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INDUCCIÓN ELECTROMAGNÉTICA
1. Experiencias de Faraday
En 1818 Oersted había demostrado que una corriente eléctrica crea a su alrededor un
campo magnético. Muchos científicos intentaron obtener el fenómeno inverso, inducir una
corriente eléctrica a partir de un campo magnético.
En 1831, Faraday llevó a cabo una serie de experiencia que le permitieron afirmar que la
variación de campo magnético puede inducir una corriente eléctrica.
1ª Experiencia
Se enrollan dos bobinas alrededor de una barra de hierro. La primera se conecta a una
potente batería, la segunda a un galvanómetro para medir la corriente inducida al cerrar y abrir el
interruptor.
Resultados:
Al conectar el interruptor se induce una
corriente eléctrica en la segunda bobina. Las
corrientes en las dos bobinas circulan en
sentidos contrarios.
Al desconectar el interruptor se induce de
nuevo una corriente eléctrica en la segunda
bobina. Ahora la corriente inducida tiene
sentido opuesto al caso anterior.
2ª Experiencia
Resultados:
Si acercamos el imán a la bobina aparece una corriente inducida durante el movimiento del
imán.
El sentido de la corriente inducida en la bobina se invierte si alejamos el imán.
Con la bobina y el imán fijos no hay corriente inducida.
• Sólo aparece corriente mientras haya movimiento relativo entre la espira y el imán.
• Cesa la corriente en el instante en que cesa el movimiento.
• Esta corriente es producida por una fem (fuerza electromotriz) que recibe el nombre de fem
inducida.
• La fem inducida aparece en la espira cada vez que cambia la intensidad del campo
magnético (B) en la región de la espira.
• La fem inducida cambia de polaridad cuando se invierte el sentido del movimiento.
d Φ = B · dS = B · l · dx
La rapidez con que varía el flujo es:
d Φ/dt = B · l · dx/dt = B · l · v
v
Como la fem es la variación del flujo con el tiempo:
ξ = d Φ/dt
se tiene que:
ξ=B·l·v
Teniendo en cuenta esta ley podemos deducir fácilmente el sentido de la corriente en las
experiencias de Faraday-Henry. En la segunda experiencia (y también en la primera), al acercar el
polo norte del imán crece el flujo magnético y en la espira se genera una corriente inducida tal que
el campo magnético inducido sea de sentido contrario al del imán para contrarrestar así el
aumento de flujo. Cuando el imán se aleja, el flujo magnético disminuye y la corriente inducida,
para contrarrestar esta disminución, crea un campo magnético del mismo sentido que el del imán.
El sentido de la corriente inducida es ahora contrario al anterior.
Si acercamos la espira al polo N del imán, el flujo Si mantenemos quieto el imán y alejamos la espira, el
magnético aumenta y la corriente inducida crea un flujo disminuye y por ello la corriente inducida crea un
campo magnético hacia arriba que se opone al campo magnético de sentido contrario al anterior y por
aumento de flujo provocado al acercarlos. tanto un flujo que se suma al del imán.
Si el sentido de la corriente inducida fuera el contrario del que se ha predicho, frente al imán se
formaría un polo sur que lo atraería hacia dentro; el imán se introduciría sólo, sin consumir
energía, cada vez más rápido, lo que contradice el principio de conservación de la energía.
LEY DE FARADAY-LENZ
Ambas leyes nos permiten calcular el valor de la corriente inducida y se enuncian así: la
corriente inducida es producida por una fem inducida que es directamente proporcional a la
rapidez con que varía el flujo y al número de espiras del inducido. Según esta ley, si el flujo
magnético varía una cantidad finita Δφ en un intervalo de tiempo Δt la fem media inducida será:
donde el ε viene dada en voltios, φ en weber y t en segundos. El signo negativo tiene una
importante interpretación física: si convencionalmente tomamos como positivas aquellas fem que
dan lugar a corrientes que se mueven en el sentido de la agujas del reloj, vemos que estas
corrientes se producen, precisamente cuando hay una variación del flujo decreciente, es decir,
negativa. Si la variación de flujo fuese positiva, la fem sería negativa, pues originaría una
corriente en sentido contrario al de las agujas del reloj.
Los generadores industriales de corriente emplean bobinas que giran dentro de un campo
magnético. Conforme giran, el flujo a través de dichas bobinas cambia, originándose en ellas una
corriente eléctrica. En su forma más simple un generador de corriente alterna consta de una
espira que gira con velocidad constante ω entre los polos de un imán. La espira al girar,
experimenta una variación del flujo magnético a través de la superficie limitada por ella,
produciéndose de esta forma una fem inducida y una corriente eléctrica, cuyo sentido se puede
determinar aplicando la ley de Lenz.
Los extremos de la espira están soldados a dos anillos (colectores) que se deslizan sobre
los terminales (escobillas) del circuito externo.
Según esto definiremos la corriente alterna como aquella que cambia periódicamente de
sentido, yendo los electrones en un sentido y volviendo, al cabo de cierto tiempo en sentido
contrario.
φ = B. S. cos α = B. S. cos ωt
siendo εmax = N B S ω
Recibe el nombre de inducción mutua al fenómeno que consiste en la aparición de una fem
inducida en un circuito cuando se produce una variación de corriente en un circuito próximo. En la
inducción mutua se fundan los transformadores que sirven para transformar una corriente alterna
de intensidad y tensión dadas (corriente primaria) en otra corriente alterna de distinta intensidad y
tensión (corriente secundaria).
En esencia, un transformador está constituido por dos bobinas independientes, arrolladas
sobre un núcleo de hierro dulce. La variación temporal de corriente en el circuito primario crea un
campo magnético variable cuyas líneas de campo se sitúan a través del núcleo ferromagnético
atravesando, todas ellas, el circuito secundario.
Como el campo magnético se puede considerar confinado en el núcleo de hierro, todas las
líneas de campo que atraviesan el circuito primario pasan a través del secundario. La fem
Si se pretende que la pérdida de energía sea mínima, habrá que conseguir que el término I 2R
tenga el mínimo valor posible. Esto se consigue utilizando conductores gruesos de poca
resistencia y transportando la corriente a alta tensión de manera que la intensidad de la corriente
sea muy pequeña.
Esta última solución es imposible aplicarla con corriente continua. Primero, porque un
generador de corriente continua es incapaz de producir tensiones superiores a 4.000 V y,
segundo, porque sería peligroso para el usuario utilizar esa tensión. Estos inconvenientes se
evitan utilizando corriente alterna, ya que se puede producir a baja tensión y transportar mediante
líneas de alta tensión, hasta 500.000 V. En el lugar de consumo se reduce la tensión a 220 V.
Esto se consigue gracias a los transformadores.