You are on page 1of 6

INTRODUCCION

Hemos llegado a pensar que Dios sana, cura, restaura, en todo momento pero solo
excepcionalmente, que quizá ante alguna circunstancia pueda mostrar su favor, pero
también quizá en otras no. Sin embargo Dios sigue y quiere manifestar su poder en nosotros
y a través de nosotros. Es increíble como el mismo poder que actuó en Jesús, quiere Dios
que actué a través de nosotros para edificación de su iglesia.

DESARROLLO
Cuando Dios nos hace escuchar su voz a través de su palabra, somos llenos de esa vida que
sale de su boca, sus palabras son espíritu y son vida y cuando hallamos esa palabra, da a
nuestro ser la fortaleza, consolación, corrección, convicción, enseñanza e instrucción. El
hace que nuestro espíritu sea lleno de esa vida que forma una protección alrededor de
nosotros. Y donde nos lleva a una obediencia no porque se encuentre escrito, no porque
nos diga alguno de nuestros hermanos, sino porque va abundando en nosotros y nos va
convenciendo en amor y que al hacerlo vemos como al asirnos de lo que él ha escrito para
nosotros nos va llevando a experimentarlo y a poder caminar poco a poco en su voluntad
en nuestras vidas y donde nos va llevando a ver un panorama deseable para poder seguirlo
y al mismo tiempo nos muestra que no es en nuestras fuerzas sino en las suyas para poder
prevalecer.
Nos lleva a darnos cuenta que hemos querido hacer cosas para él, sin embargo solo lo que
el disponga en nuestro corazón para poder ofrecerlo a él, es lo más valioso y lo único
aceptable delante de él.
Hemos acudido a querer encontrar el perdón y la sanidad mediante la ciencia, el ocultismo,
la tradición y aquello que nos han recomendado, pero solamente en Dios está la respuesta
y mediante el son suplidas cada una de nuestras necesidades.
Dios ciertamente tiene un tiempo para cada situación en nuestra vida, dice su palabra que
tiempo y ocasión acontecen a todos y también que el corazón de sabio discierne el tiempo
y el juicio por lo tanto nuestros sentidos espirituales deben permanecer expectantes a todo
lo que él nos va mostrando. Es como estar en la misma sintonía, en el mismo fluir,
introduciéndonos a las profundidades de sus tesoros y emerger con respuestas para
bendecir a quienes están a nuestro alrededor.
La voluntad de Dios para nuestras vidas, es para bien, dice que es agradable y perfecta su
voluntad, jamás Dios buscara nuestra calamidad sino nuestro bienestar. Como Padre quiere
que estemos bien y hará que todo ayude para bien, hará que todo coopere para nuestro
bien y que todo sea conveniente para nuestra vida, y que lo conozcamos que no hay nadie
sobre la tierra con un pensar de bien para nuestra vida, como el mismo. Dios hará que todo
coopere para el bien de aquellos que le amamos y tenemos un propósito en él. Dios desea
que estemos libres de enfermedad y que realmente permanezcamos en la libertad a que él
nos llamó y así mismo fue la razón de su entrega y que seamos libre de todo lo que nos yuga
a estar esclavizados a la carne, al mundo, al diablo. Quiere que andemos realmente en
nueva vida, como vivos de entre los muertos y así mismo siendo detonadores de bendición
con todos y cada uno de los que nos relacionemos regular u ocasionalmente.
Dios obra en nuestra vida una y otra vez, aunque a veces olvidamos como se ha manifestado
y de donde nos ha sacado. Somos sanados al permanecer abiertos de corazón ante él y con
corazón sencillo y permaneciendo mirándolo a él y a la obra que comenzó a hacer en cada
uno de nosotros.
En el nombre que es sobre todo nombre son hechos señales y prodigios. Dios se agrada en
la unidad, en el acuerdo. Cuando pensamos, sentimos y hablamos una misma cosa, cuando
pedimos de acuerdo a su voluntad y entendemos que todo lo que le podemos dar es de lo
que hemos recibido de su mano. Dios a través de cada uno de nosotros, manifiesta su poder
y nos lleva a ser testigos de lo que él hace. Vemos como levanta al caído, como llena de
alegría, como va dando luz a nuestro entendimiento, nos hace oír y andar en sus palabras y
abundar en gracia para enfrentar la vida.
Dios nos lleva a ver el impacto que tienen nuestras palabras, la fuerza y la fe que
impregnamos al hablar y el poder creativo que tienen las palabras. Realmente nos llevan a
edificar, a derribar, a establecer en Dios. Hemos recibido el privilegio de poder abrir nuestra
boca para que sea hecho en fe, aquello que pedimos.
Es importante que nuestros ojos no se aparten de mirar al invisible, que nuestros ojos
siempre estén puestos sobre Jesús, ya que de otra manera seremos extraviados, dejaremos
de ver la visión Y de proseguir al blanco. Necesitamos que este afirmado en nuestro corazón
que a través de la paciencia son heredadas las promesas, por cuanto Dios es galardonador
de los que le buscan. Que seamos guiados para ser alineados a su voluntad a fin de agradarle
a EL.

Dios sigue sanando hasta el día de hoy. Él dijo: Mi Padre hasta ahora trabaja y yo trabajo. El
sigue obrando hasta hoy en día. El pecado y la incredulidad impiden la sanidad y que Dios
pueda manifestarse de manera sobrenatural en nuestras vidas. Sin embargo, él envía su
palabra que nos trae sanidad a todo nuestro ser, espíritu, alma y cuerpo. Dice que las hojas
del árbol son para la sanidad de las naciones, entonces él quiere que seamos alimentados
del árbol de la vida y seamos fortalecidos en él. Quiere que estemos sanos y así mismo
busquemos que los de nuestro alrededor puedan disfrutar y acceder también a este
beneficio de la sanidad. Dice su palabra: bendice alma mía al Señor y no olvides ninguno de
sus beneficios.
Dios desea sanar, restituir o que recuperemos la salud y pueda ser posible que los que estén
a nuestro alrededor sean sanos y sanas, es decir que no haya ninguna lesión interna del
alma que nos mantenga desintegrados sino Dios quiere unirnos en cada una de nuestras
partes rotas y hacernos nuevos, quiere hacernos su vaso que lo contengamos como tesoro
para que lo excelente de él sea reflejado y manifestado en su multiforme sabiduría. Dios
desea que no padezcamos ninguna enfermedad y que pueda nuestro organismo ejercer sus
funciones en la normalidad y perfección que él las creo.
Él quiere que mediante el poder que actúa en nosotros sea restituida la salud a cada uno
de sus hijos que la haya perdido. Su deseo es curar a las personas y que recobren su salud.
Quiere que vivamos una vida plena y que haya un equilibrio tanto interno como externo en
nuestro ser y en el de cada persona a nuestro alrededor.
Él quiere hacer desaparecer una enfermedad, una herida interna o un daño físico a una
persona.
Quiere colocarnos en la posición original del diseño perfecto de su corazón y como al
principio, como cuando sus manos nos hicieron en el interior del vientre de nuestra madre
y nada falto y todo fue hecho con tal dedicación, perfección, cuidado.
Como al principio… donde el hombre no adolecía de ningún padecimiento, achaque,
enfermedad, su deseo es que haya una restauración en nuestra manera de pensar, sentir,
actuar, emocionarnos, decidir, ya que en esa medida se va a manifestar su obra desde
dentro hacia afuera.
Hemos comprobado como al clamar en nombre del Señor no hemos sido avergonzados, y
hemos sido puesto a salvo de situaciones que atravesamos de las cuales pensábamos que
no podríamos salir, su nombre fue invocado y él fue nuestro ayudador, fue nuestro refugio,
nuestro pronto auxilio en las tribulaciones, realmente nuestro escondedero, nuestra
fortaleza. Ha manifestado en nuestra vida que está atento a escucharnos, y que al pedir de
acuerdo a su voluntad concede cada petición. Su espíritu santo va guiándonos porque
intercede y nos alinea a su voluntad.

Hemos sido testigos de su sanidad en nosotros mismos y en los demás. Dios ha estado en
control de nuestras vidas. Nos damos cuenta que independientemente que lo creamos o
no, seamos conscientes o no de su presencia en nuestras vida, hemos estado en sus manos.
Si hemos pensado que en los procesos hemos estado solos pero no es así, después de que
han pasado esos tiempos de angustia, de desierto, de soledad, de abandono, de tristeza,
hemos comprobado cómo ha estado con nosotros y nos ha hecho triunfar, y nos ha hecho
abundar en bendiciones para con los demás.
CONCLUSION
Dios sigue sanando hasta hoy en día, en todo momento está dispuesto a obrar en cada uno
de nosotros y establecer su voluntad. Quiere que vivamos realmente la vida eterna, una
vida que no se marchita, esa misma vida de Dios que no tiene ninguna sombra de variación,
una vida que no fue mejor hace algunos años o será mejor en lo futuro, una vida que es la
misma vida del Padre en el hijo y en cada uno de nosotros. Nos ha traído a manifestar esa
gloria con la cual existíamos en el cuándo estábamos en su pensamiento, somos parte de
esa multiforme sabiduría que será mostrada a lo principados y potestades y dónde su
nombre será exaltado y glorificado.
MATERIA
SANIDAD DIVINA
DEL ESPIRITU, EL ALMA Y EL CUERPO
SYS324

PROFESOR
PASTOR VICTOR CHICO SALCEDO

NOMBRE DEL ALUMNO


GAUDENCIA ROSAS AGUILAR

MARZO 30 DE 2018

You might also like