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Por
Carlos Arámburu, MD.
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18/01/2016
95447
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El desequilibrio ácido-base y electrolítico es, sin duda alguna, uno de los temas que más
nos atemoriza y en el qué más dudas nos quedan; inclusive durante nuestra práctica clínica.
Continua leyendo y con tan sólo seguir 4 sencillos pasos, no sólo podrás interpretar una
gasometría, sino que comprenderás este tema de una vez por todas.
Por último, tenemos a los riñones, quienes retienen HCO3- en caso de una disminución del
pH sistémico o lo excretan si el pH se eleva. Además, generan amoniaco (NH3) en los
túbulos distales para facilitar la excreción de H+ así como para la producción de “nuevo”
HCO3-.
Antes de empezar...
La gasometría te va a reportar ciertos parámetros y es básico que los conozcas para poder
interpretarla. Primero tenemos al pH que, como ya te mencionamos antes, te va a dar la
concentración de H+. Con un aumento de los hidrogeniones el pH disminuye y viceversa.
Toma en cuenta que puede haber un pH cercano a valores fisiológicos en la acidosis o
alcalosis leves, así como en un trastorno mixto.
Le sigue la presión parcial de CO2 (PaCO2) que te ayuda a evaluar la función junto con la
frecuencia e intensidad respiratorias. Una hipoventilación va a genera una PaCO2 elevada y
una hiperventilación ocasionará una disminución de PaCO2. Luego tenemos la PaO2, que
es la presión parcial de oxígeno en sangre y te indica la capacidad del oxígeno para ser
transportado en sangre. El bicarbonato (HCO3-) que reporta la gasometría arterial es
calculado con base en la PaCO2 y el pH. Puedes obtener valores más precisos cuando se
solicita la concentración sérica. Por último tenemos el exceso de base (EB), que es la
diferencia entre la concentración fisiológica de HCO3- y la actual del paciente.
Para valorar las alteraciones ácido-base utilizamos la gasometría arterial. La venosa es una
alternativa sólo para la valoración inicial de un paciente con cetoacidosis diabética o
síndrome úremico. Además, te puede ser útil para valorar hipercarbia arterial. El rango de
45 a 46 mmHG de la PaCO2 tiene una sensibilidad del 100% para este último trastorno. La
gasometría venosa no refleja el estado real del trastorno ácido-base por variaciones
impredecibles en la PaCO2, la incapacidad para detectar hipoxia por hipercarbia importante
así como un trastorno mixto.
La técnica para tomar una muestra de sangre arterial te la explicamos en este artículo. Sin
embargo, ten en cuenta los siguientes consejos para obtener los resultados más fidedignos:
Cuida la técnica de asepsia previo a la toma
No olvides tener anticoagulada la jeringa
Expulsa inmediatamente cualquier burbuja de aire que presente la muestra
Haz lo posible porque sea analizada inmediatamente
Si no es el caso, al menos mantenla fría (hasta por 30 minutos)
Debes documentar si el paciente está bajo oxígenoterapia o soporte ventilatorio, así como
frecuencia respiratoria y temperatura corporal.
1. ¿Acidosis o alcalosis?
Para trastornos metabólicos primarios, ayúdate del valor de HCO3- sérico para predecir el
cambio esperado en la PaCO2. Para trastornos respiratorios primarios usa, ya sea la PaCO2
medida para calcular el cambio esperado en el pH o, con base en el cambio en la PaCO2,
calcula el cambio esperado en el HCO3.
Si trasladamos esto a nuestro caso clínico y usamos la fórmula para calcular la PaCO2
obtenemos de 28 a 32 ([1.5×15]+8(+/-)2]). Dado que el valor calculado es menor que el
medido, podemos deducir que la paciente está parcialmente compensada y que existe una
acidosis respiratoria concomitante.
Si tu paciente tiene una acidosis metabólica, necesitas calcular el anion gap (AG). Este
último es la diferencia entre los principales cationes y aniones en sangre. Se calcula con la
siguiente fórmula: AG= Na-(Cl+HCO3). Si existe hipoalbuminemia, suma 2.5 al AG
calculado por cada gramo/dl. de albumina que se encuentre inferior a 4 mg/dl. Por cada
miliequivalente (mEq) de ácido disponible, se gastará un mEq de HCO3. El rango normal
es de 10-14 mEq/L. Puede que exista una acidosis metabólica con un AG>12 mEq/L; un
AG >20 mEq/L es indicativo de una acidosis metabólica primaria independientemente del
pH o concentración sérica de HCO3.
Puede haber situaciones en las que existan trastornos metabólicos concurrentes. Para
identificar si es el caso en tu paciente, debes calcular el delta gap (ΔG) con la siguiente
fórmula: ΔG=AG total-AG fisiológico (12 mEq/l). Suma el ΔG a la concentración medida
de HCO3, si la suma es mayor que el HCO3 sérico (>26 mEq/L), existe una alcalosis
metabólica subyacente; si la suma es menor al HCO3 sérico fisiológico (<22 mEq/L), se
trata de una acidosis No-AG. Esta regla se basa en la ley de la electroneutralidad, en la que
si el AG es incrementado en 10, también debe haber una disminución del HCO3 de 10.
Ok, ¿y ahora?
Ahora que ya sabes interpretar la gasometría de tu paciente, lo que queda es determinar la
causa subyacente del padecimiento y tratarlo. A continuación te dejamos las diversas
etiologías de cada tipo de trastorno ácido-base para que lo puedas correlacionar con la
historia clínica y exploración física y así dar el tratamiento oportuno.
Este trastorno ocurre cuando existe, ya sea una retención neta de ácidos no volátiles (otros
que no sean el ácido carbónico) o una pérdida de bicarbonato. Se divide en AcM con o sin
AG. Lo útil de saber si hay un AG es que solo un número limitado de padecimientos o
fármacos producen una AcM con AG. En la AcM el cuerpo va a intentar mantener el
balance ácido-base o compensarlo mediante la expulsión de ácido. Ello ocurre mediante la
eliminación de ácido carbónico como CO2. La compensación esperada es una reducción de
la PaCO2 mediante taquipnea.
La administración excesiva de solución salina es una causa iatrogénica común de una AcM
sin AG, llamada acidosis hiperclorémica. Para corregirla requiere que remuevas el exceso
de cloro mediante la sustitución de la solución salina por Hartmann.
En la AlM con respuesta a SS, hay una depleción de Cl. En la asociada a pérdidas
gastrointestinales (vómito o succión por sonda nasogástrica), el cloro se pierde en forma de
ácido clorhídrico. En la AlM sin respuesta a SS hay una pérdida de potasio con
hiperactividad mineralocorticoide excesiva. La hipokalemia estimula la reabsorción de
HCO3 en el túbulo proximal renal.
El manejo de la AlM con respuesta a SS requiere sólo la restitución del cloro mediante KCl
o NaCl. En el caso de la variante sin respuesta a SS, se debe corregir rápidamente la
hipokalemia. Si existe hiperactividad mineralocorticoide se tiene que eliminar la causa.
Ocurre cuando existe hipoventilación o los pulmones no son capaces de eliminar CO2
mientras este se sigue produciendo, lo que ocasiona hipercapnia (aumento de la PaCO2).
Este trastorno puede ser el resultado de un padecimiento agudo o crónico. Un aumento
agudo del CO2 se puede manifestar neurológicamente mediante cefalea y confusión y
pueden derivar en estupor y coma. La compensación se da a través de la excreción renal de
más ácido y menos HCO3 a las 6 a 12 horas. Se manifiesta con cambios moderados en el
HCO3 sérico sin llegar más allá de 31 a 32 mmHg. Si ha ocurrido la compensación, pero el
valor del HCO3 se encuentra fuera de lo esperado, piensa en otro trastorno ácido-base
concomitante. Los pacientes con AcR crónica tendrán niveles elevados de PaCO2 estables;
sin embargo, el pH se mantendrá casi en parámetros fisiológicos gracias a la compensación
renal.
AcR por administración de CO2: reentrada de aire espirado, aumento del CO2 en
aire ambiente, etc.
AcR por sobreproducción de CO2: alimentación, septicemia, hipertermia maligna,
catabolismo, etc.
AcR por ventilación alveolar inadecuada: laringoespasmo, broncoespasmo,
aspiración, etc.
AcR por trastornos: musculares (p.ej., miopatías), neurológicos (p.ej., tétanos) y
metabólicos (p.ej., obesidad).
Para concluir con nuestro caso de M.A. podemos aseverar que padece una acidosis
metabólica con anion gap parcialmente compensada. Por los datos presentados al inicio de
caso y correlacionando, la etiología probable del trastorno sea una acidosis láctica
secundaria a choque séptico. Como mencionábamos anteriormente, tu tratamiento debe ir
enfocado a corregir la patología que está ocasionando el trastorno primario. Para aprender
más acerca de este tema te invitamos a revisar nuestro artículo sobre el tratamiento del
desequilibrio ácido-base.