You are on page 1of 5

El escarnecedor:

Job 17:2:
Junto a mí no hay más que gente burlona; día y noche veo sus provocaciones.

Provocan al justo.
Es por la burla que lo rodea que se encuentra sumido en la depresión. La burla es
específicamente la acusación de que merece lo que está sufriendo.
Entre sus amigos no encuentra apoyo moral, ya que más bien es objeto de
desprecio y de mofa; por esto, en las noches largas se consume en la triste
meditación y en la amargura (v.2)

Salmos 1:1
Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de
pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado;

No cultivar amistad con los que se burlan de Dios. No hace causa común con los que se
burlan de Dios.
La conducta del justo es descrita primero negativamente, en cuanto que se abstiene
de tomar parte entre los impíos, pecadores y mofadores de la Ley. Los tres
términos expresan enfáticamente los grados de oposición sistemática a Dios. Los
impíos son los ateos, que no quieren reconocer la autoridad suprema de Dios. Los
pecadores son los que no se preocupan de la observancia de sus leyes; y los
mofadores son los “esprits forts,” que consideran debilidad el dejarse llevar de
sentimientos religiosos.
Los malvados son «pecadores» y «arrogantes». Se mofan del Nombre divino y desprecian
su instrucción y su Ley. Por muy organizados que parezcan –en «reunión», «camino» y
«sesión»–, Dios disolverá sus organizaciones cuando ejerza como juez, y los malvados se
convertirán en paja a merced del viento.
Arrogantes
Ayuda práctica 1:1

1. El mejor remedio para la contienda es evitarla. Cuando se interponen los intereses


humanos, surgen las pugnas, afloran las avaricias y se crispan los ánimos.

2. El peligro de dejarse encandilar por falsos paraísos. Sodoma y Gomorra pueden


parecer Edenes. La abundancia material empobrece la abundancia espiritual.

3. Dejar a Dios la elección. Dios se encarga de disipar los temores y se compromete a


cubrir todas nuestras necesidades. Dios cuida de los suyos y evita que sean arrebatados por
el viento.

(1) Consejos negativos, v. 1. Este camino se describe primero con algunos consejos
negativos. El que sigue a Dios tiene que evitar ciertas cosas. No anda (v. 1) habla de un
camino, habla de un estilo de vida. Los primeros cristianos fueron llamados “los del
Camino”. Este camino implica un costo, porque es necesario negarnos lo que no complace
a Dios.
No anda… ni se detiene… ni se sienta. El v. 1 presenta un lindo ejemplo del paralelismo
heb. Las tres líneas repiten la misma idea. Algunos ven aquí un paralelismo sinónimo, es
decir las tres líneas dicen la misma cosa; otros ven un paralelismo sintético, es decir, que
cada línea agrega algo más (aunque las palabras usadas para los pecadores no sigan un
proceso de incremento, pues la palabra heb. usada en la primera línea para impíos, rashá?
H7593, es más fuerte que la de la segunda línea, pecadores, jatá? H2400). Lo que es claro es

que el justo evita todas las dimensiones del camino malo. Es posible ver aquí un proceso en
la decadencia del varón que no es bienaventurado. Primero, se deja influenciar por los
consejos de los malos. No hemos de elegir compañeros malos. Uno se conoce por los
compañeros que escoge. Segundo, empieza a participar con los pecadores. Aunque estos
“pecadores” no parezcan muy malos (nótese que el jatá? H2400, “pecador”, uno que yerra el
blanco, es mucho menos malo que el rashá? H7593, “impío”, el que es prisionero de sus
malos deseos), el “no bienaventurado” colabora con sus proyectos y participa en sus
hechos. Esto tiene que ver con el estilo de vida, con los valores de uno. Cuántos cristianos
hoy día son tan materialistas en sus estilo de vida y sus valores como “los buenos vecinos”
que no siguen a Cristo. Este Salmo nos insta a examinar nuestra vida. Tercero, se
identifica tanto con los que no son del camino que se burla de lo bueno. Toma el lado del
mundo contra los principios cristianos. Aun dentro de la iglesia hoy existen los que se
burlan de lo sobrenatural y de las convicciones morales basadas en la revelación bíblica.
Consejo … Camino … Silla—Con sus correspondientes verbos, indican las graduaciones
de la maldad, siguiendo los principios, cultivando el compañerismo, y conformándose
permanetemente a la conducta de los impíos, descritos por los tres términos, el último de
los cuales expresa la más descarada impiedad
-Tienden trampa

Pro 3:34
Ciertamente él escarnecerá a los escarnecedores, Y a los humildes dará gracia.

El prójimo será siempre el «termómetro» que permite medir el estado de mis relaciones
con Dios y los avances o retrocesos de mi actuación.
Confían en si mismos, eso los hace arrogantes y burlones
En el v. 34 Jehová muestra su sentido de humor que apunta a la confianza absoluta. Da
dignidad a los humildes, los sencillos, los pobres (ver 14:21; 16:19). Pero él hace temblar la
confianza de los burladores con su gesto de confianza (ver 1:26 sobre el concepto de la risa
divina). El humilde o pobre puede alcanzar las bendiciones divinas.

El v. 34 captaba la imaginación de los primeros cristianos. Específicamente, el tema del


humilde y del orgulloso se presenta llenando las páginas del NT (Mat. 23:12; Luc. 14:11;
18:14). El v. 34 se cita en el libro de Santiago utilizando la traducción griega, la
Septuaginta: Dios resiste a los soberbios, pero da gracia a los humildes (Stg. 4:6).
También se encuentra en la primera carta de Pedro, donde los jóvenes cristianos son
desafiados: revestíos todos de humildad (1 Ped. 5:5). Don Quijote decía: "A quien se
humilla, Dios le ensalza" (Don Quijote, 1.11).
la maldición de Dios, que lleva consigo la perdición y la ruina, pesa sobre los
impíos, mientras que la bendición de Yahvé, que es fuente de prosperidad y
bienestar, se reserva para quienes le son fieles. Quienes hacen con sus palabras y
con sus hechos escarnio de los justos, serán a su vez objeto de burla por parte de
Dios, mientras que los humildes recibirán su gracia. El Evangelio, al describir la
diversa conducta de Jesucristo con los fariseos y las gentes sencillas, escribió un
comentario inspirado a esta afirmación. A los sabios, que comprendieron los
preceptos de la sabiduría y los llevaron a la práctica, Dios dará honra y gloria ante
los hombres; pero quienes no cumplieron la ley divina recibirán menosprecio
cuando la sabiduría descubra los secretos de cada uno y dé a todos su merecido.
(Stgo 4:6 Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia
a los humildes.
Pero la gracia tiene una característica constante: una persona no puede recibirla hasta que se da
cuenta de que la necesita, y acude a Dios solicitando humildemente Su ayuda. Por tanto, siempre será
verdad que Dios está en contra de los soberbios y da Su gracia pródigamente a los humildes: «Dios se
opone a los soberbios, pero da gracia a los humildes.» Es una cita de Pro_3:34 ; y reaparece otra vez
en 1Pe_5:5 .
¿Qué es este orgullo demoledor? La palabra griega es hyperéfanos, que quiere decir literalmente
el. que se coloca por encima de los demás. También los griegos aborrecían el orgullo. Teofrasto lo
describía como "un cierto desprecio de todos los demás.» Teofilacto, autor cristiano, lo llamaba «la
ciudadela y la cima de todos los males.» Lo más terrible es que se esconde en el corazón. Quiere decir
altanería; pero el que la padece puede parecer de lo más humilde, cuando en realidad siente en el
corazón un desprecio olímpico hacia todos sus semejantes. Se cierra a Dios por tres razones.

(i) Jamás reconoce su propia necesidad. Se admira a sí mismo hasta tal punto que no se reconoce
ninguna necesidad.

(ii) Le encanta ser autosuficiente. No tiene obligaciones para con nadie, ni siquiera para con Dios.

(iii) No reconoce su propio pecado. Está tan ocupado pensando en su propia excelencia que no le
queda tiempo para descubrirse ningún pecado del que, tenga que librarse. Un orgullo así no puede
recibir ayuda, porque no sabe que la necesita, y por tanto no la busca ni acepta.

La humildad de que habla Santiago no consiste en rebajarse. Tiene dos características.

(i) Sabe que si una persona se enfrenta abiertamente con el diablo, este le dejará por cobarde. «El
diablo -manifestaba Hermás- puede pelear con el cristiano, pero no le puede abatir.» Esta es una
verdad que les encantaba a los cristianos, porque Pedro dice lo mismo (I Pedro 5:8s). El gran ejemplo
y la gran inspiración es Jesús en Sus tentaciones. En ellas Jesús dejó bien claro que el diablo no es
invencible; cuando se enfrenta con la Palabra de Dios, tiene que huir. El cristiano tiene la humildad
de saber que tiene que pelear sus batallas con el tentador, no con su propio poder, sino con el poder
de Dios.

(ii) Sabe que tiene el mayor privilegio, que es el acceso a Dios. Esto es algo imponente, porque el
derecho de acceso a la presencia de Dios en el antiguo orden de cosas era una exclusiva de los
sacerdotes (Exo_19:22 ). El ministerio del sacerdote le permitía acercarse a Dios para ayudar a los
que estaban manchados de pecado (Eze_44:13 ). Pero por la obra de Jesucristo, cualquier creyente
puede acercarse confiadamente al trono de Dios, seguro de que encontrará misericordia y gracia que
le ayuden en el momento de la necesidad (Heb_4:16 ). Hubo un tiempo cuando sólo el sumo sacerdote
podía entrar en el lugar santísimo; pero nosotros tenemos un Camino nuevo y vivo y una mejor
esperanza que nos permite acercarnos a Dios (Heb_7:19 ).

Los cristianos debemos ser humildes; pero es una humildad que nos da un valor invencible y que
sabe que el acceso a Dios está abierto hasta para el santo más tímido
“escarnece de los escarnecedores”, es decir, de los que piensan que “la Escritura habla
en vano”. resiste—lit., se pone en orden de batalla en su contra, así como ellos, lo mismo
que Faraón, que se levantaron contra Dios. Dios vuelve a pagar al pecador “en la misma
moneda”. “La soberbia” es la madre de “la envidia” (v. 5); es peculiarmente satánica, pues a
causa de ella Satán cayó. los soberbios—El griego en derivación significa que uno
aparenta ser superior a sus semejantes, y así se levanta en contra de Dios. los humildes—
que no son envidiosos ni codiciosos ni ambiciosos en cuanto a lo mundano. Contrástese el
v. 4.
La cura para los malos deseos es la humildad (véanse Pro_16:18-19; 1Pe_5:5-6). El orgullo
nos hace egocéntricos y nos lleva a pensar que tenemos derecho a todo lo que podemos ver,
tocar o imaginar. Crea apetitos codiciosos de obtener más de lo que necesitamos. Podemos
ser librados de nuestros deseos egocéntricos al humillarnos delante de Dios, tomando
conciencia de que lo único que necesitamos es su aprobación. Cuando su Espíritu Santo
nos llena, nos damos cuenta de que las atracciones seductoras del mundo son solo
sustitutos baratos en comparación con lo que Dios nos ofrece.
Quien quiere recibir un don, tiene que tender y abrir la mano; quien
quiere recibir como es debido el amor de Dios, tiene que limpiar su
corazón de toda egolatría y de todo extravío mundano, porque el espíritu
del mundo culmina en la presunción, en el orgullo; quiere suplantar a
Dios y convertirse en centro de todas las cosas. Por eso Dios resiste a los
soberbios de corazón maligno y sólo da su amor a los sencillos y los
humildes, porque ellos, como María, saben que todo lo bueno, todo lo
grande, todo lo que tiene verdadero valor, procede de Dios.
Los soberbios son los amadores del mundo, a los cuales niega su gracia y
benevolencia y les prepara un castigo eterno. Los humildes representan aquellos que
responden a la llamada divina, se someten totalmente a su voluntad y confían en El.
A éstos les da su gracia, los llena de bienes como a amigos carísimos y les tiene
reservada la bienaventuranza eterna.)

(1Pe 5:5 Igualmente, jóvenes, estad sujetos a los ancianos; y todos, sumisos unos a
otros, revestíos de humildad; porque: Dios resiste a los soberbios, Y da gracia a los
humildes.) (sed … sumisos—Tradúzcase pues: “Ceñíos (Rev_1:13; Rev_4:1) la humildad
unos para con otros”. El verbo es lit., “afirmar con nudo firme” [Wahl]. O “ceñíos como con
el traje de esclavo” (“encomboma”), pues el Señor así se ciñó con toalla para hacer el oficio
servil de humildad y amor, lavándoles los pies a sus discípulos, escena en la que Pedro jugó
un papel importante, de modo que naturalmente la tendría presente en la mente.
Comp.asimismo el v. 2 con Joh_21:15-17. La ropa era el distintivo original del pecado y
vergüenza del hombre. El orgullo motivó la necesidad de la ropa de parte del hombre; y el
orgullo aun reina en el vestido; el cristiano por tanto se viste de la humildad (Joh_3:3-4).
Dios le provee el manto de la justicia de Cristo, para recibir el cual el hombre debe ser
desnudado de su orgullo. Dios resiste a los soberbios—Cita, como Jam_4:6 también,
de Pro_3:34. Pedro tenía la Epístola de Jacobo en la mente, y así le da la sanción de la
inspiración. Comp. el v. 9 con Jam_4:7; lit., “se arma en contra …” Otros pecados huyen de
Dios; sólo el orgullo se opone a Dios; por tanto, Dios también a la vez se opone a los
orgullosos [Gehard, en Alford]. La humildad es el vehículo de todas las gracias [Agustín].)
(La humildad preserva la paz y el orden en todas las iglesias y sociedades cristianas; el
orgullo la perturba. Cuando Dios da gracia para ser humilde, también da sabiduría, fe y
santidad. Ser humilde y someterse a nuestro Dios reconciliado, trae más consuelo al alma
que los deleites de la soberbia y la ambición.)
(Pedro vuelve de nuevo a la idea de que la negación de uno mismo debe ser la marca característica
del cristiano.)

Orar para que tanto yo como la iglesia tengamos la gracia de ser humildes y confesar
nuestra necesidad de Dios.

Pro 9:8
No reprendas al escarnecedor, para que no te aborrezca; Corrige al sabio, y te amará.
Luts: hacer muecas. Burlarse

Pro 14:6
Busca el escarnecedor la sabiduría y no la halla; Mas al hombre entendido la sabiduría le
es fácil.

Pro 15:12
El escarnecedor no ama al que le reprende, Ni se junta con los sabios.

Pro 19:25
Hiere al escarnecedor, y el simple se hará avisado; Y corrigiendo al entendido, entenderá
ciencia.

Pro 20:1
El vino es escarnecedor, la sidra alborotadora, Y cualquiera que por ellos yerra no es
sabio.

Pro 21:24
Escarnecedor es el nombre del soberbio y presuntuoso, Que obra en la insolencia de su
presunción.

Pro 24:9
El pensamiento del necio es pecado, Y abominación a los hombres el escarnecedor.

Pro 29:8
Los hombres escarnecedores ponen la ciudad en llamas; Mas los sabios apartan la ira.

Isa 29:20
Porque el violento será acabado, y el escarnecedor será consumido; serán destruidos
todos los que se desvelan para hacer iniquidad,

You might also like