y buscar el estado de liquidez de toda economía.
2. La política fiscal: El gobierno gasta a través de inversiones públicas, gastos públicos y
obtiene ingresos a través de los impuestos sobre las actividades de producción y de
circulación de mercancías, sobre los ingresos y ganancias de cualquier otra naturaleza.

La Política Fiscal.
La política fiscal es el conjunto de medidas e instrumentos que toma el estado para recaudar
los ingresos necesarios para la realización de la función del sector publico. Se produce un
cambio en la política fiscal, cuando el Estado cambia sus programas de gasto o cuando
altera sus tipos impositivos. El propósito de la política fiscal es darle mayor estabilidad al
sistema económico, al mismo tiempo que se trata de conseguir el objetivo de ocupación
plena. Como hemos dicho anteriormente la Política Fiscal tiene 2 componentes, el gasto
publico y los ingresos públicos.
Lamentablemente para nuestro país, la política fiscal ha sido mal llevada a lo largo de
muchos períodos gubernamentales, uno y otro gobierno han tratado de implantar paquetes
económicos que reactiven la economía venezolana, pero lamentablemente fallan al no
poder controlar el Gasto Público y mucho menos se ha creado una cultura tributaria en los
ciudadanos y empresas Venezolanas.
Durante los períodos de bonanza petrolera que vivía el país y hasta la llegada del viernes
negro, la costumbre por parte de los gobiernos; era tener un enorme gasto público producto
de un abultado número de subsidios y regalías; y una política de endeudamiento demasiado
arriesgada, y como los ingresos por concepto de exportaciones petroleras eran suficientes
para cubrir el gasto público, realmente no se desarrollo nunca una política económica y
menos una política tributaria eficiente y adaptada a la realidad del país y modernizada. La
modernización llegó muy tarde, hace apenas unos 15 o 20 años los instrumentos fiscales
utilizados en las políticas económicas eran pocos, mal implantados y muy difíciles de
controlar, obteniéndose una gran pérdida por los altos niveles de evasión fiscal que se
presentaban.
Luego del viernes negro, y por causa de políticas económicas que no han sido diseñadas
para adaptarse a la realidad de nuestro país, la política fiscal ha sido mal planteada y mal
ejecutada. Se ha intentado aplicar serias medidas en materia económica pero han perdido
efecto; primero por falta de continuidad en las políticas aplicadas, es decir, muchas veces
dentro de un mismo periodo gubernamental hemos visto cambios en las políticas aplicadas,
y apenas toman control los nuevos gobiernos inmediatamente son cambiados los planes
económicos, con esto solo se logra un sistema inestable que no es capaz de asimilar un
lineamiento cuando se le impone una nueva dirección. En segundo lugar por carecer de un
planteamiento que busque primero, controlar el gasto público a través del mejoramiento y
simplificación del sector público y crear un Sistema Tributario eficiente, para luego poco a
poco pero con paso firme y sostenido lograr la reactivación económica que tanto requiere
Venezuela.
En Venezuela, la posibilidad de un Estado como el que tuvimos en las últimas décadas ya
no es viable, por la sencilla razón de que el país no se puede permitir ese lujo. La
sinceración de la economía es y seguirá siendo la única salida. Los controles excesivos, los
subsidios, el proteccionismo, el paternalismo estatal y el Estado empresario, conllevan altos
grados de ineficiencia y terminan imponiendo un elevado costo a la sociedad. Esos costos
tienen que salir de alguna parte (endeudamineto). Las políticas económicas que
caracterizaron la política económica venezolana entre 1974 y 1994 arrojaron una
hiperinflación alimentada por un drástico y continuado deterioro en el valor de nuestro
signo monetario.
El actual gobierno venezolano, según su propuesta económica propone una reducción del
gasto público, y una modificación al tratar de reducir el gasto corriente, a través de
reestructuraciones en todos los organismos oficiales para hacerlos más eficientes y menos
costosos, y por su parte aumentar el gasto de capital, para crear la infraestructura necesaria
para comenzar la reactivación económica. El presupuesto fiscal del año 2000, tiene un nivel
de gasto total acordado de Bs. 17.878 millardos, equivalentes al 24,2% del PIB,
aumentando su nivel en 1,5 puntos del PIB con respecto al presupuesto de 1999. De este
total de gasto, el 84,5% se concentra en los siguientes ministerios: Finanzas, del Interior y
Justicia, Educación, Cultura y Deporte, Salud y Desarrollo Social, Infraestructura y
Defensa.
En referencia a la clasificación económica del gasto, el mismo presenta una orientación que
está en sintonía con los lineamientos estratégicos de este Programa Económico. Los gastos
corrientes se ubican en monto de Bs. 12.718 millardos, equivalentes al 17,3% del PIB,
creciendo en tan sólo 0,3 puntos del PIB con respecto al año precedente. Los de capital, se
sitúan en Bs. 2.967 millardos, equivalentes al 4,0% del PIB, superando en más de 1,1
puntos del PIB al gasto presupuestado del año 1999, y por último, las aplicaciones
financieras, dentro de las cuales se encuentran la amortización de préstamos, alcanzan un
monto de Bs. 2.192 millardos, equivalentes al 3% del PIB, presentando una variación con
respecto al año pasado de 0,1 puntos del PIB.
Por otra parte, en materia de gestión tributaria propone una reestructuración del actual
Servicio Nacional Integrado de Administración Tributaria (SENIAT), para aumentar la
recaudación y evitar la evasión de impuestos. Así como la aplicación de una serie de
instrumentos de recaudación que permitan reducir el déficit fiscal. En este sentido, el
presupuesto fiscal para el año 2000, fija como meta en los ingresos ordinarios de origen no
petrolero un monto de Bs. 8.561 millardos, equivalente al 47,8% del total de ingresos,
mejorando su participación en 5,7 puntos porcentuales con respecto al nivel alcanzado en
1999. Los ingresos fiscales originados por la actividad petrolera, excluyendo las
transferencias al Fondo de Inversión para la Estabilización Macroeconómica (FIEM), se
estiman en Bs. 4.211 millardos, equivalentes al 23,6% del total de ingresos fiscales.
Esto luce muy bien en el papel, pero ha sido un factor común observar excelentes
propuestas económicas por parte de los distintos gobiernos venezolanos que luego se
pierden en la intrincada e ineficiente red burocrática, o simplemente no son capaces de
cumplir las metas que son trazadas, en otras ocasiones, y debido a nuestra gran dependencia
de las exportaciones petroleras, los planes se ven afectadas por variaciones en los precios
del petróleo, e incluso por crisis ocurridas en otros países que crean un efecto dominó,
afectando a las economías más vulnerables como la nuestra.

2. Como es el Sistema Tributario Venezolano y explique si existe cultura tributaria en


los individuos si o no y porque?
Se denomina sistema tributario al conjunto de normas y organismos que rigen la
fiscalización, control y recaudación de los tributos de un Estado en una época o periodo
determinado, en forma lógica, coherente y armónicamente relacionado entre sí. La
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, establece que el sistema tributario
procurará la justa distribución de las cargas públicas según la capacidad contributiva de los
contribuyentes, de acuerdo con los principios de generalidad, progresividad, legalidad, no
confiscatoriedad y la prohibición de obligaciones tributarias pagaderas con servicios
personales.
Asimismo, se ordena que el sistema tributario se sustentará en el principio de eficiencia con
la finalidad de elevar la calidad de vida de la población y proteger la economía nacional.
Estos, principios constitucionales de orden tributario se constituyen en garantía para los
ciudadanos y en especial para los contribuyentes frente al poder de imperio del Estado. El
conjunto normativo está integrado por la carta fundamental como lo es la Constitución de
la República Bolivariana de Venezuela, el Código Orgánico Tributario (como norma
matricial), y las leyes y reglamentos que regulan los diferentes tributos entre otros, el
impuesto, esto sobre la renta, al valor agregado, sucesiones y donaciones, alcoholes y
especies alcohólicas, cigarrillos y tabacos, contribuciones parafiscales y sociales.
Además, forma parte del sistema tributario las competencias asignadas por la Constitución
y las leyes a los estados y Municipios, y por medio de la cual ejerce la potestad tributaria
autónoma con las limitaciones establecidas en el ordenamiento jurídico nacional. En tal
sentido, al hablar de un sistema tributario se debe articular tanto el Poder Nacional como el
Estadal y el Municipal, los entes y órganos con competencia para el control, recaudación y
administración de las contribuciones especiales y de las tasas.
En los lineamientos generales establecidos el Plan de la Patria – Segundo Plan Socialista de
Desarrollo Económico y Social de la Nación 2013-2019, es donde se presenta la guía de
transición al socialismo bolivariano del siglo XXI, constituido por un conjunto de políticas
dirigidas a incrementar la capacidad de acción estratégica de gobierno para lograr niveles
de eficiencia y eficacia; en lo referente a la tributación, se marca:
Objetivo Nacional: 1.3. Garantizar el manejo soberano del ingreso nacional. Objetivo
Estratégico y General: 1.3.9. Compatibilizar el sistema impositivo hacia estándares
internacionales de eficiencia tributaria para alcanzar acuerdos comerciales más efectivos
y eficientes con los países socios, salvaguardando la soberanía nacional.1.3.9.1. Adecuar
y fortalecer los mecanismos de control impositivo para mejorar la eficiencia en la
recaudación de los tributos nacionales y viabilizar futuros acuerdos comerciales.
En consecuencias, tendencia actual en materia tributaria como medida de garantizar
ingresos suficientes para sufragar los gastos públicos, es establecer un sistema de
administración tributario eficiente y eficaz, situación que no se ha logrado, muy a pesar de
las últimas reformas tributaria del Poder Nacional, así como las constante reformas
observadas en los sub-sistema tributarios estadales y municipales.
Así, todo sistema tributario supone una ordenada legislación de armonización y
coordinación tributaria, que permita la coexistencia y articulación entre los entes políticos
territoriales con potestad tributaria propia y las distintas entidades autónomas con
competencias de recaudación y control sobre ciertos tributos (tasas y contribuciones); a
objeto de evitar las múltiples cargas tributarias que puedan afectar la capacidad contributiva
de los contribuyentes.
Es necesario incluir otros elementos para alcanzar la eficiencia en la recaudación de
tributos como son: la educación y cultura tributaria, capacitación de los funcionarios de la
Administración Tributaria y establecimiento de nuevos procedimientos y tecnologías, así y
solo así se podrá sustentar la recaudación tributaria en un sistema eficiente.

Características Generales del Sistema Tributario en Venezuela.


Partiendo del presupuesto de que toda sociedad se constituye con el objetivo de lograr un
fin común, y como consecuencia lógica de esta premisa, se establecen las normas que
habrán de regir su funcionamiento conjuntamente con los organismos que sean necesarios
para la realización de este fin colectivo. El desarrollo de esta idea de sociedad, como
cualquier otra actividad, genera costos y gastos, los cuales, como resulta obvio, deben ser
cubiertos con los recursos propios de esa colectividad, bien porque en su seno se realizan
tareas que le produzcan tales ingresos, o bien, y sobre todo, porque ésta percibe los aportes
de sus miembros.
La Constitución de nuestra República contiene estatutos que rigen el funcionamiento del
país y, en su artículo 136 establece que toda persona tiene el deber de coadyuvar a los
gastos públicos. Para hacer efectiva esa contribución o colaboración se recurre a la figura
de los tributos (impuestos, tasas y contribuciones) incorporando expresamente en el artículo
precitado esa conexión, como no se había hecho en nuestras constituciones precedentes,
pero, concatenando aquella norma con el dispositivo contenido en el artículo 316 de la
Carta Fundamental, que a la letra señala:
“El sistema tributario procurará la justa distribución de las cargas públicas según la
capacidad económica del o la contribuyente, atendiendo al principio de progresividad, así
como la protección de la economía nacional y la elevación del nivel de vida de la
población, y se sustentará para ello en un sistema eficiente para la recaudación de los
tributos.”
En aplicación de esta disposición constitucional, el sistema tributario – y no un determinado
impuesto – establecerá la obligación de contribuir en atención a la capacidad económica del
sujeto pasivo; con tal fin, los tributos no pueden ser calculados sobre una base proporcional
sino atendiendo al principio de progresividad, mecanismo que debe respetarse para que el
Estado pueda cumplir con la obligación de proteger la economía nacional y de lograr un
adecuado nivel de vida para el pueblo.

Principios de Rango Constitucional.

Cabe señalar que en el Derecho Tributario Nacional, concebido como un todo, siempre se
había destacado con especial deferencia el hecho de que, desde su creación como tal la
República adoptó el principio de legalidad o de reserva legal en materia tributaria, con
rango constitucional. Así lo encontramos recogido desde la Constitución de 1811, dictada
por el Congreso que decretó la independencia de Venezuela y expresamente consagrado en
nuestra Carta Magna de 1830, a través de la cual se dio vida al Estado Venezolano, en la
disposición respectiva que le atribuyó al Congreso la facultad de crear “…impuestos,
derechos y contribuciones para atender a los gastos nacionales, velar sobre su inversión y
tomar cuenta de ella al Poder Ejecutivo y demás empleados de la República.” Este
principio, con algunas diferencias, se repite y recoge en la Constitución de 1819. La
disposición así concebida, se mantuvo con ligeras variantes en todas nuestras
Constituciones promulgadas desde entonces hasta hoy. No obstante, un importante avance
se introduce en nuestra nueva Carta Fundamental, promulgada el 31 de diciembre de 1999,
en la cual se añade a la norma cuya redacción se había mantenido sin mayores
modificaciones, la prohibición del efecto confiscatorio de cualquier tributo que cree la Ley,
con lo cual, no sólo se reserva a ésta la facultad de crear cualquier impuesto, sino que
además se impone al legislador una limitación del más alto rango normativo, en el sentido
de atender a la justicia y equidad de las exacciones a ser creadas, so pena de violación del
derecho de propiedad, que desde siempre ha contado en nuestro país con esta protección
constitucional. Dicha limitación, conocida como el principio de no confiscatoriedad, el cual
esta consagrado en el siguiente Art. de nuestra CNRB que se transcribe de esta manera:
“Artículo 317: No podrá cobrarse impuesto, tasa, ni contribución alguna que no estén
establecidos en la Ley, ni concederse exenciones y rebajas, ni otras formas de incentivos
fiscales, sino en los casos previstos por las Leyes. Ningún tributo puede tener efecto
confiscatorio.” Se ha hecho especial énfasis en este principio y la fórmula seleccionada para
consagrarlo en nuestra nueva Constitución, toda vez que al representar los tributos
invasiones de parte del Poder Público en las riquezas particulares y una innegable
limitación de la libertad y propiedad privada, se ha aceptado pacíficamente en el ámbito
internacional, que tales invasiones o limitaciones se hagan exclusivamente a través de la
Ley.
Se ha considerado necesaria la breve disquisición precedente, por cuanto en nuestro país es
mucho lo que se ha discutido sobre esos casos de excepción previstos en nuestro régimen
constitucional, en los que se contemplaba la posibilidad para el Ejecutivo Nacional, a través
de la figura del Presidente de la República, de intervenir en una serie de materias reservadas
a la ley. (De hecho, la última reforma de nuestro Código Orgánico Tributario, se hizo
mediante un Decreto-Ley).
Por otra parte, y conjuntamente con la relevancia y significación del principio de legalidad,
la recién promulgada Constitución, establece, como lo hacía la derogada de 1961 según
vimos al inicio de esta sección, que el sistema tributario en su conjunto procurará la justa
distribución de las cargas públicas según la capacidad económica del o la contribuyente, y
en este marco dispone que se deberá atender al principio de progresividad, a la protección
de la economía nacional y la elevación del nivel de vida de la población, sustentándose para
ello en un sistema eficiente de recaudación de los tributos. (Artículo 316, CNRB). La
norma antes referida se complementa con la previsión contenida en el aparte final del
artículo 317 ejusdem que enuncia los principios en los que debe soportarse la
administración tributaria, señalando que ésta gozará de autonomía técnica, funcional y
financiera de acuerdo con la normativa que sea aprobada a tal efecto por la Asamblea
Nacional, y su máxima autoridad deberá designarla el Presidente de la República de
conformidad con las normas previstas en la Ley.
Finalmente, cabe destacar que El Poder Nacional tiene asignada, de conformidad con en el
artículo 156, la potestad tributaria, en los rubros siguientes:
– La creación, organización, recaudación, administración y control de los impuestos sobre
la renta, sobre sucesiones, donaciones y demás ramos conexos, el capital, la producción, el
valor agregado, los hidrocarburos y minas, de los gravámenes a la importación y
exportación de bienes y servicios, los impuestos que recaigan sobre el consumo de licores,
alcoholes, y demás especies alcohólicas, cigarrillos y demás manufacturas del tabaco, y los
demás impuestos, tasas y rentas no atribuidas a los Estados y Municipios por esta
Constitución y la Ley.
– La legislación para garantizar la coordinación y armonización de las distintas potestades
tributarias, definir principios, parámetros y limitaciones, especialmente para la
determinación de los tipos impositivos o alícuotas de los tributos estadales y municipales,
así como para crear fondos específicos que aseguren la solidaridad interterritorial.
– La creación y organización de impuestos territoriales o sobre predios rurales y sobre
transacciones inmobiliarias, cuya recaudación y control correspondan a los Municipios, de
conformidad con la Constitución.
Además, el Poder Nacional tiene competencia para regular la organización, recaudación,
control y administración de los ramos tributarios propios de los Estados; y para establecer
el régimen del Situado Constitucional de los Estados y la participación municipal en el
mismo (Art.164, Ord. 4); y para regular la coparticipación de los Estados en tributos
nacionales (Art. 164.Ord. 6).
Nuestra Constitución de 1999, tiene asignada en forma directa los Estados las potestades
tributarias que se señalan a continuación:
– La organización, recaudación, control y administración de los ramos tributarios propios,
según las disposiciones de las leyes nacionales y estadales.
– La creación, organización, recaudación, control y administración de los ramos de papel
sellado, timbres y estampillas.
Además, le corresponden las tasas por el uso de sus bienes y servicios, multas y sanciones y
las que le sean atribuidas; lo recaudado por concepto de venta de especies fiscales y demás
ingresos definidos en el artículo 137 “ejusdem”, y las competencias residuales, previstas en
el ordinal 11 de conformidad con el principio propio de las federaciones en este particular.
Los Municipios tienen asignadas, de conformidad con el artículo 179 de la Constitución, las
siguientes potestades tributarias:
– Las tasas por el uso de sus bienes o servicios; las tasas administrativas por licencias o
autorizaciones; los impuestos sobre actividades económicas de industria, comercio,
servicios, o de índole similar, con las limitaciones establecidas en la Constitución; los
impuestos sobre inmuebles urbanos, vehículos, espectáculos públicos, juegos y apuestas
lícitas, propaganda y publicidad comercial; y la contribución especial sobre plusvalías de
las propiedades generadas por cambios de uso o de intensidad de aprovechamiento con que
se vean favorecidas por los planes de ordenación urbanística.
– El impuesto territorial rural o sobre predios rurales, la participación en la contribución por
mejoras y otros ramos tributarios nacionales o estadales, conforme a las leyes de creación
de dichos tributos.
• El producto de las multas y sanciones en el ámbito de sus competencias y las demás que
les sean atribuidas.
Es de suma importancia la comprensión de la composición y aplicación de los tributos y del
sistema tributario Venezolano, nos ayuda a saber no solo cuales son nuestras obligaciones,
sino también nuestros derechos como contribuyentes. A su vez permite los encargados de
planificar las finanzas nacionales determinar cuales son los criterios que de aplicarse serán
mas beneficiosos para la población, lamentablemente en nuestro país esto no es tenido en
cuenta y los impuestos en vez de constituir un medio del que el estado se vale para
equiparar los beneficios de los habitantes, se constituye en el medio de sacarle mas a los
que menos tienen para beneficio de unos pocos. En nuestro país no existe una cultura
tributaria, como si existe en otros países desarrollados, tales como los Estados Unidos y
España, donde la mayor parte de la renta fiscal proviene de los impuestos, contrariamente a
nuestro país, donde mas del 90 de la renta fiscal proviene del Petróleo, dependemos casi en
un 100% de los ingresos petroleros. Otro gran problema por el cual atravesamos es que
nuestra población desconfía enormemente de los destinos que el Estado le da a los ingresos
fiscales, los cuales deberían ser invertidos en obras que nos beneficien a todos y no en
proselitismos políticos o en las cuentas bancarias de funcionarios corruptos, finalmente, es
necesario señalar que nuestro Sistema Tributario necesita profundos cambios, empezando
por cambiar las actuales políticas fiscales, que los ingresos fiscales sean realmente
reinvertidos en el país, que se mejoren las técnicas tendientes a evitar la evasión fiscal y
concienciar a la población acerca de la importancia de cumplir con el deber constitucional
de pagar sus impuestos.
En cuanto a la cultura tributaria En Venezuela se está tratando de llegar a la conciencia de
todos los habitantes para formar el hábito de pago de impuestos voluntarios y no obligados
por alguna ley, ya que siempre se ha visto como una imposición, en donde los beneficios
que se perciben no compensan los aportados, no sólo económicamente sino socialmente.
Así mismo, se debe recordar que la institucionalización del sistema tributario comenzó a
partir de la década de los noventa y fue sólo hasta el año 1994 que por decreto el SENIAT
comenzó sus funciones, por lo que con la reforma constitucional de 1999 se esperaba que la
cultura tributaria se considerara como la base y la condición imprescindible para propiciar
la formación de una nueva relación entre los contribuyentes y las instituciones públicas.

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