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Hace unos años, un joven se perdió una noche de marzo, sucedió una noche fría y de tenue

neblina. Por esa razón cada vez que llega la neblina, la gente habla del caso que fue muy sonado
en su momento, algunos cuentan que poco después de su desaparición, lo volvieron a ver
caminando por las húmedas calles, sobre todo en noches de neblina, viene y se va con ella.
Siempre lleva un cuaderno andrajoso en la mano, en cuya tapa hay nombre poco legible.

La historia se remonta años atrás, cuando Benjamín trabajaba en una oficina postal, el solitario
joven había puesto sus ilusiones, en su hermosa compañera de trabajo, de nombre Gabriela.
Ella nunca le prestó atención, mas era esquiva siempre cuando él se le acercaba. Tiempo después
Benjamín logro conseguir un trabajo en otra ciudad y en unos meses tendría que renunciar y
mudarse .Fue recién que ella empezó a acercársele ,Benjamín no podía dar crédito a lo que
estaba sucediendo ,ya que para en ese entonces había perdido toda esperanza e incluso dentro
de unos meses tendría que mudarse a otra ciudad .La chica del cabello rojo y de ojos azules,
se había fijado por fin en él ,después de tantas penurias que había pasado, pensando en ella.

Cuando Benjamín tenía que mudarse a otra ciudad, Gabriela decidió irse con él para empezar a
vivir juntos. Finalmente se mudaron, alquilaron una habitación en una avenida. Ella había llevo
pocas cosas, entre estas su abrigo y una cartera con solamente lo necesario según decía ella.

Esa primera noche juntos, mientras ella ordenaba las cosas en la habitación, vio un cuaderno
tirado en el suelo, se agacho para recogerlo y al levantarse se golpeó bruscamente su delicada
frente en un mueble. Gabriela empezó a sangrar un poco y la sangre se confundía con su roja y
larga cabellera. Se puso una venda y continuo arreglando el cuarto, cuando de pronto se sintió
mareada, alarmado por esto. Benjamín decide llevarla al médico, esa noche corría una suave y
fría brisa, advirtiendo esto ella se puso su abrigo, se amarró el pelo, se cambió la venda
manchada y salió de la mano de Benjamín, parecía una noche de espanto por lo vacío de las
calles.

Benjamín trajo un taxi a la puerta unos minutos más tarde, mientras Gabriela le aguardaba, la
hizo subir y partieron. En el camino Benjamín le daba indicaciones al taxista, para que se
dirigiera al centro de salud del distrito. Llegaron a la puerta del centro de salud, el conductor
toco el claxon pero no le dieron pase .El vigilante desde su cabina le hacía señales de que no
había atención, de modo que Benjamín se tuvo que bajar del taxi, corrió hacia la cabina con las
manos en el bolsillo, entumecido y con la mirada hacia abajo, por la gélida brisa que soplaba

Benjamín trato de explicarle que se trataba de una emergencia a través del cristal, pero este no
podía escucharle bien, así que haciendo un esfuerzo cubriéndose con una manta, el seguridad
salió de mal humor y refunfuñando, se dirigió al coche. En ese momento Gabriela se bajó del
auto se paró frente a él y le pregunto dónde podían encontrar otro centro de atención El
vigilante se quedó asombrado, al ver a aquella hermosa aparición de una jovencita de cabello
rojo recogido, sonriente y de profunda mirada, envuelta en un abrigo blanco, al momento este
cambio de humor y les explico que podían avanzar un poco, más en busca de una farmacia o
tópico donde le podrían hacer la curación, ya que esa noche fría probablemente no habría un
centro abierto, hasta llegar al Hospital Central que estaba distritos más allá todavía

Partieron en busca del siguiente centro de atención, eran poco más de las nueve, las calles
estaban desiertas con casi todos los centros comerciales cerrados y de pronto el coche se apagó.
Pararon un momento, el auto no arrancaba, Gabriela empezó notar la frustración de Benjamín,
que estaba dispuesto a cargarla en su espalda y a correr a toda prisa hacia un centro de
atención, no importándole abrirse paso entre los vientos glaciales, que empezaron a golpear con
más fuerza, en cambio Gabriela prefería regresar a casa con Benjamín y descansar ya que se
sentía agotada

De pronto el coche se encendió y se emprendieron de nuevo la marcha, el taxista le pidió a


Benjamín calmarse para poder continuar sin ningún percance. Gabriela se volvió a cambiar la
venda enrojecida, se echó sobre el hombro de Benjamín y se quedó dormida. De pronto pasaron
por el siguiente distrito, ya empezaba a notarse un poco más de tránsito. Benjamín no lo advirtió,
pero el viento había parado, eran aproximadamente las 10 de la noche y las nubes dieron paso a
una imponente luna llena, el cielo se volvió estrellado. Mientras Benjamín recordaba pasajes de
su vida, del tiempo que llevaban juntos, de cómo la hermosa criatura, que se encontraba
recostada a su lado, le comunico la decisión de mudarse con él para vivir juntos

Cerca a las 11 horas, una leve neblina empezó a cubrir la carretera, justo cuando pasaban por el
distrito más tradicional, lleno de casonas enormes en medio de frondosos árboles, que
danzaban al son de los gélidos vientos, que comenzaba a soplar levemente, silbando y
sacudiendo sus copas. En medio de todo esto, la luna se filtraba en una tenue neblina, dando
un aire de misterio, a aquellas enormes casonas y árboles que acompañaban la carretera.

Poco antes de llegar al distrito mayor y al hospital central, la niebla se disipo cayo un poco de
lluvia y la luna empezó a iluminar con más fuerza todo el camino mojado, encontrándose con
más tráfico, se notaba que era un distrito con una agitada vida nocturna

Gabriela despertó pasada las 11 de la noche, con un poco de dolor de cabeza, mirando a
Benjamín con la frente ceñida, lleno de preocupación, se sintió apenada y le empezó a abrazar
diciéndole:

-Si me perdiera una noche de neblina, solo tendrías que esperar, tarde o temprano nos
volveríamos a encontrar, no debes angustiarte siempre regresare -dijo Gabriela

-Lo sé, no te preocupes -dijo él asintiendo con la cabeza.

-Claro -replicó ella-.no desesperes - le dijo con esa sonrisa de miel que tenía.

Luego ella empezó a sentir cansancio, sintiendo que iba a desvanecerse, cuando de pronto el
conductor anuncio:

-Al fin hemos llegado.

Llegaron casi a la media noche ella, Benjamín la cargo hasta la camilla, Gabriela le empezó a
mirar de un modo sereno como sintiendo una gran admiración, mientras avanzaban él la tomaba
de la mano .Ya en la recepción, la enfermera de turno lleno la historia clínica, registrándola como
la esposa de Benjamín aunque eso no fuese del todo cierto.

Se la llevo el médico y la enfermera, no permitiéndole la entrada. Luego de esto Benjamín


abatido por la pena y el agotamiento, se sentó un largo rato en unos bancos más allá de la
recepción del hospital, sus ojos empezaron a cerrarse de cansancio, tanto así que cuando
despertó ya era de día, salió un rato hacia afuera del hospital para tomar aire y vio que estaba
lloviznando.

Regreso a la recepción para preguntar por Gabriela, cuando la enfermera de turno lo miro
fijamente y le dijo, que su esposa había dejado el hospital en circunstancias extrañas, en ese
momento se sintió tan ofuscado que por un rato se bloqueó, al reaccionar le pidió que por
favor le explicara que había sucedido esa madrugada entonces le informo que :
- Gabriela había salido mientras estaba en observación, para ir a buscarlo a él, ni la vigilancia ni
las enfermeras de turno advirtieron como ni por donde salió de su cuarto. Hasta la última vez
que la vieron, ella no dejaba de preguntar por su esposo Benjamín, por eso los del hospital
asumieron que él se la habría llevado, pero no fue así precisamente.

Luego de esto Benjamín salió ofuscado, busco y pregunto por los alrededores, nadie le daba
razón, luego tomo un taxi de vuelta con la esperanza de encontrarla en casa .Pero cuando llego
todo estaba tal y como lo dejaron la noche anterior, ella nunca había pasado por ahí.

Deprimido por lo ocurrido, hizo la denuncia a la jefatura del distrito, aviso a los padres de ella y
empezó su angustiada búsqueda. Trataba siempre de mantenerse al tanto de los medios, por si
salía alguna noticia de Gabriela, simplemente no podía concebir la idea de que Gabriela no
aparecería nunca más

Fue de nuevo al hospital y encontró al médico que había atendido a Gabriela le agarro de la
bata diciéndole :

-¡Pero como ha pasado esto?.

El medico solo atino a pedirle calma le empezó a explicar:

-La noche que la ingresaron al hospital, ella no dejaba de repetir, que tenía que hablar con usted.
Por eso asumimos que se pudo haber ido con usted. El hospital se pronunciara al respecto por
escrito por favor espere el resultado de las investigaciones.

Luego de muchas indagaciones de la desaparición se elaboró un informe sobre lo sucedido:

La llamada noche glacial por el frío que hizo, una paciente de nombre Gabriela G.C. habría sido
ingresada aproximadamente pasada las 12 horas, luego de unas horas de internamiento, esta
habría abandonado su cuarto, sin que nadie pudiera advertirlo, se llevó su ropa y cosas
personales. La ingresada permanecía en una de las habitaciones del hospital por un golpe en la
cabeza, a pesar de que no era una lesión grave, debía permanecer en observación hasta nueva
orden. Sin embargo, abandono su cama .Supuestamente para ir en busca de su esposo, puesto
que no dejo de preguntar por él. Eran las 3 de la madrugada cuando la enfermera de guardia se
percató de que la cama estaba vacía y se había llevado sus efectos personales. La convaleciente
se levantó de la cama, se vistió, bajó las escaleras hasta la recepción por donde se marchó con
rumbo desconocido.

Su salida pasó desapercibida, y al poco tiempo la enfermera de turno del piso, dio aviso de que
la habitación estaba vacía y que la joven no daba señales de vida por ninguna parte. De este
modo se activó el protocolo que les obliga a anunciar la ausencia del paciente, entre otras cosas
ya que el hospital no puede hacerse responsable del estado de salud de la interna, si abandona
el centro por su cuenta y riesgo. Cuando todos los mecanismos ya estaban en marcha, intentaron
buscar al esposo pero no lograron ubicarlo .Ya que él se había quedado dormido en uno de los
bancos más allá de la sala de recepciones, era un sitio un poco oculto.

En su escueto informe, el personal del hospital describe que la paciente presentaba claros
síntomas de confusión y aturdimiento a su llegada al hospital, y que efectivamente la joven no
dejaba de preguntar por su esposo.
Semanas después de la desaparición, Benjamín no la pudo hallar, ella nunca regreso al cuarto
que alquilaron, ni tampoco fue vuelta a ver. Benjamín siempre regresaba al hospital puesto que
si la encontraban probablemente la reingresarían por su estado de salud, pero no se volvió a
saber de ella.

Un día un señor se le acercó y le conto que vio en las noticias la intensa búsqueda de Gabriela
.Relatándole que esa noche él estaba de turno en la farmacia de al lado. La vio pasar por la
acera se paró un rato frente a la farmacia .Ahí es cuando la pudo ver bien, empezando a
describirla:

-Era delgada de cabello rojizo y largo, de una espectacular belleza, envuelta en un abrigo blanco
rodeada con un aire de misterio , eran un poco más de las 3 de la madrugada, cuando de pronto
una mágica aparición se dio frente a su farmacia, la joven se quedó un rato mirándolo, parecía
confundida su mirada era profunda. Por un momento el farmacéutico se distrajo y cuando
regreso la mirada hacia ella, ya se había ido.

Esto paso un par de horas después de que Benjamín terminara rendido por el cansancio,
durmiéndose en los bancos del hospital .El farmacéutico le conto que le había puesto mucha
atención cuando la vio, porque es difícil que alguien semejante pase desapercibido, más aun
esa noche de neblina y de viento gélido .Nunca hubiera imaginado que aquella niña de ojos
azules, hubiera abandonado aturdida el hospital, y con tan solo un abrigo blanco.

Ese día por la noche, mientras Benjamín soportaba las ganas de llorar de rabia, mientras estaba
asomado por la ventana de su habitación .Se empezó a acordar lo que le dijo Gabriela esa última
noche. Si ella se perdía en la niebla ellos volverían a encontrarse, ya había pasado un mes y no
sabía nada de ella. El no dejaba de repetirse:

-¡Donde Gabriela ,donde te has metido ,dime que debo hacer ?

Empezó a recordar sus ojos claros, su sonrisa de miel. Comenzó a leer el cuaderno de notas que
Gabriela había recogido del suelo cuando se golpeó la cabeza, en la tapa tenía el nombre de ella
escrito. Pensaba en todo lo que había vivido desde que la conoció, cuando la molestaba a ella
con el apodo de la joven de la mirada azul .Pasaba página a página con sumo cuidado cuando
de pronto empezó a caer una suave llovizna y de pronto todo se empezó a cubrir de una tenue
neblina.

Esa noche fue la última vez que los vecinos vieron a Benjamín, se fue sin despedirse, sin nada
qué decir, pensando que lo único que necesitaba con urgencia era encontrar a Gabriela. Cuando
salió de su cuarto a la calle, se dio cuenta de que estaba corriendo un viento gélido como aquella
noche.

Fue visto por última vez esa noche en el vecindario, llevaba un cuaderno en mano y en la tapa
estaba escrito el nombre de GABRIELA .Se fue con poco abrigo y con rumbo desconocido, a
pesar del frio que hacía. Los que lo vieron dijeron que se le veía muy consternado, puesto que
se encontraba atravesando una situación muy difícil.

No se supo más que ocurrió con él ni donde se encuentra, la cacera que le alquilaba el cuarto,
hallo todas sus cosas iguales, no se había llevado nada con él, simplemente se había ido para no
volver.
La cacera hizo la denuncia a la jefatura para que se empezara la búsqueda pero no hubo frutos
de esa búsqueda y el caso quedo archivado. La señora que veía a Benjamín como un hijo, nunca
perdió la esperanza de tener noticias de él o de Gabriela.

Desde aquella noche, nace la leyenda del joven que vaga por las calles buscando a la chica que
perdió años atrás, dicen que sale solo en noches de temporal cuando las calles están húmedas
y la neblina empieza a manifestarse, lleva un cuaderno andrajoso en mano. Se cuenta que cada
vez que creen verlo, una suave y gélida brisa empieza a correr por las calles llevándose la neblina
consigo, ambos se van con el viento hasta perderse, dando paso a un cielo estrellado y
despejado Años después llegó la noticia a la cacera de que Gabriela estaba viva. La señora al
enterarse de esto se fue a buscarla, efectivamente hallo a la muchacha, se veía igual de hermosa
y radiante como cuando llego con Benjamín para alquilarle una habitación. Gabriela no podía
reconocerle había perdido la memoria, no se acordaba ni de Benjamín ni de su pasado. Cuando
la cacera la encontró ella ya estaba casada y tenía un niño pequeño, aunque la señora trato de
ponerla al tanto de lo sucedido, Gabriela insistió en no hurgar en su pasado ya que tenía una
nueva vida. La señora con un hondo pesar por Benjamín se despidió y se fue ,con la esperanza
de que Benjamín también hubiera encontrado su camino al igual que Gabriela , aunque esto
realmente no fue lo que paso con él.

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